Tumgik
#manos de jimin y jungkook
aricastmblr · 2 years
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soft-pxachy · 4 months
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welcome to softpxachy's masterlist
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;; - Aquí encontraras todos mis escritos que te harán volar tu imaginación hacia lugares oscuros y placenteros.
Masterlist for BTS, escribo mas para Jungkook y Taehyung, pronto publicare historias con los demas integrantes, be patient ♡
;; - No menores de edad, contenido sumamente explicito y detallado †
;; - El contenido de mis one-shots e historias es creado con el único fin de entretener, en ningún momento se busca ensuciar el nombre y/o imagen del o los idols, todo es ficción.
キGUIAキ
contenido explicito [s.m] 𖥔 angst [a]𖥔 fluff [f]
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KIM SEOKJIN
✦𓂃 en proceso
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MIN YOONGI
✦𓂃 en proceso
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JUNG HOSEOK
✦𓂃 en proceso
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PARK JIMIN
✦𓂃 en proceso
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KIM NAMJOON
✦𓂃 en proceso
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KIM TAEHYUNG
✦𓂃 en proceso
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JEON JUNGKOOK
❝Hands on❞ 7.2k (s.m) ... compañeros de clase
⤷ te has obsesionado (inconvenientemente) de las manos de tu compañero de proyecto, y en un esfuerzo por aliviar algo de estrés que eso te causa, comenzaste a enviarle mensajes de texto a tu mejor amiga, detallando, explícitamente, lo que quieres que esas manos te hagan, aunque debiste haber comprobado el número telefónico con más atención.
❝Material girl❞ 15.7k (s-m) ... dilf & sugar daddy
⤷ el señor Jeon Jungkook era todo lo habías soñado en tu corta vida, no te importaba que él estuviera casado o que fuera padre, sabías que él podía darte todo lo que deseabas, y a ti siempre te habían gustado las cosas bonitas y costosas, así que cuando te hizo la oferta que tanto querías escuchar sabías que serías una tonta si lo rechazabas, aún si eso significaba convertirte en su pequeña y dulce amante.
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pjmjjks2 · 10 months
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Like Crazy (Jimin) - Seven (Jungkook)
Call me delulu, pero las canciones se pueden conectar y relacionar perfectamente, especialmente en el principio de ambas.
Like Crazy:
Ella me está diciendo ‘Cariño, no pienses en ello No está pasando nada malo aquí esta noche Cariño, puedes marcharte Pero quédate solo hasta hoy’
Seven: Llevas el peso del mundo sobre tus hombros Beso tu cintura y te tranquilizas Debo ser privilegiado por conocerte Trazo tus líneas con mis manos
Se puede entender cómo una de las personas está teniendo problemas o responsabilidades que no se puede sacar de encima, mientras la otra trata de hacer que se relaje y deje todo de lado, por lo menos en ese momento en el que están juntos.
Otra parte que relacioné:
Like Crazy: 
Todas las noches Me pones a punto con un subidón La luna te abraza Déjame probar Llévame a un buen viaje (Give me a good ride) (Oh, estoy cayendo) Va a ser una buena noche (Oh, estoy cayendo) Tú y yo siempre
Seven: Es la forma en que podemos hacerlo (It’s the way that we can ride) Es la forma en que podemos hacerlo Creo que te conocí en otra vida Así que déjame en otro momento Me envuelves y me das vida Y esa es la razón por la que te amaré Noche tras noche
Bueno, en estas partes se siente casi como una respuesta, en especial en la parte de “ride” (que tiene más sentido en inglés, ya que también puede significar “manejar algo”), donde jk responde como si él tuviese la solución a cómo manejar la situación en la que están. También se complementan cuando dice “la luna te abraza” y “me envuelves y me das vida“. Todos sabemos a quien representa la luna xd Cabe aclarar que esto es todo mi punto de vista y lo comparto porque es un mundo libre y se me cantó hacerlo, no quiero inculcarle nada a nadie, es solo mi análisis de las canciones en donde me permití ser full delulu. Perdón si no se entendió y si narré todo muy mal, pero estoy haciendo esto porque no me puedo dormir y con la única neurona que me queda.   aparte jamás en la vida hice un post así en tumblr so... perdón STREAM SEVEN  STREAM LIKE CRAZY 
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Si te amo, ¿a ti qué te importa? · Capítulo 20 [Adelanto]
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Jimin se quedó paralizado en todos los sentidos por unos instantes: todos sus pensamientos se vaporizaron de su mente, dejó de pestañear, de respirar, de moverse, incluso su corazón se detuvo un momento. Si no habían sido ellos, ¿entonces quién? Había estado tan absolutamente convencido de que tenían que ser ellos, de que los únicos que querrían hacerle daño de aquella forma pertenecían a ese grupo, de que solo ellos habían tenido la posibilidad, que se le había pasado la solución más obvia: la persona a la que le había encargado directamente el futuro de Mein Traum aquella tarde del veintisiete de noviembre.
—Daehoon.
—¿Crees que…? —Yoongi dejó la pregunta inconclusa… incapaz de creérselo del todo.
—Pero tú dijiste que comprobaste que estaba dentro después de que te diera la bolsa —Namjoon lanzó el comentario en un susurro, reticente también de pensar así de Daehoon. 
—Y lo hice, pero no con mis ojos, con mis manos.
—Pero…—volvió a intentarlo el más alto de todos. 
—Hyung, llevo cargando con ese cuaderno años y hago lo mismo prácticamente siempre. El tacto, el peso, el tamaño era el mismo. ¿Por qué iba a tener que preocuparme de abrir el bolso si solo era Daehoon?
Solo era Daehoon. Daehoon, la misma persona que siempre se quedaba mirando su cuaderno, la misma que le preguntaba múltiples veces por él cada semana, la misma que le había pedido que se lo enseñara en incontables ocasiones, la misma que había hecho referencia a cosas que había escrito sin que hubieran sido mencionadas en ningún otro lugar que dentro de aquellas páginas, el mismo que le había echado en cara arruinar su sueño. Ese era Daehoon.
—Eso explicaría por qué no hemos vuelto a verlo —la voz de Jungkook sonó extraña hasta para él mismo, como fuera de lugar.
—Para eso ha cogido las vacaciones… —acompañó, no obstante, Namjoon.
—Bueno —la actitud de Hoseok estaba mil veces por encima de la categoría de engreído o arrogante. Se necesitarían palabras nuevas para describirlo en aquel momento—, ahora que tenéis vuestro culpable ya podéis empezar a mover el culo, porque mi padre no puede hacer tanto, tarde o temprano encontrara donde colocarlo o se deshará de el.
—¿Deshacerse de él? —Jimin palideció de nuevo.
—Si no consigue colocarlo en ninguna editorial…
Jimin se levantó arrastrando la silla con todas sus energías renovadas, como si conocer al culpable le hubiera devuelto toda la vida que le habían arrebatado al llevarse a Mein Traum. Se giró y miró a Yoongi.
—Hyung, tienes que llevarme a su casa. Ya.
—Vamos —dijo este sin dudar, ya sacando las llaves del coche de su bolsillo.
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lileuph-milkybanana · 23 days
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Cuarto año / Quinto año
Cuarto año/ sexto año
—¿Qué mierda te pasa?
Una parada de bus en algún lugar de Irlanda. Posiblemente en el norte, pero también posiblemente en el sur; Yoongi no podía recordarlo. Gerry quiso llevarlos en un viaje de un día usando transporte muggle, se emocionó un poco más de la cuenta y ahora la mayor parte de la casa de Slytherin estaba perdida y enviándole mensajes enojados a través de sus patronus a Gerry, quien estaba en Belfast y parecía estar teniendo una crisis.
Yoongi y Jimin estaban perdidos por su cuenta. En una para de bus, en medio de bosques, con demasiada cerveza y poca paciencia.
—Nada está mal—dijo Yoongi. Recibió sus resultados de sus T.I.M.O.S; era oficial. En septiembre estaría tomando Adivinación, Pociones, Artimancia y Runas Antiguas. Los resultados no se sentían tan importantes y sostener el pergamino se sentía como lo peor del mundo. ¿Eso era todo?
—Sí, claro—Jimin limpió sus labios y dejó gentilmente la botella en el suelo, a un lado de las latas aplastadas—. Sin hablarnos por un mes, luego apareces y pierdes la snitch de Gerry y, ¿siquiera has visto a Damien? ¿En todo el verano?
Yoongi apartó la mirada y leyó el horario. El próximo bus llegaría en veinte minutos, con suerte.
—Eso es un no.
—He estado haciendo cosas.
Jimin pateó su rodilla. —No te vayas por las ramas, amigo. Solo...maldita sea. ¿Qué has estado haciendo todo el verano?
Bebiendo un montón de té, aunque Yoongi no iba a decir eso. —Esto y aquello.
—No es una respuesta real.
—Simplemente cosas.
Cuando el bus llegó sacaron todo el dinero de sus bolsillos y Jimin susurró un mensaje enojado a Gerry y lo envió en un flash de humo plateado. Estaba enojado con Yoongi, pero incluso Yoongi estaba enojado con Yoongi. Este verano apestaba. Había estado deprimido todo julio, leía sus propias hojas de té, ocupaba las tarjetas del tarot y comía todo lo que su mamá cocinaba.
—Damien y yo saldremos mañana—dijo. Decidió.
—¿Estás seguro?
—Sí.
Jimin frunció el ceño y miró por la ventana. (Les tomaría unas horas llegar a la parada de autobús de Belgast y Yoongi no quería pasarlas en silencio incómodo).
—Simplemente no salgas con tonterías—dijo suavemente Jimin—. Slytherin no tiene muchas personas. No quiero ser un hijo de padres divorciados, ¿está bien?
—Eres idiota—dijo Yoongi—. No serás un hijo de padres divorciados. Damien y yo no somos...tus padres.
—Nah, ese es Gerry—dijo despectivamente Jimin y justo a tiempo, la cara radiante de Gerry saltó a la vista, saludando frenéticamente con sus manos desde una vereda—Está bien. Y trata de no desvanecerte por el resto del verano, imbécil. Por raro que parezca, nos gusta juntarnos contigo.
Yoongi no estaba seguro de si eso lo ponía feliz o, extrañamente, triste.
*
*
*
Su cita con Damien, la primera del verano, fue en Cornwall. Tomaron el bus noctambulo desde Londres y Damien solo mencionó la ausencia una vez, de una ligera forma que significaba que estaba enojado, pero no iba a presionar en el asunto. Yoongi pasó todo julio hablando con nadie, especialmente no con Jungkook o Damien, pero sacudió su mano y dijo cosas familiares, ya sabes y sonaba lo suficientemente vago y serio para que Damien retrocediera.
Cornwall era agradable, sin embargo. Fueron a un lugar de comida rápida y una anciana muggle intentó venderles llaveros con la cara de Aidan Turner. Yoongi compró tres solo para hacer que Damien se riera.
—No tienes un auto—señaló Damien por sobre su carne asada y puré de guisantes—¿Para qué diablos los usaras?
—Regalos de navidad para mis familiares favoritos—Yoongi sonrió, tocando los llaveros—¿Sabías que la amiga de mi mamá ve este programa?
—¿Una bruja?
—Trabaja en estudios muggles para el Ministerio—Yoongi hizo un gesto con la mano—. Pero deberías escucharla hablar sobre ello. Dice que quiere mudarse a irlanda para que pueda conocer a Aidan Turner y tener un montón de bebés raros y trabajar en una mina.
—Toda la gente que conoces está loca—dijo Damien. Su mano, la cual descansaba en la mesa, cubrió la de Yoongi de forma cariñosa.
—Eso no se ve de buena manera en ti, sabes—dijo Yoongi. Encima de la mesa grasosa, giró su mano y entrelazó sus dedos con los de Damien. —. Si todos a quienes conozco están locos, ¿qué tan loco es el chico que está saliendo conmigo?
—Absolutamente demente—dijo Damien—. Te besaría, pero mi boca sabe a puré de guisantes.
—Y estamos siendo juzgados por la señora de los llaveros de Aidan Turner.
—Y eso.
Dieron un paseo después de comer y luego fueron a los acantilados, donde Damien intentó ver un cardumen de peces bajo el agua y Yoongi intentó trenzar el césped y se dieron la mano y era agradable. Yoongi apenas podía recordar por qué había evitado esto por tanto tiempo.
—¿Qué harás el próximo año? —preguntó Damien, caminando despacio con la mano de Yoongi en la suya.
—Pociones, Adivinación, Artimancia, Runas—enumeró Yoongi. Balanceó sus brazos. —¿Qué hay de ti?
—Pociones, Historia, Trasformaciones, Encantamientos—Damien bajó un dedo por cada materia—No sé. Ya sabes, para ese trabajo de auror. Detección de veneno-
—Se ve divertido—completó Yoongi, sonriendo. La frase se convirtió en un eslogan para los Slytherin para junio del año pasado, mientras Damien peleaba para justificar su elección de carrera contra todos los más jóvenes que se quejaban sobre que Harry Potter es un auror y ¿qué pasa si te golpea en la cara? y, ocasionalmente, ¿qué pasa si tú lo golpeas en la cara? —. Eres un bobo, Damien.
—No soy yo quien aspira a profesor de pociones.
—¡Podría hacer otra cosa!
—Sí, pero no lo harás—Damien pateó su tobillo—. Crees que Malfoy colgó las estrellas en el cielo. Y eres bueno en ello. ¿Por qué no lo harías?
—Quizás me vaya de viaje—murmuró Yoongi, jugando con la cabeza de un diente de león—. Comenzar un blog de viaje. Nunca sabes.
—Y luego volverías y te convertirías en el nuevo Malfoy, porque lo amas y amas pociones y eres un nerd gigantesco.
—Y quizá entonces consideraré ser profesor.
Damien se río suavemente. —Lo harás. Puedes hacer todo lo que te propongas.
Ignorando el sentimiento enfermo y perforante en su estómago, Yoongi dejó que Damien pusiera su mano bajo su barbilla y levantara su cara para besarlo, e intentó lo mejor que pudo besarlo de vuelta, intentó lo mejor que pudo no sentirse como un imbécil.
*
*
*
El tren de vuelta a Hogwarts fue menos incómodo de lo que debería, y Yoongi se negaba a creer que era porque Damien no iba con ellos en el Expreso -su madre lo llevaba al colegio. Se acomodaron en uno de los compartimientos Yoongi, Max, Izzy, Alwyn y los dos gemelos nuevos, todos apretados, Yoongi e Izzy presionados contra las ventanas en cada lado de la mesa. Sam, Edie-Maude y el resto de los grandes estaban en el compartimiento frente a ellos. Por un tiempo, se entretuvieron jugando adivinanzas a través del vidrio.
(Yoongi ganó. Película, siete palabras. Joven twink lo recibe por el trasero. Su premio fue ser mirado con disgusto por los dos más jóvenes y ser atacado con dulces desde el otro compartimiento.)
Max saltaba de arriba abajo en su asiento. —¿Vamos a apostar? ¿Podemos apostar? Amo apostar.
—Tengo un dilema: ¿soy un mal superior por incentivar la apuesta, o un mal superior por negarme en participar en una honorable tradición? —preguntó Yoongi. El codo de Alwyn golpeó su boca, así que lo lamió hasta que comenzó a gritar y se alejó.
—¿Apostar? —preguntó uno de los gemelos. ¿Amelia o Aoife?
—Sí—dijo Max—. Pones un galeón por cuánta gente crees que Slytherin recibirá este año. Es muy divertido.
—Apostar—dijo el otro gemelo—, suena estúpido.
—Es muy estúpido.
Izzy depositó una moneda en la mesa. —Tres.
—Cuatro.
—Dos—dijo Max.
Los gemelos se miraron el uno al otro. —¿Cinco? —se aventuró uno. El otro alzó los hombros, sacó dos monedas de su monedero y dijo—Uno, supongo. Esto es realmente estúpido.
—De ninguna manera habrán más de cinco—se quejó Yoongi—¿por qué siempre termino de los últimos?
—A la mierda, apuesta por seis, quizás tengamos suerte—dijo Alwyn.
Yoongi dejó su moneda en la mesa. —Sí bueno, ¿qué tal ninguno?
Y todos le gritaron por ser tan aguafiestas y Yoongi sostuvo sus brazos contra Alwyn e Izzy quienes intentaban estrangularlo con sus bufandas. El almuerzo fue un dulce del carrito y una aventura para Yoongi, quien deambuló por el tren en busca de Hoseok, Seokjin y Namjoon.
Se cruzó con Sadie en el camino.
Sadie, con una insignia brillante de Premio Anual, y una sonrisa. —Hola, Min—dijo—. Soy Premio Anual.
—Puedo leer—murmuró, intentando pasar—. Déjame pasar-
—Soy premio anual, así que no te vas a salir con la tuya como el año pasado—pasó por su lado y su hombro golpeó el de Yoongi—. Te escabulles con mis juniors, ¿uh? Tú y Jeon, haciendo quizás qué cosas en la noche. Todo eso se detiene este año. Como premio anual tengo la autoridad de darte detenciones. Sabes de qué se trata.
—Déjame en paz—dijo Yoongi—. No estoy haciendo nada, Sadie-
—Simplemente no sigas con tu mierda este año. No lo soportaré.
—Sí, claro—y logró escabullirse de su brazo estirado e irse por los pasillos del tren antes de que ella pudiera tomarlo por su túnica de nuevo, y esperaba que Jungkook no hubiera visto nada desde donde sea que estaba con los Ravenclaws.
Seokjin y Namjoon estaban en un mismo compartimiento; Hoseok debía estar con Taehyung o con otros Hufflepuffs, dejando a los dos Gryffindor tirándose gomitas el uno al otro y maldiciendo.
—Muy maduros—dijo Yoongi, dejándose entrar al compartimiento, antes de ver una insignia conocida en la túnica de Seokjin—. Muy maduro para el chico premio anual de Hogwarts.
—Que me jodan si no sé por qué me la dieron—dijo alegremente Seokjin, lanzándole gomitas a Yoongi—. Voy a abusar de mi poder. Vayan con cuidado, cabrones. Seokjin está al asecho. ¿Qué beneficios tengo?
—Creo que un baño mejor—dijo Namjoon.
—Increíble. ¿Quién quiere un baño lujoso? Los agendaré.
—¿Quién necesita drogas cuando tienes un baño lujoso? —dijo Yoongi, deslizándose al asiento que estaba a un lado de Namjoon. —Me encontré a tu compañera de trabajo. ¿Puedes creerlo? Si sobrevivo para ir al baño lujoso seré afortunado.
—Podemos jugar tira y afloja contigo. Ella te pone una detención, yo te la quito—Seokjin mascó una gomita e inmediatamente la escupió—. Un pequeño muñeco de trapo.
—¿A qué sabe?
—Piña podrida.
—¿Cómo mierda conoces el sabor de las piñas podridas?
Seokjin le dio un golpecito a su nariz. —Tengo mis métodos.
El tren avanzó, alejándose de Inglaterra y adentrándose en escocia y comenzó a llover. Yoongi se subió al asiento para cerrar la ventanilla y trató de ignorar lo incómodo que se sentía siendo el tercero en discordia entre Seokjin y Namjoon sin que Hoseok estuviera allí para reducir la incomodidad. No había espacio en el vagón de Slytherin y estaba seguro de que los chicos querían hablar entre ellos, pero probablemente, Seokjin y Namjoon también...y no podía ir a buscar a Jungkook. Lo vio en el andén, rodeado de una pandilla de risueños Ravenclaws vestidos de azul y bronce, todos charlando sobre libros y calderos nuevos y búhos y ranas y Jungkook era quien conversaba con voz más alta.
Había muchas mujeres en el grupo. Yoongi se negaba a creer en eso de otra forma. Sí, muchas chicas, genial...lo que sea.
—Siéntate, maldito—Seokjin tiró de su túnica—. ¿Qué haces, estás actuando algún tipo de novela? Cierra la maldita ventana.
Así que Yoongi lo hizo, y comió las ranas de chocolate que Namjoon sacó de sus bolsillos sin fondo e intentó hacer una carta a Gerry. Querido Gerry. Cómo sobrellevaste los E.X.T.A.S.I.S. Creo que voy a morir y ni siquiera he llegado a la escuela.
Aun así, la escuela era la escuela y Hogwarts siempre iba a ser catarsis.
—Si Sadie te molesta, encuéntrame y le meteré mi pie en su trasero de Veela—dijo Seokjin, dándole una palmada en el hombro de Yoongi mientras el tren llegaba a la estación de la escuela—. Lo mismo para los demás. Tengo que cuidar a mis pequeños e indefensos-
—Oye-
—amigos bebés.
—Oye—Yoongi golpeó a Seokjin en la nuca—. Ten cuidado o haré que Namjoon te golpee.
—Namjoon se rehúsa a ser usado como un instrumento de negociación—dijo Namjoon detrás de ellos, peleando con su maleta y con Friedrich la lechuza—. Namjoon está tomando el control de su vida.
Namjoon se rehúso a hacer el E.X.T.A.S.I.S de adivinación. Yoongi no sabía qué hacer sin Namjoon a su lado haciendo comentarios sarcásticos sobre la cantidad de té que han estado bebiendo por un mes. Ahora que lo pensaba, Yoongi no conocía a nadie en su pequeña clase de adivinación que quisiera hacer el E.X.T.A.S.I.S.
Por favor, Dios, que haya alguien. Yoongi no creía que pudiera soportar tantas horas a la semana con Bloom a solas. Necesitaba algo para diluir esa intensidad espeluznante.
En camino a la escuela se reencontró con los Slytherin, pero esta vez con Damien, quien sostuvo su mano y habló alegremente sobre el autobús noctambulo y sobre cómo su mamá le compró nuevos calcetines, y como tuvo que mandar su corbata a la tintorería, la cual costó casi un brazo y una pierna. Yoongi sonreía y asentía.
—¿Cómo quedó la apuesta?
—Los niños pusieron casi todo el dinero—dijo Yoongi, deslizándose en su asiento en la mesa de Slytherin, contra la pared para poder ver a los nuevos potenciales que temblaban en el Gran Comedor.
—¿Qué apostaste? —Damien todavía sostenía su mano, pero debajo de la mesa. La mirada del resto del gran comedor era penetrante.
—Cero—Yoongi sonrió—. No quedaban otros números.
—Maldito bastardo depresivo.
—Ese es mi nombre en la calle, sí.
Era una buena cantidad de niños este año. Yoongi creía que había cien, quizás un poco menos, con túnicas demasiado grandes y corbatas genéricas que todavía no cambiaban al color de la casa que les correspondía. Todos los Slytherin estaban nerviosos, listos para ganar o perder la apuesta, listos para recibir muchos o pocos; Max se veía especialmente nervioso. Izzy y Alwyn estaban jugando a los pulgares debajo de la mesa; Samantha parecía haberse quedado dormida, con su barbilla descansando en su mano.
Estaba bien. No había mucho que esperar. Uno o dos, como siempre.
A medida que los niños subían, mientras más y más de ellos eran asignados al azul, al rojo y al amarillo, Yoongi sentía cada vez más que lo miraban fijamente, pero cuando miraba a su alrededor solo había tres mesas aplaudiendo, y los Slytherin estaban acurrucados, desamparados y pequeños.
—Parece que vas a ganar la apuesta después de todo—dijo Max. Se supone que debía sonar de forma despreocupada, pero no lo hacía.
Los últimos tres en la línea y Yoongi estaba mirando con el corazón en la garganta. De ninguna forma no recibirían niños este año. Eso era ridículo.
—¡Willow, Jessica!
Una pausa. Jessica Willow era alta y delgada y temblaba.
—¡Gryffindor!
Aplausos, y cuando Yoongi miró a la mesa de Gryffindor vio al chico de su año que le dio un puñetazo en el ojo, aplaudiendo y celebrando y saludando a Jessica Willow. Parecía en las nubes.
—¡Wandsworth, John!
John Wandsworth era bajo, robusto y tenía la cara roja. Caminó hasta sentarse bajo el sombrero con toda la confianza y valentía de un general militar. Le guiñó un ojo a la última persona en la lista y se sentó con los ojos cerrados.
Vamos.
—¡Hufflepuff!
—Santa mierda—dijo Alwyn. Samantha había despertado y toda la mesa de Slytherin miraba con ojos hambrientos a la última chica que subía. No había ninguna forma. Nadie. ¿Nadie?
—¡Yaworsky, Zoe!
La cara de Zoe Yaworsky estaba escondida tras un flequillo de pelo rubio y caminó como si recién hubiera aprendido hacerlo, sus manos metidas de forma incómoda en los bolsillos de su túnica. No había ni un sonido en el gran comedor, todos estaban tensos. Tenía que haber uno en Slytherin.
—No quiero ganar la maldita apuesta—susurró Yoongi cuando Zoe Yaworsky recibió el sombrero. —. Realmente no quiero ganar la maldita apuesta.
—¡Ravenclaw!
Zoe corrió hacia el azul y bronce con una expresión de alivio en su cara, y el gran comedor explotó en celebraciones y risas, lo último dirigido firmemente a los Slytherin.
—No quiero el dinero—dijo Yoongi rotundamente.
Toda la casa dejó el banquete temprano. Dieciocho de ellos ahora, desplazándose a la Sala Común, y cuando Yoongi miró hacia atrás vio a Jungkook dándole palmadas en la espalda a Zoe Yaworsky, con sus mejillas sonrojadas y sus ojos brillando.
Yoongi se sintió, extrañamente, engañado.
*
*
*
Yoongi llegaba temprano a pociones todos los miércoles en la mañana. La primera hora la tenía libre y solo le tomaba medio minuto llegar a la clase de Malfoy desde la Sala Común. Hasta el momento su horario estaba resultando ser bastante agradable; era mediados de septiembre y había logrado evitar a casi todos los estudiantes, se escabullía por los pasillos hacia las torres y alrededor de las mazmorras en su mayoría.
—¿Temprano de nuevo, Min?
—Buenos días, señor—dijo Yoongi, dejando sus libros en el escritorio cerca del almacén. Se rehusaba a alegrarse por el hecho de que el E.X.T.A.S.I.S de pociones era una materia individual y que no tenía que sentarse al lado de Damien, porque eso sería estúpido, porque Damien es su novio a quien quería mucho. Sí.
Malfoy se veía cansado, pero de nuevo, Malfoy siempre se veía cansado. Había libros apilados en su escritorio y tazas vacías por todos lados, rollos de pergamino caían de la mesa al suelo. —Felix Felicis—dijo—. ¿La has intentado hacer antes?
—No. ¿La haremos?
—No hoy, pero haré que la hagan antes de fin de año—dijo Malfoy—, y- Min. ¿Qué piensas de la nueva chica premio anual?
—¿Sadie? No puedo decir que la conozco muy bien—dijo Yoongi, pero sí era un poco cierto. Detrás del hombro de Malfoy, Snape entró a su pintura original, viéndose de la misma forma que siempre; molesto, silencioso, melancólico. Enojado. —¿Por qué?
—Por nada en especial—dijo Malfoy, justo cuando llegaban más estudiantes; Damien, con una sonrisa suave, rozó su mano contra la espalda de Yoongi mientras iba a su asiento, y Yoongi le sonrió de vuelta, solo dejando que su cara cayera cuando Damien se dio la vuelta. En conjunto, había seis personas en la clase: Damien, Yoongi, tres Hufflepuffs y un Ravenclaw, y todos a excepción de Yoongi estaban aquí con la esperanza de convertirse en aurores.
(Cuando le dijeron a Malfoy eso, a principio de año, cerró sus ojos brevemente y masajeó su cien. —Bien—dijo—. Eso está bien).
(Yoongi creía que no estaba todo bien, pero era Malfoy. ¿Qué se supone que hiciera?).
—Hoy prepararemos las seis bases esenciales—dijo Malfoy—. Espero muestras de cada una en mi escritorio al final de la clase, etiquetadas y con nombre. Las próximas semanas las usaremos para crear otras pociones, así que tengan mucho cuidado. No dejaré que las preparen de nuevo.
A Yoongi le gustaba hacer bases; lo hizo tan seguido el año pasado que probablemente podía hacerlo durmiendo, y no tenía ganas de hacer algo difícil tan temprano en el año. Bases elementales. Simple.
Totalmente simple.
—Le estás añadiendo agua a la infusión incorrecta—dijo secamente Snape—. No quieres arruinar tu poción.
Yoongi le frunció el ceño, pero vació el contenido de todas formas y esperaba que Malfoy no lo haya visto. Quería que Malfoy pensara que era bueno en pociones, después de todo.
*
*
*
—¡Min!
—Aw, mierda—Yoongi miró el busto de Merlín el Segundo y se preguntó si era demasiado tarde para esconderse tras él. Lo intentó, de todas formas, incluso cuando Snape-la-pintura le advirtió desde el otro lado del pasillo que lo habían visto, pero la espalda de mármol de Merlin lo empujó contra la pared y estaba demasiado cansado para hablar hoy, demasiado cansado para hacer otra cosa que no fuera ir a la sala de menesteres para jugar Gobstones con Jungkook, como se supone que debía hacer. Se supone. Iba a hacerlo.
—Estás dañando propiedad de la escuela—le dijo Sadie, de pie entre la estatua y la puerta del salón principal, con sus manos en su cintura. Se veía bastante satisfecha al haberlo encontrado. —Sabes lo que eso significa, ¿no?
—Una mierda estoy dañándola, estoy de pie atrás de ella—respondió de golpe, retrocediendo. La estatua de Merlín el Segundo giró la cabeza, le guiñó un ojo a Yoongi y luego le lanzó una frambuesa a Sadie.
—Dejaste rozaduras de bota en el mármol—dijo Sadie, ignorando el dedo de en medio que la estatua le enseñó—. Eso significa detención.
—No, no es cierto.
Merlín sacudió su cabeza de mármol. En la pared de al frente, dentro de la pintura, Snape tenía sus brazos cruzados y una expresión de molestia en su cara. Esta era la tercera vez que pasaba durante este semestre, y apenas habían empezado octubre y Yoongi ya estaba harto de la placa plateada que brillaba en la túnica de Sadie. —Detención—dijo de nuevo—. Si no me muestras la hoja de detención haré que te quiten el permiso para ir a Hogsmeade, así que haz que la firmen, ¿está bien?
—Jódete—dijo cansado Yoongi, pero tomó la hoja que le estaba entregando—. Lo que sea.
Lo vio irse, pero no lo siguió, y fue hasta la sala de menesteres donde Jungkook ya estaba sirviéndole una taza de té. Snape no estaba ahí, afortunadamente, pero también quizá no tan afortunadamente, porque Yoongi tenía la sospecha de que la pintura iba a decirle a Malfoy cada vez que Sadie decidía molestar a Slytherin. Era agradable, pero toda la casa estaba siendo mimada por Malfoy en este punto, y Yoongi tenía un poco de miedo de decirle a Snape que se detuviera.
—¿Qué te tomó tanto tiempo? —Jungkook tomó un sorbo de forma gentil de su taza, antes de ponerle más leche.
Yoongi dejó el papel de detención en la mesa. —El tercero del año. Por la mierda.
Jungkook arrugó su nariz. —¡Ve con el Profesor Ryder, entonces, maldita sea!
Ah, sí. El profesor Ryder, el notoriamente ausente (en cuerpo y alma) director de Hogwarts, quien pasaba casi todos sus días en Escocia o Irlanda, volviendo a la escuela una vez cada cuanta semana para hacer presencia en la mesa de profesores y sonreír tontamente a sus estudiantes favoritos. Un Gryffindor, y orgulloso. No muy probable que fuera de ayuda para los Slytherins; en el primer año de Yoongi, Gerry lo apartó a un rincón y le dijo que, si pasaba algo, si le hacían algo malo, era mejor decirle a Gerry o el profesor Malfoy, porque Ryder probablemente no iba a ayudarlo.
—Ryder no hace nada—dijo Yoongi. Su cabeza le dolía; seguían teniendo esta conversación y Jungkook todavía no parecía entender.
—Lo haría si supiera qué tan malo es.
Yoongi quería llorar. Jungkook era bueno, y tenía buenas intenciones, y no lo iba a entender por el momento. —No le importa—dijo, tomando un sorbo de té, hecho justo como le gustaba. —Estoy en Slytherin. Pensará que debí haber hecho algo a Sadie para merecerlo, porque los Slytherin son malos, y horribles y asquerosos. Debí haber hecho algo a Sadie primero, porque de otra forma, ¿por qué haría eso? Es una Ravenclaw y los Ravenclaw son inteligentes y no son malos porque si eres malo vas a Slytherin.
—Yoongi-
Yoongi se dio la vuelta, y la sala de menesteres obligatoriamente le entregó el set de Gobstones que le compró a Jungkook en el verano antes de su cuarto año. Un poco dañado y con cicatrices, pero todavía funcionando. —Solo vamos a jugar, o algo. Olvídalo.
La boca de Jungkook se torció—Yoongi-
—Por favor—dijo tranquilamente—. Olvídalo—estiró la mano y tomó la hoja de detención, la dobló y la guardó en su bolsillo.
—Jugaré con el rojo—dijo Jungkook. Tomó la pequeña bolita tintineante, con el ácido dentro de ella, esperando salir.
—Verde.
Jugaron en un silencio incómodo y forzado; ninguno de los dos estaba jugando muy bien y después de la cuarta vez que Yoongi recibió ácido en su mejilla, Jungkook suspiró. —Quizás deberíamos ir a dormir—dijo—. Sigamos jugando mañana.
Yoongi mordió su lengua. Tengo detención mañana. En cambio, dijo: —Suena bien. Seré el verde de nuevo.
Quería pedir disculpas, pero no sabía cómo, o por qué lo haría, y sí estaba cansado.
Snape lo estaba esperando en las pinturas alineadas en el pasillo de Slytherin. No dijo nada, pero siguió a Yoongi a través de distintos cuadros, empujando a antiguos profesores a un lado, botando canastos con fruta de las mesas.
—¿No dirás nada? —preguntó finalmente Yoongi, deteniéndose fuera de la Sala Común. —¿Debería decirle a Ryder, o a Longbottom, o al Ministro de Magia? ¿Cuál recomendarías?
—Eres muchas cosas, Min, pero no eres un tonto, y apreciaría si no me tratases como si yo lo fuera—dijo Snape—. Ve a la cama. Y si soy arrastrado a un melodrama adolescente una vez más-
—Sí, sí, me arrancaras la cabeza y la venderás, lo tengo—Yoongi entró a la Sala Común, confundido cuando notó que Snape no lo siguió. Izzy, Alwyn y Max estaban acurrucados juntos en el sillón, durmiendo, y las dos chicas nuevas -de segundo año, ahora, las gemelas irlandesas- estaban jugando ajedrez y se detenían en cada jugada a bostezar y estirarse.
Yoongi tocó con sus dedos el tablero de ajedrez. —Quizá deberían irse a la cama—dijo, y las dos lo miraron sorprendidas. —Tienen un largo día de aprendizaje—lo dijo con el sarcasmo suficiente para que una de ellas se riera y ambas asintieron.
Luego sacudió al trío en el sillón para que despertaran. Izzy lo miró mientras parpadeaba. —¿Mañana?
—Noche—rodó los ojos y no dijo nada cuando los tres se dirigieron a la habitación de Max. Difícilmente podría decir algo sin sonar como un hipócrita, incluso si él y Damien dormían la mayoría de las noches en sus propias camas y no habían hecho nada desde aquella noche cuando ganaron el partido de Quidditch.
Lo que sea.
Damien estaba durmiendo cuando Yoongi llegó a su propia habitación y no era un maldito alivio. No lo era.
*
*
*
—Detención conmigo de nuevo—Malfoy firmó el papel.
Yoongi miró el papel. —Gracias, señor—Sadie no podía decir nada contra Malfoy firmando las notas de detención; era una buena escapatoria que encontró después de la primera detención que tuvo con Longbottom, replantando mandrágoras bebé.
Malfoy frotó aquel punto de su cien otra vez. —Hablaré sobre esto en la próxima reunión.
—Gracias, señor.
—Puedes ayudarme haciendo pociones para los de primer año—dijo Malfoy—una detención de nivel especialmente cruel para mi rufián favorito.
—Gracias, señor—dijo Yoongi, y esta vez lo decía en serio. Hacer pociones para que Malfoy le enseñara a los de primer año no era nada especial; simplemente era hacer Tónicos de Hígado, Cura para Resfriados y Cremas para Moretones una y otra vez, pero era mil veces mejor de lo que podría estar haciendo y Malfoy era, básicamente, una de las personas más geniales que conocía entre veinte.
(Aparte de Gerry. Gerry era una excepción, porque Gerry era Gerry).
Y desde la pintura que se encontraba arriba del escritorio de Malfoy se encontraba Snape, diciéndoles el terrible trabajo que estaban haciendo.
Era casi divertido.
*
*
*
—En Víspera de todos los santos, siete almas solitarias se fueron...
Namjoon le lanzó un regaliz de licor a Seokjin; rebotó en su hombro y llegó hasta el lago, seguido del sonido feliz del calamar gigante al atacar el dulce.
—En Víspera de Todos los Santos...
—Acéptalo, eres un cuentacuentos terrible—le gritó Jimin, con un dulce en su boca y Taehyung en su regazo—. Que alguien más lo haga.
—No abandonamos el banquete para que intentaras hacer un tipo de orgia homoerótica en el bosque. Podría estar comiendo pie ahora mismo.
—Comes pie toda la maldita semana.
—Pie de Halloween.
—¿El mismo de siempre pero más naranja?
—¿Pie aterrador?
Seokjin suspiró y se sentó. Se escabulleron del banquete de Halloween a la mitad, y aunque Yoongi estaba seguro de que Malfoy lo vio irse, estaba igualmente seguro de que el profesor no le daría más problemas de los que ya tenía. Sadie le estaba dando detención una vez a la semana, quizás dos y estaba con el premio anual y le agradaban al calamar gigante. Estaban a salvo lo más que podían, especialmente en Hogwarts. —Si no puedo contar la historia, ¿quién lo hará? Todos saben que soy el mejor.
—Que Yoongi lo haga—dijo Jungkook. Sonaba un poco borracho, Yoongi creía que lo estaba. Hoseok hizo un excelente trabajo abasteciéndolos de alcohol ilegal esta noche; había latas y botellas esparcidas alrededor de ellos, listas para ser recogidas cuando despertaran en la mañana.
—No conozco historias de terror—Yoongi cerró sus ojos y descansó su barbilla contra el hombro de Jungkook. —Como esa acerca del payaso que fue visto por última vez en un pueblo, ese tipo de mierda. Elige a alguien más.
Hoseok contó una historia sobre un granjero que cortó un árbol de hadas y fue asesinado brutalmente por las hadas enojadas que vivían en él. Namjoon contó la historia de un hombre con una mano de gancho y un auto y Seokjin contó una larga historia que fue interrumpida cuando todos le tiraron regaliz.
(Algunas cosas nunca cambian).
Jungkook contó la historia sobre una mujer que pensó que su perro estaba lamiendo su mano cuando en realidad era un asesino. Taehyung estaba durmiendo. Jimin contó una historia que sonaba asquerosa hasta que se dieron cuenta de que era la trama de El juego del miedo y le lanzaron dulces.
—Vamos, Yoongi—dijo soñolientamente Jungkook—. Cuéntanos una historia y podemos irnos a dormir.
—Tú mamá—dijo Yoongi.
El regaliz dolía cuando rebotaba en tu cabeza y Hoseok tenía muy buena puntería para alguien que estaba muy borracho.
—Uh. Hubo una vez un chico...que se enamoró de una chica-
—Cierren la puta boca, malditos bastardos—Yoongi levantó los dos dedos de en medio a Namjoon—. Un chico que se enamoró de una chica, jódete, pero ella estaba casada.
—La asesinó de manera horrible—murmuró Taehyung en el hombro de Jimin.
—Pero estaba casada, así que la veía irse al trabajo todos los días, en el autobús, cierto, porque ambos tomaban el mismo autobús. Y se sentaban y jugaban juegos en sus celulares porque ella era muy amigable y él estaba un poco solo y era un perdedor, pero a ella no le importaba.
—Y un día el hombre se dio cuenta que estaba enamorado de ella...
Yoongi se dio cuenta que la mayoría estaban dormidos—Se enamoró—dijo malhumorado—. El amor es el monstruo horrible. Jódanse todos, quiero un Bafta.
—El amor es el monstruo horrible. Eso es muy profundo—dijo Jungkook, y se quedó dormido, con su brazo envuelto alrededor de Yoongi, su boca un poco abierta y sus ronquidos muy muy fuertes.
Yoongi simplemente suspiró y se movió para sentarse de forma apropiada en el regazo de Jungkook y se quedó dormido, esperando que nadie lo matara por hacer esto cuando su novio estaba sentado en el castillo por su cuenta después del banquete.
Yoongi se sentía como un maldito y no sabía cómo arreglarlo.
*
*
*
Solo estaba él, solo él y Amanda Relly en la clase de Adivinación de Bloom y Yoongi no pudo evitar sentirse aliviado al saber que había alguien lo suficientemente tonto aparte de él para ser cualificado en una materia tan horrenda. A la profesora Bloom le gustaba que llevaran sus sillas hasta su escritorio y tomaban té y hablaban sobre sus vidas y, al final de la clase, a Bloom le gustaba compartir sus tazas.
Yoongi tomó la de Bloom y le dio la suya a Amanda. Bloom era difícil de leer; sus hojas de té estaban revueltas, pero cuando entre cerró los ojos y giró la taza creyó ver felicidad. O algo. —¿Está feliz? —dijo. Preguntó, en realidad. —Um. Perdón. No puedo ver nada más que eso.
—Estoy feliz, así que acertaste—dijo.
Yoongi dejó la taza en el escritorio, esperando a que Amanda le entregara su taza. La chica parpadeó al ver la taza de Yoongi, se veía confundida. —¿Uh? ¿Yoongi? Algo sobre un chico. Y... que mal interpretaste una predicción.
Bloom asintió, tomó la taza y las intercambiaron. Amanda le dijo un montón de cosas a Bloom, y Bloom asentía como si tuviera sentido. Luego le decía a Amanda que sus hojas de té hacían parecer que tenía cuatro orejas.
El E.X.T.A.S.I.S de adivinación era, honestamente, ridículo.
Bloom les entregó tarea: un ensayo sobre la diferencia de la lectura de hojas de té y las cartas de tarot, lo que hizo que Amanda se quejara porque no había estudiado las cartas de tarot y eso era horas y horas de estudio extra solo para tenerlo listo el viernes.
Yoongi tomó su bolso y dejó salir un suspiro. Sí. Cartas de tarot. Que molestia.
Bloom parecía esperar grandes cosas de él.
¿Qué fue lo que vio? Jungkook, besando a una persona con la cara borrosa, alguien llorando y Damien gritando.
—¿Profesora?
Amanda se había ido y Bloom se encargaba de lavar las tazas, moviendo su varita y murmurando el hechizo para invocar jabón y una esponja para que lo hiciera por ella. Sus manos estaban rojas donde las sumergió en agua caliente y sus ojos estaban abiertos de par en par; se veía tan loca como siempre. —Yoongi. ¿Qué puedo hacer por ti?
—¿Qué significa niebla? En una predicción —miró hacia arriba y vio a Snape, mirando por encima de su hombro—. Uh. Hipotéticamente.
—¿Neblina?
—¿Sí?
—Por lo general, significa que el adivino no está viendo lo que cree que ve—dijo Bloom. Con un movimiento de su varita, las tazas volaron de regreso junto a la tetera. —Significa eso, o que...la niebla es alguien que no puedes imaginar. O algo que no puedes imaginar.
—Gracias.
—¿Pude ayudarte?
—Sí.
En realidad, no, pero Yoongi no se lo dijo. Solo sonrió y luego corrió tan rápido como pudo desde la torre hasta las mazmorras, evitando a Sadie y a la mayoría de los estudiantes en su camino.
*
*
*
El día antes de que terminara el trimestre, Yoongi estaba intentando desesperadamente cubrirse la nariz ensangrentada y la mejilla magullada con el maquillaje que Izzy le prestó a regañadientes, antes de tener que encontrarse con Jungkook, antes de la inevitable pelea de gritos, la discusión forzada y los horribles silencios. Estaba siendo observado por la fantasma que vivía en los baños, una chica llorona que no decía nada cuando Yoongi intentaba hablar con ella; siendo observado por ella y por un pequeño ratón, chillando junto al cubículo vacío más cercano.
—No cubres los moretones de esa forma—dijo eventualmente la chica fantasma. Yoongi creía que su nombre era Maureen...o quizás Myrtle.
Yoongi cerró sus ojos y apoyó su frente contra el espejo. Si agudizaba el oído, podía escuchar el coro fantasma cantando sus villancicos, y si se esforzaba mucho y añadía algo de imaginación, podía escuchar a Seokjin y Namjoon lanzando oropel a los de primer año mientras bebían Whisky de fuego en botellas de cerveza de mantequilla, solo deteniéndose para besarse en la mejilla como niños pequeños debajo del muérdago. —¿Cómo cubres los moretones, entonces? —Preguntó. Odiaba esto. Odiaba casi todas las cosas.
La fantasma Myrtle/Maureen le enseñó, explicándole como esparcir cosas pegajosas y delgadas sobre su mejilla. Sin embargo, la piel de Izzy era un poco más morena que la de Yoongi, así que se veía mal. Se veía como un encubrimiento.
—¿Estarías más molesta si supieras que tu amigo fue herido o al saber que intentó esconderlo de ti? —Yoongi se miró en el espejo y luego comenzó a limpiar la sangre con la manga de su camisa. Parecía familiar.
(Cubrir su cara con niebla, quizás, entonces lo reconocería. Dios, sí era un idiota)
—Me molestaría con cualquiera—dijo la fantasma—¿Quién es tu amigo? ¿Lo conozco? Solía conocer a un chico de Slytherin, sabes. Venía hasta mí y lloraba, y lloraba. Y luego...oh, alguien lo hirió. ¿Quién fue?
Yoongi se encogió de hombros con indiferencia y comenzó a limpiar su cara. Contra su piel, pálida por el frío del castillo, el moretón destacaba como si fuera un durazno marcado.
—Draco Malfoy—dijo soñadoramente Myrtle/Maureen—. Con el cabello bonito. Y no estaba comiendo, ese año, con el estrés...y venía y lloraba con sus ojitos bonitos. Por supuesto, Harry Potter lo arruinó todo, y tuve que ir a buscar a Draco yo misma. Estaba todo ensangrentado y triste, y bonito como siempre.
La antigua historia. —Sé sobre eso—dijo Yoongi—. Nosotros...—dejó soltar una risa temblorosa, pero fingió que no lo hizo—Lo llamamos Harry Maldito Potter.
—No me agrada—dijo la fantasma—. Pensé que era mi amigo, pero...
—Creo que voy a herir a mi amigo—le dijo Yoongi. Vio por encima de su hombro, pero cuando miró el espejo, la fantasma era solo una masa plateada, apenas estaba allí—Estará triste, no importa lo que haga. No es como si quisiera...que me golpeen, o lo que sea.
—Quizá se preocupa por ti.
—Quizás lo hace.
—Buena suerte—dijo Myrtle/Maureen, cuando estaba marchándose, con la cara llena de manchas de maquillaje y agua del grifo y sin lágrimas—. Si te acuerdas, deberías decirme qué tal todo. Es muy aburrido, llorar en los baños y asustar pequeñas niñas muggles cuando se están lavando las manos.
—Estoy seguro de que lo es—dijo Yoongi. El baño estaba solo a un piso de la Sala de Menesteres, de Jungkook y una pelea, y Yoongi estaba tenso incluso antes de poner sus ojos sobre Jungkook y esta no era la mejor manera de tocar todo este tema, pero estaba cansado.
Snape lo siguió a través de las pinturas, pero Yoongi no le dijo nada y Snape no le dijo nada a él y Yoongi lo ignoró para que el silencio no fuera incómodo.
Lo fue, sin embargo, cuando Jungkook levantó la mirada de la mesa en la Sala de Menesteres y Yoongi pudo ver como sus dientes se apretaban, su mandíbula apretada a través de sus mejillas. El tablero de ajedrez estaba al lado de la tetera, la cual humeaba; las piezas de ajedrez estaban hablando ente sí antes de que comenzara la partida. —¿Quién fue esta vez? —preguntó, con un aire calmado ya practicado—¿Sadie? ¿Alguien más? ¿Qué hiciste esta vez?
—Izzy estaba ahí—dijo Yoongi, cerrando la puerta—. Izzy es más pequeña que yo.
—¿Y eso qué?
—Seré negro, si jugamos ajedrez.
—No vamos a jugar ajedrez.
—Tú lo preparaste—dijo Yoongi. Se sentó. Todavía podía sentir su nariz goteando, todavía palpitaba por el golpe, pero si se fregaba la nariz solo enojaría más a Jungkook, atraería más atención. —. Sería un desperdicio de un tablero si no jugamos ajedrez, ¿cierto? Tú serás blanco.
Las manos de Jungkook eran puños, cerrados fuertemente. —Eres malditamente ridículo. Mírate, Yoongi, demonios, pelea de vuelta o algo. No recibas simplemente-
Verán, Izzy estaba sola. Caminando a Herbología por los pasillos, y Yoongi estaba yendo a la Sala Común para intentar estudiar un poco antes de la cena. E Izzy no los había visto, tres Hufflepuff gigantes del equipo de Quidditch, pero Yoongi sí y Izzy era muy pequeña y lloraba cuando alguien le gritaba y Yoongi nunca olvidó -jamás podrá olvidar- a Chester huyendo, a Izzy en el suelo de las mazmorras gritando y sosteniendo su brazo.
Así que él simplemente-
—Te importan los más pequeños, bueno, eso es simplemente fantástico, te mereces una medalla de oro-
—Jungkook-
Así que simplemente tocó el hombro de uno de ellos y le preguntó cuál era su problema. Vio a Izzy con sus ojos abiertos de par en par, corriendo lo más rápido que podía al invernadero, con su cabello flotando.
Jungkook se veía mal y enojado. —¡Puedes preocuparte de los demás sin tirarte al suelo y aceptarlo, maldita sea!
—¡Es la forma más fácil!
—¿Fácil para quién? ¿Para ti?
Izzy lo encontró después y depositó el maquilla en su mano, lo abrazó fuertemente y dijo muchas gracias lo siento tanto y eso hizo que valiera la pena. Yoongi puso un pañuelo contra su nariz, acarició su cabeza y la vio irse de nuevo y esa es la cosa.
—No me importa si yo- lo que sea—dijo Yoongi, deseando que Jungkook lo entendiera—. Pero no podría soportar si ellos- y yo no hice nada-
—Así que importa solo si es alguien más que tú—dijo con voz apagada Jungkook—. Eso es lo que estás diciendo. Vienes aquí todo golpeado y se supone que solo debo ignorarlo y jugar ajedrez.
Yoongi cruzó sus brazos y no se movió cuando Jungkook se puso de pie, ¿y cuándo Jungkook se volvió más alto? ¿Cuándo pasó eso? —Tienes que aceptar el hecho de que puedo hacer lo que quiera. Soy más grande que tú.
—Sí, y tomas malas decisiones.
—No te tiene que importar—dijo Yoongi, y todo está resultando mal. Malmalmal. —No te tiene que importar, no quiero que te importe-
Y entonces se congeló.
Está resultando mal. En la bola de cristal vio a Jungkook con lágrimas en sus ojos, gritándole a un hombre con la cara borrosa, y se dio cuenta con enferma satisfacción lo bueno que era en adivinación.
—Tú no- —Jungkook parpadeó. Estaba llorando, o, no llorando, pero sus ojos estaban brillosos y húmedos—. ¿No quieres que me importe? —Llorando y gritando—Sí, eso es malditamente fantástico, la amistad es solo de un lado aquí, no se supone que me importe una mierda si mi mejor amigo llega con un maldito brazo roto-
—Ahora estás exagerando-
—Sí, claro, ¡porque no debe importarme! ¡¿Qué mierda crees que es esto?!
—Tú no eres- no quiero que tú-
Jungkook abrió los brazos de par en par, horriblemente melodramático en la peor de las formas, las lágrimas se arrastraban vergonzosamente por las esquinas de sus ojos. —¿Por qué-? Oh, no necesitas que me importe, tienes a Damien para eso, solo estoy aquí para- para-
—Damien, ¿por qué estamos hablando de Damien-?
—No sé, tú dime por qué estamos hablando de Damien.
—Tú lo mencionaste—toda la cara de Yoongi dolía y quería llorar, pero sabía que los moretones de sus mejillas lo odiarían si se movía—. Yo- Jungkook-
—No importa, porque no se supone que me importe—Jungkook intentó limpiarse sus mejillas, pero nuevas lagrimas cayeron incluso antes de que bajara su mano—¿No es así?
Yoongi tragó el grueso nudo en su garganta—Simplemente déjalo.
—Lo he estado dejándolo por cuatro años—dijo Jungkook. Estaba triste y herido y enojado y eso era culpa de Yoongi—. Cuatro años- no puedo soportarlo, Yoongi, no puedo soportar que actúes como si no importaras lo mismo que el resto por un maldito resultado de una prueba de personalidad-
—No es eso-
—Entonces dime qué es—dijo Jungkook—. Me vuelves loco.
Yoongi abrió su boca, luego la cerró, en los largos segundos que siguieron. Su corazón latía fuertemente y su nariz dolía, y creía que su ojo probablemente se pusiera morado mañana, al igual que su mejilla y no quería tener esta pelea. No ahora. —Lo siento—comenzó a decir, y Jungkook hizo un pesado sonido.
—No quiero que lo sientas—dijo—quiero que tú no...hagas esto. Quiero que tú-
—Jungkook-
Se fue, entonces, salió por la puerta mocoso y llorando, azul y bronce y brillante. Dejó a Yoongi con un juego de ajedrez burlándose de él y una tetera, todavía llena, a un lado de dos tazas. Limpió su cariz. Tocó su mejilla, a pesar de que dolía, porque sentía que merecía algo así.
Volvió a la Sala Común, eventualmente, y le devolvió su maquillaje a Izzy e ignoró sus miradas inquisitivas y la compañía de Damien lo hacía sentir peor, no mejor.
El coro fantasmal cantaba O Come Emmanuel y si Yoongi se acurrucó con la almohada entre las piernas y las sábanas en la boca para que Damien no lo escuchara llorar, bueno, eso era asunto suyo y de nadie más.
Lo que sea.
No importaba, de todas formas. Jungkook tenía razón.
Yoongi simplemente era un imbécil, eso era todo, y ese era el final.
*
*
*
Lo bueno de ir a casa por el receso de navidad era algo de perspectiva. En teoría. Yoongi extrañaba a sus amigos muggles, Nathan y Josh, y extrañaba el no entrar en una crisis cada vez que se iba a dormir porque compartía habitación con un chico al cual no amaba, y extrañaba comprar Haribos y Cadburys sin que explotaran, se convirtieran en rana o algún otro encantamiento que los dulces no deberían tener.
Era un purista. ¿Qué con eso?
Además, Nathan y Josh eran excelentes amigos para conversar, porque no sabían nada sobre Slytherin, Ravenclaw o Harry Maldito Potter. Hasta donde ellos sabían, Yoongi iba a una escuela en Escocia y volvía a casa para que pudieran quejarse de la burguesía y burlarse de Boris Johnston poniendo trapeadores en su cabello.
—Amigo, tienes que terminar con Damien, inmediatamente—dijo Nathan en su habitación mientras jugaba GTA V y su hermano pequeño soltaba groserías—Eso es como tu gran problema. Santa madre.
Tercera perspectiva, eso era. Yoongi miró melancólicamente su rodilla. —Pero me gusta Damien. No quiero herirlo.
—¿Te acuerdas esa vez que cogí con Chloe y luego fui y comencé a salir con Katherine sin decirle a Chloe primero, y Chloe vino a mi casa y me golpeó en las bolas y comencé a llorar?
—¿No?
—Oh. Bueno—Nathan frunció el ceño—Bueno, imagina eso, pero Chloe es Damien, así que a lo mejor sabe exactamente dónde dolerá. Probablemente deberías decirle.
Yoongi dejó salir una sonrisa. —No me dijiste que estabas saliendo con Katherine.
—Rompió conmigo después de que Chloe le dijera que era un imbécil.
—Oh.
Lo que estaba bien. Yoongi pasó mucho tiempo en la casa de Nathan, recibiendo consejos amorosos de los muggles más inteligentes que conocía y jugando GTA y gritando groserías a niños de doce años a través de Xbox.
Y luego, en algún momento, apareció Gerry sobre una escoba con su barba llena de escarcha y sus manos rosadas y azules en el jardín de Yoongi. En retrospectiva, quizás Yoongi no debió hacer su carta tan melodramática y vaga, pero nunca esperó que Gerry apareciese con una tarta de manzana casera para la mamá de Yoongi y un brillo en sus ojos para Yoongi.
Era 27 de diciembre, y la madre de Yoongi estaba tan sorprendida por la llegada de un hombre irlandés gigantesco -y una tarta-, que no dijo nada cuando Gerry arrastró a Yoongi fuera de casa.
—Llévame al bar más cercano—dijo Gerry. Estaba usando túnica. En la bonita área residencial muggle de Yoongi, estaba usando túnica y tenía un brillo maniático en sus ojos y acento irlandés. Yoongi estaba sorprendido de que nadie lo hubiera reportado por terrorismo aún.
—Si te vieras menos loco, lo haría—dijo Yoongi—. Hola, señora Daly. Sí, este es mi amigo de la escuela-
Gerry saludó animadamente con la mano a la anciana.
—Amigo. Tienes escarcha en tu barba.
—No, no tengo.
—Sí, sí tienes.
—No es mi culpa que el océano irlandés sea tan frío.
—No tenías que venir aquí—Yoongi señaló un bar y dejó que Gerry entrara primero—. Simplemente podrías haberme respondido por carta y haber dicho, oye, eso apesta, déjame darte consejos sobre relaciones como el hombre maduro de veintidós años que soy, en vez de cruzar el océano irlandés en una escoba en maldito diciembre solo para que pudieras beber. En un bar. Los cuales tienes bastante, porque vives en irlanda.
—Dos cervezas—dijo Gerry al chico detrás de la barra—. En serio, Yoongi, que pesimista. Me alegro de haber venido. Claramente necesitas la terapia.
Yoongi ahogó su grito en la manga de su suéter, pero cuando las cervezas llegaron a la mesa, no se quejó. Bien podría recibir cerveza gratis con un poco de humillación por navidad, de todas formas.
—...y es por eso por lo que soy un imbécil.
Gerry asintió pensativo, acariciando su barba. (Había estado acariciando su bigote hasta que Yoongi le dijo que se veía como un idiota, y ahora estaba intentando verse como un irlandés sabio, pero sin inteligencia o vello facial.) —No creo que seas un imbécil.
—Oh, gracias.
—Creo que eres un idiota, pero no un imbécil.
Yoongi quitó la espuma de su cerveza con el pulgar y lo llevó a su boca. —¿En dónde estoy siendo un idiota? ¿Damien o Jungkook?
—Con Damien es simplemente porque todos los jóvenes son unos idiotas cuando de romance se trata—dijo Gerry, y Yoongi decidió no mencionar aquella vez hace un año que Gerry dijo que se había enamorado de una de las guías del Museo Nacional de Dublin e intentó aprender a pintar para poder coquetearle—. Damien- lo vas a herir ya sea termines con el ahora o en un año. Pero dolerá más en un año porque habrás estado pensando en eso por todo ese tiempo, y el lo sabrá.
—¿y qué pasa si no lo supiera?
—Entonces te sentirías como la mierda—Gerry le acercó el vaso de cerveza a Yoongi—. Y no quieres sentirte como la mierda. Ese es mi punto, toma. Intento hacerte sentir menos mierda.
—Pensé que me ibas a dar consejos sobre cómo disculparme con Jungkook y Damien.
—No pidas perdón por cosas que no has hecho todavía.
Yoongi parpadeó. —Estoy bastante seguro de que ya la cagué con Jungkook. Estaba furioso, Ger, no lo viste. Estaba tan enojado que lloró.
—¿Y nombró a Damien?
—Sí. Fue raro.
Gerry sacudió su cabeza solemnemente. —Y no tienes idea de por qué hizo eso, ¿cierto?
—No, y es molesto.
—Eres un joven tonto, Yoongi Min—Gerry sonrió—. Dile a Damien la verdad y comienza a decirle a Malfoy cuando la gente te haga cosas. Yo no fui capaz de detener esas cosas, pero eres amigo de Seokjin, y eres el punto débil de Malfoy y la Profesora Bloom, y ella tiene más influencia de la que crees. Comienza a decirle a las personas la mierda que está pasando, y si alguien intenta nombrar a Potter, pégales lo más fuerte que puedas y huye.
—Ese es un mal consejo—dijo Yoongi, pero sus orejas estaban rosadas y su corazón se sentía cálido—Gracias, Gerry. Eres un buen amigo.
Gerry se quedó tres días y se comió casi toda la tarta que trajo, pero a Yoongi no le importaba.
Tenía cosas que hacer cuando volviera a la escuela. Y no sería bueno, pero tenía que hacerlo, tenía que hacerlo, incluso si solo pensarlo lo hacía sentir enfermo.
*
*
*
El semestre volvió el 5 de enero. Epifanía.
—Hoy es el día en que los Reyes Magos visitaron a Jesús—le dijo la profesora Bloom, cuando se lo encontró en los pasillos mientras arrastraba su bolso hasta la Sala Común de Slytherin.
—Le llevaron regalos. ¿Tú recibiste algún regalo?
—Recibí un nuevo set de huesos—le dijo—. Para lanzar.
—Tienes que mostrármelos.
—¿Ahora?
Parpadeó detrás de sus lentes. —¿Los tienes aquí contigo?
Lo que hizo que Yoongi se sonrojara, o algo así, porque tenía la bolsa en su bolsillo, traqueteando. Sus padres debieron haber gastado una pequeña fortuna en ellos; eran huesos, huesos de verdad, aunque probablemente no eran humanos. Se supone que debía tomar seis huesos de forma aleatoria y sacudirlos, para luego lanzarlos al piso y ver qué podía leer dependiendo del patrón en el que cayeran. Entre la multitud de estudiantes que se apresuraban a sus dormitorios, Bloom lo llevó a un salón, sus perlas y brazaletes alrededor de su muñeca la hacían ver incluso más ligera de lo que era.
—Oh, son un buen set.
—Me gustan—admitió, dejando su bolso en la mesa más cercana—. Son muy...claros.
—Claros—repitió Bloom—¿Hay otras cosas que no son tan claras?
—Um. No me gustan las bolas de cristal.
Ella sonrió de forma mordaz y tomó seis de los huesos del tamaño de un dedo pequeño en su palma; cuando los sacudió, traquetearon y chocaron juntos. —A mucha gente no le gustan. Entonces, ¿las hojas de té?
—Sí, supongo—Yoongi la observó mientras sacudía los huesos—. Y las cartas de tarot. Pero en su mayoría el té...y estos, supongo.
—¿Qué viste cuando los usaste por primera vez?
Yoongi había visto tristeza, en realidad, cuando los sacudió la mañana de navidad, los huesos traqueteando en la alfombra. Tristeza y alguien herido, mucho dolor, y lo había frustrado demasiado porque no importaba cuál era su intención, seguía viendo dolor. Quizás pasaría sin importar qué hiciera.
No de mucha ayuda. No le dijo a Bloom eso. —Vi que mi amigo venía de visita, y luego lo hizo, como dos días después.
—Oh, muy bien—Bloom los lanzó en el escritorio, seis huesos pequeños arrojados en un determinado patrón. Sus uñas trazaron sus marcas; eran largas y rosadas, del color de una concha, con pequeñas margaritas en los pulgares. —Eso es interesante. Me gustan estos, Yoongi. De verdad me gustan.
Yoongi tragó saliva. —¿Qué es lo que ve?
—Es sobre ti—dijo, mirándolos con la intensidad desconcertante a la que Yoongi estaba acostumbrado, viéndola hablar con una clase llena de gente como si solo fuera una conversación—. Una predicción sobre ti, aunque me atrevo a decir que no es una profecía.
—Oh. Genial.
—Genial de verdad—murmuró—. El punto esencial parece ser que el sol más brillante sale después de una tormenta. Temo decir que tu año no está siendo demasiado bueno.
—No necesito huesos para que me digan eso—murmuró y tomó la bolsa de los huesos de su mano una vez los guardó—. Gracias, profesora. Yo- la tarea fue buena. Me divertí.
(La tarea: ve afuera, escoge una persona, y devuélvete e intenta adivinar su futuro. Bloom aceptaría que ellos le dijeran si tuvieron éxito o no, y Yoongi predijo la muerte de un hombre, veinte años en el futuro en un accidente automovilístico, y lo había traumado por casi toda la víspera de navidad).
(Aún así fue divertido. Lo intentó unas veces más; una mujer comenzando un nuevo negocio, una niña sosteniendo la mano de su madre...).
Bloom lo dejó con una sonrisa un tanto enigmática, y Yoongi tuvo que volver a los dormitorios solo. Vio a Jungkook en el pasillo e hizo que su estómago se sintiera enfermo, como si se fuera en picada, pero los ojos de Jungkook pasaron a Yoongi como si Yoongi no fuera alguien por quien sentir interés, y Yoongi estaba demasiado ocupado intentando decidir si eso era bueno o no para poder llamarlo. Quizás era para mejor.
—Así que le dije jódase, señor y le levanté el dedo de en medio y escapé antes de que me mataran—Alwyn estaba chillando, contando algo de forma dramática mientras Max e Izzy lo animaban. Edie-Maude estaba jugando ajedrez con Samantha y Damien estaba cerca de la chimenea mientras leía un libro, y el sentimiento de estar enfermo se agravó en el pecho de Yoongi.
Estaba jodido. La había jodido. De verdad.
—Hola, tú—dijo Damien, arrugando su nariz mientras sonreía de forma cariñosa—¿Cómo estuvieron tus vacaciones?
—Estuvieron bien—dijo Yoongi. Damien intentó besarlo, pero Yoongi pretendió no haber visto y señaló el dormitorio. —Voy a... desempacar.
Se escabulló, seguido de los gritos de Max e Izzy intentando demostrar con un plátano y un paquete de galletas de jengibre cómo exactamente eran las películas que había encontrado en la habitación de su hermano durante las vacaciones.
Los huesos sonaron en el bolsillo de Yoongi. Gerry le dijo que debería decirle a Bloom o a Malfoy, y lo haría, tan pronto como solucione lo de Damien y el Quidditch, oh, dios el Quidditch. ¿Cómo iban a jugar con el equipo dividido? ¿Cómo iban a jugar?
Yoongi pellizcó su muslo fuerte y tiró los huesos sobre su almohada. Seis de ellos se salieron de la bolsa.
Quizás era casualidad, el número de huesos que cayeron, el patrón que se formó en su almohada, pero Yoongi se había encontrado a sí mismo siendo demasiado bueno en Adivinación para creer que era una coincidencia. Cuando giró su cuello, creyó que podía leerlo; esperaba que pudiera, de todas formas. No importa qué camino escojas, ahí habrá tristeza. Pero la dirección en la que un hueso apuntaba señalaba esperanza y buenos tiempos.
Yoongi nunca había sido optimista.
—¿Estás bien?
Damien.
—Hola—graznó Yoongi. Lo hacían ver tan fácil en los libros. Y en las películas, incluso si la mayor experiencia de Yoongi con ellas eran los gritos de Colin Firth, vestido en ropas de periodo y mojado por razones dudosas. Irrelevante. Ni él ni Damien eran Colin Firth, y se veía mucho menos divertido. ¿Cómo comenzabas?
Damien se sentó en la cama de Yoongi, con sus piernas balanceándose. Todavía estaba con su ropa muggle, la sudadera grande, los jeans y se veía suave y tierno y Yoongi podría hacerlo funcionar. Falsamente, pero podría.
No seas un cerdo, susurró el Gerry que vivía detrás de su cabeza.
—En serio—dijo Damien—¿Estás bien? Te ves- ¿dormiste?
—Damien—susurró Yoongi, su voz áspera y pequeña—. Creo que necesitamos terminar.
*
*
*
—Te traje chocolate caliente.
Yoongi, con una horrible cobija tejida a crochet sobre su cabeza, le gruñó a Izzy a través de los agujeros de las costuras. Estaba en su camisón, adornado con Peter Rabbits porque Izzy era la bebé incluso si había niños más pequeños que ella, y toda la casa de Slytherin ya se había acostumbrado a ignorar, oficialmente, la tetera que Max escondía en su habitación, para que ellos pudieran tener fiestas de té cuando quisieran. También había decidió ignorar, oficialmente, como Izzy, Alwyn y Max dormían en la habitación de Max, porque honestamente había cosas que Yoongi realmente no quería imaginar. —Gracias—le dijo, luchando para salir de la cobija—. Siento como si tus padres se hubieran separado. Yo estoy en el sofá.
Izzy sonrió suavemente. Su cabello estaba desatado, pero todo ondulado por haber estado atrapado en dos trenzas durante tanto tiempo, y le caía sobre sus hombros. —Eres el mejor papá de la casa.
—Sí, claro—era lo propio de los Cadburys. Los padres de Max estaban forrados, y le enviaban por correo paquetes llenos de dulces de marcas costosas, un montón de chocolates y botellas de coca coca y fresas de gominola, y Max compartía porque Max era un regalo de Dios para todos los jóvenes del mundo.
—¡En serio!
Yoongi frunció el ceño con la orilla de la taza en su boca. —No tendré esta conversación contigo.
—Me dijiste que huyera aquella vez. Y esa otra vez. Y llamaste a Malfoy, esa vez con Chester.
—Esas son cosas normales, cosas que la gente hace.
Izzy tiró de su pijama. —Cállate, estúpido. Estoy intentando tener un momento contigo.
—Sí, claro.
Se quedó en silencio por un momento. Luego: —¿De verdad terminaste con él?
Yoongi acaba de terminar de llorar, y en de verdad no se sentía con ganas de empezar de nuevo, así que se encogió de hombres e intentó no hablar mucho. —Tenía que hacerlo.
—¿Y te echó?
—Se siente raro llorar por tu exnovio en la misma habitación cuando él está haciendo lo mismo.
Izzy pateó su pie—Deja de estar tan triste, maldito.
—Estaré triste si quiero estarlo.
—Idiota.
Yoongi hundió sus dedos en la gruesa pasta de chocolate sobre la taza, lo lamió y saboreó el rico sabor. —Izzy...
Le besó en la mejilla, de forma sabe y dulce—Mi habitación no está siendo usada por el momento—le dijo—. Lo sabes. Duerme ahí, ¿está bien? No queremos que te de artritis cuando ya eres un hombre viejo.
—Jódete—dijo. Ella sonrió y se levantó para irse, y Yoongi le tomó su muñeca. —Espera, Izzy, gracias. De verdad.
—No eres un chico malo, Yoongi—le dijo—. Y eres el mejor superior que podríamos tener.
—No soy Gerry.
—No queremos a un bastardo irlandés loco—le dijo cariñosamente—. Te tenemos, y estamos bien con eso. Tú también deberías estarlo.
—Mm.
Se llevó a sí mismo, con la cobija y todo, a la habitación de Izzy, la cual parecía no haber sido usada por meses, quizás en todo el año, y sus sábanas tenían un lindo patrón de rosas y la almohada era lo suficientemente negra, y cuando Yoongi levantaba su cabeza, podía ver el patrón que sus lágrimas dejaron.
Golpeó la almohada y enterró su cabeza en ella, e intentó dormir unas cuantas horas. Todo apestaba. Nunca más iba a tomar el consejo de Gerry.
*
*
*
Seokjin y Namjoon comenzaron a salir a la mitad de enero, lo cual no hacía nada para ayudar con el estado de ánimo que de a poco iba en picada de Yoongi. Intentaban mantener el contacto físico al mínimo, pero había un límite de veces en las que Yoongi podía encontrar a Namjoon restregándose en el regazo de Seokjin antes de comenzar a evitar hacer las tareas en el lago. Y tampoco ayudaba el hecho de que Jungkook todavía era amigo de Jimin y Taehyung, y Jungkook ya no miraba a Yoongi a los ojos cuando intentaba hablar. Era como si, para Jungkook. Yoongi había desaparecido.
Y la Sala Común era incómoda también, de forma intolerable. Damien se iba de la habitación cada vez que Yoongi entraba y los niños, los más jóvenes, los miraban como si fueran espectadores de un partido de tenis, con los ojos bien abiertos y curiosos. Yoongi se estaba cansando de la forma en que la túnica de Damien se sacudía cada vez que se alejaba. Había movido la mayor parte de su ropa de su dormitorio hacía el de Izzy, lo que significaba que Max aceptó que nadie protestaría sobre ellos tres siendo asquerosos y sentimentales y demostrando lo enamorados que estaba y donde sea que Yoongi miraba, veía parejas felices. No hacía nada para ayudar con su ánimo.
—¿Qué base usarías para una solución de hígado?
—Agua—murmuró Yoongi. Estaba sentado mientras estudiaba, en la cama de Jimin con sus piernas estiradas en la pared. —Agua...o vinagre, depende.
—Sí. ¿Depende de qué? —Jimin giró la página, el sonido era demasiado fuerte en la habitación vacía.
—Dependiendo de... ¿la fuerza de la solución? No, mierda, eso está mal. Uh. La velocidad...de la solución. La velocidad de su efecto. Sí.
—Lo tienes—Jimin cerró el libro e hizo sonar sus dedos sobre la portada—. ¿Por qué estás estudiando? Te lo sabes de memoria.
—Para estar preparado.
Jimin suspiró y Yoongi se alegró de que no pudiera ver su cara. —Amigo...no sé qué pasó entre tú y Jungkook, pero si eso es lo que te molesta- o si es Damien- simplemente...tienes que hablar con ellos, no estudiar pociones como un maldito nerd. No puedes simplemente enterrar tus emociones en los E.X.T.A.S.I.S.
—Puedo intentarlo—dijo Yoongi, más que nada al techo de Jimin que a Jimin.
—Sí, mira cómo está resultando eso.
—Jódete.
Jimin suspiró y abrió el libro. —Método que usarías para hacer la cura más efectiva para la tos.
—Doblemente destilada.
—Sí, genial. Bien hecho.
Yoongi le levantó el dedo de en medio, pero no había energía en ello, y no estaba imaginando la tristeza en el suspiro de Jimin mientras cambiaba la página.
*
*
*
Cuando Yoongi entró a la biblioteca un día en febrero, vio a Jungkook y quería simplemente hablar con él, pasar el rato juntos como siempre lol hacían. Pero alguien detrás de él gritó "¡eres un mortifago loco, Min!" y la cara de Jungkook se tensó y Yoongi se giró, le levantó el dedo a los Ravenclaws y se fue.
*
*
*
Gerry le dijo que era un idiota, pero que hizo lo correcto. Yoongi creía que Gerry simplemente estaba siendo agradable, pero no tenía el corazón para decírselo.
*
*
*
La sala de Menesteres no se había movido, pero cuando Yoongi estaba caminando de un lado a otro pensó sobre la catedral y la bola de cristal rota, no sobre la habitación suave y cómoda con la tetera y el juego de Gobstones. Ese lugar tenía escrito Jungkook en todas partes, y siempre y cuando Jungkook decidiera mantenerse lejos, también lo hacía Yoongi. Eso era un problema para el futuro. Por ahora, sacó la pintura de la pared, Snape salió del cuadro de las uvas y caminó dentro de la habitación con mucha más confianza que la primera vez.
La bola de cristal seguía ahí, rota en el piso, y no había un reemplazo en el pedestal. Había una mesa larga, grande y negra en el centro, y no estaba ahí antes.
—Es para tus huesos—le dijo Snape, cuando Yoongi levantó el cuadro—. Los huesos. Lánzalos y observa lo que ves.
—Estoy harto de Adivinación—dijo Yoongi—. No quiero hacerlo.
—A la adivinación no le importa si quieres hacerlo o no.
—Pensé que era un maestro de Pociones, no de Adivinación—Yoongi dejó el cuadro en la mesa, metió sus manos en sus bolsillos y sacó la bolsa con los huesos—. No me importa la adivinación, ¿está bien? No quiero hacerlo y no soy bueno en ellos, y-
—A la adivinación no le importa si quieres hacerlo—repitió Snape, tranquilo y frustrantemente calmado—. Eres bueno en ello sin importar tus sentimientos personales sobre el asunto.
—¡No me importa!
Importa...Importa...Importa...resonó en la catedral, rebotando en el techo curvado y en las paredes con mosaicos. Cuando la palabra alcanzó a Yoongi de nuevo, rebotando hacía ellos, se sintió pequeño, estúpido y tonto, pero no importaba. Lo hecho, hecho está.
—Eso es fantástico—dijo Snape—. No te importa. Estoy tan feliz por ti.
—Cállate—Yoongi sacudió seis huesos al azar en sus manos y los lanzó enojado en la mesa—¡Mira! Tristeza, muerte, ruptura, es todo lo que puedo predecir estos días- —y se calló, mirando los huesos—. Oye- eso es raro.
Snape se estaba balanceado arriba de una naranja, intentando darle un vistazo al patrón—Léelo para mí.
Yoongi trazó uno de los huesos, el más cercano a él. —Arreglar las cosas—dijo—. Dice que el arreglar las cosas se aproxima, si así lo quiero. Arreglarlas y no más niebla.
—Tristeza y muerte, estoy seguro.
Arreglar. Yoongi miró los huesos e intentó tomar todo lo que veía en consideración, la blancura de los huesos contra la piedra negra. Arreglar, pero algunos de ellos chuecos, un patrón raro; arreglar, pero solo sí el lo buscaba, o así parecía. Pero arreglar era mejor que nada, y nada era lo que estaba recibiendo antes, y...
—Comienza con Damien Roadfell—dijo Snape.
—No seas metiche.
—No seas grosero con tus mayores.
—Eres una pintura—dijo Yoongi—. No eres un mayor.
—Lo fui.
—No ahora.
¿Pero qué hay de Jungkook? Una parte de Yoongi le preguntó al resto de su cuerpo. Arreglar las cosas, sí, ¿pero ¿qué hay de Jungkook?
*
*
*
El Filtro de Muertos en Vida no era quizás la mejor poción para hacer cuando estás molesto y un poco mareado, pero Yoongi nunca fue bueno tomando decisiones, y se supone que esta era la poción más difícil de las que debían hacer para los E.XT.A.S.I.S. Hoy, Taehyung le dijo que Jungkook lo extrañaba, como si eso fuera hacer que Yoongi se sintiera mejor, y Damien le pasó la mermelada en la cena cuando Yoongi no le pidió a nadie en especifico que se la pasara, pero seguían sin hacer contacto visual y Sadie seguía dándole detenciones y seguía siendo molestado por aquellos aspirantes a Chester de Gryffindor y estaba bastante seguro de que no era capaz de pasar los E.X.T.A.S.I.S.
Por lo tanto, estaba haciendo El Filtro de Muertos en Vida. Si fallaba, podía ahogarse en el caldero. Si tenía éxito, podría alegrarse o beber la poción y todo estaría bien al final.
(Solo estaba medio seguro de que estaba bromeando).
Snape lo estaba observando, quizás, pero no decía nada, y Yoongi no quería darle la satisfacción de demostrar que lo estaba buscando. Le había dicho algo como una de las pociones más desafiantes, incluso para los verdaderos creadores de pociones, y eso había molestado a Yoongi porque podía hacer pociones mejor que el resto, así que se bebió el alcohol que Jimin había enfriado mágicamente bajo su cama y se apresuró a la antigua sala de pociones, sin uso ahora, para demostrar que Snape se equivocaba.
El humo era pesado. Le recordaba a Yoongi que, sí, aunque la poción mataba a la mayoría de la gente, su función era inducir un sueño eterno, y el humo que salía del caldero lo hacía querer acostarse, si era posible, para siempre.
En el lado bueno, eso significaba que la poción estaba funcionando.
La puerta se abrió mientras Yoongi añadía asfódelo. Cabello rubio, una figura delgada y ojos cansados:
—Ya es pasada la hora en que los estudiantes deben estar en sus dormitorios—dijo Malfoy, sus ojos subieron hasta el moretón en el ojo derecho de Yoongi. No se veía muy molesto sobre lo que dijo. —No deberías estar haciendo eso.
—Tu profesor antiguo dijo que podía—dijo hoscamente Yoongi. El asfódelo tornó el líquido negro, un negro puro, como tinta destilada en perfecto silencio, sin moverse, aunque las llamas bajo el caldero estaban azules por el calor.
—No he dicho tal cosa—dijo Snape desde un cuadro a un lado de la repisa—. Le aconsejé no hacerlo, de hecho.
—Falso.
Malfoy hecho un vistazo en el caldero y dejó salir un pequeño resoplido de satisfacción. —Incluso si eres un idiota, esto está bastante bueno. Llegaste a la última etapa. Es una poción concentrada, ahora.
—Fantástico—dijo Yoongi. La poción debía hervir por una media hora antes de agregar el otro ingrediente, transformándola de una poción que definitivamente te mataría a una que simplemente te haría dormir, probablemente para toda la eternidad. —Me esfuerzo al máximo, señor.
—Perdono el sarcasmo porque estás borracho—dijo secamente Malfoy— ¿Qué le hiciste a tu ojo?
—Nada.
Snape tosió desde el cuadro, y Malfoy se acercó a Yoongi y comenzó a juguetear con el asfódelo. —Tú y Damien Roadfell se separaron.
—Sí—dijo Yoongi con incertidumbre. Puede que le agradara Malfoy, pero no suficiente para buscar terapia de pareja. O lo que sea que Snape y Malfoy piensan que funcionara. —Sí, lo hicimos. Nosotros...terminamos.
Malfoy aplastó el asfódelo entre sus dedos y luego los limpió en su túnica. —¿Qué le hiciste a tu ojo?
—Yo- espera, ¿cree que Damien me hizo esto?
—Soy un profesor responsable—dijo Malfoy, de forma tan seca que Yoongi casi no reconoció el sarcasmo. —Damien Roadfell no podría golpear ni a un cachorro, pero tenía la impresión de que nuestra prefecta se controlaba. Las notas de detención son una cosa.
—Señor, con todo respeto—Yoongi comenzó a acortar la raíz de una planta de forma un poco agresiva—. Tiene que saber que corres como, riesgos laborales al ser un Slytherin. Sin ánimo de ofender. Um. Como Izzy hace unos años.
—Riesgos laborales—repitió Malfoy.
—Sí, o algo así.
Yoongi picó demasiada raíz, pero no se molestó en pensarlo y lo vertió todo en el caldero y observó cómo la sustancia negra absorbía los trozos. Un olor a humedad se levantó espeso con los humos y las ondas, y Yoongi tuvo que luchar para apartar su mirada de las profundidades abrasadoras.
—Min—dijo Malfoy, pasando el pulgar por la hoja húmeda del cuchillo de cortar—¿Qué significa estar en Slytherin?
—Significa que te dan una patada en el trasero.
—Respuestas serias.
Yoongi levantó su ceja. Malfoy era menos profesional a deshoras, con las mangas remangadas y el insomnio tirando de su cara. —Se le salió el relleno de forma seria, señor.
—Diez puntos a Slytherin si me dices, de verdad.
Já. Slytherin no había ganado la copa de las casas desde que tenía memoria, prácticamente; cuando pasaban por los relojes, casi no había esmeraldas en el fondo para mostrar qué joya representaba la casa. Aún así, Yoongi pensó en la pregunta; vio a Snape, por el rabillo del ojo, pretendiendo que no estaba escuchando. —Es como...astuto, ¿cierto? Y, uh, malo...
—No ha habido una bruja o brujo que se volviera malo que no haya sido de Slytherin—recitó Malfoy suavemente—. Pero no, estás equivocado. Otra oportunidad.
Yoongi miró el cuchillo húmedo. —No lo sé. Señor, es tarde, estoy-
—Astuto, sí, eso es algo importante. Ingenio. Ambición—Malfoy jugó distraídamente con el cuchillo, reflejando la luz de la vela en la hoja de la cuchilla—. Determinación, inteligencia. Orgullo, autoconservación...fraternidad. Fidelidad. La capacidad de un amor profundo y duradero—ante eso, Snape se movió en el cuadro, pero Yoongi solo lo miró por unos segundos antes de volver a mirar el cuchillo—. En ningún lugar te dicen que eres una persona malvada sin remedio por pertenecer a Slytherin. En ningún lugar te dicen que tú lugar es al fondo de la escuela.
La poción entre ellos se movió, de forma silenciosa, al igual que la muerte que prometía.
—Cometí ese error una vez, al igual que muchos antes de mi—dijo lentamente Malfoy, mirando el jugo que quedó en la punta del cuchillo—. El de asumir que la casa en la que fui seleccionado me hacia ser quien era. Supongo que Gerry Thompson compartió la historia de Potter.
—La fantasma del baño me dijo, en realidad—dijo Yoongi sin poder contenerse.
Malfoy sonrió finamente. —Fue Myrtle. Y ella fue una Slytherin, también, y murió huyendo de las personas que creían tener el derecho de ser crueles con ella. Pero- Min. ¿Dónde, en esa lista de características, ves la maldad?
—Voldemort estaba en Slytherin—dijo en voz baja Yoongi.
—Y tú también.
Yoongi mordió la parte interior de su mejilla. —Pero yo no- nunca en un millón de años-
—Y tampoco lo haría Park o Roadfell o Isobel o incluso Gerry Thompson. Pero siguen siendo Slytherin. Así que, ¿qué obtienes, cuando comparas estas cosas? —Malfoy lo miró, con los ojos brillosos e intención.
—No lo sé. Solo- mala suerte.
—La reputación sigue un largo camino—Malfoy dejó el cuchillo en la mesa, a un lado de la tabla para picar —. Pero no te mereces lo que recibes por la Casa en la que fuiste puesto cuando tenían once.
—Sí, pero eso es un mundo perfecto—dijo Yoongi sin poder detenerse—. A nadie le importa una mi- nada. Solo a usted, señor, lo que es genial y todo, pero-
—Cuando me doy cuenta. Te darás cuenta de que tengo el poder de quitar puntos al igual que otros profesores, y también te darás cuenta de que a las otras tres casas les importa mucho el ganar o perder, pero tienes que decirme—Malfoy se puso de pie y Yoongi no pudo evitar sentirse aliviado de que el momento, aparentemente, había terminado—. Y recuerda lo que Slytherin es, y no lo que piensa la gente.
Se fue de la sala y dejó a Yoongi impactado a un lado del caldero.
Dentro de la pintura, Snape se río- un sonido tan desconocido que parecía sorprendido de haberlo hecho—. Ese chico siempre fue una bala perdida, incluso cuando era más joven.
Determinación. Fidelidad. Fraternidad.
La capacidad de un amor profundo y duradero.
Yoongi tomó una respiración muy profunda y cuando se fue a la Sala Común fue hasta su antiguo dormitorio y pretendió no notar la forma en que la respiración de Damien se entrecortó por la sorpresa.
Yoongi podía ser un Slytherin y hacer las cosas bien.
*
*
*
Los E.X.T.A.S.I.S eran difíciles, pero Yoongi no se estaba imaginando el rastro de humor en los ojos de Malfoy cuando les dijo que tenían que hacer la poción de filtro de muertos en vida, y la sorpresa exagerada que mostró cuando Yoongi le presentó el producto finalizado, casi una hora y media después de que les dieron la tarea.
Ensayos y pergaminos, pergaminos y ensayos. En marzo, Gerry se vino a quedar en Hogsmeade por dos semanas enteras, y se llevó a Yoongi a un lado y lo abrazó más fuerte de lo que Yoongi había sido abrazado desde hace tiempo, y le dijo estoy orgulloso de ti y Yoongi no se burló de él por quince minutos enteros.
Y Damien dejó de irse de la habitación en la que Yoongi entraba, y la casa dejó de andar con cuidado alrededor de ellos. Max, Izzy y Alwyn comenzaron a comportarse de forma suave y tierna en publico de nuevo, y se dormían frente a la chimenea.
(Nadie mencionó hacer el equipo de Quidditch, y en todo caso, era demasiado tarde para entrar a la liga).
Y cuando Yoongi le mencionó a Malfoy, de forma indiferente, los nombres de los tres chicos de Gryffindor que habían estado escribiendo mortifago en la puerta de la Sala Común de Slytherin, Malfoy sonrió. La siguiente vez que Yoongi pasó por los relojes, Gryffindor tenía una cantidad menor significantemente vacía en la pila de rubíes, y Ravenclaw estaba en primer lugar, y como siempre, había pocas esmeraldas en el de Slytherin.
Era un buen sentimiento.
Bloom le dijo que la bola de cristal predecía un futuro de esperanza para él, e incluso los malditos huesos parecían estar de su lado estos días, aunque no volvió a la catedral en la sala de menesteres.
O la habitación de Jungkook y él. Jungkook parecía estar ahogándose en los TIMOS, Jimin y Taehyung ciertamente lo estaban, y Jimin comenzó a pasearse por la Sala Común recitando, o más bien, gritando los encantamientos con groserías entre cada oración. Y Yoongi quería hablarle a Jungkook, pero-
—Tengo miedo de que siga enojado.
—Eres un cobarde—dijo Seokjin. Estaba realizando un Experimento Muy Serio para ver si era posible emborracharse con chocolates con ron; ya se había comido una caja y media hasta el momento y no mostraba señales de detenerse, mientras el resto los miraba con una mezcla de disgusto y admiración.
(No los niños. Ellos se estaban ahogando en los TIMOS. A Yoongi y los más viejo les importa una mierda todo, en realidad).
—Puede que sea un cobarde, pero me importan sus sentimientos.
Hoseok y Namjoon estaban estudiando para Runas Antiguas. O- Hoseok estaba estudiando y Namjoon estaba dibujando penes en miniatura en las esquinas de los libros de Hoseok cuando no miraba, intentado hacer que se riera. Algunos de los penes estaban usando lentes. A Yoongi, particularmente, le gustaba el que tenía un conjunto de lencería, así que les dijo.
—Me gusta él con un conjunto de lencería, también—le dijo Seokjin a su caja de chocolates, y el libro lo golpeó en la cabeza—¡Oye!
—De vuelta a mí, por favor—dijo Yoongi, poniendo sus brazos detrás de su cabeza y acostándose—. Me siento ignorado.
—Porque lo estás—dijo Hoseok sin mirarlo.
—Sí, espera hasta que veas mi testamento. Te sentirás ignorado entonces.
—Prometiste al menos un Galeón.
Seokjin se comió el resto de la caja y se declaró un poco mareado y decepcionado con los resultados de su experimento. Y también que se sentía un poco enfermo. —Y sobre tu dilema—dijo, cuando terminó de tirar los chocolates en un arbusto—. Simplemente háblale, imbécil. ¿Qué es lo peor que podría pasar?
—No me hablará de vuelta—dijo Yoongi con tristeza.
—Exacto.
Marzo, y abril, y mayo y exámenes.
Hubo muchas oportunidades para hablarle a Jungkook. Yoongi no tomó ninguna.
*
*
*
Después de su examen de final de año de Adivinación, Yoongi se durmió ahí mismo en la sala de clases de Bloom, rodeado de incienso y té y la satisfacción de saber que lo había hecho bien. Bloom le pidió que predijera dónde estaba el brazalete de cuencas que ella había escondido y lo encontró; luego le pidió que mirara tres meses en su futuro y vio a Jungkook en el Callejón Diagon, de frente a Yoongi fuera de una tienda de helados mientras hablaban.
Yoongi no mencionó eso. Simplemente dijo pasando el rato con mis amigos y Bloom había sonreído y dijo no veo por qué no deberías recibir las mejores notas. Veamos cómo te va en el examen escrito.
Porque lo que Jungkook había querido decir es que no podía sentarse y ver cómo Yoongi se jodía la vida, pero Yoongi estaba intentando no hacerlo, y había tenido resultado hasta el momento.
Algo así.
Algo así.
—Deberías hablar con él—dijo Jimin—. En serio. Es un maldito terco, de otra forma ya te habría hablado él mismo. No puedo decirte lo que él quiere decir.
—Me gritó sobre Damien—dijo Yoongi; quedaba un examen y todos se habían juntado en la Sala Común, a excepción de Damien, para estudiar—. Yo no- entiendo la mayoría de lo que dijo, porque fui un imbécil, pero no Damien. No entiendo de qué se trataba.
—Eso es porque eres un idiota—le dijo Jimin—. Hazme una interrogación de Transformación si no vas a arreglar tu vida.
Pero Yoongi no sabía por qué no podía ver a Jungkook a los ojos sin sonrojarse y mirar lejos. Seguía pensando sobre sus ojos grandes, brillando con su risa y llenos de lagrimas por el enojo, y su cabello revuelto después de una siesta, y sus labios haciendo puchero por haber perdido en Gobstones, y sus mejillas sonrojadas después de tomar, y la risa y la forma en que sus orejas se veían y la forma en que nunca le molestaba que Yoongi se apoyara en su regazo. Yoongi pensaba sobre eso todo el tiempo. Todo el tiempo.
*
*
*
En el examen de pociones de final de año, Yoongi tuvo que hacer Amortencia, la poción de amor más poderosa del mundo. Cuando la olió mientras la embotellaba para que Malfoy la calificara al final de las tres horas de examen, su mente se detuvo. —¿Puede excusarme, señor? —dijo lo más respetuoso que puedo, y luego corrió hasta la puerta.
Olió a su verdadero amor. Vainilla, y chocolate caliente, y el distintivo y confortable olor del cabello de Jungkook.
—Oh por dios—susurró Yoongi a su reflejo en el espejo—. Oh por dios.
*
*
*
El último día de clases, mientras subía su equipaje al tren, Yoongi se preparó a sí mismo para hablarle a Jungkook, para hacerlo de forma correcta. Atraparía a Jungkook en un carruaje y le explicaría todo y- y quizás mencionaría el olor de la amortencia, y el hecho de que Jungkook parecía ser su verdadero amor, el hecho de que pensaba sobre Jungkook cuando menos se lo esperaba, el hecho de que Jungkook hacia su día mejor en todas las formas posibles.
Iba a hablar.
Pero entonces vio a Damien -por una vez no lo fue a buscar su madre- entrando en un compartimento, revisando sus cromos de rana. Nadie lo siguió.
Yoongi lo hizo. Damien -pensar en él, verlo- le dejaba un vacío en el estómago.
—Hola—dijo Damien, de forma moderada pero incómoda, cuando Yoongi se sentó—. Los demás están en el otro compartimiento, creo.
—Lo sé. Quería hablar contigo—dijo Yoongi, vacilante—¿Puedo irme si quieres?
—Está bien.
—Fui un imbécil—Yoongi dejó la frase a medias, y cuando Damien no comenzó a maldecirlo inmediatamente, se relajó—. Fui un idiota, un imbécil total, y tu mereces algo mejor, y lo siento. Y arruiné el Quidditch y el resto del año y tienes todo el derecho de golpearme en la cabeza con el libro de Historia de la Magia y tirar de mis orejas y-
—Está bien—repitió Damien—. Quiero decir, sí, fuiste un imbécil total­
Yoongi asintió. Dolía, pero era cierto.
—Pero nadie tiene una ruptura perfecta. Ya lo superé.
—Bien.
—En serio—Damien se encogió de hombros—. Escucha. Eres un gran amigo, pero no fuiste un buen novio. Y te gustaba el chico de Ravenclaw, de todos modos, y me di cuenta de que era solo una cosa de tiempo. Solo me impresionó cuando pasó.
Yoongi ignoró el chico de Ravenclaw por ahora. —Solo-
—Solo, la próxima vez, intenta no hacerlo en navidad—dijo Damien, y había humor en su voz—. Está bien, Yoongi. En serio.
Y Yoongi se dio cuentan de que esto era algo que debía hacer antes de encontrar a Jungkook. Y no le importaba, había extrañado a Damien los meses desde enero, y se sentía raro pero bien volver a como estaban antes de que todo esto pasara.
Y en King Cross, Yoongi sacó un cromo de rana de su bolsillo y sacó la nota rosada de ella. —Amigos—dijo, ofreciéndosela a Damien—¿Está bien eso?
—Amigos—dijo Damien, sonriendo al Aleister Crowley de la tarjeta en su mano—. Este es muy raro, ¿de dónde mierda lo sacaste?
—De por ahí—dijo Yoongi. Vio a Jungkook, caminando fuera de la estación a través de la pared, con su equipaje en la mano. Demasiado tarde para ir a buscarlo.
Tenía todo el verano. Estaba bien.
Se veían bien las cosas, después de todo- y finalmente.
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nataliahernandez15 · 6 months
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K-pop (BTS)
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El mundo del k pop , conociste en personas q forman un grupo.
Con raperos , compositores , vocalistas, etc que crean musica con mensajes muy lindos y de manera personal que ayudan en tu salud emocional de la misma manera q te cambian la manera de ver el mundo .
BTS
Ellos son una banda de kpop conformada por 7 chicos , kim namjoon , Kim seokjin , min yoongi , hoseok ,park jimin , Kim taehyung y jeon jungkook , los cuales son sur coreanos ,(casi todo grupo de kpop es occidental) . Ellos debutaron el 13 de junio del 2013 y hoy en día son una banda super famosa mundialmente , ahora se encuentra la banda en una pausa por el servicio militar que es obligatorio en su país .
Logros de bts
Han recibido números reconocimientos , incluyendo múltiples American music awards ,billboard music awards , Golden disc awards y 5 nominaciones en los premios grammy y fueron nombrados artistas global del año 2020-2021
Dynamite junto con permission to dance y butter ,son consideradas las canciones más famosas de bts en el idioma ingles
Cómo también son los primeros artistas de kpop invitados a la casa Blanca en EUA ,donde abordaron temas y uno de ellos fue el racismo.
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Servicio militar
Actualmente los 7 chicos se encuentran en pausa temporalmente como grupo por el sm , aún no están todos en el pero ya se enlistaron 3 de ellos q fue jin ,suga y j hope , el servicio militar como ya dice en la parte superior es obligatorio pero decidieron hacer una votación para decidir si Iban a realizar su servicio o no ya que por su alto nivel de popularismo les querían dar prioridad y lo dejaron en manos de los ciudadanos de Korea , al final de esto los votos no fueron favorables ya que a muchos esto les parecía injusto .
Debut en solitario
Para este punto todos ya estaban concientes de q se tendrían q ir al sm pero antes de ello decidieron debutar en solitario y hacer albums que fueron un éxito .
Fandom
Si bien todos saben el fandom más grande q existe es el ARMY
Así lo decidieron llamar el 9 de julio del 2013 pero ay fans de todo tipo y algunas de ellas son muy tóxicas con los chicos también existen las q acosan llamadas sasengs que no se puede especificar si son fans o no ya que ser saseng son personas muy enfermas de mente q los acosan y incluso hay algun@s q los amenazan de muert*
La historia de bts es muy larga y además de estos aspectos existen muchos .
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lifeflowingon · 2 years
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SINOPSIS: Después de muchos años sin verse, Bomi se reencuentra con un antiguo vecino de su infancia y, lo que debió haber sido una reunión amistosa, terminó escalando hasta convertirse en un infierno, cuando Bomi es acusada de asesinato. PAREJA: Seokjin x female oc GÉNERO: Crimen, asesinato, misterio. N/A: Lo logré :) Avancé esta historia hasta terminarla :) solo me tomó 4 años D: ¡Gracias por leer!
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Yoongi se había enterado de los pasos de Bomi y Jin, gracias a una breve conversación con Jimin. Para cuando Jin se contactó con él, este ya estaba esperando su llamada.
Como Yoongi había estado con ellos cuando todos los asesinatos comenzaron, presenció de primera mano sus reacciones. Por lo que, si había algo de lo que estaba seguro era de que por muy buen actor que Jin fuera, la reacción desgarradora que tuvo al ver y sostener el cuerpo inerte de Jungkook, era algo que no se podía fingir.
Lo mismo corría para Bomi.
Pese a que no la conocía, fue testigo de que si no fuera por él, ella podría haberse ido a su casa en vez de quedarse en la fiesta. Y de haber sido así, nadie jamás la habría vinculado con lo sucedido. Así que sí, Yoongi sabía que ambos eran inocentes y que la justicia estaba buscando chivos expiatorios.
Por ese motivo, cuando quedaron de acuerdo en verse, fue Yoongi quién organizó todo el encuentro. Puso cuidado en elegir otro motel, uno al cual se pudiera llegar sin dificultades y que no se prestara para preguntas incómodas o miradas curiosas. Todo había sido fríamente calculado y con la intención de despistar a la policía en caso de ser necesario.
Jimin y Hoseok también habían aceptado encontrarse con ellos allí.
-Estoy nerviosa - dijo Bomi ajustando su gorra y apretando la mano de Jin - ¿Y si algo sale mal y nos descubren?
Jin, quien estaba apoyado tranquilamente en un fierro del vagón del metro en el que iban, se enderezó e inclinó en su dirección, para así poder responderle sin tener que subir la voz.
-No lo estés, confío en Yoongi, si alguien puede ayudarnos es él.
-Pero ¿Y si lo pone en peligro?
Jin se vio pensativo por unos segundos, no obstante, negó con su cabeza.
-Es alguien muy inteligente, estoy seguro de que evaluó todas las opciones y concluyó que esta era la forma más segura de ayudarnos. Además, no era un miembro... Y ya concluimos que es a nosotros a quienes está persiguiendo.
Bomi guardó silencio, una parte de ella no quería que nadie fuera a escucharlos de casualidad, pero otra parte simplemente no tenía nada más que agregar.
Eso no impidió que ella continuara intranquila, pero pensándolo con la cabeza fría, la verdad era que no les quedaba otra opción.
Luego de que la policía confirmara que Kim Namjoon no se había suicidado, se volcaron en una búsqueda frenética para dar con el paradero de Jin y Bomi. Estaban firmemente convencidos que ellos dos eran los asesinos y pese a que las autoridades no habían logrado encontrar un motivo, estaban desesperados por dar con ellos.
La gente pedía justicia a gritos y por ello, su búsqueda se había convertido en una cacería de brujas. La policía quería sus cabezas a toda costa.
Tanto Bomi como Jin sabían que, así como llegaron a pensar que Bomi estaba coludida con Namjoon, la policía no iba dudar en inventar otra razón para culparlos a ellos de todas las muertes.
Eso hacía que Bomi no quisiera ni pensar en su familia. Con todos los canales de televisión transmitiendo sus rostros y recordándole a la población que en caso de avistamiento, llamara a un número de teléfono dispuesto para ello; Bomi estaba segura de que su familia debía estarla pasando muy mal.
Solo podía esperar que la comunidad no les estuviera haciendo la vida muy difícil. Tanto su familia como la de Jin, aún vivían en el mismo barrio y Bomi conservaba las esperanzas de que las personas les tuvieran en consideración porque los conocían de toda la vida.
Siguiendo las instrucciones de Yoongi, Jin y Bomi se bajaron en la siguiente estación. Caminaron algunas cuadras por calles sinuosas, siempre conscientes de mantener sus rostros cubiertos y de no hacer contacto visual con nadie.
Tras algunas vueltas para despistar, rápidamente dieron con el lugar y se alegraron de ver que todas las habitaciones daban hacia el estacionamiento. Con cuidado, se escabulleron entre los autos hasta encontrar la habitación. Bomi se alegró al percatarse de que parecían tener varias salidas de escape, esperaba no necesitarlas, pero actualmente no sobraba el ser lo suficientemente precavidos.
Golpeando la puerta siete veces a modo de contraseña, Jin y Bomi esperaron que Yoongi les abriera.
-Hola - les dijo, haciéndose a un lado para dejarlos entrar. Las ventanas estaban cerradas, las cortinas corridas y tanto las luces como el aire acondicionado estaban apagados. Desde afuera, realmente parecía que la pieza estaba inhabitada.
Solo que realmente no lo estaba. Hoseok se encontraba sentado a los pies de la cama, luciendo pálido y nervioso.
-Hobi - dijo Jin avanzando a abrazarlo, sin embargo, este apenas reaccionó. Le devolvió el abrazo sin mucho entusiasmo y con dificultad esbozó una sonrisa para Bomi.
-Ahora solo nos queda esperar a Jimin - comentó Yoongi, mirando a Hoseok de reojo - ¿Nadie los siguió?
-Creo que no - respondió Bomi, sentándose en la cama junto a Hoseok, quien con cada segundo que pasaba, lucía más y más incómodo.
-¿Han podido descansar algo? - preguntó Yoongi, observando detenidamente los rostros de las otras tres personas en esa desgastada habitación.
- Algo - dijo Bomi, encogiéndose de hombros - Si no estamos cansados, no logramos dormir muchas horas.
-Pesadillas ¿no?
Jin hizo un sonido gutural como única forma de respuesta. Después de todo, era él quien más se veía asedidado por los malos sueños. Bomi dudaba que quisiera hablar de ello.
Hoseok estaba a punto de hacer un comentario, cuando sintieron siete golpes en la puerta.
-Al fin - dijo Yoongi, abriendo y dejando pasar a Jimin.
Con un asentimiento a todas las personas presentes, Jimin se sacó la gorra que traía puesta y la retorció entre sus manos.
-Ya, ahora que estamos todos aquí, quiero que escuchen lo que he estado pensando - comentó Yoongi, sin perder el tiempo.
A fin de cuentas, cada segundo que pasaba, los ponía más y más en riesgo a todos.
-Espera - interrumpió Jin, frunciendo el ceño - Jimin ¿por qué estás usando una mochila?
-No me puedo quedar mucho rato - respondió este mirando al suelo - Voy a salir del país y mi vuelo sale en unas pocas horas. Por eso, la mochila.
- ¿Vas a irte? - preguntó Bomi, con los ojos llorosos y el semblante triste.
Le daba pena que hubieran llegado a esos extremos, pero lo entendía. Ella podía ver con claridad, el miedo en los ojos de Jimin. Si es que ella hubiera tenido la oportunidad de dejar el país, también lo hubiera hecho.
- Lo siento, pero ahora que se confirmó que Namjoonie hyung no se suicidó, la policía está buscándolos de forma frenética. Están convencidos de que ustedes son los asesinos y no paran de citarnos a declarar.
Jimin paró de hablar y con lágrimas en los ojos, les rogó que entendieran su postura.
- Ellos también eran mi familia, no puedo seguir en esta ciudad que no para de recordarme que ya no están y-y además, tengo miedo de que yo también pueda terminar siendo una víctima.
- ¡Yo tampoco quiero estar involucrado en esto! - exclamó Hoseok de improviso. Poniéndose de pie y caminando hasta donde estaba Jimin, enfrentó a las otras tres personas con firmeza - Creo que ya ayudé en todo lo que pude y estoy asustado. Tampoco quiero ser el siguiente, ni que me acusen de ocultar su paradero o de ayudarlos. Lo siento mucho - finalizó, inclinando su cabeza y haciendo una ligera reverencia.
- Vete - le dijo Jin con tranquilidad - Tienes razón Hobi, ninguna otra persona debiera sufrir por nuestra culpa.
A punto de llorar, Hoseok caminó apresuradamente hasta donde estaba Jin y lo abrazó con fuerza.
- Como nadie sabe quién es el asesino, creo que todos debiéramos dejar la ciudad por un tiempo - dijo Jimin, volviendo a ponerse la gorra - Dejemos que la policía lo resuelva, no sacamos nada con intentar descubrirlo nosotros. Especialmente con Jin hyung y Bomi noona de sospechosos principales. Los ojos de todo el mundo están allá afuera buscándolos.
Hoseok se separó de Jin y asintió en la dirección de Bomi. Con la espalda recta y una última mirada llorosa, abrió la puerta y salió al estacionamiento.
Jimin se despidió abrazando a Jin, a Bomi y a Yoongi. Pese a lo que había dicho, sabía que sus palabras no surtirían efecto alguno. Los tres estaban determinados a descubrir la verdad y nadie, ni siquiera él,  los iba a hacer cambiar de opinión.
Con un deje de culpa, Jimin ajustó su mochila y dejó el motel poco después de Hoseok. No podía evitar irse con un deje de amargura y angustia. Temía no volverlos a ver y que aquello sucediera por su incapacidad para ayudar, pero su miedo y pena eran tan grandes, que no podía seguir en el mismo lugar donde tantas personas que él había amado ya no estaban.
- Todavía podemos hacer el plan que había pensado, incluso si solo somos nosotros tres - dijo Yoongi, una vez que se recuperó de la impresión por lo que había pasado.
- No - le respondió Bomi - No necesitas ponerte en peligro. Jin y yo podemos hacerlo.
- Yo solo los ayudaría a prepararlo - insistió Yoongi - Estaría escondido todo el tiempo.
- Bomi tiene razón, tú deberías irte, ocultarte también.
- Pero, hyung... - Yoongi intentó seguir tratando de convencerlos, pero Jin no quería escucharlo.
- No, esto no es un juego. Literalmente es de vida o muerte.
- Al menos escucha mi plan - rogó el productor - Si incluso después de escucharlo, no quieres hacerlo lo entenderé y dejaré de insistir.
Bomi miró a Jin y tocando su brazo le dijo:
- Ya estamos aquí,  lo menos que podemos hacer es escucharlo.
- Bien, pero eso no significa que lo vamos a llevar a cabo - refunfuñó Jin, sentándose en la cama.
- Somos todo oídos Yoongi-ssi - dijo Bomi, dándole una sonrisa nerviosa.
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aricastmblr · 24 days
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[EPISODE] SUGA | Agust D TOUR 'D-DAY' in SEOUL - BTS (방탄소년단)
(https://youtu.be/MdoJUJGrYFE?si=8bNhAJETyXQEhUop)
bts_bighit X 7Abr. 2024
[Episode] SUGA | Agust D TOUR 'D-DAY' in SEOUL 비하인드 공개!😺 #아미응원최고짱짱맨뿡뿡👍 #윤기형응원온동생들💜 #SUGA #슈가 #AgustD #BTS #방탄소년단 #D_DAY #D_DAY_TOUR #SUGA_AgustD_TOUR (https://youtu.be/MdoJUJGrYFE)
[Episodio] Revelando el detrás de escena de SUGA | ¡Agust D TOUR 'D-DAY' en SEÚL! 😺#ARMYsCheersAreTheBestJjangJjangManBboongBboong 👍 #DongsaengsWhoCameToCheerOnYoongiHyung 💜 #SUGA #AgustD #BTS #D_DAY #D_DAY_TOUR #SUGA_AgustD_TOUR
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Jimin y Jungkook llegando al concierto del día 20230625 de Agust D TOUR in SEOUL Day 2
Jimin Jungkook salen del concierto de Suga Agust D TOUR in SEOUL Day 2
V Jimin Jungkook salen del concierto de Suga Agust D TOUR in SEOUL Day 2 - Dejan a jimin atrás sugavjungkook
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prodmena · 3 years
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✧ Ambientada en Argentina, con lunfardo argentino presente.
✧ Resumen: Se levantan las restricciones de la cuarentena y vuelves a Argentina, dispuesta a pasar una noche de boliches y alcohol con tus amigos, sin importarte los inconvenientes de los días pasados. O, tus amigos de Corea van a vacacionar a Argentina una vez que la cuarentena se levantó, y tu novio se pone celoso, haciendo una escena en público llevándote a desquitarte una noche de sábado con los motivos de sus celos.
[parte 2]
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Hace un mes anunciaron que el distanciamiento social obligatorio por fin se levantaba, después de meses y meses de ir bajando las restricciones de a poco, todo volvía lentamente a la normalidad, y eso significaba una cosa: volvían los boliches. Estabas festejando tu bienvenida a Argentina. Te la ibas a dar.
Después de pasar dos años afuera de tu país, te volvías desde Corea del Sur para reencontrarte con toda tu familia. Estudiar en el exterior fue una experiencia increíble para vos, pero hacía seis meses habías terminado tu año de intercambio y te quedaste varada por la pandemia.
No había sido todo tan terrible, aunque tu familia, amigos y novio quedaron en Argentina, hiciste nuevos amigos, tus habilidades sociales salieron a florecer cuando más las necesitabas y conociste a Jeon Jungkook en la facultad, quien de a poco fue introduciéndote a su grupo de amigos, los cuales parecían tan unidos a pesar de ser de diferentes carreras y ocupaciones; pero no tardaron ni un segundo en hacerte parte del círculo.  
Cuando un chico de primero, ahora sabías que era Jungkook, se te acercó para pedirte los apuntes de inglés de cuarto año, materia que quería adelantar, nunca te habrías imaginado que al terminar todo esto ibas a hasta estar en un avión de vuelta a Argentina con todo tu grupo de amigos detrás tuyo.
No querían dejarte ir, habían pasado mil y una juntos; salieron a comer incontables veces con Taehyung una vez que las restricciones lo permitieron; se juntaban en el departamento de Jimin a jugar videojuegos; tenías tardes de estudios y mates con Namjoon (una vez que les enseñaste qué era el mate, con el equipo que te llevaste desde tu casa, les encantó a todos y siempre te pedían que les cebes uno); Hoseok y Seokjin eran más del karaoke usando el equipo que se había comprado Jungkook para navidad, haciendo competencia de puntos entre los cuatro, y estar cerca de Yoongi significaba aprender de música, aprender de él y de sus estudiantes de medio tiempo. Y después de cada día, a medianoche hacías videollamadas con tu novio, Santiago, quien seguramente recién estaba almorzando al otro lado del mundo. Esa era tu vida, en medio de una pandemia supiste encontrar a tus personas.
Cuando se enteraron de que las restricciones se flexibilizaron cada vez más para permitirte salir de Corea del Sur y volver a tu país, no tardaron en organizar sus horarios y vacaciones para subirse al avión con vos. Ibas a pasar las vacaciones de verano en Argentina con aquel grupo de personas que se hicieron un lugar que esperabas sea permanente en tu vida.
Tu familia y novio fueron a recibirlos en el aeropuerto, después de tanto tiempo sin verlos cara a cara, podías sentir las lágrimas en tu cara y una mano en tu espalda reconfortándote hasta que llegaste a ellos.
La única medida de seguridad que era obligatoria seguir era la semana de aislamiento desde que aterrizas al país hasta estar seguros de no presentar ningún síntoma, así que se organizaron en grupos para pasar esa semana, vos habías coordinado todo con tus papás y Santiago para que los chicos estuvieran cómodos la primera semana que tenían que pasar solos en un país que no conocían. Santiago preparó su casa para que ambos hicieran la cuarentena juntos, para recuperar el tiempo perdido; Jimin, Tae y Jungkook se decidieron por un hotel en el centro de la ciudad, no tan lejos de la casa de tus papás, y el resto había reservado una residencia por el tiempo que se iban a quedar en el país.
Hace un par de días había terminado el aislamiento, y te morías de ganas que tu familia y novio se lleven tan bien con tus amigos como vos lo hiciste desde un primer momento, les prometiste turismo por la zona, hacerles probar muchísima comida tradicional, y ahora que muchos de tus boliches favoritos volvían a estar de inauguración, una noche argentina como correspondía.
Tu familia te fue a recibir al aeropuerto junto a tu novio, después de pasar un año sin verlos, verlos a la distancia, pero no a través de una pantalla era como tomar un poco de aire fresco. La única medida de seguridad era la cuarentena obligatoria una vez que bajabas de un avión, así que los chicos decidieron aislarse en un hotel sanitario (ahora más comunes) y Santiago decidió llevarte a su departamento para recuperar el tiempo perdido.
Hace una semana terminó tu aislamiento, y el viernes terminaba el de Jungkook y Jimin que llegaron al país unos días después. Ese sábado estaba agendado que iban a salir a dársela. Te morías de ganas que toda tu familia y tu novio amen tanto a tus amigos como los amabas vos, querías que sí o sí se lleven bien.
Era de esperarse que nada de lo que habías planeado en tu cabeza saliera tal cual a la perfección. La primera complicación fue Santiago, después de dos días de aterrizar, empezaron los planteos. No tenías la culpa de que ninguno de los siete de tus amigos no supiera español y que recurran a vos como su traductora personal, vos te ofreciste después de todo, y cuando respondiste una video llamada de Taehyung solamente tapada con la sabana de la cama de tu novio, las cosas empezaron a explotar de a poco.
“¿Era necesario que te sigan hasta Argentina?” Santiago estaba al lado tuyo, completamente escandalizado de que hubieras estado hablando con tu amigo básicamente desnuda desde su cama.
“¿Te estás poniendo celoso?” Era imposible, pensaste, estabas completamente desnuda en su cama y Tae quería saber cómo se utilizaba el televisor que tenían en el hotel.
“Gorda, lo dejaste que te vea desnuda, ¿me estás cargando?”
“Ay Santiago, sos un exagerado, ni si quiera se me vio más que la cara” le contestaste, levantándote para buscar algo de comer. Habías cortado la llamada hacía nada más que cinco minutos.
“¿No te das cuenta? ¿En serio sos tan ingenua? Si le hubieras prestado atención a su cara…”
“Sos un ridículo Santiago”.
Y toda la semana era lo mismo, sea cual sea la situación en la que le contestabas a alguno de los siete, Santiago tenía algo que decir al respecto, subiendo cada vez más el tono de voz. Y después arreglarlo cogiendo, para volver a los planteos no cinco minutos después de terminar. Pensabas que lo extrañabas más que a nadie, y que era tremendo por haberte bancado tanto tiempo alejada de él, pero era otro boludo más, y ya te estaba hartando. Imposible que en menos de una semana ya habían vuelto a lo que eran antes de que te vayas del país.
Era sábado, dos días después de que su aislamiento terminó, los ocho se encontraron en un restaurante a unas cuadras del hotel de los chicos para almorzar y planear que iban a hacer esa noche. Bora Bora estaba de inauguración y era el destino elegido por excelencia, y no solo porque era tu boliche favorito en sus mejores momentos, sino porque tenían que planear tu fiesta de bienvenida.
Estos días fuera del aislamiento se habían dedicado a recorrer todos los lugares turísticos que el tiempo les dejaba, conocer a tu familia un poco más y esta noche les tocaba con tus amigos. Decir que a Jungkook y a Taehyung se habían enamorado del país era poco, y cómo no, si siempre pensaste que en sus vidas pasadas fueron argentinos.
Hoseok y Yoongi pasaba las tardes intentando aprender español con tu mamá, tomando mates y tratando de descifrar qué era lo que ella hablaba con tu papá cada vez que estaban merendando, Jimin los jodía porque era el que más rápido había aprendido a decir “hola cómo estas” pero para el resto, puro inglés.
“Dijiste que esta noche íbamos a hacer algo como… ¿previa?”
“¡Sí!” Respondiste, tu misión era empaparlos de tu cultura argentina, y qué mejor que empezar con los boliches, las previas y todo lo que conllevaba salir de joda una noche en Argentina. “Compramos alcohol, vemos el lugar que más cerca esté del boliche y empezamos a tomar temprano, con música, luces, un par de amigos más, la noche no está completa si no es previa, boliche y after”.
Lo dijiste sin pensar, esas eran tus noches antes de irte del país, antes de conocer a tu novio incluso. Así fue como coincidiste con el de todas formas, en una previa de tus amigas, y terminando juntos el after.
“¿After?” Obvio que Namjoon iba a preguntar, si amaba aprender cada vez más de lo que sea que tengas para enseñarle, “¿un after party?”
“¿Qué se hace en un after?” No tuviste tiempo de dirigirle la mirada si quiera a Hoseok porque tu teléfono empezó a sonar, era Santiago de nuevo.
“Tengo que contestar, un segundo, ya vengo”.
Era un poco triste, porque ni una sola vez quiso juntarse con ustedes, y para colmo, ahora estaba afuera del restaurante, demandándote que salgas. No entendías que tanta mala sangre tenía con tus chicos, eran tus amigos, los que estuvieron cuando él no estaba, tenía que estar feliz de que tenías alguien que te cuide al otro lado del mundo cuando él no podía, supuestamente. Aun así, seguías intentando de juntarlos a los ocho en una misma habitación, y nada.
“¿No quieres entrar a almorzar? Todavía no salió lo que pedimos”.
“¿Estás loca?” Soltó de repente, estaba nervioso, si no lo conocieras mejor dirías que estaba fumado. Resoplaste una risa, típico.
“Calmate conmigo, ¿qué te pasa? ¿qué problema tienes ahora?”
“Desde que te fuiste de casa que no nos vemos”.
“Es que vos no querés estar con ellos, no te entiendo, sabes inglés perfectamente podés unirte a la conversación”.
“Ni en pedo me junto con esos salames”.
“¿Ves? Ese es tu problema, sos un egoísta, no podés aceptar que otra gente me hace feliz también, ni si quiera los conoces y te estás haciendo problema, me haces planteos de la nada–“.
“No, no, no, no son de la nada, ¿podes ser tan puta que ni cuenta te das?” A este punto, ya estaba acabando con tu paciencia, no había hecho nada más que hacerte planteos y ponerte en un lugar de mierda cada vez que podía, y ahora se estaba pasando.
“A tu hembra la tratas de puta, a mí no ¿qué mierda te pasa? ¿cuál es tu problema, Santiago?” No te habías dado cuenta de que ambos empezaron a levantar la voz.
Santiago te agarró del brazo para acercarte a él. “Mírame a los ojos y decime que no te acostaste con ninguno de esos” te miraba desafiante, atrevete a decirme que me metiste los cuernos, eso estaba pidiendo, mientras te apretaba el brazo. Sin decir una palabra trataste de soltarte, pero el apretaba más fuerte, y antes de que empieces a gritar que te suelte sentiste como la presión en tu brazo desapareció.
De la bronca ni te diste cuenta de que las puertas del restaurante se abrieron y cerraron un par de veces más y alguien salió, cuando te percataste de la situación, Taehyung ya lo estaba acorralando a Santiago a un costado de la vereda, lo tenia agarrado de la remera y todas las facciones endurecidas de la bronca.
“La volvés a tocar y…” No terminó de hablar porque Santiago se soltó y amagó con pegarle, pero Tae pudo esquivarlo, te acercaste a los dos con paso firme, tampoco notando cuando Jungkook y Seokjin salieron a la calle, entre los dos separaron a Santiago y Taehyung antes de que alguno empiece una escena en público, con el sol de pleno mediodía.
Lo escuchaste a Jin diciéndole a Tae que se calme, mientras que Jungkook le preguntaba que pasó y trataba de alejar a Santiago sin llevarse una trompada por delante.
“Listo, te vas o llamo a la policía, estas drogado y te van a llevar” por fin te salían las palabras, no querías que por esto terminen todos detenidos, o peor, lastimados.
Santiago te miró incrédulo y después miró a Taehyung cuando te pusiste al lado de él para intentar tranquilizarlo. “Ya entiendo todo” soltó, escupiendo en tu dirección, pero pegándole en el hombro a Seokjin, quien todavía intentaba mantener a Tae a raya. “Sos una puta con todos, ¿cómo hacen? ¿se turnan?” y vos estabas segura de que iba a seguir insultándote de no ser porque, esta vez, Seokjin había desaparecido de al lado tuyo para amagar pegarle una trompada. Capaz era porque Santiago te lo dijo en inglés y lo entendieron todos, o por el escupitajo que tiró en su dirección, o porque ya no podía contenerse más.
Jungkook empujó a Santiago para evitar que Jin le pegue, y se puso en medio de los dos, agarrando a su amigo del pecho para frenarlo.
“Vamos adentro” resolvió Tae, mirándote a los ojos, notando lo mierda que te estaba haciendo la situación.
“Jin, vamos, no vale la pena” Jungkook intentó calmarlo, pero lo conocías, sabía que la vena en el cuello era por apretar la mandíbula por tanto tiempo, él también estaba enojado.
“Santiago, voy a llamar a la policía” le dijiste por última vez sacando tu teléfono antes de ver la mirada de asco que te dirigió y por fin se dio la vuelta para subirse a su auto e irse. Suspiraste una vez adentro y con los platos de comida al frente de ustedes, tuviste que explicarles a todos que estabas bien, y que no se iba a repetir, que no sabías que le había pasado para ponerse así con vos, pero que tenían que enfocarse en pasarla bien esta noche, cueste lo que cueste.
Una de tus amigas de toda la vida decidió poner departamento para la previa, Bora Bora quedaba a dos cuadras, y el hotel de los chicos también estaba en la zona, estaba todo absolutamente perfecto para la noche.
Se juntaron en la recepción del hotel para llegar todos juntos al departamento de tu amiga, y decir que todos estaban como siempre te habrías imaginado que lucirían si salían una noche en argentina era un entendimiento, la mayoría de camisa y jean ajustados, o rasgados, con la piel brillante, totalmente en sintonía con el top y la mini negra que elegiste para esa noche.
Tu amiga se encargó de organizarte la bienvenida, de invitar a sus amigos, tratando de que la noche empiece lo mejor posible. Santiago también estaba invitado porque se te pasó comentarle la escena que había hecho esa mañana, pero después de lo que pasó, era mejor que ni aparezca.
“¡Por fin!” Soltaste un alarido cuando tu amiga sacó de la heladera una botella de fernet y una coca, como lo extrañaste.
El departamento estaba congestionado de gente, todos dándote la bienvenida, y tus chicos tímidamente atrás tuyo intentando captar lo que pasaba mientras que por lo bajo les traducías lo básico de las conversaciones, cuando se sintieron más cómodos con el lugar y encontraron gente que tuvo la compasión de hablarles en inglés, te relajaste.
Acomodándote la mini te fuiste a la cocina, totalmente predispuesta a prepararte un buen vaso de fernet y darle por iniciada a la noche.
“Ustedes niños coreanos, van a probar lo que es el amor de mi vida después de un año de hablarles de este maravilloso trago sin parar” les llamaste antes de desaparecer detrás de la pared que dividía los espacios donde estaban, escuchando como se reían de tu emoción sonreíste para vos misma.
Empezaste a preparar las cosas en la encimera y a medir la cantidad de fernet que le ponías, y viste su sombra antes de sentirlo. Había varias personas en la cocina junto con vos, pero cada uno en la suya. Sentiste el calor de su cuerpo en toda la parte trasera de tu cuerpo, acorralándote cada vez más contra la encimera en orden de llegar a un costado de tu cara y ver qué estabas haciendo. Estabas a la altura de Jimin con los tacos que elegiste para la noche, y él se acercó a ver como preparabas el trago.
“¿Es dulce?” Te preguntó, y no supiste por qué, sentiste un escalofrío. En ese momento pensaste que capaz era porque el vaso con hielo te rozó el cuarto de abdomen que tenías descubierto. Sentiste sus manos en tu cintura y lo viste de reojo cuando puso su pera en tu hombro, “¿me va a gustar?”
“Tienes que probarlo, no puedo decirte” le contestaste, intentando no pensar en la cantidad de piel expuesta que tenías ahora en contacto con el cuerpo de Jimin.
Pero era normal, ustedes eran así siempre, él era así con los otros chicos también. Cuando por fin le diste un sorbo al fernet, sentiste la explosión de sabor en tu boca relajándote de a poco. Te diste vuelta, sin dejar que Jimin se separe un centímetro de tu cuerpo. Su respiración te rozaba la mejilla y capaz era tu imaginación, pero sostenerle la mirada hoy era particularmente más difícil que cualquier otro día, quizás era el perfume mezclado con su arma natural tan cerca de tu nariz, o la sonrisa que tenía dibujada en la cara.
“Probá” le dijiste, y la mano que estaba en tu cintura pasó por todo el costado de tu cuerpo hasta recorrerte el brazo y agarrar la jarra de tus manos. Con la otra mano apoyada en la encimera, cuando se inclinó para hacer el trago, parecía que se estaba tirando cada vez más encima tuyo, y viste de cerca como la espuma del fernet quedaba prendida en esos labios carnosos.
“Es imposible que nunca haya probado esto antes” soltó, después de un segundo en silencio y tomando otro trago, te reíste, porque todo estaba normal de nuevo, y saliste de donde te tenía básicamente acorralada.
La música explotaba, así que te diste vuelta y tuviste que gritarle para que te preste atención.
“Trae el vaso, hay que hacerle probar a los otros”.
En un punto de la noche, se armó un pequeño espacio en la sala con vos en el medio, estabas determinada a enseñarles experimentar una noche argentina con todas las letras. Sabías que iba a ser un poco difícil que se sientan cómodos con la cantidad de contacto que salir un sábado a la noche requería, así que decidiste era momento de una pequeña clase de boliche, para romper las barreras culturales y todo eso.
A Hoseok le encantaron las clases de cuarteto y a Seokjin las de cumbia, tenían un algo con la música que los hizo aprenderse rápido el ritmo y los pasos básicos, y mientras la música en el lugar cambiaba de un género a otro, cuando empezaron a sonar las letras más sucias y el resto de la habitación se acaloraba lentamente, decidiste que esto también era algo que tenían que aprender.
“Esta es la parte más interesante” empezaste a hablar, sacando a Jimin de la rondita con un tirón de su brazo, “en Argentina, mientras la música se pone más caliente, nosotros también” agarraste la mano de Jimin y las colocaste en tu cintura, recibiendo una sonrisa torcida de su parte. Sentías los ojos del resto en esa parte de tu cuerpo, pero todo era por fines educativos, claro.
“¡Uh! ¡Perfecto!” tu canción favorita empezó a retumbar en los parlantes, y empezaste a moverte al ritmo de la música “generalmente, cuando alguien se les acerca a bailar, va a estar de frente, y esto se baila un poco más pegados” acercaste a Jimin a tu cuerpo, dejando que una de sus piernas quede en medio de las tuyas; y totalmente consciente de lo sucio que era este baile para verlo, empezaste a moverte, poniendo tus manos en su cadera e indicándole que tenía que moverse igual que vos.
“Y lentamente va a ir dándose vuelta para terminar así” mientras pronunciabas tus palabras, sentías la respiración de Jimin bien cerca de tu cuello, hasta que quedó en tu nuca mientras te diste vuelta, dándole la espalda y dejándolo atrás tuyo. Conectaste miradas con Jungkook quien miraba toda la situación atentamente. Comenzaste a mover las caderas de un lado a otro, “la clave está en dejarse llevar” se lo estabas diciendo a él, por alguna razón esta noche tenías muchas ganas de jugar.
“¿Entendido?” Preguntaste, mirándolo directamente a los ojos. Te separaste de Jimin casi perdiendo el equilibrio por lo juntos que estaban sus cuerpos, y los recorriste a los siete con la mirada, cuando los sentiste destensarse, continuaste “a no pasar vergüenza, si alguien se les acerca a bailar, mejor dejarse llevar, acá lo importante es el contacto físico, por supuesto”.
Mientras se distendían entre las personas, sentiste un escalofrío en el cuerpo cundo Jungkook fue directamente a vos, apretándote a  un costado de toda la gente.
“¿Bailamos?” toda remix, uno de tus temas favoritos para pasar la noche, empezaba a sonar por los parlantes y te reíste, qué coincidencia.
Asentiste sin sacarle los ojos de encima, repetiste lo que habías hecho hace unos momentos con Jimin, rodeándole el cuello con tus brazos, y empezaron a moverse de un lado a otro, acercándose cada vez más. Jungkook tenía las manos frías por el vaso de fernet que acaba de dejar a un costado, y cuando te paso las manos por la cintura, piel con piel, sentiste como los bellos de tu cuerpo se erizaban.
No te sacaba los ojos de encima, si no supieras mejor dirías que entendía cada palabra de la canción y de saberla te la podría estar cantando palabra por palabra. Esa conexión era tan intensa que, de no ser porque de vez en cuando no coordinabas los movimientos terminaban riéndose de sus propios errores, la tensión iba a ser insoportable.
Los parlantes saturaban la canción, y nunca agradeciste tanto no poder ni si quiera escuchar tus pensamientos, porque el movimiento de su cuerpo contra el tuyo te estaba encendiendo de una forma que no era la intencionada a esas horas de la noche, le echaste la culpa a lo sensual de la canción, pero cuando sentiste que las manos en tu cintura te empezaban a mover para que te des vuelta, jurabas que ibas a perder la cabeza ahí mismo.
El movimiento de tu cuerpo obligaba a las manos de Jungkook a cubrir más piel de la que probablemente tenía intencionado tocar, pero nunca las separó de tu cuerpo, acompañando cada movimiento. Una vez de frente al resto de la sala y con tu espalda pegada a su pecho, pudiste ver como nadie les estaba prestando atención, y en cierto punto eso te tranquilizaba.
Ya no era el calor de la habitación, o la sensualidad de la canción, cuando sentiste su respiración en tu oreja, empezaste a tragar duro, y todas aquellas noches en Corea de golpe volvían a tu memoria, todas las madrugadas que se quedaban despiertos solos los dos, acurrucados en un costado del sillón, o cuando te pasaba a buscar en la facultad en invierno para que no pases frio, y manejaba con una mano en tu pierna, nunca más allá, pero nunca menos. Pero era imposible todo lo que pasaba por tu cabeza, porque él sabía que estabas de novia, ¿no?
“Me estas volviendo loco” fue como si todos tus sentidos reaccionaran ante sus palabras, casi susurradas en tu odio. Cadera con cadera, pudiste sentirlo completamente en tu muslo, y no era imaginación el bulto que se apretaba con tu mini que luchaba con no subirse de tus piernas.
Con una mano lo agarraste de la nuca cuando empezó a besarte el hombro en esa posición, sí, estaba completamente loco por actuar de esa forma en una habitación llena de gente, así que usaste tu cuerpo para empujarlo un poco de donde estaban parados, llegando al pasillo del apartamento, con la luz un poco más tenue y sin gente alrededor que pueda cuestionar sus acciones.
“Jungkook–” tu idea era retarlo, pero te dio vuelta para quedar de nuevo pegada a su pecho y te agarró la cara con sus manos. Si decías que no extrañabas sus manos en tu cuerpo estarías mintiendo, pero tenerlo así de cerca casi que lo compensaba.
“Si alguien se les acerca a bailar…” te dijo, resoplando una risita, su aliento a fernet te chocaba directamente en la boca, y te costó un minuto entender que estaba hablando de tu lección de baile de hace un momento “yo solamente quiero bailar con vos, no me interesan las otras”.
Lo último que escuchaste antes de que cierres la distancia entre ustedes e hicieras que choquen sus labios fue un aireado “decime que esta noche voy a poder tenerte”.
El beso era desesperado, con ganas, con todas las noches en las que casi pasaba encima, pero que ninguno de los dos se animaba, después de todo, esta noche era tu noche, y te merecías pasártela bien.
Sus manos viajaron hasta tu cintura, mientras que tus brazos se enganchaban en su cuello de nuevo, él bajaba y bajaba por donde podía, al estar completamente aplastada entre la pared y su pecho, mucho no podía abarcar.
Cuando sus respiraciones empezaron a agitarse, quisiste separarte, pero él te agarró con ambas manos en tu culo, no dejando que te separes, sacando un pequeño gemido de tu boca en medio del beso. Podías sentir lo duro y grande que estaba, y era cuestión de tiempo para que alguien los interrumpa en esa situación.
La música estallaba adentro de tu cerebro, y cuando te separaste de él para recobrar la respiración, lo viste escanear el lugar con la mirada. Con un poco de distancia pudiste ver como tu labial había totalmente desaparecido de tu cara para desparramarse un poco en sus labios, que suerte que traje para replicarme, penaste. Y no pudiste pensar mucho más porque en cuestión de segundos, la oscuridad te había enceguecido y cuando Jungkook se lanzó a tu boca de nuevo, te diste cuenta de que los había encerrado al baño, el cual estaba casualmente cerca del pasillo en donde estaban.
Entendiste que sus intenciones no eran parar, pero aun así lo escuchaste preguntar “¿puedo tocarte?” a lo que solamente pudiste responder con un gemido y un movimiento de la cabeza en afirmación.
Sus manos no tardaron en recorrerte todo el cuerpo de arriba abajo, el top que elegiste para esa noche completamente desacomodado por la cantidad de veces que paso sus manos por tus tetas. Tus manos dejaron su cuello para pasar por toda la extensión de su pecho y aterrizar en su cinto, mientras lo desabrochabas sentías sus manos en la parte baja de tus muslos, al borde de tu pollera mini, y levantándola poco a poco. Se separó un poco para mirarte, “¿está bien?”.
“Sí, por favor, por favor”.
Y como si eso fuera el interruptor que lo encendió completamente, te levantó la pollera colocando ambas manos en tu culo, masajeando con euforia, cuando terminaste con su cinto él apuro sus manos para desprenderse el jean y bajarlo un poco para dejar expuesto el elástico de su bóxer y la marca de su miembro en este.
Volvió a tu boca cuando te sintió las manos en su miembro, apartando el bóxer del camino y estimulándolo un par de veces. Sus manos estaban en todas partes de tu cuerpo, y aun así sentías que querías más de él. Querías sentirlo adentro tuyo de cualquier forma.
Jungkook tenía una mano entre sus cuerpos y la otra firmemente agarrándote una nalga para mantenerte en lugar. Sus manos te estaban haciendo suya, completamente enloqueciéndote cuando sentiste que los dos dedos que pasaba por sobre tu clítoris a través de la tanga no eran suficientes.
Te imaginaste lo que sería meterte su miembro a tu boca, cuanto entraría realmente sin ahogarte, y que tan rápido podías hacerlo venir solo con tu lengua, pero en ese momento necesitabas otra cosa, y se lo hiciste saber.
“Necesito más” salió como un gemido, la música y la gente amortiguada por la puerta detrás suyo disimulo la desesperación en tu voz. Jungkook aprovecho el beso para darles vuelta a los dos, quedando vos con la espalda en la puerta del baño. Era lo más seguro, pensaste mientras lo veías llevarse dos dedos a la boca.
“Si, amor” te dijo, con la respiración acelerada, si vos estabas necesitada, no era mucho más que él.
Con la misma mano que había llevado a su boca, la paso por todo el medio de tu cuerpo, frenando en el monte de venus y corriendo lentamente la tanga a un lado, para dejar expuesta tu vagina. “Esta noche, lo que vos pidas” y con esas palabras entro en contacto directo con tu clítoris, masajeando lentamente, suavemente, como si nada en el mundo los estuviera apurando.
Pasaron unos segundos así, y podías sentir lo mojada que estabas con la facilidad en la que sus dedos se movían por tu vulva, era injusto que él también quiera jugar en una situación así. Agarraste su miembro y lo masajeaste, dejando que el pre-semen lubrique toda tu mano, con un movimiento particularmente duro, sacaste un gemido de él, y en ese momento aprovecho para deslizar un dedo adentro tuyo, tensándote por un segundo y sacando otro gemido que tanto intentabas contener.
Te estaba volviendo loca con los besos en tu pecho y las manos entre tus piernas, intentaste lo mejor contener tus gemidos por si alguien se acercaba, pero te estaba desarmando toda la cordura que te quedaba.
“¿Habrá condones acá?” Te preguntó entre besos a lo que negaste con la cabeza.
“No hace falta, me cuido” le dijiste, pero al ver que nada había cambiado en sus movimientos, agregaste “nunca lo hice sin condones, y confío en vos”.
Era eso, de nuevo, tus palabras habían activado algún interruptor en él, a lo que se agachó para agarrarte una pierna por detrás de la rodilla, levantándola y casi haciéndote perder el equilibrio. Te agarraste a su cuello con ambas manos de nuevo, soltando su miembro con el miedo de perder el equilibrio. Con su mano libre Jungkook agarró su miembro para acercarlo a tu entrada, te miró con hambre en sus ojos, la tenue luz que entraba de la pequeña ventana del baño te dejaba ver el brillo de sus ojos.
Paso su propio miembro un par de veces por toda la extensión de tu vulva, causándote un escalofrió cada vez que pasaba sobre tu clítoris. Estaba loquísimo, era imposible que se aguantara las ganas de llenarte en ese momento, sabías que lo necesitaba tanto como vos. Estabas a punto de decirle algo cuando apartaste la mirada y aprovechó para alinearse y embestir, de una vez entrando casi por completo.
El aire que había en tus pulmones te había abandonado completamente, y aunque hubieras querido decirle algo de todas formas, ya nada tenía sentido en tu cabeza, lo único que sentías era su miembro adentro tuyo, llenándote casi completamente de una sola embestida y aunque la música estaba todavía adentro de tu cabeza, pudiste escuchar como un sonido gutural se escapaba de su garganta mientras intentaba contenerse adentro tuyo. Era grande, muy grande, y él lo sabía porque te dio unos segundos para ajustarte a su tamaño.
“Tan apretada…” lo escuchaste largar en un suspiro, para después volver a conectar sus labios y empezar a moverse lentamente. Cuando se separó de beso no se alejó, mantuvo su frente apoyada con la tuya y profundizó las embestidas, aumentando el ritmo cada vez más.
Las embestidas fueron cada vez más rápidas, al punto de que casi te tiene sin importar la cantidad de sonidos que salían de tu boca.
Entonces escuchaste el golpe en la puerta. Ambos se congelaron completamente, vos todavía con ambos brazos alrededor de su cuello, y el sin soltar la pierna que había levantado desde que empezó a embestirte. Intentó calmar sus respiraciones para hablar, pero decidiste que estaba mucho más destruido que vos.
“Oc–h” una embestida, le agarraste del pelo de la nuca y se lo estiraste, retándolo para que se quede quieto. “Ocupado”.
“Ah, perdón” era Namjoon, después ibas a tener tiempo de preocuparte por eso, no cuando Jungkook había reanudado el beso, esta vez completamente errático.
Metió la mano que no sostenía tu pierna entre sus cuerpos, comenzado a masajearte el clítoris nuevamente. La posición de sus cuerpos causaba una fricción que sabías iba a hacer que acabes en nada, y su estimulación era todo lo que necesitabas para terminar temblando bajo sus manos.
Estabas cerca, él estaba errático, sentías que respirar quemaba, cuando tratabas de recuperar el aliento, otra embestida te lo sacaba de los pulmones y los gemidos que salían de tu boca eran irreconocibles.
Usando la pierna que tenías levantada lo aportaste más contra tu cuerpo, como si eso fuera posible. Lo escuchaste gemir, grave y con la respiración cortada. “No pares” le advertiste, solo por si acaso.
No era la mejor posición para llegar al orgasmo, sentiste tu cuerpo temblar, mover ligeramente tu pierna había cambiado el ángulo de las embestidas y en segundos estabas tocando el cielo. Estabas segura de que, si no estuvieras tan apretada contra la puerta y su cuerpo, te habrías caído al piso de lo fuerte que te estaba llegando el orgasmo; él seguía embistiéndote mientras acababas, sentiste todos los músculos de su cuerpo que estaban en contacto con tu cuerpo contraerse, y cuando sentiste calor en tu vientre, confirmaste que también estaba acabando, sin dejar de moverse un segundo persiguiendo ahora su propio orgasmo.
Empezó a desacelerar las embestidas bajando de su orgasmo, hasta casi quedarse inmóvil dentro tuyo, y conectando sus labios en un beso típico de un post-orgasmo, suave y lento, completamente contrastando con lo que acaban de hacer. Sacó lentamente su miembro de tu entrada, atajando su semen de correr fuera tuyo con la mano que ya estaba sobre tu vagina. Estabas hiper sensible, por lo que te sintió temblar ante el roce y te sonrió, robándote un pico.
Cuando terminaron de acomodarse la ropa, secándose la transpiración y asegurándose de que volvían a estar presentables y sin una gota de maquillaje desparramado (gracias a Dios, el resto de tu maquillaje salvo el labial había aguantado como un campeón), planearon como salir sin ser dolorosamente obvios.
“Salgo yo primero, y me voy afuera sin que me vean, vos terminas de arreglarte y sales del baño, después yo entro por la puerta principal y vemos que les decimos”.
Parecía un plan, así que con un beso de despedida lo viste salir del baño mientras vos te tomabas unos minutos para recobrarte mentalmente y acondicionarte físicamente de lo que acababa de pasar.
Llegar al boliche y encontrarte con la música no solo en tu cabeza sino resonando en cada parte de tu cuerpo era lo que tanto habías esperado por meses y meses. Para la hora que era, hasta las VIPs de Bora Bora estaban a tope, apenas con lugar para caminar entre la gente.
Cuando más temprano te encontraste al resto y notaste lo alegres que estaban, te acordaste de que se suponía debían llegar un poco tomados al boliche, pero con lo que había pasado todo el alcohol de tu sistema se había drenado dejándote completamente lucida. Jungkook charlaba alegremente con Seokjin de algo que había pasado esa mañana, con una sonrisa de punta a punta.
Se decidieron por vodka para la noche, algo más en el terreno de todos, lo conocido. Vos ya estabas contenta con haberlos introducido en el mundo del fernet, tu misión estaba cumplida.
Hoseok se te acercó cuando empezó a sonar cuarteto de fondo, pidiéndote bailar para demostrarte que si había prestado atención a tu mini clase. Te sorprendió que hubiera reconocido el ritmo, así que con gusto pasaron los siguientes tres temas bailando en el medio de la ronda. Se turnaron con Jimin y Yoongi para sacarte a bailar, en una de esas terminaron los cuatro agarrados de la mano bailando en una mini ronda en el centro, haciendo lo mejor para no caerse de cara, cuando llegó el momento de los giros terminaron todos enredados y se separaron entre risas.
Terminaste de vuelta en la ronda con Seokjin y Namjoon, uno a cada lado, justo a tiempo para cuando empezó a sonar Bad Bunny por los parlantes. A él si lo conocían, a esta música podían sentirla, y decidiste que era momento de lucirte en la pista de baile como tanto te gustaba hacer. Pasaste un brazo por los hombros de Nam y el otro por los de Jin, y con la euforia que te invadía el cuerpo, empezaste a moverte de un lado a otro colgada entre ellos para bailar la canción lo más provocativa posible, sacando risas nerviosas de los dos.
“¿Qué les dije? ¡Que se relajen!” Soltaste, sin dirigirles la mirada, y escaneando el lugar, observando como todo tu grupo entraba en confianza con el lugar de a poco. Te diste vuelta para enfrentarte a Jin, enganchando tus manos atrás de su cuello y dejándolo a Namjoon detrás tuyo. Pillaste a Seokjin mirando sobre tu hombro, probablemente a Nam.
“¿Y Santiago?” Lo sentiste a Namjoon acercarse más a tu cuerpo, no dejaste de moverte cuando sentiste sus manos en tu cintura. Las cosas que te hacía sentir que sus manos grandes cubran toda tu piel expuesta. El pensamiento ya no te ponía nerviosa, estabas más relajada, más atrevida.
Jungkook y Taehyung estaban en la barra, y por sobre el hombro de Seokjin antes de contestar a la pregunta, hiciste contacto visual con Jungkook. Se apoyó en la barra con un codo, dándole la espalda a esta, mientras seguía charlando con Tae probablemente esperando los tragos, sin despegarte la mirada.
Sin desviar la mirada tampoco, contestaste. “Esta noche estoy sola, después veré que pasa con eso”.
Jin te sonrió al escuchar la respuesta, poniendo sus manos en tus caderas, un poco más abajo que las de Namjoon, y empezó a menearse junto a vos. Rompiste la conexión de miradas con Jungkook para prestarle atención, y aprovechaste para desenganchar tus manos y llevar una hacia atrás de tu cuerpo, agarrándolo de la nuca a Joon y acercándolo más a tu cuerpo, para quedar pegadita entre los dos.
Cuando sentiste que empezaban a endurecerse, intentaste culparle a la falta de costumbre a ese tipo de fricción en público, con música caliente de fondo. Seokjin se acercó a tu cara, bajando un poco más y conectando sus labios con tu cuello. Era el alcohol, pensaste. Y cuando las manos de Namjoon se ajustaron en tu cintura, pegándote más tu espalda a su pecho, sabías que la noche iba a ser mucho más larga de lo que habías llegado a imaginar.
Sentiste una mano estirarte del brazo y sacándote de en medio de los dos, llevándote al centro de la pista. Tuviste que reajustarte la mini porque hoy tu ropa parecía no quedarse en donde debía. El dueño de la mano llevándote al centro de la pista era Hoseok, y con la sonrisa de su cara te diste cuenta de que estaba absolutamente consciente de lo que estaba pasando ahí hace unos segundos.
Hoseok te dejó en el medio y con una rápida recorrida de miradas a todos los que te rodeaban, empezaste a bajar sola en el medio, los movimientos sensuales de tus caderas atraían todas las miradas, casi hambrientas, seguías diciéndote que el alcohol era lo que los estaba desinhibiendo esa noche a todos.
Volviste a encontrarte frente a frente con Hoseok y sonreíste, colocando ambas en sus hombros, empezaron a sincronizar los movientes de sus caderas, de un lado a otro. Notaste lo mucho que sus caderas se soltaban y no podías evitar pensar en cómo seria en la cama. Definitivamente era el alcohol.
Terminaste de espaldas a Hobi, haciendo contacto visual con Yoongi y Jimin, sonriendo con picardía, los llamaste a los dos al centro para ponerse en frente tuyo y bailarles, con una mano en el hombro de cada uno. La situación empezó a calentarse y sus cuerpos a rozarse cada vez más. Acercaste a Yoon un poco más desde sus caderas, provocando que metiera una de sus piernas entre las tuyas y rozando ligeramente con tu entrepierna. No te olvidaste lo sensible que todavía estabas, e involuntariamente te sobresaltaste.
Notándolo, Yoongi se acercó a tu oído para hablarte. “¿De travesuras?” La sonrisa torcida con la punta de su lengua afuera te mareó, era la chispa de sus ojos que te quito el aire en ese momento, y otro roce para escucharlo decir “si mi pierna te sigue tocando, ¿mi jean va a terminar mojado?”.
Estabas perdida en éxtasis, euforia y alcohol, todas las sensaciones de esa noche ya eran un montón, y la sensación de estar apretada entre sus cuerpos era lo suficientemente erótica como para volver a encenderte esa noche. Sentías sus manos en tu cuerpo, y estaba bien, porque Jimin tenía los ojos cerrados, y Yoon parecía estar dispuesto a jugar con vos. Hoseok, en cambio, crecía en sus pantalones ante cada roce que tus caderas provocaban con su pelvis. Y de repente era un montón.
Terminó la canción y aprovechaste para alejarte de la ronda un poco, con la excusa de ir a la barra por otro trago, te apartaste para tomar aire. Sí, un poco de aire era lo que necesitabas.
Al darte vuelta no esperabas encontrarte con la mirada preocupada de Namjoon en vos, pero ahí estaba, de brazos cruzados y esperando por vos. Hizo contacto visual y te llevó a un rincón un poco más alejado de las personas alrededor.
“¿Estas bien, linda?” Preguntó, colocando una mano en una de tus mejillas e invadiendo completamente tu espacio personal.
“Sí, solamente acaloradísima, hay humedad”.
Joon soltó una risita, porque era totalmente obvio echarle la culpa al clima después de todo lo que había estado pasando.
“Quedé preocupado por lo de esta mañana” te dijo, la música en esta parte del boliche era más tenue, pero aun así lo suficientemente fuerte para obligaros a mantenerse demasiado cerca para hablar. “Tendría que haber salido también”.
“Estoy bien, está bien”.
“¿Estás segura, nena?” Su pulgar se movía en tu mejilla como intentando consolarte, pero no era necesario, no era algo que querías de todas formas, querías pasarla bien.
Asentiste con la cabeza, “no quiero pensar más en eso” le contestaste, tomando un paso más cerca, nuevamente agradeciendo por la altura que te sumaban los zapatos que elegiste para esa noche, para facilitarte mucho más todo, “no quiero pensar más en él”.
“Estoy para lo que necesites” sabías que eso no tenía que sonar como lo hizo, pero con la proximidad de sus cuerpos, lo embriagada en él que ya estabas, todo su cuerpo estaba rodeándote, te dejaste llevar. Te acercaste un par de centímetros más y sentiste como él cerraba la distancia entre ustedes dos.
Era un rincón en el que difícilmente podía verlos alguien, y pensaste si capaz Namjoon ya lo tenía planeado cuando fue a buscarte a un costado de la pista de baile.
El beso era lento, profundo, se estaban explorando, y no era la primera vez, pero esta vez no te comía la culpa de lo que podría pasar si alguien los veía, esta noche estaba hecha para que la disfrutes a su máximo, y eso era lo que estaba pasando.
“¿Bien?”
Asentiste, mientras sentías sus manos en tus piernas, recorriendo lentamente alrededor de tu pollera y levantándola tan solo un poco. Cuando sus dedos rozaron tu clítoris por sobre la tanga que tenías puesta, saltaste en el lugar, la sensibilidad no había mejorado, y podías casi sentir lo mojada que estabas hasta ese punto.
Cuando Namjoon empezó a jugar con los costados de tu tanga, con su mano escondida entre sus cuerpos, pensaste que quizás usar cualquier tipo de ropa interior esa noche había sido un error, pero no importó cuando sentiste sus dedos entrar en contacto con tu piel, con tu ropa interior a un lado.
Joon rompió el beso para mirarte con los ojos oscuros, sacando la mano de entre sus cuerpos y llevando su mano al frente de sus caras. Sus dedos estaban empapados, y no podías dejar de preguntarte si era todo tu propio lubricante o también un poco de Jungkook.
“Estas muy mojada” sonaba casi como un gruñido, todo su peño retumbando ante sus palabras.
“Antes… en la previa, Jungkook y yo…”
“Ya sé” te cortó, provocando que te sonrojes y alejes la mirada.
“¿No te molesta?”
Se inclino para volver a unir sus labios, sonriendo y pegándote más a su cuerpo, cuando se separó se llevó los dedos húmedos a su boca, limpiándolos.
“No, porque ahora te tengo para mí”.
Ese simple acto fue lo que te encendió completamente y entendiste que necesitabas salir de ahí, cuando miraste alrededor para saber si alguno del grupo estaba cerca, te encontraste con la mirada de Hoseok clavada en tu cara, apoyado en una pared a unos cuantos metros, también separado del grupo.
“Te quiero llevar conmigo” lo escuchaste a Namjoon volver a conectar con vos, y lo miraste a los ojos, cerrando nuevamente la distancia entre sus labios. Había algo en ese beso que era sucio, no solo saborearte a vos misma, pero el hecho de que todo eso estaba pasando en público y con la mirada de Hoseok clavada en vos, te calentaba demasiado.
“Vamos a buscar al resto” le dijiste, antes de que la situación escale y no estés en tus cinco sentidos para indicarles a todos como volver.
Con una determinación única Namjoon logró reunir al resto, y si había molestia en la cara de Taehyung y Jungkook, podía todo estar todo en tu imaginación. Vos cumpliste con despedirte de tus amigos y avisarles que te retirabas con tu grupo y se dirigieron todos a la salida.
Los metiste en un Uber a los más chicos, indicándoles a donde tenían que bajarse y deseándoles suerte. No pasó por alto la forma en la que los tres veían la mano de Namjoon alrededor de tu cintura sin apartarte de su cuerpo mientras esperaban en la salida, y decidiste que era problema para tu yo del día siguiente.
Cuando llegaron a la residencia te diste cuenta de que dos de los cuatro chicos estaban absolutamente perdidos, apenas llegando cada uno a su respectiva habitación. Le dirigiste la mirada a Hoseok mientras Namjoon sacaba agua de la cocina para vos, y lo viste sacar un pucho del bolsillo. No pudiste decirle nada cuando Joon apareció en tu campo de visión y dijo sus buenas noches para llevarte de la mano a la habitación que suponías era que le tocaba a él.
Cuando escuchaste que la puerta se cerró atrás tuyo no pasaron ni dos segundos que tu cabeza estaba rebotando contra la almohada, la presión del cuerpo de Namjoon por encima tuyo, y su respiración errática volvía a ponerte en tono con lo que habían dejado a medias hace unos minutos.
“Quiero comerte entera” lo escuchaste decir entre medio de un beso, sus manos estaban por todas partes, desprendiendo tu corpiño, bajándote tu pollera, despojándote de toda tu ropa interior por primera vez en la noche.
“Hacelo, haceme tuya”.
Con un gruñido empezó a bajar con besos a lo largo de tu cuerpo, prestándole especial atención a tus tetas. Sentiste las puntadas que te dejaba cada vez que te hacia un chupón cerca de tus pezones, perdiste la cuenta cuando pasó de tres y no podías evitar desarmarte entre sus manos y boca.
Bajó por la extensión de tu abdomen, dejando otro chupón al lado de tu ombligo y cuando quedo al frente de tu monte de venus, sentiste como sus manos te levantaba las piernas por sobre su cabeza para darle una mejor visión de tu vagina.
“Puedo ver lo mojada que estás” dijo en un suspiro, no estabas segura de sí a sí mismo o a vos, de todas formas, le respondiste con un gemido.
Se salteo desde tu monte de venus hacia la cara interna de tus muslos, ya a la altura de su cara, aprovechando para dejar chupones ahí también. Ibas a estar toda marcada para cuando termine con vos, pero no te importaba, lo que te importaba ahora es que te haga suya.
De la desesperación, llevaste ambas manos a su cabeza, estirando del pelo de su nuca para bajar su cara más a tu entrepierna, no aguantabas más, lo querías ahí, querías que te coma entera, no había noche en donde no te imagines esos labios grandes y carnosos succionándote el alma. Y te complació, porque estaba tan hambriento de vos que lo sentiste cuando el primer lengüetazo fue directamente a tu cerebro.
No perdió tiempo y cumplió su palabra, te comió entera, juntando cada gota de humedad con su boca, desarmándote completamente solamente con su boca, y llegó la necesidad de retorcerte porque el placer era insoportable. Con ambas manos atrás de tus rodillas, te apretó más contra la cama y te mantuvo en tu lugar mientras él te controlaba con su boca. Los ruidos obscenos que salían de ahí hacían eco en la habitación junto con tus gemidos, y te sentías tan cerca que no pudiste si quiera avisarle cuando sentiste electricidad recorrer por todo tu cuerpo y localizarse en la parte baja de tu vientre.
Con un gemido tan fuerte y agudo que tranquilamente podría haber sido un grito, dejaste a tu cuerpo temblar bajo sus manos y perseguir tu orgasmo con las caderas, hundiendo su cara mucho más en tu vagina.
Cuando subió y conectó sus labios con otro beso desesperado y hambriento, te diste cuenta de que él todavía estaba vestido, y eso era inaceptable. Mientras intentabas aclarar tu cabeza post-orgasmo, hiciste lo posible para desprenderle los botones de la camisa y seguramente terminaste mandando a volar un par cuando se la arrancaste, dejando su pecho brilloso en sudor a plena vista.
“Te quiero adentro mío” casi suplicaste. Lo que provocó que se separe bruscamente de vos, lo viste desabrocharse el pantalón y mandándolo a volar, liberando su erección y, mierda. Mierda.
Grueso, grande y con la punta ya roja por haberle negado atención por tanto tiempo, pedía que lo lleves al fondo de tu garganta. Pero cuando intentaste organizar tus ideas, Namjoon ya estaba encima tuyo de nuevo, esta vez juntando tus piernas con una mano y levantándolas por sobre su cabeza para dejar en exposición y a su disocian tu vagina.
“Ya estas bien estiradita, Jungkook se encargó de eso por mí ¿no?” Estaba demente, un gemido se te escapó a forma de afirmación. “Decime cuánto me quieres”.
“Me estás volviendo loca” atinaste a responder, era injusto que te haga pedirlo, él no iba a poder aguantar mucho más tampoco.
“Pedímelo”.
“Te quiero adentro mío ahora mismo, quiero que me cojas hasta que me olvide de cómo me llamo” y cuando terminaste tu frase lo sentiste entrar completamente en vos, de una embestida insertó su miembro adentro tuyo y te desacomodó, nuevamente, todos los pensamientos de lugar.
Sin darte tiempo para recobrar el aliento, empezó a embestirte con brutalidad, escuchando como el eco de sus cuerpos chocar resonaba por toda la habitación. Con la fuerza que utilizaba para mantenerte las piernas juntas, estabas segurísima de que se iba a sumar a las marcas que te iba a dejar esa noche, pero no importaba, no importaba nada más que no sea su largo miembro entrando en vos una y otra vez, cogiéndote estúpida.
La sensibilidad de tu clítoris te hacia retorcerte cada vez que su cuerpo te rozaba la zona por la posición en la que estaban. Cuando una de sus manos dejó tus piernas para pegarte una cachetada en una de tus nalgas, te sentiste volver a llegar al clímax en ese segundo, apretándote imposiblemente al redor de él, haciéndolo perder un poco el ritmo de sus embestidas y volviéndolo un poco más errático.
“Voy a acabar” te avisó, casi en pregunta, y lo único que pudiste hacer fue gemir su nombre y llevar tus manos a sus bíceps, manteniéndolo en el lugar. Quizás fue el calor en tu vientre cuando él se liberó dentro tuyo lo que hizo que tu orgasmo se alargara, pero sintió que duraba por siempre mientras intentabas recobrar la respiración.
Namjoon se recostó a tu lado, recién entonces sacando su miembro de vos, y repitiendo lo que hizo Jungkook, con una de sus manos intentó evitar que su semen se escapara de tu entrada. Aprovechó la posición para llevarte a su pecho, y lentamente mover tus cabellos de tu cara con su mano libre.
“¿Cómo estás?”
Asentiste, sintiendo como no te salía la voz en ese momento, te tomaste unos segundos para recuperar la normalidad de tu garganta.
“¿Cómo me llamo?” Le contestaste, sacándole una sonrisa adormilada y provocando que ambos se rían con gusto.
“¿Quieres dormir aquí?” Te preguntó, pero por alguna razón pudiste ver que realmente eso no iba a pasar. No podía estar seguro de que ibas decirle que no, así que evitaste contestarle buscando tu teléfono en alguna parte de la cama.
Al desbloquearlo viste los mensajes de Tae, de no hace cinco minutos atrás.
“¿Estás despierta? – No puedo dormir – ¿Dónde estás?” un audio.
“Estoy en la residencia”.
“¿Vas a volver a tu casa?”
“No quiero volver así”.
“Estoy en camino”.
Después del rápido intercambio miraste a Namjoon, luchando con el sueño para esperar una respuesta tuya, y le sonreíste, dejándole un beso casto en los labios. “No, me voy, no te preocupes, me visto y estoy saliendo”.
Él asintió, agarrándote de la cara para plantarte otro beso y dejarte levantarte, acomodándose mejor para dormir completamente desnudo sobre su cama. No te dejaste tomarte más de cinco segundos para apreciar la vista, y empezaste a levantar toda tu ropa para volver a vestirte. Del apuro no te habías sacado los zapatos, que conveniente.
Saliendo de la habitación te encontraste con Hoseok todavía en el living, te mortificó por un segundo el hecho de que podría haberte escuchado, pero no importaba. Las palabras de Santiago llegaron a tu cabeza en ese momento. ¿Y qué si se turnaban? Él quería creer que eras una puta, y esta noche le ibas a dar el gusto de cumplir sus palabras.
Te paraste en frente del sillón, al frente suyo, con la intención de despedirte y avisarle que en nada Taehyung iba a buscarte. Cuando lo nombraste despegó la espalda del respaldo, y con la cara a la altura de tu ombligo te acercó a él con ambas manos en la parte baja de tu cadera, casi haciéndote perder el equilibrio.
“Tengo unos minutos” es todo lo que pudiste procesar para que salga de tu boca, y la sonrisa de Hoseok te dio a entender que era más que suficiente.
Te apartaste unos centímetros para deshacerte de la tanga, que a estas alturas del partido ya no servía de nada mantenerla puesta, y te dejaste el resto de ropa intacta. Hoseok seguía cada movimiento con la mirada mientras se desprendía el pantalón. Te sentaste encima de él, con una pierna a cada lado de su cintura, y sentiste su miembro rozar con tu entrada. No habías prestado atención, pero cuando lo sentiste entrar, maldijiste.
Mierda. ¿A caso todos tenían que ser tan grandes?
No te perdiste la lentitud con la que ingresó en vos, sin necesidad de juego previo por lo absolutamente empapada que estabas allá abajo. Lo viste a los ojos mientras sentías como te llenaba de a poco, y la posición hacía que te sientas aún más llena que todas las veces anteriores. O la intensidad de su mirada, podía ser cualquier cosa.
Te levantó la mini a la altura de la cintura, dejando tu culo expuesto para que sus manos lo masajeen a gusto. Con ambas manos apretando, empezó a moverte de arriba abajo sobre él, indicándote el ritmo que tenías que seguir. Y estabas agotada, absolutamente movilizada y sensible, y no podías seguir el ritmo que él te pedía. Metió una mano entre sus cuerpos, intentando alcanzar tu clítoris y sonriendo cuando te sintió alejarte y estremecerte levemente.
“Es una lástima que solamente tenga tiempo de hacerte acabar una vez”.
Se aprovechó de tu sensibilidad, con su boca prendida en tu cuello, una mano estimulándote y la otra guiando tus caderas para que lo montes, empezó a mover él también su pelvis, levantándote con cada embestida, acelerando a casa segundo, entrando y saliendo una y otra vez, haciendo que gemidos ahogados salgan directamente de tu garganta.
En esa misma posición, cuando la mano que permanecía en tu cadera al parecer se cansó de indicarte el ritmo, te pegó una cachetada en el culo, para indicarte que le sigas el ritmo. Estaba cerca, y vos estabas persiguiendo el cuarto orgasmo de la noche. La claridad del día estaba empezando a entrar por las ventanas, pero no te importaba, querías terminar de nuevo, estabas por terminar de nuevo, tu cuerpo te lo pedía, encima de Hoseok, los dos casi completamente vestidos, montándolo.
“De nuevo” le pediste.
Te pegó otra nalgada “¿así?”
“Sí, sí, por favor, de nuevo”.
Y con dos nalgadas más, la última que seguramente quedaba marcada con la forma de su mano en vos, llégate de nuevo al clímax, y esta vez tu cuerpo no pudo sostenerte como lo venía haciendo. Temblando perdiste el ritmo, dejando que Hoseok te coja durante tu orgasmo, lo sentiste gruñir y sabías que eso era suficiente para hacer que él se venga junto a vos. Adentro, de nuevo.
Con la última embestida escucharon el timbre de la residencia, anunciando que era hora de que te vayas. Intentando recobrar la fuerza en tus piernas, te pusiste de pie dejando que el miembro de Hoseok se deslice de adentro tuyo. Sentiste como el semen corría por tu pierna, y el timbre sonó de nuevo. Hoseok pareció haber notado lo mismo, y sin levantarse del sillón, te acercó un poco más a la altura de su cara, para separar tus piernas ligeramente y pasar la lengua por la cara interna de tu muslo, recolectando lo que derramabas con su lengua.
Gemiste, porque era demasiado, porque la imagen que te estaba regalando era injusta post-orgasmo de los dos, y completamente cogido, lamiendo su propio semen y anda a saber de quién más, te dejó un beso en la pierna, y te hizo señas de que te dejaba ir. De camino pasaste por la cocina para limpiar el resto con una servilleta de papel, después de todo tu ropa interior estaba en alguna parte de la casa, y ahí se iba a quedar. Con una sonrisa te diste vuelta antes de abrir la puerta y le lanzaste un beso al aire, provocando que se ría y te lo devuelva.
“Nos vemos mañana”.
Sí, claro, los días seguían después de esta noche. Claro.
Taehyung te esperaba con un Uber en la puerta de la residencia y se dirigían de nuevo a su hotel. Cada uno de los chicos tenía una habitación separada y te ofreció terminar la noche con él así descanses, obviamente consciente de todo lo que acababa de pasar.
Una vez adentro de su habitación el silencio era ensordecedor. Taehyung aprovechó para dejar sus cosas en la mesita de luz y volver a acercarse a vos, esta vez mucho más cerca, más invasivo. Levantó una mano para acomodarte el cabello detrás de la oreja.
“¿La pasaste bien hoy?” su voz era dulce, como las caricias de su mano al costado de tu cara. Tan solo podías pensar en lo exhausta que deberías estar ante sus ojos, pero el aun así hacía de cuenta que no lo notaba.
Asentiste con la cabeza, inclinando la cabeza para perseguir el toque en tu mejilla.
“¿Tienes sueño?” Negaste con la cabeza. “¿No tienes sueño?” te volvió a preguntar, esta vez en un tono más burlesco. Volviste a negar, esta vez con una sonrisita en tus labios.
Te alejaste de él para poner tu teléfono en la mesita de luz como había hecho él, y sacando el control de la tele de ahí. La prendiste y pusiste en YouTube uno de tus temas favoritos. Taehyung siguiendo tus movimientos con una sonrisa divertida.
“¿Vas a dormir en eso?” Le preguntaste, señalando a la camisa desarreglada y a los jeans ajustados que se pegaban a sus muslos. Mentalmente limpiaste la baba que corría de tu boca, pero no era momento de ser tan obvia.
“No” sonrió, levantando una ceja. Cuando empezó a desabotonarse la camisa aprovechaste el momento para sacarte los zapatos, por fin, después de una larguísima noche tus pies estaban libres al fin, y con unos cuantos centímetros menos, podías notar claramente la diferencia de altura con él.
Pusiste una playlist que conocías muy bien cuando te reincorporaste y lo viste como, sin camisa, Tae se quedó parado en medio de la habitación sin desprender la mirada de tu cuerpo. Te acercaste luego de poner play y de la mano lo llevaste al borde de la cama, obligándolo a sentarse con un pequeño empujón. Los músculos de su abdomen se contrajeron con el movimiento, y pudiste sentir como capaz la habitación alrededor tuyo se movía un poco.
“Me gusta esta canción” te comentó, inclinándose hacia sus antebrazos en la cama, dándose espacio para tener una mejor visión de tu cuerpo. Toda remix sonaba por los parlantes de televisor una vez más en la noche.
“¿Sabes de qué va?” Le preguntaste, dándote vuelta y disfrutando lo que tu mente había elaborado en ese momento. Lejos estabas de querer terminar la noche así como así. Y después de darte cuenta de que el único que no había disfrutado de tus bailes esa noche era Taehyung, decidiste no dejar que termine el día sin al menos darle una probada de lo que era una noche argentina con todas las letras.
Sus manos se pegaron a los costados de tu cintura cuando empezaste a mover tus caderas de un lado a otro entre sus piernas, bajando tortuosamente lento para su gusto.
“Que tu novio no te merece” respondió, reacomodándose atrás tuyo para tener una mejor vista de tu culo moviéndose sobre él, y cuando la mini empezó a desacomodarse estabas casi segura de que se dio cuenta que no tenías nada abajo. Lo escuchaste tragar “y que conmigo la vas a pasar mejor”.
Continuaste con el baile hasta estar completamente pegada a su entrepierna, y moviéndote en círculos lo podías escuchar resoplar. Estaba creciendo en sus pantalones y sabías que lo estabas volviendo loco.
Sabías que era uno de los únicos que te había visto salir del pasillo después de Jungkook, que te había visto bailar con Seokjin y Namjoon, y podrías jurar que estaba consciente de lo que Yoongi te estaba haciendo en la pista de baile. Si no supieras mejor, jurarías que también te escuchó con Hoseok antes de venir al hotel, y todas esas veces que llamaba a momentos inoportunos, que lo disfrutaba cuando contestabas agitada, o mojada.
Se levantó, cambiando de posiciones y tirándote contra la cama delicadamente, trepando sobre vos, estaba agitado. Fue él quien cerró la distancia de sus labios en esa posición, y en nada el beso se convirtió en un juego de devorarse completamente, desesperado, necesitado.
Lo sentiste recorrer tu cuerpo con sus manos, desprendiendo y desatando a medida que pasaba, dejándote completamente desnuda una vez más, a su merced. Cuando acercó su mano a tu entrepierna y apenas rozó tu vulva sin realmente tocar nada, y te estremeciste, se separó un poco para mirarte.
“¿Cuántas veces acabaste hoy?”
“Cuatro”.
“Mierda…” susurró, bajando y repartiendo besos en tu cuello. Continuó bajando y se detuvo en una de tus tetas, chupando y besando, masajeando con su mano libre la otra. “¿Vas a poder aguantar otro más?”
La pregunta era sincera, en cierto punto notabas su preocupación y no diferente a la tuya de saber si tu cuerpo iba a aguantar sin colapsar.
“Sí”.
Conectó miradas con vos mientras seguía bajando, lento y entre besos hasta posicionarse entre tus piernas. Tanteó con la lengua, sin romper la conexión para ver tu reacción, y ese pequeño estimulo mando una reacción a todo tu sistema nervioso. Otro lengüetazo, y la misma reacción. Cunado, lentamente estableció un ritmo lento y tortuoso de comerte, luchabas por sostenerle la mirada, porque de nuevo, era mucho, y él sabía lo que estaba haciendo.
“No… no pares” luchaste por decirle, intentando agarrar su cabeza con tus manos, pero te las sacó del camino antes de alcanzarlo, poniéndolas ambas con una sola mano sobre tu estómago, inmovilizándolas.
La música de fondo ya no era nada más que ruido de fondo, murmuras indistinguibles, y tu cerebro empezaba a nublarse de nuevo, cuando ya era casi imposible mantener los ojos abiertos y los gemidos en línea, Tae se separó, ganándose una queja de tu parte, estabas tan cerca.
“Tae…” gemiste, en suplica.
“Ssshhh amor, ¿cómo me quieres?”
Volviste a gemir su nombre, no te importaba, querías terminar, estabas tan cerca, era un hijo de puta, camuflado de ternura y cuidado te estaba enloqueciendo a propósito. Cuando se quedó sin hacer nada, volviste a gemir su nombre.
“Tan necesitada… ¿no te fue suficiente?”
“Taehyung…”
“¿Puedes darte vuelta por mí?”
Obedeciste sin una palabra de por medio, colocándote en tus rodillas y dejando tu culo en vista, estabas desesperada de que algo pase que no te diste cuenta cuando Tae aprovecho el momento para deshacerse de su pantalón y bóxer. Cuando pasó la punta de su miembro entre la ranura de tus nalgas sentiste lo realmente, realmente grande que era, y empezaste a dudar de si ibas a ser capaz de tomarlo entero.
Sentiste su cuerpo pegarse a tu espalda, dejando besos entre tus omoplatos mientras lentamente entraba en vos, tortuosamente lento, dejándote acostumbrarte a cada centímetro que colocaba adentro tuyo, y se quedó quieto esperando a que te acostumbres. A pesar de lo ridículamente lubricada que estabas en ese entonces, sentiste incluso un pequeño dolor por lo mucho que te estaba abriendo en ese momento, pero los segundos que te dio para acostumbrarte bastaron para convertir ese agudo dolor en pura necesidad de que te desarme completamente.
Los besos suaves en tus omoplatos y nuca contrastaban totalmente con lo caliente que te sentías en la parte baja. Suspiraste y empezaste a moverte debajo de él, casi rogando porque se moviera y él con una mano en el hueso de tu pelvis te mantuvo quieta.
“Despacio”. Tomó nuevamente el mando de la situación al comenzar a embestirte lentamente, tortuosamente lento, haciéndote gemir suplicando por más.
Lo sentiste acomodarse para cambiar el ángulo, sacando casi por completo su miembro y embistiendo de una vez llenándote completamente. De nuevo, esa sensación de quedarte absolutamente sin aire, pero esta vez quemaba, es como si físicamente no pudieras recobrar el aliento porque ya estaba de nuevo otra embestida sacándote el aire. Con la fuerza de sus caderas parecía empujarte cada vez más, pero te mantenía en lugar con las manos en tu pelvis, tanteando por estimularte una vez más.
Estabas tan sensible por todos los orgasmos que tuviste que sentías que solo con su miembro podías alcanzar el clímax, si seguía clavándote contra la cama con cada una de sus embestidas, era probable que llegues otra vez en minutos.
Ya no te importaba contener los gemidos, los gritos ahogados que se escapaban de vos ante cada embestida, y parecía que escucharte encendía a Tae cada vez más, así que aprovechaste y soltaste todo lo que intentaste contener a lo largo de la noche.
Con un lado de tu cara pegada al colchón, y tus rodillas apenas sosteniéndose por sí mismas, volviste a sentir el pecho de Tae pegarse a tu espalda, embistiendo cada vez más fuerte y profundo, estaba cerca, podías sentir como sus músculos se tensaban alrededor tuyo intentando contenerse un poco más. Finalmente llevaste tu propia mano hacia tu entrepierna, acariciando la zona y sintiendo como entre tus dedos el miembro de Tae entraba y salía de tu entrada. Quizás fue la imagen, o darte cuenta de que estaba sincronizando sus movimientos con la música de fondo, pero cuando sentiste el calor dentro tuyo con un gemido que llevaba tu nombre, te dejaste ir y perseguiste tu orgasmo junto con él.
Recobrar el aire parecía casi imposible, todo tu cuerpo temblaba y sabías que, de todos, este había sido el orgasmo que más fuerte había pegado, por lo débil que tu cuerpo ya estaba. Suspiraste intentando recomponerte, y sentiste las sábanas cubrir tu cuerpo y unos fuertes brazos moverte de posición con cuidado.
Terminaste frente a frente con Tae, absolutamente exhausta te acurrucaste en su pecho y sonreíste ante el beso en la frente que te plantó antes de acomodarse mejor para finalmente caer dormidos ambos.
Estabas a punto de caer rendida cuando escuchaste tu teléfono sonar en algún lugar de la habitación. Tae también lo escucho y pareció localizar el sonido más rápido que vos. Se dio vuelta y lo levantó de su mesita de luz a donde previamente lo habías dejado. El nombre de contacto “Santi” se podía leer, y arriba te fijaste que eran las diez de la mañana. La noche se había hecho eterna, y todavía no terminaba.
“Dejalo…”
Taehyung contestó. Por la proximidad de sus cuerpos y el silencio de la habitación, pudiste escucharlo de otro lado de la línea. “Amor, por favor, necesito que hablemos, perdón…”
“¿Quién es?” Su voz rasposa y gruesa estaba aún más acentuada por el cansancio, y si no hubieras pasado por todo lo que pasaste esa noche, le reclamarías por haber contestado tu teléfono, pero ahora no importaba.
“¿Dónde está?”
“Está durmiendo, no molestes, adiós” una risita se te escapó cuando escuchaste que los gritos del otro lado se cortaron porque Tae había colgado el teléfono.
“Vamos a dormir, linda, fue un largo día para vos”. Te dijo, dándote otro beso en la cabeza.
Te acomodaste nuevamente en su pecho, pensando en lo jodida que ibas a estar después de esta noche, o mañana, lo que sea. Pero no era problema tuyo, realmente. Era problema de tu yo del futuro, así que, con eso en mente, caíste rendida ante el cansancio.
[parte 2]
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danniegalrry · 3 years
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Entonces le dije " regresa la próxima vez..- el castaño fue interrumpido por su pequeño amigo de grandes mejillas. - Yoongi hyung me besó
JiMin tenía los ojos cerrados espera de lo que Seokjin diría, pero solo sintió una pequeña caricia en su cabello y una risita de su hyung.- Jiminnie abre los ojos esta bien, sabia tarde o temprano pasaría.
Sí.- el pequeño rubio jugaba con sus manos tratando de aun evitar la mirada de seokjin. - Pero claro que sí! Lleva mucho tiempo enamorado de ti, claramente algún día lo haría.
Jimin se avergonzó mas, el sabia de los sentimientos de su mayor por él y como había dicho seokjin, una noticia como esa no era sorpresa alguna, todos los que rodeaban al rubio y pelirrojo sabían que terminarían juntos o simplemente asumían que ya lo estaban. - Él te gusta.
-No, yo solo no sabía que hacer y me beso .... Dios quería que la tierra me comiera vivo
Seokjin solo explotó a risas llamando la atención de todos por su peculiar risa y confundiendo a su amigo. - Quien dirá que nuestro mochi se enamoraría de ese gruñón
No, no me gusta.
Seguro.
Te estoy diciendo la verdad
Entonces por que éstas tan nervioso y avergonzado? Deja me mover los pies antes de que busqué una soga y te amarré a la silla. - el rubio se quedo quieto en su lugar, su hyung tenia razón, el realmente estaba enamorado del pelirrojo, lo sabía incluso antes del beso pero se negaba a aceptarlo. Había prometido no enamorarse, no quería volver a sufrir. - Jimin sé lo que estas pensando así que detente
Perdón
Esta bien, entiendo que tengas miedo pero entiende esto. YoonGi no es Jungkook, lo sabes así que será muy diferente. - El rubio lo sabía, no había un punto de comparación entre ellos. Solamente era la excusa perfecta para permanecer soltero.
JiMin era el mejor amigo de Jeon Jungkook, el mejor chico que puedas conocer en tu vida si tienes suerte, o así lo describía el pequeño cachetón. Su historia es simple, Jimin se enamoró por un largo tiempo de su mejor amigo hasta que decidió declararse, las cosas se complicaron al punto de llevar al rubio a una gran inseguridad por si mismo, fines de semanas llenos de alcohol, entre otras.
Paso mucho tiempo para que Jimin y Jungkook aceptaran su parte de la culpa y tomaran contacto de nuevo, ambos eran amigos pero sabían que no podrían jamas a ser tan cercanos como antes. - Debería darle una oportunidad?
Solo si estas seguro de lo que sientes, sabes el tiempo que estuvo esperando por ti y no es correcto que lo ilusiones
Losé - Jimin lo sabía, el mayor había hecho de todo por conquistarlo. Las cartas entre clases, los pastelitos que aparecían en su lugar antes de receso y todos esos cumplidos su Hyung le dirigía habían logrado obtener el pequeño corazón del rubio. Sonrió como tanto al recordar el beso de ayer, realmente quería a YoonGi.
Esas mejillas y sonrisa me están confirmando todo.- Seokjin había extrañado ver los ojitos brillantes de su amigo, creía fielmente que sería muy feliz con YoonGi. El día de ayer Namjoon le había hablado de lo lindo y cabelloroso que Min siempre se portaba con Jimin.
Le daré una oportunidad
JiMin estaba feliz había logrado ver a su Hyung y pudo ser lo suficiente valiente para ragalarle aquellos dijes de gatito que había comprado hace un tiempo, aunque aun le solía un poquito su nariz, YoonGi lo abrazo al despedirse, rápido y con torpeza que provocó que el rubio se golpeara su nariz en el hombro del mayor. Pero fuera de eso estaba muy feliz - Deja ignorarme enano
no me digas enano!- el rubio dejo de comer pastel para
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yoonsaiblog · 3 years
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Fanfic
- mandarinas - yoontae.
Taehyung golpeo la puerta del estudio de Min a la espera de que le sea permitida la entrada, más que ansioso estaba nervioso, muerto de nervios.
Y como no, si el dia anterior se había confesado casi accidentalmente gracias a Jimin y el Maknae del grupo, más desgracias que gracias por supuesto.
En una rápida decisión por ayudar con el amorío de su amigo -que aseguraban no era unilateral- hizo un plan con Jeon, mientras el hacia a Tae hablarle de sus sentimientos por el pálido, Jungkook se encargaría de que su Hyung escuchará absolutamente todo lo que el castaño dijera.
Y lo lograron, solo que no contaron con que los nervios del castaño estallaran al ver a Yoongi y terminara tirándole lo que restaba de su vasito de helado encima para después salir corriendo como alma que lleva el viento. No volvió hasta por la noche, siendo recibido por Seokjin y Namjoon, un par de regaños por haberse ido sin que supieran a donde y muchos mimos al ver sus ojos y nariz rojitos por haber llorado.
Por eso se encontraba frente al estudio del mayor, quería pedirle disculpas, y que mejor manera de llevarle mandarinas en son de paz, sabía que le encantaban. Pediría perdón por tirarle helado encima, pero no hablaría de lo que escucho, sabía que Yoongi lo había oído todo.
Y tal vez, prefería la indiferencia al rechazo.
Golpeo por tercera vez en el tiempo que llevaba parado ahí.
— Hyung, soy Taehyung, vine a disculparme — murmuro frente a la puerta.
Iba a volver a golpear pero la voz grave del mayor lo interrumpió por el citofono.
— Te escuche las veces anteriores que golpeaste, estoy ocupado Taehyung, no tengo tiempo para hablar ahora.
— Lo siento — habló bajito.
Pero no se fue, se dejó caer contra la puerta del estudio y recogió sus piernas pegandolas a su pecho y envolviendolas en sus brazos, dejó la canastica de mandarinas a un costado suyo y escondió su cabeza entre sus brazos y piernas.
Era un hecho que estaba triste, las lágrimas se lo hicieron saber de nuevo. Se sentía frustrado por tener sentimientos hacia el mayor y no hacer nada porque fueran correspondidos, solo había logrado que el palido se enojada con el. Bueno, y tal vez estaba un poquito, pero solo un poquito enojado con Jimin y Jungkook, solo un poquito.
Seokjin lo observo con tristeza, pasaba al estudio para preguntarle a Min si iba a meriendar con ellos, pero se encontró a un castañito encogido en su lugar y con una canasta de mandarinas a su lado, se dio cuenta de que estaba dormido y no muy comodo.
Bufo con molestia sacando el teléfono y marcando el número de Min Yoongi.
— Seokjin Hyung, estoy ocupado — contestó al tercer tono.
— Y no me importa en lo absoluto, vas a salir y hablar con Taehyung, o te juro por Bangtan que tirare a patadas la puerta de tu estudio y te sacaré a rastras — amenazó sin levantar mucho la voz para no despertar al menor.
— Taehyung vino, pero estoy ocupado, realmente lo estoy — excusó.
— Y te dije que no me importa, Tae esta durmiendo contra tu puerta, no se cuanto tiempo lleva así, lo vuelves a hacer llorar y me encargaré de tu cadáver Min.
Colgó sin esperar respuesta, no escucho movimiento dentro del estudio, dudo entre esperar o levantar al castaño y llevarlo a su habitación para regalarle un par de mimos y golosinas.
Se iba a dar vuelta y llamar a Namjoon para que lo ayudará cuando escucho el seguro de la puerta ser desactivado, observo con cuidado como Yoongi abría la puerta y casi de inmediato se ponía tras el menor para evitar que cayera hacia atrás. Sonrio un poco pero en cuanto su mirada cruzó con la del pálido fruncio el ceño y apretó los labios en signo de molestia, volvió a dar la vuelta volviendo por donde llegó.
Por su lado, Min Yoongi tomó como le fue posible al menor entre sus brazos con cuidado de no lastimarlo. Lo llevó a su habitación y cubrió con sus cobijas dando un suspiro. Volvió por la canastica de mandarinas y cerro su estudio dirigiéndose de nuevo a su habitación.
Se sentó junto al menor observando con detalle su rostro, la culpa invadiendolo por ver sus mejillas rojas y rastros de lágrimas secas en ellas, no se necesitaba ser un genio para saber que había llorado, ni tener una maestría para saber que fue por su culpa.
Agarro una mandarina y la comió con lentitud, disfrutandola con una pequeña sonrisa. Minutos después sintió al menor removerse en la cama sabiendo que despertaría pronto al no tener algo que abrazar.
Tal como supuso, el menor abrió sus ojos, se quedó observando con una sonrisa divertida como trataba de acostumbrarse a la luz y se sentaba despistado observando como estaba en una habitación que no era la suya.
— ¿Umm? — murmuro observando lo que podía mientras su mano restregaba con suavidad uno de sus ojos. Yoongi sonrio aún más debido al rostro del otro.
— Taehyung, ¿Que hacias durmiendo en el suelo? — enarco una ceja conteniendo su sonrisa y manteniéndose serio.
Taehyung soltó un chillido a reconocer la voz, casi con temor se giro hacia un lado encontrandoce con el mayor. Solo hasta ese momento se dio cuenta de que habitación estaba ocupando.
— Estaba esperando a que saliera Hyung, lo siento, no quize incomodarlo — susurro en voz baja mientras quitaba las cobijas y se levantaba del todo.
— Siéntate de nuevo, hablemos — Taehyung asintio e hizo lo pedido con timidez.
— Solo quería pedirle perdón por haber tirado helado encima de usted y después salir corriendo
— ¿Por que la formalidad de repente?— cuestiono.
— Estoy nervioso
Yoongi asintio queriendo decir algo pero sin saber cómo formularlo.
—¿Esta enojado? — Yoongi lo miro negando— ayer, mmm, ayer usted... ¿Escucho mi conversación con Jiminie Hyung? — pregunto y el mayor asintio — oh.
Taehyung suspiro con pesadez y se levantó casi corriendo de la cama, tenía inmensas ganar de llorar nuevamente pero fue detenido justo en la entrada.
Se giro mirando con sorpresa como la mano de su Hyung lo sostenía de la muñeca, levantó su mirada.
— ¿Por que te vas?
— Evitó un rechazo directo, no lo molestare más Hyung, puede ignorar todo lo que escucho ¿por favor? — hizo una pequeña reverencia sintiendo un nudo en su garganta.
Soltó un jadeo cuando su pecho chocó contra el del mayor y este lo envolvió en un fuerte y cálido abrazo.
— ¿Hyung? — pregunto sin saber que hacer.
— No vuelvas a llorar, Tae, no debes llorar, menos por mi culpa, perdoname, por favor — murmuro contra su oído.
Taehyung rodeó la cintura del mayor en sus brazos y escondió su cabeza en el cuello contrario.
— No es tu culpa — murmuro en voz baja.
— Escucha, Tae, saliste ayer y me asuste, no me dejaste hablarte, quería decirte muchas cosas, pero te fuiste, me quedé despierto hasta asegurarme de que hubieras vuelto — lo apreto más contra si — Tae, es mutuo, todo es mutuo, lo que sientes, tu afecto, es mutuo.
Taehyung logró separarse unos centímetros quedando muy cerca del rostro del mayor. Yoongi sonrio sonrojado al ver una pequeña "o" En los labios del castaño y sus mejillas entintadas de rosita.
— ¿Mutuo?
Yoongi asintio sin soltarlo.
— Mutuo, te aprecio demasiado como amigo, pero te quiero como más que eso, me gustas ¿esta bien? Tarde mucho en decirtelo por que no crei que sintieras lo mismo.
Taehyung pataleo en su lugar repetidas veces, escindió de nuevo su rostro en el cuello del mayor ahogando un gritito de frustración.
Yoongi por su lado reía entendiendolo casi a la perfección, no se sentía de manera diferente.
— Hyung, no te lo dije por lo mismo, que idiota — chillo.
— Ambos somos idiotas entonces, tal para cual ¿no te parece? — murmuro divertido acariciando los cabellos castaños.
Ambos rieron.
— ¿Entonces?... — susurro el menor.
—¿Quieres salir conmigo? Hagamos las cosas bien — lo alejo un poco ahora ubicando sus manos en la cintura contraria, Taehyung las subió a su pecho.
Asintio con emoción y con una enorme sonrisa cuadrada que endulzo al mayor.
— Si quiero Hyung, si a todo si me lo dices tú — solto una risita.
Yoongi le sonrio mostrando sus rosadas encías. Le dio un beso en la nariz y cada una de sus mejillas sacándole bonitos sonrojos y dulces carcajadas, finalizó con uno en sus labios.
— ¿Comes mandarinas? — pregunto el mayor con una sonrisa señalando la canasta.
— Es lo más romantico que me has dicho Min — asintio divertido haciendo reír al mayor.
— Primera cita y mandarinas ¿mm? — ambos sonrieron.
— Primera cita y mandarinas.
Yoon Sai
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Cap 4 | Let the light in |
Yoongi lo besó y lo besó hasta que sus labios se entumecieron y no podía saber dónde terminaban sus pensamientos y dónde comenzaban los de Yoongi, si la chispa de calor bajando por su espalda era suya o de Yoongi. Supuso que no importaba.
Lo que sí importaba es que estaba aquí, besando a Yoongi, y que Yoongi lo quería de vuelta y que iban a ser algo.
(Algo estupendo, esperaba.)
Deberíamos ir a la cama, dijo Yoongi después de minutos u horas, con su pulgar acariciando el hueso de la mejilla de Jungkook, de ida y vuelta, en un roce relajante. Jungkook asintió y se paró con sus piernas temblando, con su estómago hecho un nudo de vértigo y miedo y un reflujo de deseo.
(Yoongi lo quería. Yoongi lo quería.)
Sintió como millas las tres escaleras hasta la habitación de Yoongi. Sus piernas aún no funcionaban bien, pero la mano de Yoongi se mantuvo cálida contra la suya y cuando se metieron bajo las mantas, Yoongi se acurrucó contra él. Cubrió su espalda con su pecho de una forma que hizo que Jungkook se sintiera pequeño, a salvo, a pesar de su diferencia de estatura.
Se preguntó cómo se vería esto en la mañana. Se preguntó si el miedo se iría o si simplemente era parte del amor. Se preguntó si Yoongi tenía miedo, también. Ya que la última persona que amó lo dañó tan, tan mal.
Como si pudiera escuchar los pensamientos de Jungkook, los labios de Yoongi de pronto besaron su hombro y los dedos esbeltos de Yoongi se movieron para entrelazarse con los suyos en el colchón. Duerme, Kook.
Jungkook escondió una sonrisa en la almohada, aunque estaba bastante seguro de que Yoongi podía verla, la forma en que arrugaba su nariz. ("Como un conejo tierno" había dicho Taehyung el otro día y Jungkook lo golpeó en la cabeza con un cojín.)
—Está bien —dijo, apretando la mano de Yoongi —está bien, hyung.
——
Seguía viéndose un poco aterrador en la mañana, cuando se despertó antes que Yoongi y simplemente se sentó en la cama, viendo el pecho de Yoongi subir y bajar y sentía su propia respiración. Aquí es dónde golpeaba el agua, pensó. Un océano a su alrededor.
Estaba inquieto, necesitaba hablarle a alguien, pero no quería que Yoongi pensara que huyó. No sabía nada de relaciones románticas, pero estaba bastante seguro de que eso era una cosa horrible para hacer. Así que buscó entre las cosas del escritorio de Yoongi por una hoja y escribió estoy abajo :) antes de pegarla en la lámpara que estaba frente a Yoongi para que la viera cuando despertara.
Entonces, bajó las escaleras solo con sus calcetines, esperando que tal vez hubiera té en la alacena y que a nadie le importara si sacaba un poco. Era temprano todavía y estaba gris afuera, las nubes pesadas con la promesa de lluvia, pero para su sorpresa, Jimin ya estaba sentado en la mesa de la cocina, en pijamas y su bata, con dos tazas humeantes delante de él.
—Oh —Jungkook se congeló cuando lo vio —Perdón, hyung. ¿Estoy...interrumpiendo algo?
Dios, esperaba que no. Sabía que Jimin y Taehyung estaban juntos, a pesar de que nunca hablaron de qué forma y era difícil encontrar privacidad en la casa, a pesar de lo grande que era. ¿Qué pasaba si era...una especie de ritual mañanero que estaba interrumpiendo?
—Relájate, Kook —dijo Jimin, con una sonrisa en su rostro —la segunda taza es para ti.
—¿Para...mí?
Jimin asintió y la acercó hacia él, haciéndole gestos para que Jungkook se sentara. —Sí, Tae, el desgraciado, me despertó hace veinte minutos y me dijo que necesitaba bajar y hacer dos tazas de té porque —hizo su voz más grave, en un intento cómico de imitar a Taehyung —alguien la necesitará. ¿Supongo que ese eres tú? Parece que la necesitas.
—La necesito —admitió Jungkook, sentándose en la silla y acercando cuidadosamente la taza —Gracias. Y a Taehyung.
—Taehyung sigue durmiendo así que no merece las gracias —bufó Jimin, aunque su tono era demasiado cariñoso —Pero también supongo que hay una razón por la cual yo necesitaba hacer el té, así que, ¿qué pasa?
Estaba contento, se dio cuenta de pronto, que fuera Jimin, quien probablemente habría sido su primera opción para hablar, de todas formas. No estaba seguro si era el hecho de que conoció a Jimin primero o por el hecho de que Jimin era tan amable que sabía que no lo juzgaría, o quizás una combinación de ambas cosas. Pero estaba feliz de que Jimin estuviera aquí y definitivamente necesitaba agradecerle a Taehyung después.
Por supuesto, seguía siendo difícil hablar. Le tomó un minuto y, eventualmente, murmuró en su taza rápidamente —BeséAYoongi.
Y dios, ya se estaba sonrojando.
—Espera —dijo Jimin —retrocede. ¿Dijiste que besaste a Yoongi?
Jungkook mordió su labio lo suficientemente fuerte como para que doliera y asintió. Se recordó a sí mismo de nuevo que Jimin no lo juzgaría y que no había necesidad de encogerse como el conejo asustado que sabía que todavía lo veían, a veces. Sus hombros se encorvaron, de todas formas, y cerró su mano en un puño contra la mesa.
Jimin no lo juzgaría, pero todos amaban a Yoongi y Yoongi pertenecía aquí en una forma en que Jungkook no lo hacía. Así que si Jungkook lo arruinaba... ¿o qué tal si no lo aprobaban en general?
—Finalmente —murmuró Jimin —pensé que nunca lo iban a hacer. Y por favor deja de mirarme como si estuviera a punto de asesinarte. No voy a asesinarte. Toma —se inclinó y le acercó a la taza a Jungkook —bebe tu té y respira.
Jungkook dejó salir una respiración larga y temblorosa —¿No estás...? ¿Crees que está bien?
Jimin inclinó su cabeza, recordándole a Yoongi. No había enojo saliendo de él, pero tampoco otra emoción que Jungkook pudiera identificar fácilmente. Estaba proyectando calma, probablemente, como lo hizo con el fantasma. Calma para fantasmas y amigos nerviosos. —¿Te preocupas por él?
—Sí —esa respuesta era fácil, incluso inadecuada ante la profundidad de los sentimientos chocando en el pecho de Jungkook.
—Y, quiero decir, obviamente Yoongi se preocupa por ti. Creo que está muy bien —le entrecerró los ojos a Jungkook. Como si estuviera mirando el alma de Jungkook — ¿Crees tú que está bien?
Ah, aquí estaba la parte difícil. —Yo... —tomó otro sorbo de té para agarrar fuerza, intentando organizar sus pensamientos caóticos —Yo...mis padres dirían que no y eso...eso duele...pero puedo soportarlo. Es solo que nunca - nunca he estado - ¿cómo supiste que Taehyung era...? ¿Qué te gustaba Taehyung más que como un amigo?
Genial. Wow. Eso fue sorprendentemente coherente. Sobresaliente, Jeon Jungkook.
Jimin, para mérito suyo, no se veía sorprendido por la mezcla de palabras que Jungkook había escupido, sino que se veía pensativo. —No sé si Tae y yo somos el mejor ejemplo. Él siempre estuvo ahí, de cierta forma. Desde que tenía ocho años, ¿sabes? Y no hubo ningún momento que pasara de la nada. Creo que mientras crecía, mis sentimientos lo hacían, también. Pero. Espera. —sonrió, un poco triste —Bien, sabes que no tenemos sexo, ¿cierto?
No...lo sabía, de hecho. —¿No tienen?
Jimin rascó su mejilla, avergonzado. —Ah, probablemente debí mencionarlo. ¿Soy asexual? Lo que significa que no me interesa el sexo. Pero no lo sabía, al principio, así que Taehyung y yo lo intentamos. Y lo intentamos. Y lo intentamos. Y nunca...me gustó. Y estaba a punto de volverme loco, ¿sabes? Pensando "oh dios algo está mal conmigo, ¿a qué clase de chico de diecisiete años no le gusta el sexo?" Pero Taehyungie —Jimin sonrió, una sonrisa tan amorosa que golpeó a Jungkook como si fuera un puño —Hizo toda una investigación. Y fue el quien me sentó y me explicó sobre la asexualidad y me mostró todas las páginas e historias como las mías, y tomó mi mano y me dijo "Jimin, te amo mucho, más que a nada, y eso nunca cambiará. No creo que debamos seguir teniendo sexo, ¿cierto?
Jimin sacudió su cabeza y se río, un eco de incredulidad que Jungkook imaginó que debió sentir en ese entonces —Teníamos diecisiete, pero cada palabra era cierta, Kook. Y fue ese momento cuando supe que era el tipo de amor para siempre.
—Wow —dijo Jungkook, intentando imaginar cómo se podía estar tan seguro de algo ahora, menos aún a los diecisiete. (Yoongi, susurró una parte de su mente. Podía estar seguro de Yoongi.)
Jimin sacudió su cabeza de nuevo —Por supuesto, tuvimos nuestras subidas y bajadas. Me tomó mucho tiempo realmente creer que lo decía en serio y que estaba bien con ser una pareja solo romántica. El primer año de universidad fue una mierda y había veces en las que estaba medio asustado de que fuéramos a romper, pero lo logramos. Lo estamos haciendo —miró a Jungkook —y creo que el punto que intento hacer, Kook, es que está bien tener miedo, no todo va a estar en su lugar en seguida. Ninguna relación es igual a la próxima, tampoco. Tú y Yoongi descubrirán su propio camino, ¿sí? Pero.
Se inclinó y puso sus manos sobre las de Jungkook, diciendo en un tono muy solemne —Tienes mi bendición.
Y Jungkook se río, algo de su tensión desapareció —Gracias —dijo —Yo...necesitaba escuchar eso.
Jimin apretó sus manos y se enderezó —Bien. Ahora bebe tu té y dime, ¿es Yoongi un buen besador?
Jungkook se ahogó con el sorbo que acababa de tomar.
—Porque pareciera serlo, ¿sabes? Algo sobre su boca...
—Oh por dios —dijo Jungkook y enterró su cara ardiente en sus manos.
Jimin se río, bromeando y brillante y la tensión se disolvió un poquito más.
——
Después, cuando la taza ya estaba vacía y Jimin había subido de nuevo para "tomar ventaja por completo de este domingo por la mañana, gracias" Yoongi arrastró sus pies hasta el comedor, viéndose adorablemente despeinado en su usual suéter grande y sus pantalones de pijama, y el corazón de Jungkook dio un vuelco familiar.
—Hey —dijo desde su lugar en el sillón, dejando a un lado el libro que había estado intentando leer sin muchas ganas.
Yoongi movió su mano y sonrió. Era un poco incómodo, pensó Jungkook, ninguno de los dos estaba seguro de esto aún. De la estabilidad del piso bajo sus pies.
Ven aquí, quería decir. Bésame de nuevo.
¿Tienes miedo? Quería preguntar. ¿Y significa eso que es amor?
En vez de eso, fue Yoongi quien siguió moviéndose. Quien caminó hasta el sillón y deslizó una mano por el cuello de Jungkook, quien lo dejó escuchar, con su voz áspera por la mañana, hey buenos días te extrañé me gusta como te ves ahora me gusta como te ves todo el maldito tiempo, tomó una respiración profunda y sus pensamientos se ordenaron. Perdón. Quiero besarte de nuevo, ¿está bien?
—Sí —susurró Jungkook —está bien.
Así que Yoongi se inclinó y junto sus bocas y Jungkook podía sentirlo ahora, Yoongi tenía miedo. Estaba ahí, presionado contra sus costillas y forrando sus pulmones, porque recordaba cómo se sintió esto una vez y cómo se destrozó bajo sus pies junto a sus sueños. Pero había alegría, también, brillando con electricidad y esperanza, de que esta vez sería diferente.
Y todas esas cosas le dieron el coraje a Jungkook para estirar sus manos y envolverlas en la cara de Yoongi. Para profundizar el beso hasta que todo su mundo fue la sensación de los labios de Yoongi contra los suyos y las manos de Yoongi en su piel y la lengua de Yoongi rozándose con la suya.
Ambos tenían miedo y ambos estaban intentando ser valientes y ambos querían esto, lo suficiente para doler con ello.
Y ese era un comienzo, ¿no?
—Oye —dijo Jungkook cuando Yoongi retrocedió, moviendo sus manos cuidadosamente hasta la cintura de Yoongi —estoy realmente feliz.
Yoongi sonrió lo suficiente para arrugar su nariz y hundió sus dedos en el cabello de Jungkook. Articuló con su boca, yo también.
——
La primavera llegó como un disturbio, con el color estallando por todos lados. Taehyung tiñó el cabello de Yoongi rosa una tarde de un martes y Jungkook amó el color al igual había amado todos los otros. Enterró sus manos en el cabello de Yoongi y le dijo, "te ves bien", con un calor en su voz que estaba olvidando cómo retener.
Yoongi le guiñó un ojo, le sonrió de medio lado e hizo a Jungkook débil.
——
No eran un secreto, por lo que ninguno de ellos dio ningún anuncio sobre ello y el resto de la casa les dio su bendición uno por uno:
—Estoy feliz por ustedes, hijos míos —dijo una mañana Taehyung con sus manos en sus cabezas como un abuelo. Falló en evitar el codazo que Yoongi direccionó en su estómago. Terminó doblándose y apoyó su mano contra la mesa de la cocina, riéndose y jadeando al mismo tiempo.
—Creo que son buenos para el otro —anunció Seokjin, sonando muy parecido al amigo con rol de mamá que insistía que no era —lo apruebo —Yoongi dijo algo sarcástico en lenguaje de señas, juzgando por la expresión en su cara y Jin, predeciblemente, lo golpeó en el hombro con un paño de cocina.
—Lo eres, sabes —le dijo Hoseok una tarde mientras estaban en el invernadero, y su proclamación tenía el peso de los años y tragedia detrás —bueno para él. Jungkook dijo, insistentemente: —él es bueno para mí —porque Yoongi era quien lo hacía querer ser valiente. Quien le hacía creer que podía ser valiente. Hoseok sonrió en respuesta a esto y Jungkook sintió que probablemente pasó una prueba invisible.
—Por favor no tomes esto de mala forma —le dijo Namjoon mientras cerraban la tienda —¿pero sé cuidadoso con él? Sé que te preocupas por él y que no eres- —Namjoon suspiró —esto no es un sermón o algo así. Eres bueno para él, Jungkook-ah. Es solo que- ha pasado por mucha mierda. Así que, por favor, ¿sé cuidadoso con él? —y había tanto amor en la voz de Namjoon, en su pedido, que el corazón de Jungkook se apretó —Lo seré —le prometió y lo decía en serio —lo seré —Namjoon sacudió su cabello y asintió, como si eso fuera todo lo que necesitaba para confiarle el corazón de su mejor amigo a Jungkook y eso es...el propio corazón de Jungkook se apretó de nuevo, más fuerte y más agudo que antes.
——
La primavera llegó como un disturbio y Jungkook apretó sus dientes por los últimos meses del semestre, por la batalla cuesta arriba que sería convencer a sus padres de dejarlo quedarse en Nueva York por el verano. Ya no estaba en probación académica, no estaba reprobando más que nada gracias a Yoongi, Namjoon y ahora la tutoría de Jin, pero sus padres no querían que trabajara. Seguían queriéndolo cerca, más que nada y no podía imaginar tres meses en Busan, encerrando su magia y esta casa, sus amigos y a Yoongi con ella, mientras mantenía la cabeza agachada.
Por fin sentía que podía respirar y no quería renunciar a eso.
Podría ir a visitarte, sugirió Yoongi en la esquina del cuaderno de dibujos de Jungkook. Mi familia está en Daegu y les debo un viaje de vuelta.
—No —dijo Jungkook, quizás demasiado duro. Ante el ceño fruncido de Yoongi, tragó saliva, abriéndose para admitir —Me importas demasiado, hyung, y ellos...ellos serán capaces de verlo.
Yoongi se suavizó. Tomó el lápiz de nuevo. Pensaremos en algo.
Jungkook esperaba desesperadamente que tuviera razón. No quería pensar en ello ahora, sin embargo, cuando todos los árboles estaban floreciendo afuera y la tierra finalmente comenzaba a descongelarse.
—Oye —dijo, pinchando a Yoongi con su propio lápiz —¿Ve a una cita conmigo?
Yoongi le sonrió, de medio lado y escribió claro, arriba de la página.
—Mañana en la noche —decidió Jungkook porque sabía que Yoongi no trabajaba en la tienda y ese día tenía un día ligero de clases. El ensayo que debería comenzar a escribir podía esperar otro día. —¿A las 7 p.m.?
¿Vas a ir a recogerme? Los ojos de Yoongi bromeaban, pero quería hacer esto bien.
—Sí, usa algo lindo.
Yoongi lo golpeó en la frente y sus dedos se quedaron allí lo suficiente para que Jungkook escuchara su mocoso, pero había más cariño que enojo detrás.
Jungkook mordió su labio para esconder su sonrisa —Por favor usa algo lindo, hyung.
Sacaré mi mejor suéter, prometió Yoongi y Jungkook se río, entonces, presionando su frente contra el hombro de Yoongi, absorbiendo las chispas de felicidad, dejándolas explotar junto con sus nervios.
——
El pánico llegó la mañana siguiente, porque mierda, ¿a dónde llevabas a alguien a una cita? ¿especialmente si ese alguien era Min Yoongi? Un restaurante parecía demasiado simple y estresante; Yoongi odiaba intentar pedir algo y odiaba incluso más cuando alguien lo hacía por él. Ninguno de los dos era del tipo de ir a un museo o una galería de arte. Había estado lloviendo los últimos días, ahora mismo estaba lloviendo, y eso quitaba una caminata por el parque.
Caminó en círculos todo el día, pensando en una idea para luego rechazarla por otra y repetir el mismo proceso. Apenas les prestó atención a sus clases y terminó viéndose como un estúpido cuando falló en notar que el profesor lo había llamado y esperaba una respuesta por al menos unos treinta segundos. Yoongi se sentía más importante que esa clase aburrida, de todas formas, quería hacer las cosas bien, incluso si no tenía idea de qué significa "bien".
Fue en la tarde cuando se derrumbó y mensajeó a Namjoon.
Jungkook [4:14 pm]
Hipotéticamente, ¿dónde llevarías a Yoongi a una cita?
Namjoon [4:17 pm]
Este eres TÚ preguntando dónde deberías llevar a Yoongi a una cita?
Jungkook [4:17]
Hipotéticamente
Namjoon [4:18]
Mierda no sé Kook, nunca he pensado sobre salir con Yoongi
Pregúntale a Hobi, es mejor con esta clase de cosas
Y en realidad tuvo un crush gigante con Yoongi en segundo año
Jungkook [4:19]
Espera qué
Un crush?
En Yoongi?
Namjoon [4:20]
No hablaré más del asunto
Molesta a Hoseok
Jungkook maldijo en voz baja y se bajó de su cama para caminar por su habitación mientras abría el chat de Hoseok. Estaba muriendo por preguntar acerca de su misterioso crush, porque eso sonaba como una historia interesante, pero había prioridades.
Jungkook [4:22 pm]
Oye Hoseok-hyung, hipotéticamente dónde llevarías a Yoongi para una cita?
Hoseok [4:23 pm]
Depende
Es la primera cita?
Jungkook [4:24 pm]
Sí?
Hoseok [4:25 pm]
Por qué el signo de interrogación?
Jungkook [4:26 pm]
O sea, hemos salido juntos antes pero no en una CITA cita
Hoseok [4:26 pm]
En este escenario hipotético, cierto? 😉
Jungkook [4:27 pm]
Completamente hipotético, sí
Hoseok [4:27 pm]
Está bien, primera cita, llévalo aquí
Jungkook abrió el link y se abrió una página web del "emporio de rarezas más antiguas de Nueva York". Se veía como un lugar caótico, completamente lleno de mierdas raras y Jungkook supo después de dos imágenes en que Yoongi lo amaría.
Hoseok [4:29 pm]
Tienes que elegir un lugar para cenar porque no voy a hacer todo el trabajo
Jungkook [4:30 pm]
Lo haré. Hipotéticamente.
Hoseok [4:30 pm]
Claro 😛
Jungkook [4:31 pm]
Gracias hyung
Hoseok [4:32 pm]
No hay problema
Y Jungkook debería dejarlo ahí, probablemente, pero tenía curiosidad y una distracción le ayudaría.
Jungkook [4:33 pm]
Así que, sobre este crush en Yoongi que mencionó Namjoon...?
Hoseok [4:34 pm]
Nadie puede probar que eso pasó y no deberías escuchar ni una palabra que diga Namjoon
Jungkook [4:35 pm]
Así que no pasó?
Hoseok [4:35 pm]
Sin comentarios
Jungkook [4:36 pm]
Sí pasó?
Hoseok [4:37 pm]
SIN COMENTARIOS
Ve y prepárate para tu "hipotética" cita, mocoso, y déjame en paz
Jungkook se río y dejó su celular a un lado. Algo de su pánico se calmó. Llevaría a Yoongi a aquella tienda y luego quizás al usual restaurante para comer brochetas de corderos en la tarde. Sería una tarde relajante, justo como casi todas las que habían pasado juntos. Sería absolutamente-
Mierda. ¿Qué usaba la gente en las citas?
Se quejó y tomó su celular de nuevo, incluso cuando una pequeña voz le recordó que a Min Yoongi probablemente no le importara una mierda la ropa que se pusiera. Pero le dijo a Yoongi que usara algo bonito y eso significaba que él tenía que usar algo bonito también y-
Jungkook [4:43 pm]
Taehyung necesito tu ayuda
Taehyung [4:44 pm]
Qué pasa mi pequeño saltamontes?
Jungkook [4:45 pm]
Hipotéticamente, qué usarías en una cita con Yoongi?
Taehyung [4:46 pm]
Estaré allí en media hora
——
Taehyung sacó todo de su armario, se quejó por la falta de opciones en general ("¿por qué diablos tienes cinco camisetas negras iguales, pero ninguna con botones?") y eventualmente le entregó un par de pantalones negros y un suéter blanco bonito que había olvidado por completo que tenía.
—Usa esto con tus botas. Las negras —y luego le entregó una chaqueta de cuero que Jungkook compró por capricho y que inmediatamente decidió que se veía ridículo en ella y nunca la usó de nuevo —y luego ponte esto.
Miró la chaqueta titubeante. Taehyung la sacudió. —Jungkook-ah. ¿Voy o no voy a recibir un título en moda por uno de los mejores institutos del mundo?
—Lo recibirás —murmuró Jungkook, tímido y malhumorado.
—Entonces usa la maldita chaqueta —le dijo Taehyung y se la tiró a sus brazos.
Se cambió en el baño, sintiéndose un poco ridículo, pero Taehyung silbó cuando salió —Olvida a Yoongi, deberías ir a una cita conmigo.
—Detente —Jungkook miró hacia el techo para esconder su sonrojo —¿De verdad crees que me veo bien?
—Te ves caliente —dijo honestamente Taehyung y su sonrojo aumentó —Y, además, es solo Yoongi. Estarás bien.
—Sí —dijo silenciosamente —es Yoongi.
Taehyung se suavizó y lo envolvió en un abrazo de oso, haciendo un vaivén de atrás hacia adelante como siempre hacía cuando intentaba consolar a alguien. —Está loco por ti, Kook. Estarás bien y ni siquiera necesito ser un vidente para decirte eso.
—¿De verdad?
—Te lo juro —dijo Taehyung —Ahora debo irme. Abre tus alas y vuela, pequeña ave.
—Soy más alto que tú.
—Silencio. Oh... —Taehyung se detuvo en la puerta y tomó una gorra roja desde una mesa donde estaba olvidado hace dos días —...y usa esto, también —se lo lanzó, sonriendo cuando Jungkook lo agarró por reflejo —Mátalos.
—¿Matarlos?
—Ya sabes a qué me refiero.
Y luego se fue.
Jungkook tomó una bocanada de aire. Bien, todo iba a estar absolutamente bien.
——
Yoongi abrió la puerta usando pantalones apretados y una chaqueta verde sobre una camiseta blanca, con aros plateados en sus orejas. Jungkook dejó salir un "mierda" en voz alta al verlo. Yoongi parpadeó, luego sonrió y miró a Jungkook desde sus botas hasta sus mejillas sonrojadas. Articuló un "mierda" de vuelta.
Jungkook dejó salir unas risitas y el nudo que había tenido todo el día en su estómago se aflojó un poco más. —¿Listo?
Yoongi asintió y cerró la puerta tras él. Las cortinas se movieron en una de las ventanas, los demás, sin duda, viéndolos irse. Solo por eso, Jungkook pasó su brazo por el de Yoongi mientras bajaban por la calle.
—Te ves bien.
Yoongi sacó su brazo y tomó la mano de Jungkook. Taehyungie puede que me ayudara.
Una risa se escapó de la boca de Jungkook. Ante la mirada interrogante de Yoongi, sacudió su cabeza. —También me ayudó.
Yoongi se río, también, e inclinó su cabeza. Esta es la chaqueta de Jimin.
—Olvidé que tenía este suéter.
No tenemos remedio.
—Completamente.
Yoongi se río de nuevo, de forma susurrante y feliz y el nudo se calmó incluso más. Podían hacer esto, pensó Jungkook. Eran desastres sin remedio, pero al menos estaban en esto juntos.
——
La tienda resultó ser igual de raro como lo decía la propaganda y Yoongi, previsiblemente, la amó. Pasaron dos horas navegando por la tienda pequeña, riéndose de las muñecas aterradoras y haciendo muecas ante las diversas calaveras que había. Encontraron una lata con condones antiguos que hicieron que Jungkook se sonrojara y Yoongi se riera; dados hechos con huesos reales, un abridor de cartas hecho con huesos reales; un cocodrilo relleno que inexplicablemente fue convertido en una lámpara y que quizás le daría pesadillas a Jungkook en el futuro; toda una colección de relojes de bolsillos con caras.
Yoongi se detuvo frente a una bolsa con rocas y sonrió, estirando su mano para tomar la de Jungkook nuevamente. Son mágicas.
—¿En serio?
Yoongi asintió y puso una de las piedras en la otra mano de Jungkook. Casi de inmediato sintió una pequeña ola de una calidez relajante en su cuerpo. —Whoa.
Es amazonita, infundida con energía mágica. Debe ayudar con el estrés. Tengo una que Hoseok hizo un collar para mí.
Jungkook parpadeó y miró la piedra verde y suave con impresión —eso es genial.
Te la compraré, decidió Yoongi, quitándole la piedra.
Jungkook protestó por instinto —Pero, hyung, yo te traje a esta cita a ti-
Yoongi golpeó su cuello gentilmente. Dejó que sus dedos se quedaran para poder decir, esta cita es una experiencia mutua, Jungkook-ah. Déjame comprarte la maldita roca.
Jungkook se río, a pesar de todo y cedió —Bien, cómprame la maldita roca, hyung.
Yoongi le compró la maldita roca. Asintiendo y negando ante las preguntas de la cajera. ("Ohh, buena opción" asentir. "¿es para ti?" negar. "¿Oh? ¿Para él?" asentir "Eso es muy dulce" asentir, sonreír tímidamente. "¿Quieres una bolsa?" asentir "Aquí está tu cambio. ¡Ten una buena noche!" asentir, despedirse con la mano) y luego dobló la bolsa y la guardó cuidadosamente en la chaqueta de Jungkook cuando estuvieron en la calle.
Probablemente Hoseok te haría un collar, también, si quieres.
Jungkook apretó la mano de Yoongi y pensó, sin poder evitarlo, te amo. Te amo demasiado.
Pero no se sentía como el momento correcto para decir eso. Las palabras, pensó, no saldrían bien cerca del nudo que todavía tenía en su estómago, su garganta, su pecho. Sin embargo, tenían tiempo (al menos, esperaba que tuvieran) y lograría decirlas, eventualmente, incluso si no lo hacía con su boca.
—Vamos —dijo, en vez de eso —comida.
Comida, aceptó Yoongi asintiendo solemnemente. ¿Brochetas?
—Quizás —respondió Jungkook y Yoongi sonrió.
Demasiado, pensó Jungkook nuevamente y se preguntó si eso lo asustaría. Quizás no podías amar sin un poco de miedo. Quizás eso no era algo malo.
Miedo y felicidad, el salto, el océano, el agua que podía sentir algunas veces, doliendo cerca de sus pulmones, y quizá nada de eso importaba, a largo plazo. Porque ahora mismo, estaba aquí y Yoongi estaba aquí, sosteniendo su mano bajo las luces de Nueva York y pensó que lo lograrían, a pesar de toda el agua.
Y quizá eso es lo que es amor: esperanza, a pesar del miedo, de que ambos lograrían sobrellevar cualquier cosa que la vida les lanzara con sus dedos entrelazados fuertemente.
——
El jardín de Hoseok floreció, al igual que los árboles en la ventana de Yoongi, rosados como su cabello. Central Park era un mar de flores y Jungkook pasó una tarde allí con su cámara y Hoseok, bebiendo el olor a las flores y el regocijo de las personas ante la llegada de la primavera.
—Esta es mi parte favorita del año —dijo Hoseok, atrapando pétalos con su mano —¿Puedes sentir toda esa vida?
—Sí —dijo Jungkook, viendo como unos niños se perseguían el uno al otro riendo en el césped —Puedo.
Sacó una fotografía de Hoseok bajo uno de los árboles, sonriendo como la luz del sol, a pesar de la lluvia que permanecía, con pétalos en su cabello negro.
——
—Odio la primavera —se quejó Seokjin cuando Jungkook pasó a la tienda una tarde. Se veía miserable, con los ojos hinchados y rojos y con una caja de pañuelos cerca de él. —Desearía poder quedarme como un gato todo el tiempo. Maldito polen.
—Deberías beber lo que hace Hoseok —señaló Namjoon desde donde estaba revisando los últimos libros que compraron —Ayuda.
—Es asquerosa —se quejó Seokjin —sabe a vómito.
—Pero ayuda.
Seokjin gruñó y estornudó, tan violentamente que sacudió todo su cuerpo. Jungkook acarició su espalda en simpatía.
——
Aún dormía en la cama de Yoongi al menos cuatro noches a la semana, pero ahora pasaban la noche enredados el uno con el otro. Se besaban antes de dormir y de nuevo cuando despertaban en la mañana. Jungkook había trazado cada centímetro de la boca de Yoongi, pensó. Se aprendió la curva del cuello de Yoongi y las hendiduras de sus clavículas. Conocía la sensación de las manos de Yoongi en sus caderas, su estómago, su columna, deslizándose bajo su camisa hacia arriba, hasta que los dedos de Yoongi rozaban sus pezones y Jungkook jadeaba.
No avanzaron, sin embargo. La vez que Jungkook intentó devolver el favor, meter sus manos debajo del suéter de Yoongi, sintió una chispa de terror que no era suya y Yoongi tomó su muñeca, siseó no en su mente lo suficientemente fuerte para que hiciera una mueca.
—Lo-lo siento —balbuceó, sorprendido —no quería...
Yoongi sacudió su cabeza. No, perdón perdón no quería asustarte es solo...
Besó la mano temblorosa de Jungkook, la línea de su palma. Te diré te mostraré lo prometo solo necesito tiempo solo un poco más de tiempo está bien, ¿Jungkook-ah?
Jungkook no entendió, pero había sombras antiguas en los ojos de Yoongi, de tragedia. —Por supuesto —dijo, acercándose para rozar la mejilla de Yoongi, para tomar su cintura protegida con la tela de su suéter e intentar calmar la tensión que todavía estaba en su cuerpo —Por supuesto, hyung. El tiempo que necesites.
No era como si Jungkook tuviera prisa. Amaba a Yoongi, deseaba a Yoongi, pero nunca se había permitido pensar sobre sexo con nadie antes, no en realidad, y era...era un montón. Era vagamente aterrador. Solo el hecho de que a Yoongi no le importara tocarlo lo abrumaba a veces. Que los demás estuvieran felices de abrazarlo y tomar su mano para que pudiera escuchar sus pensamientos...no era algo que pensó que pudiera tener, y eso era más que suficiente de muchas maneras.
Podía ir lento, si eso era lo que Yoongi necesitaba. Debería ir lento porque eso era lo que el necesitaba, también.
—El tiempo que necesites —repitió y Yoongi dejó salir un sonido placentero en su cuello. Gratitud sin palabras.
——
Estaba dibujando de nuevo y sacando fotografías y yendo al estudio para bailar con Hoseok y Jimin dos veces a la semana, y eso significaba que sus estudios estaban siendo ignorados. No podía concentrarse cuando era todo lo contrario a lo que quería, pero no tenía ninguna forma de explicárselo a sus padres.
Estaban en Skype de nuevo, hablando de sus notas siempre bajas y sobre volver a Busan y quizás ver a alguien, para que le pusiera un tipo de medicación porque seguramente esta falta de concentración no era normal, ¿cierto?
Algo dentro de él tembló ante el pensamiento de drogas, al menos del tipo que sus padres querían darle. Lo hicieron antes, en la secundaria. Las obtuvieron de un doctor que supuestamente estaba especializado en usuarios de magia y escribió todo tipo de palabras que Jungkook no entendía en un cuaderno antes de mandarlos a la farmacia con la receta. Aquellas drogas lo hacían lento e inactivo y demasiado obediente, lidiaban con su ansiedad y su magia alejando toda su habilidad para sentir. Y no podía, no podía imaginar volver a esa vida media entumecida cuando se sentía tan lleno ahora, tan lleno y vivo.
—¿Quizás podría cambiarme de carrera? —preguntó, en un susurro y nervioso, arrugando la manga de su suéter en sus manos enguantadas y temblorosas. (No los había estado usando, cuando comenzó la llamada, y lo regañaron por eso, le preguntaron si se estaba arriesgando de nuevo.) —No creo...no creo que negocios sea...para mí. Q-quizás algo más... ¿creativo?
—Jungkook —suspiró su madre —ya hablamos de esto.
—No dejaremos que pierdas educación en algo tan frívolo. —dijo su padre.
—Pero es en lo que yo-yo soy bueno —susurró y parpadeó para no llorar. Sus padres odiaban cuando lloraba y quería decirles que lo sentía. Era su único hijo y sentía tanto que no era como ellos esperaban que fuera, lo que ellos presionaban que fuera, lo que ellos querían que fuera.
(Pero también estaba tan, tan cansado de las disculpas. Quería preguntar, con todas sus ganas, ¿por qué no podían amarlo de la forma en que era? Su magia y su creatividad y su sexualidad, ¿por qué nada de eso estaba bien? Era su hijo, ¿no significaba eso que debían amarlo sin importar qué?)
—No, Jungkook —dijo su padre.
—Esperamos que mejores para el verano —añadió su madre con el ceño fruncido —O volverás a casa, ¿está bien? No puedes seguir así.
Pero soy feliz. Hice amigos. Conocí a un chico. Soy tan, tan feliz.
—Está bien —les prometió y colgó la llamada sintiendo enfermo de nuevo, aterrado y quizás con el corazón roto.
Le mensajeó a Yoongi antes de que pudiera pensarlo demasiado, sus manos seguían temblando y luego se metió a la cama. Yoongi llegó a los veinte minutos con una bolsa de comida tailandesa y con Jimin y Taehyung.
Insistieron, escribió, sosteniendo su celular para que Jungkook pudiera leer con sus ojos borrosos por las lágrimas.
Jungkook asintió, mordiendo sus labios y Jimin tomó sus manos, con sus guantes aun cubriéndolas —¿Puedo quitarte esto, Kook?
—Por favor —dijo Jungkook, con la voz quebrada. No quería usar nunca más los malditos guantes.
Jimin los sacó y entrelazó sus dedos. Estamos aquí te tenemos solo déjalo salir, Kook.
El primer sollozo salió mientras Yoongi ponía la comida en la cocina y Jimin y Taehyung lo ayudaron a volver a la cama, acostándose uno a cada lado. Aunque le hicieron espacio a Yoongi cuando se unió. Taehyung retrocedió para que Yoongi pudiera estar entre él y Jungkook, besando la cien de Jungkook.
Les contó sobre las drogas entre lágrimas y sintió algo de satisfacción ante los sonidos de furia que dejó salir Jimin, el tirón que Taehyung le dio a su suéter. Yoongi solo se veía triste. Quitaba el flequillo de su frente.
Tomé pastillas como esas, cuando todavía intentaba reprimir mi magia. Son mierda mala.
—Son mierda mala —coincidió Jungkook.
—Toda la maldita razón —dijo Jimin —solo son una excusa para volverte un zombie. Si realmente intentaran tratar a alguien con ansiedad, te hubieran llevado a un doctor apropiado que se especializase en medicación para usuarios de magia.
—Eso lo sabe, Jiminie —murmuró Taehyung, acariciando el estómago de Jungkook.
—Sé que lo hace —gruño Jimin —pero estoy enojado de su parte y quiero hablar.
Jungkook bufó, a pesar de sus lágrimas y se acercó al beso que Jimin presionó en su cabello —Gracias.
Los labios de Yoongi encontraron su cuello. Estarás bien no dejaremos que eso pase de nuevo te lo prometo.
Jungkook quería creerles, lo hacía, pero no podía todavía. Dolería mucho, si Yoongi se equivocaba.
Lo destrozaría.
——
—¿Qué pasaría si le dices la verdad? —le preguntó Namjoon, dos días después. El problema con sus padres se había esparcido por la casa y todos parecían determinados a encontrar una solución. Lo que era demasiado como para que Jungkook lidiara con eso, en realidad, la idea de ellos preocupándose tanto por él.
—Me desheredarían —respondió con certeza. Ya no sería su hijo.
—Podrías venir a vivir a la casa —sugirió Seokjin —prácticamente ya lo haces, de todas formas.
—Sí, y podríamos ayudarte a entrar al programa creativo.
Jungkook sacudió tristemente su cabeza, diciéndose tercamente que no iba a llorar de nuevo. Por décima vez en dos días. Eso era un nivel de patético que realmente no quería alcanzar. —No podría pagarlo.
—Podría ayudarte a conseguir becas —dijo Namjoon, ansioso.
—Y yo podría cubrir el resto —añadió casualmente Seokjin, como si estuviera hablando sobre el clima.
—¿Q-qué? —preguntó Jungkook, con la boca abierta —no te podría dejar hacer eso.
Seokjin se encogió de hombros. —Sería una inversión, en el futuro de alguien. No puedo pensar en una mejor manera de gastar dinero.
Oh, Dios, eso era demasiado. Eso era demasiado. Jungkook limpió sus ojos. —No te puedo dejar hacer eso.
—Eres mi familia —dijo Seokjin, con un apretón en su hombro y una sacudida en su cabello. Jungkook se balanceó, sintiendo que le dieron un golpe con la simple declaración, presentada como un hecho. El cielo es azul, el agua está mojada y Jungkook es familia —Claro que puedo.
—No queremos perderte, Jungkook —dijo Namjoon —queremos ayudar.
—Sé que quieren —susurró Jungkook, limpiando frenéticamente sus ojos traidores nuevamente.
—Piénsalo —dijo Seokjin y Jungkook prometió que al menos podía hacer eso.
——
La primavera llegó lentamente, el color dándole paso al verde y la ciudad se calentó lo suficiente para que Jungkook cambiara sus suéteres y abrigos por su usual camiseta negra o blanca (a las que Taehyung todavía rodaba los ojos). Yoongi, notó, se quedó con sus suéteres, ni siquiera levantaba las mangas en el calor de la tarde.
Había algo ahí, Jungkook lo sabía. Una herida que Yoongi no estaba seguro si quería que Jungkook viera. Y quería darle tiempo a Yoongi, pero luego de ver cómo Yoongi bajó sus mangas cuando se dio cuenta que se subieron con algo como pánico en su cara por un momento, pensó que quizás todos necesitaban un empujón de vez en cuando.
Le tomó dos semanas, sin embargo, para juntar coraje para confrontar a Yoongi. Eligió la tienda, tierra segura, y la tarde de un jueves tranquilo, cuando no habían tenido clientes en horas por culpa de la lluvia.
(Lluvia, como el primer día que se conocieron.)
—Oye, hyung, puedes decirme, ¿sabes? —dijo, mirando donde Yoongi leía en el mostrador, con su cara volteada así que lo único que podía ver Jungkook era la curvatura tensa de su espalda —Sea lo que sea. No me...seguiré aquí. Lo prometo.
Yoongi lo miró, mordió su labio, con sus dedos apretando fuertemente el libro en su regazo, pero no estaba cerrándose y Jungkook podía esperar.
No aquí, escribió en su celular después de un largo tiempo. Cuando lleguemos a casa.
Casa. Jungkook sintió la palabra en sus huesos, se preguntó cuando aquella casa tomó ese significado. Probablemente un mes después que fue por primera vez, si era honesto consigo mismo. Quizás un poco antes. Quizás justo después de que Taehyung y Jimin lo envolvieran en mantas y Yoongi tocara su hombro y le dijeran que se quedara.
—Está bien —aceptó, estirando su mano para posarla en la rodilla de Yoongi —cuando lleguemos a casa.
Yoongi puso su mano sobre la de Jungkook y la apretó una vez, fuerte, antes de volver a su libro.
——
De vuelta en la casa, Jungkook se sentó frente a Yoongi en el piso de su habitación. Seguía lloviendo, un tamborileo persistente contra las ventanas, y los nervios de Yoongi llenaron el aire con estática, la lengua de Jungkook sabía a quemado.
—Hyung... —comenzó Jungkook, no muy seguro de que consuelo o palabras tranquilizadoras podía ofrecer, pero antes de que pudiera encontrar las palabras (o cualquier palabra) Yoongi subió la manga de su suéter.
Jungkook contuvo la respiración. Cicatrices. Los brazos pálidos de Yoongi estaban llenos de cicatrices. Algunas de ellas cruzaban su piel en largos tajos y otras se veían como si hubieran llegado hasta el hueso. Una particularmente mala partía desde la muñeca de Yoongi, verticalmente hasta su codo y Jungkook recordó atolondradamente en un momento de desesperación a los dieciséis, buscando la mejor forma de morir en su computadora en medio de la noche y había páginas que decían-
Yoongi tomó su mano, como si pudiera leer los terribles pensamientos que estaban en su mente. No lo hice. No lo hice, Jungkook-ah. Este fue el ritual.
—¿El ritual? —susurró Jungkook —¿El que hiciste para intentar recuperar tu voz?
Yoongi asintió. Sí. Fue magia negra. Jungkook miró el brazo de Yoongi nuevamente, trazó con cuidado y gentileza sus cicatrices. Los rituales son más complejos que los hechizos, ¿recuerdas?
Vagamente. Fue una de las lecciones de Namjoon, los diferentes niveles de magia y poder requerido para cada uno. Primero: la habilidad con la que nacías, la que debía venir tan natural como respirar. (Aunque las habilidades variaban dependiendo de la fuerza, Jimin dijo una vez que conoció a un médium que solo podía escuchar a los fantasmas y no era lo suficientemente poderoso para verlos). Segundo: hechizos simples como barreras y limpiar tu casa. Tercero: rituales, los que tenían muchas reglas y tomaban un montón de poder y que generalmente era mejor mantenerse lejos.
Bueno este era uno peligroso, continuó Yoongi, mirando su regazo. Estaba intentando intercambiar algo por mi voz. Como mis ojos. Pensé que, si daba algo, entonces recuperaría mi voz. Pero...debí haber hecho mal el ritual y el hechizo contraatacó. La magia...me atacó. Puede pasar cuando cometes un error.
Sacó su brazo del agarre de Jungkook. Jugó con el borde de su suéter. ¿Conoces el hechizo de Harry Potter? ¿El que Potter usó contra Malfoy en el sexto libro?
—¿Sectusempra? —sus padres no querían que leyera Harry potter cuando era un niño, pero metió los libros a casa desde la librería y se los devoró, de todas formas. Una de sus pequeñas y raras rebeldías.
Yoongi asintió nuevamente. Sí, algo como eso. Como ser cortado por una docena de espadas invisibles. Me desmayé. Hizo una mueca. Hoseok me encontró en una piscina de sangre en medio de mi departamento. Yo...casi morí. Perdí demasiada sangre. Y luego los cortes, mágicamente se abrieron, después de la cirugía, así que tuvieron que llamar a un doctor especial...
Un temblor le recorrió, quizás dolor fantasma, y Jungkook pudo sentir la presión de su mano, el dolor de su temor bajo el corazón roto de Jungkook.
—Hyung —susurró.
Yoongi sacudió su cabeza y tomó las manos de Jungkook. Con cuidado, con mucho cuidado las llevó bajo su suéter, y Jungkook pudo sentirlas: más cicatrices esparcidas por su torso. En su estómago y costados y una o dos en su pecho.
Su corazón dolía dolía dolía.
Lo siento, susurró Yoongi en su mente. Son malditamente feas. Y por mi propia culpa.
—No —insistió Jungkook inmediatamente, a pesar de que no sabía que decir después. No son feas porque son parte de ti o estabas desesperado, lo entiendo, algo vital se te fue arrebatado.
Nada de eso se sentía suficiente, así que Jungkook se acercó, hasta que sus rodillas se estaban tocando y llevó uno de los brazos de Yoongi hasta su boca, deslizó sus labios sobre las cicatrices más profundas e intentó alcanzarlo con su magia, para hacerle saber a Yoongi que no estaba enojado o disgustado o molesto. Que esta agudeza en su pecho era su propia pena, por el Yoongi que estaba lo suficientemente desesperado y solo para usar un ritual de magia negra para recuperar su voz. Por el Yoongi que debió estar asustado, tirado en el piso de su propio departamento, muriendo. Por el Yoongi que despertó en un hospital con cicatrices recientes y sin voz y tuvo que armarse nuevamente.
Por el sonido bajo de sorpresa que salió de la boca de Yoongi, debió sentir al menos algo.
—Eres tan valiente —dijo Jungkook, besando la muñeca dañada de Yoongi, su palma —eres tan valiente, hyung.
Fui un idiota, debatió Yoongi. Y pagué por ello.
—Pero seguiste adelante —insistió Jungkook —estás aquí. Con cicatrices y todo.
Yoongi hizo otro sonido, más cercano a una risa incrédula esta vez. Supongo. Con cicatrices y todo.
—Con cicatrices y todo —repitió Jungkook con una sonrisa que probablemente era muy enamoradiza.
Gracias gracias no estaba seguro si todavía me ibas a querer, hubiera entendido si no lo hacías, pero gracias...
Jungkook metió sus manos bajo el suéter de Yoongi otra vez, deslizó sus dedos por su estómago y caderas y costados, piel suave mezclada con cicatrices.
Siempre te querré, fue lo que no dijo, pero creía que Yoongi podía sentirlo, de todas formas, en su magia, en su toque, en el jadeo que se escapó cuando la boca cálida de Yoongi se movió a su cuello. Siempre, siempre te querré.
(No estaba seguro de muchas cosas, pero estaba bastante seguro de eso.)
Yoongi se movió de nuevo, envolvió sus brazos alrededor de Jungkook para acercarlo. Estaban casi pecho a pecho ahora, con la cara de Yoongi enterrada en su cuello y las manos de Yoongi agarrando los costados de su camiseta. Se movió, deslizó sus manos por la espalda de Yoongi para acercarlo incluso más, presionó su mejilla a un lado de la cabeza de Yoongi.
Se quedaron así por un tiempo, simplemente sosteniendo al otro.
——
—¿Qué otras cosas pueden hacer con magia negra? —le preguntó a Yoongi más tarde esa noche, luego de que se acostaran.
Muchas cosas, respondió Yoongi con su mejilla presionada en el hombro desnudo de Jungkook, donde su camiseta se bajaba. Ya que la magia es sobre intención, la gente mala puedo usarla para todo tipo de cosas horrendas. Como robar voces o contaminar lugares para que se sientan oscuros y los espectros son atraídos o incluso quitarte toda tu magia.
—¿Quitarte la magia?
Sí. Si usamos demasiada magia o nos es robado, nos moriremos. Hay rituales que pueden quitarle la magia a una persona, guardarla para que otra persona la use.
—Y matar la primera persona en el proceso —murmuró Jungkook, horrorizado. No podía imaginar hacer algo así. Dañar a otra persona de esa forma. Entendía, un poco mejor, por qué sus padres estaban tan aterrados, incluso si no estaba de acuerdo por completo con ellos.
Sí. Es mierda oscura, Kook. Mantente alejado.
—Eso planeo —le aseguró Jungkook con un escalofrío —Muy, muy lejos.
Bien, dijo Yoongi y besó su cuello.
—El chico que te hizo daño —dijo Jungkook, porque había estado pensando en eso sin parar desde que vio las cicatrices —Era un verdadero imbécil.
Sí, coincidió Yoongi con determinación. Lo era. Joonie quería que lo demandara por agresión.
—¿Por qué no lo hiciste? —preguntó Jungkook, intentando no sonar acusatorio.
Yoongi suspiró. Porque se había ido y yo estaba roto. Y seguía amándolo, de una manera horrible. Dolía demasiado, en ese entonces, estar enojado. El enojo llegó después, y después fue demasiado tarde.
Tenía sentido, de una manera dolorosa. Jungkook pensó en sus padres y se preguntó si alguna vez dejaría de estar triste y aterrizaría en el enojo.
Yoongi giró de pronto, aplastando la cintura de Jungkook y Jungkook se sonrojaría si no fuese por la mirada seria de Yoongi. Pero estoy aquí, dijo feroz en la mente de Jungkook. Feroz como la magia dentro de él, siempre una tormenta. Tú mismo lo dijiste. Así que no te atrevas a tenerme lástima, Jeon Jungkook.
—Nunca podría tenerte lástima —dijo Jungkook —eres malditamente valiente, hyung. Nunca te tendría lástima.
No me llores, tampoco. Se terminó. Está hecho. No quiero tu enojo ahora, ¿está bien? Soy feliz. Aquí. Contigo.
—Lo estoy, también. Es solo que... ¿déjame estar un poquito enojado? —preguntó Jungkook, nervioso, pero intentando igualar la fiereza de Yoongi con la suya —Te a-, me preocupo por ti y él te hizo daño y voy a estar un poco enojado por eso, por un tiempo.
Solo no quiero que te enfoques mucho en eso, ¿sí? No es quien soy. No es todo lo que soy.
—Eso lo sé —Yoongi era mucho. Era una tormenta y brochetas de cordero a las tres a.m., caminatas a medianoche en el parque y el ancla de toda la maldita casa, la persona que hacía que Jungkook quisiera ser fuerte, y pensó que quizás podría escribir para siempre, hablar para siempre y seguiría sin ser capaz de darle forma a todo lo que Yoongi era.
(Haría una lista, quizás, para comenzar. Para darle a Yoongi y que pudiera verlo en tinta y papel: esto es solo un vistazo de lo que significas para mí.)
—Lo prometo —repitió Jungkook, por la duda que podía sentir en Yoongi, ver en sus ojos. —Sé eso. No eres...no eres una historia triste. No quiero que seamos una historia triste. Estoy enojado porque te hizo daño. Porque pasó. Porque se salió con la suya. Pero nada de eso cambia la forma en que te veo, hyung. Yoongi.
Tomó un fuerte respiro y tocó la mejilla de Yoongi. —Nada de eso cambia la forma en que te veo.
Dios, tú, comenzó a decir Yoongi, pero se detuvo abruptamente y se inclinó para besar a Jungkook.
¿Yo qué? Quería preguntar Jungkook, pero pensó que era un halago. Algo bueno. Justo como la sensación de la boca de Yoongi y la calidez de Yoongi encima de él.
Algo bueno.
——
Era raro como los cambios ocurrían. Algunas veces de forma lenta, como la corriente del mar que te tiraba tan sutilmente que te sorprendías cuando te dabas cuenta lo lejos que estabas de la tierra. Y a veces, sería una tarde ordinaria de un martes justo hasta que, como el repentino choque de autos, no lo era.
Jungkook estaba muy lejos, en Harlem, haciendo un mandado para Namjoon, quien le envió un mensaje en pánico preguntándole si estaba libre para recoger un libro muy raro de una tienda porque el vendedor se lo vendió a Namjoon con descuento, pero no dudaría en dárselo a alguien más si Namjoon fallaba en aparecer a la hora exacta. Y Namjoon estaba atrapado en un bus en Brooklyn y, por lo tanto, no podía aparecer ni cerca de la hora acordada. Así que, "¿puedes ir, por favor? ¿Ya que no tienes clase y todos están ocupados?"
Y Jungkook era un buen amigo al cual le gustaba ser útil, así que cambió de tren en vez de ir hasta su departamento como lo había planeado.
Y ahora estaba en harlem, intentando seguir el GPS hasta la dirección de la tienda, a través de veredas llenas y calles llenas de músicos callejeros y restaurantes y personas vendiendo arte frente a las tiendas. También estaba recibiendo un aluvión de textos de Namjoon, preguntando sobre su progreso. El GPS decía que estaba a cinco minutos, pero había estado diciendo eso por un rato y sospechó que le estaba mintiendo.
Namjoon [3:21 pm]
Ya casi llegas? Por favor dime que ya casi llegas.
Jungkook [3:21 pm]
Ya casi llego
Namjoon [3:22 pm]
Pero no lo digas si me estás mintiendo
Me estás mintiendo, cierto?
Jungkook [3:23 pm]
CREO que casi llego
No hacen que su tienda sea fácil de encontrar
Namjoon [3:24 pm]
No, no lo hacen
No les gusta que mucha gente entre, incluso si ese es el punto de una tienda
Les sigo diciendo que deberían volver su tienda completamente online pero no confía mucho en el internet
Como sea deberías sentirlo cuando estés cerca, le pusieron una señal para usuarios de la magia. Algo como un ¡mírame!
Jungkook se detuvo en una esquina, frunciendo el ceño ante la sensación de un tirón en su pecho.
Jungkook [3:26 pm]
Tengo una urgencia realmente fuerte por girar a la izquierda?
Namjoon [3:26 pm]
Esa sería la señal, síguela
Quizás corriendo?
Jungkook [3:27 pm]
Cuánto cuesta este libro, hyung?
Namjoon [3:28 pm]
Demasiado dinero
Por favor apresúrate
Jungkook suspiró, pero obedientemente comenzó a correr, siguiendo el insistente tirón de magia en otra calle hasta una pequeña tienda escondida al final, Magia Libris con letras en cursiva en su escaparate.
Latín, que lujoso, dijo una voz en su cabeza que sonaba demasiado a Yoongi.
Se río para sí mismo y abrió la puerta igual de lujosa. Era un lugar pequeño, menos de una tercera parte de La Tienda Mágica y estaba llena de libros. Libros en las paredes, en el suelo, apilados en mostradores. Jungkook no tenía idea de todos los libros que caían en un lugar tan pequeño.
El dueño era un hombre de mediana edad brusco y serio con el cabello gris. Se veía casi decepcionado de que alguien llegara a recoger el libro y se lo entregó a Jungkook con una queja en un lenguaje que Jungkook no conocía.
—Gracias —dijo de todas formas, solo para ver como el señor enojón ponía mala cara. Dejó el libro (pesado) cuidadosamente en su mochila. (Gracias a Dios que tuvo una clase ligera y la mayoría de sus libros estaban en su departamento, o habría deformado su espalda por siempre).
Lo tengo, le mensajeó a Namjoon una vez estuvo en la vereda.
Namjoon [3:40 pm]
Oh gracias, te debo una
Jungkook [3:41 pm]
Cómprame la cena y estamos a mano
Namjoon [3:42 pm]
Si alguna vez me bajo de este maldito bus lo haré
Aceptó ver a Namjoon en la tienda y comenzó a buscar el camino de vuelta a la estación.
Y aquí, aquí es donde pasó de ser una tarde normal (de alguna forma) de martes, a una...no normal. Porque, mientras pasaba por otra calle silenciosa, llena de árboles, fue cuando lo sintió: la magia de Yoongi.
Lo habría sabido en cualquier lado, la conocía mejor que la suya, y era ligera, una pequeña chispa, pero sin duda Yoongi. Solo que eso era imposible, porque Yoongi estaba demasiado lejos, haciendo una entrega especial a un cliente con Hoseok y Jin (alguien compró la mitad de sus cristales curativos y hierbas medicinales y por una compra tan grande, ofrecieron llevar las cosas personalmente en vez de enviarlos). Así que no era Yoongi, pero era la magia de Yoongi y-
Oh.
Oh mierda.
Cuando el imbécil del ex de Yoongi tomó su voz, tomó algo de la magia de Yoongi con ella, y Jungkook sospechaba que la magia de Yoongi siempre se sentiría como él, incluso si era solo el eco, así que eso debía significar...
Mierda.
Corrió, subiendo más su mochila y siguiendo la chispa por la calle, doblando la esquina y dos cuadras más había otra calle. Había una tienda allí, casi escondida entre las casas y los árboles, en el sótano, con escalones agrietados detrás de una desgastada puerta de metal que llevaban hacia abajo.
Y aquí, frente a ella, Jungkook podía sentir algo más que la magia de Yoongi. Algo siniestro y oscuro que envió escalofríos por su columna y brazos.
Magia negra. Prácticamente se filtraba por debajo de la puerta, por las ventanas cerradas.
Magia negra- y Jungkook no era estúpido. No podía entrar allí solo, por más que quisiera entrar y encontrar la voz de Yoongi donde sea que estuviera encerrada y llevársela, finalmente, a su legítimo dueño.
Necesitaba refuerzos.
Tomó un respiro fuerte y fortificante y se dio la vuelta, hasta la calle principal y la estación de metro que su GPS decía que estaba a tres minutos. Iría a la tienda y le diría a los demás y podrían volver, los siete si era necesario. Podían idear un plan para combatir con la oscuridad en la tienda y recuperar la voz de Yoongi.
Por tercera vez ese día, Jungkook comenzó a correr, sin importarle la pesada mochila que pesaba en su espalda o el viento frío que ardía en sus pulmones.
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lileuph-milkybanana · 23 days
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Capítulo 14
Yoongi inhaló bruscamente un aliento desesperado. Nerein estaba de pie frente a él en su habitación, como si perteneciera ahí. El tiempo se descongeló (y Yoongi nunca se dio cuenta de que estuvo congelado en primer lugar). Levantando una ceja, Namjoon chasqueó sus dedos.
Yoongi estaba vestido ahora. Los poderes divinos usados de manera conveniente.
—Nerein —gruñó Yoongi agresivamente, con su tono lleno de odio —. ¿Cómo te atreves a entrar al lugar sagrado de Asha? —mirando por la habitación rápidamente, añadió —¿Dónde está Jungkook? Si lo heriste...
Namjoon lo saludó con la mano. —Saludos, Magistrado.
—No me saludes.
—Al menos deberías saludar a la figura detrás de ti, entonces. —dijo Namjoon, divertido.
Yoongi se detuvo, hielo llenó sus venas.
Se giró muy, muy lento.
Y ahí estaba. Asha.
Yoongi no la había visto en bastante tiempo, no desde su juventud, cuando había caminado hacía el en su sueño, con sus palmas abiertas y los brazos estirados. Le había dado un propósito, un cumplimiento; una oportunidad para cambiar su país en disminución. Y hasta el momento, había hecho un buen trabajo. Tyrhennia estaba prosperando y la ciudad de Asha estaba al frente del camino militar.
El cabello café oscuro largo de la diosa fluía en su espalda. Su mirada era de desapruebo.
—Asha —dijo Yoongi, arrodillándose inmediatamente.
Asha apenas le dirigió un vistazo y miró a Nerein.
—Veo que ganaste esta vez —dijo sin placer Asha. El otro Dios le entregó una sonrisa descarada, mostrando sus hoyuelos.
—No te había visto con ese cabello por un tiempo, Asha. Usualmente estás calva.
—¿Puedes callarte al menos una vez?
—Quiero decir, eres linda de todas formas, pero esto es-
—Namjoon —dijo exasperada Asha. —. Por favor, no vine aquí a escuchar tus cumplidos sin sentidos. ¿Dónde está el chico?
—Oh, vamos a usar los nombres de la tierra, ahora. ¿Debería llamarte Ashley, entonces? ¿O Halsey? Ya que decidiste convertirte en una cantante americana de pop y todo eso.
—Por lo menos no decidí convertirme en un investigador. Tengo gusto —dijo —no como tú, nerd.
—Elegante.
Yoongi no se atrevió a mirar arriba, no era digno. Sin embargo, la manera en que hablaban no era familiar, le recordaba a la extraña jerga que Jungkook utilizaba. Yoongi apenas podía seguir la conversación, tampoco quería. Más que nada, estaba pensando en cómo había arruinado todo. Asha no toleraba la desobediencia. Era implacable e impredecible, como un huracán salvaje.
—Es extraño —dijo Nerein —por vivir en el mundo de la tierra por una o dos décadas, hablo como ellos ahora.
—Yo también —respondió Asha, frunciendo el ceño ante la cabeza cabizbaja de Yoongi —. Es repulsivo —se mantuvo en silencio por un largo momento. Luego, habló. —Mi Magistrado. Me fallaste.
Yoongi no podía pensar en nada para decir.
Le había fallado. Miserablemente.
—Ese chico, Jungkook. No estabas dispuesto a matarlo. Ni siquiera por mí.
—La muerte ya no es un juego —dijo Yoongi. Estaba dispuesto a hacer todo por ella; ganar cualquier juego que le tirase. Pero sacrificar a una persona inocente (alguien por quien había desarrollado sentimientos) eso no estaba en la ecuación. Debió hacerlo, pero no pudo.
—Pero no fui yo quien ordenó la muerte del chico —declaró Asha, y el cerebro de Yoongi se detuvo. —Fue Nerein. Oh, mi leal Magistrado. Este nunca fue un juego entre tú y yo, sino que un cebo de Nerein. Deseaba superarme, probar que mis súbditos eran traidores.
Yoongi bajó aún más su cabeza, con su corazón latiendo rápidamente. Si Jungkook no era un sacrificio, significaba que Jimin le había mentido.
—Nunca te traicionaría.
Asha puso un dedo bajo su barbilla para mirarlo directamente a los ojos.
—Pensé que no lo harías. Pero lo hiciste.
Yoongi intentó tragar. Su garganta estaba muy seca. —Me disculpo.
—Por Dios, Ashley, deja de interrogar al pobre hombre —interrumpió Nerein, moviendo sus manos como para negociar la paz. —He visto miles de tus Magistrados en todos estos siglos y ninguno de ellos fue tan eficiente como este.
Asha entrecerró sus ojos. —No es de ti interferir en mi política.
—Puede que tenga o no tenga un motivo superior —admitió Nerein —. Jungkook me pidió que salvara a tu Magistrado. Creo que está enamorado.
—¿Está a salvo? —preguntó Yoongi, sin poder controlar la esperanza en su voz. Jungkook había apelado a Nerein y Yoongi no estaba seguro de cómo se sentía sobre eso, pero...Jungkook estaba a salvo.
—Lo está —dijo Nerein, sonriendo —. Oh, amor joven. Que dulce.
—Yo... —dijo Yoongi —. Asha. Lo siento.
Le había fallado.
Nerein lo ignoró y se giró a Asha. —Ahora, toma una decisión. Te prohíbo que lo asesines.
—Namjoon.
—No, en serio. Yoongi no hizo nada malo. Muy malo, al menos.
—Solo porque funciona a tu favor —soltó Asha, disgustada. —. Bien, ganaste esta vez. Min Yoongi deberá vivir. Párate, Magistrado.
Yoongi se puspo de pie, con el corazón hundido en su estómago. Eso no significaba nada bueno. A veces vivir era peor que la muerte.
Ella estiró un brazo hacia él, con su palma abierta.
—Te despojo de tu título —dijo Asha, con sus dedos apretados en el aire. Un respiro se escapó de Yoongi mientras toda la presión del aire se singularizaba en el costado de su túnica, donde su insignia de oro fue arrancada de la tela azul, yendo directamente a sus manos. El símbolo de su estatus se había ido. —. Te despojo de tu posición —los anillos en sus dedos de desvanecieron y transformaron el polvo, el cual brilló en el aire y fue hacia Asha. Su mirada no perdonaba. —. Y te expulso.
Con todo su cuerpo, empujó. El aire a su alrededor tembló, un impacto de poder puro era visible. Yoongi retrocedió, con su mente corriendo con la desolación de haberlo perdido todo.
—Las cosas serán mejores para ti allí —dijo amablemente Nerein, y esas fueron las últimas palabras que Yoongi escuchó antes de ser tragado por un protal negro tras él.
Yoongi cayó.
La oscuridad envolvía su visión, un velo. Cubría su vista, su capacidad para oler, para escuchar, todos sus sentidos invisibles a la existencia. Era como esto, cayendo a través de una especia de portal infinito, pensó Yoongi; así es cómo Jungkook llegó a Tyrhennia? Fue Jungkook un agente de Nerein todo este tiempo? Yoongi había perdido todo, había sido Magistrado desde que podía recordar. Antes de eso, un agente de Asha. Había tomado numerosas misiones para probar su valor, y todo fue por nada.
Yoongi se preguntó quién sería el nuevo Magistrado.
Se habían establecido procesos para la presupuestación y la gestión, así que solo el aspecto de gobernar requeriría habilidades. Adivinaba que la persona más apropiada sería Kihyun.
Ha. Eso era gracioso. Yoongi esperaba que fuese Kihyun.
Magistrado Kihyun. Magistrado Yoongi. Ambos nombres sonaban bien.
Si esto era su muerte, que así sea. Yoongi había cumplido todo lo que había deseado. La ciudad de Asha prosperó. Tyrhennia estaba a salvo. Jungkook estaba vivo y protegido. Abruptamente, deseó que Jungkook estuviera allí con él. Solo su presencia sería lo suficientemente...confortadora.
Yoongi cayó.
Algo estaba mojado y baboso. Rozaba contra su brazo, y luego su mano, deslizándose entre sus dedos y luego desapareció. Yoongi despertó, golpeándose hacia arriba con algo duro y ojos muy abiertos.
—¡Ow! —exclamó una voz familiar, antes de disminuir en silencio. —Finalmente estás despierto. Yoongi, gracias a Dios.
—¿Jungkook? —preguntó Yoongi y, acertó, era Jungkook. El suelo era...suave. Una especie de alfombra, quizás. Sus manos agarraron el material, pero no era como nada que hubiese tocado antes.
—¿Qué es esto? —preguntó Yoongi, mirando el suelo confundido. El sentimiento solo se profundizó cuando se puso de pie, tambaleándose ligeramente. Jungkook agarró su costado firmemente.
—Es, um. Una alfombra.
Sonido emanaba por la habitación. Nada era familiar. Los colores, los aparatos. Era sobrecogedor para su vista.
—Eso es un, um, ¿un parlante? —Jungkook apuntó a una pequeña cosa de metal emanando el sonido. —Y esa es la televisión.
Yoongi agarró el antebrazo de Jungkook, con sus dedos apretados.
—Esto debe ser una clase de brujería —dijo Yoongi, mirando la pequeña cosa rectangular. Había gente moviéndose dentro de la caja. ¿Estaban atrapados?
—Solo es tecnología, una grabación —dijo gentilmente Jungkook —. Estás en mi mundo ahora. Namjoon te mandó hasta aquí. Yo volví hace dos semanas.
—Yo... —Yoongi se tambaleó de nuevo. La cara de Jungkook se contorsionó en preocupación. —Estás a salvo.
—Lo estoy. Gracias a ti.
—No —Yoongi sacudió su cabeza —. Yo estoy a salvo gracias a ti. Le pediste a Nerein y mi vida fue perdonada.
Yoongi no dijo, ya no soy el Magistrado de Asha.
—No podía dejarte morir —dijo Jungkook, abruptamente feroz —. Hiciste tanto por mí, y.... me gustas. —Te amo.
Yoongi lo miró. Este chico joven, hermoso y notable. Ingenioso y habiloso y atractivo, se dio cuenta Yoongi, soy suyo y él es mío. La habitación giró y Yoongi fue golpeado con otro ataque de vertido.
Dolor pulsaba en su sien. Todo estaba dando vueltas. Yoongi cerró los ojos, inhalando de forma constante para mantenerse de pie.
—No te preocupes —le dijo firmemente Jungkook, con un brazo alrededor del hombro de Yoongi. —Me aseguraré de que estés bien.
Iba a estar bien. Yoongi respiró.
Estaba bien. 
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lifeflowingon · 2 years
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| FUGITIVOS 11 |
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SINOPSIS: Después de muchos años sin verse, Bomi se reencuentra con un antiguo vecino de su infancia y, lo que debió haber sido una reunión amistosa, terminó escalando hasta convertirse en un infierno, cuando Bomi es acusada de asesinato.
PAREJA: Seokjin x female oc
GÉNERO: Crimen, asesinato, misterio.
N/A: Gracias por leer :) Este es el último post programado, esperemos que haya terminado los 4 capítulos que me quedaban en agosto jaja
||||
La luz del mediodía se filtraba por una rendija de la cortina, por lo que Bomi trató de moverse para evitar que le llegara en el rostro. Un peso en su espalda y su cintura le impidió hacerlo y por una fracción de segundo olvidó dónde estaba. Asustada y con el corazón latiendo a mil por hora, intentó zafarse del brazo que se aferraba a ella. Jin murmuró unas palabras ininteligibles y por fin, Bomi recordó dónde estaba y por qué estaba siendo aprisionada entre un cuerpo y la cama.
Respirando profundo, obligó a su corazón a tranquilizarse y con mucho cuidado, se deslizó de debajo del cuerpo de Jin. En su camino hacia el baño, recogió las prendas de ropa que había perdido la noche anterior y se vistió apurada.
Tras terminar de hablar con Hoseok y Jimin, ellos habían intentado armar una línea de tiempo. Lamentablemente, les faltaba mucha información ya que Jimin solo había podido ver que Jungkook se había devuelto a la cocina, pero no el por qué.
Tampoco sabían a dónde había ido después, aunque Jin tenía la teoría de que había ido al baño. Según él, cuando Jungkook bebía mucho tendía a caminar por todos lados y muchas veces lo habían encontrado durmiendo en lugares insólitos como el baño.
Como ni Bomi ni Jin sabían si la policía había encontrado más pistas o no, no tenían claro que más podrían tener en común las muertes. Hasta ahora solo habían podido llegar a la conclusión que ambos habían sido asesinados con la misma arma y que no habían encontrado señales de lucha. O al menos que ellos supieran.
Eso solo reforzaba la teoría de Jin de que el asesino era Kim Namjoon. Jin insistía en que ambos conocían a la persona y Bomi no tenían argumentos para negarlo. Tampoco tenían una explicación de por qué nadie lo había visto, pese a que había llegado a la fiesta.
Sin tener acceso a la información de la policía, se habían topado con una pared y mientras no se contactaran con Yoongi, no tendrían más pistas al respecto.
Bomi tomó una ducha rápida y luego de vestirse, rebuscó en la habitación la bolsa que contenía la comida que habían comprado. Jin seguía durmiendo profundamente, por lo que ella prendió la televisión para ver si podía encontrar un noticiero que pudiera aportarles más datos.
Mientras cambiaba los canales, Bomi escuchó a Jin quejarse. Pese a que últimamente estaban durmiendo un poco mejor - porque insistían en agotarse mutuamente - sus periodos de tranquilidad nunca duraban mucho. Era de esperarse que Jin pudiera estar teniendo una pesadilla.
Cuando Bomi se dio cuenta que Jin estaba sollozando, se inclinó en la cama y sacudió su hombro para despertarlo.
-Jin, despierta - susurró Bomi, temiendo asustarlo.
Jin abrió los ojos luciendo aterrorizado y con dificultad enfocó su mirada en ella.
-Bomi - murmuró.
-Todo está bien, era un sueño.
-No - respondió él - no fue solo un sueño.
Bomi se arrastró hacia él y lo abrazó como pudo. Temblando, Jin buscó sus labios y la besó con fiereza. Un gemido abandonó la garganta de ella y sus manos se aferraron a su corto cabello.
Bomi lo entendía. A veces solo necesitaban una distracción.
-No tengo ganas de estar aquí encerrado - dijo Jin después de pasar un rato besando el cuerpo de Bomi - Podríamos salir a desayunar a alguna parte.
-No sé - gimió Bomi, sintiendo los dedos de él subir por su muslo - ¿No es un poco peligroso?
-Quizás, pero necesito salir - mirándola desde entre sus piernas, añadió - Es difícil, el sentir que estamos aquí, solos con nuestros recuerdos.
Bomi sintió la lengua de Jin acercarse peligrosamente a dónde más lo necesitaba, por lo que no fue capaz de responder.
-Tomaré tu silencio como un sí.
Bomi agarró su pelo y tirando de su cabeza hacia atrás, le dijo:
-No te atrevas a no terminar lo que empezaste.
-No se me había pasado por la cabeza.
||||
Tiempo después, Bomi y Jin estaban sentados en un café concurrido en una calle bien transitada. Armados con gorros y mascarillas, se arriesgaron a ser capturados en las cámaras esperando que entre mucha gente fuera más difícil rastrearlos.
- Quizás también debería haber pedido algo salado - murmuró Bomi, volviendo a mirar la carta.
- Si después de los panqueques aún tienes hambre, no veo el problema de comer algo más.
-No me gusta esperar tanto a que traigan las cosas - respondió ella, mirando a su alrededor con cuidado.
- Bomi - dijo Jin tomando su mano - Si no me reconocieron a mí, dudo que por esperar un plato alguien llame a la policía.
- No seas engreído - poniendo los ojos en blanco, Bomi jugueteó con los dedos de Jin - Sabes a qué me refiero. Mientras más rato estemos aquí,  más riesgoso es.
- Lo sé, lo sé, solo quería tomar algo de aire - suspiró Jin.
Ambos volvieron a mirar a las otras personas, pero todas parecían estar sumidas en sus propios asuntos.
-Voy al baño y vuelvo - dijo Jin, poniéndose de pie - No me voy a demorar - agregó cuando Bomi se mostró asustada.
Jin se levantó y caminó hacia el baño del café con suma tranquilidad. A veces Bomi no entendía si realmente estaba calmado o era muy buen actor. Pero su ademán seguro y tranquilo la hacía sentirse menos ansiosa.
Ella ya estaba tan acostumbrada a su presencia, que incluso una breve ida al baño la ponía nerviosa. Como si en cualquier momento la policía pudiera irrumpir en el lugar y llevarla detenida.
Para tranquilizarse, Bomi tomó aire y procuró prestar atención a lo que estaban dando en la televisión. Parecía ser la repetición de un programa de entretenimiento de los 90, o de acuerdo con los peinados, eso parecía.
-¿Los panqueques para quién? - preguntó la chica de repente. Bomi se sobresaltó y se apuntó con un dedo.
- Gracias - fue todo lo que alcanzó a decir, cuando otro de los trabajadores le subió el volumen a la televisión.
"Noticia de último minuto. La policía acaba de identificar el cuerpo que fue encontrado esta mañana a orillas del río Han. De acuerdo con los rápidos peritajes realizados, la víctima fue identificada como Kim Namjoon, también conocido por su nombre artístico RM.
Kim Namjoon, quien por años fuera parte del exitoso grupo BTS, se había visto envuelto en los escabrosos asesinatos de otros de los miembros del que fuera su banda. De acuerdo con la información entregada por los detectives, se desconoce si fue un suicidio, pero la policía está barajando la posibilidad de que sea un homicidio.
Cho Bomi y Kim Seokjin aún se encuentran prófugos de la justicia y parecerían ser testigos claves de estos asesinatos. La policía parece barajar la posibilidad de que sean los perpetradores detrás de estos violentos crímenes.
Más información a la vuelta de comerciales".
- ¿Qué? - exclamó Jin, agarrando el brazo de Bomi repentinamente - ¿Está muerto? ¿Namjoon está muerto?
- Sí - respondió Bomi atónita, con la mirada aún puesta en la pantalla.
- Está muerto, él nunca... Pensé... Yo realmente creí que él... Bomi ¿Qué hicimos?
-No sé - respondió sujetando la mano que él aún tenía en su brazo.
La culpa hizo que Bomi sintiera náuseas. ¿Podría ser que... si ellos se hubieran quedado bajo custodia, la muerte de Namjoon no hubiera sucedido? ¿Habría hecho la diferencia? ¿En qué ayudaba que ellos estuvieran escondidos? Al final solo los hacía lucir más culpables.
- Deberíamos irnos - dijo Jin abruptamente. Sacando dinero de su bolsillo, lo dejó en la mesa, agarró sus cosas y sujetando a Bomi firmemente de la mano la guió hacia la salida.
- Van a empezar a buscarnos pronto - dijo él, una vez estuvieron en la calle.
-Si es que no han empezado a hacerlo ya - masculló ella.
Las personas del local se veían tan conmocionadas por las noticias, que nadie pareció notar que se fueron sin tocar la comida.
De todas formas, Bomi no habría podido comer nada.
||||
Bomi y Jin estaban sentados a los pies de la cama, ambos con los ojos pegados a la televisión que tenían enfrente. Todos los canales estaban hablando de la muerte de RM y de la posibilidad de que ellos fueran asesinos seriales.
"Entonces, ya está claro que Kim Namjoon no se suicidó, como muchos de los internautas estaban afirmando en internet.
En efecto, según las últimas informaciones, el cuerpo habría sido arrojado al río después del asesinato. Pareciera ser que la muerte fue causada por un golpe con un objeto contundente, en la parte posterior de la cabeza".
- RM ya no es un sospechoso - comentó Bomi de forma cuidadosa. Estaban sentados a cierta distancia y ella no podía ver su rostro con claridad - ¿Dónde nos deja eso? ¿Qué va a pasar con...?
Jin se levantó de la cama y caminó hacia el velador para agarrar la libreta donde tenían anotado todo lo que sabían. Dándole la espalda a Bomi, le dijo:
- Seguimos sin saber por qué se devolvió Jungkook a la cocina. Si no fue porque vio a Namjoon... No sé, realmente no sé qué está pasando.
- ¿Qué motivo podría tener otra persona para hacer esto?
- Si él no estaba en la fiesta para matarnos - prosiguió Jin, sin escuchar a Bomi - Entonces por qué...
Bomi no sabía qué decir. Se quedó ahí sentada, en silencio, sabiendo lo difícil que debía resultarle a Jin reconocer que al final, RM no era el asesino. Si bien, la policía no había dado detalles al respecto, su muerte era un claro indicio de que este era inocente.
Desde el principio, a Bomi le había parecido que RM no tenía motivos para matar a Taehyung. Quizás a Jungkook, pero no a Taehyung. Por eso nunca había estado tan segura de que fuera él. Sin embargo, Jin lo creía y se había convencido de que era esta persona mala que solo insistía en herirlos.
-Quizás él estaba en la fiesta porque quería arreglar las cosas con nosotros y no era por venganza o para hacernos daño - dijo Jin finalmente, llenando el silencio cargado de culpa - Sí, quiero creer eso. Que por fin había aceptado mi invitación y que quería vernos.
Bomi también quería creer eso, sin importar cuán doloroso resultara el pensarlo.
Un sollozo se atoró en la garganta de Jin, y Bomi vio como sus hombros se sacudían, mientras él intentaba contener su pena.
Poniéndose de pie, ella caminó hasta que pudo ver su rostro lleno de lágrimas y lo abrazó con fuerza. Jin le devolvió el abrazo de forma débil.
-No entiendo Bomi-ah - murmuró él contra su pelo - No se me ocurre nadie tan malo o que nos odiara tanto como para hacer esto.
-¿Quizás es alguien que fue fan en algún momento? ¿Crees que podría ser?
-A lo mejor, pero lo dudo - respondió Jin, algo más tranquilo. Enfocarse en la investigación era la única manera de no ahogarse en su tristeza - Imagino que a estas alturas, las compañías ya habrán descartado a las acosadoras de las que tienen registro.
Con delicadeza, Jin tomó la cabeza de Bomi entre sus manos y la besó suavemente en los labios. Soltando un suspiro dijo:
-No nos queda más que tratar de volver a analizar la información, pero sin considerar a N-Namjoon en esta ocasión.
-Jin, ¿No será mejor que vayamos a la policía? ¿Si explicamos dónde hemos estado, podrán revisar las cámaras y ver que no hemos salido. Tendríamos una coartada.
-No sé Bomi, elegimos este lugar porque no parece muy seguro ¿Crees que las cámaras estén funcionando siquiera?
-Pero, incluso presos, podrán ver que no matamos a nadie si es que aparece alguien más - rogó ella asustada.
-Si solo falta que nos maten a nosotros - dijo Jin con seriedad - Estar en la cárcel solo le va a dar la razón a la policía.
Saliendo de entre los brazos seguros de Jin, Bomi se volvió a sentar en la cama, sintiéndose aturdida. ¿Realmente ella estaba en peligro? ¿O era Jin el único que quedaba por morir?
-Voy a llamar a Yoongi, necesitamos más información - sacando el teléfono, Jin corroboró el número en la libreta y marcó.
-Yoongi, es hyung.
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aricastmblr · 11 months
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Jimin tatuaje en dedo indice mano izquierda  7~
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horosebi · 4 years
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❀ 「jeon jungkook」
23 ⇢ “Está muerta…”
50 ⇢ “No puedes salvarnos a todos.”
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Sostenía tu mano en medio de la catástrofe, caminaba a tu lado protegiéndote a toda costa porque eras lo último que le quedaba.
Una plaga había acabado con la ciudad, miles de personas murieron y cuando pensaban que todo estaba controlado los muertos revivieron uno a uno. Hasta que nada era seguro.
Sus padres murieron, desaparecieron sin dejar rastro buscando protegerlo, en cuánto su mamá resultó infectada su papá huyó con ella. Para que él pensara que se fueron en lugar de que podrían haber muerto en cualquier momento y ahí mismo.
Pero Jungkook salió a buscarlos, desesperado y solo. Sin comida, sin un lugar donde refugiarse, te recordó. Corrió por toda la ciudad, sus pulmones ardían pero el dolor en el pecho podía más. No podía perderte también, tenía que encontrarte.
Tu casa estaba vacía, los gritos y gruñidos de los caminantes llenaban el lugar, pero no podía marcharse sin siquiera buscarte.
Tu cuarto intacto, la cocina rebatida.
Decidió arriesgarse y bajar al sótano, donde un destello de luz desprendió.
"Por favor que sea ella."
Tu cuerpo temblaba en una esquina cuando los pasos se escuchaban más cerca, pensando que al final no podrías esconderte de por vida.
“¿___?,” preguntó con temor, al escuchar su voz sollozaste aliviada, él estaba vivo. Con las pocas fuerzas que tenías te colocaste sobre tus pies, provocando que él se inclinara y te viera por fin.
“Dios,” susurró, dejando que las emociones lo controlaran corriendo a abrazarte. Te sostuvo cual cristal, ambos expresando lo aliviados que estaban porque el otro estuviera vivo.
“¿Qué está pasando?,” susurraste devastada, “mamá me dijo que me quedara aquí, dijo que volvería por mí pero hace días... solo escucho ruidos por la casa, personas gritando, ¿qué demonios pasa?”
Te observó por unos momentos antes de hablar, “son zombies,” abriste tu boca horrorizada, “el gobierno estaba haciendo unas pruebas y todo se salió de control, ahora están por todos lados.”
“¿Qué haces aquí?, debes estar con tus padres, Jungkook.”
Un suspiro salió de lo más profundo de su pecho, “lo intentamos, intentamos sobrevivir sin salir de casa, pero la comida se acabó y al intentar salir desapercibidos, mamá fue atacada y papá se fue con ella no pudiendo abandonarla, y ahora eres lo único que me queda.”
Te aferraste más a él, porque ahora solo eran los dos.
“Debemos salir de aquí.”
“No puedo, ¿qué hay si mamá regresa?,” tratabas de apegarte a la idea de que lo haría, pero en el fondo sabías que ella sola no podría defenderse de esto.
Jungkook solo podía pensar en maneras de hacerte ver que ella no lo haría, pero decidió tomarlo como una oportunidad de sacarte de ahí, no era nada seguro quedarse tanto tiempo en el mismo lugar.
“Salgamos a buscarla,” te ayudó a ponerte en pie, asentiste porque era la única manera que podías ver, “vamos.”
Jungkook comenzaba a creer que era mala idea adentrarse en el bosque cuando el sol descendía poco a poco y la oscuridad les impedía seguir el camino.
“Jungkook,” tragaste en seco tirando de su brazo para que prestara atención a sus alrededores, una masa que parecía crecer de prisa se formaba detrás de ustedes. Tenían que darse prisa, la adrenalina haciendo que pensara rápidamente lo hizo tirar de ti y correr por sus vidas.
El viento helado entraba por tus fosas nasales quemando todo el camino hasta tu pecho, la ansiedad llegando a Jungkook cuando se vieron en un callejón sin salida. Una mano en tu boca fue lo que te hizo gritar, pero fueron reprimidos en contra de esta, inmediatamente buscaste por tu novio y él estaba en las mismas circunstancias. 
��Vas a atraerlos si gritas,” una voz ronca te susurró en el oído, ambos fueron arrastrados hasta lo que parecía ser una fortaleza, un portón fue brevemente abierto para que pudieran cruzarlo. 
“Tienen suerte de que los hayamos encontrado a tiempo,” dijo uno asintiendo que para que los demás los dejaran libres, inmediatamente Jungkook corrió a ti, tomando tu mano alerta.
“Tranquilos,” sonrió, “creímos que éramos los últimos sobrevivientes en la ciudad, pueden quedarse con nosotros o irse por su cuenta, pero no van a sobrevivir solos.”
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Poco a poco fueron muriendo, algunos en combate y otros por confiados. 
Hasta que de 50 quedaron 10, en pocos días Jungkook se había convertido en el monarca de la pequeña comunidad tras haber muerto el líder, que les había salvado la vida en el primer encuentro. 
Jimin sostenía el canasto mientras tú te encargabas de recoger las fresas que estaban listas para ser consumidas.
“¿Crees que algún día le agrademos a la hermana de Yoongi?,” preguntó éste con un puchero en su tierno rostro. 
La hermana de Yoongi, Hana, tenía un carácter demasiado especial para estar en básicamente el final del mundo. No le agradaba nadie y no sabía identificar lo bueno y lo malo, solamente lo que su egoísmo le decía y esto porque su hermano la mimaba demasiado. 
“Creo que ni ella misma se agrada, Jiminie,” le tendiste una fresa para que la probara, “además, si no le agradas tú, que cualquiera puede amarte con solo verte, ya he perdido la esperanza.”
“Si Jungkook te llega a escuchar me colgará de los huevos,” te reíste a su lado saliendo del pequeño campo. Llegaron a la casa principal, donde se guardaban los suministros. 
Levantaste levemente tu cabeza en busca de una melena negra, “Jungkook está en el cuarto principal,” te dijo Hoseok y le sonreíste apenada porque te haya descubierto.
Lo encontraste recostado boca arriba, con su vista perdida en el techo, te acercaste con una sonrisa acomodándote a su lado dejando que tu cabeza se apoyara en su pecho.
“¿Qué tanto piensas?,” susurraste no queriendo romper la serenidad.
Suspiró antes de contestarte, “en mis sueños, terminar la universidad, pedirle tu mano a tus padres, casarnos, tener hijos y poder llevarlos a cada lindo rincón en donde tú y yo estuvimos.”
No supiste responderle, pues era un sentimiento y pensar que todos tenían. De cosas que pudieron haber hecho. 
“Y ahora tengo la responsabilidad de cuidarlos a todos,” conectaste tus ojos con los suyos, que te veían brillosos y llenos de agobio.
“Que estés a cargo no quiere decir que tienes la responsabilidad de velar por cada uno, es que seas capaz de mantener el orden mientras pase algo que nos de esperanza, no puedes salvarnos a todos.”
“A ti sí, no me puedo permitir perderte,” te abrazó fuerte, tratando de ignorar el nudo en su garganta.
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“___, Hana y Yoongi pueden ir a cazar mientras nosotros vamos al centro,” sugirió Seokjin recibiendo respuestas positivas excepto de uno.
“Yo iré con ___,” gruñó Jungkook.
“Está bien,” besaste su cien, “es más importante que vayas con ellos.”
“Tú respondes si algo le pasa, Yoongi,” le apuntó este ganándose una mirada descolocada de Hana. 
Namjoon y Taehyung se encargaron de desplazar las armas a cada uno, tendiéndote una bajo la atenta mirada de Jungkook, “por favor ten cuidado.”
Asentiste besando sus labios, “nos vemos acá al atardecer.”
Te vio desaparecer por el bosque junto a los otros dos, rezando, que si Dios existía, fuera contigo.
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Las cosas se habían salido de control.
Hana había olvidado el silenciador de su arma, atrayendo con el ruido a todo caminante hambriento. Luchaban a como podían, pero eran demasiados.
Y a Yoongi solo le importaba su hermana, por más amenaza que Jungkook le haya puesto, su prioridad siempre iba a ser ella. Y Hana era egoísta, una egoísta enamorada y obsesionada con Jungkook.
No había olvidado el silenciador, quería desaparecerte del mapa, así Jungkook podría estar con ella. Es por eso que en medio del forcejeo, apuntó directamente en una de tus piernas.
“Yoongi,” susurraste horrorizada, este quedó inmóvil por un momento, tomando la oportunidad de huir, de salvarse mientras eras devorada por el grupo.
“Lo siento tanto,” sollozó mientras tomaba la mano de su hermana abandonándote.
“¡Dile a Jungkook que lo amo, Yoongi!,” gritaste por última vez.
Jungkook golpeaba la suela de sus botas contra el suelo, nervioso y asustado. ¿Por qué tardaban tanto?
“¡La puerta, cierren la puerta!,” se escuchó el grito de su hyung, que volvía con una, no con dos. 
Jungkook no dudó en estamparlo contra el suelo, “¿dónde está?, ¿dónde mierdas está mi novia?,” gruñó apretando su cuello, impidiendo que pudiese respirar con normalidad, “¡te dije que respondieras si algo le pasaba!”
“Es-tá muerta...” dijo Hana a como pudo, viendo a su hermano entre lágrimas. 
Todos se miraron entre sí, y fueron tras Jungkook cuando este se levantó en busca de su arma, quien no sabía si matar a los hermanos o si pegarse un tiro por no haberte protegido, por haber dejado que esta estúpida idea de sobrevivir lo hubiera llevado a dejarte ir, porque el vivir no existía sin ti.
“Baja eso,” intentó el mayor de todos.
“Nadie aquí lo puede entender, esa mujer era lo único por lo que yo vivía, ahora no está. Estos malditos se la han llevado, ella era lo único que yo tenía,” terminó con un sollozo, “ella tiene que estar viva.”
Tomó las armas que pudo, completamente convencido de que si salía a buscarte estarías escondida, esperando por él.
Jimin fue el único en acercarse a él, “¿qué piensas hacer?”
“Voy a buscarla,” se limpió las lágrimas con rabia.
“Yo voy contigo,” se observaron un rato, Jungkook buscando algún tipo de temblor en su decisión y Jimin esperando la aprobación. El menor asintió, “la vamos a encontrar.”
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