Tumgik
#jungkook morado
aricastmblr · 10 months
Text
Tumblr media Tumblr media Tumblr media Tumblr media Tumblr media Tumblr media Tumblr media Tumblr media Tumblr media Tumblr media Tumblr media Tumblr media Tumblr media Tumblr media Tumblr media Tumblr media Tumblr media Tumblr media Tumblr media Tumblr media Tumblr media Tumblr media Tumblr media Tumblr media Tumblr media Tumblr media Tumblr media Tumblr media
33 notes · View notes
lileuph-milkybanana · 21 days
Text
Capítulo 3
Una vez más despertó con Jimin sentado arriba suyo, pero esta vez había manos en su cara y el zumbido de los pensamientos de Jimin mezclándose con los suyos: buenos días arriba arriba arriba eres tierno cuando duermes pero como que estás babeando todo tengo que hacer el desayuno ven a ayudarme...
—Estoy despierto —murmuró, aun medio dormido —estoy despierto.
Estaba acostado sobre muchos cojines de sillón juntos en el piso, medio aplastado entre Yoongi y Taehyung. El brazo de Yoongi estaba alrededor de su cintura y la cara de Yoongi estaba enterrada en su cuello y sus pensamientos estaban en su cabeza, también: demasiado temprano demasiado frío váyanse
Jungkook sofocó una risa y abrió sus ojos. La luz del invierno se coló a través de las cortinas delgadas de la ventana del balcón y la sonrisa de Jimin era igual de brillante.
Va a ser una buena mañana, pensó Jungkook.
Y lo fue.
——
Las vacaciones de invierno resultaron ser así:
Después de cuatro llamadas por Skype y el doble de discusiones por correo y mensajes de texto, Jungkook convenció a sus padres para que lo dejaran quedarse en Nueva York, siempre y cuando se esforzara por salir de probación académica para el comienzo del próximo semestre.
El invierno llegó barriendo con una tormenta y volvió todo blanco. Se paró bajo la nieve hasta que su cara se entumeció, porque se sentía diferente a la nieve en Seúl; era más pesada y tajante. Le gustaba la mordida del viento en su piel.
La tienda fue cubierta por una cantidad obscena de guirnaldas de luces, haciendo que Namjoon tuviera incluso más miedo de salir de detrás del mostrador. Taehyung se paró en medio del caos, con una hebra de luz enredada en su brazo y le enseñó a Jungkook como cambiar los colores con magia, de azul a verde, de verde a rojo, de rojo a morado, de morado a amarillo y de amarillo a naranjo.
Fue a un mercado de árboles de navidad con Hoseok y Yoongi y vio cómo Hoseok revoloteaba de árbol en árbol, hablando para sí mismo mientras deslizaba sus manos por su follaje y sus troncos, con la magia chispeando en sus dedos. Los árboles se veían más vivos cuando los dejaba atrás, como si sus vidas hubieran sido extendidas un poco más, y finalmente Hoseok se detuvo frente a un árbol pequeño y de apariencia triste en una esquina. El corazón de Jungkook dolió un poco, por lo triste y olvidado que se veía, pero entonces Hoseok se agachó frente a el y declaró "este". Y el árbol...Jungkook juró que se enderezó cuando Hoseok acarició una de sus ramas, como si supiera que fue escogido.
El árbol creció casi nueve metros en el comedor de la casa, estirando sus ramas hacia el techo como si siguiera en un bosque. Pasaron toda una tarde cubriéndolo con luces y adornos de mal gusto. Seokjin hizo vino con azúcar caliente y Taehyung puso Merry Christmas de Mariah Carey a todo volumen hasta que Jimin le hizo cambiarlo a Michael Buble. Jungkook se emborrachó ligeramente, ignorando el murmullo de Seokjin sobre que era menor de edad y presionó su frente contra la de Yoongi mientras Hoseok y Namjoon se balanceaban juntos y hacían una interpretación que hacía que doliera la cabeza de Feliz Navidad. Los pensamientos de Yoongi eran lentos y cálidos, como el vino en el estómago de Jungkook y sus ojos estaban arrugados en las esquinas por su sonrisa y Jungkook pensó, por primera vez, podría enamorarme de ti.
Aunque se guardó eso para él. Por ahora.
Otra pijamada se llevó acabo en navidad, aunque nadie se durmió hasta casi las tres de la mañana, demasiados ocupados hablando alrededor de la chimenea en el comedor. Jungkook vio como las llamas proyectaban luz y sombras sobre los dedos de Yoongi mientras hacía señas y escuchaba la risa hiposa de Seokjin. Jimin y Tae cantaron Silent Night, con sus brazos envueltos alrededor del otro como si fuera la cosa más fácil de hacer y Hoseok y Namjoon se estaban durmiendo en el sillón, con sus cabezas inclinadas contra la del otro. Y Jungkook...Jungkook estaba feliz.
Le regalaron un nuevo cuaderno de dibujo para navidad y ya estaba tan abrumado que casi comenzó a llorar por enésima vez frente a ellos. Y eso fue antes de que revelaran que también le hicieron lápices hechos a mano. —Tienen magia adentro —le explicó Namjoon y dibujó un hombre de palo en la primera página. Tomó vida y los saludó. —Es una imagen en bucle, hacen lo que tú quieras que hagan. Las aves vuelan y el mar tendrá olas, cosas así.
—Oh Dios —susurró Jungkook, y cedió a las lágrimas. Solo un poquito.
Pasó la semana entre navidad y año nuevo estudiando frenéticamente, con los libros esparcidos en el piso de la tienda y en la mesa de la cocina de la casa. Namjoon y Yoongi, quienes aparentemente tomaron un curso de negocio mientras intentaban entender cómo tener una tienda, se ofrecieron a ayudar y pronto sus cuadernos se llenaron con los garabatos desordenados de Yoongi y la escritura elegante y fluida de Namjoon, párrafos tanto en inglés como en coreano. Lo ayudó, lo hizo, pero no se sentía suficiente.
Aun se estaba ahogando, de distintas maneras, el agua subía y estaba más cerca.
El cumpleaños de Taehyung y el año nuevo fueron juntados en dos días de celebración con un montón de comida y champaña barata. Taehyung lloró por el abrigo de diseñador que todos contribuyeron para comprar e incluso por el dibujo que Jungkook titubeantemente le entregó. Era un dibujo de Taehyung en la mesa de la cocina, con los hombros doblados y una expresión de concentración en su rostro, el sol de la ventana abierta se reflejaba en su cabello plateado. El diseño que dibujaba formaba un bucle infinito, tomando vida y color una y otra vez.
Justo antes de la medianoche, subieron al techo para ver los fuegos artificiales sobre el Times Square, amontonados contra el viento cortante. Hoseok y Seokjin gritaron la cuenta hacia atrás ("¡DIEZ! ¡NUEVE! ¡OCHO! ¡SIETE! ¡SEIS!") y se tomaron turnos para besar a Namjoon en la mejilla. Jimin y Taehyung se besaron apropiadamente, los brazos de Jimin estaban en los hombros de Taehyung y las manos de Taehyung estaban detrás de su cabeza, como una portada sacada de una novela romántica.
Los dedos de Yoongi acariciaron su cabello y sus labios depositaron un beso cálido y perfecto contra su cien, y sus pensamientos le susurraron Feliz año nuevo, Jungkook-ah.
Podría amarte, pensó Jungkook, viendo la cara de Yoongi siendo iluminada por los fuegos artificiales azules. Podría amarte.
——
La universidad comenzó de nuevo con venganza, pero mantuvo su cabeza agachada y logró salir de probación académica, justo como sus padres querían. Le contó a Yoongi en la tienda, mostrándole la carta oficial que lo dejaba limpio (por ahora).
Son muy buenas noticias, Kook, escribió Yoongi y Jungkook quería sentirse aliviado, lo hacía.
Pero solo había agua.
——
—¿Pueden enseñarme sobre este mundo? —les preguntó durante el desayuno una mañana, cuando estaban todos presentes y se sentía atrevido. (Ya estaba muy adentro, más allá de su cintura, de su pecho, bien podría entrar por completo.) —Sobre la magia. Yo...hay tantas cosas que no sé.
Sobre la magia, sobre sí mismo, sobre todas las cosas geniales y aterradoras que podría ser capaz de hacer.
Una conversación sin palabras se desarrolló frente a él, Namjoon a Hoseok, Hoseok a Yoongi, Yoongi a Seokjin, Seokjin a Jimin y Jimin a Taehyung, era más que nada una serie de cabezas inclinadas, cejas levantadas y ojos entrecerrados.
—Está bien —dijo al final Namjoon, sonriéndole. Suavemente —Hay cosas que puedes aprender de todos nosotros, así que planearemos algo.
—Una planificación de clase —dijo Taehyung, con su sonrisa mucho más aguda y salvaje —Y tarea.
—Pero iremos a tu ritmo —añadió Jimin con lo que pareció ser una patada a Taehyung bajo la mesa.
Por supuesto —arregló Taehyung —A tu rimo, Jungkook-ah.
Su ritmo, no tenía idea de qué significaba eso. Qué era rápido o lento o si quiera qué le esperaba bajo las olas. Sus padres lo mantuvieron lo más lejos posible, le enseñaron a cerrar sus ojos contra la magia que fluía en Seúl, las tiendas, la calles, los mercados que a veces se levantaban, los adivinos que se quedaban fuera de la estación de Busan, el extraño tirón del mar.
Casi diez años con sus ojos cerrados. Estaba aterrado, pero listo para abrirlos de nuevo.
—Está bien —dijo, encontrando la mirada de Yoongi en la mesa. Los ojos de Yoongi eran gentiles y estaban negros como una noche de invierno. (Yoongi, quien perdió su voz por culpa de la magia, pero que seguía inmerso en ella, sin miedo.) —Está bien.
——
Namjoon fue el primero. Esparció libros antiguos y desgastados en la mesa de la cocina y habló sobre historia. Sobre brujas y Salem y la persecución que llevó a una aceptación renuente. —En algunos países, en otros la magia aún está prohibida —Jungkook lo observó trazar una línea a través de los siglos hasta ahora: protección y regulación en medida equivalente.
(— Nadie tiene permitido ser discriminado por su magia, pero el uso está prohibido en ciertas áreas, como en las escuelas, y si un niño tiene una habilidad potencialmente violenta debe ser registrado — le explicó Namjoon, subiendo sus lentes.
—¿Cómo...Yoongi? —preguntó Jungkook, con un nudo en el estómago.
—Sí —respondió Namjoon, en voz baja, con el peso de historia detrás de la palabra —Sí, como Yoongi.
No es un gran problema, le escribió Yoongi al otro día. Simplemente tengo que llevar una tarjeta siempre conmigo e incluirla en mis papeles si quiero postular a un trabajo. Dado que no tuve ningún accidente violento en los últimos diez años, no tienen permitido rechazarme basados en eso.
Pero fue un gran problema, una vez, pensó Jungkook. Y el zumbido bajo de ansiedad que provenía de Yoongi indicaba que a veces, aún lo era, porque si una cosa había aprendido Jungkook, es que no todas las personas eran lo suficientemente amables y justas como deberían.)
En la mesa, Namjoon dibujó una hélice doble en su cuaderno de dibujo. —Creen que tiene algo que ver con nuestro ADN, pero nadie está seguro. Ya que en algunas familias todos son mágicos y en otras nadie lo es. Pero más personas están naciendo con magia ahora, más que antes. No pueden explicar eso, tampoco.
—Hay mucho que no entendemos —comentó Jungkook. Era el primero en tener magia en su familia (el primero) y nunca supo con exactitud qué significaba eso. Si es que significaba algo en absoluto.
Namjoon sonrió —Sí, pero eso es lo que lo hace hermoso.
Jungkook nunca consideró eso antes, que lo desconocido podía ser hermoso en vez de aterrador, pero quizás Namjoon tenía razón.
——
Ir a la casa de los chicos no dejaba de ser una aventura, incluso cuando el invierno llegó. Podría ser Sekjin volando en las vigas como un cuervo, intentando aprender a controlar sus alas, o Jimin discutiendo con uno de sus fantasmas en francés, español, alemán, japones. O, como hoy, Taehyung tenía a Yoongi sentado en una de las bañeras de uno de los baños de arriba con una toalla esponjosa en sus hombros.
Yoongi le hacía señas a Taehyung con sus manos. Jungkook (quién quizá estaba aprendiendo lenguaje de señas en su tiempo libre limitado) logró captar "no" y "demasiado brillante".
—No lo haré —prometió Taehyung —Esto no será como el accidente morado del invierno pasado, lo juro. Creo que tengo bien el balance esta vez.
—¿Qué están haciendo? —preguntó Jungkook, sentándose en la tapa del retrete cerrada para mirar.
—Tiñendo el cabello de Yoongi —le explicó Taehyung —estoy intentando usar magia en vez de químicos. Ha sido un proceso.
Yoongi apuntó su celular en el mueble. Jungkook se lo entregó y vio como abría su confiable aplicación de notas. Levantó el celular por arriba de su hombro cuando terminó, para que Jungkook pudiera leer.
Soy el único que lo deja experimentar.
—Por lo cual estoy muy agradecido —dijo Taehyung, dibujando símbolos en un papel que tenía en su regazo —el estúpido Jimin usa tinte de caja como si estuviéramos en la edad media.
—¿De verdad no te importa? —preguntó Jungkook dudoso.
Yoongi se encogió de hombros. Es solo cabello. Y usualmente puede dejarlo como estaba antes. Una pausa. Bueno, una vez estuvo rosado y morado por una semana y preferiría no repetir eso.
—Lo luciste —insistió Taehyung y Yoongi hizo una mueca exagerada que hizo que Jungkook escondiera una risa detrás de su mano —Y estoy apuntando a rubio esta vez, así que no te preocupes.
La última vez aterrizaste en plateado.
Taehyung lo golpeó en el hombro con su lápiz —Y me dijiste que te gustó, hyung.
Me gustó, admitió Yoongi mientras asentía. Taehyung se veía muy petulante.
Por unos minutos, hubo solo silencio, a excepción del lápiz de Taehyung contra el papel. Jungkook lo vio dibujar, vio los hombros de Yoongi apoyados contra las piernas de Taehyung, su cabeza reposando contra las rodillas de Taehyung, y una vez más se maravilló con la intimidad que compartían. Estaba comenzado a abrirse y la agonía se detuvo, pero era, como Taehyung probablemente lo llamaría, un proceso.
(Tenía permitido tocarlos, ir hasta ellos, pero era difícil recordarlo a veces.)
Taehyung tarareaba silenciosamente y Jungkook cerró sus ojos, hundiéndose en la gentil neblina de la felicidad adormilada de Yoongi y el ligero contraste con la concentración de Taehyung.
—Listo —anunció finalmente Taehyung, sosteniendo el papel —creo que lo tengo.
Yoongi se enderezó, inclinándose para que Taehyung pudiera presionar el papel en la parte trasera de su cabeza. Taehyung susurró algo que Jungkook no pudo entender, ¿latín, quizá? Y luces destellaron en el papel y el color barrió el cabello de Yoongi en una ola, reemplazando el negro con...
Bueno, no rubio. Cerca, pero definitivamente con un tinte azulado.
—Diablos —murmuró Taehyung, frotando unos cuantos mechones entre sus dedos.
¿Qué? Hizo señas Yoongi.
—Está un poco mal. Es como rubio, pero uno o dos pasos hacia la izquierda —dijo Taehyung —Todavía no debo tener la formula correcta.
Yoongi tomó su celular de nuevo y abrió la cámara frontal. Era imposible saber qué es lo que pensaba mientras giraba su cabeza de un lado a otro, viendo como el azul se veía en la luz.
—Creo que se te ve bien —le dijo Jungkook, porque lo pensaba. Lo hacía ver un poco más etéreo, quizás. Más mágico de lo que ya era.
—Definitivamente lo hace —dijo rápidamente Taehyung, apretando el hombro de Yoongi —Y, además, sabes que desaparecerá en unas semanas. No he podido hacerlo permanente, todavía.
Yoongi sonrió y palmeó la rodilla de Taehyung, un silencioso está bien, Tae-ah.
—Algún día —dijo Taehyung mientras tomaba una peineta para arreglar los lugares que la magia desordenó en el cabello de Yoongi —Lo perfeccionaré y luego lo venderé y entonces me haré una fortuna.
Yoongi palmeó su rodilla de nuevo, aunque esta vez parecía mucho más condescendiente. Jungkook escondió otra risa. Taehyung terminó de peinar el cabello de Yoongi con un sonido de satisfacción y se giró hacia Jungkook, su expresión cambiando a una pensativa, haciendo que las alarmas de Jungkook se encendieran en su cabeza —Oye, Jungkook-ah, ¿has pensado en teñir tu cabello?
—No —dijo Jungkook, y huyó.
——
Yoongi lo encontró más tarde, acurrucado en el sillón del comedor, y se sentó junto a él. Los cojines se hundieron, acercándolos más, haciendo que sus hombros se juntaran. Jungkook juntó valor y tocó el cabello de Yoongi. Había un aire de duda cerca de Yoongi, colgando de sus hombros como una capa invisible, lo que también le dio coraje a Jungkook para susurrar —De verdad me gusta, hyung. Te ves bien.
Yoongi agachó su cabeza, con un sonrojo en su cara y el corazón de Jungkook dio un vuelto.
Quizás, pensó mientras sentía como la duda se levantaba, algunas de las cosas de las cuales era capaz no tenía nada que ver con la magia.
——
Seokjin lo llevó a caminar por la ciudad y le habló de su familia, todos cambia formas, muchos de ellos en Corea, pero algunos en Nueva York también. Lo dijo superficialmente, pero Jungkook determinó que su familia era muy rica, con magia antigua y dinero antiguo. Seokjin era el segundo hijo, lo que le dio la libertad de explorar su propio camino en la vida. Dudaba, dijo secamente, que sus padres anticiparan que estuviera envuelto en una tienda mágica y compartiendo casa con otras cinco personas, pero no lo habían criticado por ello.
(—Puede que lo hagan —añadió, mientras llevaba a Jungkook por una calle para mostrarle un grafiti que se movia cuando le ponías una chispa de magia —cuando cumpla treinta y siga sin casarme o con mi casa propia o con una carrera, pero cruzaré ese puente cuando llegue a eso.
—¿Quieres casarte? —le preguntó Jungkook.
Jin se encogió de hombros —Me gusta la idea de hacerlo, pero tendría que ser con la persona indicada. Por ahora, soy feliz donde estoy —sonrió, su hermosa cara se formó en una expresión de cariño —Cuando eres un cambia formas, aprendes a conocerte bastante rápido. Necesitas ese anclaje.)
Llevó a Jungkook donde la señora Russo, una tienda mágica de reparaciones no muy lejos del Washington Square Park. La señora Russo tenía cabello gris y desordenado y un acento ruso acentuado que era difícil de entender incluso para Jungkook, pero su magia era agradable y su sonrisa estaba torcida y le venía bien a su cara arrugada. Le mostró a Jungkook muchos artefactos mágicos que estaba en proceso de arreglar: un cristal curativo partido por la mitad, un tazón con un agujero en el fondo, una cajita musical encantada que supuestamente podía soportar todo.
—Hago cosas, también —dijo, apuntando a una pared —relojes, más que nada.
Estaban pintados a mano y tenian un tallado muy complicado, recordándole a Jungkook los que había visto en las paredes de las mansiones victorianas en las películas de esa época.
—Algún día —murmuró Seokjin —compraré uno para la casa.
—¿Por qué no lo has hecho? —preguntó Jungkook.
Seokjin deslizó una mano por un reloj con dos pajaritos en una banca con flores. —Ninguno me ha llamado todavía.
La señora Russo asintió con una expresión de comprensión en su cara.
Había otras tiendas, además de la de ella y muchos mercados con artefactos mágicos. La mayoría estaban alejadas, en calles silenciosas, pero tampoco estaban disfrazados.
—Casi siempre somos reservados —explicó Seojkin —es por eso que algunos vecindarios son más mágicos que otros. Nos atraemos los unos a los otros y hay lugares que sabemos que son seguros —vio la expresión que debía estar en la cara de Jungkook y se apuró en corregirse —Nada malo pasa realmente, no como hace unas décadas, pero aun así hacemos que la gente se sienta incómoda. Es mejor ser...cuidadosos. La gente siempre tiene problemas con lo que perciben como diferente. No natural.
Jungkook pensó sobre el dolor de la mano de su madre contra la de él. El enojo en su cara mientras lo regañaba por usar su habilidad.
(Pensó en su segundo año en la secundaria, cuando se dio cuenta de que no era una chica a quien quería besar o llevar al baile de graduación. Del saber, dentro de él, que sus padres lo odiarían por eso, también, así que lo metió en la caja junto a su magia.
Del hecho de que pensaba que quería besar a Yoongi, de vez en cuando, y lo mucho que eso lo aterrorizaba.)
—Sí —dijo, en voz baja —lo entiendo.
Seokjin apretó su mano, cálida incluso a través de su guante.
——
Jimin [8:13 am]
Jungkook-ah, ¿qué harás esta noche?
Jungkook [8:17 am]
Nada, por qué?
Jimin [8:18 am]
Ven a bailar con nosotros!
Jungkook [8:19 am]
...bailar?
Jimin [8:20 am]
Sí, será divertido, lo prometo
Jungkook [8:21 am]
En realidad no bailo...
Jimin [8:22 am]
No te preocupes, será diferente, además está en la planificación, tendrás que venir
Jungkook [8:23 am]
Está bien...
Jimin [8:24 am]
SÍ. Ven a la casa a las 7, está bien?
Jungkook [8:25 am]
A las 7, lo tengo
Jimin [8:25 am]
<3 <3 <3
——
Se preguntó exactamente qué significaba "bailar" todo el día y pasó la media hora de vuelta a su casa en agonía por no saber qué ponerse. Jimin no le dio especificaciones a excepción de que no irían a un club y que debía vestirse "cómodamente". Pero ¿eso significaba jeans y una camisa o ...ropa de deporte?
Eventualmente, dijo "a la mierda" en voz alta en su departamento vacío y se puso sus pantalones más cómodos y un suéter cálido, ya que estaba nevando afuera.
Jimin lo recibió en la puerta con un gran abrazo, con sus dedos rozando la parte trasera de su cuello para que Jungkook captara sus pensamientos emocionados. Había en general un aire de emoción en la casa, aunque de Yoongi podía captar una diversión silenciosa.
—Hola —dijo una vez que Jimin lo soltó.
Yoongi lo saludó con su mano. Tenía su cabello teñido bajo una gorra de béisbol y la mitad de su cara estaba escondida detrás de su bufanda gigantesca de lana y no debería ser tierno, pero lo era. (Jungkook se estaba acostumbrado a las mariposas en su estómago cuando estaba cerca de Yoongi. Podía soportarlo.)
—¿Qué haremos, exactamente? —le preguntó a Namjoon, quién pensó sería el más indicado para que le diera una respuesta exacta.
—Iremos al estudio de baile donde Hoseok enseña.
—A medio tiempo —explicó Hoseok, en el proceso de poner una gorra en su cabeza —unas cuantas noches en la semana y fin de semanas. La dueña es mágica y me dejar usarlo una vez al mes.
—¿Para...qué?
Hoseok sonrió y le guiñó un ojo, de entre todas las cosas. —Ya verás.
El estudio estaba a unas cuantas paradas del metro y Hoseok los dejó entrar con una llave. Se detuvo dentro para deshacer los hechizos en el lugar y las salas de práctica.
—La señora Koepler es un poco paranoica —explicó Hoseok —no piensa que un hechizo en el exterior es suficiente.
—Está convencida de que este todavía no es un buen vecindario —murmuró Jimin mientras negaba con su cabeza.
—Eso, también —dijo Hoseok y los apresuró a entrar en una de las salas más grandes. El piso de madera estaba rayado pero muy limpio y las paredes estaban pintadas con un azul pálido relajante. Bueno, dos de las paredes. Una pared estaba cubierta de espejos y la otra con ventanas, con todas las cortinas abajo para alejar las luces de la ciudad.
—Bien —dijo Hoseok, juntando sus manos. El eco fue fuerte —Este lugar está demasiado encantado. Nada de lo que hagamos puede dañarlo. Yoongi-hyung, ¿una demostración?
Yoongi rodó sus ojos, pero golpeó su pie contra el piso. Se crearon grietas como una tela de araña y desaparecieron instantáneamente.
Diablos.
—Diablos —dijo Jungkook.
—Síp —estuvo de acuerdo Hoseok —así que, como dije antes, nuestra maravillosa señora Koepler nos deja venir para bailar y usar nuestra magia.
Jungkook estaba muy perdido.
—¿Usar su magia?
Namjoon se aclaró su garganta, enderezándose en lo que Jungkook reconoció como su postura de profesor. Imaginaba que, si Namjoon estuviera usando sus lentes, se los subiría. —Entonces, todos nosotros creamos energía mágica dentro de nuestros cuerpos, ¿cierto? —Jungkook asintió, porque parecía ser la respuesta correcta —Y podemos canalizarla en todo tipo de cosas, nuestras habilidades, magia más concentrada como encantos o símbolos o incluso rituales, pero también podemos expulsarla como energía pura. Ahora, si dejamos que nuestra energía mágica crezca demasiado, puede tener efectos negativos. Diferente a lo que pasa cuando bloqueas tu magia, pero igual de dañino para-
—Oh por Dios —dijo Jimin, interrumpiéndolo —versión abreviada, Kook. Es bueno expulsar la energía mágica, ¿Es como limpiar nuestro cuerpo? Nos ayuda. Usualmente no es dañina a menos que queramos, ya que la magia es sobre intención —se giró, de pronto, y estiró sus manos frente a él. Jungkook parpadeó mientras una ola casi invisible golpeó a Taehyung lo suficiente como para hacerlo retroceder.
—Oye —jadeó.
—Y bailar es una muy buena forma de hacer eso —continuó Jimin, ignorando a Taehyung —Esa es la razón por la cual la señora Koepler designó tiempo para los usuarios de magia.
—Estaba llegando a eso —murmuró Namjoon.
Jimin sacudió su cabeza. —Sí, muy lento —se giró de nuevo a Jungkook —Además, se ve muy genial. Mira.
Deslizó su pie por el piso y una línea azul se formó, para luego desaparecer lentamente.
—Whoa —murmuró Jungkook. Su cabeza daba vueltas —¿Cómo hiciste eso?
—Es sobre la intención, ¿no? —dijo Jimin —así que simplemente pensé azul realmente fuerte y ese es el color que tomó la energía.
—Toma un poco de control —dijo Hoseok —para entender cuánto estás soltando y no sobrepasarte, pero es casi instinto.
—Y.... ¿no dañaré a nadie? —preguntó dudoso Jungkook.
—No —dijo Hoseok, despreocupado —Este lugar en inquebrantable y podemos cuidarnos. Esto se trata de divertirse, Jungkook. Dejar salir energía.
Aún estaba nervioso. Había pasado unos cuantos años desde que bailó, aunque lo extrañaba con un dolor dentro de él, un dolor fantasma que aún permanecía. Y, ¿añadir magia? Su magia todavía se sentía salvaje en su sangre, inestable, y a pesar de sus promesas, herir a uno de ellos sería...
Manos envolvieron su cara. Taehyung.
Relájate respira estás bien Jungkook nos tienes a nosotros, ¿recuerdas?
—Sí —dijo, algo de pánico alejándose al ver la confianza de Taehyung en su cara —Lo recuerdo.
Taehyung le sonrió, en forma de caja y brillante y acarició el costado de su cara antes de ir a pelear con Hoseok sobre la música. Eventualmente, escogieron música electrónica de baile, canciones con ritmos fuertes y letras de cantantes que reconocía vagamente. Hoseok apagó las luces y Jimin saltaba mientras animaba a los demás, y rápidamente todo se disolvió en caos.
Seokjin y Namjoon estaban haciendo lo que solo se podía describir como sacudirse entusiásticamente en una esquina, compitiendo para ver quién podía hacer el arco de energía más grande, el de Seokjin rosa y el de Namjoon amarillo, sin importarles el ritmo. Se veían ridículos, pero ambos estaban riéndose y la felicidad que irradiaba de ellos golpeó la piel de Jungkook como petardos.
Taehyung y Hoseok giraban por la sala, con la energía floreciendo en ráfagas estelares debajo de sus pies y sus risas resonando en las paredes.
Jimin fue directo hacia Yoongi, quien estaba en la puerta todavía —Vamos, hyung —insistió, tomando las manos de Yoongi y llevándolo hasta la sala —La participación de todo el grupo, por favor. —Yoongi bufó, pero su mirada era suave, suave, suave (como siempre que miraba a alguno de ellos, se dio cuenta Jungkook) y estaba perdiendo la batalla con la sonrisa que se estaba formando en su boca. Se veía más que nada encariñado cuando Jimin intentó que se le uniera en una coreografía que se veía muy complicada.
Con su corazón lleno, Jungkook se tomó unos minutos para practicar. Se conectó con su energía corriendo a través de él y se concentró en empujarla fuera de su piel, al piso. Sus dos primeros intentos fueron muy débiles y el tercero demasiado fuerte, haciéndolo tambalearse al ser empujado hacia atrás.
Hoseok se detuvo a su lado. Presionó una mano en su pecho —Lo estás sobre pensando. Este tipo de magia en instintiva. Solo respira y siéntela. Muévete con ella. No intentes forzarla.
Obedeció, abriéndose un poco más. Hasta que pudo saborear la magia en su lengua, hasta que pudo sentirla en sus pulmones, rozando sus labios al exhalar. El cuarto atento resultó ser mejor. Para el intento número ocho, podía hacer un arco brillante de energía roja con sus manos, y vio cómo se desvanecía con asombro vertiginoso.
Diversión. Aplicado a la magia. Que novedad.
Pero era divertido y se dejó llevar incluso más. Dejó que el ritmo pulsara a través de él, dejó que su cuerpo recordara cómo moverse, un poco borracho con la magia y las emociones en el aire. Se río ante la vista de Jimin moviendo a Yoongi, con sus manos en sus caderas mientras que Yoongi miraba el techo con una expresión avergonzada. Fue girado en un círculo por Taehyung y luego Hoseok estaba yendo hacia él, con deleite en su cara.
—¡Jimin dijo que no bailabas!
—No lo hago —discutió Jungkook.
—Mentiroso —dijo Hoseok.
—Ya no lo hago.
—Deberíamos arreglar eso —insistió Hoseok, pero afortunadamente no presionó más que eso, distraído por Jimin y Yoongi.
—Vamos, hyung —lloriqueaba Jimin —tienes que hacerlo.
Yoongi elevó una ceja que claramente decía, ¿tengo que hacerlo, mocoso?
—Lúcete frente a Jungkookie —dijo Jimin y Jungkook sintió como calor subía a sus mejillas, calor que no tenía nada que ver con la temperatura de la sala.
Yoongi se congeló por un momento, viéndose como si quisiera huir, pero Jimin no iba a dejarlo. Simplemente lo llevó al centro de la habitación —Vamos, vamos, no es una noche de baile sin ti, Yoongi-hyung.
Yoongi suspiró, subiendo las mangas de su suéter. Los demás parecían haberse puesto en una clase de formación.
—Grupo de baile —explicó Hoseok, llevando a Jungkook hacia adelante —no te preocupes, la coordinación no es necesaria.
—Eso duele, Hobi —dijo Namjoon desde su izquierda.
—Simplemente estoy diciendo los hechos, Joonie —le respondió Hoseok.
Yoongi tomó una bocanada de aire y luego su talón tocó el piso. El cual cambió de color. Todo el piso. A un brillante azul. Y no se desvaneció.
—Mierda —susurró Jungkook.
—Elementales —dijo Taehyung con sabiduría.
—Son ridículos —Hoseok murmuró con buena intención.
El grupo de baile resultó ser seguir a Hoseok y Jimin lo mejor posible para hacer patrones en la luz que Yoongi aportó. Lograron hacer un vago dibujo de una mariposa y un montón de flores. Ocasionalmente añadían explosiones con sus manos, explosiones de color que se desvanecían en la oscuridad como fuegos artificiales. Yoongi cambió el color a blanco y crearon un mar sobre el. Luego a negro y lo cambiaron a nebulosas y estrellas enanas como el libro que Yoongi leyó una vez.
Jungkook pensó café y creó un pequeño globo en el aire.
—Pluto —dijo en respuesta a la cara interrogante de Yoongi.
Yoongi sonrió.
——
Se detuvieron a medianoche, después de que Jungkook bailara un muy entusiástico (y terrible) tango con Taehyung, después de que bailara swing con Jimin y tuviera un vals con Yoongi, riéndose mientras dejaba que Yoongi lo guiara. Jungkook estaba sudado y exhausto y sus costillas dolían de tanta risa. Se sentía bien, como si hubiera bebido de esos jugos para limpiar el cuerpo que su madre siempre hacía, pero mil veces mejor
Estaba enamorado, pensó. De este mundo, con su lugar en el.
(Quizás con Yoongi, también. Algún día. Inevitablemente.)
——
El invernadero de Hoseok era como otro mundo. Jungkook no creía haber visto tanto color en su vida, o tantos tipos de plantas. Colgaban del techo y estaban en maceteros y en las paredes. Toda la pared trasera estaba llena de vegetales, hierbas y unos cuantos árboles de frutas. Había otra sección de plantas repletas de flores y Jungkook tuvo que apartar muchos helechos tropicales para encontrar a Hoseok en su lugar de trabajo, sentado al medio de todo, amarrando lo que parecían ser hierbas secas.
—Salvia —explicó cuando Jungkook se paró a su lado —Buenas para limpieza.
—¿Las vendes? —preguntó Jungkook.
Hoseok asintió —En la tienda. También hago entregas y ofrezco servicios de limpieza a las casas y unas cuantas técnicas curativas básicas. Remedios, cosas así.
Le indicó a Jungkook que se sentara frente a él y le enseño cómo amarrar bultos de hierbas. El olor a savia era relajante, mezclado con el olor general a tierra del invernadero. Podía ver por qué Hoseok pasaba tanto tiempo aquí, por qué los demás eran atraídos, también. Jin durmiendo en forma de gato, Taehyung dibujaba diseños en medio de todas las flores, Namjoon tarareaba para sí mismo mientras ayudaba a Hoseok a regar las plantas.
(—Es mejor cuando logro que Yoongi me ayude —dijo Hoseok, en un susurro conspirador —Puede mover el agua de la fuente y cubrir todas las áreas. Usualmente tengo que sobornarlo con comida gratis, pero lo vale.)
Hoseok le contó sobre su familia en Gwangju. Su padre era profesor, pero casi todos ayudan con el negocio familiar. Su invernadero familiar era dos veces más grande que su modesto invernadero aquí. Le contó cómo pasó su infancia ayudando a las plantas y siguiendo a su madre y abuela al bosque para conseguir plantas raras. Como su abuela pasaba su mano por el tronco roto de un árbol y se arreglaba sin ninguna cicatriz. Como, cuando todavía aprendía a controlar su magia, la hiedra se expandió por cada rincón de su habitación y cubrió por completo su techo. Como siempre había podido sentir el tirón de la Tierra, el peso de ella bajo sus pies.
—Creo que mi familia estaba un poco triste —dijo Hoseok mientras Jungkook lo seguía para hacer una entrega de remedios curativos a una señora anciana en el vecindario —cuando dije que quería estudiar danza y producción musical. Pero lo entendieron, también. Mi madre me dijo que todos tenemos que encontrar nuestro propio camino —se alzó de hombros y sonrió —el mío terminó trayéndome de vuelta, de todas formas.
—¿Te arrepientes de eso? —preguntó Jungkook, esperando desesperadamente no ser demasiado insensible con la pregunta.
Hoseok sacudió su cabeza. —No. Quiero decir, extraño hacer presentaciones con Joon y Yoongi, pero esto es bueno, también —tocó uno de los árboles que crecían frente a la casa de la señora —Mi abuela siempre me dijo que éramos más susceptibles a la gravedad que el resto. Que la Tierra siempre nos traerá de vuelta. Quizás era inevitable. De todas formas, no es malo —tomó la mano enguantada de Jungkook para ayudarlo a subir las escaleras —Vamos, te mostraré por qué.
La mujer les dijo que su nombre era Maxine y era pequeña, encorvada por su edad, con una mano desgastada en su bastón. Pero sus ojos azules brillaban con una chispa de juventud y su cabello largo y blanco caía en sus hombros como una cascada. Aceptó agradecida los remedios de Hoseok (—me ayudan a engrasar mis articulaciones crujientes — explicó) con un beso en la mejilla e insistió en alimentarlos.
Jungkook se sentó en un sofá floral con un gato ronroneando en su regazo y un plato lleno con sándwiches y galletas, escuchando cómo Maxine le contaba emocionada los descuentos que le hacía Hoseok (— a diferencia de los vendedores más grandes, estafadores, la mayoría de ellos —le contó Maxine) y cómo sus remedios la habían ayudado a evitar una enfermera.
Hoseok rechazó su alago, pero estaba sonriente y sonrojado a la vez, y Jungkook entendió, entonces.
—La magia puede ayudar a las personas, ¿cierto? —soltó cuando estuvieron de vuelta en la vereda.
Hoseok se detuvo, a mitad de envolver su bufanda en su cuello. —Sí, Kook, realmente lo hace. Quiero decir, hay oscuridad en todo. Hay estafadores, como dijo Maxine, que pretenden tener remedios mágicos, pero no lo hacen. Y hay magia negra, también, que puede causar un montón de daño, pero... —se detuvo y Hoseok raramente pensaba sus palabras, así que debían ser importantes —Pero la tierra está llena de magia. Está destinada a estar aquí. Ha estado aquí desde el principio. Como los árboles y el océano y la luna —estiró su mano para apretar la mano de Jungkook de nuevo, con su cara abierta y dolorosamente cariñosa —La magia no es malvada, Jungkook-ah. Simplemente es. Tenemos que decidir qué queremos ser.
Miró de nuevo la puerta azul de Maxine. —Y quiero usar la mía para ayudar a las personas.
Jungkook apretó la mano de Hoseok —Eso es bueno, Hoseok-hyung. Gracias...por mostrarme.
Hoseok le sonrió, brillante como siempre —Cuando quieras, Jungkook-ah.
También quiero ayudar a las personas, fue lo que no dijo Jungkook. Simplemente no sé cómo hacerlo.
Quizás, simplemente necesitaba esperar.
——
Estos días, pasaba más noches en casa de los chicos que en su departamento, y usualmente eran pacíficos. El sillón era incluso más cómodo que su cama y le gustaba la magia relajante que impregnaba el aire.
Pero una noche, a mitad del invierno, despertó con un estruendo. Una taza se rompió en el suelo, a su lado, y se sentó con un aterrado sobresalto. Otra taza voló a su cabeza, forzándolo a quitarse del camino, saltando desde el sofá al otro sillón. Un sonido raspó sus oídos, un grito bajo y penetrante, y miedo y rabia impregnaba tanto el aire que prácticamente podía saborear la agria quemada en su boca.
Un fantasma, se dio cuenta al fin su cansada mente. Es un fantasma.
Se escondió detrás del sillón, usándolo como escudo ante el plato que llegó volando, e intentó hacer un plan de escape. Hasta donde sabía, el fantasma estaba entre él y la puerta al pasillo, pero quizás si corría...
Pasos. Pasos humanos.
Se atrevió a mirar por la cima del sillón y vio a Jimin aparecer en la puerta, su silueta reflejada por la luz de la luna.
—Jungkook-ah —dijo, con la voz cuidadosamente calmada —ven hasta aquí.
Otro grito furioso por parte del fantasma. Jungkook no podía verlo, pero podía sentirlo, su forma. Como que el aire estaba comprimido a su alrededor, creando un vació en la habitación.
—¿Estás seguro-? —susurró.
—Jungkook —la voz de Jimin era como metal —ven aquí —estaba estirando su brazo y no tenía miedo, se dio cuenta Jungkook. Estaba proyectando un aura estable en el aire, ya sea para calmar a Jungkook o al fantasma. O a ambos. Es todo lo que Jungkook podía sentir, lo cual era desconcertantes después de haberse acostumbrado a las emociones brillantes de Jimin.
Pero nada de eso importaba ahora. Tenía que moverse.
Se puso de pie y corrió lo más rápido que pudo hasta Jimin. Algo más, un jarrón, llegó volando hasta en y se quedó parado en el aire, atrapado por la magia de Jimin. El fantasma rugió y Jungkook tembló bajo la fuerza de su furia. Mierda, despertó en una película de terror.
Luego la mano de Jimin tomó la suya y los pensamientos de Jimin se estrellaron en su cerebro: ve hacia arriba ve hacia arriba ve a la habitación de Yoongi es el lugar más seguro de la casa...
—¿Qué hay de ti? —susurró Jungkook.
Jimin apretó su mano. Estaré bien es lo que hago, ¿recuerdas? Y Jin está sellando el comedor va a entrar si algo malo pasa así que ve donde Yoongi ahora.
—Está bien —aceptó Jungkook, sabiendo que necesitaba confiar en Jimin. Aun así, presionó la mano de Jimin fuertemente —Cuídate.
Jimin le sonrió, reconfortándolo. Estaba en su pijama de puntos y con su bata, su cabello rubio era un desastre, pero se sentía poderoso, más grande que el comedor y que el fantasma furioso.
Esto es lo que hago, ¿recuerdas?
Jungkook se fue. Seokjin estaba parado en el pasillo y también le dio una sonrisa reconfortante a Jungkook. —No te preocupes, Jungkook-ah. Esta no es la primera vez —apuntó la escalera con su cabeza y mientras Jungkook pasaba por su lado, notó un papel con símbolos en el.
Hechizos, supuso. Para sellar la habitación y mantener al fantasma encerrado.
(Y a Jimin encerrado con el dentro)
Tuvo un escalofrío y siguió moviéndose, subiendo las escaleras hasta el segundo y luego tercer piso. La puerta de Yoongi era la última del pasillo y ya se estaba abriendo mientras se acercaba, revelando a Yoongi poniéndose su bata. Estiró una mano y Jungkook entrelazó sus dedos.
Tranquilo tranquilo te tengo estás a salvo entra...
Fue solo entonces que Jungkook se dio cuenta de que estaba temblando de pies a cabeza, devastado con su propio terremoto personal.
—Perdón —susurró, pero Yoongi sacudió su cabeza y lo llevó hasta la habitación. Taehyung, Hoseok y Namjoon ya estaban ahí y una barrera cubrió la puerta cuando Yoongi la cerró de nuevo.
Solo había estado en la habitación de Yoongi unas cuantas veces, pero siempre la encontró como un lugar confortante. Limpio y organizado, con un estante lleno de libros y una silla por la ventana, en la cual estaba sentado Hoseok. Namjoon estaba en la silla de ruedas cerca del escritorio y Taehyung en la cama de dos plazas, sentado con su espalda contra la pared. Las paredes de Jimin y Taehyung estaban llenas de arte, mientras que las de Yoongi estaban casi vacías, con un mapa, una tabla con constelaciones, un poster réplica del cuadro de Andres Achenbach, un regalo de Taehyung (porque le recuerdo a una tormenta.)
La cama de Yoongi estaba cubierta de mantas porque el calefactor de la casa no era el más confiable y siempre hacía frío. Jungkook se enterró bajo ellas, acurrucándose contra Taehyung mientras Yoongi se posicionaba a su otro lado y otro estruendo se escuchó en el piso de abajo.
—Jimminie estará bien —murmuró Taehyung, aunque se veía un poco asustado bajo su determinación —es bueno en esto.
Aun así, todos se sentaron nerviosos en silencio por lo que se sintieron horas. Yoongi acarició su cabello, al parecer por instinto, sus ojos en algún lugar lejano, y Jungkook amaba mucho la sensación como para decir algo, a pesar de la sonrisa ligera que le dio Taehyung, como si supiera.
Finalmente, finalmente todo se quedó en silencio y el miedo y furia que Jungkook podía sentir incluso tres pisos más arribas y dos barreras mágicas, se desvaneció hasta que solo quedo el eco.
—Creo que estamos a salvo —susurró justo antes de que Seokjin les gritara que había terminado.
El comedor parecía haber sido arrasado por un huracán, escombros por todos lados, las cortinas rajadas, los muebles dados vueltas. Jimin estaba en el centro, sentado en el sofá con su cabeza en sus manos. Tenía un corte en su mano y sangraba lentamente y Taehyung dejó salir un sonido bajo y afligido. Corrió para envolver a Jimin en sus brazos.
—Era una niña —dijo Jimin entre sus dedos y Jungkook podía sentir el peso de su pena contra sus costillas —Siete años. Su hermano...su hermano mayor la ahogó.
Taehyung lo acercó más y besó su cabeza. Yoongi hizo un pequeño ruido de enojo. Estaba asustada, se dio cuenta con una sensación de hundirse. Le recordaba al hermano que la mató.
De pronto, se sintió enfermo.
—¿Está...está bien? —preguntó e inmediatamente hizo una mueca ante la pregunta. ¿Los fantasmas pueden estar bien?
Jimin finalmente levantó su cabeza. Sus ojos estaban rojos y había un corte en su mejilla, pero asintió. —Lo está. Siguió adelante.
Taehyung besó su cien. Su mejilla ensangrentada. La esquina temblante de su boca. —Lo hiciste bien, Jiminie.
—No se siente suficiente —susurró Jimin y un silencio pesado le siguió a la confesión, pero tenía razón. No lo era. ¿Qué clase de hermano asesinaba a su hermana? ¿Qué clase de mundo está lleno de niños que morían jóvenes?
No por primera vez, Jungkook, mientras miraba la expresión embrujada de Jimin, se preguntó sobre los costos de sus habilidades.
—Prepararé té —finalmente anunció Seokjin mientras se abría paso entre el mar de vidrio roto hasta la cocina.
Pasaron el resto de la noche limpiando, acomodando los muebles y haciendo un inventario de lo que se rompió (la mitad de los platos, dos jarrones, un macetero, una lampara y una silla en la cocina). Jimin se recuperó cuando las primeras señales del amanecer se pusieron en el cielo, de negro a azul, sonriéndole agradecidos a todos.
—Gracias —dijo. Miró a Jungkook. —¿Estás bien?
—Estoy bien —insistió Jungkook a pesar de que todavía se sentía agitado. Sus nervios no eran nada, en realidad, en comparación.
—Es sábado —dijo Namjoon —yo digo que todos volvamos a la cama.
Murmullos cansados de aceptación se escucharon en la habitación y Taehyung tomó la mano de Jimin para llevarlo hacia arriba, Seokjin, Namjoon y Hoseok caminando tras ellos. Jungkook miró dudoso el sillón. Preferiría no dormir allí de nuevo, no con las consecuencias de todo lo que acababa de pasar, el miedo que seguía desapareciendo. Quizás debería irse a su departamento. Era solitario ahí, usualmente, pero-
Un tirón en su manga. Yoongi.
Vamos, articuló con su boca y apuntó las escaleras.
—¿Estás seguro? —preguntó Jungkook, patéticamente desesperado para que le dijera que sí, pero también sin querer entrometerse.
Yoongi asintió. Tiró de su manga de nuevo.
Jungkook aceptó fácilmente. Se permitió ser llevado a las escaleras y luego a la habitación de Yoongi. Se metió bajo las mantas y suspiró por la calidez, por la presencia de Yoongi junto a él.
—Gracias —le susurró a Yoongi.
Yoongi le sonrió y acarició su cabello. Gentilmente deslizó sus dedos por la cara de Jungkook, para que pudiera escuchar duerme fuerte y claro. El toque era tan ardiente como relajante y Jungkook presionó su cara en la almohada para ocultar el sonrojo en sus mejillas, la sonrisa que se apoderó de su cara.
—Está bien, hyung —susurró, pero fue la respiración de Yoongi la que se calmó primero.
Con cuidado, con mucho cuidado, Jungkook presionó su palma contra el pecho de Yoongi, contra la suave tela de su suéter. Sintió la subida y bajada de su respiración, el pulso estable de su corazón.
Vida, todavía. A pesar de todos los fantasmas.
Desde entonces, en vez de dormir solo en el sillón, Jungkook se encontró en la habitación de Yoongi, acurrucado en su cama junto a él.
Y debería detenerse, lo sabía. Yoongi solo estaba siendo amistoso, estaba apoyandolo y siendo amable, mientras que Jungkook codiciosa y egoístamente quería más. Imaginaba, a veces, cómo sería inclinarse y besar Yoongi. Cómo se sentirían los labios de Yoongi contra los suyos y como las manos de Yoongi envolverían su cara.
Debería detenerse, pero amaba la calidez demasiado. Era un cobarde y solo se acercaba más en vez de alejarse.
——
Taehyung era de un pequeño pueblo en Daegu y la magia era rara en su familia. Saltó de su abuela hasta él y se saltó a sus padres por completo.
—Por eso me fui a vivir con ella en Busan —explicó Taehyung mientras tomaban el metro hacia el norte. Era tarde, o quizás temprano, pero el tren estaba casi vacío. Taehyung parecía existir en las horas más raras. Decía que tenía que ver con la magia, con el velo entre este plano de existencia y el otro siendo más débil, pero Jungkook sospechaba que simplemente tenía que ver con Taehyung —para que ella me pudiera enseñar.
—¿Por cuánto tiempo viviste con ella? —preguntó Jungkook.
—Catorce años —dijo en voz baja —murió hace dos años.
La pena era algo sutil, suavizada por el viento, pero Jungkook todavía sentía el dolor, lo suficiente como para estirar su brazo y acariciar el hombro de Taehyung por la tela de su abrigo. Sonrió en gratitud. —Me enseño todo lo que sé.
—¿Era vidente también?
—Sí. Mucho mejor que yo.
El tren se detuvo en una estación, estaban en algún lugar de Harlem, creyó Jungkook y Taehyung lo hizo bajarse. Dejaron la vía pública principal atrás bastante rápido y a esta hora, tan tarde, o temprano, las calles estaban vacías y tranquilas. Se sentía como una ciudad diferente, como si él y Taehyung fueran las dos únicas personas vivas.
La hora de las brujas. Finalmente entendió a qué se refería.
En una de esas calles vacías había un pequeño teatro y Taehyung se paró frente a el.
—Conozco al dueño —explicó mientras sacaba un trozo de papel de su bolsillo —así que no estamos entrando a la fuerza o algo así.
Presionó el papel contra la puerta y murmuró un hechizo. El cerrojo sonó. Atravesaron el vestíbulo, con su alfombra roja un tanto desteñida, pasada de la tienda donde vendían comida. Atravesaron las puertas desgastadas hacia el pasillo con asientos vacíos. Era un espacio más grande del que Jungkook esperaba, con un balcón y un techo anticuado.
—Estaba condenado a ser destruido —explicó Taehyung mientras subía al escenario —Pero Carlos y su esposo lo compraron y lo arreglaron. Creo que quieren etiquetarlo como un edificio histórico.
Se estiró en el piso de espaldas y le dio palmaditas al lugar que estaba a su lado. Jungkook se estiró a su lado con una risa baja, sintiéndose un poco ridículo, curioso de por qué Taehyung lo trajo a este lugar.
—En realidad no tengo nada que enseñarte sobre la magia —dijo Taehyung después de un momento —No soy bueno enseñando, en realidad. No como Namjoon o Jin. Pero pensé que podrías aprender un poco más de mí, si quieres.
Jungkook dio vuelta su cabeza para apoyarla contra la de Taehyung. Taehyung, quien le dijo que volviera el jueves por la tarde a la tienda y cambió su vida. Taehyung, quien siempre estaba estresado por su título y su carrera, pero nunca lo suficiente como para no dejar tiempo para el resto. Taehyung, quien era un ancla para Jimin y teñía el cabello de Yoongi con su magia y vivía con un pie en un futuro que nadie podía ver.
— Por supuesto que quiero —dijo Jungkook, con el corazón lleno, de pronto —cuéntame sobre el misterioso Kim Taehyung.
Taehyung se río. —No soy realmente misterioso. Eso es solo la cosa de ser vidente.
—Bueno, cuéntame sobre el Kim Taehyung ordinario, entonces.
Así que Taehyung lo hizo. Le dijo que venía al teatro porque el silencio lo ayudaba a pensar. Dijo que estaba aterrado cuando llegó por primera vez a Estados Unidos, porque no era su plan original. Nunca lo vio venir. Pero no podía dejar que Jimin fuera solo.
(—Siempre hemos estado juntos —explicó Taehyung, la voz suave con amor antiguo y establecido —desde que éramos niños. No quería que eso cambiara.)
Dijo que ahora amaba Nueva York y que no quería irse, incluso si eso significaba que siempre sería algo como un extranjero de una forma que no lo sería si regresara a corea. Dijo que su magia era silenciosa de una manera en que la de los demás no, pero prefería eso. No necesitaba nada llamativo, solo sentirlo profundo dentro de su medula era suficiente para mantenerlo estable. Se enojaba, sin embargo, cuando las personas pensaban que podría prenderlo y apagarlo, le pedían que les dijera el futuro como si las cosas que recibía dependieran de él.
(—Todos esos adivinos, la mitad de ellos no sabe una mierda. Solo lo inventan. El futuro es demasiado impredecible para ese tipo de profecía.)
Dijo que alguna vez quiso ser cantante, antes de que descubriera diseño de modas cuando estaba en la secundaria y nunca miró atrás. Su carrera puede que lo esté matando, pensaba, pero habría valido la pena.
—Me gusta Kim Taehyung —dijo Jungkook cuando el reloj de su celular mostraba las tres a.m. y la voz de Taehyung se había vuelto áspera.
—Bien —dijo Taehyung con otra risa —me gusta Jeon Jungkook y creo que debería ser mi modelo para mi presentación de último año.
Jungkook se sentó. —¿En serio?
Taehyung levantó una ceja. —¿Te has visto? Por supuesto, lo digo en serio. Y para las fotografías de mi portafolio, también.
Jungkook todavía se sentía inseguro sobre eso. Claro, se ejercitaba, se cuidaba, pero nunca se consideró material para modelar. Confiaría en Taehyung, sin embargo, si esto es lo que Taehyung quería. Incluso si moría de vergüenza intentando caminar por una pasarela.
—Claro —dijo, y Taehyung gritó. Lanzó sus brazos por el cuello de Jungkook y lo tiró al piso de nuevo, ignorando los gritos de protesta que escapaban de la boca de Jungkook.
—Y lo has hecho —continuó hablando Jungkook cuando se habían acomodado de nuevo, acostados el uno al lado del otro. Necesitaba que Taehyung supiera esto, pensó, porque se veía inseguro, con dudas por todos lados —Me enseñaste sobre la magia.
La magia no siempre era un río o un océano o una tormenta. No siempre era visible como las plantas de Hoseok o como cambiar de forma como Seokjin. Simplemente podía existir, silenciosa, bajo la superficie. Como un lago quieto con aguas profundas.
Y de esa forma, podía ser suficiente, también.
—Llámame Yoda, entonces —dijo Taehyung y desordenó el cabello de Jungkook.
——
Aprendió la historia de la voz de Yoongi en inicios y paradas y piezas esparcidas en los días muertos de invierno. De Hoseok y de Namjoon y del mismo Yoongi.
Había un chico, le dijo Namjoon. Tercer año de universidad. En ese entonces, los tres ya estaban haciendo música, Namjoon y Hoseok eran dos estudiantes de segundo año transferidos, se cambiaron porque conocieron a Yoongi y vieron todo el resplandor en el estudio de intercambio y vieron un futuro que querían perseguir. Yoongi lo amaba.
Algo pesado en la voz de Namjoon sugirió que el chico no amaba a Yoongi de vuelta. Al menos, no en la misma forma.
Era un imbécil, dijo Hoseok, arrancando hierbas malas del invernadero con veneno, algo no muy usual en él. Lo odiaba.
Fue jodidamente estúpido, escribió Yoongi en su celular, sentado junto a Jungkook en la banca del piano que se encontraba en el sótano, uno que llevaba al jardín y que funcionaba como sala de práctica para Jimin y Hoseok. El piano estaba frente a las ventanas grandes y a las puertas, la madera café iluminada por el sol, y Yoongi lo tocaba menos de lo que solía hacerlo. Y ciego.
Eso no es cierto, quiso decir Jungkook, pero no sabía si tenía el derecho.
El chico estaba lleno de insultos y juicios. Hacia la apariencia de Yoongi y su magia y su música. Y Yoongi, tan fuerte y frágil, le creyó demasiado.
Hizo que Yoongi se sintiera menos, dijo Namjoon, con sus dedos apretados fuertemente en la taza de café. Intentó hundirlo porque se sentía intimidado. Porque quería ser quien reluciera más.
Lo odiaba, repitió Hoseok desde el otro lado de la mesa. Debí golpearlo en la maldita cara. Repetidamente.
La relación duró casi un año, y durante ese tiempo Yoongi solo creció, a pesar de los intentos del chico para evitarlo. Los tres, Namjoon, Hoseok y Yoongi, comenzaron a hacer presentaciones, comenzaron a publicar música en SoundCloud y a la gente le gustaba. La gente quería escuchar más.
Podemos hacer esto, pensamos, escribió Yoongi arriba del cuaderno de Jungkook, las palabras temblorosas por los dedos de Yoongi. Podríamos ser algo.
El chico no quería eso. El chico quería que eligiera; él o la música.
Elegí la música, susurró Yoongi a la mente de Jungkook mientras estaban acostados en la cama. Los dedos de Yoongi descansaban en la piel desnuda del brazo de Jungkook. Y me odió por eso.
Debimos haberlo previsto, dijo Hoseok.
Debimos detenerlo, dijo Namjoon.
Debí saberlo, escribió Yoongi.
Pero no lo hicieron, y Yoongi volvió al departamento que alguna vez compartieron para llevarse sus cosas y caminó directo a una trampa.
Había un sello de encuadernación dibujado justo en el piso, escribió Yoongi con sus dedos temblorosos. No tenía ni una oportunidad.
El chico hizo que sus amigos lo ayudaran. Necesitaron a cuatro, aparentemente, para mantener a Yoongi bajo control lo suficiente para completar el ritual. Después, Yoongi despertó en una banca de la facultad, mareado y enfermo, con su magia peligrosamente inestable y sin voz.
Todo se destrozó un poco, después de eso.
Casi lo perdimos, dijo Namjoon con una expresión lejana, una mueca en su cara. Estuvimos tan cerca de perderlo.
Intenté hacer algo realmente, jodidamente estúpido, escribió Yoongi mientras sacudía su cabeza, sus palabras llenando el margen del cuaderno de química de Jungkook. Un ritual para recuperar mi voz. Casi me mató. Hobi me encontró.
No entró en más detalles, pero el horror de la memoria seguía en la cara de Hoseok cuando hablaba de ello, cuando dijo, pensé que se había intentado matar. Pensé que la ambulancia no iba a llegar a tiempo. Pensé que iba verlo morir.
Tomó mucho tiempo, sospechó Jungkook, para que Hoseok perdonara a Yoongi. Tomó incluso más para que volvieran a la normalidad. Yoongi tuvo que dejar la universidad por un año y terminó un año después y se graduó junto a Hoseok y Namjoon. Tuvo que ver a un especialista para poner bajo control su magia. Tuvo que tomar clases de lenguaje de señas en la noche en un centro comunitario, con Hoseok y Namjoon a su lado, practicando señas bajo las luces fosforescentes.
Namjoon fue quien tuvo que decirle a su familia, pero Yoongi aún escuchaba a su madre llorar en el celular. A través de Namjoon, tuvo que convencerla de dejarlo quedarse en Estados Unidos, de que estaría bien.
Los tres dejaron de hacer presentaciones, dejaron de producir, también, porque la herida era demasiado ruda y sangrienta y no sabían cómo cerrarla aún. Buscaron lo que más pudieron, hablaron con cada experto que pudieron encontrar, pero la voz de Yoongi se había ido. Vendida, probablemente, a alguien quien quería la magia que todavía permanecía por un conjuro.
Hay todo un maldito mercado para cosas como esas, dijo Hoseok con disgusto. Es horrible.
Eventualmente lo dejamos ir, susurró Yoongi en su mente en la noche. Lo superamos. La tienda nos dio algo en qué concentrarnos.
Todavía había pena por la perdida en él, Jungkook podía sentirlo. El dolor de lo que podría haber sido. Lo que habría sido.
Lo siento, fue lo que no dijo Jungkook, sabiendo que Yoongi no necesitaba escucharlo. Que Yoongi estaba aquí y Yoongi era fuerte y Yoongi realmente estaba bien, la mayoría del tiempo. Había malos días, todavía. Los Días Malos, los llamaba Namjoon, cuando la tristeza se volvía sofocante y no dejaba que Yoongi se concentrara en nada, incluso lo privaba de interactuar con ellos, a veces no podía salir de la cama.
(Aprendieron, dijo Namjoon, cuando Yoongi necesitaba tiempo para estar solo en los Días Malos y cuando necesitaba compañía. Necesitaba que alguien ocupara el mismo espacio que él; Taehyung en la silla dibujando, Namjoon leyendo un libro en voz alta, Jimin trabajando en sus asignaturas en la cama, Hoseok poniendo flores en maceteros, Seokjin contando chistes estúpidos.
Y un día, será el turno de Jungkook y se meterá a la cama junto a Yoongi y envolverá sus brazos por la cintura de Yoongi, y Yoongi se dará vuelta, se acurrucará en él, dejará que Jungkook tome un poco de la tristeza y ambos respirarán en el silencio de la habitación. Inhala, exhala, inhala, exhala...)
Lo siento, fue lo que no dijo Jungkook. Creo que eres increíble.
Simplemente optó por presionar su frente contra la cien de Yoongi y dejar que su magia se entrelazara hasta que calmara la tormenta en los pensamientos de Yoongi.
——
Le pidió a Jimin que lo llevara a Coney Island, a pesar de que apenas era primavera y el viento todavía tenía dientes. Jimin sonrió, los envolvió en bufandas y gorras y suéteres y tomaron el tren hacia el sur en un domingo por la tarde.
El sol estaba puesto, bailando por encima del mar, incluso si su calidez no combatía el frío que había.
—¿Extrañas Busan? —preguntó Jungkook mientras estaban en la cima de la costa, dejando que el mar mojara sus botas. Podía sentir el agarre/tirón de la marea en su pecho, podía sentir la forma en que el agua se extendía hacia abajo, hacia el centro de la tierra y entendió por qué la gente antigua adoraba esta increíble y terrible fuerza de la naturaleza.
—Sí, a veces —dijo Jimin —Especialmente en el verano. Pero soy feliz aquí. ¿Tú lo extrañas?
—Extraño el océano —decidió, pero no podía pensar en nada más. Busan era sofocante, sus padres eran sofocantes y no podía esperar para escapar. No había mirado hacia tras desde entonces.
Jimin asintió y unió sus brazos. —Puedes sentirlo, ¿cierto? ¿en tus huesos?
—Sí —dijo, todavía sorprendido.
—Supongo que eso es lo que pasa cuando naces en el mar.
Caminaron por el paseo entablado y le compraron pretzeles dulces a uno de los vendedores ambulantes. Se los comieron en una banca junto a la noria donde Jimin habló un poco más de Busan.
—Vengo de una familia grande —dijo —todos médiums. Tienen un negocio, hacen sesiones de espiritismo y limpian casas y cosas así. Creo que querían que participara, después de la universidad, pero quiero encontrar mi propio camino —se río —todos estaban siempre en el mismo negocio en mi familia y necesitaba saber quién era Park jimin, sin toda la influencia, ¿sabes?
—Sí, lo hago —respondió Jungkook, porque huyó por muchas de esas razones.
—Quiero decir, aún los llamo una vez a la semana, pero la distancia es buena por ahora.
—¿Es difícil? —preguntó Jungkook, pensando en la chica ahogada en su comedor y las lágrimas en la cara de Jimin —¿Estar rodeado por tanta muerte?
—A veces —dijo Jimin, limpiando la azúcar de sus dedos en sus pantalones —pero creo que más que nada me ha hecho apreciar más la vida. Y me agrada que pueda ayudarlos, al menos un poco.
El corazón de Jungkook dolió. Jimin, tan amable —Creo que los ayudas más que un poco.
Los ojos de Jimin eran suaves y su sonrisa agradecida era gentil pero un poco insegura. Como si no estuviera seguro de que creía las palabras de Jungkook, pero de igual forma las apreciaba. —Gracias.
Sintiendo que era tiempo de cambiar de tema, Jungkook se metió el resto de su pretzel en la boca y se puso de pie —Vamos —dijo, amortiguado por tener la boca llena, y fue premiado con una risa por parte de Jimin —Quiero ir a la noria.
Jimin la miró titubeante, pero se dejó arrastrar —No lo sé...
—Ni siquiera es tan alto —insistió Jungkook —y puedes sostener mi mano todo el tiempo. —estaba usando guantes, pero aun así podría sentir si Jimin se ponía demasiado nervioso, lo ayudaría a mantenerlo calmado.
—Oh, bueno, si darle la mano a un chico lindo está en la mesa —dijo sonriendo Jimin, con un movimiento exagerado de sus cejas y entrelazó sus dedos.
Jungkook se río a través de su sonrojo, murmuró un "cállate" y llevó a Jimin al mostrador a comprar entradas.
——
Estaba enamorándose. De este mundo mágico y su lugar en el. De Yoongi.
Y no sabía que el amor podía ser una culminación de momentos silenciosos, pero aquí estaba, con una caja llena de ellos:
Yoongi, quedándose dormido en el tren, desplomándose contra el por segundos, hasta que su cabeza estuvo descansando en el hombro de Jungkook y todo el lado derecho de Jungkook estuvo cálido con su peso.
Yoongi, caminando junto a él mientras seguían a Taehyung a través de una exhibición en el museo de arte moderno, con su expresión ligeramente descontenta, pero con su cabeza inclinada para escuchar cada explicación que Taehyung daba sobre una escultura rara o una pintura con varios tonos de rojo.
Yoongi, temprano en la mañana con su cabello desordenado y su cara hinchada por el sueño, tocando un ritmo en el brazo de Jungkook que era su propia versión de un hola. Sus pensamientos arrastrándose lentamente por su mente, pero con una sonrisa gentil en su cara.
Yoongi, calentando el café de Namjoon por él mientras Namjoon estaba demasiado enfocado en una discusión con Hoseok para notarlo. Sus dedos presionados a un lado de la taza hasta que estaba caliente de nuevo. Y Namjoon tomaba un sorbo sin pausar, sin notar que estuvo frío para comenzar, pero Yoongi sonreía, satisfecho.
Yoongi, cuando dejaba que Taehyung tiñera su cabello azul y le preguntaba a Jungkook si le gustaba el color en palabras escritas en el cuaderno de Jungkook. Jungkook enterraba su dedo en los mechos de cabello azul como el mar, tragando contra el agarre/tirón en su pecho que se sentía como la marea entrando y respondía sí, hyung, me gusta.
Yoongi, dormido en el escritorio de su computadora en la parte trasera de la tienda, con sus lentes torcidos en su cara y el libro de contabilidad en la pantalla. Se despertaba cuando Jungkook dejaba té a su lado y lo arropaba con una manta, pero su sonrisa era suave suave suave y sus ojos eran suaves suaves suaves y estiraba su mano para rozar la mejilla de Jungkook para que pudiera escuchar un adormilado gracias, y la misma tierra se movía bajo los pies de Jungkook.
Yoongi, apareciendo en la puerta de su departamento con comida después de que Jungkook estuviera hundido en dos días de estudio frenético. Lo dejaba en el mostrador y chasqueaba la lengua ante el desastre de la cocina de Jungkook y comenzaba a limpiar, ignorando la insistencia de Jungkook sobre que podía hacerlo él mismo, a pesar del hecho de que estaba exhausto y tembloroso por tanto café. Cuando terminaba, le daba una mirada a Jungkook, debía ver la expresión cansada de Jungkook y lo abrazaba. Dejaba que Jungkook se hundiera en el centímetro a centímetro hasta que lo estaba sosteniendo por completo, con sus dedos en la parte trasera de su cuello para hacerle saber shh, te tengo, Kook, estoy aquí. Estoy aquí aquí aquí.
Yoongi, cubierto de suéteres y bufandas, quejándose por la nieve que permanecía.
Yoongi, bajo las luces del Tompkins Square Park, riéndose con su risa rasposa mientras Jimin intentaba enseñarle a Jungkook cómo hacer un giro que aprendió en clases, ambos tropezándose y riéndose tanto que sus costillas dolían.
Yoongi, comiendo brochetas de cordero con él, en el mismo restaurante que antes, con sus piernas amontonadas bajo la mesa pequeña y sus dedos sucios y los ojos brillantes de Yoongi bajo la tenue luz. Le estaba mostrando a Jungkook cómo deletrear cordero en lenguaje de señas con una mano mientras que con la otra sostenía la brocheta, usándola para indicarle a Jungkook cuando se equivocaba.
Te amo, pensó Jungkook, y sintió las palabras posicionarse en sus huesos como una verdad absoluta. Te amo.
— —
Y aquí estaba Yoongi ahora, en el piano en el sótano, tocando Claire de Lune a la luz de la luna. La casa estaba en silencio y Jungkook estaba sentado a su lado, viendo como los dedos de Yoongi se movían por las teclas.
Jungkook quería besarlo. Quería hacerlo desde hace semanas, incluso meses, pero aún estaba demasiado aterrado. Atrapado entre el deseo, la llama que se elevaba y todo lo que debería ser, lo que se esperaba que fuese. Había roto las reglas de sus padres sobre la magia y si rompía esto, su sueño de un futuro donde tendría una esposa y una casa agradable y un buen trabajo y les daría nietos, entonces dudaba que siguieran amándolo, y no estaba seguro si podía vivir con eso.
Pero aquí estaba Yoongi, dejando que la música se moviera a través de él mientras tocaba, con sus ojos cerrados, y aquí estaba todo el amor que Jungkook no sabía cómo mantener en su pecho, derramándose por todos lados.
La canción terminó y las manos de Yoongi se detuvieron en el piano. Sus ojos se abrieron y le sonrió a Jungkook, mostrando sus encías y un poco avergonzado, como si estuviera preocupado de que Jungkook se molestara por perderse tanto en la música. Y Jungkook juntó cada gota de valor, cada pizca preciosa de valor que tenía y se inclinó hacia adelante a pesar del nudo de terror que tenía en su estómago y sus manos temblorosas.
Los labios de Yoongi estaban fríos y ligeramente agrietados y sintió a Yoongi sobresaltarse, y escuchó el eco de su nombre, y Dios esta fue una pésima idea, ¿no es así? Arruinó todo, toda esta amistad y-
Shhh shhh ven aquí, pensó Yoongi cuando Jungkook comenzó a alejarse. Sus manos acunaron su cara, acercándolo nuevamente, y entonces Yoongi lo besó apropiadamente y todo lo que podía sentir Jungkook era calidez, en su corazón, en su sangre, en el desliz gentil de la lengua de Yoongi en su boca. Podía sentir el zumbido de los pensamientos de Yoongi, la prisa de su incredulidad, de su emoción.
Mierda Jungkook Jungkook Jungkook increíble fantástico no pensé que querías esto no quería presionarte te sientes tan bien maldita sea Jungkook...
Jungkook seguía temblando cuando se separaron, cuando Yoongi presionó unos cuantos besos ardientes en su mandíbula, en su mejilla, en su cien. Ya no había vuelta atrás, se dio cuenta. Ya no tenía que esconderse o romperse para encajar en la caja que sus padres crearon para él. Amaba este mundo y amaba a Yoongi y tenía tanto miedo, pero quería seguir corriendo en este futuro sin mirar hacia atrás.
Los dedos de Jungkook se deslizaron por su mejilla. ¿Estás bien?
—Tengo miedo —susurró Jungkook en el silencio de la habitación —Pero quiero esto. A ti. Lo que sea que terminemos siendo.
Los ojos de Yoongi estaban suaves suaves suaves mientras se acercaba y juntaba sus frentes, pasando sus brazos por la cintura de Jungkook.
Estoy aquí, Kook, me tienes. Lo prometo.
Lo sé, fue lo que no dijo Jungkook, porque todavía no estaba seguro de aquello. Pero lo estaría. Pronto, pensó, lo estaría.
—¿Bésame de nuevo? —le pidió, sintiéndose un poco atrevido.
Y Yoongi lo hizo.  
0 notes
typeboyz · 3 months
Text
Tumblr media Tumblr media Tumblr media Tumblr media Tumblr media
→ Min Yoongi x Leitora
→ Palavras: 2.6k
ATENÇÃO: relacionamento estável, flashbacks com smut no final, palavrões, sexo sem camisinha, fluffy.
📌 ps:. sempre use camisinha, se proteja, se cuide. é a sua saúde que está em jogo.
📌 masterlist
© all rights reserved by @dreamescapeswriting
© tradução (pt/br) by @typeboyz
Tumblr media
— Jungkook! Me coloque no chão, ou eu vou contar para o Yoongi! – Você gritou quando Jungkook a colocou no ombro dele.
Você estava na sala dos funcionários da bighit com os garotos do bts, e do txt, todos brincando juntos. Vocês estavam jogando Just Dance, mas como estavam ganhando, Jungkook resolveu começar a trapacear no jogo, ele te segurou para que parasse de jogar.
— Isso é trapaça! Exijo uma revanche! Namjoon! Não acredito que você esteja incentivando esse comportamento! – Você gritou em tom de brincadeira e Yoongi sorriu do sofá em que estava sentado.
Beomgyu e Soobin estavam sentados ao lado dele, observando o desenrolar de tudo diante deles.
— Você tem sorte, hyung, ela é uma das melhores. – Yoongi sorriu para si mesmo mais uma vez, pensando em tudo o que vocês passaram juntos nos últimos sete anos.
Parecia que você fazia parte do bts, exceto pelo fato de que você não sabia cantar, dançar, ou fazer rap, nem para salvar a própria vida. Vocês já estavam namorando há seis anos e ele ainda adorava cada dia que passava com você, aproveitando cada momento como se fosse o último. Ele queria fazer com que cada dia contasse para o relacionamento de vocês. Yoongi se lembrou da primeira vez em que a conheceu e de como ele se mostrou idiota. Nos primeiros meses, ele nunca queria ficar sozinho com você, e depois, sempre que vocês estavam juntos, ele se transformava em uma confusão gaguejante, corando sempre que podia.
Tumblr media
O corredor que levava ao dormitório era horrível, mal iluminado, os ladrilhos do piso estavam se soltando e Yoongi tinha certeza de que podia sentir o cheiro de umidade, mas ele estava disposto a superar isso. Eles poderiam se unir para fazer isso dar certo, era apenas enquanto eles estavam treinando e Jungkook estava na escola, mas não era nada que eles não pudessem resolver.
— Sim! Bem, é você que está criando uma barreira neste casamento! – Ele ouviu alguém gritar no apartamento ao lado do deles, fez uma careta ao ouvir uma porta abrir e fechar, e passos vindo em sua direção.
Ele presumiu que seria outro morador que estava indo embora, mas ficou chocado quando se deparou com você. Você estava coberta de farinha, seu cabelo estava uma bagunça, estava usando jeans e um avental.
— Oi, desculpe! Eu... O proprietário deste lugar é péssimo, então eu estava tentando fazer com que o dia de hoje fosse bom para vocês. Eu sou s/n!
Você apertou a mão de cada um deles quando se apresentaram, mas quando chegou a vez do Yoongi, ele se engasgou, não conseguia nem se lembrar de como falar, quanto mais segurar sua mão e apertá-la como um ser humano normal.
— Esse é o Yoongi. – Você sorriu para aquele que se apresentou como Jungkook, pois sabia que muitos trainee de kpop vinham morar nesse prédio.
Era mais perto das escolas e dos centros de treinamento deles. Você também sabia que esse era um dos piores prédios para se morar, já que você estava morado lá nos últimos três anos de sua vida.
— Vocês tem as chaves, certo? Me diga que ele não se esqueceu dessa parte? – Namjoon segurou as chaves e você sorriu, colocando a mão sobre o peito, aliviada pelo fato do proprietário não ter esquecido as chaves deles, como fez com a sua quando você se mudou.
— O casal do andar de cima, eles param depois de cinco minutos de briga. A porta ao lado está vazia, o que é um bônus. Estou lá em cima se precisarem de alguma coisa, estou falando sério... Qualquer coisa, podem me tirar de lá. Erm... Estou fazendo biscoitos agora, depois vou preparar o jantar. Sempre faço demais, então se quiserem alguma coisa, me avisem...
— Nós adoraríamos comer! – Jin gritou, se poupando de cozinhar naquela noite.
Você sorriu de forma brilhante e o coração de Yoongi começou a bater forte. Era como se ver seu sorriso fizesse com que todo o prédio se transformasse em um raio de sol, tudo parecia melhor agora que você estava lá.
— Que biscoitos?
— Jungkook, você tem que estudar com Taehyung e Jimin. – Disse Hoseok, enquanto pegava as chaves de Namjoon e destrancava a porta.
— Eu vou trazer quando ficarem prontos e vocês poderão entregar aos meninos quando quiserem. – Você riu e todos concordaram com você, a deixando voltar para seu apartamento.
— Até logo! – Yoongi disse.
Você deu uma risadinha, espiando pelas grades para vê-lo corar e bater a cabeça enquanto forçava a entrada no apartamento.
Ele é bonito.
Tumblr media
Desde aquele dia, você ia ao apartamento quase todas as noites com refeições e lanches para eles, se certificando de que tinham tudo o que precisavam. Ajudava Jungkook a estudar para exames importantes e se certificava de que ele fosse para a cama na hora certa, em vez de ficar acordado até tarde jogando videogame. Você era como a mãe do grupo, mas demorou um pouco para o Yoongi se afeiçoar a você, mas ele acabou se afeiçoando e vocês se aproximaram. Até que ele a beijou e tudo ficou estranho novamente.
Tumblr media
— Você está nervoso? – Você perguntou a Yoongi enquanto estava nos bastidores.
Era o dia da estreia deles, e ele não havia feito nada além de andar de um lado para o outro no apartamento durante toda a manhã, e continuava a fazer o mesmo na sua frente agora, andando de um lado para o outro e olhando para o chão enquanto fazia isso.
— Um pouco, mas não sei se estamos prontos... – Você agarrou a mão dele e ele congelou no lugar, os pensamentos sobre o palco de estreia e a apresentação foram expulsos do cérebro dele como algo em uma catapulta, ele olhou para os seus dedos entrelaçados com os dele.
— Vocês são perfeitos, já ouvi e vi vocês praticando um milhão de vezes. A música também é incrível, Yoongi. Vocês fizeram um trabalho fantástico. – Ele acenou com a cabeça para você, tentando pensar em algo para lhe dizer.
— Olha, faça o que eu faço quando estou nervosa. – Ele a incentivou a continuar e você deu uma risadinha. — Quando fico nervosa perto de pessoas que não conheço, eu as imagino nuas... As pessoas são muito menos intimidadoras dessa forma.
Ele corou só de pensar que você o imaginou nu quando os conheceu e olhou por cima do ombro dele para Namjoon.
— Eles estão prontos para você, você tem isso! Ok? – Ele acenou com a cabeça, e sem pensar, soltou suas mãos, agarrou seus braços e a beijou.
Os lábios dele estavam nos seus e você entrou em pânico, mas envolveu os braços ao redor do pescoço dele, o beijando de volta e sorrindo contra os lábios dele. Era como se não houvesse mais nada ao redor de vocês, nenhuma pressão da estreia dele, nenhum garoto gritando para que ele se apressasse e se arrumasse. Apenas você e Yoongi sozinhos, se beijando no meio do nada.
— Boa sorte. – Sua voz saiu rouca quando ele se afastou e caminhou até Namjoon, com a mente cheia de pensamentos sobre o que ele tinha acabado de fazer e o que estava prestes a fazer no palco, mas ele estava mais nervoso com o beijo de vocês do que com o palco.
Tumblr media
Nunca mais se falou sobre o beijo, ele voltou a ser o Yoongi que evitava você a todo custo, parecendo frio às vezes e ignorando você sempre que você tentava falar com ele diretamente. Ele odiava tratá-la dessa forma, mas era a única maneira de descobrir o que sentia por você.
— O hyung está pensando muito na s/n. – Soobin sussurrou para Kai, que veio ver porque Yoongi estava olhando para você e Jungkook, que pelo visto ainda não tinha colocado você no chão e estava correndo pela sala tentando fazer com que você comprasse comida para todos eles naquela noite.
Tumblr media
Na noite em que Yoongi voltou da turnê do Red Bullet, ele deixou a bolsa na porta da frente do apartamento deles e subiu para encontrar você. Ele pensou que poderia ser apenas seu amigo e esquecer o beijo que vocês deram em 2013, mas era mais difícil do que ele pensava e ele não conseguia tirar você da cabeça.
— Yoongi, o que você está fazendo? – Os lábios dele a cortaram antes mesmo que você pudesse terminar a frase e ele a empurrou para dentro do apartamento, chutando a porta com o pé e a beijando com força.
Suas mãos se aproximaram do cabelo dele e você puxou os fios enquanto ele se abaixava para pegá-la e levá-la para a cozinha, a sentou no balcão e se afastou.
— Bem vinda ao lar. – Você ofegou olhando profundamente nos olhos dele e ele sorriu de volta para você.
— Desculpe, eu só... – Ele se calou quando você o beijou novamente e se afastou, mordendo o lábio inferior ao fazer isso.
Você não tinha feito nada além de sonhar com aquele momento desde o momento em que ele a beijou pela primeira vez em 2013 e você o desejava há tanto tempo.
— Senti sua falta. – Você sussurrou enquanto ele olhava fixamente em seus olhos.
— Também senti sua falta. – Ele ainda estava tentando recuperar o fôlego do beijo inesperado, mas deu uma risadinha ao olhar para você enquanto corava.
— Espero que você não receba todos eles em casa dessa forma. – Você riu para ele e balançou a cabeça, passando a mão pelos cabelos ruivos desbotados.
— O vermelho ficou bem em você. – Você sussurrou para ele, encostando a testa na dele e sorrindo quando ele começou a corar.
Tumblr media
O relacionamento entre vocês sempre foi estável, nunca houve nada que o abalasse até a turnê Love Yourself, as coisas ficaram um pouco mais difíceis porque ele ficava longe por mais tempo do que antes, mas vocês continuaram a se superar. Vocês estavam apaixonados um pelo outro e nada iria impedir isso, nem mesmo uma pequena separação.
— O que está acontecendo? – Ele foi tirado de seu devaneio quando você se sentou no colo dele e o encarou, afastando os longos cabelos negros do rosto e sorrindo.
— Nada, eu só estava pensando no quanto eu te amo. – Todos os meninos começaram a fazer cara de nojo, pois sempre faziam isso quando Yoongi ficava meloso perto deles.
— Bem, que tal irmos para casa e você me mostrar o quanto? – Você provocou roçando o nariz no dele.
Depois disso você deu um grito quando ele se levantou, envolvendo suas pernas em volta da cintura dele e a levando para fora da sala sem dizer mais nada a ninguém que estava ali.
— Yoongi? Tem certeza de que está bem? — Você deu uma risadinha e ele assentiu, a colocando no chão e caminhando com você em direção aos elevadores.
— Eu estava pensando em como você está sempre presente quando eu preciso de você, e quando eu sempre precisei de você... Você está sempre presente para mim. – Você sorriu para ele e ele a beijou novamente com suavidade, com a mão pousada em seu rosto enquanto a trazia para mais perto dele.
— Preciso de você, Yoongi. – Sussurrou para ele, o sentindo crescer enquanto estavam no elevador dando uns amassos, ele a pressionou contra a parede e gemeu.
— Eu também preciso de você, querida, mas espere até chegarmos em casa. – Você choramingou para que ele soubesse que não queria, mas ele beijou sua bochecha e a puxou para o térreo.
Tumblr media
Suas costas estavam contra a cama enquanto se beijavam intensamente no quarto que dividiam.
— Yoongi. – Você choramingou quando ele se afastou de você, ele riu ao ver como você estava carente dele e começou a beijar seu pescoço, tirando sua camisa, depois a dele.
— Shh, não vamos apressar nada esta noite, eu quero fazer amor com você... Mostrar o quanto eu te amo. – Você sentiu suas bochechas esquentarem quando as palavras saíram da boca dele e deu uma risadinha quando ele começou a beijá-la mais uma vez, com a mão dele descendo pela frente da sua calça e entrando na sua calcinha.
— Você me quer tanto assim, bebê? Você está pingando. – Você choramingou quando ele introduziu um dígito em você, a fazendo gemer de alívio. Você precisou dele o dia todo, mas guardou isso para si mesma, pois ele estava ocupado com o trabalho.
— Minha pequena bebê carente.
— Sim, tão carente. – Você sussurrou e ele riu, beijando seu pescoço enquanto bombeava lentamente um dedo para dentro e para fora de você antes de acrescentar um segundo e acelerar o ritmo, inclinando a mão para que a palma entrasse em contato com seu clitóris. — Yoongi!
Você gemeu e ele deu uma risadinha ao sentir que você se agarrava a ele e erguia os quadris, ele já sabia que você estava perto e ele ainda nem tinha começado. Ele acelerou os dedos, querendo muito que você gozasse, pois adorava olhar para a cara de prazer que você fazia sempre que ele a fazia gozar.
— Caralho, Yoongi! Eu vou! – Você mal conseguiu pronunciar as palavras enquanto seus quadris se erguiam e seu orgasmo o dominava, enviando uma sensação de calor por todo o seu corpo.
— Chupe. – Ordenou Yoongi, mostrando os dedos. Você os levou à boca e começou a chupá-los como se fossem o pau dele.
Enquanto você chupava, ele soltou um gemido sufocado quando se livrou da calça dele.
Você retirou os dedos dele da boca com um estalo, você iria repetir o processo, mas ele a deitou novamente e se alinhou à sua entrada, passando a ponta inchada sobre suas dobras, fazendo com que você gemesse e se fechasse em torno do nada.
— Não me provoque, Yoongi, eu precisei de você o dia todo. – Você fez beicinho e ele sorriu para você, passando o polegar sobre seu lábio inferior enquanto você fazia beicinho.
— Por que você não veio ao meu estúdio antes, querida, poderíamos ter nos divertido um pouco?
— Porque você estava... Ugh, porra! – Sua frase foi interrompida por um grito quando ele meteu em você, com a cabeça do pau atingindo seu ponto ideal.
— Merda, você é tão quente, querida. – Ele gemeu quando saiu de dentro de você e voltou a penetrá-la em um ritmo vigoroso, sem nem mesmo lhe dar tempo para se ajustar a ele.
— Porra, bem aqui. – Você gritou, o sentindo atingir seu ponto repetidamente com facilidade.
Ele sorriu, te penetrando com mais força, enquanto você gritava o nome dele e se agarrava aos lençóis.
— Yoongi! – Você gemeu quando a mão dele, que não estava segurando seu quadril, desceu até sua buceta e começou a esfregar seu clitóris sensível em círculos.
Ele continuou a meter em você.
— Você quer gozar de novo? Acabei de começar, princesa. – A voz dele saiu como um grunhido quando ele sentiu você se apertando ao redor dele, como se fosse um vício.
— Merda, tão apertada ao meu redor, princesa. Como um vício. – Ele mordeu o lábio enquanto entrava e saía de dentro de você.
Você não conseguia formar palavras, mas pelo modo como suas costas se arqueavam para longe do colchão e você não conseguia parar de sorrir, ele sabia que você estava perto, sempre que chegava perto você começava a rir e ele adorava isso.
— Goze para mim, princesa. – Ele sussurrou em seu ouvido.
Seu coração bateu contra o peito e você começou a se contrair em torno do pau de Yoongi, o fazendo grunhir.
Então, de repente, a sensação familiar de cair de um penhasco em uma pilha de êxtase a atingiu quando o orgasmo tomou conta de seu corpo, te fazendo gritar o nome dele.
— Porra. – Ele gemeu quando gozou dentro de você, caindo ao seu lado quando se retirou e começou a rir.
— Eu amo você. – Você deu uma risadinha, se virando e deitando a cabeça no peito dele.
— Também amo você, princesa.
Tumblr media
39 notes · View notes
jungkoorazoncito · 7 months
Text
Durante el concierto de tay sentí la nostalgia de estar en el último concierto de los biti en yet to come sobre todo en la era de speak now donde todo era morado lo sentí personal de la nada JWKWKWKQKAKWWKQNW 😭😭😭😭
Tumblr media
(Ese conejo de gelatina me recuerda a jungkook)
0 notes
everythingpavloves · 2 years
Text
Tumblr media Tumblr media Tumblr media Tumblr media
[#TodaysBangtan] surprise! Did you enjoy the special stage with Megan Thee Stallion? see you again at the 3rd concert ARMY! We miss you already.. allabyu allabyu allabyu!
5 notes · View notes
harunniebts · 3 years
Text
Tumblr media Tumblr media
2 notes · View notes
itswashippers-blog · 6 years
Text
Tumblr media
🖌FANART | WABTSS | 15.10.18
─────────────────────
Ya va a hacer Halloween y que no mejor que ver a nuestros BTS hechos en fanart, por ejemplo este hermoso Taehyung con las siguientes palabras que dicen " ¿Dulce o truco?" Ustedes sinceramente ¿Que elegirían? ¡Comenten!
© We Heart It/MsGuliya/ ∆WABTSS∆
🔯saurus
2 notes · View notes
mitzycas · 2 years
Text
Tumblr media
Bangtan Sonyeondan (방탄소년단) más conocidos por BTS
Es un grupo surcoreano que cuenta con 7 integrantes
El significado de su nombre del grupo es “chicos a prueba de balas”
El grupo está formado desde el 2010 pero ellos debutaron en el 2013
RM , JIN , SUGA , JHOPE , JIMIN , V , JUNGKOOK
Se encuentran activos
Su color oficial es el morado
Tumblr media
4 notes · View notes
mikrokosmcs · 3 years
Photo
Tumblr media
nombre: yang  ryeoga
edad:  23  años
nacimiento  /  signo:  31/10/1997  /  escorpio
ocupación:  asesino a sueldo
raza: humano
faceclaim:  jeon jungkook
universo alterno:  humano  normal
universo  original: here
                                                                          ///
mbti:  intj-a
alignment:  chaotic evil
hogwarts au:  slytherin
❛      ⤫      HISTORIA 。
Proveniente de humilde nacimiento, hijo de una escort que murió a causas desconocidas y un hombre poderoso en el gobierno que nunca se hizo cargo del niño o sabía de su existencia. De 3 a 5 años vivió bajo la acogida de las demás escort y prostitutas que eran compañeras de su madre, no obstante, cuando el dueño de estas no vio valor alguno en el crío, lo echó a la calle. Vivió desde los 5 hasta los 7 años en la oscuridad de la gran urbe, pasando de casa de asistencia a casa de asistencia cuando él se escapaba durante semanas y se quedaba con los vagabundos o los drogadictos, robándoles inclusive a ellos y huyendo a un puente diferente. A veces encontrado por las autoridades con un ojo morado o el labio abierto, pero siempre como un perro rabioso que imposibilitaba su acogida y odiaba volver a las casas de asistencia.
Todo aquello sucedió hasta fue encontrado en la calle, bañado y alimentado por una organización llamada Aranea, dirigida por nadie más y nadie menos que Draksa, la reina araña. Yang Hyorin, o mejor conocida como Draksa, fue quien le encontró y le dio un alojamiento en su organización delictiva controlada y manejada específicamente por mujeres. Le dio un apellido y una cama para él solo, le adquirió juguetes y le ofrecía un plato de comida caliente tres veces al día. No obstante, y lo que le hizo quedarse, fue un tacto tibio en la cabeza, una caricia de uñas largas y rojizas en la forma de su rostro al acunarle el mentón y hacerle saber que ahora Aranea era familia.
Ryeoga fue el primer y único hombre entrenado en Aranea, rodeado de mujeres que fueron lastimadas físicamente y que sus espíritus en el pasado, fueron quebrados. Prostitutas por la trata de personas, niñas y adolescentes sacadas de sus casas o vendidas al mejor postor, rescatadas por las mismas arañas que les entrenarían de hoy en más, ofreciéndoles ver la luz al final del túnel tal cual se le ofreció a Ryeoga un comienzo nuevo. No era la mejor vida, pero era lo mejor que tenían de ahora en delante.
Hyorin era una mujer sádica e imparable, difícilmente teniendo un enemigo que pudiese verla a los ojos por más de un par de segundos. Fue su mejor maestra y su némesis cuando debía serlo, quien le sentaba en sus piernas y le enseñaba como tocar las teclas del piano para crear una melodía o como afilar una daga de plata, regalo de su nacimiento como Yang Ryeoga. Fue quien le formó como un sujeto inquebrantable física y espiritualmente, alguien que solo conocía un tipo de amor curioso y extraño, que nunca pisó una escuela al ser educado en casa por su madre y, por ende, no sabía tratar con las emociones humanas normales. Ryeoga aprendió de lealtad y amor filial y fraternal distinto a la norma, como también el obedecer sin rechistar y hacer un trabajo perfecto al cumplir con sus misiones sin ser visto, ni escuchado, siendo una de los miles de sombras de la oscuridad donde él había nacido.
Fue echado al exterior de nuevo cuando tenía 16 años, su madre rentando un departamento céntrico y amueblado, bonito y acogedor para él. Tendría que vivir solo de nuevo, separándose del cordón umbilical que le había dado estabilidad durante largos años. “Debes comenzar a demostrarme que eres autosuficiente, que puedes comerte a tu madre si así lo deseas” metáfora macabra sobre los arácnidos que una vez eclosionaban de sus huevos, se alimentaban de su madre para poder sobrevivir. El cambio no fue exactamente abrumador, simplemente había un silencio más grande del que estaba acostumbrado. No familia, no amigos, solo él y la soledad congelante de un lugar que comenzaría a llamar hogar.
Su trabajo y su reputación comenzaron a emerger entre las organizaciones delictivas y el bajo mundo, el ángel de la muerte de las arañas o bien umbra era bien conocido por su precisión al matar desde una distancia ridícula y con golpes certeros. Contratado por quien pudiese pagar el gran precio por su trabajo, pero nunca para morder la mano que le dio de comer, nunca para lastimar a Aranea. Al haber perdido todo contacto con las arañas, esa era su única forma de agradecerles por lo enseñado y por las muestras de peculiar afecto. Solo teniendo contacto con Draksa, la reina araña, comiendo en su mesa una vez a la semana y tocando el piano para ella, dejando que las largas uñas pintadas de carmín acaricien su cabello y enmarquen su mentón. Permitiéndose sentir amado y querido, como un perro fiel a su dueño o una cría recién nacida que esperaba el momento justo para clavar los colmillos en su progenitora. 
❛      ⤫      DATOS EXTRAS 。
Usa diferentes tipos de armas de fuego. Su especialidad es una Barret M107, que son usadas por francotiradores, Ryeoga se considera el mejor francotirador en todo Corea y probablemente en el mundo, nunca ha fallado ni un tiro. Tiene dos armas de fuego cortas, ambas de la marca Colt porque son sus favoritas. Tiene una Cold Commander negra, completamente de acero y una Colt Government 1911 A1 Gold.
Tiene el brazo izquierdo completamente tatuado, al igual que la espalda y el muslo derecho. Son diferentes diseños que encontraba cool y se los fue pintando en la piel, curiosamente tienen cierta armonía. También tiene las orejas perforadas, lleva lóbulo y lóbulo alto en ambas orejas. En la derecha tiene además un industrial y un hélix, en la izquierda un tragus y un hélix también.
Tiene muchas cicatrices culpa de sus peleas cuando era niño o golpes recibidos, también por descuidos en su tiempo en Aranea. La más prominente es una de arma blanca en el pectoral.
Le gustan los videojuegos y jugar en línea, es donde consigue la mayor cantidad de interacción humana y con quienes comenzó a aprender cómo funcionaban las personas. Tiene un grupo de chat con unos amigos de todo el mundo, pero nunca los ha visto de frente.
También el anime, las películas y la cultura pop en general. Tiene ciertas fascinaciones con los superhéroes, aunque él se considera un anti-héroe en su vida real.
Le encantan las chucherías, especialmente las paletas de caramelo. Las utiliza para evitar fumar, pareciéndole un vicio desagradable por su sensibilidad al aroma.
Nunca había tenido una relación formal con nadie, su primera experiencia sexual fue con 17 años y algunos acostones variados. Sin embargo, tuvo una relación corta pero intensa, que le hizo experimentar un tipo de amor que él asegura no volverá a encontrar, uno que le hizo adicto, que extraña todas las noches y que no se puede sacar de la cabeza.
3 notes · View notes
Text
V🐯
Biografía de Kim TaeHyung.
Tumblr media
"He aprendido a mirar hacia atrás y apreciar mis tiempos de prueba, ya que también son lo que me hicieron"
                                                                            –V, 2017.12.10
Tumblr media
Datos de TaeHyung
Nombre Real: Kim Tae-Hyung
Cumpleaños: 30 Diciembre, 1995
Signo Zoodical: Capricornio
Lugar de Nacimiento: Daegu
Estatura:178 cm (5’10″)
Peso: 62 kg (137 lbs)
Tipo de sangre: AB
Primeros Años
Kim Tae-Hyung (김태형) mejor conocido por su nombre artístico V (뷔), es un cantante, compositor, actor surcoreano y uno de los vocalistas y bailarines de BTS.
Kim Tae-Hyung nació el 30 de diciembre de 1995 en Daegu, Corea del Sur.
Tiene una hermana, Kim Eon-Jin, y un hermano, Kim Jeong-Gyu, y es el mayor de los tres.
Sus padres realmente lo aman, pero eran granjeros y estaban muy ocupados. Tae-Hyung fue criado por su abuela, por casi la mitad de su vida.
Su abuela se convirtió en la persona más cercana a él, la persona con la que compartía sus sueños, confiaba e incluso se quejaba, hasta que ella tristemente falleció.
Tumblr media
Cuando era niño, siempre pensó que terminaría siendo un granjero. De hecho, ese era su sueño. Vivir como su familia. Al principio, no soñaba con convertirse en otra cosa.
“Solía ​​pensar que sería un granjero desde que crecí en un pueblo. Realmente no tenía amigos que tuvieran visiones para el futuro ".
Aunque creció en el campo y solo podía imaginarse a sí mismo como un granjero, sabía que tenía que estudiar mucho.
Tumblr media
Desde que estaba en el jardín de infantes, Taehyung era un niño muy alegre que a menudo los maestros adoraban. También tenía mucha curiosidad y quería probarlo todo. Le encantaba quedarse en las casas de sus amigos y siempre estaba ansioso por sus campos de entrenamiento de Taekwondo.
Afortunadamente para Tae, muchos niños de su jardín de infantes iban a la misma escuela primaria, por lo que tenía muchos amigos y solían jugar en el parque todos los días hasta el anochecer.
Todo cambió cuando se metió en la música. En algún lugar justo antes de la escuela secundaria, Tae comenzó a insistir a sus padres diciendo: "Cómprenme un MP3, yo también quiero escuchar música", comenzó a descargar música y para el final del sexto grado, había encontrado su pasión. Luego supo que quería ser cantante, sintiendo que esta es la primera vez que tuvo un sueño real.
Cuando su padre le preguntó en qué quería convertirse en el futuro, Taehyung respondió que quería convertirse en cantante. Su padre entonces, muy en serio, le dijo: "Si quieres convertirte en cantante, tienes que aprender a tocar un instrumento". Y así es como comenzó a tocar el saxofón durante 3 años. Incluso ganó el primer lugar en una competencia en toda la provincia del sur de Gyeongsang.
Tumblr media
Renunció al saxofón porque quería concentrarse en bailar. Él dijo: "Como cantante, no puedes ser genial a menos que bailes bien también, ¿verdad?" Quería aprenderlo correctamente y, por lo tanto, ingresó a la escuela secundaria y comenzó en una escuela de baile.
Alrededor de medio año en su primer año de escuela, Big Hit realizó una audición oficial en la que bailó, cantó, rapeó, hizo impresiones y chistes. Estaba seguro de que había fallado e incluso pensó que estaban mintiendo cuando recibió la llamada diciendo que había pasado la audición.
Convertirse en V
En septiembre de su primer año de secundaria, se mudó a Seúl y se transfirió a una escuela secundaria de bellas artes. Cuando entró en el dormitorio RM, Suga, J-Hope y Jungkook ya estaban allí. Como TaeTae no es nada tímido, rápidamente se hizo amigo de todos.
Tumblr media
El mero hecho de que Taehyung hubiera logrado convertirse en aprendiz lo hizo muy feliz y, aunque los chicos no podían vivir una vida normal en la escuela secundaria debido a que sus días estaban llenos de prácticas y estudios, lograron crear muchos buenos recuerdos para sí mismos en el dormitorio y durante la práctica.
Cuando finalmente se decidió que debutarían, la existencia de V se consideró un arma secreta y, por lo tanto, estuvo oculta hasta el final. Esto fue un poco frustrante para Taehyung, ya que no podía decirle a nadie que estaba debutando y cumpliendo su largo sueño de ser cantante, también los demás tendrían horarios y apariciones mientras él se quedaba y descansaba en los dormitorios.
Entonces, por supuesto, cuando la existencia de Tae se hizo oficial, se alegró y pensó: "¡El sueño que he tenido desde sexto grado finalmente se está haciendo realidad!"
Taehyung ha dicho que BTS es el primer y último equipo de su vida.
Dijo que hasta el final, quiere ser cada vez más exitoso con los miembros para que algún día puedan mirar hacia atrás y decir "Mira qué tanto trabajamos para esto".
También dijo que le gustaría algún día intentar actuar si tuviera la oportunidad, pero que primero quiere estudiarlo adecuadamente porque "las cosas a medias no son buenas, ¿verdad?".
Tumblr media
Y el 19 de diciembre de 2016, se lanzó el primer episodio de Hwarang: The Poet Warrior Youth. En esto, Kim Taehyung interpretó el papel de Seok Han-sung, el hwarang más joven del grupo que tiene una personalidad cálida y se lleva bien con todos. No es muy diferente de cómo es en la vida real, ¿verdad?
En múltiples ocaciones Taehyung ha sido seleccionado como “El hombre mas guapo del mundo”, demostrando su gran carisma y presencia, robándose el corazón de todas las personas al rededor del mundo.
Tumblr media
Viniendo de humildes comienzos, Taehyung ha demostrado que nada es imposible y que puedes obtener todo de la nada. Nosotros, ARMY, no podemos esperar para seguirte en tu viaje para presenciar todo lo que lograrás.
¡Fighting, TaeTae!
Curiosidades de V
Nació en Daegu, pero luego se mudó a Geochang, donde pasó su vida hasta que se mudó a Seul.
Sus colores favoritos son el gris y el morado.
Su número favorito es el 10.
Los artículos favoritos de V son: su cámara, ropa, zapatos, accesorios y cualquier cosa única.
Los apodos de V son: TaeTae, Blank Tae (siempre tiene una expresión en blanco) y CGV (ya que sus imágenes son tan perfectas como un personaje de juegos de computadora).
Tiene un párpado simple y uno doble.
Obtuvo su licencia de conducir.
Aprieta los dientes mientras duerme.
No le gusta el café pero le encanta el chocolate caliente.
Su modelo a seguir es su padre.
Taehyung ama la ropa de marca GUCCI.
Tiene la costumbre de coleccionar corbatas.
Ama la música clásica y siempre toca música clásica antes de dormir.
Tiene una mascota llamada Yeontan.
Tumblr media Tumblr media
❤ ¡FELIZ CUMPLEAÑOS A NUESTRO QUERIDO TAETAE! ❤
Pam🦋~        @BangBangtan_Esp
Cr. bangtan online
98 notes · View notes
taeavril-blog · 5 years
Text
Tumblr media Tumblr media Tumblr media Tumblr media
#bts #taehyung #army #jungkook #vkook #rosado #rojo #gris #amarillo #violeta #morado #blanco #negro #lindo #kawaii #edits #kpop #kpoper #cantante #idol #vida #esperamza #fondos #wallpaper #amor #love #goal #taelusu
3 notes · View notes
aricastmblr · 11 months
Photo
Tumblr media Tumblr media Tumblr media Tumblr media Tumblr media Tumblr media Tumblr media Tumblr media Tumblr media Tumblr media
23 notes · View notes
Text
Cap 3 | Let the light in |
Una vez más despertó con Jimin sentado arriba suyo, pero esta vez había manos en su cara y el zumbido de los pensamientos de Jimin mezclándose con los suyos: buenos días arriba arriba arriba eres tierno cuando duermes pero como que estás babeando todo tengo que hacer el desayuno ven a ayudarme...
—Estoy despierto —murmuró, aun medio dormido —estoy despierto.
Estaba acostado sobre muchos cojines de sillón juntos en el piso, medio aplastado entre Yoongi y Taehyung. El brazo de Yoongi estaba alrededor de su cintura y la cara de Yoongi estaba enterrada en su cuello y sus pensamientos estaban en su cabeza, también: demasiado temprano demasiado frío váyanse
Jungkook sofocó una risa y abrió sus ojos. La luz del invierno se coló a través de las cortinas delgadas de la ventana del balcón y la sonrisa de Jimin era igual de brillante.
Va a ser una buena mañana, pensó Jungkook.
Y lo fue.
——
Las vacaciones de invierno resultaron ser así:
Después de cuatro llamadas por Skype y el doble de discusiones por correo y mensajes de texto, Jungkook convenció a sus padres para que lo dejaran quedarse en Nueva York, siempre y cuando se esforzara por salir de probación académica para el comienzo del próximo semestre.
El invierno llegó barriendo con una tormenta y volvió todo blanco. Se paró bajo la nieve hasta que su cara se entumeció, porque se sentía diferente a la nieve en Seúl; era más pesada y tajante. Le gustaba la mordida del viento en su piel.
La tienda fue cubierta por una cantidad obscena de guirnaldas de luces, haciendo que Namjoon tuviera incluso más miedo de salir de detrás del mostrador. Taehyung se paró en medio del caos, con una hebra de luz enredada en su brazo y le enseñó a Jungkook como cambiar los colores con magia, de azul a verde, de verde a rojo, de rojo a morado, de morado a amarillo y de amarillo a naranjo.
Fue a un mercado de árboles de navidad con Hoseok y Yoongi y vio cómo Hoseok revoloteaba de árbol en árbol, hablando para sí mismo mientras deslizaba sus manos por su follaje y sus troncos, con la magia chispeando en sus dedos. Los árboles se veían más vivos cuando los dejaba atrás, como si sus vidas hubieran sido extendidas un poco más, y finalmente Hoseok se detuvo frente a un árbol pequeño y de apariencia triste en una esquina. El corazón de Jungkook dolió un poco, por lo triste y olvidado que se veía, pero entonces Hoseok se agachó frente a el y declaró "este". Y el árbol...Jungkook juró que se enderezó cuando Hoseok acarició una de sus ramas, como si supiera que fue escogido.
El árbol creció casi nueve metros en el comedor de la casa, estirando sus ramas hacia el techo como si siguiera en un bosque. Pasaron toda una tarde cubriéndolo con luces y adornos de mal gusto. Seokjin hizo vino con azúcar caliente y Taehyung puso Merry Christmas de Mariah Carey a todo volumen hasta que Jimin le hizo cambiarlo a Michael Buble. Jungkook se emborrachó ligeramente, ignorando el murmullo de Seokjin sobre que era menor de edad y presionó su frente contra la de Yoongi mientras Hoseok y Namjoon se balanceaban juntos y hacían una interpretación que hacía que doliera la cabeza de Feliz Navidad. Los pensamientos de Yoongi eran lentos y cálidos, como el vino en el estómago de Jungkook y sus ojos estaban arrugados en las esquinas por su sonrisa y Jungkook pensó, por primera vez, podría enamorarme de ti.
Aunque se guardó eso para él. Por ahora.
Otra pijamada se llevó acabo en navidad, aunque nadie se durmió hasta casi las tres de la mañana, demasiados ocupados hablando alrededor de la chimenea en el comedor. Jungkook vio como las llamas proyectaban luz y sombras sobre los dedos de Yoongi mientras hacía señas y escuchaba la risa hiposa de Seokjin. Jimin y Tae cantaron Silent Night, con sus brazos envueltos alrededor del otro como si fuera la cosa más fácil de hacer y Hoseok y Namjoon se estaban durmiendo en el sillón, con sus cabezas inclinadas contra la del otro. Y Jungkook...Jungkook estaba feliz.
Le regalaron un nuevo cuaderno de dibujo para navidad y ya estaba tan abrumado que casi comenzó a llorar por enésima vez frente a ellos. Y eso fue antes de que revelaran que también le hicieron lápices hechos a mano. —Tienen magia adentro —le explicó Namjoon y dibujó un hombre de palo en la primera página. Tomó vida y los saludó. —Es una imagen en bucle, hacen lo que tú quieras que hagan. Las aves vuelan y el mar tendrá olas, cosas así.
—Oh Dios —susurró Jungkook, y cedió a las lágrimas. Solo un poquito.
Pasó la semana entre navidad y año nuevo estudiando frenéticamente, con los libros esparcidos en el piso de la tienda y en la mesa de la cocina de la casa. Namjoon y Yoongi, quienes aparentemente tomaron un curso de negocio mientras intentaban entender cómo tener una tienda, se ofrecieron a ayudar y pronto sus cuadernos se llenaron con los garabatos desordenados de Yoongi y la escritura elegante y fluida de Namjoon, párrafos tanto en inglés como en coreano. Lo ayudó, lo hizo, pero no se sentía suficiente.
Aun se estaba ahogando, de distintas maneras, el agua subía y estaba más cerca.
El cumpleaños de Taehyung y el año nuevo fueron juntados en dos días de celebración con un montón de comida y champaña barata. Taehyung lloró por el abrigo de diseñador que todos contribuyeron para comprar e incluso por el dibujo que Jungkook titubeantemente le entregó. Era un dibujo de Taehyung en la mesa de la cocina, con los hombros doblados y una expresión de concentración en su rostro, el sol de la ventana abierta se reflejaba en su cabello plateado. El diseño que dibujaba formaba un bucle infinito, tomando vida y color una y otra vez.
Justo antes de la medianoche, subieron al techo para ver los fuegos artificiales sobre el Times Square, amontonados contra el viento cortante. Hoseok y Seokjin gritaron la cuenta hacia atrás ("¡DIEZ! ¡NUEVE! ¡OCHO! ¡SIETE! ¡SEIS!") y se tomaron turnos para besar a Namjoon en la mejilla. Jimin y Taehyung se besaron apropiadamente, los brazos de Jimin estaban en los hombros de Taehyung y las manos de Taehyung estaban detrás de su cabeza, como una portada sacada de una novela romántica.
Los dedos de Yoongi acariciaron su cabello y sus labios depositaron un beso cálido y perfecto contra su cien, y sus pensamientos le susurraron Feliz año nuevo, Jungkook-ah.
Podría amarte, pensó Jungkook, viendo la cara de Yoongi siendo iluminada por los fuegos artificiales azules. Podría amarte.
——
La universidad comenzó de nuevo con venganza, pero mantuvo su cabeza agachada y logró salir de probación académica, justo como sus padres querían. Le contó a Yoongi en la tienda, mostrándole la carta oficial que lo dejaba limpio (por ahora).
Son muy buenas noticias, Kook, escribió Yoongi y Jungkook quería sentirse aliviado, lo hacía.
Pero solo había agua.
——
—¿Pueden enseñarme sobre este mundo? —les preguntó durante el desayuno una mañana, cuando estaban todos presentes y se sentía atrevido. (Ya estaba muy adentro, más allá de su cintura, de su pecho, bien podría entrar por completo.) —Sobre la magia. Yo...hay tantas cosas que no sé.
Sobre la magia, sobre sí mismo, sobre todas las cosas geniales y aterradoras que podría ser capaz de hacer.
Una conversación sin palabras se desarrolló frente a él, Namjoon a Hoseok, Hoseok a Yoongi, Yoongi a Seokjin, Seokjin a Jimin y Jimin a Taehyung, era más que nada una serie de cabezas inclinadas, cejas levantadas y ojos entrecerrados.
—Está bien —dijo al final Namjoon, sonriéndole. Suavemente —Hay cosas que puedes aprender de todos nosotros, así que planearemos algo.
—Una planificación de clase —dijo Taehyung, con su sonrisa mucho más aguda y salvaje —Y tarea.
—Pero iremos a tu ritmo —añadió Jimin con lo que pareció ser una patada a Taehyung bajo la mesa.
Por supuesto —arregló Taehyung —A tu rimo, Jungkook-ah.
Su ritmo, no tenía idea de qué significaba eso. Qué era rápido o lento o si quiera qué le esperaba bajo las olas. Sus padres lo mantuvieron lo más lejos posible, le enseñaron a cerrar sus ojos contra la magia que fluía en Seúl, las tiendas, la calles, los mercados que a veces se levantaban, los adivinos que se quedaban fuera de la estación de Busan, el extraño tirón del mar.
Casi diez años con sus ojos cerrados. Estaba aterrado, pero listo para abrirlos de nuevo.
—Está bien —dijo, encontrando la mirada de Yoongi en la mesa. Los ojos de Yoongi eran gentiles y estaban negros como una noche de invierno. (Yoongi, quien perdió su voz por culpa de la magia, pero que seguía inmerso en ella, sin miedo.) —Está bien.
——
Namjoon fue el primero. Esparció libros antiguos y desgastados en la mesa de la cocina y habló sobre historia. Sobre brujas y Salem y la persecución que llevó a una aceptación renuente. —En algunos países, en otros la magia aún está prohibida —Jungkook lo observó trazar una línea a través de los siglos hasta ahora: protección y regulación en medida equivalente.
(— Nadie tiene permitido ser discriminado por su magia, pero el uso está prohibido en ciertas áreas, como en las escuelas, y si un niño tiene una habilidad potencialmente violenta debe ser registrado — le explicó Namjoon, subiendo sus lentes.
—¿Cómo...Yoongi? —preguntó Jungkook, con un nudo en el estómago.
—Sí —respondió Namjoon, en voz baja, con el peso de historia detrás de la palabra —Sí, como Yoongi.
No es un gran problema, le escribió Yoongi al otro día. Simplemente tengo que llevar una tarjeta siempre conmigo e incluirla en mis papeles si quiero postular a un trabajo. Dado que no tuve ningún accidente violento en los últimos diez años, no tienen permitido rechazarme basados en eso.
Pero fue un gran problema, una vez, pensó Jungkook. Y el zumbido bajo de ansiedad que provenía de Yoongi indicaba que a veces, aún lo era, porque si una cosa había aprendido Jungkook, es que no todas las personas eran lo suficientemente amables y justas como deberían.)
En la mesa, Namjoon dibujó una hélice doble en su cuaderno de dibujo. —Creen que tiene algo que ver con nuestro ADN, pero nadie está seguro. Ya que en algunas familias todos son mágicos y en otras nadie lo es. Pero más personas están naciendo con magia ahora, más que antes. No pueden explicar eso, tampoco.
—Hay mucho que no entendemos —comentó Jungkook. Era el primero en tener magia en su familia (el primero) y nunca supo con exactitud qué significaba eso. Si es que significaba algo en absoluto.
Namjoon sonrió —Sí, pero eso es lo que lo hace hermoso.
Jungkook nunca consideró eso antes, que lo desconocido podía ser hermoso en vez de aterrador, pero quizás Namjoon tenía razón.
——
Ir a la casa de los chicos no dejaba de ser una aventura, incluso cuando el invierno llegó. Podría ser Sekjin volando en las vigas como un cuervo, intentando aprender a controlar sus alas, o Jimin discutiendo con uno de sus fantasmas en francés, español, alemán, japones. O, como hoy, Taehyung tenía a Yoongi sentado en una de las bañeras de uno de los baños de arriba con una toalla esponjosa en sus hombros.
Yoongi le hacía señas a Taehyung con sus manos. Jungkook (quién quizá estaba aprendiendo lenguaje de señas en su tiempo libre limitado) logró captar "no" y "demasiado brillante".
—No lo haré —prometió Taehyung —Esto no será como el accidente morado del invierno pasado, lo juro. Creo que tengo bien el balance esta vez.
—¿Qué están haciendo? —preguntó Jungkook, sentándose en la tapa del retrete cerrada para mirar.
—Tiñendo el cabello de Yoongi —le explicó Taehyung —estoy intentando usar magia en vez de químicos. Ha sido un proceso.
Yoongi apuntó su celular en el mueble. Jungkook se lo entregó y vio como abría su confiable aplicación de notas. Levantó el celular por arriba de su hombro cuando terminó, para que Jungkook pudiera leer.
Soy el único que lo deja experimentar.
—Por lo cual estoy muy agradecido —dijo Taehyung, dibujando símbolos en un papel que tenía en su regazo —el estúpido Jimin usa tinte de caja como si estuviéramos en la edad media.
—¿De verdad no te importa? —preguntó Jungkook dudoso.
Yoongi se encogió de hombros. Es solo cabello. Y usualmente puede dejarlo como estaba antes. Una pausa. Bueno, una vez estuvo rosado y morado por una semana y preferiría no repetir eso.
—Lo luciste —insistió Taehyung y Yoongi hizo una mueca exagerada que hizo que Jungkook escondiera una risa detrás de su mano —Y estoy apuntando a rubio esta vez, así que no te preocupes.
La última vez aterrizaste en plateado.
Taehyung lo golpeó en el hombro con su lápiz —Y me dijiste que te gustó, hyung.
Me gustó, admitió Yoongi mientras asentía. Taehyung se veía muy petulante.
Por unos minutos, hubo solo silencio, a excepción del lápiz de Taehyung contra el papel. Jungkook lo vio dibujar, vio los hombros de Yoongi apoyados contra las piernas de Taehyung, su cabeza reposando contra las rodillas de Taehyung, y una vez más se maravilló con la intimidad que compartían. Estaba comenzado a abrirse y la agonía se detuvo, pero era, como Taehyung probablemente lo llamaría, un proceso.
(Tenía permitido tocarlos, ir hasta ellos, pero era difícil recordarlo a veces.)
Taehyung tarareaba silenciosamente y Jungkook cerró sus ojos, hundiéndose en la gentil neblina de la felicidad adormilada de Yoongi y el ligero contraste con la concentración de Taehyung.
—Listo —anunció finalmente Taehyung, sosteniendo el papel —creo que lo tengo.
Yoongi se enderezó, inclinándose para que Taehyung pudiera presionar el papel en la parte trasera de su cabeza. Taehyung susurró algo que Jungkook no pudo entender, ¿latín, quizá? Y luces destellaron en el papel y el color barrió el cabello de Yoongi en una ola, reemplazando el negro con...
Bueno, no rubio. Cerca, pero definitivamente con un tinte azulado.
—Diablos —murmuró Taehyung, frotando unos cuantos mechones entre sus dedos.
¿Qué? Hizo señas Yoongi.
—Está un poco mal. Es como rubio, pero uno o dos pasos hacia la izquierda —dijo Taehyung —Todavía no debo tener la formula correcta.
Yoongi tomó su celular de nuevo y abrió la cámara frontal. Era imposible saber qué es lo que pensaba mientras giraba su cabeza de un lado a otro, viendo como el azul se veía en la luz.
—Creo que se te ve bien —le dijo Jungkook, porque lo pensaba. Lo hacía ver un poco más etéreo, quizás. Más mágico de lo que ya era.
—Definitivamente lo hace —dijo rápidamente Taehyung, apretando el hombro de Yoongi —Y, además, sabes que desaparecerá en unas semanas. No he podido hacerlo permanente, todavía.
Yoongi sonrió y palmeó la rodilla de Taehyung, un silencioso está bien, Tae-ah.
—Algún día —dijo Taehyung mientras tomaba una peineta para arreglar los lugares que la magia desordenó en el cabello de Yoongi —Lo perfeccionaré y luego lo venderé y entonces me haré una fortuna.
Yoongi palmeó su rodilla de nuevo, aunque esta vez parecía mucho más condescendiente. Jungkook escondió otra risa. Taehyung terminó de peinar el cabello de Yoongi con un sonido de satisfacción y se giró hacia Jungkook, su expresión cambiando a una pensativa, haciendo que las alarmas de Jungkook se encendieran en su cabeza —Oye, Jungkook-ah, ¿has pensado en teñir tu cabello?
—No —dijo Jungkook, y huyó.
——
Yoongi lo encontró más tarde, acurrucado en el sillón del comedor, y se sentó junto a él. Los cojines se hundieron, acercándolos más, haciendo que sus hombros se juntaran. Jungkook juntó valor y tocó el cabello de Yoongi. Había un aire de duda cerca de Yoongi, colgando de sus hombros como una capa invisible, lo que también le dio coraje a Jungkook para susurrar —De verdad me gusta, hyung. Te ves bien.
Yoongi agachó su cabeza, con un sonrojo en su cara y el corazón de Jungkook dio un vuelto.
Quizás, pensó mientras sentía como la duda se levantaba, algunas de las cosas de las cuales era capaz no tenía nada que ver con la magia.
——
Seokjin lo llevó a caminar por la ciudad y le habló de su familia, todos cambia formas, muchos de ellos en Corea, pero algunos en Nueva York también. Lo dijo superficialmente, pero Jungkook determinó que su familia era muy rica, con magia antigua y dinero antiguo. Seokjin era el segundo hijo, lo que le dio la libertad de explorar su propio camino en la vida. Dudaba, dijo secamente, que sus padres anticiparan que estuviera envuelto en una tienda mágica y compartiendo casa con otras cinco personas, pero no lo habían criticado por ello.
(—Puede que lo hagan —añadió, mientras llevaba a Jungkook por una calle para mostrarle un grafiti que se movia cuando le ponías una chispa de magia —cuando cumpla treinta y siga sin casarme o con mi casa propia o con una carrera, pero cruzaré ese puente cuando llegue a eso.
—¿Quieres casarte? —le preguntó Jungkook.
Jin se encogió de hombros —Me gusta la idea de hacerlo, pero tendría que ser con la persona indicada. Por ahora, soy feliz donde estoy —sonrió, su hermosa cara se formó en una expresión de cariño —Cuando eres un cambia formas, aprendes a conocerte bastante rápido. Necesitas ese anclaje.)
Llevó a Jungkook donde la señora Russo, una tienda mágica de reparaciones no muy lejos del Washington Square Park. La señora Russo tenía cabello gris y desordenado y un acento ruso acentuado que era difícil de entender incluso para Jungkook, pero su magia era agradable y su sonrisa estaba torcida y le venía bien a su cara arrugada. Le mostró a Jungkook muchos artefactos mágicos que estaba en proceso de arreglar: un cristal curativo partido por la mitad, un tazón con un agujero en el fondo, una cajita musical encantada que supuestamente podía soportar todo.
—Hago cosas, también —dijo, apuntando a una pared —relojes, más que nada.
Estaban pintados a mano y tenian un tallado muy complicado, recordándole a Jungkook los que había visto en las paredes de las mansiones victorianas en las películas de esa época.
—Algún día —murmuró Seokjin —compraré uno para la casa.
—¿Por qué no lo has hecho? —preguntó Jungkook.
Seokjin deslizó una mano por un reloj con dos pajaritos en una banca con flores. —Ninguno me ha llamado todavía.
La señora Russo asintió con una expresión de comprensión en su cara.
Había otras tiendas, además de la de ella y muchos mercados con artefactos mágicos. La mayoría estaban alejadas, en calles silenciosas, pero tampoco estaban disfrazados.
—Casi siempre somos reservados —explicó Seojkin —es por eso que algunos vecindarios son más mágicos que otros. Nos atraemos los unos a los otros y hay lugares que sabemos que son seguros —vio la expresión que debía estar en la cara de Jungkook y se apuró en corregirse —Nada malo pasa realmente, no como hace unas décadas, pero aun así hacemos que la gente se sienta incómoda. Es mejor ser...cuidadosos. La gente siempre tiene problemas con lo que perciben como diferente. No natural.
Jungkook pensó sobre el dolor de la mano de su madre contra la de él. El enojo en su cara mientras lo regañaba por usar su habilidad.
(Pensó en su segundo año en la secundaria, cuando se dio cuenta de que no era una chica a quien quería besar o llevar al baile de graduación. Del saber, dentro de él, que sus padres lo odiarían por eso, también, así que lo metió en la caja junto a su magia.
Del hecho de que pensaba que quería besar a Yoongi, de vez en cuando, y lo mucho que eso lo aterrorizaba.)
—Sí —dijo, en voz baja —lo entiendo.
Seokjin apretó su mano, cálida incluso a través de su guante.
——
Jimin [8:13 am]
Jungkook-ah, ¿qué harás esta noche?
Jungkook [8:17 am]
Nada, por qué?
Jimin [8:18 am]
Ven a bailar con nosotros!
Jungkook [8:19 am]
...bailar?
Jimin [8:20 am]
Sí, será divertido, lo prometo
Jungkook [8:21 am]
En realidad no bailo...
Jimin [8:22 am]
No te preocupes, será diferente, además está en la planificación, tendrás que venir
Jungkook [8:23 am]
Está bien...
Jimin [8:24 am]
SÍ. Ven a la casa a las 7, está bien?
Jungkook [8:25 am]
A las 7, lo tengo
Jimin [8:25 am]
<3 <3 <3
——
Se preguntó exactamente qué significaba "bailar" todo el día y pasó la media hora de vuelta a su casa en agonía por no saber qué ponerse. Jimin no le dio especificaciones a excepción de que no irían a un club y que debía vestirse "cómodamente". Pero ¿eso significaba jeans y una camisa o ...ropa de deporte?
Eventualmente, dijo "a la mierda" en voz alta en su departamento vacío y se puso sus pantalones más cómodos y un suéter cálido, ya que estaba nevando afuera.
Jimin lo recibió en la puerta con un gran abrazo, con sus dedos rozando la parte trasera de su cuello para que Jungkook captara sus pensamientos emocionados. Había en general un aire de emoción en la casa, aunque de Yoongi podía captar una diversión silenciosa.
—Hola —dijo una vez que Jimin lo soltó.
Yoongi lo saludó con su mano. Tenía su cabello teñido bajo una gorra de béisbol y la mitad de su cara estaba escondida detrás de su bufanda gigantesca de lana y no debería ser tierno, pero lo era. (Jungkook se estaba acostumbrado a las mariposas en su estómago cuando estaba cerca de Yoongi. Podía soportarlo.)
—¿Qué haremos, exactamente? —le preguntó a Namjoon, quién pensó sería el más indicado para que le diera una respuesta exacta.
—Iremos al estudio de baile donde Hoseok enseña.
—A medio tiempo —explicó Hoseok, en el proceso de poner una gorra en su cabeza —unas cuantas noches en la semana y fin de semanas. La dueña es mágica y me dejar usarlo una vez al mes.
—¿Para...qué?
Hoseok sonrió y le guiñó un ojo, de entre todas las cosas. —Ya verás.
El estudio estaba a unas cuantas paradas del metro y Hoseok los dejó entrar con una llave. Se detuvo dentro para deshacer los hechizos en el lugar y las salas de práctica.
—La señora Koepler es un poco paranoica —explicó Hoseok —no piensa que un hechizo en el exterior es suficiente.
—Está convencida de que este todavía no es un buen vecindario —murmuró Jimin mientras negaba con su cabeza.
—Eso, también —dijo Hoseok y los apresuró a entrar en una de las salas más grandes. El piso de madera estaba rayado pero muy limpio y las paredes estaban pintadas con un azul pálido relajante. Bueno, dos de las paredes. Una pared estaba cubierta de espejos y la otra con ventanas, con todas las cortinas abajo para alejar las luces de la ciudad.
—Bien —dijo Hoseok, juntando sus manos. El eco fue fuerte —Este lugar está demasiado encantado. Nada de lo que hagamos puede dañarlo. Yoongi-hyung, ¿una demostración?
Yoongi rodó sus ojos, pero golpeó su pie contra el piso. Se crearon grietas como una tela de araña y desaparecieron instantáneamente.
Diablos.
—Diablos —dijo Jungkook.
—Síp —estuvo de acuerdo Hoseok —así que, como dije antes, nuestra maravillosa señora Koepler nos deja venir para bailar y usar nuestra magia.
Jungkook estaba muy perdido.
—¿Usar su magia?
Namjoon se aclaró su garganta, enderezándose en lo que Jungkook reconoció como su postura de profesor. Imaginaba que, si Namjoon estuviera usando sus lentes, se los subiría. —Entonces, todos nosotros creamos energía mágica dentro de nuestros cuerpos, ¿cierto? —Jungkook asintió, porque parecía ser la respuesta correcta —Y podemos canalizarla en todo tipo de cosas, nuestras habilidades, magia más concentrada como encantos o símbolos o incluso rituales, pero también podemos expulsarla como energía pura. Ahora, si dejamos que nuestra energía mágica crezca demasiado, puede tener efectos negativos. Diferente a lo que pasa cuando bloqueas tu magia, pero igual de dañino para-
—Oh por Dios —dijo Jimin, interrumpiéndolo —versión abreviada, Kook. Es bueno expulsar la energía mágica, ¿Es como limpiar nuestro cuerpo? Nos ayuda. Usualmente no es dañina a menos que queramos, ya que la magia es sobre intención —se giró, de pronto, y estiró sus manos frente a él. Jungkook parpadeó mientras una ola casi invisible golpeó a Taehyung lo suficiente como para hacerlo retroceder.
—Oye —jadeó.
—Y bailar es una muy buena forma de hacer eso —continuó Jimin, ignorando a Taehyung —Esa es la razón por la cual la señora Koepler designó tiempo para los usuarios de magia.
—Estaba llegando a eso —murmuró Namjoon.
Jimin sacudió su cabeza. —Sí, muy lento —se giró de nuevo a Jungkook —Además, se ve muy genial. Mira.
Deslizó su pie por el piso y una línea azul se formó, para luego desaparecer lentamente.
—Whoa —murmuró Jungkook. Su cabeza daba vueltas —¿Cómo hiciste eso?
—Es sobre la intención, ¿no? —dijo Jimin —así que simplemente pensé azul realmente fuerte y ese es el color que tomó la energía.
—Toma un poco de control —dijo Hoseok —para entender cuánto estás soltando y no sobrepasarte, pero es casi instinto.
—Y.... ¿no dañaré a nadie? —preguntó dudoso Jungkook.
—No —dijo Hoseok, despreocupado —Este lugar en inquebrantable y podemos cuidarnos. Esto se trata de divertirse, Jungkook. Dejar salir energía.
Aún estaba nervioso. Había pasado unos cuantos años desde que bailó, aunque lo extrañaba con un dolor dentro de él, un dolor fantasma que aún permanecía. Y, ¿añadir magia? Su magia todavía se sentía salvaje en su sangre, inestable, y a pesar de sus promesas, herir a uno de ellos sería...
Manos envolvieron su cara. Taehyung.
Relájate respira estás bien Jungkook nos tienes a nosotros, ¿recuerdas?
—Sí —dijo, algo de pánico alejándose al ver la confianza de Taehyung en su cara —Lo recuerdo.
Taehyung le sonrió, en forma de caja y brillante y acarició el costado de su cara antes de ir a pelear con Hoseok sobre la música. Eventualmente, escogieron música electrónica de baile, canciones con ritmos fuertes y letras de cantantes que reconocía vagamente. Hoseok apagó las luces y Jimin saltaba mientras animaba a los demás, y rápidamente todo se disolvió en caos.
Seokjin y Namjoon estaban haciendo lo que solo se podía describir como sacudirse entusiásticamente en una esquina, compitiendo para ver quién podía hacer el arco de energía más grande, el de Seokjin rosa y el de Namjoon amarillo, sin importarles el ritmo. Se veían ridículos, pero ambos estaban riéndose y la felicidad que irradiaba de ellos golpeó la piel de Jungkook como petardos.
Taehyung y Hoseok giraban por la sala, con la energía floreciendo en ráfagas estelares debajo de sus pies y sus risas resonando en las paredes.
Jimin fue directo hacia Yoongi, quien estaba en la puerta todavía —Vamos, hyung —insistió, tomando las manos de Yoongi y llevándolo hasta la sala —La participación de todo el grupo, por favor. —Yoongi bufó, pero su mirada era suave, suave, suave (como siempre que miraba a alguno de ellos, se dio cuenta Jungkook) y estaba perdiendo la batalla con la sonrisa que se estaba formando en su boca. Se veía más que nada encariñado cuando Jimin intentó que se le uniera en una coreografía que se veía muy complicada.
Con su corazón lleno, Jungkook se tomó unos minutos para practicar. Se conectó con su energía corriendo a través de él y se concentró en empujarla fuera de su piel, al piso. Sus dos primeros intentos fueron muy débiles y el tercero demasiado fuerte, haciéndolo tambalearse al ser empujado hacia atrás.
Hoseok se detuvo a su lado. Presionó una mano en su pecho —Lo estás sobre pensando. Este tipo de magia en instintiva. Solo respira y siéntela. Muévete con ella. No intentes forzarla.
Obedeció, abriéndose un poco más. Hasta que pudo saborear la magia en su lengua, hasta que pudo sentirla en sus pulmones, rozando sus labios al exhalar. El cuarto atento resultó ser mejor. Para el intento número ocho, podía hacer un arco brillante de energía roja con sus manos, y vio cómo se desvanecía con asombro vertiginoso.
Diversión. Aplicado a la magia. Que novedad.
Pero era divertido y se dejó llevar incluso más. Dejó que el ritmo pulsara a través de él, dejó que su cuerpo recordara cómo moverse, un poco borracho con la magia y las emociones en el aire. Se río ante la vista de Jimin moviendo a Yoongi, con sus manos en sus caderas mientras que Yoongi miraba el techo con una expresión avergonzada. Fue girado en un círculo por Taehyung y luego Hoseok estaba yendo hacia él, con deleite en su cara.
—¡Jimin dijo que no bailabas!
—No lo hago —discutió Jungkook.
—Mentiroso —dijo Hoseok.
—Ya no lo hago.
—Deberíamos arreglar eso —insistió Hoseok, pero afortunadamente no presionó más que eso, distraído por Jimin y Yoongi.
—Vamos, hyung —lloriqueaba Jimin —tienes que hacerlo.
Yoongi elevó una ceja que claramente decía, ¿tengo que hacerlo, mocoso?
—Lúcete frente a Jungkookie —dijo Jimin y Jungkook sintió como calor subía a sus mejillas, calor que no tenía nada que ver con la temperatura de la sala.
Yoongi se congeló por un momento, viéndose como si quisiera huir, pero Jimin no iba a dejarlo. Simplemente lo llevó al centro de la habitación —Vamos, vamos, no es una noche de baile sin ti, Yoongi-hyung.
Yoongi suspiró, subiendo las mangas de su suéter. Los demás parecían haberse puesto en una clase de formación.
—Grupo de baile —explicó Hoseok, llevando a Jungkook hacia adelante —no te preocupes, la coordinación no es necesaria.
—Eso duele, Hobi —dijo Namjoon desde su izquierda.
—Simplemente estoy diciendo los hechos, Joonie —le respondió Hoseok.
Yoongi tomó una bocanada de aire y luego su talón tocó el piso. El cual cambió de color. Todo el piso. A un brillante azul. Y no se desvaneció.
—Mierda —susurró Jungkook.
—Elementales —dijo Taehyung con sabiduría.
—Son ridículos —Hoseok murmuró con buena intención.
El grupo de baile resultó ser seguir a Hoseok y Jimin lo mejor posible para hacer patrones en la luz que Yoongi aportó. Lograron hacer un vago dibujo de una mariposa y un montón de flores. Ocasionalmente añadían explosiones con sus manos, explosiones de color que se desvanecían en la oscuridad como fuegos artificiales. Yoongi cambió el color a blanco y crearon un mar sobre el. Luego a negro y lo cambiaron a nebulosas y estrellas enanas como el libro que Yoongi leyó una vez.
Jungkook pensó café y creó un pequeño globo en el aire.
—Pluto —dijo en respuesta a la cara interrogante de Yoongi.
Yoongi sonrió.
——
Se detuvieron a medianoche, después de que Jungkook bailara un muy entusiástico (y terrible) tango con Taehyung, después de que bailara swing con Jimin y tuviera un vals con Yoongi, riéndose mientras dejaba que Yoongi lo guiara. Jungkook estaba sudado y exhausto y sus costillas dolían de tanta risa. Se sentía bien, como si hubiera bebido de esos jugos para limpiar el cuerpo que su madre siempre hacía, pero mil veces mejor
Estaba enamorado, pensó. De este mundo, con su lugar en el.
(Quizás con Yoongi, también. Algún día. Inevitablemente.)
——
El invernadero de Hoseok era como otro mundo. Jungkook no creía haber visto tanto color en su vida, o tantos tipos de plantas. Colgaban del techo y estaban en maceteros y en las paredes. Toda la pared trasera estaba llena de vegetales, hierbas y unos cuantos árboles de frutas. Había otra sección de plantas repletas de flores y Jungkook tuvo que apartar muchos helechos tropicales para encontrar a Hoseok en su lugar de trabajo, sentado al medio de todo, amarrando lo que parecían ser hierbas secas.
—Salvia —explicó cuando Jungkook se paró a su lado —Buenas para limpieza.
—¿Las vendes? —preguntó Jungkook.
Hoseok asintió —En la tienda. También hago entregas y ofrezco servicios de limpieza a las casas y unas cuantas técnicas curativas básicas. Remedios, cosas así.
Le indicó a Jungkook que se sentara frente a él y le enseño cómo amarrar bultos de hierbas. El olor a savia era relajante, mezclado con el olor general a tierra del invernadero. Podía ver por qué Hoseok pasaba tanto tiempo aquí, por qué los demás eran atraídos, también. Jin durmiendo en forma de gato, Taehyung dibujaba diseños en medio de todas las flores, Namjoon tarareaba para sí mismo mientras ayudaba a Hoseok a regar las plantas.
(—Es mejor cuando logro que Yoongi me ayude —dijo Hoseok, en un susurro conspirador —Puede mover el agua de la fuente y cubrir todas las áreas. Usualmente tengo que sobornarlo con comida gratis, pero lo vale.)
Hoseok le contó sobre su familia en Gwangju. Su padre era profesor, pero casi todos ayudan con el negocio familiar. Su invernadero familiar era dos veces más grande que su modesto invernadero aquí. Le contó cómo pasó su infancia ayudando a las plantas y siguiendo a su madre y abuela al bosque para conseguir plantas raras. Como su abuela pasaba su mano por el tronco roto de un árbol y se arreglaba sin ninguna cicatriz. Como, cuando todavía aprendía a controlar su magia, la hiedra se expandió por cada rincón de su habitación y cubrió por completo su techo. Como siempre había podido sentir el tirón de la Tierra, el peso de ella bajo sus pies.
—Creo que mi familia estaba un poco triste —dijo Hoseok mientras Jungkook lo seguía para hacer una entrega de remedios curativos a una señora anciana en el vecindario —cuando dije que quería estudiar danza y producción musical. Pero lo entendieron, también. Mi madre me dijo que todos tenemos que encontrar nuestro propio camino —se alzó de hombros y sonrió —el mío terminó trayéndome de vuelta, de todas formas.
—¿Te arrepientes de eso? —preguntó Jungkook, esperando desesperadamente no ser demasiado insensible con la pregunta.
Hoseok sacudió su cabeza. —No. Quiero decir, extraño hacer presentaciones con Joon y Yoongi, pero esto es bueno, también —tocó uno de los árboles que crecían frente a la casa de la señora —Mi abuela siempre me dijo que éramos más susceptibles a la gravedad que el resto. Que la Tierra siempre nos traerá de vuelta. Quizás era inevitable. De todas formas, no es malo —tomó la mano enguantada de Jungkook para ayudarlo a subir las escaleras —Vamos, te mostraré por qué.
La mujer les dijo que su nombre era Maxine y era pequeña, encorvada por su edad, con una mano desgastada en su bastón. Pero sus ojos azules brillaban con una chispa de juventud y su cabello largo y blanco caía en sus hombros como una cascada. Aceptó agradecida los remedios de Hoseok (—me ayudan a engrasar mis articulaciones crujientes — explicó) con un beso en la mejilla e insistió en alimentarlos.
Jungkook se sentó en un sofá floral con un gato ronroneando en su regazo y un plato lleno con sándwiches y galletas, escuchando cómo Maxine le contaba emocionada los descuentos que le hacía Hoseok (— a diferencia de los vendedores más grandes, estafadores, la mayoría de ellos —le contó Maxine) y cómo sus remedios la habían ayudado a evitar una enfermera.
Hoseok rechazó su alago, pero estaba sonriente y sonrojado a la vez, y Jungkook entendió, entonces.
—La magia puede ayudar a las personas, ¿cierto? —soltó cuando estuvieron de vuelta en la vereda.
Hoseok se detuvo, a mitad de envolver su bufanda en su cuello. —Sí, Kook, realmente lo hace. Quiero decir, hay oscuridad en todo. Hay estafadores, como dijo Maxine, que pretenden tener remedios mágicos, pero no lo hacen. Y hay magia negra, también, que puede causar un montón de daño, pero... —se detuvo y Hoseok raramente pensaba sus palabras, así que debían ser importantes —Pero la tierra está llena de magia. Está destinada a estar aquí. Ha estado aquí desde el principio. Como los árboles y el océano y la luna —estiró su mano para apretar la mano de Jungkook de nuevo, con su cara abierta y dolorosamente cariñosa —La magia no es malvada, Jungkook-ah. Simplemente es. Tenemos que decidir qué queremos ser.
Miró de nuevo la puerta azul de Maxine. —Y quiero usar la mía para ayudar a las personas.
Jungkook apretó la mano de Hoseok —Eso es bueno, Hoseok-hyung. Gracias...por mostrarme.
Hoseok le sonrió, brillante como siempre —Cuando quieras, Jungkook-ah.
También quiero ayudar a las personas, fue lo que no dijo Jungkook. Simplemente no sé cómo hacerlo.
Quizás, simplemente necesitaba esperar.
——
Estos días, pasaba más noches en casa de los chicos que en su departamento, y usualmente eran pacíficos. El sillón era incluso más cómodo que su cama y le gustaba la magia relajante que impregnaba el aire.
Pero una noche, a mitad del invierno, despertó con un estruendo. Una taza se rompió en el suelo, a su lado, y se sentó con un aterrado sobresalto. Otra taza voló a su cabeza, forzándolo a quitarse del camino, saltando desde el sofá al otro sillón. Un sonido raspó sus oídos, un grito bajo y penetrante, y miedo y rabia impregnaba tanto el aire que prácticamente podía saborear la agria quemada en su boca.
Un fantasma, se dio cuenta al fin su cansada mente. Es un fantasma.
Se escondió detrás del sillón, usándolo como escudo ante el plato que llegó volando, e intentó hacer un plan de escape. Hasta donde sabía, el fantasma estaba entre él y la puerta al pasillo, pero quizás si corría...
Pasos. Pasos humanos.
Se atrevió a mirar por la cima del sillón y vio a Jimin aparecer en la puerta, su silueta reflejada por la luz de la luna.
—Jungkook-ah —dijo, con la voz cuidadosamente calmada —ven hasta aquí.
Otro grito furioso por parte del fantasma. Jungkook no podía verlo, pero podía sentirlo, su forma. Como que el aire estaba comprimido a su alrededor, creando un vació en la habitación.
—¿Estás seguro-? —susurró.
—Jungkook —la voz de Jimin era como metal —ven aquí —estaba estirando su brazo y no tenía miedo, se dio cuenta Jungkook. Estaba proyectando un aura estable en el aire, ya sea para calmar a Jungkook o al fantasma. O a ambos. Es todo lo que Jungkook podía sentir, lo cual era desconcertantes después de haberse acostumbrado a las emociones brillantes de Jimin.
Pero nada de eso importaba ahora. Tenía que moverse.
Se puso de pie y corrió lo más rápido que pudo hasta Jimin. Algo más, un jarrón, llegó volando hasta en y se quedó parado en el aire, atrapado por la magia de Jimin. El fantasma rugió y Jungkook tembló bajo la fuerza de su furia. Mierda, despertó en una película de terror.
Luego la mano de Jimin tomó la suya y los pensamientos de Jimin se estrellaron en su cerebro: ve hacia arriba ve hacia arriba ve a la habitación de Yoongi es el lugar más seguro de la casa...
—¿Qué hay de ti? —susurró Jungkook.
Jimin apretó su mano. Estaré bien es lo que hago, ¿recuerdas? Y Jin está sellando el comedor va a entrar si algo malo pasa así que ve donde Yoongi ahora.
—Está bien —aceptó Jungkook, sabiendo que necesitaba confiar en Jimin. Aun así, presionó la mano de Jimin fuertemente —Cuídate.
Jimin le sonrió, reconfortándolo. Estaba en su pijama de puntos y con su bata, su cabello rubio era un desastre, pero se sentía poderoso, más grande que el comedor y que el fantasma furioso.
Esto es lo que hago, ¿recuerdas?
Jungkook se fue. Seokjin estaba parado en el pasillo y también le dio una sonrisa reconfortante a Jungkook. —No te preocupes, Jungkook-ah. Esta no es la primera vez —apuntó la escalera con su cabeza y mientras Jungkook pasaba por su lado, notó un papel con símbolos en el.
Hechizos, supuso. Para sellar la habitación y mantener al fantasma encerrado.
(Y a Jimin encerrado con el dentro)
Tuvo un escalofrío y siguió moviéndose, subiendo las escaleras hasta el segundo y luego tercer piso. La puerta de Yoongi era la última del pasillo y ya se estaba abriendo mientras se acercaba, revelando a Yoongi poniéndose su bata. Estiró una mano y Jungkook entrelazó sus dedos.
Tranquilo tranquilo te tengo estás a salvo entra...
Fue solo entonces que Jungkook se dio cuenta de que estaba temblando de pies a cabeza, devastado con su propio terremoto personal.
—Perdón —susurró, pero Yoongi sacudió su cabeza y lo llevó hasta la habitación. Taehyung, Hoseok y Namjoon ya estaban ahí y una barrera cubrió la puerta cuando Yoongi la cerró de nuevo.
Solo había estado en la habitación de Yoongi unas cuantas veces, pero siempre la encontró como un lugar confortante. Limpio y organizado, con un estante lleno de libros y una silla por la ventana, en la cual estaba sentado Hoseok. Namjoon estaba en la silla de ruedas cerca del escritorio y Taehyung en la cama de dos plazas, sentado con su espalda contra la pared. Las paredes de Jimin y Taehyung estaban llenas de arte, mientras que las de Yoongi estaban casi vacías, con un mapa, una tabla con constelaciones, un poster réplica del cuadro de Andres Achenbach, un regalo de Taehyung (porque le recuerdo a una tormenta.)
La cama de Yoongi estaba cubierta de mantas porque el calefactor de la casa no era el más confiable y siempre hacía frío. Jungkook se enterró bajo ellas, acurrucándose contra Taehyung mientras Yoongi se posicionaba a su otro lado y otro estruendo se escuchó en el piso de abajo.
—Jimminie estará bien —murmuró Taehyung, aunque se veía un poco asustado bajo su determinación —es bueno en esto.
Aun así, todos se sentaron nerviosos en silencio por lo que se sintieron horas. Yoongi acarició su cabello, al parecer por instinto, sus ojos en algún lugar lejano, y Jungkook amaba mucho la sensación como para decir algo, a pesar de la sonrisa ligera que le dio Taehyung, como si supiera.
Finalmente, finalmente todo se quedó en silencio y el miedo y furia que Jungkook podía sentir incluso tres pisos más arribas y dos barreras mágicas, se desvaneció hasta que solo quedo el eco.
—Creo que estamos a salvo —susurró justo antes de que Seokjin les gritara que había terminado.
El comedor parecía haber sido arrasado por un huracán, escombros por todos lados, las cortinas rajadas, los muebles dados vueltas. Jimin estaba en el centro, sentado en el sofá con su cabeza en sus manos. Tenía un corte en su mano y sangraba lentamente y Taehyung dejó salir un sonido bajo y afligido. Corrió para envolver a Jimin en sus brazos.
—Era una niña —dijo Jimin entre sus dedos y Jungkook podía sentir el peso de su pena contra sus costillas —Siete años. Su hermano...su hermano mayor la ahogó.
Taehyung lo acercó más y besó su cabeza. Yoongi hizo un pequeño ruido de enojo. Estaba asustada, se dio cuenta con una sensación de hundirse. Le recordaba al hermano que la mató.
De pronto, se sintió enfermo.
—¿Está...está bien? —preguntó e inmediatamente hizo una mueca ante la pregunta. ¿Los fantasmas pueden estar bien?
Jimin finalmente levantó su cabeza. Sus ojos estaban rojos y había un corte en su mejilla, pero asintió. —Lo está. Siguió adelante.
Taehyung besó su cien. Su mejilla ensangrentada. La esquina temblante de su boca. —Lo hiciste bien, Jiminie.
—No se siente suficiente —susurró Jimin y un silencio pesado le siguió a la confesión, pero tenía razón. No lo era. ¿Qué clase de hermano asesinaba a su hermana? ¿Qué clase de mundo está lleno de niños que morían jóvenes?
No por primera vez, Jungkook, mientras miraba la expresión embrujada de Jimin, se preguntó sobre los costos de sus habilidades.
—Prepararé té —finalmente anunció Seokjin mientras se abría paso entre el mar de vidrio roto hasta la cocina.
Pasaron el resto de la noche limpiando, acomodando los muebles y haciendo un inventario de lo que se rompió (la mitad de los platos, dos jarrones, un macetero, una lampara y una silla en la cocina). Jimin se recuperó cuando las primeras señales del amanecer se pusieron en el cielo, de negro a azul, sonriéndole agradecidos a todos.
—Gracias —dijo. Miró a Jungkook. —¿Estás bien?
—Estoy bien —insistió Jungkook a pesar de que todavía se sentía agitado. Sus nervios no eran nada, en realidad, en comparación.
—Es sábado —dijo Namjoon —yo digo que todos volvamos a la cama.
Murmullos cansados de aceptación se escucharon en la habitación y Taehyung tomó la mano de Jimin para llevarlo hacia arriba, Seokjin, Namjoon y Hoseok caminando tras ellos. Jungkook miró dudoso el sillón. Preferiría no dormir allí de nuevo, no con las consecuencias de todo lo que acababa de pasar, el miedo que seguía desapareciendo. Quizás debería irse a su departamento. Era solitario ahí, usualmente, pero-
Un tirón en su manga. Yoongi.
Vamos, articuló con su boca y apuntó las escaleras.
—¿Estás seguro? —preguntó Jungkook, patéticamente desesperado para que le dijera que sí, pero también sin querer entrometerse.
Yoongi asintió. Tiró de su manga de nuevo.
Jungkook aceptó fácilmente. Se permitió ser llevado a las escaleras y luego a la habitación de Yoongi. Se metió bajo las mantas y suspiró por la calidez, por la presencia de Yoongi junto a él.
—Gracias —le susurró a Yoongi.
Yoongi le sonrió y acarició su cabello. Gentilmente deslizó sus dedos por la cara de Jungkook, para que pudiera escuchar duerme fuerte y claro. El toque era tan ardiente como relajante y Jungkook presionó su cara en la almohada para ocultar el sonrojo en sus mejillas, la sonrisa que se apoderó de su cara.
—Está bien, hyung —susurró, pero fue la respiración de Yoongi la que se calmó primero.
Con cuidado, con mucho cuidado, Jungkook presionó su palma contra el pecho de Yoongi, contra la suave tela de su suéter. Sintió la subida y bajada de su respiración, el pulso estable de su corazón.
Vida, todavía. A pesar de todos los fantasmas.
Desde entonces, en vez de dormir solo en el sillón, Jungkook se encontró en la habitación de Yoongi, acurrucado en su cama junto a él.
Y debería detenerse, lo sabía. Yoongi solo estaba siendo amistoso, estaba apoyandolo y siendo amable, mientras que Jungkook codiciosa y egoístamente quería más. Imaginaba, a veces, cómo sería inclinarse y besar Yoongi. Cómo se sentirían los labios de Yoongi contra los suyos y como las manos de Yoongi envolverían su cara.
Debería detenerse, pero amaba la calidez demasiado. Era un cobarde y solo se acercaba más en vez de alejarse.
——
Taehyung era de un pequeño pueblo en Daegu y la magia era rara en su familia. Saltó de su abuela hasta él y se saltó a sus padres por completo.
—Por eso me fui a vivir con ella en Busan —explicó Taehyung mientras tomaban el metro hacia el norte. Era tarde, o quizás temprano, pero el tren estaba casi vacío. Taehyung parecía existir en las horas más raras. Decía que tenía que ver con la magia, con el velo entre este plano de existencia y el otro siendo más débil, pero Jungkook sospechaba que simplemente tenía que ver con Taehyung —para que ella me pudiera enseñar.
—¿Por cuánto tiempo viviste con ella? —preguntó Jungkook.
—Catorce años —dijo en voz baja —murió hace dos años.
La pena era algo sutil, suavizada por el viento, pero Jungkook todavía sentía el dolor, lo suficiente como para estirar su brazo y acariciar el hombro de Taehyung por la tela de su abrigo. Sonrió en gratitud. —Me enseño todo lo que sé.
—¿Era vidente también?
—Sí. Mucho mejor que yo.
El tren se detuvo en una estación, estaban en algún lugar de Harlem, creyó Jungkook y Taehyung lo hizo bajarse. Dejaron la vía pública principal atrás bastante rápido y a esta hora, tan tarde, o temprano, las calles estaban vacías y tranquilas. Se sentía como una ciudad diferente, como si él y Taehyung fueran las dos únicas personas vivas.
La hora de las brujas. Finalmente entendió a qué se refería.
En una de esas calles vacías había un pequeño teatro y Taehyung se paró frente a el.
—Conozco al dueño —explicó mientras sacaba un trozo de papel de su bolsillo —así que no estamos entrando a la fuerza o algo así.
Presionó el papel contra la puerta y murmuró un hechizo. El cerrojo sonó. Atravesaron el vestíbulo, con su alfombra roja un tanto desteñida, pasada de la tienda donde vendían comida. Atravesaron las puertas desgastadas hacia el pasillo con asientos vacíos. Era un espacio más grande del que Jungkook esperaba, con un balcón y un techo anticuado.
—Estaba condenado a ser destruido —explicó Taehyung mientras subía al escenario —Pero Carlos y su esposo lo compraron y lo arreglaron. Creo que quieren etiquetarlo como un edificio histórico.
Se estiró en el piso de espaldas y le dio palmaditas al lugar que estaba a su lado. Jungkook se estiró a su lado con una risa baja, sintiéndose un poco ridículo, curioso de por qué Taehyung lo trajo a este lugar.
—En realidad no tengo nada que enseñarte sobre la magia —dijo Taehyung después de un momento —No soy bueno enseñando, en realidad. No como Namjoon o Jin. Pero pensé que podrías aprender un poco más de mí, si quieres.
Jungkook dio vuelta su cabeza para apoyarla contra la de Taehyung. Taehyung, quien le dijo que volviera el jueves por la tarde a la tienda y cambió su vida. Taehyung, quien siempre estaba estresado por su título y su carrera, pero nunca lo suficiente como para no dejar tiempo para el resto. Taehyung, quien era un ancla para Jimin y teñía el cabello de Yoongi con su magia y vivía con un pie en un futuro que nadie podía ver.
— Por supuesto que quiero —dijo Jungkook, con el corazón lleno, de pronto —cuéntame sobre el misterioso Kim Taehyung.
Taehyung se río. —No soy realmente misterioso. Eso es solo la cosa de ser vidente.
—Bueno, cuéntame sobre el Kim Taehyung ordinario, entonces.
Así que Taehyung lo hizo. Le dijo que venía al teatro porque el silencio lo ayudaba a pensar. Dijo que estaba aterrado cuando llegó por primera vez a Estados Unidos, porque no era su plan original. Nunca lo vio venir. Pero no podía dejar que Jimin fuera solo.
(—Siempre hemos estado juntos —explicó Taehyung, la voz suave con amor antiguo y establecido —desde que éramos niños. No quería que eso cambiara.)
Dijo que ahora amaba Nueva York y que no quería irse, incluso si eso significaba que siempre sería algo como un extranjero de una forma que no lo sería si regresara a corea. Dijo que su magia era silenciosa de una manera en que la de los demás no, pero prefería eso. No necesitaba nada llamativo, solo sentirlo profundo dentro de su medula era suficiente para mantenerlo estable. Se enojaba, sin embargo, cuando las personas pensaban que podría prenderlo y apagarlo, le pedían que les dijera el futuro como si las cosas que recibía dependieran de él.
(—Todos esos adivinos, la mitad de ellos no sabe una mierda. Solo lo inventan. El futuro es demasiado impredecible para ese tipo de profecía.)
Dijo que alguna vez quiso ser cantante, antes de que descubriera diseño de modas cuando estaba en la secundaria y nunca miró atrás. Su carrera puede que lo esté matando, pensaba, pero habría valido la pena.
—Me gusta Kim Taehyung —dijo Jungkook cuando el reloj de su celular mostraba las tres a.m. y la voz de Taehyung se había vuelto áspera.
—Bien —dijo Taehyung con otra risa —me gusta Jeon Jungkook y creo que debería ser mi modelo para mi presentación de último año.
Jungkook se sentó. —¿En serio?
Taehyung levantó una ceja. —¿Te has visto? Por supuesto, lo digo en serio. Y para las fotografías de mi portafolio, también.
Jungkook todavía se sentía inseguro sobre eso. Claro, se ejercitaba, se cuidaba, pero nunca se consideró material para modelar. Confiaría en Taehyung, sin embargo, si esto es lo que Taehyung quería. Incluso si moría de vergüenza intentando caminar por una pasarela.
—Claro —dijo, y Taehyung gritó. Lanzó sus brazos por el cuello de Jungkook y lo tiró al piso de nuevo, ignorando los gritos de protesta que escapaban de la boca de Jungkook.
—Y lo has hecho —continuó hablando Jungkook cuando se habían acomodado de nuevo, acostados el uno al lado del otro. Necesitaba que Taehyung supiera esto, pensó, porque se veía inseguro, con dudas por todos lados —Me enseñaste sobre la magia.
La magia no siempre era un río o un océano o una tormenta. No siempre era visible como las plantas de Hoseok o como cambiar de forma como Seokjin. Simplemente podía existir, silenciosa, bajo la superficie. Como un lago quieto con aguas profundas.
Y de esa forma, podía ser suficiente, también.
—Llámame Yoda, entonces —dijo Taehyung y desordenó el cabello de Jungkook.
——
Aprendió la historia de la voz de Yoongi en inicios y paradas y piezas esparcidas en los días muertos de invierno. De Hoseok y de Namjoon y del mismo Yoongi.
Había un chico, le dijo Namjoon. Tercer año de universidad. En ese entonces, los tres ya estaban haciendo música, Namjoon y Hoseok eran dos estudiantes de segundo año transferidos, se cambiaron porque conocieron a Yoongi y vieron todo el resplandor en el estudio de intercambio y vieron un futuro que querían perseguir. Yoongi lo amaba.
Algo pesado en la voz de Namjoon sugirió que el chico no amaba a Yoongi de vuelta. Al menos, no en la misma forma.
Era un imbécil, dijo Hoseok, arrancando hierbas malas del invernadero con veneno, algo no muy usual en él. Lo odiaba.
Fue jodidamente estúpido, escribió Yoongi en su celular, sentado junto a Jungkook en la banca del piano que se encontraba en el sótano, uno que llevaba al jardín y que funcionaba como sala de práctica para Jimin y Hoseok. El piano estaba frente a las ventanas grandes y a las puertas, la madera café iluminada por el sol, y Yoongi lo tocaba menos de lo que solía hacerlo. Y ciego.
Eso no es cierto, quiso decir Jungkook, pero no sabía si tenía el derecho.
El chico estaba lleno de insultos y juicios. Hacia la apariencia de Yoongi y su magia y su música. Y Yoongi, tan fuerte y frágil, le creyó demasiado.
Hizo que Yoongi se sintiera menos, dijo Namjoon, con sus dedos apretados fuertemente en la taza de café. Intentó hundirlo porque se sentía intimidado. Porque quería ser quien reluciera más.
Lo odiaba, repitió Hoseok desde el otro lado de la mesa. Debí golpearlo en la maldita cara. Repetidamente.
La relación duró casi un año, y durante ese tiempo Yoongi solo creció, a pesar de los intentos del chico para evitarlo. Los tres, Namjoon, Hoseok y Yoongi, comenzaron a hacer presentaciones, comenzaron a publicar música en SoundCloud y a la gente le gustaba. La gente quería escuchar más.
Podemos hacer esto, pensamos, escribió Yoongi arriba del cuaderno de Jungkook, las palabras temblorosas por los dedos de Yoongi. Podríamos ser algo.
El chico no quería eso. El chico quería que eligiera; él o la música.
Elegí la música, susurró Yoongi a la mente de Jungkook mientras estaban acostados en la cama. Los dedos de Yoongi descansaban en la piel desnuda del brazo de Jungkook. Y me odió por eso.
Debimos haberlo previsto, dijo Hoseok.
Debimos detenerlo, dijo Namjoon.
Debí saberlo, escribió Yoongi.
Pero no lo hicieron, y Yoongi volvió al departamento que alguna vez compartieron para llevarse sus cosas y caminó directo a una trampa.
Había un sello de encuadernación dibujado justo en el piso, escribió Yoongi con sus dedos temblorosos. No tenía ni una oportunidad.
El chico hizo que sus amigos lo ayudaran. Necesitaron a cuatro, aparentemente, para mantener a Yoongi bajo control lo suficiente para completar el ritual. Después, Yoongi despertó en una banca de la facultad, mareado y enfermo, con su magia peligrosamente inestable y sin voz.
Todo se destrozó un poco, después de eso.
Casi lo perdimos, dijo Namjoon con una expresión lejana, una mueca en su cara. Estuvimos tan cerca de perderlo.
Intenté hacer algo realmente, jodidamente estúpido, escribió Yoongi mientras sacudía su cabeza, sus palabras llenando el margen del cuaderno de química de Jungkook. Un ritual para recuperar mi voz. Casi me mató. Hobi me encontró.
No entró en más detalles, pero el horror de la memoria seguía en la cara de Hoseok cuando hablaba de ello, cuando dijo, pensé que se había intentado matar. Pensé que la ambulancia no iba a llegar a tiempo. Pensé que iba verlo morir.
Tomó mucho tiempo, sospechó Jungkook, para que Hoseok perdonara a Yoongi. Tomó incluso más para que volvieran a la normalidad. Yoongi tuvo que dejar la universidad por un año y terminó un año después y se graduó junto a Hoseok y Namjoon. Tuvo que ver a un especialista para poner bajo control su magia. Tuvo que tomar clases de lenguaje de señas en la noche en un centro comunitario, con Hoseok y Namjoon a su lado, practicando señas bajo las luces fosforescentes.
Namjoon fue quien tuvo que decirle a su familia, pero Yoongi aún escuchaba a su madre llorar en el celular. A través de Namjoon, tuvo que convencerla de dejarlo quedarse en Estados Unidos, de que estaría bien.
Los tres dejaron de hacer presentaciones, dejaron de producir, también, porque la herida era demasiado ruda y sangrienta y no sabían cómo cerrarla aún. Buscaron lo que más pudieron, hablaron con cada experto que pudieron encontrar, pero la voz de Yoongi se había ido. Vendida, probablemente, a alguien quien quería la magia que todavía permanecía por un conjuro.
Hay todo un maldito mercado para cosas como esas, dijo Hoseok con disgusto. Es horrible.
Eventualmente lo dejamos ir, susurró Yoongi en su mente en la noche. Lo superamos. La tienda nos dio algo en qué concentrarnos.
Todavía había pena por la perdida en él, Jungkook podía sentirlo. El dolor de lo que podría haber sido. Lo que habría sido.
Lo siento, fue lo que no dijo Jungkook, sabiendo que Yoongi no necesitaba escucharlo. Que Yoongi estaba aquí y Yoongi era fuerte y Yoongi realmente estaba bien, la mayoría del tiempo. Había malos días, todavía. Los Días Malos, los llamaba Namjoon, cuando la tristeza se volvía sofocante y no dejaba que Yoongi se concentrara en nada, incluso lo privaba de interactuar con ellos, a veces no podía salir de la cama.
(Aprendieron, dijo Namjoon, cuando Yoongi necesitaba tiempo para estar solo en los Días Malos y cuando necesitaba compañía. Necesitaba que alguien ocupara el mismo espacio que él; Taehyung en la silla dibujando, Namjoon leyendo un libro en voz alta, Jimin trabajando en sus asignaturas en la cama, Hoseok poniendo flores en maceteros, Seokjin contando chistes estúpidos.
Y un día, será el turno de Jungkook y se meterá a la cama junto a Yoongi y envolverá sus brazos por la cintura de Yoongi, y Yoongi se dará vuelta, se acurrucará en él, dejará que Jungkook tome un poco de la tristeza y ambos respirarán en el silencio de la habitación. Inhala, exhala, inhala, exhala...)
Lo siento, fue lo que no dijo Jungkook. Creo que eres increíble.
Simplemente optó por presionar su frente contra la cien de Yoongi y dejar que su magia se entrelazara hasta que calmara la tormenta en los pensamientos de Yoongi.
——
Le pidió a Jimin que lo llevara a Coney Island, a pesar de que apenas era primavera y el viento todavía tenía dientes. Jimin sonrió, los envolvió en bufandas y gorras y suéteres y tomaron el tren hacia el sur en un domingo por la tarde.
El sol estaba puesto, bailando por encima del mar, incluso si su calidez no combatía el frío que había.
—¿Extrañas Busan? —preguntó Jungkook mientras estaban en la cima de la costa, dejando que el mar mojara sus botas. Podía sentir el agarre/tirón de la marea en su pecho, podía sentir la forma en que el agua se extendía hacia abajo, hacia el centro de la tierra y entendió por qué la gente antigua adoraba esta increíble y terrible fuerza de la naturaleza.
—Sí, a veces —dijo Jimin —Especialmente en el verano. Pero soy feliz aquí. ¿Tú lo extrañas?
—Extraño el océano —decidió, pero no podía pensar en nada más. Busan era sofocante, sus padres eran sofocantes y no podía esperar para escapar. No había mirado hacia tras desde entonces.
Jimin asintió y unió sus brazos. —Puedes sentirlo, ¿cierto? ¿en tus huesos?
—Sí —dijo, todavía sorprendido.
—Supongo que eso es lo que pasa cuando naces en el mar.
Caminaron por el paseo entablado y le compraron pretzeles dulces a uno de los vendedores ambulantes. Se los comieron en una banca junto a la noria donde Jimin habló un poco más de Busan.
—Vengo de una familia grande —dijo —todos médiums. Tienen un negocio, hacen sesiones de espiritismo y limpian casas y cosas así. Creo que querían que participara, después de la universidad, pero quiero encontrar mi propio camino —se río —todos estaban siempre en el mismo negocio en mi familia y necesitaba saber quién era Park jimin, sin toda la influencia, ¿sabes?
—Sí, lo hago —respondió Jungkook, porque huyó por muchas de esas razones.
—Quiero decir, aún los llamo una vez a la semana, pero la distancia es buena por ahora.
—¿Es difícil? —preguntó Jungkook, pensando en la chica ahogada en su comedor y las lágrimas en la cara de Jimin —¿Estar rodeado por tanta muerte?
—A veces —dijo Jimin, limpiando la azúcar de sus dedos en sus pantalones —pero creo que más que nada me ha hecho apreciar más la vida. Y me agrada que pueda ayudarlos, al menos un poco.
El corazón de Jungkook dolió. Jimin, tan amable —Creo que los ayudas más que un poco.
Los ojos de Jimin eran suaves y su sonrisa agradecida era gentil pero un poco insegura. Como si no estuviera seguro de que creía las palabras de Jungkook, pero de igual forma las apreciaba. —Gracias.
Sintiendo que era tiempo de cambiar de tema, Jungkook se metió el resto de su pretzel en la boca y se puso de pie —Vamos —dijo, amortiguado por tener la boca llena, y fue premiado con una risa por parte de Jimin —Quiero ir a la noria.
Jimin la miró titubeante, pero se dejó arrastrar —No lo sé...
—Ni siquiera es tan alto —insistió Jungkook —y puedes sostener mi mano todo el tiempo. —estaba usando guantes, pero aun así podría sentir si Jimin se ponía demasiado nervioso, lo ayudaría a mantenerlo calmado.
—Oh, bueno, si darle la mano a un chico lindo está en la mesa —dijo sonriendo Jimin, con un movimiento exagerado de sus cejas y entrelazó sus dedos.
Jungkook se río a través de su sonrojo, murmuró un "cállate" y llevó a Jimin al mostrador a comprar entradas.
——
Estaba enamorándose. De este mundo mágico y su lugar en el. De Yoongi.
Y no sabía que el amor podía ser una culminación de momentos silenciosos, pero aquí estaba, con una caja llena de ellos:
Yoongi, quedándose dormido en el tren, desplomándose contra el por segundos, hasta que su cabeza estuvo descansando en el hombro de Jungkook y todo el lado derecho de Jungkook estuvo cálido con su peso.
Yoongi, caminando junto a él mientras seguían a Taehyung a través de una exhibición en el museo de arte moderno, con su expresión ligeramente descontenta, pero con su cabeza inclinada para escuchar cada explicación que Taehyung daba sobre una escultura rara o una pintura con varios tonos de rojo.
Yoongi, temprano en la mañana con su cabello desordenado y su cara hinchada por el sueño, tocando un ritmo en el brazo de Jungkook que era su propia versión de un hola. Sus pensamientos arrastrándose lentamente por su mente, pero con una sonrisa gentil en su cara.
Yoongi, calentando el café de Namjoon por él mientras Namjoon estaba demasiado enfocado en una discusión con Hoseok para notarlo. Sus dedos presionados a un lado de la taza hasta que estaba caliente de nuevo. Y Namjoon tomaba un sorbo sin pausar, sin notar que estuvo frío para comenzar, pero Yoongi sonreía, satisfecho.
Yoongi, cuando dejaba que Taehyung tiñera su cabello azul y le preguntaba a Jungkook si le gustaba el color en palabras escritas en el cuaderno de Jungkook. Jungkook enterraba su dedo en los mechos de cabello azul como el mar, tragando contra el agarre/tirón en su pecho que se sentía como la marea entrando y respondía sí, hyung, me gusta.
Yoongi, dormido en el escritorio de su computadora en la parte trasera de la tienda, con sus lentes torcidos en su cara y el libro de contabilidad en la pantalla. Se despertaba cuando Jungkook dejaba té a su lado y lo arropaba con una manta, pero su sonrisa era suave suave suave y sus ojos eran suaves suaves suaves y estiraba su mano para rozar la mejilla de Jungkook para que pudiera escuchar un adormilado gracias, y la misma tierra se movía bajo los pies de Jungkook.
Yoongi, apareciendo en la puerta de su departamento con comida después de que Jungkook estuviera hundido en dos días de estudio frenético. Lo dejaba en el mostrador y chasqueaba la lengua ante el desastre de la cocina de Jungkook y comenzaba a limpiar, ignorando la insistencia de Jungkook sobre que podía hacerlo él mismo, a pesar del hecho de que estaba exhausto y tembloroso por tanto café. Cuando terminaba, le daba una mirada a Jungkook, debía ver la expresión cansada de Jungkook y lo abrazaba. Dejaba que Jungkook se hundiera en el centímetro a centímetro hasta que lo estaba sosteniendo por completo, con sus dedos en la parte trasera de su cuello para hacerle saber shh, te tengo, Kook, estoy aquí. Estoy aquí aquí aquí.
Yoongi, cubierto de suéteres y bufandas, quejándose por la nieve que permanecía.
Yoongi, bajo las luces del Tompkins Square Park, riéndose con su risa rasposa mientras Jimin intentaba enseñarle a Jungkook cómo hacer un giro que aprendió en clases, ambos tropezándose y riéndose tanto que sus costillas dolían.
Yoongi, comiendo brochetas de cordero con él, en el mismo restaurante que antes, con sus piernas amontonadas bajo la mesa pequeña y sus dedos sucios y los ojos brillantes de Yoongi bajo la tenue luz. Le estaba mostrando a Jungkook cómo deletrear cordero en lenguaje de señas con una mano mientras que con la otra sostenía la brocheta, usándola para indicarle a Jungkook cuando se equivocaba.
Te amo, pensó Jungkook, y sintió las palabras posicionarse en sus huesos como una verdad absoluta. Te amo.
— —
Y aquí estaba Yoongi ahora, en el piano en el sótano, tocando Claire de Lune a la luz de la luna. La casa estaba en silencio y Jungkook estaba sentado a su lado, viendo como los dedos de Yoongi se movían por las teclas.
Jungkook quería besarlo. Quería hacerlo desde hace semanas, incluso meses, pero aún estaba demasiado aterrado. Atrapado entre el deseo, la llama que se elevaba y todo lo que debería ser, lo que se esperaba que fuese. Había roto las reglas de sus padres sobre la magia y si rompía esto, su sueño de un futuro donde tendría una esposa y una casa agradable y un buen trabajo y les daría nietos, entonces dudaba que siguieran amándolo, y no estaba seguro si podía vivir con eso.
Pero aquí estaba Yoongi, dejando que la música se moviera a través de él mientras tocaba, con sus ojos cerrados, y aquí estaba todo el amor que Jungkook no sabía cómo mantener en su pecho, derramándose por todos lados.
La canción terminó y las manos de Yoongi se detuvieron en el piano. Sus ojos se abrieron y le sonrió a Jungkook, mostrando sus encías y un poco avergonzado, como si estuviera preocupado de que Jungkook se molestara por perderse tanto en la música. Y Jungkook juntó cada gota de valor, cada pizca preciosa de valor que tenía y se inclinó hacia adelante a pesar del nudo de terror que tenía en su estómago y sus manos temblorosas.
Los labios de Yoongi estaban fríos y ligeramente agrietados y sintió a Yoongi sobresaltarse, y escuchó el eco de su nombre, y Dios esta fue una pésima idea, ¿no es así? Arruinó todo, toda esta amistad y-
Shhh shhh ven aquí, pensó Yoongi cuando Jungkook comenzó a alejarse. Sus manos acunaron su cara, acercándolo nuevamente, y entonces Yoongi lo besó apropiadamente y todo lo que podía sentir Jungkook era calidez, en su corazón, en su sangre, en el desliz gentil de la lengua de Yoongi en su boca. Podía sentir el zumbido de los pensamientos de Yoongi, la prisa de su incredulidad, de su emoción.
Mierda Jungkook Jungkook Jungkook increíble fantástico no pensé que querías esto no quería presionarte te sientes tan bien maldita sea Jungkook...
Jungkook seguía temblando cuando se separaron, cuando Yoongi presionó unos cuantos besos ardientes en su mandíbula, en su mejilla, en su cien. Ya no había vuelta atrás, se dio cuenta. Ya no tenía que esconderse o romperse para encajar en la caja que sus padres crearon para él. Amaba este mundo y amaba a Yoongi y tenía tanto miedo, pero quería seguir corriendo en este futuro sin mirar hacia atrás.
Los dedos de Jungkook se deslizaron por su mejilla. ¿Estás bien?
—Tengo miedo —susurró Jungkook en el silencio de la habitación —Pero quiero esto. A ti. Lo que sea que terminemos siendo.
Los ojos de Yoongi estaban suaves suaves suaves mientras se acercaba y juntaba sus frentes, pasando sus brazos por la cintura de Jungkook.
Estoy aquí, Kook, me tienes. Lo prometo.
Lo sé, fue lo que no dijo Jungkook, porque todavía no estaba seguro de aquello. Pero lo estaría. Pronto, pensó, lo estaría.
—¿Bésame de nuevo? —le pidió, sintiéndose un poco atrevido.
Y Yoongi lo hizo.
1 note · View note
Photo
Tumblr media
INFO| 📝 Algunas recopilaciones de locales preguntando por "el chico de cabello azul/morado" probando una vez más que Jungkook es atractor de fans ✨ #BTSBackWithButter #BTS_Butter #Jungkook_Latam 방탄소년단정국 정국 #JUNGKOOK #JEONJUNGKOOK #정국 #전정국 #田柾國 #ジョングク #유포리아 #방탄소년단정국 #방탄소년단 #JUNGKOOKBTS #BTSJUNGKOOK #EUPHORIA #시차 #MyTime #StillWithYou #Begin #Stay #btsarmy #bts #army #bighit #bangtansonyeondan #musica #VocalKing #GoldenMaknae #MainVocalist #jungkookpics https://www.instagram.com/p/CPJToRts3cX/?utm_medium=tumblr
0 notes
kokolxdlittlecrazy · 6 years
Text
✨BTS reaction: Cuando, por culpa de otro miembro, te rompes un hueso.
⚫SeokJin: Te encontrabas en el parque junto a los chicos, jugabas en los columpios con TaeHyung. Todo marchaba normal y, de repente, gritaste adolorida. TaeHyung te había empujado muy fuerte y te caíste, aterrizando sobre tu brazo.
—¡Jagya!—Correría hacia a ti, preocupado y miraría tu brazo.—¡Tae, deberías ser más cuidadoso, mira su brazo!—Estaría algo molesto y enseguida te llevaría al doctor.
Tumblr media
⚫YoonGi: Se encontraba revisando su teléfono tranquilamente, de un momento a otro soltaste un alarido de dolor, asustado volteo a verte encontrándose contigo abrazando tu pierna derecha en el suelo y a Hoseok mirándote sorprendido.
—Lo siento, T/N.—Diría Hobi apenado por lo había sucedido. Ambos estaban jugando, Hoseok quería cargarte pero tu te negabas, sin embargo, te levantó y te caíste al estar forcejeando para que te soltara.
—¡Joder, Hoseok!—Diría algo enfadado mirándolo a él y a ti, te ayudaría a levantarte.—Les he dicho que no deben jugar a esas cosas, es culpa de ambos.—Te llevaría a la habitación y luego llamaría a un doctor.
Tumblr media
⚫Hoseok: Enseguida te viera hacer aquella mueca de dolor, se levantaría e iría contigo.
—¿Que sucede, jagy?—Miraría como JiMin se acercaba apenado.
—Fue un accidente.—RM miraría tu brazo, morado por el golpe.—No era mi intención, no te vi allá atrás.
—¡JiMinah!—Diría a modo de regaño.—Mira como dejaste a mi jagy.—Haría un mohín triste y te llevaría al hospital.
Tumblr media
⚫NamJoon: —¡Lo lamento, T/N!—Al escuchar la exclamación de JungKook, fue a ver que pasaba. Al entrar a la habitación vio que estabas llorando mientras te tocabas temerosa la espalda.
—¡¿Qué sucedió?!—Preguntaría exaltado.
—Estábamos saltando en la cama y... Se lastimo, sin querer la empujé.—JungKook estaba muy apenado.
—Luego hablaremos de eso, hay que llevarla con un doctor—Llamaría a una ambulancia, mientras te ayuda a tratar de levantarte.
Tumblr media
⚫JiMin: Te había dejado con YoonGi y cuando volvió estabas en el sofá lastimada.
—Le dije que no se deslizara en la silla, sin querer la empuje muy fuerte y pues, allí está.—Dijo YoonGi haciendo una mueca. JiMin no estaría molesto, pero sí muy preocupado.
—Ay, jagy...—Se acercaría a darte un beso en la frente.—Hay que llamar a un doctor.
Tumblr media
⚫TaeHyung: Él sabe lo torpe que puedes llegar a ser. NamJoon y tu habían estado en carreras por la calle, y te fracturaste un pie. Tae al verte estaría muy preocupado por ti.
—¿Qué pasó, jagya?—Te calmaría con un beso en la frente.—Ya pasó, NamJoon Hyung llamó una ambulancia.—Te diría mientras trata de que no llores más por el dolor.
Tumblr media
⚫JungKook: —¿Qué...?—Empezó a reír al ver como te caías, ya que Jin te había empujado un poco fuerte. JungKook detuvo su risa al verte con algunas lagrimas.
—¿Qué sucede, jagy?—Preguntaría confundido, luego se dio cuenta de que tu pie no estaba bien.—Oh... No puedes negar que tu caída fue graciosa, vamos al doctor.—Diría riendo levemente, haciéndote enojar un poco.—No te enojes, T/N.—Te lanzaría un beso.
Tumblr media
89 notes · View notes
hyung-line-wife · 6 years
Text
Jungkook Escenario : Encontrado Siéndote Infiel (Parte 1)
Este escenario esta basado en la canción de Charlie Puth, ‘How Long’. Aquella canción se trata de un chico pidiéndole perdón a su novia luego de que ella se enterase que le fue infiel. Al escucharla, el primer miembro que se me vino a la mente fue JK, luego Suga y Jimin. ¡Díganme si quieren que escriba un imagine para ellos!
Caminaste entre las diferentes personas que se hallaban en la entrada de el canal Mnet. Ya estabas lista para poder hacer tu filmación de como era el backstage de Mnet, y lo mejor de todo, podría ver a tu novio, Jungkook, quien se encontraba actualmente promoviendo su nueva canción conjunto a su grupo, BTS.
Antiguamente solo contabas una cantidad menor al medio millón de subscritores, una cantidad que no estaba mal para una YouTuber de una edad tan joven, que principalmente se trataba de vídeos de consejos de belleza, vídeos de situaciones de la vida cotidiana, y vlogging de tu vida diaria. Pero, al enterarse de que eras la novia de Jungkook, millones de Armys habían empezado a suscribirse en tu canal de YouTube, y te habías vuelto famosisima de la noche a la mañana.
Tan famosa, que ahora el mismo Mnet te dio permiso de filmar en su backstage para tu próximo vlog, llamado “¡Aventuras en el Backstage de Mnet!”
Un nombre muy original.
Llegaste a un pasadizo, el cual se hallaba menos transcurrido por el personal de staff, y decidiste que sería un buen lugar para poder iniciar tu vlogging.
Colocaste tu mochila de cuero en el suelo de loseta, agachándote para poder sacar tu trippoid con tu cámara de vlogging. Algunas personas del staff te miraron raro, al encontrarte agachada ensamblando tu pequeño equipo en un lado del pasadizo, hasta que te reconocieron, y siguieron su paso ignorándolo.
Ding.
Sono tu cámara, al prenderse, mientras la acomodabas para que dentro de la toma esté tu rostro, y te favorezcan los ángulos. La Luz estaba perfecta, a pesar de que haya sido un pasadizo iluminado con luces artificiales muy fuertes. 
Presionaste grabar.
“Listo! ¡Misión cumplida: Entrar a Mnet! “ Le hablaste a tu camara, riendo. “ Acabo de llegar hace unos momentos a el backstage del que todos se mueren por conocer, ¡y se los mostraré todo!”
Comenzaste a caminar por el pasadizo principal, el cual te había explicado los de staff que por ahí se hallaban los camerinos de los artistas.
“Bueno chicos, donde creen que estamos llendo?” Preguntaste con una sonrisa de lado. “Pues, es por los camerinos, así que no puedo hacer mucho ruido, si no, me botan.”
Dijiste esto mientras caminabas por las puertas de los cantantes, enfocando con la cámara los nombres de los artistas famosos en las puertas .
Exid Got7 Hyuna Nu’est-
“Omo. ¡T/N!” Escuchaste gritar a una chica detrás tuyo. Volteaste rápidamente sorprendida. Era Junghwa, una de tus amigas más cercanas, seguida por Hani.
“¡Junghwa! Hey, ¿como estas? ¡Hace tiempo que no te veo!” Emocionada saludaste a Junghwa con un abrazo, sosteniendo la cámara. Te separaste, acordándote de la cámara. “Chicos! Aquí tenemos a la famosa Junghwa!-“
“T/N, sigo aquí.” Hani te reclamo burlonamente detrás de Junghwa. Reiste, siempre les gustaba molestarse entre sí.
“Si claro! Como me pude olvidar de presentarles a mi esposa Hani” Bromeaste a la cámara, entrkazando a Hani con tu brazo.
“Y bueno chicos creo que eso fue todo por el tour de Mnet, ya les he mostrado todo” suspiraste con satisfacción ante la cámara, mientras caminabas por un pasadizo muy pequeño y poco concurrido de el edificio, “¡He quedado completamente exhausta!”
Al final, tú encuentro con Hani y Junghwa, había resultado en que ellas te den un tour por todos los lugares importantes de Mnet, te enseñaron a bailar su nueva canción ‘DDD’, te subieron al stage donde grabarían su canción, y hasta te llevaron back stage, donde estaban la mayoría de los cantantes, después de terminar su grabación. Habías grabado material increible para tu vlog, a parte de haber conocido a Hyuna, Got7, haber pasado tiempo con con tus amigas cercanas Hani y Jung. Ahora solo querías ver a tu novio Jk, y tu día sería perfecto.
Ohno! Te habías olvidado de lo más importante que querías grabar si o si para tu vlog, ¡el tour por uno de los cuartos de espera!, pero no lo habías podido hacer debido a que todos habían estado ocupados.
Justo en este pasadizo había uno, que dudabas que alguien usase, ya que no había nadie en el pasadizo.
“Bueno chicos! Me olvide de mostrarle lo más importante! Como es dentro de un camerino de Mnet!”
Pusiste una mano en la manija para abrirla, al mismo momento que sonaba en los parlantes del edificio,
‘Grabación próxima, por favor acercarse BTS a el area de Backstage, para hacer prueba de micrófono’
A BTS le tocaría pronto!. Te emocionaste pensando en que le darías una sorpresa a tu chico en poco tiempo, y a aparte de ello, lo podrías ver grabar! Querías terminar de grabar esto rápido.
Abriste la puerta de una sola empujada, mientras que a la misma vez prendías las luces de el cuarto El cuarto era realmente muy antiguo, ya que contaba con muebles de cuero en tonos marrones, al igual que paredes amarillas, con la pintura desgarrándose, y dos tocadores cubiertos en pólvora, con focos en el marco de el espejo a la antigua. Asumiste que aquí entrarían al menos un buen grupo de 5 personas cómodamente.
“¡Y este es el cuarto del que todos se preguntan! Como pueden ver no es de nada...” Te habías colocado de espaldas hacia la habitancion, para que la cámara tuviese un mejor ángulo tuyo con la hbaiatacion detras. Pero no fue hasta ese momento que te percataste por el rincón de tú camara a una pareja de espaldas rápidamente levantarse de uno de los muebles. No podía ser, alguien más estaba en el cuarto, que vergüenza. Apagaste la cámara, rápidamente, colocando tu vista en ella mientras lo hacías. “Perdón, perdón, de verdad no quería que esto fuera así.”
Volteaste hacia las personas, ¿quien sabría si serían idols que estaban saliendo secretamente, y justo se encontraban besándose en uno de los cuartos aislados? No es que tú gustara el chisme, pero si eras muy curiosa..
Te encontraste cara a cara con una cara muy conocida. Unos ojos muy redondos, a los cuales aveces tú comparabas con los de un conejo. Unos labios que habías besado incontables veces.
Jungkook.
Estaba con su camisa desarreglada, ropa que tú asumías que utilizaría en la grabación de su nueva canción. Sus labios se hallaban hinchados, y contaba en su rostro una expresión de puro shock, mirándote con desesperacion y los ojos muy abiertos. Había una chica detrás de él, la cual estaba colocándose los tirantes torpemente de el estupido overall que utilizaba por su nueva canción de primocion.
Ella era Yaha de Moxxie, uno de los nuevos grupos de idols. Tenías que aceptar que era realmente bonito, con su pelo pintado de morado, y piel sonrojada..
Te golpeo como un balde de agua fría la situación que tenías frente a ti. ¿Jungkook te había sacado la vuelta?
Sentiste como una mano invisible estrujaba tu corazón, al igual que unos pequeños cuchillos hirvientes se clavaban en el. No ibas a llorar, no lo harías.
“Cariño..” Lo escuchaste a lo lejos llamarte
Le habías querido dar una sorpresa a Jungkook m, ya que no se veían por mas de 1 mes, al tú haber estado en fuera, por tu gira con tus fans. Sabías que el té había extrañado, y que los chicos te decían que la manera en la cual el té echaba de menos era increíble, está casi entrar en depresión. Y tú también te sentías de esa manera... pero no creias que el té podría haber hecho eso. ¿Andar besándose con una chica a espaldas de su novia? Literalmente.
“T/N... Escúchame.” La voz ronca de Jungkook regresó tu atención a la situación del momento. “Déjame explicártelo-“
“Jungkook. “ Te tembló la voz, mientras que Yaha pasaba corriendo por el costado de tu novio hacia la puerta, encorvada, como si se estuviese ocultando de algo. Ya lo habías visto todo no? ¿Que más podía ocultar? .” Dime honestamente... solo era yo una fachada, para poder aparentar ser la pareja famosa y perfecta?”
“No-, Yo..”. Jungkook atropelló sus palabras. Se habían quedado los dos solos en la habitación, ya que la Yaha, se había escurrido del problema. Reiste sarcásticamente.
“Guárdate tus disculpas.” Dijiste fríamente . Te estabas rompiendo dentro de ti misma, pero por fuera solo podías demostrar frialdad. Las palabras parecían que estaban siendo habladas por otra persona. “Solo quiero saber, ¿cuánto tiempo ha estado ocurriendo esto?”
Esperabas que te dijera que todo había sido una broma de cámara escondía, y que ahorita saldriera un MC para decírtelo. La esperanza llenaba de ansiedad la boca de tu estómago. Lo miraste a los ojos, viendo como miraban a la nada, vídriosos.
“...Solo fue una vez” murmullo calmadamente, mirando hacia el suelo, con lo que supusiste que fue vergüenza y arrepentimiento.
No pudiste evitar que se te saliera una risa sarcástica. Miraste hacia el lado de los espejos, sacudiendo la cabeza. No podía estar pensando en serio. Comenzaste a girarte para irte lo más pronto de ahí antes de que hicieses algo estupido.
“Tú.. tú has estado tanto tiempo fuera, que no he podido verte. Yo, verdaderamente te he necesitado este mes, y solo, cuando la vi.. me recordó tanto a ti.” Comenzó a escuzarse con desesperacion detrás tuyo, intentando evitar que que te vayas.
“Enserio Kookie?, pensé que eras mejor que dar escudas estupidas-“
“Admito que fue mi culpa, ¿que más quieres que te diga?” Te corto, levantando la voz, con una expresión dolida.
“Ya no quiero que me digas ninguna mas de tus excusas” Volteaste gritándole, con lágrimas en los ojos. Ya no podías contener tus sentimientos dolidos, y nada de lo que el hiciese ahora te haría sentir mejor, es más, te rompería mas. “Ya me has demostrado mucho por como encontré hoy a mi novio, a quien le iba a dar una sorpresa hoy.”
Las lágrimas caían por tu rostro silenciosamente. Ya no querías escuchar nada mas de el. Decididamente comenzaste a caminar en dirección hacía la salida del pasadizo, limpiándote toscamente con tu antebrazo las lágrimas de tu rostro, sin importar qué tu maquillaje se malograse. Escuchaste pisadas fuertes detrás de ti, y una mano que te agarraba fuertemente del antebrazo, haciendo que parases.
“T/N... No me dejes. Bebe no me hagas esto por favor. Echale la culpa a mi cabeza, y no a mi corazón, te juro que no hubo ningún sentimiento de por medio.” Te suplico, con su voz media estrangulada, por lo que creías que eran lágrimas, el se hallaba llorando. Una parte de tu tenía la necesidad de querer abrazarlo, y consolarlo, para que dejase de llorar, te dolía escucharlo así. No te permitiste voltear, ya que sabrías que lo terminarías haciendo. “Ya se que haga lo que yo haga, nunca lograré que puedas ver que eres a la único que quiero amar.”
“No puedo creer que mientras me llamabas ‘bebé’ en videollamadas, estabas viendo a otra.” Soltaste miserablemente, mirando hacia el suelo. El agarre que el tenía en tu brazo era fuerte y cálido, y al mismo tiempo que sabías que no estaba bien, no querías escapar de el.
“..La conocí una noche en la que yo había tomado mucho con los chicos..”
Si verlo besando a otra chica no te había hecho sentir devastada, ahora verdaderamente te sentías peor, las lágrimas que estaban amenazando por caer por una segunda vez, ahora te nublaban los ojos. Fue como echar sal a una herida abierta. Volteaste lentamente, con todo el odio que podías musitar en tus ojos, los cuales te dolían, al evitar al maximo que caigan tus lágrimas.
El rostro de Jungkook se hallaba con líneas mojodados en sus mejillas, donde habían caído lagrimas. Si más bien el agarre que tenía en tu brazo era fuerte, su rostro no lo demostraba, parecía un perrito perdido.
“¿Estás siendo malditamente serio? ¿Acaso no te estas dando cuenta de lo que dices?” Le gritaste, sin importar que ello lo hiciera encogerse un poco. Ya no lo podías aguantar mas. “Ahora también me dirás que ahora estas borracho ¿no?. Eres un pendejo.”
Dijiste esto último zafandote con fuerza de su agarre, optando por correr hacia la salida esta vez. Un día que planeabas que fuera tan feliz para ti, había terminado terrible. Sentías como la tristeza te consumía lentamente, aplastando dolorosamente a tu corazón.
Esquivaste a varias personas por la salida, sin importar quienes fueran, sin importar que vieran tu rostro, rojo y lleno de lágrimas. Que todos se enterasen que Kookie te había sacado la vuelta.
De pronto te chocaste contra un muro, el cual te hizo que botaras tu mochila, y con junto a ella tu camara, la cual casi ya te habias olvidado que la tenias contigo. Te agachaste para recoger rapidamente tus cosas, hasta que te diste cuenta de unas manos que te estaban ayudando.
Era Dawon, de JXK. El grupo rival de BTS. El se hallaba mirandote con sorpresa, y hasta lo que pudiste decir que era emocion, pero rapidamente ello se cambio por preocupacion, al ver tur rostro.
“¿Estas bien?". Te pregunto con preocupación. Rápidamente te levantaste con tus cosas ya recogidas, asintiendo con la cabeza. Y sin otra palabra mas, seguiste avanzando.
Echaste este encuentro a la parte de atrás de tu cabeza, ya no importaba. Parte de ti siempre había sabido que algo estaba pasando con el durante sus vídeo llamadas, el había estado actuando de una manera muy sospechosa, y tu si lo habías notado. 
Empujaste la puerta transparente de el local, saliendo hacia el exterior, con el corazón destrozado, pero a la misma vez deseando poder repararlo.
CONTINUARÁ...
145 notes · View notes