Aquello era nuevo, Minjun nunca había demostrado especial interés en la guerra como sus dos amigos, quienes parecían vivir y respirar conflicto. Su padre tampoco lo hacía, por eso los antiguos reyes del zafiro crearon la guardia del diamante, para acorazarse y volverse invencibles sin necesidad de pelear. El rey actual se hacía de muchos amigos, conexiones, se protegía a su forma. Minjun no tenía que preocuparse por nada, después de todo, Seoja estaba ahí, entonces… ¿por qué? - —Para desgracia de todo el mundo, eso es cierto — -ahora podía aceptar que le gustaba su príncipe, no podía evitarlo, todo el mundo lo veía y aunque Seoja odiaba sentir la mirada desaprobatoria de Saori, no iba a cortar sus lazos con el monarca. Cuando está cerca y puede percibir en su esencia la frustración, tiene que obligarse a dejar de lado su café también y envolverlo en un abrazo, su rostro se restriega en contra del perfil contrario y hunde la nariz en el cabello cercano a la sien, impregnándolo con su esencia. - —Estas frustrado, quieres ser tomado en serio — -lo sabía, porque lo conocía mejor que nadie. - —Pero no tienes que detestar tu naturaleza o el poder que esta te da. Eres un omega, puedes reducir a todos los alfas en una habitación si aprendes a manejarlo. Tu padre nunca ha visto tu potencial, te juzga de forma incorrecta. Yo no estoy molesto mi zafiro, estoy contigo sin importar qué.
"Si mi padre me dejase ir a la guerra de seguro ya hubiésemos conquistado más territorios que Junseong." el poder de Minjun no tenía límites y precisamente aquello era lo que preocupaba a sus padres y al capitán Seori. Ser alguien con una personalidad explosiva se volvió su karma después de tantos años haciendo lo que quería sin recibir alguna reprimenda, todo el mundo viéndolo con miedo y un posible enemigo para el reino mismo. Ahora, con un montón de emociones en su cabeza, se preguntaba si su habilidad para controlar el agua era un don o una maldición. "Pero te gusta este malcriado, lobito tonto." saca la lengua, apunto de lanzarle el café encima mas es detenido cuando la esencia ajena que tanto ama y que lo rodea. Cierra los ojos un momento, dejando la taza a un lado e inclinándose lo suficiente para besar la mejilla de Seoja, ocultando parte de su rostro levemente sonrojado entre la tela. "¿Luzco enfadado? Sayuri dijo lo mismo hace unas horas y la respuesta es la misma: no sé porqué." sus orbes le miran desde esa posición, perdiéndose totalmente en lo bello que era el alfa y podía jurar que se volvía más atractivo con el paso de los días. "Supongo que estoy molesto con el mundo y el mundo lo está conmigo, nada nuevo."
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Seoja mi amorcito, tengo una preguntita acerca del príncipe de la aventurina negra, ¿alguna vez lo has encontrado atractivo?(?)
Seoja se ríe de forma suave, sus dedos se detienen a medio trenzar el cabello de Nari para poderla meter en su armadura más tarde. Él no era una persona que fuese sumamente expresivo, menos con preguntas tan raras, pero aquella si que le había ocasionado diversión. - —¿Claro? — -¿qué se respondía a lo evidente? Era un hombre alto, de anchos hombros y cuerpo atlético, de una mente brillante para el arte de la guerra. Pero lo más enigmático eran sus ojos, el par de aventurinas brillantes que parecían galaxias. Era atractivo, pero eso no significaba que tuviese interés en él. - —Su majestad Youngdae es una persona atractiva, cualquier omega que llegue a conquistar su corazón, será afortunado de tenerlo.
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* 𝐁𝐈𝐋𝐋𝐈𝐄 𝐄𝐈𝐋𝐈𝐒𝐇 𝐋𝐘𝐑𝐈𝐂 𝐒𝐓𝐀𝐑𝐓𝐄𝐑𝐒 .
I LOVE YOU .
‘ it’s not true . ’
‘ tell me i’ve been lied to . ’
‘ crying isn’t like you . ’
‘ what the hell did i do ? ’
‘ nothing has to change today . ’
‘ you didn’t mean to say ‘i love you’ . ’
‘ i love you and i don’t want to . ’
‘ i didn’t mean to make you cry . ’
‘ i can’t escape the way i love you . ’
ILOMILO .
‘ told you not to worry , but maybe that’s a lie . ’
‘ honey , what’s the hurry ? ’
‘ they’re never gonna give you love like ours . ’
‘ i don’t wanna be lonely . ’
‘ show me the way home . ’
‘ i tried not to upset you . ’
‘ i couldn’t love someone ‘cause i might break . ’
‘ i just wanted to protect you , but now i’ll never get to . ’
WHEN THE PARTY’S OVER .
‘ don’t you know i’m no good for you ? ’
‘ i’ve learned to lose you , can’t afford to . ’
‘ nothing ever stops you leaving . ’
‘ don’t you know too much already ? ’
‘ i’ll only hurt you if you let me . ’
‘ call me friend , but keep me closer . ’
‘ call me back . ’
‘ nothing is better sometimes . ’
‘ let’s just let it go . ’
‘ let me let you go . ’
WATCH .
‘ if we were meant to be , we would have been by now . ’
‘ all i see is you right now . ’
‘ i’ll sit and watch your car burn with the fire that you started in me . ’
‘ your love feels so fake . ’
‘ my demands aren’t high to make . ’
‘ if i could get to sleep , i would have slept by now . ’
‘ when you call my name , do you think i’ll come running ? ’
‘ you’re so good at giving me nothing . ’
‘ when you close your eyes , do you picture me ? ’
‘ when you fantasize , am i your fantasy ? ’
8 .
‘ i know you don’t care , but can you listen ? ’
‘ so i think i better go . ’
‘ i never really know how to please you . ’
‘ you’re looking at me like i’m see-through . ’
‘ i just never know how you feel . ’
‘ do you even feel anything ? ’
‘ don’t treat me badly . ’
‘ i know you’re not sorry . why should you be ? ’
‘ who am i to be in love when your love never is for me ? ’
WISH YOU WERE GAY .
‘ baby , i don’t feel so good . ’
‘ i’ll never let you go . ’
‘ i just wanna make you feel okay . ’
‘ i just wanna make you feel okay , but all you do is look the other way . ’
‘ i can’t tell you how much i wish i didn’t wanna stay . ’
‘ i just kinda wish you were gay . ’
‘ is there a reason we’re not through ? ’
‘ how am i supposed to make you feel okay when all you do is walk the other way ? ’
‘ i’m so selfish . ’
‘ you make me feel helpless . ’
BITCHES BROKEN HEARTS .
‘ you can pretend you don’t miss me . ’
‘ you can pretend you don’t care . ’
‘ all you wanna do is kiss me . ’
‘ what a shame i’m not there . ’
‘ what is it you want ? ’
‘ you can lie , but i know that you’re not fine . ’
‘ every time you talk it’s all about me , but you swear i’m not on your mind . ’
‘ somebody new is gonna comfort you like you want me to . ’
‘ somebody new is gonna comfort me like you never do . ’
‘ i’m the one that got away . ’
‘ i guess being lonely fits me . ’
‘ you were made for begging ‘stay’ . ’
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Misuk se pasea por la habitación sin vergüenza, abrazándose a su sexualidad y a la belleza del nudismo luego del acto, al brillo especial que tomaba el cuerpo y a la sensación de dopamina en el cerebro. Busca un encendedor, dando con sus pantalones y con el mismo justo en el momento en que el menor hace la cuestión. - —¿Huh? — -inteligentemente, cuestiona. Misuk enciende su propio cigarrillo, aquel que estaba entre sus colmillos y con pasos descalzos, vuelve a la cama para echarse en el lado libre y dejar salir una perfecta “o” de humo. - —Debes ser más específico, Nam. ¿Aquí donde? ¿En el espacio y el tiempo, en tu habitación, en tu ciudad? — -se reincorpora en sus antebrazos, ofreciendo fuego al cigarrillo del bioquímico. - —Estoy aquí, porque me gusta tener sexo contigo. Si era su pregunta, si se trata de una curiosidad menos frívola, tengo mis razones para estar aquí.
Su cuerpo desnudo descansa sobre sabanas frías que, en contraste a su piel caliente y húmeda luego de actividad extenuante, le refrescan un poco. Entre sus dedos se encuentra un cigarrillo sin encender, sus ojos muy grandes, siguen los movimientos del zorro dentro de su habitación. Era enigmático, cada cosa que hacía le parecía interesante y era con el primero que cedía un poco, un oso es más grande que un zorro, pero Namkyu se derretía y se dejaba dominar sin problema. ❝ ¿Por qué estas realmente aquí? ❞ Eunseok estaba endemoniadamente interesado en saber la razón, por simplemente denotar su clara xenofobia –e ignorancia-- con otro tipo de mamíferos con colmillos y garras. Pero él, tenía curiosidad, necesidad de conocer a Misuk porque le gustaba, realmente lo hacía. / @mikrokosmcs
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bang misuk - hibrido de zorro rojo - 24 años - 31 de enero de 1999 - acuario - bartender de un bar mixto / aprendiz de actor - fc: choi yeonjun
tw: mención de un aborto
Su esencia es la del latte de calabaza especiado, con el toque de canela más prominente y un poco de miel. Es un omega.
Es independiente desde los 16 años, más en contra de su voluntad puesto que sus padres le echaron de casa cuando se enteraron que estaba esperando un cachorro. No volvió a hablar con ellos.
Se provocó un aborto, no queriendo traer un cachorro a su vida cuando estaba tan desbalanceada y no iba a poder cuidarlo como quisiera.
Siempre supo quien era el padre, pero honestamente, nunca tuvieron nada “serio” como para que fuese importante.
Ha vagado durante muchos años, yendo de roomies a roomies, de parejas con quienes compartió un techo. Actualmente se ha asentado con una amiga en una ciudad mixta, puesto que Misuk está entrenándose con una cantante y actriz de teatro retirada, que canta en el bar donde él trabaja.
Es adicto a las bebidas energizantes, fuma y bebe de forma que se podría casi considerar adicción.
Es alguien naturalmente carismático, por ende, es sencillo que encaje en los grupos socialmente extrovertidos. Las fiestas, el exceso y la diversión, son su pan de todas las noches.
Siempre convivió y vivió en ciudades de carnívoros, por ende, es un poco raro habitar con herbívoros pero no dejan de parecerle criaturas interesantes.
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Si no lo conociera tan bien como lo hacía, supondría que Minjun de verdad odiaba a sus dos amigos más cercanos al expresarse de ellos de esa forma, pero suponía que eran los gajes del oficio cuando de entre los tres, el pequeño Poseidón era el más normal. Seoja da un sorbo a su café en una taza roja a juego con la azul contraria, observando al otro desde arriba, recargando un poco su cadera en el barandal de la escalera. - —Sabes que esta burocracia es necesaria, si queremos seguir siendo aliados de quienes pueden ser fuertes enemigos — -deben verse en el reflejo del reino de la Aventurina Negra, Seoja recuerda haber ido cuando la bandera blanca se alzó por el príncipe y fueron a buscar sobrevivientes. La desolación, el aroma a carne quemada y cuerpos por doquier, aun le producen nauseas. - —Pero tu no eres nada de eso, solo malcriado — -bromea con él, aunque con esa tonalidad algo inexpresiva parece más una afirmación sincera. Seoja se mueve, uniéndose a él en el futón sentándose frente al mayor, el jacinto se expande para reconfortar al omega y eliminar el picor de la canela. - —Estarás bien, siempre lo estas. ¿Por qué estas tan enfadado hoy?
"Apenas llego y ya me estás echando, que cruel." exclama molesto, su cara poco amigable asomándose entre las sábanas. Minjun no conocía el término de "espacio personal" y por lo tanto, se encontraba invadiendo la habitación del alfa constantemente. ¿Podían culparlo, cuándo solo anhelaba estar cerca de él y perderse en su reconfortante esencia? Un sonido similar a un gruñido escapa de sus labios, aceptando la taza de café y dando un pequeño sorbo. "Una tonta reunión donde el lagartijo presumirá sus avances en la guerra y el otro lunático estará buscando alguna presa nueva, sí, que divertido." rueda los ojos, su odio a reuniones formales no cambiaría ni ahora ni nunca, no desde aquella vez que lo dejaron en vergüenza cuando solo era un niño y perdió el control. Cumpleaños, fiestas, días importantes, a Minjun le daba igual todo eso y solo quería estar en los brazos de su amado. "Los demás me ven como un premio, ¿Sabes? Un malcriado príncipe omega a quién desean conquistar."
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- —Deberías estar durmiendo — -es lo que su voz acarrea desde que sale de la cocina, dos tazas de café es lo que trae, humeando y despidiendo el delicioso aroma de un grano costoso que provenía directamente del príncipe del zafiro. La cabaña en medio del bosque no es muy grande, de hecho, todos los cuartos están conectados y su futon descansa en la parte alta, donde una ventana circular brinda luz lunar a su lecho. Sube, llegando hasta el omega que no hace mucho había llegado desde su palacio, haciendo un “nido” entre sus sabanas. - —En tu cama — -enfatiza en aquello, extendiendo la taza de color azul claro hasta el otro. - —Mañana es un gran día, vienen tus amigos y otro puñado de príncipes, debes lucir impecable. | @smileflowcr
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Cuando las noticias de que Suyeong había muerto comenzaron a llegar, Yohan no podía creerlo. Era como ver un Dios, una criatura omnipotente, ser destruida por aquello que tanto odió y por lo que él mismo juró destruir. Lo que fue un rumor entre los rebeldes, se volvió una realidad y el basurero donde el sinónimo de deidad para él, había perecido, se convirtió en su ultima morada. Yohan nunca tenía arrepentimientos, aseguraba que todas sus decisiones malas o buenas, aportaban algo a su crecimiento como humano. Pero esa noche, tuvo la primera regresión en su vida, el no poderse despedir. El luto se volvió rabia, contra si mismo por no detenerlo y decirle que se mantuviera con él, separarlo de Karel que eran solo problemas y rabia con Suyeong, porque sabía que nada ni nadie podría separarlo del hombre que sostenía su corazón en sus frías y robóticas manos. Pero Karel lo soltó, como aquella vez en el pasado y como ahora, llevándolo a su inminente muerte. Lo que fue culpa y rabia, se convirtió en locura cuando viéndose al espejo, se dio cuenta de que él tenía el poder de traerlo de regreso.
Meses de búsqueda y cobrarse miles de favores de las personas de la ciudad Luminosa, es que dio con el laboratorio donde su adorado Suyeong descansaba, donde las luces demasiado blancas, que lo mantenían iluminado en su féretro de cristal y agua gelatinosa, no le favorecían para nada a su cuerpo demacrado, conectado a tubos que mantenían sus sistemas funcionando. Ah, ahora podía entenderlo, la fragilidad del ser humano y el porque todos buscaban la inmortalidad. El cuerpo orgánico se echaba a perder, y si uno de los órganos se detenía, todos los sistemas lo harían. Suyeong dormía, su pecho subía y bajaba gracias a que sus pulmones funcionaban con ayuda de máquinas, pero el agujero en su caja torácica, indicaba la falta de algo muy importante y la razón del porque estaba ahora en esa posición más cerca de la muerte que la vida, del porque Yohan y muchos más habían decidido seguirlo en cuanto a sus enseñanzas y lo que profesaba, la razón del porque ese humano tan simple y que podría ser fácilmente remplazado, le había hecho buscarle por mar y tierra como un hombre famélico y sediento.
Suyeong había perdido el corazón, pero Yohan sabía dónde encontrar uno…
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El sonido de agua recorre las tuberías de su laboratorio subterráneo, el féretro de cristal está abierto pero el pecho está completamente cerrado, un color rojo fuego se enciende en la caja cada que el corazón de Lilith bombea en el pecho de su mejor amigo, el único que ha tenido. El científico limpia la piel orgánica con una solución para mantenerla suave, sin que se agriete, sin que el cascaron se rompa antes de que el cuerpo vuelva a despertar. Yohan acaricia la prótesis izquierda, aquella que el colocó sobre el hombro de Suyeong aquella noche cuando apareció en su laboratorio, desangrado y con un brazo arrancado. Le salvó la vida, aun y cuando el pirata odiase no ser de carne y hueso. Y otra vez, le había salvado la vida, pero dudaba que en esta ocasión le agradeciera por su ardua labor de conseguirle un corazón que nunca se detendría, que nunca morirá. Lilith ya no existe, Yohan ha perdido el interés en la revolución y ahora que todos habían perdido a su mártir, Yohan podía tener a Suyeong para si mismo, mantenerlo dormido en el féretro de cristal y agua por toda la eternidad.
Yohan eleva su mirada desde el pecho hasta un rostro, donde un par de ojos están muy abiertos y le observan fijamente. No tiene temor a pesar de la escena macabra, porque Suyeong no está exactamente despierto, solo son reacciones de un cuerpo que pelea contra la sangre nueva que bombea en su ser. Es como un muerto en vida, una criatura que carece de bondad. El científico sonríe, y aquellos ojos que antes le miraban brillantes y con cierta diversión, ahora le observar con un deje de frialdad y rencor. - —Sé que siempre quisiste vivir como un ser humano completo y morir como tal, Sully. Pero no podía dejarte marchar, ¿lo entiendes? — -es su ultimo acto egoísta, aquel que debió hacer inclusive antes de que todo aquello iniciara, antes de que su querido y adorado amigo perdiera la característica más grande se su persona, el corazón. Aquel cuerpo gruñe, o es el sonido que percibe, pero no se mueve, la maquinaría sigue incrustada en su piel y el órgano vital sigue palpitando en contra de la voluntad del ente. Yohan lleva una de sus manos para obligarlo a cerrar los parpados, sosteniendo la cabeza de Suyeong entre ambas palmas y se inclina para besar su frente. Hay devoción, pero sobre todo, una palpable obsesión con mantener con vida a la única persona que lo entiende. - —Descansa por ahora, mi buen amigo. Te prometo te sentirás mejor después.
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Jisu deja de fingir que estaba poniendo atención al libro que debía leer para su clase de mañana, alzando la vista cuando la otra entra en su habitación con esa energía que le caracteriza y una sonrisa sutil se dibuja en sus labios. Dejando el libro de lado en su cama, se recarga mejor en el respaldo y aguarda. - —Realmente los has comprado todos — -se ríe de buena gana, husmeando un poco en la bolsa y fascinándose con los tonos. Jisu era un poco “tomboy” y algo “masculina” pero también, le encantaba todo aquello. - —Okay, lo que quieras, princesa. ¿Con cual deseas iniciar?
"¡Jisu Jisu!" su dulce voz resalta más en cuanto entra a la habitación de la más alta con una bolsa en manos y dando pequeños saltos de felicidad. Había estado horas atrás en el centro comercial, notando una nueva colección de tintes labiales con sabores frutales y cuyos empaques eran de my Melody y Kuromi. Perdida en lo bonito que eran, termina por comprarlos todos en un impulso. "Mira, encontré nuevos labiales, ¿Te gustaría probarlos? Quiero saber cuál te queda mejor." [ @mikrokosmcs ]
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send me "be honest..." with a question your muse has been dying to ask mine and they'll answer truthfully.
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El wendigo gira la cabeza a un costado, sus manos se entrelazan detrás de su espalda y su vista se mueve hasta el muchacho que descansaba plácidamente bajo los rayos de un atardecer. - —Buenas casi noches, Silver — -comenta, un deje de risa en sus vocablos. Lukyan no era sociable, no porque no le gustase, sino porque se acostumbró al silencio que propiciaba una criatura de su naturaleza. Él no creaba vida, ni hacía buenas acciones como las hadas, solo devoraba y hacía crujir huesos bajo fauces afiladas y un cuerpo esquelético. - —Vine a hablar con el Hada en jefe de la comarca, aproveché para ver como estabas, ¿tienes tiempo de enseñarme tu espacio o vuelvo cuando estés menos dormido?
"Ah... buenos días." bosteza, la tonalidad de los rayos del Sol le indican que claramente es más tarde lo pensaba. Silver podía dormir días completos tras cumplir sus tareas como criatura de luz, siendo la principal la de guiar los destellos hacia las flores para que crecieran con fuerza. "Ha pasado mucho tiempo, ¿Te perdiste en el bosque de las hadas otra vez? ¿O estás por voluntad propia porque me extrañas?" [ @mikrokosmcs ]
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Todo era surrealista, una situación que no podía y no sabía como controlar. Era predecible que entre hermanos gemelos idénticos esas cosas sucedieran, roces, problemas. Lo que no fue predecible fue ese golpe de Estado y un intento de asesinato de su propia sangre, del hermano con quien compartió el útero. Sabía que Jayden no estaba feliz de que él fuese quien se casara con la princesa del fuego, Kayden también estuvo de acuerdo. Ella era radiante, hermosa y gentil, seguramente podría hacer una dupla perfecta con su hermano que era fuerte, galante y seguro de si mismo. Fuego con fuego iban bien, ¿agua con fuego? Un desastre, él terminaría apagando su personalidad y ahogándola —espera, no literalmente— en su melancolía. Y la vida, el destino y el universo terminaban por darle la razón. La ramita entre sus dedos se quiebra, alzando la vista para observar a la muchacha volver y una sonrisa suave se dibuja en sus labios. - —Gracias — -comenta por la comida, negando cuando menciona la fogata. No tenía frío, simplemente… pensaba demasiado. Kayden suspira, tomando una de las fresas para volver a mirar el suelo, donde una fogata quemó la noche anterior. - —Y lo siento… esto es mi culpa.
"Encontré fresas, mira." lo que antes era un pañuelo de seda suave y lujosa que solía estar alrededor de su cuello ahora sirve como una especie de bolsa improvisada que coloca frente a los ojos ajenos. Como princesa, Agnes jamás había tenido que enfrentarse al mundo más allá del castillo que la vio crecer, saliendo únicamente cuando tenía eventos especiales, siendo el último una visita a su prometido para concretar la boda. Sin embargo los planes fueron cancelados cuando Jayden tomó el poder a la fuerza y ambos jóvenes fueron obligados a huir y esconderse. "¿Tienes frío? Puedo encender una fogata con mi magia." dice, en un torpe intento de mantener una conversación. Habían pasado un par de meses desde que el mundo se vino abajo y a pesar que ya se no se sentían como unos completos extraños, Kayden llevaba un rato en silencio, preocupando a la pelirroja. [ @mikrokosmcs ]
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a prince
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Había algo reconfortante en el sonido de la lava emanando de sus volcanes, ya no hacían las estruendosas erupciones o las fumarolas enormes que levantaba, cayendo como ceniza toxica sobre su pueblo y su gente. Es como un río, un río de vida destructora que generaba tierra nueva y extendería su reino más lejos conforme los siglos pasaran. Un liquido rojizo descansaba sobre su copa y sus pupilas, teñidas en el mismo color que le caracterizaba a todo su ser, se mueven desde le ventanal de cristal hasta la puerta. - —Adelante — -llama, con esa tonalidad aterciopelada, pero demandante y firme. Los guardias que descansan fuera de su habitación, empujan las grandes puertas y permiten que el omega ingrese en la guarida, el fuerte aroma a vino especiado se siente aun más potenciado en su espacio personal. Lo mira, analizando su figura y comiéndoselo prácticamente con los ojos, pasando a ignorarlo de nuevo para beber de su vino y observar de nuevo su reino debajo de la oscuridad platinada propia de la noche. No lleva todo su atuendo habitual, solo la camisa negra, pantalones negros y botas, todo ornamento extra estaba descartado de su ya por si sola, imponente persona. - —Ven aquí — -no puede llamar nueva a la obsesión que experimentaba por él, no cuando lo recordaba de pequeño y sus sonrisas nunca dirigidas a él, cuando fue más grande y se prometió al Príncipe de la Ágata, un reino que ahora descansaba bajo su poderosa subyugación. - —Luces diferente, habiendo tomando una ducha y sanado tus heridas. ¿Te ha gustado tu nueva habitación con los demás? Tus compañeros no deben quererte demasiado, eres el primero a quien invito aquí. Pero eres un príncipe, ¿cómo podría hacerte mío en un granero sucio o una habitación asquerosa? — -se mofa, con esa característica sonrisa que era su marca personal cuando algo le producía tanto placer como matar, aniquilar y consumir.
El largo pasillo hacia la habitación del alfa le causaba escalofríos con cada paso que daba y sus manos se aferran con fuerza a los bordes de la camisa blanca que usa. Hace no mucho recibió la noticia que el rey quería verle después de las nueve en punto, cuando la Luna brillaba en el cielo estrellado e iluminaba el castillo. ¿Cuánto tiempo llevaba viviendo en aquel lugar que ni siquiera podía llamar hogar? Sus tierras fueron invadidas, su gente sufrió durante días y la única opción que tuvo para detener la masacre fue rendirse ante el Rey del Cinabrio y su fuego devastador, pues poder propio como Príncipe del Cuarzo Rosado era completamente inútil en una guerra. Desde pequeño sabe que es débil en comparación a otros futuros gobernantes, su bondadoso corazón era al mismo tiempo su debilidad, aquella misma le obligó a entregarse en cuerpo y alma con tal de asegurar la seguridad de los sobrevivientes, incluyendo a sus propios padres que estaban al borde de la muerte cuando les encontró entre las llamas. “¿Quería verme, su Majestad?” pregunta, dando unos suaves golpes en la puerta de roble para hacerle saber que había llegado a la hora acordada. [ @mikrokosmcs ]
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Junseong eres el mejor padre y esposo, te amamos mucho 😭💜
Nunca nadie le había dicho que lo amaba, esa era una verdad irrefutable. Esa clase de cosas solo sucedían hasta hace algunos años, cuando Hanbin lo abrazó y besó, consolándolo luego del desborde de emociones ocasionado al destapar su caja de pandora y todos los horrores salieran a flote. Escuchar que lo estaba haciendo bien, dibuja la sombra de una sonrisa, asintiendo. - —Gracias — -no había más que decir, nada más que expresar. Si el amor que profesaba por su mate y sus cachorros se veía, era más que suficiente.
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El cacao tostado puede sentirlo en la lengua inclusive antes de verlo, los vellos del cuello se erizan naturalmente al sentir la presencia de otro alfa invadiendo su espacio y aunque no era una invasión física, si que era de presencia. Seoja suelta un resoplido parecido a una risa, pasando el cepillo por el lustroso cabello de su yegua Nari. - —Usted y yo nunca vamos a estar en el mismo rango, alteza — -comenta, volteándose lo justo para reverenciar al príncipe del reino de la Aventurina negra y retomar su trabajo con el animal. - —Pero si, ascendí en el proceso de la guerra… lamento lo de sus padres y su reino — -tenía cierta confianza con él para hablarle tan directamente, una confianza que no compartía con Junseong ni de broma. Youngdae era rarísimo, con claras y evidentes intensiones, pero Seoja prefería mantenerlo enfocado en él a que persiguiera a Sayuri.
La caballeriza era el lugar donde estaba seguro, iba a encontrarlo y también estaba seguro, no sería encontrado por el príncipe envidioso. Era un juego del gato y el ratón, también era ponerse una soga al cuello y esperar a que alguien le sacase el banquillo debajo de los pies, ese alguien siendo Minjun. Pero, ¿alguien podría culparlo? El general era justo lo que le gustaba, una persona exótica, excéntrica, fuera de este mundo. ❝ Escuché que te ascendieron a General, eso nos hace estar en el mismo rango ❞ Abre la conversación, apoyando su cuerpo en contra del establo. El dulce aroma a jacinto escondido en la caoba le hace sentir la boca humedecida. La propia, el grano de café y el cacao tostado hacen aparición. | @mikrokosmcs
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Junseong está acostumbrado a los gritos, triste y desconsoladamente, desde que era pequeño. Recuerda a su padre gritando y golpeando cuando él lloraba, recuerda los gritos de piedad de las personas que asesinó en su camino a la gloria, los gritos de soldados en la guerra ya sean de dolor por una amputación o simplemente dando órdenes. El ruido es cosa de su día a día, desde los volcanes en erupción y la lava corriente, hasta aquel pequeño chillido de una habitación adyacente que le saca de su sueño rápidamente. Nunca ha dormido bien, por pesadillas y malos ratos, pero ahora aquel chillido potente y desconsolado es una señal de que hay una vida que espera y aguarda, que pide por su clemencia; pero no porque esté muriendo por sus poderes, sino porque añora sus cálidos brazos y un beso de buenas noches. Siente a su omega también moverse a un costado de la cama, alerta también a cualquier sonido que proviene de la pequeña criatura en la otra habitación, Junseong extiende su mano sobre una espalda desnuda que acaricia con vehemencia y se inclina para besar un omoplato, luego la marca de su cuello y susurrar un suave “yo me encargo” en el oído de Hanbin.
No le cuesta salir de la cama y cubrir su desnudez con una bata de seda negra, caminando con pies descalzos hasta una puerta que le guía al lugar donde el sonido se hace potente, dos pulmones pequeños pero que parecen dispuestos a romperle los tímpanos si no es atendida pronto. Demandante, así como lo era él, Jimin parecía saber que quería desde tan temprana edad. - —¿Qué pretendes, gatita? ¿Despertar a todo el reino? — -su voz y su esencia como una chimenea tibia en un día helado, parecen calmar a la pequeña que abre sus ojos, aquellos que lucían rasgados y felinos como los de su padre omega y su sonrisa se pinta enorme, sin ningun diente a la vista, satisfecha de saber que el alfa estaba en su presencia. Junseong se ríe suavemente, un sonido alienígena y extraño, pero que ya no era tan poco común como años antes. Sus grandes manos pueden sostener al milagro de vida entre sus palmas sin problema, sacándola de su cuna y llevándola hasta su rostro para rozar su nariz sobre la contraria, marcándola con su esencia y deseando que se tranquilice, borrar sus lágrimas con el gesto. Ya tiene un hijo, un par de años más grande y también siendo el centro de su universo entero, con una personalidad tan gentil y dulce como Hanbin, pero una apariencia muy similar a la suya. El universo le había regalado otra pequeña, una que apenas tenía semanas de vida y si que lucía como un problema para el futuro, remilgosa y demandante, llena de pucheros que harían que Junseong conquiste cualquier otro reino para darle lo que desea
La criatura busca su calor y es algo que no duda en darle, acurrucándola contra su pecho y las pequeñas manitas se aferran al borde de su bata, muy cerca donde la quemadura en el corazón ya estaba sanada, pero dejaba un par de bordes feos y desagradables en su prístina piel que a veces le avergonzaba, aunque Hanbin los besara con amor y cuidado. Jimin se relaja inmediatamente, tal vez acompañando su pequeño corazón con el de su padre y bosteza, cerrando el par de parpados para dormir plácidamente en su lugar seguro, en los brazos de un padre amoroso que no dudaría en quemar el mundo entero si con eso podría verla dormir tan plácidamente. Él nunca tuvo un abrazo gentil de un padre omega, ni tampoco la palmada orgullosa de un padre alfa, vivió en decadencia y seguido de miradas de odio y desprecio a donde sea que fuese. Pero ahí estaba, su milagro de vida dándole una ultima mirada antes de caer rendida en brazos de Morfeo, una mirada de pura adoración y amor.
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