Tumgik
#no soy tu muñeca
voglatte · 3 months
Note
smut con matías y que sea muy dom porfa, im begging you bestie 😢
⊹ ┊OR NAH ꒱ .゚
Tumblr media
↷ ˊ- pairing: matías recalt x f!reader.
warnings: +18, dom!matias, minors dni, choking, dirty talk?, creampie, p en v, thigh-riding, (leer bajo su responsabilidad).
summary: matías no se salva de caer bajo tus encantos aún sabiendo que eres prohibida.
• dani’s typing… ! siento que no sirvo para escribir smut pero bueno hago todo lo posible para que quede decente.
Tumblr media
las luces de colores adornaban el lugar junto con un puño de gente en la pista de baile, sintiendo la música que sonaba dentro del local donde se encontraban.
ya habías dejado de sentir tus piernas pero aún así decidida seguiste moviendo tus caderas con movimientos circulares mientras tus manos bajaban por tu figura cubierta por un fino vestido negro de cuero.
no pasó más de dos minutos cuando la respiración pesada y entrecortada de alguien chocaba contra tu cuello caliente, no le diste mucha importancia y seguiste bailando pegando tus caderas a la notable intimidad del “extraño”.
tu cuerpo se relajó al sentir el característico olor de hierba con menta, que te volvía loca.
“te quiero comer entera, nena” la voz de matías sonaba un poco más profunda de lo que era haciendo que tus muslos se apretaran para aliviar el calor que se posaba en tu vientre.
no dejó pasar el detalle subiendo su mano hasta tu cuello dándole un pequeño apretón y riendo.
“sos una atorada, muñeca. espera que por lo menos estemos en un lugar más privado” dió un último apretón en tu cuello dejando la marca de los anillos que adornaba sus dedos y de un jalón te llevó fuera del local sin decirle a nadie.
sentías tus pantys mojadas y la cara interna de tus muslos llenarse de tu excitación.
“te voy a coger tan duro que te voy a dejar hecha un desastre, hm” la pesaba mano apretó tus mejillas dejando tus labios en forma de pez, para adentrarse a su auto con tu compañía.
tu respiración se entrecortó frotando por milésima vez tus muslo, tu centro pedia a gritos atención y matías no estaba aguantando más.
llegaron en tiempo récord donde él residía y sin perder tiempo estampó tu espalda contra la puerta de la moderna casa haciéndote gruñir por la rudeza.
“ahora muñeca, te vas desquitar tu misma en mi muslo mientras veo esas tetas tuyas rebotar enfrente de mi” al tiempo de la luz te despojó de tu vestido haciéndote sentar sobre él, en su cómodo sillón. “es mejor que vayas empezando desde ya” golpeó tu glúteo.
una mancha ya se formaba en los pantalones claros de matías y podías decir que te avergonzaba lo necesitada que estabas pero es que nunca lo podías evitar, más cuando se ponía autoritario, dándote órdenes.
tus caderas empezaron a tomar vida propia moviéndose para adelante y atrás consiguiendo el ritmo perfecto, tus gemidos salieron de tu boca al sentir la áspera tela de sus jeans contra tu clítoris aún cubierto por la fina capa de la ropa interior.
su boca aprovechó de morder y chupar tus sensibles pezones mientras dos dedos de su mano llegaron a tu boca, lo entendiste completamente y empezaste a chuparlos casi atragantándote.
“soy adicto a tus tetas, amor” ronroneó sintiendo la húmeda de tu boca contra sus dedos y la viscosidad en su prenda inferior.
el único sonido que se escuchaba eran las succiones de matías junto a tus gemidos cada vez más agudos que indicaban que estabas a punto de venirte.
tus movimientos se volvieron más desordenados cosa que lo notó y te hizo parar.
negó sonriendo, disfrutaba verte así toda arruinada con tus cabellos sudados pegados a tu frente y con la máscara corrida, culpa de las pequeñas lágrimas que salían de tus ojos por placer.
“no amor, te vas a venir en mi polla” te hizo levantarte con el leve temblor en tus piernas hasta llegar a su espaciosa habitación con la cual ya estabas familiarizada.
llegó a tumbarte en las acolchadas mantas mientras se desprendía de sus prendas con extrema rapidez, sus dedos bajaron el elástico de tu ropa interior dejando ver tu intimidad brillante cosa que le hizo agua la boca.
pero ya sería para otro momento, todo lo que quería era cogerte hasta que alguno de los dos no dieran más.
su polla ahora liberada y rodillas apoyadas en el colchón hizo que se inclinara un poco, pegando toda su masculinidad a tu vientre.
la deslizó unas cuantas veces en tu centro haciéndote lloriquear como una mimada lo cual fue reprendido por dos fuertes nalgadas en tus glúteos dejándolos rojos.
“cerra la boquita” dió dos golpecitos suaves en tu mejilla mientras tus labios formaban un puchero. “¿estás lista para lo que te voy a dar o no?” y con un leve asentimiento de tu parte su miembro se hizo espacio entre tus labios inferiores, cavando profundo en una sola estocada que te hizo gritar.
sus manos se mantuvieron firme en la parte trasera de tus muslos pegándolos a tu pecho mientras veía en primera plana como tu intimidad tragaba su polla.
sus manos ya marcadas en tus muslos y glúteos por las nalgadas que te daba cuando sentía su miembro ser apretado por tu intimida.
“preciosa, me vas asfixiar con tu coño” dijo entrecortado, su respiración se iba agitando con el paso del tiempo.
tu intimidad absorbía su polla y la apretaba de una manera exquisita para él que se encontraba al borde del colapso, en esos minutos donde sus movimientos se hicieron perezosos y sus gruñidos eran más fuertes, tomó tu cuello con rudeza apretando en el punto clave.
dos, tres, cuatro estocadas más y su semilla desbordaba de tus pliegues junto a tus jugos. la habitación olía a sudor y sexo, inhalaste por la boca queriendo agarrar todo el aire que se te había escapado.
se quedó observando un momento como su semen se mezclaba con los jugos de tu intimidad y sintió otra vez el calor en su vientre.
dejó un beso algo bruto en tus labios y se acostó al lado de tu figura mientras te apretaba junto a él.
no bastaron diez minutos cuando sonó un móvil, era el de matías y el nombre que alumbró la pantalla fue “enzo”, esperó unos segundos y le respondió a su amigo.
— “hey boludo ¿de casualidad mi hermana anda con vos?” se escuchaba cierto ruido por el móvil, indicando que aún seguía en el boliche.
— “lamento informarte que no, creo que me comentó que se iba a quedar donde lena y que la iba a pasar buscando, seguro se le pasó decírtelo a vos” a veces no sabía con que cara mentirle a su amigo cuando a su lado tenía a sus mismísima hermana en brazos.
— “ya la llamaré, dale matu ¡gracias!” sonó un característico sonido indicando que había trancado.
te reíste un poco para luego negar con tu cabeza.
“no se si sabés pero lena me dijo que ya no la usáramos como cuartada” dijiste y el rodó los ojos.
“en realidad, no me importa” se lanzó contra tu boca, besándola sin ningún apuro.
así es, te estabas enredando con el amigo de tu hermano desde hace ya varios meses pero ninguno tenía la cara de decirle por lo que se mantenían en secreto y les estaba gustando a ambos, le daba un poco más de emoción a la situación.
———————————————————————————
by ﹫ VOGLATTE ╱ ando trabajando en más escritos que próximamente los voy a estar publicando, paciencia que a veces me llegan muchos pedidos (los tqm) .ᐟ
428 notes · View notes
soft-pxachy · 4 months
Text
Tumblr media
⤷ ❝hands on❞ — jjk (s.m)
➤ Pareja: jungkook!tatuado x lectora!fem
➤ Recuento de palabras: 7.2k palabras
➤ Género: compañeros de clase, smut y obscenidad.
➤Resumen: Cuando conociste a tu compañero de proyecto nunca te imaginaste terminar babeando y obsesionada por sus manos y por un bocado de él, en un esfuerzo por aliviar algo del estrés decides alimentar tus sucias fantasías con algunos textos y mensajes inocentes sobre Jungkook con tu mejor amiga, detallando, explícitamente, lo que quieres que esas grandes y jodidas manos te hagan, hasta que un día le envías por error unos de esos mensajes a Jungkook, y es ahí cuando él decide cumplir todos tus deseos al pie de la letra.
➤ Advertencias: 18+ | lenguaje maduro y explícito | lenguaje vulgar y obsceno | sobreestimulación | las manos de Jungkook (sí, es una advertencia) | sexting | masturbación | charla sucia | tensión sexual | halagos durante el sexo | sexo oral (r. mujer) | juego y estimulación del clítoris | un poco de insultos | bofetadas en los pechos | chupar pezones | la lectora está atada de manos a una silla | follar con los dedos | jalar el cabello | nalgadas | bromas juguetonas durante el sexo | sexo duro | sexo con protección | JK ama tus tetas y juega con ellas (mucho) es dulce pero también engreído | Jungkook tiene un gran pene! 
➤Si no eres mayor de 18 años, POR FAVOR, no leas. Si lo haces es bajo tu propia responsabilidad, ten en cuenta las advertencias. 
Tumblr media
♥︎ softpxachy's
⤷ masterlist ♡ taglist ♡ instagram
Tumblr media
Esto es malo.
—¿Crees que realmente revisará y contará todas nuestras fuentes? —Jungkook preguntó pero yo no podía escuchar nada de lo que decía.
Esto es realmente malo.    
—Solo tengo diez, pero miré documentos de la época medieval y aún así no encuentro más…
Sus dedos se abrieron paso a través de esos largos mechones negros de su cabello con frustración y sus ojos se cruzaron con los míos por unos segundos.
Esto es jodidamente malo.
—No mucha gente ha escrito sobre este tema en específico y nos estamos quedando sin información…
Jungkook tomó distraídamente su lápiz mientras seguía hablando y mi pulso se aceleró por el pánico creciente en mi cuerpo.
No, por favor no, el lápiz no…
Lo hizo girar hábilmente sobre sus nudillos, moviendo su muñeca casualmente para que crujiera con un pequeño estallido agudo.
Y luego; apretó los puños. Duro. Si, este es el final para mí.
—¡Agua! — casi grité mientras saltaba bruscamente de mi asiento, los papeles de nuestra investigación se deslizaron en todas direcciones y la mirada sorprendida de Jungkook se lanzó hacia mí.
—¿Estás bien? —Jungkook me preguntó sin dejar de mirarme y yo traté de relajar mis nervios.
—Sí. Oh, sí. Solo tengo... sed. —respondí formando una sonrisa forzada, y esas fueron las palabras más verdaderas que jamás había dicho.
Mi dulce, amable y jodidamente sexy compañero de proyecto sonrió; felizmente inconsciente de todas las formas en que lo profanaba mentalmente.
—La cocina está a la vuelta de la esquina, si no tienes problemas en ir sola en lo que investigo más sobre nuestro tema. —Jungkook habló con calma sin borrar su bonita sonrisa y yo solo pude asentir rígidamente antes de desaparecer por el pasillo.
Y unos momentos después, en la relativa privacidad de la cocina de Jungkook, apoyé ambas palmas de mis manos sobre la mesa y traté de respirar correctamente antes de gruñir por lo bajo.
Dios, soy una desgracia.
No siempre había sido así. Todavía podía recordar una época (hace 3 semanas exactamente) en la que era una persona normal, lejos de ser una completa exhibicionista.
Mi carrera era mi prioridad justo ahora, estaba a punto de titularme y debía esforzarme el doble si quería terminar mi último año sin problemas y poder obtener un trabajo decente, tenía todo planeado, nada se me salía de control, sabía lo que quería y lo que tenía que hacer para conseguirlo, tenía toda mi vida organizada y estable.
Hasta que Jeon Jungkook envolvió sus gloriosas manos alrededor de mi piso de cotidianidad y aburrimiento y me sacó de ahí.
A primera vista, Jungkook no representaba una verdadera amenaza. Sí, era hermoso, no estaba ciega, estaba bien formado y era abrumadoramente educado, pero no era una novata inexperta en eso, el salir un par de veces con Park Jimin me habían dejado en claro que había llegado a un nivel superior de belleza con él.
O eso pensaba.
Tal vez era su costumbre de usar mangas holgadas que colgaban sueltas sobre sus brazos hasta que solo se veía el más mínimo indicio de las yemas de sus dedos, pero mi impresión inicial de Jungkook no fue cuando ingresó de último a clase de arte, eso habría sido inolvidable. Más bien fue hasta que el Dr. Kim anunció a los compañeros de tesis que había descubierto mi error fatal.
—Trabajarás con Jeon Jungkook. 
Y ahí los dos nos miramos el uno al otro a través de la pequeña sala de conferencias e intercambiamos amistosos asentimientos, y después de finalizar la clase, mi nuevo compañero se dirigió a mi escritorio.
—Hola, déjame darte mi número, envíame un mensaje de texto con tu disponibilidad y puedo reservar tiempo en la biblioteca para nosotros.
Y entonces sucedió.
Jungkook se arremangó las mangas de su camisa y mi cerebro sufrió un cortocircuito.
Santa mierda.
Sus manos eran obscenas. NSFW. Básicamente pornográficas.
Sus dedos eran largos y con un toque suave en cada nudillo, uñas bien redondeadas y palmas anchas con un toque de venas que subían por sus brazos hermosamente.
—¿Está bien? —preguntó pero su voz solo se escuchaba de fondo mientras yo seguía observando sus manos sin descaro alguno.
Los diseños hábilmente tatuados en su piel sobresalían de su mano derecha y se entrelazaban con su muñeca y su antebrazo, no podía ver más allá de lo que me permitía la manga de su camisa pero estaba segura que todo su brazo estaba tatuado, y juré que moría por pasar mi lengua por cada trazo en su piel.
—A menos que no te sientas cómoda…— volvió a hablar y casi estuve a punto de decirle que se callara para seguir observando sus manos como tanto quería.
Esos anillos; uno en el meñique y otros dos más en sus dedos índices y… el pulgar, Dios, tragué saliva al imaginarme de rodillas frente a él mientras Jungkook me obligaba a chupar su pulgar como si fuera su polla, preparándome antes de…
—Quiero decir, así no tienes que darme tu número, como sea, escríbeme y nos ponemos de acuerdo.
¿Esas eran pulseras de cadena? ¿Quién era este hombre? ¿Quién era yo? ¿Cuál era mi nombre? ¿Qué tan profundo podrían esos dedos deslizarse en mi...?
¿Por qué se está alejando?
—¡Oh, joder! ¡Espera, Jungkook..!
Y realmente todo se había ido cuesta abajo desde allí.
Sus manos eran solo una droga de entrada al resto de todo lo que era Jungkook. Cada detalle que había ignorado sin esfuerzo ahora fluía repentinamente a través de mi conciencia en alta definición.
Su olor era algo deliciosamente masculino con un toque de vainilla que me dejaba aturdida cada que estaba cerca de él, los suaves rizos de su cabello colgaban románticamente sobre los perfectos rasgos de su rostro y ojos, y ese pecho tan ancho, firme, lamible.
Jungkook era un plato completo. Y yo me estaba muriendo de hambre.
No era un secreto que mi libido había estado encarcelado durante demasiado tiempo por todas las horas extra de trabajo y clases que me exigía a mí misma, y ahora solo se había vuelto completamente salvaje, rasgando mi cuerpo cada que tenía alguna sesión de estudio con Jungkook.
Había logrado milagrosamente compensar el mal funcionamiento inicial en el que prácticamente había babeado sobre sus manos en lugar de darle mi número y establecimos un horario de trabajo, pero en realidad, las reuniones con mi compañero se convirtieron rápidamente en un ejercicio diario de incontrolable sed de deseo.
Y era necesario tomar medidas.
No iba a dejar que Jeon Jungkook y sus gloriosas y varoniles manos destruyeran años de arduo trabajo casi autoimpuesto.
Tumblr media
—Necesitas una salida.
La voz de mi amiga Jungyeon interrumpió otro de mis sueños de clasificación porno que tenía sobre Jungkook; en el que me daba una palmada en los muslos en el parque público en el que estábamos.
—¿Qué tipo de salida? —pregunté en medio de un suspiro de tristeza; mirando mis muslos y viendo la notable falta de la mano de Jungkook antes de arrugar mi nariz al tener una sospecha de cuál era la solución que Jungyeon ofrecería.— Por favor, dime que no vas a sugerir una noche sudorosa con algún tipo sucio del bar al que vas cada viernes.
Jungyeon puso los ojos en blanco y me dio un golpecito en la frente.
—No princesa, estaba pensando en una salida más creativa. Como... escribir.
—¿Quieres que empiece a escribir poemas calientes?
—Se le dice literatura erótica.— Jungyeon me corrigió en tono de burla y ahora fue mi turno de rodar los ojos.— Pero como sea; tu pequeño y sucio secreto podría traer mucha alegría al mundo, específicamente a mi mundo.
—Debes estar bromeando. —respondí casi a punto de echarme a reír ante su sugerencia.
—Por supuesto que no estoy bromeando, en lugar de pasarme horas buscando combustible de fantasía en esos blogs usaré tus fantasías como combustible. —Jungyeon explicó con calma como si fuera la solución a todos sus problemas .—Solo envíame un mensaje de texto cuando tengas otra de tus fantasías y podrás estar más tranquila y yo disfrutar un poco, será como un servicio de suscripción sucio.
—Estás loca.
—Soy una genio.
Pero dejando de lado la falta de límites y tacto de Jungyeon, ella era, de hecho, literalmente una genio, porque todo lo que necesité fue intoxicarme de Jungkook durante nuestra próxima sesión de lluvia de ideas que yo ya me estaba escondiendo en el baño para escribirle mi primera fantasía.
Yo: Quiero que Jeon Jungkook envuelva sus manos alrededor de la parte de atrás de mi cuello y presione mi cara contra la mesa mientras me folla con fuerza hasta que esté gritando.
Jungyeon: Definitivamente soy una genio. ¿Te sientes mejor?
Yo: Sí, un poquito.
Y así comenzaron varias semanas de lo que cariñosamente llamaba "porno kookie".
Algunos eran bastante explícitos:
Yo: “Quiero que Jeon Jungkook arranque mis bragas empapadas y mueva mi clítoris desnudo en sus gruesos muslos hasta que sus jeans estén mojados con mi orgasmo.”
Otros eran de naturaleza más filosófica:
Yo: “Si muero antes de lamer el sudor de los abdominales de Jeon Jungkook, ¿realmente viví?”
Y algunos otros fueron extrañamente específicos:
Yo: “Quiero pasar mi lengua por cada vena de las manos y antebrazos de Jeon Jungkook mientras lame y muerde mis tetas.”
Jungyeon estaba viviendo su mejor vida por supuesto y esperaba con alegría mis reuniones de estudio con Jungkook para poder tener más “kookies".
Tumblr media
Los textos, sin embargo, no eran más que una curita en la herida de bala que tenía. No eran suficientes.
Cada vez que Jungkook me sonreía o me miraba con esa expresión suave y brillante, o decía algo extremadamente inteligente; el latido insistente en mi entrepierna se intensificaba cada vez más hasta que me veía obligada a buscar un alivio inmediato cuando realmente tenía que hacerlo. Frotando mi entrepierna sutilmente contra el respaldo de su sofá cuando Jungkook iba al baño después de que usara la parte inferior de su camisa para limpiar algunas gotas de agua en la mesa; casi asesinándome con un destello de sus abdominales bien marcados por unos segundos.
Pero la peor parte de todo era que sabía muy bien que mi fijación hacia Jungkook no era simplemente sexual. Cuanto más lo disfrutaba genuinamente como persona, menos efectivos se volvían mis espeluznantes textos.
Y ahora aquí estaba: escondida en su cocina con el calor y la humedad pegándose incómodamente entre mis piernas y sin ningún tipo de alivio a la vista. Gruñendo con irritación, saqué mi teléfono y me preparé mentalmente para servirle a Jungyeon un Kookie humeante recién salido del horno de mi imaginación.
Yo: Quiero que Jeon Jungkook me ate a la silla de su comedor. Quiero que rompa mi blusa por la mitad, me golpee las tetas y me chupe los pezones hasta que grite...
La fantasía en mi cabeza se construyó a un ritmo alarmante y mis dedos apenas podían seguir el ritmo de la suciedad que estaba imaginando.
Yo: Quiero que me suba la falda y frote mi clítoris a través de mis bragas empapadas hasta que esté gimiendo su nombre una y otra vez…
Yo: Quiero ver como mete sus dedos en mi coño mojado. Quiero que me incline hacia atrás y juegue con mi clítoris hasta que no pueda recordar quién soy.
Yo: Quiero que me parta por la mitad con su polla y me golpee el culo hasta que no pueda sentarme por días. Quiero ver como sus jodidas y sexys manos recorren todos los lugares de mi cuerpo caliente por él…
Me dolía el cuerpo. Estaba atormentada. Los textos que alguna vez habían sido una válvula de presión ahora estaban aumentando activamente la presión dentro de mi cuerpo. Estaba gimiendo de frustración, presioné el botón de enviar y volví a guardar el teléfono en mi bolsillo, lista para enfrentar una vez más la fuente de mi miseria cuando de repente...
Da-ding
El sonido de un celular a través del pasillo me regresó directamente a la realidad. Y yo conocía ese sonido.
Era el sonido que Jungkook había programado como alerta de mensajes para mi contacto, y ahora… ahora significaba el sonido de mi mundo derrumbándose por completo.
Con las manos temblorosas saque mi teléfono para confirmar la terrible verdad que muy en el fondo de mi ya sabía. No le había enviado un mensaje de texto a Jungyeon.
Le había enviado un mensaje de texto a Jungkook.
Por un momento, un momento increíblemente breve, consideré la idea de que él simplemente ignoraría el mensaje y continuaría con su búsqueda de información para nuestra tesis. Pero no fue así.
El jadeo débil pero insoportablemente claro llegó a la cocina. Fue el grito ahogado de un hombre que acababa de descubrir que su compañera de tesis quería que la "partiera por la mitad con su polla".
Debía correr. Huir a cualquier otro país y cambiar mi nombre. Mis ojos recorrieron frenéticamente el lugar que me rodeaba; buscando desesperadamente un medio de escape.
Había una sola ventana en toda la habitación, justo encima del fregadero, y estaba segura que si debía trepar por el fregadero para poder salir de aquí. Por supuesto que lo haría; saltaría directo a un tiburón si eso significara librarme de la cocina de máxima seguridad de Jungkook.
Tenía un pie sobre el fregadero y el otro colgaba precariamente en el aire a punto de arrastrarme a la salvación y huir de ahí justo antes de que dos manos grandes y fuertes rodearan mi cintura; tirando mi cuerpo hacia atrás de regreso a la cocina con un esfuerzo vergonzosamente pequeño.
El pequeño chillido de sorpresa que solté no fue nada al darme cuenta de que Jungkook me había arrojado cuidadosamente y con suma facilidad  sobre su hombro como un saco de harina mientras se alejaba conmigo en brazos de lo que había considerado como la única forma de salir viva de su casa.
Un quejido de indignación se me escapó cuando sentí mi trasero golpear la silla del comedor y traté de hacer todo lo posible para mantener mis ojos pegados a sus rodillas; estaba segura que sería incapaz de encontrar la mirada del alma inocente que muy probablemente había traumatizado de por vida.
Por un pequeño instante de silencio todo quedó extrañamente suspendido, no podía decir alguna palabra sin que la vergüenza se apoderara de mí después de que Jungkook hubiera descubierto mi sucio secreto acerca de él, y entonces sentí que dos de sus dedos se presionaban firmemente debajo de mi mandíbula; elevando mi rostro hacia él.
—Debo decir...—Jungkook murmuró arrastrando sus palabras pensativamente, dejando que su mirada intensa se posara sobre mi.— Que esto es algo sorprendente dada tu... historia.
Estaba cerca. Demasiado cerca. Lo suficientemente cerca como para que su aroma, esa mezcla familiar de vainilla me hiciera agua la boca.
Y definitivamente no se veía traumatizado. O inocente.
Tragué saliva al darme cuenta del hecho que el hombre frente a mi parecía más una estrella de rock empapada de sexo; con carisma puro envuelto en tatuajes y músculos sólidos.
—¿Oh? —balbuceé por lo bajo sin entender sus palabras y Jungkook solo me sonrió.
—¿Sorprendida? Eso es lindo viniendo de la mujer que quiere que yo…—alardeó con suficiencia en su voz antes de sacar su teléfono para comprobarlo.— La parta por la mitad con mi polla.
Y ahí estaba.
—Obviamente no quise enviarte eso... a ti. —murmuré por lo bajo sintiendo como la vergüenza subía por todo mi rostro.
—Oh, lo sabía incluso antes de que te atrapara queriendo saltar por la ventana. —Jungkook se rio entre dientes sin dejar de mirarme y yo solo me encogí en la silla.— Hablando de eso…
Su cuerpo se inclinó sobre el mío para tomar algo sobre la mesa y cuando regresó a su posición de antes mis ojos se abrieron al ver lo que era; una cuerda para saltar, la misma que había visto colgada en la pared cuando entré a la cocina y que ahora estaba enrollada sin apretar alrededor de su muñeca. Apenas tuve tiempo para procesar eso antes de verlo moverse hacia un lado y tomar mis manos hacia atrás contra el respaldo de la silla.
—¿Me estás… atando? —pregunté aún sin creerlo y jadeando por lo bajo al sentir un tirón fuerte con la cuerda en mis muñecas, fijando mi posición para que no pudiera moverme.
—¿No es lo que querías? —Jungkook susurró suavemente contra mi oído y su voz melosa y profunda me hizo temblar de forma vergonzosa. —Esta fue la solicitud que enviaste, ¿no es así? —agregó inclinándose para inspeccionar su obra y cuando estuvo satisfecho volvió a estar frente a mi. —Además no puedo permitir que intentes saltar por otra ventana, esto es realmente por tu propia seguridad.
Me sonrojé aún más al ver la sonrisita burlona que me regaló y abrí mis labios para decir algo, pero todo lo que salió fue una especie de sibilancia mientras Jungkook seguía mirándome con diversión engreída.
—¿Sabes que eres una especie de leyenda en la universidad? Te llaman la nena pura y casta. —Jungkook comenzó a hablar y no pude evitar rodar mis ojos ante sus palabras.
—Y se preguntan por qué nunca me acostaré con ellos. —farfullé con amargura siendo muy consciente de lo que se decía de mí y eso solo hizo que Jungkook riera por lo bajo mientras le daba un considerable repaso a todo mi cuerpo a su merced. —Sabes que no puedes andar atando mujeres a sillas contra su…
—¿Contra su voluntad? —Jungkook completó con una sonrisa diabólica adornando su perfecto rostro antes de inclinarse y quedar frente a mí, cara a cara. —Supongo que es bueno que tenga tu permiso por escrito aquí mismo.
Sentí mi respiración atascarse en mi garganta al escucharlo hablar, Jungkook me dio un rápido vistazo antes de enterrar su rostro en mi cuello y su aliento cálido aliento me hizo cosquillas en la piel segundos antes de sentir sus bonitos labios besar mi cuello con hambre, ahogué un gemido por la forma en que su lengua se deslizaba por toda mi piel; marcándola con intensas lamidas y pequeñas mordiditas, y cuando se alejó de mí no pude evitar lloriquear en silencio.
—¿Por qué no me lo lees, hmm? —Jungkook pidió elevando su teléfono a la altura de mi rostro.
—Yo no, no puedo…—balbuceé sintiendo como la vergüenza inicial regresaba a mí y respiré entrecortado cuando Jungkook pasó su pulgar por mi labio inferior lentamente; obligándome a mirarlo.
—Hazlo. —Me ordenó con su voz más dura de lo que esperaba.
El áspero timbre de su orden disparó una chispa caliente de placer directamente al centro de mis piernas, y juré que nunca había estado tan nerviosa como ahora, había algo en su mirada, algo que me hacía querer obedecerlo en todo lo que me pidiera, y así lo hice.
—Yo... quiero que Jeon Jungkook…. —comencé leyendo el texto y mi respiración se detuvo cuando el calor de su mano libre se deslizó sobre mi torso. —Me ate a su silla del comedor.
—Listo. —Afirmó en un susurro dejando que sus dedos delinearan las correas alrededor de mis muñecas.— Continua.
—Quiero que rompa, oh Dios… —balbuceé con la respiración agitada al sentir sus dedos deslizándose por mi pecho haciendo que cada palabra que decía se escuchara rota. —Quiero que rompa mi blusa por la mitad, golpeé mis tetas y…
No pude seguir leyendo más porque la mano pecadora de Jungkook se enganchó en el cuello de mi blusa; tirando con fuerza hacia los lados y rompiendo la tela, haciendo que los botones volaran en todas direcciones y que mi piel se estremeciera al sentir el aire fresco colándose por todo mi pecho.
—Me vuelves jodidamente loco… —Jungkook murmuró con una voz tan sensual y ronca mientras sentía sus ojos posarse en mis senos que subían y bajaban con cada profunda respiración que daba, lo vi relamerse sus bonitos labios al notar el sujetador de encaje negro que me había puesto hoy solo porque todos los demás estaban sucios.
Sus manos eran dulces cielos ardientes mientras se acercaban para palmear mis pechos levemente uno por uno, y yo simplemente no pude evitar gemir en voz alta; arqueando mi espalda hacia adelante y hacia sus manos sin vergüenza. Mi dignidad ya había desaparecido hace mucho tiempo a este punto y no deseaba recuperarla por ahora.
—Por favor… —rogué por lo bajo antes de soltar un pequeño gemido cuando sus grandes manos amasaron mis senos con una presión perfecta, podía sentir el peso de sus anillos a través de la tela de mi sostén.
—Nunca pensé que podría hacer esto. —Jungkook habló mientras sus pulgares rozaban con brusquedad mis pezones; arrancándome un gemido involuntario y haciendo que tirara con fuerza de la cuerda en mis manos. —Deberías de ver lo bonita que te ves así… —continuó hablando en medio de un denso suspiro, y el calor de su aliento chocó contra mi pecho haciéndome remover en la silla mientras sus manos seguían amasando con fuerza mis senos. —Pero quiero que sepas que yo también tengo muchas ideas de lo que yo te quiero hacer.
Y tan pronto como dijo eso su boca ya se encontraba sobre mi pecho; dejando besos húmedos y calientes por encima de la tela en uno de mis senos, haciendo que arqueara mi espalda más a su boca y que el calor en mi entrepierna aumentara incontrolablemente.
Había pasado tanto tiempo y estaba tan sensible, demasiado sensible.
—¡J-Jungkook! —jadeé entrecortado al sentirlo mover su boca hacia mi otro pecho sin previo aviso, dándole la misma atención con su deliciosa boca hasta que estaba retorciéndome y apretando mis muslos juntos sobre la silla.
—¿Ansiosa, bebé? —Jungkook preguntó formando una sonrisita burlona aún en mi pecho y yo solo pude lanzarle una mirada desesperada; rogándole mudamente que me diera lo que tanto quería.
Jungkook sonrió al ver mi estado de necesidad y volví a gemir cuando tomó un nuevo bocado de mi seno en su boca, sus dientes mordisquearon mi pezón sin mucha fuerza por encima de la tela que solo envió una punzada aguda de dolor teñido de placer directamente a mi clítoris, a este punto mi interior ya estaba apretando alrededor de la nada.
—Suenas tan bonita, bebé… —Jungkook elogió gentilmente, dejando que sus labios calmaran mi pezón. —Déjame darte lo que quieres…
Solté un pequeño suspiro de alivio al escucharlo justo antes de que sus dedos se engancharan al borde de las copas de mi sujetador tirando con fuerza hacia abajo hasta que mis senos desnudos se derramaron por encima y lo escuché gruñir ante la vista.
—Joder… —Jungkook jadeó antes de estirar sus manos ahuecar mis senos; como si estuviera probando su peso en ellas, su mirada me devoraba con hambre y ya podía sentir mis bragas empapadas bajo sus atenciones.
No hubo pensamientos más allá de ese segundo, mi deseo era desesperado en este momento, necesitaba más de su toque, más de él, lo necesitaba, lo anhelaba tanto que sentía que podía quedarme sin aliento, empujándome hacia él como una gatita necesitada, hasta que…
Slap.
Jadeé de placer por lo bajo cuando su palma se conectó contra mi piel, golpeando bruscamente un lado de mis senos.
—¿Es esto lo que querías, bebé? —Jungkook preguntó encontrando mis ojos llorosos antes de sonreír al ver mi estado y dar otro rotundo golpe justo del otro lado.
Mi boca se abrió de golpe al sentir mi piel arder, pero no surgió ningún sonido, salvo mis suaves y ahogados jadeos de placer, podía sentir como mis bragas empapadas se pegaban a mi entrepierna con cada impacto exquisito que recibía en mi piel ardiente.
—¿Quieres que marque estas tetas perfectas? —Jungkook volvió a preguntar solo ganándose un asentimiento desesperado de mi parte acompañado de un nuevo gemido cuando volvió a golpearme, y un gruñido primitivo retumbó en lo profundo de su pecho mientras los veía rebotar, completamente hipnotizado.
Jadeé cuando uno de sus dedos comenzó a acariciar alrededor de mi pezón adolorido, calmando mi piel rojiza con tiernas caricias en todo mi seno y cuando menos me di cuenta sus bonitos labios estaban en la misma zona; plantando pequeños besitos y erizando todo mi cuerpo una vez más.
—Debo haberte imaginado así mil veces… —susurró por lo bajo con su boca aún pegada a mi pecho solo para completar. —Y aún así nada se le acerca a lo jodidamente sexy que eres…
Sus ojos se lanzaron para encontrarse con los míos antes de sacar su lengua para lamer la punta hinchada de mi pezón una y otra vez, mi pecho se agitó ante la deliciosa sensación y gimoteé con fuerza cuando se metió todo mi seno a la boca; la obscena imagen de Jungkook chupando con hambre mi pecho mientras su mano grande y pecaminosa apretaba el otro era sacada directamente de mis fantasías más oscuras, y sabía que podía correrme con la simple vista.
Jungkook era implacable, mi cuerpo se inclinó hacia atrás contra las ataduras en mis muñecas al sentir como sus manos bajaban por mi cuerpo, acariciando cada porción de piel que tenía a su disposición con casi adoración mientras mi coño se apretaba desesperadamente alrededor de la nada.
—Jungkook, por favor yo… —sollocé por lo bajo antes de ser interrumpida cuando me tomó por mi barbilla con firmeza, su rostro de porcelana y sus rosados labios estaban a escasos centímetros de mí y tuve que reprimir la necesidad de lanzarme a besarlo.
—¿Y ahora qué, cariño? ¿Qué más quieres? —preguntó sobre mis labios, su voz era suave e indulgente, parecía dispuesto a querer complacerme en cualquier cosa, y yo jadeé de solo pensarlo. 
—Yo… necesito tus manos… —rogué sintiendo mis mejillas arder al pedirle aquello, pero él solo me sonrió.
—¿Dónde las necesitas, mhm? —Jungkook instigó acariciando burlonamente mis piernas desnudas haciéndome temblar en mi lugar, sus ojos oscuros estaban observando cada expresión que hacía mientras me tocaba suavemente.
—Más arriba… —balbuceé a medias moviendo de a poco mis caderas hacia él, desesperada por sentirlas donde más lo necesitaba, pero él era un burlón y solo las deslizó una o dos pulgadas más.— Jungkook…
—Dime. —Susurró contra mis labios con su voz ronca y grave antes de robarme un pequeño y casi imperceptible beso que me dejó queriendo más. —Dime dónde quieres mis manos, cariño.
—Por favor, por favor, quiero tus manos en mi coño… —rogué en medio de jadeos desesperados inclinándome para poder besarlo de nuevo y solo recibiendo una sonrisa llena de lujuria de su parte.
—Buena niña. —Elogió con un tono meloso justo antes de acortar la distancia que nos separaba y besarme con dureza.
Apenas y podía seguirle el ritmo a su demandante beso, sus labios sabían delicioso y chocaban contra los míos con firmeza y hambre una y otra vez, una especie de ronroneo se derritió a través de su garganta cuando nuestras lenguas se encontraron para jugar entre ellas, haciéndome tirar de la cuerda detrás de mí para poder besarlo con más fuerza, su aroma varonil se me pegaba como perfume en todo mi cuerpo e inundaba todos mis pensamientos, de repente un gemido salió de mi boca rompiendo nuestro húmedo beso ganándome un leve mordisco en mi labio inferior cuando mi cuerpo tembló al sentir sus dedos frotando suavemente sobre mis bragas, forzando mis piernas a abrirse para que pudiera seguir tocándome, y yo, obedientemente lo hice.
—Mmh, estás tan mojada, bebé… —Jungkook se maravilló mirándome a los ojos; sonriendo con lujuria mientras su mano seguía frotando pequeños círculos sobre la mancha de humedad en mis bragas, ganándose un gemido desesperado de mi parte. —¿Es todo para mí?
Asentí con la cabeza frenéticamente sin poder articular alguna palabra justo antes de ver como el rostro de Jungkook se endurecía en desaprobación mientras chasqueaba su lengua, sus dedos presionaron con dureza directamente en mi clítoris, y el impacto del placer hizo que mi cuerpo se tambaleara hacia atrás con tanta fuerza que la silla raspó el suelo.
—No puedo escucharte, cariño. —Jungkook demandó ralentizando sus movimientos en mi entrepierna, claramente dispuesto a que le diera una respuesta.
—S-sí… —sollocé incoherentemente tirando con fuerza de la cuerda y moviendo mis caderas hacia sus dedos; desesperada porque me tocara más. —Es todo para ti, Kook…
Jungkook me recompensó con una sonrisa radiante antes de verlo moverse hacia abajo por mi cuerpo y depositar un húmedo beso en mi abdomen antes de abrir más mis piernas con sus manos, y lo escuché gruñir por lo bajo cuando pudo ver lo mojada que estaba realmente.
—Que linda… —tarareó para sí mismo mientras deslizaba un dedo justo por la mitad de mi coño vestido; hundiendo la tela entre mis pliegues hinchados y arrancándome un jadeo desesperado.
Lo vi lamer ligeramente la piel de mi abdomen como si fuera un gatito al mismo tiempo que apartaba la tela húmeda de mis bragas hacia un lado para que sus dedos se deslizaran por completo entre mis pliegues resbaladizos; haciéndome gemir con fuerza y recogiendo la humedad cremosa de alrededor con sus largos dedos.
—Entonces supongo que no te importará si pruebo un poco… —Jungkook habló haciendo contacto visual conmigo, observándome expandirme en lujuria cuando colocó sus dedos dentro de su boca, chupándolos seductoramente y gruñendo por lo bajo ante mi sabor mientras me veía morderme el labio con total necesidad.
Y sacó sus dedos con un chasquido de saliva, estaba completamente segura que este hombre me iba a volver loca.
—Sabes tan delicioso… —ronroneó justo antes de hundir su rostro entre mis piernas, jadeé de sorpresa al sentir sus labios envolver mi entrepierna goteante y medio vestida antes de sentirlo cubrir rápidamente la zona con besos profundos con la boca abierta, la sensación era tan extraña y deliciosa que mis caderas empezaron a temblar por la intensidad, pero sus manos me sostenían por mis pantorrillas; obligándome a soportar el placer que me estaba dando hasta que el vacío en mi coño se volvió realmente insoportable.
—¡Ah! Dios, no puedo... yo... —gimoteé negando con mi cabeza sintiendo como Jungkook me daba las últimas lamidas a mis bragas empapadas justo antes de quitármelas por completo. —Mi falda, quítame la falda, quiero...
Jungkook se echó hacia atrás, inclinando la cabeza expectante al no entender lo que quería.— ¿Oh?
Sentí que mis mejillas comenzaban a calentarse una vez más, pero en este punto ya nada se interpondría en la realización de mi fantasía, no cuando ya estaba atada con las piernas abiertas y las tetas afuera.
—Quiero ver tus manos. Cuando tú... quiero verlas en mí…— Pedí en un tono necesitado sin dejar de mirarlo.
Por su semblante pude notar como si algo en su mente hubiera hecho clic y estuviera entendiendo todo; su vista se movió de sus manos a mi rostro sonrojado y de nuevo a sus manos, su sonrisita burlona se ensanchó aún más al darse cuenta de mi pequeño fetiche con sus manos y como si estuviera recordando el mensaje que llegó a su teléfono.
“Quiero ver como sus jodidas y sexys manos recorren todos los lugares de mi cuerpo caliente por él.”
—Ya veo… —resopló suavemente y luego sus palmas golpearon mis muslos haciéndome jadear y a él reír por lo bajo. —Cualquier cosa para ti, cariño.
Ni siquiera pude entender lo rápido que Jungkook me había quitado mi falda, porque de un momento a otro ya se encontraba amontonada alrededor de mis tobillos; dejándome completamente desnuda a él, su mirada oscura rápidamente regresó a mi coño reluciente y lo vi relamerse los labios ante la vista que tenía.
—Mira este hermoso coño, bebé… —Jungkook tarareó, pasando su pulgar sobre mis pliegues hinchados y resbaladizos, evitando cuidadosamente mi clítoris necesitado, juré que podía morir ahí mismo cuando deslizó su dedo índice dentro de mí, hasta el nudillo, el acero frío de su anillo hizo contacto con mi piel sensible y gemí con fuerza apretando su dedo en mi interior.
Había pasado tanto tiempo desde que algo que no eran mis propios dígitos inadecuados habían estado dentro de mí de esta manera. La sensación era tan diferente y tan deliciosa, y si lo combinaba con la vista erótica de su mano venosa y tatuada presionada lascivamente contra mi coño era como una inyección de puro deseo potenciado burbujeando en mi interior.
—Tu coño está tan apretado… —Jungkook siseó, moviendo lentamente su dedo dentro y fuera de mi antes de agregar un segundo dígito; haciéndome gemir ante el estiramiento. —¿Cómo tomarás mi polla si estás tan apretada, cariño? ¿Cómo lo harás si tu pequeño coño apenas puede manejar dos de mis dedos, eh?
Jungkook hablando de esa forma tan sucia me puso aún más caliente de lo que ya estaba y simplemente no podía apartar la mirada de entre mis piernas, la visión de sus dedos desapareciendo una y otra vez dentro de mí sólo para reaparecer cubiertos de mi humedad me hacía jadear, el sonido lascivo y húmedo alrededor de su mano con cada embestida que daba solo hacia que mi cuerpo se retorciera contra la silla, gimiendo erráticamente mientras la sensación de placer continuaba creciendo dentro de mí, me estaba acercando al borde y él lo sabía. Su mano libre me sujetó por el cuello con la cantidad perfecta de presión para mantener mi mirada enfocada en el lugar donde sus dedos me estaban follando.
—¿Quieres correrte en mis dedos, bebé? —Jungkook preguntó y soltó una risita oscura ante un gemido particularmente fuerte que me dejó cuando su pulgar comenzó a frotar mi sensible clítoris, y todo mi cuerpo se sacudió con fuerza.
—Sí, sí, por favor… —jadeé desesperada moviendo mis caderas lo más que podía hacia su mano; haciendo que sus dedos se hundieran más dentro de mí, sus labios se envolvieron una vez más en mi entrepierna comenzando a chupar mi clítoris al mismo tiempo que sus dedos encontraban ese punto dulce en mi interior, rozándolo suavemente.— ¡J-Jungkook!
Estaba llorando su nombre a este punto, siendo incapaz de poder escapar del abrumante placer que me inundaba, sentí a Jungkook succionar mi clítoris y golpear mi coño con sus dedos sin piedad hasta el momento en el que simplemente me rompí. Mi boca se abrió en un grito silencioso mientras ola tras ola de exquisito placer corría por mi cuerpo una y otra vez, Jungkook susurró sucios elogios contra mi coño tembloroso mientras lamía con hambre mi orgasmo como si se tratara de un néctar de la fuente más dulce.
Solté un sollozo de sensibilidad y Jungkook se apartó de mí, poniéndose de pie entre mis piernas temblorosas antes de tomarme por el cuello e inclinarse para besarme con dureza, sus labios se estrellaron con los míos de forma desenfrenada y yo gustosa lo acepté, estaba tan caliente, y sabía que necesitaba más de él, mucho más.
—Lo juro… —murmuró cuando nos separamos y yo no pude evitar hundir mi rostro en su cuello, comenzando a besar su mandíbula afilada. —Hubo días en que pensé que moriría si no podía tenerte.
—Tómame, entonces… —rogué por lo bajo, mordisqueando levemente su cuello y ganándome un suspiro tembloroso de Jungkook, como si quisiera controlarse un poco.
Casi chillé cuando se alejó de mí para mirarme desde arriba, sus ojos quemaban agujeros en mi cuerpo desnudo, caliente, cubierto de sudor y aún atado a la silla, lo vi relamerse sus bonitos labios y formar una sonrisa arrogante mientras tomaba mi cabello desordenado en su mano con dureza para guiarme hacia su pelvis; solté un gemido cuando movió mi cabeza de lado a lado y cuando mis labios chocaron con brusquedad contra la tela áspera de su pantalón, justo sobre su dura erección.
—Mira lo duro que puso verte así… —Jungkook farfulló con diversión cuando mi lengua salió para intentar lamerlo aunque fuera por encima de la tela y él solo soltó una risita oscura al verme así antes de alejarme jalando mi cabello hacia atrás con fuerza.— Otro día podré sentir tu boquita en mi polla, ahora necesito follarte.
Y tan pronto como dijo eso soltó mi cabello para alejarse de mí y caminar hacia un cajón de la cocina; sacando un condón de él y regresar junto a mi mientras se quitaba la camisa por su cabeza, y yo pude haber babeado ahí mismo sin darme cuenta, joder, este hombre lo era todo, tiré con fuerza de la cuerda en mis manos queriendo poder tocar sus marcados abdominales y eso fue suficiente para que Jungkook soltara el nudo rápidamente y me hiciera ponerme de pie antes de girarme y colocar mi cuerpo con brusquedad sobre la mesa, con mis senos presionados contra la fría superficie.
Sentía mis brazos débiles y adoloridos por tenerlos tanto tiempo atados que cuando escuché a Jungkook bajar la cremallera de sus pantalones con urgencia giré mi rostro hacia atrás queriendo poder verlo, pero ni siquiera pude hacerlo cuando con su pie separó mis piernas; abriéndome para él mientras deslizaba el condón por todo lo largo de su pene en un rápido movimiento.
No podía respirar bien, aún sentía irreal que estuviera aquí, lista para ser follada por Jungkook y sin poder verlo por completo, todos mis sentidos estaban a mil, quería verlo, tocarlo, darle una buena mamada, pero todo eso se esfumó cuando lo sentí frotar la punta de su pene contra mi entrada un par de veces, cubriéndola con mi humedad antes de alinearse correctamente y empujar su pelvis hacia adelante; colando varios centímetros de golpe dentro de mí.
—¡Ah! ¡Jungkook! —me quejé al sentir como si una especie de rampa me hubiera partido por la mitad, había subestimado su tamaño, Jungkook era tan jodidamente grande, y tenía cada centímetro de él en mi interior, tratando de ajustarme a su grosor y lo podía sentir a la perfección palpitando dentro de mí.
—¿Te gusta, bebé? —Jungkook preguntó con su voz ronca y profunda, su densa respiración chocó contra mi nuca enviándome escalofríos por todo mi cuerpo mientras me sujetaba por mis caderas para salir y volver a introducirse en una embestida dura y profunda.— ¿Te gusta mi polla?
—Sí… —sollocé cerrando los ojos mientras lo sentía comenzar a marcar un ritmo más fuerte y constante, sentía mi humedad deslizarse por el interior de mis muslos, cubriendo su polla y haciendo que sus penetraciones fueran más deliciosas tocando lo más profundo de mi.— Me encanta, Jungkook…
Y ante eso recibí un audible gruñido de su parte contra mi oído, su pelvis chocaba con fuerza contra mi trasero, hundiendo su gruesa polla una y otra vez en mi coño, su agarre en mis caderas mantenía mi cuerpo firme contra la mesa justo antes de que la palma de su mano se estrellara contra un lado de mi trasero con fuerza; haciéndome gemir su nombre mientras recibía un nuevo golpe en el mismo lugar, y luego otro, y otro, y cuando menos me di cuenta mis ojos se llenaron de lágrimas ante la dureza de sus azotes y penetraciones.
Sentía la piel mi trasero arder con cada choque de su pelvis cada que volvía a hundirse dentro de mí, podía sentir todo mi cuerpo húmedo de sudor y flujo, solté un gemido particularmente fuerte cuando el ritmo de sus penetraciones se volvió brutal, los jadeos goteaban de mis labios sin que siquiera los pudiera controlar y todos mis pensamientos racionales se esfumaron cuando un fuerte y posesivo jalón en mi cabello me hizo levantarme de la mesa; Jungkook tiró de mi cabeza hacia atrás hasta que mi espalda chocó contra su firme pecho.
—Tu coño se siente tan bien, bebé… —Jungkook jadeó en mi cuello, su respiración agitada y caliente me hizo cosquillas en la piel y gemí fuerte cuando su gran mano tatuada se envolvió alrededor de mi cintura, manteniéndome al ras de su pecho mientras que la otra se aferraba a uno de mis senos; apretándolo con fuerza y haciendo rodar sus dedos sobre mi pezón endurecido y sensible.
—Jungkook… —gimoteé, incapaz de procesar nada más allá de las deliciosas sensaciones de su polla enterrándose en mi coño con cada embestida dura y profunda, tanto que ya podía sentir el nudo formándose en mi vientre cuando comenzó a golpear repetidamente en mi zona de placer.
—¿A quién le pertenece este lindo coño? —Jungkook gruñó posesivamente al mismo tiempo que sus embestidas se volvían más desordenadas, follándome con una fuerza sorprendente mientras mi orgasmo me esperaba ansioso en algún rincón.
—A ti… a ti te pertenece… —jadeé con fuerza aferrándome a sus manos, sintiéndome tan colapsada con todas las sensaciones de él, en cómo su polla me llenaba tan bien, en cómo su aliento cálido me hacía sentir increíblemente más húmeda, estaba tan cerca del borde.
—Buena niña, ¿Vas a correrte de nuevo para mí, cariño? —Jungkook me alentó mientras sus labios se unían a mi cuello para chupar mi piel sensible con hambre, dejando varias marcas rojizas por toda la zona y haciéndome asentir débilmente antes de que mi cuerpo temblara cuando sus dedos se hundieron en mis pliegues resbaladizos, encontrando mi clítoris para frotarlo furiosamente mientras sus penetraciones perdían ritmo.— Córrete en mi polla bebé, vamos, quiero sentirlo.
Un placer abrasador me atravesó en respuesta a su orden, mis piernas temblaron cuando mi orgasmo golpeó mi cuerpo borrando mis pensamientos y haciéndome gemir su nombre una y otra vez mientras mi interior se apretaba alrededor de su dura longitud, Jungkook gruñó y me sujetó con fuerza mientras seguía empujándose dentro de mí antes de dejarse ir con dos estocadas más, la última hasta me dolió, pero era esa clase de dolor placentero por el que pasarías mil veces en la vida.
Estuvimos así por varios segundos o minutos apretados el uno con el otro, tratando de regular nuestras agitadas respiraciones, hasta que la voz de Jungkook rompió el denso silencio.
—Sabes lo que esto significa, ¿verdad, bebé? —musitó con calma pasando sus manos por mis caderas y cintura con calma.
—¿Qué significa? —pregunté girando levemente mi rostro hacia él y casi volví a gemir ante la erótica imagen de su frente cubierta de sudor y su cabello húmedo pegándose a los lados de su rostro mientras mordía su labio inferior con fuerza sin dejar de mirarme.
—Significa que es mejor que a partir de hoy todos esos mensajes sucios me lleguen directamente a mí. —aclaró formando una sensual sonrisa y yo no pude evitar sonreír también al escucharlo antes de volver a besarlo con pura necesidad.
Bueno, algunas cosas eran más importantes que nuestra dichosa investigación. 
Tumblr media
n/a: omg pupiss por fin estoy de regreso a mis andadas de escribir nsfw y eso me hace feli, gracias a todxs lxs que esperaron pacientemente mi regreso y que me siguieron hasta aquí, las amo demasiado ♡ para las personitas nuevas espero que les haya gustado esta historia, pronto seguiré publicando mas os que tengo por ahí guardados y que algunos de ellos ya conocen, gracias por todo y no duden en comentar lo que piensan ♡
taglist: @guvgguk @lessuwu @cometaart @AnnieKCV @darysnowflwr @nunubly @choco-linny
241 notes · View notes
pxgeturner · 1 month
Text
Tumblr media
Miguel O'Hara is a world-renowned professional boxer, and Hobie's other best friend. One night he finally makes the two worlds collide and sparks immediately fly between the two of you. But will he distract you from meeting your publisher's deadline? And will you distract him from getting World Champ?
before you follow. m.list. Iron Fist gfx library. series m.list. tag list.
Prologue. I. II. III. IV. V. VI. VII. VIII. IX. X. Epilogue.
wc. 1.5k
an. hi. its me! Giselle, or gi, or gigi to few (not to be confused w gg, that is one of my moots. she makes really cool art.) n e ways here is the awaited Prologue for Iron Fist. Oh goodness I'm so nervous. I just want to make a few things clear. the reader is an author (obvs). She's recently graduated uni and is Latina! I write with a woc!r in mind always. I try to be as inclusive as possible, pero porque soy Mexicana, r might lean towards being more Mexican but I'll try to keep her Spanish standard and not be too specific to my family's culture. much love! hope you enjoy <3
please don't forget to reblog! likes do nothing to boost engagement.
Your foot taps against the floor. The damn blank document stares back at you. Mocking you is what it’s really doing. Fuck you, you think, I achieved my goal. I published a book and it is a damn bestseller! Only problem is that the readers want more. It’s been… some time since your first book. And sure, Jess said you can take a break before starting a new project. But you also know that it’s good to ride on existing publicity. At least be able to make an announcement that you’re writing something while all this excitement lasts. Maybe you should write something about vampires. You love vampires and how they fit into romance and how them drinking blood is a euphemism just a bit away from, the whole cannibalism-equals-all-consuming-love trope and how when a vampire attacks it’s often an allegory for rape and— but you have nothing to add to the conversation. You have nothing new to say, no new perspective or hot take, or twist. You have nothing. No ideas.
Not a single word on the page.
You have an idea, leaning forward to peck the keyboard. “F-u-c-k. T-h-i-s!” You highlight the text and italicize it.
Fuck this. At least it’s words on the page.
You reach for your cup and take a sip. “If all else fails I can ride on the rest of the signing bonus and royalties for a bit since the book is doing good, and once that dries up, I can apply to be circulation assistant at a library or something.” You sigh and take another sip. “But nobody has to know for now.” You get up, searching for your phone. You find it resting on the arm of the couch, you grab it, sliding onto the cushions, resting your head where your phone just was. “God, don’t make me a one hit wonder, I wanna be a star. I wanna be the one to push that bitch Colleen Hoover into obsoletion. Please God. Please.”
You open your phone and look for your mother on speed dial.
“Hola, nena!” Your mama’s voice is happy, she must be having a good day. You move into the kitchen. You need a snack.
“Hey, mama, how are you?” You hold the cell with your shoulder as you look through your pantry.
“Good, good,” you find a pack of roasted seaweed snacks and grab it.
“I went on a date anoche.” Your shoulder drops and the pack of seaweed slips out of your grasp.
Mi mami fue a una cita. Con un man! You stand there, trying to process that she is actually back on the dating scene.
“How did it—” you aren’t holding your phone anymore. You use the wall as support to lower yourself to pick up your phone and snack.
“—ay, mami, lo siento, mi cellular se cayo de mi mano.”
“Todo bien, hija! I’m glad you’re ok.”
“Yeah, yeah, I’m ok, I’m ok. Anyways— how was the date? What’s he like? Am I going to have a stepfather soon?” you joke.
“My time for marriage is gone, muñeca, I’m just looking for companionship, pero, tu lo sabes.” You hear some subtle clinking in the background of the call, she must be stirring her coffee. You open your snack and park yourself on the couch. “Are you writing?” Ugh. Not you, too.
“I was, just finished for a bit before I called you.”
“You called me to procrastinate.” You choke on your seaweed from the accusation.
You clear your throat, “I called to check in with you. I call you practically every day.”
“But right now you called me to check up on me as an excuse to not write. Nena, I know you.”
“Okay, fine. I might be having some writer’s block,” you admit, sighing.
“And that’s okay, nena, but then you need to get out, get some inspiration. Allow the world to give you a story.” There’s mama, with her easier-said-than-done advice. But, maybe you should get out of the house.
“Alright, I’ll go out soon.”
“Tonight,”
“—I will go out to the Chinese place across the street and nothing more. I’ll talk with Hobie when he gets back to see if he has any ideas.” You hear your mama make a noise in her throat.
“You still live with that boy?” Here it comes. You’ve lived with Hobie Brown for three years and have known him for five. She’s always been apprehensive of him, since he’s radical and looks like he’s been in jail, with all the metal in his face, and why does his hair look like that? But Hobie is the one who’s kept you sane all these years. He’s held you while you cried and pushed out of your comfort zone when you were getting too stuck into your routines, most likely by dragging you to a concert or a protest. You help him thrift and flip clothes and ever since that one time his stylist had an emergency and canceled, you now help him tighten his wicks every so often. On days like that the two of you stay in, watching nostalgic movies and listening to any demos he’s recorded recently. He’s like a brother to you at this point.
“Yes, mama, I still live with Hobie. Nothing’s changed.” You move the phone down to your chest and take a deep breath.
“I didn’t like him when I first met him,” you clench your jaw as she continues— “…and although he’s one of those kids, I can tell he is a good boy. I’m glad he takes care of you.” You relax. “But it wouldn’t hurt to have someone you could kiss.” “It would be nice, but right now it’s not happening.” “Alright, muñeca. I’ll leave you alone for now, but keep your eyes open for a nice man.”
“I will, con cuidado, mami, besitos.” You make a kissing noise into the phone, and she responds with a goodbye of her own, and you wait for her to hang up the call.
You sigh, and look at the coffee table. Hobie left his song book at home, weird. It’s open to the song he was working on the other day. It’s a slower song, you can still hear the melody. You drum your fingers to the tune. He’s on an unfinished verse. You pick up a pen from the little catch-all dish and scribble down a line or two.
Hobie weaves through the roar of chattering, anticipating fans and into the tunnel, and walks past employees and into Miguel's prep room to see him tying his shoes. “Hey,” Miguel looks up. “Hey.”
“Are you excited?” He moves to sit by the boxer, shimmying up against his shoulder.
“Haven’t really been excited for one of these in a while.” Miguel breathes.
“Well, one step closer to retirement!” Hobie bounces out of his seat. He turns to face his friend, putting a hand on his shoulder. “You’re gonna do great, you big fuckin’ bear of a man.” He ruffle’s Miguel’s hair.
Miguel gives a half-ass hum in response.
“Well then, I’ll be out there, mate, cheerin’ you on.” He puts his hands in his vest pockets and walks out the room.
As he reaches the empty doorframe, Miguel speaks up. “Thank you, Hobie.”
“Anything for you, mate.” Hobie nods and goes to join the audience. Miguel fastens his gloves and puts on his robe. He warms up waiting for his coach.
“Ready, O’Hara?”
Miguel turns around. “Always ready for a fight.” He clenches his jaw. Walking down that hallway, the festive colors lighting up his path and the music blaring, he does his little bit, the movements molded into muscle memory.
This is it. This is his last year fighting. If he gets world champ again, he’s free.
Soon, he gets to fight his last fight. And dammit, the world championship will be his last match. Then, he’s never gonna have to come back.
He weaves under the ropes, entering the ring. Sitting on the stool, he shrugs off the robe and lets Carlos put the mouthguard in.
“You are going to show this guy exactly why people call you el oso!” Miguel beats his gloves together and nods. He might not like his job right now, but he really wants to hit something and goddammit if his opponent doesn’t look so beatable right now.
Coach Carlos steps out of the way, and Miguel stands to walk to the ref as he calls for him to center.
“We went over the rules in the dressing room.” Right before Hobie got here. “I want to remind you to protect yourself at all times, and obey my commands.” Ring the damn bell already. “God bless you both,” I don’t need it but this kid might. “Touch up,” here we go. He touches gloves with his newbie opponent and each goes back to their respective corners.
Miguel takes an orthodox stance.
The bell rings.
Miguel lands the first punch. He also lands the last.
118 notes · View notes
Note
me metí recién al fandom y te digo que adorooo todo lo que escribes te lo jurooo todo te sale súper poético, hasta cuando das las gracias o escribes lo más random te sale como bello dkfkdkkgkdkf
AHORA soy full enzo girl pero siento que matías le encanta la saliva?? idk si suena raro pero se ve que cuando acabas de besarlo y se separan está ese hilito de saliva entre los dos, o le encanta agarrarte la cara y ya con dos palmaditas en la mejilla sabes que debes abrir la boca pq te va a escupir. O te mete los dedos en la boca y te ensucia la cara con tu propia saliva 😵‍💫😵‍💫 es como marcar territorio y me encanta
+18!
La primera vez que sucedió Matías te tenía sobre tus rodillas y manos en el colchón, tu rostro a centímetros de la almohada perfumada por su colonia y sus uñas dejando marcas en la piel de tus caderas. Recuerda que la ausencia de tus gemidos le resultó extraña y ese motivo fue el que lo llevó a chequear tu perfil.
Fue entonces que vio el hilo de saliva que conectaba tus labios con la almohada y humedecía las sábanas hasta oscurecerlas. Los músculos de su abdomen se tensaron y tuvo que parar por un breve instante para respirar profundamente, confundido. Cuando volteaste a verlo tus labios brillando y tu mentón mojado amenazaron con llevarlo al orgasmo.
Intentó ignorar lo ocurrido esa noche, también intentó olvidar lo indecente de tu mueca al mirarlo, pero luego ocurrió un segundo incidente que terminó por develar uno de sus más profundos deseos:
Tus piernas abrazaron su cintura mientras gritabas de placer bajo su cuerpo, tus pechos se movían al ritmo de sus estocadas y tu lengua batallaba con la suya de una forma casi violenta. Rompió el beso para tomar aire y observó su saliva caer desde sus labios hacia los tuyos, manchándolos.
No cree que supieras lo que hacías, pero cuando relamiste tus labios y tragaste visiblemente su cuerpo estuvo a punto de fallarle. En tus ojos vidriosos no había atisbo alguno de pensamientos racionales y hacía tiempo que habías pronunciado una palabra que no fuera su nombre. Entonces, ¿por qué le sorprendió tanto que abrieras la boca y enseñaras tu lengua, suplicando?
Escupió sobre tu boca pero algunas gotas cayeron sobre tu mejilla y, luego de tragar, limpiaste tu piel con tu pulgar y lo envolviste con tus labios... Así fue como Matías descubrió que a) tenía un spit kink y b) también lo tenía su adorable novia, que arrastraba a su vez una evidente fijación oral.
No pasó mucho tiempo antes de que se volviera habitual sentir sus dedos golpeando tu mejilla rítmicamente para dar la orden, la cual acatás siempre de inmediato en caso de que tu boca no esté ya abierta en busca de una recompensa. Tampoco es inusual que sus dedos se deslicen entre tus labios para brindarte el especial confort del peso (en un buen día, también te premiará con la posibilidad de mantener su miembro caliente) sobre tu lengua.
A veces decide torturarte y mantener sus dedos en tu boca hasta que tu saliva corre, corre y corre, mojando sus muñecas junto con tus lágrimas. También disfruta -demasiado- limpiar sus manos en tus mejillas y la forma en que la sensación hace que tus párpados se cierren con fuerza, entre avergonzada y excitada.
Tengo que admitir que la combinación Mati + Spit kink es mi nueva religión, porque no tiene sentido lo mucho que concuerda con su personalidad (déjenme soñar, por favor). Disfruten la lectura ♡
(Y mil gracias por tus palabras tan lindas, bella desconocida, voy a fingir que no estuve al borde de llorar ante semejante cumplido ❤️‍🩹)
taglist:
@madame-fear @creative-heart @recaltiente @llorented @chiquititamia @delusionalgirlplace
39 notes · View notes
46snowfox · 27 days
Text
Diabolik Lovers Daylight Rejet Shop/Skit Dolce Tokuten: 「Lección Irrazonable♪」 [Ayato Sakamaki]
Tumblr media
Título original: 「理不尽レッスン♪」
//Traducción pedida en Ko-fi//
*suena la campana de la escuela* *están entrenando basquetbol en el gimnasio*
Ayato: ¡Así no! ¡Abre más las piernas! ¿Ves? Puedes hacerlo si lo intentas. Ahora baja tu cintura. ¿Por qué te distraes? ¿No escuchaste las órdenes de tu majestad? Si me escuchaste, entonces obedece. Rayos, me estoy tomando el tiempo de enseñarte porque eres extremadamente tonta y tomas esa actitud.
Ayato (1:02): Je, ¿de verdad? No parece que lo estés haciendo en serio. Eres muy poco sofisticada. Pff… Ay rayos, lo volví a recordar, cómo te veías al lanzar la pelota… Jajaja. ¡Claro que sí! ¡Todos en la clase se estaban aguantando la risa! Te veías tan tonta que el resto solo intentó no reírse. Sabía que eras mala en esto, pero jamás imaginé que pudieras ser tan torpe. ¿Cómo eres tan torpe si ni siquiera tienes pechos? De hecho, por eso mismo tu cuerpo debería ser ligero. Jaja, si te frustra, entonces intenta demostrarme lo contrario. Bien, adopta la pose que te dije antes e inténtalo.
Ayato (2:02): Abre tus piernas y baja tu cadera. Intenta lanzar la pelota en esa pose. No pongas fuerza de más, solo arroja la pelota. *la lanzas* ¿Qué fue eso? Ni siquiera alcanzó la canasta… Eres un caso perdido. ¡Cállate! ¡No me contradigas! Inténtalo de nuevo. ¿Acaso sostienes mal la pelota? Tu posición está bien. Vamos, en posición. Ah, ya veo, no estás colocando bien los brazos. Tienes que levantarlos más *mueve tus brazos*.
Ayato (3:01): Te estoy ayudando de esta forma porque no me entiendes con palabras, vamos, céntrate, céntrate. Esto no es la gran cosa… Cállate y déjame moverte como a una muñeca de trapo. ¿Te da cosquillas? Pues aguántate. Solo eres una pecho plano y te crees con derecho de quejarte por todo, engreída. ¿Y qué quieres que haga? Oh, ya sé, tengo una idea. Cambiemos de método. Jeje, enseñarte de forma normal es aburrido. Lanza la pelota como te dije, te observaré… Y por cada vez que falles succionaré tu sangre, ¿qué te parece? ¡Tonta! ¿Por qué pones esa cara de tonta? Lo mejor es darte una condición que te provoque nervios y motive a hacerlo bien.
Ayato (4:07): Es por eso que nunca lo haces bien, te falta motivación. ¡Soy un genio! De esta forma aprenderás a lanzar y yo me divertiré, ambos ganamos.  Me he tomado varias molestias ayudándote, es lo mínimo que me merezco. Acepta y déjame succionar en paz y si no quieres eso, entonces lanza bien una o dos veces. ¡Deja de quejarte! Vamos, lanza. Te ves más decidida que antes, debiste haberlo estado desde un inicio… Bien, ¡lanza! *lanzas y anotas*
Ayato (5:03): ¿Eh…? ¿Qué pasó? Antes no entraba… ¿Por qué ahora sí anotas? ¡Eso fue pura suerte! Es imposible que alguien que ni siquiera alcanzaba la canasta pueda encestar. Lánzala otra vez. *lanzas y anotas* Imposible… ¡Maldita sea! Esto no es divertido. ¡Otra vez pecho plano! ¡De nuevo! ¿Ah? ¡No fastidies! ¡Mi clase aún no acaba! ¡Que no se te suban los humos a la cabeza solo porque encestaste un par de veces! ¡De nuevo! ¡Lánzala otra vez! *encestas* Tch, que aburrido… ¿Por qué no falla…?
Ayato (6:03): Ya entendí, estás haciendo trampa, ¿no? ¡No mientas! Es imposible que puedas anotar tantas veces seguidas sin hacer trampa. Silencio, tú eres la loca. ¿Sabes qué le pasa a los tramposos?  Tú eres la que siempre dice que no hay que hacer trampa, que es algo malo. Cuando haces eso en un deporte se toma como un incumplimiento de  las reglas y recibes una penalización. *retrocedes* Jajaja, no escapes. Es tu culpa, así que no puedes negarte. Vamos ven aquí. *te atrae hacia él* Jajaja, ¿desde dónde debería succionar? No voy a detenerme, además, aunque te niegues tu cara… me dice que estás ansiosa.
Ayato (7:09): ¿Segura? Haré que te sientas bien… Maldita sea, cierra el pico, ¿qué importa si nos ven? *sonidos de pasos* Tch… Justo cuando estaba en la mejor parte… ¿Por qué te relajas? Nunca dije que no ibas a ser penalizada, solo digo que no te la daré aquí, pero cuando volvamos a casa te daré un duro castigo para compensar lo que no te hice aquí. De nada te servirá intentar huir, succionaré mucha de tu sangre, así que prepárate.
¿Te gustan mis traducciones? Puedes apoyarme en ko-fi nwn
38 notes · View notes
nouvellelune97 · 2 months
Text
Déjame.
Te conocí de casualidad. Fuiste vos el que accionó el Hola que cambiaría muchas cosas. La cotidianidad se había hecho menos turbulenta y en vos encontré una simpatía y picardia. Me imagine como eras y lo demás me lo transmitiste.
Caí en la cuenta muy de prisa de que me habías enajenado, que tus respuestas encendían mi corazón de sobremanera. Que las canciones me hablaban de vos y que mi imaginación aún más.
Parecías tan interesado como yo. Nunca me lo dijiste pero algo sentía o quizá eres así y yo fui la tonta que creyó lo que quiso. Pero déjame dudar un poco. Además, todo termina siendo un secreto. Mío pero no tuyo. Porque no se que piensas.
Se que eres raro, se que actúas raro. Ahora eres frío, has cambiado y me hiciste cambiar en consecuencia. Que fue lo que pasó?
Le echas la culpa a las responsabilidades, pero ellas hacen que actúes como si yo fuese una desconocida? Como si te hubiese hecho daño?
Te hice daño? No lo sé, me encantaría saberlo.
Pero que puedo hacer, tu solo te vas, te alejas, te enfrias y luego vuelves. Como si quisieras tenerme ahí, sentada, esperando.
Me veo como esas muñecas en sus casitas, sentadas en el suelo, mirando al vacío y esperando a que alguien venga a jugar. En que momento deje que me hicieras ver como una muñeca?
Patético y patética yo.
No se que fue lo que paso, pero ante la duda soy yo la que pide perdón, porque vos nunca lo harás.
Me gustaría que dejaras de volver. Por qué vuelves? Que es lo que te retiene? No te fuerzo, no te obligo. Se que eres frío y distante, me lo transmites como si hablar conmigo para ti fuese una obligación. Fuese un acto de lastima o compasión.
Entonces, por favor, deja de hacerlo.
Déjame ir... así yo te podre soltar también.
Tumblr media
30 notes · View notes
aschenblumen · 19 days
Text
Desnuda o no, soy un disfraz que se mueve, una figurita que cambia de rostro. Podríamos decir que soy un estado de ánimo. Comienzo feliz pero a veces me pongo solemne al enfrentar mi propia mitología (...). El comienzo de hoy terminó en un sueño. En una cama fantástica, un amante se inclinaba a besarme justo cuando me di cuenta de que yo era parte máquina, parte deseo primitivo. Salí de la cama y le dije: sabes, ¿no?, no todo el mundo está tan dispuesto. Y entonces oí desde adentro de mi cabeza: deberías decir que no todo el mundo está tan dispuesto a tu utopía. Recién entonces me di cuenta de que había sido imprecisa. Incluso aquí hay molestos que te dicen cómo tienes que ser. A veces viven adentro. Desnuda o no, intento plegar mis brazos imperceptiblemente detrás de mi espalda, para que mis pechos y mi cabeza extremadamente simplificada sean todo lo que puedas ver.
—Mary Jo Bang, «Figura humana con vestido» en Una muñeca para lanzar. Traducción de Patricio Grinberg y Aníbal Cristobo.
27 notes · View notes
uwldcry2 · 10 months
Text
Miles Morales 42 x black!reader
Warning: slight profanity, use of the n word (I’m black), underage alcohol consumption (drink responsibly<3), not edited
I pulled on the door handle a little flustered, to my surprise it didn’t budge. Letting out an exasperated chuckle, I tried again. No dice. I made make-shift binoculars with my hands and peered through the window. The place was dormant. I looked up and the fluorescent sign flickering “Gladys’ Hair Salon” seemed to mock me.
I can’t believe I took two trains, through three boroughs, and a bus to Harlem just for her to not be here. I tugged my phone out of my sling and dialed the memorized number. It rang twice and she picked up before the third.
“Hola (y/n), Cómo tú ‘tá?” Gladys’ thick voice rang through the receiver. “Tía, I’m doing fine. I had an appointment with you this morning. Dónde estás?” I groaned and shifted my weight as a biker sped past.
“Eh? Oh! Lo siento, mi amor. I’m back home. Mi hija had her baby early! Soy una abuelit…” she rambled on in her excitement and I couldn’t help but smile as I listened to her talk about how she’d flown back to Santo Domingo and reconnected with her childhood friends. I had almost forgotten that I was standing in the middle of Washington heights with sopping wet hair under a shower cap. That was until, “…anyway Nena, I won’t be back for another three weeks. I completely forgot to tell tu madre cuando vino el miércoles. When I get back, I’ll do your roller set on the house.” She sighed out, even this mishap couldn’t waiver her contentment.
“Gracias tía, congratulations and be safe. I’ll see you in a few weeks.” I stated accepting fate. I was still pissed I wasted 5.50 in bus fare to get here but I could never be mad at Gladys. A woman in her early 60s deserved to enjoy her grand babies. Such is life.
————
After a train delay and regular Brooklyn traffic, I made it back to my apartment around 11:00am. Exhausted with the whole day ahead of me. On the bus, I decided to make the best out of it. Mama’s schedule is packed. So I can ask Mrs. Morales across the hall if she’s free.
I wanted to ask mom for tía Rio’s number but she’s been on rotation at the hospital for since 6:30pm yesterday and wouldn’t be free until 5:00 this afternoon.
Slinging the front door open, I cross the hall of the complex gingerly and rap my knuckles on the door, waiting for an answer. The door opens a moment later, Mrs. Morales is standing in the frame in pajama pants and a tank top. “Hola Tía Rio, can you set my hair? Señora Gladys was supposed to do it but her granddaughter came early.” I rattled off. She chuckled warmly, “Ofcourse, muñeca. You’re lucky though, this is the first weekend I’ve had off in two months,” she turned walking into the house, leaving the door open. I took this as her inviting me in. I shut the front door and followed her to the kitchen where she’d already pulled out another mug to make me a cup of coffee. “It’s like they kinda programmed us. Your mom and I, because I woke up this morning at 3 and I’ve been up bored ever since. So yes nena, I’d say you’re lucky.” Lucky indeed.
“Go grab the rollers and rat tail out of my bathroom while I grab the moose and hair dryer from Miles’ room.” I followed her orders swiftly and before I knew it, we were enjoying coffee and watching telenovelas, stationed in the living room.
It’s been forever since I’ve spent time with Tía Rio. Her and Tío Jeff went to elementary with my mom and dad and they’ve all been really close ever since. Most life plans they had, they experienced together. Two years after Rio and Jeff had their boy. Mom and dad had their girl. They planned for their kids to grow up as best friends and that’s real sweet and all but not realistic. I’ve tried bonding with Miles since kindergarten but he always kinda shooed me away like the annoying little sibling. Only bringing me to hang out with him and his friends because his mom and dad made him. You could say he viewed me as a chore. It’s said the opposite of love is hate but Miles’ indifference to my existence proves that philosopher wrong. He transferred to Visions at the end of his 8th grade year. That summer, I won the lottery that dad’s colleague at the firm told him about. In the fall, I started at Calhoun, in the upper west side of Manhattan. And soon after, the only connection between miles and I was an apartment corridor.
“So, what are your plans for after graduation? Your mom dropped off our tickets yesterday.” Rio questioned as she busied her fingers detangling the mass of hair at my crown. “I committed to UPenn, ya know, close enough to avoid being homesick, far enough to be independent.” I rambled off the same spiel I had been telling all my elders for the past month. “You know tu padre hace un viaje a Philly todas las semanas,” She joked, “he used to be waiting in your mother’s dorm when she would come home from class— speaking of which, are you seeing anyone? Eh?” Rio flipped topics like a light switch.
I shifted in my seat uncomfortably. I hadn’t really made any friends in my six years at Cal. My friends in Brooklyn Middle School grew up and we grew apart. I guess I can be a little overwhelming. Mom calls me intense. Dad says I’m zealous. I just have never been that good at making friends.
“Nah Tía, I’ve been too focused on school.” I mumbled out. She might have sensed my unease because she thankfully switched the topic again. “Miles is enjoying uni. I’m really happy for him, it took him a while to get adjusted to Visions. I thought it’d be the same for college. You’re a bright girl, I know you’ll do great.” She hummed out as she pinned the roller to my scalp. I hummed in appreciated. I found comfort in her talking about Miles’ experience in school. “Does he visit you guys a lot?” I inquired. “Girl, he’s here every damn weekend. I shoulda sent him outta state. A borough isn’t far enough” Rio offered in faux annoyance.
“He eats all my food, and sleeps all day.” Another roller is pinned down. “Tù tío says he’s a growing boy. He’s about to be a growing boy at the job fair.” She finished up my crown in record speed.
I laughed at her annoyance as the topic of discussion stumbled into the room rubbing his eye and yawning.
“The dead has arisen.” Rio narrated with a side eye, sucking her teeth.
“Hey Miles, good to see ya.” I let out in a laugh.
“Wassup, (y/n).” He called, shuffling into the kitchen.
“Lo-look at this. I tell you come como un cerdo.” She gossiped under her breath, tapping my shoulder and I chuckled again.
“te escucho mamá” he bellowed lamely from the cabinet.
“Then get out my damn pantries, Gonzalo!” Rio yelled back.
I would have keeled over in laughter if Rio didn’t have the hair at the nape of my neck in her grip. I settled on giggling behind my hand.
Miles filed in and dropped dead weight on the couch before he picked up the remote and flicked through the channels. Before he could get to the third channel, a slipper wizzed past my head and clipped the side of miles’. “Change it back before I embarrass you.” The telenovelas resumed. We sat in comfy silence for about 20 more minutes. The right side of my head was done.
“Miles, nena here, hasn’t been on a date. You should set her up with one of your friends.” Rio thought aloud, combing through the next section.
“No, mami. Mal contigo?” “What? Tía, no.” Miles and I stated at the same time, craning our necks to look at her.
“Come on. This could be an opportunity for nena to make friends before she goes to school.” Rio suggested.
“The only things a junior would wanna do wit a freshman in college is—” Rio shot miles a look and his mouth clamped closed. “I’m just saying, (y/n) won’t be any different. She’ll be fresh meat.” Miles finished off his statement by kicking up his feet and reclining on the couch.
The silence wasn’t comfy for me anymore. “Hm, well then you can’t go to that frat party if you don’t take her.” Rio said, matter of factly.
“Mamá, I’m grown.” Miles dismissed, watching tv. “Not grown enough to miss Uncle Aaron’s internship at the museum.” She lifted an eyebrow. “Don’t test my gangsta cause he really don’t like you right now after you tagged that investor’s car trynna be Basquiat.” She said with finality, spraying my hair with a sheen before stretching a doobie around the expanse of my head.
“The kick back is tomorrow night, I’ll slide around 10:30. Be ready or you gettin’ left.” Miles mumbled from the couch as I walked toward the door. I let out a soft “copy.” And kissed Rio goodbye before I strolled back across the hall.
————
“Bro, go change or imma smack you.” Miles said when he looked up from his seat on my living room couch. “You buggin’, it’s hot as hell outside, I’m not putting on pants for nobody.” I snapped back. His attitude yesterday morning kinda rubbed me the wrong way. We don’t have to be friends but you don’t have to be mean.
“That skirt is dead short. Go change or it’s clips.”miles said it like it was the most obvious thing in the world as he pulled out his phone checked the weather. The outfit was cute. Haters gone hate.
As if on cue, Rio and my mom walked through the door from their night out. “Ay que bonita” they gushed, definitely intoxicated. “Gracias, tell miles that it’s a cute outfit to wear out.” I said childishly with a laugh. “You always give her a hard time, mijo. Let her have fun.” Rio said making her way to the wine cellar.
“Let’s go.” Miles grumbled and I shuffled out the door after him.
————
Walking up the street the the frat house, miles pulled me off to the side before I could get to the cobble stone driveway. “Escucha aquí, don’t come in here acting an ass.” He tugged the hem of my skirt down to try covering me up more as he gave me the run down. “You’re 18, these niggas are weird. Don’t be fast. Bat your lashes, get a drink. Find a corner and chill yo ass out.” I rolled my eyes and gave him a stank look. “It’s not my first party. I know how to act.” I let out indignantly, slapping at his hand. “Yeah, that’s why you got so many friends now.” He said sarcastically, walking past me. That stung. I sulked up the path behind him with a stone face. He knocked on the door. A tall brown skin dude in a baseball cap opened the door. The stench of weed seeped out of the house. Miles dapped him up and the dude introduced himself as Sean. He was cute but offered to show me around and miles interjected, “she straight, G.” We made our way through the function to the kitchen where the drinks were. Too many people. This shit didn’t even look fun. Miles made my drink and dipped. Unconsciously, I followed his directives and found a corner to sit and observe everybody else. I wasn’t even sitting for a full minute when a lanky ass white boy approached me calling himself trynna spit game.
Miles-
This is dumb as hell. I can’t even enjoy the party cause I gotta babysit. Been babysitting this girl for 12 years man. You’d think my parents would give it up but I can’t catch a break. I thought I could escape it by transferring. It’s one of the only things that I looked forward to when I started at visions. But here I am. A grown ass man. Babysitting.
Keeping an eye on her from the indoor balcony overlooking the entry way to the house, in record time, dudes swarmed her like roaches. Thirsty. Over the course of an hour and a half she:
Dissed the white boy.
Entertained the light-skinned dude.
Flirted with the athlete.
Exchanged numbers with the frat president.
Wash, rinse, you get the gist.
Can’t lie, she makes good work. It’s good that she knows what she likes. Respect.
She made her way back into the kitchen and I made my way to the kitchen entrance, watching her make her drink. A dude bumped into her and she spilled the liquor down her front. She gasped and turned around. “My bad ma, I got a change of clothes, follow me.” The shooting guard said suavely. He grabbed her hand and led her to the stairs. “Nah, I’m cool. Imma head out.” She stood firm. I made my way behind her. “Wassup” I nodded at the dude and locked eyes with her. “You good?” I asked putting my hand on her shoulder, placing myself between them. “Yeah, she spilled her drink, imma help her clean up real quick.” He answered for her like he had no ulterior motives. “Nah, we ‘bout to dip. Thanks though,” I said grabbing the hand the basketball player was holding. “Be cool, Brody.” I said over my shoulder and we headed toward the front door. (Y/n) was quiet in the taxi we took home.
“Was your first college party all you dreamed of?” I joked as we entered the apartment building. “Please don’t act like you care,” she sighed as we got to the stairwell. “Nigga I wouldn’t ask if I didn’t care. Answer me.” I said with a short temper.
“Listen, I’m leaving in two months and I won’t be in your hair anymore. So if you could just be cordial, that’d be great.” She said tiredly as we got to our floor. I grabbed her hand, “Que estas mal?”
“I don’t know what I ever did you miles but you won’t have to worry about me much longer.” She said slipping her hand out of mine. My chest kinda tightened.
————
A/N: I don’t feel like writing anymore rn. I’ll probably finish later today.
P.s.: this is my first piece…like ever and it’s spur of the moment.
Also I took one Spanish class in like 5th grade…all the Spanish I know is from my mom.
Also, it’s weird creating an au of an au but yeah Jeff and uncle Aaron are alive in my version of earth 42<3
Also I’m black. So, yeah nigga.
73 notes · View notes
softaikiria · 8 months
Text
Querido Nadie:
¿Y si me quedo en casa hoy y no salgo a pasear? No quiero un día de monotonía más, además, allá en donde porto mis actividades cansinas para ganar un dineral, no hay más que un caos esperándome. ¿Y si mejor me quedo en cama esta mañana y me hago uno con el colchón para morirme acá en la espera de algo mejor?
Preste mi cuerpo a un hombre adulto que uso de él como si fuese un objeto sin alma y sentimientos. Preste mi cuerpo, no se me movió un pelo de emoción y en la noche lloré en mi almohada desesperanza de vida. Siempre cometiendo los mismos errores. Porto un cuerpo que no cuido, lo doy a él para desaparecer un rato, desconectarme de mi físico y luego volver para agonizar.
No he amado en mucho tiempo y no me he sentido amada por mucho más, presto mis senos y muslos sin obtener algo a cambio más que dolor, frustración y arrepentimiento. Mi reflejo en el espejo no soy yo, es la muñeca de seda que tocan dedos malditos, secos y sin perfume delicado como yo. Y hay alguien que me espera con entusiasmo de niño esperando un beso detrás de un árbol para salir corriendo, y mientras él me mira y se ríe tonto, yo frunzo el ceño porque no escucho a mi corazón latir, ni a las llamadas mariposas del amor acariciar mi vientre ni nada similar ¿por qué él no? ¿Por qué no ese chico esperanzador de cabellos rubios y ojos claros? ¿Por qué no quien me respeta y trata con cautela? Es como si inconscientemente dijera "me merezco este maltrato” el no-amor, la hipersexualización, la explotación femenina para un estado patriarcal, para un varón que no me ama y respeta, para ser usada y asqueada para mí misma en la intimidad. Cuando él me mira y toca mis hombros con miedo y su virginidad vigente se hace presente todo en mí tiembla y hace querer desvanecerme, pero me temo que soy hija de un diablo pecaminoso y vos un ángel para nada terrenal, y quiero besar tu suavidad enrojecida llamada boca, pero temo ensuciarte de mí y que todo salga mal.
El cielo lloró y cayeron los árboles porque sabían que tocaste una parte de mi ser que no debía ser perturbada. Entonces las calles se inundaron en las penas del cielo que me veía con melancolía, el frío soplo y el viento rompió los paraguas de las personas en la calle. Mis ángeles no querían que te acercaras ni un poco más. Me pregunto si la virgen maría escuchara mis rezos diarios suplicándole que mantenga este secreto y no haga de mis momentos actuales un caos para mi débil ser que ya no soporta otro golpe de esta vida. Hay un ser celestial mirándome con reprochables ojos llenos de decepción y miedo por lo que pueda sucederme, ¿son acaso estos pensamientos enfermizos una solución realmente viable? Una salida fácil, siempre la salida fácil es la que lo acaba con todo. Una virgen se cansa de pedir ayuda en sus rezos diarios que parecen no llegar a oídos de ningún santo, las rodillas ya se siente como si estuvieran sobre arroz y no paran de estar sangrando
33 notes · View notes
alismithlier · 9 months
Text
Sweet
Tumblr media
Es hora de un pedacito de dulzura, Miguel puede parecer intimidante y sin corazón, sin embargo contigo es todo lo contrario, no solo cuando están juntos, tienes un trato especial.
Llegó al cuartel después de una estresante misión, se setía cansado, lo único que quería era acurrucarse en tus brazos. Caminaba en dirección a la oficina, en donde sabía que te encontraría, pues no eras capaz de esperarlo en casa cuando salía a alguna misión.
Y así fue, recostada en el sofá que puso especialmente para ti, no estabas dormida, leías un libro en una posición incómoda para él, pero no parecía serlo para ti. Lo escuchaste entrar y te giraste para confirmarlo.
— Mi amor — te paraste de inmediato y saltaste a sus brazos en donde te recibió de inmediato y sin dudar, rodeandote fuertemente con sus brazos — Te extrañé muchísimo — dijiste y depositaste un beso en el espacio de su cuello.
Eso fue suficiente para relajar sus músculos, sentirte y escucharte le daba tranquilidad.
— También te extrañé — los guió hasta el sofá en donde estabas y te deposito en él, sabías lo que quería.
—Ven aquí — le extendiste los brazos para que se acercará. Se acurrucó sobre tu cuerpo poniendo su cabeza en tu pecho y rodeando tu cintura con sus brazos.
— Esto es lo mejor después de un largo dia — dice en susurros y comienzas a acariciar sus cabellos, se acurrucó más contra ti
—Siempre que necesites un poco de confort, sabes donde encontrarme — había alzado la cabeza y te miraba atentamente, se levantó de tu cuerpo y cambió las posiciones, ahora él debajo tuyo y tu en su pecho, deposito un beso en tu cabeza.
— Sabes, debo confesar que fue una misión muy peligrosa — levantaste tu cabeza de su pecho y lo miraste alarmada —creí que no saldría de esa y me puse a pensar en que no te dedico el tiempo que te mereces y a pesar de todo sigues aquí.
—Así será, estaré aquí Miguel, yo realmente entiendo tu papel como superhéroe y... — puso un dedo en tus labios
— No, no trates de justificarme, sé que no debo darte por sentada, el trabajo no es pretexto, no quiero que un día simplemente me dejes, estarías en todo tu derecho, pero no se que haria sin ti, así que decidí que mañana me tomaré el día — sentiste tu corazón saltar de alegría, aunque te preocupaba que la ciudad no tuviera su spiderman por un día o que la sociedad de arañas no tuviera a su líder
—¿En serio? — te habías alzado quedando a la altura de su cabeza mirándolo ojos brillosos de felicidad — pero, ¿Qué pasará con la ciudad, los dejarás sin protección?
— Apuesto que los policías pueden arreglárselas sin mi un día, mi prioridad eres tu muñeca — alcanzo tus labios envolviendo sus lenguas en un beso corto y dulce. — Vamos a casa — se levanto contigo en brazos cargandote como una princesa
Llegaron al departamento que compartían, te dejo en la habitación mientras tomaba una ducha rápida y volver contigo a la cama, para acostarse frente a ti, cara a cara, con la piernas enrolladas y tus brazos alrededor de su torso y sus brazos alrededor del tuyo, su boca en tu frente, tus manos deslizándose de arriba a abajo por su espalda. Cayeron profundamente dormidos, era la primera vez después de mucho tiempo que te quedabas dormida en sus brazos y que sabías con certeza que a la mañan estaría contigo a un lado.
Abriste los ojos y lo viste a través de tus pestañas, apoyado en un codo, mirandote con ternura, se encontraba acariciando tu mejilla con su otra mano y se acercó a ti.
— Buenos días — Deposito un beso en tus labios
— Sigues aquí — sonreíste con somnolencia — Buenos días, se siente muy bien amanecer a tu lado — te acercaste a acurrucarte contra él
Lo escuchaste reírse — Tal como lo prometí, soy todo tuyo, te preparé el desayuno — En la mesita de noche a su izquierda se encontraba una bandeja con dos tazas de café aún humeantes, unos hot cakes calientitos con sus topics a un costado.
— Con tenerte aquí es suficiente — repartes besos por su cara y terminas en su regazo, en donde Miguel se toma muy enserio eso de consentirte y te alimenta en su regazo.
— Prometo no desaparecer de nuevo, no soportaría perderte.
Después del desayuno comenzó una sesión de besos que empezó a subir de tono con el tiempo...
31 notes · View notes
kaos-literario · 2 months
Text
Te fuiste antes de pasar por mi.
Tumblr media
Hay tantas cosas que no me viste hacer, y me enoja, me entristece que no conocieras mi alma de verdad. Que te asustaras con el principio y no conozcas mi todo. Me enoja que no pudieras verme bailar las canciones que me gustan en un día feliz, o que probaras mis otras especialidades a demás del budín.
Hay tantas cosas, tanto que no pudiste ver en mi y me rompe con solo pensarlo, no conociste mis números favoritos, ni las historias de mis muñecas, de mis lastimaduras y cicatrices. No pudiste verme en un día nublado temblando del frio, con la garganta hecha pedazos y contarte con mucha alegría que me quede despierta toda la noche escuchando un audiolibro que enganche por alguna red social, no sabrás a cuantas personas bese, ni a cuentas le negué el beso, no conocerás las historias que tengo sobre mi niñez y no podrás verme llorar con películas donde cantan.
No sabrás la verdadera razón de porque contigo todo y con resto nada, no sabrás nunca que los chicos nunca me gustaron y tu destacaste ante el resto.
Hay tantas cosas que no sabrás y hay tantas que nunca me verás hacer, no podrás verme tocar el piano y cantar un ingles desastroso, no me veras volverme loca con las canciones de Demi Lovato, ni me verás emocionada porque me gané un sorteo falso en Instagram, no lo harás, porque decidiste irte al principio… cuando no había nada, cuando no te mostré nada de lo que soy. No me veras limpiar mi cuarto con pocas ganas, pero con el deseo de que se vea completamente limpio, no me verás podar mi jardín cualquier día a cualquier hora y no me veras nunca más sonreírte. Nunca podré mostrarme mi libro de cuentos favorito, el que leía de niña y el que leo cuando necesito volver a sentirme una. No conocerás mi colección de tazas, de botellas, de vasos y de cartas que escribo desde los 11 años.
No conocerás mi vida entera y no me conocerás a mí.
No me veras nerviosa antes de salir a la calle, no me verás discutir con extraños, ni pelear con el del servicio del internet, no podrás verme en mis peores días cuando todo se me cae a pedazos y lo único que me saca a flote es un deseo de mi interior… uno que nunca podrás conocer.
¡Si tan solo te quedabas! ¡Si tan solo me amabas de verdad y no por confusión!
Si tan solo te hubieras quedado… yo te habría de mostrar mi alma entera, mis verdaderos sueños, mis deseos, mis afirmaciones y te contaría la razón de porque hay lugares que no puedo frecuentar. Te contaría porque me levanto muy temprano, porque tengo una obsesión con el numero cuatro y porque me aterra que llegue la fecha de mi cumpleaños.
Hay tantas cosas que no viste de mí, nunca sabrás porque duermo con almohadas a los costados, porque no me baño temprano y porque escondo… a veces… mis anillos.
Nunca me verás sin mis collares, sin mis antejos, sin los tatuajes, sin las cicatrices, sin pintar y con el cabello desordenado, nunca me verás.
¡Si tan solo te hubiera enamorado de mí! ¡Si tan solo me hubieras amado como yo a ti si!
No soy mala, solo necesitaba que te quedarás y comprendas el porque a veces no puedo ser yo.
19 notes · View notes
actnod · 2 months
Text
𝐂𝐈𝐄𝐑𝐑𝐄 𝐃𝐄 𝐀𝐂𝐓𝐈𝐕𝐈𝐃𝐀𝐃 ;
El torbellino de ideas que la atormenta a diario jamás han sido barrera para aquella intención aguda que guía los pasos de la líder Malkavian. Su vestimenta pulcra y elegante no condice con el lugar sombrío en el que se fuerza a encontrar asiento sobre un mueble de antaño, firme como nunca con sus muñecas cruzadas sobre sus rodillas. Pasar de los años ha sido poco benevolente, pero aún así, encuentra cierto disfrute en aquella espera que nunca sabrá cuando dictará su final. 
Cuando escucha el eco de tacones en la lejanía, simplemente lo sabe. Quizás ha ignorado las señales hace tiempo, pero por primera vez en décadas, todo en sí parece abrazarse a las pequeñas partes de su historia. El fracaso siempre fue inminente, más nunca lo esperó de aquella manera.
— Entendí que la estima sólo lleva a la decepción. Tal vez subestimé su ingenio, Anastasia.
Una risa corta y seca proviene de la Lasombra, quien sólo baja la mirada para observar aquellos diamantes que reposan sobre un pedazo de terciopelo.  
— ¿No le resulta vergonzoso? Ocultar todos los crímenes que ha cometido de una forma tan amateur. 
— Me parecería peor fingir ser algo que no soy.
Simples palabras bastan para despertar la rabia en la mujer de Osaka. Mano ocupada se cierra en un puño, apretando con fuerza lo que sujeta hasta que cae en cuenta de su reacción. No tarda en recomponerse, pero la transformación sobre sus facciones es demasiado obvia.
— Es tarde para amenazarme con algo tan poco creíble. Hasta los chiquillos saben que es posible aprender otras disciplinas.  
Aiko la observa con tanta intriga como satisfacción, tomando la pulsera de oro que carga en mano izquierda, recubierta por diversos diamantes que ha encontrado en el pasar de las décadas. Un regalo de su mentor, Hinata.
Ahí donde todas las adversidades apostaban contra ella, él había encaminado su futuro. Pero de nada sirve lamentarse si poco ha logrado con el poder que se le ha transferido.
— No creeré que me llame aquí sólo para amenazarme con eso. ¿Acaso va a arrastrarse hasta el suelo y rogar por la misericordia de los chiquillos como Naoki o Wilhelmina? Todos saben que a los de su calaña no se interesan más que por su propio poder.
Se sabe inocente de los casos de diablerie. Pero al mismo tiempo, tiene todas para perder frente a quienes han terminado por derribar todo en su tablero paso a paso. 
— Sin nadie a la cabeza, alguien debe perderla por todas esas tradiciones que han roto los últimos meses. Es lo que alguien de su estirpe honraría por sobre todas las cosas.
— ¿Puedes distinguir la verdad de la mentira, Anastasia? ¿O ya estás tan perdida en las sombras que no puedes ver la luz?
Todo para Anastasia es conveniencia. En especial cuando el destello de algún recuerdo que cruza sobre la mente de la salvaje logra resplandecer en sus iris. No hay perdón frente a quienes la abandonaron. 
Sus brazos reposan detrás de su espalda, y sólo para evitar seguir observándola es que gira a su alrededor. 
— Terminará humillada. Escape o muera. 
— Nunca prestaste atención a lo vital que es la lealtad. 
— Y tú la aprendiste del menos indicado. 
Cuando la Lasombra abandona también sus formalidades, debe obligarse a tomar un segundo antes de continuar. 
— Nunca estaremos de acuerdo en eso. Pero terminarás aprendiendo que es cuestión de supervivencia. Tus ideales te llevarán a la ruina, Anastasia. Pero si eso es lo que eliges, no seré yo quien te detenga.
— Tokyo ya está bajo la sombra del Sabbat y la Camarilla es una reliquia del pasado que se desmorona ante nuestros ojos. La unidad no bastará para proteger tu territorio cuando el Sabbat avanza implacablemente. 
— Prefiero caer luchando por lo que es justo que ceder ante el caos del Sabbat.
—  La noche será testigo del cambio.
Sus miradas vuelven a cruzarse por última vez, en lo que la Malkavian se pone de pie frente a la contraria. 
—  Eres tan ignorante. 
Su sonrisa irónica es fría, y punza cada parte de quien recibe el insulto, mas se traga el rencor hasta que la ve cruzar el umbral de la puerta una última vez. Sellar el lecho de muerte luego de todo lo que luchó no es fácil. Pero cuando partes turbias de la mente manejan la realidad de otra forma, es sencillo irse con la frente en alto. 
𝐀𝐂𝐋𝐀𝐑𝐀𝐂𝐈𝐎𝐍𝐄𝐒 𝐎𝐎𝐂. 
⦾ Los sucesos narrados son de conocimiento OOC. 
⦾ El tiempo límite para cerrar toda interacción correspondiente a la actividad actual será hasta la publicación de la siguiente, a las 14 HRS GMT-6.
⦾ Cualquier consulta, les recordamos que estamos a su disposición y a tan solo un mensaje de distancia. ¡Nos seguimos leyendo!
10 notes · View notes
zopermy · 1 year
Text
Big c0ck
König x Lectora
König, el ex de tn que se escapó cuando estaban a punto de tener relaciones, después de mucho tiempo se vuelven a encontrar en el cuartel.
. . . . . . ╰──༄ ‧₊˚───── ─── ❨🫧❩
¿Tus ojos realmente no te estaban mintiendo? Uno de los que te recibían en tu nuevo cuartel era… König.
König y tú tenían una gran historia, salieron por un tiempo pero cuando estaban a punto de intimar él salió corriendo. Desde ese momento nunca se volvieron a ver.
El recuerdo queda permanente en tu memoria, todo por una cosa en concreto. En aquel momento lograste sentir su miembro pegado a tu estómago y vaya, sí que era grande, enorme, de hecho.
No podías olvidarlo, y sobre todo porque los demás hombres con los que has estado tenían cosas promedio.
Al verlo recibirte pensaste en todas y cada una de las posibilidades de volverlo a encontrar. En definitiva esto significaba una cosa.
Sería tuyo para el final del año.
Lastimosamente el año terminaría en tres meses más, será complicado, pero no imposible. No para dos personas que tenían una fuerte tensión entre ellos, porque se notaba y desde lejos en cada misión que se les asignaba o cuando se encontraban en los baños.
Pero existía un gran problema, König te esquivaba a toda costa.
Pero la oportunidad se te vio regalada.
26 de diciembre, faltaban solo cinco días para que terminara el año. Y para que decir, tus esperanzas también estaban por terminarse.
— ¿Dónde se encuentra König? — Preguntaste al no captar su presencia en el entrenamiento.
— Dijo que se encontraba mal, por lo que ahora está en cama — Contestó uno de tus compañeros.
No perdiste tiempo al terminar el entrenamiento y fuiste a su habitación. Al abrir la puerta no se encontraba nadie, seguramente había ido al baño o a las duchas, por lo que decidiste esperarlo sentada en su cama.
Pasaron los minutos cuando König llegó, miraba el piso y cerró la puerta. Cuando finalmente notó tu presencia abrió sus ojos claros.
— Perdón, me equivoque — Apuntó de irse cuando lo tomaste de la muñeca.
— Espera. No te equivocaste, quiero hablar contigo — Alzaste tu mirada para poder apreciar sus ojos.
— Yo… eh… creo que me están llamando a fuera — Se lograba notar su nerviosismo de lejos.
— König, basta. Deja de huir de mí — Seguías con tu vista en alto, apreciándolo y con un poco de dolor de cuello — Te la pasas huyendo de mí ¿te incomodo o algo? ¿O realmente soy poco atractiva para ti? —
— ¿Qué? No, claro que no, eres hermosísima, digo… eres muy… bonita — Con cada palabra que soltaba se colocaba más nervioso.
— ¿Entonces que sucede? En el pasado también huiste de mí — Te acercaste aún más, tocando sus pectorales y bajando hacia su abdomen.
— Yo… ehhh… quiero decir… — Sus nervios aumentaban cada vez más.
— Pero, me alegra saber que sigues igual de sano que antes —Bajaste aún más tus manos para llegar a tocar su erección.
König sorprendido, su única reacción fue darse la vuelta, para quedar mirando la puerta. Tú solo lo seguiste tocando.
— Por favor, König. Te necesito… —
— ¿Qué… qué sucede si te llego a lastimar? —
Mierda, era tan grande como para preocuparse por eso.
— No me lastimarás, te lo aseguro —
König se dio la vuelta para volver a verte, tomó con ambas manos tu rostro. Tú levantaste un poco su máscara y se besaron.
Comenzaron lento, con apenas un roce pero, el entorno se iba calentando y su excitación subía. Sus labios se iban conociendo más y más hasta el punto en que sus lenguas se encontraron.
König te separó.
— Scheiße… — Maldijo y te tomó de la cintura, elevándote.
— ¿Acabas de maldecir en aleman? — Abrazaste su cintura con tus piernas, quedando cara a cara.
— Tal vez — Y te beso nuevamente esta vez iba bajando lento hasta llegar a tu cuello.
— Fue muy excitante —
König sonrió por lo bajo y continuo dándole atención a tu cuello. Tú levantaste tu camisa de entrenamiento y bajaste tu sujetador.
— Baja más König, por favor —
Volvieron a conectar sus miradas, en esta ocasión la lujuria se notaba. Él rompió el contacto para dirigirla a tu pechos descubiertos.
No perdió más el tiempo y llevó uno a su boca. Una de sus manos te soltó para masajear el otro. Te estaba sujetando en el aire con solo una mano.
Mientras tu excitación cada vez se elevaba más, tus ganas de ver su rostro por completo también se elevaban. Pero si se lo decías podías romper el ambiente y no desperdiciarías tus esfuerzos de meses.
König mordía levemente en la areola mientras su lengua estimulaba en pezón y para añadir remate, estaba succionando. La combinación te hacía perder los estribos.
Te limitabas a gemir, a sostenerte de sus hombros y a seguir a König.
Y sin advertencia, él alejó toda estimulación de ti. Temías lo peor, se iría otra vez, pero tu sorpresa fue el ver quitarse su máscara y tirarla lejos.
Volvió con besos lujuriosos y bajo para volver la atención a tus pechos. Masajeaba uno y estimulaba en pezón del otro.
Pronto, König, quien estaba apoyando su espalda en la puerta se dio la vuelta, quedando ahora tú con la espalda pegada. Sin satisfacerse aún, te elevó más para tener tus piernas sobre sus hombros.
La altura fue tal que debiste de encorvarte porque tu cabeza topaba con el techo.
— Demasiada ropa… —
Con cuidado te dirigió hasta la cama, recostándote como si fueras la pieza más delicada. Besó tu abdomen mientras desabrochaba los pantalones y los quito de un solo jalón.
Lamia tu intimidad aún con ropa interior y sus fluidos comenzaron a mezclarse. Estimulaba con los dedos y lengua.
— Hazlo directo, no resistiré mucho más — Exigiste y él acató tu orden gustoso.
Ahora retiro tu ropa interior y ¿por qué no? La ropa faltante también se te fue arrebatada.
Su boca acaparó tu cuello nuevamente, mientras, como si de muchas manos se tratase, comenzó a estimular cada zona erógena de tu cuerpo. Pechos, cintura, vulva, muslos.
— Mierda, König por favor, entra de una vez —
Él comenzó a desvestirse, pero cuando estuvo a punto de dejar a un lado su última prenda se detuvo en seco.
— Scheiße… — Comenzó a mirar por todos lados.
— ¿Qué sucede? — Te apoyaste en tus codos.
— No tengo condones, lo siento — Rascó su nuca con frustración, tú sonreíste.
— Tonto, yo traje. Están en mi pantalón — A König se le iluminó la mirada y tomó rápidamente tus pantalones.
— Aquí está… —
Tomó el empaque y reviso la fecha de caducidad, lo rompió con los dedos y sacó el condón, apretó la punta y lo deslizó delicadamente por su falo.
Lo dirigió hacia tu entrada.
— Avísame cualquier mínimo sentimiento de dolor — Ambos conectaron sus miradas.
— Te dire cada cosa que sienta —
— Eso está mucho mejor —
Lo introdujo lento y suave, tu boca no logró evitar abrirse y soltar un gran gemido.
— ¿Estas bien? Aún no está todo ¿quieres que lo saque? — Denotó su preocupación en su rostro.
— ¿Aún no está todo? — Él negó con la cabeza — Mierda, mételo —
— ¿Segura…? —
— Mételo completo, König —
La inocencia de König pensaba que estabas sufriendo pero enseguida se percató de que era todo lo contrario, tu lascivo era mucho mayor.
Pronto ambos comenzaron a disfrutar de la intimidad del otro sin preocupaciones.
Las estocadas comenzaban a ser más rápidas cada vez, te encantaba pero tus piernas ya comenzaban a temblar.
— Scheiße… — Pronunciaste imitándolo.
König redujo significativamente las embestidas y miró tus ojos con un brillo obsceno.
— ¿Lo pronuncie tan mal? — No dijo nada — ¿Se acaba de hacer más grande? — te impactaste.
¿Era posible que aquello se hiciera más grande? Las evidencias eran claras, sí.
— Dilo otra vez —
— Scheiße… —
Desprevenidamente te tomó sin salir de ti y volvió a estamparte — delicadamente — contra la pared.
Ahora sus estocadas llegaban mucho más profundo, hasta el punto de empujar tu cervix.
— König, por favor — Te aferrabas a él como podías y ,en el acto, enterrando un poco tus uñas en sus hombros.
— Eres malditamente hermosa — Besaba tu cuello mientras sus manos en tus glúteos te empujaban más fuerte contra él.
Con la lujuria y estimulación apenas y lograban pronunciar algunas palabras, pero los gemidos y las pieles cochando desenfrenadamente era lo único que se lograba oír.
— Estoy por venirme — Advertiste
— Hagámoslo juntos — Juntaron sus labios y lenguas.
Una corriente eléctrica los invadió a ambos dejándolos con su respiración agitada. König trato de bajarte pero noto que tus piernas temblaban, como si de un animal recién nacido se tratase.
— ¿Puedes caminar? ¿Te hice mucho daño? — Otra vez su preocupación.
— Estuviste increíble — Lo besaste nuevamente — Pero ahora necesito de ayuda.
. . . . . . ╰──༄ ‧₊˚───── ─── ❨🫧❩
— ¿Por qué tus piernas tiemblan tanto? ¿Ghost te hizo esforzarte de más en el entrenamiento? — Preguntaba Soap.
— Algo así… — Sonreíste nerviosa
— ¿O sucedió algo más? — Te dirigió una mirada pícara.
— Nada de que preocuparse — Seguías con tu sonrisa.
Continuaron devorando su almuerzo cuando notaste que König entraba al comedor. Sus miradas conectaron pero él rápidamente la alejó.
Él… ¡¿Te estaba ignorando nuevamente?!
34 notes · View notes
yinnydegoxs · 3 months
Text
¿Amor o amistad? Parte 34
Luego del mal rato, el resto de la patrulla de canes se retiró del bar, dejando al par de amigos solos, el científico solo suspiro de mala gana mientras terminaba con la bandeja de papas fritas de gran tamaño, podría decir que, para pasar el mal momento, necesitaba un buen trago dulce. Le hizo una suave seña a la botella de ron por detrás de la barra, quizá no tomaría tanto, quizá sí, dependía de que tanta información estaba dispuesto a dar según su nivel de sobriedad.  
Grillby pacientemente sirvió hasta que ya tuvo un tercer o cuarto trago encima, lo suficiente para estar medianamente cómodo y suelto para hablar, además de asegurarse de que ya podía cerrar.  
—Bueno, ¿tienes alguna razón para estar más caderón?  
—Un pequeño accidente en el laboratorio, —dio un trago —no estaba planeado ni mucho menos… solo sucedió.  
—¿Qué tan grande era la cosa?  
—Bueno… su majestad me dejo testear sobre mí mismo la magia de las almas humanas.  
Grillby lo miró fijo, juzgando seriamente lo que acababa de escuchar.  
—¿No tenías sujetos de prueba?  
—Sabes que no Grill, su majestad rechazo la idea de tener gente a disposición aún si eran voluntarios.  
—¿Cómo lo convenciste de ser tú el que probara entonces?  
—Discutimos un rato por ello, pero al final accedió siempre y cuando fuera cuidadoso.  
—Puedo adivinar que no lo fuiste tanto.  
—Tarde o temprano tenía que arriesgarme, lo hice demasiado pronto.  
—¿Y qué es exactamente lo que te paso?  
—Bueno, se puede decir que ya no soy un esqueleto, diría que soy un monstruo aún, sin duda, pero ya no tengo una clasificación clara, es decir…  
Suspiro por lo bajo antes de sacarse su tapado negro y arremangar con un poco de esfuerzo la manga de su suéter, mostrándole a su viejo amigo que efectivamente no había huesos visibles, si no que tenía un brazo con una anchura similar al suyo, el cantinero miro un poco sorprendido aquello, el científico extendió el brazo para que pudiera tocar y asegurarse de que no estaba teniendo una alucinación. Él solo presiono un poco alrededor de la muñeca y un poco por su brazo descubierto aún sin poderlo creer del todo.  
—¿Esto aplica a todo tu cuerpo?  
—Si, tanto extremidades como el torso, incluido el cuello, solo mi cabeza no se vio del todo afectada, aunque tengo una ligera capa de piel blanca que la recubre.  
—Pues estás relleno en buenos lugares ¿seguro que no fue a propósito?  
—¡Hey!  
—Solo digo, ¿estás bien, así como estas? ¿Es reversible?  
—No me he puesto a investigarlo realmente, —vuelve a cubrirse —es un poco un incordio, pero si me acostumbro supongo que estaría bien quedarme así. ��
—Adivino, ¿a Asgore le gusto?  
El científico solo enrojeció y miró a otro lado.  
—Bueno, un poco, supongo… es decir, ya le gustaba antes, pero… quizá no le parece del todo mal esta forma.  
—Ajá, ¿sí? —lo mira alzando una ceja.  
—Ugh, cierra el pico y sírveme otro trago.  
Hubo más charla, sobre todo de su nueva apariencia, el científico no podía negar que, sin dudas, tenía musculatura y otras cosas más en los lugares apropiados para verse atractivo con la mayoría de los monstruos bípedos del subsuelo, no es que nunca antes le hubiesen dicho cosas así, cuando era un esqueleto y Papyrus era un bebé recordaba escuchar mucho a las madres solteras hacer juegos de palabras con tintes sucios para adultos con su persona, algunas más atrevidas que otras, y quizá algún monstruo soltero que tenía menos respeto, pero que prefería no recordar los detalles, recuerdos reprimidos, que prefería que siguieran así.  
Cuando vio que la botella estaba vacía, decidió parar con los tragos, quería evitar un mal encuentro con su niño si se enteraba que bebió hasta el punto de estar completamente dependiente de otros para volver a casa. Volvió a ponerse tu tapado y dejo una bolsa con monedas de oro para pagar lo del mes y la ronda de bebidas, siempre hacía una ligera insinuación de cuanto podía estar debiendo Sans, pero Grillby nunca le decía; resignado a que no resolvería ese misterio, se retiró del local, saludando con la mano desde la puerta.  
Llegó a su hogar y llevo los pasos pesados hasta su cuarto, esperaba que sus niños a esa hora estuvieran ya dormidos, no es que necesitase ocultar nada, desde el primer día que paso lo de las pastillas, decidió no ocultarle a ninguno que había cambiado completamente y claramente alentó a que ninguno de los dos intentara postularse como voluntarios cuando las pastillas fueran dadas a ciertos monstruos. Aunque el efecto de la determinación pura podía ser la única capaz del cambio, no quería arriesgar a sus esqueletos, aun así, Sans parecía querer ir en contra de ello.  
Ya llegaría el momento de hablar, pero eso podría estar muy lejos.  
Cuando se hizo de mañana, tuvo un par de mensajes de Alphys que parecían requerir una atención inmediata por la cantidad enviada, se tomó un momento para leer mientras se cambiaba para salir, pero un mensaje hizo saltar todas sus alertas, los guardias reales querían llevar ellos mismos las flores doradas al sótano del laboratorio. Sabiendo que el rey podía haber dado la orden, Alphys no podría detenerlos mucho tiempo, así que inmediatamente al poner un pie fuera de casa uso el atajo más largo que le permitiera su magia actual para llegar lo antes posible.  
Corrió apenas apareció en las puertas del laboratorio, para encontrarse en la puerta de atrás a los guardias, discutiendo con su pequeña asistente que de milagro los había retenido ahí.  
—¿Qué sucede aquí?  
—Oh, doctor, tenemos ordenes de llevar las flores doradas al sótano.  
—El ascensor no aguanta demasiado peso, yo me encargare de llevarlas, pueden irse.  
—Pero doctor…  
—Díganle a su majestad que cumplieron y que todo está en orden, no quiero un accidente adicional aquí ni heridos por su terquedad.  
Dicho esto, tomó de las manos de uno de los guardias la maceta con una flor dorada particularmente grande, al final, ellos se resignaron y dejaron todas las flores a las puertas del elevador, suspiró pesado cuando se fueron, claro que era mentira que el elevador no podía soportar mucho peso, y de ser verdad, solo haría que Alphys colocara y empujara con cuidado las macetas para él recibirlas en el sótano, sin ponerlos en peligro.  
De hecho, para tener esa seguridad, procederían de esa manera.  
Después de aproximadamente una hora, todas las macetas con flores estaban en el sótano, tuvo que cambiar de forma precipitada la luz del cuarto para que fuera apta y que las plantas no se marchitaran por la falta de luz, aunque debía decir que esas flores eran realmente resistentes, ya las había visto crecer espontáneamente por algunos lugares del reino, aunque morían si no tenían ciertos cuidados a largo plazo.  
—E-Está es la última, d-doctor.  
—Oh, muy bien —tomó la última maceta y la acomodo con el resto.  
—¿C-Cómo convenció al rey de darnos las flores d-doctor?  
—Él las ofreció y que las mandara tan rápido quiere decir que habla muy en serio…  
—¿D-De qué habla?  
—De lo que paso conmigo, tengo prohibido volver a experimentar en mí mismo, indefinidamente.  
—A-Ah, q-quizá sea lo mejor ¿n-no cree?  
El científico real pudo notar donde iba la mirada de su pequeña asistente, mirando al cuarto donde las amalgamas solían ocupar con mayor regularidad, si, debía admitir que era lo mejor esa prohibición, de lo contrario había una gran posibilidad de convertirse en uno de ellos. Apretó un poco los dientes, aún frustrado de no poder devolverlos a su forma, pero no tenía la magia tan fría como para intentar asesinarlos para acabar con su sufrimiento, debía haber una cura.  
—Vuelve arriba Alphys, te llamaré si pasa cualquier cosa y mantenme informado de lo que suceda.  
—A-A la orden d-doctor.  
Espero a que la joven lagarta se fuera por el ascensor, antes de tomar el pase a la sala con las almas y todas las pastillas, ahora, quizá necesitaba volverlas a dejar en estado líquido para poder inyectarlas de manera eficiente en las flores doradas o podía volver la magia polvo de manera que las usara de fertilizante y ver sus efectos a largo plazo, ambas opciones eran tentadoras y en el peor de los casos que un humano llegara, él tendría tiempo de intentar dar las cápsulas de magia temporal a los monstruos con un nivel de vida respetable, incluso si Asgore no lo autorizaba, sería solo en un caso de emergencia absoluta.  
Estuvo un par de horas, experimentando con la magia, probando algunas flores pequeñas con ciertos rasgos, sin muchos resultados significativos, solo lecturas normales la mayor parte del tiempo, sin nada que valiera la pena anotar, suspiró un poco decepcionado, pero bien, tendría que tomar las cosas con calma.  
Cuando se hizo de noche, recibió un par de mensajes de Alphys, dejo las plantas en su lugar y revisó para ver como estuvo el día, antes de caer en que su asistente había avistado a alguien merodeando por el basurero desde la cámara, como rebuscando cerca de la cascada donde él había estado.  
Entonces recordó su bolso.  
—Maldita sea, nadie puede encontrar eso. —Sintió un escalofrío por su espalda.  
¿Qué tan a la mierda se iría su reputación si alguien encontraba su bolso?  
Ni siquiera espero una respuesta de Alphys, simplemente desapareció del sótano, apareciendo inmediatamente en el vertedero, si tenía algo de suerte, encontraría sus cosas antes de que ese monstruo localizara la cueva oculta, reviso por los alrededores, si hubiesen sido las amigas de Alphys moriría de vergüenza, pero al menos podía considerar que eran inofensivas.  
Pudo notar por el rabillo del ojo un rápido movimiento y no tuvo el suficiente tiempo de reacción para detenerlo con magia azul, bufó frustrado y fue detrás de la cascada, no importaba si Alphys veía ese pequeño lugar, simplemente sería otro secreto más a la lista, la cual parecía agregar más conforme pasaba el tiempo. Revisó detrás del sillón, encontrando su bolso, no pudo respirar aliviado hasta que reviso que todo estuviera tal y como lo dejo, para su fortuna, no faltaba nada.  
—Dios, como pude olvidarlo.  
Se apretó entre los ojos y acomodo todo de nuevo, tomando la bolsa para salir del lugar, más cuando estaba de nuevo fuera de la corriente del agua, sintió un fuerte mareo, ahora que el momento de adrenalina se había esfumado, estaba notando que no se encontraba nada bien. Clavó las rodillas en el lecho del río, un poco aturdido, respiró hondo varias veces, profundo y despacio para reubicarse, ni siquiera sabía porque estaba tan mal de un momento a otro; levantó la vista a la cámara oculta en la basura, aunque no le gustara la idea, le hizo señas a Alphys para ordenarle venir por él, ya que realmente no sentía que pudiera moverse por su cuenta.  
Aunque eso tomaría al menos unos veinte o treinta minutos.  
"Ugh, ¿Por qué mi cabeza de repente me está matando?" Se quejo mentalmente mientras respiraba despacio.  
—¡Hey Doc! —se escuchó desde lo alto.  
—Ah, ¿Undyne? —levantó la vista.  
Antes de que pudiera hacer o decir cualquier cosa, pudo ver como la chica saltaba desde lo alto de la cascada para caer en un montón de basura blanda, hundiéndose en ella, para luego ver como sacaba los puños por arriba y salía de la montaña a base de patear los desperdicios a un lado.  
—¡Puaj! ¡Qué puto asco!  
—Lenguaje Undyne, ugh… —soltó un jadeo, llevando una mano a su cabeza.  
—¡Hey! ¿Está bien? Joder, lo llevare al laboratorio.  
Sin darle tiempo al esqueleto de que pudiera quejarse sobre ello, lo levantó en brazos, como una princesa en apuros esta vez, lo cual era bastante vergonzoso, pero en lo único que pudo pensar fue en aferrarse fuertemente al bolso para que no se abriera; la joven procedió a saltar de montón en montón de basura para finalmente salir del vertedero y llegar a la entrada de Hotland en pocos minutos, para ese momento el mayor solo se había resignado a ser llevado, en parte porque no sentía estar del todo consciente.  
—Ah, ¿el laboratorio…? —entrecerró los ojos, intentando enfocar la vista.  
—¡Alphys! ¡Hey!  
Cuando las dos chicas se juntaron, llevaron al doctor a la enfermería, a la vista del resto de trabajadores, que no entendían que estaba pasando, ni en qué momento el jefe había abandonado el sitio, pero nadie tenía el valor de ir a ver, no después del castigo que les cayó después de hablar a sus espaldas.  
—Estoy bien, solo estoy mareado, déjame en la silla, —gruñó, todo le empezaba a dar vueltas.  
—Bien, como quiera.  
Tal como pidió, lo dejo sentado en la silla en lugar de la camilla, el esqueleto soltó despacio el bolso para dejarlo a un lado, mientras el mareo aumentaba progresivamente lento.  
—¿D-Doctor? ¿M-Me escucha?  
—Alphys, ah, ¿tú le dijiste a Undyne? —la miró aún algo desorientado.  
—L-La vi en las cámaras y creí que n-necesitaba ayuda inmediata.  
—Estoy bien, solo fue un momento de mareo, descansare un momento y…  
—¡Hey! ¡Hey! —lo tomo de los hombros y lo enderezó —Bien no es precisamente la palabra para describirlo, diría que tiene la cara un poco más pálida de lo usual.  
—Ugh, solo es un mareo.  
Ambas chicas se miraron un momento, era claro que no era un simple "mareo" tonto ni nada por el estilo, al final la capitana optó por poner la mano en la frente del mayor comprobando que efectivamente, tenía temperatura, fiebre.  
Fiebre, fatiga, debilidad como para caerse, mareos que no se iban y quizá náuseas por eso mismo, estaba irritado, y por sus acciones era claro que también le dolía bastante la cabeza. Entonces la chica agarró de repente a la pequeña asistente bajo el brazo y la llevó corriendo para que le abriera la sala de descanso, tomó todas las botellas de agua que pudo del refrigerador, también puso a calentar una taza de agua y puso al lado unos fideos instantáneos.   
—¡Llévalos cuando estén listos! ¡Y no le pongas condimentos, solo un poco de aceite!  
—¡¿E-EH? ¿Ah? O-Okey… —balbuceo sin entender nada.  
Rápidamente, volvió a la enfermería con las botellas bajo sus brazos, las dejo todas encima de la mesa de indumentaria, abrió una y se la pasó al doctor, él cual no estaba del todo bien orientado, o simplemente no quería nada en ese momento.  
—Escuche doc, o toma ahora mismo agua o juro por dios que traeré a Asgore sobre mi maldita cabeza para que vea como se encuentra.  
Gaster se sobresaltó un momento, mirando que la chica estaba hablando muy en serio con ello, a veces bromeaba, pero su tono era demasiado frío y denotaba mucha molestia, a regañadientes, tomo la botella y dio un trago, un poco corto, sin que la chica le perdiera la vista, así que fue dando tragos pequeños hasta que noto llegar a Alphys de nuevo con un tazón de videos brillosos con solo aceite.  
—¿No usaste los condimentos?  
—No necesita sales ahora mismo, después le haremos otro, ahora coma también y no deje de beber agua.  
Acercó la mesa con las botellas y le hizo espacio para poner el tazón de forma que fuera fácil de tomar porciones con el tenedor, el científico solo suspiro, tomando el tenedor y enrollando los fideos para comer un pequeño bocado, masticó un poco y trago, pasando con un sorbo de la botella, tanto él como Alphys estaban más que confundidos de porque estaba haciendo todo eso.  
Sin embargo, luego de lo que sería una hora, el mareo se detuvo y ya no se sentía con tanto malestar, de hecho, estaba bastante mejor.  
—¿D-Doctor? ¿Se siente mejor?  
—Debo confesar que sí, mucho —miró a Undyne confundido.  
—Doc, estaba deshidratado a mas no poder y probablemente muerto de hambre también.  
—¿Deshidratación? ¿Yo?  
—Ya no es un esqueleto doc, ese cuerpo si parece necesitar que lo cuide debidamente, ¿gasto mucha magia hoy?  
—Hice un atajo corto y dos realmente grandes.  
—¿No ha venido a comer en ningún momento? —Undyne gira la vista a Alphys y ella niega nerviosa.  
—Puede que me olvidara de la comida o de venir por un café de vez en cuando… o solo beber agua de los grifos del sótano.  
—¿Cuándo fue la última vez que comió y, sobre todo, bebió algo?  
—Ah… —rememoro un momento —no he bebido nada desde anoche, esta mañana vine apurado y… se me paso completamente.  
—Jeez, ¿en serio como esqueleto aguantaba uno o más días sin beber?  
—Vivo a base de café. —Dio un trago a la botella.  
—Eso me di cuenta.  
—Por cierto, ¿cómo supiste con solo verme que estaba deshidratado? ��
—Porque me pasa a mi cada maldita puta vez que vengo con armadura a Hotland, ¿acaso se olvidó ese detalle? Solo que yo puedo reponerme con un poco de agua en mis escamas.  
—Es cierto —se llevó la mano a la cara —soy yo el que va a tirarte agua y ayudarte a entrar al laboratorio para que no te cocines.  
—Como sea, le voy a contar a Asgore.  
—¡¿EH?! ¡No, no lo hagas!  
—¡Claro que lo voy a hacer! Estuvo al borde de una deshidratación severa, ¡maldito científico loco!  
—Ugh, no quiero que se entere, por favor.  
—Olvídelo, volverá a pasar si me lo callo.  
—¡No! ¡no puedo tener a su majestad preocupado por ello!  
—¡¿Y por qué no?!  
—Ugh, hay demasiadas vistas sobre mí y no quiero que pasen a ver a su majestad…  
—¿Qué? ¿Vistas?  
—Ah, —mira un poco a las dos —vamos a mi oficina, aquí aún hay micrófonos.  
Tomo su bolso bien cerrado y se intentó levantar, pero la chica volvió a cargarlo en brazos cuando casi se cae de frente, refunfuño frustrado y simplemente se dejó llevar, ahora tendrían que hablar de nuevo en el trabajo, si es que se atrevían. Undyne pateo la puerta para abrir y pasar derecho al sillón, la pequeña Alphys traía consigo las botellas que aún tenían agua y verifico que la puerta seguía funcional, al menos para poder cerrarla de nuevo.  
—Bueno, ¿suficiente con estar aquí?  
—Ah, sí —suspira por lo bajo.  
—T-Tomé doctor. —Le acerca una botella.  
Agarró la botella y le dio un trago antes de suspirar resignado.  
Al final empezó suave, con lo que ya sabían ambas o creía que sabían, Alphys estuvo bastante emocionada de confirmar sus sospechas a la obvia relación de sus jefes y Undyne tuvo que actuar con sorpresa solo para que la pequeña lagarta no le reclamara nada, luego de ello, empezó a decir lo que paso a causa de los rumores que empezaron debido a su marca y como un monstruo extendió información clasificada entre la gente de su persona, aparte del mal rumor de que fue marcado a la fuerza, en parte cierto pero no lo sentía de esa forma.  
Claramente la capitana de la guardia real quería saber de inmediato quien demonios era, más Gaster se abstuvo de darle esa información ya que solo haría que la gente supiera que había algo de verdad en ello; claramente protesto, pero ambos científicos la calmaron un poco, claro que la relación era secreta y solo algunos sabían, confirmado por el propio doctor y probablemente suposiciones de algunos guardias, como los que custodiaban al rey en su celo.  
Claro que Undyne los mantenía a raya.  
—En verdad no vale la pena Undyne, además su majestad se hará cargo sutilmente, si sigue con lo mismo tomaremos medidas más severas.  
—Puedo partirle las piernas como medida más severa.  
—Ni siquiera sabes si tiene piernas —mira a otro lado, a ver si eso hace que se desvíe un poco.  
—Algo tendrá que pueda destrozar.  
—Déjalo, simplemente esperaremos que los rumores se dispersen, o que algo más distraiga al pueblo, se pasara como todo. No quiero problemas para su majestad.  
Las chicas se miraron mutuamente, si bien era cierto que los rumores iban y venían, si alguien estaba reviviendo el mismo una y otra vez, eso no pasaría rápido. Aun así, poco podían hacer realmente con la escasa información que daba el científico y la decisión del rey de aplicar él un castigo a medida; ambas suspiraron con resignación, se haría a la antigua, con paciencia.  
—Bueno, de todos modos, Asgore debería saber que casi te desplomas.  
—No, no tiene qué, no lo preocupes innecesariamente, no pasara de nuevo.  
—¿Seguro?  
—Intentare que no pase de nuevo.  
—Si vuelve a pasar, le digo.  
—Ugh, bien…  
------------------------------------------------------
Parte 33 
Parte 35
6 notes · View notes
queer-enderdragon · 3 months
Text
¿Pero tienen que significar eso?
Originally written by Habeascorpseus. Translated to spanish by Zacharie Zenith.
- ✿ -
Jimmy le dice a Tango sus alas son esas de un canario una noche, mientras Tango se sienta detrás de él y lo ayuda a acicalarse las plumas. Su voz inusualmente nerviosa, como si espera del otro hombre que se enoje con el por revelar eso, alas tensas bajo las manos de Tango. En cambio, este pausa en su cuidado de plumas, mirando sobre el hombro de Jimmy.
— ¿Cual es la importancia?
— Ah… algunos dicen es mal presagio. Tiene que ver con prever muerte y todo eso, — Jimmy dice, ojos tristes y boca torcida en una pequeña mueca.
Tango traza dedos ágiles por el plumón esponjoso en la base de sus alas, su otra mano pasando por la cresta, a la punta de sus plumas más largas, gustándole la manera en que el amarillo brillante perfectamente queda con el amarillo del corazón en su muñeca.
— ¿Pero tienen que significar eso?
— ¿Eh? — Jimmy exclama, medio volteado para mirarlo. Se ve sorprendido, y un poco perdido, ojos casi caricaturescamente abiertos. Tango sonríe.
— Bueno, si la manera en la que tus alas son definidas te hace así de triste, tal vez encuentra tu propia definición.
— … No sabría donde empezar. No soy el más creativo, eso creo, — Jimmy dice, dientes rozando su labio inferior, inquieto. Tango continua pasando sus dedos por sus plumas, viendo como su expresión cambia a algo pensante, ojos relajándose cuando su mirada encuentra la de Tango. — ¿Tu que dirías? 
Tango mira a las plumas doradas sostenidas entre sus dedos, viendo como la luz de antorcha filtran entre estas. Se ven translúcidas así, espectrales, incluso. — Creo que se ven como alas de angel.
— Oh, — Jimmy responde, y Tango no pierde ese tono de incredulidad en su voz. Entonces continua:
— Puede que seas un canario, pero yo soy quien te mató. Y aquí estas, manteniéndome a salvo a pesar de tener toda razón para enojarte conmigo. — Este estira su mano, y toma una de las de Jimmy. — Así que eres un angel, creo. Mi angel guardián.
El rostro de Jimmy pasa por varias emociones en rápida sucesión al tiempo que sus mejillas se tornan rojas, volteándose para ocultar su cara de Tango. — Nadie me había llamado un angel antes, — dice en voz baja. Tango ríe, con el pecho entero y fuerte, apretando su mano.
— No te preocupes, ¡te llamare angel lo suficiente como para hartarte!
- ✿ -
so, because i recently been in the fic translating sauce (regrettably starting with bigger fics which are taking,, a while) i wanted to do a quick translation with the little bit of experience i'm already accumulating with this, with a drabble done by my beloved @habeascorpseus <3 (his og drabble linked above)
and honestly, while i finish the longer fics i got, might translate some more drabbles i like here n there :3 (if,, i can find them, that is,,)
5 notes · View notes
norxaki · 4 months
Text
Sábado, 23 de diciembre de 2023
1:30 A.M.
Réquiem
Mi cuerpo llegó a su límite, estaba claro que pasaría, pero nunca creí que sería tan pronto. Mis piernas ya no pueden sostenerme, mucho menos mi voluntad de vivir que poco a poco se disipa en esta habitación.
Los medicamentos ya no hacen efecto, los doctores dicen que es cuestión de esperar a que mi cuerpo reaccione, pero soy consciente de que es mi última recta. Los milagros no existen y, ciertamente, creo que este es un final digno para alguien tan miserable como yo.
Noto mi piel palidecer, los cortes en mis muñecas con mayor dificultad en cicatrizar. Me alejaron de cualquier objeto que pueda orillarme a mi propio final una vez más, pero, ya está aquí.
Oh, querida muerte, bésame y lléname. Arrúllame en tus fríos brazos, aún así hallaré la calidez y la belleza en tu cuerpo.
Permíteme ser uno contigo.
6 notes · View notes