Tumgik
#jungkook vestido todo de negro
aricastmblr · 8 months
Text
Tumblr media Tumblr media Tumblr media Tumblr media Tumblr media Tumblr media Tumblr media Tumblr media
20 notes · View notes
lileuph-milkybanana · 20 days
Text
Capítulo 3 D
Jimin entró dando zancadas a la habitación con sus brazos llenos de cosas.
—Para ti —dijo Jimin. Sacó un ataúd de madera con una placa de marfil, con tallados alrededor de toda la caja. Jungkook parpadeó y se levantó, despierto pero exhausto. Había dormido mal anoche debido a la ansiedad.
Un manto de lino sobre el chitón, borlas trenzadas en las batas y una diadema dorada con incrustaciones de cuentas de vidrio yacía sobre la pila.
Jimin levantó una ceja cuando Jungkook simplemente miró con confusión la pila de artículos.
—Llevarás esto a la ceremonia. Desnúdate, por favor.
Tomando un respiro tembloroso, Jungkook pasó una mano sobre la diadema, se veía costosa. Ya que no parecía tener otra opción, Jungkook levantó su camisa por sobre su cabeza. Jimin lo ayudó durante todo el proceso, embelleciendo a Jungkook en un pináculo de riqueza y lujo. Un broche de oro soldado con pequeños gránulos de oro aún más pequeños unía la túnica. Pulseras de ámbar tallado y cuentas adornaban sus muñecas y un colgante de bulla estaba colgado en su cintura, quizás como una ofrenda religiosa. Jimin puso una sandalia de suela con bisagras y cordones de oro en sus pues. Y, finalmente, la diadema fue puesta encima de su cabeza.
Se sentía pesado. Disfrazado. Un poco frío, pero más que nada por los nervios.
Jimin le entregó un espejo de bronce y Jungkook se congeló al mirarse.
Se veía elegante. De otro mundo y semejante a una estatua; podrías poner sus pies en sandalia en un zócalo y encajaría con el resto de las estatuas de dioses y diosas. ¿Era eso lo que intentaban emular con esta ceremonia? ¿Un dios?
Y, Jesús, ¿cómo diablos esta gente poseía oro en una cantidad tan grande? La espectacular calidad de todos estos artículos atestiguaba la alta competencia técnica de sus joyeros.
—Asha es honorada enormemente por nuestra gente —intervino Jimin, viendo como Jungkook examinaba los adornos con atención fascinada. Jungkook se sacudió, enderezándose incómodamente. —solo los mejores materiales son usados para aquellos asociados a nuestro Templo.
Pasos resonaron desde fuera de la habitación y, por primera vez, los ojos de Jungkook se posaron en otro individuo de su edad aparte de Jimin.
Era una chica. Su cabello negro estaba fijo en su cabeza en un moño de estilo mediterráneo. También era asiática y espantosamente pequeña. Linda, pero no hermosa.
—Yoojung —se sobresaltó Jimin, mostrando una emoción genuina y sin adulterar, lo que se sentía raro en este templo —¿qué estás haciendo aquí?
Otro nombre coreano. La chica, Yoojung, pasó sus manos por su chitón suave. Cadenas con intricadas flores de lotos y diseños en zig-zag adornaban su largo vesito. Su expresión era oscura y tormentosa.
—Estás atrasado —dijo ella —Seokjin ya sirvió el vino. Tenemos que irnos.
La cara de Jimin se quedó en blanco.
—Oh, aliento de Za.
—Exactamente —respondió Yoojung y le dirigió una mirada a Jungkook, sus ojos examinaron su cuerpo de arriba hacia abajo descaradamente. Su boca se torció. —Es hermoso, como se esperaba.
Jimin los apresuró a salir de la habitación. Jungkook los siguió en silencio, con las manos sudadas. Estaba fuera de lugar de una manera horrible en este templo, vestido en oro pesado y túnicas detalladas.
—No suenas feliz sobre esto —Jimin le comentó a Yoojung. Ambos le daban la espalda, caminando unos cuantos pasos delante de Jungkook.
—¿Cómo podría? No sabemos nada sobre este hombre, sin embargo, será obsequiado al Señor Yoongi. No confío en él.
—No tienes que confiar en él; solo en Asha —entonó Jimin, sonando ligeramente preocupado.
—Sí confío en lo divino, pero...
Claramente, no todo el mundo estaba dispuesto a creer en la lectura de hígado de oveja y el vuelo de los pájaros como Jimin. Jungkook intentó desesperadamente ignorar la forma descarada en la que hablaban de él. Estaba justo detrás de ellos. Finalmente, llegaron a las afueras del templo y Jungkook estaba medio ciego por la luz.
Asentado en la cima de un enorme acantilado, Jungkook jadeó. Debajo del acantilado había un paisaje escénico de llanuras onduladas y bosques. La mayor parte se había transformado en tierras de cultivo, bien regadas y boscosas, adecuadas para la agricultura y el pastoreo. Casitas diminutas salpican la distancia, pero esto ciertamente no era una ciudad. Jimin le hizo un gesto.
— Ven. La ciudad está por aquí.
Al doblar la esquina, Jungkook se impresionó aún más por la escala arquitectónica pura detrás del templo. Un palacio grande y completo se encontraba detrás del templo. Y debajo de eso, la ciudad. Construido con roca de toba y mármol blanco, columnas jónicas curvadas incrustadas profundamente en la masa de edificios. La música sonaba distante en las calles, así como el bullicio de la gente y los comerciantes que se esforzaban por participar en las celebraciones del Priad. El templo se encontraba en el punto más alto de la ciudad, y directamente detrás de él, bloqueándolo del resto de la ciudad, estaba el palacio.
No había forma de que Jungkook pudiera llegar a la cima de este acantilado, a través de esta antigua ciudad, y entrar en un maldito templo al azar por sí mismo.
Su garganta se secó. A Jungkook le llegó de golpe que ya no está con el equipo de excavación. Estaba en otro lugar, en una tierra extraña, lejos de su hogar y con pocas probabilidades de regresar a menos que sea por medio del mismo medio sobrenatural que lo dejó aquí.
Jimin y Yoojung lo llevaron a la entrada trasera del palacio. Una placa dorada se arqueana a través de la entrada, representando una escena de banquete, así como una larga descripción en otro idioma.
— Describe el primer rey de la dinastía de Tyrhennia — Yoojung le ayudó. Lo miraba con respeto, aunque su lenguaje corporal reflejaba desconfianza. No la culpaba. Se preguntó qué posición ocupaba ella... ¿una Sacerdotisa? ¿Una política? ¿Una esposa de este supuesto Magistrado? Jungkook apenas tuvo la oportunidad de reflexionar sobre esto antes de que le empujara la espalda con su mano.
—Continúa —dijo Yoojung —Seokjin está adentro. Es el cónsul bajo el Señor Yoongi.
—Esperen. ¿No vendrán conmigo? —Jungkook se giró frenéticamente hacía Jimin, quien sonrió con cariño.
—Nuestro lugar está en el templo. Es la Príada, así que no podemos irnos.
—No te preocupes —dijo Yoojung, las cadenas en su correa sonaron cuando movió su brazo —Soekjin es agradable. Jaja.
Jungkook echó un vistazo al vestíbulo, grande y de mármol lujoso y con otra estatua al final del vestíbulo. Pero con un empujón repentino en su hombro, se tropezó a través de la puerta y la escuchó cerrarse tras él. Muy, muy alentador. Estaba seguro de que fue Yoojung.
El techo era alto, un diseño cónico con arcos de descarga. Jungkook se mordió el labio y avanzó a pasos agigantados a pesar de las pesadas joyas que colgaban de él. La diadema de su cabeza estaba fría, pero no se molestó en quitársela. Parado frente a la estatua, Jungkook se acercó, pasando una mano sobre su cara. El rostro de la mujer tallada tenía una sonrisa arcaica que residía misteriosamente en él, dando una imagen de ligero escalofrío. Su cabello se retorcía en una serie de trenzas que bajan por su espalda, y su cuerpo se mantenía en pie con gracia - lana pesada y tela a cuadros estampados se agarraban alrededor de su cintura apretada. Todo tallado, por supuesto, pero esculpido con maestría.
—Vulci, la diosa del agua —dijo una voz atrás de él. Jungkook se sobresaltó.
Un hombre alto y de hombros anchos lo miraba, con una expresión amistosa, pero con ropa imperialista. Miró a Jungkook de arriba hacia abajo, al igual que Yoojung, pero con mucha más valoración.
—Ok. Vaya, Jimin tenía razón —declaró el hombre —eres muy encantador. No tanto como yo, por supuesto, pero, aun así. Alabada sea Asha, ¡se superó a sí misma esta vez!
—Uh —dijo Jungkook —¿tú eres Seokjin?
—Oh, sí —Soekjin guiño un ojo —técnicamente el cónsul, pero no tienes que decirme así. Eres un regalo divino, después de todo.
—Oh. Está bien. Gracias.
Seokjin lo miró expectante, como si esperara que Jungkook dijera alguna predicción divina. Desafortunadamente, Jungkook no era divino ni santo como ellos creían. De hecho, era lo contrario, más cerca de socialmente incómodo y forzado.
Dándose cuenta de la expectativa en el aire, Jungkook intentó formar una conversación.
—Así que, ¿quién es Vulci? Pensé que esta ciudad adoraba a Asha.
Seokjin asintió, como si la pregunta fuera razonable y no un intento de desviación.
—Eso tiene sentido. Como una extensión de Asha, debes desear saber la razón por la cual hay otros dioses en nuestro palacio.
—¡Exacto! —Jungkook estaba mintiendo de lo lindo.
—Somos una ciudad con puerto marítimo —explicó Seokjin, encaminando a Jungkook por el vestíbulo —A pesar de que Asha es nuestra deidad principal, le damos un respeto menor a Vulci y Za, quienes tienen participación directa en nuestro comercio de importación. Al único dios que prohibimos en nuestros vestíbulos es Nerein.
—Nerein —repitió Jungkook. Estaba seguro de que Jimin había mencionado a este dios antes —¿cosecha y tranquilidad?
—En efecto —Seokjin abrió una puerta —Nerein y nuestra divina Asha han estados en una pelea desde hace siglos.
Al parecer sus deidades estaban sujetos a la desafortunada atracción y repulsión que los humanos a menudo ejercían. La habitación que Seokjin abrió era amplia y extravagantemente esculpida como una esfinge. Las paredes tenían variadas inscripciones de oro, y un tablero de dardos. Esta cultura parecía tenerles cariño a los juegos. Unas personas amantes del placer, o quizás era solo la aristocracia.
—¿Esta es la habitación del señor Yoongi? —intentó adivinar secamente Jungkook —¿Qué es, un rey?
—Oh, Yoongi es un Magistrado —dijo Seokjin —ciertamente no un dios. ¡Eso es un tanto presuntuoso para incluso sugerirlo!
Todos esos títulos era terminología sin significado para Jungkook. Por ejemplo: no tenía idea de qué era un cónsul, lo que significaba que no tenía idea de qué era Seokjin. Jungkook podía sentir su paciencia alcanzar rápidamente el fin de la cuerda.
—No tengo idea de lo que es un Magistrado. O un cónsul.
Seokjin frunció el ceño. —No eres de este mundo, entonces —no me digas —Tenemos un rey, pero reside en el Santuario de Adit. Aquí, en el Santuario de Asha, tenemos un Magistrado. Son elegidos por las divinidades de su ciudad. Así, en el Santuario de Vulci, la misma Vulci eligió un Magistrado para ver sobre su gente.
—Espera, ¿entonces cuál es la diferencia entre un rey y un magistrado? —preguntó confundido Jungkook.
—Un rey es elegido políticamente por los magistrados —explicó Seokjin —Los magistrados son elegidos por los dioses. Asha eligió a Yoongi para que la representara, así que ha recibido un favor divino.
Eso sonaba absolutamente salvaje. ¿Eran estos dioses reales? ¿De verdad escogían a las personas? Era descabellado y Jungkook no pudo evitar preguntarse si las elecciones políticas se basaban en la lectura de hígado de Jimin, también.
Jungkook añadió: —¿Y eres un cónsul? ¿Qué es lo que haces?
Seokjin sonrió de medio lado —Asisto a Yoongi con gobernar la ciudad. Y también lo cuido, pero eso es porque somos amigos, no porque soy el cónsul. —con eso, Seokjin aplaudió una vez emocionado. —Bueno, Yoongi debería estar aquí pronto. Volveré al banquete, así que una última cosa.
Yendo a la cama, Seokjin tomó un paño. Perecía ser una especia de tela transparente.
Seokjin estiró su mano y puso la cosa sobre la cabeza de Jungkook. Qué.
—Es un velo —lo tranquilizó Soekjin —bien, debo irme. Encantado de conocerte, honorado huésped.
Estaba afuera incluso antes de que Jungkook pudiera responder. Espectacular.
Jungkook se sentó por al menos tres minutos antes de ponerse de pie y explorar la habitación. Pasó una mano por el taburete de la esfinge, examinando la mecánica de la chimenea, e intentando descifrar la escritura extranjera en las placas doradas. Una vez que se agotó, Jungkook fue a la mesa mediana y miró fijamente la jarra de arcilla. Había alguna forma de líquido en su interior, y olía a.... vino. Pero no el vino al que está acostumbrado.
Había una copa en la mesa también, y viertió un poco del vino. Jungkook tomó un sorbo.
Era significativamente más espeso que lo que estaba acostumbrado. De hecho, creía que había como trozos de uva. Girando el brebaje, Jungkook se dio cuenta de que había residuos en el fondo de la copa.
El pánico comenzó a aumentar como un tsunami de ansiedad. Jungkook estaba en un lugar desconocido, extraño y aterrador. Quería salir. Temblando, Jungkook quería que su mente tuviera pensamientos más felices. Podía salir de aquí; tenía que creerlo.
Estaba examinando los restos de vino cuando la puerta crujió. Jungkook casi derramó toda la copa en pánico. Afortunadamente, sólo derramó un poco, y bebió el resto en una hazaña de desesperación. Dios sabía que necesitaría algo de valor líquido.
Arrojando el velo sobre su cabeza (se lo había quitado en su lento paseo por la habitación), Jungkook se instaló en la cama, con el aliento retenido, una falsa imagen de docilidad. No miró la puerta cuando se abrió, en su lugar, estaba mirando fijamente a la chimenea.
Pasos.
Lentos, medidos. Esta persona era tranquila, paciente.
Seokjin dijo que había un banquete, pero el andar de este individuo no gritaba "borracho". Más bien lo contrario, de hecho.
Intimidante.
La figura se instaló frente a Jungkook, y los pasos se detuvieron. Jungkook no miró hacia arriba, pero el velo seguía siendo transparente, por lo que Jungkook podía ver la mitad inferior del cuerpo de un hombre.
— Asha tiene realmente un gusto exquisito — Este tipo, Yoongi, murmuró. Tenía una voz grave y gruesa. Decepcionantemente agradable y relajante, considerando que Jungkook no conocía al hombre.
Jungkook podía ver los bordes de la luz asomándose bajo su velo, los dedos levantando el pedazo de tela, todo estaba sucediendo tan rápido... y finalmente, hicieron contacto visual. 
0 notes
bts-scenarios-br · 4 years
Text
Reaction - Te dando um presente caro de aniversário.
JIN
“Eu comprei uma coisa para você” Seu namorado te disse entrando no apartamento.
“Mas não é meu aniversário ainda” Respondeu com uma risadinha. 
“Eu sei, mas quero que você use na sua festa amanhã, por isso quero te dar agora.”
Você estava no sofá assistindo a uma série policial na TV, e logo seu namorado estava sentado ao seu lado, com uma sacolinha verde em mãos.
“Jin… não me diga que isso é de onde eu acho que é.”
“Está escrito ‘Tiffany’ na sacola, acho que não tem muito mistério.” Ele te entregou a sacola “Abre logo, quero saber se vai gostar”
Você tirou uma caixa de veludo de um tamanho médio de dentro, abrindo e logo se deparando com uma pulseira prateada que carregava uma delicada pedra brilhante no meio. Sua reação foi simplesmente olhar para a jóia com a boca aberta, sem encontrar as palavras para se expressar.
“É um diamante. Você me disse que nunca tinha tido um, então quis encontrar algo que combinasse com você” Ele puxou o seu braço e pegou a pulseira, logo a envolvendo em seu pulso. “Ficou muito bonita em você!” Sorriu. “Acha que consegue usar amanhã?”
Você continuou em silêncio até perceber o olhar preocupado do seu namorado. “Consigo, claro...” Aproximou seu braço dos olhos para poder examinar o acessório mais de perto. “Mas Jin, isso aqui deve ter sido muito caro. Não acha um pouco demais para o meu aniversário?”
“Não.” Ele sorriu enquanto te observava ainda admirando o presente. “Eu não estava planejando comprar algo assim, na verdade. Mas acabei cruzando com essa pulseira e imaginei você usando ela na hora.” 
“Ela é linda, acho que vou ficar até com medo de usá-la” O olhou com os olhos espantados. “Imagina se eu perco!” 
“Ah, se você não usar, eu mesmo uso.” Você deu um leve empurrão nele. “Brincadeira, brincadeira. Ela é sua.” Te olhou com um sorriso de canto antes de continuar: “E eu não quero nada ofuscando meu brilho.” 
Tumblr media
YOONGI 
Você tinha acabado de se vestir para o trabalho, e estava procurando o seu relógio antes que se atrasasse.
“O que a aniversariante está fazendo?” Ouviu o seu namorado na porta do quarto. 
“Não consigo achar o meu relógio” Abriu uma gaveta. “Eu só tenho aquele. Você viu ele por aí?” Olhou para ele, que estava com um sorriso no rosto e uma caixinha nas mãos.
“Não, eu não vi ele” Se aproximou, te entregando a caixa. “Mas acho que posso resolver o seu problema” Você a olhou por um tempo, abrindo logo em seguida, e se deparando com um relógio de cor dourada.
 “Yoongi!” Falou olhando para o seu namorado. 
“Você não gostou?” Te olhou já um pouco assustado.
“Não é isso, ele é lindo, é claro” O direcionou um olhar carinhoso. “Mas essas coisas costumam ser muito caras, não precisava disso” Decidiu tirar o acessório da embalagem para o olhar mais de perto. “Eu tinha comprado o meu anterior no supermercado, não paguei nem o preço da embalagem desse!”
“Eu sei, aquele seu relógio era uma porcaria, seu pulso ficava verde toda vez” O olhou. “Por isso dei um fim nele e te arrumei um decente” Sorriu enquanto te olhava.
“Então foi você que sumiu com ele!” Fingiu estar chateada. “Eu gostava dele, poxa”
“Mais do que essa coisa linda escolhida carinhosamente pelo seu namorado?” Ele levantou uma sobrancelha.
“Óbvio que não.” O olhou sorrindo. “Mas saiba que se um dia terminar comigo eu vou vender ele e comprar uma casa na praia”. 
“Engraçadinha” Ele começou a rir. 
Tumblr media
HOSEOK
“Ainda não acredito que me convenceu a deixar você escolher minha roupa para a minha própria festa” Disse olhando pelo seu namorado pelo espelho. “Você é muito convincente quando quer”.
Ele deu uma leve risada e se levantou da cama, indo para fora do quarto logo em seguida.
“Onde você está indo?” Gritou para ele. 
“Pegar o seu sapato.” Gritou de volta. 
“Mas meus sapatos ficam aqui no quarto.” Disse quando ele voltou.
“Não esse aqui” Levantou uma sacola grande que fez você arregalar os olhos no mesmo instante.
“Você está brincando, né?” Disse enquanto ele tirava a caixa da sacola e se sentava na cama, te puxando para fazer o mesmo. Você ficou olhando para a caixa com “Louboutin” em letra cursiva na tampa.
“Abre logo, vai” Disse empolgado, e você fez o que ele mandou, logo se deparando com um salto preto de solado vermelho. 
“Hobi, por que comprou isso? Sabe que não precisava.” 
“Claro que precisava” Disse enquanto você tirava cuidadosamente um dos pés da caixa. “Eu ouvi você falando para uma amiga que sempre quis ter um desses. Então decidi te dar o seu primeiro. Espero que tenha gostado.” Te olhou esperançoso.
“É claro que eu gostei, mas realmente não precisava. Eu nem estava falando sério com ela.”
“Bom, falando sério ou não, agora você ganhou um. E vai usar hoje”
“Ele parece que machuca, né” Você disse olhando para os sapatos e mordendo um pouco o lábio.
“S/N…” Ele começou a rir. 
“Desculpa, desculpa” Se juntou a ele na risada. “Qualquer coisa eu compro umas palmilhas para colocar nele.” O olhou nos olhos. “Muito obrigada, Hobi, de verdade.” Ele te puxou para um abraço.
Tumblr media
NAMJOON 
“Eu acho que esse é o melhor bife que eu já comi.” Seu namorado disse do outro lado da mesa. Hoje era o seu aniversário e ele tinha te convidado para jantarem juntos em um restaurante mais chique do que estava acostumada, mas mesmo assim estava se divertindo. 
“EI!” Falou. “O meu bife também é muito bom!”
“Ele é, mas esse aqui é incrível, jagiya” Ele disse cortando um pedaço e colocando no seu prato. “Experimenta e vai entender o que eu estou falando.” 
Você colocou o pedaço na boca, o olhando com os olhos arregalados logo em seguida. “Meu Deus, essa é uma das melhores coisas que eu já coloquei na minha boca!”
“Ei!” Ele te imitou, recebendo um olhar bravo em seguida que fez com que ele começasse a rir. “Ah, eu esqueci de entregar o seu presente!”
“Eu pensei que o jantar fosse o presente.”
“Claro que não, a gente janta todos os dias, não tem nada de especial nisso.” Ele tirou uma pequena caixa de veludo do bolso, te entregando logo em seguida. “Espero que você goste.”
Você abriu a caixinha e ficou chocada ao encontrar um delicado anel prateado com uma pedra azul no topo, e a palavra “Bvlgari” escrita na tampa da embalagem. “Joonie… Eu não sei nem o que falar.”
“Você gostou?”
“Mas é claro que sim!” O olhou. “Muito obrigado, mesmo. Ele é lindo.”
Seu namorado pegou sua mão e a embalagem do outro lado da mesa, colocando o anel em seu dedo logo em seguida. “Fica ainda mais bonito na sua mão” Levou sua mão até os lábios, depositando um beijo nela. “Mas ainda estou chateado que acha que o bife é melhor que eu…” Você riu e deu um leve chute nele por baixo da mesa.
Tumblr media
JIMIN
“Parabéns jagiya!” Seu namorado te disse assim que entrou na sua casa, te abraçando e rodando você no ar. 
“Obrigada, Jiminie” Disse rindo enquanto ele te colocava no chão e te dava um beijo. Ele pegou uma embalagem que tinha deixado do lado de fora e te entregou logo em seguida. “O que é isso?”
“Seu presente, ué.”
Vocês foram até o sofá, e você abriu a sacola assim que se sentou, curiosa para saber o que que era. Tirou de dentro uma bolsa cor de rosa de veludo, levantando as sobrancelhas assim que viu a logo na frente. “Jimin, isso aqui é da Chanel?” 
Ele deu uma risada. “Sim.” Você olhou para ele. “Gostou?”
“Mas é claro que eu gostei!” Voltou a olhar a bolsa, a abrindo com o maior cuidado do mundo. “Só acho que você não devia ter comprado algo tão caro para mim.”
“Mas eu não comprei por causa do preço.” Ele falou rapidamente. “Comprei porque achei que combina muito com você. E acho que vai usar bastante!”
“Sinceramente, dá até dó de usar. Dá vontade de colocar ela em um quadro e deixar exposto para todo mundo ver.” Disse, fazendo o seu namorado rir. “Muito obrigada, Jimin, de verdade” O puxou para um abraço.
“Você merece muito mais do que isso, S/N, não precisa agradecer.” 
Você sorriu com o comentário, se levantando logo em seguida. “Bom, eu espero que você já tenha preparado um lugar para nós irmos, porque eu estou indo escolher a roupa perfeita para exibir minha bolsa nova pro mundo!” O ouviu rindo mais uma vez antes de entrar em seu quarto.
Tumblr media
TAEHYUNG 
“Meu Deus, Taehyung! Que susto!” Disse, ao sair do banheiro enrolada na sua toalha e se deparou com o seu namorado na sua cama, mexendo no celular. “Por que não avisou que tinha chegado?” 
“Eu tentei” Falou, se levantando. “Mas sua música estava muito alta e você não me ouviu”
Você foi para o seu closet para colocar sua roupa, e estranhou quando o seu namorado foi atrás, com uma caixa nas mãos. 
“O que foi, Tae?” Perguntou enquanto abria sua gaveta para pegar uma roupa íntima. 
“Você já escolheu a roupa que vai usar hoje?”
“Ah, eu ia colocar algum vestido.” Disse olhando as suas roupas. “Mas não pensei em nenhum específico. Por que?” 
Ele te estendeu a caixa, você conseguiu ler o que tinha escrito nela pela primeira vez. “Veste isso!” 
“Gucci?” Olhou para ele com um sorriso no rosto. “Nós dois sabemos que você é a pessoa que usa Gucci desse relacionamento.” Brincou enquanto pegava a caixa e a apoiava em uma cômoda para abrir. 
“Você sempre fica me irritando por causa disso, então decidi comprar isso para você e te trazer para o lado negro da força” 
Você olhou para o tecido azul na caixa e o puxou para cima com as duas mãos, observando um lindo vestido de mangas e com um detalhe preto na gola. 
“Ele é lindo, Tae” Falou colocando o vestido de volta na caixa para dar um abraço em seu namorado. “Muito obrigada, amor!” 
“De nada, jagiya” Retribuiu o abraço. “Vai usar ele na festa hoje?” 
“Claro que eu vou” Se soltou dele, voltando a admirar a peça de roupa. “Agora sai daqui que eu preciso me trocar.” Se virou para ele o empurrando de volta para o quarto. 
“Por que eu tenho que sair? Não tem nada aí que eu não tenha visto!” 
“Taehyung!” Pegou uma pantufa que estava por perto e jogou em na direção dele. “Vaza!” 
Tumblr media
JUNGKOOK
“Jungkook! Eu ainda estou de pijama, para onde está me levando?” Disse quando percebeu que seu namorado estava te guiando para fora de casa. Ele tinha te acordado com um café da manhã na cama, mas nem deu tempo de você se trocar e ele cobriu os seus olhos com uma venda, dizendo que tinha uma surpresa para você.
“Relaxa, jagiya, ninguém vai te ver assim.” Parou por um segundo, falando quase em um sussurro logo após. “Só os vizinhos da frente…Bom dia!” Disse a última parte mais alto. 
“Olha a vergonha que você faz eu passar bem no dia do meu aniversário, menino.” Sussurrou para o mesmo. “Bom dia!” Disse mais alto enquanto acenava com a mão, mas seu namorado mudou a direção já que estava fazendo o gesto para o lado errado. Após ouvirem seus vizinhos os cumprimentarem de volta, ele andou com você mais um pouquinho e fez você parar na calçada. 
“Chegamos” Falou empolgado enquanto tirava as mãos de seus ombros. “Pronta?” 
“Óbvio!” Falou, se contagiando pela animação do menino. Sentiu ele tirar sua venda e abriu os olhos com um pouco de dificuldade por conta da claridade. Assim que se acostumou e olhou para a frente ficou estática por alguns segundos, até conseguir achar sua voz de novo. “Jungkook, não me diga que esse é o meu presente.” 
“Claro que é!” Falou, indo para a sua frente. “Eai, o que achou?” 
“Você me comprou um carro?!” Estava tendo que se segurar para não surtar. “Isso é loucura!” 
“Não é não.” Ele soltou um suspiro, te olhando nos olhos. “Olha, eu sei que vai falar que é demais, mas acredite em mim, isso não chega nem perto do que você merece.” Falou com um sorriso. 
“Mas… por que um carro?” 
“Qual é, S/N. Acha que eu não percebo como você fica bem mais cansada do que deveria todos os dias porque tem que ir até o outro lado da cidade de ônibus para trabalhar?” Ele levanta uma sobrancelha. “Você sempre nega quando eu te ofereço uma carona. E sempre que digo para comprar um carro você diz que não quer gastar dinheiro com isso agora.” Pegou suas mãos. “Bom, agora não precisa mais se preocupar com o dinheiro.” 
“Kookie… Eu não acho que posso aceitar isso, é demais.” 
“Olha pra mim, S/N.” Você fez o que ele pediu, tendo seu rosto envolvido por suas mãos. “Você é a coisa mais importante da minha vida. E eu entendo que você ache demais, mas eu quis te dar isso porque quero o seu bem e sua segurança. Por favor, aceita o carro.” 
Você o puxou para um abraço forte. “Você é doido. Mas eu te amo mais do que tudo nesse mundo” Ele riu, tirando uma chave do bolso de seu moletom. 
“Vamos dar um rolê, então?” Te deu a chave, já entrando no banco do passageiro. “Você dirige!”
“Eu ainda estou de pijama!” Disse rindo, mas indo para o lado do motoristas. 
“Pelo menos você não está em um ônibus” Disse quando você entrou no carro, fazendo com que os dois começassem a rir.
Tumblr media
Oi, como estão?? Espero que bem!
Tomara que gostem!
(eu queria dizer que para escrever isso eu fui pesquisar os preços das coisas, para ver se realmente eram tão caras quanto eu imaginava, e descobri que são ainda mais. É sério, se um dia eu tiver dinheiro pra comprar uma dessas coisas assim do nada eu zero a vida.)
82 notes · View notes
monlali · 3 years
Text
Tumblr media
02
Los últimos dos meses han pasado demasiado rápido sin importar mucho que deseaba que  el tiempo frene, para darme más tiempo para prepararme. Solo dos días hasta mi fiesta de compromiso. Madre estaba ocupada ordenando a los sirvientes alrededor, asegurándose que la casa estaba impecable y que nada saliera mal. Ni siquiera era una gran celebración. Solo nuestra familia, la familia de Jungkook y las familias de los propietarios jefes de Nueva York y Chicago fueron invitadas. Hodong dijo que era por razones de seguridad. La tregua todavía era demasiado reciente para arriesgarse a una reunión de cientos de invitados.
Me hubiera gustado que la cancelaran por completo. En lo que a mí concernía, no tenía que conocer a Jungkook hasta el día de nuestra boda. Jimin saltaba de arriba abajo en mi cama, con una mueca en su rostro. Tenía solo cinco años y tenía demasiada energía.
—¡Quiero jugar!
—Madre no quiere que corras por la casa. Todo debe estar perfecto para los invitados.
—¡Pero ni siquiera están aquí! —Gracias a Dios. Jungkook y el resto de los invitados de Nueva York llegarían mañana. Solo una noche más hasta que conozca a mi futuro esposo, un hombre que mató con sus propias manos. Cerré los ojos.
—¿Estás llorando otra vez? —Jimin saltó de la cama y se acercó a mí, deslizando su mano en la mía. Su cabello rubio oscuro era un desastre. Traté de aplacarlo pero Jimin apartó la cabeza.
—¿Qué quieres decir? —había intentado ocultar mis lágrimas de él. Sobre todo lloraba de noche cuando estaba protegida por la oscuridad.
—Lia dice que lloras todo el tiempo porque Jungkook te ha comprado.
Me quedé helada. Tendría que decirle a Lia que deje de decir esas cosas. Solo me metería en problemas.
—Él no me compró. —Mentirosa. Mentirosa.
—Da lo mismo —dijo Jennie desde la puerta, sorprendiéndome.
—Shhh. ¿Qué pasa si padre nos escucha?
Jennie se encogió de hombros.
—Sabe que odio que te vendiera como una vaca.
—Jen —advertí, haciendo un gesto hacia Jimin. Él miró hacia mí.
—No quiero que te vayas —susurró.
—No me iré por un largo tiempo, Minmi. —Pareció satisfecho con mi respuesta y la preocupación desapareció de su rostro y fue reemplazada por su expresión de estar tramando algo.
—¡Atrápame! —Gritó y salió corriendo, empujando a un lado a Jennie mientras corría como un rayo junto a ella.
Jennie corrió tras él.
—¡Voy a patear tu trasero, pequeño monstruo!
Me precipité hacia el pasillo. Lia asomó la cabeza fuera de su puerta y ella también corrió tras mi hermano y hermana. Madre me cortaría la cabeza si rompían otra reliquia familiar. Volé escaleras abajo. Jimin todavía se encuentra a la cabeza. Era rápido, pero Lia casi lo había atrapado mientras que Jennie y yo éramos demasiado lentas en los tacones que mi madre nos obligaba a usar para practicar. Jimin corrió hacia el pasillo que conducía al ala oeste de la casa y el resto de nosotras lo siguió. Quise gritarle que se detenga. La oficina de padre estaba en esta parte de la casa. Estaríamos en grandes problemas si nos sorprendía jugando. Se suponía que Jimin debía actuar como un hombre. ¿Qué niño de cinco años actuaba como un hombre?
Pasamos la puerta de padre y el alivio se apoderó de mí, pero luego tres hombres doblaron la esquina al final del pasillo. Separé mis labios para gritar una advertencia, pero ya era demasiado tarde. Jimin se detuvo en seco pero Lia colisionó con el hombre en el centro con toda su fuerza. La mayoría de las personas habrían perdido el equilibrio. La mayoría de las personas no median dos metros y no eran macizas como un toro.
Paré en seco mientras el tiempo parecía detenerse a mi alrededor. Jennie jadeó detrás de mí, pero mi mirada estaba congelada en mi futuro esposo. Miraba hacia la cabeza castaña de mi hermana pequeña, estabilizándola con sus fuertes manos. Manos que había utilizado para aplastar la garganta de un hombre.
—Julia —dije, mi voz aguda por el miedo. Nunca llamaba a mi hermana por su nombre completo a menos que estaba en problemas o que algo anduviera muy mal. Deseé ocultar mejor mi terror. Ahora todo el mundo me estaba mirando, incluido Jungkook. Sus fríos ojos azules me escanearon de pies a cabeza, deteniéndose en mi cabello.
Dios, era alto. Los hombres junto a él median más de un metro ochenta, pero él los eclipsaba. Sus manos todavía estaban sobre los hombros de Lia.
—Julia, ven aquí —dije con firmeza, extendiendo una mano. La quería lejos de Jungkook. Ella retrocedió y luego voló a mis brazos, enterrando su rostro contra mi hombro. Jungkook levantó una ceja negra.
—¡Ese es Jeon Jungkook! —dijo Jennie amablemente, sin molestarse en ocultar su disgusto. Jimin hizo un sonido similar a un gato salvaje enfurecido, arremetió contra Jungkook y comenzó a golpearle las piernas y el estómago con sus pequeños puños.
—¡Deja en paz a Lisa! ¡No la tendrás!
Mi corazón se detuvo en ese momento. El hombre junto a Jungkook dio un paso hacia adelante. El contorno de un arma de fuego era visible debajo de su chaleco. Tenía que ser el guardaespaldas de Jungkook, aunque realmente no entendía por qué necesitaría uno.
—No, Daesung —dijo Jungkook simplemente y el hombre volvió a su puesto. Jungkook capturó las manos de mi hermano en una de las suyas, deteniendo el asalto. Dudé que incluso sintiera los golpes. Empujé a Lia hacia Jennie, quien envolvió un brazo protector alrededor de ella, entonces me acerqué a Jungkook. Estaba completamente asustada, pero necesitaba alejar a Jimin de él. Tal vez Nueva York y Chicago estaban tratando de dejar su enemistad de lado, pero las alianzas se pueden romper en un abrir y cerrar de ojos. No sería la primera vez. Jungkook y sus hombres seguían siendo el enemigo.
—Qué cálida bienvenida recibimos. Esta es la infame hospitalidad de la Organización —dijo el otro hombre con Jungkook; tenía el mismo cabello negro pero sus ojos eran de un castaño claro. Era un par de centímetros más bajo que Jungkook y no tan ancho, pero era inequívoco que eran hermanos.
—Taehyung —dijo Jungkook en una voz baja que me hizo temblar. Jimin todavía estaba gruñendo y luchando como un animal salvaje, pero Jungkook lo sostenía a un brazo de distancia.
—Jimin —dije firmemente, agarrando su antebrazo—. Es suficiente. Esa no es la forma en que tratamos a los invitados.
Jimin se congeló y luego me miró por encima de su hombro.
—Él no es un invitado. Quiere robarte, Lisa.
Taehyung rio entre dientes.
—Esto es demasiado bueno. Me alegro que padre me convenciera de venir.
—Te lo ordenó —corrigió Jungkook, pero sin apartar sus ojos de mí. No pude devolverle la mirada. Mis mejillas ardían con fervor por su escrutinio. Mi padre y sus guardaespaldas se aseguraban que Jennie, Lia y yo no estuviéramos rodeadas de hombres muy a menudo, y aquellos que dejaban estar cerca de nosotras eran familiares o ancianos. Jungkook no era de la familia, ni anciano. Solo tenía cinco años más que yo, pero parecía un hombre y me hacía sentir como una niña pequeña en comparación.
Soltó a Jimin y tiré de él hacia mí, su espalda contra mis piernas. Crucé mis manos sobre su pequeño pecho jadeante. Él no dejó de mirar a Jungkook con ira. Deseé tener su valor, pero él era un niño, un heredero al título de mi padre. No se vería obligado a obedecer a nadie, salvo al Jefe. Podía permitirse la valentía.
—Lo siento —dije, aunque las palabras me supieron agrias—. Mi hermano no tenía la intención de ser irrespetuoso.
—¡Sí la tenía! —Gritó Jimin. Cubrí su boca con mi mano y él se retorció debajo de mi agarre, pero no lo dejé ir.
—No te disculpes —dijo Jenni bruscamente, ignorando la mirada de advertencia que le disparé—. No es culpa nuestra que él y sus escoltas ocupen tanto espacio en el pasillo. Por lo menos, Jimin dice la verdad. Todo el mundo piensa que necesita rebosar de cariño ya que él va a ser el Capo…
—¡Jenni! —Mi voz fue como un látigo. Ella cerró la boca con un chasquido, mirándome con los ojos como platos—. Lleva a Lia y a Jimin a sus habitaciones. Ahora.
—Pero… —Echó un vistazo a mis espaldas. Y me alegré que no pudiera ver la expresión de Jungkook.
—¡Ahora!
Agarró la mano de Jimin y lo arrastró lejos junto con Lia. No creí que el primer encuentro con mi futuro esposo pudiera haber salido peor. Reuniendo coraje, me enfrenté a él ya sus hombres. Esperaba ser recibida con furia, pero en su lugar me encontré con una sonrisa irónica en la cara de Jungkook. Mis mejillas ardían de vergüenza, y ahora que estaba sola con los tres hombres, los nervios retorcieron mi estómago. Madre se pondría furiosa si descubría que no me había vestido adecuadamente para mi primer encuentro con Jungkook. Llevaba puesto uno de mis vestidos hasta el tobillo favoritos con mangas que llegaban a mis codos y estaba silenciosamente feliz por la protección que toda la tela me ofrecía. Crucé los brazos frente a mi cuerpo, insegura de qué hacer.
—Me disculpo por mi hermana y hermano. Son… —Luché por una palabra además de rudos.
—Protectores contigo —dijo Jungkook simplemente. Incluso su voz era profunda, sin emociones—. Este es mi hermano Taehyung.
Los labios de Taehyung estaban extendidos en una gran sonrisa semi cuadrada. Agradecí que no intentara tomar mi mano. No creí que pudiese mantener mi compostura si uno de ellos se habiese movido más cerca.
—Y este es mi mano derecha, Daesung. —Él me dio el más breve asentimiento antes de regresar a su tarea de escanear el corredor. ¿Qué era lo que estaba esperando? No teníamos asesinos escondidos en trampillas secretas.
Puse mi atención en la barbilla de Jungkook y esperé que pareciera como si en realidad estuviese viendo sus ojos. Di un paso atrás.
—Debería ir con mis hermanos.
Jungkook tenía una expresión conocedora en su cara, pero no me importaba que él viera qué tan incómoda, qué tan asustada me había puesto. Sin esperar que me dé permiso, no era mi esposo ni mi prometido aún, me di la vuelta y rápidamente me fui, orgullosa de no haber caído en la urgencia de correr.
Tumblr media
Madre jaló del vestido que padre había elegido para la ocasión. Para el espectáculo de carne, como Jenni lo llamaba. Aunque sin importar lo mucho que madre jale, el vestido no se hacía más largo. Me miré en el espejo con incertidumbre. Nunca había llevado nada tan revelador. El corrugado vestido negro se pegaba a mi trasero y cintura, terminando en lo alto de los muslos; la parte superior consistía en un corpiño semi completo hasta el cuello, con un hombro al desnudo y de adorno tres cinturillas.
—No puedo usar esto, madre.
Madre encontró mi mirada en el espejo. Su cabello estaba peinado hacia arriba esta vez; era unos pocos tonos más oscuro que el mío. Llevaba un elegante vestido largo hasta el piso. Deseé que me hubiesen permitido algo más modesto.
—Te ves como una mujer —susurró.
Gemí.
—Me veo como una puta.
—Las putas no pueden permitirse un vestido como ese.
Las amantes de mi padre tenían ropas que costaban más de lo que algunas personas gastaban en un carro. Madre puso sus manos en mi cintura.
—Tienes una cintura de avispa y el vestido hace que tus piernas se vean más largas. Estoy segura que Jungkook lo apreciará.
Miré el pequeño escote. Tenía pechos pequeños, que incluso el efecto push-up del corpiño no cambiaba. Era una quinceañera vestida para verse como mujer.
-Ten. —Madre me dio unos tacones negros de doce centímetros. Quizá alcanzaría la barbilla de Jungkook usándolos. Me deslicé en ellos. Madre forzó una sonrisa falsa en su cara y acomodó mi largo cabello—. Mantén tu cabeza en alto. Kim Gongyoo te llamó la más hermosa mujer de Chicago. Muéstrale a Jungkook y a su séquito que eres más hermosa que cualquier mujer en Nueva York también. Después de todo, Jungkook las conoce a casi todas. —La manera en que lo dijo me hizo estar segura que también había leído los artículos sobre las conquistas de Jungkook, o quizás padre le había dicho algo.
—Madre —dije vacilante, pero ella dio un paso atrás.
—Ahora ve. Iré después de ti, pero este es tu día. Deberías entrar al salón sola. Los hombres estarán esperando. Tu padre te presentará a Jungkook y luego iremos juntos al comedor para la cena. —Ya me lo había dicho docenas de veces.
Por un momento, quise tomar su mano y rogarle que me acompañe; en su lugar, me di la vuelta y salí de mi habitación. Agradecí que mi madre me hubiera forzado a llevar tacones las últimas semanas. Cuando estuve frente a la puerta del salón con chimenea en el primer piso del ala oeste, mi corazón estaba latiendo en mi garganta. Deseé que Jennie estuviera a mi lado, pero madre probablemente le había advertido que debía comportarse. Tenía que hacer esto sola. Se suponía que nadie robara el espectáculo de la futura esposa.
Miré la madera oscura de la puerta y consideré huir. Risas de hombre se escuchaban detrás de ella, mi padre y el Jefe. Un cuarto repleto de los más poderosos y peligrosos hombres en el país y se suponía que tenía que entrar. Un solitario cordero entre lobos. Sacudí la cabeza. Tenía que dejar de pensar así. Ya los había hecho esperar demasiado tiempo.
Agarré la manija y la bajé. Me deslicé dentro, aún sin mirar a nadie mientras cerraba la puerta. Reuniendo mi coraje, enfrenté la habitación. La conversación murió. ¿Se suponía que diga algo? Me estremecí y esperé que no podría verlo. Mi padre parecía como el gato que consiguió la crema. Mis ojos buscaron a Jungkook y su penetrante mirada me dejó helada. Contuve la respiración. Él dejó su vaso con líquido oscuro con un audible sonido metálico. Si nadie decía algo pronto, huiría de la habitación. Rápidamente escaneé las caras de los hombres allí reunidos. De Nueva York estaban Taehyung, Jungkook y Jeon Goongyoo, y dos guardaespaldas: Daesung y un hombre joven que no conocía. De la Organización de Chicago estaban mi padre, Kim Jungseok y su hijo, el futuro líder Kim Namjoon, así como Hodong y mi primo Seungri a quien odiaba con la fiera pasión de mil soles. Y a un lado estaba el pobre Jimin, quien llevaba un traje negro como todo el mundo allí. Podía ver que él quería correr hacía mí y buscar consuelo, pero sabía lo que padre diría de eso.
Padre finalmente se movió hacia mí, puso su mano en mi espalda y me guio hacia los hombres como un cordero hacia el sacrificio. El único hombre que parecía en verdad aburrido era Kim Namjoon; él solo tenía ojos para su whisky. Nuestra familia había ido al funeral de su esposa dos meses atrás. Un viudo en sus treinta. Podría haber sentido pena si no me asustara tanto, casi tanto como Jungkook me asustaba.
Por supuesto, padre me dirigió directamente hacia mi futuro esposo con una expresión desafiante, como si esperara que Jungkook se arrodillara con devoción. Por su expresión, Jungkook bien podría estar viendo una roca. Sus ojos azules eran duros y fríos cuando enfocaron a mi padre.
—Esta es mi hija, Lalisa.
Aparentemente, Jungkook no le había mencionado nuestro embarazoso encuentro.
Kim Jungseok habló:
—No prometí demasiado, ¿verdad?
Deseé que la tierra se abriera y me trague entera. Nunca había estado sometida a tanta… atención. La manera en que Seungri me miraba puso mi piel de gallina. Él había sido iniciado solo recientemente y había cumplido dieciocho dos semanas atrás.
Desde entonces, había sido incluso más desagradable que antes.
—No lo hiciste- dijo Jungkook simplemente.
Padre parecía obviamente desconcertado. Sin nadie viéndolo, Jimin se había colado detrás de mí y deslizó su mano en la mía. Bueno, Jungkook se había dado cuenta y estaba mirando a mi hermano, lo que provocó que su mirada quedara demasiado cerca de mis muslos desnudos. Me moví nerviosamente y Jungkook alejó la mirada.
—¿Quizá los futuros esposos quieren estar solos por unos pocos minutos? —Sugirió Jeon Goongyoo. Mis ojos se dirigieron bruscamente en su dirección y no logré ocultar mi sorpresa lo suficientemente rápido. Jungkook se dio cuenta pero no pareció que le importara. Mi padre sonrió y se dio la vuelta para irse. No lo podía creer.
—¿Debería quedarme? —Preguntó Hodong. Le di una rápida sonrisa, que desapareció cuando mi padre sacudió la cabeza.
—Dales unos pocos minutos a solas —dijo Jeon Goongyoo en realidad le guiñó a Junkook. Todos se fueron hasta que solo Jimin, Jungkook y yo nos quedamos.
—Jimin —llegó la fuerte voz de padre—. Sal de ahí ahora.
Jimin renuentemente dejó ir mi mano y se fue, pero no antes de enviarle a Jungkook la más mortal mirada que un niño de cinco años podía lograr. Los labios de Jungkook se arquearon. Luego la puerta se cerró y nos quedamos solos. ¿Qué había significado el guiño del padre de Jungkook?
Lancé una rápida mirada a Jungkook. Había estado en lo correcto: con mis tacones, la parte superior de mi cabeza alcanzaba su barbilla. Él miró afuera por la ventana. No me dio ni una sola mirada. Vestirme como una puta no había hecho que Jungkook se interesara más por mí. ¿Por qué lo haría? Había visto las mujeres con las que salía en Nueva York. Ellas habrían llenado el corpiño mucho mejor.
—¿Tú elegiste el vestido?
Salté, sorprendida de que hable. Su voz era profunda y calmada. ¿Alguna vez se emocionaba?
—No —admití—. Mi padre lo hizo.
La mandíbula de Jungkook se tensó. No podía leerlo y me estaba poniendo cada vez más nerviosa. Metió la mano en el interior de su chaqueta y por un ridículo segundo realmente pensé que estaba sacando un arma. En su lugar, sostuvo una caja negra en su mano. Se volvió hacia mí y miré fijamente su camisa negra. Camisa negra, corbata negra, chaqueta negra. Negro como su alma.
Este era un momento que millones de mujeres soñaban, pero me sentí fría cuando Jungkook abrió la caja. En el interior había un anillo de oro blanco con un diamante grande en el centro entre dos diamantes ligeramente más pequeños. No me moví.
Jungkook tendió su mano cuando la incomodidad entre nosotros alcanzó su pico máximo. Me sonrojé y extendí la mano. Me estremecí cuando su piel rozó la mía. Deslizó el anillo de compromiso en mi dedo, y luego me soltó.
—Gracias —me sentí obligada a decir las palabras e incluso mirarlo a la cara, que lucía impasible, aunque lo mismo no podía decirse de sus ojos. Se veían enojados. ¿Había hecho algo mal? Extendió su brazo y enlacé el mío con el suyo, dejando que me lleve fuera del salón, hacia el comedor. No hablamos. ¿Tal vez Jungkook estaba lo suficientemente decepcionado conmigo que cancelaría el compromiso? Pero no habría puesto el anillo en mi dedo si ese fuera el caso.
Cuando entramos al comedor, las mujeres de mi familia se han unido a los hombres. Los Jeon no han traído compañía femenina. Tal vez porque no confiaban en mi padre y los Kim lo suficiente para arriesgarse a traer mujeres a nuestra casa.
No podía culparlos. Tampoco confiaría en mi padre o el Jefe. Jungkook dejó caer su brazo y rápidamente me uní a mi madre y hermanas, que pretendieron admirar mi anillo. Jennie me dio una mirada. No sabía con qué la había amenazado mi madre para mantenerla callada. Podía decir que Jennie tenía un comentario crítico en la punta de la lengua. Sacudí la cabeza y ella puso los ojos en blanco. La cena pasó como un borrón. Los hombres discutieron negocios mientras las mujeres permanecían en silencio. Mis ojos se mantuvieron desviándose hacia el anillo en mi dedo. Se sintió demasiado pesado, demasiado apretado, demasiado todo. Jungkook me había marcado como su posesión.
Tumblr media
Después de cenar, los hombres se trasladaron al salón para beber, fumar y hablar de cualquier otra cosa que necesitera ser discutida. Volví a mi habitación, pero no pude conciliar el sueño. Con el tiempo, me puse una bata encima del pijama, salí de mi habitación y bajé las escaleras. En un arrebato de locura, tomé el pasillo que conducía a la puerta secreta detrás de la pared en el salón. Mi Abuelo pensó que era necesario tener escapes secretos en la oficina y el salón con chimenea porque ahí es donde los hombres de la familia usualmente mantenían sus reuniones. Me pregunté, ¿qué pensó que pasaría con las mujeres después de que todos los hombres hubieran huido a través del pasadizo secreto?
Encontré a Jennie con los ojos presionados contra la mirilla de la puerta disimulada. Por supuesto, ella ya estaba allí. Se dio la vuelta, sus ojos muy abiertos, pero se relajó cuando me vio.
—¿Qué está pasando ahí dentro? —Pregunté en un susurro, preocupada de que los hombres en el salón puedan oírnos.
Jennie se movió a un lado, así que pude ver a través de la segunda mirilla.
—Casi todo el mundo ya se ha ido. Padre y Kim tienen detalles que discutir con Jeon Jungseok. Solo están Jungkook y su séquito ahora.
Bizqueé a través del agujero, lo que me dio una vista perfecta de las sillas llenas de gente alrededor de la chimenea. Jungkook se apoyaba contra la repisa de mármol de la chimenea, con las piernas cruzadas casualmente, un vaso de whisky en la mano. Su hermano Taehyung se recostaba en un sillón junto a él, sus piernas separadas y esa sonrisa lobuna en su rostro. Daesung y el segundo guarda espaldas que llamaron Hyunjin durante la cena se sentaba en el otro sillón. Hyunjin parecía ser de la misma edad de Taehyung, por lo tanto, alrededor de los dieciocho. Apenas hombres para el estándar de la sociedad, pero no en nuestro mundo.
—Podría haber sido peor —mencionó Taehyung, sonriendo. Podría no haber visto tan letal como Jungkook, pero algo en sus ojos me decía que solo era capaz de ocultarlo mejor—. Ella podría haber sido fea. Pero, mierda, tu pequeña prometida es una aparición. Ese vestido. Ese cuerpo. Ese cabello y rostro. —Taehyung silbó. Parecía queestaba provocando a su hermano a propósito.
—Es una niña —dijo Jungkook con desdén. La indignación se levantó en mí, pero sabía que debía estar contenta que no me viera como un hombre veía a una mujer.
—No se veía como una niña para mí oferta Taehyung, luego chasqueó la lengua. Le dio un codazo al hombre mayor, Daesung —. ¿Qué dices? ¿Jungkook está ciego?
Daesung se encogió de hombros con una mirada cautelosa hacia Jungkook.
—No la miré de cerca.
—¿Y tú, Hyunjin? ¿Tienes ojos funcionales en tu cabeza?
Hyunjin alzó la vista, y volvió a mirar abajo a su bebida. Taehyung echó la cabeza hacia atrás y rio.
—Maldición, Jungkook, ¿le dijiste a tus hombres que cortarías sus penes si miraban a esa chica? Ni siquiera estás casado con ella.
—Ella es mía —aclaro Jungkook en voz baja, enviando un escalofrío por mi espalda con su voz, por no hablar de sus ojos. Miró a Taehyung, quien sacudió la cabeza.
—Durante los próximos tres años, estarás en Nueva York y ella estará aquí. No puedes mantener siempre un ojo en ella, o tienes la intención de amenazar a cada hombre en la Organización. No puedes cortarles a todos sus penes. Tal vez Manoban conoce a unos eunucos que pueden mantenerla vigilada.
—Haré lo que tenga que hacer Jungkook, removiendo la bebida en su vaso — Daesung, encuentra a los dos idiotas que se supone deben proteger a Lisa. —La forma en que mi nombre salió de su lengua me hizo temblar. Ni siquiera sabía que tenía dos guardias ahora. Hodong siempre me había protegido a mí y a mis hermanas.
Daesung se alejó inmediatamente y regresó diez minutos después con Hodong y Seungri, ambos ofendidos por haber sido convocados como perros por alguien de Nueva York. Padre estaba un paso por detrás de ellos.
—¿Qué significa esto? —Preguntó padre.
—Quiero tener unas palabras con los hombres que eligió para proteger lo que es mío.
Jennie resopló a mi lado, pero yo la pellizqué. Nadie podía saber que estábamos escuchando esta conversación. A padre le daría un ataque si revelábamos la posición de su puerta secreta.
—Son buenos soldados, ambos. Seungri es el primo de Lisa y Hodong ha trabajado para mí por casi dos décadas.
—Me gustaría decidir por mí mismo si confío en ellos dijo Jungkook.
Contuve la respiración. Eso era lo más cercano a un insulto que podría decir sin llegar a insultar a mi padre abiertamente. Los labios de padre se tensaron, pero dio una breve inclinación de cabeza. Permaneció en la habitación. Jungkook se acercó a Hodong—. Oí que eres bueno con el cuchillo.
—El mejor —intervino padre. Un músculo en la mandíbula de Jungkook tembló.
—No tan bueno como su hermano, según los rumores —dijo Hodong con un gesto hacia Taehyung, quien le dedicó una sonrisa de tiburón—. Pero mejor que cualquier otro hombre en nuestro territorio —admitió Hodong finalmente.
—¿Estás casado?
Hodong asintió.
—Por veintiún años.
—Eso es mucho tiempo —interrumpió Taehyung—. Lisa debe verse muy deliciosa en comparación con tu vieja esposa.
Ahogué un jadeo.
La mano de Hodong se retorció un centímetro hacia la funda alrededor de su cintura. Todo el mundo lo vio. Padre espectáculo como un halcón, pero no interfirió. Hodong se aclaró la garganta.
—Conozco a Lisa desde su nacimiento. Ella es una niña.
—No será una niña durante mucho más tiempo —contestó Jungkook.
—Siempre será una niña ante mis ojos. Y soy fiel a mi esposa. —Hodong miró con furia a Taehyung—. Si insultas a mi mujer de nuevo, le pediré a tu padre permiso para desafiarte en una pelea con cuchillos para defender su honor y te mataré.
Esto terminaría mal.
Taehyung inclinó la cabeza.
—Podrías intentar. —Mostró sus blancos dientes—. Pero no tendrías éxito.
Jungkook cruzó los brazos, luego dio una inclinación de cabeza.
—Creo que eres una buena opción, Hodong.
Hodong dio un paso atrás, pero mantuvo su mirada fija en Taehyung, que no le hizo caso.
Los ojos de Jungkook se enfocaron en Seungri y dejó caer la civilidad que había envuelto al monstruo en su interior hasta ese momento. Se movió tan cerca de Seungri que mi primo tuvo que inclinar la cabeza hacia atrás para devolverle la mirada. Seungri intentó mantener una expresión arrogante y segura de sí mismo, pero se veía como un cachorro Chihuahua tratando de impresionar a un tigre de Bengala. Jungkook y él bien podrían haber sido de dos especies diferentes.
—Él es de la familia. ¿Honestamente vas a acusarlo por tener interés en mi hija?
—Vi cómo veías a Lisa —dijoJungkook, sin apartar los ojos de Seungri ni un momento.
—Como un melocotón jugoso que quieres follarte —agregó Taehyung, disfrutando de esto mucho más de lo necesario.
Los ojos de Seungri se lanzaron hacia mi padre, en busca de ayuda.
—No lo niegues. Conozco el deseo cuando lo veo. Y tú quieres a Lisa —gruñó Jungkook. Seungri no lo negó—. Si descubro que la estás mirando así de nuevo. Si me entero que estás en una habitación a solas con ella. Si averiguo que tocas aunque sea su mano, te mataré.
Seungri se puso rojo.
—Tú no eres miembro de la Organización. Nadie te dirá nada incluso si la violo. Podría iniciarla para ti. —Dios, Seungri, cierra la boca. ¿No podía ver el asesinato en los ojos de Jungkook? —. Tal vez incluso lo filmaré para ti.
Antes de poder siquiera parpadear, Jungkook había tirado al suelo a Seungri y clavaba una rodilla en su columna vertebral, uno de los brazos de mi primo retorcido hacia atrás. Seungri luchó y maldijo, pero Jungkook lo contuvo rápido. Una de sus manos se apoderó de la muñeca de Seungri mientras alcanzaba debajo de su chaleco con la otra, sacando un cuchillo.
Mis piernas se volvieron débiles.
—Vete ahora —le dije a Jennie en un susurro. Ella no escuchó.
Aparta la mirada, Lisa.
Pero no podía. Padre seguramente detendría a Jungkook. Pero la expresión de padre era de disgusto a medida que observaba a Seungri. Los ojos de Jungkook buscaron la mirada de padre; Seungri no era su soldado. Este ni siquiera era su territorio. El honor exigía que obtuviera permiso del Consigliere, y cuando mi padre asintió, él bajó el cuchillo y cortó el meñique de Seungri. Los gritos resonaron en mis oídos a medida que mi visión se volvía negra. Mordí mi puño para sofocar el sonido. Jennie no lo hizo. Ella dejó escapar un chillido que podría haber despertado a los muertos antes de vomitar. Al menos, se había girado y apuntó lejos de mí. Su vómito se derramó por los escalones.
Detrás de las puertas, reinó el silencio. Nos habían escuchado. Agarré la parte superior de los brazos de Jennie cuando la puerta secreta se abrió de golpe, revelando el rostro furioso de padre. Detrás de él estaban de pie Daesung y Hyunjin, ambos con sus armas preparadas. Cuando nos vieron a Jennie ya mí, las devolvieron a sus fundas bajo sus chaquetas. Jennie no lloró. Pocas veces lo hacía, pero su rostro estaba pálido y se apoyaba pesadamente contra mí. Si no la hubiera sostenido, mis propias piernas se habrían desplomado. Pero tenía que ser fuerte por ella.
—Por supuesto—dijo padre entre dientes, frunciéndole el ceño a Jennie—. Debí haber sabido que eras tú causando problemas otra vez. —La apartó violentamente de mí y la lanzó dentro del salón, levantó la mano y la golpeó con fuerza en el rostro.
Di un paso en su dirección para protegerla y padre levantó su brazo de nuevo. Me preparé para el golpe, pero Jungkook atrapó la mano de mi padre con su mano izquierda. Su mano derecha todavía estaba agarrando el cuchillo que había usado para cortar el dedo de Seungri. El cuchillo y la mano de Jungkook estaban cubiertos de sangre. Mis ojos se ampliaron. Padre era el dueño de la casa, el dueño de todos nosotros. La intervención de Jungkook era un insulto contra el honor de mi padre.
Hodong sacó su cuchillo y padre puso la mano en su arma. Taehyung, Daesung y Hyunjin habían sacado sus propias armas. Seungri estaba acurrucado en el suelo, inclinado sobre su mano, sus quejidos siendo el único sonido en la habitación. ¿Había habido alguna vez un compromiso rojo?
—No era mi intención faltarle el respeto —aclaro Jungkook tranquilamente como si la guerra entre Nueva York y Chicago no estuviera en un punto de estallar—. Pero Lisa ya no es su responsabilidad. Perdió su derecho a castigarla cuando la hizo mi prometida. Ella es mía para lidiar ahora.
Padre bajó la mirada al anillo en mi dedo, y luego inclinó la cabeza. Jungkook soltó su muñeca, y los otros hombres en la habitación se relajaron ligeramente, pero no guardaron sus armas.
—Eso es cierto. —Dio un paso atrás e hizo un gesto hacia mí—. Entonces, ¿te gustaría el honor de hacerla entrar en razón?
La dura mirada de Jungkook se fijó en mí y dejé de respirar.
—Ella no me desobedeció.
Los labios de padre se estrecharon.
—Tienes razón. Pero como yo lo veo, Lisa estará viviendo bajo mi techo hasta la boda y ya que el honor me impide levantar la mano contra ella, tendré que encontrar otra manera de hacer que me obedezca. —Fulminó a Jennie con la mirada y la golpeó una segunda vez—. Por cada una de tus malas acciones, Lisa, tu hermana aceptará el castigo en tu lugar. Apreté los labios, con las lágrimas escociendo en mis ojos. No miré a Jungkook o a padre, no hasta que pudiera encontrar una manera de ocultar mi odio de ellos.
—Hodong, lleva a Jennie ya Lisa a sus habitaciones y asegúrate que se queden allí. —Hodong enfundó su cuchillo y nos hizo un gesto para que lo siguiéramos. Pasé junto a mi padre, arrastrando a Jennie conmigo, quien tenía la cabeza gacha. Se puso rígida cuando pasamos por encima de la sangre en el piso de madera y el dedo cortado yaciendo abandonado sobre este. Mis ojos se desviaron hacia Seungri quien estaba aferrándose a su herida para detener el sangrado. Sus manos, su camisa y sus pantalones estaban cubiertos de sangre. Jennie tuvo arcadas como si fuera a vomitar de nuevo.
—No —dije con firmeza—. Mírame.
Ella apartó los ojos de la sangre y se encontró con mi mirada. Había lágrimas en sus ojos y su labio inferior tenía un corte que estaba goteando sangre en su barbilla y camisón. Mi mano sobre la de ella se tensó. Estoy aquí para ti. Nuestras miradas encontradas parecieron ser su única ancla a medida que Hodong nos guiaba fuera de la habitación.
—Mujeres —dijo mi padre en tono de burla—. Ni siquiera pueden soportar ver un poco de sangre. —Prácticamente podía sentir la mirada de Jungkook perforando mi espalda antes de que la puerta se cerrara. Jennie se limpió el labio sangrando mientras nos apresurábamos detrás de Hodong a través del pasillo y por las escaleras.
—Lo odio —murmuró—. Los odio a todos.
—Shh. —No quería que hable así delante de Hodong. Él se preocupaba por nosotras, pero era el soldado de mi padre de los pies a la cabeza. Me detuvo cuando quise seguir a Jennie a su habitación. No quería que estuviera sola esta noche. Y tampoco quería estar sola.
—Escuchaste lo que dijo tu padre.
Miré a Hodong.
—Necesito ayudar a Jennie con su labio.
Hodong sacudió la cabeza.
—No es nada. Ustedes dos juntas en una habitación siempre traen problemas. ¿Crees que es sabio irritar a tu padre más esta noche? —Hodong cerró la puerta de Jennie y suavemente me empujó en dirección a mi habitación contigua a la suya.
Di un paso dentro, luego me giré hacia él.
—Una habitación llena de hombres adultos observando a un hombre golpear a una chica indefensa, ese es el famoso valor de los hombres de la mafia.
—Tu futuro esposo detuvo a tu padre.
—De golpearme a mí, no a Jennie.
Hodong sonrió como si fuera una niña estúpida.
—Jungkook podría gobernar Nueva York, pero esto es Chicago y tu padre es el Consigliere.
—Admiras a Jungkook —dije con incredulidad—. Lo viste cortar el dedo de Seungri y lo admiras.
—Tu primo tiene suerte que El Tenazas no le cortó otra cosa. Jungkook hizo lo que todo hombre habría hecho.
Tal vez todo hombre en nuestro mundo.
Hodong palmeó mi cabeza como si fuera un gatito adorable.
—Ve a dormir.
—¿Vigilarás mi puerta toda la noche para asegurarte que no me escape de nuevo? —Pregunté desafiante.
—Mejor te acostumbras a ello. Ahora que Jungkook ha puesto un anillo en tu dedo, se asegurará que siempre estés vigilada.
Cerré la puerta de golpe. Vigilada. Incluso desde lejos Jungkook estaría controlando mi vida. Había pensado que mi vida seguiría como solía ser hasta la boda, pero, ¿cómo podría serlo cuando todo el mundo sabía lo que el anillo en mi dedo significaba? El meñique de Seungri era una señal, una advertencia. Jungkook había hecho su reclamo sobre mí y lo haría cumplir a sangre fría.
No apagué las luces esa noche, preocupada de que la oscuridad traiga de regreso imágenes de sangre y extremidades cortadas. De todos modos vinieron.
8 notes · View notes
horosebi · 5 years
Text
✦Un miembro los encuentra teniendo sexo✦
𝙝𝙮𝙪𝙣𝙜 𝙡𝙞𝙣𝙚 ✩ 𝘮𝘢𝘬𝘯𝘢𝘦 𝘭𝘪𝘯𝘦
Tumblr media
➻ He decidido eliminar el libro de reacciones porque soy la persona mas indecisa del mundo, con esto les dejo saber que estoy de vuelta con todo y escenarios.
Tumblr media
⊰ 𝓟𝓪𝓻𝓴 𝓙𝓲𝓶𝓲𝓷 ⊱
Jimin estaba demasiado ocupado en su teléfono como para prestarte atención, estaban juntos en el dormitorio porque te había invitado a pasar el fin de semana. Hoseok se había ido a casa de sus padres por lo que estaba desolado ya que todavía compartía la habitación con tu novio.
Cansada de que te ignorara decidiste sentarte sobre su desnudo torso lanzando su móvil a un lado, se rió embelesado llevando sus manos a su camiseta, la cual portabas, dejando tu trasero descubierto, te acarició con adoración para después besarte con vehemencia.
“¿A caso buscas una segunda ronda?,” te dijo mostrando su sonrisa engreída, dejaste unos cuantos besos en su cuello que fueron suficientes para encenderlo de nuevo. Te tanteó por encima de la ropa interior, dado que estaban los dos cansados, decidió bajar un poco su bóxer dejando libre su erección y hacer de lado tus braguitas introduciéndose lentamente.
Era holgazanería pero tenerte así, meneándote sobre él, le parecía la cosa más sensual en la tierra. Te ayudaba en el vaivén con sus manos en tus caderas, pero toda la pasión quedó de lado cuando Hoseok entró quedándose inmóvil y pálido en la entrada, tu corazón golpeteó tu pecho de la vergüenza y te escondiste en el pecho de tu novio.
“Lo-lo siento,” se disculpó cerrando la puerta a velocidad de la luz pero no sin antes gritar: "¡Ya quiero ser tío, así que no usen protección!"
“Dios, no volveré aquí,” susurraste avergonzada, él río besándote tiernamente volviendo a mover tu cuerpo para recuperar y llegar a donde su cuerpo le imploraba.
Tumblr media
⊰ 𝓚𝓲𝓶 𝓣𝓪𝓮𝓱𝔂𝓾𝓷𝓰 ⊱
Estaban acurrucados en el sofá haciendo un maratón de películas, sentiste como su mano viajaba por debajo de tu falda acariciándote y dejando besos húmedos por tu cuello, y aunque resultara peligroso decidiste seguirle la corriente.
Cuando sus bocas chocaron sus manos se volvieron juguetonas despojándote de tus bragas y subiéndote sobre él, acarició tu clítoris jugando con tus pliegues mientras tu lubricante se lo facilitaba.
Palmeó tus piernas indicándote que te sentaras sobre tu cara, un poco indecisa te acercaste sin llegar a dejar que su boca te tocara.
“Taehyung, no deberíamos estar haciendo esto, cualquiera podría entrar y descubrirnos,” dejó sus manos sobre tu trasero para sostener tu peso y que no cayeras sobre él completamente.
“Dices eso mientras pones tu coño en-,” no pudo terminar cuando dejaste caer tu intimidad en su boca, se rió y las vibraciones de eso te golpearon exquisitamente.
Te sostuviste un poco del sofá y llevaste una mano a su cabello, los espasmos que te daban cada vez que su lengua te rozaba eran irracionales, tratabas de ahogar tus gemidos sabiendo que alguno de los chicos podría estar por ahí y no te equivocaste.
“ ____, ¿te encuentras bien?,” observaste a Jimin con pánico y sentiste que Tae no dejaba de estimularte haciéndote imposible el actuar normal, por lo que simplemente asentiste, “¿sabes dónde está Taehyung?”
Cerraste los ojos cuando introdujo uno de sus dedos largos golpeando tu punto clave, Jimin te observo con rareza para después dirigir la vista a los pies que sobresalían del sofá, Taehyung era lo suficientemente alto como para no caber en el sofá. Al entender la situación, giro sobre sus talones completamente avergonzado y sonrojado y sabías que así sería cada vez que te viera.
“Creo que lo hemos traumado, nena.”
“Cállate y chupa.”
Tumblr media
⊰ 𝓙𝓮𝓸𝓷 𝓙𝓾𝓷𝓰𝓴𝓸𝓸𝓴 ⊱
Lo extrañabas demasiado, por lo que decidiste ducharte y preparar su comida favorita. Cuando todo estuvo empacado saliste a su estudio, donde lo encontraste trabajando en una edición para su próximo GCF.
Besaste sus labios cortamente y sacaste los recipientes lista para servirle, pero enrolló sus fuertes brazos alrededor tuyo caminando hasta el sofá de cuero negro haciéndote descansar sobre su regazo.
“Te he extrañado demasiado,” te dijo entre besos. Para él había sido una tortura estar lejos de ti, su vida sexual era jodidamente activa y casualmente esa mañana había estado divagando por su galería, encontrándose algunas fotos tuyas que no eran precisamente inocentes.
Que te aparecieras con ese lindo vestido solo hizo que la llamita que trataba de apagar lograra quemar todo su ser por tenerte. Por eso mismo, a medida que el tiempo pasaba la temperatura en el lugar te estaba ahogando, y la única manera de calmarte era tener a Jungkook dentro de ti.
Se deshizo de su pantalón, su bóxer y tu ropa interior, solo levantando tú vestido para dejarte expuesta y dispuesta ante él. Se alineó penetrándote con desespero comenzando con embestidas rápidas y seguras, demostrando cuanto te había echado de menos. Ninguno de los dos se dio cuenta cuando alguien ingresó la contraseña y se llevó el susto de su vida, el pobre Jin solo quería avisarle al maknae sobre el adelanto de las prácticas.
”Y-yo solo i-iba a...” se le notaba inquieto y antes de que se escucharan sus pasos alejándose dijo: “solo no llegues tarde a la práctica.”
Jungkook detuvo sus movimientos apoyando su mentón en tu hombro avergonzado, porque sabía que en cuanto llegara a la sala de práctica todos sus hyungs iban a molestarlo a más no poder.
Aun con la vergüenza encima comenzaste a levantarte con la intención de dejar las cosas ahí, pero te retuvo gruñendo ya que por ese movimiento lograste que su amigo volviera a crecer en tu interior.
“Después me encargaré de eso, concéntrate en nosotros.”
Tumblr media
175 notes · View notes
burnitff · 4 years
Text
Cap. 11- Jeon Jungkook
Decidiu que sairia para procurar emprego, não ia ficar enfiado em casa enquanto seus pais decidiam o que era melhor para ele? Faculdade? Uma vida que eles julgavam normal? Não mesmo, ele queria ação, tinha isso no seu antigo emprego e procuraria por isso novamente.
Caminhou sozinho pelas ruas de Daegu, jornal e cigarro em mãos na tentativa de encontrar algum anúncio que o interessasse.
-Atendente de supermercado? – leu em voz alta enquanto esperava o ônibus para ir Deus sabe lá para onde. – nem que me pagassem rios de dinheiro, nada disso.
-O mocinho está procurando emprego? – uma senhora que estava sentada ao seu lado o encarou, Jungkook se virou e a olhou firme, ela deveria ter uns sessenta anos no mínimo.
-Sim, acabei de chegar na cidade e estou vendo alguma coisa, afinal não posso ficar dependendo dos meus pais para tudo, não é?
Ela o analisou olhando cada centímetro do seu corpo, Jungkook deixou escapar um sorriso, estava acostumado com aqueles olhares, mais acostumado do que a maioria dos homens.
Tumblr media
-Você é um garoto bonito, seria um desperdício ficar preso atrás de um balcão de supermercado.
-Eu também acho. – ele falou com um sorriso.
Estava na verdade dando corda, queria ver até onde a senhora iria.
-Amanhã a noite vai ser a despedida de solteiro da minha sobrinha e bem, eu pensei se você...
-Se eu?
-Teria algum tipo de experiência com esses eventos...
Jungkook riu, sim ele tinha.
-Qual vai ser a agência que estará contratando o pessoal? – ele falou firme, ela sorriu abrindo a bolsa e retirando um cartão de dentro.
-Essas são as pessoas que estão organizando tudo, fale com a Jisoo ela vai te encaixar com certeza assim que te vir.
Jungkook encarou o cartão enquanto um carro simplesmente enorme parou de frente ao ponto de ônibus, a senhora o encarou e sorriu.
-Nos vemos na festa?
-Se tudo der certo...
Ela lançou mais um sorriso e entrou no carro. As pessoas ao redor o encaravam com olhares no mínimo esquisitos.
-O que foi? – ele olhou ao redor. – povo idiota, eu einh!
Decidiu que iria até essa tal de Jisoo, não telefonaria, o endereço estava no cartão então era melhor ir até lá de uma vez, assim se ela gostasse dele já poderia contratá-lo para aquela noite mesmo.
Perguntou em cada metro que percorria para que lado seguir, Daegu no fim das contas não era assim tão pequena.
Quando enfim conseguiu chegar até o endereço se assustou ao ver que ao contrário do que ele imaginava o escritório era enorme, tinha pinta de profissional, se sentiu bem por aquilo, quem sabe as oportunidades não nascessem ali, não é mesmo?
-Bom dia, eu poderia ver a Jisoo?
A recepcionista o encarou olhando-o de cima a baixo.
-Você é namorado dela?
-Não, eu vim para falar de emprego e coisas assim, encontrei com a avó de uma garota que vai fazer uma despedida de solteiro hoje através de vocês e bem, ela me pediu para vir aqui.
-A senhora Park?
-Não sei te dizer, mas acho que sim.
-Ok, qual o seu nome?
-Jungkook. Jeon Jungkook.
-Ok Jungkook, sente-se um minuto, vou avisar para a Jisoo que você está aqui.
Jungkook obedeceu, se aproximando do sofá e sentando.
Havia vários caras como ele ali naquela sala, provavelmente estava havendo algum tipo de seleção, quando deu por si estava nervoso, roendo as unhas dos dedos da mão e encarando a porta enquanto não havia nenhum sinal da recepcionista ou até mesmo da tal de Jisoo.
Mais ou menos meia hora depois as duas saíram, a de cabelos castanhos só podia ser a Jisoo, a garota tinha um olhar provocante e um corpo mais provocante ainda, Jungkook abriu um sorriso lembrando da garota que vira de lingerie na janela, todas as garotas de Daegu eram assim tão sexys?
-Bom, pelo que dá para perceber todos estão aqui para a seleção dos strippers da despedida de solteiro de hoje, certo?
Jungkook sorriu, estava mesmo no lugar certo.
-Algum de vocês já tem experiência com isso?
Os caras se entreolharam, Jungkook ergueu a mão e só então Jisoo pareceu notá-lo.
-Você tem? – o olhar que ela lhe lançou fez Jungkook sorrir ainda mais, ela o olhava fixamente enrolando os cabelos com a ponta de um dos dedos.
-Sim, eu trabalhava em um clube de mulheres na cidade em que eu morava.
-E onde era isso?
-Busan.
-Qual o seu nome?
-Jeon Jungkook. – a recepcionista respondeu, Jisoo a encarou irritada.
-Eu te perguntei alguma coisa? Perguntei pra ele.
-Desculpe.
-Meu nome é Jungkook. – ele falou simplesmente. – encontrei com a avó da noiva e bem, ela me deu seu cartão e me pediu para vir.
Jisoo se aproximou, os olhos ainda fixos nele, Jungkook estendeu o cartão em sua direção, ela o analisou e sorriu.
-Ok, acho que já temos o nosso primeiro rapaz, pode me esperar na minha sala Jungkook, vou só escolher mais alguns e já nos falamos.
Ele ficou de pé sem discutir e seguiu a recepcionista sala adentro.
Ok já tinha um trabalho pelo menos para aquela noite. Voltou para casa com as instruções de que horas deveria chegar e coisas do tipo.
Passou a tarde inteira em seu quarto ensaiando os movimentos, não que estivesse enferrujado nem nada disso, mas não queria decepcionar, não mesmo.
Encarou a janela da casa da frente mais uma vez, o quarto estava vazio, a garota havia saído ele vira pela manhã ela e uma amiga com bolsas saindo de casa, faculdade? Talvez, elas tinham cara de serem estudantes ainda.
Voltou a se concentrar nos exercícios, era melhor estar preparado.
Quando anoiteceu seguiu para o local do evento, chegou mais ou menos duas horas antes como Jisoo pedira. O resto dos garotos estavam lá também, todos um tanto quanto nervosos, mas ele não, Jungkook sabia exatamente o que fazer.
-Jungkook posso te pedir um favor? Os convidados já estão chegando e bem, eu gostaria que você ficasse lá fora ao lado da Hyuna para evitar que algum penetra apareça, por favor? Você será nosso cartão de visitas.
-Sem problemas chefe.
Jisoo sorriu quando ele disse aquilo, Jungkook lhe deu uma piscadela e seguiu caminho.
Ficou algum tempo recepcionando todo tipo de gente que ele não fazia ideia de quem eram, já estava começando a ficar de saco cheio quando uma cena chamou sua atenção, duas garotas se aproximavam de mãos dadas, a da frente meio que arrastava a de trás.
Ele encarou primeiro as roupas, a da frente vestia um vestido preto curtíssimo com alguns colares pendurados, braceletes largos nos dois braços, meia calça preta toda rasgada e uma jaqueta de couro com botas pretas de couro na altura do joelho, a outra estava um tanto quanto mais discreta, uma camiseta branca de mangas longas, um short jeans e tênis nos pés, de duas formas totalmente diferentes e opostas as duas estavam lindas.
Jungkook ficou um momento encarando-as depois sorriu, ele as conhecia, sim conhecia, era a vizinha da lingerie e sua amiga de faculdade.
-Não acho que será uma boa ideia Lizzy.
-Por que não? – a vizinha parou e encarou a amiga. – é apenas uma festa, achei que você já tinha passado da fase de que nada dá certo Ravena e bem, desde que a gente voltou daquele festival idiota de orquestras que eu não saí mais pra me divertir.
Lizzy e Ravena, belos nomes.
-Me desculpe se sou realista e sei que não podemos fazer algumas coisas.
Lizzy a encarou e sorriu, um sorriso estranho, mas mesmo assim um sorriso.
-Não há nada que eu não possa fazer.
Aquele comentário despertou algo em Jungkook, ele se precipitou e se aproximou das duas amigas, Ravena o encarou e deixou o queixo cair, Lizzy simplesmente o olhou de cima a baixo e parou encarando-o fundo nos olhos, Jungkook se sentiu mal com aquilo, nenhuma garota jamais o desafiara daquela forma com o olhar.
-Os nomes de vocês estão na lista? – perguntou desviando o olhar de Lizzy e encarando Ravena, era mais seguro assim.
-Não, por isso mesmo que estou dizendo pra ela que não devíamos estar aqui.
-Não seja chata, nada que nosso amigo aqui não possa resolver, não é? – Lizzy o encarou. – afinal acho que já temos uma certa intimidade.  Até de lingerie você já me viu.
Jungkook sentiu o rosto corar, Lizzy pareceu se divertir com seu visível desconserto.
-Venham comigo, vou levar as duas pelos fundos.
Ravena pareceu não acreditar, Lizzy segurou sua mão e a arrastou na direção dos fundos da boate.
Ravena não sabia o motivo de estar fazendo aquilo, mas algo naquelas garotas simplesmente o afetara.
-Tentem ser discretas. – ele falou quando abriu a porta, Lizzy sorriu.
-Tem milhares de pessoas aqui, não vão saber que não estamos na lista. Obrigada gatinho a gente te deve uma.
-Meu nome é Jungkook! – ele falou, mas ela já tinha arrastado a amiga boate adentro. – caso queira saber. – essa segunda parte falou para si mesmo enquanto fechava a porta e voltava ao seu posto.
-Isso é loucura, sabia? Nunca vamos conseguir entrar aí, é uma festa particular cara.
Jungkook se aproximou e viu dois caras discutirem, eles eram da mesma idade que ele, um com quase raspados e tatuagens e o outro muito pálido e com cabelos negros.
-Relaxa cara, eu te disse que dou um jeito, não disse? – o tatuado falou com um sorriso.
-Disse, mas sempre que você dá um dos seus jeitos a gente se ferra. – o outro discutiu.
-Quantas vezes eu já te deixei na mão, Yoons?
O tal de Yoons parou pensando, o outro lhe deu um tapa.
-Está bem, pare de pensar.
-Eu não estava pensando, estava contando.
-Engraçadinho. Olha tudo o que você tem que fazer Yoons é telefonar para sua amada irmãzinha, ela está aí dentro, afinal ela está organizando essa festa, vai cara.
-Como se você não soubesse que ela vai preferir morrer do que deixar a gente entrar, não é?
-Por que ela faria isso?
-Porque ela te odeia e me odeia também.
-Ela só é mau amada, vai telefona.
O garoto pálido retirou o celular do bolso discando um número, alguns segundos depois estava se afastando do barulho para falar.
-O que ela disse? – o tatuado perguntou intrigado quando o amigo se aproximou novamente.
-Me mandou esperar aqui.
Jungkook percebeu que alguns minutos depois Jisoo se aproximava da porta com cara de poucos amigos.
-O que vocês dois estão fazendo aqui?
Então o garoto pálido era irmão dela?
-Não seja chata a gente quer entrar. – o tatuado começou, Jisoo simplesmente o ignorou e encarou o irmão.
-Yoongi?
-Foi uma ideia idiota, mas foi a ideia idiota do Jay, a gente já está indo embora.
Quando Yoongi se virou para sair Jay encarou Jisoo.
-Na verdade eu tenho algumas coisas aqui que achei que você gostaria Jisoo, mas já que não podemos entrar acho que vou guardar pra mim.
-E o que seria isso? – Jisoo o encarou.
Jay se aproximou e sussurrou algo no ouvido dela que fez com que ela abrisse um sorriso.
-Podem entrar, não se atreva em usar tudo sem me dar um pouco, vai pra dentro seus perdedores.
Os dois entraram rapidamente com um sorriso no rosto, Jisoo se virou e encarou Jungkook que parecia perplexo com a cena.
-Pode entrar Jungkook, vá se aprontar, daqui a pouco vocês começam.
Ele fez um gesto positivo com a cabeça e seguiu caminho.
Se aprontou junto com os outros rapazes, naquela noite estariam vestidos de policiais e seguiu caminho para a pista, já havia muita gente por lá então resolveu que não iria se concentrar em ninguém em particular, apenas provocar toda e qualquer garota que passasse na sua frente, para seu azar, ou sorte a primeira que passou foi sua vizinha, Lizzy passava pelas pessoas com dois copos de tequila em mãos desviando para que ninguém os derramasse, Jungkook se aproximou dela.
-Eu disse que meu nome é Jungkook.
Ela o encarou, os olhos percorreram seu corpo e por um instante ele conseguiu ver algo dentro deles, algo que ele não compreendia.
-Lizzy. – ela falou simplesmente. – acho que você deveria estar entretendo a noiva, não é? Pelo olhar que ela está lançando para cá acho que ela te escolheu.
Jungkook olhou para onde Lizzy indicara com um gesto de cabeça, a noiva estava mesmo o encarando.
-Preciso ser discreta. – ela falou com aquele sorriso estranho. – com licença.
Jungkook ficou parado enquanto ela seguia multidão adentro. Que garota estranha.
1 note · View note
darkprint · 2 years
Text
Jungkook recorría cada centímetro de esa foto con la yema de sus dedos, con una delicadeza implacable como si la tinta pudiera correrse con solo el calor de sus manos. Su respiración se agitaba de una manera voraz al imaginarse al rubio frente suyo, y es que éste le robaba cada gota de su aliento. Relamió su dedo índice y lo arrastró contra el pecho impreso de Jimin, dejando un rastro de saliva.
– Algún día podría probarte... Sin sentir la culpa, Park Jimin. – susurró el azabache contra la foto. Iba a decir algo más, pero el timbre interrumpió el pequeño encuentro íntimo entre el papel entintado y él. Salió del cubículo, se lavó la cara y las manos, para finalmente retirarse del baño y continuar como un alumno normal de último año. A lo lejos ve a un pequeño corriendo desesperado a los gritos de su nombre.
– ¡Jungkook-ah! ¡Jungkook-ah! – el aniñado Taehyung, corrió por todo el pasillo en busca de la única persona que tenía en el mundo para mostrarle el 10 que había obtenido en su último examen de matemáticas. – ¡Tuve un 10! ¡Tuve un 10! – Jungkook no dejaba de sonreír ante la idea de que su pequeño hermano había logrado avanzar en sus clases y que por primera vez en sus cortos 14 años, sus padres lo dejarían tranquilo. – Es justo como dijiste. Gracias por aguardar mi celular hasta que acabara mi semana de exámenes. Ya podes devolvermelo. – el azabache con toda seguridad sacó el aparato y se lo entregó.
– Sabía que lo lograrías. Espero que de ahora en más, aprendas que el celular no es tu compañero de estudios. Te felicito por tu esfuerzo, Tete. – para finalizar Taehyung abrazó fuertemente a su hermano mayor y acabó por salir corriendo llamando a su mamá para contarle los resultados.
Por otro lado Jungkook siguió caminando con su semblante serio. Su aspecto ojeroso, su cara de nada y probablemente la forma en la que pisaba, lo dejaban con una imagen que, a cierto nivel, daba escalofríos. Yoongi caminaba a la par suya mirando su celular como si Jeon no asustara y fuese un simple conejito vestido de negro.
– ¿Pensaste qué vas a hacer? – cuestionó el más bajo sin despegar la vista de la pantalla.
– Quiero llamar su atención. No quiero lastimar ni molestar a nadie. – en ése momento, como si todo pasara a propósito, Namjoon cruzó justo del otro lado del pasillo con uno de sus brazos sobre los hombros de Jimin, quién se notaba incómodo. Jungkook no pudo evitar pegar su mirada al rubio. En ése instante, subió la vista y sus ojos se encontraron. Pero el azabache encontró en aquel brillo, un pedido de auxilio. – Yoongi, tengo que rescatar a Jimin.
La cara de Min se volvió a una de confusión mientras bajaba el teléfono, buscando una respuesta que sabía que no obtendría. Pero Jungkook ya había puesto su plan en marcha y eso... Eso daba miedo.
0 notes
sun-moon9395 · 3 years
Text
★彡 ᴄ ᵒ ᶠ ᶠ ᵉ ᵉ 彡★
Tumblr media
Eran pasadas las diez de la noche, Taehyung se encontraba preparando todo para por fin cerrar su cafetería.
Estaba tan agotado que lo único que quería era llegar a su casa, tomar una ducha caliente e irse directo a su cama. El día había sido un tanto pesado, la cafetería tuvo más clientes de lo normal y para dos personas eso era demasiado trabajo. Jungkook trabajaba medio tiempo en la cafetería, pero digamos que no era de mucha ayuda. El joven Jeon Jungkook tenía la mala costumbre de pasar su tiempo de trabajo coqueteando con distintos clientes y realmente no ayudar a su jefe.
Taehyung termino de hacer el cierre de caja, ya había limpiado todo el lugar así que podía ir a casa.
Fue a recoger sus cosas a la parte trasera del local. Cuando regresó, un chico con un suéter negro y una gorra del mismo color que cubría prácticamente todo su rostro lo esperaba en la entrada de la cafetería.
Al ver al chico esperando a que le abriera lo puerta, Taehyung detuvo su caminata abruptamente, su rostro era de total sorpresa. Ya era tarde y la cafetería claramente estaba cerrada, ¿Que hacía un chico totalmente vestido de negro afuera de su negocio?
El chico misterioso elevó un poco su cabeza dejando ver parcialmente su rostro. Los ojos de Taehyung se hicieron un poco más grandes al ver cómo la tenue luz del lugar acariciaba la parte inferior del rostro de aquel chico, unos finos y rosados labios hicieron estremecer al dueño del local.
—La cafetería ya cerró, si gusta puede regresar mañana —dijo con un tono amable sin abrir la puerta.
Por alguna razón sentía que sino no lo dejaba pasar estaría cometiendo un grave error, pero por otro lado, su lógica le decía que no abriera sin saber quién era esa persona.
—Solo quiero una taza de café —levanto por completo su cabeza provocando que la luz iluminara su pálido rostro, unos brillantes y cristalinos ojos gatunos hicieron contacto con Taehyung.
Los ojos del chico parecían algo rojos y con rastros de lágrimas, al parecer le había pasado algo y Taehyung no lo iba a dejar en ese estado. Con algo de duda todavía en su mente, se dirigió lentamente a la puerta: Quito el seguro abriéndola casi en seguida.
El chico de piel pálida le dedicó una inperseptible sonrisa antes de entrar, Taehyung solo pudo dar unos cuantos pasos hacia atrás para así dejar pasar al otro. Al estar los dos dentro, Taehyung cerró la puerta de nuevo.
—¿Cómo le gustaría el café, joven? —pregunto dirigiéndose a la barra para tomar la orden.
—... —no respondía
Taehyung lo observó detenidamente. No parecía alguien sin hogar o de bajos recursos, más bien todo lo contrario: Se veía limpio, su ropa parecía ser costosa, su aroma era delicioso, la poca piel que estaba a la vista se veía increíblemente cuidada. Taehyung inclino un poco su cabeza mientras que con una de sus manos rascaba su cabello, estaba intentando entender por que un chico como el que tenía en frente andaba solo a altas horas de la noche en un lugar que era bastante peligroso.
—¿Te gustaría un simple café con leche? —sugirió Taehyung al no recibir respuesta.
El chico solo asintió sin decir ni media palabra. Taehyung sonrió un poco ante la evidente timidez del otro: Comenzó a caminar a la cocina para buscar el café y la leche .
—Tome asiento donde guste, ahora vuelvo con su café — decía mientras se perdía en el lugar.
Al llegar a la cocina se detuvo girando en su propio eje, desde su posición podía observar al otro con más detalle sin que esté se diera cuenta. El chico no se movía de su lugar, parecía como si estuviera en algún tipo de transe... O más bien, parecía como si en su mente estuvieran pasando un sin fin de cosas las cuales aún no lograba entender o procesar.
Al observarlo por más tiempo, Taehyung se percató de que unas lágrimas comenzaron a caer sin detenerse. “Definitivamente a ti te destruyeron el alma, chico lindo”.
El chico transmitía tanto dolor, se veía tan solo y vulnerable. Su cuerpo comenzó a sufrir pequeños espasmos a causa del llanto, una de sus manos cubría su boca evitando ser escuchado por el otro. No quería ser cuestionado del porque de su estado, no quería responder a nada solo quería olvidar... Olvidar a esa persona que lo acababa de destrozar junto con su mejor amigo, esos dos no merecían sus lágrimas pero era inevitable. Las imágenes de Hoseok y Jimin juntos en aquel parque, tomados de las manos mientras se besaban tan apasionadamente no paraban de repetirse cruelmente en la cabeza del chico. Hoseok había tirado nueve años de relación y Jimin traicionó su amistad de toda una vida, ¿Acaso no pensaron en el chico que ahora no podía parar de llorar? Todo era un desastre, ellos ni siquiera se dieron cuenta de la presencia del otro, estaban tan ocupados comiéndose la maldita boca que no les importó quien los viera.
El corazón de Taehyung dió un vuelco cuando el chico calló al suelo sin previo aviso, fue como si perdiera por completo la fuerza de sus piernas. Sus lágrimas caían con más y más intensidad. No tenía ni idea de que hacer, no conocía al chico como para ir a abrazarlo, ni siquiera sabía el motivo de se llanto, ¿Que le podía decir?
Taehyung sentía una gran opresión en su pecho, era doloroso ver como ese lindo chico se estaba desmoronando frente a sus ojos y no poder hacer nada. La opresión se volvió más intensa cuando los ojos de Taehyung chocaron con los ojos llenos de desesperación y agonía del otro. Ninguno de los dos desvío la mirada, Taehyung ni siquiera podía parpadear. Sin darse cuenta su cuerpo comenzó a moverse por si solo caminando lentamente hacia el chico, quien aún con lágrimas en sus ojos seguía los movimientos del otro.
Taehyung llegó agachándose hasta estar a la altura de la persona.
—¿Cómo te llamas? —preguntó con una voz sumamente suave y profunda.
Unas reveldes lágrimas hicieron acto de presencia en el rostro de un Taehyung totalmente perdido en la mirada del chico: Limpio rápidamente su rostro, no quería mostrarse débil ante el chico, él necesitaba a alguien fuerte y tranquilo.
—Yoongi, me llamo Yoongi —respondió con una voz tan quebrada que dolía escuchar.
Taehyung pasó uno de sus brazos por detrás de Yoongi acariciando suavemente su espalda, quería tranquilizar el agitado corazón del otro.
—Yoongi, no se que es lo que te tiene así —con su mano tomó delicadamente la barbilla de Yoongi haciendo que volteara a verlo —... Pero, aquí estarás bien, aquí estarás a salvó.
Los dos chicos se miraron fijamente por un par de segundos. Para Yoongi ver esos ojos tranquilos y serenos era como recibir un fuerte calmante, su llanto disminuyó poco a poco mientras que un hipo involuntario apareció.
—Ven, levántate el piso está frío puedes resfriarte —lo tomó del brazo ayudándolo a levantarse.
Lo llevó a uno de los asientos más cercanos. Yoongi se sentó para luego llevar sus manos a su rostro y limpiar sus lágrimas, al ver esto, Taehyung sin pensarlo se apresuró a limpiar ese rostro él mismo. Taehyung se encontró así mismo sorprendido por el resiente acto, no entendía porque su cuerpo estaba tomando decisiones que definitivamente él no había tomado. Yoongi se veía tan frágil en ese momento, sus ojos no mentian, ese chico lo acababan de matar y lo que Taehyung tenía en frente no era más que un contenedor vacío.
—Esperame aquí, te traeré ese café con leche, te hará sentir mucho mejor —sonrió un poco solo para enseguida ir por lo dicho.
Taehyung calentó la leche, espero un poco y la vertió en una taza; colocó una cucharada de café junto a un poco de azúcar, mezcló perfectamente hasta cerciorarse de no dejar ningún grupo.
—Esta un poco cali... —no terminó de hablar, la imagen ante sus ojos lo dejó en shock.
El rostro de Yoongi estaba completamente cubierto por sus dos manos, todo su cuerpo temblaba violentamente mientras que sus sollozos comenzaban escucharse por todo el lugar. Su llanto era desgarrador, parecía como si lo estuvieran torturando una y otra vez. Le dolía el corazón como nunca lo había hecho, su mente parecía su verdugo al mostrarle aquellas imágenes a cada instante.
“¿Quien te habrá hecho tanto daño lindo desconocido?” se preguntó Taehyung a sus adentros.
Taehyung continúo caminando hasta llegar a Yoongi, dejó el café en la mesa: acto seguido se sentó a un lado del chico atrayendolo a sus brazos sin preguntar siquiera si podía hacerlo.
—No puedo más... Ya no puedo... —y como si fuera un niño pequeño se aferró al cuerpo de Taehyung escondiendo su rostro en el pecho de este, dejando salir por completo todo ese dolor que lo estaba quemando por dentro.
—Llora todo lo que quieras, lo necesitas... —dijo en un susurro solo para Yoongi — No te dejaré solo.
Los dos se quedaron en la misma posición mientras Taehyung acariciaba gentilmente el cabello azabache del otro.
Una, dos, tres horas pasaron para que Yoongi se calmara. El chico había caído en un profundo sueño siendo sostenido por los fuertes brazos de Taehyung quien no se había movido de su lugar ni un sentimetro, al contrario, su agarre se volvió más firme al rededor de Yoongi provocando que este se sintiera aún más protegido.
Para cuando Taehyung se preguntó la hora ya pasaba de la media noche, tenía que irse a casa por lo menos para tomar una ducha y dormir un poco, después tendría que volver a trabajar. Su mirada fue directo a la persona durmiendo entre sus brazos, la hermosa imagen de Yoongi con sus lindos ojos cerrados y sus rojos labios entreabiertos lo hizo sonreír tan estúpidamente.
“¿Que voy a hacer contigo Yoongi?” Pensó acariciando la suave mejilla del chico. No podía dejarlo así como así en cualquier lugar, tenía que asegurarse de dejarlo en un sitio seguro para estar tranquilo. “¿Te llevo a mi casa?” Esa idea rondaba su mente como la única opción que tenía en ese momento.
Taehyung cargó al azabache como si fuese una princesa sin ningúna dificultad, se veía tan ligero y tan pequeño en los brazos de Taehyung.
Con Yoongi en sus brazos se dirigió a la barra donde se encontraban las llaves de su coche, no iba a poder llevarse sus demás cosas así que las dejaría allí.
Abrió la puerta de la cafetería saliendo de esta, su coche estaba prácticamente en la entrada así que acomodó a Yoongi en el asiento del copiloto y volvió a la cafetería para cerrar la puerta adecuadamente. Ya en el coche listo para arrancar e ir a casa, sintió como su acompañante sin abrir sus ojos se levantó acercándose al hombro del otro, recargando su cabeza en este.
“¿Por qué pareces un gatito buscando cariño? Eres un gatito abandonado, ¿Cierto?” Taehyung parecía totalmente cautivado por aquel chico a su lado. Tenía la necesidad de protegerlo de todo y de todos, no quería verlo de nuevo completamente abatido...
Después de un tiempo llegaron a la casa de Taehyung, este bajó del coche, tomó de nuevo a Yoongi y entró a la casa. Taehyung acomodó con cuidado a Yoongi en la cama, le quito sus zapatos y lo arropó con una manta. Cuando terminó fue directo a tomar una ducha rápida, al salir se puso su pijama, lavó sus dientes y se fue a dormir al sofá. No quería molestar a Yoongi así que decidió dejarle la cama libre.
El cansancio se apoderó de Taehyung con el doble de intensidad, apenas su cabeza tocó la almohada sus ojos se cerraron, sumergiendo al joven en un irremediable sueño.
▰▰▰▰▰▰▰▰▰▰▰
El sonido molesto de un celular comienza a despertar a Taehyung, quien, aún con sus ojos cerrados se levantó dirigiéndose a donde se encontraba el dichoso celular. Lo tomó presionando el botón de silencio, poco a poco sus ojos se abrieron dándose cuenta de la hora.
—¡Mierda! —salio corriendo hacia su habitación esperando encontrar aún dormido a Yoongi.
A tropezones llegó y abrió la puerta encontrándose con una cama vacía. Por alguna razón Taehyung se sentía algo desepcionado, había creído que vería a Yoongi al despertar, quería saber si ya se encontraba un poco mejor... Pero por lo visto no sería así.
Después de haber tomado una ducha y desayunar se dirigió a trabajar como si nada, aunque no podía negar que estaba preocupado por Yoongi.
El día fue con normal, un día como cualquiera: Atender a sus clientes, ver a Jungkook coquetear con estos descaradamente mientras él le llama la atención sin tener éxito alguno.
Ahí se encontraba otra vez. Solo a altas horas de la noche preparando todo para cerrar el local.
De pronto alguien toca la puerta llamando la atención de Taehyung quien se encontraba de espaldas a la puerta.
—Ya está cerrado, vuelva mañ... —se detuvo al dar la vuelta y darse cuenta de quién se trataba — ¿Tú de nuevo? —preguntó mientras una hermosa sonrisa cuadrada se instalaba en sus labios.
Corrió a abrir la puerta dejando pasar a Yoongi. Taehyung no podía quitarle la mirada de encima, parecía como si lo estuviera analizando para asegurarse que estuviera bien.
—¿Puedo tomar tu café con leche de nuevo? —cuestionó jugando tímidamente con sus manos.
—Por supuesto que sí, toma asiento, ahora lo preparo —dijo comenzando a caminar.
Antes de que pudiera alejarse por completo, una delgada mano lo sujeto del brazo haciendo que volteara a ver a la persona.
—¿Podrías preparar ese café solo para mí apartir de ahora?
Taehyung quedó estático ante aquella petición, era tan extraño que le pidiera eso, sinceramente no lo entendía. Pero, ver el rostro de Yoongi lleno de expectativas e ilusión, ver cómo esos ojos oscuros pedían a gritos un soporte para no derrumbarse de nuevo, Taehyung ya no era capaz de dejarlo solo.
—... Lo haré solo para tí.
Una noche fue suficiente para cambiar la vida de dos personas. Mientras Yoongi necesitaba a alguien para sostenerse, Taehyung estaba dispuesto a ayudar a ese chico que lo había hipnotizado desde el momento en el que lo vió.
Ese café con leche iba a ser ese lazo que los uniera...
0 notes
btscenarios-espanol · 7 years
Text
Dos cosas – J.J.K
Tumblr media
Pareja: Jungkook x Lectora
Género: Angst
Argumento: Una extraña carta llega a tus manos en un lluvioso día de verano. ¿Será esta carta capaz de hacer que todo vuelva a ser como antes?
Tumblr media
La temporada de lluvias de agosto no había hecho más que comenzar. Y tú ahí te encontrabas. En plena calle. Acabas de salir del convinience store de tu barrio. Habías bajado un momento para comprar unas cosas y te topaste con una lluvia torrencial. Cuando miraste hacía arriba te encontraste prisionera de un cielo tenebroso y oscuro que lanzaba a forma de cuchillos finas gotas de agua.
“Genial”- susurraste irónicamente. Era ya un poco tarde, así que no tuviste más remedio que salir corriendo en dirección a tu pequeño apartamento con la bolsa de la compra sobre tú cabeza.
Cuando llegaste por fin a la portería de tu edificio te cruzaste con un hombre alto, parecía un poco musculoso, encapuchado y que vestía con un atuendo totalmente negro y un poco abrigado para las altas temperaturas. 
“Qué raro”- pensaste.
No sabías porqué, esa silueta te resultaba familiar.
No llegaste a ver su rostro pero no le diste importancia, ya que no conocías a todos tus vecinos y lo más probable es que fuera uno de ellos. 
El hombre encapuchado apresuró el paso y salió rápidamente a la calle.
Tras coger el lento ascensor de tu edificio llegaste a tu humilde morada. Estabas empapada. El llevar la bolsa de la compra sobre tu cabeza no te había ayudado nada. Cuando procediste a sentarte para descalzarte viste en el suelo una carta. 
“¿Qué hace esto aquí? Bah, será de esta mañana cuando he bajado a recoger el correo”- pensaste. Aunque por la manera que estaba tirada en el suelo parecía como si alguien la hubiera lanzado por debajo de la puerta.
 Recogiste la carta y la dejaste sobre la mesa de la entrada. 
Cuando terminaste de descalzarte te pusiste en pie para pasar dentro pero te paraste a mirar la arrugada carta que habías encontrado en tu entrada hacía segundos. Era una carta blanca, sin ningún logo de alguna compañía de agua o luz. No tenía tu nombre tampoco, ni el remitente. 
La curiosidad hizo eco en ti y con un poco de ansia cogiste dicha carta y la  abriste. Para tu sorpresa eran unas cuantas hojas escritas a mano con una tinta azul. Al principio temiste que fuera algo malo, pero en seguida reconociste esa fea e indescifrable letra.
Hola __. 
No sé muy bien como empezar esta carta. La verdad no sé ni porqué la estoy escribiendo. Supongo que han pasado ya varios meses desde que acabamos nuestra relación y necesitaba hablarte. Básicamente te escribo para decirte que voy a ingresar en el ejército próximamente, aún no sé exactamente cuando pero espero que sea para el mes que viene. La verdad que te preguntarás ¿Por qué tan pronto?.
Bueno, he de decirte que desde que te perdí no he vuelto a ser el mismo. No. Tú eras mi todo, mi alegría, mi sol y desde que te marchaste he estado viviendo en plena oscuridad. 
Mucha gente me ha intentado animar: los chicos, mis amigos, mi familia... pero no lo soporto, no puedo seguir así. 
Cada vez que entro en casa todo me recuerda a ti: la esquina del sofá donde te ponías a leer los domingos; el cajón del mueble del baño, donde solías tener tu kit de emergencia para las noches y fin de semanas que pasabas aquí. Incluso echo de menos llegar a casa y verme tus pinta labios y paletas tiradas por todo el lavabo. En cada rincón de esta casa te veo a ti.
A veces me acuerdo de nuestra primera cita. Estaba tan nervioso. Me acuerdo que llegué 15 minutos antes al restaurante donde habíamos quedado. No podía soportar estar en casa con los chicos poniéndome aún más nervioso de lo que estaba. Recuerdo cómo Namjoon me decía “¿Recuerdas todas las frases en inglés que te enseñé? Cuida la pronunciación por favor te lo pido” o cómo Jin me intentó aconsejar con la ropa “No. No te voy a dejar salir con eso”. Gracias al cielo que le hice caso y me puse la camisa blanca que él me aconsejó. ¿Te acuerdas de esa camisa? Aun huele a ti. También recuerdo como todos esos nervios se esfumaron cuando te vi entrar por la puerta. Llevabas un vestido rojo. Estabas deslumbrante. Nunca permitiré que esa imagen se me borre de la cabeza.
Durante estos insoportables meses me he acordado mucho de tu sonrisa y como el verla aunque fuera por 1 segundo me habría alegrado la existencia. Cada vez que reías se te formaban unos pequeños pliegues en el tabique de la nariz. Ojalá pudiera verlos una vez más. Aunque si después de nuestra ruptura puedes seguir enseñándole esas adorables arruguitas a alguien más no me importa. Yo solo quiero que seas feliz. Yo, por mi parte, no he conseguido pasar página. Aun te sigo queriendo.
Una cosa que no puedo sacar de mi cabeza fue aquella noche. ¿Por qué fui tan tonto? ¿Por qué dije eso? No sabes como me arrepiento de esa trágica noche. 
Lo siento. Lo siento. Lo siento
No quería decir eso. Lo eché todo a perder. Cada día de mi vida desde que te dejé ir he recordado las palabras que pronuncié y me he seguido culpando. ¿Por qué te tuve que decir que estaba estresado y que lo mejor sería que fuéramos por caminos separados? Tu no tenías la culpa. Tu eras la que hacías mis días mejores. Mi intención no era echarte la culpa a ti de mi estrés.
Lo siento mucho de verdad. Lo siento. Siento muchísimo todo el daño que te he podido haber causado todos estos meses de desesperación. No hay cosa que me de más rabia e impotencia que el saber que no puedo desdecir lo que te dije aquella noche.
Recuerdo como después de mis palabras me preguntaste si te quería. Sí. Sí. Sí. Por supuesto que te quiero. Te quiero. Te amo. ¿Por qué me preguntaste esas palabras? ¿ Por qué yo no pude decirte que eras  la única mujer que había amado? ¿ Por qué no pude decirte que eras la mujer de mi vida?
No pude. Y aun me sigo condenando por ello.
Espero que en estos dos años que estaré en el ejército pueda por fin dejarte atrás. Sí. Ingreso al ejército para poder olvidarme de ti. No puedo seguir viviendo en este apartamento. No puedo. No puedo sabiendo que aquí fue donde tú y yo éramos felices, sabiendo que fue aquí donde eché todo a perder .
Creo que han pasado 8 meses desde que te vi la última vez, la verdad no lo           recuerdo, he intentado borrar todo lo relacionado con esa noche. Sólo recuerdo tu dulce voz y tus lágrimas. Joder. ¿Por qué tuve que hacerte llorar?.
Lo siento. Lo siento. Lo siento mucho, de verdad. Espero que algún día me puedas perdonar.
Hace un mes vi a tu amiga, la que trabaja en el edificio de frente de mi compañía. No quería preguntarle por ti, me moría de ganas por dentro. Al final acabé preguntándole. Me dijo que estabas bien. Que estabas mucho mejor que hace unos meses. No pude haber estado más contento. 
No te imaginas cómo desearía tener una máquina del tiempo y poder retroceder a aquella noche. Todo ahora sería tan diferente. Ahora lo único que me une a ti son los recuerdos en mi cabeza.
Nunca podré olvidarte. Nunca. Me niego a olvidarte. No cuando mi corazón latía por el tuyo, y el tuyo por el mío. 
Me niego a que la cara que veía todos los días se convierta en una triste mancha y que la voz que armonizaba mis días se convierta en un simple ruido. Me niego.
Ya que ya no puedo tenerte físicamente me aferraré a los recuerdos que tengo de ti. Tanto lo bueno como lo malo. Tus días de coexistencia conmigo fueron tan perfectos que no quiero olvidarme de nada, incluso quiero recordar nuestras pequeñas discusiones.
No es necesario que me respondas a esta carta. Quédatela. Así ya tendrás dos cosas mías: esta carta y mi corazón.
Con mucho cariño, Jungkook.
Empezaste a llorar. No podías parar. Seguías enamorada de él. En estos meses tú tampoco lo habías podido olvidar.
Te dirigiste hacia la puerta, te volviste a poner los zapatos y saliste corriendo en dirección a la calle, bajo el negro cielo y con la lluvia como acompañante empezaste a correr.
Continuará...
– By Admin. P
JIJIJIJIJI. ESPERO QUE OS HAYA GUSTADO ESTE ESCENARIO SORPRESA. ANOCHE ESTABA INSPIRADA. SI OS HA GUSTADO DADLE A LIKE Y SI QUEREIS OTRO SÓLO TENEIS QUE PEDIRLO. UN BESITO MUY FUERTE. 
150 notes · View notes
sweetwrite · 7 years
Text
Tumblr media
Nunca fui de levar desaforos para casa, nem mesmo quando criança, quando brigava com tudo e todos. Admito que na maioria das vezes eu era grande causadora disso, mas não podia negar o quanto gostava de provocar algumas brigas ali e outras aqui.
E quando JungKook rasgou meu tão caro e lindo vestido eu não tive outra escolha a não ser jogar sujo. Meu próximo look era um indecente vestido justo ao corpo e com um belo decote atrás, como o outro, porém este tinha alças finas e era cor marfim. Por cima de minha arma secreta, um sobretudo negro que cobria até minhas coxas e deixava-me sexy.
— Estou pronta. — Sorrio com ternura, recebendo outro em troca. Mas logo ele o desfez.
— Por que está vestida assim? Não está tão…
— Sim, está. Vamos. — O corto, sorrindo em seguida.
Ele não desconfia de absolutamente nada. No carro, me pego segurando algumas boas risadas ao imaginar a sua reação.
E quando paramos, fiz questão de ser a primeira a sair, o aguardando para que visse com clareza meu show. Ele dá a volta, pega em minha mão, mas eu me solto. Desato o nó do sobretudo e o deixo deslizar por meus braços. Jeongguk está perplexo, paralisado com a imagem. Devo lembrar que estou novamente sem sutiã e o resultado não poderia ser melhor. Os paparazzis correm, com flashs por toda parte.
— De volta pro carro, agora. — Sussurra rancoroso em meu ouvido.
Obedeço pela primeira vez de fato naquela noite. O vidro fumê os impedem que me vejam. JungKook ainda está lá fora, dando uma pequena entrevista de frente para o restaurante. Sorrio de canto, com o estômago revirando de nervosismo. Ele vai me matar.
— Que porra foi aquela? — Seu olhar está preso em minhas coxas desnudas. — Urgh. Será que pode…se cubra!
Seu blazer é arremessado em minha direção. Mal o toco.
— Isso… — Aponto para o vestido. O carro entra em movimento. — É para que aprenda a não tocar em minhas coisas sem permissões, amor.
— Ah, é mesmo? — Aceno positivamente.
— Sim, é.
— Então… — Recebo um tapa ardido na coxa. O peso de sua mão faz minha pele formigar, ganhando de brinde a coloração vermelha. — Isto é um dos próximos para que aprenda a me ouvir.
— Vai se foder, JungKook.
— Você sabe bem o que eu prefiro foder, amor. — O sorriso ladino lhe esconde o que se passa em sua mente.
Não é possível. A intenção era provocá-lo, deixá-lo puto, e ele está…excitado?
— Pervertido. — Acuso com a voz baixa.
— Não diga que não gosta, pois sei que sim. — Estamos agora em casa, e eu, me preparando mentalmente para receber uma boa surra na bunda.
Ficamos em total silêncio. Ele me conduz até nosso quarto e me tira delicadamente o vestido e calcinha, deixando-me exposta.
— Serei bonzinho dessa vez e pouparei seu vestido. — Seus dedos rasgam o fino tecido de minha peça intimida. — Mas não isto.
JungKook sorri perverso e sou empurrada contra a cama, sendo virada de bruços num só movimento. Fecho os olhos e espero. São ao todo cinco tapas e em seguida, os beijos e as mordidas. Minha bunda antes dolorida agora é massageada por sua boca quente, que percorre o caminho proibido até minha intimidade.
— Não irei demorar desta vez. — Ouço o barulho de seu cinto sendo desfivelado e minha pele se arrepia por completo. — Está molhada, amor?
— Sim. — Confirmo, me entregando. Ganho um tapa em minha região pulsante. É inevitável não gemer ou gritar.
— Irei encharcá-la esta noite. Não goze, você foi má hoje, meu bem.
~Sweetie♡
Tumblr media
115 notes · View notes
biasmut · 7 years
Text
Vinte.
Tumblr media
Jeon Jungkook. Sinopse: Quando você resolveu preparar uma festa de aniversário surpresa para seu melhor amigo, Jeon Jungkook, não esperava que a pessoa a ser  surpreendida fosse ser você. Parte: [ 1 l ? ]  Contagem de palavras: 3,155 palavras. Avisos: +16. 
Tumblr media
O peso da embalagem que seguro em minhas mãos trêmulas e suadas faz meus braços formigarem, mas a dor que sinto não chega nem mesmo perto do tamanho de minha ansiedade. Eu continuo puxando o ar com força para dentro dos pulmões em uma tentativa idiota de me acalmar, mas nada, nada parece funcionar, e Jimin continua sorrindo de um jeito irritante para mim, o que só me deixa ainda mais nervosa. Será mesmo que os outros garotos tinham que se atrasar tanto assim?! E justo hoje?! Homens e sua mania de não serem pontuais, ugh.
— Que horas são? — Pergunto outra vez, tentando enxergar algum sinal do carro de Seokjin na rua deserta. Nada.
— Você acabou de perguntar isso… — Jimin responde com um tom de voz divertido e assim que meu olhar recaí sobre o dele, ele parece se dar conta de que preciso de uma resposta um pouco mais concreta — São sete e trinta e sete. Só se passaram dois minutos e você precisa se acalmar. Aliás, por que você está tão nervosa assim? Parece até que é o seu aniversário, e não o do Jungkook…
Essa é uma excelente pergunta. Continuo tentando descobrir o motivo de meu estômago estar tomado por uma porção de borboletas que me fazem sentir cócegas por todo meu interior mas não chego a conclusão alguma. Talvez, lá no fundo, eu só esteja preocupada com a possibilidade da festa surpresa dar errado, ou de Jungkook acabar não gostado do presente que escolhi para ele, depois de semanas procurando pela coisa certa.
— Eu não estou tão nervosa assim, Jimin… — Minto inutilmente, já que o meu pé batendo contra a calçada denuncia o quão inquieta estou, assim como meu tom de voz angustiado — Só quero que os meninos cheguem logo.
Jimin volta a curvar os lábios em um de seus sorrisos, que dessa vez é menos irritante e mais acolhedor, o que me deixa mais acalma. Ele apoia ambas as mãos em meus ombros e olha para dentro dos meus olhos como se estivesse tentando ganhar toda minha atenção, o que acaba funcionando. A cena toda é meio estranha, se considerarmos que estamos escondidos atrás de uma árvore, e eu estou segurando uma caixa enorme de confeitaria nas mãos, enquanto ele me encara fixamente e se inclina levemente para frente para que nossos olhares fiquem no mesmo nível. 
— Os garotos já estão chegando — Eu repito as palavras de Jimin mentalmente, tentando acreditar nelas — E ele vai amar a surpresa. Você sabe que ele ama tudo que você faz e que te envolve… — Tento decifrar o sorrisinho de canto que Jimin esboça ao final da segunda frase, mas continuo sem entender o sentido por trás de suas palavras.
É claro que Jungkook vai gostar da surpresa… Afinal de contas, somos melhores amigos desde o ensino médio e sempre passamos nossos aniversários juntos. Por que ele não iria gostar, não é? É besteira eu estar tão preocupada, certo? Nada vai dar errado, e essa vai ser mais uma de nossas noitadas divertidas comendo besteiras e bebendo até o amanhecer. E nesse ano Jimin e os outros garotos também vão estar junto, o que só torna tudo ainda melhor! Tudo que preciso fazer é manter a calma e deixar que as coisas fluam naturalmente. 
Assim que correspondo ao sorriso de Jimin, ganhando alguma confiança, escuto o som de um carro se aproximando, e quando tenho certeza de que é Seokjin que surge em meu campo de visão, sou quase capaz de ouvir os anjos cantando aleluia. Até que enfim!
— Desculpa, desculpa, desculpa! — Hoseok desce do carro apressado e pedindo desculpas atrás de desculpas. A cena até seria engraçada se eu não sentisse todos os meus nervos próximos de terem um colapso. 
— A culpa não foi nossa, foi do trânsito! — Taehyung é o segundo a se aproximar e, como de costume, parece vestido para um desfile de moda e não para uma simples reunião de amigos. 
— Bom, vocês podiam ter saído um pouco mais cedo! Eu avisei que esse horário era ruim… — Tento disfarçar o nervosismo de minha voz, mas ele parece estar também estampado em minha testa.
— É, mas foi o horário que Jungkook disse que chegaria em casa — Yoongi se junta a conversa — E ele parecia estar estranhando você ainda não ter ligado pra dar parabéns…
— Ele parecia bem chateado — Namjoon completa, segurando um engradado de cervejas e soju.
E ótimo, se eu precisava de um motivo para ficar ainda mais nervosa, esse é o motivo. A ideia de deixar Jungkook chateado comigo me corrói o coração, por mais que tudo seja planejado e por uma boa causa.
— Tudo bem, acho melhor pararmos de deixar ela ainda mais nervosa e subirmos logo — Jimin, o salvador, profere as palavras certas pela centésima vez na noite e faço uma nota mental para lembrar de agradecê-lo mais tarde.
— Certo, você vai na frente — Seokjin finalmente diz algo, se apressando em encurtar a distância entre nós para começar a me empurrar em direção ao prédio escuro de Jungkook. Ao mesmo tempo em que o odeio por fazer com que eu me mova, eu também o agradeço por me dar algum apoio, já que minhas pernas parecem prestes a falhar.
O porteiro nos vê e abre o portão sem delongas, e sem que seja preciso que nos identifiquemos. Assim que passo carregando uma caixa de bolo, ele me dá uma piscadela cúmplice e um sinal de afirmação com o polegar.
— Eles já estão lá em cima — Ele fala baixinho, como se estivesse tentando não ser ouvido, o que não faz muito sentido, já que Jungkook mora na coberta. Ele utilizar o plural e dizer que eles já estão lá em cima também não faz sentido algum, já que Jeon mora sozinho… Mas meu nervosismo é tanto que meu cérebro simplesmente ignora a informação e eu sigo direto para o elevador, segurando a embalagem da confeitaria como se toda minha vida dependesse dessa simples tarefa. 
Os garotos entram logo atrás e tentam me deixar com o maior espaço livre, que é o suficiente apenas para que o bolo não seja esmagado. É claro que por algum motivo desconhecido, mas bastante previsível, Taehyung resolve ter uma crise de riso e precisa ser controlado por Jimin, que tenta não rir junto e continua usando suas mãos cobertas de anéis para fechar a boca de seu amigo.
— Shhhh Tae! — Imploro, controlando minha própria vontade de rir junto e vendo os outros fazerem o mesmo, com exceção de Yoongi, que tem apenas um sorrisinho divertido no canto dos lábios. Yoongi e seu auto-controle inatingível e invejável.
Só conseguimos nos controlar assim que o elevador finalmente para no último andar e as portas se abrem, deixando a passagem livre. Me obrigo a caminhar para fora e caminho na ponta dos pés até a porta ao final do corredor, olhando para trás a cada dois passos para me certificar de que estou sendo seguida e de que os outros também continuam em silêncio. Assim que paramos diante do apartamento de Jungkook, Jimin descola o post-it colado sobre a embalagem do bolo e cola o papelzinho verde neon diante do olho mágico, para impedir que Jeon descubra a surpresa antes de abrir a porta.
— Posso? — Meu amigo pergunta em um sussurro quase mudo, levando o indicador até a campainha e esperando pelo meu sinal para tocá-la. Olho para trás uma última vez, me certificando de que todos trouxeram o que foi combinado. Bebidas, comida, e balões coloridos que Hoseok e Taehyung ficaram encarregados de segurar. Tudo parece estar perfeitamente organizado, e repito para mim mesma que não tem como nada dar errado. Respiro fundo uma última vez e coloco meu melhor sorriso no rosto, finalmente deixando que Jimin toque a campainha.
E ele toca.
Uma vez.
E nada acontece.
Olho para Yoongi e tenho certeza de que meu olhar deixa transparecer todos os milhares de pensamentos negativos que surgem em minha cabeça, já que ele se apressa em balançar os ombros e a mover a boca no que parece ser uma frase semelhante a “ele disse que estaria em casa!.” Jimin toca a campainha uma segunda vez e depois de alguns segundos em silêncio consigo escutar um barulho vindo de dentro do apartamento, e o som alto de uma porta sendo batida.
Troco olhares confusos com Jimin e ele está próximo de tocar a campainha pela terceira vez quando o som de passos ganha força e a porta é aberta em um solavanco brusco, que pega a todos de surpresa. Sinto meus dedos apertarem a embalagem do bolo de modo inconsciente, e meu cérebro leva alguns segundos para entender o que está acontecendo. Assim que a imagem de um Jeon Jungkook suado e de bochechas vermelhas se torna nítida, eu sinto meu estômago se revirar e a situação só se torna pior quando me dou conta de que ele não está vestindo nada além de uma calça antiga de moletom escuro.
— O que vocês estão fazendo aqui? — A voz de Jungkook mal passa de um sussurro fraco e sem fôlego, e me pergunto o porque dele estar aparentemente sem ar.
Não, essa não é a verdade.
A verdade é que não me pergunto absolutamente nada, porque toda minha racionalidade foi esmagada pela imagem pecaminosa que meus olhos continuam encarando, sem permissão. E puta merda, Jeon Jungkook é meu melhor amigo, mas não consigo desviar o olhar da curva de seu pescoço, por onde uma gotinha solitária de suor escorre, marcando seus músculos. Eu juro que tento, e tento com muita vontade mesmo, mas sou fraca demais para mudar o foco de minha atenção, e e só por isso que me demoro em cada maldito detalhe.
Eu me demoro analisando os fios bagunçados de seu cabelo, que denunciam que ele deve ter acabado de sair da cama. Eu me demoro analisando o tom avermelhado de suas bochechas, e os cílios longos que contornam seus olhos exageradamente arregalados, que me fitam confusos. Suas pupilas dilatadas deixam seu olhar quase negro e essa imagem faz com que meu coração se perca em seu próprio ritmo. Mas o problema maior parece estar mais abaixo, em seu tronco desnudo.
E é claro que já vi meu melhor amigo sem camisa. Mais de uma vez, inclusive.
Mas há algo na situação toda que parece mil vezes diferente. E eu tento me convencer de que o problema todo está na porcaria da calça de moletom muito mal vestida, que repousa preguiçosamente sobre os ossos salientes de seu quadril e revelam muito mais do que deveriam... E muito menos do que eu gostaria. E com a mesma velocidade que esse pensamento surge em minha mente eu tento afastá-lo, sem muito sucesso. E, de novo, me sinto uma péssima amiga.
Que tipo de amiga pensa essas coisas? Isso não faz o menor sentido. Tento me acalmar e me obrigo a manter meus olhos no mesmo nível dos olhos escuros de Jungkook, porque talvez assim eu consiga recuperar um pouco de minha consciência. Com o canto do olho consigo perceber que Jimin e os demais estão esperando que eu seja a primeira falar, e depois de vários segundos intermináveis em um silêncio que transborda pensamentos proibidos, eu finalmente reúno a coragem necessária para enfrentar a situação inesperada. Mas é claro que as coisas sempre podem fugir ainda mais do controle. 
No mesmo segundo em que esboço um sorriso e abro a boca para falar, um segundo corpo surge em cena. Tudo acontece em uma fração de segundos mas, na minha cabeça, o desenrolar da coisa toda é em câmera lenta. A garota enrolada em um lençol branco parece caminhar em direção a Jungkook como se tivesse todo o tempo do mundo, e assim que ela o abraço por trás e repousa sua cabeça em um dos ombros ridiculamente largos de Jeon, eu chego a conclusão de que sim, definitivamente meu cérebro não está sendo capaz de acompanhar os fatos com a real velocidade na qual eles acontecem.
— Puta merda — Escuto a voz baixa de Hoseok ecoar atrás de mim mas ele parece estar a quilômetros de distância, porque minha audição está bloqueada pelo volume ensurdecedor de meus pensamentos.
— Eu não sabia que vocês viriam — Jungkook afirma e eu o conheço o suficiente para saber que o tom de voz que ele utiliza é o mesmo tom apavorado que está presente sempre que ele se sente culpado por algo que acabou escondendo.
Será mesmo que ele não pensou que seria interessante me contar que ele estava saindo com alguém? Não, ele não está simplesmente saindo… Que ele está transando com alguém. E dentro da porcaria do seu apartamento! E provavelmente na cama na qual eu passo os finais de semana ao seu lado, vendo filmes com roteiros ruins e comendo a pipoca sem sal que ele faz?! Sério mesmo?
Isso me deixa com raiva. Com raiva e puta.
E tenho certeza absoluta de que são as forças místicas do universo e dos Deuses que me impedem de derrubar a embalagem com um bolo absurdamente caro de castanhas no chão. Ou, pior ainda, de atirá-la na direção da garota desconhecida que continua com o queixo apoiado na pele suada de Jungkook, com a boca próxima demais de seu pescoço, com veias saltadas, que só confirma que ele devia estar bem, bem ocupado.
— Surpresa? — Jimin arrisca, e percebo que meu humor foi completamente arruinado quando sinto raiva até mesmo de Jimin e de sua tentativa de amenizar a situação.
— Ah, que graça! Os seus amigos preparam uma festinha surpresa pra você! — A garota exclama, constatando o óbvio. Sua voz fina é completamente irritante e me pergunto como Jungkook consegue escutá-la por mais de trinta segundos contínuos.
Será possível odiar alguém a primeira vista? 
Porque meu Deus, o ódio que sinto parece corroer minhas entranhas e não há sentido algum em eu me sentir tão traída assim. Não é como se ele realmente me devesse alguma explicação, eu sei. Mas… Alguma coisa parece errada, e preciso controlar a vontade que sinto de virar as costas e ir embora.
— Será que a gente pode entrar? — Seokjin pergunta — Essas garrafas de bebida estão começando a pesar.
Sem dizer nada, Jungkook se apressa em assentir e a abrir a porta de seu apartamento, deixando a passagem livre. Eu até penso em me mover mas meus pés parecem ter criado raízes no chão e esqueço dos movimentos que devo fazer para caminhar, então resolvo esperar que todos ao meu redor façam isso primeiro. Um por um, os meninos passam por mim e desaparecem para dentro da sala de Jeon. Jimin é o último a entrar e vejo seus passos se tornarem cada vez mais lentos, como se ele estivesse esperando para ter certeza de que eu estava logo atrás. 
Mas então restamos nós três. Eu, Jungkook e a garota que definitivamente não estava nos planos.
Vejo Jeon desviar o olhar do meu e se virar na direção da desconhecida, e a frase que escapa de sua boca até poderia me deixar feliz.
— Acho que é melhor você ir embora. A gente conversa depois… — Seu pedido é na verdade uma ordem, mas é óbvio que a estranha não o conhece bem o bastante para perceber isso.
E também é óbvio que nem mesmo saber que ele quer mandá-la embora me deixa mais aliviada, porque no mesmo segundo em que ele se vira para trás, para falar com ela, só consigo focar na série de vergões vermelhos que se alastram por toda extensão de suas costas, completamente arranhadas. Com força.
Sinto minha respiração ficar presa em minha garganta e, de novo, tenho certeza de que são os Deuses que me impedem de afundar a merda do bolo na cabeça de meu melhor amigo e de sua coleguinha.
— Tudo bem… — A garota responde meio desanimada e claramente desapontada por estar sendo excluída da festa surpresa.
E, não consigo entender porque, mas de repente percebo que não quero tornar tudo tão fácil assim.
E juro, juro mesmo que não sou uma pessoa má ou vingativa, mas em um piscar de olhos minha prioridade deixa de ser agradar Jeon, e dar a ele um aniversário para ser relembrado, e passa a ser tornar a noite um verdadeiro inferno para essa garota. E, bem provavelmente, também para Jeon Jungkook.
— É claro que não — Digo depressa, e sem pensar. É claro que não estou pensando direito, mas minhas palavras saem antes que eu seja capaz de refletir sobre elas — Ela vai ficar — Esboço o sorriso mais simpático que consigo e antes que o arrependimento consiga me atingir, caminho para dentro do apartamento, colocando o bolo no primeiro lugar disponível que vejo, e me certificando de fechar a porta, para que a garota não tenha escolha senão ficar.
— Obrigada! — Ela responde animada, e confesso que penso em sentir vergonha de minha atitude infantil. Mas ela continua enrolada em um lençol… E isso definitivamente não me ajuda a ter empatia e a gostar nem mesmo um pouquinho que seja da sua presença.
Porra, ela está usando um maldito lençol... Um lençol no qual eu provavelmente já estive deitada com Jungkook... E isso é um tanto estranho. 
E desagradável. 
E só. Não existe nenhum outro motivo pra eu sentir vontade de atear fogo na porcaria do tecido branco. 
— Só acho melhor você ir se trocar — Até mesmo um surdo conseguiria ouvir o sarcasmo presente em minha voz, mas é claro que ela não percebe nada, e apenas corre para dentro do quarto de Jungkook. Ah, é claro, não sem antes dar um beijo demorado na bochecha ainda corada de meu melhor amigo.
E acho que a última vez que senti tanta vontade de esganar alguém foi quando um professor me deixou de recuperação na faculdade por causa de um décimo. Mas, por algum motivo, essa situação de agora parece bem pior.  
— O que você tá fazendo? — Jungkook me pergunta assim que sua conhecida some no corredor, e percebo que ele tenta puxar a calça de moletom para cima sem muito sucesso.
E eu tento não prestar muito atenção nisso… Também sem muito sucesso.
Resolvo não responder sua pergunta porque a verdade é que não faço a menor ideia do que estou fazendo, mas assim que dou as costas para ele, determinada a ir encontrar os outros garotos, sinto seus dedos longos e quentes se fecharem em torno do meu braço, apertando minha pele com força e me fazendo parar de caminhar. Ainda sem desfazer o aperto em torno de meu braço, ele dá um passo curto para frente até que não haja quase distância alguma entre nossos corpos, e apesar de eu já estar acostumada com isso, sua proximidade agora faz meu ritmo cardíaco acelerar.
E acho que isso só acontece por causa de minha raiva... Acho. 
— Desde quando você me ignora? — O nervosismo de sua voz me deixa balançada e sinto vontade de pedir desculpas, mas nossa proximidade faz com que eu consiga sentir o aroma de perfume feminino impregnado em seu corpo, e de repente pedir desculpas já não é mais uma opção.
Talvez desde o momento em que você resolveu não contar que estava saindo com alguém!?
E claro que é isso que quero responder, e que minha vontade é de gritar e deixar ele saber como estou puta por causa dessa situação toda, que obviamente poderia ter sido evitada se ele tivesse dito algo. Ele só precisava falar “então, estou transando com uma pessoa” e eu aceitaria numa boa.
É claro que eu aceitaria.
Mas não respondo isso, porque a noite mal começou e ainda há muito a ser feito e dito. Tento manter a calma e dou um sorrisinho de canto, e Jungkook não consegue disfarçar a confusão que surge em seu rosto.
— Eu só estou te dando o que você merece, ué… — Respondo de maneira inocente — Uma surpresa.
CONTINUA.
90 notes · View notes
aricastmblr · 5 months
Text
Tumblr media Tumblr media Tumblr media Tumblr media Tumblr media Tumblr media Tumblr media
13 notes · View notes
dashiyoon · 4 years
Photo
Tumblr media Tumblr media Tumblr media Tumblr media Tumblr media Tumblr media Tumblr media Tumblr media Tumblr media Tumblr media
VAMOS FALAR DE BTS - BLACK SWAN?
Chegou o momento que eu tanto esperava! Hoje iremos falar sobre o último álbum dos meus meninos queridos do bts, Map of the soul:7, mais especificamente sobre uma das minhas músicas favoritas, Black Swan. 
Map of the soul:7 será um álbum em comemoração aos sete anos de carreira do grupo desde sua estréia, além do número ser especial pois BTS é formado por sete membros. O grupo sul coreano conhecido mundialmente como “lendas vivas”, retornou no começo desse ano, e mesmo os sete integrantes deixando claro para seus fãs que este comeback seria novamente surpreendente e inovador, nada poderia nos preparar o suficiente para o que estava por vir: muito surto, surra de vocal e claro, letras e visuais de de tirar o fôlego. 
“Mas como poderiam inovar se eles já fazem tudo?” Surpreendentemente, a prévia do novo álbum chamada Black Swan (cisne negro), lançada em todas as principais plataformas de stream, trata-se de uma art film onde um grupo de dançarinos de uma companhia eslovena chamada MN Dance Company dança ao estilo contemporâneo. Ao iniciar, uma frase de Martha Graham: "Um dançarino morre duas vezes - uma é quando para de dançar, e sua primeira morte é a mais dolorosa." abre este belíssimo art film. Nenhum dos membros do grupo aparece, mas a mensagem não deixa de ser menos emocionante, muito pelo contrário, os dançarinos exprimem tanto sentimento em sua dança que tanto os armys - nome do fandom do grupo - quanto o próprio BTS se declaram inspirados pela peça. 
Black Swan então trata-se sobre encarar suas sombras e seus medos, deixar-se imergir e aprender a se reerguer a partir desse processo. A letra conta sobre o medo de chegar um dia em que eles já não estejam mais apaixonados pela música, ao mesmo tempo em que a música faz parte deles e seja o combustível que os mantém vivos. "Black Swan dá voz aos medos de que um dia a música não poderá sensibilizar as pessoas. No momento em que ficam cara a cara com este 'cisne negro', é quando eles têm uma certeza paradoxal de que a música é tudo o que têm" Diz os membros sobre o conceito. 
Algumas semanas depois, BTS lançou um MV (music video) de Black swan onde os sete integrantes aparecem performando sua própria coreografia no icônico cenário e palco do Los Angeles Theatre, tornando toda a filmagem uma bela obra de arte. 
E sobre os looks, o que eles representam?
Precisamos falar sobre o impacto que foi BTS aparecer performando descalços, acredito eu que esse seja o ponto mais marcante do traje. Dançar com os pés descalços é uma característica na dança contemporânea. Os fundadores da modalidade escolheram se mover sem sapatilhas porque traz assim um reflexo dos valores fundamentais, como a conexão com o corpo e representação de emoções. Apesar de não ser nada fácil pois o ato pode acarretar em diversas queimaduras, gosto como esse detalhe nos faz pensar em simplicidade, em transparência e em como os sentimentos da música percorre desde as pontas dos pés até o último fio de cabelo. 
De início os membros aparecem todos trajados em ternos perfeitamente brancos, trazendo um ar de inocência e pureza, fazendo alusão todo momento para a narrativa do cisne negro, uma grande referência para o comeback.  Faço aqui um destaque a Park Jimin, integrante do BTS que cursou dança contemporânea por muito tempo, onde ele aparece como principal dançarino nesta coreografia e tem algumas cenas solos em que performa feito anjo no palco do teatro. Suas roupas tem um detalhe de plumagem escura sobre o terno branco justamente para trazer essa imagem de “eu sou o cisne negro, veja as duas partes de mim.”
Em seguida as roupas tornam-se inteiramente pretas, algumas com pedras brilhantes cravejadas, outras com um sutil detalhe de transparência, com o intuito de marcar essa quebra do cisne branco para o negro, mostrar o lado escuro, “a primeira morte” como citei mais acima. O fato de BTS continuar dançando vestidos como sua primeira morte nos faz lembrar sobre o medo da queda ao estar tão no topo como eles estão agora em suas carreiras musicais e ao mesmo tempo abraçar esse medo, pois a música faz parte deles e não há nada que possa mudá-los. 
Podemos notar essa quebra nitidamente em Kim Namjoon, líder do grupo, que em uma cena está com seu terno branco e cabelos despojados de forma leve, e logo em seguida está em um terno preto, com as mechas roxas muito bem divididas, dando um ar de intensidade, maldade.
Também caberia aqui fazer um destaque ao outfit de Kim Taehyung nas apresentações de palco de Black Swan, onde o membro aparece com uma jaqueta feita de plumas pretas, como um verdadeiro cisne negro.  
Neste momento, eu poderia falar horas a fio sobre o espartilho de couro que Park Jimin e Jeon Jungkook usaram em Black Swan, mas provavelmente o tumblr me proibiria de continuar minhas postagens, então tentarei ao máximo conter meus sentimentos e resumi-los neste parágrafo. BTS ao longo de sua carreira e clipes já havia nos deixado bem claro que não se importam com a divisão moda masculina e feminina, afinal tudo se resume a roupas e como sua liberdade de expressão não deveria ser limitada a uma questão tão antiquada como a simples divisão de categorias por gênero. O espartilho carrega um visual sexy e tentador, como um anjo caído deveria ser, figura que aparece diversas vezes através dos membros. 
Declaro, por fim, que Black swan é uma obra de arte em forma de três minutos e trinta e sete segundos de música. 
Se interessou? Quer ver mais? 
Clique aqui para ser redirecionado ao clipe de Black Swan. 
Se gostar da música, por quê não dar uma olhadinha no álbum também? clique aqui para visitar Map of the Soul:7 no Spotify. 
As fotos usadas para essa postagem foram feitas por wiintermoon, deixo aqui registrado os créditos a elx.  
Até o próximo Comeback!
1 note · View note
foryouimagines · 7 years
Text
13. “O que uma garota tão bonita quanto você está fazendo nesse lugar?”
Tumblr media
Jungkook - Máfia - 13
Quantidade de palavras: 1737
//
“S/N, esteja pronta cedo, nós vamos sair.” A voz de seu colega de equipe foi a última coisa que você ouviu antes da porta da sala de jogos ser fechada e você ser deixada sozinha com uma incrível dor nos pés e vários tacos de sinuca pra guardar.
A arte dos jogos não é uma habilidade que todos os seres humanos tem, a capacidade mental de mover peças ou de jogar bolas de modo que a vitória seja algo fácil de se conseguir, ou a força física necessária para se travessar um campo sem ao menos suar, na sociedade, isso é muito difícil de se conseguir, e é por isso que quando você ganhou maus um jogo de bilhar aquela noite, você se viu abandonada mais uma vez, a inveja brilhando nos olhos daquele que tinha perdido, mais uma vez.
Abaixando-se para pegar um dos tacos que tinham sido brutalmente jogados no chão há poucos instantes, você o passou entre os dedos e sentindo a madeira coberta de verniz em sua pele, colocou-o no lugar que deveria estar, fora do chão, e longe de mãos egoístas.
Os ponteiros do relógio na parede faziam seu característico barulho quando você, depois de ter guardado tudo e colocado todas as bolas em seus devidos lugares, retirou-se da sala, sentindo a sola dos pés doerem e seus dedos serem apertados contra a bota que tinha usado mais cedo para correr de uma casa prestes a explodir, não tinha sido uma boa ideia deixar seus tênis de lado logo naquele dia, quando você não podia prever o que seus colegas de time fariam e quase acabara carbonizada sem aviso prévio.
Seu quarto tinha um cheiro clássico de flores quando você entrou no mesmo e sem pensar duas vezes, arrancou as botas dos pés e quase as jogou do outro lado do quarto, sendo parada apenas por uma pequena lembrança de quanto elas tinham custado e como o dinheiro que você tinha gasto, apesar de quase insignificante se comparado a quantidade bruta que você ganhava a cada trabalho bem concluído, ainda era importante.
Sentando-se na cama e jogando o corpo para trás, você se encontrou encarando o teto, as palavras de seu colega rondando sua mente cansada, amanhã você teria que acordar cedo, amanhã você iria sair para um dos trabalhos mais difíceis de sua vida, amanhã você iria até a mansão dos Jeon.
Desde que você se lembrava como gente, você tinha sido criada em um ambiente fatal, cercado de rixas e de manchas de sangue de donos desconhecidos, sua infância não tinha sido como a das outras crianças, você não tinha ido para o jardim de infância ou uma escola, toda sua educação tinha sido montada ao redor de professores particulares e disciplinas que você tinha certeza que alunos comuns não tinham, afinal, “como invadir um lugar e não ser notada III” não parecia ser uma matéria comum.
Mas não era como se você achasse aquilo ruim, muitos diriam que você não tinha tido uma infância ou não tinha conhecimento de mundo, mas de uma coisa você tinha certeza, você conhecia muito mais o mundo que muitos viajantes por aí.
//
O cheiro do café era forte no ar quando você acordou naquela manhã e se arrumou para sair, com uma de suas roupas “padrão”, você fez seu caminho pelos corredores amarronzados e abarrotados de pessoas com pressa, seus tênis confortavelmente batendo no chão e uma felicidade sem igual de não sentir seus dedos sendo esmagados enchia seu peito, ao contrário daquelas pessoas, você não tinha com o que se preocupar, dessa vez, você não seria a principal como normalmente acontecia, dessa vez era só observar e aprender.
“S/N, seu pai está chamando.” Girando nos calcanhares para saber quem tinha te chamando, você desmontou o quase sorriso que tinha se formado em seus lábios, o chiclete de melancia que você mastigava estalando entre os dentes.
“O que ele quer?”
“Sei lá, problema de vocês, só estou avisando.” Quase mandando-o ao inferno, você virou as costas para o cidadão e virou na próxima direita, respirando fundo a cada passo mais próximo que você ficava do escritório principal, seu coração parecia querer saltar de seu peito, e isso sempre acontecia quando você tinha que ver o seu pai, não importava o quão treinada você fosse.
Parando a frente da grande porta dupla de madeira lisa, você esfregou uma mão na outra antes de coloca-las sobre a superfície gelada e adentrar o lugar, estourando uma bolha de chiclete quando o fez.
“Filha, precisamos conversar. Sente-se.” Seu pai não tirou os olhos dos papéis a frente dele quanto falava, às vezes você imaginava se ele ao menos lembrava como você se parecia. Seguindo a ordem, você caminhou a passos lentos até uma das poltronas em frente a grande mesa, sentando-se de pernas cruzadas em uma delas, apesar do ar assustador, elas ainda eram confortáveis.
“Não posso demorar, tenho um trabalho a fazer.” Cruzando os braços ao se ajeitar completamente no lugar, você esperou a reação dele, que surpreendentemente veio com ele olhando pra você.
“E é sobre isso que preciso falar com você.” Levantando o olhar e erguendo as sobrancelhas, você esperou. “Mudança de planos, quem irá falar com o Jeon é você.”
“... Por que? Eu achei que vocês já tinha se decidido com aquele papo todo de ‘idade’ e ‘experiência’.” Quase revirando os olhos, você teve que se segurar pra não colocar a língua pra fora. Era incrível, mas não inesperado que eles mudassem de ideia, você não esperava que tivesse que encara-lo assim tão cedo, e descobrir se os rumores eram verdade.
“Independente do que falamos ontem, essa agora é minha decisão e ela não vai mudar, te desejo boa sorte, S/N.” Era como se a porta daquela sala tivesse se fechado na sua cara, mesmo que você ainda estivesse sentada ali, há poucos metros dele. “Está dispensada.”
Levantando-se sem dizer mais uma palavra, você se retirou do lugar, pronta para sair e fazer o que por tantas semanas ficaram falando sobre, selar um acordo e sair viva, ou morrer tentando.
Sua pistola estava em seu shorts quando vocês entraram na grande propriedade da família que teriam que falar com, saindo do grande carro preto assim que chegaram a grande entrada principal, você mal se moveu antes que cinco homens aparecessem e te cercassem, cobertos de preto dos pés a cabeça, eles pareciam seguranças de uma celebridade e não de um mafioso procurado.
“S/N S/S, eu vim falar com o Jeon.” Ignorando as formalidades, você soltou as palavras sem muita preocupação, recebendo olhares de desgosto como resposta, mas vendo que eles tinham entendido e portanto estavam ciente de sua ‘visita’, você deixou-se levar pela situação, seguindo-os até um lugar bem parecido com onde você morava, cheio de pinturas caras e troféus de atividades insignificantes, estranhamente fazia você se sentir em casa.
“O chefe te receberá agora.” Um dos homens de preto falou depois de voltar de dentro da grande sala que deveria estar por trás daquela porta, acenando com a cabeça, você passou as mãos pelo cabelo, prensando os lábios em uma linha fina ao passar pela porta.
O lugar era gigante, com estantes e estantes de livros obviamente não lidos e um grande tapete vinho, o espaço se abria como um buraco negro, ávido para te sugar a qualquer momento. Fechando a porta atrás de si, você se preparou para falar, quando a pessoa em pé a sua frente não deixou que as palavras deixassem seus lábios vermelhos.
Um menino se encontrava parado ao lado da cadeira da grande mesa principal daquele lugar, também vestido de preto dos pés a cabeça com um terno que cheirava a notas de cem, ele tinha os cabelos escuros arrumados de uma forma tão relaxadamente atrativa que até pareciam errados e te faziam querer passar os dedos por eles até tirar aquele padrão desarrumado que ele levava nas madeixas, você sabia que os rumores diziam que ele bonito, mas você não sabia que eles eram tão reais.
“... Bem vinda.” Apesar da confiança que ele exalava, algo em você dizia que ele não te esperava ali, não daquele jeito pelo menos, e algo dentro de você achou aquela sensação magnífica.
“É um prazer te conhecer, Jeon.” Você tinha os olhos fixos nos dele enquanto falava, seu peito estufando-se contra sua própria vontade. “Temos assuntos a tratar.”
“Claro.” Ele indicou para que você se sentasse na punica poltrona a frente da mesa, e como revivendo a cena de mais cedo com seu pai, você esperou alguma cena ou notícia ridícula acontecer, mas infelizmente, nada veio. “Pode me chamar de Jungkook.”
“Jungkook.” Você repetiu, e passando a língua pelos lábios depois, recostou-se sobre o encosto da cadeira. “Creio que esteja a par dos que temos que tratar hoje, e espero que possamos resolver isso bem rápido.”
Ainda o observando, você sentiu suas pernas tremerem ao ver um brilho passar pelo olhar do menino sentado a sua frente, deixando-se sorrir de volta, seus olhos acompanharam o jeito como ele debruçou-se sobre a mesa, os cotovelos encontrando o vidro fosco da mesma, e os olhos ainda fincados aos seus, se não fosse errado, você não se importaria de olhá-los de mais de perto.
“Agora... O que uma garota tão bonita quanto você está fazendo nesse lugar?” Alguma coisa dentro de você formigou, e deixando dessa vez um sorriso tomar conta de seus lábios e também debruçando-se sobre a mesa da mesma forma que ele, em nenhum momento enquanto você se mexia seus olhares ousaram desgrudar, seu reflexo no castanho das orbes dele.
“Cuidando de uma bobagem que milhares de homens não conseguiram fazer.” Suas palavras eram calmas e inalteradas, mas cada sílaba pesava, cada movimento de seus lábios e de sua língua eram uma dor a mais que o menino sentia no corpo, o maxilar trancado enquanto te ouvia. “Então, se não se importa, podemos?”
“Claro.” Voltando ao estado mais normal que ele podia, e retornando a pousar a coluna sobre o encosto da cadeira e a apoiar o pé sobre o joelho da outra perna, ele entrelaçou os dedos, as sobrancelhas ligeiramente erguidas em uma curiosidade sem fim. “Se eles forem sempre te mandar, pode contar que eu ainda os causarei muitos problemas.”
Soltando uma risada fraca, mas sentida, você respondeu.
“Estarei contando com isso.”
//
Alguém segura esse JK por favor, obrigada
67 notes · View notes
oddeyesymptoms · 7 years
Text
16. Obra de teatro.
Tumblr media
         —¿Eh, NamJoon, irás a la obra de teatro? —la voz de YoonGi resonó de manera carrasposa a través de la línea del teléfono, mientras NamJoon se encontraba utilizando uno de los ordenadores en la biblioteca de la universidad, revisando su correo electrónico de manera atenta. Esperaba noticias, de los organizadores del concurso, quienes le enviarían un correo para confirmar su asistencia. En efecto, faltaba menos de una semana para la competencia—. Es esta noche.
           Por poco ignoraba a YoonGi debido a ello. Fue después de unos segundos de que terminó la frase, de que NamJoon cayó en cuenta de que debía de contestar.
           —No lo sé.
           —Ah, ¡vamos! El cabeza hueca ese de TaeHyung estará actuando. Debemos ir a apoyarlo —le animó, y NamJoon suspiró al pensar que precisamente por ello no quería ir. Le sorprendía, de hecho, que YoonGi no lo hubiese captado por completo ya. Después de todo, si TaeHyung iba, Carter seguramente iría a verlo también… Y no quería saber de aquel espectáculo. Desde la última vez que la había visto, que parecían ya años, no había podido dejar de pensar en ella… Pero tampoco había dejado de intentar olvidarla, para enfocarse en la competencia. YoonGi insistió—. Tú sabes que yo odio esas mierdas, y mira que igual voy.
           NamJoon casi ríe con el comentario, al voltear los ojos con una sonrisa divertida.
           —Joder, pero qué insistente que eres. Te pareces a Hoseok, que desde que sale con Donatella está romántico y quiere ir a ver obras de teatro —bromeó, provocando que YoonGi suspirase. A tan solo unos metros, la bibliotecaria le lanzó una mirada de pocos amigos, y señaló un letrero que exigía que no se hablara por teléfono dentro del recinto, provocando que el muchacho asintiese con una inclinación de cabeza. 
           —Hombre, que llevas días encerrado en quién sabe dónde, aparentemente practicando para el concurso —comentó, de manera despreocupada—. Es tan solo una obra; un descanso no te haría mal.
            NamJoon se reclinó hacia delante en la silla, con los ojos fijos en el monitor, actualizando el sitio cada treinta segundos. Apenas le llegó el correo electrónico, lo abrió casi con manos temblorosas y lo leyó por encima. Se trataba de un correo volviendo a recalcar las reglas del concurso, y solicitando la confirmación de asistencia de cada participante, a lo que NamJoon comenzó a responder de inmediato, tecleando con rapidez y olvidando a YoonGi al otro lado de la línea.
           —¡Yah! ¿Si quiera me estás escuchando?
           —Eh, pero qué impaciente, que estoy respondiendo un correo importante —se quejó, mientras la bibliotecaria volvía a hacerle señas, esta vez más parecidas a una estrangulación que otra cosa; bajó la voz—. Te oigo, te oigo…
           Escuchó a YoonGi suspirar.
           —Tengo una entrada extra. Te veo hoy, a las ocho, frente al teatro. No llegues tarde, que sabes que no me gusta esperar —comentó, y trancó. NamJoon suspiró, oyéndole y riendo suavemente, mirando de reojo a la bibliotecaria que parecía aliviada de que hubiese colgado el teléfono. Aparentemente, no tenía opción. Asistiría a la obra de teatro, e intentaría actuar de manera natural al respecto. 
           —Bien, muchachos. Hoy es el gran día. Hemos ensayado duro para esto, ¿cierto? Están listos.
           Las palabras del director de la obra resultaban reconfortantes. Las luces estaban apagadas casi por completo, y él los había reunido en una parte del backstage antes de la función, para expresarles un discurso de aliento.
           Se podía sentir la tensión en el ambiente. Ese tipo de tensión y emoción que se tenía cuando estaba a punto de comenzar una obra de teatro, en donde no serían simples espectadores, sino protagonistas. TaeHyung sabía que toda la universidad estaría viéndolos, y que tenían los ojos puestos particularmente en él y JungKook, además de la protagonista, quien haría de ChunHyang. Era una noche emocionante, y mientras unos estaban tranquilos y emocionados, otros estaban completamente nerviosos; especialmente los novatos.
           TaeHyung era en una mezcla de los dos. No sería su primera vez actuando, y probablemente tampoco la última, pero esta vez actuaría de protagonista, y los sentimientos estaban a flor de piel. Por dentro, se preguntaba si JungKook sentiría lo mismo. Le observó fijamente: el menor estaba de pie a su lado, luciendo tranquilo, y demasiado atento a lo que decía el director para darse cuenta de que le estaba mirando. ¿Qué estaría pensando? ¿Cómo se sentiría? Seguramente confiado, por supuesto; él era JungKook, y era bueno en todo.
           Pero había sentimientos que agobiaban al pelirrojo internamente. Después de todo, desde aquella vez, JungKook y él ya no eran como antes. Y no es que le tratara mal, porque no se trataba de eso; muy por el contrario, era el dongsaeng divertido y amistoso que siempre había sido. Claro, que no con él; con TaeHyung siempre era especial, incluso algo odioso y dominante, pero diferente.
           Y le dolía, y era raro. Siempre quiso que JungKook le dejase en paz; al menos románticamente. Siempre aspiró que olvidase todo lo que se supone que sentía por el pelirrojo… Que fuese solo una etapa. Pero ahora que parecía ser de esa manera, no estaba tan seguro de siempre haber querido eso. Después de todo, había esperado a que JungKook se molestara por lo que pasó aquella noche en la fiesta; por haberse ido luego de que estuvieron tan cerca de quemar otra etapa, y consumirse en las llamas del fuego. Había esperado que estuviese enojado, y furioso; que le gritase y quisiese golpearlo, y que le expresase lo mucho que detestaba lo que había hecho.
           Pero ese era el problema. No lo había hecho; actuaba normal. Y la indiferencia dolía más que cualquier otra cosa.
           Debió de darse cuenta de que le estaba mirando, porque mientras le observaba como tonto de reojo, JungKook le miró a los ojos y le sonrió, alzando un puño y gesticulando con los labios un “Fighting!” medianamente emocionante. De nuevo, le miraba con los ojos de un amigo. TaeHyung le devolvió la mirada a duras penas, y volvió la mirada al director para prestar atención a lo que decía. Parecía haberse perdido varios segundos del discurso. 
           —Todos y cada uno de ustedes tiene mucho potencial, muchachos. Demuéstrenlo hoy. Confío en ustedes, y estoy orgulloso de que hayamos llegado hasta aquí —alegó, antes de dirigir su mirada ahora a los protagonistas de la obra; y además, al muy afamado JungKook, quien había tomado bastante protagonismo en esta versión, también—. TaeHyung, MinAh, lo harán muy bien. Recuerden que ustedes abren la primera escena, y deben estar desde ya listos. JungKook, tú les sigues, atento —comentó, y los tres asintieron. El director les dio un par de palmadas en los hombros a los muchachos, una sonrisa a la protagonista, y posteriormente iniciaron un aplauso—. ¡Muy bien! ¡A sus posiciones! El público comenzará a llegar en unos minutos.
            Se escuchó un “Fighting!” general, y todos se pusieron en marcha. TaeHyung ya estaba vestido y maquillado; completamente listo, y con sus líneas memorizadas. MinAh estaba igual, y debían de dirigirse ya a sus respectivas posiciones. Sin embargo, TaeHyung sentía un peso en el pecho. No podía actuar así… No podía hacerlo sin estar tranquilo, y saber que las cosas con JungKook estaban bien.
            Es por ello que en medio del ajetreo, se acercó y le haló de la muñeca, buscando llamar su atención, congelándose apenas los ojos negros de noche del menor se encontraron con los suyos. Le pareció que cada segundo fue una hora cuando le miró al rostro. Verle fijamente le hacía recordar los detalles más pasionales de aquella noche, y provocaba que su estómago se revolviese de una manera más o menos desagradable. No eran mariposas, sino murciélagos; estaba nervioso, ansioso, y listo. Debía de hablar con él. No podría actuar correctamente si no lo hacía. Y una parte de JungKook pareció entenderlo, con tan solo mirarle.
            —Espera, JungKook… Yo…
           Y entonces una voz femenina, la de MinAh, los interrumpió.
            —TaeHyung oppa, hay que irnos ya, a nuestras posiciones —apremió.
            El pelirrojo se quedó cortado; en blanco. JungKook fue quien reaccionó primero que él, y le sonrió. De nuevo, una sonrisa demasiado amistosa; una mirada demasiado diferente a las que habituaba. El pelirrojo no tuvo tiempo de protestar cuando MinAh lo haló de vuelta hasta detrás del telón; solo tuvo oportunidad de ver cómo JungKook le daba un par de palmadas en el hombro, de manera amistosa, antes de despedirse.  
           —Está bien, hyung, rómpete una pierna —susurró, divertido, antes de desaparecer en la oscuridad del lugar, camino al camerino. TaeHyung deseaba que en serio así fuese.
             Carter llegó al teatro a duras penas. Las cosas habían seguido siendo duras; sin ninguna razón aparente, ella y TaeHyung habían estado fingiendo que nada había sucedido esos días. Claro, que también las cosas entre ellos habían cambiado. Ya no hablaban tanto como antes, ya no se llamaban por video-cámara hasta media noche como antes, ni se escapaban de las habitaciones para verse a escondidas. Todo era diferente; todo parecía estar muriendo.
           Pero Carter seguía siendo su novia. ¿Y qué clase de novia no asistiría a la obra de su amado, cuando era él el principal protagonista?
           Tomó asiento, y la obra empezó mientras se perdía en sus pensamientos. Las luces se apagaron, comenzó la música, y el público parecía atento; ansioso. La emoción predominaba, y es que el teatro estaba absolutamente lleno, especialmente ocupado por grupos de chicas que se morían por ver a TaeHyung y JungKook actuar. Y la primera escena comenzó, con ChunHyang encontrándose por primera vez con MongRyong.
           Un pequeño monólogo, una introducción a la historia, y la belleza de la bonita actriz del escenario se vio opacada con la aparición de TaeHyung. Vestido justo como MyungRong, usando aquel hanbok típico y con el cabello largo para su aparición, provocó que varias chicas en el teatro suspirasen. Se veía guapísimo. Y Carter, quien estaba sentada bastante cerca, pero no lo suficientemente para ser vista a la primera, mantuvo los ojos fijos en él; llena de curiosidad. Su corazón había comenzado a latir con fuerza, pero de nuevo las mariposas de culpa comenzaron a atacar la boca de su estómago.
           Aunque lo veía a él, sin importar qué tanto intentase evitarlo, no podía olvidar a NamJoon. Carter miraba a TaeHyung, y veía a un amigo de infancia; a un chico que había querido, y que aún quería muchísimo, pero a quien no amaba. Y estaba casi dispuesta a vivir con ello, al no saber cómo decirle verdaderamente lo que sentía.
           Se perdió en sus pensamientos, justo antes de darse cuenta de que TaeHyung la había estado buscando con la mirada disimuladamente entre el público, y no tardó en encontrarla. Y fue solo por una milésima de segundo, o tal vez nunca pasó, pero Carter podía jurar que TaeHyung le había sonreído. Que le había dedicado esas suaves y cariñosas sonrisas, que parecían tan sinceras como cargadas de nostalgia.
           Y ella no supo si fue producto de su imaginación o no, pero terminó devolviéndole la sonrisa con un nudo en la garganta.
              NamJoon llegó tarde, por supuesto. 
           La obra no llevaba demasiado de haber empezado, al menos, y los guardias de seguridad le dieron paso sin chistar demasiado, luego de verificar su identidad; YoonGi le había dejado su entrada y nombre con un guardia en la puerta y de esa forma le dejaron pasar. Ya había comenzado, y TaeHyung y la protagonista estaban en escena; una bonita chica cuyo nombre desconocía. Y entró disimuladamente, tal vez no tanto como hubiese querido, encontrando a YoonGi fácilmente y pidiendo permiso, pisando a varias personas hasta poder sentarse a su lado. El mayor le había guardado un asiento.
            —Llegaste. Ya pensé yo que no venías —se quejó en un susurro, dándole un suave golpe en el hombro.
           —Te dije que venía. Se me hizo tarde, nomás —se quejó, sonriendo suavemente y luego concentrando su atención en la obra, una vez que varias personas en los asientos de atrás y a los lados le hubiesen mandado a callar.  
           Y se dedicó a observar atento. En el escenario seguía TaeHyung con aquella chica, interpretando una escena en donde él le hablaba; en donde la conocía, y poco a poco se iban enamorado. El personaje de MonRyeong le sentaba muy bien a TaeHyung, al parecer de NamJoon; un chico alto, bien parecido, hijo de un oficial de la época. Además, su actuación era impecable. Tan impecable, que los ojos con los que miró a la chica le hicieron olvidar por completo la manera en que había mirado a JungKook aquella noche.
           Carter, por otro lado, no llevaba ni siquiera media hora observando la obra y ya se sentía asfixiada. TaeHyung, por mera actuación, estaba coqueteándole a otra chica, mientras un montón de sus admiradoras lo miraban. Y ese no era el problema para Carter; el verdadero problema era el hecho de que su actuación era perfecta y hacían parecer los sentimientos del joven muy reales, sin que eso le importara en lo más mínimo. No era una chica celosa; intentaba no prestarle atención a ese tipo de cosas, la mayoría de las veces. Pero en el pasado, aunque no lo hubiese admitido, probablemente habría sentido una pizca de celos, como cualquier otra chica normal. Una pizca de celos al imaginar a su novio con alguien más.
           Pero no era así. Y Carter podía jurar que había un montón de chicas del público en ese momento mucho más celosas de “ChunHyang” de lo que ella lo estaba. Se inclinó hacia delante y cerró un poco los ojos, respirando hondo al suspirar.
           Y NamJoon, por mera casualidad, la observó a lo lejos y supo de inmediato que algo no andaba bien con ella.
              —Carter no se ve bien —comentó Hoseok a Donatella, ambos habiendo descubierto, ya luego de que la obra empezara, la localización de la chica—. Debimos de guardarle un asiento.
           —No estaba segura de que vendría. No parece sentirse bien desde… —pero se quedó callada. Porque se dio cuenta de que no debía decirlo en voz alta, y porque las personas a su alrededor le lanzaron miradas asesinas. Mencionar lo que había pasado en la fiesta no era la mejor idea, especialmente dadas las condiciones en que la había llevado a casa luego de lo ocurrido.
            Hoseok se inclinó para susurrar en su oído.
           —No pasa nada, pastelito. Cuando acabe la obra puedes sacar tiempo para ir con ella —sugirió. Y Donatella asintió y suspiró en su asiento, intentando no pensar demasiado al respecto.
              —¡Cómo ha sido posible, Yi MongRyeong! ¡Te has casado con ella! ¡Te has casado con ChunHyang sin mencionar nada a nuestro padre!
            De pronto, JungKook había aparecido para el Segundo Acto. Iluminados por los reflectores del escenario, vestidos y con la música de ambiente… Verdaderamente era difícil pensar que no se trataba de un simple ensayo. Después de tantos que habían tenido, allí estaban los dos, en pleno escenario, dando todo lo que tenían para que la obra quedase impecable.
            Y aún así, había algo mal. Para TaeHyung, ver a Carter entre el público casi le había derrumbado; se las había arreglado para mantenerse estable durante el Primer Acto, pero todo se le complicaba aún más con JungKook al frente. Tenía los sentimientos a flor de piel, y sus dedos habían comenzado a temblar entre balbuceos involuntarios.
           —L-Lo siento, hermano. ¡P-Pero no he tenido opción! Me he enamorado de ella apenas le he visto; su madre es una cortesana, y me ha dado su bendición para tomar s-su mano en matrimonio —declaró entonces el pelirrojo, metido en el papel de Yi MongRyeong. 
           Detrás del público, en el lugar de las luces, el director de la obra se frotaba el rostro con un aspecto de preocupación, y parecía estar rezando porque TaeHyung no se equivocase en aquella escena que tanto le había costado siempre, al parecer. Claro que la gente no se dio cuenta de ello; todos tenían los ojos puestos en los dos chicos.
           JungKook, dentro de su propio personaje “JaeRyeong”, rezaba internamente porque al pelirrojo no se le fuesen a olvidar sus líneas. No en un momento así. Estaba consciente de que TaeHyung se sabía el guion completo al derecho y al revés, pero los nervios le estaban fallando en ese momento. Y JungKook ya tenía sus sospechas de por qué.
           Volteó hacia el público, y Carter estaba allí. Sentada lo suficientemente cerca para poder ser distinguida; con los ojos fijos en el pelirrojo, brillantes por las lágrimas. JungKook, incluso en ese momento, seguía sintiendo impotencia. Ya Carter había arruinado lo que tenía con TaeHyung… No podía dejar que arruinase la obra también. Pero el pelirrojo, por su lado, no se veía nada bien. Parecía sentir un dolor en el pecho, y JungKook podía jurar que se veía mareado, como si se le estuviese nublando la vista.
           Pero no había nada que pudiera hacer al respecto, más que continuar con sus propias líneas.
           —¡Así no deben ser las cosas, MonRyeong! ¡Tú no la amas! —comentó, siguiendo el diálogo al pie de la letra, pero sintiendo una presión en el pecho al darse cuenta de que parecían concordar con sus verdaderos sentimientos. De pronto, se estaba refiriendo a Carter—. Deshonras a nuestro padre, pues debemos partir con él a Hanyang en dos días. ¡Yi MonRyeong, hijo de un oficial! ¿Cómo osas a cometer tales engaños hacia tu…?
           Pero antes de que pudiese terminar la última parte del diálogo, TaeHyung lo interrumpió antes de lo planeado, de manera explosiva. JungKook sabía que de pronto todo se había mezclado con la realidad; que quien pronunciaba esas palabras no era MonRyeong, sino el mismísimo Kim TaeHyung.
           —¡¿Cómo sabes que no la amo?! —exclamó con fuerza, y eso de alguna manera le devolvió la veracidad a la escena. Se escucharon exclamaciones aquí y allá, y pequeños sonidos de emoción. De resto, la sala estaba completamente callada; completamente, de no ser por aquel sonido que TaeHyung se vio obligado a ignorar; aquel sonido de Carter levantándose de su asiento, y saliendo por la puerta del teatro.
              NamJoon se dio cuenta de que algo iba mal desde el principio. Tal vez no resultaba demasiado obvio, y otras personas no podrían saberlo con seguridad, pero podía jurar que Carter estaba llorando. La veía perfectamente desde donde estaba; con los ojos rojos, llenos de lágrimas, cubriéndose el rostro al hacer un esfuerzo por sollozar en silencio. Se le encogió el corazón en el pecho, desviando la mirada a los muchachos y a ella, y se dio cuenta de que algo andaba mal. De que TaeHyung había entrecruzado miradas con ella, y eso la había derrumbado. De que si bien se habrían visto los días anteriores, ya nada era como antes. 
           Y es que sí; Carter estaba destrozada.
           Se sentía como una idiota, aguantando las ganas de llorar en una escena que ni siquiera se suponía que debía de ser triste. ¿Pero cómo evitarlo? Si todo lo que había pasado con TaeHyung la hacía sentirse cada vez peor, y más culpable. No podía seguir viviendo con eso; no podía soportar la culpa ya.
           Se levantó de su asiento, saliendo del teatro hacia el pasillo de la universidad intentando no llamar demasiado la atención. Claro, que sí que llamó la atención de algunos, especialmente de NamJoon, quien la observó irse durante largos segundos, debatiéndose en qué hacer a continuación. Precipitándose luego, bajo las quejas de YoonGi, por la puerta para seguirle.
           —Carter, espera…
           Ella no le esperó, por supuesto. Pero sí que se quedó congelada al escuchar su voz detrás de ella; al entender quién era aquella persona que le había seguido. La puerta del teatro se cerró detrás de ellos cuando estuvieron afuera, finalmente solos y en silencio, y Carter suspiró. Se volvió de pronto con lágrimas bajándole por las mejillas, mientras su mirada se topaba con la del más alto y no supo que hacer. Llevaba semanas evitándolo desde lo que pasó; semanas queriendo alejarse de él. Y a pesar de todo, allí estaba. Aquellos ojos filosos y oscuros, aquella postura dominante… Su descripción no era la de una persona en la que se confiaría ciegamente, pero NamJoon le hacía sentir que todo estaría bien. Que si él estaba cerca, todo marcharía perfectamente bien.
            No pudo dar un paso hacia delante, ni hacia atrás. NamJoon se quedó congelado frente a ella durante un par de segundos, antes de acortar los pocos metros que los separaban entre grandes zancadas, halándola de un brazo para aproximarla hacia su cuerpo. Y pensó que ella lo evitaría, y que se alejaría; que su primera reacción sería intentar escapar… Pero en lugar de ello, ella solo se aferró a él, abrazándolo, ocultando su rostro en el pecho del contrario, cerrando los ojos al llorar suavemente contra el mismo. Le había extrañado… Le había extrañado un montón.
           —Creo que viene siendo hora de que nos detengamos a hablar.  
        —Oh, por favor... —continuó JungKook metido en su papel, luego de que ambos se quedasen congelados al ver a la chica retirarse disimuladamente del teatro. Estando en el escenario, todo era fácil de visualizar, y era difícil que no se les pasase algún detalle. La obra debía continuar; y debía de aprovechar los sentimientos descontrolados de TaeHyung para dar una buena actuación—. Se puede ver claramente en tu mirada, MonRyeong; hay pasión en tus ojos, hay amor a la patria, a las armas; hay amor a nuestro padre, ¡y muchas otras cosas importantes! En tu corazón no cabe espacio para amar a una mujer. 
           Carter cerró los ojos con fuerza contra el pecho de NamJoon, maldiciéndose internamente. Aquellas palabras hacían que se le parase el corazón, en conjunto con el suave aroma que llevaba. No olía particularmente a nada; ni a perfume, ni a cremas, ni a ningún tipo de fragancia. Era solo un olor corporal dulzón que mofaba la rudeza de su apariencia externa, y expresaba su verdadera forma de ser. 
        —NamJoon, yo no... 
        —¿No qué? ¿Seguirás evitándome como lo has estado haciendo? ¿O crees que no me he dado cuenta? —espetó él, soltando el abrazo para mirarla de frente, tomándole de la barbilla para que le mirase a los ojos—. Joder, Carter. He intentado sacar de mi cabeza lo que pasó esa noche y no lo he conseguido. Y tú tampoco, ¿no es cierto? —hablaba con firmeza, mirándole a los ojos en todo momento y tensando los músculos de su mandíbula—. Dime la verdad. Tú no lo amas, Carter.
           Ella parecía sofocada, y apartó la mirada instantáneamente. 
        —NamJoon, no... No puedo. Tengo que olvidarme de ti. 
        —Tienes que olvidarte de ella, hermano —insistió JungKook, siguiendo las líneas tras un momento de silencio. TaeHyung estaba tenso, pero de pronto parecía identificarse con el personaje; parecía meterse por primera vez en el papel. JungKook negó con la cabeza, sonriendo de manera amarga—. Esto no puede seguir. 
        —No es fácil, JaeRyong. No puedo olvidarme fácilmente de ella; ¡es que no la conoces! Incluso siendo hija de una cortesana, los momentos a su lado han sido maravillosos.  
        —¡No tan maravillosos como con nuestro padre, MonRyeong! ¡Estás cegado por lo que piensas que es amor! —JungKook avanzó dos pasos, colocándose cerca de TaeHyung y sonriendo al bajar la voz—. ¿Es que no lo recuerdas? Cuando salíamos de caza con papá al ser niños, lo bien que nos la pasábamos...
        —JaeRyong...
        —Es solo costumbre, no es amor —insistió NamJoon entonces, frunciendo el ceño y riendo de manera ácida, volviendo los ojos—. ¿Por qué sabiendo que ya no lo miras a él intentas sacarme de tu cabeza? ¿Por qué no admites que te gusto y ya? —quiso saber, alzando una ceja y manteniéndole la mirada, obligándole a verle a los ojos. Se sentía herido, pero seguro. No dejaría que se le escapase de las manos; no después de haber visto a TaeHyung en la fiesta en aquella situación—. Él no te ama, Carter. Él no te ama, ni le importarías tanto como me importas a mí. 
           Ella le miró con ojos grandes y atentos, mordiéndose el labio al no poder contener las siguientes palabras. 
        —¿Cómo puedo saber que no mientes? 
        —Puede ser tu amada, pero nunca le importarás como a mi padre y a mí nos importas, MonRyeong —comentó JungKook, y su mirada se clavó en la de TaeHyung. Tenía ganas de gritárselo desde lo más profundo de su pecho; de rogarle que no se fuera con ella, sino que se quedase a su lado. Que se diese cuenta de que ya nada valía la pena. Y justo como estaba coreografeado, le tomó de los hombros para acercarle—. Quédate conmigo, en casa.  
        —Quédate a mi lado —pronunció NamJoon, decidiendo que ya había perdido demasiado tiempo y besándola en la boca. Ella se le lanzó a los brazos, con un sabor desagradable en la zona interna de los labios, pero besándole como si los de él fuesen el más dulce manjar. Los dedos trémulos se enredaron entre la camiseta del chico, y el mayor le atrajo de la cintura para asegurarse de besarle como se debía. Y es que no querían perder tiempo ya, y no parecía que les importase que cualquiera pudiese verlos. En ese instante solo existían ambos, con sentimientos explotando desde el pecho, a flor de piel.  
           En el teatro, todas las luces se apagaron y los aplausos no se tardaron en escuchar. El escenario quedó a oscuras, dándoles a los chicos el tiempo perfecto que necesitaban para ir a esconderse tras bambalinas, antes de que comenzase el intermedio. Sin embargo, TaeHyung se paralizó al sentir las manos de JungKook en sus hombros, porque después de aquella noche incluso el más mínimo tacto de sus manos le quemaba. Había sentido todas aquellas palabras como suyas; como si JungKook le estuviese rogando que se olvidase de Carter, y cediese entre sus brazos. 
           Y aún con los aplausos resonando en la sala, TaeHyung le tomó de la mano para halarle rápidamente tras bambalinas, en la esquina más oscura del backstage, devorándole de manera hambrienta la boca. Y JungKook respondió, apegándose todo lo que podía, sintiendo que el cuerpo le quemaba y que las manos vagaban solas hasta el cuerpo de TaeHyung, buscando metérsele bajo la ropa; buscando percibir su piel. 
        —Me quedaré contigo —comentó TaeHyung contra su boca, mordiéndole los labios al menor en un intento de reprimir el deseo que sentía. Y JungKook debió de haberse dado cuenta, porque sonrió y señaló con la mirada un lugar cercano, que TaeHyung inmediatamente reconoció como el baño del camerino. 
            Lo deseaba. El corazón se le aceleró, y la sangre caliente le enrojeció las mejillas; se encendieron las luces, y la voz de una anunciante se escuchó, comentando que tomarían un intermedio de un cuarto de hora.
            Tenían quince minutos; sin duda, parecía ser suficiente. 
Tumblr media
4 notes · View notes
oppa-infires · 7 years
Text
Reaction: Indo atrás de você em uma After Party
Tumblr media
OBS: Eu comecei a escrever esse reaction e acabei escrevendo um imagine hsuashau ai eu tive que começar tudo de novo! Mas caso queiram, eu posso postar depois o imagine que escrevi com esse tema aqui, okay? É só me avisarem se querem ou não. 
Amo vocês!! Obrigada pelo apoio que me dão! Kissus~~
• Jimin •
Forçada a ir a uma festa. Animação não é bem uma palavra que te defini. Porém desta vez seu pai não deixou você ficar em casa. 
 - É uma festa importante. - seu pai falava ajeitando a gravata em frente ao espelho - como empresário temos que ir. 
 Você vestiu um de seus vestidos de gala e teve que aceitar todos os elogios e conversas entediantes com um lindo sorriso no rosto, não percebendo que alguém timidamente lhe observava no meio de um grupo de meninos em meio ao imenso salão. 
 - Venha comigo, tenho que te apresentar a algumas pessoas. - seu pai segurava sua mão te guiando em meio às pessoas - esses meninos são ótimos. 
 Parando em frente a 7 meninos sorridentes um se destacava. Ele se escondia atrás de um dos mais altos entre eles como uma criança fofa e envergonhada.
- O empresário deles é um amigo de infância... - meu pai falava sorrindo para cada um - E está fazendo um ótimo trabalho com vocês! Essa é minha filha. 
Você se curvou rapidamente esboçando um sorriso franco fazendo com que todos devolvessem o sorriso e o menino envergonhado ficar com as bochechas vermelhas. Depois de alguns minutos de conversa com Jin, o que lhe pareceu o mais simpático e Hobi, o mais falante, você se distanciou deles a procura de seu pai porém não o achava de jeito maneira. 
 - Oh! - você diria assim que esbarrassem em um dos convidados - Perdão. 
- Eu que peço desculpas por estar te seguindo... - o menino envergonhado sorria para o chão. 
- Me seguindo? - você perguntaria confusa - por que? 
- Sou Park Jimin - ele falaria encarnado seus olhos - eu... eu estava curioso para saber se sua conversa é tão cativante quanto seu sorriso.
Tumblr media
• Suga • 
 Você fotografava todo o evento, fazendo questão de tirar foto de todos os convidados que, por sinal, estavam super bem vestidos, bêbados e com suas taças de champanhe em mãos. 
- Vamos tirar uma foto! - Jin gritou fazendo você tomar um leve susto. Ele chegava perto de você cambaleando um pouco e fazendo todos os outros meninos atrás dele rirem. 
- Calma Jin, pega leve! - J-Hope falou tomando a taça do amigo em mãos e se juntando aos meninos para a foto. 
- Obrigada! - Jimin diria após o flash ser disparado e os meninos se dispersarem novamente.
Jungkook e V meio bêbados conversaria com você por um tempo perguntando como estava as coisas e se você precisava de algo. Afinal, eles podiam arrumar qualquer coisa para você já que eram os donos da festa.
 - Está tudo bem menino, obrigada. - Você diria saindo da presença dos mesmo para continuar seu trabalho. 
- Não, obrigada. - você diria a uma taça oferecida pro um garçom sorridente. 
 - Estão todos tão bêbados... - o garoto de cabelos negros e pele clara ria sarcasticamente ao seu lado - isso é tão ridículo. 
 - Desculpe? - você falaria curiosa. 
- Min Yoongi. - ele diria dando um sorriso sedutor para você.
- Eu sei que você é. - Responderia devolvendo o sorriso.
- Eu gostaria de saber o nome da moça o qual venho observando desde o começo da festa. 
- _______. - Diria encarando o chão com um sorriso bobo.
 - Eu adorei o que vi a noite toda... - ele falaria te encarando violentamente fazendo você corar rapidamente - Mas eu ia adora mais ainda se você me acompanhasse até um lugar onde poderíamos ficar a sós. 
Tumblr media
• Jin •
Desde o começo da festa você perceberá que alguém lhe seguia. Os olhares vinham de todo os lugares, é claro, afinal, não era todo dia que viam você em um vestido maravilhoso e muito bem maquiada. Porém tinha somente um olhar que você queria saber de quem era… Você o sentia sobre você, a todo tempo e isso já estava lhe deixando louca.
Decidida você começa a vagar pela enorme casa o qual a festa era executada. Corredores largos com carpetes vermelhos e portas grandiosas. Você não precisava olhar para trás para saber que alguém lhe seguia.
Uma onda de medo e ansiedade passava pelo seu corpo a cada volta que os corredores davam. Você entrou em uma das salas, logo descobrindo que entrara na enorme biblioteca da casa.
Passando os dedos pelos livros vagarosamente você pode ouvir a porta se encostada em um pequeno ranger.
- Okay. - você falando virando bruscamente para trás se deparando com um menino alto e com olhos surpresos - poderia me explicar por que está me seguindo? 
- Aish! - ele falaria deixando as bochechas corarem - estou te seguindo. Que horrível. Como eu cheguei a esse ponto? 
- Me desculpe, mas você ainda não respondeu minha pergunta.
O olhar tímido do menino que encarava o chão agora se encontrava sobre você, fazendo um suspiros ansioso sair de seus pulmões. Ele ia se aproximando cada vez mais de você, até que suas costas bateram nos livros e uma das mãos do menino foi colocada ao lado de sua cabeça lhe causando um calafrio.
- Estou te seguindo por que preciso mais do que apenas te olhar… Preciso te sentir.
Tumblr media
• Jungkook •
Jimin, seu melhor amigo, naquela manhã tinha lhe entregue sorridente um ingresso para a after part do show deles. “Você tem que ir” ele dizia animado “tem que conhecer meu amigos!”. Você concordou após muita súplicas do menor, mesmo sabendo que iria de qualquer jeito.
Você nunca tinha falado com nenhum outro membro da banda além de Jimin. E ele também nunca fez muita questão de lhes apresentar até aquele dia, mas na festa Jimin parecia totalmente animado.
- Esse é o Yoongi, aquele o Jin… - ele dizia apontando para todos te arrastando pelo salão com música alta e iluminação baixa - aquele dançando que nem um doente é o J-Hope… ué? Cadê aquele dentuço metido? Podia jurar que estava nos observando…
- Jimin, eu vou me sentar um pouco, Okay? 
- Aish, _______! Venha dançar conosco. - ele dizia formando um biquinho em seus lábios - Aposto que Hoseok irá adora te ensinar alguns passinhos.
- Eu prometo que danço com vocês depois… - você disse sorrindo gentilmente - Mas agora eu só quero me sentar no bar e beber alguma coisa. Nos encontramos depois, tudo bem?
Concordando Jimin se afastou indo encontrar os meninos e você foi ao bar em busca de alguma coisa gelada só para ver se era o som alto ou a desidratação que lhe estava fazendo ver um garoto bonito lhe acompanhar com os olhos por todo lado.
Duas garrafas d'Água e você não via mais o menino. Uma onda de alívio e desespero bateu em você. Porém quando você olhou para o outro lado, lá estava ele sentado ao seu lado com um sorriso tímido e sedutor no rosto.
- Acho que você vai explodir se beber mais água… - ele riu tímido fazendo isso ser adorável aos seus olhos.
- Então o que sugere que eu faça? - você falou apoiando o rosto em uma das mãos.
- Que tal dançar comigo? 
- Jungkook! - Jimin aparecia por detrás de seus ombros - Parece que você já conheceu a ______!
- _________? - ele diria meio espantado - Oh! Jimin fala muito de você! 
- É um prazer conhecê-lo, Jungkook. - você disse se curvando levemente com ele retribuindo o sinal logo em seguida.
- Então, vamos dançar? - Jimin perguntou Puxando os dois.
-Nem acredito que vou dançar ao lado da menina mais linda da festa - Kookie sussurrou em seu ouvido enquanto andava ao seu lado para a pista de dança.
Tumblr media
• Rap Monster •
- After party?? - você diria encarando os ingressos na mão de seu pai, Hyun Bin (quem não conhece, recomendo jogar no Google).
- Do Bts. - ele dizia sorrindo para os ingressos e depois para você - Eles foram muito legais em nos convidar.
Como se não fossem convidar. Seu pai era chamado para vários eventos pelo simples fato de ser um ator de grande sucesso na Coreia. Você gostava de festas, mas não gostava da atenção que recebia nelas. As vezes era tanta que não conseguia se divertir com seus amigos.
Contrariada você foi a festa e logo viu que aquela seria uma das noite em que sua paz seria escassa. Tinha fotógrafos para todos os lados e gente famosa era o que não faltava. Já cansada de tudo e de todos, pegando uma taça de champanhe em mãos você foi a sacada do lindo e grandioso salão para tentar ter um pouco de paz.
- Ah você está aqui! - você ouviria alguém abrir a porta de vidro atrás de você.
- Desculpe eu não quero dar entrevistas agor... oh.
Você pararia assim que visse um Namjoon fechando cuidadosamente a porta atrás de si.
- Desculpe se estou atrapalhando, mas... eu te perdi de vista por um instante e entrei em pânico. - ele falou sorriso parando ao seu lado.
- Eu precisava respirar um pouco... - você falou brincando com a bebida dentro de sua taça - A filha do Hyun Bin precisa sempre estar sorrindo e sendo legal com todos... 
 - Aposto que você é muito mais do que a "filha do Hyun Bin". E eu adoraria descobrir mais coisas sobre você.
Tumblr media
• J-Hope • 
- Obrigada - você diria ao seu motorista que abria a porta educadamente para você. 
Você tinha recebido os ingressos da after party do BTS e não pensou duas vezes antes de vestir seu vestido de gala mais bonito e ir a caminho da festa. Saindo do carro você avistaria os meninos chegando no mesmo momento. É claro que era quase impossível vê-los saindo do carro no meio de tantos fotógrafos e fans que queriam atenção, porem enquanto subiam as escadas em direção ao salão já distantes de todos, a visão era perfeita. E você não pode deixar de reparar em Hoseok que lhe olhava fixamente enquanto seguia os outros meninos em direção a festa. 
Entrando no salão tudo era perfeito e extremamente bonito. Não era um after party cheio de luzes e musicas altas como costumavam fazem, era diferente. E o clima era maravilhoso. Por onde andava via sempre Hoseok a lhe observar em meio a multidão, e quando lhe pegava o olhando, suas bochechas pegavam fogo de vergonha. 
Porém quando a festa já estava em seu auge e já não se cabiam mais pessoas dentro do salão, você pode sentir duas mãos te puxando firmemente pela cintura para dentro de alguma sala. 
- Mas o q... - Você diria sendo interrompida por Hoseok que lhe encarava bem próximo a seu rosto. 
Olhando em volta você percebera que estavam dentro de uma sala pequena onde eram visivelmente guardados os materiais de limpeza. Por causa do tamanho estreito do cômodo, o corpo de Hoseok ficava colado ao seu.
- Oi - ele diria sorrindo.
- Ola... 
- Eu estou querendo falar com você desde que te vi na escada. Você é linda...
- O- Obrigada - a respiração pesada de Hoseok deixava você cada vez mais nervosa. 
- Porém é mais ainda com os lábios próximos aos meus... 
Tumblr media
• V • 
 Era tanta gente que não se via um palmo a sua frente. Você procurava seus amigos que tinham se dispersado rapidamente no meio das pessoas, lhe deixando para trás... aqueles malditos! 
 Mas você não iria desistir de achá-los. E quando os achasse, sua mão iria entrar bem fundo no rosto deles. Andando distraidamente pelo local, dizendo licença de 3 em 3 minutos para poder se movimentar em meio à multidão uma mão segurou forte seu pulso fazendo você virar com a esperança de ser um de seus amigos. 
 - Onde vocês estavam?? Eu já estava ficando preocu... 
Você parou assim que viu um menino de cabelos castanhos e olhos brilhantes te encarar com uma feição de análise. 
 -Ah... - ele diria largando seu pulso em um pulo - me desculpe. Eu não queria te perder de vista novamente. 
 -Pelo menos alguém não quer me perder né... - você falou irônica como se seus amigos pudesse te ouvir. 
-como assim? - ele riria. 
-não é nada. - você soltaria um sorriso ao ver o maravilhoso sorriso do garoto - meu nome é _______. 
 -Taehyng. Bom, você gostaria de tomar alguma coisa? - ele perguntaria coçando a nuca timidamente - eu adoraria pagar um drink para você. 
Tumblr media
162 notes · View notes