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#le faltas a mis piernas
mapacheconprogeria · 5 months
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Le hace falta tinta a mis piernas. 🦝
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lu ayudame estoy ovulando y solo puedo pensar en kuku (como la persona tan perceptiva que es) notando ya sea indirectas o toques medio 'inocentes' de parte de su pareja, que no tiene el coraje y/o atrevimiento de decirle directamente lo que necesita, entonces solo se limita a darle señales
(plot twist kuku la ignora hasta que ya no puede mas y cuando porfin le da atención lo hace re mean dom 😭)
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+18! Mean Dom!Kuku para la más linda ♡
Esteban lleva el registro de tu ciclo mejor de lo que vos podrías, pero en realidad no le hace falta porque reconoce los signos a la perfección. Los cambios en tu humor y aumento de energía se presentan puntuales, pero en caso de que estos se ausenten siempre puede deslizar sus dedos entre tus piernas y comprobar así que te encontrás en tu fecha fértil.
Adora despertarse por la noche y fingir que continúa dormido mientras oye tus gemidos amortiguados por la almohada o tu mano, casi siente ternura al pensar que estás tan desesperada como para desobedecer sus reglas en lugar de perturbar su sueño. Decide entonces que tu castigo no va a ser el de siempre.
Cuando te despertás por la mañana para preparar café y llevárselo a la cama tiene que recordarse una y otra vez que ignoraste sus reglas y que el desayuno es claramente un intento de librarte de culpas... Le es difícil resistirse cuando besás su cuello y siente tu mano rozando su miembro erecto y palpitante, pero pretende no notarlo y abandona la cama.
-¿Qué pasa bebé?- pregunta cuando te sentás a su lado horas más tarde, tu cuerpo a milímetros del suyo en el amplio sofá-. ¿Necesitabas algo...?
Negás avergonzada, pero también porque no creés merecer que él se encargue de satisfacer tus necesidades luego de tu pequeño acto de rebeldía durante la madrugada. Comienza a masajear tus muslos y sujetás su brazo en un inocente gesto de apego, guiando su mano cada vez más cerca de tu entrepierna con la esperanza de hacerlo caer en la tentación.
Su pulgar se desliza sobre tu piel sensible y sus dedos se deslizan entre tus muslos para masajear el interior, ilusionándote por un breve instante. Se aparta y cuando se pone de pie dice algo sobre realizar una llamada, lo cual resulta extraño considerando que olvida su celular entre los cojines del sofá.
Con el pasar de las horas crece tu desesperación, hasta que decidís aprovechar el momento en que Esteban está en la ducha para tomar el pequeño vibrador de la mesita de noche. El placer nubla tus sentidos y no te permite percibir el momento en que el agua deja de correr, tampoco escuchás la puerta del baño o sus pasos aproximándose.
-¿Otra vez...?
Su voz te sorprende y por una fracción de segundo considerás fingir total demencia, lo cual sería una buena idea de haber utilizado sólo tus dedos y no un objeto cuyo sonido es delator. Te mordés los labios y cerrás los ojos para no ver su expresión de decepción.
-¿Te pensás que soy boludo?- tira de las sábanas que ocultan tu cuerpo y su expresión se endurece al ver tu mano aún dentro de tu pantalón-. No me dejás dormir y ahora no me puedo ir a bañar tranquilo porque también te tocás sin mi permiso, ¿tan necesitada estás?
Gemís involuntariamente y te arrepentís de inmediato cuando te despoja de tu ropa en un fugaz movimiento, el vibrador rodando por el colchón y cayendo al suelo. Separa tus piernas con fuerza hasta que el ángulo provoca que tus músculos protesten... y entonces recurre a la típica sesión de spanking, pero esta vez atacando tus pliegues humedecidos y tu clítoris.
Entre sollozos implorás por su perdón.
-No quería, no...
-Entonces no lo hubieras hecho- pronuncia esas palabras entre dientes y baja su ropa interior lo suficiente para liberar su miembro-. Pero sos caprichosa, ¿o no?
Su palma golpea tu mejilla cuando negás.
-Siempre lo mismo- reprocha, lubricando la punta de su miembro con la excitación que mancha tu intimidad y tus muslos. Hace caso omiso a tus gritos y tus súplicas cuando se desliza en tu interior con una sola estocada-. Sos una putita, ¿no?
Lográs pronunciar un único sí con voz quebrada, sus movimientos brutales son casi abrumadores y no estás segura de qué provocarán primero: un orgasmo (y no el tuyo) o una dolorosa sobre estimulación.
-Mi putita- susurra antes de besarte con fuerza, sus dientes colisionado con los tuyos y sus embestidas provocando que tu cuerpo se sacuda sobre las sábanas.
Espero que disfrutes la lectura ♡
taglist:
@madame-fear @creative-heart @recaltiente @llorented @chiquititamia @delusionalgirlplace
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karylvsjuanii · 25 days
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holaa, podrías hacer fluff con Juani? me encanta tus fics que tengas un buen día bebé 💖
Good Days | Juani Caruso
tw: súper fluff, algo de Juani y reader angst, inseguro y triste, cursilería.
Narración latina. Diálogos Juani argentinos.
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Salí de la ducha nocturna de siempre. Me encantaba el olor que elegí hoy, rosas.
Coloque mi pijama favorito de ositos rosas con cafés, me gustaba ponérmela y pensar que esos dos éramos Juani y yo.
Justamente salí del baño para ir por unos pañuelos ya que había manchado de jabón en la pared.
Yo podría jurar con todo lo que amo y aprecio en este mundo que ver a Juani acostado recién bañadito era lo mejor que le podía pasar a mi sentido de observación.
Estaba con los ojos cerrados y solo se podía apreciar la mitad de su rostro alumbrado por la lámpara a un lado de él. Podía ver desde aquí su posición cómoda, con las piernas dobladas y pegadas a su abdomen, haciéndose “conchita” debajo de las mantas y sus manos aferradas a esta.
Mi corazón empezó a latir fuerte al verlo así, estoy más que enamorada de él.
Quite la vista en cuanto abrió sus ojos y captó mi atención hacia él.
Caminé al baño para evitar la vergüenza que paso en estos momentos.
Dejé la puerta abierta y me senté en el tocador de mi baño, frente al espejo, tomé mi cepillo y mi cabello para fundirlos en un intento de desenredarlo. Debo ser sincera, siempre tardo demasiado haciendo esto, mi cabello es largo y me gusta ser cuidadosa con el en este paso.
“Puedo pasar?” Juani recuesta su peso en la puerta de mi baño, cruzándose de brazos y mirándome con una sonrisa brillante, haciéndome soltar una sonrisa cuando lo veo entrecerrando sus ojitos por la luz del baño.
“Todavía me falta, Juani.” Supuse que querría usar el baño ocupado por mi.
“No, puedo hacerlo yo?” Se acerca lentamente a mi sin dejar de verme para posicionarse detrás de mi. Seguido con mi mirada a través del espejo.
“Hacer qué?” Juani toma mi mano con el cepillo aún y lo despega de mis manos, acomoda mi cabello hacia atrás con una delicadeza hermosa y empieza a cepillarlo.
El baño quedó en completo silencio, eran solo nuestras respiraciones adueñandose de este.
Apostaría que de mis ojos están apunto de desprender corazones rojos enormes, causados por la imagen que veía en mi espejo iluminado.
Juani cepillaba mechón por mechón con paciencia y una sonrisa plasmada en su cara, aunque sus manos fueran realmente grandes, sus toques siempre fueron suaves y tiernos.
A medida de que avanzaba el cepillo bajaba con más fluidez y mi corazón con más rapidez.
Juani se giró y acercó sus manos a lo que parecía ser una crema, pero al regresar a mi fue rodeado con mis brazos y mi cabeza apoyándose en su pecho, evitando sus movimientos.
“Te ves tan hermosa, me encantas” Vuelve a acariciar mi cabello largo, pasando sus dedos para alejarlo de mi rostro.
“Te amo.” Dije, sintiendo a Juani detener sus movimientos.
Juani y yo llevábamos exactamente 1 año y dos meses conociéndonos, nos conocimos en argentina cuando yo pase vacaciones allí.
Me pidió que aceptara ser su novia hace dos meses, precisamente el día que cumplimos un año de conocernos, viajó a México para pedírmelo. Fue tan atento y tierno como siempre. Eso es lo que más me enamoró de él, seguro.
Y hoy día, era el primer “te amo” que le decía, ambos sabemos que nos amamos ya que nos lo habíamos dicho a través de canciones que nos dedicábamos, cartas, notitas, uno que otro mensaje, ya sabes, el típico “tamoo” o “lov u.”
Pero nunca había salido de la boca de alguno.
“Decimelo de nuevo.” No podría describir la expresión de Juani en este momento, parecía una mezcla de todas. Asustado, feliz, triste, enamorado, nervioso.
“Que te amo, Juan” Sus brazos me rodearon completa y con una facilidad logró cargarme y llevarme hasta la cama, apoyando mi espalda en el respaldo de nuestro colchón.
“Decime ya que esto es un sueño” Tomó mis manos cuando estaba ya encima de mis piernas, claramente sin dejar todo su peso caer en mi.
Sus rodillas estaban apoyadas de lado a lado, dejando a mis piernas en medio de las suyas.
“Que no lo es, Juani, te amo mucho”
Mi rostro fue aferrado por sus manos y bañado de besos suyos, cubriéndome por completo con la sensación de sus labios.
“Basta, amor, bésame” Rodeé mis brazos en su cuello con el intento de pegarlo más a mi.
Sus labios azotaron los míos, y se sentía todo diferente, no era como ese beso alterado y desesperado por sentir algo. Nuestro beso era buscando expresarnos todo ese amor que sentíamos por los dos, ese cariño y pasión que acumulaba en todo nuestro ser. Y estaba funcionando, no había otra manera de que alguien me pudiera hacer sentir así, tendrías que ser Juani para provocarme todos estos sentimientos que vienen desde el fondo de mi corazón.
Explosiones y terremotos de amor me venían cuando él me daba sus besos, pero la manera en la que me estaba besando ahora, me hacía sentir protegida y sin miedo a nada. Sus manos nunca propasaron mi cuerpo, tocaba suavemente mis mejillas y cabello, jugaba con este y sus dedos bajaban a mi cuello poniéndome nerviosa, agregándome los pelos de punta cuando lo sentía acercarse lo más que podía.
Mis labios se acostumbraron a Juani en tan poco tiempo, haciéndome dar cuenta que eso era lo que me faltaba, su amor, su toque, sus besos.
¿Alguna vez te has sentido reconfortado por el delicioso aroma del pan recién horneado?, pues, así se sentía estar en los brazos de Juani. Se sentía como ese sábado frío por la mañana en la casa de tu abuela, impregnada de un olor a pan y chocolate caliente. Se sentía como la brisa de la noche cuando te dirigías a la cena después de un día de playa. Como la sensación acogedora cuando te pones esa sudadera que solo tu entiendes cómo te hace sentir.
Juani me hace sentir como la niña más afortunada del planeta.
Mis emociones crecían más, hasta que sentí a sus labios abandonando los míos.
“Tengo miedo, amor.” Dice después de juntar su frente con la mía.
“Qué? qué pasa?” Intento despegar mi frente de la suya para verlo a los ojos, pero el me lo impide.
“De no ser suficiente para vos”
Sabía que Juani tenía problemas de autoestima y no le era fácil aceptarse a si mismo, todo por cosas del pasado y aún más por la fama que estaba recibiendo y los comentarios negativos de la gente, las cosas se juntaban causándole días abrumadores y desesperantes.
Siempre me tenía a mí y el lo sabe, pero nunca me dijo que se sentía de esa forma.
Sentí que había hecho algo mal, pues, creía siempre demostrar mi amor hacia él de todas maneras y que me dijera eso me hacía dudar si estaba haciendo algo mal con él.
“De qué hablas, Juan?” Hice una pausa alejando mi frente de él para tomarlo del mentón y atrapar su cara sosteniéndola con mis manos.
“Mira, amor, quiero que sepas que para mí, eres más que suficiente en todos los sentidos. Entiendo que a veces puedas sentirte inseguro, pero quiero que sepas que en mis ojos, eres perfecto tal como eres. Tu amor, tu atención, tu personalidad, son lo que me enamoraron de ti desde el principio, y nada ni nadie puede cambiar eso.”
Hago una pausa para tomarlo de las muñecas y hacer que su mirada se dirija a mi, quería decírselo mirándolo a los ojos.
“Juani, no necesitas ser nada más que tú mismo, porque en tus abrazos y besos encuentro todo lo que necesito.
Te amo más de lo que las palabras pueden expresar, y siempre estaré aquí para apoyarte, amarte y recordarte lo increíble que eres.”
Noté los ojos llorosos de Juani rogando por derramar una lágrima. Jale sus brazos hacia mí y lo abracé con todo mi amor. Mi corazón se partió al escuchar sollozos de su parte.
Juani se apartó de mi y me vio a los ojos con lo que parecía ser un intento de sonrisa.
“amor, gracias, de verdad, gracias por tus palabras y por ser vos, sos la niña más bonita y preciosa que mis ojos han visto. No puedo evitar querer llenarte de besos cada vez que me hacés sentir así.”
Sus dedos frotan mi cabello dejándolo caer sobre mis hombros y pecho, mostrando nerviosismo. Y no me sorprende, Juani nunca ha sido de expresarse mediante palabras, cosa que me gusta, para él son más importantes las acciones. Así que, scucharlo decirme esas palabras provocan un revoltijo en mi vientre, el mismo que sentí cuando nos dimos el primer beso, cuando me pidió ser su novia, cuando dormimos juntos por primera vez.
“Tu eres el niño más bonito que he visto” Recibo un beso tierno, sintiendo aún cómo no deja quieto mi cabello.
“Me haces sentir completo” Juani deja escapar esa frase entre besos.
Provocándome de nuevo, miles de mariposas en mi estomago.
Cansándose de la posición, se aleja de mi para acostarse a mi lado y jalarme hacia él. Con sus manos, cubre mi cuerpo con las cobijas blancas, enrollando sus piernas con las mías y pasando su mano por mi cintura sin dejar de verme.
Ojalá así se sintiera el cielo, estar en los brazos del niño más precioso, mirándome como si fuese su escena favorita, permitiendo que aprecie aún más sus azules ojos escaneando mi rostro.
Vuelve a acercar sus labios a los míos, uniéndolos en un beso largo lleno de amor, su mano recorriendo mi cintura y pasando de vez en cuando a una caricia en mi espalda, suave y sin prisa, devolviéndole la sensación en sus brazos, tocados por mi.
Juani manejaba mis labios con tranquilidad, a su gusto, convirtiéndolos en uno solo.
Recibiendo una sonrisa de mi parte por sentir a sus rulos caer por mi frente, levemente desplazándose junto al movimiento de su rostro para besarme más.
Juega con mi labio inferior, besándolo y rozándolo con sus labios.
Poco a poco despega los suyos de mi para regresar y dar tiernos besos pequeños.
Suelto una risa y abro los ojos para encontrarme con los suyos y a su bonita sonrisa transmitiéndome calidez y cariño.
Su mano aleja el fleco de mi cabello que intenta cubrir mis ojos, lo intenta sin parar de sonreír, sus dedos acarician mis hombros regalándome escalofríos nerviosos, bajando a mis manos por sentir a las suyas entrelazando sus dedos con los míos, añadiéndole más ternura y emoción al momento. El cual nunca olvidaré.
“Sos el sueño del que nunca quiero despertar.” Dice Juani con sus manos al rededor de mis mejillas, sus acciones hacen que pueda escuchar los latidos de mi corazón a mil por hora.
Sus brazos me rodean nuevamente como todas las noches, pegándome a él y escondiendo mi rostro en su pecho abrazándolo por la cintura, inhalando su cálido olor con el dulce toque de aroma masculino.
Pero ahora es distinto, siento su agarre como si fuera esa cobija con la que minutos antes estaba aferrado, impidiendo separarse, como si no quisiera alejarse de ella nunca más.
“Ah, y..” Hace una breve pausa buscando conectar su mirada con la mía.
“Yo te amo mucho más, mi amor.” Finalmente sus ojos se cierran, soltando un suspiro con una sonrisa apoderándose de él por la noche inolvidable que acabamos de pasar, convirtiéndose en la primera de muchas más.
….
HOLAA, oigan coméntenme porque m gustaría interactuar con ustedes.
este fluff lo tenía guardado hace ya varios días solo q me faltaba modificar palabras y así, tmb tengo pendiente un smut d pipe buenísimo jeje ojalá les haya gustado este fluff m encanta escribir d estos😭
PD: HÁGANME MAS ASK PORFA DENME IDEAS D TODO HAJJAAJJSJS
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46snowfox · 24 days
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Diabolik Lovers Daylight Rejet Shop/Skit Dolce Tokuten: 「Lección Irrazonable♪」 [Ayato Sakamaki]
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Título original: 「理不尽レッスン♪」
//Traducción pedida en Ko-fi//
*suena la campana de la escuela* *están entrenando basquetbol en el gimnasio*
Ayato: ¡Así no! ¡Abre más las piernas! ¿Ves? Puedes hacerlo si lo intentas. Ahora baja tu cintura. ¿Por qué te distraes? ¿No escuchaste las órdenes de tu majestad? Si me escuchaste, entonces obedece. Rayos, me estoy tomando el tiempo de enseñarte porque eres extremadamente tonta y tomas esa actitud.
Ayato (1:02): Je, ¿de verdad? No parece que lo estés haciendo en serio. Eres muy poco sofisticada. Pff… Ay rayos, lo volví a recordar, cómo te veías al lanzar la pelota… Jajaja. ¡Claro que sí! ¡Todos en la clase se estaban aguantando la risa! Te veías tan tonta que el resto solo intentó no reírse. Sabía que eras mala en esto, pero jamás imaginé que pudieras ser tan torpe. ¿Cómo eres tan torpe si ni siquiera tienes pechos? De hecho, por eso mismo tu cuerpo debería ser ligero. Jaja, si te frustra, entonces intenta demostrarme lo contrario. Bien, adopta la pose que te dije antes e inténtalo.
Ayato (2:02): Abre tus piernas y baja tu cadera. Intenta lanzar la pelota en esa pose. No pongas fuerza de más, solo arroja la pelota. *la lanzas* ¿Qué fue eso? Ni siquiera alcanzó la canasta… Eres un caso perdido. ¡Cállate! ¡No me contradigas! Inténtalo de nuevo. ¿Acaso sostienes mal la pelota? Tu posición está bien. Vamos, en posición. Ah, ya veo, no estás colocando bien los brazos. Tienes que levantarlos más *mueve tus brazos*.
Ayato (3:01): Te estoy ayudando de esta forma porque no me entiendes con palabras, vamos, céntrate, céntrate. Esto no es la gran cosa… Cállate y déjame moverte como a una muñeca de trapo. ¿Te da cosquillas? Pues aguántate. Solo eres una pecho plano y te crees con derecho de quejarte por todo, engreída. ¿Y qué quieres que haga? Oh, ya sé, tengo una idea. Cambiemos de método. Jeje, enseñarte de forma normal es aburrido. Lanza la pelota como te dije, te observaré… Y por cada vez que falles succionaré tu sangre, ¿qué te parece? ¡Tonta! ¿Por qué pones esa cara de tonta? Lo mejor es darte una condición que te provoque nervios y motive a hacerlo bien.
Ayato (4:07): Es por eso que nunca lo haces bien, te falta motivación. ¡Soy un genio! De esta forma aprenderás a lanzar y yo me divertiré, ambos ganamos.  Me he tomado varias molestias ayudándote, es lo mínimo que me merezco. Acepta y déjame succionar en paz y si no quieres eso, entonces lanza bien una o dos veces. ¡Deja de quejarte! Vamos, lanza. Te ves más decidida que antes, debiste haberlo estado desde un inicio… Bien, ¡lanza! *lanzas y anotas*
Ayato (5:03): ¿Eh…? ¿Qué pasó? Antes no entraba… ¿Por qué ahora sí anotas? ¡Eso fue pura suerte! Es imposible que alguien que ni siquiera alcanzaba la canasta pueda encestar. Lánzala otra vez. *lanzas y anotas* Imposible… ¡Maldita sea! Esto no es divertido. ¡Otra vez pecho plano! ¡De nuevo! ¿Ah? ¡No fastidies! ¡Mi clase aún no acaba! ¡Que no se te suban los humos a la cabeza solo porque encestaste un par de veces! ¡De nuevo! ¡Lánzala otra vez! *encestas* Tch, que aburrido… ¿Por qué no falla…?
Ayato (6:03): Ya entendí, estás haciendo trampa, ¿no? ¡No mientas! Es imposible que puedas anotar tantas veces seguidas sin hacer trampa. Silencio, tú eres la loca. ¿Sabes qué le pasa a los tramposos?  Tú eres la que siempre dice que no hay que hacer trampa, que es algo malo. Cuando haces eso en un deporte se toma como un incumplimiento de  las reglas y recibes una penalización. *retrocedes* Jajaja, no escapes. Es tu culpa, así que no puedes negarte. Vamos ven aquí. *te atrae hacia él* Jajaja, ¿desde dónde debería succionar? No voy a detenerme, además, aunque te niegues tu cara… me dice que estás ansiosa.
Ayato (7:09): ¿Segura? Haré que te sientas bien… Maldita sea, cierra el pico, ¿qué importa si nos ven? *sonidos de pasos* Tch… Justo cuando estaba en la mejor parte… ¿Por qué te relajas? Nunca dije que no ibas a ser penalizada, solo digo que no te la daré aquí, pero cuando volvamos a casa te daré un duro castigo para compensar lo que no te hice aquí. De nada te servirá intentar huir, succionaré mucha de tu sangre, así que prepárate.
¿Te gustan mis traducciones? Puedes apoyarme en ko-fi nwn
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wosohavemyheart · 11 months
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Tenía esto escrito hace unos cuantos días ya pero después de la noticia no oficial de Ona y después de ver la final de la Copa de la Reina estoy lo suficientemente contenta como para publicarlo.
No es muy largo, 1.700 palabras
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ANSIAS
POV: T/n
Hoy es la gran final, habíamos conseguido clasificar al United para la FA Cup y jugábamos contra el Chelsea en Wembley con las entradas agotadas prácticamente. Era una locura.
Íbamos en el bus de camino al estadio y lo único que se veía por la calle eran personas con las camisetas de su equipo preferido, gente con banderas o bufandas celebrando y esperando ansiosos el partido.
Estaba con los auriculares mirando por la ventana y moviendo la pierna izquierda para arriba y para abajo rápidamente como de costumbre pero no me di cuenta de eso hasta que una suave mano que conocía muy bien se puso sobre está y la tranquilizó.
-Bebé- Dice Ona suavemente y me quito un auricular- Tranquilizate
-Estoy tranquila, amor- Le aseguro- Solo estoy ansiosa. Además debería ser yo la que tranquilizara, eres tú quien va a jugar este partido no yo.
Me mira un momento y apoya su cabeza en mi hombro
-Lo sé- Suelta un suspiro.
- Lo vas a hacer increíble, nena- Le aseguro- Siempre lo haces. Además lo bueno de estar en el banquillo es que voy a ver lo sexy que te pones cuando te pones a correr o alguien te enfada.
Me muerdo el labio imaginandomelo y se ríe.
Bingo t/n lo has conseguido.
-Eres increible- Niega con la cabeza pero se acurruca más a mi.
-¿Qué? No me puedes culpar de apreciar a mi sexy y preciosa novia
Seguimos hablando un poco y yo suelto un par de chorradas más para distraerla hasta que llegamos al estadio.
Todas van bajando poco a poco del bus y yo espero a bajar la última después de Ona.
Ambas vamos inmersas en nuestra música pero siempre pendientes de la otra.
Cuando llegamos al vestuario cada una va a lo suyo poniéndose la ropa de entreno pero una vez estamos todas Marc entra y da instrucciones, Zelem también y luego todas nos vamos animando entre todas.
Al salir al campo corriendo se nos recibe con un montón de aplausos y algún que otro abucheo. Los preparadores nos indican ejercicios y aunque yo los hago de manera más floja para no hacerle más daño en el muslo y intentar quitarme energía no funciona. Sigo estando ansiosa.
Y el equipo lo sabe, saben que no voy a poderme estar quieta ni un minuto y me dan alguna tarea para distraerme mientras aún estamos en el campo o cuando llegamos al vestuario.
Pero eso ya no es posible cuando están preparadas en el túnel para salir.
Choco las manos con todas hasta llegar a mi objetivo
-Machacalas a todas, bebé- Hacemos el saludo previo al partido de siempre.
-Siempre- Asegura con la mente puesta en ganar- No molestes mucho a las chicas.
-No te prometo nada- Digo medio enserio y medio en broma.
Me voy al banquillo y me siento en medio de Lucía y Vilde.
El juego empieza y ya me estoy mordiendo las uñas, creo que me van a durar 2 minutos. Luego moviendo la pierna en el filo del asiento, los brazos, los puños.
En el segundo 20 Russo mete gol, todas nos levantamos a celebrarlo pero es anulado por fuera de juego.
-OYEEEE, PERO HAS VISTO LA PIERNA QUE LE HA METIDO A ONA- Grito saltando de mi asiento enfadada- ¿DÓNDE ESTÁN LAS GAFAS?
Pita falta. Bien
Veo que a mi novia le cuesta levantarse del suelo y esta tocándose el tobillo del golpe.
-Levanta Ona- Susurro para mi y cuando lo hace me siento pero sin dejar de moverme.
-¿Puedes estaré quieta ya?- Dice de mala manera Rachel.
-Menos mal que no la tienes al lado- Dice Vilde- Pero relájate, esa no son formas- Me defiende.
-Tienes razón, lo siento t/n- Dice - Pero el partido está tenso y verte a ti no ayuda.
La primera parte finalizó 0-0.
En el vestuario Marc dió indicaciones y algunas sugerencias de como podían meterse en la defensa rival.
El descanso finalizó y el juego siguió. El Chelsea en el minuto 57 metió a Harder y Ingle y me temí lo peor.
Mi intuición era correcta, cada que Harder tocaba balón hacia alguna jugada peligrosa o sino se la pasaba a Kerr y lo intentaba ella.
En el 61 Marc decidió meter a Rachel por Parris para cambiar el juego arriba. No era el mejor partido de la número 22.
Pero fue inevitable. 7 minutos después Harder dio una asistencia a Kerr y ella pues la clavo en el fondo de la red.
Los fan del Chelsea saltaron de sus sitios, los del United se llevaban las manos a la cara y yo pues me cagaba en todo.
Se reanudó el partido. Los ánimos del equipo cambiaron, buscaban cualquier cosa para meterse en área rival pero el Chelsea obviamente se había convertido en un muro y encima tenían a Kerr y Harder en su mejor momento, así que eso era una masacre total de idas y venidas, mini infartos de corazón y yo que no me podía estar quieta.
-PERO ESTÚPIDA ¿Y ESE GOLPE? ¿VENÍA DE REGALO O QUE?- Ona estaba en el suelo por un golpe aposta que le hicieron para llevarse el balón- PUTA REITEN
En el 75 no puedo más y me dirijo al entrenador.
-¿Puedo calentar? No puedo más.
-No deberías.
-Oh vamos- Me enfado- Vas a meter a Lucía en poco y no te quedan muchas más opciones, quedan 15 minutos. Dejame intentarlo.
Mira un momento el campo y suspira
-Ves.
En el minuto 88 la arbitra dió el visto bueno para que entrará y me cambié por Galton.
En ese momento Ona le había quitado la pelota a Kerr y hizo un pase largo que le llegó a Lucía y esta me la paso a mi pero un segundo después estaba en el suelo. Carter me había derribado, sentí una molestia más fuerte de la que ya tenía en el muslo pero me levante enseguida cojeando un poco pero lo ignore.
Todas me estaban mirando con preocupación, sobre todo Ona.
-Vamoooos solo quedan 6 minutos- Grito señalando el marcador con el tiempo extra y eso hacen que todas espabilen
Minuto 94 el balón lo conduce Kerr, Ona en dos movimientos logra quitárselo y corre como nunca por la banda.
Minuto 95 la número 2 sigue corriendo hasta que levanta la cabeza y nos ve a todas esperando el remate. En un momento la pelota vuela alto con un buen efecto, salto con todo lo que puedo olvidándome del dolor y estiro el cuello más de lo posible.
Noto que choca en mi cabeza y apunto a la portería.
Berger no puede hacer nada. El balón esta dentro de su arco.
Me da tiempo a mirar el marcador antes de que todas se echen encima mio. Minuto 95 con 49 segundos.
-Yeeeeeesssss fukeee - Grita Russo en todo mi oído pero me da igual.
Corro hacia el corner
-Siiii joderr- Grito toda eufórica a los fanáticos y hago un gesto con las manos para que animen más fuerte.
Siento alguien saltando en mi espalda y rodeando sus brazos en mi cuello. Instintivamente le agarro las piernas.
-Esssaaa eeeesss bebé, tio- Me da un montón de besos en la mejilla.
Se baja y me giro
-Gracias a ti- La arbitra pita el final- Ahora vamos a terminar esto.
Los entrenadores tienen unos 10 minutos para seguir dándonos indicaciones
-¿Cómo esta tu muslo?- Es lo primero que pregunta Marc
-Bien- Miento pero no pienso abandonar ahora.
-T/n- Me advierte Ona
-Voy a seguir, no pienso abandonar ahora- Me mantengo firme- Además soy la delantera que esta más fresca aunque me moleste la izquierda. Las otras están agotadas y las del equipo rival también- Miro un momento al rival- Si hay alguna oportunidad es ahora.
-Bien, quiero pases filtrados desde ambas bandas a Russo, Rachel y T/n. Sobre todo de la banda derecha- Mira a Ona que asiente firme.
-Bien, he notado que Eriksson tiene una leve molesta en su derecha pero intenta ocultarlo- Informo.
-No quiero ni que Kerr ni que Harder puedan respirar ni dar un paso. En un momento crean una ocasión de gol y no lo queremos.
Todas asentimos a lo dicho y nos ponemos en círculo con la mano en medio.
-Uno, dos y tres, Uniteeed
Nos colocamos en nuestras posiciones y el balón rueda.
Las defensas azules estaban muy pendientes de mi y me hacían entradas cada vez que podían. El muslo poco a poco iba cediendo y dolía más pero yo me volvía a levantar ignorando las miradas de advertencia de todos.
Nuestras centrales y laterales habían hecho un buen trabajo parando a la australiana y danesa.
Quedaban son 5 minutos del tiempo extra y estábamos igual, si eso no se movía iríamos a penaltis y no me gustaba nada.
En un momento la pelota rebotó en una Blue y salió por el área de fondo.
Córner a favor.
Zelem se preparó para lanzarlo
El balón entre chutes y rebotes salió fuera del área y le cayó a Ona.
Me desmarqué rápido saliendo del área y tenía el hueco perfecto para chutar.
Ona lo vio y rápidamente estaba en mis pies la pelota y de estos salió volando a la portería.
Berger la rozó con los dedos pero no llegó.
Gol
1-2 y quedaba 1 minuto. Solo uno para poder levantar la copa.
Salí corriendo hasta la banda donde me esperaba la catalana con una sonrisa enorme.
En un momento todos y digo literalmente todos, incluidas las del banquillo y el equipo técnico están encima mio y chillandome.
-JA JA- Grito- QUIEN ESTÁ AHORA CELEBRANDO EEEEHH
Un minuto después estaban pitando el final y todos corrían por todos lados celebrando y gritando menos las Blue obviamente que tenían una mirada de derrota y algunos me miraban con admiración sorprendentemente.
-Ollleeeeeeeeeeeee- Salta alguien a mi espalda otra vez- Tengo a la mejor novia delantera del mundo.
-Y yo a la mejor asistente y lateral derecho- Río y voy caminando para ir saludando al rival.
Celebramos con el público dando varias vueltas con música, banderas...
Yo tenía sobre mis hombros la bandera catalana y podía ver a los ingleses volverse locos lo que me hacia bastante gracia.
-Ya podemos volver a casa, tranquilas- Dice Ona en mi oído cuando me abraza.
-Si, ya lo echo de menos, las echo de menos- Le doy un beso tierno.
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ocasoinefable · 4 months
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- El camino es lo bastante largo como para no encontrar el regreso. Cruzo las calles. nadie me reconoce, nadie sabe ni nombre, nadie podría darse cuenta que hago falta si algún día dejo de cruzar estás calles. Llevo toda mi vida viendo en este lugar, cruzando el mismo camino, escuchando las misma palabras. Conozco a cada casa con sus formas roídas y cada persona dentro ella. En la esquina del parque se mudo hace dos años un matrimonio de 60 años, desde entonces comencé a pasar más tiempo en aquella esquina. pido en el puesto que está a la mitad de la calle antes de doblar la esquina; el cual que pertenece a una madre viuda un taza de te claro. llegó a la esquina y les contempló por algunos minutos; a veces solo se sientan cogidos de las manos y se miran entre silencios que parecen recorrer sus bocas e hilar sus ojos, en otras ocasiones alguno de los dos susurra al oído del otro y ríen con un silencio que la voz se les derrite.. supe en una ocasión que en un secreto confesado se enamoraban cada día y que el tiempo para ellos dejo de correr en el momento que se supieron juntos. Siento una mezcla extraña que me exaspera y me ata a volver para solo suspirar, quizás al ver mis zapatos húmedos, el silencio en mi rostro y al no encontrar los rayos del sol, o quizás es el robó que le hago a la vida al pensar cosas que no me atrevo a confesar, ni escribir -
<<Aquí estoy, diciéndole todo sin hacerlo, mientras permanece tan callada como de costumbre. Vuelvo a retomar dándome coraje en cada palmada que doy a mi pierna, ¡vamos hombre, retoma que los miedos son gigantes que se esfuman ante la luz de una voz y al saberse confesados dejan de crecer!>> retomo lentamente mirando el perfil de su rostro.
-Y entre el suspirar por algo tan distante como se encuentra mi voz de mi nombre; así paso los últimos minutos antes de volver a reanudar la caminata. Y voy al único lugar en el que puedo descansar, en el que el tiempo parece detenerse, dónde nada parece caer y siempre está floreciendo cada rincón, llegué a esta banca cuando era un niño, llegué aquí al sentir un llamado y de repente me supe frente a un enorme almendro eternamente florecido. este rincón del mundo es un lugar desierto, uno de esos lugares que huelen a polvo y conserva la humedad entre las palabras de sus habitantes-
Hago una pausa, y su mirada entre largas lágrimas y una risa estridente se hunde de nuevo en mí
- Así has llegado frente almendro. Yo crecí en el otro bando. Lo primero que recuerdo es la corteza de un árbol, el olor de un sol incesante quebrando el polvo, no habían lujos ni una forma compleja de hablar. Solo teníamos nuestros brazos, el sudor de nuestros silencios al trabajar la tierra, una vela como compañía en una mesa de palo, uno que otro disgustos al ver hacia la cuidad y tener que abandonar todo lo que creíamos en ese momento felicidad. No hubieron charlas profundas de algún tema en mi familia, ni sueños que persiguieran las flores, ni supuestos, ni relatividad, se trabajaba de sol a sol con un cuarto de pan y la garganta seca, se mezclaba lo complejo en un sencillo abrazo ¡y vamos para adelante..!, La sonrisa tan escasa que a veces se miraba de un rincón a otro preguntándose existe tal cosa, al igual habían carcajadas con alguna locura que nos hacía correr, más aun entre el calor de la piel corazones profundos latiendo. Y las noches tan silenciosas me buscaban, corrí de un lugar a otro y me encontré enfrente de este camino. Llevaba una sombrilla roja en la mano por si salía el sol, pero llovía y dejé que la lluvia recorriera mi rostro .. comencé avanzar a esta banca, quería ver de cerca el almendro. Se desvaneció la lluvia de repente -
Guardamos silencio, sus ojos en los míos. comenzó la brisa a soplar de nuevo entre las ramas del árbol
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estaba-aburrida · 10 months
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(+18) Mi primer encuentro casual... (Parte 3)
Aún recuerdo la sensación del sabor de su semen... ligeramente salado, tibio... pero sobre todas las cosas... abundante...
Hubo un momento en el que me sentí completamente denigrada, había tenido ya varias primeras veces y todavía no habíamos empezado la verdadera "acción"... Tenía curiosidad de lo que pasaría...
Cuando ya terminé de limpiar su pene con mi boca, me tomó del pelo y me condujo hasta la cama... Esta vez boca abajo... Tomó mi culo con ambas manos y ahí fue cuando experimenté otra vez una "primera vez"... Comenzó a lamerme el culo.... Nunca nadie lo había hecho.... Y sentí.... Placer.... Una parte de mi tuvo miedo porque sabía que ese día me haría sexo anal... Y también sabía que era imposible que su pene entrase en mi culo... Por eso tuve miedo pero me enfoqué exclusivamente en el placer....
Su lengua giraba en círculos por mi ano.... De vez en cuando la endurecía para meterla unos pocos milímetros adentro... De pronto sentí uno de sus dedos tocar mi vagina... Después de haber acabado tantas veces la tenía muy sensible... Pero eso nunca me había detenido. Si hubo algo que aprendí sola en mi habitación, es que puedo tocarme varias veces sin sentir cansancio o dolor...
Volví a acabar con su lengua en mi culo y sus dedos en mi clítoris Pero esta vez solamente acabé una única vez.... Él no quiso provocar más orgasmos en esa posición...
Sacó su cara de mi culo, lo golpeó con una fuerte nalgada... Y cuando me voltee a verlo, su pene estaba completamente duro otra vez... Sabía lo que eso significaba... Quería que lo chupase otra vez.... Me acerqué para hacerlo y fue entonces que me detuvo.... Se recostó en la cama y me dijo que hiciéramos un 69... Algo que ya había hecho antes... no tuve problemas.
Apenas me senté en su cara, succionó mi clítoris con fuerza... La idea de que me hagan sexo oral mientras hago lo mismo siempre me ha calentado demasiado... Sabía que acabaría mucho haciéndolo... Y me dijo "Cuando vayas a acabar... Avísame" Y eso hice... Apenas sentí que acabaría... Se detuvo.... Me negó un orgasmo... Intencionalmente... ¡¿Qué hombre hace eso?!.... Me dijo que no podía acabar hasta que él me diera la autorización... Y así pasó lo mismo.... Durante 10 minutos detuvo más de 5 orgasmos... Quizás fueron 10... No lo sé... Fueron demasiados y yo quería explotar.....
Mi vagina y mi culo palpitaban sin parar... Quería acabar con todas mis fuerzas.... Le supliqué que me diese permiso para hacerlo.... Y me dijo "Eso era lo que debías hacer desde el comienzo".... Y comenzó a lamer mi clítoris con fuerza y rapidez... Metió un dedo en mi culo y puso una de sus piernas sobre mi cabeza para asegurarse de que no dejase de chupar su pene...
Y ahí recibí la orden "Acaba" y en menos de 5 segundos... Acabé.... Y justo cuando comencé a sentir que de mi vagina iba a fluir una cantidad infinita de líquidos que lo iban a ahogar... Apretó su pierna aún más fuerte y su pene alcanzó mi garganta.... Metió su dedo completamente en mi culo y por algún motivo.... Acabé... Acabé como nunca antes en mi vida.... Estaba segura esta vez de que hasta me había orinado... Fue demasiado... Podía sentir mis piernas mojadas y estaba segura de que había mojado por completo todo su rostro pero no se detuvo... Lo escuché tragar.... varias veces...
Aún recuerdo que mientras acababa... Apreté su pene con mis labios... Quizás lo hice muy fuerte... La verdad es que no lo recuerdo, sentí que iba a desmayarme... La falta de aire y un orgasmo tan intenso me dejó pasmada.... Sentí que necesitaba un descanso... Me hice a un costado y puse mis manos en cara para secarme la saliva y fue ahí que lo vi... Completamente empapado....
"Eso fue bastante" dijo... Y me puse roja... Sentí esa vergüenza moral que ocurre después de haber tenido sexo y fui consciente de todo lo que había hecho hasta ese momento...
Se acercó a mi... Y me beso... Podía sentir el sabor de mi propia vagina en su boca... Me gustó.... Nos besamos sin parar por 1 minuto mientras él apretaba mis pezones con fuerza... Era suya... Realmente era suya y esto estaba recién comenzando..
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esuemmanuel · 7 months
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Le ha sacado punta al carboncillo, ha soplado sobre éste y sobre la hoja, la cual se ha manchado un poco con las partículas que se han desprendido del carbón. Mira fijamente ese espacio, tan blanco, tan puro, tan vacío y cautivador. “No hay libertad en esta hoja ni en ninguna parte. No hay líneas ni tampoco pensamientos. Yace el silencio, coloreando con su blancura, el artificio invisible de la falta”. Alguien piensa en algún punto imaginario de esa hoja, porque no es el que carga el carboncillo ni soy yo el que lo pronuncia. Es un pensamiento repentino y sorpresivo, pero quedo y prudente, aunque de imprudencia se haya vestido. El vacío aturde al dibujante, lo hace temblar, colmarse de escalofrío y de un mudo trepidar que asciende por sus piernas y la espina dorsal. Hay frío, lo siente escarbando en sus entrañas, en sus huesos, en sus latidos y su pensar. El cerebro parece fallarle, así como los ojos. Ese espacio en blanco es demasiado grande… demasiado peligroso… demasiado perturbador para él, el que le teme al silencio, el que le huye a la falta, el que tiembla ante la vacuidad de la inexistencia, porque eso es lo que sucede: no existe ni está existiendo, tampoco ha existido, aunque así lo haya creído. La hoja sigue en blanco, esperando por alguna línea, por algún oficio… Y el dibujante se perturba, mordiéndose los labios y las uñas. El carboncillo rebota en el suelo. Un sonido. Otro más. El silencio se ha desvanecido, pero sigue la nada… la nada chillando a través de ese carboncillo que se arrastra por al suelo como si le divirtiera girar sobre él. El dibujante, de pronto, me habla… “Háblame, dime algo, te lo suplico… Hazme dibujar, no importa lo que sea, sólo hazme dibujar… No encuentro nada en mi cabeza, tampoco en mi corazón, estoy vacío… tan vacío que no siento nada. Háblame, por favor, toma mi mano y dibuja… Aléjame de este infierno que es la inexistencia ¡Quiero vivir, maldita sea! ¡Quiero existir!” Y la hoja, en su blanco desdén, se comprime en una mueca que alude al poder que tiene sobre el que ha esclavizado a su suerte.
He has sharpened the charcoal, blown on it and on the sheet, which has become a little stained with the particles that have come off the charcoal. He stares at that space, so white, so pure, so empty and captivating. "There is no freedom on this sheet or anywhere. There are no lines and no thoughts. Lies silence, coloring with its whiteness, the invisible artifice of lack." Someone is thinking at some imaginary point on that sheet, because it is not the one who carries the charcoal and it is not me who pronounces it. It is a sudden and surprising thought, but quiet and prudent, although it has been dressed imprudently. The emptiness stuns the draftsman, makes him tremble, fills him with a shiver and a mute trepidar that ascends through his legs and spine. There is cold, he feels it burrowing in his entrails, in his bones, in his heartbeat and his thinking. His brain seems to fail him, as well as his eyes. That blank space is too big... too dangerous... too disturbing for him, the one who fears silence, who flees from lack, who trembles before the emptiness of non-existence, because that is what happens: he does not exist nor is he existing, nor has he existed, although he has believed so. The sheet is still blank, waiting for some line, for some craft... And the draftsman is disturbed, biting his lips and nails. The charcoal bounces on the floor. A sound. Another one. The silence has vanished, but nothingness follows... nothingness screeching through that charcoal that crawls on the floor as if it amused him to spin on it. The sketcher, suddenly, speaks to me... "Talk to me, tell me something, I beg you... Make me draw, no matter what it is, just make me draw... I can't find anything in my head, neither in my heart, I'm empty... so empty that I feel nothing. Talk to me, please, take my hand and draw... Take me away from this hell that is non-existence… I want to live, damn it, I want to exist!" And the leaf, in its white disdain, compresses itself into a grimace that alludes to the power it has over the one it has enslaved to its fate.
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curvybeastt · 9 months
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Les muestro mi pierna 🖤
Mi meta es tatuarme entera, aún falta mucho eso si.
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smoothoper44tor · 14 days
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Californian Baby
Pairing: Oscar Piastri x male! reader
Genre: enemies to lovers
Summary: Luis, el mejor amigo de Logan, y Oscar tienen una relación difícil que evoluciona a lo largo de los años. Lo que era una enemistad pasional se convierte en un amor imposible.
Warning: Uso de palabras malsonantes, homofobia, abuso psicológico, etc.
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         —Las mentiras escapan mi boca como el aire que llena mis pulmones, esquivando todo impedimento. No pretendía mentir cuando Vega me preguntó si la quería, quizás fue más fácil porque ante mis ojos no se mostraba ella. Ella no era la que, con ojos de cordero y expresión angelical, me preguntaba si su amor era recíproco. Oscar tenía sus mismos ojos, y fijándose en esa cualidad era mucho más fácil labrar el rostro del australiano sobre el de la hermana de su mejor amigo.
"Te quiero." exclamó, las palabras eclosionando de su pecho como si de un hipo se tratara "Joder, te quiero tanto," Oscar.
Era más fácil decirle a ella que l(o) quería, que pronunciarlo frente a él.
Logan y yo hemos sido mejores amigos desde antes de si quiera entender el concepto de amistad. Vecinos, crecimos puerta con puerta; viajes en familia, fiestas de pijamas, primeras experiencias en los karts, barbacoas... Lo hacíamos todo juntos. Cuando Logan entró en el Karting yo era primero animándole, cuando empecé a patinar Logan era el que me recogía al caer. Cualquier cosa que uno se propusiera el otro le apoyaba o, en caso de ser una mala idea, le hacía entrar en razón.
Logan y su pasión por la fórmula uno le llevó a Europa, donde conoció a Oscar Piastri. Oscar era australiano, un extranjero de su misma calaña, lo que los unió inevitablemente. Logan no tardó en querer unir a sus dos grandes amigos, y el problema no era Oscar en sí, sino que la atención que yo dejé de recibir y fue dedicada a Oscar. Fue un odio infantil, pero le odié con tanta pasión que era repulsivo.
Al crecer, mi perspectiva sobre él cambió, al igual que cambié yo. Oscar es difícil. Nosotros dos lo somos, siempre lo hemos sido. Mentirle no es una posibilidad, antes de si quiera poder intentarlo mis dientes se ciñen contra mi lengua ¡Ni se te ocurra! Había algo extraño en él, y es que cuando le di una oportunidad resultó que Oscar era la otra cara de mi misma moneda. Era reconfortante de la forma que nadie más lo era. Nos entendíamos tan bien que las palabras no hacía falta, y, de repente, éramos uno.
Según la mitología griega, los seres humanos fueron creados originalmente con cuatro brazos, cuatro piernas, una cabeza con dos caras. Temiendo su poder, Zeus los dividió en dos seres separados, condenándolos a pasar sus vidas en busca de su otra mitad. Nuestros rostros eran dos caras de un mismo alma, fundidas en desespero tras años en vida separadas por continentes y los mil mares de Poseidón.
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available in wattpad (smoothoper44tor)
masterlist
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selpide · 5 months
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solvitur ambulando (reprise)
tengo una fe desmedida en los paseos
mis pies se mueven solos, yo los sigo, y juntos acabamos en el mismo lugar en el que empezamos [ pero con unos ojos empapados de colores, tinta de impresora rebosante, luces de neón y sonidos de casino y esperanza exprimida para dejar gota a gota el trazo de una silueta — la cara de algún desconocido, de todos los desconocidos, del desconocido que me devuelve la mirada en el último paso de cebra antes de llegar a casa ]
porque eso es lo que convierte a un paseo en un paseo: la ausencia absoluta de un motivo por el que pasear. un paseo es un círculo. un paseo acaba y empieza en el mismo sitio. un paseo no te lleva a ningún lugar — porque entonces estarías caminando para llegar a un sitio en concreto, y entonces el viaje sería una consecuencia molesta y olvidable, y entonces se puede ir en coche para ahorrar tiempo
a mí me gusta pasear porque no soy versada en ningún otro idioma que me permita hablar conmigo misma con tanta soltura. de verdad. es como si me viera desde fuera. es como si no fuera yo y como si todo lo fuera; es como si, en mitad del paseo, me volviera la carretera y sintiera cada taconeo y puntada y tropiezo de la marabunta de humanos sin nombre que aguijonean el suelo al salir de trabajar
(antes de que el frío condenara a seúl a pasar cuatro meses en un sueño ligero, mis paseos consistían en remar a contracorriente entre los cientos y miles y máses de personas que los rascacielos de este barrio vomitan cada atardecer)
todo está callado cuando paseo. todo está tranquilo. yo no. a veces sí, pero no me silencia el andar. no me serena el caminar. le quita el ruido al mundo. y eso me vale. eso me hace falta. ya basta de poesía: es que soy como un perro chico y si no se me saca de casa por lo menos una vez al día no soy capaz de dormir. se me come la cabeza, las piernas empiezan a gritarme, la casa se me cae encima
esto es verdad y también es mentira
yo, la amiga que se hace 29.465 pasos en una tarde tonta de otoño, vengo aquí a decir algo que quema más en la piel que el jabón del club de la lucha
[ayer vi el club de la lucha]
[nunca había visto el club de la lucha]
[soy graduada en comunicación audiovisual, soy guionista y nunca había visto el club de la lucha]
y es que a lo mejor no hace falta pasear todos los días
escucha
lo digo en serio
quiero decir justo lo que he escrito
no es una indirecta, no es una frase que sugiere una voluntad disfrazada de otra ni una manera discreta de expresar realidades que hacen tartamudear a la lengua: de verdad que a lo mejor (solo a lo mejor) no hace falta (no es una obligación) pasear todos los días (algunos sí, otros no, habrá que escucharse, no somos npcs, me cago en la hostia)
solvitur ambulando
es una frase en latín que le gustaba mucho a mi amigo julius
[podéis conocer a mi amigo julius aquí]
significa «se soluciona caminando»
si he tardado más de siete párrafos en empezar a hablar de lo que de verdad había venido aquí a hablar es justo porque creo de todo corazón que ese es el superpoder de los paseos
literal y metafóricamente, todo se soluciona caminando
pero, ¿qué pasa cuando no hay nada que solucionar?
¿por qué seguimos caminando?
una respuesta fácil, una que trepa por la garganta y se disfraza de miel en los labios, es esa que se codea con la perseverancia y el no darse jamás por vencido y el mirar siempre hacia adelante y el hacer frente a las adversidades con todas nuestras fuerzas
eso es verdad y también es mentira
hay algo bonito en seguir caminando a pesar del cansancio
pero también hay algo estúpido
no son excluyentes
ningún algobonito pesa más que el otro
dependiendo del día, uno tendrá razón
y el otro también la tendrá, pero sonará menos convincente
y así siempre
(porque no somos npcs
somos personas
con necesidades que cambian
las plantas no se riegan siempre con la misma agua
las plantas están mustias
o bailan con el sol
o se ahogan en su maceta
cada día es distinto
no hay nada estable aquí abajo
no hay nada estable
si no aprendemos a escuchar)
hoy he bajado del autobús dos paradas antes de llegar a mi casa
a tres grados bajo cero
porque no podía respirar y se soluciona caminando
porque hay días en los que el aire frío y los coches al pasar y el olor a comida callejera y las mismas fachadas de siempre y las fachadas que nunca antes viste a pesar de haber pasado por delante cientos de veces solucionan
pero hay días en los que no hay nada que solucionar
lo voy a volver a escribir
y voy a añadir: aunque no puedo respirar
hay días
en los que no hay nada que solucionar
pero hacer las paces con la incertidumbre es mucho más difícil que salir a dar un paseo
así que huyo
salgo a encontrarme
(eso es lo que digo)
y hay días en los que es verdad
pero hay días en los que es mentira
(eso es a lo que me refiero cuando digo
que algo es verdad y también es mentira
me refiero a que
las verdades
y las mentiras
tampoco son npcs)
hay días en los que ya me tengo
lo que no tengo es paciencia
la garganta se me cierra cuando tengo que enfrentarme a la espera. a la idea de que hay un paso siguiente a tomar, pero tomarlo no está en mi mano. a que tengo que sentarme y no hacer nada, porque no depende de mí
no sé quedarme quieta
caminar es darle largas a la culpa
dejarla en casa y bajar al bar
volver apestando a cerveza y a cigarros y decirle que ya hablaréis mañana
creo que a veces seguimos caminando porque así parece que estamos haciendo algo. que seguimos «luchando». que vamos hacia delante, que no nos hemos rendido, que estamos trabajando duro
a veces eres tonta perdida y dar más pasos te cansa y ya
y ya
el invierno es largo
hay que guardar energías
no es siquiera que pasear no vaya a solucionar cualquier ausencia de problema que deriva de que para conseguir ciertas cosas tiene que pasar el tiempo [ y el tiempo pasa igual esté quieta o me mueva — el tiempo es inevitable — el tiempo es quien asfalta las autopistas ] — es que pasear va a quedarse con un trozo de fuerzas que a lo mejor hace falta para otra cosa
es que no eres más lista ni más fuerte ni tienes más posibilidades de triunfar por esforzarte más que nadie, mi amor
si el esfuerzo es en vano
si el esfuerzo pierde de vista su objetivo
si te esfuerzas porque esforzarse funciona como estrategia de autovalidación
en lugar de porque el esfuerzo sea necesario para conseguir algo que de veras requiere que hagas algún sacrificio
entonces qué estás haciendo
por qué caminas
por qué sigues caminando
por qué sigues caminando hoy, si no hay nada que solucionar
si tan solo
tienes que aprender
a esperar
(a mirar el techo. así lo llama mi madre. mamá,
)
tú crees que mañana seré capaz de no salir de casa?
tengo una fe desmedida en los paseos. y por eso quiero promover su uso responsable
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Pregnancy AU- Drabble 2
Holaaa! Aqui estoy nuevamente escribiendo pequeños trozos de mi Pregnancy AU. Esto no es un fanfiction y no crel que nunca vaya a conectar los escritos para hacer un fanfic completo, así que edte y todo el otro contenido de este AU son todo lo que hay sin ninguna estructura real.
This isn’t a fanfic and I don’t think I’ll ever connect the drabbles to make a full fanfic, so this is just a short piece of a story with no real structure.
Si te gusta, puedes encontrar el otro pedacito que escribí aquí here! No está nada edcrito de forma cronológica! Di te intereda ver TODO lo que he escrito respecto a este AU lo puedes encontrar en el Pregnancy AU tag al final del post! Y de antemano pido perdón de que está en Español, sé que mis posts tienden a ser en inglés, pero éste simplemente fluyó en Español!
 Contexto: en este AU Betty queda embarazada tras la primera noche, asi que ella aun no sabe del Plan. Esto ocurre poco después de que Armando se entere del embarazo.
Armando Mendoza ni siquiera se dio cuenta en qué momento había llegado a la oficina de Mario Calderón. Se había movido en automático, llevado por una fuerza ajena, arrastrado como mera basura en las calles inundadas de Bogotá. Las nubes negras, turbulentas, y enfurecidas nublaban su juicio.
Lo último que recordaba hacer, y sólo lo recordaba con relativa nitidez, era sostener a Beatriz en sus brazos y murmurarle con el poco aliento que tenía que se fuera a su casa, que descansara, y que se veían de nuevo aquí en la oficina al día siguiente. No recordaba haberle dado ningún beso, pero en sus labios aún quedaba la sensación de uno y la grasa de su capúl. Sus dedos aún tenían la humedad de las lágrimas, pero no sabía a quién le pertenecían.
-¿Armando, me escucha? -sonó entonces la voz de Calderón. Armando despertó de su estado muerto en vida para encontrarse ahí, en la oficina de Calderón, parado frente a la puerta cerrada y dándole el perfil al escritorio de Mario. Su cabeza agachada casi rozaba la madera de la puerta, y su vista se perdía en el relucir de sus zapatos siempre bien boleados. Armando reaccionó con su voz, y con la cabeza aún turbulenta, sólo lo miró, sin saber qué decir o cómo explicarle su horror, su pánico, su terror, su… su todo. 
No sabía a qué había venido.
-A ver, hermano, venga, venga para acá -dijo Calderón, poniéndose de pie, sin que Armando dijera aun nada. Se acercó a Armando y lo tomó por los hombros guiándolo hasta su escritorio para sentarlo en las sillas frente a la suya. Apenas hizo falta un pequeño empujoncito para que las rodillas de Armando se doblaran, desplomándolo en la silla. 
Armando sintió la poca fuerza que lo había sostenido hasta entonces reventarse, y sintió sus piernas débiles. 
Seguía sin poder decir nada. Su mente estaba nublada, sus oídos taponeados. Apenas escuchaba como ruido de fondo a Calderón hablar por teléfono con alguien para pedirle un tinto. Lo vio levantarse y entrar a la sala de juntas, servir un vaso de agua y traérselo. Lo sintió todo ajeno.
-Tenga, tómeselo. Ahorita le traen un tinto -dijo Calderón, sentándose en su lugar. Armando dio apenas unos traguitos de su agua, y la frialdad del hielo le caló en los dientes con suficiente fuerza para hacerlo sentir más vivo. Para cuando se terminó el vaso, había llegado el tinto humeante. Se abalanzó sobre él como si su vida dependiera de ello, y se lo bebió tan rápido que le quemó el esófago.
-Hey, hey, Armando, cálmese, ¿quiere? Deje eso, se va a vomitar -dijo Calderón y le quitó la taza de la mano-. Respire. 
La había cagado. La había cagado de manera tan infinitamente profunda, que ni siquiera sabía cómo procesarlo.
Oh, su Betty. Su pobre, inocente, ingenua Betty…
Los ojos de Armando se aguaron al tiempo que la nausea lo invadió, y se dijo a sí mismo que sólo era por el dolor de dientes causado por el hielo del agua y la quemada del café. 
Armando entonces cerró los ojos, tomó una bocanada de aire, y lo expulsó lentamente por la nariz.
-Armando, ¿qué le pasa? -le dijo Calderón en un tono que Armando jamás había escuchado. Era suave, como si estuviera hablando con un niño, pero a la vez parecía querer ocultar algo detrás de toda esa suavidad. 
Los sentidos de Armando estaban anestesiados por el shock y terror que le inundaba la sangre, pero si hubiera estado más alerta, se habría dado cuenta que Calderón había empezado esa conversación con molestia por el susto del portazo, burla por su cara de espanto, y terminando en genuina preocupación ante la poca respuesta de Armando. Mario en ese momento tenía muchísimas posibilidades nadándole en la cabeza, pero se mantenía mayormente sereno, esperando y deseando que se tratara solamente de alguna exageración de Armando por cosas sin importancia.
Mario se decía a sí mismo que esa era la causa probable del estado de Armando, pero lo pálido que estaba su amigo, empezaba a hacer sudar las palmas de las manos de Mario en nerviosismo. Se imaginaba lo peor: que se había descubierto el embargo; que Terramoda había quebrado; que descubrieron su intento fallido de contrabando de telas; que la policía venía por ellos; que- que- 
Mario no dejó que el pánico se le subiera a la cabeza si no tenía fundamentos para ello.
-¿Armando? -repitió Calderón, y Armando ni siquiera sabía cómo contestar. 
Así que apenas pudo regurgitar las dos más escalofriantes palabras que lo decían todo:
-Está embarazada.
Armando sabía que había dicho él esas palabras, y aún así le sonaban tan distantes. 
-¿Qué? -dijo Calderón.
-Está embarazada, Calderón -repitió Armando, y está vez, las palabras cobraron sentido en su cabeza. Las sintió heladas, duras, e intratables, pero lógicas. Al menos, sonaban a español.
-¿Pero quién, Armando? ¿Marcela? -preguntó Calderón. Armando estaba demasiado sumido en su horror para notar que Mario había recobrado el aliento. 
-Betty.
-¿Qué? ¿Betty? -repitió Calderón sorprendido-. ¿Beatriz Pinzón Solano? ¿La fea? ¿esa Betty?
-¡Sí, Calderón, Betty, Betty, mi Betty! ¿¡Quién más si no esa Betty?! -exclamó Armando, explotando repentinamente mientras se ponía de pie de un movimiento rápido y brusco. 
Fue como si repentinamente se rompiera su coraza de shock, y ahora todo le cayera encima, como un súbito golpe de electricidad que le había revivido los tejidos muertos al monstruo de Frankenstein. Se levantó de la silla y llevó una mano a su frente, frotándola con un gesto inconsciente de desesperación. Su otra mano sostenía su propia cadera en frustración. Empezó a andar por la oficina como una bestia enjaulada y fúrica, mientras todos sus horrores se le escurrían de la boca:
-Dios mío, Calderón. La embarré, la embarré demasiado. Beatriz está embarazada. ¡Embarazada! Va a tener un niño. Por dios ¿Puede creerlo? -exclamó Armando-. ¿Se da cuenta de lo que significa? ¿Se da cuenta de lo que le hice? 
-Sí, sí, yo también aprobé biología en la secundaria -murmuró Calderón, y fue sólo entonces que Armando se detuvo en su frenético andar y volteó a mirarlo, con ojos desorbitados y la vena en su frente saltada.
Calderón estaba reclinado en su silla, con su expresión tranquila y pensativa. Uno de sus codos estaba en el descansabrazos de su silla, y la otra mano estaba relajada sobre el escritorio. 
-¿Usted piensa que estoy bromeando, Calderón? ¿Esto- esto le parece gracioso? -preguntó Armando, su voz calmada y sin ocultar su desdén-. ¿Cómo demonios está usted tan calmado? ¿Acaso no ve el horror de esta situación?
Calderón se encogió de hombros.
-No me malentienda, pero claro que veo el horror de la situación. Pero si mal no recuerdo, mi querido presidente, cuando YO tuve una amenaza de embarazo con la Fernández, usted tampoco se mostró muy preocupado por mí, ¿o sí? -le dijo Calderón sonriendo-. Este es su karma por abandonar a un soldado amigo.
Y Armando entonces explotó.
-Calderón, ¿escucha siquiera usted un poco de lo que dice? ¿Procesa las idioteces que dice antes de que se le escurra la baba al hablarles?-dijo Armando en un susurro suave que apenas contenía el grito que sele formaba en la garganta-. ¿Cómo puede siquiera comparar las situaciones? Patricia Fernández es una arpía, Calderón, una chupa plata que sólo se revolcaba con usted porque quería marido rico que le resolviera la vida. ¿Cómo puede comparar a Betty con esa vieja? Betty- Betty nos ha ayudado en todo, Calderón, ¡en todo! Los balances maquillados, las coartadas con Marcela, la empresa de papel, ¡rechazó plata por mí, por Dios! Cualquier cosa que le he pedido me la ha dado en bandeja de plata. Todo y hasta más que eso, ¿y cómo le pago? ¡usándola! ¡usándola y arruinándole la vida, maldita sea! 
Armando había terminado ahogando un grito. En algún momento, se había terminado abalanzando obre el escritorio de Calderón, con las palmas abiertas presionadas contra el escritorio, las venas de su cuello y manos saltándose en la absoluta rabia qud sentía, sosteniendo el peso de la mitad superior de su cuerpo. Quería ahorcarlo en ese mismo momento.
-¿Tiene idea de lo que debe de estar sufriendo ella en este momento? -continuó Armando, sin moverse de su lugar, mirando al asqueroso de Mario Calderón a los ojos, sintiendo la rabia pulsarle en cada latido del corazón-. Para ella su papá es su vida. Lo más sagrado que tiene. Don Hermes es un hombre recto y de valores ¿se imagina la decepción que será para él esta noticia? ¿Saber que su única hija, el amor de su vida, salió embarazada por ser la amante de su jefe? ¿No se da cuenta también de las burlas que va a sufrir? ¿De lo que le espera de ahora en adelante? ¿De la humillación que será para ella?
: :
Mario había retrocedido ligeramente en un gesto inconsciente de intimidación, con la espalda aún presionada contra el respaldo de su silla, pero ya no en relajación. Su cuerpo apenas mostraba la menor señal de tensión, mientras sus ojos no perdían un instante del aparente colapso emocional de Armando. Tampoco se le escapaba que todo lo que Armando estaba diciendo, era sobre ella y cómo la afectaría a ella, sin siquiera mencionarse a sí mismo.
Mario había disfrutando momentánea y ligeramente de la satisfacción de ver a Armando sufrir lo que él mismo había sufrido con Patricia meses atrás. Escuchó a Armando en su crisis nerviosa, y fue sólo hasta que golpeó su escritorio sonoramente con las palmas abiertas y se abalanzó sobre este, con los ojos desorbitados y las venas saltadas, que Mario cedió. 
La momentánea satisfaccion de la venganza divina fue disminuyendo hasta recordar todo lo que estaba en juego. Mientras Armando seguía parloteando sobre Betty y todo lo que significaba para ella, Mario ya había pasado el tema y ahora se estaba concentrando en las verdades inminentes e importantes.
-A ver, hermano, cálmese. No quise desearle mal a su mostrete, ¿sí? No me arranque la cabeza, por favor -dijo Mario, levantando las manos en señal de rendición. Casi se quería reír, pero también entendía que la situación era grave para Armando-. Ya, ya, tranquilo. Siéntese, ¿sí?
Armando lo siguió mirando lleno de rabia. Pero finalmente se sentó, dejándose caer como gorila en su silla. 
-Bien. Yo sé que la noticia fue completamente inesperada, pero hay que pensar las cosas con claridad-
-¿Con claridad? Mario, no me pida claridad ni calma en este momento. Estoy ardiendo. ¿No se da cuenta todo lo que Betty va a perder, lo que le causé? 
-Sí, sí, yo entiendo -dijo Mario para evitar que Armando cayera en un espiral de auto desprecio sin fondo, y redireccionó la conversación a lo importante-. Primero que nada, ¿es suyo el chino?
Armando inmediatamente se volvió a poner de pie, sin duda a punto de darle otro discurso o ahorcarlo.
-¿Es usted imbécil? ¿De quién si no, ah?
Mario lo miró un instante en silencio. Era bastante lógica la respuesta, ¿o no? ¿Acaso había algún otro hombre en todo el universo que estuviera suficientemente loco, desesperado y que tuviera terrible gusto como para acostarse con muecielaguín, además de Armando Mendoza y Nicolás Mora?
-Nadie, nadie, tiene usted razón- le contestó Mario. Pensando bien las cosas, no era prudente ni necesario discutir esa posibilidad. Sólo causaría qur Armando perdiera la poca cordura que tenía estos últimos días, se bebiera tres botellas enteras de whisky, y se mandara a sí mismo a un coma etílico.
Pero la posibilidad de una paternidad fraudulenta no se podía descartar, principalmente si esto resultaba más complicado de lo esperado, así que Mario se guardó ese argumento en la manga para sacarlo después si se llegaba la ocasión.
-Pero creo yo -siguió Mario- que la respuesta a este problema es muy sencilla: dígale que no lo tenga, y se acabó.
-Ella nunca aceptaría eso, Calderón -contestó Armando. El presidente se había reclinado en la silla pero seguía evidentemente tenso. Sus manos en forma de garra parecían apenas contener la necesidad de rasgar la fina madera del escritorio de Calderón. Su quijada se tensaba y destensaba. 
-Betty es inteligente, hermano. Ella sabe que esto no puede pasar. Usted está por casarse, su padre la mataría, la empresa está en crisis, y Marcela lo mataría a usted sino es que la humillación social lo amta primero. Usted sabe lo rápido que corren los chismes por Bogotá. ¿Se imagina usted la humillación que sería para su familia y para Marcela que usted esté teniendo un hijo con vampirín? Sin mencionar que se está arruinando los genes -dijo Mario-. Que se haga un favor y no nos complique más la vida a todos, y que no se la arruine a ella. 
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anintrovertwriter · 11 months
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Pablo Gavi Imagine - Parking lot ( en espanol)
Pablo Gavi, Aparcamiento 
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Estaba en los camerinos, esperando a Pablo para recogerlo y volver a casa. El partido de esta noche se acabó con un empate contra el Athletic Club Bilbao. Fue un partido bastante equilibrado. Bilbao siempre fue un equipo difícil de jugar contra. 
Estaba hablando con su hermana y el hermano de Pedri, Fernando cuando recibí un mensaje. 
“Puedes bajar al coche. Llego en diez minutos”
Al ver el mensaje, comprendí que le pesaba el empate de hoy. El resultado no afectaba el liderazgo del Barça en la Liga, pero la diferencia de puntos entre ellos y el Real disminuia. Yo bien sabía que no iba a ser el más feliz cuando lo iba a encontrar en pocos minutos. 
Jugó bien, hizo una asistencia para Ferran, pero sabía que no iba a celebrar un empate. 
Tenía un carácter de lo más competitivo que le costaba peleas en la cancha, varias faltas y tarjetas amarillas. Cada vez que lo veía al suelo, no podía evitar estar estresada si le había ocurrido algo serio o que iba a ser expulsado por su exceso de compromiso en el juego. 
Me despedí de mis amigos para bajar a recoger el coche y esperar a Pablo aca. 
Todavía había aficionados en el aparcamiento, pero fui discreta para llegar a mi coche. No habíamos oficializado nada, porque pensamos que nuestra relación no le debería importar a otros, sino a nosotros y a nuestros parientes. 
Fue Pedri quien lo llevó al estadio porque deberían llegar más temprano que nosotros los espectadores para el discurso del mister, el calentamiento y toda la preparación que se requiere para jugar un partido en el Camp Nou. 
Entré en mi coche, y le avisé con un mensaje, pero sabía que no lo iba a leer porque lo vi en el aparcamiento llegando solito. Pero no fue tan solo porque fue seguido por aficionados que querían una foto o autógrafo en una camiseta.  Me vio e intentó acelerar el movimiento pero fue sin contar con las personas cada vez más numerosas que se acercaban de él. Vi el cambio en su cara, porque tanto a él como yo, no le gustaba estar rodeado por gente, sobre todo al momento de irse y con las cámaras delante de su carita y en mi dirección. Pablo pasó mucho tiempo con los aficionados, pero ahora supe que prefería que no fuera el caso. Le vi disculparse y dirigiéndose hacia el coche. 
Me preparé y ya había arrancado el coche, para huir lo más rápido posible. 
Entró, puso sus cosas detrás y me beso la mejilla brevemente, pero todavía tuve el tiempo de inspirar y oler a su perfume, lo que subió mucho mi ansiedad frente a los fans.
Cuando vimos a toda la gente que se acercaba del coche, móvil en la mano, me asusté y Pablo lo entendí de pronto.
“ Vamos, salimos de aquí. Pero antes voy a hacer algo"
"Qué ?"
No tuvo el tiempo de contestar porque bajó la ventanilla y dijo 
“ Mi novia y yo queremos un poco de respeto. Gracias”
Lo miré con una cara, una mezcla de admiración, de orgullo y de amor infinito por este chico. 
“ Voy un poco lento porque no quiero matar a alguien y porque sigo siendo bajo el shock de tu declaración " dije con una sonrisa 
"Me enfadaron y sé que te causa ansiedad cuando hacen esto. Pero ahora, todo estará bien amor, dijo, una mano en mi rodilla”
Disfruté de la oportunidad de una luz roja para darme la vuelta y mirarle 
“ ¿Estás seguro ? Ahora van a tener fotos y saber que tienes una novia "
"Claro que estoy seguro. No me gusta cuando invaden nuestra intimidad pero ahora no podrían inventar relaciones con princesas o modelos. Porque ya tengo a mi reina", dijo con un guiño.
Ríe y nos miramos con tanto amor que  mi corazón casi exploto. 
“ ¡Qué romántico !” Quise continuar pero un claxon me sacó de la mirada y deje un “oops” antes de arrancar rápidamente
“ Sabes, verte conducir no me da la gana de conducir yo mismo"
"Y eso por qué ? "
"Eres muy guapa y sexy cuando conduces, una mano en el volante y la otra en mi pierna o entrelazada con mi mano"
"Voy a llevarte todos los días al entrenamiento entonces jaja. No trabajo y voy a ser tu chofer oficial"
"Me parece bien “ 
Su móvil sonó y la cara de Pedri apareció en la pantalla riendo como un loco 
“ ¿Qué te pasa hermano ?" Dijo Pablo, desconcertado 
"No sabia que te convirtió en un árbitro en el aparcamiento "
"¿Qué dices por dios ?"
"Ya se encuentra en las redes tu cara enojada pidiendo respeto para tu novia" 
"Alla vamos", dije 
"No me estoy burlando de él Y/N"
Pablo se mofó de él enseguida pero Pedri no le dio la oportunidad de contestar
"En serio, no soy de broma, Pablo es tu caballero para defenderte cuando la gente puede ser invasiva. Solo para decir enhorabuena niños y ahora podré mostrar como eres con tu chica “
No nos dejó el tiempo de contestar y colgó el teléfono sin avisar. 
"Es terrible él no ?”  
Asiente mientras aparcaba  el coche frente a nuestra casa. 
En camino por entrar me dijo 
“ No tenias frio así ? "Dijo, mostrando mi abrigo
"No y además  tenía una manta , mira la cara que teníamos con Sira, le dije mostrando la foto que la novia de Ferran y yo sacamos durante el partido. Sabes que nunca íbamos a ver el partido adentro." Sonrió  un poco, pero vi que estaba pensando en el partido
"Amor, jugaste bien y el equipo también. Ven aquí Golden Boy” dijo, mis manos ya en su talla para atraerle contra mi. 
Se relajo un poco 
"Créeme amor. Ya seguimos líder de la liga, nunca los madridistas van a doblarnos "
"¿Nos ? ¿Juegas también ? "
"No me viste ? Con mi super numero ?"
Dijo mientras abría mi abrigo para que se pudiera ver la camiseta blaugrana. Me hizo dar la vuelta para ver, lo que sabía de antemano, su nombre y el número 30. 
Mi tentativa funciono al oír su risa justo antes de sentir sus labios sobre las mías, dándome un beso que recibí con placer. Nunca me cansaría de estar en sus brazos y besarle. 
“ Vamos adentro amor  o nos vamos a congelar” Me tomo la mano y entramos en la casa, muy felices de estar juntos. 
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lilietherly · 5 months
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[Fanfic! Newcob]
Omegaverse.
Alfa Newt Scamander/Omega Jacob Kowalski.
Relación establecida.
Drama (extra) ligero.
Humor (?).
Final medio abierto pero feliz.
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Yo estaba teniendo un día (semana y mes) terrible cuando, de repente, ¡esta maravillosa cosa llegó! Mi querida, dulce, preciosa y siempre considerada @drunkenelevator me regaló un hermosísimo fanart y, sin saberlo, desató en mí una oleada de inspiración 😍 Obviamente no fue su intención, sin embargo, creo que esta más que claro cuando lo he puesto en la descripción de casi todas mis redes. Entonces, ella me dio amor, y aquí estoy yo ahora, con esta humilde y generosa ofrenda de fanfics Newcob, ¡muchos fanfics Newcob!... Ok, no voy a mentir, no son tantos como me gustaría, pero estoy en proceso de escribir más 🤗 Y solo espero que sea suficiente para agradecerlo como es debido 💖💖💖💖 Oh, por supuesto, dije en alguna nota anterior que había decidido hacer el resto del reto Omegacember (a excepción del día 25, que fue debidamente reclamado para otra ship) para Newcob, el plan sigue estando en pie y solo hago el recordatorio uwu. Entonces, esta historia es el día 22 del reto 🥰, ¡espero que te guste amor mío!
* * *
Jacob mecía sobre sus piernas un tierno bebé demiguise. Completada su tarea de entregarle a Newt uno a uno de los ingredientes —posiblemente— peligrosos con los se crearía una poderosa medicina, dedicó el lapso que le tomaría a Newt atender el pequeño caldero y completar la receta, en buscar a la traviesa criatura que no parecía sufrir enfermedad alguna. Le acarició la pequeña cabeza y permitió que jugara con sus manos, hablándole con ternura todo el tiempo.
La complicada poción sabía especialmente asquerosa, también aumentaría por algunos segundos el dolor que padecía el cachorro, lo cual volvía necesaria la tarea de mantenerlo tranquilo y en un espacio controlado para que sobrellevara a salvo los efectos de la medicina. Su tarea, por supuesto, tenía una complejidad similar a la de su Alfa. Tal vez siendo joven el demiguise no desarrollara aún su facilidad para ver y calcular los futuros probables, no obstante, puesto que la medicina debía ser administrada a la misma hora e inmediatamente después de su creación, no hacía falta de verdad tener la habilidad de ver el futuro para saber que se repetiría.
La experiencia ganada como esposo del afamado magizoólogo, le daba a Jacob algunas herramientas con las cuales atraer y mantener ocupado al cachorro, así como para no ser tan predecible; ello al final no significaba que ambos lograrían completar la tarea sin luchar un poco. Ya sea asegurándose que el pequeño tomara hasta la última gota de la poción mientras se agitaba descontroladamente, soportar sus diminutas garras y colmillos o mantener la compostura al oír los quejidos colmados de angustia y dolor, ambos sabían a lo que se enfrentaban. Si bien el tratamiento estaba por terminar, ninguno daba por sentado que en esa ocasión sería más fácil.
Aun así, lo que sucedió, en definitiva y sin lugar a dudas, sobrepasó cien niveles lo que Jacob esperaba afrontar.
La poción estuvo lista luego de diez minutos de juego, aunque advirtiéndolo, Jacob se mantuvo firme al pensamiento de que continuaría jugando con la adorable criatura. Se levantó despacio, y caminando hacia la mesa, dio algunos saltitos e incluso cantó para él, poniendo todo su esfuerzo en hacer solo los movimientos correctos, llegó así al borde de la mesa. Giró despacio hacia Newt, que ya entonces debería tener lista una larga y amenazante pipeta. Fue entonces que el caos se desató.
Cuando normalmente el demiguise buscaría salir del abrazo de Jacob para internarse en el primer bioma con el que se topara en su apresurada huida, razón por la cual el Omega tendría que sujetarlo un poco más fuerte, esta vez el pequeño se giró hacia el rostro de Jacob, arañándolo con sus afiladas garras tres veces antes de que cediera y lo liberara. Saltó hacia Newt, que ya se inclinaba para atraparlo, pasó por encima de su cabeza, dejándole una diminuta marca de sus garras en la cien. Aterrizó en donde el resto de la poción y algunos de los ingredientes usados en ella; empapado, le costaba moverse, aunque eso no le impidió escapar de las manos que se volvieron sobre él.
Asustado y cubierto de la sustancia pegajosa, corrió de un lado a otro en la mesa, arrojando en su defensa lo que tuviera enfrente. Al escucharse un sonoro golpe cerca del sitió en el que el demiguise había aterrizado por primera vez, Jacob fue el único que se giró para buscar aquello que lo produjo, permitiendo que el cachorro escapara a las profundidades del primer bioma que estuvo en su camino.
Jacob cambió sus prioridades de inmediato, alcanzando apresuradamente a su esposo que, tropezando con un charco de la medicina desparramada, cayó debajo de donde tanto los restos de la misma poción así como los demás ingredientes goteaban todavía sobre el suelo. Lo ayudó a levantarse, pensando ya en algún plan de recuperación del demiguise, y se detuvo poco después. Algo andaba mal, el lazo de unión que compartía con su Alfa, nacido el día en que se entregó por cuenta propia a su hombre maravilloso, no le transmitía el dolor que Newt debió haber sufrido por la caída.
—¿Newt?, ¿qué esta…?
—A-Accio varit… —Jacob atrapó a su Alfa un segundo antes de que se desmayara.
Lo giró y recostó suavemente, acomodándole la cabeza en sus muslos. Alarmado, comenzó a limpiar del cabello y el rostro de su Alfa, conociendo algunos de los efectos que podría haber al combinar de forma errónea los ingredientes mágicos. No sabía, por supuesto, qué era lo que afectó de una manera tan súbita a Newt, aunque esperaba en su corazón que no resultara mortal. Preocupación inundó sus ojos y provocó un temblor en sus manos, que no conseguían liberar de los ingredientes la pecosa piel de su Alfa.
Para su asombro, Newt se levantó de repente. No dijo ni una palabra, tampoco lo miró o continuó con su intención de llamar a su varita. Jacob intentó alcanzarlo, pero ahora su esposo corría sin sentido alguno lejos de él y luego comenzó a Aparecerse, aterrizando en cualquier parte con la expresión más extraña que Jacob le vio alguna vez. No parecía sufrir, tampoco estar alegre o consciente de lo que pasaba, de lo que hacía.
El área pronto quedó vacía de criaturas y bestias, un pequeño detalle que el Omega apreció en una situación como esa. Pronto, luego de intentar inútilmente atraparlo, Jacob corrió hacia las escaleras, reconociendo que necesitaba a otro humano mágico para detener al suyo. Agradeció también el que no estuvieran directamente en el edificio, pues en el estado de Newt habría sido fácil que se Apareciera en el exterior, se revelaría como mago o sufriría cien tipos de accidentes más de los que podrían sucederle dentro de la maleta. Pensar en eso lo impulsó a duplicar la velocidad.
Al llegar a la puerta, para su consternación, el sonido crocante de la Aparición se detuvo. La indecisión mató a Jacob durante un minuto, manteniéndolo en su lugar con los que, pensó, serían los últimos latidos de su corazón. Si corría a pedir ayuda y algo de verdad malo le cedía a su Alfa y él no estaba ahí para acompañarlo, si lo dejaba solo, Jacob jamás se lo perdonaría. Si, por el contrario, perdía valiosos segundos revisándolo cuando lo que necesitaba era ayuda urgente y llegaba a perderlo, Jacob jamás se lo perdonaría.
El estruendo detrás de la pequeña habitación le entregó la respuesta: corrió hacia lo que, esperaba, se tratara de un Newt sano y salvo. Se negaba a ser tan ingenuo, pese a que los buenos deseos aligeraban la carga, nada lo habría preparado para el escenario que lo recibió.
Ahí, sobre el suelo ligeramente cubierto de paja y plumas coloridas, había dos Newt.
Jacob tuvo que retroceder algunos de pasos. Le costó tres segundos completos recobrar un poco el sentido y, casi decidido, acercarse a los Newt. Parecían tangibles y dormidos más que desmayados, recostados uno al lado del otro aunque posicionados como un reflejo. A Jacob se le hizo imposible imaginar qué es lo que sucedía, aun así, verificó el pulso de ambos. Ellos respiraban con normalidad, lo que trajo un poco de tranquilidad al Omega. También, ambos tenían un saludable color en las mejillas y el calor que desprendían, al igual que sus aromas, coincidía con lo que Jacob recordaba de su Alfa.
La calma reflejada en su olor y el silencio que volvía, atrajo a las criaturas. Algunas reanudaron sus rutinas, un par de ellas se aproximaron a los cuerpos tendidos, lo que Jacob no permitió demasiado, ignorando la causa de lo sucedido, no arriesgaría a las preciosas criaturas si la cercanía podría ponerlas en riesgo. Desafortunadamente, poca opción le quedó al decidir qué es lo que haría, al necesitar ayuda, no iría a buscarla arriesgando a uno o ambos Newt. La solución tardó poco en alcanzarlo.
Imaginarse el escándalo que haría la familia de Newt al ver cómo Jacob cargaba en brazos a su Alfa, le dio la fuerza para no ceder a los malos pensamientos. Sentó a ambos magos, todavía inconscientes, junto a la escalera por la que se salía del maletín y luego de besarlos en la frente y las mejillas, regresó a buscar la varita, y colocándola en la mesa de trabajo, se marchó.
Puesto que darle el medicamento al pequeño demiguise era la última tarea para con las criaturas, Bunty debería estar preparándose para ir a casa, o eso esperó Jacob, que al no encontrarla cerca, corrió esta vez a las escaleras que iban a la primera planta del edificio. Las criaturas lo miraron, algunas se extrañaron al verlo pasar tan rápido y sin que les diera algunas palabas o les acariciara un poco. Jacob se prometió mimarlas luego de asegurar la salud de su Alfa.
Alcanzó a Bunty justo antes de que abriera la puerta a la calle, ella giró al oír los pasos apresurados y reconoció sin esfuerzo la crítica situación al ver el rostro de Jacob. La bruja lo tomó de la muñeca y los apareció frente al maletín, al que entraron de inmediato. Los dos Newt se mantenían en la misma posición.
—Oh… —dijo Bunty, varita en mano, y en la cara, gestos claros de decepción. Naturalmente, no la respuesta que Jacob quería escuchar.
—¿Qué… qué es? ¿Él estará bien?
—Vivirá —afirmó—, pero no despertarán durante algunas horas. Jacob, no te preocupes. —La petición, claro, no fue atendida en lo absoluto.
—¡¿Que no me…?! —Bunty lo detuvo con un gesto de manos tranquilizador y una sonrisa suave.
—Esto sucedió un par de veces hace algunos años, aunque nunca identificamos los ingredientes que llevaron a que Newt se dividiera. Tampoco hubo otros síntomas, excepto un dolor extraño al principio, luego las Apariciones continuas y el desmayo de dos a cinco horas de duración.
—No lo siento. —Bunty lo miró, extrañada y Jacob tocó instintivamente las marcas en su cuello, que estaban protegidas por un elegante collar, la camisa y el saco—. No siento nuestra conexión. —Decirlo en voz alta casi detuvo sus latidos.
Durante un año, ese hermoso hombre mágico fue una presencia constante en la mente y en el alma de Jacob. Sentía su tristeza, su dolor, su alegría, sus celos y su enojo; su amor y devoción infinitos. La falta del lazo que los unía creó un vacío inmenso que amenazaba con arrebatarle cuantos recuerdos y momentos felices tuvo alguna vez con su Alfa, su Newt.
No supo que lloraba hasta que una tímida mano le limpió la mejilla. Bunty también lloraba, tal vez inundada de la emoción que Jacob desprendía a través de su aroma, empatizando como los buenos Betas hacían. Jacob intentó recobrar la compostura cuando ella le acarició los hombros, pensando en que la vida de su Alfa no corría peligro y que lo ocurrido tenía solución.
—Lo recuperarás en cuanto las partes de Newt se reúnan… Yo, ¿debería llevarlos arriba? —dijo Bunty y el muggle no tardó en asentir.
Jacob se adelantó para abrir las puertas que ella se encontraría en el camino y acomodar la cama en donde ambos Newt descansarían. La habitación que compartían, iluminada por una cálida luz blanca e inundada de sus aromas combinados, ayudó aún más a la tranquilidad de Jacob, al mismo tiempo en que aumentó su territorialidad. No lo suficiente como para gruñirle a la amable Bunty y no permitirle el acceso, pero cierto es que luchó con una ligera ansiedad al ver otra persona invadiendo —aún siendo invitada— la habitación en donde podía sentirse protegido y amado por su Alfa.
Alfas, que cuidadosamente fueron transportados mediante un sencillo hechizo de levitación. Jacob les retiró los zapatos, las ligas y las calcetas, asegurándose de que ambas cabezas descansaran a la perfección sobre las almohadas. Una vez ella dejó al segundo Newt, salió respetuosamente de la alcoba, observando las acciones de Jacob desde la puerta. Al verlo terminar, ella carraspeó para llamar la atención.
—Gracias, Bunty, no lo habría logrado sin ti, ¿por qué no pasas y te sientas? Prepararé té.
—En realidad, ya es muy tarde, debería irme. —Jacob desvió su atención de los hombres inconscientes, temeroso de la respuesta de Bunty.
—¿Y qué hay de Newt? Te necesito aquí, por favor, y si…
—No hay nada de qué preocuparse, Jacob, lo prometo. Él y tú estarán bien, los efectos no durarán más de un día, de hecho, es probable que antes de despertar Newt vuelva a ser uno. —Su respuesta, claro, no convenció a Jacob—. Y, de cualquier manera, no hay nada que pueda hacer si me quedo, tal vez Newt despierte ligeramente desorientado, pero tardará muy poco en reaccionar. —Jacob se mostró nervioso, las dudas sobre lo que podría suceder limitaban las excusas para que la Beta se quedara. Antes de pensar en algo, Bunty añadió su argumento final e indiscutible—: Además, estoy en su habitación, Jacob, sabes lo protector que puede ser contigo, si no llega a reconocerme, algo saldrá mal. Tampoco es que sirva de algo allá afuera. —El Omega asintió, rendido.
Le dio a Bunty una pequeña sonrisa de aceptación y, al verla tomar su bolso, la despidió con un simple gesto de mano. Girándose hacia sus ahora esposos, suspiró, deseando creer en las palabras de Bunty y controlar un poco el resto de su preocupación. Nada lo calmaría, por supuesto, aún si ella tuviera experiencia con lo que sea que estuviera pasando y le diera mil razones para hacerle saber que nada empeoraría, Jacob daría cien vueltas en la habitación hasta que hermosos ojos verdes lo miraran.
Hizo rondas de quince minutos para vigilar a cada Newt luego de que ellos se giraran hacia los costados. Luego de un rato los observó inquietos, buscando con débiles brazos en el aire, todavía dormidos. Jacob corrió al armario y regresó con su saco y un par de bufandas, entregó el saco al Newt de la izquierda y las bufandas al de la derecha, ellos se afianzaron a la ropa una vez percibieron el aroma de su Omega. Jacob suspiró tranquilo, y treinta segundos después un miedo profundo de repentina comprensión, como un choque eléctrico, paralizó uno a uno de sus músculos.
El Newt de la izquierda despertó primero, por fortuna era su turno de la ronda de Jacob, quien lo miró relajarse al encontrarse con sus ojos. Newt sostuvo en el brazo derecho el saco de Jacob, extendiendo la mano izquierda para acariciar la mejilla de su esposo. Jacob se inclinó, sonriendo, para besarlo apasionadamente. Su aroma de felicidad se extendió hacia todas direcciones, tranquilidad verdadera e infinito amor por su Alfa resonó en su pecho. Todavía era incapaz en enviarle a Newt tan feroces emociones porque su conexión permanecía apagada, aun así, el hecho de que despertara revivía el anhelo de formar nuevamente ese lazo.
—La base… —dijo Newt apenas separándose de la boca de Jacob, regresando a él entre palabras—… para la medicina… —El Omega, abrazándose al cuello de su Alfa, tampoco quería detener los besos—… del demiguise, es una… poción de sueño… —Jacob cedió con facilidad a los intentos de su esposo para hacerlo sentarse en la cama, no obstante, dada la forma en que tan repentinamente se desarrollaban las cosas, poco avanzó en su cometido.
A la derecha, un gruñido salvaje se dejó escuchar como único preludio del desastre. Jacob no pudo reaccionar a tiempo, separando sus labios de los de Newt para tomar un poco de aire y acomodarse en la cama, un súbito empuje de energía invisible lo hizo retroceder varios pasos. En comparación con el suave trato, su Newt fue empujado al otro lado de la habitación. Se estrelló contra una pequeña mesa, que terminó hecha añicos. Un agarre firme e indoloro contuvo a Jacob en su lugar.
—¡Aléjate de él! ¡Jacob es mío! —el grito hizo eco en las paredes y en el corazón del Omega. Jacob intentó que el reclamo posesivo no le afectara, sin embargo, falló y en cuestión de segundos una nueva oleada de amor brotó de su pecho anhelando alcanzar a Newt. Es decir, al Newt que lo estaba protegiendo… de él mismo… y no precisamente de un ataque.
—¡Newt, detente! —jadeó Jacob, observando cómo el Newt que había atacado tomaba su varita de la mesita de noche. Ah, reconocerlos comenzaba a ser difícil. Jacob les asignó un segundo nombre por el lado de la cama en los que durmieron—. ¡Eres tú! ¡Bunty dijo que sabrías lo que pasa! —Newt Derecha lo miró con una intensidad feroz. Se le acercó despacio, con la agilidad, la sensualidad y el silencio de un depredador felino. Jacob tembló, su piel se erizó y sus mejillas se ruborizaron.
—Lo sé, y quisiera disculparme —susurró Newt Derecha, conteniendo su furia.
—Y no lo harás porque estarías mintiendo —dijo Newt Izquierda mientras se levantaba, sacudiéndose restos de madera y polvo. Jacob conocía la fortaleza de los Alfa Sangre Pesada, aun así observó preocupado a Newt Izquierda, buscando heridas inexistentes.
—Lo reconocí de inmediato. —Jacob se sorprendió por la aclaración de Newt Derecha. La magia lo liberó entonces, mas no supo a cuál Newt ir a refugiarse. Ambos Newts avanzaron hacia él. Pese a que Jacob retrocedió, Newt Derecha lo alcanzó en dos pasos y, abrazándolo, apuntó con la varita a Newt Izquierda, deteniendo su avance.
He ahí el miedo profundo de Jacob. La comprensión de que Newt, su Alfa amable y dulce como un cachorrito, era exactamente igual de protector que uno. Ese, al parecer, un hecho tan indiscutible que sus celos desenfrenados se aplicaban incluso a una copia de sí mismo.
Newt Derecha no perdió un segundo en devorar la boca de Jacob. Introdujo su lengua en la suave cavidad y mordió sus labios rosados. Al Omega le resultó imposible no darle a su Alfa lo que exigía, luego de la larga espera para verlo despertar, correspondería al ataque despiadado si de esa manera le hiciera saber cuánto lo extrañó y cuánto lo amaba. Sus lenguas danzaron fuera de sus bocas, saliva y suspiros se fusionaban en el aire, en tanto, las manos de Newt le acariciaban la espalda, creando un sendero hacia su cintura, caderas y nalgas, donde sin pausa alguna masajeó su carne necesitada de contacto.
—¡Suficiente! —gritó Newt Izquierda, arrancando las manos de Newt Derecha. Jacob despertó de su ensueño, arrepentido de perderse en esa boca lasciva con tanta facilidad. No es que alguien pudiera culparlo.
—Aléjate de él —contestó Newt Derecha, intentando que Newt Izquierda liberara sus manos. Jacob resopló, decidiendo que, en efecto, ambos Newt estaban en perfectas condiciones, igual de posesivos y amorosos en comparación a su versión unificada. Tal cual se lo advirtió Bunty.
Jacob se escabulló por debajo de los hombres que pelaban. Ignoró las señales que su vejiga le enviaba desde su cuidado al sueño de ambos Newts, y ahora que comprobó la verdad en las promesas de Bunty, la necesidad se hizo urgente. Cerró la puerta a su espalda y todavía se escuchaba la discusión de los hombres. Resopló de nuevo.
De alguna forma extraña, Jacob se sentía decepcionado con el rumbo que tomaron las cosas, casi como si hubiera presenciado escenarios similares una docena de veces y no se tratara de su primera vez. No es que esperara algo en específico, y quizá la naturalidad se debía a lo acostumbrado que estaba a las sorpresas inherentes de la magia. Agradecía, por supuesto, el que su esposo estuviera a salvo, con su magia y energía intactas. Tal vez se sentía triste, decaído, al imaginar que el resto del tiempo en ese estado, los dos Newts no dejarían de pelear.
Claramente Jacob aceptaría que, como un simple Omega Sangre Impura, el tener a dos Alfas Sangre Pesada combatiendo para ganarse su atención y sus besos, elevaba su orgullo a los cielos, colocándolo a su vez en la obligación, ya que ambos eran sus hombres, de corresponder tan hermosas emociones con lo que ellos desearan pedirle. Y que no sucedería otra vez si ellos insistían en mantener la disputa.
Lavadas sus manos, Jacob salió con una nueva resolución. Ninguno de los tres, y especialmente no Jacob, soportarían esa situación infantil hasta que los alcanzara la normalidad, y siendo Jacob el centro de la discusión, haría lo posible para que el tiempo restante transcurriera, al menos, dentro de una relativa paz. Además, no olvidaba que aún les quedaba una tarea por realizar.
—¿Newt, bebé? —llamó el Omega sin esforzarse en levantar la voz, y los Alfas lo escucharon sin problema, frenando su diatriba. Jacob no los miró, temiendo que el simple gesto de mirar a uno antes que al otro renovara la pelea, solo avanzó hacia la salida y continuó su camino a la maleta—. El cachorro demiguise escapó, ¿puedes hacer una nueva poción mientras lo busco?
—Por supuesto, bonito.
—Desde luego, mi Omega. —Dijeron ambos Newt simultáneamente. Jacob se palmeó el rostro, girándose a verlos en el mismo instante en que Newt Izquierda levantaba su puño y Newt Derecha respondía apuntándolo con su varita. Ellos se detuvieron al ver los gestos reprobatorios del Omega.
Los Newts se mantuvieron en constante amenaza, ya para decidir quién entraba primero a la maleta, ya porque no bajaban lo suficientemente rápido, atrasando su reunión con Jacob. Jacob que no esperó a que obtuvieran una la solución, caminando en línea recta al bioma donde esperaba encontrar al bebé demiguise, casi seguro de que, dada su ausencia, ellos no se asesinarían o pelearían de verdad tal cual unos niños celosos. Al final, suspiró, acelerando el paso y deseando no regresar y descubrir el peor de los escenarios. Teniendo eso en mente, habiendo elegido el camino correcto, le costó solo algunos minutos hallar al cachorro.
Al regresar, el peor de los escenarios no fue como lo imaginaba.
Jacob los observó, desconfiado, trabajando en paz hombro a hombro, sin levantarse la voz o amenazarse. Jacob se acercó despacio a ellos, deseando que su presencia no avivara la guerra y detuviera lo que sea que estuviera pasando. Pisó una ramita, advirtiendo de su regreso a los magos. Para su alivio, no provocó ninguna reacción negativa, de hecho, Newt Izquierda se le acercó, lo besó con ternura en la frente y lo guio a uno de los bancos junto a la mesa. Newt Derecha se unió enseguida, besó a Jacob en la mejilla y retrocedió un paso, colocándose a un lado de Newt Izquierda, entonces, dijeron;
—Lamentamos nuestro ridículo comportamiento.
—Una situación como esta no sucedió nunca desde que tú llegaste y…
—Sabes que podemos comportarnos, Jacob, solo…
—Por supuesto, nuestras reacciones infantiles no son culpa tuya, es... —Jacob hacía un esfuerzo sobrehumano para evitar el reflejo en su rostro de cualquier emoción que le provocaran las explicaciones de ambos Newt. Apiadándose de ellos, habló.
—Me alegra que lo hayan resuelto, pero ahora tenemos un asunto apremiante, ¿verdad? —Los magos reaccionaron enseguida.
—Nos encargaremos de eso en un segundo —pronunciaron a la vez.
Jacob admiró el trabajo rápido y eficiente de ambos Newt, en el que a pesar de los insistentes movimientos del bebé demiguise, la poción se le dio a beber por completo. Jacob cerró los ojos al oír los gritos de dolor de la hermosa criatura, aun reconociendo que esta sería una de las últimas veces que el pequeño lo sentiría, de ninguna manera iba a acostumbrase.
Terminado el asunto, con el bebé en brazos, Newt Derecha le obsequió un par de bayas, permitió que las tomara en sus diminutas patas y lo liberó en cuanto las hubo comido. Entretenido, Jacob no advirtió a Newt Izquierda acercándose, hasta que, frente a él, lo sostuvo de la barbilla y estudió su rostro.
—Estás herido, dulzura. —Con sorpresa en el rostro, Jacob le tocó ahí en donde, ahora que la situación estaba relativamente bajo control, le indicaba que algo ardía y provocaba cierta picazón.
—Oh, nada importante en realidad, es de cuando el bebé se me escapó, tu marca hará que se cure rápido.
—Pero no lo suficiente, al parecer —replicó Newt Izquierda, acariciando una parte de la redonda mejilla. Jacob le sonrió, intentando tranquilizarlo y sin conseguirlo en absoluto—. ¿Puedo? —cuestionó, lamiéndose los labios e hincándose entre sus piernas. Jacob, que ante la preocupación tácita de su Alfa nada podía negarle, asintió.
Newt se le acercó despacio, deseo brillando en sus pupilas. Jacob cerró los ojos, incapaz de mantener la conexión en sus miradas y continuar fingiendo que no lo provocaba de ninguna manera. Sintió la delgada lengua trazando una línea que comenzaba en su pómulo y descendía al mentón. Un ligero escozor seguido del efecto inmediato de la saliva de su esposo lo calmó al segundo. Superficiales como eran, las enrojecidas líneas nada resistieron al efecto curativo de la saliva Alfa, por lo que, tras algunas caricias de esa hábil lengua, el rasguño desapareció.
—¿Recuerdas la primera vez que te curé? —Jacob respondió a Newt con una sonrisa, apenas abriendo las persianas de sus ojos. Se abrazó al cuello su esposo y él le acarició los muslos.
—Pusiste tu saliva en la cataplasma y yo te ofrecí mi cuello sin dudarlo.
—Aún aturdido, reconociste lo que hacía y no me detuviste.
—Oh, podría decir lo mismo de ti, hombre atrevido —Jacob sonrió—. Aunque en ese momento fue más bien un premio de consolación; pensando en la forma en que Tina no dejaba de mirarte. Tomé tu inocente preocupación y la convertí en la marca de un Alfa que nunca iba a elegirme. —Un par de brazos rodeándole la cintura llamaron su atención, Newt Derecha le cubrió la espalda. El capullo de sus Alfas en el que repentinamente fue envuelto, colmó su pecho de una paz y protección indescriptible, sensación que nunca obtuvo lejos de su habitación o su nido.
—No, bonito, me temo que no hubo ningún acto inocente. No luego de que verte coqueteando tan descaradamente con Queenie —susurró Newt Derecha, sin ninguna señal de enojo en su voz, encargándose de sanar otra herida. Agradeciendo, Jacob le acarició el cabello en la nuca.
—Pensar que ella es una Alfa hermosa o halagar su comida no es coquetear.
—Ahora lo sé —dijeron ambos Newt.
Ellos evitaron cualquier réplica de Jacob cuando Newt Izquierda se levantó a la altura de su rostro, uniéndose a la tarea de sanarlo. Jacob cerró los ojos, dejándose hacer. La tranquilidad y la dulzura del acto lo provocaron del modo más encantador, incitando el nacimiento de un ronroneo que comenzó en su pecho y que no tardó en alcanzar su garganta, elevándose a su máximo volumen. Los dos pares de brazos que ya ejercían cierta fuerza a su alrededor, lo sujetaron con mayor énfasis, y las lenguas preocupadas aumentaron, afanosas, la rapidez de su misión. En conjunto, las cuatro manos se asieron a la carne suave de Jacob, amasando y acariciándolo como solo los Alfas conocían.
Jacob, moribundo bajo el amor prodigado, suspiró afablemente al sentir cómo las lenguas viajaban a su cuello, uniéndose a las atenciones, labios y afilados dientes. Puede que ahí no se encontrara ninguna herida, a punto estuvo Jacob de ceder a las bienvenidas carias de no haberse detenido por la repentina explosión de una bombilla.
No se trataba en lo absoluto de una bombilla, por supuesto.
El estallido ocurrió a sus espaldas, los mimos de sus Alfas se detuvieron, alejaron su calor y, delante de él, Newt Derecha se sujetó el pecho. Las luces parpadearon un segundo, justo el tiempo que le tomó a Jacob alcanzar a su esposo y ayudarlo a mantener el equilibrio. Preguntándose lo que sucedía, se topó con la ausencia del segundo Newt; todo recobró el sentido.
—¿Newt? ¿Bebé? —Jacob acarició la mejilla pálida de su Alfa, preocupado al ver los ojos desenfocados y la clara falta de equilibrio. Newt tardó un largo aterrador minuto en devolverle la mirada, todavía pálido y mareado.
—Estoy bien, dulce… —un temblor suave lo obligó a corregirse—. Estaré bien, ya terminó. —A Jacob no le gustó la forma en que Newt aseguró el asunto, mas siendo eso lo que necesitaba escuchar, no preguntó al respecto.
Lo besó en la comisura de la boca e inhaló su aroma. A lo lejos, una presencia casi fantasmal comenzó a correr en su dirección, instintivamente Jacob la reconoció, esperándola con ansias. Newt lo atrajo para un beso real, conectando sus labios en el momento exacto donde regresaba el lazo que unía sus almas. La emoción pura, el ir y venir del amor que se entregaban libremente, evocó lagrimas de ternura que rodaron por las mejillas de Jacob.
—Te extrañé —susurró el Omega, enredando entre los dedos el suave cabello de su Alfa. Newt, también sollozando, lo besó en la punta de la nariz.
—Lo lamento, nada de lo que sucedió… —Jacob negó efusivamente, silenciando las innecesarias disculpas.
—Terminó bien, eso es lo que importa, podemos hablar de ello una vez te recuperes —Newt asintió. Se besaron una última vez antes de levantarse.
Compartieron una mirada cómplice y avanzaron hacia las escaleras, de regreso a la habitación. Enviaron y recibieron, a través de su unión, sentimientos que sabían leer perfectamente y a los cuales ninguno requería darle voz en ese instante. Sin embargo, eventualmente…
Oh, lo sabían, lo sabían sin ninguna duda.
Había mucho de qué hablar.
* * *
Mira, cariño, esta es la primera vez que juego con la idea de tener dos Top para un Bottom, y lo digo sin mencionar los nombres porque quiero seguir explorando las posibilidades 😏 y no solo para esta pareja. Por supuesto que traeré de vuelta el tema para estos dos, principalmente para darles la acción que tanto me costó no darles 🥵. Pero ya que era la primera vez tratando con dos Newt, quise también experimentar cómo llevaría el manejo de ambos, añadiendo además a Jacob en la escena, así que, dulce, por favor, no dudes en decirme si algo no tiene sentido o si esta muy enredado; eso podría ayudarme a mejorar 😇 Mientras, dejaré esto por aquí me despediré, cariño, espero de corazón que te haya gustado 🥰. Lamento mucho todos los feos errores, pero prometo corregirlos, muchas gracias por leerme. ¡Te amo! 💖💖💖💖
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rubimoon45 · 10 months
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EL RUIDO DEL RELOJ -Hobie Brown x Reader
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CAPÍTULO 6: Su habitación
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CAPÍTULOS: PRÓLOGO, CAP 1, CAP 2, CAP 3, CAP 4, CAP 5
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Verano de 2023, 3 de agosto EN UN LUGAR DE NUEVA YORK Hora: 23:52
-Cuidado con la cabeza -la ayudó a atravesar la ventana sin matarse en el intento.
-Ya lo sé.
-Solo era un comentario.
-Comentarios que puedes ahorrarte.
Hobie levantó las manos en señal de paz, pero pareció una forma de burlarse más que otra cosa.
-Oye, el enemigo es el capitalismo, no yo.
Khristina lo miró sin gracia, pero lo empujó en el pecho. Hobie la tomó de las manos para evitarlo al no darle tiempo para alejarse. Se miraron a los ojos un tiempo entre broma y broma.
-Eres imposible.
Ambos escucharon y reaccionaron el carraspeo. Gwen estaba sentada en medio del sofá, las piernas sobre este y la cabeza vuelta hacia ellos. Una cuchara le colgaba de la boca y la luz del televisor deslumbraba diversidad de colores. Con ella, parecía un arco iris reflejando en su pelo rubio.
-Perdona.
A Hobie pareció divertirle y decidió provocarla. Se inclinó sobre el sofá donde Gwen estaba.
-Imagina que no estamos aquí. Cierra los ojos.
Gwen lo miró, entrecerrando los ojos, y luego la miró a ella. Khris contrajo los labios.
-¿Queréis el sofá? -preguntó con cautela, no muy segura.
-No estamos aquí... -Khristina lo empujó otra vez en dirección al pasillo-. ¡Ayuda! ¡Gwen!
Gwen lo ignoró. Volvió a prestarle atención a lo que estaba viendo y los dejó seguir haciendo el tonto. Hobie era tan alto que casi tocaba el pecho, y estaba segura de que si se ponía de puntillas podría tocar las bombillas.
Ella lo siguió en silencio a donde se supone que fuesen. El pasillo estrecho señalaba tres puertas; la de una habitación con una puerta cerrada, la de un baño y la de otra habitación con las cortinas echadas. Se metieron en la última. No pudo evitar preguntarse sobre la situación de sus padres. ¿Y si les había pasado algo? ¿Y si realmente habían visto las noticias? ¿Y si pensaban que le había pasado algo? Era una opción. Sabían que tenía que pasar por esa calle para coger el autobús. Joder...
Ese pensamiento agobiante desapreció, en media, cuando Hobie empujó con el hombro la puerta y la dejó pasar a un espacio oscuro y con muchos pósteres pegados en las paredes. La cama estaba debajo de la única ventana y había una cómoda pegada a la pared en la que estaba la puerta. Estaba abarrotada de objeto, entre ellos un desodorante. Hobie se dejó caer en la cama desecha. Khris cerró la puerta tras ella.
-Secuestrándome en mi propia habitación. Es indecoroso.
-Y sin embargo compras desodorante y todo esto viene del capitalismo.
-Los he robado. Salen mejor.
Hobie cruzó los brazos bajo la cabeza sin dejar de sonreír, cerrando los ojos. Pese al pequeño desorden que cualquier mujer podría achacar a la falta de organización de los hombres, era una habitación propia de la persona que la ocupaba. Pósteres de diferentes bandas que le gustaban, una cómoda desorganizada y una cama desecha y de sábanas oscuras y manchas blancas.
Había revistas amontonadas en una pila en el extremo al lado de la almohada. Debía de gustarles mucho si las almacenaba aún. Al lado, una pequeña estantería también desordenada se pegaba a la esquina.
-¿Nunca has tenido una etapa rebelde o cómo? La vida de una blanca siempre puede torcerse.
-Aún puedo tenerla -le respondió, después de pensarlo rápidamente-. Después de esto podría, no sé, crear una banda de rock y montar una secta conmigo en cabeza.
Hobie la miró de reojo.
-¿Nombre? Tiene que tener un buen nombre.
-Aún está por decidirse -se encogió de hombros, haciendo un gesto con la boca de falso arrepentimiento-. Ya sabes, por eso de que tiene que enganchar.
-El capitalismo y sus problemas...
Khristina le golpeó con un cojín.
-Y dale otra vez con el capitalismo. Ya sabemos que lo odias, deja de culparlo de todo.
Hobie abrió la boca. Cuando vio la mirada de advertencia que Khris le estaba lanzando desde donde estaba, la cerró y volvió ad descansar la cabeza sobre sus brazos. Khris sonrió orgullosa. Acababa de silenciar al lobo feroz. Ya era un pasito. Pequeñito.
-Eh, me he leído este -señaló a uno de los libros. En su carrera se leían mucho sobre revoluciones fallidas-. Y este. ¿Por qué tienes tantos libros de comunismo si no lo eres?
-Tampoco creo en la cohesión -señaló.
Lo miró por encima del hombro, como si le estuviera tomando el pelo, pero sin dejar de sonreír. Sacó uno de ellos y se sentó en ese extremo. Era El Capital de Marx. Típico de un comunista obsesionado, pero sin duda algo diferente a la ideología que manifestaba. No lo abrió, pero por lo desgastadas que estaban las páginas se notaba que eran antiguo. Dejó la obra sobre su regazo y le prestó atención a la persona que tenía delante.
Todo su cuerpo ocupaba la capa, pese a lo delgado que estaba. Con la puerta cerrada ahora podía ver la guitarra apoyada contra la pared...y el traje de la persona que tantos dolores de cabeza le había generado. Estaba tirado en el suelo, como una prenda de ropa más. Khris bajó la cabeza, de nuevo al libro. No quería, pero tenía que sacarse ese peso de encima. Saber cosas que quizás se metieran en su intimidad, pero... Necesitaba hablarlo.
-¿Entonces...no me vas a matar o algo ahora que lo sé?
-Que tú lo sepas no ha generado nada, sino tendríamos a medio ejército invadiendo esta casa como si estuviéramos planeando un golpe de Estado.
-¿Gwen...?
-También lo sabe. Es otra araña.
-Oh -la pilló por sorpresa. Una parte de ella no se esperaba esa confesión tan directa, mientras que la otra se maldecía por no haberlo supuesto. Si no eran pareja, no tenía sentido vivir con otra chica a no saber que fueran íntimos. Y ella solo pensaba quedarse un tiempo-. ¿Puedo saber desde cuándo?
-No.
Khristina asintió recogiéndose un mechón liso detrás de su oreja. Se hizo un silencio entre ellos. Hobie cruzó las piernas una sobre otra. Entonces, dijo:
-Desde hace tres años. Una araña radioactiva contaminada por el sistema me mordió porque dijo "voy a morder a este pringado", y lo hizo. Y yo dije "seguro que no es nada", ¿qué paso? Lo contrario. Un día entero en la cama y al siguiente podía colgarme de las paredes sin caerme.
¿Una araña radioactiva? ¿De qué iba aquello? El único caso de mutación que se había escuchado en el país era el caso de Bruce Banner por un experimento fallido de replicar el suero del Capitán, fallecido desde hacía un año. Luego, estaban los gemelos Maximoff, de los cuales el gobierno tenía aún un expediente abierto por su peligrosidad. Pero ese era otro tema. Uno relacionado con unas gemas de poder o no se qué clasificado que se nombraba mucho en los canales de madrugada y que ella a veces se ponía mientras esperaba a sus padres.
-No están mal. A veces. Me puedo colgar del techo, tengo buenos y reflejos y siento cuando una chica se está metiendo en problemas desde kilómetros. Todos deberían probarlo.
Khristina respiró fuerte por la nariz, pero no le dio la satisfacción de ofenderse en el caso de que así lo quisiera. Si podía hacer todo eso, entonces había algo más que no estaba diciéndole. Bien para quitarle importancia al tema o porque no quería decirlo. No supo cuál.
-Y yo que pensaba que mi vida era rara por tener padres hippies.
-Ahora tendré que matarte. Aquí no hay normas hasta que entra el enemigo.
-Puedo ser el sacrificio intergaláctico o algo parecido -dijo-. Aunque no creo que a los Vengadores les interese eso... ¿Trabajas con ellos?
Hobie se mofó. Le escuchó reírse en voz baja y revolverse a su lado.
-¿Con esos? Lo último que quiero es meterme en burocracia y firmas acuerdos que me restrinjan. Tampoco tendrán el lujo de verme en traje. Me veo horrible y eso que fui modelo.
-¿Fuiste modelo?
-No era un buen modelo.
Khristina dejó el libro sobre el montón de revistas. También se descalzó cuidadosamente, dejando sus deportivas una vez fuera al lado de estas, y subiendo las piernas sobre la cama. Hobie no se movió ni dijo nada. El somier sonó con el peso de ambos sobre el colchón. En cuanto a cómo se colocó, Khris estiró las piernas a lo largo y en posición contraria a la suya. El cochón crujió, pero no pasó nada grave. El techo estaba también lleno de pósteres a excepción de la lámpara circular que ni habían encendido... Podía sentir la calidez de su cuerpo a pesar de la ropa. Y escuchar su respiración; su pausada y relajada
En el techo, cuando miró directamente a él para concentrarse en algo que no fuera su corazón latiendo desbocado, estaba empapelado. Hobie de cerca olía a algo más que cuero, sudor y tabaco... Olía a... No podía explicarlo.
-¿Por qué eres tan guay siempre? Eres una caja de sorpresas.
-Soy cool todo el rato.
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Verano de 2023, 4 de Agosto. EN UN LUGAR DE NUEVA YORK Hora: 08:10
La luz entraba por la ventana. Khristina se despertó por eso. No recordaba haberse dormido, pero tampoco recordaba que la hubiesen tapado y colocado un cojín debajo de su cabeza.
Se frotó un ojo para mirar a través del otro, dándose cuenta de que estaba sola. La poca luz que entraba a través de las cortinas lo demostraba. Pequeñas motas de polvo flotaban en el aire que la envolvía. Khristina sacó las piernas de la cama... Unas piernas cubiertas por un pantalón corto y ajustado y una camiseta ancha que aún así se pegaba a sus caderas. No se había fijado ayer, pero la ropa le quedaba notoriamente pequeña.
Se levantó y salió de la habitación. Todo estaba en silencio, a excepción del exterior. Por lo que se escuchaba desde fuera, podía decir que las calles ya no estaban cortadas. Se escuchaban gritos del apartamento de abajo, pero nada más allá que una disputa familiar; tal vez.
La chica que vivía también en aquella casa estaba en la segunda habitación con una taza humeante entre las manos y la capucha de la sudadera echada. Tenía la mirada perdida en un punto del suelo hasta que vio a Khristina asomándose.
-Buenas noticias -le empezó diciendo-. Tu ropa está seca.
-Gracias -agradeció. Unos segundos de silencio entre ellos fueron suficientes-. ¿Está...?
Gwen asintió.
-Está en el salón.
Khristina acercó un poco la puerta de la habitación antes de volver a dejarla sola. Siguió caminando hasta llegar al salón. Estaba mejor iluminado que ayer, sin luz artificial y...con más vida. Hobie estaba también ahí.
Estaba sentado y con las piernas estiradas cuán largas eras, cruzadas entre ellas, sobre una silla de cara a la misma ventana por la que había ido a la azotea. Tenía las botas encima de la repisa y la guitarra en el regazo. Lo sabía porque su mango asomaba, y porque por los suaves movimientos que hacía su cuerpo significaba que estaba rasgando las cuerdas. Su espalda delgada la saludaba. No llevaba la ropa a la que estaba acostumbrada a verlo, pero sí visiblemente desgastada. Ese era su estilo.
-¿Sabes componer? -le preguntó, sin entrar del todo en el salón.
Pero no hubo respuesta. Khristina se frotó la nuca pensando en la posibilidad de que no la hubiese escuchado. Pero eso era imposible. Si estaba tocando, por muy bajo que fuera, significaba que estaba recordando e imitando un sonido. Khris se acercó.
-Tu móvil ya está cargado -dijo entonces-. Está aquí -y señaló con una bota hacia donde su móvil estaba conectado a un cable blanco.
-Eres tontísimo -le respondió. Sus hombros se movieron al reprimir la risa.
-De nada.
Se acercó a donde estaba su móvil y lo encendió. El minuto que tardó en encenderse fue el minuto más largo de su vida. Su familia, sus amigos,... Alexia. Lexie. Tenía que hablar con ellas. ¿Y si ellas también estaban ahí cuando cortaron las calles? ¿Y si se han tenido que quedar en otros sitios que no fueran sus barrios y sin poder pasar?
-¿Alguien importante? -preguntó. Seguía tocando mientras en la pantallas aparecían mensajes... Y cinco llamadas perdidas de su madre-. ¿Un novio?
-Deja de decir eso.
-¿Un amante, entonces? Las chicas como tú podrían tener los que quisieran.
Le golpeó el hombro con la cadera. Hobie se echó hacia el otro lado antes incluso de ella hacer el movimiento. Aunque no pasó desapercibido para Khris, decidió no decir nada al respecto. Podía ser su poder de superhéroe o algo.
-¿Malos padres o buenos padres?
-Son buenos -pero añadió al final-: Cuando quieren.
-Por ese comentario ya no tendrás herencia. Y ahora el dinero se lo va a quedar el Estado.
Khristina bloqueó el móvil y se volvió para mirarlo. Seguía concentrado en lo suyo, pero con su guitarra. Movía los dedos sobre las cuerdas sin hacer ningún ruido. Pero sonreía. No sabía por qué, pero estaba sonriendo y las arrugas de su rostro se acentuaban con cada uno de los piercing que lo decoraban.
-¿Por qué odias el gobierno?
-El sistema, las leyes, las personas... Todo falla. Mejor estar preparado para cuando lo hagan -le contó-. Hay que despertar alguna vez.
-¿Spider-Punk es también un revolucionario o su personalidad cambia cuando te pones el traje?
Levantó los hombros para restarle importancia. Se quitó la guitarra del regazo y la dejó al lado de la ventana, para luego bajar las piernas de la repisa y asomar la cabeza por la ventana. La luz del sol rebotó en los piercings.
-A veces. Le gusta dar conciertos y liarla con la banda, pero no ser el centro de atención. Por ahora.
-¿Sabes lo que podría hacer ahora mismo? Saber si la calle está vacía o hay algún atasco. Se llama contribución al civil.
-¿Hay ruido, no? Pues han vuelto a permitir el paso de vehículos. Puedo llevarte. Aunque quizás te mareas.
-¿Tienes carné? ¿No decías que...?
Hobie volvió a entrar en el salón.
-Nunca he dicho nada de saber conducir.
Khistina miró al cielo a modo de respuesta. Si casi se mataba desde cincuenta metros de altura porque cierta persona que tenía delante la había subido allí arriba, no quería ni pensar en la idea de que se la llevara lanzando...lo que fuera que hiciera con las manos volando por los aires por todo Queens.
-Mejor me voy a pie.
Hobie gimió, burlándose de ella.
-Pobre mortal.
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Hora: 08:47
Resulta que el apartamento en el que Hobie vivía estaba más cerca de lo que pensaba de su trabajo. Recordaba haberse metido por algunas calles cuando la pillaban fuera de casa, pero nunca haber entrado concretamente en ese barrio. Por algún motivo, tenía la sensación de haber estado ahí antes.
Hacia la mitad de camino que habría recorrido desde que se despidió de él en la puerta de su bloque de apartamentos y de Gwen unos segundos antes en el piso, supo algo iba mal. Mal con ella. La cabeza le empezó a doler como un efecto secundario de la revuelta de la tarde de ellas. Pensó que se le pasaría con un poco de agua y se compró una botella para al menos llenarse el estómago, puesto que no había bebido ni comido nada antes de eso. Pero se equivocaba. El dolor persistió, y podría decirse que empeoró cuando las voces de agudas de unos niños discutiendo en medio de la calle le entró por los oídos.
Era raro. No solía enfermarse, y cuando lo hacía solo eran resfriados tontos que a los cinco días desaparecían con medicinas o los remedios naturales que su madre le administraba. Y cuando te dolía la cabeza estando enferma, lo siguiente era tener fiebre.
Hasta que se miró al espejo no supo lo que le estaba pasando. O lo que le podría estar pasando.
No un espejo exactamente, sino el reflejo de un escaparate cualquiera -una tienda de dulces abierta y con una anciana pidiendo en el mostrador- abierto. Khristina necesitó de dos miradas para creerse lo que estaba viendo. No era ella lo que reflejaba ese cristal, era imposible... Ella tenía el pelo negro, con un flequillo siempre recto, igual que el de su padre, y una piel blanca de la misma procedencia. Lo único que tenía de su madre era algún rasgo facial y la forma de la nariz, pero no...eso.
En el reflejo, tenía los ojos negros cargados con ojeras profundas y que construían un extraño patrón, como la tela de una araña pero a partir de sus venas, hasta las sienes. La piel blanca se veía enfermiza, cadavérica incluso. Y los dedos... Tenía las puntas de los dedos negras como el carbón cuando se llevó la mano a la cara.
Era su imaginación. O que necesitaba dormir más que eso. Sí, tenía que significar eso.
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maryfortune · 6 months
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Boda
Y aquí el ultimo escrito de Catober. Y no me creo que lo haya conseguido. Aunque me disculpo si este no quedo tan bien. Como siempre tengo el síndrome de la idea de ultima hora. Al menos espero que lo disfrutéis.
Por cierto un aviso. Tumblr no tiene mas colores y es obligatorio que un personaje en concreto comparta color con Cato. Lo digo por si da a confusión.
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No se que estaba haciendo. Sabia que solo era una formalidad. Un papel no iba a cambiar, lo que sentía por Cato.
Pero ahí estaba unos minutos antes de entrar al palacete para mi boda. En silencio, mirando mi reflejo en un estanque que había en el jardín.
Mi cabello lila lo habían trenzado para hacerme una tiara con este y decorado con lavandas para sujetarlo. Había querido solo un maquillaje sutil rosado.
El vestido era dorado, me había negado a verme de blanco. Me hacia ver más pálida de lo que era. Este tenia mangas anchas y largas.
El cuello de este no cruzaba mas alto de los hombros, un corpiño en purpura, como los detalles de estrellas pequeñas que se veían por toda la tela.
La falda era larga aunque la parte de delante fuera corta para no sentir mis piernas en una jaula. Tenia unas botas y guantes a juego para esa ocasión. Aun seguía sin creerme que hubiera hecho aquella ropa para mi.
Estaba tan metida en mis pensamientos, que no sentí cuando alguien toco mi brazo. Me pegue un pequeño susto girándome, teniendo que bajar la mirada y ver un hombre de cabello oscuro y gafas trajeado.
Mi mente tardo unos segundos en reconocerlo como el Pa de Cato. Este me sonreía y yo intente devolvérsela quedando una sonrisa algo nerviosa.
-¿Sabes que con este vestido y tan a la vista es difícil esconderte?- Dice el hombre de en un tono cómplice. No pude evitar reírme, mientras seguía ajustando los guantes a la mano de forma nerviosa.
-No me escondía...solo pensaba.
-¿Sin decir nada a nadie?- Ahora me veía confusa.-Tu amigo fue a verte, al no verte en la habitación donde debías estar, empezó a buscarte por todo el edificio, mientras pregunta a mi hijo que te ha dicho.-Mi cara de espanto al oír eso no tuvo precio. Por el contrario el recién llegado mantenía la calma por los dos.-Me alegra ver que estés bien, aunque creo que ahora lo que necesitas es sentarte un momento.
Suspiro y nos sentamos en un banco que había cerca.
-Debería volver rápido, Cato debe estar asustado y el resto nerviosos.-Al decir eso veo como él saco el teléfono, escribió algo y luego guardo el teléfono.
-No te preocupes, ya le avise a mi esposo. Así tendrás un poco de tiempo para decirme porque has necesitado de repente estar sola.
Estuve unos segundos valorando la sugerencia antes volver a sentarme y empezar a hablar.
-Bueno, no es que quisiera estar sola…mas bien mis pies se movieron por su cuenta...yo...solo pensaba en mis padres.-Me costaba poder explicarme. Aunque Cato ya me lo había presentado no sabia como actuar ante él.
-Ahora que lo pienso no los he visto. ¿No vinieron?- No hizo falta que respondiera a la pregunta notando mis ojos ponerse vidriosos. Solo pudiendo decir:
-...No pueden venir...hace 2 años…
-Oh no, por favor no llores. Si lloras, llorare contigo. Y si volvemos llorando mi esposo y mi hijo les dará algo.-Al escucharle tan alarmado me provoco una risa.- Nadie me dijo nada.- El suspira y me mira.-Lamento tu perdida, debes quererlos.-Mi expresión se suavizo sintiendo una nostalgia.
-Mucho, aunque creo que no me di cuenta de cuanto hasta que paso...Sonara tonto pero me hubiera gustado que estuvieran aquí.-Suspiro con pesar.
-Los sentimientos no son tontos. Puede que irracionales, pero entiendo que nadie podrá sustituir o decir nada que pueda quitarte ese sentimiento. No los conozco, pero se lo que es ser padre. Y no tengo dudas, que si te vieran hoy. Estarían emocionados y orgullosos de ver a su niña en quien se convirtió. Estas preciosa y aunque te hayan dado a la fuga. Me alivia ver que mi hijo haya encontrado que lo ame tanto como el lo hace.-Sus palabras me conmovieron. Y no pude reprimir el abrazo. Sonó el teléfono que no era el mío.- Creo que ahora si que deberíamos volver. No me hace falta contestar para figurarme quien me esta llamando.
Mi yerno me ofreció la mano y yo se la di mientras íbamos de camino a la ceremonia.
-...Oliver, ¿te podría pedir un favor?...¿Me acompañarías al altar?...me haría ilusión que una de las personas que velaron por él me escoltaran...si te parece bien claro.
-Me encantaría.
No tardamos en llegar juntos a la sala que nos adjudicaron. Teníamos pocos invitados, Mati, Lydia y los padres de Cato. Casi se me escapa el corazón del pecho al ver a Cato.
Este tenia el cabello peinado hacia atrás. Llevaba puesto un traje negro, la corbata estaba floja seguramente porque estaba acalorado. La chaqueta estaba olvidada en alguna silla. Sentí una paz al cruzar miradas con los ojos celestes de Cato con expresión amorosa.
No se cuanto tiempo estuvimos así hasta que note a mi yerno tirando suave de mi brazo para que nos acercáramos.
Lo primero que hizo Cato al llegar fue agarrar mis dedos para besar el dorso de mi mano y dar inicio a la ceremonia sin que este soltara mi mano en ningún momento.
Me aliviaba notar a través de su mano que no era la única con los nervios a flor de piel.
Sinceramente no preste mucha atención a la funcionaria.
-Señorita
Entre en pánico quedándome muda sin saber que decir. Note el apretón de mi novio, el cual le mire de reojo. Este empezó a mover lentamente los labios para que los leyera.
- ¿Si quiero?-Escuche algunas risas al decirlo confusa no esperando que me hubiera quedado en las nubes tanto tiempo.
-Pues yo les declaro marido y mujer puede b...-la funcionaria suspiro al ver que no había terminado la frase y Cato no perdió el tiempo en dar aquel primer beso como casados.
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El convite fue mas entretenido. Lo habíamos hecho en un lugar que una vez me llevo Cato en una de nuestras citas.
Era al aire libre, era fácil de acomodar para colocar mesas, sillas y lo necesario para una fiesta pequeña.
Tomamos algo mientras conversábamos y sigo sin saber en que momento o como consiguió Cato llevarme de la zona de la fiesta a un lugar mas apartado.
Me tenia abrazado mientras estábamos sentados en el césped.
-Esto es todo lo que necesitaba poder abrazar a mi esposa.-Dice encantado mientras le miro.
-Eso ya lo hacías Cato.
-No, antes abrazaba a mi novia, ahora consiento a mi esposa.-Dice con toda la tranquilidad del mundo. Actualmente tenia a Cato sin la chaqueta, ni el chaleco, ni guantes, en algún momento voló la corbata, y se arremango la camisa hasta los codos.-¿Estas bien?-Le mire confusa ya que no entendía el porque de la pregunta.-Matías me dijo que no te encontraba. Y nadie sabia donde estabas.
Ahora era mi turno de explicarme. Aclare mi garganta mientras pasaba mis dedos por el dorso de una de las manos de Cato.
-Bueno, Cato ¿has visto cuando me pongo a pensar en algo muy fuerte que pasa?
-Deambulas sin rumbo por la casa sin mirar por donde vas.
-...si que miro...bueno ese no es el punto. Pues me puse a pensar tanto...que el edificio no fue suficiente y termine en el jardín. Lo demás te lo imaginas.
Cato empezó a reírse.
-No es gracioso, lo que me sorprendió es que no aparecieras corriendo.
-Si no hubiera estado Pa, seguramente habría pasado eso...¿En que pensabas?
-...En mis padres, estoy bien solo me puse nostálgica. Además tu Pa fue muy amable al salir a buscarme y luego escucharme...-Le agarro de las mejillas mientras sonrió.-Cato estoy bien.-Aun diciéndole eso me dio un beso en los labios.-Deberíamos volver a la fiesta.
-No hace falta, seguro que ni lo notaran.-Le alce la ceja mientras hacia un gesto en las manos señalando el vestido dorado.
-Cato puedes mirarme y en serio pensar eso.
-Dulzura, si te miro ahora, solo pienso en tres palabras “noche de bodas”.-Me rio mientras le pego en el hombro.
-Eres incorregible...Esposo.
Llamo la atención de Cato. Tener su mirada sobre mi siento que se ocurre decir mil cosas que se atropellan en mi cabeza.
Suspiro antes de hablar. Tomando las manos de Cato para calmar mis nervios todo el rato desviando la mirada a todos lados menos hacia el.
-¿Sabes que te amo Cato, no? Quiero decir se que siempre te lo intento mostrar pero creo que no te lo digo tanto...No es que no lo sienta...y no se porque me cuesta. Pero si el simple hecho de haberme casado lo cual creía imposible no fuera prueba suficiente...me importas. Me haces muy feliz el estar contigo, da igual que sea viendo películas, durmiendo juntos o aunque simplemente estemos en la misma sala. No se porque me pongo muy feliz cuando sonríes. Y bueno yo…
No pude seguir hablando por el beso intenso que me dejo sin palabras, acompañado de un abrazo aferrándose como si fuera a irme. Noto como simplemente acaricia mi cabello mientras escucho su voz en mi oreja.
- Dulzura, ¿Qué haré contigo?
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Bueno hasta aquí el ultimo escrito del Catober. Nada quise darle una sorpresa al creador del este juego que a tantos nos esta gustando.
Espero que le guste, fue muy divertido esto. Ahora si me disculpan iré a descansar.
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