Let me love you too~

Let me love you to death🪦

La Hoguera en la Noche

La noche es una cortina de oscuridad, pero ante la hoguera nos podemos encontrar. Las llamas nos envuelven en su brillo, y un misterio indescriptible nos hace sentir.

Como si fueran las estrellas en la tierra, las chispas saltan y bailan en la hoguera. Los colores y las formas se funden, creando una aurora de belleza sin igual.

Mientras observamos la hoguera en la noche, nos quedamos hipnotizados por su luz. El misterio nos atrapa en su embrujo, y en ese momento todo se detiene.

En la hoguera se encuentran los secretos, que solo la noche y las llamas conocen. Nos envuelve en su magia y su encanto, creando un momento único e inolvidable.

Así que si alguna vez te sientes perdido, y la oscuridad te rodea por completo, busca una hoguera y deja que su luz te guíe, envolviéndote en una aurora de misterio y amor.

Owner/artist on Instagram: elixonart

Good night sweet dreams!

Fogata

Una vez leí, que el fuego es el que purifica las cosas que no son para nosotros y eso fue lo que hice...

En un una día de campo con mis amigos decidimos hacer una fogata, mientras miraba las llamas carcomerse las ramas, me puse pensar en lo nuestro, en como a pesar de todo lo malo y todo el daño causado, aun te seguía amando.

Solamente pensé en ti, en todo lo que pasamos y dejé que se consumiera en el fuego.

Como dijo Sabines "Te voy a calentar con esa hoguera del amor quemado".

El fuego cedió ante la falta de ramas, como también a falta de amor termino lo nuestro... No mentiré, queda mucho que sanar.

Al pasar los días, te vi por última vez, hablamos como dos amigos, reímos, lloramos y nos despedimos con el mismo amor de siempre.

Me di cuenta que si es cierto, el fuego se lleva todo lo que no es para ti, que todo queda reducido a cenizas, pero también podemos renacer de eso y volver a arder con más intensidad.

Ilustración inspirada en Huicholes para @nativaclothingco de @machineprintmx Ilustración digital en pixeles en photoshop #digitalart #native #huichol #indigena #fogata #fireplace #flauta #flute #pixelart #photoshop #prehispanico #prehispanic #wacom #bamboo #tijuana https://www.instagram.com/p/CiBgwJFpcN4/?igshid=NGJjMDIxMWI=

Arroja al fuego tus problemas, siempre que estos no griten

Fuego por Ernesto Vidal

Mí día,

Hoy ando mensaaaa JAJAJAJAJAJ

Primero tuve mucho sueño,

luego reí como loca desquicidada por la mitad de mi universidad hasta que la panza me dolió y no pude caminar más v:

Luego estuve seria y enfocada,

luego volvía tener sueñoooooo,

Y luego estaba viendo a mi amor,

y luego recorde, lloré, sentí,

para finalmente estar aquí como un coco tratando de hacer trabajos con mi cerebro de roca y mente de hormiga ;3

Vaya día,

-Ale coco mensa :3

para el día 2 de Aprilstories el día de hoy le toca a hoguera

y para este día decidí dibujar a los Dragavaon quiénes fueron a acampar a un bosque de lava que había cerca de su volcán mientras que dragegs le cuenta historias de terror a sus compañeros sobre unos mixels caballeros que atacan mixel dragones, dragast está asando en la fogata un delicioso malvavisco y dragail se quedó dormido a los pocos minutos de que ya esté prendido la fogata 🐉🔥.

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for the 2nd day of Aprilstories, today it is the turn of the campfire

and for this day I decided to draw the Dragavaon who went camping in a lava forest that was near their volcano while dragegs tells horror stories to his companions about some mixel knights that attack mixel dragons, dragast is roasting at the campfire a delicious marshmallow and dragail fell asleep within minutes of the campfire already being lit 🐉🔥.

Se luz en medio de la oscuridad.

Happy birthday to me 🍾🥂🍒🍒

Owner/artist on Instagram: magicmouse.illustration

Enciéndete

Enciéndete

deja de vivir como si fueras la llama de una vela

conviértete en fogata.

Sé la luz a la que acudan los temerosos, los solitarios, los extraviados, los aventureros.

Permíteles que se vean, se reconozcan.

Muéstrales las posibilidades,

nadie nunca está solo.

Déjales que descansen, que te cuenten sus historias,

un día más, es una posibilidad más.

- Belén W.

Foto de R.D. Smith en Unsplash  

Un mediodía de invierno estaba yo en mi estudio junto a una ventana mortecina, apoyado en el brasero, solitario, en trance de recordar el campo otoñal en el que me separé de mi amante hace unos años, mientras leía una biografía de Turguénev.

Cuando todavía era un niño sin uso de razón, Turguénev vagaba por el jardín de su padre, espeso de matas y arboleda, una tarde de verano. Entre las hierbas que crecían a la orilla de una vieja alberca se topó con un espectáculo atroz: una rana y una culebra trataban de devorarse mutuamente. Turguénev, en su corazón infantil e inocente, dudó al instante de la bondad de Dios… Leyendo el pasaje me acordé, no sé por qué, del aterrador jardín de la casa de mi padre en Koishikawa, donde nací. Entonces, hace ya más de treinta años, el canal del distrito de Suido corría entre campos de asango como un riachuelo rural.

Por aquel entonces estaban saliendo a la venta por todas partes las residencias desocupadas de vasallos y siervos del antiguo shogunato. Mi padre compró unas cuantas y construyó una gran casona nueva, pero dejando intactas las antiguas arboledas y los jardines. Para cuando yo nací los postes de la alcoba ornamental de la nueva casa ya habían adquirido el lustre de un constante bruñido. El musgo crecía cada vez más espeso en las piedras del jardín, que permanecía el mismo de antaño, y la sombra de árboles y arbustos era cada vez más cerrada.

Lejos al fondo, en lo más sombrío de la arboleda, había dos viejos pozos, reliquias de los caseríos originales. Uno de ellos había sido cegado poco a poco por nuestro jardinero Yasukichi con la basura del jardín —pinocha, ramas tronchadas de cedro, hojas secas de cerezo— en los cinco o seis años desde mi nacimiento.

Una tarde de comienzos de invierno, cuando acababa de cumplir cuatro años, estaba yo mirando trabajar a Yasu. Una vez acabada la tarea de proteger de las heladas pinos, palmeras y bananeras, derribó el cerco del pozo, que estaba apiñado de setas secas, blancas como el moho.

Éste es uno más de mis muchos recuerdos pavorosos de aquel jardín. Hormigas, milpiés, ciempiés, cochinillas, lombrices, culebrillas, larvas, tijeretas y otros insectos que dormían en su guarida invernal salieron reptando de los tablones podridos en gran número y comenzaron a debatirse y retorcerse resbalosamente en el frío cierzo. Muchos murieron en el acto, volviendo sus blancas barrigas mugrosas. Con ayuda de un peón que había llevado, Yasu amontonó la hojarasca recogida durante la jornada, junto con las ramas secas y las tablas partidas del pozo, y les prendió fuego. Rastrillando con una escoba de bambú los insectos y enroscadas culebras, los echó dentro y los quemó vivos. El fuego crujía y chascaba vivamente. No salía llama, sólo un vaho blanquecino, que al subir hasta las copas de los árboles, expandió un hedor indescriptible. El viento invernal, aullando desolado en las frondas de esos mismos árboles vetustos, parecía que volcaba negra noche por todo el jardín. Desde donde estaba la casa se oyó la voz de mi ama de leche llamando a gritos para que me entraran. Rompí a llorar de repente y Yasu me llevó de la mano hasta la casa.

Nagai Kafū