Tumgik
#alguna vez lo sentí
la-chica-saturno · 2 years
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Y es que cómo de un momento a otro puedes pasar de estar feliz a sentirte el ser humano más triste e incomprendido.
~Nayeli AR
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yuoic · 23 days
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myillicitaffair · 2 months
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You are in love | Esteban Kukuriczka.
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sumario: noches de pizza con tu amigo… claro, amigo.
advertencias: sexo explícito (+18) , penetración, sexo sin protección, consumo de alcohol.
créditos: las fotos del collage fueron extraídas de pinterest, más las edite yo. la canción cuya letra utilice es You Are In love (Taylor’s Version) de Taylor Swift.
notas: honestamente, no estoy muy contenta con el resultado final pero espero que puedan disfrutarlo de todas maneras xx.
No hay pruebas, no fue demasiado, pero yo vi suficiente.
Paciente, fuera de su recibidor, me encuentro parada, esperándolo con una botella de vino bajo la axila. Aliso los pliegues de mi falda varias veces con las manos, un hábito al que recurro para evitar sucumbir a la ansiedad que me atormenta. Con la cámara de mi celular, observo mi reflejo, comprobando que mi maquillaje permanezca en su lugar, que mi cabello siga viéndose inmaculado.
No recuerdo un tiempo en el que Kuku haya sido simplemente un amigo, siempre fue más; mi confidente, el protagonista de mis fantasías, quien roba mis suspiros y miradas, de quien terminé enamorándome.
Las pisadas sobre las baldosas delatan su presencia apropincuándose, luego el traqueteo de las llaves en la cerradura, las bisagras girando en su eje para revelarlo frente a mí.
La alegría tiñe su rostro al verme, redondeando sus angulosos pómulos y centrando mi atención en la mueca en sus labios. Condenadamente cerca de mí y a la vez tan inalcanzables.
Su voz dándome la bienvenida me sacude de mi subrepticia quimera, trayéndome de un zarpazo de vuelta a la realidad. Me estrecha contra su torso, con las muñecas serpenteándose por mi cintura para atraerme más cerca.
“Traje vino, Kuku”- pronuncio, a modo de saludo, mientras lo abrazo estrechamente.
“¡Gracias, ángel! Entrá que está por llegar la comida”- informa, de manera tan casual y ligera que siento mi corazón escurrirse hasta tocar el suelo.
“Ángel” me dijo, jodiéndome para siempre. ¿Cómo seré alguna vez capaz de recuperarme de tal agravio a mi integridad? Decido asentir y adentrarme a su hogar.
Me recibe una sala de estar cálidamente iluminada, las paredes blancas cubiertas de cuadros y fotos, un aterciopelado sofá rojo situado en medio de la habitación.
Me acerco a una repisa de madera, donde reposa un retrato recientemente seleccionado… todo el elenco de La Sociedad De La Nieve posando bajo el lente de su cámara, sonrisas reflejadas en nuestros rostros enmarcados.
“Esa la tomé el último día de rodaje”- me recuerda, apareciendo por detrás mío, con una mano en mi espalda baja.
No hay pruebas, un toque singular, pero yo sentí suficiente.
Mis vellos corporales se erizan ante el contacto, un escalofrío recorriéndome cargado de anticipación por lo que jamás sucederá. Asiento torpemente, deseosa de fundirme en el calor de su silueta.
Pienso en esos mismos dedos, acorralando mi piel a su paso, incendiando su sendero. Acariciando mis mejillas con ternura, colándose por mis labios, desvistiéndome con precisión.
El timbre retumbando en la sala me despierta, desarraigándome de mis maquinaciones pecaminosas. El hombre a mi lado da largas zancadas, con un caminar tímido y garbado, hasta alcanzar la puerta de madera y ojear la mirilla. Luego de cerciorarse de la identidad del intruso, le permite ingresar para que deposite el delivery entre sus brazos, marchándose luego de recibir su pago.
Sobre la mesa del comedor se halla mi bolso, el cual rebusco hasta toparme con la billetera y separar varios billetes para pagar una porción del importe de la cena.
“Dividamos los costos de la comida entre los dos, ¿te parece?”- debato, tendiéndole el dinero para así compensar la mitad de su perdida.
“Pero no, nena, ¡guarda eso! Te invito yo”- rechaza tajante al ignorar mi ofrenda, con juguetona indignación en sus facciones.
Más allá de mi recurrente insistencia, rechaza contundentemente todos mis intentos de devolverle la plata, escudándose en excusas absurdas. Una cálida sensación se apodera de mí ante su caballeroso gesto, traduciéndose en atontados vistazos en su dirección, mientras sigo cada uno de sus movimientos al sacar el par de copas de una alacena.
“Pedí pizza de ese bar que te gusta”- comienza a explicar, aun movilizándose para descorchar el vino- “la de pepperoni sigue siendo tu favorita, ¿verdad?”
Un solo paso, no fue demasiado, pero dijo suficiente.
Silencio. Silencio desgarrador y sepulcral a mi alrededor, petrificando el aire a su paso.
“¿Te acordaste?”- asevero con un hilo de voz, aunque suena más a una pregunta, reflejando mi propia inseguridad.
Mis extremidades tramitan un cosquilleo colectivo, despertándome de la anestesia que se había apoderado de mí.
“Si, obvio”- le resta importancia, sirviendo la bebida y entregándome mi copa.
Y yo entiendo lo tonto que debe sonar, pero, por un momento, me permito sentirme importante e incluso un tanto sustancial en su existencia. “Me escuchó” medito, atónita por la revelación, revolucionando todas mis ternuras dirigidas hacia él.
Mis ojos se obsesionan con su él, simplemente él y su aura dorada coronándolo como si de un halo se tratara. ¿Cómo logré tener tanta suerte?
“No me mires así, nena”- pide al devolver mi mirada, su entrecejo fruncido en concentración- “Vas a hacerme creer que los chicos tenían razón…”
Mi mueca se tiñe de confusión, no sabiendo con exactitud si se refiere a lo que yo supongo. Intento decodificar sus palabras, pero, tal vez por el prospecto de ver mi entusiasmo destrozado, me limito a repreguntar.
“¿De qué hablas, Kuku?”- atrapo mi labio inferior entre mis dientes para así detener los temblores que lo acosan.
“Ya sabes…”- se encoge de hombros, pero, al ver mi perplejidad se resigna a continuar- “Fran y Juani siempre nos cargaban con que… em, con que debíamos salir.”
Siento un hondazo envestirme de lleno y un deseo irremediable de que el mismo continúe hasta hacerme perder la conciencia.
“Ah, eso”- murmuro en voz baja, de repente completamente drenada de seguridad. Trato de difuminar mis conflictuadas preocupaciones con una risotada punzante, delatando la rigidez de mis hombros estáticos y la incomodidad en mi gesto.
¡Qué estúpida! ¿Cómo me permití alguna vez pensar que el podría sentir lo mismo que yo? Deseo tirarme al suelo y revolcarme en el bochorno que me arrima, lo suficiente para olvidarlo a él con sus grandes ojos fijos y perder la cordura a manos de la vergüenza.
“Era un chiste nada más, no deseaba hacerte sentir mal”- aclara cálidamente, rodeando la mesa hasta rozar nuestros hombros.
Es absurda la cantidad irremediables de terminaciones nerviosas que logra incendiar con solo oprimir su marco con el mío. ¡Debo frenar esta locura antes de que se me vaya de las manos!
“Claro…”- suspiro, forzando una sonrisa al tomar asiento en la silla que abuso bajo mis pálidos nudillos.
Tomando la copa entre mis palmas, la balanceo hasta verter el liquido más allá de mis labios, rezando para que el espirituoso proveniente de uva disipe su comentario furtivo.
El mayor, aún parado a mi lado, hinca sus rodillas para arrodillarse y así quedar a la altura de mis ojos.
“Ángel, lo siento si te ofendí. No era mi intención”- se disculpa, escurriendo sus dígitos entre mi cabello para plegarme un mechón tras mi oreja.
“Ya sé, Kuku… y lo prometo, ¡estoy bien!”- miento descaradamente en su cara, con las comisuras adheridas a mis tensas mejillas.
Por unos prolongados segundos- que se sienten como una eternidad- nos miramos firmemente, tratando de descifrar los pensamientos cabalgando en la cabeza opuesta. Con un afectado suspiro, se levanta del suelo para luego posicionarse en la silla contigua a la mía.
Una vez asentado en su sitio, levanta el rostro para enfrentarme y toma mis temblorosas manos entre las suyas. Inmediatamente noto su calor corporal, las asperezas desperdigadas por sus palmas, sus anillos colisionando con los míos.
“Ahora entiendo cómo mi comentario pudo haber sonado y te pido perdón por ello”- alega mientras me observa, pausando en cada pequeño lunar e imperfección.
Inhibida y un tanto cohibida ante su escrutinio, desvío mis ojos hacia un costado y muerdo mi labio inferior, aprisionándolo entre mis paletas.
“No quería hacerte mal…”- confiesa, con sus orbes ahora clavados en mis labios mordisqueándose- “Sos mi mejor amiga.”
una mueca extraña en su rostro. Pausa, luego dice “sos mi mejor amiga.” Y yo supe a que se refería, está enamorado.
Una fuerza gravitacional me empuja aún más cerca suyo; envalentonada gracias a su fijación por mi boca, empiezo a disparar la ajena sin dudarlo. Deslizo una mano por su cachete, acariciando la incipiente barba creciendo allí mientras le robo un breve pico.
Al separarme, escaneo al hombre que acabo de besar, desesperada por hallar una reacción. La confusión tiñe su cara, tiene la mandíbula presionada con fuerza y un furioso sonrojo trepando hasta su nariz. Sin perder un solo minuto más. Vuelve a unir nuestras figuras en un beso, uno real esta vez.
Sus labios en contacto con los míos consienten un hambre que venía cultivando hace meses, acelerando mi deseo de conseguir más. Mi corazón late con una velocidad alarmante, saltando implacablemente contra mi caja torácica, y agravando los temblores en todo mi cuerpo.
Una danza desenfrenada se desenlaza, dando rápido paso a una intrépida batalla por apropiarse de la ventaja que implica dominarnos mutuamente. Una de sus manos se enreda en mi melena, tirándola hacia atrás mientras su lengua se apresura en inmiscuirse en mi cavidad bucal, cepillando la propia y paseándose por toda su extensión.
El aire comienza a escasear y el ardor en nuestros pulmones nos fuerzan a dividirnos, aprovecho el breve impase para deslizar mis extremidades por sus piernas y así, sentarme a horcajadas sobre su regazo.
“¿Sabes hace cuánto deseo hacer esto?”- cuestiona, entrelazando sus dígitos por mis curvas y asentándome sobre la junción de su torso y piernas.
Bajo mío, noto un bulto que comienza a alzarse, punzando mi centro deliciosamente. Sin siquiera razonarlo, muelo mis caderas contra él, percibiendo un curso de placer recorrerme entera ante la fricción contra sus pantalones.
En un arrojo de valentía, me deshago de la blusa que flamea en mis costados, arrojándola lejos nuestro. Como si de un arreglo tácito se tratara, el argentino adjunta sus labios con mi pecho y comienza a succionar mi piel con fiereza, yo me limito a atraerlo contra mí mediante su cabellera.
“Tantas veces fantasee con esto…”- admito, sin poder evitarlo, mientras él libera mi busto del corpiño.
Levito hacia su remera, forcejeando con ella hasta deshacerla hacia las baldosas y revelar su tórax al descubierto. Recubierto de pecas difuminándose en su blancura, dudo alguna vez haber visto una imagen más hermosa.
Sosteniéndose de mis muslos, se irgue y tropieza hasta toparse con el sillón, descargándome sobre el terciopelo con una impredecible agilidad. Allí, acostada en medio de su sala de estar, centro mi atención a sus dedos desenlazando mi falda con ternura, para luego despojarme por completo de mis confinamientos.
Imitando sus movimientos, aviento mis brazos hacia su entrepierna para desabrocharlo y librarlo de sus prendas. Aceleradamente, lo desvisto hasta que nuestras desnudeces son lo único que prevalece.
“Sos hermosa”- me halaga, recorriendo cada centímetro de mi piel con delicadeza, intentando memorizarlo para siempre.
Respondo con mi agarre volando hasta su palpitante erección y acariciándola juguetonamente, con constancia hasta donde me lo permite.
“Necesito sentirte adentro mío, Kuku…”- pido, sin sentir un ápice de vergüenza ante mi explicitación.
Un gruñido escapa su garganta ante mi directiva, deshaciéndose de mi toque para posicionar su polla entre los pliegues de mi coño y comenzar a adentrarse. Sollozos son lanzados en su dirección, animándolo a ir más allá, a continuar.
“Dios, estás tan apretada”- pronuncia cuando la cabeza de su pene logra tocar mi fondo, disfrutando los espasmos que mi canal le proporcionan.
En un frenesí ocasionado por la sensibilidad que su miembro me genera, embisto mis caderas para acercar nuestros centros aún más y luego retirarme, provocando un extasiante vaivén. Los gemidos retumban en el silencio del salón, con la danza que nuestros sexos lideran al fusionarse.
“Estoy enamorado de vos, ángel, desde la primera vez que te vi”- dice al observarme con atención, aun penetrándome hacia la culminación.
Sorprendida por lo inaudito de la situación, una lagrima se cuela por mis ojos y rueda en su sendero por mi mejilla ante su confesión, una que aguardo hace meses.
Esteban la recoge, interrumpiendo su trayecto hacia mi cuello para besarme nuevamente, con renovada emoción.
Y ahora comprendes por qué perdieron la cabeza y pelearon sus batallas, y por qué yo he pasado toda mi vida tratando de ponerlo en palabras.
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deepinsideyourbeing · 1 month
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Rum on a Fire - Enzo Vogrincic
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+18! Dom!Enzo, biting, choking, creampie, dacrifilia, daddy kink, dirty talk, face sitting, fingering, sexo oral, sexo sin protección, size kink/size difference, spanking (sólo una vez), edades no especificadas. Uso de español rioplatense.
El aroma del café persiste en la habitación, pero Enzo sólo percibe la fragancia de tu perfume y la sensación de tus dedos en su cabello. No tiene idea de cuánto tiempo lleva recostado en tu regazo, sólo sabe que está agotado y disfruta demasiado de tus caricias como para abandonar su lugar.
-¿De dónde sacaste las flores?
-De una maceta- contestás, como si no fuera más que obvio.
Emite un sonido de desaprobación y recordás la charla sobre no cortar flores ajenas, pero no dice nada más. Cuando cierra los ojos te deleitás con la imagen de sus pestañas oscuras y largas rozando su piel, la curva de su nariz y sus labios, que probablemente conservan el sabor del café y de su alfajor favorito.
Tus dedos comienzan a descender, delinean el puente de su nariz y la definida línea de su mandíbula para luego capturar su mentón con tu mano y acariciar su labio inferior con tu pulgar. Hace amague de morderte y el sonido que acompaña el gesto es enternecedor, pero sus movimientos letárgicos te permiten reaccionar a tiempo y escapar del juego que tanto adora.
Planta un beso en tu muslo, su mejilla reposando sobre este, y sentís la forma en que su mano acaricia tu piel con un toque casi imperceptible. Las yemas de sus dedos te provocan escalofríos y Enzo disfruta sentir que te estremecés, incluso si su intención sólo era mimarte para retribuir un poco de la atención que le brindás.
-Te extrañé- otro beso-. Mucho.
-Yo también te extrañé mucho.
Te dirige una mirada un tanto ambigua, en sus ojos una mezcla de timidez y algo más... Es algo oscuro, para nada inocente y con implicaciones que conocés a la perfección. Sus dedos se acercan más y más al interior sensible de tu muslo mientras deposita besos húmedos sobre tu pierna, sus dientes te rozan como una sutil amenaza y sus párpados se cierran por cuenta propia cuando comienza a sentirse embriagado de tu ser.
-¿Mucho…?- arquea una ceja. Contestás con un suspiro y sonríe contra tu piel.
Cada vez más desesperado, Enzo deja que sus dulces mimos se conviertan en un enérgico masaje y te provoca frotando tu ropa interior de manera superficial. Siente tu respiración acelerándose y la creciente inquietud que te generan sus acciones le fascina, pero no tanto como los gemidos que escapan de tu boca una vez que captura tu piel entre sus dientes y muerde con fuerza suficiente para dejar una huella.
Vuelve a besarte con suavidad, como si eso aliviara de alguna forma el incendio que provocó, y esta vez sus dedos presionan contra la tela ya humedecida que cubre tu intimidad. Suspira y alza la vista para encontrarse con que estás mordiéndote el labio y tus ojos están cerrados en un vano intento de contenerte, el control sobre tu cuerpo desvaneciéndose cada vez que su respiración cálida te golpea.
Enzo adora verte en tal estado, pero adora más saber que él es el único responsable.
Se reincorpora y te deja sobre su regazo sin esfuerzo alguno, la sorpresa robándote un pequeño grito y una risa. Sus manos encuentran su lugar debajo de la camiseta que tenés puesta para masajear tu cadera, tu cintura y tus costillas, donde dejan una sensación de cosquilleo. Te retorcés por el nerviosismo, al igual que cada vez que Enzo decide hacerte cosquillas, pero el movimiento sólo hace que tu centro entre en contacto con el bulto que deja ver su ropa interior.
 Suspira y sus dedos se cierran sobre tu muñeca.
-Mirá cómo me ponés- coloca tu mano sobre su miembro cubierto, haciéndote gemir-. ¿Te gusta…?
-Mucho- confesás, tus dedos tirando de la cintura elástica de la prenda con anhelo.
-Mostrame entonces.
No perdés tiempo y liberás su miembro ardiente, tus dedos rozándolo con delicadeza antes de cerrarse sobre su extensión y comenzar a masturbarlo; Enzo inspira profundamente y cuando echa la cabeza hacia atrás un sonido gutural llega a tus oídos, acompañado por la imagen de una gota de líquido preseminal brillando en su punta y sus uñas casi enterrándose en tu cadera.
Continuás con los mismos movimientos, acariciás la punta con tu pulgar y te deleitás con las expresiones que se apoderan de su rostro y los sonidos involuntarios que emite ante tus caricias. Sentís sus manos sobre todo tu cuerpo, ansioso por más, por lo que decidís recostarte entre sus piernas y besar sus muslos y su cadera mientras trabajás para llevarlo hacia el borde del orgasmo.
Tu lengua recorre su miembro desde la base hasta su punta goteante y roja, tus labios cerrándose sobre esta mientras mantenés contacto visual con Enzo para poder ver la forma en que su rostro se transforma. Se muerde el labio y frunce el ceño, casi como si estuviera enojado, pero sus pupilas dilatadas y el brillo en sus ojos hacen que sus emociones sean más que evidentes para vos.
Una vez que comenzás a moverte, sus caderas reaccionan de manera automática y Enzo toma el control inconscientemente. Tus ojos se llenan de lágrimas debido a los reiterados golpes en el interior de tu boca y sus dedos tirando de tu cabello, uno que otro gemido dejándolo al ver la dificultad con que tomás sólo la mitad de su miembro en tu boca y cuán pequeña te ves entre sus piernas. Sólo cuando sus músculos se tensan decide liberarte, el hilo de saliva manchando tu mentón haciendo que se replantee su decisión.
Se deshace de su ropa y palmea su pecho tonificado con la clara intención de hacerte saber lo que quiere, pero te negás a causa de la vergüenza. Acorta la distancia entre ambos, una expresión preocupada en su rostro, y limpia con sus dedos el rastro de una lágrima.
-¿No querés...?                                                              
-Sí, quiero, pero…- tu voz se desvanece, pero Enzo ya sabe lo que ibas a decir.
Es consciente de lo mucho que te avergüenza tal posición, pero sabe que se debe más a la vulnerabilidad en la que te pondría dicha situación y no a la forma en que puedas verte ante sus ojos... También sabe que te encanta estar completamente a su merced, sometida a sus deseos y cediendo el control hasta ser un mar de lágrimas y súplicas.
-¿Color?- sus nudillos acarician tu mandíbula.
-Verde.
Te dedica una sonrisa antes de quitarte la ropa interior y moverte con facilidad para posicionarte sobre su rostro, sus manos acariciando tu cadera y sus labios depositando pequeños besos que alternan con mordidas inofensivas en tus piernas. Tomás aire y dejás caer un poco de tu peso, la calidez de su boca envolviéndote de inmediato y haciéndote gemir.
Estás completamente mojada y Enzo adora sentir tu esencia manchando sus labios y su lengua, que acaricia tus pliegues de manera experta hasta hacerte lloriquear. Disfruta la forma en que tus muslos suaves lo arropan y siente que podría morir al ver que tus dedos se cierran sobre tus pezones, notorios debido al color y la tela de tu camiseta. Sus labios se cierran sobre tu clítoris y succiona con fuerza, ganándose un grito ahogado de tu parte y confirmando que adoraría morir de esta forma.
Sus manos encuentran tu cadera y te fuerza a dejar caer todo tu peso sobre él, sus dientes rozando peligrosamente tu centro mientras continúa asaltándote con su lengua. Tus gemidos aumentan en volúmen, cada vez más constantes, y un hilo de palabras sin sentido surge de tus labios; logra distinguir su nombre y varias súplicas, pero el resto es un confuso producto de lo que el placer provoca en tu mente.
Te lleva al orgasmo sólo con su lengua y los sonidos obscenos que esta produce en contacto con tus pliegues y la humedad provocada por tu excitación. Recobrás un poco de fuerzas y te separás de su boca -un tanto sobre estimulada por sus labios que continúan besándote en todos los lugares posibles-, el brillo de tu liberación adornando su piel y una mueca de satisfacción u orgullo apoderándose de su rostro.
-Me encantás- da un beso a tu muslo-. ¿Puedo seguir...?
Te ayuda a recostarte y te sentís en trance al ver cómo pasa una mano por su cabello despeinado, tus ojos vidriosos siguiendo cada uno de sus movimientos hasta que se posiciona a tu lado y captura tus labios. El beso se torna intenso y su mano cerrándose sobre tu cuello no ayuda a calmar la sensación ardiente entre tus piernas, que sólo empeora cuando su lengua se cola en tu boca y sus dedos comienzan a ejercer presión.
No estás segura de qué provoca el leve aturdimiento que nubla tu mente, si es la restricción de oxígeno o la fuerza con la que Enzo te está besando, pero sus acciones se detienen antes de que pienses en advertirle. No tenés mucho tiempo para recuperarte antes de sentir sus dedos haciendo un glissando en dirección a tu centro, sus yemas deslizándose por tus pliegues y rodeando tu entrada, deleitándose al sentir que estás goteando.
Tu interior no opone resistencia alguna cuando introduce uno de sus dedos, la lentitud y profundidad de sus movimientos haciendo que tu respiración se entrecorte en un segundo. Cometés el error de mirar justo cuando su pulgar encuentra tu clítoris y comienza a masajearlo con círculos, el placer arrancando de tu garganta un gemido que borda lo pornográfico… Pero para Enzo no es suficiente, así que introduce otro dedo y acelera el ritmo.
El placer te desborda y los sonidos húmedos que llegan a tus oídos son tan indecentes como tus gemidos, que sólo actúan como fuel para las acciones de Enzo. Le encanta llevarte al borde, dejar que te pierdas por completo en las sensaciones mientras él se encarga del placer de ambos, saber que tu mente es una especie de boceto que él desdibuja hasta dejar en blanco.
-Papi…
Tu voz es poco más que un susurro, pero es suficiente para que te escuche. Sus dedos siguen asaltando tu interior mientras besa tu mejilla y repite palabras de aliento en tu oído, haciendo un esfuerzo inhumano por no frotar su miembro contra tu pierna cuando ve en tus ojos el reflejo de la desesperación y necesidad que sentís. Se lamenta cuando ve tus párpados caer, indicio de tu orgasmo desatándose, pero la imagen de tus pestañas brillantes por las lágrimas y tus dientes torturando tu labio le resulta celestial.
La tensión en tus músculos se disipa y tu cuerpo frágil reposa contra el suyo. Rodea tu cintura con su brazo y te atrae hacia su cuerpo aún más; tu espalda contra su pecho te permite sentir su respiración todavía acelerada y el calor que irradia su piel, pero este no se compara con el calor de su miembro aprisionado contra tu muslo, donde deja un rastro húmedo.
El particular sonido del lubricante llama tu atención y te preguntás en qué momento y de dónde lo sacó, pero sus dedos con producto frío en tu entrada hacen que te sobresaltes y te distraigas. Se disculpa y su voz ronca provoca un cosquilleo entre tus piernas, besa tu hombro mientras su punta acaricia tus pliegues y tu entrada antes de comenzar a introducirse en tu calidez.
-Papi- llorás, sensible ante el inevitable ardor de la penetración inicial.
-Ya sé, bebé, ya sé- dice en un intento de calmarte, regalándote un beso-. Estás muy apretada.
Sus movimientos son lentos y muerde tu hombro una vez que se adentra por completo, conteniendo sus deseos de forzarte a tomar sin protestar todo lo que él te ofrezca. Te da unos segundos para acostumbrarte a la intrusión, su mano acariciando tu cadera y luego dirigiéndose hacia tu clítoris, el contacto provocando que te contraigas alrededor de su miembro.
Comienza a acelerar su ritmo y no hay forma de que reprimas tus gemidos, tu cuerpo reaccionando por cuenta propia cuando sentís cada vena y surco de su miembro rozando tu interior mientras su punta abusa de tu cérvix reiteradamente. Su ataque sobre tu clítoris no se detiene, su lengua se desliza sobre la piel sensible de tu cuello y posteriormente sus dientes apresan el lóbulo de tu oreja. Llegás al clímax ahogando un grito en la almohada.
Te arrastra hacia el borde de la cama y te deja sobre tus rodillas, las sábanas revueltas en tu rostro amortiguando tus jadeos cuando su palma impacta contra tu piel al volver a penetrarte. El sonido de su piel colisionando con la tuya inunda la habitación y las palabras que te dirige se pierden en algún punto en el aire antes de llegar a tus oídos, que parecen estar cubiertos con algodón.
Sus estocadas son profundas y frenéticas, pero cuando siente su orgasmo aproximándose se detiene. Retira su miembro hasta dejar sólo la punta dentro y acaricia con su pulgar el borde de tu entrada, embelesado por la forma en que la fricción enrojece tu piel. Escucha tus súplicas por más, lo llamás papi una y otra vez en un intento de convencerlo por continuar, pero no cede.
-Estás desesperada, ¿no?- pregunta. Ya sea que negás o asentís, se inclina sobre tu cuerpo para poder tirar de tu cabello y continúa:- ¿Querés más, princesa?
Te aleja del colchón y encuentra una respuesta en el hilo de saliva que cae de tus labios, acompañado por las lágrimas que recorren tus mejillas antes de humedecer las sábanas. Abandona tu interior y te oye protestar, pero te calmás cuando te deja sobre tu espalda y posiciona su cuerpo sobre el tuyo.
Te obliga a ver la forma en que su miembro acaricia tus pliegues, enrojecidos y más que húmedos, pero apartás la vista para ver su rostro cuando vuelve a hundirse en tu interior: sus ojos están cerrados y sus labios entreabiertos dejan salir un sonido casi animal, su cabello despeinado enmarcando sus rasgos a la perfección.
Lleva tus piernas a sus hombros y utiliza un brazo para aprisionar tus muslos contra su abdomen, su otra mano ubicándose en tu abdomen bajo y ejerciendo presión para sentir cómo tu interior se amolda a él, la forma en que tu cuerpo lo recibe cada vez. La sensación es abrumadora y tus manos se mueven en todos los sentidos buscando aferrarse a algo -lo que sea- para poder sobrellevar el placer que te invade, pero sólo encontrás las margaritas desperdigadas en el espacio entre la almohada de Enzo y la tuya.
-Papi, por favor, ¿puedo…?
Asiente mientras besa tu tobillo, sus ojos abriéndose de inmediato para poder presenciar el espectáculo que le ofrecés cada vez que acabás. Masajeás tus pechos y pellizcás tus pezones, justo como él suele hacerlo, y cuando el orgasmo te golpea repetís su nombre entre balbuceos. El movimiento de sus caderas no cesa ni por un segundo y tu rostro se contrae en una mueca de algo similar al dolor, pero que Enzo reconoce como la prolongación tortuosa de tu orgasmo.
Estás a punto de rogarle, pero sus jadeos te interrumpen y la repentina brutalidad en sus embestidas hace imposible formular palabra alguna. Su cabello brilla bajo la luz y cubre parte de su rostro cuando sus dientes se cierran sobre tu pierna. Sentís el palpitar de su miembro en tu interior y recuperás la voz.
-Adentro, por favor.
-¿Sí? ¿Querés que te llene la conchita…?- cerrás los ojos, casi avergonzada por lo mucho que disfrutás oírlo expresarse de esa forma-. Dios…
Sentís el calor de su liberación salpicando tu interior y suspirás satisfecha, tus brazos separándose instintivamente para abrazarlo cuando se desmorona sobre tu cuerpo y su rostro busca refugio en el espacio de tu clavícula. Masajeás su espalda mientras su respiración vuelve a la normalidad y estás casi segura de que percibís los latidos de su corazón.
-Extrañaba tanto esto- comenta, alejándose para mirarte a los ojos-. No te das una idea.
-Yo también lo extrañaba- sonreís-. Pero…, ¿no tenías sueño vos?
Suelta una carcajada pero no responde, en su lugar se estira para tomar una margarita y colocarla sobre tu oreja. Besa tus ojos, tu nariz, y por último envuelve tus labios en un apasionado beso que te deja sin aire.
-Gracias por el café- apoya su frente sobre la tuya-. Me ayudó bastante.
Sabés que no se refiere al café.
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possession-swapbody · 1 month
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Saliendo de prisión
Historia pedida por @malevessel
Saben crecer teniendo una vida muy dura fue algo que le toco a mi familia, hace 24 años cuando yo tenia una año mis padres fallecieron y quedé al cuidado de Leo, el es mi tío segundo, era mi único familiar, lo malo que el no estaba muy bien económicamente y nos tocó vivir siempre limitados, cuando entré a la escuela el se aumentaba por días y luego regresaba con dinero para pagar mis estudios, mi ropa, y en general todo lo que ocupábamos, todo lo que tengo se lo debo a el, pero cuando cumplí 18 el no regreso, me quedé a vivir solo, conseguí un empleo y apoyos para poder estudiar, me gradué de abogado.
Hace unos meses un preso me solicitó para llevar su caso ya que aparentemente su anterior abogado había renunciado, yo llegué a mi reunión con el pero cuando me estaban llevando a una sala para poder hablar con el pasamos por un área en la que vi a un hombre que me resultó familiar, creí a haber visto al tío Leo, cuando finalmente salí de mi reunión con mi cliente pedí a uno de los guardias si podía ver al señor que creía era mi tío, el guardia me dijo que estaba equivocado ya que ese prisionero dijo que no tenia familiares, pero como la información que le di al guardia coincidía con la del preso excepto el echo de la familia logré conseguir una reunión con el, cuando lo vi me reconoció, comencé a llorar de la felicidad y del enojo ya que no sabía porque me dejó solo, pero a la vez estaba alegre de volverlo a ver, luego me enteré que el fue a prisión por robar, resulta que para obtener el dinero para mantenernos a flote el robaba y vendía lo que robaba, eso me hizo sentir culpable, busque algún medio legal para sacarlo, pero resulta que en su estancia en prisión no había tenido buena conducta ya que se metía en varios problemas y casi mata a la última persona que todo ya que le causó un infarto durante el atraco.
Yo buscaba un vacío legal pero no encontré nada, no me quedo más opción que rendirme, le visitaba varias veces a la semana, hace una semana decidí buscar por última vez fui a la biblioteca local a buscar más libro y vi un libro raro que me llamó la atención, se llamaba la magia del cuerpo y alma, el libro explicaba como hacer 3 cosas, viajes astrales, posesiones y regresiones, también habían varias advertencias pero no había problema la mayoría eran casos poco probables, yo soy escéptico pero por pura curiosidad lo llevé a casa, probé el hechizo de viaje astral, seguí los pasos y de pronto estaba flotando sobre mi cuerpo,era asombroso, no lo podía creer, entonces fui a explorar el vecindario y después regrese.
Al día siguiente tenia un plan le enseñaría a mi tío y dejaría que tomara mi cuerpo, luego saldría y le buscaríamos un nuevo cuerpo temporal, ya que ni por su edad lo dejarían salir de prisión debido a su "ola de crímenes".
Así llegamos al día de hoy, fui temprano en mi moto a la prisión, ya le había explicado todo a mi tío, le dije el plan desde antes me pararía cerca de la prisión y entonces el me poseía, ser iría a mi casa y me dejaría para salir y buscar el cuerpo de algún vecino, y la primera parte paso como planeamos.
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Me pare afuera de la prisión, un guardia me vio y preguntó si iba a pasar, le dije que no, que estaba pensando algunas cosas pero no era seguro, solo se dio la vuelta, entonces sentí un frío inundar mi espalda, era una sensación sorprendentemente incomoda, mi espalda se contrata, entonces escuché la voz del tío Leo.
Leo: hey muchacho ya estoy aquí vámonos.
Erick: no puedo tío tu estas tomando el control, ya no siento mis piernas.
Leo: es cierto esto se siente bien sabes poder sentir zapatos cómodos otra vez.
Eric: me alegra eso, tío antes de nada debo decirte que leyendo las advertencias ayer me di cuenta que la posesión tiene un efecto que...
Leo POV:
Leo: cual efecto, que pasa?
Genial ya se fue, sabíamos que el proceso era rápido pero no tanto, bueno creo que lo mejor será ir a casa, tome la moto de Erick y conduje hasta la casa, el sentimiento de libertad me hizo tan feliz que pensé que no haría daño si me paseaba un rato por el camino.
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Luego me di cuenta que había pasado mas de una hora y en eso recibí un llamado de la prisión informando mi aparente muerte, pero solo dije que iría después, sabía que Erick probablemente no tendría mucho tiempo ya que no me pudo dar la advertencia completa.
Al entrara la casa , me vi en un espejo, era tan raro ver a Erick en el reflejo y no a mi, comencé a buscar el libro que no encontraba por ningún lado, estuve buscando por mas de media hora, entonces comencé a sentir una extraña ola de excitación, pero sabía que no debía hacer nada por respeto a mi sobrino, seguía buscando pero la sensación cada vez era mayor, el cuerpo que habitaba estaba caliente y duro, entonces encontré el libro, buscaba el apartado de posesión y por algún motivo sentía como cada vez mi cuerpo estaba a punto de correrse, encontré la página y las advertencias decían cosas como que no hay seguridad de mantener personalidad y un montón de cosas específicas pero no de gran importancia, entonces llegué a un párrafo que de no se por mi estado en el cual ya sentía como gotas de semen escapaban de mi pene prestado me habría dado un paro de lo grave que era.
Debido a que el cuerpo humano está echo para que un alma habite en su interior suele haber una relación que a la hora de la posesión se corta, ya que el alma del dueño original se desconecta para dar paso al del nuevo anfitrión, por lo que debes estar seguro de que escogiste al cuerpo correcto o de lo contrario déjalo usando el mismo hechizo para regresar a tu cuerpo o saltar al cuerpo de alguien más, ya que al desconectar el alma original esta solo cuenta con 2 horas antes de ser expulsada de su cuerpo, este se daría a través de un estado de éxtasis en el cual el cuerpo se auto estimulará para correrse y sacar el alma original, una vez fuera el alma ahora líquida deberá ser almacenada en algún recipiente, vaciado en algún objeto o persona para no perderse, ya que de quedar expuesta reaccionara como cualquier fluido y al secarse se desvanecerá de manera permanente.
No podía creer lo que leía ya que sentía como me estaba corriendo en contra de mi voluntad, entonces me di cuenta de lo que pasaba, acababa de pasar, Erick acaba de salir de su cuerpo, me deje llevar por sentirme libre y desperdicie el tiempo de mi nieto antes de ser separado de su cuerpo, de manera rápida me quite el traje y lo coloque sobre mi entrepierna con la esperanza que mi sobrino aun estuviera en parte dentro de el pero ya era tarde, toda su esencia aparentemente quedó impregnada en el traje de motociclista que llevaba.
Busque en el libro pero no había nada que dijera como revertir esto, solamente descubrí que ahora Erick estaría en ese traje, tome el traje pero al tocarlo escuche su voz.
Erick: tío, me puedes escuchar?
Leo: si, pero como es esto posible.
Erick: no lo se exactamente pero creo que es como si pudiera sentirte cuando tomaste el traje porque antes de eso todo era silencio.
Fue entonces que una idea paso por mi mente, me volví a colocar el traje y sentía como si alguien estuviera conmigo.
Leo: si, eso es cierto, que bueno que esta esta opción.
Erick.: que pasa?, puedo ver otra vez, y sentir, eso es buen... porque no puedo mover nada?
Leo: creo que al usar el traje puedes ver y sentir como si fuera tu cuerpo pero siendo un espectador desde donde no puedes mover nada pero si comunicarte, como en las películas.
Erick: bueno eso es mejor a nada.
Leo: concuerdo es algo positivo.
Eric: si para remediar a medias tu desastre.
Leo: lo se debí venir antes de que esto pasara, pero ya no puedo hacer nada créeme yo quisiera que esto no hubiera pasado.
Las lágrimas brotaban de los ojos de Erick mientras me sentía impotente y sin control de nada, el trato de consolarme a pesar que se llevó la peor parte del asunto, fue muy cruel de mi parte ya que yo conseguí un cuerpo más joven, una vida intachable y un nuevo inicio, mientras que el solo se podía imaginar el resto de su vida como un traje de motociclista.
Dos meses después..
Erick pov:
Ya han pasado dos meses desde que mi vida se vio terminada para ser un simple traje, pero no es tan malo, el tío Leo, me usa seguido y me consulta sobre como llevar mi carrera, mi vida y todo en general, hace lo que yo quiero para compensar lo que pasó, además de que consiguió un romee, Aron, que en secreto aveces me usa porque le gusta como se ve conmigo puesto, yo disfruto de sentir y ver lo que el hace, en especial cuando me usa y se calienta, es como volver a sentir los placeres carnales que el tío nunca haría ya que soy su sobrino, pero Aron satisface muy bien ese lado.
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lunadiluana · 2 months
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Aquello que no pudo ser
Movido por los ríos del alma me aposté frente a aquellos árboles, aquellas piedras y flores quien jugában con esa chica de ojos grandes y púseme a recordar los años pasados. Parecía como si en lugar de nubes peregrinas con rumbo al pueblo desfilarán ante mi vista los momentos transcurridos desde que éramos uno sólo. Cual si reales seguían una a una las memorias por mi mente, tanto que sentí revivirlas plenamente.
    Volvi a experimentar las ilusiones del impetuoso joven amor que alguna vez fuimos; ilusiones que no pudieron realizarse. Todos y cada uno de nuestros sueños entregados desfilaban por la memoria; sueños que no fueron más que viento. Desgarrado nuevamente sentí el corazón al revivir la partida de aquel inmenso amor . . . Amor que no pudo ser.
Juan Francisco Palencia.
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@juan-francisco-palencia
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beingstorm · 6 months
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Creo que en algún punto de nuestra amistad te dije cosas de las que me arrepiento, pero también oculté secretos que a veces me siento culpable de nombrar. Si entendieras, vivieras y sintieras de forma sutil las notas que te he dedicado, las canciones que te he escrito y los pensamientos que me han calado hasta desfallecer, creo que sabrías lo que tu llegada alguna vez implicó para mi vida.
Recuerdo tu mano tocando la mía suavemente, el brillo de tus ojos cuando me mirabas y el sonido de tu corazón cada vez que pude abrazarte. ¿A dónde van los recuerdos cuando no hay quien pueda rememorarlos? Creo que cuando muera, mis escritos se irán conmigo, o tal vez permanezcan aquí, esperando que los encuentres y me digas, después de todos estos años... que también sentiste lo que yo alguna vez sentí.
Y si eso sucediera, no creas que es tarde; sin importar el tiempo ni el espacio, yo siempre deseé que lo supieras...
Incluso en mi ausencia.
—Tehimely Marrufo
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inest6ables · 17 days
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Extraños.
No sé por qué pensé que quería volver a verte, a pesar de que pasó de repente, sentí que mí corazón volvía a partirse en mil pedazos al verte del otro lado
La verdad es que quería correr a abrazarte y a la vez gritarte todo lo que nunca te dije, quería reclamarte algo que ya no me pertenecía, quería tomar una posición que nunca fue mía, pero no lo hice y simplemente cada uno siguió su camino
Verte de nuevo fue como un balde de agua fría que me trajo a la realidad, para darme cuenta que ya no eramos nada de lo que alguna vez fuímos
Ya no nos ibamos a ver y saludarnos como antes
Ahora somos extraños, como la primera vez, como la primera vez que apareciste y me buscaste aunque yo no sabía quién eras, la verdad es que esperaba que esta vez fuera igual, esperaba verte acercarte a mí, como la última vez que nos vimos, aunque yo sabía que eso no iba a pasar
Me resulta tan extraño verte actuar diferente pero sinceramente nunca esperé tanto de tu parte, quizás solo soy terca al esperar algo de vos alguna vez, a pesar de que siempre supe que no iba a pasar.
Quizás simplemente no quería aceptar que ahora volvimos a ser lo que eramos desde el principio, extraños.
— I.
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lizveroworlds-blog · 4 months
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El recuerdo de lo que alguna vez sentí me sujeta a regresar al brillo de tus ojos al mirarme, no se resistirme al sentimiento que me habita al pensarte.
Angel 🌻💕
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sinfonia-relativa · 1 month
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Serás esa historia que siempre contaré con un punzón de dolor en el pecho, que con trabajo logró disimular. Siempre serás esa historia que duele en secreto y que aparece a modo de traumas en mi ser, esos que me hacen sentir insuficiente y abandonada. Siempre serás esa historia que evitó contar porque desordena mi ser. En el fondo no sé si te amo o te odio porque me dejaste tanto daño, tanto desastre, tanta desilusión. No sé si te amo porque me enseñaste tanto y porque en su momento sentí que me amaste. Y aunque hace mucho tiempo que te saque de mi vida continúas provocando confusión en mi interior.
Siempre serás esa herida que no cierra, serás ese fantasma que viene a visitarme para llenarme el corazón de tristeza, los ojos de lágrimas y la mente de recuerdos, de los cuales son escasos los que me hacen reír. Siempre tendrás un espacio oscuro entre mi alma y mi corazón, siempre serás esa carta que escribí esperanzada y en llanto, serás esa canción que escucho en secreto porque no quiero que nadie se entere que aún suena tu melodía cruel en mi memoria. Siempre serás esa historia que cada vez que viene a mi de alguna forma me hace sentir tanta agonía. Siempre serás aquel amor que marco mi vida de mil maneras y lo que más lamento es que en su mayoría fue de una mala manera. Porque marcaste en mi tanto dolor que por el amor que te tuve aún me cuesta aceptar que lo causaste, me es difícil aceptar que por mucho tiempo estuve cegada y que maquille tus actos tomando las culpas que fueron tuyas yo misma. Por aquel amor que te tuve aún hoy me es difícil aprender a comprender todas las verdades que siempre estuvieron frente a mi. Siempre serás esa historia que tanto me enseño, que tanto me costo superar, que tanto me destruyo.
Moongirl
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el--erratico · 3 months
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Miro tus ojitos y siento como si a través de ellos pudiera llegar a tu corazón, como si supiera el gran amor que me tienes y la gran conexión que hay entre tú y yo, no sé si te pase lo mismo, pero al verte solo siento amor.
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Sabes de un tiempo para acá creo que el amor está desgastado, quizá porque todo dura menos de lo que nos gustaría, así que si te digo que te quiero para todo y que te quiero con todo de mi, significa que todo el tiempo que pasemos juntos te voy a querer con toda mi alma, porque la eternidad es relativa, y quizá no sea para siempre, pero sí para todo...
Quiero comenzar aclarando algo que es muy importante para mí: Cada palabra escrita y cada sentimiento que va inmerso aquí, es la expresión más clara de lo que habita en mi alma, de lo que crece día a día en mi corazón y de lo que se genera en mi mente en cada momento de mi existencia; y tú mi amor, eres la causante de todo esto que siento, que adoro escribirte y dejarte estas palabras que podrás leer siempre incluso si ya no estoy.
Una vez más me encuentro escribiéndote, creo que hasta puedo decir que se ha vuelto un hábito el hacerlo. Me fascina poder trasmitir todo lo que siento por ti en palabras que sé que podrían durar una eternidad en el mundo.
Te tuve apoyada sobre mi pecho y me sentí el tipo más afortunado del mundo. No necesitaba más. En ese momento supe que no había vuelta a tras. Que te quería. Que te amaba, que de verdad te amaba y que te amaría con toda mi alma hasta donde la vida me permitiera.
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Estoy seguro que expresar lo que sentimos nos permite ser más abiertos, más comprensivos, más atentos, tengo un pensamiento que no puedo quitarme de la cabeza y que aunque no lo has pedido, siento la necesidad de explicártelo y sobre todo que no exista más esa duda en tu mente, en tu corazón y en tu alma.
Habia pedido hace tanto tiempo poder encontrar a alguien con quien disfrutar cada segundo de la vida fuera bueno o malo, aunque tardaste mucho tiempo (no tanto como el que suelen esperar otros por su persona correcta) créeme que esos momentos en que no habías llegado los disfrute y ahora que estás aquí valoro cada segundo que pasas junto a mi.
He querido mucho antes, pero nunca he querido a alguien como en este preciso momento. Nuestro amor nos ha ensañado tanto en tan poco tiempo, que estoy ansioso de todo lo que seguiremos aprendiendo juntos, queriendonos cada día un poquito más.
Amo tus besos, tus pasos, amo tu alma, amo tu estar en mi vida, amo la casualidad, el destino y el milagro de amarnos de esta manera, esta manera tan eterna, quizás la eternidad dura solo esos segundos que podemos mirarnos con tanto amor.
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Nos encontramos en un momento tan catastrófico de mi existencia que a veces dudo si eres real, eres tan buena y atenta conmigo que el corazón se me derrite de amor cuando te veo.
No sé mucho sobre el destino o el futuro pero si sé que quiero estar a tu lado con la todas las posibilidades de mi existencia, quiero ver cada atardecer agarrados de la mano y que te rías por alguna bobada de las mías, quiero bailar hasta que nuestros pies ardan y que te sientas tan segura y llena de amor en las noches como hasta ahora.
No niego que ha sido difícil y que muchas veces pensé demasiado nuestra situación, pero sabía (y sé) que eras tú la persona con quien yo debería estar. Tengo muy seguro dentro mi el no dejarte ir, por muy difícil que se encuentre nuestra relación en ciertos momentos (si es que llegamos a eso).
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Supongo que en alguna ocasión nos enfadaremos y tendremos alguna que otra crisis, quizás pasemos por momentos infelices, pero no quiero que dudes ni por un instante de que eres el amor de mi vida.
Me encanta mirarte. Me da tanta paz verte concentrada en algo que estás haciendo, cuando me hablas de algo que te gusta con ese brillo en los ojos. Cuando te veo cantar y bailar o cuando te miro dormir. Eres tranquilidad, eres paz, lo eres todo. Ni siquiera creo que estas palabras sean suficientes para capturar todo lo que siento por ti.
Nunca me cansaré de repetirte lo especial que eres, lo pinché hermosa que luces en las mañanas o lo lindos que son tus ojitos y tu cabello. Porque te mereces eso y mucho más y el que haga estos recordatorios cada ocasión que nos vemos es para que nunca dudes ni olvides que tan enamorado estoy de ti.
Con todo el amor del universo, tu amorcito.
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Me seguiré esforzando por ser lo mejor para ti.
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sissy-frydda · 7 months
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El me esperaba en la puerta, de bata. Hacía ya algún tiempo que teníamos chats calientes y coincidíamos en fantasías, a el le encantaba recibir sexo oral y sodomizar chicos, a mi la idea de ser la pasiva sumisa de alguien me quemaba la cabeza. Sentí que debía dar el paso y me puse bella, depilada suave y perfumada y eche mano a la lenceria negra que se que se me ve rico. Un vestido ajustado con mangas y un abrigo ligero, mi peluca castaña y mis sandalias de tacones, tome mi bolsa con las cosillas necesarias de una chique, vibra, lubricante, viagra y una bombachita extra. Un ligero maquillaje y para su depto. 22 pm domingo, debo subir hasta un tercer piso y algunas vecinas siguen atentas al chisme. Se que se nota que no soy una chica y el maldito me hace esperar segundos eternos hasta que me abre la puerta. Me toma de las caderas, recorre el relieve de la braga por mi cola con sus manos calientes mientras me besa el cuello y me dice al oído que me va a llenar la cola de leche. Nunca como hombre pensé que una situación así fuera tan erotizante, mi ano comenzó a contraerse y relajarse y mi bombachita se humedeció. Se sentó en el borde de la cama, se abrió la bata y se recostó, "ponlo duro con la boca nena" y ni siquiera lo dude un instante, tome su pene con mi mano y engulli su glande, era algo discreto pero suficiente. Yo de rodillas frente a el, me sentía la esposa que libera la tensión del marido. Sin embargo, su pene empezó a ponerse rígido mientras lamia sus bolas y cuando quise acordar era una hermosa pija curva hacía arriba y con un duro glande en cono. Entonces la necesidad de sentir aquello dentro mío fue superior, corrí mi bombachita de lado, me alce la falda y me coloque a lo vaquerita sobre el. Su verga golpeaba contra mis nalgas, nos lubrique y con mi mano lo fui llevando al lugar, su glande en punta hizo todo más gentil y agradable, le pedí que no fuera brusco y no lo fue, lo comenzó a mover suavemente y con cadencia y sintió delicioso bien pronto. Me pide que lo bese y cuando lo hago, el me da una profunda estocada anal qué se sintió tan genial que se me escapó el sonido más gay de mi vida. Mi pene y bolitas eran un delicado bulto en la bragas ardiendo de exitacion, mis tetitas estaba rígidas en el corpiño, y mi cola subía y bajaba aquella estaca de carne caliente, sus manos tomaban mis muslos. "Cojete" me dijo, y lo hize, tan rico que supe que me iba a venir sin manos. Entonces el me tomo las caderas y empezó a controlar la velocidad y la profundidad de su pija, aumento el ritmo y la fuerza y lo único que atiné fue a correr mi tanga para liberar a mi pene qué desde el interior de lo más profundo de mi ser, fue sorprendido por un hermoso orgasmo en el vientre de ese macho maldito. Siento entonces como empuja y empuja su verga en mi explotando en un poderoso y viril orgasmo. Su pija late en mi cada vez que eyacula, yo acompaño cada latido con un genuino gemido de placer empalandome de verga lechera y caliente.
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corazona-das · 21 days
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Capítulo 3.
Pretty liars (toxic best friend) - Matías Recalt
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Estuvieron conversando durante horas, claramente ellos no apoyaban lo que habías hecho pero de alguna manera lograban entenderte. Lo bueno de esto es que al contarles sentiste una sensación de liberación, era una carga muy pesada que estaba recayendo sobre ti y para tu suerte encontraste apoyo en tus amigos, los cuales te dijeron que están ahí para ti, y lo que más te repitieron fue que te alejaras de Matías. Era algo evidente, pero decir que sí es muy fácil, lo difícil está en que no querías hacerlo, te aterraba la idea de separarte de él, tal vez por simple costumbre, o porque odiabas la idea de terminar su amistad. Pero estabas olvidando algo muy importante, él ya sabía todo, y si no te alejas tú, probablemente él sí lo hará.
Eran casi las 4AM, no habías logrado pegar un ojo. No hablaste con Mati en todo el día, no sabías como dirigirle la palabra después tu actuar inmaduro. Estabas avergonzada, no querías imaginar lo que él es capaz de decirte, estando enojado suele ser bastante cruel, y ya tuviste suficiente de eso.
Fue casi una semana de dormir muy mal, llegaste a soñar con lo que había pasado, tu consciencia no estaba tranquila ya que estabas evadiendo algo que eventualmente pasaría. Por la tarde del domingo te armaste de valor, luego de pensar y pensar comenzaste a escribirle un mensaje, no ibas a llamarlo, tampoco querías verlo en persona, y él tampoco se había contactado contigo, así que te comunicarías así por el momento.
(Mensaje que le escribió pero no envió)
"Matías, no sé por dónde comenzar. Quiero ofrecerte mis más sinceras disculpas, sé que estuvo mal lo que hice, pero no estaba en mis cinco sentidos, y sí, sé que es muy pajero culpar al alcohol por mis actos, pero así paso. De alguna manera u otra se iba a terminar sabiendo, y lamentablemente terminó así. Para mí es muy difícil hacer esto, realmente espero que para ti no lo sea. De ahora en adelante quiero que tomemos caminos separados. Espero que lo entiendas."
Estabas por apretar en boton para enviar cuando comenzó a sonar tu celular. Rápidamente lo soltaste algo asustada al ver quién era. Sonó durante unos 10 segundos y cortaron, no pasaron 2 minutos y volvió a sonar, respiraste profundamente antes de enfrentarlo y contestaste.
¿Maya? —Se escuchó desde la otra línea. No se oía molesto, estaba normal.
¿Si? qué pasa? —Trataste de sonar lo más natural posible para ocultar tu nerviosismo.
Bajá, te estoy esperando afuera. Tenemos que conversar. —Enseguida cortó, no tuviste tiempo para negarte.
No se veían desde lo sucedido, de todas formas no querías hacerlo aún, no estabas lista para afrontar el problema frente a frente. Dudaste mucho en si ir o no, pero finalmente bajaste, y en cuanto se abrió el elevador lo viste por la puerta principal. Estaba ahí parado junto a su auto, tranquilo, no parecía enojado. Y tú cada vez parecias más confundida.
Te acercabas lentamente, no se te notaba pero sentías el corazón a mil por hora, no pensaste verlo tan pronto luego de lo sucedido. En cuanto estuvieron frente a frente no pudiste callarte más.
Matías, perdóname, estuvo muy mal lo que hice, yo no quería hacerlo, pero justo discutimos y me sentí muy mal, sé que no es excusa para revelar cosas así... —Estabas hablando demasiado rápido, apenas se entendía lo que querías decir y te cortó.
Pará Maya, no te he dicho nada. Subite, vamos a dar una vuelta. —Dijo mientras se encaminaba hasta la puerta del piloto esperando a que tu hicieras lo mismo.
Había algo en su comportamiento que te hacía dudar, aún no sabías qué era pero decidiste subirte, después de todo, lo peor ya había pasado. Estando ya en su auto, lo encendió pero no avanzaba, el silencio que inundaba el lugar era sumamente incómodo.
Terminé con Lau. —Soltó en seco esperando tu reacción.
Yo... supongo que en parte es culpa mía. Lo siento por eso. —Dijiste evitando el contacto visual.
No lo sientas, yo no sabía como hacerlo, podría decir que me ayudaste. Y ahora estoy completamente libre. —Esbozo una sonrisa algo coqueta.
Sabías a lo que se refería, pero te molestó la manera en que lo dijo. Esto significa que todo ese teatrito que te armó cuando pasó... ¿fue todo mentira? No te sentías bien al saber que había terminado con su novia por lo que hiciste, era algo que querías que pasara pero no así. No puedes poner excusa, desde que comenzaron a hacerlo se sintió como algo incorrecto y no te negaste.
¿Tienes algo más para decirme? Realmente no tengo ganas de ir muy lejos a esta hora. —Dijiste tratando de sonar convincente.
Bueno boluda, siempre me pediste que termine con mi novia y ahora que lo hice te hacés la loca? No me jodas, sabés bien a que vine. —Enunció en un tono pesado.
Estabas algo sorprendida por las palabras provenientes de él. Sí era evidente, pero algo en tu cabeza hizo clic, él no la dejó porque tú querías estar con él, lo hizo cuando ya no tenía como excusarse y eso te hizo sentir muy culpable.
Matías ¿vos me querés? —Preguntaste algo dudosa y temiendo a su respuesta.
Y obvio que te quiero, sos mi mejor amiga. —Lo dijo como si fuese obvio y se acercó peligrosamente a tu rostro mientras acariciaba suavemente tu mejilla.
Su respuesta quedó resonando en tu cabeza, eras su mejor amiga y por lo visto, él no tenía planes para cambiar eso. Evidentemente estaba mal sentir cosas por Matías, pero el estar tan cerca de su rostro sintiendo su respiracion chocando con la tuya, el aroma de su perfume embriagante y esos ojos que cada vez que te veían te devoraban, era una imagen lasciva, no podías resistirte.
Sin poder actuar, él ya se encontraba repartiendo besos por tu cuello, masajesando con algo de rudeza uno de tus pechos, mientras que con su mano libre sostenía tu rostro. Por más que quisieras resistirte, no podías, no podías negarte a su tacto, te encantaba, lo amabas. Estabas tan sumergida en el momento que comenzaste acariciar levemente su cabello, querías besarlo, marcarlo, acariciarlo. Hasta que caíste en cuenta de que siempre sería así, por la noche, cuando nadie los ve.
Por favor... —Dijiste en tono de súplica mientras te separabas de su agarre.
¿Qué querés? Decíme, Maya. —Dijo el pensando que hablabas de lo estaban haciendo.
Enamorate de mi como yo lo estoy de ti, quiéreme tanto hasta que sientas que te va a estallar el corazón de amor por mi, porque a pesar de todo eso es lo que yo siento por ti. —No habías planeado nada, todo lo que salió de tu boca fue por el momento, y estás lista para el golpe de realidad.
¿Sos joda? Ya te dije qué es lo que pasa entre nosotros Maya. Y es una pena que estés así por mí porque yo jamás sentiré eso por ti. —Dijo mientras volvía a posicionarse sobre su asiento.
Sabías qué te diría, pero querías intentarlo una vez más. Sentías la misma sensación que la primera vez, no tenias voz para decirle algo, menos para poder reclamarle algo que nunca fue tuyo. Sin esperar nada, te bajaste de su auto dejándolo confundido.
———
pienso hacer una última parte para dejarle final feliz a Maya y ver qué pasó con mati, ya tengo una idea, pero si de casualidad leen hasta acá díganme con quien les gustaría ver a Maya:3
Y perdón, me hubiese gustado escribir una escena explícita, pero aún no tengo práctica en ello, más adelante quizás lo intente!
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deepinsideyourbeing · 1 month
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Standing in the light of your halo - Esteban Kukuriczka
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+18! Dom!Esteban, spanking, breve nipple play, sexo oral, alusión a bondage y/o shibari, fingering, sexo sin protección, face slapping, spitting, begging, creampie, aftercare, edades no especificadas. Uso de español rioplatense.
Esteban te sostiene firmemente sobre su regazo, el bulto entre sus piernas roza tus costillas y la palma de su mano impacta con fuerza sobre tu piel ardiente una y otra vez, sin darte respiro. Tu voz es apenas un murmullo al contar y agradecerle por cada nalgada.
-¿Color?- pregunta, dirigiendo sus dedos a tus pliegues mojados y moviéndolos de arriba abajo. Te resulta difícil concentrarte y la siguiente vez que habla, acentúa sus palabras tirando más fuerte de los mechones entre sus dedos-. Contestá cuando te pregunto algo.
Tomás aire.
-Verde.
Siembra un par de besos en tu espalda luego de un último roce a tu centro y masajea tu cuero cabelludo por unos instantes antes de obligarte a reincorporarte para sentarte entre sus piernas, sus manos se deslizan desde tus caderas hasta tus pechos desnudos salpicados con las marcas de sus dientes. Besa tu mejilla, tu cuello, desciende hasta tus hombros y deshace el camino que trazaron sus labios hasta llegar a tu boca, pero no te besa.
-¿Querés que te coja?- asentís-. ¿Sí…?
-Sí, por favor.
Sus dientes capturan tu labio inferior mientras una de sus manos te aprisiona contra su pecho y la otra juega con tus pezones. Sus dedos no muestran piedad alguna y emite un sonido de falsa simpatía cuando te quejás a causa del dolor, sonido que sería convincente de no ser porque sentís la forma en que su miembro caliente palpita contra tu espalda baja y humedece tu piel.
En un rápido movimiento te deja de rodillas entre sus piernas y tus manos se ubican de manera instintiva sobre tus muslos para que pueda verlas con claridad. Acaricia tu rostro con suavidad y perseguís el calor y confort de su mano mientras mantenés contacto visual con él, los destellos verdes en sus ojos fundiéndose con el color ámbar ahora que sus pupilas están dilatadas.
Te perdés contando las pecas que salpican la piel de sus mejillas y el puente de su nariz, observando cómo los mechones rubios caen sobre su frente y sus cejas, la particular forma en que sus labios se fruncen y delatan así el deseo y la necesidad que siente por vos. Recostás tu cabeza contra su pierna y la sombra de una sonrisa amenaza con romper su semblante serio.
-¿Puedo…?- tu mirada alterna entre sus ojos y su miembro, erecto y goteando.
Cuando asiente dejás escapar una respiración temblorosa, deseosa de tenerlo en tu boca, y sin perder tiempo cerrás tu mano alrededor de él. Lo masturbás con lentitud y un agarre firme, hipnotizada por la aparición de gota tras gota de líquido preseminal, por los suspiros y por sus palabras de aliento que te incitan a continuar. Tu pulgar juega con su punta brillante y roja, provocando que su excitación impregne su miembro y también tus dedos.
Comenzás besando sus muslos, dando alguna que otra mordida inofensiva para luego plantar besos sobre su miembro y delinear con tu lengua la vena que lo recorre. No pasa mucho tiempo antes de sentir su mano sobre la parte posterior de tu cabeza, una silenciosa indicación o una orden que obedecés inmediatamente: cuando tu lengua se desliza sobre su punta y su sabor invade tus sentidos tus labios se cierran sobre esta para comenzar a succionar con fuerza.
Esteban no te la hace fácil, por supuesto que no. Su mano ejerce presión para que tomes más de su miembro en tu boca y no se detiene al sentir la forma en que tu garganta se contrae –una sensación que lo vuelve loco-, sabe que de necesitar parar vas a tocar su muslo dos veces. Acaricia tu mejilla y limpia las lágrimas que desbordan tus ojos antes de liberarte, observa fascinado la forma en que su miembro y tus labios permanecen conectados por un hilo de saliva.
Toma tus manos entre las suyas y masajea tus muñecas antes de llevárselas a los labios para besar con delicadeza las marcas en ellas, el recuerdo que las cuerdas de yute dejaron en tu piel. Cubre de besos el dorso de ambas manos y las yemas de tus dedos, cerrando sus ojos y suspirando cuando su lengua prueba el rastro que dejó en vos.
Te ayuda a ponerte de pie y te recuesta en la cama deshecha, el movimiento realzando el aroma de sus respectivos perfumes en las sábanas. Sus ojos recorren tu cuerpo de manera intensa antes de recostarse a tu lado y separar tus piernas con un simple toque de su mano, sus largos dedos instalándose entre tus muslos para acariciar superficialmente la piel alrededor de tu entrada.
-Mirá cómo te mojaste- acerca su mano a tu rostro para que puedas apreciar la forma en que sus dedos brillan bajo la tenue luz de la lámpara-. Abrí.
Tus labios se separan e introduce dos dedos en tu boca, el sabor de tu esencia esparciéndose sobre tu lengua rápidamente. Esteban clava sus ojos en los tuyos y observa la forma en que batallás para sostenerle la mirada cuando comienza a golpear tu garganta con sus dígitos: una de tus manos cerrándose sobre su muñeca a modo de advertencia, o tal vez súplica, basta para que los retire. Te recompensa besando tu mejilla y presionando sus dedos contra tu entrada.
-Por favor- humedecés tus labios-. Necesito…
-¿Qué necesitás?
-A vos.
Una sonrisa de satisfacción tira de sus labios y sus dedos se hunden en la calidez de tu interior con movimientos lentos, medidos y expertos. Centra su atención en tus puntos más sensibles, una acción reflejo del conocimiento que posee sobre tu cuerpo, y minutos más tarde su pulgar masajea tu clítoris siguiendo el mismo ritmo.
Tus gemidos cada vez más altos acompañan los sonidos obscenos que reverberan en las paredes desnudas de la habitación y las muecas que atraviesan tu rostro, junto con la contracción de tus paredes alrededor de sus dedos, le permiten saber que tu orgasmo se acerca. Normalmente te haría esperar, pero decide darte el capricho sólo por esta vez y cuando intentás advertirle asiente de manera comprensiva para hacerte saber que tenés su permiso.
Silencia tus gemidos besándote en el momento justo y disfruta el hecho de que te cueste corresponder el beso, tus piernas se cierran con fuerza ante el placer abrumador y no sos consciente de que tus uñas se entierran sobre la piel sensible de uno de sus hombros… Pero no le importa, Esteban adora que todo el mundo sepa que te pertenece tanto como vos a él.
Retira sus dedos y utiliza tus fluidos para lubricar su miembro, pero se detiene al posicionarse entre tus piernas para apartar los mechones de cabello que caen sobre tu rostro y asegurarse de que te encontrás en las condiciones adecuadas para continuar. Desliza su punta entre tus pliegues y el calor de esta te roba un suspiro que se transforma en un gemido cuando por fin te penetra.
Para distraerte del ardor inicial provocado por la intrusión, Esteban acaricia tu cadera y dibuja círculos sobre tu clítoris sensible. Observa la forma en que su miembro se desliza entre tus pliegues, tu entrada apretada cediendo lo suficiente para que él logre hundirse profundamente en vos, y aparta la mirada de vez en cuando para observar en tu rostro las expresiones que ya conoce. Están grabadas a fuego en su memoria pero no puede evitarlo, adora verte.
Te perdés en el placer y la sensación de sus caricias, de tu boca sólo surgen palabras sin sentido pero Esteban comprende que es la forma en que rogás por más. Descansa su peso sobre una de sus manos y la otra toma tu mejilla antes de comenzar a mover sus caderas con fuerza, abusando de tu punto dulce como sólo él es capaz de hacerlo.
El pulgar rozando tu mejilla se desliza entre tus labios y su mirada vuelve a perderse entre tus piernas, la imagen desplegándose frente a sus ojos es casi suficiente para hipnotizarlo y tus gemidos son su melodía favorita, siempre acompañada por el ostinato que producen sus pieles en contacto.
-¿De quién es esta conchita?- remarca sus palabras con una fuerte embestida-. Decime, dale.
El dedo en tu boca te impide hablar casi tanto o más que el placer que nubla tu mente y Esteban es consciente de ambas cosas, pero no significa que deje de esperar una respuesta de tu parte. Retira el dígito de manera brusca y la palma de su mano impacta con fuerza sobre tu mejilla, el escozor devolviéndote a la realidad demasiado tarde.
En un segundo te posiciona dejándote sobre tu estómago y se sienta sobre tus muslos, desliza sus uñas sobre las aun notorias marcas que sus manos dejaron en tu piel hasta hacerte llorar y luego masajea la zona afectada. La punta de su miembro roza tu entrada por una fracción de segundo antes de que te penetre con fuerza y deje caer su pecho sobre tu espalda, su peso corporal haciéndote sentir protegida al igual que sus labios besando tu cabello.
Con las fuerzas restantes en tu cuerpo te reincorporás lo suficiente para voltear a verlo, intentás pedir que te bese pero lo único que escapa de tus labios entreabiertos son gemidos y sonidos de desesperación. Acerca su rostro al tuyo y escupe sobre tu lengua, observando con atención la forma en que las emociones tiñen levemente tus mejillas antes de tragar su saliva.
La sensación de su miembro golpeando el punto más profundo en tu interior te lleva al borde de otro orgasmo, ocultás tu rostro contra la almohada y tu mano se cierra sobre su muñeca.
-Por favor, por favor- rogás, tus palabras apenas audibles-. ¿Puedo?
-Sí, bebé- besa tu sien con delicadeza, una acción que contrasta con la agresividad de sus estocadas y los sonidos húmedos que estas provocan.
Intentás ahogar un grito mordiéndote el labio, pero es completamente inútil una vez que alcanzás el orgasmo y el placer se extiende por todo tu cuerpo. Una de tus manos se cierra con fuerza, haciendo un puño con las sábanas, mientras las uñas de la otra marcan nuevamente la piel de Esteban y aprisionás la almohada entre tus dientes.
Unos segundos más tarde, cuando la sensibilidad  post orgasmo amenaza con convertirse en tortura, sentís la forma en que Esteban llena tu interior y sus movimientos se detienen. Susurra palabras dulces en tu oído, entre ellas apodos como princesa y bebé, y riega besos en cada sitio que sus labios encuentran en su camino hasta tu boca.
-¿Estás bien?
Te aclarás la garganta.
-Perfecta- le dedicás una sonrisa.
Su miembro abandona lentamente tu interior y observa la forma en que su semen escapa de tu entrada -que se contrae ante la pérdida de él-, cayendo sobre tus pliegues y manchando las sábanas. Utiliza un dedo para recoger los restos de ambos y los empuja nuevamente hacia tu interior haciendo caso omiso de tus protestas.
-¿Qué te parece si nos damos una ducha y comemos algo?- propone mientras te ayuda a sentarte. Es una pregunta retórica, no tenés otra opción; Esteban es sumamente cuidadoso y jamás permitiría que experimentes los efectos de un descuido o la falta de atención luego de una sesión. Además, ¿por qué te negarías a ser consentida por él?
Te acompaña al baño y ambos esperan a que la temperatura del agua sea la ideal para entrar en la ducha, ignorando el vapor que empaña por completo los azulejos y el espejo. Lava tu cabello con cuidado y hacés lo mismo con el suyo, masajea gentilmente tus hombros y los músculos de tu espalda, y cuando salen observa con atención cómo realizás tu rutina de skincare.
Se acerca y rodea tu cintura con sus brazos, la punta de su nariz rozando tu cuello mientras mira tus ojos en el reflejo del espejo. Te sonríe, agotado y somnoliento, y sabés que tu lugar en el mundo siempre será entre sus brazos.
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Tal vez alguna historia desde la perspectiva del poseido sería genial. Me ha encantado tu última historia por cierto. Aunque estoy pensando en algo como, abuelo o tio posee a su sobrino o nieto para poder fumar, despues de que su medico se lo prohibió. O tal vez desde la perspectiva del poseido
Collar: una nueva oportunidad para el tío Víctor
Samuel POV
No se que es lo que planea mi tío en cuanto a querer robar mi vida, pero esto tiene que parar.
Todo comenzó hoy en la mañana cuando el tío Víctor vino de visita, a mi me gustaba ya que siempre que venia nos pasábamos un buen rato, digo después de todo solo nosotros 2 vivimos en esta ciudad, yo quería estudiar y mi carrera no estaba en mi pueblo natal, pero el tío Vic se ofreció a dejarme vivir con él ya que donde el vive si había esa carrera, yo acepte pero al cabo de 2 años decidí independizarme de mi tío, después de todo quería mi propio espacio y un poco de privacidad, pero igual nos seguíamos frecuentando y siempre era muy divertido, pese a que el tenía 39 y yo 22, el era como un joven, lleno de energía, entrenaba su cuerpo y con ánimos de salir a divertirse, por lo menos eso era hasta que hace 6 meses tuvo una enfermedad que atacó sus vías respiratorias y daño sus pulmones y ya no podría fumar o realizar actividades que lo agiten mucho, aunque el era un fumador bastante adicto al cigarro, veía que estaba logrando resistir, pero en varias ocasiones estuvo a nada de romper las indicaciones del doctor.
Hace una semana decidió ir con su amigo Juan, el decia que su amigo era un bebedor incontrolable y ahora solo tomaba en ocasiones muy especiales, pero luego de eso no lo había visto hasta hoy, que me regalo un collar en la mañana, luego hace tres horas llego a mi casa y me dijo que necesitaba mi cuerpo, solo para fumar un poco, no entendía a lo que se refería, pero luego me explico que el collar nos permitía poseer a alguien y que al entrar a otro cuerpo teníamos que estar desnudos, yo me negué ya que por mucho que apreciara a mi tío, creía que se había vuelto loco, pero me insistió en hacerlo, le propuse que mejor yo lo poseyera para evitar el cigarro pero solo le vi un poco pensativo y luego me respondió con un gran no.
Por un momento pensé que mentía, pero, al verlo tan seguro pensé en una idea de ayudarlo, le engañarla para que se desnude fingiendo aceptar y yo entraría en el, era simple ponerle el collar y entrar a toda velocidad, y así se estaba haciendo, me desnude, lo vi quitarse la camisa, luego el pantalón y antes de que se volvería ya completamente desnudo corrí a ponerle el collar, pero atrapó mis manos antes de que el collar pasara por sus ojos y me lo quito, por la impresión de que mi plan no salio me descuide y caí al piso y me aturdí un poco la caída, el quedándose con el collar, me dijo:
Victor: Sam, en verdad creíste que no me daría cuenta, logré ver tu reflejo en la tele, desde que te acercaba con el collar en la mano.
Samuel: tío, es que pensé en que podía ayudarte sin que entres en mi.
Victor: pero tu en mi si verdad, bueno veamos que te parece que ahora sea a fuerzas la toma de tu cuerpo y no una opción.
No me dio tiempo de hacer nada cuando ya tenia el collar en mi cuello y de pronto sentí una mano en mi espalda, comencé a perder el sentido del tacto y mi visión se esfumado, trataba de luchar pero no servía de nada, solo estaba desapareciendo hasta que mi visión regreso, y todos mis sentidos pero yo no tenía control de nada, estaba muy agitado, sudado y caliente, en eso mi vista voltea a mi entrepierna y podía ver como había semen por todo mi abdomen, en eso comenze a hablar pero no era yo quien decía lo que salía de mi boca.
Victor: Este cuerpo es una maravilla, no me había echo una paja así en años, y ahora tengo esto para divertirme por casi 8 meses, es una pena que Samuel se perderá 8 meses de su vida pero no pasa nada, cuando despierte le pondré al corriente de lo que hice con su cuerpo, o por lo menos de lo que deba saber jeje.
Quería decirle que se fuera de mi cuerpo pero mis palabras no podían ser escuchadas por el era como si yo no existiera y quizá así era, solo era un pasajero en mi cuerpo y mi tío estaba al mando.
Vic: Juan tenía razón, bueno su sobrino Daniel, estar en un nuevo cuerpo es genial, no comprendo porque una paja nos sella en los cuerpos hasta el siguiente eclipse lunar total pero a quien le importa, debo regresar el collar después de todo solo me lo presto.
Entonces mi tío se me fue a bañar en mi cuerpo y cada que podía se observaba y jugaba con mi pene, el asqueroso estaba usando mi cuerpo para darse auto placer mientras se bañaba, luego de eso, se vistió y salió a fuera, prendió un cigarrillo y comenzó a fumar, yo nunca había fumado, así que mi cuerpo comenzó a toser y mi tío solo decía que era cuestión de práctica antes de que mi cuerpo recibiera el humo como algo normal y sin problemas, después de todo la posesión era imposible de revertir hasta el eclipse.
Victor POV
Luego de no poder fumar y tener muchas limitaciones respiratorias un amigo se ofreció a ayudarme con mi problema, me platico que en realidad era el sobrino de mi amigo ocupando su cuerpo, me dijo que con un collar podía tomar el cuerpo de alguien más y poder vivir una vida normal, solo que necesitaba que alguien me diera permiso de ocupar su cuerpo y el me prestaría el collar.
Le dije que mi sobrino accedió, lo se no estuvo bien mentirle pero que más podía hacer, además de mi sobrino no tenía algún conocido de confianza que viviera solo, estuviera sano y pudiera llevar su vida sin tantas dificultades.
Mi sobrino estuvo a punto de tomar mi cuerpo en el último momento, había preparado todo para yo ser el y el por poco me toma, sabía que si lo encerraba en mi cuerpo se resistiría a fumar, pero no sabe lo difícil que es vivir con las secuelas de esa enfermedad, por eso me decidí a tomar su cuerpo a la fuerza si era necesario, no podía dejar que nadie se enterara, y menos hacerlo pasar por lo que yo paso a diario, lo se, soy débil y esa no era la manera, pero el sobrino de Juan me dijo, que Juan tomó su cuerpo unos minutos y no recordaba nada, así que si tomaba el cuerpo de mi sobrino para el sería un abrir y cerrar de ojos.
Luego de ponerle el collar, me apresure y entre en el, sentía como me envolvía una cálida sensación de calma y perdí mis sentidos, al abrir mis nuevos ojos mis sentidos volvieron, me apresure a masturbarme para hacer esto algo temporalmente irreversible, tome su polla y se puso dura como roca, era una paja increíble, su pene era más grande que el mío, estuve bombeando hasta soltar su semilla por mi nuevo abdomen y al terminar tome una ducha pero no me resistí y lo hice de nuevo, al terminar de ducharme me vestí, no lo negaré, no puedo dejar de ver mi nuevo cuerpo.
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Luego salí a fumar, su cuerpo no acepto el cigarrillo, es normal yo también batalle la primera vez, pero se resolverá a fin de cuentas era cuestión de práctica antes de que mi nuevo cuerpo reciba el humo como algo normal y sin problemas.
Volví a entrar a la casa de mi sobrino y mi teléfono recibió una llamado, era "Juan", bueno su sobrino me preguntó si ya había terminado con el collar y que lo quería para guardarlo en un lugar seguro donde no se perdiera y se proteja hasta que lo necesitemos, así que me subí a mi carro y tome el collar, lo puse en un caja que coloque arriba del carro en lo que lo abría, pero una mano lo tomó, era el tonto vecino de mi sobrino y un compañero de su universidad, venían a invitarme a una tarde con ellos en su piscina, dije que no para evitar problemas con lo de entregar el collar, le pedí el collar pero su vecino se lo puso porque según el era que se veía muy lujoso y quería ver como se le veía, y su compañero le iba a dar una palmada en la espalda pero solo pude ver como su brazo y todo su cuerpo se comenzaba a hundir en el cuerpo del torpe vecino y su bañador que era lo único que tenía puesto recorría por sus piernas, luego sus pies y finalmente caían al piso luego ser absorbido o fusionado con su amigo, la verdad no se bien como funcione esto, pero solo sabia que acababa de ocasionar un gran problema mientras el cuerpo de mi nuevo vecino tenía un ligero espasmo y me volteaba a ver con los ojos llenos de incertidumbre, claramente no era el dueño del cuerpo quien estaba mirándome.
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esuemmanuel · 7 days
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La Caída.
Alguna vez me vi y me sentí poderoso. Intenté quedarme ahí, siendo esa visión portentosa de voluntad, templanza y amor, pero no pude sostenerla. Llegaron las tormentas con sus ráfagas hechiceras y sus caudales de agua helada arrasaron con los cimientos de los que se sujetaban mis piernas. La imagen cayó… y mi alma con ella, al grado de quemarse mis ojos por la refulgente luz que emitía al morir ante la tragedia. ¡Ah, lloré tanto…! ¡Perdí tanto! Que el corazón se me corrompió de impotencia… No había otro camino que seguir ni otro espejo en el cual mirarme sino el que yacía ante mis destrozados ojos. ¡Oh, fuente miserable de dolor y podredumbre! ¡Veneno inoculado en las falanges de esas manos que no pudieron salvarme de la oscuridad! Caí… y, caído, me traje lo que había creído era mi luz: una vela sin pabilo y un cerillo que otrora ardió.
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The Fall.
I once saw myself and felt powerful. I tried to stay there, being that portentous vision of will, temperance and love, but I couldn't hold it. The storms came with their bewitching gusts, and their icy waters swept away the foundations on which my legs were supported. The image fell… and my soul with it, to the extent that my eyes were burned by the refulgent light it emitted when dying before the tragedy. O, I cried so much… I lost so much! That my heart was corrupted with impotence! There was no other path to follow, no other mirror in which to look at myself but the one that lay before my shattered eyes… O, miserable source of pain and rottenness! Poison inoculated in the phalanxes of those hands that could not save me from the darkness! I fell… and, fallen, I brought back what I had believed to be my light: a candle without a wick and a match that once burned.
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