Tumgik
#sonaba bien
solcrz · 2 years
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“ te propongo algo— ” danza feliz la botella de cebada entre sus manos, la presencia contraria siempre logra ese efecto. sin importar cuanto daño haya podido hacerle, su cariño es más fuerte. a este punto no reflexiona si es añoranza o perdón lo que le ha concedido, solo sabe que quiere mantenerla cerca aunque entre ellas un “nosotras” se vea lejano. aferrarse a lo más cercano de la unión que tenían resulta placebo para aquel daño que tiene en su interior, el cual intenta suplir con todo, menos afrontando la verdad. “ lucía me ha enseñado un juego, me ha dicho que es divertido con alcohol. se llama verdade ou desafio. ” expone una sonrisa, recordando poco de la noche en la que lo había jugado. “ tenemos que elegir una de las dos opciones, lanzamos una pregunta o reto y si no queremos cumplir, bebemos. ¿aceptas, dottie? ” parpadea un par de veces, intentando convencerla.                ( privado para @dotsauvr​ )
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awacatin · 8 months
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i think vash should see a static corpsed WW at the corner of his eyes and be unsettled by it. When he goes to sleep, a blank-stare WW stands at the end of the bed. If vash stares directly at the body, it will vanish.
Vash refuses to acknowledge the silent presence at first, but with time, it brings him a bittersweet comfort. His friend, who's gone, back again by his side, even if he looks just like how he buried him
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kevotsuka · 6 months
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Creo que bez debería escuchar Pedro Capó en lugar de Bob marley (por mi paz mental)
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voglatte · 3 months
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⊹ ┊WEED & ELSE ꒱ .゚
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𓆹﹐
↷ ˊ- pairing: felipe otaño x f!reader.
warnings: +18, smut, oral (reader recibe), fingering, weed use.
summary: ambos estaban disfrutando de la relajación que les brindaba el porro que se habían hecho y un tema sale a relucir, llevándolos a la acción.
• dani’s typing… ! lamento haber tardado tanto en subir algo pero aquí está algo corto, lo hice mezclando algunos de sus pedidos.
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los dos se encontraban relajándose bajo los efectos de la marihuana, la radio como complemento sonando con viejas canciones que ambos disfrutaban.
“¿querés saber un secreto?” tu voz sonaba ronca por la caladas profundas que dabas, pero no te importo y miraste a felipe.
él se encontraba con el asiento del auto inclinado, mirando el techo como si fuese la cosa más importante del mundo, pero para hacerte saber que estaba escuchando hizo un sonido con la garganta.
“nunca nadie me ha hecho un buen oral” te removiste en el asiento del co-piloto para ver su perfil marcado, notando como tragaba en seco.
no falto ni cinco segundos cuando una risa algo fuerte retumbaba en el pequeño espacio, felipe te miraba mientras negaba y sus ojos azules se encontraban irritados.
“no te creo boluda, ya andas diciendo tonterías” se peinaba ah cabello castaño hacia atrás ya que el viento que se colaba por la ventana lo había despeinado.
volteaste los ojos y exclamaste un “te odio” mientras inhalabas la última calada, tirando el resto por la ventana.
al ver que no te estabas matando a carcajadas con él frunció el ceño y se te quedó viendo.
¿no me jodas, de verdad?” impresionado se rascó la nuca, no esperaba que le estuvieses hablando en serio pero de solo pensarlo una idea abarcó su mente.
“pues eso lo podría cambiar yo, si vos me permites” sus ojos rojos con cierto brillo iluminaban el auto alumbrado con los faroles de la calle.
tu garganta se secó pero lo pensaste muy bien antes de darle una respuesta, tu mejor amigo te parecía atractivo y bajo los efectos de la marihuana tus palabras fluyeron por si solas.
“vale, veamos si puedes” al terminar la frase, felipe no se aguantó y se lanzó contra tu boca hambriento.
la comisura de los labios de felipe se alzaron y te invitó a pasarse a los asientos de atrás, no te dió ni medio segundo cuando sus abultados brazos se posaron debajo de tus piernas, recostando tu espalda en la mitad de estos, dejando suficiente espacio para él.
“facilitando el trabajo, uh” soltó una risa nasal, sus manos subieron por tus piernas hasta el dobladillo de la falda que traías puesta y la alzó completamente dejando tu ropa interior de encaje a la vista.
su dedo acarició por encima de tu prenda interior causándote temblores en las piernas, después de tantear la zona decidió mover la tanga a un lado, la cual estaba ya empapada por tu excitación.
“linda, sos re sensible y te quiero comer entera” un escalofrío recorrió por tu cuerpo al sentir su aliento caliente contra tu intimidad.
abriste la boca soltando un jadeo cuando sus labios atacaron tu clítoris sin darte tiempo de procesarlo, a veces su lengua jugaba con tus labios inferiores para luego volver a jugar con tu nervio.
tus manos bajaron agarrando los mechones castaños con fuerza, jalando un poco y sacando varios gruñidos de su boca sobre tu intimidad haciéndote temblar.
felipe decidió agregar dos de sus dedos a la acción, abriéndose pasos entre tus paredes para proceder a moverlos en un vaivén, en ningún momento su lengua paró.
las ventas se empañaban de a poco mientras los gemidos que salían de tus labios se hacían más agudos y las estocadas más rápidas.
“p-pipe, me v-vengo” tu espalda se arqueó y sujetaste con dureza su cabello.
no respondió pero no hizo falta cuando sintió tus piernas apretarse a cada lado de su rostro y flaquear contra él.
dejó que los espasmos se desvanecieran para subir su rostro al tuyo, su boca brillosa al igual que sus ojos azules claros. aún así no le dieron importancia y unieron sus bocas en conjunto.
“¿entonces?” felipe se separó de tus labios para dejarte hablar.
“creo que no fue suficiente para decirte” tu respiración sonaba entrecortada pero ambos sonrieron sabiendo que esto se iba a repetir muchísimas veces más.
un pequeño refuerzo de amistad.
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by ﹫ VOGLATTE ╱ próximamente estaré haciendo algunas traducciones y subiendo más fics .ᐟ
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karylvsjuanii · 2 months
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Desvelado | Juani Caruso
tw: ningunoo, todo es súper fluff, algo cursi y menciona infidelidad pero es negada porque no sucede nada. Discusiones.
Por favor dime si hay un error o falta algo.
Basada en la canción “Desvelado - Bobby Pulido”
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Gordi, ya venís? - Pregunta Fran al otro lado de mi celular.
Estoy a 15 Fran, no empiecen sin mi porfa. - Pido finalizando la llamada después de un “no tardés más” de parte de Fran.
Iba manejando por las calles coloridas escuchando “desvelado” de bobby pulido.
“Muy buenos días a todos, y mejores por esta buenísima rolona, como están todos?”
De nuevo esa voz, si sigo así me volveré esquizofrénico.
Llevaba unas dos semanas aproximadamente enamorándome de una voz anónima que pasaba por la radio cada que tomaba rumbo a algún lugar por las mañanas, me había grabado de memoria la estación. La hora. Y la hora en la que se iba.
“Recuerden que la línea está disponible para que llamen para pedir una canción” “Oh, justo a tiempo”
Subí el volumen de la radio para poderla escuchar mejor.
“Hola?, Bien, vamos a reproducirla una vez y se acabe esta canción, gracias por su llamada, que tenga un muy bonito día”
Su voz sonaba tan tranquila, era como escuchar las olas del mar, me enamoré aunque nunca la conocí, y cada que vuelvo a escucharla, anhelo poder encontrarla por alguna de estas calles.
Sinceramente me considero un psicopata por decir todo esto, pero quien no se resistiría a esa voz de ángel?
Finalmente llegué a mi destino. Un restaurante donde se supone todos mis amigos me están esperando para pasar el rato juntos.
Mas tarde tendríamos que ir a una conferencia del cast principal, pero eso sería ya por la noche. Últimamente habíamos tenido esta rutina. Almorzar por la mañana y vernos en la noche para entrevistas, conferencias, premios.
Aburrido. Y más sin poder dejar de pensar en su voz.
Ya tienen su traje listo? Yo tengo que ir saliendo por el mío. - Felipe ríe por lo bajo.
Te acompaño. - Habla Matías antes de meter un pedazo de carne a su boca.
Listo, Juani? -
Blas iba a llevarme en su auto, ya que el mío estaba en mantenimiento y él se ofreció a hacerme el favor. Un amor.
En que tanto pensás, boludo? - Blas me pregunta sin alejar la vista de la carretera.
“No lo sé.” Suelto sin respuesta.
Blas, vos te pensás, tipo, que alto forro si alguien te contara que se está hasta las manos de una voz y no puede dejar de pensar en ella, aunque ni siquiera la conozca, pero incluso ha soñado en su querer, en estar en sus brazos, en que ella le habla. Repito. Sin conocerla. - Creo que estoy todo rojo.
Na amigo, estás re copado. Me estás jodiendo vo’ - Blas ríe haciendo montoncito con sus dedos.
No te jodo boludo, me estoy volviendo loco. Vos entendés eso? Juani, volviendosé loco por una piba que ni en pedo la conoce. -
Me siento aliviado de poder sacar mi frustración aunque un poco mufa por la reacción de Blas.
Me estás diciendo vo’ que por eso has estao’ re colgado por ella? Más bien, por una voz que probablemente sea de cualquier forra bagarta? - Se burla Blas.
Cerrá el orto cheto de mierda, no la conocés. - Quedé re picado por lo que dijo Blas, me hirvió la sangre a 1000 grados.
Ni vos tampoco, gil escracho. -
Okey, eso me envió a la concha de mi madre.
En un par de 10 minutos más, ya estabamos junto a nuestros compañeros y amigos, unos tomandose fotos, arreglandose, otros ya dentro de cabinas donde asignaron sus entrevistas, y los demas, aceptando las bebidas del lugar.
Amigos, me putearon todo. - Llega Mati riéndose.
Por que? Que hiciste pelotudo? - Pregunta Simón dejando su celular a un lado.
Naa, me llenaron de cosas que ni yo me acuerdo por quedarme colgado con la gila que estaba ahí metida en la cabina, era como una de ahí, re linda ella eh. - Matías toma un vaso de agua para llevarlo a sus labios y dar un sorbo sin dejar de vernos.
Te gustó más que Malena? - Pregunto riéndome.
Obviamente, la piba ha de ser unos 10 años o 10 siglos menor que malena. - Felipe ríe burlándose.
No estes jodiendo forrito, tampoco pa tanto, te la dejo a vos que te hace falta una manita eh. - Ríe alejándose lo más rápido de Felipe que inmediatamente fue perseguido por él.
Veía twitter tranquilamente en lo que esperaba pacientemente mi turno, me tocaba después de Enzo.
Pasé viendo todos los comentarios que hacían al respecto por mis rt. Últimamente eran solo de alguien que me gustaba y de lo mucho que me encantaba su voz. Ya se imaginarán las reacciones de todas. A veces eran re bardas las pibas.
Che, Juani, tu turno. Suerte. - Enzo toca mi hombro demostrándome amabilidad, no sin antes dejar una sonrisa y desaparecer de mi vista.
Él y todos sabíamos en sí que a veces era algo tedioso ser entrevistado. Che, cuidar que decís, que hacés, que opinás, las preguntas re incomodas que al toque hacen, vos sabés boludo.
Doy un último sorbo a mi agua helada, y me dirigí con cortos pasos a la cabina número 3, antes adueñada de Enzo.
Y hasta el momento, sigo creyendo que haber cruzado esa puerta fue la mejor decisión de toda mi vida.
Hola Juani, cómo estás? - Se acercó a mi dejando a un lado un frasco que parecía ser un gel.
Extendió su mano con una sonrisa en su rostro, mirándome.
Su voz fue lo primero que me hizo derretir, y ahora estarla escuchando de la nueva niña de mis ojos, me hizo sentir escalofríos.
Era ella. Y no lo dudé ni un segundo.
Parece alta pero no más que yo, llevaba puesta una falda color negra y una blusa color vino de manga larga la cual descubría sus hombros y dejaba ver su clavícula marcada, ese color hacía resaltar demasiado su tono de piel, era blanca como si en su vida hubiera estado bajo el sol y su cabello hacía que se viera aún más.
Qué tal?, Todo bien y vos? - Devuelvo el saludo, encantado.
Igual que vos, un gusto. - Su mano se alejó de la mía, al igual que su cuerpo para llegar a donde antes estaba y señalarme con su dedo un asiento rodeado de cámaras, luces, y micrófonos.
Seguí su indicación y tomé asiento a donde ella señaló.
En la cabina habían más personas vestidas de negro, con cables, computadoras, micrófonos, luces por todos lados, tripiés, e incluso mates.
Empezaron a retocarme un poco el rostro con polvo iluminador, también pasaron un peine por mis rizos, un spray fijador y más polvo.
Para ser sinceros, no preste atención a lo que estaban haciendo conmigo, y no me interesaba, estaba muy ocupado viéndola.
Se encontraba anotando unas cosas en una agenda y computadora, sin dejar a un lado un mate en lo que parecía ser una guampa.
Se veía tan atenta en lo que hacía, tan bonita.
Bien, Juani, como última pregunta. Fuertemente suplicada por tus fans. Quién es esa afortunada chica de la que estás enamorado? -
“Que chota?”, Pensé.
Vos, sos vos mi amor hermosa, la tengo en frente.
Claro que eso es lo que quería gritar, lástima que soy puto.
Ah, eso, una pibita por ahí, secreto. - Digo riendo, jugando con mis manos mostrando nerviosismo. Sabía los altos edits que se venían de esto.
Mm, no es lo que esperaba, la verdad, si te soy sincera, me gustaría saber quien es esa chica. Dicen que estás muy enamorado de su voz, es eso cierto, Juani? - Pregunta mi próxima mujer y dueña de mi corazón, haciendo que una sonrisa invada mis labios.
Si, eso es cierto, me fascina su voz. - Asiento, dándole la razón.
Si? Debe ser una muy bonita voz entonces. - Veo una sonrisa formada en sus labios rosados. Que mujer más perfecta.
De repente quiero sacar el anillo.
Eso es todo Juani, muchas gracias por tu tiempo. Un gusto y que tengas linda noche. - Me dedica nuevamente una sonrisa despidiéndose.
Las cámaras ya se habían apagado. Pues yo era el último.
Gracias a vos, pero no me gustaría irme sin antes pedirte una canción para mañana en tu estación. - Puedo notar su asombro y sonrojo rápidamente.
Oh, muchas gracias, y claro que si. Cual es? - Me acerco lentamente hacia ella con una sonrisa.
Desvelado, de Bobby Pulido. -
Por supuesto, para tu enamorada, verdad? - Ella se cruza de brazos riendo.
Exactamente, oh, y podés leerle este papel cuando pongan la canción? - Saco de mi bolsillo el papel para entregárselo.
Si, no te preocupes. Gracias Juani. - Vuelve a lanzarme una sonrisa y yo salgo de la cabina con una cara de bobo. Anhelando volver a escucharla, volver a verla.
Y para despedirnos, quiero poner una canción a petición de alguien con el que tuve la oportunidad de hablar, espero estés escuchando esto. - Digo antes de dar click a la canción en Spotify.
La radio empezó a reproducir “Desvelado”.
“Será fe que yo encontré
Una voz de ternura
Que me llena de placer
Cuando la oigo hablar
Con ella me enamoré
Que nunca la conocí
Sueño en su querer
Y en sus brazos quiero dormir
Escucho cada día la radio
Seguro que la vuelvo a oír
Por el cielo busco mi estrella
A la luna quiero subir
Voy desvelado
Por estas calles esperando encontrar
A esa voz de ángel que quiero amar
¿Dónde andará?”
Antes de escuchar el último verso de la canción, bajo un poco el volumen de esta.
Y finalmente una nota dejada por él para su dichosa enamorada. - Abro la nota que Juani me dio antes de irse por esa puerta la noche anterior.
“Al final si te encontré. La dueña de esa voz” - Juani.
“Juanicar comenzó a seguirte”
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chiquititamia · 12 days
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Sunkissed
🩷Hola mis amores!! Les traigo un pequeño drabble, me ha venido la inspiración divina y lo he tenido que escribir desde el móvil. Espero que lo disfrutéis aunque sea cortito!🩷
Enzo x f!reader
Warnings: soft smut
Si hay algo que te relajaba era el mar. La arena caliente debajo de tu toalla, una lata de coca cola bien fría semi enterrada para que no se moviese. La sensación de la sal en tu piel bronceada. Era algo que necesitabas de vez en cuando. Habías llegado más o menos temprano a la playa, habías plantado tu sombrilla y habías disfrutado de un primer refrescante baño. Ahora, te habías tumbado a descansar.
Era lunes, así que no había más que un par de transeúntes. Cuando la playa se llenaba de verdad era el fin de semana, después de todo. Aprovechando esto, habías decidido quitarle la parte de arriba de tu bikini.No estaría mal broncear un poco tus pechos, que estaban pálidos por la falta de sol. Llevabas puestos tus anteojos de sol cumpliendo una doble función: protegerte de la luz y del contacto visual con los bañistas y algún que otro vendedor ambulante.
Habías olvidado tu libro en casa, así que decidiste dedicar tu tiempo a escuchar música tranquila. Podrías dormirte tranquila, tan sólo habías traído tu vestido y un monederito con algo de cambio para quizás tomar un helado. Si decidieran robarte mientras duermes no sería la gran cosa. Además esta era una playa tranquila.
Dawn chorus de Thom Yorke sonaba a través de tus auriculares. Los tonos repetitivos y tenues resonaban en tu cabeza invitándole a relajarte. Te encontrabas tumbada boca abajo cuando una sombra cambió en la arena y pudiste ver cómo unos pies masculinos habían aparecido delante de ti. Te quitaste los auriculares por si te estaban diciendo algo, y, sin pensarlo, empujaste tu cuerpo con tus manos para incorporarte y levantarte.
Oh Dios mío. No era posible.
- Hola, disculpá, no tendrás fuego?
Era Enzo Vogrincic sosteniendo un cigarro entre sus dedos. Entrecerraba un poco los ojos para no verse cegado por el sol.
Calma. CALMA -pensaste- Encuentra el encendedor y dáselo. Mantén la calma.
-Sí, esperame. -murmuraste
Revolviste en tu tote bag hasta que encontraste el pequeño encendedor morado.
Encendiste el mechero tapando con la otra mano el cigarro para que el viento no apagara la llama. Él había acercado su boca a tus manos para que se lo pudieras encender.
-V-vos sos... Sos vos, verdad? -Bravo por tu elocuencia, pensaste.
-Sí, creo que sí - dijo Enzo riéndose.
-Sí, claro, qué pelotuda. Yo soy muy fan de tu trabajo sabés?
- Ah, mirá, muchas gracias- le dio una amplia calada al cigarro y exhaló el humo hacia arriba. Te miraba con esa sonrisa suya tan seductora, peinando de vez en cuando su cabello con las manos.
No se te ocurría que decir. Estabas en blanco y temías que, ahora que ya había encontrado lo que venía a buscar, se marchase por donde había venido.
-Sé que te tiene que molestar, pero... ¿Te tomás una foto conmigo? Mis amigas me asesinaran si les cuento que te he conocido y no te lo he pedido.
-Sí, claro, pero....
-No hace falta si no, ¿eh? - te arrepentiste de haberlo pedido. Claro que no le apetecía tomarse una foto en la playa donde seguramente solo había ido a relajarse- No te preocupes...
-No, pero... No querés taparte para la foto? -dijo riendo suavemente.
Oh, no. Toda la emoción y tu pendejismo crónico habían nublado un importante asunto: seguías estando en topless.
-Ay! -chillaste, ya roja como un tomate- disculpáme por favor, no me di cuenta- te intentaste cubrir con las manos- qué boluda....
Si no hubiera sido porque eso hubiera supuesto despegar las manos de tu pecho, te hubiera gustado cavar un hoyo con las manos y enterrarte ahí para huir de la vergüenza. Tierra, trágame.
-No, pará, ¿pero porqué te tapás ahora? No pasa absolutamente nada... -seguía sonriendo de una manera condenadamente encantadora.
-Yo no me había dado cuenta de que estaba así, yo...
-Hey, hey -trató de tranquilizarte- te ví los pechos, ¿y qué? Es natural, no tiene nada de malo... Además... - pareció Interrumpirse a si mismo.
Lo miraste interrogante. El rubor aún quemando tus mejillas.
Se sentó en tu toalla como si nada, debajo de tu sombrilla. El gesto te invitó a hacer lo mismo.
-Además son preciosos, bo- dijo mirando al mar con el cigarro entre los labios para volver a dar una calada.
No pudiste evitar reirte y él te miró sonriendo.
-Qué vergüenza, no puedo parar de hacer el ridículo- pensaste en alto
-¿Pero porqué 'el ridículo'? -pareció regañarte con su tono.
-Y, ¿porque me encuentro al mismísimo Enzo Vogrincic y le enseño las peras? -dijiste enfurruñada contigo misma
Ahora fue su turno de reírse.
-Che, no es tan grave el asunto...- apagó el cigarro en tu lata vacía- ¿te estabas bronceando ,no?
-Sí...
- ¿Y cómo va quedando?
Estallaste en risa apretando tus manos contra tu pecho y le miraste
-¿Vos me estás jodiendo?
-No te estoy jodiendo, tengo.. Curiosidad- pareció saborear esa última palabra.
-¿Querés ver? -una voz en tu cabeza te gritaba "Se puede saber que hacés, loca?", pero decidiste ignorarla como si fuera una amiga molesta y responsable y tú estuvieras borracha.
-Obvio - se giró hacia ti.
Here goes nothing, pensaste y descubriste tus pechos ante él.
Enzo resopló por lo bajo y te observó por un par de segundos, para después dirigir su mirada a tus ojos de nuevo.
-Y, les falta un poco, están paliditos -comentó.
-Sí, deberían seguir tomando el sol- concediste con un tono seguro que ni tú sabías de donde venía.
Está claro que esta coqueteando contigo, ¿no? Tu mente iba a mil por hora.
-Tumbáte chiquita- dijo relajadamente, dando un par de toques a su regazo.
Obedeciste, ¿cómo no hacerlo? Te reclinaste sobre tu regazo, él seguía sentado. Su bañador mojado entró en contacto con tu nunca. Luchaste por no volver a cubrirte.
-Deberías echarte loción solar, nena. ¿Puedo?
Cerraste los ojos bajo tus lentes oscuros. Los nervios iban a acabar contigo. Tan sólo asentiste.
Él alargó su brazo para alcanzar la crema. Pudiste escuchar cómo la destapaba y se echaba un poco en las manos, posiblemente templándola un poco.
Y entonces sucedió: sus dedos se posaron en tus senos, manchados de la loción que olía a coco y a verano. Masajeó suavemente durante un rato. Rozaba tu piel suave con delicadeza y experiencia. No pudiste evitar que un gemido escapase de tu boca.
-Shh.... Chiquita, no seas mala...
Una de tus manos subió hasta tu boca para taparla.
Él se inclinó un poco sobre ti, acercando su rostro al tuyo. Su pelo negro caía enmarcando su cara.
-Qué lindas tetitas tenés...
Otro gemido ahogado.
Te incorporate un poco para apoyar tu espalda en su torso y así estar protegida por su cuerpo.
-Me estás poniendo malo, preciosa -susurró- tengo la pija durísima y ahora no me voy a poder levantar- pudiste comprobar que no mentía, notabas su erección contra tu culo.
-Enzo... -gemiste, como todas las veces que lo habías hecho en tu cama, a solas, solo que esta vez él estaba ahí para escucharte.
-Qué ganas de cogerte...- Gimió aún masajeando tus pechos y apretando su bulto contra ti, jurabas que lo sentías palpitar.
Tú no podías parar de gimotear en tu mano.
La humedad que sentías en tu parte de abajo del bañador ya no tenía nada que ver con el mar.
De repente, un grito a lo lejos os sacó de vuestro universo.
-"¡Enzo! ¡Vamos, boludo, te estamos esperando!"
-Mierda- maldijo él- son mis amigos, me tengo que ir, chiquita.
Antes de que pudieras protestar y mirarle te dio un beso en la cabeza y te prometió:
-Hoy a medianoche aquí, ¿sí?
Qué acababa de pasar?
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analisword · 2 months
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high infidelity (Enzo Vogrincic x Fem! Reader)
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Capítulo 8:
Alana tuvo que tomar varias respiraciones profundas antes de atreverse a responder la llamada de Enzo, sus manos aún picaban del coraje que Sebastián había despertado  en ella, había usurpado su jodida mochila. 
Se rascó el cuello tan fuerte que le dolió y se dignó a contestar. 
—Hola. 
—Lana, hola—saludó Enzo tan amable como siempre, ella tragó saliva en seco, usualmente la voz del uruguayo tenía un efecto relajante en ella, pero esta vez ella se encontraba tan furiosa que no creía que eso fuera posible—. ¿Ya estás en casa? Olvidé echarle agua a las plantas de la ventana, ¿vos me podés hacer el favor?
Claro que lo haría, el problema es que no tenía forma de ingresar al departamento. 
—Yo—pensó varios segundos qué decir—. No puedo. 
—¿Eh?
—Me quedé afuera, no tengo forma de entrar al departamento—soltó simplemente mientras apoyaba la espalda en la pared y se dejaba caer en el  piso del pasillo. 
—¿Olvidaste las llaves?—preguntó él riendo, Alana cerró fuertemente los ojos y se apretó el puente de la nariz—. Alana. 
—Algo así—respondió.
—Bueno, si querés te puedo pagar el taxi para que volvás  por las llaves a tu casa y así escribas hoy, no hay problema—sugirió él con su típico tono tranquilizador. 
—Eh…no, eso no va a funcionar. 
—No te estoy entendiendo. 
—Sebastián me sacó las llaves—se le rompió la voz—. Se enojó porque no le dije dónde queda la supuesta oficina y no me las va a devolver hasta que se lo diga. 
—Es que no puede ser más pelotudo—bramó, nunca lo había escuchado así de enojado—. ¿Querés que vaya para allá? Decíme que querés que haga y dejo todo—exclamó. 
Alana se restregó la cara con la mano que tenía libre,  Sebastián no sólo estaba arruinando su día de trabajo, también estaba por arruinar el de Enzo. 
—No, no, gracias—respondió—. Te espero acá, no quiero volver a casa. 
—Lana, son las 10 de la mañana, no regreso al departamento hasta dentro de 12 horas.
—No importa—si tenía que quedarse 12 horas sentada en el pasillo esperando a Enzo, lo haría. 
—Vos estás loca, voy por ti ahora mismo. 
—Tienes un montón de trabajo. 
—Vos también. 
—¿No hay otra solución?—preguntó ella. 
—Mmm…—esperó unos segundos, se escuchaba bastante ruido de fondo, claramente el chico estaba bastante ocupado—. Te puedo pedir un taxi para que vengas al estudio de grabación, te doy las llaves acá, ¿te parece?
—Sí, sí—respondió ella esperanzada—. Gracias, Enzo. 
—Vale, ahora mismo te lo pido—dijo él—. Alana…
—¿Sí?—preguntó nerviosamente, sabía que probablemente Enzo quería quejarse de Sebastián.
—Nada—no lo hizo—. Te espero acá. 
En menos de cinco minutos había un taxi esperándola afuera del departamento de Enzo, Alana apagó el celular, tenía la bandeja de mensajes repleta obviamente por Sebastián, el chico seguía insistiendo que ella regresara a casa por las llaves, claro con la condición de que él la llevara de vuelta a ''la oficina''.
Sonaba más como amenaza que como sugerencia, Alana no aceptaría eso por ninguna razón. 
El viaje hacia el estudio de grabación no duró más de treinta minutos, no podía negar que se sentía bastante nerviosa por visitar a Enzo en su lugar de trabajo, nunca había pisado un set de grabación en toda su vida y sabía que estaría lleno de gente importante. 
El de seguridad la dejó pasar en cuanto ella le dio su nombre, el set de grabación se trataba de una pequeña bodega con un patio gigantesco, había una gran variedad de campers de metal y personas con audífonos y cámaras caminando de un lado al otro, Alana se paró apretando las correas de su mochila sin saber muy bien qué hacer. 
—¿Sois Alana Lomelí?—preguntó una chica bajita, al igual que la mayoría de las personas ahí, llevaba unos audífonos de diadema con micrófono y una carpeta.
—Sí—respondió tímidamente.
—Vale, por acá—le indicó el camino con su brazo—. Enzo me dijo que vendrías, justo ahora le andan haciendo el maquillaje en su camper. 
Alana asintió con la cabeza y aún aferrada a su mochila siguió a la mujer, no tardaron mucho en encontrar uno de los campers plateados, tenía una pequeña escalera afuera y en la puerta había un cartel que ponía ''Enzo Vogrincic''.
—Enzo, tu amiga está aquí—la chica tocó la puerta de metal tan fuerte que Alana se sobresaltó, al instante Enzo abrió, llevaba el cabello recogido con unas horquillas y su piel lucía reluciente. 
—Lanita, pasa, pasa—le indicó—. Gracias Mónica—le agradeció a la chica, ella le guiñó el ojo a Alana y desapareció de su vista. 
—Wow—exclamó Alana ingresando al camper, no tenía nada de lujoso a decir verdad, sólo un grande espejo con la mesa llena de maquillaje, la silla alta que seguramente era de Enzo,  una mesita con su libretos y un pequeño sillón. 
—¿Cómo estás?—preguntó él con la voz llena de preocupación, su mirada la inspeccionó de arriba a abajo mientras colocaba sus manos sobre sus hombros. 
—Estoy bien—le respondió colocando sus manos sobre las de Enzo. 
—¿Segura? ¿Discutieron muy feo?—preguntó él, el cartílago de su garganta subió y bajó, Alana negó efusivamente con la cabeza, lo último que quería era seguirlo preocupando. 
—Anda insoportable por saber en dónde he estado escribiendo.
—Podés decirle, no me importa—dijo él quitando sus manos, pero sin despegarse ni un centímetro de ella. 
—Enzo, es tu casa, Sebastián no tiene por qué saber dónde vives. 
—No es como que me vaya a hacer algo—rió. 
—Pues no—dijo ella—. Pero no sé, es raro—dijo, Enzo no respondió a eso. 
—Después hablamos más tranquilos de esto—dijo—. Ehh, voy a andar todo el día filmando, así que te doy las llaves y ya vos me abrís el departamento cuando regrese. 
—¿Y si escribo aquí?—preguntó Alana observando el lugar, era silencioso ahí y de todas maneras podía disipar el sonido de afuera poniendo algo de música.
—¿Estás segura? Digo, por mí no hay problema, pero no sé si te encante escribir aquí. 
—Por mí está bien—dijo ella sentándose y procediendo a sacar su computadora, de todas formas le haría bien cambiar un poco de aires para escribir. 
—Bueno, será un placer tenerte aquí—dijo él sentándose en su silla, se sonrieron a través del espejo—. Sólo que van a estar maquillándome en lo que no grabo, Lucía puede hablar mucho—advirtió, Alana supuso Lucía era la maquillista.
—No pasa nada—dijo sinceramente. 
—Escuché mi nombre—una mujer rubia entró al camper dando un portazo, llevaba ropa bastante casual y un cinturón con al menos unas 30 brochas. 
—Lucía, Alana, Alana, Lucía—Enzo las presentó, Alana saludó con la mano pero la rubia se le acercó a plantarle un beso en cada mejilla. 
—La famosa Alana Lomelí—dijo ella  para después comenzar a colocar una crema sobre el rostro de Enzo, se notaba que lo conocía a la perfección porque sus dedos se movían con suma precisión y profesionalismo sin necesidad de verlo, Enzo por su parte tenía los ojos cerrados, claramente relajado al toque de la chica—. Enzo me ha hablado muchísimo sobre ti. 
—Calla—dijo él. 
—Espero que cosas buenas—rió Alana mientras bajaba la mirada hacia su ordenador.
—Obvio—respondió ella—. ¿A qué se debe que visites a Enzito? No se le para ni una mosca al pobre aquí. 
Alana apretó los labios al escuchar el apodo, pero hizo lo posible para borrar su mueca y responder amablemente, abrió su boca para hacerlo, pero Enzo le ganó. 
—Lana escribe en mi departamento—le informó—. Pero tuvo un problema con las llaves, así que escribirá aquí hoy—Alana agradecía que no hubiera entrado en detalles, pero aún así no podía evitar sentirse observada por la maquillista. 
—Ah, claro, claro, sos escritora, ¿cierto?
—Te lo he dicho un millón de veces—replicó Enzo haciendo un ademán con la mano, permaneciendo con los ojos bien cerrados, Lucía le guiñó un ojo a Alana. 
—¿Qué género escribís?—preguntó Lucía al fin viendo a Enzo, ahora estaba aplicando algo con una brocha. 
—Fantasía principalmente—respondió. 
—No podría jamás. 
—¿No podrías qué?—preguntó Enzo riendo. 
—Escribir, leer, me causa pereza—expresó la chica—. Soy más de películas, obvio. 
—Bueno, tal vez podrías darle una oportunidad—sugirió Alana amablemente. 
—Nah, prefiero ver a guapos como este en la pantalla grande—dijo dándole una palmada en el hombro a Enzo, Alana volvió a bajar la mirada, se notaba que se tenían bastante confianza, ¿y cómo no? Pasaban un montón de horas juntos, más de las que ella pasaba con Enzo…
¿Por qué eso le molestaba tanto?
Ni Alana ni Enzo respondieron, el resto de la hora Lucía se dedicó a preparar la piel del actor en completo silencio, para la suerte de Alana, pudo lograr escribir un par de páginas sin importarle que ellos estuvieran ahí.
—Tengo que ir a la primera escena—le avisó Enzo parándose de la silla—. Lucy tiene que estar allá para dar unos retoques, la toma puede tardar fácil un par de minutos o bien horas, así que tendrás el lugar para ti sola unos momentos. 
—Claro, genial—respondió sin dejar de teclear. 
Enzo salió primero, Lucía comenzó a guardar algunos productos en su cinturón, sin embargo, cuando Alana pensó que la rubia abandonaría el lugar, carraspeó. 
—¿Te gusta?—preguntó seriamente. 
Alana detuvo sus dedos en seco y levantó la cabeza para ver a la mujer. 
—¿Disculpa?
—Enzo, ¿te gusta?
—Somos amigos—respondió Alana confundida. 
—Es fácil caer por Enzo—dijo Lucía apoyándose del tocador—. Es un hombre bastante encantador. 
—Lo es—coincidió. 
—Pero vos tenés novio—dijo Lucía cruzando los brazos, Alana inclinó la cabeza. 
—No sé a qué viene todo esto. 
—Enzo es una buena persona, pero ser tan bueno lo puede hacer algo tonto, no ve la maldad en las personas.
—Enzo no es ningún tonto—saltó a la defensiva. 
—Se la pasa todo el día hablando de ti, pero sé que vos tenés novio, así que no sé qué pretendés viniendo aquí con tu finta de niña buena, y por si no te habías dado cuenta, Enzo podría tener a la mujer que él quisiera, así que no le hagas perder su tiempo—antes de que Alana pudiera responder algo, Lucía salió del lugar, dejándola completamente consternada. 
Alana rodó los ojos en cuanto la mujer abandonó el lugar, suficiente trabajo tenía con escuchar la mierda de Sebastián como para tomarle importancia a la mierda que una mujer desconocida le decía, así que tomó todo ese coraje para escribir durante horas. 
El resto del día Enzo entró un par de veces más para asegurarse que todo estuviera bien, Alana se limitaba a asentir sin despegar la mirada de la pantalla, no lograba descifrar si no se atrevía a mirarlo por la concentración que había ganado en el camper o porque mirarlo le recordaba a lo que Lucía había dicho, entre casi 5000  palabras escritas y las visitas rápidas del actor, la noche finalmente cayó. 
—Vaya forma de trabajar—la voz de Lucía la despertó, Alana miró a su alrededor, se había quedado dormida, miró la hora de la pantalla, dándose cuenta que había tomado una siesta de 15 minutos. 
—Tiene la manía de quedarse dormida en los lugares más extraños posibles—mencionó Enzo sentándose en la silla, Alana cerró su computadora, se sentía irritada, tanto por haber sido despertada de su siesta tan abruptamente, como por haberse dado cuenta que Enzo iba por ahí soltándole comentarios a Lucía sobre ella. 
Enzo cerró los ojos para que Lucía comenzara a aplicarle desmaquillante con un algodón, Lucía arqueó las cejas ante el comentario de Enzo y después le ofreció una mueca extraña a Alana. 
—Es mejor que me vaya—dijo Alana guardando la laptop en su mochila, se sentía cansada, sus ojos pesaban y sus muñecas le dolían por tanto escribir, había avanzado bastante en la historia, pero tal vez había sido una mala idea escribir en el camper. 
—¿Tu novio te espera?—preguntó la mujer haciendo movimientos circulares con el algodón sobre el cuello de Enzo, ni siquiera lo había maquillado ahí, Enzo carraspeó—. Qué lindo, ¿no? Tener a alguien esperando por ti en casa. 
—¿Te vas tan pronto?—preguntó Enzo fingiendo no escuchar los comentarios de la maquillista. 
—Son pasadas las 10 de la noche, tengo que pedir el taxi. 
—Pero aún no me enseñas lo que escribiste hoy—dijo Enzo apartando la muñeca de Lucía de su cara y finalmente abriendo los ojos, mirando a Alana fijamente. 
—¿Puedo leerlo yo también?—preguntó Lucía levantando la mano. 
—Pensé que no sabías leer—soltó Alana abruptamente, Enzo hizo un sonido de sorpresa ante el comentario.
—Claro que sé leer, no me gusta—replicó elevando la voz. 
—Misma cosa, buenas noches—Alana salió del camper con un portazo, a este paso el pobre camper terminaría desmoronándose, pero no podía importarle menos. 
Respiró varias veces, tenía que controlarse, ¿qué mierda le ocurría?
Caminó hacia una de las esquinas del set de grabación, la mayoría de los actores ya se habían ido y sólo quedaban un par de personas limpiando el lugar. 
—¿Qué fue eso?—preguntó Enzo riendo, ella se encontraba en una esquina del patio del estudio.
—¿Qué fue qué?
—Tú y Lucía. 
—No sé de qué hablas—respondió Alana cruzando los hombros, Enzo inclinó la cabeza y rió. 
—Vos la llamaste analfabeta. 
—¡No la llame así!—dijo Alana riendo por primera vez en horas. 
—Eh…—Enzo la apuntó con el índice—. Vos le dijiste que no sabía leer, la misma cosa.
Alana rodó los ojos divertidamente. 
—Ya, me pasé un poquito, ¿verdad?—preguntó rascándose el cuero cabelludo. 
—Sólo un poquito—dijo él juntando el pulgar con el índice. 
Alana sonrió, de pronto toda la acumulación de enojo y frustración que había sentido a lo largo del día había desaparecido por completo, Enzo tenía ese efecto sobre ella ella, tenía el efecto de que ella olvidara que efectivamente había alguien esperando por ella en casa, tenía el efecto de que olvidara que estaban en un lugar repleto de gente con cámaras, tenía el efecto de que ella se diera cuenta que efectivamente, él podría tener a la mujer que quisiera, sin embargo estaba aquí, riendo con ella, viéndola a ella, cuando estaba con Enzo, se sentía invencible, sentía que ellos eran las únicas personas en el mundo entero.  
—¿Qué tanto estás pensando?—preguntó Enzo en un susurro, el lugar estaba muy oscuro y a duras penas podía ver sus facciones gracias al reflejo de la luna, contrario a como usualmente lo hacían, en esta ocasión sus ojos se veían más oscuros de lo normal y sus pupilas estaban bien dilatas. 
''Se la pasa todo el día hablando de ti, pero sé que vos tenés novio, así que no sé qué pretendés viniendo aquí con tu finta de niña buena, y por si no te habías dado cuenta, podría tener a la mujer que él quisiera, así que no le hagas perder su tiempo'' Las palabras de Lucía no dejaban de retumbar en el fondo de su  mente, ¿lo peor de todo? Alana sabía que eran ciertas. 
No podía seguir jugando ese juego, no podía darle sus noches a Enzo y fingir que no le interesaba más que un amigo, no podía permitirse sentir esa atracción cuando Sebastián era su pareja.
La sonrisa de Enzo se borró de su rostro y se acercó más a ella, Alana tomó una profunda bocanada de aire y se atrevió a hablar. 
—Lo que pasó el otro día—murmuró—. No puede volver a repetirse—dijo refiriéndose al beso que Enzo le había dejado en su cuello. 
—¿Qué pasó el otro día?—preguntó haciéndose el tonto, la seriedad duró sólo un par de segundos en su rostro, porque ahora volvía a irradiar esa energía despreocupada  y hasta burlona. 
—Enzo—suspiró. 
—Alana—dijo él imitando su tono de voz, ella le dio un manotazo en el hombro, haciéndole saber que no estaba para bromas—. Ya, ya, estoy jodiéndote—rió. 
—Sí, precisamente eso estás haciendo, estás jodiendo mi puta cabeza—bramó entre dientes dejando que sus sentimientos volvieran a apoderarse de ella, él tragó saliva en seco ante el tono que la chica había empleado. 
—Repetí eso—dijo a pocos centímetros de su boca, colocó sus brazos a los lados de la cabeza de Alana, acorralandola contra la pared. 
—Estás jodiendo con mi puta cabeza—respondió ella con un hilo de voz, bajó la mirada, escuchó la respiración agitada de Enzo, no supo si era por la proximidad o por la manera en la que ella le estaba hablando, Alana volvió a levantar la mirada—. Lo que pasó el otro día no puede volver a repetirse—volvió a decir, Enzo parpadeó pesadamente y bajó la mirada a los labios de ella. 
—Lo que vos mandés—carraspeó Enzo empujando el interior de su mejilla con su lengua. 
Alana asintió levemente, pero Enzo estaba tan cerca de ella, viéndola de una forma en la que nunca había sido vista, estudiada, apreciada. 
Así que tirando a la basura todo lo que acababa de decir,  tomó a Enzo del cuello y estrelló sus labios contra los de él en un beso desesperado que él respondió con un jadeo y tomándola fuertemente de la cintura. 
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sakurakoneko28 · 1 month
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Solo quería sacar este concepto que tengo, no sé si lo desarrolle mejor para subirlo a Ao3 pero almenos lo dejo aquí 😗💙
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Do I wanna know?
¿Cuántos más secretos podía guardar su corazón?
Los recuerdos de la sensación calida y suave de sus labios evocaban un intenso sonrojo junto con la aceleración de su pulso, no importaba cuántos días habían transcurrido desde aquel suceso, esa nueva mezcla de reacciones se mantenían tan intensas como la primera vez.
Y sin embargo su tormento no se limitaba a eso, incluso en sus sueños aquellas ideas "incorrectas" lo perseguían volviéndolo incapaz de ver a los ojos a su pareja cuando este despertaba, no entendía que demonios le sucedía, no veía sentido a qué algo tan fugaz como un par de besos hubiesen desestabilizado todo su ser.
No obstante así fue.
—¿Te sientes bien Phil? luces inquieto— preguntó Missa que se encontraba sentado en las escaleras de entrada vigilando a los niños que jugaban en el agua.
—Ah... si, todo en orden— forzó una sonrisa sin despegar su atención de sus hijos.
No sonaba convincente, al menos no para Missa que ya podía leer las expresiones de su familia como un libro abierto. Desde la prisión percibía algo extraño pero no quiso presionar a su pareja para que hablara, sin embargo cada día era más difícil de ignorar su extraño comportamiento, habían acordado ser sinceros como parte de su nuevo inicio como familia y pensar que Phil le ocultaba algo no lo dejaba tranquilo.
Sin imaginar lo que provocaría tiró de su manga y lo atrajo más cerca suyo, habiendo sido tomado por sorpresa el rubio no pudo oponer ningún tipo de resistencia y terminó quedando sentado con casi nada de distancia entre ambos, todo el acto no debió durar más de un par de segundos pero la mente atolondrada de Philza sintió que todo pasó en cámara lenta.
Una parte de él quería apartarse pero su cuerpo, casi como si de un embrujo de tratase, permaneció inmóvil expectante ante lo que pretendía el híbrido de esqueleto. Ese día había decidido salir sin su habitual máscara lo que dejaba apreciar mejor sus ojos amatista al igual que sus facciones, no era usual que se dejara ver y momentos como esos los atesoraba, hasta donde sabía en la isla nadie más que él y los niños lo habían visto sin la máscara.
—Sabes que puedes decirme lo que sea que pase ¿verdad?— colocó su mano sobre la de Philza, no era inusual ese tipo de gestos pero en ese momento lejos de calmarlo aceleró su pulso.
—S-si...— articuló con dificultad.
—No me importa si el chamuco ese quiere volver a molestarte, esta vez yo pelearé junto con Chayanne y Tallulah para protegerte, te doy mi palabra...
Nuevamente la caótica mente del cuervo empezó a hacer de las suyas, mientras Missa seguía hablando de como se encargaría de defenderle y como encontrarían la manera de revertir el daño a sus alas Philza se había desconectado de dicho monólogo estando totalmente encantado por cada rasgo que destacaba del rostro descubierto. No es que antes no lo hubiera apreciado solo que está vez había algo diferente aunque no sabía exactamente qué.
Aún con todo lo que habían experimentado desde su arribo a la isla ya bastantes meses atrás el esqueleto conservaba su brillo en la mirada y no había cicatrices que hubiesen marcado su bonita cara, claro, no es que por eso fuese a dejar de lucir bien pero le daba alivio que no tuviera un recuerdo permanente de los infiernos que habían pasado.
Sus ojos brillaron diferente el día que lo besé...
Ese pensamiento intrusivo le cortó la respiración por unos segundos, no, no, simplemente no, no era momento para pensar tales cosas.
Si lo repitiera ahora mismo ¿volverían a brillar así?
Lentamente su mirada pasó de los ojos amatista a los labios que, ajenos a todo, seguían hablando y se sintió débil ante el deseo creciente que estaba carcomiendole, era como si de esperar más tiempo fuera a desfallecer.
Solo uno más, déjame tomar un poco más de ti...
La barrera que él mismo había impuesto ahora lo ahogaba en una cruel ironía, en este punto estaba seguro que solo se aferraba a lo de platónico solo por obstinado.
—...P-Phil...— la voz de un nervioso Missa cortó sus pensamientos trayéndole de vuelta a la realidad.
Parpadeó confundido hasta que fue consciente de la situación en la que se encontraba, había cortado la reducida distancia entre ambos y acercado su rostro peligrosamente hacia el híbrido sintiendo su respiración nerviosa.
Estuvo cerca, jodidamente tan cerca de arruinar todo.
Sin dar tiempo a mediar palabra se apartó poniéndose de pie y corriendo dentro de la casa dejando a su compañero confundido mientras el se maldecía internamente al llegar a la realización de que aparte de desear volver a besarlo también se había vuelto plenamente consciente de sus verdaderos sentimientos.
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jazzandother-blog · 27 days
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"I didn't try to create something that was difficult to play. I just composed music that reflected my thoughts. I knew the musicians would play it, because it sounded good".
Thelonious Monk
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"No intenté crear algo que fuese difícil de tocar. Me limité a componer música que reflejase mis pensamientos. Sabía que los músicos le meterían mano, porque sonaba bien"
Thelonious Monk
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flan-tasma · 7 months
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HOLA, amo como escribes las escenas nsfw, así que podría pedir un escenario con Wriothesley en donde somos una prosti pero el nos enseña un sexo lleno de amor y cosas fluffly pq se enamoro en vez del sexo sucio y feo¿
JSBDKD NO SE SI SE ENTIENDA, PERO GRACIAS DE ANTEMANO 🫶🫶
💖~ aydios amix, ME ENCANTÓ ESTA IDEA DKGDKHD literal podrían ser el típico "Yo te saco de trabajar, mi reina, ntp" KDHKDH gracias por tus palabras~ me hace feliz que te gusten mis escritos! ✨
Me pasé de verg* y esto terminó siendo muy largo, no sé si le debería hacer parte dos pero realmente quiero hacer algo más bonito con esta idea~ Escuché "All you wanna do" del musical Six mientras escribía esto, me gustó en lo personal
Warning: smut, angst, prostitution, Fem!Reader | Google Translate sponsors me (it's a lie) If I made any mistakes in the english translation, I would be happy to read your comments! | Content in spanish and english
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Spanish:
La vida es difícil, está llena de baches y no fluye como el agua de una fuente. Esas eran las palabras que tus padres te repetían todos los días como si fuera un mantra divino. La vida se trataba de trabajar para no morir, hacer lo que fuera necesario para comer un trozo de pan, para asegurar que la niña que criaban no moriría de hambre ni de frío. Trabajaban día y noche, remendaban la ropa y las mantas, los zapatos y los muebles viejos, todo debía cumplir una labor incluso si ya no servía, el reloj era un muerto viviente que tu padre siempre trataba de reparar con algunas herramientas oxidadas y la luz de una vela que casi no tenía cera, pero siempre sonaba a sus horas.
La vida era difícil, se trataba de trabajar para conseguir gas y poder hervir agua para hacer sopa, se trataba de bañarse en agua helada en la mañana y trabajar todo el día para caer rendido en un triste colchón en el piso. Eso aprendiste de tus padres desde joven y entendiste, aquella noche fría en que un mazo oxidado abrió el cráneo de tu padre por la frustración, que sus palabras eran muy sabias. Entendiste, el día en que tu madre falleció por enfermedad y sin disponibilidad de medicamentos, que la vida era tan fría como el agua con el que te lavaste la cara en la mañana, tan dura como el piso en el que dormiste por varias noches, entendiste que tenías que salir de ahí de alguna manera.
Aprendiste muchas cosas en tu vida, que si lavas tu cara antes de salir a vender periódicos tendrías unas monedas de más, que si preferías usar una blusa sin mangas tendrías más atención y eso te podría ayudar a comer más que una hogaza de pan duro. Entendiste que siendo atractiva te podrías salvar cuando un hombre te llevó para trabajar en algo más "adecuado".
Pura mierda. Un edificio con luces extravagantes y cortinas traslúcidas, una prisión lujosa donde has sido reclusa desde la adolescencia. No podías quejarte, se supone, tenías una cama suave y comida, un techo que no permitiría que la lluvia ni el sol te enferme, tenías una habitación y un baño decente por primera vez en tu vida y la ropa que vestías, si bien era incómoda, entallada y lujosa, era ropa y se agradecía. Para alguien que no tenía nada de eso, era una bendición que pagaste con un trabajo sucio.
Bailaste, cantaste, aprendiste a conversar y a sonreír aún si estabas incómoda, aprendiste a no quitar las manos que te hacían temblar de miedo, aprendiste a no chillar de dolor ni de miedo cuando te usaban como si fueras un vulgar agujero o una muñeca bonita para mancillar.
Lloraste al final de cada encuentro, no disfrutaste ninguno, siendo todo jalones y mordidas de demonios que arrancaban tu piel, los ojos de los monstruos que dormían bajo tu cama queriendo llevarte al infierno te veían como un trozo de carne lujosa, preparados para rostizarte con especias asquerosas y comerte, y tirar tus huesos contra el plato para que alguien más limpiara el comedor donde pecaron.
Un nuevo día, una ducha con agua helada y tu cabello enmarañado en el espejo, tu cuerpo dañado ya no era lo que solía ser cuando te preparabas para vender periódicos en las oscuras calles, sino una figura más madura y cuidada, el ejercicio y la alimentación que regulaban para mantenerte como un sujeto atractivo combinaba con los moretones espantosos en tus piernas y en tu cuello. Los odiabas, y te apresurabas a cubrir tu cuerpo con una toalla para seguir llorando una mañana más.
La vida era triste, fría y solitaria. Te trataría como una pieza en un tablero, sin importancia, destinada a ser abusada y manchada por otros. Hasta que te salvaron.
Wriothesley, que sonríe cada vez que lo llamas. Wriothesley, cuyos ojos se suavizan cuando te ve. Wriothesley, que no temió en usar su fortuna para mantenerte. Wriothesley, que te salvó de esa prisión pintada de lujoso pecado, depresión y miseria.
El hombre que llegó al lugar donde trabajabas y se quedó hechizado con tu figura, que casi detuvo una misión para verte un poco más, sentir tu mirada en él mientras bailabas con un traje tan soez. Viendo a través de tus ojos seductores y tu sonrisa caprichosa lo poco que quedaba de una mujer feliz, que buscaba aferrarse a la sugestión como último aspecto verdadero de una personalidad destrozada por las luces rojas y música persuasiva.
Esa noche lo supo, debía sacarte de ese lugar cuánto antes.
El perfume femenino se sentía como humo en tus pulmones, pero era el adecuado para ti, el labial rojo en tus labios y las sombras cuidadosamente difuminadas en tus párpados para que luzcan más bellos eran como se esperaban de alguien como tu, que vestía con poca ropa y joyas asquerosas contra tu piel. Una mujer, un bello trozo de carne que alguien más engulliría hoy.
La puerta se abrió para el caballero de oscuros cabellos, el guardia lo había guiado hacia la recámara de oscuridad tenebrosa. Entró, recibió sus felicitaciones del asqueroso hombre que te miró con una sonrisa repugnante y que después cerró la puerta nuevamente, dejándote indefensa frente a un lobo hambriento. Sonreíste, volviendo a tomar un poco de la seguridad que se supone que tenías como la diva de este maldito lugar.
"Buenas noches, monsieur..." Un tono bajo, como un susurro, bonito y encantador, mezclado con la caricia que diste a tus piernas cruzadas. Sabías quién era el hombre, y precisamente por eso –y porque de lo contrario te castigarían si lo trataban mal– no te permitirse ser nada más que una encantadora bolsa para su semen. Agradecías en silencio que no fuera un viejo otra vez, estabas harta de los vejestorios orgullosos que se hacían llamar hombres entrando por las puertas.
Fue preocupante en un inicio, el caballero no te quitó la mirada de encima pero no se dedicó aa comerte con la mirada, sus ojos no reflejaban sus ganas de arrancarte la lencería de un vibrante color rojo, sino que se mostraba molesto mientras paseaba la vista por el conjunto que tenías puesto. Temblaste, no acostumbrada a cuando te volvió a mirar a los ojos y sonrió compasivo.
"El color no te queda." Habló de lo más calmado, dando algunos pasos hasta atraer la silla que estaba a un lado y dejándote lejos, respetando tu espacio personal cuando se sentó y volvió a mirarte. "Este lugar es muy... pequeño, no parece una buena habitación para ti." Sus ojos analíticos pasearon por toda la habitación, el papel de la pared y la madera del piso, sin cuadros ni carteles de nada, solo una cama, un escritorio y un baño. "¿Vives aquí o me equivoco?"
"Si estamos hoy aquí es porque ha considerado que era el mejor servicio que puede tener, monsieur Wriothesley." Si un hombre deseaba sacar a relucir todos sus fetiches, incluidos los más raros y repugnantes, tendría que usar juguetes especiales que tenían en habitaciones especiales, y claro que un servicio más completo e ilimitado requería una mayor cantidad de mora en los bolsillos del gran señor que te mantenía. Ese no era el plan de Wriothesley, no estaba buscando diversión, no completamente. Wriothesley sonrió y entendió a lo que te referías, suspiró y siguió viendo a todos lados menos a ti en silencio, uno que te estaba atormentando. "¿Se ha estado sintiendo a gusto últimamente, monsieur?"
Preguntaste de manera en la que pretendías estar tranquila, no querías obligarlo a hacer nada y era mejor si era así, pero no entendías la necesidad de pagar por estar una noche con una prostituta y perder tiempo viendo una decoración mundana. Parecía que Wriothesley estaba de acuerdo con tus pensamientos, e incluso parecía que estaba a punto de decir algo pero se quedó aliado mirándote una vez más, otra vez con molestia. "¿Te gusta mucho ese conjunto?"
Es asqueroso, repulsivo, asfixiante y desabrido, querías decirlo pero sabías que no le importaría, reír un poco te ayudaría a sacar el aire que se mantenía incómodo dentro de tus pulmones. "¿No es de su gusto?" Wriothesley sonrió mirándote a los ojos, su mirada iluminada por el sucio rojo de la habitación se notaba cálida a pesar del ardor de todos los colores chillones de la sala.
"Preferiría algo negro en ti, ¿Es de tu gusto?" Wriothesley se levantó por fin de su silla, acercándose a ti con pasos tranquilos y tomando tu mentón para inspeccionar bien tu rostro, soltando ruidos de satisfacción mientras analizaba tus labios y tus mejillas. "Si me lo permitieras podría llenar tu vida de otros colores que no sean este. Violeta, rosa, blanco o negro, si me lo pidieras todo sería tuyo." Su toque era delicado, tanto que te hipnotizó y por un momento olvidaste todo, hechizada por sus palabras. Tal vez eran mentira pero entre cada palabra que caía de su lengua s tus oídos te calentaba el corazón. "No estarías obligada a vestir de esta manera, no te pediría que hagas esto tampoco. Serías una reina a mi lado, mi reina."
"Lo que usted quiere es una esposa trofeo, monsieur." Wriothesley soltó una risa mientras te dejaba caer en la cama, una mano debajo de tu cabeza para que no te lastimarse, otra mano en el colchón para no dejar caer todo su peso sobre ti.
"No, lo que yo quiero eres tú." Te besó, pero a diferencia de besos anteriores que has experimentado no hubo lengua que incomode tu boca, no hubo dientes que choquen con tus labios, solo besos tranquilos y deliciosos, lentos y sensuales que te hacían perseguir sus labios por más. Tus manos lo sostuvieron por sus hombros para que no se aleje, queriendo sentir más del cariñoso acto que te quitaba el aliento con cada caricia en tus labios. "¿Puedo...?"
¿Qué clase de tonterías estaba diciendo este hombre? Que compra a una prostituta y le pide permiso para hacer lo que quería hacer cuando pagó. Aturdida por la frustración, solo asentiste y dejaste que te quitara la ropa, él aún tenía el ceño fruncido y era delicado en sus acciones, quitando tu blusa transparente y revelando tus senos, dándoles una caricia y un beso lento antes de quitar tus medias por el elástico, deslizándolas por tus piernas con cuidado y sosteniendo tus piernas a los lados de su cadera. Cuando quisiste moverte para tomar la botella de lubricante de la mesa al lado de la cama, la mano de Wriothesley te detuvo y besó tu mano.
"Tranquila, yo me encargo de esto." El hombre seguía vestido, lo que te mantenía indefensa ante él, sin contar que sus manos empezaron a delinear tu figura, tus brazos, tu cintura, se estaba esforzando para memorizar tu forma bajo sus manos ásperas y con cicatrices. Sus dedos tomaron tus pezones y jugaron con tus botones con sus pulgares, dando vueltas a sus circunferencias y apretando ligeramente la carne delicada, arrancándote suspiros.
"Si algo no te gusta podemos detenernos." Te miró con cariño, ahora sin molestia en tus ojos, mientras estiraba la tela de tu braga. Asentiste nuevamente, ahora con un murmullo suspirado, y pareció que el ego de Wriothesley creció en ese momento. Te quitó la molesta tela revelando tu intimidad desvergonzada, por extraño que parezca te sentiste demaciado expuesta ante él, pero todo se fue al diablo cuando una de las manos de Wriothesley pasó de tu seno a tus pliegues y pasó delicadamente por tu raja hasta tu clítoris, masajeando los botones de carne con ambas manos en dos zonas distintas que te hicieron soltar un jadeo más alto. Su boca bajó desde tu mejilla hasta tu vientre, dejando tus piernas cómodamente en sus hombros, repartiendo besos como una cascada hasta tu intimidad dónde empezó a lamer y a arremolinar su lengua en ti.
Arañaste la sábana y arrugaste los dedos de los pies, jadeaste por la humedad nueva que estabas descubriendo con su lengua y sus labios besando tu intimidad con hambre, bebiendo todo el líquido que caía por su barbilla y que te enredaba el estómago en una sensación tan exquisita que no pudiste ignorar. Gruñiste el nombre de Wriothesley, lo abrazaste con tus muslos y él fue dichoso de sentir tu miel fluir como un río por su paladar, no se molestó en mojar la sábana de bajo de ti, nada importaba ahora.
"No te puedo pedir que seas mía ahora, pero por favor dame la oportunidad." Amó cada parte de ti, como respirabas con dificultad, tus piernas temblando y deseando más, adoró cuando lo miraste a través de tus pestañas húmedas por tus lágrimas y sonreíste. Ibas a caer, si tenía que ser una ilusión rezabas que fuera eterna, que nunca te rompa el corazón con una verdad amarga si todos los días tendrías algo como esto. Tal vez es amor, pensaste, así se debe sentir estar enamorado, una inmensa felicidad y tranquilidad.
Había pedido permiso y se lo concediste, lo dejaste introducir su polla dura entre tus pliegues, ambos jadearon al sentirse completos, Wriothesley premió tu tranquilidad con más besos dulces y se tomó su tiempo para hacerte el amor entre suspiros y anhelos.
Mientras sus bolas casi entraban profundamente en ti a un ritmo lento pero rudo, los gruñidos del hombre besaban la piel expuesta de tu hombro y mordía delicadamente. Trataba de no hacerte daño mientras te sostenía la cintura con delicadeza, haciendo rodar tu clítoris en sus dedos y meciéndote contra su falo. Wriothesley besó tu clavícula a través de las manchas que dejaban sus labios, chupaba tu piel salada y mojada mientras susurraba frases inentendibles por la dicha de unirse a ti.
La vida no debía ser difícil, no debe estar llena de baches, fluye como el agua de una fuente. Tus noches no deberían pasar entre lágrimas y maldiciones, no deberían tratarte como una pieza en un tablero, sin importancia, destinada a ser abusada y manchada por otros. Estabas destinada a ser amada y mimada, a los ojos de Wriothesley, estabas destinada a vivir una vida honrada y feliz, sonreír todos los días de tu vida y cada noche dejarlo hacerte el amor de manera lenta, empalarte en su polla mientras soltaba más susurros de amor y adoración a ti.
Lo raro no acabó, el cariño no acabó. Cuando ambos estaban saciados por el nuevo tipo de placer que habían encontrado en el otro, no se separaron, él no se vistió y se fue luego de recordarte que fuiste la más hermosa de todas. Wriothesley se preocupó por ti, te ayudó a limpiarte y se quedó a tu lado en la cama, el silencio fue agonizante al inicio pues no sabías qué hacer hasta que empezaste a dormir en su pecho, arrullada por el respirar del hombre y sus brazos que te mantenía caliente. Lloraste una vez más, en silencio, por la felicidad que creías que sería pasajera.
Desde esa noche, todas las mañanas te alegras de despertar perezosamente en los brazos del duque que no te quiere soltar, pasas tus días a su lado vistiendo de los colores del arcoiris pero no el color del infierno, con un anillo con una piedra oscura en tu dedo. Un establecimiento clausurado, una oportunidad junto a Wriothesley y al final tu libertad estaba frente a ti. La libertad que había buscado tu padre, la que había buscado tu madre y la que no pudo encontrar tu yo más joven, ahora resplandecía frente a ti en la figura mortal de un hombre.
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English:
Life is difficult, it is full of potholes and it does not flow like water from a fountain. Those were the words your parents repeated to you every day as if it were a divine mantra. Life was about working to not die, doing whatever it took to eat a piece of bread, to ensure that the girl they were raising would not die of hunger or cold. They worked day and night, mending clothes and blankets, shoes and old furniture, everything had to do its job even if it was no longer useful, the clock was a living dead that your father always tried to repair with some rusty tools and the light of a candle that had almost no wax, but always rang on time.
Life was difficult, it was about working to get gas and be able to boil water to make soup, it was about bathing in ice water in the morning and working all day to fall exhausted on a sad mattress on the floor. You learned that from your parents from a young age and you understood, that cold night when a rusty mallet opened your father's skull out of frustration, that his words were very wise. You understood, the day your mother died due to illness and without the availability of medicine, that life was as cold as the water with which you washed your face in the morning, as hard as the floor on which you slept for several nights, you understood that you had to get out of there somehow.
You learned many things in your life, that if you washed your face before going out to sell newspapers you would have a few extra coins, that if you preferred to wear a sleeveless blouse you would have more attention and that could help you eat more than a loaf of stale bread. You understood that by being attractive you could save yourself when a man took you to work in something more "suitable."
Pure shit. A building with extravagant lights and translucent curtains, a luxurious prison where you have been an inmate since you were a teenager. You couldn't complain, you were supposed to, you had a soft bed and food, a roof that wouldn't let the rain or sun make you sick, you had a decent room and bathroom for the first time in your life, and the clothes you wore, even though they were uncomfortable, fitted and luxurious, it was clothing and it was appreciated. For someone who didn't have any of that, it was a blessing that you paid for with a dirty job.
You danced, you sang, you learned to talk and smile even if you were uncomfortable, you learned not to remove the hands that made you tremble with fear, you learned not to scream in pain or fear when they used you as if you were a vulgar hole or a pretty doll to taint.
You cried at the end of each encounter, you did not enjoy any of them, it was all pulls and bites of demons that ripped off your skin, the eyes of the monsters that slept under your bed wanting to take you to hell saw you as a piece of luxurious meat, ready to roast you with disgusting spices and eat you, and throw your bones against the plate so that someone else could clean the dining room where they sinned.
A new day, a shower with ice water and your hair tangled in the mirror, your damaged body was no longer what it used to be when you were preparing to sell newspapers on the dark streets, but a more mature and well-kept figure, exercise and the diet they regulated to keep you attractive combined with the hideous bruises on your legs and neck. You hated them, and you rushed to cover your body with a towel to continue crying one more morning.
Life was sad, cold and lonely. Life would treat you like a piece on a board, unimportant, destined to be abused and stained by others. Until he saved you.
Wriothesley, who smiles every time you call him. Wriothesley, whose eyes soften when he sees you. Wriothesley, who was not afraid to use his fortune to support you. Wriothesley, who saved you from that painted prison of luxurious sin, depression and misery.
The man who came to the place where you worked and was enchanted by your figure, who almost stopped a mission to see you a little more, to feel your gaze on him while you danced in such a vulgar outfit. Seeing through your seductive eyes and your capricious smile what little was left of a happy woman, who sought to cling to suggestion as the last true aspect of a personality destroyed by red lights and persuasive music.
That night he knew, he had to get you out of that place as soon as possible.
The feminine perfume felt like smoke in your lungs, but it was the right one for you, the red lipstick on your lips and the shadows carefully blended on your eyelids to make them look more beautiful were as expected from someone like you, who dressed scantily. Disgusting clothes and jewelry against your skin. A woman, a beautiful piece of meat that someone else would gobble up today.
The door opened for the dark-haired gentleman, the guard had guided him into the chamber of gloomy darkness. He walked in, received his congratulations from the disgusting man who looked at you with a disgusting smile and then closed the disgusting door again, leaving you defenseless against a hungry wolf. You smiled, regaining some of the confidence you were supposed to have as the diva of this damn place.
"Good night, monsieur..." A low tone, like a whisper, pretty and charming, mixed with the caress you gave to your crossed legs. You knew who the man is, and precisely for that reason –and because otherwise you would be punished if you treated him badly– you were not allowed to be anything more than a charming bag for his semen. You were silently grateful that he wasn't an old man again, you were sick of proud geezers who called themselves men walking through the doors.
It was worrying at first, the gentleman did not take his eyes off you but he did not dedicate himself to staring at you, his eyes did not reflect his desire to tear off your vibrant red lingerie, but rather he seemed annoyed as he looked around. for the outfit you were wearing. You shivered, not used to when he looked back into your eyes and smiled sympathetically.
"The color doesn't suit you." He spoke as calmly as possible, taking a few steps until he attracted the chair that was on one side and leaving you far away, respecting your personal space when he sat down and looked at you again. "This place is very... small, it doesn't seem like a good room for you." His analytical eyes roamed the entire room, the wallpaper and the wood of the floor, no pictures or posters of anything, just a bed, a desk and a bathroom. "Do you live here or am I wrong?"
"If we are here today it is because you considered it to be the best service you could have, Monsieur Wriothesley." If a man wanted to bring out all his fetishes, including the strangest and most disgusting ones, he would have to use special toys that were kept in special rooms, and of course a more complete and unlimited service required a greater amount of mora in the pockets of the great lord that kept you. That wasn't Wriothesley's plan, he wasn't looking for fun, not entirely. Wriothesley smiled and understood what you meant, he sighed and continued looking everywhere except at you in silence, one that was tormenting you. "Has he been feeling at ease lately, monsieur?"
You asked in a way that meant you were calm, you didn't want to force him to do anything and it was better if that was the case, but you didn't understand the need to pay to spend a night with a prostitute and waste time looking at mundane decorations. It seemed like Wriothesley agreed with your thoughts, and it even seemed like he was about to say something but he just stood there looking at you once again, again with annoyance. "Do you really like that outfit?"
It's disgusting, repulsive, suffocating and tasteless, you wanted to say it but you knew he wouldn't care, laughing a little would help you get out the air that remained uncomfortable inside your lungs. "Isn't that to your taste?" Wriothesley smiled looking into your eyes, his gaze illuminated by the dirty red of the room felt warm despite the heat of all the bright colors in the room.
"I would prefer something black on you, is that to your taste?" Wriothesley finally got up from his chair, approaching you with calm steps and taking your chin to inspect your face well, letting out satisfied noises as he analyzed your lips and cheeks. "If you allowed me, I could fill your life with colors other than this one. Violet, pink, white or black, if you asked me, everything would be yours." His touch was delicate, so much so that he hypnotized you and for a moment you forgot everything, enchanted by his words. Maybe they were a lie but between every word that fell from his tongue your ears warmed your heart. "You wouldn't be forced to dress this way, I wouldn't ask you to do this either. You would be a queen by my side, my queen."
"What you want is a trophy wife, monsieur." Wriothesley let out a laugh as he dropped you onto the bed, one hand under your head so you wouldn't hurt yourself, another hand on the mattress so he wouldn't let his full weight fall on top of you.
"No, what I want is you." He kissed you, but unlike previous kisses you've experienced there was no tongue to bother your mouth, no teeth to collide with your lips, just calm and delicious kisses, slow and sensual that made you chase his lips for more. Your hands held him by his shoulders to keep him from moving away, wanting to feel more of the affectionate act that took your breath away with each caress on your lips. "Can I...?"
What kind of nonsense was this man talking? That he buys a prostitute and asks her permission to do what he wanted to do when he paid. Dazed with frustration, you just nodded and let him remove your clothes, he was still frowning and delicate in his actions, removing your sheer blouse and revealing your breasts, giving them a caress and a slow kiss before removing your stockings by the elastic, sliding them down your legs carefully and holding your legs to the sides of his hips. When you wanted to move to grab the bottle of lube from the table next to the bed, Wriothesley's hand stopped you and kissed your hand.
"Don't worry, I'll take care of this." The man was still dressed, which kept you defenseless before him, not to mention that his hands began to outline your figure, your arms, your waist, he was trying hard to memorize your shape under his rough and scarred hands. His fingers cupped your nipples and played with your buttons with his thumbs, circling their girths and lightly squeezing the delicate flesh, drawing sighs from you.
"If you don't like something we can stop." He looked at you lovingly, now with no discomfort in your eyes, as he stretched the fabric of your panties. You nodded again, now with a sighed murmur, and it seemed like Wriothesley's ego grew in that moment. He removed the annoying fabric revealing your shameless intimacy, strangely enough you felt too exposed to him, but everything went to hell when one of Wriothesley's hands moved from your breast to your folds and delicately passed along your slit to your clit, massaging the flesh buttons with both hands in two different areas that made you gasp louder. His mouth went down from your cheek to your belly, leaving your legs comfortably on his shoulders, spreading kisses like a waterfall to your intimacy where he began to lick and swirl his tongue in you.
You scratched the sheet and wrinkled your toes, you gasped at the new moisture that you were discovering with his tongue and his lips kissing your intimacy hungrily, drinking all the liquid that fell down his chin and that entangled your stomach in a sensation so exquisite that you couldn't ignore. You growled Wriothesley's name, you hugged him with your thighs and he was happy to feel your honey flow like a river through his palate, he didn't bother to wet the sheet under you, nothing mattered now.
"I can't ask you to be mine now, but please give me the chance." He loved every part of you, how you were breathing hard, your legs shaking and wanting more, he loved when you looked at him through your eyelashes wet with your tears and smiled. You were going to fall, if it had to be an illusion you prayed that it would be eternal, that it would never break your heart with a bitter truth if every day you would have something like this. Maybe it's love, you thought, this is what being in love must feel like, immense happiness and tranquility.
He had asked for permission and you granted it, you let him insert his hard cock between your folds, you both gasped as you felt complete, Wriothesley rewarded your tranquility with more sweet kisses and took his time making love to you between sighs and longings.
As his balls nearly entered you deep at a slow but rough pace, the man's grunts kissed the exposed skin of your shoulder and bit gently. He tried not to hurt you as he gently held your waist, rolling your clit on his fingers and rocking you against his phallus. Wriothesley kissed your collarbone through the stains left by his lips, he sucked on your salty and wet skin while he whispered incomprehensible phrases for the joy of joining you.
Life should not be difficult, it should not be full of potholes, it flows like water from a fountain. Your nights should not be spent in tears and curses, you should not be treated like a piece on a board, unimportant, destined to be abused and stained by others. You were destined to be loved and pampered, in Wriothesley's eyes, you were destined to live an honest and happy life, smile every day of your life and every night let him make love to you slowly, impale you on his cock while he let out more whispers of love and adoration of you.
The strangeness didn't end, the affection didn't end. When you were both satiated by the new kind of pleasure you had found in each other, you didn't separate, he didn't get dressed and left after reminding you that you were the most beautiful of all girls in that night. Wriothesley worried about you, he helped you clean yourself and stayed next to you in bed, the silence was agonizing at first because you didn't know what to do until you began to sleep on his chest, lulled by the man's breathing and his arms that held you. kept you warm. You cried once again, silently, for the happiness that you thought would be temporary.
Since that night, every morning you are happy to wake up lazily in the arms of the duke who does not want to let you go, you spend your days at his side wearing the colors of the rainbow but not the color of hell, with a ring with a dark stone in your finger. A closed establishment, an opportunity with Wriothesley and in the end your freedom was in front of you. The freedom that your father had sought, that your mother had sought, and that your younger self could not find, now shone before you in the mortal form of a man.
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arisu-artnfics · 22 days
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“Un viaje a París” 5
Notas: 
Capítulo: 5/12 Anterior Siguiente (Primero). Version on English
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Capítulo 5: “De Amity a París”
Esa noche, Sam ofreció ayudar a los Fentons con sus reservaciones de hotel, o mejor dicho, insistió que ella ayudará con la reserva del hotel. Ella quería sólo lo mejor para su enamorado después de todo, incluso si no lo decía en voz alta. Después de varias búsquedas y comparando precios aquí y ahí, ellos finalmente decidieron en el hotel ‘Le Grand Paris’. Era un poco más elegante de lo que los Fentons estaban acostumbrados, y quizás un poco más caro… o, bueno, muy caro, pero eso no molestaba a Sam, era la mejor opción para la familia. 
El hotel contaba con dos opciones de alojamiento: suites y habitaciones tipo apartamento. Las suites tienen capacidad para cuatro personas, mientras las habitaciones tipo apartamento tiene capacidad hasta seis. Como familia de cuatro, la suite sonaba perfecta para los Fentons, eso es, hasta que leyeron algunas opiniones. Todos decían que el primer cuarto de la suite estaba bien, pero el segundo era tan pequeño y apretado que tú apenas podías abrir el ropero y no había espacio para poner tus maletas. La opción del cuarto tipo apartamento debería ser la mejor para ellos, incluso cuando era una extraña opción para cuatro. Consideraba de un cuarto principal con una cama tamaño king y dos cuartos pequeños que cada uno venía con una cama tamaño queen o dos camas individuales. De esa manera Jazz y Danny podrían tener sus propios cuartos, en vez de que ellos tengan que compartir como cuando eran muy, muy pequeños.    
Sam tomó esta oportunidad una vez más sugirió que ella también vaya con ellos desde que habría más que suficiente espacio para ella también. Ella propuso que ella podría compartir un cuarto con Danny, uno de los cuales con camas pequeñas, en vez de una de tamaño queen.
Jack y Maddie estuvieron dudando de decir “sí,” a ellos obviamente no les molestaba los dos adolescentes compartiendo una habitación desde que ellos la habían invitado a quedarse la noche, pero ellos ya habían comprado sus boletos de avión. E incluso aunque ellos han aceptado la ayuda de Sam con su hotel -por su insistencia en vez de algo más- ellos no estaban seguros si ellos podían conseguir un boleto para ella en el mismo avión.
A eso, Sam sacó su teléfono, preguntó a los Fentons por la información de vuelo, y manejo usar el poder que viene con ser un Manson no sólo obtener un boleto en el mismo vuelo, sino sentándose junto a ellos. Ella ofreció mejorar todos sus boletos a primera clase mientras estaba en ello, pero los Fentons negaron, ellos habían ahorrado suficiente dinero para sus gastos del viaje y no querían que ella gastara más- o mejor dicho, mucho más- de lo necesario.  
Después de eso, los Fentons simplemente permitieron a Sam terminar reservando el hotel por dos semanas que habían planeado estar en París. Ella respetó sus deseos y como pidieron, sólo compró el boleto para ella y se aseguró que la familia y ella misma estuvieran confortable en uno de los hoteles más bonitos en París. Después de todo, la idea era para ellos de tener una relajada y sin preocupaciones vacaciones, y eso incluía no estresarse sobre detalles que ella estaría más que feliz de ayudar.
Los Fentons y Sam tenían todo arreglado para su viaje a París, y Dani y Valerie estaban preparadas para quedarse atrás y proteger Amity Park. Todos están excitados por el inicio de las vacaciones de verano, todos menos Tucker.
Él amaba su trabajo como alcalde de Amity Park, ¡Realmente lo hace! Era como esa vez que se lanzó como representante de clase, ¡sólo mejor! Pero extrañaba pasar tiempo con sus amigos. Él entendía porque tenía un tutor privado en vez de ir al colegio, pero realmente, ¡él seguía siendo un adolecente! Él nunca pensó que extrañaría Casper High, pero estaba trabajando en una manera de atender clases ahí de nuevo el próximo año, incluso si era sólo medio tiempo. No planeaba correr por la posición nuevamente, así que apenas alguien más fuera elegido, él sería libre de regresar a ser estudiante a tiempo completo.     
Era muy difícil liderar, o incluso vivir en, un pueblo invadido con fantasmas, así que Tucker y los ciudadanos de Amity estaban más que aliviados cuando las noticias esparcieron de que el portal de los Fentons estaría cerrado por dos semanas. Ellos estaban aún más aliviados cuando escucharon que Jack Fenton estaría fuera del país y tomarían un descanso de constantemente chequear sus espejos retrovisores por esa motricidad que llaman una caravana. Será bonito tener un descanso del caos diario, incluso si fuese sólo temporalmente. Después de todo, cerrar el portal por siempre no hará ningún bien a la larga. Los fantasmas de portales naturales aún necesitan una manera de regresar a la Zona Fantasma. Esa fue la parte principal del caso de los Fentons presentaron al FBI del porqué deberían de ser permitidos reparar su portal. 
Los estudiantes van a estar fuera del colegio pronto, pero el trabajo de alcalde nunca termina. Tucker necesitaba un descanso también. Cuando escuchó las noticias que sus amigos estaban planeando un viaje a París, él comenzó a pensar una manera de viajar allá también. Si pudiera crear una buena razón suficiente, él podría usar dinero del presupuesto para pagar por ello… Incluso aunque era mayormente una excusa para tener unas vacaciones, él tenía que pensar en realidad hacer algo oficial mientras está allá, así que no sería visto como un completo abuso de poder. Él tenía responsabilidades después de todo.
El resto del año escolar vino y fue. El plan de Danny de gestión del tiempo estaba en pleno funcionamiento, y, aunque aquí había muchas cosas que necesitaban ser mejoradas, parecía que estaba funcionando. Él tenía ayuda peleando los fantasmas, y el sr. Lancer haciendo su parte también, Danny se las arregló en pasar todas sus clases. Ahora todo lo que quedaba era empacar.  
El día de su salida finalmente llegó, y el sr. Gray y Dani condujeron a los Fentons al aeropuerto. 
Cuando Damon aprendió sobre la niña pequeña y que es exactamente, él casi no podía creerlo hasta que la conoció y vio que tanto se parece a Danny. Fue invitado a FentonWorks un par de días atrás así Jack y Maddie podían explicarle qué hacer si el portal accidentalmente se activa o algo más pasaba, así como conocer a Dani un poco más. 
Los Fentons se aseguraron que el filtro esté cambiado antes de salir, así eso no estaría en riesgo, pero Dani sabía qué hacer si ese fuese el caso de todas formas. Todo estaba arreglado, ahora la aventura estaba por comenzar.  
Ellos estaban en el aeropuerto, jalando las maletas del carro. Danny se aseguró de sacar las más pesadas, ya que sus poderes les ayudaba más que los iban a aceptar, al menos en voz alta.
–No puedo creer que realmente estemos aquí,– dijo Danny. –Ustedes realmente cerraron el portal… N- N- No sé qué decir…
–Bueno, créelo hermanito. En verdad vas a recibir algo de descanso ahora, como lo necesitas,– dijo Jazz. Era hora para Danny de dejar de usar sus poderes, incluso si era su super fuerza que estaba usado casi sin notarlo estos días. Jazz había notado como él había tomado las maletas más pesadas por sí mismo.  
El grupo de viajantes dijeron sus adioses a Dani y Damon, saludando hasta que manejaron fuera de vista, de ahí se dirigieron adentro. Jack y Maddie siguieron bien cerca a los tres adolescentes mientras se dirigían adentro. Era extraño verlos usar ropas “normales”, dejando sus trajes de una pieza atrás, pero ellos habían prometido unas buenas, no-cazaría-de-fantasmas vacaciones. E incluso aunque era un gran cambio para ellos, ellos estaban fieles a su palabra.
–¡Exactamente Danny-boy! Estamos aquí, ¡y todo está arreglado! ¡Es hora de relajarse!– explotó Jack.
–Tu padre tiene razón, Danny.– Maddie pausó, –Jack cariño, ¿recordamos agradecer al Sr. Gray por manejarnos aquí?– preguntó. Incluso aunque lo han hecho, ella tenía el presentimiento que se estaban olvidando algo.
–Espero que recuerden que Dani y Valerie le hicieron prometer que nos recogerían del aeropuerto cuando regresemos, también…– dijo Sam sabiendo que como que le obligaron a hacer la oferta, incluso aunque ellos iban a estar llegando bien tarde en la noche.
–Como que me siento algo mal sobre preguntarle de hacer tanto por nosotros, Dani y Valerie no debieron hacerlo… digo, podría haber volar nos hacia y desde el aeropuerto al menos,– dijo Danny. Él sabía muy bien que era más que capaz de cargar la familia y su equipaje sin tanto problema.
Ellos rápidamente dejaron sus maletas en el mostrador de registro y se dirigieron a seguridad.  
Jazz pinchó el puente de su nariz en frustración, –por última vez, Danny, estás son unas vacaciones. Eso significa que no debes esforzarte, no deberías de estar haciendo nada de peso pesado. Y antes que digas nada, sólo porque tú puedes no significa que debas.– Ella mantuvo su voz baja y se aseguró de no mencionar los poderes de Danny ya que estaban en público, pero su tono firme de voz le hizo saber que ella no toleraría ningún argumento.
–Yeah, lo sé, lo sé,– dijo Danny con un gesto de su mano, –pero-–
–No. No peros, Danny.– Sam interrumpió. –Ya hemos hablado al respecto, ¿verdad?– Ella estaba tan cansada de tratar de hacer que Danny dejará de usar sus poderes todo el tiempo tanto como Jazz.   
–Sí, lo sé…– Danny suspiró, –Tienes razón.– Él miró alrededor por el número de la puerta que necesitaban ir. No había muchas puertas, pero era la primera vez ahí.
–¡Por aquí!– Jazz apuntó hacia su puerta. No le tomó mucho encontrar el número que coincidía con su tarjeta de embarque, era un pequeño aeropuerto, después de todo. “Amity Park Airport” era relativamente nuevo, y posiblemente una de las únicas cosas buenas que Vlad ha hecho como alcalde. 
–Buen ojo, Jazz, querida,– dijo Maddie, dirigiéndose en la dirección que Jazz había apuntado.  
En la zona de espera cerca de la puerta, había una ventana larga que miraba sobre la pista y estaban sorprendidos por cuantos aviones podían ver y que tan ocupado y bullicioso todo era. Incluso aunque el aeropuerto de Amity Park era pequeño, era lo suficientemente grande para que hubiera varios aviones volando a la vez a diferentes partes del país. Era su primera vez viajando así. Sí, ellos han volado antes, pero nunca en aviones grandes como este, menos internacionalmente.  
Los asientos en el primer avión estaban divididos en dos secciones de tres asientos por fila en cada lado del pasillo. Danny, Sam y Jazz se sentaron juntos en una fila mientras que Jack y Maddie se sentaron detrás de ellos junto a un buen, joven señor de negocios. Era un vuelo corto a Chicago y fácil escala en O’Hare antes de despegar de vuelta. Su segundo avión, el internacional, era mucho más grande que el primero. Este estaba dividido en tres secciones, dos en los costados con tres asientos cada uno, y una en el medio con cuatro. Tal como en su primer vuelo, los tres adolescentes se sentaron juntos con sus padres en la fila de atrás de ellos.  
Un poco más de diez horas después, la familia Fenton, más Sam, aterrizaron en París en el “Charles de Gaulle Airport.” Ellos recogieron sus maletas e intercambiaron algunos de sus dólares por euros, por si acaso, aunque tenían planeado usar sus tarjetas de crédito principalmente desde que era más fácil. Con suerte para ellos, el agente en el intercambio de moneda hablaba inglés lo suficientemente bien. Ellos también estaban agradecidos que habían reservado el transporte del aeropuerto al hotel en avanzado, porque francés no era fácil, especialmente después de tan largo viaje.      
Cuando llegaron al hotel, ellos se registraron y de ahí fueron guiados a sus habitaciones por un botones servicial. Una vez adentro, ellos rápidamente se pusieron a explorar la suite estilo departamento, admirando tan sólo que tan grande y lujoso realmente era. De ahí reclamaron sus cuartos y sus camas, y desempacaron un poco para acomodarse. Jack y Maddie obviamente tomaron el cuarto principal, mientras Danny y Sam tomaron el cuarto con dos camas pequeñas y Jazz tomó el que tenía una queen. Tal como habían acordado en casa.     
–Está bien chicos, vamos a dormir,– Maddie miró a su reloj, era bien pasado la media noche en París, aunque incluso no se sentía.
–Pero no estoy cansado,– Danny se quejó, –¿podemos quedarnos un poco más?
Maddie le lanzó una mirada materna. –Vas a desear haber ido a la cama cuando por la mañana llegué y la descompensación horaria te golpeé,– les recordó a ellos.
–Ella tiene razón, ya sabes,– Jazz dijo. –Se siente como si sólo son las cinco o seis de la tarde porque esa es la hora en Amity Park. Pero no estamos en Amity Park, y si queremos disfrutar todas las cosas que París tiene para ofrecer, necesitamos ajustar nuestro horario de dormir tan pronto como sea posible.
Ellos gemieron y gimieron y arrastraron sus pies, incluso los adultos, pero eventualmente todos estaban en la cama. Les tomó tiempo quedarse dormidos de verdad, pero la noche vino y fue y antes que realizarán, era el día siguiente. 
Se despertaron temprano y brillando, más a la consternación de los adolescentes y la familia bostezando, arrastrando los pies bajó las escaleras para desayunar. El restaurante estaba en el primer piso, o planta baja, como era llamado aquí. Ellos no tenían mucho planeado para el día otro que acostumbrarse a estar aquí y acostumbrarse a escuchar todo en francés en vez de inglés.
Una vez que se estaban sentando en la mesa de desayuno, Sam admitió aprender algo de francés gracias a sus padres insistencia en tener una “íntegra y culta hija.” Por supuesto, a Sam nunca le gustó la imagen que sus padres trataron de forzar en ella, ella sólo quería ser ella misma. Pero a pesar de sus mejores esfuerzos, aún así ella había cogido un poquito del lenguaje.
–Bueno esto va a ser interesante…– Danny dijo mientras cogía el menú de desayuno, parecía como si estuviera escrito en Latin o algo. 
–Aquí, Danny, intenta este,– Sam le entregó el menú internacional. Aunque incluso este estaba en inglés, tenía varias páginas de comida que no él no puede pronunciar, porque, por supuesto, cualquiera que pudiera permitírselo comía allí y necesitaba un menú elegante lleno de comida elegante para satisfacer todos sus gustos sofisticados. 
–Debí haber sabido,– Maddie susurró, más para ella, mientras miraba el menú, –El precio era decente para la habitación pero no para la comida…– Ella y Jack estaban pensando en ordenar unas bandejas de desayuno grandes para la familia para compartir.  
Habían encontrado una buena oferta en el hotel, que estaba dentro de su presupuesto, pero Sam aún seguía insistiendo en pagar por eso y bueno, ¿cómo podían negarse? 
–Hey, Sam, ¿Crees que obtuvimos una buena oferta por la Semana de la Amistad Franco-Americana que pasó recientemente?– preguntó Jazz. Ella había escuchado en alguna parte que estaba pasado, quizás ha leído algo sobre aquello… sonaba divertido, pero su familia nunca era de celebraciones. Ni siquiera la navidad era celebrada correctamente en su casa, tristemente.
–¿Qué?– Danny preguntó en confusión. –¿El qué-qué, ahora?– Él pensó sobre eso por un momento, y quizás le sonaba un poquito familiar, pero hey, las celebraciones no eran su fuerte.
–Estoy segura que lo aprendiste en el colegio, Danny. La Semana de la Amistad Franco-Americana es una celebración de nuestra historia compartida, yendo atrás a la Guerra Revolucionaria cuando Francia fue uno de nuestros primeros aliados como una nación jovén. Pasó hace unas semanas atrás, si lo recuerdo correctamente. Sólo antes, bueno, todo…– dijo Jazz, pensado atrás a lo que vio cuando reservaban el hotel con sus padres. El sitio en línea decía “reservar ahora” antes de que la “oferta” termine. –creo que este bonito hotel ofreció descuentos especiales sólo para americanos… o algo, durante el resto del mes…– Ellos tuvieron suerte que la reserva les dejó tener los precios baratos por ese tiempo extendido. 
–Eso creo,– respondió Sam. –Me olvidé completamente sobre la Semana de la Amistad, no es como si ellos dijeran nada sobre ello en Casper. Vivimos en Amity Park, y si no es sobre fantasmas, es como si a nadie le imparta. ¡Como si la historia no importase! Pero todos deberían de aprender sobre historia así cosas como guerras no se repiten de vuelta, ¿saben?– ella despotricó, pero sin ningún enojo real. Ella sabía que todos ellos compartían ideas similares sobre la educación en Amity Park.
Jazz tarareó su acuerdo. Educación era importante, pero bueno ellos son de Amity… ¿Qué puedes hacer, verdad? Es por eso que ella hacía lo mejor para enseñarles algunas cosas importantes que ellos no aprendían en el colegio. Ella también hacía lo mejor para mantenerse al tanto con la última tecnología. Nadia decía que su educación era mala, sólo que ahí habían definitivamente huecos. Al menos cumplía con el estándar del gobierno, pero no por mucho. 
–¡Está bien chicos, creo que lo tengo!– Jack interrumpió después que él y Maddie habían pasado un rato leyendo sobre las opciones del menú en silencio. Las pequeñas explicaciones junto a los nombres de cada plato eran muy útiles. Los nombres en francés era una reto, pero no iban a detener a Jack Fenton.  
–¿Tener qué?– preguntó Danny. –¡Oh verdad, desayuno! Um, ¿qué tal, uh, tostada francesa?– Él ni siquiera sabía que tener aún, o por qué sugirió eso cuando ni siquiera le gustan las tostadas. Él quizás había olvidado que se supone que estaban decidiendo qué tener. Era la hora del desayuno después de todo, y, por primera vez en mucho tiempo, iba realmente a tener algo de comer que no le ataque.
–Realmente, ¿Danny?– Jazz se cruzó de brazos, no impresionada. –¿tostada francesa? 
Danny simplemente se encogió de hombros en respuesta. Era la única cosa que podía pensar en ese segundo. 
–Tu padre y yo hemos estado mirando el menú… y, bueno, hay un especial familiar que incluye variedad de comida,– Maddie explicó, tocando ligeramente el menú por énfasis mientras hablaba. –Estamos pensando en tener algo de eso. Viene con tostadas, Danny, así que todos deberían… 
Sam volteó a mirarla, alzando una ceja. Hasta ahora ella no estaba segura si ofrecían opciones veganas, así que no todos podrían ser capaces de comer, o eso es lo que Sam estaba pensando. 
Maddie parpadeó un par de veces hacía esa expresión. –No te preocupes, Sam querida, por lo que veo, podemos ordenarlo con una parte vegana y otra no, y está incluye opciones veganas,– ella terminó diciendo. Ella estaba muy segura que los símbolos “V” en el menú deberían de ser por opciones veganas, ¿verdad?
–Oh…– dijo Sam, quién chequeó esa sección del menú por sí misma para encontrar que Maddie estaba correcta. Restaurantes de lujo tienen tendencia de ser así de todas formas. Ya sea aquí o en Amity, de lujo también significa “hacer lo que sea que el cliente pregunte.” Ella nunca ha tenido un problema con eso de vuelta en casa, así ¿por qué debería tenerlo aquí? Y era claro que el símbolo “V” era de hecho para las opciones veganas, y también que la bandeja tenía la opción de hacerla mitad vegana. 
Después que miraron el menú por unos pocos minutos, un mayordomo que se introdujo a sí mismo como ‘Armand’ apareció a tomar la orden. 
Incluso aunque él estaba normalmente en llamada para la Srta Chloe, atendiendo a todos sus caprichos, ser un mayordomo para la familia Bourgeois significaba que básicamente era un empleado para todo. Él trabajaba para Le Grand Paris, registrando a las personas en la recepción, entregando servicio de habitación, y a veces intervenía para ayudar a los meseros en el restaurante o el bar del hotel.   
Los Fentons terminaron teniendo el especial familiar, así como algunas otras opciones veganas para acomodar a Sam. 
Después del desayuno, Jack y Maddie anunciaron que iban a explorar el hotel, sólo para asegurarse de que no estaba encantado. Uno no podría ser muy cuidadoso, ellos siempre decían. Los chicos rápidamente dijeron que preferirían caminar y explorar la ciudad. Y después que Danny prometió no transformarse y volarlos alrededor, invisible o no, ellos les dejaron ir. 
Danny entendía el porqué sus padres preguntaron eso de él, tenía sentido. Incluso si se suponía que debería de estar tomándose las cosas con calma, no podían arriesgar a alguien que viera a Phantom en París y lo conectara con el viaje de la familia Fenton. Él entendía, pero eso no hizo que fuera una regla fácil de seguir. Durante el vuelo para allá, había estado muy tentado de volar debajo del avión por un momento, sólo porqué estaba desesperado por un poco de tiempo para sí mismo. Estando hacinados en espacios reducidos por varias horas con un montón de extraños era estresante, especialmente cuando uno de esos extraños era un bebé muy infeliz. Sus poderes de fantasmas nunca han parecido ser tan atractivos. 
Los chicos se dirigieron a la puerta, llamando de que ellos se mantendrían en contacto mientras se despidieron. 
Los Fentons nunca habían viajado fuera del país, y por ello no habían considerado que estarían dejando su red telefónica atrás. Afortunadamente para ellos, París tenía una buena red wifi. Ellos también tenían sus teléfonos Fentons como respaldo. Danny había confesado tímidamente traer el suyo en el avión, y de ahí uno tras otro, el resto del equipo admitió hacer lo mismo también. Aunque estos estaban diseñados para funcionar específicamente en la Zona Fantasma, en el mundo humano técnicamente funcionan como teléfonos sin la necesidad de una red o data para comunicación básica. Ellos tenían el inconveniente de que sólo funcionaba para llamadas, no mensajes; para eso necesitaban wifi. Este viaje iba a ser tan impredecible como pensaron que sería. Pero incluso aunque no lo habían planeado, al menos con los teléfonos Fenton podrían comunicarse con los otros si algo pasaba. 
No tan lejos del hotel, los tres adolescentes encontraron un pequeño parque. Fueron atraídos por el hermoso paisaje y curiosidad sobre la estatua que podían ver en el medio de este. Mientras seguían uno de los muchos senderos sinuosos hacia el centro del parque, se sintieron extrañamente como en casa. La ciudad no se llamaba Amity Park por nada, e incluso aunque habían sólo estado por un día, ya la extrañaban.
Una caminata corta después y estaban examinando la estatua cercanamente. Era obviamente importante para la ciudad o no estaría ahí, pero se veía bastante nueva. Parecía representar un par de superhéroes, o al menos es lo lucía para los tres, con esos disfraces y todo. Mientras se preguntaban quiénes serían los héroes misteriosos, Jazz apuntó a la placa en la base de la estatua. Se acercaron para leer la inscripción en ella, y con la ayuda del limitado francés de Sam, aprendieron que el par eran héroes locales llamados “Ladybug” y “Chat Noir.”
–¿Son reales?– Danny preguntó con una risa. –Es un poco obvio, ¿no es así?
Sus disfraces parecían como una mariquita y un gato negro. Al menos, él estaba bien seguro que “Chat” significaba “gato” y “noir” significa “negro” pero no se acordaba donde lo había aprendido. y “Ladybug” es obvio, eso era sólo inglés. 
–Hey, no puedes decir nada, Señor…– Jazz rápidamente miró alrededor para ver si alguien estaba cerca a ellos, –Señor soy-un-fantasma-llamado-Phantom,– ella susurró con una sonrisa burlona. 
–¿Y sólo que hay de malo con mi nombre?– fingió ofenderse. –Es mucho mejor que el que la media me dió, podría haber sido “Inviso-Bill” ¡por llorar a gritos! ¡Phantom es mucho más genial!
–Tú fuiste de un juego de palabras sin vergüenza por otro, Danny,– su hermana respondió con una expresión inexpresiva. –digo, podrías haber elegido cualquier cosa, pero ¿es eso por lo que fuiste?  
–¡Hey! ¡Eso es un gran juego de palabras! ¡Me tomó semanas venir con eso!– cruzó sus brazos con un resoplido, –quien sabe, quizás encontraré a alguien alrededor de aquí quien en realidad tenga buen gusto. Eso te enseñara.
Le sacó la lengua a ella, después de un momento, todos los tres adolescentes reventaron en risa.
Una vez que se calmaron de vuelta, Danny se preguntó en voz alta si habría una estatua de él en París. Era una ciudad capital, después de todo.
–Espero no estes pensando lo que creo que estás pensado.– Sam advirtió. Sería muy fácil para Danny explorar la ciudad como Phantom sin que nadie sepa, al menos ningún Parisino, e intentar encontrar qué es lo que los locales piensan de él. –sabes que si te vas por tu cuenta y te pierdes, no serás capaz de preguntar por direcciones. Incluso ahora no podemos hacer eso, cuando estamos juntos. Lo cual es exactamente porque no vamos muy lejos del hotel.– Incluso si ella hablase algo de francés, no quiere decir que sea fluida.  
–Es por eso que traje un cuaderno,– dijo Jazz, apuntando a lo que era, en sí, un cuaderno, en su mano. –Y estoy escribiendo los nombres de todas las calles que veo, así al menos podemos apuntar e intentar preguntar por direcciones si necesitamos. 
Danny suspiró, –No, no estaba pensando sobre eso, en verdad. Le prometí a Dany, y, bueno, a ustedes chicos y mis padres, también… e incluso a Valerie. Para este viaje sólo soy el simple viejo Danny Fenton. No hay superhéroes. No poderes de fantasmas en ningún momento.– Había sido difícil de aceptar sus términos, pero unas reales vacaciones estaban sonando más y más tentadoras cada vez que alguien lo mencionaba.
–Bien,– Sam tomó la mano de Danny con una sonrisa y sonrojándose, –Estamos aquí para relajarnos, ¿recuerdas?– Incluso después de todo este tiempo saliendo, ellos aún se dan mariposas. 
–Está bien, ¿ahora donde?– dijo Jazz, aclarando su garganta. Incluso aunque ella estaba feliz por Danny, era un poco incómodo ver a su hermanito aún sonrojándose sobre algo tan simple. Les ha tomado tanto tiempo finalmente admitir sus sentimientos uno al otro, y ella estaba feliz por ellos, en verdad lo está, pero estaba empezando a sentir como tercera rueda. 
–No lo sé… ¿el río?– él sugirió, mirando alrededor y notando que no estaban tan lejos de eso. –Esperen, ¿es eso un colegio? ¿Al frente de una panadería?– preguntó, confundido. Era un poco extraño, si le preguntas, tener un colegio, panadería, y un parque tan cerca de lo que asumió que era una zona turística, su hotel no estaba tan lejos después de todo.
Sam se encogió de hombros después de notar el colegio al que se estaba refiriendo, –quien sabe, quizás toda esta área no es tan turística como pensamos. Digo aún estamos muy lejos de la torre eiffel o cualquiera de los museos.
–Ella tiene razón, sabes,– añadió Jazz. Ella había mirado todas las atracciones turísticas en el mapa antes de dejar el hotel, y nada estaba a poca distancia.
–Supongo… así que, ¿el río?– Danny preguntó. Él no lo iba a sobrepensar. Estaba ahí para ser un turista, y turistas visitaban el río.    
–El Sena.– Jazz intervino automáticamente.
–Lo que sea.– Danny giró sus ojos.
–Supongo que el río podría ser bonito…– respondió Sam, sólo feliz de estar pasando tiempo con Danny. Ella hubiera preferido si eran sólo los dos, pero no le importaba que Jazz les acompañara.
Se despidieron de la estatua y cruzaron el parque en dirección de la panadería. De ahí, ellos deberían de hacer camino hacia las escaleras que les llevaban a lo largo del río.
Justo cuando llegaron a la panadería, la puerta principal se abrió de golpe y una chica con cabello negro azulado puesto en dos colitas corrió fuera de esta. Estaba cargando una torre de cajas tan alta que no podía ver dónde estaba yendo y casi se topó con Jazz. Afortunadamente, Danny reaccionó rápidamente, poniéndola fuera del camino justo a tiempo.
La chica casi se tropezó con el aire cuando notó a los tres de ellos, tartamudeó algo rápido en francés.
Ellos simplemente la miraron con caras confundidas.
–Uh, lo siento, no somos franceses,– Danny ofreció mientras ayudaba su balance de las cajas que estaba cargando. 
–¡Oh!– la cara de la chica se iluminó mientras reconoció el lenguaje, repitiendo su disculpa en inglés. –¡Y gracias por tu ayuda!  
Danny le dio una sonrisa amigable. –Está bien, feliz de asistir.
–Soy Marinette,– la chica se introdujo. –Y mi familia es dueña de esta panadería. Me encantaría quedarme y hablar, pero estoy muy tarde con está orden, así que, um, ¡adiós!– Se volteó para correr en la dirección del parque e inmediatamente tropezó con sus propios pies, casi cayéndose otra vez. 
–Woah, ¡cuidado!– Sam llamó, ayudando a Marinette con las cajas esta vez. Ella no había pensado que era posible para nadie ser tan torpe.
–¿Quieres, uh, te gustaría algo de ayuda?– ofreció Danny. Él cogió las cajas de encima antes que se deslizaran de la torre. Era la tercera vez en tan pocos minutos que la han ayudado con esas y se preguntaba si esto era algo que ella podía normalmente hacer por sí sola.
–¡Oh!– dijo Marinette, notando que más fácil era moverse ahora que no tenía tantas. –¡Gracias! Debería de esperar por mi amiga para que me ayude con estas… pero ella tenía que cuidar a las niñas y en verdad necesitan las cajas ser entregadas en este momento…– suspiró, –siento molestarte, pero lo apreciaría si pudieras… digo, ya me estás ayudando… así que, gracias.
Marinette sonrió a los extraños amables. Ella en verdad necesitaba ayuda. Su amiga le había ofrecido ayudarla el día anterior, pero tuvo que cancelar en el último minuto porque sus padres la necesitaban para mirar a las gemelas.
–Soy Danny,– dijo Danny, sonriéndole de regreso. Si Marinette se ha introducido a ellos, sería sólo educado que él regrese el gesto, ¿verdad? 
–Sam,– dijo la chica junto a él, inclinando su cabeza cuando Marinette la miró.
–Y mi nombre es Jasmine, pero tú me puedes llamar “Jazz,”– dijo Jazz, cuando fue su turno.
–Lo siento de vuelta por todo esto. Normalmente tomó turnos cuando hago esta cantidad de cajas, o le preguntó a mi amiga Alya que me ayude,– comenzó a caminar y los tres americanos la siguieron, –pero como dije… bueno, es en realidad mi culpa, me distraje, y, bueno, no salí cuando debí y bueno…
Ellos no deberían saber ya que el ataque pasó antes que llegaran, pero Ladybug y Chat Noir estuvieron afuera hasta tarde peleando una akuma. Porque ella se quedó hasta tarde, Marinette se quedó dormida esta mañana.
–Hey, esta bien, no tienes que explicarte a ti misma a nosotros, ya sabes. Y estoy segura que quien sea que está esperando por estos entenderá que te estás demorando un poco más, ¿verdad?– Jazz dijo gentilmente, tratando de calmar a Marinette. La pobre chica obviamente tenía un montón en su cabeza y la distracción certamente no estaba ayudando su coordinación. Ella era ya muy torpe, y cuando no estaba prestando atención, las cajas empezaban a inclinarse y caer porque no las estaba cojiendo derechas.    
–Yeah, está bien Marinette, no nos molesta darte una mano. No es como si tuviéramos nada más que hacer,– dijo Danny, aún siguiendo Marinette con las cajas. Sus únicos planes por el día eran acostumbrarse a París y ajustarse al cambio de horario. No habían planeado visitar la torre Eiffel o ningún museo hasta después en la semana. Todo bien en ese departamento. 
–¡Oh dios! ¡Lo siento mucho!– Marinette comenzó de vuelta. –ni siquiera pregunté… sólo asume que-
–No, no, ¡estás bien aquí! No nos importa,– Sam interrumpió. –Tal como dijo Danny, no tenemos realmente nada planeado para hoy. Por ahora sólo nos estamos acostumbrando a todo, ¿sabes?– Se apresuró en asegurar la Parisina, ella no estaba apunto de escuchar otra perorata de disculpas de una chica que acaban de conocer. Sabía que eso podría ser fastidioso rápido.
–¡Ah!– dijo Marinette, realizando que ellos posiblemente acaban de llegar a París. –¿De dónde son? si no les molesta que les pregunté. Quizás después de dejar estas,– ella levantó las cajas como si fuera apuntar el favor que le están haciendo, –podría ayudarlos a encontrar un guía o ¿algo? Es lo menos que puedo hacer para agradecerles por ayudar a un completo extraño durante lo que asumo son sus vacaciones.– Se sentía algo culpable por estar fastidiando a los turistas.    
–Bueno, parecía que necesitabas una mano, y estamos aquí mismo, así que ¿por qué no colaborar, ya sabes?– Danny encogió sus hombros, las cajas en sus manos balanceándose hacia arriba y hacia abajo. –Somos de Amity Park, Illinois. Probablemente no has escuchado de-
–¡Oh! ¡Conozco el lugar!– Marinette interrumpió animosamente, reconociendo el nombre, –Ustedes son de esa ciudad fantasma, ¿verdad?–
Danny se había olvidado de que aunque Amity no es considerado grande, era una gran noticia ahora.
–Bueno, no una “ciudad fantasma” ciudad fantasma, pero es donde ese nuevo héroe es, ¿verdad? ¿Es realmente un fantasma? Lo siento, posiblemente una pregunta tonta de preguntar…– Marinette murmuró, sintiéndose un poco tonta ahora que lo decía en voz alta, pero ella y Chat Noir han sido curiosos sobre él desde que pusieron la nueva estatua. 
–No seas tan dura contigo misma Marinette, es sólo natural que seas curiosa. Cuando los fantasmas empezaron a aparecer, un montón de gente en Amity no creía que eran reales tampoco. Le dije a mi hermanito aquí, que ahora que Amity Park ha estado en las noticias, gente de todas partes del mundo se podrían estar preguntado las mismas cosas que hicimos al comienzo,– dijo Jazz. Aunque ella no estaba realmente esperando encontrar a alguien que realmente estuviera preguntando… O incluso alguien que reconociera el nombre de Amity Park tan rápido. 
–Gracias,– dijo Marinette. Las palabras de Jazz la hicieron sentir un poco mejor, pero sus cachetes seguían quemando en vergüenza. Agradecidamente ellos acaban de llegar a su destino. –Bueno, ¡estamos aquí! 
Notando que habían caminado todo el camino de vuelta al hotel, Danny tuvo una realización repentina, –Espera, ¿los productos horneados de aquí son de la panadería de tu familia?– preguntó. 
–¿Se están quedando aquí?– preguntó Marinette, haciendo una cara. Sólo la gente muy rica y famosa se quedaba en ‘Le Grand Paris,’ así que Marinette estaba un poco sorprendida de que sus nuevos amigos se estaban quedando ahí. Ellos son buenos, pero no parecían particularmente ricos o famosos.        
–Ellos tenían un descuento corriendo por la Semana de la Amistad franco-estadounidense, así que…– Sam encogió los hombros como si eso fuera obvio. Ella no sabía que fue con su actitud de repente.  
–Oh, verdad…– Marinette respondió. Se había olvidado que por todo un mes el hotel había reservado a cualquiera de los Estados Unidos por muy, muy baratos precios. Ella había estado sorprendida cuando escuchó sobre ello, ya que no parecía como una muy buena decisión de negocios, pero de ahí cuando vio la extra publicidad que le daba al hotel, entendió. –Esperen, pensé que esa promoción terminó antes de las vacaciones de verano…– añadió. 
–Hicimos nuestras reservaciones durante el periodo promocional, y la oferta se transfirió,– Jazz explicó. Ella sabía los precios normales, y parecía que Marinette sabía, también, así que su reacción era entendible. Era un hotel muy caro, después de todo. 
–E incluso si no lo hubiera, Sam podría haber pagado de todas formas,– Danny se encogió de hombros, no dando más que pensar.   
–¡Danny!– amonestó Jazz. Era malcriado asumir que Sam podría simplemente pagar por todo. Ella había ofrecido, pero igual.  
–Digo, yeah, yo podría hacerlo de todas formas. Pero aún fue bueno obtener la oferta, sólo así tus padres no se sentirían mal sobre mí gastando dinero en ustedes, ¿sabes? No creas que no los noté mirando por alternativas. Y no les culpo, digo que los precios normales en este lugar son ridículamente caros,– Sam giró sus ojos.  
–Dimelo,– murmuró Marinette. Aunque ella personalmente no había chequeado sus precios normales, sabía que la familia Bourgeois normalmente no permitirían tales precios baratos. Es por eso que sólo gente internacionalmente famosa venía aquí. Gente como Jagged Stone o su tío abuelo. 
–Ah, ¿qué fue lo que dijiste?– preguntó Danny. Él pensó que la escuchó decir algo, pero no estaba seguro. 
–¡Oh!– ella exclamó, sorprendida de ser escuchada. –Bueno deberíamos de entrar…– rápidamente cambió el tema y movió las cajas en sus brazos. Corrió adentro e hizo una línea recta hacia el área de recepción, era una buena cosa que la estaban esperando.
–Oh, verdad,– dijo Danny, siguiéndola dentro del hotel. Se encogió de hombros, se debe de tan sólo imaginarse cosas. Ellos aún se estaban acostumbrado a todo. 
Jazz y Sam compartieron una mirada, giraron sus ojos a las payasadas de los otros dos. 
Después de que Marinette y Danny dejaron las cajas, todos ellos se dirigieron de vuelta a la panadería. Ella les agradeció de vuelta por su ayuda, incluso cuando había sido sólo Danny, y él le cortó con la mano su gracias diciendo que no era nada y que estaba feliz de hacerlo.
En su camino de regreso Jazz comenzó a invadir a Marinette con preguntas sobre todos los típicos, y no tan típicos, lugares que pueden visitar mientras están en París. Marinette estaba más que feliz de ayudarlos a movilizarse y se lanzó en una explicación detallada de las menos conocidas atracciones y como hay una línea directa del bus que va desde el hotel a la Torre Eiffel si están interesados. Ella de ahí incluso les habló sobre Ladybug y Chat Noir, los dos héroes locales, así como también su mejor amiga posiblemente sabía más porque ella maneja el “Ladyblog,” un blog totalmente dedicado a los héroes locales. 
Danny estaba sorprendido de que estaba correcto cuando estaban adivinando de qué se trataba la estatua, especialmente la parte de los nombres obvios.   
Marinette acordó que los nombres eran muy obvios si lo pensabas al respecto, pero esos eran los nombres que los héroes dieron al público. Ella personalmente nunca lo había pensado, ella quizás le pregunte a Chat que piensa sobre eso cuando lo vea como Ladybug. 
Cuando regresaron a la panadería, Marinette les ofreció algunos pastelitos como gracias por ayudarla. Los tres adolescentes rechazaron la oferta, diciendo que su consejo sobre qué visitar y cómo navegar la ciudad era más que suficiente. Jazz por supuesto había escrito todo lo que Marinette les dijo. Ella se aseguró de anotar cada uno de los detalles, después de todo ella estaba en cargo ya que era su idea. 
Justo cuando estaban por decir sus adioses, los padres de Marinette se les unieron al frente de la panadería. Se introdujeron cómo Sabine y Tom, y agradecieron por la ayuda también. Ellos habían notado que cuando su hija estaba luchando con las cajas y estaban por tomar turnos ayudando cuando vieron a los tres de ellos interviniendo. Normalmente ellos hubieran necesitado empezar a hacer una segundo lote de productos horneados por si acaso el primero no llegará al hotel, pero parecían ser como un grupo de responsables jóvenes con decente balance y así ellos regresaron a atender la tienda, seguros que su hija estaba en buenas manos.  
Los cachetes de Marinette se volvieron rosados brillante mientras sus padres explicaban que tan torpe era. ¡Ahora estás personas buenas nunca van a querer ser sus amigos! Ella gimió y enterró su caliente cara en sus manos.  
Jazz la palmeó confortablemente en la espalda y Danny dijo que ellos entendían su dolor todo muy bien. Después de todo, los padres Fenton eran tan sutiles como una señal de neón intermitente. Incluso Sam podía relacionarse, había una razón por la cual a ella no le gustaban sus padres tanto. 
Los Dupain-Chengs se disculparon con su hija y repitieron la oferta de cosas horneadas como agradecimiento y no tomarían un no como respuesta. El esfuerzo de la familia finalmente los convenció de aceptar la caja de dulces, no es como si tuvieran mucha opción. El sr. Dupain justo les había empujado la caja de dulces en las manos de Danny cuando una explosión cercana sacudió la panadería.
Continuará… :D :D
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corazona-das · 27 days
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Desde el comienzo (Blas Polidori)
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Estabas tirada sobre tu cama esperando a que Blas pasara por ti, habían quedado en salir juntos. De fondo en tu reproductor de música estaba sonando "From the start" de una artista que habías encontrado recientemente, estabas fascinada con las letras y melodías de todas sus canciones, pero sobre todo con ésta, de alguna forma sentías que resonaba contigo.
cuando sonó tu celular esperanzada te abalanzaste a ver si era lo que esperabas. sí era un mensaje de él, pero no lo que imaginabas.
"Cami, se cancela por hoy, lo lamento mucho, me había olvidado de este compromiso. Pero nos vemos después, paso a contarte como me fue. :)"
Pasaron unos segundos, no estabas segura de qué contestar a eso, si bien ustedes se veían casi todos los días, era extraño que te cancelara así.
"dale, Blas, no te preocupes, pasátelo bien. 💗"
Luego de contestarle soltaste tu celular sobre la cama mientras te sentabas en el suelo apoyando tu cabeza contra el colchón. Justo en ese momento sonaba "That when i talk to you, oh, cupid walks right through and shoots an arrow through my heart."
Siempre visite a Blas como tu amor platónico, ese alguien maravilloso con el que sabes que no tienes chance pero aun así fantaseabas con cómo sería estar junto a él, cómo sería poder llamarlo por apodos amoroso, o incluso cómo se sentiría tomar su mano. Llegaste a pensar en que tus sentimientos podrían ser recíprocos, animandote a ti misma para confesarte, pero siempre había algo que te traía devuelta a la realidad.
Ya estaba oscuro afuera, eran las 23:45PM cuando escuchaste golpes en tu puerta. Sabías de quién se trataba así que no dudaste en abrir. Enseguida entró saludandote con un sutil beso en la mejilla y abriéndose paso hacia tu sala de estar para sentarse en el sofá grande.
Evidentemente venía feliz, traía una sonrisa de oreja a oreja.
¿Y? ¿Cómo te fue? Llegaste muy sonriente. —Dijiste sentándote a su lado dándole un suave golpecito en el hombro para molestarlo.
No sabés, boluda, no me sentía así desde hace mucho tiempo. Nos llevamos muy bien, ademas es muy linda. —Suspiró riéndose, mientras se llevaba las manos al rostro para ocultarse entre ellas.
Escucharlo hablar de esa forma hacía que tu corazón se acelerara de una forma inexplicable.
Pues muy bien, ¿cómo se llama la afortunada? —Le preguntaste tratando de sonar lo más natural posible.
Ya la conocíamos. Estuvimos con ella en los seminarios de actuación del verano. —Comentó alegre con esperanza de que yo supiera de quien hablaba. Es Nicole, viste que nos llevábamos super bien. —Hizo una breve pausa. Pues no hace mucho me contactó para salir y bueno, aquí estamos.
Su nombre quedó resonando en tu cabeza hasta poder recordar quién era. Como te quedaste unos segundos en silencio una pequeña incomodidad se hizo presente en la sala. Lo que tú más querías era felicidad para él, pero no te sentías bien sabiendo que existe la posibilidad de que esté con alguien más. Estabas ansiosa, quizás ese era el momento de decirle lo que te pasa al pensar en él.
¿Cami? ¿Todo bien? —Preguntó él con algo de inquietud.
Blas, ¿puedo decirte algo? —Dijiste sorprendiendote a ti misma por tus palabras. Él asintió algo confundido a espera de tus palabras.
Sin decir nada, te acomodaste frente, mirándole directamente a los ojos. Esto era algo que podía acabar bien o mal, no existía punto medio, o al menos para ti era así.
Tuve muchas oportunidades para decírtelo antes, lo sé, pero siempre había algo que me detenía. Supongo que estaba muy confianda. —Él te miraba con notoria confusión.
El cariño que siento por ti hace mucho tiempo que dejó de ser de amistad, Blas. —Te detuviste unos segundos. Me gustas desde el comienzo de nuestra amistad, no imaginas lo feliz que me sentía cuando comenzamos a pasar más tiempo juntos. —Estaba quieto, como procesando todo lo que habías soltado, pero te sentías relativamente mejor.
Lo que menos quiero es incomodar las cosas entre nosotros, me gusta como somos ahora, pero sentía la necesidad soltar esto y así dejarlo pas... —No lograste terminar la frase debido a que el más alto formó un agarre con uno de sus brazos alrededor de tu cintura y te atrajo hasta sí mismo.
Cami, te tardaste meses en hacer esto, y yo me acerqué a ti por eso. No sabes cuantas veces te imaginé confesandome tus sentimientos, siempre creí que me veías como un amigo. —Habló con un poco de timidez en sus palabras.
Sin hacerse esperar más, tomaste su rostro entre tus manos y juntaste sus labios con los tuyos. Un suave vaivén de emociones se formó en ese magnífico beso, estaban deleitados con la presencia del otro, y el saber que ambos se habían imaginado así los hacía apreciar aún más el momento.
Cuando la falta de aire se hizo presente en medio de ustedes, mordió ligeramente tu labio inferior para separarse lentamente, no sin antes dejar un último beso resonando. Ambos tenían una sonrisa de oreja a oreja, y estaban bastante colorados por la emoción.
Llena de felicidad observabas los ojos cafés del chico de tus sueños. Te sentaste sobre su regazo pasando tus brazos alrededor de su cuello derritiéndote ante el maravilloso aroma que desprendía de aquella zona. Él estaba en lo mismo, derretido ante cada acción que hacías, pasando sus brazos alrededor de tu cintura dejando suaves caricias sobre tu espalda baja y fundiéndose junto a ti.
Te quiero desde el primer momento en que te vi. —Habló con voz cálida.
q lindo q es blas, lo adoro mucho pipipi.
probablemente existan errores de redacción, pero lo hice en 40 minutos dkakfjwk así que estoy conforme (de igual forma lo corregiré).
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aalaanaaa · 11 months
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König x Reader one-shot parte 2
⚠️ contenido sensible, favor de no interactuar menores de edad 🔞
"volveré por la noche, seguro que estarás bien?"
Estabas preocupada por könig, se veía serio, apenas y tenía solo un par de días de haber llegado a casa de nuevo.
"sí, estaré bien, te veo por la noche..."
No dudabas de la palabra de könig, pero sentías que está vez había algo diferente en su tono de voz, como si no quisiera que te fueras de él, sin embargo decidiste ignorar esa pequeña punzada, pues creías en él. A pesar de tu presentimiento, fuiste a visitar a tu familia pero algo en tí recalaba contra la última mirada que le habías dado a könig antes de cerrar la puerta; al medio día te despediste de tus familiares, algo en tí decía que debías adelantarte para llegar más rápido con könig... Y gracias a eso, llegamos a este momento. König en su cama tratando de esconder el hecho de que se estaba tocando su polla mientras que tú le veías desde la puerta abierta de la habitación...
"porque estás haciendo eso?!" Tu mirada desentendida miraba a könig, que aún trataba de tapar su enorme miembro erecto con sus manos.
"yo...no lo sé! Tenía ganas, pero, pero no quería molestarte! No quería obligarte" la mirada avergonzada y algo vidriosa de könig apuntaba a ti.
"oh könig...sabes muy bien que podrías haberme preguntado, agradezco mucho que no quisiste molestarme, pero de hecho yo tampoco quería molestarte a ti." Cerraste la puerta detrás de tí para luego caminar rumbo a könig.
"si sigues con animo... podemos hacerlo aún, que dices?" Preguntaste acariciando su mejilla por encima de su capucha.
Los ojos de könig se agrandaron con vergüenza pero también con esperanza...si bien no podía creer lo que acababa de oír, tampoco quería negarse a lo que acabas de proponer, y de un solo jalón te lanzó con él a la cama, colocándose por encima de tí con cuidado.
"no sabes cuánto te necesite en este tiempo Liebling" la voz de könig sonaba profunda, pesada y calurosamente lujuriosa.
"no me lo imagino könig" le sonreías de una forma la cuál hacia calentar al coronel aún más.
"déjame demostrarlo Mein kleiner" könig te susurro en el oído y de un solo movimiento decidió mordisquear y besar tu cuello, bajando hasta la altura de la clavícula, dirigiendo una suave pero caliente mirada en sus ojos, siguió jugando un poco más en tu clavícula hasta que su impulso más sexual lo hizo arrancarte tu camisa, dejandote en sujetador. König pasaba sus enormes manos sobre la tela del sujetador mientras te veía con los ojos más altaneros.
"me gusta ese color" el militar se rió mientras veía como te retorcías debajo de el con el solo toque de su mano en tu piel; lentamente cuál tortura, könig retiro tu sujetador mientras suspiros de gusto salían de su boca.
"tan lindas..." König se alejó un poco para memorizar la imagen de tus pechos desnudos y sobresaltados.
"pero se pueden ver mejor, no crees mein kleiner Dreck?" König ya había adoptado palabras más fuertes a su vocabulario, definitivamente ya estaba caliente; colocó su inmensa mano en uno de tus pechos y se puso a estimular tu pezón de manera lenta, mientras que con su lengua procedió a estimular tu otro pecho. Gemidos, súplicas y lengüetazos salían de la habitación, könig parecía un niño rogando ser amamantando, tus pezones estaban tan exitados, tan estimulados que hasta la respiración cercana a ellos los hacía sobresalir.
"te gusta, verdad?mein dreckiger kleiner Engel" könig se reía mientras dejaba mordidas y su rastro de saliva por tus pechos hasta tu abdomen más bajo. Lo único que podías hacer era retorcer tu espalda cada que el toque de tu novio se hacía más sensible e intenso...sus palabras, sus sonidos, sus toques y chupetones te hacían calentarte cada vez más.
"porque no vemos cómo estás aquí abajo?" El chico puso sus manos sobre el botón que abría paso para quitar tu falda, desesperadamente bajo a tirones la prenda para dar lugar a tus pequeños panties, los cuales ya se encontraban mojados, se podía ver incluso algo de líquido por los bordes de tus piernas.
"so hübsch..." El chico miro tus panties,acarició los bordes con tan solo un dedo y eso fue suficiente para hacerte sentir como gelatina derretida; los enormes dedos de tu novio paseaban por tu entrada, encima del encaje de tus panties, pretendiendo masajear en forma circular por toda tu vagina, después de un gran gemido tuyo debido a su estímulo, könig hábilmente retiro lo que quedaba de tu ropa interior, sin pensarlo dos veces te abrió las piernas y adentro su cara en tu intimidad, succionando y encajando su lengua en tu pobre y mojada vagina.
"könig...oh, mierda" tus palabras se arrastraban con dificultad, todo empeoro cuando fue subiendo lentamente su mano de nuevo a uno de tus pechos para hacerte entrar en una sobredosis de placer, te estaba masajeando el pecho con sus manos mientras su lengua se encargaba de masajear y comer tu intimidad. Los sonidos no podían ser más obscenos, y las caricias no podían ser más calientes; sin decir nada, könig paro en seco, dejandote con la sensación de pequeñas estocadas en tus caderas.
💟💟💟💟💟💟💟💟💟💟💟💟💟💟💟💟💟
"I'll be back at night, are you sure you'll be alright?"
You were worried about König, he looked serious, he barely had a couple of days to come home again.
yeah, I'll be fine, I'll see you at night..."
You didn't doubt König's word, but you felt that this time there was something different in his tone of voice, as if he didn't want you to leave him, however you decided to ignore that little pang, because you believed in him. Despite your presentiment, you went to visit your family but something in you stuck against the last look you had given to König before closing the door; At noon you said goodbye to your relatives, something in you said that you should go ahead to get to König faster... And thanks to that, we reached this moment. König in his bed trying to hide the fact that he was touching his cock while you watched him from the open door of the room...
why are you doing that?!" Your unaware gaze looked at König, who was still trying to cover his huge erect member with his hands.
"I...I don't know! I wanted to, but, but I didn't want to bother you! I didn't want to force you" König's embarrassed and slightly glassy look pointed at you.
"oh könig...you know very well that you could have asked me, I really appreciate that you didn't want to bother me, but in fact I didn't want to bother you either." You closed the door behind you and then walked towards König.
"If you're still in the mood... we can still do it, what do you say?" You asked caressing her cheek over the top of her hood.
König's eyes widened with shame but also with hope... even though he couldn't believe what he had just heard, he didn't want to deny what you just proposed either, and with a single pull he threw you on the bed with him, positioning himself over you carefully.
You don't know how much I need you at this time Liebling" König's voice sounded deep, heavy and warmly lustful.
"I can't imagine it, könig" you smiled at him in a way that made the colonel warm up even more..
"Let me prove it Mein kleiner" König whispered in your ear and in one movement he decided to nibble and kiss your neck, going down to the level of your clavicle, directing a soft but hot look in his eyes, he kept playing a little more on your clavicle until his most sexual impulse made him rip off your shirt, leaving you in a bra. König ran his huge hands over the fabric of the bra as he looked at you with the most haughty of eyes.
"I like that color" the soldier laughed as he saw how you writhed under him with the mere touch of his hand on your skin; slowly which torture, könig removed your bra while sighs of pleasure left his mouth.
"So pretty..." König moved away a bit to memorize the image of your naked and startled breasts.
"but they can be seen better, don't you think mein kleiner Dreck?" König had already adopted stronger words to his vocabulary, he was definitely already horny; He placed his huge hand on one of your breasts and slowly began to stimulate your nipple, while with his tongue he proceeded to stimulate your other breast. Moans, pleas and licks left the room, König looked like a child begging to be breastfed, your nipples were so excited, so stimulated that even the breath close to them made them stand out.
"You like it, don't you? Mein dreckiger kleiner Engel" König laughed as he left bite marks and his saliva trail down your breasts to your lower abdomen. The only thing you could do was twist your back every time your boyfriend's touch became more sensitive and intense... his words, his sounds, his touches and hickeys made you turn on more and more.
"why don't we see how you are down here?" The boy put his hands on the button that opened the way to remove your skirt, desperately pulling down the garment to make room for your little panties, which were already wet, you could even see some liquid around the edges of your legs .
"so hübsch..." The boy looked at your panties, caressed the edges with just one finger and that was enough to make you feel like melted jelly; Your boyfriend's huge fingers walked through your entrance, over the lace of your panties, pretending to massage your entire vagina in a circular way, after a great moan from you due to his encouragement, König cleverly removed what was left of your underwear, Without thinking twice, he opened your legs and inside his face in your privacy, sucking and fitting his tongue into your poor and wet pussy.
"könig...oh, shit" your words slurred with difficulty, everything got worse when he slowly raised his hand to one of your breasts again to make you enter an overdose of pleasure, he was massaging your chest with his hands while his tongue was in charge of massaging and eating your intimacy. The sounds could not be more obscene, and the caresses could not be hotter; Without saying anything, König stopped short, leaving you with the sensation of small thrusts in your hips.
Parte 3(?)
-alana 💟
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caostalgia · 2 years
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Me encontré sentado en una plaza, viendo una palmera mientras sonaba «summertime» de My Chemical Romance. Era simple, pero justo allí estaba todo; me hallé completo, feliz y entonces lo entendí, toda la oscuridad, todo el dolor se había ido.
Estár bien era posible, es posible.
Nxruto
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chiquititamia · 27 days
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Make you feel better, parte 2
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Holaaaa, aquí les traigo la segunda parte de mi último fic, espero que les encante y me comenten qué cosas le gustan y qué cosas puedo mejorar. Gracias por leer!💕
+18
❤️‍🔥Por fin sucede
💞Enzo x fem!reader
⚠️Warnings: sexo menstrual, sexo sin protección, sexo oral, algo romántico también.
Make you feel better, pt.2
Tratabas de dominar tu respiración, los nervios te la estaban alborotando. Enzo estaba encima de ti, mirándote con esos ojos oscuros y profundos, su pelo negro enmarcándole el rostro.
-Tranquila, chiquita…
Soltaste una pequeña risa para intentar hacerle caso y darle a entender que deseabas esto tanto como él.
-Está bien si te toco? – preguntó con esa voz suya que era como chocolate negro derritiéndose y cayendo sobre tu piel. Asentiste sin quitarle la mirada de encima, pero, cuando su mano rozó tu cuello y fue bajando con la punta de los dedos hacia tus pechos, tuviste que cerrar los ojos. Su otro brazo le sostenía, apoyándose junto a tu cabeza y acariciando tu mejilla para intentar, de una vez, que estuvieses tranquila.
-Cómo no me llevás sujetador, nena? - provocó con media sonrisa de diablo.
-Me dolía…
-Ah, te dolía…-sonaba a falso reproche, a que te iba a enseñar porqué eso era una temeridad y estaba mal. Procedió a serpentear su mano por debajo de la vieja camiseta hasta llegar a tu pecho, el cual abarcó sin esfuerzo. Masajeó como si fuera un experto y lo tuviese todo bajo control, sin embargo, aunque lo ocultase mejor que tú, él también estaba nervioso, y sobre todo embelesado por lo que estaba pasando. Mientras pasaba el pulgar por encima de tu pezón, con cuidado de no hacerte daño, notabas como exhalaba su aliento caliente como fuego en tu cuello, indicativo que se estaba quemando por dentro tanto como tú. No era lo único, naturalmente, también podías sentir su erección, imposiblemente firme contra tu muslo, la cual hundió un poco más para su propio alivio y para hacerte saber cómo te deseaba. Eso provocó que gimieras en su oído.
Antes de que te dieras cuenta, Enzo se había desecho de tus shorts.
Un pensamiento cruzó tu mente como un rayo, ¿estarías sangrando? Aunque las molestias y el dolor habían comenzado, el sangrado no lo había hecho, según tus cálculos, lo más probable es que empezara mañana o esta noche, pero eras consciente de que no era una ciencia exacta. No podías aceptar la idea de que quizá manchases a Enzo, te morirías de la vergüenza y desearías que te tragase la tierra. Cuando éste deslizó tu ropa interior lentamente por tus piernas lograste echar un vistazo y comprobaste que no había restos de sangre, pero sí de toda tu excitación, lo cual él se tomó como un halago no verbal.
-Sigues teniendo cara de preocupada, chiquita… - dijo con una voz que te sonó aún más grave, pero como si casualmente no estuviera acariciando tu monte de venus.
-Es que no quiero mancharte, boludo-te reíste, al fin siendo tú misma con él.
-No sé con que clase de nenes has salido vos, pero a mí un poco de sangre no me asusta.
¿Es que acaso estaba dentro de tu cabeza para saber exactamente qué decir para prenderte aún más?
Tanteó con la punta de los dedos tu entrada, y la humedad que él había provocado en ti se adhería a su piel, pequeños hilos transparentes adornando sus dígitos. Poco a poco se introdujo en ti haciendo que te estremecieras y arquearas la espalda. Él resopló y te miró frunciendo el ceño.
-Ufff… qué apretada que estás, nena…-acercó su boca a tu oído provocando un nuevo vuelco en tu corazón- ¿Así me vas a apretar la pija?
Dios. DIOS. Un gemido que fue casi un grito escapó de tu garganta sin que tú pudieras (o quisieras) hacer nada por evitarlo. Hubieras jurado que cualquier pibe que te hablase sucio se hubiera ido de tu casa con una patada en el culo, pero joder, cómo te había prendido que Enzo dijera eso. De hecho, como si tu cuerpo quisiera darle la razón, tu interior se contrajo alrededor de sus dedos, provocando una risita maliciosa en él. Los movía con habilidad, dibujando el típico gesto de “ven aquí”, encontrando y masajeando un punto muy sensible de tu centro.
-Enzo…-gimoteaste.
- ¿Qué, nena? - contestó con la respiración agitada, notando, desde hace un rato como su líquido preseminal estaba formando una mancha húmeda en sus bóxers negros, su erección, pulsando dolorosamente.
Querías contestar, pero el placer te nublaba la capacidad de hablar, solo podías gemir y agarrarte con fuerza a su espalda, reparando en lo firme que era, y lo pequeña que parecías debajo de él. Le miraste a los ojos suplicante, queriendo comunicar tus deseos sólo con tu mirada.
-Ya sé, ya sé... – se apiadó él. Se apartó de ti con cuidado de retirar sus dígitos suavemente para no herirte. El vacío que dejaron te molestó intensamente, pero sabías que simplemente el aperitivo había terminado: ahora venía el plato fuerte.  Arrodillándose en tu cama comenzó a desabrocharse el cinturón. Iluminado solamente por tus tenues luces azules y la pantalla de tu televisión, la figura de Enzo era escultural: su cabello largo y oscuro, su torso definido y bronceado. Incluso el vello de sus axilas te pareció intensamente atractivo cuando alzó los brazos para sacarse la camiseta. Su aroma, su aroma parecía tener temperatura, emanaba calor, y un olor riquísimo a madera y café, a hombre.
Se bajó un poco el pantalón vaquero, y, aunque su intención era levantarse para desprenderse de él por completo, un instinto súbito tuyo se lo impidió. Te incorporaste y gateaste hasta que tu rostro quedó a la altura de su cintura. Acariciaste la tela de su bóxer, notando su dureza, cómo su anatomía estaba provocando que la prenda estuviese tirante. Cuando Enzo procesó lo que estabas a punto de hacer suspiró. Su caballerosidad no quería dejarte continuar, esta noche se trataba de ti, pero ¿cómo te iba a decir que no? Tu boquita debía sentirse como el cielo en la Tierra.
Apenas te tomaste un momento para admirar cómo su miembro se erguía ante ti, inflamado, expectante de tu atención. Lo tomaste con delicadeza en tu mano derecha e hiciste que entrase en tu boca, tus labios haciendo de cálida bienvenida para él, tratando de relajar la lengua para que pudieras acomodar su tamaño más fácilmente.
-Ay, sí…- gimió con voz ronca.
Sonreíste para ti misma, no era algo de lo que pudieras alardear en cualquier conversación, pero sabías que era algo que se te daba muy bien hacer.
Continuaste el movimiento de vaivén, utilizando tu saliva como lubricante, provocando una serie de sonidos que Enzo juraba que le iban a volver loco. Tenía su mano en tu mentón, sin sujetarlo, pero marcando la posición. Notaba como tu boca se llenaba y nunca se vaciaba del todo.
Su respiración, su pulso acelerándose, la forma en la que tensaba los abdominales, eran señales de que le costaría mucho aguantar si continuabas con ese ritmo.
-Basta – sacó su pija de tu boca sin previo aviso, y tú te quedaste con la cara que se le queda a un niño cuando le quitas su juguete favorito – tumbáte – ordenó.
Te dejaste caer sobre la pila de almohadas, que se desinflaron suavemente por tu peso.
No había ya lugar para miramientos o preámbulos, tenía que cogerte ya.
Enzo volvía estar encima de ti, pero esta vez frente a frente. Se mantenía en equilibrio, además de con sus piernas entre las tuyas, con su antebrazo sosteniéndole junto a tu cabeza. Su otro brazo, sin embargo, se perdía debajo de su abdomen, no podías verlo, pero pronto notaste cual era su cometido. Su mano estaba agarrando su propio miembro, pesado, duro, para posicionarlo en tu entrada, que no podía esperar para tragárselo. Sentías su sudor en tu piel, su calor, tus pulsaciones disparadas, la humedad que compartíais. Pero todas esas sensaciones se vieron ensordecidas por la más intensa que habías sentido probablemente en tu vida:
Enzo entrando en ti
Tus ojos y tu boca se abrieron como para sustituir el sonido que eras incapaz de generar.  Tu mirada se encontró con la suya. Él también tenía una expresión obscena, os mirabais incrédulos del placer que os estabais dando el uno al otro. ¿Porqué carajo no lo habíais hecho antes?
Tras un momento de adaptación, tú a su tamaño y él a tu estrechez, las embestidas se tornaron más rápidas y casi todo lo profundas que podían ser sin hacerte daño.
Enzo pareció leer tus preocupaciones (una vez más), y de forma inconsciente, las tomó como si fueran un papelito, las arrugó y las tiró lejos de ti.
-Dios, nena… -dijo con voz grave y entrecortada- ¿te gusta? ¿te alivia un poco…?
-Muchísimo, amor- Mierda. Eso se te había escapado, por mucho que estuvierais haciendo lo que estabais haciendo no debías haberlo llamado así.
-Me alegro, mi vida – al decir esto, besó tu mejilla con calidez, decidiste que su respiración era lo único que querías en tus pulmones.
¿Era posible que te sonrojaras aún más? Sí, era posible.
Habías conseguido entrelazar las piernas a su espalda, acercando más tu cadera a su cuerpo, haciendo que las estocadas fueran todavía más profundas. El movimiento cada vez era más errático, estaba golpeando tu punto más débil, la humedad que había provocado en ti estaba con seguridad creando una gran mancha en tus sábanas, escurriéndose por tus ingles y tus glúteos. Notaste fuego dentro, en tu bajo vientre y en el fondo que Enzo estaba tocando una y otra vez con su glande hinchado. No hacía falta que dijeras nada - tampoco es que pudieras- te aferraste a él con desesperación, como si no quisieras salir volando arrastrada por una corriente de viento brutal. Por instinto te encogiste, escondiendo la cara en su pecho.
-Dale, princesa, miráme cuando te venís- tomó tu cara en su mano y te obligó a encararle.
Como todo un experto eligió un ritmo y lo mantuvo para ayudarte a concentrarte en perseguir tu clímax, mientras tanto, agarró uno de tus pechos, estimulando tu pezón, añadiendo otro foco de placer a la ecuación.
-Vamos nena, dejate ir…-continuó animándote.
Tus labios dibujaron una ‘O’ que no se cerraba más, él miraba tus ojos y después tu boca, la cual se le antojaba la frutilla más dulce que había tenido el placer de devorar. Dios, como deseaba él acabar en esa lengua rosada.
Tu interior se contrajo exponencialmente, atrapándole y, a los gritos, te viniste agarrada a él, en el orgasmo más increíble de tu vida. Si había un cielo podías afirmar que lo habías tocado.
Enzo seguía haciéndote el amor, (por que ya no se podía decir que simplemente te estaba cogiendo), pero la sobreestimulación no te estaba incomodando, querías seguir sintiendo, y de hecho seguías sintiendo muchísimo placer.
-¡Dentro, Enzo!
-Nena, no voy a aguantar…- te miró con urgencia entre gemidos roncos- d-dime…dónde…
Te miró confundido. Estabas disfrutando malévolamente de su preocupación, omitiendo el pequeño detalle de que estabas en la píldora.
-¿Tomás la pastilla? -casi gruñó por el esfuerzo de aguantar su eyaculación.
Asentiste con sonrisa de diabla, divertida.
-¿Te lleno? ¿querés que te llene…? - su respiración cada vez más agitada, su voz, rota.   
En respuesta gemiste aún más alto, encontrando un momento para lamer su cuello, salado por el sudor, y terminar de volverle loco.
Un último quejido salió de su pecho y le obligó a cerrar los ojos con fuerza. Estaba derramándose por completo en tu interior. Jurabas notar los disparos blancos y ardientes inundando tu interior. El pulso bombeando alocadamente en su miembro había hecho que se sintiera todavía más ancho, arrebatando más lloriqueos desesperados de tu boca.
-Ufff… - resopló exhausto antes de unir su torso al tuyo y descansar encima de ti.
-Yo te tenía unas ganas inmensas, chiquita- confesó él por fin- Te quiero, ¿sabías? - remató, haciéndote sonreír inmensamente.
-No me lo puedo creer- te reíste peinando su pelo húmedo con tus dedos- ¿qué hemos hecho?
Le apartaste el cabello de la cara con dulzura para poder verle bien.
-Yo también a ti. - soltaste, sintiéndote ligera después de decirlo.
Una extraña nueva confianza se estaba apoderando de ti, Enzo te hacía sentir como la mujer más maravillosa, y con él en tus brazos, lo viste todo mucho más claro.
Parte 1
tags: @iamjustadoll @andyrubei @madame-fear @miskhalie @karylvsjuanii @koiibiito @quarzitos @voglatte @llorented @deepinsideyourbeing
(me he basado en mis reblogueos e interacciones para hacer la tag-list, diganme si quieren que les agregue o los borre de la misma ;))
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analisword · 23 days
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high infidelity (Enzo Vogrincic x Fem Reader)
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Capítulo 30 (Final).
2  años después. 
Enzo se encontraba en el aeropuerto, no era nada nuevo, los últimos 24 meses habían sido probablemente los más ajetreados de su vida, entre grabaciones, entrevistas, ruedas de prensa y promociones, no pasaba más de dos días en el mismo lugar, al menos en esta ocasión no se encontraba solo, su fiel compañera de aventuras, Zola, estaba plácidamente descansando en su transportadora, la gata desde hace mucho tiempo se había acostumbrado a viajar con él, unos pensarían que tanta ida y vuelta resultaría estresante para un simple gato, pero para Zola, estar lejos de casa resultaba una completa fiesta. 
Aunque bueno, ¿podría llamarle casa a lo que tenía en esos momentos? Pasaba más tiempo afuera que en Uruguay, pero hoy era día de volver con su madre y Martina, acababa de terminar la promoción de la película que durante tanto tiempo había estado grabando en España, oficialmente era libre por un par de meses. 
El maullido de Zola lo sacó de sus pensamientos, Enzo miró la hora de su reloj, era hora de su comida. 
—Vos tenés más claridad del tiempo que yo—dijo riendo restándole importancia a que alguien más lo escuchara, gracias al cielo sólo le habían pedido un par de fotografías en lo que esperaba su vuelo, quizá era por lo reservado que se había mantenido en los últimos dos años, después de Alana, su vida privada había dejado de ser muy interesante, se había hundido en el trabajo para no permitirse pensar tanto en ella. 
Claro que fallaba en el intento. 
No había día en el que no se preguntara si la chica se encontraba bien, sabía que lo estaba y tenía la esperanza de que, que Dios no quiera, alguna vez había algo malo sucediéndose,  Enzo fuese la primera persona a la que ella llamara. 
No se habían vuelto a ver desde aquél día en México, en el que Alana se fue en la mañana sin despedirse, no podía culparla, una segunda despedida sonaba igual o incluso peor que la primera, aún así, cuando Enzo despertó con frío aquella mañana en México sin Alana en sus brazos, lloró todo el viaje de camino al aeropuerto. 
Y un par de días más. 
Tampoco habían vuelto a hablarse, Enzo no había logrado conseguir salir con alguien más, ¿cuál era el punto? Alana era la única persona que él quería y odiaba tanto que la distancia y el destino haya podido con ellos. 
Sacudió su cabeza, no quería ponerse a llorar en medio del aeropuerto, decidió hacerle caso a Zola y sacó su pequeño plato y comida mojada de su mochila, la gata ronroneó apenas comenzó a comer. 
—¿Sos Enzo Vogrincic?—escuchó una voz infantil decir, Enzo levantó la vista y encontró un pequeño niño abrazado de una tableta electrónica, una mujer, la cual seguramente se trataba de su madre, se aferraba de su pequeño hombro, luciendo aún más nerviosa que él y con una sonrisa que lucía algo espeluznante. 
—Él mismo—dijo riendo, para ese entonces Enzo se encontraría cansado y en su límite de fotografías con fans, pero nunca se sentiría así con un pequeño niño, por lo que le regaló su mejor sonrisa. 
—¿Puedo tomarme una foto con vos?—preguntó.
—Eh, sí, sí, claro—dijo rápidamente—. Esperáme tantito—dijo abriendo la transportadora, ingresó el plato de Zola adentro y la gata se metió inmediatamente—. Listo. 
Después de pararse incómodamente, se limpió las manos en sus pantalones de mezclilla y se acercó al niño para tomarse la fotografía, la mujer le quitó la tableta electrónica de las manos.
—¿Necesita ayuda?—preguntó Enzo amablemente, la pobre mujer llevaba encima la maleta, la tableta, un libro y el celular. 
—Todo bien—dijo riendo—. Sonrían—indicó, Enzo tuvo que inclinarse un poco para que la diferencia de estatura no se notara tanto y sonrió ante la fotografía. 
Se despidió del niño y su madre, sin embargo, cuando el pequeño se acercó con su madre para tomar de vuelta su tableta, el libró cayó en el suelo. 
Enzo casi corrió a tomarlo, después de vivir con una escritora, había aprendido a apreciar y cuidar un poco mejor de los libros. 
—Aquí tiene—le extendió el libro y sin querer miró la portada, Enzo tragó en seco al observarla—. Disculpe, ¿cuándo salió este?
—Justo hace un par de días, sin embargo, pude obtenerlo hace casi una semana antes, la editorial me los manda con anticipación para escribir sobre ellos en mi blog. 
—¿Y qué le ha parecido hasta ahora?—preguntó mientras inclinaba un poco la cabeza, a juzgar por el separador, la mujer ya iba a más de la mitad de la historia. 
—Me ha encantando hasta ahora, si le soy honesta, es mejor que arco de sangre—dijo felizmente. 
—¿Puedo darle una hojeada?—preguntó con nerviosismo, sin responder, la mujer se limitó a devolverle el libro. 
Sus manos estaban temblando, cuando tomó el libro se sorprendió por lo gordo que era, conocía la historia perfectamente, se trataba del libro que Alana había escrito en su departamento, al fin estaba siendo publicado. 
El libro era más grande de lo que hubiera esperado, pasó las yemas de los dedos con delicadeza sobre las páginas, por un instante sintió que no se encontraba en el aeropuerto con unos completos desconocidos, estaba sumergido en otro mundo, con jardines secretos y dragones, Alana tenía el don de obtener ese tipo de reacciones incluso con sólo escribir un par de oraciones. 
Lo hojeó rápidamente, sabía que aunque quisiese, no podía simplemente ponerse a leer ahí. 
Antes de devolverlo, decidió revisar la contraportada.
Sintió que el alma se le iba a los pies. 
‘‘Para la persona que me prestó un escritorio para Escribir este libro Nada hubiera sido posible sin ti, también para ZOla, esta historia es de ustedes…’’
—No quisiera apresurarte, pero el vuelo a Uruguay estaba apunto de salir—dijo la mujer apuntando la pequeña pantalla, Enzo suspiró. 
¿Qué mierda estaba haciendo?
—No iré a Uruguay—exclamó entregando el libro, tomó su mochila y a Zola, necesitaba comprar un nuevo boleto de avión. 
                                                            ˖⁺‧₊˚♡˚₊‧⁺˖ 
—Respira, tranquila, has hecho esto antes, puedes hacerlo una vez más—la motivó su hermana mayor mientras le echaba algo de aire con las manos, Alana sentía que el maquillaje en su rostro picaba de lo nerviosa que se encontraba. 
—¿Y si no les gustó?—preguntó nerviosamente por enésima vez. 
—Alana, hay como 300 personas esperando por ti allá afuera—dijo—. Además, el libro salió hace apenas unos días, dudo que alguien lo haya terminado aún. 
—¡Peor aún! ¿Qué si lo terminan después y se arrepienten de haber estado tanto tiempo esperando aquí?
—¿Podrías dejar de ser tan jodidamente pesimista por un momento? Esas personas llevan un buen rato esperando—coincidió—. Así que sal allá afuera y más te vale que les pongas una sonrisa bonita. 
Alana asintió efusivamente, se sentía como un luchador en la esquina del ring y con Anna como su entrenadora, era la feria de libros de su ciudad y por ello la firma de autógrafos de su nueva historia, al fin, después de tanto tiempo, la había compartido con el mundo entero. 
Tomó un último y largo respiro y subió al escenario, donde fue bien recibida con gritos y aplausos, Alana saludó con la mano hasta que se sentó en el enorme escritorio, un montón de sus libros estaban colocados estratégicamente como decoración, además el equipo de logística se había encargado de otorgarle una caja entera de marcadores permanentes para la realización de los autógrafos, durante casi tres horas, sonrió, conversó y firmó libros hasta que los dedos le cansaron, sentía el corazón llenó de amor y completamente agradecida por el recibiendo que le estaban otorgando, se encontraba hundida en sus pensamientos, con la mirada baja. 
—¿Podés firmarme este libro? Conozco la historia bastante bien.
Alana levantó la cabeza tan fuerte que sintió un tirón en su cuello, parpadeó varias veces. ¿esto era real, o era un producto de su cansancio y la cantidad exagerada de bebidas energizantes que había tomado desde temprano?
—Somos grandes fanáticos—habló nuevamente, Alana sintió un tirón en su corazón al ver que Enzo sostenía a Zola y sin pensarlo dos veces se abalanzó a ellos. 
No podía dejar de llorar, había un montón de emociones invadiéndola por completo, felicidad, confusión, amor. 
—¿Qué hacen acá? ¿Qué haces aquí?—preguntó Alana acariciando la cabeza de Zola, sentía una paz enorme al notar que su gata no la había olvidado aún y la dejaba tocarla de esa forma. 
—Leí tu dedicatoria—dijo suavemente, Alana era consciente  había un montón de personas viéndolos, algunos tomando fotografías y grabándolos, pero en ese instante, se sentía como si solo fueran ellos tres contra el mundo—. Lana, no quiero volver a perderme, mi lugar es con vos, ya sea que estemos aquí, en México, en Uruguay, en España, o hasta en Marte, pero mi lugar es aquí, con vos, vos sos mi lugar. 
—Enzo—fue lo único que podía decir, como siempre, él le quitaba las palabras a la mujer que más palabras tenía por decir. 
—Y se que no te puedo obligar a nada, no puedo obligarte que me sigas, y sé que será difícil y…
—Enzo—repitió. 
—Pero te he extrañado tanto y…
—¡Enzo!—dijo fuertemente, haciendo que el chico al fin se callara por unos segundos—. Te amo—declaró—. Te amo, yo tampoco quiero volver a perderme, mi lugar es contigo. 
Enzo sonrió fuertemente y Alana lo supo de inmediato, iban a estar bien, porque estarían juntos. 
Fin. 
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