Tumgik
#perdiendo la cabeza
manaosdeuwu · 1 year
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Trágico accidente que causaste en mi, cuando nos conocimos.
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robinoullea · 3 months
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wtf es bisexual 🇦🇷🇦🇷🇦🇷
de river por el novio
el papá es bostero obviamente q más
@meguchi512
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saludos desde vzla 🇻🇪
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zazatur · 6 months
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miku miku said VOTA AL TIPO NORMAL
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conobarco · 1 year
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alien-girl-21 · 2 years
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Quackity y su chat ahora mismo:
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waddei · 1 year
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Jesse tenemos que alentar a Argentina en el mundial jesse
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verso-abstracto · 7 months
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Sola estoy en mi habitación perdiendo la maldita cabeza.
— Seguen Oríah ☁️.
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Estoy perdiendo la cabeza y no sé hasta qué día soportaré todo esto, pero sé que todo llegará a su fin.
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analisword · 2 months
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high infidelity (Enzo Vogrincic x Fem! Reader)
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Capítulo 1: https://www.tumblr.com/analisword/742694471701037056/high-infidelity-enzo-vogrinc-x-fem-reader?source=share
Capítulo 2: https://www.tumblr.com/analisword/742809931904925697/high-infidelity-enzo-vogrincic-x-fem-reader?source=share
Capítulo 3: https://www.tumblr.com/analisword/742966287515402240/high-infidelity-enzo-vogrincic-x-fem-reader?source=share
Capítulo 4: https://www.tumblr.com/analisword/743085967194390530/high-infidelity-enzo-vogrincic-x-fem-reader?source=share
Capítulo 5: https://www.tumblr.com/analisword/743445192395423744/high-infidelity-enzo-vogrincic-x-fem-reader?source=share
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—No quiero interrumpirte, pero me pregunto si ya comiste algo—Alana fue sacada de su concentración de golpe, giró la cabeza tan bruscamente hacia la puerta que su cuello dolió, Enzo estaba apoyado sobre el marco de la puerta con las manos dentro de los bolsillos. 
Alana tuvo que respirar profundamente al verlo, nunca se acostumbraría a verlo y a su implacable belleza. 
Llevaba una simple camisa interior blanca y unos jogging grises, aún así, lucía jodidamente bien. 
—Hola—saludó Alana felizmente, miró la hora en su celular y quedó perpleja, eran ya las 9 de la noche y efectivamente, no había ingerido bocado en todo el día—. Mierda, se me fue el día. 
—Entonces fue un día bastante productivo, ¿eh?—sonrió Enzo. 
—Sí, es mágico este lugar—exclamó Alana cerrando su computadora, ahora que se había dado cuenta que no había comido nada en todo el día, moría de hambre. 
—Sos mágica—la corrigió—. Vení a comer, traje pizza—dijo moviendo la cabeza, su estómago rugió al escucharlo y lo siguió hasta la sala. 
—Soy vegano—explicó él mientras abría la pizza—. Pero están deliciosas. 
—Tengo tanta hambre que así sea pizza hecha de cartón, la comería—dijo Alana tomando una rebanada. 
—Te dije que eras libre de abrir el freezer—dijo Enzo con tono apelativo. 
—Honestamente me olvidé de comer algo—respondió ella para después darle una mordida a la pizza, tal como Enzo había dicho, estaba deliciosa.
—Tengo que alimentarte para que ese cerebro tuyo siga funcionando—dijo él. 
—¿Cómo te la pasaste tú?
—Ehh, tuvimos que repetir la misma escena unas treinta veces porque al director no le parecía nada, pero al final terminó saliendo.
—Debe ser agotador—exclamó Alana arrugando la nariz. 
—Lo es—dijo él riendo—. Aún no me acostumbro, en teatro lo hacés una vez y ya está.
—¿Te gustaría volver a hacer teatro?—preguntó Alana con genuina curiosidad. 
—Acá no, en Uruguay sí—dijo—. Es más underground allá, nadie te termina viendo y a veces hasta terminas perdiendo plata, pero es auténtico. 
—Eres Enzo, gente irá a verte—dijo Alana rodando los ojos. 
—Sí, supongo—dijo él riendo y bajando la mirada, Alana inclinó la cabeza. 
—No te gusta mucho la fama, ¿no?
—Es complicado, claro que me gusta que mi trabajo sea reconocido, lo que no me gusta es tener a gente hinchándome las pelotas cada que salgo.
—Auges del oficio—exclamó Alana elevado los hombros. 
Al parecer Enzo tampoco había omado bocado en todo el día porque comía con un poco de desesperación, Alana sintió lindo que el chico hubiera esperado hasta tarde para comer con ella, terminaron la pizza en silencio y cuando lo hicieron estaban tan llenos que se tiraron en el suelo con las manos sobre las barrigas. 
—¿Cómo se tomó Sebastián cuando le dijiste que estás escribiendo de nuevo? ¿o pensa que vas por ahí vendiendo drogas?—preguntó Enzo después de que estuvieron varios minutos tirados viendo el techo, Alana se giró para observarlo mejor, sus ojos la miraban detalladamente y la luz cálida que emanaban las lámparas de la sala hacían que estos se vieran más claros de lo normal. 
—Creo que lo de las drogas le hubiera resultado mejor—dijo ella negando con la cabeza—. Dijo que estaba decepcionado de mí—confesó tímidamente. 
Enzo la miró como si le hubieran crecido dos cabezas del cuello y dobló el codo para apoyarse sobre su mano, estaban acostados sobre una alfombra bastante esponjosa, aún así la posición del chico parecía bastante incómoda. 
—¿Vos estás jodiéndome?—preguntó él con tono de incredulidad—. ¿Quién en su santo juicio estaría decepcionado con vos por escribir? Es lo que más te gusta.
—Pues él—respondió Alana—. Vaya—dijo ella un poco más tranquila—. No es por el mero hecho que esté escribiendo, es porque lo estoy haciendo al mismo tiempo que él, él quiere que esté completamente entregada a su libro. 
Enzo arrugó la nariz al escucharla, ella regresó la mirada al techo, ahora que contaba la situación en voz alta, se daba cuenta de lo patética que era.
—Alana…
—Sé lo que vas a decir—lo interrumpió—. Sé que no está bien y creéme que odio esta situación, detesto que Sebastián sea así de inseguro…
—Pero…—la interrumpió ahora él a ella. 
—Pero, supongo que tendremos que solucionarlo eventualmente, no sólo es mi novio, es la única persona que tengo aquí—dijo ella volviendo a mirarlo, Enzo la miraba a ella con una expresión que no pudo descifrar. 
—Vos sabés que eso es mentira—respondió Enzo apretando la mandíbula, Alana tragó saliva en seco, definitivamente sabía que podía contar con el actor, podría decir que era su único amigo en la ciudad, pero sabía a ciencia cierta que Enzo no se quedaría para siempre en Sevilla, probablemente volvería a Uruguay apenas terminara de filmar la película, o se mudaría ahora a otro país durante meses, probablemente Estados Unidos o Inglaterra, para después repetir la rutina una y otra vez, Alana apretó los labios ante la idea, ¿seguirían frecuentándose una vez él se fuera?
¿Al menos seguirían conversando ante la distancia?
La idea la puso nostálgica, de pronto todo el desorden que había en su mente después de intentar construir un nuevo mundo para la historia que comenzaba a escribir había desaparecido, así como el pensamiento de tener que volver a casa más tarde donde lo más probable es que Sebastián volvería a estar de insufrible. 
—Eh…perdona si dije algo que no debo—carraspeó Enzo al notar que ella no decía nada.
Alana rodeó su cintura con sus brazos y hundió su cara en el hueco de su cuello aspirando su olor, no tenía idea lo mucho que había necesitado abrazarlo hasta que lo hizo, el cuerpo de Enzo se tensó al principio por el acto afectivo tan repentino, pero en seguida suspiró y entrelazó ahora sus brazos contra el cuerpo de Alana. 
—Gracias por estar aquí—murmuró ella—. Gracias por alentarme a volver a escribir y por prestarme tu casa—hundió más su cara en el cuello del chico y él apretó más su agarre. 
—Hey, no tenés nada que agradecer—dijo él—. Yo sólo quiero que vos seas feliz—acarició su cabello suavemente, Alana cerró los ojos, le apetecía tanto quedarse ahí durante horas, dormir con él, el suelo nunca se había sentido tan cómodo nunca, de pronto los brazos de Enzo eran la cama más cómoda que podía existir. 
¿Pero qué mierda estaba pensando? 
Alana alejó  el rostro lentamente, Enzo lo tomó entre sus manos, ella suspiró y volvió a cerrar los ojos, podía sentir su aliento y el de Enzo mezclándose deliciosamente, no podía abrir los ojos, no podía hacerlo porque sabía que si lo hacía se encontraría con los labios de Enzo tan cerca a los de ella que no podría resistirse, de pronto los dedos de Enzo comenzaron a bajar por su cuello, tan largos y firmes pero suaves al mismo tiempo, no sabía qué se escuchaba más fuerte, si su propia respiración o la de Enzo, no podía salir del trance, sabía que haría una estupidez si se quedaba en esa posición un segundo más, de pronto sintió algo húmedo en su cuello.
Enzo había depositado un beso ahí, y aunque había sido suficiente para que ella mordiera su labio inferior patéticamente, también fue suficiente para que saliera del hechizo que él había aplicado sobre ella, Alana puso ahora sus manos sobre el pecho de Enzo y lo apartó un poco.
—Alana…
—Nuevamente gracias por todo—respondió ella—. Pero tengo que irme—Enzo la miró apenado y asintió levemente, Alana depositó un beso en su mejilla y salió prácticamente corriendo del departamento, Enzo no tuvo la intención de seguirla, Alana sabía perfectamente el por qué. 
No tardó mucho en llegar a su departamento, se quitó los zapatos y sus pies tocaron el frío suelo de la sala, a comparación del departamento de Enzo, el que ella compartía con su novio estaba casi siempre frío porque el chico adoraba las temperaturas bajas, no había alfombras en el lugar, no lámparas cálidas, no muebles que impedían que el frío aire que se colaba de las calles por la ventana le rozaran peligrosamente la nuca. 
Alana se tocó el cuello, aún podía sentir los labios de Enzo sobre su piel, podía sentir sus manos y si se concentraba mucho, aún podía olerlo.
—Hola—la voz de Sebastián la sacó de sus pensamientos bruscamente, ella apartó la mano de su cuello rápidamente, cruzó los brazos sobre su pecho, como intentando borrar las huellas invisibles de Enzo sobre ella. 
—Hola. 
—Te preparé algo de cenar—informó—. Tu platillo favorito. 
Una ola de culpabilidad la invadió, su platillo favorito no se podía conseguir fácilmente, sabía que para prepararlo Sebastián había tenido que recorrer al menos tres mercados diferentes para conseguir los ingredientes traídos desde México. 
—He cenado ya y estoy llenísima—respondió, era verdad, el botón de su pantalón de mezclilla estaba haciendo lo posible para no romperse, su vientre estaba pesado e hinchado por las cuatro rebanadas de pizza vegana que había comido—. Pero gracias, mañana me lo desayuno. 
Sebastián asintió y parpadeó varias veces, Alana lo conocía tan bien, lo conocía de tanto que sabía que él hacía eso cuando tenía ganas de llorar. 
—Quiero pedirte disculpas por el dolor de cabeza que te he estado dando últimamente—dijo él acercándose a ella—. Soy un idiota, y si estamos aquí es gracias a ti. 
Alana sabía que se refería a cuestiones de dinero, pues aunque Sebastián haya sido el que recibió el trabajo, no hubieran podido sustentarse para mudarse a España sin el dinero que Alana ganaba. 
—Y lamento que hayas llegado al extremo de tener que alquilar una oficina para sentirte cómoda para escribir. 
Las imágenes de ella y Enzo en la supuesta oficina invadieron su mente. 
—Le diré a Maricia que consiga a alguien para que revise lo que yo vaya escribiendo—informó. 
—No tienes que hacer eso—replicó Alana. 
—Los dos sabemos que no quieres seguir leyéndome, Alana—dijo él—. Y eso está bien, sé lo agotador que es, yo mismo no quise volverte a leer después de tu primer libro y nunca me diste un mal rato por ello, incluso cuando sí era mi trabajo hacerlo.
—Lamento que leernos nos incomode tanto—dijo ella, lo decía en serio. 
—Esas cosas pasan—dijo.
¿Pero por qué ella sí quería que Enzo la leyera?
¿Por qué se había sentido tan triste cuando Enzo no indagó o pidió leer lo que ella había escrito hoy?
—Sí—mintió—. Esas cosas siempre pasan.
—Quiero que esto siga funcionando—dijo él tomándole las manos. 
Alana asintió, no podía echar su relación a la basura. 
Sin embargo, cuando Sebastián la besó, Alana no pudo evitar imaginarse que era Enzo el que lo hacía. 
Y se odió a sí misma por no sentirse ni un poco culpable al respecto. 
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aypelotuda · 2 months
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se te da vuelta la cabeza cuando comprendes que no podés andar por la vida pidiéndole a las personas que hagan determinadas cosas por vos, si no les nace hacerlo por sí solas es mejor alejarse y no quedarse ahí perdiendo el tiempo con alguien que no quiere dar nada por uno
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coolpizzazonkplaid · 3 months
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Lin Kuei (MK1) y Hanzo Hasashi y Kuai Liang (MK11) x lectora que esta por dar a luz durante una invasión enemiga. (Brooklyn 99)
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Contexto: Durante una invasión enemiga, en vez de descansar y relajarte, empiezas a armar una estrategia para repeler al enemigo, mientras tu marido está en el campo de batalla. De forma repentina, tu fuente se rompe y no quieres prepararte para dar a luz, sino ayudar a que los enemigos lastimen el lugar al que perteneces.
Bi Han:
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Como esposa del Gran Maestro, siempre estabas acompañada por él, Cyrax, Sektor o sus hermanos. Era una prioridad tu bienestar y el del niño. Bi Han no toleraría que perdieran a su esposa o su hijo no nato, pero a pesar de esas incomodidades, siempre lograbas calmar a tu esposo y que no se estresara demás por ti. Querías que se tomara con calma el embarazo de su bebé, pero eso era casi imposible, ser esposa del Gran Maestro y próximamente madre de su hijo llevaba una carga pesada.
Sus enemigos harían lo que fuera para destruir al Lin Kuei y los clanes enemigos no dudarían en actuar en hacer algo en tu contra o con el clan. Un clan rival tenía espías dentro del Lin Kuei y después de esperar los arduos meses de tu embarazo tomaron las riendas de hacer una invasión sorpresa.
Ningún miembro del clan vio venir este ataque y antes de que ocurrieran cosas peores Bi Han te escoltó junto con Cyrax y Sektor a un lugar más seguro. Bi Han te promete regresar pronto y te da una ultima mirada antes de ir con sus hermanos a proteger el templo. Una vez que se va, te intentas poner de pie y le pides a Cyrax que te traiga mapas y a muchos soldados.
Además, de que busque a los traidores porque al inicio de la invasión se enfocaron en puntos débiles del templo y que nadie más sabía eso excepto los miembros del clan. Cyrax y Sektor al verte de pie y con un montón de mapas y figuras intentan hacer que desistas de hacer una contraofensiva. Les acaba saliendo mal porque los golpeas fuertemente en la cabeza y estos dos juran que les dejaste un chichón bien notorio. No les queda otra opción más que obedecerte.
En muy poco tiempo Cyrax encuentra a los traidores y son ejecutados. Sektor te trae a unos guerreros, y les muestras qué deben hacer con las zonas débiles del templo y las trampas que deben poner alrededor del lugar en el que te encuentras para evitar que entren fuerzas enemigas.
Sektor trae más guerreros y los pones a hacer tareas, además de dar una mano a tu esposo enviando refuerzos. Todos los que se encuentran escuchaban las estrategias que tenías y dónde tenían que evacuar a los civiles. En un momento le pides a un grupo pequeño de guerreros que te traigan unos paños, toallas y ropa limpia y eso llega a los oídos de Cyrax. “¿Para que requiere eso mi señora?”
“Mi fuente se rompió. Hablando de romper, quiero que ustedes dos me traigan unos mapas de la estructura de la entrada del templo, creo que podríamos hacer una gran contraofensiva usando unas lanzas envenenadas o con pólvora.”
Ni Cyrax ni Sektor escucharon lo otro que les dijiste, en cuanto mencionaste tu fuente rota. Te hicieron que te sentaras, pero una vez más recibieron un golpazo en la cabeza que los hizo tener doble chichón en la cabeza. Les dijiste que todavía no iniciaron tus contracciones y que si estas llegaran a ser extremadamente dolorosas no ibas a parar de seguir armando un plan para defender tu clan y a tu marido. A regañadientes los dos ninjas te dejaron seguir, pero te vigilaron en cada movimiento.
Ya pasado un tiempo, las contracciones se hacen muy dolorosas y no puedes fingir más (ni siquiera fingir puede salirte bien. Hasta el ninja más inútil se da cuenta de tu situación). Cyrax y Sektor llaman a los médicos y te instan a reposar, antes les pides que sigan el plan que hiciste a las apuradas y revisaran si ocurre un inconveniente.
El dolor y el miedo te estaba agobiando. No sabías si los Lin Kuei estaban perdiendo o ganando, ni tenías noticias de Bi Han y de sus hermanos. La preocupación te estaba invadiendo y necesitabas urgentemente respuestas. Los médicos entran junto con Cyrax y Sektor, les preguntas dónde está Bi Han y si se encuentra bien. No te dan una respuesta segura y ante una contracción le agarras la mano a Sektor, el chico no sabe si se la torciste o no, pero lo que sabe con certeza es que no la siente. Además de quedar medio mal de un oído por el tremendo grito que hiciste, mientras Cyrax se va a buscar noticias de su Gran Maestro.
Bi Han y sus hermanos arrasaban con los guerreros del clan rival, caían como moscas. Los soldados Lin Kuei también ponían su parte al destruir las tropas del otro clan y era para muchos una victoria aplastante de mano a los Lin Kuei. Bi Han se sentía bastante conforme por cómo estaban yendo las cosas, pero no esperó que otros guerreros del clan enemigo rompieran una parte del fuerte del templo.
Menos que una tropa Lin Kuei los estuviera esperando con trampas y fuego. En ese instante supo que habías tramado algo y no estabas reposando o poniéndote a salvo. Llegó al lugar del fuerte roto, pasando por los cadáveres enemigos y exigiendo respuestas a sus aprendices. “¿Por qué están aquí? ¿Fue mi esposa quien les dio esa orden?”
“Sí Gran Maestro, ella nos dijo que protegiéramos esta zona con trampas y hombres, también el otro extremo del fuerte” Solo hubo un soldado que tuvo el valor para contestar a Bi Han y enfrentarlo con la mirada, pero eso se fue por la borda tras la siguiente pregunta:
“¿Ella está bien? ¿Por qué no está descansando?”
“Ella rompió fuente. Cyrax y Sektor intentaron hacerlo, incluso otros guerreros y no pudieron por más que hablaran con ella. Golpeó a Cyrax y Sektor por querer que descansara, pero ahora esta en labor de parto” El pobre guerrero tuvo que dar toda esa explicación para evitar que su Gran Maestro lo degollara, pero más o menos pudo entender. Si tenías algo en la cabeza era casi imposible que se te quitara.
Todos los aprendices escucharon que estabas haciendo estrategias, a pesar de tu estado de embarazo avanzado y no sabían si tener orgullo o miedo, pero les sirvió de fuerza para poder seguir peleando como fieras y expulsar al enemigo de sus tierras. Hasta Kuai Liang y Tomas se motivaron por tus acciones.
Tras esto, muchos soldados se armaron de valor y siguieron con una feroz lucha hasta ver al enemigo rendirse o correr con la cola entre las patas. Incluso Bi Han se unió a dar la estocada final a la batalla y dio por terminado el enfrentamiento.
Algunos soldados salieron a capturar a los enemigos, otros a llevar a los heridos con los doctores y los que quedaban a mejorar como podían la infraestructura dañada. Mientras que Bi Han corrió hacia donde te encontrabas, no iba a perderse el nacimiento de su primer hijo. En su carrera escuchó tus gritos y maldiciones (sumamente vulgares que no vamos a poner porque sino nos censuran. En otro momento ponemos malas palabras), entró al lugar y te vio preparándote para dar a luz.
“Bi Han… viniste… ¿Ganamos? ¿Tus hermanos y los enemigos?”
“Están bien, todos están bien. Pero ahora enfócate en esto, nuestro hijo es importante ahora”
Sientes otra contracción, sueltas lo que le queda de mano a Sektor y sostienes ahora la de Bi Han. Los médicos te dicen que debes comenzar a empujar así el bebé puede nacer. Con la idea de que el dolor acabe, haces lo que te dicen y sientes que en vez de acabar empeora. Gritas y lloriqueas tanto, que hace que Bi Han sienta lástima y culpa por ti (son nuevos sentimientos desbloqueados para este Gran Maestro. Nunca tuvo culpa por las acciones que hizo y ahora sí, menos lástima. Es un maldito guerrero teniendo lástima por tu estado de agonía). Quedaba poco para que el bebé naciera y sientes que te están quebrando sin parar.
“Bi Han… ya no lo soporto… me duele mucho”
“Sí, puedes hacerlo. Solo haz un esfuerzo más y terminará esto”
Te sientes motivado por sus palabras y haces un último esfuerzo en ese empujón que das. Oyes los llantos de un bebé y te permites desmayar del cansancio. Bi Han en cambio, sintió que su mundo se congelaba en el momento que vio a su hijo. Un varón fuerte y digno de liderar el Lin Kuei. Después de que los médicos lo lavaran y envolvieran se lo entregan al Gran Maestro. La impotencia lo invade, promete cuidarlos y protegerlos de cualquier mal. Promete darle una mejor educación de la que tuvo con su padre y un lugar mejor para que sea parte del Lin Kuei.
Te ve a ti casi desmayada por el arduo trabajo y te acerca la vida pequeña que crearon. Lo cargas, unas lágrimas salen de tus ojos y caen por tu rostro alegre viendo a tu bebé sano. Sus ojos no paran de estudiarlos a los dos y es un momento que atesoras para siempre. Incluso Bi Han lo tiene atesorado, aunque no lo diga. Kuai Liang y Tomas también ven a su sobrino y no podrían estar más que orgulloso de su hermano mayor.
Terminado ese momento descansas con la cuna de tu hijo al lado, mientras Bi Han hace vigila hasta caer dormido por las acciones del día. Quiere darles una gran vida y protegerá a sus más valiosos tesoros sin importar que.
Kuai Liang:
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Desde la traición de Bi han, Kuai Liang quiere protegerte a toda costa de la guerra que tiene con su hermano, no puede imaginar que algo malo te pase. Nunca se lo perdonaría. Por esas razones él y Tomas te cuidan como una muñeca de porcelana.
Estás a dos meses de dar a luz y Kuai Liang no te deja hacer ninguna tarea. Quiere que reposes y descanses, pero si necesitas caminar y él está ocupado, Tomas se encargará de acompañarte. Si necesitas comer, Kuai Liang o Tomas te prepararan la comida. Si Kuai Liang está en una misión, Tomas es tu sombra y no se despegará de ti.
El que también esperaba con ansias alguien nuevo en el clan era Hanzo, te hace un poco de compañía y siempre te pregunta si necesitas algo o cómo está el bebe. El Shirai Ryu estaba empezando florecer no había muchos guerreros.
Ese problema se vuelve uno enorme, cuando una línea temporal comienza a atacar los territorios del clan. Resulta que era la línea temporal de Dark Bi Han, con sus guerreros Lin Kuei queriendo destruir las defensas de la Tierra. Ante el ataque sorpresa, tu esposo te deja en un lugar seguro, cerca de un túnel de escape y con Tomas y Hanzo cuidándote.
Kuai Liang no quiere que nadie entre ni salga sin que ambos guerreros lo dejen pasar. Ante esa petición, Tomas y Hanzo quieren que te relajes y descanses, pero eso es en vano porque estás poniendo en la mesa mapas de la geografía de la zona, le pides a Hanzo que prepare un pequeño fuerte y a Tomas actualizaciones constantes de la situación.
 Los muchachos intentan hacer que desistas de tu plan, pero no pueden hacer nada ante tu insistencia, solo se rinden a lo que les ordenas. A los pocos minutos tienes armado un pequeño centro de operaciones donde dejas que Tomas te ayude en dirigir las pocas tropas, preparar trampas y armamento hacia las zonas que verdaderamente necesitan.
En todo el caos de la batalla, los aprendices escuchan las estrategias que tienes planeadas y hacen lo que les ordenas. Tomas revisa las idas y vueltas de los guerreros y preparar el fuerte. En un momento, le pides a Hanzo que te traiga unos paños y almohadas. “¿Por qué quieres esas cosas?”
“Se rompió mi fuente. Hablando de eso, Tomas, quiero que traigas dardos, hierbas venenosas y bombas de humo, nos servirán para usar como armas si los invasores entran”
Hanzo no entiende qué es una fuente, pero Tomas sí y quiere que te detengas en todo lo que estás haciendo. Inmediatamente, Hanzo te trae lo que le pediste y quiere que descanses, diciéndote que te acompañará en todo.
Lo calmas diciendo que todavía falta para que des a luz, que sigues estando en condiciones para ayudar al clan y que vaya a darte lo que necesitas. Le dices a Hanzo que hasta que las contracciones sean dolorosas y no puedas estar de pie, no ibas a detenerte. Tomas fue el más duro con tus decisiones, tratando de hacer que te prepares para el nacimiento de su sobrino… Eso fue en vano y acabo con Tomas siendo golpeado con una vara para que te deje trabajar.
Persististe e intentaste ocultar estrepitosamente tus contracciones (hasta Hanzo se daba cuenta que ya no podías manejar la situación), pero fue inútil y te estaban pidiendo que descansaras. El dolor era insoportable y no podías estar de pie. Tomas le pide a Hanzo que te acompañe, mientras él iba a buscar a los médicos y con suerte a su hermano.
El pobre Hanzo es testigo de como casi su mano es arrancada por como la sostenías con fuerza. El miedo ya te inundaba, no sabías donde estaba tu marido y no querías que las fuerzas de Dark Bi Han destruyeran el clan que estaban formando.
Tomas llega con unos médicos y eso solo te alivia un poco. Le preguntas al ninja en qué parte del recinto Shirai Ryu estaba Kuai Liang y él no sabe con certeza donde se encuentra. Eso solamente acrecienta tus nervios y sientes que no solo caen lágrimas de dolor sino también de desesperación.
En un lugar lejos del fuerte, Kuai Liang y otros miembros intentan a toda costa repeler a las fuerzas de Dark Bi Han, pero ve que es casi imposible. Las fuerzas de Dark Bi Han los superan en número y casi es en vano contenerlo. Se preocupa por ti, espera que estes a salvo y que hayas logrado huir de los territorios del Shirai Ryu.
Lo que no esperaba era que algunos de sus aprendices estuvieran preparando armas y trampas para hacer retroceder a las fuerzas enemigas. Kuai Liang busca respuestas ante las acciones de sus alumnos y cuando le dicen que eres tú la que ordenó que hicieran las armas. Además, le dicen que tanto Hanzo como Tomas intentaron detenerte y fue imposible.
Las acciones que ordenaste a los aprendices al parecer hicieron frutos y lograron retroceder de forma exitosa. Varios aprendices al escuchar que estuviste maniobrando detrás y que lo hiciste mientras te preparabas para dar a luz, fue el impulso necesario para que los guerreros de Kuai Liang derrotaran al enemigo.
Todos celebran por la victoria, pero Kuai Liang se dirige rápidamente hacia el refugio en el que te encuentras y lo recibe Tomas. Este le dice que los médicos te están ayudando a dar a luz y que verdaderamente te necesita.
Verte lo alegra, todavía puede presenciar el nacimiento de su hijo y puede ayudarte. Cuando visualizas a Kuai Liang, te alivias sabiendo que no le ocurrió nada malo y sientes que las lágrimas empiezan a salir. “Kuai Liang… estás bien… el bebé ya viene”
“No iba a perderme el nacimiento de nuestro hijo, querida.”
Te besa la frente, dejas libre la supuesta mano de Hanzo y agarras la de Kuai Liang. Comienzas a empujar y los médicos piden ayuda a Tomas (quedó traumado después de ver lo que vio, no se atreve a mirarte a la cara), el dolor se vuelve demasiado, pero aun así sigues soportándolo. A pesar del cansancio, del dolor y miedo, las palabras de aliento de Kuai Liang te dan la fuerza para seguir empujando. Con un último grito das el último empujón y escuchas los llantos de un bebé.
Pero eso no termina ahí, los médicos te dicen que falta un bebé más y que debes hacer unos últimos empujones. “No puedo… no puedo… Kuai Liang ya no puedo más… ya no quiero”
“Vamos amor, solo un esfuerzo más. Vamos, puedes lograrlo. Un último esfuerzo”
Sus palabras te dan fuerza y haces un último empujón y el segundo bebé sale. Todo acabó, Kuai Liang se sintió impotente y no sabía que hacer en ese instante. Vio a unos mellizos, un niño y una niña, él cargó a la niña y tú al niño. Sintió que se quebraba y al mismo tiempo estaba orgulloso de lo que habías hecho. Prometió darle a ti y a sus hijos una mejor vida.
Tomas y Hanzo son los primeros en cargar a los bebés y te sientes feliz. Después de tantas emociones y acciones, caes rendida al sueño y Kuai Liang te acompaña, mientras protege a sus tres luces.
Tomas Vrbada:
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Cuando le anunciaste tu embarazo a Tomas estaba absolutamente feliz. Se había arrodillado a tu vientre, lo besó y comenzó a hablarle por más que el bebé no estuviera desarrollado. La felicidad en el Shirai Ryu se palpaba en el aire por la gran noticia.
Perdió muchas cosas y tú eres una verdadera luz para él. No iba a dejar que te alejaran de su lado y más ahora cuando ibas a ser la madre de su hijo. Te protegía y no se separaba de ti, incluso Hanzo estaba cerca de ti cuando Tomas tenía que irse a alguna misión o reunirse con su hermano y Harumi para tomar las decisiones del clan.
El último trimestre estaba pasando y quedaba poco para que tu hijo naciera. Tomas te protegía muchísimo más que al comienzo de tu embarazo y no iba a dejar que hicieras tareas pesadas o caminatas sin alguien acompañándote. Durante las noches él intentaba cocinar, mientras descansabas y lo veías hacer algo de comida. A la hora de dormir, besaba tu vientre y le hablaba a su hijo, mientras le acariciabas el cabello para que se durmiera. Antes de caer en los brazos de Morfeo, Tomas ponía una mano sobre tu panza intentando protegerte a ti y a su hijo.
Los pocos miembros del clan estaban esperando el bebé del segundo al mando del Shirai Ryu, pero esa felicidad se esfuma rápidamente. No esperaban una invasión sorpresa hecha por muertos viviente dirigidos por Quan Chi y Shang Tsung. Ante este ataque Tomas, Kuai Liang y Harumi fueron a proteger los territorios del clan. Mientras Hanzo tenía que cuidarte, intentó ir a la guerra, pero el trío se negó rotundamente porque le faltaba entrenamiento.
Cuando tu esposo se fue a la guerra, sin dudar ni pensar comenzaste a armar en tu refugio un plan para repeler las fuerzas malditas. Hanzo quiso hacer que reconsideraras debido a tu estado de embarazo muy avanzado y no le salió bien. Le pides que te traiga los mapas de la zona, le dieras todas las armas de pólvora y actualización de dónde se ubicaban las fuerzas enemigas.
A regañadientes Hanzo te trae las cosas que le pediste y junto con algunos aprendices empiezas a formar una estrategia de ataque, todos te estaban escuchando para saber que paso deben tomar de ahora en adelante. Hanzo junto con otros pocos aprendices construyen alrededor de la habitación en la que te encontrabas un pequeño fuerte para evitar contratiempos.
Después de ordenar a los guerreros que siguieran al pie de la letra el plan que armaste, se marcharon todos, excepto Hanzo que se quedó protegiéndote y ayudando a armar mejores trampas en el fuerte improvisado. No esperaba que le pidieras toallas, ropa y almohadas. “¿Por qué requiere eso mi señora?”
“Primero, deja de llamarme así, no soy tu superior ni maestro y menos Gran Maestro. Segundo, lo necesito porque mi fuente se rompió y tercero, quiero que vayas a buscar más pólvora así se la puedo dar a los que están en el campo de batalla puedan usarlo para retroceder al enemigo.”
Hanzo no entiende que es una fuente, pero piensa que debe ser algo sumamente importante en el embarazo y se asusta. No quiere decepcionar a Tomas con que no pudo hacer que descasaras y te prepararas para la llegada de tu bebé. Intentas calmarlo diciendo que faltaba para que dieras a luz y que podías seguir ayudando hasta que tus contracciones duraran más de 3 minutos.
Una vez más, Hanzo no puede hacer que retrocedas ante tu terquedad y hace lo que le pides. En todo el caos, se da cuenta que ya no puedes soportar más estar de pie, por más que quieras ocultar tus gritos y lloriqueos hacia los guerreros (hasta ellos se dan cuenta que ya no puedes) y tienes que prepararte. Los médicos tienen que ayudarte con el parto y rápido. En un momento el pánico te invade, quieres a tu marido al lado y ya no estabas al tanto de lo que ocurría fuera del fuerte.
Mientras te preparabas, Tomas, Kuai Liang y Harumi estaban conteniendo al enemigo como podían. Tenían pocos guerreros y les costaba bastante, pero no creían que un montón de trampas hechas con pólvora y otros ataques sorpresa por parte de los guerreros que llevaste sirvieran para repeler al enemigo. Tomas supo que tenías algo que ver y buscó respuestas por parte de los aprendices de lo que hacías.
Ante la respuesta de que estabas organizando un contrataque y tu fuente se rompió, tiene mas infartos de los que puede contar. Necesita desesperadamente ir a ver cómo te encuentras, pero Harumi lo calma diciéndole que se iba a encargar de ayudarte en lo que era necesario.
“¿Dónde está Tomas? ¿Vamos ganando?”
La amante de Kuai Liang se retira del campo de batalla y se dirige rápidamente hacia donde te hallabas. No esperaba verte de pie frente la mesa con un mapa y sosteniendo la mano (lo que quedaba) de Hanzo. “Descansa debes prepararte para el nacimiento de tu hijo”
Harumi intenta calmarte y hacer que te recuestes. Las contracciones eran dolorosas y no sabías cuanto tiempo más podías soportar esa agonía, querías a Tomas a tu lado. Harumi prepara todo para que comiences tu labor de parto, además llama a los médicos para que te den un mejor tratamiento y Hanzo todavía no sabe si perdió o no su mano.
A pesar de que Harumi fue a ver tu estado, Tomas, seguía asustado y quería acabar con este ataque lo más rápido posible. Motivado por sus hombres, su hermano y el plan que hiciste, logran hacer una gran contraofensiva efectiva, ya que muchos de los muertos vivientes son eliminados y otros retroceden ante el ataque de los Shirai Ryu.
Los brujos viendo que no pueden tener una victoria aplastante, huyen como ratas a los más recóndito del Mundo Exterior. Una vez pasado el peligro, los guerreros celebran, pero para Tomas no hay fiesta hasta ver como te encuentras. Corre hacía el fuerte que Hanzo armó bajo tus órdenes y te ve tratando de empujar. Harumi estaba detrás de ti sosteniendo tu cabeza y Hanzo veía que su mano no iba a tener un mañana.
Inmediatamente, dejas libre a Hanzo (no sabe si perdió o entumeció su manito) y cuando ves a tu esposo la tranquilidad te inunda. “Tomas… viniste ¿Están bien todos? ¿Ganamos?”
“Estoy aquí, estoy aquí, amor. Vas a estar bien, todos están bien”
“El bebé … va a nacer”
“Lo sé, amor, lo sé. Necesitamos que empujes para que nuestro hijo nazca”
Lo miras con miedo y comienzas a empujar, Tomas y Harumi te alientan a seguir adelante, te esfuerzas mucho y los médicos se preparan para recibir a tu hijo. Tomas se sentía sumamente apenado porque estabas sufriendo, odiaba verte así, pero quería ayudarte en lo que más pudiera. Si era sosteniéndote la mano o motivándote haría lo que este a su alcance para que sepas que estaba contigo.
El dolor se estaba volviendo insoportable, te estabas mareando y sentías que te desvanecías. A pesar de las incomodidades, seguiste empujando y con un grito extremadamente fuerte das un último empujón. Escuchas los llantos de un bebé, pero no esperabas oír las horribles palabras de Harumi. “Queda uno más, tienes que hacer un último esfuerzo”
“No puedo… me duele todo… quiero que termine no puedo más”
“Sí puedes amor, te voy acompañar en lo que quieras. Pero vamos hacer esto juntos. Respira profundo y empuja, estoy contigo” Las palabras de tu esposo te motivan, se miran juntos y respiran simultáneamente, entonces vuelves a empujar. Sentías que una vez más te desvanecías, pero haces un último empujón y oyes los llantos de un segundo bebé.
Tomas sintió que todo quedó detenido en el tiempo. Ve a dos bebes siendo envueltas en mantas delicadas. Eran dos niñas mellizas, hermosas y fuertes. El ninja cae de rodillas al sostener a sus dos pequeñas, son tan vulnerables, tan inocentes y se siente esclavo a sus hijas. Promete criarlas, consentirlas y protegerlas a toda costa, de cualquier mal y amenaza.
Te acerca una de sus hijas y la sostienes como puedes. Sonríes al ver a tus hijas sanas, unas lágrimas salen de tus ojos y el pulgar de Tomas las limpia. Se miran a los ojos y se acerca a ti para besarte. Acomodan a las niñas en una pequeña cuna y te dejan descansar.
Los médicos te revisan para ver si no ocurre ningún inconveniente. Tomas te acompaña en tu sueño y duermen al lado de sus pequeñas niñas. Al verlas dormir, las lágrimas de felicidad salen sin parar y no puede pedir más a su vida. Perdió a su hermana y a su madre, hará en lo que este en su poder para protegerlas y darles todo lo que él posea.
Hanzo Hasashi:
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Hanzo tenía sentimientos encontrados por la relación, luego matrimonio y embarazo de su nueva esposa. Desde la pérdida de Harumi y Satoshi, Hanzo ya estaría paranoico y con miedo de si vuelve a perderte a ti y a su hijo. Por eso te protegía como nunca antes, esa protección creció más cuando el embarazo estuvo muy avanzado.
Si tenía una reunión con el clan, tú ibas a estar ahí para que no te alejaras de su vista, necesitabas caminar porque estar tiempo en cama te estaba matando él te acompañada a que caminaras por los Jardines de Fuego, no iba a dejarte que hicieras ninguna tarea pesada ni forzosa. Si tenía alguna misión, Takeda tenía la tarea de ayudarte en todo.
Todo el clan estaba esperando a que el Gran Maestro tuviera a su bebé, sobre todo Takeda porque tenía la expectativa de que su Gran Maestro siguiera adelante con su vida y fuera feliz.
Esa idea se va, ya que cerca de los territorios del Shirai Ryu ven que las llamas del Infierno emergen de la nada misma e intentan forzar la entrada al templo. Fueron enviadas por Liu Kang y Kitana al querer armar una invasión y destruir las defensas de la Tierra. Por eso Hanzo te deja con Takeda en un lugar seguro mientras se va hacia la entrada con sus mejores guerreros para contener a los demonios.
Antes de irse a defender su clan le dice lo siguiente a Takeda: “No dejes que ella salga, ni que alguien entre a menos que sea sumamente necesario y de confianza. Te estoy confiando la vida de mi esposa y mi hijo, Takeda.” Mientras estabas con el joven comienzas a preparar la habitación tu centro de operaciones con los mapas del territorio y la infraestructura.
El pobre joven intenta decirte que desistas de tu plan, pero le ordenas que llame a varias tropas para que refuercen los puntos débiles, que algunos te den actualizaciones constantes de la situación y que preparasen un fuerte al lugar en el que estabas. Takeda se niega rotundamente, quiere evitar que Hanzo lo mate lentamente si ve que su esposa está tomando las riendas de una situación horrible mientras estas embarazada.
Le pones de hoyo legal que él tiene que vigilar a los que entren y salgan, además de que no ibas a salir a combatir en tu estado. Ante esa excusa y tras ver que no te ibas a detener empieza a armar el centro de operaciones, hace lo que le pediste. Dentro de pocos minutos Takeda y otros guerreros te están escuchando con la información de la ubicación de las batallas, dónde y cómo preparar trampas y reforzar las zonas débiles.
Takeda por un lado está orgulloso y por el otro tiene miedo de que su Gran Maestro lo asesine, pero aún así vigila quien entra y quien sale. Revisa las actualizaciones de las ubicaciones de los demonios y trabajaba contigo para ver dónde llevar las tropas.
En todas las órdenes que das, le pides a Takeda que te traiga almohadas, ropa limpia y paños. “¿Para qué necesitas eso?” te pregunta mientras revisaba los mapas de los territorios del templo.
“Mi fuente se rompió. Asunto aparte, si Jacqui dejó algunas de sus armas las necesito podríamos usar la pólvora para hacer trampas por los alrededores del templo”
Al escuchar esas terribles palabras detiene de lo que estás haciendo, quiere que reposes inmediatamente y necesita llamar no solo a Hanzo sino también a los médicos de las Fuerzas Especiales. Intentas calmar a Takeda, le metes excusas de que todavía no sientes las contracciones y que falta, que puedes seguir manejando lo que estaba pasando. Hasta que no puedas estar de pie y que las contracciones sean sumamente fuertes no ibas a dejar tu puesto.
 Pasa un tiempo hasta que las contracciones son terriblemente fuertes y ya no puedes estar de pie, aún así finges muy mal que no sientes nada. Takeda ya te está obligando a que recuestes y no finjas que no tienes las contracciones, comienzas a gritar sin parar y que quieres a un médico y a Hanzo.
Los médicos estaban atendiendo a los heridos, pero algunos fueron enviados a tu ubicación para que te atendieran y te ayudaran con el parto. Además, Takeda te está sosteniendo alentando a que respires y te calmes, pero lo único que quieres es que Hanzo este contigo.
Mientras eso ocurre, en el campo de batalla, Hanzo junto con sus soldados estaban destruyendo a los enemigos de forma arrasadora. Los demonios estaban retrocediendo de a poco, pero las bajas eran dolorosas, aún así la ferocidad de los nuevos Shirai Ryu no tenía comparación.
Hanzo vislumbra entre toda la acción que muchos estaban construyendo trampas, reforzando algunas entradas, que iban con papeles hacia el templo y deduce que estas haciendo algo en tu estado. Además de pedir respuestas del estado de su esposa, quiere saber el cómo no te detuvieron y los guerreros le dicen que Takeda lo intentó, pero fue en vano. Tu terquedad se impuso ante Takeda y eso casi deja sorprendido a Hanzo, pero el sabe que si tienes algo en la cabeza no te lo ibas a quitar ni de chiste.
Aparte de escuchar cómo Takeda no logró controlarte, también oye que estabas en labor de parto y empedernida en seguir controlando la situación. Eso lo aterra y no quiere que la historia vuelva a repetirse. No solo está aterrado, sino que también está furioso porque no va a permitir que nadie lo separe de lo que más ama.
A toda costa quiere desterrar al enemigo de sus tierras y que no se acerquen a su clan ni familia. Con todas sus fuerzas y motivación hacia sus guerreros, repelen de forma aplastante a los enemigos. Los demonios que sobreviven huyen como ratas y las bajas fueron mínimas, también el clan en toda la batalla escuchó los rumores de que la esposa embarazada del Gran Maestro estuvo manejando una parte de la situación y más razón para celebrar.
Al terminar de reprimir a los enemigos, Hanzo corre hacia la base que improvisaste y escucha tus gritos y llantos. Al entrar y verte en el estado en el que te encuentras, sosteniendo (mas bien rompiendo) la mano de Takeda y cuando lo ves te alegras.
“Hanzo…viniste… el bebé.”
“Lo sé, Sakura, lo sé. Hiciste todo bien, ya estoy aquí.”
En ese instante dejas la mano de Takeda y sostienes las de Hanzo y el médico te pide que empujes. Comienzas a hacerlo, solamente se escuchan tus gritos y quejidos. Hanzo se siente mal el ver que estas sufriendo, lo único que puede hacer es motivarte y que controles tu respiración. Después de mucho tiempo de empujar ya no das más y estas sintiendo que te desmayas del dolor.
“Hanzo… duele mucho… quiero que acabe… estoy cansada.”
“Vamos Sakura, sólo un empujón más. Puedes lograrlo, es el último, lo prometo.”
Haces un último empujón, soltando un grito muy fuerte y tanto tú como Hanzo escuchan los llantos de un bebé. Es un momento donde Hanzo se quiebra totalmente y llora de felicidad. Envuelven al recién nacido y lo acercan al Gran Maestro, él se pone a tu altura para mostrarte el milagro que hicieron. Es una niña, fuerte y hermosa.
Hanzo se siente afortunado de que fueras la madre de esta belleza y al verla más de cerca promete protegerla, cuidarla y cumplirle sus deseos. Te mira y estás inconsciente, todo lo que pasó te estaba cobrando factura y por esas razones los médicos quieren que descanses. Te dejan en los aposentos y al lado esta la cuna de tu hija, donde Hanzo hace guardia y con ayuda de Takeda reconstruyen los territorios del Shirai Ryu.
Hanzo promete proteger a ti y a su hija a toda costa de cualquiera que intente amenazarlos. Son su felicidad y quiere darles todo lo que tiene.
Kuai Liang:
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Kuai Liang estaba muy emocionado al verte muy embarazada y ya la fecha del nacimiento del bebé se acercaba. Por esas razones te procuraba bastante, el ninja evitaba que hicieras cualquier tarea que él consideraba pesaba. Te ayudaba a caminar si se te dificultaba o darte lo necesario para que descanses sin ninguna molestia.
La felicidad y la espera en el clan se esfuma cuando ocurre el reinicio de Kronika. De las arenas, salen cyborgs, una figura encapuchada y todos los ninjas se ponen al ataque. Mientras ocurre eso, Kuai Liang te envía inmediatamente a un centro de operaciones improvisado/lugar seguro y él se va a la guerra.
Inmediatamente tomas control de la situación, comienzas a dar órdenes sobre cómo deben desplegarse las tropas Lin Kuei, dónde deben defender el clan y a su vez pides equipo para dar luz.
“¿Para qué necesita eso materiales mi señora”
“Se rompió mi fuente. Ah y hablando de romper necesito que preparen trampas para evitar que los cyborgs intenten entrar aquí.” El aprendiz al escuchar que se te rompió la fuente tiene miedo de que su Gran Maestro lo castigue o aún peor… lo mate. Por eso te pide que reposes y llamen a las Fuerzas Especiales para pedir ayuda médica.
Te niegas rotundamente, intentas dar excusas para poder seguir controlando la situación y evitar que destruyan al clan. Argumentas que hasta tener contracciones de 3 minutos puedes seguir operando sin problemas, aun así, el aprendiz quiere que reposes para evitar que su Gran Maestro lo mate, pero lo pones en su lugar porque eres la esposa de Kuai Liang y si se te atrevía responder se lo ibas a contar. El pobre acaba obedeciéndote, te da lo que necesitas y sigues tratando de controlar la situación desde el interior.
Pasaron más de los minutos indicados para que reposes, los guerreros hicieron lo que les ordenaste y no puedes soportar el dolor ni que Kuai Liang no esté presente. El aprendiz, junto con otros más te piden e intentan hacer que te prepares para dar a luz y desesperada pides que traigan a Kuai Liang, porque quieres que este contigo y estabas preocupada por él. El aprendiz que te ayudaba se fue a toda prisa hacia el campo de batalla para darle la noticia a su Gran Maestro.
Mientras esto sucedía, Kuai Liang estaba arrasando a diestra y siniestra con los cyborgs, se da cuenta de que las máquinas son cyber-lin kuei y se preocupa, ya que la fábrica había sido destruida. Además, ve que la mayoría de las maquinas están llevándose por la fuerza a la mayoría de sus guerreros.
Además de los guerreros que tenía a su disposición ve que también hay algunos que están intentando construir trampas y hacer refuerzos en lugares débiles. Imagina que seguramente debes estar haciendo algo a costa de tu bienestar. Le esta taladrando la cabeza el pensamiento de que no estás reposando.
En su lucha, ve a la figura encapuchada, una mujer (es Frost, pero se da cuenta en la fábrica, así que shh), ataca al Gran Maestro y comienza a amenazarlo: “Después de matarte, van a sufrir tu maldita esposa y el bastardo de tu hijo.”
“Acércate a ellos y serás ejemplo de lo que ocurre a quienes se metan con mi legado.”
Tras estas palabras empiezan a combatir. Entre golpe y golpe, los cyber-lin kuei se llevan a la mayoría de los ninjas y la mujer escapa exitosamente. Kuai Liang está furioso de que esa mujer se haya llevado a sus guerreros y aún peor que los convierta en cyber-lin kuei, quiere detener ese destino a toda costa.
En toda su confusión, uno de sus aprendices lo llama a gritos en el campo de batalla. Al recibirlo no muy bien, porque acaba de ver que se llevaron a casi todo su clan, pero después se alegra un poco al saber que hay pocos sobrevivientes. El aprendiz intenta decir la noticia que quiere dar con exhalaciones bruscas por su carrera:
“Gran Maestro… su esposa… va a dar a luz”.
Los ojos de Kuai Liang se ponen como platos y se dirige inmediatamente al fuerte improvisado, donde fue tu centro de operaciones y donde escuchaba tus gritos y quejidos y entra repentinamente preguntando dónde estabas. Te vio acostada, soportando el dolor de parto y al verlo te alegras: “Kuai Liang… va a nacer… ¿qué ocurrió?”
“Shhh, cálmate, estoy aquí. Voy a estar contigo”
Lo único que se escuchaba eran tus gritos de dolor, el médico te alentaba a empujar y Kuai Liang te sostenía la mano y te consolaba. El médico te pidió un último empujón, ya estabas llorando y pidiendo que todo parara: “No puedo… no puedo… Kuai… ya no puedo… estoy cansada y me duele.”
“Vamos amor, solo un empujón más. Ya todo acabará, solo un empujón más”
No era cariñoso frente a los demás, pero ahora estabas sufriendo y su clan estaba en peligro. Muchas emociones procesando, aun así, te está motivando a que puedas dar un último esfuerzo y que su hijo vea al mundo. Con lo que te queda de fuerza logras dar a luz a su hijo.
En el momento que Kuai Liang lo escucha llorar, todo se detiene… una sonrisa genuina invade su rostro. Tú también sonríes y sueltas una exhalación de alivio. Ves a tu hijo por primera vez y lo cargas, las lágrimas comienzan a salir de tu rostro. Kuai Liang tampoco puede contenerlas y juntan sus frentes para admirar lo que él y tu crearon… un niño. Tuyo y de él. Solamente puede decir:
“Estoy orgullosa de ti. Diste felicidad a mi vida y prometo cuidar a ti y a nuestro hijo. Te amo.”
“Yo también Kuai Liang”. “¿Qué ocurrió afuera? ¿El clan está bien?”
El momento de felicidad se interrumpe al escuchar esas preguntas. No sabe cómo decirte que debe irse en el día del nacimiento de su hijo y debe buscar la ayuda de las Fuerzas Especiales, Raiden y Hanzo Hasashi.
Cuando te enteras de que la mayoría del clan fue raptado por los viejos cyber-lin kuei, no entiendes nada, creíste que fueron destruidos y la fábrica también, pero hasta tu marido tiene dudas de lo que ocurre. Por eso te lleva a la base de las Fuerzas Especiales con su hijo y los demás sobrevivientes, allí estarán seguros mientras él no este.
Antes de despedirse te da un beso en la frente y también a su pequeño. Lo ves irse con Hanzo y lloras por todo lo que había pasado y lo que estabas presenciando, pero tenías la esperanza de que se solucionaría pronto y que dentro de poco Kuai Liang pasaría tiempo con su hijo.
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rikagum · 1 year
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afirmaciones diarias: soy muy linda, no aburro a nadie y no estoy perdiendo la cabeza
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sunflowerzyk · 5 months
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Detrás del depredador -König Híbrido!Oso x Lectora [Medieval AU] Cap. 3
Eres una plebeya de familia numerosa, tu vida es de lo más tranquila como lo puede ser para alguien de tu estatus. Hasta que una de las tantas mañanas en las que sales de tu hogar para recolectar frutos de los arbustos en lo más profundo del bosque una flecha atraviesa tu brazo. Tu no lo sabes, pero el dueño es el príncipe König , un híbrido bestia/oso, quien te tomara como su esposa, aunque no lo quieras así.
Lista maestra
Capitulo 4! << Siguiente aquí
Contiene: diferencia de edad, perversión, könig Yandere, konig Mayor, Diferencia de tamaño, obscenidad, dub-noncon, könig posesivo, daño/consuelo, pelusa, violencia típica del canon, dime si me olvide de alguno. Este capitulo en particular contiene somnofilia!
Si este tipo de contenido no es de tu agrado ignóralo y sigue con tu camino
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Pasaron los días, días tortuosos en los que König no podía decirte ni una sola palabra desde que llegaste a ese lugar. Estaba perdiendo la cabeza, no era capaz de mirarte a la cara sin sentir la necesidad de llevarte.
Pensó que sólo serías un interés pasajero, que se aburriría y te repugnaría como a todos los demás. Pero no fue así.
Todas las noches visitaba la habitación donde dormías, no decía nada, solo escuchaba cómo te quedabas profundamente dormido, entraba a verte y se quedaba allí hasta antes del amanecer y volvía a sus aposentos privados.
La culpa era de su cabeza. Sus necesidades.
Seguía repitiendo la misma imagen en su cabeza una y otra vez, tú, tan pequeño, aferrado a su mano de esa manera como lo hiciste el primer día, no pudo evitar calentarse aún más de lo que ya estaba mientras cabalgaba hacia el palacio, Si hubiera sido alguien más quién lo hubiera tocado, se habría arrancado el brazo, Pero no eras cualquiera, eras tú, una chica enigmática y curiosa ante sus ojos depredadores. Sus instintos le pedían a gritos que te reclamara en ese mismo momento en el que detectaba tu toque, te acariciaba y te rompía (solo un poco... tal vez). Era solo un instinto primario que venía de las profundidades del ser, por eso te atacó tan repentinamente cuando te alejaste. No estaba acostumbrado a actuar tan impulsivamente, sólo en el campo de batalla, y por lo general estaba en su forma animal cuando eso sucedía.
König se abalanzó sobre ti principalmente porque retrocediste, deberías haberte quedado como estabas, sentado en la cama, sin soltar su mano en ningún momento, tirando de él hacia ti, rogándole que no te dejará sola en esa habitación. Arrodíllate para llamar su atención. Era tu deber. Seducirlo para que te llene de bebés de sangre noble, príncipes.
Eso es lo que tenías que hacer.
En cambio, estabas aterrorizado cuando viste su forma híbrida salir a la luz, te inclinaste hacia atrás con un miedo notable en tus ojos. Era de esperar que reaccionaras así, los híbridos no abundaban, existían muy pocos ejemplares estrictamente en la nobleza, como era el caso de él, sus hermanos y compañeros de armas. Los usaban en su mayoría como máquinas de guerra, todas sus capacidades se vieron incrementadas con el cambio que su condición les permitía hacer.
Algo de lo que presumir, si supieras vivir para contarlo, la mayoría de los híbridos no vivían más allá de los 30, debido a las constantes guerras, enfermedades e intentos de asesinato.
Normalmente la intimidación que generaba en la gente lo alimentaba enormemente, incluso la tuya, tu miedo en pequeña medida le divertía, incluso lo endurecía, verte tan temblorosa y nerviosa debajo de él era una delicia. Tus labios se entreabrieron, temblores recorrieron todo tu cuerpo mientras tratabas de separarlo de ti con una confusión bien marcada en tus facciones. König quería verte tratar de tomarlo por completo cuando tu herida sanara y hicieran sus votos matrimoniales para tomarte como su reina, no serías una concubina, serías una diosa, el sudor correría por tu piel, dejando escapar jadeos y gemidos que él provocaría, admirando tu rostro enrojecido. ¿Serías tímido en la cama o más atrevido? Le encantaría averiguarlo. Lo haría.
Planeaba jugar un poco contigo y tu pequeño coño.
König iría tan despacio como le preguntaste, es un príncipe, o eso dice un papel escondido en los archivos de la Biblioteca Imperial, también es plenamente consciente de lo grande que es su miembro, tu cuerpo no lo soportaría de inmediato sin que se te salten las lágrimas internamente, si se lo pides, lo hará, para que pueda cuidarte más tarde sin ningún resentimiento. Pero sobre todo sería amable en sus propios términos, solo por un tiempo, muy poco en realidad, y lo sabe, especialmente la bestia dentro de él, es un depredador por naturaleza, quiere conquistarte, mantenerte y criarte. Explora contigo sus deseos más profundos. Comerte y arruinarte la cabeza, donde solo él iba a existir, aunque lo negaras te obligaría a hacerlo tarde o temprano, preparando tu coño con sus dedos y su boca. Tendrían todo el tiempo del mundo para prepararte para él, su libido alta y la bestia hambrienta dentro de él.
Su edad le permitía presumir de la experiencia que llevaba consigo, haría un excelente uso de esa información sobre su cuerpo inexperto. Te hacía visitar a los dioses y te traía de vuelta a su lado, una forma de mostrarles su eterna gratitud por recibir a una reina tan bonita y adorable. Él te merecía, se merecía algo tan divino como tú después de haber sido castigado con ser rechazado por todos, y el contacto físico.
Su repentina aversión por otras personas le hizo excluirse a sí mismo, aquellos que no eran camaradas que probablemente estaban menos o igual de trastornados que él eran completamente evitados. Por esa misma razón nunca frecuentó el castillo de su padre y permaneció en su provincia. En su provincia, gobernaba allí, decidía a qué reuniones asistir, era dueño de todo.
Aquí no, su padre es el que manda y la serpiente de su hermano Alejandro susurrándole cosas al oído era una situación irritante, le ordenaron asistir a reuniones molestas para negociar con comerciantes hipócritas. Con solo mirarles la cara le daban ganas de degollarlos.
¿Podría hacerlo? Por supuesto.
¿Se mancharía las manos con una sangre tan repugnante? No.
Su energía ya estaba bastante reducida. Simplemente estar en el castillo de su padre lo estaba agotando, sumado a su frustración (sobre todo sexual) y la falta de adrenalina realmente lo estaba matando.
En el castillo de su padre tenía dos habitaciones propias, la principal, de la que nunca salió durante su estancia, y la segunda, donde fue criado por su madre y las enfermeras. En esa segunda habitación estabas. Ese sitio fue abandonado con el tiempo, hasta ahora. Tu sola presencia le dio un toque diferente, lo completó aunque no pertenecías a ese lugar, no permanentemente, ese lugar era para madres de príncipes, y tú no lo eras. Aún.
Te verías mejor en sus aposentos personales, atada a la cama con el vientre hinchado por su carga, aún no era el momento, a menos que quisieras que te sostuviera en sus brazos y no te soltará hasta quedar completamente inconsciente y él se quedara. sin capacidad de empujar dentro de tu coño. Cosa casi imposible, era cierto que su edad le impedía ser tan resistente como antes, pero aún tenía sus dedos y su lengua para hacerte llorar y satisfacerse con tu placer.
El primer día que se escapó de ti (más precisamente de su tentación de copular contigo), no fue precisamente por arrepentimiento por abrir aún más tu herida en un trance de excitación, fue por la frustración de ser consciente de que si no saliera de esa habitación inmediatamente te llenaría ahí mismo con el riesgo de romperte permanentemente y en consecuencia provocar tu muerte inminente.
Salió corriendo de la habitación, directo hacia la primera doncella que su sistema detectó, gritando de forma incoherente que ni siquiera él mismo entendía en su prisa por alejarse de la tentación de profanarte.
Krueger estaba presente, conocía bien al líder, son lo más parecido a amigos de la infancia, por lo que Krueger sabía que Konig estaría allí, los gritos también lo ayudaron a localizarlo. Vino a informarle de que le esperaba una reunión del consejo a la vuelta de la esquina, por orden del rey. Trató de acercarse, pero no pudo decir nada porque König le gruñó de manera amenazante, pasando junto a su compañero, König sabía qué tipo de noticias le traía Krueger y no quería que su estado de ánimo empeorara. Ya no más.
Afortunadamente para la criada, Krueger repitió las órdenes que König había gritado unos segundos antes. "Cuídala, si empeora morirás y si ella se va, tú también morirás", incluso para Krueger eran incoherencias, pero todo por el bien de los demás. El pobre hombre siguió a König a una distancia considerable, estar demasiado cerca era una invitación a la muerte. Y apreció sus extremidades pegadas a su cuerpo.
Justo antes de que llegaran a la habitación, Krueger finalmente habló.
—La próxima campaña será pronto, tu padre, el rey, quiere tu presencia tan pronto como termines tus deberes.
—¿Qué tenemos esta vez?
preguntó König con un tono notablemente más neutro como de costumbre, pero aún a la defensiva.
— Lo mismo de siempre, comerciantes de pieles y tejidos. Afirman estar hechos de materiales exóticos e innovadores.
— Tejidos.
— Sí señor. Para la ropa en su mayoría.
— Bueno, vamos a ver qué pueden ofrecer que valga la pena.
König finalmente estaba de mejor humor, antes no trataba tan profundamente con las mujeres, por lo que no sabía cómo disculparse contigo por dejarte así. Pero en su infancia se dio cuenta de lo felices que se volvían las mujeres cuando recibían regalos, eso te lo daba por supuesto. No te conocía lo suficiente, pero su primer intento serían los vestidos, compraba todas las telas, ordenaba que te las enviaran a tu habitación para que eligieras tus favoritas y enviaba las elegidas a las costureras.
Un plan perfecto.
El resto del día de König consistió en atender demandas de papeleo, reuniones aleatorias en las que no podía concentrarse demasiado porque no paraba de pensar en ti, en cómo estarías, si encontrarías la forma en que se fue grosero y te dejaría sin una explicación, incluso estoy preocupado porque estás tratando de escapar. Algo bastante estúpido, porque te encontraría dondequiera que corrieran.
Tal vez estarías triste y asustado, no deberías estarlo, tan pronto como terminara su tarea y su bestia interior se calmara, volvería a ti. A tus brazos. Los obligaría a abrirse para recibirlo de cualquier manera.
Terminó todo a la hora de la cena, rápidamente se fue a su habitación, listo para bañarse, cuando se quitó la ropa de su cuerpo y su armadura de caza, detectó un leve rastro de tu olor que aún estaba impregnado en la tela, no pudo evitarlo, no podrías culparlo; Tomó la ropa en sus manos y se la pegó a la nariz, oliéndote, también había algunas pequeñas manchas secas de tu sangre en su armadura, las lamió hasta que quedaron limpias y no quedó nada, sabías tan bien como olías, König no podía esperar para saborear todas las formas existentes y por existir.
Su bulto que trató de reprimir todo el día volvió a mostrarse de una manera más insistente y dolorosa, se sentó en su cama y se masturbó oliendo tu esencia en su ropa, imaginando tu cuerpo alrededor de su pene, apretando, gimiendo y gimiendo porque es demasiado. para tu coño, pero a pesar del dolor quieres más de él al mismo tiempo.
Se aseguraba de que no pudieras vivir sin su polla entre tus piernas.
Su cuerpo comenzó a cambiar de nuevo, su mano se convirtió en una pata, las orejas crecieron en la parte superior de su cabeza y el cabello castaño comenzó a abundar en sus brazos, piernas, pecho y espalda. Contuvo la respiración durante unos segundos, acariciándose a sí mismo con pensamientos lascivos sobre ti y su noche de bodas. Pronto.
Después de duros y erráticos estiramientos de su polla con la de ella, se corrió con un gruñido bajo y gutural, hilos de su espeso semen manchando el suelo, lo odiaba, ese líquido no pertenecía a ningún otro lugar que no fuera tu útero Su hocico temblaba de tanto tensar su mandíbula, le picaban los colmillos con la necesidad de morderte y marcarte, enterrarse en tu piel. Estaba casi desesperado.
Limpió ligeramente el piso y finalmente se metió en la bañera con agua tibia, no podía esperar para casarse contigo y sentir tus manos lavando su monstruoso cuerpo, sería divertido. Cuando terminó se vistió de nuevo, ahora con ropa más informal, salió de su habitación tan rápido como se arregló y caminó hacia su habitación.
Su corazón latía frenéticamente, el otro lado de él suplicaba volver a verte, sentirte a su lado, llenarte de su calor corporal.
Llegó a la puerta de la habitación más temprano que tarde, te escuchó deambular por la habitación, no debiste haber salido de la cama, pensó, estaba a punto de entrar cuando detectó tu olor, ahora emanabas una fragancia floral, era luz a través de la puerta. Sus sentidos estaban aturdidos, cerró los ojos con fuerza, formando puños duros con las manos, su boca comenzó a salivar ligeramente, dios, quería enterrar su nariz en tu cuello y lamerla todo el día.
No fue capaz de interrumpirte, te escuchó tararear durante unos minutos, el roce de las sábanas moviéndose y finalmente tu respiración tranquila y profunda.
Ya estabas dormido.
— Hab Mitleid mit uns.
König susurró contra la puerta, tratando de mantenerse cuerdo, escuchando tu respiración tranquila a través de la puerta.
Pasaron unos minutos, no parecía que estuvieras fingiendo estar dormido, negó con la cabeza, tratando de volver a todos sus sentidos y te escuchó gemir levemente.
Permaneció inmóvil durante lo que pareció una eternidad, luchando internamente sin saber qué hacer. Si entraba perdía el control, si no lo hacía pasaba exactamente lo mismo. La dureza entre sus piernas volvió y se volvió más firme.
— Hab Mitleid mit uns.
—repitió—.
Ahora era una letanía. No funcionó.
Tomó la manija de la puerta con sus enormes manos y abrió la puerta lentamente, el latido de su polla era tan doloroso como el latido de su corazón.
La puerta estaba ahora abierta de par en par, mostrando su sombra en el suelo gracias a la luz de las antorchas que había en los pasillos.
Sin estar plenamente consciente (o tal vez lo estaba) caminó a grandes zancadas hasta que estuvo al lado de la cama. Te miró de arriba abajo, las sábanas pegadas a tu cuerpo, tus labios entreabiertos y un pequeño hilo de saliva deslizándose desde tu boca por tu mandíbula hasta la almohada.
Sus pupilas se dilataron y sus fosas nasales se ensancharon, inhalando bruscamente. Rápidamente se tapó la nariz con la mano de ella queriendo dejar de olerte, sus uñas se alargan, formando las garras de un oso, se estaba transformando involuntariamente por tercera vez ese día. Te haría pagar.
Te moviste ligeramente de nuevo, dejando escapar otro gemido, en su trance notó el motivo de tus gemidos, cuando intentaste cambiar de posición tu brazo herido se frotó contra la cama y te dolió.
Encontró tu ceño fruncido adorable, probablemente estabas maldiciendo en tus sueños el dolor que te causabas a ti mismo.
König retiró las sábanas que cubrían tu cuerpo bruscamente, haciendo que te estremecieras por el cambio brusco de temperatura. Se subió a la cama, maniobrando sus piernas para que rodearan su cintura. Era un hombre ancho, más aún ahora que su transformación estaba a mitad de camino; Te quejaste por la separación de tus piernas, dejando escapar ligeros jadeos moviéndose en tu lugar en un débil intento de volver a juntar tus piernas.
En respuesta, König se inclinó sobre ti, más cerca de él, presionando su bulto contra tu pelvis, separando aún más las piernas en el proceso. Esta vez gemiste más fuerte, pero él no se detuvo, sino que levantó tu túnica hasta el ombligo, deleitando la vista de él con tus piernas desnudas y una fina capa de tela cubriendo tu feminidad.
Tragó saliva con dificultad la saliva que se estaba formando en su boca por la necesidad de saborearte allí también.
Tu piel se erizó y tus pezones se endurecieron, una reacción natural del cuerpo al frío. Eso solo lo excitó más, sacando su polla palpitante de ella con una mano, dejándola descansar sobre tu estómago, goteando gotas de líquido preseminal, esparciéndose por todo tu vientre.
Volviste a jadear ante la sensación, moviste la mano en busca de las sábanas para cubrirte de nuevo, él te cogió la mano rápidamente y la sostuvo por encima de tu cabeza.
— Deine Hände aus meinem Weg, Süße
—murmuró König antes de continuar con su juego, moviendo las caderas hacia atrás y sentándose sobre sus rodillas. El simple hecho de ver tu cuerpo tan indefenso frente a él lo volvía loco.
Movió su enorme mano sobre su erección, masturbándose por segunda vez ese día por ti, por ti. Sentir tu aliento en su pecho debajo de él lo hacía aún más interesante, la idea de que descubrieran lo repugnante que podía ser con una chica de pueblo que acababa de conocer.
Vergonzosamente se acercó más rápido de lo que esperaba, enterró su cara en tu cuello inhalando tembloroso mientras expulsaba su semen caliente sobre tus pechos, tu vientre y finalmente sobre tu ropa interior, volviéndose transparente la tela.
— So süß zu mir.
Dejó escapar suaves gruñidos que calmaron tu cuello, deseando que te despertaras, vieras el desastre que estabas haciendo de su persona solo por dormir frente a él.
Para su sorpresa no te despertaste en ningún momento, se separó de ti a regañadientes, te bajó la bata para cubrirte de nuevo, sin limpiar su semen de tu cuerpo y te volvió a cubrir con las sábanas, no quería que te resfriaras.
A la mañana siguiente te despertaste con malestar y la gran sorpresa de costras de un líquido desconocido cubriendo la mayor parte de tu cuerpo, asumiste que eso fue lo que sucedió mientras dormías, el colchón rasgado sobre tu cabeza con signos de las garras de un enorme animal ya te dieron una idea.
No dijiste nada, no protestaste ni te quejaste. Al menos no en voz alta. Tenías miedo de que te hiciera algo peor y te gustaría...
Tampoco te sorprendió cuando se negó a dejarte ir a casa ese mismo día y los que siguieron.
Después de esa primera noche en el palacio, por mucho que te esforzaras por mantenerte despierto, el sueño te inundaba en el momento en que tocabas la cama y a la mañana siguiente volvían esas costras.
Querías ponerte en contacto con könig, para que te dejara ir a casa, pero al mismo tiempo no lo querías y los sirvientes tampoco lo permitían. Te estabas volviendo loco, la falta de contacto con la gente era una tortura. El único contacto con otro ser humano que experimentaste fue la sola presencia de la sirvienta que parecía no tener alma, durante un rato por la mañana, a la hora del almuerzo, en la cena y por la noche... El propietario de esos fluidos.
Ya no podías soportar la situación, no comías un solo bocado, independientemente de tus sospechas de hierbas para dormir en tu comida, solo querías que ese hombre mostrara su rostro o te dejara ir. Te enfrentarás a él.
Eso es lo que harías.
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angel-amable · 9 months
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El gay Emerico tiene mucho complejo: está perdiendo pelo en la cabeza. Ultimamente, ni siquiera le gusta hacerse selfis de cara. Mira la que ha montado para presumir de nuevo reloj inteligente.
PS: La suerte de la fea, la guapa la desea.
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flan-tasma · 3 months
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Buenas noches (Genshin men x Reader) Spanish ver.
💖~ Estos hombres están ocupados y puede que no estén contigo físicamente, pero te recuerdan y se aseguran de estar contigo cuando vayas a dormir, de una forma u otra.
I didn't have enough space to post the translation;;;;; then it will be in another post
Warning: Nope 💖, Fem!Reader
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Tighnari tiene un marcapáginas hecho con tu flor favorita. Cuando es muy tarde en la noche y siente sus ojos cansados, se toma un tiempo para acariciar la flor con las yemas de sus dedos. La caricia es distraída, su cola y orejas están bajas, pruebas de su cansancio. La textura del marcapáginas le recuerda que estás dormido ahora, siendo abrazada por las sábanas, bajo una calidez que no es la suya. Siente celos por un momento, celoso de tu sueño y celoso de la cama que te acompaña ahora, y decide que es buena idea irse a dormir.
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Albedo está acostumbrado a pasar toda la madrugada junto a sus experimentos y notas, pero casi nunca se une a ti para dormir. Suele despedirte luego de cenar, te acompaña un rato luego de que termines de lavarte y besa tu mejilla cuando le dices que te vas a dormir, pero su presencia no suele estar contigo. Si dejas la puerta abierta, puedes escuchar el sonido de la candela crujir, probablemente hirviendo agua para más café. Puedes escuchar los talones golpear contra el suelo, las hojas pasar y el cristal chocar entre sí. Y puede que Albedo un día se sienta triste, que deseé estar contigo más tiempo, y es en ese momento cuando entra a tu habitación y te abraza. Siempre es un placer despertar contigo entre sus brazos.
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Alhaitham tiene la costumbre de leer antes de ir a la cama. Puedes estar junto a él leyendo, cada uno en su respectivo sillón, acompañados con algo de beber, no le importa, es bueno saber que estás ahí. En algún punto de la noche tu voz lo llama para decirle que te vas a dormir y él te despide, espera a que te metas en las sábanas y sigue con su libro unos minutos más. Debe levantarse temprano para trabajar, cierra su libro mientras recuerda las cosas que hará en la mañana y elige ordenar todo antes de acompañarte a dormir.
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Cyno tiene una gran responsabilidad y lo sabías, por eso no es raro despertar en la madrugada para ir a baño y notar que estaba junto a ti, a pesar de que no había llegado para la cena. Lo frecuentas más en las mañanas, pero en las noches solo lo notarás si en la madrugada sientes un peso nuevo en el colchón, unos brazos atraerte y un hombre cansado que cae dormido junto a ti. Puede que sus fuerzas le valgan para hablar un poco contigo, te escuchará y te dirá si tiene planes tomarse un día libre mañana, todo mientras su voz adormilada se iba perdiendo en tus oídos, mientras tu pareja dormía profundamente junto a ti.
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Ayato considera que la disciplina es esencial para su puesto como jefe del clan Kamisato. Su rutina está repleta de trabajos, documentos y mensajes que debe leer, analizar, aceptar o rechazar, y todo eso es muy tardado, pero es un trabajo que hace minuciosamente. Y a pesar de que siempre intenta dedicarte tiempo en medio de toda su agenda, hay veces en las que debes acostarte sola, sabiendo que en su oficina el hombre estaba revisando aún los últimos documentos del día. Desearía dejarlos para mañana y acostarse contigo, pero entre más serio es el tema, más aleja esa idea de su cabeza. Y no es hasta que por fin logras conciliar el sueño que él llega, por fin, se recuesta junto a ti y te admira antes de soñar con un nuevo día libre, planeando llevarte a un pícnic alejado de todos.
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