Comercialización de formatos televisivos y derecho de autor
Quien incluye dentro del concepto de “formato” a la mera descripción genérica de un futuro programa televisivo pretendiendo protegerla bajo las normas del derecho de autor, está excediendo las fronteras y forzando la esencia de dicha especialidad jurídica. El caso típico se presenta cuando un “creador” acerca un proyecto a un distribuidor o a un canal, productora o plataforma de televisión para “venderle” lo que él dice es un “formato” de un programa que aún no ha sido emitido. Si esta presentación se realiza en un documento que sólo contiene una referencia vaga a la pretensa obra audiovisual en ciernes, entonces lo que tenemos es una simple idea que no puede ser protegida bajo las normas del derecho autoral.
Si, por el contrario, nos encontramos frente a una presentación escrita o audiovisual en la cual el artista ha desarrollado una auténtica labor creativa en la concepción de personajes, trama argumental, escenografía, musicalización, vestuario y otros elementos originales, ninguna duda cabe que nos encontramos en el ámbito autoral, aun cuando la obra pueda luego ser perfeccionada, ampliada o modificada para ser llevada a la pantalla.
En tal sentido, si el guion de una obra teatral o cinematográfica puede ser protegido como obra literaria bajo las normas del derecho de autor (aun cuando sabemos que la obra que luego veremos en el teatro o la pantalla de cine tendrá siempre algo más o algo diferente de lo que nos decía aquél texto que, por otra parte, rara vez será comercializado al público en forma independiente), no habría razones valederas para negar protección a una obra literaria o audiovisual que contenga los elementos esenciales y creativos de una futura obra televisiva, aun cuando esta última modifique o amplíe luego aquella obra primigenia.
Visto ello, en el caso de los formatos televisivos que constituyen verdaderas obras, se deberá de todas formas distinguir aquéllas situaciones en las cuales una futura producción televisiva se encuentra “inédita” o no ha sido difundida por televisión (pero, al mismo tiempo, ha dejado de ser una mera “idea” para concretarse en una obra literaria o audiovisual), de aquellas en las cuales una obra televisiva ya ha sido difundida y dada a conocer al público, pero quiere ser adaptada para una nueva explotación (por ejemplo, para ser comunicada a otra audiencia o territorio, o para concretar una versión o secuela de la misma).
Originally published at on https://saenzvalienteblog.com.ar/ August 04, 2020.
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Rotura
No soy de los que lloran,
pero desde que te fuiste, amor,
me he ahogado con la lluvia
que comenzó a caer en mi corazón;
ahora, es tarde para mi desahogo.
Aunque lo intente, mis lágrimas se retienen.
Y no sé si se deba al orgullo que cargo
o simplemente trato de ser fuerte,
pero jamás pienses que no te amé,
al contrario, fuiste lo más importante.
No lloro, pero por dentro
mis emociones están rasgando el papel
en el que se convirtió mi alma.
No lloro, pero el cielo en mi cabeza
se oscureció con incesantes tormentas
que llenan mis pensamientos de caos y relámpagos.
No lloro, pero me desmorona saber
que tu amor por mí se marchitó
mientras que el mío sigue esperando
por, al menos, una chispa de esperanza,
un atisbo de luz en la oscuridad
en la que se sumergió.
No lloro, pero es difícil continuar
cuando luces estable por fuera
y estás roto por dentro.
-Dark prince
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Qué decepción es ser leído y robado, en lugar de ser respetado y aplaudido. De verdad, que es una mentada de madre y jamás entenderé a las personas que lo hacen. ¿Qué tienen en la cabeza? ¿Por qué piensan que las palabras, que la literatura, pueden ser tomadas como si no tuvieran ningún valor? ¿Acaso van tomando las cosas que ven en la calle como si fuesen propias? ¿Se llevan a su casa los árboles que ven, las macetas, los adornos, las sillas, las mesas, todo lo que ven en la calle? ¿Eso hacen? Si no hacen eso con los objetos que ven en la calle ¿por qué lo hacen con la literatura? Las letras tienen dueño, y es quien las escribe. El arte tiene un sello particular, no se hace solo: lo hacemos todos aquellos que nos arriesgamos a crear algo de nuestro puño y letra. ¿No merecemos respeto, al menos, porque nos atrevemos a crear, por muy pobre o mediocre que sea?
What a disappointment it is to be read and stolen, instead of being respected and applauded. Really, it's an insult and I will never understand the people who do it. What's in their heads? Why do they think that words, that literature, can be taken as if they had no value? Do they take the things they see in the street as if they were their own? Do they take home the trees they see, the flowerpots, the ornaments, the chairs, the tables, everything they see in the street? Is that what they do? If they don't do that with the objects they see in the street, why do they do it with literature? Letters have an owner, and it is the one who writes them. Art has a particular stamp, it is not made alone: it is made by all of us who take the risk of creating something in our own handwriting. Don't we deserve respect, at least, because we dare to create, no matter how poor or mediocre it may be?
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CARTA AL LADRÓN.
ESU EMMANUEL G.
www.esuemmanuel.tumblr.com
www.thecanvasofmadness.tumblr.com
DESCONOCIDO
A usted, desvergonzado ladrón:
Por medio de la presente me atrevo a hacerle saber lo que he estado sintiendo gracias a los constantes robos de los que he sido víctima, en cualesquiera de los sitios web que menciono, de su mano.
Me he visto afectado, tremendamente, por la falta, ya no de moral — porque eso parece estar ausente en usted —, sino de integridad y decencia humanas, pues ha sido capaz de tomar como propio lo que no es suyo ni lo será por más que lo intente.
Si bien es cierto que yo soy el autor, el creador y la fuente de todo lo vertido en ambos sitios web, también es verdad que usted es un vil e ignorante descerebrado, falto de alma y de espíritu, que requiere tomar lo que no es suyo para sentirse especial. Sépase que, para hacer lo que usted hace, cualquiera mueve las manos, pero, para crear contenido — quemarse las pestañas, estudiar y leer en las madrugadas, en vilo e insomne, mientras se siente en el alma el ardor de la locura, la desazón de la melancolía, la congoja de la ansiedad, el arrebato de la alegría y la osadía del amor — no cualquiera lo hace. De hecho, somos muy pocos los que nos atrevemos a salirnos de los estándares para romper los paradigmas y crear algo nuevo; algo que nadie más ha podido hacer ni hará, menos los de su linaje, obviamente, ya que usted viene de un árbol podrido, de una rama infecunda, tal es así que depende fervientemente de nosotros los creadores, porque no sólo a mí me ha robado ni me robará, lo ha hecho con otros que, al igual que yo, nos arriesgamos a producir contenido original.
¿Qué puede usted saber de eso? Definitivamente nada, porque en su casa no le enseñaron, ya no a respetar, sino a ser libre. A usted le cortaron las alas recién lo parió su madre y, conforme fue creciendo, en lugar de alimentarle el alma para hacerlo consciente del poder creativo que lleva en las entrañas, le hicieron creer que no sirve, que jamás logrará ser alguien en esta vida si no roba, si no mata, si no viola, si no arrebata de los demás lo que usted no tiene permitido crear. Tan lamentable es su vida y su existencia que es un “Don Nadie”. Su madre lo parió sólo con una finalidad: ser una copia de otros, una sanguijuela, una piraña, un ave de rapiña, un dependiente de los ganadores. Usted necesita sentirse como un ganador, pero sin hacer el mínimo esfuerzo y colgándose las medallas ajenas ¡Qué patético y mediocre es ser usted! Y ni preguntarle si no le da vergüenza tal verdad, porque sé que no la tiene, no sabe de eso, porque, insisto, no le enseñaron.
No me atrevo a decir que sea usted un ser humano, ya que un ser humano tiene la capacidad — de hecho, nace con ella — de ser creativo. Usted, simplemente, es un parásito traído al mundo por otro parásito; seres nulos de energía propia, dependientes de la energía de otros para existir o, mejor dicho, para sobrevivir, ya que lo que usted hace no es vivir y lo hace gracias al robo del aliento divino de los que creamos. ¡Qué triste es ser usted! No puede ni tiene la capacidad de darle algo de valor al mundo, porque tiene que tomarlo de otros para sentirse valioso y satisfacer su falta de espíritu. Mire que yo, como sea que me robe, si decido dejar de publicar lo que escribo, usted, definitivamente, dejará de subsistir, porque sin mí, que soy la fuente, no tendrá cómo alimentarse, mientras tanto yo, que no dependo de nadie, sino de mi propia voluntad, fuerza y motivación, seguiré creando libremente en mis libretas y, quizás, nadie más que yo pueda leerme. No importa, con tener la satisfacción de crear, me basta. Aquí es donde radica la satisfacción del creador, mientras la suya dependerá siempre de éste, a lo que me lleva a confesarle que usted no es libre, sino un esclavo de sus propias limitantes, las cuales heredó de su madre y de las que jamás se podrá deshacer. Usted está marcado por la nada, la eterna flojera, el perpetuo vacío y la inmunda ignorancia. Es cuando me topo con seres como usted que abogo por el aborto, porque, un ser que nace con el solo propósito de mamar de los otros su energía no merece respirar. No ayuda a nadie con eso, sólo quita el aliento, el aire, el respiro a los que lo necesitamos para crear, para ser, para vivir y, por consecuencia, darle algo valioso al mundo. ¿Soy duro? ¿Lo soy? Creo que sólo le hago ver la realidad de su vida (si así se le puede llamar a lo que se supone está haciendo en este mundo). Más duro es tener que alimentar a sanguijuelas como usted de manera gratuita. Se preguntará que qué me gano al decirle sus verdades si, al cabo, seguirá cometiendo la fechoría de robar. Bueno, pues, me es grata la satisfacción que me da escupirle en la cara, nada más.
Usted seguirá robando, porque ése es su destino, para eso nació y, aunque quiera cambiar, no lo hará; le es imposible hacerlo. En sus genes tiene la marca de la maldad, de la brutalidad, de la inconsciencia, de la ignorancia, de la falta de alma, y de éstas nadie se cura. Sin embargo, yo, a diferencia de usted, seguiré creando, produciendo, escribiendo y publicando porque en Mí yace la fuente de la creación. Soy el agua, la tinta, el mar, el cielo, la tierra, el fuego, el viento… el éter… la fuerza de la vida haciéndose palabra y acción en cada escrito que hago y en cada paso que doy. Usted seguirá siendo un “Don Nadie” que roba y se satisface recibiendo los aplausos de quienes, como yo, no necesitamos de eso para sentirnos satisfechos.
¡Ah, qué bien se siente decirle que usted jamás saldrá de su pocilga de mediocridad! Mientras yo, escritor nato y poeta (y sí, lo digo con todo el bendito orgullo que me da serlo), continuaré bendiciendo a mis ojos con mis creaciones a expensas de mi cansancio, mi tiempo, mi salud, mi dinero y mi vida.
Sin más por el momento, me despido con una satisfacción tremenda por decirle lo que siento y saberlo escribir, cosa que usted, en la vida, podrá experimentar ¿verdad?
Esu Emmanuel G.
Autor, Escritor, Poeta y Ser Humano.
Carta al ladrón. © 2023 by Esu Emmanuel G. is licensed under Attribution-NonCommercial-NoDerivatives 4.0 International. To view a copy of this license, visit Creative Commons
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