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#brisa de tus recuerdos
sons-of-chaos · 1 year
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Cuanto está esto?
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jaquemuses · 2 months
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puedes hacer el mismo concepto de matías con la mariguana con enzo porfi? ame ese fic es increíble!!!!!
❋ ࣪ ⊹ lavender haze 𓂂˚ ﹒
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pairing. enzo vogrincic x female reader.
synopsis. hacia un mes que no veias a Enzo sin embargo encuentran tiempo para volver a verse y compartir tiempo juntos, y un porro también
cw. marihuana, fluff, cuddling, actor!enzo, relacion a distancia
an. blurb muy simple con una idea reciclada pero al fin y al cabo una request !!
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Suspiraste con satisfacción mientras te acurrucabas más contra el pecho de Enzo, disfrutando de su calor en la fresca tarde de otoño. Estabas vestida con un atuendo acogedor pero casual: un top negro de mangas largas con un escote bajo, combinado con pantalones de jogging gris suave y Uggs rosados. Alrededor de tu cuello colgaba un delicado collar de plata con su inicial, un regalo de su primer aniversario juntos. Su brazo se encontraba envuelto de manera protectora alrededor de tus hombros mientras tus dedos trazaban patrones sin sentido en su pecho a través de su hoodie negro.
El sol se estaba poniendo sobre las montañas dejando detras un espectacular resplandor naranja. Ambos estaban felices, simplemente disfrutando de la compañía del otro después de tanto tiempo separados.
"Como extrañaba esto", susurraste contra su cuello, inhalando el familiar aroma amaderado de su colonia. Había pasado más de un mes desde su última cita adecuada debido a las grabaciones de Enzo en España. Las videollamadas simplemente no eran lo mismo que sentir el constante latido de su corazón bajo tu palma, pero ahora que -por fin- tenia un par de dias libres, no los iban a desaprovechar. Los labios de Enzo presionaron un tierno beso en tu frente, demorándose más de lo habitual.
"yo también extrañaba esto" dijo contra tu frente, sus ojos se llenaron de amor cuando alzaste la mirada, sentiste tu mejilla ser acariciada por sus asperas manos suavemente y presionaste un beso en su palma.
"Me alegra que hayas podido venir, ahora vamos a poder ponernos al día correctamente", dijo con una sonrisa.
"Bueno, creo que alguien prometió algo para ayudar con eso de ponerse al día..." Enzo resopló, buscando en su bolsillo para sacar una bolsita de plástico familiar y papeles para armar.
"Como mi señora diga", bromeó, dándote un rápido beso en los labios antes de sentarse para preparar.
El sol se estaba hundiendo por debajo del horizonte ahora, proyectando todo en un resplandor rosado que resaltaba sus fuertes facciones mientras trabajaba. Te tomaste un momento para admirar lo lejos que habían llegado: hace poco más de un año, este hombre perfecto era un rostro que observabas desde lejos, nunca imaginando el dulce vínculo que formarían. Tu sonrisa se amplió con la alegría del recuerdo, distrayendo a Enzo hasta que tocó la punta de tu nariz con su dedo juguetonamente.
"Deja de mirarme como una acosadora nena!" Exclamo alargando la 'A' "Ayúdame acá mejor, ¿dale?", dijo rodando los ojos con cariño, mientras te ponías a ayudar a moler los brotes verdes y meterlos en un papel.
Una vez que el porro estuvo preparado a la perfección, Enzo miró al cielo oscureciéndose y dijo suavemente: "Hagamoslo rapido porque estas horas que se vienen son muy frías." Fue entonces cuando te diste cuenta de que la brisa nocturna había aumentado, penetrando cualquier piel expuesta y haciéndote temblar ligeramente, ahora entendias a lo que se referia Enzo cuando te decia que hacia un frio que te calaba los huesos, no podias ni imaginarte lo que debian pasar ellos grabando en la montaña.
Tu novio observó tu reacción y chasqueó la lengua. "Amor, ¿por qué no me dijiste que tenías frío? Ponete esto...” dijo antes de quitarse su bufanda del cuello. "Esto debería aliviarte un poco, yo lo uso cuando filmamos."
Te derretiste ante su consideración y dejaste que él te colocara suavemente la bufanda al rededor de tu cuello y tu cabeza, envolviendo tus sentidos en su cálido algodón y aroma amaderado. "Amor, ¿estás seguro? Ahora vas a tener frío vos..."
Él desestimó tu preocupación, pasando un brazo alrededor de tu cintura para atraerte firmemente hacia su lado una vez más. "No gorda, con todos estos meses ya me volvi inmune al frio" dijo bromeando "Además, te queda más lindo a vos de todas formas." Te reíste y te acurrucaste en su pecho, jugueteando con la suave bufanda.
Enzo prendió el encendedor con un movimiento experto y observaste cómo la llama prendía el papel de liar hasta que brilló débilmente de un color morado. Él tomo una larga calada y retuvo el humo en sus pulmones por un momento antes de exhalar una nube billante hacia el cielo oscurecido. Vos hiciste lo mismo, sintiendo cómo la tensión en tus hombros se desvanecia instantáneamente mientras una agradable neblina se asentaba sobre tus pensamientos.
Te acurrucaste más profundamente en el abrazo de tu novio, absorbiendo el resplandor del atardecer y las notas terrosas del pasto alto en tu lengua. El aire frío ya no te molestaba ya que estabas envuelta en la calidez constante de Enzo, por dentro y por fuera. Finalmente, después de un mes separados, te sentiste completamente relajada por primera vez en semanas.
Él parecía sentirlo también; su pulgar retomo sus caricias a lo largo de tu brazo mientras suspiros relajados se escapaban contra tu cabello. Ninguno dijo una palabra, estaban demasiado absortos en la presencia y comodidad de la compañía del otro después de la larga separación. Esta era la calma y la cercanía que ansiabas, todas sus necesidades eran ahora saciadas entre los brazos del otro bajo la luz rosada del anochecer.
El porro ya había desaparecido cuando el crepúsculo se estableció completamente en tonos índigo. Adormecida y confundida por el humo, inclinaste la barbilla con un suave murmullo, encontrando a Enzo ya mirándote con afecto en sus ojitos entrecerrados. Sus labios rozaron los tuyos tiernamente, dulces y lentos como meterse en una cama acogedora después de estar parada todo el día.
Este era tu hogar: su abrazo, su cuidado, su amor.
Te derretiste aún más con cada segundo que pasaba, el corazón a punto de estallar como si fuera la primer cita mientras sus brazos te sostenían más firmemente cuidandote de la noche helada.
Ninguna cantidad de distancia o tiempo separados podría disminuir la perfección de momentos como estos, en donde su amor te nutría para florecer una vez más.
Nada en el mundo se sentía tan relajante o correcto como acurrucarse entre los fuertes brazos de Enzo.
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myillicitaffair · 3 months
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Strawberries & cigarettes | Esteban Kukuriczka
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Sumario: llamar a tu ex en la mitad de la noche jamás podrá ser buena idea, a menos de que se trate de él, claro.
Advertencias: sexo explícito (+18), masturbación, dirty talking, degradación, cigarrillos y engaños.
Créditos: el fic está basado en la canción de troye sivan y las fotos utilizadas para el collage las saqué de pinterest.
Nota del autor: este mi primer request, gracias por pedirlo, amoor xx
2k words
La ciudad se alza orgullosa frente a mis ojos, los edificios brillando en todo su esplendor. Un limitado arsenal de vehículos se pasea por las calles; desplegada en una silla de mimbre, me pregunto su destino.
¿A dónde se dirigen a las 2 de la mañana?
La bulliciosa metrópoli parece tomarse un respiro a estas horas de la madrugada, logrando, por consiguiente, relajar a los escasos espectadores de su tranquilidad.
Jugueteo con el cigarrillo entre mis dedos, notándolo desperdigarse gracias a la brisa otoñal. Es un mal hábito, lo sé, pero es de los pocos resabios de su presencia que aún conservo, una de las pocas garantías que aseveran su paso por mi vida.
Lo introduzco en mi boca, inhalando el humo profundamente para luego exhalarlo. Degusto sus notas amargas en mis papilas gustativas, como casi saboreando sus labios…
Esteban y yo habíamos terminado en buenos términos; él vivía en capital y yo demasiado lejos, ahí fue cuando descubrimos que la relación a distancia simplemente no funcionaba para nosotros.
Después su carrera como actor despegó, yo senté cabeza con un viejo novio de la infancia- inofensivo, predecible- y en nuestras vidas ya no cabía lugar para el otro. Incluso ahora, cohabitando en la misma ciudad, nuestros rumbos se habían desviado del otro.
Tecleo los números de su teléfono de memoria, grabados a fuego en mi retina.
Soy perfectamente consciente de las horribles consecuencias que mis acciones podrían conllevar, pero nada de eso cobra importancia cuando la línea se interrumpe con su contestación, su voz dormida aguardando al otro lado de la llamada.
“¿Hola?”- Vocifera, ronco y un tanto desorientado.
Mi pulso se desestabiliza al escucharlo hablar luego de tanto tiempo, recordando de golpe los matices en su tono. Me lo imagino tumbado en su recámara, durmiendo en posición fetal, como siempre, la almohada abrazada entre su fuerte contextura.
“¿Tebi, te desperté?”- Mi respuesta se oye torpe ante el nerviosismo. ¡Es la madrugada, claro que lo desperté!
“Nena, ¿sos vos?”- Pregunta, esta vez un tanto más despierto y despabilado.
Aquel viejo apodo se desliza por sus labios sin siquiera notarlo, sin causarle ningún esfuerzo. Sin embargo, a mi me destruye, me obliga a rebobinar el tiempo y fundirme en los agridulces recuerdos.
“¡Si! Perdón que te llame tan tarde”- Me disculpo atropelladamente, de pasada nada más- “Yo se que no hablamos hace meses.”
Me arrepiento de mis palabras en el segundo en el que las formulo, mis miedos se solidifican ante mis ojos; el temor a parecer necesitada, débil, obsesiva incluso.
Más allá de ello, se que fue la decisión correcta. Es en noches como estas, solitarias y sin una estrella parpadeando en el cielo, en que más extraño su luz, la que jamás fallaba en brindar sin pretensiones.
Un par de lagrimas fugaces atentan mis mejillas, derrumbando por completo el sereno revestimiento que tanto me esforcé en construir.
“¿Estás bien? ¿Qué pasó?”- Cuestiona, todo en su actitud delatando una reciente preocupación. Puedo oír el rechinar de las bases de su cama, evidenciando su brusca reacción, la fricción contra las sábanas al enderezar su espalda.
“Si si, pero ¿Podes pasarte por casa?”- Propongo, más temblorosa de lo que me gustaría.
Agradezco el soporte que el asiento me proporciona, tal vez sin este, mis piernas hubiesen cedido ante la ansiedad.
Espero paciente al otro lado de la convocatoria, siendo testigo de su respiración acompasada, como sopesando mis palabras.
“Estoy allá en 15 minutos, máximo.”- Confirma, irguiéndose para emprender camino.
“Esteban”- Llamo su atención, provocando que sus extremidades se aquieten- “Muchas gracias…”
Una sonrisa brota de su expresión, dándole lugar a una leve risa, que escucho desde la quietud de mi balcón. Sin notarlo, mis comisuras imitan su gesto.
“No hay de qué, chiquita, ¡esperame que ya llego!”- Asegura, dando por concluida la comunicación.
Un poco más distendida, permanezco quieta en mi lugar, moviendo mis anestesiados dedos solo para fumar pausadamente.
Una pequeña expectativa comienza a burbujear en mi interior; con la simple idea de volver a estar en su presencia, mi corazón descontrolado golpetea mi caja torácica, como tratando de huir de sus confinamientos.
¿Cuánto tiempo habré permanecido así? Genuinamente, no lo sé, pero lo suficiente para que él arribe.
Mis ensoñaciones se ven interrumpidas por el timbre resonando en mi departamento, generando temblores en toda la superficie.
Salto de mi butaca impacientemente, avanzando con agilidad hasta el recibidor. Del otro lado de la puerta, lo descubro enfrentándome, jugueteando con las llaves entre sus dedos. Sus orbes se pasean por mi persona presurosamente, por lo que autorizo a los propios a hacer lo mismo.
A pesar de nuestro breve tiempo separados, él permaneció prácticamente intocado; su postura relajada, sus cabellos alocados y desparramados en todas direcciones… “tal vez dejó crecerse la barba”, filosofo al chequearlo.
Sin más premeditaciones, me arrojo a sus brazos entreabiertos, los cuales me reciben gustosamente. Escondo mi nariz en su cuello, inhalando aquella familiar fragancia, perdiéndome en su calor corporal engulléndome por completo. Se toma la libertad de posar su pera contra la corona de mi cabeza.
Contra mis propios deseos, me despego de su torso, alejándome levemente para guiarlo adentro. Estiro mi mano, aguardando que la tome para adentrarnos en el living.
Una vez allí, esquivo la pequeña mesa ratona para dirigirlo hacia el sillón, donde se sienta sin mediar palabra.
Allí, parada en la sala de estar, mis pensamientos giran en su torno, envalentonándose con cada segundo que transcurre. Por un impulso indescifrable, me apropincuo a su espacio personal, rompiendo dicha barrera.
Acomodo mis piernas de modo que las suyas queden entre medio, para luego sentarme sobre sus templados muslos, regodeándome en la sensación de su contacto físico. Mi boca busca la suya en un movimiento desesperado, moviendo mis labios contra los suyos con una inesperada urgencia.
Me inunda la decepción al sentirlo separar nuestros rostros. La confusión tiñe su semblante, mientras investiga la escena que se le presenta.
“¿Y tu novio?”- Consulta, penetrándome con el fulgor de su mirada.
Abrazo su nuca entre mis brazos, atrayéndolo nuevamente hacia mí. Una mano se desliza hasta juguetear con el cuello de su remera, señalizando mi deseo de arrancársela.
“No está en casa”- Ronroneo en su oído, serpenteando mis manos por sus hombros con delicadeza- “No pienses en él, amor, concéntrate en mí.”
Comienzo a despilfarrar besos por su cuello, succionando su sensible piel hasta dejar marcas, clavándole los dientes juguetonamente para luego chupar el escozor. Saboreo su colonia en mi lengua y me encuentro adicta a su sabor amaderado, incapaz de separarme. Una necesidad primal se cuece en mi interior al presenciar su tez brillante con mi saliva.
“Esto está mal, nena”- Gime profundamente, echando su cabeza hacia atrás y concediéndome más acceso.
Me cuelo entre nuestras siluetas, acariciando su agitado abdomen, el cual se estremece ante mi toque. Batallo con el botón de su pantalón hasta desabrocharlo, sin parafernalias desciendo el cierre y descanso mi palma en su entrepierna.
“Decime que queres parar y yo lo hago”- Respiro, sobre la ardiente piel de sus hombros. Aún estática sobre su ropa interior.
“Sabes que no te voy a pedir que pares”- Murmura pesadamente, levantando sus caderas hasta rozarse con mis dedos. Evacua un sollozo de alivio.
Como cobrando vida, deslizo mis yemas por su longitud, generando una creciente erección. Masturbo su miembro sobre el calzoncillo a un ritmo agonizantemente lento.
“Entonces no te niegues, Tebi”- Respondo, inmiscuyéndome en la tela para palparlo piel a piel y acelerar mis atenciones.
Sus gemidos llenan el aire, complaciéndome de sobre manera y excitándome más de lo que creía posible. Buscando desesperadamente calmar el ardor, me froto contra la tela del pantalón, escasas barreras separándolo de mi centro.
Sus músculos se tensan bajo mi coño, devolviéndome placer al golpear mi clítoris al unísono de mis caricias en su polla. Mis labios se entreabren ante la fricción, escurriendo murmullos de regocijo por mis cuerdas vocales.
“Al final, que puta que resultaste”- Se burla cínicamente, enjaulando mi cintura en su agarre para presionarme más contra él.
Subo el volumen de mis quejidos ante la nueva intensidad de sus acciones, la degradación dejándome sin raciocinio. Mi torso completamente presionado contra el suyo, mis manos aún tocándolo deprisa.
Utilizando su fuerza, me recuesta en el sillón y se despega de mí, sentándose en el otro costado de este.
“Quiero que me muestres como te estuviste tocando, pensando en mí, mientras tu noviecito dormía a tu lado”- Demanda, su vista fija en mi mientras comienza a palparse.
“Mi amor, por favor”- Ruego, un tanto agobiada ante las llamaradas quemando mi vientre bajo.
Observo sus movimientos con atención, como sus yemas rozan su glande perezosamente, excitándose aún más. Una gota de sudor descendiendo por su cuello ante el esfuerzo físico, escondiéndose bajo su camiseta de algodón.
Bajo mis shorts aun observando la imagen frente a mí, aventándolos al suelo junto con mi blusa. Recubierta únicamente por mi ropa interior, asciendo hasta mi busto, pellizcando mis pezones hasta formar duros picos entre mis dedos. Sus penetrantes orbes persiguen cada uno de mis movimientos, sintonizando los suyos para que ambos nos movamos al mismo ritmo.
“Tu noviecito no te sabe satisfacer, por eso tuviste que llamarme, ¿o no?”- Se mofa al presenciar la impaciencia que me consume, como me apresuro a infiltrarme por mis bragas para sobar mi punto mas sensible con urgencia.
“Nadie me coge como vos, Tebi…”- Susurro, extraviada ante el renovado éxtasis.
Fantaseo con su toque entre mis labios, desparramando mi humedad, saboreándola desenfadadamente, con los ojos cerrados y la lengua paseándose por sus propios dígitos.
Sin embargo, debo conformarme con la mediocridad de la autovalidez, hasta que decida tomar piedad de mis intentos en vano de remplazar sus atenciones.
“No doy más, necesito que te corras conmigo, mi amor”- Pide al sentir su orgasmo aproximarse, ahora follando su propio puño con premura.
Al ver su estado de frenesí descontrolado, decido avivar mis caricias a mis zonas intimas, introduciendo mis dedos en mi apretado agujero hasta notar que mi estomago empieza a tensarse.
El ambiente transluce nuestros inminentes apogeos con los suspiros que desangran nuestras gargantas, el sucio sonido de humedad encontrada por extremidades y suplicas al aire, con un destinatario en concreto.
Acerca su temblorosa complexión a la mía, atisbando mi muñeca moverse al compás de los bombeos en su longitud y arrimándose a mis piernas abiertas. Ante un sollozo particularmente estridente de su parte, despierto de mi ensimismamiento y lo acerco a partir de sus caderas en erráticos movimientos.
“Encima de mí, por favor, ¡correte encima de mí!”- Imploro, aturdida por las oleadas de placer poseyéndome por completo.
Suelta un grave gruñido seguido de improperios al momento de llegar a la culminación de la satisfacción, depositando cuerdas infinitas de semen blanco sobre mi meciente pecho. Su excitación comienza a chorrear por mi vientre, agrupándose en mi ombligo para continuar su descenso pausado.
Con tal candencia rodeando los actos desplegados, logro abandonarme al pasmo de la conclusión con un arrollador orgasmo; mi coño apretando mis propios dedos, deseando que se aniden allí, mi cuerpo gozando violentos espasmos, mi visión jamás partiendo de las farolas apuntadas en mi dirección.
“Muy bien, chiquita, siempre tan obediente para mi”- Me alaga, estirando sus yemas para recoger unas resbalantes gotas de semen y empotrarlas en mi boca entreabierta, indicándome tácitamente mis propias acciones.
Mi lengua recorre cada uno de sus surcos y recovecos, aspirando casi instantáneamente su salada carga, como si de un codiciado elixir se tratase.
“Ahora vas a dejar que te coja hasta que no puedas ni caminar, hasta que te olvides incluso de su nombre ¿si bebita?”- Propone sin remover sus dígitos de mi cavidad, sus crudas palabras contrastando con la suavidad de sus manos en mí.
Asiento frenéticamente, ahuecando mis mejillas para lograr tomarlo aún más profundo, notando un estremecimiento recorrer mi medula espinal ante la anticipación de una larga noche de pasión.
Aclarar que cumplió con sus promesas al pie de la letra sería, francamente, caer en un vago eufemismo…
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Veo el temblar
de las hojas
con el viento,
y en su temblor,
apareces tú.
Cuando el viento
se calma,
con esa calma,
calmas tú.
Si entonces
cae una hoja,
en el momento
que acaricia la tierra,
eres tú.
Pero si no cae,
si se agarra
con fuerza a la rama,
en esa fuerza,
ahí, estás tú.
Cierro los ojos
para no verte.
Pero en la brisa
que toca mi piel,
y hasta en el crepitar
de las hojas,
sigues estando tú.
Siempre vences,
sin necesidad
de lucha.
Sin tan siquiera
saber,
que en la distancia
cuanto más lejos
ando,
más cerca estás tú.
Solo me queda
la locura.
Pero ahora recuerdo,
que mi locura,
esa que al morder
tu boca
te volvía loca,
también
te la quedaste
tú.
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black-beauty-poetry · 5 months
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Estar a su lado ya no es lo mismo que viviste cuando ella te amaba.
En su atmósfera ahora se perciben rumores dulces, en su cielo ya no predomina la tormenta. Te equivocaste al suponer que ella se quedaría esperándote en el mismo lugar donde la dejaste. Observa cómo ahora ella baila y corre, con una sonrisa, por el largo camino que le depara la vida.
Ella no viviría únicamente con el recuerdo de lo que fue de ustedes, te equivocaste. Ella no se quedaría leyendo y rememorando la novela de amor que escribieron durante estos años, ella ya le dio un final definitivo y empezó un nuevo libro.
Desde que te superó, se lanzó a la búsqueda de su amor hasta que se dio cuenta de que el verdadero amor de su vida era ella misma: las estaciones cálidas, las brisas que moverían su cabello, su libertad, todo lo que le otorgara paz mental lo encontraría en su amor propio, en cuánto valore su reflejo, en cuánto aprecie lo que le apasiona hacer.
En cuanto a ti..., tú ya no formas parte de la nueva luz de su vida, ya no formas parte de las rosas que crecen en su corazón, de las sonrisas que nacen cuando piensa distraídamente, de las cosas que ella ama y odia - simplemente, te desterró -, de la determinación en su mirada, de sus planes a futuro.
Y es una pena que ya no formes parte de su universo, ahora que ella brilla te tocará admirar su evento estelar desde donde jamás podrás volverla a tocar.
Los errores que cometiste por querer cambiarla, por tratar de apagar a una estrella, por empeñarte en que dependiera de ti, por intentar hacer que se sintiera hermosa únicamente cuando captaba tu atención, por apartarla para que viviera en tus sombras, por esconder su versión más destellante.
Como hombre, deberías sentirte avergonzado por intentar hacer que una mujer cambie su manera de ser, y arrepentido porque ahora te tocará contemplarla desde la lejanía, sin poder alcanzarla, porque ha resplandecido como la supernova que siempre ha sido pero que nunca pudiste admirar porque te la pasabas extinguiendo su brillo.
-Dark prince
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pricesugarwife · 3 months
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Derritiendo los glaciares de su corazón | Simon Riley x Reader
¡Mi segundo escrito aquí! Estoy intentando descubrir como funciona la plataforma, sigo estando nerviosa y pronto tendré que hacer una publicación fijada con mis pequeños retazos.
Simon "Ghost" Riley x Reader
Please, listen "Say yes to Heaven" of Lana del Rey mientras lee esto para una mejor experiencia.
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Los créditos se mostraban en la pantalla mientras quitabas la manta acolchada que te cubría, hacía unos minutos que la película había finalizado y como un gato perezoso, te estiraste en la cómoda cama en la que reposaba tu cuerpo, aun tratando de espabilar después del dulce sueño y las caricias compartidas por el hombre rubio del que no había rastro en la habitación.. Hacía frío, no era para menos el invierno los había arropado con una espesa capa de nieve y escarcha visible desde la ventana, donde se vislumbra el paisaje blanquecino pero ciertamente inspirador para una artista como tú. 
Aunque, nunca fuiste buena pintando o esculpiendo en arcilla, tus dedos se hallaban demasiado ocupados trazando formas en el cristal de este, tarareando de manera vaga la melodía de fondo, disfrutando de la brisa congelada que refresca tus mejillas sonrojadas; porque los recuerdos de la noche anterior transitaban por tu conciencia, los besos apasionados, las mordidas traviesas, palabras sugerentes y el delicioso vaivén de caderas que impuso Simon cuando descubrió los espacios más íntimos de tu cuerpo, trazando cual cartógrafo la geografía en antiguos pergaminos, proclamándose noble conquistador de las tierras vírgenes entre tus piernas.
Cada suspiro robado en la boca de Simon se repetía en bucle en tu imaginación, dejándote embriagar por el terroso aroma a almizcle, avellanas y madera, había algo en la entereza de su ser que te hacía sentir en casa. Quizás tanto tiempo en soledad, viviendo en la monotonía de los días con las mismas palabras vacías y la rutina hueca te había hecho sentir extranjera en tu propio cuerpo, en tu propia vida, hasta que conociste al hombre de ojos cafés tormentosos. 
Era una ocasión especial, llevabas un vestido fluido por insistencia de tu madre que te había convencido de salir al último festival organizado en la ciudad y lucir bonita para “pescar un buen hombre, porque el tiempo pasaba y no te hacías más joven”, sin embargo, la amargura en tu paladar al pensar en el amor y tus anteriores experiencias (aunque escasas, muy decepcionantes y terribles) se vieron empañadas en cuanto observaste a semejante semental que se encontraba sentado en un rincón oscuro del bar en el que estabas con tu hermana. 
Ella, como era de costumbre, no se callaba y continuaba parloteando sobre el militar con el que estaba saliendo desde hacía semanas. Pero espabilaste en cuanto saliste de la ensoñación, dándote cuenta que su parloteo se había detenido hacía segundos y se levantaba repentinamente de la silla, corriendo como el huracán que era hacia la figura voluminosa de un hombre que llamó “John” con un tono tan enfermizamente dulce que en otro momento te hubiese provocado arcadas. 
Al final conociste al misterioso hombre del que estaba enamorada tu hermana y también conociste a Simon Riley, a pesar de que al inicio se presentó con su indicativo “Ghost” con un tono seco y plano, anticipándote que no participaría mucho en la conversación. Sin embargo, al final de la noche lograste estar más cerca de ese cautivador espécimen que solía hacer bromas de papá, bebía cortos tragos de bourbon y te robaba el corazón con cada palabra que salía decorada por ese acento de Manchester. 
Regresando al presente, te sentías flotando en una danza encantadora y delicada como las de antaño, donde el caballero sujetaba a una distancia prudencial tu anatomía al compás de la orquesta que entonaba el ritmo de la pieza. Como un violinista que conoce las cuerdas de su instrumento, el rubio había aprendido a tocar en los sitios indicados para conseguir ese dulce sonido de tus labios pintados de bermellón. 
Aquel suceso permanece escrito en las páginas de tu memoria, garabateando corazones junto a sus nombres y anhelando esas varoniles manos sobre ti una vez más, generando una adicción a sus incandescentes sentimientos desmedidos, desprovistos de cualquier enajenación. Giraste sobre tus pies, dando vueltas como una ninfa de rostro soñador, la delgada camisa blanca de Simon cubría tu desnudez sin inmutarse por la baja temperatura hasta que percibiste esa fragancia casi afrodisíaca.
—Pensé que no querrías salir de la cama —murmuró el de orbes azules, sonaba divertido y maravillado por tu delicado semblante, aún cuando había pervertido tu mente con su excitación desenfrenada y te había devastado en su cama hacía unas cuantas horas. 
—Está nevando y es precioso, quería ver la nieve caer —señalaste, sentándote sobre tus tobillos en el esponjoso colchón invitándole a que se acercara hacia donde estabas.
—Quizás, sigue sin ser más precioso que tú.
Antes de que pudieras contestar, te sujetó por la cintura y te subió a su regazo, reposando tu cuerpo en sus gruesos muslos, acariciando tramos de piel que iba revelando al subir la poca tela que lo separaba de tu cálido centro. 
—Anhelo llenarte de los halagos que mereces... quiero devolverte esa alegría que provocas en mí —confesó, peinando los mechones sueltos que enmarcan tu rostro. Los mismos dedos que te habían llevado a las estrellas delineaban con delicadeza tus mejillas, hasta que el dedo pulgar reposó encima de tus labios, fascinado admirando la forma de tu arco de cupido. 
—Creo que alguien ha estado leyendo a Jane Austen —dijiste más para ti misma, sin percatarse que Simon empezaba a desabrochar los pocos botones que cubrían tu modestia. 
Nunca desvió sus profundos ojos marrones de tus reacciones, motivado por como mordiste tu labio inferior al observar los músculos cincelados y esos pectorales esculpidos por Miguel Ángel. Lo hacía con el objetivo de empujar tu deleite en ese armonioso espectáculo íntimo, develando la parte más sensual que poseía como individuo masculino. 
En cuanto te apoyó en la cama, posicionándose sobre ti, apreciaste en silencio como iba enseñándote el sendero feliz cubierto por una delgada capa de vello y jadeaste en silencio, sintiendo el agradable calor de tu humedad cuando Simon se quitó el jogger gris que llevaba y sus torneadas piernas tocaron el colchón para subir hacia donde tus brazos lo llamaban. En cuanto estuvo más cerca, sentiste la dureza de su miembro contra la parte interna de tus muslos, mordiéndote el labio y moviendo las caderas para que pudiera sentir lo lista que estabas para recibirle. 
Simon hizo descender sus dedos hacia tu centro resbaladizo, cubriendo sus dedos con la humedad acumulada en medio de tus muslos y llevándolos a su boca para probarlo mientras te miraba atentamente, provocando un gemido desesperado de tu parte. Para ese instante, el frío no era un inconveniente, puesto que apretaste los muslos al sentir como esa humedad crecía y descendía cálida, acción que no pasó desapercibida—. ¿Exaltada, mi dulce princesa?
—¿Qué crees? —dijiste, recostando tu fisionomía en la suavidad de las sábanas de tu amante. Querías repetir esa pecaminosa danza que se prolongó en la madrugada.
—¿No fue suficiente con lo de anoche? —cuestionó, una de sus cejas gruesas arqueadas y sus labios tirando de una sonrisa que prometía los placeres carnales.
Pero no te cohibiste como antes, la sumisión que habías mantenido se dispersó cuando lo besaste con todo el fuego que residía en tu pecho, presionando tus senos desnudos contra su pecho torneado y duro. Porque más allá de un derroche pasional y efímero, sus almas se conectaban en un plano espiritual que escribía con pluma dorada la leyenda de un amor inconmensurable, que por fin sería netamente feliz y perpetuo.
—Quiero que me hagas tuya, Simon.
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caostalgia · 5 months
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Tus recuerdos llegan como brisa en estas noches de invierno, esperando consuelo en copas de vino y fotos esparcidas en el suelo.
-Hannis.
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tiempoydestino · 2 months
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Me gusta pensar que ahí sigues como una brisa que me acompaña, fría espectadora que cubre la madrugada en la que me invades, ahí puedo ver tu figura materializarse bajo las luces de la calle, tu recuerdo que se disipa con el amanecer.
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cabragratis · 1 month
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No confío en que haya alguien más dispuesto a amarte tanto. Porque te estoy amando hasta el martirio y estoy delirando entre tu sonrisa y tus lágrimas desconocidas. Estoy susurrando "te amo" mientras te cuido el sueño y te cierro los párpados con la paciencia de la noche. Te estoy abrazando el alma mientras me pides ser más de lo que soy y estoy siendo el doble por ambas, estoy guardando mi pena para cuando estés lista para entender que existe, y estoy caminando en el aire jugando a que tu mirada no se escapa viendo la brisa del lado. Estoy hablando de la ternura de tus labios, de la nostalgia del recuerdo, del beneficio de tu compañía y de la ansiedad del adiós. Y aunque soy inmadura por no querer dejar que alguien más llegue a tu vida a hacerte feliz, debes comprender que no confío en que haya alguien dispuesto a amarte tanto, porque me estoy quemando las pestañas para no dejar de verte.
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corazondemusa · 6 months
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¿Donde viven tus sueños, amor mio? ¿En las nubes, o en las estrellas, tal vez en la corolla de una rosa o en las ramas de un árbol donde cantan los pájaros? ¿Quizás viven en las alas de un colibrí o en la brisa del mar llena de sal? ¿Podrán tal vez vivir en la canción del amanecer o el ocaso? ¿Tal vez en el manto terciopelo de la noche que tanto amas? 
¡No, ya recuerdo dónde los he visto flotar! Por entre la tinta hecha espuma del papel de tu mar. Allí los guardas, allí reposan y allí llenan de universos a mis ojos! 
e.v.e.
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elperegrinodedios · 7 months
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Poema para Jesùs
Cuando puedo volver la cara
Y escuchar detràs de mi tus pisadas
Seguir el rostro de sangre
debajo de aquella cruz
Tus braxos mansamente extenditos
tu rostro expresando tu amor por mi
No hay palabras
Nì todas las emociones del mundo
Podrian expresarte
Lo que te amo.
Cuando cae la noche y estoy solo
Pensativo dentro de mi
Miro mis manos
Y recuerdo tu mirada
Puedo escuchar tres golpes en mi puerta
Un aire nuevo y fresco
Me trae libertad y vuelo ligero
Cantas en mis oìdos una melodia
tan dulce
que no hay palabras
Nì todas las emociones del mundo
Podrìan expresarte
Lo que te amo.
Nadie puede engañarme
Te confieso que no existe el amor fuera de ti
A mi alrededor oigo palabras que no escucho
Nadie me ha hablado como tu
Cada vez que pienso en ti
El sol se despereza
Y una brisa canta y baila
Llenando de perfume mi corazòn.
No hay palabras
Nì todas las emociones del mundo
Podrìan expresarte
Lo que te amo.
Gracias hermano J. J. Bonilla. Dios te bendiga!
lan ✍️🕊
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melancolirio · 1 year
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carta para mi perro
"querido perro aún no te olvido, como una brisa melancólica miro de reojo dónde antes estaba tu cama, a veces creo escuchar tus patitas por la casa. Ya han pasado varios meses y aun encuentro tus pelos blancos por todos lados, en sillón, en mi ropa, en la cama y los voy juntando con la inocencia de que quizas si logro conseguir suficiente te tendre de nuevo. El otro día alguien pronunció tu nombre. Fugaz, lejano, abstracto y dulce. Fue como recibir un golpe determinante, seco y certero, definitivo o como haber recibido una puñalada a corazón abierto. Esa persona no supo hasta qué punto acababa de clavar la daga, ni cuántas noches me había costado sanar la herida. Cuánto pesaba encontrarte en la voz de cualquiera. Y no tuve más remedio que seguir mi camino, mientras un mar de recuerdos se agitaba en mi pecho. Querido perro cuánto pesa tu partida."
Nube triste.
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Verte dos días seguidos era como ganarse un Kino
te fuiste tarde, despertaste y me viste de nuevo
misma ropa, mismas ojeras y tu pelo enredado
estaciones del metro llenas y solo te diriges hacia mí, ¿no?
¿Pensará la gente que hacemos buena pareja?
Me fijo en tu mirada y la sonrisa coqueta
estamos lejos, pero cerca
te miraba con el miedo de que me perdiera.
Debiste quedarte conmigo un poco más
la voz de mi cabeza siempre me va a sabotear
siento que te aburro aún cuando no te vas
un beso, tú para adelante y yo para atrás.
Cuando nos recuerdo nos veo en tercera persona
tú y yo apoyados en la pared, la gente paseando por Pamplona
qué risa la brisa y chocarnos las bocas
perdón por hacer el pase del tiempo largo, perdón por la demora.
Yo sabía lo que traías, yo sabía lo que entregabas
pasear contigo el viento en la cara
¿puedo también verte mañana?
te vería los siete días de la semana.
Dices que te confundes y yo tengo un lío en la cabeza
te gusta mi atención pero ¿por qué no te expresas?
pon tu mano sobre mi cabeza
dime que estaremos bien, ponle parche a la represa.
Aparentemente todo lo que sube tiene que bajar,
según las voces de mi cabeza, todo comenzó a ir mal
¿lo dices como amigos o me lo tomo todo muy personal?
si quieres alejarte, entonces me alejo igual.
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poeterouge · 1 month
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Esta noche llega a mi tu recuerdo en forma de suspiro, la brisa en tu aliento, la luna tus ojos sin igual y el murmullo de los grillos tu voz diciendo -vuelve-.
Poète Rouge
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actnod · 6 months
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Tumblr media
why does the blood never stick to your teeth?
𝐔𝐍𝐃𝐄𝐑 𝐄𝐕𝐈𝐋 𝐀𝐔𝐒𝐏𝐈𝐂𝐄𝐒 ; séptimo capítulo
Una vez más, noche se cierne sobre la ciudad de Tokyo en una calma inusual que habitantes de la noche parecieran haber traído consigo desde terrenos aledaños, pero tanto silencio no puede ser un buen augurio, ¿Es que no han aprendido nada? y las susurros entre la brisa nocturna aclaman tu interés cuando un nombre en particular emerge entre los intercambios, ¿Puedes recordarlo? Tal vez te cruzaste frente a imponente edificación y lo pasaste por largo, o anécdotas de vastos festejos de décadas atrás te han alcanzado. Sin importar, el Hotel Hachijo Royal ahora está en todos los fríos pares de labios que caminan en la penumbra.   Quince años son pocos bajo la consideración del tiempo que tienen los vástagos, pero es el tiempo en el que se supo sobre la titularidad de un antiguo independiente sobre la zona. ¿Un Setita alejado de su fe? ¿Un Ravnos siguiendo su naturaleza? ¿Una base de planeación Assamita? Nadie lo sabe con seguridad, ni siquiera pueden precisar la finalidad que daba a amplio edificio, pero lo que sí se conoce por aquellas almas también atrapadas en la eternidad con quien llegó a coincidir en su paso por Tokyo, fue que postura era la de mantenerse al margen de disputas entre clanes y que hacía un par de años atrás que no se ha visto rastro de él. Quizás alguien se ha encargado de él o ha decidido transitar su no-vida en otro lugar, pero antaño majestuoso, el hotel, ahora en estado de abandono, y se yergue como un espectro del pasado: una sombría reliquia de una época dorada que se desvaneció en el olvido. Los rumores nunca tardan en propagarse y cuentan sobre un vástago armado de curiosidad, valentía o, en su su defecto, desprovisto de cordura alguna que había decidido adentrarse en el edificio hace poco, y al hacerlo, había hecho un importante descubrimiento: ¿Cientos? ¡Quizás miles de objetos valiosos esparcidos por cada recovenco disponible a la vista! Joyería, obras de arte, coleccionables datados desde fechas tales como 1700's hasta tecnología y ¡colecciones enteras de importantes diseñadores! Pero al querer compartir fortuna con aquellos cercanos, algo peculiar había sucedido: ¿No era ese el reloj que había perdido hacía diez años? ¿No es la última fotografía tomada con su familia? ¿Acaso esa no es la pintura de los descendientes que nunca pudo conocer? El hallazgo desencadenó que quien se fuera enterando   decidiera tomar cartas en el asunto y lleva a los vástagos de Tokyo a dirigirse hacia enaltecido lugar, ávidos por recuperar lo que consideraban su legítima propiedad o para quienes comparten cualidades con el causante de revuelo, asistir con intenciones de descubrir qué es lo que Hotel alberga.  A medida que los visitantes se  adentran en el vestíbulo principal y se disponen a explorar pasillos y habitaciones, silencio se rompe ocasionalmente por el crujido de madera podrida y el eco de propios pasos.. Pasillos parecen un laberinto de recuerdos enterrados, y en cada esquina, sienten la presencia de algo que no debería estar allí. Ventanas rotas dejan entrar brisa nocturna, susurros del exterior que se mezclan con los susurros del pasado. Sombras cobran vida propia, en el rincón de visión periférica, pueden jurar que se ven fugaces destellos de movimiento.  A lo lejos, hay un sonido que nadie puede reconocer. ¿Será el viento entrando por desgastadas ventanas? ¿El sonido de otros vástagos buscando aprovecharse como tú? ¿El eco de lo que alguna vez fue? En demasía, se siente como si siguieran en Kyoto y, en el fondo de tu mente se siente como instantes previos a interrupción durante festejo. 
𝐀𝐂𝐋𝐀𝐑𝐀𝐂𝐈𝐎𝐍𝐄𝐒 𝐎𝐎𝐂.
¡Bienvenidos a la novena actividad! En esta ocasión, los vástagos han sido invitados a recorrer un tétrico edificio abandonado por lo que se rumora por un antiguo miembro de secta independiente, como suele suceder a lo largo de la eternidad, información sobre personaje se ha ido perdiendo, pero lo que llama su atención son  los hallazgos de los que tanto se ha hablado desde que alguien irrumpió en terrenos del Hotel. ¿Qué es lo que buscarán sus personajes al presentarse? ¿Aquel objeto que los unía a su humanidad o problemática eterna de la búsqueda de sensaciones? Cual sea su caso, esperamos que puedan hallarlo, ¡Suerte, Colmillitos!
Estos son algunos de los lugares que pueden tener en cuenta a la hora de rolear: 
Lobby (1) (2) (3) (4): escalera de mármol desgastado recibe con la elegancia de un tiempo en el que este lugar estaba lleno de vida y esplendor, ahí donde a su costado lobby se ha convertido en un basural tal que no sería extraño hallar ratas en medio de los envases vacíos de comida y bebidas humanas. el hedor que se despliega de la tela y las bolsas esparcidas en los pisos, muebles y ventanales pica en las narices más sensibles. mobiliario parece quebrarse bajo la mirada insistente, sin embargo, al tocar se confirma que solo se encuentran en mal estado.
Habitaciones de huéspedes: gama alta (1) (2), gama media (1) (2),  gama baja (3).  Cada habitación cuenta una historia diferente, desde suites de lujo con vistas a la ciudad hasta modestas habitaciones con camas deshechas y espejos empañados. Restos de equipaje olvidado y objetos personales perdidos añaden un toque de nostalgia a la decadencia. ¿Quizás, entre ellas, encuentres algo que sea significativo? ¿Te conectes con un pedazo de tu alma olvidada? 
Cuartos de baño (1): baldosas descoloridas y tuberías oxidadas cuentan historia de la erosión del tiempo. Espejo frente al lavabo, roto en su esquina superior izquierda, refleja fragmentos distorsionados de la realidad. Bañera, manchada y desgastada, parece un relicario de momentos pasados, mientras que el grifo gotea intermitentemente con un eco que resuena como un suspiro. 
Salón de Fiestas (1): Entre faroles cubiertos por metal oxidado y pesadas cortinas que desgarradas decoran el escenario, puedes jurar sentir el fantasma de las señoras más coquetas bailar sobre alfombra que sólo por milagro de la luz de la luna puedes delinear como azul. ¿O es luz de luna que se filtra a través de los ventanales rotos, proyectando sombras fantasmales que danzan en las paredes?
Guardería Infantil (1): La liminalidad del hotel estalla en esta sala. con sus paredes coloridas y ventanas adornadas con dibujos infantiles, es como una puerta de entrada a un reino donde el tiempo se dobla y se estira, donde la sensación sombría sólo acompaña más al considerar los diferentes juguetes y peluches que olvidados en el tiempo se tiñen de húmeda suciedad.
Oficinas del Hotel (1) (2): Hay tantos papeles detrás de cada escritorio que hasta podrías esconderte de tí misme, pero cuidado, que la basura suele atraer a las cucarachas.
Piscina Interior (1) y Exterior (2): Puede que no te puedas dar ningún chapuzón aquí, pero si tienes la suficiente suerte puedes encontrar alguna que otra joya de tu gusto. ladrón que roba a ladrón tiene cien años de perdón, después de todo.
Sala de TV (1): ¿Cansade de no encontrar nada de tu gusto? Quizá esta sea la única sala donde encuentres menos polvo para reposar un rato tus piernas. 
Sala Musical (1): El piano no funciona, ni lo intenten. Grandes cortinas de terciopelo carmesí, a pesar de estar desteñidas por el sol y cubiertas de polvo, aún cuelgan majestuosas en los ventanales que se elevan desde el suelo hasta el techo. En el centro del salón, un piano de cola con el barniz desgastado se yergue y las partituras desgarradas se dispersan por el suelo, recordatorios de melodías que una vez llenaron el aire.
⦾ Este evento se dará el día viernes 10 de Noviembre para los vástagos, en el Hotel Hachijo Royal. 
⦾ Se desarrollará a través de starters abiertos. Apreciamos la reciprocidad por lo que antes de abrir un starter recuerden responder al menos tres publicaciones que ya estén en el blog, una vez alcanzadas las notas deseadas, son libres de eliminar la publicación de dicho apartado. No olviden rebloguearlos en el blog de starters. De tener algún problema con el acceso, no duden en acercarse a la administración.  
⦾ Durante esta actividad, no habrá código de vestimenta en sí, pero a la mayoria de vástagos por la zona se les ha visto vestidos de negro, perdiéndose en la oscuridad de la noche. Están invitados a publicar lo que están vistiendo sus personajes durante la velada y luego rebloguearlo en el blog de ediciones. 
⦾ Queremos recordarles que, a pesar de ser un grupal de temáticas sensibles, nuestra prioridad es la comodidad de todes nuestres usuaries por igual, así que les pedimos tengan cuidado con la manera con la que se abordan estos tópicos en el dash ya que se trata de un espacio compartido y pedirles, por favor, que no hagan caso omiso a la lista de triggers que se encuentra actualizada para que puedan hacer uso correcto de cada etiqueta.
⦾ La selectividad, rol burbuja o parecidos están estrictamente prohibidos. De sentirse afectade por alguna de estas situaciones, por favor siéntanse libres de acercarse a la administración.
⦾ Tendrán la opción de retomar un máximo de una convo de la actividad anterior en manera de flashback. Para esto, deberán tener por lo menos cinco convos activas en la actividad que se está realizando en este momento.
⦾ Por último y no menos importante, en esta ocasión especial la actividad tendrá una duración de doce días. Como siempre, publicaremos el cierre de actividad un día antes del comienzo de la siguiente, es decir, el cierre se publicará el día 16 de NOVIEMBRE y la actividad siguiente comenzará el 17 de NOVIEMBRE.
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sinfonia-relativa · 5 months
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Mi despedida
En las sombras del ayer, Dani Lu,
un poema de desamor se teje en mi alma azul.
Juntos bailamos en un sueño efímero,
donde el amor floreció, mas no fue duradero.
Tus ojos, luceros que iluminaban mi cielo,
ahora son sombras, destellos en desvelo.
Caminamos por sendas de risas y complicidad,
pero el destino trajo consigo la oscuridad.
Promesas susurradas en noches de ensueño,
se desvanecen como hojas en otoño.
La brisa lleva consigo fragmentos de un "para siempre",
que en la realidad se deshace y se pierde.
En el eco del silencio, resuena el adiós,
cuerdas de un amor que rompió su voz.
Dani Lu, tu nombre se torna en eco lejano,
un recuerdo amargo en el rincón de mi piano.
Así concluye la danza de dos almas errantes,
se separan los destinos, se apagan los amantes.
En el lienzo del desamor queda plasmada la herida,
un capítulo cerrado, una historia ya olvidada.
Don Ggatto | Poder decir adiós...es crecer
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