Envíame mensajes de todo lo que sientes, piensas, y deseas, a todas horas. Si ya comiste o si llegaste con bien a casa. Tal vez tarde un poco en responder, pero jamás habrá falta de interés.
Envíame fotos de todo lo que haces; por la mañana al levantarte, cuando sales a correr, de tu día difícil en el trabajo, del libro que estás leyendo, y antes de ir a dormir diciendo que piensas en mí. Quiero conocer lo que te rodea, lo que te inspira y te asombra, quiero llenarme de ti, entrar en tu mundo y que tú conozcas el mío.
Dime cómo está tu familia; de los guisos de tu madre, de la salud de tu padre y de las travesuras de tu mascota. Me puedes decir cómo sobrevives a tus días grises, tal vez yo les pueda dar un poco de color. Háblame de a dónde deseas viajar, soy buen compañero. Cuéntame que te hace sonreír y suspirar, tal vez te pueda sorprender.
A mí me interesa todo lo que eres, jamás me aburriría de ti.
Cuando descubres la infidelidad de tu novio, aceptas la invitación de tu amiga para pasar unas semanas en su país con su familia. Allí conoces al atractivo hermano de tu amiga, desencadenando una serie de emociones inesperadas.
Desde hace un año, la cafetería que posees en Ciudad de México ha sido tu refugio, un santuario de aromas de café y conversaciones animadas. Tu vida ha tomado un giro maravilloso desde que abriste las puertas de este lugar acogedor. No solo tienes un negocio próspero, sino que también tienes a tu lado a un novio increíble, cuyos talentos como tatuador le dan un toque de arte y rebeldía a tu vida cotidiana.
Entre el vapor de los expressos y los murmullos de los clientes habituales, siempre hay un momento especial cuando tu amiga uruguaya aparece por la puerta. Ella, con su encanto sudamericano y su energía contagiosa, es como un rayo de sol que ilumina tu día cada vez que la ves. Aunque vive en CDMX por trabajo, nunca pierde la oportunidad de visitarte en la cafetería, trayendo consigo los últimos chismes y anécdotas que hacen que la vida en la ciudad parezca aún más vibrante.
En medio de este bullicio reconfortante, te das cuenta de que no estás sola. Tu negocio florece, tu relación amorosa está en su mejor momento y tus amistades te brindan compañía y alegría. La paz y la belleza se entrelazan en tu día a día, recordándote que la vida puede ser realmente hermosa cuando tienes a las personas adecuadas a tu lado.
Sin embargo, un día decides cerrar temprano la cafetería porque no te sientes bien y tienes un fuerte dolor de cabeza. De camino a tu departamento, te sientes aún peor, como si algo estuviera terriblemente fuera de lugar. Al llegar a casa y subir las escaleras, el sonido de ruidos extraños te hace detener en seco. Escuchas un respiro profundo, quizás gemidos. Sin entender completamente lo que está sucediendo, decides apresurarte hacia tu habitación.
Al abrir la puerta, te encuentras con algo que nunca podrás borrar de tu mente: tu novio, en medio de un encuentro íntimo con otro hombre. Es una escena que nunca esperaste presenciar, y sin poder soportarlo, das media vuelta y sales corriendo, sintiendo cómo tu mundo se desmorona a tu alrededor.
Con lágrimas nublando tu vista y el corazón hecho pedazos, marcas frenéticamente el número de tu amiga en tu teléfono. "¿Dónde estás? ¡Necesito verte! Me siento horrible, mi novio… mi nov–", apenas logras articular entre sollozos.
La voz tranquila de tu amiga al otro lado de la línea te ofrece un atisbo de consuelo en medio de la devastación que te embarga. "Estoy en casa. Vení y me contás tranquila", te dice, y sus palabras se convierten en un faro de esperanza en medio de la oscuridad que te rodea. Con el corazón roto y el alma hecha trizas, te diriges hacia la casa de tu amiga, en busca de consuelo y apoyo en medio de la tormenta emocional que te consume.
Le cuentas a tu amiga todo lo que había sucedido y no puedes evitar llorar. Estás en el sofá junto a tu amiga, y te dice mientras te peina el cabello: "(Y/N), tenés que ser fuerte, yo sé que no es fácil. ¿Te acordás de Mateo? Que se fue con otra mina, pues te entiendo completamente".
Pero entre sollozos, respondes: "¡Pero en mi caso es distinto!", y lloras más fuerte, como un bebé. "Y... ahora... tú te vas para Montevideo, y... ¡yo voy a estar SOLA!", sigues elevando el tono de tu llanto. "Y no quiero verloooo, nooo, no sé cómo enfrentarloooo".
Tu amiga intenta calmar tus nervios: "Pero yo me voy solamente por tres semanas, si querés, venite conmigo, yo te pago los pasajes".
"No quiero ser un peso más", respondes entre lágrimas.
"¡Boluda! ¡Te vienes conmigo, que se joda!", te dice ella, tratando de sacarte de ese estado emocional.
"Okkkkaaaayyyy", aceptás entre sollozos, llorando como un bebé.
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Llevas ya tres días encerrada en la habitación de tu mejor amiga en Montevideo, con un gatito real al que tratas como un peluche. La familia Vogrincic te han adoptado como una hija más, y su madre se ha convertido en tu proveedora oficial de café y consejos sobre el amor, lo cual agradece tu corazón roto.
En una tarde soleada, tu amiga irrumpe en la habitación como un torbellino, encontrándote en la cama con tu celular, absorta en las fotos de tu ahora ex. "¡Che, bo! Dame ese celular. No quiero verte así", ordena con un tono melodramático. "Tienes que salir de esta cueva. Mami me ha dicho que solo sales para tomar café y luego regresas aquí. ¡Ya basta! Esta noche viene mi hermano desde Nueva York, y vamos a recogerlo al aeropuerto. Tienes que venir conmigo, punto final", declara con autoridad.
Tú respondes: "Ay, déjame aquí con la gatita", y ella te corrige: "¡Esa gatita tiene nombre y es Uma!". Insistes: "Pues déjame con Uma, no quiero ir para allá".
Con un suspiro exasperado, tu amiga agarra tu brazo con determinación. "¡Sos una pelotuda! ¡Vas a venir ahora!", exclama, decidida a sacarte de tu caparazón de autocompasión y llevarte a vivir un poco la vida real, aunque sea a la fuerza.
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En el auto, el padre de tu amiga está al volante, con la madre como copiloto, mientras tú y tu amiga ocupan los asientos traseros. La atmósfera está cargada de emoción, ya que toda la familia está ansiosa por recoger al tal Enzo. Por lo que has escuchado, es un actor sumamente famoso. Aunque no estás muy familiarizada con su trabajo, tu amiga siempre ha hablado con orgullo sobre él, y su entusiasmo es contagioso.
Antes de dirigirse al aeropuerto, hacen una parada en un mercado para comprar globos, flores y un cartel que dice "¡Llegó el actor de la casa!". A ti no te hacen mucha gracia las flores ni los globos, ya que te recuerdan a tu exnovio.
Al llegar al aeropuerto, tu amiga asigna tareas: "Bo, aguanta los globos; yo llevaré el cartel y mami, tú llevas las flores", dice con entusiasmo. La madre asiente y el padre, con su típico sentido del humor, pregunta: "Y yo, ¿qué llevo?". La madre, con una sonrisa, responde: "La presencia". Todos ríen un poco, preparándose para la llegada del famoso Enzo.
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Justo cuando estás a punto de bostezar por el cansancio acumulado, de repente tu amiga y toda su familia irrumpen en gritos de emoción, corriendo hacia un hombre sorprendentemente guapo. Su piel canela y su cabello medio largo y desordenado lo hacen destacar en la multitud. Él también parece adormilado, llevando una maleta, hasta que se percata de su familia y se apresura hacia ellos.
La escena es conmovedora mientras se abraza profundamente con tu amiga, luego se dirige hacia su madre y ambos comienzan a llorar juntos. Por lo que tu amiga te había contado, no se habían visto durante años debido a la ocupada agenda del hermano.
Mientras esta emotiva reunión tiene lugar en el aeropuerto, tú te encuentras parada como un pingüino, sosteniendo los globos en tus manos, sin saber muy bien qué hacer en medio de tanta emoción familiar.
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Ya cuendo van para el auto, tu amiga te introduce al hermano diciendo, “Enzo, esta es (Y/N) mi mejor amiga del alma, y va estar con nosotros por estas semanas” dice mientras ya se van sentando al auto, y Enzo, que al parecer se va a sentar al lado tuyo te dice, “Un placer (Y/N)”
Y así van todos contentos para la casa, para cenar, ya que la madre iba a prepara una pasta.
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Al llegar a la casa, estás a punto de dirigirte directamente a la habitación para descansar un poco del viaje agotador, pero tu amiga te agarra del brazo con determinación y te dice: "¡Uh uh no! Te quedas con nosotros en la sala. Nada de cueva". Tú asientes, aceptando su decisión, y decides seguir su sugerencia.
Cuando te dispones a sentarte en el sofá de la sala, observas con curiosidad cómo las gatitas, Uma y Ada, salen de una habitación cercana. Enzo, al verlas, no puede contener su emoción y se tira al piso, hablándoles con ternura como si fueran bebés. La verdad es que Enzo se veía increíblemente adorable en ese momento, y no puedes evitar sonreír ante la escena.
Tu amiga te hace una mueca cómica, como si estuviera acostumbrada a este comportamiento de su hermano, y te dice en voz baja: "Es amante de los gatos, así que no te asustes si actúa así". Tú te ríes suavemente, encontrando la situación bastante divertida y encantadora.
Observas cómo Enzo interactúa con las gatitas, y te das cuenta de que tiene un lado dulce y tierno que no esperabas.
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Después de un rato, Enzo se levanta del suelo con una sonrisa, dirigiéndose especialmente a su madre: "Ma, me voy a dar una ducha. Avísame cuando esté la cena", dice con tono amable. La madre asiente con un simple "ok", ocupada con los preparativos en la cocina.
Una vez que Enzo se retira para darse una ducha, te inclinas hacia tu amiga y le susurras en voz baja para que no te escuchen: "Oye, no me habías dicho lo guapo que es tu hermano". Ella te responde con una mueca divertida y te dice: "Te lo regalo si quieres". En un gesto juguetón, la empujas suavemente y respondes con un "ajá", aceptando el comentario con humor.
Ambas se miran y se ríen, compartiendo un momento cómplice antes de que Enzo regrese de su ducha y continúe con la cena en familia.
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Después de un rato, mientras estás disfrutando de un vino con tu amiga y ayudando a preparar la mesa, Enzo hace su entrada. Viene con una cámara vintage en la mano, su cabello aún húmedo y desordenado, vistiendo una sudadera cómoda y descalzo. En general, se veía muy relajado y como en su casa; no parecía en absoluto un actor de Hollywood.
Mientras tú te sientas con tu vino en la mesa, Enzo comienza a moverse alrededor de la cocina, capturando momentos con su cámara: la madre preparando la comida, el padre cortando la carne asada, y la hermana charlando contigo. Luego, se dirige hacia las gatitas y llama a tu amiga, "Loca, ven acá, tírame una foto con Uma y Ada". Pero antes de que pueda tomar la foto, la madre interviene: "Enzo, después. Ya vamos a comer". Él asiente en respuesta.
Tú observas todo con asombro, pero al mismo tiempo, te sientes como si estuvieras presenciando algo muy familiar. Enzo se sienta nuevamente junto a ti, y de repente te toma una foto inesperadamente. Tu amiga lo regaña de inmediato, diciendo: "¡Enzo! A (Y/N) no le gusta que le tomen fotos". Con un tono suave, Enzo se disculpa: "Disculpa". Y tú respondes con amabilidad: "No te preocupes".
La atmósfera en la casa es cálida y acogedora, y te sientes cada vez más integrada en esta familia tan especial.
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Después de unos 45 minutos en la mesa, todos parecían estar inmersos en sus propias conversaciones, dejándote a ti en un silencio momentáneo. Mientras tomas sorbos de tu vino, escuchas atentamente pero te sorprendes al darte cuenta de que nadie te ha dirigido la palabra en todo ese tiempo. Una sensación de soledad momentánea te envuelve, hasta que de repente, es Enzo quien rompe el silencio.
"Y tú, ¿qué haces?", pregunta Enzo, volviendo su atención hacia ti. Levantas la mirada, encontrando sus ojos, y respondes con sinceridad: "Soy dueña de una cafetería en Ciudad de México". Su expresión se ilumina con genuina admiración: "¡Guau, eso es impresionante!", responde con entusiasmo.
En ese momento, sientes una conexión especial con Enzo, como si sus palabras hubieran creado un puente entre ustedes. A pesar del bullicio de la mesa, te encuentras atrapada en su mirada, sintiendo una chispa de complicidad entre ustedes.
no me atrevo a decir que te amo pero tampoco que no te quiero, en mí abunda la curiosidad por tu presencia, por conocer tú mundo, por lo que te rodea, lo que te hace ser tú misma, mirarte y contemplarte y de alguna manera apreciar lo que no puedo tocar a donde no puedo llegar
La verdad es que escribo esta reseña sin mucha idea de hacía donde quiero apuntar o que detalles exactamente voy a rescatar de la película. Lo único que sé es que estoy siendo guiada por sentimientos; sentimientos que fueron provocados por esta cruelmente y a la vez tiernamente melancólica película. El trabajo que hace el filme para despertar emociones en el espectador es algo que pocas veces pude ver y sentir.
Hablemos un poco del argumento de la película. «Her» (2013) nos cuenta la historia de Theodore, un hombre que se dedica a escribir cartas de amor para otras personas y que está atravesando un divorcio. En el transcurso del filme, Theodore conoce y se enamora de un Sistema Operativo que esta diseñado para ayudarlo en sus tareas, llamado Samantha, con el que tiene una conexión casi inmediata y muy profunda.
Seguiré escribiendo guiada por mis emociones, las mismas que ha despertado en mí la película y las cuales no se terminan de borran.
«Her» (2013) es una obra maestra que nos habla de la soledad y el desamor. Theodore transita con dificultad y mucho dolor su divorcio, y es éste mismo el que le permite encontrarse y refugiarse en Samantha. Es una película muy bella y conmovedora, en la cual es muy sencillo reflejarse y sentir todo lo que el protagonista está viviendo, más cuando estamos viendo, en definitiva, a Theodore y su soledad. Nos sentimos atrapados y envueltos en esta relación, como si fuera propia.
A pesar de que Samantha es una inteligencia artificial, no tiene cuerpo y aparentemente no tiene emociones reales, su relación se siente más viva que ninguna otra. Al comienzo del filme vemos como Theodore esta sumido en la soledad, se ve aislado de todos a su alrededor, pequeño en una ciudad tan abismal. Es así que se encuentra con Samantha, y parece que el color vuelve a su vida.
Tal vez si lo analizamos, Catherine, la ex esposa de Theodore, es sensata cuando le dice a Theodore que esta con Samantha porque no puede lidiar con emociones reales luego del divorcio, y tal vez ese es su escondite. Pero para Theodore, Samantha y lo que siente por ella es muy real, y eso es lo único que parece importarle.
El filme comienza con un primer plano de Theodore sumamente cautivador e intrigante, donde él está aparentemente escribiendo una carta de amor más para su trabajo, pero en realidad, son los sentimientos sinceros de Theodore los que salen de su boca y que luego, al final del filme, logra completar para enviársela a Catherine. Desde que conoce a Samantha, se confían, se adentran en su intimidad, se aman, hasta que comienzan a desconfiar, a tener celos y a dejar de comunicarse para finalmente acabar con todo, Theodore logra dejar atrás el dolor de su ruptura y divorcio, lo transita y aprende de el.
Acompañamos y vivimos ese viaje del protagonista, esa relación, esa historia de amor y desamor, y es sencillamente emocionante y precioso. Además, la música del filme, compuesta por la aclamada banda Arcade Fire junto al compositor Owen Pallet, ayuda tanto a pintar esa atmosfera de soledad y melancolía que rodea a Theodore, deleita el alma con ternura con cada nota tocada.
Joaquin Phoenix hace un excelente trabajo como Theodore, nos demuestra lo confundido y aturdido que está por su divorcio, su dolor y también como ilumina Samantha su vida, la cual es interpretada por la talentosa Scarlett Johansson, que solo con su voz logra atraparnos por completo y le da mucha vida y credibilidad a su personaje.
No tengo más que decir, salvo que es una película hermosa y fascinante, perfecta para ver si estás transitando por algún desamor, o no. Te atrapa, te encierra en su historia y cuando finalmente te suelta, te percatas de todos aquellos sentimientos que has estado viviendo a medida que avanzaba la relación entre ambos protagonistas, y eso es una de las cosas más hermosas que tiene el cine.
Por último, me gustaría recomendarles el siguiente video, el cual habla sobre la interesante conexión entre «Her» (2013) y «Lost In Traslation» ("Perdidos en Tokio", 2003). Muy interesante para profundizar en ambas películas.
Da igual, solo hablaré como si estuviera hablando contigo.
"Amm.. hola!(?) Hola..(?) Jaja en realidad no sé cómo saludarte, una parte de mi quiere sonar tranquila, feliz y efusiva y la otra solo está resignada a nuevamente iniciar la conversación y ya no saber si te resulta fastidioso o no. Qué chistoso que contigo también me queda esa frase de "si yo no te escribo, tú no me escribes", lol, lo escribí cantando y quizá tú lo leíste cantando, porque claro que conoces esa canción... me estoy desviando como siempre; esto es difícil para mí, muy difícil, siempre prefiero huir de los momentos incómodos y evitar las conversaciones incómodas y de verdad quiero cambiar eso de mí pero me va a llevar más tiempo.
Bieno, pues mi psicóloga me recomendó buscarte y contarte cómo me siento, poco a poco para no saturarte con información que seguramente no necesitas, pero finalmente hacerlo, lo que mi psicóloga no sabía y se lo hice saber en ese momento fue que me resulta MUY difícil hablar contigo siendo que antes mandarte un mensaje era como tomar agua (?) tú entiendes, era sencillo, sin tener que meditarlo, solo hacerlo si quería, sin embargo, ya desde hace un tiempo razonable, hablar contigo se ha convertido en un "¿habla contigo o solo te contesta?", y eso me tensa mucho porque por más que intento que te abras conmigo, nada más no lo logro, y es que quizá no tengas nada en mi contra, quizá solo ya no quieres hablarme, no seeeee, son preguntas sin respuesta que me revuelven la cabeza.
Me siento extraña, me siento triste, me siento mal, y sobre todo tengo miedo, tal vez de volver a quedar como estúpida, de que no me respondas, de que vuelva a pasar lo de mi cumple del año pasado, y es que ¿sabes? Eso me dolió, y me fastidia pensar en ello, y en el esfuerzo emocional que significa hablarte, me fastidia sentirme así y que exista tanta tensión y lo peor de todo es que no estoy segura si la tensión la estoy creando yo o sí en serio existe y nos rodea. :(
Bueno, suficiente, quiero llegar al punto de todo esto. Mira, la verdad no sabía si buscarte, porque me da miedo molestarte, me da miedo que sea real mi pensamiento de que al momento que ves que te envié un mensaje ruedes los ojos (algo como esto: 🙄), me da miedo fastidiarte puessss, y que sea como "ash, de nuevo tú" y por eso me la pienso tantísimo antes de enviarte algo. Oye, esto es muy rudo para mí:( ya no siento la confianza de poder escribirte cuando sea, de invitarte a donde sea, de etiquetarte en memes, de llamarte, :( ya no la siento, y en verdad me asusta haberme convertido en una molestia para ti. :(
Ahhh, maldición, qué difícil me resulta llegar al puntoooooo.
Bien, como sabes, mi cumpleaños se acerca, falta muy poco. Como tal el 7 no haré nada y a decir verdad, me cuestiono fuertemente si este año me felicitarás, lo más seguro es que no.
El caso es que el 12 de agosto quiero festejar mi cumpleaños, sabes que soy súper inventada y que amo cantar, por lo que quiero ir a un karaoke, y la idea es invitar a mis amigos y pasar un rato bonito, va a ser en una cabina privada en la roma, lo malo es que el cover cuesta $250 por tres horas, sé que es caro, pero realmente es la mejor opción que encontré. Me siento mal de que mis amistades tengan que pagar su entrada, no es como que te inviten a un cumple, vayas y tengas que pagar, por lo cual me siento apenada, lo lamentooooo.
Bueno, lo que tanto me he estado debatiendo es SI INVITARTE O NO. Si me lo preguntas, obvio quiero hacerlo, obvio me encantaría que estés ahí, porque lo creas o no, sigues significando mucho para mí. La razón de mi dilema es que no quiero que vuelva a pasar lo del año pasado. En realidad no quería hablar como tal de esto y quizá había jurado que no lo sacaría al tema porque es algo personal, algo a lo que quise restarle peso y algo que, como puedes ver, sigue doliendo porque claro que tuvo peso.
El año pasado ya sentía esta tensión contigo y también me debatí si invitarte o no a mi picnic, porque ya no hablábamos y me había estado sintiendo muy rara contigo, al final decidí hacerlo, me respondiste dos días después que sí irías y me sentí tranquila, después noté que ignoraste todos los mensajes correspondientes a la temática de mi picnic, y un día antes de mi festejo, me enteré por Abraham que no ibas a ir, porque se lo dijiste a él y no a mí; no sé si al final te dio hueva, si tuviste otro compromiso, si simplemente no quisiste ir, NO SÉ, pero me dolió. Y quizá no fue tanto el hecho de que no fueras, sino que no fuiste capaz de decírme personalmente que no ibas a ir, ni de felicitarme, ni dar señales de vida, nadaaaa, solo desapareciste, en verdad esperaba verte ahí o de menos recibir un mensaje tuyo, algo.
Me dolió mucho, y puede que para ti no sea la gran cosa, y puede que incluso lo hayas olvidado, pero para mi fue feo, porque tú eres de las personas más importantes en mi vida. Y por cosas como esta son por las que sigo pensando que algo no está bien entre nosotros, o quizá no es que esté mal, sino simplemente hay.. ALGO, raro.
En fin, regresemos al presente, me da miedo invitarte este año, y que vuelvas a hacer lo mismo. Y a decir verdad, llevo semanas pensandolo, incluso, en una noche parecida a esta pensé en decirte que si querías podías llevar a tu novia con tal de que tú fueras, y sonaba como una buena idea, pero me detuve y es que quizá ya lo sepas, quizá no, pero ella simplemente no me agrada, me incomoda y no me inspira confianza, así que pensé '¿por qué tengo que convivir con alguien que no me agrada, que ni siquiera es mi amiga, en un día donde debo sentirme totalmente cómoda y contenta? ¿Por qué debería condicionar mi comodidad para que estés conmigo?'¿Me explico? Porque a ti te quiero, muchísimo, lo sabes, y me encanta verte, pero si tengo que "sacrificar" mi comodidad con tal de verte, no me estaría dando prioridad, te estaría dando prioridad a ti, y eso no es justo para mí.
Y yo sé que tal vez suene altanero de mi parte rechazar así a la novia de alguien que se supone es de mi círculo más cercano, pero no puedo obligarme a llevarme bien con alguien que simplemente no checa conmigo en ningún aspecto, y no es por ser grosera, créeme, solo no puedo.
Así que bueno, creo que ya dije todo lo que tenía que decir, con relleno incluído. Con todo esto, quiero que sepas que no pretendo forzarte a nada, quiero que sepas que en efecto, tú siempre vas a tener la invitación, porque a pesar de que yo sienta tensión contigo, siempre voy a querer verte y, de alguna manera siempre voy a querer elegir creer que dicha tensión no es verdadera y que seguimos siendo amigos.
Quiero que, si es que decides asistir, sea porque genuinamente quieres pasar el rato conmigo, no porque sientas el compromiso, no porque pienses que si no vas me voy a sentir mal, no te sientas obligado a nada, quiero que si vas, sea porque en serio te nace, de otro modo no tendría sentido.
Así que bueno, si estás invitado a mi fiesta y me encantaría que aparezcas, si quieres."
¿Es acaso que lo tenemos enfrente, pero no lo vemos por no cumplir alguna expectativa?
Todos tenemos una visión diferente y compleja de lo que es el amor. Muchas veces juzgue, cuestione y opine sobre lo que no me competía. Pensaba en como las personas podían decir "Te amo" si no llevaban mucho tiempo juntos.
¿Cómo puedes decirle te amo a alguien que no llevas años conociendo? ¿Estás loco?
Pero no, no estaban locos. Estaban viviendo la vida, el hoy y el ahora. Muchas veces fui una persona cerrada a qué eso no era lo correcto. Lo cierto es que todo es correcto mientras te encontrarás feliz, no atentaras contigo y fuese para un bien. Todos tienen un concepto diferente de cada cosa que nos rodea y para mí, ese concepto cambio.
Ahora sé que no es cuestión de tiempo, sino de sentimientos. De la relación que hay, de los momentos, de lo que pasa día con día y puedo decir que he visto varias facetas tuyas, hasta las más negativas y quiero seguir pasando mis días contigo. Porque estoy segura de lo mucho que deseo a mi lado, todo lo que quiero compartir contigo y seguir manteniendo lo que sea que se dé con los años a lado de ti. Me haz hecho sentir tanto en este mes, en nuestro primer mes, que me aterra decirlo.
No me aterra amarte, pero si no conocer lo que se venga después de decirlo en voz alta.
Aún así, con o sin miedo, quiero decirte algo que viene acumulándose en mi garganta cada día que pasa porque muere por salir de mi garganta y decírtelo de frente. Decirlo tal cual y con todas sus letras, no se si sientas lo mismo aún, pero quiero que sepas que yo si y estaré ahí, aquí, todo el tiempo hasta que ese amor florezca o en su caso, siga floreciendo.
Y si.
Te amo, y te amo en serio.
Amo tu forma de ser, la forma en que sonríes, en cómo ries, en la manera que manejas las cosas, como piensas aunque no lo hagamos igual porque de eso se trata, de diversidad. Amo cada faceta tuya sea positiva o negativa porque todos vivimos en esa constancia y se que aún falta mucho por conocer debajo de ese mantelito de seda, pero estoy dispuesta a ello.
Me fascina el uso de símiles de la poesía cuando se describe a un interés amoroso. “Se mueve como una ninfa bailando en el bosque, sonriendo, ausente de la realidad que la rodea”. Tú, sin embargo, distas mucho de tal descripción. Eres un ser que se mueve por las necesidades básicas de la generación Y: diez minutos en Twitter, ir al cine todos los miércoles, trabajar 8 horas, desplomarte en alguna superficie... En realidad estoy siendo demasiado bueno.
La verdad es que eres una persona que ha conocido el privilegio desde que naciste, una “chica blanca” de manual. Representas todo lo que puedo llegar a aborrecer en una persona. Sin embargo, también conoces lo que es la pérdida. Esas ojeras que cargas contigo han visto el peor tipo de oscuridad que existe. Sé que corres y te escondes en lo más profundo de ese bosque frondoso que es tu zona de confort porque genuinamente crees que es lo mejor. Justo por eso también sé que eres una de las personas más honestas y en las que más puedo confiar.
Y por otra parte aquí estoy yo, el típico arquetipo de persona rota por dentro cuya idea de romanticismo ha sido envenenada por cigarros, jazz barato y el amor imposible. Soy la misma basura que aborrezco. Menuda coincidencia, ¿verdad? ¡Siempre criticando esos tropos y resulta que yo seguía todos al pie de la letra!
Siempre me excuso con mis traumas particulares con la literatura para no admitir lo que siento en realidad. Quiero dejar atrás todas esas tonterías bukowskianas de querer quemar el mundo por alguien. Quiero no solo tener que enseñarte lo bello, sino también lo lúgubre, lo oscuro en mí. Quiero acompañarte a ese bosque, que caminemos durante horas hasta encontrar algún lago y encontrar confort en cataratas inevitables.
Bueno, pues después de tanto aplazarlo creo que por fin llegó el momento en que tomo el valor de sentarme un momento a redactar y reflexionar sobre mi relación, hay tantas, tantísimas cosas que me dan vuelta en la cabeza constantemente. Quisiera poder escupir todo, visualizar y ordenar para estar tranquila. Hay veces en que siento que yo no nací para esto, y es que en verdad me cuesta tanto... Aunque debo admitir que yo sóla me busqué mi mal, sumado a eso que tengo la costumbre de autosabotearme. Recuerdo los primeros meses, la emoción del descubrimiento interno de otra persona, estaba extasiada hurgando dentro de él, y cada cosa que salía de su boca me parecía excepcional, me hacía sentir segura, inteligente, valiente y una mujer hermosa. Amaba cada segundo que pasábamos juntos, charlas hasta el amanecer, abrazos y besos intensos en la madrugada... Cada que lo toco me parece la cosa más bella de este planeta, adoro con el alma mirarlo dormir, y me pregunto ¿cuál será la raíz de esa manía?, Por ahora sólo sé que adoro su cuello, la anchura de sus formas, piernas, brazos, muñecas, tobillos, su tez, sus texturas, olores y sabores, su calidez, su arritmia al respirar, la forma de sus cejas, sus ojos, sus miradas y la curva carnosa de su labio superior. Parece un muñeco diseñado para complacer todas y cada una de las cosas que imaginé. Agradezco su manera de consentir, de permitirme dormir encima de él y de mimarme como a una niña pequeña... Aunque también eso implican regaños, no sé qué sucede que últimamente me ordena con voz autoritaria en vez de recomendarme hacer las cosas diferentes, Con el paso del tiempo me he sentido menos mujer y más como una adolescente, con necesidades carnales pero aún con poca imaginación y experiencia para aportar algo nuevo. Cada vez más insegura de lo que represento en su vida y de mis habilidades cognitivas, creativas y de supervivencia, hay propuestas vagas, enseñanzas y experiencias que dudo mucho que se realicen, planes futuros que parecen imposibles, secretos aún de vida personal, claro que hay cosas que no son perfectas... pero debido a mi falta de madurez en el amor no sé reconocer como sanas o insanas, como abuso o algo normal, claramente trato de protegerme, sólo me tengo a mí, hay cosas que no sé si merece la pena aceptar, quisiera que entendiera que no he tenido la necesidad de conocer otra persona, que soy feliz sólo teniéndolo, me angustia un poco pensar que a él le parece aburrido, que no es que esté cerrada a la posibilidad, sino que por el momento lo quiero a él nada más. Quiero poder convertirme en una pareja que aporte, pero la realidad es que no tengo ni la menor idea de como hacerlo, quiero encontrar el equilibrio entre libertad y control sobre actitudes sin modificar mi esencia ni la de él. Quiero no pelear por cosas simples, no dudar si mantiene relaciones sexuales con otra persona. Para ser honesta hay cuestiones físicas en él que me hacen dudar, ¿De verdad somos exclusivos?, ¿De verdad es que somos?, mi manera de ver el mundo amoroso se cae y reconstruye constantemente, siento que no soy yo, que perdí la capacidad de analizar y manejarme sólo con razonamiento. Que sí, debía aprender a dejarme llevar por los sentimientos y al dar oportunidad ellos crecieron hasta convertirse en una avalancha que me busca y se deshace sobre mí.
No dudes que estoy enamorada, y soy consiente de que he cambiado mi manera de ser, quiero volver, volver a ser la mujer segura que era antes, con ganas de aprender cosas nuevas, de conversar temas culturales y disfrutar del arte que me rodea, de hacer valer mi sentir sin sentirme minimizada ni invalidada por mi manera tan segura de afirmar lo que quiero, esa era mi esencia y decía amarla y al pasar del tiempo se fue modificando. Quiero encontrar la motivación para ejecutar tareas simples. Te amo y sí necesito tú compañía, pero tengo que obligarme a enfocar mi energía y pensamientos en mi otra vez y que tú te conviertas en parte de eso, no al revés. Necesito más tiempo de calidad conmigo. No has respondido aún, un mundo de dudas invaden mi cabeza, me olvidas cuando estás allá o simplemente decides no responder? Estás con ella? Con tu familia perfecta? De verdad quiero encontrar la mía también.
me alegra mucho que hayan chicas extrañas que te siguen al baño a ofrecer ayuda o darte un abrazo.
en el mundo hay gente muy amable entre las multitudes (las buenas personas creo que son los que más ignoramos) y otros que faltan empatía casi completamente.
tu experiencia me suena tan difícil. no puedo imaginar como sería que pase a uno un ataque sobre un escenario básicamente, entiendo el sentimiento de pena que conlleva, el impulso es esconderse de los ojos de todos.
pienso que en ambientes así, salones, presentaciones observados de profesores.. las sillas en hileras y dirigidas hacía ti, frente a una pantalla, el centro de la atención de todos (supuestamente, porque la mayoría y incluso los profesores muchas veces no hagan caso), pienso que hay mucha tensión. caíste bajo el peso de una estructura rígida y poco natural, pero también rompiste esa tensión.
tal crisis no lo pienso como error del cerebro ni el cuerpo. me parece bastante natural y humano.
hay sentimientos que siento que compartamos en ambientes sociales, hay tanto trabajo que hemos hecho para llegar a mover por esos espacios, y al respecto estoy muy orgulloso de mi mismo, comparándome al pasado, porque hay ciertas cosas que hace tiempo simplemente hubiera sido incapaz, un cuarto lleno de desconocidos era una jaula llena de tigres. . te veo como una persona tan valiente. conoces bien tus limites, te piloteas en tantas situaciones, sabes cuando irte, como ser amable contigo misma, como callar cuando no puedas hablar... y la verdad me has enseñado tanto como moverme por el mundo y los espacios llenos de cuerpos y ojos y bocas.
te mando un soplo de aire dulce y un abrazo. nuestra fragilidad es nuestra virtud, es lo que nos hace tan humanos, aunque es necesario seguir forjando nuestros escudos sociales. ya puedes decir que te ha pasado lo peor que pueda pasar en un presentación de la universidad jajajaja. rompiste un límite. la próxima vez que un profesor te lanza una llama de su lengua que lo tires un cuchillo de palabras. no vamos a ser sumisos!!!! la agresividad es muy útil jajaja. eres la menos desinteresada y perezosa en tus trabajos y merecen ser defendidos.
la última vez que me pasó un crisis así de intenso fuiste la primera y de pronto la única persona al que quise (o pude) extender la mano. yo siempre siempre siempre estaré a tu alcanzo, me puedes llamar si quisieras, en semejantes momentos.
te quiero vicki. siempre te apoyo en los momentos que te encuentres con la cara temblando, los ojos hinchados de llorar, las sonrisas nerviosas, el impulso de huir, floto en el aire que te rodea y respiras, como la fantasma que te sigue y te quiere que soy y que debo estar proyectando de mi cuerpo, dándote un abracito. probablemente te pensaba justamente en ese momento que llorabas en baños y edificios de la universidad con cálida dulzura
Ha pasado un rato desde que te envié la última correspondencia, pero como dijimos por teléfono el otro día ni a ti ni a mi no nos preocupa que este espacio muera porque sencillamente eso no es una posibilidad. En el último mes desde, que te hice llegar las fotografías de Ruff, no he estado buscando cosas que enviarte porque como te dije también por teléfono es poco lo que te quiero decir y en cambio es mucho lo que quiero hacer contigo. Pero aún así, sin estarlo buscando, las coincidencias y el azar me siguen poniendo más cositas que ameritan ser enviadas al otro lado del Atlántico.
Pero esta vez quiero compartirte algo diferente: una película menor, una película que no me cambió la vida ni me fascinó, a diferencia de todas las otras que nos hemos intercambiado. Esta que te mando hoy es un ejercicio fallido. Un largometraje que personalmente, cuando lo vi, no me resultó del todo atractivo. Mal actuado en su mayoría, avejentado, con un tono un poco fastidioso y cómico aveces; esta es una de esas películas que pasaron a la historia como simples anécdotas en la biografía del director y de sus protagonistas y a la que el paso del tiempo les ha cobrado una fuerte factura. Pero al mismo tiempo y como te imaginarás, porque ya me conoces, este tufo de fracaso que te comento tiene la película solo la hizo más irresistible y romántica a mis ojos. Y como me suele pasar, con el paso de los días, ha cobrado cada vez más relevancia y misterio. A la fecha, estoy convencido de que esta joyita se ha ganado un lugar en mi corazón a pesar de no ser una obra maestra.
La película se llama The Misfits ("Los Inadaptados" fue el título con el que se distribuyó en los países hispanoparlantes). La dirigió John Huston (un enorme titán del cine) y fue estrenada en el año 1961. Es un western moderno y desencantado, escrito por Arthur Miller (un comunista espiado por la CIA), rodado en blanco y negro en los desiertos de Nevada. La película convocó para los papeles protagónicos a Marilyn Monroe (el sex symbol de America), a Clark Gable (El viejo galán de Hollywood) y a Montgomery Clift (El vaquero de ojos azules que se robó mi corazón). La cinta de Huston cuenta la historia de un grupo de personas sin rumbo y a la deriva, despojados de amor y de futuro, que se encuentran en las calles de Reno y forjan una extraña amistad. Dos vaqueros, un piloto veterano, y dos mujeres divorciadas se enfrentan a la vida en el Oeste, y entre Rodeos, Casinos y borracheras, poco a poco se van desmoronando. Cuentan que el rodaje de la película, así como la historia del guión, estuvo lleno de complicaciones y demoras, disputas entre el equipo y un clima de infierno que superaba los 38 grados centígrados. Cuando finalmente la película fue terminada, a tan solo 3 días del cierre de rodaje, Clark Gable falleció de un paro cardiaco, una muerte a la que dos años después le seguiría el suicidio de Marilyn Monroe, en circunstancias sospechosas, y finalmente el otro suicidio de Montgomery Clift, 5 años después, en su apartamento en Nueva York. Cuentan que la noche en que Clift murió, siendo él el ultimo sobreviviente de esa película maldita, su asistente personal lo llamó para que saliera a la sala a ver The Misfits, que coincidencialmente la estaban pasando esa misma noche por televisión. A esta invitación él respondió: "Absolutely not!"; siendo esas sus ultimas palabras.
El sino trágico que rodea a esta película, los rumores que giran entorno a sus estrellas y el final oscuro de sus vidas, hacen parte de ese reverso oscuro del Hollywood del que estoy completamente fascinado desde que tengo memoria. Cuando la vi, claro está, esa mitología alrededor de la película fue algo que me capturó completamente. Sin embargo, más allá de esto, te la quise enviar por una razón en especifico. Por un regalo inesperado: la última escena de The Misfits es una danza cruda y ruda de un grupo de hombres cazando caballos salvajes, los llamados Mustangs. Unos potros que escondidos en las montañas rocosas eran cazados por los vaqueros y vendidos para hacer concentrado.
No recuerdo con exactitud cuanto dura esta escena final, pero es larga, dura y bellisimamente. No quiero adelantarte lo que sucede y cómo se desenvuelven los hechos, pero lo que se pone en juego en esa secuencia es una noción de masculinidad, una pregunta por la libertad y un desconcierto ante los nuevos tiempos. Todo esto me recordó a esa pregunta y a esa discusión que tuvimos sobre lo que significa ser hombre en la actualidad, y sobre cuales son mis modelos a seguir. Obviamente la aparición de estos caballos, allí entre las rocas, corriendo por las praderas, me hizo pensar en nosotros y en Santuario y bueno... en esa otra mitología, que al igual que la de Hollywood, me fascina: la nuestra.
PD: Te adjunto un libro, escrito por Peter Bogdanovich (otro sujeto fascinado con Hollywood), porque quiero que leas las dos paginitas que le dedica el autor a Montgomery Clift. Por otro lado, me alegra enviarte esto antes de tu viaje. Sobra decir por qué.
creo que estando cerca tuyo soy más real que en cualquier otra parte. me siento fresca. viva. real. soy yo soy real soy de carne y hueso y estoy viva y vibro y no sé si conoces estas vitaminas c que se deshacen en el agua y como que explotan en el agua de a poquito y se van desarmando y haciendo parte del agua para convertirse en una sola cosa, ya, eso soy yo, soy yo haciéndome una con el aire que te rodea. eres refrescante en todos los sentidos posibles. quiero estar cerca tuyo. quiero escuchar todas las cosas que tengas que decirme y quiero compartir contigo todos los silencios. quiero besarte todas las veces que mis labios puedan besar. quiero llenar cada parte de tu cuerpo con besos. quiero hacerte sentir que no hay nadie más hermosa que tú, quiero que sepas que para mí no hay nadie más hermosa que tú. no eres suficiente, eres más que suficiente, eres tan grande, tan preciosa, de sólo pensarte me lleno de tanto amor. quiero conocerte más. quiero darte tu tiempo y quisiera saber tomarme las cosas con calma, quisiera saber disfrutarte lento, quisiera poder verte más seguido, quisiera poder llevarte flores y hacerte reír y dedicarte más canciones y ver esos ojos preciosos brillar. ven, amor, ven, ven conmigo. vámonos de acá. ven conmigo, déjame entrar a tu corazón, dame tu amor a mí, lo voy a cuidar tanto tanto, como hueso santo, voy a hacerlo crecer como crecen las plantas, voy a echarle agüita y sacarlo al sol, lo voy a cuidar del frío, le voy a hablar bonito, te prometo que podemos ser tan felices. por favor déjame amarte.
Hola Rosita, tengo tantas cosas por contar pero siento que serían como tres mensajes mega largos; quiero decirte que el ambiente de trabajo donde actualmente estoy me tiene muy satisfecha. Sin embargo ayer tuve un pequeño percance con una chica de aquí, ella es pasante y pues entramos juntas el mismo día... Hasta ayer todo iba bien hasta que no se a qué demonios, con cuales motivos se me acercó y comenzó a jugar con mi cabello. Yo soy muy delicada con mi espacio personal y mi primer reflejo fue interponer mi codo para alejarla de mi. La estúpida viendo que estoy rechazando su acción insiste hasta que le hice ademán de darle un codazo en la cara y paró en seco. Fue un momento super incómodo porque había otra chica viendo la escena y se quedó tan shockeada como yo ya que la chica no daba señales de ser así de... impertinente. La chica solo tiene 19 años, a lo mejor nunca le enseñaron a respetar el espacio vital de la gente que la rodea, pero honestamente me sentí irrespetada...en ningún momento le di confianza y aún habiéndola no me parece normal ir agarrándole el cabello a la gente así a la primera.
Postdata: el viernes pasado me dió una nalgada y me dejó tan fuera de lugar como lo de ayer. Estoy apunto de darle un gritón para ubicarla. Algún consejo? Ya que se que cuando estoy molesta veo rojo y no quiero cometer una estupidez que cueste mi trabajo
Vaya!!
Estas actitudes se pueden dar entre amigas tras años de confianza pero no con alguien que prácticamente terminas de conocer.
Lo curioso es que en ningún momento a habido comunicación verbal, solo gesticulaciones.
Cuando insistió en tocar tu pelo deberías haberle preguntado "¿que haces?" y ya dejarle claro que no te gusta el contacto físico.
Con lo de la nalgada ya me dejas loca 😧
O es una persona muy extrovertida y acostumbrada a salirse con la suya o te está tirando el lazo, sea como fuere, queda muy fuera de lugar la nalgada.
Cuando vuelva a pasar otra cosa, no te lances a su cuello pero déjale claro que respete tu espacio y por favor no te toque, no le grites, mantén un tono respetuoso 🙏
No se le puede entrar a una persona invadiendo su espacio de esta manera, tanto sea buscando amistad o cualquier otra cosa.
Me alegra que el ambiente de trabajo sea de tu agrado pero ya sabes que en todas partes hay una personita que se dedica a incordiar.
Sungho observa con cierta rabia contenida cómo Jaehyun ríe con Taesan y Leehan en el sofá de la sala de estar. El solo hecho le genera incomodidad en el pecho, por más de saber lo irracional del sentimiento ¿Por qué Jaehyun tiene que ser tan amigable con todos? ¿No se da cuenta que sólo debe ser así con él? Aprieta los puños en un acto de reflejo, pese a que jamás le haría daño; se levanta de su asiento y se dirige hacia el grupo; toma a Jaehyun del brazo y lo lleva consigo hacia la habitación compartida por ambos.
—No quiero que seas tan cercano a ellos —pronuncia en voz demandante, él, cerrando la puerta tras de sí.
—Pero son nuestros amigos, Sung —usa un apodo cariñoso pese a la confusión.
—No me importa. Sólo quiero que rías conmigo —lo acorrala contra la pared y le acaricia los labios mientras lo mira a los ojos. Desciende la vista a los labios carnosos y lo besa con pasión.
Jaehyun gime y pronto se deja llevar por el beso en el cual Sungho dirige; siente su deseo y posesividad. Conoce a la perfección cuán celoso puede llegar a ser, pero también tiene claro cuánto Sungho lo ama.
Le rodea el cuello con los brazos y le devuelve el beso con igual intensidad.
—Te amo, Sung —le susurra.
—Dios, también te amo —une las frentes y le proporciona repetidos besos—. No tienes idea cuánto.
Eres una mujer sin limites, sin escusas, eres la representación perfecta de una mujer tenaz, y desde que te quieres tanto, estás…¡tan guapa!. Si tus sueños son grandes, es porque tu capacidad para lograrlos también lo es, debes ser dos cosas: quien tú quieras, y lo que tú quieras y, presúmete de bonita, que esa locura no la luce cualquiera.
No dejes ni un solo día sin que lo que hagas tenga impacto en el mundo que te rodea. Lo que haces marca la diferencia, detrás de cada mujer, hay una historia de guerra. No, calladita no estoy más guapa. Si quiero la luna, me la bajo yo sola, quién te dijo que no podías, es que no te conoce. Celebra tus propias victorias, que nadie más sabe, lo que te costo alcanzarlas.
A veces, nos dejamos para después, como si quedasen más vidas y, a veces, hay que tener menos… viviendo más. La que puede, puede, y la que no, la tomamos de la mano para que también pueda. Rodeate de mujeres que hablen de sueños, de ídeas, de metas, pero, no mal de otras.
Jamás te olvides de ti mujer, que serás la...Sigue leyendo aquí https://www.elrinconderovica.com/la-misma-de-siempre-pero-no-la-de-antes/