Tumgik
alexowie7 · 10 months
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Okay, me he desaparecido, pero es porque el semestre ha sido fatal con cargar el peso de poder pasarlo y realmente estoy más metida en tik tok y en Wattpad. En este caso, hace unas semanas comencé a escribir una historia que está en borrador, pero que quería preguntar sobre si, ¿realmente les interesaría una historia concentrada en Cindy Moon (Silk) y Miguel O’Hara (Spider-Man 2099) en donde ella se une para ser parte del cuartel de la sociedad Arácnida mientras intenta al mismo tiempo lidiar con la pérdida del Peter de su universo y haber estado encerrada en un búnker por trece años? Ey, un ligero spoiler, pero suena cool, ¿no?
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alexowie7 · 1 year
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Matt siempre está realmente nervioso y estresado. Para Helena eso causaba cierta sensación cosquilleante en su estómago cuando lo expresaba pasándose la lengua por los labios.
Y para Murdock era tan sensual el escucharla jadear cuando se mordía el labio y fingía no estar viéndolo. Ahora sólo quedaba una cosa que podían hacer, aunque eso causaría tener que quebrar esa amistad que los llevaba al límite de sus verdaderas intenciones entre ambos.
Lo mejor sería averiguarlo en Wattpad en mi perfil: ItzelhR_Bowie (si, con h porque así lo decidieron mis padres) en la historia "Save you from Hell"
Besos, Alexowie ✨
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alexowie7 · 1 year
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Lo que no podemos imaginar con esto es que Loki está tan arrepentido de muchas cosas. Aunque, en esta ocasión, de algo que ni siquiera le ha pasado. Jamás ha sentido la necesidad de conocer a alguien que en un futuro posible si no hubiera escapado con el teseracto sería su esposa. Angelique Lewis (Lucy Boynton) en algún lugar en el multiverso, tal vez jamás sufrió la pérdida. Aunque eso pasó en Eagerness for you, ¿cierto?
¿Esto ya es considerado spoiler? Bueno, mejor averígualo en mi perfil de Wattpad: ItzelhR_Bowie (si, con h porque así lo eligieron mis padres)
Besos, Alexowie c:
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alexowie7 · 1 year
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Creo que es evidente que me encanta el drama, ¿cierto? Bueno, tengo en mente muchas ideas en mi cabeza que me encantaría poder poner a prueba más adelante en algunas de mis historias. Por ejemplo, Reflecting Our Hearts. Pronto Sexy Sebas volverá a repetir el papel de Bucky y me encantaría darle más sazón a la relación de Kerstin Maximoff (Natalia Dyer) mientras lidian con tener que criar a ambos mellizos que apenas han nacido después de las tragedias que han vivido.
¿Eso cuenta como spoiler? Bueno, ¿qué esperas aquí? Ve y léela en mi perfil de Wattpad: ItzelhR_Bowie (si, con h porque así lo decidieron mis padres)
Besos, Alexowie c:
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alexowie7 · 1 year
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A mí me gustan muchos de esos 🫢🥴
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alexowie7 · 1 year
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Todos queremos un Steven o Marc en nuestras vidas de vez en cuando. O incluso para rato, ¿no?
Disponible en mi perfil de Wattpad: ItzelhR_Bowie (si, con h porque así lo decidieron mis padres)
Besos, Alexowie ✨❤️
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alexowie7 · 1 year
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Oye, ¿a quién le dices anciano?
Vamos, ¿quién no estaría con ese encantador hombre atractivo y esas ágiles manos de hechicero? 
Disponible en mi perfil de Wattpad: ItzelhR_Bowie (si, con h itzelh porque mis padres así lo decidieron)
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alexowie7 · 1 year
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Bueno, aquí vuelvo, pero ahora con algo que he subido en mi cuenta de Tik Tok: alex.murdock_ 
Este fue el primer edit que llevo guardando hace un tiempo, así que aquí está y espero disfruten de la forma en que Evangeline y Stephen interactúan sobre su historia de amor.
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alexowie7 · 1 year
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Oigan, en serio, esto podría tratarse de un poliamor, pero lo importante aquí es poder contar la historia de una mujer al conocer al caballeroso y lindo Steven Grant. Inspirada en la serie de Moon Knight del MCU y también en los personajes de los cómics de Marvel. Y quién sabe, tal vez Marc Spector junto con sus dos personalidades no sería el único que esté ocultando secretos. Disponible en mi perfil de Wattpad: ItzelhR_Bowie (si, con h porque así lo decidieron mis padres).
RESUMEN:
"Hay caos dentro de ti"
Süheyla creyó haber conocido a un hombre lindo, gentil y caballeroso. Sin embargo, los eventos que se presentaron lograron que por fin descubriera quién era él.
No sólo se observó encadenada, sino que lo hacía por deseo. Deseo de ayudarlo, pero también de huir de su pasado. Después de todo, lo seguiría haciendo las veces que sean necesarias para no volver jamás al vacío.
La cuestión fue que no creería que la oscuridad los cubría a ambos.
—Hola —la saludó y agregó—. Creo que alguien se ha escapado de casa, ¿no es así?
Süheyla se cruzó de brazos, observó fijamente al hombre y sólo dejó que soltara a Jiji hasta que se adentró al apartamento.
—No viniste —comentó con decepción y cierta confusión al recordar su tono autoritario de hace días atrás.
Al no saber qué decir, Steven permaneció quieto. Süheyla sólo se giró sobre sus talones, dejándolo pasar mientras soltaba un suspiro. Cuando terminó, se volteó sobre su hombro y lo miró.
—¿Qué acaso fue tan difícil de avisar?
Y entonces Grant supo a qué se refería.
—¿No...fui a la cena?
—Era este sábado. Quedamos el sábado, Steven. Mira, oye, sé que no era importante tal vez, pero...
—¿Por qué dices que no es importante? Sí lo es, Susu, es... —caminó un poco hacía ella y después se alejó a la vez que jugueteaba con sus dedos—. Fue mi culpa, lo sé, debí avisar y... —ella lo miró y por dentro sintió que se derretía con aquella mirada avellana intensa y firme—. Y yo...no sé porqué, pero...
—Steven, ¿qué te pasó la otra noche? —le interrumpió la mujer, cruzada de brazos y viéndolo con atención.
—¿A qué te refieres?
El tono era de genuino desconcierto. Estaba confundido, atento, pero también nervioso y asustado.
—La otra noche —comenzó ella subrayando esas tres palabras—. No sé sí dormías o no, pero estabas... —una especie de escalofrío recorrió la espalda de la morocha, así que se removió en su lugar para quitarse esa sensación de encima—. Estabas cambiado, no parecías tú y me ordenaste.
—¿Yo te...? —se señaló a sí mismo en el pecho y por un instante se quedó pálido—. Yo jamás...
—Pues lo hiciste —expresó Süheyla con convicción, recordando cómo la observaba.
La manera en que sus ojos, por un momento, parecían dos cuencos repletos de algo más profundo, algo que podría invitarla a danzar contra una oscuridad oculta en él.
—Debo irme, llegaré tarde al trabajo —avisó ella cuando reinó el silencio incómodo en ambos.
Enseguida Steven asintió y sólo se rascó la nariz con incomodidad antes de decir algo.
—Si, por supuesto. Yo..., yo también debo irme. Ten un lindo día, Süheyla —y sólo se giró sobre sus talones.
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alexowie7 · 1 year
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Lamento el abandono, pero el semestre se tenía que liberar y no lo haría nadie más que yo. Por lo tanto, esta es la cuarta publicación sobre mi libro que se centra específicamente en Doctor Strange, uno de mis personajes favoritos que debía tener su propia historia junto a una protagonista sacada de otro mundo *guiño, guiño* Y bueno, si quieren conocer su historia, les dejo mi perfil y un pequeño vistazo, sólo disponible en Wattpad: ItzelhR_Bowie.
RESUMEN:
Evangeline no sabe dónde está. Está asustada, confundida e impaciente. Tan sólo un accidente la llevó a estar en blanco y mallugada.
Sin embargo, antes de caer en la perdición de todo, el par de ojos heterocromáticos que la observaron la dejaron sin aliento.
Era curiosa, de eso no cabía duda. Él era arrogante, un tanto difícil de convivir; pero sólo era una paciente. Eso cambiaba un poco el panorama.
Una paciente que lo cautivó e intrigó.
—Esto no puede pasar, ¿cierto?
—¿Y por qué? —preguntó él, aunque sabía perfectamente la respuesta que obtendría.
—Creo que lo sabes muy bien, Stephen —manifestó, tragando con dificultad mientras el nudo en su garganta se envolvía como una serpiente—. No es muy profesional lo que está pasando.
—No ha pasado realmente nada, Evangeline —comentó, ganándose la atención de la mujer. Ella lo miró con una expresión confundida e indignada al escuchar lo que el doctor había dicho—. No ha pasado, pero...
La mano que aún sostenía la de Evangeline la atrajo con firmeza, envolviendo sus dedos en la muñeca de la mujer y no tardó en aproximarse con decisión. Dio varios pasos, hasta que su cercanía era suficiente para que el aliento de ella chocara durante unos segundos contra la mandíbula de él.
—No puede...
—No decidiste esto, ¿verdad? —le preguntó mientras la interrumpía—. ¿Lo haz leído? ¿Sentido con alguien cercano a ti actualmente?
—¿Y tú? ¿Tú lo habías hecho antes? —preguntó evitando verlo a los ojos—. Lo más importante: ¿lo habías hecho con una de tus pacientes?
—Eres más que eso, Evangeline...
—Eso soy. Eso nos une, sabes que es así porque fue justamente como nos conocimos, doctor Strange.
—¿Entonces qué vas a hacer? —preguntó mientras le rozaba los labios en la sien, ocasionando un suspiro de parte de ella—. ¿Podrías describirlo?
—¿Cómo podría describir esto que me haces sentir? —la mano de él subió por su brazo, acortando la respiración de la mujer mientras se precipitaba a seguir hablando—. Ni siquiera necesito recordar mi pasado para confirmar que jamás lo había hecho con alguien más.
Apenas terminó, los dedos de él tomaron su mentón, obligándola a alzar la cabeza y por fin observó el rostro tan cerca del doctor. La manera en que la otra mano libre de él envolvió su cintura, hasta que sus cuerpos se intentaban fusionar por el roce cálido que tenían. Las manos de ella tomaron los antebrazos de Stephen, intentando retenerse a seguir; pero es que la manera tan firme, tenaz y embelesada que podría ser esa mirada puesta sobre Evangeline la derretía de inmediato.
—¿De qué color son hoy, Eva? —preguntó, susurrándoselo y rozando su aliento fresco contra la nariz de ella—. He esperado todo el día para que llegaras y sólo tú me lo dijeras. Sólo tú quiero que seas quien lo haga.
Hubo un silencio entre ambos, hasta que finalmente ella no se negó y lo balbució al mismo tiempo en que observaba los labios de él.
—Azules. Esta vez son azules, Stephen.
Y entonces su rostro se aproximó, atrapando los labios del doctor y sintiendo que su estómago explotaba contra una ola de cosquillas que la hacían sentir que incluso la piel se le erizaba. Eran cálidos y finos; atrayentes y lentos. Un beso fugaz que no tardó en que Stephen moviera sus labios al compás de los inexpertos de Evangeline, quien sólo disfrutaba de cómo tomaba el control de la situación y después se dejaba llevar por él.
Stephen podía esta vez finalmente dejar de lado sus ansias de probar esos labios, ya que por fin lo había hecho: eran tan carnosos, tímidos y con ese toque a durazno que los volvían como un néctar puro que nadie pudo haber obtenido antes. Era el primero, el único y eso sólo lo hacía disfrutar aún más. Aún más de lo que había empezado con sólo ese roce entre los dos que podría incluso traer problemas sin darse cuenta.
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alexowie7 · 2 years
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Tercera publicación, lamento la tardanza, pero aquí está y lista para que la disfruten en mi perfil: ItzelhR_Bowie (con h porque así lo decidieron mis padres). Aquí hablaremos entonces de “Reflecting our Hearts” centrada en el Soldado del Invierno, Bucky Barnes.
RESUMEN
Él lidia con una mente de abrumadores recuerdos y sin control, mientras que ella se atormenta del pasado e intenta reprimir el descontrol de sus poderes.
Kerstin no sabe qué hacer. Todo su alrededor está volviendo a cambiar, mientras que el equipo se divide por culpa de él.
Todo es culpa de él, pero... ¿por qué lo ayuda? ¿Por qué ayuda al llamado soldado del invierno?
Quizá, sólo quizá, en vez de odiarlo y detestarlo, le agrada. Le agrada más de lo que se pueda imaginar.
—Cuanto tenía ocho me obsequiaron unos zapatos. Jamás me los quité hasta que la suela se desgastó demasiado y me apretaban al ir creciendo que tuve que tirarlos —expresó ella.
—Hubieras puesto cartón. Eso hacía yo cuando mis zapatos parecían estar a punto de tragarme vivo —al decir eso, Kerstin soltó una risa y el corazón de Barnes parecía latir con mayor intensidad con el pasar de los segundos que amenazaba en salir volando de su pecho.
—Lo intenté, pero era tan incómodo. No me imagino cómo lo soportaste.
—Los usaba para ir a trabajar y al final se fueron amoldando —justificó y entonces Kerstin movió la cabeza en señal de darle la razón.
—En fin, me gustaban tanto esos zapatos que hasta intenté vestirme de halloween como Dorothy sólo con la excusa de usarlos. El problema es que mi vestido era verde y mis zapatos negros.
—¿Y por qué? —se recargó el sargento mientras volteaba la cabeza para mirarla.
Kerstin se encogió de hombros y tomó otro trago de su copa.
—Reciclé uno viejo que tenía de cuadros y después le cosí unos botones blancos y las mangas.
—¿Tú sola?
—Sé algo de costura.
—¿Entonces pudiste ayudarme a coser el parche para el brazo y no me dijiste nada?
—En mi defensa, tenía las esperanzas de que te saldría bien —y le volvió a sonreír, pero esta vez no hubo alguna chispa de nostalgia o melancolía.
—Lo cosí al revés y tuve que empezar de nuevo.
—Si, bueno, mi hermano decía que de los errores se aprende algo, supongo —soltó, jugando con sus dedos y observando el cielo, perdiéndose entre las resplandecientes estrellas que estaban incrustadas en ese manta oscura. Justo encima de ella, la luna aperlada y menguada despertaba para llenar de luz el lugar.
—¿Tú crees en esas palabras? —preguntó Bucky, pero esta vez parecía estar viendo también sus dedos e intentando redimir lo que en su interior albergaba y lo atormentaba todos los días.
—Lo hice, si. Tal vez en alguna cosa como el caerme de la bicicleta o en saber que robar no lo es todo en la vida. Eso era fácil de poder conseguir lecciones y después cambiar los patrones para no seguir fracasando —guardó silencio, descendiendo sus ojos hasta la ciudad y después perdiéndose entre las calles y edificaciones—. Sin embargo, luego de la cuestión de ser una alterada..., en realidad me di cuenta de que jamás habrá alguna lección qué recibir de esto que elegí voluntariamente.
Era la primera vez que hablaba con mayor profundidad en su ser y en lo que era cuando se trataba de la compañía de Bucky Barnes. Al parecer las copas si habían tomado un efecto en la sokoviana, pero de aquel modo en que la empujó a tener el coraje suficiente de sólo decirlo de una vez por todas.
—No sabías qué pasaría —dijo él.
—El pasado ya no se puede cambiar, en realidad —soltó una risita y entonces jugó con la copa vacía que hacía balancear con sus dedos con delicadeza y peligrosamente cerca de la orilla—. Ya no hay nada que se pueda cambiar.
—Tal vez ya es tiempo de ver más allá del pasado.
—Debería decirte lo mismo a ti, sargento —alegó con un tono jocoso que esta vez fue él quien rio en bajo—. Podría funcionar.
—Lo más seguro es que sí, Kerstin.
Y sus dedos rozaron los de ella en una sutil caricia para observar la respuesta de la joven ante eso. Los nervios lo cubrieron al ver que Kerstin bajaba la vista y observaba su mano tan cerca de la suya. Se alejaron del barandal, se irguieron y entonces la sokoviana volvió a responderle con un roce de sus dedos contra los de Barnes.
Esto no era obra del alcohol como lo creía. No era algo que haría sin dudarlo, pero en esos momento se sentía tan cercana a la seguridad de sus actos que sólo bajó la cabeza mientras lo escuchaba decir algo.
—Estás temblando.
—Obra del licor —susurró con su acento que empezaba a sonar siseante y poco perceptible.
—Supongo que tienes razón, Kerstin —balbució.
—Siempre la tengo, Bucky.
El pecho del sargento entonces amartillaba con tal ferocidad que inclusive los oídos le retumbaban en una sensación casi ensordecedora.
Pero explotó como una bomba en cuanto la joven Maximoff finalmente soltó un suspiro, alzó su cabeza, se puso de puntillas y sus labios se unieron contra los de él.
Fue solamente algo impredecible e inexplicable al principio. No obstante, al final correspondió al beso y movió sus labios al compás de la sokoviana. Jamás podría olvidar aquel sabor dulzón que desprendían esos suaves y rosados labios. Parecía ansioso, incluso estaba un tanto atónito e incrédulo al pensar en lo que estaba pasando.
No podía creer que en ese instante la tenía tan cerca como nunca antes lo había hecho. Apenas estaba envolviendo su brazo contra la pequeña cintura de Maximoff, cuando de golpe ella se alejó y se obligó a soltarla.
Se quedó paralizado, observando a Kerstin y después intentando adivinar lo que pasaba por su cabeza en esos instantes. Su expresión era de asombro, confusión e incredulidad.
Las campanas sonaron, avisando ser medianoche y, casi imitando el perfecto cuento de cenicienta, Kerstin dio varios pasos hacia atrás, escuchando a alguien hablar en el salón y provocando que sólo se girara sin decir nada más. Se alejó, huyó y no miró para nada detrás de su hombro.
Ni siquiera sabría qué hubiera pasado si Bucky la hubiera seguido. Pero, al fin y al cabo, no lo hizo.
Y fue un alivio para ella. Porque no sabría qué decir y explicar el por qué lo había besado así sin más.
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alexowie7 · 2 years
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Segunda publicación y esta vez hablaré sobre el segundo libro de esta saga que he estado preparando desde hace más de año y medio. Hablemos entonces de “Save you from Hell”, centrada en nuestro diablo de Hell’s Kitchen, Matt Murdock. Disponible en mi perfil de Wattpad: ItzelhR_Bowie (si, con h porque así decidieron mis padres colocarme el nombre).
RESUMEN:
Helena Barton está acostumbrada a todo lo relacionado con superhéroes. Después de todo, su tío es el mismísimo Hawkeye y conoce a algunos vengadores en persona. Sin embargo, su vida se va cuesta abajo después de romper su compromiso y volver a su ciudad natal, Hell’s Kitchen. La vida le da una sorpresa cuando se reencuentra con su mejor amigo de la infancia, Matthew Murdock. Los años los separaron, pero, de algún modo, ambos recuerdan el cariño mutuo que se tenían...o que aún se tienen y que están por descubrir con el paso del tiempo.
—¿Estarás bien?
—Si, estoy bien —fue lo único que dijo Matthew, así que Helena vaciló en si debería o no decirle algo más.
No obstante, la preocupación por él la estaba carcomiendo y debía hacer algo.
—Matthew, yo no puedo impactar en tus decisiones, no es mi deber el preocuparme por ti, pero...
—¿Pero...? —la alentó a seguir, aunque sabía a lo que se refería, puesto que podía escuchar su respiración y el frenético latir de su corazón.
—Pero sólo quiero que sepas que no es justo.
—¿Y qué se supone qué es la justicia para ti? —aquella pregunta fue una ráfaga de irritación que Helena no sabría cómo tomar.
Lo pensó un instante. Recuerda cosas todo el tiempo, incluso a veces puede hasta tener la idea vaga de palabras que su padre le decía en momentos precisos que lo necesitaba. Pero también recuerda el hecho de que, cuando era más joven, en esa edad en donde no sabría ni siquiera saber qué significado tienes en la vida, incluso tienes esa duda existencial del por qué ocurren las cosas.
Sabía que tenía dieciocho o diecinueve cuando lo pensó e incluso tenía ese vago coraje hacia Dios. No podía pensar en otro sentimiento hacia el Todopoderoso. No sabía si decirle o no a su tío, puesto que tampoco era muy religioso que digamos. Antes, ella y su padre iban al menos una o dos veces al mes a la iglesia.
Lo hacían sólo porque cuando Helena le empezó a preguntar el por qué los demás niños iban y ella no, finalmente Barney Barton no dudó en darle la opción de ir. Y así fue que iban, mientras la pequeña Lena Barton se aproximaba al sacerdote y este le bendecía el día.
Así que, un día, llena de coraje, dudosa de si debía o no pisar la llamada casa de Dios, fue aproximándose hasta ir a confesarse con un padre. 
Cuando lo hizo, no pudo evitar al principio sentir que la cólera le borboteaba por el esófago, por lo cual, la intensidad del quinto pecado capital repentinamente fue difuminándose con las palabras que el padre citó sobre la Biblia.
Pues quería conocer la justicia de las cosas. 
—Practicar la justicia y el derecho lo prefiere el señor a los sacrificios —expuso Helena, pensando en cómo tiritó al momento en que el llanto la inundaba y lloraba junto a su confesión cuando apenas era una joven.
—¿Y cómo debo tomar eso? —preguntó Matthew.
—Como tu espíritu lo deba tomar, Matt —y al decir eso, acarició involuntariamente su vientre.
Tomó sus cosas, miró una última vez a Matthew y entonces se encaminó a la puerta. Mientras lo hacía, al tomar la perilla, escuchó claramente al hombre.
—Lamento que hayas visto lo de ayer.
—No fue tu culpa —dijo en bajo.
Matthew no quiso responder. Al contrario, permaneció en silencio, al tiempo en que Helena sólo desaparecía y cerraba la puerta detrás suyo.
Besos, Alexowie c:
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alexowie7 · 2 years
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Esta es mi primera publicación, so... comenzaré con la primera historia que me ayudó y alentó a crearme esta cuenta en Tumblr: Eagerness for you. Se centra, efectivamente, en el precioso dios del engaño, Loki Laufeyson. Disponible en Wattpad en mi perfil: ItzelhR_Bowie (si, con h porque así lo decidieron mis padres).
RESUMEN:
Angelique Lewis siempre estuvo enamorada de Thor Odinson, así que, su mejor opción siempre fue pegarse a su hermana Darcy para poder tenerlo cerca. Sin embargo, se arrepiente de algo, y eso es ayudar al hombre que ama en esconder al cruel y malvado hermano de el dios del trueno: Loki Laufeyson, dios del engaño. No lo puede tener ni en pintura, pero, a fin de cuentas, espera que pronto salga de su vida.
¿O tal vez lo quiere aún más cerca de lo que imagina?
-¡¿Qué carajos te ocurre?! -vociferé.
Él de inmediato me miró y su ceño se frunció.
-¿Perdón?
-¡Me escuchaste bien! Estoy harta. ¿Quién te crees que eres? -estaba echando humos, podía sentirlo en cada fibra de mi ser.
Loki se alzó un poco y se sentó en el borde de la cama, mirándome con detenimiento y luego sonriendo de costado.
-Una simple broma, eso fue todo.
-¡No sólo fue una vez! ¡Loki, ya basta!
-¿Me vas a detener? -alzó sus cejas con incredulidad y una expresión burlona en su rostro.-¿Crees que no soy capaz? -pregunté llevando mis manos a mi cintura y mirándolo con seguridad.
-Me gustaría ver que lo intentaras -dijo él y comenzó a andar hacia mí, haciendo que al fin quedáramos frente a frente.
Me cambié el peso de una pierna hacia la otra, intentando de alguna manera no parecer obvia con el nerviosismo que me recorría el que esos ojos verdes me miraran de tan cerca. Inclusive supe que disfrutaba eso, ya que de pronto en unos segundos una sonrisa de lado se le dibujó en los labios.
-¿Nada? Bien, supongo que a veces la lengua de plata puede ser contagiosa, ¿no lo crees, midgardiana?
Mi mirada encajaba la suya, intentando de alguna manera que pudiera expresarle sin palabras la gran ira que contenía en mi interior.
-Eres un... -comencé a decir apretando mis dientes.
-¿Bastardo, desgraciado, tramposo o idiota? He oído de todo, mortal.
-¿Para ti todo es una maldita broma o travesura?
-Usualmente cuando encuentro a alguien vulnerable. Dímelo tú -expresó acortando nuestra distancia, tomándome la muñeca y después rozando su nariz contra la mía, causándome una respuesta en donde tuve que contener la respiración y desviar mis ojos hacia los costados-. Dímelo.
Su voz era gruesa, con ese siseante acento contrayéndose en su lengua y después deslizándose con facilidad por sus labios. Su nariz volvió a rozar la mía, mientras que su aliento gélido chocó contra mi piel, provocando que me erizara.
Sus ojos opacos se burlaban de mí, llevándome a la perdición de estar cayendo en el encanto de su piel helada tomando mi muñeca, aferrándose a ésta y luego el que no pudiera soltar el aire que retenía en mis pulmones.
Una risa sobresalió de su garganta, embriagando mi rostro y después haciendo que me atreviera a verlo directamente a los ojos. Su rostro emanaba jocosidad.
-Una presa fácil, de eso no cabe duda.Al fin sonreí con hipocresía, tomando su mano por la muñeca y después simplemente susurrando.
-Púdrete, Loki.
Y alcé la rodilla, golpeando con fuerza sus partes bajas. Como respuesta, el aire le faltó y se dobló, haciendo que al fin me alejara y saliera rápidamente de la habitación. Una sonrisa se dibujó en mi rostro al imaginar de nuevo su expresión de dolor. Después de eso me fui hacia mi habitación y corrí a acostarme, tapándome de los pies a la cabeza para luego cerrar mis ojos y poder al fin conciliar el sueño de nuevo durante varios minutos después.
Besos, Alexowie c:
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