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#la sumisión
omduart-thewriter · 1 year
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El menú de la neurosis
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tetha1950 · 9 months
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La belleza del yugo...
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Las dificultades de esta vida son oportunidades para caminar cerca de nuestro Salvador y conocerlo mejor.
Mateo 11.28-30
El Señor Jesús invita a todas las personas cargadas a venir a Él para descansar, pero a menudo malinterpretamos lo que Él nos pide. No podemos solo descargar nuestros problemas en el Señor y marcharnos sin ver cambios. Por medio de una ilustración agrícola, nos pide que nos unamos a Él en el “yugo” para que podamos caminar y trabajar juntos. En otras palabras, Él no quiere solo nuestras cargas; ¡nos quiere a nosotros!
El yugo de Cristo es un símbolo del discipulado, caracterizado por la sumisión y la obediencia a Él. El propósito de Dios no es simplemente quitar una prueba o aflicción pesada; anhela atraernos hacia Él por medio de una relación estrecha y de confianza. Recuerde que el “yugo es fácil” y la “carga ligera” cuando nuestro Salvador nos ayuda a llevarla (Mt 11.30). Por eso, quienes aceptan su ofrecimiento experimentarán una transformación asombrosa.
El proceso de compartir la carga comienza con aprender a conocer y entender al Señor. La carga no siempre es quitada, pero el peso de la aflicción se desplaza de nuestros hombros a los suyos. Puede ser que las presiones de la vida no disminuyan, pero si estamos íntimamente unidos a Cristo, nuestra alma estará libre de ansiedad y su paz reinará en nuestro corazón.
(Charles Stanley).
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abange · 2 years
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Contenido: ropa interior, padrastro sumiso, control de orgasmos
El otro día desperté en mi cama porque llamaron mi nombre. Yo estaba de costado y mi padrastro, quien me hablaba, estaba detrás mío. Tan cerca que podía sentir su erección frotándose en mis pantalones de pijama.
Su mano se posó en mi costado, y con una voz de desesperación, rogó:
—Por favor, déjame venirme. Lo necesito. Por favor, por favor. ¿Puedo penetrarte? Te lo ruego.
Su voz suplicante me hizo sentir algo de pena por él. Pero qué molestia que ser despertado a la mitad de la noche! Aunque sabía que yo había causado a propósito el estado de desesperación en el que él se encontraba. Era muy lindo ver las consecuencias de la última semana, en que lo mensajeaba para ordenarle que se masturbara hasta llegar al filo del orgasmo, negándole que se viniera cada una de las veces.
—Por supuesto que no puedes penetrarme —le dije burlonamente—. Te permitiré frotarte con mi culo hasta que te vengas, pero no piel contra piel. En calzones los dos. Y después te castigaré por haberme despertado.
Me agradeció larga y profusamente. Se alistó para estar sólo en calzones y yo también.
Estaba muy duro y tanto su respiración como sus movimientos eran erráticos y apremiantes. Podrían describirse incluso como animalísticos. Me pregunté si podría, en ese estado, haber pensamientos en su mente más allá del placer sexual. Concluí que no.
De vez en cuando, tornaba la cabeza para verlo, pero la mayor parte del tiempo sólo lo sentía y lo escuchaba. Me sentía como un investigador natural: observando tranquilamente a un animal encolerizado por su celo.
Se lo hice saber, aunque era difícil saber si entendía mis palabras en ese estado de excitación enaltecida por el control que yo ejercía sobre él y la privación a la que lo había estado sometiendo.
Me apretó fuertemente, mi espalda contra su pecho. Fui rodeado por sus fuertes brazos y pude sentirlo y escucharlo llegar al orgasmo. Un sonido salió desde lo profundo de su garganta, parecido a un rugido o un berrido.
Permanecimos en nuestros lugares. Sonaba agitado por la labor física requerida por su conducta anterior. Me solté para poder ver el desastre que había hecho en su ropa interior: una gran mancha blanca yacía en ella.
Sonreí y decidí permitirle tiempo de goce y descanso por el resto de la noche antes de empezar con el castigo. Me acomodé entre sus brazos y cerré los ojos, gustoso de dormir sabiendo que por la mañana podría escuchar la melodía de su dolor.
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selenne76 · 4 months
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... Que bonita te ves con tu piel tan blanca...o morena, pero más bonita estas cuando la sonrojan entera con caricias...
Que linda con esa cabellera infinita o con media melena, con tu pelito corto, pero más lindo es verte suspirar de gusto cuando te lo sujetan para besarte o algo más.
Que preciosa estas con esos kilos de más o de menos, en plena forma, pero aún estas más preciosa cuando tu cuerpo se retuerce de placer sin tabúes.
Que belleza la tuya con ese carácter fuerte o tu dulce sumisión, pero tu belleza se vuelve infinita cuando te entregas al amor.
Que brillante hermosura cuando eres tu misma...sin importar lo que piensen los demás...🖤🖤🖤
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palabrasenpastillas26 · 3 months
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La herida, es una cruzada entre la ilusión de lo que creíamos nuestro y la hiel derramada por esa palabra o gesto apuñalando el corazón. Allí las lágrimas no llegan a purificar el dolor, por el contrario, la sal de la angustia desdibuja toda forma de intentarlo. Ocurre la alquimia o más bien, ese inevitable suceso de desbibujar las conversaciones, el carácter para decir no ante cualquier acto de sumisión y proteger la ternura de las cosas simples como un café para comenzar el día, todo esto convirtiéndose en una guillotina de odio por su mera existencia, las canciones ya no son himnos para defender el amor sino una tiradera de quién rompió más a quien. En su punto más dramático, la sangre decide parar, el corazón palpita más rápido, pero las manos deciden recoger y abrazar el dolor, los labios gesticulan frases improbables de conocer o incluso recordar cuando el diagnóstico es muerte en vida. Doctores como la música y la soledad acuden a este llamado, pero hay un especialista al que nadie le cree y todos terminan dándole la razón: el tiempo. Va tomando notas de lo sucedido, examina al doliente con un tacto frío, pero meticuloso, en sus evidencias acusa de causantes a las mentiras y la estrechez de corazón del que se empecina a dañar, procede a recetar entre sollozos o estacas, preguntándole al dolor cuánto puede aguantar, porque él es paciente, impregna la vida con ese amor que todo lo cuestiona. Utiliza a sus mejores aliados, el gerundio, el futuro compuesto, el pretérito imperfecto, el pretérito pluscuamperfecto y por supuesto el futuro simple. No es una tarea fácil, pues requiere que el paciente devele y descubra entre tropiezos una verdad indiscutible: nada de afuera le recobrará su antigua vida, sino más bien lo de adentro, por lo que está ahí. Hacerse cargo de esa vez donde alguien la tocó donde no se debía, ver a su padre divorciado, sin dinero y la nevera vacía, tener muy poco o incluso perderlo todo, declararse en huelga de hambre o atrancarse de comida después de clase porque no tiene con quién jugar, llorar hasta cansarse, vivir una y otra vez miradas ajenas que desnudan en la calle sin permiso y consentimiento, tener un conflicto constante entre ser todo lo que quiere, pero tratar de llenar los vacíos de sus padres con calificaciones perfectas. Durará poco o mucho, pero solo depende de su valentía para cruzar todos los tiempos, cambiar la forma y aceptar el fondo, porque todo pasará, porque la cicatriz le recordará que sanar es una vivencia de las que nunca se vive igual a otra, donde entenderá que ese doctor al final era yo, cosiéndome a pequeños pedazos, dándome la luz necesaria para entender que todo pasa y gritarlo muy para adentro: aquí dolió, aquí sané, desde aquí cambié. — Daniela Arboleda
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arpaacademico · 10 months
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LA DISCIPLINA PATRIARCAL DE LA MUJER
Una aproximación machista.
El orden social patriarcal en la vida de la mujer se construyó a lo largo de las eras, gracias a la dominancia y asertividad del hombre como administrador de la vida intrafamiliar. La mujer que acepta su realidad inferior y ofrece su sumisión al Hombre, acepta también sus directrices y mandatos, los cuales deben ser dirigidos con respeto y devoción.
Sin embargo la mujer, al ser emocional e impresionable, puede contradecir en mayor o menor medida las directrices de su Hombre. Este, por su parte, debe demostrar confianza y asertividad a la hora de tomar en cuenta lo que la mujer expresa, a fin que el Hombre se retroalimente y afiance su posición patriarcal, y le brinde a su mujer seguridad y cuidados. Pero cuando dicha expresión busca imponerse, a sabiendas que puede generar una rebelión intrinseca, el Hombre puede tomar los correctivos necesarios para que la mujer acepte una vez mas su realidad, principalmente por su bien.
Cuando se implementa la disciplina, esta debe ser acorde a la falta, seguido de un reforzamiento positivo y protector hacia la mujer. Un Hombre que se considere administrador de su mujer no puede abusar de su superioridad, dado que se cruza la delgada línea del abuso. Cuando esto ocurre, el Hombre ya no es digno de la devoción y respeto de su mujer.
Esta asimetrica relación lleva posteriormente al equilibrio patriarcal social de obediencia y mandato, que permite que el engranaje social del Patriarcado como entidad suprasocial funcione y avance hacia el establecimiento del orden natural de la sociedad como un todo.
Inscríbete en A.R.P.A y asume la posición. Kik: profesorpatriarcal
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chicacielogris · 2 months
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Mi problema con el feminismo
Cada año me engaño a mi misma con ir a la marcha del 8M, cada año encuentro un nuevo pretexto para evitarlo. Luego, en casa, veo a escondidas los videos, las fotos y las pancartas y lloro un poco por eso.
Después de mucho estudio e introspección me di cuenta que tengo un problema con el feminismo.
Por muchos años, realmente muchos, fui esa niña y adolescente que creció con la idea de que 'la peor enemiga de una mujer es otra mujer' rechazando y denigrando a aquellas por su cuerpo o inteligencia. Alimentando la idea de que la vida es una competencia en la que tienes que destacar por tu belleza, inteligencia y sumisión para ganar respeto, aún si ello implica aplastar otras mujeres en el proceso.
Que provocar la envidia de otras te hace superior y tener toda la atención de los hombres es lo único que importa para destacar.
Toda esa mierda machista la escuché por años, no de primos o tíos, no de profesores, no de amigos, no de novios... toda esa mierda la he escuchado de mujeres, mi familia.
Desde que tengo memoria siempre he crecido rodeada de mujeres, solo mujeres, abuela, madre, primas, tías, etc. que siempre me hicieron sentir menos por ser niña. 'Tienes que ser perfecta por que eres la hermana mayor, tienes que ser un ejemplo a seguir, te van a envidiar por que eres más inteligente, tienes que guardar silencio para no molestarlos a ellos...'
Blah blah blah... ¿cómo se supone que sienta apoyo y sororidad si cada hombre abusivo qué he visto pasar por esta familia siempre es recibido como si nada? siempre justificado.
Todas las quejas clichés sobre las locas que pintan paredes siempre las he escuchado de aquellas que dicen que te tienes que vestir o comportar de cierta forma porque eres una señorita...
Desde hace un tiempo me aleje de amigas y compañeras, porque me da miedo ser juzgada, me da miedo lastimar a alguien o hacerla sentir mal. Me incomoda y me confunde cuando me encuentro con una chica que es amable y cariñosa conmigo porque me enseñaron que eso siempre viene con una mala intención.
Me pasado tan malos ratos con otras mujeres que me volví insegura de formar relaciones por miedo a salir lastimada o ser utilizada...
He pasado años intentando demostrarles que soy valiosa porque puedo hacer lo mismo que ellos, puedo correr rápido y pegar fuerte como los niños, puedo arreglar cosas de la casa, matar insectos, solucionar problemas, administrar dinero, cuidarlas y protegerlas o tener liderazgo como lo haría un papá o un abuelo,
Cada año, lo que me impide ir a esa marcha es que me he dado cuenta que toda esa ideología errónea y dañina no existe en todos lados, creo que jamás he estado en un lugar así, tan lleno de apoyo y cariño y fortaleza. Una verdadera red de apoyo.
Me conmueve pensar que por ahí en el mundo hay una mujer que quemaría todo si algo me pasará, porque yo sé que en casa, ninguna mujer movería un plato por rescatarme.
Mi problema con el feminismo es que me abrió los ojos a una lucha que he tenido toda la vida, me hizo darme cuenta que yo por mi madre y mi hermana quemaría todo, me hizo sentir que no necesito ser un hombre o actuar como hombre o demostrar nada para sobresalir y enseñar mi valor.
Sé que mi camino es largo y mucho de eso lo pasaré sola, pero espero algun día tener la fuerza para enfrentarlo y encontrar esa red de apoyo femenina 💜
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retales-del-alma · 3 months
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Letras que gritan los desgarros del alma ,
Letras que ahuyentaron miedos y pusieron fin a la sumisión.
Morìn
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esuemmanuel · 1 year
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A la mujer se la ama por el amor que es, la pasión que entrega, la ternura que inspira, la inocencia que contagia, la sumisión de la que elige gozar cuando en su fortaleza se sabe segura... ¡Oh, mujer, te amo! ¡Gracias por ser mi rosa!
— Esu Emmanuel©️, A woman is loved for the love she is, the passion she gives, the tenderness she inspires, the innocence she spreads, the submission she chooses to enjoy when she knows she is safe in her strength... Oh woman, I love you, thank you for being my rose!
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arsenal-le-comte · 12 days
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Paul Reid
En lo más profundo del laberinto, donde las sombras danzan al ritmo de susurros prohibidos, se encuentra el Minotauro, una criatura de fuerza imponente y pasiones desenfrenadas. Pero su historia no es solo la de un monstruo temido, sino la de un amante feroz, un rey de la noche que encuentra su dominio en las cuerdas del bondage. Cuenta la leyenda que el Minotauro, nacido de la unión prohibida entre un toro y una mujer, fue condenado a vagar por los pasillos del laberinto, sediento de sangre y ansioso por liberar sus deseos más oscuros. Pero en las sombras de su prisión, encontró un consuelo inesperado en el arte del BDSM. Con sus manos poderosas, el Minotauro tejía intrincadas redes de cuerda, envolviendo a sus amantes en un abrazo de sumisión y éxtasis. Sus cuerdas eran como hilos de fuego, encendiendo pasiones ocultas y liberando deseos reprimidos. Para aquellas que se aventuraban en el laberinto en busca de gloria o de escape, el Minotauro se convertía en su amo y señor, un maestro del placer y el dolor. Sus labios ardientes susurraban promesas de éxtasis, mientras sus manos hábiles ataban nudos que desataban los secretos más profundos del alma. Pero detrás de su máscara de dominación, el Minotauro guardaba un corazón vulnerable, anhelando el amor y la aceptación. En el silencio de la noche, susurra al viento su deseo de ser liberado de las cadenas de su destino, de encontrar a alguien que lo ame por lo que es, no por lo que temen que sea. Así, el Minotauro se convierte en una figura legendaria, mitad monstruo, mitad amante, cuyas pasiones desenfrenadas y habilidades en el arte del bondage lo convierten en un ícono de deseo y temor. Y en las profundidades del laberinto, su leyenda perdura, una historia de amor y dominación que trasciende el tiempo y el espacio. © {AM
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sublime-redentor · 8 months
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En los días de su vida mortal, Jesús ofreció oraciones y súplicas con fuerte clamor y lágrimas al que podía salvarlo de la muerte, y fue escuchado por su reverente sumisión. (Hebreos 5:7)
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kvang21 · 2 months
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Nunca he sido calma, siempre he sido olas del mar, que se rompen y se arman constantemente.
Nunca he sido certeza, mas bien dudas e incentidumbre.
Nunca he sido el volcan dormido, mas bien la lava que arde y se lleva todo a su paso.
Muchos han confundido mi sensibilidad con ingenuidad,
mi silencio con sumisión
porque no saben que conservo mi fuerza para crecer desde adentro.
Aprieto mis puños, y dejo salir mis lagrimas sin que nadie vea, 
y me he lanzado tantas veces al mar que me inunda por dentro que aprendi a flotar en tormentas.
Y asi sin saber, sin nadie imaginar,
soy el volcan en eruccion,
la mariposa que notó que tiene alas,
soy la que doma tormentas...
-Kvang
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2 REYES 5:9-14
Orgullo quebrantado
Las batallas más grandes y difíciles son las que libramos contra nosotros mismos. Derribar nuestro orgullo es algo tan complicado, pero al mismo tiempo, tan necesario. Jesús dijo que nos negáramos a nosotros mismos y le siguiéramos, como un requisito esencial para ser sus discípulos.
Esta batalla contra el orgullo surge de nuestra resistencia a aceptar perspectivas y caminos distintos a los nuestros, mientras que servir a Dios implica precisamente eso: decirle "sí" a él y "no" a nosotros mismos.
Un ejemplo clásico de esta lucha la podemos ver en la historia de Naamán, un comandante del ejército sirio de gran prestigio y honor, que estaba acostumbrado a hacer las cosas a su manera.
Cualquiera pensaría que Naamán tenía la vida de sus sueños, totalmente realizada, famosa y cercana a gente muy poderosa. Sin embargo, Naamán enfrentaba una gran adversidad: tenía lepra, una enfermedad devastadora y estigmatizante en aquel tiempo, que no solo amenazaba su vida, sino que también desafiaba su percepción de sí mismo y su posición en la sociedad.
La historia del pasaje de hoy nos recuerda una verdad profunda: ningún nivel de riqueza, honor o poder humano puede proporcionar un verdadero significado, propósito o salvación. Sólo el Señor Jesucristo puede hacerlo, porque la vida con Jesús es eterna, trae satisfacción y alegría que no está condicionada por las situaciones, sino que está firmemente fundada en la roca que es Cristo.
Esta historia toma un giro cuando Naamán, aconsejado por un niño cautivo en su hogar, busca al profeta Eliseo en Israel para que pueda sanarlo de la lepra. Este niño, a pesar de su corta edad, daba testimonio del poder de Dios. De la misma manera, nosotros también estamos llamados a ser testigos de Cristo y sus maravillosas obras, sin importar nuestras circunstancias, ya sea en la cárcel, en el cautiverio o en el palacio.
Naamán fue llevado ante el profeta, pero su orgullo era tan grande que esperaba un recibimiento acorde a su estatus y por supuesto, un proceso de sanidad grandioso.
¡Eso no sucedió! Eliseo no fue a él. Naamán esperó que el profeta le diera instrucciones para seguir algún ritual específico para ser sanado, pero Eliseo no hizo nada de eso. Al contrario, simplemente le instruyó bañarse siete veces en el río Jordán. Una orden que inicialmente lo enfureció.
Esta experiencia de Naamán nos enseña una lección crucial: Queremos que Dios nos ayude y haga grandes cosas en nuestra vida, pero queremos que las haga a nuestra manera. Y cuando el Señor comienza a actuar, pero no según nuestra voluntad, nos frustramos, nos enfurecemos y nos enojamos con él. Sin embargo, Naamán es un claro ejemplo de por qué esta actitud no funciona.
Durante todo el camino, Naamán imaginó en su mente cómo sería recibido y cómo sería sanado, pero el hecho de que no sucediera como él había imaginado lo frustró.
Tras ser convencido por sus siervos, Naamán aceptó las palabras del profeta, y cumplió las indicaciones al pie de la letra. Milagrosamente se curó de la lepra, y su salud se restauró completamente, tan pura como la de un niño.
Naaman no solo vivió una transformación física sino también una transformación espiritual: su orgullo y autosuficiencia dieron un paso hacia la humildad y la sumisión de la voluntad de Dios.
Hoy, tú y yo, necesitamos conocer al Señor, renunciar a nuestro ego hasta que desaparezca por completo y someterlo al señorío de Cristo para experimentar sus milagros. Desde el momento en que nos sometemos a la voluntad de Dios, él actuará y seremos bendecidos abundantemente.
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sophie-crowley · 28 days
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Spider
La agonía siempre ha sido su confidente. Esa es una auténtica verdad, y es consciente de ello desde que llegó al mundo, como la equivocación de sus progenitores. El patético y acosador pasado no deja de rebobinar, y las descalificaciones dichas ya no se callan, entonces, permanece retraída, dejando que el frío trasnochador sólo sea fluvial sobre ella, y que sus rizos de viveza castaña sean acicalados por las ráfagas.
Observa a la refulgente ciudad, prestando atención a las figurillas ambulantes y las vibraciones que generan, los ecos que rebotan a lo largo de esas inmensas edificaciones, llevando una variedad de aromas para ser un remolino que puede emborracharla. El escenario extendido es resultado de ecuaciones volátiles, marcándose el estupor callejero y escandaloso, y ese juego de luces veloces aparta momentáneamente los horrores despreciables, pero publicados con tinta bermellón. Siente cuántos desvaríos de suave calibre se acumulan allá abajo, nutriéndose en espiral, en una proyección vocal o manual, y eso atribuye más pesadez a su corredor cognitivo. A su propio desvarío.
Exhala, reprimiendo los llantos emergentes con resquebrajado esfuerzo. El nudo se endurece en su garganta, se expande, presiona hasta acercarse a la asfixia. Intentando conservar el control, agarra sus bíceps bajo la denominación desesperada, y amasa sin delicadeza, porque sólo así ella captura una falsa idea de calma, y las plenas dolencias corporales no son importantes en frente de un suceso torturador. Se desliza bruscamente un lamento de sus labios. Se ondula por medio del temblor enganchado a la mandíbula. Puede deducirse su deseo, el cuál lloriquea una idea: ¡Quiero morir!
Dentro del longevo e interminable universo, ella no es indispensable. Así de simple, pero cada falla cometida deposita su pétrea carga sobre su conciencia, y es obligatorio que al menos, se familiarice con lo mustio. Con constantes azotes se halla la capacidad para despedazar la voluntad, y hoy, ha sido una exuberante bofetada, causal de la sumisión en la desesperación.
Intrusivo es un recuerdo. Asalta repentino. Provoca destellos demenciales que bifurcan su visión, y la sacudida adyacente le hace pedir que todo cese y se disuelva en la fosa insondable del olvido. Serpentean las sensaciones sufridas, y algo se retuerce forzoso, devolviendo como una emboscada preparada por duendecillos babeantes de fúnebres desenlaces, el miedo. Las náuseas se desenrollan mientras ella boquea, a punto de soltar el alarido más angustiante que la sepultará. Las náuseas se tornan más fatigantes, sintiendo que los pulmones se acalambran. Una por una, las imágenes exhibidas que recrean el recuerdo intensifican la presión, y caen lágrimas, muchísimas lágrimas, mezclándose con el frío, con el sentir envenenado e incondicional en lo que atañe al pánico ahogado.
Se levanta atolondrada. Su andadura es tan frágil que, luego de dos pasos, su cuerpo cae de bruces, haciendo arder las laceraciones ya moreteadas. ¡Chilla! Aguanta las punzadas que sacuden sus intestinos; cuán abrumador es encontrarse paralizada entre ininterrumpidos jadeos, sabiendo cómo esta tortura proveniente de la mente penada no desaparece los eventos ocurridos, ni disminuye las precipitaciones de maldad. En vano, pero totalmente merecido.
Ella no quiere levantarse. No quiere continuar. No quiere más responsabilidades ni más juramentos baratos. No quiere (puede) representar este emblema de estoicidad e inquebrantable honradez. No quiere aparentar. No quiere aparentar algo que jamás ha sido, y no será jamás. No quiere (puede) luchar. No quiere levantarse. No quiere abrir los ojos. No quiere despertar. ¡No quiere! ¡No quiere!
Replegándose sobre sí misma, los crujidos óseos acompañan la rítmica doliente. Es como un ovillo arrojado al vertedero; sólo hay espasmos, secas sacudidas cubriendo su cuerpo, indicativas de su agónica alma, y la tibieza destartalada de los torrentes sanguíneos se esparce a un apresuramiento alarmante. Cierra los ojos, esmerándose en quedar zambullida en gasas de nula claridad, sometiéndose a desilusiones desconsoladas, retorciéndose sobre lamentaciones al borde del deceso mental. Cierra los ojos, suplicando por una migaja de clemencia. Tragar es amargo, el destilado de dulzor metálico ya obstruye su garganta y su exhalar pareciera ser el último.
¿Tú sabías que... ? Su madre la odiaba. Su hermano murió odiándola. Su padre no estaba lo suficientemente interesado para siquiera odiarla. ¡Su verdadero padre se regocijaba por el odio que Mikaela O'Hara profesaba a Mikaela O'Hara! ¡Maldito y estúpido mundo! ¡Ella sigue odiándose!
Y comienza a recordar.
La polvareda se mecía en suspenso, fichando una escenografía letárgica. La destrucción sembrada iba desfilando entre rimas hondamente penumbrosas, sus retoños asolaron las partes constituyentes de la avenida, dejando a los espectadores del momento un regalo que profetiza el epílogo de la existencia terrenal. El silencio dialogaba . De hecho, era un soliloquio, irónicamente ruidoso, trillado, aunque lo suficiente espantoso para petrificarlos. La conmoción había resecado el reposo, y a ella se le revolvía el estómago, e intentaba no soltar a la muchachita que se asemejaba a una marioneta arrebatada de su marionetista. Dificultaba entender lo sucedido. No, dificultaba negar lo sucedido, y creer en la acuarela escarlata escurriéndose en sus manos, espesa y aplastante. Creía que su audición fallaba, que el pitido en su oído había ensordecido su captación del mundo, pero en realidad no escuchaba respiración alguna, más que la suya.
A esa niña... Quiso confortarla. Le aseguró su bienestar y supervivencia. Prometió salvarla. ¡Lo prometió! Su disposición a cumplir acrecentó una insolente confianza que implicó ser un tiro por la culata. Su equivocación. Tenía presente una mirada llorosa, pero esperanzada, y luego únicamente se reflejaba el vacío naciente de la parca, saludando desde una espiración desvanecida. Con manos manchadas, sostenía su rostro embarrado y cadavérico, y sufrió el cómo se consumía esta vida, partiéndose en brasas arrojadas al viento. Ella es tan culpable como el asesino, ¿no es así?
Despierta. El recuerdo mudó al ámbito onírico, sesgando las limitaciones de la insanidad. Prácticamente brinca, sacudiéndose hacia atrás, como si la plaga hubiese escupido secreciones ácidas que están penetrando su piel. Grita angustiada. Comienza a desesperarse. La corriente de pánico la empuja, la oprime, mientras el alarido muestra su desamparado declive hacia una psique quebrada e irremediable. Está tratando de quitar la caricia del fantasma del pasado golpeando su cara, rasguñando sus mejillas, forzando su empeño en aplastar esa cabeza tan inservible para callar el recordatorio de la cruel realidad y darse una ensoñación de paz, incluso si ello implica ya no despertar.
No se percata de las pisadas acercándose. No percibe la presencia que marcha presurosa. Se diría que ella enloquece más cuando el recién llegado sujeta sus antebrazos; aunque es palpable su honrada intención, aquello de procedencia ajena es peligroso y ahora ella es susceptible a ser vulnerada que, se retuerce como oposición y defensa. Comportándose cuál criatura salvaje, queda enceguecida por los destellos de la barbarie, patalea, articula chillidos, experimenta un subidón que la hunde en el aturdimiento. Su nombre pronunciado cae en la ignorancia.
一¡Mikaela! ¡Mikaela! ¡Mikaela, soy yo! ¡Soy yo!
一¡¡No!! ¡¡No!!
一Por favor, mírame, ¡soy Kaine!
Una fugaz mirada para vislumbrar la máscara, ajetreada y polvorienta. Una fugaz mirada para vislumbrar la máscara desgarrada. La lentilla quebrada deja en exposición un semblante exhausto, al que le fue removida la juventud tras encarar la volatilidad de la vida. Los parches de piel punzan una curación intrigante, habiendo trazos de una previa transfiguración que es característica por su arrebatamiento espantoso. Halla la lucidez suficiente para reconocer a esta araña, como también al nexo compartido que está repleto de capítulos preciados en el que, ambos son protagonistas. Aprovecha el desazón aletargado. Es la familiaridad la que le susurra, en tanto lo evalúa, preguntándose por qué parece que él ha sobrevivido a duras penas a un exterminio, preguntándose por qué está aquí (con ella), preguntándose por qué continúa preocupándose a pesar de todo, y es así que se desbloquea otra lobreguez, difundiendo la apnea en medio de calambres súbitos y lacerantes.
Vomita bilis, menguando presión, pero tales sustancias estomacales se desparraman con grumos viscosos y entintados de saturación purpúrea. Saborea su propia mucosidad que embetuna su paladar, mostrándose acerbas las consecuentes arcadas. Se induce la rigidez en sus huesos falanges, y desenfunda las garras retráctiles, mientras las paredes de la garganta se tornan angostas, ciñéndose a tirones. Abruptamente su visión se disipa, y ocurre que el ánimo esperanzador simplemente renuncia, y ella desfallece en el sepulcro de los suspiros. Todo es consumido por salpicaduras nebulosas, por el avasallante maremoto de remembranza que disuelve con impresiones de la infancia su perseverancia. Busca borrarla. Rendirse y desaparecer son sus opciones, mejor dicho, son sus acontecimientos predestinados. Mikaela O’Hara pierde su vitalidad, se pierde a sí misma a lo largo del aborrecimiento aglomerado.
Ella simplemente cae.
Kaine Parker actúa de inmediato como su soporte. Es prioridad ser gentil al sostenerla. Sus cuerdas vocales producen un gimoteo tembloroso, debiendo experimentar en plenitud el contacto corporal que expone sin contención las sádicas heridas, las responsables primarias del desarrollo necrótico. Está dubitativo sobre cómo atenderla, y eso incrementa su angustia, asimismo, trastorna su respiración y sus pensamientos poco civilizados, arrastrándolo hacia el precipicio del razonamiento disfuncional. Encontrando la obsesión vengativa. Se aferra a ella, puesto que, le invade la culpabilidad, y desea profundamente que esto sólo sea una pesadilla más de su inherente perturbación.
Enciende el comunicador que trae consigo.
一Aquí, Flipside. Necesito asistencia médica para Spider-Woman. Es cuestión de vida o muerte 一habla. El mensaje tiene la vacuidad estampada en cada palabra, disimulando su nerviosismo rabioso.
Espera que el receptor no reclame, y acepte esa concisión lo bastante cristalina para proceder con su petición. Suspirando abatido, la mece de forma cuidadosa, y al mismo tiempo, Kaine Parker denigra severamente a Kaine Parker por su ineptitud, por la negligencia que cometió, ¡porque si él hubiese… ! Contorsiona su boca. Mira esos rizos sedosos, decide acariciarlos, en un intento de no sucumbir ante el estímulo aversivo que pueda nublar su cordura. Las gesticulaciones faciales son destellos preventivos de aquello que se propone a emerger debido al conflicto emocional, y él lo reprime (aunque es tentador soltarlo), sintiéndose como la peor escoria que ha existido, consciente de que esta vez no podrá enmendar nada, y de cómo la hambruna carcome su estómago hasta tomar mayor trascendencia que, comienza a fijarse una temple voluble en cuanto a sus ideas. ¡Dios, él es tan patético! ¡¿Es tentador soltarlo?! ¡Los masacraría sin vacilar! Lo haría, si no fuese por el remordimiento... ¿Remordimiento? Debería sellar sus labios, dado que ha empezado a hiperventilar, y alguna intervención penitente parece estrujar el borde de sus pulmones, derrumbándose en un aislamiento ansioso.
Recibe información: Iron-Rescue marcha (vuela) hacia su ubicación. Le gustaría dar las gracias, sin embargo, él chista irritado. ¿Por qué? Porque si lo medita concienzudamente, ¿él podría hacerlo a su manera?, ¡a que sí! Al parecer, es una sabia decisión permitir que sus cavilaciones sean reguladas por esa fiera perspectiva que muy a menudo, le persuade de responder únicamente con violencia.
¿Tú sabías qué… ? Él cometió crímenes de canibalismo. No es inocente, mucho menos un héroe. Lo que ha ingerido no funciona para personificar el altruismo esperado. Siendo así, es coherente a su perversa identidad anteponer sus antojos. Aun si es su obligación, es fastidioso cumplir con la moralidad impuesta, ¡no puede ir en contra de su naturaleza! Como el causante de lo acontecido, y luego de esclarecer esa mente suya, solo degusta enorgullecimiento e hilaridad.
Abraza osadamente a Mikaela O’Hara. Lo ha decido: nadie la apartará de su lado. Nadie ni nada. Bisbisea risitas en grado barítono, y sus orbes muestran un anhelo que contienen los cazadores al “enamorarse” de sus presas, añadiendo pinceladas fogosas, lo cual implica un pronóstico ominoso, uno que atiende las enseñanzas subjetivas. Cuando él se yergue, se asoma el contorno de dos quelíceros a punto de desfigurarle el maxilar superior, y sacando rechinidos ensalivados. Por lo visto, el perfume metálico está inquietando su cuerpo de formas adversas al sentido púdico. ¡Santo cielo! Le pone en éxtasis visualizar esa escenografía confortable, donde habitará su linaje entre tejidos impenetrables, entre estructuras que ululen con la brisa noctámbula, ¡y estarán a salvo!
Danza con el cuerpo durmiente de Mikaela O’Hara. La gelidez transferida se siente enternecedora, ¡se vigoriza mucho más su motivación de poseerla completamente!, gradualmente, parte por parte. Carcajea eufórico y estruendoso. Baraja unas cuantas risotadas, suponiendo su equivalencia con el clamor desfasado que grilla desde su garganta. Toma el cometido de desentrañar la filia reverberante, y usarla con devoción, pues, cueste lo que cueste, su finalidad es defenderla, tanto como preservarla a toda costa. Pensando en ello, cual compulsivo desahuciado, quien rechaza ser algún lunático de poca monta, se retira con su trofeo. Kaine Parker terminará lo que inició.
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nolmuqta · 9 months
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hay pocas cosas por las que decido todos los días salir a la vida, en realidad no soy una persona valiente, tengo mucho miedo, muchísimo, me cuesta trabajo expresar mis emociones y suelo cerrarme por completo ante ellas, creo murallas entre las personas que parecen tener interés en la persona que soy y mi corazón, me asusta que si les permito cruzar mis fortalezas, me derriben por completo y acaben con lo qué tanto tiempo me ha costado sostener. para mí, la salida de escape siempre es el aislamiento, de manera extrema; me aíslo incluso de mi realidad, por eso creo mundos, amores, momentos, viajes y sueños que tienen vida abundante en mis letras, me gustaría vivir en ellos, o al menos hacerlos durar más tiempo del que se me disponen. siempre he sido sumamente sensible, llorar es un hábito muy común para mí, lo curioso es que no me es permitido hacerlo a menudo, lo que explica la razón por la que me la vivo aislada en mi pieza; me gusta llorar, me gusta poder hacerlo porque siempre se sintió como un pecado, un crimen que cometía contra mis papás, mis abuelos, mis hermanas, mis docentes, las personas que amé, gente de la cual no recuerdo su nombre, que por alguna razón con todos los demás sentían que si lloraba les estaba arruinando algo en ellos. solía decirle a una persona que me parecía absurdo ser tu propio verdugo, ahora pienso que no hay nadie peor para castigarte que tu mismo, yo lo hago a menudo, soy culpable de mis actos, y los actos que otros cometieron, y los que indirectamente me involucraron, e incluso de los que no soy parte pero están a mi alrededor, suena indignante, pero ya no sé si por los demás o por mí, o por ahí si sé pero eso, aún no soy valiente para enfrentar a quemarropa mucho de lo que no merezco que se abalanza sobre mi cuerpo; la sumisión es el peor de los hábitos impuestos, suena a un cliché, pero en realidad es una mierda, las personas merecemos ser tratadas dignamente y aún así nos educan bajo la cultura de la sumisión como un acto de obediencia, incluso si esto te sobaja y pisotea; la primera vez que respondí en casa vi la cara de mi mamá, le aterraba, y no, no me sentí orgullosa por sencillamente exigirle un trato digno, al contrario, me dio miedo, me juzgué, cuestioné y enfadé conmigo misma y lloré amargamente por ser tan mala mujer. no suelo hablar esto con nadie, en realidad no lo hablo, pienso mucho en ello y nunca estoy a gusto, hay mil cosas por las que podría haberme empastillado de mejor forma y con más dedicación la última vez, pero si, todo se reduce al miedo, un miedo que me estancó en una horrible pausa que no me permite sentirme satisfecha ni con la vida que llevo ni con la idea de terminar con ella, supongo que por ello siempre digo que soy un amuleto de la mala suerte
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xochiquetza3autora · 2 months
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Conocí al Amo de mis hijas en un bar, estaba celebrando algo con amigos. Me acerque a él enojada y le cuestione por su relación con mis chicas, me dio unos tragos para explicarme sobre el placer de la sumisión. Una cosa llevó a la otra, y terminé dejándole tomarme una foto a mí, su nueva esclava, después de una noche de tener sexo como un infierno. Todo es posible en este mundo...
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