Tumgik
#café de la tarde
faycb · 1 year
Text
Tumblr media
14 notes · View notes
transvampireboyfriend · 6 months
Text
YOU GUYS ONLY HAVE COFFEE IN THE MORNING???!??????!!!!???
11 notes · View notes
Text
Tumblr media Tumblr media
🤍 21 de octubre 2023. 18:40 de la tarde.
3 notes · View notes
Text
segundo café del día, habrá consecuencias que no estoy seguro de estar preparado para asumir
0 notes
artistdinzel · 2 years
Text
Tumblr media
0 notes
only-girlss · 2 months
Note
Me encanta lo que haces por favor necesito no, TE RUEGO por algo con pipe. Necesito algo donde el sea dominante y mejor si está celoso🙏🏻🙏🏻🙏🏻
Tumblr media
Felipe Otaño - Jealous.
Fem! Reader
☆`~Advertencias: Smut. Sexo sin protección. Celos. Enemies to lovers.
Tumblr media
- Entonces ¿Ustedes siempre se llevaron mal? Contame ¿Cómo es la cosa? Preguntó el entrevistador.
Esta no era una entrevista importante, era algo casual, pero aún así sabias que iban a preguntar eso.
Siempre lo hacen.
Básicamente, durante la grabación del estreno de La sociedad de la nieve, hubo una noticia que causó revuelo:
La enemistad entre vos y Pipe.
Nadie conocía bien la razón, la mayoría sabía que no se llevaban bien porque siempre se miraban mal, o por la cantidad de comentarios e indirectas que se tiraban por Twitter. Pero la razón en especifica no se conocía, nadie sabía cuál era. Nisiquiera ustedes.
Hubo muchas teorías por parte de los fans, tales como que vos lo habías rechazado, o al revés. Otros decían que era porque se conocían de antes y hubieron líos anteriores. Y otros ya llegaban al punto de decir que habías estado embarazada de él y lo tuviste que abortar. Puras estupideces.
Así de lejos estaban.
Si lo pensabas bien, capaz que todo empezó cuando lo viste entrar al casting, siempre tan feliz y despreocupado.
Y lo envidiabas. Vos en ese momento no dabas más del estrés y nervios, y te molestaba tanto ver a alguien tan relajado.
O tal vez fue cuando estabas con Matías fumando (cosa que no se podía) y los delató a los dos.
O cuándo en la playa destruyó todos tus castillos de arena con la pelota de fútbol.
O cuándo llevó a su perro al departamento qué compartías con Matías (tu mejor amigo) Y se meó en tu cama. El perro, Pipe no.
O también cuando volcó su café sobre tu blusa nueva dos minutos antes de una reunión.
O pudo ser uno día de los primeros de rodaje, en el cuál estuviste realmente alterada y te enojabas por todo, cosa de verdad frustrante. Ya te habías largado a llorar más de 3 veces frente a todos.
Y cuando te acercás para charlar con Fran, te das cuenta que estaba él. Y justito lo escuchás a Felipe diciendo "seguramente está así de histérica porque está indispuesta o porque el novio no se la garchó bien".
Si, definitivamente en ese momento se pudrió fuerte entre ustedes dos. Después de escuchar esas palabras salir de su boca, le diste una buena cachetada.
Desde entonces todo entre ustedes fueron peleas y discusiones.
Claramente todos los demás del cast estaban hartos de eso, y no se trataba de elegir equipos, así que siguieron saliendo todos juntos. No importa lo mal que se llevaran.
Volviendo al presente, la entrevista se había terminado. Estabas yendo para tu departamento y mientras conducías llegó un mensaje de Matías:
"Nena, vení que estamos todos, hay una re pileta y música" Y al lado del mensaje te mandaba la dirección.
Llegaste rápido y te cambiaste, poniéndote un bikini negro sin dejar casi nada a la imaginación. Arriba te dejaste así, y para la parte de abajo de ataste un pañuelo. No tenias mucho tiempo así que saliste enseguida.
Cuando llegaste no lo creías. Matias te había dicho "pileta" y te imaginaste la pelopincho, pero nada que ver.
Era una casa enorme, llena de ventanales, y afuera había una piscina grandota. Muy bonita. Lo que te sorprendió, además de esto, fue que no solo estaban las personas con las que solías salir del cast, había mucha gente más a la que no conocías. Muchas chicas por acá y allá, también varios grupos de chicos.
Eran las 4 de la tarde, y el sol pegaba desde arriba. No te quedaba otra que entrar.
Apenas pasaste, Matías te vio y fue con vos. Enseguida se saludaron y te llevó con los demás. Te animaste al ver que Felipe no estaba ahí.
Cuando Fran vio tu cara de felicidad, solo dijo - En realidad si vino, está allá. Y lo señaló.
Estaba solo con la malla, hablando con una rubia, cagandose de risa.
Tu ceño se frunció rápidamente. Odiabas que la gente se ría con él, en especial chicas. Sentías que estas podían buscar algo mejor, alguien más. Creías que si se reían, él iba a creer que era gracioso.
Te desgustaba la idea de que a los demás le caiga bien, querías que todos noten lo básico, aburrido, tarado, pajero, agrandado qué era. "También es bastante lindo" pensaste. QUE, ¿¿Por qué pensaste eso??
No lo ibas a negar, la primera vez que lo viste te llamo la atención. Sus ojos tan llamativos, su sonrisa, el gran tamaño de su cuerpo en comparación al tuyo, su voz... Pero cada pizca de esa atracción que sentiste desapareció cuando abrió la boca. Era tan molesto.
Matias afirmó que te caía mal por el hecho de que vos, al ser tan aplicada, correcta, organizada, y atenta, no aguantabas que a alguien tan distraído, desordenado y despreocupado le vaya igual de bien.
Capaz tenía razón...
Capaz.
-Ey, ¿Estas viva?
-Uh, perdón. Dijiste volviendo a la tierra.
Te diste la vuelta buscando al portador de la pregunta, y te sorprendiste cuando viste que no era alguien a quien conocías.
- ¿Puedo ayudarte en algo? Preguntaste.
- Estaba con unos amigos y no pude evitar notar lo hermosa que sos ¿Me permitís un trago?
Intentaste ocultar una tonta sonrisita y asentiste.
Fueron a la barra y te pediste un mojito. Estuvieron hablando con el chico un largo rato hasta que te disculpaste para ir al baño.
Entraste a la casa, sonriendo tontamente. El joven había sido buen compañero.
Centrada en tus pensamientos, no notaste que en la puerta del baño estaba Felipe.
- ¿Qué haces acá? Preguntaste irritada.
- Y lo mismo que vos, pero hay que esperar, hay alguien adentro. Respondió obvio.
Hubo un silencio incomodo.
- Yyy ¿Cómo te fue con la rubia esa?
- ¿Celosa? Preguntó con una sonrisa tirando de sus labios.
- Si claro, dejate de joder.
Silencio de nuevo... '¿Cuanto puede tardar alguien en el baño?' Pensaste.
- ¿Vos la pasaste bien con el flaco ese?
- La verdad es que si, es muy gracioso, y más a la noche me quiere llevar a su casa. Sonreíste presumiendo.
De repente, Pipe se puso serio.
- No vas a ir.
- ¿Eh? No te pedí permiso.
- Y yo te dije que no vas, punto.
Estabas enojadisima ¿Por qué iba a elegir él lo que vos hacías?
- Dame una razón por la que te tengo que hacer caso. Dijiste acercándote desafiante.
- Porque el no te gusta, ni vos a él, te quiere coger nomas.
- Aver pará, primero ¿Vos como sabes que no me gusta? Segundo, nisiquiera lo conoces. Además ¿En que te afectaría a vos?
Estabas muy confundida, y Felipe te había hecho sentir mal. Como siempre. Bajaste la mirada.
- No quiero que alguien te use y te tire como si fueras prostituta. Además es horrendo, arruinaría tu imagen. Y también escuché que tuvo algo con su prima ¿Enserio saldrías con esa clase de enfermo? Por favor... Había empezado a tirar cosas por tirar. Hablando rápido y trabandose.
Subiste la cabeza, 'creo que ya sé que te pasa pipete'.
- A mi me encantaría qué me trate como "puta" , además miralo, es feo de cara nomas pero tiene buen cuerpo. Si quisiera que alguien me trate como prostituta, sería él. Dijiste exagerando a propósito.
Felipe te miró, su mirada mostraba más enojo del que le hayas visto en tu vida.
- ¿Así que sos una putita? Se acercó.
- Lo sería para él. Te acercás.
Y eso fue todo, Felipe te agarró del cuello y unió sus labios. Estaba enojado, enojadisimo. Siempre te había imaginado decir algo asi, pero refiriéndote a él, no a alguien más. Y menos un flacucho cualquiera.
El beso fue desesperado, furioso. Los dos tenían bronca y sabían bien como desquitarse.
Enseguida la persona que estaba en el baño salió, y ambos entraron rápidamente.
Una vez dentro, Pipe se separó para poner traba a la puerta. Te miró como si fueras el mejor plato de comida del mundo.
No duraron mucho separados, enseguida se volvieron a comer. Con lengua y baba de por medio. Él te agarraba del cuello con una mano y vos tironeabas mechones de su cabello. Ambos jadeaban como locos.
Te subió a lavabo y agarró fuerte tus piernas, seguramente dejando marcas. Te sacó la parte de arriba del bikini.
Y casi se corrió con la vista.
Te había imaginado desnuda más veces de las que admitiria, pero no se comparaba con la realidad de tus voluntuosas tetas bronceada.
Enseguida acercó sus labios a tus pechos, varíando entre ellos. Vos solo podías intentar no gemir y agarrarle fuerte el pelo.
- Felipe, por Dios. Intentaste decir lo más bajito posible.
- ¿Qué pasa hermosa? ¿Necesitas algo?
Si, si lo necesitabas. Necesitabas que te cogiera hasta no sentir las piernas. Pero no lo podías admitir, no podías bajar así la guardia.
Así que lo único que pudiste hacer fue obligarlo a besar tus labios, y así tener alcance a su pija. La cuál estaba tan dura qué le dolía. La acariciaste por arriba de la malla, y poco a poco la fuiste bajando.
Lo dejaste tal como Dios lo había traído al mundo. Fue un orgasmo visual verlo.
Le comenzaste a hacer una paja, y el tuvo que meter su cabeza entre el pliegue de tu cuello para no gemir. Repartió besos por la zona.
Lo querías desesperar, querías que el lo pida.
Y como si te leyera los pensamientos, soltó:
- Necesito estar adentro tuyo, ya.
No era ni pregunta ni oferta, era demanda.
Enseguida te bajo la parte de abajo, el pañuelo se había caído hace ya mucho.
Fue entonces cuando vio tus pliegues empapados, solo pudo desear meter la cabeza ahí y dejarla toda la vida.
Pero al entender que estaban en un baño, junto a muchas personas, entre ellas sus amigos, mejor se aguantó.
- Para la próxima. Dijo mirando directamente a tu raja, le hablaba más a ella que a vos.
- ¿Qué te asegura que va a haber próxima?Dijiste amenazante.
- Creeme que cuando te coja tan bien como lo estoy por hacer, no vas a querer ir con nadie más que conmigo.
Y mientras lo decía te penetró.
Estabas apretada, demasiado. Pensó que no iba a durar más de dos empujones. Pero se contuvo para no parecer muy precoz.
Vos estabas en otro mundo, con la cabeza tirada para atrás, lo ojos cerrados y la boca abierta. Los dedos de tus pies se fruncian por el placer.
Él tenía razón, nadie te iba a coger así nunca más.
Mientras empujaba rápido y fuerte, te agarró del cuello y empezó otra guerra entre sus bocas.
Y con la otra mano, empezó a hacer pequeños círculos en tu clitoris. Haciendo que rápidamente te acerques a tu cima. Te apretaste fuertemente y dejaste pequeños espasmos. Él sabía que estabas cerca.
- ¿Te vas a correr por toda mi pija? Te encanta esto ¿no? Estoy más que seguro que ni te acordás del nombre de aquel chico ahora. Y mejor, porque no pienso parar hasta que solo recuerdes el mio. Su cara roja, llena de sudor, el cabello despeinado gracias a vos. Era puro sexo.
- Felipe, estoy muy cerca. Dijiste casi chillando. Las lágrimas estaban apareciendo en tus ojos.
- Solo sos mi putita, de nadie más, ¿Entendiste, pendeja de mierda? Sos una sucia, te encanta pelear y gritar, todo el tiempo diciendo cuanto me odias, y mirate: Toda entregada para mí.
Eso fue todo.
Te corriste y al mismo tiempo, cuando sintió como lo apretabas hasta exprimirlo, se corrió adentro tuyo.
Descansó su frente contra la tuya, buscando igualar su respiración.
- Wow...
- Si.
Por primera vez te daba la razón en algo
Xoxo - Emma.
342 notes · View notes
fragmentos-literarixs · 6 months
Text
Tú lo amas, sabes bien que lo amas y que desearías hacer una vida junto a él, compartiendo tazas de café, tardes de lectura, saliendo a algún museo y disfrutarlo porque ambos tienen muchas cosas en común; pero todo queda suspendido en un lindo sueño, porque en la realidad todo es oscuro, y por más que luchas para que eso funcione, y por más que le demuestres a él que tú puedes ser la indicada para compartir una vida juntos, nada será suficiente...
Así que lloras una y otra vez, mientras ves como él es fuerte y sigue su vida, mientras tú te hundes en el dolor de un corazón roto. Intentas seguir adelante, salir con amigos, tener citas, pero su rostro y su linda sonrisa son tu pesadilla en todas las noches.
Después tus amigos te recuerdan que eres hermosa, que vales mucho y que mereces a alguien mejor, pero tú sólo piensas en tu cabeza que, incluso si no es el mejor amor, es todo lo que necesitas para poder respirar; así que solo asientes mientras finjes que les das la razón.
Hasta que un día tu corazón no soporta más, y tu mente te dice que se ha vuelto demasiado tóxico y destructivo, luego te advierte que si sigues ahí caerás en la nube de la depresión, porque aunque crees que te hace bien, la realidad es que te está matando lentamente.
Así que a pasos temblorosos y con la ansiedad a mil porque sabes que estás a punto de dejar a las persona que amas con locura, te vas, y aunque tus sentimientos te griten que regreses, con lágrimas en los ojos los ignoras y decides no volver a mirar atrás.
Definitivamente, el amor puede ser algo hermoso, mágico y surrealista, pero también puede ser terriblemente destructivo.
Euphoria.
247 notes · View notes
Text
Tumblr media
Me gustan las tardes
de domingos
con sabor a familia.
Me gusta la cama
recién vestida
con ropa limpia.
Me gusta el olor
de la mañana
que asoma fresca
por la ventana.
Me gusta el color rojizo
del cielo justo antes
de la puesta del sol.
Me gustan los últimos
cinco minutos
de una larga jornada
de trabajo.
Me gusta el cansancio
que descansa relajado
después del ejercicio.
Me gusta el vapor
en el espejo
después de una ducha.
Me gusta el día
antes de un viaje,
y el viaje
antes del destino.
Sí, me gustan las esperan
que anticipan la felicidad.
Me gusta también
el calor de un día de invierno
al abrir la puerta de casa.
Me gusta ver llover
con un recuerdo sin paraguas.
Me gusta el olor a café,
si, como me gusta.
Me gustan los dulces
recién horneados.
Me gusta la cara
de un niño sorprendido.
Me gustan las noches
de verano frente al mar.
Me gusta la luz
de una vela al cenar.
Me gusta saber
lo que no se puede explicar.
Me gusta, y mucho,
sentir lo que los demás
te cuentan sin hablar.
Me gusta hablar
en voz baja
cuando hay silencio.
Me gusta, si,
como me gusta,
cuando las palabras
tocan el alma.
Me gusta el instante
antes de que venza
el sueño.
Y más aún,
me gusta un sueño,
cuando vence al instante.
Son tantas las cosas
que me gustan.
Y aun así,
de todo lo que me gusta,
lo que más me gusta,
eres tú.
123 notes · View notes
deepinsideyourbeing · 15 days
Text
(Hit me like a) Ray of Sun - Esteban Kukuriczka
Tumblr media Tumblr media
+18! fluff & smut. Dom!Esteban, begging, creampie, dacrifilia, (alusión a) overstimulation, sexo sin protección, edades no especificadas. Uso de español rioplatense.
Conociste a Esteban un día de lluvia.
La tormenta te sorprendió en medio de un paseo y el refugio más cercano que encontraste fue un café. Te acomodaste sobre la barra cercana a la ventana y decidiste perderte por completo en las páginas de tu libro favorito mientras disfrutabas de un tazón de café y algunos dulces, muy de vez en cuando observando el paisaje que se desplegaba al otro lado del cristal.
El ruido de la puerta principal te distrajo por unos segundos, pero más lo hizo el silencio repentino seguido de murmullos por parte de varias personas en las otras mesas. Cuando levantaste la vista identificaste el motivo: el recién llegado estaba empapado de pies a cabeza y su cabello goteaba sobre los hombros del impermeable aparentemente inservible que llevaba puesto.
Le restaste importancia y regresaste tu atención al libro entre tus manos, decidida a terminar el capítulo. Un par de párrafos más tarde una voz desconocida habló a tus espaldas y al voltear te encontraste con un rostro salpicado con pecas y gotas de lluvia, los mechones rubios le caían sobre los ojos y sonreía de manera tímida.
-¿Te molesta si me siento...?
-No, por favor- le devolviste la sonrisa y te disponías a continuar con tu lectura, pero su presencia te resultaba magnética e intrigante, toda una distracción: miraste de reojo cómo vaciaba despreocupadamente el contenido de sus bolsillos sobre la barra.
-Cómo llueve, ¿no? Me parece que no vamos a poder salir de acá.
Normalmente las interacciones triviales con desconocidos no eran de tu agrado, pero su comentario te hizo reír con facilidad y la suavidad en su voz resultaba más que agradable. Cerraste tu libro y la forma en que su mirada te recorrió te hizo temblar: un gesto fugaz, casi imperceptible, pero suficiente para convencerte de que había en él algo más, algo muchísimo más profundo de lo que su exterior dejaba ver.
-A mí me parece que no te conviene volver a salir…
Soltó una risa encantadora.
-Salí de casa así no más, tuve que comprar esto en el camino pero… bueno, mucho no me sirvió- explicó, señalando el impermeable con cierta resignación-. ¿Y vos? ¿Por qué saliste con esta tormenta?
-Salí a dar un paseo, no sabía que iba a llover.
-Entonces estamos en la misma- dio un sorbo a su café y arrugó la nariz. Notaste cómo sus ojos se desviaron hacia tu libro cuando se estiró para tomar el azúcar, pero si reconoció el título o al autor no lo demostró-. ¿Está interesante la lectura?
Sin siquiera pensarlo, contestaste:
-Estaba.
El rubor en sus mejillas no tardó en hacerse ver una vez que comprendió el significado de tu respuesta. Te dirigió una sonrisa tímida antes de voltear, concentrándose en endulzar su bebida y mordiéndose el labio para ocultar cuán afectado se sentía por tu sutil confesión, suponiendo por la expresión de mortificación en tu rostro que había sido completamente involuntaria. Reacio a permitir que te arrepintieras o te disculparas, extendió su mano en tu dirección.
-Esteban- se presentó-. Pero me dicen Kuku.
-¿Kuku?- preguntaste intrigada. Ofreció una breve explicación y te observó con atención mientras repetías su apellido un par de veces, como si saborearas las sílabas entre tus labios.
-Así, perfecto…
El resto de la tarde transcurrió de manera lenta, ambos acompañados por el repiqueteo de la lluvia en la ventana y sus respectivas bebidas calientes, y la conversación que mantuvieron estuvo centrada en todo y nada a la vez. Esteban dejó de ser un enigma rápidamente porque descubriste que era la persona más dulce y tierna que pudiste haber conocido. Al hablar sus manos se movían por cuenta propia, acentuaba sus palabras inclinando la cabeza o encogiendo los hombros, y sus ojos reflejaban la abstracción en sus pensamientos antes de dar una respuesta.
Abandonaron el lugar un tanto avergonzados luego de que un empleado se acercara para advertirles que estaban por cerrar. Ambos permanecieron de pie en la acera, alguna que otra gota aún cayendo y el silencio evidenciando la comodidad y familiaridad que habían logrado en tan sólo unas pocas horas, pero también obligándolos a tomar una decisión respecto a la situación.
-¿Te puedo pedir tu número?- preguntó de manera atropellada.
Suspiraste. Internamente gritabas de la emoción.
-Obvio. 
Las primeras citas, también en días lluviosos, tuvieron lugar en el mismo café. Pronto se volvió habitual que te esperara en la entrada: te recibía con un beso en la mejilla y acariciaba tu brazo de manera sutil, abría la puerta para permitirte entrar primero -su mano siempre dirigiéndose hacia tu cintura pero sin tocarte- y movía tu silla para que tomaras asiento cómodamente. Preguntaba qué querías incluso luego de saber que tu pedido era siempre el mismo, ordenaba por ambos y cuando llegaba la hora de pagar se rehusaba de la manera más educada a aceptar tu dinero.
Con el pasar de las semanas comprendiste que Esteban tenía intenciones enteramente puras. Su ser desbordaba sensibilidad y dulzura, se mostraba comprensivo y más que respetuoso, no era de extrañar que su comportamiento fuera siempre el correcto. Intentaste encontrarle defectos, tan acostumbrada a decepcionarte de las personas, pero lo único que se te ocurrió fue lo exigente que era consigo mismo, algo que sabías él era capaz de gestionar.
La primera vez que te invitó a verlo actuar le llevaste un ramo de flores y una tarjeta. Cuando la obra terminó te encontró entre el público y se sorprendió al ver los obsequios, confesando en ese momento –mientras acercaba su rostro al ramo, perdiéndose por un segundo en el aroma de los jazmines y las rosas blancas- que jamás había recibido flores luego de una presentación.
-Un crimen- comentaste, haciéndolo reír-. ¿Te parece si te invito a cenar?
Esa misma noche, paseando por las calles de San Telmo, Esteban te besó por primera vez. En sus labios cálidos y suaves podías percibir el sabor del vino que compartieron durante la cena, pero también un deje del chocolate amargo que incluía el postre. Rompió el beso cuando ambos estaban por quedarse sin aire y su mano permaneció en tu mejilla, su dedo meñique rozando tu cuello y percibiendo tu pulso.     
Podías jurar que sus ojos seguían reflejando la llama de la vela sobre la mesa y sus pecas aún parecían estar iluminadas por la misma. Los destellos rubios de su cabello brillaban bajo la luna… o debido a la luz del farol a sus espaldas, la cual le confería un aura casi angelical.
Y es que Esteban es un ángel, aunque en este preciso momento parezca todo lo contrario.
Su brazo se cierra sobre tu cuello para inmovilizarte contra su pecho mientras su mano ocupa su habitual lugar entre tus piernas, sus dedos recorriendo tus pliegues húmedos y rozando la piel que rodea tu entrada, sensible como resultado del incesante asalto por parte de su miembro.
Te aferrás a su brazo para no repetir el error de apartar su mano pero es inútil, la combinación con el movimiento repetitivo de sus caderas te supera. Intentás cerrar tus piernas para limitar sus movimientos, el interior de tus muslos aún ardiendo por el prolongado contacto previo con su incipiente barba, y ante esto no duda en pellizcar tu clítoris con fuerza.
Observa tu perfil con atención: el rastro húmedo que las lágrimas dejaron en tu piel, tus labios enrojecidos por la fuerza que empleás al morderlos y tus pestañas brillantes batiéndose cuando cerrás los ojos. Gritás, suplicás y llorás sin coherencia alguna, pero poco le importa lo que salga de tu boca si no es una palabra de seguridad o su nombre.
-No…- tu voz tiembla al igual o más que tu cuerpo-. No puedo.
-Sí, podés- dice entre dientes.
Sollozás al oír sus palabras. Eso dijo la última vez. Y la anterior. Y...
El cambio brusco en su tempo te hace gemir con fuerza, tu cuerpo se relaja sobre el suyo y sus labios sonríen contra tu piel cuando observa tu expresión de frustración dar paso a una reacción de reposo. Tu respiración vuelve a la normalidad pero sabe que si sus dedos rozaran tu cuello aún sentiría tu pulso descontrolado.
La tensión en tus músculos desaparece casi por completo y el alivio ante sus movimientos lentos, casi imperceptibles, es instantáneo... pero efímero. Otro grito amenaza con dejarte sin voz cuando retoma el ritmo previo y la fuerza de sus acciones envolviéndote provoca que tus pechos se muevan de manera casi dolorosa, una pequeña adición al resto de estímulos que amenazan con quebrarte.
El correr de tus lágrimas es insignificante en comparación con tus fluidos cayendo y manchando su miembro, su pelvis e incluso las sábanas que colocaste por la mañana y que ahora sufren una tortura bajo tus dedos acalambrados. Bajás la mirada sólo para apreciar cómo Esteban se introduce una y otra vez en tu interior: el tamaño de su miembro, la sensación de ardor que este provoca en tu entrada estrecha y la profundidad que alcanza en tu interior suficientes para hacerte delirar.
-Por favor…
Tu voz es apenas un murmullo, casi perdiéndose entre los sonidos dentro de la habitación y la lluvia que azota el exterior. Tus dedos liberan las sábanas para dirigirse hacia su cabello, los mechones dorados acariciando tus palmas sensibles como si se tratara de seda.
-¿Cómo? ¿No era que no podías?- se burla.
Intentás protestar pero la brutalidad de sus embestidas y tu garganta irritada no lo permiten. Una serie de sonidos penosos surge de tu boca mientras él continúa abusando de tus partes más sensibles.
-Por favor- repetís-. Por favor, necesito…
Se detiene con un sonido de falso hartazgo.
-Hacelo vos entonces.
Llorar no es una opción –después de todo, ya lo estás haciendo- y tampoco lo es suplicarle, por lo que te tomás unos segundos para respirar profundamente e intentar recuperar un poco la cordura. Dirigís el peso de tu cuerpo hacia tu centro, tus músculos agotados y la nebulosa de tu mente dificultando tus movimientos, y comenzás a mover tu cadera hacia delante y hacia atrás.
Esteban inhala profundamente y sabés que estás haciendo algo bien, pero el adictivo roce con su pelvis y la abrumadora sensación de su miembro llenando por completo tu cavidad apenas te permite pensar en ello. Tus gémidos y sollozos llegan a tus oídos acompañados por los sonidos obscenos de tu humedad y la voz de tu novio repitiendo una y otra vez:
-Así, perfecto, sí…
Estás a punto de dirigir tu mano hacia tu clítoris, incapaz de recordar si tenías permitido hacerlo, pero la contracción de tus paredes cálidas son una señal que Esteban reconoce inmediatamente. Comienza a masturbarte con un ritmo brutal, una mezcla de pena y satisfacción recorriéndolo cuando siente que perdés el ritmo por un breve instante y ve las lágrimas cayendo en cascada por tus mejillas.
-Por favor- lloriqueás-. ¿Puedo…? Por favor.
El sonido de afirmación es suficiente para que aprietes los párpados con fuerza, preparándote. Tus piernas temblando y la contracción de los dedos de tus pies te hacen ignorar el hecho de que tus labios entreabiertos hacen poco y nada para contener tus gemidos desesperados. El calor en tu rostro y tu cuerpo se vuelve ínfimo cuando tu (¿quinto, sexto?) orgasmo te golpea, el placer que este produce cegándote e impidiendo que notes el líquido incoloro que brota de tu interior y baña no sólo tus piernas.
Esteban no permite que te recuperes, en un segundo su brazo se cierra sobre tu cintura con la fuerza suficiente como para fundir tu cuerpo con  el suyo. Sus pies firmes sobre el colchón le permiten penetrarte con profundidad y precisión, el roce de su miembro ardiente sobre tu punto dulce prolongando tu orgasmo hasta reducirte a un mar de lágrimas y palabras sin sentido.
La humedad producida por tu excitación y tus orgasmos es apenas útil cuando tu interior usualmente apretado se contrae aún más. Maldice contra tu piel, pero no es suficiente y decide morder el espacio entre tu cuello y tu hombro… Es la forma en que te retorcés entre sus brazos, vulnerable y completamente a su merced, lo que lo empuja hacia su propio orgasmo.
Sentís el palpitar de su miembro y su liberación caliente manchando tu interior como recompensa. Suspirás, agotada en todos los sentidos, pero una sonrisa tira de tus labios.
-¿Por qué sonreís?- pregunta curioso, en su voz un tinte de diversión. Sus labios acarician la marca que sus dientes dejaron en tu piel-. ¿Pensaste que ya habíamos terminado…?
Notas de Lu:
El fluff del inicio es lo que era la introducción original de este one-shot, así que esto puede leerse como un preludio o no. Sé que se suponia que publicara otras cosas (mis más sinceras disculpas), pero hace días estoy con tremenda Kuku fever -nivel: me puse a escribir en clase y durante un ensayo, re desquiciada- y necesitaba escribir sobre él urgentemente porque así funciona mi cerebro :):
Espero que lo hayan disfrutado tanto como yo disfruté al escribir ♡
taglist:
@madame-fear @creative-heart @recaltiente @llorented @chiquititamia
98 notes · View notes
Text
My Candy Love New Gen is finally out!!!!! 🥳🥳🥳🥳 So I went ahead and played the first chapter a bunch of times, here are the answers I chose in case they can be useful to someone else :3 (spanish only since that's my main server)
/neutral +positive -negative
Zahra: Bueno, ¿quieres beber algo, Ysaline?
Un zumo de naranja está bien. /
Como tú, un café será perfecto. /
Sí, me apetece un té, si hay. /
Zahra: …
¡Y también pienso disfrutar de ella! No creo que mi próxima casa tenga piscina… /
¡Y cuando vuelvas ya me habré ido! /
Y me salvas la vida, de verdad. No me quedaré mucho tiempo… /
Zahra: Por cierto, Ysaline, ¿qué esperas de este nuevo comienzo?
(REBELDE) Quiero tomarme la revancha. /
(DULCE) Pues la verdad es que espero que vaya mejor que en EPMC… -Tasha
(ENÉRGICA) ¡Quiero arrasar en mi nuevo trabajo! +Tasha
Zahra: ¡Qué experiencia más terrible! ¡Podría haber hecho que Ysaline se desencantara del amor para siempre!
(REBELDE) Ignoraré los consejos de una adolescente de dieciséis años. -Tasha
(DULCE) No te preocupes por eso, mamá. /
(ENÉRGICA) Lo que tengo muy claro es que el siguiente que intente jugar conmigo va a pasar un mal rato. +Tasha
CONJUNTO: 40 PAS
Archibald: Pero lo que no sabía es que tú también habías decidido venir aquí…
De momento, estoy en casa de mamá. REGALO TAKI
Llevo muy poco tiempo, acabo de llegar… /
Para ser sincera, lo cierto es que no he tenido elección. /
Roy: Y no entiendo cómo es posible que no me haya fijado en ti…
(REBELDE) ¿En serio ese es tu mejor piropo?
(DULCE) No pasa nada, a veces pasa… /
(ENÉRGICA) No te preocupes, a mí también me pasa cuando corro. +
Thomas: …
(REBELDE) ¿Y por eso llegas tarde? /
(ENÉRGICA) Creo que la primera hora ya ha pasado, no deberíamos demorarnos más. -
(DULCE) ¿No te gusta madrugar? A mí, tampoco… +
Thomas: …
(DULCE) Siento que tengas que encargarte de esto… -
(REBELDE) Estoy de acuerdo contigo: el papeleo es un rollo. +
(ENÉRGICA) Es increíble. ¡Me atrevería a decir que no te gusta el papeleo! /
Thomas: Es de buena calidad y estás de frente.
(REBELDE) Vale… Pero es mejor poner en el pase la foto que he traído. -
(ENÉRGICA) En realidad, tiene bastante gracia… ¡Creo que me acostumbraré! +
(DULCE) Bueno… Tal vez podrías haberme preguntado mi opinión antes… /
Thomas: Es una foto tuya, se te reconoce, y estás guapa… ¿no?
En este caso concreto, no, la verdad es que no. /
¿Intentas arreglarlo con un cumplido? /
De verdad, ¿tú crees? /
Thomas: …
Mi madre es rica, pero yo no. /
Así es, mi madre es arquitecta, y es bastante conocida en el sector… /
Preferiría que guardaras tus comentarios para ti… /
Thomas: …
(REBELDE) Déjalo. ¿Puedo dar una vuelta, para conocer la oficina? IMAGEN
(ENÉRGICA) ¡Esperaba que al menos me presentaras a todo el mundo!
(DULCE) Quizá podrías enseñarme un poco la oficina… /
Thomas: ¿Qué te apetece?
Nada, estoy bien, gracias…
¿Qué te apetece a ti? /
Déjame mirar a ver qué hay… IMAGEN
Thomas: …
Un zumo de tomate. Es estimulante… /
Un chocolate caliente, si está bueno. /
Un café está bien. /
Amanda: Tú debes de ser la nueva. Soy Amanda de Lavienne.
(DULCE) (Le estrecho la mano sonriendo) +
(REBELDE) Deduzco que tú debes de ser la veterana. Soy Ysaline. /
(ENÉRGICA) ¡Sí! Me llamo Ysaline. ¿¡Me das dos besos!?
Roy: …
¿Qué te parece esta, en forma de dinosaurio? ¿¡No es muy bonita!? / ESCRITORIO PREHISTÓRICO
Mira, una verdadera silla de oficina: móvil, con buen apoyo lumbar, sobria… / ESCRITORIO ERGONÓMICO
La silla redonda es bonita, ¿no? Me gusta, y parece cómoda… / ESCRITORIO AGRADABLE
Brune: ¿Qué te hagamos un montón de preguntas?
(REBELDE) De momento solo van tres. Creo que podré soportarlo. +Elenda
(DULCE) Toda va bien, gracias. Y sí, ya he encontrado mi mesa. /
(ENÉRGICA) Lo ideal sería tenerlas todas por escrito, para poder responder a mi ritmo. +Brune
Brune: Yo creo que al final, estamos mucho mejor aquí.
La empresa en sí misma estaba bien… pero la gente que trabajaba allí… +Brune
Digamos que ha sido… instructivo. Pero quería cambiar a otra cosa. /
Yo también lo creo. Allí, el ambiente era insoportable. +Elenda
COMEDOR – ROY
Roy: …
¡Perdona, es que es muy raro!
Aquí todo el mundo sabe que haces… ¿qué exactamente? IMAGEN
Voy a dejarte entonces, antes de no poder parar de mirar esos abdominales…
Roy: Dos series de cincuenta. Tampoco quiero quedar molido…
(REBELDE) ¡Ah, claro! Después de hacer jogging, cien flexiones… ¡Qué menos!
(ENÉRGICA) ¿En dos series? ¡Eso es para principiantes! IMAGEN
(DULCE) Vale, no quería molestarte… Te dejo. /
SALA DE REUNIONES – AMANDA
Amanda: ¿Puedo hacer algo por ti?
Quizá… Aún me estoy adaptando… /
Pues… No. Pensaba que la sala estaba vacía… Perdona.
Amanda: Vengo de una familia privilegiada. No voy a renegar de ella por eso.
(REBELDE) No hay por qué avergonzarse, pero no me gustan demasiado los interrogatorios. /
(ENÉRGICA) Tienes razón. No me avergüenzo de ello, es más, todo lo contrario. -
(DULCE) No, por supuesto. Es solo que no me gusta alardear de ello. +
Amanda: …
(No me muevo. Mala suerte para la abeja reina.)
(Me precipito a ayudarla a recogerlo todo.) IMAGEN
(Por curiosidad, aprovecho para intentar leer los papeles…)
DESPACHO DE DEVON – DEVON
Devon: Ven, Ysaline, puedes entrar.
(Entro en el despacho y me indica que me siente) +
No, eres muy amable, pero no quiero molestar…
Devon: ¿Quieres que firmemos tu contrato, quizá? Lo tengo aquí…
¡Encantada! ¡Es increíble lo rápido que va todo esto! /
¡Estupendo! Casi me esperaba pasar una entrevista de trabajo.
Devon: No aceptaba un no por respuesta.
(DULCE) Estupendo… Una vez más, mi madre es quien lo ha hecho todo. +
(REBELDE) Ya te digo. Habría podido comprar toda la empresa.
(ENÉRGICA) ¿¡En serio!? ¡Si es así, prefiero ir a buscar a otro sitio!
Devon: Y cuando lo hayas leído, podrás firmarlo…
(ENÉRGICA) (Me tomo un minuto para leer rápidamente las páginas.) IMAGEN
(DULCE) Vale, bien. Confío en ti.
(REBELDE) ¿Te importa si me lo llevo a casa para leerlo más tranquilamente?
70 notes · View notes
geniousbh · 23 days
Text
Tumblr media
⸻ 𝒍𝒔𝒅𝒍𝒏 𝒄𝒂𝒔𝒕 𝒂𝒔 𝒃𝒐𝒐𝒌 𝒕𝒓𝒐𝒑𝒆𝒔 📖✒️
parte 1: felipe otaño e simón hempe
obs.: oi gatinhas, irei repartir esse prompt em 3 partes porque sinto que ficaram grandes e não quero que fique maçante de ler!!! sintam-se a vontade para comentar comigo e dar ideias! atualmente me sinto confortável para escrever com seis deles (enzo, matí, pipe, simon, kuku e fran), e ainda estou criando coragem pra escrever coisas mais explícitas e bem desenvolvidas
obs.²: provavelmente vão ter alguns errinhos aqui e ali e pfvr não me matem na parte do simón, é tudo ficção que que isso gente é brincadeira, calma lá
tw.: menção à religião/catolicismo (plmdds SEM a intenção de ferir ninguém e nenhum costume ou crença), cnc (é muito ligeiro, porém contextualmente no do hempe), espanhol fajuto. mdni
𝒑𝒊𝒑𝒆: romance de verão + strangers to lovers 
verão de 2023, punta cana, república dominicana. você conversa animadamente com as outras meninas que te ajudam a arrumar as mesas de café da manhã do hotel. apesar de não fazerem parte da equipe da cozinha e sim da equipe de atividades ao ar livre e recreação, o resort onde você tinha arranjado intercâmbio cultural para desenrolar ainda mais seu espanhol (portunhol) estava lotado. 
na noite anterior haviam recebido um grupo enorme de jovens vindos do uruguai, argentina e chile, por isso todos ficaram sobrecarregados. é claro que, para recompensar as tarefas a mais, o gerente havia dito que os intercambistas poderiam participar do lual que aconteceria no outro final de semana, o que era razoável ao seu ver. 
na quarta você ajudava com atividades de trilha, na quinta ficava no espaço kids e na sexta era na praia, ajudando os instrutores de surf. pelo menos, nas duas últimas semanas havia sido assim, mas naquela em específico, as aulas de surf nas quais você apenas auxiliava carregando boias e pranchas pra cima e pra baixo tinham ficado mais interessantes. 
você puxou o ar entredentes em uma expressão dolorosa quando deixou uma das latas de metal com parafina cair no seu mindinho enquanto tentava colocar uma prancha pequena de volta no suporte dentro do armazém, mas o susto foi maior quando uma mão grande pousou na sua cintura te dando apoio. "necesitas ayuda, linda? aquí", você viu braços torneados tomarem o objeto de suas mãos e colocarem facilmente no lugar certo. deu alguns passos para trás e sorriu ao ver o rapaz ali. 
os cabelos num tom castanho claro, totalmente bagunçados, as maçãs do rosto cobertas por sardinhas, os lábios carnudos e os olhos da mesmíssima cor que tinha o mar lá fora. não sabia por quanto tempo havia ficado ali parada, acanhada e com as bochechas ligeiramente coradas o encarando, mas havia sido tempo suficiente para que o rapaz desse um risinho soprado sem jeito e estendesse a mão "felipe... pipe. y tú?" 
seu nome se embolou na sua língua e o sorriso que felipe deu ao repeti-lo com o sotaque argentino fez com que suas pernas fraquejassem um bocado. ele não podia entrar no armazém, você informou, era apenas para funcionários. "ah si, pero me dijeron que sabes cómo llegar a la playita, no?" 
e no caminho até lá, ele te explicava que estava de férias com um grupo de amigos e familiares, e que na verdade não precisava das aulas de surf então haviam dito que ele poderia surfar na prainha onde nenhuma criança ou iniciante o incomodaria. e o otaño não sabia se era protocolo ou não que você o esperasse ali (não era), sentada na areia, enquanto ele arriscava uma onda ou outra, mas por algum motivo seu peito se enchia de um sentimento incomum e muito bom. 
depois da praia tiveram outros momentos, como quando ele ficara até tarde na sacada do quarto, fumando um paiero com a desculpa de que o sono não vinha, mas na verdade era porque ele conseguia ver a área de funcionários onde você estava conversando e comendo com os colegas. ou quando você havia prontamente se voluntariado para substituir um dos instrutores de trilha na segunda, tendo visto o nome do garoto com olhos cor de mar na lista. trocaram olhares silenciosos inúmeras vezes no trajeto até o topo do monte e quando regressaram, felipe te segurou o ombro com delicadeza, te fazendo virar para ele, curvando o rosto e ficando a centímetros de distância só para tirar "uma folhinha" presa no seu cabelo. 
era tudo tão sutil com ele, quieto, mas tão profundo e ambos sabiam exatamente o que estava acontecendo. 
no entanto, foi apenas durante o lual que ele deu o primeiro passo, te chamando para dançar uma música quando o dj subitamente decidiu colocar uma melodia mais lenta. as mãos grandes e um pouco ásperas dele seguravam firme em sua cintura enquanto ele inspirava seu perfume, afundando o rosto na curvatura do seu pescoço. você deixava já que também aproveitava da proximidade para sentir o corpo forte dele contra o seu e com a pontinha dos dedos os músculos nos ombros e nuca do maior. 
quando pipe entrelaçou os dedos nos seus, te encarando com aqueles olhos meigos que transbordavam, a pergunta foi muda, mas você assentiu antes que ele sorrisse de canto e a puxasse para longe dali.
➵ e digo mais! se existisse qualquer dúvida sobre o que vcs estavam sentindo depois do primeiro beijo não restaria nenhuma. e ele vai querer te beijar mais e mais e mais, não só na boca, mas o corpo inteiro. você teria complicações já que o gerente começaria a desconfiar depois de ver um felipe otaño MUITO bagunçado e amassado saindo do banheiro de funcionários enquanto amarra os cordões do shorts e passa a mão pelos cabelos.
𝒔𝒊𝒎𝒐𝒏: paranormal/religioso + monster fucking
seu primeiro ano na casa de formação de freiras não estava sendo fácil. talvez fosse por sua história, ou então por ter duas tatuagens pequenas (uma perto do pulso e outra na parte detrás do braço). de qualquer maneira, as outras irmãs em formação não iam com a sua cara ou com o fato de que você já era bem mais velha que a maioria das garotas ali entre 14 e 18 anos. 
pra piorar, tinham três semanas que você vinha sofrendo alguns tipos de ataque. não físicos, mas espirituais. via sombras e silhuetas com o canto dos olhos, sentia calafrios quando o dia estava ensolarado e ficava febria em algumas partes do corpo bem específicas quando a temperatura caía, além de ter a sensação de que não vinha descansando nada durante o sono. 
quando decidiu conversar com as irmãs superiores, a única instrução que recebera fora a de rezar não somente o pai nosso antes de dormir, mas rezar a ave maria, para que esta lhe acalentasse. e, na primeira noite em que o fez, adiantou. na segunda, apesar de ter demorado a dormir (porque jurava ter ouvido um ranger de passos no chão de madeira de seu dormitório, que não tinha mais ninguém além de você), também conseguiu. e depois de cinco noites bem dormidas, sua guarda baixou, e no sexto dia, sua consciência já cansada da rotina de afazeres não se lembrou de reza alguma antes de se afundar nos lençóis macios. 
o cochilo estava bom, seu corpo num estado de relaxamento intenso, a brisa que soprava da janela era fresca, e a mão que lhe acariciava os fios languidos era um deleite depois de tanto tempo sem qualquer tipo de afeto. seus olhos abriram de forma arregalada, no ímpeto, quando seu cérebro processou a informação, mas o quarto estava um breu só para ver qualquer coisa, além disso... a janela estava fechada, e brisa alguma entrava em realidade. 
ouviu um estalar de língua sarcástico, vindo do mesmo canto onde ouvira o chão de madeira ranger dias atrás, seguido de uma voz rouca e grave "te asusté, pequeña?", sua vontade era de perguntar quem estava ali e se sabia que numa casa de formação eram proibidas figuras masculinas, mas suas cordas vocais não te obedeciam. "sin respuesta, eh? pero cuando estuviste orando todo estos días para que me fuera... ay! me dolió mucho". o chão chiou quando a silhueta caminhou para fora da penumbra até onde fachos de luz do luar iluminavam e bem ali à sua frente estava um dos homens mais lindos que já tinha visto. 
era alto, grande, a pele parecia ter um tom oliva quente e o sorriso que sustentava fez seu coração disparar alguns batimentos, não vestia camisa e usava uma calça de linho preto. quando este se sentou na beira da cama e se prostou sobre si, voltando a enrolar uma mecha de seu cabelo nos dedos compridos, você soltou um resmungo, impedida de falar. apesar de seus olhos ainda atentos e bem abertos, você não sentia medo, mas sim uma curiosidade e inquietação perigosas. 
"sshh... tranquila... aunqué no lo mereces, cuidaré bien de ti", sussurrou em seu ouvido, te fazendo boquiaberta quando a sensação úmida e quente da língua alheia se fez presente em seu lóbulo. a mão grande deslizou de seu cabelo, delineando sua bochecha e rodeando seu pescoço por meros segundos, com a ponta dos dedos cuidadosos, sentindo a textura do pequeno terço que usava. a corrente prateada adornada com algumas pedras e pérolas, e o crucifixo no pingente. 
"que lindo collar tienes... te molesta emprestarme, cariño?", o sorriso que o maior lhe deu, agora bem mais de perto, mostrava seus caninos afiados enquanto tirava a peça de si, colocando nele mesmo. sua mente tentava racionalizar o que acontecia ali, apesar de que no fundo de seu coração você soubesse o que se passava. a madre sempre dizia que era importante elevar os pensamentos e orações para que sempre vibrasse amor e paz, mas você era fraca... o único maior problema que este era que a presença daquele ser em seu quarto não te deixava mal ou com medo, mas te fazia lembrar do pouco que havia vivido antes de adotar uma vida celibatária e de abnegação. 
sua atenção era tomada de volta somente quando os lábios dele a beijavam o ombro desnudo, onde a manga da camisola escorregara. um arfar escapou seus lábios sentindo o peso do corpo grande acima do seu. "desde que el gato te comió la lengua...", o homem segurou seu que rosto com uma só mão fazendo com que você percebesse ainda melhor como era desproporcionalmente maior que você, fazendo com que o encarasse. "te enseñaré que hay mejores cosas para adorar".
➵ e depois disso amgs seria só slap no flap da tcheca mesmo, o adorno de cruz na parede virando de ponta cabeça (não por causa de atividade paranormal e sim porque a cada vez que ele metesse a cabeceira da cama de solteiro bateria contra até o negócio cair), o teu tercinho no pescoço dele agr batendo bem no seu rosto enquanto ele te come de forma animalesca, mas sem deixar de te worshipar muito porque sabe que você tá há tempos sem um chamego e capaz de quando você tivesse pra gozar ficasse "meu deus, eu" e ele te cortasse na lata pra dizer "no hay ningún dios en eso cuarto, mi amor"
68 notes · View notes
butvega · 8 months
Text
Tumblr media
I. FUNK RAVE.
💭 avisos: blowjob, referem-se à op como "rodada", creampie, bulge!kink?, acho que só.
💭 notas: obrigada por lerem! este é o primeiro capítulo da trilogia "favela love story" baseado no álbum da anitta. espero que gostem, 💓 mais uma br!au, porra!
Tumblr media
Você dá graças aos céus por existirem os moto táxis, do contrário, teria de subir todo aquele morro para chegar até seu lar, com todas aquelas sacolas de feira nas mãos.
Quarta-feira é dia de legumes no mercado, e sua mãe não poderia deixar de lhe pedir para comprar algumas coisas que faltavam para um almoço. Seus estudos? Não tão importante. Faculdade, e semana de provas? Não. Importante era retribuir o bolo de fubá que a vizinha de vocês, Dona Lêda, havia enviado na tarde do dia anterior. Gentileza, por gentileza, sua mãe decidiu preparar um bolo de cenoura.
O real motivo por você ir ao mercado tão feliz para enfim o bolo ser feito, era a fatídica hora da entrega do bolo. Colocaria sua roupa mais curta e instigante, e levaria até a casinha ao lado; bateria na porta, e esperaria o neto de Dona Lêda atender, para que você diga com a voz mais açucarada do mundo que sua mãe havia enviado um presente para eles.
O neto de Dona Lêda era um rapaz em sua faixa de idade, também cursando a faculdade — fazia história, e que era um pitelzinho. Mark Lee, ou mais comumente conhecido como Markinhos, era um rapaz de olhinhos puxados e expressivos, corpo magro, meio franzino, sorriso tímido e um cabelo pretinho com franja que te dava vontade de fazer carinho.
Havia se mudado apenas com sua avó há cerca de cinco anos, e era raro que ele te desse bola, por mais que você tentasse com bastante afinco. Você ficava de sua janela reparando-o volta e meia: sempre acordava cedo, o rosto amassadinho, o cabelo bagunçado... Sem camisa, apenas com um short soltinho que marcava tudo aquilo que ele tinha de melhor, molhava as plantas da avó. Dona Lêda brigava, mandava ele colocar uma camisa, e como é obediente, Mark colocava. Botava seu óculos de grau, e seguia com algumas moedas em mão até a padaria na frente da casa de vocês, levar um pão quentinho para o café.
Era uma rotina, todos os dias babava por Mark Lee, esperando a chance para que finalmente pudesse fazer com ele tudo aquilo que você queria. Mas como poderia? Toda vez que te via Mark gaguejava, travava, não sabia direito como agir, e acabava sendo seco demais. A timidez acabava com ele, ainda mais quando se tratava de você, mas isso não a intimida. Muito pelo contrário, a excita.
"Trouxe tudo, filha?" — sua mãe, que naquele momento dourava uma cabeça de alho para fazer um feijão fresco, impestiando a cozinha com o cheiro gostoso, perguntou.
"Quase tudo. Só o agrião que 'tava feio, aí não trouxe." — diz cansada, colocando na mesa da cozinha as compras.
"Lava 'pra mamãe?" — ela diz, aponta os legumes e as frutas com a mão.
Você concorda, não custa ajudá-la uma vez que ela cuida de ti sozinha desde que se conhece por gente. Após ajudá-la, você almoça, e segue para um banho geladinho enquanto ela assa o bolo. O calor no Rio de Janeiro é capaz de derreter qualquer um, então você não seca seu cabelo, e se pudesse ficaria só de biquini, mas precisa levar o bolo para Dona Lêda. Coloca a parte de cima de um top, e um short curtinho qualquer. Com os cabelos molhados descendo pelas costas, e um chinelo no pé, você vai novamente até a cozinha, onde encontra sua mãe derramando uma calda de chocolate por cima do bolo.
"Porran, 'tá bonito hein." — você elogia, sorridente. O cheiro também parece delicioso.
"Vai lá, leva 'pra Dona Lêda e agradece pelo de fubá. Aprende, minha filha, não se devolve pote de ninguém vazio. Tem que devolver com comida dentro, 'tá?" — ela diz tampando o pote de bolo, e dando em suas mãos.
"Sim senhora."
Você segura o bolo com cautela para não queimar as mãos, e vai, serelepe, até a casa de sua vizinha. A grita, já que não pode bater palmas para chamá-la, e aguarda com ela diz um "já vai" abafado.
É naquele momento que seu mundo se desmonta, seu dia se torna melhor, mais luminoso. O céu parece ficar mais azul, o sol mais brilhante, até os passarinhos cantam. Mark está em sua frente, com os cabelos molhados, óculos de grau, e os malditos shorts molinhos. Só. Sem blusa. A barriguinha reta te apetece, sem pêlos algum, diferente das perninhas mais torneadas, e os pés descalços.
Você permanece o secando por algum tempo, tem ciência do sorriso malicioso em seus lábios quando capta cada partezinha do corpo do Lee. As bochechas dele se tornam vermelhas, o olhar vai para o chão — afim de não encarar seu corpo delicioso exposto. Mark está completamente sem graça.
"Oi, Markinhos. Minha mãe pediu 'pra eu trazer esse bolo aqui, e agradecer sua vó pelo o quê ela mandou ontem." — você diz. Se esforça para não morder os lábios. Mark se encosta no batente da porta de ferro de sua própria casa, sorri meio sem graça.
"Ah, que isso. Precisava não." — ele sempre falava baixo daquele jeito? "Agradece sua mãe também, e... Brigado' você também."
"Imagina."
"Tu... Quer entrar 'pra comer um pedaço? É que minha vó tá estendendo roupa, aí quando ela terminar você pode entregar pra ela pessoalmente. Claro, só se tu quiser né, se não eu posso só entrar com o bolo, daí não te incomoda." — Mark a convida para entrar, mas rapidamente se arrepende com medo de você negar.
"Não, eu... Preciso ir pra casa pra estudar um pouco. Mas, se 'cê quiser, vai ter Caju pra Baixo no Bar da Laje hoje, e eu vou com uns amigos. Seria legal se você fosse." — tomba a cabeça para o lado, vendo o rubor nas bochechas de Mark se intensificarem. Você estava realmente o chamando para sair?
"A-ah, e-eu vou pô. Que horas?" — ele pergunta. Contém a vontade de se bater por gaguejar para você.
"Me chama no WhatsApp, eu te falo quando eu começar a me arrumar. Acho que sua vó tem meu telefone." — você sorri, já se virando de costas. Obviamente não deixaria de deixá-lo checar sua comissão traseira. Mark apenas sorri, morde os lábios finalmente podendo te secar sem que você veja.
Tumblr media
[21:57] você: markinhosss
[21:57] você: tô me arrumando aqui, tá?
[21:57] você: lá pras umas 23h agnt se encontra aqui no portão, pode ser?
[21:58]markinhos: oiii
[21:58] markinhos: beleza
O coração de Mark pulsa ao ler a notificação com seu nome escrito. Desde que havia chegado no Vidigal para morar com sua avó, ele reparava em você. A vizinha espevitada, que tirava suspiros de todos os caras daquela viela, que volta e meia tomava sol na laje e ficava com uma marquinha de biquini deliciosa, que se lambuzava de picolé de limão de uma maneira quase libidinosa, e que fazia até correr atrás de pipa avoada.
Sua avó reparava os olhares joviais que seu neto dava para a filha da vizinha, e o repreendia volta e meia; "mark, meu filho, essa menina aí não é boa coisa não. Já rodou na mão desse morro inteiro". Mas ele não se importava. Almejava ser um desses, tê-la nas mãos, prová-la das maneiras mais impróprias o possível, fazê-la gemer seu nome com a voz doce e desentendida, até ele pedir para ela soar um pouco mais baixo para não acordar a própria avó.
Só havia um pequeno problema que o impedia de fazer tudo aquilo que ele queria: a vergonha. Então ter você tomando o primeiro passo, e o chamando para sair, havia sido uma benção. Talvez com uma ou duas doses a mais, Mark consiga pelo menos expressar a vontade de beijar você, ficar com você.
Então ele se arruma, coloca sua melhor baggy jeans, um vans, e uma camisa bonita. Infelizmente não pode deixar de sair com seu óculos de grau, então o coloca, junto de bastante perfume. Quando vê, já se encaminha para perto das onze horas. Pega o celular, uma bala que põem no bolso, a carteira, e segue para o portão das kitnets geminadas em que vocês moram. Em poucos minutos você desce as escadas de sua casa com dificuldade por conta do salto, munida de uma saia curta e apertada, e um cropped com babados. Mark tenta não olhar demais, mas é impossível não imaginar suas mãos em suas curvas.
"Tá todo bonitão..." — você sorri brincando, o deixando envergonhado novamente. "Deixa eu ajeitar aqui." — se apoia no ombro de Mark para ajeitar a fivela de sua sandália. Imediatamente ele segura seu corpo com os braços em sua cintura, e gosta até demais da sensação. Você tem o cheiro doce, os cabelos macios, e a pele quentinha.
Caminham juntos até o ponto de moto táxi, Mark toma o devido cuidado com você para que não tropece pela rua com seu salto alto. Não demoram à chegar no bar, não é longe da casa de vocês. Mark está nervoso, e é bem aparente. Já você, ama a sensação de estar ao lado dele, de ser bem cuidada, dos olhares carinhosos e sensuais ao mesmo tempo. Ainda com medo de você cair, Mark entrelaça os dedos nos seus para ajudá-la a subir as escadas.
O seu grupo de amigos já está lá, e Markinhos realmente não se importa com os olhares carregados de deboche ao verem as mãos de vocês dois dadas como se fossem um casal. Não ligava para sua "fama".
O grupo de pagode em questão já tocava, você se desfaz de Mark unicamente para abraçar seus amigos. Por último, é Dora, sua amiga, que lhe abraça.
"Quem é o bonitinho?" — ela pergunta entre risos. Mark está um pouco distante, fazendo um copo de whiskey com gelo de coco.
"É meu vizinho, menina. Markinhos, neto de Dona Lêda costureira." — você diz e ela menciona um "aahhh".
Tocavam um cover de Amor de Fim de Noite, e volta para perto de Mark, cantando. Ele canta baixinho a música, mexe o corpo de um lado para o outro junto à ti, que canta com todo o ar de seus pulmões.
"O seu sorriso tímido me faz sorrir." — você canta direcionada à ele, que sorri tímido assim como você diz. É claramente um flerte descarado seu.
Com seus flertes, e a bebida, Mark se sente mais soltinho. É o suficiente para na música seguinte estarem cantando juntos, você na frente de Mark, e ele com a destra enlaçada em sua cintura, te abraçando por trás como se fossem realmente um casal. Volta e meia você encosta sua cabeça no peitoral do mais alto, descansa, e o encara sorrindo. Em certo momento conseguiu até roubar-lhe um selinho, e em seguida ganhou um abraço bem mais apertado por trás.
Algumas músicas, e alguns copos mais tarde, você estava encostada na mureta com Mark em sua frente. A boquinha dele já estava vermelha e inchada de tanto te beijar, mas não faltava fôlego entre vocês. Mark apertava sua cintura como se estivesse se segurando, enquanto você bagunçava o cabelo macio dele. A bala de menta na boca de Mark já havia passado para a sua algumas vezes, dando um gostinho sensacional ao beijo. Aliás, Mark beijava muito bem. Tinha a pegada certa, ainda sim carinhoso, a língua se mexia devagar, molhadinha, macia, dava algumas mordidas, gostinho de quero mais.
Estava encaixado com você, o suficiente para você sentir o volume do qual você tanto babava naquele short molinho de ficar em casa. Para te beijar melhor, Mark arranca os óculos, e segura na canhota. A destra passa para seu cabelo, onde ele aperta com vontade. O grupo de pagode já havia ido embora, tocavam músicas aleatórias que embalavam aquele momento de vocês. Mark estava no céu, ficando com a garota que sempre sonhou ficar, e você não se sentia diferente.
Arfava durante o beijo, aproximava ele de si, até que nas caixas de som soa uma música reconhecida por você, e que aliás você adorava. Funk Rave toca, e você desfaz o beijo, deixando Mark até mesmo meio desnorteado pela falta de contato repentina.
"Eu amo essa música!" — você diz empolgada, e o puxa para onde estavam dançando.
Com o rosto vermelho, todo bagunçadinho, ele te segue. Não se arrepende, porque você dança com vontade, rebola na frente dele, que apenas bebe sua bebida estático atrás de você. Já sente arrepios cada vez que seu quadril bate contra o dele, começa a ficar nervoso com o contato tão cru. Você se esfrega nele, e a ereção que antes estava por ali só de passagem, se intensifica à medida que você continua a dançar. Mark deixa o copo de lado, segura seu quadril com as duas mãos, o aproximando de si, quase como se fosse uma estocada. No mesmo momento ele se toca de que poderia passar dos limites, e se afasta de você.
"Chega aí." — ele diz te puxando pela mão até o lado de fora do bar. Você o segue, já imaginando seu estado, e esconde um sorriso cabuloso, e feliz.
"Que houve? 'Cê 'tá bem?" — finge a melhor cara de preocupada, o corpo coladinho no dele. Chega a dar um selinho na boca rosinha.
"Tô, eu só..." — Mark estava até sem ar. Não vê outra opção, não consegue formular frase alguma, só pega sua mão direta e desce até seu membro, ainda sob a calça. Você aperta, sorri abertamente entendendo melhor ainda a situação. Mark estava absolutamente duro por você.
Você corre para sugerir que peguem o moto táxi para voltarem para casa, ao menos se despede de seus amigos, manda apenas uma mensagem dizendo que você e Mark já haviam ido embora. Acha graça da maneira que Mark senta na moto, quase um metro de distância do motoboy, acredita que por conta da ereção. Ele está vermelho demais, parece aéreo e nervoso.
Quando chegam em casa, ambos meios tropeços, abrem o portão de ferro das casas devagar, com medo de acordar a vizinhança.
"Minha vó 'tá dormindo, e sua mãe também, a gente vai fazer aonde?" — acha fofo a maneira que ele parece nervoso, e apressado para transar com você. Repara a maneira que volta e meia ele aperta a própria ereção afim de se aliviar.
"Mas a gente nem vai fazer nada." — você diz calma, dando de ombros, e Mark no mesmo momento arregala os olhos de tigrinho.
"Ahn?" — ele diz confuso.
"Só eu que vou fazer."
"Como assim?"
Ele se cala no momento em que você se agacha em sua frente. Estavam ainda no portão, só que pelo lado de dentro. Estava escuro, bem escondido perto do pé de acerola que havia ali. Você desabotoa o jeans de Mark, e o abaixa vagarosamente junto com a cueca branquinha que possuía uma grande mancha de pré gozo.
Quando você o abocanha de uma só vez, até o talo, Mark geme arrastado, e agarra seu cabelo em um rabo de cavalo imediatamente. Em conjunto com a boca, você usa as mãos para agarrar as bolas gordinhas e cheias. Ele murmura coisas desconexas, força sua cabeça continuamente para ir até o final, e até se recosta no muro para ficar mais a vontade.
Quando amanheceu o dia, nunca imaginaria que estaria na madrugada no quintal de casa sendo mamado pela vizinha bonita e gostosa. E bem mais, que estaria sentindo-se como se fosse seu próprio namorado depois de uma noite romântica no pagode com você.
Não faz questão de títulos naquele momento, não faz questão das vizinhas fofoqueiras poderem escutar, só sente vontade de soltar tudo aquilo que segura há tanto tempo.
Gostosa. É o que ele pensa. Segura a língua para não gemer as maiores obscenidades enquanto projeta o próprio quadril para frente. Está completamente à seu mercê, murmurando vários "continua" entre cortados pelos gemidos.
Se arrepia até a alma quando tem você engasgando com o pau dele na boca, e não se contém em te avisar. "Eu vou gozar" em um fio de voz.
E é o que ele faz, se despejando em toda sua garganta até a última gota, reparando com atenção você bebendo todo o gozo dele. Quando você termina, Mark se recosta totalmente no muro, molinho, cansado, com as pernas bambas. Você se levanta, esperando que ele a agradecesse e entrasse, somente isso. Mas se surpreende com a ação seguinte. Mark a puxa para um abraço apertado, e beija o topo de sua cabeça.
"Quer ir 'pra praia amanhã? Minha vó fez empadão, a gente leva." — ele murmura engolindo a seco, ainda respirando forte, cansadinho.
Você apenas concorda, meio desconfiada com o interesse a mais dele. Praia? Empadão? Mas estar na companhia de Mark, ainda era interessante e instigante. Mark era... Diferente.
222 notes · View notes
historiasdeldivan · 28 days
Text
"No me dejes olvidarte"
Por favor, no me dejes olvidarte, no hagas caso a mis palabras, a mi tristeza disfrazada de olvido, a mis sonrisas después de ti, a mi voz no quebrantada luego de oírte, por favor, no lo hagas, no me dejes olvidarte.
Quiero conservar los buenos recuerdos, los que no duelen, tu mano en mi mano, el calor de tu cuerpo, tus caricias, el café por las mañanas, las charlas hasta la madrugada, las risas mientras nos mirábamos a los ojos, tu espalda y mi espalda liberando mil batallas.
No me dejes olvidarte, no quiero que esta tristeza que de vez en cuando siento haga que un día quiera arrancarte de mí por completo, y ya no sepa como regresar a ti. Sé que ya no somos, ni seremos, pero quiero guardar de alguna manera el sonido de tu voz en mi memoria, en un cassette, un disquete, un cd, un usb, un vinilo... no lo sé, pero quiero que sea algo tangible, que me recuerde que existes y que estás lejos de mi daño y de todos esos verbos que hablan de dejarte ir, de olvidarte.
Haré un compilado de música que guarde todas aquellas canciones que escuchaba mientras me enamoraba de ti, de esas que nos hacían cosquillas en los huesos y nido en las tripas. No quiero sembrar odio y convertirme en esa clase de chica que nunca quise ser, de esas que hablan mal de las personas que alguna vez amaron, de las alas que alguna vez la salvaron de la muerte. No quiero sentir como desapareces, como te desvaneces día a día entre mis recuerdos y mi rutina, no quiero enmudecer lo que hiciste en mí, la persona en la que me convertiste, hubiera deseado que te quedaras, que lo nuestro nunca hubiera terminado, así no hablaría como una loca dos por tres con tus fantasmas.
Por favor, no doblegues mi alma al desprecio, a mirar tus fotos con rabia e impotencia, a ver tu persona con desdén y decepción, por favor, no lo hagas, no permitas que te olvide, que olvide los fuimos y el sonido de nuestras risas juntas.
No me dejes olvidarte, no desaparezcas por completo de las esquinas de mi casa, de la oscuridad por la noche, de mis inviernos y veranos, de las noches estrelladas, de las tardes en la que lloro por alguna razón, por favor, al menos, no te vayas de aquí, que es el único lugar en el que te puedo tener.
- Jessica González -
Tumblr media
58 notes · View notes
danielac1world · 3 months
Text
Si un día me ves escribiendo mucho, por favor ten cuidado.
Me quiebro como un copo de nieve a la luz, los amaneceres no me gustan, llego tarde para ver el atardecer a través de mis manos, y por más que quiera, las horas se me van como tinta azul entre los dedos... jamás podré conocer todas las flores del mundo.
Distraerme es tan fácil como decirme un te amo dulce que dure un tiempo, después de eso, puedes mantenerme en vilo con la luces pequeñitas de te quiero´s aislados; pero si me ves escribiendo tu nombre a las 2 a.m en medio de las sabanas con lágrimas de prisa, por favor, ten cuidado.
Muero de risas, fallezco con prisa, soy ese reloj que nunca a dado la hora correcta dos veces al día, una utopía de sinsabores que se deshace en la punta de tu lengua, y si me ves entre el cariño de una carta hecha a mano, cuidame, que estoy faltando.
Tomo el café con más ansias que las de respirar bajo el agua, camino despacio como un pájaro sin alas, pero si me ves soñando con cielos en la inmediatez de los tonos rosas de un primer abrazo, ten cuidado, o cuidame, que es lo mismo, porque si de algo no se vuelve, es de la soledad del tiempo, en la rapidez de sentirse, completamente solo.
-danielac1world ~Cosas que no voy a decirte cantando~
70 notes · View notes
xexyromero · 2 months
Text
dame beso //. fem reader! x francisco romero
fem!reader, fran romero x reader, friends do lovers, light smut
cw: light smut!
sinopse: você pede ajuda do seu amigo fran para montar um móvel e vocês acabam se beijando sem querer (querendo).
wn: segue seu request, @ningssl! muito obrigada <3 espero que você gosteeee! ficou pequenininho, mas foi de coração.
“ai, amigo.muito obrigada por ter vindo hoje, sério!” você suspirou, agradecida, esticando todo o corpo e massageando um ponto específico das suas costas. maldita a hora que resolvera montar três prateleiras sozinha. bendita a hora que seu amigo fran aceitou vir ajudá-la.
“por nada, amiga. conte comigo sempre.” ele sorriu, genuíno. e você sabia que podia sim. fran era um dos seus amigos mais antigos e provavelmente uma das maiores estabilidades que tinha na vida.
eram três certezas que levava consigo: o céu era azul, nada como um dia após o outro e fran romero estava a uma ligação de distância, sempre. 
o argentino tinha chegado no seu apartamento 15 minutos depois que você mandou uma mensagem pedindo socorro, com café, um pãozinho doce e um martelo. passaram uma tarde mais do que divertida. era incrível estar com ele - sua energia leve e tranquila foi o suficiente para fazer aquela bagunça de parafusos fluir da melhor forma possível. 
“bom, seu móvel já está de pé e eu já estou de saída. não ganho nem um beijinho de agradecimento?” fran piscou, te oferecendo a própria bochecha. ele era muito adorável. 
você assentiu prontamente com a cabeça, se esticando na pontinha dos pés e erguendo o corpo para beijá-lo. no entanto, você se desequilibrou (maldito fran e seus 1 metro e 83 centímetros de altura!) e acabou plantando um selinho na boca dele. o encontro dos lábios te fez sentir uma corrente elétrica. ao perceber o erro, se afastou prontamente e ficou encarando aqueles olhos tão brilhantes.
não sabia muito bem o que dizer. ou o que fazer.
algo aconteceu. 
e tinha certeza que fran sentira também. 
em questão de segundos, ele te puxou para perto com a mão na sua cintura. “com licença.” falou, embora não estivesse pedindo licença nenhuma, e te beijou com ferocidade. você retribuiu, perdida naquela sensação nova. era verdade que vocês flertavam há muito tempo, mas, da sua parte, e imaginava que da dele também, nunca passou de uma brincadeirinha boba. 
uma brincadeirinha boba e insistente que já durava meses. pensando bem, pela forma como ele te beijava, talvez tivesse algo de verdade. 
você se esticava da forma de podia, os braços ao redor do pescoço dele para abaixá-lo e deixar os corpos próximos. ele tinha as mãos firmes na sua cintura, devorando seus lábios como se a vida dependesse disso. quando a língua pediu permissão, sabia que estava perdida. 
fran era muito cuidadoso - as mãos subiam e desciam da sua cintura para suas costas, das costas para o ombro, a pontinha dos dedos te causando arrepios. era respeitoso e ele evitava as partes descobertas do seu corpo. o respeito era adorável, mas você não estava muito afim dele no momento. aproveitou que uma das mãos do rapaz tinha voltado a sua cintura para guiá-la até a bunda. ele prontamente apertou. você não segurou o gemido que escapou da boca e achou particularmente maravilhoso gemer durante o beijo. 
os toques foram ficando mais intensos dos dois lados - fran, agora, não fazia mesuras e atacava seu pescoço enquanto as mãos passeavam por todo seu corpo; você aproveitava para arranhar sua nuca e costas, se deixando totalmente submissa. 
separaram os rostos, sem ar, mas deixando o corpo permanecer na mesma posição. o sorriso de fran era enorme. “eu sempre quis fazer isso.” comentou, esfregando os lábios com gentileza nos seus.
89 notes · View notes
caostalgia · 1 year
Text
París.
Imagínate que lo logramos, que lo cumplimos.
Vamos de la mano por tus calles favoritas, descubro la ciudad del amor a través de tus ojos y me enamoro. No de las calles ni de la Tour Eifel, me enamoro de tu risa y tus gestos, de tu caminar y tu pensar. Me enamoro de ti mil veces en esas calles que nos observan. Y lo hago sabiendo que mi tren solo tardará unos días en llevarme a casa de nuevo, lo hago sabiendo que no habrá nunca un París tan bonito como el de tus ojos. Me enamoro de ti aún con el riesgo de no poder hacerlo de nuevo.
Nos pasamos las horas enredados en unas sábanas de un estudio perdido a las afueras de la ciudad, uno que puedo pagar y que tiene encanto. Cuento tus lunares mientras me hablas de mil cosas por hacer y de mil sitios que visitar. Te beso para no llorar por saber que nunca habrá tiempo suficiente de descubrir París juntos y tú me sigues el juego. Lo haces sin saber que mi corazón acaba de perder otro pedazo.
Por las mañanas me despiertas con un croissant de esos que me gustan y con un café cargado, porque apenas pego ojo contigo a mi lado. Yo te insto a salir a la terraza y disfrutar de la primera brisa matutina, mientras me fumo un cigarro y pienso en lo que te voy a echar de menos.
Los mediodías me dejas sorprenderte cocinandote mis mejores platos, aunque sea mediocre en la cocina. Nos bebemos unas copas de vino mientras charlamos de los planes de la tarde y, aunque sé que va a doler irme, dejo que la felicidad, de tenerte, me invada.
Las tardes son tan tuyas que a veces siento que solo sueño, que lo hago sin remedio. Siento que si cierro los ojos unos segundos al abrirlos volveré a una realidad sin ti. Pero cuando los abro sigues ahí, con tu sonrisa eterna diciéndome que es preciosa, la ciudad, aunque solo me mires a mi. Yo te digo que eres un romántico y me miras fatal. Sonrío tanto que duele.
Las noches son de los dos, llenas de locura y sin sentidos. Llenas de amor. Ponemos ese candado en el puente, aunque ya no se pueda hacer. Luego corremos por si llega la policia, aunque tenemos un plan B si nos pillan. No dejo de reír mientras corremos por esas calles tan bonitas que tienen escrito tu nombre en todas sus fachadas. Llegamos a un bar cualquiera y me lo paso mejor que en toda mi vida. Solo porque tú estás ahí, riéndote de algo que te cuento y de lo mal que bailo. Porque lo hago fatal y, aún así, sigo bailando. Todas la noches cambio la canción que me gusta para nosotros, porque soy así. Porque no hay una que sea lo suficientemente buena para definirnos, para escucharla y sentirte en cada nota.
El último día te pido que me acompañes a la estación, porque irme supone demasiadas cosas. Cuando veo que mi viaje se termina lloro, de forma silenciosa porque mi corazón se rompe sin hacer ruido, y tú secas esas estúpidas lágrimas que no dejan de caer. Te abrazo tan fuerte que siento que te voy a romper algo, seguramente lo hago. También te beso, despacio y con todo el amor que tengo, para que me recuerdes así. Inestable pero llena de cosas bonitas, llena de ti y tu sonrisa. También lo hago para recordarte así, calmado y etéreo. Tuyo.
El tren llega y cojo la maleta, te doy un último beso y te digo que nos volveremos a cruzar, aunque lo más probable es que no lo hagamos. También te digo que te quiero y que te cuides, que encuentres a alguien que no se parezca a mi en París, que por favor no se asimile en nada a mi. Y me voy, me subo a ese jodido tren sin alcanzar a escucharte, porque si lo hago me quedaré y no puedo, no debo.
El viaje es tan largo que siento que me voy a dormir en cualquier momento, pero no lo hago. Me paso el viaje escuchando todas esas canciones y viendo nuestras fotos. También me río de vez en cuando, recordando todas esas locuras y sin sentidos que nos hacían tan nosotros. Y lloro, mucho. Porque París es bonito sin ti, pero contigo es precioso, único. También lo hago porque se que te enamorarás de alguien que valga la pena, que te lo pueda ofrecer todo sin pestañear, sin dudar. Y sonrío porque sé que, a diferencia de mi, serás feliz con otra persona.
Katastrophal
364 notes · View notes