Sentimentos de vinda,a chegada de uma alma nova,sair do corpo sofrido,onde o toque mais suave já causa uma tremenda dor,ser outra pessoa,mas com a mesma consciência,para não cair nos teus braços de novo.
Me corté las venas con la leche derramada, una línea blanca sobre la muñeca larga de desandar hectáreas.
Recorrí los cielos asustados de la tarde triste, que cae como mi vida, solitaria ave desbandada en la caída, de las primeras veces.
Derroté a la noche mirándole a los ojos, mintiéndole seriamente una y otra vez, sobre el número de estrellas que conté, en mi primera noche solitaria.
Destruí las velas, apagué las lámparas, soplé las luces que desconocía en las miradas ajenas, me abrigué de más, tirité a propósito, chasqueé los dientes, y escurrí las alas de la metamorfosis helada.
Abracé, abracé demasiado, respiré por los brazos, por las piernas, por los codos, por la boca, respiré, por el pelo, por los pies, por las manos, por las yemas de los dedos infinitos en tu cabello rizado.
Crucé mil y dos espejos, rompí uno, soporté... ninguno, cogí con mi imagen impoluta, me traté con cariño y con ternura, me dije puta, y lo disfruté, desgarré mi propio cuello, cosí imanes en los lugares incorrectos, descosí los parches y los tiré al vacío, miré mis ojos mirarme, desde el propio abismo.
Derribe los árboles en honor a uno mismo.
Planté pesares, sostuve traumas, pinté mis uñas, una, dos, mil veces; lloré sobre la leche derramada, lloré sobre mi, sobre el agua, lloré sobre el viento, lloré por si acaso algún día no podía llorar, y reí por escasez, porque uno puede llorar, riendo también.
Te creí, le creí, la creí, no me creí, pagué mis deudas de más, rogué poco, pero dolió mucho... todo y un quizás.
Curé mis heridas con sal, y después me enteré que así no era, recomendé el azúcar para los sueños rotos, y condene los míos a volar demasiado pronto.
Recité en voz alta, callé los miedos, callé al miedo, callé al viento, y grité de rodillas con los brazos abiertos, lo suficiente, para saber que las películas no saben demasiado, sobre el dolor de dos tetas lactando a las luciérnagas ciegas, del adiós creado.
Y vaya, aún no saben qué hacer conmigo, y vaya... aún no sé qué hacer conmigo, y vaya... al destino no le importa, que vamos a hacer contigo.
“Vinde a mim, todos os que estais cansados e oprimidos, e eu vos aliviarei.
Tomai sobre vós o meu jugo, e aprendei de mim, que sou manso e humilde de coração; e encontrareis descanso para as vossas almas.”
- Mateus 11:28,29
Nunca senti algo parecido, uma coisa forte que me prende a você de uma forma que eu não consigo sair, uma chama acesa que quando se aproxima de você, incendeia toda minha alma.
Em outras realidades eu não me veria sentindo isso, mas algo te escolheu e me escolheu, algo mais forte que você e eu. Você me completa em lugares que você nem imagina, o bem que você me faz a alegria que só você me traz.
Com você eu sinto que posso ser eu mesma, e ter a versão mais boba da minha alma. Sabe aquele frio na barriga que nunca passa, ele nunca vai passar porque só você causa esse efeito em mim…
Quem nos vê sabe o quanto nascemos um pro outro, de um de um jeito louco mas muito gostoso de se viver. Você é meu lar, minha proteção, você se fez rocha em meio ao furacão.
Não sei onde isso vai dar, mas com você quero tentar tudo sem medo de onde vou chegar…