Ojalá algún día puedas dejar de compararme con la demás gente, quizá ese día te darás cuenta de la maravillosa persona que perdiste por querer que fuera alguien más.
Pelo encrespado y amarillo como las hierbas amarillentas que adornan una pradera en otoño.
Ojos de rubí encendidos de fuerza y seguridad, que tal vez tuvieran una que otra gota de sangre.
Cuerpo musculoso y bien formado, como el de un fuerte perro de caza al que se le puede apreciar la musculatura gracias al pelo corto y suave que le rodea.
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Pelo blanco como el pelaje invernal de un conejo, y rojo como el pelaje de un zorro común.
Ojos que son la perfecta combinación de la plata y el diamante, y la marca de su rostro el recuerdo de algo mal hecho.
Cuerpo fuerte y ágil que podría compararse al de un ciervo adulto criado bajo las más duras condiciones, listo para afrontar su primera batalla, y ganar.
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Dos grandes y bellos ojos de esmeralda llenos de inocencia, fuerza, determinación y otras cosas más.
Un pelo verde y alborotado como los pastos que crecen en la primavera naciente.
Las pecas, manchas de tierra sobre su infantil carita, que escondía alguien a quien bien podías temer, si hacías las cosas mal.
Las personas se evalúan constantemente a sí mismas y a los demás, en respecto a su atractivo, riqueza, inteligencia o éxito. ¿Por qué nos comparamos continuamente?
De acuerdo con algunos estudios, hasta el 20 por ciento de nuestros pensamientos involucran comparaciones de algún tipo.
Las personas se evalúan constantemente a sí mismas y a los demás, en respecto a su atractivo, riqueza, inteligencia o éxito.
La teoría de la comparación social es la idea de que los individuos determinan su propio valor social y personal con base en la manera en que se…
En el 2024, dejaré de lado la ansiedad, las comparaciones odiosas e injustas y el derroche del consumismo vaío. Me enfocaré en lo que tengo, lo que soy y lo que quiero ser. Me valoraré por lo que soy, no por lo que tengo o lo que otros piensan de mí.
tipo incluir legumbres en tus comidas es baratisimo pero es una paja dejar en remojo por eso las legumbres enlatadas SALVAN VIDAS te amo garbanzo en lata con el que puedo hacer un chana masala al toque
Mi mayor error? Adentrarme al océano de mis pensamientos, pensamientos que lastiman, que carcomen, que te hacen sangrar. Pero cuando volteas y los ves ellos solo se ríen, se ríen de lo débil que eres.
Sométase a Dios, resista al diablo, confiese que es un pecado, y aléjese de la tentación de la comparación. Santiago 3.14-18
Lo que podría empezar como una pequeña comparación entre nuestra vida y la de otra persona, puede salirse de control con facilidad. La envidia es como una bola de nieve que se vuelve cada vez más grande, y sus consecuencias pueden ser espiritualmente devastadoras.
Los celos llenan el corazón de descontento, ansiedad y amargura, distorsionando nuestros pensamientos, hasta que es casi imposible mantener el plan de Dios a la vista. Nuestro enfoque se fija en lo que no tenemos, lo cual nos lleva por el camino paralizante del resentimiento hacia los demás que tienen el objeto o el atributo que nosotros deseamos.
Además, los celos deshonran al Señor y, de hecho, son pecaminosos. Santiago dice que son de origen demoníaco, que causan desorden y conducen a todo tipo de mal (Stg 3.15, 16). Y Pablo los menciona como una de las obras de la carne (Ga 5.19, 20). La actitud equivale a encontrar fallas en Dios, afirmando que merecemos lo que otra persona tiene, y acusándolo de negarnos la mejor bendición.
Si usted descubre evidencias de celos en su vida, siga los pasos de Santiago 4.7-10. Sométase a Dios, resista al diablo, confiese que es un pecado, y aléjese de la tentación de la comparación. Concéntrese en la bondad de Dios, y confíe en que el plan que Él tiene para su vida es el mejor.