#soschmecktdeutschland Der Weckmann English in the comments Weckmann, Stutenkerl, Buckmann, Kiepenkerl, Piefekopp, dieses besondere Brot mit seinen vielen Namen gibt es schon seit dem Mittelalter. Eigentlich wurde er als Bischof gestaltet, genauer als Bischof Nikolaus oder Bischof Martin. Darauf deutet auch die münsterländische Bezeichnung Klaaskerl (Klaas von Klaus/Nikolaus) hin. Es ist ein süßes Gebäck, das eine tönerne Pfeife und Verzierungen aus Rosinen und Mandeln, manchmal sogar kandierten Kirschen bekommt. Dabei steht die Pfeife für den Bischofsstab und die anderen Leckereien für den Prunk der Bischofsrobe. Im Rheinland ist der Weckmann ganz klar mit dem Fest des hl. Martin verbunden, während er in anderen Teilen von Deutschland zum Nikolaustag verschenkt und verspeist wird und wieder in anderen Gegenden sogar als Neujahrsgebäck. Eine Kindheit in Deutschland ist eng mit dem Martinsfest verbunden: das Basteln der Laternen, der große Umzug und natürlich das anschließende Singen und Gribschen! Ich bin im Rheinland aufgewachsen und hier bekommt jedes Kind eine Martinstüte mit einem Weckmann, Mandarinen und einigen Süßigkeiten zum Abschluß des Umzuges geschenkt, was eine wunderschöne Erinnerung ist. Das Brot selbst ist ein süßer Hefeteig, je nach Region mit Rosinen oder ohne, der in Form eines Mannes geformt wird. Man isst es so oder mit Butter bestrichen und ein Bissen reicht, um sich, zumindest für die Dauer des Martinszuges, wieder in die Schulzeit zurückzuwünschen. Mögt ihr Weckmänner? Wie heißen sie bei euch? Und vor allem: mit Rosinen oder ohne? #weckmann #stmartin #heimatküche #foodporn #instafood #deutscheküche #foodporngermany https://www.instagram.com/p/ClJnfOLLSmjDwiflU5JlbtGinpkXy0_ii4_lK80/?igshid=NGJjMDIxMWI=
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"Correa sigue siendo un gran desconocido"
[Bernard Foccroulle el pasado 12 de junio en la iglesia de Santiago Apóstol de Castaño del Robledo (Huelva) / DANIEL DE LABRA]
El organista belga Bernard Foccroulle graba música del sevillano Francisco Correa de Arauxo en cuatro cedés del sello Ricercar
Bernard Foccroulle (Lieja, 1953) es uno de los grandes organistas de nuestro tiempo. Invitado por el Instituto del Órgano Hispano, que fundara hace unos años Andrés Cea, acaba de pasar por Marchena y Castaño del Robledo, una localidad situada en plena sierra onubense, para presentar su reciente álbum dedicado al sevillano Francisco Correa de Arauxo.
–¿De dónde viene su interés por la obra de Correa de Arauxo?
–Me apasiona su música desde que tenía veinte años. Empecé a viajar a España hace cuarenta años para buscar los instrumentos más adecuados para interpretarla.
–¿Qué papel juega Correa en el contexto de la música europea del siglo XVII?
–Tengo la impresión de que el lugar de Correa fue importante en España, y quizás también en América Latina, pero poco reconocido en Europa en ese momento.
–¿Y ahora, hay más aprecio por Correa?
–Siento que sigue siendo un gran desconocido para los melómanos. A menudo encuentro que músicos muy cultos ni siquiera conocen su nombre, a menos que sean organistas. Pero cuando descubren esta música, todos quedan sorprendidos, emocionados, muy impresionados.
–Ha decidido eludir la grabación de una integral de la Facultad orgánica y contextualizar los tientos de Correa con los compositores glosados o aludidos en ellos, ¿qué aportan al oyente para el conocimiento de la figura de Correa?
–He grabado algunas integrales (Bach, Buxtehude, Weckmann), pero no creo que esa sea necesariamente la mejor manera de hacerle justicia a un compositor. En este caso, preferí elegir las obras que más me interpelaban y compararlas con obras de compositores que lo marcaron e influyeron. Además, estas piezas vocales e instrumentales ventilan y humanizan la música de órgano.
–Ha usado al fin seis órganos diferentes (y un virginal). ¿Por qué su elección de estos instrumentos?
–Principalmente busqué órganos históricos en España y Bélgica, los antiguos Países Bajos meridionales, muy íntima y culturalmente ligados a España en los siglos XVI y XVII. Y, en efecto, sabemos que Correa tocaba en Sevilla instrumentos construidos por artesanos flamencos, muy presentes en toda España en aquella época. También he elegido instrumentos más modernos siempre que me ofrecieran una gran claridad polifónica, que ya no es la cualidad esencial de los órganos del siglo XVIII.
–¿Y por qué el virginal?
–Claves y virginales flamencos estaban presentes en aquella época en España. Los Ruckers eran los mayores fabricantes de claves en ese momento. Todavía hay un Ruckers en el coro de la Catedral de Segovia, por ejemplo. Correa conocía y tocaba ese tipo de instrumento.
–Hábleme de las características del órgano de Castaño del Robledo, que es muy singular en España.
–Andrés Cea me hizo descubrir este extraordinario órgano en 2018. ¡Fue un flechazo inmediato! Actualmente es el único órgano flamenco en funcionamiento en España. Su tubería es de finales del siglo XVI, y tal vez provenga de la catedral de Sevilla. Es muy intenso, muy timbrado, muy polifónico. Es un instrumento rarísimo y muy adecuado para entender mejor la música de Correa. ¡En Bélgica no tenemos un solo órgano tan viejo! Esto invita a conocer mejor los pocos órganos de este período que aún se conservan en Andalucía, pero lamentablemente no están en condiciones de ser usados.
[Foccroulle en San Juan de Marchena. / DANIEL DE LABRA]
–El instrumento de Castaño del Robledo fue construido con material del XVI, sin embargo el de San Juan de Marchena es un típico instrumento dieciochesco, ¿qué encontró en él que le pareció ideal para su proyecto?
–También me gustó mucho ese órgano de Chavarría. Es muy polifónico, también muy timbrado, muy vivo, a pesar de que su fecha de construcción es posterior (1765). Además tiene dos teclados, lo que ofrece posibilidades muy interesantes para algunos tientos de Correa.
–Desde su punto de vista, ¿en qué momento se encuentra la difusión del gran repertorio organístico europeo y que se podría hacer para mejorarla?
–Hoy sabemos mucho más sobre la música antigua que hace unas décadas, y eso es muy positivo. Sin embargo, hay que seguir investigando, para salir de los lugares comunes y explorar las relaciones entre la música de órgano, la vocal y la instrumental. Espero que la joven generación de organistas y músicos que practican la música antigua no se duerma: deben seguir explorando, creando, sorprendiéndonos... Esta es la gran lección de los redescubridores de la música antigua desde hace cincuenta años: al tratar de acercarse lo más posible a los compositores del pasado, ¡han hecho un acto de creación! A nosotros nos toca mantener ese mismo espíritu.
–¿Es una buena época para grabar discos con música de órgano?
–No dejamos de descubrir nuevos instrumentos, de restaurarlos, de tocarlos... La ventaja de los discos de órgano es que permiten a los oyentes, aficionados o profesionales, viajar virtualmente y descubrir tesoros inéditos. Sí, todavía es un muy buen momento para trabajar este repertorio y hacerlo aún más accesible.
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Correa de Arauxo. El organista del Salvador
Aunque durante mucho tiempo se especuló con su origen portugués, José Enrique Ayarra dejó claro hace casi cuatro décadas que Francisco Correa de Arauxo había nacido en Sevilla y fue bautizado el 17 de septiembre de 1584 en la iglesia de San Vicente. Quizá se formara en la Catedral o en la misma colegiata del Salvador donde empezó a trabajar como organista con solo 15 años, en 1599, y mantuvo su puesto hasta 1636. Fue luego organista en Jaén, pero en 1640 se convirtió por oposición en maestro de capilla de la Catedral de Segovia, donde permaneció hasta su muerte en 1654.
En 1626, Correa publicó en Alcalá de Henares su Facultad orgánica, un tratado con voluntad pedagógica que incluye una importante parte teórica y una práctica con 69 piezas para órgano: 62 tientos (el tiento era el equivalente en España del ricercar, una obra de carácter polifónico escrita con gran libertad formal), 4 canciones glosadas y 3 piezas religiosas armonizadas. En opinión de Foccroulle, “entre las características dominantes del lenguaje musical de Correa, podemos citar en primer lugar la búsqueda de la expresividad, un gusto pronunciado por los grandes contrastes y por los claroscuros, una gran imaginación rítmica y deslumbrantes explosiones de virtuosismo”.
[Diario de Sevilla. 27-06-2022]
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