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themasterreader69 · 2 months

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RURAL

Enzo Vogrincic x Reader

Enzo Vogrincic te invita a tomarte unas vacaciones en la chacra de sus padres, a las afueras de la tumultuosa ciudad de Montevideo, Uruguay.

Íbamos por la ruta 5 hacia la chacra, yo nunca había visitado el departamento de Durazno así que esto era como una pequeña aventura para mí. Viajamos en un Chevrolet Cruze gris que ya tenía varios kilómetros de uso. A Enzoconducir se le daba realmente bien, seguro debido a lo atento que es –una de sus mejores cualidades–.

Los temas melancólicos de Jeff Buckley tomaban el auto, él tarareaba Lover, You Should've Come Over y yo no pude evitar cantar a todo pulmón ‹but maybe I'm just too young, to keep good love from going wrong› esa línea dolía, las canciones de Jeff me recordaban a un amante que prefería olvidar, pero en ese momento, ese verso, era solamente para él.

Me sentía jóven e iluso a su lado, mis padres siempre bromeaban «¡10 años de diferencia no son nada!» a mí me llenaba de preocupación sentir que no era suficiente para él. ‹big spoon, you have so much to do and I have nothing ahead of me› pasó por mi cabeza. Mi rostro cambió, mi postura también, caí en sobrepensar. Él se dió cuenta –es atento ¿recuerdan?– pareció que iba a decir algo pero se abstuvo y simplemente cambió de canción, entonces Grace sonó. El inglés de Enzo no era particularmente bueno –por no decir que su conocimiento era nulo– pero me daba mucha ternura escucharlo cantar como podía gueit indefaie gueit indefaaaai (wait in the fire).

Me encantaba ser copiloto, ser copiloto para mí significaba sentarme a admirar la belleza del piloto, así que el trabajo se me daba naturalmente bien, como prueba de esto voy a describir lo que mis enamorados ojos veían; llevaba una coleta –él decía que le ayudaba a enfocarse– de la que salían algunos mechones de pelos sueltos que quedaban revoloteando por el viento. Sus ojos radiantes por la luz solar, los rayos que buscaban contornear la forma de su nariz. Simplemente me encantaba su perfil y ver sus brazos firmes, extendidos, tomando el volante con seguridad.

Vestía unos jeans tradicionales, remera de algodón color crema que probablemente habría comprado en Hering y unos championes New Balance clásicos –cabe aclarar que yo jamás habría elegido unos championes claros para andar en la tierra, es más, yo llevaba mis Converse que suplicaban piedad, pero él tiene tanta elegancia que simplemente no lo puede evitar– muchos creerían que ahora que colabora en la industria de la moda, él caería en las garras del consumismo, pero lejos de eso, él es un tipo simple y a mí me gusta eso de él.

Durante el camino, Enzo compartió historias alegres de su infancia, nos reímos mucho. En sus historias se notaba un amor filial palpable –aunque incomprensible para mí– yo también compartí algunas anécdotas, alteradas tal vez, para volverlas más alegres de lo que eran.

A minutos de las tres treinta, le bajó poco a poco el volumen a la música.

—Vos sabés que... –él movía su pulgar derecho sobre el volante con cierta inquietud–. Siempre quise poder dejarle a mis viejos un lugar donde puedan disfrutar del buen vivir, respirando aire fresco, todo eso... –vi como mordía el interior de su cachete–. Como para devolverles un poco todo lo que me dieron.

Extendí mi mano sobre su pierna haciendo una mueca.

—Bueno el punto es que... –siguió–. Esto es un logro para mí y me hace muy feliz poder compartir esto contigo— Dijo mientras soltaba una sonrisa sincera.

Las palabras de Enzo resonaban con un afecto genuino. No había en sus palabras, nada más que honestidad y para mí eso era un alivio, venía de años de dudas, toda mi vida dudando del cariño de otros pero su querer era algo certero.

Al llegar a la chacra la inmensidad del lugar dejaba boquiabierto, la chacra se reveló como un edén –que bello mi paísito– quería aprovechar estas vacaciones para conectar con la tranquilidad de la naturaleza. De todas formas las vacaciones iban a ser breves, era más como una escapada, ya que Enzo andaba firmando más contratos otra vez.

Yo quedé impresionado por la fusión perfecta entre lo contemporáneo y lo rústico de la arquitectura al entrar al lugar, tenía detalles modernos, pero la esencia del campo se mantenía intacta. ¡Qué hijo de puta cómo ama a sus padres! –nosotros compartimos un diminuto apartamento en Montevideo–

Estábamos explorando la moderna cocina, yo mantenía la vista sobre el techo de dos aguas que añadía un toque distintivo a la estructura, cuando Enzo irrumpió mis pensamientos con su voz.

—Tanta ruta me dio hambre, me voy a preparar unos wraps vegetarianos ¿te hago unos?

—Tranqui, no tengo hambre. Comé vos —Le dije sin apartar la vista del techo, que placer los buenos ángulos en una casa, siempre escasean—.

—¿Posta no querés comer nada? Le pongo abundante aguacate como te gusta a vos — Insistió mientras se acercaba para jugar con mi cabello.

—No es que no quiera comer nada ¿o acaso estás vos en el menú? — Respondí mientras lo tomaba por sus caderas. Riéndome.

Enzo soltó una carcajada y sostuvo mis manos.

—Mejor sigo mostrándote la chacra, así te sentís como en casa.

Me presentó las mascotas que nos recibieron con entusiasmo.

—Este es Garfio. — Decía mientras se agachaba para sacudir sus manos detrás de las orejas de un galgo de pelaje oscuro que no dejaba de dar vueltas a nuestro alrededor, celebrándonos con cada movimiento.

Aunque no suelen gustarme los perros, la alegría con la que Enzo miraba a Garfio me contagió de emoción. Con una sonrisa –como amo verle sonreír– me contó la conmovedora historia de cómo rescató a este compañero leal en la misma ruta por la que habíamos llegado más temprano.

Mientras nos acercábamos a dos gatas persas que se encontraban plácidamente descansando en los sillones del living dijo: Estas son mis reinas más preciadas, Thelma y Louise.

Me quedé fascinado con ellas.

—¿Sabías que las dos miran películas conmigo?—Me dijo.

Sentí en ese momento que Enzo actuaba como un niño, todo le causaba ilusión, me quería hablar de todo, contarme todo, compartir todo. Me subieron unas inmensas ganas de sostenerle.

—¿En serio? Me muero del amor— Le respondí pero sin prestarle mucha atención –ya que toda mi atención estaba en Thelma y Louise– mientras me turnaba para darle besitos en la frente a cada una de ellas.

Con la tentación de quedarme jugando con Thelma y Louise, Enzo me recordó que aún había más por descubrir. La salida trasera reveló un ventanal inmenso que permitía que la luz natural inundara el amplio living.

Me llevó a un pequeño establo donde conocí a Trueno, un majestuoso caballo negro.

Curioso, le pregunté a Enzo si sabía montar a caballo, y con una sonrisa, confesó que recién ahora estaba aprendiendo y que su padre era el verdadero experto en la materia. Luego de interactuar un poco con Trueno, Enzo me llevó a conocer los conejos que su madre criaba cerca de un pequeño invernadero que había en el lugar.

Los conejos eran unos seres adorables que él agarraba con tal gentileza que mi corazón no pudo evitar derretirse allí mismo.

—Todavía no terminamos, yo sé que desde la ruta las viste, vamos a saludarlas.

Nos dirigimos hacia la zona donde pastaban una diversidad de vacas.

—¡Y no te enojes conmigo! —Dijo alzando las manos—. Pero te tengo que decir que ninguna tiene nombre. Son sólo "Las Vacas".

Me reí, miré alrededor, el territorio era tan vasto que era difícil no sentirse ínfimo. Encontré un tronco caído a la lejanía y me senté sobre él. Por suerte, Enzo no me siguió y en cambio se quedó hablándole a las vacas. Mientras tanto, yo estaba cargado de muchísimas emociones, la melancolía me recorría el cuerpo.

—Que locura, no merezco esto— Dije mientras me mordía los labios aguantando el llanto.

No sé si era la brisa veraniega, el canto de los pájaros, el hermoso atardecer que a lo lejos ocurría, la inmensa cantidad de árboles, los animales o el inexplicable y particular olor a eucalipto que tenía el lugar –ni idea de dónde venía porque la plantación de eucalipto la habíamos pasado hacía muchísimos kilómetros– o quizá era todo eso junto, o nada de eso.

Al regresar nos sumergimos en la habitación –aún inexplorada por mí– buscando un merecido descanso después de la aventura del día.

Me dejé caer en la cama, inhalando profundamente. Enzo, de pie, me observaba y pude anticipar un comentario del estilo "¿Ya te vas a dormir?". A pesar de que ya era tarde para una siesta, la idea de cerrar los ojos me tentó lo suficiente como para finalmente hacerlo sin culpa. Sutilmente, Enzo se unió a mí en la cama y con delicadeza, posicionó sus piernas entre las mías y se recostó sobre mi pecho. Sentí una paz inconmensurable. Deseaba quedarme eternamente en ese momento. Creo que la paz fue tal, que hasta tuve un momento de meditación y todo.

—Entonces... —Volteó a verme con sus preciosos ojos marrones—. ¿Te gustó la chacra?

—Me encantó, cada rincón tiene su encanto.

—Me alegra mucho —Me abrazó con una inmensa fuerza mientras que, susurrando con gran timidez, de una forma casi imperceptible le escuché decir "Cuando te veo relajado, siento que todo vale la pena".

No estoy seguro de si transcurrió mucho tiempo mientras reflexionaba sobre cuál sería mi respuesta a eso, sin embargo, cuando me disponía a dar una respuesta, me percaté de que Enzo ya se encontraba en el dulce abrazo del sueño. La serenidad del entorno parecía haberlo envuelto en un manto de descanso antes de que pudiera compartir mis palabras. Con el pasar de los minutos, la atmósfera apacible y la sensación reconfortante me llevaron también a mí.

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caostalgia · 10 months

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00:30 am

¿Recuerdas aquel coche? Si ese, en donde viajamos juntos por primera vez.

¿Recuerdas ese suéter que me regalaste? Si, el azul que me diste cuando estaba triste.

¿Recuerdas ese oso tamaño yo? Exacto el que me regalaste en navidad.

Pero también, ¿Recuerdas cuando me rompiste el corazón para siempre?...

-Hannis.

#notas #frases #citas #escritos #caostalgia #textos #pensamientos #en tu orbita #amor #tristeza #hannis

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leregirenga · 4 months

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Estamos hechos de estrellas, nos movemos entre un espacio sideral y viajamos entre planetas, asteroides y meteoros.

Nos vamos de paseo a la luna y ella nos regala su poesía y su brillo. En ocasiones nos estacionamos en alguna nebulosa y ahí hacemos figuras de iridiscentes colores y piruetas damos al compás de una melodía que tú y yo sabemos.

Nos regalamos la vía láctea, nos ponemos los anillos de Saturno y en ocasiones nos extraviamos más allá del infinito.

Bailamos eternamente en una vasta galaxia perdida y entre paso y paso, unos besos brotan cómo estrellas fugaces dejando una estela de luz y amor.

Leregi Renga

#estamos #hechos #estrellas #movemos #espacio #sideral #viajamos #universo #amor #texto de amor

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ressoar-da-alma · 6 months

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Campo magnético

É não tem mais como esconder, já não somos mais os mesmos, e não digo sobre as mudanças da vida, porque isso é um fato, mas realmente os dias não tem sido mais os mesmos, depois que cruzamos o mesmo caminho, depois que vi meu reflexo em seu olhar, depois de sentir o contato de nossa pele se juntando e formando uma só, através do tempo e espaço que viajamos juntos no momento em que o universo fez morada em nossos olhos castanhos. Difícil explicar todo esse sentimento, e as lembranças que consomem os meus dias, minhas horas, são inevitáveis, os gatilhos que chegam de repente quando lembro do seu toque, o gosto da sua boca, o som da sua voz rouca pela manhã, o jeito como rimos de coisas bobas, todos os momentos em que nosso encontro se tornou uma imersão, uma experiência tão única e intensa. Algo tão profundo assim não pode ser quebrado, ou esquecido, eu sei disso, sinto que em alguma vida escolhemos nos encontrar de novo, e sei que escolheria de novo em mil outras vidas. Só para sentir a sua energia, eu sinto que há algo além do que a gente consegue entender, seria essa a magia da chama gêmea? Não sei... Parece existir um campo magnético que nos atrai para o mesmo lugar, uma atração que ao se afastar ela implora para ser reduzida.

#benevolência #espalhepoesias #carteldapoesia #pequenosescritores #projetoalmaflorida #poetasvermelhos #mardeescritos #procaligraficou #conhecencia #projetosonhantes

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callaitomaswapito · 15 days

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Aquí estamos @yannakissecae y yo con Rihanna. Es 100% real, 0% IA, o a lo mejor un poquito.

Todo esto para ofreceros por fin un nuevo episodio de Ítems!!!! Que Barrrrrbadoridad de episodio nos ha quedado, amigos! Viajamos hasta el caribe para ofreceros más mandanga de la buena, de la que os gusta. O incluso menos diría yo, pero es que... cosas. Disfrutad de musikita, una nueva sección, itemcitos y demás! Os queremos!

#propio #callaitomaswapito #callaito #yannakissecae #itemsdeazotea

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frasesnahir · 1 month

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Visita sin ser bienvenida

Ansiedad vino de visita llego sin ser invitada y me pidió una taza de café y aunque se la serví, ella sabe que no es bienvenida lloro toda la noche mientras decía tener miedo y yo le pedía que se marchara, pero al parecer ella invito a su amigo insomnio y su prima depresión

ya era media noche y me encontraba en una discusión con ellos pues me prometieron irse desde las 2 últimas semanas, ellos dijeron que yo los llame y como no contestaron la llamada vinieron a ver qué ocurría, pero lo raro es que desconozco su numero

Ansiedad me dijo que ella tenía que hacer una lista de cosas por hacer la próxima semana, insomnio dijo que se había tomado una píldora para dormir pero que el ruido de mi cabeza le causo migraña y no durmió nada, depresión lloro y dijo que estuvo abriendo cajas y álbumes de fotos donde encontraría esa sonrisa que perdimos pero que me escucho recordar y vino para que lloremos juntas mientras viajamos al pasado

Al final la conclusión es que, aunque corra lejos viven dentro de mi y ellas no planean mudarse jamás

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strawmariee · 11 months

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Tenho 2 relatórios, um power point para fazer e uma réplica de planador para terminar até segunda. E oque estou fazendo? Claro, escrevendo fanfics! E mais uma vez essa vai para o Jotaro da parte 4 pois eu gostei bastante de escrever com ele! E espero que vocês gostem!! Obs: O final é um pouquinho "picante", mas nada muito perigoso. Apenas testando novas águas😏.

A Tour At Sea

Jotaro Kujo x Leitora

Você inspira a doce brisa da manhã enquanto faz sua caminhada matinal pelas ruas de Morioh enquanto busca por inspiração para o seu trabalho. Você resolve fazer uma pausa em um café após sentir o doce e familiar aroma da bebida, então você entra em uma das cafeterias e pede um cappuccino em conjunto com pães de queijo e escolhe uma mesa para se sentar enquanto espera o seu pedido.

- Bom dia, S/n.- Você se espantou quando encontrou o olhar de seu velho amigo, Jotaro Kujo, mas logo se recompôs quando ele retornou a falar.- Eu posso?

- Mas é claro, fique à vontade!

- Obrigado.- Ele diz com um pequeno sorriso enquanto se senta na cadeira a sua frente.

- Eu esperava por tudo, menos te encontrar em uma cafeteria!

- A vida pode ser uma caixinha de surpresas.

- E como!

Uma garçonete veio entregar o seu pedido e logo ela ofereceu educadamente o cardápio para o seu companheiro de mesa que, depois de alguns minutos analisando as opções, pediu apenas um café preto sem açúcar.

- Então? Oque está fazendo por aqui por Morioh??- Você pergunta animada enquanto toma o seu café e oferece sua cestinha de pão de queijo para Jotaro, que acabou pegando um.

- É uma história bem longa...

- Bem... Eu não tenho nada para fazer então...- Disse animada e pronta para ouvir as fofocas dele, que sorriu quando notou.

- Sempre querendo saber das fofocas, não é?

- Lógico! Agora conte T-U-D-O!!

Ele assentiu e começou a contar que veio inicialmente para resolver um pequeno "probleminha" que Joseph havia causado. Você tinha os olhos brilhantes enquanto tomava o seu café, sedenta pra saber mais sobre a história.

- Não acredito que o Joseph tem outro filho!- Você diz chocada enquanto come o último pão de queijo e o seu companheiro toma mais um gole do café que você nem viu chegar.

- Você deveria ter visto a cara da vovó Suzie Q.

- Eu estou imaginando, e eu não queria estar na pele do senhor Joestar!

Ele sorriu mais uma vez e nós mudamos de assunto.

Descobri que Jotaro estava fazendo uma pesquisa para sua formação em Biologia Marinha e contei que também estava pesquisando por inspiração para concluir minha pós-graduação.

- Bem, eu hoje tirei o dia para fazer um mergulho. Você pode vir comigo se quiser, talvez um tour pelos mistérios do oceano possam te ajudar.

- Se não for incômodo, eu adoraria ir com você!

Jotaro assentiu e nos levantamos para pagar nossos próprios pedidos. Ou melhor, ele pagou pelo meu também mesmo eu insistindo que não precisava, no entanto agradeci quando saímos da cafeteria e começamos a ir para o porto da cidade.

- E como anda a vida amorosa Jotaro? Arranjou alguém que aguente o seu humor?- Disse brincando e ele revirou levemente os olhos.

- Eu me separei há alguns anos.

- PERA, VOCÊ SE CASOU?!- Eu o olhei indignada.- E VOCÊ NEM ME CONVIDOU PARA O CASAMENTO?!

- Yare yare... Não precisa gritar, eu não sou surdo.

- Jotaro Kujo, eu não acredito que você foi capaz de esquecer de me convidar! Poxa, nós viajamos juntos pro Egito e passamos por bastante coisa juntos!!

- S/n, apenas a minha família e a dela compareceram, foi algo simples e não precisa desse escândalo todo por isso.

- Claro que precisa! Poxa, me sinto traída!- Eu o olho colocando minhas mãos em cada lado da cintura.- Só falta você me falar que tem um filho!

-...

-... MENTIRA?!- Eu o olho chocada e ele apenas abaixa a aba do boné.

- Ela se chama Jolyne, e ela com certeza adoraria você.

Fiquei calada enquanto olhava para frente. Ele já viveu tanto e sequer me contou!! Eu sei que ficamos afastados por um tempo, mas pensei que a consideração que tínhamos um pelo outro fosse grande.

Jotaro percebeu o meu silêncio e se virou na minha direção, e eu evitei de cruzar o meu olhar com ele.

- Me desculpe S/n.- Ele disse mas eu fingi que não foi comigo.- Tem... Alguma coisa que eu possa fazer?

- Eu quero que você me dê um pônei ou me apresente a sua filha!

- Provavelmente será a 2° opção.

Assenti e então voltei a caminhar ao seu lado, mas sem comentar nada. Tinha medo de descobrir mais coisas que ele pode ter escondido de mim desde quando nos separamos após os eventos com os Crusaders.

Quando chegamos no porto, Jotaro conversou brevemente com um homem que entregou as chaves de uma lancha que tinha todos os equipamentos necessários pra mergulho. Ele segurou a minha mão enquanto subia as escadas para entrarmos no barco.

- Do jeito que você é, é melhor eu segurar sua mão para você não cair desse barco.

- Ei! Eu não sou desastrada!- Ele me olhou por cima do ombro com um olhar de tipo: "Sério?".- Tá, só um pouquinho.

Ele deu uma leve risada e soltou a minha mão quando finalmente estávamos no barco. Ele ligou a lancha e eu me sentei antes de Jotaro nos levar para algum lugar daquelas águas misteriosas.

Confesso que comecei a sentir o meu coração acelerado quando me toquei de que estava sozinha com ele e que vários pensamentos do que poderia acontecer começaram a surgir na minha mente.

Balancei minha cabeça para os lados, por que diabos esses sentimentos do passado estavam voltando?!

Suspirei e evitei ao máximo olhar para as costas largas do meu companheiro que, de vez em quando, notei me olhar algumas vezes por bastante tempo...

- Chegamos.- Ele disse parando a lancha no meio do mar, e confesso que comecei a ficar um pouco ansiosa.- Não precisa ficar com medo.

- Oque viemos ver, Jotaro?- Ele ficou me olhando por alguns segundos em silêncio antes de me responder.

- Tudo que estiver disponível para nós.

O olhei sem conseguir disfarçar meu receio, mas do mesmo jeito eu concordei. Ele me deu uma roupa própria para mergulho e se virou para que eu pudesse me trocar com um pouco mais de privacidade.

No entanto...

- Caralho, isso é muito apertado!- Disse com dificuldade enquanto fazia o possível para por aquela roupa.

- Você quer ajuda?- Olhei para as costas dele e suspirei enquanto praticamente implorava.- Certo.

Ele se virou e vi que ele segurou o riso quando viu como eu estava toda embolada. Ele murmurou o seu bordão e caminhou até a mim, me ajudando a resolver aquele pequeno problema.

- Você vestindo a roupa ao contrário também não ajuda muito.

- Não fiz de propósito!- Disse enquanto agora conseguia respirar e me mexer com aquela roupa.- Obrigada...

Começamos uma troca de olhares e sinto borboletas em meu estômago quando sua mão apertou a minha cintura antes de me puxar para ele. Engoli em seco enquanto sentia o meu coração acelerar com a nossa proximidade.

- Bem... Quando vamos mergulhar??- Perguntei e dei alguns passos para trás enquanto olhava para o mar, sentindo minhas orelhas esquentando.

- Eu só vou colocar a roupa e já vamos, ok?

Apenas concordei enquanto me encostava na barra do barco e encaro aquele mar em procura de algum animal. Senti a mão de Jotaro em meu ombro e corei quando vi que aquela roupa de neoprene havia destacado o seu abdômen.

Ignorei isso enquanto ele me ajudava a colocar o colete equilibrador junto com o cilindro de ar comprimido, e quando ele estava prestes a explicar como deveria usar o regulador, eu sorri brincalhona.

- Já se esqueceu da pequena aula do sr. Joestar quando tivemos que enfrentar a Sacerdotisa? Inclusive, eu quero aprender aquela batida do Polpol e do Kaks!

- Tudo bem, mas vamos deixar isso pra depois.

- Ok!- Sorri e finalmente já estávamos prontos para nosso mergulho.

Jotaro entrou no mar primeiro e após checar a área ele me ajudou a descer do barco. Ele perguntou se eu estava preparada e eu balancei a cabeça dizendo "Sim" enquanto já colocava o regulador em minha boca, e ele imitou minha ação.

Assim que mergulhamos, confesso que senti medo enquanto olhava para aquele local que não havia nada, nem sequer um cardume de peixes. Mas quando vejo Jotaro ao meu lado, sei que não preciso me preocupar com nada.

Ele começou a liderar o caminho e eu apenas o segui de perto, temendo a ideia da gente se separar e eu ficar sozinha ali. Vai saber oque se escondia ali...

Me arrepiei e acabei agarrando a mão de Jotaro que imediatamente me olhou por cima do ombro.

"Está tudo bem?"- Ele perguntou usando o stand e a nostalgia me dominou por um momento.

"Sim, eu apenas... Estou com um pouco de medo."- Disse sincera e ele entrelaçou os nossos dedos.

"Não precisa se preocupar, eu estou aqui com você."

Essa foi a última coisa que ele disse antes de continuarmos a nadar mais para o fundo, parando perto de alguns corais que, graças a Deus tinha alguns seres vivos ali.

"Olha Jotaro! Um peixe-palhaço!"- Disse achando fofo ver o peixe se esfregar nas anêmonas.- "Jojo, é verdade que eles podem se transformar em fêmeas??"

"Sim. Caso não exista uma fêmea próxima, um deles se tranformará em uma para que ocorra a reprodução."

"Que bizarro!"

Continuamos a nadar e encontramos vários animais diferentes, como polvo, carangueijo e até um tubarão (Que graças a Deus estava longe).

Jotaro pareceu interessado em uma estrela do mar e eu encarei um golfinho de longe que até parecia feliz em me ver. Sorri e o animal veio até a mim e começou a me rodear, querendo que eu brincasse com ele.

Dei um carinho em sua cabeça e ele fez o seu típico som, que atraiu a atenção do meu amigo que tinha um leve brilho nos olhos.

"Olha como ele é lindo e energético!"- Digo enquanto observo o golfinho, que ficou mais animado quando Jotaro se aproximou de nós e colocou sua mão em seu bico com cuidado.

"É um golfinho jovem, isso explica a sua energia."

O golfinho continuou a brincar com a gente por um tempinho, até que ele provavelmente cansou e saiu dali, deixando nós dois sozinhos de novo.

"Eu... Queria agradecer por esse incrível passeio Jotaro, eu realmente apreciei tudo isso!"

"Eu fico feliz. Aqui é um lugar bonito e que tem várias coisas a serem estudadas."

"É verdade! Agora me arrependo de não ter escolhido Biologia Marinha."

"Gostaria de ver você indo para as profundezas do oceano para descobrir os outros 95% que ainda faltam e..."

"Ok, deixa pra lá!"- Ele deu uma risada quando viu minha mudança rápida de humor.- "Mas eu me sentiria melhor se nessas explorações você estivesse do meu lado."

Ficamos em silêncio nos encarando novamente e eu novamente senti aqueles velhos sentimentos voltando com força. Estávamos sozinhos e em um lindo lugar... Nada colaborava para me fazer deixar de pensar em realizar o meu desejo de adolescente.

Hesitei por um momento, mas coloquei minhas mãos em cada ombro seu para testar sua reação. Ele não me afastou, então entendi como um sinal verde.

"S/n, vamos embora."- Ele disse, me deixando confusa.- "Aquele tubarão de antes voltou, e ele não parece muito contente com nossa presença."

Virei minha cabeça devagar para a direção que Jotaro olhava e senti meu coração se encher de adrenalina ao ver aquele ser gigantesco tão perto da gente.

"Tenta ficar calma, ele pode sentir o seu medo."

Ele abraçou a minha cintura e quando o tubarão se afastou um pouco, nós começamos a nadar de volta para a lancha, agradecendo por ele não ter nos seguido.

Voltamos para a superfície e me espantei quando estava bem perto do anoitecer. Passamos tanto tempo assim lá embaixo?!

- Nossa, realmente demoramos lá embaixo!- Digo quando retirei o regulador e o olhei sorridente.- Temos que fazer isso de novo!!

- Devo concordar, não foi tão ruim.- Ele disse com uma sombra de sorriso em seus lábios.- Mas pra quem estava morrendo de medo querendo ir de novo é bem surpreendente.

- Parou com a brincadeira!

Dei um tapinha em seu braço mas ele foi mais rápido e segurou o meu pulso, não com força o suficiente para me machucar.

Minhas bochechas novamente esquentaram quando mais uma vez ele me olhava de uma forma tão intensa que minhas pernas até ficam bambas.

Ele pareceu hesitar por um momento, mas sua outra mão foi para o meu rosto e ele começou a fazer um carinho ali, então eu recoloquei minhas mãos em seus ombros enquanto sentia meu coração acelerado com seu olhar mudando para os meus lábios.

Ele colocou suas mãos em cada lado de meu rosto e eu fechei os meus olhos quando senti os seus lábios contra os meus em um beijo lento e delicado. Coloquei minhas mãos em sua nuca e brinquei com o seu cabelo, o fazendo grunir contra minha boca e me fazendo arrepiar.

Uma de suas mãos foi para debaixo de minha coxa e eu entrelacei minhas pernas em sua cintura quando ele me aproximou de seu corpo.

Sua mão agora em minha cintura segurava minha carne com força enquanto ele finalizava o beijo com uma mordida em meu lábio inferior.

- U...Uau...- Disse levemente envergonhada e isso o fez sorrir ladino.

- Você não sabe o quanto eu queria fazer isso com você...- Ele sussurrou em meu ouvido antes de morder o lóbulo da minha orelha.

Mordi os meus lábios enquanto ele começava beijar o meu pescoço e descia as suas mãos para a minha coxa enquanto eu começava a me mexer lentamente entre suas pernas.

É... Eu com certeza aproveitaria o novo tour que eu faria por aquele corpo...

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um-garoto-chamado-yuri · 5 months

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Minha breve história com a automutilação

Tw: Automutilação, esse post não incentiva a prática e foi escrito para mostrar minha experiência e te encorajar a parar com o hábito (ou nunca tê-lo), lê-lo é por sua escolha.

Acho que já deixei muito claro que fui um praticante de automutilação. Bem, em vários posts comento sobre isso, não deveria ser um tabu, é preciso falar para que as pessoas saibam como é um hábito horrível. Como certamente nunca fiz um post explicando como tudo começou, contarei aqui a minha história de nove meses (!) com o meu pior vício.

Tudo começa em outubro de 2021, tinha acabado de ser zoado pelos meus "amigos" (hoje em dia nem conversamos mais, já que me abandonaram) e fui totalmente constrangido pela minha professora. Eu havia sofrido transfobia (meu "amigo" me chamava pelos pronomes errados e dizia que não tinha idade para saber que era trans), mas mesmo dizendo pra ela tudo o que aconteceu, me disse que a culpa era minha ("Quem mandou ficar dizendo uma coisa dessas para os outros, hein?"- Disse). Isso só ajudou meus "amigos" é justificarem que estavam certos e um deles até me atacou no grupo da sala (felizmente ele havia sido banido logo depois da mensagem). Minha professora jurou que eu deveria me assumir para minha mãe e, se possível, conversaria com ela na reunião de pais. (Coincidentemente, por ironia do destino, eu e meus pais viajamos no dia da reunião).

Nunca contei nada pra minha mãe, acho que ela não aceitaria. Durante algumas semanas fiquei sozinho, me sentindo culpado pelo que sofri (hoje entendo que não, ninguém é culpado pela violência que sofre). Estava horrível, lanchei sozinho, fiz trabalhos com grupos que não tinha muito contato, coisas do tipo. No final daquele mês voltei a conversar com os dois (futuramente, um deles me pediu desculpas pelo erro, e outro sequer tocou mais no assunto).

Mas eu ainda sentia um vazio. Estava no ápice da disforia de gênero, sendo perseguido pela minha professora de português (todos os dias depois de que me viu chorando, insistia em me perguntar: "Você conversou com a sua mãe sobre *aquilo*?", eu mentia e dizia que ela havia me aceitado). No começo de novembro minha colega, que sentava atrás de mim, veio puxar um papo comigo (ela costumava me pedir cola de provas, mas também sabia contar história quando a aula estava entediante). Havia dito: "Estou de castigo, minha mãe descobriu", não pude abrir a boca, já que ela logo levantou a manga do moletom e mostrou o braço dela cheio de cortes.

Foi meu primeiro contato com a automutilação.

Ela me disse para não fazer aquilo, ouvi claramente. Mas algo dentro de mim pediu por aquilo, queria saber a sensação da dor, de causá-la voluntariamente. De tarde, fui para o computador e joguei no Google: "Automutilação", vi imagens horríveis de braços com cortes, alguns até sangrando. Me perguntei se era isso que realmente precisava para descontar minha solidão, minha culpa... Resisti por alguns dias, até que no final de novembro, fiz meu primeiro corte usando um compasso (estava mais para um arranhão, na verdade).

Voltei para escola com o braço direito (sou canhoto, então tinha facilidade para cortar o braço oposto) todo arranhado por baixo da manga do moletom. Ás vezes eu o levantava e alguns colegas o viam, ficavam assustados. Tinha gente que ficava horrorizada, outros queriam contar para a coordenação (mas fiz questão de dizê-los para não fazer isso, "será a única fez que me machucarei"- menti). Você pode estar pensando que fiz aquilo para chamar atenção, mas não é assim que funciona, queria que a sala visse como eu me sentia por dentro, no fundo eu não era o garoto feliz e engraçado que todos insistiam em ver, por trás, havia alguém infeliz. Apenas uma pessoa veio me perguntar qual era a motivação, não consegui falar, apenas chorei (mas mandei um textão de desabafo para essa pessoa no WhatsApp).

As férias chegaram e não foram como eu imaginava. Eu estava triste, mas pelo menos minha professora não conversou com a minha mãe (onde já se viu os professores quererem tirar um aluno do armário?). Alguns arranhões estavam cicatrizando, mas não permiti isso. A partir daquela época, me automutilei todos os dias, das formas mais variadas que você pode imaginar: Gillete, tesoura, compasso... Os cortes eram tão visíveis que passei usar uma bandana o dia inteiro para que ficassem escondidos (minha mãe havia gostado daquela decisão, mas não sabia dos machucados), a tirava apenas para tomar banho e ir dormir.

Em janeiro, já contava com várias cicatrizes no braço direito e uma no joelho. Claro que nunca contava para ninguém, era minha forma de descontar a dor, e ela era causada de várias formas (desde disforia de gênero, perceber que havia quebrado um cabide sem querer ou simplesmente por sentir vontade). Eu me punia assim, me sentia um lixo.

Quando o oitavo ano começou, em 2022, não liguei se me cortaria na própria aula. Eu estava com muitas crises de choro naquela época, tanto que a minha antiga professora de matemática ficou preocupada, ela nunca pensou que um dos alunos mais animados da classe estaria tão cabisbaixo. Conheci uma aluna nova da minha sala que também se automutilava (OBS: ainda somos amigos!) e fizemos uma promessa: nos ajudaríamos a passar por isso. Eu desabafava tudo pra ela, e vice-versa. Em fevereiro, depois de meus pais brigarem por um longo período de tempo, minha mãe foi me dar boa noite na cama.

Eu esqueci de tirar a bandana, ela fez questão de tirar para mim. E obviamente, ela viu os cortes (um ainda jorrava sangue). Nossos olhares se cruzaram e eu gelei. "O que é isso?"- Ela me perguntou. "Eu me machuquei na escola"- Menti, e me arrependo disso, eu precisava de ajuda, mas imagina se a contasse que tudo começou com um bullying por transfobia? Isso seria pior!

Depois daquele dia, fiquei até abril sem se automutilar. Lutando contra a vontade, mas ficar um dia sem fazer um corte era dolorido pra mim. Depois do dia 20 de abril daquele ano, quando tive uma crise grave de disforia de gênero a ponto de ficar quase a aula toda fora da sala (estava tendo uma festinha de despedida da professora de matemática), senti que meus amigos passaram a ficar mais colados ao meu lado, não só por conta da automutilação, mas por que um dos meus amigos deve ter contado que tentei me suicidar em fevereiro (eu não consegui, fiquei com medo se isso desse certo, mas como recompensa fiquei com dor de barriga e de cabeça por conta dos remédios).

Continuei a me automutilar até 30/08/2022, quando pensei simplesmente que deveria parar, lutei contra a minha vontade novamente, me afastei da Gillete e do compasso. Hoje me orgulho em dizer que ano que vem farão dois anos que estou longe da automutilação. Foram nove meses obscuros e que farei questão de me lembrar, querendo ou não, mostra que lutei contra um vício. Se cortar são como drogas: fácil de entrar, difícil sair.

Se sinto falta? Não, não sinto. Aprendi com o tempo que isso não é saudável, e que qualquer amizade ou desabafo pode curar a vontade de usar uma lâmina para se machucar.

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