literally in love with the idea of juani & reader just making out on set of lsdln before he’s about to get his hair & makeup done >3<
café y caramelo | juani caruso
summary: un pequeño vistazo a la rutina con juani en las mañanas de set, o mejor dicho, la razón por la que siempre llegan atrasados. 1.4k
fue muy rápido, una hora estabas caminando tranquilamente por los camerinos en dirección al trabajo y a la siguiente te metían en una habitación, sin avisar, sin sospechar, y de repente te encontrabas contra la puerta y unos ojos azules profundos muy familiares se clavaban en los tuyos, con un brillo travieso en la mirada.
"¡ai juani!", exclamaste, llevándote la mano al pecho, sintiendo cómo el corazón se te aceleraba contra las costillas. la sensación del susto reverberaba en los latidos de tu corazón, que oías resonar en tus oídos. "¡no puedes seguir asustándome así!".
fingiendo una falsa frustración, una mueca permanecía en su rostro mientras la sonrisa de juani no hacía más que aumentar. el chico, tratando de esquivar su ceño fruncido, rodeó sus caderas con los brazos, abrazándola fuertemente contra la puerta y le dio un tierno beso, luego apartó la cara para poder mirarla. estaba prácticamente vestido con su disfraz, aún tenía que maquillarse y peluquearse, y sabía que ya había pasado la hora de que estuviera allí.
"estás preciosa con esa cara de enojada", juan tenía una amplia y tonta sonrisa en la cara, que se reflejaba en su expresión boba y apasionada mientras te miraba. era una visión a la que ya estabas acostumbrada y que siempre te llenaba el pecho de una sensación cálida y deliciosa.
"te odio" lo intentó, pero no pudo contener la risa, así que tuvo que morderse el labio. tus manos se dirigieron hacia el pecho del actor en un intento sin esfuerzo de alejarte de él.
juani, aprovechando su guardia baja, no perdió el tiempo y llevó sus labios a su cuello, debilitando todo su cuerpo, como una maldita táctica, para luego dirigirse a su barbilla y finalmente, a sus labios. no satisfecho, continuó plantando tiernos besos por todo el resto de su cara, provocando auténticas risas en usted. para él, era como escuchar una melodía suave y agradable, que siempre hacía mucho más ligeras las agotadoras y largas jornadas de grabación.
tenerte cerca durante las grabaciones fue una bendición absoluta para juani. os conocisteis en el set, os hicisteis íntimos en la primera semana y desde entonces no os habéis separado. de hecho, le fue muy difícil mantenerse alejado contigo como asistente de maquillaje.
"¿todavía me odias?", preguntó el hombre de pelo ondulado con tono divertido y un brillo en los ojos, tomándose un respiro por un momento tras una sesión apreciando tu rostro.
"un poco menos, un muy poco menos", dejaste caer tu rostro a un lado y deslizaste tus manos por los hombros del chico, que tomó tus palabras como un desafío.
los ojos de juani se abrieron de par en par, indignado, y te puso la mano en el pecho, haciéndose el ofendido. nunca deja de hacerte reír, y con tu forma de actuar con él es como si no tuvieras control sobre ninguno de los músculos de su cara que esbozan una sonrisa.
"yo sé cómo resolver esto", dice, con expresión decidida y las cejas levantadas. tú le imitas, alzándole las cejas y, naturalmente, vuestras caras se acercan cada vez más hasta que vuestras frentes se presionan.
"¿sabes?", le preguntas mientras tu nariz roza suavemente la suya, provocativamente. tu voz sale más como un susurro debido a la cercanía, soplada sobre los labios de juan, que ahora te sujeta la cintura un poco más fuerte, hundiendo sus dedos en el espacio de piel que hay entre tu camiseta y tus pantalones.
un pequeño escalofrío te recorre la espalda al contacto de sus dedos fríos sobre tu piel, y no te cuesta demasiado ablandarte entre los brazos de tu novio, sobre todo cuando sus labios, cálidos y suaves, chocan con los tuyos tan lenta y suavemente que jadeas. los besos eran siempre suaves y dulces, besarle era como saciar una sed infinita en tu interior que te hacía anhelar más cada vez.
"vas a tardar" murmuras entre besos, un poco sin aliento y mareada "vamos a tardar".
sueltas una risita mientras intentas ser racional, pero el chico se limita a rodar los ojos, haciendo un gesto de que no le importa.
"sólo cinco minutos más", dice socarronamente, atrapando tus labios de nuevo, pero sin ninguna prisa. cinco minutos podrían haberse convertido fácilmente en diez, pero ambos eran demasiado ajenos al tiempo.
los dedos de juani se deslizaron dentro de tu camisa y acariciaron suavemente la base de tu espalda, añadiendo algo más al beso que te hizo querer derretirte contra su cuerpo. apenas te diste cuenta de que estabas de puntillas hasta que te tiró al brazo del sofá, sentándote entre sus piernas. sus manos encontraron tu cara, sujetándola suavemente, ayudando a intensificar el beso. las yemas de sus dedos ejercen poca presión sobre sus mejillas, pero mantienen su cara lo suficientemente cerca como para que él pueda ordenar hábilmente el movimiento de sus labios.
el desliza su lengua bajo la tuya y pequeñas centellas recorren tu cuerpo como chispas, suficientes para hacerte suspirar entre beso y beso. juani sabe a café y caramelo, y disfrutas explorando cada rincón de su boca mientras sus lenguas bailan en armonía. es fácil perderse en esa sensación, en la calidez de sus labios y la suavidad de su mano sujetando tu cara, y con los ojos cerrados, pareces bucear en busca de más.
tus manos recorren los brazos de juani hasta llegar a sus rizos, y el chico se estremece bajo tu tacto cuando siente tus dedos recorrer su cuero cabelludo. respira hondo por un momento, sintiéndose embriagado por su aroma y la sensación de sus labios suaves y adictivos. ese no sería el único beso del día, por supuesto, juani volvería a besarte a escondidas entre cortes de grabación, cuando vengas a retocarle el maquillaje, o después de comer, mientras los chicos se distraen viendo algún partido en la tele, y seguro que te besaría un millón de veces más en el hotel, pero aun así, teme perderte ni un segundo en esa rutina.
el ruido fuera, en el pasillo, empieza a acercarse cada vez más, reconoces la risa de pipe y la voz de enzo, y sabes que te estás quedando cada vez más atrás, ya que se dirigen a maquillarse. esto te ayuda a recuperar la cordura, y empujas ligeramente a juani, tan resistente como él a deshacerse el uno del otro. él también sabe lo mucho que te gustaría pasar el día así, pero el trabajo llama.
con besos lentos, te suelta la cara, como si le costara soltarte. es como intentar salir de la cama en una mañana fría cuando estás bajo las cubiertas calentitas. tortuoso.
luego, en un último besito, te atrapa el labio inferior con el diente y te lo muerde suavemente, sólo para burlarse de ti, anticipándose a la sonrisa coja que tendrás poco después. en respuesta, tu mano le da una palmada en el trasero al chico, que gruñe y se aparta completamente de ti.
"¿cómo tratas a tu novio? que te ha traído café". juani devuelve ese tono de falsa ofensa, retrocediendo hasta la estantería y cogiendo el vaso caliente para entregártela.
todas las mañanas se empeña en recogerte el café de la cafetería que te gusta, porque juani sabe cuánto odias el café amargo y fuerte que tienen en el set. con una sonrisa de agradecimiento, coges el café y le das un sorbo, sintiendo cómo el sabor a canela se extiende por tu lengua y calienta todo tu cuerpo.
"sabes que no puedes usar eso como excusa, ¿no?", le dices, mirándole por debajo de las pestañas mientras bebes otro sorbo.
"¿qué?", pregunta juani, como si no lo supiera. saltas del brazo del sofá al mismo tiempo que él abre la puerta del camerino y se asegura de que no hay nadie en el pasillo.
"que llegas tarde por qué fue buscar café, esa mentira se está quedando un poco vieja", bromeas de pie en el umbral de la puerta, entre él y el pasillo.
el de los ojos azules sonríe, baja la cabeza y la sacude negativamente. "bueno, no soy un mentiroso total, ¿eh? al menos miento mejor que tú".
camináis por el pasillo, mientras juani se ajusta el cuello de su traje, tú intentas alisar la arruga de su ropa. se os escapa una risa cómplice mientras os miráis furtivamente, es difícil resistir el impulso de arrastrarle de nuevo a ese camerino, o de no cogerle de la mano mientras camináis, pero vuestras manos chocan entre sí dos o tres veces. podrías acostumbrarte, eso seguro. todas esas mañanas de momentos robados y besos con sabor a café.
"oye", te llama juani, justo cuando estás a punto de entrar en la sala de maquillaje. te roba otro besito rápido y luego desliza el pulgar por la comisura de tu labio, limpiando los restos de espuma del capuchino. " nos vemos luego, ¿eh?"
espero que lo hayan gostado! feliz san valentin atrasado, mis amores <3
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Y de un tiempo a esta parte me acompaña tu sombra a donde quiera que vaya, pero me niego a mirarla por miedo a ver tu cara.
No sé exactamente cuando apareció, un día voltee y ahí estaba, aferrada.
Y sin darme cuenta comencé a vivir con ella.
En cualquier momento del día, en cualquier parte del mundo, haciendo algo nuevo, algún minucioso procedimiento o algo cotidiano, rutinario... ahí esta.
Por más concentrada que este, por muy enfocada y concentrada que este, sin querer la volteo a ver.
No quiero que me siga, pero ahí está, es un constante recordatorio de lo que no quiero pensar.
El constante fracaso se haya justamente en ello, en que "no -quiero-". Negando algo que ya acepte sin más remedio y no queriendo, juro que no he querido. No ha sido una elección consciente.
Y ahí voy, viviendo con una sombra que no me apetece ni ver, esperando que mágicamente mi mente la haga desaparecer.
¿Habrá alguna conexión entre esa sombra y vos?
- Compendio Melifluo.
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Miedo en Navidad
Bajo muy despacio las sábanas de fútbol que me regalo la tía Mapi, mi cara se siente fría cuando la destapó del todo al ver que ya no hay nadie en mi cuarto, Papá Noel ya se ha ido.
La habitación está oscura y eso solo hace que mis ganas de llorar sean más grandes.
-Mami, mami- Llamo con la esperanza de que aparezca mi superhéroe pero no es así y acabo llorando.
Siempre suelo tener una lamparita que hace una galaxia en la pared ya que me encanta el cielo pero se ve que se han olvidado hoy.
Decido levantarme aún llorando y acercarme a la puerta entre abierta de mi habitación, mami siempre me deja un poquito abierto.
Me asomo con cuidado para ver el pasillo y no veo nada que me haga tener más miedo pero aún así voy corriendo sin hacer ruido los pocos metros que me separan hacia la habitación de mami.
Abro y cierro la puerta con toda la rapidez y cuidado que puedo con mis cuatro años.
Una vez dentro y ver a Olga y a mami en la cama hace que me sienta un poco más segura pero sigo sollozando.
Mami y Olga están durmiendo así que rodeo la cama dispuesta a despertar a mi mami.
-Mami- Sollozo tocándole la cara con un dedo.
Parece ser que hoy mami tiene mucho sueño así que vuelvo a intentarlo.
-Mami- Está vez le sacudo el hombro con una mano con toda la fuerza que tengo.
Ahora si que abre los ojos, sobresaltada, pero cuando se me escapa un sollozo su mirada vuela a mi y su cara se suaviza.
-¿Qué le ha pasado a mi princesa?- No tiene ni que ofrecerme los brazos cuando ya estoy encima suya.
-Miedo- Susurro en el cuello de mami.
Escuchar su corazón y su voz, respirar su olor y sentir sus fuertes brazos apretandome con fuerza contra ella hace que me calme.
Ella es mi refugio y mi superhéroe.
-¿Podemos saber que ha hecho que tengas miedo, bebé?- Pregunta Olga suavemente apoyando su mano en mi espalda trazando círculos.
Parece que el ruido y el movimiento en la cama la han despertado.
-Papá Noel estaba mucho tiempo mirándome y yo me escondía debajo de las sábanas pero no se iba- Sollozo- Y no estaban mis estrellas encendidas.
Mami me da besos en la frente con el fin de calmarme.
-Lo siento, bebé, no volveré a olvidarme de encender tus estrellas- Dice Olga con culpa.
-Papá Noel ya se a ido, princesa- Dice ahora mami- Ha sido tu imaginación porque yo misma he visto como dejaba los regalos y se iba a casa de otro niño.
-¿Seguro, mami? - Levanto la cabeza para mirarla y con una fuerte mano suya me quita las lágrimas secas que me quedaban.
-Te lo prometo, princesa- Me besa la mejilla.
Miro a Olga tratando de que ella también me lo confirme y es lo que hace con una suave sonrisa.
-Vale- Vuelvo a mirar a mami.
-¿Porqué no nos volvemos a dormir, princesa? Y así se pasa el tiempo más rápido para abrir los regalos
-Aqui- frunzo el ceño.
-No quieres volver a tu cama de niña grande?- Pregunta y niego con la cabeza.
-Contigo y Olga- Demando.
Las tias siempre le dicen a mami que tengo el carácter de ella y que pongo la misma cara que ella cuando está decidida a que algo salga como ella quiere
Mami mira un segundo a Olga y yo también mirándola con la ceja arquedada y esta asiente dándome una sonrisa amorosa.
Era la niña de mami y no era la primera vez que dormía con ella y también con Olga desde que esta ella en nuestras vidas y tampoco iba a ser la última.
Mami es muy cómoda y Olga me da unas caricias en la espalda muy tranquilizantes
Me acomodo encima de mami como siempre hago y me da suaves besos en la sien, Olga empieza a acariciar mi pequeña espalda
Y así, en algún momento me quedé dormida encima de mi superhéroe.
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How simple it is to love the light of people, the beauty they radiate… the tenderness they exude… the softness they emanate. But, we cannot tolerate the darkness, the ugliness of the ego, the pus of the wound, the fetid smell of the sore…. Who is going to love what causes him pain when he looks at it? And yet, what we see in others that disgusts us, revolts us and, in the extreme, offends us, is nothing more than a reflection of our own miseries; of those taboos that eat away at us, of those beliefs that stain us, separating us from others who are also like us: innocent and human. But how easy it is to point them out! While we comb our hair, perfume and make up our own weaknesses, instead of looking them in the face and doing something about them. For example: analyze them, understand them and, when the time comes, work to change or eliminate them.
Qué sencillo es amar la luz de las personas, la belleza que irradian… la ternura que destilan… la suavidad que emanan. Pero, no podemos tolerar la oscuridad, la fealdad del ego, la pus de la herida, el olor fétido de la llaga… ¿Quién va a amar lo que le causa dolor al mirarla? Y, sin embargo, lo que vemos en el otro y nos disgusta, nos revuelve y, en extremo, nos ofende, no es más que un reflejo de nuestras propias miserias; de esos tabúes que nos carcomen, de esas creencias que nos ensucian, separándonos de los otros que también son como nosotros: inocentes y humanos. Pero, ¡qué sencillo es señalarlos! Mientras nos peinamos, perfumamos y maquillamos nuestras propias flaquezas, en lugar de mirarlas de frente y hacer algo con ellas. Por ejemplo: analizarlas, comprenderlas y, en su momento, trabajar para cambiarlas o desaparecerlas.
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