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#explicacion explicativa
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Acción versus Explicación
Rafael Echeverría, filósofo y autor chileno, nos ofrece una reflexión provocativa al afirmar que "dar sentido a menudo puede ser una forma de evadirnos de la acción, de tranquilizarnos, o incluso de disfrazar nuestra resignación y eliminar la posibilidad de transformar el estado actual de las cosas. Cuando explicamos por qué las cosas sucedieron como sucedieron, nos alejamos de la posibilidad de cambiarlas."
Esta afirmación nos lleva a una paradoja fundamental en la forma en que los seres humanos interactúan con su entorno y sus propias vidas. ¿Es el acto de buscar explicaciones y encontrar significado en nuestras experiencias una herramienta valiosa o una trampa sutil que nos impide avanzar?
En primer lugar, es crucial reconocer la innegable necesidad humana de dar sentido a las cosas. Desde tiempos inmemoriales, los individuos han buscado comprender el mundo que les rodea y su lugar en él. La creación de narrativas y significados proporciona un marco que nos permite organizar nuestras experiencias, extraer lecciones y enfrentar el desconocido con una sensación de control. Sin embargo, Echeverría nos advierte que este impulso puede, paradójicamente, llevarnos a la inacción.
Al explicar por qué algo sucedió de cierta manera, a menudo creamos una narrativa que, aunque nos tranquiliza, también puede ser una forma de evadir la responsabilidad de actuar. Esta "tranquilidad explicativa" puede convertirse en un escudo contra el cambio, ya que nos convencemos a nosotros mismos de que entendemos completamente la situación y que no hay necesidad de intervenir.
Por otro lado, la explicación retrospectiva puede ser un mecanismo de autoprotección frente a la incertidumbre y la incomodidad que conlleva la acción. Al encontrar razones detrás de cada evento, podemos sentirnos más seguros y en control, incluso si esa sensación es ilusoria. Esto, sin embargo, puede llevar a una resignación sutil, donde aceptamos las cosas como son en lugar de esforzarnos por cambiarlas.
La paradoja se intensifica cuando consideramos que el acto de explicar y dar sentido a menudo se confunde con la acción misma. Hablar de nuestras intenciones, explicar nuestras decisiones y justificar nuestras elecciones puede proporcionar una falsa sensación de logro, como si ya hubiéramos hecho algo significativo.
La clave para desentrañar esta paradoja radica en reconocer que dar sentido y explicar no sustituyen la necesidad de acción. En lugar de conformarnos con explicaciones reconfortantes, debemos abrazar la incomodidad de la acción, asumir la responsabilidad y buscar activamente cambiar las circunstancias que deseamos mejorar.
La transformación, según Echeverría, surge cuando abandonamos la seguridad de las explicaciones y nos sumergimos en la incertidumbre de la acción. En lugar de buscar razones para justificar el statu quo, debemos desafiarlo, cuestionarlo y comprometernos en la laboriosa tarea de construir un nuevo significado a través de la acción deliberada.
En conclusión, las palabras y las explicaciones que damos a los eventos de nuestra vida no deben convertirse en obstáculos para la acción y la transformación. Debemos resistir la tentación de explicar como una forma de evadirnos de la realidad, y en su lugar, utilizar el sentido como un medio para comprender, cuestionar y finalmente cambiar el estado actual de las cosas. En el equilibrio entre la reflexión y la acción, encontramos la verdadera posibilidad de transformación y crecimiento.
#transformación #crecimiento #RafaelEcheverria #acción #explicación
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con-libros · 3 months
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El dilema de la pareja: pasar de 'malditos infieles 😠' a 'por eso son malditos infieles 🤔'
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El dilema de la pareja - Esther Perel
calificación: 4 ★ ★ ★ ★ ☆
Género: no ficción / psicología
Opinión y chisme: 👇👇👇
A raíz de múltiples chismes faranduleros muy sonados en mi país, recordé que tenia este libro en mis pendientes y como buena chismosa, me dije 'por qué no ahondar en el tema?'.
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Y el libro resultó ser bastante revelador y sustancioso, como bien explica en su introducción, este estudio para nada intenta justificar las infidelidades, pero a raíz de ello podemos analizar mucho de la complejidad del individuo y la sociedad con referente a las relaciones de pareja y al amor.
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El libro ahonda bastante en todo lo que involucra y desata los amoríos, qué es la infidelidad, por qué se da, las verdaderas consecuencias, cómo se sienten los involucrados, quienes son los verdaderos afectados, si una infidelidad duele más que otra, los celos, si se debe revelar una infidelidad, la realidad de las infidelidades, si las relaciones pueden seguir funcionando, entre más temas que son acompañadas con múltiples ejemplos, situaciones, datos y explicaciones que aclaran un tanto el panorama de esta problematica.
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Lo bueno es que cada lector puede sacar sus propias conclusiones, sus propios datos y reflexionar un montón, sin embargo, hay que tener un tanto de mayor tolerancia y la mente abierta ya que algunas situaciones dan mucho coraje (especialmente la parte "explicativa" de los infieles) y en algunos puntos se tocan temillas un tanto delicados para algunas relaciones, como por ejemplo el poliamor, no como solución, pero si como opción (ahí yo estaba como 'interesante pero nop').
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Lo que no hay duda, es que este libro demuestra el trabajo increíble de los psicólogos de parejas y sexologos, realmente pueden ser efectivos y ayudar a encontrar opciones que uno ni siquiera puede imaginar en situaciones así; ademas de invitar a las parejas a comunicarse y ser claros con respecto a lo que quieren en sus relaciones y, como no? A ir a terapia si lo creen conveniente.
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En general, realmente ver el lado psicológico y sociológico de las infidelidades, y 'destripar' sobre el tema revela muchas cosas interesantes e impresionantes, y que la autora se haya encargado de hacerlo nada complejo ni pesado, me ha fascinado un montón.
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UN LIBRO... MEH
Y se me acabó el libro Todo lo que tienes que saber sobre la vida, del Dr. Enrique Rojas. No me gustó; me pareció mediocre. A ver.
Cuando lo vi sobre la mesa de mi padre, el título me pareció rimbombante en mal tono, así como exagerado —por supuesto exagerado—: ¡¿todo lo que tienes que saber sobre la vida, en serio?! Pero no quise juzgar solo por el nombre, así que le eché un vistazo al índice, y en este se mencionaban temas interesantes (o, bueno, temas que a mí me resultaron muuuy interesantes), así que me animé a leerlo.
Un libro cuyo nombre sugiera que en su contenido va a encontrarse tooodo lo que sería menester saber acerca de la vida, uno supondría que habría de ser grandototote, pero aquí se trata de tan solo 246 páginas, cuyo tamaño no es particularmente considerable (y la fuente del texto no es particularmente pequeña). Sí se presentan temas de los cuales sería útil tener conocimiento desde temprana edad (por ejemplo, se habla de inteligencia emocional), pero incluso de los asuntos importantes que efectivamente en el libro son tratados, para nada se presenta toda la información que sería necesario conocer de ellos (verbigracia, en algún punto el autor trae a colación las relaciones amorosas, y sugiere consejos para escoger mejor a la pareja afectiva; ahora bien, al respecto es totalmente pertinente explicar lo difícil que puede llegar a ser la elección de pareja debido al enamoramiento, entendiendo este como un estado bioquímico que, en nosotros los seres humanos, afecta considerablemente el juicio y, básicamente, puede atontarnos hasta niveles pa’ dejarlo a uno boquiabierto; empero, el autor apenas si someramente hace alguna mención al respecto —tal vez tocó el tema en otro libro y, por ende, consideró que no eran necesarias mayores explicaciones sobre ese punto, pero no hizo ninguna mención en ese sentido, entonces, lo dudo—).
Aparte de quedarse corto a la luz de su título y en relación a algunos de los temas presentados, el libro es desordenado (cosa que me resulta bastante molesta en un texto de intención explicativa). Hay un desorden estructural: temas que no se agruparon de la mejor manera posible, o que no fueron presentados en el orden más legible, o que no se articulan de una manera totalmente lógica con el cuerpo del texto (es, particularmente, el caso del último capítulo, que pareciera estar ahí no tanto porque haga parte de un fluir lógico y articulado de los temas, sino porque al autor —como uno ve que dicen en Argentina por los vídeos de “Te lo resumo así nomás”— se le cantó el orto). También hay desorden en la pluma del escritor, que está tocando determinada idea y luego, de buenas a primeras, habla de una cosa chapuceramente relacionada con lo que se venía diciendo (pero no como el comentario anterior acerca del canal de YouTube “Te lo resumo así nomás”, sino que se trata de comentarios todavía más gratuitos).
No he leído ninguna otra obra del Dr. Rojas, y quiero pensar que es capaz de mejores entregas, y estoy seguro de que como psiquiatra ha ayudado a muchísimas personas en momentos trascendentales de sus vidas, pero este libro en específico, aunque supongo que a otros les habrá parecido bueno y resultado útil, y ciertamente contiene cosas interesantes (aunque sueltas y revueltas), yo lo considero mediocre y no lo recomendaría, salvo como ejercicio mental de identificar las ideas presentadas para concretarlas, reorganizarlas y estructurarlas de manera más apropiada.
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l4-r4t4 · 2 years
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lo que eh visto de dalas porque me meti a twitter y me encontre al bardo es que dicen que calco
yo no creo que haya calcado sino copiado y le cambio los colores a la foto de una chica
y dijo que el se invento el dibujo a parte no le quiso dar los creditos correspondientes y le cobro por creditos que él le debia de dar por usar su imagen
y aunque el dice "me base" eso no es basarse es copiar si se hubiera basado no abría hecho el dibujo identico a la foto que uso de "referencia"
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por ejemplo este dibujo que yo hice lo hice usando referencia de el dibujo de pontry para realizar a su personaje aunque saliendome muy similar a la imagen original por falta de ganas xd y conocimiento en la cara para hacer otra cosa sjsjjsj
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y el calco es agarrar una imagen (en este caso agarre la imagen de alba) tracear la imagen por encima y pintarla con otros colores que es lo que hice ahora
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y copiar es dibujar el mismo dibujo (que es lo que creo que hizo dalas ) y bueno pintarlo como se te de la gana (nunca se me dio bien el copiar xd)
luego esta el plagio que segun lo que entendi es como utilizar la idea de otro artista aunque no estoy segura
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esto a mi me parece mas una copia no un calco y acerca de su coloreo no puedo decir nada ya que yo no se de realismo o semi realismo xd aun asi no deja de ser copia de una foto que no era de libre uso si hubiera utilizado una de libre uso nadie le diria nada :/
encima le falto al respeto a los que pedian que le pusiera creditos a la chica y a la misma cosplayer diciendo que era una buscafama o algo asi
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tambien de que solo halla provocado esto para que sus seguidores le dieran vistas y con ello dinero (buscando informacion me tope con un video suyo, no el que se muestra en la imagen)
como dice un comentario a la derecha
se podria decir que estoy del lado de la chica,creo que lo que hizo fue solo por dinero y la cuenta de insta de la supuesta creadora de kny dudo que ese sea el creador ya que no se sabe si tiene redes sociales lo cual dudo mucho porque los mangakas no suelen tener mucho tiempo gracias a que deben estar publicando sus cosas cada semana a si que dudo que esa cuenta que mostro en uno de sus videos sea real pero que se yo ahi mi aporte a la vaina
(luego etiqueto a alba ahora no recuerdo su nombre de usuario x,d)
@toon-alba-uwu (si algo esta mal corrinjanme)
ya recorde el nombre xd
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letsmonicasz · 6 years
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¿Qué es Bitcoin y cómo funciona? La tecnología de Bitcoin está en esa lista de las cosas que prometen transformar el mundo por completo.
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sircletus · 2 years
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Sobre la potencia del cuento
Hay cosas para las que no sirven explicaciones. Ni explicaciones en prosa, y ni siquiera explicaciones poéticas en lírica. ¿Cómo digo de forma fiel, cómo expreso de forma verdadera y no andamiada, encofrada, la angustia que se siente al darse cuenta de que las cosas y uno mismo están cambiando, incluso aunque ese cambio sea para mejor? ¿Cómo DIGO que, por más que uno viaje y se aleje, no hay sitio que sea OTRO porque en todos los sitios a los que se vaya estará uno con su irrenunciable memoria? ¿Cómo digo, cómo doy a entender, transmito, la sensación de profunda pena que produce el paso del tiempo, su habilidad de carcomer, de derruir todas las cosas existentes, y las ideales? Fallan las palabras explicativas, los argumentos. Falla la poesía, palabra espejada, iridriscente. Solo la narrativa tiene la potencialidad de expresar estas certezas hondas. Las verdades profundas de lo humano, que son siempre los dolores de lo humano, no pueden decirse en palabras, no hay signo que las contenga. La narrativa, que muestra y no explica, puede, mezclando palabras y hechos, suscitar en quien lee el conocimiento de las cosas para las que no sirven explicaciones.
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miguelmarias · 3 years
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Spellbound (Alfred Hitchcock, 1945)
Sólo por ser la primera de las tres que hizo Ingrid Bergman, Spellbound (1945) sería una película importante en la filmografía de Hitchcock, ya que esta actriz, sublime con Rossellini, McCarey, Cukor, Renoir o Curtiz, es —al menos, para mí— la que mejor y con más intensidad y belleza ha encarnado a la heroína típica hitchcockiana: aparentemente fría, formal, seria y hasta puritana, pero fácilmente turbable y conmovible, capaz de enamorarse violenta y alocadamente, con la más apasionada y vibrante entrega; mucho más que la excesivamente controlada e inexpresiva Grace Kelly, más incluso que la joven Joan Fontaine de Rebecca (1940) y Suspicion (1941) —pese a los asombrosos resultados que obtuvo Hitchcock de ella, y que sólo Max Ophüls fue capaz de igualar, en su obra maestra Carta a una desconocida (Letter from an Unknown Woman, 1948).
No es raro, pues, que el encuentro de Hitchcock y la actriz sueca se tradujese en una de las más hermosas historias de amor que rodó  aquel, junto con Notorious (1946, también con Ingrid Bergman), Vertigo (1958), North by Northwest (1959) y esa especie de versión  invertida y corregida de Recuerda que es Marnie (1964).
Es una lástima que Spellbound, película imprescindible para conocer a Hitchcock y que vale la pena ver una y otra vez, que cuenta con varias de las escenas más sublimes y emocionantes de toda su carrera, sea una obra no plenamente lograda, que deja insatisfecho. No se trata, simplemente, de que sea imperfecta —lo son casi todas las mejores películas—, ni de que haya una excesiva diferencia de nivel entre unas escenas y otras, sino de que Hitchcock, probablemente por falta de confianza en sí mismo, quizá por interferencias o imposiciones de Selznick, recurrió —sin mucha convicción, y dándoles mayor importancia narrativa de la debida— a varias apoyaturas artificiales que le obligan, por respeto a la lógica y a la continuidad, a desviarse excesivamente de la historia fundamental que cuenta la película, en sí muy simple y lineal, complicándola innecesariamente con una trama policíaca de escaso interés, unas explicaciones psicoanalíticas muy esquemáticas y unas escenas oníricas que tienen cierta gracia pero que son las más feas visualmente que ha  filmado Hitchcock nunca (sin duda gracias a la colaboración de nuestro «genial» compatriota Salvador Dalí, cuyo sentido de las formas y del espacio no puede ser más opuesto al del autor de Vertigo).
Recuerda es esencialmente —y debiera haber sido exclusivamente— la historia de un flechazo, de un repentino y arrebatador enamoramiento, del establecimiento de unas relaciones afectivas dificultadas por una serie de obstáculos externos e internos, que aquí son la «falsa culpabilidad» del supuesto Dr. Edwardes, en realidad John Ballantine, piloto amnésico (Gregory Peck) del que se sospecha que ha asesinado y suplantado al verdadero director del sanatorio mental, y que es perseguido por la policía, por un lado, y el «complejo de culpabilidad» que padece desde su infancia, por otro, y que bien pudieran haber sido otros, o al menos ocupar un lugar menos destacado de la película, ya que no son sino «McGuffins» que, por una vez, se le han ido de las manos a Hitchcock, cobrando un relieve y una extensión que rompen el equilibrio del film. Servidumbre —que otras veces permite enriquecer la obra— de la reputación de Hitchcock como autor de thrillers, agravada por una inconveniente sumisión a la moda «psicológica» imperante en Hollywood entre 1944 y 1950, que convierte en importantes las fastidiosas escenas explicativas de las que Hitchcock habitualmente prescinde (o que despacha irónicamente y a toda velocidad), y que aquí, en cambio, se dilatan reiterativamente, en escenas verbosas que, pese a Michael Chekov y al humor que Hitchcock trata de insuflarles, vienen a interrumpir inoportunamente el relato que verdaderamente importa e interesa; tan sólo cuando es la propia Dra. Constance Peterson (Ingrid Bergman) la que explica a su amado las causas de su mal resultan soportables tales escenas, ya que, más que escuchar sus palabras vemos en sus ojos la preocupación, el amor, el afán de vencer las barreras que la separan del enfermo (que también la oye sin escucharla, escéptico pero prendado de ella, y a veces no puede contener su impaciencia y —demostrando buen juicio y salud mental considerable— se permite insinuar que prefiere seguir hablando de ella, o de ellos dos y su futuro, que del Dr. Murchison, el auténtico Edwardes o sus traumas bélicos e infantiles).
Con todo, y aunque pueda lamentarse que a una película le sobre o le falte algo, lo más práctico es siempre atender no a lo que pudo o debió ser, sino a lo que es, y Spellbound es, a pesar de sus defectos, una película llena de escenas admirables, con una de las mejores interpretaciones de Ingrid Bergman, con ideas poéticas y surrealistas tan arriesgadas como logradas (las puertas que se abren, mientras suenan los violines de Miklós Rózsa). Tan sólo por tres escenas —el encuentro de Ingrid Bergman y Gregory Peck en el comedor, su paseo por la colina, y la visita nocturna que culmina con el beso que hace abrirse todas las puertas— Recuerda sería una película inolvidable, y más valiosa que las obras completas de muchos cineastas consagrados en las «Historias del Cine».
Miguel Marías
Revista “Dirigido por” nº 75, agosto-septiembre 1980
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Tu basura, un tesoro para arqueólogos p.2
Resultados de la arqueología de la basura
Nuestra basura, en los ojos del futuro, está destinada a tener una llave al pasado, y entonces seguramente tiene ya una llave al presente. Se pretende comprender la conducta de una sociedad en el pasado, el presente y futuro. El objetivo principal de la investigación del Proyecto Garbage fue demostrar la utilidad de los métodos y teorías arqueológicas para lograr una mejor comprensión de temas de interés público actual, incluyendo evaluaciones de residuos de recursos y métodos propuestos de minimización de residuos, medidas de dieta y nutrición , la evaluación de la participación de los hogares en programas de reciclaje, la identificación de fuentes de desechos peligrosos a nivel de hogares, la validación cruzada de los censos de poblaciones minoritarias y el suministro de datos básicos para el diseño de nuevos paquetes respetuosos del medio ambiente.
El estudio de la basura es una herramienta eficiente para analizar la conducta humana, más allá de lo que puedan los hombres decir de sí mismos. Se trata de conocer los comportamientos de los hombres, en base al estudio de la basura. El análisis de la basura, permite trascender las explicaciones que se dan sobre la conducta humana y acercarse más a esta en sí misma. (Pérez y Casanueva, 2012:62) Con el estudio de la basura se pretende poner la arqueología de la basura al servicio de la sociedad, conocer mediante el análisis científico una enseñanza que ayude a eliminar, rectificar o disminuir los efectos de un problema. 
El esquema de Rathje, creado en sus investigaciones de la basurología, trata de cómo debe ser la investigación en las ciencias del comportamiento, definición en la que entra la arqueología y que se basaría en el estudio de varios elementos y las relaciones que se establecen entre elementos perceptivos, elementos conductuales y elementos materiales. Sólo así podremos saber si McDonalds y otros restaurantes de comida rápida son sólo un reflejo de los cambios en los hábitos y valores alimenticios de las familias o si son parte de la causa.
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Estudios no-antropológicos necesarios para complementar la formación: la ecología se aplica también ya que trata sobre el cuidado ambiental, en la arqueología de basura se aplicaría.
Historia: se compararía como se trataban los residuos en tiempos pasados con los de ahora.
Arqueometria: la arqueometria se aplicaría también en la arqueología de la basura ya que es una disciplina científica que emplea métodos físicos o químicos para los estudios arqueológicos. Dichos métodos comprenden los estudios de sedimentología, botánica, arqueozoología, antropología, análisis de los materiales. El objetivo es la datación de los objetos y vestigios de los yacimientos arqueológicos, la caracterización de materiales, la determinación de sus propiedades físicas y químicas, el tipo de tecnología utilizada, el origen de estos materiales, etc.
Psicología: a todos nos interesa conocer cómo ha evolucionado nuestro cerebro, pues su compresión es fundamental para poder estudiar el origen y desarrollo de nuestro comportamiento del pasado, presente y futuro. La Arqueología, como ciencia social, tiene sus propios contenidos metodológicos, pero en ciertos aspectos parecen insuficientes para lograr en máximo desarrollo de su principal cometido: la compresión de la conducta humana en el pasado. La independencia doctrinal que existe entre las diversas ciencias que estudian al ser humano ha favorecido la persistencia de la independencia de unas con otras, lo que en definitiva ha lastrado el estudio del ser humano en el pasado. De entre las ciencias directamente relacionadas con el estudio de la conducta la Psicología es la más implicada en su análisis.  La realidad es que el uso de la Psicología produce cierto ambiente negativo ante la dificultad práctica de su utilización como fuente explicativa de los procesos conductuales y culturales acaecidos en los tiempos prehistóricos. Sin embargo, siempre ha habido autores que han intentado aplicar sus teorías a la explicación arqueológica, naturalmente con diferente éxito, pero que en conjunto no han logrado introducir y mantener su interés en el mundo de la prehistoria. Podemos ver los diversos autores que han utilizado la psicología como método de estudio de la conducta humana. La causa fundamental radica en es una ciencia ajena a la formación académica de la arqueología, teniendo caminos científicos y divulgativos totalmente diferentes. Sin embargo, la Arqueología y la Psicología, por tener un cometido metodológico común (el estudio del ser humano), están condenadas a entenderse y trabajar juntas.
Bibliografía:
Rathje, William L., 2001, Integrated archaeology, a garbage paradigm. In Archaeologies of the Contemporary Past, Victor Buchli and Gavin Lucas, pp. 63-76. Routledge, London and New York.
Rathje, William L. and Cullen Murphy, 1992, Rubbish, the Archaeology of Garbage. Harper Brothers, New York.
Zimrin, Carl A. Encyclopedia of Consumption and Waste: The Social Science of Garbage, Volume 1 pp. 1028-1029.
Pérez de Micou, Cecilia; Casanueva, María Laura. La basura y la investigación sobre el pasado. Encrucijada UBA, no.54. 2012. Pp.45-49. Universidad de Buenos Aires.
Buxeda i Garrigós J., Madrid i Fernández M., Iñañez J.G. y Vila Socias L. (2008): Arqueometría cerámica: una arqueometría cerámica amb més informació, Cota Zero, Vic, 23, pp.28-53.
García Heras, M. (1997): Estudio bibliométrico de los trabajos de caracterización sobre materiales cerámicos arqueológicos de España: una valoración, Revista Arqueológica de Ponent, 7, pp.129-150.
* Ardila, A.; Ostrosky-Solís, F. (2008): Desarrollo Histórico de las Funciones Ejecutivas. Revista Neuropsicología, Neuropsiquiatría y Neurociencias, Vol.8, No.1, pp. 1-21.
* Belinchón, M.; Igoa, J. M. y Riviere, A. (1992): Psicología del lenguaje. Investigación y teoría. Ed. Trotta S.A. Madrid.
Guillermo, S. A. (ene. /dic. 2004). SciELO: El proceso de descarte de basura y los contextos de depositacion presentes en la ciudad de Buenos Aires. http://www.scielo.org.ar/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1850-373X2004000100002.
Montero, J. M. (23/6/2011). El gato en el jazmín: La basura no engaña. https://elgatoeneljazmin.wordpress.com/2011/06/23/la-basura-no-engana/. 
Gadgeth, J. (1/7/2011). Prezi: Entre desechos y desperdicios; arqueología de la basura. https://prezi.com/hsu40etf_bgb/entre-desechos-y-desperdicios-arqueologia-de-la-basura-en-e/
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adven-codes · 4 years
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Surcando nuevas aguas
Bueno, me decidí y comenzaré a ver si puedo extender mi pequeño micromundo de code en foros a tierras y horizontes nuevos y lejanos (más lejanos que los foros en los que ando y/o que sean de algun amigo o conocido jajaj) El plan es publicar tanto codes acabados (espero, en su mayoria) como demos o explicaciones de codes y funcionalidades. Veamos lo que surge de esto, al menos las primeras ideas de codes ya estan ahi, solo resta terminarlas y/o re redactarlas para hacerlas más friendly y explicativas para publico general.
Cualquier duda se admiten consultas, criticas y sugerencias en todo, y veamos esto a donde nos lleva.
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chica-canela · 4 years
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[El sexismo ofrece] una serie de explicaciones sensatas y adecuadas que producen ciertos tipos de relaciones entre los sexos, vistas como normales y razonables. La concepción del mundo del grupo que tiene el control se basa en reglas que sirven para entender la realidad según sus propios intereses, crear las actitudes que a ellos les convienen y juzgar los comportamientos según se ajusten a los fines que pretenden conseguir. Es una representación falsa, interesada y distorsionada, pero «tiene la suficiente apariencia de validez explicativa [...] que parece “natural” y “de sentido común”, por lo tanto puede aceptarse casi sin fisuras».
De palabras, mujeres y alfileres, Yadira Calvo.
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Diferencia de libros según su contenido
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Se diferencian los libros entre otras cosas según su contenido, comenzando con los libros para niños hasta los diccionarios y diccionarios o esta imprenta bajo demanda; Las distinciones de los diferentes tipos de libros de acuerdo con su contenido generan algunas subespecies más de libros, que a su vez se especializan en temas y áreas particulares.
El libro es uno de los mayores logros humanos. Así ha enriquecido enormemente la cultura humana en los siglos pasados, ¿pero qué sería un libro sin su contenido? Pues Los libros están disponibles en una variedad de variaciones, formas y tamaños. Para poder dividir esta enorme abundancia, se diferencian los libros entre otras cosas según su método de producción.
Libro de texto
Las secciones más importantes de la literatura de no ficción incluyen la literatura especializada. En contraste con la literatura de ficción, se considera no ficción. Pero también de la otra no ficción la literatura especializada se separa. Por ejemplo, los libros de texto están dirigidos específicamente a un lector especializado, mientras que otros libros de no ficción están destinados principalmente a personas que no son profesionales.
Los contenidos de los libros de texto sirven para obtener nuevos conocimientos científicos o para aplicar ciertas cosas profesionalmente. Por lo tanto, la literatura también incluye la literatura científica cuyo número de lectores consiste principalmente en académicos o aspirantes a académicos.
Entre los libros son de texto contados. Estos incluyen materiales preparados didácticamente para propósitos de enseñanza. Los libros de texto utilizados en las escuelas se llaman libros de texto. Los libros de texto también pueden contener tesis o preguntas que son científicamente controvertidas. Por lo tanto, es importante distinguir entre la doctrina prevaleciente y los puntos de vista opuestos en estas obras. Una forma del libro de texto es el libro de texto, por lo que contiene materiales de enseñanza que se enseñan específicamente en las escuelas.
Es importante que los contenidos del libro de texto estén de acuerdo con los planes de estudio de la materia respectiva. Sin embargo, estos pueden variar de estado a estado. También hay diferencias en el tipo de escuela y el grupo de edad.
Diccionario
Un diccionario es un trabajo de referencia que trata específicamente con palabras y unidades lingüísticas. Estos suelen aparecer en forma de una lista ordenada alfabéticamente, para cada entrada hay información explicativa o contrapartes lingüísticas. El propósito y el propósito de los diccionarios es transmitir el conocimiento lingüístico. Así que cubren el vocabulario de un idioma en particular en su totalidad o en parte.
Además, a menudo se explica el significado y el origen de las palabras. La presentación se puede hacer tanto mediante explicaciones como mediante la traducción de la lengua extranjera a su propio idioma. Un diccionario se compone generalmente de un diccionario y textos externos. Los diccionarios se pueden subdividir en diccionarios fácticos y diccionarios enciclopédicos.
Bibliografías nacionales
Una bibliografía nacional es el índice completo de todas las publicaciones de libros de un estado. La creación de una bibliografía nacional generalmente es manejada por la Biblioteca Nacional del país.
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mrdarcycarton · 3 years
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El fin de muchos bucles
O al menos eso quiero creer. ¿Cuánto tiempo ha pasado desde la última vez que supiste de mi? no lo sé. El tiempo se desvanece entre cansancio y tristeza. ¿Deprimente? sí, lo es. Acabo de pausar la música. No me deja organizar mis pensamientos. Ha pasado mucho desde que estuve aquí, Paute y su medicina interna llegaron y se fueron, los viajes interminables todos los días, la toxicidad, los malos tratos, las amistades, todo es parte del pasado ya. La nostalgia me pegaba fuerte mientras estaba allá, siendo la primera vez que era lanzado al mundo después de tanto tiempo, sin ella. A veces solo quería que me escuchara, como en los viejos tiempos; contarle mis problemas, incluso sin esperar una respuesta. Solo quería que sepa que me hacía falta. A veces me atrevía a suponer que también me extrañaba, pero tal ensoñación se desvanecía rápido, la tristeza es extenuante y me tenía muy fuera de mí. Para salir de ese bucle de melancolía seguía el consejo de la entrada anterior: "Recuerda lo negativo". De hecho servía mucho, venían a mí todas sus fallas, todas las veces que fue inmadura, o invalidó mis sentimientos, aunque como es esperable incluía una buena dosis de rencor, del que todavía no me libro del todo. Posteriormente comprendí que debía respetar su decisión, de haberse retirado cuando las cosas se le salieron de las manos, de ese pedazo de información que sé que mi cerebro no siempre entiende. Comprender que deberías dejar de insistir. Es parte de la compulsión que me dirige, el nunca saber cuando rendirme. Es polarizante para mí no pelear o no rendirme. Todo en mi vida termina siendo así, comenzar algo y no saber en donde va a terminar, ser incapaz de detenerme o no iniciarlo en absoluto y frustrarme conmigo mismo al respecto, sentir que dejo ir mi vida perfectamente planeada por no trabajar por mis metas. Sus razones siempre fueron algo cuestionable, inconsistente. Al menos para mí, así lo eran, ya que nunca fue muy explicativa al respecto, simplemente hacía las cosas porque sí. Comprendí que aunque no eran suficientes para mi, sus motivos debieron ser suficientes para ella. De esas veces que me preguntaba hasta el cansancio porqué a pesar del esfuerzo nuestra relación fracasó, porqué dejó a quien de todo corazón le quería, o si de verdad estaba roto y me estaba convirtiendo en alguien inconformable, incapaz de aceptar. Pero una noche entendí su decisión, con la que que previamente no había lidiado a profundidad. Supe que hubo sabiduría en haber evaluado su situación objetivamente, y haberse retirado a tiempo. De haber visto que no estaba dispuesta a dar más, a invertir más de si misma. No sé si será bueno en un futuro, y estoy en profundo desacuerdo con ella, hasta este día. Solo sé que haber entendido esa decisión me ayudó mucho, a dejar ir, a avanzar, a perdonar.
El tiempo pasó, los meses llegaron y se fueron, y en un par de días serán 7 meses desde que se fue. Recientemente tuve contacto con ella, aunque al final solo fue una reiteración de sus decisiones. Por un momento quise que las cosas volviesen a ser como antes, le imaginé ofreciendo disculpas y el compromiso de trabajar por un futuro juntos, pero supe que no funcionaría de todas maneras. Somos profundamente diferentes, en las cosas que importan de verdad. Recordé las dichas del cariño mutuo, y también el agotamiento que provocaba ceder y no sentirme correspondido, lo forzado que se sentía obligarla a conversar sobre nuestros problemas, cuando se notaba que lo único que quería era escapar,  su terquedad, su terrible intransigencia, y la frialdad con la que ofrecía explicaciones. Ahora mismo sé que podría ofrecerle más de lo que nunca pude anteriormente. Pero ¿Qué es un ofrecimiento no aceptado? lo primero es ser correspondido. En ese momento asimilé que si regresaba nunca sería lo mismo, y borré todo rastro restante de ella en mi vida. Y para ser sinceros, fue liberador. escapé del bucle, o al menos eso quiero creer.
Sé que fallo en muchas cosas, y todavía soy una persona de mierda en muchos aspectos, egoísta, compulsivo y un poco maníaco, tengo miedo de buscar a alguien más, sé que quiero algo serio, también sé que esta vez no puedo ofrecer lo que un día ofrecí. La alternativa son los amores pasajeros, que no me hagan pagar un precio tan alto. Mientras decido mi camino seguiré trabajando en mi mismo, intentaré mejorar, sanar esas heridas y ser una mejor persona, más considerado.
En fin, no sé cuando vuelva, pero sabrás de mí eventualmente, tal vez la soledad me traiga de regreso.
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Métodos y Técnicas de Investigación
Este reporte del capítulo II MÉTODOS ANTROPOLÓGICOS, constituido por cinco acápites y una conclusión, trata sobre los diferentes métodos y técnicas en la antropología.
En el primer acápite titulado TEORÍA Y MÉTODO, los autores definen que es la teoría y que es el método, como introducción.
En el segundo acápite, titulado ETNOGRAFIA Y ETNOLOGIA, Rossi y O'Higgins realizan una distinción entre los métodos más básicos en la antropología.
En el tercer acápite titulado METODOS DE CAMPO y constituido por cinco subacapites: LA OBSERVACIÓN PARTIPANTE, LAS ENTREVISTAS CON LOS INFORMANTES, TÉCNICAS ADICIONALES DE CAMPO, PROCEDIMIENTOS DE CAMPO DE LA NUEVA ETNOGRAFIA y EXPLICACIONES «EMIC» Y «ETIC»; los autores hacen una descripción de los métodos y técnicas, más utilizados tanto en la praxis antropológica como en la interpretación.
En el cuarto acápite titulado LOS MÉTODOS COMPARATIVOS, y conformado por seis subacapites: EL METODO COMPARATIVO DE LOS PRIMEROS EVOLUCIONISTAS, LA REACCIÓN BOASIANA, LOS PRIMEROS METODOS CORRELACIONALES, MÉTODOS COMPARATIVOS INTERCULTURALES RECIENTES, EL ESTRUCTURALISMO COMO MÉTODO COMPARATIVO y LOS UNIVERSALES DE LA CULTURA; los autores realizan un retrato breve del método comparativo y su metamorfosis a lo largo de la historia de la antropología. Y en el último acápite, titulado ETICA E INVESTIGACIÓN ANTROPOLOGICA, el autor describe el papel que ha jugado la ética en la antropología.
Para comenzar, en el primer acápite, Ino Rossi y Edgard O'Higgins definen que los métodos son un conjunto de procesos que rigen la recopilación y selección de los datos y las técnicas como las son herramientas para recopilar y analizar datos. En el segundo acápite, los autores definen las diferencias entre los dos métodos básicos en la investigación antropológica, que son la etnografía y la etnología: la primera es la parte descriptiva de una cultura - recopilación de datos por medio del trabajo de campo; y la etnología es la parte explicativa - abstracción de información etnográfica para contrastar y comparar con otras culturas. Rossi y O'Higgins enfatizan que aunque como mínimo el trabajo de campo debe durar por lo menos un ciclo anual, primeramente es necesario cimentar una relación de confianza con nuestro objeto de estudio, tarea que requiere de al menos 6 meses de estancia, por lo cual, 18 meses de permanencia en total es lo recomendado. También resaltan que para poder realizar trabajo de campo es importante tener en cuenta que tan factible es nuestra investigación, consular a detalle información relacionada con nuestro objeto de estudio, así como también tener conocimientos de la lengua de este para facilitar la comunicación y compresión.
En el tercer acápite, los autores establecen que al trasladarse al lugar escogido, hay tomar en cuenta que dos estrategias para recabar información: la primera es la observación participante, esto es una total inmersión experimental a una área de estudio y la segunda son las entrevistas con informantes clave, ya sean por medio de conversaciones formales o informales. Algunas de las técnicas de trabajo de campo resumidas en este acápite son: la fotografía; los mapas y los censos, para el conocimiento de la región geográfica y las unidades familiares; historias de casos, estos son utilizados cuando hay un conjunto de casos similares o específicos y notorios; historias de vida, datos biográficos de una persona; encuestas y cuestionarios, estas técnicas cuantitativas sirven en caso de querer conseguir datos de un grupo muy amplio de población; método genealógico, para determinar parentesco en una población, de gran ayuda, al ponernos en contacto con una gran cantidad de gente; notas de campo, ideas, percepciones, y primeras impresiones que aunque puedan parecer triviales pueden resultar muy significativas y las técnicas proyectivas, estas son exámenes psicológicos, como el Test de Apercepción Temática (TAT) o el test Rorschach.
Al final de este tercer acápite los autores hacen una breve descripción de las interpretaciones etic y emic; dos conceptos nacidos en la lingüística. El lingüista Kenneth Pike distinguió la interpretación del sujeto - phonemics (fonología) y la realidad acústica – phonetics (fonética) y lo extendió al estudio de cultura como diferentes tipos de interpretación. Etic es el punto de vista del extranjero, y emic es el punto de vista del nativo. Por medio del punto de vista etic, el etnógrafo subraya lo que él considera importante y no lo que su objeto de estudio describa como importante.
En el cuarto acápite los autores hablan de la evolución del método comparativo y como por medio de este método el evolucionismo marco una serie de leyes generales de la cultura, pero antropólogos como Franz Boas abogaron por no hacer clasificaciones a priori y en cambio realizar investigaciones intensivas de los fenómenos culturales para poder crear comparaciones legitimas.
Por otro lado, antropólogos como Claude Levi Strauss y lingüistas como Noam Chomsky consideran que hay fórmulas o principios subyacentes que crean los fenómenos culturales, estos rasgos compartidos son conocidos como universales de la cultura, George Murdock llego a enumerar ochenta y ocho y Clarck Wissler nueve, entre los que están: el lenguaje, la religión, sistema familiar, la guerra, el arte.
En el quinto y último acápite los autores exponen los numerosos problemas éticos y controversias en conexión con trabajo de investigación clandestina en la antropología, relacionados con conflictos bélicos y la política. En 1968 la American Anthropological Association (AAA) nombro un comité de ética para crear un código ético, este fue llamado Principios de Responsabilidad Profesional y fue aceptado en 1971.
Consiste de seis puntos que resumo a continuación:
Relaciones con los grupos estudiados, responsabilidad con los que trabajan los antropólogos, la gente y la cultura que estudian.
Relación con el público en general, responsabilidad de ser transparentes y veraces con el consumidor de su trabajo intelectual.
Relación con el patrocinio, responsabilidad en no prestarse para investigaciones que sean ilícitas.
Relación con la ciencia, responsabilidad por su comportamiento como científicos y no hacer investigaciones clandestinas.
Relación con el gobierno y el gobierno anfitrión, responsabilidad en mostrarse claro y transparente con los dos gobiernos y no establecer acuerdos secretos.
Relación con sus estudiantes, responsabilidad de no ejercer discriminación ni abusos hacia sus estudiantes y mostrarse honestos con ellos.
Para concluir, el proceso de investigación tiene su intríngulis, que va desde la selección de los distintos enfoques interpretativos y los distintos métodos y técnicas, que a simple vista pueden parecer opuestos o contradictorios, pero que en realidad se complementan, hasta los alcances y limitaciones que tiene el científico en cuestiones éticas.
Bibliografía:
Rossi, Ino y Edgard O'Higgins "Métodos antropológicos" 1981, en Teorías de la cultura y métodos antropológicos. Edit. ANAGRAMA, España pp. 157-202
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kiro-anarka · 4 years
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Hoy día vivimos una invasión de neurociencias. Todo el campo de lo psicológico hace un tiempo que está dominado por esta tendencia “neuro”, con lo que ha ido quedando de lado la dimensión social, histórica, “humanística” en sentido amplio. Lo “neuro-científico” se presenta como expresión acabada de “la” ciencia, como saber riguroso y sistemático, con lo que se pretende dejar a un lado ese campo de lo histórico-social, lo que se tiene por “no científico”, dudoso, por tanto, inexacto, casi rayano en la habladuría. De ahí a la chabacanería, un paso. Las neurociencias, en tal sentido, intentan ser la expresión más acabada de la seriedad.
En esa apreciación se transmite un modelo de ciencia que, en términos epistemológicos, ya está totalmente rebatido y superado: el “saber” no es solo el que ofrece la medición, el laboratorio con el control de todas las variables, la fría asepsia. Las modernas teorías físicas o matemáticas, incluso, arquetipo primero del saber científico, hoy día apuntan también a la indeterminación, al caos, a la incertidumbre (véase la física cuántica, o la teoría de los fractales, por ejemplo, donde siempre hay algo misterioso en juego). El criterio (o prejuicio) positivista de la hiper-medición como criterio determinante no aplica para los complejos vericuetos de lo humano. Si el macrocosmos social es tan “raro”, incierto, cambiante, mucho más lo es el microcosmos de lo psicológico, de la subjetividad.
Reducir las complejas, intrincadas, en numerosos casos incomprensibles reacciones humanas -eso es lo que estudia la Psicología- a procesos neuronales, a instancias físico-químicas, a asociaciones sinápticas en la corteza cerebral, es cuestionable. Los fenómenos humanos, individuales o sociales, no se agotan en explicaciones biológicas. Pero hoy, con una fuerza creciente, se asiste a un posicionamiento de las llamadas “neurociencias” que se erigen como la llave explicativa de la conducta humana. Tal explosión tiene causas bien determinadas: habría una “normalidad” en juego, y por tanto una desadaptación. Para esto último, para “corregir” esas disfuncionalidades, está esperando una larga batería de psicofármacos listos para su consumo.
Dicho de otro modo: las neurociencias responden al posicionamiento de la industria farmacológica global que, amparándose en una pretendida cientificidad rigurosa (resabios de un pensamiento decimonónico ya descartado por Freud en los inicios de su producción intelectual) intenta hipermedicalizar el ámbito Psi, llenando de psicofármacos aquello que, en realidad, no se arregla con “pastillas” sino con significaciones humanas. Es decir: ¡buen negocio para los fabricantes de pastillas!
Estas neurociencias pretenden explicar todo lo humano, la tristeza y la felicidad, las relaciones sociales, el poder, la violencia…. Y para eso están los medicamentos como “solución”. Con esta exposición se pretende abrir una discusión al respecto, porque entendemos que nuestro gremio, ganado cada vez por este espejismo de la “ciencia exacta”, debe reflexionar críticamente al respecto.
ENSAYO
“Si usted quiere, puede”, “Todo depende de usted”, “Ser exitoso es una cuestión de actitud”, “No se estrese, maneje adecuadamente su ansiedad”, “¡Sea positivo!”, “¡Eleve su autoestima!”. A lo que se podría agregar, necesariamente en lengua inglesa: “Don’t worry! Be happy!”, tan representativo de los tiempos que corren, cuando se habla insistentemente de “resolución pacífica de conflictos” y rechazo a todo tipo de manifestación violenta. Expresiones como todas estas se han hecho cosa habitual en nuestra vida cotidiana; una psicologización, bastante cuestionable en términos epistemológicos o, mejor dicho: una vulgarización de saberes que atañen a la subjetividad, recorre nuestro sentido común, llenando de “tips” (hay que decirlo en inglés) el vocabulario diario. Según nos dice (nos obliga) esta andanada de directrices, hay que ser resilientes, políticamente correctos y buscar superarse continuamente, tener emociones positivas y sonreírle a la vida con optimismo.
¿Qué significa esta proliferación de “sanos consejos”, o “recetas para ser feliz y triunfar en la vida” que ahora nos inunda? ¿Cómo entender este auge de “técnicas” que parecen servir para todo (para individuos y para empresas, o sea: para estas grandes familias con “colaboradores” y no “trabajadores”), tips que resuelven problemas y marcan el camino hacia una pretendida aurora beatífica llena de éxito? Más allá de toda esta parafernalia psicologista que se ofrece como llave para un mundo libre de conflictos y problemas, conviene preguntarse si esto es posible (el único paraíso es el paraíso perdido, se ha dicho por ahí), si realmente podremos entrar al edén que todos estos dispositivos parecen ponernos a nuestra disposición, o si hay aquí un puro espejismo insostenible (engañoso).
O más aún, debemos intentar averiguar si este auge de “buenas prácticas” que nos promete una homeostasis sostenida se agota en buenos deseos, o si hay allí agenda oculta, si existen otros intereses tras todo esto, no explícitamente formulados. Rápidamente debemos preguntarnos, al hacernos estos planteamientos, si no pecamos de “paranoicos”, para usar una terminología del ámbito de la salud mental ya que estamos hablando de esto; es decir, si no vemos fantasmas donde no los hay. “Conspiranoicos”, como se ha dado en llamar últimamente. El análisis sopesado mostrará que no: hay engaño en juego.
¿Qué significa esta avalancha de “Psicología positiva”?, para usar un término tan a la moda actualmente. Si hay una tal psicología “positiva”, evidentemente debe haber una “negativa”, de ahí la necesidad de marcar la diferencia. Según la definiera Martin Seligman1 en 1999, la misma consiste en “el estudio científico de las experiencias positivas, los rasgos individuales positivos, las instituciones que facilitan su desarrollo y los programas que ayudan a mejorar la calidad de vida de los individuos, mientras previene o reduce la incidencia de la psicopatología”. Existe un enorme campo en esta siempre mal definida y problemática ciencia llamada Psicología donde, en estos últimos tiempos, pudiera decirse que hay una avanzada para borrar lo que tiene connotaciones negativas, apestosas. Recordemos la frase de Freud -pareciera que en realidad nunca efectivamente pronunciada- al acercarse a la costa neoyorkina para dictar sus famosas Cinco Conferencias en la Clark University en 1909, cuando le habría dicho a su acompañante Carl G. Jung: “no saben que les traemos la peste”.
Todo este esfuerzo de entronizar la felicidad, lo “positivo”, podríamos decir “la buena onda”, en detrimento de esa “peste” que abriría el Psicoanálisis, huele raro, despierta dudas. No está de más mencionar -porque, sin dudas, hay una articulación en ello- que esa cosmovisión triunfalista y glamorosa reniega radicalmente de la idea de conflicto. No por casualidad en estas pasadas décadas de políticas neoliberales a ultranza se enaltecieron los Métodos Alternativos de Resolución de Conflictos; o sea, se dejó visceralmente de lado a Marx para pasar a Marc’s (Métodos Alternativos de Resolución de Conflictos). Del mismo modo se deja ¡visceralmente! de lado la “peste” introducida por la revolución freudiana (el inconsciente) para endiosar esa “ciencia” de la subjetividad (ahora rebautizada con el “muy científico” prefijo neuro), especialmente preocupada por la superación de lo “negativo” (¿léase “conflicto”?). O sea: glorificación del Yo, de la conciencia, de la razón, de la “adaptación” a la “normalidad”, con la base “rigurosa” que otorgan las neuro-ciencias.
Algo llama la atención en todo esto: ¿por qué ese énfasis tan marcado en tapar, negar, superar lo conflictivo? ¿Por qué esa casi obsesiva necesidad de construir esa Felicidad con mayúscula, esa machona insistencia en el optimismo, en el “Don’t worry, be happy!”? ¿Acaso la dimensión humana se marca solo por esa faceta? Las dos máscaras del teatro, comedia y tragedia, parece que lo expresan mucho mejor. O lo dicho por Antonio Gramsci, que con mucho tino llamaba a “actuar con el pesimismo de la razón y el optimismo de la pasión”.
La tendencia que parece marcar todo lo Psi contemporáneo es esa búsqueda casi desaforada de hacer a un lado lo “molesto”. Ahora bien: ¿molesto para quién? Resuena ahí, tras esa declarada y nunca oculta intención, una idea adaptacionista, normativizante. Habría una “normalidad” determinada, y junto a ella “desviaciones” (enfermedades, incomodidades, rarezas). Siguiendo esa cosmovisión, hay un patrón homeostático, un equilibrio, una media normal. ¿Y el conflicto? Es un molesto cuerpo extraño, hay que eliminarlo. La antigua idea de “instinto” (adaptación en el reino animal) no ha desaparecido. Aunque lo humano supera con creces el instinto.
Estamos ante un planteo del más rancio corte biológico positivista. En ese sentido las hoy tan “a la moda” neurociencias brindan el soporte directo para ese paradigma de todo el campo Psi. La “peste” del Psicoanálisis fue muy bien combatida en Estados Unidos, y gracias a la inoculación de ese poderoso antídoto de la “normalidad”, los países que son su caja de resonancia natural en lo concerniente a la Academia, como es el caso de Guatemala, repiten similares patrones de Psicología adaptacionista. Las neurociencias -“objetivas” por excelencia-, encumbradas en lo más alto del pináculo de las “ciencias de la mente”, pasaron a ser entre nosotros un elemento fundamental. Para ser “científicos” con todas las de la ley, hay que adentrarse en ellas dejando de lado esas “oscuras cavilaciones” subjetivas, supuestamente indemostrables. ¡El inconsciente no se puede medir en laboratorio!
Los prejuicios epistemológicos decimonónicos no parecen haberse retirado. En absoluto. De acuerdo a esos anacrónicos planteos, solo es un saber riguroso aquél que pasa por el laboratorio. En otros términos, se sigue equiparando lo humano a ratas experimentales, a los perros de Pavlov. Ciencia, en tal sentido, es solo lo que se puede medir fehacientemente. Lo demás no deja de ser charlatanería. Los manuales experimentales de John Watson de principio del siglo XX no han variado en lo sustancial en cuanto a compresión de qué somos (y qué hacer al respecto).
Evidentemente Freud sabía lo que decía cuando llegaba al puerto de Nueva York: en el país modelo del capitalismo, donde todo es mercancía para la compra-venta, donde el american way of life implica necesariamente el final feliz, donde el ícono por antonomasia es el “triunfador” de alguna fantasía hollywoodense, hablar de discordia es sacrílego. Y justamente esa visión de lo humano dada por la Psicología de la felicidad -para el caso, amparada en las neurociencias-, no puede tolerar el disenso, la desarmonía, el conflicto.
El paradigma en cuestión puede parecer trivial (o lo es), pero mueve toda la estructura que esa forma de hacer Psicología puede llamar alegremente “ingeniería humana”. Como paradigmático ejemplo, un reputado estudio en la materia2 lo permite ver con claridad: “La activación prolongada de una región del cerebro llamada estriado ventral está directamente relacionada con mantener emociones y recompensas positivas. La buena noticia es que podemos controlar la activación del estriado ventral, lo que significa que disfrutar las emociones más positivas está en nuestra mano.” De lo que concluye inmediatamente que “las emociones positivas promueven una mejor conexión social.” Por tanto, con “acciones positivas” todo va mejor (suena a campaña publicitaria de alguna marca afamada, ¿verdad?).
La cuestión es definir qué son esas acciones positivas, ese optimismo con el que hay que enfrentar las cosas. ¿Olvidarse que hay conflicto? “El psicoanálisis no promete ni puede prometer armonía alguna entre y para los hombres. Solo le cabe alertar acerca de la inevitabilidad de una discordia eterna, de un malestar insalvable que, por una parte, es inherente a la cultura y lo atormenta, pero que, por otra, es motor fundamental de ella, de su posibilidad de vivir y sobrevivir, riesgosamente, siempre más o menos próxima al límite de su autodestrucción. De ahí que el calificativo más común para el psicoanálisis sea el de obra pesimista. Pero la reacción es comprensible: la cultura no puede sobrevivir sin ilusiones, los hombres necesitan creer imperiosamente en un futuro venturoso, que los libere de las privaciones del presente”, dice bellamente Daniel Gerber.
El conflicto, la desavenencia, el desencuentro, el choque de contrarios, la contradicción (todos elementos negativos que horrorizan a nuestra Psicología positiva) son la esencia misma de la dinámica humana. A su turno, y de diversas maneras, profundos pensadores de la tradición occidental lo han expresado, desde el griego Heráclito de Éfeso en el siglo V antes de nuestra era (“La guerra es padre de todas las cosas”) hasta Hegel en el siglo XIX (“La dialéctica no es un método sino la forma de ser de la realidad”, “La historia es un altar sacrificial”), desde Marx (“La violencia es la partera de la historia”) hasta Freud (de ahí su formulación, ya con la teoría bien solidificada, de una pulsión de muerte). Es decir: el manso paraíso libre de diferencias no existe, es un mito, una ilusión.
Si se quiere decir de otra forma: la “normalidad” entre los humanos (considerados en su dinámica individual o colectiva) implica el desorden, algo que se escapa de control, el elemento de la discordia. Hay siempre, forzosamente, un nivel de incertidumbre, de malestar. Lo racional, el sujeto bienpensante hacedor de su voluntad, el Yo como centro supremo de la vida psíquica, caen. “Nadie es dueño en su propia casa”, dirá Freud. Lo interesante, lo que la Psicología de raigambre biologista no puede procesar -y su filosofía concomitante tampoco-, es que ese supuesto “caos” tiene un orden, una lógica. Lo aparentemente “irracional” no es tal. No es un cuerpo extraño invasivo; tiene un porqué, admite una lectura sistemática. El inconsciente se mueve por procesos claramente identificables: condensación y desplazamiento, dirá Freud en los albores del Psicoanálisis. “Estructurado como un lenguaje siguiendo los modelos de la metáfora y la metonimia”, agregará posteriormente Lacan amparado en la ciencia lingüística. La dinámica social, del mismo modo, tiene una lógica intrínseca, descubierta y formulada a su manera por Hegel, o por Adam Smith, resituada revolucionariamente luego por Marx: “El trabajo es la esencia probatoria del ser humano, y la lucha de clases es el motor de la historia”.
Esa es la pieza fundamental de estas dos grandes visiones de lo humano dadas por estos dos grandes pensadores, continuamente vilipendiados y tenidos por muertos: Marx y Freud. El presente texto no pretende ser un panegírico de ellos, sino mostrar que son… cadáveres muy raros, eternamente insepultos, pues su obra sigue produciendo mucho escozor. ¿Por qué? Porque ponen el conflicto en el centro de lo humano. Y si hablamos de temas humanos: de la angustia, del deseo, de la explotación, de las miserias varias, del malestar, no hay experimento de laboratorio con control de todas las variables que pueda dar cuenta de ellos. El estudio del cerebro no explica la complejidad de lo humano, que es siempre social, pues no existe el “individuo” aislado. Eso es un artificio didáctico para estudiar el cadáver en la mesa de disección. Y ese es el modelo que siguen las neurociencias. Pero lo humano es más que un cadáver: es un ser social, sexuado, deseante.
Las neurociencias, con su pretendido sello de cientificidad indubitable -las llamadas “ciencias duras” trasmiten esa ilusión-, más allá del supuesto rigor que exhalan, quedan cortas, tremendamente cortas para entender las complejidades humanas. Los experimentos de laboratorio son manipulaciones tecnológicas: los conceptos fundamentales de las ciencias no salen de observaciones con todas las variables controladas. La ilusión en juego es que una medición rigurosa (la fría asepsia del laboratorio es su ícono fundacional) otorga conocimientos rigurosos. Debe recordarse, sin embargo, que las elaboraciones científicas (la ley de la inercia, o de la gravitación universal, la física cuántica, la teoría del Big Bang, la relatividad o los fractales, así como el inconsciente o la plusvalía, solo para poner algunos connotados ejemplos) surgieron de la construcción conceptual, y no mirando atentamente por un microscopio.
Las neurociencias, en tanto pegadas a la tradición biomédica, no pueden superar la noción de equilibrio, de homeostasis. En definitiva: de adaptación. Esa categoría es válida en lo concerniente a la dimensión físico-química de la materia viva. La dimensión que ahora nos interesa, de la que pretende hablar la Psicología en tanto lectura de la subjetividad, no se explica por mecanismos biológicos. Freud, neurólogo como era, desechó rápidamente un abordaje neurofisiológico para acercarse al dolor psíquico. Su recomendación, dada desde tempranas épocas y mantenida a lo largo de toda su vida, fue siempre que para navegar en las profundidades de lo humano lo más pertinente era tener una formación humanista. Lacan lo complementará invitando a estudiar Semiótica o Topología. ¿Cómo explicar desde la homeostasis el deseo, siempre errático e insatisfecho, o la guerra, o el racismo, o el patriarcado? El estudio del cerebro no explica la transgresión, que es algo que nos define como especie. ¿Y el chiste, o el poder? ¿Lo explican solo asociaciones neuronales?
El prejuicio biologista es funcional, en definitiva, a una visión psiquiátrico-normativista de la conducta humana. Eso es lo que hacen las neurociencias. Su punto de llegada es un manual descriptivo de sintomatología observable, empíricamente constatable, que arroja una cantidad (siempre creciente) de “psicopatologías”. Curioso lo que sucede con esas “enfermedades”. Años atrás la homosexualidad era considerada un trastorno psíquico, una enfermedad, o un delito (en Gran Bretaña, por ejemplo, estuvo prohibida hasta 1967). Hoy día ya no lo es. ¿Y el rigor científico? ¿Qué conexión sináptica la explica?
Del mismo modo podríamos preguntar por las “epidemias” psicopatológicas de moda: años atrás ni siquiera existía en los manuales el hoy día tan difundido “trastorno bipolar”. En la actualidad es uno de los diagnósticos más frecuentes. Y otro tanto se puede decir de lo que se llama Trastorno de Hiperactividad -TDH- en la niñez. Anteriormente esto no existía. ¿Cómo es que ahora resulta una “patología” tan frecuente? Esos cambios en la diagnosis hacen pensar más en ¿modas? o, mejor aún, en estrategias mercadológicas impulsadas por las grandes corporaciones farmacéuticas que, continuamente, van descubriendo “nuevas” patologías. Sumamente curioso, porque eso no mejora sustancialmente la práctica clínica, pero sí sirve para la acumulación de capital en estas grandes empresas. Como dato nada insignificante: los ansiolíticos -producto sumamente consumido en todo el mundo- están entre los medicamentos de mayor venta. ¿Mejora eso la salud mental de las poblaciones?
Curioso también esta proliferación de “enfermedades”, que obviamente necesitan de un enorme arsenal psicofarmacológico para ser atendidas, aumentando ventas en forma exponencial, en tanto el Psicoanálisis usa solo tres categorías para abordar lo humano (neurosis, psicosis y psicopatías; alguna de esas “cosas” somos todos, no hay “normalidad” por fuera de esas estructuras).
En ese orden de ideas, las descripciones de síntomas observables que arrojan esos estandarizados manuales (en Guatemala el más usual es el legado por la Academia estadounidense, como no podía ser de otra forma, conocido por sus siglas en inglés: DSM -Manual Diagnóstico y Estadísticos de los Trastornos Mentales-, hoy en su versión número V), sirven como guía de acción (¿libros sagrados?) de la práctica clínica en el ámbito Psi. Curioso que, a sideral distancia de lo recomendado por el fundador del Psicoanálisis y por su más connotado seguidor, Jacques Lacan, quienes llamaban a estudiar historia, filosofía, arte, semiótica, humanidades en sentido amplio, lo que prima en la formación del personal del campo Psi (psiquiatras y psicólogos, con algunos otros advenedizos que venden “curas milagrosas”) es el sumergirse en las neurociencias. ¿Por qué será que un manual como el DSM es libro de cabecera obligado de los psicólogos? Si, como dirá Freud, la Psicología es siempre social3, ¿por qué no priorizar eso en vez de la visión biológico-individualista que prima actualmente en la formación académica?
Sin dudas, hay mucho que discutir allí. Hoy vemos un aluvión de “prácticas” Psi, siempre amparadas en la idea de conciencia, razón, voluntad, fuerza del Yo. Así tenemos desde coaching hasta counseling, terapias energéticas, aromaterapias, libros de autoayuda y un sinfín de acciones que llaman a pensar qué hay detrás de todo eso. Como mínimo, y para cerrar el presente texto a modo de conclusión: 1) el terror a reconocer que el conflicto hace parte vital de nuestra humana existencia, revelador de los límites infranqueables: muerte y sexualidad, por lo que son infinitamente más tolerables toda esta suerte de “apapachoterapias” que acarician buenamente al ego, y 2) el aluvión de bio-medicalización que intenta copar el campo Psi es un gran negocio para los fabricantes de psicofármacos.
Al mundo de los psicólogos a quienes va dirigida la presente publicación se les invita a reflexionar críticamente sobre todo lo dicho. El debate está abierto.
Ponencia presentada en el IV Congreso Nacional de Psicología en Guatemala, organizado por el Colegio de Psicólogos y distintas universidades nacionales, el 31 de julio de 2020.
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Feminicidios
El feminicidio es una categoría teórica, desarrollada en los estudios de género por un conjunto de investigadoras, de las cuales las más conocidas, las que dieron difusión al tema, sobre todo en la década pasada fueron Jill Radford y Diana Russell, autoras del libro “Femicide: The Politics of Woman Killing”, es un libro que es una antología sobre el feminicidio en distintos lugares del mundo y ellas recogen esta problemática, la sistematizan y la teorizan. A partir de ahí ha habido otros desarrollos, incluso otros textos que ya son clásicos, como el último libro que se llama “Feminicidio en el mundo global”, que acabamos de editar mi comisión y la Universidad Nacional, como un texto de investigación sobre el feminicidio, diez años después del primer texto .
Me importa destacar la relación entre la academia y la política, que puede ser muy complicada, que a veces es conflictiva, que a veces pareciera que son dos cuestiones distantes y diferentes, pero que, en nuestro caso, hacer política con una fundamentación teórica nos ha permitido avanzar muchísimo. Plantear que hay feminicidio es plantear algo muy complicado, es darle una explicación política a un problema que ha sido abordado desde un punto de vista policíaco; el viraje que hemos dado es cambiar la tesitura, colocarlo en otro lugar, y es muy importante para poder enfrentar lo que sucede de una mejor manera. ¿De qué se trata el feminicidio? Feminicidio, que ya nos dio permiso la autora, Diana Russell, para traducirlo así al castellano (y no como “femicidio”, que sería simplemente el homicidio de mujeres), es una categoría analítica de la teoría política y consiste en enfrentar el problema como parte de la violencia de género contra la mujeres. Éste es el primer supuesto epistemológico, teórico y político, y ubicarlo allí es abordar las causa del feminicidio. En México, pasar de una aparición en los sucesos de los periódicos a la parte política y social ha sido muy difícil.
Todavía hoy hay un conjunto de explicaciones del fenómeno que rayan en la literatura , no en la explicación científica; pero quiero decir que son las más conocidas y que se han extendido en la sociedad de tal manera que la gente cree que lo que sucede es que hay, por ejemplo, asesinos en serie que matan mujeres, quizá esta es la explicación más extendida; la otra es que son enfermos mentales, que hay unos enfermos que andan matando mujeres, eso es el pan nuestro, la prensa insiste, en los mítines se argumentan este tipo de cosas y ya se buscan asesinos en serie especializados. Por ejemplo, en Ciudad de México ha habido asesinatos de mujeres ancianas, en cinco años han asesinado unas 60, y al autor se le busca como el “Mataviejitas”, que así se le llama. Escucho otras explicaciones cuando me dicen: “Diputada, aquí ya se extendió el feminicidio” como si fuera una epidemia, como si se contagiara, o también me dicen que son mafias que se mueven de una ciudad a otra, todas estas explicaciones que están a la orden del día, han dado la vuelta al mundo. Hay historias de este tipo que se basan en hechos reales de algunos casos concretos y luego los novelan y una no sabe si está ante una investigación periodística seria o ante literatura de fácil difusión. Por eso la importancia de contar con una visión científica del feminicidio (pero no científico como peritajes de tipo forense, que se pensaron que yo iba a ir de investigadora con la lupa, como Miss Marple, es todo lo contrario); se ha procurado colocar el tema en una perspectiva de género analítica, con un enfoque sintetizador de género, integral, que plantea un análisis social, económico, político y cultural de las causas que están tras las desapariciones y los crímenes de niñas y mujeres en México y en cualquier parte del mundo.
La teoría explicativa del feminicidio es una teoría y puede aplicarse en cualquier sitio que suceda. ¿A qué llaman Jill Radford y Diana Russell “Feminicidio”? Ellas lo definen de la siguiente manera: “Se trata de crímenes de odio contra mujeres”. Quizá sea esta definición la más escueta, la más concreta; incluye la misoginia, hay misoginia y por lo tanto hay crímenes contra mujeres, pero ¿cómo se produce la misoginia? Es parte de la explicación que ellas dan, y ellas consideran que el feminicidio se conforma en una violencia social contra las mujeres; en la sociedad se acepta que haya violencia contra las mujeres, la sociedad ignora, silencia, invisibiliza, desvaloriza, le quita importancia a la violencia contra las mujeres y a veces las comunidades (familia, barrios, cualquier forma de organización social) minimizan la violencia y tienen mecanismos violentos de relación y trato con las mujeres. La sociedad está organizada de tal manera que la violencia forma parte de las relaciones de parentesco, de las relaciones laborales, de las relaciones educativas, de las relaciones en general de la sociedad. La cultura refuerza de una y mil maneras esta violencia como algo natural, hay un refuerzo permanente de imágenes, enfoques, explicaciones que legitiman la violencia, estamos ante una violencia ilegal pero legítima, esta es una de las claves del feminicidio, como apuntan las autoras.
Otra clave es que en estos casos de violencia se llega a la muerte de las mujeres en casos más extremos, pero no en todos, por lo tanto el feminicidio no sólo comprende los asesinatos, sino que abarca el conjunto de hechos violentos contra las mujeres, muchas de las cuales son supervivientes de atentados violentos contra su entorno, sus bienes, contra ellas mismas; encontramos pues, supervivientes del feminicidio de las que se habla muy poco, casi diríamos que cuando se dice por ahí “casi la mató a golpes” tendríamos una superviviente del feminicidio, por lo tanto en el mundo hay millones de mujeres supervivientes. Pero las que vemos son las que fueron asesinadas, observamos la punta del iceberg cuando vemos a las asesinadas, lo que está abajo es lo que sostiene la violencia contra las mujeres. Ése es el enfoque y cambiar el enfoque ha costado mucho. En el trayecto he tenido bastante buena escucha, pero al mismo tiempo están las otras interpretaciones, hay como una puesta en escena entre psicópatas, mataviejitas, etc, y las académicas estamos intentando reorientar este enfoque, también las feministas de las organizaciones y algunas diputadas y senadoras que están en ello.
El tema es cómo la visión teórica que hoy llamamos perspectiva de género nos permite abordar un tema para transformar la realidad y encontrar salidas. Lo que se ha propuesto durante once años en Ciudad Juárez han sido sólo medidas policiales: aumentar el número de efectivos, colocar cámaras de televisión en las calles para filmar escenas de posible peligro para las mujeres y una serie de cosas que no corresponden con la realidad. Una crisis terrible que hubo el año pasado se debió a que, después de muchas negativas de los gobiernos municipales a enfrentar el problema adecuadamente, en una semana asesinaron a dos niñas y la furia fue total, se llegó al colmo de decir “no puede ser, ya basta”, tenemos que hacer una política integral del gobierno en México que garantice la vida de las mujeres, ese es el clamor que tenemos; pero no con vigilancia policial ,porque cada mujer tendría que tener un policía al lado; no se trata de eso; además esas criaturas fueron asesinadas en sus casas, no en la calle. También hemos ido desmontando la explicación estereotipada; hay un estereotipo que ha dado la vuelta al mundo y es que quienes han sido asesinadas son mujeres jóvenes, morenas, pobres, de pelo largo, trabajadoras de las maquilas y que han sido asesinadas después de una gran violencia sexual contra ellas; es un estereotipo porque no corresponde a la realidad, según lo que yo he investigado. Además de esas trabajadoras pobres de las maquilas, hay un 85 % de mujeres que corresponden a distintas clases sociales, a distintas edades, algunas de ellas no recibieron en ese momento violencia sexual y fueron asesinadas en sus casas por sus parientes. Desmontar el estereotipo es una tarea cotidiana a la que me dedico todos los días, como estoy haciendo aquí. Para eso nos sirve la investigación, para saber cuáles han sido las victimas, cuál era su perfil, a qué se dedicaban; hemos descubierto que muchas de las asesinadas eran estudiantes de carreras técnicas, también ha habido amas de casa, empleadas, etc. Estas son las noticias que me llegan todos los días, yo me levanto todos lo días con un resumen de noticias de lo que pasa diariamente con el feminicidio en mi país.
El subprocurador de Derechos Humanos de la República insiste en un discurso interesante, él dice que no a todas las que supuestamente habían atacado sexualmente las habían atacado sexualmente, tenían el supuesto de que sí porque aparecían con la ropa interior quitada, pero ya descubrieron que no; imagínense la mentalidad del subprocurador de Derechos Humanos cuando no considera una agresión sexual el que aparezca el cuerpo de una mujer con la ropa interior quitada, aunque no se pueda probar si hubo violación o no, o sea, el tema del enfoque misógino de las autoridades poco profesionales está a la orden del día. Esto por lo que toca a los estereotipos, pero ¿qué más hemos hecho en la Comisión Especial de Feminicidio? Bueno, pues ampliarla y no sólo ocuparnos de lo que pasa en Ciudad Juárez sino lo que pasa en otras ciudades del país. Con un enorme esfuerzo, como no teníamos respuesta oficial, tuvimos que investigar por nuestra cuenta; yo les pedí a todos los procuradores que informaran sobre lo que estaba personando en sus entidades federativas, no contestaban, les mandé una carta, a los dos meses otra, a los tres meses otra, me personé en la Conferencia Nacional de Procuradores para exigirles información oficial, pero no saben qué pasa, no han investigado, no cuantifican, no tienen una base de datos; ya logré un convenio para que haya una base de datos sobre mujeres asesinadas, pero es muy complicado, todos son datos confidenciales, les da terror informar.
En fin, ampliamos el trabajo de la comisión porque percibimos denuncias de que había feminicidio en otras partes del país, y en estos dos años yo he recorrido el país reuniéndome con las asociaciones de mujeres que son las que hacen la denuncia, reuniéndome con las autoridades, las universidades, los gobiernos... y hemos logrado hacer convenios con los gobernadores de seis entidades federativas que han aceptado que tienen un problema en su entidad y que lo van a enfrentar, que están dispuestos a darnos información. Y que están dispuestos a recibir recomendaciones. En estos momentos, estamos a punto de entregar un informe del feminicidio en esas once entidades que hemos conseguido investigar y quiero decirles que como no había información e investigación lo que hicimos fue llevar la academia a la Cámara de Diputados y creamos un equipo de sesenta investigadoras que investigan en cada lugar lo que está pasando, todas son expertas en género, todas tiene trayectoria académica en estudios de violencia contra las mujeres y por fin estamos sabiendo qué pasa y lo que pasa es que la violencia contra las mujeres se está haciendo visible. En algunos lugares se ha incrementado, no sólo se ha incrementado porque haya exacerbación en las relaciones de dominación sobre las mujeres en la sociedad, sino porque hemos ido reformando parcialmente el Estado, muy parcialmente, tenemos unas cuantas instituciones que atienden la violencia contra las mujeres, muy poquitas; tenemos unas cuantas instancias que se ocupan de los delitos contra las mujeres, poquísimas; entonces hay pero no hay, son insuficientes. Y eso que no hay genera un hueco que permite la impunidad, hoy sabemos que más del 60% de las mujeres asesinadas habían denunciado antes la violencia de la que eran víctimas.
Entonces ampliamos la teoría del feminicidio a partir de la investigación y hoy incluimos la violencia institucional, no sólo existe violencia social contra las mujeres, aquel que asesina, el sujeto activo del delito, sino que también está la violencia de las instituciones que no responden a garantizar la vida de las mujeres como algo previo, o sea que hay un gravísimo problema de seguridad para la vida de las mujeres y aquí estoy utilizando la concepción del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, sobre el índice de seguridad humana; no hay capacidad para garantizar la vida de las mujeres y una obligación del Estado es la garantía a la vida de las personas, eso no se cumple y eso es violencia institucional. Pero hay más violencia, porque cuando las mujeres ya han denunciado la violencia no hay la respuesta institucional para atender adecuadamente a esas mujeres, dar seguimiento al proceso tanto de atención psicológica, como de apoyo y sustento económico, social, jurídico, legal... no hay eso; ya cometido el delito, por ejemplo, el homicidio de mujeres, hay impunidad, la impunidad es otro elemento del feminicidio porque no todos los homicidas son llevados ante la ley.
Y luego, hay muy poco profesionalismo en los que investigan los casos desde el punto de vista policiaco, los peritajes se han hecho muy mal, hay casos que ya no pueden ser reconstruidos, se perdieron los papeles; yo he visto expedientes en los que están revueltos tres casos, como si fueran fragmentos de mujeres lo que hay allí. Así como éstos les podría contar infinidad de casos de violencia institucional; como el caso de los jueces o juezas que se comportan a veces de una manera terrible; anteayer una jueza liberó tranquilamente a un hombre acusado con pruebas de pederastia, por cierto ahora está en España, no sé en qué playa estará disfrutando, pero fue liberado después de tres meses en prisión porque la jueza consideró que no se podía probar que las niñas que fueron sometidas a prostitución hubiesen sido forzadas, consideró que estaban ejerciendo su libertad esas niñas, ahí está la violencia institucional. Otro caso que me tocó presenciar en Hermosillo, Sonora, otra ciudad fronteriza, cuando fui a visitar a la alcaldesa, estaba toda la población consternada, fue el caso de una chiquita que apareció metida en una valija en una estación de autobuses asesinada a golpes ¿qué había pasado? que esa niña estuvo institucionalizada un año por malos tratos recibidos de su padre y su madre y sin haber hecho un peritaje para ver si los padres ya podían recibirla de nuevo, sin haberlos reeducado para poder atender a la criatura se la devolvieron, a la semana apareció asesinada y los padres prófugos, un caso no resuelto, pero era una muerte anunciada, parafraseando a Gabriel García Márquez.
El feminicidio se compone también de muertes anunciadas, podemos saber los lugares álgidos donde hay más riesgo para las mujeres, en la Comisión Especial y este equipo de investigadoras estamos haciendo una geografía del feminicidio en México, detectando cuáles son los lugares donde se han presentado más delitos contra mujeres, más formas de violencia contra mujeres, más denuncias de mujeres y otros indicadores: en qué lugares las mujeres están en condición de mayor precariedad, en qué lugares los hombres tiene posiciones de mayor supremacía y de comportamiento violento, y así estamos construyendo una antropogeografía del feminicidio para poder prevenir, desmontar los fenómenos que producen estos terribles asesinatos de niñas y de mujeres, y también estamos tratando de convencer de que la violencia contra las mujeres no es natural, que la podemos eliminar si cambian las condiciones de vida de las mujeres, si cambian las relaciones entre los géneros, si cambian las relaciones del Estado con las mujeres, y desde luego en un sentido democrático del género; ésta es la propuesta, se dice muy rápido y muy sencillo y puede que para quienes nos dedicamos a esto sea una obviedad, pero no lo es para quienes no están aquí, para quienes se comportan desde ideologías preestablecidas que no analizan lo que está sucediendo, no hay estadísticas suficientes e investigaciones sobre el problema.
Quisiera terminar sobre cómo aprovechar la ciencia, lo que hacemos nosotras, políticamente y jurídicamente; esta investigación que para nosotras es pionera, porque en México nunca se había investigado el feminicidio, ha formado a las sesenta investigadoras, fíjense qué proceso tan interesante, al ir investigando fuimos desarrollando la metodología, no la teníamos y ha sido un trabajo colectivo de pensar juntas, a veces crispante, pero maravilloso porque hemos creado un “intelectual colectivo”, un grupo sólido de expertas que estamos trabajando el tema; además hemos propuesto y lo hemos ganado, aún siendo minoría en la Cámara de Diputados, que se haga una investigación nacional sobre todas las formas de violencia contra las mujeres y que se dé cuenta a la sociedad de lo que está pasando. Ganamos hace unas semanas el presupuesto para hacer la investigación, y eso es un éxito cuando, ustedes saben lo que son las políticas neoliberales, que cualquier política social es recortada cuando se trata de cortar presupuestos; y aquí logramos un presupuesto que no existía. ¿Qué más hicimos? Hemos propuesto una pequeñísima reforma del Estado y es la creación de una Fiscalía especializada en delitos violentos contra las mujeres, cuya competencia es nacional, para todo el país, va a tener cinco fiscalías regionales y va a ser una estructura permanente de la República, cosa que es un adelante impresionante; decir que se llama especializada porque la creamos con el mandato de que tienen que ser especialistas en género y derechos humanos quienes se hagan cargo de la fiscalía; les comento con muchísimo gusto que hace dos semanas, el procurador nombró a una destacada abogada, doctora en derecho, feminista, experta en violencia, que además ha sido parte de un organismo contra la tortura como fiscal especializada para montar esta fiscalía que tratará los casos de violencia contra las mujeres; para nosotras es un avance porque no tenemos una ley contra la violencia hacia las mujeres, antes de la ley hemos conseguido, colándonos por la coyuntura política como pudimos, crear la fiscalía, luego haremos la ley.
Como legisladora les digo que es una maravilla hacer leyes, es fascinante el proceso para hacer una ley; decirles que presentamos una iniciativa de ley que es la Ley para el Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, que tutela el derecho de las mujeres a una vida sin violencia, con libertad; desde esa perspectiva feminista está planteada la ley, y en una estructura patriarcal incorporar una ley feminista es muy importante; estamos a la espera del dictamen de la Cámara y si tuviéramos esta ley podríamos crear todo un sistema para prevenir la violencia contra las mujeres, para destinar presupuestos al tema,... también las senadoras propusieron la Ley de Igualdad, con una visión de género muy interesante. En esto se concreta el excelente encuentro entre la academia y la política para poder conocer los mecanismos que desmonten los terribles crímenes contra mujeres; sabemos que no basta esto, pero es muy importante acertar por dónde, y luego tendremos que modificarlo y cambiar muchas cosas para que la vida de las mujeres y de las niñas sea respetada en mi país y en todo el mundo.
También les informo que formamos una comisión, un grupo, una red interparlamentaria, con parlamentarias guatemaltecas, en Guatemala también hay feminicidio denunciado por las mujeres, y por parlamentarias españolas; tendremos encuentros para sumar esfuerzos de las legisladoras. La palabra duele: “Feminicidio”, aceptar que hay feminicidio cuando se gobierna molesta más; el feminicidio es un delito que estará en el código penal y tiene que ver con cada homicidio de cada niña y de cada mujer; además en la ley lo que va a aparecer es otro concepto: “Violencia feminicida”, y ése se acepta más porque es cuando vemos el fenómeno amplio, el conjunto de condiciones que en algunas ocasiones concluyen en crímenes contra las mujeres van en contra de las mujeres. Con las diputadas españolas, cuando hicimos la declaración de Madrid, modificamos un párrafo para que lo pudieran suscribir porque a ellas les costaba mucho trabajo reconocer que hubiese feminicidio en España, en cambio estuvieron de acuerdo en reconocer que hay violencia feminicida y añadimos que se reconocían los esfuerzos de algunos gobiernos para acabar con la violencia contra las mujeres.
En la ley también incluimos una cosa que llamamos “Alerta de violencia de género” es una propuesta para que con una serie de indicadores, a petición de la ciudadanía, cualquiera podría hacerlo, se exija a las autoridades que decreten el estado de alerta de género y que estén obligadas a aplicar presupuestos, reformar instituciones, modificar políticas, resolver los casos no resueltos y a combatir la impunidad; esto no está en ninguna ley de violencia en el mundo y es importante porque tendría que haber otro tipo de intervención institucional, castigo a los funcionarios corruptos que han sido negligentes, que han cometido omisiones imperdonables (ya han sido señalados 80 funcionarios en Ciudad Juárez, allí se podría decretar la alerta de violencia de género), se potenciaría la acción de las instituciones y de la sociedad para enfrentar como debe ser este grave problema. Quiero terminar con el lema de nuestra Comisión: “Por la dignidad y la libertad de las mujeres”. Muchas gracias.
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Interpretaciones sobre el quehacer de la historia de las mentalidades
En este apartado mencionaré las diferentes formas en la que podemos ver a las mentalidades de acuerdo a los diferentes autores vistos en clase, como Duby, Le Goff, Marchial y Ortega Noriega; tomando como referencia a cada uno de ellos daré mi punto de vista según sea el caso.
Iniciaré con George Duby donde el da a conocer que las mentalidades o la historia más bien es como un estudio de diversos comportamientos y actitudes, siendo como un conjunto de redes que ayudan a formar parte de un ser social, de igual manera la formación de la disciplina como la psicología social nos da un amplio panorama para darnos un entendimiento acerca de diversos elementos que nos ayuden a darnos explicaciones subjetivas hacia diversas ideas que tiene el hombre, mejor dicho que definiendo todo por las partes, y buscando el objeto de la historia de las mentalidades con los objetos de las diferentes ramas de la psicología como ciencia social, interesa distinguir cinco componentes en la mentalidad: (1) lo racional, (2) lo emotivo, (3) lo imaginario, (4) lo inconsciente y (5) la conducta. Los cuales corresponden a distintos modos de percibir la realidad y/o de actuar sobre ella, y se entrelazan y superponen unos con otros, de forma que cada función o manifestación mental aparece coloreada por un(os) componente(s) más que otro(s), mezclados químicamente: el todo naturalmente no se reduce a la suma de los componentes. Aquellas mentalidades que más pueden concernir al historiador que predica una historia explicativa y persigue totalidades protagonizadas por colectivos, raramente equivalen a una relación psicológica elemental de los sujetos con su entorno, son mentalidades globales a menudo intrincadas, de difícil
discernimiento sin dilucidar antes las formas mentales más sencillas, básica.
Por ahora esto es lo que yo puedo rescatar de Duby con la ayuda de la psicología social, claro tomando en cuenta que el autor mención muchas cosas más como los mitos y creencias, el instrumento mental cuyo papel es importante ya que la lingüística es una atmosfera mental, ya que esta historia es muy importante junto con la sintaxis; como otras ramas que maneja.
En Le Goff nos da varias ideas que menciona sobre el objeto de estudio que menciona que se sitúa en el punto de conjunción de lo individual con el colectivo del tiempo largo y de lo cotidiano, de lo inconsciente y lo intencional de lo estructural y lo coyuntural de lo marginal y lo general , done igual manera menciona lo que las mentalidades estudia, las diferentes fuentes, las diferentes ramas como etnografía, la historia cuantitativa y retoma a la psicología social como Duby
Algo que si me llamo la atención fue la influencia de la tercera fase de annales Bien, los años 70 y 80 constituyen el período de máxima influencia de la escuela de Annales, tanto nacional como internacionalmente, y no es para nada casual que dichos años sean, simultáneamente, la época de esplendor de la historia de las mentalidades. Digo que es el período de máxima influencia nacionalmente porque son los años en que Annales se consolida como escuela historiográfica hegemónica en Francia, creando unas instituciones2 y “conquistando” otras; e internacionalmente, porque no sólo genera directamente procesos de renovación historiográfica, lo cual es asimismo característico de los primeros y de los segundos Annales, sino que, durante los terceros Annales, la influencia internacional de la novela historica deviene más rica y bidireccional que la simple promoción de imitadores en otros países.
En la década de los años 80, sobre todo en la primera mitad, constatamos la coincidencia de la máxima influencia de Annales con las críticas más feroces, desde diversos ángulos, particularmente desde el materialismo histórico o desde sus cercanías, a causa, precisamente de estos abandonos de la historia social y global, por parte de la historia de las mentalidades, en su última fase. En relación con ésto, insisto en lo que decía ayer en el debate, con independencia de los posibles aspectos negativos o de las actitudes políticas personales de Lucien Febvre, Fernand Braudel o Philippe Ariès, debemos justipreciar sus aportaciones como historiadores, lo contrario sería una adoptar una actitud además de intolerante, acientífica.
Tomemos ahora un ejemplo con la interdisciplinaridad que le es propia al historiador de las mentalidades le debaría llevar a aplicar el mismo criterio que cualquier otro historiador al definir un concepto o un tema que comparte con otra ciencia social; por ejemplo, el historiador económico cuando acude a la economía para definir el precio y el salario. En el caso de la historia de las mentalidades, habríamos de acudir a los psicólogos para definir conceptos relativos a lo mental. Siguiendo a la psicología podríamos ampliar todo lo que quisiéramos los cinco componentes más arriba considerados, y sus eventuales combinaciones, para disponer de elementos útiles (percepción, sentido, memoria, motivación, atención, actitud, voluntad, etc.) para la investigación histórica, sin más riesgo de pecar de imprecisos que cuando trabajamos desde la historia con una noción sacada de la geografía, la sociología, la economía o la política. La psique individual y colectiva, las estructuras o sistemas mentales, el mundo de lo mental en suma, está definido e investigado por la psicología de un modo monográfico, sobre todo a partir del cambio de paradigma de la psicología conductista a la psicología cognitiva en los años 70.
En la última lectura de Ortega Noriega a mi parecer menciona que el historiador de las mentalidades propone estudios para la sociedad a través de diferentes análisis que lo integran, creo importante señalar la importancia que tienen esos estudios en las diferentes clases sociales en las que se les impone.
También hace referencia al grandioso mundo del conocimiento histórico tomando elementos diferentes que sean regularmente accesibles a diferentes hechos del pasado, dicha historia más bien se relaciona con una vida cotidiana simple, que esto nos lleva a pensar que una sociedad es siempre parte fundamental para tener una vida social en buenos términos, de igual manera nos menciona diferentes limitantes que tiene dicha historia, ya que si es muy amplia y tiene libertades, de igual forma tiene sus inconvenientes que podría ser entre tantos la búsqueda de fuentes ya que puede ser muy limitada en cuanto a documentación o accesibilidad.
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