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#Tomás Hijo
365filmsbyauroranocte · 4 months
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Three Witches Sculpture.
Three witches fly towards the coven carrying their black cat, brooms, and six secrets to discover. Handcrafted in marble resin, finished with acrylics and wax patina. 
Available at Etsy. Click here!
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comparativetarot · 2 years
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The Fool. Art by Tomás Hijo, from The Lord of the Rings Tarot Deck.
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(I) Cosas de Gabriel García Márquez (Detrás de Tomás Carrasquilla) ¿Padre del Realismo Mágico colombiano!
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eduardoskipper · 2 years
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xobsidian-witchcraftx · 4 months
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Lord of the Rings Tarot
my sister gave me the Lord of the Rings tarot by Tomás Hijo. it's such a beautiful deck.
the box is fantastic quality. a lovely two piece box covered in beautiful art that well represents the card inside. it has an insert to hold the deck snuggly and the guide sits on top. the art style of both deck and box uses either linocut or woodcut printing, which is a style that I really love.
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The cards themselves are all beautiful, and the guide to go with it ties the lore from Lord of the Rings into the meaning behind each card so beautiful. The design on each card is printed with care and skill that I, as someone who has done lino cut projects, am amazed by. The artwork truly is stunning.
This is fast becoming my new favourite deck, it's such a pleasure to do readings with. The cards are easy to read and interparate, the guide is succinct. The card are fairly thick and sturdy cardstock and are unlikely to get damaged when used and stored with care, and the same can be said for the box and guide. It is, overall, a high quality deck and I couldn't recommend it more!
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armatofu · 4 months
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La ilustre fregona; Miguel de Cervantes
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La Ilustre Fregona
AUTOR: Miguel de Cervantes Saavedra
GENERO: Novela picaresca y de amor
TEMA: El amor imposible que cae en manos de la fortuna y la vida pícara virtuosa, son los temas principales de esta novelilla cervantina.
PERSONAJES:
Don Diego de Carriazo: padre de Carriazo y al final descubrimos que es el padre de Costanza, la fregona.
Don Juan de Avendaño: padre de Avendaño
Carriazo / Lope Asturiano: un muchacho de clase alta, pero prefiere la vida "picaresca"
Avendaño / Tomás Pedro: el amigo de Carriazo que viaja con él a vivir la vida "picaresca". Se enamora de la ilustre fregona, Costanza.
Costanza / la fregona: la mujer más divina, perfecta y bella. Todos los hombres están enamorados de ella. Vive en la posada 15 años porque su madre la ablandó. Es famosa en toda España y llamada "la ilustre fregona"
Pedro Alonso: el tutor o "ayo" que acompaña los chicos a Salamanca. Los chicos lo abandonan antes de llegar a Salamanca.
El Huésped: es el mesonero de la posada donde vive la fregona Costanza.
El hijo del Corregidor / "don Periquito": está enamorado, también, de Costanza. Le canta por la noche. Es la "competición" de Tomás.
El Corregidor: Tiene un oficio legal o político en el pueblo como un alcalde o juez. El huésped le cuenta toda la historia de cómo Costanza llegó a vivir con él 15 años.
Argüello y la Gallega: dos mujeres que viven y trabajan en la posada. Ambas son de clase baja, chistosas y enamoradas de Carriazo y Tomás.
Barrabás: otro personaje cómico que está en la posada de la clase baja.
RESUMEN:
En Burgos, no hace muchos años, vivían dos caballeros: Don Diego de Carriazo, quien tuvo un hijo que lo llamó con su mismo nombre, y Don Juan de Avendaño, éste llamó a su hijo don Tomas de Avendaño.
Cuando Carriazo tuvo trece años se marcho de la casa de sus padres por una inclinación picaresca. Estuvo en Madrid, en las Ventillas de Toledo, etc. Se graduó de maestro en las almadrabas de Zahara. Dejó de acudir tres veranos, en el último ganó a los naipes setecientos reales. Con ellos optó por vestirse y volver a Burgos a ver a su madre. Se despidió de sus amigos y les prometió que el próximo verano estaría con ellos.
Su familia le recibió muy contenta y se hizo muy amigo de don Juan de Avendaño, que era su vecino y tenía su misma edad.
Carriazo nunca le contó a sus padres todo lo que hizo en las almadrabas. El echaba mucho de menos aquellos tiempos y le contó a Avendaño todo lo que había vivido. Determinaron irse los dos allí a pasar un verano. Avendaño puso como excusa el irse a Salamanca a estudiar y que Carriazo se iba a ir con él también.
Les dieron documentos de lo que tenían que hacer, les pusieron un ayo a su disposición y se encaminaron supuestamente hacia Salamanca.
En el camino le robaron cuatrocientos escudos de oro al mayordomo. Le pidieron permiso para ir a la fuente de Argolas y éste accedió. Cuando estuvieron allí Avendaño le dijo que volviera a la ciudad, que ellos seguirían por su cuenta y le dió una carta de disculpa para sus padres.
Se vistieron a lo payo y marcharon hacia Toledo. A la entrada de Illescas vieron a dos mozos de mulas andaluces. Estaban hablando de una hermosa fregona que vivía en la posada del Sevillano, que el hijo del Corregidor bebía los vientos por ella. Y sobre todo a Avendaño se le despertó un intenso deseo de verla.
Fueron a la posada del Sevillano, estuvieron esperando a ver si venía tan celebrada fregona. Avendaño se dirigi�� al patio a ver si veía a la muchacha con la excusa de preguntar por unos caballeros. De pronto salió de una sala una doncella de unos quince años, vestida como labradora y con una vela encendida. La muchacha era muy bella.
Ellos se quedaron esa noche en la posada y Avendaño comentó a Carriazo la increíble hermosura de la doncella, que se llamaba Constanza.
Arguello, que era otra sirvienta de unos cuarenta y cinco años les preparó las camas. Carriazo le dijo a Avendaño que al día siguiente tenían que madrugar para salir hacia Orgaz lo antes posible. Avendaño le contestó que no estaba dispuesto a irse de la posada porque quería conocer a Constanza. Al final Avendaño consiguió convencer a Carriazo para que se quedaran en la posada.
Al día siguiente se oyó al hijo del Corregidor cantando para Constanza y Avendaño sintió celos.
Avendaño, haciéndose llamar Tomás Pedro, empezó a trabajar para los huéspedes separando la cebada y la paja y Carriazo que dijo que se llamaba Lope Asturiano trabajaba como aguador. Este tuvo una pelea con otro aguador porque le derramó el agua. Salió de allí gracias a Tomás. Luego el Asturiano ingresó en la cárcel, pero pronto salió gracias al dinero que entregó el Sevillano.
A Constanza la llamaban ilustre porque limpiaba muy bien la plata, era honesta y recatada y enamoraba con su recogimiento y hermosura. Cada día que pasaba Tomás estaba mas enamorado de ella. El huésped se enteró de esto pero no se lo comunicó a la muchacha. Al poco tiempo Tomás le entregó una carta en la que le expresaba su amor y Constanza la rompió y le dijo que no la quería.
El Asturiano fue a comprar un asno y al final acabó jugándose el suyo, que mas tarde lo perdió por cuartos, pero luego al reclamar la cola del asno dejo al otro aguador sin un solo maravedí, pero se lo devolvió todo.
A las once de la noche llego el Corregidor a la posada y preguntó al Sevillano por la ilustre fregona, el huésped le contó que hacía quince años un mes y cuatro días llegó a la posada una señora vestida de peregrina enferma, descolorida y muy fatigada. Nadie sabía quien era, solo que era una señora rica de Castilla la Vieja. Padecía hidropesía e iba de peregrina a la Virgen de Guadalupe.
Cuando estaba en la cama dijo que estaba embarazada, que por favor cuidaran de su bebe y sacó de la almohada un bolsillo de aguja, de oro y verde con cuatrocientos escudos de oro en su interior y se lo entregó a la mujer del huésped. Y entre las doce y la una de aquella misma noche parió una niña preciosa, la mas bella de todas las que el huésped había visto. La madre de la criatura siguió su peregrinación y al cavo de veinte días volvió, casi sana, la niña ya había sido bautizada recibiendo el nombre de Constanza, lo cual había sido ordenado por su madre. Le entregó al huésped una cadena de la que quitó seis eslabones y dijo que los traería la persona que viniese a por la niña también corto un pergamino de tal forma que no se podía leer nada sin la otra parte y le dio una mitad. Dijo que al cavo de dos años vendrían a por su hija y le pidió que no le dijese a la niña quien era ni de la manera que había nacido. Dándoles otros cuatrocientos escudos de oro y abrazando a la mujer del huésped con tiernas lágrimas partió.
Después de contarle toda la historia de la ilustre fregona el Corregidor se marchó después de ver los trozos de la cadena y el medio pergamino.
Al día siguiente, cerca de la una, entraron a la posada dos ancianos acompañados de cuatro caballeros y al ver a Constanza se dijeron que ya habían encontrado lo que buscaban. Cuando Tomás fue a dar recado de las cabalgaduras conoció a dos criados de su padre y mas tarde vio a su padre y al padre de Carriazo. El caballero llamó al huésped y le dijo que venía a quitarle una prenda suya de hace mucho tiempo y para ello traía unos trozos de una cadena, un pergamino y mil escudos de oro. El le contestó que la prenda que le quería quitar estaba en casa pero no el pergamino y los trozos de la cadena para comprobarlo, que tuviera paciencia, que en un momento estaría allí. En esto llamo al Corregidor y se lo contó todo. En cuanto llego, con el pergamino y los trozos de cadena en la mano, abrazó a don Juan de Avendaño y después a don Diego de Carriazo sacaron los trozos del pergamino, que juntos decían: ESTA ES LA SEÑAL VERDADERA, y los trozos de la cadena. El Corregidor preguntó si era posible saber quien eran los padres de la hermosísima prenda. -El padre -respondió don Diego - yo lo soy, la madre ya no vive.
Después de explicarlo todo don Juan de Avendaño y don Diego de Carriazo se encontraron con sus hijos. El Corregidor llamó a Constanza y le dijo quien era su padre realmente y todos subieron al coche del Corregidor.
Al final Constanza se casa con Avendaño y se van a estudiar a Salamanca y Carriazo con la hija del Corregidor de Toledo, con la que tuvo tres hijos.
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oonajaeadira · 1 year
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tarot shelf tour!
I just cleaned and reorganized half the shelves in my library specifically to display some of my junk and @lowlights requested pics of my tarot shelf. So there's a tour under the cut, but here's a pic of the three shelves that are gonna drive the SO nuts: Mando/Star Wars shelf, witchy goblin shelf, and tarot shelf.
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Okay kids. Buckle in.
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We begin with some occult books--Gong Hee Fot Choi, Trolldom, tarot stuff, The Witch's Book of Self Care (currently reading, courtesy of @grogusmum), some Samhain/Mabon books, runes, guides for my Uusi decks (Pagan Otherworlds and Supra decks).
The Audacity Deck (gift from a friend)
The Dreamkeeper's Tarot
Le Tarot Noir (hard to get in the US, but a cheap find in Paris! this is just the box--I keep a lot of tarot knick-knacks and LWBs in it)
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Oracle card of the week and tarot card of the day are sitting in front of the wooden box for my Alleyman’s Tarot which I’m slowly making my way through and reading about all the cards.
Stack 1:
The Field Tarot (nice beginners deck)
Crow Tarot (my gentle, empathic deck)
Somnia Tarot (I love the photography, but not happy about the printing. will be putting this one up for trade)
The Cosmic Slumber Tarot (gift from a friend. not one i would have picked out for myself, but it reads beautifully)
Labyrinth Tarot (illustrated by woodblock artist Tomás Hijo)
Tarot del Toro (another Hijo deck with woodblock illustrations of Guillermo del Toro’s movies)
Tomás also has a LOTR deck out and a Dark Crystal one coming and I’m probably gonna buy those too because they’re stunning. And nerdy.
Stack 2:
Light Seer’s Tarot (my #1 rec for beginners or those who want to find joy in their tarot)
Santa Muerte Tarot
Soul Cards Blush deck
Soul Cards Black deck (yes, they’re the same just different colors but they have totally different moods and they’re GORGEOUS cards that have a velvet finish and don’t at me okay they are lux AF)
Golden Thread Tarot (i don’t use these very often and might gift them. the card stock is plasticine and they shuffle like a dream, gold foil on black. i only bought them to support the makers of the app by the same name because they’re a wonderful tarot resource and the app is free!!!!)
Madame Clara Sees All 5 Cent Tarot (good for those who like words better than images! this is the deck i picked up in Salem when I visited with @grogusmum​!!!)
Stack 3 (sorry the chalice is in the way of the lower decks):
And yes, there’s a sword, wand, chalice, and pentacle on the shelf because tarot nerd.
Carnival at the End of the World Tarot (by one of my favorite artist duos, Kahn & Selznick. this is basically a character deck and i love it for the art and i actually took an online class to get to know it better because it’s teeming with all these esoteric symbols and meanings. but unfortunately, it doesn’t like to talk to me.)
Pagan Otherworlds Tarot (my baby, my bonded deck, my very favorite)
Ancient Italian Tarot (nice starter deck for those who like Marsailles decks. i could trade this one off.)
Angel Invoking Tarot (kickstarter deck by Travis McHenry)
Demon Invoking Tarot (another kickstarter by McHenry. they are both out of print and hella valuable and i’m keeping them for high trade. they’ve been reworked for mass-market--this one is the Occult Tarot now--but they’re nowhere near as pretty as these OG decks.)
Darkness in Light Tarot (STUNNING deck of hand-painted images, each suit in their own color theme. i’ve actually spoken to the creator during quarantine while he was gearing up to print this 4th edition and he let me pre-purchase. Then he signed it for me. <3)
New Revisited Alchemical Tarot 4th edition (you wanna make some money? buy this deck whenever a new edition is released. I bought this one at $35 and it’s already being hunted for like 10x that. the 6th is out for $40 right now. for some reason, collectors go nuts for this deck but like to buy it when it isn’t new anymore lol)
Pazzol Tarot (indie deck that’s all skeletons because the creator wanted to make a completely inclusive deck. and you know what all genders, races, ages, and body types have? SKELETONS.)
Rainbow Rider-Waite-Smith (gift from a friend)
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Stack 4:
Seasons of the Witch Oracle: Yule
La Tarot Noir (again, wanna make some money? you can get these for like $35 in Paris and they sell for $100+ in the US.... It is a gorgeous deck tho....)
Seasons of the Witch Oracle: Beltane
Seasons of the Witch Oracle: Samhain
Am I obsessed with SotW Oracles? Maybe. Did I just pre-order their Mabon deck today? Not even a maybe. Stone cold yes.
Between the stacks is a bag of runes given to me by a friend. I have three sets of runes that were gifts and I don’t even use runes.
Corner stack:
Mildred Payne's Secret Pocket Oracle
16th century German playing cards reprint
mini Waite-Smith in a tin, Centennial version
OG Marsailles deck, majors only (this was gifted to me by a woman who used to read my tarot on a regular basis. i don’t use them. they’re a momento and i feel like they “charge” my other decks.)
Edward Gorey’s Fantod Pack
Supra Oracle (by Uusi, the makers of my favorite Pagan Otherworlds Tarot)
Mildred Payne's Oracle of Black Enchantment (omgs I love it so much)
Front stack:
Blank deck book
Knot magic kit
La Corte Dei Tarocchi (hand-printed in Milan, #854/2000, wax-stamped. christmas present to myself in 2020)
For those of you not into tarot: yes, I’m a collector, but I’m a casual collector. (Mostly just limit myself to the artwork I like.) This collection is tiny in comparison to real collectors.
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daintyinsider · 3 months
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Reading List - Lista para Leer
Aves sin nido Clorinda Matto de Turner
Dom Casmurro Joaquim Maria Machado de Assis
Ariel José Enrique Rodó
El Moto Joaquin Garcia Monge
La amada inmóvil Amado Nervo
Desolación Gabriela Mistral
La señorita Etcétera Arqueles Vela
La vorágine José Eustasio Rivera
Doña Bárbara Rómulo Gallegos
Cuentos de Amor, de Locura y de Muerte Horacio Quiroga
Other selected works
Isabel Allende, “Dos palabras”
Anónimo, “Romance de la pérdida de Alhama”
Anónimo, Lazarillo de Tormes (Prólogo; Tratados 1, 2, 3, 7)
Gustavo Adolfo Bécquer, Rima LIII (“Volverán las oscuras golondrinas”)
Jorge Luis Borges, “Borges y yo”
Jorge Luis Borges, “El Sur”
Julia de Burgos, “A Julia de Burgos”
Miguel de Cervantes, Don Quijote (Primera parte, capítulos 1–5, 8 y 9; Segunda parte, capítulo 74)
Julio Cortázar, “La noche boca arriba”
Hernán Cortés, “Segunda carta de relación” (selecciones)
Sor Juana Inés de la Cruz, “Hombres necios que acusáis”
Rubén Darío, “A Roosevelt”
Don Juan Manuel, Conde Lucanor, Exemplo XXXV (“De lo que aconteció a un mozo que casó con una mujer muy fuerte y muy brava”)
Osvaldo Dragún, El hombre que se convirtió en perro
Carlos Fuentes, “Chac Mool”
Federico García Lorca, La casa de Bernarda Alba
Federico García Lorca, “Prendimiento de Antoñito el Camborio en el camino de Sevilla”
Gabriel García Márquez, “El ahogado más hermoso del mundo”
Gabriel García Márquez, “La siesta del martes”
Garcilaso de la Vega, Soneto XXIII (“En tanto que de rosa y azucena”)
Luis de Góngora, Soneto CLXVI (“Mientras por competir con tu cabello”)
Nicolás Guillén, “Balada de los dos abuelos”
José María Heredia, “En una tempestad”
Miguel León-Portilla, Visión de los vencidos (dos secciones: “Los presagios, según los informantes de Sahagún” y “Se ha perdido el pueblo mexica”)
Antonio Machado, “He andado muchos caminos”
José Martí, “Nuestra América”
Rosa Montero, “Como la vida misma”
Nancy Morejón, “Mujer negra”
Pablo Neruda, “Walking around”
Emilia Pardo Bazán, “Las medias rojas”
Francisco de Quevedo, Salmo XVII (“Miré los muros de la patria mía”)
Horacio Quiroga, “El hijo”
Tomás Rivera, . . . y no se lo tragó la tierra (dos capítulos: “... y no se lo tragó la tierra” y “La noche buena”)
Juan Rulfo, “No oyes ladrar los perros”
Alfonsina Storni, “Peso ancestral”
Tirso de Molina, El burlador de Sevilla y convidado de piedra
Sabine Ulibarrí, “Mi caballo mago”
Miguel de Unamuno, San Manuel Bueno, mártir
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jartitameteneis · 6 months
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El 22 de noviembre de 1462 se registra la primera constancia escrita de la presencia de los gitanos en la actual Andalucía, concretamente en la ciudad de Jaén. Una fecha por la que se celebra el Día de los Gitanos Andaluces y que en 1996 la Junta de Andalucía lo reconoció como día oficial, al margen del 8 de abril, el Día Internacional del Pueblo Gitano.
“A veinte y dos días del mes de noviembre de este año (1462) llegaron a la ciudad de Jaén dos condes de la pequeña Egipto, que se llamaban el uno don Tomás y el otro don Martín, con hasta cien personas entre hombres, mujeres y niños, sus naturales y vasallos. Los cuales habían sido conquistados y destruidos por el Gran Turco; y porque después de ser conquistados parece ser que negaron nuestra fe, hacía muchos días que, por mandato del Santo Padre, andaban por todos los reinos y provincias de la cristiandad haciendo penitencia. Y como llegaron a la ciudad de Jaén, el señor condestable los recibió muy honorablemente y los mandó aposentar y hacer grandes honras. Y quince o veinte días que estuvieron con él, continuamente les mandó dar todas las cosas que les hizo falta, a ellos y a toda su gente, de pan, vino, carne, aves, pescados, frutas, paja y cebada abundantemente. Y muchos días los dichos condes comieron con él y con la señora condesa, su mujer; y al tiempo que quisieron partir, les mandó dar de su cámara muchas sedas y paños, para que se vistiesen, y buen acopio de riquezas para su camino. Y salió con ellos hasta media legua fuera de la ciudad de Jaén, de modo que los dichos condes partieron muy contentos y pagados, loándose y maravillándose mucho de su gran liberalidad y franqueza”
Hechos del condestable Don Miguel Lucas de Iranzo, 1462.
Cómo y cuándo llegaron los gitanos a la península ibérica es una cuestión cuyo consenso dista de haberse alcanzado. Una primera teoría, aunque no demostrada documentalmente, los hace proceder del norte de África, desde donde habrían cruzado el estrecho de Gibraltar para reencontrarse en Francia con la ruta migratoria norteña. Se trataría de los tingitanos (en su pronunciación deformada, gitanos, es decir, procedentes de Tingis, hoy Tánger). La otra, más consistente por estar muy documentada, es la entrada por el norte. Si bien hay controversia en la fecha de su llegada, pues hay constancia de un salvoconducto concedido en Perpiñán en 1415 por el infante Alfonso de Aragón a un tal Tomás, hijo de Bartolomé de Sanno, del que se dice era “Indie Majoris Ethiope” y no egipciano, en peregrinación a Santiago de Compostela. Sí lo era Juan de Egipto Menor, al que en 1425 Alfonso V le concede carta de seguro, el que mayoritariamente es aceptado como el primer gitano en llegar a la península.
En 1435 fueron vistos en Santiago de Compostela, y en 1462 se les recibió como ya hemos comentado con honores en Jaén. Años más tarde, a los egipcianos (de donde procede realmente el nombre de gitanos) se le añadieron los grecianos, peregrinos que penetraron por la ribera mediterránea en los años ochenta del siglo XV, probablemente a causa de la caída de Constantinopla. Unos y otros continuaron deambulando por toda la península, siendo bien recibidos al menos hasta 1493.
En el siglo XV los estereotipos negativos aún no estaban enraizados, y entre la hostilidad y la fascinación, la cultura gitana se dispersó por la península, mezclándose con las culturas y los idiomas locales. Cuando tuvo lugar el descubrimiento de América, en 1492, los gitanos ya estaban esparcidos por toda España. Está plenamente establecido que en 1498, Cristóbal Colón, en su tercer viaje, embarcó a cuatro gitanos que pisaron el nuevo mundo. Pero la presencia de la población gitana se fue convirtiendo en un desafío para los poderes establecidos y para la población sedentaria. El desencuentro entre los no gitanos y los gitanos se iniciaría en España en el siglo XVI.
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cristo-salva · 6 months
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JESUS ES DIOS
Jesús es Dios, esto queda demostrado por las palabras de Jesús en Juan 10:30, “Yo y el Padre uno somos", escuche la reacción de los judíos a Su declaración, “Por buena obra no te apedreamos, sino por la blasfemia; porque tú, siendo hombre, te haces Dios” (Juan 10:33). Los judíos entendieron la declaración de Jesús al afirmar ser Dios. En los versículos siguientes, Jesús nunca los corrige diciéndoles, “Yo no afirmé ser Dios”. Eso indica que Jesús realmente estaba diciendo que era Dios al declarar, “Yo y el Padre uno somos” (Juan 10:30). Juan 8:58 es otro ejemplo. Jesús les dijo “De cierto, de cierto os digo: antes que Abraham fuese, yo soy”. Nuevamente, en respuesta, los judíos tomaron piedras para arrojárselas (Juan 8:59). ¿Por qué los judíos querrían apedrear a Jesús, si El no hubiera dicho algo que ellos creían era una blasfemia, concretamente, una afirmación de ser Dios?
Juan 1:1 dice que “El Verbo era Dios”. Juan 1:14 dice que “Aquel Verbo fue hecho carne”. Esto indica claramente que Jesús es Dios en la carne. Hechos 20:28 nos dice, “… para apacentar la iglesia del Señor, la cual él ganó por su propia sangre”. ¿Quién compró la iglesia con Su propia sangre? Jesucristo. Hechos 20:28 declara que Dios compró la iglesia con Su propia sangre. ¡Por tanto, Jesús es Dios! Con respecto a Jesús, Tomás el discípulo declaró, “Señor mío, y Dios mío” (Juan 20:28). Jesús no lo corrigió. Tito 2:13 nos anima a esperar la venida de nuestro Dios y Salvador – Jesucristo (vea también 2ª Pedro 1:1). En Hebreos 1:8, el Padre declara de Jesús, “Mas del Hijo dice: Tu trono, oh Dios, por el siglo del siglo; cetro de equidad es el cetro de tu reino.”
En Apocalipsis, un ángel ordenó al Apóstol Juan adorar solamente a Dios (Apocalipsis 19:10). En algunas ocasiones en la Escritura, Jesús recibe adoración (Mateo 2:11; 14:33; 28:9,17; Lucas 24:52; Juan 9:38). El nunca reprendió a la gente por adorarle. Si Jesús no fuera Dios, El hubiera dicho a la gente que no le adoraran, justamente como lo hizo el ángel en Apocalipsis. Hay muchos otros versículos y pasajes de la Escritura que alegan la deidad de Jesús.
El es Dios, Su muerte ha sido suficiente para pagar la penalidad por los pecados de todo el mundo (1ª Juan 2:2). Solamente Dios pudo pagar tal penalidad infinita. Solamente Dios pudo tomar los pecados del mundo (2ª Corintios 5:21), morir, y resucitar - probando Su victoria sobre el pecado y la muerte
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navedelmisterio · 8 months
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CUARTO MILENIO – Programa 19×03 – 24/09/2023
Dossier: Sound of Freedom
Desde su estreno en Estados Unidos en el pasado mes de julio, la película Sound of Freedom (Sonido de la libertad, en español), protagonizada por Jim Caviezel, no ha dejado de generar polémica y al mismo tiempo de acumular éxitos de taquilla.
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El largometraje protagonizado por Jim Caviezel (La pasión de Cristo) fue lanzado el 4 de julio de 2023 después de permanecer algunos años en los archivos de The Walt Disney Campany. Gira en torno a un agente del Gobierno de los Estados Unidos, llamado Tim Ballard, que rastrea niños colombianos que han sido víctimas de la trata de personas.
Tim Ballard existe realmente y la película se basa en algunas de sus vivencias y en casos investigados por él mismo.
Cuarto Milenio toma el testigo de Sound of Freedom para confeccionar un apasionante dossier en el que participarán especialistas en la materia para analizar esta problemática en el mundo.
Para empezar, entrevistamos a Alejandro Monteverde, director de la película, quién nos contará por qué se ha embarcado en este proyecto y si ha tenido problemas por ello.
El padre Ignacio María Doñoro, capellán castrense y fundador de Hogar Nazaret (Perú), nos hablará de los verdaderos casos de trata de niños que él ha podido seguir e investigar durante el desarrollo de su labor.
David Felipe Arranz, filólogo y crítico de cine, nos contará la polémica desatada en torno a este filme, ya que son muchas las voces que se han alzado en su contra. ¿Por qué es tan polémico? ¿Qué sensiblidades aborda para que tenga tantos detractores como seguidores? Igual que Mamen Sala, nuestra corresponsal en Estados Unidos, nos hablará del fenómeno en el que se ha convertido esta película y de cuáles son sus principales detractores.
Sabremos quién es el verdadero Tim Ballard, activista y agente retirado de la CIA, en quien se basa la película, siempre en la lucha por los derechos de los niños.
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IN SITU: EL DAIMON
Iker Jiménez y Carmen Porter prosiguen con sus viajes e investigaciones. Esta vez acuden a la llamada del ilustrador Tomás Hijo, quien hace tan solo unos días experimentó una desconcertante experiencia que le dejó marcado. Regresaba de una excursión a pie por los alrededores de Ríomalo de Abajo (Cáceres) acompañado de su familia y su perro cuando cerca de la alquería abandonada de Cabaloria, en plena noche, escucharon un fuerte ruido y al poco tiempo pudieron contemplar unas piernas delgadas y oscuras. Un par de piernas que no iban unidas a torso alguno y que cruzaron solas el paraje en sentido contrario a los excursionistas.
Iker y Carmen se han trasladado al lugar de los hechos y nos contarán qué ocurrió durante su visita, así como, tratarán de buscar una explicación a lo sucedido.
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Lost Souls, Hueste de Ánimas Sculpture.
It represents a procession of the dead (or a procession of souls that are in torment) that wander through the village paths at night.
Available in Arte Feudo’s Etsy Shop. Click here!
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comparativetarot · 2 years
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The Magician. Art by Tomás Hijo, from The Lord of the Rings Tarot Deck.
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LA GUERRA EN LA HISTORIA
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Las hordas de Boves 1813 -1814 (Pardos, Negros e Indios buscando la libertad)
Atrocidades en la guerra de independencia de en Venezuela.
La independencia de Venezuela fue inicialmente algo exclusivo de la clase mantuana, la clase alta de Venezuela. Aunque no todos los mantuanos fueron independentistas, sino que los había del bando realista. Pero no fue un mantuano realista quien realmente asumió la defensa del rey y el rechazo a la independencia, sino un personaje extrañísimo, nacido en Oviedo (Asturias España) en septiembre de 1782, resentido, cruel, lleno de odios, pero enormemente carismático, que inicialmente manifestó estar de acuerdo con la independencia pero pronto cambió de bando y se convirtió en el verdadero azote de la recién nacida república: José Tomás Boves.
A los 16 años recibió la licencia de Piloto de segunda clase de la marina mercante. Consiguió empleo en un buque-correo que navegaba entre España y América, y llegó a Venezuela. Condenado por contrabandista fue encerrado en el Castillo de Puerto Cabello, luego se le conmutó la pena por confinamiento en Calabozo, ciudad en el llano Venezolano, muy lejos de las costas, y al cumplirse la pena
Resignado, pero con el rencor en su interior, Boves, de tez blanca de cabello rojizo y ojos verdosos, se caso con una Mulata, María Trinidad Bolívar, con quien tuvo dos hijos, lo cual no era bien visto por la sociedad mantuana de Calabozo, que lo sometió a desprecios. Al producirse el movimiento de 19 de abril de 1810, Boves se manifestó partidario de la independencia, pero no fue aceptado por los patriotas calaboceños. Además de no ser admitido, se le acusó de traidor, su pulpería fue quemada, asesinaron a su esposa delante de sus hijos, y él mismo estaba sentenciado a muerte cuando fue rescatado de manera fortuita por el ejército realista, al mando de Eusebio Antoñanzas en 1812 en la toma de Calabozo, quien lo nombró oficial de caballería y le encomendó la persecución de los pocos...
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eduardoskipper · 2 years
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eldiariodelarry · 2 years
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Clases de Seducción II, parte 12: Comunicación
Temporada 1
Temporada 2: Parte 1, Parte 2, Parte 3, Parte 4, Parte 5, Parte 6, Parte 7, Parte 8, Parte 9, Parte 10, Parte 11
Rubén se despertó pasado el mediodía. No había escuchado las veces que su padre había abierto la puerta de su habitación para asegurarse que estuviera bien, así como tampoco sintió la vibración de su celular al recibir los mensajes de texto que le había enviado Felipe.
Se levantó y salió de su habitación hacia el living de la casa, y se dio cuenta que su padre estaba en el patio, trabajando en algún nuevo arreglo para el Chevrolet Aska que tanto trabajo demandaba.
Sintió el impulso de salir al patio y pedirle a su padre que dejara de trabajar, que entrara a la casa y descansara el fin de semana completo, y que estuviera con él, apoyándolo emocionalmente. Sin embargo, no lo hizo. Se dirigió a la cocina, se sirvió un bowl de cereal de chocolate con leche fría, y se sentó a comer viendo la televisión en el living.
Tenía cierta angustia, después de lo ocurrido la noche anterior. Si bien, no había peleado con Felipe, sí se sentía un poco traicionado al verlo besando a Gabriela. Sabía que no tenía razón de ponerse celoso, después de todo, Felipe era completamente gay (por lo que él sabía), pero igualmente, un beso era un beso, y se sentía fatal por eso, así como se sentía mal por haber besado a Tomás días atrás.
El seguir dándole vueltas en la cabeza al hecho tampoco lo ayudaba mucho. Cada vez que lo recordaba, el beso de Felipe con Gabriela se volvía más y más fogoso, como una especie de juego del teléfono en su propia cabeza, donde el recuerdo se desvirtuaba hasta prácticamente creer haber visto a su pololo a punto de tener sexo con Gabriela.
Después de comer fue a su dormitorio y tomó su celular.
“Dónde estás?”, “Rubén, no te encuentro”, “Llegaste bien a tu casa?”.
Decían los primeros mensajes de Felipe, que se intercalaban con llamadas perdidas.
“Llegué bien, no te preocupes” escribió Rubén, y presionó el botón verde que decía “enviar”, sin embargo, a los segundos le llegó un mensaje de texto indicándole que no tenía saldo suficiente para enviar el mensaje.
No le importó.
Jorge, el padre de Rubén entró por la puerta de la cocina a la casa y vio a Rubén de pie en el marco de la puerta de su dormitorio, con el celular en la mano.
—Hasta que por fin despertó —exclamó con sarcasmo.
Rubén levantó la mirada, y esbozó una sonrisa a modo de saludo.
—¿Dormiste bien? —le preguntó su padre.
—Sí —mintió Rubén—. Creo que descansé bien.
—Te llamó el Pipe más temprano —le contó su padre.
—Ah, ¿si? —Rubén intentó disimular su sorpresa—, ¿qué quería?
—Quería saber si estabas bien —le contó su padre, mirándolo con suspicacia.
Rubén se puso nervioso. Intentó disimularlo, aunque sabía que no podía engañar a su padre.
—¿Estás bien, hijo? —le preguntó su padre directamente, con preocupación.
—Si, estoy bien —respondió Rubén de inmediato, con una sonrisa—. Es que anoche no me sentía bien, y por eso me vine temprano —de alguna forma, no estaba mintiendo, y sin saberlo, estaba confirmando la coartada de Felipe.
Jorge sonrió aliviado con la respuesta de Rubén.
—¿Quieres que te prepare algo?, ¿una limonada? —le ofreció su padre.
Rubén negó con la cabeza, sonriendo.
Cuando su padre volvió al patio a seguir trabajando, Rubén decidió ir al cementerio a ver a su madre. Consideró invitar a su padre, pero sabiendo que siempre se permitía ser extremadamente vulnerable con ella, pensó que era mejor estar solo. No quería que su padre supiera todo por lo que estaba pasando.
Rubén tomó una ducha y luego se alistó para ir al cementerio. Hace meses no iba a verla, porque sentía que al hacerlo iba a recordar todas las veces que había ido con Sebastian, su mejor amigo, que lo acompañaba incondicionalmente cada vez que él se lo pedía.
No se equivocó.
Cuando iba en la micro, recordó todos los viajes hacia el cementerio que había hecho con su mejor amigo, quien incluso si hacían el recorrido en silencio, le hacía sentir su compañía, que no estaba solo.
Rubén se bajó de la micro y compró un ramillete de claveles en la entrada. Ingresó al cementerio y se dirigió con parsimonia hasta donde se encontraba la lápida inscrita con el nombre de su madre.
De su mochila sacó una botella con agua de la llave y un paño que usó para limpiar la lápida. Eliminó las flores que estaban ya marchitas en el sencillo florero transparente y puso dentro los claveles recién comprados, para luego verter el agua de su botella desechable.
Se arrodilló de frente a la lápida y cerró los ojos, aguantando las ganas de llorar.
—¿Qué estoy haciendo, mamita? —murmuró en voz baja.
Continuó con los ojos cerrados por un buen rato más, mientras el mentón le temblaba, luchando por contener el llanto.
Rubén sentía que su vida se había transformado en un enredo desagradable. Desde la partida en malos términos de Sebastian, su mejor amigo, hasta las últimas peleas con su pololo Felipe, con ciertos eventos que no se atrevía a calificarlos de infidelidades, pero se sentían como tal; pasando, además, por sus problemáticas relaciones sociales en la universidad, donde se había peleado incluso con Marco.
A ratos realmente pensaba que, si finalmente se aislaba de todo el mundo, probablemente podía neutralizar toda la negatividad en su entorno. Ya no estaría él molestando con sus peleas, malas actitudes y celos. Le bastaba ver como su pololo se veía radiante cuando estaba con sus amigos, y cómo cambiaba su semblante cuando estaba con él.
Y lo peor de todo: la forma en que se había marchado Sebastian, completamente superado porque había sido un pésimo amigo, decía bastante.
La única que seguía a su lado sin ningún tipo de conflicto era Catalina, pero aun así, sentía que la estorbaba cada vez que le contaba todos sus problemas.
Rubén sintió la suave brisa en su rostro, enfriando la humedad que habían dejado un par de lágrimas derramadas, caídas a pesar de toda su fuerza de voluntad.
Después de varios minutos, abrió los ojos. Se llevó los dedos a los labios, y transmitió un beso a través de ellos al nombre de su madre en la lápida.
Se puso de pie, recogió sus cosas, y caminó de vuelta hacia la entrada del cementerio, con una sensación muy amarga, a diferencia de sus visitas anteriores, cuando se marchaba aliviado, con optimismo.
Tomó la micro camino hacia el centro comercial, ya que le tocaba turno en el cine esa tarde.
Al ingresar al mall, se topó de frente con Felipe, quien al verlo se puso nervioso.
—¿Cómo estás? —le preguntó, algo incómodo.
—Bien —respondió Rubén, sucintamente, aguantándose las ganas de llorar y gritarle por lo que había hecho la noche anterior.
—Te busqué —le dijo Felipe, como buscando las palabras con las que era mejor expresarse.
Rubén lo sentía raro. Felipe siempre había sido bastante elocuente a la hora de expresar una idea, a pesar de que por lo general hablaba poco.
—Si sé —le respondió Rubén—. Vi tus mensajes. No me quedaba saldo.
Felipe lo miró con expresión de premura, como ansioso por decirle que podía haberle avisado por otras vías que estaba bien.
—Me alegra ver que estás bien —le dijo Felipe, acomodándole el cuello de la polera del cine, que Rubén se la había puesto en la micro de camino al centro comercial.
Rubén sonrió, como un acto reflejo por el gesto de su pololo.
—Perdón por… no avisarte —se disculpó—. Estaba con la cabeza en otra parte.
Felipe asintió, y bajó la mirada.
—¿Podemos vernos cuando termines? —le preguntó Felipe.
—Si, obvio —le dijo Rubén, sintiendo algo de alegría en su interior—. Termino a las diez hoy.
—Ya. Te paso a buscar —programó Felipe, con entusiasmo.
—¿Y vamos a mi casa? —ofreció Rubén.
Felipe pensó unos segundos antes de responder.
—Bueno —le dio un fuerte abrazo a Rubén y luego ambos se despidieron.
Rubén pasó todo el resto de la tarde y el inicio de la noche trabajando. Esa semana se había estrenado Thor, así que el cine estaba repleto con clientes llenando las salas para ver la nueva película, sin permitirle a Rubén mucho tiempo de descanso.
—¿Estás bien? —le preguntó Catalina a Rubén cuando subieron al estacionamiento a sacar la basura que ya llevaban acumulada hasta esa hora tras la alta afluencia de público—. Te noto apagado.
—No sé —respondió Rubén, tras pensar varios segundos qué decir.
—¿Qué te pasó? —Catalina lo miró seria, tras tirar una de las grandes bolsas de basura al contenedor.
—Anoche vi al Felipe besando a la Gaby, mi compañera de la u —le contó Rubén, desganado.
A Rubén le costó descifrar la expresión del rostro de su amiga, que seguramente reflejaba sus pensamientos.
—¿Por qué hizo eso? —le preguntó finalmente, y Rubén se encogió de hombros—. ¿No le preguntaste?
—No hemos hablado. Anoche me fui de la disco cuando los vi. No quise hablar con nadie más —le explicó Rubén.
—Pero Rube… —Catalina seguía pensando en qué decir—. Yo habría hecho un escándalo. En realidad no —lo pensó mejor—. Si viera al Marco besando a otra mina, me pondría muy celosa, estaría furiosa —pensó en voz alta—, pero no es tu situación. Es como si viera a Marco besando a otro hueón, y francamente no me molestaría para nada —se rio al imaginarse la posibilidad de que eso pasara.
—Cata —le llamó la atención Rubén.
—Lo siento, Rube —Catalina volvió al planeta tierra—. ¿Cómo te sientes con eso?
—La verdad no sé cómo sentirme —respondió Rubén tras dar un suspiro—. Independiente que haya besado a una mina, me siento pésimo, es como si me estuviese siendo infiel, pero no puedo decirle nada.
—¿Por qué? —preguntó Catalina, pero rápidamente captó la indirecta. No dijo nada y esperó a que Rubén se explayara.
—Hay algunas cosas que no te he contado —comenzó a decir Rubén—. Te había dicho que él estaba un poco… no sé si distante es la palabra, pero hace tiempo que no teníamos sexo —Catalina asintió, reconociendo que recordaba esa última conversación.
Rubén procedió a contarle los últimos sucesos de su relación con Felipe, la tarde que lo fue a ver a su casa y tenía los moretones por la pelea que había tenido en el liceo, la forma en que le dijo que no quería estar con él en ese momento, y la “reconciliación” que tuvieron la mañana siguiente, después de que Rubén se había drogado con Tomás, y lo había besado.
—Me retracté y le dije que era mentira lo del beso, cuando él me explicó que lo que había dicho también era mentira —concluyó su relato—. De verdad preferiría que me hubiese seguido mintiendo, así yo no hacía esa estupidez de mentirle después.
—Rube, siento mucho que estés pasando por esto —comenzó a decirle Catalina—, pero creo que lo más importante es lo que siempre te he dicho: la comunicación. Conversen, cuéntale todo cómo te sientes, y cuéntale esa estupidez del beso con Tomás.
—¿Estupidez?
—Si, es una estupidez —le dijo convencida Catalina—. Estabas voladísimo y lo besaste y punto. No lo hiciste porque te atrae física o emocionalmente. Simplemente fuiste estúpido —Rubén no le respondió nada, así que Catalina suavizó el tono—. Y también fuiste estúpido al mentirle.
—Es que… —Rubén dio un suspiro—. No quiero pelear más con él por mi culpa.
—¿Por qué va a ser tu culpa si pelean? —Catalina soltó una risita.
—Porque la última vez que habíamos peleado me dijo, que el dejar de pelear solo dependía de mí.
—Pero qué imbécil —exclamó molesta, cerrando con fuerza el contenedor de basura—. ¿Por qué te dijo eso?
—Porque me había enojado cuando prefirió ir a la casa de Alan y sus amigos en vez de ir a carretear conmigo.
Catalina caminó de vuelta hacia la puerta de entrada con Rubén siguiéndola.
—Qué imbécil —volvió a murmurar—. Diciéndote eso lo único que hace es poner una barrera entre ustedes. Tú vas a evitar hablar con él para no pelear mientras él puede hacer lo que quiera. O incluso, si él está en tu misma posición y quiere hablar, no va a poder hacerlo porque tú mismo vas a evitar esas situaciones para no sentir que estás provocando una pelea.
—Bueno, quizás lo dijo sin pensarlo o algo —comentó Rubén.
—No lo justifiques, Rube. Tú sabes lo inteligente que es Felipe. Si lo dijo fue por algo.
—¿Crees que deba terminar con él? —preguntó Rubén.
—No, no —respondió de inmediato Catalina—. No aun al menos. Debes hablar con él, sobre esto, sobre todo lo que me dijiste. Hazle saber cómo te sientes. Si él insiste que todos sus problemas son por tu culpa, lamentablemente tendrás que replantearte la relación.
Catalina abrió la puerta de ingreso al cine, dejando a Rubén con una sensación extraña.
—Vamos, que el Jona debe estar necesitando ayuda en la boletería —le dijo Catalina, sosteniéndole la puerta a Rubén para que ingresara.
Cuando el reloj marcó las diez de la noche, Rubén simplemente dejó lo que estaba haciendo y fue a buscar sus cosas, completamente agotado.
Salió del cine, y Felipe lo estaba esperando al pie de la escalera mecánica, en las terrazas. Rubén lo encontraba bastante tierno cuando estaba con su ropa del trabajo, lo que le llamó la atención porque pensó que estaba terminando su turno cuando se encontraron en la tarde.
—¿Llegaste hace mucho? —le preguntó Rubén después de saludarlo con un beso en los labios, como hacía siempre.
El estrés del trabajo lo había hecho olvidar momentáneamente todo lo que tenía pendiente conversar con él.
—Si, me llamaron a cubrir a un compañero, así que me devolví. Terminé hace media hora —respondió Felipe.
Felipe le tomó la mano a Rubén y fueron a tomar la micro.
Rubén notó que Felipe estaba raro. Evitaba hacer contacto visual y hablaba mucho más de lo que acostumbraba. Él por su parte, también estaba nervioso por tener la conversación que Catalina le había recomendado, y que realmente necesitaba tener.
Cuando se bajaron de la micro, Rubén siguió notando la actitud de su pololo, como si estuviese conteniendo mucho nerviosismo.
Esperó a llegar a la casa para preguntarle si pasaba algo, pero no pudo hacerlo porque estaba su padre en el living viendo un partido de fútbol en el cable, que por la hora que era, Rubén supuso que era una repetición.
La pareja saludó al padre de Rubén, quien empezó a comentarle a Felipe sobre el partido que estaba viendo.
Rubén por su parte, al no manejar el tema, se fue a la cocina a preparar algo para comer.
Hizo tres sándwiches con queso y jamón, preparó una fuente con papas fritas y sacó un par de cervezas para Felipe y para su padre, mientras él se sirvió un vaso de jugo en caja.
Se sentó en el sillón al lado de Felipe, que seguía comentando entusiasmado el partido con su suegro.
Rubén notó que su pololo se veía más relajado, sin los signos de nerviosismo que alcanzó a vislumbrar antes de llegar a la casa.
Felipe deslizó su brazo por detrás del cuello de Rubén y le acariciaba el cabello y el lóbulo de la oreja a ratos. Con ese gesto, Rubén se relajó tanto que se quedó dormido al rato, sin alcanzar siquiera a darle un mordisco al sándwich.
A la mañana siguiente cuando despertó, Felipe dormía a su lado en la cama. Se veía completamente plácido, con una leve sonrisa, como si estuviera soñando algo agradable.
Rubén le acarició el brazo, y luego se acercó a Felipe y apoyó la cabeza en su pecho. Como un acto reflejo, Felipe aun dormido se acomodó para abrazarlo, y en esa posición, sintiéndose de alguna forma protegido, Rubén volvió a quedarse dormido.
Cuando despertó nuevamente, Felipe se estaba despidiendo de él, porque tenía que ir a trabajar.
—¿Tan temprano? —le preguntó, aún desorientado.
—Son casi las doce —se rió Felipe, mostrándole su celular.
Rubén se dio cuenta de lo agotado que había quedado después de la jornada del día anterior en el cine.
—¿Nos vemos más tarde? —le preguntó Felipe, y Rubén asintió, provocando un esbozo de sonrisa en el rostro de su pololo.
Rubén sintió cierto alivio por no haber tenido la conversación. En el fondo sabía que tenía que preguntarle por último de qué se trató el beso con Gabriela, pero temía tener que contarle de su beso con Tomás, y hablar de cómo se sentía, y finalmente terminar peleados por su culpa, por ser inmaduro emocionalmente. Además que todo ocurriera muy cerca de su padre le daba mayor ansiedad.
Ese día no se volvieron a ver, ya que Felipe terminó su turno tarde en la heladería y al otro día tenía clases temprano en el liceo, lo que se repitió a lo largo de la semana.
Felipe apenas terminaba sus clases en el liceo se iba a la heladería a cubrir turnos hasta el cierre del local, sin dejarle tiempo de ver a Rubén, que apenas lo podía ver cuando ambos coincidían en sus respectivos trabajos, pero Rubén terminaba mucho antes que Felipe.
El martes Rubén llegó temprano a la universidad, así que se sentó afuera de la sala a esperar que llegara la profesora, y al rato llegó Constanza, su compañera con cierta afición para las relaciones públicas.
—¿Escuchaste los rumores? —le preguntó ella, sin saludarlo ni mirarlo a los ojos, casi como si no quisiera que alguien más supiera que estaban hablando.
—¿Qué rumores? —preguntó Rubén, intrigado.
—Esta semana se vota si nos vamos a toma —le dijo ella, algo angustiada.
—Buena, así nos evitamos estudiar para la prueba de cálculo de la otra semana —bromeó Rubén.
—No seas tonto, Rodri —le espetó ella, errando en su nombre—. ¡Vamos a perder todo el año por culpa de los flojitos que no quieren venir a clases!
Rubén se rio por su reacción.
—No vamos a perder el año. Como máximo vamos a estar una semana sin clases y volveremos.
—Se nota que no has visto las noticias —exclamó molesta, y se puso de pie al momento que venía llegando el resto de sus compañeros.
Rubén se quedó pensando en que al menos si se iban a paro, la próxima semana podría tener su cumpleaños libre y celebrarlo como quisiera, sin tener que dedicarle horas al estudio. Obviamente no pensaba realizar una fiesta de cumpleaños, pero la idea de tener el día completo para él mismo le agradaba.
Primero llegó Marco conversando con Lucas y Tomás, y al rato llegaron Bárbara junto a Gabriela.
Gabriela saludó a Rubén con normalidad, como si nada hubiese pasado. Su actitud descolocó a Rubén, y lo puso de muy mal humor, sobre todo porque él mismo la saludó de vuelta y no le dijo nada respecto a Felipe.
—¿Qué onda? —le preguntó Marco a Rubén más tarde, a la hora de almuerzo, tras notar la cara de desagrado de su amigo.
—¿Qué onda de qué? —Rubén se hizo el tonto.
—Que por tu cara da la impresión que te dijeron que estás reprobando todos los ramos y tendrás que venir a clases todos los domingos de por vida para pasar —intervino Lucas.
Rubén se rio por la descripción de Lucas. Los tres estaban sentados en la misma mesa del casino a la hora de almuerzo, mientras Gabriela, Barbara y Tomas seguían en la fila.
—No es nada —respondió finalmente—. Es sólo que… olvídenlo.
Rubén no se pudo decidir entre querer contarles y ocultar lo que había ocurrido la noche del viernes. Pensaba que Marco probablemente ya sabía (considerando que era muy amigo de Roberto, y que además estaba en la discoteca), pero al parecer no.
—¿Qué opinan de Gabriela? —les preguntó finalmente.
Marco y Lucas se miraron extrañados.
—Es… simpática —respondió Marco.
—Me cae genial —dijo por su parte Lucas.
—¿Qué harías si algún amigo tuyo besa a la Cata? —le preguntó Rubén a Marco, y luego se dirigió a Lucas—, ¿o a tu pololo?
—Dejaría de ser mi amigo, de inmediato —respondió Lucas, bromeando—. Igual depende del contexto.
—¿Hay algún contexto justificable? —preguntó sorprendido Rubén—. Si lo hacen a escondidas tuyo da lo mismo el contexto.
—Bueno, entiendo entonces que la Gaby se comió a Felipe, ¿es así? —dedujo correctamente Marco, sorprendido.
Rubén no confirmó la suposición de Marco, y en su lugar se quedó pensando que lo mismo que le había hecho Gabriela, se lo había hecho él a Lucas.
—No, olvídenlo —negó finalmente Rubén, intentando retractarse.
—No hueí —dijo Lucas—, ya la soltaste, así que cuenta todo. Cuándo, dónde y cómo fue.
—No pasó nada, ya les dije —respondió Rubén justo cuando llegaban Gabriela con Barbara y Tomas a sentarse con ellos a almorzar.
Rubén se quedó en silencio todo el rato que compartieron la misma mesa en el almuerzo, terminó de comer rápidamente y luego se paró con la excusa de ir al baño, pero se llevó todas sus cosas.
Salió del casino y se dirigió al estacionamiento que se encontraba a la vuelta, y pensó que le vendría bien ser fumador para al menos tener una excusa para estar ahí solo.
Se sentó en el borde de la acera y se quedó ahí de brazos cruzados por un par de minutos.
—No voy a dejar que te vayas así sin contar todo el chisme.
La voz suave de Lucas sobresaltó a Rubén que se estaba acostumbrando al silencio.
—Eso, y no me apetecía estar en la misma mesa que una potencial roba maridos —agregó.
Rubén se debatió unos segundos si contarle o no, pero finalmente se dio cuenta que no tenía alternativa. Lucas no lo dejaría tranquilo hasta saber la verdad.
—El otro día en un carrete de la UA, la Gaby besó a Felipe —le contó finalmente Rubén, ante la sorpresa de Lucas.
—¡Malditos! —exclamó Lucas—. Supongo que lo pusiste de patitas en la calle.
—¿Qué?, no —se rió Rubén, ante la idea hipotética de que podía vivir junto a Felipe.
—No me digas que sigues como si nada con él.
—No hemos tenido la oportunidad de hablar al respecto —se justificó Rubén—. Aparte no es el punto de la conversación.
—A mí si me hacen eso, no le hablo nunca más, a ninguno de los dos —dijo con total seriedad Lucas.
Rubén se sintió culpable al escuchar las palabras de Lucas, sabiendo que él había hecho lo mismo, besando a su pareja Tomás hace unas semanas.
—Lu… —le dijo Rubén, recordando como le decía Tomas—. ¿Te puedo llamar así?
—Obvio, ese es mi nombre —aceptó Lu, con un brillo de alegría en su mirada.
—No soy quién para criticarla —admitió, empezando a sincerarse—. He estado en la misma situación que Gabriela.
Lu lo miró y sonrió.
—No seas tonto —le dijo riéndose—. Todos hemos sido ella en algún momento, sabiéndolo o no, pero no por eso vamos a dejar que nos hagan daño.
—Supongo que tienes razón —coincidió Rubén, para no seguir con el tema.
—Yo sé que besaste al Tomy —le dijo de repente.
Rubén lo miró sorprendido, buscando en su cabeza las palabras correctas para disculparse, ante la risa tímida de Lu.
—Tranquilo, él me contó —Lu le puso la mano en el hombro a Rubén para tranquilizarlo—. También me dijo que te contó sobre lo nuestro.
—Lo siento —se disculpó Rubén—. Si hubiese sabido que tenían algo serio te juro que no lo habría besado.
—No te preocupes. De hecho, incluso yo no tengo claro si quiero formalizar una relación con él —se sinceró.
—¿Por qué? —preguntó sorprendido Rubén.
—No sé —Lu dio un suspiro—. Me da miedo que se enamore de una idea de mí, que finalmente no llegue a ser lo que él espera.
Rubén tenía muchas preguntas en mente, pero no quería agobiar a Lu.
—Bueno, por lo que he podido hablar con el Tomy, después del beso —agregó Rubén—, me dio la impresión de que está dispuesto a jugársela por ti, sin importar nada.
Lu miró a Rubén a los ojos y sonrió con timidez, agradada por las palabras que acababa de oír.
—¡Ahí están! —les gritó Marco, apareciendo desde el costado del casino—. ¡Apúrense que vamos a llegar atrasados a clase!
—Después seguimos hablando sobre la Gaby-situation —le dijo Lu, tomándolo del brazo para ayudarlo a pararse—. Y gracias, Rube, por llamarme por mi nombre.
—Es lo mínimo que puedo hacer —dijo Rubén, sin entender del todo la frase.
Lu le dio un fuerte abrazo, demostrando su profunda gratitud, y luego ambos se reunieron con el grupo y se dirigieron a la clase.
Rubén no tuvo oportunidad de hablar con Gabriela antes de que anunciaran que su universidad de iría a paro para apoyar las demandas de los estudiantes universitarios a nivel nacional, y realmente tampoco tuvo ganas de hablar con ella después de eso.
La idea de tener varios días libres le entusiasmaba mucho, pero tampoco era que tuviera muchos panoramas posibles. Un día se juntó con Catalina y Marco en una cafetería en el centro para conversar.
—¿Y ya tienes pensado qué vas a hacer para tu cumpleaños ahora que están en paro? —le preguntó Catalina—. Me imagino que vas a tirar la casa por la ventana.
—No, nada que ver —se rio Rubén.
—No seas fome, Rubencio —intervino Marco—. Son tus dieciocho años, ¡tienes que hacer algo memorable!
—Supongo que haré algo piola en mi casa —se encogió de hombros—. Pedir unas pizzas y ver algunas películas.
—Bueno, si me invitas, yo feliz veo películas comiendo pizzas contigo, Rube —le dijo Catalina, con su habitual sonrisa encantadora.
—Qué fome —murmuró Marco, ante la mirada reprobadora de Catalina y Rubén—. ¡Es broma! —se retractó riendo, evitando que lo retaran—. Mi mami va a estar en Arica visitando a mi tía la otra semana, por si quieres hacer algo en mi casa —le ofreció a Rubén—. A pesar de que no vas a hacer un mega carrete, pero por si quieres estar más cómodo, no sé, sin tu viejo presente.
Rubén evaluó la sugerencia y terminó aceptando. Era verdad que en presencia de su padre no se iba a sentir tan relajado conversando ciertos temas con sus amigos, o consumiendo alcohol incluso.
—¿Vas a hablar con Felipe antes de tu cumpleaños? —le preguntó Catalina en privado, aprovechando el momento en que Marco se paró para ir al baño.
—Tengo que hacerlo —respondió Rubén con convicción.
—No puedo creer que no hayas hablado con él aun —murmuró ella.
—De verdad no hay tiempo. Se las ha pasado trabajando en todos sus tiempos libres —explicó Rubén.
—¿Tendrá alguna deuda que pagar o algo? —pensó Catalina.
—Prefiero pensar que está juntando plata para comprarme un regalo —bromeó Rubén.
—No te ilusiones con eso, porque cuando llegue con una foto en un marco hecho con fideos pegados con cola fría puede que te decepciones.
Rubén se rio.
—Sea lo que sea que me regale lo voy a apreciar.
Si bien a Rubén le daba miedo la posibilidad de hablar con Felipe seriamente sobre todo lo que había ocurrido, y la posibilidad de generar una nueva pelea, la forma en que no habían tenido tiempo de conversar desde aquella noche lo mantenía en una comodidad tensa. Sabía que tenía eso pendiente, pero prefería mantenerlo así.
Sin embargo, tenía clarísimo que tenía que hablar con su pololo antes de su cumpleaños, para evitar tener ese tema pendiente y no sentirse incómodo.
“Estudiantes de todo el país se movilizan exigiendo que la educación superior sea completamente gratuita y de calidad” se escuchaba el titular del noticiero en la televisión. El resto de la noticia fue ahogado por el ruido ambiente.
Sebastian siguió hojeando un ejemplar de Condorito, que calculaba ya había leído al menos unas cinco veces desde que había llegado al regimiento.
Se sobresaltó al escuchar los gritos de celebración de Simón, que al parecer acababa de ganar una partida de pool contra Javier.
Sebastian les sonrió, fingiendo entretención, y luego tomó otro ejemplar de Condorito, que calculaba sólo había leído dos veces antes.
—¿Qué hueá te pasa? —le preguntó Javier acercándose a él, dándole una palmadita en la cabeza.
Sebastian no respondió su pregunta.
—¿Te quedan? —le preguntó de vuelta Sebastian, en vez de responder.
Javier sin responder tampoco, le hizo una seña para salir al aire libre.
Sebastian se puso de pie y siguió a Javier, que había entendido su pregunta.
Caminaron en la frialdad de la noche hasta el macetero de cemento en el que fumaban todos los días.
Javier le extendió la cajetilla a Sebastian, para que sacara un cigarro, y luego prendió un fósforo para que lo encendiera.
—La otra semana es el cumpleaños del Rube —le contó Sebastian, respondiendo a su pregunta, después de dar la primera bocanada al cigarrillo.
—¿Primera vez que están separados para su cumple? —le preguntó Javier, encendiendo su cigarro.
Sebastian asintió.
—Cumple dieciocho ahora —le contó, emocionado.
A pesar de los meses que llevaba separado de Rubén, su amor por él no había disminuido, y mucho menos desaparecido.
—¿Qué harías si lo ves? —le preguntó Javier—, digo, considerando como te fuiste.
—Lo agarraría a besos —respondió Sebastian, con los ojos cerrados y una sonrisa soñadora, imaginándose el momento—. Lo besaría y le pediría perdón —agregó, abriendo los ojos.
—Vamos a Antofa a decirle Feliz Cumpleaños entonces —propuso Javier, como si no fuera gran cosa.
—¿Cómo vamos a ir, hueón? —preguntó Sebastian, botando humo por la boca.
—Nos arrancamos, vamos a ver a tu Rubén, y después volvemos —explicó Javier—. ¿Qué nos van a hacer aparte de castigarnos?
Sebastian miró fijamente a Javier, para comprobar que hablaba en serio.
De verdad hablaba en serio.
La respuesta de Sebastian fue una sonrisa cómplice, e inmediatamente su mente empezó a idear planes para lograr escaparse.
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