Tumgik
#rallado
aurianneor · 2 months
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C'est râpé!
Lava las verduras y quítales la piel, excepto a la zanahoria, que está llena de vitaminas. Ralla en una ensaladera una zanahoria, un trozo de apionabo, una colirrábano y una remolacha roja o amarilla crudos. También puedes rallar un poco de hinojo. También puedes añadir hojas de ensalada picadas.
Prepara una vinagreta: Pon en un bol 1/4 de vinagre balsámico y 3/4 de aceite de cáñamo, linaza, aguacate o nuez. Sazona con sal.
Sirve la ensalada rallada en un plato con la vinagreta y la levadura de cerveza.
Que aproveche.
Se trata de un plato saludable porque las verduras crudas contienen menos azúcar que las cocidas. Se conservan todas las vitaminas.
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Le goût et la santé: https://www.aurianneor.org/le-gout-et-la-sante-savoir-lire-les-etiquettes/
Oh purée! du céleri-rave!: https://www.aurianneor.org/oh-puree-du-celeri-rave-si-vous-le-souhaitez/
Fruits are not fun !: https://www.aurianneor.org/fruits-are-not-fun/
Pamplemousse sur le pouce: https://www.aurianneor.org/pamplemousse-sur-le-pouce-ya-meme-pas-de-mousse/
Thomas Mozart: https://www.aurianneor.org/thomas-mozart-plus-la-qualite-des-produits-est/
Super Tomate: https://www.aurianneor.org/super-tomate-il-y-a-quelques-temps-maintenant-ma/
L’arbre-brocoli: https://www.aurianneor.org/larbre-brocoli-changer-un-arbre-en-brocoli/
Ancient Rome Vegetable: https://www.aurianneor.org/ancient-rome-vegetable-plus-les-ingredients-sont/
C'est râpé! : https://www.aurianneor.org/cest-rape-2/
C'est râpé! : https://www.aurianneor.org/cest-rape/
CCC: https://www.aurianneor.org/ccc-la-recette-preferee-de-mes-enfants-plus-les/
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viejospellejos · 4 months
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La canción del disco rallado:
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madame-fear · 23 days
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Encontré un tiktok y me hizo acordar a Esteban, necesito que alguien escriba un drabble con esto. Te lo mando a vos que tenés más audiencia que yo
https://vm.tiktok.com/ZMMuhERhA/
CHICAS MIREN ESTO, ES TAN KUKU CODED AJSJDFH Lo volvía a guardar en la bolsita, me mueroooo jajaja 😭💗💗
QUIÉN ESTÁ DISPUESTA A ESCRIBIR ESTO???? Puedo hacerlo yo, sino. Ahora necesito ver este escenario con él y su queso rallado ME MUEROOOOJSJDJDKFKFKKF AAAAA
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sambuchito · 8 months
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yo solo voy a decir y me cago a palos si quieren que las milanesas de pollo son superiores estoy cansada de que las de carne se lleven todo el mérito cuando una milanesa promedio de pollo le pasa el trapo a una de carne
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Técnica del "disco rallado" para cuando alguien te grita
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foodaundtheworld · 1 year
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Polenta
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sr-roto · 1 year
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hoytenemosparacomer · 2 years
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Pizza de bacon
Hoy te enseño a preparar una pizza de bacon, una receta muy sencilla con un resultado simplemente espectacular.
Mi recomendación es que prepares tanto la base de la pizza como la salsa de tomate porque notarás mucha diferencia entre hacerlo casero y comprarlo en el supermercado.
Antes de introducir la pizza en el horno la he espolvoreado con un poquito de orégano, pero tú puedes prescindir de este último paso o añadir cualquier otra hierba aromática que te guste.
Para hacer esta receta he utilizado un molde para pizza de 30 cm. de diámetro con la base forrada con papel de horno para evitar que la masa se pegue al molde.
Esta receta es para hacer una pizza, el número de raciones ya dependerá del hambre que tengas, porque salen ocho porciones, pero yo, por ejemplo, suelo comerme de tres a cinco porciones, así que tenlo en cuenta por si tú o tus invitados también sois de comer mucho.
Si te gustan las pizzas rápidas de hacer, aquí tienes una pizza de atún que se hace en un abrir y cerrar de ojos.
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Para preparar esta pizza de bacon necesitaras:
Masa de pizza casera
Salsa de tomate
150 gr. de queso rallado
100 gr. de bacon
Orégano
Para preparar esta pizza de bacon debes seguir los siguientes pasos:
-Pintar la masa de pizza con la salsa de tomate.
-Cubrir con el queso rallado.
-Poner por encima el bacon.
-Espolvorear con orégano.
-Hornear a 180ºC durante 15 minutos.
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hahahax30 · 2 years
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yO sOy Yo Y mIS ciRcUnsTaNcIaS
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jartitameteneis · 13 days
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TORTILLA RÁPIDA DE ZANAHORIA Y PORTOBELLOS INGREDIENTES 60 gr. de zanahoria cruda rallada 2 huevos medianos 3 champiñones portobellos 80 gr. de queso rallado bajo en grasa 1/2 cdita de cebolla en polvo Sal PREPARACIÓN En una sartén a fuego medio reparte el queso (reserva un poco para después) Ralla la zanahoria y ponla encima de este En un cuenco bate los huevos con la cebolla repártelos en la sartén y tapa para cocinar Cuando el huevo esté hecho, pon en un lado los champiñones cortados, el queso que habíamos reservado, cierra la tortilla, espera a que el queso se funda y listo! BOCADITOS DE POLLO INGREDIENTES 8 BOCADITOS 100 gr. de pechuga de pollo cocida 70 gr. queso rallado (yo utilicé mozzarella) 2 huevos medianos Aceite de oliva para hacerlos PARA EL GUACAMOLE: aguacate machacado, cilantro, tomate, cebolla picados, un chorrito de limón, sal y pimienta. Opcional un poco de Tabasco PREPARACIÓN Cocina la pechuga con tus especias favoritas y un poco de sal para darle sabor, retírala cuando esté blanda y desmenúzala En un bol mezcla los huevos, con el pollo y el queso Engrasa una sartén a fuego medio bajo y forma los montonsitos. Sube un poco el fuego, tapa y cocina 3 minutos; dales la vuelta y hazlos tres minutos más ??Acompáñalos con guacamole y disfruta! PASTELITO FÁCIL DE VERDURAS INGREDIENTES 3 huevos medianos 1 zanahoria pequeña 1 puñado de acelgas o espinacas frescas 2 puñados de champiñones frescos laminados 1 puñado de mozzarella Especias al gusto Sal y pimienta PREPARACIÓN Precalienta el horno a 200 °C con calor arriba y abajo Pela, ralla la zanahoria y pica las acelgas Bate los tres huevos, añade las especias, la sal y la pimienta. Coloca papel de horno en un molde, para que luego sea más fácil de desmoldar y vierte los huevos Incorpora ahora la zanahoria, las acelgas, los champiñones y revuélvele todo bien Coloca la mozzarella por encima, llévatelo al horno 15 min a 200 y pon a gratinar en los últimos 5 min
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rinconliterario · 30 days
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roto marco centra este todo de árbol castrado llorando medir cada paso a lo largo si no se perturba la luna la luz redondea blancuras de nabos rallados tirar cada envoltura si no se distorsiona lo negro la música enrojece la ruta de cada pequeño húmedo girar girar girar percibir junto al marco roto sentires de tacos y muelas querer agarrarlo todo.
Alejandra Pizarnik.
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latinotiktok · 3 months
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Obsessed viendo que empanan con las manos? pueden hacerlo con tenedor grande o y algo para aplastar como no se, yo uso pisa papas o ese martillo de madera… una mano para pasar por huevo y otra para empanar no toco pan rallado en años
No habemus un martillo de madera en casa, y de cualquier forma yo aprendí así, me criaron así, las hago así y por eso sufro, soy un macho argentino cavernícola
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sambuchito · 11 months
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Locro 2: electric boogaloo 🍲
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deepinsideyourbeing · 18 days
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Send this potato 🥔 to 5 people
Tomá, una papita para vos! ♡
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Lo que el queso rallado es a Kuku (no supero ese video), las papas lo son para mí... Se puede hacer puré, papas fritas, tortilla, pastel de papa, pavé de papa, papas al horno y hasta se pueden utilizar para skincare. Una bendición.
Voy a atesorar esa papita por siempre ❤️
(P.D: no me gusta el queso rallado, perdón Kuku 💔)
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coolpizzazonkplaid · 1 month
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La heredera del Infierno
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Aviso: Para las runas tuve que investigar el alfabeto nórdico y tuvo una serie de cambios con el pasar del tiempo. El alfabeto tuvo dos variantes escandinavos y uno anglosajón, voy a usar los tres a su debido tiempo. Para evitar caer en errores de la wikipedia busqué en otras tres páginas para corroborar si los símbolos y significados eran similares. Todos son así. Dejo el link de cada página de los tres alfabetos: futhark antiguo, futhark anglosajón y futhark joven.
El origen del tatuaje esquelético.
–¿Qué queres que te consiga de Japón?
–¿Tienen esas figuras de Jojo que brillan o alguna figura de Jujutsu Kaisen? –Adelina preparaba unas milanesas, mientras hablaba con su amiga, Daniela.
–Encontré un montón de figuras de anime en un local cerca del hotel en el que estoy. –Daniela comió lo que tenía en la mesa–. Aparte cerca del centro hay un negocio de las revistas de Japón.
–Uh, me gustaría si podés traer la revista que tiene Shuumatsu no Valkyrie. –Adelina siguió aplastando la carne cubierta de pan rallado–. Me encantaría estar con vos visitando Japón.
–Es muy lindo y el baño es una locura. –Daniela sonrió y tomó un tiempo para beber el sake–. No te recomendaría venir conmigo. Hoy casi me atacan porque hablé de lo que ocurría entre unos japoneses con los mares argentinos pescando ilegalmente.
–Que cagada.
–No importa huyeron como bebes después de la paliza que le di a uno. Fue divertido.
Adelina soltó una pequeña risa y siguió cocinando. Después de terminar de aplastar a la milanesa agarró otra y procedió a hacer la misma tarea. Aplastar la carne con el pan rallado, sumergirlo en huevo y volver a aplastar.
–¿Qué estas comiendo, Daniela?
–Yakiniku, es como carne a la parrilla, –mientras hablaba se llevó otro bocado a la boca–. Lo vale es delicioso.
–Pero extrañas mis milanesas.
–Dios sí, tengo ganas de eso con papas fritas o unas empanadas de carne. –La cara de Daniela se volvió soñadora y anhelante.
–¿Cuándo volves?
–Según Mariano va a venir en tres días.
–Dentro de dos días me voy de viaje, Daniela. –La mirada de su amiga se tornó curiosa–. Tengo que ir a China a buscar un monasterio en las montañas. Una persona anónima mandó a su amigo para que me diera la propuesta. Sinceramente creo que el lugar puede ser algo peligroso.
–¿Qué lugar es?
–El Abismo. Es una zona montañosa en la que han desaparecido algunos aviones y personas. –Adelina siguió aplastando la milanesa–. Ofreció una buena cantidad de dinero para hacer el trabajo.
–Parece de miedo ¿Segura que querés aceptarlo?
–Un lado de mí dice que no, pero el otro quiere ese dinero para comprar una edición limitada. –Terminó de preparar la milanesa y se sacó el pan de las manos–. ¿Podrías hacerme un favor?
–Depende de lo que me pidas.
–¿Podes buscar libros que tengan que ver con el Abismo? Me refiero desde hace cuánto tiempo se remonta que ese lugar es así de oscuro. –Agarró el plato repleto de carne y lo llevó a la cocina–. Busqué en las bibliotecas y por el Internet y no hay mucho que decir. Quizás allá haya un poco más de expansión.
–Esta bien. Voy a ver que puedo encontrar. No creo que en Japón haya algo del Abismo, pero puedo averiguar.
–Gracias Dan-Dan, sos la mejor.
–No hay de que Ade, soy tu amiga.
Se despidieron y cortaron la llamada. Mientras esperaba a que el aceite guardó las demas milanesas en el freezer. Pasaron unos minutos y el sonido del aceite burbujeante se escuchaba en el departamento, combinado con el olor a carne cocinándose.
Adelina tomó su celular y puso música. Flor de Loto de Héroes del Silencio se unió con el burbujeo del aceite. La canción iba tomando su cuerpo y bailaba a los compas de la melodía. En un momento tuvo que volver a la realidad y centrarse en la cocina para dar vueltas las milanesas. Pasó un rato hasta que pudo sacarla de la olla y terminó de preparar la cena.
Después de comer siguió su trabajo de investigación de las ruinas con las fotos que tenía a mano. Las estatuas budistas parecían tener unas letras que no se veían bien debido a lo borroso que era la imagen. El camino de madera que llevaban hacia el Abismo mostraban algunas estatuas que portaban banderas deshilachadas por el tiempo.
Grabó en su celular las impresiones que tuvo de las imágenes y anotó las posibles teorías de cómo el monasterio se pudo haber construido. Volvió a buscar en los libros y la Internet sobre el Abismo y no pudo encontrar muchas respuestas sobre ese lugar tan terrible.
En un momento, la cabeza de Adelina explotó y quiso despejar de su mente. Se dirigió a su habitación, sacó sus herramientas de dibujo y las ordenó sobre la mesa de la cocina. Había diversos bocetos de personas y poses no bien proporcionadas. Adelina tenía una que comenzó a dibujar hace tiempo y era la mujer del féretro. Igual que en los sueños de la joven, la corona de púas, el tatuaje esquelético del lado derecho, el vestido negro, todo.
El dibujo mostraba a la mujer con las manos debajo de los ojos como si los estuviera rasguñando y de ellos salían sangre. La corona de púas sobre su cabeza dejaba colgando las joyas situadas en la parte trasera de la cabeza unido a su cabello negro. Sus ojos eran del color de la noche. El vestido que la caracterizaba se veía solo una parte. De fondo había una interpretación de los árboles de hierro y con estos la silueta del palacio.
Adelina perfeccionaba constantemente el dibujo para que quede vívido, pero le era imposible reflejar algo que permanecía en sus sueños y cambiaba constantemente. A veces, se apartaba del dibujo y terminaba los que le faltaban así poder venderlos de una mejor forma. Mezclaba los colores para llegar al indicado y con el pincel pintaba el cuadro con sumo cuidado.
Llegó un momento en el que Adelina necesitaba salir y respirar aire fresco. El tiempo que le había dado a buscar respuestas a sus sueños y la investigación la estaban agobiando. Salió del edificio, con el cabello en una cola de caballo, jeans y una musculosa que exponía sus hombros con algunas pecas.
El vagabundo ciego estaba cerca de la entrada del edificio con una mirada fija en la puerta y sus ojos blancuzcos se toparon con los de ella. Adelina sintió que esos ojos no solamente analizaban su aspecto, sino también su interior.
Desvió la mirada del hombre y deambuló por el barrio de Bajo Flores. Autos llendo de un lado al otro, gente comprando comida en los supermercados o almacenes mas cercanos y otros esperando los transportes para ir a sus trabajos. Buscó la parada de un colectivo que la llevaría a la Avenida Corrientes y esperó a que llegara.
Se subió al colectivo y observó por la ventana el paisaje pasando de largo. Un viaje largo que le permitió relajarse. Pasado minutos bajó en la avenida, repleta de transeúntes y ella se mezcló. Recorrió las librerías y algunas tiendas de comics hasta pasar el Obelisco y ver los teatros. Una caminata larga que le dio paz. Una vez relajada volvió a Bajo Flores.
El vagabundo no estaba a la vista y alegró a la joven. Entró al edificio y siguió con su trabajo.
Era la noche previa al viaje hacia China y la muchacha guardó en una mochila aprueba de agua sus herramientas. Anotadores, biromes, grabadora, cámara, linternas, bengalas, primeros auxilios, cartuchos de pistolas y rifle de asalto, cuchillos y navajas. Muchas veces la chica se topó con problemas que requerían usar la violencia, al igual que Daniela, y por eso se compraban armas mutuamente para defenderse.
El celular de Adelina comenzó a vibrar, el nombre de su amiga se hizo presente en la pantalla y contestó la llamada. El rostro triangular con ojos cafés le sonrió ampliamente.
–Hola Ade, –se sacó un mechón de rulos pelirrojo de su vista–. Estuve buscando eso del Abismo que me pediste y recién ahora te puedo contactar.
–Esta bien Dani. Estaba preparando las cosas para irme temprano. Mariano me va a buscar como a las seis.
–Bueno, cuando vuelvas del viaje te esperaré con comida y algunas cosas que te conseguí en Japón.
Adelina no pudo evitar una sonrisa por lo que dijo Daniela. Pasaron muchas juntas y se cuidaron mutuamente en los peores momentos. Se cuidaban la espalda y compartían muchas de sus preocupaciones la una a la otra.
–Volviendo al tema. En algunas bibliotecas que pude recorrer por la ciudad descubrí algunas cosas sobre esa zona. –Daniela comenzó a hojear los libros que pudo llevarse y miró su cuaderno–. Habla que las desapariciones en ese lugar se remontan hace siglos. Comerciantes perdidos, soldados, campesinos, nunca más volvieron a saberse de ellos. Algunos sospechaban que era una entrada al infierno y que el frío era una parte hasta poder llegar al calor del reino.
“Cito lo que dice este libro: 'El Abismo también supuestamente en tiempos previos nombrado como Arctika fue el sitio donde muchos de los que iban no volvían jamás. Se sospecha que posiblemente hubo un pueblo o un clan y tras un derrumbe las almas de los habitantes no quieren que nadie se acerque o salga de esa zona montañosa. No se pudo encontrar demasiado de esa teórica población debido a la cantidad de desaparecidos'."
Adelina se quedó petrificada ante el nombre previo del Abismo. El mismo nombre que la mujer del féretro le dijo sobre unas respuestas.
–¿Arctika? –el tono era sumamente confuso, pero quiso mantener la compostura para evitar la preocupación de su amiga–. Ese sitio me suena conocido. Lo escuché creo que en algún momento, pero no recuerdo dónde.
–¿En los libros que estuviste hojeando?
–No. –Adelina no pudo contener mucho más–. ¿Me creerías que soñé que alguien diciéndome que el nombre antiguo del Abismo? Me dijo que ahí encontraría respuestas y también sobre un dios del fuego.
–Creí que esos sueños se habían ido, Adelina. –Daniela la miró con preocupación–. Deberías hablarlo con alguien sobre esas pesadillas. ¿Qué soñaste?
–Lo mismo de siempre. El féretro, el bosque y el dolor.
–No se si es mucha coincidencia o algo que tu cerebro rememoró y vos te olvidaste hasta ahora.
–Es lo segundo. Algo que me olvidé y mi subconsciente me lo recordó. –El tono de Adelina camuflaba su duda.
–Para mí también debe ser eso. Deberías dejar de soñar –la sonrisa contagiosa de Daniela hizo que Adelina la imitara.
–Lo sé, pero es parte de mi encanto.
–Bueno. Te voy a mandar las fotos de las hojas así miras tranquila. Tengo que prepararme para un reportaje. Suerte
–Suerte a vos también.
La llamada cortó y las fotos de las hojas llegaron inmediatamente. Adelina tomó notas sobre lo que describían de Arctika y guardó todo en su mochila.
El crepúsculo comenzó a llegar y Adelina salió de su hogar para esperar a Mariano. Despertó temprano y sin pesadillas, lo que le permitió tener un cierto optimismo sobre su día y los que venían. Pérdida en los pensamientos no se dio cuenta de que la camioneta de Mariano estaba a una cuadra de su edificio.
La camioneta roja, repleta de pegatinas de personajes de anime y caricaturas viejas se detuvo frente a la joven. El rostro cuadrado de un chico de cabello largo y rubio se puso a la vista de Adelina, sonrió al ver a su amiga con todas sus pertenencias.
–Buenos días, encantadora dama, –abrió la puerta del vehículo–. ¿Quisiera usted acompañarme en este viaje tan tacaño?
–Hola Mariano ¿Cómo andas?
–Bastante bien, dentro de poco voy a poder volver a estar en los brazos de mi encantadora novia –una mirada soñadora se adornó en su cara–. Pero antes debo ser de taxi a tu amiga.
–¿Tenes novia? –la confusión y la broma se notaba en el tono de la muchacha.
–Es como si estuviéramos conectados por nuestras pasiones –el tono romántico en la voz de Mariano se hizo presente–. Linda, aventurera, peligrosa y, y…
–¿Estás pensando y acelerando todo devuelta? ¿verdad?
–Obviamente sí –una sonrisa adornó su rostro.
Adelina tuvo que tragarse las cosas que le hubiera dicho, ya que siempre tuvo esa forma de enamorado apresurado. Nunca pudo hacerlo entrar en razón sobre eso y era algo que tenía que hacer solo. La joven contempló el paisaje que pasaba ante sus ojos. Edificios, autopistas y sin darse cuenta llegaron a un hangar repleto de aviones.
 –Si te dejo rápidamente voy a poder llegar a tiempo a buscar a Daniela. Espero que no se me duerma el trasero durante el viaje.
–Es un viaje de muchas horas, obvio que se te va a dormir el trasero.
–Cruel, pero verdadera.
Mariano salió de la camioneta y ayudó a cargar el equipo que Adelina llevaba hacia la avioneta. Ambos se pusieron el equipo para el viaje, junto con el casco de piloto y paracaídas.
Después de los preparativos, el muchacho encendió la avioneta. El estruendoso ruido del motor deshizo el silencio, mientras la joven cargaba las últimas cosas antes de emprender vuelo hacia China. Una vez ya todo equipado, Mariano condujo la avioneta fuera del hangar llevándola a la pista.
Adelina subió a la avioneta y tras haber cerrado la puerta, el transporte avanzó por la pista hasta surcar los cielos. El hangar se volvió pequeño y de a poco la ciudad iba alejándose hasta convertirse en un punto diminuto que desapareció de la vista de Adelina y Mariano.
–Dime ¿qué es lo interesante en el Abismo? –dijo el chico mientras pilotaba.
–Sacar algo productivo de un monasterio en ruinas junto con ver que hay más allá de un pasaje.
–Todos los pilotos saben que el Abismo es peligroso. –El tono de Mariano se volvió serio–. Porque soy un cagón de mierda y quiero conservar mi avioneta te voy a dejar cerca, pero vas a tener que prepararte para escalar.
–No tengo problema con eso. Lo entiendo perfectamente.
Durante las horas siguientes, el viaje continuó con charlas y a veces el silencio se hizo presente. El cansancio invadió a Adelina y sus párpados le pesaron hasta que por fin cayeron. El sueño ni siquiera duró mucho a ojos de la joven ya que Mariano comenzó a gritar:
–¡DESPIERTA BELLA DURMIENTE! Tu parada está cerca.
–¿Cuánto tiempo me dormí?
–Unas horitas. Una y media quizás. No lo sé. –Mariano comenzó a sonreír–. Te diría que te pongas el cinturón, pero no tengo porque se rompieron hace unos días.
–¿¡POR QUÉ NO AVISASTE ANTES!? –El pánico comenzó a invadir a la chica y quiso aferrarse a cualquier cosa.
La risa cínica de su colega se combinó con los gritos de su acompañante cuando la avioneta cayó en picada. El paisaje repleto de nubes desapareció hasta volverse montañoso y cubierto de nieve. Mariano buscó un sitio medianamente bueno para aterrizar y después un aterrizaje forzoso a ojos de Adelina, en el cual casi sintió que su alma se le escapaba de su cuerpo. Las risas descontroladas de Mariano fue lo único que se escuchó en el silencio de la montaña y Adelina lo miró de una forma asesina.
–Esto fue muy divertido… ¡Jajaja! –No pudo contener sus pequeñas risas y Mariano volvió a destornillarse a carcajadas.
–Morite, pajero de mierda. –El shock de la chica fue tan fuerte que le costaba hacer que su cuerpo pudiera moverse–. Inútil. Pelotudo. Aborto de la naturaleza.
–Yo también te considero buena amiga.
Adelina recobró el movimiento y rápidamente se preparó para marcharse de la estupidez de Mariano. El equipo de vuelo fue reemplazado por el de alpinismo. Campera de polar, pulóveres de lana, remeras manga larga gruesas. Junto con todo su equipo de arqueología y armas.
Se alejó de la avioneta de su amigo y este cerró las puertas del transporte. De la ventana apenas abierta de la cabina, el chico habló a los gritos:
–¡Buenas suerte, amiga! Cuando salgas viva de ahí te paso a buscar. Saliste de peores situaciones, esto va a ser re fácil para vos.
La avioneta pasó por encima de Adelina y esta extendió la mano para saludar a su amigo que se desapareció entre los cielos. La muchacha contempló con sus ojos las montañas heladas, mientras se ataba el cabello negro en una cola de caballo. Con el mapa de la zona que tuvo a mano, avanzó a trompicones sobre la nieve hasta llegar a la parte rocosa de una de las tantas montañas.
Se ajustó el equipo de alpinismo, repleto de sogas, anclajes y arneses. Comenzó a escalar por la montaña hacia el lado noroeste de donde Mariano la había dejado. Fue un trabajo arduo, ya que el frío le golpeaba las mejillas. Cualquier movimiento en falso podía hacerla caer y despedirse de esa cantidad hermosa de dinero y no había nadie a kilómetros a la redonda que la pudieran ayudar con alguna herida infectada o pasar la noche.
Adelina logró rodear la montaña hasta posicionarse en el noroeste y al ver que tuvo otra forma rocosa para seguir su camino hacia el monasterio en ruinas saltó hacia la otra montaña y continuó su avance. Poco a poco, cuando la joven daba un vistazo, las cúpulas del monasterio aparecieron en la vista de la muchacha y la intriga comenzaron a carcomerla por dentro. Las ganas de descubrir los secretos de esas ruinas comenzaron a carcomerla por dentro.
Siguió a paso lento y precavido su escalada, pero a veces se equivocada en dónde apoyaba el pie o mano ya que las piedras traicioneras hacían que se resbalara para tener una muerte segura. Gracias a las sogas y los arneses pudo mantenerse a salvo de las caídas fatales. Pasó un tiempo más hasta que estuvo a espaldas de las ruinas y Adelina bajó con sumo cuidado hasta que sus pies tocaron la nieve.
El alivio y la tranquilidad absorbieron a la joven y pudo soltar un suspiro. Una sonrisa adornó su rostro, mientras desarmaba todo su equipo de escalada y avanzaba lentamente hacia el monasterio en ruinas. Contempló con sus propios ojos el antiguo templo. Banderas deshilachadas por el tiempo, una infraestructura que se mantuvo vigente al igual que las estatuas que resistieron los cambios.
Adelina inició sus grabaciones para preservar sus impresiones.Habló hacia la grabadora sobre sus sospechas de cuándo fue construido el lugar, de las viejas inscripciones en las paredes y hace cuánto tiemmpo está deshabitado previo a la huida de los trabajadores. Sacó fotos a cada detalle que se hayan pasado por alto y lo que ella pudo considerar importante, pero algo extraño se visibilizó en una de las estatuas centrales al fondo del monasterio. Algo fuera de lugar. La muchacha se acercó para mirar la incoherencia.
Runas. Runas nórdicas en China. Adelina movió la estatua con todas sus fuerzas para poder leer mejor la inscripción de la pared. Las letras eran borrosas y al parecer habían perdido una parte del mensaje que querían descifrar. Adelina puso la grabadora cerca de sus labios y habló:
“Esto es imposible… Hay runas nórdicas en la pared detrás de una de las estatuas. Son runas futhark, el antiguo alfabeto vikingo, la primera variante de los tres. Dicen lo siguiente:
ᛟᚾ ᛏᚺᛖ ᛒᛟᚱᛞᛖᚱᛊ ᛟᚠ ᚨᚱcᛏᛁᚲᚨ ᛏᚺᛖᚱᛖ ᛁᛊ ᛏᚺᛖ ᛈᚨᛏᚺ ᚠᛟᚱ ᛏᚺᛖ... ᛚᛟᛊᛏ ᛟᚾᛖ, ᚹᚺᛟ ᛗᚢᛊᛏ ᚠᛁᚾᛞ ᚨᚾᛞ ᛈᚨᛊᛊ ᛏᚺᛖ ᛏᛖᛊᛏᛊ ᛏᛟ cᛟᚾᛏᛖᛗᛈᛚᚨᛏᛖ ᛏᚺᛖ ᛏᚺᚱᛟᚾᛖ... ᛏᚺᛖ ᚲᚾᛁᚠᛖ ᚹᛁᛚᛚ ᛊᚺᛟᚹ... ᛗᚨᚱᚲᛊ...
On the borders of Arctika there is the path for the... lost one, who must find and pass the tests to contemplate the throne... the knife will show... marks...
En las fronteras de Arctika se haya el camino para el... perdido, quien deberá encontrar y pasar las pruebas para contemplar el trono... el cuchillo mostrará... marcas...
Antiguamente según algunos libros, el Abismo, posiblemente se lo conocía como Arctika y muchas personas desaparecían por aquí. Creían que era una entrada al Infierno. Otros sospechan que hubo un pueblo y tras un derrumbe, los espíritus no quieren que alguien entre o salga.”
Después, tomó la cámara y el destello del flash apareció tan rápido como se fue. Siguió estudiando un poco más el monasterio abandonado y al ver que no hubo nada más que mirar se encaminó hacia el pasaje.
Del lado izquierdo la roca montañosa había huecos con lo que antiguamente eran faroles y restos de ofrendas. Cada pocos metros había banderas deshilachadas por el pasar del tiempo que eran sostenidas por viejas estatuas. La madera que se encontraba en el suelo rocoso era vieja y destartalada y su recorrido se perdía en lo más profundo de las montañas.
Adelina armándose de valor, caminó por el pasaje a paso lento y examinando lo que sus ojos pudieron ver. Se sumergió a paso lento por las montañas. Poco a poco las cúpulas del monasterio se desvanecieron entre el viento y la nieve, mientras el camino se volvía más difícil debido a la delicadeza de la madera vieja. Un paso en falso y podría torcerse el pie en el medio de la nada.
En un momento, Adelina llegó a un puente de madera casi destrozado y avanzó sobre él pisando con sumo cuidado la madera que crujía. Repentinamente, dio un paso en falso y su pie izquierdo rompió una de las vigas haciéndole un agujero. La muchacha intentó con suma delicadeza sacar la extremidad y seguir adelante, pero de repente escuchó algo. Un zumbido y soga rompiéndose.
En el extremo del punto por donde vino, la soga que sostenía el puente se cortó. Luego la otra cuerda del poste se partió y el puente comenzó a derrumbarse. Adelina gritó, su pie seguía atascado en la madera y si no hacía algo rápido sería una más de las víctimas de Arctika.
Con sus manos sostuvo una de las cuerdas del puente caído, mientras que con fuerza intentaba enderezarse sobre la roca de las montañas que chocó el puente. Tras lograr el cometido, empezó a forcejar con la madera hasta romperla y se perdiera en la niebla. Escaló usando la cuerda hasta llegar a la cima. Cuando llegó a la cornisa, sus manos ayudaron a que pudiera estar en el suelo de piedra y la joven se recostó mirando el cielo nublado.
Una risa se hizo presente de forma inconsciente y la muchacha se puso de pie. Vio el otro extremo por donde había llegado y le pareció ver que alguien de azul desaparecía instantáneamente. Por precaución sacó su rifle de asalto y lo cargó, al igual con sus pistolas. No sabía con qué iba a toparse más a adelante, pero era mejor estar lista para la pelea. Tras eso, contempló lo que tuvo a su vista.
Un cementerio de aviones. Partes de avionetas desperdigadas a aquí y allá. Esqueletos que antiguamente fueron personas y sucumbieron al frío de las montañas. Adelina pudo observar algunas partes de carruajes de tiempos olvidados ocultos tras las partes de aviones. Un paisaje desolador por el que la muchacha tuvo que caminar hasta que pudo ver unas antorchas encendidas.
Un pasadizo dentro de la montaña que estaba iluminado con fuego. Las paredes en vez de ser puntiagudas estaban bien arregladas. Repletas de arcos con columnas que seguían hasta perderse de la visión de la joven. En la entrada había una runa nórdica proveniente del alfabeto antiguo, la runa Isa. Adelina comenzó a hablar:
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Adelina tomó fotografías y grabaciones sobre la runa, y se adentró por la cueva. Con cada paso, la decoración meticulosa se fue desvaneciendo para tener a sus ojos las rocas puntiagudas. Las antorchas dejaron de aparecer y la muchacha sacó de la mochila una linterna y la encendió. Pasado el tiempo, la cueva se bifurcaba en dos caminos y Adelina decidió ir por el lado izquierdo. Caminó por varios minutos guiada por la luz del pequeño objeto.
Al avanzar sintió frío y comenzó a notar que la piedra del sitio estaba cubierta por nieve. Era imposible. No podía estar andando en círculos, pero tampoco estaban las antorchas y sus sofisticados arcos. Siguió caminando hasta ver la salida, todavía se encontraba en las montañas. Entonces ¿Dónde se hallaba?
Llegó al final del pasadizo y solo se encontraba el vacío. Montañas y nieve, pero a miles de kilómetros pareció que algo se sacudía. De la mochila sacó unos binoculares y los acercó a sus ojos. Un templo se alzaba en medio de las montañas. Lo que se movía eran las banderas azules alrededor de este. Por lo que los ojos de la joven analizaron, el templo parecía en buen estado. No como se teorizaba en los libros, prácticamente hecho mierda por la supuesta avalancha. Tampoco se vieron hordas de demonios que vigilaran la “entrada” al infierno.
Adelina no se percató de unos pasos detrás suyo, ya que estaba sacando fotos y cuando iba a iniciar su grabación… Un brazo se interpuso en su vista. Rápidamente, la agarró por el cuello y comenzó a asfixiarla. La muchacha intentó rasguñar el brazo de su atacante, pero estaba cubierto por guantes para resistir los golpes. El aire comenzó a faltarle y la desesperación la invadió. Sacó el cuchillo de su bolsillo y le rasguñó la pierna. Por último, con una piedra le dio una golpiza al desconocido y corrió por donde vino.
Tomó las cosas que se le habían caído y dio inicio a su carrera hasta encontrarse en las bifurcaciones. Sacó su rifle y apuntó hacia el camino izquierdo esperando a que su atacante apareciera otra vez. Se fue alejando lentamente con la respiración agitada hasta que chocó con algo o mas bien alguien contra su espalda. Un encapuchado vestido de negro y azul con una espada en la espalda. Solo sus ojos se pudieron ver, ya que tanto su cabello como el resto de su cuerpo estaba camuflado.
La chica no perdió tiempo y apretó el gatillo del arma. El ruido de los disparos se escuchó por la cueva y el ninja desapareció. Encendió la linterna del rifle y buscó desesperadamente al hombre, pero fue en vano. De repente sintió que algo invisible le jaló el rifle y la muchacha hizo fuerza ante el tirón repentino. Esa acción la hizo caerse de espaldas y vio a otro atacante diferente que se abalanzó sobre ella. Un muchacho que parecía de la edad de la joven. El cabello del color de la ceniza y una parte de su rostro cubierta por una máscara de color negro grisáceo como su vestimenta.
Comenzaron a forcejear. El chico quiso agarrar su cuello, pero antes de que tuviera la posibilidad de hacerlo, Adelina le mordió los dedos con fuerza suficiente para hacerlo sangrar y con una roca a mano volvió a pegarle. Extendió la mano hasta tocar el arma de fuego, la agarró y una vez más desapareció, pero una bomba de humo estalló haciendo que la chica tosiera.
–¡SALI HIJO DE PUTA! –La furia de Adelina se acrecentó– ¡SALI Y MOSTRA LA CARA! ¡CAGÓN DE MIERDA!
Se hizo un silencio después de los gritos de la chica. Un karambit pasó cerca de su rostro haciéndole un corte en la mejilla y disparó en la dirección en la que vino el cuchillo. Las balas se acabaron y al tener que recargar, el chico apareció devuelta y atacó otra vez. El puño casi se estrella en el rostro de Adelina, pero lo esquivó y aprovechó para darle un golpe con la culata del arma en el rostro. Eso no lo detuvo y le propinó una patada a la joven.
Volvió arremeter contra ella con el karambit en la mano y le cortó parte del abrigo y ella le dio un codazo para alejarlo. Aprovechó y sacó la pistola para disparar, pero el ninja tiró otra bomba de humo. Esta vez le agarró la cola de caballo y estampó la cabeza de Adelina contra la piedra, haciendo que la mente le diera vueltas y sintió el líquido carmesí recorriendo su rostro. Con mucho forcejeo logró tocarle la pierna herida para alejar a su contrincante. Cuando eso ocurrió, la muchacha retrocedió y el chico se perdió en el humo. Le fue imposible ver por donde caminaba y siguió retrocediendo hasta poder encontrar la pared, pero en vez de eso cayó.
La chica gritó y antes de que pudiera darse cuenta el suelo de piedra la recibió con disgusto. Se ocultó cuando escuchó pasos cerca de su posición y contuvo la respiración. La voz del chico se alzó y le habló a su subordinado:
–¿Dónde está? –Adelina escuchó a su corazón en sus oídos–. No pudo haber desaparecido.
–Seguramente debió encontrar la salida con todo el humo.
–Vamos a ir hacia la frontera de Arctika para encontrarla. No debe contar sobre la existencia del Lin Kuei.
–Sí, Smoke.
¿Lin Kuei? ¿Son terroristas o una guerrilla? Por lo poco que vio, sus vestimentas eran tradicionales e improvisadas. Sus armas no eran del todo modernas. Quizás eran el pueblo que cayó en ese supuesto derrumbe. Después la joven investigaría. Era momento de marcharse cuanto antes de ese sitio.
El lugar en el que cayó era un túnel y Adelina tuvo la esperanza de que quizás condujera a la salida de la montaña. Se sacó la campera porque comenzaba a dejar rastro de plumas y la ocultó. Tomó la mochila y revisó que todas las cosas estuvieran en su sitio, caminó hacia lo desconocido.
En la caminata extrañó la falta de su abrigo ya que tenía muchos escalofríos y lo peor fue que este sitio le resultaba confortante. En un momento encontró dos columnas con estatuas de mujeres cadavéricas. Ambas parecían tener posturas rectas, las manos juntas y sus miradas eran indescifrables. Arriba había una inscripción en runas nórdicas. Adelina empezó a tomar fotografías y grabó las inscripciones:
“Durante mi ingreso a la montaña encontré unas inscripciones en runas nórdicas sobre superar unas pruebas y poder ver un trono. Además, mencionaban algo sobre un cuchillo y creo que en estas escrituras pueden ser de ayuda, ya que están en mejor conservadas. Dicen lo siguiente:
‘ᚷᚨᚾᚷᛚᚨᛏᛖ ᚨᚾᛞ ᚷᛚᚨᚾᚷᛖᚢᚱᚨ ᛈᚱᛟᛏᛖcᛏ ᛊᚢᛚᛏᛁᚾ ᚨᚾᛞ ᚷᚢᚨᚱᛞ ᛏᚺᛖ ᛗᚨᛈ. ᛊᚢᛚᛏᛁᚾ ᛊᛖᚨᚱcᚺᛖᛊ ᚠᛟᚱ ᚺᛁᛊ ᛟᚹᚾᛖᚱ ᚨᚾᛞ ᚹᚺᛖᚾ ᚺᛖ ᚠᛁᚾᛞᛊ ᚺᛁᛗ ᚺᛖ ᚹᛁᛚᛚ ᛒᛖ ᛗᚨᚱᚲᛖᛞ. ᛁᚾᛏᚱᚢᛞᛖᚱᛊ ᚨᚾᛞ ᛖᚾᛖᛗᛁᛖᛊ ᚹᛁᛚᛚ ᛈᛖᚱᛁᛊᚺ ᛒᛖᚠᛟᚱᛖ ᚺᛖᚱ ᛒᛚᛟᛟᛞᛚᚢᛊᛏ ᚨᚾᛞ ᛊᚢᚠᚠᛖᚱ ᚢᚾᛏᛁᛚ ᛗᚨᛞᚾᛖᛊᛊ ᛁᛊ ᛏᚺᛖᛁᚱ cᛟᛗᛈᚨᚾᛁᛟᚾ ᚨᚾᛞ ᛊᚺᛖ ᛊᛖᛖᚲᛊ ᛏᚺᛖᛁᚱ ᛞᚨᛗᚾᛖᛞ ᚨᚾᛞ ᛊcᚨᚱᚱᛖᛞ ᛊᛟᚢᛚᛊ.’
‘Ganglate and Glangeura protect Sultin and guard the map. Sultin searches for his owner and when he finds him he will be marked. Intruders and enemies will perish before her bloodlust and suffer until madness is their companion and She seeks their damned and scarred souls.’
‘Ganglate y Glangeura protegen Sultin y custodian el mapa. Sultin busca a su dueño y al encontrarlo será marcado. Los intrusos y enemigos perecerán ante su sed de sangre y sufrirán hasta que la locura sea su compañera y Ella busque sus condenadas y marcadas almas’
Según algunos libros de mitología nórdica, Ganglate y Glangeura son las sirvientas de Hela, la diosa nórdica de la muerte. Era la que llevaba a los fallecidos por vejez y enfermedad, también a los que no murieron de forma digna en los combates. Sultin, en español es 'la sed' y es el cuchillo de la diosa.
En estas escrituras dicen que el cuchillo está buscando a un dueño, como si estuviera vivo. Pero, en los libros no menciona que Hela haya abandona o traicionado al cuchillo como lo hizo Frey con su espada. Cuando llegue a Buenos Aires voy a buscar devuelta.”
Después de apagar la grabadora atravesó las columnas. Contempló, esta vez, otra estatua, la diosa Hela se alzaba imparable. Frente a Hela una caja se encontraba cerrada y parecía juzgar a la joven que quería ver el contenido.
Adelina comenzó a darse cuenta que unos susurros se hicieron presentes y que la mirada de la estatua de Hela parecía juzgarla. Se acercó a la pequeña mesa de piedra donde se hallaba la caja repleta de runas y la silueta de un lobo y una serpiente. Una belleza para la arqueología y valdría una fortuna.
Abrió la caja consumo cuidado para evitar daños al artefacto, mientras los susurros se acrecentaron. Hablaban tan apresuradamente que Adelina no supo que querían decir, pero la impulsaron a continuar con sus acciones. Cuanto terminó de empujar con delicadeza la tapa vio un mapa y una daga nórdica.
El mapa tenia decoraciones de runas en los bordes y en las puntas de la hoja se hallaba el rostro de una mujer con el lado derecho del cuerpo cadavérico rodeada por un lobo y una serpiente. Mostraba el continente europeo y asiático hace tiempo atrás. En la parte oriental mostraba el lugar donde Adelina estaba ubicada, Arctika. Con dibujos de montañas y templos y aldeas dispersados. En Europa occidental estaba dibujado una bolsa diminuta. Ubicado en el mar entre lo que parecían ser los países España y Francia.
Guardó el mapa cubriéndolo con muchas bolsas y trapos para que perdurara, y prosiguió a revisar la daga. Estaba cubierta por una funda de cuero que parecía estar en buen estado, pero lo que más le cautivó a Adelina fue el mango.  Parecía que la empuñadura tenía pequeñas costillas y en la punta había un pequeño cráneo. Adelina sacó la daga de su sitio y una brisa fresca invadió la cueva haciendo que el pelo de la joven flotara. Sacó con cuidado la daga de la funda y eso fue un error.
El arma le quemó la mano derecha y ese dolor siguió por todo su brazo y abdomen. Un ardor como el de sus sueños. Intentó con todas sus fuerzas no gritar por la terrible tortura. Lo que fueron quejidos se transformaron en gritos. No le importó si el tal Smoke la escuchó junto con su subordinado. Lo único que quiso Adelina fue la agonía terminara.
Cayó al sueño y empezó a convulsionar. Le fue imposible soltar la daga de sus dedos. Arqueó la espalda por la nueva ola de dolor que la invadía y después todo se volvió negro como la noche. Los susurros se volvieron más fuertes, como si estuvieran al lado de Adelina y al fin pudo comprenderlos.
“Sultin busca la sangre de su antigua portadora. Locura y muerte serán para los intrusos y enemigos” “El dolor es necesario para que pueda mirar el pasado” “Garm y los lobos de Armenia guiarán el siguiente paso” “La prueba ha iniciado. Demuestra tu sangre hacia ella”
La negrura desapareció y fue reemplazada con visiones.
La mujer del féretro sentada en trono huesudo del palacio. Recta y pulcra. Runas que destellaron como estrellas y desaparecieron a lo más profundo de una isla en medio del mar. Escuchó lobos aullar y las estatuas de estos animales aparecieron con ojos resplandecientes. Observó unas manos jóvenes tomando un objeto desconocido y luego fabricando una maquinaria extraña.
Lo último fue a la mujer despierta, tranquila y solemne, pero su aspecto cambió drásticamente.  El lado derecho de su cuerpo se pudrió y gritó con todas sus fuerzas: “¡LADRONES!”.
El grito fue tan repentino que hizo que Adelina se despertara. Lo que parecieron horas fueron en realidad unos minutos porque vio todavía la oscuridad de la montaña y su cuerpo colgando a hombros del tal Smoke.
Todo cambió. Vio muertos, en el suelo y paredes rocosas. Aturdida, forcejeó y chilló con todas sus fuerzas. Le dio puñetazos en la espalda y patadas como pudo para zafarse. Tras la queja del chico de cabello ceniciento, Adelina se apartó de él, tropezó con las piedras y se dio la vuelta para ver a los hombres.
Eran cadáveres y a la vez humanos. Con voces horribles y espectrales. Intentó alejarse del dúo cuando el que se llamaba Smoke quiso acercarse a ella.
–¡ALEJENSE DE MI! ¡NO ME TOQUEN!
Las lágrimas se apoderaron de la chica y corrió en la dirección contraria a los extraños que iban a raptarla. Mareada por las alucinaciones continuó con su loca carrera y regresó al sitio donde halló el cuchillo. Ahora estaba camuflado entre las rocas y la oscuridad. Hipnotizada por ese artefacto maldito, sus manos reaccionaron antes que su cerebro mareado y el arma estuvo en sus manos, pero los muertos rugieron y se mostraron coléricos. Asustada, se alejó corriendo con su mochila donde guardó el objeto.
Huyó por todos los muertos que no paraban de rugir y escuchar que se aproximaban. En un momento se encontró fuera de la montaña en una cascada. Las voces de los hombres se acrecentaron a cada segundo, pero las figuras esqueléticas estaban en todas partes. De repente, la tiraron hacia atrás y vio al chico de cabello ceniciento… más bien su aspecto podrido. La sacudió para que reaccionara y la muchacha lo apartó. Desesperada sacó la pistola y disparó, pero el muchacho le apuñaló la pierna y Adelina grito de dolor. Por último, le dio una puñalada en el vientre, pero antes de profundizarla Adelina lo empujó y rasguñó la mano que sostenía el karambit.
Sintió el frío en la espalda y se mantuvo pegada al borde, pero al ver que el muchacho y su mano cadavérica, prefirió no tener que volver a verlo nunca. Con miedo a lo desconocido saltó hacia la cascada de la montaña, perdiéndose en la negrura y pidiéndole a cualquier dios sobrevivir a esta locura.
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belvedia02 · 6 months
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Coffee Shop
Wednesday Addams ama profundamente los días lluviosos, son sus días preferidos, sin embargo, desde que comenzó a trabajar en una cafetería en el centro de la ciudad, los está comenzando a odiar. La cantidad de clientes aumentaban considerablemente y eso significa que debe compartir su turno de trabajo con Tyler Galpin. Ella había adaptado su horario para no encontrarlo, pero esta semana de lluvias había hecho que él trabajara doble turno.
Tyler era el encargado de atender a los clientes y Wednesday de preparar el pedido, si el flujo de gente era el normal, ahora Tyler tiene que recibir y preparar los pedidos, invadiendo el espacio personal de Wednesday.
—Ten cuidado Galpin — Wednesday le dijo cuando él tocó accidentalmente su brazo. Tyler no dijo nada.
Los dos empleados estuvieron por varios minutos envueltos en un ambiente caótico, Galpin cometió algunos errores en los pedidos a diferencia de Wednesday, que nunca habló con ninguno de los clientes, solo los llamaba y ellos recibían su café.
La cafetería había quedado vacía después de casi una hora llena de pedidos. Ahora, Tyler estaba en la bodega para reponer los ingredientes que se habían agotado, mientras Wednesday permanecía detrás de la caja con una libreta y una lapicera para anotar algunas ideas para su futura historia.
El sonido de la campanilla de la puerta hizo que guardara la libreta en su bolsillo y mentalmente practicó un diálogo para atender al cliente, era una de las exigencias si estaba en la caja.
—Buenas tardes, bienvenida a Coffee Corner, ¿cuál es su pedido? — Wednesday no sonrío solo se quedó mirando a la chica rubia y que vestía casi completamente de color rosa.
— Buenas…. Ehmm…. No sé…. — La joven era la primera vez que entraba a esa cafetería, así que no sabía cuál era su especialidad, además ella no era muy adepta al café, prefería el té o el chocolate caliente.
Wednesday alzó su ceja derecha reflejando su incredulidad hacia la persona que tiene al frente. Permaneció en silencio.
— ¿Qué me recomiendas?  — Dijo muy alegremente, veía las opciones y los precios, pero no se decidía por ninguno.
— El cuádruple frío es a mi parecer el mejor, sin embargo, creo que tienes un gusto por lo dulce.
—Exacto, ¿cómo lo supiste? — Preguntó emocionada.
—Solo adiviné — Se encogió de hombros — Así que te recomiendo el mochaccino.
—Creo que lo he escuchado, ¿qué ingredientes tiene? — Ella desconocía completamente como estaba preparado aquella bebida caliente.
Wednesday casi suspira con fastidio al tener que recitar la receta, sin embargo, no lo hizo, solo porque la joven parecía que verdaderamente desconocía la preparación.
— Es una bebida que combina café, leche, chocolate y azúcar, y a menudo se corona con crema batida y chocolate rallado — Wednesday recitó de memoria esa receta, la que era su menos favorita.
— Me gustó, pediré eso en el vaso más grande— Wednesday le dijo el precio y la joven pagó con billetes.
—¿Cuál es tu nombre? — Wednesday le preguntó para escribirlo en el vaso.
— Enid Sinclair — Le dio su nombre completo.
— Bien Enid, te llamaré cuando esté listo.
— Gracias — Enid miró la placa que llevaba en el lado izquierdo de su delantal — Addams.
Wednesday no hizo ningún comentario a la joven, ella ya se había ido a sentar a una de las mesas que se ubicaban cerca del ventanal, así que hizo lo más rápido que pudo la bebida caliente.
Enid mientras esperaba que la barista la llamara, se había sentado al lado de la ventana y  había sacado su teléfono para revisar sus redes sociales y también para tomarle la foto a su mochaccino.
— Enid — La llamó 7 minutos después. Ella se levantó y fue a buscar su bebida.
—Gracias — Dejó propina en el frasco que tenía una etiqueta que se podía leer “tip”.
Fue a sentarse en el mismo lugar. Después de probar el mochaccino sonrió y le sacó una foto, la que subió a su red social favorita. Wednesday siguió mirando a aquella clienta hasta que bebió la mitad de su contenido y salió de la cafetería.
— Parece que alguien al fin llamó tu atención— Galpin había regresado de la bodega.
— Imaginaciones tuyas — Wednesday rellenó las máquinas con los diferentes tipos de cafés y chocolate. Galpin sonrío con malicia.
Wednesday trabajó toda esa tarde y después se fue a su casa, Tyler había insistido una vez más en acompañarla, ella le dijo que se podría cuidar perfectamente sola. Para comprobar su punto le mostró el cuchillo que siempre llevaba en su bota derecha.
Wednesday deseaba secretamente que otra vez apareciera Enid, sin embargo, después de dos semanas de esperarla alejó por completo ese pensamiento.
Una tarde bastante tranquila fue cuando Wednesday volvió a ver a Enid, esta vez iba acompañada de una chica y un chico.
— Hola Addams — La saludo alegremente.
—Hola — Se contuvo para no decir su nombre. — ¿Cuál será tu pedido?
— Espera, olvidé lo que me pidieron — Enid fue hasta la mesa donde estaba Yoko y Ajax. Wednesday suspiró fuertemente con fastidio. 
— ¿Y bien? — Wednesday preguntó con su habitual seriedad, aunque en el fondo estaba contenta de verla nuevamente.
— Un latte para Yoko y un americano pequeño para Ajax y un mochaccino grande para mí — Dijo alegremente
— El latte ¿de qué tamaño?
—Normal — Wednesday le dijo el precio y Enid pagó con billetes y monedas.
— Te llamaré cuando estén listo.
— Gracias Addams— Enid estaba dándose la vuelta para ir hasta donde estaban sus amigos.
— Es Wednesday — Le dijo antes que Enid se alejara
— Gracias Wednesday — Enid sonrío abiertamente, mostrando sus perfectos y blancos dientes.
 Wednesday empezó a preparar el Latte, al que no le haría ningún diseño, si fuera Enid quizás sí, pero para una desconocida no desperdiciaría su tiempo ni talento. El americano también fue rápido de preparar. El último y no menos importante fue el que tomó más tiempo.
Cuando los tres cafés estuvieron listos y con sus respectivos nombres, Wednesday llamó a Enid.
— Gracias Wednesday — Le guiñó el ojo derecho mientras una vez más le dejaba propina. Ante aquel desconocido gesto, Wednesday sintió que se ruborizaba ligeramente.
— ¿Podrás llevar los 3? -Preguntó con preocupación.
— Sí, no te preocupes — Enid no tuvo problemas en llevar los cafés a sus amigos.
Wednesday se quedó observando especialmente la interacción entre Enid y el chico, si tuviera que adivinar ella estaba interesada en él, sin embargo, el chico parece no darse cuenta. La otra chica la miró y Wednesday tuvo que desviar la mirada, como si la hubieran atrapado haciendo algo indebido.
Wednesday atendió a los siguientes clientes, siempre atenta a lo que sucedía en la mesa que estaba más cerca, aunque no podía distinguir con claridad la conversación. Solo podía oír la risa de Enid, un sonido que quisiera escuchar con más regularidad.
Cuando terminaron de beber sus cafés, cada uno botó el envase en el basurero y salieron de la cafetería, la última persona fue Enid, la que se giró para despedirse de Wednesday con la mano. Wednesday respondió aquella despedida con un simple movimiento de su cabeza.
Espero verte pronto, Enid. Fue su pensamiento mientras veía a los amigos pasar frente a la ventana.  
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