Tumgik
#heredera del infierno
coolpizzazonkplaid · 1 month
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La heredera del Infierno
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Aviso: Para las runas tuve que investigar el alfabeto nórdico y tuvo una serie de cambios con el pasar del tiempo. El alfabeto tuvo dos variantes escandinavos y uno anglosajón, voy a usar los tres a su debido tiempo. Para evitar caer en errores de la wikipedia busqué en otras tres páginas para corroborar si los símbolos y significados eran similares. Todos son así. Dejo el link de cada página de los tres alfabetos: futhark antiguo, futhark anglosajón y futhark joven.
El origen del tatuaje esquelético.
–¿Qué queres que te consiga de Japón?
–¿Tienen esas figuras de Jojo que brillan o alguna figura de Jujutsu Kaisen? –Adelina preparaba unas milanesas, mientras hablaba con su amiga, Daniela.
–Encontré un montón de figuras de anime en un local cerca del hotel en el que estoy. –Daniela comió lo que tenía en la mesa–. Aparte cerca del centro hay un negocio de las revistas de Japón.
–Uh, me gustaría si podés traer la revista que tiene Shuumatsu no Valkyrie. –Adelina siguió aplastando la carne cubierta de pan rallado–. Me encantaría estar con vos visitando Japón.
–Es muy lindo y el baño es una locura. –Daniela sonrió y tomó un tiempo para beber el sake–. No te recomendaría venir conmigo. Hoy casi me atacan porque hablé de lo que ocurría entre unos japoneses con los mares argentinos pescando ilegalmente.
–Que cagada.
–No importa huyeron como bebes después de la paliza que le di a uno. Fue divertido.
Adelina soltó una pequeña risa y siguió cocinando. Después de terminar de aplastar a la milanesa agarró otra y procedió a hacer la misma tarea. Aplastar la carne con el pan rallado, sumergirlo en huevo y volver a aplastar.
–¿Qué estas comiendo, Daniela?
–Yakiniku, es como carne a la parrilla, –mientras hablaba se llevó otro bocado a la boca–. Lo vale es delicioso.
–Pero extrañas mis milanesas.
–Dios sí, tengo ganas de eso con papas fritas o unas empanadas de carne. –La cara de Daniela se volvió soñadora y anhelante.
–¿Cuándo volves?
–Según Mariano va a venir en tres días.
–Dentro de dos días me voy de viaje, Daniela. –La mirada de su amiga se tornó curiosa–. Tengo que ir a China a buscar un monasterio en las montañas. Una persona anónima mandó a su amigo para que me diera la propuesta. Sinceramente creo que el lugar puede ser algo peligroso.
–¿Qué lugar es?
–El Abismo. Es una zona montañosa en la que han desaparecido algunos aviones y personas. –Adelina siguió aplastando la milanesa–. Ofreció una buena cantidad de dinero para hacer el trabajo.
–Parece de miedo ¿Segura que querés aceptarlo?
–Un lado de mí dice que no, pero el otro quiere ese dinero para comprar una edición limitada. –Terminó de preparar la milanesa y se sacó el pan de las manos–. ¿Podrías hacerme un favor?
–Depende de lo que me pidas.
–¿Podes buscar libros que tengan que ver con el Abismo? Me refiero desde hace cuánto tiempo se remonta que ese lugar es así de oscuro. –Agarró el plato repleto de carne y lo llevó a la cocina–. Busqué en las bibliotecas y por el Internet y no hay mucho que decir. Quizás allá haya un poco más de expansión.
–Esta bien. Voy a ver que puedo encontrar. No creo que en Japón haya algo del Abismo, pero puedo averiguar.
–Gracias Dan-Dan, sos la mejor.
–No hay de que Ade, soy tu amiga.
Se despidieron y cortaron la llamada. Mientras esperaba a que el aceite guardó las demas milanesas en el freezer. Pasaron unos minutos y el sonido del aceite burbujeante se escuchaba en el departamento, combinado con el olor a carne cocinándose.
Adelina tomó su celular y puso música. Flor de Loto de Héroes del Silencio se unió con el burbujeo del aceite. La canción iba tomando su cuerpo y bailaba a los compas de la melodía. En un momento tuvo que volver a la realidad y centrarse en la cocina para dar vueltas las milanesas. Pasó un rato hasta que pudo sacarla de la olla y terminó de preparar la cena.
Después de comer siguió su trabajo de investigación de las ruinas con las fotos que tenía a mano. Las estatuas budistas parecían tener unas letras que no se veían bien debido a lo borroso que era la imagen. El camino de madera que llevaban hacia el Abismo mostraban algunas estatuas que portaban banderas deshilachadas por el tiempo.
Grabó en su celular las impresiones que tuvo de las imágenes y anotó las posibles teorías de cómo el monasterio se pudo haber construido. Volvió a buscar en los libros y la Internet sobre el Abismo y no pudo encontrar muchas respuestas sobre ese lugar tan terrible.
En un momento, la cabeza de Adelina explotó y quiso despejar de su mente. Se dirigió a su habitación, sacó sus herramientas de dibujo y las ordenó sobre la mesa de la cocina. Había diversos bocetos de personas y poses no bien proporcionadas. Adelina tenía una que comenzó a dibujar hace tiempo y era la mujer del féretro. Igual que en los sueños de la joven, la corona de púas, el tatuaje esquelético del lado derecho, el vestido negro, todo.
El dibujo mostraba a la mujer con las manos debajo de los ojos como si los estuviera rasguñando y de ellos salían sangre. La corona de púas sobre su cabeza dejaba colgando las joyas situadas en la parte trasera de la cabeza unido a su cabello negro. Sus ojos eran del color de la noche. El vestido que la caracterizaba se veía solo una parte. De fondo había una interpretación de los árboles de hierro y con estos la silueta del palacio.
Adelina perfeccionaba constantemente el dibujo para que quede vívido, pero le era imposible reflejar algo que permanecía en sus sueños y cambiaba constantemente. A veces, se apartaba del dibujo y terminaba los que le faltaban así poder venderlos de una mejor forma. Mezclaba los colores para llegar al indicado y con el pincel pintaba el cuadro con sumo cuidado.
Llegó un momento en el que Adelina necesitaba salir y respirar aire fresco. El tiempo que le había dado a buscar respuestas a sus sueños y la investigación la estaban agobiando. Salió del edificio, con el cabello en una cola de caballo, jeans y una musculosa que exponía sus hombros con algunas pecas.
El vagabundo ciego estaba cerca de la entrada del edificio con una mirada fija en la puerta y sus ojos blancuzcos se toparon con los de ella. Adelina sintió que esos ojos no solamente analizaban su aspecto, sino también su interior.
Desvió la mirada del hombre y deambuló por el barrio de Bajo Flores. Autos llendo de un lado al otro, gente comprando comida en los supermercados o almacenes mas cercanos y otros esperando los transportes para ir a sus trabajos. Buscó la parada de un colectivo que la llevaría a la Avenida Corrientes y esperó a que llegara.
Se subió al colectivo y observó por la ventana el paisaje pasando de largo. Un viaje largo que le permitió relajarse. Pasado minutos bajó en la avenida, repleta de transeúntes y ella se mezcló. Recorrió las librerías y algunas tiendas de comics hasta pasar el Obelisco y ver los teatros. Una caminata larga que le dio paz. Una vez relajada volvió a Bajo Flores.
El vagabundo no estaba a la vista y alegró a la joven. Entró al edificio y siguió con su trabajo.
Era la noche previa al viaje hacia China y la muchacha guardó en una mochila aprueba de agua sus herramientas. Anotadores, biromes, grabadora, cámara, linternas, bengalas, primeros auxilios, cartuchos de pistolas y rifle de asalto, cuchillos y navajas. Muchas veces la chica se topó con problemas que requerían usar la violencia, al igual que Daniela, y por eso se compraban armas mutuamente para defenderse.
El celular de Adelina comenzó a vibrar, el nombre de su amiga se hizo presente en la pantalla y contestó la llamada. El rostro triangular con ojos cafés le sonrió ampliamente.
–Hola Ade, –se sacó un mechón de rulos pelirrojo de su vista–. Estuve buscando eso del Abismo que me pediste y recién ahora te puedo contactar.
–Esta bien Dani. Estaba preparando las cosas para irme temprano. Mariano me va a buscar como a las seis.
–Bueno, cuando vuelvas del viaje te esperaré con comida y algunas cosas que te conseguí en Japón.
Adelina no pudo evitar una sonrisa por lo que dijo Daniela. Pasaron muchas juntas y se cuidaron mutuamente en los peores momentos. Se cuidaban la espalda y compartían muchas de sus preocupaciones la una a la otra.
–Volviendo al tema. En algunas bibliotecas que pude recorrer por la ciudad descubrí algunas cosas sobre esa zona. –Daniela comenzó a hojear los libros que pudo llevarse y miró su cuaderno–. Habla que las desapariciones en ese lugar se remontan hace siglos. Comerciantes perdidos, soldados, campesinos, nunca más volvieron a saberse de ellos. Algunos sospechaban que era una entrada al infierno y que el frío era una parte hasta poder llegar al calor del reino.
“Cito lo que dice este libro: 'El Abismo también supuestamente en tiempos previos nombrado como Arctika fue el sitio donde muchos de los que iban no volvían jamás. Se sospecha que posiblemente hubo un pueblo o un clan y tras un derrumbe las almas de los habitantes no quieren que nadie se acerque o salga de esa zona montañosa. No se pudo encontrar demasiado de esa teórica población debido a la cantidad de desaparecidos'."
Adelina se quedó petrificada ante el nombre previo del Abismo. El mismo nombre que la mujer del féretro le dijo sobre unas respuestas.
–¿Arctika? –el tono era sumamente confuso, pero quiso mantener la compostura para evitar la preocupación de su amiga–. Ese sitio me suena conocido. Lo escuché creo que en algún momento, pero no recuerdo dónde.
–¿En los libros que estuviste hojeando?
–No. –Adelina no pudo contener mucho más–. ¿Me creerías que soñé que alguien diciéndome que el nombre antiguo del Abismo? Me dijo que ahí encontraría respuestas y también sobre un dios del fuego.
–Creí que esos sueños se habían ido, Adelina. –Daniela la miró con preocupación–. Deberías hablarlo con alguien sobre esas pesadillas. ¿Qué soñaste?
–Lo mismo de siempre. El féretro, el bosque y el dolor.
–No se si es mucha coincidencia o algo que tu cerebro rememoró y vos te olvidaste hasta ahora.
–Es lo segundo. Algo que me olvidé y mi subconsciente me lo recordó. –El tono de Adelina camuflaba su duda.
–Para mí también debe ser eso. Deberías dejar de soñar –la sonrisa contagiosa de Daniela hizo que Adelina la imitara.
–Lo sé, pero es parte de mi encanto.
–Bueno. Te voy a mandar las fotos de las hojas así miras tranquila. Tengo que prepararme para un reportaje. Suerte
–Suerte a vos también.
La llamada cortó y las fotos de las hojas llegaron inmediatamente. Adelina tomó notas sobre lo que describían de Arctika y guardó todo en su mochila.
El crepúsculo comenzó a llegar y Adelina salió de su hogar para esperar a Mariano. Despertó temprano y sin pesadillas, lo que le permitió tener un cierto optimismo sobre su día y los que venían. Pérdida en los pensamientos no se dio cuenta de que la camioneta de Mariano estaba a una cuadra de su edificio.
La camioneta roja, repleta de pegatinas de personajes de anime y caricaturas viejas se detuvo frente a la joven. El rostro cuadrado de un chico de cabello largo y rubio se puso a la vista de Adelina, sonrió al ver a su amiga con todas sus pertenencias.
–Buenos días, encantadora dama, –abrió la puerta del vehículo–. ¿Quisiera usted acompañarme en este viaje tan tacaño?
–Hola Mariano ¿Cómo andas?
–Bastante bien, dentro de poco voy a poder volver a estar en los brazos de mi encantadora novia –una mirada soñadora se adornó en su cara–. Pero antes debo ser de taxi a tu amiga.
–¿Tenes novia? –la confusión y la broma se notaba en el tono de la muchacha.
–Es como si estuviéramos conectados por nuestras pasiones –el tono romántico en la voz de Mariano se hizo presente–. Linda, aventurera, peligrosa y, y…
–¿Estás pensando y acelerando todo devuelta? ¿verdad?
–Obviamente sí –una sonrisa adornó su rostro.
Adelina tuvo que tragarse las cosas que le hubiera dicho, ya que siempre tuvo esa forma de enamorado apresurado. Nunca pudo hacerlo entrar en razón sobre eso y era algo que tenía que hacer solo. La joven contempló el paisaje que pasaba ante sus ojos. Edificios, autopistas y sin darse cuenta llegaron a un hangar repleto de aviones.
 –Si te dejo rápidamente voy a poder llegar a tiempo a buscar a Daniela. Espero que no se me duerma el trasero durante el viaje.
–Es un viaje de muchas horas, obvio que se te va a dormir el trasero.
–Cruel, pero verdadera.
Mariano salió de la camioneta y ayudó a cargar el equipo que Adelina llevaba hacia la avioneta. Ambos se pusieron el equipo para el viaje, junto con el casco de piloto y paracaídas.
Después de los preparativos, el muchacho encendió la avioneta. El estruendoso ruido del motor deshizo el silencio, mientras la joven cargaba las últimas cosas antes de emprender vuelo hacia China. Una vez ya todo equipado, Mariano condujo la avioneta fuera del hangar llevándola a la pista.
Adelina subió a la avioneta y tras haber cerrado la puerta, el transporte avanzó por la pista hasta surcar los cielos. El hangar se volvió pequeño y de a poco la ciudad iba alejándose hasta convertirse en un punto diminuto que desapareció de la vista de Adelina y Mariano.
–Dime ¿qué es lo interesante en el Abismo? –dijo el chico mientras pilotaba.
–Sacar algo productivo de un monasterio en ruinas junto con ver que hay más allá de un pasaje.
–Todos los pilotos saben que el Abismo es peligroso. –El tono de Mariano se volvió serio–. Porque soy un cagón de mierda y quiero conservar mi avioneta te voy a dejar cerca, pero vas a tener que prepararte para escalar.
–No tengo problema con eso. Lo entiendo perfectamente.
Durante las horas siguientes, el viaje continuó con charlas y a veces el silencio se hizo presente. El cansancio invadió a Adelina y sus párpados le pesaron hasta que por fin cayeron. El sueño ni siquiera duró mucho a ojos de la joven ya que Mariano comenzó a gritar:
–¡DESPIERTA BELLA DURMIENTE! Tu parada está cerca.
–¿Cuánto tiempo me dormí?
–Unas horitas. Una y media quizás. No lo sé. –Mariano comenzó a sonreír–. Te diría que te pongas el cinturón, pero no tengo porque se rompieron hace unos días.
–¿¡POR QUÉ NO AVISASTE ANTES!? –El pánico comenzó a invadir a la chica y quiso aferrarse a cualquier cosa.
La risa cínica de su colega se combinó con los gritos de su acompañante cuando la avioneta cayó en picada. El paisaje repleto de nubes desapareció hasta volverse montañoso y cubierto de nieve. Mariano buscó un sitio medianamente bueno para aterrizar y después un aterrizaje forzoso a ojos de Adelina, en el cual casi sintió que su alma se le escapaba de su cuerpo. Las risas descontroladas de Mariano fue lo único que se escuchó en el silencio de la montaña y Adelina lo miró de una forma asesina.
–Esto fue muy divertido… ¡Jajaja! –No pudo contener sus pequeñas risas y Mariano volvió a destornillarse a carcajadas.
–Morite, pajero de mierda. –El shock de la chica fue tan fuerte que le costaba hacer que su cuerpo pudiera moverse–. Inútil. Pelotudo. Aborto de la naturaleza.
–Yo también te considero buena amiga.
Adelina recobró el movimiento y rápidamente se preparó para marcharse de la estupidez de Mariano. El equipo de vuelo fue reemplazado por el de alpinismo. Campera de polar, pulóveres de lana, remeras manga larga gruesas. Junto con todo su equipo de arqueología y armas.
Se alejó de la avioneta de su amigo y este cerró las puertas del transporte. De la ventana apenas abierta de la cabina, el chico habló a los gritos:
–¡Buenas suerte, amiga! Cuando salgas viva de ahí te paso a buscar. Saliste de peores situaciones, esto va a ser re fácil para vos.
La avioneta pasó por encima de Adelina y esta extendió la mano para saludar a su amigo que se desapareció entre los cielos. La muchacha contempló con sus ojos las montañas heladas, mientras se ataba el cabello negro en una cola de caballo. Con el mapa de la zona que tuvo a mano, avanzó a trompicones sobre la nieve hasta llegar a la parte rocosa de una de las tantas montañas.
Se ajustó el equipo de alpinismo, repleto de sogas, anclajes y arneses. Comenzó a escalar por la montaña hacia el lado noroeste de donde Mariano la había dejado. Fue un trabajo arduo, ya que el frío le golpeaba las mejillas. Cualquier movimiento en falso podía hacerla caer y despedirse de esa cantidad hermosa de dinero y no había nadie a kilómetros a la redonda que la pudieran ayudar con alguna herida infectada o pasar la noche.
Adelina logró rodear la montaña hasta posicionarse en el noroeste y al ver que tuvo otra forma rocosa para seguir su camino hacia el monasterio en ruinas saltó hacia la otra montaña y continuó su avance. Poco a poco, cuando la joven daba un vistazo, las cúpulas del monasterio aparecieron en la vista de la muchacha y la intriga comenzaron a carcomerla por dentro. Las ganas de descubrir los secretos de esas ruinas comenzaron a carcomerla por dentro.
Siguió a paso lento y precavido su escalada, pero a veces se equivocada en dónde apoyaba el pie o mano ya que las piedras traicioneras hacían que se resbalara para tener una muerte segura. Gracias a las sogas y los arneses pudo mantenerse a salvo de las caídas fatales. Pasó un tiempo más hasta que estuvo a espaldas de las ruinas y Adelina bajó con sumo cuidado hasta que sus pies tocaron la nieve.
El alivio y la tranquilidad absorbieron a la joven y pudo soltar un suspiro. Una sonrisa adornó su rostro, mientras desarmaba todo su equipo de escalada y avanzaba lentamente hacia el monasterio en ruinas. Contempló con sus propios ojos el antiguo templo. Banderas deshilachadas por el tiempo, una infraestructura que se mantuvo vigente al igual que las estatuas que resistieron los cambios.
Adelina inició sus grabaciones para preservar sus impresiones.Habló hacia la grabadora sobre sus sospechas de cuándo fue construido el lugar, de las viejas inscripciones en las paredes y hace cuánto tiemmpo está deshabitado previo a la huida de los trabajadores. Sacó fotos a cada detalle que se hayan pasado por alto y lo que ella pudo considerar importante, pero algo extraño se visibilizó en una de las estatuas centrales al fondo del monasterio. Algo fuera de lugar. La muchacha se acercó para mirar la incoherencia.
Runas. Runas nórdicas en China. Adelina movió la estatua con todas sus fuerzas para poder leer mejor la inscripción de la pared. Las letras eran borrosas y al parecer habían perdido una parte del mensaje que querían descifrar. Adelina puso la grabadora cerca de sus labios y habló:
“Esto es imposible… Hay runas nórdicas en la pared detrás de una de las estatuas. Son runas futhark, el antiguo alfabeto vikingo, la primera variante de los tres. Dicen lo siguiente:
ᛟᚾ ᛏᚺᛖ ᛒᛟᚱᛞᛖᚱᛊ ᛟᚠ ᚨᚱcᛏᛁᚲᚨ ᛏᚺᛖᚱᛖ ᛁᛊ ᛏᚺᛖ ᛈᚨᛏᚺ ᚠᛟᚱ ᛏᚺᛖ... ᛚᛟᛊᛏ ᛟᚾᛖ, ᚹᚺᛟ ᛗᚢᛊᛏ ᚠᛁᚾᛞ ᚨᚾᛞ ᛈᚨᛊᛊ ᛏᚺᛖ ᛏᛖᛊᛏᛊ ᛏᛟ cᛟᚾᛏᛖᛗᛈᛚᚨᛏᛖ ᛏᚺᛖ ᛏᚺᚱᛟᚾᛖ... ᛏᚺᛖ ᚲᚾᛁᚠᛖ ᚹᛁᛚᛚ ᛊᚺᛟᚹ... ᛗᚨᚱᚲᛊ...
On the borders of Arctika there is the path for the... lost one, who must find and pass the tests to contemplate the throne... the knife will show... marks...
En las fronteras de Arctika se haya el camino para el... perdido, quien deberá encontrar y pasar las pruebas para contemplar el trono... el cuchillo mostrará... marcas...
Antiguamente según algunos libros, el Abismo, posiblemente se lo conocía como Arctika y muchas personas desaparecían por aquí. Creían que era una entrada al Infierno. Otros sospechan que hubo un pueblo y tras un derrumbe, los espíritus no quieren que alguien entre o salga.”
Después, tomó la cámara y el destello del flash apareció tan rápido como se fue. Siguió estudiando un poco más el monasterio abandonado y al ver que no hubo nada más que mirar se encaminó hacia el pasaje.
Del lado izquierdo la roca montañosa había huecos con lo que antiguamente eran faroles y restos de ofrendas. Cada pocos metros había banderas deshilachadas por el pasar del tiempo que eran sostenidas por viejas estatuas. La madera que se encontraba en el suelo rocoso era vieja y destartalada y su recorrido se perdía en lo más profundo de las montañas.
Adelina armándose de valor, caminó por el pasaje a paso lento y examinando lo que sus ojos pudieron ver. Se sumergió a paso lento por las montañas. Poco a poco las cúpulas del monasterio se desvanecieron entre el viento y la nieve, mientras el camino se volvía más difícil debido a la delicadeza de la madera vieja. Un paso en falso y podría torcerse el pie en el medio de la nada.
En un momento, Adelina llegó a un puente de madera casi destrozado y avanzó sobre él pisando con sumo cuidado la madera que crujía. Repentinamente, dio un paso en falso y su pie izquierdo rompió una de las vigas haciéndole un agujero. La muchacha intentó con suma delicadeza sacar la extremidad y seguir adelante, pero de repente escuchó algo. Un zumbido y soga rompiéndose.
En el extremo del punto por donde vino, la soga que sostenía el puente se cortó. Luego la otra cuerda del poste se partió y el puente comenzó a derrumbarse. Adelina gritó, su pie seguía atascado en la madera y si no hacía algo rápido sería una más de las víctimas de Arctika.
Con sus manos sostuvo una de las cuerdas del puente caído, mientras que con fuerza intentaba enderezarse sobre la roca de las montañas que chocó el puente. Tras lograr el cometido, empezó a forcejar con la madera hasta romperla y se perdiera en la niebla. Escaló usando la cuerda hasta llegar a la cima. Cuando llegó a la cornisa, sus manos ayudaron a que pudiera estar en el suelo de piedra y la joven se recostó mirando el cielo nublado.
Una risa se hizo presente de forma inconsciente y la muchacha se puso de pie. Vio el otro extremo por donde había llegado y le pareció ver que alguien de azul desaparecía instantáneamente. Por precaución sacó su rifle de asalto y lo cargó, al igual con sus pistolas. No sabía con qué iba a toparse más a adelante, pero era mejor estar lista para la pelea. Tras eso, contempló lo que tuvo a su vista.
Un cementerio de aviones. Partes de avionetas desperdigadas a aquí y allá. Esqueletos que antiguamente fueron personas y sucumbieron al frío de las montañas. Adelina pudo observar algunas partes de carruajes de tiempos olvidados ocultos tras las partes de aviones. Un paisaje desolador por el que la muchacha tuvo que caminar hasta que pudo ver unas antorchas encendidas.
Un pasadizo dentro de la montaña que estaba iluminado con fuego. Las paredes en vez de ser puntiagudas estaban bien arregladas. Repletas de arcos con columnas que seguían hasta perderse de la visión de la joven. En la entrada había una runa nórdica proveniente del alfabeto antiguo, la runa Isa. Adelina comenzó a hablar:
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Adelina tomó fotografías y grabaciones sobre la runa, y se adentró por la cueva. Con cada paso, la decoración meticulosa se fue desvaneciendo para tener a sus ojos las rocas puntiagudas. Las antorchas dejaron de aparecer y la muchacha sacó de la mochila una linterna y la encendió. Pasado el tiempo, la cueva se bifurcaba en dos caminos y Adelina decidió ir por el lado izquierdo. Caminó por varios minutos guiada por la luz del pequeño objeto.
Al avanzar sintió frío y comenzó a notar que la piedra del sitio estaba cubierta por nieve. Era imposible. No podía estar andando en círculos, pero tampoco estaban las antorchas y sus sofisticados arcos. Siguió caminando hasta ver la salida, todavía se encontraba en las montañas. Entonces ¿Dónde se hallaba?
Llegó al final del pasadizo y solo se encontraba el vacío. Montañas y nieve, pero a miles de kilómetros pareció que algo se sacudía. De la mochila sacó unos binoculares y los acercó a sus ojos. Un templo se alzaba en medio de las montañas. Lo que se movía eran las banderas azules alrededor de este. Por lo que los ojos de la joven analizaron, el templo parecía en buen estado. No como se teorizaba en los libros, prácticamente hecho mierda por la supuesta avalancha. Tampoco se vieron hordas de demonios que vigilaran la “entrada” al infierno.
Adelina no se percató de unos pasos detrás suyo, ya que estaba sacando fotos y cuando iba a iniciar su grabación… Un brazo se interpuso en su vista. Rápidamente, la agarró por el cuello y comenzó a asfixiarla. La muchacha intentó rasguñar el brazo de su atacante, pero estaba cubierto por guantes para resistir los golpes. El aire comenzó a faltarle y la desesperación la invadió. Sacó el cuchillo de su bolsillo y le rasguñó la pierna. Por último, con una piedra le dio una golpiza al desconocido y corrió por donde vino.
Tomó las cosas que se le habían caído y dio inicio a su carrera hasta encontrarse en las bifurcaciones. Sacó su rifle y apuntó hacia el camino izquierdo esperando a que su atacante apareciera otra vez. Se fue alejando lentamente con la respiración agitada hasta que chocó con algo o mas bien alguien contra su espalda. Un encapuchado vestido de negro y azul con una espada en la espalda. Solo sus ojos se pudieron ver, ya que tanto su cabello como el resto de su cuerpo estaba camuflado.
La chica no perdió tiempo y apretó el gatillo del arma. El ruido de los disparos se escuchó por la cueva y el ninja desapareció. Encendió la linterna del rifle y buscó desesperadamente al hombre, pero fue en vano. De repente sintió que algo invisible le jaló el rifle y la muchacha hizo fuerza ante el tirón repentino. Esa acción la hizo caerse de espaldas y vio a otro atacante diferente que se abalanzó sobre ella. Un muchacho que parecía de la edad de la joven. El cabello del color de la ceniza y una parte de su rostro cubierta por una máscara de color negro grisáceo como su vestimenta.
Comenzaron a forcejear. El chico quiso agarrar su cuello, pero antes de que tuviera la posibilidad de hacerlo, Adelina le mordió los dedos con fuerza suficiente para hacerlo sangrar y con una roca a mano volvió a pegarle. Extendió la mano hasta tocar el arma de fuego, la agarró y una vez más desapareció, pero una bomba de humo estalló haciendo que la chica tosiera.
–¡SALI HIJO DE PUTA! –La furia de Adelina se acrecentó– ¡SALI Y MOSTRA LA CARA! ¡CAGÓN DE MIERDA!
Se hizo un silencio después de los gritos de la chica. Un karambit pasó cerca de su rostro haciéndole un corte en la mejilla y disparó en la dirección en la que vino el cuchillo. Las balas se acabaron y al tener que recargar, el chico apareció devuelta y atacó otra vez. El puño casi se estrella en el rostro de Adelina, pero lo esquivó y aprovechó para darle un golpe con la culata del arma en el rostro. Eso no lo detuvo y le propinó una patada a la joven.
Volvió arremeter contra ella con el karambit en la mano y le cortó parte del abrigo y ella le dio un codazo para alejarlo. Aprovechó y sacó la pistola para disparar, pero el ninja tiró otra bomba de humo. Esta vez le agarró la cola de caballo y estampó la cabeza de Adelina contra la piedra, haciendo que la mente le diera vueltas y sintió el líquido carmesí recorriendo su rostro. Con mucho forcejeo logró tocarle la pierna herida para alejar a su contrincante. Cuando eso ocurrió, la muchacha retrocedió y el chico se perdió en el humo. Le fue imposible ver por donde caminaba y siguió retrocediendo hasta poder encontrar la pared, pero en vez de eso cayó.
La chica gritó y antes de que pudiera darse cuenta el suelo de piedra la recibió con disgusto. Se ocultó cuando escuchó pasos cerca de su posición y contuvo la respiración. La voz del chico se alzó y le habló a su subordinado:
–¿Dónde está? –Adelina escuchó a su corazón en sus oídos–. No pudo haber desaparecido.
–Seguramente debió encontrar la salida con todo el humo.
–Vamos a ir hacia la frontera de Arctika para encontrarla. No debe contar sobre la existencia del Lin Kuei.
–Sí, Smoke.
¿Lin Kuei? ¿Son terroristas o una guerrilla? Por lo poco que vio, sus vestimentas eran tradicionales e improvisadas. Sus armas no eran del todo modernas. Quizás eran el pueblo que cayó en ese supuesto derrumbe. Después la joven investigaría. Era momento de marcharse cuanto antes de ese sitio.
El lugar en el que cayó era un túnel y Adelina tuvo la esperanza de que quizás condujera a la salida de la montaña. Se sacó la campera porque comenzaba a dejar rastro de plumas y la ocultó. Tomó la mochila y revisó que todas las cosas estuvieran en su sitio, caminó hacia lo desconocido.
En la caminata extrañó la falta de su abrigo ya que tenía muchos escalofríos y lo peor fue que este sitio le resultaba confortante. En un momento encontró dos columnas con estatuas de mujeres cadavéricas. Ambas parecían tener posturas rectas, las manos juntas y sus miradas eran indescifrables. Arriba había una inscripción en runas nórdicas. Adelina empezó a tomar fotografías y grabó las inscripciones:
“Durante mi ingreso a la montaña encontré unas inscripciones en runas nórdicas sobre superar unas pruebas y poder ver un trono. Además, mencionaban algo sobre un cuchillo y creo que en estas escrituras pueden ser de ayuda, ya que están en mejor conservadas. Dicen lo siguiente:
‘ᚷᚨᚾᚷᛚᚨᛏᛖ ᚨᚾᛞ ᚷᛚᚨᚾᚷᛖᚢᚱᚨ ᛈᚱᛟᛏᛖcᛏ ᛊᚢᛚᛏᛁᚾ ᚨᚾᛞ ᚷᚢᚨᚱᛞ ᛏᚺᛖ ᛗᚨᛈ. ᛊᚢᛚᛏᛁᚾ ᛊᛖᚨᚱcᚺᛖᛊ ᚠᛟᚱ ᚺᛁᛊ ᛟᚹᚾᛖᚱ ᚨᚾᛞ ᚹᚺᛖᚾ ᚺᛖ ᚠᛁᚾᛞᛊ ᚺᛁᛗ ᚺᛖ ᚹᛁᛚᛚ ᛒᛖ ᛗᚨᚱᚲᛖᛞ. ᛁᚾᛏᚱᚢᛞᛖᚱᛊ ᚨᚾᛞ ᛖᚾᛖᛗᛁᛖᛊ ᚹᛁᛚᛚ ᛈᛖᚱᛁᛊᚺ ᛒᛖᚠᛟᚱᛖ ᚺᛖᚱ ᛒᛚᛟᛟᛞᛚᚢᛊᛏ ᚨᚾᛞ ᛊᚢᚠᚠᛖᚱ ᚢᚾᛏᛁᛚ ᛗᚨᛞᚾᛖᛊᛊ ᛁᛊ ᛏᚺᛖᛁᚱ cᛟᛗᛈᚨᚾᛁᛟᚾ ᚨᚾᛞ ᛊᚺᛖ ᛊᛖᛖᚲᛊ ᛏᚺᛖᛁᚱ ᛞᚨᛗᚾᛖᛞ ᚨᚾᛞ ᛊcᚨᚱᚱᛖᛞ ᛊᛟᚢᛚᛊ.’
‘Ganglate and Glangeura protect Sultin and guard the map. Sultin searches for his owner and when he finds him he will be marked. Intruders and enemies will perish before her bloodlust and suffer until madness is their companion and She seeks their damned and scarred souls.’
‘Ganglate y Glangeura protegen Sultin y custodian el mapa. Sultin busca a su dueño y al encontrarlo será marcado. Los intrusos y enemigos perecerán ante su sed de sangre y sufrirán hasta que la locura sea su compañera y Ella busque sus condenadas y marcadas almas’
Según algunos libros de mitología nórdica, Ganglate y Glangeura son las sirvientas de Hela, la diosa nórdica de la muerte. Era la que llevaba a los fallecidos por vejez y enfermedad, también a los que no murieron de forma digna en los combates. Sultin, en español es 'la sed' y es el cuchillo de la diosa.
En estas escrituras dicen que el cuchillo está buscando a un dueño, como si estuviera vivo. Pero, en los libros no menciona que Hela haya abandona o traicionado al cuchillo como lo hizo Frey con su espada. Cuando llegue a Buenos Aires voy a buscar devuelta.”
Después de apagar la grabadora atravesó las columnas. Contempló, esta vez, otra estatua, la diosa Hela se alzaba imparable. Frente a Hela una caja se encontraba cerrada y parecía juzgar a la joven que quería ver el contenido.
Adelina comenzó a darse cuenta que unos susurros se hicieron presentes y que la mirada de la estatua de Hela parecía juzgarla. Se acercó a la pequeña mesa de piedra donde se hallaba la caja repleta de runas y la silueta de un lobo y una serpiente. Una belleza para la arqueología y valdría una fortuna.
Abrió la caja consumo cuidado para evitar daños al artefacto, mientras los susurros se acrecentaron. Hablaban tan apresuradamente que Adelina no supo que querían decir, pero la impulsaron a continuar con sus acciones. Cuanto terminó de empujar con delicadeza la tapa vio un mapa y una daga nórdica.
El mapa tenia decoraciones de runas en los bordes y en las puntas de la hoja se hallaba el rostro de una mujer con el lado derecho del cuerpo cadavérico rodeada por un lobo y una serpiente. Mostraba el continente europeo y asiático hace tiempo atrás. En la parte oriental mostraba el lugar donde Adelina estaba ubicada, Arctika. Con dibujos de montañas y templos y aldeas dispersados. En Europa occidental estaba dibujado una bolsa diminuta. Ubicado en el mar entre lo que parecían ser los países España y Francia.
Guardó el mapa cubriéndolo con muchas bolsas y trapos para que perdurara, y prosiguió a revisar la daga. Estaba cubierta por una funda de cuero que parecía estar en buen estado, pero lo que más le cautivó a Adelina fue el mango.  Parecía que la empuñadura tenía pequeñas costillas y en la punta había un pequeño cráneo. Adelina sacó la daga de su sitio y una brisa fresca invadió la cueva haciendo que el pelo de la joven flotara. Sacó con cuidado la daga de la funda y eso fue un error.
El arma le quemó la mano derecha y ese dolor siguió por todo su brazo y abdomen. Un ardor como el de sus sueños. Intentó con todas sus fuerzas no gritar por la terrible tortura. Lo que fueron quejidos se transformaron en gritos. No le importó si el tal Smoke la escuchó junto con su subordinado. Lo único que quiso Adelina fue la agonía terminara.
Cayó al sueño y empezó a convulsionar. Le fue imposible soltar la daga de sus dedos. Arqueó la espalda por la nueva ola de dolor que la invadía y después todo se volvió negro como la noche. Los susurros se volvieron más fuertes, como si estuvieran al lado de Adelina y al fin pudo comprenderlos.
“Sultin busca la sangre de su antigua portadora. Locura y muerte serán para los intrusos y enemigos” “El dolor es necesario para que pueda mirar el pasado” “Garm y los lobos de Armenia guiarán el siguiente paso” “La prueba ha iniciado. Demuestra tu sangre hacia ella”
La negrura desapareció y fue reemplazada con visiones.
La mujer del féretro sentada en trono huesudo del palacio. Recta y pulcra. Runas que destellaron como estrellas y desaparecieron a lo más profundo de una isla en medio del mar. Escuchó lobos aullar y las estatuas de estos animales aparecieron con ojos resplandecientes. Observó unas manos jóvenes tomando un objeto desconocido y luego fabricando una maquinaria extraña.
Lo último fue a la mujer despierta, tranquila y solemne, pero su aspecto cambió drásticamente.  El lado derecho de su cuerpo se pudrió y gritó con todas sus fuerzas: “¡LADRONES!”.
El grito fue tan repentino que hizo que Adelina se despertara. Lo que parecieron horas fueron en realidad unos minutos porque vio todavía la oscuridad de la montaña y su cuerpo colgando a hombros del tal Smoke.
Todo cambió. Vio muertos, en el suelo y paredes rocosas. Aturdida, forcejeó y chilló con todas sus fuerzas. Le dio puñetazos en la espalda y patadas como pudo para zafarse. Tras la queja del chico de cabello ceniciento, Adelina se apartó de él, tropezó con las piedras y se dio la vuelta para ver a los hombres.
Eran cadáveres y a la vez humanos. Con voces horribles y espectrales. Intentó alejarse del dúo cuando el que se llamaba Smoke quiso acercarse a ella.
–¡ALEJENSE DE MI! ¡NO ME TOQUEN!
Las lágrimas se apoderaron de la chica y corrió en la dirección contraria a los extraños que iban a raptarla. Mareada por las alucinaciones continuó con su loca carrera y regresó al sitio donde halló el cuchillo. Ahora estaba camuflado entre las rocas y la oscuridad. Hipnotizada por ese artefacto maldito, sus manos reaccionaron antes que su cerebro mareado y el arma estuvo en sus manos, pero los muertos rugieron y se mostraron coléricos. Asustada, se alejó corriendo con su mochila donde guardó el objeto.
Huyó por todos los muertos que no paraban de rugir y escuchar que se aproximaban. En un momento se encontró fuera de la montaña en una cascada. Las voces de los hombres se acrecentaron a cada segundo, pero las figuras esqueléticas estaban en todas partes. De repente, la tiraron hacia atrás y vio al chico de cabello ceniciento… más bien su aspecto podrido. La sacudió para que reaccionara y la muchacha lo apartó. Desesperada sacó la pistola y disparó, pero el muchacho le apuñaló la pierna y Adelina grito de dolor. Por último, le dio una puñalada en el vientre, pero antes de profundizarla Adelina lo empujó y rasguñó la mano que sostenía el karambit.
Sintió el frío en la espalda y se mantuvo pegada al borde, pero al ver que el muchacho y su mano cadavérica, prefirió no tener que volver a verlo nunca. Con miedo a lo desconocido saltó hacia la cascada de la montaña, perdiéndose en la negrura y pidiéndole a cualquier dios sobrevivir a esta locura.
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Ambientación | Dorne
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Dorne aún se lame las heridas tras la derrota sufrida junto a la triarquía en los peldaños de piedra en el 110 D.C; pese a que las pérdidas del Principado fueron mucho menos significativas que las de las Ciudades Libres, los nobles dornienses se lamentan todos aquellos años de planes y de beneficios quemados por el fuego del dragón. Esto ha provocado cierto descontento entre las casas más importantes del reino tales como los Yronwood o los Uller, que cada día alzan más su voz. 
El príncipe de Dorne, Qoren Martell, intenta mantener la paz, temiendo que una guerra civil se aproxime. Entre más se resiente su salud, mayor es su inquietud de que las casas inconformes se aprovechen de la situación. Ya sea poniendo en tela de juicio su sucesión, o incluso llegando más lejos y destruyendo todo lo que la casa Martell ha construido durante tantas décadas. 
Qoren es un hombre de salud débil, afectado por extraños temblores que son controlados con dificultad por los maestres; su hija mayor y heredera Aliandra sigue manteniendo una posición segura en la línea de sucesión, apoyada tanto por su hermano Qyle como por su hermana Coryanne, quienes saben que deben hacer frente común para sobreponerse a las adversidades. Tiempos difíciles se acercan, y la unidad es imprescindible para superarlos.
Mientras tanto, la situación en las Marcas sigue tan delicada como siempre, las escaramuzas son constantes y la zona recientemente ha visto un incremento de las hostilidades. Los comerciantes aseguran que intentar cruzar el camino pedregoso hasta tormentas es un viaje directo a los siete infiernos; los bandidos han conseguido expulsar a las tropas de los Yronwood del paso y hay voces que temen que lo mismo ocurra en el paso del príncipe. El mismo Lord Fowler ha rogado ayuda a Lanza del Sol, pues sabe que mantener el paso del príncipe es un asunto de vida o muerte para todo el reino, el poder económico de Dorne depende de ello.
En el este las rutas marítimas con Essos siguen debilitadas por lo sucedido en los peldaños de piedra y en el Oeste los hombres de hierro han comenzado a mostrar una agresividad no recordada por nadie, saqueando las costas y hundiendo cualquier barco que se encontrase. 
Con sus más y sus menos, el gobierno de Qoren ha sido próspero. Sin embargo, es evidente que todo puede cambiar en cualquier momento. ¿Qué camino emprenderán los príncipes? Mantener la paz puede ser complicado en una guerra soterrada de ambiciones. Sin embargo, alzarse contra un enemigo común puede unir al reino… aunque los riesgos son mucho mayores.
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ivanreydereyes · 8 months
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Creo q debe haber una RELACION de 1000 cigarrillos vs una MAMADA [sin entrar a valorar el costo de la misma en tiempo o dinero o intentos o desengaños] en una PUTA FUMATA..DE VERDAD LAS PUTAS FEMINISTAS LO LLEVAIS CLARO CONMIGO
Este MUNDO SATANICO O INFIERNO DE EVA Y $ATANA$ no hay por dónde cogerlo..pero el ANTICRISTO FELIPE VI sigue ENROCADO mientras manda a la heredera del ABISMO a hacer la PUTA MILI jaja
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La hansa de Ebbing
<<sin querer nos hicimos familia, sin querer acabamos uniendo nuestros destinos.>> — cervin el brujo
CERVIN EL OSO
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FC 3D: hayden christensen
FC 2D: anakin (star wars)
RUNA
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grigori Jormungandr - bruja
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FC 3D: Josefin Asplund
FC 2D: -
BRIANNA VASSERMILLER
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FC 3D: elisabeth olsen
FC 2D: maximillian calypse, scarlet witch (marvel)
AUGUST VAN DER ERMIUS
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|| muerto, supuestamente ||
vampiro del clan ammurun
nació en el continente vecino, más allá del gran mar. en la gran casa familia van der ermius.
había pasado sus años más jóvenes junto a su clan hasta que se enamoró por primera vez de una vampiresa superior, aquellos tiernos años de la “infancia” vampírica empezaron a ser un infierno, pues la vampiresa exigía sangre todos los días y aquello a august no le agradaba, finalmente aquella relación terminó en una lucha que duró dos años en el que august tuvo que regenerar el corazón, ya que la vampiresa se lo arrancó de cuajo, y parte de sus órganos interiores y decidió atravesar el gran mar y viajar al continente para explorar.
pasó la mayoría de los años viajando de las tierras del norte a las del sur, hasta que finalmente hizo de ebbing su hogar. a pesar de ser un lugar corrupto, august amaba aquel reino con toda su alma.
august suele vestir con unos pantalones de cuero marrones oscuros, unas botas, una camisa y una casaca negra, le da aspecto de aventurero. además su pelo el ligeramente largo y adorna su rostro con unas gafas con montura de oro que le da un aspecto más humano, o eso cree él.
si tuviera que elegir un oficio, august elegiría ser cartógrafo o historiador pues le encantan los mapas, las leyes y las historias antiguas de los lugares que visita.
es un hombre inteligente, más por la edad que tiene (más de 1000 años) que por sus experiencias académicas (que también), su clan, los ammurun beben poca sangre humana pues en el continente donde viven hay escasez de humanos, puede que august parezca un vampiro superior débil y fácil de matar, pero es el quinceavo en la línea de sucesión de la jerarquía vampírica.
posee un acento extraño y exótico (así como los nilfgaardianos hablan algo así como una especie de latín y los vampiros hablan una especie de etrusco, august poseería acento argentino.) aunque con los años ha sabido suavizarlo en demasía y casi ha adoptado el acento que se tiene en la región de ebbing.
cuando conoció a brianna, de forma casual, una noche en una biblioteca tuvo la necesidad de llamarla rhena sin saber que brianna era heredera al trono. con el tiempo ambos estrecharon lazos y el cariño y afecto fluyó entre ambos, hasta el punto de unir sus vidas para siempre.
tras la boda de brianna y august, específicamente, tras veinticinco años, august fue notificado de guerras en su país natal y tuvo que viajar a defender a su casa y sus dominios como decimo quinto duque , pero tras 5 años august no volvió.
lady van der ermius, su madre, notificó a brianna de que su hijo estaba en paradero desconocido y el título del vampiro pasaba a la hechicera por derecho de casamiento.
actualmente la esencia de august se encuentra hecha plasma en el antiguo castillo van der ermius, tal vez, si alguna alma caritativa desee ayudarlo, el vampiro podrá regenerarse y volver a la no-vida.
FC 3D: keanu reeves ó adam driver
FC 2D: dracula (castelvania), v (devil may cry), kylo ren/ben solo (star wars)
AËTE AN BLATHAN
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|| en búsqueda ||
aen woedde - líder de los elfos del bosque
nacida en nilfgaard, de las pocas sobrevivientes a la tercera guerra de las razas. en especifico nació en uno de los bosques empantanados de ebbing, es amiga de la adolescencia de brianna, de ahí que se lleven excesivamente bien y siempre vayan juntas a todos lados.
aëte es una guerrera, sus armas preferidas son el arco y las flechas seguidas de un par de dagas que esconde en sus botas.
es una gran cocinera y es la que solía dar de comer a la hansa con sus grandiosos guisos de conejo y patatas.
siempre viste ropas holgadas para poder confundirse con un hombre y ocultar su pecho además de ocultar su cabeza y sus orejas con una capa con capucha de un color verde hoja precioso.
le gusta demasiado la música pero no sabe tocar ningún instrumento, así que a menudo pasa su tiempo libre dibujando junto a brianna o escucha do las canciones de cervin.
su cabello es tan rubio que parece blanco pero reluce como el sol y sus ojos son de color miel oscuro, no usa apenas maquillaje y aún sin él es una mujer hermosísima.
con el tiempo se hizo la líder del pueblo aen woedde, ya que como heroina de ebbing había protegido aquel lugar y aquel pueblo innumerables veces. no como su reina, pero sí como aquella persona sabia que sabía tomar decisiones tanto políticas como estratégicas.
FC 3D SUGERIDO: elizabeth debicki, morfydd clark
FC 2D SUGERIDO: princesa zelda
COSHUNEE
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|| muerta ||
La súcubo de nazair
de las tierras sureñas de nazair, coshunee, o nee para la hansa, robaba el sueño a hombres y mujeres de aquella región, con una sola mirada era capaz de arrancar suspiros.
august y brianna fueron los que la acogieron con rapidez, y de paso ayudaban a los nazareños a recuperar el sueño.
su cabello es rojo como el fuego y brilla con una intensidad sobrenatural, sus ojos son de color verde esmeralda, a no ser que use sus poderes que se tornan de color ambar. normal mente usa un amuleto que le regaló brianna que le hace tener un aspecto humano, pero cuando se quita el amuleto se pueden ver sus cuernos y sus patas de cabra.
es una mujer astuta y entregada, le encanta el arte y todo lo relacionado con este.
murió a manos de un brujo de la escuela de la víbora el año 1289 (aunque eso nadie lo sabe por el momento) debido a que pensó que ella era malvada e iba a causar estragos por dun dare. aquello ocurrió en el año 1295, sus amigos solo encontraron el cadáver de coshunee en la cueva dónde la súcubo vivía.
FC 3D SUGERIDO: rachel evan wood
FC 2D SUGERIDO: - a elegir -
LANWE
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||En búsqueda||
Aen Seidhe - la primera dama de compañía
nacida en tir na lia, fue una elfa sirviente que conoció a ciri cuando esta viajó a la tierra de los alisos, tenía interés romántico en caranthir pero este solía tratarla mal. su historia la llevó a viajar hasta el continente y allí Brianna la salvó de morir por la espada de algunos cazadores de elfos, la mujer juró prestarle servicio a Brianna debido a su deuda de vida.
Actualmente tiene una relación con un vampiro llamado Aramis, pero solo brianna lo sabe.
FC 3D SUGERIDO: natalie portman
FC 2D SUGERIDO: Lanwe by Yagi Hikaru
CLARABELLE
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||En búsqueda||
Aen Woedde - la segunda dama de compañía
nacida en los bosques de los Aen Woedde, clarabelle fue amiga de la infancia de aëte, cuando esta se unió a la hansa y marchó en busca de aventuras quedó consternada por el abandono de su amiga, no fue hasta años después cuando coshunee murió y la torre fue construida que le pidió trabajo a brianna, esta accedió pues sabía que la verdadera intención de clarabelle era cuidar de aëte, años después aëte sería nombrada líder aen woedde, y clarabelle decidiría quedarse en la torre pues podía tener una vida completa por si misma bajo la protección de la hechicera escarlata.
aunque casi nadie lo sabe, clarabelle es sanadora, no llega al punto de ser hechicera pero puede usar magia para poder sanar a la gente.
FC 3D SUGERIDO: Sibel Kekilli
FC 2D SUGERIDO: -
ELIA AEP BULLOG
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||muerta||
la bardo
nacida en el año 1256 en fano. cuando tuvo edad de escolarizarse viajó a la imperial academia a aprender los 7 artes liberales pero no le fué demasiado bien, así que al tener cierta facilidad con el habla, la poesía y la música probó suerte siendo bardo, y así fue. trabajó poniéndole música a un montón de obras de teatro, incluso participando en ellas. con el tiempo fue una barda notoria tanto que era comparada con adrien de rouleau el bardo oficial y vasallo de anna henrietta.
se convirtió en miembro de la hansa cuando en 1276, tras los acontecimientos de la duquesa roja de vinland y a sus 20 años, asi fue asesinada por la condesa en una velada musical.
cervin, brianna, august, aëte y coshunee la rescataron y la tomaron como una más de su familia.
la mujer compuso algunas grandes obras como:
el águila y el gato (balada sobre el brujo putnam y la bruja tubiel)
la noche de los largos colmillos (evento sucedido en toussaint)
la familia no es de sangure (canción para la hansa)
los osos azules (balada sobre cervin el oso)
la gran hechicera escalata (balada sobre brianna)
no es oro todo lo que brilla (balada sobre aëte)
seductores sueños (balada sobre coshunee)
el conde de claremont (balada sobre august)
la sangre de aquellos (balada romántica sobre brianna y august)
el coliseo (canción sobre claremont y su corrupción)
no nos moverán (canción infantil sobre unos niños que no querían salir de un barco pesquero de ebbing)
la mujer murió en 1332 antes de la gran invasión haaki a ebbing, no pudo ver como el gran khan zeus moría a manos de brianna.
FC 3D SUGERIDO: natalie dormer
FC 2D SUGERIDO: - a elegir -
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lascronicasdebianca · 2 years
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18~La visita.
Un buen día mientras Bianca se encontraba con los discípulos de Raziel en la sala de entrenamientos se teletransportó al lugar una mujer desconocida la cual apareció en uno de los laterales mientras se estaba llevando a cabo una pelea de dos de los jóvenes brujos vampíricos.
Bianca en cuanto percibió la presencia de aquella mujer pensó que era una amenaza por lo que no tardó en saltar sobre ella a gran velocidad transformándose durante el salto llegando donde ella estaba ya con las garras por delante.
La mujer ni se movió prácticamente tan solo alzó una de sus manos y paralizó totalmente el cuerpo de Bianca en el aire quedando frente a frente con ella. 
Cuál fue la sorpresa de Bianca cuando pudo ver la cara de la mujer y se encontró prácticamente frente al reflejo de ella misma salvo la diferencia de que los ojos de la mujer aún en forma humana eran violetas y su cabello azabache permanecía ligeramente ondulado.
-¿Qué demonios?...- Susurró Bianca en shock ante la mujer.
-Encantada de conocerte , querida.- Una sonrisa divertida se dibujó en los labios de Sarsha. Se hizo a un lado saliendo de la trayectoria de Bianca y la descongeló haciendo que cayera de bruces al suelo donde ella estaba unos segundos antes.
Bianca rodó por el suelo y se levantó molesta por el golpe , quedó frente a ella de nuevo recuperando su forma humana.
-¿Quién eres y qué haces aquí? Podía haberte matado.
-Soy Sarsha Drâkstëin y he venido a buscarte. - Sonrió de forma suave extendiendo su mano.
Estrechó su mano mirándole curiosa.
-¿ Drâkstëin ? Como mi padre.
-Y como tú. - Una nueva carcajada brotó de sus labios.
-Bueno supongo que en teoría si, tienes razón.
-Debemos irnos para comenzar tu ritual de Ascensión. Es de vital importancia que tomes tu puesto cuanto antes.
-¿Mi puesto?
-Claro , eres la princesa heredera. Debes de venir al Infierno conmigo, tu padre y todo la familia te esperan allí.
-¿Y por qué ahora?
-Porque antes no estabas preparada , si hubiéramos realizado antes el ritual seguramente te hubieras descontrolado por completo y te hubiéramos perdido para siempre.
-Oh vaya…
-Tienes que comenzar a aprender todo lo que tu cargo conlleva. Una guerra estallara pronto contra nuestra familia y te necesitamos.
-¿Y qué saco yo de todo eso? En todo este tiempo os las habéis arreglado muy bien sin mi al parecer.- Sonrió un tanto molesta.
-Durante todo este tiempo hemos velado por tu seguridad. Si un peligro letal se hubiera presentado hubiéramos venido al momento.
-No vinisteis cuando estuve meses encerrada en una mazmorra.
-Raziel estaba al cargo de ti.
-¿Y cuando me cogieron como rehén?
-El Dios Atlante y tu madre podían de sobra con la situación.
Se cruzó de brazos y suspiró.
-Parece que tienes respuestas para todo.
-No tantas como me gustaría , si las tuviera podríamos evitar la guerra antes de que se desencadene. Pero mis visiones no son claras del todo sobre eso.
-Está bien, supongo que no tengo nada que perder. Pero necesito dejarlo todo atado aquí.
-Sin problema, yo mientras hablaré con Raziel.
Sarsha se giró y salió de la sala como si ya conociera el camino hasta el despacho de Raziel , cosa que en la práctica así era pues gracias a sus visiones conocía la mansión a la perfección.
Mientras tanto Bianca se dirigió hacia la biblioteca donde suponía que estaría Susan ya que últimamente pasaba los días entre libros leyendo todo lo que tenía Raziel sobre la mitología atlante , la historia de su familia. Parecía que se había decantado finalmente por su apariencia original pues mantenía su larga melena casi plateada y las runas de sus brazos eran visibles aún así se sentía más cómoda con el nombre de Susan que con Kassandra. Acertó allí estaba rodeada por pilas de libros. Se acercó a ella por detrás depositando un beso en su mejilla.
-Su , hermanita. Han venido a buscarme.
-Sabíamos que este día llegaría tarde o temprano Bianca.- Miró a su hermana con tristeza. Tras todo aquel tiempo eran ya inseparables.
-Volveré, no sé lo que pasará allí abajo pero volveré a tu lado lo prometo. No te librarás tan fácilmente de mí.- Dijo con una sonrisa intentando animarla.
-Aún tenemos muchas cosas que hacer juntas así que más te vale.- Sonrió un tanto y se levantó abrazando a Bianca con fuerza.
-Te quiero mucho , lo sabes ¿verdad? - Susurró a Susan sin soltarla.
-No me digas eso que haces que parezca una despedida y no lo es. Eres mi querida alma gemela así que más te vale volver a mi lado o bajaré al Infierno a por ti.
Ambas acabaron riendo y llorando a la vez, típico en ellas. Cogió las manos de Susan dando un ligero apretón.
-¿Te quedarás aquí o volverás al castillo?- Preguntó con curiosidad Bianca.
-Por ahora me quedo aquí , Raziel me necesitará para estar con los nuevos ahora que tú te vas.
Asintió con suavidad , así sabría donde volver para estar a su lado de nuevo. Sin alargar más la despedida salió de la biblioteca para buscar a Sarsha. La encontró fuera esperándola.
-¿Preparada?- Dijo tan solo mirándola.
-Si, podemos irnos.
Tras sus palabras un portal se materializó ante ellas.
-Te veré en el altar , buena suerte.
Y sin decir nada más la empujó dentro del portal, sola.
Sólo sintió como su cuerpo se precipitaba miles de metros hacia abajo hasta que por fin dio en tierra firme. Cuando pudo levantarse confusa miró a su alrededor , tierras baldías completamente secas la rodeaban. No había vida a su alrededor , el aire olía fuertemente a azufre y en el cielo de tono anaranjado rojizo , un extraño sol brillaba muy diferente al de la Tierra pues este producía un calor asfixiante a su alrededor. 
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solxs · 2 years
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ella.
Y me atrevería a decir que me basta recordar el brillo de los ojos de mi madre. esa tal sonrisa suya que regala mucho más de lo que podrías imaginar y de lo que ella misma podría creer. El calor de los abrazos que brinda después de gritar ¡abrazo o de oso! no sé si aquel decir se lo inventó ella, pero puedo decir que muy bien le está. Me basta recordar aquellas carcajadas tan ‘’delicadas’’, pues ella no le podría ocultar a nadie su momento de felicidad. Me basta solo esto para recordar cual es mi lugar perfecto. Quisiera hoy protestar ante el hecho de que hemos perdido completamente el uso de las palabras en su pleno significado, sobre todo esa de ‘’amor’’ entonces lo haré yo también. Teniendo en cuenta que si hoy creo en el amor es porque ella existe. Existimos las dos, créanme, no hay sentimiento más puro. no hay tal evidencia empírica que pueda alejarme de la verdad consciente del degrado que el destino nos presenta ante aquellos episodios que creamos en cuatro paredes una hamaca y una canción de cuna. Esto es amor. Pues no bastaron ni 10.606,70 kilómetros, ni 1825 días, aún con un mar de por medio, mi corazón corre a abrazarte en las noches de tempestad, mis ojos te reproducen cuando necesito de tu sonrisa orgullosa a mi lado mi mente trae el abrigo de tu ser a mi lado a cada segundo, me permites seguir en pie, mamá. Amo ver las cosas desde varios puntos de vista, pero sobre todo dándole ojos y labios a mi sentir, y a mi corazón usando un poco de razón. En la manera de así poder ‘tocar el cielo con los pies en la tierra’. A veces el frio de la ciudad nos obliga a apagar un poco el fuego con el cual nacimos, y que ellas tanto cuidaron en nosotros, aquel fuego que nos hace tan diferentes a los demás…pero qué nos hace más humanos si no sentir con intensidad? No nací para ser bella a los ojos de los demás, nací con la picardía en los ojos, en una firme mirada: Mi apellido de tu mente no podrás borrar. no me criaron con ligereza en la lengua como para que vayas a creer que soy fácil de ingerir nací con fuego en las entrañas, siendo heredera de una tierna sonrisa que te dejará sin aliento y desearás ese fuego como el infierno en cual querrás arder. Es simplemente perfecta. Ella es perfección, y en definición: perfecto es completo, perfecto es cumplido, perfecto es excelente, perfecto es sin defectos. No digo yo que esta maravillosa mujer no los tenga. Si no, que son tan ‘de ella’, que sin ellos, pues ya no sería perfecta. suulmess
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aragonz-escritora · 3 years
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En un mundo rodeado de licántropos, un demonio podría sobresalir, mas ese no era su caso pues estaba lejos de reinar en el Inframundo.
El problema se presenta cuando eres tú la heredera de los infiernos y te encuentras, cara a cara, con ese ser mitológico al que han llamado 𝔢𝔩 𝔞́𝔫𝔤𝔢𝔩 𝔫𝔢𝔤𝔯𝔬.
¿Cómo mantenerte lejos de aquel que ha movido tu suelo con tan solo una mirada? ¿Cómo alejarte del señor de las alas negras cuando tú ni siquiera entiendes lo que es llevarlas?
¿Cómo escapar de su encanto cuando deseas una oportunidad para sentir que estás viva?
Pues... No se puede. Nada funciona cuando el deseo bulle por tus venas y explota en tu pelvis.
Nada funciona cuando la pasión te atrapa y te hace dudar hasta de tus propios orígenes porque, si él me lo pidiera, renunciaría a mi casta y aceptaría sus alas... Aunque ambos terminemos ardiendo en los fuegos del pecado.
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fenixdeluna · 3 years
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Ser la hija de mi madre siempre significo más que un hecho obvio, significa que soy la heredera de todo este dolor, de toda esta irá, cada palabra hiriente, cada golpe, humillación, soy la heredera del infierno, pasado de una a una en una venganza personal con el pasado.
Soy la hija de mi madre, la que carga con sus sueños rotos, con sus ilusiones perdidas y con la rebeldía rota a base de madrasos.
Ser lo que soy nunca fue fácil, pero tampoco es algo único, ser la heredera del odio y los traumas familiares, de la toxicidad, de los patrones podridos, la herencia es fuerte, todos la cargamos.
Quiero terminar con este patrón ahora, quiero romper con esta herencia, ¿no podía al menos llegar con algo lindo o algo económicamente rentable?, No, no podía, porque heredar todo esto es el reto que me tocó vivir.
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sietemaravillashq · 3 years
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TU NACIMIENTO ES MI NACIMIENTO, TU MUERTE ES MI MUERTE. Los juramentos no están para romperse y eso lo sabes. ¿Recuerdas LANA HART cuando profesaste aquellas palabras? Ahora que tu Aquelarre te necesita, ¿le harás justicia a la promesa que selló tus labios?
NUX, ¡Bienvenida a las Siete Maravillas! Gracias por acompañarnos en este proyecto, esperamos disfrutes del grupal. A partir de este momento tienes 24 horas para enviarnos la cuenta de tu personaje, pero si necesitas más tiempo nuestro buzón está abierto.
FUERA DE PERSONAJE
Pseudónimo:Nux
Pronombres: She/her
Edad: 20+
País o zona horaria:México
Nivel de conexión del uno al diez: 9/10
Triggers:abuso sexual, pedofilia.
En caso de unfollow ¿permitirías que usemos a tu personaje para el desarrollo de la trama? Si :)
¿Algo que añadir? perdón por ser tan trash :c
DENTRO DE PERSONAJE
Nombre: Lana Peabody Hart
Pronombres: she/her
Faceclaim: Hailee Steinfeld
Edad y fecha de nacimiento: 21 años || 18 de diciembre
Ocupación: actriz y cantante.
Cupo y a qué Aquelarre pertenece: Cupo 34 |  Aquelarre Pheme
Personalidad: Tres rasgos positivos, tres negativos.
+ Positivos: extrovertida, divertida, independiente - Negativos: ocurrente, impulsiva, orgullosa
¿Qué poderes posee? piroquinesis, descendum y  telekinesis   ||  empatía ( muy desarrollado ),  reiki y healing.
¿Cómo fue la primera vez que desarrolló uno de sus poderes?
Fue en una de las reuniones benéficas a las que tenía que asistir con su madre, al entrar al lugar podía sentir todo tipo de energías, buenas y malas, podía ver incluso colores alrededor de las personas, durante la noche hubo muchas personas que se acercaron tanto a ella, como a su madre y su hermana, algunas personas le resultaban agradables pero cuando Martin Rossenboth se acercó a su madre para pactar un acuerdo de donación con ella. Lana sintió una mala energía con él, algo que le gritaba internamente que su madre no debía aceptar el trato, podía notar un color oscuro a su alrededor, cuando se fue, le advirtió a su madre, y casi le rogó que no hiciera caso a lo que ese señor podía decir. Su madre lo rechazó, y unas semanas después salió en las noticias que el empresario Rossenboth había sido detenido por fraudes, y lavado de una gran cantidad de dinero, cuando le preguntaron a Lana porque había insistido tanto aquella noche, ella respondió que solo lo había visto y sentido.
De desearlo, puedes añadir tres puntos relevantes a la historia de tu personaje o curiosidades (opcional)
Nació en Londres un 18 de diciembre. Sin embargo llegó a New Orleans al mes de nacida, ciudad que la vio crecer. Es hija de una multimillonaria socialité de espíritu libre y heredera. Tiene una hermana mayor ( fc sugerido; Dua Lipa ) y una abuela que la consiente demasiado.
Tiene una gran relación con su hermana mayor, pero no siempre fue así, ya que cuando era más pequeña siempre se sintió opacada por ella, era más social, más bonita, más exitosa en todo. En la escuela no fue una chica popular, sino que le costaba un poco hacer amigos, no fue hasta que gracias a su maestra de música que conoció a quienes ahora son de sus mejores amigos, y con quienes llegó a formar una banda de música, la cual fue todo un éxito y supo entonces que quería dedicarse por completo a la música y seguir los pasos de su hermana,  quien también tenía esos gustos. Esa banda la ayudó a quererse a si misma y comenzar a ser mucho más sociable y divertida.
La banda se separó cuando uno de sus integrantes, y quien era como su hermana desapareció. Ninguno de los que pertenecían a esta banda pudo seguir sin ella, aunque lo hubiera querido de esa manera, era muy doloroso para todos y decidieron terminar con ello. Sin embargo, Lana se había dado cuenta que la música trasmitía mucho más de lo que pensaba, lo sabía porque podía notar los colores de las personas cuando estaban en sus conciertos, cuando gritaban y coreaban sus canciones, y por eso decidió no rendirse y seguir en el mundo de la música.
Siempre supo sobre su linaje, su madre se lo explicó cuando notó que había desarrollado las habilidades que provenían de su familia.
Al terminar la escuela, se fue a Nueva York dónde entró a Juilliard School  estudiando música, danza y  arte dramático. Su vida en la gran manzana era bastante buena, las fiestas no faltaban, y fue en aquella ciudad en dónde descubrió que contaba con el famoso Descendum del cual estuvo a punto de no volver. Un día, mientras buscaba información sobre Stevie Nicks para una tarea, se encontró por internet información que le resultó muy interesante y donde se explicaba lo que había pasado al trasladar su alma a su infierno personal.
También solía cantar en algunos bares, y discotecas, sacando provecho a su habilidad de empatía,  la cual era bastante fuerte, sabiendo lo que podía provocar en las personas con sus canciones. Fue ahí dónde conoció a un productor que la escuchó y quedo completamente enamorado de su música, de su voz. Después de un par de entrevistas  le ofreció un contrato para sacar su primer disco.
Parecía que su vida iba bien hasta que recibió un mensaje de texto, sms: “La encontraron” Regresó a New Orleans inmediatamente al saber que Carina había aparecido, al llegar se enteró que su amiga se encontraba en coma, y a pesar de todos los esfuerzos, Carina murió. Llegó a un acuerdo con su actual productor, y se mudó nuevamente a la ciudad que la bio crecer. Se unió al aquelarre pheme en el cual ha permanecido durante el ultimo año y en dónde ha vuelto a encontrarse con sus amigos de cuando era pequeña, así como ha empezado a hacer nuevos amigos.
extra:
Tiene una perrita yorkie, quien es su adoración. Habla varios idiomas. A pesar de estar en New Orleans, esta preparando su primer sencillo, y una posible gira. Canta en el bar de la ciudad cada que tiene oportunidad. Tiene grabados muchos demos.
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coolpizzazonkplaid · 18 days
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La heredera del Infierno
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Aviso: el significado de la runa Isa lo saqué de aquí. Es el mismo link del capítulo dos de la historia.
Regreso a Buenos Aires y el dios del fuego.
–¿En qué te metiste mujer?
–Ni siquiera yo sé –Adelina no sabía cómo explicarle a Mariano lo que habia ocurrido –. ¡Au! Cuidado con lo que haces con mi pierna.
–Pediste mi ayuda. Bancate lo que se viene.
Adelina casi le da un puñetazo a su amigo cuando desinfectaba la herida de la pierna. Le sacó el pus y después de abrirla, hecho una gran cantidad de agua oxigenada. El líquido se volvió blanco como la nieve e hizo que la joven mirara de la peor forma al chico. Mariano usó aguja e hilo y tras terminar de coser la herida, la cubrió con vendajes. El muchacho siguió con el vientre y rostro de Adelina.
Estaban en los cielos luego de abandonar la cabaña del conocido de Mariano. Activó el piloto automático para ayudar a curar los golpes de Adelina. A medida que se alejaban de tierra firme, todo se volvió diminuto hasta casi desaparecer.
–Te dieron flor de golpiza.
–Lo sé.
La chica hizo una mueca ante el ardor del agua oxigenada en su cara.
–Explícame ¿Cómo un tipo con barbijo te hizo esto? –La mirada del chico se tornó preocupante–. Y ¿por qué no me queres mostrar lo que ocultas en los vendajes del brazo y el abdomen?
–Lo voy a decir cuando salgamos del maldito país –La chica siseó e hizo otra mueca de dolor–. ¡Arde la puta que te parió!
–Te pasa por pelearte con locos y raritos.
Se hizo un silencio incómodo entre los dos y Adelina no paraba de evitar la mirada analítica de su amigo.
–Deja de mirarme de esa forma –su tono intentó ser serio–. Que hayas intentado tener un título en psicología no te hace un psicólogo.
–Los pocos años que estuve me permitieron analizar a las personas y ese buen conocimiento, por mi desgracia se lo transmití a Daniela y a vos. Para que sean chismosas y a la vez inteligentes –sus ojos se posaron en los de Adelina–. En el Abismo encontraste algo más que un loco y rarito.
–Lamentablemente tenes razón.
–Obvio que sí, soy Mariano Baldor, siempre tengo razón.
Adelina mostró una sonrisa y él terminó de pasar el agua oxigenada por las heridas de su rostro y guardó todo su equipo de medicina. Mientras, la joven intentaba ponerse de pie y sentarse en el asiento del copiloto. El silencio se hizo presente una vez más.
–¿Conoces alguna guerrilla o grupo terrorista llamada Lin Kuei?
–Entre mis compañeros no escuchamos ese nombre ni por asomo.
–Creo que ese grupo me atacó, porque ese maldito del barbijo dijo que no debía saber la existencia del Lin Kuei.
Adelina observó a Mariano, quería ver un ápice de confianza en él sobre las palabras de ella. Si creía en sus dichos le era un misterio, pero en sus ojos había tristeza por otra cosa.
–¿Terminaste con tu novia?
–Ibamos tan bien y me dejó –dijo con tristeza –. No sé en qué fallé.
–En ser apurado.
–Dormi un rato y cuando lleguemos a Buenos Aires hablamos mejor –el tono del chico cambió tan rápido que la joven no pudo discutir contra él.
A los pocos minutos, Adelina cayó dormida en el asiento de copiloto. Las mismas visiones que tuvo en las montañas se apropiaron de sus sueños y los gritos de los muertos despertaron a la chica. Le molestaba que ya no pudiera tener un sueño pacífico sin que algo no vivo la persiguiera alguna manera.
La noche había tomado el cielo y algunas estrellas se dispersaban aquí y allá acompañadas por las nubes. Vio que estaban cerca de Argentina. Unos destellos iluminaban el país en diversas provincias y lo que parecía pequeño se convertía en algo más grande. Los destellos se transformaron en edificios con las luces de sus departamentos encendidas, farolas de calle de color naranja o blanco y algunos autos pasando aquí y allá. Fue ese momento en el que Adelina tuvo paz, estaba en casa.
Tras unas horas, Mariano llegó al hangar y aterrizó sin hacer demasiadas locuras. Adelina supuso que fue para no atormentarla más de lo que ya estaba. Fue un viaje cansador y había muchas cosas que contar sobre el tiempo en el que estuvo ausente.
El edificio donde vivía Adelina estuvo a la vista después de viajar en la camioneta de Mariano. La inundó la sensación de seguridad y hogar, algo que le alegraba bastante. Ningún Lin Kuei se meterá a su casa e intentará matarla. Lo que sí le dio escalofríos fue el vagabundo que estaba en la puerta. Su mirada blancuzca siempre lograba encontrar los ojos de Adelina, aunque intentara desviar su mirada penetrante y analítica. La hizo sentirse pequeña como si estuviera frente a alguien superior e intocable.
Mariano y Adelina entraron al edificio y subieron las escaleras. La subida le molestó un poco en la pierna y el vientre, pero no provocó que sus heridas se abrieran. Una vez que llegaron a la puerta del departamento de Adelina, pudieron percibir el olor a comida. Abrió la puerta y vio a Daniela, de espaldas, preparando la cena.
Resaltaba bastante con su cabello pelirrojo y la ropa que se había puesto. Una remera verde con el personaje de Jolyne Cujoh y pantalones holgados. La chica se dio la vuelta para ver a los recién llegados con una mirada tranquila.
–Te dieron una buena cagada a palos –su tono fue de lo más normal.
–Lo sé –avanzó hasta la cocina y saludó a Daniela–. Hasta Mariano me lo dijo.
–¿Qué te pasó? –la chica apagó las hornallas y acercó la comida a la mesa–. Mira que me dieron peleas, pero a vos te masacraron.
Los tres se sentaron en el pequeño comedor. Las empanadas de carne humeaban en la tabla y Daniela ofreció una para cada uno. Sentir el sabor de la masa y la humeante carne en su paladar fue una nostalgia para Adelina. Luego de disfrutar esos momentos de dicha, ella comenzó a contar lo que vio en Arctika. Los Lin Kuei, las ruinas nórdicas y los objetos que encontró. Hasta mostró las fotografías que había tomado y tanto Daniela como Mariano la miraron de forma paranoica.
–¿Estás segura? –el tono de Daniela era de duda–. Esos Lin Kuei deberían estar en las noticias, sobre todo como vos decís, un grupo armado.
–Ese es el problema. No están. Los busqué en los libros y no se los menciona. Tampoco en alguna noticia –Adelina volvió a sentarse y apoyó las manos en la mesa–. ¿Podrías buscar cuando tengas tiempo algo sobre esas personas?
–Veo que puedo encontrar.
–Yo también quiero ver si algunos de mis contactos saben de esas personas.
Adelina agradeció la ayuda que sus amigos iban a brindarle. Después de terminar la cena y compartir un momento entre amigos, guardaron las sobras y volvieron a sentarse esperando que Adelina terminara de relatar lo que faltaba de la historia.
–No solo fue esos Lin Kuei lo que encontré en Arctika.
–Sí, también las runas y la daga. –Mariano gesticuló con las manos dramáticamente sobre los objetos mencionados–. Lo que no estás contando es sobre qué ocultas en tu mano vendada.
–Las escrituras del lugar hablan de Sultin, el cuchillo de Hela –la muchacha mostró las inscripciones en la pared de las fotografías –. Creo que fue eso lo que encontré.
–¿El cuchillo de una diosa? –la voz dudosa de Daniela y su rostro no miraban bien a su amiga–. ¿Te fumaste algo en esas montañas o qué?
–No sé si es verdadero o no –comenzó a sacarse los vendajes–. Pero de lo sí estoy segura es que maldito cuchillo me hizo esto en cuanto lo toqué.
Una vez que los vendajes de Adelina se aflojaron de su cuerpo y los tatuajes pudieron verse. Los rostros de sus amigos cambiaron a preocupación ante los dibujos en la piel. Daniela inspeccionó el brazo de su compañera antes de volver hablar:
–Por favor, decime que no te drogaste con algo potente –sus ojos no pararon de recorrer su herida–, y que por eso tenes esto en el brazo.
–No lo es –puso la daga cubierta con el trapo en el centro de la mesa–. Esta arma me hizo el tatuaje.
–Es una locura Adelina. –Mariano intentó mantener un tono relajado.
–Juro por Dios que no estoy mintiendo –desenvolvió la daga con sumo cuidado con una servilleta de papel entre los dedos–. No solo me hizo un tatuaje, sino que vi cosas…
–Es imposible que este cuchillo de miles de años perdido en lo más profundo del Abismo y te hiciera…
En cuanto los dedos se acercaron al artefacto, la mano de Adelina apretó rápidamente la muñeca de Mariano y la alejó. El gesto y la paranoia reflejado en el rostro de la joven hizo que el chico apartara su extremidad tanto del arma como de su amiga.
–Lo digo en serio Mariano. No es chiste lo que estoy diciendo –el tono de Adelina se volvió firme.
Relató todas las alucinaciones que padeció por culpa del arma. Los susurros, los muertos y sus rugidos y la mujer del féretro. Las expresiones en el rostro de los amigos de Adelina cambiaban con cada palabra que emergía de la boca de su amiga.
–Es imposible –Mariano no pudo camuflar su confusión, mientras se soltaba de Adelina.
–Que sí lo es –buscó en los rostros de sus amigos una pizca de confianza–. Creo que Sultin fue traicionado, algo parecido como le ocurrió a la espada de Frey en el mito. La runa Isa no solo representa el hielo, sino también la traición, emboscadas, desastres… Incluso encontré un mapa en esas ruinas.
–¿Un mapa? –cuestionó Daniela.
Adelina desenvolvió el papel con sumo cuidado y sus amigos lo observaron detenidamente. El rostro de una mujer rodeado por una serpiente y un lobo, las runas en los bordes y la bolsa diminuta en los mares de España y Francia.
–Creo que esto hizo enojar a esa mujer o el cuchillo lo hizo, no lo sé… Por favor tienen que creerme.
Tanto Daniela como Mariano se miraron entre ellos. No pudiendo expresar con palabras que era un delirio las palabras de Adelina, pero tampoco negar que salió con vida del Abismo. Pensaban que quizás fuera ese el precio a pagar por salir de allí con vida.
–Voy a tomar esto con las pinzas –Mariano se puso de pie en camino a la puerta–. No quita que quizás sea verdadero.
Se marchó a ahogar sus penas por el rompimiento de su antigua novia y antes de irse les propuso hacer un asado el fin de semana para quitar el estrés. Adelina solo pudo negar con la cabeza, una sonrisa adornó en su rostro y vio a su amigo irse con un tono triste y melancólico que sería olvidado a los pocos días o quizás horas.
Luego de que Mariano se fuera, el silencio rondó entre las dos chicas. Cada una haciendo sus tareas respectivas antes de prepararse para la cama. No hubo charlas graciosas ni chismes de los vecinos, solamente un silencio de muerte.
–¿No me crees verdad?
–Pienso que es consecuencia de la bomba de humo –Daniela estaba en el baño–. Quizás lo que viste sea por un componente de lo que llevaba y el tatuaje, posiblemente, una advertencia de esos Lin Kuei.
Adelina intentó mostrar confianza ante los dichos de Daniela, pero estaba segura que lo que presenció no fue por una simple bomba de humo. Fue verdadero, al igual que el dolor hecho por la daga. No quiso discutir más sobre el asunto y solamente deseó que el día llegara a su fin.
–Antes de que me olvide –Daniela gritó mientras buscaba en su habitación–. Tus pedidos de Japón. No pude encontrar lo que me pediste, pero algo similar sí.
Adelina abrió la envoltura de regalo y en sus manos tuvo una caja de una figura de Alucard y la revista de Shuumatsu no Valkyrie. Se sumergió tanto en Arctika y los muertos que había olvidado esos pequeños pedidos.
–Gracias Dan-Dan –abrazó a su amiga a pesar de tener las dos manos con los regalos–. Sos la mejor.
Lin Kuei y la muerte podían esperar.
Pasaron un par de días desde la llegada de Adelina a Buenos Aires y faltaba poco para el fin de semana para que Mariano hiciera asado en el departamento de las chicas. Aún así, eso no liberó a Adelina del trabajo como arqueóloga. Gracias a la ayuda de Pablo, el encargado del museo, pudo conseguir el contacto de Agustín para darle las actualizaciones sobre Arctika. Evitó mencionar la daga nórdica y el mapa, no quería que esa cosa afectara a otras personas.
No iba a arriesgarse a que el arma consumiera a otros hasta matarlos. Si lo que las escrituras de la pared sobre el cuchillo, Sultin, eran ciertas, Adelina preferiría ser precavida. Tampoco le agradaba mucho meter a sus amigos en este embrollo de los Lin Kuei, pero era mejor no estar sola enfrentándose a algo desconocido.
Por miedo a que la daga y el mapa cayeran en manos equivocadas, guardó un señuelo en el cajón de la mesita de luz, mientras que la verdadera daga la ocultó en un pequeño hueco de ladrillo tapado por la roca y pinturas sin terminar. Repitió lo mismo con el mapa, cambió los puntos de ubicación de la hoja amarillenta y lo ubicó en una caja oculta en su biblioteca. El mapa original lo escondió en la misma pared de ladrillo donde estaba la daga.
En los días que estuvo en el departamento, a veces, Adelina podía ver a los muertos aparecer y desvanecerse ante los ojos de la joven. Otras ocasiones la mujer del féretro la miraba fijamente cuando iba hacer las compras. También, los sueños de la chica se volvieron confusos aterradores, la mujer gritaba siempre sus acusaciones y el aullido de lobos no paraba de invadir sus oídos como si los animales estuvieran en su cuarto.
Esos momentos de confusión y miedo siempre eran opacados y olvidados por sus amistades. Mariano y su pena por no tener una relación duradera. Daniela y sus divagaciones sobre una nueva noticia que contar de alguna provincia o alguna parte del mundo.
En la noche del viernes, Adelina siguió buscando por todos los lugares conocidos sobre Hela y su cuchillo, pero no hubo ningún resultado. Por el lado de Mariano, tampoco encontró respuestas de los llamados Lin Kuei. Daniela no tuvo buenas noticias para Adelina:
–Lamento decirte que esos Lin Kuei no existen –Daniela se frotó los ojos después de estar mucho tiempo con la computadora–. Si son reales, es un grupo armado muy reciente y le falta poder. En ninguna base de terroristas más buscados se los menciona, literalmente son fantasmas.
–Que cagada –Adelina soltó su lápiz de dibujo.
Un trueno se escuchó a los lejos. Daniela se puso de pie acercándose a la ventana de la cocina.
–Se viene una tormenta horrorosa –cruzó los brazos mientras miraba los relámpagos–. No creo que Mariano venga mañana a la noche hacer asado. Dicen que el clima va a estar así todo el fin de semana.
–Es Mariano. Es impredecible –el tono de Adelina intentó ser normal–. Una vez vino del conurbano en plena noche, andando en bicicleta y borracho. Gritaba que el One Piece estaba en Argentina y que podía pasar las paredes como caricatura, y se estrelló contra la pared de ladrillo.
–¿Cuándo fue eso?
–Hace un año y me sigue dando vergüenza y a la vez gracia. –Adelina sonrió ante el recuerdo.
–¿Tenes foto de eso? –el rostro de Daniela tenía una sonrisa de oreja a oreja.
–Busca en mi celular –Adelina siguió perfeccionando su boceto–. De milagro no se rompió los dientes. La foto que me mandó él debe ser de cuando estaba huyendo de los ladrones.
–¿Intentaron robarle?
–Sip.
Daniela buscó en el celular de su amiga las imágenes de ese acontecimiento tan bizarro. Después de encontrarlas, le devolvió el aparato a su dueña y siguió con sus asuntos.
Al poco tiempo la tormenta estuvo encima del edificio y los truenos fueron lo único posible de escuchar. Las gotas pasaron de ser unas pocas a miles y chocaban contra las ventanas. Las chicas tuvieron que cerrar todo para evitar que los pisos del departamento se mojaran. Una vez que todas las ventanas se cerraron, se prepararon para irse a dormir.
Daniela estaba frente al espejo pasándose el óleo para el cabello en los cortos tirabuzones pelirrojos, mientras Adelina esperaba a que su amiga terminara sus cuidados capilares. Tras varios minutos, la pelirroja se fue a su habitación dejando el baño libre. El agua caliente recorrió el cuerpo de Adelina y pasó jabón por todas partes. Luego se enjuagó el cabello necesitaba sacarse el estrés por la investigación y los dibujos. Salió de la ducha y Adelina se vio en el espejo.
La melena negra y lacia comenzó a formar hondas tras cepillarlo. El tatuaje de los huesos de la anatomía del esqueleto seguía dibujado en su piel y a pesar de que dejó de dolerle, era un recordatorio de que quizás iba a morir sino buscaba respuestas. Las ojeras debajo de sus ojos heterocromáticos eran muy notables, no había dormido tratando de buscar algo sobre la diosa nórdica de la muerte.
Adelina acercó su rostro al espejo cuando su ojo derecho comenzó a destellar de un verde esmeralda. Su iris se iluminó hasta volverse una pequeña llama. La muchacha se enjuagó la cara inmediatamente y volvió a enfrentarse a su reflejo. Esta vez su ojo derecho no ardía de color verde, sino que la mujer del féretro la observaba fijamente. Su mano huesuda tocó el hombro de Adelina y antes de que pudiera gritar desapareció por los gritos de Daniela.
–¿Estás bien Ade?
–Sí, estoy bien… –sus ojos volvieron a su reflejo– solo estaba buscando jabón para las manos.
–Están en el armario. Dejé de ponerlos en el tocador porque se caían.
–Bueno.
Salió del baño velozmente y fue a su dormitorio dándole una despedida a Daniela. Una vez cerrada la puerta, no tuvo ni una pizca de tranquilidad. Los escalofríos y el miedo al ver a esa mujer la iban a consumir por completo y deseó que todo fuera un mal sueño. Despertar sin tener que haber conocido a Agustín y el anonimato de su amigo, no haberse tenido que enfrentar al tal Smoke ni sufrir estas alucinaciones.
Se cubrió con las mantas y comenzó a leer el libro que tenía en su mesita de luz. Le faltaba poco para terminarlo, pero eso no ayudó a que pudiera relajarse. Pasó página tras página hasta que los párpados le pesaron y su mente no pudo seguir con la lectura. Dejó el libro en la mesita, se acomodó y por fin sus ojos pudieron cerrarse.
Adelina soñó con la mujer del féretro, una vez más. Estaba de pie con la cabeza abajo y su cabello negro cubría toda la cara. La joven comenzó a acercarse a la mujer, con paso lento, pero escuchaba sus susurros. Casi imposibles de percibir a menos que estuviera muy cerca.
–Heredera y elegida, elegida y heredera. El dios del fuego vendrá pronto. Tu camino está marcado, sangre y locura serán para los enemigos de mi carne –Adelina pudo escuchar mejor las palabras–. Tomaron algo que no les pertenece. El orden de la muerte fue alterado, manipulado, corrompido. Mi carne tiene que regresar al trono.
–¿Quién es usted? –Adelina tragó saliva– ¿Es Hela, la diosa de la muerte?
–Tomaron algo que no les pertenece. El dios del fuego mostrará los pasos –la mujer se contorsionó y Adelina se alejó–. Me quitaron todo. Los objetos a encontrar son el camino al trono para mi carne. Los enemigos deberán arrodillarse y suplicar misericordia.
La mujer siguió contorsionándose, los huesos que crujían llegaron a los oídos de Adelina y fue un sonido espantoso. El tatuaje de la anatomía del esqueleto comenzó a pudrirse y revelar carne en descomposición. Se acercaba a la muchacha, pero ella se retrocedió. Del sitio negro, los muertos se congregaron y se deleitaron con la escena. De las sombras los lobos se quedaron observando a la muchacha, estudiando sus movimientos. Las exhalaciones abruptas de la mujer al aproximarse más y más a Adelina, la aterraron y le produjeron escalofríos.
–¡LADRONES! –el grito hizo que Adelina callera al piso y se alejara de la mujer– ¡LO PAGARÁN CARO! Me quitaron todo. Lo que una vez se dividió volverá a unirse y será fuerte. ¡LADRONES! Mi carne los perseguirá hasta el final de los tiempos ¡LADRONES!
Adelina sintió que los muertos se abalanzaron sobre ella y gritó para alejarlos. Pateó, golpeó, rasguñó y fue en vano. El aullido de los lobos se hicieron presentes como un canto espantoso. Los gritos de la mujer se escuchaban más cercanos y Adelina sintió que las manos de la mujer estrujaron sus tobillos. Los muertos se alejaron y la mujer miró a la joven. El ojo derecho irradiaba fuego verde esmeralda y gritó con todas sus fuerzas:
–¡LADRONES!
Adelina despertó bañada en sudor. La tormenta no había parado y los truenos seguían resonando por toda la ciudad. Vio la hora y eran cerca de las nueve de la mañana. La chica dejó su celular sobre los libros y miró el techo pensativamente. Odió con todas sus fuerzas los sueños que tenía y se maldijo así misma por la ineptitud de sus actos en la montaña, el no haber huido cuando tuvo la oportunidad.
Se levantó de la cama y le dio inicio a su día. La tormenta no dio un ápice de detenerse, cuando parecía que iba a cesar volvía a arremeter con todo. Daniela y Adelina creyeron que las ventanas iban a romperse en mil pedazos y que la luz se cortaría.
La mañana pasó tormentosa y al mediodía se prepararon algo liviano por si a Mariano se le ocurría hacer una locura de hacer un asado en pleno diluvio. Tras terminar de comer, lavaron los platos y los secaron para hacer una siesta.
Los fines de semana eran casi los únicos días mayormente libres de preocupaciones y locuras del trabajo de las chicas. Podían ir a donde quisieran por esos dos días. Caminar, comprar, salir a tomar algo, cualquier cosa, pero el clima no estuvo del lado de ellas.
Durante la tarde aparte de dormir, se quedaron leyendo cada quién sus libros pendientes y ordenando las bibliotecas con música compartida entre las muchachas. En un momento tocaron la puerta y era Mariano con anteojos, remera, pantalón y ojotas mojadas. También en sus manos cargaba bolsas repletas de bebidas y algo de picada.
–¿No te diste cuenta que hay una tormenta encima de nosotros? ¿verdad? –dijo Daniela de forma obvia.
–Lo sé, pero aun así vine a comer con ustedes –el chico mostró una sonrisa y los paquetes–. Me pareció ver hace tiempo atrás milanesas y yo tengo antojo de milanesas con papas fritas, porque no puedo darme el lujo de comer un choripán.
–No vamos a comer hasta más tarde – dijo Daniela–. Confórmate con escuchar chisme y música.
Mariano entró y fue hacia la heladera a guardar las bebidas y la picada, después fue al comedor y sentó junto con las chicas. La charla duró hasta el anochecer y la música la pusieron cuando la tormenta se volvió más fuerte y el cielo se oscurecía. Contaron anécdotas, opiniones de celebridades y algunos chismes de colegas del trabajo.
La tormenta no cesaba entre el diluvio, los truenos y relámpagos, el trío comenzó a prepararse su cena al compás de las canciones reproducidas del celular mediante el parlante. Adelina sacó las milanesas y calentó el aceite, Daniela peló las papas y Mariano sirvió las bebidas al mismo tiempo que preparaba la picada.
En un momento, el celular de Daniela reprodujo Devil Woman y ella acompañó en coro en el estribillo a Mariano. Adelina no paró de reír ante esas locuras, mientras cocinaban y después de presionar, la chica se les unió y el dúo victoreo ese pequeño atrevimiento. Vio a Mariano y Daniela bailar como si estuvieran en un club, se movían tan a la par que Adelina sintió felicidad. Prefirió no unírseles, bailar frente a sus amigos le daba vergüenza, con cantar era suficiente para ella.
Por esos instantes dejó de importarle sus sueños macabros y los tatuajes. Olvidó a los Lin Kuei y al dios del fuego. Cantar mal y pasar con sus amigos en un día de tormenta era más de lo que podía pedir y no iba permitir que le quitaran eso.
El vagabundo miraba fijamente una ventana del edificio. Más concretamente hacia uno en el que se escuchaba música y tres jóvenes disfrutando. El vagabundo sonrió ante ese momento y rememoró tiempos anteriores con viejos amigos de líneas de tiempo pasadas. El hombre dio media vuelta y de sus manos comenzaron arder sin quemar la carne. Sus extremidades se movieron y el fuego naranja y azul, como línea recta, se dirigieron hacia la nada y formaron un círculo.
Del portal salieron tres hombres vestidos de combate, llevando un color diferente. Uno vestía de azul y tenía mechones sueltos del rodete de su cabello. Se podía sentir frialdad y su mirada reflejaba superioridad. El hombre a su costado iba de amarillo con un tatuaje de escorpión en el brazo. Portaba un kunai atado a una soga e irradiaba calidez. Y detrás de ellos había un joven llevaba un traje negro ceniciento con un karambit y un cuchillo de caza en el cinturón. Su cabello era del color del humo y arriba de uno de sus ojos grises tenía una cicatriz trazando su ceja y un poco de su frente.
Los tres se inclinaron y unieron un puño a su palma reverenciándose al vagabundo que se había sacado su capa. Su cabello negro, atado en un medio rodete les hizo un además para que el trío se pusiera de pie.
–¿A quién buscamos en estos territorios, Lord Liu Kang? –el hombre de azul preguntó–. Ya tenemos a muchos representantes para el torneo.
–Falta un último campeón para que participe –se volteó una vez más al edificio–. Más bien campeona.
Los tres condujeron sus miradas hacia donde dirigía la de Liu Kang. El departamento dónde se oía la música y a jóvenes riendo. Se pudo ver por las ventanas a una chica de cabello negro, largo y lacio mirar lo que cocinaba en la olla y al mismo tiempo vislumbrando a sus dos compañeros cantar.
–Vamos Adelina –dijo la chica de cabello rojo y corto–. No seas amarga. Copate y canta. No nos dejes así.
–Sí, dale –el muchacho rubio y de cabello largo alentó–. Después seguís mirando la comida.
Unas estrofas cantadas por el dúo siguieron insistiendo a que la chica llamada Adelina cantara. Tomaron unos trozos de lo que parecía carne para después beber y seguir entonando las letras.
–Dale Ade –siguió insistiendo la chica de cabello rojo–. …Then I looked in those big green eyes/And I wondered what I'd come there for…
La joven de cabello negro se resignó y comenzó a cantar al mismo tiempo que la pelirroja:
–She's just a devil woman –el rostro de su compañera sonrió más de lo que podía.
–With evil on her mind –el muchacho cantó.
Las chicas entonaron las letras, seguido del joven hasta que el estribillo terminó y el chico continuó con el canto. Mientras tanto, los cuatro extraños miraban desde abajo la escena. El chico vestido de azul como el de amarillo tenían una primera impresión bastante pobre de las muchachas y su amigo. Por otro lado, el hombre de negro ceniciento le causó gracia y a la vez extrañeza que esa mujer de cabello negro fuera la misma que le había dado una pelea hace unos días en las montañas y saltado hacia el vacío.
–Adelina Acosta puede ser una de las campeonas de la Tierra –Lord Liu Kang puso sus manos en su pecho–. Es una mujer que valoriza la estrategia, el conocimiento para el combate y estudiar al enemigo, Bi Han.
–No parece una mujer de conocimiento, Lord Liu Kang –el hombre de amarillo se acercó más a Liu Kang–. Quizás no esté a la altura como no lo está el señor Cage.
–Las apariencias suelen ser engañosas, Kuai Liang –el vagabundo avanzó hacia las puertas del edificio–. Ella sola dio una buena pelea a Tomas y uno de sus aprendices.
–Es muy ágil, hermanos –el chico de cabello ceniciento se acercó más a sus hermanos–. Logró escalar, entrar a Arctika y luego saltó al vacío en esas ruinas que encontró en nuestro hogar.
–Un acto suicida e impertinente, Tomas –espetó el de azul–. Un Lin Kuei no haría semejante locura.
–Como he dicho, Bi Han, las apariencias suelen ser engañosas y ella tiene un gran camino que recorrer junto con los demás representantes.
Los tres dejaron de contradecir al hombre, sobre todo Bi Han con una mirada de amargura. Vieron a Lord Liu Kang abrió las puertas y los tres lo siguieron. Llegaron hacia donde estaba el ascensor y al lado se hallaban las escaleras. El hombre de ojos blancos se dirigió hacia estas y los tres ninjas lo acompañaron hasta llegar al piso donde se escuchaba música y risas estruendosas.
Daniela Ramoter apenas pudo escuchar el timbre y se acercó al pequeño agujero de la puerta para ver quién era la persona molestando a horarios tan imposibles en un sábado tormentoso. Su ojo café observó detenidamente a las cuatro personas que molestaban y vio a cuatro hombres extraños. El que estaba frente a la puerta tenía medio rodete y una banda de color negro y otros detalles atado a la frente, y ojos blancos. Su vestimenta parecía ser tradicional de China y blanca. Uno de los extraños vestía de azul, otro amarillo y el último negro ceniciento. El cabello fue lo más sorprendió a Daniela, ya que era del color del humo… ¿cabello ceniciento?
¿Traje de combate extraño? ¿cabello del color del humo?
Smoke.
Era imposible que hayan podido encontrar a Adelina ¿cómo lo hicieron? La chica apartó su ojo del agujero de la puerta. Su sonrisa se apagó y vio a su amiga charlando con Mariano sin ningún inconveniente. Esto era un gran problema y una porquería. Se acercó rápidamente al sillón sacó la escopeta que tenía oculta. La cargó y se dirigió hacia sus amigos.
–¿Dónde tenes el rifle? –preguntó apresuradamente Daniela.
–En mi habitación –la muchacha fue hacia la mesa donde se encontraba el televisor y de los cajones sacó dos ametralladoras–. ¿Qué pasa Daniela? Estas asustando.
–Creo que ese pelotudo al que te enfrentaste en las montañas nos encontró.
El rostro de Adelina palideció.
–¿Cómo?...
–No sé y no sé con certeza si es él –Daniela le entregó las ametralladoras a Mariano–, pero creo que se trajo a la caballería.
–¿Cuántos más se trajo? –el muchacho cargó las armas.
–Tres y no son agradables –el sonido del timbre sonó una vez más–. Voy a tratar de hacerme la idiota. Mariano te quedas en la cocina y oculta bien las armas, serán nuestro ataque sorpresa si se llegan hacerse los picantes. Vos quédate en tu habitación con ese rifle cargado y listo para disparar.
–No voy a dejarlos aca y morir por mí –Adelina se levantó–. Yo los metí en este lío, yo también voy a pelear.
Daniela revoleó los ojos y supo que su amiga no iba a ceder, porque los tres eran así. No toleraban ver a uno de sus seres queridos hacer locuras.
–Esta bien –Daniela fue hacia la puerta–. Si no puedo despistarlos abrís la puerta de tu habitación mostras el rifle y vemos que ocurre después.
–¿Ese tu plan? –la voz de Mariano se notó la confusión.
–Es lo mejor que podemos hacer con poco tiempo.
El timbre volvió a sonar.
–¡YA VOY! –el grito de Daniela.
Adelina corrió hacia su habitación y tomó su rifle ubicado debajo de su cama. Buscó los cartuchos y cargó el arma con mucho sigilo. Su oreja se pegó hacia la madera de la puerta y pudo escuchar la conversación. Rezó para que esos cuatro extraños fueran una falsa alarma y seguir con una noche tranquila.
–Lamento la tardanza. La humedad hace que la madera se infle y cueste abrirla –la voz de Daniela se volvió normal–. El partido de Boca no es hasta dentro de unos días señores.
–Buenas noches –un hombre habló–. Lamentamos interrumpir su noche, pero estamos buscando a Adelina Acosta.
–No me suena ese nombre, señor. –Daniela sonó muy convincente–. ¡Mariano! ¿Conoces a una Adelina?
–¿A quién? –Adelina se alegró de que Mariano interpretara bien su papel de sordo.
–Adelina Acosta.
La muchacha escuchó los pasos de su amigo dirigiéndose a la puerta.
–No escuché ese nombre. Lamentamos no poderlos ayudar caballeros, que tengan una linda noche.
El corazón de Adelina había comenzado a relajarse, pero antes de que pudiera girar el picaporte, el timbre volvió a sonar en el departamento.
–Sabemos que Adelina Acosta esta aquí, Daniela Ramoter –el hombre habló una vez más y su tono siguió tranquilo–. ¿Nos permites pasar?
–Mira flaco –el tono de Daniela se tornó oscuro y amenazante–, no sé quién sos ni me importan tus putos subordinados y tampoco sé como conseguiste mi nombre. No sé quién es esa Adelina Acosta y váyanse de mi casa.
–Queremos darle una propuesta a su amiga.
¿Una propuesta? ¿Qué se refería ese extraño? Adelina apretó más su rifle contra su cuerpo y le quitó el seguro al arma. Agudizó más su oído.
–Esta es la propuesta que te doy hijo de puta –la voz de Mariano se volvió amenazante–. Ahora ándate vos y los pajeros que tenes atrás.
–Es una falta de respeto dirigirte de esa forma al Gran Maestro de los Lin Kuei.
Todo el departamento se enfrió y Adelina sintió escalofríos en toda la columna. Escuchó las quejas de sus amigos y el rechinar de la puerta. Salió de su escondite y apuntó hacia la entrada donde estaban los invasores. Al igual que ella, Daniela y Mariano apuntaron hacia los invasores. Sus miradas eran calmas para la sorpresa de Adelina.
Ella pudo analizar mejor a Smoke que en las montañas. En su cinturón no solo tenía el karambit sino también un cuchillo de caza y bombas de humo. Usaba la distracción como ataque y un buen manejo en las armas blancas. Tendría que usar la fuerza de Smoke a su favor. El chico de amarillo llevaba en el cinturón un kunai unido a una soga, traería problemas si quería usar a Daniela o Mariano como rehén para que Adelina cediera. El hombre de azul le fue más difícil de analizar, no poseía ningún arma. Lo único que pudo sacar de él era el más fuerte. Por último, el cuarto hombre le resultó familiar. Los ojos blancos del extraño analizaban a Adelina, Mariano y Daniela, no solamente su exterior sino también su interior. Parecía conocer más cosas que ellos no sabían, como si fuera testigo de sus vidas.
–Te pondré en tu lugar, insolente –gruñó el ninja de azul–. Tu amiga no debió entrar a territorio Lin Kuei.
–Ponele voluntad a tus amenazas, la puta que te parió –Mariano apuntó hacia el ninja–. No te metas conmigo, sino queres que te de un boleo en el orto.
Los tres estuvieron atentos a cualquier movimiento brusco que hicieran alguno de los atacantes. El frío de la habitación les dio escalofríos. El ninja de azul miraba con mala cara Mariano desde que le contestó mal y este avanzó hacia él. El chico sin dudarlo le disparó con las ametralladoras, pero las balas nunca atravesaron el cuerpo. Una pared de hielo se interpuso entre las balas, invocada por las manos del extraño.
Adelina, Mariano y Daniela quedaron estupefactos por lo que acaban de presenciar, pero no tuvieron tiempo para reaccionar ya que el ninja de azul atacó a Mariano. Él logró defenderse usando los antebrazos y logrando asestarle varios puñetazos a su contrincante, luego de perder las armas. Pero esa defensa trastrabilló cuando el hombre vestido de azul usó sus poderes para crear agujas de hielo. Mariano se escudó con una silla que tomó en su retirada y corrió hacia el ninja para poder atacarlo. Le asestó el asiento en toda la cara y este calló al suelo.
Daniela apuntó hacia el oponente de Mariano, pero antes de poder disparar, el kunai del ninja amarillo interceptó la escopeta y empezó a tirar para sacarla de las manos de la chica. Tomó ventaja de eso y apunto hacia el chico, este logró esquivar el disparo por los pelos. Daniela tomó el cuchillo de la mesa y cortó la soga antes de que el kunai le volviera a causar problemas.
El hombre de amarillo se abalanzó rápidamente hacia Daniela y ambos cayeron sobre la mesa, y esta se rompió por el peso de los dos. La joven intentó forcejear y poder darle un golpe a su contrincante con la escopeta. Sus intentos fueron en vano, puesto que el extraño alejó el arma. Daniela aprovechó la aproximación del rostro de su enemigo para escupirle y liberarse de él. Con un sonido de disgusto el chico retrocedió y Daniela tomó ventaja para darle un golpe con la culata del arma.
Por el lado de Adelina, mantuvo firme el rifle para evitar que Smoke no se lo quitara. La chica tenía que encontrar una forma de sacarle el cinturón antes de que usara las bombas de humo como distracción. Adelina vislumbró a sus pies un mantel, luego de que Daniela alejara al ninja de amarillo tras haber roto la mesa. La joven levantó el mantel con rapidez y lo lanzó a la cara de Smoke. Cuando el rostro del chico fue cubierto, Adelina se abalanzó hacia él dándole un puñetazo y le quitó el cinturón. Luego, le dio una patada que alejó al hombre de ella y tiró muy lejos la ventaja con la que contaba Smoke.
–¡Ya basta! –gritó el cuarto extraño y de su cuerpo salió fuego azul y naranja.
Los seis dejaron su riña, pero Mariano seguía sosteniendo la silla como un bate de beisbol.
–Dame un segundo –dijo el muchacho mientras extendía el dedo índice. Volvió a golpear con la silla a su contrincante tumbado en el suelo y este solo pudo soltar un gruñido–. Listo ahora sí.
–Suficiente Mariano Baldor –el extraño lo retó como si fuera un niño–. No vinimos aquí a saldar asuntos por errores. Hemos venido a darle una propuesta Adelina Acosta y que podría cambiar el rumbo de su vida.
Adelina no soltó el arma, pero sí se quedó atónita con las palabras de ese extraño.
–Tu cara me resulta conocida…
–¡Es Hefesto con aspecto de Bruce Lee! –exclamó Daniela automáticamente–. El dios del fuego según los griegos.
–No lo es Daniela –Adelina bajó el arma–. En los mitos tiene la cara deformada y está rengueando por como Hera lo tiró del Olimpo. Este tipo ni de cerca cumple con la descripción de Hefesto.
–En efecto Adelina, no soy Hefesto, –apaciguó las dudas de las jóvenes–. Soy Liu Kang, dios del fuego y protector de la Tierra.
“El dios del fuego tiene la respuesta” “El dios del fuego vendrá pronto” “El dios del fuego mostrará los pasos”. El cerebro de Adelina comenzó a girar sus engranajes ¿El dios que la mujer del féretro hablaba? ¿Le iba a dar respuestas a sus tatuajes?
–Sos el vagabundo que estaba afuera –dijo Adelina.
–¿Cómo que protector de la Tierra? –preguntó Mariano.
–Vinimos a ofrecerle a Adelina un camino como uno de los campeones de la Tierra –Liu Kang se acercó a los tres jóvenes–. Es un camino que puede cambiar su vida.
Adelina desconfiaba de las palabras de Liu Kang, pero tampoco era tonta para no creerse que ese hombre era un dios y no un producto de su imaginación. Literalmente de su cuerpo salió fuego. Sus subordinados también tenían dones bastante peculiares. Bajó el arma y les preguntó a los extraños:
–¿Tienen hambre?
–Nos gustaría poder acompañarlos en su cena –dijo Liu Kang.
Después de preparar la pequeña mesa que tenían en el comedor, Adelina, Mariano y Daniela fueron hacia la cocina y cada quién se dividió las tareas para la cena y ayudar con las heridas de sus “invitados”. Adelina cortó más salame y fiambres para la picada y al mismo tiempo freír más milanesas y papas, al compás de Sex de Starbenders. Mientras que Mariano y Daniela ayudaron con las heridas a los tres ninjas y tanto el ninja de azul como de amarillo miraban con hostilidad las acciones del dúo. Nadie confiaba en nadie y a cualquier movimiento estaban listos para asesinar.
–Necesitan hielo para esos golpes, fans de Boca –dijo Daniela mientras sacaba las bolsas congeladas–. Esto les puede ayudar y para vos tenes el baño a la izquierda.
–Me llamo Kuai Liang –respondió el ninja de amarillo–. ¿Por qué crees que necesito el baño?
–Porque te escupí en la cara –Daniela sonreía mientras iba hacia donde estaba Mariano–, y creo que no te gustaría tener el olor y la sensación de mi saliva en toda la jeta, aparte de que es asqueroso lo que hice. Además de una buena demostración de mi gentileza, por más que me hayas roto la mesa, que cuesta casi un ojo de la cara comprar una nueva y decente.
Kuai Liang no pudo contradecir los dichos de Daniela y se dirigió hacia el baño, mientras que el ninja de azul miraba de manera hostil a Mariano. Seguramente la golpiza con la silla debió afectarle el orgullo. Por otro lado, Smoke se acercó por detrás a Adelina que estaba pérdida en sus pensamientos, la comida y la música.
–Perdona –ante las palabras Adelina apuntó con el cuchillo la garganta del joven–. Quería saber dónde tiraste mi cinturón. No pensaba molestarte.
–Busca –contestó agresivamente la chica y se volteó para seguir cortando el salame–. Dios te dio el don de la vista, úsalo.
–No era mi intención enojarte porque hallamos roto tu mesa.
–Te estás equivocando de mi porqué –Adelina volteó una vez más y se subió la remera para que el chico viera su vientre cicatrizado y parte de sus tatuajes–. Por esto estoy enojada, porque el mamerto que se va a sentar a mi mesa es el mismo que intentó matarme.
–Lamento haberte causado esa herida –dijo el chico, se notó la aflicción en su voz–. Debí esforzarme en evitar que saltaras y convencerte de que salieras de Arctika.
–Veremos si te ganas mi perdón, Smoke –dijo Adelina en un mal tono.
–¿Cómo sabes mi título?
–Cuando me oculté de vos y de tu amigo escuché una de sus conversaciones y supe tu apodo –Adelina sacó una milanesa de la olla y escurrió el aceite–. Todavía lo recuerdo porque no sabía si vos y tu grupo terrorista iban a matarme.
–No somos malos.
–Seguro y yo soy Goku –contrarrestó Adelina sarcásticamente.
Liu Kang intentó apaciguar la situación ofreciendo ayuda a la joven, pero ella se negó amablemente. Mariano y Daniela se curaron mutuamente las heridas hechas por la riña, pasándose hielo por los golpes y revisando si no tuvieron algún contratiempo.
Una vez que Adelina terminó de cortar los fiambres, servirlos en la mesita del comedor y ofrecer bebidas, continuó friendo las milanesas y las papas. Luego preparó la ensalada y cortó los panes para armar sanguches. Cuando las milanesas terminaron de freírse, la joven las puso en los panes y les agregó ensalada para acompañar. Luego llevó los platos a la mesita del comedor y los siete comenzaron a comer.
El silencio se podía cortar con un cuchillo, mientras que afuera la tormenta no cesó. Los relámpagos y truenos hacían que el cielo destellara y rugiera. Adelina, Mariano y Daniela miraron atentamente a los cuatro y estos igual.
–Apreciamos la hospitalidad que poseen –dijo el dios tras terminar su sanguche.
–No hay de que –respondió Adelina mientras masticaba una papa–. Ahora explícame, Liu Kang ¿a qué te referís con que soy campeona de la Tierra?
–Fue elegida para participar en un torneo que definirá la victoria de la Tierra contra el Mundo Exterior.
–¿Mundo Exterior? –preguntó Daniela mientras agarraba una rodaja de salame–. ¿Qué país ese es ese? No está en ninguno de los mapas.
–En efecto Daniela Ramoter –dijo el dios–, el Mundo Exterior es un reino entre los diversos que existen. Muchos de los habitantes prefieren que estemos en guerra con ellos, aunque estemos en paz, pero preferimos mostrar nuestra fuerza en el combate como símbolo de defensa. Además de contar con el clan Lin Kuei como defensores de la Tierra.
–Sinceramente creí que eran un grupo armado –dijo Adelina–. Intentaron matarme.
La mirada de la joven se posó hacia Smoke que comía rodajas de salame con queso como si fuera un manjar de ricos. Mientras que sus dos amigos apenas tocaron algo de la comida y observaban de forma crítica a los invitadores. Ante las palabras de Adelina, Liu Kang río.
–No lo son Adelina Acosta –el dios masticó otro sanguche–. Como mencioné antes, se dedican a ser nuestras defensas. Bi Han es el Gran Maestro del clan y tanto sus hermanos, Kuai Liang como Tomas son los mejores ninjas.
La mano de Liu Kang se extendió en el ninja de azul, Bi Han y este mostró orgullo a su título de Gran Maestro, al igual que el Kuai Liang, el ninja de amarillo. Pero Smoke, Tomas, fue el único que no mostró ese orgullo por su título, ya que seguía enfocado en la comida.
–Entonces ¿por qué fui elegida para este gran torneo con el Mundo Exterior? –preguntó Adelina.
–Porque tú mostraste unos valores y cualidades que pueden ser representados para ser una campeona de la Tierra –dijo Liu Kang como si hubiera dicho lo más obvio del mundo.
–¿Y nosotros? –preguntó Mariano.
–Si ustedes quieren ser parte de los campeones de la Tierra deben ir conmigo y Adelina a la Academia Wu Shi –la mirada de Liu Kang se dirigió a los amigos de Adelina–. Aprenderán tanto del Mundo Exterior como de los protectores de la Tierra.
–¿Irnos? –Adelina se quedó perpleja–. ¿Por cuánto tiempo?
–Unos meses –dijo Liu Kang mientras tomaba un poco de su bebida–. Necesitarán entrenar y pulir todas sus técnicas de combate.
–¿Y nuestros trabajos? –Daniela preguntó dejando el plato en la mesa–. Tenemos acá una vida. No podemos desaparecer sin más por unos meses. Las cuentas, mis noticias, la mesa. Por cierto, los tres, me deben una mesa… Corrección, nos deben una mesa.
–Estamos ocupados los tres –dijo Adelina–. Estoy con una investigación y si me ausento por mucho tiempo voy a perder la plata.
Abandonar todo por un torneo que ni siquiera tenía intenciones de participar. Había cosas más importantes en las que debía enfocarse, pero su cerebro volvió a trabajar y cuestionarse varias cosas. ¿Sería Liu Kang el que la mujer del féretro hablaba? ¿Podría sacarle los tatuajes o darle más información sobre la diosa Hela? ¿Sabría algo sobre algún desafortunado que enloqueció hasta morir por culpa del arma nórdica o de los otros dos artefactos que había visto en sus alucinaciones?
Adelina desconfiaba de los cuatro sujetos, no pensaba relatarle nada a Liu Kang sobre la daga o el mapa hasta ver si el dios era una amenaza o alguien en quien confiar. Tampoco les agradaba los tres Lin Kuei, sospechaba que en algún momento la matarían por haber entrado a sus tierras luego de ese torneo con lo que llamaban Mundo Exterior.
El dinero que iba a perder si se ausentaba por mucho tiempo era otra de sus preocupaciones. Había otros arqueólogos con las mismas habilidades que Adelina que podrían hacer que Agustín, su cliente, quisiera romper su contrato con ella.
–Este torneo pondrá un nuevo rumbo a sus destinos –dijo Liu Kang–. Sería un honor que los tres representaran a la Tierra.
–Me dejas un segundo hablar con mis amigos –dijo Adelina con una sonrisa, mientras se ponía de pie–. En privado.
Mariano y Daniela se pusieron de pie y al mismo tiempo se escucharon gritos de los vecinos. Adelina y Daniela revolearon los ojos y se sintieron avergonzadas porque sus invitados tuvieran que ver el lado malo de su departamento. El trío se fue al cuarto de Adelina.
–¿Qué opinan de lo que acabamos de escuchar? –preguntó la joven en cuanto la puerta se cerró.
–Esos tres del clan tiene una mina de oro de problemas –soltó Mariano señalando la puerta–. Valdría para una tesis de psicología y tener mi título sin tener que cursar devuelta.
–El de azul está lindo y el amarillo también –dijo Daniela–, pero no quita que quiero que nos paguen la mesa. Con lo otro no sé qué decir… es una locura que a la vez le creo a ese dios del fuego.
–Coincido con vos, Dani –habló Mariano y se cruzó de brazos–, esto es algo simplemente imposible ¿Un torneo? ¿Para qué? ¿Por qué se hizo?
–¿No escuchaste lo que dijo Liu Kang? –preguntó Adelina.
–No.
–Según él, para demostrar la fuerza ante el Mundo Exterior y mantener las defensas –Adelina se sentó en su cama–. Literalmente parece cierto lo que dice, le salió fuego del cuerpo y el de azul conjuró hielo de la mano y casi te mata Mariano.
–¿Vas a irte a ese torneo? –preguntó Daniela sin titubear y posó su mirada en la de su amiga. Al mismo tiempo se escucharon más gritos de sus vecinos.
–No lo sé –sacudió la cabeza–. Voy a perder plata y si vienen conmigo también van a perder mucha plata en esos meses que no sé cuántos van a ser, pero a la vez siento que me va a poder dar respuestas.
–¿Respuestas? –cuestionó Mariano.
–Los sueños que estoy teniendo me hacen dudar si debo ir o no –dijo Adelina preocupada–. La mujer del féretro varias veces hablaba de un dios del fuego que iba guiar el camino.
–Son sueños Adelina, simplemente representan un lado oculto de tu subconsciente como dice el maldito Freud –dijo el muchacho.
–Mariano, esos malditos sueños hablaron de Arctika y en ese mismo lugar una puta daga maldecida me hizo tatuajes y alucinaciones –Adelina mostró su brazo y abdomen–. Esas alucinaciones me siguen apareciendo a veces sobre muertos y esa mujer gritando una y otra vez. ¿Si se vuelven constantes hasta tal punto que no pueda diferenciar la realidad?
–Tendríamos que mínimo ponerlo en duda –dijo Daniela mientras daba vueltas–. Sí, esto de un dios es verdadero. Pero los sueños de Adelina pueden serlos y la daga, quizás, debe tener una maldición hacia cualquiera que la toque. Las alucinaciones no creo que llegarán al punto que estás diciendo, pero hay que ver si ese dios puede darnos alguna guía sobre cómo hacerlas desaparecer… digo, si aparecieron de forma mágica deben sacarse de forma mágica.
–¿Debería ir entonces? –preguntó Adelina.
–Iremos –dijo Mariano.
–¿Pero sus trabajos? –se alarmó la joven–. Yo puedo justificar con algo medianamente, pero ¿ustedes?
–Nos las ingeniamos. Van a ser unas buenas vacaciones.
–No lo sé –dijo Daniela con duda en su voz.
–Vas hacer entrevistas que no involucren riesgos y estar casi al pedo –contra ofertó Mariano.
 –Está bien, me uno a la aventura.
–No me siento cómoda que ustedes vayan –dijo Adelina.
–Muy tarde, ya decidimos –dijo Daniela y una sonrisa adornó su rostro.
–Los Lin Kuei podrían representar a la Tierra en esta ocasión, Lord Liu Kang –escupió Bi Han–. Estos tres no pueden ser aptos para representarnos.
–Tienen verdaderas habilidades, aunque ellos no lo sepan –dijo Liu Kang tranquilamente.
Tomas se quedó en silencio viendo como la conversación entre el dios del fuego y sus hermanos continuaba. El joven de cabello grisáceo se enfocaba en la comida que sus hermanos apenas habían tocado, no sabía cómo ellos se negaban a probar estas delicias.
Le era un misterio cómo la misma chica a la que había intentado asesinar en Arctika tenía un gran talento en la cocina.
–Ella y sus amigos ni siquiera tienen una buena base de alimento para que puedan desarrollar una técnica de combate –dijo Bi Han.
–Ese amigo fue el que te dio un sillazo en la cabeza –dijo Mariano Baldor, mientras la puerta cerraba y Adelina Acosta y Daniela Ramoter miraban con mala cara al hermano mayor de Tomas.
–Eres un imprudente e inmaduro, un…
–Es una falta de respeto que los invitados insulten la comida del invitador –dijo Adelina agresivamente–. Si querías otra cosa, Gran Maestro, te hubieras ido a Palermo o a tu casa.
–Bi Han es suficiente –el tono de advertencia de Liu Kang hizo que el se contuviera.
–Señor Liu Kang, nos conmueve su propuesta sobre ser campeones de la Tierra –dijo Adelina–, y nos gustaría estar con usted en el torneo.
El dios sonrió ante esas palabras, al igual que Tomas. Sus hermanos mostraron duda en sus rostros, pero al menor no le importó mucho. Pensó que esas tres personas darían su mejor esfuerzo para representar a la Tierra.
Pero hubo algo que le hizo ruido en la cabeza y fue Adelina. Cuando la conoció hace unos días estaba alterada y llorando por la presencia de Tomas y su ayudante. Sospechaba que había encontrado algo en esas ruinas de las montañas… o vio algo que la aterrorizó.
Esas ruinas, ni los propios Lin Kuei conocían de su existencia y pasó sin mucha relevancia a los ojos de Bi Han. Pero a Tomas le causaron un verdadero terror. Cuando puso un pie en ese sitio, sintió que las dos estatuas de la entrada lo miraban como un invasor, alguien que vería muerte si no se marchaba de inmediato. Quizás la muchacha percibió lo mismo que Tomas o incluso más odio, le es un misterio saberlo en esos ojos tan misteriosos y extrañamente cautivadores.
–Me alegra que hayan tomado esa decisión.
–¿Cuándo nos marchamos? –preguntó Daniela.
–Mañana al atardecer los llevaré a la Academia Wu Shi –Liu Kang se puso de pie y Tomas y sus hermanos lo imitaron–. Lleven lo necesario.
Los cuatro se dirigieron a la salida y tras despedirse de los tres jóvenes se marcharon a las calles. La lluvia seguía, pero el aguacero se detuvo para ser una llovizna. Liu Kang fue hacia el mismo lugar donde antes había conjurado el portal y una vez más las llamas azules y naranjas formaron el portal. Los cuatro hombres se perdieron en esa negrura infinita completando así su misión.
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pcrkjmin · 4 years
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nombre: gim suyeong  apodos: suyeongie, sully, sullivan edad: 24 (edad internacional)  orientación: bisexual  faceclaim: kim taehyung (v de bts)  estado: open/multiship
tw: depresión, menciones de suicidio, drogas
Nacido en el seno de una familia de clase media, Suyeong es el primer y único hijo del matrimonio Gim. Su padre, un recién egresado en negocios internacionales, y su madre, la heredera de un comedor familiar que llevaba años en el árbol genealógico, se casaron a una edad relativamente joven y para los veinte-y-algo años de ambos, Suyeong ya formaba parte de la familia.  
Mientras crecía, la ambición de sus padres por darle un mejor futuro también lo hacía. Los primeros años de su vida fueron duros, pasando la mayor parte del tiempo con sus abuelos mientras sus papás trabajaban duro para sacar adelante el restaurante, incluso en un momento de su infancia consideró a los ancianos como sus verdaderos padres ya que aquellos que le dieron la vida solo lo veían por las noches y antes que se fuera al jardín de niños. Sin embargo, todo cambió cuando le ofrecieron trabajo a su padre al otro lado del mundo, y sin pensarlo mucho, la pareja tomó sus cosas, a un Suyeong de apenas cuatro años y subieron a un avión directo a Nueva York.  
Decir que empezar de cero en una nueva ciudad es fácil, sería una mentira gigante. Hubo momentos donde el matrimonio no sabía qué hacer, especialmente con un niño curioso y energético que necesitaba su cuidado todo el día al no tener donde ni con quien dejarlo. Eventualmente, las cosas cayeron en su lugar y los Gim lograron abrir la primera de muchas tiendas en la gran manzana, con el mismo nombre y recetas de las pasadas generaciones de la familia.  
Suyeong en realidad no recuerda cómo fue el crecimiento de los restaurantes de sus padres, a lo mucho tiene memorias de sus días jugando en la cocina o ayudando a su mamá a cortar vegetales, pero hasta ahí. No recuerda la sensación que causó el restaurante, ni los miles de personas que llegaban por semana solo para probar el pollo picante de su madre o el ramen especial de su padre. Supone que fue orgánico el crecimiento, y cuando menos acordó, la  pequeña tienda que tenían pasó a ser un recuerdo.   Actualmente, sus padres tienen franquicias de costa a costa en Estados Unidos, y por supuesto, Asia no se quedó atrás.  
Regresó a Corea a sus ocho años, en compañía de su abuela, para tener la misma experiencia que cualquier otro niño surcoreano en la provincia de Incheon. Entró a la escuela primaria, donde las cosas fueron un tanto difíciles los primeros meses porque su coreano salía un tanto roto y aunque sus padres lo criaron de la misma manera que habrían hecho en casa, era duro acoplarse. Lloraba constantemente por las burlas, y aunque los hostigamientos no llegaron a más, esos meses fueron como el infierno para él. Así fue hasta que conoció a Taemin (actual mejor amigo, compañero de piso y amor de su vida certificado), un niño con mejillas regordetas y llenas de un color tan bonito como la flor de cerezo, quien lloraba como él y, por lo que entendió, utilizaban el mismo baño para ocultarse de sus compañeros de clase. Fue un click inmediato, Taemin era todo lo que Suyeong quería ser: valiente, sin miedo, extrovertido y seguro de sí mismo, aunque compartieran lágrimas y hostigadores, para Suyeong era el niño más asombroso que había pisado esa escuela.  
Los años pasaron y con estos, Suyeong encontró nuevas aptitudes.  La natación se convirtió en su pasatiempo favorito; la piscina era su lugar seguro, quizá el más seguro en el mundo a pesar de estar rodeado por litros y litros de agua. No había sensación más placentera para él que flotar en una piscina gigante en completa soledad, porque ahí, con su cuerpo suspendido en líquido a metros del piso, nada le pesaba, ni el cuerpo, ni los pensamientos, todo era tranquilidad y paz pura. Si bien, Suyeong tenía todo lo que un adolescente podía pedir en la vida: padres con dinero, una casa en el mejor barrio de la ciudad, amigos que lo apoyaban en todo, abuelos amorosos y la promesa de un futuro haciendo lo que más le gustaba en el mundo; la mente sigue siendo el arma más poderosa.  
Todo empezó a sus catorce años, cuando el mundo comenzó a perder sus colores y la vida dejó de tener tanto sentido como solía. Suyeong no lo comprendía, ¿en qué momento se fue todo abajo? ¿cuándo pasó de esperar el amanecer, a rogar al cielo para que la noche durara veinticuatro horas seguidas? Él era un niño feliz, iba a la escuela y sacaba buenas notas, se divertía con sus amigos en los recesos y al salir de la escuela, ganaba competencias amistosas entre escuelas y algunas a nivel estatal, ¿por qué se sentía tan... vacío? ¿por qué de pronto no podía concentrarse en las lecciones? ¿por qué tenía ganas de dormir doce horas seguidas? ¿por qué encontraba pesado alistarse para ir a la piscina? ¿por qué? No supo a quién preguntar, sus padres estaban trabajando todo el tiempo y sus abuelos eran muy de la vieja escuela para poder aconsejarlo en algo como esto. Sus amigos eran una opción, pero ¿Qué más podían saber ellos, si tenían la misma edad? Sus dudas prevalecieron por semanas, al igual que esa oscuridad que llegó a acaparar su vida poco a poco hasta dejarlo en la completa penumbra.  
La penumbra duró meses. Sus calificaciones bajaron notoriamente, sus horas de sueño pasaron a ser un completo desastre y no había pasado tanto tiempo sin tocar agua desde que se lastimó el pie a los diez años y el entrenador le dijo que se tomara un descanso. Se sentía perdido, angustiado y con un constante dolor en el pecho que solo podía describir como terrible. Estaba triste, desesperado, ¡por dios, solo era un niño de quince años, no tenía nada que hacer sintiéndose así! Necesitaba ayuda, quería ayuda, pero ¿a quién se la pedía?  Aquí es donde entra Bosung, un ángel caído del cielo con más tatuajes que aspiraciones en la vida, con los cabellos del color de la noche y nariz de botón que en ocasiones brillaba por el aro que le atravesaba una de las fosas. Bosung, un muchacho que le llevaba tres años de edad, que estaba por pasar a la universidad y le gustaba pasar el rato con Taemin en las calles de la ciudad, que sabía más de la vida de lo que Suyeong podría. Su hyung le explicó un par de cosas, lo invitó a hablarlo con sus padres y buscar ayuda profesional. Sus papás estaban decepcionados con ellos mismos por no darse cuenta antes, pero, honestamente, habría sido algo imposible dado que pasaban poco a nada de tiempo con su hijo. De igual manera, Suyeong no los culpa por querer darle un mejor estilo de vida del que ellos tuvieron.  
Le tomó un tiempo volver a los rieles, había descuidado muchísimas cosas en los últimos meses y aunque se veía bastante difícil regresar a la rutina, haría su mejor esfuerzo.  El bachillerato llegó  y los episodios de oscuridad eran pocos, pero no nulos. Unos eran mejores que otros, en especial ese que lo dejó llorando en el cuarto de un hospital con sus amigos abrazándolo y sus padres entrando al edificio como si trajeran fuego en los pantalones, pero Suyeong era fuerte y podía contra la penumbra, no importa cuantas veces esta intentara opacarlo.  
Si tuviera que definir su bachillerato con palabras sería: drogas, sexo, alcohol, descubrimiento, depresión y competencias. A pesar de los terribles horarios que tenía que seguir con la escuela, Suyeong encontraba tiempo para divertirse con sus amigos, hacer desastres por aquí y por allá, cada vez se iba pareciendo al Suyeong de antes, con esa sonrisa encantadora y personalidad burbujeante. El camino para descubrir su sexualidad estuvo rocoso, difícil y agotador, pero al tiempo que ya tenía dieciocho podía decir con orgullo que era bisexual y no había nada de malo en ello.  Puede decir que esos, aunque difíciles, fueron los mejores años de su vida.  
Al salir de secundaria, aplicó para una escuela de artes junto a Taemin y cuando ambos quedaron dentro, optaron por mudarse juntos a un modesto departamento en Seul donde vive actualmente.  Comparte piso con Taemin y Cheol, un muchacho que llegó a salvarles la vida y los traseros con su parte de la renta, aunque Suyeong fácilmente podría comprar el edificio entero.
DATOS EXTRA:  
-Para la edad de veinte, Suyeong ya era considerado un nadador profesional, con un historial de diez competencias ganadas dentro del país.  
-¿De dónde sacó el tiempo para entrenar, estudiar y meterse polvos por la nariz? Ni él sabe, honestamente, pero dormir dos horas al día no es tan malo como creyó en un principio.  
-Decidió estudiar arte porque es algo que le ha fascinado desde pequeño, su cuarto estuvo lleno de canvas y acrílicos por años. Era un pasatiempo del cuál no llegó a hablar mucho con sus amistades o cualquiera fuera de su familia pues lo veía como algo más personal, casi una terapia.
-Después de aparecer un par de veces en la televisión y asistir a todas esas fiestas de gente rica con sus padres, un par de agencias de modelaje lo contactaron y así inició una pequeña carrera en el mundo de la moda.  
-Es un niño muy sensible, lleva el corazón en la manga todo el tiempo. Si le alzas la voz, es probable que llore sin importar en donde esté.  
-Quiere mucho y con fuerza. Es un amante muy apasionado y tenerlo como pareja es básicamente firmar para tener un oso cariñoso encima las veinticuatro horas del día.  
-Es una persona competitiva y bastante celoso.  
-A pesar de ser muy dulce, no tiene miedo de decir lo que le molesta. Verlo morderse la lengua es algo difícil, pero no imposible.  
-No es de presumir el dinero de sus padres porque, reitero, es de sus padres, no suyo. Por lo mismo ha vivido como cualquier otro adolescente de clase media, teniendo trabajos a mitad de tiempo, bebiendo licor barato, comiendo fideos instantáneos casi todos los días.  
-Es coqueto por naturaleza. También es una persona que le gusta el contacto físico.  
-Honestamente, a estas alturas de su vida, la natación es más un pasatiempo que una profesión pero sigue entrenando duro para las competencias a las que lo invitan.  
-Tiene dos perros: Byeol (estrella) y Wook (amanecer)
-Le dicen Sully por el monstruo azul de Monster’s Inc.  
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blueh4waii · 5 years
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líbrame de todo dios.
creo en ti. en tus ideas y en tus pensamientos. creo en ti, mujer. creo en lo que sientes y en los caminos que tomarás, algunos malos, otros buenos. creo en los caminos que tomaste y en tus decisiones pasadas, porque todas ellas te llevarán a lo que eres y serás. creo en tus acciones, que cambiarán al mundo y, si no, no importa, cambiaron el mío.
creo en el poder de tus ojos y tus caderas. creo en las curvas de tus pechos y en la punta de tus pezones, en el poder que ha sido puesto en tu vientre creador de vida, estirpe de la raza humana.
creo en tus muslos y en tus labios rosas, pétalos que se abren al calor del corazón. creo en tu ombligo, torbellino áureo, memoria de la unión con el universo y centro de mi atención, mis besos. recuerdo constante de que eres humana y no encarnación de mis deseos.
creo devotamente en tus labios bañados en carmín celestial, objeto de mis oraciones y palabras. cuenco de néctar, ambrosía; como la miel y la literatura. alimentos imperecederos del alma y las pasiones.
me declaro enloquecido y fervoroso creyente de las sensaciones que produces y las ideas que generas. heredera de musas, primogénita de diosas, progenitora de artes. me declaro en perpetua locura inducida por tu piel, uñas, cabello, espalda, nalgas, piernas, pies; en total deseo de tu rostro. pómulos que me han costado la razón, palabras que me arrebatan el sueño, ojos que perforan el alma, besos que aniquilan la voluntad y me hacen arder desde un pecho lleno de pólvora.
creo en la revolución de tus ideas, la manifestación de tu cuerpo y el milagro de tu existencia.
mujer de nadie que estás en la tierra, relegada a la brevedad y sin razón, sálvame del aplanamiento cotidiano y recógeme, sácame del condicionamiento, estállame, explótame. mujer, sálvame de la vida, dame muerte entre tus piernas, vuélame la cabeza con tus palabras. despacio, con tu boca pegada a mi oreja, dispara lo mejor de tu arsenal y mátame.
mujer, creo en la perfección de tu cuerpo y el poder que te fue dado, en la unión divina de los cuerpos, de tu sexo, del mío, del nuestro.
santifico la elegancia de tus movimientos y me alimento del único cuerpo que considero sagrado: el tuyo. me confieso contigo en letras y la única fiesta que conozco: tenerte cerca y viva.
arrástrame al infierno y llévame lejos de este lugar quemado, sin fuego, frío y abandonado de toda luz. caminemos lejos del paraíso que tanto daño me ha hecho, sácame de su encierro, el encierro de lo sano, de lo correcto, de la especialización.
déjame expiar mis penas en los pecados de tu cuerpo ¡que nos envíen al infierno! lejos de las tierras donde todo está prohibido y todo es cordura, las tierras donde todo está muerto. mujer, líbrame de todo bien, líbrame de todo dios.
- José de la Serna.
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lauritanaomystery · 5 years
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Radiante Y Hermosa Heredera Del Infierno ...
Meadow , The Princess Of The Hell ...
@ask-hellfire-flowers-princess , @mystery-dorks
Killer Of Love ... 
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newhavenhq-blog · 5 years
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¡Has llegado a New Haven, Minerva! Ha sido un largo y escabroso camino, pero ha valido la pena. No bajes la guardia, porque los muertos no descansan, y tanto ellos como los vivos son un peligro. Fíjate bien en quien confías, porque aunque parezca que estás a salvo, el camino al infierno está lleno de buenas intenciones.
¡Bienvenida, Queen! Agradecemos tu interés en el proyecto y esperamos que tu estancia sea agradable. A partir de este momento cuentas con 24 horas para enviar la cuenta de tu personaje. Si necesitas una extensión de tiempo, no dudes en solicitarla.
// FUERA. Nombre o apodo: Queen Pronombres: She/her Edad: 23 años País o zona horaria: Uruguay Nivel de conexión (1 al 10): 7/6 ¿Algo que desees agregar?: Nada, gracias! // DENTRO. Nombre completo: Minerva Feraud Edad y fecha de nacimiento: 15 de junio de 1986 Faceclaim: Marie Avgeropoulos Personalidad (ya sea en una lista de rasgos positivos o negativos, o mediante un párrafo descriptivo): Tiene una forma de ser fuerte, dura y determinante. Debido a la plaga su personalidad cambió de manera brutal, dejando de ser la mujer suave, cálida y divertida que era antes. Su independencia y soledad comenzó a describirla, por más que en el fondo la empatía siempre intenta asomarse, se esfuerza para que quede allí escondida, bajo llave, sabiendo gracias a sus vivencias que en el mundo nuevo no se puede ser blando, no se puede bajar la guardia. Intenta no encariñarse, no darle importancia a otros individuos, seguir su propio camino, entiende que los vínculos llegan tan rápido como se van. Sin embargo no siempre lo logra, siendo esta para ella su debilidad más fuerte.
Tres a cinco datos sobre su vida antes de la plaga: — En Francia, más específicamente ubicándonos en un pueblo pequeño de diez mil habitantes, donde las ambiciones nunca fueron grandes y la expectativa de vida siempre fue baja, la familia Feraud se dedicaba a manejar su humilde negocio de relojes antiguos. Dentro de los cuatro integrantes que conformaban una familia promedio, se encontraba Minerva, la hija mayor de un matrimonio sin esperanzas. Para la heredera, rodeada de todas aquellas agujas y “tic-tacs” incesantes, el tiempo parecía pasar tan lento que llegaba a desquiciarla. Un alma pura y apasionada en tiempos de cólera. Minerva no tuvo particular suerte con lo que el destino le tenía preparado. Amaba a su familia con toda su alma pero, dueña de un espíritu libre e independiente, siempre fue encerrada en una caja de cemento, su vida se basó en conocer cada uno de los rostros en aquel pueblo diminuto. —Tras desarrollarse en aquel sitio prácticamente desolado, dónde nunca sucedía absolutamente nada, su crianza careció de emoción alguna. Todos los días la misma monotonía, cada hora tan repetitiva que, incluso para una niña de 10 años, llegaba a ser completamente desesperante. Ir a estudiar por las mañanas, encargarse del negocio por las tardes. Día a día se exponía a una rutina inalterable, a la cual ninguna adolescente de su edad debería someterse. No tenía muchos amigos, tampoco demasiado tiempo para forjar vínculos sociales. Frente a sus ojos, su vida se escapaba de sus manos poco a poco, sin mucho que pudiese hacer al respecto. Nadie lograba entenderla. Su único escape: los libros. A través de ellos podía conocer sitios distintos, vidas distintas, personas completamente nuevas. En un mundo dónde sus alas eran cortadas constantemente, aquellas páginas le daban esperanza de que tal vez, algún día, podría realizar sus sueños reprimidos. — A la edad de 22 años Minerva había madurado para convertirse en una joven profunda, inteligente, llena de expectativas, pero por sobre todas las cosas: decidida. Supo tomar las riendas de su propia vida, no solo comenzó a nutrirse de conocimiento a través de diversas fuentes, sino que su cuenta de ahorros fue creciendo cada vez más, juntando aquel poco dinero que ganaba en la relojería para utilizarlo a su beneficio. No se consideraba una rebelde, como se esforzaban por catalogarla, simplemente alguien en busca de su lugar en el mundo. Con el pasar de los años, al no querer seguir encerrada en aquel pueblo, decidió que era tiempo de marcharse. Deseaba ser alguien, tener una identidad propia. Teniendo el dinero disponible, escogió un destino: New York, y no miró hacia atrás. La ciudad de las luces sería su nuevo paradero, dónde nuevas puertas la ayudarían a poder crecer, tal cual siempre lo había imaginado. Desde entonces y luego de un período de adaptación de 3 años, cursa medicina en la Universidad, vive en un pequeño departamento en el centro de la ciudad y, a pesar de extrañar a sus familiares, es más feliz de lo que ha sido nunca. Tres a cinco datos sobre su vida desde la plaga hasta su llegada a New Haven: — Las catástrofes parecen lejanas hasta que te suceden a ti. No podía creerlo y la culpa la invadió por completo. Abandonó a sus padres, a sus hermanos, se fue lejos y ahora no sabe si están vivos o muertos. Se sintió totalmente incapacitada. ¿Al sur? Muerte. ¿Al norte? Muerte. Decidió plantearse un objetivo: poder llegar a Francia, encontrar a quienes anhela abrazar con todas sus fuerzas, poder protegerlos, poder sobrevivir a su lado. Sin embargo, nada es fácil en un mundo gobernado por la plaga. Recorrió muchos caminos buscando a su familia, se aferró a personas y vió como las mismas eran devoradas, como sus almas desaparecían y sus cuerpos se pudrían. No perdió las esperanzas, siguió y siguió, con los pies cansados y el miedo a flor de piel, hasta que decidió que era suficiente. — En el camino se unió a un pequeño grupo de personas en su misma situación, cada uno con sus propios demonios, cada uno con objetivos diversos pero a fin de cuentas, el mismo: sobrevivir. En esa época fue que, en una de las casas abandonadas, encontró una espalda antigua, afilada, perfecta para defenderse. Con ayuda y tiempo de dedicación, se entrenó para saber utilizarla, horas peleando contra árboles y voluntarios que decidieron darle una mano, horas perfeccionándose para no morir. A pesar del esfuerzo y del progreso con su nueva arma, cuando un ataque masivo le ocurrió a su grupo, fue la única sobreviviente, logrando a duras penas escapar de allí con vida. —Ya cansada y sin esperanzas, abandonada por quienes antes eran su único apoyo y cable a tierra, la idea de un reencuentro con su sangre fue abandonada. Llegar a Francia comenzó a parecer una total locura. Estaba sola en el mundo y debía acostumbrarse a ello. Tras escuchar que New Heaven existía, no dudó en dirigirse allí y formar parte. Ya sin un propósito, lo único a lo que espera es poder seguir con vida, poder esperar un milagro que le devuelva a sus seres amados.
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promptsenespanol · 5 years
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Prompt ·2
Las primeras brujas fueron la descendencia de demonios y humanos. Una bruja, que creció con una madre soltera, siempre pensó que su padre ausente era solo otra bruja. Lleva una vida casi normal porque su madre la maldijo y le impidió usar su magia. Sentirse como una parte de ella siempre ha estado desaparecida, ella anhela lanzar hechizos y promulgar charns. Desesperada, ella convoca al demonio rey del infierno para hacer un trato y romper su maldición. Ella conoce a un hombre que se parece extrañamente a sí misma, y ​​él también se da cuenta de esto. Él acepta levantar su maldición con una condición: ella debe convertirse en su heredera.
Prompt traducido de writing-central
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wonderparancic · 5 years
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Florencia Ricci
Nombre: Florencia Ricci.
Edad: 27
Nacionalidad: Italiana.
FC: María Clara Alonso.
Ocupación:
-Graduada en Ingeniería de las Telecomunicaciones.
-Empleada en una tienda en el programa.
Historia: 
Florencia, la niña perfecta, la hija que cualquier familia podría desear, o al menos eso aparentó siempre desde fuera.
Sus padres eran un matrimonio consolidado de años. Una mujer estéril y un empresario con gran poder en toda Italia, dueño de la empresa líder en telecomunicaciones del país. Ambos estaban de acuerdo en que la empresa necesitaba un heredero o heredera para que la empresa se mantuviera cuando el hombre llegara a su vejez, para que siguiera siendo empresa de herencia. Por eso mismo, educarían a su primogénito en una carrera relacionada para que en algún momento él o ella fuera quien dirigiera todo.
Con los años y luego de varios intentos, el matrimonio logró concebir una hija a la que llamaron Florencia, así como la ciudad en la que se conocieron. La niña desde bebé fue una niña adorada por toda su familia, una pequeña con un futuro planificado desde antes de nacer, un futuro aparentemente luminoso e intachable.
Nunca le faltaron lujos, todo lo que quería era “sí”. Tenía varias niñeras a su cargo y las últimas tendencias en todo, protegida y mimada en cada lugar que iba, a pesar de ser rechazada por eso mismo en los lugares sociales como la guardería o el colegio cuando comenzó.
A sus seis años, sus padres finalmente adoptaron otra niña llamada Elena. Ella tenía tres años y había nacido en Nápoles, al sur de Italia. Lo único que se sabía de ella era que era una hija no deseada a la que su madre decidió no abortar sino que dar en adopción, o eso le habían dicho a sus padres; Había estado desde su nacimiento en adopción y finalmente había encontrado una familia que realmente la deseaba, que creía que iba a ser la mejor compañera para su hija Florencia, aunque resultó ser todo lo contrario.
Ofendida, Florencia manifestó en varias veces su descontento con la menor, la que a partir de su primer día en la casa había comenzado a recibir atenciones de todo tipo de parte de sus padres. Ellos estaban encantados y ella la odiaba, odiaba la idea de tener una hermana y que la abandonaran, que la dejasen de lado.
Con el paso de los años, Florencia siempre fue a la que más le exigieron, la que más querían que destacara entre todo el mundo, la de las mejores notas y mejor promedio, la que no podía fallar en nada. Florencia debía ser la hija que les diera “orgullo” a sus padres, llevar adelante todos los objetivos que ellos habían pensado para ella antes de que naciera. Y así fue.
A base de castigos y puertas cerradas, la mayor logró destacar entre todo el mundo. Siempre deseó ser la envidia de todo el mundo, en artes marciales, idiomas, artes e incluso en las olimpiadas de matemáticas que organizaba anualmente el instituto; Si no quedaba arriba salía segunda por milésimas, su carácter fue forjado a base de exigencias por parte de su padre; Un hombre exigente con ella a diferencia de con Elena pero comprensivo, que nunca la dejaría sola y podía saberlo con solo mirarlo.
Logró graduarse con el promedio más alto de su clase, siendo la mejor así en la selección para Ingeniería en Telecomunicaciones, la carrera que sus padres le habían elegido apenas ella había entrado al colegio secundario; Si por ella fuera hubiera escogido algo relacionado a la moda pero su futuro la obligaba, iba a heredar todo un imperio en Italia y debía estar lista. ¿Quién quedaría si no fuera ella?
Nadie en el mundo iba a arrebatarle su legítimo puesto.
Pocos fines de semana conoció la palabra “salir”, aunque no era salir como hacía la gente de su edad. Solía salir al cine y a cenar sola con sus apuntes, nunca podía salir sin ellos o sin un libro, los que eran sus mejores compañeros además de sus auriculares. Disfrutaba de la ciudad de Milán a pesar de la lejanía con Venecia, su preciosa y adorada ciudad natal, de forma silenciosa y desapercibida por las noches. Todavía era todo muy prematuro, todavía le faltaba para llegar a la cima.
Con veintitrés años logró graduarse sin dejar ningún año, sin recursar absolutamente nada. Había logrado ser el mayor orgullo de su padre y su madre, así también como de su hermanita, la que a pesar del odio de su hermana algo cambiaría esa noche.
En la fiesta que dieron sus padres el mismo día que se graduó, cuando Florencia volvió a su Venecia natal, la mayor conoció al novio de su distanciada hermana. Él tenía treinta y cuatro cuando ella tenía solo veinte años, y sin más se puso a investigar sobre él a escondidas en una fiesta hecha solo para ella, la que hubiera disfrutado si no lo hubiera escuchado hablar con su legítima esposa sobre sus hijos. Esa misma noche logró destruirle la nariz por completo, manchando de sangre su vestido amarillo, pero también esa noche fue el primer abrazo que le dió en su vida a su hermana, de la que ya no se alejaría, comenzando así una relación única y fuerte con ella.
Habiendo conseguido un puesto envidiable en la empresa de su padre al graduarse, Florencia comenzó a ser la novia más deseada de muchos. Cualquiera podría caer por un par de millones de euros y una mujer que podría comprarse todo lo que quisiera en un abrir de cerrar de ojos. A la mayoría ni le interesó sobre ella al ver su cuenta bancaria, aunque ella llegó a enamorarse de forma tal que casi se muda a Sicilia por un chico. Y es por ese mismo que dejaron de interesarle todas las parejas, dedicándose de lleno a sus pocas amistades verdaderas, su familia, sus aficiones y su trabajo, sobre todo su trabajo en el que no paraba de crecer.
Con veintisiete años todavía no había decidido muy bien que sería de ella, si se casaría o no lo haría, si tendría hijos o no, hasta que algo la tomó como una desagradable sorpresa, y en ese momento solo deseó dejar de existir, esfumarse y no aparecer nunca más.
Pero no todo es como se desea, y es por eso que mientras se iba encerrada en una lancha por las interminables aguas venecianas solo pensó que ese sería su fin, y así fue como se empezó a romper.
El mes siguiente fue el peor mes que pudo vivir alguien alguna vez. La castaña fue secuestrada y encerrada en un monoambiente en un piso alto. Solo entraba la luz por una pequeña ventana pues lo demás estaba cubierto de forma difícil de quitar. Tres veces por día una persona enmascarada ingresaba para dejarle una bandeja con comida de microondas y una botella de medio litro de agua. Todo para mantenerla viva para ellos.
No había llegado a contarlos. Vestían igual, todos completamente de negro, y portaban la misma máscara, pero eran cerca de diez o tal vez más. Ellos disfrutaban utilizándola y grabándola para extorsionar a su familia mediante vídeos de menos de treinta segundos. Poco les interesaba la salud física y mental de ella a la hora de abusar de ella, de violarla tanto con su propio cuerpo como con objetos contra su voluntad, aún cuidando de no matarla ya que eso no les daría ni un euro, solo hacerla sentir al Infierno en la tierra.
Contaba cada día pasado pintando con lápiz labial una línea en las blancas paredes. Cada día era una línea más en la pared, interminables líneas señalaban los días, los días y más cosas.
Las líneas verticales para los días y las horizontales debajo de las verticales la cantidad de ellos que creía que eran ese día. Gritar no ayudaba en absoluto, siquiera cuando apagaban cigarrillos en su pecho o por todo su cuerpo, no había nadie o nadie dispuesto a ayudarla, estaba sola viviendo un infierno en la tierra del que ni la muerte la salvaría.
La línea número treinta y dos tenía siete líneas horizontales debajo. Había contado siete. Estaba cenando pollo de microondas cubierta por una toalla de las que estaba en el baño cuando la puerta volvió a sonar con fuerza, alguien estaba intentando forzar la puerta.
Tardó media hora hasta lograrlo, y ella soltó un suspiro de alivio al saber que habían venido por ella, que alguien había descifrado la ubicación de ese alejado lugar.
Pasó semanas hospitalizada. Una costilla rota, golpes y cicatrices que sería difícil de que se fueran en su cuerpo y un severo trauma en su mente. El equipo de salud mental le diagnosticó ataques de pánico luego de varias noches allí; No podía estar a solas con un hombre desconocido sin que los síntomas aparecieran en ella, alguna mujer debería acompañarla todo el tiempo, y para eso su hermana junto a las mujeres del equipo ayudaron lo suficiente para que pudiera salir, antes enterándose una noticia que logró conmocionarla.
Estaba embarazada de cuatro semanas.
Desde el principio le pusieron en la mano la posibilidad de abortar; “sabemos que será muy difícil para ti llevar este embarazo”, fue su argumento,  pero Florencia se negó completamente alegando que su hijo o hija no tendría la culpa de tener genes de quien fuera, que ese ser sería su hijo igual y lo iba a amar, siendo estas de sus últimas palabras antes de volar a Phoenicia, un programa donde su padre había solicitado entrara para estar a salvo en los Estados Unidos.
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