Aquí está el original, sobre mi dibujo anterior :3
Es sobre Wally colores leyendo algo y se sonroja mientras ríe, ¿creo? Ni idea, pero gracias por los seguidores, hermosa familia, las amo con mi corazoncito de coquito :D
Escuché que te fuiste de la casa de tus padres, que vivís con tu novio y que adoptaste un perro.
Nuestra amistad solía ser incomparable, y ahora no tengo ni la menor idea de en qué consisten tus sueños.
¿Seguirá siendo el violeta tu color favorito? ¿Continúa el frapuccino como tu bebida top 3?
He pasado tantos altibajos que no estoy segura de si me reconocerías.
¿Pensás en mí como una amistad que simplemente se truncó? ¿Que era cuestión de tiempo para que nuestros caminos empezaran a separase? ¿O acaso te rompí el corazón y nunca te atreviste a mencionarlo, como sí me sucedió?
"Enamorarse. Reírse hasta que te duela. Una ducha caliente. Nadie delante de ti en el supermercado. Un mensaje. Escuchar la lluvia caer. Un café caliente. Una llamada. Los viajes en auto. Tener un sueño bonito. Ganar un desafio. Tomar de la mano a alguien que quieres. Oir las risas de tus hijos. Encontrarte por la calle con un viejo conocido. Ver amanecer. Hacer un regalo. Despertar y ver que aún te quedan horas para dormir. Escuchar de manera casual a alguien qué dice algo bonito sobre ti. Eso es vivir..."
A veces me sorprende la facilidad con la que perdemos la libertad así, en un momento. En el preciso instante en el que pienso que soy libre de ir por ahí a mi antojo, ya no puedo, porque la empresa de telecomunicaciones de turno llamó a mi madre para decirle una serie de cosas que no entiende, pero que están diseñadas para que de todas formas la asuste y sienta que va a perder el servicio que venía usando, entonces ella le dice que sí a todo: que acepta el nuevo contrato y el equipo gratis, que vaya el cadete a su casa para firmar los papeles. Viernes a las 15hs., perfecto. ¿Donde pierdo yo la libertad con esto? Pues que mi madre usa facebook, yahoo, whatsapp, gmail y yo que sé cuánta cosa más, pero de saber el usuario y la contraseña nada. Y parece que cada vez que se lo explico no comprende el concepto de que al cambiar de equipo tiene que iniciar sesión nuevamente. Y aunque lo entendiera no tiene ni idea de cómo hacerlo, ahí es donde entro yo, me guste o no me guste, porque si no entro esa mujer queda incomunicada. Entonces de repente soy otra vez asesor técnico honorario de la empresa de telecomunicaciones de turno, les trabajo gratis para que su clienta use y abuse del servicio, les trabajo gratis un ratito que nunca es un ratito, que son horas, que no se dónde guardé los contactos, que no quiero perder las fotos, que si la alarma suena con otra música no me despierto. De nada, estoy para servirles. Claro que siempre hay otra opción: que el equipo gratis se lo quede mi padre, que hace años tiene un teléfono del orto, sin contrato porque su jubilación mínima no le alcanza para nada. Con este nuevo gratis va a ser mejor. Perfecto. Hacemos eso y recupero mi libertad perdida. Pero mi padre usa facebook, yahoo, whatsapp, gmail y yo que sé cuánta cosa más, y de saber el usuario y la contraseña nada. Retrocedo dos casilleros, vuelvo a empezar.
«Te vas y me pregunto ¿por qué me siento mal? ¿Acaso voy a extrañar tus mensajes a fuerza, tus nulas llamadas, las flores que no me mandabas, las cartas que nunca escribiste, el amor que siempre fingiste? Y caigo en cuenta que lo que voy a extrañar son todas esas cosas lindas que me decías y que hoy me queda claro, eran mentiras.»
Se acerca la media noche y sé que no llamarás. Aún con eso, la llama de la esperanza sigue ahí, pequeña y callada. Sé que me está quemando y evaporiza el agua que yace de mis lagrimales; a pesar de todo mi dolor, la dejaré un rato más, y cuando la mitad de la noche esté próxima a llegar, sin haber obtenido un vestigio de ti y con la profunda tristeza de mi corazón, sabré que ha llegado el final y sin más remedio, la esperanza he de apagar.