Que alguien me deje bajar, por favor...

Desde aquel momento los minutos parecían eternos, las horas días, las semanas infinitas, cada gota de lluvia desprendida del cielo parecía dudar de tocar el suelo por miedo.

Podían notarse los rayos de sol complementar su camino hacia la ventana cerrada, atravesar el cristal y llegar hasta mi piel, lentos como si se derramaran con paciencia y delicadeza.

El mundo fue lento desde entonces, pero poco a poco la historia retomó su ritmo vertiginoso y desesperado, ese ritmo que no permite el respirar profundo ni siquiera el suspiro directo al corazón.

Los días se han vuelto un instante crudo y cruel en el que despertar rápido es necesario y aun el dormir tarde no da espacio para todo lo que hay por hacer, las visitas son fugaces, los besos son apenas un roce, las caricias son un requisito expréss y el amor, ¿Quién tiene tiempo para el amor?

Este recorrido se ha vuelto un aleteo, un estallido microscópico a velocidad luz, por favor paren todo que quiero bajar ...

«Duerme, querido corazón.»

Érase de voz amorosa, derritiéndose al cántico de la ventisca, del rocío solar tiñendo el verdor de una pradera a cálida miel. Érase ambos, trovador y cazador, reposando a la sombra del ululante fresno. Érase el diálogo en suspensión, del habla en otras lenguas: teniéndoselo al brujo acomodado en los muslos, la cabeza tendida en un regazo. Mimándose un canturreo a oídos de éste, de dedos fundidos en arpegio a tan bella cascada platinada y, aunaron el suavizar de las líneas de expresión. ¡Abochornado el poeta! Viéndole cariñoso a su musa, nadando en estelas de pronta ensoñación.

TODO VA A SALIR BIEN

Todo va cambiando a lo largo de los años.

Recuerdo cuando daba pena, una lágrima tan joven derramándose constantemente por unas mejillas demasiado cansadas para su corta edad. Fui un niño más que soñaba con conquistar el mundo, pero me quedé en un pequeño laberinto donde apenas conseguía dominar mi cabeza.

Al principio mirarme al espejo era un constante castigo que dañaba mi cuerpo con la veracidad de los insultos que se cargaban sobre la espalda por parte de una sociedad que aún hoy no comprendo.

Fue tarde, pero nunca demasiado, cuando entendí que alejarse no solo conllevaba el sufrimiento propio, sino que dejaba por el camino recuerdos de varias vidas que intentaban conquistar la mía. Nadie se merece el olvido en la mente de alguien que quiso.

No volveré a saltar al vacío sin alas, los sueños se pueden cumplir caminando, pisando fuerte sobre el barro. Aunque con esto el tiempo se alargue y el sufrimiento sea mayor, aunque el escenario cambie, todo será lección de vida cuando abras el diario y veas la espada llena de sangre hasta el momento en el que te llevaste el triunfo.

Porque, al final, todo va a salir bien.

Cada vez intento convivir mejor con la frustración llevándola de mi mano, riéndome de ella si es posible, porque donde esté la herida más abierta será donde intentarán disparar más fuerte. Porque no existe el infinito, la única victoria es encontrar la felicidad en el camino sin saber lo que durará, sin saber a donde te llevará. Por eso, todo va a salir bien.

El día que me vaya, solo quiero dejar el recuerdo, porque ese será el mayor premio posible. Aguantar los golpes de las olas, sin que nadie nunca me enseñara antes a nadar.

La pregunta, qué pregunta. Y no, no es fácil responderla. Al mismo tiempo es simple ¿No? La vida es lo que es y nuestra realidad es lo que hacemos con eso.

Vemos, sentimos como se nos enseña. Podemos aprender y reaprender a mirar nos con otros ojos, otras gafas, mirar hacia afuera y adentro de infinitas formas. ¿Da miedo, verdad? Tener toda esta posibilidad, porque cuando la ves es tan real... Puede ser que el miedo te invada, y si, pero escuchalo. No te hagas el/la/le tontx, algo bueno tiene para contarte.

Para mí, cambiar de lentes a veces es un duelo.

Lo que deje atrás se acabó, comienza algo nuevo. No siempre es borrón y cuenta nueva, a veces simplemente me siento distinta y todo es distinto. Acercarme a mí misma tiene un poco de esa nostalgia: creí, me convencí de que soy tal o cual, y no. Soy otra. Soy siendo. No como capas que sacó hasta llegar al centro, sino como miles de senderos que tengo en frente y elijo por dónde si... Y dónde no. Aish, ahí la Veleta.

Sin elegir, me quedo ahí, abrazada al miedo pero sin escuchar.

Sintiendo, probando lentes, guantes, audífonos, cerrando los ojos o moviéndome de un lado a otro, el miedo me susurra, lo escucho y me cuenta entre tanto caos lo que necesito escuchar.

¿Me elijo o me abandono? Si te elegís, sabelo, el camino va desde el pasto suave, la piedra caliente, el polvo que raspa, hasta el agua para bucear, nadar o incluso ¡a veces volas!

Te elegís o te abandonas, las condiciones nunca pueden ser más favorables.

Quiero confesarte algo, después de tu partida empecé a visitar lugares, lugares bonitos, lugares diferentes a lo que solías ser tú, pero a pesar de que cada lugar que se suma a la lista me hace sentir algo único, en ninguno siento lo que sentía contigo. No sé si me he aferrado a buscar ese sentimiento, un sentimiento de paz y pertenencia, como ese que solamente sientes en tu hogar.

Ahorita puedo decirte que solo soy una turista más, que no sé hasta cuando seguiré visitando lugares, porque ninguno eres tú, ninguno se siente cómo mi hogar, porque tú amor mío eso eras.

¿No es en la ducha donde nos sentimos nosotros mismos?yo si.

Yo recapacito me hecho a llorar ahí aunque,me invade un sentimiento de culpa al ver las lágrimas irse junto al agua y la suciedad de otro día pasado como si esas lágrimas fueran en vano,inútiles.

 Ahí no nos ve nadie,no molestan,me pongo mi música variada es donde mejor me lo paso noto como cae la cálida agua y me alivio aunque sea un efímero momento.

auto-cuidado.

«pise una piedra y me lastimé el piecito me dio tanta pena que decidí hacer algo tiré la piedra lejos, con rabia y la pena, cegada el dolor no cesaba y la piedra seguía observando mofándose ya que, por mi poca humanidad había olvidado mirar y cuidar la dolencia y preferí la venganza descuidando la pena y dejando lamentablemente, dejando la herida sola».

Los que nos vamos

Los que se van porque mentían

porque solo querían lo efímero

desvestir, embestir

limpiarse las pieles y continuar.

Los que se van porque se arrastran en la

vida de terrenos secos, nada cultivan, nada crece

Siempre se escribe de los que se van porque realmente no les interesaba estar.

¿Pero quién habla de nosotros,

los que nos vamos porque nos desvivimos por quedarnos?

Nos vamos porque intentamos respirar

y parecen quitarnos el oxígeno

cuando buscamos refugio en esos brazos

que no interesan retener nada.

Nos vamos porque no sabemos quedarnos a medias

porque no importa lo que se nos cala en la piel,

es lo que nos taladra el alma

y al final no es recíproco.

Nos vamos los que vemos el mundo desde el pecho que nos late

y queremos acariciar cicatrices, sanar heridas, tatuar besos

cuando no nos lo han pedido.

Estamos los que nos vamos

porque no sabemos quedarnos de otra forma

que dándolo todo, dándonos todos.

Nos vamos porque amamos

pero más nos amamos nosotros.

¡Hola de nuevo! ¿Alguno de ustedes conoce o ha leído el fragmento del mito maya, qué tiene que ver con la creación de los humanos? ¿Saben de qué va? Sí su respuesta es no, entonces les dejo esta nueva entrada de la página. Ahí encontrarán un resumen muy entretenido sobre esta historia. . . Pueden acceder a la entrada por el enlace web de mi perfil. . . #bloggerstyle #blogliterario #bloggrammx #blogger #blog #bloggermx #writersofinstagram #writer #escrituracreativa #escrituralibre #escrituradefantasia #mitos #leyendas #popolvhu #mayas #creacion #mitologia (en Mexico City, Mexico) https://www.instagram.com/p/ByD6aYJFgyM/?igshid=1ox21p23dt95v

Libertad y Viento

Estamos hablando de Gerardo, estamos hablando de Úrsula, estamos hablando del Marañón, no estamos hablando de dinero ni de títulos académicos. Estamos contando historias, historias que nos hacen reir, historias que nos hacen sentir, historias que nos hacen querer ser lo que somos. Me dijeron que el agua fluye y se adapta, me dijeron que el fuego es imponente y arrasa, me dijeron que la tierra cultiva y nadie la mueve, y aun asi me di cuenta que solo el aire es libre. Sin embargo el aire tan libre como es, igual puede soplar la vela para que se naveguen las aguas o trabajar con ellas para fomentar caos entre los navíos, sólo el viento puede avivar las débiles candelas de una llamarada casi extinta o apagar una vela de un débil soplido, solo el viento logra arrancar de raíz las más estrechas relaciones que se siembran en la tierra o despejar los cielos para que que logren crecer. Solo el viento logra destruir o cooperar y solo destruye o coopera porque es libre. Solo el viento nos sopla las historias de Gerardo, de Ursula, o del Marañón, y lo hace porque solo el viento es libre de verlos como tal.

Y si me niego mi propia poesía...¿Qué me queda sino un mundo de supuestos?... Las palabras atrapadas en los nunca ...

¡Que sea mi voz la que se escuche!

Quiero estar contigo desde que abro mis ojos, poder sentirte y abrazarte en el aire. Verte en cámara lenta porque suena esa canción de fondo. Sonreír por nuestro secreto. Acaso, ¿Qué alma honesta no tendría secretos con su Dios?

Tus ojos me ayudan a ver el mundo invisible y me gusta estar allí.

NO CORRESPONDIDO

Nazco a la medianoche, en la tutela de un pacto que no vislumbraré. Sumergido en las fétidas aguas del Estigia, condenado a mis perversiones: quienes arrebatan los hálitos, escocen el lienzo de mi piel desahuciada. Afloran las úlceras, lumbre el árido esófago. Herrumbroso, enervado. Evocando el cántico de tu brío, sollozo los mares: chamuscando el paladar, vomitando la brea carmesí. He de estrujar el busto, tanteando llagas en los adentros. Arrodillado, pretendo albergarme en las sórdidas costillas. Filosas, anémicas: demacradas, en la totalidad. Ésta es mi penitencia, el fruto de un brebaje entrañable. ¿Lo recuerdas? Memorando tu gesto adverso, que fulguró en repugnancia. Perdóname, añoré la pócima de adoración: el solemne jarabe, la dulzura efervescente de la ambrosía. Lo soñé, soñé dártelo. Hasta que echaste un trago, abordaste las náuseas y, pereciste al letargo de las almas. Te advertí, exasperado, que desconozco la negación. Obstinado, ignoraste el pálpito de mi devoción. Mi lealtad tornó ciega a nuestra realidad. Porque forcé tus cabales, desollé la razón en el bosquejo de mis venas. Juro a las deidades que no pretendí herirte. Deseé enmendarlo, besándote en los labios helados. Revestí las cuencas de tus ojos, en medallas de oro. Adorné tu desnudez en un quitón, el cráneo en una lauréola. Los talones en nueva crépida, la pureza hurtada. Flotaron las pavesas, la leña rechinaba. Murmuré un «hasta luego». Alcé la quijada, di las gracias. Resultó en una falacia. Si no eras mío, no serías de nadie.