Cuna de Lobos
Los grilletes mordían la piel de tus muñecas y tobillos,el que tenias en tu cuello estaba demasiado apretado para tu gusto dejando una molesta presión sobre tu tráquea cada vez que los nervios te hacían tragar saliva. Fuiste vendido como esclavo a un viejo mercader que se beneficiaba con la compra y venta de huérfanos para los clanes poderosos que solicitaran mano de obra o servicios de servidumbre. Tus padres habían sido asesinados luego de haber sido interceptados por hombres vestidos de negro durante una caminata los cuales habían estado siguiendo sus pasos, tal parece, razonaste ahora, que se trataban de ninjas extremistas obsesionados con purgar cualquier influencia de todo lo que provenga de occidente siendo tu la única sobreviviente al haber huido cuando tu madre te lo dijo.
Presa del miedo, vagaste por unos días hasta llegar a un pequeño pueblo débil y cansada. Los lugareños apenas se percataban de tu existencia y sobrevivías gracias a las sobras que te daban, el recelo hacia ti por tu apariencia era notorio pero no te importaba en tu estado famélico. Luego te atrapó este mercader y ,aprovechando tu apariencia a tu favor, mentiste sobre tu edad para evitar ser vendida a los distritos de placer de los clanes que recurrían a tu dueño por carne fresca. Ahora te encontrabas caminando rumbo a no sabias dónde, lo único que sabias era que el lugar estaba extremadamente alejado del asentamiento mas cercano y que el clima iba empeorando, las ráfagas heladas entumecían tus extremidades haciendo difícil seguir un paso constante. Sin embargo, el miedo a recibir una paliza te hacia concéntrate para no atrasar la fila india que compartiste con los otros niños ,ya habías tenido una cuando quisiste ayudar a otro niño que se había atrasado y el recuerdo del ardor de los latigazos aun persistía en tu espalda y piernas. Al cabo de unas horas, cuando el sol ya estaba escondiéndose y la escarcha comenzaba a caer, vislumbraste luces tenues en la punta de la montaña y si bien el frio ya había entumecido tus manos y pies hiciste lo mejor para llegar rápido.
Al llegar a la entrada te diste cuenta rápidamente que esto era una base o mas específicamente, un clan. Los guardias se alzaban desde cada esquina de la enorme fortaleza helada, la construcción hecha de piedra de granito y grava le daba una apariencia milenaria dando un indicio de la antigüedad de este clan, sospechaste que la sensación de ser observada desde que comenzaste a subir el empinado camino con tu grupo se debía a la presencia de mas guardias escondidos entre el paisaje blanco. El frio se estaba volviendo insoportable y tus harapos no servían en absoluto para guardar algo de tu calor corporal pero, al parecer, tu llegada fue esperada ya que, rápidamente, luego de un breve intercambio de palabras entre tu captor y los guardias, las puertas se abrieron.
No esperabas ser recibido por la vista de un pueblo hecho de hielo, el paisaje helado se complementaba con la arquitectura china tradicional de una forma exquisita, las estatuas mitológicas y la magnificencia de los edificios hablaban del gran estatus y poder que ostentaba este clan. Fuiste separados por géneros y llevada a un pequeño edificio escondido de aspecto modesto, una mujer de mediana edad con un aspecto tosco se encontraba en el centro. Rápidamente fuiste obligada a ponerte en fila con las demás chicas y bajo la pesada mirada de la señora comenzó a revisar y analizar el cuerpo de cada una, al llegar a ti resopló y preguntó “Qué hace una occidental por aquí? No creo que seas muy útil” su mirada de desdén habló por sí sola, “Puede ser que no sea la gran cosa pero estoy seguro que haría un buen trabajo sirviendo en las tareas de limpieza, es muy buen,a lavando y cosiendo” argumentó el mercader “ Y por su apariencia no se preocupe, ningún guerrero de este honorable clan miraría a una occidental, no mancharían su sangre así” agregó. Sentiste una punzada en el pecho ante sus palabras, el enojo y la humillación que surgían dentro de ti por como se expresaban te hizo clavar los ojos en el suelo. Zi Yuan, como supiste que se llamaba la mujer, asintió “Cómo se llama?”, “Bueno-“, “Me llamo-“ una fuerte bofetada impactó contra tu mejilla, sentiste un el gusto a cobre llenar tu lengua y aguantaste las lagrimas que asomaron tus ojos, “No vuelvas a hablar sin permiso. Está claro?” susurró la mujer con veneno, asentiste lentamente y volviste a bajar la mirada. Mientras oías a esas dos personas sellar tu futuro miraste por la ventana a la nieve caer en la oscuridad de la noche, una profunda angustia se instaló en lo profundo de tu estómago al caer en la cuenta de que esta seria tu vida a partir de ahora.
Fue difícil acostumbrarte a esta nueva vida, ninguna de las otras chicas encontraba agradable tú compañía y las pocas que se molestaban en hablarte era solo para insultarte. Sin embargo, con el paso de los meses, aprendiste tu lugar y aceptaste que la única persona que cuidaría de ti eras tu misma.
Hoy era un día especial para el clan Lin Kuei ,como supiste que se llamaba, se daría inicio al ritual de iniciación de los nuevos guerreros del clan mediante una ceremonia exclusiva a la que solo asistirían los miembros de los diferentes clanes aliados. La ceremonia consistía en una muestra de las capacidades de cada guerrero y a qué puesto aspirarían, contando también con un momento de combate entre cada niño para hacerlos adentrarse de a poco en el estudio del enemigo. No tenias muchas ganas de ir pero habías oído que un niño extranjero se postularía y la curiosidad sobre cómo era y cómo había logrado llegar tan lejos te llevaron a la situación en la que te encontrabas ahora. Te habías escabullido de los precarios cuartos donde vivían las sirvientas, te colocaste una manta para cubrirte del frio que mordía tu piel y saliste lo más silenciosamente posible. Al llegar al centro del pueblo te diste cuenta de que no había forma de usar la entrada al dojo principal sin que fueras descubierta y el miedo a las represalias si eso sucediera te provocaba un sudor frio. Así que decidiste escabullirte entre las sombras e ir por el costado del edificio, la luz de las farolas no era lo suficientemente fuerte como para llegar hasta allí así que aprovechaste esto a tu favor y buscaste la forma de subir al techo. Había un árbol en la esquina trasera del edificio cuya rama daba al techo, sin dudarlo mucho pero con extremado cuidado subiste por el viejo árbol.
Una vez allí, te acomodaste en una parte que daba hacia un oscuro pasillo que te ayudaría a pasar desapercibida. Afortunadamente, el edificio contaba con un pozo de cielo que daba al centro del dojo y te daba una vista esplendida del lugar y de quienes estaban allí. Como anfitrión del evento, el Gran Maestro tenía una vista privilegiada al estar sentado en el shinza sobre una delicada almohada, vestía un Hanfu azul con un cinturón negro decorado con jade. Sin embargo, no pudiste evitar desviar tu mirada a las damas presentes allí, cada una lucia más bella que la otra ataviadas en kimonos de seda de diferentes colores, con sus cabellos negro azabache pulcramente recogidos en delicados peinados decorados con horquillas que agraciaban aún más su presencia y le daban un aspecto grácil y delicado, sin obviar sus delicadas figuras acompañadas de delicados rostros pintados de blanco con labios rojos. Un suspiro entrecortado salió de ti, desearías poder ser como ellas, haber tenido un destino diferente, ser aceptada y elogiada por tu aspecto sin tener que cargar con la culpa de portar rasgos que solo te excluían. Con un movimiento de cabeza, sacudiste esos pensamientos angustiantes y dirigiste tu mirada al Gran Maestro, te diste cuenta que había dos espacios vacíos a su lado y te preguntaste para quién serian.
Al cabo de un tiempo, una vez comenzada la ceremonia, se dio inicio a los combates y le tocó el turno al muchacho que habías oído. Descubriste que su nombre era Tomas y que aspiraba al título de Smoke. Y, a decir verdad, tenía sentido, a pesar de no tener sangre Lin Kuei parecía un digno representante del clan, sus movimientos eran tan rápidos y agiles que hacían que sus oponentes apenas pudieran seguirle el ritmo y, a juzgar por la orgullosa sonrisa del Gran Maestro, dirías que sería hijo suyo. Estabas tan metida en seguir la pelea que no te diste cuenta de que te movías para ver sus movimientos hasta que tu manta, que se había arrugado en tus piernas, te hizo perder el equilibrio y resbalar por el borde del techo. Te agarraste lo mejor que pudiste, pero la escarcha y los dedos entumecidos hizo imposible asegurar un mejor agarre y caíste directo al suelo. El aire fue expulsado de tus pulmones y tu cuerpo se puso rígido por el dolor, sin embargo, no tuviste mucho tiempo para recuperarte al escuchar un par de voces que se acercaban desde la oscuridad del camino. Rápidamente te levantaste, o arrastraste podría describirlo mejor, y te escondiste detrás de una de las estatuas de piedra con forma de león que adornaban el borde del camino.
Las voces, que reconociste que pertenecían aunos muchachos, se fueron acercando poco a poco e hiciste lo mejor que pudiste para pasar desapercibido, si te descubrían que anduviste fisgoneando en un evento tan importante sin dudas recibirías la paliza de tu vida y ya sabias por experiencia de otras sirvientas que a Zi Yuen no le temblaba la mano para dar castigos brutales. Sin embargo, la suerte nunca pareció favorecerte, en tu intento de rodear la estatua para evitar ser vista pisaste una rama congelada que fue oida por los agudos oídos de los ninjas.
Un suspiro fastidiado salió de los labios de Bi Han, odiaba estas absurdas ceremonias entre clanes, tener que ir allí y luchar con débiles que no sabían siquiera seguir el ritmo de un combate normal mientras debías aparentar frente a todos los presentes para no faltar el respeto, agrio aun mas su estado de ánimo. Eso sumado a la insistencia y entusiasmo de Kuai Liang por ir a ver a Tomas presentarse como aspirante del titulo de Smoke.
“Deberíamos acelerar el paso, Tomas ya debe estar compitiendo” volvió a decir Kuai con impaciencia obteniendo como respuesta un simple “Hmm”. Sin dudas, el animo de su hermano lo estaba poniendo de los nervios pero no pudo evitar justificarlo, esta mañana había discutido con su padre por querer reusarse a presentarse en la ceremonia, lo que resultó en una acalorada discusión que terminó con un ultimátum de su padre diciéndole que seria relevado de los primeros cargos que se le asignaron en el clan como futuro Gran Maestro si no podía respetar sus propias costumbres lo que lo llevo a él mismo a interferir para que Bi Han no hiciera algo de lo que luego se arrepentiría. Admiraba mucho a su hermano, ambos cargaban con responsabilidades por ser los futuros herederos, pero sin dudas su hermano llevaba muchas mas obligaciones y compromisos al ser el primogénito y temía que esa presión terminara afectándolo.
Acelerando, tomaron el camino más cercano y discreto al dojo. Ninguno estaba de ánimos para comenzar con los saludos diplomáticos si se cruzaban con integrantes de los otros clanes, no vaya a ser que la conducta de Bi Han desencadene una guerra al ofender a otro Gran Maestro. Mientras avanzaban se podía oír cada vez más cercano el murmullo de voces, vitoreo y golpes pero casi al llegar a la entrada se detuvieron abruptamente. Para alguien no diciplinado en el arte del sigilo habría ignorado el simple ruido de una ramita romperse, sin embargo, para personas como Bi han y Kuai Liang que fueron entrenados desde pequeños, era imposible no reconocerlo. Con cautela, se dirigieron una mirada y buscaron en las sombras. “Quién está ahí?” exclamo el futuro piromante. “Muéstrate” exigió Bi Han con voz imponente parándose frente a su hermano, completamente erguido, de frente a la fuente de donde provino el sonido. A simple vista parecía que no había nadie pero Bi Han era más listo, agudizó sus sentidos y con un rápido movimiento lanzó una daga congelada hacía donde había detectado que estaba el intruso.
Un grito ahogado salió de tus labios cuando sentiste al hielo cortar la carne de tu brazo. Por reflejo, tomaste tu brazo con la otra mano para evitar el sangrado, era un corte profundo y el dolor te hizo olvidar de la presencia de los dos hermanos. Volviste a la realidad cuando una mano se agarró fuertemente alrededor de tu brazo sano, te jaló hasta el centro del camino y con un empujón demasiado rudo para tu gusto, te hizo caer de bruces al suelo de piedra. Sentiste tus rodillas arder cuando los bordes de los adoquines rasparon tu piel, el miedo a lo que esta situación causaría te dejó momentáneamente inmóvil mientras mirabas a los ojos a tu agresor. “Quién demonios eres? ¿Y qué hacías escondida ahí, acaso estabas espiándonos? ¿Quién te envió? ¡Reapondé!” exclamó el nuevo Sub Zero mientras te sacudía como un muñeco de trapo. Tu voz salió más chillona que de costumbre, en un intento de patético de explicarte “Yo-Lo siento. Nadie me envió s-solamente quería ver los combates-“ juraste alzando las manos en un intento de hacerle ver que no tenias intenciones de pelear. “No mientas, por qué otra razón andaría una sirvienta por estos lados!” bramó apretando su agarre en tus brazos, haciéndote chillar cuando sus dedos se clavaron en tu herida aun sangrante. “Oye, hermano. Espera, la estas lastimando” dijo Kuai con urgencia, no entendía por qué su hermano se puso tan colérico contigo si a simple vista podía ver que no eras una amenaza, solamente una de las tantas doncellas que servían en el Lin Kuei. Rápidamente se movió para agarrar el antebrazo de su hermano en un gesto de hacer que te suelte “Déjala, no ves que la estas asustando? Mira, ya la has lastimado” habló con calma, aunque también se podía escuchar preocupación en su tono. Observó como la sangre se filtro en tu gastada camiseta gris, dándole un color casi negro a la tela y tu expresión de pánico y dolor solo hizo que su urgencia por hacer que su hermano te soltará aumentó. Apretando el agarre en el antebrazo de su hermano logró hacer que Bi Han te soltará, no sin antes ganarse una mirada de odio hacia él. “No podemos permitir estos actos de espionaje, sean o no pertenecientes a nuestro clan. Es una criada, más aún, una extrajera! Podría vendernos en cualquier momento, no entiendo como dejaron que siquiera sea parte de nosotros en vez de degollarla apenas cruzó nuestras puertas” escupió Bi Han. Kuai Liang frunció el ceño, no entendía el desprecio de su hermano por los que no eran de como ellos, es verdad que la sangre era importante pero lo era aun mas los lazos de hermandad y camaradería que uno podía crear con otros más allá de su procedencia, eso fue algo que le enseñó su padre desde muy joven y que se reafirmó con la llegada de Tomas. Aunque él no tuviera sangre Lin Kuei en su cuerpo sin dudas demostró ser apto para competir por un título tan codiciado como lo era el de Smoke. “No digas esas cosas, hermano. Tomas no compartirá nuestra sangre pero ha demostrado ser un guerrero digno y se ha ganado su lugar como nuestro hermano” exclamó con enojo “Además, no puedes juzgarla si es apta o no para el clan. Recuerda que aún no eres Gran Maestro y ella todavía no ha hecho su entrenamiento de guerrero” recordó Kuai. “No me hables de esa manera mucho menos frente a la criada, recuerda que soy tu hermano mayor y futuro Gran Maestro. Me debes respeto” escupió Bi Han con un tono amenazante mientras lo señalaba con un dedo. “Si tanto te preocupas por ella, hazte cargo tú y sácala de mi vista” dijo mientras pasaba por su lado chocando su hombro duramente, no sin antes patear un poco de tierra en tu dirección. “Le diré a nuestro padre que te retrasaras” murmuró con desdén. Kuai Liang miró irse a su hermano sacudiendo levemente la cabeza en resignación, definitivamente tendría que hablar con él después de esto.
Contemplaste toda la discusión desde el suelo, con una mano en tu brazo herido y los ojos llenos de lágrimas. Sus palabras fueron hirientes, cargadas con un veneno y desprecio total hacía ti que te hizo encogerte en tu lugar y tratar de desaparecer. Al menos agradecías a tu salvador que fue tan amable de apiadarse de ti y evitar que el criomante te rompiera el cuello. Perdida en tus pensamientos no reconociste la mano que Kuai había extendido hacía ti hasta que sentiste su otra mano tocar tu hombro. “Estas bien? Puedes pararte, verdad?” preguntó con un tono que no pudiste ubicar mientras miraba la herida que ocultabas con tu mano. El calor llenó tus mejillas cuando sentiste la calidez inusual que irradiaba su toque en tu hombro, sumado a la cálida expresión en su mirada. “S-Sí, si puedo” murmuraste mientras tomabas su mano. “Está sangrando mucho, déjame ver” tomó tu brazo suavemente y levantó la gastada tela de tu remera “No es profunda, aunque la presión que ejerció Bi Han hizo que sangrara más de lo debido. Seguramente quedará cicatriz, lo siento” se disculpó mientras tomaba su cinturón de jade “Espera, ¿qué vas a hacer con eso? ¡Lo necesitas!” exclamaste. “Tranquila, tengo otros. Además, tu brazo es más importante que esto” tranquilizó con una suave sonrisa. Lo miraste asombrada mientras atendía tu brazo, estremeciéndote un poco mientras fijaba el cinturón alrededor de tu herida como una venda. Sus manos eran tan suaves, gentiles y cálidas todo lo contrario a las de su hermano Bi Han, como descubriste que se llamaba, heladas, ásperas y antipáticas. “Ya está, cuando llegues a tu dormitorio deberías lavar la herida para evitar que se infecte” indicó Kuai Liang. Sin embargo, no pudo evitar sonrojarse cuando al levantar la mirada se encontró contigo mirándolo atentamente y sin poder evitar hacer lo mismo. Observó el color de tus ojos y lo grandes que eran, la fina humedad que aun persistía en ellos; la forma de tus cejas, el suave tono rosa que bordeaba tu nariz por el frio, la sutil curvatura de tu arco de cupido, todo lo que encontraban sus ojos era admirado detenidamente. Tu no estabas mucho mejor, la suave caricia de su cuidado y el cálido calor que emanaba de su cuerpo te dejó en un estado de ensoñación mientras estudiabas sus marcados rasgos varoniles que, a pesar de todavía poseer facciones infantiles, comenzaban a dar forma al hombre que sería en el futuro siendo su mirada la causante de provocarte un cosquilleo nervioso en el cuerpo. Sin embargo, ambos fueron sacados de su admiración por el otro cuando una fuerte ventisca sacudió tu cuerpo con un escalofrío.
Con una risa nerviosa, Kuai se alejó de ti haciéndote extrañar inmediatamente su extraña calidez cuando la dura presencia del frio se instaló en tu cuerpo. Entendiendo tu reacción, con rapidez se agachó para recuperar tu manta del suelo, que habías olvidado en tu altercado con Sub Zero, y la colocó suavemente en tus hombros. “Ven, déjame acompañarte hasta tu casa” “No creo que haga falta, ya has hecho demasiado por mí” respondiste, rezando para que no insistiera. “No te preocupes, fue mi obligación ayudarte en disculpa por la actitud de mi hermano. No debería haberte tratado así. Y no aceptaré un no por respuesta” exclamó sin sacarte los ojos de encima. “Bien” de mala gana aceptaste, los nervios enrollándose en la boca de tu estómago. Si madame Zi Yuen se enteraba que te escabulliste por la noche, te lastimaste y lo que era mucho peor, volvías al recinto en compañía de nada mas ni nada menos que el hijo del Gran Maestro, sin dudas lo ibas a pagar caro. El miedo debió ser obvio en tu rostro ya que Kuai Liang colocó una mano suavemente sobre tu hombro “Sucede algo? Te duele?” inquirió con preocupación. “Qué? Oh,no. De hecho no siento nada” trataste de ocultar tu preocupación con una sonrisa que salió a medias y con un gesto vacilante aceptó tu respuesta.
El viaje hasta los dormitorios de las doncellas fue tranquilo, hablaron de todo un poco pero más en especial sobre su entrenamiento para lograr el título de Scorpion y sobre lo cerca que estaba de lograrlo, de ahí dedujiste el por qué de su anormal temperatura cálida. También charlaron sobre lo cerca que estabas de comenzar tu propio entrenamiento, ya que a pesar de ser parte de la servidumbre todos los integrantes del clan debían pasar por un riguroso entrenamiento para poder servir al clan en caso de invasión o ataque. En tu caso, el entrenamiento comenzaba una vez cumplido los quince años y teniendo catorce, te faltaba menos de un año para comenzar, intentaste mentir sobre tu edad de nuevo pero Madame Zi Yuen no era tonta tal vez pudiste burlar al comerciante pero con ella era algo imposible y con la llegada de tu periodo quedaste sin escapatoria, teniendo que confesarle tu verdadera edad. A decir verdad, no te tenías tantas esperanzas. Habías visto a las demás doncellas que había pasado por ello y no creías ser lo suficientemente fuerte, más aun, sabiendo que el entrenamiento se realizaba de a uno o dos pupilos en un entorno muy lejano al Lin Kuei donde el maestro vería según tus aptitudes y habilidades a qué título serías más apto.
“Apuesto a que serás un gran guerrero” aseguró Kuai Liang con determinación, como si hubiera oído tus pensamientos. “En verdad lo crees?” preguntaste con genuina curiosidad y un destelló de esperanza “generalmente me dicen que no lograré superar el primer año. Ya sabes, por la sangre…” murmuraste, frunciendo el ceño con tristeza. “En verdad lo creo. No hagas caso a los que dicen que la sangre es importante sino mira a Tomas. Además, si hay algo de lo que me enorgullezco es mi habilidad para reconocer buenos aliados. Hasta el propio Gran Maestro me lo ha dicho, no su copia” aseguró el futuro criomante inflando el pecho con orgullo. Una pequeña sonrisa salió de ti haciendo que él también comenzara a reír, el calor cubriendo sus mejillas. Continuaron charlando y riendo durante todo el camino, tu hogar no estaba muy retirado del centro del pueblo, más sí ubicado en una zona bastante boscosa para evitar que haya fisgones a los alrededores y tener un mejor acceso al río al momento de ocuparse de la ropa sucia. Cuando estuviste lo suficientemente cerca del lugar, rápidamente te volviste hacia él “Fue un placer conocerte, hijo del Gran Maestro” dijiste con una sonrisa a falta de saber su nombre. Sin embargo, cuando te diste la vuelta para irte, Kuai tomó tu mano “Espera, no sé tu nombre..” dijo con un poco de vergüenza “hablamos tanto pero no tuve la delicadeza de saber tu nombre o decirte el mío” murmuró. Dudaste un poco pero finalmente se lo dijiste, divertida cuando intentó pronunciarlo a la primera y fallando terriblemente. “Y el tuyo?” preguntaste con divertida curiosidad sacándolo del mantra que había hecho tu nombre. “Kuai Liang” murmuró sonrojado, sintiendo un cosquilleo cuando te escuchó susurrarlo con canta delicadeza. Volvieron a compartir una tierna mirada pero el fuerte ruido de las puertas del recinto los sacó de sus pensamientos. Con apuro, lo despediste “¡Debo irme!”. “Espera, es mi deber acompañarte-“ exclamó. ”¡No! Si llegan a ver que me escapé no me dejarán volver a salir” susurraste exaltada. “Por favor, vete. No quiero que te castiguen a ti también” suplicaste. “Bien, pero prométeme que te veré de nuevo” “N-No puedo-“ “Entonces no me iré” desafió. Con un suspiro exasperado, asentiste y prometiste volver a juntarse, corriendo tan rápido como podías mientras tratabas de ser lo más silenciosa posible teniendo cuidado de no enganchar tu manta en algún arbusto.
Kuai te vio partir, vigilando tus pasos hasta que te perdiste de vista. No sabia qué fue lo que le hizo pedirte que se vieran de nuevo pero, sin dudas, lo hizo sentir extraño, por así decirlo. Anteriormente había sentido algo parecido cuando pasaba tiempo con Harumi pero eso sucedió luego de pasar y compartir bastante tiempo juntos. En cambio aquí, ahora, estos pocos minutos compartidos contigo lo dejaron mareado, nervioso y con un cosquilleo en la boca del estómago que sólo lo dejó confundido. Sacudiendo la cabeza, dio media vuelta y comenzó a ir hacia el dojo, sus hermanos lo estaban esperando.
Bueno, esta es mi primera vez escribiendo así que espero sean compresivos conmigo jaja. Espero que les guste y me cuenten lo que piensan. Aún no tengo claro cómo construir la relación entre el lector y Bi Han (ya saben, él es como los ogros y las cebollas, tiene capas). Así que, si tienen alguna sugerencia no dudes en decírmela.
PD: Si alguien esta interesado en ayudarme a traducirlo al inglés, bienvenido sea.
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[ESP] NU: Carnival — Quincy SSR: Buckeye Miracle —
[ (Con) el caos de la Gran Caza a tratar, Quincy planea hacer su viaje anual para ver a su “viejo amigo” en el bosque. En el camino, Quincy experimenta de primera mano lo que sucede cuando los niveles de esencia de Eiden se descontrolan...
Mientras tanto, la esencia provista por muchas de las criaturas del bosque durante la Gran Caza crean un pequeño milagro. ]
Esta entrada contiene contenido adulto, si eres menor de edad no la leas.
[ Dando una Visita ]
Unos días después de los tumultuosos eventos de la Gran Caza --
— Mercader: ¡Adelántense! ¡Hoy tenemos ofertas especiales de cordero seco y carne seca de arcoíris!
— Eiden: Hmm... He caminado por toda la ciudad, debería encontrar a Quincy ahora. Él es bastante grande, después de todo...
(¿Morvay me engañó? Que Quincy quiera ir de repente al mercado es totalmente sospechoso...
Después de todo... Sé como es. Cuando dijo que las camas de la mansión de Aster eran súper cómodas ayer, no esperaba que dejara la casa hoy...)
— Mercader: ¡Buen señor! ¡Esas son raíces encantadas de Castaño de Indias directamente del Territorio de Madera!
Plántelas en el suelo y espere algunos días. Si florecen, ¡De seguro tiene suerte! ¿Por qué no intentarlo?
— Eiden: Lo siento, estoy buscando a alguien...
— Mercader: Hey... ¡Sé que no se ven tan impresionantes pero son increíblemente raras! Tuve que vender un montón solo para conseguir estas tres raíces de aquí.
(Suena muy sospechoso. ¿Podría este tipo ser otro cazador furtivo? Quizás no haya oportunidad de que estas cosas florezcan... Le preguntaré a Quincy luego...)
— Mercader: ¿Señor? ¡Señor!
[···]
(¡He buscado por todo el mercado! No puede haberse ido ya, ¿Cierto...?
Ah, no revisé esa tienda de allí en la esquina... ¿Por qué hay tanta gente reunida en frente?)
— Topper: ¿*chirrido*? *chirrido* ¿*chirrido*? *chirrido*... *chirrido* *chirrido* --
— Quincy: Está preguntando si pueden dejarnos pasar.
— Chica: Vaya, ¿Puedes entender lo que está diciendo? ¡Increíble!
— Joven: ¡Y ese atuendo único que tienes puesto! ¡Nunca había visto algo así!
— Mujer Mayor: ¡(Se ve) que tiene agallas! ¡Tan bien vestido, tan alto, tan guapo, tan fuerte! Apuesto a que ni siquiera necesita un martillo para golpear a algunos clavos... Qué bombón, jeje...
— Quincy: ......
— Topper: *chirrido*...
(¡Ahí está! Pero está totalmente rodeado. No puedo ir cerca de él.)
— Quincy: ¿Huh...?
(¡Está mirando hacia aquí!)
Los ojos de Quincy revelan una gran frustración hirviendo por dentro. Eiden encuentra la reacción emocional raramente vista en el guardián del bosque inusualmente refrescante.
(¿Quiere que lo salve? Tener a toda esa gente adulándolo deber ser una tortura para Quincy.)
— Eiden: ¡Disculpen! ¡Pasando!
Hey, dejen de empujar...
— Quincy: ......
Vámonos.
[···]
Antes de que Eiden lo sepa, Quincy lo sujeta y escapa de la multitud de gente bulliciosa de la ciudad.
(Al final, fui yo el que necesitó ser salvado...)
— Eiden: Gracias por eso...
— Quincy: ¿Viniste a buscarme?
— Eiden: Quería preguntarte por el huevo, pero realmente quería ver dónde estabas.
— Quincy: ¿Yo?
— Eiden: Supuse que odiabas los lugares llenos de gente como este.
— Quincy: Correcto. Pero aquí es donde se venden la comida y las bebidas. Es muy conveniente.
— Eiden: Jaja... ¿Qué compraste? ¿Solo comida?
— Quincy: Si. Conseguí una botella de vino de melocotón de sol y un poco de cordero seco que es famoso en esta área.
— Topper: *chirrido*... *chirrido* *chirrido* ¡*chirrido*!
— Eiden: Topper fue directo a tu bolsa de compras. El dulce aroma del vino mezclado con un cordero ahumado... ¡Incluso yo comienzo a babear!
— Quincy: Quítate. No son para ti.
— Topper: *chirrido*...
— Quincy: ...Deja de tirar de mi pelo.
— Eiden: Vaya, es raro que le digas que no puede tener algo. ¿No puede comer estas cosas? Pensé que podría comer casi todo...
— Quincy: Son para un viejo amigo que vive en el bosque.
— Eiden: Ku...
— Quincy: No él.
(Woa, él ni siquiera me dejó terminar... Me pregunto qué tipo de “viejo amigo” podría hacer que Quincy pase por todo este problema...
¿Huh? Ahora que lo pienso...)
— Eiden: Aster dijo que es demasiado peligroso solo dejar el huevo por alrededor.
Si sigo llevándolo, podría terminar en un estado similar al de la última vez *toser*... así que, ¿Qué tal si lo dejo contigo?
— Quincy: No tengo la necesidad.
— Eiden: Cierto. Ya eres muy poderoso, no necesitas un amplificador de esencia exactamente...
— Quincy: ¿Estás determinado a usar el entusiasmo?
— Eiden: ¿Huh? ¿Te refieres... a que no necesito usarlo? Pero si no lo uso, no puedo regresarlo.
— Quincy: ...Puedes.
— Eiden: ¿Huh?
— Quincy: Las bendiciones del bosque pueden ser regresadas al bosque. Es una de las leyes de la naturaleza.
[···]
— Eiden: ...Es tan silencioso.
Me divertí en la Gran Caza, pero prefiero este tipo de vibra.
— Quincy: ¿Es así?
— Eiden: Extraño, ¿Cierto? Creo que debido a ti, encuentro este lugar realmente refrescante. Además, luces tan bien en ese atuendo. Realmente podría acostumbrarme a esta tranquilidad...
Aunque tenga que depender de ti para comer, dormir, moverme... bueno, casi todo.
— Quincy: No es molestia.
Me siento cómodo aquí también.
— Eiden: ¿Huh? Pero tú vives en el bosque...
— Quincy: ......
Esta es la primera vez que alguien viene conmigo a mi visita anual a mi viejo amigo.
(Quincy: Él es ruidoso, pero... estoy feliz de que esté aquí.)
— Eiden: .....
— Quincy: Tu rostro está tan rojo.
— Eiden: Uh, debe ser por el huevo... Si... definitivamente es la culpa del huevo...
— Quincy: ¿Este?
— Eiden: ¡Agh! ¡No lo saques! Mantenlo escondido mientras estemos en el bosque --
Mientras el entusiasmo dentro del huevo comienza a girar, el ritmo cardíaco de Eiden se acelera y su esencia se descontrola. Su cabeza se llena de una neblina brumosa.
— Quincy: ¿Está sucediendo de nuevo?
— Eiden: Tan mareado... Se siente como...
— Quincy: Tu rostro se está poniendo más rojo.
— Eiden: ¿¡Unghhhh...?!
La mano de Quincy toca la frente de Eiden. Eiden siente la calidad de la mano y su esencia mezclándose con la Quincy mientras su calor corporal se eleva.
— Eiden: E-Estás haciendo eso... a propósito... *jadeo*...
La temperatura en aumento en el cuerpo de Eiden hace que su boca se seque. Su respiración se vuelve más y más rápida.
(Sacar el huevo... y acercarse tanto...)
— Quincy: ... Inhala. Exhala. Lentamente. Deja que tu esencia se estabilice.
— Eiden: *jadeo*... *jadeo*... Ugh.
Eiden respira como Quincy instruye pero su condición no mejora. En su lugar, siente incluso más la esencia de Quincy vertiéndose en él con cada segundo que pasa.
— Eiden: Ugh... no es bueno... respirar así... me está haciendo sentir... extraño... *jadeo*...
*jadeo*... Hahh... No me... siento tan bien... Creo que no deberías... venir tan cerca...
— Quincy: ... Relájate. El amplificador de esencia no tiene efecto en mí.
(¡Pero tiene efecto en mí! Y no solo debido al huevo... Maldición, esto apesta... Soy el único que está todo emocionado... Quiero ver a Quincy volverse loco también...)
— Quincy: Sopórtalo. Es peligroso usar toda tu energía aquí.
La esencia aquí es espesa. Sigue respirando como te dije. Estarás bien una vez que lleguemos a un área con menos esencia.
¡Ugh...!
— Eiden: ¿Por qué no... tenemos... algo de diversión...? *jadeo*... *jadeo*...
[ Resistencia Bajo las Vides ]
— Eiden: ¿Por qué no... tenemos... algo de diversión...? *jadeo*... *jadeo*...
Eiden toma ventaja de la situación para caer contra el torso musculoso de Quincy, su caliente respiración acariciando el pecho del guardián del bosque.
Eiden se retuerce y se frota con esfuerzo para conseguir que la sangre de Quincy hierva.
(Quincy: ¿Ha perdido la cabeza? Incluso yo podría verme afectado a este ritmo. Este pequeño demonio... siempre tan problemático.)
— Quincy: Ugh... sopórtalo. Relájate.
— Eiden: No... puedo... *jadeo*... nghh...
El calor expandiéndose desde su espalda baja consume el cuerpo entero de Eiden. Mientras monta a Quincy, intenta apaciguar su carne ferviente con contacto de piel a piel.
— Quincy: ¿No puedes soportarlo?
— Eiden: Ah... ¿Por que... lo soportaría...? Esto se siente... tan bien...
— Quincy: Bájate. Mover tu cuerpo así... es peligroso.
— Eiden: No... Es tan frío aquí... ¿No quieres... calentarte conmigo...? Prueba esto...
Eiden de alguna manera reúne la fuerza para empujar una de las anchas manos de Quincy en su pecho. Mientras fuerza la mano de Quincy a masajear, la temperatura de su cuerpo continúa hirviendo.
— Quincy: ... Me estás forzando.
— Eiden: *jadeo*... *jadeo*... ¿Huh...?
Con los ojos nublados, Eiden ve a Quincy retirar su mano y tomar una cuerda de enredaderas retorcidas de su bolsa.
— Eiden: Ah... Así que quieres ponerte... kinky.. ¡Ugh--?
— Quincy: ... Ahora no puedes portarte mal.
— Eiden: Ugh...
Con un toque hábil, Quincy ata a Eiden, inmovilizando ambas manos.
La insatisfacción de Eiden hace que su cuerpo gire, sus pezones erectos frotándose contra las vides gruesas.
— Eiden: *jadeo*... *jadeo*... Esto no es... suficiente... ugh...
— Quincy: Sopórtalo.
Quincy fuerza a Eiden a bajarse al piso, su expresión es tan calma como siempre.
— Quincy: Harías bien en aprender a resistir los efectos de tu esencia.
— Eiden: N-No... sé... de qué estás hablando... Déjame... ir... *jadeo*... *jadeo*...
Eiden usa los giros de su cuerpo para presionarse cerca de Quincy. Su miembro hinchado se frota contra los muslos de Quincy a través de la entrepierna de sus pantalones.
La más ligera estimulación hace a Eiden estremecerse por todas partes.
— Quincy: ... Uh... ¿Realmente no puedes soportarlo?
A pesar de sus mejores esfuerzos para mantenerse frío, la respiración de Quincy se intensifica, estimulando otro de los lujuriosos deseos de Eiden.
(Incluso aunque estoy atado... hay tantas cosas que podríamos...)
— Eiden: Nghhh... si no quieres moverte... Yo lo haré... hngh...
(Quincy: Su cuerpo es más sensible de lo usual. Su expresión y su voz también... ¿Es todo por la esencia en esta área?)
— Eiden: ¿No sientes algo... cuando me froto... así...?
— Quincy: Ugh...
— Eiden: Hahh... ngh... ngahh...
La vista de Quincy conteniéndose lleva a Eiden a la locura. Reuniendo toda esta fuerza, él presiona su trasero en un intento de bajar las defensas de Quincy.
— Quincy: ... Ugh... deja de moverte.
— Eiden: Verme así... ngh... mmhh... debe excitarte también, ¿Cierto? Jeje...
— Quincy: ... Detente.
— Eiden: ...¡No... hay manera...!
— Quincy: ... Ugh... ¡Ngh...!
— Eiden: ¿Ves...? Cuando mis muslos te frotan aquí abajo... hngh... haces... unos sonidos sucios...
El agarre de Quincy se afloja. Eiden escucha su respiración volverse más pesada con cada sacudida de sus caderas. El agujero de Eiden se contrae, hambriento por algo grande, duro y caliente.
— Quincy: Hngh... ¿Realmente no te comportarás?
— Eiden: ... Ah... aquí abajo... ngh... está totalmente listo para... meter algo dentro... y lo succionará tan duro... tan bueno...
El pensamiento de Quincy embistiendo su apretado agujero hace que el pene de Eiden casi explote de sus pantalones.
Sintiendo esto, Quincy no puede evitar sino tragar una saliva mientras sus ojos vagan por todo el cuerpo de Eiden.
(Quincy: Si hago que soporte algo un poco más, su esencia podría salirse de control... Podría estar en peligro.)
— Quincy: ... ¿Dónde quieres que toque?
— Eiden: Tocar... no es suficiente...
— Quincy: Tocar es todo lo que haré.
... ¿Aquí?
— Eiden: Ugh... ¡Ngh...!
Los dedos gruesos de Quincy tiran de los pezones de Eiden a través de su camisa. El pene de Eiden se sacude ante la repentina e intensa estimulación.
— Eiden: Tan... duro... ugh... uhahh... tan bueno...
— Quincy: Pequeño demonio ruidoso.
Los dedos de Quincy se sueltan un poco. La atención de Eiden está enfocada en su pecho. Cada frote y giro aumenta la sensibilidad en la parte superior de su torso.
— Eiden: ... Hah... eso se siente... tan bien... ugh...
(Quincy: Él normalmente es muy ruidoso... pero ahora... su voz es tan suave...)
— Eiden: Ugh... hah... hngh... ¿Solo... vas a jugar... con mi pecho...?
— Quincy: ... ¿No puedes terminar así?
— Eiden: Ah... ahhh... por supuesto... que no... Necesito más... estimulación...
Como si tratara de probar las afirmaciones de Eiden, Quincy controla el ritmo. La punta de sus dedos rodean las areolas de Eiden, ocasionalmente amasando sus duras puntas rosadas.
— Eiden: Ngh... ahh... agh... hahh...
— Quincy: ¿No es bueno?
— Eiden: Yo... *jadeo*... no lo... sé... ahh... ¡Anghhh...!
— Quincy: Intenta concentrarte.
Las manos obstinadas de Quincy frotan hasta que los pezones de Eiden están rojos e hinchados.
Varía la velocidad de sus dedos, algunas veces rápido y duro, algunas veces lento y burlón, todo el tiempo azotando a Eiden con capas y capas de puro placer.
— Eiden: Ah... angh...
— Quincy: ... ¿Quieres correrte?
— Eiden: No lo sé... no lo sé... ugh...
Eiden sabe que si fuera a extender su mano para jugar con su propio pene, se correría en un segundo. Pero sus manos aún siguen atadas.
Todo lo que puede hacer es jadear y concentrarse en las caricias estimulantes de Quincy.
— Eiden: Hngh... oh... dios mío... increíble... creo que realmente voy... a correrme...
(Quincy: ... Si no termina pronto, no seré capaz de contenerme mucho más.)
— Quincy: ... ¿Listo?
— Eiden: ¿Huh? Ah... ahhh... de repente... frotando tan duro... ugh... No puedo soportarlo...
Ahh... detente... por favor... ahh... ¡Angh--!
— Quincy: ... ¿Terminaste?
— Eiden: *jadeo*... Hahh... hngh...Realmente... tuve un orgasmo... hahh... increíble...
— Quincy: ¿Te gustó?
Empapado en los efectos del orgasmo, el roce de Quincy en su pezones trae a Eiden de regreso a sus sentidos. Hay cierta familiaridad en la sensación de sus pezones rojos y duros siendo acariciados.
— Eiden: Suficiente... ¡Deja de... frotar...!
— Quincy: ......
(Quincy: Sus reacciones... son divertidas.)
— Eiden: Quincy... ahh... estás haciendo eso a propósito... ¡Déjalo!
— Quincy: Bien.
Con un apretón final, Quincy deja los devastados pezones de Eiden de mala gana.
— Eiden: *jadeo*... *jadeo*... Incluso con mi ropa aún puesta... Llegué a ese estado... ese huevo... es malditamente peligroso...
... O quizás debería decir... que tú eres malditamente peligroso...
[ Amigo Arcano ]
— Quincy: ... ¿Necesitas que te lleve?
— Eiden: ¿No puedes usar algo de magia para teletransportarnos directamente allí...?
— Quincy: .....
No es mucho más lejos.
— Eiden: Estoy en mi límite...
— Topper: *chirrido*~ *chirrido* *chirrido*~
— Eiden: ¿Qué tal algo de magia que me haga más pequeño? Parece que hay mucho espacio al lado de Topper en tu hombro...
— Topper: *chirrido*...
(Incluso sin la traducción de Quincy, puedo decir que simpatiza conmigo... *suspiro*...)
— Eiden: Esta profundidad en el bosque está bastante lejos de tu casa, ¿Cierto? Parece que (toma) mucho esfuerzo ir a visitar a tu viejo amigo.
— Quincy: Es cierto. Pero solo voy una vez al año.
— Eiden: ¿Tu amigo no se siente solo?
— Quincy: ... No.
No tenemos nada de lo que hablar.
(No me digas que su amigo es igual que él. Dos Quincys cara a cara... El silencio sería un resultado inevitable.)
— Eiden: ¿Se conocen desde hace mucho tiempo?
— Quincy: ... ¿Curioso?
— Eiden: ... ¿Curioso?
Lo siento, supongo que mis preguntas son un poco personales...
— Quincy: No me importa.
Él y yo--
(¿Va a contarme la historia de como se conocieron? ¡Es una rara oportunidad el escuchar a Quincy compartir una historia!)
— Quincy: ... Es problemático de contar. Lo sabrás bien cuando lo veas.
— Eiden: .....
— Quincy: Pero... lo respeto.
— Eiden: Respeto...
(Quien pueda ganar el respeto de Quincy debe ser bastante impresionante.)
[‧‧‧]
— Eiden: ¿Este... es tu viejo amigo?
— Quincy: Si...
(No un humano o un animal, sino un árbol... Ese es Quincy para ti... Pero puedo decir con solo mirarlo que este no es un árbol ordinario.)
El antiguo y coloso árbol atraviesa el horizonte con una fuerza imponente. Su tronco es tan grueso que tomaría un buen tiempo solo dar una vuelta alrededor de su base.
— Eiden: .....
— Quincy: ¿Qué estás pensando?
— Eiden: Como esperaba, tu amigo es un poco inusual.
Él debe tener cientos, quizás miles de años, ¿Cierto?
No se siente tan lleno de esencia como los demás árboles y muchas de sus hojas se han caído, pero puedo decir que es muy impresionante.
— Quincy: Todas las cosas en la naturaleza envejecen. Estos últimos años, no ha sido tan enérgico como una vez lo fue.
— Eiden: ¿Es por eso que me trajiste aquí? ¿Para darle el entusiasmo almacenado en el huevo?
— Quincy: ... Si estás dispuesto a hacerlo.
La esencia es escasa aquí en comparación con otras áreas del Territorio de Madera. Es seguro liberar el entusiasmo aquí.
— Eiden: ¡Estoy más que dispuesto! Dijiste que podíamos regresar el entusiasmo a la naturaleza, ¡Así que hagámoslo!
— Quincy: No hay prisa. Siéntate.
Toma un pequeño descanso. ¿No dijiste que estabas cansado?
— Eiden: Pero... ¿Está bien para mi descansar contra un árbol como este?
— Quincy: Él no es tan débil.
— Eiden: ... Es inesperadamente cómo para recostarse.
— Quincy: Antes de tener que cuidar de este pequeño chico problemático, venía a hacerle compañía a mi viejo amigo. Pero ahora, solo vengo justo después de la Gran Caza.
— Eiden: Cuando dices hacerle compañía, ¿Te refieres a...
— Quincy: Dormir.
(¡Lo sabía!)
— Eiden: Pero... eso en realidad suena realmente bien. Ni siquiera se puede escuchar a los animales del bosque aquí. Es tan tranquilo y pacífico.
— Quincy: ¿Te gusta?
— Eiden: Preferiría que no estuviera tan lejos. Pero supongo que el que sea difícil de encontrar es lo que hace a este tipo de lugares secretos tan mágicos.
— Quincy: Mágicos... Supongo que se podría decir eso.
— Eiden: ¿Qué hay de los regalos que trajiste para tu viejo amigo? ¿Cómo se los das exactamente?
— Quincy: Los pongo aquí...
...así.
— Topper: ... ¿*chirrido* *chirrido*?
— Eiden: ¿Huh? Espera, Topper, esos no son para ti...
— Quincy: Está bien.
— Topper: *chirrido* *chirrido*~
[‧‧‧]
Mientras Topper come el cordero seco y el vino de melocotón de sol, su vientre se hincha en una blanda bola redonda.
— Topper: *chirrido* *chirrido* *chirrido* *chirrido*~ *chirrido* *chirrido*~ *chirrido* *chirrido* *chirrido*~
— Eiden: Bueno, al menos parece feliz.
(Aunque luce bastante emocionado... ¿Tomó mucho demasiado vino?)
— Eiden: ¿Así que así es como le das los regalos?
— Quincy: ...Si.
Cuando se le da regalos a la naturaleza, esta es la mejor manera.
[ Milagro Floreciente ]
— Eiden: Quincy dijo que está bien liberar el entusiasmo, pero... hay algo extraño sobre este lugar.
(Dijo que la esencia es escasa en esta área del Territorio de Madera, pero a mí me parece que la esencia aquí es inusualmente débil.)
— Quincy: ... Ven conmigo.
— Eiden: ¿Huh? Bueno...
Eiden sigue Quincy a la mitad del árbol. Mientras camina, ve extrañas raíces asomándose a través de la tierra. Algunas lucen secas y marchitas.
— Eiden: ¿Qué son?
— Quincy: Son raíces encantadas de Castaño de Indias.
(¿Por qué eso suena familiar? Hmm...)
— Eiden: Mira esas raíces marchitas. Esta área solía estar llena de este tipo de plantas, ¿Cierto?
— Quincy: Si. Era... hermoso.
(Vaya, si Quincy dice eso, debe haber sido una gran vista. Desearía poder haberla visto... Castaño de Indias encantado... Sé que escuché ese nombre en algún lado antes...)
(¡Lo recuerdo! ¡El mercader! ¡Dijo que si plantabas raíces encantadas de Castaño de Indias y florecían, serías bendecido con buena suerte! Quizás no estaba intentando engañarme después de todo...)
— Quincy: Las raíces de Castaño de Indias encantado absorben minerales de la tierra y florecen una vez cada diez años. Sus flores almacenan esencia y cuando se marchitan, esa esencia regresa a la tierra.
— Eiden: Pero ahora no hay flores y la tierra se ve como si su esencia hubiera sido succionada.
Hace unos días en el mercado, había un mercader vendiendo esas raíces. Él incluso dijo que eran muy difíciles de conseguir.
(Ese falso dijo que solo tomaría algunos días que florezcan... ¡Dirás como diez años! Que bien que no fui engañado...)
— Eiden: ¿Cómo crees que ese mercader las consiguió? ¿No crees que...
— Quincy: Si, es un cazador furtivo.
(Este lugar es tan remoto, además de que el camino aquí es bastante traicionero... ¡Esos cazadores furtivos deber ser superhumanos! ¿Por qué desperdician sus talentos en una vida de crimen...?)
— Quincy: Pide un deseo a una flor y podría hacerse realidad... Eso es lo que dice la leyenda.
— Eiden: Sonó sospechoso cuando lo dijo el mercader, pero puedo creerlo viniendo de ti...
— Topper: *chirrido* *chirrido*...
— Quincy: ¿Quieres verlas? A las flores.
— Topper: *chirrido*~
— Eiden: ¿Hay algún punto en darle entusiasmo a estas plantas?
— Quincy: ...No lo sé.
Hace mucho tiempo, intenté transferir esencia desde una raíz del árbol. Pero fallé.
— Eiden: Entonces creo que será mejor que guardemos el huevo para tu viejo amigo. Veamos si podemos encontrar un buen lugar para eso...
...Ah, hay un agujero aquí. El tamaño parece justo.
— Quincy: Esto es...
Dentro del pequeño agujero creado por una grieta en el tronco del viejo árbol descansa una pequeña flor blanca. Sus pétalos se parecen a siete corazones blancos pequeños.
(Parece familiar... ¡Ah! Es similar a un tipo flor afortunada en mi mundo... ¿Podría ser...)
— Eiden: Quincy, ¿Eso es...
— Quincy: ...Parece una flor de Castaño de Indias encantado.
Pero en teoría, este tipo de flor debería ser capaz de crecer solo en la tierra... No sé cómo una podría crecer aquí.
— Eiden: Quizás es un milagro. Un milagro... creado por tu viejo amigo.
— Quincy: ¿......?
— Eiden: Solo estoy suponiendo, pero... puedo sentir que la esencia en este pequeño agujero se ha secado. Aún así la flor fue capaz de florecer aquí. ¿Podría esto ser obra de tu viejo amigo?
— Quincy: ... Eso creo.
— Eiden: ¿No dijiste que los deseos pedidos a la flor se vuelven realidad...? ¿Por qué no lo intentamos?
— Quincy: No hay necesidad.
Mi viejo amigo... ya cumplió mi deseo.
— Eiden: Si, supongo que tienes razón.
Eiden mira fijamente a la flor del castaño encantado y sumerge su cabeza para ver las raíces marchitas en la tierra. Con una pequeña risa, él entiende el deseo de Quincy.
— Quincy: ¿No vas a pedir un deseo?
— Eiden: Todos dicen que, como el Gran Hechicero, ya soy un milagro. Supongo que no hay necesidad de más.
— Quincy: ... Jeh.
— Eiden: Hey... ¿Dije algo divertido?
— Quincy: ... No realmente.
Liberemos el entusiasmo. Pongamos el huevo cerca de las raíces de mi viejo amigo y luego...
[···]
— Eiden: Whew...
(Quincy dijo que tenía que liberar lentamente el entusiasmo así no le daría demasiado de una sola vez a su viejo amigo... pero esto está tomando una eternidad... Casi es hora de que el sol salga...)
— Quincy: ¿Cansado?
— Eiden: ... Si.
— Quincy: ¿Hambriento?
— Eiden: Nah, aún estoy lleno...
(Está... temblando.)
— Quincy: ¿Frío?
— Eiden: Si... un poco.
— Quincy: ......
(El pequeño demonio ruidoso... está siendo inusualmente callado.)
— Quincy: Está fresco aquí. Te llevaré a una cueva que encontré.
— Eiden: ¿Ungh...?
(Vaya, me levantó normalmente y no como un saco de patatas... Ese es un milagro real... Su cuerpo es tan cálido... Supongo que los músculos realmente hacen una diferencia...)
— Eiden: Ah... esto es... increíble... ¿Puedo aferrarme a ti de esta manera para siempre...?
— Quincy: ......
Eiden no puede evitar retorcer su cuerpo en un intento de apretarse más cerca del robusto pecho de Quincy.
— Eiden: No quiero irme nunca... Brrr, el bosque se pone frío de noche.
(¿Me dejé enfriar demasiado? Mi esencia está fluctuando... Y la esencia de Quincy... se siente más cálida de lo usual...)
Quicy mete una mano debajo de la ropa de Eiden para brindar un poco de muy necesitado calor. Inesperadamente, Eiden siente un diferente pero familiar tipo de calor.
— Eiden: ¿No dijiste que... la fase final de liberar esencia... era la más peligrosa? Dijiste que incluso tú serías afectado... y que debería ser cuidadoso...
— Quincy: ... Es cierto. Es peligroso.
(Incluso más que el huevo...)
— Eiden: ¿Entonces por qué... me estás tocando así? Se siente como si... la densidad de la esencia aquí hubiera incrementado...
La mano de Quincy, sin ningún tipo de duda, continúa calentando la fría piel de Eiden.
— Quincy: No hay un motivo.
Solo te ayudo... a calentarte.
[ El Más Peligroso de Todos... ]
— Quincy: ... ¿Aún sientes... frío?
A pesar de estar completamente vestido, Eiden siente un calor infinito viniendo de la estructura robusta de Quincy.
— Eiden: ¿Desde cuándo... eres tan... atrevido...?
— Quincy: ¿No es bueno?
La voz profunda de Quincy suena diabólicamente atractiva. Su caliente respiración cosquillea el lóbulo de la oreja de Eiden.
La mano masiva masajeando su pecho remueve cualquier indicio de somnolencia de la mente de Eiden.
— Eiden: Ah... Masajeando así... mmm... nghh...
La rica esencia flotando en el aire tiene una cualidad vertiginosa. Con la sensibilidad de su cuerpo intensificada, Eiden no puede evitar sino retorcerse mientras Quincy acaricia sus pezones.
(Quincy: Sus reacciones son más dramáticas de lo normal... interesante.)
— Quincy: *puff*...
(Ah... no es justo... soplando en mi oreja de esa forma...)
— Eiden: Entonces... la esencia... te está afectando a ti también... ugh...
— Quincy: ... Hngh... no soy... invencible...
Tengo sentimientos... y... deseos...
Es difícil ignorar la señal de los dichos deseos de Quincy, en otras palabras, la masa voluminosa de carne actualmente presionada entre las piernas de Eiden.
Cada vez que se frota contra el interior de los muslos de Eiden, su cadera no puede evitar estremecerse.
— Eiden: Ohh... tan grande... tan caliente... ¿Te sientes excitado también?
Usa tus dedos... para mojarme... ahí abajo... así puedo tragarte...
— Quincy: ... No hay necesidad de apresurarse.
La situación por aquí... parece más urgente.
— Eiden: Hngh... no te referirás a... no... ahhh... nghh...
Para sorpresa de Eiden, Quincy agarra su pene. Un chorro de gotas pegajosas estallan desde la punta. Después de algunas subidas y bajadas del puño de Quincy, el eje de Eiden brilla con jugo.
— Quincy: ... Se puso más duro.
— Eiden: Ahh... decir cosas en mi oído... así... nghh... me estás volviendo loco...
Cada uno podía sentir la excitación del otro. Los muslos de Eiden están pintados con el jugo goteando del eje gigantesco de Quincy.
Mientras Quincy continuaba frotando, aún más néctar chorreaba del pene de Eiden.
— Quincy: Ngh... hahh...
— Eiden: Ugh... frota más... ahí...
— Quincy: ... ¿Aquí?
— Eiden: Si... ngh... justo ahí... se siente... tan malditamente bueno... hnghh...
Eiden siente que podría derretirse bajo la calidez de la palma de Quincy. Los fluidos se mezclan y se fusionan. El placer se acumular a lo largo de la humedecida hombría.
— Eiden: Ugh... no... tan rápido... Quiero disfrutarlo un poco más...
— Quincy: ... ¿Qué tal... esto?
— Eiden: Ahh... demasiado lento... ugh... es como... una tortura...
— Quincy: Como siempre... problemático...
A pesar de esas palabras, cuando se pronuncian en los oídos de Eiden, suena tentador. El sentimiento de vacío abajo hace que Eiden sacuda sus caderas, su eje se frota contra la gruesa palma de Quincy.
— Quincy: ... ¿No es suficiente?
Determinado a hacer una explosión cremosa, el puño de Quincy acelera su ritmo. La velocidad extra y el poder hacen que casi sea imposible que la punta del pene ultra sensible de Eiden lo soporte.
— Eiden: Oh dios mío... tan bueno... no... no puedo contenerlo... unghh...
Puede no ser capaz de ver a Quincy, pero Eiden podía decir por su respiración que él tampoco puede contenerse.
Mientras Quincy desliza su pene hacia adelante, el agujero hambriento de Eiden se prepara para devorar al invasor carnoso.
— Quincy: ... ¿Listo?
— Eiden: Ugh... está dentro... despacio... ngh... hahh... es tan grande... ugh... ahhh...
Sin prisa, Quincy lentamente empuja los brillantes jugos en el apretado pasaje de Eiden.
A este ritmo, el suave interior de Eiden es capaz de aclimatarse al grueso eje de Quincy antes que sufrir fuertes estallidos de dolor.
— Quincy: Hnghh... relájate... no puedo... moverme...
Eiden siente cada pulsación del pene de Quincy a través de sus paredes internas carnosas. La claridad es increíble. Gotas pegajosas fluyen sin parar de su propio eje grueso.
— Eiden: Ah... ahhh...
— Quincy: Ugh... hahh... tan apretado... nghh... hahhh...
El monstruoso eje de Quincy batalla contra el duro agarre de Eiden.
Con cada estocada, mientras Quincy se retira y el agarre de Eiden se relaja, Quincy aprieta su pecho y Eiden aprieta con una fuerza hidráulica.
— Eiden: No puedo... ughh... tomar... mucho más... de esto... nghh... mmmhhh...
— Quincy: Ngh... hahh... ¿Te rindes...?
— Eiden: No... imposible... hnghh... ahhh... también...
Eiden reúne toda su fuerza de voluntad para evitar la inundación que se precipita hacia su palpitante pene. Los ataques implacables en su carnoso agujero lo empujar a sus límites.
— Quincy: Hngh... ugh... Estoy... hahh... casi llegando... uhh... ¡Ahh...!
Una explosión de crema fundida llena cada pulgada del pasaje interno de Eiden. Pero Quincy no se rinde. Él empuja sus caderas, empujando su pegajosa carga en las zonas más profundas de Eiden.
— Eiden: Ahh... no... ahhhh... detente... ugh... ¡Gyahhh!
— Quincy: Ngh... ugh... hnghh... ahh...
Incluso después de eyacular, el calor en el cuerpo de Eiden y la sensibilidad continúan aumentando.
— Eiden: Ugh... ahh... no puedo... tomarlo... una y otra vez... así... nghh... ¡Mmm...!
— Quincy: ... Jah... ¿Momento... nghh... de rendirse?
Quincy sostiene la debilitada cadera de Eiden, sosteniéndolo cerca de su torso robusto. Incluso si Eiden quería escapar de los ataques de Quincy, él no podía mover un músculo.
— Eiden: Aún necesito... algo de fuerza... para el viaje a casa... ahh... ngahh... anghh...
— Quincy: ... Yo... ngh... ugh... tomaré la... responsabilidad... unghh...
Placer extremo estalla a través del cerebro de Eiden, enviándolo a un aturdimiento.
Quincy golpea el ano de Eiden tan fuerte que comienza a doler. Eiden siente esencia vertiéndose en él con cada estocada.
— Eiden: Se siente como que... hahh... de nuevo... ahhh... nghh... gyahh-
— Quincy: Ungh... ugh... ohh... ¡Gahh...!
— Eiden: Hah... hahh... tan bueno... pero tan raro... vas a... destruirme...
— Quincy: ... Hahh... nghhh... hahh...
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