Mi pequeña... Debe estar colapsada estudiando. Y yo recién saliendo de un episodio de depresión y ansiedad. Como quisiera hacer algo por ella. Más por ahora lo único que puedo hacer es esperarlaa y darle mi cariño.💕
Y allí estaba yo, parada contemplando una de las mejores constelaciones creadas por la naturales perdida en esos lunares que parecían puestos a conciencia por un artista.
Por un instante, las series de NETFLIX se volvieron aburridas y prefería pasar el tiempo en pensar como mirarla sin que se diera cuenta de ello.
Prefería verla descuidada, siendo ella misma.
Los 10 segundos que tarde pensando si hablarle o dejarla ir, fueron los 10 segundos, mas largo de toda mi vida.
Y lo gracioso del caso es que no tenia idea de como sacarle un buen tema de conversación.
Nunca le había tenido tanto miedo a lo desconocido.
Y entonces me arme de valor y le dije "Hola"
Realmente no se si me había escuchado, pues ella seguía su camino y no pude notar gesto alguno, luego de seguirla con la mirada un rato, la perdí de vista en la distancia, no puedo negar que me sentí ignorada.
Al día siguiente la volví a ver.
Me di cuenta que todos los días podía podía verla seguir el mismo camino a la misma hora.
Así que seguí hablándole con la esperanza de que ella se detuviera y platicara conmigo.
Le decía cosas muy lindas y aun así ella no se detenía, a veces me daba la sensación de que estaba hablando sola.
Una vez intente seguirla para averiguar cual era su destino y por mas que camine y corrí, yo no pude alcanzarla.
Lo peos es que yo estaba obsesionada con escuchar su voz.
Luego de mucho tiempo saludándola, intentando hacer que se detuviera y me hablara, llegue a la conclusión de que era sordomuda, que siempre me había visto pero se alejaba por el trauma de ser incomprendida por las personas, pero era solo un pensamiento de miles en mi cabeza.
Aun así con esas duda yo seguía caminado con ella en la distancia y le contaba mi vida, me ayudaba a desahogarme y sentirme mejor,
Me di cuenta que hablar con una desconocida resultaba ser bueno para deshacerme de mis malas vibras.
Ella era como una salida de emergencia que me hacia sentir bienvenida.
Y con el pasar del tiempo me enamore de ella sin siquiera escuchar su voz, con el pasar del tiempo me acostumbre a su silenciosa compañía.
Y desde entonces a diario salgo a verla, y desde entonces a diario salgo a hablarle a Luna.
Vem me ver e me faz tua, abre a porta, cê tem a chave, e antes do Bom Dia me deixe nua. Nua e completamente entregue a você, e enquanto você conduz nossos corpos quentes e acelerados pela casa, tua mão passeia pelo meu corpo, quase como se tocasse a minha alma. Desenha minha silhueta cheia de vontade, e me puxa com força pra pertinho de você. Fala baixinho que estava com saudade, e não via a hora de me ter. Derrama essa vontade em mim, me bebe, me aperta, e me devora. Até que meu desejo escorra em você...
Tal vez tienes razón pequeña, que lejos estamos mejor, yo me enterque en querer estar contigo y fue muy egoísta por querer imponerte mis sentimientos y no entender tus tantos rechazos, por una vez solo pensaba en mí, en lo que yo quería, en ser tan arrogante y perseverante en mis estúpidos intentos de conseguir tu corazón. Y solo fui ruin y mezquina. Te culpe por mis traumas e inseguridades, porque me sentía tan frustrada por no tenerte, aunque desde el inicio supe que eso tal vez nunca pasaría, porque te fijarías en mí, hay tanto en contra que aun siento que suena absurdo creer que podría cambiarlo.
Pero un día comencé a soñar con “cómo sería si eso pasara”.
Creo que eso es lo que más me duele y por lo que enserio me siento triste y casi me dejo morir, esa vida era tan genial, teníamos una hermosa familia, tres perritos, una nena preciosa, una casa cálida y llena de amor. Yo era una gran escritora y tú la más hermosa azafata de la aerolínea, bueno para mi si lo eras; viajábamos mucho, teníamos dinero suficiente para vivir bien y tranquilas, sin embargo, lo mejor era el tiempo en familia, yo cuidaba a nuestra hija porque trabajaba en casa, te esperaba y te preparaba siempre una sorpresa al regreso de tus viajes. Por fin nos entendíamos y conocíamos tan bien que éramos muy felices y hasta nuestras peleas era tiernas, amables, cordiales y de rápida solución, pues nos unían más. Amabas que te llevara el desayuno a la cama y que en las noches me levantara a calmar a la niña, porque así dormías más, yo amaba que tú nos cantaras antes de dormir, nos leyeras un libro, nos apapacharas y era feliz sorprendiéndote en cada aniversario con los más locos e inesperados regalos, el último que soñé fue antes de que naciera la bebé, te regale un piano, fue genial meterlo a la casa en un momento, mientras te distraía con algo, cuando lo viste sonreíste y luego me golpeaste porque era demasiado, como me atrevía a gastar tanto en un regalo, pero era tan hermoso y algo que siempre quisiste, pero ahora teníamos otras responsabilidades y gastos, me costó mucho darte un buen argumento para que lo aceptaras con esa sonrisa que tanto amo, y en tus meses de incapacidad por el embarazo tomaste clases de piano y era hermoso que la bebé te escuchara tocar, de que le gustaba porque cuando nació le tocábamos música y sonreía y no quería que paráramos. Para arrullarla le tenía que poner música clásica, sobre todo vals, solo así se dormía. Teníamos tres perros que adoptamos y yo entrené personalmente, ayudaban a cuidar a la pequeña y la casa, era genial salir a pasear con ellos, ir a la playa. Te encantaban, más porque eran los que te recibían a la llegada del trabajo, antes de la bebé dormían en nuestros pies. Al inicio no me gustaba pero tú me hacías esa carita de ojitos tristes que yo jamás puedo resistir… y cuando la nena nació y comenzaron a dormir en su cuarto bajo su cuna para cuidarla. Y creo que lo que más amaba era cuando llegabas de sorpresa un día antes de tus viajes de trabajo, en especial de noche, porque me despertabas con un beso o si yo estaba en mi estudio escribiendo, me sorprendías entrando sonriendo y dándome un masaje de hombros mientras escribía, y cuando ya era tarde me jalabas a la cama, diciendo que estabas muy cansada y necesitabas un masaje, , que la verdad terminaba en algo mucho más placentero, amaba dormir contigo acurrucada en tus brazos, aunque a veces me usabas de almohada. En verdad amaba esa vida, esa casa tan linda que juntas decoramos y que compramos con la venta de mis libros, era feliz cuando reparaba las cosas o pintaba alguna habitación, cuando preparé el cuarto del bebé, cuando te dibujaba y pintaba en mis cuadros. Cuando pasábamos las noches en la terraza de nuestro cuarto mirando el jardín en las noches, tocaba la guitarra y tú cantabas, a veces solo nos acurrucábamos o cenábamos allí. Amaba decorar la casa en navidad y que tú invitaras a mucha gente para una fiesta, me hicieras socializar y me ayudaras a cocinar, me presumieras por mis logros, por lo mucho que quiero a nuestra hija y por lo mucho que te quiero a ti.
Ya sé, suena muy Disney, pero no todo era así; aunque admito que prefiero dormir y estar allí que estar despierta muriéndome de ansiedad de que eso nunca pasará, porque a veces te alejabas y sentía perderte, y cuando llego la pandemia, enserio me quería morir, porque sentía que ese sueño se perdía, toda mi vida dejaba de tener sentido; sin esperanza de llegar a ese lugar, qué sentido tenía vivir esta vida sin eso, que sentido tenía que llegaran las noches y no poder arrullar a nuestra bebé, escucharla decir “léeme mi libro favorito” que era uno que yo escribí.
Y ese fue el único sentido y propósito que me quedaba para no morir, intentar escribir ese libro para ella, por qué tal vez así podría hacerte cambiar de opinión y encaminarnos a ese futuro tan lindo. Y ese libro existe y es nuestra historia, porque me resisto dejarla morir, no se dejarte ir del todo y espero que si un día tú tienes a esa hermosa niña, se lo leas por mí, aunque ella nunca me conozca.
A pior parte de saber que você está triste, é não poder varrer essa tristeza pra longe, zerar esse estoque de coisas que te deixam pra baixo, e só te deixar feliz o tempo inteiro. Dói a beça não ser a cura para todos os teus problemas, e ter que me contentar em te arrancar sorrisinhos e gargalhadas ao longo do dia, com minhas piadas sem graça e constrangedoras, que faço na tentativa de te deixar minimamente melhor.