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viejospellejos · 11 months
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Pura maldad
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pirapopnoticias · 11 months
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eurekadiario · 11 months
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China elige Italia como su Caballo de Troya en Europa para agitar el orden mundial
Algo se mueve entre Italia y China. Quizás sea que haya llegado al país transalpino esa mano invisible del gigante asiático que la segunda potencia económica mundial ha ido hilvanando desde hace un par de decenios, especialmente en África y en América Latina. Es una de las lecturas que baraja un mercado perplejo y que tira de memoria reciente para vincular el extraño y meteórico repunte de las exportaciones italianas de los últimos dos meses con esa Diplomacia Panda -sosegada, pero proactiva- que Pekín desarrolla.
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La última foto fija del sector exterior italiano desvela asombro. Una de las teorías que circulan es que China ha incrementado su demanda de terapias contra el coronavirus ante el brusco y, a la vez, misterioso repunte de casos de contagio tras el final de la política Covid-cero, dado que una de las rúbricas de venta transalpinas que más ha aumentado es la de productos farmacéuticos. Sin embargo, no es la única tesis. Hay otras explicaciones que apuntan a un proceso de re-exportación desde otros socios de la UE con el que pretenden eludir las obstrucciones que aún subyacen en las cadenas de valor y en las rutas comerciales y logísticas internacionales.
No obstante, sus propios defensores admiten que les falta algún comodín en esta mano de póker que les impide ofrecer explicaciones convincentes. Pese a que en ambos argumentos se pone el acento en que Italia es el único socio del G-7 que tiene suscrito, desde 2019, un memorándum de inversiones con Pekín como partícipe de la Nueva Ruta de la Seda (la Belt and Road Initiative impulsada personalmente por Xi Jinping). Esta iniciativa ya levantó serias suspicacias en EEUU y entre sus aliados europeos y que apunta a que, después del enfriamiento de los lazos bilaterales durante el mandato de Mario Draghi como primer ministro, su sucesora, la ultraderechista Giorgia Meloni, podría estar jugando una partida a dos bandas.Por un lado, insistiendo a la Casa Blanca en que su compromiso de finiquitar este acuerdo antes de final de año se cumplirá y, por otro, impulsando los negocios exteriores de Italia en China.
Los datos de exportación han hecho saltar todas las alarmas. Los flujos de mercancías italianas al mercado asiático superaron los 3.300 millones de dólares en febrero, un 131% más que en el mismo mes de 2022. En enero, el tránsito de mercantes con bienes made in Italy aumentó otro 137%; más del triple de los 1.000 millones de dólares que la tercera economía del euro vendió a China en término interanuales. En ambos meses con saltos espectaculares de los envíos farmacéuticos.
“Los medicamentos adquiridos por el gigante asiático -aseguran fuentes del sector a Bloomberg- han sido una mezcla de remedios terapéuticos y de tratamientos profilácticos, como la conocida composición UDCA -ácido ursodesoxicólico- una solución médica destinada a enfermedades del hígado o a la reducción del colesterol -otra de sus prescripciones-, pero que se aleja de cualquier indicación para combatir la Covid-19”. Ha sido la rúbrica de una mayor dimensión entre las exportaciones farmacéuticas, ya que ha pasado de recaudar apenas 98,5 millones de euros el mes que antecedió a las hostilidades en Ucrania, a sobrepasar los 1.840 millones del pasado febrero. Más de la mitad de las ventas mensual totales. La UDCA “no explica por sí mismo este trampolín exportador bilateral”, según la industria química italiana.
Peter Ceretti, director de la consultora Eurasia, reconoce que “esta demanda china de medicinas es tan cierta como sorprendente por la intensidad de sus embarques desde Italia, algo que solo se podría justificar si desde competidores europeos como Alemania trasladan sus bienes a Italia para reexportar sus fármacos a través de puertos transalpinos”. Por cuestiones relacionadas con los ahorros de costes, las disrupciones de las cadenas de valor, la elusión de los embargos a Rusia y China -a raíz del veto americano a semiconductores, componentes y tecnología- o la utilización de rutas comerciales o logísticas alternativas por el conflicto bélico en Europa.
Sin embargo, Enrico Colombatto, profesor de Economía y experto del Geopolitical Intelligence Services (GIS) -think tank con sede en Liechtenstein-, hace hincapié en que este salto exportador coincide con la asunción del poder por parte de la ultraderecha en torno a la figura de Meloni. “El comercio con China ha sido siempre limitado, pero las ataduras financieras de la UE podrían ofrecer a Roma una estrategia de activos de sumo interés para Pekín”, aclara. Colombatto recuerda que los líderes rusos “han considerado históricamente a Italia como la parte más blanda de penetración y división en el seno del bloque occidental”.
Vladimir Putin es el otro flanco débil del triunvirato ultraconservador de la colación de Meloni. Por ejemplo -resalta el académico para reforzar esta tesis- “el apoyo financiero y militar italiano a Ucrania ha sido el más modesto de entre los grandes socios europeos, mientras el sentimiento pro-ruso de la opinión pública del país se sitúa en niveles relativamente altos”, en comparación con otras sociedades de la UE. Es en este contexto en el que “se han intensificado los vínculos económico-comerciales con China, todavía no con demasiados frutos, pero con los suficientes como para que la UE empiece a mostrar su preocupación”, añade.
No por casualidad, los socios de Meloni -Matteo Salvini, líder de la Liga Norte y Mario Berlusconi, de Forza Italia- han alzado sus voces en varias ocasiones para rebajar las sanciones a Rusia y para que la UE explore por su cuenta un acuerdo de paz con el Kremlin sobre Ucrania. Como tampoco surge por azar “la fragilidad de una economía” que “permanece estancada desde la crisis crediticia de 2008, con una productividad que no emite síntomas de vitalidad desde hace medio siglo, y que soporta el lastre de una deuda pública por encima del 150% del PIB”.
Todo ello unido a una escalada de los precios de la energía, una inflación galopante y una oleada de encarecimiento del dinero, que “está deteriorando la capacidad financiera de las familias y de los pensionistas y dejando en situación de suma debilidad a unas empresas muy dependientes del gas y la deuda”, alerta el experto del GIS. A su juicio, “esta vulnerabilidad” se ha acentuado con el triunfo de los halcones en el comité ejecutivo del BCE. “Es cuestión de tiempo que entren en bancarrota numerosas empresas y se disparen el gasto público y la tasa de desempleo”, avisa.
Este escenario “no era muy distinto del de 2019, cuando el gobierno de Giuseppe Conte y de su viceprimer ministro, Luigi di Maio -del Movimiento Cinco Estrellas- sellaron el memorándum de entendimiento que abría a Italia al comercio y a las inversiones de la Nueva Ruta de la Seda, para sobresalto de la Casa Blanca, inmersa en batallas arancelarias con Pekín, y del club comunitario”.
Los flujos de capitales, mercancías y servicios se han consolidado, aunque la auténtica clave “es la financiera”, explica Colombatto. Pese a que Draghi “bloqueó varias adquisiciones chinas y viró el interés económico italiano hacia Occidente”, la pandemia hizo que el interés bilateral pasara a dormir el sueño de los justos. AHora Meloni observa que está ante una encrucijada, con las inversiones domésticas y extranjeras estancadas y bajo un clima de burocratización más que asfixiante, con déficit de talento profesional y un sistema judicial puesto en duda por su falta de eficiencia, a lo que se une un tejido empresarial que no acaba de trasladar la innovación a sus cadenas de valor para mejorar la productividad.
A estas obstrucciones al crecimiento se suma el retardo en el proceso de reindustrialización y, muy en especial, en el terreno de la digitalización y de la neutralidad energética. China ofrece bienes semi-facturados a bajos costes y disponibilidad para colocar sus préstamos en nichos de tecnología avanzada; en particular, en la costa adriática de Trieste. Sin que haya reciprocidad, a juzgar por los escasos 11.500 millones de dólares de capital italiano colocados en el mercado asiático en 2021, último ejercicio completo contabilizado.
Para Colombatto, el verdadero foco de preocupación es el financiero. El coste del servicio de deuda italiano superó en 2022 los 100.000 millones de euros; es decir, el 5,5% de los 2,1 billones de dólares en los que está valorado su PIB. En condiciones normales, este estado contable hubiera llevado al país a la bancarrota -avisa el analista del GIS- “si el BCE no siguiera comprando, aunque en menor proporción, bonos del Tesoro de Italia”. Dicho de otro modo: “mientras las autoridades económicas y monetarias europeas sostengan en respiración artificial a Italia”. A su juicio “si decidieran dejar de financiar deuda entre socios se precipitaría el default”.
China y su predisposición a forjar el escudo financiero transalpino es la alternativa al sonrojo de Italia de tener que persuadir a la UE de la necesidad de un rescate. Pero también es el caballero blanco de un mercado cada vez menos proclive a adquirir bonos italianos, lo que, más tarde o más temprano, obligará a Bruselas y a Fráncfort a mover ficha. “China ya ha lanzado el señuelo a Roma. Con su visión estratégica de ayuda predadora. Mientras Putin excava en suelo italiano la trinchera con la que trata de separar el espacio interior europeo”; sobre todo, “si la coyuntura económica italiana continúa deteriorándose”, aclara Colombatto.
Fuente: http://www.eldiario.es/
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egobrazil · 1 year
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Wesley Safadão e João Gomes vão agitar festa no reality
Nesta sexta-feira (24), o piseiro e o forró darão o tom da noite que recebe como atrações musicais os cantores Wesley Safadão e João Gomes. Será a primeira festa já com a presença dos dois eliminados da edição escolhidos pelo público para voltarem à disputa pelo prêmio. “Wesley Safadão e João Gomes bateram um papo de repertório e duvido alguém não cantar e dançar com a gente. Vai ter muito…
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elbiotipo · 5 months
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Se viene un hermoso verano.
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ragazzoarcano · 7 months
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“Alla fine l’equilibrio interiore non è che da cercare. Forse ce l’abbiamo già, e più ci muoviamo o agitiamo o altro, e più ce ne allontaniamo.”
— Enrico Brizzi
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Enanitos Verdes or Green dwarves is an Argentine Rock Band started in 1979 and still running today.
They began playing at first in clubs and bars in their city and Cuyo, later they traveled to Buenos Aires to look for greater opportunities. In 1984 they were invited to the Festival de la Falda and chosen as the revelation group at the event. Later that year they recorded their first self-titled album and achieved greater recognition with the song "I still sing." Although the following year Embrioni left the band to join Alcohol Ethilo. The group continued recording albums as a quartet such as Contrarreloj (1986), Habitaciones Extranas (1987) and Carrousel (1988), all of them produced by musician Andrés Calamaro. They are invited to the 1988 Viña del Mar Festival where they are awarded a silver torch. After Enanitos Verdes published their album "Había una vez…" they announced their separation, according to the members to have a break and carry out solo projects such as Cantero who launched as a soloist.
They returned in 1992. Their most famous songs are "Tu carcel", "Lamento Boliviano" and "Luz De Día".
Due to the song "Lamento Boliviano" and their lack of typical accent many think they're Bolivian, sorry if you found out this way
La Vela Puerca is a Uruguayan Ska Heavy Metal Rock band made in 1995 and still running! their most famous songs are Zafar, Va a Escampar and El viejo. fansubmitted propaganda below
"Lo mejor del rock uruguayo!"
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asllanismo · 6 months
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che porco dio di piangina quello sculato di pioli non ci posso pensare, inzaghi viene preso a parole per molto meno rispetto alle merdate che si inventa quello ogni volta che deve giustificare una sconfitta
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tortademaracuya · 6 months
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Y si quiero desaparecer una semana cual hay
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anditwentlikethis · 9 months
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eu pessoalmente acho meio estranho pais levarem filhos bebés para o meio de multidões e depois abaná-los no ar para o papa os ver e lhes pegar, mas that's none of my business
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gaysessuale · 2 years
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moro vuoi una tisanina calmante? un té alla malva e finocchio?
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hotmomrry · 1 year
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— Mother's Day
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Onde Harry está grávida e a atração por seu obstetra é maior do que o esperado. Em uma consulta, tudo o que consegue imaginar é Louis, seu médico, a fodendo. E, a partir daí, seus desejos podem ser realizados.
Hpussy
Harry grávida
Louis médico
Um pouco de sadismo e humilhação
porn with plot
7 mil palavras
🍓🍓🍓🍓
Subestimar é um verbo que refere-se ao ato de não valorizar ou dar a devida estima para algo ou alguém por achar que esta possui um valor abaixo do que realmente apresenta. E, sem dúvidas, Harry deveria começar a subestimar as pessoas.
Era difícil estar em uma balança entre o bem e o mal, entre o verdadeiro e o falso, entre a realidade e uma utopia. Mas era tão mais difícil não ser amado, não ser valorizado. No quesito amor, até mesmo um breve sinóptico era o suficiente. Aliás, quem media amor? Quem realmente preferia a solidão ao mínimo?
Para Harry o ato de amar existia. Ela amava Brandon, ela idolatrava-o. Não importa se o noivo emanava perfume feminino misturado com gim ao que chegava em casa. Não importa se a caixa de bombom que recebeu no dia dos namorados veio com alguns chocolates faltando na forma de coração. Não importa, não importava e não importaria jamais que Brandon usava de sua boca durante a noite e logo depois ia dormir no quarto de hóspedes. Porque, apesar disso, o homem dizia que a amava, dizia que seriam uma família feliz, que o bebê no ventre de Harry era fruto de uma paixão, e nem mesmo se importava em Harry ter engordado alguns quilos, ou sobre como soava tão irritante sua carência nas vezes em que estara em casa.
Estava chovendo lá fora, os pingos brutos na janela alertavam que a tempestade ia e vinha. O pequeno limão dentro de sua barriga - apelidado carinhosamente por seu obstetra conforme o bebê crescia - não parava por um segundo. As trovoadas não ajudavam, fazendo-o se agitar a ponto da garota soltar gemidos incômodos.
Harry olhou para seu relógio, era pontualmente 16h da tarde, o que significava que seu noivo estara meia hora atrasado. Mas Styles entendia, ele era muito ocupado cuidando de seu restaurante. O único detalhe que não conseguia entender era porque não subestimava o poder do homem de perder quaisquer compromisso que fizesse parte da vida do bebê e, até mesmo, da vida de Harry.
"Aconteceu alguns imprevistos, não vou poder levar você na consulta hoje. Até mais tarde xx"
Previsível.
Em todos seus 23 anos jamais se sentira tão humilhada como agora, na época de sua gravidez. Perguntava vez ou outra se a culpa era do bebê, se aquela pequena coisinha de 16 semanas estava arruinando sua vida. No seu emprego todos elogiavam, na sua casa não era nem mesmo desejado. Brandon mesmo disse que transar com Harry beirava ao tédio, que toda aquela barriga, os enjoos, os desejos, tudo aquilo o fazia querer sair de casa.
Neste instante, acariciando sua barriga enquanto estara sentada no sofá, perguntava se alguém no mundo a fora o faria se sentir desejada, ao mesmo tempo que respondia-se que era impossível.
Trajando shorts curtos jeans, uma camisa preta do Linkin Park que marcava os mamilos enrijecidos, uma calcinha rendada por baixo e seus cabelos em uma cascata de cachos, estava frustrada. A gravidez a fez odiar qualquer roupa que não fosse confortável o suficiente, e todo o trabalho que tivera estara arruinado, porque quem receberia o presente não iria aparecer aquele dia nem mesmo para borrar um pouco do seu gloss.
Quando tomou coragem de sair de casa, chamou um Uber. O caminho fora deprimente, ainda mais quando o senhor que dirigia o carro perguntou onde estava o sortudo que era pai do seu bebê. Ela queria, genuinamente, chorar.
Para melhorar ainda mais seu dia, a rua que dava ao consultório estara interditada, fazendo com ele precisasse descer e caminhar na chuva forte pela calçadada. E então, destruir-se. Ótimo, agora seu obstetra a veria ainda mais destruída - não que o senhor Tomlinson fosse alguém não compressível.
— Senhorita Styles, você está bem? — Lucy, quem costumava recepcionar os pacientes no consultório, chegou perto de si. Ele estava no hall do prédio, pronto para subir.
— Não se preocupe, foi apenas uma chuva. — Sorriu docemente, pegando o elevador junto à ela, que trabalhava no consultório de seu destino. Os olhos esverdeados olhavam sorrateiramente para a recepcionista, rezando para que ela não fizesse mais perguntas, já que amava bater longos minutos de papo.
Com muita sorte, Lucy não falou mais. Assim que as portas metálicas se abriram, as duas saíram. Doutor Tomlinson tomava um pouco de café na recepção enquanto distraidamente mexia em seu celular. Havia um óculos na ponta de seu nariz, e uma tensão consideravelmente grande em sua tempôra, além dos lábios rosados entreabertos.
Ele não pareceu notar as duas, a não ser que tenha preferido ignorar a presença em seu consultório. Todavia, no momento em que guardou seu celular no bolso do jaleco, abriu um sorriso para Harry e Lucy, esta que andou para trás de seu balcão assim que o telefone da recepção começou a tocar um pouco escandalosamente.
— Harry, pensei que não viria mais hoje. — Tomlinson a ofereceu aquele sorriso. Não simplesmente um sorriso, mas a porra do sorriso que a fazia esquecer da aliança em seu dedo.
— A chuva fez com que eu me atrasasse. — Aproximou-se timidamente, podendo sentir as gotículas gélidas escorrerem por suas costas, lembrando-se da chuva que havia tomado.
— Ah, claro! — Pareceu se martirizar por algo. — Como pude não oferecer uma toalha? — Perguntou retoricamente. — Vamos, preciso cuidar de você e do limão. — Sorriu, deixando-a passar meio sorridente em sua frente, enquanto sentia a mão deliciosamente quente e confortável se apoiar no fim de suas costas.
O médico encostou a porta, mas avisando à Lucy sobre a consulta. Ele foi rápido e preocupado em pegar uma toalha, oferecendo-a ao outro, que apenas agradeceu e entendeu que deveria ir se trocar.
Já era uma rotina estar ali e saber o que fazer. Harry entrava no banheiro do consultório, trocava sua roupa para a descartável e saía, deitava na maca e tinha alguns toques que precisava se controlar para não pedir mais. Louis costumava a elogiar para distrair, pensando inocentemente que a expressão distorcida no rosto alheio era desconforto. Na última vez ele disse sobre seus peitos, respeitosamente.
"Está passando a pomada que eu receitei para seus mamilos? Eles já estão bem mais macios." foi essa pergunta junto ao toque no biquinho enrijecido que fez Harry soltar a primeira gota de leite e, secretamente, sentiu-se molhar em sua intimidade.
Ela não aceitava ser culpada daquilo. Estava cheia de hormônios, sem conseguir gozar desde a descoberta da gravidez e, para piorar, Louis Tomlinson era uma perdição com seus toques, seus olhares e suas perguntas que variavam de "Você se alimentou hoje?" até "Me disse na última consulta que não está conseguindo chegar a um orgasmo, já tentou se tocar sozinha?". Harry sabia que era tudo parte do profissinal, ela não era burra, mas era uma grávida com necessidades que seu noivo não cumpria.
— Caso queira esperar suas roupas de secarem, posso mandar para a lavanderia aqui perto. — Harry abriu os olhos, vendo que Louis ajeitava a luva descartável em suas mãos.
— Sem preocupações, Doutor, vou sair daqui direto para casa.
— É claro que eu me preocupo. Já tivemos muitas preocupações durante a gravidez, não podemos ter mais. — Styles assentiu, sem querer voltar no assunto.
O caso das rotinas quase semanais tinham motivo: os riscos que apresentavam. A garota e seu bebê já haviam passado por sangramentos, resultados falsos, a espera duas vezes de exames que detectariam doenças ou anomalias, e claro, a própria rotina de Harry contra a ansiedade e seu estresse interminável com Brandon.
— Vou agendar uma transvaginal de novo para a próxima semana, okay? Só por precaução. — O doutor se sentou no banquinho, abrindo as pernas de Harry, que já estara deitada. Apoiou seus pés nos suportes da maca e levantou um pouco a roupa. — Você tem feito exercícios?
— Às vezes... A barriga está muito incomoda para a hidroginástica e o pilates. — Mordeu seu lábio inferior, sentindo os dedos de Tomlinson na entradinha de sua intimidade.
— Isso é preguiça, Harry. — Chamou sua atenção. Ele levantou o corpo para que pudesse olha-la, sorrindo. — Você está muito bonita hoje, querida. — Talvez ele disesse aquilo pelo desabafo de Harry algumas semanas atrás, alegando que sentia-se horrível. Mas lá no fundo ela desejava que ele achasse mesmo. — Como tem ido com Brandon?
— Um desastre, sinto que é mais fácil ele fazer outro filho em mim durante a gravidez do que me fazer go- —Sua fala fora interrompida com um gemido baixinho, Louis a distraia enquanto inseria o espéculo dentro dela, abrindo-o dentro de si e afastando as paredes internas da bucetinha apertada.
Ele foi rápido em fazer o exame, coletou o material de seu útero com o cotonete e guardou para mandar ao laboratório. No entanto, quando estava prestes a tirar o espéculo de Harry, as pernas se fecharam, fazendo com que ele entrassem ainda mais dentro dela, vindo junto a um gemido alto enquanto suas mãos apertavam a maca.
Louis estava sem reação, receoso e com medo dela ter se machucado, enquanto pensava se era aquilo que Styles queria. Quando olhou em seu rosto, ela estava se olhos fechados, os lábios entreabertos e suas bochechas vermelhas como pimentões. O material da roupa descartável deixava amostra como os mamilos estavam tão duros, se esfregando lentamente contra o plástico.
— D-desculpa. — Foi a única palavra que saiu dos lábios de Harry. Estava tão fodidamente envergonhada.
— Preciso tirar antes que você se machuque, querida. — Tentou afastar as pernas, mas a mulher mantinha firme.
— Tá tão bom, doutor. — Murmurou, fazendo-o engolir a seco. — Me desculpa. — Manteve o tom de voz, abrindo as pernas e deixando-o terminar seu trabalho.
Louis estava calado porque não havia palavras, e o maldito constrangimento pela ereção que se formava na calça social era pior ainda. Quando voltou a se sentar no banco, pôde ver as gotas do pré-gozo escorrendo até seu cuzinho. Harry estava insano, fazendo o obstetra se questionar do porquê Brandon não fazia seu trabalho certo tendo-a em casa.
O espéculo fora retirado com calma, já que estava ainda mais fundo. A bucetinha se contraia no nada, vermelha e molhada, tão irresistível que Louis precisou tocar. Dois dedos desceram pelos grandes lábios, subindo pelos pequenos lábios rosados. Tomlinson tinha pena de Harry quando o bebê passasse por ali, porque aparentava ser tão apertada.
Os dedos continuaram, agora, em seu clitóris inchado. Massageou, tocou e pressionou, focado em cada uma das reações das pernas de Harry. Ele apertava seus dedos com força, assim como contraia as coxas grossas excitado.
— Louis... - Gemeu imersa ao tesão, sentindo o látex da luva em seu interior, mas era tão pouco, era o começo de um maldito dedo que não a fodia. — Me chupa, eu sei que você quer me chupar. — Tudo o que a cabeça da cacheada conseguia imaginar era os lábios mamando em seu clitóris, a língua molhada entrando e saindo de si, ou a pontinha do nariz arrebitado se esfregando no seu pontinho enquanto era comido por aquela boca.
Tomlinson realmente queria enfiar seu rosto no meio daquelas pernas, mas ele não faria. Não faria ainda, na verdade.
— Nossa consulta acabou, senhorita Styles. Mas não saia daí, tenho dois presentes para você. — Ele se levantou, deixando um tapa pesado em sua buceta. Harry praticamente gritou, olhando para Louis finalmente, só para assentir ao seu comando.
Aquilo parecia ser uma brincadeira. A mulher estava fervendo de tesão e Louis havia sumido. Não que tivesse esperança que algo acontecesse. Seus presentes deveriam ser meias para o bebê como da última vez, ou talvez a polícia para o retirar de lá. Mas ao mesmo tempo que queria correr, ela queria respeitar Louis. Então, seu único movimento foi sentar, as pernas ainda abertas, deixando com que ele pudesse se esfregar na maca em busca de algum contato.
Sentia-se em um filme pornô por conta das circunstâncias. Sua xotinha era razoavelmente estimulada pela maca coberta com um papel que já estara completamente molhado. Seu quadril ia para frente e para trás com um pouco de dificuldade, enquanto uma mão segurava no apoio de pés e a outra se apoiava em sua barriga.
Ela cavalgaria em um pau se tivesse Louis ali, ela até mesmo ajoelharia só para receber seu gosto com a garantia de que seria fodida. Sua cabeça estara tombada para trás, deixando visível pequenas gotículas de suor descendo por seu pescoço. Gemia sem se importar com quem entraria por aquela porta, prestes a arrancar a roupa incômoda. A mão que antes estava na barriga, tocava seu seio, apertando forte até que o mamilo estivesse deixando o leite quentinho molhar seus dedos.
— Me come, Lou. Eu deixo você gozar dentro de mim. Deixo você acabar comigo. — Gemia quando ouviu a porta se abrir novamente. No entanto, quando abriu seus olhos, Lucy estava de queixo caído dentro da sala, e a figura de Louis chegou segundos depois atrás dela.
Harry não queria mais nada além da morte, a vergonha era muita para que ele pudesse lidar.
Tudo foi rápido, porque em um piscar de olhos a mulher já não estava mais lá e Louis ria em sua frente. Como ele podia fazer uma coisa dessa?
— Porra, bebê. Você estava gemendo tão alto que ela deve ter ficado preocupada. - Os olhos verdes estavam claramente assustados.
Queria gritar com Louis, bater em seu peito e falar que nunca mais voltaria a se consultar com ele. No entanto, o doutor havia vencido, porque agora Harry recebia um leve carinho em seu rosto, enquanto era trazido para mais perto do corpo de Tomlinson, ficando sentadinha na maca e tendo o outro entre suas pernas.
— Abre as pernas, tenho que verificar se a minha bucetinha está bem. — A cacheada pôde sentir a pele quente de Louid, já que agora não usava mais a luva. A massagem de seus dedos era tão superior a se esfregar em qualquer outra coisa. Porque nada poderia segurar seu cabelo firmemente enquanto beija seu pescoço como Louis estava fazendo.
Ele arrastou a boca por seu maxilar, sentindo os dedos com as unhas pintadas segurando em seu braço. Os lábios fininhos capturaram o inferior de Harry, chupando enquanto trazia-a para um beijo quente. Ainda a masturbava lentamente, ficando com os dedos ainda mais molhados quando deferiu dois tapinhas seguidos em seu clitóris, guardando a xotinha em sua mão conforme a deixava em forma de concha sob ela.
— É tão bom, seus dedos são tão bons... — Gemeu contra Louis, começando a rebolar nos dedos de forma desesperada. — Eu quero gozar assim — Murmurou, fechando as pálpebras trêmulas.
— Você está tão desolada, não é, putinha? — Riu, vendo-a assentir. — Tão desesperada que não se importa de ser chamada de puta. Você é uma vergonha. Sujando toda a minha sala. — O que Harry não esperava era que receberia um tapa tão forte em seu rosto que engoliria um choro que estava prestes a sair.
— Não faz isso. — Choramingou, acariciando seu rosto avermelhado.
— E por quê eu não faria? Me diz. — Cravou as unhas em seu maxilar, não parando os movimentos, até que sentisse ela pulsar em seus dedos. — Eu deveria encher você até engravidar de novo, sabia? Porque é só pra isso que você serve, cadela. — Sorriu sádico em seu rosto, parando os movimentos e se afastando. — Não fecha a porra dessa perna.
A cacheada estava com seu coração acelerado, e Louis já deveria ter notado que nada do que ele fizesse diminuiria o tesão dela, muito pelo contrário. Ela tremia, literalmente. Não sabia se era porque estava perto do seu limite, porque queria mais ou de tanta vergonha misturada com excitação. Iria enlouquecer antes de sair dali. E, para piorar a sua situação e melhorar a de Louis, seus peitos vazavam como nunca. Eram tantos estímulos que não conseguia se controlar.
Desesperada, desamarrou a roupa, tirou e amassou, cobrindo apenas seus seios para conter o leite que sujava a pele. Quando Louis voltou em alguns segundos, ela o olhava com os olhos marejados. Suas pernas abriram ainda mais e o doutor tinha uma caixa de presente em suas mãos. Ela era completamente preta com alguns detalhes em dourado, os olhos azuis a incentivavam a abrir a caixa, fazendo-a levar uma mão até o fecho e abrir.
Sua mente ficou genuinamente confusa. Havia ali uma corrente, tal que Styles não fazia ideia para o que servia, e na outra partitura havia um vibrador. Era o vibrador, na verdade. Rosa, com três partes. Esse, Harry conhecia. O vibrador em formato de pênis no meio, um vibrador ondulado grande e fino para seu cuzinho de um lado e um estimulador de clitóris do outro. Louis não queria apenas o dar prazer, queria que ele fizesse se sentir bem outra vez e, principalmente, consigo mesmo.
— Eu estava guardando há um tempo e tentando ganhar coragem para presentear você. — Beijou sua bochecha com um selar úmido.
— Não acredito, Lou... Obrigada. — Sussurrou risonho, negando com a cabeça. — O que é isso? — Apontou para a corrente, fazendo Tomlinson pressionar seus próprios lábios e deixar a caixa ao lado da mulher, pegando as correntes.
— Feche os olhos e me deixe ver seus peitos, bebê. — Afastou a roupa amassada dos seios fartos. Estavam ainda mais gostosos por conta da gravidez, empinados e com seus biquinhos vazando gotinhas esbranquiçadas.
Styles estava de olhos fechados quando sentiu o primeiro beliscão. Mas, diferente de beliscos dados com dedos, era gelado e dolorido, amassava o mamilo sensível, fazendo uma lágrima escapar de seus olhos. A segunda dor
veio ainda maior em seu outro mamilo, as mãos fracas marcando os braços de Louis por cima do jaleco.
— Uma palavra, bebê.
— Morango. — Previsível para quem tinha uma tatuagem de morango em uma nádega.
Uma corrente gelada passava por sua barriga, a mão de Louis escorregou até a xotinha, abrindo e prendendo seu clitóris. Dessa vez, Harry gritou. Não soou como um gemido ou um resmungo, era um grito em alto e bom som, acompanhado do orgasmo que a fez se contorcer e se jogar não braços do doutor, ofegantemente.
— Dói... — Choramingou, se agarrando ao corpo e chorando quando os mamilos estavam contra o peitoral de Louis. Este, por outro lado, acariciava suas costas lentamente, sentindo apenas a respiração contra sua pele e as lágrimas quentes. — Dói muito.
— Vai passar, bebê. Você até mesmo gozou, não foi? Eu estou tão orgulhoso do meu bichinho. - Beijou seu pescoço.
— Está mesmo?
— Muito. Como não estaria?
Afastou Harry apenas para selar seus lábios, sorrindo quando a olhou de baixo a cima. Um beijo carinhoso fora deixado em sua testa, com Louis arrumando os cachos bagunçados.
— Vá se vestir, uh? — Arrastou a pontinha de seus narizes. — Preciso atender outra paciente. Mas não tire os prendedores, seja boazinha. — Harry assentiu, se arrastando na mão de Louis como uma gatinha carente.
A cacheada respeitou a vontade de Louis. Ela vestiu sua roupa, olhou-se orgulhosa no espelho e saiu do banheiro, vendo o outro limpar sua bagunça. Sem dizer nada com a boca mas muito com o olhar, deixou um beijo na bochecha do homem, pegou a caixa do presente e saiu, sendo impedido de correr por conta das correntes. Aliás, elas ligavam seus seios ao seu clitóris, fazendo qualquer movimento ser demais.
🍓
Já era noite quando Brandon chegou em casa. Parecia estar puto como sempre, reclamado de um lado para outro e falando para Harry que a marca roxa em seu maxilar era porque havia batido o rosto em uma parede por acidente.
Harry não ligava, na verdade. Ele estava radiante e o pequeno limão parecia compreender aquela felicidade. Styles não poderia estar mais feliz enquanto tomava uma taça de suco de uva para enganar seu cérebro. Fazia a janta com o maior prazer — nos dois sentidos —, servia os pratos na mesa e terminava de cortar a salada quando sentiu o noivo afastar os fios achocolatados de sua nuca e beijar com calma.
— Está tão animada hoje, tenho algum crédito por ontem? — Harry riu.
— Claro, amor. Claro que você tem.
Ele jamais teria crédito. Mas alimentar o ego de um homem egoísta era bom, ainda mais quando estava o enganando. Harry detestava a ideia de trair, acabando por ser apegar a outro detalhe: você não pode trair o que nunca foi seu.
— Mas hoje não vai rolar, okay? — Suspirou com desgosto ao sentir as mãos apertarem sua cintura, fazendo o robe de seda subir. — Ainda estou muito dolorida por ontem. O doutor disse que é bom dar um tempo de sexo também. Por conta do bebê, entende, meu amor? — Virou-se para ele, beijando sua bochecha e sorrindo inocentemente.
Em partes a cacheada não estava mentindo, ela realmente encontrava-se dolorida. Entretanto o motivo era que ainda estava tão apertada pelos prendedores. O banho havia sido uma tortura, em uma ponte da dor para o prazer sempre que precisava lavar sua intimidade, ou quando a água gelada caía com pressão em seus seios extremamente sensíveis. Não queria provocar Louis, mas depois do banho tudo o que pôde fazer fora o mandar uma foto enquanto roçava a buceta no porcelanato da banheira.
A parte ruim disso foi quando recebeu uma ordem de que não deveria nem mesmo ousar pensar em gozar.
Ela cumpriu.
E, mesmo que não aguentasse mais tanta pressão em pontos tão sensíveis, ela continuou. Durante o jantar, encontrava-se incomodada com os apertos vez ou outra, ousando gemer baixinho mas justificar que o bebê estava se mexendo. Não que seu noivo se importasse, estando muito focado entre dividir sua atenção na comida e no celular.
Quando notou que não teria nada além de uma janta, Brandon deixou seu prato na pia e subiu, ao menos desejando uma boa noite de sono à noiva.
Schopenhauer foi um homem inteligente. Ele acreditava que a vida era uma oscilação de tédio e sofrimento, que a felicidade existente era momentânea. Costumava citar que o homem mais feliz era aquele que buscava pela solidão e que o amor era terrível, dilacerante, mas fundamental.
Tudo o que passava na cabeça de Harry enquanto se acomodava em seus lençóis recém lavados era que, por muito tempo, acreditou que Schopenhauer fosse pessimista além do limite, que sua filosofia não era nada mais que uma utopia de sua cabeça. Era a realidade dele, a vontade dele, o mundo idealizado na cabeça dele.
Mas, talvez, quem passou tempos vivendo em outra realidade era Harry. Schopenhauer nunca esteve errado.
Os fragmentos de felicidade da cacheada estavam existindo e eram momentâneos, enquanto o amor terrível e fundamental era resumido em seu relacionamento. As pessoas estão e sempre estarão destinadas a ganhar parcelas de ápices de alegria, mas nunca uma vida inteiramente feliz. Aliás, qual seria a graça de viver sem sangrar?
E, por mais solitário que soasse, Harry e seu pequeno limão estavam em busca daquilo. A solidão soa melhor quando a única outra opção é desagradável.
🍓
A semana foi uma completa tortura, mas todo dia cansativo era recompensado durante a noite. Harry ligava para Louis e eles conversavam durante um tempo antes que fosse impossível aguentar a excitação que cada suspiro de Tomlinson trazia ao seu corpo. Então, com ambas as partes já sabendo o quão previsível eram, Harry usava o dildo que fora presenteado.
A sensação de ser preenchido ao mesmo tempo enquanto tinha o pontinho doce estimulado era, sem dúvidas, incrível. A mistura dos prazeres não conseguiam ser contidos, ainda mais quando Louis sussurrava do outro lado da linha, não deixando de foder sua mão tão rapidamente. Os dois sempre chegavam juntos, ou com a cacheada explodindo em um orgasmo e pingando até o último segundo do prazer do outro.
Eles precisavam se encontrar, isso era óbvio. Mas haviam tantos empecilhos. Como, por exemplo, Louis trabalhar o dia todo, ou como Harry estava participando da semana de organização para a comemoração do dia das mães com seu grupo de apoio. Já era sexta e em apenas dois dias se comemoraria o dia das mães. Seria seu primeiro dia carregando um bebê e sendo mamãe. No próximo ano poderia estar com o bebê em seu colo e receber oficialmente felicitações da comemoração. Ela estava ansiosa com isso.
Como tudo não era e nunca fora flores, havia também Brandon. Ele estava insuportável e aflorando tantos sentimentos ruins em Harry. Na noite de quarta ficou parado em sua porta enquanto via a garota se deleitar em seu prazer. Por sorte, não estava conversando com Louis, mas para seu azar, o noivo queria participar no lugar do dildo que vibrava dentro de si. Dizia que aquilo era inútil, assim como disse à Harry quando ele se recusou a transar com ele.
Era um caso complicado. Ninguém era Louis, muito menos Brandon. Aquilo ocasionava brigas e gritarias, estresse e o noivo pegando dias de folga para ficar de olho em Harry. Agora nem mesmo seu banheiro tinha trancas. Era como viver sufocado por aquele maldito homem enquanto sua liberdade era suprida toda madrugada por uma ligação secreta.
Naquele dia, em uma sexta-feira calorosa, Harry terminava de contar os conjuntos de mesa e cadeiras dentro do salão da instituição que usavam para as reuniões em grupo. Já estava prestes a escurecer, algumas meninas ainda estavam por ali, algumas com seus 8 meses de gravidez e outras com apenas poucas semanas.
Quando finalmente acabou, pegou sua bolsa e foi para a rua chamar um táxi. Estava cansada, mas ainda era cedo. Se saísse naquele exato momento, ainda poderia enrolar Brandon. Então, sem se importar, chamou pelo carro de taxista que passava e mudou seu trajeto, indo para o outro lado da cidade.
Precisava ver Louis, mesmo que sua consulta tivesse sido adiada para segunda-feira por conta da agenda cheia e a confusão de Lucy com os horários. Harry se perguntava às vezes se todas aquelas mulheres iam atrás da melhor consulta da cidade ou atrás dos toques deliciosos do médico.
Mesmo não confessando, Styles era um tanto possessivo. Não seria muito diferente com Tomlinson, já que as perguntas em sua cabeça se resumiam a: Louis fazia ligação com todas? Dava presente para todas? Dizia como queria se lambuzar do melzinho de todas? Ou as palavras eram apenas para si?
Nem mesmo sabia se Tomlinson era comprometido, apesar de qualquer tipo de anel ou aliança se ausentar em seus dedos.
Se fosse um amante, pelo menos todas às vezes que gritou quando sem querer puxava a corrente dos prendedores quando estava absorto ao prazer da voz de Louis, teriam valido a pena. Ou todas as vezes em que sua mente fetichizava o doutor em sua sala fodendo sua buceta com instrumentos enquanto comia seu cuzinho com o pau grosso e quente.
Era, definitivamente, um fetiche de sua imaginação ter o seu médico trabalhando consigo daquela forma. Faria até mesmo consulta todos os dias.
Como agora, descendo do táxi após o deixar com o troco, subindo o elevador do prédio vazio e parando no consultório que conhecia muito bem. Assim como no hall do prédio, ali também não havia ninguém, mas as luzes estavam acesas. O computador estava desligado e o telefone fora do gancho, o que significava a ausência de Lucy.
Harry foi sedenta para a sala do homem, entrando e vendo que estava vazia. Louis teria que estar ali. E caso não estivesse, obrigaria Harry a implorar até que ele voltasse. Mas do que vale súplicas quando se tem fotos dos seus peitos?
A garota se livrou de suas poucas roupas, soltou seus cachos e se deitou na maca macia. Suas pernas estavam abertas o suficiente, os biquinhos dos peitos sendo acariciados com a ponta de seus dedos, fazendo a xotinha piscar. Poderia ficar nisso a vida toda, apenas esperando pelo seu homem chegar. Os peitinhos estavam tão empinados, mas pareciam tão judiados pelo uso recorrente dos prendedores. E, depois que passou a usá-los, seu clitóris estava sempre durinho, fazendo com que fosse uma tortura andar de calcinha ou shorts mais apertados, uma vez que ele insistia em se arrastar no pano a cada passo dela.
Ser gostosa, grávida e com tesão não cabiam na mesma pessoa.
— Certo, querida. Papai fala com você mais tarde. — Louis chegava perto, concentrado em suas palavras e em olhar para baixo, até que encontrou com os olhos o vestido florido jogado em seu chão. — Tchau, amor. — Suspirou pesado, desligando o celular e deixando-o em sua mesa.
Estava vidrado naquela cena. Tudo o que conseguia pensar em seu dia era Harry, Harry e Harry. Agora, ele estava ali. Sem muitas mudanças, mas sempre mais gostosa.
— "Papai"? — Questionou, soltando uma risadinha. — Pensei que apenas eu o chamasse assim. — Mordiscou o lábio inferior ao vê-lo se aproximar. — Diga a sua fi-
— Cala a boca. — Mandou, desferindo um tapa forte em sua coxa. — Vou dizer a minha filha para jamais ser uma vadia suja como você que tem a coragem de me esperar toda abertinha. — Subiu a mão por onde ganhava cor pelo tapa, apertando quando seu polegar encostou na virilha alheia. — Não conseguiu mesmo se segurar até segunda. — Riu, negando com a cabeça.
Como era possível estar a tão poucos segundos com Louis e já estar prestes a estourar em prazer?
Tudo o que conseguiu captar foi o cinto sendo arrancado rápido da calça, assim como o botão abrindo e o zíper descendo. Engoliu a seco, olhando nos olhos azuis completamente desconcertada.
— Ajoelha, que merda você tá esperando? — Falou tão rudemente que estremeceu o corpo. Mas Harry estava estática.
Tomlinson parecia tão determinado a acabar com ela quando agarrou seus fios e puxou de forma forte, até que tivesse o corpo fora da maca, encarando em seu rosto.
— Não me venha com a desculpinha que não aguenta ajoelhar. Ou eu vou precisar te mostrar todos os vídeos que eu tenho? — Ela negou com a cabeça, quase derretida. — Você adora esfregar essa sua bucetinha, o seu cheiro deve estar pela casa toda. No banheiro, no travesseiro, até no braço da cadeira. — Harry tentou ser forte, mas um gemido baixinho saiu antes que pudesse perceber.
— Eu quero que meu cheiro fique em você. — Sussurrou, beijando seu maxilar e se ajoelhando.
Se Louis fosse uma religião, Harry seria o maior devoto. Mas, apesar de não ser um Deus, Harry sempre seria regido por ele, para sempre seria fanático por sua figura.
As unhas pintas de vermelho, propositalmente, arranhavam a v-line lisinha conforme Louis se livrava de sua camisa e a boxer era a abaixada pela garota. Ela beijava a pele até que o cacete estivesse batendo em seu rosto, fechando brevemente os olhos. Arrastou a bochecha no comprimento, prestes a ronronar, lambendo sua glande com lambidas de gatinho, sentindo seu couro cabeludo arder com os dedos puxando brutalmente. Mas não reclamou.
Ela engoliu tudo de uma vez, engasgando no pau e saindo de pressa para tossir. Não teve tempo para olhar para Louis, sentindo o sapato social chutar sua intimidade, fazendo-a morder tão forte seu lábio que o gosto metálico fora sentido.
— Se você fizer isso de novo eu vou te chutar até que a porra dessa buceta esteja em carne viva e arrombada com o meu sapato. — Puxou com impacto sua cabeça para trás. — Ouviu?
— Sim, senhor. — Persistiu olhando em seus olhos, voltando a chupar o pau como um pirulito gostoso. Sua mão bombeava e sua boca engolia cada centímetro, fazendo a garganta se apertar nas veias pulsantes. Os olhos verdes rolavam em prazer e ao mesmo tempo uma dor suportavelmente deliciosa, fazendo-a pingar.
A cacheada se contraia no nada, começando a rebolar devagar no sapato impecável. Louis deixava chutinhos prazerosos em seu clitóris, começando a foder sua boca sem pena.
Cada vez que a glande batia na garganta da mulher, sua buceta se contraia e soltava mais do melzinho. Ela não suportava mais o ar em seus pulmões, eles queimavam como o inferno, assim como todo seu corpo e as coxas de Louis que eram maltratadas pelas unhas curtas.
— Maltrata meu pontinho! — Gritou manhosamente, estava tão perto. Chupava só a glande, seus dentes raspando com cuidando em seu falo. Louis continuava gemendo em deleite, maltratando sua intimidade com a ponta no sapato e segurando seu cabelo, mesmo que perdesse o controle.
Os lábios gordinhos mamaram nas bolas inchadas, uma por uma, até que as duas coubessem em sua boca e fossem molhadas por sua saliva. Lambeu entre elas e esfregou a língua sob a pele, deixando-a se arrastar por todo o pau até a glande. Mais uma chupada e Louis se afastou, com Harry cavalgando em seu sapato encharcado. Seu rosto se contorcia tão bem, prestes a gozar.
Os jatos de porra foram deixados no rosto angelical, e o sapato fora tirado de perto dela, fazendo-a cair de quatro pela pressão e formigamento em sua grutinha. A porra se misturava com as lágrimas que deixavam sei rosto, as duas quentes e escorrendo pela pele branquinha. Ele soluçava, uma agonia em seu peito e em seu ventre. Sua agitação fez o bebê se agitar também.
— Não é justo! — Gritou chorosamente, olhando com raiva para Louis. Ele tirava seus sapatos e a calça com a boxer.
— Para ser ingrata, vagabunda. — Pisou nos dedos de sua mão, vendo o choro aumentar. — Uma coisinha chorona e egoista. Eu deveria ter enchido essa boca de porra pra você ficar quieta. — Harry engolia o choro, as pálpebras trêmulas e a mão dolorida depois que Louis pisou.
Foi quando Styles abaixou a cabeça para continuar o patético choro que a mão firme segurou em sua nuca, puxando-a para cima e tendo as costas alheia contra seu peito.
— Não chora, princesa.
— Eu não tô chorando, Lou. — Se esfregou contra ele. — Eu tô sorrindo, não vê? — Sorriu grande, com as covinhas aparentes. Seus olhos ainda estavam vermelhos pelo choro, assim como as bochechas.
Louis puxou um lenço de papel, limpando o rostinho com calma, tendo alguma beijinhos desferidos no pescoço alheio. Sua outra mão acariciava a barriga, acariciando com amor e sentindo o bebê se mexer com calma.
Quando acabou de limpar, beijou os lábios maltratados, chupando-os e beijando lentamente, provando do seu gosto, vez ou outra os narizes de arrastando e as línguas se encontrando em sicronia. A língua quente de Louis passou por um vestígio de sua porra na bochecha corada, levando até a cacheada para que experimentasse.
— Me diga onde está doendo, eu vou sarar pra você. — Selou uma última vez seus lábios, suas mãos subindo de sua barriga até os seios inchados, estimulando os biquinhos duros.
— Minha bucetinha dói, Lou. — Tomlinson soltou um risinho, apertando mais seus peitos até ouvir seu gemido. As mãos foram até seus ombros, desceram por seus cotovelos e até duas mãos, apoiando as mesmas na maca.
Havia um problema com Louis. Ele não queria beijar e ter superficialmente o gosto de Harry em seus lábios. Ele queria prova-la, lamber seu corpo, morder seu corpo, comer a cacheada com a boca, cada pedacinho daquele corpo
Por isso, os lábios e a língua chuparam a nuca levemente úmida pelo suor, correu em sua espinha dorsal até seu cóccix e até suas nádegas.
Ele ainda estava ali, o pequeno morango desenhado em linhas pretas e finas, com suas sementes desenhadas, o cabinho da folha e seu formato comum. A tatuagem não era pintada, e isso fazia toda a diferença.
Sua boca chupou a "fruta", seu gosto era ainda melhor. Cheirava e tinha o sabor de Harry. Sabor de um leve hidratante de baunilha com a pele quente de sua nádega. Harry se empinou mais para ele, quase esfregando em seu rosto a bunda durinha.
Louis desferiu um tapa no morango, seguido de outro e mais outro, vendo as coxas se contrairem, os gemidos manhosos serem praticamente gritados e suas pernas se abrirem mais, deixando o cuzinho a vista enquanto a grutinha pingava.
Era como se tivessem injetado adrenalina nas veias de Harry. Ou, se fosse um animal, poderia ser facilmente considerado como um maldito cio.
A fruta tatuada estava vermelha, ganhando a cor forte nos próximos tapas desferidos, onde a língua de Louis era uma barreira dentro da boca da cacheada, impedindo-a de gritar mais. Ela não parava, nem mesmo com as unhas cravadas na pele ou quando a boca do doutor foi substituída por dois dedos fundos em sua garganta.
Os dedos foram usados para saciar a vontade de tocar Harry, sem cerimônias estando dentro dele, enquanto sua língua estava concentrada em lamber sua entradinha. Os dois buracos eram estimulados, fazendo Harry segurar nos fios do doutor desajeitadamente e o afundar mais.
— MAIS! — Gritava desesperada. — Mais forte, me come mais forte. — Rebolava nos dedos, ganhando um a mais. Harry praticamente quicava nos três dedos, apertando seus próprios na cama até que estivessem pálidos.
Louis descobriu que a mulher era, realmente, insaciável.
Ela gozou tão fortemente em seus dedos que os expulsou da xotinha. Mas não parava de se contrair, pulsando como se seus batimentos cardíacos estivessem controlando sua intimidade.
Quando Harry virou o pescoço, ofegante, seu rosto estava completamente vermelho, sua testa com um pouco de suor, suas pupilas dilatadas e os lábios entreabertos. Uma verdadeira bagunça deliciosa pra caralho. E bom, Louis não estava diferente. Com saliva escorrendo por sua boca, as bochechas vermelhas, o cabelo bagunçado e um sorriso nos lábios com sabor de Harry Styles.
A cacheada se virou, descendo as mãos pelo peitoral nu do mais velho, até estar bombeando seu pau enquanto saboreava sua boca, sendo tão bem agarrada pelas mãos em sua bunda. Era impossível não sorrir durante o beijo, e impossível não brincar com a glande em seu corpo, deixando-o com vestígios molhados.
Os braços se entrelaçaram no pescoço de Louis, que entendeu o recado quando uma coxa passou pela cintura alheia. O homem fez questão de pega-la no colo, mesmo com um pouco de dificuldade. Harry só precisava se sentir amada, se sentir desejada, sentir que o peso não era um empecilho, que sua barriga não dificultava as coisas, assim como seu desejo de estar nos braços de alguém não deveria ser tão difícil.
Tomlinson beijava seu pescoço, encaixando a glande e entrando de uma vez só, sentindo o gemido mudo que fora deixado em seu ouvido. A bunda de Harry fora parcialmente encostada na maca, apenas para que pudesse ser comido ainda melhor. Louis metia fundo, acariciando sua cintura e apertando um de seus seios, vendo-a delirar de prazer.
— Você é tão gostosa, bebê. Porra, eu poderia te comer a vida toda. — Louis disse roucamente, encantado com aquela beleza e com a excitação fora do normal que haviam criado naquela bolha.
O mais velho apertou sua coxa, acariciando a parte interna enquanto afastava as pernas para que a bucetinha ficasse ainda mais aberta. As bolas eram pesadas batendo em sua bunda, e seu interior era surrado tão bem.
Os braços de Louis não continham apenas as tatuagens, sendo marcados com os cortes dos arranhões que as unhas vermelhas faziam. Ele metia e era retribuído com marca dos seus dedos e gemidos altos, até mesmo com suas pernas tentando abrir mais do que o possível.
— Faz mais bebês em mim, Lou! — Sentiu seus fios serem puxados até que estivessem cara a cara, sendo separados apenas pelo caralho que saía e metia com tudo outra vez. Descendo os olhos para a visão perfeita de seu pau entrando e saindo dela, tudo o que podia notar era a vermelhidão e a bagunça de gozo que Harry fazia. — Eu quero seus bebês, porra! Eu quero todos eles dentro de mim.
E ela veio, chorando fortemente e com sua buceta pingando, melando completamente o pau de Louis que continuou até ir fundo e enche-la com a sua porra, respirando ofegante contra seu rosto, sem ponderar em beijar os lábios.
— Gozou bem fundo, amor? — Soltou uma risadinha, ajeitando a franja de Louis, deixando beijinhos em seu rosto.
— Uhum. Se conseguissemos fazer um bebê durante outra gestação, você já estaria grávida, bebê. — Beijou a pontinha do seu nariz.
— Então não sai de dentro de mim, fica mais um pouco. — Bocejou. — Eu estou cansada. — Se aconchegou no corpo, abraçando.
— Estou aqui, moranguinho.
Suas próximas lembranças foram um completo apagão. Apenas Louis deitando atrás de si e ainda dentro dela, se mexendo devagar enquanto metia com calma, mais alguns beijos em seu corpo e um leve acariciar em sua barriga.
🍓
O som alto do toque de celular praticamente berrava dentro do quarto, ecoando na cabeça cacheada como um megafone em seu ouvido. Aquela ligação interrompia seu momento de paz, após uma noite tão agitada e estressante.
Estressante porquê a gravidez deixava tudo mais intenso, também porque a cota de aguentar Brandon já havia sido estourada. Agitada porque, após a saída do homem pela porta, ela ligou seu som alto enquanto dançava pela casa e mandava mensagens convidando Louis para a festividade que aconteceria no parque no outro dia.
Mas tudo parecia tão mais leve. O noivo era ex-noivo, sentia-se liberto. Suas roupas encontravam-se na porta de casa. A casa de Harry, afinal. Seus pais haviam a deixado morar lá com o noivo depois que se mudaram para os Estados Unidos.
Foi uma briga intensa. Carregada com gritos do homem e alguns pratos quebrados pela garota, além do vaso de plantas que atingiu a testa de Brandon. Mas, no final, ele aceitou o término do noivado dizendo que não queria que Harry o procurasse, muito menos o "verme" em sua barriga.
Styles faria isso com prazer. Nem ela e nem o pequeno limão mereciam passar por isso. E, como uma mãe protetora, ela mandou Brandon se foder, dizendo que o bebê não era dele. A raiva do homem aumentou, esmurrando a porta que tinha sido fechada em sua cara após a notícia — mesmo que falsa.
— Oi, mamãe. — Harry pegou seu celular na cama, atendendo a mãe que ligava sem parar. Anne era um pouco insistente. — Feliz dia das mães!
Enquanto esperava Anne descobrir onde ficava o viva-voz, Harry desenrolava a toalha de seu cabelo, passando pelas gotículas do torso nu. Andava com liberdade em sua casa, se ajeitando para logo sair e se encontrar com Louis.
— Feliz dia das mamães, boneca! — Ouviu os pais gritarem no celular, fazendo-a rir.
— Obrigada papai, obrigada mamãe. Eu estou bem feliz com isso. — Falou genuinamente risonha, penteando se eu cabelo em frente ao espelho.
— Estamos muito felizes também, filha. Como estão as coisas por aí?
A cacheada explicou a noite anterior, recebendo total apoio de seus pais. No entanto, assim que seu pai saiu, a mãe questionou se havia outro alguém, fazendo-a negar até o último segundo, mesmo com um sorriso em seu rosto.
Bom, é o que é. Mas Anne não precisava saber ainda.
Quando desligou a chamada, vestiu-se. Usando um vestido vermelho apertado que marcava sua barriga, tênis confortáveis e brancos, um sobretudo cinza por conta do dia um pouco frio. Louis iria adorar, assim como ele.
Vermelho era a cor dos dois.
Isso poderia ser comprovado quando, assim que o carro estacionou em frente a sua casa, Louis saiu segurando tulipas vermelhas e uma blusa da mesma cor, com um sorriso tão grande que fora possível sentir durante o selar de seus lábios, sujando os finos com o gloss que usava.
— Meus dois bebês estão bem? — Beijou sua bochecha, indo até o outro lado para abrir a porta do passageiro.
— Melhores do que nunca. — Sorria bobo. — Ela está aí? — Questionou tenso.
— Está esperando por você e pelo limão. — Permitiu que Harry entrasse no carro. No banco de trás, estava a garotinha de apenas 4 anos. Ela sorria grande para Harry, segurando uma caixinha de presente.
— Feliz dia das mães, Harry! — A menina de olhinhos azuis gritou, entregando o presente para a mulher. Harry olhou encantada, virando-se para Louis com os olhos molhados.
— Feliz dia das mães, bebê. — Selou a pontinha de seu nariz.
Seria, definitivamente, o começo de uma nova vida.
🍓
Espero que tenham gostado ♥️🎀 mandem mais sugestões na ask! Perdão por qualquer erro.
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falcemartello · 2 months
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Ipocrisia occidentale
Tumblr media
Certo che è strano.
Proprio coloro che sono costantemente impegnati ad agitare lo spettro del ritorno del fascismo organizzano una fiaccolata in memoria di un neonazista.
Proprio coloro che difendono la causa LGBT omaggiano colui che, prima di una improvvisa "redenzione", esprimeva idee marcatamente omofobe.
Proprio coloro che ci parlano di accoglienza ed abolizione dei confini, propongono di intitolare una via ad un fervente xenofobo che proponeva la deportazione (se non di peggio) per gli immigrati.
Proprio coloro che negli ultimi due anni hanno sacrificato il nostro Paese sull'altare della "democrazia e sovranità ucraina", ergono a eroe un personaggio per il quale l'Ucraina semplicemente non avrebbe nemmeno dovuto esistere in quanto russa.
Proprio coloro che "c'è un aggredito e un aggressore" eleggono ad esempio per tutti un signore che nel 2008 aveva appoggiato con fermezza la guerra in Georgia.
Proprio coloro che non hanno avuto nulla da ridire sul livello di democrazia di un Paese - l'Ucraina - dove, tra le altre cose, sono stati aboliti 14 partiti d'opposizione, oggi chiamano martire un soggetto che nel suo Paese era stimato ed appoggiato da percentuali della popolazione vicine allo zero e che era osannato soltanto dai media occidentali.
Nessuno di coloro che oggi si straccia le vesti per Naval’nyi ha speso una parola per Gonzalo Lira, Andrea Rocchelli o Julian Assange (solo per fare alcuni nomi).
Questo perché Naval’nyi è effettivamente il simbolo dell’Occidente. Il simbolo della sua ipocrisia.
(Giacomo Del Pio Luogo)
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imninahchan · 6 days
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diário da cinéfila🍷 mais um dia, deveria estar fazendo as coisas pra faculdade pq essa greve só serviu pra me dar o dobro de trabalho, ou talvez procrastinando também só que escrevendo a fic q eu prometi? sim! mas i'm just a girl e ontem de noite eu achei links dos filmes do suanalô, então hj eu já meti dois pq eu tenho ansiedade.
abrindo os trabalhos com tant que le soleil frappe em que ele tá na skin [pai de menina] jardineiro/arquiteto falido obcecado por um projeto de um jardim num bairro pobre e ninguém quer financiar o projeto dele. assisti só pra poder vê-lo vestido de serginho groismann, com aquele cabelo grisalho curtinho, pronto pra pegar um microfone e agitar as noites de sábado, porque filmes franceses queimam meus neurônios, eu sempre fico boiando, principalmente os desse homem, ele só tem predrada no portfólio dele. amei o final, achei super poético (não entendi nada), fiquei isso aí fique do lado dos pobres não deixe o capitalismo tomar conta desse terreno eeeeee (o final parece q foi super triste mas eu não sei pq eu não entendi
e depois eu vi à propos de joan, um filme muito enigmático, sobre uma mulher chamada joan que se reencontra com um grande amor e daí o longa se anda baseado nas memórias dela. nesse filme, ele faz o filho dela, o que eu inicialmente não comprei pq eu falei jesus mas olha pras ruguinhas dele nunca q ele seria filho dessa mulher, e aí depois eu entendi pq eu achei estranho. esse filme é de queimar neurônios, só personagem complexo, a mãe da joan é uma girl boss mas q deixa diversos traumas mommy issues. uma loucura, também demorei a compreender e só compreendi uns 80% do filme porque o finalzinho parece q quis desenhar pra eu entender. ai ai filmes franceses...
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obs.: eu ia ver grâce à dieu pq embora a história do filme seja muito pesada e triste, é nesse que ele tá de bigodinho de puto, de jaquetinha de couro e andando de moto (me desculpa se eu sou uma cachorra), mas o áudio tava dublado em italiano aí eu falei caro mio ben vamo deixar pra outro dia pq ouvir italiano ler em inglês e a boca deles falando francês e eu captando as palavras com meu francês de dois níveis da universidade aí não vai dar amore vo morre que mundo globalizado é esse
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corruptedgirl · 8 days
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Dicas para vocês ✨️
Vamos lá né não basta ser só magra por mais que isso seja meio caminho andado, não sei pra vocês mas ter a pele bonita faz parte do pacote Premium das garotas bonitas !!! É nós merecemos ser premium também, vou dar duas dicas para vocês que eu ando usando a um tempo e vi diferença.
DICA 1
ESFOLIANTE CASEIRO
Ingredientes
- Borra de café (Preferencia que seja a borra usada)
- Leite líquido
OUTROS: vocês também podem usar soro fisiologico, óleo de coco ou óleo de rosa mosqueta, mel.
MODO DE PEREAPRO É USO
Misture a borra de café lembrando o melhor é que seja uma borra usada porque a borra usada é mais macia e não agredi tanto, enfim adicione o leite ou ingrediente de sua opção acima é mexa até criar uma pasta. Depois é só passar no rosto em movimentos circulares e leves não precisa esfregar com força, após passar lave muito bem seu rosto apenas com água lave mais de uma vez se necessário certifique-se que saiu bem todo o café depois disso recomendo que passe um hidratante de rosto ou protetor solar.
OBS: Usem apenas uma vez por mês de quinze em quinze dias!!
DICA 2
CLAREAR MANCHAS
Ingredientes
-Arroz
- água
MODO DE PEREAPRO É USO
Em um copo coloque três colheres de arroz e 100ml de água e deixe de molho por trinta minutos, depois côe toda água do arroz é melhor se puder colocar em um borrifador, guarde na geladeira pode durar uma semana depois recomendo que jogue fora é faça um novo. Aí é só agitar e borrifar no rosto limpo na quantidade de vezes que quiser deixe secar naturalmente mais evite se expor ao sol, eu gosto de usar no período da noite. Se não tiver o borrifador coloque em um bote de vidro bem fechado e use um pedaço de algodão para passar a água de arroz no rosto.
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