Tumgik
#mi corazon gritaba por ti
verso-abstracto · 9 months
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Ojalá hubieras podido escuchar aquella noche cómo mi corazón gritaba por ti.
Little Moon
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angelicalellie · 7 months
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૮꒰ྀི >⸝⸝⸝< ꒱ྀིა Broken girl
☆lame!Ellie x kindatoxicfem!reader☆
Sinopsis: Ellie y tú se necesitan como el aire para respirar, pero tienen todas las razones del mundo para querer alejarse. No le haces fácil el olvidarte, pues ahora te tiene muy cerca ya que oficialmente eres novia de su hermano.
Advertencias: contenido maduro +18, dinámicas poco sanas, relación “romántica”entre reader y un hombre.
Pd: este es mi primer intento de escribir algo así que apreciaría cualquier interacción, comentario o crítica de su parte. Muchas gracias por leer ♡
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Estabas terminando de abotonar tu blusa blanca, dejando algunos botones sueltos en la parte de arriba, justo donde tu escote comenzaba. Te miraste en el espejo de cuerpo completo que estaba justo al lado de tu closet, acercándote un poco para poder ver mejor tu cara y corregir tu labial color frambuesa, presionaste tus dedos suavemente en el exterior de tus labios y justo entonces escuchaste unos toques en tu puerta. “Adelante.” Dijiste con tu dulce voz, tomando a la vez una botella de perfume olor cereza y vainilla, rociándola cuidadosamente en tu cuello, justo abajo de tus orejas. “Hola, cariño.” Se acerca a ti un chico alto con cabello castaño rojizo, de inmediato le dedicas una sonrisa y te acercas a dejar que te bese.
Te toma de la cintura mientras le tratas de rodear con tus brazos lo mejor que puedes, se te hace difícil por la diferencia de altura, pero él te alza muy levemente, solo para estar más cómodo y no tener que enconvarse demasiado, acaricia con sus labios la línea de tu mandíbula, y en acto reflejo hunde sus dedos aún más en la piel de tu cintura. “Tenemos que irnos, no hay que llegar tarde.” Pasas tu mano por su brazo acariciándole con ternura, hasta que te encuentras con su mano y entrelazan los dedos. Dejas que cargue tu bolso de mezclilla, de repente piensas que se ve tan fuera de lugar que alguien como él utilice aunque sea por un momento aquel accesorio, pues tú misma lo habías decorado, dejándolo cargado de estrellas y corazones con brillantina rosada, muchos llaveros de peluche y uno que otro lazo, de todas formas te daba ternura que a él no parecía importarle.
Lo guías fuera de tu habitación, por el pasillo y hasta las escaleras, bajan aún tomados de la mano y al llegar a la planta baja te encuentras con Ellie, la hermana de tu novio, todo sería simple si Ellie sólo fuera eso… pero no.
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“Ellie, ellie… por favor, espera por mí!!.” Prácticamente le gritabas mientras veías como se alejaba, habías estado corriendo detrás de ella, pero tus botas negras con plataforma no te ayudaban a alcanzarla, al contrario, te hacían tres veces más difícil aquel trabajo.
Entonces pensaste que si no podías alcanzarla ella debía venir a ti, y con tu mejor interpretación digna de nominación a festivales de cine, te tiraste al suelo, y aunque la caída era falsa no era falso el hecho de que aquello había sido una medida desesperada, por lo que no tuviste tiempo de analizar y escoger el mejor lugar para tu acto, por lo que te acabaste haciendo daño de verdad, pasándote a llevar con una gran roca que te había cortado la rodilla, corría un hilo de sangre por toda tu pierna. Soltaste un gemido agudo de dolor, y ella se dio vuelta de inmediato, corriendo aún más rápido hacia a ti para ver si estabas bien. “Mierda, ¿te duele mucho?.” Asentiste repetidamente y mordías tu labio inferior con fuerza para evitar lloriquear demasiado, era sólo un pequeño corte, no querías exagerar. “Ellie, ayúdame a levantarme, por favor.” Dijiste con dificultad, respirabas erróneamente pero estabas intentando regularte. Ella no dudó en envolver sus brazos en tu cuerpo, cargándote como si fueras tan ligera como una pluma, rodeaste su cuello para sostenerte de ella, sentías una mano en tu espalda baja y la otra con más fuerza en tus muslos, se te erizaba la piel a su tacto. Miraste sus ojos verdes todo el camino, no podías evitar sentir deseos de darle mil y un besos en cada una de sus preciosas pequitas, te controlabas a ti misma por respeto a ella, pero se te hacía cada segundo más complicado.
Te deja encima de la camilla con suavidad, no queriendo causarte ninguna incomodidad ni dolor con algún movimiento brusco en tu pierna. Su expresión era difícil de descifrar, entre preocupación y molestia, más bien era algo que sentías, porque ni su ceño estaba fruncido ni sus comisuras se habían movido. No había ninguna enfermera a esas horas, todas ya se habían ido a casa, después de todo estaba atardeciendo, por lo que Ellie se dispone a limpiar tu herida. Primero toma una gasa y la moja con algún limpiador antiséptico que se encuentra en el cajón, su mano agarra firme la piel de tu muslo para que no te muevas, pero es sumamente cuidadosa a la hora de tratar tu herida. “Torpe… qué torpe eres, maldita sea.” Habla más bien para sí misma, apenas pudiste entender sus palabras, pero lo que dijo te hizo sonreír, a ella le importabas sin duda, se podía notar desde lejos. Termina vendando tu rodilla y quedas libre de su cuidado.
Te levantas con cautela, aún te sentías entre sensible y adormecida, por estar tanto tiempo con la manos de Ellie en tu piel y porque mierda, claro que te había dolido aquel pequeño accidente. Terminas por apoyar tus manos en la camilla e impulsarte suavemente hacia adelante, por fin tus pies tocan el suelo, tiras del borde de tu falda y la estiras para que se vea lo mejor posible. “Lo que te quería decir antes es que… Els, lo único que hago es pensar en ti.” Ella cabizbaja apoyándose en el borde de la camilla no puede evitar sentirse miserable por estar tan cerca de ti, las malditas mariposas en su estómago que había intentado matar simplemente seguían reviviendo cada vez que le dedicabas una mirada.
Lentamente y como dos imanes en una atracción imposible de detener, ambas quedan una frente a la otra, no pudiendo acortar más la distancia. Sientes su respiración chocar con tus labios incluso, pero ella aún no puede levantarte la mirada, la tocas, no puedes evitar hacerlo, tomas sus manos con fuerza, poniéndolas en el aire, y con suavidad las arrastras hacia a ti, para que queden cerca de tus pechos, besas cada punta de sus dedos con ternura, y ella se sonroja. “Ya basta, pequeña, ¿qué haces?.” Dice avergonzada, la sueltas.
Llevas tus manos hacia su cara, tomándola con firmeza, cierras tus ojos y dejas que tu nariz acaricie con fuerza la suya, al mismo tiempo que tus labios tocan superficialmente los de ella. Ellie no aguanta que juegues con ella, y toma tus labios con su boca, te besa con hambre, mordisquea y succiona a su antojo, hasta dejar tus labios rojos e hinchados. Mete sus manos bajo tu blusa blanca, con la punta de sus dedos acaricia tu piel, te erizas bajo su tacto y sonríes, sintiendo un cosquilleo familiar en tu abdomen bajo. Llega a tus senos y los acaricia con fuerza, sueltas un jadeo y ella aprovecha de meter su lengua en tu boca, el sonido de aquel beso húmedo es completamente obsceno, y te encanta. El sabor es como a tabaco y helado de vainilla, debe ser por una mezcla entre sus cigarrillos y tu brillo de labios, dejas que te use y disfrutas hasta el último segundo de aquello. Pero tú eres la primera en romper, te alejas unos milímetros, siguiendo conectada a ella de alguna forma. “Bebé, por favor… “ Te ruega con un susurro, tomándote de la cintura, clavando sus dedos (que antes besaste) en tu piel, empujándote suavemente hacia ella, quiere tenerte, lo necesita, pero sabe que te escapas.“Vámonos els.”
Solo dijiste eso, y viste como algo dentro de ella se rompía, te zafas completamente de su agarre, le diste la espalda de pronto y abres la puerta, esperando a que te siguiera a la salida de la escuela. Ellie en cambio camina hacia a la ventana de la enfermería, aún quedan rastros del sol en el cielo, por lo que los colores son diversos y hermosos, anaranjados y magentas, ella se queda mirando simplemente, como si nadie más estuviera ahí, como si llevara todo este tiempo sola, entonces saca de su bolsillo un paquete de cigarros y un encendedor, toma uno y lo pone entre sus labios, lo enciende, le da una calada, suelta el humo, te ignora, y tú sabes que es momento de dejarla en paz.
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sujilix · 15 days
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El Reencuentro
La situación se había salido de control desde aquel ataque en la cena electoral, el shock que todos vivieron al ver a dos de los huevos más queridos convertirse en aquellos seres que solo tenían como objetivo sembrar el miedo y eliminarlos.
Los gritos, la desesperación, la duda en sus corazones al no saber si esos códigos eran reales y habían poseído el cuerpo de los niños o si simplemente habían adoptado sus características, pues temían dañarlos y que esto resultara en una tragedia. Pero debido a lo bien que Philza conocía a sus niños, se dió cuenta que estos eran impostores y debían eliminarlos, informó a los demás y libraron la batalla sin perdidas que lamentar.
Ahora, días después de este suceso, todos se mantenían en alerta, debían ser precavidos con los huevos. Incluso aquellos que habían perdido a sus huevos tiempo atrás.
Roier mentiría si dijera que no le había afectado ver como luchaban contra Chayanne y Tallulah, él no quería hacerles daño, él quería salvarlos.
Salvarlos, lo que según sus pensamientos, no pudo hacer con Bobby.
Aún extrañaba a su hijo, recordar sus aventuras recorriendo los grandes terrenos de la isla, hacer travesuras con él, construir, molestarlo y comenzar a pelear, cada risa y comida compartida.
Todo eso le dolía, pero había aprendido qué si quería avanzar debía soltar.
La vida siempre te pondrá pruebas y te hará enfrentar tus peores miedos. La luz llegará a ti pero, aún así tendrás que sacrificar mucho más.
Roier se encontraba de aventura, había decidido salir de excursión para recolectar materiales para continuar con la construcción de la ciudad que Bobby le había pedido como último deseo.
Llevaba casi todo el día fuera pues había emprendido su travesía al amanecer.
La caminata por la mañana le había despejado, la soledad y tranquilidad le permitieron disfrutar de su tiempo y actividades mientras escuchaba música y cantaba. Hubo momentos en los que simplemente se dedicaba a observar el entorno, descansaba un poco y comía algún bocadillo.
La tarde era fresca, el sol comenzaba a descender y Roier había decidido que era momento de regresar a su hogar.
Caminaba por un campo lleno de flores muy similar al que alguna vez encontraron con Bobby y Jaiden, esto le trajo muchos recuerdos de ese día y simplemente sonrió con melancolía.
Una rebelde lágrima bajó por su mejilla pero la limpió rápidamente, no debía estar triste, eso no le gustaría a su chaparrito. Y con eso en mente, siguió su camino, hasta que un sonido le hizo parar y girar rápidamente para buscar al dueño de este.
Su corazón latía con rapidez, le costaba respirar con normalidad y su vista se nublaba por las lágrimas. Ahí, en medio del gran campo se encontraba Bobby disparando al cielo para llamar su atención.
—¿Bobby? Mijo, eres tú?
Roier seguía incrédulo, pero todo se veía tan real.
— ¡Bobby! ¡Mijo! ¡Mi chaparrito!
La voz de Roier se quebró, la garganta se le cerraba, la distancia disminuía y sus ojos ardían.
Cuando estuvo a un metro de distancia dejó de correr, se apoyó en sus rodillas para retomar el aliento y escuchó como su hijo ponía un cartel.
“Hola papá, ¿cómo estás?”
—Yo estoy bien, si, estoy bien. Bobby ¿qué haces aquí? ¿Cómo llegaste aquí?
Roier hablaba rápidamente por los nervios, la emoción de volver a ver su hijo le nublaba la razón.
“Cómo que ¿qué hago aquí? Vine a acompañarte”
“¿No me extrañaste?”
—Claro que si mijo, todos los días lo hago, y perdóname por no haberte protegido.
"No te preocupes por eso papá, ya estoy aquí"
—Si, si, menos mal ya estas aquí.
El castaño se arrodilló frente al huevo y abrió los brazos para abrazar al que alguna vez fue su hijo.
Era un momento hermoso, el reencuentro entre padre e hijo.
Pero Roier sabía, su corazón le gritaba que ese no era su Bobby, que debía alejarse y buscar ayuda; pues sabía lo que tenía que hacer, sabía que debía matar a ese impostor y no estaba listo para hacerlo.
No quería volver a revivir lo que fue perder a su hijo, no quería volver a sufrir.
Pero era algo necesario, su Bobby se había ido hace tiempo, él lo había aceptado y había continuado con su vida.
Con mucho cuidado sacó su espada, no quería alertar al impostor y que este huyera.
—Bobby, te quiero mucho mijo.
Roier se separó del huevo, y con un movimiento rápido y certero acabó con su vida.
La escena de hace unos meses se volvía a repetir, el cuerpo de su hijo yacía en la hierba, inmóvil.
Pero esta vez, Roier no se sentía triste.
—¡¿Por qué hacen esto?! ¡¿Cuánto más debo sufrir para que me dejen en paz?!
Gritó con todas sus fuerzas al cielo, se desgarró la garganta con cada grito.
Lloró con fuerza, se desahogó dejando salir toda su frustración, ira, tristeza.
Vacío su alma y dolor en aquel campo.
Y cuando por fin se sintió vacío, libre de toda emoción y sentimiento negativo, levantó el rostro y volvió a respirar.
Respiró el aire fresco, sintió la calidez del sol y capturó su último destello del día.
Levantó su brazo y se despidió.
—Adiós Bobby, siempre te amaré. Algún día nos volveremos a ver. Y no te preocupes, cuidaré de Jaiden y seremos feliz por ti, te lo prometo hijo.
Aquella tarde Roier regresó al castillo de su esposo buscando el calor de su familia quienes lo recibieron con alegría y amor.
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green-pen · 7 months
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Franz pero sin el Kafka
(Esta entrada tendrá un mínimo de teoría, en esta ocasión daré mi opinión respecto al título)
Creo que los escritos y las expresiones artísticas nos pueden decir mucho acerca de una persona, de la misma manera que este blog puede decir algo de mi; no como contexto de escritura (por mucho que en este caso sí ayuda) pero como un momento de reflexión para entender que que tras grandes obras y figuras, existen personas.
Franz Kafka fue un escritor exponente del cambio de paradigma de la literatura del siglo XX. Gracias a su amigo Max Broad, hoy tenemos las obras de Kafka quien le había pedido quemarlas tras su muerte.
“Carta al padre” fue publicada póstumamente en 1952 y es nada más y nada menos que una carta de hijo a un padre, de Franz (sólo Franz) a su padre Hernnan Kafka. La carta jamás fue enviada.
El texto inicia tan fuerte como su propio contenido: “Queridísimo padre: Hace poco me preguntaste por qué digo que te tengo miedo.” (Kafka 2) Aquella cita no es más que una introducción a la gran cantidad de sentimientos reprimidos durante años por parte de Franz hacía su padre.
Existen ciertos fragmentos que logran no sólo conmover, pero también llegan a doler (a mí me dolió) y generan preguntarse: ¿Cómo?¿Cuándo es suficiente para criar a un hijo? Yo tuve (y tengo) la surte de contar con una madre comprensiva en el actuar humano, me cuida como su hija pero también como humana. Existe un fragmento que describe cómo se sentía el pequeño Franz respecto a la crianza que recibía, “(…) Para mi, para el niño que era, lo que me gritabas era como una orden del cielo, no lo olvidaba nunca, quedaba dentro de mi como el método más importante para juzgar el mundo, para juzgarte a ti (…)” (Kafka 6) Aquellas líneas ponen en prueba lo frágil que son los corazones de los niños (de todos en realidad), de como unas simples palabras lo marcarán de por vida como persona que, en su caso, lo agobiaron.
Pero no son necesarias solamente las palabras y acciones directas, “Tus sumamente efectivos y, conmigo al menos, recursos retóricos en la educación eran: insultos, amenazas, ironía, risa maligna y –curiosamente– autoinculpación. No recuerdo que me hayas insultado directamente y con insultos explícitos. Ni tampoco hacía falta: ¡Tenías tantos otros medios!” (Kafka 8)
Yo, como persona, he recibido palabras, pero no eran necesarias, una mirada o una risilla eran suficientes para dejar una cicatriz para siempre, pero no eran de mi mamá o mis hermanos, eran de otros muchos más lejanos a mi. Por eso m pregunto: ¿Cómo alguien que debe amar, cuidar y ayudar a crecer, puede causar tanto daño usando la excusa de educar?
Franz no estaba solamente resentido, tenía miedo, miedo de quien debía cuidarlo. Aun así, no dejó de amar a su padre, “Yo habría sido feliz de tenerte como amigo, como jefe, como tío, como abuelo (…) pero justamente como padre haz sido demasiado fuerte para mi.” (Kafka 3) Esa ha sido su reflexión de adulto, pero como niño, seguía admirando a su padre y culpándose por no ser como él, tanto como la figura imponente que describe pero como padre: “Afortunadamente, también había excepciones (…) y el amor y la bondad, con su fuerza, superaban todos los obstáculos y conmovían ‘de modo inmediato’. Eso sí, sucedía raras veces, pero era maravilloso (…) En tales ocasiones uno se echaba en la cama y lloraba de felicidad, y llora otra vez, al escribirlo.” (Kafka 10)
Hubo algo que pude notar mientras leía, era que, por cada cosa que Franz exponía acerca de su padre, había una justificación a la actitud de su progenitor, como si quisiera excusarlo. La verdad entiendo por qué, tal vez por su nerviosismo al escribir, su ansiedad y su propio medio en caso de que enviara la carta. ¡Pero no es por quitarle importancia al asunto, jamás, sino una observación!
Franz Kafka fue más que el autor de “La metamorfosis”, él era un hombre de difícil infancia; fue un niño callado y reprimido que encontró consuelo en la escritura y que jamás dejó de amar a su padre.
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mariiluv · 10 months
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Estas en mi corazón,pero ya no llevo el peso de no ser lo que necesitabas,sigues en mi corazon como la persona que eres,mas no de la que me enamore.
Ahora lo que hay en mi corazon es nostalgia pero agradezco ya no sentirme insuficiente por no lograr un "nosotros" entiendo claramente que de forma amorosa no llegariamos juntos,pero que lindo que era ese sentimiento al irme pensando en ti muy ilusionada.
Te agradezco por todo lo que hiciste por mi pero hou finalmente me doy cuenta que tu no eras para mi y si lo hubieses sido no hubieras dudado ni un minuto de si era yo por quien tu corazon gritaba,eres un grana amigo y una persona increible,pero estoy tan feliz que por fin ya no seas mas tú.
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rebemafireverry · 1 year
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Definitivamente aun recuerdo esto, Como no hacerlo...mi papa jamas supo todo lo que habia detras, el queria hacerme un detalle bonito por mis 18, cuando apenas a dias de romper con jovito y todo ese evento subi a la cocina oscura y cuando la prendi habian 8 personas desconocidas a las 12 pm, mi padre me presento a los vecinos y sus amigos, habia un pequeña torta casera en la mesa esperando para soplarla, mi sonrisa aparecio, todos nisiquiera me conocian pero hicieron ese bonito gesto por mi, aunque yo por dentro estaba mas que destrozada.
Recuerdo que al siguiente dia desperte y vi a la señora que nos ayudaba en la casa, estaba cocinando muchas cosas, mi papa estaba emocionado y los nietos de ella habian hecho en la sala un monton de arreglos con una lamina grande para mi, de verdad no merezco todo esto, pero lo agradeci de igual manera, la niña de hecho hasta me mostro muchas pulseras y aretes que ella misma me hizo, obviamente para mi son un regalo muy preciado y espero lo entienda, el otro niño solo me hizo un monton de dibujos para mi, aun los guardo, cuando mi papa presionaba que invitara a mis amigos, le dije que no hacia falta (en realidad les dije que vinieran un dia despues ya que no me gustaba ) solo le dije a mis vecinos, andrea y cuando creia que todo estaba bien y llegaban la mayoria de vecinos a festejar mi cumpleaños, vi que llegaba jovito con su hermano y una chica, y pues si, quien trae un cuadre al cumpleaños de tu ex novia, no tengo la menor idea, pero bueno, y solo se me acerco a decirme que hace esto solo por mi papa y no por mi asi que fingiera que todo estaba bien, sonrei pero queria morir, llego con un regalo que ambos escogieron, un block de dibujo porque amaba dibujar, nunca lo he comenzado a rayar a decir verdad... de hecho deje de dibujar, en verdad agradeci mucho los dibujos que me hicieron, los regalos de todos , su presencia y alegria por cumplir 18 años, gracias en serio, pero creo que fui inmadura cuando le conte a mi padre que toda la situacion me hacia poner muy tensa y que no era necesario tanto por mi.
recuerdo que andrea coloco una cancion que decia que me representaba, era sobre una chica que todo le salia mal y pues lloraba por ello, de verdad a veces me sorprendes, bueno, admito que rei mucho cuando la mayoria gritaba en esta foto que me tomara una foto con mi novio y la chica que el habia traido me observo con ojos de platos, jsjs, menos mal no pidieron que le besara, pero cargar por ultima vez a cristian su hermano creo que fue lo mejor de pude recibir, basicamente estuvo con el desde que era pequeño y admito que la ultima vez que lo vi tan grande y  lindo, y me llamo por mi nombre no aguante mucho mis lagrimas, pero tuve que irme rapido porque su tio iba a pasar y podria verme, en ocasiones luego de que rompieramos dejaban a cristian en el porche sin vigilancia y me acercaba a hablarle algo que rompio mi corazon fue “nirvana porque no pasas un rato, quiero jugar contigo” soliamos jugar mucho, soliamos hablar, solia ver en ti la sonrisa , creo que me enamore mucho de ti de cierta manera, siempre quise un hijo y ahora cuando mas te veo crecer y no puedo nisiquiera acercarme me duele, cada dia creces mas y comienzas a olvidarme, por favor me gustaria seguir viendote crecer, me gustaria que me regalaras flores que me gustaban , por eso me gustan tanto las flores que consigo por ahi, comence a amarlas porque me las regalaban, nunca borrare de mi mente el como te emocionaste por solo haberte regalado una chupeta de un color que jamas viste en tu vida, cuando enfermabas estaba ahi y cuando te caias buscaba la forma de protegerte, cuando veia a tu mama tan cansada y sabia que la amabas mucho debia yo hacerme cargo, pero aunque al inicio nisiquiera sabia ni como cargar contigo comence a conocerte mucho, debes estar muy grande y no deberias reconocerme, me encanto tanto enseñarte a caminar a admirar todo lo que te hacia reir, en serio creo que lo mas me dolio no fue dejar a tu hermano, creo que me dolio fue dejarte a ti.
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mardegoth · 2 years
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BLOQUEO DE EL ALMA
Solía vivir tranquila en un mundo tan surrealista.
Su mirada era directo al clavo pero sus emociones eran una montaña rusa constante, aveces sentia muy poco y otras veces demaciado.
En la vida de ella era sobrevivir viviendo en plena tranquilidad, sin que nada faltase viviendo en una realidad que aunque todo le gritaba aqui es ella no queria estarlo, pero cuando todo se esfumaba ella se fumaba y veia la realidad absoluta.
El no importa donde y con quien atra vez de ella podria verse la función del todo pues no habitamos aqui solamente por habitar hay un proposito uno que pocos lo conocen y otros desconocen.
Yo viniendo desde lo mas profundo de mis raíces yo viniendo y llendo a lo mas profundo de mi alma puedo decirte hoy que no importa nada, no me importa nada me importa todo, no quiero nada lo tengo todo, no me importas porque me importas mas que todo en absoluto tampoco temo porque aqui alla en donde sea hay una parte tuya y mia coexistiendo y al mismo tiempo teniendo orgasmos sexuales y de vida. En otro mundo todo es sincronía como aqui pero yo ahi y tu aqui, yo en ti y tu en mi.
NO ME IMPORTA NADA. pues eres mi nada eres mi oro puro, mi perla mas adorada eres serás para siempre el amor de adolecentes eres mi amor de verano, me gustas tanto que volveria a tomarte de la mano.
Eres lo mas raro y ala vez lo más perfecto que ami me encanta, me encantas todo y porque todo lo fuiste para mi, yo por ti me iba cada noche a aquel recuerdo que por mas que me destrozaba al final lograba conectarme contigo lograba soñarte o de alguna u otra manera salirme con la mia saliendo contigo, física, espiritual y mentalmente, me gusta estar ahi, contigo y tu en mi.
Tu y yo somos locos por la vida por el sabor tan exquisito que tiene todo esto ya que algo muy curioso ocurrió poniéndonos el uno y al otro en nuestros planos .
compartimos un misterio un silencio y una mirada. Te veo y te siento.
Somos uno.
Y que cool nuevamente lo repito agradezco la manera en que sea en la cual existimos porque en verdad que nunca conocí a alguien como tu sea la manera en la que sea me tocaste el alma cosa que hasta la fecha sigue bloqueada pues eso no se arregla de la noche ala mañana mi corazon mi alma mi ser tienen años tratando de curarse que lo de afuera me encanta pero adentro eso que realmente siento, eso me recuerda a ti, todo se encapsula en ti, en mi. Tu mi raiz.
12:21
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A mi seven... a ti
antes cuando pasaba un pensamiento en mi cabeza sobre ti, pensaba en el color rojo. en el número 1, en risas infantiles, en un lugar seguro, amor, enamoramiento…
Hoy, solo pienso en ti cuando mencionan algo parecido a tu apellido, cuando me preguntan sobre mi infancia, y si sobre lo que es el amor.
no sabía nada de lo gritaba en medio de la nada cuando pensaba en ti, hoy me conozco lo suficiente para saber que no , eso no es amor, pensaba que lo sabía todo, que mi corazón estaba marcado con tu nombre, pero hoy sé que no, no es mi corazón, si no mi pasado… mi niñez eres mi  seven el que me soporto antes de saber como corregirme a mi misma, el que intento ser mi amigo… el que poco a poco me desprendo estoy bien, siento que nos conocimos hace tantas vidas pasadas que hoy eres solo un recuerdo y un boceto sin terminar en la libreta perdida que es mi memoria… solo que estas rodeado de lagrimas y corazones es estúpido,, lo se, pero fuiste lo que considero mi primera musa, la primera persona de la cual tengo memoria le dedique pensamientos románticos, y si , si me arrepiento
pero de lo que ocurrió, no por actuar de esa manera, perdone poco a poco esa niña perdida, y en estos momentos estoy ayudándola a sanar…
me amo, me amo y me amo…
cuando pienso en ti hoy, eres solo un recuerdo, un lindo recuerdo.
te agradezco por serlo.
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tardesultravioletas · 3 years
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para nadie, para ti
Las razones para ser felices en esta época no eran favorables. Ninguna de las circunstancias, eventos o posibles escenarios que creaba constantemente en mi cabeza, -creía-, que se podían convertir en realidad. Una infinita y continua repetición de sucesos y malentendidos entre lo que creía ser y lo que el exterior pretendía que sea. Pero bueno, debemos saber que no todas las cosas son favorables en este caótico mundo. El reflejo de la penumbra estaba no solo en mi sombra sino también en mi mente. Nada podía salir bien, todo era muy complicado, demasiado infructuoso o poco convincente. Los intereses en esta época eran elevados- se repetía a cada rato mientras miraba el techo de luces cambiantes. Rojo, verde, lila, azul, blanco. Repetían el mismo patrón y comencé a jugar con los colores como si fuesen sus emociones. Rojo para la ira, verde para el desconsuelo, lila para el infortunio, blanco para la neutralidad de las personas y azul para la iracunda-tirana tristeza que sentía en los adioses.
¿Qué queda ahora?
Seguir adelante.
¿Cuán más adelante se puede seguir?
Cuanto creas tú que sea conveniente.
Pero después del adiós nunca me dijeron cuantas veces tendría que hacerlo. Me rehuso a considerarlo, si quiera a pensarlo o divagarlo entre mi mente. Imaginarlo me da pereza, hastío. Los expertos en nutricionismo, esos que van de blanco y no consideran doctores, cuentan en pomposas revistas y tiktoks que se deben masticar al menos 10 veces cada alimento una vez ingerido. Diez. Tan solo leer la palabra diez me dormí. Cuanta flojera, cuanta energía malgastada, cuánto esfuerzo que no tiene sentido alguno. Si nos propusiéramos, podríamos invertir esos minutos masticando haciendo algo más producto.
¿Cómo qué? Conectar. Unir pensamientos, ideas, gustos o intereses entre todos y todas. Mira que por ahí sale algo que tengamos en común y podamos trabajar en ello. Probablemente en esta época llena de publicidad instantanea y placeres momentáneos era algo que no podía pasar porque, vamos, esto nos haría sentir y el sentimiento solo deviene al dolor.
Cuanto dolor nos hemos hecho olvidando el dolor. Cuánta indiferencia hemos creado al rededor nuestro por no querer sufrir por amor, por la vida. Desgastamos nuestros tiempos viviendo por el que dirán, cuantos años nos quedan, qué cosas nos pueden pasar en los próximos lustros venideros y nos olvidamos de nosotros.
No hay mejor presente que el que podríamos vivir juntos. Si nos preocupamos primero por nuestros seres y los demás creceremos más que lo que cualquier trucho publicitario nos promete. Coca cola no te vende felicidad, la pareja del año no te hará feliz, las elecciones no crearán en ti bienestar.
Pero mira, ya comencé a divagar en esta oscuridad que me embarga cada segundo más y más. La taza de café se va enfriando por cada gota derramada, por cada aullido de los perros en la calle y por cada lágrima que cae tibiamente del rostro de alguien no correspondido. ¿Cuántas veces nuestra boca dijo que no cuando el corazón gritaba sí?
¿Cómo te expresaré mi quebranto en una noche que solo solloza mis dilemas?
No lo sé.
¿Cuán larga es la incertidumbre de dos corazones que se dicen sanos pero esconden en ellos la agonía del dolor?  
Tampoco lo sé, nadie nos enseñó.
¿Cómo aprehender cuando no aprendimos?
Es algo que debes encargarte tú.
Pero no solo. Dos lamentos que se escuchan entre sí podrán navegar en sincronía a través de los caminos del mañana. Dos lamentos se sincronizarán uno con el otro para parchar los fatuos originados por la vida. Dos lamentos se buscarán entre si mientras se reencuentran con el dolor de ser queridos.
Rojo para la ira, azul para la tristeza y lila para el infortunio.
¿De qué ira estamos hablando si cuando te veo brillas?
¿De cuál tristeza debatimos si nuestras voces retuercen los tímpanos Ezis?
¿Qué infortunio puedo tener a tu lado?
Si todo lo que me causas es dolor, dolor del bueno que no mata ni envenena.
La noche dejó de temblar en el exterior y mis adentros. Mis emociones seguirán retumbando e irán día y noche bailando al son de mis quebrantos. Que bailen, que dancen, que desordenen y hagan suyo este maltrecho cuerpo. No importa, nada importa si mi voluntad no olvida el dolor, si mi ser no olvida las letras que me da el amor.
¿Qué queda ahora?
Seguir caminando hasta que nos crucemos.
Seguir riendo.
Seguir doliendo.
Seguir.
- Anastacia, 2029. Londres.
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andylolis · 3 years
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Me juzgaron tanto por no ser como ellos esperaban. No tengo el rostro, ni el cuerpo perfecto, no tengo las medidas adecuadas, no soy hecha para ir por pasarelas y ser admirada por mi físico. Incluso hay modelos, que son más que apariencia. Deberías saber que hasta ellos sienten inseguridades.Tampoco hay que menospreciarlos o criticarlos duramente,porque el hecho de que tengan una virtud, no les quita la bondad que muchos llevan en el corazón. No, no sobresalgo en eso de robar miradas. Lo mejor que puedo hacer es escribir horas y horas, sin prestarle atención al tiempo. Es una manera de sentirme lo suficientemente valiosa e importante. ¿A qué me voy con este escrito? Lo que trato de hacerte entender, es que cada persona nació con una estrella en la frente. Quizá tú resaltas cantando, dibujando, bailando, despertando sonrisas, sanando corazones con tus palabras y así infinidad de acciones que posiblemente sean tu descripción o la manera como te diferencias entre la multitud.
Lo que nunca deberías hacer es entrar en comparaciones , ahí sí no deberían decir “nunca digas nunca”,porque jamás seremos como otros son. Porque así te empeñes en querer cambiar todo de ti, nada será distinto por más que tu apariencia cambie. Sigues siendo la misma niña que corría cuando llegaba papá para abrazarlo o la misma niña que gritaba muy fuerte cuánto amaba a su familia. Nunca dejarás de ser esa adolescente que iba por el mundo queriendo sonreír a todo aquel que miraba. Aquella alumna que amaba los recreos, aunque creo que no eran los recreos, tal vez era el tiempo que llegabas a compartir con tus amigos. ¿Y si no tenías? Entonces, amabas ese descanso donde se respiraba cientos de sonrisas.
Tantos momentos que te conforman, tantos recuerdos que solo vivirán en ti. Ninguna otra persona puede sentir lo que sentiste o lo que sentirás. Pero si puedes enseñar mediante hechos como te gustaría ser tratado y dudo mucho que sientas fascinación con el hecho de identificar los defectos de otros. Cualquier tipo de acción mala hacia otra persona, puede hacer despertar en ella o en él miles de complejidades y no necesitamos formar más laberintos en la vida de otros, necesitamos ayudar a formar caminos o acompañar a recorrer senderos,es la mejor manera de aprender a ser humanos, es así como dejamos de ser unas simples personas y le damos una inmensa función a nuestras almas.
Todos hemos pasado alguna vez, por prejuicios y por perjuicios. Todos hemos sentido miradas que nos escaneaban, como si fuéramos objetos.
Todos alguna vez fuimos dejados en el olvido, hasta por nosotros mismos . De pronto,llegaron personas que sin querer ingresaron a la habitación donde te encontrabas y te vieron tan peculiar, te hicieron sentir tan especial que hoy puedes aceptar todas los grandes y pequeños aspectos que te conforman, que no te hacen ser menos importante por ser distinto.
¿Te sentiste en algún momento perdido o perdida? Sé que sí y no eres la única persona que ha pasado por eso, hay muchísimas personas sintiéndose así en este momento. Por eso cuando te topes con un ser que se encuentra casi apagado, trata de hacerlo brillar, no le quites el poco brillo que le queda. Cuando observes que intentan menospreciar, tampoco te quedes callado, no colabores con el pesar que le ocasionan. Sé diferente, sé la razón por la que crean que aún existen buenas personas.
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elquecuentacuentos · 4 years
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Corazón de granada
Mauro parecía un niño cualquiera de un pueblo cualquiera. Pero tenía una particularidad. Algo que lo hacía único, algo que lo reconocía entre los pobladores de Tehuacán, y era su enorme corazón. Literalmente. Desde pequeño, Mauro sufrió de una rara enfermedad que afectaba su corazón. Una enfermedad con un nombre difícil de pronunciar y también de imaginar: su corazón era demasiado grande para su pequeño cuerpo. Sus primeros años parecían normales, pero fue cuando comenzó a correr que su familia notaba algo extraño en él. No jugaba como los demás niños. Se cansaba demasiado rápido y tenía dificultades para respirar, llegando al grado de adquirir un color rojizo por todo el cuerpo y luego un azul inquietante. Pero Mauro era un niño feliz. Se divertía viendo a los niños correr en las calles empedradas pateando un balón o persiguiéndose sin sentido. Se reía cuando alguno caía al piso y celebrara con el mismo entusiasmo el gol de Lalo o Tomás. La ventana de su cuarto era su puerta a un mundo que no podía tocar.
-Quiero jugar, mamá. ¿Puedo salir a jugar? -decía cada tarde al ver que los equipos se formaban frente a su casa.
-Ya sabes que no puedes, Mauro -le contestaba su madre mientras lo miraba con una expresión de ternura y tristeza-. Pero puedes acompañarme al mercado más tarde. Podemos comprar un vaso de granada con chile y limón.
Mauro desviaba la mirada hacia el piso, y aunque la idea de tener en sus manos un vaso de esas semillas rojas bañadas en jugo de limón y chilito en polvo lo animaba, no podía dejar de pensar en los gritos de las niñas y los niños bajo el sol. -Esta bien. Pero con mucho limón -dijo mientras volvía a sentarse en la silla de mimbre que colocaba cada mañana junto a su ventana.
Fue una tarde de julio cuando María, la hija de don Jesús, el dueño de la carpintería en la casa de la esquina, se encontraba pelando una granada de un color intenso frente a la casa de Mauro mientras su hermano jugaba con los otros niños. María vio a Mauro con la cabeza recargada sobre el marco de la ventana. Parecía un pequeño perrito aburrido y sin la posibilidad de bajar de una azotea. Se levantó y corrió hacia la ventana con la fruta entre sus manos intentando no tirar ni una semilla al piso. Cuando llegó al pie de la casa Mauro notó su presencia y levantó la cabeza.
-Hola -dijo María.
-Hola.
-¿Por qué no sales a jugar? ¿No sabes jugar?
-Claro que sé. Mi papá me enseñó.
-¿Solo juegas con tu papá?
-No. Mi papá se murió cuando era más chico.
-¿Entonces por qué no juegas con Lalo y los demás?
-Porque no puedo -dijo Mauro a la vez que miraba como el balón se elevaba al cielo azul de esa tarde.
-Mi hermano dice que si sales a la calle te mueres.
-Así es.
María abrió los ojos en una expresión de sorpresa y no dejó de ver a Mauro. En la calle, Tomás se quedaba con el balón y evitaba su entrada a la portería limitada por dos ladrillos, lanzándose al piso.
-¿Por qué te mueres si sales de tu casa?
-No por salir de mi casa. Por... por jugar. -Mauro no dejaba de ver el balón ir y venir por la calle.
-¿Y no quieres jugar?
-Sí. Pero no me quiero morir... todavía. 
María guardó silencio un momento y luego se acercó un poco más a la ventana, levantó sus manos llenas de un color rojo brillante y acercó la granada a Mauro.
-¿Quieres?
El niño miró las pequeñas manos rebozantes de semillas coloradas y luego a la niña que le ofrecía de su fruto favorito mientras alcanzaba a sentir el aroma dulzón de la granada. Por un momento no supo decir si quien despedía ese olor era María.
-¿Tienes limones? -dijo mientras tomaba unas semillas y se las llevaba a la boca. Una sonrisa apareció en su rostro y como si fuera un espejo, la cara de María sonrió al mismo tiempo mostrando sus dientes llenos del rojo frutal y semillitas blancas. Ambos niños rieron y sus corazones por un momento vibraron al mismo tiempo.
-No. Pero puedo traer mañana.
Así pasó el tiempo. María visitó a Mauro durante todo el verano y cuando estaba convencida de que salir a la calle no mataría a su nuevo amigo lo invitó a sentarse con ella en la banqueta frente a los niños jugando cada tarde mientras comían granadas que la misma María llevaba cada tarde. Algunas veces llevaba limones que la mamá de Mauro cortaba y les llevaba junto a una jarra de agua de jamaica endulzada. Los niños reían y hablaban de dinosaurios, enanos, robots, fantasmas y tesoros escondidos. De como María llegaría a ser doctora cuando creciera y se fuera a vivir con su abuela a Puebla.
-Yo quiero ser corredor de coches -decía Mauro. Como en las películas.
Reían hasta que les dolían los cachetes. Muchas veces Mauro se quedaba sin aire y tenía que concentrarse en respirar mejor. María lo miraba y entristecía pensando en lo que su hermano decía de la muerte de Mauro.
-Se va a morir.
-¡No digas eso!
-Pero es verdad. Mi mamá dice que un día de estos.
-¡Cállate! -gritaba siempre María con los ojos llenos de lágrimas.
Llegó el verano del año siguiente desde que María y Mauro se conocieron. Justo el día del equinoccio, la niña apareció frente a la casa de su amigo para descubrir que la ventana estaba cerrada. Un frío extraño recorrió su pequeño cuerpo y le erizó el cabello. Por un momento no pudo dar un solo paso. Respiró fuertemente y se encaminó a la casa de Mauro. Toco la puerta y la mamá del niño atendió.
-Hola, señora. ¿Está Mauro? -preguntó la niña.
-Hola, María. Sí, está en su cuarto. Se ha sentido un poquito mal. Pasa, pero por favor, no lo hagas reír o hablar mucho, ahorita les llevo algo de comer.
María entró a la habitación llena de juguetes y dibujos pegados a la pared, mucho de ellos hechos por ella misma. Mauro estaba recostado en su cama con demasiadas almohadas para su gusto que lo mantenían reclinado sobre la cabecera. Cuando vio a María sonrió, pero no dijo nada. María se acercó lentamente.
-Hoy no traje granadas... -le dijo con una inocencia que solo los niños pueden tener. Como si eso fuera demasiado grave para sentirse avergonzada.
-No importa. Mi mamá compró ayer. Espero que no olvidará los limones.
María lo veía como si aquel niño fuera una torre de cartas a punto de precipitarse.
-Me voy a morir -dijo Mauro con una naturalidad que volvió a causar escalofríos en su amiga.
-No es cierto.
-Es cierto. El doctor le dijo a mi mamá que mi corazón sigue creciendo. Es muy grande. Mi mamá piensa que no lo escuché, pero sí escuché.
-El otro día escuché al Padre Pascual decir que la gente que quiere mucho a los demás tiene un corazón enorme.
-Yo a la única que quiero es a ti... bueno, y a mi mamá. Pero a mi mamá la quiero porque es mi mamá.
-Entonces es mi culpa -dijo María y un nudo se formó en su garganta. -Mejor deja de quererme.
-No -dijo Mauro. -No quiero.
-Es que no quiero que te mueras -dijo la niña mientras su voz se cortaba entre unas ganas tremendas de llorar.
-Yo tampoco, pero mi mamá dice que morirse no es malo. Porque puedes ver a la gente que ya no está aquí. Y yo voy a ver a mi papá. Mi mamá dice que cuando lo vea voy a poder correr a abrazarlo y vamos a jugar fútbol.
-Entonces está bien -dijo María intentando sonreír.
-Sí. Solo es que... ya no voy a poder ser corredor de coches.
María sonrió y se quedó ahí junto a su amigo. Se tomaron de las manos y no dijeron nada por un buen rato. Esa tarde comieron en la habitación. La mamá de Mauro preparó frijoles con queso fresco y agua de tuna. Llevó un tazón lleno de semillas de granada, limones y el chilito en polvo que le gustaba a su hijo. María se fue hasta entrada la tarde y solo porque su mamá pasó a buscarla.
Al día siguiente se despertó temprano. Quería visitar a Mauro antes de medio día pero su mamá le dijo que no debía molestar tan temprano. Cuando el sol estaba justo sobre Tehuacán, salió corriendo con un par de granadas en las bolsas de su vestido. Corrió atravesando la plaza. Era domingo y a esa hora era demasiada la gente que atendía sus asuntos caminando de un lugar a otro. Cuando por fin llegó a la casa de Mauro vio demasiados coches afuera. Un montón de gente que no conocía estaba hablando frente a la puerta. La mamá de Mauro estaba llorando mientras un hombre con un enorme bigote la sostenía en sus brazos.
-¡Raúl, ven ayúdame con mi hermana! Deja veo al Cura ahí adentro -dijo el hombre del bigote a otro más joven y delgado.
Tardó muy poco en darse cuenta de lo que pasaba. Mauro corría a abrazar a su papá.
“Cardiomegalia”. Así se llamaba la condición de Mauro. María lo supo en los primeros semestres de la carrera en Medicina. La palabra la acompañó durante mucho tiempo. Faltaba menos de un año para terminar su carrera cuando visitó a su mamá en aquel pueblo que aún olía a frutas y tierra mojada. Al día siguiente de su llegada le dijo a su mamá que quería visitar la tumba de Mauro, aquel niño que conoció durante una tarde de verano y la acompañó durante tanto tiempo. Era su amigo, el niño de corazón enorme que cada tarde reía al verla sonreír con semillas entre los dientes, al que le gustaba la granada, el chilito en polvo, los limones y nunca pudo correr. Salió después de desayunar hacia el panteón. Cuando llegó ahí, un hombre se encontraba limpiando una tumba con una escobilla.
-Buenos días -dijo cortesmente María.
-Buenos días, señorita -contestó el hombre ya entrado en bastantes años mientras se quitaba el sombrero de paja.
-Disculpe, pero hace tiempo falleció un niño. Tenía problemas en el corazón, yo estuve ese día pero no recuerdo dónde está la tumba.
El hombre la miraba con mucha atención cuando dijo:
-Usted busca al niño de la granada.
-¿Cómo? Se llamaba Mauro.
-Ese mero -apuntó el hombre. -El niño con el corazón de granada.
-No le entiendo -dijo María.
-Mauro, como usted lo llama. Yo la llevo a su lugar.
María supuso que se refería a la tumba y siguió al hombre cuando este se puso el sombrero de nueva cuenta y comenzó a caminar con un paso que definitivamente era de una persona muy vieja. La llevó hasta un rincón del panteón. Ahí, en medio de cruces y lápidas viejas y carcomidas por el tiempo estaba un árbol rebosante de fruta. Eran granadas de colores que iban del amarillo al rojo intenso y brillante. Muchas descansaban en el suelo rodeadas de pasto verde.
-Las que caen sirven de abono al pasto -dijo el viejo como si supiera lo que pensaba María.
-¿Dónde está la tumba? -preguntó María con un poco de impaciencia.
-Ya no existe. Le dije que le iba a enseñar su lugar, no la tumba. El niño no quería una piedra encima.
-¡Pero qué le pasa! ¡Le digo que yo estuve aquí ese día! ¿le pusieron un árbol encima? -María había subido su tono de voz cuando notó que el viejo le sonreía.
-Sí, señorita. Bueno, no. No le estoy diciendo que el niño lo pidió antes de morirse. Lo quiso después.
Aunque María no pudo ocultar su molestia en la expresión de su cara, no dijo nada. Se sintió ofendida de que el viejo dijera cosas sin sentido sobre su amigo, las manos le temblaban cuando el hombre, notando su reacción, haciendo un gesto con las manos de espera comentó:
-Discúlpeme. No la recuerdo. Aquí viene mucha gente. Cuando Mauro, como usted lo llama, llegó aquí yo era joven todavía. Le ayudaba a don Serapio, el que cuidaba antes aquí. Y no se lo tome a mal. Aquí había una lápida, pero un año o dos después del entierro la tierra empezó a levantarse aquí. Primero pensamos que era normal, pero luego la lápida se empezó a romper por la curva del terreno. Un día yo estaba limpiando esta parte y me fije que entre la piedra salían unas ramitas. Le avisé a don Serapio y él a la gente de presidencia. Vino gente, vio el lugar y aunque primero no les importó la cosa seguía rara. Cuando vino la mamá del niño vio la tumba y dijo que quería que lo abriéramos. ¡La tumba! ¡Quería abrir la tumba! Vaya usted a creer. Pidió permisos y todo y al final lo hicimos. Con mucho cuidado buscamos entre la tierra hasta dar con la caja. Una muy bonita de color blanco. Pero de entre la madera salían más ramas y de los lados de la cajita salían raíces. Cuando pudimos abrir ahí estaba el niño. Bueno, el bulto. Nunca nos llegó el olor feo de los muertos. Olía a dulce. Pero... del pecho del niño ¡salía un arbolito! La mamá empezó a llorar cuando vio eso y nos dijo que cerráramos, que volviéramos a echar la tierra. Cuando don Serapio empezó a poner los pedazos de lápida la señora nos dijo “no, quítele eso. Déjelo así, pura tierra.” La gente supo de eso. La señora vino muchas veces y regaba. Traía sus herramientas y acomodaba la tierra. Luego dejó de venir. Yo creo que se murió o no sé, aquí no la enterraron. Pero el árbol siguió aquí. A veces los niños vienen y se asoman por la reja para llevarse las granadas, pero tratan bien la planta. La gente le dice al árbol el Corazón de Granada. Perdón si le ofende.
María estaba llorando. No paró de llorar por un rato y el viejo la dejó sola. Se quedó sentada junto al árbol acariciando el pasto que crecía a su rededor.
-Tenías un corazón muy grande Mauro. Pero no pensé que no cabría ni bajo la tierra.
Tomó una granada del suelo, parecía haber caído apenas ese día. Era roja, brillaba a la luz de la mañana. Comenzó a pelarla y a poner de a poco semillas en su boca. Su sabor era dulce y se sintió como aquella niña de vestidos sentada en la banqueta junto a un niño.
-Creo que vamos a tener que poner un limonero aquí a lado -dijo María riendo con los ojos hinchados en lágrimas. Rió hasta que le dolieron los cachetes.
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bbananaooo · 5 years
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El Ecuador.
Pancho necesita sacar algo de su pecho.
Géneros: Drabble, Romántico, Angustia (not really), Songfic (not really), Shonen-ai.
Personajes: Francisco Burgos, Miguel Prado.
Aclaración #1: La canción no me pertenece, es de la talentosísima banda Lolabúm y se titula de la misma forma; El Ecuador.
Aclaración #2: Yo se que el sentido "original" de la canción es muy diferente, pero simplemente me encajaba en lo que quería escribir, solo quiero acotar que todos somos Co-constructores de lo que leemos y lo interpretamos en contextos diferentes.
Aclaración #3: La canción no es parte de la narración, sino que va de fondo. Y es lo que aparece en negrita. (La dejo ahí abajito tho.)
En este momento de felicidad, no me puedo permitir sonreír ni un segundo más. Pero no es tu culpa, es este pendejo que te debe una disculpa.
Puede que sea una tontería, pero presiona mi pecho tan fuerte que me ahoga, la culpa me consume cada vez que veo el brillo de tus ojos.
Pero es que la primera vez que te vi, fue como un balde de agua fría. "Esta será mi piedra en el zapato" pensé. Éramos tan diferentes que nunca creí siquiera que nos llevaríamos bien, pero qué tramposo es el destino, míranos, ahora rozamos nuestros labios al compás de nuestros corazones.
Y por eso me quiero disculpar.
Por todas las cosas que dije e hice, por todo lo que te hice sufrir cuando simplemente no te lograba comprender. Frente a ti, todo ese tiempo, estuvo el acto insensible de un cobarde confundido.
Mírame
Estoy sangrando
Fue una flecha que lancé
Desesperado
En mi espalda se hundió como un naufragio.
Si, un cobarde confundido. Porque poco después de haberte conocido mi interior era un caos.
No podía quererte, no, no lo hacía, y no lo hago. Porque simplemente mi corazón me pedía más, necesitaba amarte, y que fueras el dueño de cada uno de mis latidos. Pero yo no lo sabía, no lo entendía.
Como el gil que soy, cada vez que lanzaba hacia ti un insulto, una palabra hiriente o un gesto no muy amable, mi garganta ardía, mis manos sudaban y simplemente me quedaba congelado, como si mi cuerpo me castigara por lo que mi cerebro me obligaba a expresar; y lo notaste, y cuantas veces te reíste de mi debilidad.
No te culpo, la culpa fue mía.
Mírate
Estas temblando
No es la lluvia, eres tú
Sobre el teclado
Se congela el Ecuador
Frente a tus manos
Pero este estúpido de aquí se llevó su merecido también. Y lo recuerdo tan bien porque tú siempre has sido una persona de cabeza dura igual que tú servidor.
Cada gesto, cada palabra. Temblabas de ira cuando te defendías de las barbaridades que salían disparadas a gritos de mis labios, y la mayoría de veces me dejabas sin palabras.
Eras y eres esa fiera ansiosa, que aloja fuego en su pecho, con el que me quemé, pero que ahora me mantiene cálido por las noche.
Pero si, a veces solía pasarme de la raya, y ahí te tocaba a ti, era tu turno de quedarte callado. Ese era el punto que más me dolía, el que me gritaba sin voz que parara.
Parecías enojado cuando lo hacías, pero tus ojos reflejaban dolor, y tristeza. Y este inútil solo se podía quedar mirándolos e irse arrepentido sin pronunciar ni una sola palabra más, con miedo inconsciente de empeorar todo.
Mírame
Estoy gritando
Que prefieras el silencio no es extraño
Sobre el cielo el Ecuador
Siempre callado.
Hasta que todo cambió aquel día.
El día que yo no me perdonaré jamás, pero a la vez el día que marcó nuestro futuro, juntos.
Después de tu silencio, de tu angustia y tu ira, pude ver cómo por tus mejillas resbalaban lágrimas cual cascada, más preciosa que cualquiera que yo haya visto en mi vida.
Tu gesto cambió completamente a uno de dolor, al compás que mi corazón se quebraba.
"La cagué." Fue todo lo que pude pensar.
Puedo decir que mi cerebro se desconectó de mi ser en ese momento, y el que puso las manos sobre el volante fue mi corazón; porque cuando lo noté, te estaba envolviendo con mis brazos, y tú ahogabas las penas en mi pecho.
Otra vez yo no podía respirar, y la única manera de hacerlo era que yo vomitara todas esas palabras que tenía ahogadas en mi garganta.
Y así lo hice, ni siquiera yo sabía bien cómo me sentía pero te lo confesé todo.
Mírate
Estas llorando
Hay dos charcos en tu piel
Y voy nadando
Si no paras moriré
Un hombre ahogado
Con vergüenza te admití que sacaba las espinas cuando te me acercabas porque me hacías sentir cosas que nunca había sentido, y eso me hacía inseguro.
Te dije mis sentimientos y me respondiste con la sonrisa más bonita del mundo, aunque aún con lo ojos rojos y llorosos; y eso ya lo teníamos en común pues admitiré que recuerdo un par de lágrimas de mi parte, pero es que me picaba el ojo, si.
En fin, pasamos toda la noche sentados en el pasto, mirando las estrellas y conversando, esta vez no de nuestras diferencias, si no de nuestras semejanzas.
Y descubrimos que cada uno era un mundo diferente, mundo que estábamos dispuestos a explorar.
Porque eso eres, mi mundo.
No, mi universo.
Y nunca lo voy a olvidar, esa sensación eléctrica cuando apenas rozamos nuestros labios en un casto beso al despedirnos, y sin palabras comenzamos algo que nunca estaré dispuesto a terminar, porque te amo tanto.
Lamentablemente nunca había tenido la oportunidad de disculparme, hasta ahora, así que te digo:
Perdón.
Y gracias por hacerme tan feliz.
— El ecuatoriano cerró la carta y la colocó en el sobre, que después deslizó bajo la puerta de su vecino antes de irse a trabajar.
BAHAVSHSBSSB es la primera vez que hago algo para la semana ecuper y pues espero que les guste, lo hice con todo el amorcito del mundo; además otras personas han hecho unas preciosuras que son otro nivel AJAJAJAJ y decirles que esta ES MI PAREJA FAV EN EL MUNDO me muero. (*´꒳`*)
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meximorrita · 5 years
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OMG!! Okay amo tu blog si? Y puedo pedir la canción "My Heart I Surrender" de "I Prevail" con Peter B. Parker? El gordito necesita amor uwu
Hola Anon. Me da mucha pena haberlo terminado hasta ahora pero no sabes cómo batallé con éste. Aaaaah me muero. Muchas gracias por el request.
Tumblr media
El timbre de la puerta rebotó en el pequeño departamento de Parker. Le habías prometido pizza desde hace unas semanas así que por qué no hacer una pequeña tarde de películas también. Sabias que lo que necesitaba más que nada ahora era un hombro para llorar o, en su defecto, una persona que pagara Netflix por él. Pete, siempre había sido un maravilloso defensor de la ciudad pero más allá de eso era un comprensivo e inesperadamente sabio amigo.
Amigo. Sí, esa palabra se estampaba en tu mente cada vez que estabas junto a él. No podías negar que sentías algo por el ahora cansado Spiderman. Sin embargo ambos corazones seguían rumbos distintos, él seguía a Mary Jane. Sin contar la visible decepción que reflejabas cada vez que estaban juntos, muy dentro de ti, estabas contenta por ellos. Te pesó su divorcio como amiga, pero a nadie le pesó más que a Peter. Desde entonces movías cielo, mar y tierra para asegurarte de que a pesar de todo, él supiera que ahí estarías para él.
I'm a ghost in your eyes
A shadow you can't seem to recognize
"Hey ¡Viejo! ¡Abre la puerta!" Tu voz atravesó la puerta de madera. "Voy, voy." Peter gritaba desde adentro. La puerta se abrió revelando la imagen de un hombre en pants, una camisa desgastada y sólo una pantufla. "Te ves bien." Soltaste cortante el comentario con un tono burlón al escanearlo de arriba hacia abajo "Linda pantufla." Peter miró sus pies "No tengo ni idea dónde esté la otra. Otra cosa no me digas viejo." Tu ceja se alzó involuntariamente y miraste a Parker con ojos interrogantes "Por favor" Añadió con tono de suplica "Está bien, señor de edad avanzada." La puerta se cerró frente a ti en una rápida ráfaga de aire que al parecer se había llevado la pizza, dejándote en el pasillo con las manos vacías y una mueca de hartazgo. "Qué maduro" Reclamó tu voz "pero no puedes dejarme afuera, yo tengo la gaseosa" La puerta se abrió de nuevo "Pasa." Peter se hizo a un lado y su mano te señaló que entraras. "Gracias, Peter." Le soltaste una sonrisa fingida.
Sólo habías estado un par de veces en su apartamento de soltero ¿O divorciado? pensaste. Era pequeño, pero nada del otro mundo. Miraras por donde miraras había cajas vacías y una que otra a medio desempacar. Las envolturas de comida chatarra saltaban a la vista. "Limpiar no es tan difícil, Peter" "Lo sé" se explicó "lo sé. Pero mira el lado bueno: podemos tomar snacks de todos lados." Estiró su mano detrás de un frutero sobre su mesa y tomó una barra de proteínas a medio comer que procedió a morder. "Terrible. En serio Terrible." Añadiste sacudiendo la cabeza. Su expresión cayó tras oír tu comentario. "¿Te parece si comemos ahora?" "Peter." Llamaste su atención. "No comeremos nada hasta que levantemos un poco el lugar." "Pero..." Arrebataste en un firme movimiento la pizza de sus manos y le lanzaste una mirada de madre regañona. "Bien, bien. Sólo porque trajiste pizza" cedió.
Comenzaron su trabajo en equipo, apilando la basura en bolsas negras. En lo que el hombre se encargaba de barrer, tú te dispusiste a acomodar sus cosas; libros viejos, periódicos de hace años, camisas tiradas por doquier y lo que más llamó tu atención, fotografías de MJ y Peter. Cielos, pensaste, el pobre hombre sí que la extraña. Giraste tu cabeza a tu amigo barriendo aún, estaba tan cansado. Después de haber pasado tantas cosas, seguía con la chispa única que lo identificaba, sin embargo la edad pesaba en sus hombros. Recordabas al Peter con quien corrías en las mañanas, con quien compartias el almuerzo, lindos recuerdos. Quizá él no pensaba mucho en ello, pero para ti, cada oportunidad de estar juntos era oro puro. Deseabas con todas tus fuerzas que el sintiera lo mismo que tú.
I have a thought of you for every, star in the sky
But I'm scared, I'll never cross your mind
Yeah, I'm scared
"T/N ¡Ya terminé!" Peter interrumpió tus pensamientos y limpió el sudor de su frente con el reverso de su mano. "Bien, Peter, ya podemos...comer" tu tono decreció al ver que un bocado de pizza ya estaba colgado de su boca. Peter desfiló frente a ti en su camino al televisor, le seguiste, sentándose a su lado "¿Qué veremos hoy?" Preguntaste navegando por el catálogo de películas. "No. Esa tampoco. Uh uh..." Tu amigo decía conforme un título pasaba. "Hey, esa es buena" El remoto se posó sobre una película que adorabas . "¿Por qué no?" Escupió la boca llena de comida de Peter. Tu dedo estaba a punto de oprimir "Okay" cuando la luz de toda la cuadra decidió escapar. "Nooooooo." Ambos se quejaron al mismo tiempo, soltando maldiciones y haciendo comentarios sobre su mala suerte.
Dentro de la oscuridad no pudiste enfocar a Peter "¿Dónde te metiste?" "Por acá" su figura sobresalía a contra luz en la ventana "Parece que toda la cuadra se quedó sin luz." Sin comentar nada al respecto, tanteaste la mesa enfrente del televisor en busca de la caja de pizza, la tomaste y con mucha cautela te abriste paso hasta la ventana "¿Se puede saber qué haces?" "Bueno, si no podemos ver una película de cinco estrellas, podemos ver el cielo con cinco estrellas." "Sabes que tienes mi amistad pero tu sentido del humor es terrible, T/N" Pasaste una pierna por el marco de la ventana para apoyarte en un pequeño balcón de metal que formaba parte de la escalera de emergencias. "¿Me vas a acompañar o no?"
Era muy difícil, casi imposible ver el cielo nocturno de Nueva York con tantas luces que ahogaban las estrellas, pero por ahora al menos un pequeño puñado era apenas visible. Te sentaste en el piso cruzando tus piernas y Peter hizo lo mismo. "¿Pizza?" Ofreciste "Bien sabes que sí" La plática entre ustedes no era nada del otro mundo, pero exactamente eso era lo que amabas al estar con él. Cómo cualquier comentario podría llegar a ser un gran tema. Le podías contar todo y sabías que el sentimiento era mutuo.
Levantaste la mirada al cielo ahora visible y apreciaste ese pedacito de cielo estrellado que podía respirar. Cerraste los ojos y pasaron mil cosas por tu mente
Will our stars ever align?
Will two hearts, beat in time?
Querías estar con él pero como algo más que amigos. Anhelabas despertar junto a él todas las mañanas; incluso dormir con él. Vaya, parecía un encierro asfixiante.
Chasing love that can never be mine
Maybe one day you'll realize
"T/N ¿En qué piensas?" Peter cuestionó al ver que tu mente no te acompañaba. "Oh, nada. No te preocupes, amigo". No compró tu mentira pero no indagó más. Y así el silencio abordó la noche, ambas mentes en sus propios horizontes. "Peter" "T/N" El nombre de uno salía por la boca del otro al unísono. Desconcertados, ambos sonrieron tiernamente "Tú primero" "No, Parker, está bien, tú primero" Cediste la palabra. "Bueno, T/N, te quería agradecer por estar siempre ahí para mí" Tus ojos se abrieron por sus repentinas palabras. "¿Se puede saber a qué viene eso?" Trataste de ocultar la sorpresa con un tono burlón. Peter no lo pensó dos veces "No lo sé" aseguró "Creo que nunca te había mencionado lo mucho que aprecio que hayas estado para mí después de todo lo que ha pasado. Gracias por no tacharme de caso perdido" Sus palabras rebosaban de sinceridad, notaste como en cierta forma pedía disculpas por soportarlo. "Peter, no es problema ninguno. Sé que tú harías lo mismo por mí o incluso más." La sonrisa de tus labios agregó honestidad a tu comentario, y con el llegó el silencio de nuevo hasta que él recordó "¿Qué me querías decir?"
"Que también significas mucho para mí, Peter. Me alegra poder estar a tu lado." Peter se enterneció por tus palabras, de verdad te apreciaba pero bien sabias que no de la misma manera. Tomaste un respiro y tan natural como un parpadeo soltaste la bomba "Te amo, Peter". No sabes qué fue, los años acumulados, la noche pacífica o una simple tontería que se le salió al corazón. Peter enmudeció, sus facciones eran la mismísima representación de la sorpresa, pero tú continuaste tu discurso "Sé que no sientes lo mismo por mí y no te culpo. Quizá en otra vida, o bajo otras circunstancias hubieras sido para mí. No te preocupes, con el tiempo pasará, sólo quería quitármelo de encima." Sentiste como tu estómago se revolvía. Tenias ganas de llorar, no sabías por qué. "Corre. Corre. Corre." Coreaba tu sentido común "Huye". Pero tus piernas sordas a tus instintos, no se movieron un centímetro, dejándote indefensa ante la respuesta (Si es que había respuesta alguna) de Peter.
These words you should always remember,
To you, my heart I surrender
Peter no acompañó tus palabras salvo con el balbuceo de tu nombre "T/N-N" "Peter, por favor" Dijiste en autodefensa "Yo sé lo importante que es MJ para ti. Sé lo que somos, por favor, no trates de consolarme. Verás que estaré bien" Tales palabras quemaron al dejar tus labios, tu corazón se retorcía dentro de ti como si no pudiera soportar tanto "Sólo, no olvides que te quiero. Mucho." Para este momento, no tenías el valor ni para mirarlo a los ojos. Cual fue tu sorpresa al sentir una mano acariciar tu mejilla delicadamente. Era su mano, que te acercaba poco a poco a su boca sellando el camino con un ensordecedor beso. Él tenía los ojos cerrados, tú tardaste en hacerlo. "¡¿Qué mierda está haciendo?!" Te preguntabas. El beso debió de durar solo unos segundos pero para ti fueron ser horas antes de romperse. Ambos se quedaron congelados, viéndose a los ojos, intentando encontrar respuestas en una mirada ajena.
"Me voy" Dijiste repentinamente. Recogiendote del piso, abriendote pasó hacia la puerta del departamento. La mano de Peter se aferró a la tuya "Quédate" sus ojos suplicaban.
My heart I surrender
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Una vez mas
Si ese era nuestro ultimo encuentro te hubiera hecho el amor y no te hubiera cogido, si ese era nuestro ultimo beso te hubiera intentado hacer sentir lo que mi corazon gritaba por decir. Y si hoy fue nuestro ultimo día me hubiera gustado abrazarte y apretarte en un fuerte abrazo para quitarte tus miedos y decirte que pronto me olvidaras y que estaras mejor sin mi, tu puedes hermosa, espero algun dia te ames tanto a ti misma como yo te amó. Te ame incluso cuando no podias amarte a ti misma talvez por eso no podias amarme por completo, no mentire, estoy destrozada te acabo de dejar ir y mi corazon se siente tan adolorido que me pesa el cuerpo, no pense que valorarse uno mismo doliera tanto.
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suelenpika · 3 years
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Que dificil fueron aquellos 2 ultimos besos.
Que dificil fueron aquellos 2 ultimos besos en la mejilla despues de aquella ultima vez que nuestros labios se tocaron de manera tierna y suave.
Que dificil fueron aquellos 2 ultimos besos despues de habernos entregado por completo uno al otro en incontables noches y atardeceres.
El primero fue un beso de bienvenida, pero no como hubiera deseado: con risas de por medio, en medio de las carcajadas y bulla de los amigos que conocian nuestra ruptura. Ese beso de cortesia, de educacion, tratando de disimular esa alegria de volvernos a ver.
El segundo, un beso de despedida, un beso envuelto en un abrazo. Ese beso en el que cerramos los ojos, ese beso que hubiese deseado que durara una eternidad. Dentro de mi cabeza en ese momento no sabia lo trascendental que podria llegar a ser, mi orgullo seguia haciendome creer que volveriamos, que esta separacion era pasajera, que nos perteneciamos el uno al otro. De haber sabido que seria el ultimo, hubiera sido mas humilde y hubiera dejado hablar a mi instinto y decirte cuanto te extrañaba. Cuantas veces me arrepenti de no correr tras de ti y detenerte. Si hubiera sabido que seria el ultimo, te hubiera dicho cuanto te amaba, cuanto gritaba mi alma que volvieras, cuanto me reclamaba el corazon tu presencia. De haber sabido que era el ultimo, lo hubiera grabado en mi mente a detalle como tatuaje en mi alma: la textura de tu cara, el aroma de tu cabello, el sabor de tu piel, lo suave de tus labios, el calor de tu pecho, la forma de tu cuerpo entre mis brazos. De haber sabido que seria el ultimo, hubiera robado de tu boca esa chispa de alegria que me regalo miles de sonrisas. Probar por ultima vez esa esencia de tu alma que calmaba esa dependencia de tu ser.
De haber sabido que aquella noche serian nuestros ultimos dos besos.
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blueeyest · 3 years
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Sonreímos con falsedad a otros corazones, nuestros rostro muestra una máscara especial para cada uno de ustedes. Pero con ella era muy diferente, veía atravez de mis mentiras, veía sobre mis caretas. Cada sonrisa que salía al estar con ella era verdadera. Una sonrisa sincera. Yo me había enamorado de la mentira más grande, su amor verdadero. Esos ojos engañaron al mago e ilusionaron a más de un sentimiento. Ocultamos nuestros corazones para no ser lastimados, siendo egoístas e hiriendo a quien los deje descubiertos. Matamos esperanzas y culminamos con sueños rotos. Yo quería que ella rompiera mis sueños y construyera nuevos a su lado, deje al descubierto mi corazón para que por ti sean lastimados, hiereme y quiereme gritaba entre líneas. Pateame y cura mis mil heridas. Reconstruye a este corazón que siempre vivió ocultando su verdad del resto.
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