Tumgik
#la frío de mi cuerpo pregunta por ti. y no se donde estás.
heartbreakfeelsogood · 5 months
Text
.
6 notes · View notes
belvedia02 · 9 days
Text
Eskimo Kiss
Fandom: Wednesday Tv 2022
Relationship: Wednesday Addams & Enid Sinclair
Words: 1000
_____________
La estación invernal estaba teniendo temperaturas más bajas y Wednesday Addams amaba el frío, porque nunca se resfrió ni tuvo fiebre durante su niñez o la mayor parte de su estadía en la academia de Nevermore, solo sufrió algunas heridas y casi su muerte en su primer año. Sin embargo, ahora mientras caminaba por los pasillos del edificio donde tenía su primera clase de la mañana, le dolía su cuerpo y no de una forma agradable. 
— ¿Estás bien? — Preguntó Enid mientras la alcanzaba. Salió un par de minutos después de su habitación, no encontraba su lapicera favorita. Wednesday no la esperó, incluso ante la insistencia de Enid que caminaran juntas. 
—Perfectamente — Respondió brevemente por el dolor que sentía en su garganta. 
—¿Estás segura? — Enid insistió. Su postura habitual al caminar era ligeramente distinta. 
Wednesday se detuvo antes de ingresar a su clase. — Enid agradezco tu preocupación por mi estado de salud, pero debo repetir mi respuesta anterior. Estoy bien. — No esperó a que Enid le diera alguna respuesta e ingresó al salón. Enid se encogió de hombros y movió la cabeza de izquierda a derecha varias veces. Wednesday la mayoría de las veces podría ser muy testaruda. 
Enid vio la hora en su reloj, sus clases empezarían pronto y no la vería hasta la hora de almuerzo.  Veremos quién tiene razón Wends. Pensó mientras caminaba apresuradamente para su clase de aritmética. 
Durante sus clases de la mañana, los síntomas de Wednesday fueron empeorando, pero exteriormente se veía igual de siempre, incluso participó en todas las clases. Cuando fue la hora de almuerzo, esperaba que Enid también creyera que estaba bien de salud, sin embargo suspiró, porque eso era imposible, Enid la conocía demasiado bien. 
Wednesday fue la primera en llegar a la cafetería y de inmediato se sentó en la mesa que compartía solamente con su compañera de habitación. Debido a que Enid era la encargada de traer las bandejas con el almuerzo durante esta semana. 
—Pedí una sopa de pollo, te hará bien— Enid dijo mientras dejaba el almuerzo frente a Wednesday.
—Gracias. Desearía que fuera una preparación de la abuela— Inmediatamente agarró la cuchara y bebió la sopa bajo la atenta mirada de Enid.
Los minutos en que ambas compartieron el almuerzo pasaron mayormente en silencio porque Wednesday se sentía mucho peor que cuando despertó y Enid solo estaba esperando que Wednesday fuera sincera y le dijera que estaba enferma. 
—¿Hasta cuando vas a mentir acerca de cómo te sientes realmente? —Enid le preguntó mientras apoyaba su mejilla derecha en su mano y miraba fijamente a Wednesday.
— Todavía no entiendo tu insistencia. 
—Es porque me preocupo por ti, además no es fácil esconder tus mejillas sonrojadas — Wednesday se sobresaltó por ese detalle, ella casi nunca se sonrojaba, solo en contadas ocasiones. 
—Yo… tienes razón — Al fin admitió lo mal que se sentía.
Enid no dijo la típica frase de “te lo dije” sino más bien le preguntó — ¿Qué clases tienes por la tarde?
—Solo la clase de botánica y después práctica de esgrima, ¿por qué lo preguntas? — Wednesday comenzaba a sentirse mareada. 
—Porque no podrás asistir a ninguna de ellas. Ahora te acompañaré hasta nuestra habitación y descansarás. Escribir también está prohibido — Enid le dijo sin esperar la respuesta de Wednesday y menos haría caso a la queja de que una de sus actividades favoritas se vería interrumpida ese día.
Ambas caminaron en silencio, todo estaba dicho. Wednesday también aceptó que Enid llevara su mochila, incluso Enid bromeó si también debería cargarla entre sus brazos. La respuesta de Wednesday fue salir rápidamente de la cafetería. 
—¿Quieres darte una ducha? Eso te ayudaría a dormir, sé que pasaste una mala noche. — Wednesday se sorprendió.
—¿Cómo lo sabes? — Wednesday creyó que sus varios intentos de encontrar una mejor posición para dormir pasarían inadvertidos para Enid. 
—Habilidades de hombre-lobo — Sonrió y se cambió el uniforme. Tampoco asistiría a sus clases de la tarde. 
Wednesday estaba preparando su cama para dormir, pero se detuvo cuando Enid gentilmente apoyó su mano en el hombro derecho de su roomie.
—¿Ahora qué Enid? — Dio la media vuelta para mirarla fijamente.
—¿No crees que sería más práctico si tomas tu siesta en mi cama? 
—¿Práctico para quién? creo que es más conveniente para ti que para mí — Wednesday se cruzó de brazos. 
—Vamos, Wends, no sería la primera vez que durmamos juntas — Enid acarició uno de los brazos de Wednesday, quien solo suspiró cómo respuesta. 
Enid agarró la mano de Wednesday para caminar juntas los pocos pasos que separan ambas camas. Enid fue la primera en acostarse y le dejó un espacio a Wednesday para que se acomodara entre sus brazos. Wednesday antes de acostarse vio que en el escritorio había un vaso de agua y algunos medicamentos para apaciguar sus malestares. Al parecer la fiebre bajó después de su ducha.  
Antes que Wednesday se durmiera, Enid le susurró. —Creo que olvidas algo. 
Wednesday enarcó su ceja derecha — ¿Estás segura?, no deseo contagiarte
— Te aseguro que no, conozco una manera — Wednesday no necesito preguntar, vio que Enid se acercaba para besarla, pero en vez de unir sus labios, fueron sus narices las que se juntaron en un gesto gentil y varias veces, incluso en esos momentos ambas cerraron sus ojos. Al separarse unos centímetros, Wednesday le preguntó.
—¿Eso fue un beso? — Wednesday segura que Enid la besaría. 
—Sí, fue un beso esquimal. — Enid apoyó su cabeza en la almohada y atrajo la cabeza de su novia hacia su pecho, para que escuchara sus latidos. Una vez le dijo que era una de las mejores melodías que podía oír.  
Wednesday estuvo unos minutos así, pero quiso intentar ese nuevo tipo de beso. Esta vez el roce de las puntas de las narices fueron más lentas y Wednesday apreció más ese momento y también las diferentes temperaturas que poseían ambas narices. Sin decir nada más, Wednesday volvió a apoyarse en el pecho de su novia, quien le dio un beso en la cabeza y se durmió de inmediato. 
_____________
Desafío diario de historias con máximo de 1000 palabras hasta el 30 de abril delmgrupo Es de Fanfics (Facebook, Twitter)
8 notes · View notes
inspiracionsthings · 6 months
Text
A pesar del tiempo.
Es la ilusión que llega al coincidir unas miradas, unas sonrisas cómplices
Es el nacimiento de una semilla llamada amor, que con el tiempo está germina o solo queda en ilusión
Es con cada plática, con cada caminata, con cada mirada que va germinando, va entrando poco a poco al alma y llenando la de anhelos, sueños, son sentimientos estos llegan con el amor
Al amanecer el día está nublado
Recorre una brisa de viento
Fresco por dónde me encuentro
Este frío hace extrañar el calor
De tu cuerpo, mi piel se enchina
Extrañando tus caricias, el calor
De tus manos, me doy cuenta
De que aún te amo
A pesar del tiempo, el olvido
No a llegado aún a mi corazón
Menos a mi mente, por qué
Aún pasan recuerdos de esos
Días alegres de esos momentos
Que pasábamos, mi corazón
Acelera sus latidos y exhala al viento
Suspiros, todavía llevan sentimientos
Llevan preguntas, llevan caricias y besos
Con la esperanza de que a la distancia
En una brisa juguetona que pase
Por donde te encuentras los susurré
A tu oído y los deposite en tu corazón
Es la única forma que encuentro mi
Corazón para besar tu alma y
Acariciar tu corazón que a la distancia
Se encuentra, por qué para amar a alguien solo se necesita llevarlo en el corazón y en la memoria, las circunstancias en ocasiones no permiten estar presente, pero la distancia es una dura prueba para el amor,
Es tu amor el alimento de mi corazón exhalando sentimientos en cada suspiro a tu corazón
El que hace vibrar mi alma, al escuchar tu voz en una brisa de aire juguetona
En tu mirada se puede ver el universo de sentimientos del que está hecha tu alma
Son sentimientos, anhelos, ilusiones guardados como un bello tesoro en tu corazón
Si me enamoré, me enamoré de ti alma, de tu forma de ser, de la ternura con la que haces las cosas
Es tu piel suave pétalo de flor en dónde todas las noches con el roce de la yema de mis manos , con el roce de mis labios, escribimos los más hermosos poemas de amor, son poemas llenos de sentimientos, que estában escritos con la esencia de nuestro amor, que a pesar del paso del tiempo, de tu ausencia llevare grabados en mi memoria, por qué el verdadero amor es un vuelo de libertad, te amo libre, amo tu corazón y la belleza de tu alma, si me enamoré de tu alma y de eso nadie me salva.
Ho
Seudónimo:Ho
Autor: Hugo E Olivares M
País: México
Derechos reservados de autor.
1 note · View note
serndipia · 1 year
Text
Te extraño mas que nunca y no sé qué hacer.
Te pienso y te recuerdo al amanecer… espera otro día por vivir sin ti. El espejo no miente, era tan diferente. Cuando estabas tú.
La gente pasa y pasa siempre tan igual. El ritmo de la vida me parece mal.
No hay nada más difícil que vivir sin ti. Sufriendo en la espera de verte llegar… El frío de mi cuerpo pregunta por ti y no se donde estás.
Si no te hubieras ido sería tan feliz.
Tumblr media
0 notes
karenmvp · 3 years
Text
Sé que escribo casi lo mismo, que te tengo acostumbrado a los poemas largos, los textos tristes y los que son sólo tuyos, esos mismos que lees antes que cualquier persona.
Sé que estás en mi vida por una razón y que permaneces porque quieres y porque te quiero.
Quiero creer que a veces quisieras ser distinto, cambiarme el mundo con soplos bajitos, contarme secretos a la sombra de un árbol, enseñarme tus lugares favoritos, hacer como si viviésemos sólo un día y hacer de todo en aquel día, pero se que, en fin, lo que más quieres es ser feliz, sería bonito que también lo fueras necesitándome ahí, contigo.
Sin embargo no te cansas de demostrar que las personas son lugares de paso y que el paisaje, las vistas y todo lo lleva uno dentro. (Que lo que vemos en ellos somos nosotros.)
Pero eso ya lo sabía.
Tú me mostraste la belleza y el dolor, la cicatriz y el beso, el peso del silencio bajo una mirada, y el frío de un cuerpo al que nadie abraza.
Nunca quisiste, claro, lo bonito eso nunca quisiste enseñármelo.
Te he visto en todas tus facetas y en ninguna dejaste de parecerme maravilloso, cuando estabas irritado, aburrido, cuando la impaciencia te raptaba las ansias, cuando reías y te ocupabas en cosas importantes que yo tenía miedo de interrumpir, ignorándome, evadiendo las preguntas, diciéndome que me querías, solo por eso, y por ser a quien más tiempo llevo escribiéndole, te he dicho a ti cosas que no le he dicho a nadie, me he traicionado con tal de serte sincera, y he ignorado mis cargas para ayudarte con las tuyas las veces que me has dejado, que han sido pocas.
Llevo tus manos invisibles hurgando en la herida cada vez que la memoria abre sus puertas y me lleva al lugar de siempre, al del acoso y el desorden que tú siempre arreglas antes de irte y que yo destrozo cada vez que vuelvo.
Escribir es mi tormenta y mi refugio, un lugar donde no todo lo que tengo es lo que quiero, pero donde quiero todo lo que tengo.
Te quiero a ti, y a mí siendo feliz contigo, ese es el sueño que arrastro hace ya no sé cuántos desvelos desde que apareciste y supe, quizá con la más cortante de las desesperanzas, que no sólo no ibas a quererme sino que yo aprendería a odiarme contigo.
Pero escribía y el escozor menguaba a un soplo de brisa que me hacía recordarte; me dije entonces que quizá no era necesario que me quieras como yo te quiero, ni siquiera que estés aquí sino en mis manos, en mi mente y que me quieras a tu manera.
Tu manera que nunca será la mía ni la que está en estas palabras, todas las que pude componer hasta llegar aquí, donde las suelto y las lees, donde la hemorragia desemboca.
Y comprendes que yo no es que te quiera por ser doloroso sino que ya te quería antes de que lo fueras, que te he querido desde siempre y no sé hasta cuándo, quizá hasta que se me acaben los sueños, las prisas, el amor, las ganas que guardaba sólo para ti.
Lo peor no es que se me acabe lo que quiero ofrecerte, sino que aquello es todo lo que tengo.
Después de ti quizá habrá alguien pero no sé si quedará algo de mí.
No sé y eso es porque te llevas lo que te he dado, que tú, por ser y existir, y mirarme y sonreír te ganaste mi ilusión ciega y aunque soy consciente de que tarde o temprano recibiré el golpe, hago lo que siempre hago cada vez que estoy a punto de que alguien acabe conmigo: abro los brazos y te doy la bienvenida a mi vida y a lo que hagas y dejes en ella, te doy la bienvenida a mis sueños y a los que destruyas y guardes para ti, te doy la bienvenida porque no sé querer de otra forma que ésta donde yo nunca gano, y el hecho de que te marches diciendo que también te duele para que aprendas a olvidarme al día siguiente. Como la última vez. Como la maldita última vez...
K.🤍
101 notes · View notes
benismyqueen · 3 years
Text
Tumblr media Tumblr media
A/N: Creo que se me fue de las manos, estaba previsto que esta historia se desarrollase en 4/5 partes y finalmente creo que será en 7. Aún así, espero que lo disfruten.
Advertencias: Leve mención de violencia intrafamiliar/violencia de género, y abusos paternos. Nada grave, una simple mención sin detalles.
Palabras 3.3K
1971
Los primeros copos de nieve empiezan a caer sobre las calles de Londres. En mitad del frío invierno, Alina mete las manos en los bolsillos de su chaqueta, evitando temblar.
"Creo que si compartimos un batido, podemos entrar en una cafetería y calentarnos." Sugiere Roger.
En un principio Alina había quedado con Mary en ir de compras. Aún le quedan algunos regalos de navidad por preparar, pero como sorpresa de última hora, Freddie cambió sus planes.
Quiso salir con Mary en una cita, así que aseguró a la chica que encontraría acompañante para sus compras. Así que se sorprendió cuando al subirse a la furgoneta, vió a Roger en la puerta trasera.
Freddie se encargó de llevarlos al centro de Londres, aunque para volver deberán tomar el autobús.
Y así están ahora, muertos de frío en el centro de la ciudad, y con muy poco dinero encima.
Roger señala una pequeña cafetería y no pierden el tiempo en entrar.
"Creo que tengo un dolar y medio" Roger revisa su cartera y maldice en ocasiones como estas el no tener un empleo serio.
"Yo creo que tengo más, invito yo." Aún así, entre ambos no juntan el dinero para dos consumiciones. "¿Qué sabor prefieres?"
"Invitas tú. Elige tú." Roger se estira en el asiento, poniendo un brazo sobre el respaldo del sofá mientras se quita la boina marrón de la cabeza.
"¡Roger! Sabes que no me gusta elegir." Se encoge de hombros con una sonrisa.
"¿Ya saben que desean tomar?" Una camarera vestida con una falda roja se acerca con una libreta en mano.
Alina vuelve la vista a la carta sin saber qué elegir. No sabe que sabor podría gustar a Roger. El rubio rueda los ojos.
"Un batido de chocolate caliente, con nata y canela por encima. Con dos pajitas. Gracias"
La chica apunta la orden, y se va.
"¿Cómo sabes como me gustan los batidos?"
"No es la gran cosa. Siempre pides lo mismo." Roger sonríe pero Alina entrecierra los ojos. Casi siempre que se juntan en una cafetería, siempre lleva alguna muchacha de su brazo, en la que centra toda su atención. "Ahora dime" apoya ambos brazos sobre la mesa, inclinándose hacia ella. "¿Qué regalos te quedan por comprar?"
"¡Solo me queda el de Mary y mi padre! Ya tengo los regalos pensados. ¡No puedo esperar a que llegue navidad!" Roger sonríe al ver su reacción. Está realmente ilusionada.
La navidad siempre fue su época favorita del año. Para ella era pasar tiempo en casa, con sus padres y hermanas. Ver la televisión juntos, escuchar música con tazas de chocolate caliente y galletas horneadas. Colocar adornos por toda la casa y la noche de navidad poner todos los regalos debajo del árbol, con los villancicos sonando de fondo.
"Realmente te gusta la navidad, ¿eh?"
"¡Es la mejor época del año! Además es la primera navidad que pasamos juntos. ¡Será genial! Hornearemos galletas de jengibre y saldremos a jugar con la nieve."
El fantasma de una mueca cruza el rostro de Roger, pero en ese momento llega la camarera con su pedido.
"¿A ti no te gusta la navidad?" Roger es el primero en poner la pajita sobre sus labios y beber.
"No mucho. Pero tu ilusión es contagiosa." Alina sonríe y bebe del batido. "¿Qué me vas a regalar?"
"¿Qué me vas a regalar tú a mi?" Roger se reclina en el asiento con una sonrisa. "¡No! Dime que no vas a observar que me gusta y cuando me de la vuelta, comprarlo"
"¡No lo haré!"
"¡Eres un mentiroso!"
Roger tira a la cara de Alina el plástico en el que estaba envuelto en la pajita.
"Hemos conseguido un productor para el disco" Alina se queda sorprendida, no solo por lo que dice, si no por cómo lo dice. Como si no fuese importante.
"¿Entonces sacaréis el disco a la venta?"
"Eso parece" Alina intenta no gritar mientras se lleva las manos a la cara.
"¡Eso es genial, Roger!"
Fuera ya había dejado de nevar, lo que queda del batido ya está medio frío, y ellos ya habían entrado en calor, pero están tan a gusto y tranquilos hablando, que se olvidan de las compras.
"Y ese fue mi mejor regalo de navidad, aunque aún sueño con un pequeño golden retriever." Alina y Roger se están mirando a los ojos. Es una de las pocas veces donde pueden disfrutar de una conversación tranquila sin picarse o enfadarse.
Alina siempre se ha sentido atraída por su aura de sensibilidad, y su gracia y simpatía genuina cuando está con los chicos. Siempre se ha preguntado por qué con ella muy pocas veces es así.
"¿Cuál fue tu mejor regalo de navidad?" Roger se queda unos instantes en silencio. Sin saber si debería decir la verdad o mentir.
"Probablemente el único regalo que recibí de mi padre" Alina se queda sorprendida por su sinceridad.
Siempre pensó que no debía tener mucha relación con su familia, ya que nunca habla de ellos y sin duda nunca los ha conocido, al contrario que con los padres de Freddie y Brian por ejemplo.
"Mis padres se separaron por esas fechas, no estaban casados, pero mi madre cogió nuestras cosas y nos fuimos de casa." Roger intenta no pensar en los detalles más escabrosos de la relación con su padre. Y agradece que Alina no pregunte. "Mi padre no era una persona fácil, así que tampoco me dolió. Pero las navidades de ese año, encontró nuestra casa y se presentó allí."
Alina siente que hay cosas que no le está contando, quizá cosas incluso más duras, por la forma en la que cambia su mirada mientras habla.
"Aunque no estaban casados, legalmente era su hijo, y le pertenecían por ley unas semanas de visita, así que se presentó en la puerta con unos papeles, vendió la custodia a mi madre"
La chica abre desmesuradamente los ojos y se lleva una mano a la boca.
"Él no quería lidiar conmigo y desde luego yo no quería pasar algunas semanas con él. Así que mi madre no dudó en firmar los papeles para que salga de nuestra vida rápido. Le pidió dos mil seiscientos dólares a mi madre por la custodia. Y se lo tuvo que pagar a plazos durante meses. Pero no lo hemos vuelto a ver."
Alina suspira aliviada, al menos esa persona no a vuelto nunca a su vida. Se le encoge el corazón al pensar en un Roger siendo un niño, teniendo que huir de casa con su madre y que meses después su padre no solo se desentendiese de él, si no que vendiese su custodia. Y ese es el mejor recuerdo que él tiene de unas actividades.
"Dos mil setecientos dólares. Eso es lo que valgo para mi padre." La mirada de Roger está en algún punto de la mesa.
"Bueno, no está mal." Los ojos de Roger se encuentran con los de Alina. "Yo no hubiese pagado tanto"
Roger sonríe mientras pasa las manos por su pelo de manera nerviosa, intentando recomponerse.
"¿Y cuanto hubieses pagado tú?"
Alina estira la mano por la mesa hasta que sus dedos rozan los suyos.
"Hay cosas que ni se compran, ni se venden" Ambos se sorprenden por sus palabras. Roger sonríe mientras siente como se le encoge el corazón. Alina siente como el calor le recorre el cuerpo entero de la verguenza.
Cuando Roger está a punto de tomar su mano sobre la mesa, de manera correcta esta vez, y poder acariciarla, llega la mesera de nuevo interrumpiendo el momento.
"¿Van a ordenar otra consumición?"
Ambos captan rápidamente la indirecta. Llevan demasiado tiempo ocupando esa mesa. De manera atropellada recogen sus abrigos y salen a la calle.
"¿Sabes?" Roger empuja levemente a la chica con su hombro. "Hemos compartido el mismo batido, es más o menos como si nos hubiesemos besado"
Se ríe mientras Alina rueda los ojos y le da un puñetazo en las costillas.
"¡Roger!"
Antes de que pueda retirar el puño de su estómago, Roger toma su mano. "¡Estás helada!"
"Observador. Estamos en invierno en Londres." Ahora es turno de Roger de rodar los ojos.
"Ven aquí." Hace que se detenga en mitad de la calle y dando un paso hacia ella toma sus manos y las lleva a sus labios. Alina con nerviosismo intenta retirarlas, pero Roger mantiene su agarre y no le permite moverse. Expulsa aire sobre las manos de Alina, mientras con sus manos las frota, calentándolas.
Alina siente como todo su cuerpo entra en calor al notar sus labios rozando sus manos.
"¿Mejor?" Como si nada hubiese pasado, Roger aleja la boca de sus manos aunque sus manos siguen sujetando las suyas.
"Si"
Roger sonríe y suelta sus manos. Siguen su camino en un silencio cómodo mientras la chica es incapaz de no pensar en otra cosa que no sean sus labios.
"¿Entramos primero en esta tienda?" Roger señala una tienda de ropa.
Después de recorrer lo que queda de tarde todas las tiendas y conseguir ambos los regalos que le faltaban, salen de la última tienda. Ya es completamente de noche y las calles están demasiado concurridas con la gente que recién salió de trabajar y aprovechan para dar un paseo y hacer compras.
Sin mediar palabra Roger cambia las bolsas que carga de mano, para poder tomar la mano de Alina entre las suyas
"Hay demasiada gente" acerca la cara a su oído para que pueda escucharlo.
Alina asiente mientras evitan chocarse con la gente y buscan una estación de autobuses
Roger se estremece ante la fría mano de Alina entre la suya, y sin dudarlo, mete sus manos entrelazadas en el bolsillo de su chaqueta, haciendo que ella tenga que acercarse aún más a él, y andar prácticamente pegados.
"¿Sabes? Hacemos un buen equipo. Creo que este año a Brian le gustará su regalo" Roger levanta el brazo con el que carga las bolsas.
"Si. Me debes una, Meddows"
"Cuando quieras te invito a compartir otro batido" vuelve a sonreír con esa sonrisa socarrona. "E invito yo"
"No pienso compartir otro batido contigo" Lo empuja un poco con el hombro al entender el doble sentido de sus palabras
"Entonces debería besarte"
Entonces nos iremos la semana próxima" Exclama Brian terminando de beber su copa. "¡Es increíble!, no lo esperábamos."
Alina frunce el ceño y deja de comer. De repente se le ha quitado el hambre.
"¿Y cuándo volveréis?" pregunta Mary a su lado.
"Si cumplimos los plazos, a principios de enero." Contesta Deaky.
Los chicos habían decidido que debían salir a cenar todos juntos, aprovechar el poco tiempo que les queda en casa antes de irse a grabar él albúm durante semanas. Claro que eso Mary y Alina no lo sabían, debía ser una sorpresa. Y vaya que lo es.
"¿Desde cuando lo sabéis?" Consigue preguntar Alina, rompiendo el contacto visual con Roger, quién está sentado justo frente a ella.
"Desde la semana pasada."
Alina siente como se le crea un nudo en el estómago. Hace solo unos días que habló con Roger de sus planes de navidad, de la ilusión que le hace pasar esas fechas con ellos, y de lo mucho que le gusta esa época del año. Y Roger en ese momento sabía que no pasarían las fiestas juntos. Y no se lo dijo. Dejó que le contase con toda la ilusión sus planes sabiendo que nunca podrían llevarse a cabo.
"Roger, ¿estás bien?, es raro que no hagas uso de tu consabida berborrea" Freddie intenta bromear mientras su amigo se remueve incómodo en su asiento.
"Muy gracioso" Con el ceño fruncido saca de su chaqueta el paquete de cigarros.
"Entonces os perderéis las navidades" Mary hace un puchero a Freddie quién sonríe enternecido. Alina rueda los ojos.
Roger se la queda viendo, esperando el momento en el que ella le mire de vuelta para hacerla una señal y salir fuera. Pero evita su mirada a toda costa.
"Bueno, podemos celebrar la navidad en enero, seguirá nevando, e intercambiaremos los regalos. Si lo miras de esa forma, nuestros regalos no serán de las típicas tiendas londinenses" Deaky intenta consolar a Mary.
En el fondo a Alina lo que le molestaba no era que pasasen las fiestas fuera, que también. Le molestaba que no se lo hubiese dicho cuando hablaron de las navidades.
Alina siente como un pie sube y baja por su pernera por debajo de la mesa, intentando llamar su atención. Hace todo lo que puede por ignorarlo. Habla con Brian, se apoya en Mary mientras habla con Freddie, incluso pone su mirada entre la gente en el local.
Roger se desespera, empezó rozando su pernera, luego dando toques con su pie en su pierna. Incluso dando golpes con los dedos sobre la mesa.
"Oye Miss dramática, ¿me acompañas fuera?" Todas las conversaciones en la mesa quedan pausadas cuando escuchan a Roger. La mesa se queda en un silencio sepulcral. En un principio tenía pensado negarse, pero todas las miradas están puestas en ellos, así que se levanta y sale del local seguida por Roger, quién casi corre para alcanzarla.
"¡Oye!" Cuando sale por la puerta se agobia al no verla fuera, casi teme que haya cogido un taxi, pero la ve sentada sobre el muro. Está casi temblando, hace demasiado frío y salió sin chaqueta. Sin pensarlo dos veces utiliza su propia chaqueta para ponerla sobre sus hombros. Alina intenta resistirse pero los brazos de Roger son fuertes. "Oye, estás helada"
Alina lo fulmina con la mirada aceptando su chaqueta. Intenta contener el impulso de llevar la tela a su nariz y olerla.
"¿Por qué no me lo dijiste?"
Roger se encoge de hombros. "Iba a decírtelo. Pero estabas tan contenta contando tus planes... No quería estropearte la tarde"
Alina bufa mirando la calle. En el fondo sabe que no puede enfadarse con él. No han decidido ellos la fecha, y entiende a Roger.
"Oye, aún podemos pasar los días que nos quedan jugando con la nieve y horneando galletas de jengibre. Incluso podemos ver películas navideñas, Brian aún conserva un videocassette." Pone las manos sobre sus hombros y hace que se miren a la cara.
"¡Pero no será en navidad!" sabe que está haciendo un berrinche cuando ve la sonrisa tierna de Roger.
"Bueno, fingiremos que sí. Y la noche de nuestra vuelta pondremos nuestros regalos bajo el árbol. Y cantaremos villancicos."
Consigue que Alina se ría imaginando una navidad en enero, simplemente es algo que solo Roger puede hacer, vivir todos los planes de navidad a su regreso.
Una lágrima de la risa se le escapa a Alina de los ojos. Roger mueve la mano a su mejilla, y con el pulgar retira la lágrima. Cuando la chica abre los ojos, se encuentra con los de Roger a una pulgada. No sabe cuando se han acercado tanto, pero sabe que Roger quiere besarla cuando desvía la mirada a sus labios mientras pasa la lengua por los suyos. Se le atasca la respiración en la garganta cuando Roger se acerca.
"¡Te has dejado la chaqueta!" Deaky grita saliendo por las puertas del local. "Oh, interrumpo algo, ¿verdad?" Alina agradece la interrupción mientras Roger mira a su amigo con la mandíbula apretada.
Jura que en ese momento podría matar a Deaky.
"¡Feliz navidad!" Grita Vicky mientras deja el último regalo debajo del árbol.
Alina está nerviosa mientras espera a que su padre les indique que pueden recoger sus regalos.
No son muchos, nunca han tenido mucho dinero como para hacerse regalos muy ostentosos, pero siempre se han asegurado de que todas las navidades tuviesen al menos dos regalos bajo el árbol. Quizá algun jersey que les había gustado en alguna tienda, o quizá un libro.
Intenta olvidarse de los paquetes que guarda en el fondo de su armario, no quiere pensar que esta noche sería la noche en la que se repartiría los regalos con los chicos.
"Este es para Maisie" Rich coge uno de los regalos medianos, por la forma de estar envuelto seguramente sea ropa.
"¡Es el vestido que vimos con Mary!" Rápidamente va corriendo a su habitación seguramente para probárselo.
"Alina" su padre le alcanza dos paquetes medianos. Uno es un libro que hace tiempo quería leer, y el otro una pulsera de plata.
"Este de aquí es de Mary, hija." Alina recoge el regalo sin querer abrirlo. Lo hará cuando los chicos estén de vuelta.
Vicky chilla emocionada cuando ve que su regalo es una tiara de plata con piedras doradas. Se enamoró de esa tiara hace tiempo, y su padre tuvo que ahorrar durante meses para poder comprarlo. Rich por el contrario recibió un vinilo de Deep Purple, uno de los pocos que le quedan para terminar la colección.
Después de abrir todos los regalos y recoger el comedor, Alina sube a su habitación para dejar el libro. Pero al abrir la puerta nota el frío que hace. Frunce el ceño al ver la ventana abierta. Está segurísima de que la había dejado cerrada. Sin embargo está abierta de par en par y las cortinas corridas.
Deja el libro sobre la mesita de noche, y ahí es cuando ve una caja sobre la cama. Una caja negra, mediana sin ningún tipo de tarjeta.
"¡Mamá!" Alina se acerca a la puerta y grita hacia el pasillo. "¿Has puesto todos los regalos debajo del árbol?"
"¿Por qué preguntas?" Se asoma por el descansillo de las escaleras.
"¿No te has dejado ninguno?, ¿en una caja negra?"
"Cariño, ¿que pasa?"
"Nada, nada" Cierra la puerta rápido y se acerca a la cama.
Cuando abre la caja, se da cuenta de que contiene solo dos objetos. Una cinta cassette y una libreta.
Una bonita libreta mediana, bastante elegante y de tapa dura pero muy ligera y suave al tacto. De color granate con un bolígrafo a juego.
Puede jurar que es demasiado, y ni sus padres, ni ninguna de sus hermanas pueden permitirse un regalo así.
Intrigada por el contenido de la cinta, corre a su minicadena y la inserta. Mientras espera a que la cinta suene, saca la libreta de la caja y pasa los dedos por su tapa.
En la habitación comienzan a sonar los acordes de Here's come the sun. Sonríe. Pero no es la voz de Paul, John, o cualquier miembro de los Beatles. Es la voz de Roger. Incluso puede distinguir el suave bajo de Deaky y la guitarra de Brian.
Con los ojos llenos de lágrimas abre la libreta, y en la primera hoja puede distinguir la bonita caligrafía de Roger.
It's feels like years since it's been here.
Ahora con las lágrimas corriendo por sus mejillas, se precipita a la ventana abierta. Es estúpido, pero recorre la calle con la mirada. Es imposible que él esté aquí.
Pero al fin y al cabo, quizá la magia si que existe.
CONTINUACIÓN
37 notes · View notes
anuessien · 3 years
Photo
Tumblr media Tumblr media
Anoona: -Tu silencio me abruma, me obnubila, me anestesia el alma pero me despierta el cuerpo hasta que la caricia sedosa de tu pulgar despierta todo. Lanzas esa pregunta y yo niego con la cabeza.- No, daktari... yo no tengo cielo si no es el tuyo. -Te suelto la mano y paso de largo por tu lado, mirándote cuando me dirijo hasta la puerta para encajar esta y que nada ni nadie pueda separarnos. Al menos, no esta noche. Fijo mis ojos en los tuyos cuando vuelvo a ir a tu lado.- Daría lo que fuera para que no corriesen las horas hoy. -Llevo mis manos a tu chaleco de Médicos Sin Fronteras porque no quiero que haya ni una sola frontera entre tú y yo, entonces lo echo hacia atrás para bajarlo por tus hombros.-
Alan: -Niegas con la cabeza y me dices que tú no tienes cielo si no es el mío. Me pregunto cómo se vive sin tener un cielo al que mirar, a qué lugar le llamas cielo. Me sueltas la mano y yo te miro manteniendo el brazo de la misma postura durante algunos segundos, antes de bajarlo. Encajas la puerta de la azotea que hace ruido, y vuelves a mí. Entonces me dices una frase que me hace tragar saliva. Me pregunto si tú también estarás enamorado de mí, o si solo te gusto, pero no digo nada porque no tengo nada que decir a eso, solo miro tu mano derecha en mi chaleco el cual empujas hacia detrás, antes de mirarte a ti sintiendo que ahora apenas puedo respirar, porque me estás quitando la ropa. Muevo los hombros por instinto para que ese chaleco se deslice mejor sobre mi camiseta de manga corta, mirándote a los ojos-.
Anoona: -Es la primera vez que desnudo a un hombre. La primera vez que siento que nada me hace daño, la primera vez que me siento segura, no sometida, no forzada, ni dañada... Es la primera vez que siento que puedo creer en algo porque creo en ti. Echas los hombros hacia atrás y yo dejo caer tu chaleco al suelo, donde parece morir al quejarse. O es que tiene celos porque lo he arrancado de tu cuerpo. Me humedezco los labios porque se me han quedado secos y, sin pedirte permiso, sin darte siquiera tregua, dejo que la urgencia de mi cuerpo por verte la piel me venza cuando mis manos, ansiosas, atrapan tu camiseta subiendo esta para poder quitártela.-
Alan: -Mi chaleco de Médicos Sin Fronteras cae al suelo de la azotea del hospital, y yo siento que no hay ninguna frontera entre tú y yo. Te humedeces los labios, pero no me besas, llevas manos hasta mi camiseta, atrapándola con una urgencia que hace que una corriente de placer recorra mi sexo. Me humedezco los labios yo también y subo los brazos hacia arriba para que me quites la camiseta azul que tanto me estorba. El frío se cuela en cuanto que al alzar los brazos, parte de mi vientre queda al descubierto, pero no me importa, pues lo único que me importa ahora es que me desnudes-.
15 notes · View notes
luunoir · 2 years
Text
Había una niña llorando en una calle mojada, las gotas gruesas de la lluvia empapaban su cuerpo y el frío hacia que todo su cuerpo pequeño temblará. Sostenía en sus brazos un peluche el cual estaba más que mojado y desgastado, aquel peluche era regalo de su padre antes de marcharse y que se desatará la desgracia.
Un hombre que estaba saliendo de su trabajo totalmente agotado, abrió su paraguas y observó como el cielo de oscurecía cada vez más como la vida misma. Desde que perdió su hija su vida se había vuelto un matiz de color negro y gris, solo vivía por vivir esperando algún día su ansiada muerte. Estaba en camino hacia su auto hasta que oyó el llanto agudo de alguien, al observar a su alrededor se encontró con aquella niña pequeña que lloraba sin consuelo alguno.
Lo que nadie sabía es que aquella niña fue abandonada por su padre, aquel que solamente era adicto al alcohol y a las apuestas. Apostando hasta su propia casa dejando sin hogar a su hija. El hombre observó la niña y un déjà vu vino a su mente al recordar su hija llorar cada vez que se perdía su peluche favorito, el corazón de aquel hombre de hizo más pequeño y por un instante quiso correr hacia allá para averiguar que sucedía. Se mantenía de pie con el paraguas en la mano y con la otra mano en la puerta de su auto, estaba por marcharse, pero el sentimiento de culpabilidad no lo dejaría dormir aquella noche y quién sabe cuántas más.
Cerro la puerta de su coche y se encamino hacia aquella niña, cada paso que daba era tan lento como el mismo tiempo que pasaba. El llanto de la pequeña se hizo más grande al recordar las palabras de su padre, “no puedo ser un padre para ti, así como tú no puedes ser una hija para mí”. Aquellas palabras hacían eco en la cabeza de la pequeña, sin embargo se exaltó de tal manera que dió un pequeño salto al sentir una mano en si hombro.
Al voltearse se encontró con el rostro de un hombre no más de treinta años, sin darse cuenta con su paraguas la protegió de la fuerte lluvia. Los cabellos oscuros de aquella pequeña se habían adherido en si rostro y al igual que sus pocas prendas de vestir en su cuerpo. La inocencia y ingenuidad de la niña la hacían dudar con respecto a aquel hombre, pero a su vez la desconfianza se acercaba y le taladraba la cabeza.
—¿Estás bien? —fue lo primero que pregunto aquel hombre a través del canto de la lluvia. Era una pregunta tonta porque la respuesta se respondía por si sola, pero valía la pena preguntar.
La niña dudo unos instantes antes de contestar—. No. Mi papá me dejó aquí, no tengo donde ir —. Eso hizo que el corazón de aquel hombre se llenará de odio hacia su propia especie, ¿cómo podía alguien abandonar así a un ser indefenso ante el mundo?
—¿Qué edad tienes?
—Siete —respondio la niña apretando con fuerza el peluche contra su pecho.
A aquel hombre se le hizo un nudo en la garganta al recordar a su niña a través de ella, sin embargo permaneció intacto ante la emoción.
—¿No tienes a dónde ir? —pregunto el hombre, en su mente los recuerdos llovian al igual que el agua misma que mojaba apenas su rostro. Esperaba que al menos la pequeña tuviera a dónde ir.
—No. No tengo a ningún lado para ir, no tengo un hogar —a la pequeña se le entrecorto la voz al decir la palabra ‘hogar’. Quizás porque nunca pudo tener uno y anhelaba uno lleno de amor.
Aquello al hombre lo ablando por dentro, lo dejo emotivo y se pregunto a si mismo como es que alguien podía dejar a su propio hijo aquí en medio de la interperie con lo malvado que es el mundo. Sin embargo, lo que aquel hombre no sabía, es que aquella era una oportunidad para él. Para demostrar que quedaban personas con un corazón de oro y que podía dar aquel amor que no le pudo dar a su hija a alguien más que lo anhelaba.
El hombre pensó varios minutos hasta que finalmente lo decidió.
—Ven conmigo, puedes quedarte en mi casa. Aquel puede ser tu nuevo hogar.
La niña lo miro perpleja, no podía creer lo que escuchaba. Sin embargo la desconfianza se asomaba por la puerta de las dudas, aquella niña tenía la edad suficiente para saber que había personas con malas intenciones, había madurado a muy temprana edad. Sin embargo había algo en aquel hombre que le transmitía confianza y seguridad, algo que ella quería en su hogar.
—¿Lo dice enserio? —pregunto la pequeña aún sin poder digerir la oportunidad que se le presentaba.
El hombre sonrió por primera vez en el día, después de un día pesado y deprimente. Le extendió su mano a la pequeña y con el paraguas evito que siguiera mojándose y finalmente le dijo aquellas palabras que para ambos fueron un refugio, un nuevo hogar.
—Mi casa puede ser tu nuevo hogar y yo tu papá.
“hay personas que se vuelven nuestro hogar, puede ser cálido o totalmente caótico. Pero al final siempre tendremos a dónde ir cuando todo se vuelva oscuro y nos quedemos en la deriva.”
3 notes · View notes
i-donot-forget · 3 years
Text
Primera Conversación - Lance
Eldarya New Era
1405 Palabras
Lo que más me gusta de tener rutas nuevas son esos acercamientos sutiles que van poco a poco, así que aquí van algunas conversaciones privadas entre Erika y los chicos...
Golpeaba el concreto apilado completamente inamovible con intensidad, sabiendo que lo único que conseguía era cansarme me volteé ante mi peor pesadilla.
-¿Piensas quedarte ahí? Tenemos que salir de aquí…
Suspiró pesadamente, hasta entonces no lo había notado pero no se veía nada bien, estaba tendido en una oscura esquina y su respiración era algo pesada, ruidosa, podía oírlo hasta donde estaba, aunque bajo los fríos escombros no se escuchaba nada más, ya llevábamos lo que pensé eran un par de horas y nada… Ningún sonido o voz, el silencio me comenzó a exasperar, supuse que intentar inútilmente deslizar el enorme bloqueo de cemento y metal con una daga al menos dispersaría mis pensamientos.
-¿Qué te pasa?
Pregunté intentando ocultar mi cansancio, que estúpida eres Erika ¿Si nos atacan como te defenderás si no conservas ni tu aliento? ¿Dejarás que Lance te defienda? Empujé esos pensamientos fuera de mi mente y le miré con insistencia.
-Nada… Solo, estoy pensando.
En mi mano un pequeño frasco que Huang Chu me había entregado era nuestra única fuente de luz, atrapados en esta minúscula cápsula de espacio en la que el derrumbe nos dejó. Di un paso más hacia él y pude verlo, se presionaba las costillas, estaba herido. Sin notarlo estaba dando vueltas.
-Sabes nadie te pidió q-
-Es mi trabajo… En serio-
-No, no es tu trabajo, Huang Hua te dijo que te mantuvieras lejos de mí.
-Erika…
-¿¡Erika qué!? ¡No voy a olvidar todo lo que hiciste como los demás!
-Bueno, haz lo que quieras, pero entiende algo, eres miembro de la Guardia de Eel, estamos en una misión, compórtate a la altura.
Di un paso más, apretaba mis puños intentando contenerme, no me dejaría provocar, pero él se puso de pie como si nada y pasó junto a mí con una expresión impasible para examinar los escombros. Lo vi poner su mano en una grieta y lanzar una pequeña llamarada azul que se coló entre el concreto destrozado, una llama subió y se devolvió escapando más arriba, el fuego helado brotó por encima de Lance, parecía venir directamente hacía mí. Me quedé pasmada, un reflejo muscular me llevó a cubrir mi rostro con mis manos, caí al suelo obligándome a mirar en otra dirección y de pronto… pude oír claramente un grito de agonía, reconocí la voz de Cameria, resonaba dolorosamente en mi cabeza, se me apretó el pecho y me costaba respirar, llevé mis manos al suelo necesitaba estabilizarme.
-Yo...
-Erika ¿Estas bien?
Su potente voz me sacó de mis pesadillas, me puse de pie lentamente no iba a perder la cabeza, él se mantenía lejos mirándome con atención.
-¿Te asustaste?
A pesar de no notar ni un ápice de sarcasmo o burla en su tono plano, no pude evitar que su comentario me molestara.
-Estoy bien, podrías avisarme al menos si te vas a poner que congelar el lugar.
-Solo quédate atrás y ten cuidado.
-Deja de hablar como si fueras mi niñera, yo también estoy intentando salir de aquí.
-Sí. Pude ver como fallabas, ahora deja que me encargue y ten cuidado.
-No necesito que me “saques de aquí”
-Erika no voy a discutir contigo, la situación ya es suficientemente mala.
-Wow que maduro, disculpe Señor Jefe de la Guardia Obsidiana.
Me daba la espalda pero noté como le di en una fibra con ese comentario. No respondió nada, solo suspiró. Al parecer su intento por sacarnos había fracasado pues se volteó y se sentó en el suelo.
-Entonces ¿Fracasaste?
-Por un tecnicismo…
-¿Disculpa?
-Con el tiempo que ha pasado los demás ya deben haber salido de la edificación, podría convertirme en dragón y salir volando a través de todo esto, sin duda resultaría herido pero nos ahorraría días de trabajo de rescate, el problema es que no puedo porque estas aquí, no puedo garantizar sacarte… intacta, tampoco puedo confiar en tus poderes porque no eres capaz de utilizarlos a voluntad lo que los vuelve inútiles. 
-Así que ya está ¿Ese es tu veredicto? ¿Soy una inútil y estamos atrapados? ¿Soy incapaz de prestar cualquier tipo de ayuda o de hacer nada?
-Parece que todavía no eres consciente de la situación en la que estamos, si no son capaces de sacarnos tendrán que pedir refuerzos que están a días distancia, no sabemos exactamente qué tan enterrados estamos, podrían pasar varios días más hasta que lleguen a nosotros.
-No me trates como a una niña, tú no tendrías porqué estar aquí.
-Eso es lo que no entiendes Erika, es mi trabajo cu-
-¡No necesito que me cuides! ¡No quiero que te acerques!
-¿Qué planeas?
-¿Q-qué?
-Dime qué planeas hacer
-¿Hacer con qué?
-Con tu odio hacia mí.
Abrí mis ojos con sorpresa, no me esperaba esa pregunta, aún menos que mantuviera un tono y expresión tan neutral ¿Estaba intentando provocarme de nuevo?
-Eso no es asunto tuyo.
-Lo es si tenemos que hacer misiones juntos.
-Espero que las ocasiones sean pocas.
-Huang Hua siempre me pedirá que te proteja.
Sentí como la sangre me hirvió de golpe, estaba furiosa me estaba costando mucho controlarme, me concentré en mi respiración para calmarme.
-No quiero que te acerques a mí.
-Es inútil… No puedo contar con tu ayuda Erika.
-¡Oh disculpa, me esforzaré por ganar la confianza del increíble Lance, el orgullo de la Guardia de Eel! ¡Asesino de dragones!
Me miró fijamente pero no se movió, pude notar como frunció el ceño ligeramente, pero ahora me sentía mal, no por él, sino por lo que había dicho, pensar en Valkyon… Hablar de él de esa forma, ya me arrepentía de mis palabras.
-¿Te gustó? ¿Te sientes mejor?
Apretaba la empuñadura de su espada y me di cuenta de que yo estaba haciendo lo mismo, mi mano estaba aferrada a mi espada con tanta fuerza que temblaba.
-Eso es lo que hace el odio Erika, te hace decir y hacer cosas… que no se pueden cambiar.
-¿Hacer cosas? Yo estuve ahí…
La imagen de Valkyon se quedó atascada en mi mente, sus últimos esfuerzos por hacerle entrar en razón… su cuerpo enfriándose en mis brazos.
-Ninguno de ellos estuvo ahí… Solo Miiko, quien te negó tu único deseo y te encarceló justo como te lo merecías. Cómo deberías seguir.
-Bueno, Miiko ya no está.
-¡Y eso también es culpa tuya! ¡Por todo lo que hiciste ella dejó el C.G que tanto amaba!
Una sonrisa burlona se escapó de la comisura de sus labios y una ira explosiva subió desde mi pecho lanzándome furiosa sobre él. Atrapó mis dos muñecas en sus manos y las sostuvo a una distancia prudente de su cuerpo con tal firmeza que me sentí completamente inmovilizada, cada segundo que sentía sus manos sobre mí multiplicaba mi furia, quería herirle como fuera.
-¡NUNCA VOY A PERDONARTE NO ME IMPORTA SI TODO EL C.G TE ADORA! NO SOPORTO VER TU MISERABLE ROSTRO, CADA RESPIRO QUE DAS DEBERÍA SER DE ÉL, TÚ LO MATASTE, LE ARREBATASTE TODO ¿COMO PUEDES VERTE AL ESPEJO CADA MAÑANA?
No había nada en su mirada, en ningún momento trató de evitar la mía, pero en sus ojos no podía leer nada, estaba serio. Sin sorpresa, enojo, nada. Forcejee hasta perder toda mi voluntad de pelear, Lance me soltó de golpe.
-Di lo que quieras, pero créeme no hay nada que puedas decir que no me haya dicho ya…
-Claro, Huang Hua dijo que estabas arrepentido…
-No necesito que me perdones, cumplí mi castigo y lo cumplo cada día, no me interesa que el C.G me adore ni me haga una estatua.
-No hables de Leiftan…
-Yo… Me refería a ti. 
Mierda… ¿Por qué pensé en Leiftan inmediatamente cuando Lance dijo eso? Es cierto que su partición en la guerra fue importante, por decir lo menos, pero ¿Me estaba dando el lujo de ser tan arbitrariamente subjetiva? No puedo negar que me es imposible odiar a Leiftan y que es únicamente debido a lo que siento por él. Me salvó la vida cuando Lance destruyó el Cristal con su espada, el Cristal por el que sus padres tuvieron que morir… Por el que Leiftan y yo tuvimos que irnos. Volvían a mí los momentos en Memoria y el Sacrificio Azul y Leiftan ¿Cuál era el plan de Leiftan? ¿Destruir el Cristal? No… Chrome dijo que quería contaminarlo, pero ¿Para qué? Nuevamente mi cabeza iba demasiado rápido. No es momento de pensar en todo esto, concéntrate Erika...
PD: soy ruta Leiftan y estoy muy confundida
31 notes · View notes
eldiariodefernanda · 3 years
Text
Han sido un par de días difíciles. Creo que es lógico, es un duelo. Una separación duele más que un atropellamiento. Y que irónico que lo que se siente más es la ausencia.
No te voy a mentir, he llorado demasiado, hasta el cansancio. Sigo durmiendo con mi mami, tengo miedo de dormir sola. Siento frío, siento pena, sienta dolor y vacío. Mi hermana me abraza todos los días, mi mamá me pregunta diario como me siento, me habla cada rato por teléfono, mi papá me mira con tristeza pero ya no dice nada, solo está cabizbajo. Mi hermano no es muy bueno con sus sentimientos pero se que esta para mi. Todos están para mi, para escuchar mi dolor aunque suene repetitivo pero la única persona con quien quisiera hablarlo, la única que sabría como calmarlo, no está. No me habla más, mi mejor amigo se fue.
Vi que quitaste nuestra foto de Instagram. Se que puede parecer insignificante pero no sabes como me dolió. No tienes que preocuparte por mi y por lo que sienta, al final del día la separación es para que uno este con uno mismo y ya, y yo no puedo pedirte que dejes de hacer lo que creas que es mejor para ti. Igual me duele, me duele ver que avanzas, me duele ver cómo así, de un día al otro cuando es todo muy reciente me has ido sacando de poco a poco. Supongo que estas haciendo lo que es mejor para ti y no puedo culparte. Yo no he quitado esa misma foto de mi cuarto, la que está enmarcada. No puedo. No quiero. No he quitado tampoco mi cuadro quee regalaste. No he usado los tennis que tu me diste y que use cuando me terminaste. La blusa su usé dia no la quiero volver a ver, ni la ropa interior. Ni los pantalones ni nada que me recuerde el momento más horrible de mi vida. No me he lavado la cara porque compre mis cosas con tu tarjeta. No me acerco al costal de la Dolly porque me da miedo tocar lo que tu tocaste. No duermo en mi cama porque ahí muchas veces tu dormiste.
Hoy es el tercer día sin saber de ti, ya no me hablas. Y yo no te he buscado, no se, creo que en mi interior esperaba que nuestra conversación no terminaría tan rápido, pensé que aún había cosas que decirse. Creo que me equivoqué. O bueno, al menos de mi parte si hay cosas que decir aún, porque esta relación término tan abruptamente que no tuve tiempo ni de ver que algo iba mal. Quizá ese fue mi error, no ver lo mal que pasaba. Aunque sí veía algo, algo en ti. Estabas diferente, distante. Te pregunte varias veces que pasaba, que tenias. Nunca me dijiste, solo dijiste que estabas bien o que ibas a estarlo. Y de verdad espero que lo estés. Que si yo era lo que te provocaba tanto dolor, que mi partida te este dando la paz que necesitas. Si te digo la verdad, por mi parte no hay paz. Es llorar todos los días, es ansiedad a cada momento, es extrañarte como desquiciada, es tener por siempre un nudo en la garganta.el domingo fue horrible para mi, horrible. Tuve ansiedad todo el día, tenerla en a casa es más llevadero, ahí puedes desmayarte sin que te juzguen. En el trabajo no. Sentía que no pasaba el tiempo, el día fue eterno. Quería llorar, gritar, arrancharme la piel. Volteaba a todos lados con la esperanza de verte. De verdad algo en mi pensaba que te vería. Quería creer que ibas a llegar a verme cuando yo estaba dandote la espalda como solias hacerlo y que mi carita iba a cambiar y yo iba a gritar, es mi novio!! Como lo haciamos. Pero no, porque tu no ibas a ir. Yo te iba a esperar. Pero tu no ibas a llegar. Y ya no eres mi novio. Y ya no soy tu novia. Y que horrible eso. Y que horrible ver a la gente tomados de la mano, un alto y una chaparrita abrazados, un moreno y una rubia riendo. Una pareja besandose. Y que horrible, que ya no somos nosotros. No sabes como me lastima ver a gente feliz jajajaja soy una miserable. Como me quema la gente cuando se dice -Amor. Como me pongo a divagar en mi mente para poder escuchar desde mis recuerdo a ti diciéndome amor, mari posa, corazón, perrito, novia. Pfff, como extraño tu voz, como extraño tu risa. Y como deseo lo que no puedo tener, como deseo tanto ser una familia de nuevo contigo. Ahora veo a las mujeres embarazadas y digo, chale no hay nada que yo quiera más que eso. Quiero un hijo tuyo, y después otro y otro y otro y todos los que tuviera que tener pero que sean tuyos, que sean la mitad de la persona que más amo y que mas amaré en mi vida. Como veo a parejas de adultos y digo, wow yo quiero eso contigo, como yo si quería ser esposa. Como yo ansiaba el día en que te llamara esposo. Pero eso ya no se va a poder verdad? Porque tus planes cambiaron y no figuro más en ellos.
Ayer dormi en casa de Xime. Sobra decir que ha sido la mejor amiga que siempre ha sido, que me ha apoyado en todo. Que me dijo que puedo venir siempre que quiera. Ojalá me pudiera quedar a vivir aquí, aquí al menos no te veo tan presente. En mi casa estas en todos lados. No es reclamo, pero sólo estas en mi memoria, no en mi realidad. Y eso es lo que duele, el no verte aquí conmigo, solo en mi mente. Imaginarte que estas dormido en el sillón y mi Dolly esta contigo como muchas veces estaban en lo que me esperaban que saliera de trabajar. Por eso trato de huir, por eso duermo con mi mamá, por que te extraño. Y te extraño muchísimo y nunca me voy a cansar de decirlo, aunque no lo escuche de ti. Yo se que estas cuidando tu corazón, lo entiendo. Y perdóname si te lastime, si te lastimo.
Todas las noches le pido a Dios por ti, se que no crees mucho en el, pero yo si y le pido a mi Dios que no te suelte de la mano, que no te deje solo e ilumine tu camino, así como hace con el mio. Y yo se que a ambos nos va a llevar por el camino correcto y que al final, nos daremos cuenta si teníamos que estar juntos. Se que te fuiste a buscar quien eres, a descubrir quien eres y que quieres, espero que en ese plan en algún punto, quieras que yo te acompañe. Yo también estoy descubriendo quien soy. Pero pensé que podíamos hacerlo juntos, y nuevamente no es reclamo pero tus ideales no son iguales a los míos ya, y esta bien. Deseo que encuentres paz.
Me da gusto que hayas ido a terapia. Si, yo si te leo. Te leo con la esperanza de saber de tus días, de saber de tu vida. Espero que te ayude a encontrar y trabajar lo que necesites para que puedas estar bien. De verdad guardo tanto la esperanza de que cuando estés bien,me busques. Vengas a verme, a hablar conmigo, a pedirme que retomemos lo que dejamos. A decirme que me amas, que siempre he sido yo, aunque eso no va a pasar. Te vas a olvidar de mi, me vas a sacar de tu corazón y vas a encontrar a alguien más, yo tengo que aceptarlo. Que soy muy reemplazable. Y yo siempre digo que el amor que compartimos es mágico, es puro, limpio, sano. Pero que tal que solo yo era la que lo sentis así? Que tal que esa era mi percepción porque así era el amor que TU me dabas, y el que yo te daba? Creo que no fue suficiente, no era suficiente para ti, por eso decidiste ir a buscarte allá afuera y ver que puedes encontrar en el camino. Pero uno siempre puede soñar no? Que vas a regresar y que muestro amor si era sentido de la misma manera en ambos lados.
Te he soñado diario. El día después de que me terminaste, soñe que me decias cosas feas jajajaja, soñe que me iba a subir a tu camioneta y cabia entre los espacios de los carros, me decias, es que estas bien gorda Marifer. Y me veía en el reflejo de la camioneta y si era cierto jajajajajaja pinche panzota. Aunque yo se que nunca me dirías eso, tu me amabas con todo y mi panzota, poco te importaba como me veia y yo me sentía muy cómoda con mi cuerpo alrededor tuyo, tu siempre me impulsaste a ser mejor, y a amar mi cuerpo, fuera como fuera. También he soñado solo que te veo, que estas ahí en el sueño pero no dices nada. Y anoche, soñe que íbamos a Mazatlán, que estábamos con mis primos, que ibamos a Italian coffee, a thrifty, a un montón de lados y tu risa se escuchó en mi cabeza y ojalá me hubiera quedado dormida toda la vida. Ahí era donde me quería quedar, pero llegar la mañana y cae la desesperanza y tienes que despertar y vivir un día más y vivir con un sentimiento que no quieres sentir.
Ayer por fin cene, no he comido bien estos días. No tengo hambre, nada se me antoja. Pero ayer cene, me tome una cerveza, comi nieve, papitas y le conté a Ximena mis penas. Llore poco, porque ya había llorado, pero el dolor no disminuye, no importa cuantas veces lo hable, no sana. No duele menos, al contrario, duele más. Y creo que no debí comer tanto si te soy honesta jajajaja me duele mucho el estómago. Ella ya se fue a trabajar, yo estoy acostada en su cama viendo su cuarto y su fotografía y pensando como a ella no le duele nada y lo magnífico que sería ser alguien más. Alguien que no sea yo, alguien que no sea persegida por la nube gris, alguien que no sienta que el sol no calienta, alguien que siempre tiene frío. Alguien a quien no le duela. Esa es la peor parte. Uno tiene que vivir con el dolor en el alma pero el mundo no para, no deja de dar vueltas. El mundo no se detiene cuando yo solo quiero que lo haga. He hecho varias cosas y me han pasado varias cosas tambien, el mundo no me puede dar un respiro jajajaja y cuando todas me pasaron, solo quería contartelas a ti. Y lo iba q hacer, pero no lo hice. Me detuve. Porque yo si te busco a ti, tu a mi no. Tu te alejaste por completo y de golpe. Y yo no quiero, pero debo respetarte. Debo aceptar tu desicion y debo de aprender a vivir con eso. A no esperar más un mensaje que no va a llegar, a no esperar más una llamada que no se va a hacer, a acostumbrarme a que mi teléfono va a sonar y no vas a ser tu. A que tu nombre va a quedarse más y más abajo en mis conversaciones. Duele aceptar la realidad, y la pérdida de lo que se tenía. Pero creo que yo nunca te tuve, solo pensé que si era así. Y vivi en mi sueño por 8 largos y maravillosos años, y te di mi cuerpo, mi alma, mi amor y mi corazón aún sabiendo que el desenlace inminentemente llegaría, que el golpe será fatal. Que dolor sería mortal, pero no lo suficiente para matarme. Y que, aunque se que me volvería a romper en mil pedazos, volvería a hacer todo nuevamente, por 8 años más.
Por 8 dias más.
Por 8 minutos más.
7 notes · View notes
teresabilba · 3 years
Text
Imagina Loki
El sol se había puesto en Stuttgart, Alemania. Había un frío en el aire que hacía volar los mechones de mi pelo alrededor de mi cara. Abracé mis brazos contra mi pecho. 
"Parece que tienes mucho frío. Toma, coge mi abrigo", dijo Fynn mientras se encogía de hombros para quitarse la chaqueta negra de vestir. 
Lo cogí, como alguien que se está ahogando podría coger un chaleco salvavidas: "¡Gracias!".
"Es una pena que tengas tanto frío. Estás radiante y me hace pensar que el sol aún no se ha puesto en el cielo".
"Fynn", dije sonrojada.
Fynn vivía en Alemania. Nos habíamos conocido en la universidad en Estados Unidos y nos habíamos hecho amigos rápidamente. 
A los pocos meses de nuestra amistad, Fynn me hizo saber que deseaba algo más, pero no había ninguna chispa romántica para mí.
Yo vivía en Estados Unidos y a Fynn se le ponían los pelos de punta de vez en cuando y me llevaba en avión para que me reuniera con él. 
Esta vez, Fynn necesitaba una cita para asistir a una gala que se celebraba en Stuttgart. 
El colosal edificio se alzaba ante nosotros con tapices negros y dorados que cubrían dos grandes ventanales. Todo lo que ocurría en el interior del edificio podía verse en el exterior. La luz brillante de las lámparas de araña doradas se proyectaba sobre la acera. 
La alfombra roja se extendía hasta las entradas con el aspecto de una calzada de sangre. 
La gente se arremolinaba, posando para las fotos y soportando el brillante flash de las cámaras, o enlazando los brazos con su compañía para entrar en el edificio. 
"¿Vamos?" preguntó Fynn, extendiendo un brazo esposado hacia mí. 
"Claro".
Caminé rápidamente por la alfombra roja, el flash de los focos de las cámaras se disparó y provocó fuegos artificiales detrás de mis párpados. 
La mano de Fynn se apoyó en la parte baja de mi espalda.
Ni siquiera cuando entramos en el edificio me soltó. Intenté apartarme de su mano, pero me agarró por la cintura y me acercó. 
Un cuarteto de cuerda tocaba una música armoniosa que llenaba la sala de la gala con un suave ruido de fondo. 
Fynn me paseó de un lado a otro, visitando a algunos de sus colegas. Les hablaba en alemán mientras me abrazaba a él. 
Todos me miraban, con ojos suaves y nadando de alegría y admiración por él, o le daban la mano, pareciendo felicitarle por algo, y luego le daban una palmada en el hombro mientras él sonreía tímidamente.  
Finalmente, después de suficientes presentaciones como para que la cabeza me diera vueltas, un hombre se puso de pie. Era calvo y estaba conectado a un micrófono inalámbrico. Su voz se extendió por encima de la multitud que se reunía, llamando nuestra atención. 
Rápidamente perdí el interés por lo que decía el orador, ya que no hablo alemán, y mis ojos empezaron a escudriñar la sala.
Fue entonces cuando me fijé en él. 
Estaba de pie en un balcón, con el pelo negro tinta alisado hacia atrás, lo que le daba un aspecto hostil, pero limpio. 
Todos sus rasgos eran afilados, angulosos. Si algún hombre pudiera parecer un arma del tipo más letal, sería él. 
Llevaba un pañuelo alrededor del cuello que se extendía a los lados mientras caminaba con orgullo. 
Quizá lo más interesante de él y de su peligrosa apariencia era el cetro que llevaba. 
Parecía estar hecho de oro y tallado con intrincados y arremolinados símbolos que denotaban una elegante artesanía.
El extremo era un arma curva y mortal que sostenía una impactante piedra azul.
La piedra parecía emitir una luz espeluznante. Parpadeé, preguntándome si estaba viendo cosas. 
El hombre debió sentir que le observaba, porque su mirada se fijó en la mía. 
Al instante, me convertí en su esclava. Iría a donde me pidiera, haría lo que quisiera, creería cualquier mentira melosa que saliera de sus labios venenosos y le seguiría hasta la muerte si él lo ordenara. 
Me sonrió amenazadoramente y con un suave movimiento de su cetro, igual que una serpiente mueve su lengua para probar el aroma que se adhiere al aire, se adelantó y comenzó a bajar los escalones. 
Sus manos, sus manos largas y hermosas, de piedra de alabastro, se deslizaban por el balistraude. Si su mano se deslizaba así contra mi piel...
Podía sentir el calor que brotaba entre mis piernas, violentamente. 
Desde mi periferia vi que Fynn me miraba, su sonrisa se desvanecía de sus labios mientras sus ojos seguían los míos hacia el hombre del balcón. Susurró mi nombre, su brazo rodeó mi cintura posesivamente, tratando de llamar mi atención.
En un instante, el hombre lanzó su cetro. Lo cogió con maestría, con reflejos felinos, y lo blandió en un arco hacia el guardia situado junto al altavoz. 
El gesto de su mandíbula mientras blandía el cetro con destreza era indicativo de la rabia y la animosidad más controladas que jamás había visto. 
El orador se volvió, demasiado tarde. Sus ojos se abrieron de par en par cuando el hombre de pelo oscuro extendió la mano y lo agarró por la garganta con los labios hacia atrás para exponer los dientes apretados. 
Algo en su rabia tangible me hizo sentir un deseo ardiente, líquido y rápido. 
Con una rapidez y fuerza inimaginables, arrastró al orador hasta una mesa sólida y lo arrojó al suelo con ferocidad. 
Los asistentes a la gala, que parecían haber aguantado la respiración, se quedaron congelados y no pudieron apartar la mirada hasta que el agresor sacó de su bolsillo un artilugio de aspecto elegante. Se lo colocó en el ojo del orador y el artilugio zumbó al encenderse, aunque el sonido fue rápidamente ahogado por el de los frenéticos asistentes a la gala. 
Corrían en todas direcciones, gritando y empujándose unos a otros, cegados por el miedo. 
Fynn se volvió, corriendo para unirse a ellos. 
Cuando se dio cuenta de que yo ya no estaba con él, me llamó, pero, embelesado por el hombre de pelo oscuro, no pude oírle. 
Avancé, hipnotizada, entre los cuerpos que se agolpaban y se vestían de forma extravagante. 
Una violinista pasó corriendo junto a mí, apretando su violín sin funda contra su pecho, y el moño de su pelo se soltó al caer. 
Una mano se cerró alrededor de mi brazo, húmeda y caliente. 
Parpadeé y giré la cabeza, dispuesta a enfrentarme a la persona que me alejaba de mi destino. 
Fynn gritó, rogándome que fuera con él. 
Las palabras no se formaban en mi cerebro. Mi amo me guiaba o me hacía señas. Fynn no importaba ni nada más. ¿Cómo no podía entenderlo?
Mis ojos abandonaron el rostro de Fynn, contorsionado por su confusión y su miedo, y volvieron al hombre que sostenía mi destino con su propia existencia. 
Sus fosas nasales se abrieron de par en par en su afilada nariz y sus ojos recorrieron la habitación como si anhelara ser omnisciente: verlo todo, saberlo todo y tenerlo todo. Como si quisiera grabar en su cerebro el recuerdo y el sabor del miedo en la habitación. 
Una amenazante y apretada sonrisa se dibujaba en sus hermosos labios rosados de peonía. Si pudiera probar esos labios, que gotean dulzura de madreselva o veneno, moriría habiendo vivido. 
La gente seguía corriendo en busca de refugio o intentando salir del edificio. 
El hombre de pelo oscuro volvió a captar mi atención. 
Levantó su largo brazo y retiró el dispositivo del ojo del orador. El orador se retorció y se convulsionó, pero no volvió a levantarse. 
De debajo de sus elegantes pestañas negras, mi destino me miraba fijamente, con una lenta sonrisa en los labios. 
Se movió alrededor de la mesa y sacó la cola de su largo abrigo negro por detrás mientras se acercaba a mí. 
Caminó seis pasos por el suelo. 
Se paró frente a mí.
Se alzó ante mí.
Me agarró por la nuca, posesivamente. 
"Te arruinaste en cuanto te vi", ronroneó, con su voz depredadora. 
Le miré fijamente, con los ojos muy abiertos y llena de asombro. 
"Te he observado desde el momento en que entraste por la puerta".
"Pero no entiendo..."
"Bueno, por supuesto, si voy a mantener el dominio aquí, necesito una compañera que gobierne a mi lado y que..." Hizo una pausa, mirando por debajo de mi ombligo en el espacio entre mis caderas, "Producir herederos".
Puso la palma de su mano en mi bajo vientre: "Eres perfecta".
Su mano permaneció sobre mí y la luz parecía emanar de las yemas de sus largos dedos. ¿Cómo podía alguien tan bello y angelical, por muy duros que fueran sus rasgos, ser tan mortífero?
Era un demonio que se escondía tras la apariencia de un arcángel, un contagio que se ocultaba tras la forma de una cura, y un reflejo perverso y distorsionado de la pureza.
Mi útero comenzó a apretar. 
El deseo ardía, candente y brillante a través de mí. 
Sabía que el dolor en mi interior no se calmaría, no se aboliría hasta que su semilla se plantara en lo más profundo de mi vientre. 
A pesar de todo, luché con tenacidad. 
Mi mano cubrió la suya y traté de apartarlo de mí. 
"No", dije en voz baja al principio, luego más fuerte. "¡No!"
Me miró, con las cejas fruncidas mientras se reía.
"¿Crees que tienes elección?" escupió.
Su risa parecía tener el poder suficiente para llevar a alguien a la locura. 
"Tengo..." Hice una pausa, tratando de dar sentido a las palabras que nadaban en mi cabeza, esperando atraparlas y ordenarlas bien. "¿Una opción?". 
No lo dije como una pregunta, pero salió de mis labios de esa manera. 
"Tu única salida ahora es la muerte. Nunca podrás escapar de mí".
"Por favor", gimoteé.
"¿Por favor qué? ¿Follarte? ¿Por favor, llénate con más semen del que tu forma mortal puede soportar? ¿Por favor, profanarte y reclamar cada uno de tus agujeros? ¿Hacer que tu vientre se hinche mientras mi hijo crece dentro de ti? No te defraudaré". Volvió a reír, sus ojos brillaban con humor y locura. 
"Te haré lo que me plazca. Debería follarte aquí y ahora para mostrarte el dominio que tengo sobre tu alma atada y vendida", gruñó. 
Era débilmente consciente del charco resbaladizo y húmedo que se acumulaba entre mis piernas. Mi clítoris estaba hinchado y necesitaba liberarse. 
Tenía un deseo incontrolable de sentir su suave lengua o la punta de su miembro cubierta de prepucio rodando por mi clítoris. 
Su mano se dirigió a la parte baja de mi espalda y me apretó contra su pecho. 
El dorso de sus dedos acarició mi mejilla con sorprendente ternura. 
"Ven. Quédate conmigo". Respiró contra la coronilla de mi cabeza. 
Asentí lentamente. Iría con él a cualquier parte. 
Me agarró por la muñeca y me guió hasta el otro extremo de la sala en la que se había celebrado la gala, a la vuelta de la esquina, hasta una sólida puerta de caoba. 
"¿Quién es usted?" pregunté.
"Tu dios", hizo una pausa, "Rompedor de Cadenas, Portador del Caos, Loki. Soy el legítimo rey de Asgard".
¿Asgard? Nunca había oído hablar de ella, pero lo dijo con tanta convicción que no tuve más remedio que creerle. 
"Loki, mi rey, mi dios", dije, saboreando su título y reclamo en mis labios, probando cómo se sentía su identidad en mi lengua. 
Sus hombros se ensancharon como si un escalofrío recorriera su columna vertebral y pareció que se ponía más erguido. 
¿Le gustaba cómo sonaba mi voz al dar vida a su nombre? ¿Le gustaba mi incuestionable confianza en él?
Empujó las puertas dobles y se abrieron para dejar al descubierto una sala de conferencias con una mesa gigante y varias sillas. 
"Vamos a echarte un vistazo". 
Me hizo avanzar hasta situarme frente a él. 
El dedo índice de Loki se deslizó por un tirante delgado de mi vestido y lo quitó de un tirón, luego hizo lo mismo con el otro. 
El escote del vestido se arrugó sobre sí mismo, doblándose hacia abajo. 
Con un suave tirón de Loki, mis pechos se liberaron, al igual que el resto de mí.
Los miró con tanta hambre como un lobo, y luego su mirada se encontró con mis ojos. 
Loki torció un dedo y lo frotó suavemente contra la piel desnuda justo debajo de mi ombligo. 
"Eres..." Cerró los ojos y negó con la cabeza: "Te voy a follar sin piedad, mascota, nada de lo que hagas me hará parar. Retuércete, retuércete en el aire, trata de empujarme desde dentro, pero eso sólo empeorará las cosas para ti".
"¿Qué te hace pensar que querría detenerte?" Mi mano se dirigió a su dura longitud. 
Sonrió: "Pequeña y valiente mascota, estoy a punto de forzar un vínculo inhumano en cada célula de tu cuerpo. Querrás que me detenga".
Loki empezó a desabrochar los botones de su camisa, pero mis manos cubrieron las suyas.
"Déjame", dije. 
Cuando todos los botones estaban desabrochados, deslicé las yemas de los dedos por su forma escultural de alabastro, su piel tan suave y fría al tacto. 
Era magnífico y me pregunté si yo parecía una bazofia o un cuenco de gachas de días, congestionado con moscas zumbando sobre él al lado de su radiante belleza. 
"Eres... Hermoso", le dije.
Su ceño se frunció momentáneamente.
Loki me agarró y apretó mi suave forma contra su cuerpo cruel e inflexible. 
Nunca me había preguntado ni imaginado cómo sería encontrarse con una serpiente constrictora en la naturaleza. Una con una piel que parecía una joya preciosa, con unos ojos seductores y cautivadores. 
Seguramente, aturdido por el etéreo depredador que tenía ante mí, me quedaría paralizado, incapaz de correr o escapar. 
Y el gran depredador, rey de todos los reptiles, me envolvería. 
Al principio, me sentiría bien, en un escalofriante y fuerte abrazo, pero luego, cuando el constrictor estuviera listo...
Centímetro a centímetro, se apretaría a mi alrededor hasta que toda la vida fuera expulsada de mi cuerpo con mi último aliento, y mientras tanto, ¿miraría con asombro o con horror?
Entonces, el rey depredador me tomaría y nos convertiríamos en uno hasta que yo también fuera un depredador. 
Los brazos de Loki se apretaron a mi alrededor, con su cuerpo pegado al mío. 
Si quisiera, sin ningún esfuerzo por su parte, podría extinguir mi vida. 
Sus labios se acercaron a los míos y su lengua se sumergió en mi boca y, por primera vez en mi vida, sentí el sabor de la medianoche. 
Loki me agarró por el trasero, subiéndome a sus caderas, y yo rodeé su cuerpo con las piernas. 
Nos acompañó hasta la mesa. Mis dedos se enredaron en su pelo cuando me depositó sobre ella. 
Con un movimiento suave, se zambulló en mí, deslizándose con facilidad. 
Mis ojos se abrieron de par en par y noté que en el impacto, sus pupilas se dilataron y luego se retrajeron dramáticamente.
Miré al Vacío y el Vacío me devolvió la mirada. 
Jadeé cuando me penetró. 
No era virgen. Había tenido intimidad antes y, en verdad, me consideraba algo experimentada en el sexo, pero lo que estaba ocurriendo con Loki no tenía rival. Era una dominación tan completa y una infiltración de cada partícula de mí hasta que podía sentirlo desde dentro como si yo fuera él. 
Mentiría si dijera que al principio esta "toma de posesión" no me dolió. Era como si Loki estuviera prendiendo fuego a mi alma y a mi singularidad. 
Mi cuerpo se retorcía, mis caderas se agitaban tratando de desplazarlo. 
Mis ojos empezaron a lagrimear y grité. 
Loki se rió. 
Me pregunté si podía saborear mi dolor... si podía sentir mi experiencia.
Su mano fue a cubrirme la boca. 
"Shh", dijo entre risas, sus ojos sonrieron cruelmente mientras me besaba la frente. 
"Pequeña cosa salvaje eres tú".
En respuesta, pateé mis piernas contra la mesa. Mi cuerpo se deslizó hacia arriba en un intento de liberar su agarre de mi interior. 
Rápidamente, apartó sus manos de mis labios para sujetar mis caderas a la mesa. 
"Acéptame", susurró contra mi oído, "sucumbe a tu rey. Entonces las cosas serán más fáciles para ti".
Parpadeé para contener las lágrimas. Le oí, pero dar sentido a sus palabras, ordenar y controlar mi cuerpo cuando él lo violaba y lo dominaba era aparentemente imposible. 
Con un gemido de esfuerzo y los dientes apretados, obligué a mi cuerpo a someterse. 
La forma en que sus músculos se ondulaban contra los míos al sentir cómo cambiaba mi alineación de salvaje y voluntariosa a flexible y aceptante fue notable. Empujó con fuerza dentro de mí, recordándome las hipnóticas y rejuvenecedoras olas blancas del océano bajo la luz de la crujiente luna llena. 
Su existencia dentro de mí me purificaba.
Su miembro era enorme y rígido. Presionaba dentro de mí, golpeando rítmicamente mi punto G, la aguda presión que creaba comenzó a aumentar. 
Mis caderas rodaron y giraron, mi espalda se arqueó... él se sentía magnífico y yo me sentía llena, completa.
"Me encanta ver cómo te retuerces. No duraré mucho si sigues así, cariño. Puede que tenga que seguir adelante y llenarte con mi semilla".
"Mmm", gemí, mis ojos se abrieron bruscamente. Empecé a jadear. 
"¿Te gusta eso, verdad? ¿Quieres que te ponga una nena en el vientre para que todos los que te vean sepan que me perteneces?"
Sus ojos viajaron por mi cuerpo, y vio como su miembro entraba y salía de mi intimidasd haciendo ruidos obscenos.
"Mira cómo te moja la idea de eso. Podrías correrte sólo de pensarlo".
Asentí con la cabeza, gimiendo.
"Yo también podría", dijo. 
"Oh, sí", respiré, mi mano rodeó mi pierna para agarrar y masajear su saco con la esperanza de cumplir sus palabras. 
"Por favor", le supliqué, "dame todo el semen que has guardado para mí".
"Lo haré, preciosa, pero tú primero". Sus dedos se dirigieron a mi clítoris. 
Cuando tocó el manojo de nervios, mi cuerpo se levantó bruscamente de la mesa. Toda su charla me había sensibilizado. 
La forma en que me movía frotaba mis paredes alrededor de su miembro y él gemía por la sensación que creaba. 
Sus dedos rodaron metódicamente alrededor de mi clítoris hinchado. 
Mi núcleo se apretó. Podía sentir cómo aumentaba la tensión mientras el orgasmo amenazaba con consumirme. 
"Me correré cuando tú lo hagas. Yo..." gruñó con esfuerzo, "no puedo aguantar mucho más... Tengo que llenarte".
¡Mierda! No pude contenerme, sus palabras me hicieron entrar en una espiral. 
Quería sentir todo ese semen caliente vertiéndose dentro de mí y la sensación de sentir la plenitud que él creaba, pensando que comenzaría a filtrarse.
Sin previo aviso, se retiró de mí. Gemí en señal de protesta, llena de necesidad.
Se rió, complacido por el efecto que había causado en mí. "¿Mira cuánto me necesitas? No te preocupes, cariño".
Con un rápido movimiento, Loki me volteó para que descansara sobre mis manos y rodillas. 
Su mano se dirigió rápidamente a mi pelo, envolviendo su longitud en su agarre.
Me tiró de la cabeza hacia atrás y yo siseé cuando me forzó a pasar por mi raja y me clavó toda su rígida longitud. 
Gruñó y empujó con una necesidad y una urgencia animales. 
Mis entrañas se movían como océanos, deliciosamente empalados por una tormenta en el mar. Los relámpagos llenaron mis profundidades y electrizaron mis sentidos. 
"Estoy tan cerca", grité. 
El talón de su mano empujó entre mis omóplatos: "Sométete a mí. Inclínate ante mí".
Mis brazos cedieron hasta que mi pecho quedó presionado contra la mesa, mi culo en el aire. 
"Tan sumisa para mí, mascota".
Sus grandes manos estaban a cada lado de mi culo, separándolas, con sus largos dedos extendidos. 
“Estás tan apretada", respiró, "podría arruinarte".
"Joder", siseé, "me estoy corriendo".
Mi intimidad cosquilleó, el orgasmo hizo que mi sangre rugiera en mis oídos. Gemí, las paredes de mi intimidad se agarraron, implacables y codiciosas alrededor del pecaminoso miembro de Loki.
Era hiperconsciente de su propio orgasmo, en sintonía con sus necesidades carnales. 
Empecé a sacudirme, montada en el subidón de mi placer, cuando él se derramó acaloradamente dentro de mí. 
Gimió y profundizó su longitud dentro de mí, su semilla brotando con fuerza contra la abertura de mi cuello uterino. 
La excitación de su semen dentro de mí, y su presente y futuro reclamo de mi cuerpo, me llevaron al límite de nuevo. 
Cuando terminó, me dio una palmadita en el culo y sacó su miembro, chorreando nuestros jugos, fuera de mí. 
"Ponte de espaldas. Intenta inclinar las caderas hacia arriba", dijo. 
Hice lo que me ordenó mientras él se vestía. 
Volvió a acercarse a mí y puso una mano en mi vientre, frotándome allí.
"¿A dónde vas, mi amor?" le pregunté.
"No te preocupes por eso. Debo llevar a cabo los planes que me propuse cumplir. Volveré por ti pronto. No tardaré mucho".
Me plantó un beso en los labios antes de marcharse. 
Mi mano fue a descansar debajo de mi ombligo. Loki me perseguía. Dejó parte de sí mismo en mí, un fantasma de nuestra lujuria y pasión. No importaba, yo era suya y él era mío, y muy pronto, cuando empezara a crecer, todos lo sabrían. 
8 notes · View notes
inspiracionsthings · 6 months
Text
A pesar del tiempo.
Es la ilusión que llega al coincidir unas miradas, unas sonrisas cómplices
Es el nacimiento de una semilla llamada amor, que con el tiempo está germina o solo queda en ilusión
Es con cada plática, con cada caminata, con cada mirada que va germinando, va entrando poco a poco al alma y llenando la de anhelos, sueños, son sentimientos estos llegan con el amor
Al amanecer el día está nublado
Recorre una brisa de viento
Fresco por dónde me encuentro
Este frío hace extrañar el calor
De tu cuerpo, mi piel se enchina
Extrañando tus caricias, el calor
De tus manos, me doy cuenta
De que aún te amo
A pesar del tiempo, el olvido
No a llegado aún a mi corazón
Menos a mi mente, por qué
Aún pasan recuerdos de esos
Días alegres de esos momentos
Que pasábamos, mi corazón
Acelera sus latidos y exhala al viento
Suspiros, todavía llevan sentimientos
Llevan preguntas, llevan caricias y besos
Con la esperanza de que a la distancia
En una brisa juguetona que pase
Por donde te encuentras los susurré
A tu oído y los deposite en tu corazón
Es la única forma que encuentro mi
Corazón para besar tu alma y
Acariciar tu corazón que a la distancia
Se encuentra, por qué para amar a alguien solo se necesita llevarlo en el corazón y en la memoria, las circunstancias en ocasiones no permiten estar presente, pero la distancia es una dura prueba para el amor,
Es tu amor el alimento de mi corazón exhalando sentimientos en cada suspiro a tu corazón
El que hace vibrar mi alma, al escuchar tu voz en una brisa de aire juguetona
En tu mirada se puede ver el universo de sentimientos del que está hecha tu alma
Son sentimientos, anhelos, ilusiones guardados como un bello tesoro en tu corazón
Si me enamoré, me enamoré de ti alma, de tu forma de ser, de la ternura con la que haces las cosas
Es tu piel suave pétalo de flor en dónde todas las noches con el roce de la yema de mis manos , con el roce de mis labios, escribimos los más hermosos poemas de amor, son poemas llenos de sentimientos, que estában escritos con la esencia de nuestro amor, que a pesar del paso del tiempo, de tu ausencia llevare grabados en mi memoria, por qué el verdadero amor es un vuelo de libertad, te amo libre, amo tu corazón y la belleza de tu alma, si me enamoré de tu alma y de eso nadie me salva.
Ho
Seudónimo:Ho
Autor: Hugo E Olivares M
País: México
Derechos reservados de autor.
0 notes
krigardrottning · 3 years
Text
Alma Ajena
La mayoría de las historias que resultan en finales felices no pueden garantizar que su final realmente fue feliz, la historia de parejas capaces de afrontar mil cosas, de esas que te llenan de lágrimas en el cine y hacen que olvides la realidad se ha convertido en el statu quo de lo que esperamos de una vida, de un final feliz que al final nos demuestra tristemente que no existen finales felices, que si el final ocurre es porque todo empieza y termina y cuando algo termina es como si tu alma o al menos un pedazo de la misma se estancara, se arraigara a ese momento, a los recuerdos, al repetir incesante en la mente de mil sucesos como si el repetirlos permitiera cambiarlos, al final simplemente quedas sólo tú, tus momentos, tus recuerdos, los dolores, las cicatrices que en tu alma no le muestras a nadie, esos que tras años de terapia no has logrado afrontar. 
Muchas veces me pregunté cómo terminé en este lugar, cómo algo tan insignificante como un mensaje puede cambiar el rumbo entero de tu vida, puede cambiar tu piel, tu juventud, tus esperanzas e ilusiones, es como si una sola decisión cambiara todo, quizás por ese devenir de una vida entera en la búsqueda de un amor soñado, de esos en los que te sumerges hasta olvidar tu nombre, de esos en los que escribías creyendo que tu vida realmente podía cambiar por el beso de tu verdadero amor, al final ese amor se vuelve un amargo sentimiento, una sensación inesperada, esa en la que redactas con poca cordura la muerte de un alma, porque al final hay amores tan arrasadores que cuando terminan no queda nada, todo está a su alrededor quemado. Si, quizás por las llamas de una pasión desbordante, de una vida que se consumió en el intenso fuego de un ritmo avasallante pero… ¿Dónde estás tú? ¿Qué queda de ti? 
Recuerdo con claridad la sensación de vacío, recuerdo mi cuerpo en el suelo del frío baño mientras tosía sin parar queriendo vomitar todo lo que había logrado introducir en mi cuerpo esa cruel mañana en la que mi vida cambió, recuerdo haber querido terminar con todo. Me recuerdo a mí, rendida, pero también veo con claridad el momento en el que otra alma tomó el lugar en mi cuerpo, esa misma que tuvo el valor para renunciar a volver a llorar, esa que se levantó y continuó con una vida que le pesaba, esa que llenó de capas de maquillaje el dolor, esa que nunca volvió a permitirse llorar más de una vez al año en aquel lugar donde su muerte espiritual le dio una vida, una vida en la que ya yo no existía, una vida en la que sigo buscando como volverme a encontrar. 
La mujer que tomó ese lugar es una mujer a la que ni siquiera con el tiempo que ha pasado, ni con los años viéndola habitar bajo la piel que un día me perteneció he logrado descifrar, fue la mujer que me hizo convertir el dolor en algo pasajero, que me dijo que nada valía tanto la pena, pero sobretodo es una mujer que no me ha permitido volver a prender esa llama, una mujer que me convirtió en la frívola amante de momentos pasajeros, en la coqueta irremediable que en cuanto siente que alguien la quiere se bloquea y llena de irreverencia y amargura aquellos sentimientos, una mujer independiente pero a la vez fría. 
Amar es una tarea tan difícil… desearía que el tiempo la hubiera simplificado, la hubiera convertido en algo más amable, para que quizás así la frialdad que habita en mi piel se permitiera volver a sentir, volver a creer, volver a hacer las cosas con el alma. 
Hay un corazón bajo mi carne, un corazón que late con sensaciones huecas, con un compás demasiado parsimonioso, como si nada le exaltará realmente, como si tan solo existiera bajo la superficie de la frivolidad en la que aquella mujer nos sumió, como si él me entendiera, pero no me habla. Se mantiene rezagado y silencioso, en las noches me sumo en la oscuridad que otorgan los días para acercarme despacio y oírlo latir, y lo oigo, con un ritmo irregular, tan pero tan lento que por momentos no comprendo si estoy viva o muerta, que no entiendo si al final el corazón se cansó de los designios de ella y nos abandonó finalmente.  Pero luego lo oigo y veo que estamos sumidos en un sueño, en un maldito sueño en el que él existe y está junto a nosotros, una vez más late con fuerza, late con ritmo, late a máxima capacidad intentando llamarlo, late y late por él. 
Ahí mi alma cae de rodillas, ¿Qué ruego? ¿Por volver a verle? ¿Por un segundo a su lado que quemará todo lo que dé a pocos en ese campo marchito en el que habito he empezado a reparar?  No, ahí es donde siento que ella debe tomar el mando, el rumbo de un alma rota, un alma que pagará con dolor ese sueño, esa sensación que me acompañara por días, al final uno se queda pensando si esa sensación vale realmente la pena, verlo, amarlo y tenerlo en mi, aunque sea en un sueño, un sueño en el que no me pertenece, un sueño en el que sé que él no será capaz de entender el dolor que ese simple sueño me produce.  
Pero me gusta sentirme ahí, me gusta conservar el calor de su cuerpo, de su sonrisa como la vez primera, de ese recuerdo que dé a pocos se hace mas y mas lejano, que pienso que un día cambiará la mente, cambiará y trastornara su rostro, su olor y su voz, claro que un día cambiará, ¿acaso será que ya cambió? No hay forma de saberlo, hace mucho que no le veo, solo recuerdos y momentos que ya no puedo ni siquiera saber si mi mente por el dolor modificó, no sé si lo que recuerdo ya no es él, no sé si lo que mi mente ha fabricado es un placebo para que en el dolor sepa que si fue real y si existió, pero quizás ya no es él. 
¿Cuántas veces puedes volver a amar a una persona? ¿Cuántas veces puedes convencer al alma de entregarse realmente?  Con el paso de los años siento que cada intento fue una condena al sentimiento. Una carta escrita con un receptor extraño, una carta tirada al vacío para volver a intentar algo que sabes que quizás volverá a condenarte. ¿Es el amor una condena? O la condena se centra  en ese lazo invisible con el cual deseas explicar porque lo intentas una y otra vez deseando un final diferente. 
Al final a quién ves con los ojos de un amor que ya quizás no exista, es quien puede responder las preguntas a las que atas la desgracia de no sentir, ¿Pero no era eso lo que querías? No querías un inicio y un final épico ¿Qué pasa con eso? ¿No fue suficientemente épico? ¿No es eso lo que redactaste una y otra vez? ¿No es acaso la muerte el único sentimiento que te hace sentir que todo acabó, que un final realmente llegó a su lugar? Tuviste una muerte, una muerte épica de una mujer que ya no existe y que no encuentra la manera de escapar, al final tú felices por siempre te condena, te convierte en una espectadora de lo que ya no sabes cómo vivir. 
Es por esa muerte que busca en otra vida a otra alma, que no te hallas, que no te encuentras, que te pierdes. Porque si existes y estás, pero moriste y solo ese corazón que sigue latiendo por un amor épico es capaz de evitar que te ates a alguien más, que te grita que vuelvas a intentarlo una vez más, quizás simplemente fue precipitado escribir el final feliz de una muerte que describe con claridad cómo te sientes por dentro. 
Quieres escribir y vivir una vida que no te animas a vivir, que no te atreves a elegir, una vida nueva en la que esperas sentir la mitad de lo que sentiste en tu vida pasada, en tus muertes anteriores, una vida en la que sigues mirando con amor a una persona que no te elige y no se decide, que simplemente tiene que llegar al límite para volver a tus brazos. ¿Cuántos nombres necesitas?  ¿Cuántas personalidades requieres para describir un amor que ya no está? Para reconocer que la pérdida puede ser ganancia y continuar. Pero no, al final tú y tus escritos siempre se concentran en un solo lugar, tú y tus descripciones, tú y un alma y que no sana, que no entiende, que no se arriesga a gritar y reclamar, un alma que no sabe cuántas veces puede saltar al vacío de una condena, ¿es que acaso quieres ver otra muerte?  
Mi alma está fragmentada, el dolor retorna de a pocos y vuelvo así a una vida que es mía pero no reconozco como mía, una vida en la que me juré no volver a posar la mirada, un dolor que enterré mientras veía cómo en mis entrañas desvanecia  lo único vivo que restaba de ella, un secreto que solo a mi perteneció, un dolor que nadie puede llegar a entender, la sangre limpia, pero también condena. 
Los lazos que me atan a él son invisibles, son lazos de mis muertes pasadas, de mis amores incomparables, del olvido de un alma que no consigue dejar de luchar, un alma que no comprende intenciones y que intenta cambiar, que no concibe la aparición como un todo, ni maldición ni bendición, quizás simplemente condena. La condena de volver a sentirse como un día decidió no volver a sentir. 
Mirar los ojos de una persona siempre fue la solución, los ojos ventanas de un alma conocida, más ¿qué pasa si ya no estás segura de a quien un día conociste? ¿Qué pasa si ya no sientes que su alma sea la de quien un día creíste? Un día juré poder ver a través de esos ojos, un día sentí que eran incapaces de todo daño, de todo dolor, de todo engaño y al otro lloraba las mentiras que siempre conocí, un día me entregue a una vida que no era mía simplemente por la falacia de un amor intocable, inquebrantable, incluso imparable. Al final siempre todo acaba igual, con un final, una muerte y un alma que ya no está. 
Esa alma que se rezaga bajo el latir de un corazón torpe para elegir, de un corazón que descubrió mil cosas que a nadie compartió pero que intentó de forma incansable volver a sentir esa emoción, un corazón que vio cómo el cuerpo besaba mis labios, que vio el amor en otra gente y aun así no encontró cómo acoplarse. Un corazón que de manera irremediable empezó a romper otros corazones, que encontró como llegar a mil almas, pero no encontró una capaz de descifrarlo. 
Nunca podremos decir que solo el corazón es culpable por su elección, quizás también podemos decir que la razón a pesar de su entrenamiento ha resultado torpe, torpe para reconocer mentiras, torpe para entender palabras y para obligar al corazón a tornarse frío, torpe para no volver a caer, para comprender que el amor no puede encontrarse dos veces en un mismo lugar, que ni aunque conozcas dos veces a una persona podrás conocer realmente a esa misma persona. 
Las almas se configuran de manera compleja, cambian, se tornan de colores tan confusos que nunca podremos definir que las convirtió en lo que vemos, las almas cuentan historias, las almas aman, las almas se compaginas, se relacionan, se enlazan a otras almas, nos preguntamos si al final las confusas declaraciones de amor que entrometen al alma reconocen que el alma es ciega cuando ama, reconocen su incapacidad para redactar cartas, para convencer una vez más a todos de continuar en un rumbo diferente. 
Es quizás esa alma incapaz de decirle a todo lo que compromete a una persona que no es real lo que nos compromete, que quizás son conexiones que en otro momento parecieron racionales y hoy solo llenaran de desgracia todo. Volver a amar a una persona, por más que parezca la misma persona nunca será fácil, ya nunca sabrás si serás capaz de gritarle a Teseo que regrese, que clavé en ti sus raíces, que no le temes ni a Zeus, Ni a Poseidón, que las iras del universo resultan insignificantes junto a ti porque la ira de perder de nuevo al amor te convirtió en irrompible. 
Cuántos nombres, cuántos amores necesitas para convertirte en la carne de Avellaneda llamando a Martin Santomé, replicando mil veces que solo su vida hace que tu muerte este en vida, que solo necesitas su mano y su voz llamándote para hacer de tu nombre la prueba más grande de amor. Cuántas veces necesitas convertirte en Geisha por amor, solo para estar un solo segundo junto al Presidente, cuantas veces tienes que cambiar tu nombre y mutar, ya no eres más tú Chiyo Sakamoto la niña que soñó una vida entera en pos de un segundo, ahora estas tu Sayuri Nitta, la mujer capaz de entender lo que pesa la condena del amor. 
Y qué me dices de ti Catherine Earnshaw, ¿dónde estás ahora? Acaso condenas a Heathcliff desde los sueños por codicia, por cobardía, porque no puedes simplemente irte lejos con Linton, porque no aceptas el amor desinteresado de alguien que le puede venir bien a tu corazón, pero no, tu quieres a Heathcliff, tu quieres una historia en la que sus almas estén condenadas a llamarse mientras enloquecen a sus pobres miserables existencias, pero tranquilo Heathcliff, soy plenamente consciente que estas con Isabela Linton, que deberías dejarla en paz y dejarme en paz para que todos dejemos este círculo. ¿Qué puede decir Catherine? ¿Acaso no creo en ti una cantidad de cualidades? ¿Acaso no te tortura, acaso sabes donde estas?
 
Pero más bien deberíamos hablar de la Joven Jane Eyre, ¿es que acaso serás capaz de enamorarme una vez más y llenarme de cosas bellas para arrebatarlas sin remedio? No Rochester, debería yo ser más tranquila y dejar de llenarte de halagos, debería simplemente quedarme con la imagen de un Gytrash incapaz de amar y sentir, debería yo quedarme allí y no amarle, debería simplemente cuidar en silencio que todo marche bien y dejarlo, para no encontrarme con el dolor de ver que mientras sus promesas de amor me llenan de vida, su vida está unida al final a la de Bertha Mason, ella su mujer una mujer que podrá ser descrita como ángel o mounstro pero que por elección usted eligió y en mi torpeza tal vez solo debería reposar mi vida junto a la de St. John, que aunque no me emocione me promete la tranquilidad y paz de una vida reposada. 
Y así podría continuar, llenando de nombres nuestras vidas, nuestros rostros para recitar que el amor que sentí por él resultaba tan avasallante que no recuerdo dónde quedó mi alma, que si vivo lo hago porque Dios existe y me lleno de razones para continuar, pero que al final cuando él aparece mi alma entera tiembla y quiere volverlo a intentar mientras en mi cuerpo toma forma la mujer fría en la que me convertí sin remedio, esa que me dio la capacidad de continuar pero que no comprende cómo entre el alma, el corazón y la razón se decide y desea volver a intentar caer de manera tal que no sabremos si podremos volver a vivir. 
El amor en carne de personajes literarios deja espacio a una Érica que encuentra aun a su Martín amante, pero nunca sabrá si cualquiera que sea el nombre que mi alma tomé lo encontrará a él de la misma manera o simplemente una vez más se arriesga a morir, fruto de una historia en la que quizás solo Érica y Martin triunfaron. 
Krigardrottning
7 notes · View notes
Text
MI "SUEGRA" Y MI PRIMA.
Es una de esas relaciones donde algún familiar poco casual termina bien contigo a pesar de no estar más comprometido con su sangre.
Y de esas inusuales donde te entiendes a un nivel más que perfecto con tu propia sangre que con tú prometida.
Todo empezó en una noche saliendo de su cuarto el mismo día de terminar con Julieth (la chica que en ese entonces era mi novia).
Después de una breve discusión la cual fue a gritos, mi suegra Lorena señora que para tener 52 años esta en un muy perfecto estado físico con sus dos nalgas esféricas que ningún hombre por muy fiel que pretenda ser podría evitar quedar hipnotizado al verla caminar, y como si fuera poco a sus 5 décadas es sumamente cachonda.
Ya que en el tiempo de mi relación con Julieth había hecho indirectas sexuales las cuales a mi me hacían sonrojar.
Esa noche susurrando y haciendo señas Lorena me dice:
-Yernito que escándalo, antes de que te vayas es urgente imponer una conversación entre nosotros.
Al oír esto me asuste pensando ¿Que malas palabras guardaría en mi recuerdo de la suegra más sexy que jamás he conocido?
Pero para mi impresión en la habitación habían dos copas llenas de un fino vino de los 80's y mi suegra con lencería negra que dejaban ver más allá de su piel, la atrevida me ofrece una copa diciendo:
-Yernito veo que las cosas no están muy bien entre tú y mi hija ¿Hay algo que yo pueda hacer para reparar algo?
Lo dice mientras se toca los pezo--s que supuse tendría duros como roca.
-No suegra, su hija y yo hemos terminado y está vez es definitiva puede que está sea la última vez que tú y yo también nos veamos.
-Alto ahí, no nuestra última vez "lo dice con deseo" ¿Te olvidas de nuestra celebración familiar? Tu ahora no eres novio de mi hija pero si mi yerno, saca una leve sonrisa, les juro que yo no tenía la cabeza disponible para pensar en otra cosa más que en su lencería fuera de su cuerpo, me había puesto caliente de cero a cien con su atrevimiento, su voz y sus movimientos eróticos como eso eran más que suficiente para mí persona estar regando líquido pre-semi---.
Ella se desprende de sus prendas, es como si hubiera visto mis deseos porque pone la copa con una fuerza considerada en la mesa y se acerca a mí con una intensa prisa y me susurra:
"Ya no estás comprometido y ahora que te tengo no puedo dejarte ir sin darte un regalo de penúltima-despida"
Pone música en un tono medio, los dos sabemos que debemos confundir con cantos sus gemidos o cualquier sonido sexual que salga de esta habitación.
Sin más me acaricia el paquete soltando palabras que me impactan como:
"No sabes cuándo te he anhelado" o "No pude evitar nunca masturb---e escuchando como te cog--s a mi hija"
Diablos, sentí pena pensé que lo hacíamos lo más discreto posible, sin dudar empezó a dejarme contemplar sus enormes senos.
"WoW nunca más volvere a subestimar a una mujer hasta que esté desnuda"
Pero ¿Que es eso?
Me he percatado de que mi suegra tiene el mismo lunar en su co--o que mi ex novia, ella responde si, pero la forma en que te voy a fo--ar será diferente, me dije:
"Lo admito se que soy muy novato para tal dama"
Ella me quito el pantalón con sublime fuerza, después de una corta oral sucedió lo que nunca me había sucedido empezamos teniendo se-o an-l.
Era mi primera vez en ese campo pero era sumamente delicioso como ella se movía. Sentía más estrechó de lo común, por dentro tan suave, ella estaba lubricada parecía que todo lo estuviese planeado.
Yo llegando al nivel máximo de la excitación la tomo del pelo y empiezo a fo--arla cada vez más rápido y rápido pero despreocupados porque sus gemidos los camufla la radio, me prende más el poder oír ese
"Dios mío... Yernito... Sigue sigue"
Me detuve ha hacerle una oral an-l
Y mi lengua sentía su túnel demasiado limpio sin duda estaba tratando con una profesional, al acabar me dijo que ahora estimulará su clíto--s pero yo solo pensaba en su culo e hice caso omiso.
¿Como es que es mi primera vez por atrás y me gusta tanto?, No lo sé pero debo disfrutar, mientras mi ve--a sigue explorando su a-o, le meto dos dedos y sus cuevas están tan húmedas de un líquido baboso que no me controlo e insisto tanto que lo único que hace que mi mano salga de ahí es un potente chorro que sale de ella.
Al ver esto de una señora de su magnitud lamiendo su oído le digo:
-También voy a terminar.
-No desperdicies ni una gota las gatas nos tomamos toda la leche.
-Tus deseos son órdenes.
Y sale de mi una explosión gigante de se--n la cual inunda su cara...
OMG la cara de mi suegra llena de mi leche y encima la sinvergüenza sigue lamiendo mi po--a, ¿Como pagaremos esto?, Mi novia en la habitación contraria llorando por mi y yo fornic---o con su cach--da madre, espero no saldar deudas con el destino.
Después de una despedida cariñosa y saliendo de aquella casa con una cautela máxima, tarde. En mi piso sigo sin creerme el hecho, no les voy a mentir recurro a la masturb-----n.
Hoy es el día de la fiesta familiar y no he parado de masturb---e pensando en ella, si en mi suegra, en esa señora alta, árida, rubia, con pechos grandes, co-o rosado y con el lunar de su hija en el. Su cara llena de mi leche estaba tatuada en mi mente.
No pierdo más tiempo y con mi smoking bajo a saludar los invitados, primos cercanos, novi@s de ti@s, abuela, abuelo, mi padre, mi madre y mi fantástica prima.
Una chica sin senos, sin nalgas, flaca, delgada, ojos azules, nariz perfecta, pelo castaño, altura promedia, pero lo que me llevaba a desearla era lo que nuestra confianza la había llevado a confesarme (Un cúmulo de perversión sin límite).
Un saludo de beso y unas conversaciones donde le confirmo lo que hice con mi suegra en mitad de su cara de impacto.
Hablando del diablo sonó el timbre de la puerta y para mi sorpresa es ella mi "suegra", mi prima al ver lo tonto que quedó mirando esa mujer me pregunta que si es ella, con mi voz temblorosa le dije que si, también estoy impactada dijo ella, quisiera tener la fortuna que tú tienes de comerte un cu-o así de enorme.
Todos quedan sorprendidos pensando ¿Que hace aquí si ya no tiene lazos para entrar? Yo la tomo de la mano y le presento diciendo:
"Ella aunque yo ya no esté con su hija sigue siendo mi suegra la mejor que he conocido".
Todos después del shock sacan a pasear una sonrisa simpática y saludan con amabilidad idiota.
Pasadas una horas de la fiesta y estar todo normal, mi suegra me da una nota invitándome ir a la azotea, yo sin titubear subo como si no hubiese mañana pero antes de abrir la puerta escucho unos pasos de tacones atrás de mi.
-Dios prima ¿Que haces aquí?
-¿Irás donde ella verdad?
-Si pero...
-Pero nada déjame ir, ¿Quién no quisiera tener una suegra así?, Además no me digas que no te has tocado pensando en mí, está puede ser tu oportunidad.
Yo quedo con la boca abierta así que ella toma la iniciativa y con su manera extrovertida abre la puerta vemos a mi suegra desnuda masajeando su vagi--.
Ella al ver a mi prima queda helada, mi prima suelta su cartera y corre a tocarle y besarle, ella le sigue el ritmo y yo no paro no de no creermelo.
Estoy tan duro que no puedo más y me acerco, hacemos un beso triple y yo junto con mi prima nos desnudamos a la vez, las dos toman mi ve--a y comienza una de las mejores orales de mi vida.
Al sacarla una de la boca para metersela la otra veo su saliva como telaraña, babosa y caliente.
Mi prima con mi po--a en su boca me mira y pone una mano en mis hu---s y la otra en mi abdomen.
Ahí me pregunto ¿Que esto no pasa solo en las películas?
Mi prima con su coño el cual tiene vellos en su entrada empieza a cabalgar mientras continúa una masturbación de lo más genial a mi suegra.
La azotea envuelta en gemidos nocturnos los cuales para mí son cantos que me repite mi mente cuando me tocó a solas siempre recordando ese
"OMG ummm si, si, si, más rápido meteme los dedos más adentro pe--a, ¿Te gusta como te montón primito?"
Yo con agüita de su vagin---s me propongo a buscar el a-o de mi suegra el cual encuentro en la oscuridad limpio como siempre, lo lamo como si hoy fuese a morir y luego a su co-o mi prima salta y salta hasta que sus cascadas aterrizan en mi pelvis, nada más caliente que eso.
Mi suegra volvea y se apodera de mis hue--s siento u frío absorbiendolos pero no lo de tengo en absoluto.
Yo le susurró: es mi turno, como un joven aventurado uso mi lengua para darle humedad a su clít--is el cual está duro y erecto lo lamo y lo lamo como si se tratara de un dedo de bebé ella se inmuta y gime como loca, mi prima en ese entonces ya estaba recuperando el aliento y antes de que penetre a mi suegra ella ya está lamiendo sus enormes pechos, yo con líquido vag--al de mi prima entro a explorar a mi suegra. La cual con la primera ingresada suelta un grito diciendo: "No la saques hasta que acabe"
Yo caliente más allá de lo que puede ser no comienzo con calma, muevo mi cadera como si está no fuera a funcionar más.
Mi prima al oír como chocan mis hue--s con sus nalgas se prende de nuevo y como buena voyerista se empieza a mast----r tan veloz que parece una máquina sexual, yo dopado de placer la introduzco en el a-o de mi suegra, mi prima acaba, mi suegra también chorrea y que mejor momento para yo acabar dentro y caer como tercer cuerpo extasiado de lo que pasó.
Me pongo en marcha y antes de acabar mi prima me dice que no termine aún ella aún quiere continuar así que le obedezco y le bajó a la velocidad, mi suegra acabo, mi prima trata de encerder un cigarro y la cojo de sorpresa por detrás ella dice que nunca lo había hecho en el segundo hueco y yo con un silencio respondo.
Y le sigo dando hasta no poder más.
Ella grita "Primito me duele, me duele pero lo siento rico a la vez"
Yo respondo: primita me pone más cac--ndo de lo habitual el saber que a una zor--ta como tú la acabo de desvirgar.
-Apartir de ahora mi cul---o es tuyo, sígueme partiendo hasta que sea una costrumbre.
Yo sin más le digo que no puedo más, mi suegra escucha y dice que comparta mi leche así que las junto a las dos y tras una breve muy breve mastur---a le doy un poco de se--n a mi prima en sus ojos azules sentí que deposite mi se--n en la laguna azul, y luego en la boca de Lorena.
Mi suegra, mujer que deja limpio mi p--e.
Este trío como un par de hipócritas toma el papel de hacer que no sabemos nada y bajamos a la fiesta. Nuestras miradas son tan profundas que nos hacen salir una vulgar sonrisa.
Desde ese día mi prima y yo hacemos cosas importantes y calientes como el fuego del infierno.
¿Y qué pasó con mi novia?, Lo único que supe fue que consiguió a alguien más, pero eso no me importa sabiendo lo que ambos sabemos de mi.
14 notes · View notes
jartitameteneis · 3 years
Text
Esta teoría dice que todos somos el mismo ser reencarnado en diferente tiempo y espacio.
Fue un accidente de auto. Nada particularmente destacable, pero fatal sin duda. Dejaste a una esposa y dos hijos. Los paramédicos hicieron su mejor esfuerzo por traerte de vuelta, pero no había nada que hacer. Tu cuerpo estaba completamente destrozado, fue mejor así, créeme.
Y entonces me viste.
—¿Qué… qué ocurrió? —me preguntaste—, ¿dónde estoy?
—Moriste —te dije de una vez. No hay por qué andar con rodeos.
—Había un… un camión, y se estaba saliendo del camino…
—Un choque.
—¿Morí?
—Pero no te sientas mal por eso. Todos mueren.
Miraste alrededor. No había nada, sólo tú y yo. —¿Qué es este lugar? —me preguntaste—. ¿Es lo que hay después de la vida?
—Más o menos —te respondí.
—¿Eres Dios?
—Sí, lo soy —te dije, para tu estupefacción.
—Mis hijos… mi esposa…
—¿Qué con ellos?
—¿Estarán bien?
—Me gusta eso. Apenas moriste y tu mayor preocupación es tu familia. Eso es bueno.
Me miraste fascinado. Para ti no me veía como Dios, me veía como cualquier hombre. Alguna vaga figura de autoridad. Más un profesor de gramática que el Todopoderoso.
—No te preocupes —te dije—, estarán bien. Tus hijos te recordarán como alguien perfecto en todos los sentidos. No tuvieron tiempo para guardarte algún rencor. Tu esposa se lamentará en público, pero secretamente sintiéndose aliviada. Para ser sincero, tu matrimonio estaba desmoronándose. Si te sirve de consuelo, se sentirá muy culpable por sentirse aliviada.
—Ah… Entonces, ¿qué pasa ahora?, ¿podré ir al Cielo o al Infierno o algo así?
—A ninguno. Reencarnarás.
—Vaya —murmuraste—, los hindúes tenían razón.
—Todas las religiones tienen razón a su manera. Ven conmigo.
Seguiste preguntando mientras paseábamos por el vacío. —¿Dónde vamos?
—A ningún lugar en particular. Es agradable caminar mientras hablamos.
—¿Cuál sería el punto de esto? —no demoraste en preguntarme—. Cuando renazca, seré como una pizarra en blanco, ¿no? Un bebé. Y así toda mi experiencia y lo que hice en esta vida no importará.
—Te equivocas, tienes contigo el conocimiento y experiencias de todas tus vidas pasadas, sólo que no lo recuerdas ahora mismo —paré de caminar y te tomé por los hombros—. Tu alma es más hermosa, magnífica y gigante de lo que puedas imaginar. Una mente humana puede contener apenas una fracción de lo que eres. Es como meter tu dedo en un vaso de agua para ver si está caliente o frío. Pones una pequeña parte de ti en el vidrio, y cuando lo quitas, consigues toda la experiencia que tenía.
»Has sido un humano por los últimos 34 años, en estos instantes no puedes sentir el resto de tu inmensa conciencia. Pero si nos quedáramos aquí por más tiempo, comenzarías a recordar todo. Claro que no tendría sentido hacer eso entre cada vida.
—Supongo que habré reencarnado infinidad de veces…
—Oh sí, muchas veces, y en muchas vidas distintas. Esta vez reencarnarás en una campesina china del año 540 d. C.
—No, ¿qué? —tartamudeaste—, ¿me enviarás al pasado?
—Pues, técnicamente. El tiempo, como lo conoces, sólo existe en tu universo. Las cosas son diferentes de donde vengo.
—¿De dónde vienes? —curioseaste.
—¡Oh claro! —te empecé a explicar—. Vengo de algún lugar… un lugar distinto a éste. Donde hay otros como yo. Sé que querrás saber cómo es ahí, pero sinceramente no entenderías.
Estabas algo decepcionado. —Pero en tal caso, si reencarno en otros lugares y épocas, ¿podría interactuar conmigo mismo en algún momento?
—Seguro. Ocurre todo el tiempo. Con ambas vidas sólo preocupadas de su propia existencia, nunca te percatas de ello.
—¿Cuál sería el punto? —reiteraste.
—¿Lo dices en serio?, ¿me preguntas por el sentido de la vida?… ¿No te parece muy trillado?
—Es una pregunta razonable —insististe.
Te miré a los ojos. —El sentido de la vida, la razón por la que hice este gran universo, es para que madures.
—¿Te refieres a la raza humana?, ¿quieres que maduremos?
—No, sólo tú. Hice este universo para ti. Con cada nueva vida creces y maduras, y aumentas tu intelecto.
—¿Qué hay de los demás?
—No hay nadie más —te dije—. En este universo, no existe nada más que tú y yo.
Palideciste. —Pero toda la gente en la Tierra…
—Todos son tú. Diferentes encarnaciones de ti.
—Espera, ¡¿soy todos?!
—Ahora lo vas entendiendo —te dije, con una palmadita de felicitación en la espalda.
—¿Soy cada humano que ha vivido?
—O que vivirá, sí.
—¿Soy Abraham Lincoln?
—Y eres John Wilkes Booth, también —agregué.
—¿Soy Hitler? —me preguntaste, cohibido.
—Y eres los millones que mató.
—¿Soy Jesús?
—Y eres cada uno que cree en él. —Quedaste en silencio.
Cada vez que victimizaste a alguien —empecé—, lo hiciste a ti mismo. Cada acto de bondad que has hecho, te lo hiciste a ti. Cada momento feliz y triste que ha sido experimentado por cualquier ser humano, fue, o será, experimentado por ti.
—¿Por qué?
—Porque algún día serás como yo. Porque eso es lo que eres, uno de mi clase. Eres mi hijo.
—Vaya… —me dijiste incrédulo—. ¿Quieres decir que soy un dios?
—No, aún no. Eres un feto. Seguirás creciendo. Una vez que hayas vivido cada vida humana en todos los tiempos posibles, habrás crecido lo suficiente para nacer.
—Entonces todo el universo —me dijiste— es…
—Una especie de huevo —te respondí—. Ahora es tiempo de irte a tu próxima vida.
Y con eso, te envié hacia tu destino.
Web
4 notes · View notes
bcwenl · 3 years
Text
But the night begins to turn your head around,
and you know you’re gonna lose more than you’ve found.
Fin de semana de la semana de pruebas.
Triggers: violencia física, violencia verbal, homofobia.
La necesidad de salir de ahí había sido insoportable. Sólo porque podía, su discusión con Lucian no había calado, claro que no. Si está manejando sobre el límite de velocidad, es porque puede, porque quiere hacerlo, y palabras del mayor no tienen importancia. Ni siquiera consideró que no había avisado al consejo, o que en realidad, no había avisado a nadie. La desventaja de haber tenido unos días tan tranquilos era que cuando ocurría algo, lo que fuera, que le hiciera recordar la mierda de una realidad que poseía, pero de la que no se podía quejar, era peor. Mucho peor. 
El apartamento familiar en Hannam (aquel que cuando vivía bajo el seno familiar había visitado sólo dos veces, por lo poco que los Liang le daban uso) se había convertido en una especie de refugio, una fortaleza en más de un sentido, en donde no se sentía tan estúpidamente expuesto como podría serlo la academia, donde portar máscara era imperante, si es que realmente quería continuar como lo estaba haciendo hasta ese momento. Porque lo estaba haciendo bien, se repite, estaba bien, estaba bien. A veces ya ni siquiera sentía la culpa atenazar su pecho, por mucho que continuase pensando que los fatales destinos de su madre y -él, habían sido por su culpa. A veces, ni siquiera se ve capaz de recordar sus rostros por cuenta propia, no sin ayuda de fotografías que le hacen sonreír con amargura. A veces, ni siquiera siente en absoluto cuando piensa en ellos. Y sonaba a una mejoría. No que haya dejado de soñarlos, a ambos, destino terrible cuando por algo debe dejar de tomar sus pastillas, viéndolos allí, fríos e inmóviles, lado a lado en una sala de velación, dentro de distintos féretros que recuerda con morboso detalle. O que siga siendo incapaz de responder llamadas de números desconocidos. O que ese francófono nombre sea impronunciable. Pero él está bien. Porque hay personas que lo tienen peor, se recuerda, porque sus problemas de la población privilegiada son, en comparación, mínimos. Sus problemas no importan.
Casi siente sus hombros destensarse un poco mientras el elevador privado comienza el recorrido, su reflejo devolviéndole la vacía mirada que se dedica. Timbre lo saca del ensimismamiento y las puertas se abren, y a quien ve sentado en el sillón de su sala, provoca negatividad tal, que se queda estático dentro de caja metálica que de repente se siente demasiado pequeña, ahogándolo. Sin siquiera inmutarse o decir nada, presiona el botón para cerrar la puerta y volver a la planta baja, cuando una mano detiene las puertas de cerrarse, y la cabeza de un sujeto que viste el traje característico del staff de seguridad de su padre se asoma. 
Es hasta ese momento, que voz áspera en idioma ajeno al país en que se encuentran alcanza su canal auditivo, su estómago rechazando el sonido de inmediato con el desagrado que provoca: —Veo que aún te gusta huir como solución. Quería pensar que estabas aprendiendo algo en Sabhwa.—
—Veo que aún crees que pueden enseñar algo en ese lugar que no dejas de llenar con estúpidas donaciones. Supongo que a eso viniste,— es mordaz derrota la que exhala en un suspiro cuando sale del elevador, camino que es inmediato hacia el carrito de bebidas que tenía en la sala, sirviéndose una copa de cognac y vaciándola en segundos. Siempre necesitaba licor para lidiar con su padre. 
—Escuché que el memorial de mi madre estuvo bien,— usa adjetivo conformista, adrede buscando atrapar reacciones opuestas. —Mi parte favorita fue cuando te preguntaron por qué no estaba yo ahí. Ya sabes, cuando me prohibiste volar a China y usaste el viaje a Kyoto como una pobre excusa digna de tu pobre mente. Pero está bien, no me quejo. Le di un buen uso a esas termas,— está a punto de volver a servir licor cuando el movimiento es demasiado rápido, demasiado inesperado para siquiera esquivar el violento empujón, estruendo de botellas y vasos chocando contra suelo de mármol, ni siquiera preocupándose cuando es su cabeza la que choca contra la dura pared tras de sí, puños de progenitor ya sujetándolo de la camisa en imagen demasiado familiar últimamente.
—¿Crees que no sé lo que has estado haciendo en la academia? ¿Crees que no sé que es lo mismo que hacías en Francia?
—¿Los comportamientos sexuales anormales o lo ilegal? Vas a tener que ser más específico,— y alcanza a sonreír con característico cinismo, habiendo esperado tanto el impacto contra su rostro que aquel que le es procurado con tal fuerza en el estómago que le saca el aire es impredecible.
──✦──✦──✦──✦──
De alguna manera, el calor del piso climatizado contra su mejilla, es reconfortante. Casi tanto como lo es contra sus costillas, que aún siente quejarse con cada respiración profunda que procura. El olor a licor mezclado lo empalaga, y ya sabe que odiará tener que llamar a la recepción del edificio y pedir que alguien entre a limpiar. No, demasiadas preguntas, a pesar de que sólo ha sido una vez la que puños paternos han mancillado rostro; le gustaba centrarse más en zonas invisibles para los entrometidos medios, partes de su figura que no podría mostrar con facilidad. Intenta separar sus manos de su cuerpo, cerradas en puños contra su vientre, y al notarlas aún temblorosas con adrenalina las mantiene cerca, risa seca, perturbada, que escapa de sus labios, seguida de un quejido que ni siquiera se molesta en contener, cuando dolor comienza a hacer aparición. No sabe cuánto tiempo lleva en el suelo, o cuánto ha pasado desde que su padre y su empleado salieron de ahí, soltando palabras que habían dejado de cobrar sentido. 
Cuando al fin logra reunir energía para sentarse y se apoya contra el sillón, ya ha oscurecido, la silueta de la capital coreana iluminada por las luces de edificaciones que distingue por los enormes ventanales. Y, por un momento, quiere hablar con alguien. Idea que es barrida tan rápido de su pensamiento que ni tiene tiempo de extrañarla. En realidad, sólo podría querer compañía. Saca su teléfono móvil del bolsillo de su pantalón con esfuerzo, notando pantalla estrellada por impacto contra el suelo y peso de su propio cuerpo, conjetura. No tarda en encontrar contacto que busca casi por instinto, y escribe un simple mensaje: ¿Puedes venir? Antes de presionar enviar, está a punto de adjuntar localización, cuando lo reconsidera, cuando el miedo a atosigar con propios (mínimos, se recuerda) problemas es mayor a su egoísta deseo de compañía. ¿Realmente lo haría ir desde Sabwha hasta Hannam? Seguro estaría ocupado, piensa. Duda que alguien siquiera se haya dado cuenta que no está en la academia. 
Siempre le había sido fácil entregarse a la soledad, no por decisión propia, pero única constante compañera con la que ha aprendido a vivir. Elimina el mensaje y lanza el celular lejos. El silencio que nada más es interrumpido por su propia dificultosa respiración es detestable, pesado, lo solo que se siente multiplicándose sin piedad o intenciones de detenerse. Porque sabe lo que viene, sabe que palabras dichas por progenitor comienzan a repetirse en memoria. Podría jurar que lo escucha ya, el “ojalá hubieras sido tú y no tu madre”, el “estás enfermo, y he visto dónde te pueden curar”, o el “no sé por qué espero algo diferente de ti, siempre has sido una decepción para todos, ni siquiera tu madre pensaba diferente”, voces que se combinan y dan significados a todo. Algo de cierta discusión en la academia también le hace pensar. Tal vez era él quien provocaba esas reacciones en su padre. Si las provoca en otros, ¿qué le hacía suponer que no lo ocasiona con el patriarca de los Liang? Lleva su diestra sobre el costado, sobre punzante dolor, cuando cae en cuenta que, quizá, es él quien se lo busca.
Quizá sí hubiese sido mejor para todos que hubiera sido él y no su madre.
7 notes · View notes