Tumgik
#hasta que el viento nos hace decir que sí
andrvafs · 1 year
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—    📍    —   bercy village.     /     ‘ entremos a una cafetería, me estoy congelando. ’                                                                ( @wrightxf​ )  
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                        ‘  un poco de frío no va a matarnos.  ’  decide bromear, más ventisca inesperada hace que la falta de una chaqueta más gruesa se vuelva un problema.  ‘  ¿te apetece un chocolate caliente? conozco un buen lugar a una calle de aquí.  ’
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possession-swapbody · 6 months
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Los amigos se ayudan entre si
Mi mejor amigo Garret y yo acabamos de hacer la mejor broma del mundo, y creo que eso no le gustó mucho a los maestros en especial al coordinador ya que acabábamos de causar un gran desorden. El personalmente se encargaría de informar a nuestros padres de lo ocurrido, por lo que nos dio un reporte a cada uno y un citatorio donde decía que nuestros padres debían asistir mañana.
Mi padre estaba fuera de la ciudad por lo que el coordinador decidió que a él le informaría por llamada, pero mi amigo no tendría tanta suerte, así que decidí que le ayudaría un poco con este asunto.
Para poner contexto se podría decir que en mi familia tenemos una peculiaridad, todos recibimos un poder al cumplir los 17 años, mi abuelo puede sanarse inmediatamente de cualquier enfermedad o accidente, mi hermano tiene un olfato tan potente que puede oler y distinguir cualquier objeto, animal o persona que desprenda un olor a kilómetros, mi tío puede comunicarse con otros a través de los sueños y mi papá puede ver a través de los objetos, pero el mío es el mejor y eso que aún no he descubierto todo su potencial, digo hace 4 meses que lo obtuve así que aun ocupo explorar mucho, mi familia cree que mi poder es salir de mi cuerpo y explorar el entorno sin ser detectado, y en teoría lo es, pero lo que no les he contado ni a mi familia ni a Garret es que al salir de mi cuerpo obtengo el poder de entrar en los demás y tomar sus cuerpos, la desventaja es que al entrar en alguien esa persona puede sentir mi presencia en lo que tomo el control, pero si lo hago mientras duermen no pueden resistirse a mi posesión.
Garret sabe que mi familia no es normal, esto porque hace 2 años vio como mi abuelo callo del techo de mi casa y se clavaba una barrila en su pecho, solo para sacarla y sanarse en segundos, pero como esos sido amigos desde la infancia comprendió que debía guardar el secreto.
Así que bueno deje a Garret en su casa y le dije que no le dijera nada a su papá hasta mañana temprano, el me preguntó porque pero le dije que confiara en mi. Sabía que Sergio el padre de Garret llega del trabajo a las 6:30pm y debía asegurarme que Garret no dijera nada a su padre así que espere a que fueran las 6:00pm , le dije a mi hermano que me quedaría a dormir con Garret porque teníamos que hacer un proyecto en su casa y como se entregaba al día siguiente, tendríamos que trabajar en el aunque se hiciera noche, el solo me dijo que le llamara cuando llegara y así lo hice, para mi sorpresa llegue justo antes que Sergio ( el papá adoptivo de Garret), el me saludo y fue a su cuarto, espere unos minutos y le recordé a Garret que por nada del mundo le dijera a sí padre sobre que el coordinador lo mando a llamar.
Luego de la cena Sergio se fue a dormir, se veía muy cansado, Garret y yo hicimos lo mismo, bueno no exactamente, yo espere a que Sergio estuviera profundamente dormido, y luego de unos minutos escuche sus ronquidos, me concentre, y expulse mi forma astral de mi cuerpo, yo estaba en la sala así que flote hasta el segundo piso donde dormía Sergio, lo vi y estaba profundamente dormido, entonces tomé un poco de impulso y me abalance sobre el, sentí como mi ser estaba tomando posesión de su cuerpo, sentía sus sabanas rosando con su piel, escuchaba como el viento chocaba a la ventana, y por último abrí sus ojos, o bueno mis nuevos ojos, estaba un poco iluminado por la luz de luna que entraba por la ventana, pero entonces sentía como el cansancio me llevaba a un profundo sueño, era algo normal después de todo el se veía exhausto antes de ir a dormir y la posesión deja los cuerpo muy cansados.
Al llegar la mañana me despertó una alarma, entonces caí en cuenta que era Sergio, me levante y rápidamente escondí mi cuerpo inconsciente en el cuarto de Sergio antes de que Garret lo viera, decidí que le jugaría una broma. Después baje a la cocina y prepare el desayuno, Garret y me dijo:
Garret: papá no sabes donde esta Alex?
Alex: su hermano llegó a recogerlo, dijo que tenía que ir con el a hablar con él coordinador.
Levante una caja fingiendo ser un padre que sabe que su hijo le debe muchas explicaciones.
Garret: Hablando de eso...
Alex: Antes de que me digas algo, ya habale con Daniel y me dirijo que su hermano y tu estaban juntos en eso.
Garret: Entonces... ya lo sabes?
Alex: si y estoy muy decepcionado, yo no te eduque así, no pensé me ocultaras estas cosas, y más si se supone que hoy tendríamos que asistir, quien te dijo que debías ocultarle cosas a tu padre.
Miraba a Garret callado, así que lo miré fijamente como si estuviera demasiado enojado, prácticamente obligándonos a hablar.
Garret: lo que pasa es que Alex me dijo que te dijera hasta hoy, pero ...
Alex: pero nada, come y nos vamos.
Garret: pero aun faltan 1 hora para mi primera clase y la escuela a 5 minutos en carro, porque vamos tan temprano?
Alex: porque tengo cosas que hacer y como no me avisaste, ya no puedo ir mas tarde.
Procedí a servir su almuerzo y mientras comía pensé en que debía confesarle lo que hice, pero decidí esperar un poco más.
El camino a la escuela fue un poco incómodo, Garret no se atrevía a de ir nada pero yo no quería desatarse aun.
Luego de hablar con el coordinador y dejar en claro la sanción por lo ocurrido, me subí al asunto con Garret y comencé a charlar con el:
Alex: Hijo, quiero que sepas que estoy muy decepcionado.
Garret: perdón papá, no volverá a pasar.
Alex: eso espero, porque es muy molesto tener que aguantar esas juntas.
Garret me miró con extrañeza, por lo que acababa de de ir.
Garret: puedo bajarme, voy a buscar a Alex.
Alex: hablando de tu amiguito... debo dejarte algo claro respecto a el.
Garret: La idea fue mía, no de el, el no me invito a hacer esa broma.
Alex: Vamos la mitad de la broma fue idea mía.
Garret: que?
Alex: jaja, deberías ver tu cara, bro soy yo Alex.
Garret: no entiendo ...
Alex: bro, sabes de mi habilidad, pero resulta que no solo salgo de mi cuerpo, sino que puedo tomar el de otros.
Garret estaba completamente shock, su expresión era lo mejor, luego de procesarlo todo me dijo:
Garret: Entonces ahora eres mi padre.
Alex: si
Garret: y esto es algo temporal verdad.
Alex: si
Garret: Entonces mi padre nunca sabrá de esto.
Alex: no,solo yo y tu lo vamos a saber
Garret: genial, oye pero que va a pasar contigo, ya no puedes faltar más a clases.
Alex: descuida por eso venimos 2 horas Antes, tengo tiempo para ir y regresar.
Garret: Entonces, ya vas a dejar a mi papá?
Alex: si, solo que mi cuerpo está en tu casa, voy a regresar a y a dejar tu papa y regreso.
Garret se quedó en la escuela y yo regrese a casa de Garret.
Al llegar sabía que tenia que resolver un asunto, como lograría volver a mi cuerpo y salir de la casa sin que el papá de Garret se diera cuenta, cuando dejó a alguien tarda unos minutos en despertar, pero yo también tardo unos minutos en tomar conciencia, así que tome mi cuerpo, lo llevé asta la puerta de la casa, discretamente lo saqué y coloque detrás de unos rosales y arbustos que están en el jardín delantero, pero al hacer esto me atore con un rosal y por accidente rompí la camisa del padre de Garret, regrese a su habitación a cambiarme de ropa, al desvestirse note algo que en la mañana pase por alto, el padre de Garret estaba en forma, ver su cuerpo se volvió algo un poco incomodo al notar que mi nueva herramienta comenzó a apretar contra los pantalones.
Luego por mi mente paso una idea que me hizo dudar si acaso estaría bien que si me encargara de ese asunto, digo es algo personal y es el cuerpo de otra persona, nunca había echo nada indebido en otro cuerpo que no fuera el mío, pero para cuando menos lo pensé ya me estaba bajando los pantalones, una culpa comenzaba a inundarme, pero no podía hacer nada en contra del cuerpo de Sergio que se ponía cada vez más duro.
Me senté en la sala y comencé a acariciar si polla por encima de su bóxer, era tan sensible que un gemido salió de mi boca, comenzaba a presionar y a jugar con mi nueva polla por encima del bóxer, la sensación era única, la sensibilidad me hacia temblar de placer.
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Fue entonces que me traslade a su cuarto, me desnude por completo y comencé a bombear mientras acariciaba el pecho de Sergio, era demasiado placentero, mis piernas cedían ante el placer y me tumbe en su cama, seguí jugando cada vez mas duro con su pene, mi espalda se arqueo mientras dejaba salir toda la semilla de Sergio cubriendo mi pecho y parte de su cara, pero entonces algo pasó, salí disparado hacia fuera de su cuerpo, nunca me había pasado eso, pero no sólo salí yo, de alguna forma arrastre a Sergio conmigo, veía como su silueta comenzaba a reaccionar, así que en un momento de pánico solo pude empujar su forma astral hacia su cuerpo.
Acaso había descubierto una nueva parte de mi poder, estuve analizando todo durante unos minutos pero en eso Sergio despertó desconcertado, se notaba que no entendía lo que estaba pasando, vio su pene que aún pedía más, se acercó a la puerta y grito nuestros nombres, cuando se aseguró que no había nadie, vi como regreso a terminar lo que yo empecé, me acerqué con la intención de volver a entrar, pero entonces vi un reloj que decía que ya había pasado mas de media hora y recordé que debía regresar con Garret antes de que empezarán las clases o sería sospechoso, regrese a mi cuerpo y me fui rápido.
Llegue con un poco de tiempo antes de que empezara la primera clase, le dije a Garret que había descubierto que podía sacar a otros de sus cuerpos, el se veía emocionado y me comenzó a hacer preguntas
Garret: ¿como descubriste eso?
Alex: bueno...
Sabía que no podía decirle a Garret que me estuve masturbando con el cuerpo de Sergio así que omití esa parte.
Alex: veras cuando deje el cuerpo de tu Papá sentí algo diferente a cuando he salido de otros cuerpos y vi a tu padre a mi lado, lo dejé en su cuarto acostado así que lo poco que vio pensara era un sueño.
Garret: ¿y como regresaste?
Alex: solo lo tome y lo empuje fuera de si.
Garret: pero no se supone que cuando sales eres como un fantasma?, ¿cómo pudiste tocarlo si ambos eran intangibles?
Alex: primero,si soy como un fantasma y segundo talvez porque los dos eramos como fantasmas, la verdad no estoy seguro.
Garret: crees que podrías sacarme a mi de mi cuerpo?
Alex: no lo se
Garret: que te parece si saliendo de clases vamos a mi casa y lo intentas.
Alex: No lo se, digo me ayudaría a saber si es algo que podre hacer a voluntad, pero que tal si pasa algo.
Garret: no te preocupes, será interesante ver todo desde el plano en el que lo haces cuando sales.
Alex: si seria como si tuvieras un poder también.
Garret: bien, y crees que también pueda poseer?
Alex: creo que ya estas exagerando
Garret: que tal si tu poder no es salir a otro plano, sino manipularlo, quiero decir que tal que tu poder no solo es poder salir de ti, sino algo así como "controlar las almas".
Alex: Talvez... sabes se hace tarde vamos a clases
Honestamente veía a Garret muy emocionado, digo yo también lo estoy pero el se veía particularmente más emocionado que yo, era un poco raro.
En fían creo que debería hacerle caso a su idea, cuando terminen las clases iré a su casa.
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sheisthebearmorash · 1 year
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Hoy definitivamente no me he sentido nada bien, escribí en mi diario pero realmente siento que no he podido sacar todo lo que siento.
Mucho se habla de la superación y de el sanar pero la realidad es que es algo sumamente difícil y más si vives con miedos constantes.
El martes fué el último día que supe de él, recibí un mensaje que me dió seguridad y confianza por un tiempo, realmente me hubiera encantado que el efecto hubiera sido más largo, pero lo cierto es que ningún mensaje podrá llenar el vacío que siento dentro de mí y el dolor constante de pensar todo lo que ha pasado durante los últimos meses.
Hoy fue un día dónde la ansiedad me jugó demasiado chueco, porque realmente me hizo descubrir un nuevo fondo, me hizo darme cuenta de lo difícil que ha sido todo esto y de lo fuerte que fuí y que ahorita todo eso me está cobrando factura, porque por miedo a sentir, no viví como tal ninguna de las emociones del duelo, o no de la manera correcta.
Ahora entiendo a qué se referían con el problema que genera el no dejar sentir o procesar las emociones, realmente siento como todo me está cayendo de peso desde que iniciamos el contacto 0.
Cada día me afecta más porque veo las cosas de diferente manera y el recapitular lo que ha pasado, realmente es algo que me dió en la madre porque simplemente pienso en lo insensible que fue conmigo, puedo decir que ahora me duele más que un inicio.
Hoy he llorado mucho, me siento sumamente agotada, y los ojos los tengo hinchados, trato de calmarme o de distraerme y sin exagerar sólo siento como las lágrimas se escurren por mis mejillas hasta tocar la funda de mi almohada, por más que intento dejar de llorar, no puedo.
Hoy recordé tanto de nosotros, recordé aquel día que lo ví por primera vez, que me movió tanto, recuerdo esa vez que nos tomaron nuestra primera foto, los dos nos agarrábamos de la mano y parecíamos niños tontos, sonrojados por estar así, recuerdo nuestra primera cita y lo feliz que estaba cuando me preguntó si quería salir con él, recuerdo los nervios que sentí cuando le confesé que me gustaba, nuestro primer beso, como se desvivía por mí y por querer pasar tiempo conmigo; por mi mente pasaron cada uno de los eventos que vivimos durante 5 años, hasta llegar hasta dónde estamos ahora y simplemente me pregunto, ¿En qué momento dejé de tener un valor o una importancia?, Ya no hablo de lo que pasó hace unos meses, me refiero a ¿Dónde quedó esa emoción de hablar conmigo o querer verme como cuando iniciamos? ¿dónde quedó todo ese amor tan intenso que se desbordaba a tal punto de gritarlo a los 4 vientos? ¿Dónde quedaron esas ganas de cuidarme y darme lo mejor cada día?
Realmente ya no lo sé, ¿Por qué siento que no fuí tan importante como creía? ¿Por qué siento que en realidad estoy rogando por algo que no debería ser así?
Por mi mente han pasado tantas cosas, como que quizá hoy salió con ella y pasaron todo el día juntos, o que quizá estuvieron hablando todo el día por teléfono, quizá ya se olvidó de mí o quizá ya no le importo, realmente hay tantos pensamientos en mi mente que me tienen destrozada y ya no sé que hacer, porque por más que trato de leer sus mensajes, de leer las cartas que me ha dejado, de escuchar las canciones que me ha dedicado, sólo lloro y pienso que perdí tanto.
Decidí alejarme de redes sociales porque pensaba que eso me ayudaría a sentirme mejor, realmente no veo ningún cambio.
Ahora entiendo a lo que se referían cuando me decían, "en el momento en el que realmente apliques contacto 0 entonces ahí sí vas a sentir que te desmoronas porque en ese momento vas a empezar a darte cuenta de muchas cosas" La realidad es que ya no quiero darme cuenta de nada, ya no quiero sufrir más y mucho menos sentir.
Es tan difícil tener que aceptar que quizá no eras tan importante como esa persona lo fue para tí, no es fácil aceptar que mientras tú te veías cada día de tu vida con esa persona quizá esa persona ya no lo pensaba tanto, no es fácil aceptar que mientras tú le eras fiel a una persona hasta en los pensamientos él ya estaba pensando como terminar por querer intentar algo nuevo, no es fácil aceptar que incluso después de la ruptura tú quisiste darle un lugar que quizá ya no tenía, mientras esa persona ya estaba iniciando una vida amorosa y sexual con otra, mientras que te prometía su regreso.
Realmente de lo único que me he dado cuenta es de la poca consideración que él ha tenido conmigo y del poco amor que me ha tenido, que claramente no es el amor que tanto juró que me tendría por toda la eternidad.
Estoy destrozada y quizá todo esto sólo es un proceso más al camino de la sanación y el reencuentro conmigo misma, el camino al verdadero perdón y el camino a la paz que tanto anhelo tener.
Sólo espero dejar de llorar y pensar que todo estará bien, que la vida me depara algo mejor y que al fin podré tener amor, ese amor que sé que tanto merezco, aunque al final sólo espero que el recapacite y que él sea el que me de ese amor y todo eso que yo merezco, de verdad espero que se de cuenta pronto y que no sea demasiado tarde.
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locodemierdx · 8 months
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Flores amarillas. ¿Flores amarillas?
Hace unos días mientras navegaba en las redes, me topé con unas publicaciones marketeras un poco extrañas.
Un nuevo pretexto para gastar dinero… si, las flores amarillas.
Supuestamente el regalar estas flores es una forma de hacerle saber a otra persona que deseas pasar una vida con ella y nada más que eso, suena bonito, pero no lo es, o eso creo yo.
Tras haber estado en una relación no muy saludable por poco más de seis años llegué a la conclusión que las palabras o detalles se los lleva el viento.
Con ello, no quiero decir que sea desagradable recibir un detalle así, pero pienso que las acciones, el compromiso abarcan más que flores cuya vida se reduce a un par de días en un florero.
Y me pregunto ¿sirven de algo las promesas? ¿A cuántos de nosotros nos prometieron amarnos por siempre? ¿a cuántos nos juraron no lastimarnos? ¿qué hay de esas amistades que no acabarían nunca? ¿Entonces esas no eran promesas? ¿algo de eso era real?
Es probable que esto suene algo intenso, pero soy de esas personas que intentan llegar hasta el final y creo, que en lo que a relaciones humanas se refiere, exijo y doy más de lo que el mundo actual tiene para dar.
Y no, no exagero. Pienso que en la actualidad actuamos como si las personas fueran descartables y reemplazables. Y es cierto, nadie es imprescindible, pero eso no quiere que debamos de ser menos considerados con el resto.
Sería mentir si decimos que el rechazo y la poca responsabilidad afectiva no duelen, porque duelen y mucho.
Duele darte cuenta de que quizá el mundo no es tan agradable como lo imaginaste de niño, duele darse cuenta de que los cielos no siempre serán azules, duelen las despedidas, duele el fracaso, duelen las mentiras, duele el desamor.
Vivir duele y a pesar de ello causamos más dolor.
¿Por qué? Eso me pregunto yo. ¿Por qué lo causamos? ¿por qué lo permitimos? ¿y hasta cuando normalizaremos las relaciones construidas sobre palabrería insulsa?
Supongo que este escrito estará lleno de preguntas sin respuesta, ya que simplemente es una conversación conmigo mismo.
Así que bienvenidos a la oscuridad de mi mente. Así piensa un depresivo y amargado. De esta manera sangra un corazón roto, así se ve el mundo después de abrir los ojos. ¿demasiado escéptico? Demasiado.
¿demasiado auténtico? Lo suficiente como para no caerte bien.
¿demasiado melancólico? Demasiado.
Hace algunos años regalaba claveles, hoy regalo tiempo. Tiempo y suculentas. Tiempo y vida.
¿Por qué regalaría flores que se marchitarían? ¿A caso no es subastar una vida por una sonrisa? ¿eso no es regalar muerte? ¿por qué no una maceta con alguna suculenta? El que la planta viva es equivalente a la importancia y agradecimiento que la persona le tenga a esos actos de amor desenfrenado.
Si la planta muere, bueno, ahí tienes tu respuesta. ¿tiene algún sentido dejarse arrastrar por la presión social de tener que comprar algo por el inicio de la primavera? ¿tiene algún sentido vivir?
Sí, lo sé… esto ya se está poniendo algo oscuro. Supongo que es la falta de serotonina en mí. Quizá es el exceso de amargura y decepciones. Quizá es la falta de fe en la humanidad o simplemente un corazón que sigue herido y latiendo solo porque sí.
Amar sin miedo es la respuesta, la pregunta es ¿después de todo podré amar sin miedo?
¿podré regalar flores amarillas sin preguntarme si valdrá la pena?
¿flores amarillas o suculentas? He ahí la cuestión.
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"Que hable el amor. Pues, por cierto, los enamorados saben que cuando están frente a la criatura que aman, cuando arden y tienen delante a quien arde igual, es cuando mejor se ven a sí mismos, en el rostro del otro, cuando dos son uno, cuando hay un solo semblante flotando que a la vez siente y ve, y ese es el mágico cemento del amor, lo que hace de la mirada el agua más perfecta para la sed de los amantes, lo que extingue el tiempo y el mundo en torno a la pasión, porque entonces la Divinidad nos permite ser un instante como dioses. Pero no somos dioses, no somos uno, no: somos una mitad, que depende de otra, del azar que quiera o no ofrecérnosla. Y como es la desdicha quien en la tierra nos acecha, el amor puede huir, desvanecerse tan rápidamente como humo golpeado por el viento. Y cuando el enamorado está solo en su habitación, solo, con el intolerable dolor de la ablación reciente, se preguntará: '¿Por qué?', '¿Cómo?' (pues el mal es un enorme misterio), queriendo decir estrictamente '¿por qué a mi esto?', '¿cómo estoy hecho para que esto deba ocurrirme?', '¿quién soy'. Y es posible que corra hasta el espejo para buscar su semblante alterado por esas preguntas una respuesta. Pero el espejo no le devolverá más que otra pregunta, la mueca, la hueca cáscara de lo que sentía, de ese sentimiento que era un instante atrás. A causa del espejo, como es deliberación, hechura del hombre, solo revela lo deliberado, el preguntar; y la desolación, el sentimiento del solitario, el hombre, en suma, no es deliberación, es más que su hechura. ¿Acaso ha nacido por su voluntad? ¿Muere alguien porque lo quiera, incluso ese pobre acosado que es el suicida, que dispara siempre un arma que él no ha cargado? Esos dos secretos fundamentales son la raíz del hombre, los paréntesis inviolables que lo envuelven, y los brazos de la voluntad son cortos para traspasarlos. Querer ver nuestra alma con la voluntad es pretender apresa agua con una red. Solo la Divinidad, dueña del nacimiento y de la muerte, sabe cómo es nuestro rostro. Cuando lo interrogamos, el espejo no puede ser más que un duro eco que, a través de nuestra máscara, nos dice a su vez: '¿quién eres?'. ¿Quiénes somos? Somos un fantasma para nosotros mismos, alguien a quien se vislumbra de pronto entre la bruma y que en seguida desaparece".
¿Quiénes somos?, H.A Murena.
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familia-op · 1 year
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Sorpresas de la vida…
La vida siempre trae sorpresas. Realmente uno cuando se levanta no sabe lo que le va a tocar…
Es cierto que somos libres y que por ello seremos responsable de nuestros propios actos, pero el hombre vive en sociedad y quizás a veces suframos los actos de otras personas, y porqué no, también, ser responsables por ciertos actos del prójimo.
La vida te trae sorpresas, es cierto; y todos estamos a la deriva de un nuevo acontecimiento, quizás el menos pensado. Se puede estar viviendo momentos únicos, acontecimientos felices, y de pronto ser atacados sorpresivamente por un hecho o palabras inesperadas. La fuerza estará pues en como reacciona cada uno ante tales hechos.
Sin duda existen las personas fuertes, los que considero no son los que nada le mueve ni un sentimiento, sino aquellos a los que sí les mueve, a los que sí los hace reflexionar, pero lejos de dejarse caer lo usa para crecer y ser mejor cada día.
Considero que una persona débil en cambio vive con el temor al fracaso, con temor a quedar apartado de la Sociedad, trata de amoldarse a quienes los rodean, trata de hacer caso a todo lo que le dicen, pero se olvida cuales son las bases que lo hicieron llegar hasta ese lugar. Se olvida cuales fueron los principios en los que se baso para crecer y ser alguien en la vida. Simplemente Se olvida de su propia dignidad.
Podra sobrevivir a los hechos mas dolorosos aquella persona que sepa quien es él. Aquel quien haya meditado con anterioridad el rol que viene a cumplir, aquel que tenga en claro quien es la gente que la rodea. Y Podrá sobrevivir quien tenga en claro cual es la esencia de su ser, que Dios le dio una misión en esta vida… Ser mejor y ayudar a otros a serlo!
A veces unos necesitan defensa de lo que les dicen otros en cambio lo aceptan con dignidad, pero no necesitan gritar a los cuatro vientos su defensa, pues ya tienen muy en claro lo que cada uno piensa de él, lo que las personas que lo quieren sienten de él, y lo que es mas importante lo que uno mismo conoce de si!
Los golpes pueden hacer doler la piel,
las miradas pueden hacer arder los ojos,
las palabras pueden lastimar el corazón…
Pero siempre será difícil quien sepa reaccionar. Es difícil no confundir egocentrismo con dignidad. Es difícil no confundir que alguien quiera levantar la cabeza y seguir, con decir este se va a chocar o va a caer.
Nunca olviden que esta en cada uno evaluar sus propios actos. Seguir sus propias creencias, sus principios. Agradecer su enseñanza y/o su aprendizaje que nuestros padres y nuestros seres queridos nos inculcaron. Estará en el prójimo la aceptación del otro.
Nunca pero nunca dejen de ser ustedes mismos, ámense y sean felices…que Dios siempre te guiará y te iluminará… solo confía y ten fe!!!
Atte:
Mileny27
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ocasoinefable · 1 year
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Hojas sueltas sobre una ladera.
<<Una vez que te acostumbras a omitir los sonidos, las palabras al salir de la garganta son extraños visitantes que tiene tu boca. Una vez que te acostumbras a no ver las horas y su falta de racionalidad al desnudar tu mirada, verte en un reflejo causa eco de extrañeza y curiosidad. Una vez que te vuelves pensativo resulta que cortar y rellenar tus ideas es algo habitual que no te explicas. Hace un clima agradable, el viento a penas marca las tejas. Hoy debo arreglar este lío. Allí con tu cuerpecito acomodado en tus patas, tú solo asientes y marcas con tus orejas creyendo prever lo que voy decir>>
Descruzo las piernas, bebió el aroma del café con su nariz amplia y tono marcado al chasquear hasta el último grano. Llevaba algunos años viviendo de lo que le hacía perder el juicio; coleccionaba sonidos, pero desde hace algunos meses se veía en aprietos, nadie tocaba para pedir su trabajo, nadie le miraba o se detenía ante los avisos. <<quizás son los tiempos, ya nadie evoca algo que sueñe o todo está a la mano, a la vuelta. toda necesidad cubierta, todo en un punto de equilibrio>> Extendió sus manos con cierto disgusto ante la idea que rodeaba. <<No, nada de eso, nos hacemos roca>> Volvió a callar sin poder concluir su pensamiento… se movió sobre su sitio, miro con dirección a su compañero, y tajo de una frase a otra para concluir con su pensamiento
- Hoy saldremos de caza, al lado de la ladera, cruzando los árboles grandes que deben estar en otoño, con sus hojas pálidas a la deriva del viento-
se colocó las botas, armo el rifle, lo colgó y con aire de inmortalidad mientras se puso en marcha a la par su compañero; que movía la cola y con aire de curioso le seguía el paso -Perderse en aquel lugar. Medeja sus cabellos- recordaba sus primeros días de guardia, los días en los que se sonrojaba con la vista del sol besando los lagos de las laderas, mientras pensaba en aquella boca que se fundía con los humos y el amanecer, en la seda de los olmos y en su vientre plano de humedad cóncava en el ombligo, del cual bebía al suspirar sus suspiros. Abría las bandas, se veían los conejos, se escondían los ciervos, más aún algunas libélulas le perseguían sin sentir temor alguno. Giro el cuero que sostenía al rifle, lo trajo para si, lo dejo en su hombro; miro la bandada… y en un estallido contemplo con ese aire que muere y se disparaba, que se alza y luego se despierta. Siguió el rastro del ave en silencio para capturar su sonido; pero el ave no se movió, se fijó sobre el aire. Dio unas vueltas sobre su eje, y rápidamente se lanzo con los ojos abiertos hacia el cielo con rumbo a la ladera, <<¿sí le atrapo antes que caiga, podre hacer que el tiempo vuelva y así no habrá un final…? ¿si la alcanzo...? ¿Por qué lo he hecho? Solo tire... ¿alguien debe hacerlo. ¿O no?, “el cielo esta más brillante, sus tonos se hacen míos. Escucho el vientre del mar, un pez al lado de la ladera, una medusa o quizás su ola” ¿ha de ser el ave quien lo dice?>> Seguia pensando... <<Es tu boca quien me besa, aquí vienes, envuelves mi ombligo a tierra y seda se armoniza tus manos, el aroma de tu voz se alza hablando en un sudor que se pega de mis hombros; mientras me guardo como siempre ante tu mística colocación, mientras vuelvo a ver hacia las ventana despertado ante los latidos de mi fiel compañero, que salta en su cola y viene a mí; no sabe que marca que debo hacerlo; despertar, ponerme de pie y terminar con mi taza de café antes de la media tarde, ya que hoy quiero ir a la ladera y sentarme a pescar, también debo hacerlo, ya que en estos meses no he tenido mucho trabajo y la reserva se comienza agotar.
Ocaso-inefable
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cinnamrcll · 11 months
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Esta no es una carta para el amor de mi vida, pero probablemente sí sea para el que fue el rencor de mi vida.
Te he pensado mucho últimamente, para bien o para mal creo que me enseñaste muchas cosas que quizá no hubiera descubierto de otra forma.
Y no diré que te odio, pero sería mentira decir que te perdono, porque aunque creo que el aprendizaje fue valioso, francamente no considero que fuera justa tu forma de tratarme, sin tener jamás una justificación real para insultarme.
Lastimosamente aún te veo, me encuentro frecuentemente contigo a pesar de ser ese mi último deseo, no quiero saber de ti pero a veces pasas por mi mente, vuelves para atormentarme con cosas del pasado, con cosas que realmente me afectaron y estas me persiguen nuevamente.
No creo que seas una buena persona, no creo que te arrepientas y no me trago tus disculpas de niña buena, en algún momento quise creer que tus palabras eran honestas y sin afán de ofender, pero después de tanto tiempo entendí, que nunca y bajo ningún concepto se puede confiar en ti. Y pienso eso porque lo prefiero, porque no quiero confiarme de nuevo, no creo en las palabras que salen de tu boca, en la forma en la que crees que lo qué haces es poca cosa. Porque sé que lastimas y dañas a tu antojo, porque te alegras del sufrimiento del otro, porque en ningún momento te arrepentiste de lo que me hiciste y manipulaste a todos quiénes pudiste.
Así que esto no es para decir que lo comprendo y mucho menos que te perdono, esto lo hago por mí, para permitirme el poder seguir, porque no me quiero estancar en tus palabras cargadas de resentimiento y quiero que por fin se las pueda llevar el viento. No te entiendo y tampoco pretendo hacerlo, tengo claro que justificación clara no hay para lo que has hecho y realmente me cuesta pensar en que alguien te quisiera tener en su vida de nuevo.
Y sé que esto tampoco es mejor por mi parte, sé que esto demuestra que aún me falta mucho para seguir adelante, pero sé que yo no soy esa persona, que los errores que cometí no fueron poca cosa y me arrepiento de todas y cada una de las veces que pude actuar mejor y no lo hice, que lastimé a alguien tal y como tú lo hiciste, que no pensé en mis palabras hasta que ya era muy tarde para retirarlas y que permití que el entorno me cambiara. Porque yo, a diferencia de ti, me puedo parar aquí y admitir que me arrepentí, que no estoy orgullosa de las cosas que te hice y que cometí un error al pensar que la venganza sería la única cosa que aliviaría mi alma.
Porque yo me equivoqué, porque me alegra pensar que soy mejor persona de la que era ayer, porque sé que esos errores no los volvería a cometer y porque mi consciencia está tranquila al saber que lo reflexioné. Pero, ¿qué hay de ti? ¿cómo es que siquiera puedes dormir? ¿cómo puedes estar tan tranquila con esa parte dentro de ti? no seré hipócrita, sé que lo sabes, sé que eres consciente de esa parte que a todos (incluso a ti) nos parece desagradable y no lo digo con afán de despreciarte sino con la intención de aceptar un echo palpable.
Así que aquí, en forma de mi despedida para ti, te pido disculpas incluso si jamás encuentras esta nota, incluso si mis palabras jamás te alcanzan en la lejanía de esta historia, quiero disculparme por el daño que te cause, por no pensar en lo mucho que aquellas cosas te pudieron hacer caer. Y francamente no te culpo si no las quieres aceptar porque realmente, yo tampoco te puedo perdonar, pero lo digo porque es hora de soltar, porque creo que tanto para ti como para mí esto nos ha hecho mucho mal y la realidad es que no quiero saber nada de ti, no quiero que vuelvas a afectar mi vida de una forma tan ruin, pero eso no significa que te desee el mal, solo que no quiero verte nunca más.
Y en el fondo de mi corazón espero que puedas mejorar, que analices aquellas cosas del pasado y sepas admitir lo que hiciste mal, que puedas cambiar y dejar atrás aquellas cosas que nos provocamos y nos dañamos sin una justificación detrás. No me agradas y no te perdono, pero espero que tu vida mejore de algún modo y que me pidas perdón incluso si jamás lo oigo.
Hoy dejas de ser mi odio y rencor personificado, hoy dejas de ser la representación de los traumas del pasado y hoy dejas de afectarme como tantas veces pudiste haber logrado. Hoy ya no eres mi temor más grande del colegio, ni la ansiedad tan profunda que siento cuando te veo, hoy me despido de estos sentimientos porque no permitiré que esto me persiga con el paso del tiempo al igual que ayer.
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a-pair-of-iris · 2 years
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Tu pañuelo de lágrimas
Después de siglos me aparezco... fuera de mi zona además, con un Ecuchi (más pre-Ecuchi) Pero espero que lo disfruten, sobre todo @jay-koffee​
Relaciones: Past EcuPer, Pre-EcuChi Conteo Palabras: 5243
AO3
-Por Iris-
...
Un constante repiqueteo se sentía contra la tela sintética de la carpa, no estaba claro si era el viento tirando porquería de los árboles o simple bruma, pero Manuel llevaba prestándole atención desde hace varios minutos, en un último intento por distraerse del hormigueo que le recorría toda la pierna izquierda hasta la cadera. Al poco tiempo luego de meterse en su saco de dormir, se dio cuenta de que las películas habían romantizado y simplificado demasiado el hecho de acampar, y con Francisco se lo creyeron todo.
Un golpecito resonó más fuerte de entre el resto, rebotando por el costado de la carpa en la que Manuel se encontraba. El moreno se preguntó si sería una ramita, o una semilla, o uno de los escarabajos con las patas como arañas, de los que le había señalado Francisco sobre una hoja, apenas ingresar al camping. Se cuestionó por un momento si desearle una pronta muerte al bichito para no encontrárselo en la mañana era demasiado cruel de su parte; cabe decir, que replantearse su faceta macabra no lo ayudó a conciliar el sueño, ni olvidarse de lo incómodo que resultaba dormir en el piso.
“Que frágil nos hemos vuelto frente a las rocas y la tierra”, se dijo en su cabeza con lo que consideraba un acento sofisticado, y se sonrió ligeramente, pero intentó no moverse ni un poquito para no molestar a Francisco que dormía al lado suyo. No lo había sentido por un rato, y aunque no veía nada entre la oscuridad de la noche, o a través de su antifaz, supuso que su amigo tenía más suerte que la suya y ya se encontraba dormido. Si no estuvieran allí precisamente para darle un respiro, le tendría más resentimiento.
“Solo seis horas más”, pensó, no sin algo de congojo. “Debí copiarme un audiolibro al celular”.
Así, por andar ensimismado en nuevos inútiles pensamientos, casi se le sale el corazón del pecho cuando algo se aventó contra la carpa justo en frente de su cara, emitiendo un gruñido por sobre el resto del ruido del exterior. Manuel se estremeció por completo al escucharlo, retorciéndose sobre su estómago en un instintivo gesto para resguardarse, y al último momento se jaló el antifaz para ver qué los estaba atacando sin incentivo. Solo entonces vio la silueta de algo peludo rasqueteando por el borde de la carpa, pero fueron las respiraciones pesadas y los gemidos patéticos por lo que se dio cuenta que no estaban en peligro.
- ¡Fúchila! ¡Sale de acá! -le espetó entre dientes al perro, al darse cuenta que, por mucho que no se los fuera a comer, probablemente sí iría a hacer pis sobre toda la carpa. La mascota perdida se dio un par de vuelta más frente a Manuel, pero por suerte los campistas de dos puestos más allá se dieron cuenta de que les faltaba alguien importante, y corrieron a buscarlo.
- ¡Ugh! -Manuel se frotó la cara, enredando su antifaz con un par de mechas que le caían por la frente, mientras las apartaba cayó en cuenta de algo por primera vez; y es que la carpa no se encontraba tan sumida en la oscuridad como se estuvo convenciendo. Giró la cabeza hacia Francisco y se sintió indignado al pillarle el celular en una mano, cuya luz el joven trataba de cubrir con la otra, muy ineficazmente para ser sinceros, y aún no se percataba que Manuel lo había descubierto por causa de los audífonos, de los cuales podía ver el cable negro siguiendo la curva de su mejilla hasta el celular. Y eso que había sido el primero en mencionar que debían guardar batería. El muy desgraciado, si iban a estar los dos despiertos, al menos le pudo haber estado conversando.
Le dijo eso mismo al momento luego de golpearlo.
- ¡Maldita sea, Pancho! ¡Y yo como idiota tratando de no despertarte! -le reclamó, picándole el costado varias veces.
Francisco se espantó tanto que los audífonos se desprendieron de sus oídos, al aletear con ambos brazos ante tal agresión.
- ¡Ya, Manu!
- ¿Y qué cresta miras a las tantas de la noche?
Francisco de pronto se pegó el celular al pecho, y Manuel entrecerró los ojos ante la expresión de culpabilidad y vergüenza que se grabó en el rostro de su mejor amigo, y que sólo lograba ver gracias al brillo del aparato. Con un rápido movimiento de su mano le arrebató el teléfono con la pantalla aún encendida, y fue testigo de lo que tenía tan avergonzado al otro joven.
- ¡Por qué diablos le estas mirando el Insta al Migue, po Pancho! -lo regañó con la voz grave, intentando contener un gruñido más agresivo ante la estupidez de su amigo- ¡Si vinimos para acá solo para que te olvidaras del tarado de mi primo!
- ¡Lo sé, lo sé! -le respondió Francisco, estirando el brazo para recuperar su celular- Pero llegó una notificación, y quería saber qué podía estar haciendo tan tarde…
- ¿Qué más va a estar haciendo? ¡Carreteando po! ¡Y sin ninguno de los dos pa cortarle la inspiración! -Manuel alejó el teléfono lo que más le dio el brazo, pero Francisco no se rindió tan fácil. Lo que siguió fue una lucha de voluntades, con muchos rodillazos en las costillas y codos en la cara. Al final, la determinación de Manuel de parar el masoquismo de su amigo resistió más tiempo. Acabó corto de aire y con Francisco desplomado sobre su pecho oprimiéndole un poco las costillas, pero pudo arrojar el celular a un rincón de la carpa, así que la victoria fue suya.
- ¿Para qué te torturas así, eh? Si ni pololeo te pidió el tonto ese, solo anduvieron un rato antes de patearte -le comentó una vez las respiraciones de ambos se hubieron calmado, y Francisco intentaba distraerse frotando uno de los botones del pijama de Manuel.
- No me pongas más el dedo en la llaga, pana -Pancho le pellizcó el costado en represalia, aunque acto seguido recargó la cabeza en su hombro y se abrazó a Manuel buscando consuelo- Si ya sé…
- Pues no se nota -dijo Manuel, con más rabia de la que deseaba mostrar en aquel momento. De igual forma, levantó una mano hasta la cabeza de Francisco y comenzó a rascarle el cabello, para suavizar lo agresivo de sus palabras.
- Sé lo que piensas -murmuró apenado Francisco, hundiéndose cada vez más en el abrazo de Manuel, pero con menos tensión en el cuerpo a cada ida y venida de la mano del otro joven sobre su cabello.
- ¿A sí? -Manuel se mantenía mirando el punto sobre él donde se cruzaban las dos finas barras de metal que sostenían la carpa, intentando controlar su respiración, preparándose también para controlar cualquier otro arrebato de enfado o angustia que seguramente le provocaría la conversación que se avecinaban a tener.
-Que soy un tonto por sentirme mal ahora, incluso cuando ya lo habíamos visto venir desde hace tiempo…
- Bueno…
- Tú lo viste de inmediato -Francisco recogió el brazo que pasaba sobre el pecho de Manuel, apretando los dedos contra la camiseta de franela que servía de pijama. La mano de Manuel se detuvo sobre su nuca- Llevabas advirtiéndome de su creciente desinterés casi desde el instante que comenzamos la facultad y solo te ignoré…
“No es lo único en lo que me he sentido ignorado”, fue el pensamiento que llegó a Manuel de golpe junto a una punzada de resentimiento, y su pecho se contrajo dos veces en una misma respiración al contener las palabras para sí mismo. Francisco continuó recapitulando su desilusión amorosa contra la clavícula derecha de Manuel, sin darse cuenta.
- Pensé que, luego de por fin admitir nuestros sentimientos en la ceremonia de graduación, las cosas serían diferentes a como terminaron… -paró un momento para recuperarse del temblor que afectaba su voz. Aunque, las lagrimitas en los bordes de sus ojos acabaron humedeciendo el pijama con diseño escoces de todos modos.
Manuel apretó la mandíbula al escuchar sus palabras entrecortadas, y sus inhalaciones se volvieron más profunda en su pecho.
-… pero luego lo aceptaron en una universidad distinta, y se fue de viaje durante las vacaciones y… y me convenció de que no teníamos que ser nada serio mientras no pudiéramos pasar más tiempo juntos y… y… -Francisco se dio otra pausa. Su mano volvió a sujetar con fuerza la ropa de Manuel, rasguñando un poco la piel debajo, aunque el joven recostado no encontró necesario quejarse. Finalmente, Francisco levantó la cabeza del pecho de su amigo por primera vez durante la conversación, y se sostuvo sobre el antebrazo por encima de la vista de Manuel- ¡Tú recuerdas lo que dijo! Que seguiríamos juntándonos como antes, ¡Los tres dijimos eso!, éramos tan unidos en el colegio que pensé que… haría un mayor esfuerzo para seguir pasando tiempo con nosotros… conmigo…
Manuel siguió controlando sus reacciones ante lo que iba diciendo Francisco, apretando las manos que ahora tenía libres, y conteniendo la respiración por un segundo más o presionando los dientes. Si bien era cierto lo que narraba Francisco, las cosas se sintieron un poco diferentes desde su perspectiva, tanto mientras habían ocurrido como ahora que hacía memoria.
Para empezar, Manuel supo que el triunvirato que había sido siempre su amistad desde que coincidieron en un mismo curso, estaba destinado a cambiar irremediablemente incluso antes que cualquiera de los otros dos. Desde el momento en que Miguel le confesó en voz baja, desde la cama superior del camarote, que comenzaba a sentirse atraído hacia Francisco como más que un amigo. Manuel recuerda que se quedó mudo por varios minutos, no porque le sorprendiera su confesión necesariamente, más que nada, porque el peso de una avalancha de hielo se derrumbó para aplastarle todo el cuerpo, y esa sensación le pareció tan fuera de lugar en la casa de veraneo de los tíos, con todas las luces apagadas y una tropa de adultos tirando abajo las paredes con sus ronquidos en las habitaciones contiguas.
“No te quedes callado, dime algo… ¿Piensas que es muy raro?” le insistió Miguel a que respondiera, con la voz en un hilo, algo herida por su silencio.
“… quizás, un poco… sí… “, acabó diciendo, aún con el cuerpo entumecido, y una presión en la sien y el pecho, además de un escozor comenzando a nacer desde sus dedos.
“¿Porque es un hombre?”, hasta con la ineptitud emocional de un adolescente, Manuel pudo notar lo vulnerable que se encontraba su primo en aquel instante, y lo afligido y asustado que lo estaba poniendo su constante demora en hablar.
“No… no sé, es que… porque es Pancho”. Si hubiera sido completamente sincero en ese momento, habría agregado que aquello que se le hacía de verdad “raro”, incluso trágico, era que a los dos pareciera gustarles el mismo chico.
“No le vayas a decir nada, a nadie, aún no estoy completamente seguro si me gusta así o no… y bueno, aún me gustan las niñas, creo, tal vez ni siquiera sea gay”.
“Entiendo que te pueden gustar las dos opciones, es una posibilidad”. Recuerda que los dos se callaron después de eso, escuchando al resto de la familia dormir. Hasta alrededor de las 2 am cuando su teléfono dio una alerta en medio de la calma, avisando que ya tenía completa la carga. Fue entonces que Miguel volvió a hablarle.
“¿Crees que podría gustarle? ¿Si resulta que me gusta de verdad?”.
No supo qué contestarle, ni qué pensar. Eso cambió unos cuatro meses después, ya de vuelta en la escuela cuando, por primera vez, escuchó a Francisco siendo menos que amable con una niña del curso, a quien le tocó hacer pareja de Miguel para uno de los bailes que debían aprender y luego rendir a dúo ese año. La misma con la que su primo no paraba de reírse y tontear durante todas las clases de gimnasia. Manuel observó una semana completa a Francisco mirarlos de lejos con ojos de perrito, pero actuando irritable y un tanto mezquino cuando tenía a Miguel en frente. Al despedirse el viernes de ambos, decidió que lo mejor era sofocar los deseos inoportunos que llevaban un tiempo aflorando en su interior sin control, antes de hacer el ridículo en un triangulo amoroso en el que nadie miraba con interés en su dirección.
Por lo mismo, y como cualquier adolescente con un enamoramiento, tanto su amigo como su primo aprovecharon cada oportunidad para pasar siquiera un instante más juntos. Asistiendo a un mismo colegio y con un mejor amigo en común eso resultaba muy fácil, menos para Manuel, que siendo solo el mejor amigo comenzó a sentirse cada vez menos relevante, si no era como la excusa perfecta de ambos para explicar porqué aún no daban el siguiente paso en su jodido romance.
“No es momento de un beso, o alguna cursi confesión si Manuel está mirando”.
Que Francisco los recordara pasando tiempo juntos a los tres los últimos años de escuela no significaba que Manuel se haya sentido muy partícipe de los eventos, o que su presencia fuera muy apreciada. A diferencia de su amigo, la universidad no lo forzó a cuestionarse su posición en la vida, es más, incluso le había devuelto algo de seguridad sobre su amistad con Francisco, y el corto coqueteo de un semestre con el estudiante de intercambio le recogió la autoestima del piso antes de que este se volviera a Argentina.
Con Miguel siempre serían familia, era la única razón por la que aún no se decidía si debía pegarle o no. Por menso e involuntariamente cruel en su desatención.
- Seguro lo decía en serio en el momento, pero todo era más fácil en el colegio… -respondió finalmente a su amigo, que aún descansaba en su pecho, hundiéndose cada vez más en su pesar. Continuó una vez se aseguró bien que podría controlar el revoltijo de emociones que le escocía por dentro, debido al forzoso viaje por sus recuerdos. Intentó ser sensato, más por la intención de consolar a su amigo que de justificar a Miguel- … nos veíamos todos los días quisiéramos o no. Si hubiéramos ido a distintas universidades como él, o si los campus quedaran más lejos, nosotros dos también habríamos perdido el contacto de siempre… -Francisco interrumpió sus palabras precavidamente pensadas con un gemido casi animal.
- ¡Claro que no! ¡Manuel! ¡¿Cómo se te ocurre decir algo así?!
Si era posible, Francisco se le apegó todavía más. Lo sostuvo con una desesperación rara vez vista en él. Manuel dio un pequeño salto ante tal explosión del otro joven. Se tensó al sentir los dedos de Francisco oprimiéndole la cintura y enterrando la cara sin mucho cuidado en su hombro. Acabó llevando su mano izquierda a la de Francisco, quien lo jalaba hacia el otro rincón de la carpa con lo apretado de su agarre, pero para cuando su amigo acabó con sus protestas y escondió el rostro en el hueco de su cuello, erizándole el bello con sus cortas respiraciones y el roce accidental de sus labios, Manuel hubo superado su sorpresa inicial, y solo sujetó la mano del otro joven para seguir con los consuelos.
- Bueno, solo era una posibilidad… -cedió, con voz como murmullo- Si fuera por mí, compartiríamos casa y tuición de los perros y tus bichos para los treinta, y después el mismo cuarto en el asilo cuando por fin nos dejen jubilarnos, después de pagar el crédito universitario -Con eso le sacó una carcajada a Francisco, como supo que lo haría.
- Tienes razón, pana, estamos solo gastando el tiempo -respondió Francisco, con la voz más animada, pero aún ronca por el sentimentalismo de antes. Volvieron a acomodarse un poco, sus manos tomadas se movieron desde el hombro de Manuel hasta la altura de su clavícula.
- Cásate conmigo.
Y así, de un momento a otro, Manuel volvió a quedarse sin aire en el pecho, y sin palabras en la mente. Excepto quizás una.
- … ¿q-qué?
-Tienes razón, nadie me conocerá más, o se llevará mejor conmigo. No sé qué más estoy esperando, deberíamos casarnos y así ya no tener que sufrir más por nadie.
No es que Manuel haya creído que su amigo le había salido con tal petición por alguna otra razón, pero de igual forma, el poco romanticismo, y es más, la clase de resignación que implicaban sus palabras fueron como una patada maliciosa al estómago. Sintió su cara calentarse, y no supo si era por rabia o vergüenza.
-… si quiera pudiste decirlo un poco más bonito -acabó respondiendo. Una parte de él quería “tirar la talla”, y no volver muy seria la conversación; el resto deseaba dejarle en claro a Francisco cuanto lo había ofendido, aunque fuera de forma involuntaria.
- … pudo ser con alguna flor, o al menos un bombón.
“Y no minutos después de estar llorando por tu ex”, obviamente, se guardó aquel pensamiento- O ya teniendo un buen trabajo, ¿O es que quieres llevarme a vivir a la casa de tus papás junto a la tropa de hermanos que tienes? ¿Cómo si fuera casa de remolienda?
- ¡Manu! -A Francisco se le escapó una carcajada sorpresiva, por lo que rápidamente cubrió su boca, y Manuel aprovechó el momento para respirar hondo e intentar calmarse. También para decidir si estaba lo bastante resentido como para buscar pelea con Francisco, o si seguía con los comentarios sarcásticos para burlarse del asunto.
- Yo digo, si voy a casarme, lo mínimo que espero es que me pongas una casa, ya que la forma en que lo pediste deja mucho que desear… -Sin querer, dejó notar un poco de su molestia sin decidirlo- Al parecer mi prospecto no está tan feliz con las opciones que le quedan.
- No te pongas así -susurró Francisco, captando algo de los pesares de su amigo- No lo decía de mala manera.
Acercó la cara para besarle la mejilla, pero Manuel apartó la suya y cerró un instante los ojos, conteniendo la respiración y mordiéndose el labio. Francisco frunció las cejas un tanto preocupado ante su reacción. Por eso, volvió a reclinarse por sobre Manuel, sosteniendo su peso sobre el antebrazo izquierdo y buscando la mirada del otro joven.
- Oye… -No tuvo respuesta.
Francisco continuó por un instante tratando de que Manuel volviera a dirigirle la mirada, sin conseguirlo. Siendo que estaba casi a horcajadas sobre su amigo, este en realidad se esforzaba en ignorarlo. Así que extendió su brazo derecho y con la mano lo instó a mirarlo.
- ¿Cómo te molesté? ¿Me dices?
Al consumirse su enfado, Manuel se quedó con la pena y las inseguridades que le causaba todo el asunto Miguel-Pancho y el afecto que hace un tiempo recibía por goteos de parte de ambos; pero que más le dolía por parte de Francisco. Llevaba mucho extrañando a su amigo y apenas se estaba recuperando en los últimos meses; por otro lado, su amor no correspondido volvía a sentirse agobiante, a pesar de hacer todo lo que podía por manejarlo.
Así que solo pudo responder encogiéndose de hombros, y con una pobre imitación de una sonrisa. El gesto solo preocupó a Francisco.
- Pana, por favor, nunca me ha gustado que discutamos.
Con voz ronca y algo temblorosa, Manuel le respondió.
- Bueno, pero no estamos discutiendo.
- Pues casi… -Francisco continuó observando la mirada esquiva de Manuel, más preocupado a cada segundo.
- Cualquier cosa que haya dicho, lo siento en serio -Francisco volvió a hablar después de un tiempo, con una mano aún en el rostro de su amigo. Su voz comenzó a temblar de los nervios, y regresó a hablar en susurros, considerando que no necesitaba alzar mucho la voz, con ellos dos solamente dentro de la carpa.
Manuel volvió a tragar, con la respiración un poco más rápida, y un picor insoportable en la nariz y los ojos, que casi lagrimeaban.
- Nada, ya estuvo, son tonteras -intentó voltearse, aunque no llegó muy lejos con Francisco sujetándolo. Estaba listo para desescalar la situación antes de decir algo inapropiado o muy sincero. Sin embargo, si bien su amigo no entendía muy bien el porqué de su repentina tristeza, en el fondo algo comprendía de sus inseguridades, porque compartían unas similares.
- ¿Sabes que te quiero un montón, cierto? -dijo Francisco- Al final del día, puedo soportar lo de Miguel, pero… -tomó un respiro antes de continuar- Pero si lo pierdo a usted, panita, no solo se me rompe el corazón, se me acaba el mundo.
Manuel soltó un sollozo, y un par de lágrimas consiguieron escapar antes de que pudiera frotarse los ojos. Tomó aire a bocanadas, porque de pronto su pecho volvía a contraerse en dolorosos espasmos. Cuando volvió en sí, luego de unos minutos, se percató de la mano de Francisco enterrada en su cabello, y que su amigo depositaba reiterados, pero suaves besos en su frente. Su mano derecha actuó por cuenta propia, y se aferró a la espalda de su amigo, sujetando la camiseta del pijama con fuerza, casi derribándolo por lo intenso de su agarre. Se avergonzó casi de inmediato, pero como no tenía ganas de apartarse realmente, solo escondió la cara, y se quedó ahí tratando de controlarse.
A Francisco también se le apretó el pecho, y devolvió el agarre de Manuel con los brazos alrededor de su espalda.
- Ey, está todo bien, pana… -Comenzó a frotar la espalda del otro chico, con algo de torpeza al encontrarse con el obstáculo que era el saco de dormir, pero continuó con eso y soplando por la boca a modo de arrullo como su madre hacía al consolarlo.
Manuel, de hecho, consiguió calmarse no mucho después de comenzar. Se frotó la cara con fuerza, se aclaró la garganta, y aún con la cara roja, pero tratando de sacudirse algo de la vergüenza por derrumbarse de ese modo, lanzó uno de sus comentarios.
- Ya estamos viejos, nos andamos poniendo sensibles a cada rato.
A pesar de que seguía preocupado por su amigo, Francisco se echó a reír después de oírlo. Aunque cuando Manuel hizo el amago de apartarse, no lo dejó, llevándolo con sus brazos que aún lo rodeaban hasta su pecho. Y para dejar aún más claro que no iban a comenzar a hacerse los machos en aquel momento, volvió a plantarle un beso en la frente como cuando eran bien, pero bien chiquitos.
Unos minutos, o tal vez media hora después, seguían juntos en medio de la carpa, respirando al mismo tiempo, pero en silencio, escuchando el viento que por suerte no les llegaba directo. Estaba todo tan en calma, luego de sus respectivos ataques de llanto, y estaba tan cómodo entre otros brazos, a pesar de la falta de colchón, que Manuel por fin comenzaba a dormirse, creyendo que ambos habían dado la charla por terminada.
- Manu, ¿No me estás diciendo algo? -la voz de Francisco sobre su cabeza disipó su letargo. Aún así, remeciéndose ligeramente en el enredo que habían hecho entre brazos y los sacos de dormir, se pensó la posibilidad de hacer como si continuara dormido, pero el pulgar de Francisco masajeando su codo no le permitió dejarlo hablando solo.
- ¿Sobre qué?
- No sé… -El movimiento de ese pulgar no cesó, aunque el agarre del resto de los dedos sobre el brazo de Manuel se incrementó por un segundo- Quizás mis problemas con Miguel te molestan más de lo que me había dado cuenta… digo, es tu primo… tal vez… -Francisco tragó saliva- Creo que… ¿Piensas que te hemos dejado en medio de todo? Ahora que lo pienso, cada que nos peleábamos, iba a quejarme contigo, y Miguel debió hacer lo mismo… ¿Es así?
En verdad, Manuel no era capaz de recordar nada específico en aquel momento. Probablemente fue así, al menos al principio. Aunque, otra vez, siendo sincero, durante toda esa charada se sintió más hacia el costado que en medio de nadie.
- No te preocupes por eso.
- Es que… -Su amigo resopló, mostrándose algo frustrado. Entonces el pulgar se detuvo, y fue toda la mano que frotó una, dos y tres veces todo el brazo de Manuel, antes de deslizarse hasta la mano, donde se aferraron dedos con dedos.
- Si no es eso, ¿Entonces qué? -Francisco también se removió intranquilo, y con la barbilla tocó la frente de Manuel, mirando hacia un costado de la carpa, donde podía ver sombras tenues gracias a la poca luna que había.
- ¿En verdad crees que habríamos dejado de ser amigos por la universidad?  ¿Qué nos hubiéramos olvidado del colegio como Miguel?
Oh, Manuel nunca, o al menos no en primer año. Francisco por otro lado, suponía que de por sí habría estado demasiado dolido por el novio perdido como para además notar su ausencia. O esa podría ser su baja autoestima hablando. Daba igual.
- No sería extraño. Menos tiempo juntos, distintas cosas que estudiar… hemos tenido suerte de que los campus estén tan cerca… -Su comentario quedó flotando por un momento en el silencio que siguió, podría haber seguido añadiendo más, pero Francisco tomó la palabra.
- No te lo vayas a tomar a mal, no quiero que vuelvas a llorar… -comenzó diciendo algo serio, pero al elevar un poco la vista, Manuel notó que la comisura de sus labios comenzaba a elevarse, como si algo le hiciera gracia-... pero hay veces en que te pasas de pesimista... es que ya no está cool Manu, el tiempo de los emo ya pasó.
- ¡Weon! -gritó Manuel, muy alto y de sorpresa, dándole un empujón. Y mientras Francisco se reía, a lo lejos también pudieron escuchar los ladridos de un perro, y el inicio de los gritos de otras personas. Para cuando empezaron a prenderse linternas y luces, Manuel estaba riéndose bajito con las manos cubriéndole media cara, y Pancho se curvaba sobre él intentando controlar sus risas de igual forma.
- ¡Ok, ok, escucha, ven…! -Francisco puso sus manos en sus hombros, y lo empujó hasta que sus rostros volvieron a quedar paralelos.
- ¡No quiero na’a con vo’ weon, no después de insultarme así! -A Manuel casi ni se le escuchaba la voz, por lo adolorido que tenía el pecho, luego del llanto y el ataque de risa, apenas podía inhalar un bocado de aire para respirar, mucho menos hablar. Aún tenía humedecidos los ojos, pero esta vez era por las carcajadas y no los sollozos.
- No, está bien, tu flequillo era adorable, nada de qué avergonzarse -Francisco recibió otro manotazo, aunque aprovechó el momento y sostuvo la mano de Manuel antes de que la alejara, hizo lo mismo con la otra que se acercaba pegada al suelo de la carpa.
- Si he sido un mal amigo… -sintió a Manuel comenzando a abrir la boca, así que le apretó las manos para detenerlo, y por suerte, su amigo tuvo la gentileza de obedecer y dejarlo acabar- Si he sido un mal amigo, o de cualquier forma te he hecho pensar que no me importas… al menos no lo suficiente como para hacer un esfuerzo de mantener nuestra amistad… de verdad lo siento.
El tono de la conversación se tornó serio de inmediato. Tantas emociones, una detrás de otra, ya tenían agotado a Manuel; sobre todo el constante escozor en los ojos, eso lo tenía hastiado. Al sentirlo de nuevo después de las palabras de Francisco, cerró los ojos, no confiando del todo en que la oscuridad de la carpa escondería una nueva ola de lágrimas.
- Pancho, eso no es… tú no hiciste nada malo -acabó por decir.
- De todas formas, nunca voy a querer lastimarte, Manu… -Francisco juntó las dos manos de Manuel, y las sostuvo en medio de ambos. Con cuidado, también inclinó la cabeza, hasta que su frente se encontró con la de su amigo, y cerró los ojos igual que él.
Una parte de Manuel estaba consciente de la connotación romántica que tendría esa posición si se tratara de una película, sobre todo las super cursis que veían de vez en cuando con su hermana. Así que estaba teniendo algunos problemas para separar las situaciones, y que su corazón no se le desbocara en el pecho. El resto de él, se volvía papilla tan solo por el continuo contacto y la respiración tan cercana de Francisco sobre su rostro. Aquello lo enviaba de vuelta al sinnúmero de pijamadas en donde hubo de controlar sus impulsos por besarle en los labios, justo como debía hacer ahora.
- Eres mi mejor amigo, mi familia, nunca te voy a querer lejos de mí, te necesito demasiado -confesó Francisco. Manuel sintió los susurros de su amigo sobre su boca, por lo que el cosquilleo sobre la piel lo recorrió antes de sentir el retorcijón en su estómago.
Su mejor amigo. Su Familia. Claro que era eso…
Mantuvo las lágrimas escondidas tras los párpados, esperando que Francisco no distinguiría nada en su rostro debido a la oscuridad. Y de alguna forma pudo ocultar su existencia incluso al hablar.
- También eres mi familia, Fran… -dijo en voz alta. “… y te amo demasiado como para irme a algún otro lado aún” completó en su cabeza.
Francisco sonrió al escucharlo, aunque Manuel no pudiera verlo, y sin pensárselo guio las manos de Manuel hasta su cara para darle un beso a sus nudillos. El otro joven se estremeció, aunque hizo lo mejor para ocultarlo, y tan calmado como pudo, apartó las manos del agarre de Francisco.
- Ahora vamos a dormir, nos quedan muchas cosas por hacer mañana -dijo Manuel, después de aclararse la garganta, y antes de que Francisco pudiera responderle o continuar la conversación de cualquier forma, se volteó hacia su costado de la carpa. Metió los brazos y se recogió dentro de su saco de dormir, ocultando la mitad del rostro. Se mantuvo en esa posición hasta cuando sintió a su amigo remecerse atrás de él, pero tuvo que levantar la cabeza cuando sintió la mano del joven acercando algo a su cara.
- Tu antifaz -le señaló su amigo en cuanto sintió que alzaba la vista. Manuel tomó rápidamente el objeto y se lo colocó lo mejor que pudo con una sola mano, inmediatamente después de eso, volvió a ocultarse dentro de su saco.
Francisco se quedó quieto por un momento, inseguro de pronto de qué hacer a continuación. Aunque después de unos minutos sintió que la repentina tensión sobre su amigo se desvanecía, y su respiración se tornaba más pesada. Así que, con cuidado, terminó de acercarse, juntando sus sacos de dormir, como comúnmente hacían, y pasó su brazo derecho sobre el cuerpo de su amigo hasta sujetarlo del pecho y descansó su cabeza sobre la nuca del chico. Manuel no reaccionó de ninguna forma, y Francisco soltó un suspiro de alivio. Después de pocos minutos, hubo sincronizado su respiración con la de Manuel y acomodado su rostro contra el cuello de este. No tardó mucho en dormirse luego de eso, por fin sintiéndose en calma, y hasta feliz, luego de varias semanas de pura congoja. Si bien las cosas ya no eran iguales con Miguel, al menos Manuel aún estaba junto a él como siempre.
Francisco apretó a Manuel entre los brazos, y con eso se sintió pleno en aquel momento.
No le hacía falta nada más.
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ezerbos · 1 year
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Un pedido de disculpas
    Hola, Javier. Ensayo este texto hoy, domingo quince de mayo, a las ocho menos cinco. Me desvelé temprano y decidí levantarme a tomar unos mates. Estoy sentado en el sillón del comedor. Mi gata, recostada en mis piernas, ronronea y me pide que de vez en cuando la acaricie un poco. Es una gata negra, hermosa, se llama Maga, por La Maga del libro Rayuela de Cortázar. En este momento escucho Spinetta y los Socios del Desierto, la casa está a oscuras, porque mi compañera, Caro, duerme. Solo entra un poco de luz por la ventana que tengo frente a mí, en este día nublado. No hace frío, ni calor. Podemos decir que está templado.
    No quiero desviarme mucho del tema, te decía que ensayaba este texto para pedirte disculpas o, simplemente, para poner excusas por no haber escrito. Lo cierto es que toda la semana pensé y pensé sobre lo que iba a escribir. Había elegido “También el amor se aprende” y tengo varios comienzos de textos que han quedado en la nada.
    Hay uno que decía así: “El viento que ingresó cuando se abrieron las puertas del colectivo 132 lo hizo tiritar y volver en sí”; y otro “Hoy es martes. El día está cerrado y yo también. El cielo, encapotado de nubes oscuras, amenaza una lluvia que no está pronosticada, y en mi cabeza hay una tormenta de pensamientos que no termina de desatarse”. Pero ¿cómo llevo esos textos a “también el amor se aprende”? No lo sé.
    A veces creo que la conexión entre mi cabeza y estos brazos que se deslizan por el teclado está trunca. Siento que, a la altura de las muñecas, hay un piquete que no deja pasar lo que siento y, entonces, mis manos no pueden escribir lo que me pasa. No sé si soy claro. No sé si me explico. A veces creo que ni mi psicóloga me comprende. Pero de verdad, pensé mucho en la frase. Dije, voy a escribir sobre Miguelina. Ella era una vecina que había venido de Italia, allá por el año 1940, y antes de venir la casaron con un hombre que no había visto nunca en su vida. Lo conoció el mismo día del casamiento. Ella apenas tenía quince años. La casaron y la subieron a un barco con el desconocido marido.
    Estuvieron juntos toda la vida, ¿podés creer? Tuvieron un hijo. Nunca los vi pelear y tampoco los vi hablar, o caminar de la mano, o compartir algo. No recuerdo el nombre de él, creo que no recuerdo ni la voz. A Miguelina sí la recuerdo, típica italiana que habla a los gritos y aún después de vivir más de cuarenta años acá, seguía teniendo el acento. Entonces, pienso en ellos y digo, ¿se aprende el amor? A ellos les tocó aprenderlo. No les quedó otra. Y, de ser así, qué mierda.
    Pienso en mi historia con Caro, nos conocimos estudiando fotografía, yo la veía entrar y salir de clase y me quedaba pensando en cómo hacer para que me viera, para poder hablar con ella. Hasta que un día me di cuenta de que íbamos para el mismo lugar a tomar el colectivo y le dije “vamos juntos” y empezamos a hablar y a reír y a crear un vínculo.
    Salimos a comer, al cine, a plazas y todo se dio solo. Luego, con el tiempo, ella también me confesó que se había fijado en mí. Y acá es que me detengo y pienso, nosotros, ¿aprendimos a amarnos? Yo creo que no, creo que nos acercamos porque nos gustamos y el amor nació solo. Sin obligaciones, sin pretensiones, sin nada. Solamente, querernos y respetarnos.
    No sé, Javier. No sé si entenderás todo lo que quiero decir. Todo esto pasó por mi cabeza en estos días y quise ordenarlo en un texto que no pude hacer. Quizás este desvelo de hoy sea por eso, porque no pude. Una vez más, no pude. Y me enojo, me enojo conmigo por no poder expresarme. Llevo a todos lados libretas que nunca escribo (por las dudas de que se me ocurra algo), ¡pero este maldito piquete en mis muñecas! Tengo cuarenta y dos años y este “corte de ruta” está desde los diez. O sea, tengo un piquete hace treinta y dos años y nunca hice nada para disuadirlo. Solo lo dejé ahí y cada vez siento que está más complicado el paso. Les tiraría gases lacrimógenos, pero luego recuerdo que no estoy de acuerdo con la violencia y que hay que dejar que se manifiesten.  Ojalá vos seas el mediador entre el piquete, mi cerebro y mis manos.
    Como verás, Javier, no hay más excusas que este trunco muchacho con sus muñecas cerradas y un estúpido y eterno piquete infantil. Te pido disculpas por eso.
    En este momento, Spinetta canta: “Ya que nada de esto es el paraíso, ¿cómo entenderás mi amor eterno?” Qué fácil para otros, qué difícil para mí.
    Me despido y te agradezco por entender.
    Un abrazo,
E.
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kpwx · 2 years
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Literatura árabe, de Juan Vernet
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Directamente se puede decir que este es un libro imprescindible para aquellos que quieran adentrarse en conocer la literatura (particularmente la poesía) árabe. Eso sí, recordar a todos o a buena parte de los autores comentados —que van desde el período preislámico hasta los contemporáneos— es de plano imposible. Yo ni siquiera lo he intentado, por lo que he preferido optar por retener una visión general de los períodos junto a algunos poetas y conceptos en particular. La posibilidad de leer estos autores en español es, por lo demás, bastante limitada: de la decena de nombres que guardé, solo unos pocos (cuatro o cinco) han sido traducidos. De muchos ni siquiera he encontrado información en español o en otros idiomas, así que por ahora habrá que conformarse con los pocos poemas que Vernet cita en la obra. Dejo aquí algunos de los que más me gustaron.
Bišāra al-Jūrī
Si lo más dulce del amor es el primer beso, no hay mal en que muera al principio de la vida: muere como la flor, amortajada en el aroma, en plena eclosión, en la alegría de su pureza.
Ḥabīb Masʿud
Aunque soplen con violencia los vientos de la preocupación, aunque los truenos de la muerte rujan con furia, en la agonía, en mis oídos, una voz me transforma el silbido del demonio en melodía. Y me alegra: esa voz es la de mi madre. Aunque me llenen copas de acíbar. Aunque el vaso de la vida se escancie amargo. En mis labios un manantial prodigioso transformará los vasos de vinagre en vino. Y me embriagará: ese es el recuerdo de mi madre. Aunque las penas embistan mi corazón, aunque la aflicción destruya el muro de mi esperanza, en la puerta del Paraíso hay un ángel, desenvaina la espada contra la muerte y me vigila. Ese es el espectro de mi madre.
Ḥabīb Masʿud
He venido, no sé de dónde, pero he venido. He visto un camino ante mí y por él he caminado. Y continuar�� andando tanto si quiero como si no. ¿Cómo vine? ¿Cómo veo mi camino? No sé. Antes de ser hombre fui la nada, un absurdo, o fui algo. ¿Tiene solución este enigma? ¿Perdurará siempre? No sé… ¿Y por qué no sé? No sé.
al-Ṣáḥib b. ʿAbbād.
Me despidió con un suspiro y un abrazo y luego preguntó: «¿Cuándo será el próximo encuentro?». Me miró y apareció la aurora de la mañana, debajo el escote y aquellos collares. ¡Oh, enfermo de los párpados sin enfermedad ninguna! Entre tus ojos está la palestra de los enamorados. Cierto, el día de la separación es el más odioso de los días. ¡Ojalá hubiera muerto antes del día de la separación!
Abū ʿAbd al-Malik Marwān
Es un ramo que se balancea sobre una duna y del que coge mi corazón fruta de fuego. En su rostro la belleza hace surgir a nuestra vista una luna que carece de fases. Tiene los ojos —con el blanco y negro intensos— de la cierva blanca: su mirada es una saeta asestada contra mi corazón. Al sonreír descubre un collar de perlas: pienso si sus encías se lo robaron a los cuellos. El lām de su aladar se desliza sobre la mejilla como el oro que corre sobre plata. La hermosura llega en ella a su colmo: solo es bello el ramo cuando se cubre de hoja. Su talle es tan sutil que llego a pensar, de lo delgado que es, que está enamorado. La cadera sí que está locamente prendada del talle, y por ello aparece cautiva y trémula. ¡El talle angosto junto a la cadera opulenta! Diríase mi amada abrazada a mi delgadez. Pero, si se nos parecen, es extraordinario que no haya surgido ya la esquivez y no se separen.
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hectorinuniverse · 2 years
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Me faltó decirte: te quiero...
Y es que a veces en la vida, más que con quién, se trata de por quién hacemos lo que hacemos...Nuestra historia no fue nunca perfecta, supongo que sólo éramos dos cuerpos de pura hormona y mariposas que empezaban a salir del capullo, dos seres en medio de la nada llenos de ganas, que más qué quemar las calles de la ciudad de la magia, temblaban de miedo cuando el suelo se rompía a nuestros pies, quizá una caricia no me supo tan bien hasta que fue tu mano la autora de la sensación de erizar mí piel, las semanas han pasado ya de largo sin saludar, y aún no consigue salir de mí mente el olor a palomitas con mantequilla que inundaba la sala de cine en esa tarde llena de lluvia y viento, una película poco romántica, igual de "ideal" que nosotros para una primera cita, nuestras manos ni siquiera se rozaron por un instante, tu mirada nerviosa, sumada al aumento de mis pulsaciones no hacían sino dejar en claro que "como amigos" no era lo nuestro, cualquier poema de amor ya habría anotado un beso, pero ni tú ni yo somos versos de Neruda o Benedetti, juntos somos más que eso...somos quienes hablan y debaten sobre espíritus y muerte, sobre renacimiento amor y arte...que inventan universos paralelos y teorías sobre qué hay más allá, creo que lo único común de nuestra historia de amor fue la lluvia cómo banda sonora en esa tarde de magia, cómo alfombra de nuestros pasos inquietos, cómo el recurso del "vaya, que mal tiempo hace", y no decir nada, que llena silencios...y es que ninguno de los dos fue capaz de convertir en palabras lo que rondaba nuestra mente...entonces, fue la pantalla del cine la que me dió el poder de dejar a un lado mí vergüenza y decirte por fin, que te habías convertido en mi último pensamiento de la noche, ese que reservas con el fin de que se convierta en un sueño plagado de estrellas, ni 24 horas pasaron y ya entendimos que los labios que no se conocen tan de cerca, son aún más tímidos que sus dueños, y sí dicen que las palabras se las lleva el viento, creo que este vuelve para susurrar a mis labios que los tuyos son los indicados y que no importa que hagan música demasiado estridente. Crecer lleva su tiempo y siento que, a tu lado, cada día mi cariño aumenta un centímetro al infinito, y las tardes que tus manos visitan mí vida, todo parece posible...Te juro mi amor, que esto no pretendía ser una poesía cursi, que eso es lo que menos falta nos hace ahora mismo, pero qué quieres que escriba a las tres de la mañana, si ya hasta mis pestañas te echan de menos, porque inseguridad ha sido mí apellido desde hace muchos años, llegó de visita sin autorización previa, y qué iba a hacer yo con más miedos que vergüenzas, sino abrirle las puertas sin escatimar, no quiso marcharse, pues vivía bien alimentada y hasta engordaba un poco más y ¡Cómo disfrutó al ver que no sabía si tú te quedarías! Pues fuiste el ingrediente perfecto, la única que consiguió que tomara un respiro después de tantos años de duro trabajo...
Con los párpados a media hasta y las pulsaciones madurando a cada milímetro de piel, besando los lunares en ti impresos, entendiendo que los besos pueden no ser amargos si los labios te pertenecen a ti; rememorando cada segundo que me hiciste sentir que amar y dar hasta el alma merecía la pena; sabiendo que me engañaría a mí mismo si creía que esta sensación de desahogo sería eterna, que tú serías eterna; observando cómo el color de tus mejillas enrojecía a cada "sí"; susurrando en un aliento acompasado lo que no nos atrevíamos a gritar...comprendí que no volvería a ser capaz de sentir igual; que mis pulsaciones extrañarían tus besos, y mis besos tu cintura; que mis insomnios, a partir de entonces, tendrían nombre propio: se llamarían igual que tú; que la inseguridad regresaría de vacaciones; que nuestra música se convertiría en un concierto en solitario; y que tantas cosas me quedarían por hacer...contigo junto a mí...Pero, sobre todo ello, me faltaría decirte: "te quiero"...muy despacio, al oído, por miedo a que se escape de mí... Y es que realmente no se trata de quien se quede más tiempo, ni se necesita una historia de fábula, sólo alguien por quien crear un recuerdo, un poema simple e imperfecto, una poesía, un cuento durante un rato...que dure toda una vida...Te quiero...
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¿Por qué estudiar Matemáticas?
Hace mucho tiempo, en una tierra lejana, alguien cuyo nombre yace en el fondo de los pozos del olvido y el viento que aún silba su nombre sólo habla para unos cuantos, dijo que todo es número. Y no estaba tan alejado de la verdad.
Las Matemáticas están en lo más profundo de la naturaleza: en las notas musicales, en las órbitas de los planetas, en la estructura atómica, en el procesamiento de metales, en la colisión de agujeros negros, en la propagación de las enfermedades, en los latidos del corazón, en la bolsa de valores, en las olas del océano y en la voz sincera que te dice cuanto te ama.
Podemos usar las Matemáticas para divertirnos con juegos que parecen magia o con aquellos que requieren meditar un largo rato. Podemos usarlas para optimizar recursos y ahorrar dinero y sacar más provecho de un negocio o transacción. También las podemos usar para salvar vidas y recapacitar sobre aquellas acciones que hicieron perder muchas. Son un lenguaje, el lenguaje mediante el cual nos habla el Universo.
Pero más fundamentalmente, las Matemáticas son bellas en sí mismas. Sus objetos, sus conceptos, sus ideas y sus problemas gozan de una belleza única en su tipo. Su orden, sus teorías, sus proposiciones y modelos versan desde lo más simple hasta lo más complejo. Pero aún más maravilla su exactitud, y a veces cómo llega a lo absoluto y atemporal en sus teoremas y axiomas que siguen siendo tan ciertos ahora como entonces.
Las Matemáticas no son sólo una herramienta, no son sólo un arte -o una colección de artes, debería decir- también es una forma de vivir, de pensar, de ver la vida y ser. Nos hace reflexionar sobre lo inmaterial e imperecedero, lo eterno, lo humano y lo trascendente. Nos cura contra el engaño, revela grandes misterios y todavía nos sorprende con otros más profundos y oscuros.
Estudiar Matemáticas es un viaje del que nunca regresas igual, si es que alguna vez regresas... pues sus caminos no tienen fin y se bifurcan en todas las direcciones.
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Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo; para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error, sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo,
Efesios 4:11‭-‬15 RVR1960
Creer en aquello que sabemos
Cada semana, escuchamos información que contradice lo que sabemos que es cierto. Si viene de una fuente “confiable”, creemos. Incluso, compartimos la información en nuestras redes sociales, WhatsApp o difundimos la noticia a amigos y familiares, para luego darnos cuenta de que nos han engañado, esa información era fake news.
De forma similar, nuestra sociedad hace un excelente trabajo enviándonos información errónea, engañándonos sobre el bien y el mal, y convenciéndonos de que su opinión es correcta. Con un abanico de creencias para elegir, es imperativo que los creyentes seamos muy conscientes de si estamos creyendo o no en lo que sabemos, en lugar de creer en lo que oímos.
La Biblia afirma claramente que Dios estableció leyes morales para su pueblo, y el esquema de lo que está bien y mal está descrito en la Escritura con absoluta claridad. Aun sabiéndolo, ¿nos dejamos influir por información que no se alinea con la palabra de Dios? ¿Seguimos a la multitud y nos atenemos al status quo, incluso cuando funciona con información inexacta? ¿Actuamos con base en verdades cuestionables, solo porque parece que todos los demás creen que es verdad?
Como creyentes, tenemos la enorme responsabilidad de asegurarnos de poner lo que dice la Biblia por encima de lo que puedan decir personas bien intencionadas (incluso dignas de confianza o respetadas). Si dudamos de que la Biblia sea la única verdad absoluta, ¿en qué otra fuente de verdad nos apoyaremos?
Si alguna vez dudas de la verdad o falsedad de algo que escuchas, antes de compartirlo con otras personas que podrían ser influenciadas por tus declaraciones, compruébalo con la palabra de Dios. La verdad será confirmada en la Escritura y esa es una fuente en la que sí se puede confiar.
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No es 14 de febrero, es un 14 febril
Con la pólvora mojada y un recuerdo en el fusil
Me he buscado en todas partes y juro que no me vi
¿Para qué vas a quedarte?, si hasta yo me fui de mí
Toqué el vacío por ser tu salto de fe
Ni congelado de frío pude llamarte Everest
Eh, ya no me fío, ¿cuántos trozos de mí ves?
Yo cuento seis, porque aún te pienso cada dos por tres
Me caí de boca tantas veces
Que no sé si el amor duele o el desamor escuece
Tampoco nada es lo que parece
Es 14 de febrero y sigue siendo martes 13
Ya me he bebido los instantes que te di
Ahora bebo pa' olvidar que bebí pensando en ti
Tengo un millón de preguntas y ninguna respondí
Tengo un millón de respuestas y ninguna es para...
Para vivir como un gato, he de morir como un perro
Pa' reír en compañía, he de llorar soledad
Hay que tener mucho brillo para ver mi cielo negro
Y hay que tener pocas luces para amar mi oscuridad
Si los errores se pagan, vengo a pedirte dinero
Si rectificar es sabio, ¡qué erudita ingenuidad!
Siempre me parto en pedazos pa' escribir un verso entero
Y siempre me llena un "te quiero" que me parte a la mitad
No soy un "quiero y no puedo", soy un "puedo y quiero huir"
Tanto no supe callar que ahora no sé qué decir
Tanto quise no fallar que ahora me quiero rendir
Y lo mismo con amar, ¿entiendes el simil? (Sí)
Qué ironía tan curiosa
Me siento más bicho raro sin sentir tus mariposas
Ya no hay bombones ni rosas
Solo flores para amores que mueren por cualquier cosa
Si todo llega, ¿dónde están tus emociones?
El amor ciega, pero no vendo cupones
Si estoy on fire convierto pena en millones
El satisfier no te sabe hacer canciones
Dejé de verte para no verme invisible
Rompí tu foto pa' no ser fotosensible
El amor nos hace esclavos, pero amar nos hace libres
Pero si no ves las rejas, ver el cielo es imposible
Vi que no sabías subir y yo supe ser el viento
Vi que no sabías bajar y yo supe ser calzada
Vi que no sabías mentir y yo supe ser invento
Vi que no sabías jurar y yo supe ser palabra
Vi que no sabías seguir y yo supe ser intento
Vi que no sabías parar y yo supe ser frenada
Vi que no sabías de ti y yo supe ser el tiempo
Vi que no sabías amar y ya no supe ser nada
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ocasoinefable · 1 year
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Árbol para pájaros
<<Desabotona mi sentir>> pesada se deja caer entre las horas; acomodando su cuerpo al respaldo de la pared, mira contra el suelo y repone;
-¡Tiene que estar loco por volver!, después de lo que he dicho y ve, tienes que estarlo-
-¡Y usted por esperarme...! Así lo deje sobre el silencio, yo le escucho... ¡Puede reír si gusta, decir lo que quiera, más lo sabe!-
Sentía que la piel le ardía, no soportaba más aquel rastro incisivo que hacia con sus labios y el viento, así que adelantándose al dejo de su voz; apretó los puños y preñado del sabor vacío de cada palabra arrancada de la boca que lo perseguía en aquel cuarto y sus horas interminables, hablo pausado cada palabra;
- ¡pues bien... jugaré!.
permanecían inmóviles, fijos en sus miradas; ella recorría los picos de las baldosas, discurriendo en los filos y ganchos. Él seguía clavado detallando el lomo de aquella nariz que parecía levantar como viento en cada palabra que hacia arrastras por su voz;
-¡Lo estoy! por eso en unos días todo habrá acabado, se aplicará una sentencia sobre este asunto, más hay algo que me duele y pesa. Me hubiera gustado verle antes de verle... No se sienta ofendido por lo de ayer, al contrario de lo que usted piensa no lo ofendido, hable como si hubiera estado a solas conmigo, sin ostentar a ser agrado. No le ofendido, solo que es que soy como cría bruta, cuando me siento en amenaza arribó dispuesta a todo, o solo cubro de unos barrotes más fuertes que estos. Todo lo que puedo decir lo digo ahora-
Sus manos se extendieron, y en un solo movimiento se redujo la distancia; estaba una mano contra la otra, sus dedos le acariciaron, fríos y temblorosos dibujaban sus vellos, mientras en su boca descendía un beso y en un hilito profundo dejo media sonrisa, le doblo los dedos contra las palmas; como si quisiera que guardara aquella sonrisa en un lugar del cual el tiempo no robara su su leve sonido. Alzo la mirada y en una honda ternura volvió contra la pared, mientras se dejaba caer de nuevo en las horas;
-¿Te acuerdas de aquella vez? ¿Aquellas veces que camine cerca de ti..? ¡no lo creo, fue hace tanto, que nunca pude contar cuanto tiempo paso desde aquel entonces!, además... no hablábamos, fuera de saber que alguien estaba por el mismo camino, nada mas que esto, ¡solo fue esa vez, esa única vez.! Nos veíamos en ese cruce de dos calles, durante los primeros indicios del sol, hasta que llegó la tarde, (enigmas lo veo, más dentro de toda profundidad no hay forma de habla), y supe que te enviaron a estudiar fuera. Más quién lo diría que serías ahora mi medido, que querrías salvar mi estado, que dramaturgo incidente. Bueno, para ser justa, yo sabía a qué horas salías. me gustaba escuchar tus canciones, ya que solías cantar como sí yo no estuviera detrás de ti, cantar como sí nos llamará en una unión casi despierta, antes del tiempo. me alegraba cada nota, como sí un sueño se acercará y me dijera que en metáfora por tu boca se presentaría luego. Recuerdo que una vez estaba tan en las nubes que me caí, además corría tras de ti que nadie inevitable, "¡ja ja ja ja..!" aun me duele la rodilla, ¡fue una caída fuerte, tanto así que diste la vuelta y rápido se cruzaron por primera vez nuestros camino...! Abriste la mochila, sacaste un frasco con agua, pero estaba tan fría; se veía por las gotas que despedida y el rojo de tu piel a tocarla, te llevaste el agua a la boca y luego la vertiste en mi rodilla, fue cálido, y mi corazón latía tan deprisa que pensé en morder tus labios... arropar con rubor tus pestañas, cubrir tus mejillas de mis dedos, cantar más alto y volar. Mas seguí callada, sentí que lágrimas asomaba entre los nudos de mi cuello, no dije que era la primera vez que alguien bañaba mi pena con su ternura, no dije que cada vez que te miraba dar vueltas sabía que era la alegría, y así sabía que había algo diferente a lo que yo conocía; no dije y llore por ello. Me viste y con infinita ternura me susurraste "ya sanará, le podré está vendita y ya no te dolerá, se fuerte, un poco más que ella, y sola se irá cicatrizando" ¿no sé sí sonreí o voltee la mirada..? solo sé que algo dentro broto y desde allí encuentro esto cada tanto que lo pienso... Pero antes que ofrecieras la mano, me coloque de pie y salió a toda carrera. Recuerdo que al estar ya lejos de ti grite con todas tus canciones y sentí que el cielo llovía, no pensé en más y solo me arroje sobre el pasto y brinque por todos los estanque que estaban cerca de casa... Durante esa noche, me la pasé haciendo palabras y colocándolas en mi boca, ensayando sobre el espejo, conteniendo el corazón sobre la lengua. Hice que el mundo se callará y me quedé despertar pensando en decirte. A la mañana siguiente, junte algunas hojas caídas e hice un ramo. Ensaye una vez más el como el sería... <<Estaría por primera vez a tu lado, Desde ahí podría podría hablarte... ¡Una locura, fue sentir tan cerca esto, como ahora...!-
Sus ojos se levantaron y de nuevo contra los de él se hundían en silencio. Un bosquejo nervioso le pinto los labios y retomo con el mismo tono de voz,
-Las hojas tienen algo particular cuando caen, son sumamente frágiles o recias, además que los colores claros se intensifican en medio de los opacos... Al final no puede, me enteré que te habías ido, por eso ese día ibas tan premuroso y serio, que me tocó casi correr mientras intentaba no parecer que te perseguía y pensaba sin cesar, así que me caí, y traje al tiempo en ese momento, así... Luego de esa mañana y las nuevas noticias; el camino se estrecho y el tiempo se hizo lento, y los saltos entre las rocas antes del arrollo parecían peces que volaban por cada uno de mis ojos-
Se acercó temiendo que ella sufría un ataque de fiebre, no era la persona con la que había hablado el día de ayer, ante él veía un ser frágil, torpe y avergonzado. Un ser ingenuo y poco hábil, y lo que recordaba del día anterior era lo contrario; fría e inmóvil se movía por las ciencias humanas creyendo saberlo todo, arrogante, y evasiva, todos los factibles males al alcance de sus dedos... Se acercó y Extendió la mano para asegurarse que ella seguía en su sano juicio, mientras buscaba como hacer que volviera a ser aquella muralla de fuerza. Ylhe le miro, y aun sin lograr un despegue del hechizo, se acercó de nuevo y le devolvió la mano con más ternura...
-un persona puede pensar muchas cosas en cuestión de minutos, y puede ser; un sabio, un loco, un ente iluminado, un idiota, un necio... Puede decir mientras piensa enardecido por su pensamiento y es allí cuando los que están suelen decir cual es su carácter, ¿Pero según qué..?, Nada es quieto, más nosotros lo queremos así, una inmovilidad... Pero dentro, en nuestra esencia es lo que se es... y está casi nunca tiene expresión en el habla y pocas veces en la acción. Sí es lo que te preguntas, ayer pensaba como lo hago en voz alta cuando no hay nadie quien quiera encerar lo que digo y hacer un dictamen de mí-
....
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