Tumgik
#guardia sombra
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The bride who survived || Laito Sakamaki
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Era la primera vez que se sentía cazado. Realmente perseguido. Ahora caminaba apresurado por una calle vacía en medio de la madrugada, paranoico e inquieto. No dejaba de mirar hacia los lados, hacia arriba, entre las copas de los árboles.
Ella debía estar muerta. Y de alguna manera se las había arreglado para regresar a arruinarle la vida.
Todo inicio en el momento en que los familiares de Laito comenzaron a aparecer degollados y con el pecho abierto. Uno por uno, aquellos familiares fueron asesinados por alguien astuto y escurridizo. Pensó en crear más familiares pese a lo complicado que era, pero incluso éstos aparecían muertos pocos días después. Tal fue la magnitud del asunto que el vampiro terminó quedándose sin familiares.
Se quejó con sus hermanos y éstos le dijeron que probablemente había hecho enfadar a alguna mujer del Makai y que ahora ella se estaba desquitando con él. Pero luego comenzó a verla en todas partes… aquella novia que había sido tan insignificante para él, ahora aparecía a donde fuera que estuviera: siempre en el rabillo del ojo, siempre quieta y mirándolo sin vida alguna.
Apenas podía sentir su presencia.
Ella era claramente un vampiro mestizo y débil, pero mierda, era increíblemente astuta. Se escondía entre las sombras, aparecía atrás de él en cada reflejo, en cada esquina o escondida detrás de muebles y árboles.
Fue molesto. El vampiro incluso llegó a intentar atacarla, pero ella parecía tener la habilidad de un jodido fantasma, y desaparecía tan repentinamente como había aparecido.
Y luego, les siguieron las muertes.
Mujer en la que Laito ponía los ojos, mujer que moría. El tipo ni siquiera podía hacer nada, era como si ya no pudiese mirar a nadie porque resultaba de por sí una sentencia de muerte. Las chicas con las que Laito coqueteaba en la academia tenían accidentes misteriosos: caían por las escaleras y se rompían el cuello, aparecían en los baños con heridas en las muñecas como si fuera un suicidio, se caían de la terraza de la escuela…
Y él no podía hacer nada. Porque aquella zorra era una maldita genia. No cometía sus crímenes cuando Laito se los esperaba, los cometía cuando estaba con la guardia baja.
Por eso dejó de coquetear con estudiantes y buscó alivio en mujeres desconocidas de bares y clubes. Y funcionó un tiempo hasta que el patrón volvió a repetirse: sus intereses de una noche aparecían muertas en los baños como si hubieran sido atacadas, o simplemente desaparecían.
Y cuando ella cometía esos crímenes, hacía acto de presencia ente los ojos asustados de Laito, agazapada entre la gente que ni siquiera podía verla… solamente él sabía lo que ella hacía y el por qué lo hacía.
Y supo muy bien que no se detendría hasta hacerlo perder la cabeza, tal como Sakamaki Laito lo había hecho con ella.
Lo haría sentir inquieto. Lo haría sentir asustado. Perseguido y, finalmente, cazado.
No, por supuesto que ella no pararía. Porque había aprendido del mejor cómo torturar a alguien psicológicamente hasta el punto del quiebre. Y él sería su primera y única víctima.
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actnod · 2 months
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𝐒𝐓𝐀𝐑𝐓𝐄𝐑 𝐌𝐄𝐌𝐄𝐒
a. ¿Has notado cómo los guardias están más nerviosos últimamente? b. ¿No te parece que ese tipo está poniendo la Mascarada en peligro?¿Deberíamos hacer algo? c. Me preocupa que los humanos están empezando a sospechar de nuestra presencia. d. ¿Realmente crees que los miembros del Sabbat no están respetando el exilio? e. La situación está difícil, ¿deberíamos buscar donde refugiarnos? f. Lo único que falta es que vuelvan los cazadores.  g. Parece que cada vez hay más criaturas acechando en las sombras. h. ¿Por qué no te mudas conmigo a [lugar a elección]? i. ¿Alguna vez caminaste por la estación Saginuma?  j. Quizás deberíamos charlar con algunos de esos vástagos que viven en las alcantarillas…cómo es que se llaman… k. Vaya, vaya. ¿No es este encuentro increíble?  l. ¿De vuelta tan rápido?  m. Cuidado. No intentes forzar el destino entre nosotros. n. ¿Realmente crees entender el amor? o. Incluso en una noche como esta, no podemos escapar de nuestra sed de sangre. p. El amor es una ilusión para los débiles. q. No deberías ir más lejos que aquel arbusto, hay una pareja demasiado acaramelada. r. ¿Deberíamos buscar pareja en el Vesubius? s. No creí que alguna vez dejarían de prestar atención a los guardias.  t. ¿No te parece que el caos está en cada esquina?
𝐀𝐂𝐋𝐀𝐑𝐀𝐂𝐈𝐎𝐍𝐄𝐒 𝐎𝐎𝐂.
⦾ Pueden taggear sus posts con las letras que no deseen recibir. Recuerden tener sus buzones abiertos.
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mayuuchi · 7 months
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el sol de media tarde se siente agradable, así que aprovecha para estar sentada en el pasto del jardín mientras pasa por las páginas del libro que descansa en su regazo. en un momento nota una sombra cerca de ella, elevando su mirada con el ceño fruncido hasta ver que no es quien piensa. “oh, creí que sería un guardia molestando” no sería la primera vez que pasa uno cerca de ella. “si vienes a preguntarme sobre alguna mascota, te lo puedes ahorrar porque no tengo información”
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noskitoski · 3 months
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Es una vergüenza que este tío siga en el cargo. PSOE se ha convertido en la triste sombra de la corrupción del PP.
Este tío se tendría que ir por sinvergüenza, no ha dado ni una desde que entró y desde luego hacer una buena revisión al cuartel donde han fallecido los guardias civiles por que todo pinta muy raro ahí...
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internod · 5 months
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𝐈𝐍𝐓𝐄𝐑𝐕𝐄𝐍𝐂𝐈𝐎𝐍 / actividad doce.
Aquella zona del Papillon persiste sumida en el caos, y la noche, implacable, parece no tener piedad. Nubes de tonalidad ceniza se congregan con pesadez en el cielo, como recordatorio tangible de que alguna vez el fuego amenazó con consumir cada rincón. Ahora, la pregunta sobre si el origen de esta crisis se debe a anarquistas o a los propios vástagos se desvanece en la urgencia del momento. Tanto si te encuentras entre túneles de cemento como si quedaste atrapado en una multitud repleta de descontento, el inexorable paso de las horas ha pasado a ser una nueva forma de tortura.
Quizás hayas llegado a pensar que nunca más te reuniras con tus seres queridos, que tu cuerpo se deshidrataría hasta consumirse por completo. Todos los escenarios parecen pintar uno más desolador que el otro. A pesar de ello, una luz al final del túnel afortunadamente no está compuesta por rayos solares que amenazan a los cainitas que finalmente logran regresar: Roman, Luka, River, Aurora y Sumer. ¿Esos son todos? Sí, al menos por ahora. Encontrar el camino de regreso no ha sido tarea fácil; el laberinto interminable ha jugado con ellos, llevándolos de un lado a otro entre desniveles, agotándolos al límite. Aún les queda enfrentarse a la batalla que se desata entre la escuela y el hospital.
La valentía, en ocasiones, se confunde con la imprudencia, como bien lo han experimentado Dana, Aren, Binna, Jojo, Theo, Ryun y Mercury. Optaron siempre por el camino más corto, aunque eso les trajera consigo consecuencias. No importó si sus manos se quemaban en la búsqueda de un mapa, si las pistas a seguir eran falsas, todos los caminos los llevaron a manos de guardias anarquistas que intentaron retenerlos con toda esa brutalidad característica. Incluso si las heridas y el desgaste físico no se ha hecho esperar para este grupo de vástagos, la negligencia en cuanto a su propia seguridad resultó ser su beneficio al final de la noche, y solo les tomó dos horas más recobrar su libertad. 
Queda a su consideración etiquetar sus acciones como prudencia o miedo. Esconderse entre las paredes les acercaba a un final fatídico. Nunca antes se había escuchado de vástagos que sobrevivieran a la hambruna. ¿O acaso pensaban cazar entre ellos? Yeri, Esra, Seomun, Mortisse, Leo, Hyun y Ryota, merecen reconocimiento por su intento, ya que el miedo a las caricias solares fue la única razón que les hizo pensar dos veces. Sin embargo, Sunwoo, Hao y Eunseo no pudieron mover ni un pie. Últimos vástagos en alejarse de promesas de fatídico final le deben éxito a rostro menos esperado, el Priscus del Sabbat parece manejar a los discípulos de su secta a simple gusto y placer, manos limpias detrás de su espalda dejan entrever cómo todo aquel esfuerzo será eventualmente cobrado. No son necesarias ni las palabras de su parte, y su partida es tan rápida como inhumanamente posible.   
Quizás primer conjunto en librarse de cadenas que anarquistas pretendían atarles es el más afortunado, incluso si cualquier transeúnte a su paso podría exigir respuestas o cualquier tipo de información sobre lo que ha sucedido dentro de tétrico espacio, cuentan con suficiente gracia del reloj para moverse hacia sus hogares nuevamente. Aquellos que han batallado contra secuestradores podrían verse un poco limitados por el cansancio sobre su cuerpo y la falta de vitae, más si tienen la suerte de vivir cerca de la zona, podrían encontrar refugio en un lugar diferente al que vampiros organizan para quienes son libres muy cerca del amanecer. 
Amplia se erige aquella escuela secundaria frente al parque, donde emergen como sombras los ausentes. Enclave se convierte en el refugio más rápido, aunque no sin la colaboración de otros cainitas que permanecen vigilantes ante la situación. Cortinas, aferradas a las paredes con cinta, tornillos y cualquier cosa imaginable, dan testimonio de la urgencia de la situación. Algunas ventanas, cubiertas con cartón y cualquier tipo de material disponible, reflejan la improvisación ante la necesidad. Los pisos superiores son prácticamente vetados por aquellos que hacen guardia, comprometidos a proteger a los suyos del sol inclemente. Quienes emergen últimos de los túneles se ven forzados a habitar este espacio desolado, despojado de aquellos que deberían llenarlo. El amanecer temprano adquiere un matiz peculiar en esta estación invernal. Los culpables de noche desoladora, por otra parte, brillan por su ausencia.
— ¿Alguien ha visto a Siddharth?
En medio de la vorágine, una voz se alza confundida. Muchos fueron testigos de su captura junto al resto de los prisioneros, e incluso si cercanía con el alba puede estar agotando cualquier energía restante — ausencia de conocido rostro no pasa desapercibida. ¿Es él el único que no ha regresado? ¿Era posible perderse tanto allí? A pesar de la búsqueda, no logran avistarle en ninguna parte, y no pueden arriesgarse más en aquel sórdido lugar. Sin embargo, el tiempo es crucial en estos instantes. Corre, vástago, corre, o serás besado por la estrella diurna.
𝐀𝐂𝐋𝐀𝐑𝐀𝐂𝐈𝐎𝐍𝐄𝐒 𝐎𝐎𝐂
¡Buenas tardes a todes! Esperamos que estén disfrutando del sábado. Mientras que los rehenes han sido liberados, pueden notar que cada quien cuenta con una historia diferente. En el caso de Roman, Luka, River, Aurora, Summer tendrán la posibilidad de elegir entre volver a donde deseen o quedarse en el establecimiento. Por otro lado Dana, Aren, Bina, Jojo, Theo, Ryun, Mercury pueden elegir quedarse, o irse a un lugar no demasiado lejano si es que planean volver a casa. En el caso de Yeri, Esra, Mortisse, Leo, Hyun, Ryota, Seomun, Sunwoo, Hao, Eunseo, quedarse en la escuela será obligatorio para no poner en riesgo su vida frente a clásico enemigo vampírico. Los vampiros que se hayan quedado cerca para esperar a estos vástagos o ver el desenlace de los hechos, podrán decidir si se quedarán hasta el final y permanecerán en el establecimiento, o qué movimiento harán.   Son libres de adaptar las conversaciones en el momento que deseen, al igual que tienen la posibilidad de continuar las conversaciones que han llevado de momento hasta donde quieran. La inclusión de esta intervención es algo que sugerimos en caso de que sientan que sus convos están demasiado avanzadas y creen que no hay más para desarrollar en el setting original, pero la decisión de avanzar o no recae últimamente en cada dupla de usuaries. Pueden conversar entre ustedes para coordinar qué pasos seguir, por ejemplo, pueden optar por continuar por la misma temporalidad que llevaban u optar por hacer un salto temporal.  Por otro lado, dentro de unos minutos estaremos publicando más starter memes teniendo en mente aquellos grupos que no se mezclaron en la primera tanda, y deseen hacerlo ahora. De todas formas, no es excusa para saltearse ninguna convo previa ni nada parecido. Por favor, consulten con sus partners antes de cerrarlas si es que ese es el camino que quieren tomar. Les agradecemos su lectura y participación, ¡nos leemos!
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white-fang-22 · 2 years
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No te rindas
No te rindas, aun estas a tiempo de alcanzar y comenzar de nuevo, aceptar tus sombras, enterrar tus miedos, liberar el lastre, retomar el vuelo.
No te rindas que la vida es eso, continuar el viaje, perseguir tus sueños, destrabar el tiempo, correr los escombros y destapar el cielo.
No te rindas, por favor no cedas, aunque el frio queme, aunque el miedo muerda, aunque el sol se esconda y se calle el viento, aun hay fuego en tu alma, aun hay vida en tus sueños, porque la vida es tuya y tuyo también el deseo, porque lo has querido y porque te quiero.
Porque existe el vino y el amor, es cierto, porque no hay heridas que no cure el tiempo, abrir las puertas quitar los cerrojos, abandonar las murallas que te protegieron.
Vivir la vida y aceptar el reto, recuperar la risa, ensayar el canto, bajar la guardia y extender las manos, desplegar las alas e intentar de nuevo, celebrar la vida y retomar los cielos,
No te rindas por favor no cedas, aunque el frio queme, aunque el miedo muerda, aunque el sol se ponga y se calle el viento, aun hay fuego en tu alma, aun hay vida en tus sueños, porque cada día es un comienzo, porque esta es la hora y el mejor momento, porque no estas sola, porque yo te quiero.
-----Mario Benedetti------
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iranzo-arte · 2 months
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Criaturas desde lo profundo
Crossgate, mi segunda fortaleza en Dwarf Fortress, creció prósperamente de forma continua en sus primeros años. Desde que se construyó la taverna a la entrada de la montaña, no dejaron de llegar bardos, poetas y todo tipo de artistas encantados con entretener al personal. La población, al principio pequeña, explotó a los pocos años y de veinte enanos se pasó a más de la centena, contando enanos y humanos.
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Entre los niños había uno en especial de buenas condiciones, sano y con un día a día tranquilo y feliz. Brillante en el tallado de piedras, algo altivo, pero nada orgulloso y muy inteligente. Llevar ropa vieja desde pequeño le había enseñado a replantearse sus valores y actuar de forma más humilde y desde aquella vez que de pequeño se lo encontraron a solas bajo la lluvia había mantenido una actitud estoica ante la vida. Pero de vez en cuando recaía en una profunda depresión causada por un trauma: el recuerdo de en sus primeros años ver el cadáver deshidratado de Nil Trammeltown, el minero. Esto lo llevaba a constantes ataques de rabia y sus posteriores reprimendas disciplinarias ejecutadas por Mafol, el jefe de la guardia. Un día, en uno de sus arrebatos peleó con otro niño llegando a matarlo.
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Nil el minero fue encontrado deshidratado al final del túnel subterráneo que estaba cavando en el año 102. En aquel momento, el punto más profundo al que se había llegado. A partir de ese suceso se establecieron destilerías y dormitorios públicos cada cierta profundidad a medida que se iba expandiendo hacia abajo la fortaleza.
Hay un instinto natural en los enanos a cavar y el objetivo final de los habitantes de Crossgate siempre fue alcanzar la mayor profundidad posible. A los pocos años de la muerte de Nil, ya se había doblado la distancia vertical de las galerías subterráneas. Se habían establecido zonas de habitabilidad, almacenes, talleres, templos dedicados a distintos dioses y hasta una nueva taberna subterránea. En la parte más profunda se encontraba un largo pasillo con dos puertas que limitaban la última frontera de la fortaleza habitable. Más allá de esas puertas, a pocos niveles de profundidad es donde se descubrió el subsuelo.
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Un sistema de galerías subterráneas formaba un enjambre de huecos y recovecos, habitados por toda clase de criaturas de la oscuridad. Fue al poco de descubrir el subsuelo cuando se produjo el encuentro con la primera de las bestias ancestrales. Riematecani, un gigante cuadrúpedo de sal apareció de las sombras escupiendo ácido. Por suerte la milicia mató rápidamente a la criatura, pero entre que llegaron desde la superficie a la cueva, no corrieron mucha suerte un poeta humano y un niño enano que andaban por ahí inconscientes del peligro.
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Fue tras este evento que se decidieron tomar dos importantes medidas. La primera, establecer una cripta en la entrada anterior al largo pasillo que llevaba al subsuelo. La segunda, construir un fuerte al comienzo del inframundo y trasladar allí los cuarteles, ya que en la creación del servicio militar no se sospechaba que las mayores amenazas no llegaría desde el exterior, sino desde el propio corazón de la montaña. Curiosamente, el descubrimiento del subsuelo atrajo a Crossgate a toda clase de cazadores de monstruos en busca de aventura y gloria.
En esa etapa de construcción del fuerte, empezaron a aflorar todo tipo de criaturas cavernarias desde los niveles inferiores. Gran cantidad de trols, ogros y otros seres molestaron a la población local, pero ninguno causó tantos estragos como Gèthutha, la segunda bestia ancestral que emergió de lo profundo. Un humanoide compuesto de agua que atrapó con sus redes pegajosas en el pasillo principal del fuerte a medio construir a toda una fila de albañiles que no pudieron oponer resistencia. De nuevo la milicia llegó e hizo su trabajo y mató rápidamente a la criatura cubierta de sangre enana, pero no evitó que se tuviera que ampliar la cripta que daba entraba a este mundo subterráneo.
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En primavera del año 108 tuvo lugar el tercer y último impacto. Con el fuerte ya establecido a la entrada a la cueva y las órdenes militares patrullando la zona, una nueva bestia olvidada, más poderosa que las anteriores, surgió de la oscuridad. Kulur Otsutega, un gigantesco gusano emplumado, arrasó el fuerte con bolas de fuego. El humo cubrió las cavidades y la milicia tuvo que luchar a ciegas. Mafol, el capitán de la guardia, murió haciéndole frente al demonio. Viendo la fuerza imparable que había acudido a Crossgate, se tomó la decisión de cerrar las puertas del largo pasillo, condenando a todo aquel que se hubiese quedado al otro lado y salvando la ciudad a cambio. Tras aniquilar a la guardia sin mayor problema y rondar un tiempo por la zona, Kulur, satisfecho o aburrido, dio media vuelta y tal como vino, regresó al agujero del que había salido.
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msmelgar · 1 year
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Pelea final
Lee!K!Quackity Ler!K!Luzu
Advertencias: fic de cosquillas, insultos, cosquillas intensas 👀
Si no te gusta éste tipo de contenido porfavor no leas <3
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"¡YA SUELTAME CABRÓN! ¡te juro que apenas me libere de aquí te voy a meter un puto balazo en la maceta!". Gritó Quackity desde el fondo de un calabozo oscuro, lleno de tierra y polvo.
Su cintura se encontraba sujetada con una cadena que la rodeaba haciendo que esté encadenado a la pared sin posibilidades de moverse no más que unos pocos centímetros. Sus manos y pies estaban en el mismo estado, encadenados entre sí y sin posibilidades de moverlos. Pero ¿Por qué?...
"¡Sé que fuiste tú cabrón! Solo un pendejo como tú podría ser tan cobarde como para encadenarme para hablar ¿No es así Luzu?". Quackity no veía mucho ni escuchaba nada, pero sus últimos recuerdos antes de llegar a ése lugar indicaban que todo había sido un plan de Luzu. Solo él podía ordenarles a sus secuaces que se llevaran a Quackity en contra de su voluntad.
Quackity observó como una sombra se acercaba a él. De hecho, eran dos.
"Típico de Luzu ¿no? Mandar a sus pinches secuaces en lugar de dar la cara, no me esperaba menos la verdad". Sonrió Quackity provocando pero rápidamente sobresaltandose al escuchar el fuerte ruido de las rejas abriéndose delante de él.
"Tenemos ordenes de llevarte ante el alcalde, no te resistas y no hagas esto más complicado". Comunicó uno de los guardias que sostenía la reja mientras el otro desencadenaba a Quackity de la pared y le quitaba las cadenas de los pies para que pudiera caminar mejor, pero nunca quitando las cadenas de sus manos.
"Ya era hora, se estaba tardando ese cabrón". Respondió Quackity pero esta vez siendo llevado de ambos brazos por los secuaces mientras forcejeaban. "¡Ni me toquen!". Protestó en vano.
Luego de unos pocos minutos, los secuaces dejaron encerrado a Quackity en una habitación oscura, pero ya sin sus cadenas.
Las luces se encendieron para revelar una gran ventana delante de él, la cual dejaba ver a una persona bastante familiar mirándolo con las manos detrás de la espalda.
"Hola Quackity".
"Esto tiene que ser una puta broma... ¿Tanto miedo me tienes Luzu?". Bromeó Quackity sin tomarse la situación en serio.
"El que debería tener miedo ahora mismo eres tú la verdad, pero quiero que sepas que todo lo hice por ti y me parece muy injusta la manera en la que has tratado a mis secuaces y a mí" Comentó Luzu.
"Ayy no me vengas con tus mamadas Luzu, todas las cosas que te hice no se comparan a lo que me hiciste en las elecciones".
"No tengo tiempo para seguir discutiendo Quackity, vas a tener que elegir" Luzu tomó aire "Entre arrepentirte de todo lo que has hecho y pedirme perdón PÚBLICAMENTE o, pagar las consecuencias de tus actos".
Quackity se rió asombrado de las palabras de Luzu, le parecía ridículo.
"No tienes vergüenza ¿Verdad Luzu? ¡El que debería pedirle al otro disculpas públicamente eres TÚ cabrón!" Espetó Quackity acercándose al vidrio mientras apoyaba las dos manos en él "No me importa lo que me hagas, nunca voy a arrepentirme de todo lo que hice, es más, me arrepiento de no haberte matado cuando tuve la puta oportunidad".
"Ya he tenido suficiente" decidió Luzu evitando el contacto visual con Quackity con indiferencia y mirando detrás del recién mencionado "Pongan en marcha el plan de acuerdo a lo conversado". Ordenó finalmente.
Quackity frunció el ceño sin entender a lo que se refería Luzu pero pronto creyó entenderlo cuando se dió la vuelta y observó a cuatro secuaces acercarse a él de una manera poco amigable.
"¡Háganse para atrás! ¿¡De qué puto plan hablan!?". Gritó Quackity chocando su espalda con la ventana mientras los secuaces lo agarraban de los brazos y forzejeaban para hacerlo caminar.
"Pudo haber sido de otra forma". Suspiró Luzu.
Luego de pocos segundos Quackity se encontraba atado de manos y pies, sin zapatos, sobre una especie de camilla que se encontraba adelante de la famosa ventana donde Luzu podía observarlo sin problema alguno.
"¿Qué se supone que me vas a hacer? ¿Me vas a dar una sesión de terapia en contra de mi voluntad o qué?". Preguntó Quackity obviamente molestando a Luzu, pero él solo rodó los ojos ante sus provocaciones.
"No quiero oírte hablar, solo reír". Ordenó Luzu para luego mirar a sus secuaces y poner en marcha su plan.
Quackity se quedó confundido por la última palabra que usó Luzu pero no tuvo que preocuparse por eso ya que los secuaces se encargaron de aclarar sus confuciones rápidamente. Cada uno se puso en sus respectivas posiciones, tres de un lado y tres del otro apuntando a tres lugares distintos, los cuáles eran: Debajo de sus brazos, su torso y sus pies. Finalmente, todos ellos empezaron a garabatear y apretar cada rincón de esos lugares buscando la manera de volver loco al patito debajo de ellos.
"¡QUé HAJACen! ¡Ésto ES JAJAJ Johodidamejejente ESTÚPIDOHO!". Protestó Quackity sin poder evitar reírse de las abrumadoras sensaciones tan repentinas y forcejeando por liberarse.
"Bueno, una persona infantil merece un castigo infantil ¿No?". Bromeó Luzu.
Los secuaces que le hacían cosquillas debajo de sus brazos se aseguraron de no dejar un solo lugar sin rascar o garabatear, mientras que los que estaban en su torso se encargaban de masajear sus costillas y garabatear en su vientre tembloroso por las risas. ¡No nos olvidemos de sus pies! había un secuas en cada uno de ellos garabateando y haciendo formas al azar con plumas puntiagudas sobre sus dedos.
"POJOR QUÉJEJEJAJAJAJAJA DETEJEJEJEN ESTOJOJAJA ¡AAHJAJA!". Chilló Quackity cuando sintió una garra vibrando en su vientre haciendolo arquear la espalda soltando un sin fin de carcajadas involuntarias.
"De algo tenía que servirme el hecho de que seas tan delicado a ciertos toques, pero eso no es algo que te moleste en realidad ¿O si?". Cuestionó Luzu sonriendo con picardía.
"¡CAJAJAJLLATEJE JAJAJAJA!".
Quackity aveces olvidaba que Luzu era de las pocas personas que conocía esta debilidad que tenía, el recordarlo lo puso colorado, decidió cerrar sus ojos con fuerza para evitar hacer contacto visual con Luzu. Se sentía avergonzado y vulnerable en esa situación, Luzu lo notó.
"¿Qué te pasa? ¿No lo disfrutas? Quizás deberían probar otros métodos".
"NOJOJO NONONO NO ES EJEJESO LO JAJAJA QUE QUIEJEJRO" Quackity se inquieto al sentir que los secuaces de Luzu paraban por un segundo solo para agarrar distintos instrumentos con los que podrían hacerlo reír.
"Por cierto, mi oferta sigue en pie, pero va a expirar pronto si no tomas una decisión" informó Luzu dando la orden de continuar para sus secuaces.
Agarraron cepillos, plumas y bolígrafos para poner manos a la obra. Pasaron cepillos eléctricos alrededor de sus axilas haciendo círculos y pasaron plumas por su vientre al igual que dentro de su ombligo mientras otro de ellos rascaba cada una de sus costillas. Los últimos dos secuaces escribían y dibujaban cosas al azar por toda la planta de su pie haciendo que Quackity trate desesperadamente de alejar sus pies sin éxito.
"¡VEJEJETE A LAJAJAJA JAJA MIERJEJEDAJAJ AH JAJAJA!".
Los ojos de Quackity empezaron a llenarse de lágrimas felices y su cara ardía por la vergüenza. Se sentía mareado, totalmente confundido por las sensaciones que lo atormentaban en cada rincón de su cuerpo.
"¡LUJUZU PORFAJAJAVOJOR!". Suplicó Quackity sintiendo cómo disminuían sus fuerzas a medida que pasaban los minutos.
"No depende de mi, Quackity".
Quackity no podía ni pensar con claridad, empezaba a sentir cómo poco a poco su orgullo se iba desmoronando y se quedaba sin opciones.
"Se me está acabando la paciencia, si no me das respuestas haré que pierdas la cabeza". Amenazó Luzu.
"DEJAJAJAJME IR JAJAJAJAJA LUJUZU".
Su cabeza daba vueltas y vueltas, no podía procesar todas esas sensaciones que torturaban sus puntos más sensibles empujandolo a la locura y al deseo de querer que todo termine de una vez. Lágrimas rodaban por sus mejillas, su cabeza descansaba inclinada hacia atrás mientras reía y reía sin parar. Sentía un intenso hormigueo por todo su cuerpo, no podía explicar cuán tortuoso era el sentimiento de no poder parar ni alejar todos esos dedos o todas esas plumas que lo hacían reír con tanta fuerza sin piedad.
Estaba tan sumergido en el sentimiento que ni siquiera se dió cuenta de que estaba frente a frente con Luzu en éste momento. Es más, ni siquiera notó que los secuaces habían parado desde hace unos pocos segundos.
"Disfrutando de la atención ¿No? ¿O es demasiada para tu gusto?". Se burló Luzu parado a un costado de Quackity.
"t-tejeje voy aJAJja mataJAr hijo de p-pujujuta". Amenazó entre risas residuales Quackity sin poder sonar aterrador como antes.
Luzu le ordenó a sus secuaces que se vayan y los dejaran solos.
"Solo quería dar mi toque final, pero no creas que hemos terminado aún, solo hemos terminado por hoy". Aclaró Luzu.
Quackity abrió los ojos ante esa última oración pero los cerró con fuerza nuevamente al sentir dos garras vibrando rápidamente debajo de sus brazos haciendolo reír como loco nuevamente.
"Ja, es lindo ver que mis garras aún te siguen dando gracia después de tanto tiempo, nunca podías soportarlas sin importar donde te las haga". Se maravilló Luzu aumentando la velocidad.
"AAHJAJAJAJA MIEJERDAJAJAJAJAJSJAJ NOJOJJAJAJAJAJ". Gritó Quackity estallando en carcajadas burbujeantes.
"¿Quieres que probemos otro lugar? Recuerdo un lugar que te hacía resoplar de manera adorable". Sonrió Luzu colocando sus dedos detrás de las sensibles orejas de Quackity garabateando ahí.
"¡NOJOJJAJAJAJAJ NO MÁS! YAJAJAJ NO QUIEROJOJAJA". Suplicó Quackity mientras se le escapaban algunos resoplidos como mencionó Luzu.
Éste último casi olvidaba su objetivo por culpa de estar admirando la gran sonrisa en el rostro de Quackity y disfrutando cada sonido raro que hacía entre risas, pero rápidamente se enfocó en su objetivo nuevamente y cambió de lugar.
"Esta es tu última oportunidad, si no te disculpas haré que me ruegues que pare". Advirtió.
Quackity no dijo ni una palabra, simplemente no podía, ya no le quedaban fuerzas para discutir o provocar como antes.
Luzu se puso manos a la obra metiendo sus manos por debajo de la camiseta de Quackity formando garras mientras vibraba y garabateaba por toda la piel suave y sensible de su panza. Quackity lo perdió.
"AAHJAJAJJAJAHSJAJAHAK BASJAJAJTA NO MÁS PORFAJAJAVOJOR NO MÁS JAJAJAJAJAJA". Gritó Quackity entre risas frenéticas.
Su mente quedó en blanco, solo podía pensar en lo mucho que le hacía reír esa sensación, era desesperante y no había nada que pudiera hacer. Su vista se nubló, ya no escuchaba claramente ni sus propias risas, sintió que su alrededor se desvanecía y muy pronto ya no pudo sentir nada más que un profundo vacío.
Pero como dijo Luzu, solo habían terminado por hoy.
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Disfruten aunque sea largo JAJAJ
Eres libre de hacerme una solicitud de cualquier miembro del dsmp o karmaland <3 solo sfw!
Chauu 🐺
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sombraoscura15 · 3 days
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Wuenas,sombra venía a preguntar sobre un OC y su opinión
Bueno,será un resumen
Fissure sufre una falla por parte de la máquina de gaster,solo que esta no es mala,ahora tiene dos habilidades más por parte de esta (el poder de transformarse a placer en otras personas para confundir y matar más rápido,también obtiene la capacidad de manipular el "código" de los objetos,esto lo usa para al momento de tocar algo,fracturar y romper en pedazos lo que toca,usa esos mismos pedazos para completar y curar partes que le faltan de su cuerpo,como por ejemplo si pierde una mano,puede usar fragmentos de objetos para restaurala)
Una vez se enfrenta a la humana y está escapa,fissure toma la apariencia de un humano para no ser atacado a primera instancia por los humanos y se dirige a matar
Luego de matar tantas frisk y charas,estas mismas se le aparecen como fantasmas porque fissure tiene determinación,lo que encadena que los fantasmas le atormenten y hagan que caiga en una locura,para calmar a los fantasmas lo que hace es matar,como a las frisk y charas que mato se les hacia normal que matará únicamente a humanos,deciden obligarle a matar y comer a mounstros solo para hacerle vivir un infierno
En una visita a un au se topa a una frisk pacifista,con la que rápidamente se encariña y hasta llega a empezar a desarrollar sentimientos hacia ella,en una "cita" Las fantasmas aparecen y viendo que fiss sufriría por esa frisk deciden obligar a matarla y pues comerla,no sin antes decirle frisk a fissure "me prometí no resetear...Absorbe mi alma solo para que deje de sufrir"
Empieza a desarrollar un sentimiento de culpa y odio a las fantasmas que le obligaron a matarla,en un arrebato de ira lanza un golpe a una fantasma,la cual sonríe y dice "finalmente,sabía que si lanzabas el ataque tendrías la guarda baja" para después escabullirse y meterse a las grietas de fissure,una por una fueron metiéndose a las grietas y fusionandose con el
Vaya super creepy jajaja, pues realmente la llevas bien, los poderes que mencionas los tomo como un camuflaje haciendo que sus enemigos bajen la guardia y lo de los codigos lo pueden ayudar mucho para no caer en batalla tan facilmente ,el sentimiento de culpa es algo muy implementado en personajes como fissure y ese mismo sentimiento es el disparador de eventos que desencadenan el caos en su vida, una recomendacion que puedo darte es que le agregues una debilidad que haga que su situacion sea mas complicada.
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Note
mírame aquí publicando y nadie por aquí sabe ni se imagina que hoy entierro a mi único hijo, mi primogénito. de la misma manera sé que al otro lado de esta pantalla hay un ser humano roto como yo, con cicatrices, acontecimientos del pasado que de una u otra manera nos marcan para toda la vida. aveces hablar o expresar un poco es de ayuda. nos toca echarle ganas, esforzarnos y seguir adelante, ¡confiados en que el universo nos dará la fuerza para seguir adelante!
En el telar de la existencia, cada uno de nosotros es como un tejido complejo de hilos entrelazados. Al mirar más de cerca, se revelan las cicatrices invisibles que adornan cada hebra, recordatorios de los eventos que nos han moldeado hasta convertirnos en lo que somos hoy.
Todos llevamos consigo fragmentos de un pasado que se aferra a nosotros como sombras persistentes. Algunos recuerdos son suaves como el susurro de una brisa, mientras que otros cortan como espinas en la carne. Son las huellas de amores perdidos, sueños rotos y batallas libradas en las profundidades del alma.
Estas cicatrices son más que marcas físicas; son testigos silenciosos de nuestras alegrías y penas, nuestras victorias y derrotas. Nos recuerdan que somos seres vulnerables, sujetos a la fragilidad del tiempo y la inevitabilidad del cambio.
A veces, tratamos de ocultar nuestras cicatrices, como si fueran tesoros vergonzosos que preferiríamos mantener ocultos bajo llave. Pero en la oscuridad de la noche, cuando la guardia baja y el alma se desnuda, estas cicatrices se convierten en los vínculos que nos unen a los demás, recordándonos que no estamos solos en nuestra fragilidad.
Porque al final, todos estamos un poco rotos, con cicatrices que adornan nuestra piel y nuestros corazones. Pero es en esas grietas donde la luz encuentra su camino, recordándonos que incluso en nuestra imperfección, hay belleza y fuerza inquebrantable.
Una de las cosas prohibidas de este Mundo debería ser que un Padre nunca enterrara a un hijo, es como si la Vida aquí se saltara las normas
Siento tu gran dolor 💔
Te acompaño en el sentimiento
Seguro que te quedan luchas por terminar, se fuerte y agarra la Vida por el cuello si es necesario
UN FUERTE ABRAZO 🙌
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elimond · 25 days
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Hace un par de años, una editorial hizo una convocatoria de relatos cortos con el tema del calentamiento global o algo relacionado con ambientalismo. Y pues quise intentar hacer un relato de un día para otro, a pesar de que sabía que ni siquiera lo leerían, hoy lo encontré cuando intentaba recuperar mis escritos (que al final lo logré). El género era libre siempre y cuando se expusiera el tema elegido para la convocatoria, escogí terror y ciencia ficción, pero creo que terminó siendo un híbrido mal trecho.
En fin, dejo a continuación el relato al que titulé:
El último lugar seguro
Cuando desperté aún reinaba la oscuridad, fue el sonido sordo y agudo que se alejaba lo que me trajo a la tierra de los vivos que no sueñan. Me sentía aterrada, la puerta de la habitación en la que dormíamos estaba abierta. Estiré mi mano y sondeé a tientas la espesa oscuridad, la buscaba a ella: Erín. Su cuerpo cálido reposaba en forma de ovillo, podía sentir su respiración pausada en medio de ese extraño sonido proveniente de la calle. No podía verla, pero sabía que debía tener el rostro relajado, me habría gustado mirarlo por un instante; eso me tranquilizaba.
Con cuidado, salí debajo de las sábanas, no deseaba despertarla, no aún. Bajé descalza de la cama, el frío hizo que mis dientes castañearan más, temía que el sonido acelerado de mi corazón se escuchara hasta el pasillo. Como si pudiera esconder el miedo; cubrí mi pecho con ambas manos en un pobre intento por ocultar mis latidos.
La débil luz que luchaba con la densa oscuridad me ayudó a no tropezar en el camino hacia la puerta, no eran de más de cinco metros, pero en esta situación eso equivaldría a un kilómetro incierto. Por el pasillo se filtraba aun más la escasa luz de la luna que estaba por desaparecer, pasando mis manos por la fría pared, me apoyaba intentando no caer de la impresión. Sabía que los demás nos dejarían en cuanto nosotras durmiéramos. Algo de mí lo supo desde un inicio, era la causa por la que quería montar guardia.
Pisando, como si de cristales rotos se trataran, con suavidad y recelo me acerqué a las demás habitaciones: todo estaba vacío. Sentí rabia, siempre era lo mismo, huían de nosotras, no entendía cómo las personas creían que Erín y yo éramos mal ejemplo para sus pequeños. El mundo se estaba acabando, ¿qué más daban las creencias religiosas?
Miraba una pequeñita figura de lego cuando distinguí una sombra asomándose en el marco de la puerta, me paralicé, sentí como la temperatura de la habitación descendió al instante, cerré los ojos; así el miedo disminuiría, sentí a la sombra deslizarse por el piso, pasar por debajo de mis pies: ahogué un grito, cubrí mi rostro y lo presioné hasta casi asfixiarme, mi respiración era ruidosa y eso podría atraer su atención hacia mí. No tenía manera de saber si seguía en la habitación una vez abriera los ojos. Había escuchado historias que decían que les atraía la blancura de los ojos, y que detectaban a los demás en cuanto estos echaban un vistazo en busca de ellos. No pensaba arriesgarme, si tenía que quedarme de pie con las manos en mi rostro, ahí me quedaría hasta estar a salvo.
Nada parecía real, todo en cuanto a los últimos años era un abismo de incertidumbre para la humanidad. Primero nos preguntamos de dónde vinieron, luego por qué estaban aquí, parecía que nadie tenía la respuesta. Esos seres, a los que nombramos como «sombras» por ser indistinguibles, vinieron a consecuencia de nuestro descaro, algunos dicen que vienen de afuera: el espacio, otros, en cambio, creen que vienen del centro de la tierra. Mucha gente que vivía cerca de las faldas volcánicas dijeron que los vieron surgir del subsuelo cuando estallaron las bombas. «Tenemos la culpa de todo esto», dijo mamá cuando vio la noticia.
Nadie sabe aún qué son estas criaturas, si es que se pueden calificar como tal, nunca nadie les ha visto tan de cerca para después contarlo, nadie sabe si tienen rostro, ojos, boca o cuerpo, no conocemos en realidad cómo son; solo vemos algo como una oscuridad densa e indistinguible. Vienen de noche, pero no atacan a menos que abras los ojos, si duermes; no hacen más que quedarse junto a ti. Sabes que están allí, pero no puedes moverte del terror. De día, cuando la débil luz intenta filtrase, se esconden detrás de la oscuridad de algún mueble, estatua, edificio o cualquier figura que emita sombra tras de sí.
Sabes que están ahí porque la temperatura del lugar baja de manera brusca y extrema, sientes un terror mortal recorrer tu cuerpo, te paraliza y tienes miedo de respirar. Nadie sabe qué hacen con la gente que se llevan, solo desaparecen, es como si la oscuridad se tragara a las personas llevándoselas a otra dimensión. Al inicio, según cuentan, eran inofensivos, la gente solo los veía pasar por una esquina o cuando veían hacia algún lugar de reojo; parecía que algo se movía, no les temían porque creían que se trataba de algún reflejo o creían haber visto mal; pero, conforme pasaban los años, eso fue cambiando. La gente comenzó a temerles cuando las historias corrieron en todos los lugares, demasiadas coincidencias, no podía ser que dos personas creyeran haber visto a la misma sombra correr detrás de un mueble. Comenzaron a buscarlos, a tratar de entender este nuevo fenómeno, fue ahí cuando creyeron que se trataba de gente sombra como sucedió hace más de cien años con aquella ciudad del oriente, pero descartaron esa probabilidad cuando las estadísticas decían que nadie estuvo expuesto. Una buena parte de la gente que vivía en las montañas sobrevivió, de alguna u otra manera lo hicieron, y ellos negaron que se pudiera tratar de sus familiares porque nadie había muerto aún cuando aparecieron, es por eso que ya nadie cree que se pueda tratar de ellos.
Creen que comenzaron a atacar cuando los hicieron objetos de estudio y un grupo de investigadores casi atrapa a uno, corrió la voz de que esos pobres diablos desaparecieron en cuanto se acercaron con sus instrumentos, solo quedó un audio distorsionado de uno de ellos pidiendo ayuda. De ahí que el terror y la fobia hacia las sombras creció. Ahora dicen que es el miedo el que los llama; destruimos el planeta, ya no tendremos más hogar, no hemos visto el sol por décadas, tenemos los días contados y, encima, ya no tenemos derecho a sentir miedo; solo para alargar un día más que pronto acabará.
Sentía a la extraña criatura rondar por la habitación, no hacía ruido, de hecho; no emiten ningún sonido, tampoco pueden sentirse físicamente, solo esa sensación abrumadora, el miedo a desaparecer, el que nos invade cuando nos damos cuenta de su espeluznante presencia. Nunca antes nadie en este presente tuvo al tiempo a su favor, la mayoría deseaba alargarlo, extender un instante y adueñarse de él para siempre, pero no nos pertenecía, el tiempo nunca fue nuestro, hasta ese día. Pero eso lo obligaría a ser mi favor y tomaría ese instante hasta agotarlo, me anclaría en él para sobrevivir. Pronto amanecería y la nauseabunda mañana se establecería. Los días ya no eran como antes, no como lo recuerdo hace treinta años, el cielo azul, el día claro pero agotador, al menos era mejor ver el firmamento celeste y caluroso antes que ver uno gris con lluvia tóxica y un día de color seminaranja y fétido.
Pensaba en la sonrisa de Erín, en como su dentadura imperfecta la hacía aun más interesante, nos quedaba poco tiempo, pero así lo habíamos decidido. Me alentaba un poco saber que cuando todo pasara estaría otra vez en sus brazos, en cuanto la débil luz de la falsa mañana entrara por la casa correría hacia ella.
El miedo comenzaba a desaparecer, recobraba el ritmo natural de mi respiración, el frio seguía reinando, pero al menos la sensación de temor disminuía hasta que escuché unos pasos y su voz decir: «Lillith». De inmediato sentí como si un viento corrió por debajo de mí, era como si había estado ahí todo el tiempo, sabía que iba por ella. El horror volvió a invadirme, mi corazón latía con dolor, se la llevaría y tal vez sería mi culpa, debí quedarme a su lado en la cama. Estaba petrificada, rogándole a la vida que se diera cuenta de la situación y no intentara llamarme otra vez, pero lo hizo y esta vez sonó como un quejido. Mi corazón no podía resistir, tenía que obligarme a caminar, a toda costa tenía que ir por ella.
Con los ojos cerrados y mi cuerpo estremecido, avancé un paso, luego uno más, hasta salir de la habitación, esperaba que estuviera por ahí y se diera cuenta de mi presencia, comprendiera y guardara silencio. Continué avanzando poco a poco, en calma, sin hacer ruido; me preocupaba que ya no escuchaba ningún sonido, era mala señal. Mi mente pensó lo peor, sabía que se la llevaron en los instantes que trataba de decidir si ir por ella o no; la sombra debió llevársela. El mundo era una mierda, pero sin ella lo era más; así que, decidida a no continuar sin su compañía intenté abrir los ojos. Justo antes de hacerlo unas manos frías se posaron sobre mis hombros, creí que moriría. Volví a paralizarme, mis músculos se contraían y me sentía pesada. Fruncí mis ojos, tanto que dolían, comenzaba a llorar, «al menos me llevarán con Erín», dije en mi interior, pero de pronto un cálido abrazo me desconcertó. Unas manos frías y suaves, recorrían mi espalda, un mentón posó sobre mi hombro derecho. Tenía su cabello rozándome los labios, era ella, aún estaba conmigo. Sentía su corazón latiendo contra el mío —era una divina melodía—. No podía contener las lágrimas, ella lo sabía; no nos veíamos, pero nos conocíamos aun sin pronunciar una sola palabra. Me apretó contra su pecho, su cuerpo cálido lograba tranquilizarme. Nuestras respiraciones comenzaban a relajarse, estando juntas nada podía vencernos.
Logré mover mis brazos y la rodeé con cautela, todo parecía calmarse, pero sin previo aviso el corredor se hizo tan frío que creí que moriríamos congeladas; estaban ahí, las sombras aún seguían con nosotras. El terror nos invadía otra vez, nuestros cuerpos temblaban por igual, íbamos a morir abrazadas en ese lugar; pero al menos moriríamos juntas. Como si ambas supiéramos el fatal destino, sin abrir los ojos, unimos nuestras bocas, si íbamos a desaparecer lo haríamos recordando a qué sabían nuestros labios.
El dolor que el terror provocaba en nuestros corazones no disminuía, algo me decía que ella también pensaba lo mismo: abriríamos los ojos. Inhalé y conté hasta tres, necesitaba ver su rostro antes de desaparecer, llegó el tres y con dolor los abrí.
Una luz iluminó todo el pasillo y justo detrás de su cabeza una sombra indistinguible desapareció. La energía había vuelto. Nos miramos en silencio, ambas teníamos el rostro empapado en lágrimas. La luz que se filtraba por las ventanas de cristal nos susurraba que debíamos apresurarnos.
«Es hora de irnos», me dijo en un susurro. Nos dimos prisa antes de que la energía volviera a irse, recogimos todas nuestras cosas y salimos del lugar.
Tomadas de la mano caminamos por la carretera vacía con la esperanza de encontrar algún coche con batería suficiente. Estábamos a diez días de nuestro destino, pero cada día parecía un año.
Miré a Erín, su nariz sangraba, nos detuvimos un momento en un abandonado supermercado para hacernos de algunas cosas. Esperábamos que no estuviera sitiado por vándalos. Por fortuna, estaba vacío. Erín y yo intentamos vivir una vida tranquila, no salíamos de casa, aun usábamos los trajes, pero el caos llegó a nosotras cuando ella enfermó, no había medicina que la curara; y pronto yo también enfermé.
«Si vamos a morir que no sea respirando plástico», ese fue su argumento para dejar de usar el traje. La mayoría comenzó a desplazarse hacia los lugares donde deseaban morir, era como si en silencio todos supiéramos que debíamos movernos, los caminantes se hicieron algo común a lo largo de los años. Formábamos grupos de destino y así nos asegurábamos de que nadie fuera arrastrado por las sombras. Montábamos guardia por la noche, dos personas debían quedarse a fuera del lugar en caso de que los antisociales apareciesen, lo terrible era la energía; si se iba, nadie estaba a salvo. Es por eso que cuando pasaba, quien cuidaba cerraba los ojos hasta el amanecer. Aún no sabemos qué es lo que provoca que nos ataquen.
El grupo con el que estábamos era de cinco personas, un matrimonio con un par de milagros; o sea, dos infantes de seis y diez años, la figura del lego que estaba por recoger les pertenecía. También estaba un chico de unos treinta y algo, él seguramente nació después del enfriamiento. Era inevitable que la humanidad se siguiera reproduciendo. Todos nos dirigíamos hacia el mismo destino, Toulouse, decidimos ir ahí porque sabíamos que más allá de Francia no podríamos llegar, el tiempo no siempre jugaba a nuestro favor.
—¿Crees que nos abandonaron? —le pregunté mientras limpiaba su rostro.
—¿Revisaste la habitación? —preguntó insegura.
—No estaban ni sus cosas.
—¿Estás segura?, porque no creo que hayan podido marcharse por la noche.
—Tengo mis dudas, ¿crees que esas criaturas sean capaces de dejar los únicos juguetes que poseen?
No respondió, solo me veía pensativa mientras continuaba limpiando su nariz. Tomamos algunas cosas para el camino, otro milagro era encontrar comida, sintética, pero era comida. La lluvia comenzaba a caer. Corrimos hacia un coche abandonado para refugiarnos, mirábamos las gotas amarillentas deslizarse en el parabrisas: «¿a dónde la llevo, preciosidad?», preguntó mientras simulaba conducir. Le di un beso y acaricié su rostro, amaba su actitud, no se dejaba vencer por nada, por eso siguió caminando hasta encontrarme. Recordé los videos de mamá, ella tenía muchos de los días lluviosos, ¡qué valiosos recuerdos grabados!, esa lluvia parecía que nunca existió en este mundo, era cristalina, como si hubiese pertenecido a un planeta puro e inmarcesible, me resulta poco creíble que este haya sido capaz de producir nubes grises con gotas transparentes, capaz de producir los arcoíris que mamá dijo que salían después de una tormenta. ¡Qué hermoso habrá sido ver todos los colores juntos siendo uno mismo!, ver que la naturaleza podía juntarlos y que todos fueran igual de hermosos, igual de valiosos, igual de necesarios.
La lluvia se detuvo al cabo de dos horas, salimos del coche y continuamos con nuestro camino. El aire era denso como si pudiera tocarlo y atraparlo. Respirar era amargo, como si miles de partículas rompieran las fosas nasales. Eso dificultaba un poco nuestra aventura, teníamos que detenernos a descansar cada hora, llevábamos un tanque de oxígeno que recargábamos cada diez kilómetros. Hace cincuenta años que comenzaron a crear las estaciones de oxígeno, pero fue en vano; la tierra ya no nos quería más como inquilinos, de nada nos servía si lo demás se extinguía irremediablemente. Las fábricas decían que no íbamos a necesitar siempre de los árboles porque lo único que necesitábamos era respirar. Sí, continuamos respirando; en un clima hostil, sin vida, sin lluvia clara, sin arcoíris. Respiramos un aire que ya no existe más, debajo de un sol que ya no nos ilumina, a través de las consecuencias de quienes no quisieron oír.
—Si hubieras nacido un par de siglos atrás, ¿qué habrías hecho para detener esto?
—¿Continúas pensando en eso?
No le gustaba hablar de ello, nunca respondía cuando le preguntaba lo mismo, supongo que para ella era mejor olvidar en lugar de salir y hacer algo; antes nos quedábamos en casa viendo a la pantalla, disfrutando del movimiento de un bonsái electrónico o del café sintético, jugando que íbamos de pesca con la realidad virtual, viendo los encabezados de la gente que fue arrestada por decir la verdad: íbamos a acabar con lo último que nos quedaba, no teníamos la culpa de tratar de vivir mientras el tiempo —que siempre nos deja atrás— se iba. Tal vez teníamos la culpa de existir, o solo la teníamos por no saber cómo vivir. Quizá Erín tenía razón: mejor no pensar en eso, aunque, ¿no fue así como llegamos a este punto?
La noche nos alcanzó, volvimos a refugiarnos en un coche, deslizamos los asientos delanteros y nos escondimos en el piso de los traseros. Permaneceríamos acurrucadas en la misma posición hasta que el día asfixiante regresara. No sería como en la casa con sus paredes térmicas, estaríamos a la intemperie bajo el frío mortífero, con la duda de si las sombras nos encontrarían, esperábamos que nuestros abrigos —unos debajo del otro— nos calentaran lo suficiente hasta el amanecer. Mientras descansábamos escuchamos ese ruido extraño que hacía la noche, se creen que son las sombras que lo emiten, hay quienes creen que es la tierra, yo creo que son nuestros propios demonios que nos asaltan cuando el mundo intenta descansar.
Tenía que abrazarla para poder dormir, y recordar las fotos de mamá en medio de los últimos paisajes que quedaban antes de desaparecer por completo, solo así lograba conciliar el sueño y no tener pesadillas. Soñé con un campo de amapolas, siempre me inundaba del aroma de Erín para imaginar cómo debieron oler, nadie ha tenido la suerte de olfatear siquiera una flor silvestre.
Despertamos por un extraño estruendo, una tormenta ígnea se acercaba, nos asomamos para verla un momento, pese a ser algo negativo, esos eventos no dejaban de tener su magia. En nuestras miradas resplandecían los destellos rojos y amarillentos, las descargas de energía formando lo que parecían raíces dispersas, nos maravillábamos con el único espectáculo que la naturaleza podía producir cuando frente a nosotras pasó un sin número de sombras, nos agachamos de inmediato, desde el piso del coche las veíamos pasar como si huyeran de la tormenta. Era la única vez que podíamos verlas sin cerrar los ojos.
La noche terminó junto a la tormenta. Avanzamos hasta quedar exhaustas, cerca de nuestro destino encontramos una bicicleta antigua, la gente ya casi no las usaba, era extraño encontrarlas. Llegamos al cabo de dos días a Toulouse, diría que lo hicimos casi a tiempo. Erín ya comenzaba a vomitar sangre, pronto me le sumaría. A lo lejos podíamos ver una especie de destello, como un lugar iluminado, decidimos acercarnos. Al llegar nos dimos cuenta que era una casa llena de espejos con varios reflectores, un joven estaba en la entrada, le hablamos, pero no nos respondió, solo nos sonrió, se levantó; y nos dio un abrazo. Se separó y nos hizo un par de señas con sus manos.
—Dice que ya están a salvo. —Una mujer mayor salió de la casa.
—¿Cómo supo si…?
—Si no ve ni oye. Porque sintió, no necesitamos ver a los demás, sino sentirlos.
—¿Qué es aquí? —preguntó Erín.
—El último lugar seguro.
La anciana nos hizo pasar, dentro encontramos más personas, era un refugio. Los espejos y reflectores eran para espantar a las sombras, incluso si se iba la energía no se acercaban ya al lugar, no entendían por qué; pero agradecían que así fuese. Detrás de la casa había un solar desierto, algunos infantes jugaban, aquello no parecía real, me daba una sensación de estar soñando; y si así era, no quería despertar. «Si cantas verás que no es un sueño», dijo Erín como adivinando mis pensamientos. «Canta la canción que cantaba tu madre, por favor», suplicó con su tierna mirada.
Atendí a su petición.
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rookiemxwritergeek · 2 months
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Capítulo 7: La batalla final
La emboscada fue brutal, un súbito y letal ataque que dejó a varios de nuestros compañeros caídos. Yo misma fui capturada una vez más, convertida en prisionera en un giro amargo del destino. Aquella rebelión que habíamos luchado por mantener, parecía llegar a su fin en ese instante.
La guerra contra Camazotz, el implacable enemigo que había estado persiguiendo nuestra causa, parecía haberse inclinado en su favor. Sentía que había fallado de manera devastadora a mi gente y a nuestra lucha. La opresión y la derrota pesaban sobre mí, dejándome una sensación abrumadora de impotencia.
Mientras nos llevaban encadenados y resignados a un futuro incierto, un inesperado giro del destino cambió el rumbo de la tragedia. Un estruendo resonó en el aire y una sombra oscura se cernió sobre nosotros. Un águila gigante descendió con una fuerza impresionante, sus enormes alas agitando la arena y generando una tormenta que oscureció el panorama. Los guardias de Camazotz quedaron desorientados y derribados por esta inesperada interferencia.
Caí al suelo, herida y agotada, creyendo que mi destino estaba sellado. Pero mi desesperación se transformó en asombro cuando esa majestuosa águila reveló su verdadera forma, mi abuelo. Sus ojos reflejaban una determinación feroz mientras me miraba. En medio de la confusión, logré emitir un grito ahogado:
—¡Corran!
La distracción provocada por la transformación de mi abuelo permitió que la mayoría de los prisioneros escaparan, aunque yo no tuve la misma suerte. Camazotz, a pesar de su sorpresa, se regocijaba de tenerme aún en su poder, como si mi captura fuera el último clavo en el ataúd de la rebelión.
—¡Despierta, Nikté! Aún no es el momento de unirte a nosotros en el Micltan. Abraza tu destino, no luches contra él —sus palabras resonaron en mi mente, mezclando advertencia con un extraño eco de comprensión.
Reuniendo las últimas reservas de fuerza, logré ponerme de pie, mi determinación anulando el dolor y el agotamiento que me aquejaban. Camazotz y yo nos enfrentamos, sus ojos desprendían una confianza perturbadora. Era como si estuviera desafiándome a aceptar la realidad que él había trazado.
En ese momento, los testigos presenciaron un enfrentamiento épico, el bien y el mal colisionando en una lucha feroz. Aunque mi victoria parecía improbable, mi determinación y valentía se alzaron sobre la oscuridad. Finalmente, la balanza se inclinó a favor del bien, y mi victoria resonó como un himno de esperanza en medio de la desesperación.
Después de días de penumbra y desesperanza, la luz encontró su camino. La gente, animada por la visión de que el bien podía prevalecer, me eligió como nueva líder del continente. Aunque el título era un honor, no había espacio para la celebración. Era el momento de trabajar incansablemente, de reconstruir y sanar, de labrar un futuro mejor.
Así se inició una nueva era, una época de alegría, equidad e igualdad que el mundo anhelaba. Los cimientos de un futuro prometedor se cimentaron, y con cada paso hacia adelante, la leyenda que había sido profetizada comenzó a tomar forma: Nikté-ha, la mujer jaguar, quien había enfrentado la oscuridad y emergido como la encarnación viviente de la esperanza y el cambio.
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actnod · 3 months
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and i heard a voice in the midst of the four beasts and i looked, and behold a pale horse and his name that sat on him was death, and hell followed with him
𝐓𝐇�� 𝐌𝐀𝐍 𝐂𝐎𝐌𝐄𝐒 𝐀𝐑𝐎𝐔𝐍𝐃 ; primera parte del décimo segundo capítulo.
No es difícil echarse al pesimismo cuando un misterioso mensaje del Sabbat llega a oídos de los vástagos locales, mensaje hasta demasiado pasivo agresivo para cualquier oído cuerdo sólo ensombrece más lugar que se ha rodeado de pesadas sombras en pleno invierno. Con un temporal que drenaría la energía de cualquiera y unos vientos que hacen más lentos el paso, sólo queda recurrir a la poca fuerza de voluntad que se pueda encontrar para llegar hasta el lugar. Los guardias continúan merodeando con sus ojos tan desafiantes como toda la semana, pero sin orden directa alguna parecen simplemente dejar a criaturas de la noche desfilar hasta el lugar.  
Invitados a un parque de diversiones abandonado, donde las risas de antaño ahora son sustituidas por el silencio y la decadencia, los vástagos del Sabbat han organizado un espectáculo inusual: las Carreras de Demolición, uno de los tantos juegos de instinto decididos por los sacerdotes de manada para mantener la capacidad depredadora de sus chiquillos. Decisión es cuestionable cuando están en el punto de mira luego de lo sucedido en la fiesta de fin de año, pero poco les importa a quienes gustan demostrar su valentía e inflar el pecho ante cualquier situación.
La locación desierta se ilumina con el destello de neones que titilan intermitentemente y con demasiada suavidad como para realmente ayudar en el camino oscuro. En la pista improvisada, donde antes niños se regocijaban, ahora se alinean coches robados, listos para ser consumidos por las llamas y envolverse en las pulsiones violentas de quienes se crean dignos de ganar. La noche está cargada de anticipación y adrenalina, mientras los miembros del Sabbat, con shovelheads como invitados de honor, se preparan para el ritual.
El sonido gutural de los vehículos arreglados por manos cainitas indican el inicio del espectáculo, llamando la atención de aquellos que se encuentran esparcidos por el recinto perdiendo el tiempo entre diferentes actividades, esperando el verdadero espectáculo. Las llamas danzan bajo la luna, encendiendo el asfalto como un precursor siniestro de lo que está por venir. La tensión es palpable mientras los conductores ajustan sus manos sobre los volantes, la adrenalina siendo la emoción conductora de quienes mirada brilla por la promesa de caos, listos una vez más para promover valía entre sí mismos . Después de todo, no podrían perdonarse que aquel resulte un bien escaso. 
La habilidad para maniobrar se vuelve crucial para quienes conducen, copilotos siendo sacudidos a merced de estructuras metálicas mientras estas se convierten en extensiones de habilidades vampíricas. Algunos sacrifican la potencia de fuego por la agilidad, buscando esquivar los embates enemigos. Otros, cargados por la furia, optan por el ataque como estrategia para llegar en pie hasta el final. Para los transeúntes que se han acercado (sea por temerosa obligación, curiosidad o ganas de delatarlos con contraparte dominante) hay algo seguro: deben tener cuidado por cada lugar en el que pasen.  En las anchas y extensas calles, nunca sabes cuando puede pasar una dupla de autos a toda velocidad, o cuando una de todas esas estructuras de antaño pueden ceder ante los repentinos movimientos sobre la superficie. 
Lucha no es sólo contra los coches enemigos, sino también contra la oscura tentación de abandonar aquellos deteriorados vehículos para evitar ser calcinados o heridos de gravedad. Al final, las reglas son claras: quien ceda y huya primero será el perdedor. Una metáfora para la vida y algo tan a flor de piel para quienes deban forzarse en aquel destino. Cada choque, cada explosión, es un recordatorio de que en este juego, solo los más despiadados y astutos prevalecerán.
Típico del Sabbat, el objetivo es demostrar la valía de cada uno que forma parte de sus líneas, y también alinear a todas esas cabecitas que aún no están seguras de dónde se paran, buscando lealtad de parte de seres al que les han dado vuelta la vida. ¿Serán intimidados los shovelheads de participar en esto? Entre tantas personas inseguras de sus líderes sean del lado que sean, ¿habrá alguien que de la voz por aquellas estructuras en las que se ordenen sin siquiera cuestionarlo?
𝐀𝐂𝐋𝐀𝐑𝐀𝐂𝐈𝐎𝐍𝐄𝐒 𝐎𝐎𝐂.
¡Bienvenides a la decimoséptima actividad, murcielaguitos! Durante esta actividad  los vástagos han recibido una invitación por parte de los Lasombra, la cual resuena como todo menos eso y cualquiera podría interpretar como una convocatoria casi obligatoria que la hace más tentadora para los curiosos. Otro ritual del Sabbat será disfrutado bajo la luz de la luna, con menor protección por parte de los antiguos y más ganas de verlos hacerse valer. Todos los miembros de esta secta deberán participar, y los Shovelheads serán invitados a hacerlo también. Incluso si no saben realmente lo que sucede, es bastante obvia de quien es la mano dominante las últimas semanas…
Más allá de observar este espectáculo tan arriesgado, los otros vástagos deberán estar atentos de no interponerse en el camino de ninguno de los autos ni meterse en el local equivocado del gran parque de diversiones. Después de todo, han pasado más de dos décadas desde que ha sido abandonado, y sus condiciones están lejos de ser las mejores.
Algunas locaciones que pueden encontrar en su camino son: una cafetería abandonada, donde las telarañas abundan y el aroma de humedad en la madera puede sentirse en el aire. Justo detrás de ella, la rueda de la fortuna no sirve para más que mover sus partes oxidadas con el viento, provocando fuertes chirridos en todo el espacio cada varios minutos. Subir a alguna de sus cabinas que están cerca del suelo sólo servirá para huir del ruido caótico por fuera.
Considerando la poca protección que les han brindado esta vez, quienes cuenten con suficiente empatía aún remanente en sus cuerpos serán los indicados en encargarse de las curaciones en el área designada para quienes sufrieron más heridas.
Las sillas voladoras a pocos metros del patio principal, desde donde ha partido la carrera, sólo sirven como hamaca, ¡pero ten cuidado de no subirte a la equivocada y que las cuerdas se rompan!  Los autos chocadores y las tazas giratorias funcionan…si alguien te empuja de atrás con un buen uso de su potencia. Pero ten cuidado con la electricidad, que la fricción con la que funcionaban aún puede chispotearte en la cara.   
Luces que llaman tu atención son aquellas que recubren carrusel, caballitos se muestran tétricos si pones suficiente atención e incluso chirridos ocasionados al realizar el ir y venir de animales podría asustar a cualquiera, sin embargo, es espacio que regala mayor iluminación en todo el recinto, no es el mejor si tus intenciones son mantener discreción.  Iluminación de foquillos que aún no se encuentran rotos alcanzan a rozar zona donde juegos de suerte estaban ubicados, tal vez puedas atinar el arito en aquella botella rota o encestar el balón desinflado en la polvorienta canasta. 
No es extraño que en el parque se haga uso de esa pequeña parte de la costa a la que se orientan, y botecitos de pedales abandonados no son más que un paisaje pictórico que podría rememorar sobre el pasado a quienes alguna vez pasearon allí. Pero considerando lo cerca que está la montaña rusa y lo mucho que se nota que se está deshaciendo, por no decir que cada tanto pedacitos de plástico se avientan en tu cara. Esperemos que nada peor caiga de arriba… 
⦾ Este evento se dará el 13 de Enero para los vástagos. Para inspirarse, pueden ver más fotos de la locación en este tablero de Pinterest. 
⦾ Se desarrollará a través de starters abiertos. Apreciamos la reciprocidad por lo que antes de abrir un starter recuerden responder al menos tres publicaciones que ya estén en el blog, una vez alcanzadas las notas deseadas, son libres de eliminar la publicación de dicho apartado. No olviden rebloguearlos en el blog de starters. 
⦾ Durante esta actividad, el código de vestimenta será libre. Están invitados a publicar lo que están vistiendo sus personajes y luego rebloguearlo en el blog de ediciones. 
⦾ Queremos recordarles que, a pesar de ser un grupal de temáticas sensibles, nuestra prioridad es la comodidad de todes nuestres usuaries por igual, así que les pedimos tengan cuidado con la manera con la que se abordan estos tópicos en el dash ya que se trata de un espacio compartido y pedirles, por favor, que no hagan caso omiso a la lista de triggers que se encuentra actualizada para que puedan hacer uso correcto de cada etiqueta. 
⦾ La selectividad, rol burbuja o parecidos permanecen estrictamente prohibidos. De sentirse afectade por alguna de estas situaciones, por favor siéntanse libres de acercarse a la administración.
⦾ Para las personas que aun no lo han deshabilitado, les recordamos  que sus buzones deben de permanecer cerrados para los  mensajes anónimos en todo momento y hasta nuevo aviso.
⦾ Durante esta actividad, no se permitirán los privados ni los flashbacks.⦾ Por último y no menos importante, la actividad tendrá una duración de 10 días. El fin de la actividad en su totalidad será el día 8 de FEBRERO a las 17 hs GMT-6, mismo horario en el que se publicará la siguiente.
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beaudngz · 2 months
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𝐒. 𝗇𝗈 𝖼𝗋𝖾𝗂́ 𝗊𝗎𝖾 𝖺𝗅𝗀𝗎𝗇𝖺 𝗏𝖾𝗓 𝖽𝖾𝗃𝖺𝗋𝗂́𝖺𝗇 𝖽𝖾 𝗉𝗋𝖾𝗌𝗍𝖺𝗋 𝖺𝗍𝖾𝗇𝖼𝗂𝗈́𝗇 𝖺 𝗅𝗈𝗌 𝗀𝗎𝖺𝗋𝖽𝗂𝖺𝗌. ' ¿no es idóneo? con los acontecimientos de las últimas semanas tarde o temprano pasaría. ' esta vez siquiera pecará de optimista. desde prematura partida del príncipe en el plano terrenal las cosas se volvieron caóticas, como las sombras del peligro asechando desde las esquinas. cabecea, descruzando brazos antes de encararla correctamente. ' ¿será que extrañas a los guardias? ' @briannva
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sinfonia-relativa · 2 years
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Noches de insomnio
Julia despertó a las 3 de la mañana cuando escuchó unos ruidos raros en la entrada de su casa que se podían oír desde el segundo piso en su habitación. Abrió los ojos en medio de la oscuridad y se asomó a la ventana y vió la sombra de un hombre tratando de forzar la puerta de entrada, muy asustada prendió la luz del porche y el hombre se percató de que alguien estaba despierto así que se fué sigilosamente.
Pero para Julia no fue tan fácil como para ese hombre hacer de cuenta que nada había pasado, ella comenzó a sufrir de insomnio y a pasar las noches en vela sentada en la ventana de su cuarto esperando cualquier sonido extraño, casi haciendo una guardia. Incluso ya sabía cuáles eran los horarios de los vecinos, que uno dormía exactamente cuando el reloj daba las 12 y el de la casa diagonal se despertaba a las 3 de la mañana a ver televisión, lo sabía porque veia el reflejo del televisor en la ventana por una hora hasta que volvía a dormir, sabía que el repartidor de periódicos llegaba a la casa vecina a las 4 y que había un hombre que salía a entrenar a las 4:30 sin falta.
La falta de sueño comenzó a afectar a Julia, tanto que ya no sabía que sonidos eran reales y cuáles no, cuando empezaba a cerrar los ojos oía un gran estruendo y se despertaba sobresaltada, sin saber que hacer, mirando de nuevo por la ventana y luego corría sin tiempo de ponerse sus pantuflas al cuarto contiguo que tenia vista al patio trasero donde no habían casas y reinaba la oscuridad. No se veía ni se oía nada.
Lo poco que dormía soñaba que aquel hombre entraba a su casa y la asesinaba regando su sangre por todas las paredes y despertaba sobresaltada, con el corazón acelerado y un pequeño tic en el ojo, por eso mismo en su trabajo empezó a fallar, la falta de sueño le estaba cobrando factura. Cuando llegaba la noche veía sospechosos en todas partes, se apresuraba a asegurar las puertas con todos los seguros posibles, las peores noches eran las noches de tormenta pues todo se oía más espeluznante, los pasos de los indigentes y los noctámbulos, al menor ruido llamaba a la policía, hasta que dejaron de atender sus llamados porque decían que era una mujer desquiciada y fuera de juicio que veía cosas donde no las había.
Una noche, después de muchas de sueño casi nulo Julia fue quedándose dormida y cayó como piedra, tanto que no escucho el chirriar de la puerta, ni los crujidos de la madera con cada paso, solo pudo escuchar la respiración de aquel individuo cuando se acercó a su cama, pero ella siempre estaba preparada, abrió los ojos y en medio de la oscuridad y del sobresalto de no saber si era otra pesadilla o era real lanzó de un zarpazo el cuchillo a la sombra gigante que estaba al borde de su cama, que esquivo el hombre, mucho más grande que ella con gran precisión, se abalanzó sobre ella, tratando de quitarle el cuchillo, pero en medio del forcejeo ella, con el mango aún en su poder, soltó el cuchillo y usó la inercia para que las leyes de la física terminarán de hacer su trabajo, clavándolo en la integridad del intruso e hiriendo de muerte al hombre.
Cuando la policía apareció en la escena y por fin la tomó en serio ella estaba visiblemente afectada, tomaron su declaración y le dijeron que no podía pasar la noche en casa pues se había convertido en la escena de un crimen, así que ella les pidió que la dejarán entrar por algunas pertenencias mínimas: una muda de ropa, cepillo de dientes, perfume, maquillaje y su diario para poder pasar la noche tranquila, se detuvo un poco ante la sombra de la sangre su cama, sangre que también estaba en la camisa que llevaba puesta.
Cuando llegó a la habitación del hotel tomó el diario en sus manos para escribir lo que había pasado aquella noche, pero en ese momento, cayó una foto, era ella muy sonriente en frente de aquella casa en la que acababa de ocurrir aquella horripilante escena y un hombre la tenía entre sus brazos, el mismo hombre que había salido en una bolsa negra hacía unos minutos atrás de esa misma casa ante la cual sonreían ambos sin advertir lo que pasaría tiempo después. En el reverso de la foto había una dedicatoria "un nido de amor para la mujer de mi vida", ella la tomó en sus manos mientras sonreía diabólicamente y un resplandor de la tormenta que se avecinaba iluminaba su rostro en el que aún se veían las oscuras ojeras de aquellas noches de insomnio.
Overthinker♓
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loshijosdebal · 3 months
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Capítulo V: El Festival de la Bruma pt. II
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El río Hjaal dividía Morthal en dos partes. Los vecinos de la villa se reunieron al este de la región meridional, junto a la casa de Falion. Como mago de la corte, era su deber oficiar la ceremonia. Habían colocado varias filas de bancos de madera y, mientras el pueblo tomaba asiento, Falion terminó de preparar la antorcha para bendecir el fuego. 
Cuando la ceremonia empezó, ya había caído la noche y las estrellas brillaban en el cielo. Alicent se sintió minúscula al mirar el firmamento; Maser y Secunda brillaban sobre sus cabezas en aquella noche clara, y la luz de la aurora tenía el color del tórax de las luciérnagas y de las alas azules de las mariposas.
Falion se situó frente a la hoguera que la guardia encendió para la ocasión y contempló a su audiencia. A su espalda las frías aguas del Hjaal devolvían los destellos de luz y las ramas de los sauces se mecían al paso de la brisa, dejando caer algunas hojas y creando sombras serpenteantes en el ambiente. 
—Habitantes de la comarca, nos reunimos otro año para recordar las hazañas de Magnus, el arquitecto de Mundus. —Falion giró sobre sí, encarando al fuego. Encendió la antorcha y luego alzó ambos brazos al cielo—. ¡MAGNUS! ¡Escucha nuestra voz, pues hoy recordamos tu sacrificio para que tú nos recuerdes cuando las nieblas lleguen y nos oculten a tus ojos!
Alicent se compadeció de Falion. El brujo no era una persona de multitudes y casi podía sentir su incomodidad cuando volvió a encarar al público. Era un orador terrible: dejó caer el brazo libre a un costado, donde se quedaría hasta el final del monólogo, y procedió a relatar por enésima vez el enfrentamiento que habían tenido Magnus y Molag Bal allí mismo, en la Comarca de Hjaal. 
Falion siguió contando aquella leyenda que ya se sabía de memoria. La familia de la jarl ocupaba la primera fila y Alicent pilló a Joric mirando en su dirección. Ella se había sentado en la última fila junto a Seth y desde allí podía verlos a todos. Había personas a las que no conocía demasiado, ciudadanos de las afueras que solo visitaban Morthal para conseguir suministros o, en un día como aquel día, la bendición de Magnus. 
Buscó a su madre con la mirada y la encontró junto a Thonnir. Últimamente pasan mucho tiempo juntos, pensó al ver cómo se inclinaban el uno hacia el otro para intercambiar comentarios. Su atención volvió a Seth; parecía estar absorto en la narración de Falion. 
—Las raíces de Molag Bal en nuestra comarca son profundas. Tamriel todavía era joven cuando el señor de la dominación y la esclavitud pisó por primera vez estas tierras. En esa ocasión el cruel daedra se burló de Arkay, tras arrebatarle el alma de Lamae Beolfag, quien se convertiría en la primera hija de la noche. 
Alicent se inclinó hacia Seth.
—Se refiere a los vampiros. Según las historias, Lamae vivía en esta comarca cuando conoció a Molag Bal —explicó, buscando impresionarlo. 
—Había escuchado algo al respecto —respondió él sin mirarla. 
—No conforme con la transgresión —Falion elevó la voz, haciendo un esfuerzo por hacerse escuchar por encima del murmullo de la gente y de la corriente del río—, Molag Bal decidió burlar una vez más a Arkay y retorció la magia de Tamriel para dar a sus creyentes el poder de secuestrar las almas de los difuntos. El poder de esclavizarlas, impidiendo su paso al más allá. 
—Ahora habla de los nigromantes —comentó Alicent, intentando llamar su atención de nuevo. 
Seth la ignoró por completo. A Alicent se le escapó un pequeño suspiro. Se quedó pensando en si había hecho algo mal.
—¿Tú crees que algo de lo que dice es cierto? —preguntó Seth de pronto.
La pregunta la pilló por sorpresa. 
—Pues… No lo sé. 
—Vamos, alguna opinión tendrás. ¿Crees que son ciertas? —Seth se inclinó hacia ella sin desviar la mirada de Falion.
Alicent se encogió de hombros.
—Cada vez que alguien no hace sus ofrendas, pasan cosas malas. 
Aquello captó la atención de Seth, que la miró directamente y orientó el cuerpo en su dirección. Alicent hizo lo mismo.
—¿Qué tipo de cosas malas?
—Lalette no hizo sus ofrendas el año pasado —susurró con secretismo.
—Tenía entendido que Lalette se fue por voluntad propia —replicó él.
Alicent buscó de nuevo a su madre entre el gentío, y cuando la encontró se quedó mirando a Thonnir y a Virkmund, el hijo pequeño que el hombre había tenido con Lalette. 
—Sí, pero…, no sé. Me sigue pareciendo raro. 
Seth torció el gesto. 
—¿Qué tiene de raro? —preguntó con impaciencia.
—No sé. Es raro, sin más —respondió ella, empezando a sentirse incómoda—. Me cuesta creer que dejase a su hijo por una guerra de la que nunca había hablado. Además, ya ha pasado otras veces…
Alicent se frotó el hombro con incomodidad y apartó la mirada cuando sus ojos se empañaron.
—¿Era alguien importante? —preguntó Seth, suavizando el tono.
—Sí… mi padre —confesó con la voz quebrada. 
—Vaya —dijo Seth, tras un breve silencio—. Siento haber sacado el tema —añadió con una mirada sincera—. Perdona, estoy haciendo que no te enteres de nada.
—No pasa nada. Me sé esta historia de memoria —respondió ella, tras colocar un mechón de pelo tras la oreja. 
Seth miró hacia Falion por un momento, antes de devolverle la atención.
—Entonces, prefiero que me la cuentes tú —contestó él.
Eso le arrancó una pequeña sonrisa. 
—No sé yo… —dudó.
Alicent bajó la mirada hacia el suelo con timidez; la mano de Seth atrapó su barbilla y la obligó a levantarla. No necesitó decir nada, su sonrisa y aquella forma de mirarla que él tenía la animaron a hablar. 
—A Magnus no le gustó mucho cómo Molag Bal usó la magia, ni tampoco que volviera a desafiar a Arkay, así que se metió en el cuerpo de uno de sus seguidores para enfrentarse a él y a su ejército. Aunque Magnus lo derrotó y lo desterró del pueblo por un tiempo, durante la pelea Molag Bal le arrancó un ojo. Por eso la niebla cubre Morthal durante meses. Y por eso hoy se bendice la llama de la antorcha, para que hoy nos vea y nos proteja de sus seguidores cuando esta llegue.
Seth quedó pensativo tras escuchar la historia, con la mirada fija en la antorcha que Falion sostenía. 
—Creo que debería leer más sobre las leyendas locales —giró la cabeza para mirarla una vez más—. ¿Qué me recomiendas?
Alicent negó, cabeceando en dirección a la familia de la jarl. Joric se apuró en mirar al frente.
—Eso deberías preguntárselo a Idgrod. Ella es la que sabe de libros. 
Seth asintió y volvió la vista al frente. Falion estaba terminando de narrar la batalla que habían mantenido Magnus y Molag Bal. Más que una pelea, aquello había sido la conclusión de una guerra. Tras prestar atención al mago unos minutos, tuvo la sensación de que no había explicado nada bien los hechos.
—¿Por qué nos mira así? —preguntó Seth en voz baja. 
Alicent volvió a pillar a Joric mirando hacia ellos. Esta vez se fijó en sus ojos. Parecía molesto. Enfadado.
—No te preocupes por él —murmuró Alicent, tratando de quitar hierro al asunto—. Probablemente solo se está preguntando de qué hablamos. 
—También me miró de esa manera cuando lo conocí. Creo que le molestó que su madre insinuara que tal vez Idgrod y yo deberíamos pasar tiempo juntos —contó como si nada.
Alicent lo miró con sorpresa.
—Oh —musitó, con una decepción muy mal disimulada—. Pensé que era por mí. Parecía muy enfadado cuando les hablé de… 
Seth esperó a que continuara y Alicent se puso completamente roja, consciente de que había hablado de más. 
—...¿De mí? —preguntó Seth, antes de cambiar el tono a uno más ligero—. Supongo que no vienen muchos forasteros por aquí. 
—No, no muchos —dijo Alicent, sin apartar los ojos de la hoguera—. Y tú eres el primero que se queda. 
—No es un mal sitio —reconoció. Alicent siguió su mirada, estaba puesta en su amiga—. Tal vez considere la recomendación de la jarl.
—¿De pasar tiempo con Idgrod? —preguntó ella, desanimada.
—De establecerme aquí. No tiene por qué ser con Idgrod.
Alicent giró la cabeza hacia él con rapidez y la volvió a dirigir hacia adelante casi a la misma velocidad, como si lo hubiera hecho sin querer. Sin saber qué decir, apuntó con la barbilla hacia la fogata, queriendo que Seth volviera la atención a la ceremonia.
Falion ya había terminado de contar la leyenda, así que dejó la antorcha en un soporte metálico junto a la mesa, donde lo tenía todo listo para preparar las ofrendas de los habitantes de la comarca. Colocó un cuenco y una vela, encendió esta última con la llama bendecida de la antorcha, y vertió un poco de cera derretida en el cuenco para pegar la vela al recipiente. 
—Magnus, hoy enciendo esta vela en tu nombre para rogar tu protección. Y ofrezco este pergamino a Julianos para que él me guarde cuanto tus ojos no me vean.
Falion depositó con cuidado el pergamino en el recipiente. Con la ofrenda completa, se acercó al río Hjaal y se agachó para dejar el cuenco sobre sus aguas. La ofrenda del mago se empezó a alejar lentamente, mecida por el río. 
El murmullo de las gentes de la comarca subió algunos tonos y, tan pronto la jarl se puso en pie, muchos la imitaron. Idgrod Cuervo Viejo siempre era la segunda en hacer la ofrenda. Tras eso, cada habitante de la comarca debía esperar su turno para que el mago preparase su ofrenda y, con ella, hacer su petición al aedra. 
—¿Crees que le gusto? —preguntó de la nada, con inocencia. 
Alicent buscó con la mirada a quién se refería. Alva estaba de pie unos bancos más adelante. Comentó algo a Benor y se acercó a la mesa de las ofrendas, a cuyo alrededor ya se había formado un corro. 
—¿A Alva? —Seth asintió y ella frunció el ceño—. Llegas tarde. Ya está con alguien. 
Seth siguió mirando a Alva, y Alicent dio un pequeño pisotón en el suelo, atrayendo de nuevo su atención. 
—¿Sabes? —fingió cambiar de tema—. Mamá dice que algún día heredaré la Cabaña del Taumaturgo. 
—¿En serio? —preguntó Seth—. ¿Y me harás descuento?
—Podrías incluso no pagar… 
A Seth se le escapó la risa y ella dejó de mirarlo. Además de ellos, solo quedaban un par de parejas sentadas en los bancos. Casi todos los vecinos charlaban animadamente en torno a la hoguera, esperando su turno para hacer las ofrendas. Vio a Joric salir de entre la multitud, dirigiéndose hacia donde estaban.  
Alicent recogió la ofrenda de su regazo y se puso de pie para saludar a su amigo. Seth hizo lo propio, colocándose a su lado. 
—Joric, ¿ya has hecho tu ofrenda? —preguntó Alicent como saludo. 
Joric lanzó una mirada fugaz a Seth y luego negó. Adoptó una expresión infantil, tímida e ilusionada. Joric tenía el pelo de un tono castaño ceniza y, aunque siempre lo llevaba corto y desordenado, aquel día había intentado peinarse.
—Esperaba que hiciéramos juntos nuestras ofrendas este año —propuso con la esperanza brillando en los ojos. 
Al igual que a Seth, tampoco podía dejar de mirarlo. Pero no porque estuviera guapísimo, sino porque parecía que una vaca le había lamido la cabeza.
—Claro. Seth, ¿te unes a nosotros? —lo invitó, preguntándose si tendría el mismo aspecto a sus ojos que Joric a los propios. Tímidamente se atusó el pelo.
—Me refería a nosotros. A ti y a mí —puntualizó Joric—. No quiero hacer mis ofrendas anuales con un extraño. 
—Oh, vamos Joric. No seas malo —protestó, tendiéndole la mano a Seth—. Ven… —pidió. 
Aquello le arrancó una sonrisa al chico, que tomó su mano. Los tres se acercaron a la zona de las ofrendas. Había bastante gente dispersa por los alrededores aunque la mayoría se apiñaba en torno a la mesa. Los tres chicos se apartaron un poco del grupo tras reconocer que todavía les quedaba un buen rato de espera hasta que llegara su turno. 
—¿Qué te pareció Falion este año? —preguntó Joric.
Alicent notó algo de resentimiento en su pregunta y frunció el ceño. 
—No sé, ha estado bien… como todos los años.
Joric apretó los labios. Ahora se notaba a todas luces que estaba molesto. 
—¿Ah sí? ¿De verdad escuchaste algo? Porque te vi hablando todo el rato. 
Que Joric le hablase así la molestó. Abrió la boca para responder, pero Seth fue más rápido. 
—Alicent me estaba explicando vuestras costumbres. Es bueno ver que alguien aquí tiene educación —reprochó con frialdad. 
Aquella réplica le cayó a Joric como un jarro de agua fría. Apretó los puños mirando desafiante a Seth.
—¿Tienes algún problema conmigo, Athan? 
Seth, a su lado, se llevó una mano a la cabeza y estiró los dedos para masajearse las sienes. Alicent percibió una sonrisa irritada tras su brazo. Él suspiró y luego se quedó mirando hacia la multitud. Ella siguió su mirada y se detuvo en la antorcha. La brisa había arreciado y sacudía la llama. Cada poco, Falion alzaba el brazo para encender una vela que añadir a otra ofrenda.
—¿Yo? —Seth volvió en sí de golpe, decidido a confrontar a Joric—. Parece que eres tú quien tiene un problema. Si quieres lo hablamos en privado —retó.
Joric frunció el ceño y miró a Alicent. Esta levantó los brazos, negando, pero él sacó pecho y se enfrentó a Seth. 
—Con mucho gusto, Athan. Sígueme. 
Joric caminó siguiendo el río, yendo tras las rocas y arbustos que los ocultarían del resto. Seth lo siguió mientras ella intentaba hacerlos entrar en razón.
—Chicos no seáis idiotas, es una fiesta, no hay razón para pelear.
Pero ninguno le hizo caso.
—Cuál es tu problema, Cuervo Imberbe —empezó Seth en cuanto estuvieron lo suficientemente lejos.
Pese a la oscuridad, Alicent pudo imaginar las mejillas de Joric rojas por el comentario. 
—¿Qué me has llamado, Athan? —preguntó acortando distancias, con un tono tan chillón que a Alicent le dio la sensación de que iba a pegarle.
Una energía blanca y luminosa brotó de los dedos de Seth, envolviendo sus manos.
—Joric, basta ya… —pidió ella, intentando ponerse entre los dos, enfrentándose a él. Pero éste la apartó con gentileza para volver a encarar a Seth.
—Mi problema eres tú, Athan. No me gustas. 
Seth alzó ambas cejas.
—Yo no te he hecho nada, mocoso. Que no sepas gestionar tus celos es problema tuyo, no mío.
No parecía intimidado en absoluto por la agresividad de Joric. Alicent contuvo el aliento, preparándose para intervenir si hacía falta. Por suerte, Joric se limitó a dedicarle una mueca de asco.
—Me pareces un falso, Athan. No me gusta cómo miras, ni cómo hablas, ni cómo te comportas. Y tampoco me gusta que estés todo el rato alrededor de Alicent —espetó antes de escupir frente a los pies de Seth. 
Seth respondió con un mohín de disgusto. 
—Qué vulgar… —se limitó a comentar Seth, con tanto desdén como frialdad—. ¿Así es como educa la jarl a sus hijos? 
—¡En Morthal tenemos las formas de Morthal, y no necesitamos que venga un repeinado de la ciudad a decirnos cómo comportarnos! —exclamó Joric como un resorte. 
—Si yo fuera tú, me lo pensaría dos veces antes de hablar de repeinados.
Joric la miró buscando su apoyo pero ella tardó en reaccionar, conteniendo una risa nerviosa tras el último comentario de Seth. 
—Chicos —interrumpió, queriendo evitar que las cosas siguieran escalando—, es una fiesta. No hay ninguna necesidad de… 
De pronto, el viento rugió sobre sus cabezas interrumpiendo la conversación. Aunque la luz de la hoguera brillaba tras las rocas que hacían de cortavientos, solo el fuego de la antorcha estaba bendito. Las flores entre sus manos la hicieron recordar que todavía no había hecho su ofrenda. 
—Creo que deberíamos…
—Tal vez fue un error venir, Alicent —la cortó Seth—. Está claro que estoy estropeando la fiesta para algunos. 
Las palabras de Seth acertaron en su pecho como flechas. Por aquella riña estúpida, él no estaba disfrutando del festival y quería irse. Trató de irse, pero Alicent lo sujetó de un brazo. 
—No dejaré que te vayas por culpa de Joric. 
—¡No entiendo por qué lo defiendes! —se quejó Joric, frustrado. 
—Porque a diferencia de ti, él ha demostrado respeto por nuestras tradiciones. Y tú… Tú estás actuando por celos —reprochó ella. Estaba tan mosqueada con él, que ni se paró a pensar en cómo se sentía su amigo. 
Joric la miró herido y soltó un suspiro abatido.
—Haz lo que quieras, Alicent  —y pegó una patada a una piedra y se alejó de ellos.
—Gracias —dijo Seth en un susurro.
Alicent sonrió, pero se quedó mirando cómo Joric se alejaba. En cuanto se asomó a la multitud, escucharon la voz de Idgrod.
—¡JORIC!
Aquel grito sonó igual que todas las veces que Idgrod había visto a Joric estar a punto de hacerse daño. Joric se acercó a su hermana y empezaron a hablar, y no mucho después se giró hacia Alicent alarmado. Alzó ambos brazos y los zarandeó en el aire, para que se diera prisa.
Alicent cruzó el camino de la rivera a paso rápido, hasta alcanzarlos. Tan pronto se asomó a las rocas, vio que Falion no preparaba las ofrendas solo. Los vecinos apuraban sus propias ofrendas viendo que el fuego de la antorcha era más débil ante cada zarandeo del viento. Ella y Joric intercambiaron una mirada de pánico. 
Los dos echaron a correr. Cuando Alicent llegó a la mesa Joric estaba cogiendo dos cuencos. El viento pegó otro revés y la antorcha se apagó sobre sus cabezas, dejándolos a ambos en completo silencio. A ellos y a todos los allí presentes.
Un susurro cada vez más alto se extendió por la rivera del Hjaal hasta que Brelas, un elfo oscuro que vivía en una cabaña al noroeste de Skyrim, pronunció en voz alta lo que todos estaban pensando.
—Esto tiene que ser un mal presagio. 
Brelas estaba junto a la mesa y tampoco había hecho sus ofrendas. Alicent dejó caer sus flores al suelo, desanimada. Entonces el miedo se empezó a apoderar de ella. No fue la única; algunas voces se alzaron e incluso llegó a escuchar algún llanto. 
Miró hacia Joric tras recordar que él tampoco la había hecho, justo a tiempo de ver cómo salía corriendo hacia Seth.
—Esto es culpa tuya, Athan —acusó.
Seth, que caminaba tranquilamente en su dirección, paró en seco y se cruzó de brazos. Cuando Joric llegó hasta él, le atizó un empujón. Seth se tambaleó y recuperó la postura sin hacer amago de defenderse.
—¿Mía? Fuiste tú el que empezó.
Idgrod aceleró el paso con Alicent pisándole los talones y se puso entre ambos. 
—¡Déjalo, Joric! —ordenó—. Mamá quiere verte.
—Mierda —maldijo Joric, pasándose una mano por el pelo—. Va a matarme. 
Joric les dio la espalda y se alejó. Idgrod se despidió con mirada antes de seguirlo. Hasta ese momento, Alicent no se dio cuenta de que la gente los miraba. Entendió por qué cuando atendió a los cuchicheos. 
—No puede ser coincidencia que primero llegue el chico y luego se apague la antorcha —comentó Uthna a su esposo Hroggar.
Se giró hacia Seth preocupada por cómo podría sentarle aquello y se sorprendió al darse cuenta de que tenía la atención puesta en otra parte. Siguió su mirada y se encontró la de Falion puesta en él, cargada de dudas. Cuando Seth volvió sus ojos a ella, Alicent fingió que no se había dado cuenta.
—¿Estás bien? —le preguntó Seth, ladeando la cabeza—. Pareces preocupada. 
—Yo… —musitó, con los hombros hundidos y lágrimas en los ojos—. Mi ofrenda… 
—Ha sido mi culpa —dijo Seth con arrepentimiento. Puso una mano en su hombro, la atrajo contra su cuerpo y la abrazó—. Lo siento. Hagamos una cosa. Te prometo que no dejaré que te pase nada.
Alicent alzó la cabeza sobre su pecho y le sonrió con timidez. 
—¿De verdad? —preguntó con un hilo de voz.
—De verdad. —Seth sonrió.
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