Tumgik
#entre eso y la graduación tengo la cabeza a mil
kyaruun · 1 year
Note
Tumblr media
Nya que hace Leo ahí 😭
estoy ??? leo. por qué leo no entiendo. que pasa que los leoP no sufren (sufrimos, en realidad) suficiente produciendo a leo que tiene que pasar esto dfgdfg entiendo que es el formato de misiones que hicieron con 2wink? quiero pensar. y siendo 3* debería ser sencillo de conseguir PERO. significa esto que tardarán más en sacar otro evento con leo
muchas preguntas, pocas respuestas dfgdfg
8 notes · View notes
woodlz · 3 years
Photo
Tumblr media
       Me pediste que te escribiera una carta (no sé a qué se debe esa obsesión con las cartas que te ha dado últimamente, pero voy a respetar tus deseos y a escribirla sin cuestionarte mucho más). No escribo dedicatorias así desde la primaria, y en esos casos casi siempre metía las mismas frases: “me caés super bien”, “me parecés una persona re copada”, “ojalá sigamos siendo amigas por siempre” (spoiler: no pasó), etc., etc. Y si bien todas esas frases se aplican a vos, me preocupa no llegar a los ocho párrafos que me pusiste cómo mínimo.        Para hacer la diferencia, te voy a saludar de nuevo: ¡feliz navidad! (aunque ya no estamos en navidad). Si no me equivoco este es el cuarto año que pasamos las fiestas “juntas”, porque nos empezamos a hablar por el dos mil dieciséis, ¿no? Aunque las dos sepamos de la existencia de la otra desde mucho antes. Desperdiciamos muchos años siendo la enemiga de la otra, juzgándonos sin conocernos, encontrando o buscando motivos para caernos mal, como tal vez seguimos haciendo ahora con otras personas que, quién sabe, quizás más adelante se volverán nuestras amigas, porque algo que aprendí gracias a que te conocí, es que la vida a veces da giros inesperados. A veces son malos, como esa vez en la que la amiga de la que les presumía a vos y a Dai resultó siendo una catfisher, y a veces son buenos, como lo es el que hayamos terminado siendo amigas.         Estoy empezando a pensar que tal vez no fue tan mala idea que me pidieras que te haga una carta, porque ahora que lo pienso, las únicas veces que nos decimos lo que piensa la una de la otra es cuando peleamos o nos enojamos, y ocasionalmente cuando estás ebria. La culpa es tuya, obviamente, porque no te gustan esas joterías y adorás la dinámica de molestarnos mutuamente y golpearnos con el gif del conejo. Pero creo que no hay muchas cosas que no te haya dicho nunca; te dije varias veces que con vos aprendí mucho, y es verdad. Sos mil veces más madura que yo, más centrada, tenés una perspectiva muy distinta de la mía y el aprender a entender la manera en que vos ves las cosas me ha ayudado a abrir la mente un poco más. Aunque a veces parezca que no acepto tus consejos o no quiero implementarlos, todo lo que decís, sobre todo cuando tenemos opiniones distinta u opuestas, siempre se me queda grabado en la mente. Creo que es porque te respeto mucho como persona, y a veces oponerme a lo que vos pensás es como ir en contra de esas ideologías o valores que creo ver en vos, que son lo que me hace considerarte una persona preciosa, e inevitablemente me ponen a mí en la otra vereda y hacen que me cuestione mi existencia completa. En este mismo momento, de hecho, sé que hay algunas opiniones en las que no coincidimos y aun así me pregunto si no estaré haciendo mal al no asumir que vos tenés la razón. Antes me decías que yo te “idealizo” y por eso pienso o me siento de esa forma cada vez que tenemos diferencias de algún tipo, y no sé si es idealizar, porque no es que pienso que no te podés equivocar nunca, o no pongo en duda tu opinión. Lo que pasa es que lo que opines me pesa mucho porque creo conocerte como persona y entender cómo o por qué pensás de ese modo, y no puedo encontrar motivaciones maliciosas o malintencionadas en vos, ni siquiera inconscientes, porque nunca me has demostrado tenerlas. Y podés decir de nuevo que te idealizo, al final la única que se conoce al cien por ciento sos vos (aunque el juicio que uno tiene sobre sí mismo casi siempre es demasiado duro, y seguro vos no podés asumir ni la mitad de lo hermosa que sos), pero sé que no te estoy percibiendo equivocadamente porque no conozco a alguien que no coincida conmigo en que sos un solcito, una persona demasiado buena para este mundo. Tenés tus momentos de maldad, obviamente, todos necesitamos a veces ser un poquito malos y a vos te gusta jugar con la inocencia de la gente y hacer que te confiesen de quiénes les tocó ser santas secretos para luego no decirles quién te tocó a vos. O ganarte la confianza de seres ingenuos como yo en Among Us y después acuchillarlas (o acuchillarme) por la espalda, o dejarle la parte fea de los matchings a las personas que te aceptan cualquier cosa (yo de nuevo), o despertar temprano con tus poderes de soulmate a alguien que se durmió a las seis de la mañana (yop).  Y aunque en el momento me den ganas de partirte tu madre, al final del día son esas cosas de vos las que me llevan a quererte tanto (soné re masoquista pero es que me resulta gracioso cuando hacés maldades y después te tentás sola al ver el desmadre que causaste). Además, muchas de esas cosas con el tiempo se vuelven en anécdotas divertidas que me confirman que los años que pasé empuñando la mano ante la mención de tu nombre fueron un desperdicio. No sé si el conocerte antes habría cambiado algo, pero no recuerdo de qué me reía cuando no estaban ni vos ni Jackson.        A mí me gusta preguntarle a las cartas de Shushu qué va a ser de nosotras en el futuro, si seguiremos siendo amigas, o si finalmente te vas a hartar de mí y vas a decidir dejar de soportarme, tal vez porque simplemente soy ansiosa y así como me gusta ver cuántas páginas del apunte me faltan para terminar de estudiar un tema, también me gusta adelantarme a pensar en lo que va a pasar mañana con las cosas y las personas que tengo ahora. A mí me gustaría que seamos m.a.p.s. como ponía en mis cartitas de cuando era una cría, y a diferencia de esos casos, no me cuesta ser optimista con vos, porque son muchas las cosas que nos unen y hasta ahora nada de lo que nos distanció consiguió ser permanente, y creo que conseguimos resolver todos los problemas que tuvimos. Y si no es así, sabés que me encanta hablar y hablar hasta encontrarle una solución a las cosas, así que espero que me lo digas.        Volviendo la tema del futuro, no se lo preguntaré a las cartas, pero te lo voy a preguntar a vos: ¿crees que habrá diferencias irreconciliables entre vos y yo, o podremos estar juntas hasta que la muerte nos separe? Sé que no me querés invitar a tu graduación, y pretendés prohibirle a tu madre que me deje entrar a tu casa. ¿Y te acordás cuando dijiste que en Buenos Aires había mucha gente, como para que vaya yo también? (Hablabas de tu casa, pensando que me quería mudar con vos, pero me gusta omitir la parte en la que te confundiste para hacerte quedar mal). De todas formas, y aunque sea por siempre a la distancia y a través de internet, a mí me gusta pensar que algún día vas a comentarme las opciones de nombres que tenés para tu décimo hijo, y vas a ignorar cuando te diga que son horribles para igual bautizar a esas pobres criaturas con un nombre como el de tus personajes. Pero si estoy siendo demasiado ambiciosa, o si vos soñás con un futuro en el que sólo me conserves como parte del recuerdo de un pasado que dejaste atrás para vivir de la forma en que más te llena, sé que aunque nos separemos siempre te voy a querer y a extrañar, y siempre me voy a preguntar qué fue de tu vida, deseando siempre que estés rodeada de gente que te hace tan bien y que te pone tan feliz como Jihun cuando hace alguna taradez. Porque incluso ahora, que hablamos todos los días, me acuerdo de vos con cosas tan pequeñitas y tontas que se me hace imposible imaginarme un futuro en el que no vea una remera de chanyeol y piense en vos. Y porque también sé que cada vez que nos enojamos y dejamos de hablarnos, siempre que pensé en vos nunca lo hice con rencores o con enojo, sino más bien con tristeza. Y sé que aunque nos enojemos nunca voy a no-querer que te vaya bien en todo. Te merecés una vida así, llena de éxitos y momentos bonitos, sentirte completa y satisfecha con lo que sos y lo que tenés, cómoda, contenta, y de verdad espero que, donde sea que estemos ambas de acá a una o varias decenas de años, tengas todo lo que te merecés por ser una persona tan preciosa.         No sé por qué de repente parece que me estoy despidiendo, ¿será mi cerebro que detecta los restos del covid en mi cuerpo y anticipa que pronto me convertiré en zombie? Por las dudas aclaro que no tengo intenciones de alejarme de vos, y nunca las voy a tener. Si alguna vez llegás a pensar: “¿será que Pamela ya no quiere ser mi amiga?” o algo similar, girá tu cabeza hacia la pared en la que tengas colgada esta carta (ahí donde va a estar después de que la imprimas y la enmarques como debe ser), para que te sirva de recordatorio de que no, siempre voy a querer ser tu amiga. Te considero super importante en mi vida y me hace muy bien tenerte cerca. Más allá de todo lo que vos me das como amiga, que es un montón y lo aprecio mucho (pero no voy a mencionar en esta carta porque no quiero que se vuelva sobre mí), el simple hecho de leerte, saber de vos, que me cuentes algo sobre las cosas que te gustan, o verte boludeando por ahí con alguna cosa nueva, me alegra un poquito más el día. Estoy empezando a sonar como una K-pop stan haciéndole una dedicatoria a un idol, pero es que sos una personita hermosa que no se merece todo ese hate #RespectMaca.         Creo que no voy a llegar a los ocho párrafos, aunque sé que podría, porque quizás te da flojera leer y al final más que un regalo termina siendo un castigo. ¿Te dije algo nuevo en esta carta? Yo pienso que no, tal vez sólo te repetí cosas que te dije en oportunidades menos felices que esta, pero no me pusiste reglas más allá del número de párrafos (que ni siquiera respeté) y tal vez está bueno recordarte de vez en cuando todo lo que te dije acá.         Ahora mi temor es que te pase la carta y tu respuesta sea: [meme de mucho texto] y hayas pasado meses planeando esta broma. Si lo hacés, te bloquearé. 
Bueno, finalmente, me despido. Te a-word, Pame.
7 notes · View notes
exoficsspanish · 4 years
Text
Mente y Corazón
Tumblr media
Byun Baekhyun x Lectora
 Angst/Slice of life
Número de palabras: 2714
Masterlist
“Estas llamando al teléfono de Byun Baekhyun si no te he contestado ha sido por qué estoy muy ocupado pero me encantaría regresar y escuchar tu voz... así que deja tu mensaje...BEEP”
-Baekhyun- tu voz se escuchaba demasiado baja, como si tuvieras miedo de qué te pudieras romper en pedazos si subias más tu tono, el sonido del aeropuerto ahogaba tu nerviosismo, tomaste más aire y seguiste - Ya no puedo seguir con esto- dijiste, recordando como estos últimos meses había sido una pesadilla. 
¿Por qué? 
Sencillo eras su mejor amiga…
Byun Baekhyun había sido una constante en tu vida, desde los cinco años han estado juntos, riendo por las mismas cosas, pasar los días bajo el sol con el, las tardes lluviosas tomando chocolate caliente en su pórtico, y en las noches verlo jugar videojuegos. 
Si pudieras comparar a Baekhyun a algo seria al sol, iluminaba tu vida, te hacia muy feliz, era la causa de tus salidas de casa, tener más amigos, incluso casi no podías verlo a los ojos con miedo de que te dejará ciega con lo increíble que era.
Como siempre cuando llegó la adolescencia y los cambios, los sentimientos comenzaron a fluir, hacías menos tu sentir, cuando tu corazón comenzaba a latir estando con él, te decías a ti misma qué simplemente estabas confundida, esto pasaría como el crush que tuviste por otro niño en primaria, cuando la universidad los separó de alguna extraña a pesar que Baekhyun era una persona popular siguió conservando tu amistad y los sentimientos seguían sin cambiar.
 Cuando la gente se acostumbra a ti como constante, te vuelves eso, una costumbre, una cosa, un objeto, sabías qué Baekhyun te quería pero nunca al punto de cómo quería a los demás, eras simplemente un accesorio, una pared a la cual podía tirar sus pensamientos y rebotaban para él, una cosa que siempre tuvo y nunca lo ha dejado.
No era su culpa sino tuya, te habías puesto demasiadas veces debajo de él, quien en su santo juicio compara alguien a un sol, tu misma te pusiste una sentencia para toda la eternidad de ser el todo y nada para Baekhyun.
Querido
Fue en un verano, cuando los dos podían volver a recrear una realidad distinta donde seguían siendo amigos sin separarse, sin miles de kilómetros separándolos, tu corazón latía a mil por hora, lo ignoraste, veías las estrellas con el, música de fondo sonaba de su coche, el capote de su automóvil estaba frío pero no te importaba porque estabas con él, pero como siempre Baekhyun tenía ideas, planes, metas, los cuales muy pocas veces te incluían porque ya eras algo seguro en su vida.
-Me iré a Francia de intercambio- dijo con un tono de felicidad 
-¿Qué?- querías decir muchas cosas, por ejemplo ¿cuando había tomado la decisión? ¿por qué lo estaba siendo? ¿qué tenía de bueno Francia, pero de nuevo te traicionaste a ti misma y soltaste una risa fingida? - Estoy tan feliz por ti Baekhyun- lo abrazaste tratando de aferrarte a él a lo cual correspondió tu abrazo pero te soltó sin remordimiento como siempre, seguro que estarás ahí siempre.
-Lo sé, exactamente iré a a Lyon, mi universidad tiene un programa de colaboración….- todo lo demás de la conversación se convirtió en ruido blanco, tu corazón no podía entender lo que sucedía 
Lo ayudaste a empacar, su hermano te pregunto  si estarías bien sin tu mejor amigo a lo que dijiste que sí porque confiabas qué Baekhyun y tu serian amigos, algo en su rostro reflejaba tristeza pero lo ignoraste.
-Eres la mejor amiga del mundo, incluso mis padres se opusieron, pero tu fuiste la única que me apoyó-  asentiste con la cabeza, estaban sentados en una cafetería, era su último día en la ciudad donde los dos crecieron y por fin tu corazón saltó ante la oportunidad sin dejarse dominar por tu mente.
-¿Qué pasaría si no quisiera seguir siendo solo tu amiga?- las palabras fueron automáticas, lo que te dolió fue la respuesta de tu amigo, un resuello de risa.
-No hablas en serio, nosotros dos juntos- Baekhyun era una persona traviesa, simpática y graciosa sin necesidad de intentarlo pero en este momento una respuesta así no te servía 
-Lo digo en serio me gustas desde que tengo catorce Baekhyun- a lo que él te vio como si estuvieras diciendo que tenías otro brazo
-Qué ...dices- volvió a reír pero esta vez de nerviosismo
-No es necesario que digas mas , entiendo, no me ves de esa manera- tu mente regresó a su lugar volviendo a callar a tu corazón 
-No, es solo que parece un concepto demasiado extraño el saber que te gusto de esa manera, una persona que sabe qué me comía los mocos a los 4 años o qué vio como mi alergia a los pepinos - él subió los hombros y tu corazón se enojo de que Baekhyun estuviera dando un tono casual a la conversación cuando tu estabas mostrando tu sentir.
-Baekhyun…- comenzaste a decir pero fuiste callada con su mano en la tuya 
-Es un año en Lyon, no puedo prometer nada pero podemos intentarlo cuando regrese- dijo el mirándote a los ojos sin duda, con seriedad y una sonrisa que prometía tregua para tu mente y tu corazón.
-Ok- escondiste tu sentir y el soltó otro resuello para volver a hablar de un cómic
Esas palabras, esa promesa te ato a él aún más, lo compararías como la cuerda roja del destino.
Le dijiste adiós con una nariz roja por tanto  llorar y él te dijo adiós con una sonrisa incluso mientras lloraba
Los mensajes no pararon incluso en distintas zonas horarias, el tono que ocupaba en los mensajes no era el mismo esta vez ponía un poco más de empeño en tomarte en cuenta, en notarte, preguntarte, conocerte aun mas, verte en otra luz.
Las llamadas eran cada semana, por ejemplo un dia te llamó la noche antes de tu examen, no te importó desvelarte mientras el lloraba porque no sabía qué iba  hacer para acostumbrarse a otras personas, le dijiste que siempre estarías para el, que  poco a poco se acostumbraba, que todos estaban apoyándolo desde su hogar. Te referiste a ti misma como su hogar, como su casa, su refugio, el sorbió sus mocos y sus lágrimas, dándote las lagrimas, tu mente quiso ignorar que de nuevo te habías vuelto un objeto por el.
Le recomendaste unirse algún club, el se rio contigo y dijo que buscaría uno de videojuegos, lo animaste y colgó cuando se sintió mejor.
Idiota
Tu lo habías guiado hacia alguien más, se llamaba Elise (Si, como la Elise de  Beethoven) integrante del club de videojuegos, ella jugaba con Baekhyun, ella en vez de verlo reírse lo hacía reírse, lo veía a los ojos como un igual, a diferencia de ti se integró a su círculo de amigos en Francia, logró en dos meses volverse el centro del universo para Baekhyun y él la dejó. 
Sabías qué sonabas a un monstruo verde por la envidia ¿qué había pasado contigo? bueno fácil, volviste a traicionarte, cuando él te llamó arrepentido para decirte que la promesa quedaría como un recuerdo nada más, dijiste tranquilo, disfruta tu tiempo con ella, vive lo que estás sintiendo, pero guardaste en tu boca los reproches y maldiciones para después pasarte las noches llorando por lo tonta que eras.
Tenías merecido el perder a Baekhyun porque hasta en eso eres una cobarde, te hacías menos a ti misma, eres igual a Éponine, un personaje más, qué solo servía para darle sabor a la historia de amor entre Marius y Cosette.
El año había terminado y con lágrimas por teléfono Baekhyun te había dicho que todo había terminado con Elise, lo consolaste pero cuando colgaste tenías una sonrisa te hacía ver como el gato que se robo la leche.. 
Por cargarte a ti
Baekhyun se presento un mes después de su llegada a tu puerta, le abriste tu dormitorio, corriste a tu roomie, él estaba con los ojos rojos como si llorara todo el tiempo, te dijo que no podía y besó tus labios en desesperación intentando encontrar algo en ti, para ti habían sonado campanas y fuegos artificiales, así qué le devolviste otro beso. 
-Te quiero - dijo él, te besó de nuevo, beso tus heridas, ya no importaba tu mente diciéndote qué querer no es igual al amarte o tu corazón dando palpitaciones de felicidad, solo existías para él y  entregaste tu ser.
Cuando llegó la mañana él tenía la cabeza en sus manos, quisiste abrazarlo, mencionó el no tocarlo, lamentaba haberte hecho pensar qué había algo más, no sabía qué estaba pensando, pedía disculpas pero tu corazón decía que no había nada que disculpar pero tu mente fue rápida en comprender...Solo te había utilizado para intentar olvidar y se fue, dejándote con un hoyo en el pecho, la cuerda que te unia a el dejo de ser un lazo del destino y una cadena de perro, eres una tonta, te gritaba tu mente y tu corazón solo podía gimotear de dolor. 
Y tu parte de la culpa
Baekhyun no te contactó, no te pidió tu opinión para irse a Francia de nuevo, solo fue cuando viste en facebook una foto de el con Elise sonriendo, ella mostraba un gran anillo en su mano,qué comprendiste de nuevo,  tu mente se encargó de racionalizar todo, pusiste un me gusta en la foto y cerraste todo.
Llegó el día de tu graduación, tus papas estaban sonrientes mientras llamaban tu nombre, seguías fingiendo, tu mejor amiga rogaba porque sacaras todo lo que sentías pero no podías, el collar de perro qué tenías puesto tenía el nombre de Baekhyun grabado en tu corazón, la alegría no se reflejó en tus ojos, subiste la foto a Facebook y recibiste un me encanta de Baekhyun y tu corazón soltó un brinco.
De pronto una ventana de mensaje se abrió.
“Te ves hermosa en tu foto” 
Escribió para ti con un corazón a lo que rápido contestaste, Mente nublada y Corazón sangrante para Baekhyun.
Baekhyun
Tenías un trabajo que te ponía arriba de la mayoría de las personas, un buen departamento, y un mejor amigo qué hizo como si nada hubiera pasado esa noche de octubre. Abriste tu buzón para encontrarte con revistas, recibos de luz, teléfono y un sobre azul con tu nombre. Con piernas cansadas subiste a casa, saludaste a tu planta casi muerta en la entrada, ignoraste a tu vecina, decidiste abrir el sobre más interesante.
Te encontraste con la invitación a la boda de Baekhyun, una foto de el sonriendo con su próxima esposa, y un número para confirmar tu asistencia.
El corazón que había estado dormido se cayó de la sorpresa y se rompió, la cadena que lo sostenía jaló la carne en donde debería estar tu corazón. Tu celular sonó viste el mensaje de Baekhyun en facebook 
“Espero que puedas venir, hace mucho que no te veo y me gustaría que estuvieras conmigo como en los viejos tiempos”
Corazón estaba sangrando, y a pesar de que en el celular caían tus lágrimas, Mente se encargó de contestar qué obviamente estarías ahí.
Es que estoy sola
Lo cual nos trae al momento en el que estás, tu maleta de dos días, un boleto de avión en tus manos, Mente arrastraba a Corazón el cual estaba muriendo con cada paso que dabas para asistir a su funeral. 
El celular sonó, notaste el mensaje del hermano de Baekhyun
“Estamos en la sala de espera de la terminal” 
No sabías qué harías para enfrentar a su familia, no después de que en la navidad anterior sus padres compartieron la fecha con los tuyos pudiste notar como su mamá te miraba con lastima temiendo que en cualquier momento lloraras al ver la silla vacía de Baekhyun y ningún regalo de su parte para ti, ya que se había ido a visitar a la familia de Elise.
Tomaste aire, ibas a seguir caminando cuando escuchaste la conversación de una chica 
“Tu crees que está en una broma, vete al carajo, no quiero seguir contigo, eres un maldito, te odio, te odio, métete tus sentimientos por el trasero, maldito infiel de pacotilla” ella golpeó el teléfono público, que de alguna extraña manera aún seguía en la terminal, Corazón curioso volvió a palpitar y Mente por primera vez también se interesó.
-Te daré un consejo, manda al diablo a los hombres- dijo ella llevándose su abrigo enorme a lo que tu solo pensabas que querías ser como ella.
Tu celular sonó, notaste un mensaje de Baekhyun 
“Mis papas me avisaron que ya están en la terminal, ¿dónde estás? ¿te falta mucho por llegar? muero por verte, Elise no para de estar nerviosa, dice que es más difícil conocerte a ti qué cuando conoció a mis padres porque hablo demasiado de ti, no sabe lo qué le espera, eres todo un huracán”
Tomaste cambio de tus bolsillos, con decisión marcaste el numero, sabías qué Baekhyun no contestaba a ningún número que él no conociera, así que el buzón de voz fue el qué te saludó.
-Baekhyun- tu voz se escuchaba demasiado baja, como si tuvieras miedo de qué te pudieras romper en pedazos si subías más tu tono, el sonido del aeropuerto ahogaba tu nerviosismo, tomaste más aire y seguiste - Ya no puedo seguir con esto- dijiste, recordando como estos últimos meses había sido una pesadilla. 
-No puedo seguir siendo una mascota para ti, que utilizas cada vez que lo necesitas, ni puedo seguir siento tu pañuelo de lagrimas, un hombro para que te recargues, la pared a la cual golpees cuando estés molesto, me duele ser el objeto que quieras, te atreviste a decirme que me querías, me hiciste sentir bien y luego me tiraste cuando cumplí tu capricho, ¡ya no puedo!- tus lágrimas corrían, Corazón parecía desangrarse en el suelo, Mente poniéndole coherencia a tu pensamiento y a la vez intentando parar a Corazón. 
-Ya no te amo, no amo a la persona que te has convertido desde qué tienes veinte, ni siquiera soporto ser tu amiga, no sé porque sigo detrás de ti, supongo que es porque ya me acostumbre a ser una cosa, y no un Ser Humano, ya no puedo más, por favor déjame, no me busques, ¡detente! si realmente soy tu amiga déjame irme con la poca dignidad que acabo de recuperar en el aeropuerto, no puedo seguir obligando a mi corazón a  seguir sangrando por ti- tomaste otro respiro, Mente parecía pegar con desesperación el suelo esperando a que recuperes la cordura, pero Corazón jalaba más para que dijeras lo que tenías que decir desde hace mucho.
-Te amo Baekhyun y si me quieres conservar en tu vida yo no quiero un papel secundario, quiero tener el papel protagónico, quiero tu tiempo, quiero ser tu todo, aunque me mates de tristeza, te amo, respiro por ti, pero, no es sano, ¡por favor! ¡por favor déjame!- colgaste el teléfono, jalaste tu abrigo que se había atrapado con las ruedas de tu maleta, con la cabeza en alto seguiste caminando a la salida del aeropuerto, a lo lejos escuchaste qué el hermano de Baekhyun te preguntaba a donde ibas, pero cuando volteaste a verlo, sabías que el entendía, por primera vez negó al verte y solo te dijo adiós a lo que también le dijiste adiós. 
Pero
El sol se estaba poniendo en el horizonte, tratabas de encontrar un taxi desocupado, cuando tu celular comenzó a sonar notaste que Baekhyun llamaba, suspiraste frustrada, Mente suspiro contigo, Corazón gimió de nuevo, los tres sabían qué significaba, pero ya era demasiado cansancio,  esta vez pateaste el celular, lo destruiste con tu tacón, con tu maleta, con tu bolsa y cuando quedó irreconocible, con la pantalla completamente rota sin que se pudiera ver nada, sacaste el chip, lo rompiste cortándote las yemas de los dedos y sin remordimiento lo tiraste al bote de basura. 
Recogiste a Corazón quitando la cadena que pesaba en el y a Mente le diste el abrazo que quería desde niña, viste que la misma chica de hace unos minutos esperaba otro taxi, ella sonrió como si reconociera a otra mujer construyéndose de nuevo..
-Los hombres apestan- te ofreció su cigarro
Tu con tu mano ensangrentada, tu mente donde debería de estar y tu corazón intentando tener un respiro sonreíste y dijiste 
-Ni me lo digas- suspiraste por fin libre.
¿Por que?
Querido idiota,  por cargarte a ti y a tu parte de la culpa,  Baekhyun, es que estoy sola pero libre...
8 notes · View notes
petiterebellefleur · 5 years
Text
Disertación sobre el machismo entre mujeres.
ADVERTENCIA: El título no tiene nada que ver con el texto. Seguramente usé las palabras equivocadas. La verdad es que quería tu atención. 
¿Seguís leyendo?
Cuando tenía dieciséis años (o diecisiete, no importa), nos tocó escribir una redacción planeando nuestra vida desde el día siguiente a la fiesta de graduación. En ese entonces no me había sincerado conmigo misma con lo que realmente quería hacer con mi vida así que escribí puras abstracciones. Nos teníamos que proyectar en diversos ámbitos de nuestra vida: profesional, personal, familiar... ya se pueden el cuento, ¿no?
No sé por qué era trabajo grupal. A pesar de que el escrito era individual, había que leerlo a los compañeros para ponerte parte de la nota (porque no se puede hacer omisión del maestro y su autoridad, sin sarcasmo). Después de leer el mío, el único comentario que recuerdo hasta la fecha fue de una compañera (que ya no he vuelto a ver btw), refiriéndose a una oración que hablaba verdades entre las mil ambigüedades que redacté para ganarme la nota y para seguirme mintiendo a mí misma: un niño no es el fin del mundo ni el mundo entero. Ella me dijo que no sabía de lo que estaba hablando porque nunca había estado enamorada. 
En su momento (y sigue siendo maña mía) no le respondí el comentario. No quise tomarle importancia. Pero empezó a darme vueltas en la cabeza, a crecer hasta llevarme a la duda. ¿Y si los niños sí son el mundo entero? ¿y si nunca me enamoro? ¿y si nunca se enamoran de mí? Sigo sin responderle. Quizás la inquietud no tenía que resolvérsela a ella sino a mí misma. 
Más adelante vino la vida, la universidad, la pseudoindependencia con su pseudoautonomía y sigo sin haberme enamorado. Sigo soltera. No soy menos mujer ni menos nada por eso. No me he vuelto loca ni me he deprimido (al menos ya no con esa solemne seriedad de la adolescencia). No tengo nada malo. No tengo por qué seguirme justificando ni dando explicaciones. 
Claro, soy humana. A veces conozco a un chero, me parece interesante, le hablo y exploro, me aburro y se acaba todo. No me disculpo por la falta de tacto, c’est la vie. También, a veces, me siento sola (pero no incompleta) y fantaseo escenarios con “él”, siempre siendo plenamente consciente de que no existe y de que las cosas llegan cuando no se buscan. Si ando en la búsqueda no me dejaría sorprender, ¿o sí? La vida es una tómbola y nunca se sabe lo que te puede pasar... C’est la vie!
Sé que el título dice “machismo entre mujeres” y de momento esto no tiene mucha relación. Pero solo se me ocurrió que desde esta experiencia puedo hablar del tema. 
¿Por qué, si no tengo novio, no puedo hablar de amor? ¿Por qué, si uso una falda corta, me lo ando buscando? ¿Por qué, si tengo más amigos que amigas, soy una puta? ¿Por qué nos ponemos tanta presión? ¿Por qué no podemos solo aceptarnos como válidas y ya? ¿Por qué entre más escenarios donde seamos accesorios, mejor y mayor es nuestro valor? ¿Por qué nos juzgamos por las decisiones que tomamos? ¿Por qué tanta etiqueta? ¿Por qué nos complicamos tanto? 
Antes me pasaba muy seguido que me sentía juzgada. Ciertas risitas, miradas, suspiros y gestos me hacían sentir menos que el resto. Quizás por cómo andaba vestida, por lo que decía, por lo que opinaba, por lo que me gustaba... Ahora ya no me pasa eso. No sé si porque las personas son otras, porque he crecido o por alguna razón que no se me ocurre mientras escribo esto. No quiero que me vuelva a pasar. No quiero sentirme insegura. No quiero, otra vez, dar explicaciones. No quiero estar a la defensiva. No me quiero pelear pero tampoco me quiero quedar callada. No quiero que solo mujeres se identifiquen conmigo. No quiero sentirme elevada en un pedestal. No quiero que me vean frágil e impotente. No quiero ser un objeto. No quiero protestar con las tetas al aire condenando a los hombres solo por haber nacido. No quiero usar ropa ajustada para conseguir la validación del cuerpo femenino. No quiero estar ni en un extremo ni en el otro. No quiero incitar a la revolución. ¿Qué quiero? A saber.
He tirado la primera piedra. No estoy libre de pecado porque he crecido en una sociedad machista y a veces me cuesta no dejar la lengua suelta y no decir todo lo que me pasa por la cabeza. Me cuesta no condenar a hombres y a mujeres. Repito, solo he tirado una piedra. Según las leyes de Newton esa piedra va a regresar al suelo de donde la recogí. Es la gravedad. C’est la vie. Este escrito va a quedar en tu cabeza un par de días y luego la vida se encargará de que lo olvidés o de que ya no te importe tanto. Lo mismo me va a pasar a mí. Esto solo es un flujo de conciencia en un determinado tiempo escribiéndose en un bloc de notas del celular. 
Y ya, es todo.
9 notes · View notes
deliaha · 5 years
Text
To be continued... Parte 2
Por un segundo dije algún día quiero saber que alguien se exprese de mi, como si yo fuera lo mejor de la vida. Y por supuesto que lo he escuchado pero no de quién yo deseo.
Fue nuestra fiesta de despedida por parte del área y la verdad tenía demasiadas ganas de tomar, por mi cabeza tenía un y mil cosas que quería que se ahogaran, así que tome la brillante decisión de beber con los jefes jajaja, termine tan mal que resulta que llegue haciendo desfiguros a mi habitación, pero, antes de eso, cuando mi mente ya estaba dando vueltas platique con él y no sé cómo o qué diablos paso, que me terminó invitando a su graduación, me saque cabron de onda porque para mí eso es demasiado importante, después entendí que para él era una fiesta más de todas las que tiene en su vida, pero en mi cerebro se prendió una alerta de HUYE AHORAAAAA. Al siguiente día quise olvidar todo pero no pude, seguía con esa laguna mental de saber si eso realmente había pasado o no, así que busque cualquier excusa (un meme) para preguntarle y lo hice y fue ahí cuando realmente empezó todo ( al menos para mí) .
Empezamos a platicar más y más en la oficina, ambos habíamos perdido la pena, empezamos a hablar de cosas personales y nos empezamos a interesar en el otro, nuestros compañeros de trabajo ya nos empezaban a odiar por estar todo el día bla bla bla bla, conectamos tan pero tan bien que fue algo realmente lindo, suelo tener amigos si, pero con el conecte tan rápido, en cuestión de dos o tres semanas le había abierto mi corazón y le conté cosas que se supone muy pocos saben, recuerdo la primera vez que me trajo a casa no se, para mí fue lindo, los temas de conversación no acababan, en mi mente pasaban mil u un cosas entre ellas, porque tiene estás acciones conmigo cuando apenas me conoce, me sorprendía bastante pero bueno yo tenía y tengo en claro que tiene novia así que cualquier tontería que mi ego quisiera creer era obvio que era una mentira, se suele confundir la amistad con algo mas y este era ese caso. Nuestras platicas por las noches eran más y más. Creo que yo ayude mucho con mi mensaje de fin de año, por supuesto que sí le dices a alguien que fue lo mejor de tu 2018, se va a sentir mega especial y no lo hice con ese fin, si no con el fin de agradecer por formar parte de mi vida, ahora que estoy escribiendo esto, me doy cuenta que tal vez si lo enrede sin querer, pero me gusta ser linda y buena onda cuando alguien me cae bien.
Llego el día de su cumpleaños y yo tenía 3 opciones realmente atractivas, 1.- ir a dormir porque la noche anterior me había aventado un buen desvelo, 2.- ver a mi novio por primera vez en el año y darle el primer beso del 2019 😍 y 3.- ir con él a festejar su cumpleaños. Organice su pastel en la oficina y me reí mucho de él porque le apenaba todo ese momento, no le di su abrazo porque no soy de dar amor a la gente, al menos que lo tenga que hacer por compromiso. Y bueno, al final decidí ir por mi tercera opción, la primera la descarte porque otro día podía descansar y la segunda porque con mi novio no estoy nada bien, y no, no crean que fue mi peor es nada, realmente quería estar con el, cuando se despidió yo dije bueno pues el tomó su decisión, pero oh sorpresa, me estaba esperando para que festejaramos con sus amigos, fue una experiencia extraña, porque apenas estoy practicando esto de socializar, pero con mi relación he aprendido que es importante ser amigo o al menos llevarse bien con los amigos de la pareja, porque son ellos parte fundamental en la vida y pueden influir bastante, además de que quiero alimentar mi ego cuando me digan que soy lo mejor que le pudo pasar en la vida o comentarios así, y si preferí verlo antes que ver a mi novio, obvio eso le causó ruido en su cabeza y no se quedó con la duda, pregunto y yo respondí, en ese momento me di cuenta que el empezó a confundirse porque yo suelo dar todo cuando alguien me interesa y creo que él no está acostumbrado a ese tipo de acciones, ahí es cuando las cosas empezaron a subir de tono y ambos sabíamos para dónde iba toda esta locura...
3 notes · View notes
becomingatree · 4 years
Text
No te creo.
CóEstoy muy enojada. Estoy enojada contigo, con la situación, conmigo, con todo. O no sé si solo estoy fed up de las cosas o todo al mismo tiempo. Lo que sí sé es que estoy que no me pinches aguanto y quiero gritar. Siento como si un león dentro de mi quisiera rugirle a toda la galaxia.
¿Por qué chingados sigues aquí? ¿Por qué? ¿Por qué me ha sido tan dificil moving on from you? Para este tiempo, ya te hubiese olvidado completamente y me hubiese ido. Por qué sigo aquí contigo? Más allá de que te vayas tú, por qué es que yo no te puedo dejar ir y sigo aquí? Por qué todavía te siento? Siento tu energía, siento tu presencia, te siento abrazandome; te veo en mi mente y tengo flashbacks de nosotras. Es tanta la intensidad que hasta llego a sentir que me abrazas; siento tu calor, te siento a ti. ¿Por qué? Tal vez todo esto está en mi cabeza. Tal vez mi cabeza solo está dando vueltas al punto de que no puede más y solo está aburrida merodeando, enfocandose en ti porque eres el único fucking tema relevante que tiene en medio de una pandemia internacional.
Para qué quieres hablar? para que lo quiero yo? ya no tiene caso, no tiene sentido. Sobre todo, porque, qué chingados más hay que hablar? NADA. Ya no hay nada. Ya no existe nada. Dead and fucking long gone. Entonces para qué chingados sigue esta energía de que te da miedo o no? Tengo muchísimas señales confusas, entre el tarot, tu, yo, nosotras.
Por qué chingados unas personas me dicen que vas a regresar? Por qué otras no? Por que si ya estamos completas, por qué sigo aquí? Por qué quieres hablar? Para qué? de qué? qué chingados te da miedo? y si quieres o ibas o vas a regresar por qué no lo haces de una puta vez? por qué tanto preambulo? Aparte de qué hablaríamos? Ya no hay nada y las cosas se dieron como se dieron. Tu haciendo tu y yo haciendo yo. Tu te fuiste, te valió verga; te valio madre y no significo absolutamente nada para ti. Igual que yo.
He visto el amor pasar, lo he visto pasar enfrente de mis ojos una y mil veces. Lo he visto pasar contra todos, contra todo, lo he visto pasar de un lado al otro del mundo lo he visto pasar en las mejores, peores y más putas raras circunstancias. Y tu? qué hiciste? NADA. NADA, ABSOLUTAMENTE NADA. Para ti todo fue muy pinches dificil. Para ti no se podía nada, para ti era imposible que 2 personas como tu y yo, de paises diferentes, pudieran funcionar, Tu dictaminaste el curso de nuestra relación, incluso cuando yo estaba contigo, pensando que esto jamás podría ser. Siempre llena de miedo y justificando todo como que estabas rota. Todo te da miedo. Corres porque te da miedo, no amas porque te da miedo, te da miedo abrir tus emociones, te da miedo sentir y entregarte, por eso prefieres solamente hoe around sin compromisos; porque no puedes. No está en ti, porque al parecer eres la única pinche persona en este universo que no puede sentir emociones, que no se puede comproter. Piensas que cualquier persona que te ame te quiere destruir; así que corres, corres y te vas antes de abrirte, antes de ser vulnerable, antes de querer y luchar por alguien. Y claramente no fui yo.
Te fuiste, me dejaste, así nadamas porque se te dio la pinche gana. Y cómo? Por qué? porque piensas que te voy a destruir por quererte. Porque no te imaginas estando con alguien que te ame y que no se va a ir. Por eso me hiciste sentir como si yo no fuera ni valiera nada; como si mi amor y todo lo que yo soy lo pudieras encontrar en otra pinche vieja, a los 5 minutos. No fui suficiente para ti, para pelear por mi. porque todo estaba a nuestro favor, todo pudo haber podido ser y todo pudo haber funcionado; pero no, y no porque no se podía si no porque tu no quisiste. Pudimos haber vivido juntas, me pude haber quedado en inglaterra por ti, pudimos haber figured out las cosas Y qué paso? nada. todo se murio y me culpaste a mi. Me echaste la culpa a mi de todo, para que tu con tus miedos y tus fantasmas y tus traumas y tu brokeness te pudieras ir corriendo a la verga y dejandome a mi como culpable de todo. Me hiciste sentir que todo era mi responsabilidad mientras te lavaste las manos para irte a coger con otras viejas. Porque a eso a lo unico que te puedes comprometer. A tener sexo, a tener a alguien alrededor de ti que no va a ser o significar nada. No me diste mi lugar, me ocultaste y me hiciste sentir que yo no era pinches nada. Que todo lo que te amé, daba y me desvivía por ti, era mi puto problema porque tu estabas tan rota y tan asustada en tus pedos que no podías hacer nada mas, no podias corresponder nada. No te diste cuenta de lo remarkable que soy y todo lo qu tenías al lado tuyo.
No obstante, me restringiste, me hiciste las cosas dificil para quererte, you fucking pushed me away every time you fucking wanted to. And I hate you for that. Me rompiste. Me rompiste porque todo lo que yo di por ti, por trabajar en nosotras, por ser para ti fue mucho y you dropped me, and I was fucking shattered into little pieces because of you. Porque de alguna puta extraña manera todo lo que di no era suficiente para ti, y de acuerdo a tus palabras, nunca me uní al circulo de personas que te apoyaban; y yo fui la de la culpa por enojarme por tener emociones, reacciones y personalidad, tu querias un pinche robot que no te dijera nada; alguien lo suficientemente comprometida contigo para salvarte y lo suficientemente libre para solo estar para tener sexo. Porque eso fui, tu pinche juguete, distracción y diversión por un año. Me hiciste sentir que todo fue mi culpa y manipulabas cada conversación, argumento, pleito, pelea, pensamiento, todo, a tu favor. Te hiciste la victima y viviste manipulandome emocionalmente de que yo te estaba destruyendo, yo te estaba hiriendo siempre. No podía hablar contigo, ni mostrarte mis sentimientos, emociones o pensamientos porque eso significaba que ya te estaba hiriendo que I was putting you down y te estaba rompiendo. fuck that, fuck you. Porque no es cierto, tu solamente viviste evadiendo. Viviste evadiendome a mi, a ti, a nosotras, a lo que teniamos, a todo. Simplemente etabas rota y querías correr, me echaste en cara y la culpa y la responsabilidad de todo lo que te paso; me hiciste creer que te destruí y te deje como the shittiest worst human in the universe, cuando eras tu la que ya te sentías así desde antes, desde siempre; Nunca fue mi culpa. Nunca fui yo. Fuiste tu y tus maneras de bloquearme, de evadirme, de quererme cuando pinches querías y de hacerme responsable y culpable de todo; lo bueno y lo malo. 
Así que para que quieres regresar, you? Para qué? para hablar de tener una amistad? de que ahora estas bien? que ya sanaste y ahora quieres que seamos amigas because you miss your fucking best friend? really? después de todo? después de cómo me dejaste? TE FUISTE. TE FUISTE A LA VERGA Y TE VALIO MADRE. ME DEJASTE, ME DEJASTE DE  HABLAR; TE VALIO VERGA BUSCARME, ARREGLAR LAS COSAS, QUERERME, LUCHAS Y TRATAR POR NOSOTRAS. NO SEÑOR, PARA TI, TE VALIÓ MADRE Y TE FUISTE Y ME DEJASTE ROTA EN MIL PEDAZOS. Así como tu ex te dejo a ti; espero te sientas pinche rogullosa de que me dejaste igual, finally, fucking all the claps for you, for doing to me what your ex did to you. For making me fucking pay something that you needed to redeem through someone else. Fuck you. Yo no me merecía eso, yo nunca me merecí nada de eso. Jamás me he merecido darlo todo con y por alguien y que esa persona solo esté buscando dejarme igual de rota y en pain como ella estaba por dentro. I hate you for that. 
Y ahora resulta que yo soy la que te tengo que perdonar y move on y move forward? Que el pinche journey de twin flames y las cosas del tarot me dicen que todo siempre ha sido mi responsabilidad, que esté era el comienzo de un nuevo journey para mi y necesitaba que tu me rompieras así. Agarraste un puto martillo y me destrozaste a la verga; como una pinche protesta en medio de la calle con los vidrios quebrados. 
Tu no sabes lo que yo sentí. Las cartas que escribí, las libretas que me acabe, el coraje, las lágrimas, las noches sin dormir, la culpa, el regret, the shame, todo lo que yo sentí mientras a ti te valió absolutamente verga que yo todvaía estaba en Inglaterra, que era la última vez que nos veíamos, que todo había pasado entre nosotras; y derrepente, para ti era una completa puta extraña que te velió verga lo que me pasara. Me dejaste sola en mi cumpleaños, te valió madre; me dejaste sola en nuestros días 6, me dejaste sola en tu graduación, me dejaste sola en la semana que no hablamos, me dejaste sola en mi tesis, en mi maestría; me dejaste sola cuando me fui de Norwich, me dejaste sola al regresar a México; me dejaste sola incluso estando contigo. Porque querías solo ser friends-non exclusive, pero querías seguirte acostando conmigo y que después del club me regresara a tu flat. Me tomaste como un puto rebound al que necesitabas destruir. Te valió verga nuestras fechas especiales, navidad, año nuevo. No te importó nada. No te importé yo. Me soltaste, dejaste que nuestro avión se estrellara y que yo tuviese la culpa de ello. No te importó. No te importó hacerme ver como la mala del cuento. No te importo romperme, lastimarme y hacerme putos pedacitos mientras tu estuvieras a salvo, mientras a ti no te hayan lastimado, mientras a ti no te hayan destruido. Me negaste, me ocultaste, elegiste a otras personas sobre mi; no me defendias, no me querías. Querías el calor de alguien porque tu ex novio se fue y te dejo y necesitabas cobrarsela a alguien.
Nunca realmente me quisiste. Cómo chingados esperas regresar para hablar? hablar de qué? quieres que te lea esta carta o qué? Claro que no, porque no la puedes manejar sin empezar a llorar pensando que eres una niña pobre e indefensa a la que están destrozando. Aparte que no te creo capaz de regresar, porque no está en ti. Tu estás yendo por la vida muy contenta convenciendote de que tu hiciste todo bien y muy seguramente no hayas hecho tu propio trabajo, porque Dios nos libre de que abras tu pandora box of emotions. La tienes, pero dices que no. Se me olvida que tu ereas el unico puto ser humano en el unvierso que no sentía, que no tenía emociones, que ella solo comparmentabilizaba todo y seguía su vida. Ahí siguele, sin aceptarte a ti misma, sin aceptar que yo fui un reflejo de ti y tu de mi; that we triggered the fuck outta each other and you couldn’t take it because you can’t process, deal or do emotions. para ti no existen, para ti no aplican. Ahi sigues, pensando que siendo dura y negandote las cosas con una versión falsa de la historia vas a poder seguir adelante olvidando todo. P.
Pero sabés qué? yo sé que muy en el fondo te das cuenta, y lo sabes y te da un miedo tremendo aceptarlo y verlo y decir y verte fragil y vulnerable, así nadamas, tu sola, en tu escencia y naturaleza, en tu pureza. Porque sabes que cualquier persona puede venir a destrozarte, segun tu, pero peor aun, personas como yo llegaron a AMARTE y eso te da mucho más miedo, porque sabes que dejandote amar te vas a matar. Es una misión suicida dejarme quererte 100% por todo lo que eres porque sabes que entonces pasas a manos mías, a mi poder y eso te aterra. Te aterra pensar que estas en manos de alguien más y no puedes controlar eso. 
Cómo pretendes que a alguien a quien AME tanto pueda regresar a decirme que quiere ser amigas? Tu crees que podemos ser amigas? claro que no. Jamás, Yoan. Jamás podríamos. Tu piensas que alguien que me destruyo así pueda ser mi amistad solo porque extrañas a tu best friend? tu piensas que voy a escuchar como me remplazaste al siguiente día de que cortamos? cómo te acuestas con no se cuantas viejas porque ellas si hacen rollerskate? o ellas si són Britanicas y yo no? Tu piensas que mi corazon y yo con todo lo que te amamos tenemos la fuerza para ser “amigas”? y cultivar que? una amistad donde jamas vamos a poder hablar seriamente, donde nunca realmente vamos a tener una conversación sana, sensata y directa porque tu sabes que yo nunca te voy a dejar de querer y obviamente no quiero pinches escuchar de las viejas con las que te acuestas ahora? tu piensas que nos vamos a seguir en instagram y ya? Tu piensas que todo va a poder pasar de nuevo a ser como antes? y que vamos a platicar, reir y mandarnos GIFS por whatsapp? CLARO QUE NO. VETE A LA VERGA. Eso jamás va a pasar. Porque mi corazón y mi alma jamás se van a permitir amarte de otra manera que no sea intensa y con todo; jamás te voy a poder amar como mi amiga y alguien que fue muy especial y tengo en mi vida. Fuck you, fuck that. No puedo. TU piensas que después de todo lo que pasamos, todo lo que te amé, toda la intensidad y fuego que siento dentro de mi corazón cuando pienso en ti; que siento que se quema y de estruye abriendose en dos, vamos a poder ser “solo amigas”? chinga toda tu madre. Claro que no. Jamás voy a poderte ver menos que el amor de mi vida. La mujer que me destrozó igualmente, la mujer que me rompió en pedacitos y que me hizo comprometerme a mi misma a destruirme. La mujer que es mi twin flame, mi blance, mi reflejo, mi espejo. Tu piensas qu yo solamente voy a poder rebajarme a decir “Ok, amigas?” FUCK THAT. Jamás, claro que no. Jamás voy a poder tener nada contigo que no sea TODO. Y poque sé que jamás lo volveré a tener porque tu estás adentro de tus paredes, protegida para que pinches nadie si quiera te respire, a menos que tu no quieras cogertelas; mejor prefiero pensar que todo se murió y ahi quedo.
Porque así es, así fue y así siempre será.. Estamos muertas, Yo. Nunca vamos a poder ser nada más otra vez, no amigas, no amantes no nada. Porque tu no puedes, porque no tienes lo que se necesita, porque tu no amas ni sientes emociones, porque tu no puedes ni sabes estar through the good and the bad; tu corres, te vas a la verga, no sabes luchas por alguien, sabes mucho estar en una relación pero no sabes ser actual partner de alguien; equipo. Me hiciste sentir que yo no era NADA. que yo no valia nada. que I wasn’t worth fighting for, que I wasn’t worth esforzarte para estar conmigo. Me hiciste sentir que yo arruiné y quemé tu vida; me rompiste y me destrozaste porque también me echaste la culpa de haber sentido algo por mi y decidiste salir del closet. Eso era lo único que querías conmigo, Jo. Destruirme y cobrartela como venganza porque pensaste que yo destruí tu vida por las cosas que hizo tu papá. Yo era una carga para ti, y me lo hacias ver, me lo decias y me lo hacias sentir. ¿Para qué? Para que yo me sintiera igual que tu? fucking shit? nada? para que sintiera la culpa? me estabas castigando a mi por todo lo que te habían hecho a ti. Me lastimaste y rompiste hasta el último pedazo de mi corazón y alma, y no te importo porque me culpaste a mi de eso.
Entonces, me leen las cartas del tarot y me dices que así se supone que se debe de sentir una twin flame connection? QUe yo tengo la responsabilidad de que tu regreses? que está en mi esforzarme más y hacerte espacio para que tu seas el amor divino que regrese a mi, porque now, all of the fucking sudden you find me worthy, and a tu altura para regresar y verme como una actual legit chance? Like I’m fucking worth it now? fuck that. fuck you. YO no tenog por que. No es mi responsabilidad y nunca lo fue. No tengo por que yo poner el esfuerzo, y trabajar en mi, y hacer espacio, como una pinche vieja en un training boot camp para ser la perfecta trophy wife? fuck that. No. Yo no tengo por que mover una puta uña por ti, yo no tengo por que quererte, esforzarme y mejorarme a mi para hacerte espacio a ti. Porque espacio en mi corazon tenías, tenías toda mi vida, todo mi amor, mi corazón y todas las únicas pocas cosas que tenía en un país diferente al mio erann FUCKING TUYAS. No me vengas con la mamada de que todavía es mi responsabilidad seguirte cultivando y que está en mí. Fuck that. No. Por qué estaría en mi seguir esperando a alguien a la que le valgo absolutamente VERGA? Te valia mientras estaba contigo. Te valia estando ahí; TE VALIA MIENTRAS ERAMOS ALGO. Cómo chingados te explicas y me voy a explicar yo que debo de seguir aquí por ti? para que regreses en unión divina conmigo? como pi che vieja sumisa o qué chingados? es que acaso debo y tengo que agotar mi brillo y vida por ti otra vez, nomas para que we achieve union? FUCK THAT. Chinga tu madre. Yo no quiero nada.
Y ni te quiero a ti. Te amo pero no te quiero. Porque sé que no puedes, porque sé que no lo vas a hacer, por que sé que me vas a extrñar y por un puto impulso o caprichito vas a regresar y al siguiente día te vas a arrepentir. Y adivina qué? eso no tiene putas vergas NADA que ver conmigo. Porque yo soy INCREIBLE. Tiene que ver contigo. A la verga. A que una cosa se va a poner mal, a que vamos a tener un pleito, a que va a haber distancia, a que vamos a estar ne horas diferentes y para ti va a ser mucho y te vas a ir, te vas a lagar sin pensarlo 2 putas veces, porque así eres tu. Eso es lo que haces tu. Corres, te vas, y te vale verga. Dejas atras todo y a todos antes de que alguien “ te lastime”, pero no es que te lastimen, más bien te da panico, terror, miedo el abrirte, el dejarte ver y querer y amarte por alguien tan chingona como yo, porque sientes qu te van a destrozar. Y adivina qué? eso no es, no fue y nunca jamás será mi puta culpa. Vete. Vete porque no vas a poder, vete porque no te creo. Vete porque sé que no estás bien. Vete hasta que mis recuerdos estén esn tu cabeza, hasta que tu corazón no pueda sentirme más y no te deje dormir ni vivir si no es conmigo.Y cómo se que eso jamás va a pasar, porque no puedes, porque no lo tienes, porque no está en ti...vete para siempre. como si etuvieras muerta para mi o no existieras en este planeta, Yo. vete de mi. porque yo no tengo que estar por ti. 
Yo ya no tengo nada que decir, ni quiero. No tiene ya nada caso. vete.
0 notes
lilymusicandbooks · 4 years
Text
La Historia con mi Peso
Desde que era muy pequeña siempre había sido bastante regordeta sin embargo fue a partir de la muerte que mi papá cuando mi  peso aumento de manera considerable y durante esos años. Mi fisco me definía y me hacia merecedora de apodos y bullying constante aunado al hecho desde los 6 años utilizo lentes, ademas de que era mas alta que muchos de mis compañeros de primaria; mas fue en 6° grado cuando me sentí muy mal conmigo misma; ya que con la pubertad empiezan a botarte acné y a desarrollarme muy rápido.
A los 12 años tuve mi primera visita a la nutriologa, mas lo deje por que no estaba viendo resultados, tiempo después por una conocida de mi mama empezamos a ir a un centro de nutrición y acupuntura llamado Landao, donde mi mama y yo nos sometimos al régimen alimenticio y al tratamiento en ese tiempo me sentía muy motiva ya que me notaba mas delgada y mi familia me llenaba de halagos, con el tiempo dejamos de ir y mi peso aumento durante toda mi educación secundaria; en esta etapa ya me había resignado, me decía a mi misma que no podía cambiar mi cuerpo que así tengo que estar para toda mi vida, así que me entre en nutrirme por dentro (ser muy inteligente y culta) por que me resigne no ser bonita y delgada como las actrices, cantantes o chicas de las revistas. A los 15 ingrese a la preparatoria y esta muy nerviosa quería iniciar esta etapa ya que no había tenido mucha suerte en la secundaria mas con el tiempo me di cuenta de que esta etapa no seria diferente los 3 primeros semestres me los pase un un grupo de chicas inteligentes y bonitas que se la pasaban hablando de series y película; supuse que mi lugar era con ellas y pues no podía estar mas que equivocada con el tiempo y por cosas de la vida me fueron excluyendo de su grupo y yo me sentía muy mal, me deprimí horrible lo cual me llevo una vez mas a otra subida de peso considerable, estaba totalmente perdida, triste e insegura no pertenecía a ningún grupo y me pasaba las noches pensando en lo que estaba mal conmigo o en lo que había hecho para caerle mas a mis “amigas”. por lo que con el tiempo después de darle una y otra vez vuelta al asunto en mi cabeza llegue a las conclusión de que no creían en mi ni en nada de lo que yo les dijera por que en mi afán por encargar en el grupo había dicho muchas mentiras y pues que flojera tener a una personas así en tu grupo de amigas. Esta experiencia me dejo una gran enseñanza no finjas ser quien no eres, por que con el tiempo encontraras gente adecuada que te querrá con todos tus defectos y virtudes y con la cual te sentirás muy bien que fue lo que paso. Después de intentar integrarme a otros grupos y fallar en ambas ocasiones. Por cuestiones del azar y de la vida llegaron a mi vida 3 personitas maravillosas que con la mejor de las actitudes me integraron a su grupo y me hicieron tan feliz en la preparatoria y aunque seguía siendo insegura me sentía cobijada con su amistad y siempre he sido una persona bastante tímida y cohibida, al día tengo miles de opiniones que me quedaba guardadas por que no quería hacer el ridículo. En mi vida hubo muchas personas que me decían cosas hermosas que me deban ánimos pero yo simplemente no podía creerles, tenia el autoestima tan abajo que aunque me decían: Que linda persona eres, eres hermosa,cariñosa y sensible yo no me lo creía, mi mente había guardado los insultos como la verdad absoluta y eso no podía ser. No puedo creer que me lastimara tanto y me cegara ante mi realidad. 
En la preparatoria estaba encantada con uno de mis compañeros, no paraba de decirme lo inteligente, caballeroso que era y lo bien que nos veríamos de novios, creo que era en tercero cuando la clase de ingles hablamos por primera vez y me sentía también pero una vez mas mi inseguridad hecho todo a perder por que había una voz que me decía: como crees que el se fijara en ti, que no te has visto en el espejo, estas gorda, crees que te habla por que le gustas, si o mas seguro es que te hablo por que sus amigos le dijeron, enserio vas a caer en su broma y yo me lo creí y me aleje del chico, perdí mi oportunidad de acercarme a el por una estupidez nunca le di tiempo de hablar yo tome la decisión por ambos y me arrepiento tanto pero no puedo regresar el tiempo atrás. Con el paso de los semestres  empezó a andar con una compañera de la secundaria que también estudiada con nosotros, y yo fui lo bastante torpe como para comentarle a la que yo creía que era mi “amiga” sobre que me gustaba el chico después de eso y no se si para molestarme a mi empezó a salir con el y yo me puse en mal plan de decirme y si se lo bajamos, Por favor! en que estaba pensando entonces puse en plan; para antes de mi graduación para ponerme las pilas, hacer ejercicio y bajar de peso para que el chico se fijara en mi y la dejara a ella. Mas me lleve una gran sorpresa ya que en esa transición aprendí otras cosas, me sentía mas fuerte, ágil, feliz y enérgica. Por fin me empece a creer que de verdad era bonita y que lo que estaba haciendo con mi estúpido plan de quitarle el novio a otra era una completa perdida de tiempo, Que bajo esta cayendo!!  y todo por que me creí mis tontas ideas de que algo me “unía” con el chico, y con esas ideas inmaduras de ella no lo quiere como y o  solo andan para molestarme...Por favor si ni lo conocía , nunca hable con el solo actuaba  según lo que me decían mis tontos e inexistentes pensamientos. En fechas cercanas a la graduación habría una Pool Party y no saben todo lo que me prepare para ir, ya que usaria un traje de baño, donde de me vería la panza, cuando siempre usaba traje completo para la natación o para ir a la playa. Yo quería que me vieray que les gustara lo que viera y supongo que funciono por logro que me sintiera bien conmigo misma, aunque sea por ese momento. Con el tiempo se acerco la graduación y fui super bonita, con un vestido azul corto y un maquillaje juvenil, por que por favor todas mis compañeras se arreglaron como doñas cuando era la graduación de la prepa. Me la pase super bien con mis amigos y compañeros me gane uno que otro halago y por fin me los creí y dije por supuesto que si soy una persona hermosa: tengo unos ojos hermosos, piel clara, un cabello color claro y rizado. Una silueta hermosa por que a pesar de mi sobrepeso soy una persona acinturada y caderona por primera vez en toda mi vida me veía y sentía bien, me amaba y me quería a mi misma y me valoraba muchísimo. Aunque esos pensamientos no duraron mucho tiempo.
El verano después de mi graduación teníamos en puerta un viaje muy largo para recorrer el sureste Mexicano por que cual me prepara lo mas que pude, : realice un Travel Journal donde anote informacion de todos los lugares que visitaria y hice  un montón de ejercicios de resistencia; ya que tendríamos que caminar, nadar e incluso escalar y yo no quería quedarme atrás tenia mucho por hacer y vivir e incluso saltar de un acantilado estaba entre mis planes, lo cual hice y no dejare de hacer por que es una experiencia fantástica y una moraleja de vida: Todo el proceso de salir del agua (nacer), esperar tu turno (cuando vas creciendo), subir los escalones poco a poco (escuela), caminar con cuidado por la tabla con paso dudoso (trazar tu destino) y ese momento en el que estas al borde (situación complicada, depresión) y solo tienes 2 opciones regresar (suicidio) o saltar (seguir viviendo) y no quieres verte como un cobarde así que saltas hacia al abismo (ganas de salir adelante) y te asustas tanto que no puedes respirar al caer (ansiedad, inseguridad) , mas cuando menos te das cuenta et van hundiendo cada vez mas profundo y es en ese momento cuando una gran calma te invade(conformismo) y solo te hundes mas y mas con el propósito de llegar al fondo. Sin embargo eso no sucede por el chaleco salvavidas (amigos y familia) realiza su función y te va elevando hacia la superficie rápidamente para que vuelvas a respirar (continuar con tu vida) y lo haces con el corazón latiendote al mil y manteniendote en movimiento (preparación) por que de otra manera alguien te caerá encima y es en ese momento cuando te sientes invencible y con ganas de enfrentar lo que sea o a quien sea. 
Este ha sido el mejor viaje hasta ahora aunque se que vendrán muchos mas. 
Mas volviendo al tema, perdón siempre me desvió del tema.
Regresando de mi viaje ingrese a la universidad y me alegre demasiado al conocer la noticia de que iniciaría con mi preparación profesional para ser veterinaria y estaba muy emocionada y pronto caí en cuenta que debía dar todo de mi que; ya que me había preparado toda mi vida para este momento y no podía fallar. Entre a la Universidad bastante ansiosa pero feliz por que entraría acompañada de una de mis amigas de la Prepa que estaría conmigo en esto de la vida universitaria empezamos super bien hicimos amigos y poco a poco los semestres nos consumían . 
Actualmente termine 6 semestre y estoy a casi nada de graduarme lo cual me llena de ansiedad! 
Mientras estaba en la escuela descuide mi alimentación y cada día hacia cada vez menos ejercicio lo cual se acumulo en mi cuerpo empece a sentirme mal cansada, desanimada y bastante mal pero no podía parar; tenia que seguir dándolo todo en mi carrera profesional pero con el tiempo mi salud se vio afectada tuve problemas con la regla ( me dieron tratamiento y me dijeron que se debía a mi obesidad), me salieron ronchas en la cara, tenia problemas de presión, ademas de caspa y bastante acné por lo que no hace mucho fui con un doctor que me dijo lo mismo que mi ginecóloga que todos mis problemas eran por mi  peso y que no podía creer como me deje descuidar tanto y me dijo: ¿que acaso no te quieres?
Eso me descoloco demasiado por que me hizo pensar mucho y darle vueltas y vueltas en mi cabeza hasta que llegue a esta conclusión: la verdad no. Nunca me he querido de verdad. Siempre me he tratado horrible, me pido demasiado y eso no esta bien debería ser mi mejor amiga no mi enemiga. Siempre me he caracterizado por ayudar a las personas sobre todo a mi familia y amigos de ser su apoyo en los momentos difíciles cuando nunca me apoyo a mi misma siempre estoy en ultimo lugar y eso por supuesto que esta mal. El día que me di cuenta de que ya pesaba 104 kilogramos dije no puede ser en que momento deje que esto pasara, me entristecí y llore demasiado, (que que nunca habia estado realmente consciente de cuanto pesaba)  me lamentaba a verme al espejo y en ver mi cuerpo lleno de gorditos, pliegues y grasa; ya que tardaría demasiado en bajar todo ese peso extra. Sin embargo no me sumí en mi depresión y me refugie en mis amigas y me deje apapachar sabia que no seria fácil pero con la ayuda correcta pondría lograr adelgazar para mi salud y para sentirme bien conmigo misma. Mucho tiempo mantuve la idea pero no tenia tiempo de realizarlo por mis horarios universitarios y dije hasta verano sera por que siempre lo aplazo las cosas que me cuesta hacer. Me la paso moviendo el día cuando esto no podía esperar tenia que actuar a la brevedad.
  Sin embargo no contaba con la pandemia y la cuarentena que vino con ella, que cambio mi mentalidad y ahora maravillosamente tenia tiempo para todo. Concluí mi semestre en linea y me senté con mi hermana que es nutriologa y le dije como me sentía y cual era mi objetivo. Ya que en mis propósitos del año puse bajar de peso y lo lograría costara lo que contara, ya que después de muchos años e intentos fallidos había logrado cambian mi mentalidad, por lo que ahora si nos pusimos a ello y empece con la primera dieta, a ver vídeos de inspiración y a cambiar mi forma de ver mi peso; ya que no quiero bajar para gustarle a nadie, ni para entrar en los entandares de belleza, ni por una decepción amorosa ni nada eso, quiero bajar de peso por mi, para tener control de mi cuerpo, de mi salud y por que me lo debo... así de fácil. 
En el encierro comencé a hacer ejercicio ya que lograba bajar mi ansiedad y aunque terminaba muerta al principio, pronto agarre condición y ahora lo disfruto muchísimo. Llevo un poco de 2 meses realizando una rutina saludable y no saben lo feliz que me siento, llevo bajados 4 kilos y voy por mas se que no se que no sera fácil, mas ya hice lo mas difícil que  convertir la alimentación y el ejercicio en un habito; el cual no debo dejar para nada del mundo y seguir bajando mas y mas hasta lograr mi objetivo. Soy muy persistente y se que cuando me propongo algo no me rindo hasta lograrlo. Lograre dejar que el peso deje de definirme; al contrario yo definiré mi peso. Mas estoy muy consiente que bajar de peso no cambiare completamente mi forma de pensar y mi inseguridad la tendré que trabajar mucho tiempo mas hasta sentir verdaderamente un cambio en mi vida. 
0 notes
casualfartfun · 5 years
Text
Testimonios cristianos - La Felicidad se encuentra en la Obediencia a Dios
Trabajando fuera durante varios años, mi hijo y mi nuera ahorraron poco a poco más de cien mil yuanes. Luego planeé: cuidaré a mi nieto en casa. Ellos dos encontrarán algún otro trabajo y ganarán algunos miles de yuanes por mes, viviendo una vida estable en el futuro.
Un día, mi hijo me dijo que no trabajarían fuera en este año, pero que quería montar un estudio fotográfico. Después de escuchar lo que dijo, pensé: no es fácil acumular algo de dinero. Si pierde dinero en un negocio, al final hará esfuerzos vanos. Lo mejor que puedes hacer es trabajar para los demás constantemente. Por lo tanto, me apresuré a persuadir a mi hijo: "Es difícil hacer negocios ahora. Tendrá cientos de miles de otras cosas de qué preocuparse además de invertir mucho dinero. ¿Qué pasa si sufres pérdidas? Probablemente vayas a la bancarrota. Entonces, diría que es mejor trabajar para otros. Le pagarán un salario cada mes sin tener que preocuparse demasiado". Mi nuera dijo: "Trabajar para los demás significa estar controlado por el jefe todos los días". Además, no podemos trabajar para los demás durante toda la vida". Al ver su firme resolución, primero tuve que emplear una táctica dilatoria, diciendo: "Por el momento, será mejor que conozcas las condiciones del mercado al principio trabajando para otros, y luego no es tarde para que hagan negocios por ustedes mismos". Al escuchar esto, mi nuera dijo: "Está bien. Mañana solicitaré un puesto en un estudio de fotografía". Mi hijo también aceptó encontrar un trabajo temporal. Me sentí muy feliz de escuchar eso, y pensé: después de que esté empleado, es poco probable que piense en comenzar un negocio. Por lo tanto, tendremos una vida estable.
Dos días más tarde, inesperadamente, mi hijo le pidió a su padre que comprara ladrillos con el fin de arreglar una casa. Después de saberlo, lo culpé, "¿No has llegado a un acuerdo conmigo? Primero trabajas para los demás, ¿no? ¿Por qué abres el estudio ahora?". Mi hijo y su esposa dijeron: "Es gratis trabajar para nosotros mismos". Insistieron en abrir su propio estudio y alquilaron una casa, así que no pude decir nada, pero pregunté apresuradamente: "¿Dónde está? ¿alquilaste la casa? ¿Hay algún otro estudio de fotografía vecino?". Mi hijo respondió: "Sí. La casa que alquilé está en el decimoquinto piso de un edificio encima del XX Photo Studio". ¡Piso quince! ¡Simplemente no me atrevía a creer lo que oía! "¡Piso quince! Es eso correcto? Hay un estudio fotográfico en el primer piso y otro en el tercer piso. Ambos han estado operando por más de una década. Ahora acaba de comenzar el negocio, y su tienda está en un piso alto. ¿Quién subirá las escaleras para recoger fotos?", pregunté. Sin embargo, mi nuera dijo con confianza: "Mamá, no te preocupes. A pesar de la ubicación en el piso alto, el alquiler es mucho menor. Si los dos estudios de la planta baja tienen demasiados clientes que atender, algunos pueden ir arriba a la nuestra. Y obtendremos un sólido rendimiento de nuestra inversión siempre que recibamos dos pedidos por día". Al escuchar sus palabras, me enojé y dije: "No tiene cerebro. ¿No saben que han recibido pedidos de estos clientes por anticipado?". Lo que sea que dije, ellos dos simplemente no cedieron. Al verlos insistir en abrir un estudio, tuve que poner mala cara: Ah, nuestra familia seguramente se arruinará contigo. ¿Crees que puedes administrar un estudio con tu intelecto? Eres realmente muy ingenuo. ¿Estás decidido a ser un jefe? Cuanto más pensaba, más enojada me volvía. Después, no les hice caso.
Al ver que los dos estaban muy ocupados, no solo reparando la casa, sino comprando el equipo fotográfico, no tenía mucha felicidad. Especialmente cuando sabía que habían gastado todo su dinero y habían tomado prestados treinta o cuarenta mil yuanes de parientes, sentí como si mi vida hubiera caído al instante en el fondo del valle, sufriendo un dolor extremo. Durante ese período de tiempo, estuve deprimida todo el día, sintiendo que ellos dos eran incapaces de manejar la vida y el dinero. ¿No se derretirán los más de 100,000 yuanes (aproximadamente $ 20,000) gastados en la tienda si el negocio es malo? Y si eso realmente sucediera, ¿cómo llevaríamos una vida en el futuro? Siempre que pensaba en esto, sentía como si el cielo cayera, irritada e impaciente en mi corazón. Perdería los estribos y me lamentaría en casa cada vez que había algo que no me satisfacía, por lo que mis familias siempre me evitaban. Pronto, el estudio fotográfico se terminó de arreglar. Un día, mi hijo me pidió que ayudara a barrer. Tan pronto como entré en el ascensor, escuché a alguien ridiculizando a mi hijo diciendo: "¿Debió de perder la maldita cabeza al dirigir un estudio fotográfico en el piso 15?". Ante estas palabras, estaba explotando. Comencé a quejarme en mi corazón: no solo creo que no funcionará hacer negocios en un piso alto, incluso otra persona piensa que no. No tiene absolutamente cabeza para negocios. ¿No te reconciliarás a menos que arruines a esta familia?… Cuando limpiaba el estudio, ni siquiera dije una palabra a mi hijo ni a mi nuera. Y no se atrevieron a comenzar una conversación conmigo ya que me vieron triste. Me enojé aún más y me fui furiosa antes de que terminara la limpieza. Sabía claramente que mi comportamiento dañaría a mi familia, pero no pude resistirme a hacerlo. Cada vez que me enojaba, sentía dolor también. Entonces, llamé al Señor, rogándole que me guiara para salir de la angustia.
Un día, en un libro que un miembro de la iglesia me envió, leí este pasaje, "Cuando uno deja a sus padres y pasa a ser independiente, las condiciones sociales a las que se enfrenta y el tipo de trabajo y profesión disponibles para él son decretados por el destino y no tienen nada que ver con sus progenitores. Algunas personas eligen una buena especialidad en la universidad y acaban encontrando un trabajo satisfactorio después de la graduación, dando una primera zancada triunfante en el viaje de su vida. Algunas personas aprenden y perfeccionan muchas habilidades distintas, pero nunca encuentran un trabajo adecuado para ellas o que se adapte a su posición, y mucho menos tienen una carrera; al principio del viaje de su vida se ven frustradas a cada paso, asediadas por los problemas, con sus perspectivas ensombrecidas y la vida incierta. Algunas personas se aplican diligentemente en sus estudios, pero se pierden por poco todas las oportunidades de recibir una mejor educación, y parecen destinadas a no conseguir nunca el éxito y a ver cómo sus primeras aspiraciones en el viaje de la vida se esfuman. Sin saber si el camino por delante es liso o pedregoso, sienten por primera vez lo lleno de variables que está el destino humano, y contemplan la vida con esperanza y temor. A pesar de no tener una educación demasiado buena, algunos escriben libros y consiguen algo de fama; algunos, aunque casi analfabetos, consiguen dinero en los negocios y son por tanto capaces de vivir por sí solos… Qué ocupación elegir, cómo ganarse la vida: ¿tienen las personas algún control sobre la toma de buenas o malas decisiones? ¿Son estas acordes con sus deseos y decisiones? La mayoría de las personas desea poder trabajar menos y ganar más, no trabajar al sol ni bajo la lluvia, vestir bien, resplandecer y brillar en todas partes, estar por encima de los demás y honrar a sus ancestros. Los deseos de las personas son tan perfectos; pero cuando dan sus primeros pasos en el viaje de su vida, llegan a darse cuenta poco a poco de lo imperfecto que es el destino humano, y por primera vez comprenden realmente la realidad de que, aunque uno pueda hacer planes atrevidos para su futuro, aunque pueda albergar audaces fantasías, nadie tiene la capacidad ni el poder para materializar sus propios sueños, nadie está en posición de controlar su propio futuro. Siempre habrá alguna distancia entre los sueños y las realidades a las que se debe hacer frente; las cosas nunca son como a uno le gustaría que fuesen, y frente a tales realidades las personas no pueden conseguir satisfacción ni contentamiento. Algunas personas llegarán incluso hasta un punto inimaginable, realizarán grandes esfuerzos y sacrificios por el bien de su sustento y futuro, intentando cambiar su propio destino. Pero al final, aunque puedan materializar sus sueños y sus deseos a través de su propio trabajo duro, nunca pueden cambiar su destino. Por muy obstinadamente que lo intenten nunca podrán superar lo que el destino les ha asignado. Independientemente de las diferencias de capacidades, el coeficiente intelectual y la fuerza de voluntad, las personas son todas iguales ante el destino, que no hace distinción entre grandes y pequeños, altos y bajos, eminentes y humildes. A qué ocupación se dedica uno, qué se hace para vivir y cuánta riqueza se amasa en la vida es algo que no deciden los padres, los talentos, los esfuerzos ni las ambiciones propias: es el Creador quien lo predestina". Este pasaje removió profundamente mi corazón. A partir de ello, entendí: qué trabajo hacen mi hijo y mi nuera durante toda una vida, el éxito o el fracaso, y qué cantidad de la riqueza que acumulan no está bajo el control de ellos mismos y de mí, sino de la mano de Dios. No importa cuánto me preocupe por ellos, no tengo la facultad de cambiar sus destinos. Pensando cuidadosamente, muchas personas quieren cambiar sus destinos a través de sus esfuerzos, y aspirar a destacar entre otros para llevar el apellido y honrar a sus antepasados. Sin embargo, al final caminan por un camino desigual toda su vida, decadente y frustrado. Muchas otras personas solo trabajan regularmente, pero más allá de las expectativas, tienen éxito después. Estos hechos verifican que los humanos no tenemos la capacidad de controlar nuestros propios destinos. Sin el conocimiento de la soberanía de Dios, siempre quise imponer mis puntos de vista sobre mi hijo y mi nuera, para que estuvieran sujetos a mí, pero no lo harían. Para ejecutar un estudio de fotografía, estaban dispuestos a sufrir mucho, incluso a endeudarse. Ahora lo entendí: ese pensamiento que poseían estaba a cargo de Dios. Qué ocupación eligen y de qué dependen principalmente para vivir no puede escapar a la manipulación y disposición de Dios. Ahora que mi hijo está listo para intentar y experimentar, independientemente de su éxito o fracaso, deberá someterse a él en su vida. Después de comprender la voluntad de Dios, me sentí más relajada y aliviada.
Después de cenar una noche, visité a una hermana. Al chatear, compartí mi experiencia y conocimiento recientes. Ella me leyó otro pasaje, "Como las personas no reconocen las orquetaciones y la soberanía de Dios, siempre afrontan el destino de manera desafiante, con una actitud rebelde, y siempre quieren desechar la autoridad y la soberanía de Dios y las cosas que el destino les tiene guardadas, esperando en vano cambiar sus circunstancias actuales y alterar su destino. Pero nunca pueden tener éxito; se ven frustrados a cada paso. Esta lucha, que tiene lugar en lo profundo del alma de uno, es dolorosa; el dolor es inolvidable; y, al mismo tiempo, uno está desperdiciando su vida. ¿Cuál es la causa de este dolor? ¿Es debido a la soberanía de Dios, o porque una persona nació sin suerte? Obviamente ninguna de las dos es cierta. En última instancia, es debido a las sendas que las personas toman, los caminos que eligen para vivir sus vidas. […] Existe una forma muy simple de liberarse de este estado: decir adiós a la antigua forma de vida de uno, a los anteriores objetivos en la vida, resumir y analizar el estilo de vida, la filosofía, las búsquedas, los deseos y los ideales, y compararlos después con la voluntad y las exigencias de Dios para el hombre, y ver si todos ellos son acordes con estas, si todos ellos transmiten los valores correctos de la vida, llevan a uno a un mayor entendimiento de la verdad, y le permiten vivir con humanidad y semejanza humana. Cuando investigas repetidamente y analizas cuidadosamente los diversos objetivos de la vida que las personas persiguen y sus diversas formas diferentes de vida, verás que ninguno de ellos encaja con el propósito original del Creador cuando creó a la humanidad. Todos ellos apartan a las personas de Su soberanía y Su cuidado; son todos pozos en los que la humanidad cae, y que la llevan al infierno. Después de que reconozcas ésto, tu tarea es dejar de lado tu antigua visión de la vida, mantenerte alejado de diversas trampas, dejar a Dios que se haga cargo de tu vida y haga arreglos para ti, intentar someterte solamente a las orquetaciones y la dirección de Dios, no tener elección y convertirte en una persona que adore a Dios". Después de leer este pasaje, dijo: "Al igual que tú, antes no reconocí la soberanía de Dios. Cuando vi lo que mis hijos dijeron e hicieron fueron diferentes a los míos, me gustaría controlarles, que siguieran mi plan. Cuanto más lo hice de esta manera, menos obedientes eran, en la medida en que no consultaron conmigo sobre nada. Sentí un gran dolor en ese momento. Después, reconocí por las palabras de Dios: Que yo quiera controlar a mis hijos nace de mi arrogancia y arrogante naturaleza de Satanás. No estaba dispuesta a ceder a los planes de Dios para mi destino, estar ocupado y cansado y huir en mi vida, para poder cambiar mi destino. Ahora no tenemos ningún esfuerzo, pero aún queremos que nuestros hijos trabajen y vivan de acuerdo con nuestro pensamiento. Externamente, somos considerados con nuestros hijos. En verdad, queremos realizar nuestro propio sueño y completar nuestro propio plan al controlar el destino de nuestros hijos con nuestras manos. Cuando todas las cosas no se desarrollan en la dirección de nuestro plan, siempre pensamos que hay muchas cosas insatisfactorias en nuestra vida, que viven en un dolor constante. Después de darme cuenta de la causa de mi dolor, oré a Dios: no estoy dispuesto a mantener mi opinión. Con respecto al trabajo y la vida de mis familias, aceptaría sus propias elecciones. Cuando aprendí a obedecer a Dios, el dolor en mi corazón disminuyó, mis hijos ya no estaban limitados por mí, y nuestra relación se deshizo. Algunas veces, incluso si me sucedía algo insatisfactorio, podía obedecer orando a Dios y leyendo Sus palabras".
Después de leer este pasaje y escuchar su compañerismo, encontré la raíz de mi amargura. Porque tengo la naturaleza arrogante y vanidosa de Satanás, esperando en vano controlar mi destino yo solo, temiendo que mi hijo pierda dinero en los negocios y la vida de nuestras familias no pueda estar segura, así hice a mi hijo y mi hija en la ley viva de acuerdo con mi punto de vista, y permítales encontrar trabajos estables, para que podamos vivir una vida ordinaria. En realidad, quería gobernar sobre todas las cosas y no ser obediente al arreglo que Dios hizo para nosotros, infligiéndome no solo cansancio sino sufriendo en mis familias. Al haber encontrado la razón fundamental de mi dolor y la causa de no poder mantener relaciones amistosas con mis hijos, estaba dispuesta a arrepentirme ante Dios, a traicionar mi naturaleza satánica de arrogancia y vanidad, y dejar de lado el punto de vista anterior sobre la existencia, dejando ir a mis hijos desde mi corazón, devolverles la verdadera libertad y obedecer la orquestación y los planes de Dios.
Posteriormente, cuando vi a mi hijo y a mi nuera bulliciosos y trabajando muy duro, con cansancio en sus rostros, tuve más consideración y comprensión de ellos. Además de cuidarlos en la vida diaria, también les recordé con calma que presten atención a su salud. En la mesa, preguntaba algo sobre el estudio con preocupación. Mi nuera dijo que su negocio era dinámico y que a veces no tenían tiempo para comer. Después de escuchar sus palabras, de repente me quedé estupefacta y sentí que era inesperado. En nuestro pequeño condado, mi hijo podría tener un negocio tan dinámico con el estudio fotográfico en el piso quince. ¡Este fue realmente el hecho de Dios! Y esto superó por completo mi pensamiento obsoleto: una casa es un requisito previo para el éxito de un negocio. Más tarde, su negocio fue cada vez más enérgico. Una vez que tuviera tiempo, les enviaría el almuerzo. Estaban muy contentos cuando vieron que ya no me quejo de ellos sobre este asunto, sino que mostraron preocupación por ellos. A veces, después del trabajo, mi nuera incluso me ayudaba a preparar la cena o lavar la ropa, y en la mesa, me hablaban de algo que había sucedido en el estudio fotográfico. Nuestra vida armoniosa fue restaurada.
Después de mi experiencia, realmente comprobé que nuestra vida se volverá feliz y alegre a condición de que aceptemos la soberanía y el arreglo de Dios.
Fuente: Estudiar la Biblia
Leer más sobre: Devocionales Cristianos  
0 notes
wingzemonx · 5 years
Text
Resplandor entre Tinieblas - Capítulo 38. Ya no puedes detenerme
Tumblr media
Resplandor entre Tinieblas
Por WingzemonX 
Capítulo 38. Ya no puedes detenerme 
El mismo día que Carrie se encontró con Matilda en aquel parque, y le diera ánimos para aceptar la invitación de Tommy Ross, precisamente éste se apareció delante de su casa. Tommy la interceptó en la acera mientras ella se dirigía para allá desde el parque, justo a la hora en la que ella sabía que su madre regresaría. Carrie se sorprendió bastante por ese encuentro tan repentino, pero también se puso bastante nerviosa por la idea de que cualquier vehículo que doblara en la esquina, fuera precisamente el de su madre.
Tommy dejó muy clara su intención rápidamente: quería volver a invitarla al baile, dejando en entredicho que su primera respuesta no le había sido favorable. Esto de cierta forma alegró a la joven White, pero su insistencia también le agregaba algo más de incomodidad a la situación. De manera normal sería ya bastante difícil convencer a su madre de aceptar toda esa idea del baile; sería sin lugar a duda imposible si de entrada tenía que verla parada a lado de un chico justo delante de la casa. Se imaginaba las mil y una cosas que le diría y haría; y el tema del baile quedaría totalmente hecho de lado para siempre. Un poco por los nervios de que eso ocurriera, pero principalmente animada por la charla que acababa de tener con Matilda, decidió aceptar rápidamente la invitación, esperando que Tommy se fuera lo más pronto posible.
El chico se veía feliz por su respuesta; más feliz de lo que ella esperaba. Quedó de pasar por ella el sábado a las 7, y entonces se retiró. Y fue entonces, justo cuando estuvo de nuevo sola, que toda la realidad de lo que estaba pasando le cayó encima. Pero… no fue algo desagradable, en realidad. De hecho, por primera vez en mucho tiempo sintió una tremenda emoción y alegría recorriéndole el cuerpo entero. Iría al baile, con un chico guapo… como una adolescente normal. Eso era real, en verdad estaba pasando.
Esa noche no tocó en lo más mínimo el tema con su madre. Tenía que ver la forma y el momento adecuado. Pero no podía dejar pasar mucho tiempo; el día del baile llegaría en un abrir y cerrar de ojos, después de todo.
Al día siguiente, luego de la escuela, no quedó de verse con Matilda, pero tampoco se dirigió caminando directo a su casa como solía hacer si no se reunía con la psiquiatra. En cambio, se dirigió a la parada de autobús y tomó el que la llevaba al centro de Westover, un pueblo aledaño a Chamberlain. Su intención era dirigirse directo a Main Street, en donde se encontraban todas las grandes tiendas; el tipo de sitios al que sabía que las chicas iban con sus amigas a comprar todo aquello que no conseguían en los comercios más modestos de Chamberlain, o a veces sólo a pasear y comer algo. Luego de haberse aventurado a tomar en esa misma parada el camión a Boston, ir sola a Westover parecía una cosa de niños. Era increíble todo lo que se estaba aventurando a hacer en tan poco tiempo; su yo de un par de meses atrás, de seguro ni siquiera la reconocería.
Caminó por un rato viendo los aparadores de las tiendas, admirando los vestidos que en ellos exhibían, delineando las delgadas figuras de los maniquís. En algunas ocasiones ya se había imaginado a sí misma usando algo así, pero la idea de realmente hacerlo se sentía bastante lejana, como una fantasía imposible. Pero ahí se encontraba ahora, a punto de hacerlo realidad. Los vestidos de los aparadores eran hermosos, pero ella tenía en su mente una idea específica de cómo debía de verse, y ninguno de ellos le satisfacía. Al final, la idea de hacerlo ella misma, justo y como se lo imaginaba, la tentó más que cualquier otra. Si existía algo bueno entre toda las cosas que su madre le había enseñado, eso era en definitiva la costura; ¿por qué no aprovecharlo?
Usó casi todo el dinero que había ahorrado de los trabajos ocasionales que hacía con su madre, en comprar un largo trozo de tela color rosa salmón; justo el tono que quería, eso tenía que ser el destino. No había forma de que lo hubiera conseguido en las tiendas de Chamberlain en donde su madre acostumbraba comprar las telas. En ninguna de ellas podía existir algo tan hermoso.
Para cuando terminó de realizar su compra y tomó el camión de regreso a Chamberlain, estaba ya anocheciendo. Su madre de seguro había llegado hacía horas a casa, y no había encontrado ni rastro de ella. En cualquier otro momento esa sola posibilidad la hubiera matado del miedo, pero no ese día. Tenía que comenzar a trabajar en el vestido lo antes posible, y no podría hacerlo a escondidas de su madre. Por ello, había tomado la resolución de decirle esa misma noche sus planes, y que pasara lo que tenía que pasar.
“Sé que de momento lo parece así. Pero tarde o temprano, tendrás que tomar tus propias decisiones, y decidir tu propio camino. Aunque para ello tengas que ir contra los deseos de tu madre.”
Aquellas palabras que Matilda le había dicho le daban fuerza para hacerlo. Sólo esperaba que fuera la suficiente.
Se bajó en la misma parada en la que se había subido, y de ahí caminó calle abajo en dirección a su casa, con el pedazo de tela oculto en su mochila. El cielo relampagueaba y una brisa húmeda soplaba y agitaba los árboles. Estaba por caer la lluvia, y definitivamente sería fuerte. Cuando estaba ya cerca de la casa, la luz centellante de un relámpago iluminó la silueta de su madre, con su largo vestido oscuro y su cabello suelto, de pie en el pórtico mientras miraba en su dirección. Aquella aterradora imagen la detuvo en seco, y por unos instantes sintió que el aire se le escapaba. La mujer no hizo ademán alguno de querer acercársele; sólo se quedó quieta observándola, sin siquiera pestañear.
Carrie suspiró, y se empujó a sí misma a seguir avanzando.
—¡¿Dónde estabas?! —Le gritó furiosa la mujer de negro, mientras Carrie subía los dos escalones que llevaban al pórtico—. ¡Me tenías tan angustiada!
—Perdón por la hora… —le respondió cabizbaja mientras pasaba a su lado.
—No hables, sólo entra.
La mujer prácticamente la empujó hacia el interior de la casa, y Carrie no opuso mucha resistencia.
Una vez que ambas entraron, la señora White cerró la puerta con brusquedad detrás de ellas, haciendo que las ventanas retumbaran un poco. Todo el interior de la casa era alumbrado sólo por velas. Su madre había ya asegurado las ventanas como preparación a la inminente lluvia. Carrie bajó su mochila y la colocó lentamente en el suelo del recibidor, como si temiera romper lo que ahí traía oculto.
—Tu cena se enfrió —le recriminó su madre mujer con algo de hastío en su tono—. Ahora voy a tener que calentarla.
La señora White caminó hacia la cocina, armada con una vela que había tomado de la encimera del comedor para ver mejor. Carrie caminó detrás de ella, con cierta sumisión en su paso. Creyó enserio estar lista, pero la sola presencia de su madre la doblegaba más de lo que esperaba
—¿Dónde te metiste? —Le cuestionó de nuevo, mientras habría el horno e introducía en este el recipiente con los restos de la cena.
—Lo siento, mamá —se disculpó la jovencita con la mirada agachada—. Tomé un autobús a Westover, y compré tela para un vestido…
—¿Westover? —Le interrumpió abruptamente con severidad, alzando sus penetrantes ojos azules directo hacia ella como dos navajas—. ¿Qué hacías allá?
—Te lo dije, compré tela…
—No tienes que ir a ningún sitio más que a la escuela y aquí, y lo sabes —sentenció tajantemente, marcando punto final a cualquier otra explicación que pensara darle. Carrie sólo logró asentir en silencio.
La mujer se giró de nuevo al horno de leña, murmurando despacio palabras que Carrie no fue capaz de entender. Comenzó a intentar encender un cerillo. Los primeros dos intentos fueron en vano, y el tercero lo rompió. Respiró hondo por su nariz intentando apaciguar su enojo, y entonces lo volvió a intentar.
—Mamá, antes de que sigas, tengo que decirte algo —murmuró Carrie con más seguridad que antes—. Alguien me invitó al baile.
La señora White se quedó paralizada, sin mirarla ni reaccionar. Tenía sus ojos fijos en el interior del horno, que asemejaba a una oscura y profunda caverna.
—Mamá, me invitaron al baile... —repitió, como si creyera que no la había oído bien.
—¿Qué baile? —masculló la mujer, girando su rostro lentamente hacia ella. Su mirada era fría y dura.
—El baile de graduación. Es el sábado, y todo el mundo irá.
—Oh, mi Dios, mi Dios… —Masculló la señora White, tomándose su cabeza con ambas manos y comenzando a temblar—. ¿Por qué?, ¿por qué…?
Carrie no le dio mayor importancia a la reacción de su madre, y siguió hablando pese a ésta.
—Se llama Tommy, y es un buen muchacho. Te lo voy a presentar, y prometió traerme a las 10:30.
—No, no, no... —repitió varias veces la mujer, como un pensamiento en voz alta que se le escapaba. Se puso de pie, alejándose de Carrie unos pasos. Agitaba su cabeza y su cuerpo entero de un lado a otro. Carrie se le aproximó para evitar que se alejara por completo de ella y dejara por lo tanto de escuchar todo lo que tenía decirle. Ya había dado el primer paso, no podía retroceder ahora o quizás ya no sería capaz de volverlo a hacer.
—Mamá, ya acepté... —en cuánto escuchó aquello, su madre la volteó a ver incrédula, con sus ojos totalmente abiertos y llenos de asombro—. Sé que esto te asusta mucho, y a mí también. Pero entiende que no soy como tú. Los demás chicos de la escuela... todos creen que soy rara. Y yo no quiero ser así, quiero ser normal. Quiero intentar llevarme mejor con la gente, antes de que sea demasiado tarde...
Su madre calló abruptamente sus palabras con tremenda bofetada perpetuada por su pesada mano. Ésta fue tan fuerte, que casi hizo que todo el cuerpo de Carrie girara sobre sí mismo y se desplomara. Sin embargo, en lugar de eso, la joven fue prácticamente lanzada contra la mesa de la cocina, y logró apoyarse firmemente a ésta para evitar caer irremediablemente al suelo. Un quejido de dolor se le escapó de los labios, acompañado de algunos sollozos. Su rostro se enrojeció rápidamente en donde la había golpeado.
—¡Zorra indecente! —le murmuró con la ira acumulada en su garganta, inclinando su cuerpo hacia ella hasta casi pegar su rostro contra su oído izquierdo—. Con todo lo que te he enseñado, con todo lo que te he cuidado, ¡¿cómo pudiste caer tan fácil en sus garras?!
—No fue así… no fue así… —gimoteó Carrie, respirando profundamente para intentar no perder el aplomo con el que había comenzado esa proeza. Se incorporó lentamente, tomándose su mejilla enrojecida con una mano—. Las cosas no son como tú dices, mamá. Hay personas malas allá afuera, pero no Tommy; él es lindo. Te agradará, es un buen muchacho…
—Muchachos, muchachos… —Murmuró Margaret White con tono irónico—. Claro que sí. Después de la sangre, vienen los muchachos, olfateando y babeando cual perros.
—Ya basta, no sigas...
Cuando comenzaba a hablar de esa forma, era imposible hacerla entrar en razón. Por mero reflejo, Carrie salió temerosa de la cocina con la cabeza agachada hacia la sala. Su madre fue ahora la que fue detrás de ella, hostigándola insensatamente, casi susurrando en su nuca sus palabras.
—Te olfateará hasta descubrir de donde viene el olor de la sangre, y cuando lo descubra te tomará, Carrie. En su auto, entre los árboles, afuera en el frío, en donde están las cantinas, los albergues de carreteras, y el whiskey.
—Detén toda esta locura —murmuró la joven, intentando sacarle la vuelta, alejarse de ella. Pero la mujer la seguía, la agobiaba con su presencia, con su sola voz…
—He visto lo que hacen con las otras chicas, y tú no serás una de ellas. Dile a ese muchacho que no irás.
—No lo haré.
—Si no lo haces nos mudaremos. ¡Nos mudaremos y no dejaremos de mudarnos nunca!
—No...
—Vas a entrar a tu closet de inmediato, vas a entrar ahí y pedirás misericordia. ¡Implorarás perdón!
—¡No lo haré!
—¡Ve a tu closet, ahora!
—¡No!, ¡nunca más haré tal cosa!
Su gritó retumbó con un fuerte estruendo, más intenso que cualquier relámpago que resonara en el exterior.  Abruptamente, y como respuesta a su propio grito, los sillones y las mesas de la sala se elevaron hasta chocar contra el techo, como si un ser invisible los hubiera tomado con sus manos y alzado sobre su cabeza. Los cuadros de las paredes también saltaron, incluyendo el enorme tapiz de la última cena, del comedor. Los pocos objetos de decoración que ahí había, e incluso las velas; todo lo que las rodeaba en ese preciso momento dio un salto en el aire por sí solo.
Margaret White vio todo aquello estupefacta, y cayó al suelo de rodillas, presa del pánico. Soltó un alarido de terror, sin poder creerlo. Agachó su cabeza suplicante unos segundos, y luego alzó de nuevo su mirada lentamente, sólo para comprobar que todo aquello seguía flotando a su alrededor, como si la casa entera se hubiera volteado. Ella no entendía qué había pasado… pero Carrie sí.
La joven también estaba sorprendida. Eso no era parte de lo que tenía planeado hacer; aquello había ocurrido de la nada, sin que se lo propusiera conscientemente… pero, no tenía arrepentimiento alguno de ello. Su madre seguía de rodillas, con sus manos juntas al frente en posición de plegaria, y miraba hacia ella con sus ojos desorbitados y perdidos. Carrie sintió que se cuestionaba a sí misma si era ella quien lo estaba haciendo o no, y sintió de inmediato el deseo de aclararle su duda. Soltó todo de golpe, quizás con más brusquedad de la necesaria, teniendo sólo principal cuidado con las velas. Dejó todo de nuevo en su lugar, y su madre soltó otro alarido de terror, más discreto que el anterior, pero aun así bastante intenso. Ocultó su rostro detrás de sus manos entrelazadas, y comenzó a susurrar.
Carrie la miró con cierto asombro. Eso era algo que no había presenciado antes. Al ver a su madre ahí, sumida y temblorosa en el suelo, por primera vez le pareció tan pequeña; tan… patética e insignificante…
—Mamá, levántate —le pidió con serenidad, pero la mujer siguió en el suelo, murmurando plegarias—. Levántate por favor —le volvió a pedir de la misma forma, recibiendo el mismo resultado—. ¡Qué te levantes!
Extendió entonces su mano hacia ella y la mujer se alzó en el aire de un jalón repentino, hasta que sus pies se apartaron del suelo y quedó flotando a mitad de la habitación. Soltó un alarido más de pánico, mismo que Carrie debía aceptar que disfrutó un poco.
—Bruja... —espetó la mujer con voz seca—. Eres una impía hija del demonio...
—No me digas así —le respondió Carrie, verdaderamente dolida de escucharla llamarle de esa forma tan despectiva—. No existen las brujas.
—El diablo está en ti… el diablo está en ti…
—No es el diablo, mamá, soy yo. Hay otras personas que hacen esto mismo que yo hago, o incluso más.
—Mi pobre niña, no entiendes, no entiendes lo que sucede... No te deja ver que trabajas para Él...
—No, tú eres quien no entiende —señaló la jovencita con ferviente convicción—. La Dra. Honey me ha explicado todo...
—¿Doctora? —Interrumpió su madre cortantemente—. ¿Esa mujer? ¿Ella es la que te ha inculcado todo esto? ¿No te das cuenta que es un sirviente del Oscuro? Sólo vino a llamar a nuestra puerta para alejarte del camino verdadero...
—¡No! —Gritó Carrie, y toda la casa se agitó ligeramente como si fuera presa de un pequeño temblor. Marget White aulló asustada de nuevo—. Ella ha sido más una madre para mí en estos días de lo que tú lo has sido en toda mi vida. Ella me dijo que debo empezar a imponerme ante a ti, a tomar mis propias decisiones; que todo será mejor cuando lo haga... y tiene razón.
La soltó de golpe y la dejó caer por su propia cuenta al suelo. La mujer se desplomó de nuevo, y ahí se quedó gimiendo y orando, pidiendo perdón y fuerzas. En realidad Carrie no le entendía bien lo que decía, pero tampoco le importó.
—Voy a ir al baile, mamá —declaró tajantemente, indiferente a si la estaba escuchando o no—. Y ya no puedes detenerme…
Se aproximó a su mochila, la alzó del suelo y se encaminó a su habitación, pasando justo al lado de la mujer. Ésta siguió en lo suyo.
—Así que ya no volvamos a hablar de esto otra vez. Tengo un vestido de hacer…
Orgullosa de lo que había logrado esa noche, Carrie se dirigió a su cuarto, y comenzó esa misma noche la elaboración de su vestido soñado.
La emoción que le inundaba era tan grande, que le aceleraba el corazón como no sabía que era posible. Siempre pensó que estaba destinada a agachar la cabeza ante su madre, ante sus compañeros, sus maestros, y ante todo el mundo que la quisiera pisotear. Pero ese momento le había demostrado que no tenía que ser así, ya no más.
“En verdad creo que eres una persona muy especial, Carrie… aunque tengas en estos momentos a una madre y unos compañeros que no lo sepan apreciar. Pero un día, todo será diferente…”
Se sentía tan bien y tan fuerte. La Dra. Honey tenía razón en todo lo que le había dicho. Ahora todo sería diferente…
— — — —
La semana pasó rápido, y Carrie se esforzó de sobremanera cada noche para terminar el vestido a tiempo. Mientras ella se encontraba en su cuarto con la máquina de coser andando a marcha forzada, de vez en cuando le llegaban las lejanas oraciones de su madre desde la sala. Intentó ignorarlas lo mejor posible y enfocarse en su trabajo.
Los detalles finales los terminó justo la mañana del sábado. La quietud de la casa tras la partida de su madre a trabajar, le sirvió para concentrarse en ese último tramo. Se lo había puesto repetidas veces durante el proceso para revisar que todo estuviera quedando bien, pero una vez que estuvo terminado y listo, por alguna razón le dio miedo ponérselo. O, quizás miedo no era la palabra correcta.
Se dio un baño en la tina, aseándose como nunca lo había hecho. Principalmente se lavó muy bien su cabello para que no se le notara en lo absoluto grasoso. Durante la semana se había comprado un acondicionador para rizos y algo de maquillaje. Nunca se había maquillado, y definitivamente su madre no la ayudaría con eso, pero esperaba hacerlo bien. Luego de bañarse se secó bien el cabello y se lo peinó como mejor pudo. No sabía con seguridad si lo estaba haciendo bien, pero le agradaba lo que veía en el espejo. Su cabello brillaba, y su forma era definida y hermosa.
Pasó entonces a colocarse el vestido. Respiró profundamente para armarse de valor, se retiró la bata de baño, se colocó la ropa interior y un sujetador acorde para el tipo de vestido que usaría, que igualmente había adquirido durante la semana, y justo después deslizó la suave tela del vestido por su cuerpo desde su cabeza hasta los pies. La caída era perfecta, la sensación del género contra su piel le resultaba reconfortante, pero pecaminosa a la vez. Lo último de sus pocos ahorros se había ido en un par de zapatos de tacón mediano color beige, que se colocó antes de atreverse a ver hacia el espejo.
Su propio reflejo le resultó abrumadoramente desconocido. La forma en que caía su cabello, como el vestido entornaba la figura de su torso, como dejaba al descubierto sus brazos, su cuello, y principalmente la parte superior de su busto en ese bonito escote al que tanto tiempo le había dedicado para que quedara perfecto. Sintió por un momento el instinto de alzar sus brazos y cubrirse, pero se contuvo y en su lugar bajó los brazos abruptamente hacia los lados. No tenía nada de qué avergonzarse; el vestido era hermoso, discreto y formal. Se había basado en varios de los vestidos que había visto en los aparadores de Westover, y era justo y como lo había imaginado.
Faltaba poco para las siete. Comenzó entonces a maquillarse lo mejor posible: una base para cubrir sus imperfecciones, un poco de rímel, un ligero rubor, y un discreto brillo de labios. No quería nada exagerado, pues nunca usaba ese tipo de cosas, y lo que menos quería era verse ridícula. Y viendo el resultado final, para ser su primera vez… en realidad no lo hizo tan mal. Se veía tan bonita como cualquier otra chica de la escuela, o incluso un poco más.
Estaba encantada con cómo se veía. Sintió de inmediato el deseo de que alguien la viera, ¿y quién mejor que la persona a la que debía agradecerle todo ello?
Buscó debajo del colchón de su cama el teléfono celular que Matilda le había regalado; ahí lo ocultaba de su madre, pues de seguro su primer instinto si lo veía sería tirarlo contra la pared hasta que se rompiera. Se colocó de inmediato frente al espejo y se tomó una foto con la cámara del dispositivo. Aún en ese momento le maravillaba todo lo que se podía hacer con uno de esos. Le envió entonces la fotografía a la Dra. Honey, acompañada de un texto:
Mi vestido y yo estamos listos
Colocó el teléfono sobre el buró y siguió con su arreglo. Se intentó imaginar la reacción que tendría Matilda al ver su foto. De seguro tampoco sería capaz de reconocerla. Uno o dos minutos después, escuchó que llegaba la respuesta, por lo que se apresuró a revisar. Sus labios se curvaron una pequeña sonrisa al leer su mensaje:
¡Te ves hermosa! Diviértete mucho
Divertirse, si acaso eso era posible para variar, definitivamente lo haría.
Escuchó entonces que la puerta principal se abría; su madre había vuelto. Por mero reflejo se aproximó al colchón y volvió a esconder el teléfono debajo de éste. Cuando su madre apareció en la puerta del cuarto, Carrie estaba de nuevo frente al espejo, retocándose el brillo de los labios. Fingió no notarla en el reflejo del espejo, pero era bastante difícil no hacerlo. Estaba ahí de pie, mirándola intensamente con tanta severidad, hastío y hasta horror, que casi sentía que esos profundos ojos azules le perforaban la nuca.
Intentó disimular y llevar las cosas en paz. Se giró lentamente hacia ella para encararla de frente, y le sonrió de la forma más sincera que le fue posible.
—Bienvenida, ¿cómo te fue? —le preguntó con ánimo, pero no le respondió nada; sólo la siguió mirando lentamente de arriba a abajo, de seguro escudriñando su vestido. Tomó entonces el corsage compuesto de una sola rosa rosada, y se lo extendió—. ¿Quieres ayudarme con esto, mamá?
—Rojo… —fue lo primero que surgió de sus labios, pronunciándolo como si la sola palabra le provocara asco—. Debí haberme imaginado que sería rojo.
—Es rosa, rosa salmón.
—Se notan tus sucios bultos. Todos los verán. La Biblia dice...
—Senos mamá, se llaman senos —le interrumpió molesta, y se giró entonces de regresó al espejo para ponerse ella misma el adorno del lado derecho de su vestido—. Tú también los tienes, como todas las mujeres.
Se terminó de colocar el adorno; realmente le sentaba bien.
—Quítate ese vestido, Carrie —espetó sus madre con dureza a sus espaldas.
—No voy a hacer eso.
—Quítatelo, y lo quemaremos juntas, pidiendo perdón. Aún no es tarde.
Sintió un extraño sentimiento de súplica en su voz que no recordaba haberle escuchado antes. ¿Se lo estaba pidiendo? Margaret White nunca pedía, ella exigía y su voluntad siempre había sido la ley. Cómo había caído tan rápido… le resultaba triste, aunque mayormente satisfactorio.
—Mamá, ya deja eso.
—Llama a ese muchacho y dile que no irás. No quiero que te hagan daño.
Carrie resopló despacio, ya un poco fastidiada por su actitud.
—¿Podrías al menos intentar ponerte un poco feliz por mí? —La miró fijamente en busca de alguna respuesta, pero ella sólo se quedó callada, observándola con su expresión dura y fría—. Supongo que no…
Se escuchó entonces el sonido de la bocina de un auto sonando en la calle, y esto las puso a ambas en alerta. Carrie sintió que su corazón se alteraba. En teoría ya estaba vestida, peinada y maquillada, pero abruptamente no se sintió para nada lista, como si aún se encontrara desnuda. Se acercó apresurada a la ventana y se asomó por ella, esperando ver a Tommy, estacionado en su vehículo justo delante de la casa. No era él; al parecer sólo era un vehículo que pasaba por la calle y luego se alejaba.
Carrie suspiró, un poco aliviada… pero también decepcionada.
—Quizás ni siquiera venga —masculló Margaret White—. Te habrá engañado, jugado contigo como siempre.
—Mamá, ya basta —le respondió la joven con dureza—. Estoy bastante nerviosa como para lidiar con tus palabras.
Margaret White soltó un intenso alarido similar a dolor. Repentinamente, alzó su mano derecha y comenzó a golpearse a sí misma en su cabeza con el dorso, aparentemente con bastante fuerza. Mientras lo hacía, susurraba con voz seca y severa.
—Lávense en la sangre del Cordero. Ten seguridad de que tu pecado te descubrirá, Carrie. ¡Arranca de tu cuerpo el color del demonio y quémalo!
—No te golpees así, no harás que me quede con eso —fue lo único que Carrie le respondió, mientras la miraba de reojo sobre su hombro.
Que transparentes y evidentes se volvían en ese momento sus manipulaciones y trucos. Carrie se preguntó cómo no se dio cuenta de ello antes. Sólo tuvo que imponerse ante ella una vez, sólo tuvo que colocarse por encima de ella y verla hacia abajo, para darse cuenta de la desquiciada y pobre mujer que era.
Ambas se viraron de nuevo hacia la ventana cuando sintieron como un vehículo se estacionaba a un lado de la acera. Carrie miró maravillada una larga limosina blanca, elegante y brillante, y casi inmediatamente después vio a Tommy Ross, bajando de la parte trasera, luciendo un fino traje de saco blanco y pantalón negro. Carrie sintió que se le escapaba todo el aire de su cuerpo, y su corazón de aceleró por la emoción.
Había llegado el momento.
—Si vas a ese sitio, sólo se reirán, se burlarán y te lastimarán —escuchó a su madre pronunciar prácticamente en su oído, sacándola abruptamente de sus pensamientos felices—. Iré a recibirlo a la puerta y le diré que estás enferma. Puedes quedarte conmigo, rezaremos juntas.
Carrie respiró hondo, intentando mantener la calma.
—Buenas noches, mamá —le respondió cortante, sacándole la vuelta para dirigirse tranquilamente a la puerta del cuarto—. Vuelvo temprano.
Como bien lo predijo, la mujer no dejó las cosas así e irremediablemente salió del cuarto detrás de ella, y luego la siguió escaleras abajo.
—Arrepiéntete, aún no es tarde —le murmuraba con insistencia, pero Carie bajaba intentando no ponerle atención—. Cómo Jezabel cayó de la torre, así sucederá contigo. Y vinieron los perros y lamieron la sangre. ¡Lo dice la Biblia! No permitirás que ningún practicante de la brujería viva.
Carrie guardó silencio. Terminó de bajar las escaleras y cruzó el recibidor hacia la puerta.
—¡Si insistes en desobedecerme, tendré que decirle a ese chico sobre tus poderes del demonio! —Le gritó con fuerza de golpe, y eso sí provocó que Carrie se detuviera en seco.
La joven se giró lentamente hacia ella de nuevo, pero su expresión ya no tenía absolutamente nada de tranquila. Ésta era agresiva, llena de una ira bastante tangible y profunda.
—No te atrevas —le respondió con un tono de clara amenaza.
Ambas se quedaron de pie en sus respectivos lugares, mirando a la otra con intensidad como si estuvieran a mitad de un duelo de miradas. Sólo el sonido de los nudillos de Tommy llamando a la puerta las hizo salir de ese estado. Margaret White hizo de pronto el ademán de querer ir a la puerta. Dio dos pasos hacia un lado para sacarle la vuelta a su hija, pero todo su cuerpo se paralizó de golpe, y fue incapaz de mover ni un solo dedo. Al mirar de reojo a Carrie, vio que ésta la miraba con aún más intensidad que antes.
—Te lo advierto, mamá —le susurró con voz ronca, como si el enojo acumulado le cerrara la garganta y le dificultara hablar. Y por supuesto, tenía bastante enojo. Mucho de él acumulado por años, guardado en lo más profundo de su pecho. Pero ya no tenía por qué esconderlo más.
—El diablo te controla, el diablo está en ti... —susurró la mujer con la notable presencia de aprensión en su voz.
—Ya me tienes harta con eso...
Carrie agitó violentamente su mano derecha a un lado, y el cuerpo entero de Margaret White fue lanzado en dicha dirección, cruzando el recibidor hacia dónde se encontraban las escaleras. Sin embargo, no era a las escaleras a las que se dirigía, sino a la puerta del closet que se encontraba justo debajo de éstas: su closet de oración, en dónde su madre la encerraba a pedir misericordia cada vez que, según ella, cometía algún pecado que lo ameritaba; que de hecho era bastante seguido.
La puerta del closet se abrió de golpe, y el cuerpo de Margaret penetró en éste hasta quedar tirada en su suelo. Para cuando la mujer logró reaccionar y alzar su mirada, la puerta se volvió a cerrar ante ella, y poco después se colocaron los seguros; todo ello, sin que Carrie se moviera de su sitio.
Margaret comenzó a intentar abrir la puerta con desesperación, aferrándose al picaporte y empujándola con todo su cuerpo. Pero la puerta no cedía. Carrie miró la puerta del closet agitándose con cada golpe que ella le daba. Una parte de ella se sentía mal; era su madre, después de todo. Pero… ¿cuántas veces ella la había encerrado ahí por horas?, sin importarle si tenía que ir al baño, comer, hacer tarea o lo que fuera. En comparación, un par de horas ahí apenas y podía considerarse justo.
—Ya no digas nada hasta que me vaya —le ordenó tajantemente—. Llego a las 10:30. Espera ahí... y reza...
Avanzó con paso más firme hacia la puerta, pero antes de abrirla se detuvo, se giró de nuevo hacia el armario y susurró muy despacio:
—Te quiero…
Salió por la puerta inmediatamente después. Esperándola de pie en el pórtico, se encontró con Tommy. Siempre había sido un chico apuesto, pero ese día le parecía casi irreal. La luz anaranjada del inminente atardecer lo alumbraba. Su cabello castaño oscuro se encontraba perfectamente peinado, y lucía espectacular en su traje de smoking blanco y negro que dibujaba su figura firme. En cuanto la vio, el chico le sonrió gentilmente, y ella no pudo evitar hacer lo mismo.
—Hola —murmuró nerviosa.
—Hola —le respondió él, aparentemente mucho más tranquilo.
—¿Te gusta cómo me veo?
Tommy le miró por unos segundos, en los cuales Carrie sintió bastantes nervios, aunque también emoción.
—Estás hermosa —le respondió de pronto, haciendo que las mejillas de la jovencita se ruborizaran aún más de lo que ya estaban. Le extendió entonces su brazo izquierdo, ofreciéndoselo—. ¿Nos vamos?
Carrie asintió tímidamente, y tomó el brazo de Tommy. Éste comenzó a guiarla para bajar las escaleras del pórtico, y luego ambos anduvieron juntos en dirección a la reluciente limosina.
FIN DEL CAPÍTULO 38
Notas del Autor:
—La mayor parte de este capítulo se encuentra basado en los sucesos de la película Carrie del 2013, aunque también se tomaron en cuenta algunos aspectos mostrados en la película de 1976, y otros más narrados en la novela original. Adicional a ello, hay algunos agregados propios en lo que respecta a las personalidades y reacciones de algunos personajes. El siguiente capítulo será similar en este aspecto, recreando sólo los hechos importantes desde la perspectiva de Carrie White.
0 notes
botainvega · 5 years
Text
El culto a Atenea 1
1.- El Culto a Atenea
 Rodorio, Grecia, Noviembre, 2000.
    El hombre corrió tan rápido como pudo por el callejón desierto. Se perdió entre las casas y por fin se libró de los oficiales que lo perseguían. Para entonces se encontraba en las orillas de la comunidad. No era ya un pueblo, pero no se podía considerar una ciudad. Respiró aliviado y se relajó un poco, mientras caminaba sin hacer el menor ruido por las últimas calles y se internaba en el terreno rocoso que las rodeaba. El abrigo que cubría su cuerpo lo protegía del frío, que se empezaba a sentir, el invierno ya estaba encima. Pero además le cubría casi totalmente la cara y sólo su cabello alborotado podía distinguirse.
    Llevaba un paquete envuelto en papel y caminaba por aquellos cerros obscuros como si fuera de día y el terreno fuera plano, no dudó ni por un segundo el rumbo que debía seguir, a pesar de que en aquella noche ni si quiera la luna iluminara su camino, solo las estrellas. Un grupo en particular, pensó él...
 Tokio, Japón.
    Yaeko despertó muy temprano ese día. Tenía la impresión de que algo sucedería, no tenía la menor idea de qué podría ser, pero se sentía igual que si fuera a tener un examen final en la escuela; claro que hacía 3 años que había terminado la escuela y no tenía porqué sentirse así. Como de costumbre se le hacía tarde y corrió para llegar temprano a su trabajo. Era asistente de una conocida historiadora en la universidad. Aunque para ella, la querida profesora Clara estaba algo loca.
    Hacía ya varios años que había ido de intercambio de alguna universidad europea a Japón, pero aún resultaba exótica en su comportamiento y forma de vestir, además, tenia unas teorías algo extrañas sobre los cultos en el siglo XXI que parecían mas historias que resultados de investigación. Ella solo le seguía la corriente para evitar entrar en discusiones que pudieran afectar su cheque mensual. Pero por sobre todo era una buena persona y la apreciaba.  Cuando entró en la pequeña oficina de la maestra, que como siempre estaba repleta de libros, revistas, reportes de alumnos, mil antigüedades y una que otra lata de soda vacía, encontró a la profesora hablando por teléfono con una emoción que nunca la había visto.
    "Sí, ¡perfecto! ¡Partiremos para allá mañana mismo! De nuevo te agradezco esto, no sabes el trabajo que me has ahorrado. ¡Te debo la vida, adiós!" Dijo la profesora mientras terminaba de escribir algo en un papel, que igual podía ser el trabajo final de un alumno, o una hoja de un libro antiguo o una página arrancada del directorio telefónico. "Bueno, Yaeko, prepara tus maletas, mañana salimos para Grecia" dijo la profesora sin levantar la vista mientras buscaba algo en los cajones de su escritorio. "Te recomiendo que lleves bastante ropa, lo mas seguro es que nos quedemos un tiempo."
    Yaeko miró a la profesora con incredulidad. Ahora si se había vuelto loca, pensó mientras la mujer de unos 40 años trasteaba sus cajones. "Ah! y recuerda de llevar tu diccionario, porque tu Griego no es muy bueno que digamos" insistió mientras vaciaba otro cajón.
    "Profesora, ¿se encuentra bien? ¿Que es eso de que nos vamos a Grecia?" Alcanzó a responder Yaeko antes de que la profesora gritara.
    "¡Ah! ¡Por fin! ¡aquí esta! lo sabia..." Del último cajón (uno que nunca se usaba) sacó un cuaderno bastante maltrecho que la profesora comenzó a hojear como si estuviera leyendo un antiguo pergamino egipcio o algo semejante. "¿Eh? ¿Cómo dijiste?"
    "¿Cómo que nos vamos a GRECIA?!" Alzó Yaeko la voz, era la única forma de romper el hilo de ideas de la profesora.
    "¡Ah! Si querida, ¡mañana mismo partimos a Grecia! Al fin logré que la facultad aceptara mi propuesta de investigación sobre cultos paganos en Grecia, el gobierno de ese país nos ha concedido un permiso para realizar los estudios e incluso pagará nuestra estancia, así que como ves, tenemos mucho que organizar hoy" Tras decir esto la profesora guardó el cuaderno en una mochila, que ya tenia otros cuantos más adentro y se lanzó sobre el teléfono.
    Yaeko se quedó con la boca abierta y dejó caer la bolsa que llevaba. La propuesta de la profesora era la idea más loca que jamás se le hubiera ocurrido a la querida Clara. Era mas bien una obsesión, ella juraba que había un culto a los dioses griegos que se practicaba con toda la seriedad del mundo, pero no sólo eso, decía que se practicaba por todo el mundo y que ahí en Japón había un gran centro de operaciones y que era muy poderoso. Claro, no tenía prueba alguna de todo esto que decía. Bueno, sí tenia; había un viejísimo vídeo de unas "guerras galácticas" en donde se veían a unos muchachos luchando unos contra otros con "superpoderes" (obviamente efectos especiales, aunque nadie había descubierto aún como lo habían hecho tan real) y unas fotografías de lo que a Yaeko le parecía una escultura dorada de un caballo con arco, aunque la Profesora insistía en que era una armadura de oro; ninguna de las dos cosas parecía tener mucho que ver con el famoso culto que Clara mencionaba, por eso nunca nadie había tomado en serio su teoría, hasta ahora.
    "Pe... ¿pero como que se lo aceptaron?" Aún no lo podía creer, pero la profesora estaba ya hablando con alguien mas y solo se limitó a sonreírle.
    "Claro, por el resto del semestre por lo menos, ¿crees que puedas reemplazarme? no, no lo sé de seguro, pero es lo mas probable, ¿si? ¡que bien, muchas gracias! ¿como podré pagarte?  ¿que?  jajaja si, lo haré, lo prometo, ¡adiós!" Colgó el teléfono mientras Yaeko recogía su bolso y todo lo que se había salido de él. La profesora se dejó caer sobre la silla y miró a Yaeko con una sonrisa tonta en la cara.
    "¿Ves Yaeko? te dije que era cierto, yo se que no lo crees aún pero te convencerás."
    "Pero aún no entiendo porqué..."
    "Al parecer el gobierno Griego sospecha que es uno de estos cultos el responsable de varios eventos bastante extraños que han ocurrido últimamente, y han enviado por mí para que les ayude a determinar si es así. Aunque yo no creo que estén relacionados, esta es la oportunidad perfecta para obtener información para mi teoría." Los ojos de Clara chispeaban de emoción, era su sueño hecho realidad.
    Yaeko sabía que esta obsesión de la maestra había empezado hacía mas de 20 años, cuando era una pequeña niña y vivía en un orfanato. Se lo había contado todo alguna vez que ella le preguntara porqué creía tan firmemente en su teoría a pesar de que no había nada que lo probara. Según ella, ahí los visitaban algunos de los chicos que se veían en el vídeo y ella los había escuchado hablar sobre un Santuario y sobre la diosa Atenea. Miho, la encargada de cuidarlos, los había ido a visitar al hospital pues al parecer para pertenecer a este grupo había que ganarse su lugar a golpes. No recordaba mas, pero eso le bastó para dedicarse a investigar todo lo relacionado con estos muchachos. Había invertido en ello mucho de su tiempo y todo su dinero. Tenía varias teorías y se dedicaba a buscar en los periódicos hechos extraños que las sustentaran.
    "Bueno, un paseo por Grecia no me caerá mal" dijo Yaeko dejando su bolsa colgada junto a la entrada y acercándose al escritorio para ayudar a la profesora con unos libros que le estorbaban. La cultura griega le fascinaba, era por eso que había aceptado ese trabajo con la profesora. A pesar de sus extrañas teorías, sus conocimientos al respecto eran asombrosos, había aprendido mucho de ella y no podía negar que le encantaba la idea de por fin poder visitar esas tierras.
    Para el mediodía, Yaeko había logrado cancelar todos los compromisos de la Profesora por los siguientes tres meses, había hecho reservaciones de avión, hotel, transportación, había hablado con tres departamentos Griegos sobre los gastos, y tenía todo dispuesto para salir al otro día. Los preparativos la habían emocionado, o ¿había sido la profesora? No importaba, se sentía como en un sueño, lo mas lejos que había viajado era al otro lado de la isla en unas vacaciones de verano que había tomado como regalo de graduación, y ahora ahí estaba reservando habitaciones de hotel en Atenas, se sentía feliz.
    "Bueno Yaeko, parece que ya está todo listo, yo pasaré en la tarde a recoger los cheques de viajero, así que ya te puedes ir a tu casa a hacer maletas, nos vemos mañana temprano en el aeropuerto, ¿esta bien?" le dijo la profesora cuando entró a la oficina tras haber ido a hablar con el director.
    Yaeko asintió con la cabeza, muy emocionada para hablar, tomó su bolso, y salió corriendo por los pasillos de la universidad. Antes de ir a casa a empacar debía ver a alguien...
    Llegó sin aliento a los laboratorios que se hallaban en el edificio de enfrente. Abrió una de las puertas que llevaban a un cuarto lleno de mesas, probetas, tubos de ensaye y que tenía un ligero olor a azufre.
    "¿Jun? ¿estas aquí?" dijo tratando de controlar su emoción.
    "¡Aquí atrás!" gritó una voz que venía de una puerta que daba al cuarto de almacenamiento. Yaeko entro al reducido cuartito, aunque más bien era un pasillo con estantes que llegaban hasta el techo y estaban repletos de material de laboratorio. En el fondo estaba Jun, con su bata blanca, sus lentes en el bolsillo y con las manos llenas de mecheros.
    "¡Hola Yaeko! ¿que te trae por aquí a estas horas? ¿me puedes dar una mano con esto?" dijo mientras trataba de mantener todos los mecheros entre sus manos.
    "Tengo algo muy importante que decirte," Dijo Yaeko mientras le ayudaba con algunos de ellos. Ambos salieron al laboratorio y los dejaron sobre una mesa.
    "Oh, ¿de que se trata?" Jun se puso los lentes para ver mejor a Yaeko.
    Se veía hermosa como siempre. Era bajita, lo cual le encantaba, llevaba su cabello negro y lacio suelto y bastante corto, apenas le llegaba a la barbilla. Sus ojos negros, generalmente risueños, se veían hoy brillantes de emoción. Tenía las mejillas sonrosadas, claro síntoma de que había corrido desde su oficina en el edificio de enfrente. Seguro era algo importante lo que le tenía que decir.
    "¡Me voy a Grecia!" Dijo Yaeko sin poderse contener ni un segundo más.
    Los ojos cafés de Jun se abrieron, pero no tanto como su boca, "¡¿A Grecia?! ¿Cuándo?"
    "Mañana, me voy con la profesora a investigar lo de su teoría"
    Ahora si, Jun no se desmayó porque el olor a azufre lo mantenía alerta. Tardó unos segundos en reaccionar. "mañana... pero... ¡¿SU LOCA TEORÍA DEL CULTO A ATENEA?!"
    Yaeko asintió con un leve movimiento de cabeza. "Ya sé, lo mismo pensé yo, pero al parecer al gobierno Griego no le parece tan descabellada la idea y quieren que la profesora vaya allá a hacer una investigación." Yaeko tomó la mano de Jun que se había dejado caer en uno de los bancos que rodeaban la mesa. "Es una oportunidad única para mi, no pude negarme."
    Jun la miró con tristeza, el sabía que un viaje como ese era lo que ella siempre había soñado, y no sería él quien se interpusiera. "¿Y cuanto tiempo te irás?"
    "Por lo menos tres meses" dijo Yaeko con voz baja. "Sabes que te voy a extrañar muchísimo"
    "Y yo no sé que voy a hacer tres meses sin ti, pero aquí estaré cuando regreses." mientras decía esto se imaginaba a Yaeko sentada en unas ruinas griegas rodeada de musculosos muchachos griegos que la adulaban y estuvo a punto de gritar pero se contuvo. Odiaba tener esa imaginación tan viva.
    "Te escribiré todos los días, ya verás que se pasan rápido los 3 meses, antes de que puedas extrañarme estaré de regreso." Yaeko miró fijamente a Jun. Sabía lo que estaba pensando, ella pensaba algo semejante. Podía ver a la resbalosa de su compañera de laboratorio colgándose de su brazo mientras lo seguía por toda la universidad, o acariciándole el cabello que Jun llevaba tan corto. Esa era la principal razón por la cual había seguido con sus clases de artes marciales, no perdía la esperanza de algún día darle una buena golpiza a esa resbalosa.
    "Si, bueno, solo prométeme que no te quedarás por allá a vivir con algún griego que se parezca a las fotos de las estatuas que tanto te gustan." dijo Jun haciendo un puchero.
    "¡Nunca!” se rió ella, “ y pobre de ti si regreso y te encuentro del brazo de la loca de tu compañera."
    "¡Prometo que no pasará!" dijo Jun poniéndose de pie y levantando una mano. Yaeko se rió y lo abrazó.
    "Ojalá pudieras ir conmigo" Le dijo apretándolo tan fuerte como pudo.
    "Que más quisiera yo" dijo Jun acariciando su cabello y meciéndola en sus brazos, hasta que la puerta del laboratorio se abrió intempestivamente para dejar entrar a un grupo de unos 20 muchachos y muchachas.
    Jun saltó al mismo tiempo que Yaeko al oír la puerta, pero igual se escucharon risitas y comentarios de los chicos que los miraban divertidos. Yaeko se sonrojó y se dirigió a la salida.
    "Te veo a la tarde" le dijo Jun. Yaeko asintió y salió.
  Grecia.
    El hombre del abrigo llegó a una zona plana en medio de las montañas, había ahí una escalinata que subía a lo que parecían templos, varios de ellos. Pero el hombre no las subió; se dirigió a las pequeñas cabañas que estaban en la parte mas baja. Se veía luz en algunas de ellas.
 De la mas próxima salió un muchacho que al parecer lo esperaba ansioso. "Maestro, estaba preocupado, se tardó demasiado" dijo el joven que salió a su encuentro y le ayudó con el paquete.
    "Estoy bien, es solo que ya no es tan fácil ir al pueblo como antes. Vamos, entra, hace frío." Ambos entraron a uno de los cuartos. En el paquete había algo de comida. El hombre mayor le dio una poca y salió con el paquete. "Te veré mañana temprano" Se despidió tratando de sonar alegre. Después se dirigió a otra de las cabañas que tenían luz.
    "¿Ikki?" Preguntó en la entrada.
    "Pasa Jabú" respondió una voz desde adentro.
    "Traje algo de comida, ¿quieres?" le dijo Jabú sentándose en una silla cerca de la mesa. Ikki estaba de espaldas en un escritorio de madera escribiendo algo.
    "Si, claro, gracias" Se levantó y se dirigió a la mesa. La cara de Ikki se notaba cansada, su cabello negro azulado caía descuidadamente sobre sus hombros. La cicatriz que le cruzaba la frente y bajaba por su nariz se había desvanecido mucho con el tiempo, ahora era apenas visible, era mas llamativa la línea que le partía la frente, sobre todo cuando fruncía el ceño.
     Ikki se sentó frente a Jabú y ambos comieron en silencio. Hacía varios meses que lo hacían así. La gente de la comunidad no quería saber nada de ellos; ahora tenían que vivir escondiéndose de todos para no ser linchados, la gente los odiaba como si ellos fueran responsables de todas las cosas que pasaban en el pueblo. Si tan solo supieran... pero no había nadie que les dijera, no había nada que pudieran hacer. Solo esconderse y esperar...
  Japón.
 Yaeko llegó a casa y empacó sus cosas a toda prisa, en ese momento se lamentó el no tener una maleta mas grande. Pero no importaba, tal vez su vecina tuviera una que le pudiera prestar.  Cuando terminó le habló a su madre que casi se infanta cuando le comentó de su viaje; pero al fin le hizo miles de recomendaciones y encargos y le deseó buen viaje.
 En la tarde Jun llegó y la invitó a cenar. Pasaron el resto de la tarde juntos, casi no hablaron pero no importaba; pasaría mucho tiempo para que volvieran a hacerlo. Y a la mañana siguiente la acompaño muy temprano al aeropuerto. Como de costumbre la profesora llegó ahí primero que ella.
 "¿Lista Yaeko?" preguntó la profesora cuando la vio llegar de la mano de Jun.
 "Tan lista como se puede estar" contestó Yaeko sonriendo levemente. Estaba nerviosa, la profesora tenía razón, su griego no era muy bueno...
 "Bueno, entonces que esperamos, vamos!" dijo tomando sus maletas. "¡Adiós Jun!"
 "Hasta luego profesora, cuide mucho a mi Yaeko" Dijo Jun mirándola. "Adiós Yaeko, cuídate mucho, y no olvides escribirme, ¡por favor!"
 "Lo haré Jun, no te apures. Adiós" Tras un beso y un abrazo, Yaeko salió corriendo tras la profesora que ya se encaminaba hacia el avión.
 El viaje fue tranquilo, llegaron a Grecia bastante cansadas pero no tuvieron tiempo de ir a descansar. Unos oficiales las esperaban y las acompañaron hasta unas oficinas. Ahí las recibió el que parecía ser su jefe y las puso al tanto de la situación.
 "Mire profesora, sabemos que cerca de esta comunidad han pasado cosas muy extrañas desde hace mucho tiempo,"  Comenzó a decir el oficial tras las presentaciones. Les señaló un punto en el mapa que tenía en la pared. "Todos ahí hablan de peculiares personajes que han causado muchas desgracias. Hace poco llegó a nuestra oficina una solicitud de su universidad sobre la información que usted solicitaba. Bueno, a mi me pareció  que sus teorías concordaban bastante con lo que ha pasado ahí. Por eso es que esta usted aquí. Quisiera que viajara hasta allá y viera si es que esto es cierto o solo son habladurías de la gente. Que dice profesora, ¿acepta?"
 "¿Comentó usted algo sobre asesinatos?" Preguntó la profesora. Yaeko se asustó un poco al oír esto pero no dijo nada.
 "Si. Hace un mes, un hombre apareció muerto en ese lugar. Algo muy extraño."
 "¿Pero eso que tiene que ver con mi investigación?"
 "Bueno, el forense determinó que todas las heridas que tenía no fueron hechas con ningún arma, al menos no una conocida, las únicas marcas identificables eran de golpes con las puños. Algo bastante fuera de lo común. Pero no tanto como las heridas hechas por congelación, el forense les podrá explicar con mas detalle. Después de esto, aparecieron dos cuerpos mas, mismo tipo de heridas. Así que como verá, la o las personas que hicieron esto, no son personas comunes, y los daños que esta persona recibió se parecen bastante a lo que muestra ese vídeo que nos envió. Por eso decidimos llamarla. Todos en esa comunidad están muy asustados."
 "Y estas personas que se encontraron asesinadas, ¿eran parte de la comunidad?" Preguntó la profesora.
 "No, de hecho, no hemos sido capaces de identificarlos, nadie reclamó los cuerpos y no han sido reportados como desaparecidos."
 "Esto es extraño realmente. Esta bien, iremos a ese lugar. Espero poder ser útil para esta investigación, aunque debo de admitirle que no soy ninguna experta en crímenes."
 "Lo sabemos, lo que nos interesa es su conocimiento sobre el culto de Atenea."
 Tras despedirse se dirigieron al hotel, al día siguiente saldrían muy temprano hacia aquel poblado. Durante todo el camino Yaeko estuvo muy callada.
 "¿Te pasa algo Yaeko?" preguntó la profesora al darse cuenta de esto.
 "Me preocupa un poco lo de los asesinatos, ¿que tal si terminamos muertas por andar investigando?"
 "No te preocupes Yaeko, te aseguro que si damos con ese culto, comprobaremos que en realidad son pacíficos."
 "Eso espero, profesora, eso espero...”
0 notes
himbex · 6 years
Text
Nunca he tenido muchos amigos, mucho menos pareja de cualquier naturaleza, digo, para eso tendría que gustarle a alguien y a estas alturas lo creo imposible. No soy ni fui popular, tampoco bonita, tierna, linda amigable y... Yo creo que es una de las razones por las que siempre estoy triste; me siento triste constantemente, a veces en la escuela, cuando estoy a punto de dormir, mientras me baño, en el transporte público y a veces incluso cuando me estoy divirtiendo con mis amigos, nunca estuve segura de por qué esto me pasaba, me gustaba asegurarme que tal vez solo era un mal momento en mi vida o que extrañaba a alguien, incluso, culpe al estrés escolar. Nada de eso era cierto, estaba triste por qué sufro depresión: y aún que decido ocultarlo y paso casi todo el día sonriendo para que las personas se preocupen, es difícil... Es difícil aceptar que no eres normal, que te sientes agotado emocionalmente, que te duele el corazón, que te sientes solo, que nadie en verdad te quiere y solo fingen apreciarte. Si! Es verdad que nunca he sido diagnosticada por un experto, pero me creo capaz de saber que no estoy bien, que no es normal y que todos mis síntomas aplican a este problema.
Descubrí que no era como el resto de los niños con la corta edad de 8 años, unos niños me molestaban por ser la mayor calificación, por qué estaba gorda; luego de eso nos mudamos al otro lado del país, ninguna niña en la nueva primaria quería ser mi amiga, yo estaba gorda y lloraba mucho. Empecé a comer para sentirme mejor.
Cambie de escuela de nuevo y me ocurría lo mismo, "ella es la más bonita pero tiene un cuerpo muy feo" me dijeron en varias ocasiones, casi siempre trataba de fingir que no me molestaba ser llamada gorda.
En la secundaria, vaya, en la secundaria me molestaban, por naca, por gorda por qué era desagradable y fue cuando le mentí a mi mamá por primera vez:
Mi mamá: me gustaría que fueses a un psicólogo, no me parece normal que una niña de tu edad este siempre sola y triste, no juegas, no te diviertes, no sales y estás subiendo de peso
Yo: En realidad... Hoy hice un amigo, se llama Ramiro (mentí)
Ese día marco algo importante para el resto de mi vida: yo estaba sola. Recuerdo regresar a la secundaria una y otra vez forzarme a encajar en un grupo de niñas y fingir que no me molestaba el bullying y que era de "amiguis", mentira. Año tras año me hicieron daño, estas personas me dejaron en claro que yo no era como ellos y por ello debía ser tratada como menos, como una tonta. Me molestaron hasta la graduación, ese día incluso mi papá me hirió; mi vestido no cerraba mi peinado había quedado horrible y cuando le pedimos ayuda a mi papá para cerrarlo el dijo "pues mira que gorda estás, si te la pasas tragando como te va a cerrar, ya estabas bajando de peso, no se por que lo dejaste" llevaba más de 6 meses con tendencias anoréxicas y nadie nunca lo noto. Hasta que tuve un rebote y el vestido no entro, eso sí lo notaron.
Entre a la prepa y nos mudamos de nuevo, todos mis "amigos" desaparecieron de mi vida apenas me fui y la prepa no fue fácil, yo me sentía vacía, sola, quería llorar todo el tiempo, pasaba noches enteras sin dormir, me desfasaba entre mi preparatoria y el colegio de idiomas, no tenía tiempo para tener amigos y yo estaba muy gorda como par aquellos las personas quisieran acercarse a mí. Y no, está no es una exageración creada por mi mente para hacerme odiarme más basada en mi ansiedad, recuerdo una vez haber escuchado a unos compañeros hablar mientras tenía los audífonos puestos "Es gorda y mamona, nunca habla con nadie tiene audífonos todo el día y ni si quiera esta guapa como para darse a desear"; fue la primera vez en mi vida que me corté.
La prepa siguió entre altos y bajos pero nunca realmente deje de sentir me vacia, sola, con un hoyito en el pecho que a veces se expandía como los agujeros negros y no me dejaba ser realmente feliz, aún que siempre trataba de fingir, pero las ojeras bajo mis ojos no se iban. Malditas traidoras. Siempre aseguraba a todos estar bien, ser feliz, que mejoraría y que nadie nunca se debía preocupar por mi por qué yo estaría bien, algún día (que todavía no llega).
Luego me mudé y me mudé de nuevo. Llegué a otro lugar en el país, con el corazón roto, necesitaba demasiado un abrazo (aún lo necesito) pero no podía pedirlo, no tenía a quien, estaba sola como siempre lo había estado, volví a mí origen, me sentí de nuevo como la pequeña de 8 años que se sentaba en el baño a llorar entre clases respirando lento, profundo, temblando, llorando en las noches en silencio para no preocuparme a nadie, pasando días enteros sin conciliar el sueño, haciendo cosas de manera automática manteniendo a mí subconsciente viví mientras yo caía en un vacío enterno, moría lentamente.
Entonces, encontré algo que me permitía hacer algo bien, algo en lo que no fracasaba, el arte, el arte llegó para tener mi mente, la trajo de regreso al universo, me permitió encontrar una dimensión real entre todas las habitaciones destrozadas de mi mente y fue cuando renací, despacio, tomando cada trozito de mi alma que se me fue arrebatada y aceptando que soy diferente y que es precioso ser diferente, curando mi alma y levantándome hasta erguirme hacia el cielo tocando las estrellas, por qué si, soy inmensamente pequeña en un nivel astronómico pero vaya que mi espíritu es grande, grande como las estrellas y el universo mismo, por qué existen mil ideas viviendo en mi cabeza todas juntas construyendo ideales nuevos filosofías que seguir y amando ideales que quiero ser.
Pero aparecía alguien nuevo.
Una persona a la que me dispuse a amar sin medida a entregarle las millones de galaxias que había reformado dentro de mí y claro que las acepto todas, claro que tomo cada gramo de todo lo que había construido... Y lo destruyó, se robo todo lo que pudo todos los polvos, hasta el último átomo todo cada hilo estratosférico y cada planeta nuevo... Era un hoyo negro de nuevo, latente, punzante, aún vivo pero vacío, y se apagaba lento cada vez girando más lento, sin materia que consumir, muriendo.
Y justo cuando me rendía, un pequeño universo débil y ligero apareció, tenía poquitos planetas, algunas galaxias, el parecía también haberlo perdido todo alguna vez, pero aún así estuvo dispuesto a regalarme algunos de sus átomos, pero cuando todo es destrucción, desaparición y depronto llegan estos pequeños universos a darte un poco del mínimo que tienen, solo quieres abrazar su alma y apreciar cada mínimo detalle de ellos deseando que se queden para siempre aún que sabes que son estrellas fugaces en tu vida, que llegan para hacerte saber que aún hay muchísimo por delante, pero ellos tienen que ir a ese delante, con alguien más, por qué tú no eres suficiente, por que ellos buscan universos, y tú, tú eres un pequeño agujero negro tratando de no desvanecerse.
Y se fue, por qué se tenía que ir, por qué se quería ir, se fue, y me quedé de nuevo sola, palpitando, flotando, agonizando, pero... Ahora es diferente, por qué ahora no me quiero ir.
Sufro depresión aún que no he sido diagnosticada por qué estoy triste como lo he estado toda mi vida, por qué de nuevo estoy sola, por qué pasó noches enteras como hoy sin dormir mirando a las estrellas pensando en las miles de personas que viven algo parecido y pensando en esta clases de cosas, sufro depresión por qué tengo más de 2 meses sin comer bien, tratando de no sobre pasar las 900kcal llorando de noche sobreviviendo de día y fumando cajetillas enteras de cigarrillos, tratando de fingir que no estoy mal para mis amigos, asegurándoles que estaré bien, que solo estoy un poco cansada.
Sufro depresión y aún que es difícil de aceptar, nunca lo negaré por qué es parte de mí, siempre lo ha sido y me hace diferente, y ser diferente es bueno pero que entonces algún día alguien querrá conocer este pequeño misterio latente que sobrevive de memorias a corto plazo.
-En un nivel astronómico, Daniela Díaz.
0 notes
ronalwetgall · 7 years
Text
El hombre más grande del mundo
Hoy hacen 4 años que no le doy un abrazo de cumpleaños.
El dolor, dirán los artistas, es un gran detonante de la creatividad, de toda clase de obras prodigiosas en el arte, la música o la ciencia.
Tal vez es así para el dolor de un corazón roto por amor. O de la pérdida de la propia identidad, de tu pueblo o algo material que añoras. Pero ¿Puede ser cierto ante el dolor del duelo? ¿Ante la destrucción inherente al concepto de morir? No lo sé… al menos no me pasó a mí, quién hasta ahora puedo escribir sobre ello.
Nació un día como hoy, 3 de octubre de 1951 y por aquel humor sádico de la vida, murió 20 días después de su cumpleaños número 63. Veinte. Día de agosto en que nací yo. Y que además es mi número favorito. O lo era, sería más preciso decir…
Aunque nacido en Caracas, tan precaria era la situación de mi abuela, su madre, que fue enviado de muy pequeño a vivir con su madrina, tierra adentro en Barquisimeto, un estado ganadero, entre otras cosas. De allí son tantas las historias que escuché de él que no podría siquiera listarlas. Entre hilarantes y penosas, narran una vida marcada por el trabajo, el maltrato, la escasez y la pena.
Pero no se dejen abrumar, no es esta la historia de alguien triste o miserable. Carlitos, o Papá, era más bien conocido por hablador, elocuente, de fácil sonrisa y bastante bonachón.
Se dice que hacía las mejores arepas del mundo y que una vez, cargó sobre sus hombros un árbol gigantesco sin la ayuda de nadie, aunque hacían falta varios hombres para cargar un vegetal similar. O así lo recuerdo allá por la época del 98.
Medía un metro y cincuenta y cinco centímetros. Pequeñísimo. Sin embargo es el hombre más grande que jamás conocí. O al menos el más fuerte. Durante su juventud bromeó todo el tiempo, con ese humor ácido de los Weter, con que moriría joven, pues era su destino. Aunque oculto entre bromas e ironía, había un dejo de angustia en sus histriónicas declaraciones fatalistas y es que eran varios sus hermanos los que habían muerto súbita y tempranamente en su historia familiar.
Y tal vez fue por eso que amó todo lo que pudo.
Primero amó el trabajo, pues fue así que salió de la pobreza y dió a sus hijos un futuro que él no pudo siquiera imaginar.
Luego amó a La Negrita, o Mamá, más temprano de lo que suelen admitir.
También amó a su querida Católica, cuando apenas tenía un módulo. Ese lugar encantador donde trabajó toda la vida y soñó con vernos graduar.
Y finalmente nos amó a mí y a Romina. Y a Ricardo, quien apenas pudo disfrutarlo.
¿Era de decirlo? No, y es que algunas expresiones de afecto necesitan aprenderse y las de él eran bastante rudimentarias. Y no digo con eso que no fuera sentimental. Bastaba una graduación o una película triste para verlo “con el guarapo agua’o” como solía decir. Sin embargo, me costó entender que la pregunta “¿tiene hambre hijo?” era una suerte de abrazo, a su modo. Y es que si le caías bien iba a ofrecerte comida cada ocasión que te viera.
¿Hay mejor manera de cuidar a quien se quiere?
Nos amó a todos pese a lo diferentes que fuimos y lo poco que entendía a nuestra generación. Nos apoyó y creyó que podíamos lograr lo que fuera y en parte, creo que nos lo creímos.
Siempre amó. A su manera y como pudo. Puede que durante los encuentros breves con la muerte –como en aquel terrible accidente de auto que sobrevivió- se descubrió más cerca de ese destino horrible que tantas veces había adelantado. Fueron tantos y tan hilarantes que bromeábamos con su suerte, diciendo que justo por predecir constantemente su muerte, ésta nunca llegaría, como castigo de la lengua al cuerpo.
Y en parte fue así. Durante años parecía que no había nada tan duro como él mismo para hacerle daño. Como a una especie de León de Nemea, no podía herírsele desde afuera. Al final fue su corazón, para muchos de piedra pero bastante más frágil, el que le profirió el golpe fatal.
Ah, pero muchos coincidirán en que era un hombre de terrible carácter, sin duda. Cuando veo mi núcleo familiar, no puedo evitar pensar en que Mamá fue bendecida con el don de la paciencia y es que Papá y sus dos hijos tenemos un carácter digno de putear: tozudos, obsesivos, creídos, desdeñosos y fáciles a la ira. Solo puedo pensar que dicha combinación anímica, por cuestiones matemáticas, debía resultar en algo positivo.
Entre anécdotas graciosas, recuerdo aquella vez que llegué a la universidad y como era costumbre, Papá me esperaba con anhelo en la pasarela del Metro para darme los buenos días y el desayuno de esa mañana. Esa vez sin embargo, lo tomé por sorpresa ya que llegué más temprano de lo habitual (nadie se esperaba tal giro de los acontecimientos ¿eh?) y lo hallé comiéndose una empanada frita de queso, junto a un gato negro que parecía muy entretenido comiendo… ¿adivinen qué? 
Sí, otra empanada frita de queso.
¡Qué imagen ocurrente!
Papá y un gato comiendo sendas y muy altas en grasas empanadas. Poco conveniente para la dieta de un gato, o la de Papá, dicho sea de paso.
-
El día antes de morir discutimos. Salía con alguien quien no era de su agrado. Preocupaciones de padre que reflejaban su conservadurismo y que yo sentía como un rechazo a mí mismo. Esa noche, después de comentarios dolorosos de mi parte, me hallaba en la laptop cuando se levantó de madrugada, pues siempre fue muy nocturno y como era su costumbre, me echó la bendición:
“Dios me lo bendiga”.
Yo, que tenía puesto auriculares pero no escuchaba música, no le respondí.
No hay nada que responder ante una bendición cuando te la echan, sin embargo, era mi costumbre responder “bendición” para que resultara en una suerte de agradecimiento por el gesto.
Claramente no lo hice pues estaba enojado, me molestaba esa capacidad suya de olvidarse de las discusiones y perdonar sin más. No, debía saber que estaba molesto. Y lo supo.
 En los últimos años, varios padecimientos lo habían hecho visitar al médico con frecuencia. El tiempo no pasa en vano y el trabajo del cuerpo se paga caro. Aún así, no perdió su vitalidad y no hubo caída, alergia, hernia o cirugía que lo detuviera. 
Nada lo detuvo, hasta que se detuvo.
Recuerdo con claridad el suspiro de preocupación de Mamá cuando salió de la habitación. Ella lo vió venir, podía sentirlo cuando los demás siquiera lo sospechábamos. Es de esas cosas que sabes cuando estás conectado con alguien tan larga y profundamente. Diez minutos luego de que Mamá entró a mi habitación por primera vez ese día, recibió una segunda llamada.
No. Ese día estuvo marcado por esas dos letras. N y O. Negación. Nos arrancamos a llorar en el pasillo de mi edificio con una vecina, quien con solo vernos previó lo peor. Los tres sollozábamos, con un tranquilo Ricardo en mis brazos, que observaba confundido, sabiendo en su narcisismo primario que algo más grande que él mismo estaba sucediendo. El abuelo se había ido.
Cuando lo vi no me resultaba real. No era mi papá. Era su cuerpo, sí, pero no era él. Lo vi tantas veces dormir y no era nada como eso. Era mi papá, sin ser él. Ya no era. Fue allí cuando lloré, lloré como un niño pequeño que se ahoga y trata de respirar en vano. Como alguien que pierde todo, que se pierde. Lloramos y nos abrazamos, sosteniéndonos unos a otros, como si intentáramos mecánicamente retener el dolor. No pude tocarlo, eso lo hubiese hecho real y era algo que aún no podía aceptar. No todavía.
En el entierro me alegré de ver tanta gente querida, estaban ahí por él y por mí. Los abracé a todos, hablé y de cuando en vez olvidé la pena. Era en las noches, en los momentos de soledad, cuando un balde de tristeza me caía encima y me partía en pedazos. Mamá tampoco estaba bien. Durante varios días estuvo descompuesta, pues siempre ha sido mejor poniendo la pena en el cuerpo, que contándola.
Cuatro años han pasado y no hay día en que no lo recuerde. Antes solía soñarlo. Sueños triviales, con él viendo la tele y mi querida Nala, quién nos dejó meses después que él, a su lado, en esa compañía silente que los caracterizaba.
En esos sueños le doy ese abrazo que debió seguir a la bendición no contestada. Y no digo nada, pues siempre fuimos malos con las palabras. Él me sonríe y continúa con lo suyo, y es que yo solo necesito saber que está ahí. Nada más.
Hoy ya no lo sueño tanto como quisiera. Y me descubro a veces, temiendo olvidar su rostro, o su voz… ¿cómo era aquel silbido suyo?
Es entonces cuando me encuentro repitiendo sus ademanes, sus historias y refranes, su genio malhumorado, o ese ego bien plantado que lo caracterizaba. O cuando me invaden esas ganas de cantar más grandes que su voz en sí o esa habilidad olímpica para esquivar las buenas fotos. 
Entonces sonrío, tranquilo, porque ¿puede acaso uno recordar quién le enseñó a respirar? ¿O a su corazón latir?
No, eventualmente lo olvidamos. Así como eventualmente olvidaré partes de él, su gusto favorito de gaseosa o esa canción a la que siempre le cambiaba la letra.  
Lo cambiaré mil veces en mi cabeza hasta que un día me descubra preguntándome ¿era ese lunar en su pecho realmente azul, o es algo que inventé?
Pero entonces no habrá de importar, pues me reiré ahogadamente, haré comentarios pesados sobre la gente y las arepas más ricas jamás probadas, tal y como hacía él. No me preguntaré de donde lo saqué, aunque mientras escribo esto, sé que es todo lo que tengo de él.
Días después de su partida, soñé con Nala, mi perrita de la infancia. Nunca pude despedirme de ella, así que vino esa noche a acompañarme y mientras la abrazaba, pensé que podía encontrarse a Papá allá a donde fuera y me acerqué a su oído para pedirle una cosa.
“No llegaré a viejo” le gustaba rezongar con frecuencia. En ese momento creíamos que era una especie de místico vaticinio de su parte. No entendíamos que era una declaración, un statement de cómo quería vivir y ser recordado.
Un metro con cincuenta y cinco centímetros, midió. Pero todo aquél que lo conoció, puede decir con fervor que el Sr. Carlitos, como le llamaban, fue el hombre más grande del mundo.
Nala desaparecía de mi sueño lentamente, pero no estaba preocupado, sabía que aunque no pudiera hablar, ni siquiera allá en el cielo de los perros, con solo ver a Papá podría transmitirle lo único que tuve que decir el día antes de que nos dejara:
También te quiero, Papá.
0 notes
betterthanfuckit · 7 years
Text
Supernatural (One-shot)
Tras un arduo día, donde las ventas exigían descensos para volver locos a los trabajadores y terminar recorriendo su hora laboral a cuatro horas consiguientes, finalmente Harry arribaba a su morada con completo agobio.
Ingresó por la puerta que no cedía en su principio, así mismo la cerró tras él con un portazo. Se quitó los zapatos dejándolos en el tapete de entrada, no molestándose en siquiera usar sus manos para quitárselos. Arrojó sus papeles del trabajo junto a sus pertenencias personales en la mesa del comedor y se dirigió a la cocina, directamente la nevera fue atacada tras conseguir lo que le apetecía y por primera vez sentía que algo le salía bien en el día pues no era muy común hallar comida fresca o algo que no fuesen sobras.
Con una sonrisa inconsciente y un pote de helado, continuó su caminar hasta llegar a su lugar favorito de la casa: la sala.
Soltó un gemido de placer en cuanto sintió el mullido sofá y las afelpadas almohadas moldearse a su cuerpo, dándole acogimiento inmediato a sus músculos adoloridos y un confort que ni un desastre natural lo sacaría de ese lugar por todo el fin de semana.
Exhaló relajado y abrió su envase de helado, desprendió la cuchara de plástico que se unía al pote y luego de tomar y degustar la primera prueba, ya había olvidado el estrés de la vida que llevaba en esa horrible compañía. La cual amaba, pero cada viernes terminaba maldiciéndola por el agotamiento que acumulaba en la semana.
Al cabo de dos cucharadas más decidió encender el televisor frente a él y pasar los canales frenético como solía hacerlo.
Esa era su ciencia para hallar un buen programa; zapping y al azar mirar el canal que haya ganado.
Así dio con un show popular de hace algunos años que se seguía transmitiendo debido al buen contenido, uno que Harry jamás apreció.
"Oh por... No es normal estar viendo esto por cinco minutos y ya tener un crush en uno de los protagonistas." Comenzó a hablar solo, así como a reír ante los chistes ocasionales que había en ese capítulo e incluso aferrarse al helado y cuchara cuando el suspenso reinaba.
"¡Esto es oro!" culminó cuando el episodio terminó y los créditos aparecieron.
No obstante, tal fue el gusto por la trama de aquella serie que se vio buscando más capítulos en internet y leyendo reseñas acerca de cuales eran los mejores, dando en cierto momento con un pequeño trauma debido al diálogo de un personaje y poco después los ojos negros de su nuevo crush.
"¡Hey! Ya llegué... Uh, ¿Por qué está todo tan oscuro? ¿Harry, estás en casa?" era la voz de Louis, su pareja.
Harry apagó el televisor pero su boca seguía abierta por el shock, al menos duró hasta que la luz de la habitación fue encendida y su novio de ojos azules apareció frente a él un tanto extrañado. "¿Estás bien?" cuestionó dudoso pero no se abstuvo de inclinarse y besar sus labios como saludo para luego sentarse a su lado en el sofá grande.
"Yo... Uhm..." balbuceó intentando aclarar sus ideas.
"Un asentimiento es que todo está bien. Dos asentimientos es que debo llamar a la policía, bomberos, guardia nacional y al presidente." indicó Louis, con su típico sentido del humor aún cuando llegaba tan fastidiado del trabajo como el menor.
Harry dio dos asentimientos.
"Diablos." exclamó de nuevo. "¿Qué te tiene así? ¿Mal día en el trabajo?"
Volviendo a la realidad, se acurrucó contra su novio entre su regazo y se abrazaron con cariño, esperando por hablar y escuchar respectivamente.
"Mal día en el trabajo siempre." dio un encogimiento de hombros. "Pero lo que me tiene así es Dean." admitió contra el pecho de Louis, sin verlo a los ojos porque había vuelto a pensar en la serie de televisión.
"¿Dean?" el ojiazul frunció el ceño, intentando alejarse para mirar bien a su chico pero sin conseguir nada.
"Oh no, Sam se volverá loco." seguía distraído hablando sobre ello y Louis cada vez entendía menos.
"¿Quién es Sam?"
"¡Y Cas! Huh, los productores aman y odian a mi ship..."
"Harry, ¡¿De qué demonios hablas?!" gritoneó.
"¿Cómo sabes de demonios?" finalmente logró hacerlo separarse pero esta vez Harry lo miraba con los ojos muy abiertos y casi podía asegurar que preocupado.
"Yo... ¿qué?"
"¡Oh!" el más alto se puso en pie y se alejó al otro extremo de la habitación, arrinconándose y colocando una mesita entre él y Louis, que lo siguió de inmediato.
"¡Eres uno de ellos! ¡Has sido poseído, Louis!"
"Si hablamos de satán, creo que el poseído es otro." gruñó haciendo relucir su otra gran característica: impaciencia.
"¡Aléjate!"
"Harry, llamaré a un loquero si no me dices lo que está ocurriendo aquí. Tus bromas no son buenas." intentó mover el mueble y sin embargo con un chillido Harry ya había salido corriendo dejándolo ahí en la sala con mil preguntas en su mente.
Esto hasta que se dignó a volver, pero consigo tenía un frasco de sal y agua bendita en un recipiente.
«¿Nosotros tenemos agua bendita?» se preguntó Louis rascando su nuca.
"No te preocupes, cielo. Sacaremos ese demonio y estarás de vuelta." aseguró el rizado antes de sin previo aviso lanzarle el agua a Louis.
"¡Harry! ¡Qué diablos, basta!" la cordura lo estaba abandonando, haciéndole creer que ese trabajo de Harry le estaba consumiendo la vida y pronto tendría que visitarlo en un hospital o tras las rejas.
Entonces se limpió la cara y se acercó al castaño para capturar sus manos y evitar que lo siguiera empapando de agua.
Harry frunció el ceño, esperando verlo arder con el agua bendita pero no ocasionando nada.
Así supo que era realmente su Louis y soltó el contenedor y la sal para abrazarlo por el cuello con extrema alegría. "Eres tú, oh dios, tuve tanto miedo."
"Por supuesto que soy yo." acarició su cabello, todavía desconfiado de la situación.
"¿Me dirás el por qué del ataque psicodélico?"
Harry asintió un poco avergonzado, contándole todo acerca del show y sintiéndose estúpido por lo patético que sonaba todo ahora.
¿Realmente le había arrojado agua bendita a su novio?
Para suerte de Harry su novio había comprendido toda la situación, se rió y burló un poco de él haciendo chistes sobre que sería la nueva gran historia en su oficina, esto molestando un tanto al ojiverde por creer que seguramente él es el tema de conversación entre los amigos de Louis, más aun en las situaciones vergonzosas que solía pasar. ¿Acaso ellos ya sabrían acerca de la primera vez que visitaron juntos Disneyland y Harry terminó encerrado en un baño portátil tras aterrado huir de la botarga que era el personaje de Stitch? ¿O cuando decidieron prometerse el mismo día que Harry rompió sus pantalones, pronunciaron mal su nombre en la graduación de la universidad con espectadores mundiales al ser televisada la ceremonia y embriagarse hasta caer en brazos de una señorita bien parecida que lo terminó demandando por abuso?
No es que disfrutara hacer ridículos, así era él y sinceramente le dolía el hecho de no poder confiar en ese sentido en Louis.
"Yo... Iré a dormir ya. Mañana tengo una comida con mamá y no quiero lucir cansado." se despidió con obligación, comenzando a subir las escaleras.
"Ya te alcanzo. Tampoco quiero que tu madre me vea así." rió.
"Oh no, Louis. Es una comida entre ambos, yo... Lo siento, debí aclarar antes."
El mayor se impresionó tanto por estar desprevenido ante ese comentario. Harry siempre lo llevaba consigo a cualquier lugar, más aún cuando de trataba de un acontecimiento familiar.
"¿Hablas en serio?"
Harry asintió antes de volver a subir los escalones. "Volveré para la cena."
Un ojiazul muy confundido se instaló en la sala. Cubriendo su cuerpo con una manta y observando el techo pulcro a través de la oscuridad. Preguntándose qué había hecho mal ahora, él siempre terminaba hiriendo a su chico sin siquiera notarlo.
No es que su relación fuera mala y llena de peleas, al contrario, era totalmente raro verlos lejanos e incómodos, sin embargo las veces que sucedía, era en su mayoría la culpa del sarcasmo de Louis.
Y todo terminaba tal cual: Harry arriba en su habitación con muchos pensamientos que no lo dejaban dormir, y Louis abajo en la sala observando todo mientras ideaba la mejor manera de disculparse honesto.
[...]
"¿Está todo bien, cielo? He estado parloteando por una hora y tú no dejas de mirar ese café. Debió enfriarse, pediré otro."
Harry negó con la cabeza impidiendo que su madre llamara al mesero. "Estoy bien, no quiero otro café."
La comprensiva castaña ladeó la cabeza con pena de ver a su único hijo así, con ojeras y tan ensimismado en sus pensamientos que no parecían buenos. "¿Qué sucede, hijo?" bajó su voz.
El hombre oprimió los labios fingiendo una sonrisa y negó con la cabeza una vez más, restando importancia. "Trabajo."
"Louis." añadió ella, sabiendo que su hijo no miente nada bien. "Me preguntaba por qué no vino contigo, ya que ustedes son inseparables al grado de incomodarme y preguntarme si van al baño por cuenta propia o necesitan al otro para ir."
El comentario hizo reír un poco al menor. "No es nada, una mala noche creo."
"Soy toda oídos." le sonrió de lado.
Suspiro. "Quizá fue un malentendido." bajó la mirada a su café y lo removió con una cuchara.
"Ayer descubrí una serie que me hizo delirar y..."
"¿Como cuando descubriste Teen Wolf?"
"Alisson no merecía morir." aclaró antes de continuar con el punto inicial.
"Como sea, tuve un ataque de histeria o algo que me llevó a desconfiar de Louis cuando llegó y... bueno, yo lo bañé con agua bendita."
Ella alzó las cejas. "¿Ustedes tienen agua bendita?"
Él bufó. "Te sorprendería lo que puedes hallar en nuestro armario." sacó la cuchara de la taza para colocarla nuevamente sobre la servilleta. "Después de esto charlamos y aclaramos las cosas, ya sabes, otra vez la plática de la realidad con la fantasía. Dijo que odia las series y que dejaría de pagar Netflix pero esto no es lo peor. Louis terminó riéndose y diciendo que sería otra gran historia para sus compañeros de trabajo. ¿Entiendes eso? Soy el centro de atención en ese horrible lugar y mi propio esposo es el que propicia esto."
"Vaya." mencionó tras un silencio. "Louis debería entender que no se puede deshacer del Netflix and Chill'"
"¡Mamá!" reclamó. "Me siento terrible por creer que mi nombre está en boca de todos los amigos de Louis y que seguramente él mismo crea que soy un desastre y encuentre divertido divertirse de mí." confesó frustrado, metiendo una vez más la pobre cuchara al café.
"Harry, cálmate. Tú más que nadie conoce a Louis, y sabes de sobra que no es así. Si les habla sobre ti a sus amigos debe ser una señal de confianza y nada más. Puede que les cuente algunos errores tuyos pero así mismo estoy segura de que les habla de cuan maravilloso eres."
"Tenías que ser mi madre." se distrajo de un móvil anunciando un texto y casi arrojando todo al leer el nombre de su amante.
"¿Es él?"
"No quiero leer lo que dice. ¿Qué si por fin se dio cuenta que está con un loco de remate y me dejará por un bombero?"
"¿Un bombero?"
"Tienen un culo de infarto." aseguró y tomó una respiración profunda arriesgándose a leer el mensaje de Louis.
Y toda preocupación se fue.
Se fue para triplicares.
"¡Quiere que lo vea en una dirección! ¡El juzgado seguramente! ¡O un despacho para repartir los bienes y dejar en las calles a nuestros hijos!"
"Harry, ustedes no tienen hijos." tomó sus manos por sobre la mesa intentando calmarlo otra vez. "Escucha, él no te dejaría y menos por un mensaje de texto. Seguramente es un lindo lugar para tener una cena y charlar y pedirte perdón."
Él asintió queriendo creerlo, pero al leer otra vez esa dirección la expresión preocupada volvió. "No conozco esas coordenadas. ¡Ni siquiera sé leer coordenadas!"
Su mamá se acomodó en su lugar y rodó los ojos. "Te explicaré cómo llegar con la condición de que dejarás el drama y arreglarás esto como de debe."
Así, habiéndole prometido a su madre que se tranquilizaría en el trayecto, siguió el plano que le dibujó ella con paso a paso del llegar en auto a ese punto en específico.
Si bien, Harry condujo lento con precaución y pensando en qué diría ante todas las posibles situaciones que se le presentaran desde una disculpa detallada hasta el divorcio exprés; nada se comparó hasta detener su carro cuando llegó al lugar.
Leyó bien las instrucciones nuevamente. ¿Y si su madre había errado en algo?
Frente a él había una casa destruida, vieja y mohosa por donde se le viera.
Sabía que algo iba mal cuando entró para empezar a un bosque.
Y el clima nuboso que hacía anochecer más temprano no ayudaba.
«De acuerdo, ¿Morir o no morir?» se autocuestionó.
Miró un rato más la vivienda, si es que se le podía seguir considerando una, y luego se preguntó qué harían los famosos Winchester de esa serie en este caso.
«Entrar y enfrentar los hechos, duh.»
«¡No es tan fácil!» se mordió los labios.
«Los fantasmas no existen, gallina.»
"¡Ah, no, mente! ¿Qué hay de esa vez en cuarto grado cuando al terminar la detención e ir al baño la puerta se cerró y permanecí encerrado toda la noche sin ayuda?" luchaba consigo mismo.
«¡Un conserje tal vez!»
"Está bien, iré." gruñó saliendo del auto.
Vio durante otro momento la casa y luego a su auto, deseando que se llamara Baby y al abrir el maletero encontrara un arma y lo necesario para entrar a ese sitio.
Por lo que sólo contaba con casi dos metros de altura y quería creer que eso sería suficiente allá dentro.
Subió dubitativo las escaleras chirriantes del porche, llegó a la puerta y con la mano adormecida intentó tocar, pero ésta se abrió sola gracias a la corriente de aire que también logró hacerlo estremecer.
«Aquí vamos.» dispuso caminando lento, muy lento atravesando el hall sin descubrir algo fuera de lo normal aun cuando no lograba ver con claridad en la penumbra.
Al dar con las primeras dos habitaciones, una a cada lado del pasillo, debió tomar una decisión de cuál revisar primero. Esa fue la de su derecha.
Se detuvo en el marco de la puerta faltante, echando un vistazo dentro gracias a la luz natural que entraba por la ventana rota y sin cortina.
No había mucho qué rescatar de ahí, pues sólo habitaban un sofá reclinable, una lámpara sin foco a su lado y un par de muebles pegados a las paredes cubiertos con sabanas blancas.
Eso sólo significaba que hubo muerte en ese lugar.
Retrocedió sintiendo su corazón latir más rápido, y se cuestionó si valía la pena siquiera revisar la habitación de la izquierda.
Fue un constante ruido proveniente de esa sala lo que le motivó a acercarse. Aplausos.
"¿L-Louis?" habló bajo, introduciéndose precavido.
"Buen trabajo, amigo." ese era Louis. "Entraste con valentía, es admirable que no me llamaras en su lugar para asegurarte que era el lugar correcto."
Harry exhaló finalmente quitándose el peso de encima y caminó con confianza hasta donde su chico lo esperaba sentado en una silla arrinconada con una vela encendida en la mesa a su lado.
"No sabía si hacerlo o no. Tiene muy mala pinta desde afuera." confesó.
Louis se puso de pie quedando frente a él y sonriente dijo: "Todo gracias a esa dichosa serie."
"Uh... Supongo." rió una vez.
"Perfecto, ya que estaremos por experimentar toda una actividad paranormal al subir esas escaleras al fondo." el ojiazul tomó su mano intentando guiarlo fuera de ese cuarto pero Harry no se dejó.
"Lou... ¿Qué es esto?" susurró, preguntándose duramente el por qué estaban ahí cuando creía que arreglarían las cosas y por fin estaba dispuesto a hablarle de la incomodidad que sentía ser el tema de conversación de sus amigos.
Louis por otro lado, al ver esa expresión que conocía bien, soltó su mano para guiar ambas al rostro del más alto. "Harry, yo lo lamento. ¿Sí? Sé que fui un idiota por reírme de ti, y soy un idiota porque todavía no entiendo tu fascinación por las series de televisión. Pero estoy dispuesto a cambiar, incluso podríamos verlas juntos y quizás lleguen a gustarme." hizo una mueca.
El contrario colocó sus propias manos encima de las ajenas. "No es lo que me molesta."
"¿Ah, no? ¿Y qué es entonces?"
Era ahora o nunca.
"Acerca de ser mono de circo para entretenimiento suyo. -No, no puedo con el hecho de que hables de mí y mi ridícula vida con tus amigos. No quiero más."
"De acuerdo." entrecerró los ojos, confundido. "Pero eso nunca pasó, cielo."
"Vamos, me dijiste que les contarías a todos 'otra divertida historia de Harry' y luego te reíste como si fuera el hombre más tanto del universo."
"Oh no, no, no, no." Dijo rápido, preocupado de que haya sonado así todo el tiempo. "Perdona si fue lo que te di a entender, amor. Ellos- oh dios, estos chicos que son mis amigos y compañeros de trabajo son tan fanáticos de las series como tú, y me vuelven loco con tanta ficción y referencias que no entiendo, la única razón por la cual terminamos siendo amigos fuiste tú. Ya sabes, les dije un día que mi esposo descubre un nuevo programa de televisión y se aficiona como nadie, ¡Harry! Eres como un dios para ellos, siempre quieren saber qué serie estás viendo y cual fue tu reacción ante esta. Incluso apuestan entre ellos sobre cuál será tu veredicto final."
El rizado estaba en shock.
"¿Me estás timando?"
"¡No!" bajó de nuevo la voz tras el grito. "Cuando les hablé de esto, la nueva serie y tu reacción luego de verla, todos ellos me pidieron que recreáramos una casa de terror para ti, para que disfrutes en vivo y en directo una cacería a lo Winchester." bufó una risa.
Harry se soltó de su agarre, sintiéndose peor que antes al juzgar mal a esas personas.
Besó una vez a su pareja y volvió a unir sus manos, dándole un apretón razonable.
La discusión que tuvieron antes ahora era invisible y Harry no podía hacer menos que explorar lo que hayan hecho los amigos de Louis únicamente para su entretenimiento.
"Tú conoces cada detalle aquí dentro, ¿Cierto?" Louis asintió. "Bien, hagámoslo."
"Oh espera, solo una cosa más. Uh, ¿Podrías actuar sorprendido ante lo que ocurra allá arriba? Ellos realmente esperan ver tu reacción, ya que están escondidos en alguna parte de la casa dispuestos a hacer lo suyo con efectos y esas cosas..."
El joven Styles sonrió sinceramente y estuvo de acuerdo, emocionado por vivir todo aquello y feliz de tener a su lado a un hombre que haría todo por él aún cuando esas cosas no eran mucho de su agrado.
Con las manos entrelazadas, Louis guió a su chico por ese extenso pasillo oscuro en su totalidad, sin chocar o tropezarse con nada gracias a que éste tenía el conocimiento previo de la casa en general, incluso él ayudó a colocar algunas de esas cosas raras que habían conseguido sus amigos, que, supuso serían artefactos clave en el show pero evidentemente él no tenía idea de lo que eran.
Al sentir la baranda de las escaleras en el fondo, le pidió a Harry que no lo soltara pero de igual manera se sostuviera de la pared del otro lado por si resbalaba con algo o la propia oscuridad llegaba a marearlo.
Cuando llegaron al final de los peldaños, giraron en dirección a la derecha, el lado de Louis, así encontrando la primera habitación tétrica con la puerta entreabierta y un chirrido dentro de esta, «la madera vieja», pensaron.
Se introdujeron apenas asomando sus cabezas a la vez que abrían más la puerta. Allí dentro una ventana cubierta con hojas de periódico, evitaba que la luz lunar les permitiera ver lo que había dentro, sin embargo un televisor de baterías se encendió de pronto con un canal que no transmitía, en combinación con el sonido y las líneas grises extendiéndose, quisieron retroceder e ir a la próxima habitación, pero una mecedora en movimiento los detuvo, ya que aparentemente era lo que sonaba antes.
"Deberíamos acercarnos." susurró Harry envolviendo sus dos manos en la de Louis.
"Yo... De acuerdo." medio sonrió comenzando a dar pasos cortos adentro.
No iba a admitirlo en voz alta, pero esas cosas en realidad eran aterradoras. ¡¿Qué clase de serie era esa?!
Lo que vieron en la silla, sin embargo, causó dos reacciones completamente diferentes en ellos.
La de Harry: negar con la cabeza, burlón, pues no había nada en esa mecedora a pesar de que se seguía moviendo.
La de Louis: abrir mucho los ojos; eso no estaba planeado.
"Salgamos de aquí." le pidió a su esposo de ojos verdes, intentando mantener la calma.
Estando nuevamente en el pasillo, Louis rememoró cada cosa que instalaron en ese lugar. No había nada acerca de sillas moviéndose.
El papel cubriendo las ventanas había sido su idea, él mismo lo colocó.
El televisor viejo encendiéndose también estaba bajo el mando de alguien, al ser de baterías no había gran ciencia en hacerlo funcionar de pronto.
Pero, ¿Esa silla?
"Bueno lo de la mecedora. ¿Dónde consiguieron una que funcionara a través de un control remoto?" dijo el menor, riendo bajo y haciéndolos caminar al próximo cuarto.
Louis quiso creer que él tenía razón y alguno de sus amigos se hizo cargo de ello sin su consentimiento. Quizá la broma iba para él también.
Próximamente, ya enfrentando el popular chirrido al abrir la puerta, Harry con emoción se adentró primero, curioso de saber qué más enfrentaría allí dentro.
Este mismo sonrió al hallar una linterna encendida en medio de la habitación, apuntando la luz hacia una de las paredes que contenía la marca ensangrentada de una mano y luciendo bastante fresco y real, silbó adulando el realismo de la escena a la vez que tomaba la linterna para enfocarla más arriba en la misma pared, pues un montón de páginas de diarios locales estaban ahí llamando la atención sobre un caso de asesinatos múltiples en el mismo sitio tras el suicidio de un empleado antes de que la empresa quebrara.
Harry se preguntó si era cierto, o una coincidencia, o esos amigos de Louis vaya que se esmeraron en editar todos esos papeles.
Pero le encantaba.
Louis no opinaba lo mismo.
El ojiazul también leyó algunos artículos con mal presentimiento, pero todo se volvió peor cuando al sentir con su mano temblorosa uno de esos papeles, este contenía polvo y la textura era áspera, vaya, no se sentía como ningún diario que hubiese tocado antes.
Buscó la fecha en una de las hojas: 23, septiembre, 1983.
El corazón se le aceleró en demasía. Al mirar a su esposo se dio cuenta que ahí el único paranoico era él mismo, porque Harry parecía disfrutar el suspenso y toda clase de locuras que conllevaba aquel numerito.
Pero Louis no estaba dispuesto a seguir por ese pasillo a ver qué les esperaría la última habitación.
No señor, él quería evitar un paro cardíaco antes de los cuarenta.
"Vayámonos."
Harry se sorprendió de ver la palidez en su pareja gracias a la luz de la linterna que eventualmente se apagó sin querer encender nuevamente.
Alzó las cejas, queriendo continuar con ese misterio pero su esposo estaba primero y no haría algo que dañara su salud, aunque todavía no entendía bien qué le afectó pues supuestamente él sabía sobre todo lo que había en los cuartos.
"De acuerdo, yo... Vamos." lo tomó de la cintura reconfortándolo y caminando juntos hacia la salida.
Y Louis le agradeció al cielo una vez que estuvieron atravesando el hall, dispuestos a salir de esa casa infernal.
Pero la puerta no cedió.
"No es gracioso, Harry." le reclamó viéndolo luchar contra el cerrojo.
"No estoy haciendo nada, juro que no abre. La manija no se mueve y no hay seguro que lo impida." su voz se quebró, también comenzando a asustarse un poco.
"Muévete." ordenó. También intentó girarla pero en efecto, no abría, así que dio una patada a la madera y lo próximo fue pegar con los puños a esta, exigiendo que los sacasen.
Harry retrocedió, observando una vez más las cosas a su alrededor. Intentaba pensar en que Louis era un gran actor y absolutamente todo era una broma divertida con sus compañeros de trabajo, sin embargo el sudor que se acumulaba en su frente no indicaba lo mismo.
"Puedes llamarlos, esto me está dando claustrofobia." admitió un tanto burlón, no quería parecer tan atemorizado como en realidad lo estaba.
"Cierto." el mayor sacó su teléfono móvil inmediatamente, solo que la falta de señal logró hacer que su labio temblara. "No hay señal." susurró.
Incrédulo, Harry también revisó su propio móvil dando con que era cierto, no había conexión de ningún tipo.
"Maldición, Louis. ¿Qué es esto? Si todo es para intentar mostrar un punto, ya lo entendí. ¿De acuerdo? ¡No más series!"
"Harry, no sé lo que está pasando, créeme. No sería tan hijo de puta para hacerte esto, quiero decir, me estoy haciendo en los pantalones."
"No, no... Y-yo..." balbuceó hasta que acudió al mejor plan que se le ocurrió en el momento de desesperación. "Derribaremos la puerta, juntos."
"Harry..." quiso negarse.
"No digas que eso solo sucede en las películas, puesto que también creí que no podríamos quedar encerrados en una casa abandonada con sabrá dios qué."
"¡Bien!"
Entonces ambos pusieron toda su fuerza en los hombros y corrieron a la par, logrando destrabar la puerta y salir al aire fresco que les golpeó en la cara. Pero, eso no fue lo más patético.
Ahí afuera se encontraban unas siete personas riendo y aplaudiendo, dejando perplejos a Harry y Louis durante largos segundos, sintiéndose los más estúpidos por asustarse de lo que ya sabían tenía que ser una broma.
Recibieron abrazos y disculpas de todos ellos, argumentando que grabaron esa salida monumental y sería una gran memoria para las próximas generaciones, ganándose risitas de los susodichos y negaciones, ya relajados, también divertidos con la situación de ser tan crédulos.
Esas cosas no existen.
"Amigo, realmente fue épico. Ojalá hubiéramos grabado también sus reacciones al ver los diarios pegados en la pared. Gran trabajo el de Sophie, ¿eh?" Le dijo riendo Ed, un gran amigo. Ambos se habían alejado del resto luego de que Louis haya presentado a todos.
"Demonios que casi me da un infarto con toda esa historia. Gran edición, por cierto." le halagó.
"Oh ya lo creo, cuando nos mostró todo impreso... Huh, estoy seguro de que un escalofrío recorrió nuestras espaldas." Ed rió.
"Ya veo." asintió lento. "¿Cómo se inventó todo eso?"
Ed bateó la mano restando importancia mientras sacaba un cigarrillo de su bolsillo y lo encendía contra su boca. "La web es una maravilla hoy en día pero le dio realismo ese tipo de papel viejo que encontramos."
Louis parpadeó procesando todo. "Dices que es... real y lo sacaron de la web."
"¿Qué importa?" volvió a reír sin prestar mucha atención.
"Sí..." también soltó una pequeña risa. "Hey, pero la sangre falsa fue un gran detalle, debo concederlo."
Ed frunció una ceja. "¿Cuál sangre falsa? Nuestro presupuesto acabó en esos diarios, el televisor y los retratos familiares en la habitación que nunca entraron, gracias por cierto, perdimos doscientos en eso."
El de ojos azules como el cielo y con ideas fantásticas para hacer feliz a su esposo, volteó su mirada a la cabellera rizada que no hacía más que sonreír y divertirse con lo que sea que le estuviera diciendo Roberto.
Le gustaba verlo en paz y relajado, no como lucía estando allá dentro.
Así que también sonrió.
Y decidió sopesar el hecho de que la marca de una mano con sangre, una silla moviéndose, una linterna apagándose y la falta de señal en sus móviles, jamás estuvieron bajo el mando de ninguno de sus amigos.
0 notes
elairedelaspalabras · 7 years
Text
Discurso de Steve Jobs en la Universidad de  Stanford 2005
Tumblr media
Tengo el honor de estar hoy aquí con vosotros en vuestro comienzo en una de las mejores universidades del mundo. La verdad sea dicha, yo nunca me gradué.
A decir verdad, esto es lo más cerca que jamás he estado de una graduación universitaria.
Hoy os quiero contar tres historias de mi vida. Nada especial. Sólo tres historias.
La primera historia versa sobre “conectar los puntos”.
Dejé la Universidad de Reed tras los seis primeros meses, pero después seguí vagando por allí otros 18 meses, más o menos, antes de dejarlo del todo. Entonces, ¿por qué lo dejé?
Comenzó antes de que yo naciera.
Mi madre biológica era una estudiante joven y soltera, y decidió darme en adopción. Ella tenía muy claro que quienes me adoptaran tendrían que ser titulados universitarios, de modo que todo se preparó para que fuese adoptado al nacer por un abogado y su mujer.
Solo que cuando yo nací decidieron en el último momento que lo que de verdad querían era una niña.
Así que mis padres, que estaban en lista de espera, recibieron una llamada a medianoche preguntando:
“Tenemos un niño no esperado; ¿lo queréis?”
“Por supuesto”, dijeron ellos.
Mi madre biológica se enteró de que mi madre no tenía titulación universitaria, y que mi padre ni siquiera había terminado el bachillerato, así que se negó a firmar los documentos de adopción. Sólo cedió, meses más tarde, cuando mis padres prometieron que algún día yo iría a la universidad.
Y 17 años más tarde fui a la universidad. Pero de forma descuidada elegí una universidad que era casi tan cara como Stanford, y todos los ahorros de mis padres, de clase trabajadora, los estaba gastando en mi matrícula.
Después de seis meses, no le veía propósito alguno. No tenía idea de qué quería hacer con mi vida, y menos aún de cómo la universidad me iba a ayudar a averiguarlo.
Y me estaba gastando todos los ahorros que mis padres habían conseguido a lo largo de su vida. Así que decidí dejarlo, y confiar en que las cosas saldrían bien.
En su momento me dio miedo, pero en retrospectiva fue una de las mejores decisiones que nunca haya tomado.
En el momento en que lo dejé, ya no fui más a las clases obligatorias que no me interesaban y comencé a meterme en las que parecían interesantes. No era idílico. No tenía dormitorio, así que dormía en el suelo de las habitaciones de mis amigos, devolvía botellas de Coca Cola por los 5 céntimos del envase para conseguir dinero para comer, y caminaba más de 10 Km los domingos por la noche para comer bien una vez por semana en el templo de los Hare Krishna.
Me encantaba.
Y muchas cosas con las que me fui topando al seguir mi curiosidad e intuición resultaron no tener precio más adelante.
Os daré un ejemplo.
En aquella época la Universidad de Reed ofrecía la que quizá fuese la mejor formación en caligrafía del país. En todas partes del campus, todos los póster, todas las etiquetas de todos los cajones, estaban bellamente caligrafiadas a mano.
Como ya no estaba matriculado y no tenía clases obligatorias, decidí atender al curso de caligrafía para aprender cómo se hacía.
Aprendí cosas sobre el serif y tipografías sans serif, sobre los espacios variables entre letras, sobre qué hace realmente grande a una gran tipografía.
Era sutilmente bello, histórica y artísticamente, de una forma que la ciencia no puede capturar, y lo encontré fascinante. Nada de esto tenía ni la más mínima esperanza de aplicación práctica en mi vida. Pero diez años más tarde, cuando estábamos diseñando el primer ordenador Macintosh, todo eso volvió a mí.
Y diseñamos el Mac con eso en su esencia. Fue el primer ordenador con tipografías bellas. Si nunca me hubiera dejado caer por aquél curso concreto en la universidad, el Mac jamás habría tenido múltiples tipografías, ni caracteres con espaciado proporcional. Y como Windows no hizo más que copiar el Mac, es probable que ningún ordenador personal los tuviera ahora. Si nunca hubiera decidido dejarlo, no habría entrado en esa clase de caligrafía y los ordenadores personales no tendrían la maravillosa tipografía que poseen.
Por supuesto, era imposible conectar los puntos mirando hacia el futuro cuando estaba en clase, pero fue muy, muy claro al mirar atrás diez años más tarde.
Lo diré otra vez: no puedes conectar los puntos hacia adelante, sólo puedes hacerlo hacia atrás. Así que tenéis que confiar en que los puntos se conectarán alguna vez en el futuro. Tienes que confiar en algo, tu instinto, el destino, la vida, el karma, lo que sea.
Esta forma de actuar nunca me ha dejado tirado, y ha marcado la diferencia en mi vida.
Mi segunda historia es sobre el amor y la pérdida.
Tuve suerte — supe pronto en mi vida qué era lo que más deseaba hacer. Woz y yo creamos Apple en la cochera de mis padres cuando tenía 20 años. Trabajamos mucho, y en diez años Apple creció de ser sólo nosotros dos a ser una compañía valorada en 2 mil millones de dólares y 4.000 empleados.
Hacía justo un año que habíamos lanzado nuestra mejor creación — el Macintosh — un año antes, y hacía poco que había cumplido los 30.
Y me despidieron.
¿Cómo te pueden echar de la empresa que tú has creado?
Bueno, mientras Apple crecía contratamos a alguien que yo creía muy capacitado para llevar la compañía junto a mí, y durante el primer año, más o menos, las cosas fueron bien. Pero luego nuestra perspectiva del futuro comenzó a ser distinta y finalmente nos apartamos completamente. Cuando eso pasó, nuestra Junta Directiva se puso de su parte.
Así que a los 30 estaba fuera. Y de forma muy notoria.
Lo que había sido el centro de toda mi vida adulta se había ido y fue devastador.
Realmente no supe qué hacer durante algunos meses. Sentía que había dado de lado a la anterior generación de emprendedores, que había soltado el testigo en el momento en que me lo pasaban. Me reuní con David Packard [de HP] y Bob Noyce [Intel], e intenté disculparme por haberlo fastidiado tanto. Fue un fracaso muy notorio, e incluso pensé en huir del valle [Silicon Valley].
Pero algo comenzó a abrirse paso en mí — aún amaba lo que hacía. El resultado de los acontecimientos en Apple no había cambiado eso ni un ápice. Había sido rechazado, pero aún estaba enamorado. Así que decidí comenzar de nuevo.
No lo vi así entonces, pero resultó ser que el que me echaran de Apple fue lo mejor que jamás me pudo haber pasado.
Había cambiado el peso del éxito por la ligereza de ser de nuevo un principiante, menos seguro de las cosas. Me liberó para entrar en uno de los periodos más creativos de mi vida. Durante los siguientes cinco años, creé una empresa llamada NeXT, otra llamada Pixar, y me enamoré de una mujer asombrosa que se convertiría después en mi esposa.
Pixar llegó a crear el primer largometraje animado por ordenador, Toy Story, y es ahora el estudio de animación más exitoso del mundo. En un notable giro de los acontecimientos, Apple compró NeXT, yo regresé a Apple y la tecnología que desarrollamos en NeXT es el corazón del actual renacimiento de Apple. Y Laurene y yo tenemos una maravillosa familia.
Estoy bastante seguro de que nada de esto habría ocurrido si no me hubieran echado de Apple. Creo que fue una medicina horrible, pero supongo que el paciente la necesitaba. A veces, la vida te da en la cabeza con un ladrillo. No perdáis la fe. Estoy convencido de que la única cosa que me mantuvo en marcha fue mi amor por lo que hacía. Tenéis que encontrar qué es lo que amáis. Y esto vale tanto para vuestro trabajo como para vuestros amantes.
El trabajo va a llenar gran parte de vuestra vida, y la única forma de estar realmente satisfecho es hacer lo que consideréis un trabajo genial. Y la única forma de tener un trabajo genial es amar lo que hagáis. Si aún no lo habéis encontrado, seguid buscando.
No os conforméis.
Como en todo lo que tiene que ver con el corazón, lo sabréis cuando lo hayáis encontrado. Y como en todas las relaciones geniales, las cosas mejoran y mejoran según pasan los años. Así que seguid buscando hasta que lo encontréis.
No os conforméis.
Mi tercera historia es sobre la muerte.
Cuando tenía 17 años, leí una cita que decía algo como: “Si vives cada día como si fuera el último, algún día tendrás razón”. Me marcó, y desde entonces, durante los últimos 33 años, cada mañana me he mirado en el espejo y me he preguntado: “Si hoy fuese el último día de mi vida, ¿querría hacer lo que voy a hacer hoy?” Y si la respuesta era “No” durante demasiados días seguidos, sabía que necesitaba cambiar algo.
Recordar que voy a morir pronto es la herramienta más importante que haya encontrado para ayudarme a tomar las grandes decisiones de mi vida.
Porque prácticamente todo, las expectativas de los demás, el orgullo, el miedo al ridículo o al fracaso se desvanece frente a la muerte, dejando sólo lo que es verdaderamente importante.
Recordar que vas a morir es la mejor forma que conozco de evitar la trampa de pensar que tienes algo que perder. Ya estás desnudo. No hay razón para no seguir tu corazón.
Hace casi un año me diagnosticaron cáncer.
Me hicieron un chequeo a las 7:30 de la mañana, y mostraba claramente un tumor en el páncreas. Ni siquiera sabía qué era el páncreas. Los médicos me dijeron que era prácticamente seguro un tipo de cáncer incurable y que mi esperanza de vida sería de tres a seis meses. Mi médico me aconsejó que me fuese a casa y dejara zanjados mis asuntos, forma médica de decir: prepárate a morir.
Significa intentar decirle a tus hijos en unos pocos meses lo que ibas a decirles en diez años. Significa asegurarte de que todo queda atado y bien atado, para que sea tan fácil como sea posible para tu familia. Significa decir adiós.
Viví todo un día con ese diagnóstico.
Luego, a última hora de la tarde, me hicieron una biopsia, metiéndome un endoscopio por la garganta, a través del estómago y el duodeno, pincharon el páncreas con una aguja para obtener algunas células del tumor. Yo estaba sedado, pero mi esposa, que estaba allí, me dijo que cuando vio las células al microscopio el médico comenzó a llorar porque resultó ser una forma muy rara de cáncer pancreático que se puede curar con cirugía.
Me operaron, y ahora estoy bien. Esto es lo más cerca que he estado de la muerte, y espero que sea lo más cerca que esté de ella durante algunas décadas más. Habiendo vivido esto, ahora os puedo decir esto con más certeza que cuando la muerte era un concepto útil, pero puramente intelectual:
Nadie quiere morir.
Ni siquiera la gente que quiere ir al cielo quiere morir para llegar allí. Y sin embargo la muerte es el destino que todos compartimos. Nadie ha escapado de ella. Y así tiene que ser, porque la Muerte es posiblemente el mejor invento de la Vida. Es el agente de cambio de la Vida. Retira lo viejo para hacer sitio a lo nuevo.
Ahora mismo lo nuevo sois vosotros, pero dentro de no demasiado tiempo, de forma gradual, os iréis convirtiendo en lo viejo, y seréis apartados. Siento ser tan dramático, pero es bastante cierto. Vuestro tiempo es limitado, así que no lo gastéis viviendo la vida de otro.
No os dejéis atrapar por el dogma que es vivir según los resultados del pensamiento de otros.
No dejéis que el ruido de las opiniones de los demás ahogue vuestra propia voz interior.
Y lo más importante, tened el coraje de seguir a vuestro corazón y vuestra intuición.
De algún modo ellos ya saben lo que tú realmente quieres ser.
Todo lo demás es secundario.
Cuando era joven, había una publicación asombrosa llamada The Whole Earth Catalog [Catálogo de toda la Tierra], una de las biblias de mi generación. La creó un tipo llamado Stewart Brand no lejos de aquí, en Menlo Park y la trajo a la vida con su toque poético. Eran los últimos años 60, antes de los ordenadores personales y la autoedición, así que se hacía con máquinas de escribir, tijeras, y cámaras Polaroid. Era como Google con tapas de cartulina, 35 años de que llegara Google, era idealista, y rebosaba de herramientas claras y grandes conceptos. Stewart y su equipo sacaron varios números del The Whole Earth Catalog, y cuando llegó su momento, sacaron un último número.
Fue a mediados de los 70, y yo tenía vuestra edad.
En la contraportada de su último número había una fotografía de una carretera por el campo a primera hora de la mañana, la clase de carretera en la que podrías encontrarte haciendo autoestop si sois aventureros. Bajo ella estaban las palabras:
“Sigue hambriento. Sigue alocado”.
Era su último mensaje de despedida. Sigue hambriento. Sigue alocado.
Y siempre he deseado eso para mí. Y ahora, cuando os graduáis para comenzar de nuevo, os deseo eso a vosotros.
Seguid hambrientos. Seguid alocados.
Muchísimas gracias a todos.
http://www.unica.edu.ve/descargables/stevejobs.pdf
https://es.wikipedia.org/wiki/Steve_Jobs
0 notes
antharea · 7 years
Text
We have to talk
De vez en cuando, en la soledad y asepsia de su nueva casa, echaba de menos todo esto. Era un sentimiento raro, que se desvanecía en el momento en el que se daba cuenta de ello, pero que volvía a aparecer en cuanto bajaba un poco la guardia. Se había pasado toda su estancia en el Castillo gruñendo contra el hecho de que tuviera que desayunar, comer y cenar en público, que no pudiera invitar a nadie a su habitación de dos metros cuadrados y que para salir de ésta tuviera que cruzar un Salón común con otros profesores. Sí, Alistair había pasado más tiempo fuera del Colegio, en los terrenos, que dentro de éste, porque la gente le agobiaba. Y no iba a negar que había recibido con ansia su nueva libertad y su anonimato relativo, pero había momentos que echaba de menos que se le acercaran a preguntarle qué tal había amanecido. 
Volver a la Liga había sido un caos, y menos mal que tan solo había accedido a una plaza de segundo entrenador. Pero mejor ser segundo en los grandes que primero en los pequeños, decía. Y era que en realidad todavía tenía mucho que aprender, y nada mejor que pegarse a quien sabía para ello. Se había pasado todo el verano estudiando jugadas y estrategias, reviendo partidos importantes, conociendo a la plantilla. La pretemporada los había mandado a Australia durante el mes de agosto, y la Liga, en septiembre, le consumió las energías desde el primer momento. Por lo menos hoy domingo se había decidido a tomarse el día libre después de la victoria de ayer, y al enterarse de que era finde de permisos, había escrito a algunas personas del Castillo que si querrían verle en Hogsmeade. La respuesta afirmativa unánime le trajo una sonrisa que no quiso admitir.
Y en eso había pasado la mañana. Poniéndose al día de los avances de los alumnos y de las posiciones de los equipos. Que quién iba a ganar la Copa este año. Que qué tal las nuevas incorporaciones en el equipo de Hufflepuff. Quedó con Antares para preguntarle sobre las clases, y con los prefectos de los tejones para invitarles a un buen puñado de chocolates. Había sido una buena mañana y pronto volvería a su vida normal, pero antes se había detenido en las Tres Escobas para que una buena cerveza de mantequilla sellara el momento. Fue mientras mantenía una conversación agradable con esa camarera que conocía de siempre, que aquella voz le sorprendió y heló a partes iguales. Giró su cabeza lentamente y observó a Helen, no pudiendo disimular su sorpresa. - Helen. - Se incorporó de la banqueta, todavía boqueando. Mentiría si negara que no había sopesado la opción de que probablemente se encontraría con November, y sabía que debía temerla a pesar de que solo la conocía de historias de Dwayne, pero encontrarse con Helen no estaba en sus planes. Qué imbécil, probablemente habría venido a visitarla. En ese caso... Le dio un vuelco al corazón. ¿Estaría Dwayne también aquí? Alistair, joder, cálmate. Suavizó su expresión con una sonrisa tranquila. - No esperaba verte por aquí. - confesó. Se rascó la nuca ante la petición, con una sonrisa que quiso ser fresca. - Claro, para ti siempre tengo minutos. Pero vamos mejor a una mesa, ¿quieres? - Le señaló con una mano una mesa vacía y esperó a que la chica comenzara a andar para aferrar la jarra entre sus dedos y ponerse él en camino, todavía aturdido con aquella sorpresiva presencia. Podía intuir por el tono de la ex-Ravenclaw que la conversación que iba a proceder no iba a ser demasiado agradable, pero también sabía de alguna manera que la había estado esperando desde la noche de la graduación. Porque son como hermanos. Pero el silencio completo había ocupado el lugar de las palabras, y aquello había sido mil veces peor. - ¿Qué tal estás? - preguntó conforme se sentaban. Sabía lo que le había pasado, Dwayne se lo contó, pero intentó sonar casual para que ella no dijera más de lo que quisiera decir. La camarera pasó para preguntar si Helen quería tomar algo y aprovechó para inspeccionarla cuidadosamente.
0 notes
Tumblr media
Capítulo 2: On fire.
La discoteque estaba repleta. Mientras algunos bailaban eufóricos, otros tomaban diferentes tragos de alcohol y los restantes eran trabajadores del lugar quienes a pesar de estar ocupados eran contagiados por la emoción de los clientes. Entre los trabajadores estaba el recién contratado DJ cuyas mezclas hacían bailar a cualquiera.
¿Su nombre?
Chanyeol, y lo que más llamaba la atención de sus fans era sus efectos especiales con fuego.
Efectos especiales, sí claro.
En realidad Chanyeol era el fantasma que controla el fuego. Con un simple chasquido de sus dedos podía incendiar lo que quisiera.
Y a quién quisiera.
-¡Esta noche, vamos a estar on fire!- Exclamó Chanyeol por su micrófono haciendo que la gente gritara emocionada.
Y chasqueó los dedos.
Lo único que supo la policía era que nadie salió vivo de aquel terrible incendio. Los medios de comunicación informaron que habían muerto por lo menos trescientas personas
Por otro lado, Krystal se cepillaba el cabello con tranquilidad mientras sus padres veían las noticias del incendio de la discoteque que se convirtió en tragedia nacional.
-¿Habrá sido algún fantasma?- Murmuró Krystal subiendo las escaleras yendo al segundo piso donde se encontraba su cuarto.
-Seguramente- Dijo Kris acompañándola, apareciendo de la nada.
Krystal ya se había acostumbrado a las constantes apariciones y desapariciones del fantasma. Eso s��, debía ser cautelosa al momento de conversar con él, ya que sus padres podían pensar que estaba loca y hablaba con la nada.
-¿Y quién podrá ser?- Le preguntó Krystal al fantasma.
-Averígualo tú misma- Le dijo Kris antes de desaparecer.
Krystal se sentó en su cama con el diario de su hermana en su regazo. Suspiró antes de abrir el diario en la primera página y comenzar a ojear, buscando algún fantasma que tuviera el poder del fuego.
-Fuerza, rayo, viento... ¡Fuego!- Exclamó Krystal feliz de haber encontrado la página con el fantasma del fuego. –Chanyeol: Es un fantasma alto, de orejas y ojos grandes. Controla el fuego a su antojo, logrando provocar enormes incendios. Para detenerlo hay que rodearlo completamente de agua.- Leyó Krystal en voz alta. –Rodearlo completamente de agua- Murmuró la chica -¿Y cómo se supone que lo encontraré?-
-¡Krystal, llegarás tarde a tu fiesta de graduación en el ferri!- Exclamó la madre de Krystal desde el primer piso.
-Bajo en un segundo- Dijo Krystal en voz alta –Kris... ¿Estás?-
-Yo siempre estoy- Dijo Kris apareciendo -¿Qué diablos quieres ahora?-
-Tengo dos cosas que preguntarte: la primera es si Chanyeol es el culpable del incendio en la discoteque- Dijo Krystal mirándose en el espejo por décima vez.
-Es lo más probable- Respondió Kris.
-Lo segundo... ¿Me veo bien?- Preguntó girando lentamente para que el fantasma la viera completamente.
-¿Es en serio?- Preguntó Kris levantando una ceja.
-Muy en serio- Respondió Krystal.
-Te vez bien- Dijo Kris finalmente.
-¿Sólo "bien"?- Preguntó Krystal.
-Estás con shorts y una camisa, ¿qué más esperas?- Dijo Kris antes de desaparecer.
Krystal sabía que la mayoría de sus compañeras irían con vestidos elegantes, pero ella no se sentía cómoda vistiéndolos. Prefería mil veces desentonar pero ir a su gusto que morir usando tacones y arreglarse con elaborados maquillajes. Por eso solo se aplicó algo de base y un bálsamo de labios antes de ir en el auto de sus padres al lugar de la graduación.
El instituto había arrendado un ferri para la ocasión. Era la graduación del último año y por lo tanto era un momento importante para todos los integrantes del curso de Krystal.
Después de tanto esfuerzo, exámenes monstruosos, tareas eternas, entre otras cosas del típico estudiante, todos los compañeros de Krystal (incluyéndola) lograron terminar su etapa escolar para convertirse en estudiantes universitarios.
(Recuerden que nos situamos en Corea del sur. Sin estudios universitarios no eres nadie para el país)
Ya en el lugar, Krystal comenzó a buscar a sus amigas, saludando a los compañeros que veía y a los familiares de éstos. Como predijo, todas sus compañeras iban con vestidos elegantes, peinados recién salidos de la peluquería, zapatos estrenados ese mismo día y algunas joyas relucientes.
Al encontrar a sus amigas se dio cuenta que no era la única que desentonaba. Luna vestía unos shorts y una polera. Amber llevaba unos shorts masculinos y una polera de basquetbolista que le quedaba larga. Victoria lucía un vestido informal y el cabello liso. Todas con zapatillas planas en vez de tacones.
-Hola chicas- Saludó Krystal sonriendo.
-Hola- respondieron todas al unísono.
-Les tengo que contar algo, pero no aquí, en un lugar más privado- Dijo Krystal.
-Vamos a una de las habitaciones, ahí no nos van a molestar- Dijo Luna conduciendo a las tres chicas al interior del ferri.
La habitación era lujosa, demasiado para el gusto de las chicas. Por suerte, habían dos sillones en los que las chicas se sentaron a conversar de un tema en específico: El incendio de la discoteque.
-Supongo que sabrán que hubo un incendio anoche en una discoteque en la que nadie salió vivo- Dijo Krystal para introducir el tema. Las demás asintieron –Le pregunté a Kris sobre el tema-
-Espera, ¿Cómo es eso de que le preguntaste a Kris?- Preguntó Victoria.
-Pues... Al parecer tengo la habilidad de comunicarme con los fantasmas que están sellados en mí- Explicó Krystal –Él aparece y desaparece, y me habla para evitar que los once fantasmas restantes me maten, porque si muero los fantasmas dentro de mí también mueren-
-En otras palabras, puedes hablar con fantasmas- Dijo Amber lentamente.
-Sí- Afirmó Krystal.
-Y estos fantasmas que liberaste hace dos semanas intentarán matarte- Dijo Amber con el mismo tono.
-... Sí- Afirmó nuevamente Krystal después de unos segundos de silencio.
-¿Realmente quieres que no nos preocupemos?- Preguntó Amber. Krystal negó con su cabeza.
-No es eso, yo preferiría que de ahora en adelante no se juntaran conmigo porque yo al estar en peligro estoy arriesgando la vida de los que están a mí alrededor- Dijo Krystal. –Esto es algo serio, ya hemos visto lo que son capaces estos fantasmas, primero Kris y ahora Chanyeol... -
-¿Quién es Chanyeol?- Preguntó Luna.
-El fantasma que controla el fuego, él es el responsable del incendio de anoche- Dijo Krystal –Y es mi culpa, debería haberlo atrapado en vez de quedarme esperando a que viniera a mí-
-No es tu culpa querer prolongar el momento de atraparlo- Dijo Victoria –Es de humanos temerle a la muerte, y tú sólo tienes 18 años, eres muy joven aún-
-Pero mi hermana me encargó esta responsabilidad por algo, los atraparé como dé lugar- Dijo Krystal.
Amber, Luna y Victoria intercambiaron miradas por un rato antes de asentir al mismo tiempo. Ellas no dejarían que Krystal se enfrentara sola a los peligrosos fantasmas. Ya habían perdido a una valiosa amiga, no querían perder otra más y sentir el vacío que dejaría Krystal al morir. Definitivamente tenían que ayudarla como pudieran, a pesar de correr un gran riesgo y poder morir en el intento.
-Nosotras te ayudaremos a atraparlos- Dijo Victoria.
-¿Qué? ¡No!- Dijo Krystal oponiéndose completamente a la idea.
-Krystal Jung, no puedes oponerte- Dijo Victoria severamente- Escucha, somos tus amigas y te queremos demasiado como para poner en riesgo tu vida sin haber intentado algo para detenerlo, así que no importa lo que digas o lo que pase, nosotras también atraparemos a los fantasmas. He dicho- Sentenció.
-Está bien- Aceptó Krystal de mala gana.
-Ya que éste punto quedó cerrado, vamos a disfrutar la fiesta- Dijo Luna sonriendo y levantándose. Las demás la imitaron –Además, vi que Choi Minho estaba muy guapo el día de hoy-
-No digas eso- Se quejó Krystal. –Va a ser la última vez que lo vea-
Choi Minho era un compañero de curso de las cuatro chicas que era el amor platónico de Krystal desde que lo vio. Era un joven alto, de ojos grandes y sonrisa encantadora, capitán del equipo de basquetbol y uno de los chicos más cotizados del instituto.
Krystal desde que supo que estaba enamorada de él asumió que jamás estaría a su lado. No era la más bonita del instituto, ni la más inteligente ni la más popular. Era solo una más entre muchas otras para Minho.
Y probablemente, esa sería la última vez que lo vería, ya que perderían contacto una vez que se graduaran.
-Tranquila Krystal, solo diviértete y olvida que existe Choi Minho- Aconsejó Amber.
-Sí, eso haré- Se resignó Krystal.
Las cuatro salieron de la habitación, caminando hacia el lugar de la fiesta de graduación: Era un salón enorme decorado como si fuera una discoteque de lujo, tenía una barra con varios barman que servían tragos a los estudiantes y familiares, la música la ponía un DJ de moda, las luces eran fenomenales. Todo preparado para pasar un buen rato.
Krystal y sus amigas se mezclaron entre la gente y comenzaron a bailar entre las cuatro, disfrutando de la música y del momento. De pronto frente a Krystal apareció Choi Minho quién también estaba bailando y la miraba sonriendo. Krystal le sonrió de vuelta pero se dio media vuelta para seguir bailando.
Para Krystal era imposible que Choi Minho se interesara en ella. Por eso se sorprendió cuando alguien la sujetó por el brazo y ese alguien era nadie más que Choi Minho. El chico la jaló para acercarla a él y le habló al oído en voz alta por la fuerte música.
-Te ves hermosa hoy- Le dijo Minho. Krystal se miró de pies a cabeza.
-¿Bromeas? Estoy igual de normal que siempre- Dijo Krystal. Curiosamente, no se sentía nerviosa ante la cercanía de Minho.
-Lo que sucede es que tu normalmente eres hermosa- Le dijo Minho a Krystal haciéndola sonrojar.
Pero aquel momento de cuento de hadas terminó cuando un enorme estruendo hizo sacudir el ferri. Las luces se apagaron al igual que la música, la gente se quedó en silencio y quiera sin saber lo que había ocurrido. De pronto, la voz del capitán comenzó a sonar por los parlantes del ferri.
-Señores pasajeros, les informamos que la sala de máquinas ha explotado. Les pedimos que en calma evacúen el ferri siguiendo las instrucciones del personal-
Asustados, todos los estudiantes y sus familias comenzaron a caminar lentamente, sin empujar, hacia la salida. Minho tomó la mano de Krystal para comenzar a evacuar pero algo, quizás su instinto le dijo a Krystal que debía quedarse. Por eso se soltó del agarre de Minho.
-Te veo más tarde- Dijo Krystal comenzando a correr al lado contrario de la salida, específicamente a la sala de máquinas. Minho intentó detenerla pero algunos compañeros lo obligaron a seguir con la evacuación.
Krystal encontró un mapa del ferri en uno de los pasillos más anchos y memorizó el camino hacia la sala de máquinas. Corrió por los pasillos esquivando gente que iba en sentido contrario y bajó las escaleras lo más rápido que pudo.
Se detuvo cuando notó que el pasillo debajo de las escaleras estaba ardiendo, y que pronto las llamas llegarían a ella. Retrocedió quedando en el piso superior al que estaba en llamas sin saber qué hacer.
Y de pronto lo vio.
Chanyeol apareció entre las llamas, con cada paso que daba aparecía fuego en sus huellas, movía los brazos elegantemente provocando más llamas y quemando las paredes a su alrededor. Llevaba un sombrero y un abrigo a pesar del calor.
No pasó mucho tiempo para que Chanyeol divisara a Krystal quién abrió los ojos asustada y retrocedió un paso.
-Krystal- Dijo Chanyeol. La chica retrocedió otro paso mientras ambos se miraban fijamente. El tiempo pareció detenerse antes de que el fantasma pronunciase la palabra que daría inicio a un infierno. –Muere-
Y Chanyeol extendió un brazo hacia Krystal.
El fuego salió de su mano en dirección hacia la chica quién pudo por poco esquivar el ataque. Sin detenerse a averiguar si podía esquivar otro ataque, Krystal corrió por los pasillos subiendo de nivel y buscando alguna manguera u otro modo de cubrir a Chanyeol en agua.
Porque la única manera de detener al fantasma del fuego era mojándolo por completo.
Encontró uno de los baños y abrió todas las llaves rogando porque algo de agua se derramara en el suelo y entorpeciera el andar de Chanyeol. Siguió corriendo, evitando las habitaciones con humo negro y apestoso, hasta que dobló en una esquina y se encontró con el fantasma quemando una puerta cualquiera. Chanyeol logró verle y corrió hacia ella, Krystal corría ya lejos de él para ese entonces.
Subió dos pisos a toda carrera dándose cuenta de algo aterrador: El ferri se estaba hundiendo.
Aprovechó este hecho tomando una silla y tirándola contra las ventanas y así continuó con otras para que, cuando el agua llegue al nivel de ese piso, hundir a Chanyeol. Claro, todo eso si Chanyeol se encontraba en ese piso o algún piso inferior al que estaba en ese momento.
-¡Krystal, no puedes escapar!- Escuchó que gritaba Chanyeol cerca de ella, así que escapó al lado contrario encontrándose con Amber, Luna y Victoria.
-Corran, ¡corran!- Gritó corriendo seguida de sus amigas quienes la habían ido a buscar al notar que no estaba entre las personas que esperaban ser rescatadas.
-Tenemos que ir a la proa- Dijo Luna mientras corrían.
-¿Por qué?- Preguntó Victoria.
-¿Recuerdas el Titanic? Esto es lo mismo- Dijo Luna.
Mientras tanto las chicas se dirigían a la proa, los demás estudiantes y sus familias habían sido evacuados y miraban como el ferri lentamente se hundía. Los rescatistas comenzaron a contar a las personas dándose cuenta que faltaban cuatro estudiantes.
Cada vez era más difícil subir para las amigas porque el ferri comenzaba a hundirse quedando lentamente de manera vertical. Por suerte subieron hasta la proa del barco a tiempo antes de que estuviera hundido casi completamente.
-¡Afírmense de la reja!- Exclamó Krystal agarrándose de la blanca reja que servía para que la gente no se cayera del barco. Ahora cumplía el rol de evitar que las chicas cayeran al agua.
En esos momentos pudieron estar más tranquilas hasta que Chanyeol apareció quemando la puerta e intentando alcanzar a las chicas. El ferri comenzó a hundirse de tal modo en que quedó completamente en vertical, haciendo que las chicas estuvieran prácticamente colgando de las rejas mientras miraban hacia abajo a Chanyeol quién comenzó a trepar por las rejas laterales.
-¡No escaparás!- Exclamó Chanyeol subiendo por las rejas como si fuera una escalera torcida.
-Chicas... creo que este es el fin- Sollozó Victoria mirando a sus amigas con lágrimas mientras intentaba sostenerse lo más fuerte posible.
-No, aún no lo es- Dijo Krystal al sentir una gota de agua en su mejilla, levantando la mirada hacia el cielo. El sol se encontraba tapado por unas nubes negras que indicaban la lluvia. De repente comenzó a llover torrencialmente mojando las chicas y a Chanyeol.
-¡Mierda!- Maldijo Chanyeol e intentó extender uno de los brazos para quemar a las chicas pero sólo una pequeña llama salió de su mano -¡Mierda!-
El ferri estaba casi hundido completamente, comenzando a mojar los pies de Chanyeol. Krystal al notar esto se dejó caer al agua ante los gritos de sus amigas y nadó hacia el fantasma quién la veía sin entender lo que la joven intentaba hacer.
Krystal sacó su cinturón de su short y se hundió en al agua, nadando hasta donde las piernas de Chanyeol estaban hundidas y amarrando una de las piernas a la reja con el cinturón. Chanyeol al notar esto comenzó a patear e intentar liberarse hundiéndose en el agua para desabrochar el cinturón, dándole la oportunidad a Krystal de emerger del agua, tomar una bocanada de aire y volver a hundirse para esta vez ahogar a Chanyeol.
El fantasma intentó salir del agua a tomar aire pero Krystal lo pateaba en la cabeza para que no pudiera emerger. Chanyeol tomó una de las piernas de Krystal y la bajó hasta que estuvieron a la misma altura, ahí Chanyeol abrazó a Krystal fuertemente.
Si el moriría, ella iba a seguirle.
Krystal intentó zafarse pero el agarre era tan fuerte que le era imposible escapar. Poco a poco comenzó a quedarse sin aire al igual que Chanyeol y la chica sintió lo que era el horror de saber que iba a morir. Cerró los ojos y se abrazó a Chanyeol asustada de la muerte.
Entonces una mano la jaló lejos de Chanyeol, llevándola a la superficie donde desesperadamente tomó una bocanada de aire y comenzó a toser el agua que había tragado afirmándose de su salvador: Choi Minho.
-¿Estás bien?- le preguntó Minho notablemente preocupado. Krystal asintió. Los rescatistas pronto llegaron y los sacaron del agua, subiendo a la lancha primero a Krystal y después a Minho. Los taparon a ambos con una manta antes de controlar sus signos vitales.
Krystal, después de unos minutos pudo ver el símbolo de Chanyeol emergiendo del agua e incorporándose al tatuaje en su espalda. Ahí supo que todo había terminado.
Respiró aliviada y se dejó caer boca arriba en el piso de la lancha, comenzando a llorar de alivio y tapándose los ojos con el brazo. Pronto sintió que una mano le acariciaba el cabello, era Minho el que lo hacía mientras la miraba con cariño.
-Fuiste muy valiente Krystal- Dijo Minho sonriendo. Krystal también sonrió sin dejar de llorar.
Horas más tarde, casi a media noche, Krystal disfrutó de un baño de espuma y burbujas acompañada por Kris y Chanyeol. Miró a ambos fantasmas que conversaban en voz baja y suspiró recordando los peligros que había pasado para poder atraparlos. También recordó a los asesinados por Chanyeol y pensó que había diez fantasmas sueltos matando gente por ahí.
Se prometió no volver a esperar a que los fantasmas llegaran a ella, sino ir a buscarlos por su cuenta. Salió de la tina notando que los fantasmas habían desaparecido. Se preguntó el porqué y salió del baño envuelta en una toalla.
Una vez en su habitación llamó a Chanyeol mientras se colocaba el pijama. El fantasma del fuego apareció mirando hacia el techo y con los brazos cruzados. Krystal, semi desnuda le preguntó por qué no la miraba a la cara a lo que Chanyeol respondió:
-Krystal, que seamos extraterrestres no quiere decir que no seamos del sexo masculino- Explicó Chanyeol, haciendo sonrojar a Krystal quién se cubrió lo más rápido posible.
-Oye... Chanyeol, ¿Te puedo dibujar?- Preguntó Krystal.
-No, me atrapaste y sólo quiero matarte por eso- Respondió Chanyeol.
-Te iba a atrapar de todas formas- Dijo Krystal – Pronto, todos estarán en mi tatuaje y la gente dejará de ser asesinada-
-No será fácil atrapar a los demás- Advirtió Chanyeol –Especialmente a Tao-
-No me importa, lo lograré a cueste lo que cueste- Dijo Krystal –Ahora... ¿Te puedo dibujar?-
Menos mal que estaba de vacaciones, Krystal se acostó de madrugada al estar dibujando a Chanyeol y después pintando su dibujo.
0 notes