P.D Siempre tuya ©

Carta al koala:

Tomaste asiento sobre la pila de libros —favoritos míos—, abriste uno y comenzaste a leer. Fue difícil para ti comprender mi mundo, lo sé. Rara soy y así nací. En alguna etapa anterior de mi desarrollo pude haber rechazado ciertos rasgos de mi personalidad: mi inclinación a la soledad, a no hacerme de amigos, a mi ansiedad social, a mi mutismo selectivo, a mi hipersensibilidad, a mis crisis repentinas de llanto… A inclinarme hacia la fantasía lejos de ser concreta y real y hacer de la irrealidad mi vida, enamorándome aquí y allá de la poesía, de las letras, de las novelas e historias románticas. Hoy no sucede eso ya. Han sido cuarenta y dos largos años —la mayor parte del tiempo caminando de la mano de la soledad— conociendo a esta loca alma que le da vida a mi cuerpo, ¿y sabes? Finalmente he aceptado quién soy. Me amo así. Luego vinieron las duras enfermedades, tener que dejar ir anhelos, tener que soltar una y otra vez a una mujer que ya había aprendido la lección y necesitaba madurar en base a aquellas. A diario me enseñó la vida la conciencia de la impermanencia. Día con día se encargó de entrenarme en el arte de observar con la mirada de lo finito… Y dolió bastante. Luego llegaste tú y me observaste con esa mirada embriagada de paz, ¿si sabes que jamás volveré a encontrarme con una mirada así? ¿Si sabes que a pesar de todo, de lo áspero que ha sido el camino, de que la vida se aferró a mantenernos distanciados y de que en todas tus decisiones te priorizaste más que a nuestra relación, yo te amo? Y te amo con un amor que agradezco estar viviendo. No es un amor común, incluso yo lo estoy conociendo a penas y con él me estoy conociendo yo misma y a esa fuerza interior de la que estoy hecha. Este amor que te guardo, koala, no es de este mundo. Es el amor de la galaxia que tiñe de colores a su oscuro fondo. Es el amor del sol que le da abrigo a la flor. Es el amor del infante que corre hacia el tronco del árbol cuya fuerza le hace imaginar la energía del padre que jamás conoció. Sí. Así te amo y eso es algo que no tengo intención de negar aún cuando observe tu distanciamiento, tu indiferencia, y tu poco ánimo de luchar por algo que nos costó bastante encontrar. Puede lastimarme, sí, esa acción que de repente tomaste, el poco interés por volver a hablar conmigo y escuchar cómo es que me estaba sintiendo y así mismo abrirte tú a platicarme sobre tus sentimientos, sobre tus anhelos, sobre el amor que conjugábamos juntos y de repente dejamos de hacerlo. Sí, me gusta conjugar a diario el amor, y si yo veo que un día tú lo conjugas conmigo y al día siguiente ya no, me embarga la incertidumbre y el desasosiego. La relación de pareja, siempre te dije, es para tejer alas, para sanar, para escuchar sobre todo esas cosas que no nos gusta oír pero que son necesarias de comentar a fondo pues gracias a ellas la relación se fortalece. Eso creo. Sin embargo vi cosas que me rasgaron más que fortalecerme. No se lleva a cuestas un pasado cuando ya estás iniciando un nuevo camino. Cargas aún con un pretérito y con una gran responsabilidad encima de ti. Has perdido el enfoque de tu felicidad. Estás sobre explotando a tu alma. Me duele verlo. Me duele saberlo y sé que aunque te lo diga, no lo entenderás, te molestarás y continuarás dándote a todos olvidando lo esencial: tu propia plenitud. Y en ese olvido me vas olvidando a mí, y en ese olvido vas olvidando lo nuestro, y en ese olvido poco a poco nuestra magia se va tiñendo de realidad. Una realidad que me ha costado mucho aceptar. Una realidad que duele bastante al alma pues te amo y no por ello dejaré de amarte. Sin embargo siento que ya no puedo resistir a seguir esperanzada a un tiempo que tal vez jamás llegue, aunque lo anhele como jamás anhelé nada con nadie, pues eres el amor de mi vida y eso también lo sabes. ¿Cuántas veces has tecleado la fecha de ella en cada compra que haces? Quiero pensar que aún no la olvidas y es por eso que te aferras tanto a tu retoño y a esa vida que hubiera sido increíble seguir viviendo, vida que se esfumó cuando me conociste a mí. Y te amo aún así.

Nunca fue falta de amor, fue falta solo de madurez.

Esta frase resuena en mi mente y en mi corazón. Es tan cierta y poderosa en su simplicidad. A lo largo de nuestra travesía, puedo ver cómo el amor siempre ha estado presente entre nosotros. No puedo negar la conexión profunda y genuina que compartimos, las risas, las conversaciones que nos han unido de manera especial.

Sin embargo, al mirar hacia atrás, también reconozco que ha habido momentos en los que la inmadurez ha intervenido en nuestro camino. Quizás no siempre hemos sabido cómo lidiar con ciertas situaciones de la manera más sabia o calmada. Tal vez hemos tomado decisiones apresuradas o hemos dicho cosas que en retrospectiva podrían haberse manejado de manera diferente.

Pero aquí estamos, en un punto en el que podemos reflexionar y aprender de nuestras experiencias. El tiempo y la vida nos han dado la oportunidad de madurar, de entender mejor nuestras propias emociones y las de los demás. Estoy dispuesta a reconocer mis errores y a asumir la responsabilidad por mis acciones pasadas.

Deseo avanzar juntos con una mayor madurez, comprensión y respeto mutuo. Creo sinceramente que lo que compartimos es especial y que, con la sabiduría adquirida con el tiempo, podemos superar cualquier obstáculo que se presente en nuestro camino. Juntos, podemos enfrentar los desafíos con empatía y consideración.

Quiero que sepas que mi amor por ti nunca ha sido cuestionado. Siempre ha estado ahí, profundo y sincero. Ahora, también estoy comprometida a cultivar la madurez necesaria para nutrir esta relación y hacer  que siga creciendo algo hermoso y perdurable.

Espero que podamos hablar más a fondo sobre esto en persona. Valorizo nuestra comunicación y creo que es importante que compartamos nuestros sentimientos y pensamientos abierta y honestamente. Espero con ansias lo que el futuro tiene reservado para nosotros, y estoy lista para caminar este camino juntos, con amor y madurez.

Cartas para E: Un Mes.

Hoy quisiera decirte estas cosas.

No eres la persona que creí que eras.

Ante mis ojos solo eras perfección.

Nunca cuestioné, ni alcé la voz.

Siempre confié.

Te escuchaba con atención

para poder llegar a cumplir

tus expectativas.

Admiraba todas tus metas.

Repito tus últimas

palabras a diario en mi cabeza.

Me sacaste en cara

hasta lo que no te pedí.

Y se me bajó la autoestima.

Y se me ha ido el hambre, quizás para siempre.

Tu eras mi hogar.

Me has dejado sin voz.

Que te dediqué mi lugar seguro

y nunca la escuchaste.

Y si la escuchaste no la entendiste,

no le diste importancia.

Que me dicen que si te llamo o te escribo

te estaría dando todo el poder

cuando pienso que ya lo tienes.

Que siempre lo has tenido

durante todos estos años.

Que me convertiste en polvo,

en arena, agua.

En todo lo que se marchita

y se evapora.

Tus palabras no coinciden con tus acciones, y entonces ¿para qué me prometes tantas cosas?

CARTAS PARA TI #06

Admito que aunque quiera negarlo siempre te pienso, siempre me das la fuerza para querer salir adelante. Recuerdo tus palabras, tu capacidad para hacerme cambiar de parecer a pesar de lo terca que puedo llegar a ser.

Ojalá siguieras aquí conmigo en éstos momentos de oscura soledad y de constante depresión. No me he sentido bien, sabes?

Ya van a cumplir casi 5 meses desde que dejé el empleo donde recibía acoso laboral. Seguramente me preguntarás por qué soporté 7 meses en él a pesar de las constantes crisis emocionales y existenciales.

Gran culpa de esa decisión fueron mis papás, ellos me decían que en todos los trabajos será igual, que así son los empleos y que debo aguantarme porque me pagan. Sí, así mero.

Yo les daba dinero cada vez que cobraba, prácticamente pagaba renta por vivir con ellos. Eso es chistoso pero bueno, me veían mal, me veían llorando, me veían comer con desesperación, me veían ida y aún así me decían que debía aguantarme porque solo sería 1 año.

Puse mi denuncia la cual no procedió, eso me dejó en más depresión porque sufrí demasiado al escribir esa carta y oír esos audios. Me sentí como una inútil que no hace nada bien ni siquiera para defenderse de manera legal a sí misma.

Pero recordé que también la corrupción está presente y que lo más probable es que les hayan pagado una lana para hacer un lado mi investigación. Desde entonces tengo el trauma y la paranoia de que cada vez que veo una camioneta blanca pienso que son mis antiguos jefes y se me eriza la piel, se me acelera el corazón y siento que me empiezo a poner mal.

He estado teniendo demasiadas pesadillas casi todos los días a todas horas o más bien, la mayoría de las veces que me quedo dormida sin darme cuenta.

Sigo teniendo crisis pero son de vez en cuando y son por mis padres cuando me dicen algo que me hace sentir mal o por otras personas. Ya no me he cortado o al menos no me he puesto tan mal para hacerlo.

Pero la noticia buena que te tengo es que retomé terapia, ésta vez es vía online. Si me agrada la psicóloga aunque siento que ella no me dará un diagnóstico si me gustaría que me dijera qué es lo que me sucede ya que aún no me lo dice.

Abrí un canal de cocina, poco a poco me he estado animando a aprender a cocinar aunque me aterraba la idea de hacerlo porque me equivocara pero... Cuando me equivoco o hago algo mal en lugar de insultarme, me intento animar yo misma diciéndome que todos cometemos errores y que puedo volver a intentarlo, que no debo exigirme demasiado ya que soy aprendiz.

Aún no he hecho streaming, he estado practicando cómo hacerlo frente a la cámara sin tartamudear. Sí, me conoces, sabes lo difícil que es para mí hablar en público aunque sea en línea. Sé bien que no veré a nadie físicamente porque será en línea pero... Aún así, trato de grabarme como si lo estuviera haciendo para poco a poco vencer ese miedo, ese pánico escénico a hacer el ridículo y que la gente luego ya no me quiera por eso.

Mi titulación va en proceso, ya tengo unos documentos, estoy corrigiendo mi tesis. Ya tengo un tema del cual me emociona hablar y siento que es desconocido o más bien, no es tomado en cuenta y creo que es necesario hablar de él.

Dondequiera que tú estés, espero que hayas retomado terapia y aún sigas con tu medicación, que vayas bien con tu novio, que mejores la relación con tus padres, que hayas terminado la uni y que pronto encuentres un empleo.

Sé bien que te dije que quería vivir en la misma ciudad que tú y eso aún sigue en pie, créeme. No sé si aún sigues enojada conmigo o si me odias, pero, espero que si un día te llego a ver podamos hablar y me puedas presentar a tu novio. Y si no llegara a ser así, aún así, te deseo lo mejor, siempre lo haré. Sí, aún sigo enamorada de ti, creo que siempre lo estaré pero... Realmente lo importante aquí es que seas feliz con quién quieras estar.

Nunca te lo dije pero te amo, te amo con todo el corazón y siempre te amaré. Fuiste y siempre serás alguien muy especial para mí, aún me dueles, sí. Pero la herida sana poco a poco y sé que un día sanará completamente.

P. D "Sé que éstas cartas nunca las leerás pero aún así, te sigo escribiendo con la esperanza de que un día las leas".

Carta #06 que nunca leerás (vía confesionesdeunachicasolitaria)

No quiero saber si en algún momento me fuiste infiel, mi corazón no podria soportarlo, apesar de tentaciones siempre te fui fiel, así que porfavor mantenlo en secreto, si alguna vez lo fuiste.

-RaAnubis11♤

A veces me entra un miedo profundo con unas ganas de llorar inmensas.

Tengo miedo.

Tengo tanto miedo.

Tengo miedo de quedarme así para siempre.

Tengo miedo de que por quererte de más, yo me quiera de menos.

Porque yo te quiero tanto.

Tantísimo.

¿Pero quién me quiere a mí?

Todas las noches te escribo cartas 💙

Muchas cartas para ti, para el aliento de tu voz que no está conmigo en los amaneceres.

Todas las noches te escribo cartas para ti y para tus palabras, para tu odio, para tu desesperación que ya no significa nada esplendoroso.

Todas las noches escribo cartas para ti y para nuestro deseo, para las ganas que nos atacan los sábados.

Todas las noches, me siento frente a la máquina de escribir y no me detengo hasta que la tinta de la cinta se ha terminado, entonces todas las noches le hago un agujero en la esquina a las cartas y con un hilo de color y procedencia dudosa, cuelgo todas las palabras del techo con cinta transparente. Las cuelgo porque no quiero dejarlas volar sobre la ventana.

Todas las noches te escribo, agujereo y cuelgo cartas para ti, en el techo de mi habitación.

Todas las noches mías, que no son tuyas porque tomarlas te parece patético.

Todas las noches te escribo cartas de tinta.

Todas las noches te escribo cartas de sueño, de eso que quiero contarte y nunca artículo, cartas de rabia, de esa tristeza que no te conmueve sino que más bien te molesta.

Todas las noches te escribo cartas para ti.

Reseña: Wilmarie Feliciano. 2022. "Cartas para ti". Primera edición. Publicación independiente, 2022; 97 páginas.

Me he cruzado con la poeta Wilmarie Feliciano en los open mics de poesía del oeste de Puerto Rico. Me ha sorprendido con este poemario conciso que he leído entre tazas de café y esperas largas en el trabajo y el hospital. Este poemario se destaca por tener un estilo parecido a la carta. Cuando lo empecé a leer recordaba una y otra vez algunas reflexiones filosóficas de Sloterdijk y Sartre,…

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P.D Hay cartas que no tienen destinatario, o tal vez el destinatario sea uno mismo. Hay amores que no llevan amores, o quizás sean amores que están hechos para refugiarse en el amor mismo, dentro del alma, muy hondo en el corazón. Siempre le he escrito al amor, mi más grande ilusión desde que nací fue amar… Amar la vida, amar al mundo, amar la alegría, amar sonreír… Y entre tanto amar y amar todo lo fuera de mí, hay veces que se me olvida amarme a mí misma. Entonces es ahí cuando escucho la respiración de un alguien que late en mí… Tal vez un ideal, tal vez el nombre de un ser que conocí por algún sueño; tal vez la mirada, los labios, la piel de mi alma gemela, un alma que no tuvo la oportunidad de nacer en el mismo tiempo que yo… Y es en ese instante de vacío existencial cuando más me llama… Cuando más me evoca en su mente, o cuando sabiendo que existe —pero no es así—, crece la esperanza de que me lea. Mi amado amor, mi Niño ideal, mi sueño perpetuo, mi latido rosa que es Perfecto… En ti, me quedo. Eres el dueño exacto de mis emociones, de mis pensamientos y mis sentimientos… El dueño de mi brújula, eres quien dirige el ritmo de mis sosiegos, de mi algarabía e incluso de mis tristezas… Estas ahí, sí… En algún rincón de mi ser, tú estás, lo sé, porque no me dejas caer cuando me encuentro en la orilla del precipicio, porque de alguna manera mis mejillas se secan cuando las lágrimas ruedan, porque de manera inexplicable —al dolerme— mis labios dejan de temblar, como si tus labios me besaran la hiel de la nostalgia. Me haces el amor con el alma, pues en cada palabra te metes más en mí, y te quedas ahí, latiendo en un brillo que ninguna estrella tiene, ni siquiera el sol.

Sí… Hay cartas que no tienen destinatario, pues se quedan con uno, aquí, abrazadas al corazón, esperando por el milagro de una manifestación.

—Siempre Tuya.

Sempre que eu conto para as pessoas a nossa história, eu me emociono. E isso acontece porque o que vivemos foi realmente inacreditável, coisa de filme, história dessas que a gente só vive uma vez na vida. Nunca me senti uma pessoa tão amada, tão querida e cuidada pelo namorado que ao mesmo tempo era meu marido/esposo tão esperado. Eu acordava e ia dormir de bem com a vida, pensando em como DEUS tinha sido bondoso comigo, fazendo com que eu pudesse viver algo assim. Então veio o nosso término e tudo desabou. Eu me vi sem chão, sem SAÍDA, morta por fora e por dentro, emagrecendo, tendo crises de ansiedade, vontade de fazer merda comigo mesmo, sem forças pra pedir perdão, sem forças pra ir atrás, com vergonha, a pior pessoa... não me reconhecia mais na minha rotina sem você.

No es la primera vez que no entiendo mis sentimientos, pero si es la primera vez que no estoy soportando, es molesto.

No lo dudes.

Y, aún odiandote, como lo hice en los últimos meses, no dudes de que te amé de verdad, pero lo hice con traumas y miedos, lo hice mal, y lo siento, porque tú también estabas muy roto y yo solo afilaba las puntas, ahora lo entiendo, pero sigues siendo lo más bonito que me regaló la vida, así de roto y lleno de huecos, así de arisco y lleno de miedos, así, así de imperfecto.

Luchi

Hola... Te extraño

Te extraño... Hay días como ayer que me pregunto como estás, si estás bien, si puedes superar lo nuestro y acabo pidiéndole a dios que no te abandone, que lo necesitas... Que aquelel momento no sale de mi cabeza ...

Aún siento el tacto de tus rizos en mi palma... Aún me preguntó que pudo ser diferente... Que pude hacer diferente... Aún te llamo llorando. Pero se que no está bien, que no vas a volver. Que aún no es tiempo que probablemente jamás lo sea...

Solo le pedía a la vida que fueras feliz y no te fueras... Me destroce en el camino y no fuiste feliz y no pude más y al final te dejé atrás...

Hoy después de mucho tiempo no me asusta estar sola... No es mi plan favorito, pero debo estarlo, debo conocerme y quererme bonito y bien para salir ... Para seguir...

Gracias por lo bonito de la vida a tu lado... Me quedo con las anécdotas y los besos que roban el aliento... Solo conservaré los momentos bonitos como un tesoro en lo más profundo de mi corazón.

Pd: Se feliz, saldrá bien, te lo prometo.

Cuánto amor en un ser tan pequeño y puro, que con solo verlo saber que me necesita más él que yo de él.

-RaAnubis11♤