Y así, con una sola oración me enciendes. Ese poder que tienes de hacerme arder, de hacer volar mi imaginación con infinitas posibilidades que tienen por fin nuestro placer.
Las llamas del grueso
Incendio en el alma
Se queman memorias
A puertas del mar
Siempre mantengo
Los gritos presentes
Tus ásperas manos
Limpiando la frente
Siempre cuidé tu casa
Siempre amé tu casa
Y quiero correr, y quiero no ver
Quisiera no haber dormido
Cuando fallé
Cuando nos fallamos
Cuánto te amé
Cuánto nos amamos
La casa se hunde
Escombros tras de mí
Intento recordarte.
Siempre cuidé tu casa
Siempre amé tu casa
Y quiero correr, y quiero no ver
Quisiera no haber dormido
Cuando fallé
Cuando nos fallamos
Cuánto te amé
Cuánto nos amamos
“A veces uno amanece con ganas de extinguirse. Como si fuéramos velitas sobre un pastel de alguien inapetente. A veces nos arden terriblemente los labios y los ojos y nuestras narices se hinchan y somos horribles y lloramos y queremos extinguirnos... Así es la vida, un constante querer apagarse y encenderse”.
Ojalá nuestras soledades vuelvan a encontrarse , ojalá una chispa avive nuestros corazones y ardamos juntos otra vez. Ojalá nos encontremos nuevamente y en tus labios pueda revivir cómo el fénix renace de las cenizas.