Poder / Querer

.Como me gustaría poder... pero me puede más no querer.

Principio y final

Y al final, cuando se termine de ejecutar la sentencia en la que estuvimos programandonos mutuamente...

Tú terminarás comenzando a amarme.

Y yo terminaré comenzando a alejarme.

[Taylor is busy]

Corona de aromas

Dulce aroma a vainilla exudaba en el nervio de la alborada mientras el astro sol se asomaba por su ventana. Ahí me descubrió, sentado en silencio junto a sus sábanas, aún tibias de un romance fugaz que ya había partido antes que el cálido resplandor bañara su rubia y enmarañada cabellera. Ojos esmeralda en vértigo desmenuzando la escena que lenta se descubría en el telón luminoso de la mañana.

Sus labios se agitaron. Era demasiado tarde. Pues se percató de una calidez mayor que aquella que de su ventana, mayor que el romance fugaz que ya había partido. Un olor ferroso con esencia suave a vainilla invadió la habitación. Era ella la calidez. Y rápida se extendía entre sus sabanas. Sus labios no se agitaron más, sólo un suspiro inundó la habitación.

Mi psicólogo dice debo agradecer y pedir perdón. Por ello éstas líneas a ella, quien no conozco, pero me hubiese encantado, empero… La necesidad es imperiosa. Las dejo a ustedes, dedicadas a quien ahora está ausente pero que en la corona de aromas está escrito su nombre.

We don’t have to speak tonight Just don’t say 'goodbye'

Everything is about sex except sex – sex is about power.”

F. U. / O. W.

Elizabeth: "Booker, are you afraid of god?" Booker: "No, but I'm afraid of you"

Fragmento de una confesión

— la verdad, en parte, si me daba mucho miedo, había pasado ya tanto tiempo desde… — hizo una breve pausa no mayor a dos o tres segundos, sin embargo, por la ligera contorsión de sus labios al mismo compás en que sus glóbulos oculares perdían la órbita en la nada formando en su rostro un gesto ajeno al presente, supe que, en esa diminuta fracción de tiempo, había sido suficiente para rememorar, diseccionar y desechar una historia del pasado. Ó tal vez cientos. Pero no dijo nada y prosiguió.

— y sinceramente yo pensaba que sí que, algún día, nos veríamos… pero que la cobardía sería maestro de la ceremonia. — dijo con una voz serena y paciente pero que desbordaba una honestidad ignota. De su pausa y lo que sea que haya rememorado no dijo ni una sola palabra y, la verdad, sabía que después de percibir semejante honestidad en su voz, si ella en silencio eliminó alguna palabra, frase, oración o historia, seguro no debía ser de relevancia. Así que no pregunté y dejé que siguiera.

— pero nada, justo cuando… — nuevamente, una breve pausa, sé que rememora algo pero no hay gesto ajeno, al contrario, toma un poco de aire sus ojos se expanden brillantes, como jamás haya visto, sus mejillas están ruborizadas y estoy seguro que durante el suspiro sus labios dibujaron una bella y delicada pero efímera sonrisa. Acto seguido, con un encanto de ensueño, en un sólo parpadear, recobró el semblante sereno y paciente para después continuar. Sí, todo esto en tan solo dos o tres segundos — justo cuando me disponía, frente al espejo, a despintarme los labios y descansar un poco… tu boca se abre y me dices: “Pero antes de que te los despintes, dame un beso”. Justo en el acto se me heló el alma, sufrí de vértigo, se me aceleró el corazón, me temblaron las piernas, me sudaban las manos y seguro que si hubiese querido hablar habría terminado balbuceando. Y es que en verdad lo dijiste con aquella seguridad. No tengo ni la menor idea de como fui capaz, después de todo el manojo de torpezas del que fui víctima pero, sin pensarlo, casi, casi, salí corriendo para complacerte, y aún con pañuelo en mano, te besé. Y de repente te deseé tanto…

Naderías

Estoy bien. Es solo ésta absurda incapacidad para olvidar, pero no es nada, es solo que cuando respiro me acuerdo... pero como dije, no es nada; he aprendido a contener la respiración desde mi yo inconsciente... y listo, asunto arreglado. Aunque, también al parpadear me acuerdo... pero, ¡Bah! Minucias, como ya dije: no es nada. Estoy bien.

?

Cómo es posible dormir cuando la cabeza está tan saturada que las interrogantes salen por los oídos...

Jobs

Jobs… Que película tan más culera.

La Pausa

La que hasta hace poco menos de un mes fuese la línea delimitante entre todo lo anterior y lo nuevo posible, cada día que pasa se desvanece considerablemente a tal grado que al día de hoy ya no queda bien claro si lo que hay después de aquella línea difusa es un boleto de incertidumbre o un toque de queda en la desesperación.

Las arcas se vacían, los contenedores de la sustancia etílica se vacían, las horas ceden, la canción transita el último compás, el venenoso presente lo consume todo.

La Pausa. La pausa es el demonio que devora la tranquilidad y la decisión de un espíritu ofuscado mientras intenta, a tientas, recuperar su vista en unos ojos, posiblemente, perdidos pasada aquella línea delimitante, en: lo nuevo posible.

...

Son en verdad de una gran rareza momentos como éste que fácilmente puedo contarlos con los dedos de una mano y me sobran dedos. Pues, consciente y seguro de lo que estaba a punto de pronunciar, solamente un ligero ruido para aclarar su garganta, prosiguió hacia mí:

"No necesita ser una causa perdida para que valga la pena"