Tumgik
#sentirme bien libro de poesía
nuriaverde · 7 months
Text
Sentirme bien. Pecho frío
Pecho Frío Nunca fui Pecho Frío sólo cuando me interesó,  de emociones volátil,  me como un dátil y me rio.   Tienes algunas de mis novelas en Wattpad. Tweets by nuriaverde Si me sigues, te sigo.
Tumblr media
View On WordPress
0 notes
zaraterendon · 1 year
Text
Detonantes de septiembre, octubre y principios de noviembre
Abandono. Titulación. Ansiedad. Trabajo. Impuestos. Libertad. Terapia. Dinero. Bloqueo. Taylor Swift.
Abrí mis borradores y tenía tres. Dos de las últimas entradas que quise escribir sobre detonantes, entonces las puse todas juntas y agregué más palabras clave. El mes pasado estuve imposibilitada a escribir. Estaban los medios, pero mi cuerpo no estaba dispuesto a poner en palabras todo lo que sentía. Empecé un ensayo sobre la cajeta y la incomodidad, desde una idea que surgió en una de estas entradas. Por eso, me hace sentir tan mal abandonar mi blog. Pero he aprendido a no recriminarme cuando algo en tu proceso creativo no lo puedes controlar. Hoy, por cierto, hable de control en terapia. También tengo una idea de ensayo sobre ser mandona.
El mes pasado, una de las razones para sentirme fuera de mi cuerpo, fue que por primera vez sentí que es no tener dinero, más que 18 pesos en la cuenta. Al final, hice un uso bestial de mis tarjetas de crédito y pedí prestado. La sensación de sentirse sola en momentos de carencia no se la deseo a nadie. Aunque los últimos días del mes ya no me sentí tan mal, no solo porque vivo con alguien en quien siempre puedo apoyarme, sino porque intenté verlo todo como una cadena de malas decisiones de mi yo del pasado. Esto permitió que me riera de mí misma.
En octubre también me titulé. La congoja y resignación que me estuvieron persiguiendo el último año empezaron a disiparse. El primer síntoma de mejoría fue que retomé la lectura, ¡ya no estoy bloqueada! Fue como una constipación molesta en la nariz. Entonces, terminé Alguien camina sobre tu tumba de Mariana Enríquez y Golondrinas de Emiliano Ruiz Parra. Empecé Tengo miedo torero de Pedro Lemebel, Alharaca de Javier Raya y Body Work de Melissa Febos. Sobre el último, habrá una publicación (porque ensayo, ajá); sobre Alharaca, también, aunque es un libro de poemas. Raya falleció hace un mes y todo twitterpuntocom ha estado muy conmocionado, compré su libro (que me salió en $55 en las librerías de la UNAM) y estoy mega sorprendida. Este año había decidido darle más oportunidades a la poesía, y aunque lamentablemente llegué tarde a este poeta, estoy feliz de de todo modos poder leerlo. Su blog es este cuadernoderaya.blogspot.com y ahí está su obra disponible.
Estos meses di dos oportunidades importantes. (1) Cambié de trabajo. Ya no soy maestra de tiempo completo (solo los sábados) y estoy más triste de lo que creí, pero en mi nuevo lugar me siento como pez en el agua: ante todo, soy resolvedora de problemas. (2) Salió el nuevo disco de Taylor Swift. Los dos anteriores y el remake de Fearless (Taylor's version) me habían tenido muy emocionada, pero este nuevo terminó por confirmarme lo que me temía: sí me gusta Taylor Swift y ojalá también pueda escribir un ensayo sobre esto. Hay un ensayo en revista Plástico de una morra a la que no le cae bien, pero yo quiero responder algo tranquilo: me gustó en mi adolescencia, y reencontrarme con ella es reencontrarme conmigo y aceptar que está bien que te gusten cosas que son mainstream y tienen muchos haters. Aún no me considero swiftie, pero quién sabe. En unos meses tal vez otra cadena de malas decisiones me lleve a comprar boletos si anuncia una gira en Latinoamérica.
Se siente bien volver.
Tumblr media
1 note · View note
writter-on-the-wall · 2 years
Text
Cicatrices
Me gustaría pensar que mis cicatrices son socialmente aceptables.
Me gustaría que algún amor me dijera oye, son hermosas, no las escondas, no te escondas.
Me gustaría sentir control y poder sobre lo que quiero y puedo usar. Poder liberarlas. Poder liberarlas, por que no está mal mostrarlas. Poder mostrarlas, por que solo están ahí, existiendo. Existen por el dolor del pasado. Son un pasado que se ve, pero no se siente. Solo si te acercas y tocas mi piel, tocas mi corazón. Un corazón que estuvo muerto por un largo tiempo.
Me gustaría que mi hermana y mamá no digan nada. Que ni siquiera las miren. Quisiera que solo me abracen silenciosamente, que me miren con dulzura. Está bien, Polita. Hiciste lo que pudiste. Ya saliste de ahí. Ahora te toca ser feliz. Ahora te toca crear memorias, en vez de cicatrices. Ahora puedes. Puedes. Tú puedes.
Me gustaría no sentirme irritable cuando hacen comentarios estúpidos. Esa canción es corta venas. Me gustaría que sepan que decir eso me daña. Que sean sensibles. Que piensen. Que tengan memoria. Me gustaría no ser sensible. Que no me afecten sus comentarios.
Me gustarían muchas cosas. Muchas, muchas. Me gustaría no ser yo misma, algunas veces. Me gustaría saber bien quien soy. Me gustaría enamorarme, pero creo que tengo más ganas de sanar. De sanar bien. Sanarme. Sanar este corazón que tanto carga. Que tanto ha cargado por mucho tiempo.
Me gustaría escribir poesía. Escribir lindo. Escribir bien. Escribir un libro.
4 notes · View notes
diario-de-jazmine · 3 years
Text
EL PROFESOR DE LITERATURA (Parte 1) 👨‍🏫
Luego de culminar mis estudios escolares, a los 16 años de edad, mis padres decidieron inscribirme en un instituto, conocido en mi país como “Academia”, lugar donde asisten muchos jóvenes para preparar su ingreso a la Universidad y en el mayor de los casos, para abrirse al mundo y socializar con otros chicos y chicas, el cual también fue mi caso a mi corta edad, en ese entonces…
Recuerdo claramente mi primer día de clases, estaba bastante nerviosa porque era una experiencia nueva para mí, que significaba el inicio de una nueva etapa académica, sin imaginar que también sería el inicio de mi descubrimiento sexual, del gusto por gozar las sensaciones placenteras de lo erótico, de esa sensación tan rica que se siente en la piel… desde los 16 años aprendí amar el sexo infinitamente, a disfrutarlo sin tabúes y ésta ha sido, sin duda, mi mejor decisión.
Ese día, al llegar a clases, llevaba puesto un short color beige cortito y un top blanco bastante ceñido al cuerpo, con una mochila pequeña de color negro; en el cabello llevaba una cinta rosada que me hacía parecer muy inocente. Mi padre me llevó, me despedí y empecé esta aventura.
Subí las escaleras mirando a todos lados, y descubrí de inmediato varias miradas sobre mí, me sentí cohibida pero al mismo tiempo empecé a darme cuenta que me encantó sentirme deseada por extraños, una sensación que me acompañaría toda la vida, y que sería el motivo de muchas más aventuras… pero eso serán motivo de otros relatos.
Llegue al final de pasillo… salón 405. Cómo una buena alumna primeriza me senté en primera fila para prestar atención, saque mi cuaderno y lápiz para tomar nota de la clase, mirando aquí y allá buscando las primeras amistades. Mientras hacía eso escuche unos pasos y oí una voz grave y serena, muy varonil que nos dijo a los que allí estábamos: “Bienvenidos alumnos a su primer día de clases”. Era una voz potente solo escucharlo sentí que la piel se me puso chinita y me dije interiormente “Rayos! Que me pasa!”… lo miré y él me miro y tuvimos una conexión inmediata, una conexión que no sabría bien cómo explicarlo, él me sonrió y yo también le sonreí pero tímidamente en un momento que pareció eterno. Luego se presentó ante todos: “Bueno chicos mi Nombre es DANNY y seré su profesor de Literatura”.
Según el rol académico tenia clases con Danny dos veces por semana. Yo vivía emocionada esperando con muchas ansias la llegada de esos días y asistía siempre con ropa más ceñida para ser atractiva a sus ojos… y pues con el tiempo eso dio resultado.
Era un miércoles del mes de marzo del 2005, ese día ya habían culminado las clases así que tuve que ir al baño, mientras Danny se quedó limpiando la pizarra, yendo a toda prisa con la esperanza de encontrarlo al volver. Al regresar ya no estaba en el salón, así que resignada decidí ir a la Biblioteca. Cuando estaba allí, abrí mi libro y para mi sorpresa encontré una nota, escrita a mano, con un número de celular en ella que decía simplemente “Llámame y no lo comentes a nadie”.
La nota no tenía remitente así que no sabía de quien era el mensaje. Ese día solo guarde la nota, muy intrigada, con mucha curiosidad pero haciéndome un mundo de ideas en la cabeza sobre quién sería el atrevido remitente. Al día siguiente decidí llamar y lo hice de un teléfono público, con un poco de temor… quedé sorprendida cuando del otro lado, escuche aquella voz que tantas sensaciones causaba en mí, era DANNY. Me puse nerviosa y él me dijo, con voz muy segura: “Jazmine, me encanta escuchar tu voz, no estés nerviosa, me da gusto que te animaras a llamar, te parece si el viernes nos vemos en persona?”… le dije que sí y colgué, muy emocionada pero a la vez, ansiosa… Luego pensé lo estúpida que fui, por no preguntarle donde nos veríamos… “bueno, no pasa nada”, me dije, seguramente el viernes te lo dirá, con lo que quedé más tranquila, muy feliz y emocionada.
Llegó el esperado viernes, me desperté súper temprano para tener el tiempo suficiente de alistarme, me puse un vestido corto de tela chalis con fondo rojo con pequeñas flores blancas, el cabello suelto y unos pendientes super lindos, siempre con mi entrañable mochila compañera de muchas aventuras posteriores jajajaja. Me despedí de mi mamá le dije que iba llegar tarde porque me iba quedar en la biblioteca estudiando.
Ese día llegué al salón un poco tarde y ya estaba Danny escribiendo en la pizarra… Cómo me encantaban sus clases! Y era porque al culminar siempre lo hacía con una poesía y eso me excitaba de una forma inimaginable, sintiendo un placentero cosquilleo en mi entrepierna, y una humedad inconfundible que me ruborizaba cuando él recitaba o relataba historias, por lo que me parecía un hombre totalmente atractivo a mis ojos. Antes que me olvide, no les dije la edad de Danny, como les conté yo tenía 16 y él 27 años.
Tumblr media
27 notes · View notes
Text
Nos conocimos de una forma en la que las novelas de amor nos la pintaban, bueno casi, no chocamos, ni me tiraste los libros, pero, si te encontré en un pasillo. Recuerdo muy bien la primera mirada, recuerdo el nivel de nervios que cargaba, recuerdo que me diste unas cuantas palabras y mi alma comenzó a desprender brillo de la nada.
Sé muy bien que eras simplemente palabras, eras una persona desconocida, bueno, no del todo porque el destino nos había cruzado en vidas pasadas, pero tampoco éramos amigos del alma, aún así nos conocimos, salimos y supimos que algo no iba bien y que sería difícil deshacernos de aquel descuido que nos haría sufrir, o al menos a mí.
Al pasar de los días, mis escritos ya no eran míos, siempre que intentaba hacer algo de melancolía como solía ser mi estilo, llegaba la poesía y el romanticismo, y siempre el objetivo de ellos, eran tus manos de seda y tu sonrisa bella, si no escribía por o para ti, no podía hacerlo, mi cabeza era un martirio, mis manos estaban pegadas al papel y al lápiz también, mis ojos estaban brillando, mis labios estaban sedientos de un amor incierto y no quiero que lo veas como algo malo, o tal vez sí, bueno, lo que pasaba es que estaba enamorada, aunque yo no lo sabía o puede que sí, pero tenía miedo a ser rechazada por ti.
El tiempo en el que estuvimos juntos, fue uno de los tiempos más bonitos que he vivido, pero cuando dejamos de vernos, mi tiempo se dividio en tres partes, la primera era para pensar(te), la segunda para escribir(te) y la tercera para soñar(te), era algo ambiguo el sentirme así por ti, cuando ni siquiera hubo tiempo de terminar lo que nunca pudimos empezar, todo fue por medio de unos emails, palabras, letras que ahora me doy cuenta, no valían nada.
Me gustaría seguir contando lo que pasó y el cómo me sentí, pero ya no quiero otro desliz, porque aunque suene ridículo, sigo pensando en ti, sigo teniendo esas ganas de ir por ti y hacer que vuelvas, que intentemos seguir con esta novela, también sigo sintiendo lo que sentí aquella tarde en la que te despediste de mi, diciéndome lo feliz que te hacía sentir, y sí, entre tanto sentir y decir, te aburriste y nos dejaste ir, o al menos al amor que se formaba en aquel vagón del tren, sí, en la estación número 10...
#poesíaenméxico #poetadeinstagram #chicaescritora #letras_sabor_a_destierro #letrasycafe #escritosdeuncorazonroto #escritoratumblr #micropoesía #cartas
https://www.instagram.com/p/CLepG9mFWmO/?igshid=vspagr1adkji
2 notes · View notes
diariosdekilla · 4 years
Text
Nuestra historia y otras resignaciones
El arte hace todo bello y no todos los momentos lo son. Las cosas que olvidé con el paso del tiempo son, justamente, las cosas que me hicieron llorar. Y, aunque todos sabemos que quedarnos con lo bueno de una época es maravilloso, recordar lo malo para que la historia no se repita es necesario.
Pero nunca supe cómo empezar a escribir lo que fuimos.
Baile bajo la lluvia:
Todo comenzó con un juego de miradas que me incomodaban y lo sabías. Llegaste sin avisar y entraste a mi vida sin pedir permiso, haciéndote un lugar en un rinconcito de mi alma y preparando una cama para registrar tu estadía como indefinida.
Empezar a quererte se sentía como ponerte los rollers por primera vez y caminar en vez de patinar porque no sabés muy bien cómo hacerlo sin caerte. Pero vos ibas por atrás, agarrándome la mano y sosteniéndome, prometiéndome que, si me caía, te ibas a tirar conmigo hasta que esté lista para seguir. Era pagar los packs de tres mil mensajes de texto para tres días, para mandarte cada canción de amor que conocía y decirte que me hacía pensar en vos, y es que ¿qué mierda sabía yo de amor?
Tu risa formaba parte de mis días y, en ese momento no me daba cuenta pero, iba a quedar grabada en mi memoria por el resto de la eternidad. Muchas veces me preocupó el hecho de que jamás entiendas lo que era el sonido de tu felicidad. Me angustiaba saber que nunca ibas a saber lo que era que pasen los años, los amores y los dolores pero a tu risa, intacta, yo la iba a reconocer en cualquier rincón del planeta, a cualquier hora y en todas mis edades. Escucharte reír se parecía al carnaval, cuando escuchas esa murga que te hace bailar y te produce una sed que solo se calma con una dosis de tu calor.
Y así fue como, entre risas y bromas, el quererte dejó de dar miedo y empezó a descontrolarse. Ya no me importaba ocultarlo, ni que me digan que no eras bueno para mí, porque ¿qué mierda sabían ellos de amor? Recuerdo tus abrazos bajo la sombra de un árbol, tus labios susurrando las verdades más lindas que alguien me había dicho en la vida (porque en ese momento eran verdades), tu cara bronceada y tu sonrisa que era más grande que el dolor que alguna vez me causaste. Quererte era la representación exacta de bailar bajo la lluvia: una experiencia sinsentido sacada de las películas que nos hacían ver de chicos, una de esas cosas que la gente te dice “si no lo hiciste, no viviste”.
Y pido perdón por lo que voy a decir porque no quiero decirle a los demás cómo querer, pero hay muy pocas cosas de las que estoy segura en esta vida y es que si no quisieron como yo te quise, no quisieron en lo absoluto. Es imposible describir lo que sentía incluso una vida después. Me creía dueña de todas las historias de amor y podía cambiar el nombre de todos los personajes ficticios de los que me enamoré en la adolescencia por el tuyo, porque nuestra historia superaba cada fantasía de Disney. No lograba encontrar ni una sola amiga que me entienda o me diga que lo que me pasaba con vos era normal, porque “lo que me pasaba con vos” debería ser considerado un nuevo término para los enamorados que surgieron después de lo nuestro y se sientan tan desesperados como nosotros por no encontrar definiciones en el diccionario.
El alivio:
Los capítulos que siguieron fueron tan fáciles de leer que las hojas pasaban volando como hojas de un árbol en otoño, llenas de colores del amor. Las enseñanzas de tus palabras, compañeros en el frío, amigos en el calor. Aprender a sostener el querer era el siguiente paso y yo tenía todas las fichas para hacerlo mal. Siempre me jacté de libre, siempre me tomaron por caprichosa, y mezclar las dos lograron la primera ruptura de un corazón: el tuyo.
Era verano y me encontraba siendo presa de las consecuencias de mis propios actos. Entre duelos y peleas conmigo misma, seguías ahí, con una incondicionalidad tan fuerte como el amor que aplastaba tu orgullo. Y así fue como me di cuenta de que te necesitaba. ¿Te quería? Claro. Pero te necesitaba más que eso.
Quererte ya no era bailar bajo la lluvia. Era respirar después de llegar a casa, el rayo de sol de una mañana en pleno julio y la comedia romántica que ves después del drama que te hizo llorar por dos horas. Quererte era el alivio de una vida que no iba a ser sencilla. Mientras que para vos, quererme era sanar un corazón, un salto de tu autoestima y una caricia al ego. Quererme era superarte y ser mejor.
Pero continuamos en nuestra pequeña burbuja de amores diferentes. A veces a escondidas, a veces en secreto, era un acuerdo mutuo que nos mantenía entusiasmados y lejos de las malas lenguas. Pero cada lluvia para y cada película se termina...
El fin del mundo:
De todos los fines del mundo pronosticados y predichos que sobreviví, el nuestro fue el que más cerca de matarme estuvo. Porque, a diferencia de los otros, absolutamente nadie se la veía venir. Tu indiferencia apareció tan de golpe que ni siquiera me pude chocar con una pared porque lo que había era un acantilado. Tras reemplazos, risas ajenas y celos incontrolables, yo, que veía galaxias enteras en tus ojos pensando que vos veías soles en los míos, empecé a apagarme.
El alivio se convertía día tras día en pesadillas que no me dejaban dormir y en llantos interminables que no me dejaban suspirar. Cada voz me gritaba que salga de ahí, cada persona me advertía que no estaba bien y hasta vos mismo me decías que siga adelante. Pero, si nuestra historia estaba escrita en piedra por los mismos dioses y lo que nos pasaba no se encontraba en ningún libro, entonces, aunque quise alejarme, jamás lo intenté. No me iba a ir sin recuperar el corazón que te entregué en caja de cristal y con un moño rojo cuando bailábamos en un diluvio tanto tiempo atrás.
Así, en el preciso instante en el que decidí que recuperarte era la única opción, porque la otra era morir en vida, la poesía se hizo parte de mis días y, justo ahí, agradecí cada dolor por el resto de la existencia.
Después del asesinato:
Volver a tenerte sólo me costó dignidad, orgullo, la persona que era antes y agregar una nueva definición de querer a nuestro glosario. Quererte era sentirme triunfal por ver el vaso medio lleno y encontrarme un billete de dos pesos en la calle. Quererte era todo aquello que veía como suficiente con miedo de aspirar a más. Para vos, quererme era mejor que no hacerlo, era el machete del examen de química y la única canción que te animás a cantar en un karaoke. Quererme era un puerto seguro al que volver cuando afuera todo se volvía insoportable, era la zona de confort.
Yo ya no era yo y vos ya no eras vos. Ahora yo escribía poemas, daba vuelta las mesas por celos y te necesitaba como al aire para respirar. Vos ahora eras distante, no tenías tiempo para juegos de miradas y me dabas ultimátums cuando las cosas se ponían difíciles. Y de alguna forma torcida e incorrecta, nos convencíamos con una mano en el corazón de que eso era querer y que superaba todas las barreras. Yo seguía muriendo por vos y vos seguías bajándome la luna cada noche que pasábamos juntos.
Y nos odiamos en cada oportunidad que teníamos de hacerlo, y nos amábamos con cada roce de nuestros cuerpos. Y cantábamos juntos canciones que tenían nombres de planetas y bailábamos hasta que salía el sol con más alcohol que ganas.
Y ¿cómo era posible que los dioses te hayan puesto en mi camino si verte a los ojos era ver las mismísimas intenciones de los ángeles caídos? ¿Cómo podías ser igual de hermoso cuando me sonreías y cuando me gritabas mientras yo me tiraba de los pelos para que pares? ¿Cómo podías amarme tanto cuando lloraba para manipularte y me mentías para que me tranquilice?
Así fue como perdí para siempre las definiciones de querer...
La cerveza amarga y los mismos errores:
Terminamos repitiendo la historia tantas veces que nos convencimos que todo era nuevo, pero solo era doloroso. Y nos quedamos con ese sabor agridulce en la boca que buscamos hasta el día de hoy cuando me hablas por las madrugadas sintiéndote culpable por las cosas que hiciste mal conmigo y por las cosas que haces mal todavía, o cuando te digo que sí a la quinta cerveza de la noche sabiendo cómo va a terminar.
No olvidamos (vos no olvidas, yo hago como que me acuerdo). Y no aprendemos (vos no aprendes, yo me enamoré de la piedra que me hace tropezar).
Tengo que concederte esta, y es que la única promesa que cumpliste a lo largo de los años y hasta hoy fue la que me hiciste desde el primer momento: vos en mi vida ibas a ocasionar avalanchas y terremotos, tsunamis y huracanes. Ibas a llegar como una catástrofe natural: inesperado y de repente. Ibas a mover cada hueso de lugar y me ibas a cambiar la forma de ver las cosas de un día para el otro. No ibas a pedir permiso, ni en ese entonces ni ahora. Me ibas a hacer sonreír y a endulzarme los oídos con tu risa. No ibas a dejar que me olvide de lo que es bailar bajo la lluvia, el alivio de una vida complicada y creer que el amor es suficiente. Y acá estás, cumpliendo con cada una de esas palabras.
Ahora sé con exactitud que quererte no es más que resignarme.
9 notes · View notes
dianezetina · 3 years
Text
Sabia que no te amaba
Sabía que no te amaba, pero algo dentro de mi parecía anhelarlo, quizás porque simplemente eras todo lo que en algún momento desee encontrar en el amor. Sin embargo, tenía tanto miedo de intentarlo, de poner mi corazón en riesgo y perder de nuevo porque entonces todo lo que había construido desde aquella vieja herida no había valido la pena. Pero ahí estabas tú siendo la primera persona en robar mi atención después de tanto tiempo, parecías ser el hombre perfecto, cada vez que observaba tu rostro veía tus cejas pobladas formar un arco de incertidumbre, tu sonrisa torcida y esos dientes blancos y bien alineados me provocaban sensaciones extrañas pero tu forma de mirarme, estudiarme me hacía perder la cabeza.
Nunca supe con certeza que buscabas en mi cada vez que estábamos juntos, tus palabras parecían ser sinceras hablando sobre temas tan extraños que me sacaban de mi orbita incluso de lo que parecía conocer. Siempre sentado con la seguridad de tener en tus manos las respuestas a todas mis dudas a pesar de que yo ya las conocía y, sin embargo, era un placer verte construir los hechos y solo decir: eres demasiado arte para cualquiera.
Y quizás si en otro tiempo nos hubiéramos encontrado el resultado hubiera sido distinto, porque en ese entonces no lo hubiera dudado, me hubiera arriesgado y te hubiera amado. Justo ahora que te perdí lo cual resulta absurdo porque nunca te tuve, a pesar de que me abriste la puerta a tu corazón sin siquiera pedirlo.
Tú y yo conocemos la verdad de todo este caos, y pareciera ser que fue demasiado tarde para darnos cuenta que lo teníamos justo ahí frente a nosotros, nos habíamos encontrado porque sencillamente éramos almas gemelas como Aristófanes lo predijo. Nos hayamos en medio de un camino con tantas dudas, miedos, fracasos e incluso mientras dibujábamos la mentira más grande: no querer enamorarnos.
Y mientras observo alrededor puedo sentir como mi cuerpo y mi mente parecen ser uno por primera vez, no se contradicen ni se justifican porque el final de esta novela poco romántica, burda y en ocasiones divertida se parece más a un nuevo inicio en la cual soy consciente por primera vez, un principio donde busco hacer las cosas de forma correcta, en la cual ya no se trata de subir los muros en alto para protegerme sino de construir puentes que den acceso a un nuevo corazón.
Cada recuerdo tuyo me sabe a dulzura, te memorice con cada caricia y aun siento recorrer tus manos sobre mi piel con ese calor que irradias, y aquel primer beso que nos hizo pensar que podíamos serlo todo, tal nuestra presencia en una habitación donde solo solíamos estar tú y yo sin pensar en el tiempo, sentados frente a frente e incluso recostados en aquella cama que habían conocido a tantos cuerpos, pero que hacías sentir al mío como el único.
Sabía que no te amaba y aun así por instantes nos vi juntos una tarde en aquel sofá, yo recostada en tu pecho mientras mis ojos recorrían las líneas de aquel viejo libro que recitaba poesía a un amor imposible, y tú en silencio oliendo aquel café negro que tanto adorabas pues su aroma inundaba todo el espacio; te vi besar en lo alto de mi cabeza al mismo tiempo que regabas leves caricias en mis brazos. Llegue a pensar que podía sentirme tan segura, tan amada y complementamente enamorada.
Sabía que no te amaba, pero por las noches te soñaba como susurrabas dulces melodías en mi oído, aquellas llenas de amor, pasión y promesas que confiaba cumplirías. Porque cada vez que te miraba tenía la certeza que eras el indicado y justo en ese instante me aterrorizaba porque algo dentro de mi pensaba que ibas a destruirme, y me negaba a sentirme de nuevo como aquella vez que fui arrojada al infierno por amar a quien no debía.
Una parte de mi piensa que te deje ir, pero otra prefiere pensar que no éramos un destino solo una parada, algo tuvimos que aprender uno del otro posiblemente ahora mismo no tengo idea de que es, pero confió que tarde o temprano, sabré que no te amaba pero que estuve cerca de hacerlo.
1 note · View note
nuriaverde · 9 months
Text
Sentirme bien. "Por esquivar"
“Por esquivar” A la memoria de mi padre.  Por esquivar la destrucción definitiva de la muerte,  por sobrevivir a los dolores glaciales,  por nadar el mar de nieve con mi sonrisa helada.  Por escribir mi experiencia, por acariciar el contorno ardiente de mi realidad,  por fraguar en mi memoria mis recuerdos incandescentes, brasas hurtadas al olvido.  La desgracia es sólo un…
Tumblr media
View On WordPress
3 notes · View notes
clementine11blog · 4 years
Text
Soy soy soy ¿qué es lo que soy?
 7 de agosto de 2020 
Muchas veces me siento diminuta, como si todo fuera inalcanzable, empiezo a sentirme vulnerable, frágil. Las paredes de mi habitación se sienten más grandes de lo habitual. Como si todo se expandiera, menos yo. El corazón me empieza a latir rápido, y siento miedo. Y quiero llorar, y entonces. Me encuentro con la ausencia de abrazos. Me encuentro tan sola, porque hasta yo misma. Me dejo en soledad. A veces tengo que taparme los oídos para no escuchar lo que pienso. Casi siempre terminó hecha una bolita. Abrazándome las rodillas, en algún rincón, se me hace imposible controlar hasta mi respiración.
Algunas personas los llaman ataques de pánico, yo los llamo. Secuelas de una persona que nunca puede estar bien. Es irónico, quiero ser feliz pero no estoy segura de lo que es la felicidad. Y cuando siento que la alcanzo, entonces vienen estas secuelas, haciéndome sentir, mísera, incontrolable. Pequeña, insignificante.
No entiendo por qué funcionó así. El Dios cristiano podría darme esta respuesta. Pero lo deja en mis manos.
No recuerdo haber mentido nunca, ni una sola vez en toda mi vida. Solo soy, muy buena ocultando. Recuerdo estar viajando por la ruta 40 con mi papá, Juan Piva. Juan Piva es la única persona que podría mirar horas y horas y no tendría una sola intuición de lo que siente o de que tiene entre manos, mi papá, podría ser, la persona más fría que conozco, pero supe con el tiempo que abajo de toda esa coraza había un corazón caliente. Latiendo, esperando mucho más de lo que este mundo le podría brindar, cuando noté eso lloré. Porqué vi en su mirada fría, triste destellos de mi futuro. Nunca hasta ese entonces, me había imaginado a futuro. Cuando entré a primer año en el secundario todos tenían una certeza de que les gustaba o alguna ilusión de que querían estudiar o ser en un futuro. Yo no podía visualizarme, ni siquiera dos meses después.
Cuando me preguntaban que quería ser, sabía que quería ser infinita, pero no podía visualízame. Hasta el día de hoy, no puedo verme, mañana. Ese día, en los ojos de mi papá. Me vi. Supongo que por eso lloré.
Sonaba "la hija del fletero" de los redondos. Nunca me gustó mucho hablar de mí, tenía 15 años y leía diccionarios para aprender palabras complicadas y entonces así, cuando alguien me preguntaba algo personal. Podía disuadirlo entre redacciones y palabras que lo lleven a pensar en que mierda estoy diciendo. Así soy. Digo mucho, pero todo está entre líneas. Iba mirando por la ventana, aprendí a irme, simplemente puedo volar en mi cabeza y entonces el tiempo y el espacio se hacen inexistentes para mí, Juan me miro, me tocó con su mano, reseca. Y entonces volví, y lo miré. Nunca voy a olvidarme lo que me dijo. Juan Piva, me dijo muy poco en la vida. Poco para lo que un padre debería decirle a un hijo. Pero todo lo que me dijo, me regaló una enseñanza que voy a llevar conmigo para siempre.
"Siento que todo lo que me contas, aunque digas detalle por detalle. Tiene mucho detrás, como si todo el tiempo me estuvieras ocultando algo. Jaz, sos un misterio"
Ese día, en la ruta 40. Con los redondos de fondo, con la playa a mi derecha. Con la tarde gris, con 15 años. Tuve el primer miedo de toda mi vida. Morir sin que nadie me conociera. Juan Piva me hizo ver, que no importará cuanto intentará, nadie iba a poder conocerme. Ese día, agarré mi cuaderno, y me apagué a él. Dejé de hacer poesías, empecé a escribir, sobre mí. Hasta el día de hoy me encuentro escribiendo lo que necesito leer o haciéndome trampas inconscientes para no llegar adonde quiero llegar. Es realmente difícil descubrir el alma cuando hay una personalidad latente.
Mi intento es, dejar al descubierto mi alma, sin más. Poder mostrar que, esto es mucho más simple y sencillo, que, tener una personalidad, por ejemplo.
Juan Piva, tiene cáncer pulmonar, no lo veo hace 3 meses, y tampoco lo llamo, tampoco lo cuento. Aunque a veces quiero gritar lo mucho que me duele que no quiera salvarse, para descubrir todo el misterio, que el encontró en mí.
No sé muy bien porqué estoy hablando de mi padre. No sé lo que es extrañar. Tampoco sé si lo amo. Pero sé que sus ojos tristes vieron en mí, eso que los demás siempre quisieron evadir.
A los 15 años, me escapé de la casa de mis abuelos. Dos días antes estaba en la vereda fumando un cigarro, y se acercó un pibe a pedirme fuego. Yo tenía un libro en el bolsillo. "El llamado de la selva". Él me contó que no había leído un libro nunca, solo fragmentos. Pero no había llegado al final. Yo tampoco llegué al final de ese libro. Lo saqué de mi bolsillo y se lo regalé. Dos días después, volví a sentarme en el paredón de las 204. Siempre me gusto el silencio para fumar, me gusta el sonido de como arde la pólvora que me llevo a los pulmones. Me gusta mirar al cielo, y buscar un lugar sin cables. Me gusta mirar cómo se mueve la bolsa de la basura, me gusta mirar esos detalles. Este pibe se sentó al lado mío, me contó que termino el libro, en 2 días. Y solo tuve el impulso de levantarme y decirle de ir a tomar cerveza. Esa tarde, conocí una nueva manera de vida. Un pibe de 20 años. 2 hijas, no tenía el secundario terminado. De familia evangélica. Me contó que hace unas semanas le habían matado al hermano en la cara, que él tuvo que clavarle un cuchillo al otro pibe para que salga de arriba de su hermano. Pero no cambió el resultado. Vi en sus ojos, sus ganas de llorar, de huir. De querer volar. Pero no lo hizo. Solo tomo un trago largo de birra, me miro, y me preguntó por qué fumaba tanto tabaco. Me quede pensando en cómo formular una respuesta directa sin persuadirlo, y sin engañarme.
"Me gusta la autodestrucción". Esa fue mi respuesta. Y no solo se la di a él, también me la di a mí. Supe, que, sin quererlo, saboreo la destrucción, constante. Algunas veces fue más explícita que otras. Aún así, sin darme cuenta. Lo hago todos los días de mi vida. Desde hace años.
Y el pibe que estaba enfrente mío, también saboreaba la autodestrucción. Entonces nos miramos. Nos reímos, y después lloramos.
Nunca pensé que iba a llorar con el pibe que veía todas las mañanas haciendo bardo en la esquina de casa. Pero paso. Lloramos un rato. Entre birras y cigarros. Me preguntó como podíamos hacer, para no estar más en la misma, solo se me ocurrió responderle. Que había que movernos de lugar.
Ojalá algún día pueda volver a verlo, para contarle, que me moví de lugar, pero ese no era el truco. El truco esta, en hacer tuyo, cada lugar.
Ojalá algún día pueda volver a hablar con el pibe, a contarle que ya se cuál es el ingrediente secreto, y aunque soy adicta. Quiero salirme de él, que ya pude ver, lo nociva que soy. Que explote mi entorno cuantas veces pude, me explote a mí. Y aún ahora, aunque pienso que todo está bien y no tiene porqué explotar. Sigo con todas estas secuelas. Cuando volví a casa, le presté mi campera al pibe. Tenía frío, y yo. No tenía nada, siquiera un solo sentimiento. Me acompañó hasta casa, aunque a mí me hubiera gustado acompañarla a la suya. No lo volví a ver, ni en el barrio, ni en la plaza. Ni en el paredón de las 204. Pero esa tarde fui feliz, solo por un rato.
A veces me siento diminuta, pero intento recordar cada detalle que marcó mi pasado, quiero creer en todo lo inmenso que fui formando. Hoy me quiero rehusar a ser veneno letal. Pero en esta sociedad, no puedo ir con el alma abierta. O tengo un poco de veneno o me quemo en la hoguera. Ayer pegué un recordatorio en mi puerta "con los humanos se fría, vulnerable solo con la naturaleza" me puse triste. Pero pensé en la astucia. Ya no hay más que contar por hoy quizá mañana sepa quién soy.
Tumblr media
3 notes · View notes
ardlxxs · 4 years
Text
Perfecta.
Tal vez puedas tomarte fotos de muchas maneras, salir preciosa en cada ángulo, en cada pose, en cada gesto que hagas, pero jamás te verás tan perfecta como lo eres en mi cabeza, como te ve mi corazón.
A mí me gustas tú, y no sólo te quiero, te amo así tal cual. Anque tú te veas y te sientas como una tormenta y caos, para mí, así tal cual, eres mi cielo y mi paz.
Eres perfecta, no para el mundo, si no para mi.
Para mí tú eres el conjunto de letras más bello que se puede leer en esta existencia fugaz o en este plano activo, tú eres verso, palabras en verbo, la estrofa perfecta en un soneto y la representación viva de la poesía; pero se me es necesario detenerme en este punto y aclararte algo antes de seguir diciéndote quien eres para mí, ya que no sólo te leería con la mirada, yo a ti te leería con el alma, los labios, mis manos y hasta con todos mis días. Sería para mí imposible no leerte, ya que te leería en silencio, tras cada suspiro, inmerso en la multitud de voces de esta humanidad, en medio de la nada, en cada viaje que haga al subconsciente al caer la noche, e incluso sumergido en lágrimas, yo a ti te leería. Porque te leería aún si la noche fuera muy profunda o el frío desgarrase mi alma y yo cayera preso de la agonía; y es que incluso si la misma muerte tocara a mi vida en este extracto de existencia, sin pausa alguna y sin vacilar en mi acto, yo, yo te leería. Te leería como aquella niña que raya la madurez, y al encontrarse por primera vez con la poesía, sus ojos dan a luz a una joven enamorada por la vida. Te leería cada día como aquel que lee entre líneas y siempre encuentra un sentimiento que nunca había percibido al estar en presencia de su párrafo favorito. Te leería como esos que al encontrarse con los versos perfectos, le es imposible no cambiar su caminar por completo, cada palabra escrita alteraría mi contexto de percepción por la vida y me alimentaria ese monstruo interno de emoción por vivirla. Te aprendería de memoria y luego te olvidaría por completo, y así podría crear el pretexto perfecto para leerte cada noche entre mis sábanas y amanecer entre tus letras. Te buscaría entre mis libros favoritos, esperando en fe no seas una vana ilusión o la locura de un bardo en una noche de epifanía; porque tal cual agua en el desierto, para mí eres lectura necesaria en mis días. Sí, no podría no leerte, tú para mí eres más que letras, versos y poesía; tú para mí, eres vida.
A veces vas a sentir que no eres suficiente para los demás, sólo quiero que sepas que sí lo eres y que eres más de lo que muchos merecen, más de lo que, a lo mejor, yo merezco...
Tú, mi amor, tú eres tan luz como oscuridad, eres misterio y revelación. Eres tan dulce y tierna, como intensa y pasional. Eres tan coherente y serena, como la representación de la locura y espontaneidad. Tú amor, eres tan cambiante y la misma, eres paz y tormenta, eres tú; eres perfecta y te amo.
No cualquiera encuentra a la mujer perfecta, es solo cuestión de suerte. Pero es más afortunadx quien no sólo la encuentra, sino aquel/aquella que también se ha ganado su corazón. Y así, me declaro la persona más afortunada del universo.
Te observé por primera vez en tu total desnudez, te observé con admiración y devoción. Pensando y preguntándome "¿Por qué se avergüenza de su cuerpo?", "¿por qué tiene ese pensamiento de ella?". Yo confundida sin entender nada, solamente pensaba en que... "No entiendo de que por qué siente vergüenza, si yo lo único que puedo sentir y mirar es perfección".
Me gusta cuando actúas de esa manera tierna, y haces cosas torpes, te sonrojas creyendo que ahora creeré que eres una boba, pero lo único que pasa por mi mente al verte hacer eso es "Que mujer más perfecta" Ya que me muestras quien eres en realidad, y eso te hace más perfecta, Amo conocer cada parte de ti. Estás preciosa. Si, estás preciosa. Sin ninguna duda. Lo estás, incluso cuando te comportas como una niña pequeña, cuando te enfadas y arrugas las cejas, cuando lloras sin algún motivo, cuando sonríes como una loca, o cuando te apartas ese mechón de pelo que te molesta en los labios. Nunca digas que tienes un cuerpo de mierda o que desearías tener el cuerpo que tiene esa, porque eres perfecta tal cual eres, así, con tus miles de lunares en sitios incorrectos y con un corazón roto más de la cuenta. Cuando estés algo triste o melancólica, recuerda que, aún estando en un huracán, sigues siendo preciosa. Y cuando todo venga de repente, como si fuera una ráfaga de problemas que arrasa contigo, y quedas a la deriva, y te hundes, y te ahogas, y te deja destruida sin ganas de levantarte, y nada parezca ir mejor recuerda que..., estás preciosa. Diles a todxs esxs idiotas que te han arrancado de raíz, y que te han hecho ser cabizbaja cuando merecías florecer, que ahora estás preciosa.
La culpable de mis sonrisas ahora eres tú. Sí, eres tú, con tus hermosos ojos, con tu hermoso cabello, con tu hermosa sonrisa, tu bello rostro, ¿sabes? estoy cada día más enamorada de ti, me haces falta a cada minuto, a cada hora, cada día, si no te veo, siento que me hundo. No puedo dejar de pensar en ti, cada latido de mi corazón tiene tu nombre, cada que te veo me siento completamente bien ¿sabes a lo que me refiero? Yo creo que todos hemos pasado por esto que estoy pasando, quizás soy un poco dramática, pero te juro que lloro cada que te extraño, no lo sé, quizás estoy demasiado acostumbrada a ti, eres tan perfecta, no encuentro razones para alejarme de ti y no quiero encontrarlas, aun así si las encontrara no me iría de tu lado, porque te amo. Estaré a tu lado pase lo que pase. Siempre, siempre lo estaré.
Quiero pasar mi vida entera cuidándote porque eres perfecta, porque siempre voy a amarte.
Quisiera que te vieras a través de mis ojos. Quisiera prestártelos para que supieras lo que realmente eres. Para que vieras lo hermosa que te miras y lo linda que es tu sonrisa. Esa manera tuya de caminar y ese seño que haces mientras te sonrojas cuando digo tu nombre. Tu risa que me mata lentamente y esa mirada que me seduce sin darse cuenta. Eres perfecta.
Ojalá te quisieras de la misma forma en la que yo te quiero, ojala te miraras de la misma forma que yo, quizá así comprendas lo perfecta que eres para mí, y lo perfectamente perfecta que eres en general.
Mi amor, si eres gorda o flaca, eso a mi NO me importa. Yo tampoco soy perfecta, de hecho lo único que sé es que yo te amo así, tal cual como eres. Algún día te darás cuenta, y tendrás que pedir perdón, por todas las veces en las que pensaste que eras insuficiente e imperfecta.
Seas blanquita o morenita. Tengas marcas o estrías. Tengas granitos o piel lisa. Sea como sea eres perfecta, mi amor.
Sabes que yo también en ocasiones me acomplejo, pero se me pasa porque, ¿por qué sentirme así? Estoy en una relación, y si es así, es claramente porque al menos hay una persona que me encuentra linda y perfecta. ¿Por qué sentirme así? Si hay personas que me dicen que soy hermosa y demás. ¿Por qué sentirme así? Si hay persona que me dicen que en más de alguna cosa soy buena.
Contigo tiene que ser igual, te pasan diciendo cosas y, amor... tienes que creertelas. Si te las dicen es por algo, no te las dicen en vano.
Brilla mi día cuando tú estás, viene la oscuridad cuando tú te vas. Tú eres mi vida, no hay nadie más. 
No hay nadie en este mundo que me haga sentir tan alto como tú me haces sentir. Qué alegría, qué alboroto, que mariposas en el estómago que siento cada vez que estoy contigo pasando el tiempo
Con un suspiro tuyo ya me siento rebosante de energía, así que imagina lo que siente mi alma cuando te acercas a mi, cuando me besas, cuando me das todo a cambio de…nada. Porque no necesitas que te compre cosas, no necesitas que te haga regalos y demás. Según dices, con mi voz, con mis palabras, con ese calor que tanto me gusta darte… te basta. Nada me hace más feliz que escuchar eso, te lo aseguro. Gracias por ser tan buena persona y por decirme las cosas siempre de frente, por no ocultar la verdad y por ser sincera conmigo en todos los aspectos. Gracias de verdad, porque te amo y porque estoy enamorada hasta más no poder de ti.
Tengo la certeza de que mi corazón sólo te ama a ti, sólo quiere pasar una vida entera a tu lado y espero que sea correspondido. No hay nadie en el universo que sea tan perfecta, tan bonita, tan cálida y tan inteligente como tú. En definitiva, lo que quería decir con todas estas palabras… es que no hay nadie como tú en esta vida, no hay nadie que llene mi corazón del amor que tú me das. Amor, no hay personas más bellísima y perfecta que tú. Creo que por eso me enamoro cada día más de ti, creo que por eso te amo tanto...
9 notes · View notes
nadirelsabio · 4 years
Text
“Te quiero” (Relato):
Hola, amor.
Creo que ya no puedo mas con todo esto. Lo he intentado de verdad, durante todos estos últimos meses, pero ya me esta resultando imposible de soportar. He intentado ignorar las señales que me has estado lanzando, he intentado engañarme a mi mismo y tratar de convencerme de que todo iba bien, de que tan solo eran imaginaciones mías y de que nuestra relación era perfecta, como cuando éramos jóvenes y empezamos lo que han sido los mejores años de mi vida. Pero el tiempo y las miradas me han mostrado la realidad, y ya no puedo negarlo mas.
Se que estas enamorada.
No se cuando comenzó eso, ni cuando me di cuenta exactamente de lo que sentías por esa persona. Tan solo se que cada día que pasaba se me hacia mas obvio, de que yo ya no era el amor de tu vida. No me malinterpretes, no estoy enfadado contigo, ni mucho menos. No por que hayas actuado según tus sentimientos. Si porque me hayas mentido.
Recuerdo llegar a casa y oler tu ropa, y encontrar el perfume de ella impregnando tu vestido, tu cabello, tu cuerpo. No sabia si sentirme engañado por ello, si llorar por ello, aunque al principio me dije que estaba fantaseando, meramente. Era imposible que tu me engañases. Me habías jurado amor eterno. Habías dicho que me ibas a querer para siempre. Pero la eternidad es demasiado tiempo, supongo.
Siempre me has dicho que somos personas totalmente distintas. Como el aceite o el agua, o el día y la noche, o el mar y el cielo. Simplemente tenemos muy pocas cosas en común, salvo la atracción que teníamos el uno por el otro cuando nos conocimos y la devoción que nos profesábamos como pareja. Me gusta pensar que es por eso por lo que quizás ha crecido la distancia entre nosotros estas ultimas semanas. Simplemente por nuestras personalidades divergentes. Tu siempre has sido vivaz, te has lanzado siempre a la aventura, eres impulsiva, te llevas bien con todo el mundo, haces locuras, haces que te admire y no pueda dejar de mirarte. Yo soy el tipo mas aburrido del mundo, un intelectual misántropo de medio pelo, sarcástico, histriónico, bordeando lo antisocial... quizás es por eso por lo que la principio nos complementábamos como mano y guante.
Tengo que decirte algo. Yo también he conocido a alguien. Trabaja en la biblioteca. La conocí una tarde que pase por allí a recoger unos libros para un trabajo de la universidad. En seguida surgió la chispa, y empezamos a conversar como si fuéramos amigos de toda la vida. Creo que si la conocieses no te caería nada bien, es el tipo de persona que nunca has conseguido aguantar. Pero yo la adoro. Hablamos a todas horas de Elliot, de Lewis, de Wilde, de Twain... a veces nuestras conversaciones parecen no tener final. Todas ellas marcadas por su sonrisa de perlas y esos preciosos ojos color café que se ocultan tras unas lentes que la hacen mas hermosa todavía.
Al principio me sentía culpable, aunque nuestra relación se limitaba exclusivamente a charlar sobre literatura, poesía, ciencia-ficción, historia o cualquier tópico aleatorio que surgiera. Pero el hecho para mi de mirar a otra mujer ya constituía traicionarte y no creo que pudiera vivir con el peso de esa carga en mi conciencia.
Me dio su numero de teléfono. Y empecé a llamarla cada vez mas. Cuando tu te excusabas diciendo que volverías tarde a casa porque tenias que trabajar mas horas, o habías quedado con tus amigos y amigas para ir a tomar unas cañas. Pero yo sabia la verdad. Yo sabia que habías ido a verla a ella. Y hay veces en las que los celos causan que hagamos cosas que se escapan a nuestra comprensión. En mi caso se redujo a marcar el numero de la joven, y quedar con ella. Estuvimos en una heladería, hablando de Shakespeare y componiendo haikus. Empezamos a hablar de Otelo y Desdémona...
La acompañe a casa, cuando me incline para despedirme de ella con un beso en la mejilla, sin saber muy bien porque, sus labios encontraron a los míos... fue intencionado. Aparte mi cara en se mismo momento, mientras sus ojos seguían a los míos como perros de caza abatiéndose sobre una presa fácil. Pero no había maldad en aquellos ojos, a pesar de que ella sabia de tu existencia. No había oportunismo. Me disculpe mencionándote. Me sentía turbado... jamás pensé que te hubiera podido hacer algo así. Me excuse y le dije que lo sentía. Me respondió que no tenia importancia. Note un deje de tristeza y de melancolía en su voz ¿quizás era compasión? Me invito a entrar, pero decline la oferta. No creo que fuera el mejor momento para ello...no mientras todavía quedaran tantas cosas sin decir entre los dos.
Tenemos que hablar. De tu camarera y mi bibliotecaria. Por respeto a nosotros. Por lo que sentíamos el uno por el otro. Porque nos amábamos. Porque nos queremos. No se si hice algo mal en todo el tiempo que estuvimos juntos. A lo mejor éramos demasiado jóvenes cuando empezamos con todo esto. Había muchos sentimientos sin explorar, muchas pasiones ocultas. Tu siempre has sido una persona explosiva, una persona vivaz, eras para mi mí estrella fugaz. Pero no puedo continuar viviendo una mentira. Y se que tu tampoco.
Ayer hicimos el amor, tu y yo. Habían pasado mucho tiempo, meses quizás, desde la ultima vez que habíamos compartido el lecho en pareja. Tu estabas radiante, exhuberante en toda tu esplendorosa belleza. Pero al mismo tiempo yo notaba que tus acciones eran demasiado...calculadas, demasiado ensayadas, como si te estuvieses esforzando por aparentar algo que en realidad ya no sentías, o no sentías de la misma manera que antes. De todas maneras agradecí ese breve momento de intimidad que pudimos compartir. Incluso si el final me dejo con mal sabor de boca, cuando los dos llegamos a la cima y entre jadeos y gemidos logre percibir su nombre. Creo que logre ver un atisbo de verguenza cuando nuestras miradas se encontraron en ese momento, pero lo silenciaste con un beso de esos que roban el alma del que los recibe. Y yo no proteste. Porque te echaba de menos. Porque quería que todo fuera como antes. Pero al mismo tiempo me di cuenta de que ya no había vuelta atrás. Ya no podemos volver.
Te sigo queriendo como el primer día. Lo que siento por ti no se ha perdido, porque se que las sensaciones de una persona nunca se pierden, porque tienen su recuerdo encerrado en el tiempo que pasamos juntos, que yo nunca voy a olvidar. Y espero que tu tampoco. Porque cuando amas a una persona todo el tiempo que pasas con ella se te queda grabado a fuego en el alma, toda esa energía, todos esos momentos que le has dado y que ella te ha dado a ti. Y eso es hermoso, porque nunca te abandona.
Tenemos que hablar. Te he dejado ya un mensaje en el buzón. Llego el momento de hablar las cosas como son. Pero que ninguno de los dos este enfadado con el otro. Porque no se me ocurriría castigo peor. No nos hagamos mas daño del que nos hemos hecho ya. Todo menos esperar a que alguno de los dos estalle y acabemos diciendo y haciendo cosas de las que nos podríamos arrepentir.
Es gracioso, cuando esto me recuerda a un poema de T.S. Elliot
"Así es como el mundo acaba
Así es como el mundo acaba
Así es como el mundo acaba
No con un estallido sino con un quejido"
Te quiero, mi amor.
2 notes · View notes
espere-peticor · 4 years
Text
El primer parche: un libro
Me costó más trabajo de lo que pensaba el comenzar a bordar, a pesar de que mi abuela siempre lo hacía ver tan sencillo, es justo por ello por lo que la busqué a ella. Es un error común el minimizar ciertas cosas, incluso cuando tienen un encanto inigualable los detalles. Para poner en marcha mi tarea, no sólo tenía que comprar una chamarra de mezclilla, también tenía que aprender a hacer mis propios parches: no sería lo mismo si los demás elegían por mí. Es decir, si los compraba. De cualquier manera, estaba segura de que sería un buen pasatiempo y que me distraería del dolor y del estrés que me ocasionaban las actividades de cada día de mi vida. Antes tenía algo que llenaba las horas sobrantes y que me daba el efecto de un sedante, pero ahora tenía los parches y no podía haber mucha diferencia, con ambas situaciones me lastimaba ante la más mínima distracción.
           Tenía mucho tiempo que no pasaba tiempo con mi abuela. En realidad, era una persona adorable y muy humilde, pero por algún motivo sentía algo de aburrimiento que en realidad era, disfrazado, el narcisismo de la juventud que no nos deja escuchar y, además, sentía que sus ideas tan conservadoras no se llevarían bien con las mías. Ambas teníamos una vida normal, pero nadie tiene la culpa de aquello que se impregna en la piel de la época en la que vivimos: muchas de ellas, de nuestras abuelas, llevan secretos y marcas en la piel como consecuencia de un sistema que no les dio la oportunidad de volar. Los parches me habían dado la oportunidad de volver a ella, como cuando era niña. Nunca me ha gustado leer novelas, poesía, o cualquier otra cosa que no me diera hechos, por algún motivo me frustraban más de lo que me ayudaba a escapar de la realidad, pero fue ella quien me enseñó a leer y gracias a eso fue que toda la adolescencia vivía en enciclopedias, mapas y revistas sobre Geografía, lo cual me llevó a dar el esfuerzo necesario para poder estudiar una carrera. Puede sonar como una lógica extremista, pero siempre olvidamos de donde viene todo lo que hacemos, sobre todo aquello que aprendemos. Al principio no es nuestro, lo adquirimos de alguien más: como los parches. Ella me había enseñado a leer y ese día fue mi primera clase de bordado. Realmente no entendía la necesidad de tener una chamarra como la de aquella chica, tal vez sólo quería sentirme capaz de crear algo en vez de destruirlo. Tal vez iba a destruirla después de terminarla o a terminarla antes de destruirla, ninguna de las dos posibilidades me sorprendería.
Otra ventaja además de pasar tiempo con mi abuela y distraerme de mis pensamientos, era que por primera vez en mi vida estaba siendo paciente. En unas cuantas semanas, el libro comenzó a tener forma: era un libro abierto al que aún tenía que bordarle el contorno y añadirle delicadas líneas negras para simular un contenido: irónico cuando siempre evitaba el contenido. Después de cinco semanas, por fin logré terminarlo, y, además, conocer más a la mujer que había traído a mi madre al mundo.
Tal vez a veces me siento muy sola porque deshumanizo a todos aquellos que me rodean, tal vez soy capaz de interpretar mapas de magnitudes de tierra que me hacían ver como una hormiga, pero nunca era capaz de interpretar personas porque nunca puedes verlas de un solo vistazo. Tal vez no se interpretan, como dicen, sólo se quieren y tal vez las verdades son mentiras. Tal vez debí bordar un libro cerrado. Tal vez debí darme más tiempo. Era mi tiempo y no de alguien más.
           Y era 13 de mayo cuando agregué mi primer parche a la chamarra extragrande que conseguí en una tienda de segunda mano. Mi amiga Julieta me acompañó y me dijo que no entendía por qué mi afán de conseguirla, pero que lo entendía: ella siempre había querido unas botas rojas, pero no tenía el dinero para comprarlas. Si yo tenía o no el dinero de comprar incluso una chamarra de segunda mano no me importó, a veces estaba bien dejar de pensar en el mundo en el que vivíamos. A veces sólo quería correr de aquí, y no precisamente de la ciudad. En realidad, era una suerte que viviéramos en la Ciudad de México porque el clima de aquí permite utilizar casi cualquier cosa que te haga lucir bien y las calles están pavimentadas para usar el zapato indicado. Aunque tal vez no puedo dar un motivo más.
Siempre me ha gustado buscar motivos para hacerme sentir mejor, pero no era mi intención mentir con lo anterior. En realidad, amaba vivir en la Ciudad, pero lloraba muchas veces al mes por el estrés que me causaba el no tener suficiente naturaleza cerca. La carrera me había dado la esperanza de poder mudarme a algún lugar en el que pudiera verla de cerca, pero por ahora sólo tenía los parques y los árboles morados unas cuantas semanas del año. Soñaba con las montañas hacia Alaska, o los caminos de nieve de Helsinki, con el verde de Quintana Roo, o con el mar de Barcelona, pero tenía jardines ficticios que visitar y algunos otros en mi mente.
           Después de colocar el parche, decidí ir a la librería a comprar un libro para celebrar tantas semanas de mover un pequeño artefacto de aluminio y conseguí uno sobre caminar. No era precisamente la clase de libro que leía con regularidad, pero me llamó la atención el hecho de que alguien pudiera escribir sobre algo tan cotidiano. Qué manera tan ridícula de llenar un espacio. Cuando pensaba en eso, una parte de mí siempre me gritaba agresivamente que lo merecía porque yo había, después de todo, dado ese poder, pero prefería no escucharla. El primer parche en la chamarra fue el inicio de una caminata que no había esperado comenzar pero que ansiaba terminar y que tampoco sabía que necesitaba.
1 note · View note
andulyletritas · 5 years
Text
Carta a Mario
Querido Mario:
Hace tiempo que había querido escribirte, el domingo pasado limpie un poco, desempolvé los recuerdos, saqué el baúl de nuestras memorias y sonreí al chocar con la única carta que me diste a cambio de otras veinte mías. Me topé con las fotos en donde siempre posaba sola en un fondo lindo de las preciosas calles de Uruguay, me he transportado a ese recuerdo, tu, frente a mí con una Kodak Instamatic 100, y una sonrisa de oreja a oreja por encima de ese enorme mostacho,  yo tan inocente, joven y llena de ilusiones.
Después de leer tu carta se me ha helado el corazón tan solo de recordar, así que he decidido empezar esta carta de la misma manera en que lo hiciste conmigo, dice a letra del buen Mario, ‘’No sé por qué, pero hoy me dio por extrañarte, por echar de menos tu presencia. Será tal vez porque el primer amor le deja a uno más huellas que ningún otro’’. Y hoy por hoy, pienso que más allá de dejar huella como primer amor, dejaste una marca imborrable de tinta como poeta en el fondo de mi corazón. Te convertiste en el hombre de mi vida y de mi poesía. Y podría escribirlo en mayúsculas porque tengo la certeza de que es así.
Me atrevo a decir que debajo de todas esas letras eres pólvora junto a un cerillo en la garganta, como esos libros que cobran vida propia y son capaces de asfixiar, eres de esos que te seducen con una palabra y te matan después de varias comas con un punto final. Posees tantas historias que te vuelves vicio y déjame reconocer que el alcoholismo está muy debajo de ti, seguro que el buen Bukowski confirmara mi teoría. Eres efímero como los personajes de los cuentos, y ardes en las manos del lector, obligándolo a quemarse sin hacer presente a la conciencia. Curiosamente eres autor y eres texto, porque así son los buenos libros, te dejan ese amargo sabor de boca, justo como un buen vino, dulce al principio y áspero al final.
He recordado aquella noche juntos, ‘’sentí una aguda nostalgia de aquel sosiego de anteayer’’, no pudiste haberlo descrito de mejor manera, pasa que, me he aferrado a tu poesía, he colgado el corazón en cada una de tus letras, y hace mucho tiempo que me desveló leyendo tus libros de poemas. Y luego siento un recelo impotente al pensar que muchos de ellos fueron para Patricia, o Luz, o la famosa Avellaneda de la que todos hablan. Me cuestionó a veces si la vida de escritor tiene que ser forzosamente así, llena de amoríos, corazones rotos, tabaco y copas eternas de vino.
En tu última carta me llamaste ‘’primer amor’’, y me cuestionó ¿Cuántos cafés en viernes faltaron para ser más que solo eso?, nunca te lo dije, pero en el fondo, me hubiera gustado ser más en tu vida. Todavía intento convencerme de que lo nuestro fue más que una cosa fugaz.
Me pregunto mi buen Mario, de haber sido más para ti, ¿me habrías pedido que me quedara? ¿Me habrías detenido cada noche que salía de puntillas de tu cama?, me pregunto si al despertar y ver el lado izquierdo de la cama vacío y frío te causaba algún remordimiento, aunque sea un poco de irá por el simple hecho de no tenerme ahí, o si tus manos te pesaban al no rodear mi cintura, o si tus labios se resecaban y pedían a gritos mi piel.
Bien lo dijiste, nunca podríamos haber funcionado como marido y mujer, pues lo nuestro se basaba en la pasión y en la complicidad de llamarnos ‘’amantes’’ y la adrenalina de encontrarnos a escondidas, pero te pregunto todo esto, porque dicen que los escritores tienen un excelente don para lastimar y dejar corazones rotos, ¿te confieso algo?, a veces creo que los poetas como tú, y como yo, no merecemos ser amados.
Me sorprende la clase de personas que podemos llegar a ser detrás del papel, incluso pareciera que la pluma es la vil capa del superhéroe hipotético que pretendemos ser. Héroes o villanos ¿Acaso importa?, resulta que, podemos llegar a ser pasionales, mentirosos e incluso -en solo algunos casos- crudamente realistas, honestos pero la mayoría del tiempo somos monstruosos. Alguien debería comenzar a advertir a la gente sobre nosotros, porque somos expertos en crear realidades utópicas dentro de nuestras asquerosas mentes.
En mi experiencia, existimos por mero placer, porque la pregunta crucial siempre ha de plantarse frente a nuestra realidad ¿Quiénes somos? O ¿Qué somos?, lo somos todo y lo somos nada, vamos por la vida, como ripios, buscando algún lugar donde alojarnos para luego marcharnos. Comemos migajas y curamos nuestras heridas con poesía. Algunas veces nos arrastramos y otras volamos, somos inconstantes, intranquilos e indecisos, pues nuestra vida, es un firme vaivén de momentos perdidos en el tiempo.
Huimos, pero también nos aferramos, somos el punto medio entre tanto caos y perfección, un día a la izquierda, un día a la derecha. ¡Y que se cuiden! Que se cuiden de nosotros que probamos tantas bocas, dormirnos en tantas camas y nos escondimos en cientos de diferentes brazos, que se cuiden porque somos seres malditos, seres amantes y enemigos de la soledad.
Que guarden silencio cuando transitemos por la ciudad, porque nuestras mentes se encuentran haciendo bastante ruido internamente para tener que lidiar con el del resto. Las emociones nos corrompen y la monotonía nos obliga a usar un traje distinto cada 24 horas. El amor entre nosotros no existe, porque nunca nos conocemos realmente, es imposible, y posible solo en nuestras absurdas historias.
La mayoría de las veces somos invisibles ante el resto del mundo, poseemos toneladas de papel que jamás será leído más que por el alter ego de nuestras pesadillas. Algunos de nosotros se prostituyen con tal de ser tocados por un fago de billetes y los que no, estamos aquí, luchando contra el insomnio, dejando fluir palabras incoherentes de la mano de un cigarrillo o una taza de café.
He pasado por muchos cuerpos, incontables manos temblorosas y labios fríos e insípidos, si bien es cierto todos los escritores escondemos algo, vivimos a expensas de eso, de la adrenalina que siente nuestro cuerpo al mentir, cuando fallamos a la moral o cuando un pequeño pecado mancha nuestras sabanas, y es cuando más me acuerdo de ti.
Me siento impotente, porque llevo años tratando de descifrarte, me he estudiado toda tu poesía tratando de buscarle alguna explicación al amor, a la soledad, y al mismo tiempo he tratado de encontrarme y darle más valor a mis letras.
¿Qué valor tienen nuestras letras querido amigo?, te pregunto a ti, porque tu poesía fue revolución y bueno la mía, sigue escondida en un cajón.
Me gustaría presumirte que tengo a alguien a mi lado, que sobre el regazo derecho de la cama alguien duerme plácidamente mientras yo pienso en ti, pero no, pasa que estoy sola, más sola que nunca.
Hace tres semanas perdí al amor de mi vida, traté, te juro que traté de escribirle los versos más bonitos para que no se fuera, traté de superar tu poesía, la de Sabines, la de Mistral, incluso me leí a Jane Austen y a Brontë, pase hambre por semanas y sobreviví a base de poesía para poder regalarle cada párrafo que había sido escrito en nombre del amor, pero no bastó.  Me he leído ‘’la tregua’’ unas dos veces en este mes, tratando de encontrar la respuesta a como seguiste adelante sin Avellaneda, porque parece que yo no puedo hacerlo sin él.
¿Alguna vez te enamoraste de verdad? Me causa conflicto creer que alguien que te ama puede dejarte con tremenda soledad, ‘’Hola, me tengo que marchar, pero te presento a mi amiga, Chole, soledad, como quieras llamarla, ella tomará mi remplazó’’, ¿Cuál es el punto de quiebre entre el amor y la razón? A veces pienso que vivir sin orgullo, sin celos, sin rencor, lograría hacer que la mayoría de las relaciones se salvarán, si fueran capaces de seguir únicamente al corazón, pero eso nos haría menos humanos, y entonces ya nada tendría sentido.
Ya sabes lo que susurran las paredes, ‘’después del amor viene la soledad’’, tu, soberano de la soledad dime, ¿hay manera de hacerme su amiga? Porque los fines de semana se me hacen eternos desde que él no está. Ahora llevo tu libro  a todos los lados ‘’El amor, las mujeres y la vida’’, eso me hace sentirme menos vacía, es como sentir que aún estas aquí, llámame loca, pero a veces pienso que tu poesía es capaz de desnudarme, y tus letras dibujan las manos de quienes las crearon, esas manos fuertes y temblorosas que alguna vez rodearon mis muñecas, y cada punto y aparte me recuerda a tus lunares, uno en específico, ese que tenías detrás de la oreja, que me gustaba tanto.
Querido Mario, como hiciste para amar tanto y repartir tanto amor, para llevar poesía al mundo sin corromperte en el camino, como hiciste para quitarte el miedo de quedar un poco loco y solo.
Ahora debo decir chau número uno, te dejo con tu vida, tus mujeres y tu sonrisa, con tus letras bajo el saco y tus sonrisas por debajo de ese gran bigote, ojalá hubiéramos tenido más café y más cartas.
Estaré lejos y quizás algún día vuelva a los rincones más bonitos de Uruguay, quizás me pasee por tu casa, pero prometo no hacer alborote, quizás un ‘’hasta luego Mario’’, entre dientes y ya está, nada de formalidades absurdas.
Muchas noches he pensado en volver a escaparme a Uruguay, dejar México una vez más y salir a buscarte, pero me contengo, porque reconozco que es el mero grito de soledad acechando mis pasos, y te conozco tanto que se que no me permitirías hacer tal locura. Pasa que, ‘’más allá de mi soledad y de la tuya otra vez estás vos aunque sea preguntándote a solas que vendrá después de la soledad’’, ¡Ay Mario! Verdugo de la soledad, dame el secreto para alejarla de mí, para reparar el hueco que quedo en mí.
 Querido amigo y amante, he escrito tantas cartas que nunca llegan a su destinatario, que me temó que esta posiblemente será otra de esas, pero si llega a estar en tus manos, no respondas, déjame naufragar en mi soledad. Y por primera vez, te lo diré sin licencias poéticas, sin metáforas y sin versos con rima, así, cruda y brutalmente -te quiero-. Y así es como tengo que decírtelo, porque jamás tuve el valor de hacerlo al pie de la cama.
Hasta el viernes, mi buen Mario, en el café de siempre. Te espero.
                                                                                   Siempre tuya, Battualia.
2 notes · View notes
martinrangel · 5 years
Text
CONTEMPLANDO A MI CUYO
Mi cuyo se llama Bundy como Ted Bundy pero él no es un asesino
Es un animalito pequeño y peludo que come mucho y observa constantemente a su alrededor
Él me mira y yo lo miro
Intento tomarle una foto para mis historias de Instagram pero olvidé mi teléfono arriba
Me siento mal e intento escribirle un mensaje a mi mejor amiga y decirle oye me siento mal mándame un meme o algo
Me siento bien y quiero tomarme una selfie feeling cute might delete later
Quiero tomarme una selfie pretendiendo que soy algo que no soy
Alimentar mi propia ficción y creerla para sentirme todavía mejor porque nunca es suficiente y lo sabes
Me siento beligerante y quiero iniciar una discusión con cualquiera en cualquier post
Me siento horny y quiero ver el softporn que queda en Tumblr
Me siento nostálgico y quiero ver anime sin subtítulos
Me siento ansioso y quiero marcarle a mi Dealer pero me da miedo volver a pisar ese fondo
Me siento culpable y quiero pedir perdón sin acabar siendo yo quien se victimiza
Me siento muy pequeño y quiero mandarte una nota de voz pero me tienes bloqueado
Me siento abrumado por la realidad y quiero scrollear sin orden ni sentido cuentas de gente en Rusia
Ya no sé lo que siento y mi visión se nubla y comienzo a sudar y no puedo respirar y quiero marcar a mi psiquiatra
Pero olvidé mi teléfono arriba
Así que me quedo mirando a Bundy
Le hablo de la poesía y le hablo de internet
para calmarme
Me escucha inmutable mueve un poco la boca
Bundy no puede entender por qué no puedo vivir sin mi teléfono
(Yo que pensaba que vivir sin mi ex era difícil)
Y yo le explico que necesito de mi teléfono
Como necesito de mis pastillas
Como necesito del agua y la comida
Como necesito coger a veces
Como necesito necesito y necesito
Y no puedo dejar de necesitar aunque quisiera
Ojalá pudiera bastarme yo y no depender
De nada ni de nadie
Pero tengo una ala rota y no puedo volar sin asistencia
En el cielo soy un avión que se desploma
Soy una catedral en llamas que miras arder
Y es hermoso pero es horrible
Que solo puedas mirar sin hacer nada
Asistir al espectáculo de la caída
Un drama que ganaría un Oscar, Bundy
Te lo juro
El cuyo camina hacia su tazón de comida
Y mastica un pedazo de pepino
Ruidosamente
Yo fumo y miro alrededor
Quieto, intento ser como él
A Bundy le falta un dedo porque se lo arrancó un día no sabemos por qué
Yo tengo un par de heridas profundas en el antebrazo que han tardado en sanar y tampoco sé bien por qué
Al final no somos tan diferentes
Ambos somos presas del instinto incontrolable
Ambos necesitamos
Ambos sentimos hambre
Ambos vamos a morir inevitablemente
Pero hoy hace un día soleado
En la calle sólo se escuchan martillazos lejanos
Provenientes de una casa en construcción
Me aparto de la jaula de Bundy prendo otro cigarro
Voy arriba
Tomo mi teléfono y veo un mensaje de mi ex en Soundcloud
Y un montón de otras notificaciones de Facebook
El ruido vuelve a invadir mi cabeza
Abro Soundcloud y escucho la canción que me mandaste
Es un mix de una hora de puro noise
Lo escucho todo sentado en mi cama mirando hacia el librero
Pensando en los libros que te leí cuando éramos felices
El tiempo pasa inevitablemente y las cosas tienen que cambiar
Vendrán otros contactos otros likes otros mensajes directos a las tres de la mañana
Entre toda esa información nos perderemos
Lo que fuimos y lo que pudimos ser
Será sustituido por más datos y otros algoritmos
Seremos cyborgs con piezas de otros
Intentando diferentes combinaciones todo el tiempo
Sin terminar de hallar la pieza correcta
Pero intentándolo
No sabemos muy bien por qué
Pero intentándolo
Tumblr media
10 notes · View notes
barvm · 5 years
Text
Reaaal
Somos la generación más hiperconectada del mundo, tenemos acceso desde un celular a ver todo lo que está ocurriendo en el mundo, podemos pedir un taxi, un libro, una comida sin tener que salir de donde estamos. Y sin embargo, esta es la generación más deprimida. No puedo hablar por todos porque “ la depresión” que yo he padecido no es comparable con la de muchos. He buscado reponerme en mis momentos de bajón buscando soluciones desde los libros de autoayuda, la psicología, la filosofía, la neurología, todo esto me ha ayudado a entender que mi cerebro tiene ciertos procesos químicos que generan sustancias encargadas de mis estados de ánimo, también que no sólo depende las sustancias, sino que muchos de mis comportamientos y actitudes están ligados a mi infancia y a la educación que me dieron en casa; y que los libros de autoayuda no siempre son malos pero tampoco hay que caer en el fanatismo ya que sirven mucho de empuje. No he ido antes con un psicólogo, tal vez debería ir a uno; sin embargo mi terapia consiste siempre en leer arte, filosofía, budismo, autoayuda, clásicos, un poco de poesía y ver vídeos en YouTube(suena triste pero más triste es mi historial) A veces escribo se vuelve el momento más íntimo conmigo misma es cuando siento que puedo huir de este mundo para construir uno mejor, en donde golpeo mis demonios y me ayuda a equilibrar mi ego, me deja la mente lista para sentir la vibra que mueve al mundo. Hubo un tiempo en el que me puse a buscar confort del alma (no se si exista eso pero quería sentirme llena espiritualmente) en fin, entré a grupos religiosos, a un grupo cristiano, a charlas de jóvenes católicos etc, creo que me iluminé en ese tiempo ya que en parte me sentía superior sólo porque según yo era más espiritual y estaba conectada con Dios o el universo, estaba equivocadísima. Muchos siguen con esa máscara bastante tiempo y los más perversos se dedican a engañar y generar miedo, creo que yo estaba mejor sin religión. Si es que existe un Dios, sabrá que no he robado, que he envidiado pero no he apuñalado por espalda, sabrá que dije muchas mentiras en mi borrachera y que he deseado vengarme de muchos que me hicieron daño pero mejor me vengué con el olvido, ya tienen suficiente los que hacen daño con vivir como unos miserables. En fin, lo que saqué bueno de los grupos religiosos fue la meditación, el reflexionar en mis hechos, el concentrarme en mi respiración, salir a caminar y no pensar en nada, dejar que el viento me levantara el cabello, con el tiempo la meditación me fue llevando a prestarle plena atención al presente, a que no importaba el ayer ni el mañana, aprendí a estar aquí y ahora, que mientras uno espera su destino puede quedarse en casa viendo cómo es la vida quién pierde a uno y no uno el que pierde la vida, no sé si me explico, me refiero a que la vida baila y nosotros a veces no nos acercamos porque creemos que no somos dignos de tomarle por la cintura. Y aunque no niego que esforzarse por alcanzar nuestros sueños implica desvelos, fortaleza emocional y espiritual, también hay que tener que la obsesión no afecte nuestros cuerpos con malos hábitos como beber demasiado café para estar despiertos, pasar demasiado tiempo frente a la computadora, brincarse las horas de la comida, el tabaco el alcohol y los desvelos. También los malos hábitos de alimentación, el no descansar bien y los enervantes hacen que perdamos cierto equilibrio de nosotros mismos, esto ligado a una falta de conocimiento de nuestras emociones y el funcionamiento de nuestro cerebro puede desencadenar en problemas más graves de depresión y ansiedad. No digo que esto lo sea todo, hay terapia y alternativas, sigo en busca de las mías, pero creo que cada persona podemos comenzar a preocuparnos por nosotros mismos y evitar actitudes autodestructivas, somos la generación que tiene todo, estamos a nada de llegar a encontrar la cura de todas las enfermedades, pero ahora nos enfrentaremos a nuestro enemigo más poderoso que son nuestros pensamientos.
0 notes
xtartianax-blog · 5 years
Text
Poemas sin rimas
Quiero que nos digamos las cosas en la cara, porque de mí no entra ese juego burdo e infantil de esconderse, quiero que nos preguntemos y digamos las cosas, que me preguntes y digas lo que no te cierra y viceversa. Tenemos la suficiente confianza como para hacerlo y si yo tengo que llorar porque me duele, lloraré y si vos no me queres responder, no me responderás pero me vas a  escuchar como siempre hiciste y esta vez sin “como quisiste” y si, vos también escuchaste lo que quisiste. Es muy factible que después de esto sigamos cada uno por lo nuestro, crucemos una mirada y ya tal vez no nos conozcamos, pero si es lo que debe pasar, pasará. Ingenuamente pienso en que me vas a intentar calmar o consolar. No sé, me doles, se me hace poco verosímil ver que muy dentro de mi cambiaste cosas, también lo mío más exteriorizado, como esa casi irónica soberbia, la cual rompiste. Me sorprende saber que no sos una página en blanco de un libro tapa dura y dañada, vos decidís cómo es esa página, arrugada, con una flor, un punto, dibujo, poema sin rima, una frase con ambigüedad, en sí, vos decidís. Hubiera sido muy fructífero que pensarás sin elucubraciones. Admiro que hayas podido escuchar a una nefelibata pero prefiero  que me rompas el corazón si es necesario pero no te quedes callado. Ahora sé que me rompiste el corazón, pero no voy a escribir satíricamente porque eso no es lo que quiero, ya lo hizo José Hernández con su Martin Fierro, donde se mezcla amor, traición, revolución. No quiero seguir escribiendo y llegar a la coma, al punto, al aparte, donde mis palabras pasen a ser frases con anfibología.
García Lorca diría que no dejes morir al caballo, Cortázar cree que las cosas recaen pero que se levantan, se levantan siempre y cuando entendamos esa recaída, una rehabilitación sería, Sartre por otro lado, diría que no perdamos nada de nuestro tiempo; quizá los hubo más bellos, pero este es el nuestro. todo esto te lo tuve que haber dicho antes de que seamos una expresión infernal del simple encuentro de dos cuerpos, pero no pude por falta de coraje, que ahora aparece mirando el vaso medio lleno, medio vacío o simplemente el vaso, sé que no voy a influir en vos como quiero que sea. Es una epifanía agobiante. Me duele porque esto es un fin, aunque puede que no lo sea porque tal vez nunca comenzó nada, duele por saber que admiro el existencialismo y actué en contra de lo que el padre del mismo proclama «El compromiso es un acto, no una palabra». Y sé que no queres un perdón pero así no lo veo yo, y sabes que necesito tu perdón o inconscientemente te necesito, no para siempre pero hoy sí. Voy a cerrar con una frase de Cortázar, aunque usando dos, dado que él cree que cuando se cita a otro, no hacemos más que citarnos a nosotros mismos. No eres el amor de mi vida, ni el amor de mis días, ni de mi momento. Sin embargo, yo te quise y te sigo queriendo, a pesar de que no estemos destinados a estar juntos. Presión en el vacío lleno irónicamente de incomodidad, no te deja levantar de tanto pensar o pesar y ahí estás esperando levantarte, superarte o superar, conocemos saber que estás, estoy, estamos, estuvimos, íbamos a estar, siendo, siéndolo y sintiéndolo, quién sabe que hubiéramos sido? Si nosotros paradójicamente desconocíamos qué estábamos y qué éramos, ni que íbamos, éramos tal vez una hoja celeste, tinta color luna, luna que desapareces como los momentos fugaces en los que te he visto flameante frente a un beso, te vi plantado delante de aquello que quisiste o quise que fuera, y en las tardes renacientes con momentos incandescentes, junto al estigio donde se encuentran dos almas carentes de prestigio o abundantes del mismo ahí casi en un choque de colores brillantes que se pierden al igual que espuma a orillas del mar, junto a la complicidad del frío provocan una proyección de los más suaves movimientos, ajetreos no visibles, que se sienten dentro, pintan de un naranja amanecer el alma de quien sin saber su parecer se siente en calma y te abraza, pero que nos importa ese abrazo cuando conocemos que no hablamos de nosotros ni que nos están abrazando, recaemos en aguas color azul no marfil, recaemos en amor, traición, pasión, revolución, no en  corazón, caminamos hacia casas donde los techos se están rompiendo y las plantas crecen lento pero crecen. Conociéndonos me comenzó a gustar una pintura (The lovers- René Magritte) que analicé vagamente, no sé por qué no me detuve a pensarla, mirarla, sentirla, no como a nosotros, que nos acerque, nos aleje, escuché, mire y disfrute. Ahora sé que tengo que dejar las historias de cronopio que conllevan a que me desvele por la noche, a qué busque el final del juego. Necesito más helados de frutilla y sentirme café con leche, necesito no necesitar más de un Rocamadour. Comienza un desgaste en mi ser profundo y esto creo que lo escribo por cansancio, por ya no saber cómo expresar lo que pienso y siento, por ya no poder describir(limitar) nada, ni aquellas cosas ya descritas. Experimento una gran incapacidad ante decisiones vagas o muy poco complejas. Sin llegar al existencialismo o a una especie de juego burdo fundido por palabras, que para mentes vagas suenan interesantes mientras que, aquellas que todavía saben que no saben nada  estos terminan siendo términos embelleciendo (y por qué no embelleciéndose) una idea o un inicio a una rehabilitación de una recaída o tal vez es algo del destino, casualidad o mis actos o... tal vez... Pero volviendo a cuando nos rompen el corazón, hay quienes les sucede que el dolor una vez pasado vuelve, no porque se haya roto sino por el recuerdo de que alguien haya podido romperlo, siendo el corazón lo que más cuesta entregar, me han dado una opinión o más bien experiencia muy personal y se las quiero compartir:  "Si queres opinión, lo que yo sentí fue las dos, pero en distinto momento. La presión en el pecho fue insoportable apenas lo pasé y los primeros días, pero después te queda el vacío que se llena con el tiempo (si es que se llena). Y ya tirándote algo muy personal, aunque creo que llené ese vacío, el dolor en el pecho lo sigo sintiendo cada vez que recuerdo que me rompieron el corazón". Ahí está, presión y vacío. En este momento en el que te voy a ver con otra persona, otro mundo, te tengo que dejar ser, porque fui y soy consciente de lo que dije e hice y te lo reconozco, tanto a lo bueno como a lo malo, pero cuando sé que realmente quiero a alguien no voy a dejar que se vaya así porque si (aunque no es un -así porque si- porque fui yo quien te alejó de mi) Siendo honesta eras alguien que realmente quería y quiero, eras quien me gustaba, gustaba de estar con vos. Pero me termino arrepiento mucho de no haberte sido sincera cuando debía pero es que no podía y lo sabes, sé que ahora es tarde y no puedo arreglar las cosas pero lo voy a seguir intentando porque estoy segura de que siento y quiero. El insistir es muy cuestionable si es molestar o demostrar pero yo no sé qué es por eso actúo desde la ignorancia y actúe desde la misma cuando me demostraste mucho. Si, sé que esta vez seguro no me vas a dar la mano y me vas a soltar por demás de todo lo que pueda decirte, lo sé, pero si puedo hacértelo saber lo voy a intentar porque quiero y puedo, puedo cambiar así ser la mejor versión de mí que a veces vos pudiste ver y volverla a hacer, y esto conlleva a ser molesta tratando de “luchar” por algo o alguien que lo merece, también sé que tengo que madurar y dejarte ser, pero me cuesta mucho soltar a la gente y más cuando los quiero, te tengo que dejar ser feliz con otra persona, sea quien sea y yo no llorar porque sé que no voy a mamar, dado a que ya tuve mi oportunidad de mezclar azul y blanco para volver a un celeste, como tus ojos para agregar poesía. Voy a perorar todo lo que mi corazón roto quiera, me voy a cruzar con malsines que con sus sonsonetes y rencor, van a recordar a mi momento de tristeza donde la vulnerabilidad se apiadaba de la persona que hoy te y les escribe, con un comienzo donde pido que me rompas el corazón, siguiendo por frases de escritores los cuales piden que se detenga la muerte, que nos advierte de nuestra próxima rehabilitación, uno de ellos se esperanza en nuestro bellos tiempos, pero por último uno de  ellos nos previene de los corazones duros que se dejan destrozar por el primero que se cruce. Quien puede presumir superación cuando somos el pensamiento más recurrente y mientras el otro piensa que pierde el tiempo y está de nuevo acá, sin preguntar, uno ya no tiene más que dejar que suceda todo y aprender. Benedetti dice que “La mariposa recordará por siempre que fue gusano” así nosotros recordaremos que nos hemos querido, y si nuestros corazones se aburren de querer, ¿de qué nos sirven? En la actualidad, en esta actualidad debo centrar mi cabeza, enfriarla como a mi corazón que se le rompió la cadena de frío, voy a escribir una canción o tal vez voy a leer, quizá que baile y ría o quizá llore, quizá me enamore nuevamente, quizá nos enamoremos  o quizá no. Me calmo y doy la vuelta, me calmo y río, me calmo y sigo, sigo conmigo y consigo todo lo que he querido.
12 notes · View notes