Tumgik
#poquito nomas
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kasiobite03 · 4 months
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lo que no te dicen es q después de ver este servidor por 9 meses es q te sientes raro si no escuchas español ptbr y francés a cada rato.
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gugufics · 1 year
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¡Deja de mirarle!
Personajes: Fay y ¡muchos de la mansión Oletus!
Resumen: La atención de la aviadora es robada de los demás...
Rating: General
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— ¡Estoy seguro que debe estar cerca! Memory mencionó que por aquí fue donde había escuchado ruidos raros... — Desde la coronilla de la aviadora, sujetándose de sus gafas como si montara un carruaje, Kurt avisaba a su acompañante del estado de aquella peculiar investigación. Llevaba en una mano un "mapa" que le había entregado la pequeña para indicarle la raíz de aquello que le perturbó por la noche.
—Si giramos a la izquierda y vamos por ese pasillo estaríamos más cerca... — Agregó mientras doblaba el trozo de papel para guardarlo en el bolsillo de su camisa. —¡Venga!— Exclamó, listo para continuar....pero la de trenzas no se movió.
De hecho, si hacía memoria... la muchacha no se había movido de su lugar desde que pararon para revisar el "mapa". — ¿Fay? — Preguntó con cierta curiosidad primero, tanteando el agua, ¡quizá ella había llegado a otra conclusión con lo que habían encontrado hasta ahora! Pero nada, ni pío. Se sujetó bien de las gafas y se asomó desde arriba para intentar ver si algo estaba mal, pero aquello había sido una mala idea, por dos cuestiones:
    1. El flequillo de la chica no le dejaba ver nada.
    2. Pudo notar que la dirección en la que se dirigía la cabeza ajena era hacia un trio de personas y si eran quienes él pensaba…quizá su tiempo con ella estaba por terminar. 
Grata, o no tan grata, fue la sorpresa de que dicho trío no eran aquellos afines a la bebida, sino Vera, Edgar y el nuevo survivor: Frederick. 
El explorador sabe que Fay es bastante amiguera, pero no recordaba que se llevase tan bien con Vera o Edgar... ¿será el nuevo survivor quien le llama la atención? 
Kurt, inevitablemente, alzó la mirada hacia el sujeto....es guapo. Muy guapo. ¿Acaso le gustan ese tipo de chicos a Fay? Aún seguía con la idea de que la aviadora tenía cierta... ¿inclinación? hacia el prospector pero quizá ya había pasado de ello...
—¿Fay?...¡¡Venga, vamos a ello!! — Se impacientó un poco... definitivamente no porque quisiera evitar que la de trenzas se volcara sobre alguien más después de pasar de Norton, no, no, para naaada. ¡Pero Fay no le escuchaba! Inclusive, hasta se atrevió a tirar de los cabellos para llamarle la atención... nada. Tendría que caer algo bajo... 
— Ah, ¡Fay, mira! ¡¡DEMI HA PREPARADO UNA BEBIDA NUEVA!! — Entonces sí que la aviadora regresó con él. 
— ¡¿De verdad?! — Estaba tan animada por las palabras que él castaño había inventado... aunque no sabría definir si era por el alcohol o por el supuesto descubrimiento de Demi. — Tenemos que ir a probarla... ¡ya! — Y sin más, la aviadora se dio vuelta en dirección al bar... y Kurt solo podía esperar que la mesera de barra le siguiera el juego. 
Quizá otro día podrían ayudar a Memory... 
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Algunas noches después de salvarle el pellejo a Kurt, Demi decidió que no estaría mal hacerle honor y buscar una bebida nueva para entretener a sus “clientes”. Una verdadera lástima que no pudieran darle de aquellas preciosas monedas doradas a cambio de un trago... pero tranquilos ¡no pasa nada! pues con un buen chisme se da por bien servida. 
Pero, obviamente, ¡no se puede hacer bebidas nuevas sin alguien que las deguste! Así que claro, ¡pidió ayuda a los tres alcohólicos que mejor conoce! Kevin se notaba cansado desde que había llegado, pues cómo se encargó de hacérselo saber (varias veces), había tenido un match pesadisimo contra un Jack y le había kiteado casi todo el tiempo, ¡así que pa' dentro la bebida, que la necesitaba! Y ahora tras varios shots... bueno, pues estaba con la cabeza recostada sobre la barra, de vez en cuando murmurando respuestas a sus preguntas.
Algunos minutos después había llegado la aviadora a levantar los ánimos, agitando los hombros del vaquero repetidamente mientras exclamaba lo emocionada que estaba por haber ayudado a que Tracy terminara una máquina que ayudaría a extraer la miel de las abejas de Melly con más facilidad. Continuó agitándolo y apretando sus hombros mientras los quejidos del otro escapaban en vano y Demi le escuchaba sonriente, preparando ya una bebida sin que se la hubieran pedido. — ¡Fue geniaaaal! Ojalá hubiesen visto la manera en que fiuuuu, ¡salió miel como agua! — La de trenzas acompañó aquel sonido raro con un movimiento de brazo para ilustrar la idea, por fin soltando al pobre de Kevin y de paso aprovechando para tomar la bebida que Demi le acercaba, desapareciéndola con un trago.
 — Ojalá eso signifique más miel para mí… ¡imagina la cantidad de cócteles dulces que podría hacer! — La de trenzas asintió repetidamente mientras tomaba asiento a un lado de Kevin, justo frente a ella, entreteniéndose rápido con la manera en que recogía el vaso vacío para llenarlo de nuevo. — Ya está, ¡¡Me he inspirado!! Les haré una bebida dulce con un par de licores y frutilla, ¡a ver que tal!  — Demi hizo puños emocionamos mientras se daba vuelta para tomar lo necesario, la aviadora sonreía ilusionada por la idea de tomar algo dulce mientras el vaquero murmuraba algo incomprensible.
— ¿Qué tanto dices, Kevin?  — Preguntó eventualmente la de trenzas.
— …gudsta….marj..o.wie….  
— …
— wowi….le…gustaiwa….a maw…ie…
— ...Demi…
— ¿Hmm? — Contestó con interés a la vez que regresaba a la barra, con todo lo que necesitaba en mano, encontrándose con el rostro de la joven volteando hacia ella, pero un par de ojos que aún miraban confundidos a Kevin.
— Pensé que ya lo había dominado, siendo alcohólica y todo… pero creo que me falta estudiar un poco del idioma “idiota borracho”...— La morena pegó una carcajada, causando que el vaquero levantase la cara y volteara a verle con ojitos perdidos y medio cerrados. Un claro signo de interrogación se pintaba en su rostro.
— Claramente está diciendo que a Marjorie le gustaría esa bebida, duh. — Jose anunció su llegada con tono burlón, dando un empujón a la cabeza de la aviadora con el índice antes de sentarse en el asiento que estaba libre a su lado. Ella puso los ojos en blanco y se enderezó, regresando la mirada a Demi. 
— Ya lo sabía. 
 — ¿Ah, sí? Pero si acabas de decir que no le entendías…? 
— Cállate, pirata.
Antes de que la situación escalara y perdiera la atención de los tres por completo, la morena dio un par de aplausos suaves para despabilarlos. — ¡Venga, venga! Que han venido a probar mis bebidas, no a pelearse y soñar con Marjorie. — Con sonrisa amplia les puso frente los tres vasos que había logrado preparar mientras el par se miraba con recelo y el otro intentaba mantener la consciencia… ¡esperaba ansiosa escuchar la reseña de cada uno! Personalmente, creo que me he pasado. Le había dado una probadita; estaba exquisita, dulce y refrescante.
Las reseñas empezaron con el primer oficial, quien tras darle algunos sorbos y giros para mezclar todo bien, se apoyó en la barra con sus codos y dejó el vaso. — Está bien… quizá un poco dulce para mi, pero la bebería si no tuvieras otra cosa. — ¡Su respuesta le exasperó! Era una gran bebida, claramente Jose Baden no sabe de que habla. Y claro que se lo haría saber. 
 — A ti lo que te importa es ponerte borracho, entre más barato y rápido mejor, ¿no? — Le lanzó una mirada engreída y al ver que aquel tono rojo de evidente molestia estaba apareciendo en su rostro, se volteó rápidamente hacia el vaquero, cortando cualquier cometario, ¡no tenía permitido añadir nada más!
 — ¿Kevin? ¿Qué tal, cariño? — Le sonrió con cierta dulzura, porque no permitiría que un hombre le amargara la tarde, y mucho menos Jose. El moreno parecía haber recuperado el control, y aunque aún se tambaleaba un poco, pudo sentarse derecho.
 — Ah, Demi…sé que nos llevamos bien pero…sabes que sólo tengo ojos para una rubita…una linda, liiiiiinda, rubita… 
 — Aggh, no sé por qué los aguanto siquiera…  — La morena se presionó el puente de la nariz e hizo un ademan con la mano, pasando del comentario del vaquero. No era fácil que Demi perdiera la paciencia, ¡para nada! Pero cuando está buscando respuestas, pues…— La bebida Kevin, ¿te ha gustado?
— ¡Pwero cleawo! ¡¡Towdo thwe qweuda dealis soislo sweimpew!!
—  ¿Qué esperaba? Claro que solo haz recuperado consciencia para defender tu amor, obvio. Clásico Kevin Alonso. — Con ojos cerrados continuó apretando el mismo lugar, negando suavemente con la cabeza. Solamente quedaba una persona que podría ayudarle, una última esperanza, el milagro aviador.  — Fay, guapa… venga, ayúdame, dime algo.
Unos, dos, tres, cuatro, cinco segundos pasaron y no obtuvo respuesta de la joven. Inclusive la risa de Jose, quien se burlaba de los balbuceos del vaquero, había parado. Porque esto no pasaba, Fay nunca ignoraba a Demi. ¿Cómo podría? ¡Si son uña y mugre! La morena soltó su nariz, por fin, y abrió los ojos para intentar encontrarle sentido a la situación.
La peliazul estaba sentada donde mismo, con el cuerpo hacia ella pero la cabeza girada un poco hacia la derecha y sus ojos clavados en algo un poco más allá. Entre ambas manos sostenía el vaso con la bebida, de la cual se notaba que sí había tomado un poco, así que no importaba si estaban las tetas de Luchino en exhibición, Fay podía darle una reseña. — Fay, ¿Qué tal la bebida?
— Me gusta… — Asintió un par de veces, pero no era suficiente, para nada, usualmente le da más. Sugerencias, comentarios, un beso, un hombro donde llorar…
— ¿Y…?
— Hmm…
— Ugh, venga Fay, no es tan difícil decir que no te gustó. — Jose intervino a su modo, notando aquello un poco extraño.
— Pero sí está rica… 
No, nope, no. La morena, harta de la poca respuesta y de toda la situación en general, siguió la dirección de la mirada de la aviadora, pensando en que si verdaderamente estaba Luchino pavoneándose con las tetas de fuera, iría ella misma a tapárselas. Y siguió con ese hilo de pensamiento hasta que dio en el blanco… y se encontró con algo que francamente no esperaba.
— ¿El nuevo? ¿Qué le estás viendo? — Jose tuvo la misma idea que ella, y no titubeó en cuestionarle. Fay simplemente negó con la cabeza, pero… ¿Qué negaba?
— Ezzz guappow — Ah, Kevin había medio regresado de nuevo.
— No es taaaan guapo…
— Pff, sí que lo que lo es, que la envidia no te nuble la vista, Jose. — Añadió ella con un tono burlón y cantarín. Además, no era mentira, tenía ojos y, además, ya lo había hablado con las chicas cuando Frederick recién llegó. Era unánime: el hombre es guapo.
Jose volteó los ojos. — Fay, haznos un favor a todos y contéstale de una puta vez a Demi, ¿quieres? — Le dio un empujón con la palma en el hombro, en un intento por llamarle la atención. 
Ella simplemente asintió.
¿La verdad? A Demi ya se le había pasado la frustración. Ver a Jose molesto porque la aviadora estaba pasando de ellos, por cualquiera que fuese su razón, era muchísimo más divertido que preparar bebidas sin más. Así que claro, se rio bajito al ver como la chica no dio una respuesta verbal.
A Jose Baden no le gusta que lo ignoren, no le gusta nada.
— No te preocupes Fay, seguro el compositor no se da cuenta que se te cae la baba por lo bajita que eres... — Ah… ahí estaba, aquel tono molesto que se le salía al castaño cuando las cosas no salían a su manera. ¡Y se fue directo a la yugular! Pues los tres saben muy bien que el tema de la altura es algo de cuidado y si bien, es normal tomarle el pelo de vez en cuando, no suele ser tan directo. Al parecer Kevin también había pensado aquello, pues se incorporó un poquito más y abrió los ojitos, sorprendido, tanto como pudo.
Lo mejor de todo, sin duda, fue que la de trenzas ni siquiera le prestó atención. Y eso, cuando se trataba de su altura, nunca sucedía.
— Y menos con semejante cara de tonta.  — Añadió.
— Sí… hmm… — Demi comenzaba a preguntarse qué tanto le veía al compositor, no parece ser su tipo… Frederick no tenía la pinta de ser así, pero, ¿se metió con ella quizá? ¿Acaso la aviadora finalmente perdió un tornillo y estará planeando la caída del compositor? ¿Con alcohol? De ser así, a Demi no le quedará otra opción más que ayudarle, claro.
— ¡Seguro que lo espantas por ser alcohólica!
— Ajá…
La sonrisa burlona de la camarera de mesa seguía creciendo con cada comentario tonto, infantil y fuera de lugar que salía de la boca de Jose; su intento desesperado por despabilar a Fay resultando totalmente inútil. Kevin había mostrado algo de preocupación en su cara, porque la verdad es que no podía hablar, pero ahora, al lograr notar lo absurdo de toda la situación se le comenzó a formar una sonrisilla en el rostro. Ella, obvio, aprovecharía cada instante para dar carrilla al castaño. — Venga Jose, que no quiere hablar contigo, está ocupada echándole el ojo a otro…
El primer oficial negó rotundamente con la cabeza, su rostro mostraba lo mucho que no podía creérselo. — No Demi, es que no tiene sentido…no son tetas ni tampoco es Campbell, e inclusive si lo fuesen, ¡no les observaría con tan poca vergüenza!
— Bueno, es que el chico tiene su encanto…  
— ¡WEes sskcerto hm hm!
— No ayudas, Kevin. — Jose cortó con una mirada al castaño, quien en respuesta se encogió de hombros con un “bah” y siguió sonriendo. — ¡Fay!
— Dime…— Es que genuinamente la chica no se molestaba ni en voltear, ¿estaría parpadeando siquiera? 
— Eres… — No pasaba nada si lo decía, ¿cierto? No lo diría en serio, era solo para llamarle la atención… pero eso no le quitaba que le supiera un poco mal lo que estaba apunto de decir. Porque claro, a él le sabría fatal si se lo dijeran. — eres la peor aviadora que conozco.—  Y la única, a decir verdad. Al ver que ni siquiera eso le inmutó, que solo consiguió un estúpido “hmm”, pegó un golpe en la barra y soltó un suspiro frustrado, pasándose las manos por el rostro para calmarse.
Demi y Kevin soltaron carcajadas como el par de amigos de mierda (con cariño) que son, burlándose de él por intentarlo tanto y sin tener nada que mostrar por ello. Tanta risa les dio, que el vaquero tuvo que bajar del banco porque sentado ya no le daba espacio para desparramarse a reír. ¡Pero no era consciente de lo borracho que estaba! y, así, poco a poquito, se fue ladeando hacia la aviadora hasta que… ¡oop! encima de su regazo fue a dar.
La joven pegó un brinco y pronto giró el rostro hacia Kevin, parpadeando rápido. — ¡Gwah! ¡Cuidado vaquero, que pierdes el sombrero! — Con una mano le sostuvo el accesorio para evitar que cayera al suelo mientras la otra descansaba sobre la espalda del moreno, evitando que se fuera a resbalar.
En cuanto Fay dio respuesta y actuó rápidamente para ayudar a Kevin, Demi soltó una gran carcajada mientras miraba a Jose, quien con las manos hechas bola en el cabello pasaba una y otra vez su mirada incrédula de la escena a la morena. —  A la próxima tírate al suelo, quizá así te pone atención pfff —  Le comentó entre risas mientras limpiaba la lagrimita que se le había escapado.
— Kevin… ¿estás bien?— Mientras Demi se burlaba y Jose rechinaba los dientes, la aviadora seguía al pendiente del vaquero… y parecía que algo andaba mal. Serán amigos de mierda, sí, pero esos son de los mejores… y haciendo honor a ello, el par rápidamente se puso atento al estado del moreno cuando escucharon el tono de la joven.
La manera en que el sombrero se movía de lado a lado, negando, era suficiente para entender que algo andaba mal. Fay giró con cuidado el rostro de Kevin, para poder ver su cara e intentar entenderle… bastó con ver el tono verde del cual se pintaba su rostro para saber exactamente que le pasaba. — Oh, shit! — Exclamó en su idioma natal. 
Se incorporó como pudo y tras colocar uno de los brazos ajenos en su cuello estaba lista para arrastrar al mayor fuera del bar. Demi y José entendieron la situación tan rápido vieron cómo le ayudaba a andar. — No, ¡en mi bar no! — chilló la morena mientras que Jose corrió a tomar el otro brazo del vaquero y ayudar a la de trenzas a llevarlo al baño.
Digamos que aquella noche pocas respuestas se obtuvieron, y un vaquero sufrió en el baño comunal mientras un primer oficial y una aviadora le sobaban la espalda, asegurándole que todo estaría bien. 
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La biblioteca es el lugar perfecto para estudiar un rato sin interrupciones, ¡inclusive mejor que las habitaciones, pues ahí nunca sabes quien vaya a llegar! Fay disfrutaba del silencio del lugar y comprendía por qué aquellos que prefieren estar solos suelen encontrarse ahí. Y como toda buena maestra, ¡la biblioteca era el lugar indicado para encontrar a Tori! 
Aunque usualmente es la de trenzas quien va corriendo a buscarle, en aquella ocasión el par se encontró por casualidad mientras paseaban entre los libreros. Tras un poquito de charla silenciosa, la de ojos esmeralda aprovechó para pedirle auxilio a la de cabello de algodón con el decodificado…y ahora se encontraban en una de las mesas, azul y rosa volcados sobre un cuaderno mientras a su alrededor descansaban torres de los libros que llevaban consigo de antes. 
— E-entonces después de hacer esto por un t-tiempo toca calibrar…a-ah ¡pero n-no te apures! Tienes un ratito para conseguirlo, n-no hay prisa… — La de trenzas asintió varias veces, en teoría aquello ya lo sabía pero… se le complica de repente. Y Tori era una gran maestra, ¡claro! La de cabello rosado estaba algo nerviosa, ¿se estaba explicando bien? ¿No le estaría complicando de más las cosas a Fay? No era…¿aburrido? Pero, a la vez, entre toda esa montaña de pensamientos obsesivos, relucía más lo mucho que disfrutaba tener oportunidad de charlar y explicarle cosas a la joven.
— Ya veo… pero si quisiera lograr la calibración perfecta, tendría que entender muy bien el momento exacto en que, mmm, “picarle”, ¿no?  — Su acompañante asintió un par de veces con una ligera sonrisa, antes de alzar un dedito para continuar explicando otra cosa y regresar la mirada al cuaderno.
— E-el popeo creo que se te da bien, así que por eso n-no creo que debas preocuparte… — Tori dio una mirada rápida a ambas páginas del cuaderno para comprobar si había algo que se le pasara, pero por ahora parecía ser todo…¡Ah, claro! Podía advertirle sobre esa desventaja. — ¡Mmm! C-cuando uso mi habilidad ten cuidado de no… ¿hm? — Había alzado el rostro para mirarle y advertirle del debufo, pero se encontró con la chica aún encorvada sobre el cuaderno, pero su rostro en dirección a otra cosa. Ah…¿de verdad le habré aburrido…? Le resultaba natural llegar a esa conclusión, pero… Fay, ella no… no es así y, ¡seguro que algo le llamó la atención! 
La curiosidad mató al gato y pronto ojos verdes siguieron la dirección en que miraba la aviadora con…cierta intensidad. Ah…mhm… ¿Frederick? ¿Se habrá metido con ella? Es que esos ojos que la de trenzas le echaba…¿le interesa? ¿De ese modo? Hmmm… A la de cabello rosado le parecía que aquella mirada no era precisamente una de… uhm, ¿cariño? Era más como…
— ¡Buenos días! — Tori pegó un brinco y se volteó rápido hacia la dulce voz que les saludaba con alegría. ¡Marjorie! ¿Sería su cumpleaños o a qué se debe la oportunidad de estar sola con ambas chicas a la vez? — ¿Qué hacen por aquí, hmm? ¿Ya desayunaron? — La de cabello claro, siempre sonriente, miraba a ambas mientras les cuestionaba campante.
— ¡S-sí! B-bueno, Fay sí… y-yo no tenía mucho apetito… — Le contestó con una leve sonrisa y ademanes de manos nerviosas. La majorette asentía conforme a sus palabras. — ¿Y tú, Marjorie? 
— ¡Aún no! Jejeje, he hecho un poquito de ejercicio con Memory y la he traído con Orpheus antes de bajar a comer algo. — Tori asintió un par de veces, ¡tenia sentido! ¡Qué linda es!
Y ante la falta de más comentarios…pues…nadie dijo nada más y cayeron en un silencio… ¿incomodo? No necesariamente...¿Qué digo? ¡¿Qué digoooo?! Pensaba la maestra con aquella ansiedad de posiblemente haber matado la conversación…Después de algunos segundos, donde la rubia estaba sonriendo con dulzura mientras observaba a su alrededor, fue entonces que ambas se percataron de la falta de participación de Fay, pues de normal, la conversación habría continuado sin problema con su intervención. Marjorie y Tori voltearon hacia la de trenzas, sus cabezas ligeramente ladeadas, en busca de respuestas… y se encontraron a la aviadora justo como la había dejado la de cabello rosa cuando la majorette llegó. — ¿Fay?....¿todo bien?
La joven simplemente asintió.
— A-ah…no sé porqué p-pero lleva rato así…mirando a Frederick… — Aseguró rápidamente la maestra, procurando evitar que la rubia se sintiese mal o ignorada por la aviadora. Marjorie dejó escapar un ligero “Oohhh” y Tori asintió levemente, sí, así estaba la cosa…
— Hmm… ¿quizá es que quiere decirle algo y aún no sabe como? — ¡Marjorie siempre tan inteligente! La de cabello de algodón de azúcar asintió rápidamente, ¡era posible! Ah, pero…
— ¡Hm! A-ah, sí pudiera ser eso…p-pero creo que Fay s-solo lo diría sin más… ¿t-tal vez? — La rubia se lo pensó unos segundos…Tori tenía razón, la aviadora no suele huirle a ese tipo de confrontación. Y bueno, si se trataba de algo muy serio seguro ya les habría dicho algo…¡para eso son los amigos después de todo!
— Es cierto… ¿pero de verdad que no responde? — La maestra negó suavecito con la cabeza, pues ella lo había intentado y la aviadora no había dado señales de quitarle la vista de encima.  Marjorie pensó que volver a intentarlo no perjudicaría a nadie, entonces dio brincos y sacudió sus brazos en espera de que el movimiento le llamara la atención. — ¡Fay, buenos días! ….. ¿Faaaay?
La de cabello azules simplemente asintió y dejó salir un leve “díaaaas” sin cambiar de posición. 
A la rubia se le escapó una risita al ver lo metida que estaba la de trenzas en cualquiera que fuese su misión, Tori igualmente se pudo reír cuando notó que la otra se lo había tomado a la ligera. — ¡Pues es verdad! Parece que Fay no planea moverse de aquí en un rato…  
— ¡S-sí! Al menos pudimos r-repasar antes de perderla…
— Hmm, pues si no has desayunado aún, ¿te apetece ir a comer algo conmigo? — A la de cabello de algodón le brillaron los ojitos de la ilusión y asintió repetidamente, ¡le encantaría! Ah, pero Fay… pensó, sus ojos desviándose para mirarla un momento, considerando que hacer. 
— Podríamos escribirle una nota en el cuaderno… así cuando termine con…hmmm, “esto”, ¡puede acompañarnos! — Sugirió con ánimos la majorette. Sinceramente a ambas les sabia un poco mal simplemente dejarla ahí, pero a juzgar por lo poco responsiva que estaba la aviadora, seguro que estaba bastante concentrada en lo que sea que estuviese pasando dentro de esa cabecita suya. ¡Mejor no molestarle!
La maestra escribió una nota que firmaron ambas, y la pusieron en un lugar donde la joven seguro podría verla; se fueron a desayunar algo rico y sustancioso. Mientras caminaban por el pasillo, Marjorie se preguntó si Fay había parpadeado alguna vez… o si conocía al compositor de algo…pues sí que le estaba mirando mucho.
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Desde aquel estúpido error suyo, Aesop Carl se ha limitado a observar a la aviadora desde lejos. Ya no tenía el privilegio de acercarse y que ella le sonriera con la calidez y amabilidad que solía hacer… ahora solo le recibía miradas frías y sonrisas falsas que pretendían evitar levantar sospechas. 
Así que cuando se cruzaban por los pasillos, o le veía caminando por el patio, o daba la casualidad de que se había sentado no muy lejos suyo… pues el embalsamador tomaba la oportunidad para observarle con cautela. Siempre silencioso esperaba que llegase el día donde ella se acercara y simplemente le saludara con un ademan de mano… solo eso y se daría por bien servido.
No podía hacer más que apretar con fuerza su maletín y rechinar los dientes cuando veía la manera en que el rostro de la aviadora se iluminaba al hablar con otros. Desdichado el día en que decidió que observarle era buena idea. Le molestaba ver la manera en que sonreía con tanta facilidad cuando estaba con Kurt, lo cercana que era a Demi y el mucho contacto físico que compartían, cómo coqueteaba con Jose cuando se pasaba de copas, la infinidad de expresiones que muestra para esconder lo nerviosa que se pone cerca de Norton, el tiempo que pasa con Marjorie, Kaie y Tori… en realidad, le molestaba no poder ser parte de su vida. Aunque fuese sólo un momento. 
Y ahora, cuando creía que las cosas no podían ponerse peor, había llegado un nuevo survivor…uno con facciones finas, de esas que sacan suspiros. Pensó que no sería un problema, claro, que llegue alguien nuevo no significa que la atención de Fay vaya a ser suya… quizá solo en la bienvenida, pero después debería volver todo a la normalidad.
Pero no, no fue así.
Se percató que algunos días después de la llegada del dichoso compositor, la aviadora no podía evitar voltear la cabeza y observarle cada vez que coincidían. ¿Por qué? No es que siga a la aviadora todos los días, el también tiene cosas que hacer, pero al menos cuando la tenía cerca…no la había visto tener una conversación a solas con él… entonces…¿por qué? 
Además, no lo veía con ninguna expresión que le hubiese visto antes… no era como ese ugh, cariño con el que ve a ciertas personas, era más como que estaba pensando…mucho. Huh…no lograba entenderlo, pero igual le molestaba…justo como en aquel momento, que mientras se asomaba por la esquina donde los pasillos se conectaban, observaba la manera en que la aviadora le miraba “disimuladamente” desde detrás de un libro, desde una banca en el pasillo sus ojos viajaban hasta la otra punta de este para analizar al de cabello claro.
— KEKEKE…¿Qué tanto estas viendo, Aesop? — La risita de gremlin del pequeño moreno le sacó de su intenso monólogo interior, haciendo que pegara un brinco y volteara atrás para ver la cara burlona que esperaba en el niño. Detrás de su mano intentaba esconder aquella sonrisa pícara, lo cual no lograba hacer, para nada, y el joven de cabellos grises se preguntaba si era a propósito o no. Tenía que contestarle rápido o el niñato se asomaría a ver que pasaba. 
— Ahora te veo a tí… — En un instante la sonrisa de Kaie titubeó e inconsciente dio un brinquito hacia atrás.
— G-geh… pero Aesop… — La cejita le temblaba en un nerviosismo, un pie detrás de su cuerpo, listo para salir corriendo si tenía que. 
— ¿Necesitabas algo, Kaie? — Le daría una oportunidad para zafarse de aquello. Desde aquella vez que el pequeño se entrometió de más, notó la manera en que buscaba no encontrarle el lado malo… y obviamente lo usaría a su beneficio para evitar las confrontaciones y charlas innecesarias. 
Los ojitos de moreno brillaron.
— ¡Nada! Kekeke, solo…¡quería saber si quieres un donut! 
— No, gracias. 
— Aaaaahhh, ¡pero que maaaal! — Se pasó una mano por el pecho, el muy sufrido, con el tono más fingido de decepción que jamás haya escuchado el embalsamador. ¿Qué otra cosa puede esperar de alguien que se junta con Mike?  — Bueno… que lástima…. ¡pero más para mi! Kekeke — Y así, sin más, el niño tomó la oportunidad para salir corriendo hacia otro lado a comerse las dichosas donuts imaginarias.
Por fin. Ahora…¿en qué estaba? Ah, sí… volvió a asomarse para reanudar su observación… y encontrar nada. Una banca que anteriormente era agraciada con ser utilizada por la aviadora, bendecida de que las puntas de sus trenzas descansaran sobre sus tablones de madera, ahora se encontraba vacía y sin rastro de ella.
Agh. Aquello era culpa de Kaie, y continuaría pensándolo mientras se hacia camino a su habitación, con intención de tranquilizarse mezclando químicos y pensado en embalsamar a media mansión con mucho odio y poco cuidado.
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Si se pretende encontrar al Profesor Luchino Dirusse, la biblioteca es el lugar ideal. Cuando el estudio y los experimentos llegan a callejones sin salida, lo óptimo es buscar nueva información para solucionarlo; por eso, la biblioteca. 
Con la cabeza llena de cuestionamientos, y un ceño fruncido en profunda concentración, se abrió camino por los pasillos de esta, regresando con la mano los saludos cordiales de Anne y Victor que estaban entretenidos en sus propias lecturas. Quizá después de algunas horas de investigación pueda permitirme leer acerca de temas triviales. Claro, todo dependería de que tan fructífera resultase la investigación de ahora, que si no… bueno, tocaría trasnochar.
— Ah, Luchino, buen día. — El novelista le saludó, sacando al profesor de su debate mental y obligándole a alzar el rostro que con una mano sobaba en reflexión. Se sorprendió de haber llegado hasta allí sin pesarlo, percatándose de que ya conocía el lugar lo suficiente como para caminar sin prestar atención e igual llegar a los pasillos indicados, que oportuno. 
— Buen día, Orpheus.  — Le saludó tranquilamente, adentrándose en el pasillo para buscar libros que pudiesen ayudarle. — ¿Irás a escribir algo el día de hoy o volverás a romperte la cabeza sobre una hoja en blanco? — Comentó sin cuidado mientras pasaba el dedo por los lomos de los libros, inspeccionándolos con atención a pesar de estar conversando con el otro.
— La escritura es una forma de arte que no puede forzarse, debe fluir y no se debe esperar tener resultados siempre….no como la ciencia, que es meramente lineal. — El novelista se cruzó de brazos, el ceño fruncido en clara molestia y con el orgullo herido. Para alguien que tiende a ser algo soberbio, es sorprendente lo fácil que resulta meterse con él…y la ciencia es muy dinámica, ¿de que haba este siquiera? Quizá solo es porque se trata de él y no cualquier otro survivor que puede hablarle sin cuidado al novelista y salirse con la suya, son “amigos” después de todo. Descansó la mano ligeramente sobre el estante, y giró un poco el rostro para arrastrar la mirada hacia él por un momento.
— Ya veo, entonces mirar con odio la página en blanco y esperar que se te ocurra algo que escribir es  “dejarlo fluir”.... — Sonrió ligeramente antes de retomar la búsqueda por una buena fuente, regresando a trazar los lomos de los libros mientras inspeccionaba. — Ah, por cierto, si en tu novela piensas incluir algo de ciencia…mejor no lo hagas. Dudo que quieras humillarte a ti mismo… pero si insistes, quizá podría recomendarte algunas lectu-
— Suficiente. Me iré a ocupar mi tiempo en algo que valga la pena, espero no encuentres nada que te sirva. — El novelista, muy propio, se largó de aquel pasillo para ir a ocuparse en lo suyo, por fin dejando al profesor solo con sus pensamientos, quien ante tal arrebato rio por lo bajo. Bien, retomando… ah, este podría resultar interesante. Había sacado por fin un libro, que tras darle una leía rápida al índice parecía prometer algo de claridad para aquellos dilemas biológicos que entorpecían su trabajo. 
No se molestó en alzar la vista de las páginas mientras caminaba por el pasillo que se formaba por los libreros, buscando acercarse a alguna mesa y entrar de lleno a la lectura. Probablemente no se habría dado cuenta de no ser por que la anticuaria había dejado caer por accidente su flauta mecanica y el sonido le había sobresaltado, levantando el rostro por reflejo. 
Ah. No sabía si agradecer o maldecir a la joven de cabello negro por hacerle caer en cuenta de la presencia de aquella persona. Parte de él pensaba que ahora sí que la visita a la biblioteca resultaría interesante y entretenida, mientras la otra deseaba salir corriendo de ese lugar y darle otro puñetazo a Baden. Era su culpa que de repente la aviadora apareciera en su cabeza cuando estaba leyendo sobre modificación genética, cortando completamente su racha de concentración.  O que las manos le cosquillearan curiosas por saber que tan suave es su cabello en lugar de buscar provocarle con su cercanía, como solía hacer antes por diversión. 
Tch, ¿Quién dice que no puedo hacerlo? ¡Claro que puedo! Te mostrare, Jose Baden, lo mucho que tu estúpida broma de niño no me ha afectado en lo absoluto. Listo para provocar y obtener la ya clásica, y estudiada (por él), reacción por parte de la aviadora, el castaño se acercó a la mesa donde se encontraba. — Señorita West, buen día. — Con el pecho en alto, lleno de seguridad, confianza, y un corazón que por alguna extraña razón latía con nerviosismo, Luchino le saludó verbalmente; apoyando una de sus palmas sobre la mesa para descansar la cadera en la misma, a un costado de la joven de cabellos azules.
 ¿Hm? Estaba seguro de que su volumen era adecuado, tendría que haberle escuchado. Enfocó bien la mirada sobre ella, porque antes no había querido hacerlo, y encontró que la aviadora observaba algo más allá; además, tenía la mayoría de su rostro oculto tras un libro abierto, el cual, por cierto, estaba al revés. El castaño se aclaró la garganta un par de veces, ¿por qué no le estaba mirando a él? Usualmente así no va la cosa… y aún tras hacer aquello, la de trenzas seguía más interesada en otra cosa.
Le tomó unos segundos convencerse a sí mismo de seguirle la mirada… y al encontrar el causante de que su intento provocativo fuese un fracaso sintió necesidad de intentarlo con más ganas. Que Fay se interesase en alguien como Frederick iba en contra de todas las conclusiones que había sacado tras experimentación y observación de sus reacciones, ¡no tiene base ni fundamento! 
 — Señorita West, buen día. — Volvió a intentarlo, si en ambos casos el resultado era el mismo, entonces la razón era innegable. Y así fue… entonces fue pertinente para el profesor concluir que lo que fuera que estuviese llenando la cabeza de la aviadora resultaba mucho más interesante que su presencia. Eso le molestaba. Le fastidiaba lo suficiente como para no pensarlo dos veces antes de desabrochar otro botón de su ya bastante abierta camisa. 
Luchino estaba seguro que Fay tenía una vista periférica de primer nivel dado su ocupación, así que no le cabía duda de que la joven seguro captó el movimiento. El hecho de que siguiera sin siquiera mostrar un pequeño indicio de interés comenzó a frustrarle, ni siquiera había caído en el reflejo de voltear el rostro pero no la mirada. Tch.
Negaría rotundamente que esto alguna vez sucedió, e inclusive encontraría algún término científico para refutar cualquier acusación… no aceptaría que había pasado de tener solo la mano sobre la mesa a descansar todo el antebrazo para tener el pecho más cerca del mueble y, por tanto, del rostro ajeno. Tampoco aceptaría que al no obtener ninguna reacción apoyó su otro antebrazo y junto los codos para sacar las tetas.
La de trenzas sí que había notado la presencia del profesor, pero sentía que estaba tan cerca de obtener una respuesta a sus pensamientos que optó por no perder la concentración e imaginar que el castaño no estaba ahí. Siempre podía pedir disculpas después. Sin embargo, ella no contaba con que la paciencia del siempre tranquilo profesor tuviese un límite. — Su libro está al revés. — La voz sentida del profesor que le susurró las palabras al oído le sacó de inmediato de aquel trance en el que se encontraba, un escalofrío le recorrió el cuerpo en consecuencia mientras que el castaño se dispuso a sacarle el libro de las manos, voltearlo, y ponerlo de regreso en estas. 
— No va a aprender mucho si no puede leer el material… aunque dudo que haya venido aquí a estudiar. Buen día. — Comentó el castaño, quien se notó a sí mismo extrañamente sentido por ser ignorado, mientras se incorporaba y alejaba.
La aviadora parpadeó un par de veces al libro que sostenía en sus manos antes de hacer las mates tan rápido como pudo y al menos intentar regresarle el saludo. — Ah-¡Buen día profesor….! Nos vemos luego, perdone… — La aviadora suspiró un poquito aliviada al ver que Luchino hizo un saludo de mano flojito mientras se alejaba, al menos había alcanzado a escucharle antes de irse. 
Ughh, ya va más de una vez que le hago esto a alguien… se reprimió la de trenzas mientras volvía a sentarse y se disponía a regresar a su cuidadosa observación. Pero Frederick ya no estaba ahí… ¡Ack! ¡¿Dónde se ha metido?!
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Cuando tantas personas viven juntas en un solo lugar, es normal que a veces la hora de la comida sea distinta para cada quien. No resulta raro ver a pequeños grupos comer dos o tres horas más tarde que el resto, después de todo, no es como que haya reglas al respecto. No era común, pero aquella tarde el prospector se había entretenido evaluando algunos minerales que el Barón le había enviado. Después de recibir muchos paquetes de oro para tontos, finalmente el ricachón ese le había traído algo decente con lo que trabajar.
Una cosa llevó a otra y nada, llegó tarde a comer. La verdad, no estaba tan mal…sobre todo porque no tenía que compartir espacio con el imbécil de Orpheus. El pobre de Weeping estaba sentado frente suyo, entre Mike y Kaie quienes le atormentaban con algo de su sopa… la verdad no se había enterado y no le interesaba hacerlo. Mientras pudiera comer en calma, mejor. 
A su lado se encontraba Fay, y al lado de esta se encontraban Marjorie y Anne, quienes estaban metidas en su propia conversación; la rubia de dos trenzas estaba proponiendo hacer un bastón de majorette con madera y toques personalizados mientras que la de cabello melocotón le aseguraba que no tenía que hacerlo. Pero no logra ocultar bien el entusiasmo que le causa la idea… 
Contrario a lo esperado, la comida estaba resultando bastante amena. Había participado en algunas conversaciones pero ahora se limitaba a conversar pasivamente con la aviadora, internamente alegrado de poder tener un poco de aquella comodidad en la que puede relajarse mientras le escucha con atención… pues últimamente se siente como si rara vez se encontrase con ella, o como sí…nada, ese es otro tema. 
— Y con eso, ¡finalmente podré empezar a construir mi bebé! — Al parecer el moreno no había sido el único a quien el Barón le había hecho un presente, pues la aviadora le había narrado como poco a poco le estaban llegando partes y herramientas para construir una avioneta… aunque claro, por desgracia no podría volar. A la de trenzas azules le salían estrellas de los ojos al hablar, genuinamente se le notaba feliz y entusiasmada por algo aparte de las cosas que hace con el resto… Lindo. 
— No bebas mientras lo construyes… capaz y pierdes un tornillo, o dos. — Norton le sonrió con una de esas que no se ven a menos que sepas qué buscar y ella, desarmada, parpadeó múltiples veces con un nudo en la garganta antes de desviarle la mirada y acomodarse el cabello con una risa que intentaba disimularlo todo.
— No podría, no...se merece lo mejor…— La aviadora se dio un par de golpecitos en el pecho, como si se le hubiese atorado la comida, pero realmente solo era aquella bola de sentimientos que no podía dejar salir. Y mientras se los tragaba con una sonrisa, regresaba la mirada al otro para continuar con la conversación. — Si te portas bien, ¡quizá te deje entrar!
La conversación continuó y de vez en cuando las chicas que se encontraban junto a Fay se inclinaban para añadir algo o pedir su opinión sobre lo que hablaban, aunque claro, era la aviadora quien aportaba más que los monosílabos de él. 
¿Cómo sucedió? Ninguno de los cuatro podría responder esa pregunta, pero de alguna manera, la deliciosa y calientita sopa de Weeping de repente había partido en una misión por los aires. En lugar de irse en todas direcciones, la muy ingrata se había ido directito hacia Norton, cayendo justo encima de la suya y resultando en una explosión de caldo que se expandía justo sobre su pecho; algunas gotas habían terminado sobre el hombro y rostro de la aviadora. 
— ¡KEH! — Exclamó Kaie, quedándose estático.
— Uh-oh….¡Heh! — Se… ¿lamentó? Mike.
— ¡Oh n-no! P-perdona Norton no era m-mi intención lo siento muchísimo d-de verdad si quie — El sudor que viajaba por el rostro del payaso era suficiente para saber lo aterrorizado y apenado que se encontraba por aquel incidente. El moreno, por su parte, simplemente se miraba el pecho, procesando lo que acababa de suceder… estaba comiendo tranquilamente hace un segundo…
— ¡Tenemos que huir! ¡Kaie! Agarra la sopa y al payaso… ¡¡tenemos un viaje!! — Anunció Mike con una carcajada, listo con una porción de pan en una mano, un guiño, y la mano del pequeño en la otra. El pequeño decoder tomó a Weeping entre risas burlonas y lo arrastró tras él y Mike, quienes casi que habían chocado el coche y huído de la escena. 
El prospector, molesto, veía como la mancha anaranjada de aquella sopa de zanahoria estropeaba su camisa y dejaba un color tan feo… joder, limpiar esto será un dolor en el culo. Marjorie, siempre atenta, rápidamente se inclinó hacia enfrente para verificar el estado del joven. — ¿Estás bien? — Detrás suyo, Anne asentía un par de veces, apoyando la pregunta de la majorette. 
Norton asintió. — No estaba caliente, solo ha sido la sorpresa. — Porque sí, que te rocíen de sopa no es lo que uno espera cuando se está comiendo tranquilamente. 
— Que bueno… toma, servilletas extras para que puedas limpiarte. — La de cabello melocotón se estiró y las pasó por enfrente de la aviadora, quien no se había movido desde el incidente. 
— Hmm, gracias. — Mientras la majorette se regresaba a su lugar para resumir su plática con la juguetera, el moreno se percató de lo quietecita que estaba la de ojos esmeralda.
Ah, claro. La sopa le había caído en el pecho, ¿cierto? Me está viendo las tetas, ¿no?
— … 
¿Eh?
Al voltear hacía ella se dio cuenta de que, de hecho, Fay no le estaba viendo las tetas. Es más, ni siquiera estaba mirándolo a él. Norton sabía, porque ella misma le había dicho que las suyas eran sus preferidas, que no importaba si había entrado Luchino sin camiseta, en teoría, la aviadora le miraría a él…¿No? El moreno entrecerró los ojos y decidió seguir la mirada de la de trenzas azules, sintiendo enojo escalar por su garganta ante la idea de que le hubiesen mentido…
¿Huh? ¿Y este?
¿Qué le estaba viendo Fay al compositor ese? El nuevo survivor había entrado al comedor a la vez que Kaie, Mike y Weeping huían del enojo de Norton, y ella, en lugar de siquiera reírse de aquello, optó por mirar fijamente a Frederick. Era absurda, y francamente, molesta, la manera en que le observaba con atención. 
— ¿Te vas a terminar eso? — Tenía que disimular la manera en que pretendía recuperar su atención. Pero ante el silencio, era claro que no lo había logrado. Tch. Da igual, qué importa. Se regresó a su plato, ya estropeado, e intentó olvidar que le habían ignorado y enfocarse en recuperar algo de la sopa que le había quedado.
Pero entonces ella dejó escapar un suspiro que al moreno le había sonado muy ensimismado y se le tronó el hilo de la cordura. Antes de darse cuenta de lo que estaba haciendo, Norton había colocado ambas manos en su propia cintura e inflado mucho el pecho. Los botones de su camisa rogaban por piedad… estaban a segundos de salir volando y darle a alguien en la cara. 
Si fuese un día normal, Fay ya estaría “disimuladamente” robando vistazos y excusándose entre risas al ser atrapada… pero maldito sea Frederick y su cara de muñeco de porcelana polaca que habían hechizado a la aviadora. ¿Le debe dinero? ¿Se habrá metido en bronca con el compositor? ¿Le habrá hecho algo Frederick a ella?
— Ah, ¡lo está haciendo de nuevo! — Intervino Marjorie entre risas. Norton inmediatamente desinfló el pecho, deseando que no le hubiesen visto en su inútil intento por…usar sus tetas a su favor. Anne, por otra parte, miraba con curiosidad a la majorette. 
— ¿A qué te refieres…? — Preguntó inocente.
— Hmm, bueno, es que la última vez que vi a Fay cerca de Frederick le veía de la misma manera… me pregunto por qué será… — La joven se llevó una mano a la barbilla, observando con interés a la aviadora. 
— ¿Esto ha pasado más de una vez…? — El tono de Norton quizá salió un poco más molesto de lo que pretendía. 
— Oh, sí, ya van varias personas que le han visto así. — Marjorie asintió con seguridad, recordando cuando Demi le contó de aquella vez en que la aviadora les ignoró hasta que Kevin se había caído.
— …Ya veo. — Regresó la mirada a Fay y con una ceja enarcada le observó con agravio…¿Qué tanto estará pasando dentro de aquella cabeza? Algo importante tendría que ser, seguro, pues no es usual que la aviadora ignore a sus amigos.
— ¿Tanto así? Hmm, a ver… ¡Fay! — Intentó llamarle Anne y la respuesta fue la misma que antes, ninguna.
— ¡Fay West! — Añadió entre risas la majorette. — ¿Ven? No responde… — Y tras algunas risitas más, ambas chicas regresaron a su propia charla dejando a Norton frustrado y confundido.
Era totalmente absurdo en realidad, la chica se había quedado congelada con las manos estáticas en la posición para cortar un trozo de carne y sus ojos iban volados persiguiendo al compositor que iba de un lado a otro en busca de algo que comer. El prospector comenzó a sentir la mandíbula tensa con cada pequeña sonrisa y expresión que se escapaba a la aviadora…así que actuó sin pensarlo.
Estiró el brazo para tomar la silla de Fay por debajo del asiento y la arrastró de un jalón hacia sí, de manera en que terminaron muy juntitos. Si la de ojos esmeralda le estuviera viendo a él, y no a Frederick, sus rostros estarían tan cerca que seguro podrían descubrir el secreto mejor oculto en sus miradas… pero no. Tan solo había girado un poco, milímetros, el rostro y había tensado un poco el cuerpo ante el movimiento. Joder.
— Estás sucia. — ¿Qué más daba ya? Su dignidad se vio perjudicada desde que infló el pecho para llamar su atención, si no es que mucho antes, así que poco podría empeorarla ya. Con una mano le tomó del mentón y, quizá con un poco más de fuerza de la que pretendía, le giró hacia él.
Ah, ahora sí que le miraba.
Con las mejillas apretujadas y un puchero involuntario, la aviadora le miraba perpleja tras parpadear múltiples veces en sorpresa. W-w-what… era la palabra que se repetía en su cabeza usualmente llena de nubes, mientras que el moreno se volteaba un segundo, sin soltarle, para tomar algo antes de regresar la mirada a ella. — ¿Acaso tienes cinco o por qué no sabes comer? 
Fay quería decir que no, pero era eso o enfocarse en evitar convertirse en tomate, así que prefirió negar con la cabeza rápidamente; a lo que el respondió apretando un poco su mano para mantenerla en lugar. — Quieta, que así no puedo limpiarte. — Acto seguido, la de trenzas sintió la suave tela de servilleta frotarle la mejilla. El moreno por su parte trataba de enfocarse en su tarea, en la cual, por cierto, se metió él mismo, pero resultaba un poco complicado cuando semejante par de ojos no le quitaban la vista de encima.  
A Norton comenzaron a calentársele las yemas de los dedos cuando notó el ligero tinte rosado que comenzaba a aparecer en el rostro ajeno y decidió que era el momento adecuado para dejarlo e irse corriendo a otro lugar. — Ya está…bien, me voy, que tengo que cambiarme. — Soltó el rostro de la aviadora, se levantó y se marchó sin siquiera despedirse de Marjorie y Anne. 
Después de unos segundos de que la aviadora estuviese quieta en el mismo lugar, sin moverse, y por razones totalmente diferentes, la de cabello melocotón volvió a preocuparse. — Fay…¿todo bien? — La dulce voz de la majorette le regresó a la realidad y la de trenzas azules pegó un brinco antes de soltar una risa apenada. 
— ¡Si! P-perdona, no es nada…  — Regresó su mirada hacia la chica y le sonrió con dulzura antes de regresar a su plato para seguir comiendo. Sentía que algo se le olvidaba… hmmm. Escuchó al par regresar a su conversación sin más y ella se enfocó en terminar lo que le quedaba en el plato….y continuó así, sin más, hasta que de pronto le llegó sentido al cerebro y ¡AH! ¡QUE ESTABA ESPIANDO A FREDERICK! Pero claro, el compositor ya no estaba ahí.
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Varios días tras diversos accidentes vergonzosos con la aviadora y matches más cansados de lo habitual, los survivors decidieron tener tomar una tarde para desenvolverse y reunirse en el salón, donde Demi les atendería con bebidas y mucho, ¡mucho ambiente! Claro, no todos en la mansión asistirían. Aquellos que prefieren la paz antes que el alboroto seguramente se quedarían en sus habitaciones, pero la realidad era que el bar se encontraba más lleno de lo habitual. 
En un rinconcito se podía ver a Kaie y Luca enfrascados en una conversación intensa cuyo tema era sofocado por el bullicio del resto, del otro lado de la habitación, en los sofás, se encontraban Eli, Norton y Aesop, quienes bebían a su manera y, más que platicar, observaban al resto. Marjorie se encontraba charlando por el centro junto a Anne, Margaretha y Melly; Luchino y Orpheus se encontraban en el extremo de la barra discutiendo sobre mitos literarios y científicos mientras que Kurt observaba curioso las diversas botellas de alcohol en los estantes. Tori estaba en otro rinconcito junto a Naib, quien le había puesto un plato lleno de bocadillos en el regazo y le pedía se quedase ahí para que él pudiera comer en tranquilidad. En el centro de la barra, obviamente, se encontraban Jose, Kevin y Fay, quienes prácticamente tenían sus asientos asignados, y se encontraban proponiendo nuevos trucos y posibles marometas extravagantes a Mike, quien solo había ido por una bebida para la bailarina. 
Para fortuna de algunos y desgracia de otros, Vera, Victor y Frederick entraron al salón con suma tranquilidad, listos para tomar alguna copita e irse a terminar el día; sin más. En teoría, aquello no era nada que normalmente atrajera la atención de nadie, pues son adultos y pueden hacer lo que quieran…entonces, ¿por qué había tantas cabezas que giraron hacia el pobre compositor tan solo cruzó la entrada? 
Sudor frío recorrió la espalda del rubio… no hacía mucho que llegó…¿querían algo de él? Ah…¿estarían buscando que les tocara algo? Q-quizá…puede que sea eso, sí… Aunque no recordaba siquiera haber tenido una conversación completa con ninguno de los que le seguían con rostro y mirada mientras se hacía camino por el salón. Bueno, al menos no eran…oh no, está aquí.
El compositor se había visto atormentado por una mirada esmeralda durante días, le pesaba tanto, que inclusive había tenido pesadillas con tales orbes. ¿Pueden culparle? No importaba a donde fuera, si ella estaba ahí, le estaba mirando. Analizándolo. ¡Que horror! Y ahora, por alguna razón, la mitad de los presentes le observaba de la misma manera, como si esperaran que hiciera algo de repente y que entonces todo tuviera sentido. 
Momento en el que sintió la ya familiar mirada sobre sí, momento en que consideró darse la media vuelta y regresar a su habitación. Sin embargo, Vera no había captado la incómoda situación en la que se encontraba y seguía hablandole sobre cosas que francamente ya no estaba escuchando. No podía irse y dejarle ahí sin más, sería maleducado de su parte. 
Lo que definitivamente no esperaba era que la mismísima aviadora pegara un brinco luego de observarle por algunos segundos y que con una gran sonrisa echara a andar hacia él. Por instinto dio uno, dos, pasos hacia atrás, todo en esperanza de crear distancia entre sí y la joven que rápidamente invadió su espacio y le tomó de ambas manos. — ¡Lo tengo! Por fin, ¡lo tengo!  
Era su imaginación…o, ¿de repente la habitación se puso muy fría? Le estaban mirando muchísimo, ¡y de una manera muy terrorífica! Sin embargo, a la de trenzas azules no parecía importarle en lo más mínimo, ella tenía otra misión. — ¡¡Deberías ser un idol de K-pop!!
Disculpa, ¿un qué de qué…?
La habitación dejó de parecer un congelador y pronto se volvió en un montón de murmullo confundido… 
Lo primero que se escuchó fue la tremenda carcajada que soltó Kaie, quien de la risa se había tirado al suelo y sostenía su barriga en un intento por evitar que le doliese de tanto reír. Después, Mike, quien no tenía ni idea de qué rayos hablaba la aviadora, se empezó a burlar también. — ALAAAA, ¡FAY! HEHEHE, ¿es eso una propuesta indecente o algo? 
Y entonces la habitación se volvió a convertir en una mezcla entre frío intenso, confusión y la risa continua de ya no solo Kaie, sino también Marjorie y un poquito de Tori, quienes sí que entendían el contexto. — Tienes cara como si quisieras llorar todo el tiempo… pero, ¡pero! ¡¡Eres muy guapo y esa tristeza perpetua crea misterio que atrae fans!! ¡Mis fuentes me dicen que eres un candidato perfecto para formar parte de un grupo! — Fay ignoró a Mike, porque si había ignorado a todos los demás para dar con aquella epifanía, claro que iba a ignorar al acróbata. La joven observó rápidamente la habitación para encontrar al sujeto que le introdujo a ese mundo y, al dar en el blanco, sonrió aún más. — ¿A que sí, Kaie? 
— ¡KEH! E-eh, ah…— Atrapado a medias risas, el pequeño paró de golpe y tras echar un vistazo a todo el asunto tomó una decisión. — KEKEKE, ¡claro! ¡Frederick será el primer miembro del grupo de K-pop de la mansión, es un gran honor! — Porque seguir con aquello significaba diversión y travesuras a la vez…y además Fay le estaba incluyendo en algo…le gustaba eso. HEH, ¡y tooodo ha sido gracias a mi!
Después de explicar un poco todo el desastre, los individuos que acosaban a Frederick con la mirada perdieron interés, entendiendo que no había sido más que una casualidad que la aviadora pensando tanto en él, pero se quedaron haciendo introspección de por qué les había molestado tanto ser ignorados… vaya cosas de la vida.
Frederick se negó rotundamente a formar parte de cualquier grupo o cosa que aquellos demonios le ofrecieran y huyó a su habitación en busca de refugio. Kaie pensó que era desafortunado, pero meh, ¡hay otras travesuras por hacer en la mansión! Fay, por otra parte, se sentía aliviada de por fin haber encontrado a que le recordaba el compositor y se dio por bien servida, ahora podría ocupar su cabeza con otras cosas. 
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conobarco · 11 days
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amo las conexiones extrañas que hace mi viejo xq no entiende la tecnología, me acaba de decir "me cortaron el celular por falta de pago y yo lo pague:(" "por que decis que te lo cortaron? no podes llamar?" "noo, es que lo enchufe hace media hora y cargo un poquito nomas :(" JSKSJSKSBSKSJ??? WHAT DOES THAT HAVE TO DO WITH ANYTHING
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flan-tasma · 19 days
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hola bonitaaa, que tall? vi q conseguiste a neuvi, felicidades!!<33
queria saber si podría pedir algo para chongyun(estoy un poquito obsesionada con el, una disculpa :< simplemente no lo puedo olvidar) como algo así una sesión de besos accidental, por favor? o tal vez chongyun roba besos NO SÉ nomas lo extraño ((。´Д⊂) hace tanto no entro al genchin...
💖~ ¡Holi! Gracias, ya estoy farmeando para que Neuvi me carreé la cuenta xd. Eso de no entrar a Genshin en un largo tiempo no es tan malo, ¡significa protos gratis y suerte en el gacha! Espero que puedas volver a jugar pronto~.
Warning: Nope now💖, GN!Reader | English is not my native language, so if I have made any mistakes in the translation, I am open to corrections | Content in spanish and english!
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Spanish:
Chongyun es alguien reservado, le gusta mantener su PDA al mínimo si es posible. No termina de tener la confianza de besarte cuando está en público y cuando tú lo haces, él se convierte en un desastre que debe meterse diez helados en la boca para calmarse. Es divertido de molestar, sí, pero no es alguien reacio a los momentos amorosos contigo.
De vez en cuando él inicia las sesiones y entre esas, muy pocas son accidentales, tal vez ni siquiera lo esté intentando, pero ahora solo están besando al otro con calma, solo una forma de recordarle al otro que lo aman.
Ambos pasaban una tarde tranquila, hacía calor y el helado se compartía junto al abanico que ahuyentaba el clima que causaba la humedad. Estaban juntos, refrescándose en silencio cuando algo en la cabeza de Chongyun simplemente se conectó y deseó un beso que tomó cuando estabas pensando en algo más. Un beso en tus labios, tan etéreo que casi ni lo notaste, se convirtió en un juego de quien daba más de ellos. Un beso en tu mejilla, uno en su nariz, uno en su mandíbula y otro en tus labios.
El helado se derritió y el abanico estaba olvidado en otro lado, solo le importaba sostener tu espalda y apartar tu cabello para besarte. Sus dedos fríos te hicieron sentir mejor, sus labios tranquilos se encaprichan de los tuyos y te piden permiso de tomarlos una y otra vez hasta que ya no es necesario.
Sus besos son tranquilos, como una caricia. Es gentil y delicado, no es intenso con sus emociones ni sus acciones, ni busca que tú lo seas. Es un espacio tranquilo para ambos. No necesitan tirar del pelo del otro ni quitarse la ropa para estar más juntos, solo un acto de comodidad y dulzura que le ayuda a conectarse contigo.
Le gustan los besos cuando nadie los ve, sostiene tu mano y tu brazo sin dejar marcas porque no es necesario. No es posesivo ni te obliga a serlo, pero su corazón se derrite cuando muerdes su labio con humor. Te sostiene con una ligera fuerza por la espalda y baja su mano a tu cintura, casi como un regaño, pero te permite seguir besando muy cerca de sus labios.
Se toma su tiempo, te pone el cabello detrás de las orejas y sostiene tu rostro entre sus manos frías para seguir con lo suyo. Y Liyue entero desaparece, no existe Tayvat, ni exorcismos que hacer, ni demonios que ahuyentar. Solo tú y él, tan cómodos el uno con el otro, por fin se permiten mirarse cuando se separan y Chongyun susurra que te ama más que a nada en el mundo mientras le sonríes. Y él ha ganado todo lo que podría tener en su vida y es feliz así.
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English:
Chongyun is someone reticent, he likes to keep the PDA to a minimum if possible. Doesn't quite have the confidence to kiss you when he's in public and when you do, he turns into a mess who has to put ten ice creams in his mouth to calm down. He is fun to tease, yes, but he is not someone who is averse to loving moments with you.
Occasionally he starts the sessions and among those, very few are accidental, maybe he's not even trying, but now you're just kissing each other calmly, just a way to remind the other of your love.
Both of you spent a quiet afternoon, it was hot, and the ice cream was shared next to the fan that chased away the weather caused by the humidity. You were together, cooling off in silence when something in Chongyun's head just connected, and he wanted a kiss, which he took when you were thinking about something else. A kiss on your lips, so ethereal that you almost didn't notice it, became a game of whoever gave the most of them. A kiss on your cheek, one on his nose, one on his jaw and one on your lips.
The ice cream melted and the fan was forgotten somewhere else, he only cared about holding your back and moving your hair away to kiss you. His cold fingers made you feel better, his calm lips infatuated with yours and asking your permission to take them again and again until it was no longer necessary.
His kisses are calm, like a caress. Is gentle and delicate, not intense with his emotions or his actions, nor does he want you to be. It is a quiet space for both. There's no need to pull each other's hair or take off each other's clothes to be closer together, just an act of comfort and gentleness that helps him connect with you.
Chongyun likes kisses when no one sees the two of you, he holds your hand and your arm without leaving marks because it's not necessary. He's not possessive nor does he force you to be, but his heart melts when you bite his lip humorously. He holds you with a slight force from your back and lowers his hand to your waist, almost like a scolding, but he allows you to continue kissing very close to his lips.
Chongyun takes his time, tucking your hair behind your ears and holding your face in his cold hands to continue with his business. And the entire Liyue disappears, there is no Tayvat, no exorcisms to do, no demons to chase away. Just you and him, so comfortable with each other, you finally allow yourself to look at each other when you part and Chongyun whispers that he loves you more than anything in the world as you smile at him. And he has gained everything that he could have in his life, and he is happy like that.
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latinotiktok · 1 year
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you really said the continent can have a little xenophobia as a treat asnfkwl
UN POQUITO NOMAS
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senig-fandom · 1 year
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Y aquí esta el continente Europeo, no hay cambios, mas que quite a dos países lo cuales son Chipre y Turquía porque estos los dejare en Asía (Euro Asia)
Y como ven, Europa es enorme, le gana en altura a Rusia XD y el que apenas llega a el es Alemania, pero por muy poquito XD le llegaría al hombro nomas XD
Espero y les guste lo que esta pasando ahora, ya termino Asía y ya me dedico a África al 100% y lo hare al representante Africano dos veces, una en el mundo de mi historia y el otro el que pasaría si el estuviera vivo en la actualidad ( aunque el sigue vivo en mi historia original solo un poco diferente XD)
Saludos y besos VwV
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zoetheflower006 · 10 months
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Nomas te voy a poner la imganen xD
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:0 no lo esperaba talvez cambie el diseño de Antigua y Barbuda, solo un poquito (´ . .̫ . `) 🇦🇬🇬🇷♥️
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brainfondue · 6 months
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Me tienen harta los hombres y la sociedad en general por qué siempre tiene que ser que la mina la que tiene que bajar los estandares? Hasta cuando? Hasta aceptar un pedazo de basura que por ahi ni queres realmente nomas para que finalmente te sientas un poquito deseada y querida?
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anapina · 1 year
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Poquito ps nomas
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vainillatan666 · 2 years
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uno asi nomas y otro con poquito detalle nomas k me dio weba
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conobarco · 11 months
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si ya se que estoy estudiando, pero que pasasi abro tiktok, para ver que esta pasando nomas, un ratito uno o dos videitos, solo un poquito
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tamalindos · 5 days
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erm. today i made the discovery that gabacho does not necessarily mean simply american like i originally thought. but in actuality it means like white american who is not latine. entonces no soy gabacho, nomas soy un poquito no sabo, tu sabes. pero no tantito nomas soy tontito
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sixonenueve · 18 days
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Un poquito jdkd, mejor había quedado dormido pero se me fue el sueño y aproveché de ducharme
Y qué pasó? :(
yo me siento cansada?? pero no creo que pueda dormir hoy,,,, pasaron muchas cosas, pero digamos que me duele el corazoncito nomas, tu que tal?
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ayanarami · 19 days
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me enrabie un poquito el otro dia q vergüenza jijipero era igual si yo se que eraaa pero tengo emociones por eso las suelto y expreso para que no aparezcan de nuevo de la nada y ademas de que ya fue porque no se quedo conmigo y no me debe lealtad ni fidelidad debe ser solo una groupie que le tira nomas o si se la tira lo hace pensando en mi igual sintiéndose desleal a si mismo y su corazon
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