Tumgik
#la ciudad donde duermen los muertos
pezsandalia · 2 years
Text
1 note · View note
las-microfisuras · 10 months
Text
El amor
... bello era trattare al quanto d’amore.                          (Dante, Vita Nuova) I No te quiero como una mancha inerme entre dos fechas con los habituales testigos que componen toda historia disueltos en la cruz de la ventana —transida vena—. No es el amor ni es negocio del alma, es un agradecimiento dispar y sin rigor, redención parapetada en los atardeceres que demora el aire muerto de los espejos, mi orgullo esquivo y tu aliento mojando la ciudad dormida y admirable. No es el amor ni es negocio del alma, es la acción particular del tiempo, y debes saberlo, porque las horas que declaro ciertas estaban gobernadas por el único metal que escucha: el fuego. Las magias empezaban, cuando la seda lejana de una corneta llegaba desde el río humoso, alzaba su voz, radiante aviso, y en las aguas mugían —¿por qué no? — los toros inmolados a Neptuno. Empezaban junto a los pudorosos y distantes versos ingleses donde el anónimo amador decía que el amor bueno es siempre moderado y dura toda la vida. Junto a la estampa representando la fantasía, esa mujer tan accesible y suntuosa, rondada su frente por las hojas. ¡Qué compacta cabellera! ¡Qué manos tan lindas crispadas sobre las telarañas! Estampas de la moda elegante ilustrada, con patos, sombrillas, perfectos jardines disfrazando la tierra, y los helechos finamente muertos. No es el amor ni es negocio del alma, es mejorar con palabras lo que creemos oír por primera vez. Las pruebas del amor, mitad esperanza, mitad sueño, varían desde la enajenación hasta una flor ciega, pero nos damos cuenta que ese seguro misterio está ordenado para que los hombres se crean iguales o mejores. No es el amor ni es negocio del alma, ahora, la hiedra del deseo, la revolución del deseo, la honradez del deseo, el deseo probando en su cárcel al cuerpo dócil. El deseo, mira que reinado tan triste. II Lo olvidan, porque el amor no es una quieta felonía hecha para deleitar la suficiencia. Y nadie sabe qué misteriosa costumbre de huérfano, qué sentenciado linaje de mentira, impulsa a cada cual a buscar su énfasis. Basta ser avizor y buen jinete del ocio para verlos subidos a los hombros semejantes, arder en mudos círculos, calculando sistemas de vida con egoísmo tan fino que por cada cosa pisoteada -la ausencia, la pasión de las manos- se desangran de respeto, mientras los convierten en una frecuentada vegetación de ejemplos vacíos, oráculos del cuerpo y nada más. Y casi todos piden justificación, si la verdad es blanca por hábito, si la bondad es apenas una sombra muy nombrada, piensa cómo duermen, duermen solamente, esas increíbles, rutinarias lombrices, que se llaman a sí mismas dedos de la tierra, oídos de la tierra, y son incapaces de recordar el camino hecho. Piensa que nacieron humanas, y que alguna vez merecieron la sombra algodonosa de un parque, el sagrado temor por ciertos olores, y aun el amor: sin detenerse, porfiado y ciego como un péndulo, o sea la forma más pobre de la soledad. Lo olvidan, porque el amor no es fácil, ni pronta demencia, ni oficio, y toda fe tiene sus despropósitos. Pero son valientes, son valientes sin saberlo esos bellos y feos espectros en su prolija abdicación del ánimo. - Alberto Girri, de Playa sola (1946), en Obra Poética I, Corregidor, Buenos Aires, 1977.]
Tumblr media
22 notes · View notes
diario-personal8 · 7 months
Text
¿Motivo de mi llorada estando ebria ?
creo que una de las razones del llanto fue por qué empecé a darme cuenta de lo grande que estoy y de lo feo que es ver envejecer a tus papás estando vos en otra ciudad, saber que no tenes tiempo de ir a verlos y cuando lo tenés no sabes que hacer por la deudas y cosas de adultos que tenés pendiente te calcomen la cabeza, unas de la razones fueron esas darme cuenta que ya crecí y de lo rápido que paso todo en tan solo 25 años y digo no hice mucho pero a vez hice muchas cosas , pero en esas no hice mucho hubiera hecho muchas otras cosas más y ahí donde nace la ansiedad y pensamientos tras pensamientos de arrepentimiento de no haber hecho cosas cuando pude hacerlas. Sobre pensar mucho las cosas pueden llegar a ser malas tan así que tus propios pensamientos te pueden hacer llorar como una bebé de 5 años hasta que quedes dormida.
Tercera cosa que me hizo llorar fue lo muerta que me siento aunque estando vida, ¿como es eso ? Las persona muerta viviente son las que viven normalmente, duermen, comen, salen con sus amigos, trabajan , pero no sienten ningún sentimiento hacia eso, esas cosas no le generan algo, no le generan felicidad. Me convertí en esa persona muerto viviente que solo vive y sin ningún rumbo de vida sigue caminando, me gustaría sentir algún sentimiento hacia cualquier cosa como cuando dibujaba o pintaba , pero ya ni eso me hace sentir viva o algo más que eso.
0 notes
villings · 2 years
Text
(...) Pasé un día cerca del lugar donde duermen los ahorcados. Era la época en que los brujos habían partido a los campos de arroz destruyendo todos los talismanes. En las calles vistosas doncellas oscuras danzaban. Entonces los capitanes bajaban de los ojos para explorar la ciudad. De este viaje más allá de los presuntos límites sólo conservo alguna que otra estrella de mar, varios retratos –ella y yo– y un peregrino cofre que encontré en el barco durante la travesía. De aquel idioma y de mis pasos por la tierra dicha no existe imagen que esté hoy extinguida. Los veleros tocan a las puertas del aire donde persisto. La luz me trae delfines muertos. Tu olor reconquista el estremecimiento.
Rafael Cadenas
6 notes · View notes
tarotporkema · 3 years
Photo
Tumblr media
Las brujas solemos romper los kinotos con la naturaleza ésto y aquello, a toda alma que ose preguntar sobre nuestras prácticas mágicas, devoción religiosa y postura filosófica. Nuestras deidades son la misma naturaleza, nuestra magia baila con espíritus en coreografía con distantes planetas y hadas y sonidos más blancos que la espuma del mar. Las responsabilidades de la vida adulta me llevaron a vivir unos años en un paisaje con más concreto que pájaros. Una bruja busca los parques como la sed al agua, y cultiva lo que la naturaleza concede en piletas de lavar, jardineras, botellas y bidones que alguna vez contuvieron la esencia de la vida. Porque todas las brujas, de todos los caminos, saben que su relación con el paisaje que las rodea define su práctica. Allí donde la bruja que vive en el campo trafica con huesos, maderas y plumas de lechuza, la bruja de ciudad arroja semillas en la esquinas de los parques, reclama la actividad de los cementerios y elige cruces de calles transitadas para hacer su magia. Vienen a ella las voces de los espíritus del acero, tan vivos como los espíritus del bosque. En los dejados edificios, el moho de los frisos y cornisas - donde la vida persiste en palomas o malezas- las barandas ya curadas por los soles y los ocho vientos, las cicatrices de las veredas - donde alguien ha abandonado crisantemos muertos- las ciudades bullen, gritan y duermen. Mientras, las brujas van tomando desagües y azoteas. . #boticacroi #tiendaonlineuy #tiendapagana #tiendapaganauy #montevideo #maldonado #uruguay #wicca #wiccauruguay #brujeria #brujaurbana #witches #bruja #brujaverde #brujadecocina #tarot #hierbasmágicas #magia #magick #hechizos #uy #witchcraft #feminismo #witchy #brujeriadelcerco #brujeriatradicional (en Montevideo, Uruguay) https://www.instagram.com/p/COZReF7hGdn/?igshid=1jadlj1ad1gyg
1 note · View note
aunqueudselocrea · 4 years
Photo
Tumblr media Tumblr media Tumblr media
ENOCH Y LOS VIGILANTES
La Otra historia de Angeles y Demonios. ... Un interesante estudio que revela que la historia no fue como lo que nos contaron y como la religion hoy apoya la politica y corrupcion y que nuestro culto y filosofia fue pervertido.otro estudio que apoya la tesis de Enki y Enlil o la teoria sumeria de que hay un Dios,pero no es el vengativo del Antiguo Testamento. Muy polemico y honesto,solo para valientes y aquellos que quieran sacarse la venda de los ojos… ... por Michael Howard
A propósito de mitos sobre seres celestiales que también debieron abandonar su anterior status, y sobre sus nombres que durante siglos torpemente la Iglesia cristiana confundió y fusionó, presentamos el siguiente interesante artículo del señor Michael Howard, que apareció primero en la edición especial Nº 8 de la revista New Dawn (Septiembre de 2009), y luego en newdawnmagazine.com en Febrero de este año, de donde lo hemos traducido.
El autor, que vive en Inglaterra, de quien ya ofrecimos un texto sobre chamanismo siberiano el año pasado, es un escritor, investigador y editor de revistas de materias esotéricas y ocultistas.
Acudiendo a literatura bíblica apócrifa, habla aquí del tema oriental de los ángeles caídos, escudriñando su papel y los efectos que se les atribuyen sobre el género humano, y su relación con otras mitologías.
"Cada cosa visible en el mundo está puesta a cargo de un ángel". San Agustín
Enoc y los Vigilantes
-   La Verdadera Historia de los Ángeles y los Demonios   -
En 2002 el periódico británico The Sunday Telegraph reportó que el Vaticano había prohibido la veneración de aquellos ángeles que no aparecen en los textos aprobados de la Biblia.
Ésta era una tentativa de contrarrestar la influencia de grupos anónimos New Age que estaban supuestamente reclutando a nuevos miembros dentro de la Iglesia Católica.
En el futuro, los rezos eran sólo para ser dirigidos a los tres únicos arcángeles que son mencionados en la Biblia (Miguel, Gabriel y Rafael). Según el apócrifo y prohibido Libro de Enoc éstos fueron los seres angelicales responsables de encadenar a los malvados ángeles caídos, o Vigilantes, que habían transgredido la ley de Dios.
El reporte noticioso decía que la Iglesia primitiva había excluido dicho libro, atribuido al profeta del Antiguo Testamento y patriarca Enoc, de la versión autorizada de la Biblia, porque describía a estos ángeles caídos y sus actividades.
¿Quiénes son los Vigilantes o ángeles caídos, y por qué estaba la Iglesia temprana y también el Vaticano moderno tan preocupados por ellos?.
Génesis 6:1-4 dice:
"Cuando los hombres comenzaron a multiplicarse sobre la faz de la Tierra, y les nacieron hijas, los hijos de Dios vieron que las hijas de los hombres eran bellas; y tomaron esposas de entre todas las que eligieron".
Tradicionalmente los Ben Elohim o "hijos de Dios" eran varios cientos, y ellos descendieron a la Tierra sobre el monte Hermón [entre el Líbano y Siria]. Significativamente, aquél era un lugar sagrado tanto para los cananeos como para los hebreos que invadieron su tierra.
En tiempos posteriores, en sus laderas fueron construidos lugares consagrados a los dioses Baal, Zeus, Helios y Pan, y a la diosa Astarté.
Estos Ben Elohim o "ángeles caídos" también eran conocidos como los Vigilantes, los Grigori y los Irin. En la mitología judía los Grigori eran originalmente una orden superior de ángeles que moraban en el más alto cielo con Dios y parecían seres humanos en su aspecto [G. A. Davidson, Dictionary of Angels, 1971, p. 127].
El título "Vigilante" simplemente significa "el que vigila", "aquellos que cuidan", "aquellos que están despiertos" o "aquellos que no duermen". Estos títulos reflejan la relación única entre los Vigilantes y la raza humana desde antiguos tiempos.
En la tradición esotérica luciferina ellos eran una especial orden de élite de seres angelicales creados por Dios para ser pastores terrenales de los primeros humanos primitivos.
Su tarea era observar y vigilar a la emergente especie humana e informar acerca de su progreso. Sin embargo, ellos se vieron limitados por la principal directriz divina de no interferir en la evolución humana. Lamentablemente ellos decidieron ignorar la orden de Dios y desafiar sus órdenes, y convertirse en maestros de la raza humana, con desafortunadas repercusiones tanto para ellos como para la Humanidad.
La mayor parte de la información que tenemos sobre los Vigilantes y sus actividades proviene del apócrifo Libro de Enoc.
En la Biblia ortodoxa el profeta Enoc (del hebreo "hanoj" = instructor) es una figura misteriosa. En Génesis 4:16-23 él es descrito como hijo de Caín, el labrador, y la primera ciudad construída por su padre es bautizada en honor de Enoc.
Posteriormente en Génesis 5:18-19, y varias generaciones más tarde, Enoc es llamado hijo de Jared, y es durante su vida que los Vigilantes llegan o encarnan en cuerpos humanos.
En el apócrifo Libro de los Jubileos, según se afirma dictado por "un ángel del Señor" a Moisés en el monte Sinaí cuando él también recibió los Diez Mandamientos, se dice que Enoc fue "el primero entre los hombres que nacen en la Tierra que aprendió la escritura, el conocimiento y la sabiduría".
También dice que Enoc puso por escrito "los signos del Cielo" (los signos zodiacales) según sus meses en un libro. Esto fue para que los seres humanos pudieran conocer las estaciones de los años en relación al orden de los meses y sus respectivas influencias estelares y planetarias.
La indicación es que Enoc recibió esta información de fuentes extraterrestres angelicales, es decir, de los Vigilantes, y por lo tanto él era un ejemplo cultural.
Los Ángeles Caídos Instruyen a la Humanidad
Doscientos de los "ángeles caídos" descendieron desde el reino celestial sobre la cumbre del monte Hermón, y ellos quedaron tan impresionados con la belleza de las mujeres humanas que, usando sus nuevos cuerpos materiales, tuvieron sexo con ellas.
Esto posteriormente provocó la ira de Yahvé y, según la Biblia, la consecuencia de este mestizaje entre los Caídos y los mortales condujo a la creación de una descendencia semi-angélica y semi-humana (Génesis 6:4).
Estos hijos fueron llamados los Nefelim o Nephilim, y ellos fueron la raza gigantesca que alguna vez habitó la Antigua Tierra.
Los ángeles caídos enseñaron a sus mujeres e hijos una variedad de nuevas habilidades tecnológicas, conocimiento mágico y sabiduría oculta. Esto sugiere que las capacidades psíquicas y los poderes mágicos fueron originalmente una herencia antigua del reino angelical dado a los primeros humanos.
En la tradición luciferina esto es conocido en términos espirituales y metafóricos como tener "sangre de bruja", "sangre de elfos" o "sangre de hadas", la cual es poseída por brujas y magos.
En el Libro de Enoc se dice que el líder de los ángeles caídos se llamaba Azazel, y él a menudo es identificado con Lucifer (el Portador de la Luz) o Lumiel ("la luz de Dios").
Él enseñó a los hombres a forjar espadas y a hacer escudos y armaduras. Azazel también les enseñó la metalurgia y cómo sacar metales de la tierra y a usar metales diferentes. A las mujeres él les enseñó el arte de hacer pulseras, ornamentos, anillos y collares de metales y piedras preciosos.
Él también les mostró cómo "embellecer sus párpados" con kohl y el uso de trucos cosméticos para atraer y seducir al sexo opuesto. De estas prácticas Enoc dice que provino mucha "impiedad", y que hombres y mujeres cometieron fornicación, se extraviaron y corrompieron sus caminos.
Ésta fue la base para que la Iglesia temprana condenara a los ángeles caídos por enseñar a las mujeres a hacer collares de piezas de oro y pulseras para sus brazos. Pablo dijo que las mujeres deberían cubrir su cabeza en la sinagoga (1ª Corintios 11:5-6).
Esto era porque se suponía que los ángeles caídos eran atraídos hacia las mujeres humanas con cabello largo y suelto. La costumbre de las mujeres de cubrir su pelo en las iglesias todavía se encuentra en el catolicismo romano y también en las costumbres del Islam.
El ángel caído Semyaza, otra forma de Azazel, dice Enoc que hubo enseñado a la gente el uso de partes de raíces y el arte mágica del encantamiento; el ángel caído,
Armaros enseñó la anulación de encantamientos
Baraquiel enseñó la astrología
Kokabiel, el conocimiento de las constelaciones (astronomía)
Chazaquiel, el conocimiento de las nubes y el cielo (ciencia meteorológica y adivinación)
Shamsiel, los signos del Sol (los misterios solares)
Sariel los cursos de la Luna (los ciclos lunares usados en horticultura y agricultura y los misterios lunares esotéricos)
Penemuel instruyó a los humanos en el arte de la escritura y la lectura
Kashdejan enseñó el diagnóstico y la curación de enfermedades y la ciencia de la medicina
Es obvio, a partir de estas descripciones de las capacidades educativas de los Vigilantes, que ellos fueron ejemplos culturales y los portadores de la civilización para la raza humana temprana.
Es por lo tanto extraño que en los textos religiosos ortodoxos judeo-cristianos ellos sean representados falsamente como malvados corruptores de la Humanidad.
Alguna idea del exaltado estatus original y de la verdadera naturaleza de los "hijos de Dios" y de "los ángeles del Señor" puede ser encontrada escondida en los antiguos anales del saber angelical.
Por ejemplo, Kokabiel es descrito como,
"un gran príncipe angélico que gobierna sobre las estrellas".
[Ibid., p. 164]
En los Oráculos Sibilinos, Araquiel es uno de los ángeles caídos que guía las almas de los muertos hacia el juicio en el inframundo.
Shamsiel, muy probablemente en su origen un dios babilónico del Sol, fue llamado "el príncipe del Paraíso" porque él era uno de los ángeles guardianes que vigilaban las puertas en Edén. En este papel él llevó a Moisés a ver el jardín divino, y también vigilaba los tesoros del rey David y su hijo Salomón el Sabio.
Esta referencia puede ser a los tesoros espirituales más bien que al oro físico y joyas. En el Zohar judío él es llamado como el principal ayudante del poderoso arcángel Uriel y como el que lleva su estandarte en la batalla.
Sariel era un ángel asociado con la fertilidad de la tierra y el equinoccio de primavera en Marzo (en el hemisferio Norte).
Él gobernaba el signo marcial del Zodiaco, Aries el Carnero, y era invocado por su protección contra el poder maléfico del mal de ojo.
Azazel - Lucifer - Lumiel
Azazel, el líder de los Vigilantes, como ya se mencionó, era identificado con Lucifer o Lumiel.
En el Corán se dice que Lucifer-Lumiel (Iblis) se rebeló contra Alá porque se le dijo que se inclinara y adorara al "hombre de la tierra" nacido del barro, Adán, lo cual rechazó. Él fue obligado a luchar en el Cielo con el arcángel Mikael o Miguel y su Ejército del Señor.
Como resultado, Lumiel y sus ángeles rebeldes fueron expulsados del Cielo y cayeron a la Tierra. Aquí Lumiel se convirtió en el "Señor del Mundo", y en la mitología cristiana él fue falsamente identificado con el monstruo imaginario Satán (hebreo ha-Satán = el adversario, el acusador).
Sin embargo, esotéricamente en la tradición luciferina, Lumiel o Lumial no es una figura satánica malvada que atrae a la especie humana a la tentación y a malas acciones, como la Iglesia lo representa, sino que él es,
"el ángel de Dios [que] se rebeló contra el orden cósmico estático y establecido, y puso en movimiento las fuerzas de cambio y evolución".
[Stephen Flowers, Fire and Ice, 1990, pp. 43-44]
Es posible que Lumiel pueda haberse originado en Canaán como Shahar, el dios de la estrella de la mañana (Venus).
Él tenía un gemelo llamado Shalem, quien también era simbolizado por el planeta Venus, pero como la estrella vespertina. Estos divinos gemelos brillantes y oscuros representaban la luz solar que emerge desde la oscuridad de la noche al amanecer y que desciende a ella al anochecer.
Ellos eran los hijos de la diosa Ashera [o Astarté o Astarot], y hay pruebas arqueológicas del Oriente Medio de que los hebreos adoptaron la adoración de aquélla cuando se establecieron en Canaán y de que practicaron su adoración junto a la reverencia hacia el tribal dios de la tormenta Yahvé.
El Antiguo Testamento contiene varias referencias a la continua adoración de Ashera como "Reina del Cielo" por los supuestamente monoteístas hebreos. Aquello tenía lugar en santuarios en arboledas sagradas en las colinas, donde hacían ofrecimientos de pasteles e incienso a la diosa. En la mitología cananea, Shahar, como el Señor de la Estrella de la Mañana, fue echado del Cielo por desafiar al alto dios El en la forma de un rayo.
En aquella forma él fertilizó a la Madre Tierra con su fuerza fálica divina.
Azazel es representado como un herrero metálico y un hechicero o mago que trabaja con fuego. Él también ha sido comparado con el primer herrero bíblico, Tubal-Caín, un descendiente del semi-humano y semi-angélico Caín, "el primer asesino". El nombre actual Azazel ha sido diversamente traducido como "dios de la victoria", "la fuerza de Dios", "el dios fuerte" e incluso "el dios cabra".
En el apócrifo Apocalipsis de Abraham, él es llamado "el señor de los paganos", sugiriéndose que él había sido al principio un dios pagano.
Él también ha sido identificado con la serpiente del mito de Edén que sedujo a la primera mujer y "Madre de Todos los Vivientes", Eva. En un texto persa conocido como el Urm al-Jibab o el Libro Primordial, que data del siglo VIII d.C., se dice que el ángel Azazil o Azazel rechazó reconocer la superioridad de Adán sobre los ángeles.
Por lo tanto Alá lo expulsó a él y a sus ángeles rebeldes del reino celestial para que viviera en la Tierra. Más generalmente en el folklore islámico Azazel o Azrael es el ángel de la muerte, y actúa como un guía para las almas de los muertos.
En Levitico 16:8-10 y en los Rollos del Mar Muerto está registrado un curioso ritual hebreo que presenta a Azazel como el nombre para el "chivo expiatorio" que se lleva los pecados comunitarios de Israel.
Allí se dice que el sumo sacerdote Aarón tomó dos cabras del rebaño y echó suertes (adivinación practicada) para elegir cuál sería el chivo expiatorio y sacrificado como una "ofrenda por el pecado".
Los Rollos del Mar Muerto dicen que el sumo sacerdote confesaba todas las "impurezas de los hijos de Israel" sobre la cabeza de la cabra Azazel.
Mediante este acto ritualmente simbólico él transfería al infortunado animal toda la culpa y pecados de ellos, de manera que pudieran ser absueltos de los mismos. La cabra era entonces echada al desierto para morir o arrojada por un precipicio para que se rompiera en pedazos en las rocas debajo.
Este concepto antiguo y arquetípico del chivo expiatorio sacrificado por los pecados de la raza humana y abandonado en el desierto, es un motivo poderoso y potente que aparece varias veces en los mitos bíblicos. Puede ser visto en la historia de Caín, que se convierte en un vagabundo exiliado en la Tierra, después de ser marcado por Yahvé y desterrado al "Este de Edén" después de matar a su hermano Abel.
En una leyenda judía el sabio rey Salomón, un poderoso mago que podía invocar y controlar a los demonios, cayó de la gracia porque él "se prostituyó en pos de dioses extranjeros".
Él fue obligado por Yahvé a dejar Jerusalén y a vagar en el desierto disfrazado como un mendigo.
También después de su éxodo tras la esclavitud en Egipto, Moisés y los israelitas se vieron obligados a pasar cuarenta años vagando en el desierto antes de que se les permitiera entrar en la Tierra Prometida (Canaán). En la antigua mitología egipcia, el dios de la oscuridad Set es representado como un divino marginado que habita en el desierto, y Lilith o Liliya, la primera esposa de Adán, después de que abandonó a éste, huyó al desierto lejos del hábitat humano.
En el Nuevo Testamento Jesús deambuló en el desierto durante cuarenta días y cuarenta noches.
Él no fue aceptado como maestro en su propia ciudad de Nazaret, y fue rechazado como el Mesías prometido por su gente. Cuando Jesús fue crucificado, él simbólicamente asumió el papel del chivo expiatorio sacrificial que muere para limpiar los pecados de la raza humana.
Es posible que la descripción del ritual del dios-cabra Azazel pueda haber sido un rito de equinoccio de otoño o de cosecha, de origen sirio, hitita o cananeo, adoptado por los hebreos.
Originalmente una cabra habría sido seleccionada por medio de un ritual de adivinación y luego ofrecida a un dios o demonio del desierto que tenía que ser aplacado mediante derramamiento de sangre.
Finalmente el sacrificio fue hecho a Yahvé como una petición para que perdonara los pecados de sus seguidores.
Se creía popularmente que Azazel tenía un séquito de demonios en forma de peludos machos cabríos conocidos como los se'irim, los cuales, tal como los Vigilantes, deseaban a las mujeres humanas. No puede ser una coincidencia total el que la Iglesia haya imaginado al Diablo o Satán bajo la forma de un peludo semi-humano macho cabrío con un gran falo erguido y que tenía relaciones sexuales con sus adoradoras en el sabbath de las brujas.
Semyaza es visto por algunos luciferinos modernos como el emisario de Lumiel, o como uno de sus avataras (un ser divino encarnado en forma humana).
Él no sólo se enamoró de las mujeres humanas, sino también de la deidad babilónica Ishtar, la diosa del amor y la guerra. Ella prometió tener sexo con él si éste a cambio le revelaba el nombre secreto de Dios. Cuando Semyaza se lo dijo, Ishtar usó ese conocimiento prohibido para subir a las estrellas, y ella reinó sobre la constelación de las Pléyades o las Siete Hermanas.
Mientras los otros Vigilantes fueron acorralados por los arcángeles y castigados por Yahvé, Semyaza voluntariamente se arrepintió de su error y se condenó a sí mismo a colgar cabeza abajo en la constelación de Orión el Cazador, con quien él es a veces identificado en la tradición luciferina.
En la tradición kabalística, Naamah, la hermana del primer herrero bíblico Tubal-Caín, sedujo a Azazel, y ha sido asociada con Ishtar [Michael Howard y Nigel Jackson, The Pillars of Tubal Cain, 2003, p. 65; Michael Howard, The Book of Fallen Angels, 2004].
"Una Raza entre Dioses y Hombres"
Como hemos visto, el resultado final de las relaciones ilícitas entre los Vigilantes y las "hijas de los hombres" fue, según la propaganda judeo-cristiana, el engendramiento de una raza monstruosa de belicosos gigantes caníbales y bebedores de sangre llamados los Nephilim.
En Génesis 6:4 se los describe menos dramáticamente como "los poderosos hombres de antaño, los varones de renombre". Al principio ellos fueron alimentados por Yahvé con maná (¿ambrosía, el alimento de los Dioses?) para que dejaran de consumir carne humana, pero ellos lo rechazaron.
Ellos en cambio mataron animales como comida, y luego comenzaron a perseguir y a comer presas humanas.
Se ha especulado que esta leyenda está basada en los hábitos culinarios de los pastores nómadas del desierto en Oriente Medio, quienes eran voraces comedores de carne. En el mito bíblico de Caín y Abel, la disputa entre los dos hermanos que condujo al primer asesinato es acerca de la naturaleza de los ofrecimientos hechos a Yahvé.
Abel, "un pastor de ovejas" o pastor nómada, ofreció "las primicias del rebaño", y Caín, que era "un labrador de la tierra" o agricultor-jardinero, ofreció "los frutos de la tierra" (Génesis 4:2-4).
Los ofrecimientos quemados de Abel de carne de animal y sangre complacieron a Yahvé, pero éste rechazó las verduras, los cereales y frutos ofrecidos por su hermano. En un nivel puramente material, a diferencia de una metáfora mítica y espiritual, esta historia puede reflejar la lucha por el dominio entre los pastores nómadas y los primeros agricultores de la Era Neolítica en el Oriente Medio.
La idea de héroes semi-divinos nació de los mitos antiguos de uniones entre dioses y mortales. El poeta y escritor griego Píndaro (518-438 a.C.) describió a los héroes del pasado como "una raza entre Dioses y hombres".
En los Rollos del Mar Muerto los terribles Nephilim comedores de humanos son de hecho descritos como los guardianes del conocimiento arcano que,
"conocían todos los misterios de la Naturaleza y la Ciencia".
Hay también referencias indirectas a las técnicas de reproducción que ellos enseñaban, lo que sugiere que ellos instruyeron a los primeros humanos en la domesticación y crianza de animales.
Referencias adicionales también insinúan experimentos que condujeron a la creación de "monstruos" por medio del cruce de animales de especies diferentes y no relacionadas.
En el ocultismo teosófico moderno hay leyendas acerca del continente perdido de Atlántida que afirman que sus científicos criaron híbridos semi-humanos y semi-animales como una raza esclava.
En nuestro propio tiempo los científicos están experimentando con investigación genética y experimentos de clonación animal.
Se rumorea ampliamente que en China hubo recientemente intentos abortados de crear una nueva especie híbrida mitad humana y mitad animal. Estos experimentos antinaturales condujeron al desastre cataclísmico que destruyó la Atlántida.
Esto también está relacionado con la destrucción de los Nephilim y la temprana raza humana en el Diluvio bíblico.
Los registros de tal acontecimiento también pueden ser encontrados en la mitología de los pueblos antiguos de todo el mundo, y especialmente entre los babilónicos en Oriente Medio.
De hecho, se ha sostenido que la historia de Noé y el Diluvio en el Antiguo Testamento tuvo su origen en mitos babilónicos y sumerios.
10.000 a.C. y el Final de la Era Glacial
Se sabe que alrededor de 10.000 a.C. parece haber habido una explosión cultural que transformó a la temprana Humanidad.
Al final de última Era Glacial aparecieron los primeros signos de la agricultura en Oriente Medio, con un cambio desde un estilo de vida nómade de cazadores-recolectores al de la agricultura establecida.
Esto marcó el comienzo de la civilización en esta área. Tan pronto como en 9500 a.C., la cebada, el trigo y el centeno, y la avena, los guisantes y las lentejas, estaban siendo cultivados por nuestros antepasados neolíticos en lo que es ahora el moderno Kurdistán, entre Turquía e Irak. Al mismo tiempo los perros, las cabras y las ovejas también fueron domesticados.
Dentro de mil años se estaba practicando la fusión de cobre y de plomo en Anatolia (moderna Turquía), y los arqueólogos creen que ese proceso fue descubierto primeramente en Kurdistán, junto con la fabricación de cerámica y el tejido.
La antigua cultura kurda fue también la primera en desarrollar una escritura, y fue una de las sociedades alfabetizadas más tempranas en el Oriente Medio.
Los kurdos afirman ser descendientes de los "Hijos del Djinn" (espíritus o genios), la descendencia de un acoplamiento entre los djinns y las mujeres mortales. En algunas partes del Kurdistán, sobre todo entre la secta de los yezedis, quienes adoran al Ángel Pavo Real (Azazel, el líder de los ángeles caídos), puede ser encontrada gente alta, rubia y con ojos azules.
Aunque los antropólogos creen que ellos pueden ser de antiguos ancestros europeos, la creencia del folklore popular entre los kurdos dice que ellos son descendientes de los "Hijos de los Genios", que en tiempos antiguos trajeron la civilización a la temprana Humanidad.
En general el Oriente Medio antiguo era conocido como "la cuna de la civilización", al haber sido fundadas en el área mesopotámica (modernos Irak e Irán) las más antiguas ciudades-Estados. Los antiguos pueblos autóctonos de la región, los sumerios y los acadios, desarrollaron el primer lenguaje escrito, estudiaron la astronomía y crearon bibliotecas.
Los babilónicos y los asirios los siguieron, y en la mitología de todas estas razas hay historias de cómo los dioses descendieron a la Tierra y les enseñaron las artes de la civilización.
En el Libro de Enoc se dice que cuando Yahvé vio la anarquía, el caos, la corrupción y la inmoralidad sexual que había sido causada por la interacción de los Vigilantes y los humanos, él decidió intervenir mediante los arcángeles Miguel, Rafael, Gabriel y Uriel.
Él ordenó que Rafael atara a Azazel de manos y pies, como a una cabra de sacrificio, y que lo arrojara en un barranco profundo en el desierto.
Gabriel fue enviado a una misión divina para destruir a,
"los bastardos y réprobos" y a "los hijos de los Vigilantes entre los hombres".
[R. H. Charles, The Book of Enoch, 1912, p. 37]
El arcángel Miguel, comandante del Ejército de Dios, fue enviado a arrestar a Semyaza y a encadenarlo "bajo la tierra" hasta el Día del Juicio Final. Como hemos visto, el ángel caído se arrepintió de sus pecados y se condenó él mismo al exilio cósmico entre las estrellas.
El Libro de los Jubileos dice que los arcángeles ataron a los Vigilantes "en las profundidades de la tierra", y en el folklore judaico ellos están encarcelados en un misterioso "segundo Cielo".
Sin embargo, también se dice que algunos de estos "poderosos guerreros" tienen reservado un lugar especial para ellos en el Sheol, el Inframundo según los judíos. Allí se dice que ellos están en un estado "con escudo y lanza intactos".
Christian O’Brien ha sugerido [The Genius of the Few, 1985] que hay una conexión entre los bíblicos Vigilantes y los semi-divinos y semi-míticos Tuatha De Danann (los Hijos de la Diosa Dana).
Esta raza de antiguos magos descendió a la Tierra en la sagrada colina de Tara en la Irlanda prehistórica. Con la llegada del cristianismo, los Tuatha De Danann fueron desterrados a las "colinas huecas" y se convirtieron en los Sidhe (Shee) o los "Brillantes", los elfos y las hadas del folklore irlandés.
Siempre ha existido una fuerte creencia entre la clase campesina de Irlanda en cuanto a que la Gente Buena o hadas fueron originalmente los ángeles caídos que se pusieron de parte de Lucifer en la Batalla del Cielo.
En este artículo nos hemos referido constantemente a los Vigilantes como seres angelicales con una forma espiritual que se encarnaron en cuerpos físicos para tener relaciones sexuales con mujeres mortales.
En años recientes, ha sido publicada una considerable cantidad de literatura especulativa sugiriendo que en cambio ellos eran de origen terrenal. Populares autores éxitos de ventas, como Andrew Collins [From the Ashes of Angels, 1996; Los Dioses del Edén, 1998], Graham Hancock e Ian Lawson, han afirmado que el mito bíblico de los Vigilantes representa los recuerdos de una primigenia "raza antigua" de súper-humanos que pertenecían a una perdida civilización, que enseñó su tecnología a gente más primitiva.
Lawson ha afirmado que esta (desconocida) raza antigua pueden haber sido almas espiritualmente avanzadas que se encarnaron para ayudar a la temprana especie humana, y que fueron corrompidas por ésta en el proceso.
Simbolismo del Mito de los Ángeles Caídos
¿Cuál es el significado esotérico detrás del mito de los ángeles caídos, la expulsión de Lucifer desde el Cielo y la Caída del Hombre, como está representado en la saga del Jardín de Edén?
Los mitos babilónicos, hititas, cananeos, iranios, egipcios, griegos y nórdicos, todos describen en diversas formas una lucha entre el supremo dios-padre, que representa el orden cósmico y la armonía, y un dios rebelde más joven que desafía y trata de derrocar la autoridad divina.
Aunque estos conflictos por lo general han tenido lugar en una época pre-humana, ellos también son a veces representados como ocurriendo en la Historia mundial, y a menudo están relacionados con la creación y el desarrollo temprano de la especie humana y la aparición de las civilizaciones antiguas.
Simbólicamente, Lucifer o Lumiel es conocido como el Señor de la Luz, en tanto él es el primogénito de la creación.
Él representa la activa energía cósmica del universo, y ha sido identificado con el fuego, la luz, el poder fálico, el pensamiento independiente, la conciencia, el progreso, la libertad y la independencia.
La fundadora de la moderna Sociedad Teosófica, Helena Blavatsky, describió al Portador de la Luz como,
"el espíritu de la iluminación intelectual y la libertad de pensamiento" sin cuya influencia la Humanidad sería "no mejor que los animales".
[The Secret Doctrine vol. II, India, 1921, p. 171, 255, 539]
En la Biblia, Lucifer (o Satán como lo llaman equivocadamente) a menudo es representado en una forma reptiliana como un dragón o una serpiente.
En las mitologías occidentales esa criatura es comúnmente tergiversada como un símbolo de los poderes de la oscuridad, el caos y mal. Por contraste, en la mitología de Oriente el dragón es un buen presagio que representa la fertilidad y la buena fortuna. Lumiel-Lucifer a menudo es identificado con la serpiente del mito edénico descrito en el Génesis.
En la tradición luciferina, la serpiente bíblica es considerada como la personificación del conocimiento, la sabiduría y la iluminación que liberó a los primeros humanos de la ignorancia espiritual impuesta a ellos por Yahvé.
La serpiente es vista como el símbolo de una fuerza de liberación exterior que literalmente abrió los ojos de Adán y Eva a la realidad del universo creado y a las maravillas del mundo material.
La serpiente, culebra o dragón es una antigua imagen mítica y arquetípica del poder fálico solar o fuerza de vida que está asociada con Lucifer y la explosión de luz después del divino acontecimiento celeste que creó el universo (conocido por los científicos modernos como el Big Bang). Cuando el primer hombre y la mujer comieron el fruto prohibido del Árbol del Conocimiento del Bien y el Mal en el jardín astral o celestial, ellos llegaron a estar conscientemente despiertos.
Su primera comprensión fue que sus "envolturas de carne" estaban desnudas.
Ellos se apresuraron a cubrir sus genitales cuando se dieron cuenta del llamado "poder de la serpiente" o kundalini, que puede ser incrementado mediante las relaciones sexuales y actos sexuales no reproductivos.
Ellos también comieron del Árbol de la Vida que inició el ciclo de nacimiento, vida, muerte y renacimiento, y de las almas humanas encarnándose en la forma física.
Curiosamente, el antropólogo y profesor chamánico doctor Michael Harner ha descrito una experiencia que él tuvo en la selva del Amazonas peruano después de participar de la vid alucinógena ayahuasca.
Él tuvo una visión de un barco con un dragón en la proa con una tripulación de humanos con cabezas de ave.
Él luego encontró una antigua raza de entidades reptilianas que cree existe dentro de cada ser humano en el tronco cerebral, en la base del cráneo y en la cima de la columna vertebral.
Estas formas de vida reptilianas le dijeron al doctor Harner que ellas habían llegado hace eternidades a la Tierra desde las estrellas. Supuestamente, ellos crearon la vida aquí, de manera que ellos tuvieran algún lugar donde esconderse y fueran los verdaderos amos del planeta.
El antropólogo mencionó esto a un viejo chamán indio y éste le dijo que él ya sabía sobre esas entidades y que las llamaba los "Amos de la Oscuridad Exterior" [Michael Harner, The Way of the Shaman, 1980].
El mito de los Vigilantes, la Caída de Lucifer y la Caída del Hombre, todos representan el primitivo Tiempo del Sueño o "Edad de Oro" de armonía cósmica y terrestre e inocencia primordial que puede haber existido en el plano material o en alguna especie de plano astral o pre-material.
Es la destrucción física simbólica o real de este paraíso celeste o terrenal, donde la gente y los animales vivían juntos y se comunicaban por medio de una lengua universal, la que es reflejada en tales mitos y leyendas. En términos chamánicos esto es conocido como la Gran Separación, cuando los humanos ya no supieron o no entendieron el lenguaje de los animales.
Ése fue también un tiempo en que los humanos comenzaron a comunicarse en diferentes lenguas, y esto es representado por la historia bíblica de la Torre de Babel.
El mito de la Edad de Oro o Paraíso en la Tierra está estrechamente vinculado con la caída de Lucifer desde el Cielo y la disminución de su antiguo estatus como el primogénito de la creación para convertirse en el Señor del Mundo.
En un nivel simbólico y metafórico, así como en uno físico, también está relacionado con la separación de los humanos desde la Naturaleza y su medioambiente natural, que se está manifestando en nuestros tiempos modernos.
Fue la deliberada intervención de Lucifer y los ángeles caídos en la evolución humana, más bien que algún desafío a la autoridad cósmica, lo que en último término condujo a su caída desde la gracia divina. El único "crimen" de los Vigilantes consistió en que ellos quisieron ayudar al progreso de su rebaño humano.
Sin embargo, el rechazo de Lucifer-Iblis a reconocer la creación de los seres humanos significa que la Caída desde la gracia celestial era inevitable.
En la tradición luciferina, a Lumiel se le ha prometido la redención y la restauración de su antiguo estatus en el plan cósmico. Esto sólo puede llegar a ocurrir cuando la raza humana evolucione espiritualmente. Entonces es para beneficio de Lumiel y sus ángeles enseñantes el que nos ayuden a conseguir aquel fin.
La relación entre la Humanidad y el líder de los Caídos es por lo tanto en gran parte simbiótica, por cuanto ellos se necesitan unos a otros.
7 notes · View notes
jgmail · 4 years
Text
La mano de Dios y la mano de los hombres
Tumblr media
Por Roberto de Mattei
A nivel internacional, la situación que se vive en la primavera de 2020 es novedosa, inesperada y dramática. Impera la confusión, porque nadie puede decir realmente qué es lo que ha pasado: de dónde procede el coronavirus, cuándo desaparecerá y de qué manera hay que afrontarlo.
Lo que sí es cierto es que en el trasfondo tenemos a dos ciudades que continúan enfrentadas a lo largo de la historia: la Civitas Dei y la Civitas diabuli. Son las dos ciudades de las que habla San Agustín: «La una, sociedad de los hombres que viven la religión; la otra, de los impíos; cada una con los ángeles propios, en los que prevaleció el amor de Dios o el amor de sí mismos» (La ciudad de Dios, libro XIV, cap.13,1).
Pío XII nos recuerda esta lucha a muerte con palabras elocuentes en su discurso a los varones de Acción Católica del 12 de octubre de 1952: «No os preguntéis quién es el enemigo ni cómo viste. Se encuentra en todas partes, en medio de todos; sabe ser violento y ser astuto. En los últimos siglos ha intentado causar la disgregación intelectual, moral y social del misterioso Cuerpo de Cristo. Quiere la naturaleza sin la gracia; la razón sin la fe; la libertad sin la autoridad; y a veces la autoridad sin la libertad. Es un enemigo cada vez más concreto, con una  falta de escrúpulos que no deja de sorprender: Cristo sí, Iglesia no. Más tarde: Dios sí, Cristo no. Y por último el impío clamor: Dios ha muerto. Peor aún: Dios nunca ha existido. He ahí el intento de edificar la estructura del mundo sobre cimientos que no logramos identificar  como principales  responsables del peligro que se cierne sobre la humanidad: una economía que prescinde de Dios, un derecho que prescinde de Dios, una política que no tiene en cuenta a Dios».
Invocando las enseñanzas de los papas, la escuela de pensamiento contrarrevolucionaria ha dado a ese terrible enemigo el nombre de Revolución: se trata de un proceso histórico multisecular que tiene por objeto acabar con la Iglesia y con la Civilización cristiana. Los agentes de la Revolución son todas las fuerzas secretas que se ocupan pública o encubiertamente con miras a alcanzar el fin mencionado. Los contrarrevolucionarios son quienes se oponen a dicho proceso de disolución y se esfuerzan en pro de la instauración de la Civilización cristiana, única civilización digna de tal nombre, como recuerda San Pío X (Encíclica Il fermo proposito del 11 de junio de 1905).
El enfrentamiento entre revolucionarios y contrarrevolucionarios no se ha interrumpido en los tiempos del coronavirus. Es lógico que cada uno de ambos bandos trate de sacar el máximo partido a la situación. Ahora bien, la existencia de inquietantes maniobras revolucionarias destinadas a sacar provecho no significa que esas fuerzas hayan creado la situación que atravesamos y que la manejen y dirijan. Representantes de los gobiernos más variopintos, desde China hasta EE.UU., desde Gran Bretaña a Alemania, desde Hungría a Italia, han impuesto en sus países las mismas medidas sanitarias en sus respectivos países; por ejemplo la cuarentena, de la cual algunos al principio desconfiaban. ¿Serían dichos dirigentes títeres de una dictadura sanitaria impuesta por los virólogos? Por su parte, los virólogos, que al principio estaban divididos porque algunos pensaban que el coronavirus no era otra cosa que una gripe muy mala, han despertado a la realidad y actualmente todos concuerdan en la necesidad de tomar medidas más drásticas para contener la propagación. Lo cierto es que la ciencia médica ha demostrado su impotencia para erradicar el virus. La opción de la cuarentena, a la que se recurre desde hace milenios en caso de epidemia, es fruto del sentido común, no de la competencia particular de los médicos.
Como es natural, el problema no es sólo de índole sanitaria. Por lo que se refiere a la sociedad interconectada, el virus podría tener sus más graves consecuencias en el plano económico y en el social. Y la solución a los problemas de ese tipo que se están agravando por todo el mundo no compete a los médicos sino a los políticos. Pero si el estamento político internacional se escuda tras las autoridades sanitarias para tomar sus decisiones es por la incompetencia de quienes gobiernan hoy el mundo. El fracaso político va en paralelo al sanitario. No podemos olvidar que la máxima autoridad sanitaria internacional, la Organización Mundial de la Salud, anunciaba hace treinta años un mundo sin epidemias gracias al proyecto Salud para toda la humanidad en el año 2000, a consecuencia de lo cual en muchos países se recortaron fondos destinados a la salud, o bien se destinaron al combate de enfermedades poco frecuentes. El director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, políticamente afín a la China comunista, viajó a Pekín el pasado 28 de enero, donde tras un encuentro con el presidente Xi Jiping, restó importancia a la catástrofe manifestando al mundo que en Wuhan todo estaba bajo control. Después de numerosas vacilaciones, por fin la OMS se dio cuenta de la realidad y ha seguido mintiendo en cuanto al número de contagiados y fallecidos de los que informa, que no se calculan por encima sino por debajo de la cantidad real.
A los problemas económicos y sociales hay que sumar los igualmente graves de orden psicológico y moral fruto del prolongado confinamiento y del radical cambio de vida impuesto por el coronavirus. Aquí quienes tendrían que hablar serían, más que los médicos y los políticos, los sacerdotes, los obispos y por último el pastor supremo de la Iglesia Universal. A pesar de ello, la imagen que ha proyectado el papa Francisco durante el Triduo Pascual ha sido la de un hombre abatido y deprimido, incapaz de hacer frente a la catástrofe con las armas espirituales de que dispone. Y lo mismo se podría decir de la gran mayoría de los obispos. El estamento eclesiástico, a falta de serios estudios teológicos y de auténtica vida espiritual, ha demostrado ser tan incompetente como el político para orientar a su grey en las actuales tinieblas.
¿Qué deben hacer en una situación así los contrarrevolucionarios, los fieles a la Tradición, los católicos fervorosos y rebosantes de espíritu apostólico? ¿Qué estrategia deben adoptar ante las maniobras de las fuerzas de las tinieblas?
Por encima de todo, tienen que hacer ver que se está desmoronando un mundo, aquel mundo globalizado que los deformes proyectos de Bill Gates y sus amigos no conseguirán mantener en pie por muchos que se esfuercen. El fin de este mundo, hijo de la Revolución, se anunció hace cien años en Fátima, y el horizonte que se nos presenta no es el momento de la dictadura final del Anticristo, sino el del triunfo irreversible del Corazón Inmaculado de María, precedido de los castigos que Ella anunció si la humanidad no se convertía. Hoy en día, aun entre los mejores católicos, se da una resistencia psicológica a hablar de castigos pero, como advirtió el conde Joseph de Maistre, «el castigo gobierna a toda la humanidad; el castigo la custodia. El castigo vela mientras duermen los centinelas. Y el sabio ve en el castigo la perfección de la justicia» (Veladas de San Petersburgo).
San Carlos Borromeo nos recuerda por su parte que «entre todos los correctivos que nos manda Su Divina Majestad suele atribuírsele de una manera más particular a su mano el de la pestilencia», y explica dicho principio poniendo como ejemplo a David, el rey pecador, a quien Dios dio a elegir castigo entre la peste, la guerra y el hambre. David escogió la primera con estas palabras: «Melius est ut incidam in manus Domini, quam in manus hominum». Más cuenta me tiene caer en manos del Señor que en manos de los hombres. Por eso, concluye San Carlos, «entre la guerra y el hambre se atribuye de manera muy especial la peste a la mano de Dios» (Memoriale ai Milanesi di Carlo Borromeo, Giordano Editore, Milán 1965, p. 34).  
Ya va siendo hora de reconocer la mano misericordiosa de Dios en los azotes que comienzan a afligir a la humanidad.
(Traducido por Bruno de la Inmaculada/Adelante la Fe. Traducción oficialmente aprobada por el profesor De Mattei)
6 notes · View notes
ochoislas · 4 years
Text
Tumblr media
Mirando los fuegos artificiales recordé cuando era niña y mi madre recogió un geco que había encontrado hibernando entre la leña que andaba partiendo. Se lo conté a mi hijo: «Eso es, tienes que buscarlo en invierno. Si miras bajo los maderos viejos y las piedras seguro que encuentras un geco o algún otro tipo de lagarto. Estará dormido, así que podrás atraparlo sin dificultad».
La vieja casa de mi madre está en un núcleo residencial acuñado entre altos edificios, en el corazón de la ciudad. Vive sola, de modo que no puede ocuparse de todo en la casa. Las hormigas van y vienen a su aire por las grietas de la pared. En verano la maleza crece a su antojo y toda clase de criaturas duermen confiadamente dentro, seguras de que apenas hay personas por allí.
Yo vivo con mis hijos a unos diez minutos andando, en un sexto piso de una avenida de seis carriles. Para mis hijos que se han criado en un apartamento, los gecos, lagartos, incluso los caracoles, son criaturas legendarias, como su mismo padre, al que tampoco ven nunca. A mis hijos les encanta ir a casa de su abuela, pero no para verla a ella; van a ver los bichitos. Allí saborean la emoción de atisbar un mundo desconocido.
Pero las sabandijas no han proliferado sólo porque mi madre se ha hecho mayor y vive sola.
La última vez que vi un geco desde el baño de casa de mi madre tendría yo como veinte años. Vivíamos solas desde que entré en el instituto. Mi padre murió cuando yo era pequeña y cuando estaba en la secundaria murió mi hermano mayor. Luego mi hermana mayor se mudó sola. A los veintitrés me fui de casa, detrás de un chico —no el padre de mis hijos, otro—. Tampoco es que estuviera perdidamente enamorada de él; más bien la idea de vivir envuelta en la soledad de mi madre, como en una oscura nube, me asustaba. En vez de sentir afinidad con el aislamiento de mi madre, me parecía que me ahogaba. Por mucho que la quisiera no conseguía sentirme segura acunada entre sus brazos.
Recuerdo que me asusté: «¡Ay, un geco!». Así que no debía de verlos con frecuencia, ni siquiera entonces. O quizá no había querido reparar en ellos. Estaba metida en la bañera, y desnuda, claro. Cuando vi la sombra del geco en el cristal traslúcido, me puse en pie de un respingo. Había otro más... varios... Atónita, los conté: había ocho pegados a la ventana de celosía de casi dos metros de ancho. Se veían bastante repulsivos. Obsesionada con mi propia vida como estaba, la reunión de gecos en el cristal me exasperó. Casi a punto de llorar de frustración, saqué un poco de agua del baño con las manos y la lancé contra la ventana. Odiaba el cristal esmerilado que emborronaba la oscuridad exterior. Solo el área que había salpicado el agua trasmitía fielmente el negro de la oscuridad. Varios gecos huyeron, pero uno o dos permanecieron porfiadamente. Ni siquiera se coscaron cuando acabé golpeando el cristal para espantarlos.
Al hilo de esto, algún tiempo antes de ver los ocho gecos había empezado a soñar que mi hermano muerto estaba de pie detrás de la ventana del baño, intentando comunicarse conmigo. Sorprendentemente fueron los gecos los que me lo recordaron. La ventana del baño tiene una particularidad: es la única que vemos por lo general de noche. Me quedé mirando desnuda la ventana nocturna. De todas es la ventana ante la que uno se siente más desprotegido. A mi hermano muerto le habría sido imposible evitarla: de noche cuando la luz está encendida en el baño, se acercaría atraído por los recuerdos y pegaría su cara al cristal. El sueño se repitió una y otra vez. Yo retenía el aliento en el baño, sintiendo con todo el cuerpo la presencia de mi hermano fuera. ¿Hasta cuándo pretendía seguir viniendo así, sin poder entrar en la casa? Yo quería dejarlo pasar pero me daba cuenta de que una persona viva no podía hacerlo. Pensé en la desesperación de mi hermano tras la ventana y tuve miedo. El dolor me abrumó, como si mi cuerpo se desliera. Si sólo pudiera hacerle entender que estar muerto significaba que nunca podría pasar por la ventana, por mucho tiempo que permaneciera clavado ante ella.
Aunque mi hermano tenía dieciséis años cuando murió, no era capaz de contar más de diez o de expresar su pena en palabras adecuadas. Quizá lo que yo recelaba era que el no pudiera convertirse del todo en un muerto más porque incluso después de morir desconocía el sentido de la muerte. Hasta entonces yo, como hermana, me había encargado de explicarle las cosas nuevas a las que tenía que enfrentarse. Pero en esta ocasión no habría podido comprender qué había pasado. Al acercarse a la ventana gritaría: «¿Por qué no puedo entrar? Esto es muy raro. ¿Qué he hecho mal?». Se quedaría allí durante años, décadas, sin saber qué hacer.
A veces cavilaba si podría yo trasladar el sentido de la muerte en palabras al alcance de mi hermano; sólo unas pocas palabras que pudiera gritarle desde dentro. Pero no había modo de dar con esas palabras. Mi padre había muerto antes que yo pudiera concebir tales cosas, así que para mí muerte equivalía simplemente a no estar. Aunque lloré cuando murió mi perro, se trataba de una criatura que vivía fuera de la casa. Al morir mi hermano empecé finalmente a captar lo que significa una muerte que tiene lugar donde la gente vive de verdad; aunque aún no lo suficiente para poder explicárselo a los demás, menos todavía a alguien como mi hermano, que no razonaba igual. Ahora mismo, aunque han pasado más de veinte años, el sentido de la muerte todavía me resulta oscuro.
Tsushima Yūko
4 notes · View notes
lasvocesdelosotros · 4 years
Text
julio 2018
1
Los escritores somos como aves de rapiña, nos acordamos de lo que nos hubiera gustado haber escrito a nosotros
Aurelia Cortés Peyrón
2
No voy a traicionar al pueblo
Amlo
3
Primero nos enemistamos con los argumentos, luego con los hombres. Sólo aprendemos a discutir para contradecir, y, como todos contradecimos y a todos nos contradicen, sucede que el fruto del disputar es arruinar y aniquilar la verdad.
Montaigne
4
Los observadores del pasado suelen distraerse cuando llegan a este punto de la historia: ¿destino o azar?, se preguntan con ingenuidad, ignorantes de que discernir cuándo uno y cuándo es otro resulta tan difícil como innecesario. Las cosas más extrañas han pasado porque estaba escrito que así fuera y también porque nada estaba escrito y algo tuvo que pasar de cualquier forma.
Mi abuelo y el dictador, César Tejeda
5
UN TEMPLO EN EL OÍDO
I
La voz te está forzando a abrir la boca.
Al salir del agua, gritas
como si alguien te hubiera callado
por largo tiempo:
ruges, bramas, ladras.
Todos los sonidos son pequeños
en tu pecho.
Patricia Arredondo
6
De Valeria Tentoni. La felicidad es una cosa muy precisaque no hace tanto ruido como pensábamos.
7
Se trata de una adicción que resulta más destructiva y peligrosa que cualquier droga, que casi nunca se reconoce, de la que se habla aún menos. Algo insidioso, generalizado, que ha alcanzado niveles de epidemia. Es la principal causa de esa actitud de creerse con derecho a todo, de la pereza y la depresión en la que estamos inmersos. Es todo un arte, una identidad, un estilo de vida que te brinda una infinita e inagotable capacidad de sufrimiento.Es el victimismo.Cuando uno se hace la víctima, tras un período de tiempo extraordinariamente corto, se cumplen sus peores pronósticos.
James Rhodes, Instrumental
8
Viajar en el tiempo y la verdad...  Viajamos todos, y con una increíble rapidez, pero el camino sólo tiene un sentido: viajamos en dirección del futuro y del desastre inevitable…  el desafío consiste en hacer ese viaje sin dejar que el corazón envejezca…
José Eduardo Águalusa
9
Eso de que "Las apariencias engañan" es una enseñanza irrefutable. Lo que llama la atención es por qué pareciera que la apariencia debe ser, por ser mentira, algo más allá que engañoso, una huella de vacío, algo "malo". Lo pienso porque Ulises, por ejemplo, debe engañar y aparentar para sobrevivir, como el camaleón, como, a veces, nosotros ¿Somos malos al tener máscaras? ¿No será que esas aparentes prótesis son, en realidad, salvoconductos?
Luis Felipe Pérez
10
el poeta no debe confiarse demasiado en la poesía como estado del alma, y en cambio debe insistir mucho en la poesía como efecto de palabras. lo primero se le da de presente, los dioses lo otorgan de balde. lo segundo tiene que sacarlo de sí mismo. hasta los perros sienten la necesidad de aullar a la luna, y eso no es poesía.
Alberto Paredes (citado por Manolo Mugica)
11
He llegado a la conclusión de que no puedo escribir sin ofender a la gente
James Joyce
12
Renuncia, confórmate, conténtate, de cualquier manera no ibas a obtener lo que querías, de cualquier modo la vida de aquí en adelante no será sino parches de aceptación y conformismo, grandes pérdidas y pequeñas alegrías, así es el mundo, quién eres tú para querer ponerlo al revés
Zeruya Shalev, Lo que queda de nuestras vidas.
13
El amor ahuyenta al miedo y, recíprocamente, el miedo ahuyenta al amor. Y no sólo al amor al miedo expulsa; también a la inteligencia, a la bondad, todo pensamiento de belleza y verdad, y sólo queda la desesperación muda; y al final, el miedo llega a expulsardel hombre la humanidad misma.
Aldous Huxley
14
La primera forma de la esperanza es el miedo, el primer semblante de lo nuevo, el espanto.
Heiner Müller.
15
(El discurso filosófico) ... sólo muestra que el esclavo sabe porque se le formulan las buenas preguntas. Es por esta vía que se ha operado el desplazamiento que hace que actualmente nuestro discurso científico esté del lado del amo. Es precisamente esto lo que no se puede dominar.
J.Lacan
16
Al amor también lo orientan las quimeras de la inmadurez y la bitácora provocativa de un  antojo
Eliseo Alberto
17
Veían en mi libro una declaración de principios, un camino a seguir. Yo sólo había pretendido contar una historia -pretendo hacer literatura no ideología-, pero reconozco que cuando uno se sienta a escribir, se sienta con todo lo que uno es, y por otra parte el lector es muy dueño de encontrar en, y aprovechar de, un libro lo que más le convenga
Esther Tusquets en Confesiones de una editora poco mentirosa
18
Dicen que con la edad uno ya dice lo que le da la gana. Es falso. La libertad de palabra nace de una postura en la vida, no del tiempo.
Francisco Estévez
19
Este ensayo de Daniel Saldaña Paris:
“[…] Pero en la Ciudad de México no termino de aprender nunca. Retengo el aire un minuto entero y luego resoplo agitadamente, tomo tres o cuatro bocanadas grandes y después otra vez en vilo, conteniendo la respiración sin darme cuenta. Soy, un poco, como alguien que no sabe nadar, sólo que fuera del agua.
Este ritmo entrecortado con el que respiro hace un sonido propio del que pierdo consciencia. A veces, mientras leo, mi esposa me dice «estás respirando muy fuerte» y entonces caigo en cuenta de que estoy haciendo muchísimo ruido, respirando como un perro que tiene pesadillas o como un cerdo que alguien intenta desplazar a empellones. No una respiración constante que deviene, en la hipnosis de la lectura, zumbido, sino una respiración con prisa, que tropieza y se atasca y genera una música deleznable.
Ésa es la música de que estoy vivo […]”.
20
Benditos sean las reglas métricas, que impiden las respuestas automáticas y nos obligan a pensarlo a pensarlo todo una vez más, libres de las ataduras del Yo.
W. H. Auden
21
DE ANTIGUO
Qué vida más cansada, dijo ella:
destino de mujer, vacía dos veces.
Cómo quisiera haber nacido hombreo ser nada, nada absolutamente.
En absoluto nada, en este mundo.
No ser un cuerpo ni, tampoco, un alma:
grano de polvo apenas; ni siquiera,
de un polo a otro polo, gota de agua.
El mundo seguiría siendo el mismo:
el invierno y, después, la primavera;
florecerían las flores, como siempre;
habría cerezas, zumbarían abejas.
Nadie habría de extrañarme en este
[mundo,
ni preocuparse, ni llorar mi vida.
Debería ser nada. Los demás
despertarían cansados, dormirían.
***
CHRISTINA ROSSETTI(Inglaterra, 1830-1894)Versión al español de  Hernán Bravo Varela
22
XXXIII
Aquí tiene mi pasaporte. Sí, mivisa está vigente. Tengo los papeles que lo confirman. ¿Motivo delviaje? Personal. No, no transporto alcohol o tabaco. No, no llevoconmigo alimentos sin pasteurizar, materiales orgánicos, curiosidades
insalubres. No he estado recientemente en una granja; no recuerdo la última vez que estuve en una granja. No poseo licencia para portar armas de fuego. Nunca he tocado una. En mi bolsa de mano no hay botellas con más de 300 ml de contenido. ¿Motivo del viaje? Viajo por las mismas razones que todo el mundo: por ingenuidad, por creer lo que dicen los libros, que hay un lugar donde no me alcanzará mi nombre, donde podré tomarlo finalmente en vano. No, en mi equipaje no hay látigos, esposas, vibradores, arneses. Tampoco documentos imprescindibles para la paz de alguna nación. No traslado especies animal eso vegetales; dejé las plantas carnívoras en la infancia.[...]
Adalber Salas Hernández 
23
Los órganos que llevo están pulcramente guardados bajo mi piel, algunos prematuramente cubiertos por el óxido y la grasa. ¿Todas estas pastillas? La circulación no puede quedarse estática, no puede haber sangre perpleja en las venas; la respiración no puede estancarse en la tráquea como un puño de bruma: me rompería los dientes y el paladar. ¿Motivo del viaje? Porque yo ya no soyyo ni mi casa es ya mi casa. Usted, con sus insignias y su uniforme, su himno y su juramento a la bandera, no termina de entender que un país es un puñado de palabras robadas. Y algún día hay que devolverlas. Eso hago justo ahora: dejo las palabras por donde puedo, donde me permiten, aunque ya tengan un sabor rancio. Pago una deuda con estas palabras legañosas, que parpadean bajo la lámpara cenital. En la ciudad donde nací, cada quien tiene sus deudas y siempre hay alguien que las cobra. Allí, los milagros son un peligro como cualquier otro,una bala perdida, un desastre natural. Allí, todas las pieles madrugan con la misma resaca inocente.[...]
Adalber Salas Hernández
24
¿Motivo del viaje? Porque en los lugares donde nadie habla mi lengua el cuerpo es una desaparición: hay una transparencia que gangrena de golpe la carne, ninguna sílaba me carga, nadie puede verme. Pero no viajo sin equipaje. Mi ciudad está hecha de papel; se dobla y se guarda en el bolsillo, tiene la forma de un cuaderno, de un tacto cómplice. En ella los santos atracan, transmutan el agua en ron, manejan motos empire y duermen su mínima eternidad dentro de estatuas de arcilla. En mi ciudad, llevamos nuestros muertos en el bolsillo; no se los puede abandonar en casa, desaparecen, se van al más allá o los roban para venderlos —no dejana cambio ni un montoncito de sal.[...]
Adalber Salas Hernández
25
No es realmente una ciudad: es una fiebre lenta que se come el valle, trasnochada, colérica. ¿Motivo del viaje? Desde hace años sueño con una ballena que me traga, me alberga durante meses detrás de sus dientes de yeso, en la noche blanda de su estómago, para finalmente escupirme en costas extrañas.
Adalber Salas Hernández
26
EN EL OJO DE AGUA
Era
un ojo de agua, una lagunilla
de donde bebíamos
gentes y caballos. La luz
no entraba en el agua, la oscuridad que venía
del fondo
era más poderosa. Los niños
nos acuclillábamos en su borde redondo
y esperábamos
los pobres envíos de lo insondable.
En sus orillas había una respiración, la cadencia
de un animal muy remoto, un dios mudo
que desde su profundo lecho
mantenía la vida de todos nosotros.
Del fondo afloraban restos de algas, insectos abisales
que nadie podía cazar, pajitas, líquen
espero todo era indescifrable.
En realidad no esperábamos nada, sólo el placer
de estar en el borde, no sabiendo nada claro, imprecisos
y un poquito idiotas. [...]
(José Watanabe) 
27
A los cincuenta años
ya sabes que ningún dios te va a hablar claramente.
En el viejo ojo de agua
esta vez tampoco hay imágenes definitivas.
Aquí abandona tu arrogante lucidez
y bebe.
(José Watanabe)
28
LA FLOR NOCTURNA DEL CACTUS CIRIO
Cuando llegué arriba, ya casi había terminado—la flor que, según dijo mi casero mientras se asía tambaleantede la baranda del balcón, con el rostro encendido, fervoroso, un poco borracho,sólo se abre una noche al año. Ya casi terminó, dijo,agitando la mano hacia el horizonte, que se iluminaba mientras hablábamos,abriéndose ante los ojos del oculto sol mientras la florempezaba a recluirse dentro de su propio y extraño secreto. Una vez al año, repitió.Extendió una mano cautelosa y torpe para tocarla —blanca y amarilla.más o menos del tamaño de un rostro humano, si lo humanoaún creciera, si aún fuera nuevo en este sitio oscuroque se ilumina, como siempre esperamos, al hablar. [...]
Robin Myers [Traducción: Mirta Rosenberg]
29
Es bello,dijo convencido, porque eso que siempre está por terminarsecasi siempre es, y porque siempre necesitamos recordarque fue, una vez que terminó, bello. Cuando le toqué el hombro,le agradecí y me fui abajo, dejándolo allí, todavía reclinadoen la enredadera, con el rostro oscurecido por la ebriedad del asombroy el anticipo de la pérdida, la flor era más o menos del mismo colorque las nubes que florecían a la distancia, y escuché que volvía a decir¡Miren, ya casi terminó! Y así era, refiriéndose tantoa eso que siempre ya ha terminado, y a eso que nunca llega a ser.
Robin Myers [Traducción: Mirta Rosenberg]
30
Después de descansarcomo un par de pacientes anestesiados,despertamos con el golpeteode las hojas de los árboles y la ventana. Escucha ese sonido, dices,aun cuando la mañana no ha comenzadoporque los gallos se extinguierony apenas se oye un aveque grita apresurada a lo lejos,sin saber hasta dónde llega su aviso.
Patricia Arredondo.
31
Recuérdese que hacer poesías es como hacer el amor: nunca se sabrá si la propia alegría es compartida.
Pavese
3 notes · View notes
felicianonavarro · 5 years
Text
Funeral
Los dolientes estaban en marcha. Era un camino de veinte minutos desde la ciudad hasta el cementerio, cuando no había tráfico pesado y no se viajaba siguiendo una caravana. Los dolientes llegarían en cuarenta.
Los sepultureros dieron las últimas paladas, y se ayudaron mutuamente para salir de la fosa. Se quedaron en silencio observando el hueco. Ofrecían sus temerosos respetos a los ujieres del otro lado.
—¿De que murió? —preguntó uno de los que había cavado la fosa a su compañero. Alguien más se acercaba por detrás.
—No sé, compadre —respondió el compañero—. Se le apagó la tele, eso es todo.
—Paro cardio respiratorio—respondió desde atrás, un hombre que se acercaba con expresión afligida.
A la sombra de un Ceibo, se sentaban un hijo y su padre. Estaban en la parcela de la familia, donde la tierra había abierto la boca para tragarse a otro de sus miembros. El hijo se levantó resoplando.
—Siempre odié a los curiosos —dijo el hijo—. “Paro cardio respiratorio”, esa es la causa de todas las muertes. El corazón se detiene, dejas de respirar y te mueres. Nadie pregunta qué fue lo que causó que el sistema entrara en huelga permanente.
—No puedo culparlos, — dijo el padre, todavía sentado —. Nadie ha hallado una explicación para la muerte súbita. Ahora puedo decir que no hay nada de extraordinario en ella. Es como si se nos acabara la batería. Como si cada persona tuviera una con determinada vida útil, como un teléfono móvil o una computadora; la mala noticia es que no son baterías recargables. Cuando dicen “paro cardio respiratorio”, el que preguntó se queda conforme. Su curiosidad fue satisfecha, y pueden seguir conversando sobre el difunto. Este vecino en particular, Ricardo, siempre fue un poco culillo. Sólo necesitaba una excusa para iniciar una conversación, y ahora la tiene.
—No me siento particularmente ansioso por saber las cosas que se van a decir, papá. A este tipo de gente solo las trae su propia morbosidad. No sienten ni un gramo de pena. Sólo quieren que se los mencione como gente piadosa que estuvo en el entierro. “Oh, que lindas palabras las que dijo don Ricardo, ¿lo oyeron? No imaginaba que lo conociera tanto. Se lo vio muy dolido por la pérdida.” Pero en vida no se acercó nunca, ni para ofrecer un mate, pero ahora se acerca a ofrecer sus condolencias. Bah! Y lo mismo pasa cuando alguien se suicida. A todos les despierta un brote de humanidad. “Aquí para lo que necesiten.” Es lo que suelen decir a los familiares que quedan, como si eso les trajera de vuelta al muerto. Ser humano y generoso es de los vivos y para los vivos, para cuando el suicida todavía tiene tiempo de cambiar de opinión. Después de eso…
—Vamos, Horacio —lo interrumpió el padre—, no te desesperes por cosas que no podés controlar. Vení, hijo, sentáte conmigo que no tenemos toda la eternidad.
Horacio rio y fue a sentarse junto a su padre, bajo el Ceibo.
—No perdiste tu sentido del humor, después de todo, papá.
—Eso que dicen de que no nos llevamos nada de la vida terrenal, no es totalmente cierto. Esa es una de las tantas sorpresas que te esperan hijo.
—La eternidad es todo lo que nos queda. ¿Qué más tengo que esperar?
—Pensá, cuando te des cuenta vas a divertirte mucho. Yo no me he aburrido en todo este tiempo. Es irónico, ¿no? Hablar del tiempo cuando este ya no existe.
—Nunca me gustó pensar demasiado, papá. Y creo que eso no ha cambiado ahora.
—Supongo que no.
El padre se puso de pie y señaló a Ricardo, el vecino entrometido.
—Cuando lo viste llegar, sentiste—por decirlo de alguna manera— repulsión hacia su persona.
—Porque no tiene vela en este entierro. Es un metiche morboso.
—Fue más que eso. Dijiste puntualmente las razones por las cuales venía a este entierro. No fue una mera sensación por lo que conociste de él. Dijiste, con toda exactitud, las intenciones de ese hombre porque ahora la sabes todo de él. No tiene secretos. Ya nadie los tiene. Mirálo otra vez. No me digas nada. Sólo míralo. Verás cómo su vida te es totalmente conocida. Lo que vivió, las cosas que hizo, las cosas que dijo. Sólo es cuestión de saber mirar. Está todo servido. Bien podrías tomar asiento y disfrutar la película con un buen balde de pochoclos.
—Papá —dijo Horacio— veo más que eso. Sólo con preguntarme algo puntual, se abre ante mí. —Abrió los ojos sorprendido. — Él…
—Un auto, sí. Ya lo he visto. Manejado por un joven con la mayoría de edad y con permiso para conducir.
—Ricardo ni siquiera miró a los costados. Es como si se hubiera lanzado a propósito.
—Nunca le aflojó a la bebida. Esa noche no tendrá mucha más percepción del tráfico ni los semáforos, de lo que un sordo tiene de la música. Lo que más me llama la atención es que podrá salir caminando de ese bar. Los peritos le encontrarán siete de alcohol en sangre.
—Claro, me confundí. Hablo de eso como si ya hubiera pasado, cuando todavía faltan…
—Dos años. No tiene mucha importancia el tiempo verbal que uses. Es algo que no cambia.
—Es curioso. Ahora siento lástima por él. Y por el joven también, aunque no tendrá la culpa, y la justicia lo absolverá. Lo que lo va a condenar es el remordimiento y buscará aliviarse. Es como si Ricardo le salpicara sus vicios antes de morir.
—He aquí otra de las sorpresas. Con el tiempo… —se rio de si mismo— bah, “el tiempo”. Hay cosas que parece que no se pueden dejar de decir. Casi como si estuviera negado a abandonar las formas de los vivos. Como decía, llegado cierto momento, uno descubre que puede sentir compasión por esta gente. Por otros no. Hay cada ser despreciable suelto… ellos obtienen lo que se merecen. Poder llegar a ver como se terminan sus perras vidas… podría asegurar que siento ansiedad de verlos morir. Aunque ya no, particularmente, sintamos nada. Lo que sentimos son sólo residuos, casi fantasías. Pero en realidad no hay pena ni dolor, ni enojos. Ahora podemos mirar y entender.
—Y pensé que yo era el desesperado —dijo Horacio, dirigiéndole una mirada acusadora a su padre—. Pero al mirar a Ricardo, y escucharlo fingir su interés…
—Sí, supongo que es una reacción a lo que está mal. También reaccionamos a lo que está bien. Pero no sentimos. Si sintiéramos, no podríamos tolerar ver lo que podemos ver, y saber lo que vamos conociendo. Simplemente no habría manera de manejarlo todo. Ahora vemos y entendemos. No justificamos ni las buenas ni las malas acciones. Sólo las vemos y les podemos dar una explicación, pero no podemos prevenirlas antes de que sucedan, ni juzgarlas luego.
—¿Qué hay de los dos amigos que… me prepararon la cama?
—Decímelo vos.
Horacio observó a los empleados de la funeraria, y fue como si pudiera leer sus vidas a través de sus ojos.
—El de la izquierda, Daniel, Está casado y tiene dos hijos con esa mujer. Ella, Rita, tiene un hijo de una relación anterior. Los tres chicos se llevan bien entre ellos, pero Daniel y Rita duermen en camas separadas bastante seguido. No siempre les resulta fácil ponerse de acuerdo con las normas del hogar.
—A ella le cuesta decir “no” —contestó el papá—. Es como si sus malas decisiones en el pasado le reclamaran siquiera el intento de negarles algo a los hijos, puesto que ella se negó muy pocas cosas.
—Eso no es una excusa del todo válida— repuso Horacio—. Las malas decisiones, más que pararse como un tribunal, adoptan el rol de consejeros que te indican los caminos que no debes tomar si no queres sufrir otra vez. Por supuesto que las heridas dejan cicatrices, pero ellas permanecen para recordarnos que fuimos sanados y son el testimonio, para aquellos que aun llevan sus heridas abiertas, de que también pueden sanar.
—Estoy totalmente de acuerdo con lo que decís—contestó su padre—. Y aunque requiere mucha fe y fuerza de voluntad, el fracaso en superar los errores del pasado, muchas veces viene también de la mano de un tercero.
—Es Daniel. El anclaje a la resignación que siente ella.
—No es tan fácil sanar las heridas cuando alguien más insiste en echarles sal, ¿no?
Horacio miró al otro sepulturero.
—Va a ser padre en dos semanas—dijo.
—Así es —convino el padre.
—Y no lo sabe.
—No tiene la más mínima idea.
Horacio se puso de pie nuevamente y empezó a recorrer el cementerio junto a Oscar, su padre. Ambos caminaron a paso lento, recorriendo las tumbas de conocidos y desconocidos, aunque ya no había diferencia. Nadie era un anónimo, nadie tenía secretos. El sol brillaba con fuerza desde lo alto, y la siesta se iluminaba esplendorosa con un brillo enceguecedor. En la distancia, las montañas de la precordillera se paraban firmes y majestuosas en un color azul oscuro con crestas blancas, mientras que los cerros más cercanos eran vestidos por el verde de sus bosques. El invierno comenzaba a azotar las tierras del norte, y las brisas heladas volvían impotente al calor de la tarde. Bajo el rayo de sol, el cálido esplendor acariciaba la piel, pero los cueros trigueños se ponían como carne de gallina al beso de la sombra. Nada de esto suponía ninguna diferencia para Oscar y Horacio, que caminaban por el suelo donde vieron la vida. El frío y el calor eran recuerdos de una realidad pasada, tanto como el hambre, el dolor, la sed, y el temor.
—Cuando te fuiste —dijo Horacio—, ¿quién te acompañó?
—Tu tío—respondió Oscar—. Mi hermano fue mi modelo a seguir en vida. Excepto en lo que concierne al mujeraje, para lo demás… —Fingió un carraspeo—. Habría estado bastante desorientado sin él. Fue bueno verlo de vuelta.
—¿El tío, un mujeriego?
Oscar dio una carcajada.
—¿Por qué crees que murió tan joven?
Horacio pensó unos segundos y luego lo supo.
—El cigarrillo.
—¡Ah! El cigarrillo, eso es, ¿no? Todos miran las cenizas en el cenicero, ¿quién cuestionaría a las que llevan el maquillaje? Veras, todas las causas de muerte fueron causa de otra cosa antes, ¿me seguís?
—Creo que no—dijo Horacio.
—No importa. —Oscar suspiró hacia el cielo—. A tu tío se lo llevó el cigarrillo, en eso estamos de acuerdo. Creo que el cabrón me hubiera recibido fumando, si hubiera podido.
Se volvió un fumador cuando a tu abuela le agarró el primer ACV. Yo lo canalicé por otro lado, pero él se convirtió en una salamandra andante. ¿Lo ves? Ahí tenemos a mi madre presentándole indirectamente el palito de tabaco. Después estaba su mujer, que le cuestionaba que fumara, lo que provocaba que tu tío fumara más.
—¿No era su ex mujer, y que esta le reclamaba la mensualidad aun después de volver a casarse?
—¡Muy bien! Ya estás aprendiendo a usar tus nuevas habilidades. Eso nunca lo supiste porque vos sólo conociste a la tía Gladis, su segunda esposa. Su segundo dolor de huevos.
—¡Más bien, dolor de bolsillo!
—¡Exacto! Se prendía de viajes y de las tiendas de ropa con las tarjetas de tu tío. Lástima que a él no le gustaba viajar, sino habría podido disfrutar de su propio dinero mientras Gladis estrangulaba la tarjeta.
—Ella no tardó mucho en encontrar a alguien con quien disfrutar sus viajecitos.
—Y no. Cuando se acabó el dinero, se acabó el amor. Hora de buscar otra billetera.
—Pobre del tío.
—No tan pobre. Sólo se le acabó el dinero a ella, porque él le cortó las tarjetas, y mientras tu tía lo cuerneaba, él no se quedó de brazos cruzados. Pero ninguno de sus excesos lo ayudó a superar la ansiedad que lo llevaba al cigarrillo. Hasta que el palito de cáncer se lo llevó.
—¿A él lo recibió la abuela?
—Sí. Hubiera pagado por ver a mamá regañándolo por haberse muerto de esa forma tan evitable. Pero como ya dije, eso es algo que no cambia. Mamá lo debe haber sabido, y simplemente debe haber esperado a que sucediera, para tirarle de sus orejas muertas.
Horacio rompió a reír y su padre lo siguió en eso. Ambos se sentaron en el césped de una tumba que estaba bien cuidada.
—Si me disculpa, don Farfán —dijo Oscar al ocupante debajo—. Pero parece que tus hijos son los únicos en este estúpido lugar que se preocupan por tener una tumba en condiciones.
Horacio se apoyó contra la lápida y miró hacia el cielo.
—Perdón, viejo. Si hubiera sabido que te importaba, hubiera traído más flores para vos.
—Sólo estoy bromeando —respondió Oscar, mientras se recostaba—. Es pura mentira, ¿sabes? Lo que hay debajo de toda esta tierra es un simple cajón, con una carcasa de cuero y huesos dentro, un Saco de Huesos, como diría Stephen King. Nadie permanece allí. Ojalá todos lo supieran, la vida les sería más llevadera a muchos.
—Yo fui uno de ellos. Me costó superar tu partida. Ojalá hubiera sabido que estabas bien.
—Me hubiera gustado hacer algo, pero esto que estamos haciendo no dura mucho más tiempo. Sólo vamos a estar aquí unos minutos más. Luego todo desaparece. A veces podemos merodear por aquí, pero luego volvemos al lugar que elegimos. Así como los vivos, que intentan contactar con los muertos, nosotros también podemos hacerlo si queremos. Pero muchos eligen no hacerlo. A veces es mejor no indagar en cosas si las respuestas no van a ser de nuestro agrado. Saberlo todo de todos es mucha información, y no hay nada que podamos hacer para controlarlo. Una pequeña mirada a los vivos basta de vez en cuando. Pero no hay que hacerse de malos hábitos. Además, lo que te espera más allá te va a tener tan ocupado que casi no vas a pensar en pasar por aquí de nuevo.
—¿Seguimos en el mundo de los vivos? Creí que ya estábamos en el más allá.
—El mundo de los vivos es el mismo que el de los muertos. Caminamos en planos diferentes. Pero el más allá es otra cosa. Todavía no estás ahí porque no te taparon. Cuando lleguen con tu cuerpo y lo sepulten, será cuando desaparezcamos de aquí. Podrás, como te dije, venir y pispear, como hacen los que consultan a un médium. Pero, ¿querrás hacerlo? Yo creo que no.
—¿Vos no lo haces?
—No. Hoy fue una excepción porque era una ocasión especial. Y ni siquiera fue decisión mía. Me lo permitieron. Hay uno que hace las reglas, y como padre que lleva a sus hijos al parque de juegos, los deja recrearse por un rato hasta que da la orden de volver. Y como padre responsable, tampoco los saca al parque todos los días.
La caravana comenzó a ingresar por el portón principal. Constaba de un coche fúnebre y diez automóviles que lo seguían. Todos ellos estaban rodeados por un mar de gente que caminaba a paso moderado y con miradas profundas. Muchos de ellos cargaban flores, otros llevaban porta retratos. El resto se llevaba a sí mismo.
—Todos te querían mucho —dijo Oscar.
—No todos exactamente —contestó Horacio—. A muchos de ellos los trae el compromiso más que el afecto. Hay quienes se preocupan más porque su ausencia no sea notada. Les es más fácil venir unos minutos que pensar una excusa más tarde.
—La competencia es así hijo. Siempre lo fue, más entre políticos y gente bien posicionada como esos. Si no pudiera ver sus mentes como un libro abierto, creo que no sabría decir si empezaron a odiarte antes o después de rechazar aquel cargo público.
—Todavía recuerdo la cara de ese asqueroso de Acuña —dijo Horacio—. Resulta que yo tenía razón después de todo. Esperaba que yo hiciera la vista gorda a todas sus movidas ilegales, además de querer colgarse de mi esfuerzo en obras públicas sólo para salir en la foto y despistar.
—Mala suerte para él que se topó con alguien como vos. Nunca te gustó llamar la atención y preferiste ayudar al pobre desde las sombras. Ahora te darás cuenta de que llegaste a más personas de las que jamás imaginaste. Lástima que esos otros puercos, aun en este momento, vengan a presentarse para ver si logran recoger de las migajas de tu trabajo.
—Estar en boca de otros como personas piadosas es lo que quieren. La historia no termina bien para ninguno de ellos.
—No. A algunos les irá peor que a otros. Quien mal anda…
—Preferiría el balazo de Robles, y no el aneurisma de Ruíz.
—Amén a eso. Pero basta de perder tiempo en estos tipos.
Horacio le dirigió una mirada inquisitiva.
—Ya sé, ya sé —dijo Oscar—. Es sólo una manera de decir. Basta de hablar de ellos. Mirá cuantas personas realmente te quieren y están aquí porque tu partida les ha dejado un vacío enorme. Hijo único, mío y de tu madre. Nunca te casaste, y sin embargo formaste una familia tan extensa como el cielo mismo.
—Miro lo que les depara el futuro. El pasado que los trajo hasta donde están. Quisiera poder hacer más por algunos de ellos. Gritarles que todavía están a tiempo, que pueden decidir mejor.
—Cada uno toma sus propias decisiones hijo. Yo tomé las mías y vos tomaste las tuyas. Es responsabilidad de cada uno el cómo vivirán su presente. El futuro es algo que no pueden controlar, pero el presente puede ser controlado, y el pasado puede domarse. El pasado, para muchos, es una bestia que vive con hambre y se alimenta de su presente. Es trabajo de cada uno el alimentar esa bestia o dejarla morir de hambre. Como bien dijiste, las malas decisiones de los días pasados pueden ser el consejero que nos guía hacia un camino sin tropezones. Pero muchos deciden alimentar la bestia, y en lugar de tener un consejero, tenemos un juez que nos condena constantemente, y nos bloquea la visión de un futuro más digno.
Los empleados de la funeraria bajaron el féretro y lo introdujeron en la fosa. Unos cuantos dolientes expresaron su dolor. Hubo canciones y palabras alusivas. Los que cavaron la fosa, tomaron sus palas y comenzaron a taparla nuevamente. La tierra resonaba con golpes secos contra la madera del ataúd. Se comenzaron a escuchar llantos y lamentos aislados.
Una mujer gritó mientras se arrodillaba en el suelo. Un adolescente la tomó por los hombros y lloró con ella.
—Podrían haberle puesto un plástico a la fosa para amortiguar el golpe de la tierra —dijo Horacio—. Ese sonido que se escucha es muy poco placentero.
—No hace mucha diferencia. He estado en varios funerales. Incluyendo el mío. Con plástico, sin plástico. Son tonteras. De todas formas, gracias por el detalle.
—De nada —respondió Horacio—. ¿Caminamos un poco? Los funerales no son lo mío.
—Nunca te gustó ser el centro de atención, supongo que eso tampoco ha cambiado ahora.
Se alejaron del funeral y caminaron hacia un sendero que estaba custodiado por una fila interminable de árboles.
—Creí que llovería —dijo Horacio—. Siempre pensé que los funerales eran precedidos por una lluvia. Recuerdo que de chico me hacía la idea de que alguien había muerto cada vez que se largaba la lluvia.
—Curioso —dijo Oscar—. Nunca me puse muy filosófico respecto de los cambios climáticos.
—¿Vamos por unas cervezas? —propuso Horacio—. ¡Muero de sed!
Oscar largó una ruidosa carcajada y Horacio lo acompaño en el sentimiento.
—No hagas esos chistes—dijo Oscar—, estamos en un funeral. Ubícate un poco, por favor.
—Es mi funeral y hago lo que se me da la gana.
Volvieron a reír con fuerza.
—Podría jurar que me duele la panza —dijo Horacio—. Qué bueno que la risa es otra de las cosas que nos llevamos.
—Hace mucho que no reía de esta forma. Creo que ni siquiera lo hice en vida. Gracias por este regalo, hijo.
Horacio y Oscar se quedaron mirándose un rato largo sin emitir palabra. Unas nubes aparecieron y taparon el sol. Una brisa suave se convirtió en un viento moderado y los árboles comenzaron a zarandearse. Las hojas emitían un sonido incesante.
—Bueno —dijo Oscar—, aquí es donde nos separamos, hijo. Me temo que no nos queda más tiempo. Fue bueno verte de nuevo.
Horacio lo miró con confusión e intentó averiguar lo que su padre quiso decir.
—No tiene caso que lo intentes —dijo Oscar—. Eso sólo funciona con los que viven. Pero no te voy a ocultar nada. A dónde vos vas yo no puedo ir.
—Pero…
—Está bien. Me dejaron venir a verte y con eso estaré eternamente agradecido.
—No lo entiendo.
—No hay mucho que entender. Como hablábamos recién, las malas decisiones, si aprendes de ellas, pueden ser el consejero que te lleva por mejores caminos. En mi caso, no quise escuchar. Alimenté a la bestia, y esta se comió mi futuro. Nunca creí en la eternidad. Pensé que después de la muerte vendría, no sé, ¿la no existencia? Supongo que me equivoqué. No te preocupes, voy a poder verte desde el otro lado, aunque no podamos estar juntos. Incluso desde mi lugar, uno puede sentir cierta esperanza, ¿podés creer? No podré participar del juego, pero al menos tengo un buen asiento desde dónde lo podré disfrutar sabiendo que estás ahí.
—Lo siento mucho, papá. Ojalá pudiera…
—Pero no puedes, así que no te cargues con eso. No me siento engañado. Si no voy a donde vos vas es porque nunca elegí ese lugar. No puedo hacer reclamos. Todos decidimos, y yo elegí vivir mi vida obstinadamente en mi humana independencia, creyendo que no me perdería de nada. Y aquí estamos. Me alegro de que tus decisiones hayan sido diferentes.
—¿Te voy a ver otra vez?
—No está en mi decirlo, hijo. Es otro el que hace las reglas. —Volteó como si alguien lo hubiera llamado, aunque no se oyó a nadie—. Salúdame a tu madre.
Oscar desapareció de la vista de Horacio. Él se quedó mirando lo que había detrás de su padre antes de que desapareciera, y sólo vio la fila de árboles que terminaban en un punto de fuga. Una luz que existía en sí misma apareció delante de Horacio, y él, sintiendo en su interior la invitación a avanzar, caminó hacia ella.
—No era mentira lo de ir hacia la luz—pensó—. Nunca vi mi vida pasar frente a mis ojos, pero fue divertido ver la de otros.
Volteó una vez más, pero atrás no había ni gente, ni cementerio. Sólo él, y los árboles, y un aroma particular que lo hizo sonreír.
Vino la lluvia.
1 note · View note
prodigal-ezreal · 5 years
Text
Hay algo especial en las mañanas en Piltover, la manera en que el dorado de el alba se esparce y derrama sobre los tejados y las calles, empapando cada ventanilla con su luz ámbar recién nacida. Las gaviotas reemplazando al ruiseñor, la espesa y blanquecina niebla se eleva desde un poco antes que sale el sol, y se retirará para cuando sean las diez de la mañana, cuando el colorido puerto ya lleva cinco horas funcionando, cuando los más acomodados se dan el lujo de una taza de cafe para sobrellevar el día, cuando ya casi toda la ciudad a despertado, casi, por que hay algunos que en verdad nunca duermen.
En la mañana e incluso cuando la luz del alba ya a consumido los estandartes de los Clanes y sus grandes torres de metal y oro, los ladrillos siguen húmedos por el rocío del mar omnipresente en la ciudad— aún en su centro es posible escuchar sus rugidos y batallas cuando las olas se azotan en contra de las rocas, paredes y puertas. En el mercado central y las calles adyacentes a él, el salado olor del mar se confunde y se mezcla con los aromas de las especias exportadas de todas partes del mundo conocido. La riqueza del pan Shurimano revitaliza y da fuerzas a quien lo consume o huele, las interesantes hierbas del Freljord y sus habilidades curativas y preventivas— Las flores de Ionia, vivas coloridas y perfumadas a pesar de la travesía.
Si, en verdad no hay un lugar como este en el mundo. Nunca se extraña el olor a pescado muerto proveniente del muelle como cuando uno se encuentra en medio del gran Sai y no hay humedad que refresque. Incluso las costas de Nashramae huelen insípidas, faltas de contenido, como si el oro de las calles de Piltover (O más probablemente, el óxido y degradación de sus adoquines y edificios) permeara el aire y lo enriqueciera por proximidad. Tal vez falta la ocasional torre de humo proveniente de Zaun, quién sabrá, porque incluso las costas de la Isla de las Llamas Azules son familiares en su hedor (a eso no se le puede llamar aroma), pero siguen sin tocar la nota exacta en su memoria. Exaltan solo la nostalgia, ese extraño sentimiento que le recuerda el tiempo que ha pasado lejos de casa, y que le incita a volver.
Realmente hay algo especial en las mañanas de la Ciudad del Progreso. No hay lugar en donde el amanecer se vea mejor.
2 notes · View notes
alma-de-colibri · 6 years
Quote
Nos vamos acercando a la ciudad, a sus árboles y al asfalto escondido debajo de ellos, al ruido del tráfico y a los murmullos que enmascara, a los ires y venires de las personas. Vemos algunas de ellas, pasamos de largo. Nos acercamos a una escuela y volamos a través de la reja. Entramos. Allí dentro hay alguien que quizá sea de nuestro interés. Es un niño, que muestra una amplia sonrisa en su rostro aunque es el último en salir del jardín de infantes. Tardó mucho en pintar un dibujo ese día. No podía decidir cuál era su color favorito. ¿Era el azul (como el mar en que le encantaba zambullirse en sus vacaciones de verano)? ¿El amarillo (como el sol)? ¿El negro (como el color de piel de su padre) o el blanco (como la suya y la de su mami)?  La gente a veces los miraba más de la cuenta por la calle. Los colores entonces deben ser importantes. Por eso no lograba decidirse. Ignoraba que no eran relevantes los colores en un dibujo y que al crecer tendrá problemas mayores que ése. Ignoraba también la exagerada trascendencia que se le da a “los colores” en determinados sectores de la sociedad. Antes de ir a casa pasa por el quiosco a comprar dulces. Está seguro de cuáles pedirle a la anciana que atiende. Señala los más ricos de todos, aunque en torno a ellos hay un montón de opciones diferentes. En ese momento no hay duda, la experiencia le ha hecho comprender cuáles son los mejores dulces; y es que ha probado casi todos los que venden en ese lugar. Junto a él se para una mujer, una señora que sí se pierde en la multitud de opciones, de colores, de presentaciones. Ella no sabe mucho de dulces. Pero no son para ella, a fin de cuentas. Esta señora ha salido temprano del trabajo con la buena noticia de un ascenso y ha pensado en llevarle dulces a su hija. Un buen gesto (porque está contenta y de ahora en adelante tal vez podrán permitirse otros regalitos ocasionales). Elige pequeños bombones y cacahuates, una bolsita de pasas cubiertas de chocolate y unos bastones de caramelo. Supone que alguno de esos deberá gustarle a su hija. En verdad no recuerda la última vez que la vio comiendo caramelos, menos aún la marca o el sabor. ¿Tiene idea, al menos, de la última ocasión en que su niña le pidió dinero para comprar golosinas? No. Le rondan demasiadas cosas por la cabeza como para fijarse en eso, para discernir, para recordar. Son nimios detallitos sin importancia. Paga con un billete y recibe la bolsa de dulces. Mira dentro; está conforme con sus elecciones. “Alguno le gustará”, piensa. No obstante, la niña ni siquiera sacará de la bolsa alguno de los dulces. Mucho menos los comerá. Tomará el presente de su madre y practicará eso de las sonrisas fingidas, porque no querrá comer los dulces, no querrá engordar. Ese día aún sin saber qué son las calorías, una niña de 7 años comenzará a evitarlas. Nimios detallitos sin importancia. ¿Para qué ponerles atención? La anciana que le cobra a la madre desvía su mirada hacia la calle, alcanza a ver un adolescente lleno de tatuajes (trae símbolos chinos o sabe dios qué, un león horrendo, letras de aspecto grotesco; rayones, a fin de cuentas, que le dan pésimo aspecto a cualquier joven. Menea la cabeza con desaprobación. De joven ella nunca vio algún adolescente así, jamás trabó conversación con uno. Los vagos se quedaban escondidos en lugar de andar por las calles paseándose a plena luz. Nada es como en sus tiempos, la juventud está perdida. Hasta los que tienen una familia que se esfuerza por criarlos bien terminan convertidos en vagos y delincuentes. Recuerda a sus nietos que la ignoran como si no existiera, lo que la hace sentir aún más sola en este mundo que ya no comprende del todo.  Piensa que ese jovencito debe ser parecido a ellos, uno de esos chicos que se olvidan de dónde vienen, de quién vienen… Abandona sus cavilaciones para darle distraídamente el cambio a la madre. El mal juzgado chico de los tatuajes camina con aire despreocupado por la calle. Él no está al tanto de la dureza en la mirada de la anciana, tampoco le interesan las calorías o los dilemas de cuál es su color favorito. Quizá el mejor color es el de una sonrisa, también el mejor premio. Lo ha visto en las sonrisas de los niños del orfanato. Hacía allí se dirige, igual a cada semana, para ayudar. No lo hace por paga u obligación, sino por gusto. Está pensando en tatuarse el nombre del orfanato en algún lugar; todavía le queda espacio. A lo mejor quedaría bien junto al tigre, que se lo ha puesto porque le recuerda que debe ser fuerte, perseverar. No se decide. Se distrae un poquito, mira fugazmente a una chica que llama la atención por su bonita voz.. Es una adolescente que canta en voz alta y se mueve al compás de la música que suena en sus auriculares, cualquiera pensaría que es alguien alegre y despreocupada, pero ignoran que canta para acallar las voces de su mente que le dicen que estar viva no vale la pena. Se siente sola, incomprendida, sin nada que la apasione o le interese, no sabe qué hacer consigo misma, ni siquiera sabe si quiere seguir en esta vida a la que no encuentra sentido. Llega el autobús y sube en él llevando con ella su música y su tristeza. El autobús arranca tosiendo humo. Ese vaho contaminante es lo único que un joven alcanza. Se le mete en los pulmones y pasa entre sus dedos alzados. Baja la mano. De todas maneras el conductor no alcanzó a ver su seña y aunque la viera ahora no regresaría por él. Se ha ido. Todo por salir tarde de la casa. El joven maldice su suerte y su propia pereza. Un minuto, si tan sólo hubiera salido un minuto antes o si hubiera caminado un poco más rápido. Pero no, ahora tendrá que esperar el siguiente autobús, que quién sabe cuánto tardará. Y él, tonto, que había pensado que ése sería un bonito día. Se deja caer en la banca, enfurruñado por tener que aguardar ahí, y sin llevar música, porque se ha olvidado los audífonos en casa. Otra pizca de mala suerte para él, bu-hu. Mientras está ahí esperando, y gracias a no traer sus audífonos, nota a una chica que llega y se sienta a su lado. Su belleza le llama la atención al instante. Será su conversación lo que lo animará a pedirle su número.Y por su carisma se atreverá a pedirle una cita. Será el comienzo de muchos años de felicidad juntos. Centrado en ella, en ese primer momento de miradas y conversación tímida, ni siquiera ve a otra chica de falda roja y cortísima que pasa junto a la parada del autobús. Esta chica de la falda corta sólo quería verse más bonita, pero en su ingenuidad no se da cuenta del mensaje que da a algunas personas que olvidaron su propia inocencia hace tiempo. Es un mensaje que dice “quiero”, “ estoy disponible”, casi una llamada a despertar perversión y deseos que cierto tipo de gente no sería capaz de controlar. Cuando le silban en la calle se asusta, no sabe por qué lo hacen. No espera a que cambie el semáforo, cruza a toda prisa huyendo. Al llegar a la acera golpea su hombro con un señor mayor. El señor la mira. Suspira. No se le ha ido el aire al verle la falda (o las piernas); es, más bien, un suspiro de resignación. ¿Podría sorprenderle que ella le haya golpeado el hombro y no se haya disculpado? Se ha resignado a que los buenos modales han muerto. No es la primera vez que alguien omite la civilidad de disculparse, de mostrar consideración por un extraño en la calle. Le resta importancia y sigue su rumbo. Al contrario de aquella chica de falda corta, que caminaba apurada, él no tiene prisa. Cruza la calle como si el pavimento lo saludara en cada paso. Y él se detiene medio instante a regresar el saludo. Va a su primera clase de idiomas. Tiene poco estudio y cabeza dura, diría su madre, y nunca ha aprendido otra lengua, pero le emociona esto. Su sobrino le dijo que iba a ver un montón de palabras extrañas en el pizarrón, a los maestros les gusta escribir allí cosas que los alumnos no comprenden. Y él va a repetirlas, sin saber qué significan. De ahí en más, no tiene idea de qué trata una clase así. ¿Tiene que escribir todo lo que el maestro diga, aunque no lo entienda? ¿Y cómo lo va a escribir? ¿O tiene que esperar a que el maestro les dicte? Aunque hay tantas cosas que no comprende tiene expectativas positivas de esto. Hacer algo por primera vez, a esa edad y después de haber vivido tantas cosas tan diversas, es una aventura en la que se embarcará con gusto. Llega al centro de idiomas. Contempla la fachada con una sonrisa en la boca y entra. A sus espaldas pasa un hombre que lleva una hermosa bicicleta rosa. Ésta parece un regalo inofensivo, pero todos ignoran que es otra de las maneras de callar a su hijastra sobre lo que le hace cada vez que entra en su cuarto cuando todos duermen. Ella no cree en un Santa Claus que le haga regalos, los regalos los hace el monstruo al que su madre ama pero que a ella le genera miedo y repulsión mientras rompe su inocencia sin permiso. Si saldrá todo aquello a la luz algún día… estará por verse. Si saldrá de las sombras todo aquello que desconocemos, que ignoramos… depende en gran parte de nosotros. “Ojos que no ven... corazón que no siente.” Hasta el dicho popular juzga la ignorancia con indulgencia y casi con dulzura… Pareciera que permitirnos andar con mentes y almas ciegas fuera una virtud que nos hace de escudo protector, pero quizá tarde o temprano la ignorancia se paga. Las verdades escondidas detrás de ella, la que apaña prejuicios o anestesia momentáneamente el dolor, siempre nos alcanza. A veces no es que nos sobre ignorancia es que nos falta tiempo y experiencias. Y es cierto, duele darse cuenta de que nuestros prejuicios están errados, de que no hay maldad donde creíamos verla y que todo el tiempo estuvimos cuidándonos de lo inofensivo, mientras que le cerrábamos los ojos al verdadero peligro. A veces, en nombre de ese “No saber” o “no querer saber” (que es aún peor), preferimos escondernos de lo que nos amenaza o nos molesta reconocer. Después de todo es más fácil encerrarnos en nuestra propia visión del mundo. Ver otras realidades, comprender a otros… eso puede generar miedo y dolor. Sin embargo, a la vez nos hace mejores, más humanos. La ignorancia en los niños es tierna y esperable, en los adultos es muchas veces necia y por momentos difícil de perdonar. ¿Ya has dejado la edad de la ternura o te le aferras aunque no quepa en ella tu cuerpo? ¿Qué haces con aquello que no sabes? ¿Eres de los que busca información y verdad más allá del precio que pueda tener? ¿O te conformas con las grietas de tu conocimiento creyendo que aquello que desconoces no podrá dañarte?
No saber - @raccontourahara y @alma-de-colibri
49 notes · View notes
kallitkalma · 4 years
Text
La voz ausente
-Pero, como si fuera una obsesión, la soledad había aparecido reclamando su lugar
-Es hermosa y lo conmueve como cada vez que la tiene en frente, pero entendió que hace tiempo esa belleza no es para él.
-Aquella aseveración de Michael Foucault seguía siendo cierta y aun hoy, a pesar de los avances de la ciencia la farmacología. Las enfermedades mentales siguen provocando miedo, cuando no vergüenza.
- Ama el hospital. Para él, la salud pública es un milagro argentino, uno de los bastiones que todavía permanecen en pie a pesar de la llegada de cierta política que pretende ponerle un precio a todo y que, en su afán por destruirla, fue dejando a los hospitales sin elementos, sin gas, sin mantenimiento y pagando a los profesionales unos sueldos de miseria. A pesar de eso, con una dignidad que enorgullece, el personal resiste y se encarga de hacer todo casi con nada. Allí están los mejores médicos, los profesores que envidian las universidades privadas, esos que no pueden comprarse con dinero, jugando su prestigio y sosteniendo una enseñanza práctica clínica que sigue siendo uno de los orgullos del país
 - Le gustaba caminar por ahí, aunque más le gustaba antes, cuando no estaba enrejado, cuando era un lugar abierto. En cambio, ahora todo es distinto. La ciudad entera se ha ido convirtiendo en una enorme prisión donde se encierran los que quieren sentirse seguros, sin comprender que de ese modo la mayoría queda del otro lado de la reja y que esa exclusión es la causa del dolor y más violencia.
- Se ha acostumbrado a ese dolor permanente que lo habita. Lo siente recorriendo esa sangre todo el tiempo como una condena o como una bendición. Después de todo, muchas veces el dolor es lo único que le recuerda que está vivo
- Y a él la pasión lo seduce y lo aprisiona, porque tiene una característica que lo fascina: con una cara mira al amor, y con la otra a la muerte,
- Ese día aprendió dos cosas, que el terror puede tomar las formas más vulgares y que debía aprender a respetar el miedo
-Y el trabajo de duelo invita justamente a eso: a no esperar más llamados, a aceptar que el otro no va a venir, a quitarnos su presencia del cuerpo, aunque en el intento nos vayamos despedazando. No es fácil porque aunque la persona muerta ya no está afuera, todavía late en nuestro interior
- Potenciales incomprobables que niegan una verdad que hiere: la vida no tiene lógica ni justicia. El cine y la literatura saben mucho del tema, por eso abundan las historias de personas que vuelven atrás del tiempo para corregir algún detalle intentando cambiar el desenlace de los hechos.
- Recuerda la sentencia de Aristóteles: lo que ha sido ha sido y ni Dios mismo puede cambiarlo.
- Siempre me gustó esa imagen de Julieta tan perturbada en el balcón, sintiendo que ya no le es posible torcer su destino.
- Una postura digna de Sartre, Algo así como que somos lo que hacemos con lo que hicieron de nosotros.
- ¿Y vos lo amabas?- No al menos como anhelo amar. Era una gran persona y me necesitaba. Pero yo no quiero ser necesitada, quiero ser deseada y desear. Quizás mi postura le cause gracia. A lo mejor le parezco tan ingenua como Julieta.
- No obstante ¿por qué habría de asombrarse, si todo en la vida le ha salido mal? Siempre fue así, y debe admitir que es probable que jamás logre escapar a ese destino.
- No es lo mismo el pasado que la historia. Porque el pasado es una sucesión de hechos que ocurrieron hace tiempo y están allí, inmodificables. En cambio, la historia es otra cosa. Es la apropiación que cada uno hace de ese pasado. ES algo que late, vibra y que esta vivo, y por eso el psicoanálisis cura. Porque a diferencia del pasado, la historia si puede cambiarse.
- Pero no soy una nena, y sé que estas cosas pueden pasar sin significar nada más que un hermoso encuentro sexual, Si es así, me ducho me visto, te dejo la llave abajo con el empleado de seguridad y nunca vas a saber más nada de mí. Eso si la camisa me la llevo.
- Como no llevaba ni drogas ni armas, y los libros que leía no estaban prohibidos, les parecía inofensivo. Jamás notaron el poder que late en las páginas de Sigmund Freud, José Hernández, Julio Cortázar o Víctor Hugo. No entendían que el pensamiento era su verdadero enemigo.
- Sigue lloviendo en buenos Aires y, sin buscarlo, un recuerdo le dibuja una sonrisa.
- No hay caso, sos un tango, y no tenes cura. Por eso te gustan tanto los días nublados y lluviosos. Porque es como si por un momento, Dios te estuviera dando la razón.
- Él tenía los ojos cerrados y una sonrisa dibujada en la boca el viento le movía el pelo y pensé que era la única persona en el mundo con la que podía ser yo mismo, la que podía entenderme y aceptarme como soy.
- Sin embargo en esta ocasión, el protagonista no es un actor, sino un hombre que le genera cosas que todavía no puede entender y se parecen mucho a lo que siempre soñó encontrar.
- Cuando el paciente enmudece, es porque lo invade una angustia tan grade que le impide la aparición de la palabra, un sufrimiento que le inunda el cuerpo y no lo deja respirar.
- No todo puede decirse con claridad porque, más allá del sentido de las palabras, como sombra entre las sombras, se esconde un significado latente que escapa a la voluntad de quien habla. Hace tiempo que el psicoanálisis descubrió la existencia de un discurso que, casi como una ajenidad habita e cada ser humano y cuya aparición deja una sensación de extrañeza.: el discurso del inconsciente. Un universo fuera del dominio de la razón que, en sus deseos de hacerse oír, encuentra disfraces para eludir la represión.
- Las bibliotecas de esos lugares donde, tanto la humanidad como cada sujeto, guarda aquello que lo constituye, le interesa o lo apasiona. Pararse frente a una biblioteca es pararse frente al tiempo. Ya sea el tiempo que fue, el que es o el que jamás podrá ser, pues cada libro que leemos es uno que no podremos leer.
- El obispo respondió: en mi puerta no se pregunta al que entra por ella si tiene un nombre, sino si tiene algún dolor. Y le recomendó que jamás pregunte el nombre de alguien que pide asilo porque es que más necesidad de asilo tiene es aquel al que más le cuesta decir su nombre.
- Hoy por suerte los homosexuales no necesitan esconderse, porque después de una intensa lucha, han logrado que se reconozcan sus derechos.
- Roció le conto que, antes de echarse a llorar, él le manifestó que la locura era el precio que alguien debía estar dispuesto a pagar si quería una pasión verdadera
- Porque soy psicoanalista, y he aprendido que, al contrario de lo que pensaba aquel franciscano, la verdad habita en lugares oscuros y de difícil acceso, solo al alcance de quien se atreva a escuchar lo que nadie quiere oír.
- Pansas como los griegos, que aquello que no se dice es como si nunca hubiera existido
- Siempre le extraño la capacidad de ciertas psiquis perturbadas para captar las emociones ajenas. Algunos sostienen que se trata de un don. El piensa que, si así fuera, sería un consuelo muy pobre a cambio de tanto dolor.
- Pablo observa al hombre que tiene en frente pero sus ojos miran mucho más lejos. Ve a su padre que también paso su infancia internado en un hogar. Si no lo hubieran rescatado el abrigo de esa mujer que lo amó tanto, es probable que, al igual que Dante, hubiese terminado enloquecido. Piensa además en cada uno de los chicos que sufren la injusticia de una vida miserable, los que han visitado hogares o reformatorios, los abandonados, los que piden plata o limpian vidrios en las esquinas, los que son echados de los bares por pretender vender flores o pedir un plato de comida, y piensa sobre todo, en aquellos que en este mismo instante duermen en la calle muertos de frio y lo invade una fuerza que lo revela
- Dante santana respira profundo y lo mira con gratitud. Duda y, por un instante parece aceptar su propuesta hasta que su cara se relaja, recobra la calma y, emocionado, afirma en tono de pregunta:- Pablo ¿Usted me reconoce?
- Hay momentos en la vida en los que pareciera ser que Dios existe. Instantes fugaces en los que todo se ordena de un modo casi perfecto y el mundo aparenta cobrar algún sentido.
0 notes
aw16st · 7 years
Text
en el fin del mundo.
Fandom: DC comics. Pairing: DickDami Género: drama, romance, AU (Earth 2). || Rate: Gen. Summary: en el fin del mundo, ellos sobreviven. || Aquí o en [AO3]
Dedicado con todo mi corazón a @mountshire, cariño, una disculpa por la tardanza, pero espero que te guste.
------
Se escucha un sonido hueco fuera de la ventana de la torre. Seguramente es nieve, o un pájaro muerto. La tormenta solo se ha hecho más fuerte y parece haber durado meses en lugar de unos cuantos días. Su cadera le duele, la vieja herida parece arderle en esos días de frío pero Damian sigue tecleando rápidamente con los ojos clavados en las pantallas. El punto rojo se mueve con rapidez y sabe que la cacería tiene que terminar pronto. Escucha la respiración agitada de Helena y Damian se muerde los labios.
El punto avanza y avanza. Helena respira más y más fuerte y Damian se abre el labio con su incisivo. La sangre le toca la punta de la lengua. Jaque Mate.
—Arriba, Huntress —el punto rojo es tragado por el violáceo y Damian sabe que lo han capturado. Se pasa la lengua una vez más por su labio y juega con la sensible y tierna carne abierta. Suspira.
Otro sonido hueco y apoya las manos en el respaldo de la silla. Es tarde, más de lo usual pero el deber siempre es primero. Siempre. El comunicador resuena con la voz de Helena, agradeciendo y Damian sabe que tal vez pueda verla mañana, si la tormenta decide terminar de una vez por todas.
Casi nadie visita la torre los días de tormenta. La nieve es triste y la torre se vuelve un esbozo perdido en el tiempo. Como su ocupante. Damian se entretiene pensando en el antes, de ese del cual ya casi nadie habla pero el recuerda casi con exactitud. La maldición de su mente prodigiosa. Recuerda, si se esfuerza, de los aromas, sensaciones, texturas y emociones. 
Recuerda todo.
Una alarma se activa y Damian gira los ojos con hartazgo. No se mueve porque sabe que ya lo deben de estar observando. Exhala suavemente y espera. Casi puede escuchar los copos de nieve asentándose en el techo, resbalando por el peso y precipitándose hacia la calle, muchos metros abajo. 
Precipitándose.
—¿Sigues molesto? —la voz se encuentra a la izquierda y Damian quiere mirar en esa dirección. Gira la cabeza a la derecha y la voz resopla—. Hace frío aquí.
—Hace frío en todas partes —Damian contesta y sabe que hasta allí llegó su pretendida indiferencia. Gira la palanca de la silla y el mecanismo se activa, encarándolo con el intruso.
Dick le sonríe con la mirada, su gesto pasivo y la gabardina húmeda por la nieve. Como siempre, luce la barba de días y Damian suspira, moviendo la cabeza. Es un caso perdido, todo aquello, pero es algo reconfortante en el cual encuentra un refugio inesperado. Mueve la palanca con la experiencia de años y se dirige a su habitación, con Dick detrás de él.
—¿Algún día dejarás de venir, Richard? —Damian prende incienso, con las manos un poco temblorosas por el frío.
 —Ya sabes la respuesta a eso —suspira Dick, mientras se quita la gabardina y se despega el domino de la cara. Sus ojos azules centellean cuando encuentran los verdes de Damian e inclina la cabeza. Sus disculpas son peculiares, pero para Damian son suficientes.
Se instala un silencio cómodo y Damian se mentaliza para sus siguientes movimientos. Siempre lo hace porque nunca ha dejado de doler. Respira profundo y se posiciona cerca de la cama. Sabe que Dick le observa, como siempre, atento a cualquier movimiento en falso que pueda lastimar a Damian. Como si fuera frágil. Inservible. Agita la cabeza levemente y se ayuda de las barras para levantar su cuerpo, el peso muerto de sus piernas dificultando un poco sus movimientos. Duele pero Damian es perseverante y los años no lo hacen fácil, sino más bien rutinario.
Se coloca en la cama, exhalando pesadamente y evitando la mirada de Dick, quien pretende estar quitándose las botas. Si cierra los ojos, cada vez que vuelve a caer en la consciencia de su condición, vería la gran sonrisa roja y en sus oídos retumba el BANG. BANG. BANG. El fin del mundo hecho risa y burla. El fin del mundo arrebatándoles todo en un momento confuso.
No se da cuenta que tiene los ojos cerrados y es Dick quién se lo recuerda, cuando siente al hombre recostarse a su lado y colocando una mano conciliadora en su abdomen. Donde está una de las heridas. La que no lastimó nada más que músculo. 
—Estoy aquí —lo murmura y la habitación huele a incienso y a sangre en recuerdos. Damian quiere decirle otra vez, que se vaya, que lo abandone en esa torre donde Oráculo puede seguir haciendo su trabajo y volverse el mito que ya empieza a ser. Un objeto abandonado en un lugar abandonado en una ciudad abandonada que tal vez murió en el fin del mundo.
No lo hace. Se muerde los labios y abre los ojos. Dick tiene los ojos más hermosos que nunca vio. Que nunca verá. Se lo quiere decir pero como todo lo demás. Calla y desvía la mirada. 
—Estás aquí —murmura también y Dick sonríe antes de inclinarse y besarle la frente con infinita ternura. Damian se pregunta si así besaba a su esposa. Nadie le dijo que los fantasmas eran tan tangibles en las noches de invierno como esa. 
El viento ruge y Dick desliza la punta de sus dedos por el cuello de Damian, un movimiento que le deja sin respiración y con la palma de sus manos hormigueando. Alguna vez la profecía corrió fuerte por entre sus allegados. Dos pájaros heridos por la locura, uno volando con alas metálicas, otro en jaula de oro, donde el tiempo no pasa. Damian sabe que Dick se culpa, porque es su habitual forma de ser y porque también, cada que le besa, hay un trasfondo agridulce. Un amor loco que tiene mucho de arrepentimiento y que en tormentas como esas, se vuelve lágrimas amargas. 
Damian tuvo que seguir volando, ¿cierto?. Dick ya había tenido la oportunidad, ¿cierto?. Pero, ¿cómo reprocharle al destino?. Después del fin del mundo, ambos se encontraron, rotos y con deseo de volver a encontrar los caminos aunque sea torcidos que alguna vez los llevaron a senderos de la gloria. El viento nocturno en su cara. Jóvenes, fuertes, completos. 
Dick pasa las manos por las piernas inservibles de Damian. Pasional y encantador y la jaula se vuelve de oro y Damian se deja llevar por esa fantasía de que puede volar de nuevo a manos de Richard Grayson quién alguna vez perdiera todo solo para encontrar de nuevo algo. Alguien. Damian.
Se duermen abrazados. En el fin del mundo las tormentas son duras. Los castigos son inmerecidos. El amor suena casi a inmortalidad.  
18 notes · View notes
estudios-culturales · 5 years
Text
La situación carcelaria en América Latina
Tumblr media
«Si los criminales no le tienen miedo a la justicia, pueden hacer de la criminalidad un modo de vida sustentable e incluso más rentable que trabajar». Dice Jorge Pinilla, abogado y relacionista internacional de la Universidad del Rosario. 
57 presos murieron la mañana del lunes de la semana pasada en un motín ocurrido en una cárcel de la ciudad de Altamira, al norte de Brasil. La superintendencia del sistema penitenciario estatal ha informado que el origen de los disturbios fue una disputa entre facciones que comenzó cuando presos de una organización criminal entraron a donde están encerrados los reclusos de un grupo rival. Menos de una semana después, cuando algunos presos estaban siendo trasladados desde esa prisión a otras para prevenir más incidentes violentos, cuatro de ellos murieron asfixiados en misteriosas circunstancias. 
Ese mismo lunes 29 de abril, de manera casi simultánea, un motín similar estaba ocurriendo en la prisión El Bosque de Barranquilla, Colombia. Hubo un enfrentamiento entre los miembros de dos pandillas rivales que luchaban por dominar las redes de microtráfico de la institución. El altercado dejó un total de catorce heridos y seis muertos. Que en la cárcel existen organizaciones criminales que expenden drogas dentro y fuera de la institución era de conocimiento de las autoridades desde mucho antes de que ocurriera el altercado, sin embargo, no detuvieron ni el microtráfico, ni las muertes de los�� reclusos. 
Las condiciones carcelarias son parecidas en los distintos países de Latinoamérica. Los enfrentamientos entre presos se dan en condiciones similares y hechos violentos transcurren con tan solo horas de diferencia. El continente entero está atravesando una crisis penitenciaria, de acuerdo al último informe del Concejo Ciudadano para la Seguridad Pública y Justicia Penal, de las 50 ciudades más violentas del mundo, 42 están en Latinoamérica. 17 ciudades son Brasileñas, 12 en México, cinco en Venezuela, tres en Colombia, dos en Honduras, una en El Salvador, otra de Guatemala y una de Puerto Rico. De los 13 países con el peor índice de criminalidad, seis son países latinos. Estos son: Guatemala, México, Venezuela, Honduras, El Salvador y Colombia.
La generalidad de los países latinoamericanos es que no están preparados para hacer frente a esta ola de violencia que afecta a la región. Las prisiones son poco eficientes al encontrarse saturadas y en muchos casos los reclusos pueden entrar contrabando y continuar delinquiendo desde el interior, cuando se supone que estos deberían ser espacios de reinserción a la sociedad. Otro factor clave es la falta de infraestructura, el hacinamiento carcelario es una situación dramática. Según un reportaje de Univisión, en las prisiones mexicanas, en una celda de 2x2 metros, llegan a convivir hasta 11 reclusos. En países como Colombia y Brasil los presos viven en condiciones todavía peores, muchos de ellos ni siquiera habitan en una celda, duermen en los pasillos, y por lo tanto, tampoco tienen acceso a baños, duchas o raciones alimenticias completas. 
Parte de la causa de que los países latinoamericanos sean tan inseguros es la reincidencia. Al no haber espacio para los delincuentes, la justicia se ve obligada a sopesar los delitos y decidir si su gravedad amerita el tiempo en prisión. De acuerdo a Jorge Pinilla, relacionista internacional y abogado de la Universidad del Rosario, en Brasil muchos jueces liberan a criminales menores y estos continúan delinquiendo así hayan sido capturados en múltiples ocasiones. Fenómenos similares ocurren en Colombia, México y Guatemala. Según Pinilla: «Si los criminales no le tienen miedo a la justicia, pueden hacer de la criminalidad un modo de vida sustentable y más rentable que trabajar».
Jorge Pinilla identifica cuatro problemas principales con el sistema penitenciario en Latinoamérica que impiden su eficacia. El primer gran problema, y el principal, es que no hay resocialización efectiva. Países como Guatemala y Colombia tienen la posibilidad de redimir la pena con programas de trabajo, estudio y enseñanza. La cantidad de participantes aumentó de un 78% a un 80% entre el 2016 y el 2018, pero las autoridades informan que la cobertura de esos programas no alcanzan para toda la población reclusa en prisión.
La salud es un derecho fundamental de las personas y aunque en la mayoría de cárceles hay un área para atender situaciones de salud básicas y de urgencias, no cumplem con las condiciones de higiene, o son áreas pequeñas que no permiten atender más de un caso a la vez. Así, la mayoría de urgencias son atendidas por fuera de las prisiones, con el agravante de que muchas veces no se tienen los vehículos o el personal de custodia suficiente para los desplazamientos. En las cárceles no sólo tienen problemas para crear nuevos espacios, sino también lugares de aseo, salas de audiencia, zonas de disposición de basuras, residuos hospitalarios, tanques de almacenamiento de aguas, espacios para la resocialización, áreas de sanidad y visitas conyugales.. 
En conclusión, si bien los presos han cometido errores ellos siguen siendo seres humanos, por lo que es nuestro deber como sociedad garantizarles unas condiciones mínimas para vivir en dignidad y que la humanidad no les sea arrebatada. Si se quieren mejorar las condiciones de vida carcelarias, y de paso la justicia, se debe terminar con ese populismo punitivo que forma parte de la idiosincrasia latinoamericana. La cárcel no puede ser la solución para todo, es mejor prevenir el delito antes de que ocurra que castigar después. Es necesaria una descongestión del sistema, la actualización de la infraestructura, salud integral para los presos y la resocialización efectiva. Los modelos penitenciarios actuales inutilizan a los reos y literalmente los vuelven una carga para la sociedad. 
0 notes
geometriaborrada · 7 years
Text
Todo lo que soy
Que quiero ser? Como mierda tengo que ser? ¿que hago acá encerrado estudiando matemática cuando la noche esta ahí afuera invitándome a salir? ¿que hago aca lidiando con el cansancio de la soledad mientras todos duermen?
No quiero analizarme, no tengo ganas de ordenar los conceptos para que suenen bien o para que se entiendan, con las palabras no me llevo bien, no las se acomodar.
Quiero volver al 2014 cuando teniamos ese compromiso virtual, hablabandonos por celular todo el día, y en la vida real yo era un autista que apenas sabia modular, vos no sabias escuchar y yo no sabia decir, nos entendíamos paralelamente, nuestra comunicación siempre era parcial por eso siempre tenias razón y todas las discusiones las ganabas vos
Porque yo me quedaba viendo tu boca, tratando de evitar decir lo primero que pensaba y en donde se van las explicaciones cuando no las escuchas, perdon, no puedo tomarme en serio los problemas cotidianos de nuestras vidas, me dijiste que tenia imaginación para ser un imbécil
En mis sueños donde son posibles muchas cosas me decís te amo otra vez y todas esas mentiras de mierda que nunca me creí, te juro que intente cambiar mi carácter miles de veces pero no puedo, (debe haber algo mal en mi), por eso me quede parado en la estacion de tren mientras te alejabas de mi vida a 90 kilómetros por hora porque no supe como entrar en tu mundo, y ahora que te fuiste para siempre puedo decirte que era mentira que quería que fueras feliz con cualquiera que se parezca a mi, la verdad es que odiaría verte feliz, yo nunca te voy a superar.
Necesito volver a sufrir por amor o que algo llene mi vida porque ahora ni siquiera descanso bien, soy cautivo de una innecesaria necesidad que esta latente hasta en mis sueños, no paro de pensar en la apariencia y el equilibrio de todo, veo colores que no están, distintas lineas temporales donde hay cosas que no pasan, no se mezclan en mi vista los colores secundarios, todas las conciencias me analizan y me pongo neurotico, mis manos tiemblan cada vez mas, me obsesiono con cualquier cosa.
Me resulta tan raro ver a la gente interactuar entre ellos como si no pasara nada, parece tan fácil contar, hablar de si mismos, porque yo sufro cada vez que intento decir una palabra? No tengo buena memoria, agonizo por dentro en vez de opinar, no se discutir, odio mi voz, odio tartamudear, odio mi cara, odio ser tan infeliz y estúpido
Soy un inseguro de mierda, un inmaduro que encima esta obligado a asumir responsabilidades políticas, sociales, morales, chupenme la pija, solo quiero emborracharme en el piso de la cocina y abrazar a mis perros, dejar de escuchar palabras, voces humanas, discuciones politicas, estoy a punto de tirar el celular contra la tele, para ver si por fin dejo de escuchar el mismo discurso que no se cansan de repetir “vamos a cumplir” “estamos cambiando las cosas” pero no hay trabajo, no hay respuestas, no hay sueños de futuro, nos queremos ir todos de este pais de mierda, pasadomañana es lunes? estoy muy desorientado, borracho y a la deriva, soy el prototipo perfecto de un centenial random.
Me molestan demasiado los grafitties y publicidades ensuciando las calles y ensuciando mi propia vista, las publicidades me ponen de mal humor, todo esta tan sobrecargado hay tanta información tantas letras y colores diciendo cosas, que me duele la cabeza
Antes cuatro paredes y un fin de semana sin salir no me deprimía pero ahora estoy muerto en vida, no tengo fuerzas ni para distraerme con la televisión, estoy resignado, nada va a cambiar, nunca vamos a volver a estar juntos, nunca vas a leer estoy y para que fingir que algun dia vamos a ser felices?
Mis pinturas no van a estar nunca en un museo, ni en la pared mas escondida de la ciudad porque para estar en el MALBA y en todas las paredes de Palermo tengo que hacer un dibujo de un nene de 5 años y hacerme el villero escribiendo “amar garpa, flasha amor, ama bocha” tengo que ser un boludo con barba creyéndose intelectual y cool y ellos van a amar mi “locura”, se degenero tanto el arte que para mi ya no existe, además creo que la física misma y la vida nos limitan de la belleza absoluta, la muerte es la verdad.
Lo único que necesito ahora es dormir todo el día de mañana y que el prozac y el clonazepam sufran por mi, voy a cerrar los ojos y despertarme en un sueño donde pueda limpiarme las lagrimas con dolares y euros, y donde pueda aspirar con los ojos azúcar de diamantes triturados
No me interesa habitar una sociedad donde todos los adolescentes son falsos guerreros de la “consciencia social”, me dan risa, ellos de verdad creen tener la verdad, creen tener la vara de la moralidad, compiten para ver quien es el mas inteligente y culto, no quiero saber nada de los socialistas, de los capitalistas, de los progresistas etc, son todos ideales sobreexplotados, peronistas o radicales me da igual; son todos viejos mercenarios cínicos intentando robar, pasándola bien y creyendo que los admiramos, me da asco que esos chorros me representen, sinceramente nada vale la pena ¿no seria mejor si todos estuviésemos muertos?
Ponete a pensar no hay futuro, mi generación es una mierda; chetos estudiando derecho y gobernandonos, traperos, cumbieros y reggaetoneros nos queman las neuronas con letras misoginas y retrogrados, skaters y raperos diciendo cosas obvias, lavando el cerebro de los preadolescentes “rebeldes”, indies y hippies, caretas insoportables, creyéndose mejores personas que el resto, al final todos somos boludos pretenciosos criticando como yo, pensando en que no pertenecemos a estos estereotipos, pero siendo literalmente todo, generalizando y juzgando desde nose que lugar, soy exactamente lo mismo que odio
Estoy lleno de prejuicios, soy solo un gordo de mierda, que no sabe que hacer con su vida, ojala me deje de hacer tantos problemas por como actúa la gente, nada me tendría que importar, tendría que decir lo que pienso como hacen todos y LISTO, pero nada me importa mas que lo que opinen sobre mi, porque todo es puramente superficial
Entonces voy a copiar y robar todas las ideas, voy a pedirle plata a mi papa como hacen ustedes ya que mi cuerpo y mi vida fueron las ultimas cosas que no elegí, quiero que al menos ellos crean que soy feliz, no importa la manera quiero hacer una película de mierda, quiero vender cocaína, quiero vender mi alma, quiero hacerme llamar artista, quiero comprar todos esos autos, esas armas, un helicóptero, quiero andar en un BMW por el conurbano armado hasta la garganta, quiero un reloj de oro, gomina en el pelo, un habano de Cohiba, una camisa floreada, quiero ser un gangster quiero tener plata para ser básico, y misogino, para tener sexo todo el tiempo, quiero filmar drogado películas en super 8
De fiestas con gente esnifando en el piso, mujeres bailando desnudas, piscinas con cocodrilos, flamencos rosados, enanos de jardín fumando porro, tigres con piel de serpiente, quiero escuchar rock, trap, jazz, cumbia villera, musica clasica, quiero cagarme en todo, quiero ser vulgar, el mas grasa, quiero que los flashes de los periodistas estén sobre mi y ver a Dios, Jesus y al espíritu santo ahí, quiero tener de novia a Lana del Rey, y de amantes a cuatro supermodelos anorexicas de Victoria Secret, quiero tener 6 lamborghinis murcielago en el garage de mi mansion de campo, quiero que vean todo lo que tengo y que me envidien, quiero verme en el espejo y decirme que soy el mejor
Quiero ser buena persona, quiero estar enfermo y loco como la gente normal, quiero creer en Dios, quiero suicidarme con honor en el auge de la fama a los 27 años para estar en la tv, para ser joven por siempre, para ver quien sufre por mi, para ser un icono en la cultura (ustedes aman eso) y de una vez voy a dejar que continue su curso este circulo inmundo de injusticia y desigualdad en el que de la nada me metí y del que nadie puede salir
Ignorame, no se ni lo que digo pero tampoco trato de decir nada en realidad, analizo, critico, me contradigo y cuestiono todo pero no va a cambiar nada, el mundo no va a cambiar y no me puedo adaptar, solo estoy hablando al pedo sin ningún fin mas que el de ESCRIBIR siendo totalmente sincero, bueno capas no, no se parecía buena idea publicar esto ayer estando borracho e inconsciente a las 2 de la mañana, pero es que no hay nada mas para hacer en esta vida mas que PERDER EL TIEMPO y evitar el flagelo de pensar.
4 notes · View notes