"—Yo creo que te comprendo —dijo la Maga, acariciándole el pelo—. Vos buscas algo que no sabés lo que es. Yo también y tampoco sé lo que es. Pero son dos cosas distintas."
(J. Cortázar, Rayuela cap 19)
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Rayuela - Julio Cortázar
Rayuela es la segunda novela del escritor argentino Julio Cortázar. Escrita en París y publicada por primera vez el 28 de junio de 1963, constituye una de las obras centrales del boom latinoamericano y de la literatura en español. Narra la historia de Horacio Oliveira, su protagonista, y su relación con «la Maga». La historia pone en juego la subjetividad del lector y tiene múltiples finales. A esta obra suele llamársela «antinovela», aunque el mismo Cortázar prefería denominarla «contranovela». Significó un salto al vacío que lo distanció de la seguridad controlada de los cuentos fantásticos de su primera época como escritor para adentrarse en una búsqueda sin hallazgos a través de preguntas sin respuesta. La novela tardó varios años en ser publicada en España debido a las reticencias del régimen de Franco. Los censores franquistas, todavía en 1967, recomendaron suprimir ocho páginas del libro, y este finalmente no vería la luz hasta siete años después.
Lee más sobre esta novela en Wikipedia.
Hopscotch - Julio Cortázar
Hopscotch is a novel by Argentine writer Julio Cortázar. Written in Paris, it was published in Spanish in 1963 and in English in 1966. For the first U.S. edition, translator Gregory Rabassa split the inaugural National Book Award in the translation category. Hopscotch is a stream-of-consciousness novel which can be read according to two different sequences of chapters. This novel is often referred to as a counter-novel, as it was by Cortázar himself. It meant an exploration with multiple endings, a neverending search through unanswerable questions.
Read more about this novel on Wikipedia.
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🕶 Como escribió #cortázar: ser cronopio es contraluz, contranovela, contradanza, contratodo... #ijhernández #literaturaenvena #fotografía #photooftheday #photography #photographylovers📷 https://www.instagram.com/p/CpieB0YIky3/?igshid=NGJjMDIxMWI=
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Acusaciones hacia el escritor, sentencia de muerte.
«La justicia llega tarde,
al menos llega.»
Primera
Dicen que en medio de la tragedia
No se puede escribir
Si ahora tengo catástrofe en las venas
Dígame usted quién dirige el lápiz.
Sí dicen que cada noche
Termina tal como empieza
Sí ellos dicen de la sangre
que es sólo decoro
Y del grito
Sólo música
Tantas cosas
Que mejor no corto nada
Para no manchar los papeles
no vaya a ser que también
se me acuse de asesinar letras
Segunda.
Dicen que nuestros ojos
derraman tragedia
Que somos actores de
melancolía, que sentimos plástico
Dígame usted
Si las fiestas en mi
No quieren celebrarse
¿Asistiré de todos modos
Con una pena elegante?
Y esa risa que no deja
Tiempo para el antifaz
Dicen que durante el día
Se duchan las vergüenzas
A lágrima desnuda
- Y es posible -
Ahora dicen de la gente
Y la esperanza
Tantas cosas que
- Bueno da lo mismo -
Ellos dicen que difuso
No se puede escribir
Dicen que cada día
El sol construye el mundo de nuevo
Dicen por coincidencia
Que siempre le queda igual
Eso dicen y no creo
Porque he visto a la noche sin cadenas
La he tocado con las manos
No se mueve
Tercera.
Y dicen del escritor
Que a diferencia del pasto
– Bueno – él sí sabe
Crecer con una piedra encima
Dicen que hasta en la calle
Detrás de la puerta
Ve sombras donde apoyar
La luz del lápiz
Dicen que hizo a base de cenizas
Su refugio independiente
Y una cárcel para no entrar
En detalles
Dicen sobre la mesa
Playa isla desaparecida
Arena húmeda
y arpegios alrededor de la fogata
Sí dicen que hay un baúl
Y dentro varios manuscritos
Ceniceros de paciencia
Y horas quietas de esperar
Recuerdos de la huella
Que luego borró el oleaje
Entre los náufragos papeles
Dicen que tú eres su vida
Sí dicen del escritor
Esas y otras tantas cosas
- Tantas -
Que mejor no escuches nada
Cuarta.
Ahora dicen que escogimos
Nacer con tinta en las manos
Como si de un crimen literario
Se tratase
Sí los dedos
De nosotros – Dicen ellos –
Que no prefirieron seguir
A su paz
Y claro la tristeza
Debo haberla imaginado
Porque ella no asistió
A ninguna fiesta
Luego dicen del cuaderno
Que aprendió a vivir torturado
Con una máscara que le basta
Para cualquier ocasión
Si dicen que sólo hay dos
Pulmones en cada frase
Y bueno más de una verdad
Buscando interrogatorio
Dicen incluso
Que tienen validez
Las letras
Lo curioso es que creen
Que es coherente lo que
Escupimos.
La locura del escritor es tan dulce
- Eso dicen -
Sí dicen sobre triunfar
Esas y otras tantas cosas
Que es mejor equivocarse
Por si acaso
Quinta.
Dicen que
Tenemos la culpa los escritores
De profesar tantas realidades
Y no alterar el presente
Digamos otra vez que sí
Tienen razón
Dicen sus ojos llenos de furia
Que no existo y yo veo
- Más atrás -
La prueba de que sí
Brillan los míos
Dicen del camino literatura
Con parada a pestañear
Que nos lleva a donde quieras
Sí dicen del paisaje
que es sólo ficticio
De mi alma con sus acantilados
Y sus bosques con sus lluvias
Así es – ellos dicen – que es mentira.
Dicen que poesía es
Perderse en uno mismo
Si perdido ya estoy desde hace mucho.
Sexta.
Dicen respirar
Los que te critican
El aire a medias contigo
Como si algo tan vital
se compartiera.
Cambia el clima
- Y debe ser por algo -
Dicen en este instante
Que se me custodie
A la celda principal
Que espere un segundo
- Señor sus cadenas –
Que por favor apresúrese
- ¿Perdió su par de pies
A mitad de camino? -
Entonces los testigos
Dice un señor estatua
Que vio pasar a ese joven
Con una mano enyesada
Y arrastrando una libreta.
- Nadie sabe a dónde iba -
Otros dicen en el parque
La verdad y sin palabras
- Más sencillo -
Dice un cartel en su morada
Se Vende
«Soledad. Por Compañía.»
Y qué sorpresas nos da la ciudad
Si en una avenida,
Entre esas ventanas
Se oculta un alma subversiva
- Se le acusa de vender
Esperanzas. -
Séptima.
Y ahora dicen sutilmente
Que - entre sueños - escapemos
Sin alarmas que tomemos
El metro de las trece y media
Si toman la ciudad
esta madrugada
Nos dicen y corremos
Enseguida a otra estación
Ahí nos dicen que
- De nuevo -
El metro va lleno
De fallecidos
Que los que se escapan
se han rendido
- Que mejor se hubieran
quedado, cobardes. –
Así nos dicen
Esos espíritus
Entonces sigue
Nuestra historia.
Que no quedan más pasajes que
Señora por favor
Y qué demonios quiere que haga
Sí yo entiendo es su trabajo
Despedazarme pensamientos
Y luego - oye dicen que
Podríamos tomar un vuelo -
Sí es verdad
Entonces sigue
Nuestra historia.
Que disculpe
Cuánto está
Desde aquí hasta
Perfecto muchas gracias.
- Dicen que esperemos
El vuelo de las diecisiete y media -
Sí nos dicen que ya
tomaron esta parte
Corremos enseguida
a otro aeropuerto.
Octava.
Entonces llaman
Suena estridente el
Móvil viejo
- Que has dejado tu sombra en casa
Que te faltan dos maletas -
Entonces dicen en la corte
Hablan de nuevo sobre ese tipo
Que los jueves
No contesta los llamados
Que se esconde en un castillo
Hecho de escombros dicen sí
De dormirse en los laureles
Esas y otras tantas cosas
Que mejor no sueño nada.
- Tú qué sabes de salir
A la calle con fe escondida
Y poca gracia que mostrar –
Novena.
Sí ellos dicen que debajo
De estas líneas
Hay un lamento
- Así que llora más despacio
Incluso
Cállate la broma -
- No señor -
Desgarrado a ser leído
Está este verso
Y destinado a no escuchar
Más que una voz
Está el que a veces
No contesta los llamados
Y se esconde en un castillo
Hecho de escombros dicen sí
De luchar a mano abierta
Esas y otras tantas cosas
Que mejor no cierro nada.
Si la puerta de mi casa
Está en su sitio es que detrás
Hay un lápiz armado
De papel
Haciendo guardia
Sí dicen que la poesía
De este hombre no murió
Dicen que para enterrarla
Usaron sus propias manos
Ya que nada más podía tocarla
El juez al ver la sangre
Entre las comas
Borró su firma de la sentencia
Dicen que no sabe
Lo que pasó con la suya
Dicen que los oficiales
Robustos e imperiosos
No le temían a las palabras
- Que se las lleve el viento - así decían
Y ya no los vieron más
- Ese día el sepulturero
No llegó a trabajar -
Sí dicen que fueron dos
Incluso jóvenes
De aspecto más bien triste
Los que se ofrecieron
A cavar la fosa
Con una sola palabra
- Les costó la vida entera. -
Décima.
Sí dicen del narrador
Que ahora arde en insomnio
Siendo las tres y treinta y ocho
Así que olvido esta lápida
Que hoy vamos a poner
- Además del epitafio -
No lleva nombre ni fecha
Sí dicen que la poesía
De este hombre no murió
Y volverá tarde o temprano
A reclamar su esqueleto
Que mejor se encierren en sus casas
Los libros, que no los toquen
Si no anhelan ser apuñalados
Por un punto final.
Dicen que en medio de la tragedia
No se puede escribir
Sí dicen que cada noche
Termina tal como empieza
- Y acá estamos de nuevo -
Ahora dicen de la gente
Y que la esperanza
Y que los sueños
Y que el mañana
Tantas cosas que
– Bueno da lo mismo –
Ellos dicen que en medio de la tragedia
No se puede escribir
- Y sí se puede -
Queda usted liberado.
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Rayuela
Pero ya no te puedo hablar de esas cosas, digamos que todo se acabó y que yo ando por ahí vagando, dando vueltas, buscando el norte, el sur, si es que lo busco. Si es que lo busco. Pero si no lo buscara, ¿qué es esto? Oh mi amor, te extraño, me dolés en la piel, en la garganta, cada vez que respiro es como si el vacío me entrara en el pecho donde ya no estás.
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Reposted from @libroria_ Si uno es serio... “—Perfecto—dijo Oliveira—. Sólo que esta realidad no es ninguna garantía para vos o para nadie, salvo que la transformes en concepto, y de ahí en convención, en esquema útil. El solo hecho de que vos estés a mi izquierda y yo a tu derecha hace de la realidad por lo menos dos realidades, y conste que no quiero ir a lo profundo y señalarte que vos y yo somos dos entes absolutamente incomunicados entre sí salvo por medio de los sentidos y la palabra, cosas de las que hay que desconfiar si uno es serio.” — Julio Cortázar, “Rayuela” #juliocortázar #cortázar #rayuela #oliveira #realidad #incomunicados #desconfiar #serio #horacio #lamaga #rocamadour #novela #argentina #literaturaargentina #parís #francia #boom #boomlatinoamericano #contranovela #sábado (en Isla de la Cuarentena) https://www.instagram.com/p/CNNt7KvMpKN/?igshid=bro4acgwqkz
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#PensamientosLiterariosRecomienda #Rayuela #JulioCortázar #LibrosRecomendados- ¿Lo leíste? ¿Qué te pareció? "Contranovela", "crónica de una locura", "el agujero negro de un enorme embudo", "un feroz sacudón por las solapas", "un grito de alerta", "una especie de bomba atómica", "una llamada al desorden necesario", "una gigantesca humorada", "un balbuceo"... Con estas y otras expresiones se aludió a Rayuela, la novela que Julio Cortázar comenzó a soñar en 1958, se publicó en 1963 y a partir de entonces cambió la historia de la literatura así como sacudió la vida de miles de jóvenes en todo el mundo. Plena de ambición literaria y vital, renovadora de las herramientas narrativas, destructora de lo establecido y buscadora de la raíz de la poesía, durante todas estas décadas Rayuela siguió siendo leída con curiosidad, asombro, interés o devoción. . . . . #libros #literatura #literature #booklovers #books #librodeldía #librosenespañol #pensamientosliterarios #boomliterario #contranovela
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¿Cuáles son los Mejores Libros de Literatura Latinoamericana?
ÍNDICE
Veinte poemas de amor y una canción desesperada, de Pablo Neruda
Pedro Páramo, de Juan Rulfo
Cien años de soledad, de Gabriel García Márquez
La casa de los espíritus, de Isabel Allende
El reino de este mundo, de Alejo Carpentier
Rayuela, de Julio Cortázar
La fiesta del chivo, de Mario Vargas Llosa
Como agua para chocolate, de Laura Esquivel
La maravillosa vida breve de Óscar Wao, de Junot Díaz
La literatura latinoamericana siempre ha representado esa vertiente más mágica y peculiar de las letras. Definida en gran parte por el conocido como “boom latinoamericano” de los años 60 que encontró en el realismo mágico a su principal embajadora, el otro lado del charco encuentra en estos mejores libros de la literatura latinoamericana a las mejores representantes a la hora de adentrarse en esas historias de pueblos perdidos, personajes únicos y crítica política.
Veinte poemas de amor y una canción desesperada, de Pablo Neruda
Gabriel García Márquez dijo de él que se trataba del “mayor poeta que había dado el siglo XX“, y con el tiempo, creemos que no se equivocó. Nacido en Chile, Neruda publicó este Veinte poemas de amor y una canción desesperada con apenas 19 años haciendo un uso impecable del verso alejandrino y plasmando en versos su visión del amor, la muerte o la naturaleza. Para la eternidad quedan sus letras y la vida convulsa del Premio Nobel de Literatura de 1963.
Pedro Páramo, de Juan Rulfo
Tras la publicación de un primer conjunto de cuentos llamado El llanero en llamas, el mexicano Juan Rulfo ayudó a cimentar las bases del realismo mágico gracias a esta primera novela publicada en 1955. Ambientada en Comala, un pueblo del estado desértico de Colima, en México, Pedro Páramo responde al nombre del padre que Juan Preciado llegó buscando a un lugar demasiado silencioso. Uno de los libros latinoamericanos más vendidos de la historia es, a su vez, la crónica de una época, la de los años posteriores a la Revolución mexicana.
Cien años de soledad, de Gabriel García Márquez
Inspirado por la obra de Rulfo, Gabo iniciaría un ascenso creativo en los años 50 que culminaría con la publicación (y éxito) en 1967 de Cien años de soledad, posiblemente la obra latinoamericana más influyente del siglo XX. El esqueleto de un continente como Sudamérica fue plasmado a través de la estampa mágica de Macondo, pueblo colombiano donde la familia Buendía y sus diferentes generaciones sirvieron para narrar las historias de pasión, dominio y transición que definen una de las novelas más poderosas de la literatura universal.
La casa de los espíritus, de Isabel Allende
Publicada en 1982, la primera novela de Isabel Allende, escritora emigrada de su natal Chile durante su cruenta dictadura, se convirtió en todo un éxito de ventas y en motivo de una adaptación cinematográfica estrenada en 1994. La historia, la cual combina elementos reales y otros más imaginarios fruto del realismo mágico, narra la vida y desgracia de las cuatro generaciones de la familia Trueba en los convulsos períodos del Chile post-colonial. Personajes cuyas predicciones, traiciones y romances definen un Chile que la escritora ha tratado de desnudar en muchas de sus obras.
El reino de este mundo, de Alejo Carpentier
Tras varios años en Europa, Carpentier metió en su mochila las influencias de un surrealismo que se desataron cuando llegó a su natal Cuba y las ceremonias vudú de la cercana Haití le inspiraron la existencia de lo real-maravilloso, concepto que a pesar de asemejarse al realismo mágico, es diferente. Prueba de ello es la historia que se nos relata en El reino de este mundo, relato ambientado en el Haití colonial visto a través de los ojos del esclavo Ti Noél y una realidad donde lo inesperado y sobrenatural se entremezclan con la cotidianidad de un mundo injusto.
Rayuela, de Julio Cortázar
Considerada por muchos como “antinovela“, o “contranovela” según el propio Cortázar, Rayuela traslada viejos juegos infantiles a las hojas de un libro en el que la magia, el amor y lo dispar forman un todo hipnótico. Si bien definir la trama de Rayuela es (casi) imposible dada su peculiar estructura y estilo versátil, una de las primeras novelas surrealistas de la literatura argentina sigue los pasos de Horacio Oliveira a través de un cosmos que a punto estuvo Cortázar de englobar bajo el título de Mándala. La idea siempre fue desarmar al lector.
La fiesta del chivo, de Mario Vargas Llosa
Aunque el escritor peruano-español cuenta en su haber con más de una veintena de obras de gran calidad, La fiesta del chivo perdura por su carácter explícito y el buenhacer del autor al introducirnos en uno de los episodios políticos más oscuros de Latinoamérica: la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo en Repúbica Dominicana. Segmentada en tres historias y dos puntos de vista diferentes, la novela publicada en 2000 aborda el impacto de un dominio saldado con hombres lanzados a los tiburones, niñas eclipsadas por el poder o la sed de venganza tras una conspiración de asesinato saldada en 1961.
Como agua para chocolate, de Laura Esquivel
Cuando el realismo mágico parecía haber mutado en nuevas corrientes, la mexicana Laura Esquivel llegó con un libro cuyo éxito se sirvió de los mejores ingredientes para enamorar al mundo: una historia de amor imposible, una protagonista guiada por la cocinera de la familia y un México tradicional y revolucionario donde fantasía y realidad convivían por igual. Todo un triunfo.
La maravillosa vida breve de Óscar Wao, de Junot Díaz
A lo largo del siglo XXI, muchas de las mejores obras latinoamericanas llegaron desde Estados Unidos para alumbrarnos con la realidad de la diáspora. El mejor ejemplo es el del autor Junot Díaz y su libro La maravillosa vida breve de Óscar Wao, la cual aborda la vida de una familia dominicana establecida en Nueva Jersey y, especialmente, la dl joven nerd al que las chicas no querían y los veranos en Santo Domingo suponían una revelación siniestra. Publicado en 2007, el libro ganó el premio Pulitzer y se coronó como el número 1 de The New York Times durante varias semanas.
Fuente: ¿Cuáles son los Mejores Libros de Literatura Latinoamericana?
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Rayuela, de Julio Cortázar
Cortázar describió la Rayuela como una “contranovela”. Son 156 capítulos de la vida de Horacio Oliveira que pueden leerse como ese juego de la pata coja y la tiza. No hay un orden preestablecido de lectura sino que puedes ir rebotando por sus capítulos surrealistas hasta crear tu propia historia, como en los niños de “elige tu propia aventura” pero sin tener que seguir la guía. Y cada capítulo es un minijuego propio. Esta vez puedes dejar el libro a la mitad y haberlo terminado por completo.
(vía 10 libros difíciles de leer que merecen el esfuerzo)
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SER CRONOPIO EN TIEMPOS DE COVID
Estamos en la Era en que los Famas arrasan con todos nuestros Sueños
Breve Licencia sobre “Historia de Cronopios y Famas”
“Che Negro, el Jefe dice que le guardes 500 vacunas, la rusa o la china, cualquiera, que luego te cuenta donde tenés que mandarlas. A mí, el muy guacho no me puso en la lista”. El Cronopio estaba sentado frente a su viejo escritorio de noble madera pero manchado con multiplicidad de tintas y marcas parecidas a las que él recordaba de los pupitres de su escuela. Delante del Cronopio, se agolpaban infinidad de expedientes con aburrida documentación que a nadie le importaba. Escuchó la conversa y para sus adentros pensó que ese tampoco sería su día. Su cabeza explotaba de ideas, rebeldías y pasiones. Sin embargo, el letargo que lo rodeaba y el saber que jamás se animaría al desacato, lo sumía en la tristeza más profunda. Era Cronopio, no era ni Fama ni Esperanza, era eso, un simple y humilde Cronopio en la inmensidad de un país que lo abofeteaba sin descanso de la mañana a la noche.
Quizás, recordó o no a Julio Cortázar (1914-1984), pues vagamente le había quedado en su memoria que los Cronopios la tenían mucho más difícil que los Famas. Ser Cronopio era conocer mucho de fracasos, deslealtades y resignaciones. La vida del Cronopio “era ir siempre a contrapelo, contraluz, contranovela, contratodo, contra y recontra cada día contra cada cosa que los demás aceptan y que tiene fuerza de ley”(Cortázar dixit). En cambio, los Famas eran bien organizados, rígidos, constructores de relatos y sentenciosos de todo, ya que la única verdad estaba en ellos y nada se les podía discutir. Ellos, los Famas, eran la certeza final.
Nuestro Cronopio recordaba cuando debió acudir al amigo del amigo que tenía un amigo en la Aduana de Ezeiza para que lo ayudaran a “pasar” esa computadora comprada con esfuerzo en Miami. En el día del ingreso aduanero, observó como había una cola “VIP” paralela, donde muy hidalgos pasaban, no solo coquetas tripulaciones aéreas sino también aquellos ominosos con sus destaques, falsos honores y tarjetas con múltiples e inalcanzables cargos. En su fila, la interminable, titubeó ante el oficial de la mala cara desconfiada, el agente de las confiscaciones, que en forma inquisidora le preguntó qué tenía para declarar. Fue entonces cuando sus dudas lo delataron y por supuesto jamás entendió la seña de “poné un 100 en el pasaporte”. Había sido preparado para ser Cronopio, no para ser Fama y menos para ser Esperanza. La fila de los Cronopios no era la bendecida por el “pase, pase”. Era la fila de la lenta diligencia, la aburrida burocracia y el asesinato de utopías.
El Cronopio siempre pagó sus impuestos y multas, ya que nunca tuvo la voracidad miserable de los Famas que continuamente lograban perdones, excepciones y largas condonaciones de sus deudas. Recordaba que el mismo Cortázar, contaba que los Famas tratan de conservar múltiples recuerdos para luego embalsamarlos dentro de sábanas negras y de esta forma poder perpetuarlos en el tiempo. Ejemplos preciados eran las fotos con un Teniente General o con una Señora Vicepresidenta en algún acto de cualquier tipo y tenor. En caso de no contar con la materialidad del documento, los Famas podrían levantar épicas o falsos actos heroicos, ya que a nadie les importaría luego saber si eran verdades o no.
Él bien sabía que los Cronopios eternamente deberían formar fila en la más larga que hubiera frente a ellos. Esas filas que no tienen ni principio ni final, pero es allí donde quizás se puede conseguir algún día el documento deseado, el registro de conducir o el salva conducto que todo lo puede. Cuando chico, nuestro Cronopio, en épocas en que las entradas de cine o teatro se vendían solo detrás de una ventanilla con barrotes de bronce, siempre debía contentarse con las filas del fondo ya que las buenas filas al medio eran solo para los Famas, que las pagaban con algún billete y un leve exceso monetario.
Muchas veces vivió indignado al ver a los Famas apropiarse de todo, hasta de sus propios sueños inclusive, pero siempre se ilusionó cuando llegaban esos falsos y mentirosos cerradores de grietas, ya que luego en el declame solo se quedarían. Nunca se animó a juzgarlos como mafiosos o farsantes totales pues su destino ya estaba marcado. El Cronopio recordaba que el maestro Cortázar contaba la historia de aquél infausto caballero al que se le habían caído sus gafas al suelo y la suerte hizo que no se rompieran. Ante la desgracia no producida, corrió a comprarle a un Fama un bello estuche de sólida madera para poder así proteger sus lentes; pero finalmente cuando nuevamente sus anteojos al suelo cayeron, aún dentro de la nueva hermética caja, de estos solo le quedaron pedazos y añicos. El Cronopio concluyó entonces, que el destino ya lo tenía marcado y no tendría sentido ir contra él.
Hay en los Cronopios una suerte de abatimiento ante los saqueadores de vacunas, los ladrones de vidas, los hurtadores de privilegios y los cuatreros de las buenas posiciones en cualquier cola. Sabe que los Famas se inmunizan entre ellos, generándose entonces un escudo impenetrable de fueros y contra fueros a los que les imposible entrarles. Nunca vería a un Fama en el descampado y de a pie. Se sienten ya absueltos y no hace falta el legal trámite de un juzgado para que se los condene o se los redima. La historia, la inventada por los Famas, ya los perdonó y a los Cronopios solo les quedaba aceptarla.
Sin embargo hace unos días, cuando el Cronopio escuchó gritar y ver levantar dedos acusadores a una desbocada Fama que con bandera sobre su costado y acompañada de furibunda cadena mediática, blandía que blandía delaciones de todo grado, pensó por un momento si estos, los Famas, no estarían empezando a tener miedo. Si alguien grita tanto es porque a alguien quieren callar, reflexionó para sus adentros sin siquiera animarse a compartir esa cavilación con nadie. Sabía que ante tanta perversión, seguramente poco espacio quedaba para su rebelión.
“Dadas estas razones, los Cronopios acuden a los Famas para que fecunden a sus mujeres, cosa que los Famas están siempre dispuestos a hacer por tratarse de seres libidinosos. Creen además que de esta forma irán minando la superioridad-moral de los Cronopios”, un Julio Cortázar pleno nos lleva a discurrir en esta lenta e irremediable degradación de la sociedad. Pero el Cronopio seguía mascullando.
Tenía ante sí una compleja decisión. Podría bajar la cabeza y seguir haciendo filas que lo llevarían a la nada misma; anotarse en listas de vacunas que tendrían a otros destinatarios señores; pagar las deudas en tiempo y forma sin esperar los perdones que para algunos luego siempre llegarían o directamente salir y junto a otros Cronopios hacer una Revolución, por supuesto no de las armas llevar. Por el contrario organizar la más terrible y peligrosa revolución. Debía disponerse a la revolución de las provocaciones, de los apotegmas y de las ideas. Se quedó así mascullando entre los rincones y confines de su intimidad, dentro de esos espacios enormes que tenía en el alma y se dio cuenta que de esa forma estaría algo más libre, seguro más expuesto, pero podría andar sin permisos ni tapujos. Tarareó a Calamaro “..déjame atravesar el viento sin documentos..” y pensó que quizás era momento de salir de cacería.
Tributo a Julio Cortázar (1914-1984)
7 de marzo de 2021
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No es fácil ser cronopio. Lo sé por razones profundas, por haber tratado de serlo a lo largo de mi vida; conozco los fracasos, las renuncias y las traiciones. Ser fama o esperanza es simple, basta con dejarse ir y la vida hace el resto. Ser cronopio es contrapelo, contraluz, contranovela, contradanza, contratodo, contrabajo, contrafagote, contra y recontra cada día contra cada cosa que los demás aceptan y que tienen fuerza de ley.
Julio Cortázar
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"—Nunca nos quisimos —le dijo besándola en el pelo. —No hables por mí —dijo la Maga cerrando los ojos—. Vos no podés saber si yo te quiero o no. Ni siquiera eso podés saber."
(J. Cortázar, Rayuela cap 20)
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“ser cronopio es contrapelo, contraluz, contranovela, contradanza, contratodo, contrabajo, contrafagote, contra y recontra cada día contra cada cosa que los demás aceptan y que tienen fuerza de ley” -jc
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La he visto en el barrio \ He vuelto a saltar entre sus páginas. #rayuela #cortázar #novela #contranovela #literatura #book #booklover #literature #ijhernández #literaturaenvena #photography https://www.instagram.com/p/CAFB0vtFzo0/?igshid=u7688dlnrc4c
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Pórtico.
Mira que estabas desgarrándote los dedos por diversión en las cuerdas de la guitarra.
Está llamando alguien desde la entrada. Y no se le han oído los pasos.
Ninguna huella sonora de que haya llegado hasta aquí, ni evidencia que a esta hora teníamos visita.
(...)
Un celestial quizá, los ángeles, ellos andan sin paso. Pero hace mucho ya no llegan desde fuera y al filo de la medianoche.
(...)
Un alma rota, un espíritu, a esos les agrada lamentarse en vivienda ajena. Pero hace mucho que ese lugar de crimen donde dormitas dejó de ser un hogar.
– No es nada, te repites. – De vuelta a la rutina de violencia musical.
– Pero alguien está delante de tu puerta. –
Desde hace tiempo.
Que alguien se ha extraviado por estos lugares. Entre estos suburbios de asfalto.
Podría ser alguien de otros tiempos, de otras memorias. – Divagas –
Una tristeza que me habría seguido desde el principio del mundo.
Si hubiese tenido caballo habría podido ser mi verdugo. Me hubiese alcanzado antes de que construya estas maderas.
– Caminas hacia la planta baja.–
Aún queda una taza de café sobre la mesa, y el tornamesa sigue girando en reversa.
– ¿Oyes cómo está llamando? –
Como si no tuviera dedos.
Pero tampoco ala podría ser.
– Y la verdad jamás golpea de este modo. –
Al menos si hubiese llovido.
¿A quién esperas?
No es clima, ni animal. Y por encima de todo,
ya no te fías de las sombras de la ventana.
Te noto temblando.
¿Es que de tu reflejo también desconfías?
¿Tienes miedo?
Los recuerdos no llaman a la puerta.
Ni los sueños, esos entran por la ventana.
La violencia ya se agotó hace mucho.
No te preocupes; si es que ha llegado hasta aquí, no hay manera de pararlo y va a entrar.
Pero déjalo que llame, déjalo que golpee.
Espera hasta que canten los gallos por tercera vez.
Entonces remueve el pestillo,
abre la puerta,
levanta la mirada
y abrázate.
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"No es fácil ser cronopio. Lo sé por razones profundas, por haber tratado de serlo a lo largo de mi vida; conozco los fracasos, las renuncias y las traiciones. Ser fama o esperanza es simple, basta con dejarse ir y la vida hace el resto. Ser cronopio es contrapelo, contraluz, contranovela, contradanza, contratodo, contrabajo, contrafagote, contra y recontra cada día contra cada cosa que los demás aceptan y tienen fuerza de ley".
Julio Cortázar, Cronopio Mayor
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