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#comida para gatos preparada en casa
ztoa99 · 2 years
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Lo que los veterinarios deben saber sobre 3 dietas para gatos no convencionales
Lo que los veterinarios deben saber sobre 3 dietas para gatos no convencionales
Un veterinario nutricionista explora los riesgos asociados y los posibles beneficios de las prácticas de alimentación no convencionales Las dietas y prácticas de alimentación no convencionales para gatos son cada vez más comunes. Los resultados de un estudio de 2020 muestran que mientras que al 90 % de los gatos domésticos se les ofrece una dieta comercial convencional, solo el 32 % de estos…
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neswina · 8 months
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El gato magistral pasa de ayudar a Saku
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Promt: 19 - “What if we're wrong?“ / “¿Y si nos equivocamos?”
Fandom: The Masterful Cat Is Depressed Again Today (Anime)
Ship: Saku y Rio.
Audiencia: G
TW: none
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Yukichi estaba en el supermercado comprando lo que necesitaba para la cena. Vestía como siempre: con su delantal blanco, su cesta de la compra y sus zuecos de madera. Escogió un buen repollo, un par de zanahorias, sopesó si era mejor una bandeja de sashimi o de ternera y al final se decidió por lo primero, y por último cogió dos latas de cerveza para Saku. No sabía si se las iba a merecer, pero no estaba demás llevarlas por si acaso.
Cuando llegó el mostrador para pagar, Rio la dependienta de las mañanas, le dio los buenos días.
—Hola, Yukichi-san. Hoy vais a cenar bien.
El gato asintió.
—Fukuzawa… ¿está bien? —Rio se puso ligeramente roja al hablar. Y eso hizo que el gato magistral torciera la cabeza porque no sabía qué era lo que preguntaba exactamente la chica porque estar, estaba bien, tenía todo en su sitio, aunque fuera un desastre y no supiera vivir como un humano funcional, a veces se preguntaba cómo podía sobrevivir fuera de casa. Movió la cabeza para espantar el pensamiento y asintió fuerte— Me alegro de que esté bien. Espero verla pronto.
Rio se despidió de Yuchiki y este se fue directo a casa. Tocaba doblar la colada que ya estaría seca.
Mientras Fukuzawa, estaba en el receso para comer de su empresa. Siempre llevaba los obentos más deliciosos y vistosos de toda la empresa. Todos admiraban lo bien que cocinaba y hablaban de lo buen partido que sería para el hombre que se casase con ella. Y ella siempre pensaba lo mismo “como se descubra la verdad estoy acabada”.
—Oye, Fukuzawa, ¿cuándo nos vas a enseñar a cocinar? —Oshiro la miraba con ilusión.
—Eso, que quiero dejar de estar soltera… O por lo menos alimentarme mejor, lo que primero venga. —Sabaki se estaba comiendo un triste sándwich que había cogido de una máquina expendedora—. Así que no remolonees y dinos cuando nos puedes hacer una clase práctica.
—Esto… —Saku las miraba contrariada, no podía darles clases de cocina, no ha cocinado en su vida. Todo lo que lleva al trabajo, de comer, es porque Yukichi se lo hace. Tendría que hacer algo con la insistencia de las chicas.
—No, con el lío del trabajo y eso, no sé si podría daros clases…je. —Saku se felicitó internamente por saber salir del lío con éxito.
—Por eso no te preocupes, la semana que viene es la Golden week y podemos quedar cuando quieras para que nos enseñes. —Sabaki sonrió victoriosa.
—Esto…
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—Yukichiiiiiiiiii!!! —Saku entró corriendo en casa, se quitó los zapatos y se tiró encima del gato, que estaba terminando de hacer la cena—. No sé qué haceeeeeeer, ¡las chicas me han pedido que les enseñe a cocinar! ¡No les sirvió de nada que les mandara las recetas por internet! ¡Quieren verme cocinar! Esto va a ser un desastre….
Mientras ella se lamentaba, Yukichi procedió a ignorarla, terminar de hacer la cena, obligar a Saku que se metiera en la bañera y servir lo que había cocinado.
Por lo que ella entendió, no la iba ayudar. Estaba muerta socialmente. Descubrirían que era un gato gigante quien le prepara la comida. La separarían de Yukichi, se lo llevarían y nunca lo volvería a ver… Por suerte era sábado y podía relajarse, cuando salió del baño su cena estaba preparada en la mesa, calentita, acompañada de una cerveza fresquita.
—Gracias Yukichi. —Le dio un trago largo a la cerveza—. Aaaaaahh, qué bien entra así fresquita. Yukichi… —habló con la boca pequeña—. ¿no me vas a ayudar?
El gato estaba de rodillas apoyado en la mesa, que había en el centro de la sala, mirándola fijamente con el ceño fruncido. Negó con la cabeza.
—Pero que malo eres…. ¡Ayudame!
La noche transcurrió siguiendo el mismo patron, Saku preguntando y Yukichi negándose hasta que se fueron a la cama y se quedaron dormidos.
Al día siguiente, mientras el gato magistral se fue a hacer la compra para el día, Saku se fue a dar un paseo por el barrio, a ver si se le ocurría alguna excusa para evitar tener que dar clases a sus compañeras de trabajo.
—Saku-san! —Una voz conocida le sacó de sus pensamientos.
—¡oh! Rio, eres tú. Pensaba que estarías trabajando. Yukichi fue a hacer la compra.
—No, hoy me toca por la tarde. ¿Disfrutando del día libre? —Rio estaba muy contenta de ver a Saku, pensaba que se le iba a salir el corazón del pecho.
—Bueno algo así. Rio, me he metido en un lío…
—¿Qué ha pasado? —La chica se temía lo peor.
—Tengo que enseñar a cocinar a unas chicas de mi trabajo.
—Que susto, pensaba que era algo grave de verdad. —la chica sonrió para darle ánimos—. No será para tanto.
—Río, no he cocinado en mi vida. —Saku había cogido por los hombros a la chica—. Todo me lo hace Yukichi. ¿Entiendes ahora el problema?
—Oh. Sí que es un problema.
Rio entendió la situación inmediatamente. Muy poca gente conocía la verdad sobre Yukichi, solo Río, la señora Mei, la sobrina del jefe de Saku, Yume, y la madre de la niña. El resto de gente se cree que es un cosplayer raro que le gusta ser un gato y se lo toman, en opinión de quienes lo saben, demasiado bien.
—No sé qué hacer. —Saku se sentó en un banco a la sombra.
—¿Cuándo habéis quedado?
—El jueves que viene.
—¿En casa de Yuri Sabasaki? —Rio la miró con intensidad.
—¿Cómo lo sabes?
—¡Menuda coincidencia! Es mi prima, me contó que tenía una compañera del trabajo que era magnífica. Y ayer me llamó muy contenta, que me invitaba a su casa el jueves, que esa compañera le iba a enseñar a cocinar a ella y a Oshiro. Le dije que sí, para que no me diera la lata.
—¿Sabasaki es tu prima? El mundo es un pañuelo.
—Sí, la verdad es que si que lo es… —Rio ya no estaba tan alegre, porque pensó en su prima y en lo mucho que “admiraba” a Saku, igual que ella, y las dos sin saber que era la misma persona. Pero se repuso enseguida—. Bueno, pues tenemos que encontrar una solución. ¿Yukichi no te puede enseñar a cocinar?
—Llevo desde ayer intentándolo y no hay manera.
—Igual si le pregunto yo le puedo convencer.
—Lo podemos intentar. —Saku se emocionó—. Igual le podemos sobornar con unas latitas… Tendrán que ser muchas chuches.
—Yo creo que sí que lo convencemos entre las dos.
—¿Y si nos equivocamos? Y si sigue sin querer ayudarme… —Saku volvió a entrar en la espiral de negatividad…
—¡Mira! Por ahí va Yukichi, aprovechemos ahora…
Rio cogió de la mano a Saku y fueron juntas a convencer al gato magistral.
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mvrilynmxnrxe · 3 years
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Siempre me ha ido bien escribiendo lo que siento y lo que me afecta, así que seré lo más transparente y sincera posible para ver si logro drenar completamente lo que tengo en mi cabeza, ya que ese vaina del sueño me dejó con la espinita y sape gato:
He tenido días en donde te miro y quiero decirte todo lo que pasa por mi cabeza sin filtro alguno, pero no es lo adecuado porque yo no sé si mis palabras podrían llegar a herirte o a mal interpretarse y por ese mismo miedo de decir algo inapropiado no hablo lo "suficiente".
Empezaré hablando sobre el tema de la comida porque últimamente me ha estado jodiendo mucho. No, no he estado comiendo bien, por el día no como prácticamente nada, pero en las noches me dan muchísimos atracones que no puedo controlar y es horrible, me dan ganas de vomitar todo por el sentimiento de culpa tan arrecho, el agua se ha vuelto mi gran amiga porque me engaña el estomago. Las veces que como contigo veo el cielo, pero cuando me toca irme a mi casa siempre pienso "¿por qué acepté comer?". ¿Sabes qué es lo peor? las veces que me dicen que estoy "más delgada" (tbh yo me veo igual, pero ajá) me entra como una brisa de alegría, de emoción y eso me pone a pensar que si quizás no como por tantos días pueda bajar más de peso, estoy harta de tener esos pensamientos y me frustra no lograr nada porque la mayoría del tiempo me siento sola en todo este peo, y lo arrecho es que no lo estoy.
Siguiendo la misma linea, mi cabeza no para de compararme con absolutamente todo y eso ya me está cansando; y estamos hablando de lo físico nada más, yo odio la mayoría de mi cuerpo y es bastante frustrante porque todo en mi cabeza es un constante "si yo tuviese..." y no, es bastante agotador tener la cabeza en constante mierda. No te voy a negar que se me prendé esa espinita cada vez que dices que si "user" o algún comentario así (vaina que realmente no tomo mucho en cuenta porque realmente es equis, los ojos están para ver y lo entiendo porque hago lo mismo y eso no afecta nada de lo que siento o quiero contigo), pero lo que sí me molesta es que hables con gente que te quiere coger, no te lo "reclamo" porque siento que no debería, pero me incomoda mucho y no de pana que no sé como decirlo sin sonar o sentirme como una maldita tóxica, o para que tú no lo sientas así, lo menos que quiero es que pienses que ando con toxicidades. Mi ansiedad a veces se sale de control y no me gusta que me veas en ese estado, estoy demasiado expuesta y me cuesta pedir ayuda o aceptarla. Las pesadillas volvieron, no hay una noche que no las tenga (normalmente estando contigo sí descanso y no suelo tenerlas).
El siguiente tema si ya es algo que no sé como decirlo y realmente fueron pensamientos y varios insights que surgieron hoy (ayer). Ojo, me encanta experimentar cosas contigo, las disfruto muchísimo, pero me puse a pensar en algunas cositas y me entraron muchas inseguridades sexuales que considero bastante ridículas, pero al final son cosas que debo comentarte por mi comodidad y para evitar inconvenientes. La cuestión es que de alguna manera me excita cuando me hablas de como te coges a esta pana, pero luego de todo el acto me entra una sensación toda rara y en ocasiones me pasan pensamientos fugaces de que posiblemente te guste coger más con ella que conmigo, o te gusta más algo de que ella que mío, o quizás le tienes más morbo a ella, sinceramente son pensamientos estúpidos que no puedo controlar y los evito mucho. Entonces no sé si habla mi yo inseguro, mi yo posesivo o mi yo ridículo. Sí me gustaría hacer muchas cosas contigo, pero me di cuenta que no estoy del todo preparada para ello.
Aquí va otro tema, me he dado cuenta que mi miedo al abandono es más real que nunca y es arrecho, sé que no me vas a dejar o por lo menos no ahora y tengo muy claro que quieres estar conmigo y sólo conmigo, pero no quiero que te vayas nunca, no quiero perderte ni cagarla ni que la cagues, quiero todo lo lindo contigo y me desespera que mis malditas inseguridades salgan a flote (lo bueno es que no accionan), tú sólo estás ahí existiendo y yo tengo todo un peo en mi cabeza que me molesta no expresar, pero lo estoy intentado por este medio a ver si me funciona, nos funciona.
No sé si tienes alguna pregunta que hacerme, algo que decir o agregar, todo es bienvenido.
Por último, sólo quiero agradecerte por todo en tan poco, tengo una suerte increíble en estar contigo y poder compartir momentos a tu lado. Eres totalmente maravilloso en todos los sentidos y cada día quiero conocerte más y más. Quiero seguir construyendo una vida a tu lado hasta que tú y el tiempo me lo permita.
Te amo grandísimo, mi niño precioso.
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welele · 4 years
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Toda la verdad y nada más que la verdad, bueno, no
20 Reglas del COVID-19:
1. No puedes salir de casa, pero si lo necesitas, si puedes.
2. Las máscaras no sirven de nada, pero sí sirven, si puedes pontela, o si no un foulard o no te la pongas xq en realidad solo sirven si estas contagiado, pero puedes estar contagiado y no lo sabes. Entonces sí, las máscaras sí sirven, pontela. Ah, qué no hay? Pues no te la pongas, porque no sirve para nada.
3. Las tiendas están cerradas, excepto las que están abiertas.
4. No hay que ir a los hospitales, a menos que necesites ir, solo hay que ir en caso de emergencia ¿Cuándo es emergencia? Si ves que te estás muriendo es emergencia, entonces vete. Si no, quédate en casa porque es como una gripe… Bueno, es como una gripe fuerte. Bueno, es mucho peor que una gripe. Bueno, puede que mueras.
5. Los guantes no ayudan, pero pueden ayudar.
6. La comida en el supermercado no faltará, pero hay muchas cosas que faltan si vas al final del día pero no hay que ir por la mañana. Vete al final del día mejor y si falta algo vuelves al día siguiente. No, no, mejor no salgas.
7. Después de ir al supermercado, deja los zapatos en la puerta y lava la ropa a 60º, si la lavas normal el virus no se irá. Que este dando vueltas en la lavadora con jabón a 40º no mata el virus. Eso sí, si lo tienes en las manos, con que te las laves 2 minutos ya lo has matado.
8. El virus no afecta a los niños excepto en aquellos que lo tienen. Bueno, en Madrid ingresan muchos niños, pero más personas mayores (como en todas las enfermedades). Así que no, no afecta a niños.
9. Los animales no están contagiados, pero a pesar de todo un gato dió positivo en febrero en Bélgica... Cuando aún no se hacían pruebas a nadie, pero a este gato sí xq nos caía muy bien, y ya está. Los animales no lo tienen, solo algunos, pero no sabemos xq no les hacemos pruebas, así que están sanos. Aunque el virus lo han trasmitido los animales, pero ya no. Un murciélago, un pangolin, un Laboratorio, bueno no, fue un unicornio, o un panda, o un delfín. Un señor se comió una sopa de algo y la ha liao parda!
10. Tendrás muchos síntomas si estás enfermo, fiebre muy fuerte, pérdida de olfato y gusto, falta de aire, disnea....Pero también puedes enfermarte sin ningún síntoma, tener síntomas sin estar enfermo (embarazo psicológico) o ser contagioso sin síntomas o tener alergia a la primavera o alergia a la primavera y te mueres de todas formas pero no.
11. Para no estar enfermo, tienes que comer bien y hacer deporte, pero come lo que tengas a mano y no salgas a hacer deporte. Bueno, en casa puedes, hay muchos vídeos, todo el mundo hace deporte. Yoga yoga, haz mucho yoga.
12. No tengas contacto con personas mayores, pero tienes que cuidarlos y llevar a tus vecinos mayores compras y medicinas. Es decir, ten contacto.
13. Puedes pedir comida preparada que tal vez la haya preparado  personas que no usan máscaras ni guantes. Pero cuando te llegue no te la comas y dejas que se descontamine por 3 horas afuera de la casa.
14. No puedes ver a tu madre o abuela, pero puedes coger un taxi y conocer a un taxista mayor o hablar con la de la farmacia que es una señora mayor muy simpática.
15. El virus permanece activo en diferentes superficies durante dos horas, no, cuatro, no, seis, no, no, no hemos dicho horas, tal vez sean días? Pero necesita un entorno húmedo. Oh, no, no necesariamente.
16. El virus permanece en suspensión en el aire, o no, o sí, tal vez... especialmente en una habitación cerrada. En una hora un enfermo puede contaminar diez, así que si cae un niño, todos vuestros hijos ya han sido contaminados en el Escuela hace tiempo, pero mejor las cerramos xq no se han contagiado todavía.
17. Se dice el número de muertos pero no se sabe decir cuántas personas están infectadas. Vamos a hacer pruebas masivas, pero mañana, no pasado, no la semana que viene. Bueno, ya las haremos, no hay prisa. Es que nos dieron tongo con los tests. Pues ya no las hacemos ala! si te sientes mal estás contagiado y ya está.
18. No tenemos tratamiento pero tal vez haya uno, que aparentemente no es peligroso y funciona pero en realidad no, o sí ,tal vez, es que solo ha dado buenos resultados en algunos pero no en todos, entonces tenemos tratamiento, pero no, no tenemos.
19. Deberíamos permanecer confinados hasta que el virus desaparezca pero solo desaparecerá si llegamos a una inmunidad colectiva y por lo tanto, siempre que circula... y para eso tenemos que dejar de estar confinados...
20. No os preocupeis que está todo controlado y lo tenemos todo claro xq en Egpaña hay los mejores pofesionales y sanidá. La Reina Letizia bien de salud, gracias.
PD: Sal a aplaudir y canta Resistiré varias veces al día para no deprimirte. Que cada día que mueren 500 personas, sea como si a diario se estrellase un avión con 500 pasajeros, no quiere decir nada xq el número va bajando, y es una cifra y es importante aplaudir y cantar y ambiente festivo. Españoles mucho españoles.
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j-g-t-f · 3 years
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Mascota
¡Buenas noches señorita Mapache! ¡Luce muy bella el día de hoy! Este día (en el que escribo este texto) me encuentro muy feliz, simple y sencillamente porque una vez más me encuentro escribiendo para usted. ¿No es raro, verdad? En serio que escribir estas pequeñas temáticas y personalizadas para usted cada día me hacen sentir alegre, porque sé que al final del día usted las va a leer… Así que… Gracias en verdad por leerlas, por seguir aquí y por tenerme paciencia}
Espero que en el momento en el que esté pasando sus ojitos bellos por estas palabras, haya tenido un día espectacular, que le haya pasado una cosa buena el día de hoy, o que si al contrario, se esté preparando para iniciar una nueva jornada de actividades, sepa usted que es una persona maravillosa, extraordinaria, increíble, audaz, preparada, valiente e inteligente. Sé que hay cosas en la vida para las que a veces no estamos preparados y está bien si no lo estamos o si llegamos a fallar, porque es parte de vivir y es parte de aprender. Sé que usted cada día es una mejor persona y por eso estoy tremendamente orgulloso de usted.
Esta carta nos reúne nuevamente con una palabra que me evoca recuerdos y emociones muy personales: Recuerdos que, literalmente han marcado mi vida y mi forma de ser, no nada más para mí y para otras personas, sino también para el trato que le doy al universo vivo: L a s m a s c o t a s.
Como usted sabrá, mis padres, ambos, son veterinarios. Mi mamá nunca ejerció su carrera por una cosita bien tonta, o sea, yo mero, y mi papá trabajó durante muchos años en una empresa de leche, atendiendo a las vacas de los establos de la empresa, hasta que por un desafortunado juego de volley ball, mi papá tuvo un accidente y dejó de trabajar ahí… Pero esa es otra historia.
Debido a la carrera de mis padres, tuve contacto desde pequeño con toda clase de animales (sobre todo vacas), pues a ellos les interesaba que aprendiera a tratar con amor, respeto y dignidad a los animales, y para serle honesto, yo adoraba (adoro) estar con ellos, por lo que a muy temprana edad tuve contacto con perros y gatos. Mis primeras mascotas fueron precisamente perros y gatos:
La primera fue Sisi, una perra labrador color negro, de carácter muy dócil pero que adoraba salir a correr por las calles cuando se lograba escapar de la casa. Mis padres le pusieron este nombre porque yo de pequeño a todo respondía que No. LA segunda en llegar fue Felisa, una gata callejera que adoptó mi cochera y el viejo Jetta que mi abuelo le regaló a mi mamá como hogar, así que nosotros le dimos una familia. Ella se sentía tan a gusto ahí que varias veces tuvo a sus bebés ahí y a todos los cuidamos tanto como podíamos, los dábamos en adopción y hacíamos lo posible porque estuvieran cómodos, pero siempre terminaban huyendo.
Un tiempo después llegó Buu, nuestra primera chihuahua. Ella era la consentida de la familia, le dábamos de comer (en ocasiones) comida de humanos y se paseaba por la casa como si fuera de ella. Realmente era la reina de la casa y nadie le decía nada, y tanto era el amor que le tenía la familia, que un día, pensamos que había desaparecido y todos TODOS se pusieron a llorar pensando que se había perdido… Cuando en realidad estaba comiendo un hueso de chuleta debajo de una de las camas.
Durante algunos años tuvimos otras mascotas pequeñas en casa, entre los que puedo nombrar algunos canarios que nacieron de los que mi abuelo cuidaba en su casa, un pequeño tanque con 4 tortugas que nadie me enseñó a cuidar, una iguana que repitió el caso de las tortugas y dos gatos que, lamentablemente vivieron muy poco en casa debido a enfermedades relacionadas a las vías urinarias.
Un tiempo después de cruzar a Buu con su primer novio, ella tuvo a Nacha. Nacha era un poco fea y nerviosa debido a las negligencias que en su momento Buu tuvo con ella, pero a pesar de su porte tan extravagante y su extremo nerviosismo, era la adoración de mi hermana y así o fue durante cerca de 15 años.
La parte triste de tener una mascota, es que te das cuenta de que envejecen un poco más rápido que uno mismo… Por lo que intentamos siempre darle la mejor vida posible y que sepa no sólo que en nosotros encuentran un amigo o compañero, sino una familia, un refugio, un hogar…
Sisi se fue en el 2011 con 12 años de edad. Ella sufría de un tumor en el estómago que la aquejaba. Era un perro realmente fuerte y reciliente, por lo que no nos dimos cuenta cuando enfermo sino hasta que fue ya muy tarde. El día en que ella falleció, yo sufrí de un dolor de abdomen tan increíble que no lo he vuelto a sufrir en mi vida. Su partida me dejó un hueco en mi corazón, pero supe que ya estaba descansando.
Felicia se fue antes que todos. Ella, por su naturaleza callejera, tendía a volver a casa con cachorros encargados, por lo que decidieron en casa esterilizarla y hacer que viviera adentro… Pero cuando se recuperaba, escapó del lugar en donde la tenían y no supimos qué fue lo que le pasó.
Pero con la partida de Sisi y Felicia, dos nuevos corazoncitos comenzaron a latir en casa nuevamente: Moka llegó en 2011, unos meses después de la partida de Sisi. Ella es, sin lugar a dudas, el perro más desordenado e irreverente que he conocido, pero al mismo tiempo, la más fiel y juguetona del mundo. Unos años después, en 2014, Moka tuvo junto con su primer novio a Tacha. Ella se llama así por la letra de una canción (pobrecita, la canción es terrible), pero ella ha sido el perro más dulce y amable que existe, porque vive nada más para dar amor. Tanto así es que nunca la he escuchado ladrar.
Un tiempo después, en el 2012, llegó Mel... Es el gato más antipático, grosero, presumido, desordenado y llama atenciones que he conocido en mi vida… Y el pequeño gordo desmadroso es el animal que más he amado en toda mi vida y dudo que algo así vuelva a pasar. Mel ha estado en mis peores momentos, en los de mayor tristeza y peor humillación. Ha estado cuando más molesto, insignificante y peque��o me he sentido… Y a pesar de su naturaleza tan excéntrica e independiente, Mel siempre ha estado ahí cuando nadie más lo estuvo.
Tiempo después de que Mel, Moka y Tacha llegaron, tuvimos algunas partidas más: Buu, con 17 años de edad y sufriendo ya de algunas enfermedades crónicas debido a su avanzada edad, partió de este mundo mientras buscaba comida en la basura, una de las cosas que más amaba hacer en el mundo. Estoy seguro de que se fue feliz y quiero creer que todos le dimos la vida que merecía.
Unos años después, en 2020, Nacha se unió a su mamá y cruzó el puente arcoíris. Mi hermana peleó, sufrió y lloró como nunca, pues ella era como su hija y la cuido siempre hasta el último momento.
Pero como ya sabrá, la historia sigue y el mundo sigue su marcha. La casa se sentiría muy triste sin mascotas por lo que nuevas vidas pisaron este techo: Pinta y Dayas llegaron hace algunos meses y son las gatas más traviesas que he conocido, pero también las más tiernas y adorables. Mientras que, en el departamento de caninos… Tenemos a Bicho, quien llegó hace algunos meses… Y estoy seguro de que sabe cómo va la situación con ella.
Hay tantas anécdotas con mascotas que tengo que realmente me costaría un libro completo contarle todo lo que he pasado con ellas, pero, una cosa sí le puedo decir: Las mascotas son parte de nuestra vida tanto como nosotros somos parte de la vida de nuestras mascotas, por lo que, en opinión personal, creo que es nuestra responsabilidad hacer su tiempo en la tierra, el mejor que haya tenido en su vida…
Hades tenía a Cerbero… Yo tengo a un gato llamado Mel.
Siempre suyo – Aidoneo
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eldiariodelarry · 4 years
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El Diario de Larry: San Valentin
Especial Anterior: Navidad
Se sentía cierta calma en el ambiente. El turno había estado muy tranquilo, tanto que alcancé a dormir un par de horas durante la noche, porque no había habido mucho movimiento de pacientes en urgencias.
—¿No te parece raro que no haya venido nadie durante la noche? —le pregunté a la Caro, mi colega.
—¡Shhh! —me hizo callar—. No digas eso, ¿no ves que después llegan todos amontonados al terminar el turno?
Me encantaba hacerla delirar diciendo esas cosas frente a ella. Era extremadamente supersticiosa.
—Ya, ya, tranquila, ¡si no va a pasar nada oh! —le dije riendo.
—¡Tampoco digas eso! —respondió golpeándome el brazo, incapaz de aguantar la risa.
Terminamos de preparar todo para hacer la entrega de turno, y al menos hasta que terminamos nosotros, no había llegado aún la horda de pacientes.
—La verdad, sí me pareció raro —me dijo la Caro mientras caminábamos hacia la salida del hospital—. Por lo general en esta fecha llegan muchos accidentados.
—Si, si por lo mismo te lo decía —coincidí, pensativo—. Quizás es porque hoy es miércoles —supuse.
—Si, puede ser —concordó conmigo—. Oye, ¿y que van a hacer ustedes para celebrar el día de los enamorados?, ¿o el Bryan no va a estar acá en la Isla hoy? —cambió el tono de voz y se puso en modo copucha.
—Si, el Bryan llega hoy de Puerto. Le tengo preparada una sorpresita.
—¿Qué cosa? —quiso saber, entusiasmada.
—Un picnic, en el mismo lugar donde nos besamos por primera vez.
—¡Ay qué lindo! —dijo, mostrando emoción en su voz—. Ojalá mi gordo hiciera lo mismo.
—¿Por qué? —me reí—, ¿qué tienen planeado?
—Vamos a ir a cenar al Costanera.
—¡Rico po! —le dije—. ¿Y qué van a hacer con los niños?
—Los vamos a dejar con la hermana del gordo por la noche. Ella feliz. Así después tendremos la casa sola para estrenar unos juguetitos que compré el otro día —dijo con tono coquetón.
—¡Cochina! —le dije riendo—. Y tu quejándote de que lo pasarías mal.
—Igual la idea del picnic es bonita —me dijo, mientras llegábamos a la esquina donde nuestros caminos se separaban—. No olvides echarte repelente —me aconsejó.
—Lo tendré presente —respondí, un poco descolocado por el consejo—. Que disfrutes, nos vemos el sábado.
—¿El sábado?, ¿no vienes mañana?
—No, pedí el día —le dije con una sonrisa en la cara.
—Aaah, cochinón. ¡Vas a estar tirando con el Bryan tres días seguidos! —dijo riéndose, levantando la voz un poco más de lo normal.
—¡Cállate! —le dije riéndome también—. Ojalá que así sea.
—Ya, ya, no lo digas porque o si no, no se cumple —ella y sus supersticiones.
Nos despedimos con un abrazo y nos separamos. Me fui todo el camino con una sonrisa en la cara, ansioso para que llegara la tarde y poder ver por fin al Bryan, después de tantos días.
Desde hace poco más de una semana que no lo veía, y a pesar del poco tiempo, lo extrañaba mucho. Probablemente el haber estado haciendo turnos extras cubriendo a algunas colegas me había hecho eterna la semana, o quizás el saber que era el día de San Valentín me tenía aún con mas ansias de verlo. O quizás ambas.
Sea cual fuere la razón, sabía que quería verlo y no podía esperar.
Abrí la cerca de madera que marcaba el límite del jardín y el inicio de la acera, y subí los tres peldaños que daban hasta la puerta de la casa. Mi casa.
Bueno, técnicamente no era mi casa, porque con Bryan solo arrendábamos por el momento. Pero era nuestra casita, nuestro hogar. Pequeña, pero suficiente para los tres.
Metí la llave en la cerradura y abrí la puerta para poder entrar. Salem llegó caminando a máxima velocidad para saludarme y acariciar su cuerpo entre mis piernas. Maulló y ronroneó demostrándome su emoción al verme llegar. Lo tomé en brazos y acaricié su negro pelaje, y me dirigí hasta el rincón del living donde estaba su comedor, para verificar que tuviera comida suficiente, y cambiarle el agua.
Cuando llegamos a arrendar la casa hace ya ocho meses, nuestra vecina, la señora Patricia, nos dijo que alguien había tirado una caja con cuatro gatitos recién nacidos en la plazoleta, que estaba a una cuadra de la casa. Nos preguntó si los podíamos adoptar, pero solo alcanzamos a adoptar al último que quedaba. La bola de pelos negra más hermosa que había visto. Cuando nos vio por primera vez, maulló como pidiendo que no lo abandonáramos.
Y lo adoptamos.
—¿Qué nombre le ponemos? —me preguntó Bryan, acostado sobre la cama, con los brazos cruzados bajo su mentón mientras miraba con ternura al nuevo miembro de nuestra pequeña familia, a escasos centímetros de su rostro, familiarizándose con nuestra cama.
—Salem —propuse, por el gato parlante de Sabrina, la Bruja Adolescente.
—¡Perfecto! —dijo el Bryan, levantándose de la cama, y parándose a mi lado—. Elegiste el nombre perfecto —me dio un beso en la comisura del labio y puso su mano en mi hombro, y miramos con orgullo a nuestro nuevo miembro de la familia. O nuestro dueño (nunca se sabe con los gatos).
Al principio nos costó acostumbrarnos. Ninguno de los dos había criado un gato desde chico antes, así que no sabíamos que sería tan dependiente.
Le teníamos una cajita con cobijas y harta comida, pero a media noche nos despertaba con sus maullidos, desesperado por un poco de compañía. Finalmente, Bryan se levantaba y lo llevaba hasta la cama para que durmiera con nosotros, donde se quedaba dormido plácidamente entre los dos.
Ahora, ya estando más grande, se sube a nuestra cama a dormir solo si uno de los dos no esta en casa. Cuando estamos los dos, duerme sobre su propia cama, que está en la silla a los pies de muestra cama.
Para el picnic sorpresa de San Valentín, me dispuse a preparar un queque de limón, como los que le encantan al Bryan.
Tenía pronosticada su llegada para alrededor de las 15 horas, ya que se desocuparía de su última reunión cerca del mediodía.
Alisté las cosas que necesitaríamos. Un mantel grande para poner en el pasto, un termo con agua hirviendo, hartos bocadillos, sándwiches, jugos y leches en caja, para ofrecerle variedad de bebestibles, y quedaría pendiente el queque. Además fui donde la señora Patricia a pedirle una carpa y un colchón inflable, que había prometido conseguirme con su hijo. La idea era acampar en el lugar, igual como hicimos esa noche en que me había venido a ver a la Isla junto con el Victor para ver como llevaba emocionalmente mi término con el Huaso.
Estaba todo ya casi listo, yo ya estaba bañado y vestido con mi mejor atuendo romántico/outdoor. Solo faltaba lo más importante: La pareja.
Cuando eran las dos de la tarde, el Bryan me llamó con malas noticias.
—Larry, no voy a poder llegar temprano —me informó—, la reunión aquí se está alargando mucho, y no veo que haya solución temprana. El Seremi quiso reunirse de forma individual con cada directiva de los distintos hospitales, en vez de recibirnos a todos juntos.
—¿Y por qué hizo eso? —le pregunté, acumulando rabia contra el Seremi por mantener al Bryan lejos de mí.
—No sé, para intentar coimearlos a cada uno por separado y debilitarnos, supongo. Te llamo cuando me desocupe, ¿ya?
—Bueno, cuídate —le respondí, intentando no demostrar mi decepción con la voz.
—Te amo —me dijo a modo de despedida, y cortó la llamada.
Bryan ahora tenía un cargo más administrativo, al cual había podido optar por su buena ética laboral. El sueldo era mayor, pero le consumía bastante más tiempo, teniendo que estar asistiendo a reuniones y comités regionales fuera de la ciudad.
La semana anterior, había asistido a una serie de reuniones de epidemiología con respecto a los casos de Hanta, las cuales se extendieron hasta el día lunes de esa semana, para el día martes volar a Puerto Montt y asistir a las reuniones con el Seremi por temas relativos al abastecimiento del Hospital.
Él quería venirse a la casa la noche del lunes y el martes, y partir a Puerto Montt temprano en la mañana, pero le aconsejé que mejor no, que no alcanzaría a llegar de forma puntual a las reuniones que tenía.
Y así fue como me quedé solo para el día de los enamorados, con toda la sorpresa que le tenía preparada a mi pololo, arruinada.
Dejé todo ordenado y me puse a limpiar la cocina. Más tarde vi tele un rato y me acosté temprano, cerca de las ocho de la tarde, sin ganas de nada, cansadísimo después de no haber dormido nada al salir del turno.
No sabía qué hora era cuando unos dulces labios me despertaron del tranquilo sueño que estaba teniendo. Abrí los ojos y el Bryan estaba sentado en la cama, junto a mi, vestido con un pantalón de tela y una camisa blanca, la cual brillaba bajo la luz de la luna que se colaba por la ventana. En las manos llevaba un pequeño paquete de regalo junto a una rosa. Me sonrió y me acarició el rostro.
—Feliz dia de San Valentín, mi Larry —me dijo, y se acercó nuevamente a besarme, probablemente para ver si producía un efecto sinérgico con el beso anterior para lograr despertarme del todo. No lo logró—. Perdón por no estar junto a ti —dijo con pena.
—No importa. Ahora estas aquí —murmuré, aún adormecido, pero feliz por saber que ya estaba junto a mi.
El Bryan sonrió, se puso de pie y se desvistió rápidamente.
—Hazme un espacio —me dijo, acostándose junto a mi.
Me envolvió con sus brazos y me besó la frente.
Acomodé mi cabeza en su pecho, y dejé que su aroma me invadiera.
Ya estábamos juntos al fin.
Y con ese pensamiento, me entregué al mundo onírico que luchaba por llevarme de vuelta.
 Al despertar, Bryan me estaba dando la espalda y yo tenía mi mano derecha debajo de la almohada que estaba usando él, como último vestigio de una cucharita que hacía rato de había desarmado.
Lo observé en silencio por unos segundos. Su cabello castaño corto, como siempre lo usaba; su espalda, que tantas veces había apretado entre mis brazos; su nuca, que le encantaba que le diera besitos ahí de sorpresa; y su cintura, que se mantenía delgada a pesar del poco tiempo para la actividad física que había tenido últimamente.
Sonreí por saber que ya estábamos juntos, que no había que esperar más tiempo para abrazarlo, para sostener su mano o para besarlo. Bueno, quizás sí debía esperar unos minutos hasta que despertara; pero ahí estaba, junto a mi.
A los minutos Bryan se despertó, y se volteó para quedar frente a frente conmigo. Me sonrió con los ojos entrecerrados demostrándome que también se alegraba mucho de verme, a pesar de que seguía medio adormecido.
—Buenos días —me dijo, pasando sus suaves dedos por mi mejilla.
—Buenos días —le respondí, sonriendo, y no pude aguantarme y me acerqué de inmediato a besarlo.
El Bryan se entusiasmó de inmediato y me abrazó con fuerza, y luego comenzó a acariciar mi espalda desnuda.
—Estoy tan feliz de volver a verte —me dijo, una vez terminamos de besarnos.
—Yo también —respondí con sinceridad, y volví a darle un corto beso.
Bryan se contorsionó para alcanzar el paquete de regalo y la rosa que había traído consigo la noche anterior, y que estaban sobre el velador a su espalda.
—Feliz San Valentín —me dijo, con una sonrisa en el rostro.
—Gracias mi amor —le di un beso como agradecimiento. Abrí el regalo, intentando no romper el papel, y me encontré con un libro: Dos Chicos Besándose de David Levithan. Lo ojeé emocionado, ansioso por comenzar a leerlo—. ¡Me encanta!
—Bueno, igual hice trampa, porque lo leeré yo también, así que es un regalo para los dos.
—Yo también te tengo un regalo trampa —le dije, levantándome rápidamente de la cama, y me dirigí descalzo hasta la cocina a buscar el queque que había horneado el día anterior. Estaba buscando un cuchillo y un par de platos para llevar a la cama, cuando el Bryan me abrazó por detrás—. No, vamos para la cama.
—¿Y todo esto? —preguntó sorprendido por la gran bolsa de género llena de comida y cajas de jugo y leche.
—Es parte de la sorpresa que tenía preparada para ti el día de ayer —le respondí, recordando la pena que me había producido el no haber podido realizar el picnic, y le expliqué en qué consistía mi plan.
—¿Y qué tiene que no hayamos podido hacerlo ayer?, ¡hagámoslo hoy! —dijo entusiasmado.
—¿Seguro?, ¿no tienes que trabajar mañana? —pregunté, inseguro.
—Puedo pedir el día, por haber tenido que trabajar hasta tarde ayer —me dio un beso en la sien—. Va a estar lindo —me sonrió achinando sus ojos y no pude evitar sentirme el hombre más afortunado por tenerlo como pololo.
—Como tú —le respondí.
—Como tú —juntó su frente con la mía y justo en ese momento Salem saltó a la mesa de la cocina, como queriendo ser parte de la ocasión.
—Como Salem —dije, y ambos nos reimos.
Tomamos desayuno, más tarde cocinamos algo rápido de almuerzo, para después preparar los últimos detalles y partir hacia la zona donde hace un par de años habíamos acampado con el Victor.
Cerca de las cinco de la tarde nos despedimos de Salem, dejándole el plato lleno de comida y agua fresca, y salimos de la casa, camino al terminal, con todas las cosas necesarias en la mochilera de cada uno. Tomamos una micro que viajaba hasta Quellón, y nos bajamos antes de llegar a la ciudad, recordando más o menos donde había sido nuestro sitio de acampada.
—¿Estas seguro que era aquí? —me preguntó Bryan, un poco inseguro del lugar donde estábamos.
—Si, aquí era —respondí convencido—. Recuerda que era un poco más al sur de esa iglesia que se ve por allá —apunté con el dedo en dirección a la iglesia que mencioné—. Mira, ahí está el tronco, donde nos sentamos esa vez, ¿recuerdas?
Bryan se sonrojó levemente, como avergonzado por lo que había ocurrido esa noche.
—Lo recuerdo MUY bien —respondió finalmente. Se acercó a mí y me tomó de las manos—. Esa noche por fin pude comenzar a ser quien realmente soy.
—Estoy muy orgulloso de ti —le dije, mirándolo a los ojos—. Y estoy muy feliz de que hayas tenido la valentía de hacerlo. Si no lo hubieras hecho no estaríamos aquí ahora.
—Yo estaría en Antofagasta trabajando.
—Y pololeando con alguna niña —agregué.
—O con el Nico —sugirió él, provocando una impresión en mí.
—¿Ah si? —me reí, impresionado por su ocurrencia.
—Es broma, es broma —corrigió de inmediato, haciéndome cosquillas en el abdomen, intentando desconcentrarme—. Siendo realistas, es más probable que tu estés con una chica acá, antes que yo vuelva a estar con una en Antofa.
—Idiota —me rei, y le di un beso.
Nos pusimos manos a la obra, armando la carpa, inflando el colchón y preparando el picnic. El Bryan amó el queque que había horneado para él (y a decir verdad, estaba exquisito).
—Me encanta como cocinas —me dijo tras tragar el último bocado de su tercera porción de queque. Hacía unos minutos que el sol había desaparecido de nuestra vista, pero aún el bosque a nuestro alrededor tenía un tono grisáceo, por los últimos restos de claridad.
—Me encanta que te encante. Así te puedo engordar para que no te miren —bromeé.
—Inténtalo todo lo que quieras, pero no lo vas a lograr. Mis genes no me permiten engordar. Aparte no es necesario. Cuando ando contigo todos te miran a ti.
—Mentira —resoplé.
—¡En serio! si eres el ser más hermoso que haya pisado la tierra.
Me quedé absorto mirándolo a la cara, su sonrisa de genuina felicidad y sus ojos, que me expresaban todo lo que decían sus palabras.
—Soy el hombre más afortunado del mundo —murmuré, casi pensando en voz alta, cambiando totalmente el hilo de la conversación.
—¿Ah? —Bryan quedó confundido.
Hubo un silencio de un par de segundos, solo interrumpido por el grillar a la distancia de grillos, ocultos en la oscuridad de la noche.
—Que soy el hombre más afortunado del mundo. Por tenerte a ti, aquí, conmigo —me acerqué a él y le tomé la mano—. Gracias por aguantarme y hacerme feliz dia a dia —le dije mirándolo a los ojos, sintiendo cada palabra.
—Gracias a ti, mi Larry, por dejarme entrar en tu corazoncito —con su dedo índice dibujó un corazón en mi pecho—, y permitirme ayudarte a rearmarlo.
Nos besamos con cariño, demostrándonos con ese simple acto todo lo que nos queríamos.
—Creo que deberíamos guardar todo, y entrarnos —me dijo el Bryan, pasando su mano por mi pierna. Yo asentí, y de inmediato nos pusimos de pie para guardar las cosas del picnic y dejar bien limpio antes de entrar.
Ingresé a la carpa, y me recosté de espaldas, con los codos apoyados en el colchón. El Bryan se arrodilló frente a mi y se inclinó para besarme mientras con su mano me acariciaba el abdomen por debajo de la polera.
Le saqué la polera y él hizo lo mismo, y me incliné para desabrocharle el short de mezclilla que estaba usando. Le hice sexo oral como sabía que a él le gustaba, mientras él me acariciaba con suavidad el cabello, disfrutando cada segundo.
Tuvimos sexo, suave en principio, duro a ratos, pero por sobre todo, apasionadon. Toqué cada centímetro de su cuerpo, sintiéndolo, besándolo, mirándolo, y enamorándome cada vez más de él, de su mirada de cariño y preocupación, de su sonrisa levemente torcida a la izquierda, de su voz susurrándome al oído cuanto disfrutaba el momento.
Terminamos recostados de espaldas sobre el colchón, sudados y agotados, felices de haber tenido una oportunidad más de estar juntos y hacer el amor. Nos besamos una vez más, antes de quedarnos dormidos.
Despertamos temprano a la mañana siguiente, son el cantar de los pajaritos. Tenía frío, así que me levanté de inmediato para vestirme. Me quedé afuera de la carpa un rato, mirando los pájaros en los árboles, intentando descifrar a cada uno por su canto.
Al rato el Bryan salió de la carpa solo con su bóxer puesto.
—Vístete —le dije, preocupado de que se pudiese enfermar.
—No es necesario, tú me abrigas —se acercó hasta donde estaba yo, y me abrazó—. ¿Cómo dormiste?
—Genial. ¿Y tu?
—Excelente —me dio un besito en la frente.
—Estuvo rico, lo de anoche —le dije, comentando con sinceridad lo que me había parecido nuestro encuentro sexual.
—Siempre es rico contigo —respondió con tono coqueto.
Nos quedamos abrazados por un par de segundos más, hasta que nos organizamos para desayunar. Un par de sándwiches nos habían quedado del día anterior, y nos los comimos con un juguito en caja, y con el agua que aún quedaba en el termo preparamos un tecito.
Después de eso nos dispusimos a desarmar el campamento. Desinflamos el colchón y lo guardamos en la ajustada funda de género que tenía, y luego desarmamos la carpa, que nos dio un par de dolores de cabeza al no lograr recordar como venía todo metido en la bolsita correspondiente.
—Me gustó tu regalo, de haber venido a acampar —me dijo el Bryan, una vez terminamos de levantar todo, y dejar todo limpio en el lugar.
—A mi igual —lo tomé de las manos—. Deberíamos repetirlo todos los años.
—Esa es una muy buena idea —coincidió él
Nos dimos un último abrazo en el lugar.
—Te amo, mi Bryan —le dije.
—Y yo a ti, mi Larry —me respondió, y nos dimos un beso riéndonos por la cursilería que nos dijimos.
Comenzamos a caminar buscando la carretera, tomados de la mano, de vuelta a nuestras vidas rutinarias.
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Preguntas por chat.
@selgonzalez25
Como está Espero esté Bien. Le Agradezco Por sus Palabras Dios La Bendiga. ❤️🙏 Sabe a veces Llegan de nuevo los bajones por el pasado, la mente viene a hacerme acordar de todo lo malo, me siento solo asi tengas amigos que me apoyen y eso pero igual Son bajones incontrolables que hacen pensar muchas cosas, lo que va al caso es que Hay una Amiga Que hemos conversado asi todo bien, y le gusto y me gusta pero Todo lo que me dijo Siento que es mentira, porque ya no conversamos como solíamos hacerlo, Tiene Algúnos problemas por los cuales no podemos estar juntos ahora, porque ella dice que quiere estar conmigo y tan vaina Pero Tengo que esperar hasta que ella esté bien con ella mismo y le dije si está bien Porque En mi está, estar con ella Y Conversamos asi Algo cursi pero Ella es asi Fria, dura y entiendo eso pero ahora ya no es como lo mismo. Tengo Full baja autoestima y Siento que nadie Va estar conmigo y no se que hacer de verdad. 😭😭😭😭😭😭😭😭
@tengomilpalabrasparati​ 💚
Hola!
Lo de tu amiga suena a que pueda estar intentando ponerle fin a otra relación o lo haya acabado de hacer y ahora se sienta confundida = choque de emociones, por eso necesita aclarar su mente y tiempo para desconectar de lo ocurrido, con lo cual no presiones porque para iniciar una relación y que funcione, primero ella ha de superar a su ex.
A ver, esto son deducciones mías según lo que me cuentas que ella te dice, primero pienso en lo lógico y en las situaciones o patrones que mas se repiten.
Pero eres tu quien ha de hablar abiertamente con ella, porque tampoco puedes ponerte en pausa por nadie porque quizás cuando ella está preparada tu ya no tengas ganas de estar con ella o incluso puede que ella tarde en sentirse lista para reanudar su vida sentimental.
Amigo en la vida hay luces y sombras.
No se trata de estar bien y pensar en positivo todo el tiempo, ni de ver sólo lo malo y ahogarse en un vaso de agua, todo es una cuestión de equilibrio.
Es muy útil ser optimista y positivo, centrarse en lo que puedo mejorar, en mis metas, en potenciar mis recursos. Pensar ¿cómo puedo hacerlo? en lugar de ver sólo las dificultades.
Pero se trata de fomentar un optimismo inteligente, racional, no el optimismo ingenuo del «todo va a salir bien si me lo propongo» o «si pienso en positivo todo es posible».
La tristeza no es mala es una emoción básica. Universal. Todos la sentimos. ¿Qué sería de la poesía, la música, el arte en general sin la melancolía y la tristeza?
La tristeza no es «mala», es incómodo y doloroso sentirla, si, pero no hemos de huir de ella. Forma parte del abanico de emociones de un ser humano, no es sano negar ninguna de nuestras emociones.
¿Qué hacer frente a un bajón?
En primer lugar: escúchate a tí mismo. La tristeza usualmente nos informa de una añoranza, una insatisfacción, una necesidad no cubierta, una frustración por no corresponderse nuestros deseos y expectativas  a la realidad. Escucha a tu tristeza, acéptala, no la niegues, no le tengas miedo. He conocido a gente que al sentirse tristes se ponen a hacer cosas sin parar y a distraerse para no afrontar a la tristeza. No la quieren admitir. No se trata de encerrarte en tu casa con las persianas bajadas a escuchar música triste durante días, pero si la tristeza aparece: no la ignores. Date permiso para estar triste.
Consuélate: una vez escuches qué te dice tu tristeza, trabaja tu diálogo interno y contéstate a tí mismo ¿Qué puedo hacer para estar mejor? Mímate. Dedica tiempo a consolarte, al autocuidado, busca la compañía de la gente a la que quieres.
Racionaliza los pensamientos negativos y distorsiones cognitivas que detectes. En los días malos tendemos a poner el foco en lo negativo, y también solemos exagerar: todo parece terrible y sin solución, pero recuerda como decía el cuento del anillo del Rey que «esto también pasará».
Puede que haya un motivo claro para el bajón anímico, o puede que no. A veces factores hormonales, cambios de clima o falta de sol, alguna medicación, u otros factores fisiológicos pueden afectar a nuestro estado de ánimo. Tenlo en cuenta.
Algunas cosas que pueden ayudarte:
Hacer una lista de las cosas por las que estás agradecido. (Desde un techo y comida, al cariño de tu familia y amigos, las buenas experiencias vividas, el disfrutar de tu canción favorita, el ronroneo de tu gato o cariño de tu perro.. etc.)
Pensar que es simplemente un día malo, escucharlo y dejar que pase, no va a durar para siempre.
Háblate desde el cariño, mímate, consuélate (enfadarte contigo mismo por estar mal empeorará las cosas, pues te generará mayor malestar y conflicto interno.) Estás de bajón, está bien, acéptalo, nos pasa a todos ¿Qué puedes hacer para alegrarte un poco el día?
Si quieres llorar o expresar tu tristeza hazlo, deja que salga. Puedes canalizarlo a través de la expresión artística: dibuja, canta, haz fotos, escribe..
Piensa en tus recursos, tus fortalezas, en las cosas de las que te sientas orgullosos con respecto a ti mismo y recuérdatelo, recuerdate a ti mismo que tienes recursos, virtudes, valores y aptitudes para afrontar las dificultades que se te presenten.
Cuida tu salud: la mala alimentación, el estrés sostenido o un mal descanso puede afectar al estado de ánimo.
Haz ejercicio físico. (Moverse ayuda y el ejercicio físico nos da energía y regula nuestro estado de ánimo.)
Tómate una pausa: dedícate un momento a la contemplación, practica mindfuldness o meditación, saborea tu plato favorito. 
Escribe. Nunca me canso de decir que escribir es una manera estupenda de hablar con nosotros mismos, de trabajar nuestras emociones, organizar nuestros pensamientos.. escribe sobre tus emociones, aspiraciones, planes, sentimientos.. Lleva un diario.
Espero que estas reflexiones y consejos te puedan ser de ayuda. Si tus «días malos» acaban siendo la mayoría de los días del mes, no dudéis en pedir apoyo profesional. Pero recuerda que los días grises que aparecen de vez en cuando forman parte de la normalidad, puede que nos quieran decir algo, escúchalos Aceptemos e incluso saquemos provecho de los días de lluvia, puede que estén regando el terreno para que florezcan cosas nuevas cuando salga el sol.
Un fuerte abrazo amigo Gonzalez 💪
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nosnhaymas · 4 years
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The World of the Guard
Cap. 2 Ten un normal día
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Escuchando una alarma, el pelirrojo se presta a estirarse, algo torcido al haber dormido sobre el sillón, sin problema alguno tomo el celular y presiono un botón para apagar la alarma que avisa las 10 de la noche, se levanta y directo a la cocina, lleno la tetera de agua a la mitad, calentándola en la estufa, saca una caja de bolsas de té y toma uno de manzanilla. En ese momento su cerebro por alguna razón llego el pensamiento de como termino acostado en el sillón, sobando su nuca concluyo que había sido el calor y el cansancio por el transporte, ya antes lo había adormilado así que eso debía ser, cuando la tetera sonó apago la estufa. Llevo su taza a la mesa y vertió el agua caliente junto con una cucharada de azúcar y al dar el primer sorbo sentía una tranquilidad en él.
—Ahhh... —suspiro Leonardo bajando la taza con sus manos. —Tienes una casa bien cuidada, Humano —dijo Ayano quien se encontraba parada en la entrada de la cocina.
Leonardo al oír la voz, volteo con ese miedo que tuvo y con una rapidez recordó lo que paso, la criatura que iba a atacarlo, la mujer que lo salvo, y los seres luminosos que vio.
—¿No... no lo soñé? —pregunto con un nudo en la garganta. —Espere a que estuvieras en tus 5 sentidos para explicarte mejor la situación, mientras salí a verificar el alrededor, es parte de mi trabajo. —No, esto... es una broma, debo estar intoxicado o algo... —negaba Leonardo tratando de hallar un sentido a sus pensamientos. —Lo mismo quisiera yo al menos con esas personas pueden tomarlas fuera de sus 5 sentidos, pero tu no lo estabas, tu lo viste todo, y no podemos arriesgarnos en dejarte libre así como así. —Pero... —Nada de peros —contesto Ayano con ímpetu—, ahora vas a escuchar como van a ser las cosas de ahora en adelante. —Esta bien —Leonardo acepto—, toma asintió, ¿Puedo servirte té?. —Estoy bien así gracias, solo pon atención. —Si. —Mi nombre es Ayano Kasumi, durante una mes estaba en una misión para destruir a los espíritus malignos que rondaban esta zona, era un trabajo sencillo hasta que te cruzaste en el camino, ibas a resultar de muerte si no hubiera destruido ese espíritu, ya que el protocolo de intoxicación o muerte no se cumplió te lleve con mis superiores, ellos quedaron de acuerdo en que deba vigilar te durante un periodo indeterminado por los siguientes motivos, uno: que el espíritu no había mostrado haber sido visto por humanos hasta que tu te atravesaste; dos: no pude dejar que te matara ya que eso va en contra de nuestro trabajo como Guard; tres: como compensación al suceso traumatico que paso en tu normal vida ahora vas a ser cuidado por un Guard, velo como un... "ángel guardián", ¿Alguna duda?. —Ah... podría decirse que no entendí muy bien, osea... agh —sobo su nuca—, esa cosa de ayer era un espíritu, los perros lo vieron, el gato lo vio, yo lo vi, y él a mi, pero eso lo dices como si fuera malo y agh, no puedo entender, iba a morir pero no, tu me salvaste y estoy metido en esto que no puedo comprender. —Lamento que sean así las cosas, cree me que no quisiera haberme metido en esto, yo tengo mis prioridades —Ayano lo miro disgustada—, pero aun así tengo un deber en mi trabajo y no puedo descuidarlo. —¡Yo también tengo un trabajo! —respondió Leonardo—, tengo, digo ¡tenia una vida normal! y surgió eso y ahora ¿Cómo se supone que actué? ¿Como si nada hubiera pasado? o ¿Qué tal si alguien me vio? ¡pensaran que estoy loco! a eso me refiero, creo.
Ambos quedaron en silencio, Leonardo estaba alterado y Ayano estaba molesta pero no quiso seguir la discusión como estaban, respiro un momento sacando aire frió de su boca cerrando sus ojos en un parpadeo tomo fuerza y contesto a Leonardo ya algo pasiva.
—Lo que ahora va a pasar, es que seguirás como nada, nadie mas que tu vio eso, así que no hay de que preocuparse, nadie te vio, nadie gravo nada, solo tú, estate tranquilo —Ayano lo miro directo cara a cara.— ¿Esta bien?, nada malo va a pasar. —De acuerdo, y... ¿Cuanto va a durar el que... me cuides?. —Hasta que mis superiores me digan. —Entonces... ammm... supongo que no tienes donde dormir. —¡Para ahí un momento! -respondió alterada—, ¡yo no voy a quedarme a tu lado! no muy cerca, solo estaré viendo de lejos, tampoco puedo comprometerme a que se me quede pegado tu fastidioso olor. —Ehhh... esta bien, tranquila solo pensé que... . —¡NADA DE PENSAR QUE! yo tengo mi dignidad y mi orgullo para que un insignificante humano lo arruine —se sitio frió el lugar hasta que camino a la puerta a salir otra vez—, solo sigue como si nada.
Las ultimas palabras que dijo sonaban tan amenazantes y heladas que se quedo Leonardo quieto donde estaba, cuando quiso beber su té el agua estaba echa hielo, dejo la taza en el fregadero a que se descongelara y mientras se dio una cucha a calentarse un poco y pensar claro las cosas. Su mente estaba atascada de preguntas <<¿Que son Guards? ¿Por qué vi a un espíritu? ¿Por qué se porta así? ¿Hay mas como ella? ¿Esas figuras de luz son sus superiores? ¿Por qué no solo me dejan como si nada? si tanto les da igual si me toman de loco>>. Leonardo seguía con esas preguntas pero al entrar en el agua caliente cada una parecía calmarse y ya no molestar tanto su mente, al salir a cambiarse tomo su pantalón de pijama y una playera de algodón con mangas largas de color, echo la ropa sucia a una pequeña canasta de ropa que estaba detras de la puerta de su cuarto y acomodaba su ropa de trabajo para mañana junto a una mochila donde llevaba sus cosas.
—Todo esto es extraño —decía viendo su teléfono.
Dejando ya todo listo, los papeles que debia llevar mañana, programo una alarma y se fue a la cama a dormir. Mientras Ayano rondaba sobre los edificios uno a uno, los gatos y los perros solo la veían pasar y algunos erizaban su pelaje, al estar sobre un edifico departamental observaba la ciudad con un disgusto tal que arrugaba su nariz de solo verla.
A la mañana del siguiente día, a las 5:15 sonaba la alarma de Leonardo, él se estiro y se cambio para el trabajo, tomo un paquete de galletas Combinado leyendo el eslogan "para que tengas un buen día", arco una ceja pensando en Ayano y terminando de desayunar metió toper's a la mochila con comida preparada, salio de su casa camino al trabajo, durante el viaje al transporte veía al rededor si no lo seguía Ayano, pues le dijo que no iba a estar cerca, llegando a la entrada del centro comercial se dio la vuelta para verla pero el resultado fue el mismo, ella no estaba, sin mas entro, se dirigio primero a entregar sus papeles al Sr. Gonzales y de ahi fue a su puesto de trabajo inicio a limpiar: barriendo, trapeando, limpiando cada mesa y ventana del local, 3 horas después un foco empezó a destellar y fundirse, el jefe Gonzales le hablo a Leonardo a que lo cambiara habían focos en la bodega en el mueble donde estaban los primeros auxilios, cambio el foco, y siguió haciendo sus deberes de limpieza, al llegar su hora de almuerzo, saco de su casillero su mochila y se dirigió a la fuente donde habían bancas para sentarse aun lado de ella.
—¿Ella como puede verme? si yo no la veo por ningún lado. —Quizá porque no soy tan obvia y ademas... —respondió a la duda de Leonardo mientras sostenía un vaso en sus manos y bebía de el. —¿Co-Como es que?... —Leonardo volteo a su lado derecho y estaba Ayano en el otro banco. —No me gusta estar cerca de los humanos, apestan, son sucios, sus auras muestran oscuridad la mayoría de veces, por eso no estoy cerca —siguió bebiendo de la taza de madera que sostenía con sus 2 manos—, ya te dije que sigas como si nada, actuando así eres bastante llamativo, la gente te va a temer y se pondrán a dudar de ti o peor. —¿Como es que llegaste aquí?. —¿Acaso no oíste lo que te dije ayer? te estaré viendo de lejos, eso es lo que hago. —Pero... estas aquí tomando no se que cosa -señala sus manos. —Es té verde. —Y ese vaso ¿De donde la sacaste?. —Es una taza, esta taza no lleva mango, pero no es un vaso, así son las tazas de mi región. —¿Tú región? y ¿de donde eres?. —No tengo porque decirte y tu hora esta por acabar, si no comes esa comida la vas a desperdiciar
Leonardo vio su teléfono y solo le quedaban 7 minutos para comer, llevo rápido la comida a su boca y se fue del lugar, solo dejando a Ayano tomando su té. volvió a trabajar en lo suyo y al terminar su hora de trabajo, alguien le hablo.
—Oye disculpa. —¿Uh? —volteo Leonardo viendo a una chica con su cabello recogido—, ¿Si?. —Eres el nuevo, hola, lo siento fui yo quien te quito el puesto del anuncio. —¡Ah! eso, no te preocupes, aun así conseguí trabajo, eso es lo importante para mi. —Esta bien, de veras lo siento bueno, soy Verónica. —Leonardo, mucho gusto. —¿Leonardo? Leonheart —contesto dando risitas. —Ahh... no entendí bien disculpa —dijo rascando detrás de su cuello. —Esa es la forma antigua de Leonardo, Leonheart, "corazón de León". —¡OHHH! disculpa mi ignorancia, de verdad, no lo sabia. —Bueno ahora si —ambos rieron—, Leonardo ya que ambos somos nuevos ¿Podemos juntarnos a la hora de almuerzo? —Claro. —Esta bien, gracias.
Ambos fueron caminando en charla hasta la fuente, donde Leonardo se quedo viendo donde estaba sentada Ayano que ahora estaba vació, llegaron hasta la entrada y Verónica fue por donde tomaba el transporte acompañada de Leonardo que la dejo en la parada del autobús.
—Nos vemos mañana, Leonardo —se despidió sonriendo le. —Hasta mañana Verónica.
Leonardo fue a la calle donde tomaba el transporte y fue directo a su casa, durante el camino no volteo a ver hacia atrás, solo miraba por la ventana viendo las nubes que se movían y se separaban unas de otras, al llegar a la calle donde estaba su hogar, tomo sus llaves de su bolsillo trasero para abrir el portón, al entrar vio a la señora Liliana, su casera quien barría el patio, la saludo sonriente y ella a él, continuando su camino subió las escaleras y abrió su puerta del departamento, dejando la mochila en el sillón.
—Hummm... —veía su teléfono. —Ves, si actúas normal, seguirás teniendo tú normal vida —Leonardo volteo a ver Ayano rápidamente. —¿COMO PUEDES ENTRAR ASÍ COMO ASÍ?. —La respuesta es... no te voy a decir porque no tengo que. —¡Agh! ¡Esta bien!, solo avisa que llegas o estas aquí, es... incomodo él que hables de la nada, pareces un fantasma. —Ellos te tratarían de peor forma, en fin. —Bueno no tengo tiempo, debo ir a comprar unas cosas al mercado para la comida, hacer mi quehacer. —Hazlo, no te estoy deteniendo.
Leonardo fue a su cuarto donde tomo dinero de un apartado de un cajón que tenia hueco, tomo su bolsa de costal, tomo sus llaves y salio ignorando a Ayano. En un cuadernillo que había dentro de la bolsa vio las cosas que había anotado hace 8 días atrás y fue directo al mercado a comprar cada cosa, comida como fruta, verduras, medio de bistec, vinagre, y aromatizante de piso, haciendo cuentas del costo de cada uno. Volvía a casa para preparar la comida, lavo jitomates y encendió la estufa friendo los bistecs, rebano los jitomates y los echo en la cacerola, echo un poco de sal y jugo sazonador, y por ultino la cebolla, dejando que se haga la comida saco del pequeño refrigerador una bolsa con tortillas y el comal de un mueble de trastes y quito la cacerola para calentar las tortillas, bajo un plato para comer pero, en eso quedo pensando y vio en la puerta y por la ventana para ver a Ayano e invitarla a comer. Para él seria grosero no invitarla después de todo, aun que no se conozcan, el que ella lo vigile y el asunto de ayer, debía mantener aun así la educación, ser amable, pues ese valor se lo inculcaron desde que estaba en el orfanato. Bajo otro plato, calentó un toper con arroz y sirvió a ambos de comida, esperando a que Ayano apareciera.
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thaurusus · 4 years
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ASI ESTAMOS...ACELERO O FRENO?🧐🤔🤫
20 Reglas del COVID-19:
1. No puedes salir de casa, pero si lo necesitas, si puedes.
2. Las máscaras no sirven de nada, pero sí sirven, si puedes pontela, o si no un foulard o no te la pongas xq en realidad solo sirven si estas contagiado, pero puedes estar contagiado y no lo sabes. Entonces sí, las máscaras sí sirven, pontela. Ah, qué no hay? Pues no te la pongas, porque no sirve para nada.
3. Las tiendas están cerradas, excepto las que están abiertas. Los chinos de las tiendas han cerrado, xq es un virus chino, pero no digas eso xq es racista. Pero el sur de Europa es malo y eso no es racista. Y los chinos no abren xq al final el negocio era un lavadero de dinero y no hace falta abrir y el virus es chino pero mejor es culpa de Italia. Y es que los chinos se comen cualquier cosa y en occidente solo nos comemos animales que son bonitos.
4. No hay que ir a los hospitales, a menos que necesites ir, solo hay que ir en caso de emergencia ¿Cuándo es emergencia? Si ves que te estás muriendo es emergencia, entonces vete. Si no, quédate en casa porque es como una gripe… Bueno, es como una gripe fuerte. Bueno, es mucho peor que una gripe. Bueno, puede que mueras. Si tienes más de 60 muerete directamente, no molestes.
5. Los guantes no ayudan, pero pueden ayudar.
6. La comida en el supermercado no faltará, pero hay muchas cosas que faltan si vas al final del día pero no hay que ir por la mañana. Vete al final del día mejor y si falta algo vuelves al día siguiente. No, no, mejor no salgas.
7. Después de ir al supermercado, deja los zapatos en la puerta y lava la ropa a 60º, si la lavas normal el virus no se irá. Que esté dando vueltas 1 hora en la lavadora con jabón a 40º no mata el virus. Eso sí, si lo tienes en las manos, con que te las laves 2 minutos ya lo has matado.
8. El virus no afecta a los niños excepto en aquellos que lo tienen. Bueno, en Madrid ingresan muchos niños, pero más personas mayores (como en todas las enfermedades). Así que no, no afecta a niños.
9. Los animales no están contagiados, pero a pesar de todo un gato dió positivo en febrero en Bélgica... Cuando aún no se hacían pruebas a nadie, pero a este gato sí xq nos caía muy bien, y ya está. Los animales no lo tienen, solo algunos, pero no sabemos xq no les hacemos pruebas, así que están sanos. Aunque el virus lo han trasmitido los animales, pero ya no. Un murciélago, un pangolin, un Laboratorio, bueno no, fue un unicornio, o un panda, o un delfín. Un señor se comió una sopa de algo y la ha liao parda!
10. Tendrás muchos síntomas si estás enfermo, fiebre muy fuerte, pérdida de olfato y gusto, falta de aire, disnea....Pero también puedes enfermarte sin ningún síntoma, tener síntomas sin estar enfermo (embarazo psicológico) o ser contagioso sin síntomas o tener alergia a la primavera o alergia a la primavera y te mueres de todas formas pero no.
11. Para no estar enfermo, tienes que comer bien y hacer deporte, pero come lo que tengas a mano y no salgas a hacer deporte. Bueno, en casa puedes, hay muchos vídeos, todo el mundo hace deporte. Yoga yoga, haz mucho yoga.
12. No tengas contacto con personas mayores, pero tienes que cuidarlos y llevar a tus vecinos mayores compras y medicinas. Es decir, ten contacto.
13. Puedes pedir comida preparada que tal vez la haya preparado personas que no usan máscaras ni guantes. Pero cuando te llegue no te la comas y dejas que se descontamine por 3 horas afuera de la casa. Y después de las 3 horas mejor no te la comas y tirala. O llamas al repartidor y se la regalas para que se la coma xq está prestando un servicio esencial y tú que eres muy bueno le haces salir de casa y luego le dices que la comida es para el y te sientes mejor contigo mismo.
14. No puedes ver a tu madre o abuela, pero puedes coger un taxi y conocer a un taxista mayor o hablar con la de la farmacia que es una señora mayor muy simpática.
15. El virus permanece activo en diferentes superficies durante dos horas, no, cuatro, no, seis, no, no, no hemos dicho horas, tal vez sean días? Pero necesita un entorno húmedo. Oh, no, no necesariamente. Es que muta. Depende de la cepa. No, no. No ha mutado. Bueno un poco.
16. El virus permanece en suspensión en el aire, o no, o sí, tal vez... especialmente en una habitación cerrada. En una hora un enfermo puede contaminar diez, así que si cae un niño, todos vuestros hijos ya han sido contaminados en el Escuela hace tiempo, pero mejor las cerramos xq no se han contagiado todavía.
17. Se dice el número de muertos pero no se sabe decir cuántas personas están infectadas. Vamos a hacer pruebas masivas, pero mañana, no pasado, no la semana que viene. Bueno, ya las haremos, no hay prisa. Es que nos dieron tongo con los tests. Pues ya no las hacemos ala! si te sientes mal estás contagiado y ya está.
18. No tenemos tratamiento pero tal vez haya uno, que aparentemente no es peligroso y funciona pero en realidad no, o sí ,tal vez, es que solo ha dado buenos resultados en algunos pero no en todos, entonces tenemos tratamiento, pero no, no tenemos. Es que lo ponía en un artículo que está en inglés y con el traductor de google no nos ha quedado claro si hay tratamiento o no lo hay pero este 2020 vamos a aprender inglés para en la próxima epidemia saberlo todo bien bien, xq somos los mejores pofesionales del mundo. Mueren muchos pero es culpa de PP.
19. Deberíamos permanecer confinados hasta que el virus desaparezca pero solo desaparecerá si llegamos a una inmunidad colectiva y por lo tanto, siempre que circula... y para eso tenemos que dejar de estar confinados... Pero solo un poquito, saco la patita y me meto a casa otro poco.
20. No os preocupeis que está todo controlado y lo tenemos todo claro xq en Egpaña hay los mejores pofesionales y sanidá. La Reina Letizia bien de salud e Irene Montero en casa cuidando de los nenes. Gracias.
PD: Sal a aplaudir y canta Resistiré varias veces al día para no deprimirte. Que cada día que mueren 500 personas, sea como si a diario se estrellase un avión con 500 pasajeros, no quiere decir nada xq el número va bajando, y es una cifra y es importante aplaudir y cantar y ambiente festivo. Españoles mucho españoles.
(encontrado por ahí)
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ediciones-tomodomo · 5 years
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TOMODOMO TOURS: EN ONOMICHI CON SOMBRAS SOBRE SHIMANAMI
¡Hola lectoras y lectores de Tomodomo! Soy Ana, la traductora. Lo cierto es que, cuando hicimos el Tomodomo Tours por Kioto (no sé si lo recordaréis, y si no, sólo tenéis que pulsar el enlace), antes habíamos bajado más al sur, por Hiroshima, para realizar otra ruta. Sin embargo, como todavía no habíamos anunciado la licencia de Sombras sobre Shimanami, ¡no pudimos publicarla!
Que mejor que ahora, en nuestro quinto cumpleaños como editorial, que retomar la costumbre de los Tomodomo Tours que inauguramos con Senpai y volver de viaje por Onomichi, el pueblo en el que tiene lugar Sombras sobre Shimanami. Un rinconcito precioso de Japón que casi parece una maqueta con sus casitas, barquitos y trenes, y cuya visita os recomendamos encarecidamente.
Onomichi es un sitio muy pequeñito, así que en esta ocasión no pondré mapa detallado como en los anteriores Tomodomo Tours, pero sí algún que otro enlace de los lugares más significativos. Como no podemos colgar imágenes del cómic, os recomiendo tener los tomos delante o haberlos releído. Encontraréis muchos lugares que os van a sonar.
Dicho lo cual, ¡partamos!
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(Si no habéis leído todavía Shimanami, tenéis información aquí en su ficha)
Onomichi es un una pequeña ciudad situada en la prefectura de Hiroshima, muy próspera en la antigüedad gracias al comercio marítimo, pero que hoy en día padece la misma despoblación que está vaciando otras zonas rurales de Japón. Sin embargo, los tiempos prósperos le dejaron en herencia una buena multitud de templos y residencias que trufan la colina que se levanta sobre el mar. Esta particular orografía es lo que le da a la ciudad su encanto, aunque, eso sí, ¡preparaos para subir escaleras!
Es un poco difícil encontrar los lugares precisos en que se desarrolla Sombras sobre Shimanami ya que, por ejemplo, ni el Consultorio ni el instituto de Tasuku tienen réplica como tal. Intuimos que el primero podría estar en este hostal, también reformado por una ONG local que se dedica a habilitar casas abandonadas. El segundo, puede ser uno de los colegios del pueblo, como el que se encuentra detrás de la colina (la cúpula del gimnasio es muy parecida).
Sin embargo, Kamatani-sensei casi que nos deja organizada la visita a Onomichi gracias a las notas sobre la ciudad que añade al final de cada capítulo del manga. Tened en cuenta que, cuando hicimos la visita, sólo habían salido los dos primeros tomos de la serie en Japón. Aun así, logramos visitar un montón de sitios.
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(La ruta va desde la estación, en azul abajo a la izquierda, por la línea amarilla, que es la galería comercial, y sube arriba a la zona verde, que es la falda del monte. Creemos que el Consultorio podría estar donde el hostal Miharashi-tei).
Llegamos en tren y, cruzando la calle, obtenemos la primera vista pintoresca de la localidad, con la estación de Onomichi y el castillo sobre la colina, que tal y como nos dice Kamatani-sensei en el tomo 1, no es un monumento histórico sino un invento arquitectónico más reciente de lo que parece.
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(Buscad un plano muy parecido en el manga ;)
Unos pasos más adelante, nos topamos con la estatua de Fumiko Hayashi, escritoria originaria de Onomichi y autora de Diario de una vagabunda (de ahí que esté junto a la estación, preparada para partir hacia Tokio). La tenéis dibujada por Kamatani-sensei en el tercer tomo. Por cierto, si pasáis por Tokio, os recomiendo también su casa museo. Es muy pequeñita, pero sólo por el jardín, la arquitectura y la calma que se respira merece la pena.
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Antes de meternos en la galería comercial de Onomichi, que está justo al lado, en lado opuesto de la estación ferroviaria se encuentra también la estación marítima desde donde sale el ferry que comunica las islas entre sí. Hemos visto a Tasuku montarse en él en muchas ocasiones.
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(El ferry no sale en la foto, pero un chico con bicicleta sí, algo es algo).
Y en el apartado gastronómico, por aquí cerca podemos comprar una de las “delicias de Onomichi” que aparecen en el tomo 4, ¡el flan de limón! Si no queréis quedaros sin probarlo, os recomiendo que lo compréis por la mañana, porque están muy demandados y suelen agotarse. Eso sí, están riquísimos y la cola merece la pena.
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Tiene buena pinta, ¿eh? Además de en limón, lo hay en otros sabores. Lo que trae el pescadito, por cierto, es el sirope. Y la tienda que los hace es esta: Oyatsu to Yamaneko.
Ahora sí, nos adentramos en la galería comercial, donde hay otras muchas tiendas de comida, bares, papelería...,  todo lo que a una se le ocurra, y con una estética vintage que a mí me suliveya. Ojo a las postales, que las hay muy majas. Lo malo es que cierran a las cinco o la seis de la tarde, así que no os confiéis.
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La máquina de refrescos más antigua que me he topado en Japón, resumen de la estética del lugar. Por cierto el cartel del Yakuza estaba por todas partes ¡y es que la sexta entrega también se desarrolla en Onomichi! Resulta que otra cosa típica del lugar eran (¿son?) los clanes mafiosos.
En uno de los restaurantes pasada la galería nos comimos este okonomiyaki estilo Onomichi, es decir, con higadillos.
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Sabía a col básicamente. Que no os den miedo los higadillos, que tienen mucho hierro. Además, la señora que nos lo preparó fue majísima, estuvo dándonos charla todo el rato, y yo sufriendo para entenderla con ese acento tan de la zona que tenía. Fue como comer en la casa de la abuela de alguien (porque seguro que lo era, claro).
Si preferís el ramen, hay también un montón de lugares en donde probar el típico de Onomichi, como el que se le atraganta a Tasuku y sus colegas en el tomo 3, con sus bolitas de sebo.
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(He hecho un poco de trampa y la foto es de un sitio de Hiroshima porque en Onomichi no dio tiempo a comerlo.)
Nada más salir de la zona comercial, nos encontramos con el paso subterráneo que sale varias veces en el manga cuando los miembros de la Asamblea Gatuna vuelven de El Consultorio. Sólo Nadie y Misora, que sepamos, viven en la colina.
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Y, como ya os adelanté, ¡toca subir escaleras!
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Por aquí tiene que estar la casa de Misora, ¿no os parece? El empedrado del suelo es el mismo.
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Casas abandonadas y gatos, estampa típica de Onomichi.
Si lo hemos hecho bien, acabaremos llegando al famoso Mirador sobre el Canal de Onomichi, el lugar favorito de Nadie.
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Y, en honor a Nadie, por supuesto, había que comerse un helado. Bueno, lo suyo sería un polo, pero apetecía más un heladito.
¡Tienen de todos los sabores!
Yuzu, patata morada, melocotón blanco…(como véis abajo a la derecha).
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Este era de mandarina y hassaku, el cítrico propio del lugar del que Kamatani-sensei habla en el tomo 4. Y si lo pones solo por el lado amarillo al hacer la foto te sale la portadilla a color del tomo 1.
Las vistas son impresionantes. Lo cierto es que paseando por Onomichi tienes esa misma sensación de irrealidad que leyendo el manga. ¿No parece todo un espejismo a punto de desvanecerse?
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Una vez hemos llegado a lo más alto de la colina, podemos bajar por algún otro de los caminos que la rodean. Lo que encontraremos serán, básicamente, casas abandonadas, reformadas, o en proceso de reforma…
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… y ¡gatetes!
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La típica amiga que siempre sale con los ojos cerrados en la fotos.
Hay algunas reformas francamente curiosas, como esta panadería llamada Neko no te (patita de gato). Es pequeñíííísima, pero la mar de coqueta. Parece una casita de juguete.
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¡Tienen que me meter los bizcochos en un cajón porque no les caben!
Nos hemos dejado muchas cosas fuera como los templos, la Roca Pom Pom o el deliciosamente hortera Lover’s place, con sus setos en forma de corazón (por lo visto hay un santuario de los enamorados, así que se ven muchas parejitas por allí). También os recomendamos el Neko no Hosomichi (el Callejón del Gato) o el Museo de Arte Contemporáneo con sus gatos virales. Lo cierto es que la visita se puede hacer en un día desde Hiroshima y, como ya habéis visto, es una delicia.
Como este daifuku de hassaku (sale en el tomo 4) que me comí  luego para recuperar las fuerzas.
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¡Esperamos que os haya gustado el tour!
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(Alguien en Onomichi había estado de viaje por la península ibérica, así que cerramos el círculo).
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odadelasestrellas · 5 years
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Ficha de personaje.
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Nombre: Zaylee Áspid DalVille.
Usuario: @DxlVille
Edad y fecha de nacimiento: 220 años, 04/08/1799.
Colegio y casa: Uagadou, Adinkra Hene.
Ocupación: Profesora de Mitología.
Varita: Madera de tilo plateado, 30’6 centímetros, núcleo de hoja de baobab, rígida.
Patronus: No aprendido.
Boggart: El momento del canto para Oceania.
FC’s: Madeleine Keating / Lucy Boynton.
Historia: Zaylee nace en 1799, en el año en que la Revolución Francesa al fin otorga la victoria a Napoleón, dando inicio a la República de Francia. Ella, sin embargo, no vive con sus padres, los DalVille en París. Su padre, Léon DalVille, era un noble de alto rango de la época, junto a su esposa, Eliza Voltaire, que vivían en las colonias que Francia tenía en África.
Ambos se encargaban de educar a Zaylee en la más estricta y regia apariencia. A pesar de todo, la querían y adoraban.
La pequeña no fue consciente de sus primeros actos mágicos, con apenas cinco años de edad, cuando derribó un jarrón que detestaba y con los pedazos reconstruyó un intento de espejo.
No obstante, toda esa regia felicidad en la colonia francesa cambió cuando en 1818, a la edad de diecinueve años, embarcaron en su barco a Francia, pero aquel galeón no regresó.
Desde aquel día, Dedicaba su tiempo a ella, Oceanía, ella le dio vida; durante los próximos trescientos años, no sufriría heridas ni enfermedades, ni envejecerá ni un día.
Cuando se acabara su tiempo, recuperaría su voz, su libertad. Vivirá.
Tras pasar los años, las décadas, Zaylee fue acostumbrándose a su nueva vida, tras terminar sus estudios en la lejana Uagadou, se dedicó a enseñar Mitología en Beauxbâtons, ocultando su identidad y apariencia, cambiándola a placer entre su apariencia original y su nuevo rostro.
Monorol de prueba: Es curioso con lo que se queda uno, las cosas que recuerdas cuando acaba todo. Aún veía los paneles de las paredes del camarote de sus hermanos con precisión, lo lujosa que era la alfombra. El olor a agua salada que permeaba el aire y se le pegaba a la piel, así como el sonido de la risa de sus hermanos en proa como si la tormenta fuera una emocionante aventura en lugar de una pesadilla. 
El viaje a París se había complicado más de la cuenta para los DalVille, y todos parecían no estar afectados por los bruscos cambios en el tiempo.
Más que cualquier sensación de miedo o de preocupación, en la estancia flotaba cierta irritación por parte de Zaylee y sus padres. La tormenta estaba estropeando los planes para la noche; no habría baile en la cubierta superior, tampoco cena familiar. Aquellas eran las cosas que preocupaban a la joven entonces, tan insignificantes que casi resultaba vergonzoso de confesarlo. 
Pero eso era antes, cuando la realidad parecía casi como un cuento, porque era estupenda.
—Si el barco no deja de balancearse, no voy a tener tiempo de arreglarme el pelo antes de la cena.
Se quejó Elise. Zaylee la miró desde su posición, tendida en el suelo, haciendo esfuerzos por no vomitar. El reflejo de su madre recordó el lienzo de una pintura: sus rizos estaban perfectos. Pero ella nunca se sentía satisfecha.
—Deberías levantarte del suelo.
Dijo mirándola.
—¿Y si entra el servicio?
Obedeció, como siempre, y se dirigió trastabillando hasta uno de los divanes, aunque no pensaba que aquella posición fuera necesariamente la más digna de una señorita. Cerró los ojos, rezando para que el agua se calmara. Hasta aquel último día, el viaje había sido de lo más normal, un simple viaje de familia del punto A al punto B. Ahora no recordaba de adónde se dirigían.
Lo que sí recordaba es que viajaban con estilo, como siempre. Eran una de las pocas familias afortunadas que habían sobrevivido al viaje hacia las colonias, y su madre adoraba asegurarse de que la gente lo supiera. ( ... )
Fue entonces, entre la confusión del mareo, cuando se oyó algo, casi como una lejana canción de cuna.
Aquello despertó la curiosidad de Áspid y, por algún motivo, apareció la necesidad de beber. Levantó la cabeza, desconcertada, y vio que su madre, padre y hermanos, que habían regresado al camarote, también. Toda la familia giraba la cabeza hacia la ventana, intentando localizar el sonido. Sus miradas se cruzaron por un momento; parecían querer confirmar que lo que estaban oyendo era real. Cuando tuvieron claro que no estaban solos, volvieron a mirar hacia la ventana y escucharon.
La música era de una belleza embriagadora, como un himno sacro para un devoto. Léon asomó por la puerta del baño, luciendo un nuevo apósito en el punto donde se había cortado al intentar afeitarse durante la tormenta.
—¿Eso es la banda? No recuerdo haberle dicho a Desmond que tocaran.
Preguntó. Su voz tenía un tono tranquilo, pero sus ojos reflejaban una desesperación inquietante. A pesar que el patriarca de la familia no lo reconociera jamás.
—Puede ser. Parece que viene del exterior, ¿no?
De pronto, Elise parecía intrigada, emocionada. Se llevó una mano a la garganta al tiempo que tragaba saliva.
—Vamos a ver.
Se levantó de un salto y cogió su suéter. Zaylee y sus hermanos no daban crédito a lo que oía. Mamá odiaba la lluvia, pensaron al mirarse.
—Pero, madre... ¡Su maquillaje! Acaba de decir...
—Oh, eso.
Dijo, quitándole importancia con un gesto de la mano y enfundándose el cárdigan color marfil.
—Solo será un momento. Tendré tiempo de arreglarlo cuando volvamos.
—Yo creo que me quedo aquí.
Respondió la mayor. Aquella música ejercía en ella la misma atracción que en ellos, pero el sudor frío del rostro recordó lo cerca que estaba de las arcadas. Salir del camarote no podía ser una buena idea en su estado. Encogió su cuerpo aún más, resistiéndose a la tentación de ponerse en pie y seguirlos.
Madre se giró y miró a sus hijos e hija a los ojos:
—Me sentiría mejor teniéndoos a mi lado.
Dijo con una sonrisa. Aquellas fueron las últimas palabras que les dirigió. En el mismo momento en que abría la boca para protestar, los tres se encontraban cruzando el camarote para seguirla. Ya no se trataba de obedecer. Tenían que subir a cubierta. Tenían que acercarse a la canción.
Si se quedaban en el camarote, probablemente quedarían atrapados en el barco y se hundirían con él. Entonces podría unirse a mi familia. En el cielo o en el infierno. O en ningún sitio, si todo aquello era mentira. Pero no.
Subieron las escaleras del galeón. Por el camino se les unieron muchísimos otros pasajeros, los criados. Fue entonces cuando Zaylee se dio cuenta de que algo iba mal. Algunos de ellos corrían, abriéndose paso entre los DalVille, mientras que otros parecían sonámbulos.
Salió al exterior, sintiendo la lluvia que caía con fuerza. Nada más cruzar el umbral, se detuvo a observar la escena. Con las manos apretadas contra las orejas para aislarse, o al menos intentarlo, de los fragorosos truenos y de la música hipnótica, intentó asimilar todo aquello.
Dos hombres pasaron corriendo a su lado y se lanzaron por la borda sin detenerse un momento. La tormenta no era tan grave que tuvieran que abandonar el barco, ¿no?
Miró a su hermano menor y lo vio saltando hacia la lluvia, como un gato salvaje que diera zarpazos a un filete. Cuando alguien a su lado se puso a hacer lo mismo, empezaron a darse golpes y acabaron peleándose por las gotas de agua. Dio un paso atrás y buscó con la mirada al hermano mediano.
Pero no lo encontró. Estaba perdido entre la multitud que se lanzaba hacia la barandilla, desapareció antes de que pudiera entender lo que estaba presenciando. Luego vio a sus padres, cogidos de la mano, con la espalda contra la borda, dejándose caer hacia atrás como si nada. Igual que el día de su boda. Sonreían. Zaylee soltó un chillido de horror.
¿Qué estaba pasando? ¿Es que el mundo se había vuelto loco?
Una nota penetró en su oído. Bajó las manos. Sus miedos y preocupaciones se desvanecieron a medida que la canción iba asentándose. Tenía la impresión de que estaría mejor en el agua, arrullada por las olas, en lugar de estar sufriendo el embate de la lluvia. Era algo delicioso. Necesitaba bebérselo, llenar el estómago, el corazón, los pulmones con ello. Con aquel deseo atravesándola y latiendo en el interior, se acercó a la barandilla. Habría sido un placer llenarse de aquella música, para saciar hasta el último rincón del cuerpo. Apenas se dio cuenta de que trepaba a la borda. No fue consciente de nada hasta que el impacto del agua en el rostro devolvió su conciencia.
Iba a morir.
«—¡No!
Pensó mientras se debatía para volver a la superficie.
¡No estoy preparada! ¡Quiero vivir!»
Diecinueve años no eran suficientes. Aún quedaban muchas comidas que probar, muchos lugares que visitar. Esperaba que un marido y una familia. Todo ello perdido en una fracción de segundo.
{ —¿De verdad? }
No tenía tiempo de dudar de si realmente había oído aquella voz.
«—¡Sí! »
{ —¿Qué darías por vivir? }
«—¡Lo que fuera! »
En un instante, algo la arrastró fuera de aquel estrépito. Era como si un brazo hubiera rodeado su cintura y hubiera tirado de ella con precisión, pasando entre cuerpos y más cuerpos hasta dejarlos atrás. Enseguida se encontró tendida boca arriba, mirando a tres chicas de una belleza inhumana.
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gordonwilliamsweb · 3 years
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Roles invertidos: más cuidadores juveniles por covid
LONG BEACH — Era un jueves por la tarde y Rhianna Alvarado se ponía con dificultad los guantes protectores, que eran demasiado grandes para sus pequeñas manos.
Con su madre guiándola en cada movimiento, se acercó a su padre y suavemente le quitó el tubo de plástico de la garganta que le permite respirar. Luego insertó con cuidado uno nuevo.
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This story also ran on La Opinión. It can be republished for free.
“¿Qué sigue?”, preguntó su mamá, Rocío Alvarado, de 43 años.
“Yo sé, yo sé”, respondió Rhianna, buscando constantemente la aprobación de su madre con la mirada.
Rhianna sólo tiene 13 años. Cuando terminó la delicada tarea de cambiar el tubo de traqueostomía de su padre, algo que generalmente hacen los adultos, regresó a su habitación para hacer garabatos en su bloc de dibujo y jugar con su gato.
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El padre de Rhianna, Brian Alvarado, es un veterano de la guerra de Irak que padece cáncer de cuello y garganta.
Como la mayoría de los jóvenes de su edad, Rhianna se ha quedado en casa durante la pandemia de covid-19 y toma clases en línea. Pero a diferencia de la mayoría de los otros estudiantes de octavo grado, es una cuidadora que atiende a su papá entre sus clases virtuales.
Rhianna forma parte de los más de 3 millones de niños y adolescentes que ayudan a un familiar enfermo o discapacitado, según Caregiving in the U.S. 2020, una encuesta nacional publicada por la National Alliance for Caregiving y AARP. La encuesta también encontró que los menores hispanos y afroamericanos tienen el doble de probabilidades de ser cuidadores jóvenes que los menores blancos no hispanos.
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Carol Levine, investigadora del United Hospital Fund, una organización sin fines de lucro que trabaja para mejorar la atención médica en Nueva York, dijo que la pandemia de covid, combinada con el empeoramiento de la epidemia de opioides, ha aumentado el número de cuidadores jóvenes porque hay más menores confinados en sus hogares, y deben cuidar a padres enfermos o adictos.
La pandemia también ha hecho más difícil su tarea de cuidadores, ya que muchos no pueden “escapar” a la escuela durante el día.
“En la escuela tienen a sus compañeros, tienen actividades”, explicó Levine. “Debido al contagio, no se les permite hacer las cosas que normalmente harían, así que, por supuesto, hay un estrés adicional”.
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Levine fue autora de una encuesta nacional en 2005 que encontró que había unos 400,000 cuidadores jóvenes con edades entre 8 y 11 años. Dijo que la encuesta no se ha actualizado, pero es muy probable que ese número haya aumentado.
Kaylin Jean-Louis tenía 10 años cuando comenzó a hacer pequeñas tareas para cuidar a su abuela y bisabuela, que padecen de Alzheimer y viven con Kaylin y su madre en Tallahassee, Florida.
Kaylin, que ahora tiene 15 años, ha asumido un papel más importante como cuidadora. Todas las tardes, al finalizar sus clases en línea, la estudiante de segundo año de secundaria les da sus medicamentos a las dos mujeres y las ayuda a usar el baño, vestirse y ducharse.
“A veces se ponen difíciles y es complicado”, contó. Pero lo más duro, dijo, es que su abuela ya no recuerda su nombre.
Según Kaylin, covid ha aumentado el nivel de estrés de una situación ya compleja porque no puede salir de casa para relajarse.
“Estar a su lado por tanto tiempo ha creado un poco de tensión”, reconoció Kaylin que se refugia en el arte para hacer frente a la situación. “Me gusta pintar”, dijo. “Lo encuentro muy relajante y me calma”.
La madre de Kaylin, Priscilla Jean-Louis, tuvo covid el mes pasado y debió dejar que su hija cuidase de las dos mujeres mayores mientras se recuperaba.
“Nadie la obliga a hacerlo, pero me ayuda muchísimo”, aseguró Priscilla. “Si hay momentos en los que estoy un poco frustrada, ella se da cuenta y me dice ‘Mami, deja que lo haga yo’”.
El padre de Rhianna, Brian, de 40 años, nunca fumó y estaba sano antes de enrolarse en la Infantería de Marina. Él cree que se enfermó por inhalar el humo de los pozos de petróleo quemados durante la guerra de Irak.
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Le diagnosticaron un carcinoma de células escamosas de cuello y garganta en 2007. También padece trastorno de estrés postraumático (TEPT), hipertiroidismo debido a la quimioterapia y la radiación, y una enfermedad inflamatoria que causa debilidad muscular y sarpullido.
Rocío, la madre de Rhianna, es la principal cuidadora de Brian, pero Rhianna ayuda a cambiar el tubo de traqueostomía de su padre, y a alimentarlo a través de un tubo en el abdomen.
“Estoy aprendiendo a hacerlo”, dijo Rhianna. “Todavía me pongo nerviosa”.
Las dos se turnan durante todo el día. “El cuidado no termina nunca”, explicó Rocío.
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Rhianna es callada y reservada. Tiene autismo, le cuesta comunicarse y tiene problemas para dormir. Acude a terapia una vez por semana.
La traqueostomía es lo que más ha afectado a Rhianna, porque Brian ya no los acompaña en las comidas. “Me entristece que no pueda comer nada”, dijo.
A pesar de que cada vez hay más cuidadores jóvenes, cuentan con poco apoyo.
“Si nos fijamos en los programas de cuidado estatales y nacionales y en los fondos para ayuda de alivio familiar, todos comienzan a los 18 años”, señaló Melinda Kavanaugh, profesora de trabajo social en la Universidad de Wisconsin-Milwaukee.
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Kavanaugh estudia el Alzheimer y la prestación de cuidados en las comunidades latinas y afroamericanas de Milwaukee.
“Tuvimos un número de niños que sufrían de un estrés enorme ​​porque se sentían atrapados”, explicó. “De pronto se encuentran con que deben ayudar las 24 horas del día, los 7 días de la semana y sin ningún descanso”.
Los cuidadores adultos y jóvenes a menudo sufren de ansiedad, depresión y aislamiento, pero hay pocos datos sobre cómo afecta el rol de cuidador a los jóvenes a largo plazo, dijo Kavanaugh.
Connie Siskowski, fundadora de la American Association of Caregiving Youth, ayudó a cuidar de su abuelo cuando era niña. “No estaba preparada”, aseguró. “Fue traumático”.
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Su grupo, con sede en Florida, conecta a los cuidadores jóvenes y a sus familias con la atención médica, la educación y los recursos comunitarios. El objetivo es identificar problemas como el estrés o el aislamiento entre los menores y abordarlos para que no los perjudique cuando sean adultos, apuntó Siskowski.
Sin embargo, expertos en cuidados a largo plazo indicaron que prestar cuidados también puede enriquecer la vida de una persona joven.
“Puede ayudar a estos jóvenes a desarrollar un sentido de responsabilidad, empatía y confianza”, dijo Levine. “El problema surge cuando su trabajo escolar, sus amistades, sus vidas infantiles se ven tan afectadas por su papel de cuidadores, que no pueden desarrollarse de manera apropiada”.
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Esta historia fue producida por KHN, que publica California Healthline, un servicio editorialmente independiente de la California Health Care Foundation.
KHN (Kaiser Health News) is a national newsroom that produces in-depth journalism about health issues. Together with Policy Analysis and Polling, KHN is one of the three major operating programs at KFF (Kaiser Family Foundation). KFF is an endowed nonprofit organization providing information on health issues to the nation.
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stephenmccull · 3 years
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Roles invertidos: más cuidadores juveniles por covid
LONG BEACH — Era un jueves por la tarde y Rhianna Alvarado se ponía con dificultad los guantes protectores, que eran demasiado grandes para sus pequeñas manos.
Con su madre guiándola en cada movimiento, se acercó a su padre y suavemente le quitó el tubo de plástico de la garganta que le permite respirar. Luego insertó con cuidado uno nuevo.
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“¿Qué sigue?”, preguntó su mamá, Rocío Alvarado, de 43 años.
“Yo sé, yo sé”, respondió Rhianna, buscando constantemente la aprobación de su madre con la mirada.
Rhianna sólo tiene 13 años. Cuando terminó la delicada tarea de cambiar el tubo de traqueostomía de su padre, algo que generalmente hacen los adultos, regresó a su habitación para hacer garabatos en su bloc de dibujo y jugar con su gato.
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El padre de Rhianna, Brian Alvarado, es un veterano de la guerra de Irak que padece cáncer de cuello y garganta.
Como la mayoría de los jóvenes de su edad, Rhianna se ha quedado en casa durante la pandemia de covid-19 y toma clases en línea. Pero a diferencia de la mayoría de los otros estudiantes de octavo grado, es una cuidadora que atiende a su papá entre sus clases virtuales.
Rhianna forma parte de los más de 3 millones de niños y adolescentes que ayudan a un familiar enfermo o discapacitado, según Caregiving in the U.S. 2020, una encuesta nacional publicada por la National Alliance for Caregiving y AARP. La encuesta también encontró que los menores hispanos y afroamericanos tienen el doble de probabilidades de ser cuidadores jóvenes que los menores blancos no hispanos.
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Carol Levine, investigadora del United Hospital Fund, una organización sin fines de lucro que trabaja para mejorar la atención médica en Nueva York, dijo que la pandemia de covid, combinada con el empeoramiento de la epidemia de opioides, ha aumentado el número de cuidadores jóvenes porque hay más menores confinados en sus hogares, y deben cuidar a padres enfermos o adictos.
La pandemia también ha hecho más difícil su tarea de cuidadores, ya que muchos no pueden “escapar” a la escuela durante el día.
“En la escuela tienen a sus compañeros, tienen actividades”, explicó Levine. “Debido al contagio, no se les permite hacer las cosas que normalmente harían, así que, por supuesto, hay un estrés adicional”.
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Levine fue autora de una encuesta nacional en 2005 que encontró que había unos 400,000 cuidadores jóvenes con edades entre 8 y 11 años. Dijo que la encuesta no se ha actualizado, pero es muy probable que ese número haya aumentado.
Kaylin Jean-Louis tenía 10 años cuando comenzó a hacer pequeñas tareas para cuidar a su abuela y bisabuela, que padecen de Alzheimer y viven con Kaylin y su madre en Tallahassee, Florida.
Kaylin, que ahora tiene 15 años, ha asumido un papel más importante como cuidadora. Todas las tardes, al finalizar sus clases en línea, la estudiante de segundo año de secundaria les da sus medicamentos a las dos mujeres y las ayuda a usar el baño, vestirse y ducharse.
“A veces se ponen difíciles y es complicado”, contó. Pero lo más duro, dijo, es que su abuela ya no recuerda su nombre.
Según Kaylin, covid ha aumentado el nivel de estrés de una situación ya compleja porque no puede salir de casa para relajarse.
“Estar a su lado por tanto tiempo ha creado un poco de tensión”, reconoció Kaylin que se refugia en el arte para hacer frente a la situación. “Me gusta pintar”, dijo. “Lo encuentro muy relajante y me calma”.
La madre de Kaylin, Priscilla Jean-Louis, tuvo covid el mes pasado y debió dejar que su hija cuidase de las dos mujeres mayores mientras se recuperaba.
“Nadie la obliga a hacerlo, pero me ayuda muchísimo”, aseguró Priscilla. “Si hay momentos en los que estoy un poco frustrada, ella se da cuenta y me dice ‘Mami, deja que lo haga yo’”.
El padre de Rhianna, Brian, de 40 años, nunca fumó y estaba sano antes de enrolarse en la Infantería de Marina. Él cree que se enfermó por inhalar el humo de los pozos de petróleo quemados durante la guerra de Irak.
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Le diagnosticaron un carcinoma de células escamosas de cuello y garganta en 2007. También padece trastorno de estrés postraumático (TEPT), hipertiroidismo debido a la quimioterapia y la radiación, y una enfermedad inflamatoria que causa debilidad muscular y sarpullido.
Rocío, la madre de Rhianna, es la principal cuidadora de Brian, pero Rhianna ayuda a cambiar el tubo de traqueostomía de su padre, y a alimentarlo a través de un tubo en el abdomen.
“Estoy aprendiendo a hacerlo”, dijo Rhianna. “Todavía me pongo nerviosa”.
Las dos se turnan durante todo el día. “El cuidado no termina nunca”, explicó Rocío.
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Rhianna es callada y reservada. Tiene autismo, le cuesta comunicarse y tiene problemas para dormir. Acude a terapia una vez por semana.
La traqueostomía es lo que más ha afectado a Rhianna, porque Brian ya no los acompaña en las comidas. “Me entristece que no pueda comer nada”, dijo.
A pesar de que cada vez hay más cuidadores jóvenes, cuentan con poco apoyo.
“Si nos fijamos en los programas de cuidado estatales y nacionales y en los fondos para ayuda de alivio familiar, todos comienzan a los 18 años”, señaló Melinda Kavanaugh, profesora de trabajo social en la Universidad de Wisconsin-Milwaukee.
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Kavanaugh estudia el Alzheimer y la prestación de cuidados en las comunidades latinas y afroamericanas de Milwaukee.
“Tuvimos un número de niños que sufrían de un estrés enorme ​​porque se sentían atrapados”, explicó. “De pronto se encuentran con que deben ayudar las 24 horas del día, los 7 días de la semana y sin ningún descanso”.
Los cuidadores adultos y jóvenes a menudo sufren de ansiedad, depresión y aislamiento, pero hay pocos datos sobre cómo afecta el rol de cuidador a los jóvenes a largo plazo, dijo Kavanaugh.
Connie Siskowski, fundadora de la American Association of Caregiving Youth, ayudó a cuidar de su abuelo cuando era niña. “No estaba preparada”, aseguró. “Fue traumático”.
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Su grupo, con sede en Florida, conecta a los cuidadores jóvenes y a sus familias con la atención médica, la educación y los recursos comunitarios. El objetivo es identificar problemas como el estrés o el aislamiento entre los menores y abordarlos para que no los perjudique cuando sean adultos, apuntó Siskowski.
Sin embargo, expertos en cuidados a largo plazo indicaron que prestar cuidados también puede enriquecer la vida de una persona joven.
“Puede ayudar a estos jóvenes a desarrollar un sentido de responsabilidad, empatía y confianza”, dijo Levine. “El problema surge cuando su trabajo escolar, sus amistades, sus vidas infantiles se ven tan afectadas por su papel de cuidadores, que no pueden desarrollarse de manera apropiada”.
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Esta historia fue producida por KHN, que publica California Healthline, un servicio editorialmente independiente de la California Health Care Foundation.
KHN (Kaiser Health News) is a national newsroom that produces in-depth journalism about health issues. Together with Policy Analysis and Polling, KHN is one of the three major operating programs at KFF (Kaiser Family Foundation). KFF is an endowed nonprofit organization providing information on health issues to the nation.
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victoriadetinder · 3 years
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CAPÍTULO NOVENO: Se trata de fugarse.
Ay amigas siento que hace siglos que no les escribo, hoy estoy de la chingada, quiero estar bien quiero estar bien me lo repito una y otra vez pero me cuesta tanto trabajo, y soy débil y sé que soy débil porque sé perfecto cuál es el camino para estar bien pero me cuesta tanto trabajo… y a veces solo quiero dejarme llevar por lo más fácil y de verdad a veces ya no sé qué hacer conmigo misma porque no entiendo muchas cosas porque no entiendo cómo es que doy tan buenos consejos y soy tan mala cuidandome a mí misma, porque esta semana no sali a correr y tampoco me he puesto a escribir como debería ni he hecho los quehaceres que deberiá para poder tener comida preparada en mi casa y siempre que llego me siento tan cansada que lo unico que quiero es encerrarme y dormir por un largo rato y odio estar sonando como una cobarde debilucha y quisiera volver a ser lo que era antes y ser fuerte y no hacerme castillos sobre la nada y hacer mil cosas al mismo tiempo y sentir que lo puedo todo, pero hoy no puedo hoy no puedo y no tengo otro refugio más que mi habitación con la cosa peluda y divina que es mi gato, nos tenemos uno al otro y por ahora con eso me basta pero a veces soy tan idiota tan tan idiota que sí sí quiero a alguien quiero a alguien a quien yo le fascine y él o ella me fascine y me vuelva loca y además sea lo más tierno del mundo como poder quedarme dormida recostada sobre sus piernas y que me prepare el desayuno y yo le agradezca con una danza en calzones en medio de la sala y no pueda contenerse y volvamos a la cama una y otra vez y que no me quite los ojos de encima sin que tenga que ser literal porque en realidad  no es de las personas que se toma todo literal, él más relajado y suave que yo y sabe exactamente lo que quiero y me conoce y sabe lo mierda que puedo ser y no es que no le importe si no que quiere aprender a manejarlo porque sabe que al final no soy tan mierda y que vale la pena estar juntos, que realmente vale la pena.
Pero eso es increíblemente difícil, y pues no, para este momento de mi vida ya no estoy buscando salir de manera casual… pero tampoco quiero salir con alguien determinada a que vaya a ser el hombre de mi vida porque eso en realidad no existe pero apenas hace un año que trabajo con desmentir ese cuento entonces sigue siendo cabronamente difícil….
Y busco con todas mis fuerzas ser más punk sin abandonar mi ternura porque creo que es uno de mis mayores tesoros aunque la puta vida sigue poniendo los obstáculos más grandes frente a esa ambivalencia… 
Hoy recuperé un cachito mío que casi le regalo a alguien que no valía la pena.... Y extrañé tanto la ternura y el amor de Diego, tuve ganas de enviarle un mensaje, tuve ganas de tenerlo muy cerca.... Pero se acabó por algo… mientras asimilo todo eso me gustaría compartirles uno de los días más chingones que compartí con él.
Fue de cuando por fin pudimos comernos un ajito juntos: fue más o menos en abril o mayo, no lo recuerdo bien pero fue una especie de reencuentro porque nos dejamos de ver un rato por lo de la pandemia, la verdad es que yo no me quise esperar e insistí mucho para verlo. Ese día nos pasaron muchas cosas lindas, nos preparamos para pasarla muy bien, pedimos el super a domicilio y éste incluía:
1 litro de helado de vainilla
Fresas
Una barra de chocolate amargo
Pretzels
1 kilo de toronjas
Y con eso hicimos nuestra propia fiesta.
Él tenía que trabajar, hacía home office, así que esperamos como hasta las cinco de la tarde, mientras tanto desayunamos, hicimos el amor, escuchamos un poco de música y él me pidió que le enseñara a bailar, al principio él dijo que podía bailar salsa pero que la cumbia no le gustaba para nada.
DIEGO: Es que la salsa es mucho más artesanal y es más difícil de bailar, la cumbia se baila muy raro.
VICTORIA: Pues creo que la salsa puede llevar mayor instrumentación pero la cumbia también es muy rica.
DIEGO: Ay no, es como más chafa.
VICTORIA: ¿Qué te pasa? ¿Como que chafa? ¿Has escuchado Cumbia poder?
DIEGO: Creo que no…
VICTORIA: Con razón dices esas cosas.
[Y entonces Victoria reprodujo “Cumbia Poder” desde YouTube, y tomó a Diego para enseñarle a bailar este hito de la música internacional. Le daba gusto que Diego estuviera dispuesto a pensar diferente con ella y que ella también aprendiera de él. Diego estudió Ingeniería en Biotecnología en el Tec. de Monterrey, Victoria estudió Teatro en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, Diego pensaba que la cumbia era algo chafa porque en realidad nunca la había bailado en ninguna fiesta, sólo la había escuchado en bodas y en los microbuses, pero disfrutó hacerlo esa noche y ya no piensa lo mismo de la cumbia.]
Además bailamos “Ven devórame otra vez”  y “Virgen”, Diego no sabía bailar la salsa de manera tradicional, pero quería bailar y eso es lo único que fucking importa. Cuando me pisó un pie dijo.
DIEGO: Nunca te voy a alcanzar, tú bailas precioso. Déjame verte bailar.
Me reí y pensé “estee cuate”, pero igual baile unos segundos para él y luego nos agarramos a besos. Poco después terminó su jornada y nos preparamos para comernos el ajo, lo dividimos en dos pero él sintió miedo y lo escupió antes  de que se deshiciera, lo mire un poco decepcionada pero qué se le va a hacer…
Dispusimos el chocolate, las fresas, los pretzels y el  helado para tenerlos cerca, nos relajamos, escuchamos algo de música y el ajo comenzó a hacer efecto.
Primero sentí cosquilleos en todo el cuerpo, se sentía como si mi piel tratara de ocupar todo el cuarto para sentirlo todo, luego la música y la voz de Diego comenzaron a penetrarme de una manera distinta como si las hubiera escuchado en un sueño o debajo del agua, y comencé a sentir calor y mucho placer, nos hicimos el amor y en cada descanso tomábamos algo de comer, hacíamos combinaciones, fresas con chocolate, pretzels con chocolate, helado con fresa o pretzels con helado, comíamos sobre la cama y nos reíamos de nuestras caras.
En un momento yo tomé una fresa y la puse sobre mi vulva y le dije “Cómete la fresa Diego”, y él me obedeció, se hincó y jalo mis caderas hacia el borde de la cama para tenerme más cerca, comió la fresa dándole mordidas pequeñas, la fresa estaba fría y su boca fresca y yo me derretía, literalmente, y el paso una eternidad ahí, hasta que me volví loca.
Luego nos acostamos y me senté sobre su pelvis, no sé cuántas veces me vine, pero quería más, Diego no estaba tan drogado como yo pero lo estaba disfrutando igual y cuando yo estaba viajando muy arriba él dijo “Eres una diosa Diana”, ya sé que es una frase súper cliché pero en ese momento me excitó muchísimo, fue la única vez que me dijo algo así y lo sentí muy real.
Cuando terminamos, nos pusimos a dibujar, primero él dibujó una especie de montaña y luego yo dibuje su cara y usé la montaña para combinar ambos dibujos, era la cara de Diego dormida sobre la montaña, yo le regalé ese dibujo y como si quisiera devolverme el regalo, él me cantó una canción que no he logrado borrar de mi cabeza.
DIEGO: Morena de grandes ojos
             Qué lindo brillo tienen tus ojos
             Quisiera llevarte al mar
             Y nunca regresar a la ciudad
             Y poder disfrutar del día siempre
             Echados al sol
             Sin tu bañador
             Y nunca regresar a la ciudad...
Lo quise más esa noche, lo quise muchísimo, sentí que era increíble eso que estábamos compartiendo, que Diego siempre era lindo pero que nunca lo había visto así de real, grabé su voz suave y ronca en mi cabeza para siempre.
Al día siguiente ambos estábamos muy muy contentos, no queríamos separarnos y prolongamos nuestro abrazo ocioso por mucho rato. Fue buena esa sensación de entendernos y de tener algo que habíamos creado y que era solo nuestro. 
Diego tenía ideas muy distintas a las mías pero sabía escuchar, casi siempre sabía reconocer cuando se equivocaba y creo que lo que más me gustaba de él eran sus momentos de locura que compartía sólo en la intimidad, varias veces me dijo que él se sentía muy extraño con la gente de su oficina, que a veces no entendía nada y tenía que pretender que sí, decía que cada vez que tenían junta él daba todo para hacer una buena actuación, definitivamente odiaba su trabajo, aún más durante la cuarentena, yo le dije una vez que sólo era cosa de estar dispuesto a perderlo todo, estar dispuesto a fugarse, pero esa vez concluímos que ninguno de los dos estábamos dispuestos (todavía) a  abandonar nuestras comodidades de capitalinos.
Otra vez que yo le pregunté sobre nuestra relación él dejó muy en claro que quería continuar conociendo más gente.
DIEGO: En este momento yo no podría tener una relación, de hecho le tengo pánico a comprometerme con alguien, creo que estoy muy bien explorando todas mis posibilidades.
 Por ello yo nunca propuse nada, también estaba bien conociendo más personas, de hecho lo hacía, pero creo que si él hubiera dicho algo distinto yo me hubiera lanzado muy cabrón a estar con él.
Mientras tanto conocí a Ulises, a Nick y a Pablo (jeje). En el próximo capítulo les contaré todo acerca de ellos.
Les mundo cariño, tengo tantas ganas de reunirnos, he pensado en hacer una reunión de mujeres en mi casa a ver quién se apunta. :P
Oigan les recuerdo que dentro de dos entradas pienso hacer colaboraciones con algunas chicas que se han interesado en participar, si hay alguien más que quiera hágamelo saber por favor.
Saludos, suya Victoriadetinder.
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20 Reglas del COVID-19:
No es un post “serio” ,es solo que nos tienen tan confundidos con  la información que nos llega día a día y los cambios de rutina para evitar contagios que ya nos tienen a todos locos.
Después de todo lo escuchado y leído durante esta Pandemia yo solo he logrado entender lo siguiente:
1. No puedes salir de casa, pero si lo necesitas, si puedes.
2. Las máscaras no sirven de nada, pero sí sirven, si puedes póntela, o si no un foulard o no te la pongas porque en realidad solo sirven si estas contagiado, pero puedes estar contagiado y no lo sabes. Entonces sí, las máscaras sí sirven, pontela. Ah, qué no hay? Pues no te la pongas, porque no sirve para nada.
3. Las tiendas están cerradas, excepto las que están abiertas. Los chinos de las tiendas han cerrado, porque es un virus chino, pero no digas eso porque es racista. Pero el sur de Europa es malo y eso no es racista. Y los chinos no abren porque al final el negocio era un lavadero de dinero y no hace falta abrir y el virus es chino pero mejor es culpa de Italia. Y es que los chinos se comen cualquier cosa y en occidente solo nos comemos animales que son bonitos y de vez en cuando torturamos toros un poquito pero eso esta bien porque es una tradición y oleee oleee.
4. No hay que ir a los hospitales, a menos que necesites ir, solo hay que ir en caso de emergencia ¿Cuándo es emergencia? Si ves que te estás muriendo es emergencia, entonces vete. Si no, quédate en casa porque es como una gripe… Bueno, es como una gripe fuerte. Bueno, es mucho peor que una gripe. Bueno, puede que mueras. Si tienes más de 60 muérete directamente, no molestes.
5. Los guantes no ayudan, pero pueden ayudar.
6. La comida en el supermercado no faltará, pero hay muchas cosas que faltan si vas al final del día pero no hay que ir por la mañana. Vete al final del día mejor y si falta algo vuelves al día siguiente. No, no, mejor no salgas.
7. Después de ir al supermercado, deja los zapatos en la puerta y lava la ropa a 60º, si la lavas normal el virus no se irá. Que esté dando vueltas 1 hora en la lavadora con jabón a 40º no mata el virus. Eso sí, si lo tienes en las manos, con que te las laves 2 minutos ya lo has matado.
8. El virus no afecta a los niños excepto en aquellos que lo tienen. Bueno, en Madrid y Londres ingresan muchos niños, pero más personas mayores (como en todas las enfermedades). Así que no, no afecta a niños.
9. Los animales no están contagiados, pero a pesar de todo un gato dió positivo en febrero en Bélgica... Cuando aún no se hacían pruebas a nadie, pero a este gato sí porque nos caía muy bien, y ya está. Los animales no lo tienen, solo algunos, pero no sabemos porque no les hacemos pruebas, así que están sanos. Aunque el virus lo han trasmitido los animales, pero ya no. Un murciélago, un pangolin, un Laboratorio, bueno no, fue un unicornio, o un panda, o un delfín. Un señor se comió una sopa de algo y la ha liao parda!
10. Tendrás muchos síntomas si estás enfermo, fiebre muy fuerte, pérdida de olfato y gusto, falta de aire, disnea....Pero también puedes enfermarte sin ningún síntoma, tener síntomas sin estar enfermo (embarazo psicológico) o ser contagioso sin síntomas o tener alergia a la primavera o alergia a la primavera y te mueres de todas formas pero no.
11. Para no estar enfermo, tienes que comer bien y hacer deporte, pero come lo que tengas a mano y no salgas a hacer deporte. Bueno, en casa puedes, hay muchos vídeos, todo el mundo hace deporte. Yoga yoga, haz mucho yoga.
12. No tengas contacto con personas mayores, pero tienes que cuidarlos y llevar a tus vecinos mayores compras y medicinas. Es decir, ten contacto.
13. Puedes pedir comida preparada que tal vez la haya preparado personas que no usan máscaras ni guantes. Pero cuando te llegue no te la comas y dejas que se descontamine por 3 horas afuera de la casa. Y después de las 3 horas mejor no te la comas y tírala. O llamas al repartidor y se la regalas para que se la coma porque está prestando un servicio esencial y tú que eres muy bueno le haces salir de casa y luego le dices que la comida es para el y te sientes mejor contigo mismo.
14. No puedes ver a tu madre o abuela, pero puedes coger un taxi y conocer a un taxista mayor o hablar con la de la farmacia que es una señora mayor muy simpática.
15. El virus permanece activo en diferentes superficies durante dos horas, no, cuatro, no, seis, no, no, no hemos dicho horas, tal vez sean días? Pero necesita un entorno húmedo. Oh, no, no necesariamente. Es que muta. Depende de la cepa. No, no. No ha mutado. Bueno un poco.
16. El virus permanece en suspensión en el aire, o no, o sí, tal vez... especialmente en una habitación cerrada. En una hora un enfermo puede contaminar diez, así que si cae un niño, todos vuestros hijos ya han sido contaminados en el Escuela hace tiempo, pero mejor las cerramos xq no se han contagiado todavía.
17. Se dice el número de muertos pero no se sabe decir cuántas personas están infectadas. Vamos a hacer pruebas masivas, pero mañana, no pasado, no la semana que viene. Bueno, ya las haremos, no hay prisa. Es que nos dieron tongo con los tests. Pues ya no las hacemos ala! si te sientes mal estás contagiado y ya está.
18. No tenemos tratamiento pero tal vez haya uno, que aparentemente no es peligroso y funciona pero en realidad no, o sí ,tal vez, es que solo ha dado buenos resultados en algunos pero no en todos, entonces tenemos tratamiento, pero no, no tenemos. Es que lo ponía en un artículo que está en inglés y con el traductor de google no nos ha quedado claro si hay tratamiento o no lo hay pero este 2020 vamos a aprender inglés para en la próxima epidemia saberlo todo bien bien, porque somos los mejores pofesionales del mundo. 
19. Deberíamos permanecer confinados hasta que el virus desaparezca pero solo desaparecerá si llegamos a una inmunidad colectiva y por lo tanto, siempre que circula... y para eso tenemos que dejar de estar confinados... Pero solo un poquito, saco la patita y me meto a casa otro poco.
20. No os preocupéis que está todo controlado y lo tenemos todo claro porque en España hay los mejores pofesionales y sanidá. La Reina Letizia bien, en casa cuidando de las nenas. Gracias.
PD: Sal a aplaudir y canta Resistiré varias veces al día para no deprimirte. Que cada día que mueren 500 personas, sea como si a diario se estrellase un avión con 500 pasajeros, no quiere decir nada porque el número va bajando, y es una cifra y es importante aplaudir y cantar y ambiente festivo. 
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 Rosa ❤
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tuseriesdetv · 4 years
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5 personajes con los que querríamos pasar la cuarentena
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Ahora que llevamos encerrados un mes nos da por pensar cosas raras. Seguro que incluso habéis empezado a tener sueños muy extraños sobre cosas que solo pueden pasar en la cuarentena. Después de un mes conviviendo con las mismas personas, ya sean amigos, novios, novias, familias... la rutina puede llegar a afectar la percepción que tenéis de vosotros y de los demás. 
Por eso os dejamos soñar en este post. Si pudieseis pasar la cuarentena con un personaje de una serie, ¿con cuál sería? Nosotros hemos seleccionado cinco (con matices) con los que no nos importaría compartir cautiverio. Eso sí, hemos dejado las razones eróticas a un lado, que tampoco es plan.
Janet (The Good Place)
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La asistente que todo lo puede hacer nos parece la opción más práctica para compartir encierro. Las habilidades de Janet le permiten poder conseguir cualquier cosa, por lo que nos evitaría salir de casa por completo. Sería imposible cualquier tipo de contagio. Que queremos comida... ¡Janet! Que necesitamos mascarillas... ¡Janet! Encima consigue mejorar mucho en su don de gentes a lo largo de la serie, por lo que sería una amiga idea para contarle tus problemas o divertirse.
Ron Swanson (Parks and Recreation)
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No existe persona en Pawnee mejor preparada que Ron para esta situación. Probablemente tenga en su casa suministros para aguantar décadas, después de años de experiencia escondiéndose de sus exmujeres. Además, es todo un manitas, por lo que tendría la casa a prueba de cualquier percance. Y le encanta el silencio, poder contar con un momento para la reflexión y para dedicarte a ti mismo es importante, y Ron seguro que te deja tu espacio. 
Carmen ‘Machu Pichu’ (GLOW)
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Si tenemos que pasar encerrados unos meses con alguien, por lo menos que sea lo más agradable posible. Carmen Wade, ‘Machu Pichu’, es uno de los personajes más bondadosos de la televisión. Es buena amiga, sabe escuchar, da buenos consejos y encima no tiene maldad. Quizás te obligue a ver con ella especiales de wrestling clásico, pero incluso puede que sea divertido rememorar viejos tiempos.
Nic Nevin (The Resident)
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Tener una enfermera en casa viene de maravilla en tiempos como estos. Si además es tan profesional, dedicada y simpática como Nic, te entrarán ganas de salir a aplaudirle al balcón, aunque la tengas en el sillón de al lado. Es de lo mejorcito que tiene que ofrecer The Resident, tanto como personaje como por valores. Y para qué engañarnos, Emily VanCamp forever. 
El cast de New Girl
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Para terminar, hacemos trampas incluyendo a los cinco fantásticos de New Girl, porque tiene que ser superdivertido pasar una cuarentena con estos chicos. Jugar a True American, beber, reírse de las ocurrencias de Schmidt, ver a Nick quejarse del encierro, a Jess inventarse canciones, sobre todo, a Cece tratando de equilibrar la locura y a Winston con su gato.
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