"Vem Apolo" / "Here comes Apollo"
Vem a praia, o jovem Deus vestido em túnica
Úmida e bela, enlaces de ouro e prata
A pele reluzente é bronze e o sol poente conjura
Sombras da besta que desliza sobre as areias alvas
De Delfos rica em rios, os Deuses de corpo bovino.
Vem Apolo, recém-nascido, usurpador e assassino
Bradou a temível serpente, seu corpo erguendo-se da Terra
Sua mãe. Pois a tudo ela gera, horrores e deleites.
Em minhas presas seu corpo descansará, eterno!
A ameaça encontra os belos ouvidos, o ar se enche de
Fulgor branco, queimando o vento a cada passo dado
Hélio repousa no oceano, mas a luz não cessou
Em dardejantes raios empunha-se o jovem deus, desafiador
A serpente desce sobre ele, mortífera e faminta como
Os leões que vagueiam as encostas em busca de vítimas
Ornadas em lã e balindo, indefesas
Mas os olhos da criança são os de um lobo, e sua mão é forte
Como as palmeiras sempre-verdes de Delos
O cabelo dele esvoaça, o bote alcança o nada
Altivo, vem Apolo com seu arco atroz de prata
Apenas morte a aguarda, declarou o filho de Zeus
Um desígnio final, tal como a seta que se dispara
Do arco, rompendo o vento em calor e perfurando a carne de Píton, nascida de Gaia.
A água da maré alcança seus calcanhares, a fera caída e um rosto
Coroado com um halo de fulgor e certeza
Os pássaros de Delfos cantam sua melodia, acompanhando sua voz
Apolo ergue seu arco, vitorioso em seus esforços e declara:
Eis o filho de Leto, que afasta os males. Povo de Delfos, aqui estou.
Canções entoadas ao vento vieram ao seu encontro
Coroas e perfumes, incenso e fumaça
Apolo vagueou seu caminho até o fluxo da Castália
Até entre-fendas recuar o corpo da temível serpente
Lavado, ele contemplou feliz, sua gente.
english:
The young God dressed in tunic, comes to the beach
Moist and beautiful, links of gold and silver
The gleaming skin is bronze and the setting Sun conjures
Shadows of the beast that slides over the white sands
From Delphi rich in rivers, the bovine-bodied Gods.
Comes Apollo, newborn, usurper and murderer
Cried the fearsome Serpent, their body rising from the Earth
Their mother. For everything She generates, horrors and delights.
In my fangs his body will rest, eternal!
Threat meets the lovely ears, the air fills with
White glow, burning wind with every step taken
Helios rests in the ocean, but the light has not ceased
In darting bolts wields the young God, defiant
The serpent descends upon him, deadly and hungry as
The lions that roam the slopes in search of victims
Woolen and bleating, helpless
But the child's eyes are those of a wolf, and his hand is strong.
Like the evergreen palms of Delos
His hair blows, the fangs reach nothing
Highly, comes Apollo with his atrocious silver bow
Only death awaits thee, declared the son of Zeus
A final design, like the arrow that shoots
From the bow, breaking the wind into heat and piercing the flesh of Python, Gaea-born.
The tides reach His heels, the fallen beast and a face
Crowned with a halo of radiance and certainty
The birds of Delphi sing thy melody, accompanying thy voice
Apollo raises his bow, victorious in his efforts, and declares:
Behold the son of Leto, who wards off evils. People of Delphi, here I am.
Songs in the wind came to meet Him
Crowns and perfumes, incense and smoke
Apollo wandered his way down to the Castalia stream
Till between crevices retreated the body of the fearsome serpent
Clean, he contemplated happily, his people.
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107 maneras de enloquecerme en ella
Yo no importo, no tengo pertenencia. Es ella la que en un pedestal de mil maneras no se equivoca en dejarme sin aire, un crimen tu libertad, las puertas que cierran son el rival en la vereda caminando sin sentido sus caderas, me hacen mal por dentro, por cada frase que le dedico siento que vuelvo a empezar desde cero, sentirme poca cosa besarle los pies espero pensar que no quiero regalar mi tiempo a cualquier persona estoy equivocándome siguiendo adelante en un camino que siento no está en un lugar, dudas, vengo a sentir que son una parte minúscula de lo que eran, porque los miedos me los fumé con el cigarrillo, si por mi fuera, no quiero que te acostumbres al silencio nato ni que pienses en los muebles que vienen en camiones distintos, ni le sé la marca al camión. Pero de conducirlo puedo conducirlo, si el tema es que tanto ese camión se sentirá real una actitud que hay que pregonar en la vida, quieres dejar de querer no valorar la vida humana, todo terminará en la paz que llevas dentro.
Para sentarme a escribir esto tuve que relajar mi propio ser, no quiere decir que tengas que comprobarlo por ti mismo no todos nacen para ser lo que son, la vida ha sido muy generosa conmigo, serían mil sus pisadas, en transe por el avance de su cuello, me ampare el infierno y el diablo cuando se amarra el pelo con una cola para atrás porque estoy seguro que la próxima vez no podré salir de este abismo, es un lujo no tener más que la visión del perfume del suspenso que tiene esa mente, que me lleva por razones y resultados, de las calles, las puertas estás historias son de riesgo, sus pantorrillas el cielo, sus manos el marfil más limpio que encontrar, sino más razones para volverme la marioneta desarma en el piso en un negocio que siempre gana usted, últimamente me preguntan si tengo señora, qué es eso, por flujo propio del quédate pero no tan cerca, por el tercer llamado de los queltehue en el vacío, tanto espacio… es que quiero que cada cual, aprenda estar, no es normal, no lograr. Escapando como agua entre mis dedos, la leña la presencia angular, del baile que dimos en las costas del ensueño, firmaré un tratado con el cielo de tu estrella, dejaste una huella en el corazón desvariado de quien se desglosa sin disfraz es tan bella la lengua del amor, como el fundar este lenguaje, voy a acercarme a la destrucción dejar que en España enseñen sus profesores, los dolores del caso, estoy perdiendo demasiado en los conjuros del brebaje vino naranjas sus uñas largas del color del me destierro, me quema me daña, me encierra, estoy dramático, pero más mate estaría bien, probablemente sonara algún instrumento que no conozco, fatalismo, aún y me calmara el ansía, se siente ese silencio acogedor en la presencia de ciertas almas que se quedaron conmigo en mi bote, pero otros siguieron su curso, invocaré a mi soledad, te amaré a la distancia, te haré el amor con caricias en vinilos, con arrullos en pinturas, con tinta diré que cabalgaran los jinetes respirando hondo, punto de declive es así como se vive, volvió una historia de mares a mi costa en Atlántidas perdidas, huestes algas sin fondo alguno en la fosa de las Marianas se vuelve el juguete de algún dios ingrato que me hizo conocerte. Un dios naufragado, fuera de su presión, incauto desolado, el tridente de un extranjero, la omisión de su espada por parecer un tenedor, alta cocina de moluscos acevichándome el alma, transparentemos estos dioses, estos supuestos iluminados, quisiese distenderme en sus piernas, tropezarme con ella tantas veces como sea posible y que en cada una de esas extensiones de pluralidad espacio temporal en la que este presente la vuelva a besar, que me caiga por sus pechos, porque nadie es de hierro aunque me hagan una estatua, que la vuelva a besar, me la quiero follar por cada letra que ponga en esta maldita oda a su persona que sea grosera y me deje escupirle en la boca.
Que tal la suerte, haré mi explicación basado en la suerte. La suerte de coincidir en un tiempo, en esta calle, entre vivencias innumerables, justamente con el sentimiento para obtener un pretexto de tus besos, después el río la unión de ellos forma desembocaduras que me hacen sentir parte de lo gigantesco que es lo que me rodea cómo es que llegaron, será este color ocre, será este pincel de la marca que me gustaba cuando tenía la edad de mi sueño, que eras tú en un edificio en llamas, caer juntos en un paracaídas, tangible inspirado por el dudoso ruido del mundo la ciudad, contestaré que estoy, que estaba que si tu sonrisa es casualidad sigue siendo tan bonita, haga lo que haga siempre diré que es bonita.
Terror y el placebo oscuro de la noche más frías en su hielo corazón, el clima debe estar en unos 11º grados, tengo temor de pensar en lo que hay fuera de esa atmosfera de calma, ampárame esta noche para no perderme luego, te regalo mis máquinas de escribir que son tantas como las estrellas de la noche, pura cursilería barata de un mendigo, derrocado de su trono por cronos, que triste se siente la vida si no estás a mi lado, escuchas al amor, a veces se oye, que difícil es encontrarlo, es paciencia en un tono marrón caqui, pantalones feos y un skate, tatuajes y besos en las costillas, voy a dedicarle el atrevimiento, de llamarla como la flor más bella de todo los reinos jamás conocidos, son tantos los universos que trae su cabello, me voy a desconsolar en sus pechos, pedirle permiso al egoísmo de mirarla, se me cae un ojo, se me cae un ojo a la copa.
Martini le dicen por estos lados, aceituna y aceite de oliva, el colibrí de mi patio no se va nunca desde que le construí una casita para que volara y volviera cuando quisiese, así siempre tendrá donde volver, sus cataratas amaban las aves. Tengo recuerdos más lindos, pero se pierden en una taza que no me quiero beber. Antes de conocerte estaba todo tan oscuro, me perdí era un iris precioso que buen vestido llevan sus pestañas, aterriza por favor, mira que la vida se te va tan rápido como los vuelos que siempre salen a la misma hora en el aeropuerto, así es como me siento. Como quema pero sin hacer daño y eso es lo que está mal a estas horas de la noche, volver a los oficios, quisiera despegarme de los días libres, comenzar por donde no pueda alcanzarme el resto, mortificar mi pena en una noche oscura, tu recuerdo mi sol en el vaso tu cara la luna, las canciones más taradas.
También quisiera desconocer al de la varita, las propias puertas del laberinto que encerraba mi cabeza se han vuelto tantas las opciones, con solo hablarle al viento, para que me traiga cajas de chocolate, para que me traiga flores, en primavera. Conservadores, llévalo suave ese hábito de buscarte los espacios cómodos para no toparse con esa cadera que deshace limitaciones al final terminamos cayendo igualmente, porque la música como la historia tienen algo en común el mundo es de quien las toca, consternación propia de su belleza, si caminara más incómoda dice su mirada. Que cortante ráfaga de aire hace pedazos los muebles de la cocina, a veces todos necesitamos no estar, no pertenecer una vez otro autor me dijo no te tienes que quedar ahí, pero aquí estoy, cegado, deslumbrado, me llaman el ciego de la lucidez delicada de sus ojos porque me ampare el cielo estaba loquísima, tenía una perspectiva, estaba tan alto, los edificios se veían pequeños, quería el mundo, lo tenía en una página, lo reproducía en todas las formas posibles en que el ser humano es capaz de comunicar, siempre es comunicación y me gusta tanto que hables de lo que te apasiona es que si pudieras hacerte presente, mi alma se calmaría como los mares, los días, parece un chiste.
Tender que hacer es una lista de supermercado pero alguien aún no tiene como españolizar un sentimiento, redactabas cartas, hacías puzles, aprendiste por inercia al recelo de la música que alimentó mi juventud, discutías con la pintura por su cuello, pero yo nunca estuve confundido. Era certero y dictaba como en una clase de lenguaje en cuarto básico, seguías mis comas mis tildes, enamorarte me va a llevar más cartas, caen y caen káiser carta káiser carta káiser carta. Atento con lo que deseas, la hora de las brasas negro como el carbón, nunca aprendí nada, tan mala suerte siempre me pego con el mismo clavo en la cabeza, poste malditamente mal puesto y esas mañas de llevar traje, y la respuesta era tan sencilla, tan presente simplemente en hacer absolutamente lo que me da la gana, corriendo por las calles escuche una voz que me decía que de la valentía no era tan largo el sendero, quise hacer tantas cosas pero llovía, no me detendré son como árboles los ves por todos lados, sin fe sin representación modernos, encías quiero la química que implicaba comprobar cada elemento, estoy muy teórico de nuevo. El aroma, tanta química en el aroma, líquidos, sedúceme sin temor a que los palillos chinos no cojan lo que se me cayó entre tus piernas, se me dio vuelta el sushi, me manché con soya, tanto sabores matones túmbame en la playa, hacedme unas olas sal espuma arena una cabaña un país que me cobije con amor como lo hacen sus brazos. Medio pálido desdeñado el sol hace lo suyo si volviera el vampiro, si volvieran las concubinas, si volviera el espesor tibio de la noche oscura si mi fuerza viniera del infierno me sentiría en mi lugar, juguemos más con ello cortemos el infierno en tijeras, despacio para que engullir sea parte del proceso que lleva por dentro el centro de nuestro tesoro, recelos de imponentes demonios, alas pero el notorio pernoctar del pavimento, la grieta del piso parece tan interesante como entender el procedimiento del mundo mientras degustamos una cerveza, en este punto no me interesa la etiqueta ni tampoco fechas de vencimiento porque no soy un producto y estoy loquísimo por ti, la cátedra de la costumbre más fría, la sangre en la costura, mantenerme a parte del pesar que en mi alma recorre, porque son solo abismos, estoy perdiendo el miedo, inspiración en el bong, tras el basto mar, no vi nunca más una avispa, las flores amarillas, las maravillas, la torre de babel que brilla, la lengua de marfil el sida, la gravilla, quisiera aprender a dibujarte como hice con mis amigos, primero un retrato para entender tu alma, es que es oscura, y le molestaría todo incluso este rencor.
Escondido detrás del retrovisor, el paradero y lo veo fumando sabes, es triste el corazón del volante, fíjate en lo de adelante, vamos a chocar y perdernos en pasajeros de buses, porque a veces no estoy bien tengo pena y necesito cama, se acaba la bencina, las horas, el asiento, no te quiero dejar.
Nunca, es para siempre.
Imaginas.
Un día que no sepa de mí no pasa nada.
Ya no sé qué poner, me ayudas, imagino libélulas que vuelan en un círculo sin fin, corramos juntos huyamos de quien dice apreciar nuestro sentimiento, siguen existiendo cosas que no me gusta compartir, mi mitad, tu mitad, debe ser la edad que me tiene menos condicionado a necesidades sordas, tenía bromas muy buenas, siempre supe hacer música lo que nunca aprendí es a separar ciertas cosas muy serias, pero para el recurso lingüístico de mi propósito no será necesario.
Nada viene sin que traiga algo, y si ya apareciste ahora como escapo de tu buena fortuna, de tu amor sin lástima, de mi arrojo hacía el vacío que lloran mis ojos y no querer ver nadie en la cena, atrapar una paloma que se cayó de un edificio en el centro, las costillas se las debe haber quebrado, estoy cansado de tanta brutalidad, mi explicación, recae, recae en la suerte de conocerte, mi ilusión sin pena expira en esa lágrima, tendrá tan seco el ojo.
El desierto no amenaza la furia del viento, el pasatiempo más fome es tirar dardos, aprendí a decir fome a los doce, cuando estaba en la sala antes no sabía que significaba los mismos tres puntos suspensivos crean negocios grandes, pero tengo mala suerte verdad, mala suerte buena suerte, esta moral, este dios, este desastre el caos me acurruca sin pelos en la lengua, me di cuenta también por ahí como a los quince que el querer no es para cualquiera, que hay que apreciar a quien dice como lleva su vida, hay muchas situaciones en que hay que estar pendientes de demasiadas cosas y con el tiempo nos abruma el centro de nuestras decisiones se puede ver perturbado solo con moverse un poco a la derecha ya se caería toda la atmósfera y esa es importante, hay que cuidar la atmosfera que no se vaya a la mierda, después corrijo mis faltas de ortografía, ahora me di cuenta, que tenía atmosfera, un cariño así, un simple roce de su mano en mi rostro me derrotó, contarle a otros de mi sueño, de mi noche de tu luz nunca ha sido tan sencillo. Querer revisar nuevamente eso que dentro nuestro es propio, o de la vida. Voy a darle otro tiempo. Desatarle un par de nudos, quitarle algo más que la ropa, no pretendo ni pretendía adueñarme de algo en este viaje, es la misma luz tras las pantallas, las verdades astronómicas las que unifican cosas que tienen que ser. Es difícil de entender pero si algo tengo es decisión, arrojo, porque digo esto, porque siempre ha sido hacia delante y no hacia atrás, tienen que andar, no estarías aquí si no funcionara, las cosas van sucediendo, la gente se va conociendo, las ideas fluyen y mejoro día con día para acércame a tus pies. Aún necesito besarlos.
Reajustaste el volumen y el bajo cableados, claves cálculos, sus muslos, re loco, sesiones argentinas, mercenarios y filas y filas de giles, un día que no sepa de mí no pasa nada.
Alejarme de quien me hizo mal, reservar en cada lugar que estoy buscarte esconderse reservar nuevamente es un ciclo, pero lo sigues leyendo mal, hablo de reservar tu persona para quienes realmente merecen ese tiempo.
Entender que todos somos parte de ese algo que nos mueve y recorre pecados oscuros, deseos inseguridades, re crudos, hacerla ponerlo en presente, seguro algún día querrán ser vos.
Ese orgullo argentino, debe ser el año, actualidad, genética, alcohol.
Testarudo, así se hizo un bote y no se va a hacer un rezo para mi mujer.
Unicidad, me gusta cuando se derrama sobre mi poniendo primero ese pezón en la punta de mi nariz y me deja lamerla subir escalar poner un escala, vaginal, temblores y orgasmos, dale traga saliva, cámbiate el color de pelo, ponte tacones y dime que eres el demonio que llevo cazando toda la noche, besos en el cuello, saborearte, un estandarte, obvio, con todas mis metas contigo en esta relación. Aseguremos cosas, terminas tú o yo.
Ese orgullo es tuyo o de ese dios, de esa conciencia que supuestamente es superior guía también cuando me tocas, no quiero detenerme a hacer preguntas, quiero arrojarme a la sexualidad de un cuerpo, la luz en un sexto. Apaga la luces amor, ya no entiendo que debería sorprenderme, si por las noches la vida es otra, una de miradas profundas, de cariños ciegos, de amigos viejos, de duendes verdes y recesiones al sexo.
De juegos con cartas atrevidas, labial, en el anillo en la mirada se le veía el filo, era una hoja espectacular, podías extenderla y mirarla por cada borde no encontrarías fisura alguna, templada, letal, con el equilibrio perfecto, es un arma, merece su sitio.
Conocerla es saber que no la estás utilizando ella lo hace contigo, la inusual certeza y lo delicado del manejo en sus situaciones que empuje un poco conmigo todo esto: al mismo tiempo se le necesita a cada segundo, se crea una dependencia, que haría sin Emma.
Con ella corto mi pie de limón. Ramera.
Ramas, de limón, aguas y espinas, una forma de invocar su presencia, es que no necesites que este allí, porque no sabemos manejar como aparecerá, no todo son tonos rosa, realmente existe esa parte malvada en las personas. Nos desarma, nos vuelve débiles y predecibles, es que contigo no noto que nada me duela y quiero intentar transmitir esa sensación, reconocerla estimularla porque no solo es una corriente la que mi mente sigue cuando te presentas, me desarma, exploto en mil pedazos, nace mi más vulgar sonrisa, ah también tengo un arma, un día escuche que alguien no tú otra persona, le gustaba mi sonrisa, qué harás. Ahora no te preocupa. Soy aterrador como tú, hay una selva de emociones aquí, ahora entiendes porque estoy intentando ordenarlas, ojalá esto fuera chat gpt y me dijera que estás pensando, me contestaras como lo hace, cuando le pregunto si nuestra compatibilidad está bien y como tengo que disculparme por mi fanfarronería, porque sí quiero ir y comerte, pero quiero que vengas y me comas, no puedo todo el tiempo caer caer caer caer caer, tac
caer
hielo y solo, necesito que me digas, que me quieres y que mañana cuando despierte olerá a tí, una noche me dijiste que soñara contigo, y desde entonces, dios, no puedo dejar de pensar, sobrepienso, sobreescribo, sus tac... ansiedad, no me mires más me vas a matar, me desaprenderé una de tus miradas, una de esas al sitio donde sabes que terminaremos haciéndolo, pudor tendrías si está tan suelta, dime me tengo que apagar, o tengo que quemarnos juntos, no voy a salir perdiendo, al menos eso me lo debes, quiero que un día debajo de la mesa, tomes comas lo que no debes, zorra.
Hártate, no puedes todos los días hacer el amor.
Podemos tocarnos, podemos leernos.
Humanos vulnerables resistiendo al arranque del corazón, quiero que todo sea bello para tí, sean margaritas mariposas como en tus tatuajes, decisiones como en tus rasgos aceitarte. Escupirle en la boca, me vuelvo transparente a cada uno de tus gemidos no soy otra cosa no quiero serlo mi unicidad a la tuya cariño, yo no creo en ideas sobrenaturales ni dioses paganos, ofrezco mi ser creo en las personas, y creo en tu persona como cuando me llevaban al dentista sé que tengo que confiar, en esa mano que toma la mía y me acerca, o aleja de experiencias, no me voy a poner nervioso ya no es tiempo de amores adolescentes, esos son ruidosos y molestos, hacen que la barriga se llene de mareos, los amores adultos son de tiempo y secretismo, el nuestro es de lunes y domingos de dónde nos vimos la última vez y dónde nos veremos la que viene, acelera.
Voy a poner el nombre de tu libro en el periódico, camuflar esta novela entre las otras que he escrito para no sentir que es la obra magna de mi carrera, pero quiero que tenga tu pretensión, he hecho que las nubes cubran un poco esos rubores del cielo le compadezco le advierto al roce del aire que no te conozca más de lo que te conozco yo. Su aroma es un viaje completo amigo, no hay cura, sus vestidos, el escarlata me encanta sin fuga, me gusta como se viste cuando usas esos tacones blancos para dejar huella, me calienta, me gusta cuando se pone las ligas que tensan sus medias, me gusta cuando con una polera y unos lentes te dice que sus labios son el outfit, me gusta me estremezco, reducido a cenizas, charcos de petróleo. Una mañana que fuimos a beber café alguien más la vio que estaba con flores que yo mismo le llevé, ese día no pude besarla, pero al momento que probé sus labios supe que no quería otros, es callada con lo que siente se expresa mejor cuando le permites vertir su conocimiento, esa mente también tiene literatura y me clava, cómo estaca, suenan sus órdenes, resuenan sus uñas en las paredes y me juguetea el labio inferior, pasa su mano por mi barba, me vuelve a besar, y dice que nos veremos la próxima semana en un cine, no voy a esconder que soy del sur y que quiero cantarle. Hacerle con mi acento una melodía que le combine, estoy a la altura, puedo igualarla me lo pregunto me constesto camino brindo con ella, nos reímos, se hace más fuerte esto que siento, estoy a la altura, lo estoy, pisa más fuerte y me derrumbo, alucino con sus piernas, la primera vez estoy seguro que escuché a una voz decir la hice con unas piernas larguísimas como la carretera de este país pagano, que derroche de sensualidad, cuanta locura en ese motor ese cuerpo. Se enredan todos los verbos en la lengua, visceral esa verdad, tenue en comparación a otras, como las de desigualdad, las preguntas correctas, las fechas confirmadas, las elocuencias del portón, el pasaje, los versos, todo fue colocado milimétricamente en su sitio y un día, bebí con ella vino espumante.
Que alegría reboza en mi corazón, que exaltado y agradecido me siento de conocernos.
Todo lo que conlleva el viaje, lo acepto sea positivo sea negativo son caminos y recorrerlos es parte de este mensaje, cualquier revelación uso o reenvío lleva a que colme con trozos de viejas memorias y el amor es así, una ráfaga de cartas, una incondicional sucesión de razones, para y por haber.
Convertirlas no me hace diferente, tampoco quiero serlo, quiero hacerlo, quiero ser un buen fin de semana, el tuyo, quiero ser tu salida, tu escape, no el mío, eso es quizás lo más fuerte que he sentido. En esta modernidad de presente inquieto, pensarte es hacer post y tras muchas ediciones conseguí un texto arrogante, ediciones me pregunto si cuenta cuantas veces cambió pequeños detalles de esta malla entramada que la aprete a ella como un jamón. Inquieto.
Será que al universo le divierte el romance, será que se ríe y la desgracia de un bandolero perdido, le parece idílico, a quién dejo lo que escribo, me complica tener que explicar y recalcar que lo hago a sus actuares, personalidades, llámalas al final, las llamadas las hago yo y tu no te enteras de lo loco que es para mi tirar de más de cinco minutos adquiriéndote por el celular, explorarte. Hay tanto en la belleza, es la propia verdad de mi alma dedicarte horas en retratarte, hacerlo por mí. Alguien dígame, si los espacios que dejan los autores en sus libros son apropósito o simplemente errores de reimpresión. En la vagancia de mi adolescencia, encontré un amor al que intente escribirle, en esa definición tan vaga, mi mente no podía quedarse, lo voy a reconvertir, voy a valorarme, aunque te pienso pisándome la espalda con tacos. Es el amor una enfermedad con etapas terminales, donde yace mi alma rota oh, según tú, mujer roída criminal de mano limpia, no sabes comerte mi corazón, eso solo sucede cuando el mal del licor me atenúa el resto de los sentidos, floto en un limbo roto, donde tus besos son mis visiones, yo no soy débil, me he enfrentado a distintos distintivos demonios y la victoria a sido mía, han caído ante la llamarada que es mí consecuencia.
He sido pequeño ante ti, te he brindado. He sido un mero esbirro que a la suela de tus piernas elegantes tijeras que sangran mi que hacer no arropan sino lastiman, y vuelvo como un polluelo perdido en el transito del existir. Sáname, debo mencionarte, aliviáname por favor cómeme, sométeme, amárrame a tus caderas y deja que te lama el ombligo como anillo de una cerveza. Se acaban en zeta las buenas, esas, con las que gano puntos contigo, seguro que unas noches juntos haciendo bobadas te cambiaran más de una perspectiva de la esencia.
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Moondust - Capítulo 1
✨La rutina✨
6:00 am
Ha sonado la alarma. Después de buscar el teléfono Satoru logra apagarla. Vuelve a meter su mano dentro de la cobija. Vuelve a recuperar el sueño. La alarma había despertado a la pequeña niña de casi dos años quien volteó a ver a Satoru. No era la única que había despertado otro pequeño niño de la misma edad había abierto los ojos pero buscaba conciliar de nuevo el sueño. El tercer niño en el futón abrió los ojos fastidiado. La niña se olvidó de dormir, le inquietaba el silencio y solo estar sentada, por lo que pronto empezó a caminar por el suelo. Llamó la atención de los otros dos niños, el segundo se incorporó y el tercero solo giró su cabeza con pereza. La niña observó un bote de talco en lo alto de una mesa, se puso de pie aun tambaleándose e intentó alcanzarlo. El bote de talco se tambaleó y cayó. Por suerte Satoru logró tirarse en el suelo y resbalar para empujar a la niña y salvarla. El talco cayó en su cabeza formando una nube blanca que alarmó a los tres niños. Se comenzaron a escuchar los sollozos y luego el llanto de los tres.
A Satoru no le quedaba más que permanecer tirado y escuchar sus lloriqueos. Pronto escuchó los gritos del vecino de abajo.
“Estás haciendo mucho ruido, queremos dormir”.
Lo ignoró y solo dejó que los niños lloraran hasta que se cansaran mientras él suspiraba y trataba de recuperar su sonrisa. No había sido una buena semana. Se levantó y comenzó a reír para disipar el susto. Los llantos se volvieron sollozos y los sollozos se volvieron risas. Les habló para calmarlos:
—Hoy tenemos jugo de naranja para desayunar, ¿quieren jugo Nobara, Yuuji, Megumi?
Los dos primeros niños contestaron “sí” de inmediato mientras Megumi se negaba a dejar su cama.
7:00 am
De la cama a vestirse, sacudir el polvo y colocar sus lentes rectangulares y oscuros. Cambio de pañales mientras cuida que ninguno corra peligro. Cantarle a Yuuji para que deje que le pongan el pañal. Despertar a Megumi, lidiar con su modorra. Dos pantalones para ambos niños, playeras a rayas: roja para Yuuji, azul para Megumi. El vestido amarillo para Nobara y su moño de color morado del lado derecho. Pelear porque Nobara no quiere moño morado prefiere el naranja.
—las flores son naranjas.
Le dice ella. Es un argumento irrefutable. Satoru se disculpa. Evita que Yuuji se caiga de la silla.
7:15 am
El departamento donde viven es pequeño, un cuarto para dormir con otro para sala cocina y comedor y solo un baño.
El desayuno. Sacar puré de manzana del refrigerador. Satoru tiene que preparar algunas cosas por la noche, es parte de la rutina… es la costumbre. Todo es un caos, siempre había sido un caos. No se quejaba… no era una queja ¡nunca lo sería!
Repartir jugo de naranja en partes iguales con sumo cuidado para evitar peleas, apenas alcanza para llenar la mitad de cada vaso pequeño.
Anotar en lista del supermercado pegada en el refrigerador pequeño con pluma de osito panda, porque a Yuuji le gustan los pandas, “comprar jugo de naranja” justo debajo de comprar pañales especiales para Yuuji por alergia.
Pelear con Yuuji, se ha robado el jugo de Megumi ¡y Megumi llora!
Servir: huevos revueltos para todos aunque solo coman la mitad de la pequeña porción.
Yuuji exige pastel. Es muy temprano así que se le niega.
7:45 am
Preparar la pañalera: meter cambios de ropa de emergencia, hacer que quepan tres mamilas y la fórmula. Perseguir a Nobara y Yuuji por la casa. Pañales, talco, aceite, perfume, peluche de gato de Megumi, robot de Yuuji y bloques de Nobara. Limpiar restos de comida de sus bocas. ¡Se ha hecho tarde!
Tomar cangurera, asegurarla. Tomar pañalera, celular y cartera. Poner a Yuuji en cangurera. Cargar a Megumi porque le gusta abrazar fuertemente el cuello de Satoru por miedo. Corretear a Nobara, pescarla del vestido y cargarla.
7:55 am
Correr, al menos por un segundo mientras los tres niños gritan: es tarde corre, corre.
Satoru para y suspira. Con voz serena les contesta:
—Está bien está bien.
Los tres niños se sentían un tanto desconcertados. ¿Por qué su padre no corría? Si eso era de lunes a sábado. Satoru bajó con precaución las escaleras. Caminó hasta la parada del transporte público mientras cargaba a los tres niños y les hacía plática para que no se enfadaran de esperar. Les repetía oraciones simples para mejorar su habla, ellos hacían su mejor esfuerzo, aprendían rápido.
—¿Quieren algo de cenar en especial? Puedo traer peras y duraznos para sus purés.
Nobara se mostró inconforme.
—Yo toy grande tengo año… y medio. Puedo comer cakes.
—Tal vez considere los hot cakes.
8:15 am
Suben las escaleras a un segundo piso de un edificio y tocan la puerta marcada con el número 6.
Después de unos minutos abre una mujer con una cicatriz en su cara.
—¡Utahime!
Grita con emoción Satoru. La mujer lo ve y le cierra la puerta como todas las veces. Los niños gritan también su nombre aunque solo pueden articular “uta”.
Para ella es imposible resistirse así que abre la puerta y nota a Nobara y Yuuji sonriendo de la misma forma que lo hace Satoru, y a Megumi aferrado al cuello de Satoru agitando suavemente su mano para saludar. Algo la molesta y hace que abra la puerta.
—¡Cómo es posible que traigas a Nobara de esa forma! —Nobara aún colgaba, la traía agarrada de su pansa. Utahime se apresuró a tomarla— ¿por qué traes a Yuuji en cangurera? ¡Te he dicho tantas veces que esa cosa deformará sus piernas! ¿Quieres un hijo deforme?
—¡No tengo tres brazos!
Le contestó Satoru pero eso solo hizo enfadar aún más a Utahime quien tomó a Yuuji e intentó ponerlo en el piso hasta que… miró sus pequeños pies… Y luego los de Nobara y los de Megumi.
—¿Y sus zapatos?
—¡En sus pies!
Contestó alegre y orgulloso Satoru. Ella le mostró los pies de Yuuji quien se rio pues sentía cosquillas.
Ninguno traía zapatos ni siquiera calcetines.
En ese momento comenzó a sonar su celular, vio el nombre de uno de sus compañeros de trabajo y luego la hora. Se alarmó, le aventó a Megumi y la pañalera y salió corriendo
—¡Lo siento Utahime! Se hizo tarde cuídalos por favor volveré un poco tarde.
—¡Y los zapatos! ¡Satoru, me debes dos semanas! No puedo estar cuidándolos siempre… ¡No lo soporto!
Pero no recibió contestación. Él en verdad le molestaba.
Satoru subió de nuevo al transporte para llegar al trabajo. Acomodó su saco y su corbata y trató de guardar la calma… había dormido solo tres horas. Después de preparar el puré y terminar los pendientes se sentó a la mesa. ¿Qué iba a hacer? Esa semana habría recorte de personal, sus retrasos injustificados era posible que le pusieran la soga al cuello. Ya podía escuchar a su jefe gritándole. Ya lo sabía, pero tal vez solo, como cada mes, se estaba apresurando a sacar conclusiones. Al final de cuentas siempre entregaba sus pendientes.
10:15 am
Por fin llegaba a las oficinas. Marcaba su retraso y se acercaba a su cubículo para trabajar. Todo transcurrió con normalidad.
7:00 pm
Su jefe le pidió que fuera a su oficina en medio de sus pendientes. Siempre con la sonrisa en su rostro y ese humor que le caracterizaba Satoru se acercó incluso al ver lo inevitable.
“¿Qué voy a hacer?” —se preguntaba mientras escuchaba a su jefe explicarle con extraña calma.
—La empresa ha tenido pérdidas últimamente. Por lo que no tenemos como solventar los gastos de todos los empleados...
¿No tenían? Por supuesto que tenían incluso para contratar a más. Satoru sonreía con calma incluso cuando le molestaba ver a su jefe, quien el día anterior le había gritado por no traer café a su oficina, ser paciente y sentir pena por él.
“¿Qué voy a hacer?” —se preguntó cuando puso su firma en la nota de renuncia después de aclarar los términos del despido. Ese mismo día vería reflejado su sueldo del mes más su liquidación.
Finalmente, sin decir ninguna palabra, salió de la oficina, puso todas sus pertenencias del cubículo en una caja y salió. Una vez fuera del edificio desamarró la corbata de su cuello y la puso dentro de la caja. Caminó unas cuantas cuadras y se sentó en una de las bancas de un parque.
Estaba agotado. Solo dejaba caer su cabeza en sus manos. No servía de nada enojarse pero tampoco podía ser optimista… lo había sido por mucho tiempo. Creyó que si trabajaba más podría tener un ascenso, creyó que si tenía ese ascenso con el dinero extra podría ahorrar para mudarse a un apartamento más grande con un cuarto para los niños, pero no fue así, lo único que recibía eran quejas y exigencias. Lo que iba de vida de sus tres hijos no podía darles una casa digna, ni siquiera atención. ¿Y ahora qué haría? Se había quedado sin trabajo, le debía a Utahime por cuidar a los niños, tenía que pagar la renta. ¿Y en el futuro? Los niños pronto irían al kinder ¿cómo iba a solventar los gastos?
Masajeó con sus dedos su frente, acomodó sus lentes y tomó la caja. Comenzó a caminar. Fue al supermercado, hizo las compras pertinentes del día y tomó el transporte a casa de Utahime. Aún se sentía sumamente exhausto y frustrado. Se forzaba a fingir sonreír para los niños.
8:30 pm
Toca a la puerta del departamento de Utahime. La escucha gritar: ¡es su padre, le diré lo mal que se portaron el día de hoy!
Pronto escuchó la voz de Nobara gritar un “no”.
—¡Si no quieres que lo sepa entonces siéntate!
Y después de unos minutos se abrió la puerta.
—Vaya hoy llegaste temprano qué extraño.
Le permitió pasar. Los niños estaban sentados en la sala pero intentaron bajar para correr a verlo. En el trayecto Yuuji se cayó pero se levantó como si nada hubiera pasado y corrió para abrazarlo.
Aunque su día fuera horriblemente desagradable al verlos Satoru sonreía de verdad.
9:00 pm
—Me debes una —dijo Utahime— la conseguí en un bazar puedes pagármela después.
Sacó una carriola lo suficientemente grande para que los tres niños pasearan en ella.
Los tres la miraban con asombro y de inmediato se subieron en ella.
—¡Mínimo denme las gracias!
Los tres niños pronunciaron “gracias”. Satoru solo se rascó la cabeza. No sabía qué decir.
—Tiré a la basura tu porquería de cangurera. De nada.
—Te la pagaré… te pagaré todo solo…
—¿Solo? Eso no me gusta. Gojo necesito el dinero… y bueno tienes que saberlo. Estaré fuera durante el mes de agosto y no podré cuidar a los niños. Te lo digo con anticipación para que o busques a alguien más o los inscribas a la guardería. Hay una cerca de aquí.
—Claro… voy a buscar. Gracias por cuidarlos. Creo que ellos necesitan una madre. ¿No quieres ser su madre?
El enojo había pasado todo límite en Utahime solo podía expresarlo sonriendo y apretando sus puños estaba apunto de soltar palabrotas y golpearlo enfrente de los niños. Satoru solo emprendió la huida.
Los niños parecían divertirse mientras iban en la carriola. Era más cómodo era cierto pero no podría maniobrarla mucho en el transporte por lo que había decidido llegar a pie a casa. Para cuando llegaron los niños ya estaban dormidos. Les puso la pijama y los acostó en el pequeño colchón. Cerró la puerta para que no les diera la luz de la cocina. Él se sentó a la mesa, comió un poco y revisó las cuentas. Intentó dividir el dinero que tenía para que solventara todo el mes.
—Tengo que conseguir otro trabajo…
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