Tumgik
#2ho
applejongho · 10 months
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ETERNAL SUNSHINE ; 211013 — yunho and jongho
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ceojongho · 1 year
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jeongyunho99 · 1 year
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2Ho ✧ log_logbook#110
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kristalisaa · 14 days
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dynamic duo-2ho
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milkybee · 2 years
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Happy late cirno day again!
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chwejongho-archive · 2 years
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The two bears of Ateez [Confirmed]
Translations credit
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ysngie · 1 year
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2ho for @blondejongho <3
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shibuinni3 · 6 months
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Hyung, Você é Um Fofo
23/10/23; Capa para uso pessoal.
Choi Jongho e Jeong Yunho, Ateez.
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lucielblog · 1 year
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harrowsong · 10 months
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2ho worms worming
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myeternalyunho · 1 year
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230114 | FANCAFE - ATEEZ TALK
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misswoozi · 9 months
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I don’t think you got my ask but here I am again because my mind hasn’t got out of the Bouncy MV and all the units BUT SPECIALLY 2HO because their little fake cops shenanigans got me thinking things… at first I was thinking who could join them in their little fun because hear me out:
I know jongho is younger than Yunho but he is much more of a dom than the latter. So I can picture them in a little rp kinda thing while jongho bosses Yunho and a third (maybe a fourth) part around. Yunho doms as well but he is being dommed by jongho. Does it make sense? 🎠
I'M SO SORRY THAT I TOOK SO LONG TO ANSWER YOUR FIRST ASK ABOUT THIS but, hey, now we get some bonus 2ho discourse so IT ALL WORKED OUT!!
so we're looking for a pretty male idol who's willing to be a little subby (or at least pretend to be for this purpose)
hmm... an NCT boy? an EXO? TXT? TELL ME HOW YOU FEEL, FRIEND
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kiyuoijnoyo · 1 year
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Bleeding Star
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Pareja: Yunho x Jongho
WC: 6.5k
Género: fluff, smut, ligero angst.
TW: sangre, ligeras referencias religiosas.
Resúmen: El sabor de la sangre obtiene otro significado cuando conoces el éxtasis de esta mezclada con el anhelo y lujuria de encontrar a quien permanecerá la eternidad a tu lado o por lo menos para el conde Yunho parecía serlo desde el momento que Jongho entregó su ser a él.
Los vampiros y los brujos eran igual de malvados a los ojos de cualquiera, los vampiros eran seres sin alma que mataban y derramaban sangre para saciarse, los brujos maldecían a quien se atravesara en su camino y regresaban almas de la muerte.
Jongho vivía en una choza alejada del pueblo principal, cierta vez se dejaba ver, para él, era un constante dejá vu lleno de horrores tener que buscar refugio cada que el último día del mes llegaba, la gente salía en busca de ellos para prenderles fuego y acabar con la penumbra de la sangre maldita de su familia, la cual afortunada o desafortunadamente lo perseguía, pero ¿acaso no era violento y cruel armar una cacería de brujas cuando muchos de ellos ni siquiera los atacaban?
Era un recuerdo interminable, Jongho lo había vivido desde que tenía 10 años, la última vez que sucedió fue el inicio de su soledad, los recuerdos lo inundaban, la casa está en llamas, huye, corre, preserva el conocimiento, escóndete, lo más importante no hables con ellos.
Al ser un brujo que trabajaba con la naturaleza su conexión con ella era increíblemente alta, amaba tocar las plantas, hacer brebajes con ellas, disfrutar su aroma y pasar el mayor tiempo posible rodeado de ellas, lamentablemente tenía que hacerlo de noche, temía ser visto y atrapado por ellos.
El cielo estrellado marcaba la medianoche, hora en que el pequeño brujo salía a recolectar las plantas necesarias.
- Dos orquídeas y 5 hojas de laurel y la pócima estará terminada.
Jongho hablaba consigo mismo de camino a su hogar, sin percatarse que un par de ojos rojos vigilaban atento su alrededor.
El conde Yunho habitaba en su castillo a mitad del bosque, no era un lugar recóndito y mucho menos desconocido, todo aquel que se acercara sabía que estaba destinado a morir en las manos del vampiro despiadado que, según los rumores, llevaba años habitando ahí y cada cierto tiempo salía en las noches a cazar y saciar su hambre.
A decir verdad, no siempre eran humanos sus presas, a veces se adentraba en el bosque en busca de grandes animales para saciar su sed, aunque estos no fueran igual de exquisitos que un humano.
Fue en una de sus cacerías cuando encontró la choza del brujo, cosa que le pareció raro puesto que ningún humano seria lo suficientemente estúpido para desear vivir apartado de la sociedad conociendo los rumores del terrible vampiro que los acechaba y de los brujos que podían esconderse en el bosque y usarlos para sus hechizos.
Desde el día que descubrió la choza solía rondar durante más tiempo la misma, quería conocer al o los individuos que podrían ser su siguiente cena y que por ende parecían desafiarlo al estar en esa zona.
Pero en una de esas noches cuando la luz de la luna iluminaba por completo el bosque encontró al dicho individuo de su curiosidad, no parecía ser más grande que él, claro, si hablaba de la edad que tenía justo antes de ser convertido, su capa negra llegaba hasta sus pies, el crucifijo colgando en su pecho brillaba en un plateado refulgente, su semblante serio y prolijo lo hacían verse extremadamente etéreo.
- Brujo.
Entonó para sí mismo, el dulce aroma de su sangre combinado con el aroma a hierbas hacia inconfundible saber lo que era, y en ese momento Yunho se sintió estúpido, por no haberlo supuesto antes, había de admitir que lo entendía, cuando eres considerado un monstruo no puedes estar con los humanos y había algo del brujo que hacía querer verle y hablar con él.
Los días pasaban tranquilamente, pero esa noche al acercarse al arroyo a lavar su recolecta como de costumbre Jongho creyó sentirse observado, no era la primera vez que lo sentía, pero ese día era más intenso, al mirar de reojo pudo ver dos gemas rojas en la oscuridad, decidió mirar fijamente con miedo de ser descubierto, sin embargo, la mirada desapareció de la manera más rápida posible.
Jongho regresó rápido a casa, ¿acaso eso era un vampiro? ¿iría tras él? ¿iba a matarlo?, Decidió dormir para olvidarse de lo visto, sin embargo, no contaba con que al amanecer del día siguiente hubiese rosas rojas en su portón decoradas con un moño negro. Al pasar los días, los obsequios no cesaron, cuando no eran pequeños ramos de flores eran esencias de tierras lejanas que Jongho en su vida pensó tener en sus manos o a veces eran más sencillos, cómo chocolates envueltos con pequeñas notas, describiendo lo mucho que deseaba conocerle.
El brujo lo tenía planeado, esperaría despierto toda la noche para conocer al ser que parecía acecharlo.
El conde Yunho se aseguraba de mostrar a través de obsequios que no era peligroso, que quería verle, pero aún no se atrevía a hacerlo, el brujo imponía algo sobre él, algo atrayente, como un imán, mentiría si dijera que desde que vio al pequeño brujo logro sentir algo que creyó ya estaba muerto dentro de si hace más de 100 años.
El reloj del castillo marcaba las 03:15 am, cómo habitualmente lo había hecho iría a dejar un ramo de rosas blanca, lamentablemente el vampiro no sabía que había alguien esperando por su llegada.
Jongho no perdía la vista desde el ventanal, esperando la llegada del ser que parecía estar interesado en él, fue ahí cuando el conde hizo su aparición y el brujo abrió la puerta estrepitosamente.
- ¿Qué eres? y ¿Qué quieres? - pronunció Jongho, intentando esconder el pánico en su voz, si era atrapado sería su fin.
La voz de miel del brujo hizo eco en su cabeza, ahora parecía más adorable.
- Evidentemente no soy uno de ellos, no tienes por qué preocuparte por eso, sé que puedes ver lo que soy, soy Yunho y obviamente soy un vampiro, he de admitir que en mi cacería te encontré y te he encontrado muy interesante. - yunho avanzo hasta llegar al brujo. -
- Para ti.
Exclamó alzando su brazo con el ramo de rosas blancas, lamento si te he causado algún inconveniente, no era mi intención asustarte.
Jongho no sabía por qué encontraba agradable su presencia, se sentía intrigado por el vampiro que había estado mirándolo y que en vez de postrarlo sobre la pared y drenarlo, le entregaba flores y mostraba un ser dulce y descuidado.
- Soy Jongho, cómo debes haberte dado cuenta soy un brujo.
Dijo recibiendo las flores y dando su mano en un apretón extraño, Yunho estaba helado, el contraste en su piel era raro pero calmante y en ese momento un sentimiento cálido se instaló en su ser.
La eternidad comienza a florecer.
La visita del conde comenzó a ser habitual hasta el punto de que el brujo dejaba entrar al vampiro a su hogar, le gustaba la manera en que parecía interesado en él y le daba obsequios con el fin de ganarse su confianza.
- Si no está mal que te pregunté ¿Cuántos años tienes? O ¿Cuántos años has vivido?
Preguntó Jongho extendiendo una taza llena de la sangre de un conejo que había cazado en la mañana, porque ciertamente, el brujo estaba perdiendo la cabeza sobre Yunho y si este vendría a visitarlo sería descortés no darle algo que beber.
- Gracias y bueno, es algo raro -rio el vampiro- cómo humano viví 24 años, edad en la que fui convertido y como físicamente permaneceré en este plano, cómo vampiro he vivido 126 años, así que han sido 150 años.
- ¿Siempre has estado solo?
 Jongho se interesó más mientras tomaba un bocado de su galleta, para el mayor era tierno ver al pequeño brujo estar tan inmenso en la plática sobre su vida.
- Algo así, la aldea donde vivía fue atacada por la guerra, quedé muy mal herido, no recuerdo mucho de lo que sucedió ese día, solo recuerdo que corrí hasta llegar a la iglesia y rece deseando que todo terminara hasta que uno de ellos entro con sus estrepitosos ojos rojos y me ató a este destino, he conocido gente, pero he intentado relacionarme lo menos posible, aunque he de admitir que mi castillo se siente vacío - dijo tomando un sorbo de sangre- pero ¿Que hay sobre ti?
- Al igual que tú quedé solo, tenía 15 años cuando ellos quemaron mi hogar, decían que éramos monstruos que les comerían y utilizarían sus cuerpos como ofrenda, pero mi clan solo realizaba brujería con plantas, nada de humanos ni cosas así, de ahí he estado huyendo, no tengo mucho aquí, pero parece ser un lugar tranquilo, tengo 22 por cierto, es interesante la manera en que no luces terrorífico para ser un vampiro. - el brujo dedico una gran sonrisa al vampiro.
- Es bueno conocer a alguien como tú, me agradas muchísimo.
Esas palabras resonaron en el corazón del mayor.
En su ensoñación, Jongho estaba siendo lo más feliz que jamás había experimentado, tanto, que olvidó porque huía, quizá dejar de tenerlo en cuenta provocó que bajara la guardia y cuando menos lo espero ellos sabían de su presencia.
Los encuentros nocturnos entre ambos hacían que la noche se tornara de calma y amor como caramelo derretido.
- Yunho ¿Cómo se siente la eternidad? – pregunto el brujo mirando el cielo estrellado.-
- Solitaria, he estado en distintos lugares, he visto demasiada gente, he presenciado cambios en todo lo que puedes imaginar en los más de 100 años que he vivido, pero, es como un bucle, aunque haya terminado volverá a comenzar y lo presenciaras una y otra vez.
En movimientos torpes el conde decidió entrelazar su mano con la del brujo.
- ¿Por qué lo preguntas?
El brujo volteo hasta quedar cara a cara con él y de reojo volteo a ver sus manos juntas, de manera que un destello de sonrojo apareció en sus mejillas.
- Simple curiosidad.
- He comenzado a pensar que pusiste un hechizo en mí – extendió su brazo hasta acariciar la mejilla del menor. - Eres demasiado lindo.
- En todo caso, sería al revés, - río tímidamente.-
 Sus miradas comenzaron a jugar de sus ojos a sus labios y cuando las estrellas comenzaron a brillar más, juntaron sus labios en un beso que pareció durar la eternidad.
Porque comienzo a pensar que quisiera compartirla contigo, se dijo así mismo.
Como cada domingo del mes, una vez terminada la misa, el sacerdote Lee llamaba a sus elegidos (o como se les conocía a los hombres devotos a él) a una junta para debatir cualquier tipo de avistamiento que involucrara la seguridad del pueblo y su santidad.
- El martes pasado los hijos de la señora Park salieron a explorar los límites y durante su juego encontraron una cabaña un tanto escondida. – exclamó el señor Choi reposando sus brazos sobre la mesa. -
– Y como usted sabe nuestra santidad, cualquier persona nueva aquí debe venir y presentarse aún si está en los límites, ¿no es así?
- Decidimos adelantarnos un poco y comenzar a responder nuestras sospechas, parece ser un joven, desconocemos cuanto tiempo llevé entre nosotros, mantiene un perfil bajo, pero, mi señor, cuando la tarde noche cayó ví como drenó la sangre de un conejo en un tazón y comenzó a mezclar diferentes plantas mientras recitaba un hechizo en lo que parecía ser latín, brujería pura, es uno de ellos, no hay duda.
El sacerdote Lee se levantó con premura y mirando con dominio a sus elegidos ordenó:
- ¡Avisen a nuestra gente, uno de ellos está aquí, vendrá por nosotros, la liturgia se llevará a cabo el último día de este mes, iremos por él una vez caiga la tarde y lo haremos arder por sus pecados! Mientras tanto nadie se acerque a la zona, jugaremos como el, mantendremos un perfil bajo, nadie puede salir.
Y en unísono se exclamó:
- Entendido nuestro señor.
- Te ves algo débil, ¿hace cuánto que no bebes sangre? o bueno lo suficiente que necesitas.
- He cazado algunos animales en el bosque, no he tenido la suerte de encontrarme un humano merodeando por aquí, pero si me lo preguntas saben igual de horrible.
- Te daré algo que pueda ayudarte con eso, preparé un brebaje especial, te ayudará o eso espero.
El brebaje fue un tanto asqueroso que el conde ni siquiera quiso terminar con eso, lo regreso a la mesa y de la manera más dócil le pidió disculpas al brujo, sin saber que este aún no había terminado.
Lo próximo que supo es que el menor lo tomo del brazo recorriendo la cocina hasta llegar a su habitación, de tal manera que le dio un pequeño empujón para sentarlo en su cama, el vampiro lucio completamente desconcertado, Jongho se sentó a ahorcajadas en su regazo y comenzó a desabotonar su camisa, ladeando su cabeza, mostrando su cuello.
- ¿Qué crees que haces?
-Te dije que te daría algo para que te sintieses mejor.
- Se supone que había sido ese brebaje, no te haré eso. - Sabía que mentía, quería probar su sangre desde el primer momento, pero era tan lindo y lo quería tanto que no podía pensar en herirlo siquiera, había notado la manera en que Jongho miraba sus colmillos de reojo en varias ocasiones; La deliciosa forma en que ocupaba su regazo, que su piel estaba expuesta de una manera que no había visto, la forma en que parecía desearlo y entregarse era exquisitamente tentadora.
- Vamos Yuyu, no me harás daño sabes que lo necesitas, y si así quieres saberlo yo también lo deseo – Dijo jugueteando con el crucifijo entre sus dedos. -
- Jongho yo-
- Estaré bien, lo prometo.
Yunho lo tomo de la cintura mientras Jongho se sujetaba a su cuello y comenzó besando sus labios hasta dejar besos húmedos y fríos en su cuello, sus ojos se tornaron en un rojo carmín profundo y le preguntó entre suspiros:
- ¿Estás seguro Jonghie?
- Maldición, sí Yuyu.
El vampiro jaló más la pulcra camisa del menor para tener mas espacio -Eres tan bonito – dijo admirando su piel y su lindo lunar, comenzó a lamer tentadoramente su cuello y abrazando más fuerte al brujo hundió sus colmillos comenzando a disfrutar de.
- Ahhh Yunho.
El brujo no podía negar que dolía, pero algo en el lo hacia sentirse satisfecho, quería más.
Su sangre sabia mejor de lo pudiese haber imaginado, de lo que nunca creyó probar, era extremadamente exquisita y dulce combinada con el aroma de hierbas de su amado, podía sentir como sus latidos se aceleraban, era cautivador.
- Sabes tan bien Jonghie.
- Mhhh.
Se separo de su cuello alzando su mirada y contempló el rostro del brujo, sus ojos cerrados, sus labios ligeramente abiertos, su respiración agitada y un sonrojo brillante en sus mejillas.
Regreso a su cuello y volvió a tomar otro bocado de la manera más amable posible, no quería asustarlo y mucho menos hacerle daño, tampoco tomo mucho, incluso si quisiese tenía que parar, se separo sin desperdiciar gota alguna del liquido rojo y tomo las mejillas de Jongho con sus manos para volver a juntar sus labios y murmurarle pequeñas gracias entretejidos con besos alrededor de su rostro.
- ¿Te gustaría conocer mi castillo?
Ambos se adentraron en la oscuridad del bosque camino al castillo del conde, la luna parecía seguirlos y las estrellas cuidaban su camino, el aroma a naturaleza inundaba el aire y sus manos entrelazadas hacían que el aura a tenue amor se hiciera hipnótica.
Su charla estuvo llena de anécdotas y risas interminables.
El vampiro contándole de todos los cambios que había visto, de las tierras en las que había vivido y como llegó al castillo; Por otra parte, el brujo le explicaba cada detalle de toda aquella planta que se atravesara en su camino.
El castillo era visible e inclusive antes de entrar, Jongho estaba anonadado, era una construcción medianamente grande, su estilo gótico al igual que los ventanales eran preciosos, el jardín estaba lleno de incontables rosales de varios colores, justamente como los que Yunho le hacía llegar antes de conocerse y que, de vez en cuando, aparecía con ramos en sus citas nocturnas.
- Bienvenido a mi hogar, espero pueda ser acogedor al igual que el tuyo.
- Mientras estés tu todo es acogedor -sonrió tímidamente- es idéntico a ti.
- Puedes ir a conocer todo el castillo, hay una sección en la librería que quizá pueda interesarte, estaré en la habitación continúa, preparé algo para ti.
El brujo comenzó a indagar alrededor del castillo, por dentro era más precioso aún, las cortinas de terciopelo rojo caían hasta el suelo en cascada, las velas en los candelabros hacían que todo fuera una odisea de terror hermoso, todo era justo como su dueño.
Al llegar a la biblioteca Jongho entendió a lo que Yunho se refería, había una sección llena de escritos en latín, de tan solo imaginar el conocimiento que contenía le generaba felicidad en exceso, si bien había aprendido mucho el gusto no le duró el tiempo que hubiese querido, con eso expandiría sus habilidades.
El conde amaba estudiar y aprender todo lo que podía, había recolectado mucho conocimiento a través de los años y sus estancias en distintos lugares.
De regreso a la habitación donde le esperaban pensó en lo mucho que quería estar con Yunho y la felicidad combinada con amor lo hizo querer estar ahí por siempre.
Por su lado el vampiro estaba inmerso en su lectura, esperaba a Jongho en su habitación con dos tazas sobre la mesita de estar, era un contraste gracioso, una taza estaba llena de sangre fría y la otra con un té humeante.
Había de admitir que desde que fue convertido en vampiro la comida no tenia índole en su vida, de vez en cuando compraba ciertos alimentos para sentir lo que alguna vez fue y con el paso del tiempo dejo de hacerlo, no tenía sentido, sin embargó, al conocer a un ser mágico que le ofrecía amabilidad, cariño y su sangre debía tener algo para el.
El amanecer llegó con Jongho entrando a la habitación y la imagen del conde era maravillosa, se había despojado de su saco color sangre, parte de su cuello y pecho estaba a la vista, la mirada seria posada en su lectura, el cuarto oscuro decorado con el mismo patrón que el demás castillo con detalles bordados en dorado.
Simplemente espectacular, ¿cómo podían temerle?, Lo que el miraba generaba querer entregarle todo su ser y sangre.
- La biblioteca es hermosa, tienes una basta colección.
- Toda tuya, puedes leer lo que quieras.
Jongho se acercó al conde acariciando su cabellera negra.
- ¿A qué cosa pertenece la sangre que tomas? -exclamo alzando una ceja con cierto recelo. -
  - Es de un cordero que encontré por ahí, probablemente se le escapó a alguien. -dijo llevando la taza a sus labios. -
El brujo tomo la taza alejándola.
- Déjala, no la necesitas, no mientras me tengas a mi Yuyu.
El día en el castillo se remontó a que el vampiro bebiera sangre de su brujo, mordiendo sus muñecas y su cuello, alternando las mordidas con palabras dulces y besos por doquier mientras Jongho le decía lo mucho que lo deseaba y que no debía disculparse por nada.
Cuando el atardecer llegó el brujo estaba cansando, somnoliento y con un ligero mareo, por más que quisiera aguantar no podía, Yunho había tomado mucho de él y lo único que quería era dormirse en sus brazos.
El vampiro lo tomo con cuidado, se aseguró que tomara el té, lo despojó su capa negra y lo acostó en su cama.
- Iré a la ciudad, te traeré algo que te hará recuperar la fuerza que has perdido. – dijo acomodándose en la cama junto a él mientras lo abrazaba en su pecho. – Tomé mucho de ti, partiremos en la madrugada, descansa Jonghie, hiciste mucho hoy.
El contemplar a su adorado dormir hizo querer tenerlo para la eternidad a su lado, si bien era la primera vez que compartía el castillo con alguien, quería hacerlo eterno, despedir la soledad era algo que jamás imaginó podría suceder y en un instante el mayor susurró:
- Estoy perdidamente enamorado de ti Jongho.
 Llegada la madrugada partieron, Yunho cubría cualquier rastro visible de piel para que la luz no lo quemara, una fedora y guantes negros combinados con un abrigo largo del mismo color sobre su saco rojo.
Al llegar a la choza del brujo Yunho le dio la orden de dormir y descansar lo suficiente, si bien ya no estaba mareado, la sensación de debilidad era presente.
- Regresare en dos días, el trayecto es un poco largo y tomare descansos para no levantar sospechas, prométeme que descansaras.
- Lo prometo, cuando regreses miremos las estrellas desde lo alto del castillo, ve con cuidado Yuyu.
Ambos rieron y se besaron con estrellas brillando en sus ojos.
El día parecía estar cubierto con un velo de tranquilidad desmesurada, más de lo normal, pero Jongho decidió ignorarlo y seguir durmiendo, porque a pesar de que el sol brillaba a su máxima intensidad desvelarse para poder estar con el vampiro y darle su sangre era absolutamente agotador.
Yunho había prometió venir esa noche, llegaría de su viaje de dos días y el brujo quería descansar para verle.
Al caer la tarde el brujo decidió ir al arroyo a lavar sus especieros de vidrio, sin embargo, un aroma a quemado comenzó a inundar el ambiente y a ponerlo en alerta, dejo caer los especieros y al correr hacia su hogar lo primero que vio fueron llamas consumiendo su lugar seguro y el terror se apodero de él, ellos sabían de su existencia, lo habían encontrado.
No tenía otra opción más que correr, si llegaba al castillo de su amado estaría seguro, ellos no entrarían ahí por temor al demonio que lo habitaba.
Pero al momento de intentar correr el cansancio se hizo presente y una flecha fue directo a su pierna ocasionando que comenzara a flaquear y entre varios, comenzaron a golpearlo hasta hacerle perder el conocimiento.
Yunho regresó más temprano de su viaje, había prometido a su querido brujo que iría a visitarlo, había conseguido una hierba especial que podía regresarle la energía que había drenado de su ser al tomar tanta sangre de él en los últimos días, tenía que admitirlo, la sangre de Jongho era exquisita, no era como la de los animales que salía a cazar o como los inmundos humanos que solía consumir de vez en cuando, había algo mágico en ella que lo hacía desearlo cada vez más y más, quería al brujo solo para el en toda la extensión de la palabra, no como una bolsa de sangre, si no como alguien con quien pudiese pasar toda su eternidad amando.
No obstante, a su llegada al castillo un aroma a humo y un sentimiento alarmante comenzó a instalarse en él y al mirar por el ventanal, vio que el humo provenía de un área extremadamente conocida y supo que algo estaba mal, que no debió haberse ido – Jongho – lleno de furor hizo su camino lo más rápido vampíricamente posible y al llegar al hogar de su amado todo estaba hecho cenizas.
- ¡Jongho, cariño! ¿Dónde estás? – gritaba desesperadamente intentando oler su rastro y mirando desesperadamente a cualquier lado en busca de su amado.
- La basura que estas buscando no está aquí, ¿también eres una de esas escorias? – dijo uno de ellos con odio desmesurado.
Ese comentario fue suficiente para que el conde que habitaba en el bosque perdiera la poca humanidad que aún vivía en él.
Las estrellas lloraron y la oscuridad de la noche comenzó a mancharse de olas rojizas.
En el pueblo había comenzado todo para iniciar con la liturgia, en la plaza principal se erguía un tronco con el brujo inconsciente siendo atado, a sus pies cargas de leña acomodadas perfectamente esperando ser ardidas y quemar la maldad con ellas.
Su santidad, el sacerdote Lee se acercó al tronco con su biblia abierta con y un rosario colgando por la mitad y mirando al brujo gritó:
- Este inmundo ser ha intentado burlarse de nosotros escondiéndose en las afueras del bosque, esperando su turno para llevarse a cada uno de nosotros y usarnos en sus rituales satánicos.
Los murmullos de la gente comenzaron a ser audibles y Jongho despertó mareado, deseando que su realidad fuera un sueño, había fallado al intentar escapar y en vez de pensar en volverlo a intentar, solo podía lamentarse en su mente de no decirle a su amado lo mucho que deseaba compartir la eternidad con él.
- ¡Muerte al brujo!
- ¡Háganlo arder!
El brujo comenzó a llorar e intentar desatarse, pero era imposible.
Inhumanos, juzgándolo por ser un brujo que ni siquiera tenía planes de acercarse a ellos, se suponía que esa noche vería al conde y estaría siendo feliz, era injusto, llevaba años escondiéndose, estando solo y justo cuando había encontrado una razón para ser feliz y dejar sus prejuicios atrás iban a arrancarle todo.
E irónicamente en sus plegarias imploró que Yunho lo salvase.
Su santidad comenzó a rezar y alzo una antorcha con su mano izquierda hacia el cielo nocturno mientras pronunciaba:
- Nuestro señor, antes bien líbranos de todos los peligros siempre…
Y gritos horrendos resonaron de tal manera que la liturgia se detuvo.
- Su santidad, el demonio del castillo ha despertado, está aquí por nosotr- y antes de terminar la frase su cuello fue desgarrado de la forma más macabra posible dejando un torrente de sangre y libre espacio al vampiro para beber cuanto quisiese de él.
Los gritos del pueblo eran espeluznantes mientras corrían para buscar refugio del vampiro, su santidad y los elegidos se quedaron de pie para terminar con ambos demonios.
Jongho no sabía si sentir tranquilidad o tener más miedo al ver que Yunho había venido por él, pero no estaba para nada cerca de lucir como siempre lo hacía.
El conde que tenía a su vista no era aquel al que juraba haber dicho no parecía terrorífico.
Todo él estaba bañado en sangre, numerosos coágulos entre su pulcro traje rojo y manos, sus ojos carmesíes resplandecían más de lo normal, tanto sus labios como sus afilados colmillos indicaban que acababa de darse un banquete con todo aquel que se había entrometido en su camino, había perdido completamente el control y no pensaba recuperarlo hasta tener de vuelta a su brujo entre sus brazos.
Mientras los elegidos se acercaban a terminar con el vampiro, su santidad hacia lo mismo con el brujo.
- Maldito seas, desde el momento que llegaste aquí nos maldijiste e hiciste que esa otra monstruosidad apareciese, debes morir y pagar por tus pecados.
Y antes de que lanzara la antorcha al tronco, el vampiro atravesó su pecho hasta arrancar su corazón y formar un lago de sangre en el suelo.
La mirada de Yunho aún destilaba descontrol, comenzó a romper las cuerdas que ataban a su amado pidiendo disculpas por no estar ahí antes para detenerlos, mientras limpiaba sus lagrimas y lo tomaba en sus brazos le prometió que lo llevaría con él y lo cuidaría por siempre.
En todo el trayecto de regreso al castillo el aroma a sangre inundaba el bosque, el vampiro cargó al menor en sus brazos y a pesar de tenerlo seguro con él, seguía en descontrol, podía notar las marcas que había dejado con un ligero tono violeta en sus cuello y muñecas, el problema eran las marcas de golpes en su rostro y que probablemente tenía en el cuerpo.
No se arrepentía de la masacre que había cometido, nadie merecía a Jongho.
Él era todo lo que pensó había perdido y que no tendría como humano, pero se equivocaba el no era uno de ellos nunca más y en su viaje eterno encontró una parte de vida, de amor, por quién destrozaría todo su alrededor, quería que Jongho permaneciera con el por siempre.
Una vez dentro de su castillo recostó al brujo en su cama, desatando las cortinas del negro dosel que la decoraba, dejándolo descansar de la horrorosa liturgia.
Tenía que calmarse, no quería horrorizarlo, aunque probablemente lo haya hecho, pensó.
Decidió tomar un baño y deshacerse de toda la sangre que cubría su cuerpo, una vez terminase prepararía algo de comer para su precioso brujo durmiente y le pediría que se quedase con el en su castillo, le daría todo el espacio que quisiese y le ayudaría a construir un nuevo lugar para seguir con sus pócimas.
Con el paso de las horas el brujo despertó con miedo que rápidamente fue disipado al reconocer el aroma y lugar en el que estaba, los sucesos aturdieron su mente y recordó que su Yunho lo había rescatado; Con movimientos y pasos torpes decidió ir en busca de él, necesitaba agradecerle y en su momento indicado decirle lo mucho que quería estar con él para siempre, que lo convirtiera, que fueran eternos.
El conde noto la presencia del menor y apurado fue a tomarlo entre sus brazos mientras las lagrimas caían de su rostro como una lluvia de líridas.
- Pensé que te había perdido, cuando llegué todo estaba destrozado, creí que había sido el fin, después te encontré y perdí el control, lo lamento, lamento que hayas visto ese lado de mi.
Esas palabras fueron suficientes para que el brujo comenzará a llorar de la misma forma.
- Creí que no llegarías, que no te volvería a ver Yuyu -tomando las mejillas las mejillas del mayor preguntó- ¿Estás herido? Gracias por buscarme, gracias por dejarme estar entre tus brazos.
- Ninguna de esas basuras podría hacerme daño… Jamás tienes que agradecer, iría por ti eternamente Jonghie.
Los días pasaron tranquilamente, Yunho se aseguró que su amado descansara y comiera lo suficiente para recuperar energía y algo de la estabilidad mental que le había sido arrebatada, moría por proponerle que entregara su eternidad a el, pero eso significaba pedir demasiado y desconocía el sentir al respecto del brujo, no quería atiborrarlo con tanto.
Quizá debería esperar un poco más, pero su espera llegaría más pronto de lo qué suponía.
Durante sus días descansando el brujo se dedicó a leer, a estar bajo el cuidado del vampiro, a admirarlo y pensar en el un poco más de lo debido, era mucho más alto que el, ni siquiera parecía estar muerto en vida, sus colmillos relucientes en su sonrisa eran lindos y bastante atractivos desde que estuvieron en su cuello, siempre era hermoso, incluso cuando su verdadero ser salía a la luz y el terror se apoderaba de todo, sus ojos rojos, su aura en descontrol y la sangre bañándolo, pero esa noche ambos tenían un brillo especial, Jongho se sentía muy diferente, sería la noche en que confesaría su amor por Yunho, se entregaría en alma y ser.
Cuando el silencio de la noche llegó irrumpió en su habitación, el candelabro estaba apagado, lo único que le iluminaba eran las velas alrededor de ella y la luz de la luna filtrada por el ventanal, el ambiente era mágico, tranquilo, suave, tenebrosamente tentador y romántico, justo como el ser que estaba sentado en la cama.
- Jonghie has estado algo raro hoy, ¿Sucede algo?
El menor se acercó a Yunho para juntar sus cuerpos en un abrazo.
- Podría ser, es solo que tenía muchas ganas de hablar contigo.
- Puedes decirme lo que quieras pero antes de eso –dijo con la voz más dulce posible y jugando con sus manos es la espalda del otro– Jongho, mi amor, desde que te vi por primera vez algo en ti me atrajo mucho, fue creciendo más y más y desde el momento que pisaste el castillo quise que te quedaras conmigo por siempre, he estado solo por muchos años, tu presencia me reconforta y he de admitir que estoy enamorado de ti, eres tan atrapante, orbito en ti y si a si lo deseas, quédate, quédate conmigo aquí.
Y si el vampiro pudiese sonrojarse sus mejillas estarían en rosa vibrante al igual que las del brujo.
Y Jongho pensó que su corazón iba a combustionar.
- He estado pensado en lo mucho que deseo entregarte mi eternidad, me gustas mucho Yuyu -musitó en el pecho de Yunho.
Para Jongho, estar en los brazos del conde era abrasivamente embriagador, lo amaba ¿Estaba mal si se sentía tan bien? Cada vez quería más, quería que Yunho lo tomara para toda la eternidad, quería ver a su lado lo que aún no estaba escrito, al final del día no tenía nada que perder, a dónde ni con quién más ir, solo con su amado vampiro.
- ¿Sabes que no hay marcha atrás? - dijo Yunho a punto de perder lo único que lo aferraba a no perder la cordura, el pequeño brujo era lo que más amaba y no podía permitirse lastimarlo.
Jongho tomó del cuello a su anhelado vampiro para juntar sus labios en un beso diferente a los demás, uno lleno de lujuria y romance desbordado.
- Tómame Yuyu, toma todo de mí.
La manera en que esas palabras habían sido pronunciadas durante el beso fueron suficientes para mandar al borde al conde, la magnífica luz de las velas, el cielo rojizo fuera del castillo, la tenebrosa y cálida atmósfera daban comienzo al inicio de la eternidad, la cual solo podía ser apreciada por la luna y el velo de estrellas cubriendo el cielo.
Yunho postró al brujo en el ventanal besándolo con la misma intensidad, bajando de sus labios a su cuello dejando ligeros hilos de saliva iluminados por la luz de la luna que conectaban a ambos.
Sus manos empezaron a desabotonar la camisa del menor para tener mayor espacio para morder y besar su pecho, comenzó a bajarlas hasta acariciar sus caderas y su creciente bulto.
- De rodillas Jonghie.
Jongho se arrodillo frente al vampiro y bajo sus pantalones llevándose la erección del contrario a su boca dando pequeñas lamidas y saboreando el líquido preseminal hasta llegar al fondo y permitir que este lo usará tomaba su cabeza entrando y saliendo de sus labios sin parar hasta descargarse en el, mientras tomaba todo sin renegar.
- Eso es, buen trabajo brujito bonito.
La imagen de Jongho tragando su semen era tan tentadora, el brujo lamia sus labios y en sus comisuras era evidente los sobrantes blanquecinos de.
Yunho lo tomó del crucifijo, admirándolo para levantarlo y besarlo saboreándose a sí mismo mientras el otro saboreaba su sangre.
La ropa de ambos termino esparcida entre la cama y el piso de la habitación.
Una vez en la cama el vampiro se posiciono a la altura de los muslos del brujo con las piernas en sus hombros y comenzó a besar y morder su muslo derecho mientras su mano subía y bajaba apretando ligeramente la erección del menor.
- Tus muslos son tan bonitos, desde que te vi supe que serían mi perdición.
Comenzó a ser descuidado con sus mordidas, la sangre de Jongho combinada con la excitación tomaba un sabor exquisito y quería más, sus ojos rojos cargados de lujuria daban a entenderlo.
Subió dando besos por ambos muslos sin dejar de masturbarlo y al momento de morder su abdomen bajo el menor se vino con un gemido de lo menos tímido apretando las sábanas, Yunho aprovecho para besarlo de nuevo, tomando con sus dedos el semen del brujo como lubricante y comenzar a prepararlo.
Una vez listo, volvió a tomar semen del brujo para esparcirlo por su pene y entrar en el.
- Voy a entrar bonito, dime cuando pueda moverme. -dijo posicionándose entre sus piernas. -
Era algo incomodo, pero pronto se acopló.
- Puedes moverte Yuyu.
Yunho comenzó con estocadas suaves, subiendo el ritmo poco a poco.
Jongho comenzó a impacientarse besando el cuello del contrario e intentando acelerar las estocadas a lo que el vampiro tomo sus muñecas y las inmovilizo sobre su cabeza, penetrando más fuerte a su Jonghie y disfrutando de los besos, los gemidos entre cortados, las pequeñas mordidas y marcas que debía estar dejando su amor.
Pero tampoco era suficiente para él.
- En cuatro brujito.
Y la imagen del brujo era maldita, Yunho estaba perdiendo. Amasando sus muslos y trasero volvió a entrar en el.
El brujo arqueaba su espalda moviendo sus caderas hacia atrás apretando el borde de la cama perdido en el placer de Yunho montándolo y el éxtasis de que le generaba su sangre siendo drenada.
- Ahhh Jongho no puedo tener suficiente de ti – murmuro lamiendo su cuello para volverlo a morder, cada vez más descuidado, cada vez anhelando más.
Mhhh más Yuyu, ahhh, más, más duro, más rápido, no tengas piedad conmigo – rogaba mientras movía en desesperación sus caderas. -
Y quien era Yunho para negárselo.
Los bonitos gemidos de su amado eran como una melodía para el y su rostro lleno de sonrojo y placer una obra de arte.
Los gemidos, el ruido de las pieles chocando, el aroma a semen y sangre inundaban la habitación.
El vampiro bombeó el pene de Jongho y mordió su cuello nuevamente para drenarlo definitivamente lo que ocasiono que este gritara de placer y viniera por segunda vez, aprovechando el subespacio del otro, el vampiro comenzó a dar estocadas en el sin control buscando su liberación y cuando llegó se aseguro de eyacular todo dentro de su bonito Jongho.
Una vez tomó lo suficiente para iniciar con el rito de convertir al brujo en vampiro y tenerse eternamente, mordió su brazo succionado la suficiente sangre para besar a Jongho dándole de tomar su sangre desde sus labios.
Obediente comenzó a beber la sangre de los labios de Yunho, la sangre escurría entre el beso, el vampiro cortó el sangriento beso y rasgó la carne de su muñeca haciéndola sangrar.
- Bebe Jonghie.
A pesar de que el brujo estaba ido debido a el placer y la debilidad de perder tanta sangre seguía las instrucciones del mayor.
Jongho comenzó a beber la sangre directo de la muñeca de Yunho y este a beberla mordiendo justo debajo del lunar del cuello del otro.
Y mientras la odisea llena de sangre se llevaba a cabo, la luz de la luna dejo de ser clara y brillante para convertirse en una luz roja oscura, las estrellas brillaban ferozmente en el cielo y el fuego de las velas comenzó a titilar hasta apagarse.
Tenebrosamente mágico.
Lo último que Jongho recordaba borrosamente era la manera en que su Yunho lo había cargado hasta la tina y se aseguro de limpiar a ambos, para después acostarlo en su pecho.
Sería la última noche que el brujo experimentaría el sueño.
A las horas, mientras la oscuridad de la noche aún reinaba, Jongho despertó sintiéndose extraño, sediento, pero con la noción de que Yunho estaría eternamente a su lado.
Yunho notó el despertar de su amado quien lo miraba con ojos rojos y colmillos visibles, seria una nueva experiencia en lo que se acostumbraba a su nuevo ser.
Jongho no dejaba de mirar el cuello de su Yuyu, tenía mucha sed y le necesitaba.
El mayor dejo su cuello y clavículas a la intemperie para que el brujo vampiro se deleitase con cuanta sangre quisiera.
Y si le parecía bonito antes, ahora le parecía infinitamente hermoso.
- Te amo eternamente Yunho.
- Te amo eternamente más Jongho.
Y la eternidad dio inicio para siempre en un amor como azúcar glass hecha de estrellas sangrientas.
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cuddlepilefics · 2 years
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Tickle in the throat
Fandom: Ateez
Sickie: Yunho
Caregiver: Ateez
Prompt by: @sicktember
Yunho is so out of it in the morning that he finds himself hazily stumbling along with the groups schedule never really having the opportunity to evaluate the signals his body is sending him.
No one’s POV.:
When Yunho woke up this morning, his throat felt like sandpaper. He faintly remembered how his nose had been a bit stuffy the evening before, so he had probably breathed through his mouth all night. That would also explain why his lips were so dry. “Come on, hyung”, Yeosang sighed, tugging on the other’s arm again, “You’re even harder to wake up than Sannie this morning. What’s up with you?” – “Huh?”, Yunho hummed, propping himself up on his elbows as he blearily glanced at his roommate’s bed. It was already empty, though it usually took the younger a while to get up in the morning. “No going back to sleep now, hyung, come on”, Yeosang frowned, patting his hyung’s arm when the older just blankly stared at the other bed. Oh yeah, Yunho realized, he should really get up. Nodding tiredly, he threw off the blanket and swung his legs over the side of the bed. Yunho rubbed his face and patted his cheeks, trying to shake the sleepy haze that still clouded his brain. That was when his attention went back to the dry scraping in his throat. Yeah, he really needed to get up if only to get himself some water.
He ran into Seonghwa in the kitchen, the oldest scolding him for not getting ready yet. Hongjoong pointing out the time they’d have to leave from somewhere close by. Yunho nodded apologetically, chugging a bottle of cold water before heading to the bathroom. For some reason, his throat still felt dry with the large amount of water he had just drank and while the cold temperature had felt nice on his throat, it didn’t feel nice in his tummy. He couldn’t help but shudder as he brushed his teeth, already deciding to wear a thick hoodie today. If Yunho wasn’t mistaken, they’d have two radio interviews this morning and dance practice in the afternoon, so it didn’t really matter how he dressed as people would really see him anyway. With that in mind, he threw on soft sweatpants and a thick hoodie. Autumn had barely started but the weather was making the change of the season pretty obvious, cold winds whipping around their faces the moment they set foot outside. Yunho could tell his two hyungs were disappointed in him. The two oldest members already had the chaotic maknae-line to look after and make sure they were ready on time, they didn’t need Yunho to be unorganized and slow today too.
Though Yeosang had been a little annoyed that he had spent so much time fighting Yunho to get him out of bed this morning, he was concerned by how out of character that was for his hyung. Maybe he had practiced late the previous night and really needed the sleep but that didn’t change the fact that they needed to get to their schedule on time. It really sucked sometimes, especially when Yeosang noticed Yunho dozing off with his head on Mingi’s shoulder right after the settled in their seats. The older obviously needed more rest but they didn’t have the time for that. Their next break a little more than three weeks ahead.
Yunho groaned when Mingi shook him. Did the rapper have no regards for his sore muscles? The nap hadn’t really helped Yunho feel more energized and all he got from it was a headache. “Are you okay, hyung?”, the younger asked lowly, offering his arm when he saw the other stumble. Yunho gladly held on to him, informing: “I’m fine just sleepy.” – “You sure? Your voice sounds scratchy”, Mingi noted, guiding him into the radio station. “Mhm”, the older hummed, needing to clear his throat right after, “Slept with my mouth open, so my throat’s been dry all morning. Had some water but well…” – “We’ll get you some more and Hongjoong-hyung will do most of the talking anyway, so try to rest your voice for now”, Mingi instructed. He made sure Yunho was with the rest of the members before heading off to get the older a drink. Not usually the clingy one, it was surprising that Yunho pretty much became Jongho’s shadow the second Mingi had left and the makne too was a little confused, eventually asking: “Why are you following me everywhere, hyung, and what if I need to use the toilet at some point?” – “Oh, uh- I wasn’t following you intentionally, I think”, the older stammered, turning aside to cough before continuing, “’m just tired and you’re acting the least chaotic.”
Jongho didn’t really mind his hyung following him around, especially because he understood the other’s reasoning. It did worry him though because he soon came to realize just how out of it the older acted. “Here, hyung, have some water”, Mingi hummed as he approached the pair and handed Yunho a bottle. He met eyes with Jongho, the maknae realizing that he wasn’t the only one, who noticed their hyung acting strange. The rapper nervously patted Yunho’s back when the older aspirated and started to cough hard. “You okay?”, Jongho frowned, watching his hyung worriedly. Yunho nodded and tried to catch his breath but he only kept coughing. By now, Seonghwa was making his way over to check on his dongsaeng too. If the younger was sick, it’d explain why he had been so slow this morning. Before the oldest could ask him if he was okay, Yunho had finally caught his breath carefully taking a few more sips of water to soothe his irritated throat. Placing a gentle hand on the younger’s shoulder, Seonghwa breathed softly: “Are you okay now?” – “I was just a little clumsy when swallowing, hyung”, Yunho chuckled but his voice sounded strained, “I’m fine.”
If there was something Yunho didn’t sound, it was fine but with only a few more minutes till the interview, Seonghwa didn’t want to push it. That didn’t matter he wouldn’t keep a closer eye on his dongsaeng from now on though as his gut told him there was more going on and it had been all morning. It wasn’t long till they went on air and Yunho was starting to get nervous. He hadn’t really been able to warm up his voice and after his coughing fit, his throat wasn’t only dry but painfully sore. They had been told about the song they’d be singing live after the interview but he had been to out of it to remember it now. Clearing his throat, Yunho lifted the water bottle to his lips and took another swig just for good measure before settling into his seat behind the mic. There was no way him singing would sound good right now and he was already dreading the posts about him not being a good enough vocalist to be in his group because he knew there’d always be people online, who took one bad performance to judge and ignore all the good ones.
He made eye contact with Seonghwa, the oldest noticing how his hands trembled with nerves. “You okay”, the oldest mouthed and this time Yunho only shrugged. Aware that they were on air already, Yunho pulled out his phone and typed: ‘I haven’t warmed up. What are we going to sing? This will so not sound good ☹’ Glancing at Hongjoong as the leader answered the first questions, Seonghwa accepted the phone and typed: ‘If you can’t, you need to let one of the staff know and they’ll play your recorded vocals instead.’ Yunho read over it but still looked incredibly anxious, probably not wanting to bother the staff at such a short notice. Seonghwa just grabbed his phone and wordlessly got out of his seat, approaching one of the staff members to show them their conversation, so they could hopefully make the changes in time. He knew the younger wasn’t nervous about his voice sounding bad because he hadn’t warmed up but rather because he was still hoarse, whether the earlier incident was to blame or if he was sick barely made a difference. He sounded rough and he knew it.
When Seonghwa handed Yunho his phone back, the younger found a note stating: ‘You won’t have to sing and I doubt there’ll be any questions directed at you specifically, so we can cover for you. Just turn off your mic.’ Yunho instantly complied, heaving a sigh of relief afterwards. Listening to the other members answering questions, he rested his head in his hands and frowned when it felt kind of warm against his palms. He still had a headache but now it almost seemed like he had gotten a fever on top of it or had it been there all morning? Not like he would’ve noticed it in the rush to get ready on time. Now that Yunho wasn’t distracted anymore, he had the time to pay more attention to his body and yeah, he was most likely running a fever. It made his head feel a little swimmy and he felt ready to sleep again but he knew he couldn’t. His throat was starting to itch again but just because his mic was off, didn’t mean someone else’s mic wouldn’t pick up his coughing. For a while, Yunho tried to control his breathing, hoping the need to cough would go away but it only got stronger the longer he kept fighting it. As his face slowly grew red, Seonghwa shot him a worried and questioning look. ‘Tickle in the throat’, the younger typed, flashing Seonghwa his phone before shoving it in his pocket and clamping his hand over his mouth. Yunho fought to choke back a cough as he grabbed his water bottle and fled the room.
Their manager was more than confused when Yunho jogged back to the waiting area. Their interview wasn’t over yet and the boy shouldn’t be back out already. When he felt like he had at least some privacy, Yunho allowed himself to cough, choking on the air he so desperately tried to force into his lungs. His throat burned as he kept coughing, doubling over from the force as he tried to steady himself against the closest wall before stumbling over to a chair. Weakly plopping into the seat, he opened his water bottle and tried to stop coughing at least long enough so he could have a sip and hopefully it would soothe the irritation but he didn’t even get the chance. Yunho’s hands trembled as he set down the water bottle, afraid he would drop it. Clutching his chest, he tried to force air into his lungs only to double over again.
Eventually, he managed to get a few sips of water down and the coughing eased up. At least, to the point where he could last a minute without coughing. Yunho rubbed his face, his head pounding from the strain. It had taken him a while but he was ready to admit it now. He felt awful. I stray tear trailed down his cheek only for him to harshly wipe it off. Although he knew the fit had lasted quite a while, Yunho was unaware his group had finished the interview and was already on the way back to the waiting area, their manager informing Hongjoong about what had happened with his dongsaeng. The leader worriedly exchanged a look with Seonghwa, the older frowning: “He left because of a tickle in the throat, had I known how bad it was, I wouldn’t have let him go on his own.” – “Not like you could really leave, hyung”, Hongjoong sighed, though he too felt guilty and upset. They should’ve known something wasn’t right. Yunho had been acting off all morning yet they didn’t check in with him. He was their oldest dongsaeng, so they figured he’d have himself handled but they didn’t confirm that and now they felt like the worst hyungs.
Yunho’s face was flushed, his eyes redden a little and Seonghwa felt his heart break. “Hey, you doing okay now?”, Hongjoong asked quietly, Yunho nodding with a smile the older could easily tell was fake. Clicking his tongue, Seonghwa walked up to the younger and rested his palm over the other’s forehead. The oldest frowned at the heat, scolding: “Why didn’t you say you were sick? That fever is pretty high.” – “I- I didn’t-“, Yunho choked out, having to turn away to cough. Seonghwa gently rubbed his back while Hongjoong grabbed the empty water bottle to get him a new one. “I-I didn’t know, hyung”, Yunho rasped, wiping his eyes, “My mind was too slow to make the connection.” – “Which isn’t really surprising, you’re burning”, the oldest cooed, “I’m sorry, I should’ve realized something was wrong when Yeosang couldn’t get you out of bed.” Yunho gratefully accepted the water Hongjoong handed him and sipped it slowly while the leader announced: “I’ll make sure you’re cleared of your schedule, at least for today, and we’ll have someone take you back to the dorm. We can see where it’ll go from there and how much more time you might need off but for now, you’re going home, so you can sleep.”
“Hyung?”, Jongho hummed as he walked up to Yunho, “I still had some cough drops in my bag. You sound like you need them more than me.” The older tiredly accepted the cough drops, storing most of them in the pocket of his hoodie but slipping one in his mouth right away. “Thanks, Jong”, Yunho breathed, massaging his throat. If only he had figured out the fact that he was sick earlier, he could’ve stayed in bed, neither having to rush, nor to embarrass himself and cause a scene. While Hongjoong made the arrangements to with their manager to change Yunho’s schedule, Seonghwa sat with the sick boy, rubbing his back through each coughing fit, though they came less frequent now. Eventually, Mingi took a seat on Yunho’s other side, offering: “Maybe you want to stay in my room, hyung. You really look like you need sleep and if you have a room to yourself, no one’s going to bother you.” – “Thank you”, the older whispered. He wasn’t sure whether he really wanted to take the other up on the offer, feeling like he’d intrude, but on the other hand, resting undisturbed did sound nice. He knew San would try his hardest not to make too much noise when returning but he was clumsy from time to time.
While the rest of the group had to head to their next interview, Yunho was taken back to the dorm, where he changed into softer sleep clothes and made himself a pot of tea. He did decide to take Mingi’s room for the time being as the groups schedule would end with dance practice and it would get chaotic once everyone fought to shower first and he didn’t want to witness that. Yunho poured himself a cup of tea and placed it on the nightstand before moving the tea pot to Mingi’s desk. He didn’t remember much of the remaining day after that, only that he had forced down a bowl of plain rice some time during the afternoon, so he could take medicine for his headache, but went back to sleep right after. It was late in the evening and Yunho had been going in and out of consciousness for a while, when he felt cool fingers brush against his forehead. “Hey”, Mingi whispered with a soft smile, “How have you been? You were out cold when we returned and neither woke up when I grabbed fresh clothes nor when San tackled Wooyoung on the way to the bathroom.” – “H-He did?”, the older yawned surprised, “Didn’t hear anything.” – “Mhm, how do you feel, hyung?”, Mingi chuckled. Shrugging, Yunho admitted: “Still meh, but I ate something and had some medicine. Not coughing as much, so I guess the tea is helping too. All I need are cuddles now.” – “Oh, really?”, the younger teased, earning a sleepy pout, “Alright, let me go and get a cold cloth for your forehead because you’re still feverish and then you can have your cuddles.”
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sparklingcloud · 7 months
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WHY ARE U DON'T TALKING ABOUT 2HO&!??!? WHAT A SHAME
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nervouscitytmblr · 10 months
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2ho :) top yunho, bottom jongho
part one of two
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