Tumgik
#ya besó un park
leiaozdn · 1 year
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cena en el restaurante ore ( @yejunprk​ )
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más de una vez había cuestionado el accionar de sus principales inversores, la familia park, y ahora en específico criticaba toda esa loca idea de las citas a ciegas. ¿para ella? una ridiculez. aún así, la curiosidad la ha motivado a acudir al encuentro, asistiendo con uno de sus mejores vestidos de noche que le hace lucir radiante; estaba dispuesta a impactar esa noche.  ‘  una copa de su mejor vino, por favor. si voy a esperar, va a ser bien acompañada.  ’  dice a su mesero, una vez que se encuentra en su mesa. paciente no era, pero no iba a desaprovechar una cena en un lugar como aquél.
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nywhqs · 3 years
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bienvenida a la gran ciudad, COOPER JONES, los rumores dicen que los sueños se cumplen aquí, que lo último que harás es dormir, porque new york nunca duerme. esperemos que estés dispuesta a compartir una caminata por central park o dar el recorrido que te guíe a la estatua de la libertad. recuerda muy bien ser tú quien domine la ciudad y no ella a ti.
¡V! ya casi estás dentro, te agradecemos enormemente el interés mostrado en el proyecto. a partir de ahora cuentas con 48 horas para hacer entrega de tu cuenta. sin más que decir, nos complace darte una cálida bienvenida.
out of character.
nombre: v.
pronombres: she/her.
edad: 26 *cries bc abuela*
zona horaria: gmt +1
nivel de conexión (1-10): 7.
¿algún trigger?: tw: rape, tw: eating disorders, tw: homophobia, tw: racism.
¿algo que desees agregar?: REMOVIDO POR LA ADMINISTRACIÓN.
in character.
nombre completo: ashley cooper jones.
número de skeleton: 07.
fecha de nacimiento: 22/3/01
faceclaim: maya hawke.
personalidad.
             +espabilada, realista, sincera. -hosca, terca, sabionda.
datos curiosos.
¿hay algo peor que te llamen ashley? para cooper, no. por eso, desde que cumplió los tres, daba un manotazo a cualquiera que osara llamarle por su primer nombre.
claro, una madre que quería una niña desesperadamente y al final la trajo al mundo se cayó de culo viendo que cooper era más un niño que otra cosa. pese a ser de una familia trabajadora, la madre de cooper siempre adoró las apariencias. veía pisos pilotos donde se llevaba consigo unos ‘pequeños’ regalos que no podrían notar las adorables azafatas.
su padre siempre fue su mejor amigo. le enseñó a defenderse y a jugar al beisbol. no era la mejor bateadora pero tampoco quedaba relegada en educación física, de hecho era la primera opción para cualquier equipo. algo tomboy, no le interesaban ni las florecitas ni los cuentos de hadas.
cuando su padre falleció por un accidente de obras en unos nuevos apartamentos, la familia jones sufrió duros contra-tiempos y en vez de aguantar el duelo, la madre de cooper prefirió tirarse a los brazos de otro hombre que podías darle una ‘vida digna’.
pero no todo fue color de rosas y, sin saber la razón, abandonó el nuevo núcleo familiar con trece años, quedándose a vivir con su madrina.
hasta entonces, cooper siempre ha mantenido que se fue porque le dio la real gana y que no tiene ni una relación con su madre a pesar de que viven a tres calles de distancia.
vínculo con mariano: recuerda estar sumida en los efectos del alcohol en el allegra y en esa misma situación, se besó con mariano. luego le perdió la pista.
extra: pinterest.
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exoficsspanish · 4 years
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For Life
Preparar una boda era demasiado, mucho trabajo y había momentos en los que la pensabas nuevamente que escapar al registro civil y simplemente firmar el acta de matrimonio, pero ChanYeol estaba muy entusiasmado con la idea de la boda.
 Suspiraste por onceava vez aquella tarde revisando nuevamente las telas para los manteles de las mesas, y casi te pusiste a llorar de nuevo.
 − ¿Quieres que te ayude?− preguntó dulcemente tu titán favorito dejando una taza de té a tu lado.
 − Por favor, no recuerdo cual era la tela que mi mamá escogió y con lo del cambio de horario no quiero hablarle a media noche por esto− murmuraste pegándote a él, pidiendo mudamente por un par de besos para subir tu ánimo.
 El grandote te regaló una suave sonrisa y besó tu nariz con ternura y por ultimo tus labios en un roce delicado.
 − Satín perlado, con la tela negra para que resalten− murmuró sosteniéndote entre sus brazos, haciéndote sonreír ampliamente.
 − Sin ti, ya habría perdido la cabeza con esto− susurraste  sincera riendo un poco− es todo lo que falta, con esto estamos listos para la boda en dos semanas más.
 − Ya no puedo esperar para poder llamarte señora Park− dijo riendo divertido.
 Una pequeña risa escapó de tus labios, cinco años atrás pensabas que te quedarías sola para el resto de tu vida, un año después se conocieron en las clases de cocina, donde ambos eran los peores pero aun así lograban medio hacer las comidas juntos. A los dos años estaban saliendo formalmente y un año atrás se habían comprometido.
 − Ya quiero ver cómo será tu vestido− dijo ChanYeol con una enorme sonrisa sincera.
 − Princesa− respondiste guiñándole un ojo, pues finalmente ese estilo siempre te había gustado y te sentías soñada en tu hermoso vestido.
Finalmente llegó el tan esperado día, desde la noche anterior no se veían y eso te ponía nerviosa, estabas demasiado acostumbrada a despertar entre sus brazos y juntos preparar el desayuno hablando de lo ruidoso que era el otro para dormir.
 Tu madre y hermanas te ayudaron con el vestido, el maquillaje y peinado, cuando el espejo te regresó el reflejo mordiste tu labio, jamás te habías visto más hermosa o feliz.
 − ¿Lista?− preguntó KyungSoo abriendo la puerta, era el bestman de tu prometido, además de quien los había convencido de que debían entrar a las clases de cocina para dejarle en paz con las comidas en la universidad.
 Asentiste tomando con cuidado el ramo y tomando su brazo bajaron las escaleras al enorme jardín donde sería la ceremonia, él te sonrió dejándote con tu padre.
 − Sigo creyendo que es muy feo− dijo tomando tu mano con cuidado.
 − Papá ya, será mi esposo y el padre de tus nietos− murmuraste riendo, pues desde que lo presentaste tu papá siempre dijo lo mismo, aunque sabias que en el fondo, lo quería y apreciaba por siempre estarte cuidando.
 La marcha nupcial comenzó a sonar, con pasos lentos y suaves recorrieron el pasillo, tus ojos estaban fijos en los de tu amado quien tenía los ojos húmedos, causando que también los tuyos se humedecieran, cuando estuvieron frente a frente, sus sonrisas apenas se podían contener.
 La ceremonia fue tan hermosa como habías imaginado, finalmente el juez pronunció el esperado “puede besar a la novia” y sus labios se unieron de forma dulce como si fuera la primera vez.
 − Te amo− susurraron al mismo tiempo causando una pequeña risa en el otro antes de pasar a las fotos con los amigos y familia.
 − El salón está listo− anunció su madre y ambos entraron tomados de las manos, los amigos de Channie habían insistido en hacer su vals, así que no tenías la menor idea de que sería.
 Los acordes del piano comenzaron y sonreíste emocionada, mientras tu amado te tomaba de la cintura comenzando a bailar, cantando sobre tu oído su parte de la canción, pues él la había compuesto para ti.
 − Quiero creer que seré la única persona que se quedará a tu lado para amarte− murmuró contra tu oído, causando que tus ojos se aguaran mientras la sonrisa en tus labios se agrandaba.
 − Te amo− susurraste en respuesta sin dejar de bailar.
 − Para toda la vida− dijeron ambos enamorados, sin detener sus pasos, perdiéndose en los ojos ajenos.
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stmac3 · 5 years
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Estuvimos unas tres horas hablando, ellos contando innumerables historias y anécdotas ocurridas en sus vuelos y yo escuchando atento y riendo. A eso de la media noche ya quedábamos Andrea y yo. La versad es que era bien directa para decir las cosas, y no me había parecido nada de bruja, cómo se auto proclamaba. Era divertida y tenía un humor demasiado negro. Tendría unos cuarenta años y estaba casada hacía varios años con un francés y no tenían hijos y había vivido en Francia y Alemania. Cerca de la una me fui a dormir sin haber tenido noticias de Pedro Pablo. Igual debo reconocer que estaba un poco molesto porque no había llegado para que comiéramos juntos cómo había prometido y a pesar de haberle dejado una nota encima de su cama diciéndole dónde iba a estar, me había ido a juntar con el grupo como una forma de expresar mi molestia.
Cuando entré él estaba con la televisión encendida mirando una revista. Sin mirarme preguntó:
-Como lo pasaste con tus amigos?
-Bien, la verdad es que son súper simpáticos, sobretodo la Andrea.
-Ah si? Tiene fama de perra.
-Ya lo había escuchado, de ella misma incluso, pero no me parece que sea así. Creo que lo usa como herramienta para tener a los tripulantes de sus vuelos ordenados y haciendo lo que tienen que hacer.
Me saqué la ropa, me puse mi polera para dormir y me acosté.
-A qué hora es el wake up?-preguntó.
- A las tres de la tarde- respondí viendo la hoja con la información general de nuestros vuelos que estaba en el velador entre las dos camas- Como te fue con tu primo?
-Bien, fuimos a su departamento primero, porque tenía que revisar unos papeles de su trabajo, después a su oficina a dejarlos. Y cómo se había tomado la tarde libre me llevo a dar una vuelta y después a comer en South Beach.
-Ah, como me habías dicho que comeríamos juntos hoy te estuve esperando.
-Chuta! Se me olvidó completamente, perdóname!- dijo sorprendido. Se paró de su cama y se arrodilló al lado de la mía- perdóname, en serio!- dijo sobreactuando su cara de arrepentimiento.
-Jajaja-me reí de su cara fingida- no sé si pueda perdonarte. Esto te va a costar caro- le decía mientras me cruzaba de brazos y miraba hacia el televisor.
-Ten piedad...Que puedo hacer? -imploraba en broma.
Me paré de la cama, él seguía de rodillas.
-Bésame la mano.
-No sé si soy digno, señor!-decía tratando de ponerse serio y con cara de culpable.
-Ay, no seas tonto! Párate de ahí, ridículo!
-Me perdona, amo?
-Lo voy a considerar según cómo te portes-dije siguiéndole el juego.
-Permítame hacer méritos- dijo poniendo su mano en mi pantorrilla y subiendo lentamente hacia mis glúteos, luego me desabrochó los pantalones bajándolos hasta mis tobillos. Con ambas manos me bajó los calzoncillos mirándome a los ojos y me dejé llevar.
Al mediodía siguiente bajó a comprar fruta y unos muffins para desayunar algo rápido. Luego nos fuimos a dar una vuelta cerca. Hacía un poco más de calor que el día anterior pero estaba más nublado. Un poco antes de las tres ya estábamos de vuelta en la habitación, ordené mi maleta mientras él se duchaba, preparé mi uniforme sobre la cama y cuando salió del baño me metí inmediatamente a la ducha. En cuarenta minutos ya estaba listo para bajar, Pedro Pablo se había adelantado y cuando llegué al lobby del hotel estaba sentado en un gran sofá azul con la amiga de su hermana. Me senté frente a ellos y Claudia se sentó a mi lado. En unos minutos ya estaban los pilotos y toda la tripulación listos para empezar el briefing antes de partir al aeropuerto. Uno de los copilotos nos informó de las condiciones meteorológicas en la ruta y el destino, Andrea por su parte nos informó detalles comerciales del vuelo y partimos al aeropuerto.
Una vez embarcados los pasajeros, que eran bastante menos que en el primer tramo, ya habíamos hecho la demostración de seguridad, Andrea recorría el avión por ambos pasillos asegurándose que todo estuviera en orden. Al llegar al galley trasero se cercioró de que todo estuviera asegurado, revisó rápido los baños y bloqueo las puertas de estos.
Todos estábamos tomando nuestras posiciones para despegar. Caminó rápido hacia adelante. En unos minutos oímos a uno de los pilotos decir:
-Tripulación de cabina, estamos próximos al despegue.
El avión giró lentamente a la izquierda para empezar la carrera de despegue y en unos minutos ya volábamos sobre la bahía de Biscayne hacia el norte. En dos horas cincuenta ya estábamos aterrizando en JFK. Emocionado por conocer la Gran Manzana no veía la hora de llegar al hotel. Luego del largo camino hasta Manhattan por fin nos bajábamos del bus que nos había llevado desde el aeropuerto en el Hotel Lexington. Cada uno subió rápido a sus habitaciones y con Pedro Pablo hicimos lo propio, porque sabía que era mi primera vez ahí y que no podía esperar para salir a conocer. En un par de minutos ya estaba con jeans, zapatillas y una parka. Era noviembre y había un viento frío que ameritaba algo de abrigo.
Como Pedro Pablo había estado ahí algunas veces antes hizo de guía turístico. Apenas salimos del hotel caminamos un par de cuadras cruzando las avenidas Park y Madison hasta llegar a la Quinta Avenida. En un rato estábamos mirando a los que patinaban sobre hielo en la pequeña pista del Rockefeller Center. Caminamos hasta donde empieza Central Park mirando las vitrinas de las tiendas, cruzamos por el lado del Plaza hasta el muy dorado monumento a Sherman. A esa hora andaba poca gente en la calle. Me giré a mirar el camino que habíamos recorrido levantando la mirada para ver los altos edificios. No podía creer que reviviera ahí. Pedro Pablo me miró sonriendo, se acercó y me besó. Abrazándome y acercando su boca a mi cuello me dijo- Mañana si quieres venimos a recorrer el parque y a darle de comer a las ardillas-
Caminamos felices hasta un bar, pedimos un par de cervezas y hablamos del recorrido que haríamos al día siguiente.
Al llegar al hotel, pasada la medianoche, nos encontramos con un piloto que venía de comer con Andrea. Ella nos contó que al día siguiente se iba a ir a ver a una amiga de la universidad que vivía en Long Island y que se quedaría a dormir ahí la noche siguiente. Sacó una libreta de su cartera y anotó el número de teléfono de la casa de su amiga en una hoja que arrancó:
-Este es el teléfono de donde voy a estar, por cualquier cosa, el capitán también lo tiene.
Nos fuimos a dormir inmediatamente para levantarnos temprano y aprovechar el día. A la mañana siguiente salte de la cama y abrí la ventana de guillotina de la habitación y noté que hacía más frío que la noche anterior. Nos abrigamos y salimos a desayunar en una cafetería que había cerca. Estaba muy despejado pero había bastante viento muy frío. Luego de un desayuno que más parecía almuerzo, caminamos por el mismo camino que habíamos hecho la noche anterior hasta Central Park. El monumento a Sherman brillaba bajo el sol, estaba casi rodeado de carruajes como las victorias de Viña, y el olor a caballos era el mismo. El parque se veía precioso con los colores del otoño, el follaje de los árboles iba desde el verde, pasando por múltiples tonos de amarillo y naranja hasta el rojo. Caminamos por los senderos hasta llegar a The Literary Walk, una suerte de avenida peatonal dentro del parque que desemboca en unas escaleras de piedra arenisca tallada, que bajan hasta una gran fuente con un angel de bronce, más atrás de la fuente hay un lago. Nos sentamos en los peldaños bien cerca el uno del otro, pálidos por el frío y nos besamos mientras pasaba gente por nuestro lado, no me importó. Luego nos tomamos unas fotos juntos, las primeras que nos tomábamos, no podía esperar para revelar el rollo.
Caminamos por el parque tomados del brazo mientas yo iba pensando en cuanto disfrutaba estar con él, en lo bien que me sentía hacer como él al importarme muy poco lo que pensara el resto. Sentía que al fin estaba viviendo de la manera que siempre había querido.
Pasamos el resto del día recorriendo calles, y lugares iconicos de la cuidad, entramos al Museo de Historia Natural y por la tarde subimos al mirador del Empire State, a eso de las cinco de la tarde nos fuimos al hotel a descansar un rato. Nos tendimos en la cama y yo me dormí profundamente. Desperté pasadas las ocho de la noche con la sensación de haber dormido muchas horas, pero sacando la cuenta había sido solo una hora y media. Miré alrededor y Pedro Pablo no estaba. A los pocos minutos entró.
-Bajé a comprar una tarjeta de teléfono para llamar a mi mamá.
-Todo bien?-pregunté
-Si, mi abuela está enferma y quería saber cómo seguía.
Al rato salimos a comer algo por ahí. Volvimos al hotel cerca de las once de la noche y nos fuimos directo a la cama, finalmente nos dormimos cerca de las dos de la mañana.
Al día siguiente nos levantamos temprano para ir al World Trade Center y subir al mirador que había en una de las torres. En una de las torres hubo un atentado explosivo en el subterráneo a principios de ese año, por lo que el control de seguridad para subir era bastante similar al de un aeropuerto. El ascensor era de tamaño considerable y un guía explicaba mientras subía rápidamente a la velocidad que viajábamos y otros detalles de la construcción hasta alcanzar el piso 107. Recorrimos los grandes ventanales viendo el paisaje que nos rodeaba, luego subimos aún más hasta la terraza en la azotea. El viento frío nos hizo bajar pronto no sin antes pedirle a unos turistas japoneses que nos tomaran una foto.
Luego de la visita al WTC nos fuimos en metro hasta el Hotel a almorzar algo rápido para aprovechar de dormir. Al llegar a la puerta del hotel aproveché de tomar dos fotos de cualquier cosa que llamara mi atención para terminar rápido ese rollo de película y dejarlo revelando en una tienda al lado del hotel y pasar a buscarlo antes de salir al aeropuerto. Unas pocas horas más tarde, mientras Pedro Pablo se duchaba, bajé a buscarlo y subí rápido para que viéramos las fotos juntos. Salió del baño con una toalla a la cintura y se sentó a mi lado para revisar las fotos recién reveladas.
-Te ves lindo en todas y yo me veo feísimo!
-Como se te ocurre decir esa estupidez? Te ves muy lindo!
-Claro, porque sales tu en la foto, solo por eso no me veo tan mal...regálame esta?- dijo mostrándome una que me había tomado en Central Park.
-Bueno, y esta en que estamos los dos.
Las fue a guardar en ese mismo momento en un libro que tenía en su maleta. Cuando la abrió para buscar el libro que no había visto hasta ese momento, apareció algo que se me hizo conocido. Me paré para ver mejor y eran una polera y unos calzoncillos míos, usados, que no supe cómo habían llegado hasta ahí.
-Y eso?-pregunté intrigado.
-Ehmmm....no sé -respondió como si no tuviera idea de lo que hablaba- No sé cómo llegaron aquí.
-Que raro.
No se aguantó la risa:
-Busted!-dijo levantando las manos como si lo estuviera deteniendo la policía- Te los hurté hoy en la mañana y no te diste ni cuenta!
-Y para qué los quieres? Me hubieras pedido algo y te lo regalaba, pero limpio!
Me miró con malicia:
-Eso es exactamente lo que no quiero-dijo mostrándome los calzoncillos que había usado el día anterior con una mancha de mi semen.
-Asqueroso!!!!-le dije riendo.
-Cómo va a ser asqueroso? Es tuyo! Este es mi nuevo tuto, me voy a dormir oliéndolos cuando no te tenga cerca. Te dejé algo en tu maleta, pero revísalo cuando llegues a tu casa-dijo guiñándome un ojo.
-Ves que eres asqueroso? Cómo vas a oler esos calzoncillos todos moqueados ?
Se acercó a besarme y me dijo:
-Para acordarme de lo bien que lo pasamos y de cuanto me gustas.
Al mediodía siguiente, estaba entrando a mi casa, Gonzalo y Cristian no estaban, me habían dejado una nota donde decía que volvían en la noche y que me invitaban a comer para celebrar mi primer vuelo largo.
Abrí mi maleta para ver qué era lo que me había dejado Pedro Pablo. Debajo de toda la ropa había una bolsa que no reconocí, la abrí y me encontré un osito de peluche chico con una tarjeta y una bolsa más pequeña que tenía dentro unos calzoncillos suyos, sospeché lo peor, pero estaban limpios.
Abrí el sobre:
“Gracias por estos días”
Dejé su regalo en el velador y me metí en la cama, en segundos estaba profundamente dormido. Desperté y no había ruido en el departamento, el sol se había puesto, pero aún estaba claro. Salí al pasillo y noté que la puerta de Gonzalo estaba cerrada, más temprano me había fijado que estaba abierta. Me acerqué y la golpeé despacio. En unos segundos abrió Cris.
-Llegamos hace rato y nos pusimos a ver una película aburridísima, Gonzalo obviamente se quedó dormido cuando empezó - dijo susurrando.
-Ah, yo me desperté recién. Ahora me voy a duchar.
-Ya, yo lo voy a despertar para que salgamos.
-Súper, yo voy a buscar unos regalitos que les traje!
Una hora más tarde nos estábamos subiendo a un taxi, porque Gonzalo no quería que nadie manejara borracho, y esa noche quería que lo pasáramos bien sin andar preocupados de dónde estacionar ni de nada.
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jieunnis-archive · 5 years
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ㅤentry 190712: still into you
“ There's nothing you could do or say. I can't escape the way I love you ”
ㅤㅤㅤ » ( @criminxlis​ )
— ¿Por qué estás filmando?
En la pantalla de su teléfono móvil Jaehyun ve un espacioso salón vacío, y en medio de él, a un Minho que incluso en sus ropas más casuales logra quitarle el aliento. Ambos se encuentran de pie en la sala de lo que será su nuevo departamento, un lugar que pretenden arrendar juntos— Quién sabe hasta cuando, a Jaehyun no le interesa en ese momento, solo desea atesorar los primeros momentos de un nuevo comienzo. ( Y si, es cierto que él y Minho han tenido una serie de comienzos, más de los que una pareja promedio tiene, pero algo le dice que esta sí será el definitivo ). 
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— No sé. — Se encoge de hombros y miente, un hábito que tantos problemas le trajo en el pasado ahora se reduce a pequeñas mentirillas libres de cualquier mala intención. — Creo que jamás volveremos a ver este departamento así de ordenado.
Minho le dedica una ofendida expresión que solo resalta sus redondas mejillas ( adorable ), y vuelve a dirigirse a las cajas que deben desempacar. — Deja eso y ayúdame, a menos que quieras pasar la primera noche durmiendo en el piso. 
No hace falta más para lograr que obedezca, abandona el aparato olvidándose de detener la grabación. Durante las próximas horas su teléfono guarda los sonidos de cajas abriéndose entre risas, palabras de sorpresa y nostalgia, las pausas entre cualquier intento por ordenar ocasionadas por la incapacidad de Jaehyun de quitarle las manos y los labios de encima a Minho, y los pasos que los llevaron a abrazarse en una cama recién armada en medio de una habitación a medio arreglar. 
ㅤㅤㅤ ㅤㅤㅤ ㅤㅤㅤ ㅤㅤㅤ ㅤㅤ ♥ ㅤ
En total, les toma cuatro días desempacar todo. Simples y cómodas prendas de vestir se encuentran con otras más refinadas y traídas directamente desde Italia, un computador de alta gama con utensilios de arte, las obligatorias botellas de alcohol junto a los también siempre necesarios chocolates, herramientas de ejercicio físico junto a peluches y figuritas de anime… Un cálido y agradable sentimiento se hace presente dentro de Jaehyun al notar como todo lo que es suyo está bajo el mismo techo que lo que le pertenece a Minho. Es una nueva forma de intimidad que jamás imaginó desear tanto. 
Aparte de eso, hay algo más importante en su mente. Terminaron de arreglar todo justo a tiempo para el cumpleaños de Minho— Apenas pudieron tomarse una tarde de descanso hasta que su recién estrenado departamento está siendo invadido por Daemin y pegados a él, su cada-vez-menos-irritante hermana, Kyujong ( a quien Jaehyun suelta solo para volver a pegarse a Minho, ¿pueden culparlo? Extrañaba a su mejor amigo ), Sunhee y por lo tanto, Soojin, y un par de rostros menos familiares para Jaehyun. 
En medio de ellos, Minho irradia felicidad. Cualquier rastro de fatiga o cansancio desaparece del cuerpo de Jaehyun al ver su sonrisa iluminada por las luces de las velas del pastel. 
Durante la noche ambos están demasiado cansados como para hacer cualquier cosa. Lo último que Jaehyun recuerda antes de caer dormido es su propia voz susurrar un suave “ te amo ” en el oído de Minho. 
ㅤㅤㅤ ㅤㅤ ───────────────────
ㅤㅤㅤ » Minho y Jaehyun decidieron adoptar. Ambos tienen trabajos estables y la madurez suficiente para hacerlo— Por sobretodo, Jaehyun sabe que su novio es capaz de amar infinitamente, y en consecuencia él se siente capaz de lo mismo; parece natural y correcto derrochar aquel amor en una criatura que fuera la prueba viva de que su unión era eterna. 
Finalmente Minho convence a Jaehyun de realizar el procedimiento de forma que el niño llevara su apellido, pero antes de todo, había algo más que le quedaba por hacer. 
ㅤㅤㅤ ㅤㅤㅤ ㅤㅤㅤ ㅤㅤㅤ ㅤㅤ ♥ ㅤ  
El camino de regreso al lugar en el que creció había dejado de ser familiar para Jaehyun hace bastante tiempo. Se tardan el doble del transcurso normal en llegar al hogar de los Park y para ese entonces, Jaehyun estaba siendo devorado por los nervios justo frente a la puerta de la que alguna vez llamó su propia casa. 
— Déjame entrar contigo.
La voz de Minho es suave pero llena de determinación, y ante ella Jaehyun no puede hacer más que asentir. 
Una vez adentro y al mirar con mayor detenimiento a sus padres se pregunta por qué tuvo tanto miedo. Ambos lucen más viejos, evidentemente, y por primera vez en su vida Jaehyun deja de sentirse como un vulnerable niño frente a un par de gigantes para convertirse en un adulto frente a dos personas de carne y hueso igual que él, quienes en algún momento de sus vidas se convirtieron en padres… Adjetivo que dentro de poco él también podrá utilizar para sí mismo.
Desde ahí todo es un poco confuso. Jaehyun les dice que Minho es su pareja con quién pretende formar una familia; ninguno de ellos parece muy sorprendido ante la mención de que su pareja es un hombre, probablemente ya estaban al tanto pues los rumores pasaban por sobre su cabeza antes de que él pudiera atraparlos— De todas formas no es algo que le interese demasiado, pero si nota la forma en que sus rostros se llenan de sorpresa ante la mención de que su hijo, el descarriado Jaehyun, será padre.
( No puede culparlos, también es algo que a él le cuesta creer ).
No pasa demasiado después de eso, escucha unas cuantas palabras de cortesía sin mucha sinceridad y ya… Como si pudiera sentir su decepción Minho le toma la mano y la aprieta con firmeza, transmitiendole su calor y seguridad. Ambos se despiden y emprenden rumbo a la salida, pero antes de partir la voz de su madre los interrumpe.
— ¿Podemos conocer al niño?
ㅤㅤㅤ ㅤㅤㅤ ㅤㅤㅤ ㅤㅤㅤ ㅤㅤ ♥ ㅤ
El retorno lo hacen en completo silencio. Detrás del volante Jaehyun no pronuncia ni una sola palabra y agradece que Minho respete los minutos que necesita para acabar de digerir lo que acababa de suceder; el peso del mundo acaba de ser liberado de sus hombros, una carga con la que había convivido casi toda su vida... Al llegar a su hogar y detener el motor, permanece inmóvil durante unos segundos antes de derrumbarse por completo ahí mismo. 
Esconde su rostro empapado en lágrimas detrás de sus manos, sin entender muy bien porqué exactamente lloraba ni porqué se escondía— Por primera vez en su vida ya no había necesidad de hacerlo, algo que termina por comprender cuando siente a Minho abrazarlo y susurrarle “ te amo ” una y otra vez. 
ㅤㅤㅤ ㅤㅤ ───────────────────
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ㅤㅤㅤ » Es 11 de julio y como en pocas ocasiones Jaehyun siente que los astros se alinearon para él. Sus hermanas tenían tiempo para quedarse con Mingi por la noche ( tampoco fue difícil convencerlas ) y en su trabajo le permitieron salir un par de horas antes; suficientes para que Jaehyun corriera devuelta a casa a preparar la sorpresa de cumpleaños de Minho. 
Está tan entusiasmado como nervioso, ni la cocina ni la decoración son sus fuertes pero al menos sabe que su novio apreciará aquello y los regalos que aguardaban por él. 
Cuando el protagonista aparece en escena, el departamento está iluminado por tenues luces y un conjunto de velas rojas sobre la mesa, la cual también está adornada y acoge sobre ella la cena de la noche. Jaehyun observa como los lindos ojos de Minho descubren con avidez cada detalle hasta posarse sobre él— Por un momento siente que su novio lo mira como si volviera a enamorarse por primera vez, y Jaehyun solo puede ofrecerle la misma sonrisa de siempre como respuesta.
— ¿Tu hiciste todo esto?
Jaehyun asiente con orgullo. — ¿Te gusta? Sé que aún no es tu cumpleaños pero— 
La boca de su novio sobre la suya lo interrumpe; como si fuera un instintivo impulso, Jaehyun rodea la cintura contraria con sus brazos y lo acerca más a su cuerpo, moviendo sus labios con lentitud pero rebosando pasión. Siente los brazos de Minho envolver su cuello y sabe que ninguno de los dos desea detenerse, pero logra acumular suficiente voluntad para alejarse un poco.
— Calma, amor. Lo demás lo podemos dejar para después.
Minho le da un suave golpe en el pecho como respuesta.
Durante la cena hablan y ríen como si se tratara de sus primeras citas ( aquellas que en su adolescencia Jaehyun jamás pudo darle a Minho hasta tiempo después de comenzar a salir ), y Jaehyun se pregunta cómo es posible que después de tanto tiempo siguiera igual de ansioso por descubrir todo sobre su novio… Si es que quedaban cosas que descubrir. Tan solo desea seguir escuchándolo hablar de lo que quisiera, su día, sus proyectos, sus ideas — Cualquier cosa, ya sea bueno o malo: Lo quiere todo de él. 
Al terminar de comer Jaehyun le indica que su regalo lo espera en el plato que ninguno de los dos había tocado. Bajo la cristalina tapadera, Minho descubre un sobre cuidadosamente sellado.
— Creí que sería buena idea tomarnos unas vacaciones. — Comienza a explicar una vez su novio saca del envoltorio unos pasajes a Taiwan. — El paquete incluye la estadía en un hotel, así que no tienes que preocuparte por eso. 
Lo siguiente que sabe es que su nombre sale de los labios de Minho casi en un suspiro, pero pronto ambos vuelven a encontrarse con intensidad y fervor, y si bien el regalo de Minho no acababa ahí, Jaehyun cree que es apropiado moverse al siguiente nivel y llevar esto a su habitación.
ㅤㅤㅤ ㅤㅤㅤ ㅤㅤㅤ ㅤㅤㅤ ㅤㅤ ♥ ㅤ
Nada se iguala a estar en la cama junto al amor de su vida. Jaehyun se siente capaz de pasar una semana entera trazando cada parte de su cuerpo y besándolo hasta que sus labios se entumecieran— Tras recostarlo sobre el suave colchón lo tocó y besó con una pasión que solo podía ser explicada por su particular historia de pareja: Hacía que cada beso y caricia valiera la pena por cada día que estuvieron separados, y su tacto conservaba la memoria que adquirió a los 18 años cuando hicieron el amor por primera vez. 
Se amaron con lentitud, tomándose su tiempo para explorar una vez más al contrario como si tuvieran la eternidad para hacerlo… Y quizás así era, pues estar con Minho hacía a Jaehyun acomodarse en la certeza de que nada podía acabar con él ni con lo que sentía por Minho, sabía que volverían a encontrarse en la siguiente vida si tal cosa existía, sin importar su nombre o su cuerpo, su tiempo o su mundo... Se regocijaba en la seguridad de que su amor era más fuerte que cualquier otra cosa. 
— Mmh, tenemos la casa vacía por una noche y ya olvidas cómo comportarte.
— Idiota. — Minho yacía recostado sobre su desnudo pecho, su deliciosa piel brillaba y Jaehyun se creía listo para devorarlo una vez más. 
Pero eso podía esperar.
— Amor… Hay algo más que quiero darte. 
Sin mayor explicación Jaehyun bajó de la cama y se puso sus pantalones para, dándole la espalda, dirigirse a su closet. Buscaba algo dentro de uno de los cajones y cuando al fin lo obtuvo, tuvo que encontrar un nuevo valor para voltearse y enfrentarse a Minho… Esta era la parte más importante de la noche. Quizás sería una de las más importantes en su entera vida. 
Volvió a acercarse a la cama con sus manos ocultando un objeto tras su espalda. — Hay una razón por la que escogí Taiwan. — Comenzó, frente a la confundida mirada de su novio.
Novio… Era momento de cambiar eso. Jaehyun inspiró hondo y se arrodilló ante Minho. — Amor— Minho… Te amo, me haces el hombre más feliz del planeta, si no fuera por ti yo— Seguiría siendo el chico asustado y solitario que era antes de conocerte, haciéndole daño a otros y lleno de rabia. — Mantuvo una mano tras su espalda mientras que con la otra alcanzaba una de las manos de su pareja, besándola un par de veces mientras le dedicaba una mirada llena de adoración. — Gracias a ti puedo vivir sin miedo, gracias a ti conocí lo que es ser feliz… Me salvaste de mi mismo y por eso quiero que sepas que haría cualquier cosa por ti. Quiero pasar cada día que me resta contigo y por eso... — Tragando saliva y con temblorosos movimientos, abrió la cajita para enseñarle un brillante anillo.
— ¿Te casarías conmigo?
Antes de que pudiera notarlo, Minho se abalanzó sobre él y Jaehyun pudo sentir a fondo tres cosas: La humedad de sus lágrimas, el calor de su cuerpo, y su voz diciéndole una y otra vez “ Te amo, te amo, te amo ”. 
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sunxsunflower · 5 years
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ChanBaek ; Militar life.
ChanYeol había crecido en una familia llena de militares, su abuelo era coronel en una de las tropas más importantes de Corea del Sur y su padre había seguido su ejemplo, siendo el sucesor del mismo. Había vivido toda su vida en campo militar, pero su vida prácticamente la había hecho fuera gracias a las escuelas que le habían asignado; su madre siempre fue partidaria de que su hijo debía relacionarse con civiles, así que las escuelas a las que iba no eran parte de la milicia como a muchos jóvenes de su edad se les había inscrito. Todo eso había llevado a ChanYeol a relacionarse en muchas áreas de la ciudad, especialmente por que siempre fue extrovertido y se la pasaba haciendo amistades en todos lados, pero al cumplir los 19 se vio la oportunidad de alistarse para la milicia, y no iba a desaprovechar la oportunidad de hacer el examen y seguir los pasos de su padre y abuelo, pero no creyó que aquella decisión fuese más dolorosa que en el momento en que la había tomado.
Faltaban al rededor de 10 meses para que ChanYeol entrara a la escuela militar, el examen lo tenía en un par de meses y se estaba dando la oportunidad de aprovechar de toda la libertad que tenía. En una de esas noches largas, en las que el aburrimiento era el protagonista, uno de sus mejores amigos le había llamado para invitarle a la fiesta que había organizado de momento y simplemente aprovechó para distraerse, nunca estaba de más un poco de alcohol y música, aunque el no bailara por que era el peor en eso.
— Sabes que debes agilizar ese par de pies izquierdos ¿Verdad? —Rió JongIn, sabía que su amigo era torpe y que jamás se volvería a atrever a sacar a bailar a alguien porque la última vez le dejó morado el dedo gordo del pie a la última persona a quien invitó, no correría el riesgo de tener que pagar una reconstrucción de dedo.— Ya me rendi, no soy bueno en ello, aunque me enseñes, no he sido hecho para bailar. —Respondió y le dio un trago a su bebida y casi se ahoga al ver algo que llamó su total atención, no sabía si había bebido demasiado o le habían puesto algo en su vaso, pero estaba seguro que lo que estaba viendo no era real. A lo lejos, la sonrisa más bonita que nunca había visto se estaba presentando ante sus ojos, y casi se le cae el vaso.
— Vaya, parece que has visto a alguien ¿Sigues pensando en lo que habías dicho antes? —Se burló el moreno viendo en la dirección en la que había visto él, ChanYeol lo miró mal y le dio su vaso, dejando a su amigo sólo para ir donde aquel precioso chico estaba, se había quedado sólo después de que su amigo se había ido a bailar con alguien más, y Park lo vio como una señal y una oportunidad para ello. Trago seco y suspiró.— Aquí voy. —Había sido un arranque de valentía y sabía que eso había pasado por que había alcohol en su sangre, por que seguramente sólo lo hubiese visto a lo lejos y se hubiera quedado con las ganas de hablarle.
— Hola... Soy Park ChanYeol, un placer... —Estiró su mano y alargó la última palabra esperando a su respuesta, quería saber su nombre y el muchacho de sonrisa bonita entendió de inmediato, sonriendo para él de manera simpática.
— Byun Baekhyun, el placer es mío, Park ChanYeol. —Respondió eso último con una sonrisa divertida, cosa que casi deja a Yeol sin aire, jamás había sido impactado por alguien tan fácilmente y con cada cosa que haga. ChanYeol rió bajo y sin soltar la mano que había estrechado, prosiguió para hablar.
— Y bien, Baekhyun ¿Gustas bailar? —Esperaba a que su respuesta fuera afirmativa y cuando el contrario se levantó mientras asiente su sonrisa se hizo más grande, sentía que estaba viendo a una de las más hermosas obras de arte, estaba cohibido en la persona que tenía enfrente y sabía que no sería fácil sacarselo de la cabeza. No fue necesario intercambiar muchas palabras, parecía que ambos sabían como moverse para encajar perfectamente con el otro, y al final del baile no volvieron a separarse, Baekhyun hablaba entusiasta de algunos temas y Yeol sabía cómo seguirlos, ambos reían por las mismas tonterías y sus bromas eran seguidas automáticamente, había sido una excelente idea haber ido a aquella fiesta después de todo.
— ¿Me darás tu número? Quisiera verte de nuevo en alguna otra ocasión. —Las mejillas de Baekhyun se habían coloreado de rojo, pero no negó, sólo sonrió. Habían salido de la fiesta después de varias horas, Yeol se había ofrecido a llevarlo a casa en el auto así que, estaban en frente de la casa del menor.
— A mi también me encantaría verte de nuevo... ¡Ya se! Mi cumpleaños es en unas semanas, haré una fiesta, si vas sería fantástico. —Exclamó mientras saca su celular y se lo da al mayor desbloqueado para intercambiar números, Yeol había obtenido más en aquella noche de lo que había pensado.— Me encantaría, estaré ahí. —Guardó el móvil, el contrario comenzó a quitarse el cinturón de seguridad y volteó su mirada donde Yeol, sonriendo.— Será aquí, tontito, así que te mandaré la fecha exacta y la hora. —Antes de abrir, se detiene un segundo y estrecha la mano con la de ChanYeol.— Fue un placer, Chan, y gracias por traerme, ve con cuidado de regreso a casa. —...
Desde ese momento, se vieron más días de los que esperaban, cita tras cita, algunas veces se encontraban sin siquiera esperarlo y terminaban horas hablando, hacían llamadas y había ocasiones en las que no dormían por hacerlo. ChanYeol le habló de todo lo que era de su vida, del examen que tomaría y lo llevó a su casa, donde le mostró lo que era vivir en un lugar lleno de militares, todo muy bien hasta que llegó el día del examen, ese día se sentía extraño, y de alguna manera no deseaba hacer el examen, menos al ver a Baekhyun fuera de la escuela donde presentaría, con una pancarta y su bonita sonrisa dándole ánimos, y no era por que no se sintiera animado, sino que, pensar en que estaría un año lejos de Baekhyun ya no era para nada bueno, se sentía peor que cuando apenas lo empezaba a conocer.
[. . .]
— No quiero quedar. —Dijo con la mirada baja, sus codos recargados en su regazo y sus manos cubriendo su rostro, estaba frustrado por ello, Baekhyun ya no salía de su cabeza y eso no lo iba a dejar tranquilo.
— ¿De qué hablas? Has esperado por esto desde que cumpliste trece ¿Tan rápido has cambiado de opinión? ¿Qué te ha hecho pensar... Oh... acaso... ¿la razón es la misma que te ha hecho dejar incluso de beber? —Preguntó JongIn, quien dejó el control de la consola a un lado, dejando su juego para ver a su amigo. ChanYeol tenía un pequeño problema por el alcohol, y Baekhyun le había dicho que beber tanto era malo... bastó con eso para dejar de ir incluso a muchas fiestas, por que era una tentación grande estar y ver a la gente ahogarse en alcohol.
ChanYeol sonrió como idiota al pensar en eso y tallo su rostro, el moreno soltó una carcajada.— Han pasado tres meses solamente, es increíble que Baek te haya atrapado tan rápido... después de todo no le hacías caso a nadie... —Yeol soltó una pequeña risa y negó, tenía razón, a nadie le hizo caso en esos años, claro que había salido antes con otras personas pero, esta vez era diferente.
¿Qué tenía Byun Baekhyun que lo tenía tan mal? Oh, la pregunta se respondía sola cuando pensaba en él, esos ojos hermosos, su sonrisa, su voz, su linda figura, su adorable risa, su forma de ser... Era especial, no pensaba como la mayoría a su edad lo hacía, era inteligente y por supuesto, un grandioso pianista, entre otras muchas cosas que veía en ese lindo muchacho.
— Si me voy, no lo veré en un año o incluso más, conociendo como es la escuela militar no se si sea el año el que me vaya, puede ser más... No quiero dejar de verlo, me va hacer mucha falta... —JongIn sonrió al escuchar a su amigo, jamás lo había visto así, y era lógico que cayera tan pronto cuando se veían casi diario, sino es que de verdad era diario. Chanyeol hizo una mueca y su amigo le dio una suave palmada en la espalda.— Creo que es momento de que tomes una decisión, Chan, es bonito estar enamorado pero no puedes cambiar tus sueños siempre, estoy seguro que si el sentimientos es mutuo, Baekhyun entenderá, lo conozco bien... sólo habla claro con él. —Alentó, sabía que el sentimiento era mutuo, había visto la forma en la que Baekhyun lo veía, y conociendo a ambos tontuelos, sabía que iban muy enserio.
Los días siguieron pasando, siendo un par de meses los que transcurrieron, ChanYeol invitó a Baekhyun a una cita, sabía que debían hablar pronto y si algo se daba, aprovechar aún más el tiempo, por que quiera o no, debía irse. Habían sido enviados los resultados días atrás, Yeol había sido de los primeros lugares con él puntaje más alto, se había sentido emocionado por eso, pero había un pequeño inconveniente...
— Me gustas, Baekhyun, y es difícil por que no sólo es eso... Me voy a ir a la escuela militar por un año entero y yo ya me enamoré de ti ¿Como se supone que sobreviva a esto? —Dijo de una forma apenas audible, se rasco la nuca y bajó la mirada sólo lo suficiente para ver al menor a sus bonitos ojos, estaban brillantes, y no sabía cómo interpretar eso.
— Yo también me enamoré de ti... —Respondió en un hilo de voz, su Baekhyun, el pequeño muchacho que le había robado la mirada y el corazón desde que lo conoció había correspondido a sus sentimientos, y Yeol no pudo evitar sonreír como no creyendo, nervioso, emocionado, triste y enojado por lo que se venía.
— Y me hace sentir triste que te vayas, pero no voy a detenerte... debes hacer lo que deseaste desde tan joven, la recompensa viene después ¿Recuerdas? —
Esa misma noche, ChanYeol besó a Baekhyun por primera vez.
La vida estaba acomodando las cosas a su favor, aquella noche, se había arreglado para su cita con el pequeño muchacho que lo tiene loco, finalmente haría las cosas oficiales y estaba especialmente feliz, claro, nervioso, pero sabía que Baekhyun le correspondía y que lo iba a aceptar. Pasó por el a su casa, lo saludó con un ramo de flores y una sonrisa, lo observó de pies a cabeza y se vio de nuevo que su Baekhyunnie estaba tan hermoso como siempre, solo que esa noche en especial, ese muchacho soltaba un brillo especial.
— Te vez perfecto, Baekhyun. —Dijo, besó su mejilla y tomó su mano, listos para ir al auto y arrancar de camino a su destino. Al llegar, dio a conocer que sería una cita exclusiva para ambos, bajo la luz de la luna, con la playa de fondo y velas adornando el lugar, la mesa donde reposa la cena estaba perfectamente arreglada y lista para sentarse y cenar, le agradecería después a JongIn por la ayuda que le había brindado aquella noche.
— ¿Te gusta? Pensé en lo que me habías dicho antes, que te gusta la playa, quería que recuerdes este día con cariño así que pensé que podría ser aquí, me pareció totalmente adecuado. —Estaban en la mesa, se encontraban comiendo finalmente y la platica había salido apenas, y no por qué no tuviesen nada que decir, o por qué fuese incómodo, sino por que no sabían como actuar, que hacer o que decir debido a cuán nerviosos estaban. Chanyeol terminó de comer y al ver que el precioso muchacho delante suyo también lo había hecho, sonrió y se levantó de su lugar, yendo hacia él y tomando de su mano; se había percatado antes de la energía que solía recorrer su cuerpo al tocarlo, pero esa noche era más intenso y supo que ese chico era para él.
— Estuve esperando por esto por más de un mes... y estoy nervioso. —Confesó sonriendo, soltando una pequeña risa y jalando del chico suavemente para llevarlo a caminar, la playa esa noche estaba tranquila, era extraño pero sabía que era por que el destino quería que las cosas fuesen así. En la orilla del mar, se detuvo y volteó, quedando delante del menor y tomando sus dos manos, observando su rostro que es iluminado por la hermosa luz de la luna, dejándolo ver la perfección del chico que ya era el amor más grande de su vida, pegó su frente a la suya y llevó sus manos a sus mejillas, acariciandolas.
— Estoy feliz por que estas conmigo, Baekhyun... Hace días estuve practicando un pequeño discurso para decirte hoy pero se me ha olvidado todo, así que voy a ser lo más directo posible por que ya no aguanto... Baek, sabes que me enamoré de ti, sabes que desde que te conocí mi corazón se volvió loco por amarte, por tenerte... me enamoré y no quiero ni evitarlo, sueño contigo, te veo y me imagino una vida a tu lado, es pronto para decirlo pero es lo que siento... No estoy por pedir nada complejo, pero solo quiero que seas mi amor, que me dejes amarte y llamarte amor, que me permitas decirte mi vida y que eso mismo te vuelvas, sueño con el momento en que pueda besar tus labios y presentarte como mi novio, como el amor de mi vida... ¿Serías mi novio, Baekhyun? Se que esto va a ser difícil debido a que me iré un horrible año, pero voy a volver, voy a escribirte y seré grande para poder tener el beneficio de poder verte... cuando regrese, te pido que te quedes a mi lado, y que te cases conmigo... ¡Ya sé! Es apresurado, pero ¿Crees en el amor a primera vista? Yo sé que tan hermosa será nuestra historia, Baek. Confío en ello... —
Se quedó callado y vio a los ojos hermosos de Baekhyun, estaban brillosos, se le rompió el corazón al verlo de esa forma, detestaba verlo llorar...— ¿Dije algo malo, Baekkie? —El menor negó y se limpió su carita con las manos, sonrió y se colgó de su cuello para darle el segundo beso, este sellando el noviazgo que apenas comenzaba.
— Claro que quiero, Chan... no importa si debo esperar, al final voy a recibirte con los brazos abiertos, con mi corazón en mano para dártelo como bienvenida... y quiero una casa en un lugar cerca de la playa, solo por ti, para mí y nuestra familia. —
No sabían que era lo que los tenía tan enamorados en tan poco tiempo, lo que sí, es que el tiempo es sabio así como el destino, y solo ellos saben por qué pasan las cosas.
[...]
Llevaron su relación tan bonita como podían, se besaban cada que se presentaba la oportunidad, le presumían a medio mundo su relación y se entregaban el uno al otro totalmente, noches brillantes y mañanas deslumbrantes, caricias dulces y palabras de amor, ambos eran totalmente el uno para el otro y cuando llegó el día, Chanyeol quiso renunciar, quedarse con su amor y no salir de aquella cama nunca.
— Es hora, Channie~. —La voz baja de su novio le decía que no quería que se fuera, además de que lo tenía atrapado con sus brazos y piernas bajo las cobijas, Chanyeol lo mantenía abrazado y besaba su frente, había sido una mañana tranquila después de hacer el amor la noche anterior, lo hicieron tantas veces como si eso fuese a compensar el año que no se verían. Tan rápido habían pasado cinco meses después de hacer su relación oficial.
— No quiero irme... —
Los autobuses estarían esperando por los hijos de militares que habían hecho el examen fuera de aquella unidad, la escuela estaba del otro lado de la ciudad, así que serían transportados, Chanyeol ya sentía que le estaban arrancando la mitad de su corazón.
— Pero debes hacerlo... —
Con dificultad, cabizbajos, callados y sin muchas ganas, salieron de la cama, pusieron orden y se metieron a dar una ducha juntos, todo trataron de hacerlo lo más tranquilos que podían, había tiempo aún, pero debían arreglar todo para antes de que Yeol se fuera. La maleta estaba lista, el uniforme planchado y cuando Chanyeol salió, se metió dentro del mismo, arregló su cabello que había cortado el día anterior, colocó el resto del uniforme y salió con su novio y sus padres de casa después de desayunar, el único que hablaba hasta por los codos de la emoción era su padre, Chanyeol y Baekhyun iban tomados de la mano y su madre los veía con comprensión, pues era la única que sabía lo que de verdad había en el corazón de ambos en ese momento.
Los autobuses estaban ahí y a Chanyeol le dolió el estómago, sintió que tenía que irse, tomar a su novio y escapar de lo que venía, por qué sabía que no siempre era un año, por qué de todo eran castigados y cada castigo eran días más en la escuela militar, no sabía que iba a hacer sin su dulce novio. Antes de llegar a formarse, se detuvo y pidió a sus padres que lo dejen solo con su hermoso chico, al estar solo los dos, tomó sus manos y bajó la mirada y suspiró.
— No voy a pedirte que te quedes, Chanyeol... Debes ir y cumplir con tu deber, era tu sueño ¡Está cumpliendose! Se que no me veo feliz, estoy serio por qué obvio voy a extrañarte, amor, pero estoy tan contento de que vas a hacer lo que quieras ¡Animate amor! Vamos a vernos después de eso y te voy a recibir con todo mi amor, tendremos esa casita en la playa, un perro y muchos hijos, yo te amo, y me siento orgulloso de quien eres.. y... y... yo... —Se le quebró la voz, ahora ambos estaban descargando su llanto, Chanyeol lo detuvo y besó sus deliciosos labios, los besó como si no hubiese un mañana, lo tomó de la cintura y lo pegó completamente a su cuerpo, al separar sus labios, simplemente lo abrazó con fuerza, cubriendo su cuerpo y repitiendo "Te amo" una y otra vez.
— Te amo, y voy a volver para cumplir con todo eso... prometo venir, mi amor. —
Fue difícil el haberse separado, pero al final no había hecho y cuando menos vio, estaba siendo llevado al autobús, se había registrado y tenía un número de asiento, estaba ahí, ya no había marcha atrás, y el tiempo está vez no estuvo de su parte, ni el destino, por qué él quería ver un poco más las hermosas facciones en físico del amor de su vida, pero el autobús se estaba yendo ya y solo le quedó la imagen mental de su hermosa sonrisa y ojitos llorosos de su novio.
[...]
Lo único que le acompañaba en esos días era la fotografía de su novio en un pequeño dije de corazón, donde había guardado la foto en miniatura de su novio, la cual veía cada mañana al salir a su entrenamiento y clases, en las noches después de terminar sus deberes. Los fines de semana solían hablar hasta tarde por teléfono, su novio le solía enviar cartas y obsequios, nunca faltaban los insumos y agradecía que su chico recordara ese detalle, pues no podían salir de ahí y quien se haya preparado con alimento iba a sobrevivir todas las noches al hambre que solían pasar, tenía cada carta, cada regalo y consumía cuando podía la comida enlatada o sopas instantáneas que recibía de él y su familia, respondía a cada carta y todas las mañanas salía más temprano para dejarla en el buzón así tenga que madrugar más, tenía la dicha de escuchar el canto del amor de su vida en las noches cuando los encargados de seguridad les permitían infringir las reglas de ves en cuando con la condición de recibir algún billete a cambio, pero por Baekhyun valía todos los miles de dólares que pudiese dar, solo para hablar con él.
El entrenamiento era difícil, era cansado, pero al paso de 6 meses Chanyeol había logrado una mejor condición física, se había vuelto más estricto pero seguía conservando el amor que tenía por su pequeño novio, seguía hablando con él cada que se daba la oportunidad, respondía cada carta hasta que algo ocurrió. Una de esas noches, en las que hablaba con su pequeño, fue descubierto por los de alto mando y fue castigado, prohibiendo todo contacto con el exterior hasta pagar con servicio, tenía estrictamente prohibido recibir cada carta, cada llamada y obsequios, le habían quitado todo y Chanyeol ya no sabía lo que sería de él sin el amor de su vida. Los meses habían sido aumentados y un año era lo que le faltaba de nuevo, todo su entrenamiento había sido tirado a la basura de manera injusta.
— Lo siento, Park, has estado haciendo eso desde que llegaste, no voy a dejar pasar la indisciplina, y hasta que no cumplas con el medio año sin ninguna falta te dejaré volver a lo anterior, hasta ahora se te han terminado los beneficios. —
Fue el peor medio año que jamás había tenido, tenía miedo, miedo de que su niño hermoso crea que lo había dejado, de que mal interprete su ausencia y lo odie por jamás avisar... estaba acabado y no se veía sin él.
— Por favor... solo déjeme avisar... —Ignorado, sus cosas las habían decomisado y su infierno había comenzado, por suerte, aún conservaba la foto que le recuerda el por qué debe salir adelante.
Medio año, medio año había pasado y Chanyeol había obtenido el reconocimiento necesario como para darle más libertad, y en cuanto pudo, salió corriendo del auditorio donde había recibido una más de sus medallas y llamó a Baekhyun.
— ¿Chanyeol? —Su voz, diablos, su maravillosa voz, casi se puso a llorar al escucharlo y se atragantó con sus palabras.
— Baekkie... Dios, amor... lamento tanto haberme ausentado, yo... —
— ¿Porqué dejaste de llamar? Dijiste que jamás me olvidarías ¡¿Porqué dejaste de llamar?! ¡¿No sabes que tan preocupado estaba?! ¡¿Qué diablos pasa?! ¡No tienes idea de cuando te extrañe, de cuanto te necesito, Chan! ¡Rayos! —Ahí estaba, su novio roto en llanto y el corazón del mayor estaba que explotaba de dolor, se sentó en el césped del campo militar, en medio de todo sin importar nada.
— Yo... fui arrestado, a mi y a otros más nos arrestaron por infringir las reglas... me dieron medio año sin poder comunicarme con nadie... nunca me olvidé de ti, te pensé cada día, Baek... lo siento tanto... —Hubo un silencio después de ello, aunque el llanto de Baekhyun se escuchaba del otro lado de la línea.
— Fue culpa mía ¿Verdad? —Chanyeol negó a su pregunta como si lo estuviese viendo.
— Por supuesto que no, amor... no ha sido tu culpa, no fue de nadie, solo eramos tú y yo tratando de recuperar un poco de tiempo... créeme que valió la pena, cada segundo de escuchar tu preciosa voz... Baekkie, te amo, y te extrañé tanto... —Ese día hablaron hasta que el sueño les ganó.
[...]
Una noche de fiesta, de esas que incluso los militares estaban de buenas, se había decidido darles un fin de semana libre a los estudiantes, y en cuanto supo eso, avisó a su novio y tan pronto como salieron, fue en busca del amor de su vida. Habían quedado para verse, ese día se la pasaron juntos, comieron y cenaron juntos y en la noche, en una habitación de cuatro paredes se entregaron de nuevo como no lo habían hecho en un año, un largo año, Chanyeol recorrió el cuerpo de su hermoso novio y le hizo suyo con todo el amor que le tenía; así fue toda la noche, y el tiempo después hizo de las suyas. Unos habían ido a disfrutar de su libertad a algún bar, conquistarian a hermosos muchachos o hermosas mujeres, se enbriagarian y volverían con resaca, pero Chanyeol volvería con resaca de amor, había tenido la mejor de las noches con Baekhyun, entre besos y caricias, había escuchado cantar al amor de su vida y pudo besar sus labios a su antojo, era como una película romántica, pero Chanyeol estaba feliz. Tenia que volver y la despedida había sido dolorosa como la primera vez, pero esta vez era menos tiempo, o al menos eso pensaron.
— Creí que había quedado claro, pero sigues sin cumplir nuestras reglas. —
Chanyeol nunca entendió esas palabras, por qué había cumplido con todo, dormía a su hora indicada y hablaba cuando se podía con Baek, no había infringido nada y por supuesto que metió queja, queja que no fue tomada y se le había castigado de nuevo, y su tiempo en la escuela militar no solo se había extendido más, sino que ahora se trataba de un año más... Estaba cansado, pero aún así se las ingenió para hacer que el tiempo que lo tenían incomunicado disminuya solo seis meses, no el año y en cuanto pudo llamar a Baekhyun, le explicó lo que había pasado, pero la respuesta que le había dado lo había dejado en shock.
— Channie... Vamos a tener un bebé. —Su voz se quebró y cayó en llanto, a Chanyeol se le salió el corazón de su pecho ¿Decía la verdad? Por supuesto ¿Porqué no lo haría?— Tengo seis meses, habría querido decírtelo antes pero el destino parece querer apartarte de mi... ¿Channie? Dime algo... —Dijo al no haber recibido respuesta, y antes de que su corazón se rompiera, escuchó el llanto de su novio.— Chan... —
— Amor... es ¿Es enserio? Dios, no puedo creerlo... ¿Ya sabes que será? ¿Estás cuidandote? Mi amor ¡Es la mejor noticia del mundo! Vamos a tener un bebé, un hermoso bebé...Seis meses... Nacerá en tan poco... cuando yo salga de aquí tendrá tres meses... —Dijo haciendo pausas, eso era el detalle que no le gustaba, por qué lo que más desea es ver a su hijo nacer y estar a un lado del amor de su vida para ello, y quedarse toda la vida.
— No te aflijas, Channie, se que no será igual, pero te mantendré al tanto se todo ¿Sí? —
Ahí estaba, mirando los ultrasonidos por medio de fotografías y video llamadas que hacía con su dulce novio en sus tiempos libres, había programado fecha de nacimiento y Chanyeol ya lo hayaba como hacer que lo dejen salir ese día para estar con su novio, pero por desgracia, al no ser su esposo no podían hacer nada al respecto. Incluso había pedido el seguro pero aún no podían asegurar a su chico hasta que hubiera una hoja legal de matrimonio, estaba desesperado, quería darle lo mejor a su novio y su hijo pero no podía hacer mucho, sin embargo su madre estaba ayudando demasiado y agradecia que así fuera... no sabía que sería de él sin su madre.
El día del nacimiento de su hijo, justo ese día, los habían llevado a todos a entrenamiento, y en la noche por fin había recibido fotografía de su bebé una hermosa niña a quien habían decidido llamar Haneul, y estaba tan roto por no haber podido estar en ese momento, odió tanto haberse ido, pero no había marcha atrás y ahora estaba ahí, solo quedaban tres meses, solo eso. Hablaba todas las noches con Baek, hablaba para su bebé y escuchaba su llanto, llanto que lograban callar cuando ambos cantaban una canción de cuna para ella, cada noche, antes del toque de queda, por tres meses, y para cuando fue la ceremonia de graduación, tan pronto recibió sus papeles y obtuvo el permiso de irse antes, tomó el primer autobús que lo sacara de ahí y viajó hasta donde era el departamento de su novio.
El viaje fue tan largo, pero al final había llegado, y al estar ahí casi siente que estaba en un sueño, deseaba ver a su niña, a su novio, besarlo, besar a su princesa, y no alejarse de ellos por un largo tiempo.
Tocó la puerta del departamento, y cuando vio a su novio abrir, con una hermosa bebé en sus brazos, ojitos bien abiertos por la sorpresa, poneniendose poco a poco rojos así como su pequeña nariz, todo debido al llanto que soltó al ver a Chanyeol en la puerta del departamento, con su uniforme de infante lleno de insignias, finalmente había terminado ese largo tiempo sin él.
— Estás aquí... ¡Y yo en fachas! Channie~ debiste avisarme~ eres malo. —Hace un puchero que se frunce por el llanto y se hace a un lado para dejarlo pasar, se acerca a él y lo abraza con cuidado. Chanyeol no perdió la oportunidad para besar sus labios suavemente, lo había extrañado tanto. Al separarse, Baek animoso, acomodó a su hija y se la dio a Chanyeol, sonriendo y viendo el brillo de sus ojos de un padre que veía a su hija por primera vez.— Ella es nuestra Hannie, Channie... Hannie, él es papi Chanyeol. —La niña parecía entenderlo todo, pues veía a Chanyeol tan concentrada, sus manitas se elevaron al cielo y Yeol acercó su rostro a sus preciosas y pequeñas manos de bebé.
— Es hermosa, Baekkie.... hola, Hannie, soy papá. —Y por supuesto que reconoció su voz, por qué un suspiro salió de su pecho y sus ojitos se habían llenado de lágrimas, sin embargo, jamás apartó sus manitas de él.
[...]
El tiempo pasó rápido, para cuando Haneul cumplió seis meses, Chanyeol y Baekhyun se habían casado, habían tenido una vida hermosa en la playa, con toda su familia y amigos, así como los amigos que había hecho en la escuela militar, compraron esa casa en la playa que tanto habían planeado y ahora lo tenían todo... Chanyeol solía estar fuera de casa por su empleo, pero nunca faltaba para su familia, y para cuando Hannie había cumplido tres años, Yeol habia subido considerablemente de rango, dándoles más comodidades a él y su familia. El amor que ellos se habían tenido desde jóvenes nunca se extinguió con el paso de los años, y para cuando el tiempo se haya terminado, el destino se habría encargado de juntarlos en otra vida.
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lilyalegre23 · 5 years
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“Hemorragia”
☤Conrad Hawkins y Nicolette Nevin.☤
Aquella fría mañana, Nic prefirió no llevar su clásica bata blanca a su trabajo, sino más bien un abrigo rosa viejo que cubría sus brazos, y la mantenía caliente.
Todavía seguía sintiendo su cuerpo cansado por su turno del día anterior, en el que había tenido que atender a todos los pacientes del área de pediatría, ella sola. Su compañera se había ausentado, y ello traía como consecuencia, mucho trabajo para ella sola.
A su clásico cabello rubio, prefirió dejarlo caer en despreocupadas ondas, enmarcando su rostro, y colocó corrector para sus profundas ojeras.
Rápidamente, Nic subió a su automóvil, esperando que su día laboral pase lo más rápido posible, y tomó la carretera que la conducía hacia el Chastian Park Memorial.
(...)
Los ojos de Conrad comenzaron a arder por pasar tanto tiempo leyendo y completando expedientes médicos.
Como rara vez en él, llevaba puesta la bata de médico blanca, y el estetoscopio colgado en el cuello. Algo que era muy particular de los médicos pero que personalmente, trataba de evitar.
Había decidido dejarle la noche libre a Devon, ya que habían pasado una jornada agitada en la sala de emergencias, y se merecía descansar después de eso.
Conrad sintió como unas manos rodeaban su cintura, abrazándolo por detrás, y una sonrisa involuntaria se formó en su rostro.
-Buen día.- Susurró la voz de Nic a sus espaldas. Conrad se giró para mirar a su novia. Pudo notar que ella también estaba cansada, aunque intentaba disimularlo.
- Me prometiste que descansarías.- Le reprochó el rubio apoyando una de sus manos en la mejilla de ella. Acercó su rostro, posó suavemente sus labios sobre los de ella, besándola delicadamente.
-Eso intenté. Lo juro.- Respondió ella con una sonrisa en su rostro.
Nic se separó de Conrad, y se encaminó hacia la estación de las enfermeras. Dejó su bolso sobre la mesa, y tomó sus elementos de trabajo.
-Nevin, Patrick Dewsey, de la habitación 1367, necesita que le cambies la vía central. - Le informó la jefa de enfermería a la rubia.- Y recuerda estar pendiente de la señora Shaphiro de...-
-...De la habitación 2340.- La interrumpió Nic colocando una pequeña linterna en el bolsillo de su uniforme.
-Y, hazme el favor de extraerle sangre a todos estos pacientes.- Exclamó la mujer mientras le acercaba a Nic una montaña de carpetas con expedientes. Ella sólo se limitó a asentir con la cabeza.
-Nos vemos luego.- Murmuró ella a Conrad tomando la montaña de carpetas.
-Déjame que te ayude, Nic.- Se ofreció él, aunque su intercomunicador comenzó a sonar, y Conrad salió corriendo al darse cuenta que un paciente había caído en paro cardiorrespiratorio. La rubia suspiró.
Iba a ser un día largo de trabajo.
(...)
Una leve mueca de dolor apareció en el rostro de aquel anciano cuando la aguja pinchó su antebrazo. Al sentir la sangre salir de su cuerpo, no pudo evitar mirar con asco el líquido rojo. Algo que no pasó desapercibido por la enfermera.
-Solo es un pinchazo, Patrick.- Comentó la rubia con una sonrisa, colocando la sangre en un pequeño tubo transparente.
-Juro que puedo sentir como la sangre abandona mi cuerpo. Me siento débil.- Se quejó exageradamente Patrick cerrando sus arrugados ojos, y posando una mano en su frente.
-Entonces, permítame que le regale un chocolate.- Comentó con una sonrisa Nic, mientras extendía una pequeña barra a su paciente. Este la tomó feliz entre sus manos, olvidando por completo su "debilidad", causando una sonrisa en la enfermera, quien guiñó un ojo.- Dicen que el cacao ayuda...-
Nic abandonó la habitación de su paciente, y se dirigió con las muestras de sangre, directo al laboratorio.
Sus pies ya comenzaban a doler de tanto caminar durante todo el día. Ya faltaban sólo dos horas para que su turno termine, y a pesar de que ya eran pasadas las 4:00 pm, no había almorzado nada.
Sabía que Conrad la obligaría a almorzar si se llegaba a enterar que no había comido prácticamente nada, en todo el día. Pero ella no tenia ni rastros de apetito.
Estruendosamente, las puertas de la Sala de Emergencias, se abrieron dando paso a una camilla con un hombre el ella. Varios paramédicos, ingresaron al hospital, sosteniendo sobre el paciente, una máscara de oxígeno.
Nic dejó de lado las muestras de sangre y corrió hacia la camilla, a ayudar a aquel hombre.
-¿Que ocurre?- Preguntó una voz sus espaldas. No necesitaba voltearse para saber quien era.
-Hombre de 47 años de edad. Sufrió golpe en la cabeza. Posible conmoción cerebral. Tiene dificultad para respirar.- Informó el paramédico mientras Conrad asentía con la cabeza. Llevaba puestas las manos en su cintura y miraba atentamente al paciente.
-Bien, Nic ayúdame.- Pidió mientras se colocaba unos guantes de látex azul, y se acercaba al paciente con su linterna en mano.
Abrió los párpados del hombre tendido en la camilla, alumbrando sus pupilas.- Hay que colocarle un catéter. De todas formas, voy a avisar a neurología para que le realicen una tomografía.
Nic asintió mientras se volteaba para buscar entre los gabinetes los instrumentos que necesitaba. Conrad, por otro lado, se acercó para llamar por el teléfono colgado en la pared, tratándose de comunicar con el departamento de neurología.
Nic se volteó rápidamente para hacer una pequeña incisión, pero inconscientemente, el paciente golpeó a la rubia haciendo que el escalpelo cortara gran parte de su antebrazo, incluidas las venas.
Casi sin pasar ni un segundo, el piso de la sala de emergencias comenzó a llenarse de sangre, proveniente del brazo de Nic.
-Conrad...- Susurró ella casi sin fuerza en la voz, pero su novio se encontraba muy distraído tratando de hablar por el teléfono dándole casi completamente la espalda a la rubia.- Conrad... Por favor...
-¡Oh por dios! ¿Nic que te sucedió?!- Gritó Jessica corriendo a ayudar a la rubia que se encontraba cerca a caer desmayada. El grito de la mujer llamó la atención del médico que frenéticamente se dio vuelta para buscar a su novia, olvidando por completo a su paciente y a Neurología.
Conrad corrió y tomó el brazo de Nic poniendo presión sobre la herida que no paraba de sangrar. No podía entender que había ocurrido y por que el brazo de su chica sangraba de esa forma.
-El paciente tuvo un movimiento involuntario y me cortó con el escarpelo...- Susurró ella mirando los marrones ojos pertenecientes al médico.- Estoy bien Conrad, es solo un poco de sangre...-
-¿Estás loca?! Es una hemorragia, Venosa o quizás Arterial... No lo sé, Nic! Simplemente no puedo pensar bien, mi mente se encuentra bloqueada!- Comenzó a desesperarse Conrad.
Durante toda su carrera médica se había destacado por ser un excelente profesional, y un médico que ayudaba a sus pacientes de una manera impresionante, pero simplemente el hecho de ver a Nic con sangre a su alrededor, le causaba pánico.
-Conrad, déjame que ayude a Nic.- Susurró Irving al ver a su amigo pálido como una hoja de papel.
Conrad asintió pero de todas formas no se movió del lado de su novia. Simplemente se limitó a ver cómo su amigo se dedicaba a suturar la herida de Nic, quien hablaba suavemente con el médico.
(...)
El susto ya le había pasado, pero el rubio seguía torturándose internamente por no haber actuado de la manera que se hubiera esperado.
La mente de Conrad viajó a aquel día tan oscuro, en donde Nic había sufrido la pérdida del bebé, y nuevamente, él no había sabido cómo actuar. Todos sus conocimientos médicos se habían borrado, y su mente quedaba completamente en blanco.
- Ya deja de auto-torturarte, Conrad. No es nada grave.- Comentó Irvirng dando las últimas suturas a la herida, cerrándola completamente.
Nic se levantó de la silla rápidamente. Su brazo dolía bastante pero no se podía quejar, ya no sangraba de la forma en la que lo hacía minutos atrás. Se acercó al rubio y colocó su mano en la mejilla de su novio.
Irving terminó de juntar sus cosas para retirase lentamente de la sala. No quería interrumpir el momento de ambos.
-Hey, estoy bien Conrad. - Murmuró ella apoyando su frente con la de él.- Solo fue un susto ¿Ok?. Deberías descansar...
- No después de lo qué pasó hoy. No, si no estás a mi lado, Nicky.- Murmuró besando su mano, aquella que se encontraba en su mejilla, y abrazándola por la cintura. Atrayendo su cuerpo completamente al suyo, Conrad besó su frente.
-Te amo, y lo sabes...- Comentó Nic aspirando el dulce perfume de su médico favorito.
-Lo siento tanto, Nic. De veras que quería ayudarte hoy pero... simplemente fue como si mente se hubiera tildado.... No tienes una idea de lo mucho que me asusté.-
Conrad presionó más el agarre de su novia a su alrededor.
Estaba seguro que era él era un gran médico, pero cuando se trataba de ella; simplemente no era capaz de poder realizar un simple procedimiento y su mente se bloqueaba.
Y es que Conrad Hawkins amaba con locura a Nic Nevin, aquella joven enfermera que lo había enamorado desde la noche en la que la conoció en aquel bar, frente a la mesa de Pool. La persona mas importante de su vida era ella, y todo lo que le pase a Nic, era motivo para afectarlo a él también.
-Te amo, Nic.- Susurró el Dr. Hawkins.
N/A: Hola! No se olviden de dejarme sus sugerencias para futuros capítulos, estoy abierta a peticiones.
Espero que les haya gustado... ♥️
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akastacia · 6 years
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[stanman] Día 6 - ¿Fantasía o Realidad?
Día 06: Día Intersectorial @stanmanweek
Palabras: 1.479
Advertencias: pinshi kyle (?) ok, no xD creo que no, nomás quería insultarlo (¿)
Sinopsis: En un día de lluvia y sin electricidad, hojear unas porno no parece un mal plan.
Leer en [wattpad] [toda la semana en tumblr]
Este oneshot lo hice basándome en esta imagen. No pude encontrar la source, si alguien la sabe, por favor, dígame. Perdón por subirla, no sabía cómo mostrarla ;^;
Tumblr media
Día 6 – ¿Fantasía o Realidad?
 Juntarse a mirar películas, jugar videojuegos y comer toneladas de chatarra era algo normal de sus fines de semana. Y ese no sería la excepción; así era como los cuatro habían terminado en el sótano del judío. No obstante, debido al temporal, la electricidad se había ido.
Al principio, no se preocuparon, pues sólo era una llovizna. Pero al cabo de 20 minutos esperando, Cartman hasta y se había puesto a rezarle a Cthulhu, porque apenas y tenía batería en su celular. Claramente, Kyle no se aguantó a regañarlo. ¡Y con razones! Viviendo en South Park, lo que menos necesitaban era sumar ese tipo de problemas junto a esa lluvia torrencial.
 —¡Además, ni siquiera ha pasado una hora y ya te comiste casi todo!
 —¡¡No hay electricidad, Kyel!! ¡¿Qué más quieres que haga si tampoco me dejas pedir por ayuda a un ser Primigenio?!
 Mientras aquellos dos discutían, Stan observaba qué hacía Kenny. Como no había realmente mucho qué hacer, se habían puesto a curiosear cajas viejas que ni Kyle sabía qué contenían. Así, fue que dieron con una mina de oro de porno en una de éstas.
 —… Oh… había olvidado que existían de estas cosas. —murmuró Stan mientras se puso a hojear una de las tantas revistas. Porque, en serio, con el internet: ¿quién seguía comprándolas? ¿Las seguían imprimiendo siquiera? Rápidamente, tomó un par y fue a sentarse.
 —Oh, son de hace casi 20 años, dude. —comentó Kyle, quien probablemente era la única persona sobre la tierra que ellos conocían que se interesaría en leer la editorial de una porno.
 —Bien. Si no hay nada más que hacer~ Pero si ven a mi mami: pasen la página. ¿Sí? —pidió Eric antes de lamerse un poco los dedos para no ensuciar de grasa de frituras el papel. Luego, tomó tres revistas, un paquete de nachos y fue a sentarse cerca de Stan, en la comodidad de los cojines que habían preparado antes cerca de la televisión—. Oh~ ¡Miren esto! Kenny, Stan.
 En segundos, ambos amigos estuvieron mirando por sobre sus hombros. La página que Cartman les mostraba era la de una mujer sumamente atractiva abierta de piernas y que vestía ropas muy provocativas –de esas que al propio Eric le gustaría ponerse en alguna de sus interpretaciones femeninas–. Obviamente, no llevaba bragas, por lo que no dejaba nada a la imaginación.
 —¿Eh? ¿Qué es? —preguntó el judío, tratando de observar qué tanto miraban. Por supuesto, porno, pero los otros tres se habían quedado mirando tan fijamente y en silencio la fotografía, que…
 —Una vagina, Kahl. —dijo Eric sacando la revista de su vista—. Momento~ No sé si sea bueno para tu salud ver una. Con eso de que nunca has tenido novia~
 Stan y Kenny se miraron pensando al unísono un “aquí vamos otra vez”. ¿En serio no se cansaban? Ah…… al menos esa discusión no duró nada, o mejor dicho se cortó a su inicio, porque la madre de Kyle lo llamó desde la planta baja porque necesitaba ayuda.
 —¡Y trae más comida, judío! —gritó Cartman, a lo que recibió un “¡Vete al carajo, gordo de mierda!” en respuesta—. Ajaja~ bien, ahora que ese idiota se fue, podemos seguir en lo que… ¡Kiiinnyyyyy! —exclamó algo disgustado al ver que el rubio ya tenía una semi erección –que estaba prácticamente rosando uno de sus lados– y no dejaba de ver la revista que él seguía teniendo en sus manos—. ……si tanto te gustó, toma y ve al baño. —aunque antes de entregársela la hojeó rápidamente por completo para asegurarse que no estuviera su madre.
 Luego de eso, tomó otra revista, abrío la última bolsa de papas fritas y volvió a acomodarse. Aunque esa vez, le pareció buena idea reclinarse un poco contra Stan para usarlo de respaldo. Éste sólo le echó una mirada pero no le dijo nada. No estaba con deseos de ponerse a discutir. Además, su atención se había puesto sobre la revista de Cartman; o más bien, a lo que éste pasaba por alto y a lo que sí le daba importancia.
Pensar en qué tipo de mujeres le gustaban a ese gordo sería complicado si no tuvieran a Heidi de referente. Sin embargo, las chicas a las que más atención estaba prestando eran a las pelirrojas y a las de cabello negro. A las rubias y castañas siquiera las tenía en cuenta.
 —Ohhh, esa es muy... —murmuró Stan antes de darse cuenta que Eric lo estaba mirando. Era una mujer de piel muy blanca, la cual resaltaba más por el largo cabello azabache que caía por su espalda.
 —¿Verdad?~ Y mira esos tobillos, son pequeños y delicados. Y la curva que hace aquí con su cadera...
 Stan en algún momento pasó su atención de la página a su amigo. Éste realmente parecía estar disfrutando cada detalle de esa fotografía pero, a la vez, su semblante era relajado y seguía comiendo frituras como si nada. ¿No estaba excitado siquiera un poco?
Antes de hacer caso a ese estúpido impulso de espiar hacia la entrepierna contraria, volvió su vista a las mujeres frente a él. Las de su tipo eran principalmente las de cabello negro, pero las castañas tenían algo que llamaba mucho su atención, más cuando tenían el cabello algo ondulado. De alguna forma...
 —Ey~ Mira esta. —le habló el otro antes de mostrarle una mujer de grandes senos y cabello castaño rizado y recogido. ¡Era justamente el tipo ideal de Stan! ¿Cómo era que ese gordo…?—. Ah~ Lo sabía. Sabía que sería justo tu tipo~ ¿Eh? ¿También la quieres? —dijo sonriente tirando su cabeza hacia atrás, antes de tender la revista en dirección a su amigo—. Aunque probablemente Kenny aún no haya terminado.
 El ojiceleste pasó su vista de la revista a Cartman. Éste lo seguía usando de respaldo. Y ahora que estaba prácticamente reclinado sobre él al completo… su rostro realmente no estaban muy lejos del suyo.
 —¿Eh? ¿Qué dices, Stan? ¿O no quieres?
 —……………
 Marsh tragó en seco porque, pese a que sabía que se estaba refiriendo a otra cosa, ahora en su mente se estaba preguntando qué pasaría si simplemente acortaba la distancia entre sus rostros y lo besaba. Las facciones del pelicastaño no eran exactamente feas. Si no era popular era sólo porque estaba gordo. Oh, pero principalmente porque era una mierda de ser humano. Así que... tener deseos de besarlo ¿podía ser considerado una especie de retorcido fetiche?
 Pues apenas pudo razonar sobre eso cuando ya estaba sucumbiendo a ese deseo.
Fue totalmente impulsivo, simplemente estiró su cuello y lo besó. El rose fue muy leve y duró unos segundos. Pero tal parecía, eso había sido suficiente para conseguir que Cartman se quedara sin habla y completamente estático, sin dejar de mirarlo. ¡Oh, mierda…! Su rostro confundido y levemente sonrojado lo hacía ver ¿tierno…? Ah... probablemente algo de eso, porque antes de dejarlo poder decir o hacer algo, pasó una de sus manos por bajo barbilla de éste –para acercar más su rostro– y lo volvió a besar. Si bien, esa vez la presión en sus labios fue mayor, consiguiendo que Eric abriera los suyos y comenzaran una deliciosa danza en la boca contraria.
 Aquello duró tal vez 2 o 3 minutos, antes de que buscaran separarse un poco. Antes de volver con más hambre a seguir besándose. El deseo comenzó a notarse en forma de dos respiraciones acaloradas, que chocaban entre sí cada que se distanciaban unos momentos por una bocanada de aire.
¿Qué si estaban calientes por culpa de las revistas? Probablemente sí. ¿Simplemente por eso? Probablemente no. Pero probablemente ya daba lo mismo. Stan llegó a esa conclusión cuando su otra mano terminó bajando al pecho de Eric y empezó a sobarle las ‘tetas’. Ante ese tacto, éste dejó escapar un leve gemido de sorpresa, pero no lo apartó. Sólo cortó el beso y entonces le dijo...
 —¡CARAJO, CARTMAN! ¡NO MANDES A OTROS A MASTURBARSE A MI BAÑO!
 No. Momento. Ese era Kyle. Esa voz, junto a esas pisadas furiosas, era inequívoca.
 —¿Crees que Kenny ya esté muerto? —cuestionó Eric mirándolo curioso. Éste seguía recostado contra él y con la revista extendida en su mano, esperando que la tomara—. Aunque creo que mejor deberías ir a otra parte, Stan~
 —………¿qué? —el pelinegro parpadeó confundido antes de apartarse un poco. ¿Eso había pasado o sólo había sido su imaginación? Probablemente, la última parte no, pero estaba seguro que al menos lo había besado, ¿o no?………… ¡Carajo! ¡Cartman estaba actuando tan tranquilo y natural como siempre! Pero siendo Cartman, eso podía ser una trampa.
 Aun así, fue un hecho que al cabo de segundos, Eric y Kyle empezaron a discutir. O más bien, retomaron la discusión que habían dejado pendiente…
Stan por lo pronto, decidió marcharse a su casa. Fantasía o realidad: tenía un problema serio entre manos qué tratar.
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diasnubl77 · 6 years
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Azul
Conocía su rutina de memoria. A qué hora se levantaba, a la que salía de su casa. Todo. Se masajeó las sienes, revisó su cabello en el espejo y se acomodó el saco antes de salir de su automóvil. Faltaban unos minutos para que las clases terminaran. Pronto sintió las miradas extrañadas. Era un pueblo pequeño, se conocían entre todos. Incluso si no tuviera las medallas que lo identificaban como Craig Tucker, el orgullo que ( después de aquél bochornoso episodio con cierto presidente) había colocado a South Park en el mapa, sería observado. Era muy atractivo y lo sabía. Sonrió de lado ante las descaradas miradas de algunas jovencitas. Volvió a revisar la hora en su elegante reloj de mano. Unos minutos.
-Puedo jurar que mi madre puso algo en mi leche esta mañana, la vi demasiado sonriente- Iba murmurando Henrietta. Tweek sostenía la mano de Pete y la de ella, sonriendo. La chica se detuvo de pronto-¿ Quién será ese?- todos voltearon, topándose con la escena del hombre recargado en su automóvil, siendo inspeccionado por los pequeños grupos de adolescentes.
-¿Craig?- los ojos de Tweek se iluminaron de una forma que nunca habían visto, se soltó del agarre y corrió, abriéndose paso entre la gente hasta quedar frente a él y comprobarlo. Con su traje impecable y arreglado como modelo de revista.
-Hola, cielo- la sonrisa se le ensanchó, más sincera. Tweek se lanzó a sus brazos, riendo, abrazando su cuello.
-¿Qué haces aquí?-
-Tenía vacaciones acumuladas y me pareció un buen momento para pedirlas- besó sus cabellos, sujetándolo de la cintura-bebé, creo que será mejor que nos vayamos a otro lado. La gente nos mira- clavó sus ojos  en el grupo de chicos góticos que miraban la escena sin reaccionar. En especial aquél del mechón rojo con expresión de desconsuelo.
-Sí- puso los pies en el suelo, abrazándolo otra vez. Deprisa pero no lo suficiente para pasar por alto, Craig se inclinó para besarlo, acariciando su mejilla antes de abrirle la puerta a Tweek. Antes de subirse, les dio una última mirada victoriosa.
-Pensé que estabas enojado conmigo y que ni siquiera vendrías en mi cumpleaños-
-Estoy encabronado, Tweek, claro que lo estoy- su tono era demasiado plano para afianzar sus palabras- supongo que en algún momento debíamos pasar algo así- suspiró. Tweek notó que no le estaba llevando a su casa sino a la de Craig. No quiso preguntar.
Tras el cerrojo, Tweek no esperaba sentir los labios de Craig buscando su cuello, su boca, sus manos arrojando la mochila y su chamarra. Lo cargó por los muslos y torpemente se dejó guiar no escaleras arriba sino hacia la cocina. Más próxima para su urgencia. Craig lo sujetaba y él se aferraba , sintiéndose más pequeño y frágil contra aquél cuerpo trabajado y alto . Apenas sintió la dura mesa contra su espalda al ser arrojado, paliado por las manos de Craig destrozando su camisa, dejando una firma amoratada  por donde pasaban sus dientes, mandando al diablo cualquier otra cosa en el universo. Su pantalón tampoco tuvo suerte, la tela rasgándose de su ropa interior y la lúbrica caída de la saliva desde los labios de Craig a su pene para comenzar a masturbarlo sin que doliera, volviendo a besarlo. Estaba completamente sensibilizado. Trató de soltar el cinturón del otro pero Craig sujetó con fuerza su brazo, mordiéndole hasta que saboreó un hilito de sangre. Reemplazó su lengua por sus dedos para que Tweek los ensalivara, bajando los retazos que quedaban de su ropa, haciéndole abrir más las piernas. Se tomó su tiempo para deslizar un dedo, milímetro a milímetro, viendo la expresión necesitada de Tweek y su propia respiración alterarse al sentir el calor calarle hasta la falange. Otro dedo más pero sin moverlos, sólo ahí, estáticos.
-Craig, por favor, te necesito adentro- lloriqueó, empujando sus caderas contra su mano. Lo sujetó del cuello, sin presionar demasiado, lo suficiente para sentir su saliva al pasar.
-¿Me estás queriendo ordenar, bebé?- sacó los dedos, acariciando sus muslos, pellizcando después. Tweek negó con el poco aliento que reunió, disculpándose- tendrás qué conformarte con esto. No traje condones y por más que me encantaría metértelo así- liberó su cuello y se alejó del rubio, acomodando las mangas de su camisa- nada me asegura que no has estado revolcándote con ese amiguito tuyo o con sabrá Dios quién más y no me vayas a contagiar alguna mierda-
-Te juro que sólo se la chupé una vez, ya te lo dije- se quedó recostado- lo siento tanto, Craig. Te juro que sólo fue eso, no lo volveré a hacer-
- ¿Estás siendo completamente honesto o sólo me lo estás jurando porque estás desesperado porque te lo haga?No tienes ni idea de las cosas que he estado arriesgando por ti, Tweek, mi imagen, mi propia libertad. No he ni siquiera mirado a otra persona. Es jodido tener sexo una vez al año pero lo soporto por ti. He estado soportando para cumplir mi promesa de darte una puta vida de película ¿ y con qué me encuentro? Con que esta pequeña zorra no puede mantener sus piernas cerradas- sujetó su barbilla, deleitándose con la cara humillada y sonrojada del rubio.
-Estás siendo muy cruel-
-Oh,no, cariño- pasó un dedo por los labios enrojecidos- al contrario, te he mimado demasiado. Te he tratado mejor de lo que te mereces. Quizá ese imbécil te gusta más que yo y lo mejor será que te deje ser feliz con él¿no?- Tweek se sentó en la mesa, abrazando al pelinegro.
-Te juro que sólo fue una vez. Por favor, perdóname, lo siento tanto. Si me lo pides no vuelvo a verlo, por favor- Craig acarició los cabellos rubios, sonriendo con suficiencia. Había recuperado el control. Alejó al adolescente un poco para acariciar su rostro, besando su nariz y su frente. Sus labios después, recostándolo de nuevo contra la mesa, bajando el cierre de su pantalón, de nuevo sus labios por el pecho de Tweek, escupiendo en su mano, lubricándose.
-Eres un niño muy bueno, Tweek. Siempre lo has sido. Tan obediente- puso una pierna del otro sobre sus hombros, sujetando su cintura. Se mordió el antebrazo  para reprimir el gemido cuando sintió sus dedos directo a su punto más sensible.Craig se lo apartó, empezando un compás pausado- no,dulzura, déjame escucharte- más profundo y deprisa esta vez- quiero escucharte decir que soy el único, que me perteneces-
-Ah, mierda... -clavó sus uñas en los brazos del pelinegro-soy totalmente de tu propiedad, te pertenezco por completo-
-No lo olvides nunca, Tweek. No me hagas saber de lo que soy capaz si alguien vuelve a acercarse a ti- besó su muslo, clavando su mirada mientras lo sentía abrirse paso dentro de él. Todo se volvió azul como sus ojos. Azul el solvente que lo disolvía para que Craig lo amoldara a su antojo, Azul la flama que le quemaba ahí, justo ahí donde Craig se empeñaba en rozar en cada embestida. Azul la vena inflamada sobresaliendo de su cuello.Azul la niebla que matizaba la violencia de sus palabras. Se dobló, apoyando los codos en la mesa y Tweek rodeó su cintura con sus piernas - te sientes como el maldito paraíso-  buscó sus labios, sintiendo las gotas de sudor ajenas. No pudo reprimir los gemidos al sentirlo masturbarle. Estaba tan cerca, Craig lo sintió contraerse, apretando más, adelantando su propio orgasmo. Casi al mismo tiempo. Respiró con pesadez sintiendo las piernas flaquearle al salir de Tweek. Pegó su frente a su vientre, sintiendo las manos del rubio acariciar su cabello-¿ lo disfrutaste, ángel?-
-Maldita sea, sí. Es… se siente increíble así-
-Me da gusto, cielo- inspiró , masajéandose los hombros, se irguió por completo, extendiéndole los brazos a Tweek- ahora vamos a darte un baño, si dejamos que el semen se seque va a ser un suplicio-
-Puedo hacerlo solo- resopló, sin embargo se dejó cargar recargando perezosamente su cabeza en el hombro de un risueño Craig.
Primero creyó que eran los pájaros anunciando la tarde. Al avanzar por el pasillo distinguió claramente que eran risas y se alarmó al descubrir su origen en el baño.
-¿Laura?-  Escuchó unos cuchicheos y al confirmar que eran voces masculinas, entró sin esperar respuesta.
-Hola, señor Tucker- no lo reconoció de inmediato, tenía más de dos años desde la última vez que le había visto y el paso de la niñez lo habían convertido en alguien distinto a sus recuerdos. Sin embargo ese revuelto cabello rubio y aquellos ojos multicolores eran inconfundibles, era el hijo de los Tweak. Dirigió su atención a la otra persona arrodillada frente a la bañera con las mangas de su elegante camisa hasta los codos,ocupado en distribuir shampoo por el cabello rubio  con una devoción religiosa.Porque de todos los escenarios ¿En verdad el más posible era ese? Craig, su hijo, quien no les había avisado de su llegada, quien tenía cerca de tres años sin aparecerse por ahí, con quien apenas hablaba, ahora estaba ahí, arrodillado con toda la soltura del mundo, bañando a un adolescente.
-¿Craig?-pronunció casi con miedo y el adulto le hizo un gesto con la cabeza como saludo, tomando la esponja y pasándola por los hombros de Tweek- no sabía que estabas en South Park-
-Llegué ayer en la noche- dijo, desprovisto de interés en darle más explicaciones.
-¿En serio? ¿Por qué no nos avisaste antes? -trató de sonreír, de no apretar de más la puerta o sonar grosero al sentirse ignorado.
-No tengo celular- seguía paseando la esponja por la espalda del rubio-inclínate un poco más, cariño-
-Creo que has pasado tanto tiempo fuera que no haz notado que Tweek ya no es un niño y es un poco incómodo lo que estás haciendo- carraspeó nervioso-por no decir inapropiado-
-¿Te incomoda lo que estoy haciendo, ángel?- dijo suavemente mientras acariciaba su mejilla y éste echaba la cabeza hacia atrás para mirarlo y negar con vehemencia-¿te parece inapropiado?- volvió a negar y entonces Craig sí lo miró, con una sonrisa ladeada y altanera-¿puedes cerrar la puerta cuando salgas, papá? El aire está muy frío y no quisiera que mi pequeño se resfríe. En cuanto acabe bajamos a hablar contigo-
Agachó la cabeza y obedeció, tratando de dominar los escalofríos en su columna ante la escena que había presenciado. Algo ahí no era normal. Ni un poco. Y él no podía pasarlo por alto. Se dirigió a la cocina y encendió la cafetera. Abrió el refrigerador , buscando algo fácil de preparar. Thomas se consideraba a sí mismo un buen padre. Había dejado la vida por proveerle a su familia todo lo que necesitaran. Muchas veces hubiera preferido seguir bebiendo que ir a pasar el único día de descanso a la semana en algún estúpido juego de baseball o una insulsa presentación de ballet. Pero amaba a sus hijos y era algo que nadie podía poner en duda. Los amaba y se enorgullecía de sus logros. Craig lo había vuelto loco al mencionarlo en su discurso al titularse, venciendo sus viejas enseñanzas se permitió un par de lágrimas al abrazarlo. Era su hijo, su orgullo. Pero también era su responsabilidad. También era su culpa. Esperaba que con los años, aquél aparente enamoramiento que había descubierto tenía su hijo por aquél chiquillo pasara. En la universidad conocerá otras personas. En el trabajo. Año tras año, la desilusión al saberlo todavía soltero. La desilusión y la expectativa.
Thomas había visto a Craig besando a Tweek una vez cuando tenía ocho años. No dijo nada. No quiso pensar nunca más en el tema. No podía lidiar con eso. No pensó que sería capaz de algo más, al final de cuentas, Craig era entonces un adolescente normal. Había tenido su etapa de rebeldía, claro y por eso, como el buen padre que era, ocasionalmente revisaba su habitación a escondidas para comprobar que no estuviera en drogas o en armas. No quiso escandalizarse al encontrar somníferos junto a los condones. Esos chicos actuales y sus raras manías. No pegó el grito en el cielo al encontrar una ropa interior demasiado infantil manchada de sangre en su caja secreta de trofeos. Ahora sentía el corazón aguijoneado por la culpa. Escuchó los pasos y las risas al bajar las escaleras. Esa ropa tan holgada no podía ser de Tweek.
-Hola, chicos¿ Les ofrezco café o pizza fría?- sonrió.
-Gracias, papá, pero en realidad pensábamos comer fuera. Necesitamos ponernos al día- la expresión relajada de su hijo no hizo sino estremecerlo.
-Oh, vamos. Hace tres años que no te veo¿ No le puedes regalar unos minutos a tu viejo?-
-Está bien, cariño- Tweek acarició el antebrazo de Craig- mañana podemos vernos¿no?- el pelinegro le revolvió el cabello- hasta luego, señor Tucker-
-Espera, te llevo a tu casa- se adelantó el adulto- tú debes venir exhausto, hijo, descansa un poco. Aprovecharé la salida para traer algo más decente de cenar- Tweek miró a Craig con duda, él asintió, deletreando un “ está bien” que lo relajó-¿ Está bien si vamos caminando? Me duele el trasero de estar todo el día sentado en la oficina- Tweek rió. No acostumbraba escuchar adultos hablar así. Caminaron en silencio un par de calles-¿Cómo has estado, Tweek? Hace un par de días me encontré a tu padre en el bar, me dijo que estás por cumplir años ¿Cierto?¿ Cuántos cumples?-
-Dieciséis, señor-
-Deja las formalidades, hijo. Llámame Thomas- le sonrió, pero Tweek esquivaba su mirada. Se empezaba a sentir incómodo- hay una heladería a un par de calles de aquí¿Te gustaría ir por un helado? Yo invito-
-Creo que a Craig no le gustaría si se retrasa, señ... Thomas-
-Sólo serán unos minutos, te lo prometo- el adolescente no pudo más que asentir y dejarse llevar. La heladería era pequeña. Un par de bancas y poca gente quizá por la hora y el día. El adulto pidió y Tweek alegó haber comido demasiado en la tarde. No insistió. Se sentaron, de nuevo silencio en que Tweek intentaba descifrar las intenciones del adulto o las miradas prolongadas que le daba sin dejar de comer su helado-¿ tienes novia, Tweek? Eres un chico muy lindo. Seguro debes traer locas a las chicas de tu escuela-
-No realmente- disimuló la risa- no soy bueno socializando-
-No te creo, cuando eras niño eras un torbellino. Recuerdo a tu madre buscándote en las mesas de la cafetería porque te encantaba hablar con los clientes. Ella siempre se disculpaba pero los clientes parecían encontrarte adorable y te volviste como la pequeña atracción del lugar- rió, rememorando- Craig no paraba de hablar de lo lindo que eras. Una cosita tan pequeña y adorable-
-¿Craig hablaba de mí?-
-Como si le pagaran por ello” Tweek hizo esto, a Tweek no le gusta aquello, hoy Tweek” no había manera de hacerlo parar- comenzó a morder la cucharilla de plástico, nervioso- te quería mucho, Tweek. Creo que te quería demasiado- lo miró fijamente, dándole escalofríos.
-No sé a qué se refiere- el adulto dejó la cucharilla , pasando su mirada de un punto a otro, entrelazando sus manos y moviéndolas sin encontrar las palabras.
- Quiero ponerte en claro que no hablaré de esto si tú no lo quieres.No quiero que sientas que estás haciendo algo malo o traicionando a nadie ¿ está bien? Pero espero que comprendas que esto involucra a mi hijo y yo necesito respuestas- suspiró-Tweek¿ alguna vez Craig te ha… te ha lastimado?-
-En verdad no sé de qué habla-
-Eres un niño muy listo, sé que lo comprendes. No… no es tu culpa lo que haya pasado. Por favor dime ¿ alguna vez te ha hecho algo que no te gustara? No lo pregunto para juzgarte. Necesito saberlo para que no vuelva a ocurrir-
-Disculpe- se incorporó, más pálido y tembloroso de lo normal- debo irme-
Había reacciones más elocuentes que las palabras.
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sweetandcrime · 3 years
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"Sunshine", XXXVII.
Seokjin y Jiwoon brillaban como una mañana soleada de verano. Kazuki los veía sonreírse, incluso cuando estaban cada uno con otra persona; eran como niños pequeños, cómplices. No hacía falta ni la cercanía, ni las palabras, porque ellos se lo decían todo con miradas. Esa era la magia del amor, pensó.
—Kazuki —Lilian le ofreció un vasito, lleno hasta la mitad, de un licor típico de la región. Ella ya había bebido, «para calentar el cuerpo», había dicho, y argumentando que no podía no brindar en nombre de su hijo, su nuera, y por la felicidad de ambos. Kazuki no se negó y pronto estuvo ardiéndole la garganta por la bebida, aunque reconoció que era muy rica, por lo que aceptó un segundo vaso.
Después de eso llegaron los agradecimientos, especialmente porque él se había encargado de mandar a traer un costoso equipo de sonido de la ciudad. Los invitados habían quedado maravillados y el baile no se hizo esperar. Era una mañana fría, pero hermosa.
—Todavía estoy trabajando en un sistema de conducción y distribuición de agua de riego, ideal para los cultivos en línea. Lo pondré a prueba con mi propio terreno, pronto... Cuando tenga una base sólida en la cual sostener mi proyecto, entonces pienso presentarlo como propuesta en la Feria del Conocimiento Agrícola, para la universidad, el año próximo —Kazuki tenía las mejillas ligeramente sonrojadas, quizá por el frío, el licor, o la timidez con la que respondía las preguntas de la madre de Park Jiwoon, después de que Lilian le contara con la emoción de una madre orgullosa, el trabajo que estaba llevando a cabo el muchacho.
Lilian Jie hablaba de él con entusiasmo, y hubo un momento en que Matsumoto se sintió alcanzado por la tristeza. Pidió disculpas y se levantó de la mesa.
Lidiar con el repudio de sus propios padres estaba siendo más duro de lo que podía expresar. Intentaba mucho no dejarse arrastrar por las emociones negativas y usar esta rabia, la decepción y la tristeza, como un motor. Hasta entonces, le había servido ignorarlas, pero sabía que no podía vivir siempre huyendo de sus sentimientos.
Su vista viajó hasta Lee, que solitario en una mesa, bebía un poco de licor. No recordaba haberlo visto beber alcohol antes. Su memoria lo llevó al momento en que él lo besó por primera vez... Sus labios cálidos, acariciando los suyos, húmedos por las lágrimas. Lo recordaba perfectamente. Había vuelto a la finca esa vez, soportando sus ganas de llorar, pero apenas había comenzado a trabajar en una cerca que quería levantar por sí mismo, se había roto y deshecho ahí mismo.
«Estás muerto para nosotros», no es algo que un hijo quiera escuchar de sus padres. Él había oído cada palabra a través del teléfono y sentido un millón de agujas atravesarle el corazón. Su madre había sido tajante y dura esa vez. No había vuelto a llamarlos.
Kyuho había llegado en medio de su océano de lágrimas y le había dado al momento un giro inesperado, drástico, que le dejó el corazón en la garganta, confundido, deseando que se quedara y le explicara por qué. Todo desde entonces había tomado otro rumbo y mucho tenía que ver el rubio que observaba a los invitados bailar.
La voz de Tomoko Aran sonaba a través de los altavoces, derramando miel con la letra de esa canción melosa. Algunas parejas tomaron sus asientos, otros permanecieron moviéndose a ritmo de la música. Kazuki, por su parte, fue directo a tomarse otro vaso de licor y después se desvió hasta la mesa de Kyuho, donde inmediatamente fue en busca de una de sus manos.
— ¿Qué haces? —el rubio alzó la vista.
—Ven a bailar conmigo —tiró de su mano.
—Ni de broma —contestó inmediatamente, con el ceño fruncido—, ¿perdiste la cabeza? Has estado bebiendo, ¿no?
— ¿Por favor?
—Eso no va a suceder ni porque Buda me lo pidiera de rodillas.
— ¡No seas aburrido! ¡Es la boda de tu mejor amigo!
—Sí. Pues que baile él.
— ¡Lee! —volvió a tirar de su mano, entre risas—. ¡Esa canción es muy linda, ven conmigo! ¡Harás que me la pierda!
— ¿Sabías que eres insoportable?
Un puchero de Kazuki terminó por desarmar la convicción de Kyuho. Desganado, se puso de pie y el menor notó en su rostro la vergüenza. Lee era un chico muy tímido, escondido detrás de esa actitud esquiva. Le resultaba terriblemente adorable.
—Jamás he bailado en mi vida. Me quedaré aquí de pie —advirtió. Kazuki lo arrastró hacia el centro de la pista de madera, que el mismo Seokjin había construido. Se perdieron entre las otras parejas, casi todas conformadas por gente mayor.
—Está bien, no tienes que hacerlo. Me basta con que hayas llegado hasta aquí —confesó. Sonrió y repentinamente, se abrazó a su cintura. El rubio dio un pequeño respingo—. No hagas nada, sólo... mira, muévete hacia los lados. Sígueme.
Kyuho miró a su alrededor. Nadie estaba prestándoles especial atención, estaban divirtiéndose, conviviendo. Aun así, en las mejillas llevaba un rastro de vergüenza color carmín.
—Elegiste la peor pareja de baile —masculló entre los dientes. Dubitativo, intentó seguir el suave balanceo de Kazuki, a quien le oyó soltar una risita—. ¿De qué te ríes, niño?
—Estoy feliz —confesó.
Kyuho no supo si el corazón le saltó por nervios, de temor de estar haciendo el ridículo ahí, rígido como un palo, o porque la voz de Kazuki tenía impregnada una alegría casi tangible. Era como haber recibido sus palabras en la boca y estas tuvieran un sabor fresco y dulce.
Terminó por echarle los brazos encima de los hombros, correspondiendo el abrazo en que Kazuki lo tenía apretado.
Estar enamorado, pensaba Kyuho, no era la gran cosa. Al menos así lo percibía él, mientras estuviera lejos de Kazuki. Porque, cuando estaba cerca, como en ese momento, se sentía diferente. La sensación de calma y armonía lo embargaba, desde la cabeza hasta los pies, como una ola suave.
Sin importar cómo se habían dado las cosas después de la noche que pasaron en Bukpyeong-myeon, sus sentimientos florecían y la tensión que se había formado entre ellos, se había disipado rápido. Estaba tranquilo por eso. No quería pensar en el hecho de que Kazuki no se sentía igual respecto a él, porque lo que más disfrutaba y le llenaba de esa sensación de paz -y acababa de confirmarlo-, era verlo feliz.
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Parque Jurásico
Voy a buscarte al trabajo. Voy a buscarte al trabajo porque es donde te conocí y supongo que ahí estarás. Merodeo la zona. Doy tantas vueltas como para cerciorarme de que estás acá, pero no tantas como para parecer peligrosa. Igual me pregunto cuántas son tantas y si estarías cómode conmigo orbitando la esquina.
El sol se siente bonito, mi tabla se ve despampanante y si bien, tengo puesta la misma ropa que hace ya un miércoles, siendo sábado, entiendo que esa ropa se me ve adorable. Adorable femenina, adorable masculina. Llevo meses ya destejiendo las nociones de qué es verse atractiva teniendo vagina. Mi guardarropa sumó tres camisas el último año, y las visto con orgullo. Me gustan los vestidos, no todos. Me gusta que sean confortables y, que, con los accesorios adecuados se vean rudos, de presencia fuerte. Me gustan las camisas y una apariencia poderosa, lista para correr en caso de erupciones o tornados de tiburones. Tengo puesta esta camisa con rayitas amarillas. Debajo una remera gris. Sobre todo un sweater amarillo yema huevo, por el que tantas gastadas de taxista recibí en mi antiguo trabajo conservador. Hace calorcito. Tengo hambre. El sol promete acompañarme y el horóscopo meteorológico anuncia lluvias toda la semana. Es hoy.
Me siento un par de cuadras lejos. Miro el Whatsapp. Respondo unos mensajes. Escucho mi estómago. Pienso en que hoy estás y que quizás puede ser tu último día. Qué ocurriría si vuelvo la semana entrante y descubro que has renunciado. Quizás para mudarte de ciudad, quizás para dedicarte a hacer tatuajes full time. Hoy estás ahí. Yo estoy a dos cuadras. La de veces que vemos atractivas personas en el tren y las dejamos ir porque la vergüenza, porque las excusas, porque las presentaciones, las introducciones, los preámbulos, los rechazos, las tristezas, los esfuerzos, las desconfianzas, los qué dirán y la siempre siempre siempre gran incógnita…¡¿qué hago con mis manos?!
Cuando me presento en mi cerebro digo cosas con voz de doblaje, digo cosas como “y esto se volvió ya tan extraño que solo se me ocurre completar esta performace imitando a un tiranosaurio rex”, acto seguido escondo mis brazos dentro de las mangas, expulso con esfuerzo la mandíbula hacia adelante y emito un lastimoso y gracioso rugido hacia afuera: “ROAAAHGAH”. Definitivamente no es modo de conquistar a nadie… ¿o tal vez? ¡¿Quién te dice?! Por ahí en tu tiempo libre, tiempo de ocio, tiempo de conciencia de lo óseo, revivís la trilogía de Jurassic Park y la de Jurassic World y te encantan. Y de pronto te parezco maravillosa, yo y mi paupérrima imitación. Tal vez tenés la misma incertidumbre y no sabés qué hacer con las manos ni cómo cerrar conversaciones y sencillamente les das fin con una danza interpretativa que refleja “El amor en los tiempos de cólera” o algún otro libro que aún no leí pero que cito con la convicción de generar impacto. Por ahí tampoco lo leíste, pero creés que se trata de gente que ama más allá de las grandes incomodidades de la era, entonces tu danza es violenta y mágica, y suave como los conejos que tenía quizás tu abuela en el patio, y poderosa como los consejos que le darás a tus hijes.
Pienso en comprarte un sándwich. Vuelvo a tu esquina. La gente se desborda del local hacia la vereda. Me siento donde brilla el naranja y miro en tu dirección. Salís a la calle y hablás con el hombre que está sentado en la esquina. Detrás de mí. Quiero escribir detrás mío, pero el autocorrector lo transforma, y pienso que aunque mi máquina no entiende de lírica ni emociones, ni de lo que fluye entre los dedos, pienso que quién soy para conocer qué siente si nunca fui máquina, entonces decido que quizás, detrás de mí sea una buena opción. Salís a la calle, con un trapito y un chufi chufi aspersor y hablás con el hombre que está sentado en la esquina detrás de mí.
Giro y me sonrío. Ves mi sonrisa y buscás adhesión a tu conversación. Me saco el auri y te digo “no estaba escuchando” y si bien no suena música ni nada, es verdad que no estoy escuchando porque solo imagino diálogos, escenarios, actores, subtítulos en mi cabeza, la escena perfecta para presentarme. Y ahí está: es esta.
Bromeo un poco. Se ríen. Extiendo mi mano, me presento. Dialogamos breve. Nos reconocemos.
Te excusás, girás sobre tu eje y volvés a trabajar. En la puerta está tu novie. Ahora ya es pasado. La posibilidad, la presentación, el t-rex, nuestros mates en la plaza, los polvos en la cama, en las cortinas, la ropa interior mojada, los ratones, los galgos, las mariposas, se van todes. Lejos, lejos a un rincón de la memoria, a una posibilidad lejana. Te agarró la cola. Vi que no tenías mucha y me dio ternura. Me recordó a une amante de espalda eterna y huesos sin carne. Tu novie te besó. Le besaste la cara. Toda. Volviste a trabajar.
Me pedí un sándwich. Charlé con el hombre de la esquina. Me dijo que era desconfiada. Le dije que soy sola. Me contó un par de recetas de amor. Yo le hablé de mi apellido. Me dijo que si quiero mandar mis dibujos a galerías, debo buscar el formato más grande posible. Le dije que no sé qué quiero. Me dijo que estoy cerca de encontrarlo.
Me fui.
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btscenarios-espanol · 7 years
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BTS reacciona a:  Tu cumpleaños (fiesta sorpresa).
JIN:
No habías dado con él en todo el dia ya que, según te había dicho, desde temprano hasta bastante tarde estaría en el estudio con los chicos grabando.
Obviamente, te mosqueaste un poco siendo este un día especial para ti. Te habría gustado pasarlo con él, sin embargo, ni una llamada habías recibido de él; tan sólo un mísero mensaje… con apenas emoticonos, cuando él era alguien que los usaba exageradamente.
Para no pasar el día tan sola quedaste con un par de amigas para comer y luego más tarde ir al cine.
Os tirásiteis demasiado tiempo hablando en el restaurante después de comer, por lo que cuando salísteis a la calle para ir al cine ya había oscurecido un poco.
Como tú no conocías mucho la zona te dejabas guiar por tus amigas; pero, por lo que parecía, ellas tampoco sabían bien por dónde caía el supuesto cine.
Tras vagar un poco por las calles, sin rumbo y con frío, tus amigas decidieron que entrar  a un local (un tanto sospechoso a tu parecer) para preguntar dónde estábais sería la mejor opción.
Nada más posar un pie dentro del local, los gritos de las personas que se encontraban dentro te dejaron desconcertada… Y sorda.
Después del susto te fijaste mejor en quiénes eran esas personas y, efectivamente, eran todos tus amigos, entre ellos todos los miembros de BTS… menos tu Jin.
Tras saludar a todos los presentes, le preguntaste al primero de BTS que encontraste:
“Eh, Yoongi” -dijiste estirando de su brazo para apartarlo del gentío- “¿Y Jin? Se supone que estaríais todos grabando hasta tarde”.
“Él se ha tenido que quedar un poco más… No me mires así, no es mi culpa que tu novio no atine las notas a la primera”
Aunque te molestó bastante el comentario de Yoongi, decidiste no darle mucha importancia, ya que su ausencia estaba justificada por el trabajo.
De repente una de tus amigas te cogió del brazo y empezó a empujarte hacia el centro del lugar mientras gritaba:
“¡LLEGÓ EL MOMENTO DE SOPLAR LAS VELAS¡ ¡TRAED LA TARTA! “
Todos hicieron un círculo alrededor tuyo. Por un lado, viste a Namjoon arrastrando hasta ti un carrito en el que se encontraba una tarta enorme, casi tan grande como tú. Por otro lado, viste a Yoongi y Jimin sacar sus respectivos móviles rápidamente mientras intentaban contener una gran carcajada.
Namjoon colocó la enorme tarta enfrente de ti y todos comenzaron a cantarte el “cumpleaños feliz”. Nada más terminar, Namjoon te dijo:
“Ahora pide tu deseo” y te guiñó el ojo.
No tuviste tiempo ni a pensar nada ya que de la tarta surgió de repente un Jin salvaje gritándote “SORPRESA” , todo vestido de rosa y con una corona en la cabeza. Todo el mundo aplaudía y se reía, sobretodo Yoongi y Jimin quienes grababan todo con sus móviles.
“Tu deseo se ha hecho realidad, ¡Aquí estoy!” seguidamente salió de la tarta (aunque casi se cae).
No sabías cómo reaccionar: estabas muy sorprendida pero a la vez muy avergonzada, así que, como el resto de chicos de Bangtan, optaste por reírte también.
“¿¿Qué es ESTO??”- Decías con dificultad, ya que debido a tus carcajadas no podías ni hablar.
“Yah.”- dijo un poco avergonzado- “¿No te gusta?”
“Me encanta”- dijiste con una sonrisa. Nadie en tu vida había conseguido hacerte reír como Jin lo hacía.
Tras ponerse frente a ti, te puso la corona que él llevaba y te abrazó fuerte, nuevamente acompañados por los aplausos de los presentes.
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YOONGI:
A pesar de ser el día más importante del año, ahí estabas: En tu casa. SOLA.
Tu novio, Yoongi, se había levantado esta mañana temprano y se había largado sin decirte nada, y desde entonces no tenías noticias de él.
Por una parte lo comprendías: está muy atareado con el trabajo y es normal que se le pudiera pasar, pero no podías evitar sentirte muy dolida… era tu cumpleaños al fin y al cabo.
Eran como las siete de la tarde cuando recibiste un mensaje de Yoongi, por una parte te ilusionaste, pero cuando leíste de qué se trataba te enfureció un poco más.
“¿Oye, te importaría venir un momento al estudio? Me gustaría grabarte hablando en español para la intro de la canción que te dije. Y tiene que ser ahora, mianhe.”
Sólo querías tirarle el teléfono a la cabeza. Pero bueno, decidiste ir y ya de paso cantarle las cuarenta.
Te pasaste todo el camino pensando en qué le ibas a decir y, en un abrir y cerrar de ojos, ya te encontrabas delante de la puerta del estudio de Yoongi. Procediste a tocar al famoso timbre, pero te diste cuenta que la puerta estaba abierta y desde el cristal de afuera se podía ver un oscuro estudio. ¿Habría salido un momento?
“¿Yoongi?”- preguntaste mientras abrías la puerta, para checar sí había alguien.
Y allí estaba, sentado en la silla de su estudio en plena oscuridad con una tarta con velas encendidas sobre su regazo.
“Cumpleaños feliz, cumpleaños feliz…”- ‘cantaba’ con su voz ronca y desafinada- “te desea tu Yoongi, cumpleaños feliz”.
“No me lo puedo creer”- dijiste mientras te ponías la mano derecha sobre tu boca con expresión de asombro e intentando contener también una risa nerviosa que se te escapaba.
“¿Creías que me iba a olvidar? Es lo único en lo que he estado pensando todo el día”- te dijo con una sonrisa mientras la luz de las velas iluminaba todo su rostro- “Ahora sopla las velas y pide un deseo”- te acercó un poco la tarta.
Cerraste los ojos y con un soplido apagaste las velas. Yoongi dejó la tarta en un hueco de su mesa y se levanto para sucumbirte en un corto pero profundo beso.
“Feliz cumpleaños, __. Te quiero”- dijo sonriendo radiantemente mientras te acariciaba la mejilla.
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J-HOPE:
No te lo podías creer.
Ni un mensaje de buenos días o ¿Has comido?. Nada. Absolutamente nada. Parecía que Hoseok se había olvidado de ti el día más importante del año: tu cumpleaños.
Debido a esto, cuando recibiste la llamada de sus compañeros de grupo diciendo que se había hecho daño en el tobillo y que lo fueras a recoger no dabas crédito. “¿¿Después de todo lo que me ha hecho hoy (más bien qué no ha hecho) tengo que ir a recoger a esa rata inmunda??”- pensabas para ti misma de camino a BigHit. “Eso ha tenido que ser el karma”
Estabas muy molesta y dolida. Nunca habrías pensado que Hoseok te fuera a hacer esto. Nada más llegar a casa de recogerle pensabas en demostrarle todo el daño que te había hecho.
Aparcaste el todoterreno de gama alta de Hobi en el parking privado de la compañía y te dirigiste hacia dentro.
No conocías muy bien el edificio por lo que no sabías muy bien a donde dirigirte, así que llamaste a Rapmon para decirle que ya te encontrabas allí. Namjoon salió a la entrada a recogerte y te acompañó hasta la sala de prácticas.
“¿Estás seguro que es aquí? Parece que está todo muy oscuro”- dijiste con una sensación rara.
“Mmm… creo que sí, o bueno, hasta hace un momento estaban aquí. Vamos a pasar y lo comprobamos.”
Namjoon te hizo el gesto con la mano para que tu pasaras delante de él y abrieras la puerta. Nada más abrir  te encontraste una sala oscura, a la que sólo parecía dar luz unas velas.
“¿Qué ritual satánico es este?”- le dijiste de broma a Namjoon pero deseando largarte de allí.
Nada más decir eso se empezó a oír en la sala la canción de Cumpleaños Feliz.
Te fijaste mejor y viste como Hoseok, sin aparente lesión en el tobillo y con una radiante sonrisa en la cara, se acercaba a ti sujetando una tarta.
Cuando acabó la canción, Hoseok te miró emocionado y te dijo:
“¡Pide un deseo, cielo!”
Tú cerraste los ojos y, sin poder evitar sonreír, pediste un deseo y soplaste las velas.
A continuación, los chicos que estaban escondidos salieron y encendieron las luces para así poder felicitarte correctamente.
Al último que saludaste fue a Hoseok, ya sabes, lo mejor para el final. Te lanzaste a sus brazos con una sonrisa y él te elevó sosteniéndote por la cintura y te besó.
“Perdón si te he asustado por lo de la falsa ‘lesión’, lo he hecho para que vinieras aquí”- te dijo con cara de pesadez.
“Créeme, viniendo para acá lo último que estaba pensando era eso”- le dijiste con un tono un poco cómico.
“Seguro que me has insultado más de una vez  de camino aquí”
“Puede…”- reíste- “Te quiero mucho, paboyah”
“Yo te quiero mucho más, cielo”.
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NAMJOON:
(ADVERTENCIA: Este mini escenario lo escribimos mientras delirábamos, por lo que está cargado de humor, ironía y cosas sin sentido)
Empezaste el día mal. Primero que todo no te sonó la alarma a la hora programada debido a que tu móvil se apagó durante las horas de la noche. En segundo lugar, perdiste el tren por haberte dormido, lo que llevó a que llegaras tarde al trabajo. Y por último, con tanta prisa, se te olvidó traer una cosa que te había pedido el jefe, por lo que te ganaste doble bronca. Para colmo, era el día de tu cumpleaños y sólo habías recibido un mensaje de tu madre y tu casera, pero esta última para decirte que ya era hora para pagar el alquiler. Menudo día de mierda…  
Por la tarde, en casa ya, esperaste a que tu novio te dijese algo, pero como no lo hizo, decidiste llamarle tú.
“¿Baby?” -dijo con voz ronca detrás del teléfono. Seguro había estado durmiendo…
“¿¿Baby?? ¿Acaso no sabes qué día es hoy?- dijiste molesta
“Emmm…” -tras una pausa, dijo: “¿feliz aniversario? Cuánto llevamos ya juntos ¿3 años? Cómo pasa el tiempo… y aún así, aquí seguimos…” -dio un bostezo.
“¿De que vas? ¿Me estás tomando el pelo?”
“¿De verdad no es nuestro aniversario..? Entonces… ¿es que tenía que acompañarte a algún lado o algo?
No esperaste más y colgaste inmediatamente. “Imbécil”- susurraste. “Tener novio pa´ esto, ‘cago en la leche, Merche”- empezaste a maldecir en español.
De repente tu teléfono empezó a sonar de nuevo. Era el asqueroso.
“¿Se puede saber qué quieres?” -respondiste secamente
“__”- dijo con un tono de voz bajo- “Estoy enfermo, te iba llamar por si me podías traer un poco de… sopa”.
“Te vas: A LA MIERDAAAAAAA” -gritaste con toda la fuerza de tus pulmones, al estilo Laura Escanes.
Te quedaste pensando unos segundos. “Está bien, voy a ir, pero sin sopa, ya verás…”
Te arreglaste rápido y saliste enfurecida hacia el apartamento de Namjoon, que estaba a 10 minutos del tuyo. (Imagínate una canción de hard-rock de fondo, mientras caminas casi corriendo).
*PLOT TWIST*
Llegaste y tocaste el timbre del edificio tan fuerte que casi se queda enganchado el botón. Pero de repente la puerta se abrió y encontraste frente a ti a Taehyung, quien, sin decir nada, te colocó una venda en los ojos, al estilo BS&T, y te susurró un “SHHHH” en el oído, por lo que te estremeciste y dijiste:
“Taehyung, Daddy, tómame”
Y os fuisteis corriendo de allí, dejando a Namjoon solo en su cama, esperando su sopa, que nunca llegaría.
Llegaste y tocaste el timbre del edificio tan fuerte que casi se queda enganchado el botón. Pero de repente la puerta se abrió y encontraste frente a ti a Taehyung, quien, sin decirte nada, simplemente te cogió del brazo y te llevó hasta arriba.
Tu enfado se vio sustituido ante la confusión que ahora te abrumaba. Una vez llegados a la puerta de la casa de Namjoon, te tendió un sobre… de sopa, de gallina blanca (pero marca coreana) para que le hicieses la sopa a Namjoon.
“Toma, ya no hace falta que vayas tú a comprarla. De nada.” dijo sonriendo inocentemente para, seguidamente, abrir la puerta y empujarte dentro.
Estaba todo el departamento oscuro y no encontrabas el interruptor de la luz, por lo que te pegaste una buena hostia. Pero no fuiste la única: oíste que alguien a pocos metros tuyos también se caía y un sonido de algo pringoso.
Tras levantarte, conseguiste encontrar finalmente el interruptor y, para cuando luz se encendió, el escenario era el siguiente:
Todo decorado con globos que volaban por encima de tu cabeza, y una pancarta que decía: Feliz cumpleaños, ____.
Luego miraste al suelo, donde encontraste a Namjoon mirándote con una sonrisa de perrete triste, sobre una tarta ahora destrozada.
“Felicidades….” dijo con una vocecilla.
Tras recoger todo el estropicio de la tarta y una buena dosis de mimos, os dispusísteis a hacer el triste sobre de sopa que te había dado Taehyung; y entre chistes y bromas, tu día de mierda pasó a seguir siendo un día mierda, pero bien acompañada.
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JIMIN:
El día de tu cumpleaños sería para ti un día bastante normal: en Corea no había nadie de tu familia, y los pocos amigos que tenías estarían ocupados al ser un día laborable; Jimin tampoco podría estar contigo, debido al Wings Tour.
Tú ya estabas mentalizada de que tu día no sería nada especial y te encargaste de mantenerte ocupada para que se pasase rápido: primero te enfocarías en tus tareas del trabajo, que te ocuparía gran parte del día; y más tarde, cuando llegases a casa, te pondrías cómoda y te prepararías para una larga llamada por skype con tu madre y tu hermana, que ya tocaba.
A pesar de que ya sabías que Jimin estaría súper ocupado, te puso triste el hecho de que no te había llamado ni mandado un mensaje. “¿Ni un segundo libre tiene para mandarme al menos un ‘feliz cumpleaños’?” pensabas.
Tu día iba tal cual lo planeado: toda la mañana haciendo cosas y por la tarde charlando un rato con tus dos mujeres favoritas.
Ya te estabas despidiendo de ellas cuando tocaron a tu puerta. Tú, claramente extrañada, fuiste a ver quién era.
“Vengo a dejarle un envío.” - Dijo alguien tras la puerta cuando preguntaste quien era.
Abriste, un tanto emocionada al pensar que alomejor Jimin se había acordado y había tenido el detalle de enviarte algo. Efectivamente, el muchacho, que presentaba un chaleco rojo y un casco de moto (como todos los delivery-man en Corea), sostenía en sus manos un ramo de flores amarillas, tu color favorito.
“¡Ohhhh!” - exclamaste emocionada mientras cogías el ramo.
En ese momento tuviste sentimientos encontrados: por un lado, te sentías feliz ante el inesperado detalle y, por otro, algo en el corazón te dio un vuelvo: echabas de menos a Jimin.
Sin poder controlarlo, una lágrima rodó por tu mejilla, por lo que rápidamente le diste gracias al mensajero con la intención de cerrar la puerta. Sin embargo, el mensajero interpuso su pie impidiendo de esa manera dicha acción.
“Perdone…” -comenzó el joven- “tiene que pagarme el envío”.
Te quedaste quieta un segundo y volviste a abrir la puerta.
“Pero ¿no viene pagado ya?”
“Me temo que no…”
Sin tardar mucho, dejaste el ramo de flores en el mueble de la entrada y cogiste tu cartera, contando el dinero que tenías a mano. Tras preguntarle cuánto le debías te quedaste en shock. Le volviste a preguntar por si acaso, ya que además no se le entendía muy bien por llevar puesto el casco.
“¿Es que acaso son de oro o qué?” preguntaste al aire mientras te dabas cuenta que no tenías suficiente.
Miraste a tu cartera y al joven sucesivamente un par de veces, pensando qué podías hacer y también cómo era posible que Jimin se hubiera olvidado de pagar… Seguro le habría mandado el encargo a su manager.
“¿Qué le ocurre? - dijo él de repente- ¿no tienes suficiente dinero para pagar?
Tras asentir tímidamente, él no tardó en decir:
“Por ser tú… te dejo que me pagues de otra manera.”
Tu cara se transformó en un poema y te imaginaste lo peor ante esas palabras, pero justo cuando le ibas a cerrar la puerta en las narices el chico se quitó el casco, dejando a la luz un rostro que habías observado más veces que Jin el cuadro en el m/v de BS&T.
“¡¡Sorpresa!!” - gritó Jimin estirando los brazos a los lados y sonriendo radiantemente.
Sin esperar a que reaccionaras, te apretujó en un abrazo y te elevó mientras daba vueltas contigo encima.
“¿¡Qué haces aquí!?” -preguntaste después de que te dejara en el suelo.
“Qué,  ¿no te ha gustado la sorpresa?”
“Eso ni se pregunta” -dijiste dándole un golpecito en la cabeza- “Me refiero a cómo lo has hecho ¿y el tour?
“Me han dejado hacer este viaje express. Mañana por la mañana tengo que irme temprano, pero… al menos nos queda parte de la tarde y toda la noche para estar juntos.” dijo mientras te rodeaba la cintura con los brazos y para luego darte un corto beso en los labios.
“Muchas gracias” -dijiste conmovida, dándole un tierno beso en la mejilla.
Estos gestos eran los que realmente importaban, más que cualquier regalo caro. La presencia de Jimin ya era suficiente para ti, y él parecía saberlo.
“Espero que te haya gustado mi regalo” -dijo guiñándote un ojo.
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TAEHYUNG:
Uno era el número de mensajes que habías recibido hoy por parte de Taehyung. Uno. Y no era ni siquiera para felicitarte, en él te pregunataba: ¿Reservo entradas para la exposición de Renoir de la semana que viene?.
Tú y Taehyung érais muy fans del arte, y valorabas mucho que tuviera este interés de tener cuantas más citas posibles contigo, pero, a pesar de no querer tomarlo muy a pecho (ya que estaba tremendamente ocupado y hacía lo que podía para estar contigo) no pudiste evitar sentirte un poco dolida. Así que, para no preocuparle mucho, pensaste en, nada más llegar a casa, proponerle venir a casa para ver alguna peli. Pero, parece que él se te adelantó.
Nada más llegar a la puerta de casa notaste algo raro. La puerta estaba sin llave.
“Juraría que había cerrado la puerta con llave antes de irme”.
No pensaste mucho y te adentraste en casa. Nada más cerrar la puerta te encontraste una pequeña fuente de luz que venía del salón. Preocupada, fuiste a echar un vistazo por si acaso se estaba quemando algo cuando te diste cuenta de todo. Ahí estaba. Taehyung. Con una tarta con velas en sus manos; vestido con unos pantalones anchos de cuadros, un sweater de cuello vuelto negro, sus gafas de vista doradas y una boina que dejaba ver su hermosa frente y sus perfectas cejas.
“Cumpleaños feliz…”- empezó a cantar con su dulce voz con una gran sonrisa. “Te deseamos todos, cumpleaños feliz. ¡Woohh!”
Tú te limitaste a sonreír ampliamente. No te podías creer la sorpresa que te acababa de dar. Lo miraste tiernamente a los ojos antes de pedir un deseo, él te respondió con una mirada dulce que demostraba lo enamorado que estaba de ti.
“¿Te gusta?”- Te dijo señalando la tarta. Te fijaste bien y te diste cuenta que la temática de la tarta era uno de tus cuadros favoritos de Dalí.
“Dios. Me encanta”- No podías creer que todo esto estuviese tan planeado hasta el último detalle.
“Feliz cumpleaños, jagi”- te dijo antes de inclinarse para sumergirte en un corto pero sentimental beso. “¿Creías que me había olvidado, eh?”- te dijo mientras esbozaba una pequeña sonrista.
La sorpresa no fue ni extravagante, ni lujosa. Pero estos actos tan sinceros, simples e íntimos eran los que hacían palpitar tu corazón.
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JUNGKOOK:
No sabías que dia era hasta que, llegando en el metro a casa, en un anuncio, te topaste de frente con la fecha de ese día. Sí. Efectivamente. Era el día de tu cumpleaños. No te lo podías creer. Se te había olvidado tu propio día de cumpleaños. Y lo peor no era eso, sino que nadie más se había acordado tampoco. ¿Cómo se te podía haber olvidado ese día tan importante? ¿Ni siquiera Jungkook?
En el trayecto de la estación a casa no sabías si reír o llorar, aunque más adelante en el camino optaste por lo segundo. ¿Tan poco le importabas a tu propio novio?
Cuando llegaste a la puerta de tu apartamento algo en tu puerta te llamó la atención, pero debido a tus ojos hinchados de llorar no podías enfocar bien. Parecía un post-it fosforito rosa. Te acercaste y leíste lo que ponía: Bienvenida a The Kookie Game. Pista 1: Asómese al balcón.
¿Qué era esto? ¿Qué estaba intentando hacer?
Con un poco de prisa y ansia por ver qué Jungkook estaba tramando, abriste la puerta y rápidamente cruzaste el salón para salir al balcón.
Cuando abriste las puertas y miraste hacia abajo, te viste a dos chicos (a los cuales pudiste identificar como Jimin y Taehyung) sujetando una pancarta que decía : Pista 2: Vaya al dormitorio. Mientras leías el mensaje no podías evitar oír a lo que parecía ser Jin escondido detrás de un coche echándoles la bronca porque no estaban sujetando la pancarta lo suficientemente plana. “¡YAH, así no lo va a ver!”
Corriendo, te marchaste del balcón para dirigirte a vuestra habitación. En el camino te encontraste unos rojísimos pétalos de rosas en el suelo que te guiaban el camino acompañados por unas… galletas. Sí, había galletas por el suelo.
Cuando abriste la puerta de vuestro dormitorio te diste cuenta que el camino de pétalos y de galletas continuaba hasta vuestra cama, depositada en ésta una gran caja de galletas con una nota encima que decía: Pista 3: Si quieres ver a tu galleta de carne y hueso, sube a la azotea.
La verdad que estabas ya un poco cansada de tanta “pista”, pero te volviste a sentir como una niña, y, rápidamente saliste de tu apartamento para dirigirte a la azotea.
A medida que estabas subiendo las últimas escaleras para llegar a lo más alto del edificio te topaste con una última nota que estaba pegada en la puerta que daba paso a la terraza. En esta ponía: Enhorabuena. Ha pasado el juego. Para recoger su recompensa abra la puerta.
Nada más abrir la puerta te encontraste con la azotea rodeada de pequeñas bombillas que colgaban de un hilo, iluminando así toda la terraza. La dulce atmósfera era acompañada por la canción de My Way de Sinatra que sonaba en un vinilo antiguo.
Y en el centro de la azotea, estaba Jungkook. Vestido con un traje y corbata negra, acompañado por una camisa blanca y unos zapatos de vestir negros. En sus manos sostenía un gran ramo de rosas rojas.
“Feliz cumpleaños, mi vida”- te dijo.
“Jungkook, yo-”
Se limitó a esbozar una tierna sonrisa mientras se acercaba a ti, ya que, debido a tu estado de shock, te quedaste al lado de la puerta sin poder moverte.
“¿Te gusta?”- dijo mientras te ponía la mano izquierda en tu cintura, ya que la derecha estaba ocupada sosteniendo el gigante ramo. “He estado todo el día preparando esto. Bueno, con ayuda de los hyungs… pero la mayoría lo he hecho yo”-dijo mientras miraba para abajo, sonriendo.
“Esto es para ti”- te dijo mientras te ofrecía el ramo- “Hay tantas rosas como años que cumples”
Cogiste el ramo, lo oliste, y lo apartaste de tu cara para poder pronunciar algunas palabras, pero el llanto te sobrecogió.
“Es lo más bonito que alguien ha hecho por mí”- hiciste una pausa- “Te quiero”
“Yo también te quiero”- te contestó
Este fue el motivo por el que lloraste por segunda vez ese día.
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¡Hola, chingus! Aquí está el pedido de nuestra querida unnie chingu :D
Esperamos que os haya gustado, al igual que a nosotras escribirlo. Decir que no estábamos totalmente cuerdas en el momento de hacerlo, os habréis dado cuenta JAJAJAJJA😂 (sobre todo en el de Namjoon)
Un beso enorme!!!💕💕💕
Y recordad, podéis hacernos los pedidos que queráis. ANYEONGGG!!🤗
- Admin. P y Admin. R🌼
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nywhqs · 3 years
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bienvenido a la gran ciudad, CRISTÓBAL DE LA CRUZ, los rumores dicen que los sueños se cumplen aquí, que lo último que harás es dormir, porque new york nunca duerme. esperemos que estés dispuesto a compartir una caminata por central park o dar el recorrido que te guíe a la estatua de la libertad. recuerda muy bien ser tú quien domine la ciudad y no ella a ti.
¡GECKO! ya casi estás dentro, te agradecemos enormemente el interés mostrado en el proyecto. a partir de ahora cuentas con 48 horas para hacer entrega de tu cuenta. sin más que decir, nos complace darte una cálida bienvenida.
in character.
nombre completo: cristóbal de la cruz
número de skeleton (en caso de serlo): 23  /  seguridad en allegra.
fecha de nacimiento:  7agosto, 1998
faceclaim: froy gutierrez
personalidad.    estp-a : sociable, racional, perceptivo. Directo, impaciente & desafiante.
datos curiosos.
                                 uno. hijo único de una maestra de escuela elemental & un detective privado, es cuidado por el abuelo de raíces mexicanas & artísticas. actor que una vez brilló en las marquesinas de su ciudad, besó el cielo de las estrellas en tierras norteamericanas, pero fue el único papel que tuvo. ¿la razón? Es algo que el hombre parece no querer contar. Se casó, & con el dinero ya ganado, se quedó en nueva york & formó su familia, teniendo un único hijo también.
                                 dos. la familia no ganaba lo suficiente, así que cristóbal tuvo que trabajar desde que su madre decidió que podía. Desde apoyarla a otras maestras amigas de su madre, hasta llevar los cafés y bocadillos a la estación de policía cuando su padre tenía un caso, o repartir periódicos los domingos. Mirada encantadora, y personajes diferentes que le gustaba imitar de los que habitaban su mente, trasladados de libros o la televisión.  
                                  tres. su decisión de ser actor se vio venir, aun cuando su mismo abuelo no quería que lo fuera. cristobal, quería & sabía que podía, conquistar las tablas, empezando con nueva york. sin embargo, padres igual de poco convencidos, le suplicaron que tomara un plan de respaldo. una carrera de verdad. Se inscribió a la academia de policías antes de cumplir los dieciocho, habiendose preparado físicamente un corto tiempo antes. En el camino, con su alto rendimiento, terminó rindiéndose al lado privado ( igual que su padre. ), entrenándose & trabajando desde los 18, para agente de seguridad personal.
                                  cuatro. La paga era fenomenal, mantenía contenta a su madre, tranquilo al padre al ser sus contactos con quien trabajaba, pero el abuelo seguía sin aceptarlo. Su relación se mantiene tensa, pero eso no detuvo a cristóbal, siempre desafiante, queriendo saber el por qué. se inscribió a clases pequeñas de actuación, siendo talento natural el que resalta rápidamente. La maestra, ex–productora de los ángeles, no perdió tiempo en presentarlo en audiciones, teniendo un bajo comienzo a su decisión, a pesar de que su mentora lo quería mas arriba, no quería enfadar mas a su abuelo. En el fondo aun lo respetaba, y no quería romper el ultimo hilo que los mantenía juntos. Sin embargo, fue el entorno en el que se vió envuelto, el que lo hacía responder ahora. Terminó aceptando una audición para un gran papel luego de estúpidas discusiones con su competencia, mas popular y conocida en la ciudad, & poder restregarle la victoria en su cara. Todos saben como terminó, & silenciosamente todos saben que Cristóbal no usaba drogas, pero nadie se atrevía a contradecir. Con el corazón roto, enojado, volvió a casa & el “te lo dije” vino de parte de su abuelo.
                                         cinco. Su concentración luego del episodio vergonzoso se fue al tacho de basura. Tartamudeaba, & el examen toxicológico le generó un par de problemas con su otro trabajo. Intentó confrontar a Gómez, pero sus amigos lo detuvieron a tiempo. No valía la pena. Volvió a entrenar, & con la noticia de la muerte de Mariano, no supo cómo reaccionar. Aun no lo digiere del todo, pero sin objetivo de su enojo, parece haberse liberado, consiguiendo un nuevo contrato de seguridad a una familia ese par de años. Con la apertura de allegra, le cayó bien un buen contrato mucho mas sencillo, o es lo que cree.
vínculo con mariano.
fue elegido como protagonista en una de las obras donde mariano quedó como segundo papel y recuerda que nano le invitó a cenar, la situación subió de tono y lo siguiente que pasó fue que se perdió el show. mariano lo había drogado y jamás lo admitió.
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exoficsspanish · 6 years
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ALMAS Y FLORES ~ CAPÍTULO 7
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(GIF no me pertenece, crédito para el que lo hizo :D)
Park Chanyeol x Lectora
Número de palabras: 3530
Capitulo anterior / siguiente
Advertencia: Sangre, pelea, vómito *si alguna de estas cosas te molesta es mejor que no leas a partir de que el personaje se enoja*
Capitulo narrado por ella/tú
*Los sucesos pasan justo donde se quedo el capítulo de ella y el siguiente dia es el cual Chanyeol vive en su capitulo, así que ella aun no sabe nada de la decisión de su Alma Gemela ni lo sucedido con Suho*
Lo siento si no funciona el “leer mas”/ I swear I put the Read More... sorry if is not working
El silencio en el coche no era incómodo, sino que podía notar como Suho estaba pensando la manera de ordenar sus ideass para hacerme entender lo que estaba pensando, y la verdad es que no sabia si estaba lo suficientemente preparada para escuchar lo que él tenía para decirme.
—Si a mi me dijeras que sacrificara todo lo material que tengo para pasar mi vida junto a ella, con los ojos cerrados lo haría, lo triste es que Clío cree que soy el equivalente a un resfriado, vengo cada año, vive la enfermedad y cuando esta bien se levanta, lava su cara y vuelve a regresar con la recarga de vida que me ha quitado— todo lo dijo mirando hacia el frente, note que estaba afectado por la manera en la que apretaba el volante
—Al menos tu eres una gripe y no un cáncer, ¡ja! Ni siquiera llego a ser cáncer eso todavía es bueno, da oportunidad de pelear, soy lepra, ántrax — una lagrima escapó, pero la limpie rápidamente con vergüenza que me viera quebrarme.
—No hagamos un concurso de quien tiene la historia más triste porque créeme que te ganaré— no dije nada, pero hice una mueca sabiendo que yo podía ser una contendiente para la victoria, si supiera toda la verdad de quien era.
—Quisiera cerrar los ojos y abrirlos para encontrarme con que todo es una pesadilla, que mi alma gemela me ama, solo me gustaría que eso fuera la único que si saliera bien en mi vida—me abrace a mi misma y recordé que no podía quebrarme enfrente suyo.
—Llora, enójate, golpea, grita, pero cuando te hayas cansado de todo, comienza a preguntarte a dónde quieres caminar, no diré nada más respecto a Chanyeol,  no soy como Baekhyun que esta dispuesto a astillarse con los bordes sin pulir de Chanyeol, lo mas probable es que mañana esté Baekhyun en la florería dispuesto a recitarte millones de cosas buenas de su mejor amigo en todo este universo, pero yo, lo mas que puedo decirte es que, al menos, cuando Clío regresa y me da esos días donde fortalezco su sistema hace que valga la pena, se que es enfermo, pero la amo, ni siquiera dudo en decírtelo, la amo y seguiré esperando— me dejo enfrente de mi casa, me quede afuera pensando en lo que me había dicho.
¡Que patético es Suho!, ¡Que patética soy! ¡que patéticos somos!, esperando por migajas de personas que no están interesadas en compartir con nosotros su vida
Me recosté en la puerta sin estar dispuesta a entrar, las lagrimas surgieron, respiré el perfume de las flores en el jardín delantero, puse mi cabeza entre mis rodillas comencé a respirar tratando de tranquilizarme, se escapó un sollozo, luego otro y otro pero no me quebré.
¡No lloraré! ¡No lloraré! ¡No lloraré! ¡No lloraré!
Mi visión se volvió borrosa, abrí la puerta, subí a mi habitación, conté hasta cien para tranquilizarme pero me quede dormida en el número 345.
¿Alguna vez han tenido ese momento donde todo les parece que está mal?, ¿que por más que respires para tranquilizarte nada ayuda?, el aire fresco se siente como si te ahogara, el sol te quema sin piedad, las nubes simulan un pedazo de algodón usado, decidí tomarme un respiro para llegar a la tienda, tener todos estos pensamientos encontrados, tanto sentimientos que me decían cosas contrarias lograban darme un dolor de cabeza taladrante.
Pasé el desayuno solo asintiendo y hablando cuando era necesario, estoy segura de que mis padres se dieron cuenta de mi humor, pero decidieron no hacer algún comentario al respecto, sabiendo muy bien que significaba el que me comportara de esa manera, habían tenido que lidiar con eso desde mis 20 años, caminé despacio hacia todos lados con ninguna intención de realmente llegar a mi destino, abrí la tienda, tenía todo este proceso tan aprendido que lo hice automáticamente.
Mis papás siempre hablaban de como las flores resentían nuestras emociones así que tenía que tener cuidado con ellas; en el estado de ánimo en el que me encontraba, se marchitaron más de la mitad de las flores que había manejado en tan solo este día, con la esperanza de que los girasoles no murieran en mis manos los llevé al frente de la tienda.
—Maldito día—fue la veinteava vez que lo había dicho, cerré mis ojos y masajeé mis sienes, a veces extrañaba poder ir a las habitaciones de destrucción para romper cosas, pero nunca iba sin Sooyeon.
La hora de cerrar llegó, mire hacia la tienda de tatuajes con miedo de ver a Chanyeol, pero a la vez mi lazo moría por siquiera estar en la misma habitación, caminé sin mirar mas que al piso, esta vez con cuidado de no golpearme contra nada, llegué segura a la parada de autobús para regresar a mi casa.
Me di por vencida, por la nota de mis papás habían ido al grupo de terapia de familias con algún integrante con cáncer, abrí el refrigerador, me serví un poco de pasta fría que mi mamá había preparado, pero después de tres bocados, me di por vencida, escupí el poco de comida que tenía en la boca eliminándolo en el triturador, subí a mi cuarto y apague las luces.
Al quinto día de tener una rutina similar, había logrado desarrollar un super poder para evitar a cualquier persona que venia de la tienda de tatuajes, Baekhyun trato 6 veces hablar conmigo pero desaparecía antes de que siquiera pudiera decir "Hola", mis papas ahora me estaban vigilando para ver que estaba comiendo, no se si era el efecto de mi lejanía con el lazo o mi estado de ánimo pero todo sabia cartón, temblaba haciendo que mis trabajos en la florería no me hicieran sentir orgullosa.
Al entrar en casa, me encontré con el plato para que me calentara mi comida, rápidamente lo hice y huí a mi cuarto, poniendo la banda más deprimente que conocía en mi adolescencia, mientras lloraba porque ahora entendía sobre la tristeza de que tu alma gemela jugara contigo.
"No hay algo mas que llene este vacío
Serás para siempre el peor fracaso de mi vida
Te tenía en mis manos, pero decidiste mejor cerrar la puerta
Estaré acá sentado bajo la lluvia viendo como la vida pasa sin ti"
Lloraba mientras metía otra cucharada de sopa, y cantaba, fue hasta que escuche un golpe en la puerta que entendí que me llamaban, abrí la puerta mi papá entro al cuarto, no hizo preguntas, se sentó junto a mí en el piso, escuchando el álbum, que se llamaba "Cartas a una idea" cuando terminó el álbum me pidió que pusiera a una cantante antigua que se había caracterizado por cantar a la esperanza.
"Se que, en esta vida, no va a ser posible estar juntos
Pero, Cariño, besó tus manos y tu frente, despidiéndome
Porque créeme que
En otro tiempo, otro lugar
Estamos juntos"
—¿Mal día? — pregunto con voz suave mi papá
—Mal todo— respondi limpiándome una lagrima
—A veces la vida es así querida— tomo mi mano siguiendo, escuchando la canción
—Siento que estoy en el mar, y que una ola arrastra mi cuerpo, vuelvo a respirar y otra vez me vuelve a jalar hacia la profundidad— dije con cierto miedo
—Al menos estoy aquí para ayudarte— guiñó su ojo ¿sí, pero por cuánto tiempo más papa? Me avergoncé de mis pensamientos, y me concentre en las llaves del coche que se posaban en sus manos
—¿A dónde quieres ir? - pregunte emocionada
—Haremos ese viaje que tu mama nos ha fastidiado, respiraremos el aire del bosque y toda esa mierda— papá sonrió realmente feliz cosa que desde que le habían detectado su enfermedad era más raro
—¡Oh dios te va a convertir en un amante de lo natural!— fingí ser hippie a lo que el solo rodó sus ojos
—Vamos Botón, hay que dormir para mañana hacer todo, el doctor me dio un medicamento para que pueda soportar el viaje al 100% — por primera vez asentí con ganas, lave mi plato, no tuve que contar esta vez para dormir terminé frita en el sillón.
¿Saben? Cuando subimos en el coche tuve una mala sensación pero la ignoré ya que las sonrisas de mis papas eran hermosas, el viaje estaba siendo un sueño, tomamos fotos casi del mosquito que pasaba enfrente de nosotros, mi papa se reía con un señor que conocimos en el campamento, logre meterme en un pequeño riachuelo que me había hecho olvidarme de todo, comimos malvaviscos casi quemados en su totalidad por culpa de que mi mama platicaba demasiado, mi celular estaba apagado ya que realmente quería disfrutar.
Fue hasta en la madrugada que mi mama comenzó a gritar desesperada porque mi papá estaba muy frío que volví a entender mi vida estaba yendo demasiado rápido para mi gusto, entré en modo de supervivencia (cosa que no hacía desde hace más de 1 año, desde que mi papá estaba mejorando), marque al 911, seguí las instrucciones de la operadora para mantener caliente a mi papa, le di un malvavisco, el intentaba decir que se sentía bien pero tanto mi mamá como yo sabíamos que no era verdad.
Nada dolía, todo pasaba, rasque mis muñecas y mi marca, cada que escuchaba algo extraño revisaba a mi papá, para después volverme a deshacer en la silla incomoda, el doctor dijo que fue demasiado para mi padre el viaje, a quien se le había ocurrido llevar a un enfermo a un viaje tan cansado, le dije una grosería con ganas de darle una cachetada por hacer que mi mamá comenzara a llorar.
—Papá dijo que usted le dio un medicamento para esto— le respondi lo más tranquila que podía
—Tu padre no ha venido aquí desde la ultima cita— me dijo mirando el expediente como si fuera más importante, cerré mis ojos mientras ponía mis dedos en el tabique de mi nariz esperando que eso ayudara a que no explotara por ser tan crédula con las mentiras de mi papa, bueno siquiera ya sabía de donde había sacado yo, el masoquismo de hacer sentir bien a todos —Sabemos que fue lo que causo este ataque— el doctor se fue sin una pizca de comprensión y simpatía hacia nosotras
—Lo siento tanto— mamá se limpiaba las lagrimas
—Basta, no llores más, ve a dormir a casa tranquila, yo me quedaré— miré mi reloj de mano notando que eran las 3 de la mañana —Llega temprano para que pueda ir a la florería— dije seria, sabia que mi tono de voz no era el más placentero, pero alguien tenía que ser la fuerte en esta situación.
Tomé mi celular que tenía más de 10 mensajes de Sooyeon molesta ya que pensaba que evadía hablar con ella, llamé a un taxi, saqué dinero de mi bolsillo dándoselo a mi mamá, ella me dió un beso, volvió a recordarme que buena hija era, me senté en la silla mientras peinaba el cabello de mi papa, recordando la canción que habíamos escuchado la última vez.
Exactamente a la hora planeada mi mama llego, me dio una bebida energética junto con una hamburguesa,  entendía que esta era mi rutina cuando papá necesitaba de nosotras, no era la mas sana pero me hacia seguir caminando y  ser útil, bese su frente diciéndole que vendría después de trabajo para estar un rato e irme a dormir para poder ayudarla, ella asintió.
Fui al escritorio a hablar con las secretarias encargadas, quería ver mas o menos cuanto tendría que trabajar para cubrir los gastos, hice una mueca ante la cantidad, pero cerré los ojos rindiéndome a tener que vivir con esta deuda hasta volver a estar libre.
Seguía en mi extraño humor, fue cuando vi a Sooyeon enfrente de la florería viendo con rareza los claveles casi tirados por el piso que se veía de la ventana, donde supe que no acabaría bien, podía sentir la electricidad en mis manos, olía en el aire la inminente pelea y trate de calmarme.
Quería que la pelea fuera privada fue imposible ya que Sooyeon desde que me vio cruzó sus brazos y subió una ceja esperando que le diera una respuesta, mi humor comenzó a empeorar, ella sabia cuanto odiaba cuando la gente me tratara con cierta actitud
—Te iba a reclamar porque no te has contactado, pero te ves como la mierda— si hubiera estado de buen humor hubiera reído e ignorado su comentario, me repetí en la mente que ella no sabia lo que me estaba pasando ni tampoco cuan cerca de romperme estaba.
—Lo sé, vamos a adentro— noté los ojos de muchas personas viendo nuestro encuentro, mi lazo lamió mi estomago demostrándome que Chanyeol estaba mirando todo esto, de reojo note que estaban adentro de la tienda viendo desde la gran ventana
—No, la calle es más cómoda, pareces salida de una mala película de Tim Burton, te mande más de 20 mensajes y por el teléfono que tienes en tus manos, creo, que no se te descompuso— cambio su peso a su otra pierna, haciendo que su actitud me estuviera tentando diciéndome "ven, se que quieres explotar, vamos" Primer Strike
—Sooyeon, dame un momento, por favor— dije tranquila, mi estomago estaba haciéndose nudos, tome un poco de la bebida energética, pero se cayó de mis manos cuando ella me dio el primer empujón.
Algo que tienen que saber es que Sooyeon nació siendo rica, mimada y con el mundo a sus pies, se que deben de pensar que es una perra pero créanme que es una buena persona, solo que, cuando se enoja regresa a pelear como lo haría una niña de 5 años cuando su papa decide no cumplirle su capricho de un pony.
—¡No!, faltaste a nuestro desayuno ayer ¿sabes lo vergonzoso que es tener un plato de panqueques y una taza de café enfriándose mientras la gente susurra que estas siendo plantada? — dijo ella con mas veneno en sus palabras
—¿Sí? Lo siento lo olvidé— después de eso cerré los ojos y comencé a buscar las llaves, mi estomago dolía, esta vez el lazo dormía como si supiera que este asunto estaba siendo mas importante, estaba segura después de lo que dije el enojo de Sooyeon se hacia mayor
¿Qué era peor que no le cumplieras el capricho?... Que la ignoraras o no recordaras algo
—¿acerca de hoy? ¿Volviste a olvidar que venia a comenzar las ideas para los arreglos? — el truco siempre mis amigos es entender los tonos y por el tono de Sooyeon mi estomago estaba mas nervioso, había olvidado por completo eso, carajo, ni siquiera recordaba cuándo hicimos la cita
—Sooyeon escucha, estoy teniendo un mal día...carajo...creo que una mala semana, mejor dicho ¿podemos hablar después? — las llaves se enterraban en mis muñecas, solté un suspiro mientras me acomodé el cabello añadiéndole más leña al fuego ya que es una de las cosas que mi amiga más odiaba.
Eso es lo chistoso, siendo amigas desde niñas sabemos que cosas nos hacen sacar humo del enojo, y aun así lo hice, tal vez, solo tal vez, muy secretamente realmente quería pelear.
Me volvió a empujar
—¡No!, ¿qué hay acerca de mis flores? — junto con otro empujón
—Vamos a vernos mañana— esta vez algo en mi cabeza gritaba que tomara el anzuelo, que explotara, pero seguí manteniendo la calma
—¡NO!, ¿qué pensaste de las flores? —  sabía que ella ya había entendido que no tenía nada para enseñarle
—Lo olvide ¿ok? Pero mañana checamos esto —dije intentando meter la llave en la puerta
—Dilo, dilo, eres una cobarde— gritó haciendo que mi jaqueca empeorara
—No sé de lo que hablas— la volví a ignorar, escuché como aspiró aire y escupió las palabras
—Te encuentras celosa de que me voy a casar— su voz era tan chillona que podía apostar que las ratas en la coladera podían haberla escuchado, me empujó y reboté en la puerta Segundo Strike
—Deja de empujarme, aprende a hablar como una persona de tu edad— respondí
—Eres una envidiosa, te carcome saber que mi alma gemela se va a casar conmigo y tu estas atascada con un exodus— cuando una persona va a pescar hay un fenómeno, tiras la carnada, el pescado toma el anzuelo, dejas que agarre tantita velocidad y luego lo jalas, en términos coloquiales o como dice mi papá "el pez se la come todita y tu solo esperas para jalar" eso pasó exactamente ahorita.... Tercer strike y...
—Jódete— la empujé de regreso, escuché la campanilla de la tienda de tatuajes sonar —Jódete Sooyeon — me convertí en un perro de pelea cuando huele la sangre, quería ir por mas
—¿Perdona?, creo que no escuche, ¿qué dijiste? — contesto ella sabiendo a donde iba a parar esto
—Púdrete Sooyeon, este mundo no gira a tu alrededor, por una vez calla tu maldita boca y déjame de estar jodiendo — el perro mordía mas mi interior,  alguien pedía que nos calmáramos ¿era Suho? No lo sé.
—Vaya, si que eres madura, cuando algo no sale como a ti no te gusta comienzas a culpar a los demás, solo dí que no quieres el trabajo, sé que lo necesitabas, pero está bien iré con otra persona— Estas fuera
—Toma tus cosas y lárgate de aquí antes de que te golpee, no tienes ni idea de lo que tengo encima y vienes a hacer llover en mi puto desfile— dije herida, pero aun tratando de luchar
—¿Sí? Te dejaré con tu exodus y toda tu patética mentira que algo mejorará, pensé que éramos amigas, ya vi que solo yo doy en esta relación, trayéndote clientes para que pagues las cuentas, llamándote e invitándote para que no estés sola en casa, pero está claro que yo soy la egoísta ¿cierto? — Me miraba a los ojos.
La cereza en el pastel, tu amiga te pone la corona enfrente de todos dando a entender que eres la reina de la tragedia, las lagrimas querían salir, las detuve, ¡no lloraré! ¡no lloraré! ¡no lloraré! ¡no lloraré!
Me pedían bajar las llaves que tenia en mi puño, demasiado cerca de la cara de Sooyeon, y yo había comenzado a sangrar de los rasguños que me había hecho en la muñeca por estar demasiado ansiosa con las llaves.
—Cuando vuelvas a estar sentada enfrente de un plato enfriándose mientras la gente habla de ti, piensa que tal vez tu amiga esta consumiéndose en la miseria, te necesita pero sabe que tu ahora estas en una etapa feliz y no quiere arruinar tu buen humor, tal vez cuando la veas notes que se ve como si la tierra la hubiera tragado y escupido y aun intenta parecer que está bien— la respuesta fue fría, como si miles de agujas pudieran ser escupidas a través de mis palabras
Recordé como había golpeado a alguien por primera vez cuando éramos pequeñas y le prometí que todo estaría bien, que equivocada estaba ahora.
Mas tarde me golpearía en la frente porque en mi enojo había roto el cristal principal de la puerta con mí celular junto con las llaves.
—Vamos Sooyeon ya está abierto, ven, siéntate y hablemos de flores, mientras mi papá esta de regreso al hospital, mi mamá debe de estar jodidamente feliz de no haber podido dormir sabiendo que ha puesto más carga en mis hombros y yo estoy preocupada por saber como pagaré otra noche del hospital, espera... ¿Qué tal si, para que me des más clientes y después me lo restriegues en mi cara, me tomo un té y comienzo a halagar tu boda?— limpié mi sangre en mi pantalón, ella estaba mirándome como si me hubiera vuelto loca, tal vez sí, pero seguí quieta esperando a que brincara a atacarme alguien me toco el hombro pero rápido lo separe de mí, cuando estuve calmada recordé que había sido Yume.
—Yoo...n—oo—noo, lo siento— Sooyeon trató de tocarme,  solo me voltee vomitando la hamburguesa y la bebida energética junto con un líquido amarillo al lado de su auto último modelo por el enojo.
Escuche una maldición, reconocí la voz de Baekhyun, aproveche la distracción y salí corriendo, ignorando como Sooyeon pedía que me quedara, que lo sentía, justo como cuando la niña se da cuenta que su papá la castigará quitándole algo más preciado debido a su berrinche por no comprarle un pony aun sabiendo que su papá no tenía para el animal.
Cuando me detuve en un callejón, mi estomago gruño, creí que volvería a vomitar solo para alzar la mirada, encontrándome con la mirada de Chanyeol el cual me ofrecía un pañuelo.
Se sentó junto a mí, no importándole mi aliento asqueroso
—¿Cuál es tu color favorito? —  preguntó calmado, después de mucho tiempo, me di cuenta de que había tomado su mano y clavado mis uñas en ella.
—Azul— respondi
Los dos suspiramos al mismo tiempo
—El mío es rojo— cerré los ojos dejando que el lazo lavara mis heridas
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inyxbae · 4 years
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.             Tras aquella sesión íntima entre su menor y la propia dentro de la habitación, Irene se mantuvo a su lado, abrazándola y repartiendo caricias y besos en su rostro y zonas de su despejado brazo. El momento era tan perfecto, ambas aún acomodadas sobre la cama y cubiertas por la misma sábana, brindándoles un suficiente espacio en dicho departamento.
 —Estás tan hermosa, mi cumpleañera. — susurró sobre su mejilla, rozando ésta con sus labios segundos antes de volver a plantar un beso, oyendo las suaves risillas de SooYoung. —Siento que nos tardamos más de lo necesario, amor. Te preparé un desayuno muy especial, pero ya debe de estar todo frío. — siguió comentando, ahora con un pequeño mohín al recordar los platillos en los que tanto se esmeró por cocinar.
 La menor al mover su rostro, divisó el puchero que Bae realizó e, inmediatamente, lo besó para calmar su estado. La líder no dudó ningún segundo en corresponder al ósculo con ese lento vaivén que desde ya sus cabezas habían iniciado. Acomodándose en una mejor posición, alcanzó a saborear los cerezos ajenos cada vez más.
 —¿Quieres que te traiga aquí el desayuno, bebé? — apenas y consiguió que las palabras fuesen expulsadas de su boca para cuando se desprendió de los labios ajenos. Así mismo, torpemente fue abriendo sus párpados ya que había cerrado estos cuando SooYoung decidió adueñarse de sus cerezos.
 No obstante, cuando apenas sus ojos se enfocaron en el rostro de su novia, pudo notar la sonrisa que ella cargaba. Claramente, era por haberse dejado ver con una torpe reacción como la suya ante el último beso; pero, ¡Era inevitable! Toda acción que Park ejecutara, era como un golpe certero para sacarla de sus cabales.
 —Tomaré esas risas como un sí, Park. — sintiéndose avergonzada, se apuró en destaparse y descender de la cama para ir por los platillos no sin antes acercarse y robarle un beso a la alta pelinegra. —¡Ah, gané un beso! — exclamó mientras colocaba las prendas necesarias como para salir de la habitación.                                                                                     .
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etherealwxrld · 6 years
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                        황혼.             Faltando quince minutos para la medianoche es que los pies de Daniel avanzan en busca de realizar su cotidiana rutina, iniciando al reemplazar las casuales prendas por algunas más cómodas y holgadas que le permitan, en absoluta calma, llevar a cabo sus últimas actividades por aquel día. Sus habituales medidas higiénicas no pueden faltar, y al haber concluido con ellas se aventura a través de los oscuros pasillos para terminar de cerciorar que ‘‘no hay moros en la costa’’; o mejor dicho, que el pequeño Jaemin sigue hundido en los sueños más profundos y coloridos que ni siquiera él se podía imaginar.             Se atreve a mirar por la puerta de la habitación a su izquierda y, efectivamente, su hijo está durmiendo tanto que anticipa ya aquellas palabras repletas de entusiasmo para el día siguiente, donde una nueva aventura será relatada a su manera, provocándole una gran sonrisa que nada ni nadie será capaz de arrebatarle.          Decide alejarse por el momento, no sintiendo la necesidad de despertarlo por error cuando los bostezos se tornaban cada vez más frecuentes en su persona.          Cómo si realmente fuera necesario camina ‘‘de puntas’’ para regresar a lo que él llama ‘‘su espacio’’, aunque desde hace un par de meses estaba siendo invadido por una gran cuna que en el lugar de hacerle sentir “asfixiado” lo hace muy feliz.             Rotundo es el sentimiento que emana de él con tan sólo verla, haciéndolo sentir como un niño curioso al asomarse casi las veinticuatro horas en ella. Una vez más se maravilla con las dos pequeñas criaturas que resguardadas descansan en su interior, son tan minúsculas y hermosas que teme lastimarlas hasta por un movimiento brusco, así que está siendo cuidadoso incluso cuando tan solo acaricia sus delicados rostros. Estas caricias portan detrás el gran amor que les tiene; el cariño incomparable de un padre (no tan) primerizo.             Y finalmente se retira, sus pasos son lentos antes de dejar caer el gran cuerpo que posee sobre las sábanas; un suspiro se revela ante la cómoda superficie que toca, es tan cálida que podría quedarse allí por mucho, mucho tiempo. Siente los párpados caer con el cansancio, estando dispuesto a entregarse a los sueños que le esperaban hasta que siente el colchón moverse. Prefiere ignorarlo, pero obviamente quien provoca el silencioso ajetreo no parece estar de acuerdo con ello y toma posesión sobre él, robando pequeños besos de sus labios y encargándose de llenar su rostro con estos también. Siente las propias comisuras moverse, forman una sonrisa plena antes de que sus ojos se atrevan a abrirse y poder así observar a la atrevida figura que exigía de su atención.
— Seulgi... — No podía sentirse más dichoso, tenía a la mujer más hermosa del mundo otorgándole dulces besos y, ¿qué más podía pedir? — Preciosa, es hora de tomar un descanso. — Pero tiene razón, aunque sonase tan descabellada la idea de dormir a una hora tan temprana, es que Park tiene que ir temprano a la oficina para afrontar uno de aquellos días que presiente "complicados".
Daniel puede verla quejándose y entre labios abultados maldecir más de una vez, es entonces que una risa casi imperceptible escapa de su boca y no puede evitar acunarla entre sus brazos; escondía en su pecho a la mujer que pronto sería (oficialmente) su esposa, a la chica más resplandeciente que había visto en toda su vida. Besó sus cabellos durante los próximos segundos, hasta que finalmente cedió al aborrecedor y tentador Morfeo, interrumpiendo una vez más la romántica escena que tenía con su dulce princesa.            
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