Tumgik
#tango no me dejes nunca
hunnibee26 · 2 years
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Tango entre féminas (Tango Between Women)
Danced by the talented and beautiful Cecilia Narova (in black) and Mía Maestro (in white)
Scene for the Spanish movie Tango, no me dejes nunca (1998) or simply Tango (1998) to international audiences, written and directed by Carlos Saura, and filmed by award-winning cinematographer Vittorio Storaro, best known for his work in The Last Emperor (1987) and Apocalypse Now (1979), and choreographed by Juan Carlos Copes.
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lasonrisademau · 2 years
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Parte 1.
Si hablamos socialmente, tuve la familia perfecta, mamá y papá juntos, hermanos, mis mascotas y una linda casa que se compró y se sigue pagando.
Desde niña siempre fui un poquito más gorda de lo normal, mi abuela me hacía mis vestidos, así que siempre tuve mis medidas presentes, algo que al pasar los años no sabía que me iba afectar tanto. Tengo una tía que cada vez que me veía, solo me mira de arriba abajo y me decía "Mija le voy a recomendar una bebida para que se la tomé en ayunas y baje de peso, pero igual estás muy linda".
Mamá me decía que esa ropa no me quedaba porque estaba empezando a engordar, así que, tenía que dejar de comer tanto mecato y comerme todos los vegetales.
Al crecer, me metieron al patinaje, era buenísima, dure bastante tiempo entrenando y de ahí es de dónde saco mis "Buenas piernas", paso el tiempo, dejé de entrenar y solo se volvieron piernas gordas que ahora en la actualidad me lastima con su rocé al caminar.
Cuando era pequeña, mamá me hacía los desayunos para ir al colegio. Cuando entré a secundaria, debía hacerme mis propios desayunos. No me acuerdo en que momento fue, pero me di cuenta que si dejaba de desayunar, comía poco en mi descanso y seguía de largo hasta el almuerzo, empezaría a bajar de peso.
Dure así por más o menos dos años y medios, nada de desayunos, solo almuerzos y de vez en cuando una que otra cena. Por más que intentara desayunar, ya mi cuerpo no lo recibía.
Mi baja autoestima sale de lo gorda que me hacían sentir al momento en que mi abuela decía que estaba gorda cuando me tomaba las medidas, al momento en que mi mamá me decía "Deja de usar eso, ya estás un poco gorda", sale de los insultos de mi hermano "Eres una vaca";"Das asco"; "Deberías morirte".
Recuerdo la primera vez que mamá llorando me decía que no sabía que había hecho para merecer una hija como yo.
Recuerdo la vez que mi mamá me dijo que prefería una hija con cáncer que hija lesbiana.
Recuerdo la vez que mamá me tiro un cuchillo a la cama y gritando me decía "Si te vas a matar, hazlo bien y de una vez, pero no me hagas pasar pena en tu colegio"
Recuerdo a papá golpeándome porque su hija trataba de cortarse encerrada en su habitación y eso para el era estúpido y algo muy ridículo.
Recuerdo a papá dejando pasar los insultos de mi hermano menor refiriéndose a mi.
Recuerdo a papá gritándome si Debía dejar su llamamiento como líder de la iglesia porque su hija necesitaba atención, no se sabía comportar y se había enamorado de un chico 3 años mayor que ella. (Sólo quería saber lo que era amar).
Recuerdo llorar noche tras noche en mi cama, sola, cansada y sin alguien quien me diera un abrazo porque, bueno, solo era una niña y está niña que iba a saber lo que era la tristeza y desolación.
Cuando era pequeña, deseaba crecer y eso era porque todos mis amigos eran mayores y querían que me tomaran enserio. Quería crecer para poder salir y tener amigos que estuvieran para mi.
Di lo mejor de mi, me obligué a crecer porque quería una amistad y lo único que conseguí fue personas que me dejaron sola, personas que solo buscaban mis favores. Me di cuenta que siempre me iban a ver cómo la niña pequeña de mami y papi que tiene una vida perfecta y no sabe lo que es el dolor.
Deje de buscar a esas personas por un tiempo y no volví a saber de ellas, nunca más, me volví lo que siempre fui para ellos, nada.
Me acuerdo de cuando pase bullying en el colegio, nunca había sentido el ataque de las redes sociales, de las miradas de las estudiantes siguiéndome por el pasillo, era muy complicado para mi leer "Es que eres una estúpida";"Le arruinas la vida a cualquiera";"Ojala nunca hubieras aparecido". Debo aclarar que solo tenía 13 años mas o menos, era muy inocente porque viví en una burbuja de cristal construida por mis padres estrictos.
Cuando Murió abuela sentí que una parte de mi se fue con ella. Era mi mamá, la que me cuido, la que me consentía, la que me hacía mi ropa y le encantaba cantarme tangos.
Lloré a gritos, lloré hasta desmayar. Lloré como nunca antes había llorado.
Siempre creí que mis problemas de ansiedad eran bobadas, creí que llorar, querer lastimarme, querer cortarme, querer morirme, era una etapa o simplemente, era algo estúpido.
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dementeadicta · 1 year
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Nunca escribí de vos.
Terminá lo que empezaste y cagame la vida un poquito más. Ya sabés cómo hacerlo. Te lo pido por favor. Tengo que salir de vos. Porque yo estoy acá y tu amor está allá. Sé claro por una vez. No me dejes la puerta abierta, no me tengas en pausa.
Por favor, decime que no me amás, que nunca lo hiciste. Que no soñás con morirte a mi lado. Que ya no soñas conmigo, que ya ni siquiera me imaginas ni pensas en mi. Haceme entender que tu ausencia es por desamor, y no por miedo. Que tu corazón ya no se acelera cuando me ves, cuando escuchas mi nombre o cuando tus amigos te preguntan por mi. Haceme entender que mi intuición se equivoca por primera vez. Que lo que no decís es porque no lo sentís y no porque no te sale o no te animás, no seas cobarde y déjame vivir.
Rompeme este sueño de hadas y flores amarillas. Me tengo que dar cuenta que vos no viniste a rescatarme de este mundo ni a hacerlo un lugar mejor. Contame que vos cerraste este cuento hace rato y que ya estas leyendo otro. 
Pedime que siga sin vos. Haceme dar cuenta que no tenés nada para darme. Que no se te canta regalarme, ni siquiera, el tiempo que te sobra, tampoco se te cruza por la cabeza regalarme un domingo en tu puta vida. 
Metete el ego en el culo y pone las cartas sobre la mesa, cántame vale cuatro aunque sea otra de tus mentiras. Alimentate con otra cosa y no de mi amor. Porque a vos no te importa lo que te doy. Los dos sabemos que lo único que te importa es recibir. No te importa qué ni de quién.
Matame con las palabras. Con el desprecio y la indiferencia. Termina con esta agonía y matame de una vez. Necesito que me escupas la verdad en los ojos y entender a la fuerza, que no te importo una mierda. 
Déjame libre y no te metas en medio cuando estoy recuperando mi vida.Terminala con este tango de cuarta sin estrofas y decime que no sea boluda. A ver si entendés, flaco. Necesito morirme de dolor.  
Ayudame, porque yo ya no me escucho. Y tranquilo, solo me voy a morir por un rato. Yo me conozco. Me voy a meter en la cama, me voy a hundir ahí adentro hasta ahogarme en lágrimas, y después voy a salir, como hice siempre.
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hala2021 · 2 years
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Otra vez volví a perder mi identidad
Hoy me ponía a pensar, mientras estaba en mi pieza y escuchaba a mis vecinos, chinos, que hablaban en su idioma, sobre esa particularidad que tiene mi Argentina. En mi país convive una gran diversidad de un cúmulo de subculturas. Es que en realidad, la Argentina no posee una cultura propia. No sé si digo un disparate, pero por algo dicen de la Argentina que es un «crisol de razas».
Pero yo pensaba en por qué los chinos hablan en chino en mi país, y por qué no hablan en castellano. Y a eso me refiero. Muchas veces, la gente no te abre sus puertas, aunque realmente te deje entrar. De alguna manera, alguien te puede recibir sin ser bien recibido o te puede invitar a su casa sin haber tenido una intención sincera de haberte dejado entrar. Y digamos que eso es la Argentina para el extranjero. Mi país le abre la puerta al inmigrante, ¿pero hasta qué punto recibe con los brazos abiertos al que nació en otro país? Esta es una tierra sin identidad, aunque nos identifique el mate, Maradona, Messi, el tango o el dulce de leche. Los chinos siguen hablando en chino, porque no se sienten parte de la Argentina, por más que vivan en mi país.
¿Y qué hay de mí? Bueno, mi historia familiar es muy particular, porque mi apellido es Pimentel, pero ni siquiera sé si mi verdadero apellido es Pimentel. La historia de mis padres es de terror. Un pasado oscuro con falsas identidades. ¿Puedo estar segura de que mi nombre es el original? Tal vez por eso me siento bien en mi Argentina, porque es un país sin identidad, como yo. Además, si pienso en mi niñez, yo tengo bloqueada mi memoria. ¡Si! Lo hablé con una psiquiatra hace muchos años. Le comenté que no recordaba nada de mi niñez, que mi primer recuerdo lo tenía desde los cinco años. Pero cuando a mi hija le preguntaba si recordaba cuando la dejaba en el sindicato de amas de casa, para que la cuidaran, mientras yo trabajaba, ella me dijo que recordaba algo. Y ahí no tenía más de dos años.
Tomar otra cultura como propia es el odio de muchos árabes que no lo aceptan. Una mujer árabe me dijo que uno debía quedarse en la religión de sus padres, todo lo contrario de lo que enseña el Islam. Por eso, a veces eres recibido en una religión, ¿pero hasta qué punto fuiste bien recibido? Por supuesto, no meto a todos en la misma bolsa. Una vez, un «Sheij» (jeque) me dijo que él no se sentía bien yendo a una organización que se llamaba «Asociación Árabe Argentina Islámica», porque él no era de origen árabe. Y por eso digo que muchas veces, en ese abrir de brazos a la gente, cuando te reciben, no es tan sincero que digamos. Es más, recuerdo a una amiga que cuando me invitó a su casa me comentó que ella invitaba a cualquiera. Entonces, dentro de ese «cualquiera», todos esos «cualesquiera» que ella invitaba, ¿todos eran bien recibidos? Y en eso pensaba hoy, cuando escuchaba a mis vecinos hablar en chino.
Yo busqué esa identidad que me robaron desde mi niñez, pero nunca la he encontrado. La enterraron, como lo hicieron conmigo, que me enterraron viva. Pero yo sigo viviendo, mal que les pese.
Y así también te reciben a veces cuando te casas. Estás dentro de una vivienda, pero no te sientes parte de esa nueva familia que construiste, porque esa persona no te recibe en su corazón, por más que se haya casado contigo.
En un cuanto a la religión, pasa lo mismo. Te pueden recibir, pero no de corazón. Y estás ahí, pero te das cuenta de que no eres parte de ellos, porque ellos no son sinceros en recibirte, solo te dejan estar ahí, tal cual si fueras una planta.
Es muy triste, pero es realidad. En mi país, conviven un sinfín de subculturas: la china, la coreana, la árabe, la judía, la boliviana, la peruana, la cristiana, etc. Cada comunidad habla en su idioma, pero salimos a la calle y todos hablamos argentino, es decir, el castellano.
Pero dentro de ese ocultamiento de mi identidad, mis familiares decían de qué lado estaban, sin decirlo. Si ustedes son mis seguidores en mi red social y leen mis redacciones, recordarán una titulada: «el corazón habla, pero la boca calla». Ese escrito trata de relatar lo que las personas hablan sin decirlo directamente. De alguna manera, el que oculta cosas, dice lo que siente y su ideología, por más que no lo diga abiertamente. Mis familiares siempre hablaban de la envidia al rico, de las clases dominantes, del imperialismo, de la injusticias según sus miradas, de los pobres y sus necesidades, del comunismo, de la guerrilla, de los poderosos. En una palabra, mi familia era muy envidiosa del que más tiene. ¡Claro, el corazón habla lo que la boca calla!
Por eso, los chinos hablan el chino porque ellos no son bien recibidos en mi país, por más que lo tengan todo. Siempre se van a sentir extranjeros en mi tierra. Así me sentía yo en mi familia, no como una Pimentel, sino como una extranjera.
Hay cosas que no puedes mentir, aunque triunfes en el engaño. Y es por eso que soy Pimentel, que soy musulmana, que estudio coreano, que soy profesora en Artes Visuales. Lo único que tuve verdaderamente mío en esta vida fue mi hija, que hoy está muerta. Se me fue mi hija al más allá. Perdí todo. Otra vez volví a perder mi identidad.
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amyleeryba · 3 years
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reseña no reseña de Lascivia
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bueno he terminado la primer parte y estoy como en el capitulo 10 de lujuria segunda parte de esto y XDDDD chingado ya me ando peleando en face con morras defendiendo al pendejismo de christoper morgan y neta
me rio de janeiro
ay pinche morro neta xddddd
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aqui hablamos con la verdad y mi oponion es mia sobre esto sobre este men y cosas asi sobre la igual de meca de rachel james asi que comencemos
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todo empieza con rachel james, teniente de un tipo ejercito fbi escuadron lobo alpha buena dinamita onda spd emergencia haa
una locura este ejercito que esta en todos lados y pos ella esta en la base de londres y vive con una sirvienta latina o algo y su amiga que esta bien loca louisa (creo) total tiene un novio bratt que esta bien bueno, es amoroso celoso, todo controlado de familia ricachona y la suegra y la nuera no la quieren pero ellos se aman y bla bla bla, llevan cinco años y hasta ahi muy kiut todo el asunto ella regresa de sus vacaciones y resulta que tienen que ir a una cena con la hermana de bratt, sabrina y su esposo que hasta entonces rachel no lo ha visto que es tambien el beffi de bratt y la chingada
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llegan a la cena y lo conocen al vato a christopher morgan que ay no
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como empiezo a describir a este pendejete, en el libro lo describen como un adonis perfecto tan chulo que no se soporta a si mismo, pero un patan un total imbecil que hace que a vieja en la que fije la vista bolas! se le caen los calzones
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osea el vato esta buenisimo y a la rachel se le hace agua la canoa por el morro casado con la hermana de su NOVIO todo bien todo correcto 
que el christopher es coronel y sera jefe de jefes de la rachel en la cosa del ejercito la femf 
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total el vato esta mamadismo y buenisimo y esta chulo y todo, los ponen en una mision y en el camino los traicionan y se tienen que tirar en la selva y ahi pasan la noche y pos que mas, no aguantan la pasion que los corroe a los dos y cogen y ya
no hay mas
no hay vuelta atras no hay nada bonito solo eso, no se aguantan los hijos de la chingada y cogen en la selva
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la rachel regresa con la cola entre las patas que se arrepiente y asi y el otro le vale madre porque machito verdad, ok, bueno total que le confiesa a la amiga a louisa y ella le dice
date al morro, ¿te gusta? date, estas chava, guapa ojos azules pelazo todos te quieren y se quieren coger al coronel pos date, tu que puedes ¿quien dice que no?
en casi  todo el puto libro se la pasan viendola la cara de cornudo al bratt, quien se va a alemania a una mision encuebierto con unos terroristas o algo, y pos ella aca bien padre, se le solto la correa y ahi anda calenturienta como morra alborotada detras de ese wey denigrante que se anda cogiendo a media central, nomas porque la otra mitad son vatos si no ahi mero tambien les tocaba a ellos
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grande el christopher ni seungri la tuvo tan facil, total se va rachel de vacaciones a hawaii con la familia del bratt y este morro castroso y ahi pasa de nuevo ahi con total descaro en las narices de la esposa que no quiere a la esposa solo se caso obligado y no se puede divorciar y pos el wey anda como vida de soltero chingandose a cuanta morra puede, y se la aplica un par de veces a la rachel, la bajonea, de golfa no la baja, la trata mal, se pone sus pinches moños de que si ellos se conocieron asi y ella le fue infiel a su wey de cinco años de relacion pos a el seguramente le pasara y pos no quiere a una vieja asi de infiel, no no, no vaya a ser malas que le toque a el y pobrecito desgraciado el es el fuckboi de la relacion por fuck y se va
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no se cuantas veces le dijo que andaba de calienta braguetas, que solo era eso su ligue de un rato na mas para metersela hasta la consciencia y asi como hentai soft hard bien ntr con el bratt todo madreado en alemania ero les valia madres porque seguian cogiendo sin mañana este par de pendejos, que segun solo seria hasta que bratt volviera, hasta los cacharon haciendo el mete saca en un carro en una ciudad asi equis y los multaron y ella andaba de harapienta porque este wey no se controla y rompe todo, ropa calzones, 
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una vez ella andaba hasta las chanclas y se fue a gritarle a su apartamento y pos ya sabran como acabaron y ahi luego delate de la sirvienta o asistente no se que era ella andaba brincoteandole la verga al morgan y fue tan cringe tan humillante ay no ya ni queria leer eso, porque pinche vato asqueroso, su unico oficio y beneficio es andar remojando el pene en pussys ajenas y ya
la que se deje agasajar, hasta andaba borrando los videos de la oficina pa que no vieran como se trajinaba a la rachel ahi mero pero los descubren porque no mames, obvio que iba a pasar y de hecho hacen como si nada luego de bratt vuelve y segun que ya hasta ahi, y el christopher la reduce a una puta que solo lo busca pa eso y ya, es todo y ella ahi de llorona de ay este vato yo se que puede cambiar el es bueno el pinche traumado en el fondo
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ni madres, ese wey no merece second chances dijeron los vulturis, es horrible es un patan egolatra imbecil policia de mi pais has de cuenta, un pendejo que le diste uniforme y poder y ya cree que todos le tienen que andar lamiendo las patas luego de haber sido un puto castroso desmadroso que le tenias que andar cuidando la cola para que no se metiera en problemas
pense que roman era un ser despreciable pero no este ey merece una putiza bien hecha y derecha porque no lo aguanto
trata a rachel bien mal, a la esposa, la suegra, anda viendole la cara de cornudo a su disque mejor amigo porque le vale madres el solo quiere su pinche satisfaccion y si le vale madfe por quien tenga que pasar
un puñetas de primera
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me emputa mucho este personaje porque pisotea todo y todos no respeta nada por sus pinches traumas, superalo cabron, porque mierda de persona al parecer siempre seras nada destrozando vidas por tu pene y ya, que eso eres y ya, un pene 
en fin total que van a osku a un prostibulo donde deben detener a un mafioso italiano bien buenote que es tobias eaton y pos se obsesiona con rachel y no lo pueden atrapar y pos nada ahora se la pasa tratando de secuestrarla 
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y ya bratt regresa sus encuentro extramaritales paran y le hacen una fiestecita de cumpleaños y pos puros problemas porque llega el morro problematico hasta el culo de ebrio a ponerse impertinente y pos se va con rachel a discutir que acaba en sexo sangre mariguaniza y pelos y ya ahi con el bratt y los demas en la fiesta, con la esposa y la familia tambien, que pedo con esta gente
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y ahi sin saber, luego de que regresara de la deschongada bratt le pide matrimonio y como pendeja acepta y pos nada, la mama de bratt y sabrina reclaman se hace un borlote y luego resulta que les avisan a todos que se tienen que ir porque estan atacando los terroristas y ahi van como borregos.
total todo sale mal, se muere un vato todos lloran blablabla, y haciendo mas corto este desmadre, rachel rompe el compromiso sin explicacion y se va, y bratt empieza a sospechar que hay alguien mas y pos su sargento anda ahi de que pos seguramente trae a otro y te andan haciendo wey, y le pide que la vigile y pos nada, hasta solito el bratt se da cuenta por ver la multa de exhibicionistas que les habian puesto antes y los descubre y pos se arma la gorda
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va a su departamento donde entra con el arma asi bien FBI pendejo tenemos tu casa rodeada, y pos ahi estan bien encamados y encuerados y pos nada, se da cuenta que su beffi es bien puta y ya que se andaba echando a su morra, que la tenia bien cuidada mientras el estaba haya criando margaritas en una cueva de infiltrado y pos nada, arman una escena de QUE HACES BESANDO A LA LISIADA!!!!
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te voy a dar una paliza que nunca vas a olvidar
te dije que no se te ocurriera poner los ojos en mi rachelcita y los pusiste maldito lisiado
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y que se arman los putazos
y ya
hasta cachetean a rachel por zorra, que no se que esperabas morra yo tambein te hubiera dado una guajolotera porque es minimo lo que mereces, neta caes gorda, te lo dieron todo y tu te desviaste por una verga peluda y casada con tu cuñada, mija, valorate, no mames ¿que esperabas? ¿aplausos?
a mamar a otro lado
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de las reñas te hubiera sacado porque que asquerosa eres pinche vieja mosca muerta
equis ya que me alebresto
bien total queda asi, todo el chism se sabe y christopher se coje a unas cuantas en sus narices y ya, le dice que solo es por un rato y que le vale madres lo de bratt que el es frio y como aimp3 mary no siente mary no llora
que aver como le hace pero el no cambia y pos que ya sabia que pa que se hace
y llora y se va
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total rachel es secuestrada por los mascherano que es el tobias eaton obsesionado que la quiere de esposa y reina de la mafia porque el ya es al parecer el rey de los mafiosos de algun modo y ya, pos no se acpeta se resiste y el vato creo una droga que es bien potente 
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pruebala rachel, es HACOC (sonidos de guitarra potentes)
y la rachel
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la hacen una adicta porque no coopera, la maltratan la escupen es peor que basura matan a una morra que andaba ahi ayudandola, acuchillan a rachel y todoa moribunda va a la boda con el mafioso porque se iban a casar y pos casi se muere, hacen un operativo y la rescatan pero pos es adicta y no puede andar asi, bratt trata de convencerla que huyan juntos y ella se niega y le muestra pruebas de el christhoper se andaba cogiendo a otra morra hace unas hora sy pos nada, llega este pendejo como vato golpeador de paredes, el fifas les dicen, y pos nada rachel le dice que lo ama pero que no puede estar con el porque le rompio el corazoncito tres veces y pos no ya no mas, en el juicio que le hacen todos se enteran de la cornamenta de bratt todos ven como andaban del tingo al tango
y todos oh my god, se dan cuenta de lo zorril y falsa que es y asi pos ya, pa que no la maten ni nada deciden que debe estar bajo el cuidado del morgan pero guacatelas con el y pos dice que se quiere ir al exilio y ya, la mandan hasta la chingada pa que no sepan que es ella y finge su muerte y ya, la hermana de bratt termina loca, nadie recibe su castigo y todos pa su casa
ahi quedo que todos por su lado y nada mas
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en resumidas cuentas eso es el libro, engañar coger llorar las balas pakam pakam pakam y el corazon tukum tukum tukum 
y ya
osea esta chido mucho sexo y todo y despues de un rato ya te harta pero equis, esta biene scrito al menos me entretuvo pero hijo de su pinche madre, deberas no aguanto a ese ser tan nefasto que es christopher morgan neta, me da asco, como no le pueden parar el tren y lo alaban y le besan las patas (y la riata) por ser guapo y la chingada y ay no
no vales la pena, es un asco de morro, me emputa que se la pasen todo sin consecuencias, lo detesto me caga, todo lo malo ojala le pase ya si lo matan espero que le metan un misil en la cola no se
lo que sea
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me caga y no hay peor que el pero todavia le tengo que soportar por dos libros mas y todos lo trataran de heroe salvara el dia se quedara con la morra buenota y felices y contentos porque no espero mas y no espero que me sorprenda porque he estado ahi antes, se como acabara esto seria un milagro si le dan un giro a este desmadre
y todavia las morras de face que defiende a esta caca humana y ficticia ok, todo bien en casa seguramente ahh y agregando algo que se me paso, el vato nunca uso condon con ella pero tenia un cajon lleno y ella le reclama que porque no se cuida el pendejo y el le dice que como ya la probo asi su pito no lo soportaria y pos se la mete asi en seco a probar su punto y la rachel toda meca acepta pero ok todo bien en su pinche cabecita militar
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ya ahora si me voy a la chingada porque que asco de vato, ya me ire a dormir solo queria decir esto
byebye
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todotario · 3 years
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Carta para ti
Querida lectora:
          Escribo esta carta con el corazón en una mano y la angustia en otra. Sé que tú, como yo, te encuentras sufriendo por el papel que te ha tocado en esta vida. Sé que estás tratando de nadar a contracorriente y quieres evitar las voces externas e internas que te suplican, te ordenan quedarte. Pero nosotras ansiamos más el no tan codiciado trofeo de la soledad y la paz. 
          En esta sociedad donde no nos ven completas hasta que no tengamos un esposo e hijxs a quienes servir, esta sociedad donde nuestro valor se basa en qué tan buenas somos para cuidar y amar, para limpiar y cocinar, quiero decirte a ti que al salvarte tú, estás salvando al mundo, sí, así es. Y te voy a decir por qué.
          Nací, crecí, y a la fecha sigo coexistiendo en una familia de mujeres en su mayoría. Mujeres como tú y como yo que nacieron bajo las reglas del amor patriarcal, por lo mismo las mismas reglas y las mismas ideas estáticas convivieron aquí día a día, en nuestras cabezas, las expectativas no cambian, las exigencias son las mismas. Durante mi niñez y adolescencia no existía para mí la brecha de género, era algo que no concebía porque yo podía estudiar y tener la oportunidad de tener el trabajo que yo quisiera si me preparaba bien, y veía a mis tías con trabajos y eso era perfecto para mí. Por eso cuando llegó mi embarazo no supe cómo reaccionar ante las nuevas exigencias que se me presentaban: Aprende a limpiar hasta la última esquina, a cocinar hasta que tenga sabor, a amar incondicionalmente, a educar al hijx, valorar y cuidar al esposo y perdonarle sus errores una y otra vez porque a fin de cuentas es hombre y las cosas son así. Cuida las plantas, paga las cuentas, abastece a la familia… Y todo, con la exigente lupa de las de arriba. No hay espacio para la equivocación ni para hacerlo diferente, a tu manera, no. Las cartas fueron echadas antes de que nacieras y las reglas fueron dictadas, no se pueden romper, son inamovibles. 
         Hice esta es una carta, para tí, lectora, que sufre porque el arroz no le queda perfecto, que odia doblar la ropa y los días que son siempre iguales. Que está cansada de esconderse en otra personalidad para no molestar a sus cohabitantes, que descubrió, a la mala, que el amor nunca será como le hicieron creer, que quiere salir corriendo y encontrar un lugar que sea suyo, sólo suyo. Esta carta es para decirte que no estás sola, que no eres tú el problema, que es válido tu enojo, que se vale derrumbarte porque solo así te vas a reconstruir, que dejes correr tus lágrimas porque son ellas las que te están salvando.
        He estado pensando mucho en cómo ciertas decisiones que he tomado han sido punto de partida para ser resignificada. Hace unos años decidí tener un hijo y con eso se abrieron las puertas de una parte de mi vida privada, sentí cómo poco a poco el camino que comencé a andar se fue poblando de miradas que esperaban ciertas cosas. Algunxs me decían que era el momento de madurar y adoptar la vida que tanto había rechazado, la de la vida en casa, comenzaron a lloverme los remedios de la abuela, los consejos para limpiar mejor (porque al parecer mi método no era el más eficaz, aunque llevo años usando las mismas técnicas), las recetas para hacer comidas más ricas (porque al parecer no se vive de ensalada… O sopas). Y así podría continuar con cada ejemplo de cosas que se supone tenía que reaprender porque me estaba convirtiendo en la señora de mi casa y debía portar el título con honor y responsabilidad, siguiendo el camino de mis primas, mis tías, mi madre, mi abuela...
          Creo que tomar ciertas decisiones no tendría por qué implicar adaptarse a un molde en específico. El querer aprender a hacer un pastel no implica querer convertirse en una pastelera profesional, ni pintar un cuadro en ser una pintora exitosa o escribir una canción tampoco una compositora estrella. ¿Por qué el tener un hijx te obliga a convertirte en la mamá perfecta? ¿Por qué el decidir compartir tu vida con tu pareja te obliga a ser la esposa modelo? ¿No podríamos acaso, decidir tener un hijx sin echarte todo el manual o mudarte con alguien sin aventarte la plática de los cuidados a la casa y el esposo? ¿Podríamos inventar nuestras propias formas de maternar, de convivir? Y si lo hemos logrado, ¿podríamos acaso gozar de la libertad sin escuchar los comentarios malintencionados de las voces a nuestro alrededor, ni los pasos de las expertas tras de nosotras esperando que nos equivoquemos? 
Tal vez estoy hablando desde mi posición de millennial incomprendida y en unos años mi onda ya no será onda y me encontraré en la misma posición que mis antecesoras; o tal vez no y aprenda a la mala a escuchar las alternativas de las que vienen tras de mí, y muy probablemente en unos años me encuentre murmurando entre dientes que mi hijo no sabe lo que es bueno para él y yo sí. Quién sabe. 
Lo que sí sé, lectora de mi corazón, es que desde esta posición, de mi posición de madre imperfecta, te quiero decir que no eres la única pidiendo un poco de espacio para tomar sus propias decisiones, que no estás sola al momento de decidir hacer eso que te dicen que es arriesgado pero que te dará paz, que no pueden imponerte algo sólo porque les ha funcionado a otras personas, que se vale seguir tus convicciones seas madre o no, tengas pareja o no, vivas sola o en familia, tus decisiones valen, tu voz vale, tus convicciones valen. Y qué importa si tu voz es escandalosa, si tus movimientos son bruscos, si tu forma de querer no es la convencional, si tu manera de vestir atrae críticas… Elige siempre tu paz, elige siempre tus modos. Elígete, ya no te reprimas, que ya pasamos muchos años escuchando todo lo que no debemos hacer y las maneras correctas de hacer lo que sí. 
Alguna vez tuve la fortuna de coincidir con una pensadora que nos dijo una frase y de pronto todas las cuerdas de las demás se desataron al oírla decir: “Yo soy floja”. Al decirlo y explicarlo a las demás, Alma nos dio una calma que pocas veces se siente, Contándonos que las decisiones en su vida giran en torno a hacer lo menos posible y a demostrarnos que contrario a todo lo que nos han hecho creer, no pasa nada con querer eso en tu vida. Hacer.Lo.Menos.Posible. Las risas aparecieron en las pantallas mientras todas aceptamos que éramos partidarias de esa filosofía pero con un tanto de pena. A partir de ese día a veces me recuerdo eso para consolarme por no haber terminado las tareas que con entusiasmo comencé en la mañana y que no pasa nada si la hacemos al día siguiente, con un poco menos de culpa y sí con satisfacción por habernos escuchado hace unas horas o el día anterior.
Tú lectora, que has llegado hasta acá, agarra el molde que te quieren imponer y lánzalo muy fuerte hasta donde ya no lo puedas ver, lánzalo junto con el brasiere de varilla, las reglas de la maternidad, las de la soltería, la maldita heterosexualidad obligatoria, la receta imposible de cambiar, el guion imposible de borrar,  el estúpido amor romántico. 
Lánzalo todo y una vez que lo hagas, corre, corre sin detenerte, corre sin dar explicaciones, corre y lleva a cabo tus planes. No importa lo diferentes que se tornen, no importa si te miran, tú ya no los ves a ellxs. Huye de ese espacio y crea tu hogar de cero, con tus reglas, con tus gustos, compra esas tazas que tango te gustaron y prepárate el té a tu gusto; o tal vez llénalas con cerveza o vino barato, prepara el pollo a tu manera, usa esos pantalones que tanto te gustan aunque te digan que no se te ven bien.  
Ríe, ríe fuerte, ríe de todo y por todo...
Salva al mundo, salva tu mundo de las miradas intrusas, de las críticas y de las cosas alineadas, de las ideas preconcebidas. Sálvate a ti, salva a tus hijxs si es que les tienes de esas práctica, cambia el rumbo de sus destinos, ábreles las puertas que no nos dejaron a nosotras ni siquiera tocar.
No le debes a nadie la explicación de tu rabia, ni de tus frustraciones, no debes disculpas por la manera en la que haces las cosas, las decisiones que quieres tomar, la actitud que decides asumir. No tienes por qué escuchar las opiniones generalizadas de los que debemos o no hacer ni la lista de errores que a su parecer, tenemos. 
           No tenemos porqué seguir los mismos caminos, podemos, sí, llevarnos pedacitos de lo aprendido, lo que en nosotras se quedó y nos funciona, lo que nos recuerda a la abuela y nos abraza, la receta que nos recuerda las tardes en las que mamá cocinaba y todo estaba bien, el remedio de la tía que seas escéptica o no, funciona. 
Podemos también quedarnos con esas charlas sinceras, con los abrazos cuando los necesitamos, con los cuidados que nos salvaron aquella vez. Podemos crear otros canales, otras maneras de formar parte sin cambiar nuestras diferencias, podemos pedir que nos escuchen desde otro ángulo, y si ese otro ángulo no es aceptado, no perderlo sino abrazarlo y ya no soltarlo. 
No puedo decirte otra cosa más que necesitas confiar, confía en tus pasos, confía en tus decisiones, confía en tus palabras. No te sueltes, ya no te sueltes de ti otra vez. Y si por algún motivo lo haces de nuevo. Aquí estaré de nuevo, amiga, para escucharte y comprenderte, para volver a comenzar el camino y hacerte llevadero el viaje, igual y en una de esas, coincidimos en la salida otra vez. 
Maili
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El 11 de diciembre se celebra el Día Nacional del Tango. Una fecha decretada para homenajear al popular cantante de tango Carlos Gardel y al compositor Julio de Caro, quienes fueron reconocidos en todo el mundo por dar a conocer este género musical, que tanta relevancia e interés ha tenido a través de los años.
¿Qué es el tango?
El tango es un género musical de Argentina, concretamente de la región rioplatense, en el que dos personas bailan de manera acompasada al ritmo de la música, con movimientos muy lentos, pero donde se ejecutan una variedad de pasos muy sensuales, que terminan cautivando al espectador.
Este movimiento musical está considerado como una de las expresiones artísticas más representativas de la cultura argentina. El tango se compone de tres elementos primordiales como son la música, la danza y la poesía. Actualmente está considerado como un Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
¿Cuál es el origen del tango?
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El tango tiene su origen a partir de la fusión entre dos grandes culturas, una venida de los emigrantes europeos, cuya descendencia era de los esclavos africanos; y la otra un poco más al sur, de los habitantes tanto de Argentina como de Uruguay.
El Día Internacional del Tango que se celebra el 11 de diciembre de cada año, quiere rendir un especial tributo a Carlos Gardel y de Julio de Caro, dos personajes de la cultura argentina, quienes dieron a conocer este género musical que llegó para quedarse.
¿Por qué nace el Día Nacional del Tango?
Todo comenzó en el año 1965, cuando el famoso compositor artístico conocido con el nombre de Ben Molar, toma la iniciativa de lanzar una propuesta para homenajear a dos grandes personas de la música argentina de esa época, Carlos Gardel y Julio de Caro, que casualmente celebraban su cumpleaños un 11 de diciembre.
Esta propuesta fue presentada ante la Secretaría de Cultura, pero sólo después de transcurridos doce años, fue posible que esta celebración se hiciera realidad. Hoy, el mundo entero rinde homenaje a estos dos íconos de la música, que dejaron un gran legado, haciendo del tango un movimiento artístico y musical, que genera pasiones de los que son verdaderos amantes de este género.
Las mejores composiciones de tangos de la historia
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El tango es el resultado de la fusión de algunos géneros como la habanera, la milonga, la polca o el tango andaluz. Al principio no fue bien aceptado por las clases pudientes ni la iglesia, pero con el paso de los años, fue ganando aceptación y a inicios del siglo XX aparecen las composiciones que catapultarían el tango a la fama de forma definitiva. Las más representativas son:
El Choclo: Aunque hace referencia al maíz, que también recibe esa denominación, según los entendidos, la canción fue compuesta para referirse al aparato reproductor masculino, ya que el origen del tango comenzó en los prostíbulos.
Fuga y Misterio: Una canción escrita por el compositor Astor Piazzola y que se popularizó, a pesar de que, para muchos amantes y conocedores del tango, este tipo de música no era representativa de este género musical.
A Media Luz: Considerada como la canción de tango más famosa de la historia e interpretada de forma magistral por Carlos Gardel. Es el tema musical que ha tenido mayor número de versiones por varios autores alrededor del mundo.
Cambalache: Creada en una época de crisis económica en Argentina en el año 1934, como una forma de expresión de lo que estaba aconteciendo en el país para ese momento.
La Cumparcita: Es la máxima expresión del tango uruguayo que tuvo repercusión internacional, además de ser considerado en esta nación suramericana como un himno popular y cultural.
Por una Cabeza: Compuesta e interpretada por Carlos Gardel, esta canción todavía sigue teniendo popularidad y aceptación entre los que sienten verdadero fanatismo por el tango.
Volver: Una de las más célebres composiciones de Carlos Gardel, que llega al corazón por el contenido de su letra y que contribuyó para que este cantante, aún hoy, siga siendo recordado.
Algunos datos curiosos relacionados con el tango que no conocías
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Hay algunos datos curiosos, que quizás muchas personas desconozcan sobre el tango, uno de ellos, es que, para darle vida a esta expresión artística y musical, es necesario el trabajo mancomunado de todo un equipo, integrado por músicos, compositores, cantantes, letristas, bailarines, profesores y coreógrafos.
Por otro lado, aunque se cree que el tango es originario de Rio de la Plata, también las ciudades de Buenos Aires y Montevideo, capital de Uruguay tienen alguna influencia, aunque también sus raíces están directamente emparentadas con los europeos y los africanos.
El tango ya es oficialmente un Patrimonio de la Humanidad. Desde el año 2009 está inscrito en la lista gracias a la UNESCO, ya que representa un proceso de la sedimentación cultural, así como de la transformación social a través del tiempo.
Películas de tango
El tango ha dado mucho que hablar desde su creación. Muchas canciones se han escrito, pero el mundo del cine no se ha quedado atrás. Aquí te dejamos una pequeña muestra de las películas más exitosas de todos los tiempos:
Tango (1933): Es una película en blanco y negro producida en Argentina y que para la crítica del cine de ese país es un ícono emblemático de lo que significa el tango, además de los primeros actores que participaron en la producción como la reconocida actriz Libertad Lamarque entre otros. La temática de la cinta es la relación pasional entre un cantante de tangos y un joven, por lo que tendrá que pagar un alto precio.
Último tango en París (1972): Narra la historia de un hombre americano, quien, al sufrir la lamentable pérdida de su esposa, comienza una relación secreta con una joven mujer, llena de altibajos y fuertes pasiones.
Perfume de Mujer (1992): Protagonizada por el célebre actor Al pacino, la película cuenta la historia de un hombre ciego, quien, tras iniciar una amistad con una joven mujer, termina involucrándose afectivamente con ella. ¡Un film lleno de romance, que no te puedes perder!
Tango no me dejes nunca (1998): Una producción española que narra la situación vivida por un director de cine, quien después del abandono de su mujer, comienza a sentir atracción por la joven actriz protagonista de su película sobre tango. Está considerada como uno de los mejores films, por lo que fue nominado a los Globos de Oro y el Óscar. Su director fue el reconocido Carlos Saura.
Carlos Gardel, el más grande exponente del tango
Carlos Gardel fue un reconocido cantante y compositor de tango, que nació en Argentina en el año 1933. Actualmente, es considerado como el máximo exponente de este género musical y alcanzó la fama mundial por su estilo característico para interpretar el tango. Además, protagonizó varias producciones cinematográficas, bailando y cantando la música que lo dio a conocer y con la cual pudo vender millones de discos y ganar fama internacional. Pasó de ser un niño muy pobre, a un hombre que conquistó los escenarios y los corazones de toda una generación.
¿Cómo celebrar el Día Nacional del Tango?
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En Argentina se acostumbra celebrar esta fecha por todo lo alto. Es bastante común ver a la población organizar eventos, competiciones de baile y otras actividades, pero lo mismo pasa en otras latitudes, ya que el tango es considerado un acontecimiento universal y un Patrimonio Cultural de toda la humanidad.
Son millones las personas en todo el planeta que practican esta particular danza, caracterizada por la sensualidad, además de escuchar su música melancólica y hasta con un cierto halo de nostalgia, que cautiva, embriaga y envuelve por sus bellas letras, llenas de poesía.
Sí quieres formar parte de este evento, te invitamos a participar aportando alguna información valiosa sobre este interesante tema ya sea a través de algún video o simplemente dando tu opinión. Esto lo puedes hacer valiéndote de las distintas redes sociales y no te olvides de añadir el hashtag #DíaNacionaldelTango.
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Me prostituí a los veinte en la universidad. Estudiaba psicología, un compañero me dio el dato. Al principio no acepté, de hecho no le creí. Al par de días caché a una alumna de mi carrera que por razones obvias no diré su nombre real, pero llamémosla “Lucía”, un auto de lujo, fotos en hoteles, islas paradisíacas pero sus padres más ratas que los míos y nadie sabía de su trabajo… Llámenme sapa, mal hablada, lo sé, pero fue inmediato no pensar lo que hacía cuando me ofrecieron la pega. Peor aun fue compararme con ella en el momento que encontré llorando a mi mamá, había dejado de pagar el dividendo hace varios meses y le llegó una notificación por demanda hipotecaria, nos teníamos que ir. Para más remate a mi hermana la pillaron los pacos vendiendo lechugas y se las botaron, ingresos cero. Solo éramos las tres, mi padre brilla por su ausencia como siempre, seguramente borracho por ahí tomándose lo poco que tenemos.
Tuve que hablar con aquel compañero, lo pensé mucho, no les miento, jamás creí que haría esto.
- ¿Cuánto dijiste que pagaban?
- Depende del cliente, pero yo te tengo uno bien bueno, con hartas monedas. Pero paga mucho más si eres detallista.
Seis dividendos de 120 mil pesos, más los intereses bancarios daba un total de casi un millón. Mi madre tenía 10 días para pagar.
- ¿Unas cien lucas? – pregunté.
- ¿Cien? Ni cag*ndo. Por lo bajo unas quinientas.
- ¿Y tú cuanto te recortas?
- Mira, por ser primera vez no te voy a recortar nada. Me interesa que dejes feliz a este viejo no más, porque después me llamará siempre y ahí si que lloverán las lucas de verdad ¿Estamos?
Si lo que me ofrecía era cierto entonces yo tenía al menos un poco más de la mitad de la deuda pagada, me prometí que solo lo haría por esa vez, solo esa vez… por supuesto a él no se lo dije.
¿Cómo me tenía que vestir para salir a trabajar de put*? Se me apretaba la guata, me arrepentí en varios momentos, me puse a llorar en el baño de la casa, un miedo horrible que me embargaba, sentí vergüenza de mí, a ratos un poco de asco. Estaba a tiempo de dar un paso atrás. El teléfono que sonaba, varios mensajes de Whatsapp sin contestar, me senté en la cama, clonazepam, un pito prendido y me miré en el espejo.
- Una vez, solo una. Nadie tiene que saberlo, no soy put* – me dije a mi misma.
Respondí el celular y tomé el taxi.
“Arquitecto Jaime Sanfuentes 1581, Vitacura”
Timbre y una voz en el citófono.
- Hola… soy “Sabrina”.
Me acordé de la serie de la bruja adolescente que vi en Nickelodeon cuando pendeja, no se me ocurrió otro nombre. La puerta de afuera se abrió, caminé lentamente y me detuve. Mejor me marcho, mejor irme a la cresta, puedo buscar trabajo en otra cosa. Me devolví.
- ¡¿Sabrina?!
La voz de aquel tipo, me di media vuelta y allí estaba, observándome el culo y las tetas. Se veía de 40… o más ¿50? Buena ropa, físicamente bien mantenido… sugar daddy hubiese dicho en otro momento. Intenté autoconvencerme: cállate, disfruta, una noche de s*xo como cualquier otra, solo que esta vez te van a pagar. Adentro de su living mas grande que mi casa entera, me hizo sentarme en un sillón que costaba una mensualidad de mi carrera. El clonazepam comenzó a hacer efecto, peor aun con la copa de whisky que me ofreció. Hablamos un poco, el tipo era educado y me hizo reír un par de veces. Me relajé. De hecho, a ratos pensé que, si hubiese sido una cita real podría haber sido la mejor. Nadie me había tratado tan bien como él.
Me tocó la pierna, mis ojos que no se despegaron de sus manos y nuevamente la culpa.
- ¿Deja ir al baño? Vengo al tiro.
Me senté a mear, el tic de mis pies tocando el mármol del piso una y otra vez. Dejé correr la llave de la ducha para hacer tiempo… Pero tenía que salir.
Te demoraste – me dijo.
Le sonreí y me serví otra copa de Whisky para entrar en confianza conmigo misma. Subió el volumen de los parlantes, el tango de Gardel.
- Báilame.
Nunca había bailado tango en mi vida, pero daba lo mismo, supuse que tenía que hacer cualquier cosa que lo calentase. Asumí en ese instante que ya estaba metida en el fango, crucé con los dos pies hacia el otro lado, estaba adentro, ahora solo tenía que cerrar los ojos y dejarme llevar. Comencé a sacarme la blusa…
- Espera… no te saques la blusa… quiero que te quites los zapatos.
Tuve que salir de mi especie de transe, ahí fue cuando me di cuenta que yo no estaba para disfrutar de nada, solo era recibir órdenes como una robot. Le hice caso, me los pidió y se los entregué.
- Ahora sí, sácate la ropa… toda… y no pares de bailar.
Se bajó los pantalones. Luego se levantó y se fue sin avisar. Me quedé desnuda, sola en el living. Dos, tres, cinco, mas de 20 minutos sin saber si vestirme e irme.
Pero volvió…
- Ponte esto…
Unos tacos deteriorados, pegados con neoprén, una colonia inglesa y lo increíble.
- No me voy a colocar esto.
- Si te los pones te doy quinientos más.
Era una placa dental postiza, emanaba un profundo olor a c*ca. Las arcadas, los ojos lagrimosos del asco… tenía que respirar profundo y aguantar. Mi madre, mi hermana, mi casa, la plata estaba, tenía que hacerlo. Una sola vez.
Me tomó el rostro de golpe y comenzó a besarme mientras apenas me pude ajustar la placa. Su lengua atravesando mi boca, no aguanté la apnea. Me soltó y escupí aquella encía de yeso al piso.
Su rostro no era ya el de aquel tipo amable que me recibió. Recostado en su alfombra supuse que me tenía que montar sobre él.
- Písame con los tacos.
Caminé sobre su estómago desnudo, me pidió que lo aplastase y que saltase sobre él.
- Lo estás haciendo muy despacio, pégame fuerte.
Le enterré la punta de un taco en el pecho, gritó de dolor y me pidió más, una y otra vez. Fueron al menos 8 minutos. Marcas de sangre por las heridas que le dejaba y nos detuvimos porque un zapato terminó por romperse.
Supuse que habíamos finalizado, pero no… Comenzó a m*sturbarse. El sem*n sobre su alfombra y mis ganas de irme a la cresta.
- Pisa el moco con el taco que no se rompió.
Me tenía cansada y se me notaba en la cara, no creo que lo haya notado, tampoco creo que le hubiese importado, sus ojos centrados en el cómo aplastaba su esperma sobre el tapete.
La voz apretada y la exhalación que hizo notar con un segundo orgasmo. Se fue sobre mis piernas. El silencio total en mi cabeza y “el volver” de Gardel que se repetía nuevamente en el tocadiscos.
- Muchas gracias ¿Cómo me dijiste que te llamabas? – me preguntó fríamente.
No respondí.
- Toma, cien, trecientos, quinientos… ¿Estás bien con un millón? Mejor quinientos más por la discreción. Espero verte de nuevo, eres muy linda, la pasé super bien contigo. Si quieres te puedes duchar mientras yo me voy a acostar. Cuando te vayas asegúrate de cerrar bien la puerta, por favor. Gracias.
Me lavé la pierna y los pies con la manguera de la ducha mientras lloraba, apurada me sequé con mi blusa. Me lavé los dientes con tanta desesperación que me rompí las encías. Me vestí, tomé el taxi y me fui.
Entré a mi casa, insomnio total, ni el clonazepam me ayudó a dormir.
Pero desperté, eran las cuatro de la tarde. Me levanté y vi a mi madre sufriendo como siempre.
- ¿Adonde andabas anoche que recién te estás levantando? Con tu hermana fuimos a vender lechugas bien temprano, tenías que habernos acompañado, estamos terriblemente cansadas.
En ese instante recordé que, en mi pieza, en el bolsillo del pantalón que había ocupado por la noche había un millón y medio de pesos a lo que equivalía a tres mil lechugas que solo se podrían vender en 9 meses, creo. Ese fue el momento que el asunto dejó de ser tan terrible, incluso aquellos tacos de vieja.
Al otro día llegué a la universidad y para mi sorpresa, estaba la policía esposando a mi compañero.
- ¿Por qué se lo llevan? – pregunté.
Mi miedo fue que hayan descubierto que manejaba una red de pr*stitución, la verdad saldría a la luz, yo también fui una de sus trabajadoras… pero la realidad no es siempre como una la espera, puede ser incluso mucho peor.
Me acerqué a mi compañera, la que nombré como “Lucía”, la misma que tenía aquella vida lujosa, la que creí que hacía lo mismo que yo… pero con el tiempo supe que resultó ser una suertuda de mierd* que había recibido una herencia y me dijo:
- Se lo están llevando porque al parecer encontraron el cadáver descompuesto de una viejita en la casa de su tío en Vitacura, eso están diciendo en las noticias. Parece que ellos la mataron y la tenían escondida hace días– me contó.
Fue en ese momento cuando levanté mi mano lentamente y comencé a tocarme los dientes.
…………………………………………………………………………………………………………
“Sabrina”
Autor: El Borrador
📸Tomado de la red.
#Elartedeleer 🖤✨
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mediocordobez · 5 years
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“LOS PISTOLEROS SOLITARIOS” (the Lone Gunmen) ☠ ☠ ☠ ☠ ☠  Me cague hasta las patas (De risa e intriga)
Hoy porque es sábado por la mañana y dormí más de 8 horas de corrido “luego de muuuuuucho tiempo” estoy de muy buen humor para cumplir un encargo, que para mí es un honor y me saco el sombrero y me sirvo un vaso de birra
Con ustedes de los más FRIKY que puede existir, 3 GENIOS y 1 TARADO se adelantan al 11 de septiembre (Y ESTE DATOS ES VERIDICO) así empieza esta serie... Si viste y sos enfermo mental de X FILES al igual que mua SU HUMILDE SERVIDOR no dejes de ver a los FANTÁSTICOS, LOCOS, CHIFLADO y por sobre todas las cosas VÍRGENES
“LOS PISTOLEROS SOLITARIOS” (the Lone Gunmen)
               Mínimas recomendaciones antes de leer esto. Si nunca viste THE X FILE realmente lo lamento por tu integridad mental y física, ósea ¿No te interesa saber de los Aliens, abducciones, chupacabras, vampiros, fantasmas, hombres de hielo, la mentira del hombre en la luna, súper hombres, hormigas asesinas, conspiraciones? Bue obviamente si no sos de esas personas CHÚPAME UN HUEVO
        Que puede salir de un ex hippie gurú fotográfico (Frohike), un periodista CRACK en comunicación (Byers) y un mentalmente medicado LOCO experto en COMPUTADORAS (Langly) básicamente todo lo que está bien!! Entre los 3 tienen el periódico “El pistolero Solitario” haciendo un claro reflejo al asesino de JFK                
Pero como siempre tiene que existir un MUJER porque si no hay una mujer súper HOT, súper inteligente y además SUPER ASESIA, una serie como esta no funciona y ella es la genial YVES que es todo lo que está bien.                Pero (Y voy a repetir muchas veces la palabra PERO) siempre en necesario un Atractivo, Atlético, Joven, MULTIMILLONARIO, pero por sobre todas las cosas RUBIO y él es el alma de la serie JIMMY BOND del cual me podría hacer un tatuaje tranquilamente en mi nalga izquierda. 
La presentación fue larga porque la serie son solo 13 capítulos, en donde este imperfecto pero hermoso grupo va a revelar verdades para publicarlas en su diario, algunos ejemplos resumidos en 3,2,1… En un capitulo PREDICEN el atentado a las torres gemelas y es posta esto, otro de los mejores capítulos es donde hay un NARCO ASESINO SUPER BAILARÍN DE TANGO ARGENTINO que no HABLA español no sabemos porque, pero solo habla INGLES, pero todo se resume en una competencia de TANGO con el GORDITO como salvador, y como olvidar como cuando encuentran el auto que funciona con agua y llegan a la conclusión que darlo a conocer solo le haría daño al planeta (Excelente capitulo TOMEN HIPPIES!!) También entran al área 51 y en todos pero todos los capítulos JIMMY BOND se manda tantas cagadas que resulta ser tan querible como TEDDY ese osito drogadicto                
Ojo que aparecen varios personajes más pero la verdad el único que vale pena es un NERD CAPO en computación que se puede infiltrar en cualquier lado desde tu casa hasta el pentágono y siempre que aparece se pelean con Langly (las peleas son EXCELENTES)                
Son SOLO 13 capítulos, en los que si como yo crees que vas a ver algo parecido a THE X FILES, o vas a ver a los agentes más conocidos del FBI o cualquier cosa que tenga que ver con el universo X FILES “ESTAS EQUIVOCADO” La serie es excelente diría la primer serie FRIKY de la historia, es muy corta pero excelente siempre con humor negro e inteligente, si te quieres divertir, reírte, descubrir quien mato JFK, saber quién fue el inventor del auto que funciona 100% a agua, o ver los planos de ÁREA 51 ESTA ES TU SERIE.                
Solo recuerden que hay un antes y después de conocer al gran JIMMY BOND 
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ladymordo · 6 years
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No tiene titulo ni forma. Bueno, ahora tiene un titulo pero sigue sin forma.
Quiero escribir, como hace mucho no tenía deseos de hacerlo para esta plataforma, para el lugar virtual que me ha visto crecer, pelear, llorar y ganar; quiero hacerlo pero no de esa forma poetica que tango me he obsesionado con lograr y que no entiendo como quiero escribir similar a algo que no me gusta (recientemente me di cuenta que la poesía no me llama la atención y tal vez sólo confundo mi cursilería con este tipo de expresión), pero bien dice Hayley “Expresate es sobrevivir” y ahora siento que me ahogo en ese liquido negro y viscoso que antes fluía por mis venan, inundando cada rincón de mi cuerpo; aquel liquido tan corrosivo que hizo hoyos por todo mi ser a una temprana edad, hoyos que poco a poco se han ido rellenando de tejido que se regenero, otros que se han ido llenando con materia ajena a mi cuerpo sin embrago subsiste ese hoyo funesto y asqueroso, aquel del que aún gotea brea acida mezclada con sangre, lagrimas y amargura que aparentemente es imposible de llenar y que ahora ha llenado casi hasta el tope el cubo transprente azulado en el que siempre me encuentro, pero esta vez se ha ido llenando gradualmente con las malas experiencias que tanto Agosto como Septiembre me han brindado.
Ya sólo quiero que llegué Halloween para sentirme viva mietras estoy rodeada de toda esos tocados macabros y moribundos, quiero ver en las calles caras palidas o en los huesos que me recuerden a mi y a aquellos años en los que me quería destruir pero decidí dejar ese honor en manos de alguien más para no cargar con la responsabilidad. Cobarde. Debil. Imbécil. Desequilibrada. 
Como sea, a quien le importa lo que diga ¿a mi em importa? bueno, tal vez si, digo, yo soy yo y yo me pertenecezco a mi misma, así como yo misma puedo sabotearme A SOLAS porque justo ahora siento ue es lo único que puedo tener: a mi para mi. El domingo me tatuare e iré sola porque  estoy cansada de forzarme a compartir momentos que son sólo míos con personas por el simple hecho de ser aún una jodida niñata que le aterra estar a solas en la calle porque su cabeza habla de más y le juega malas pasadas que la hacen sentirse aún más pequeña e incomoda de lo que se siente veinticuatro-siete.
Estoy molesta y quiero entrar con violenta fuerza al agua, en forma de flecha romper sus moleculas viscosas y abrirme paso en ella, mostrandole que o también tengo colmillos y colmillos chuecos que desgarran aún más profundamente la piel; pelearme con ella, demostrarle que soy como ella, con la única diferencia que yo soy agua estancada, podrída y mal oliente. Yeih. Para luego, al heberme rendido ante una fuerza superior, totalmente herida y agotada entregarme por completo a ella y dejar que me abrace, que bese las heridas que yo misma me busque, que me haga sentir que me quedo sin aliento y el azucar en mi sangre llegué a números negativos para que al salir de ella, derrotada pero reconfortada mis piernas tiemblen y mi cuerpo piense “Oh, creo que ahora si morire”. No. No moriremos. No así. No por eso.
Hay tanto que podría seguir escribiendo, de todo lo que pasa por mi cabeza. De las piedras, de las luciernagas, de las gemas semi preciosas, de las deidades femininas, del amor que perdí y la enorme tentación de correr hacía él ahora mismo en este segundo pero dejarlo ir es parte de esta especie de sanación que necesito, parte de esta etapa que deje de lado por años al cambiar de parecer por un capricho romantico que no dio ni dará frutos nunca jamás, pero no importa cuanto escriba, todo vuelve a ese punto edgy donde me quiero aislar con la ecusa de mejorar como persona cuando claramente lo único que quiero es no volver a ser herida por las espinas de alguien más porque a decir verdad no me molesta herirme a mi misma, es una lucha de poderes donde yo me puedo hacer a mi misma lo que quiera pero si tu tratas de hacerme lo mismo toparas con pared porque no lo voy a permir porque NO NECESITO AYUDA, PUEDO SABOTEARME POR MI MISMA. Buenas noches
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hunnibee26 · 2 years
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Tango de blanco y negro (Black & White Tango)
Danced by legends Julio Bocca (in white) and Carlos Rivarola (in black).
Ending scene for the Spanish movie Tango, no me dejes nunca (1998) or simply Tango (1998) to international audiences, written and directed by Carlos Saura, and filmed by award-winning cinematographer Vittorio Storaro, best known for his work in The Last Emperor (1987) and Apocalypse Now (1979), and choreographed by Juan Carlos Copes.
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enigma-deckard86 · 3 years
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El dentista
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Fuente de la foto: la boca del autor del relato
El miércoles pasado fui al dentista. Hace casi tres meses que comencé a notar una molestia en el diente. Uno de los de abajo. «Incisivo lateral inferior»; googleando lo encontré. Cuando ya comenzaba a ser más que una simple molestia, y pasaba a ser un incipiente dolor, no me quedó otra que ir. ¡Con lo que me gusta ir al médico! La sensación era como si al tocar el diente, estuviese hueco por dentro. O flojo. Y lo gracioso, por no decir triste, es que jamás había tenido un problema en los dientes. Y tengo treinta y cinco años. Jamás he tenido una caries. Nunca. Jamás me taladraron. Pero siempre hay una primera vez para todo.
Llegué al hospital, y en la entrada: alcohol en gel. De momento es solo en las manos. Pero ya vendrán los tiempos en que haya que untárselo en todo el cuerpo. Protocolo bicho: Una botella de plástico y una parafernalia de aparato para que al presionar con el pie, esto active una válvula que apriete el pomo de alcohol, para que así salga el transparente líquido que obra milagros. Directo a sus manos. Las maravillas de la posmodernidad. Así que sin más, después de la higiene, entré. Subí las escaleras. Cuatro pisos. Y en la pared de la primera planta, al costado de las escalinatas, reza una inscripción: «Suba las escaleras. Es bueno para su salud». En el fondo tiene razón; pero hace calor, es verano, y yo vine en bicicleta. Así que por hoy ya hice ejercicio. Hay un ascensor, pero igual voy por las escaleras porque si no siento culpa por ser cómodo. El letrero en realidad lo que está haciendo es manipularte. Te hacen sentir culpable por coger el ascensor. «No sea holgazán. Haga más ejercicio en su vida. Al menos suba por las escaleras» debería decir. Pero a mí nada me viene bien y me quejo por todo. Llegué al cuarto piso y la sala de espera estaba repleta. Madres y padres con niños. Puede que ese piso sea compartido con pediatría. Me senté en el único asiento vacío que quedaba. Pero seguía llegando gente. Y hace calor, y había que estar con las mascarillas puestas. Menudo panorama. Tenía cita para las cinco de la tarde.
El día anterior fui en persona a pedir la cita. Porque llamaba por teléfono y nadie atendía y tengo poco saldo en el móvil. Por eso tuve que ir en persona. Con el calor que hace por estos días. Y fui en bicicleta. Porque no he hecho las cosas bien en la vida, y ahora estoy pagando el precio de mi irresponsabilidad. Esa es al verdad. Debería hacerme un seppuku o harakiri. ¡Vida deshonrosa! A estas alturas debería tener un automóvil. Por lo menos una moto. Para ser más feliz. ¡Pero ni eso! Ser feliz, como dicen las publicidades de la televisión y de internet. Esas publicidades que nos meten a prepo, en contra de nuestra voluntad, entre vídeo y vídeo de YouTube. Como las publicidades de las revistas de mi abuela: Chicos y chicas, joviales, juveniles, guapos, hermosos y hermosas, conduciendo coches elegantes. Caminando por una playa desierta; tomando champagne al atardecer, caminando descalzos, mientras el sol se oculta. Corre la brisa y les agita sus largos y rubios cabellos. Las olas rompen contra la arena y las gaviotas chillan. Y sus siluetas se recortan a contra luz, en el cielo anaranjado. Van con largos vestidos, ellas. Y con trajes de smoking, ellos. Fuman; y no se mueren nunca de cáncer. Fuman y se ponen más hermosos y jóvenes. Ellos son exitosos. Yo no. Yo, la veo pasar. Como decía el tango: «La ñata contra el vidrio».
Y todo este asunto del automóvil me hizo recordar a una vez que estaba en la calle, cerca de casa, e iban dos hombres caminando y conversando tras de mí. Uno de treinta, treinta y pocos años, y el otro tal vez de cincuenta. Y el más joven decía: - Es así. Si no tienes coche, las chicas no te prestan atención. Por eso no tengo una mujer en mi vida. Por no tener coche. ¡Pero ya verás! Cuando tenga un cochazo, ¡que me lo pienso comprar! ahí sí que voy a tener todas las mujeres que yo quiera. Todos los días una diferente - . Por mi parte, mis oídos no daban crédito a lo que escuchaban. Algo en mi sistema auditivo debía estar fallando. Quizá era hora de irme a hacer una remoción de cera de los oídos. Entonces el otro hombre, apelando a su sabiduría de persona con más tiempo en este mundo, le respondió al imberbe: - Noooooo...pero las cosas no funcionan así. Las mujeres te tienen que querer por lo que tú eres. No por tus posesiones materiales. Tu vales por ti. No por el coche que tengas, o el piso que tengas o tu cuenta bancaria...-. Y así iba discurriendo esta conversación con tintes surrealistas. Eran el Yin y el Yang personificados. Y yo no salía de mi asombro; y no sé en qué habrá terminado todo. Pero la conversación existió.
Entonces fui hasta el hospital. Pero el día anterior; a pedir la cita. También ese día subí las escaleras. Otra vez cuarto piso. Otra vez la sala de espera. En realidad, el «otra vez» iba a ser al día siguiente. Pero yo aún no lo sabía. Y la sala de espera, vacía. ¡El día que no me toca atenderme, la sala está vacía! No ligo una. Me acerco hasta el espacio que divide la sala de espera de «el otro lado», que es donde ocurre la acción. Donde se corta el pastel. Y donde el odontólogo te arranca los dientes. Este lugar que divide la suerte de unos y de otros, es un gran pórtico abierto y que ¡debido al bicho! han colocado una alfombra que está dividida en dos, previo a pasar hacia el otro lado. La primera parte dice «solo pisar» y la segunda, «arrastrar los pies». El tapete ese debe tener alguna sustancia especial para exterminar todo tipo de plagas indeseables. No sé porqué no traen a toda la población mundial y le hacen lamer la alfombra esa. ¡Y santo remedio! Al final de la «alfombra mágica» (porque solo le falta volar) había un letrero; la famosa comunicación institucional. Un cartel con pie y todo, muy bonito y que daba una serie de instrucciones a seguir antes de pasar a la zona de «las grandes ligas»: que va a venir alguien, que te va a llamar por tu nombre, que luego te tomará la temperatura, que luego chequeará tus datos, y después ya no sé qué más. Número de la suerte, horóscopo chino, carta astral, los arcanos. Y recién después te hacen pasar al consultorio. Y lo más importante: uno tiene que esperarse hasta que venga la enfermera, o enfermero, a buscarlo a uno como si fuese un niño chico. ¡Y pobre de usted si no se espera! Entonces, si el cartel lo dice, hay que hacerlo. Hay que cumplir con las normas. Eso es lo que nos enseñan. Así que me di media vuelta y me senté. Me senté y no viene nadie a atenderte. Nadie.
Y pasaban los minutos. Y nadie venía. Y al cabo de un rato me dio sed de tanto andar en bicicleta y subir escaleras. ¡Maldito calor! Levanté la mochila que llevaba conmigo, y que había puesto en el suelo a mi lado, donde tenía una botella con agua. En realidad era un frasco. Uno de eso de lentejas o garbanzos, que uno compra en los supermercados por sesenta y cinco céntimos; reconvertido en botella. ¡Y se me cae! El frasco se me cayó y se hizo añicos. Volaron los vidrios por todas partes y para colmo quedó un lago en el medio de la sala. Así que me puse a juntar los restos del difunto con la mano, y en eso llega un chico joven, creo que un enfermero, y me dice: «Deje. No los coja con la mano que si no se va a cortar». Entonces trajo una escoba y una pala y se puso a recogerlos él. Aunque después le dijeron que no hiciese nada. Que ya vendría alguien de limpieza a hacer eso. De todas formas le ayudé un poco porque me dio lástima que él tuviese que enmendar mi error. Además los desgraciados vidrios estaban por doquier, metidos en los lugares más inverosímiles. Cuando terminé de juntar lo que pude, le pregunté al muchacho: «Disculpa, necesito sacar cita para el dentista ¿Cómo hago?». «Tienes que pasar directamente a la recepción y te agendas. La sala de espera es para los que ya tienen cita» me expresó en modo «comunicación institucional». Mi cara de poker no sé si era muy convincente. No sé cuánto tiempo había estado esperando, pero si me hubiese mirado al espejo, habría notado alguna arruga o cana de más. Así que sin más preámbulo pasé al otro lado y me acerqué hasta la salita donde estaba la recepcionista: «Hola, vengo a pedir cita para el dentista». La mujer tecleó en su ordenador y me dice, «¿Mañana a las cinco le va bien?». Y cometí el pecado capital de preguntar: «¿A las cinco de la tarde?»; la mujer lo pensó un segundo o dos y me dijo: «Y a las cinco de la mañana no va a ser». Qué graciosa resultó ser la señora. Debo confesar que me robó un sonrisa. A pesar de las escaleras, del calor, del alcohol en gel, del diente y de los vidrios. Pero juro que en ese momento sentí el impulso de romper la mampara esa que han puesto en todas las oficinas. Debido al bicho; pantalla que separa a unos de otros. Oficinista y rehén de la burrocracia. Antes solo estaba el mostrador mediante. Ahora está eso, más este nuevo aditamento especial. Y casi me le lanzo encima. Casi lo hago. Pero después puse en la balanza: me meto en un lío, voy a la cárcel, aún soy joven y hermoso, y tengo toda una vida por delante. Ya la vida se encargará de ponerla en su lugar. Que otro pierda los estribos y rompa esa mampara.
Ahora estoy esperando en la sala de espera. En el presente. Al otro día. Sentado. Esperando. Porque para eso son las salas de espera: para esperar. Pero quizá deberían rebautizarlas y ponerles «salas de no espera». Así uno llega y en seguida lo atienden. Los chinos llegaron a la cara oculta de la Luna, y Elon Musk piensa llevar un millón de personas a vivir a Marte en 2050, pero no pueden con las salas de espera. Un mundo contradictorio. Rato después llegó una enfermera o doctora, no sé qué era, y se detuvo en el famoso sitio divisorio y empezó a llamar a los niños. Pero yo aún ni pasé por nada de esto. Aún estoy en la fase «sala de espera». Sentado. Esperando. Y me puse a leer; y ya eran las cinco. Entonces me puse a leer para matar el tiempo. ¿O es al revés? ¿Leo para no darme cuenta que el tiempo me está matando a mí? Curioso. Jamás lo había pensando de esa manera. Y a todo esto los niños seguían pasando. De seguro iban al pediatra. Eran tres o cuatro. Tampoco tantos. Pero a esto se sumó otra cosa: empezaron a llegar también personas mayores; y no quedaban lugares para sentarse. Y yo ahora, definitivamente, me escondo detrás de mi libro. Sé que está mal, pero es la verdad. Cuando llegue a esa edad, no me importará que otro, leyendo también un libro, o leyendo Playboy, o lo que sea que le guste leer, me lo haga a mí también. Es parte del juego. Gajes del oficio. Me lo mereceré en todo caso. En realidad podrían poner unas sillas más en la sala. De hecho: había dos sillas, al menos dos, del otro lado de la línea. Pero nadie se animaba a sentarse allí, porque estaban del otro lado. Pero luego de un rato, una madre y su hija que habían estado largo rato de pie, se hartaron de todas aquellas reglas, y se sentaron allí.
Llegó un señor, con los pantalones por encima del ombligo y camisa a rallas de manga corta. Se detuvo justo en la ya famosa línea divisoria y se puso a leer el cartel. Pero como no había lugares libres para sentarse, no le quedó otra que estar de pie. Y yo lo miraba. Y él miraba hacia un lado y hacia el otro de forma impaciente, y se debatía entre si quedarse o cruzar. Se lo podía leer en su cuerpo; estaba amagando. Hasta que al final cruzó. También había una pareja: señora y señor. A esos les importó muy poco el protocolo, la alfombra, el cartel y el decreto real...¿o es el real decreto? Un juego de palabras interesante. Lo primero suena a corte real y toda su pompa. Los tipos todos en fila, alineados, con sus trompetas, haciéndolas sonar. Todos enfrentados entre sí. Y en medio la alfombra roja. Y al final: el trono y el rey. Lo segundo es un eufemismo. Entonces la pareja de viejitos iba y venía de un lado al otro de la línea divisoria. Sin preocuparse demasiado por las consecuencias legales de sus actos. A esa edad, ni yo me preocuparía por tanta norma; por cruzar la luz en verde o de salir vestido a la calle. Le preguntaban cosas a la chica de la recepción de forma insistente y hablaban bastante fuerte entre ellos. Quizá les fallaba la audición. Hasta que después de tanto ir y venir de un lado al otro, el señor decidió sentarse; por sobre todo porque era el que estaba más problemático de salud. Como pudo, tambaleándose y temblando, llegó hasta la silla que una muchacha le había cedido. A mí lado se había desocupado un asiento. Pero el hombre estaba al lado de la recepción, que quedaba a unos diez metros de donde yo estaba, y la verdad es que le costaba mucho caminar. No iba a llegar. Salvo que se arrastrase. Y este vestía también camisa a rallas. ¡Y tenía la camisa por dentro del pantalón! Por encima del ombligo. Lo trágico es que yo hago lo mismo, pero con la mitad de edad. Y finalmente, cuando menos lo esperábamos, llegó la enfermera que llamaba a la gente para el dentista.
La mujer se detuvo en la línea, no hay necesidad de decir cuál, y tomando una lista que tenía en sus manos comenzó llamar. Aunque ocurrió algo: lo dijo todo tan rápido, sumado a la mascarilla, sumado a otras cuestiones, que fue todo bastante ininteligible. Pero puede intuir que estaba consultando a las personas que tenían cita con el dentista para ese día y si estas habían hecho acto de presencia. Dos levantaron la mano. Yo me quedé rezagado y solo atiné a preguntar: «¿Es para el dentista?». «Si» me respondió una madre que estaba con su hijo en brazos sentada a mi lado. Entonces grité mi nombre dos veces. Pero la enfermera estaba mirando la lista, con la cabeza gacha, y ni se inmutó ante mi afán por llamar su atención. No tengo idea si me oyó. La cosa es que unos segundos después, sin más preámbulos, desapareció. Así que yo me quedé allí, contemplando la nada; psicótico y «haciéndome la película» en mi cabeza. Pensando en que de seguro esta mujer no me habría oído, y que todos mis esfuerzos habían sido en vano. El ir hasta allí, muerto de calor, en bicicleta. ¡Perra vida! Aunque en la próxima preferiré ser perro. Me podía imaginar la escena de la enfermera y el dentista en el consultorio:
(El consultorio se asemeja más a una mazmorra de los tiempos medievales, que a un consultorio médico odontológico. El dentista, que va con el torso desnudo, pantalones negros y descalzo, lleva una capucha que cubre su cabeza; cual verdugo antes de ejecutar a sus víctimas. Afila un hacha en una piedra circular que hace girar con un pedal. Saltan chispas por todas partes. Sobre una mesa de madera hay un set de cuchillos, tenazas, y una sierra oxidada. Todo muy bien desplegado y ordenado arriba de un trapo. Todas las herramientas ensangrentadas. Hay cabezas humanas que cuelgan del techo, reduciéndose. Otras están mantenidas en conserva en frascos con éter. La enfermera viste toda de cuero. En una mano lleva la lista; en la otra un látigo. En un rincón, hay un cuervo negro sobre un poste. Grazna anunciando la llegada de la enfermera)
Dentista: - Enfermera, ¿cuántas víc..digo, pacientes han venido?-
Enfermera: - Hay solo dos-
Dentista: - ¿¡Solo dos!?-
Enfermera: - Sí, señor-
Dentista: - ¿Y el tercero que tenía que venir? ...(Piensa unos segundos) ¿Cómo se llamaba?
Enfermera: (Dice un nombre; pero hay un pitido que impide oír lo que dice)
Dentista: - ¡Sí, ese mismo! Peroooooo...¿Ese no es el bobito que vino ayer a pedir cita, y se quedó esperando como un subnormal horas y horas, y todavía rompió un frasco de vidrio en la sala de espera?
Enfermera: - El mismo, señor -
Dentista: - (Se ríe de manera tan estruendosa que hace que el cuervo se agite y aletee, graznando aún más) ¿No se enteró todavía que hay un número al que puede llamar para pedir cita? No era necesario que viniese desde tantos kilómetros para concertarla-
Enfermera: - Aparentemente tenía poco saldo en el móvil, señor. Dicen que llamó varias veces, pero nadie lo atendió. Porque todos nuestros esfuerzos, los del sistema, los suyos, los míos, los del rey incluso...¡los del universo! Todo están puestos en pos de combatir esta amenaza global que nos martiriza día tras día...
Dentista: - ¿El capitalismo?-
Enfermera: - ¡No, señor. El bicho! -
Dentista: - Ahhhhhhhhhhhh-
Enfermera: - Ni dinero para el transporte público parece que tenía. No le quedó otra que venir en bicicleta -
Dentista: - ¡¿EN BICICLETA?! ¿No está un poquito grande para andar en bicicleta? Digo. Por una cuestión de auto respeto ¿no? ¿Usted qué opina? ¿Qué pensará la gente viendo andar a un hombre ya adulto en bicicleta? ¿Qué pensará su madre? No tiene dinero para un coche. Ni al menos, aunque sea, para una motocicleta. Yo, si mi hijo con esa edad, descubro que anda en bicicleta, como si eso fuese todo muy normal, lo pongo en éter. Él lo sabe. Si fuese yo, me haría un...(piensa de nuevo unos segundos) ¿Cómo se llama ese ritual de suicidio que hacían los samurái cuando perdían una batalla? -
Enfermera: - Seppuku, señor-
Dentista: - ¡Eso. Sí! La vida es así. Están los que cortan cabezas, y a los que se la cortan. Así de simple. Y yo que le tenía preparado el éter. ¡Perra vida! -
Sigo esperando y me puse a leer a Hemingway. «Adiós a las armas». Un libro que me está costando un poco leer. Pero sigo adelante. Como con la vida. A todo esto: los niños ya se habían ido todos. Ni rastro de ellos. ¡Qué lindo ser niño! Al menos uno puede irse antes del médico. Entonces vino la enfermera del dentista, y llamó a la primera persona que había levantado la mano más temprano. Y se la llevó. ¡Por fin! Aunque no sin antes aplicarle todo el protocolo. «Esto se empieza a mover de una buena vez» dije un poco por lo bajo. Y ya eran cinco y cuarto. Puntualidad ante todo. Pasaron como diez minutos y sale de la consulta la primera persona luego de ser atendida; y se va para la recepción. Y veo como que saca su billetera. La enfermera se lleva a la segunda persona, y unos minutos más tarde, al salir esta del consultorio, hace lo mismo que el anterior paciente: va para la recepción, saca su cartera; y creo que están pagando algo. «¿La consulta?» pensé. «¡Pero a mí el día anterior no me hicieron pagar nada! Capaz que ahora sí te hacen pagar» volví a martirizarme mentalmente. «Es todo una especie de trampa. Y vas engañado al día siguiente, pensando que todo es gratis» seguía metiéndome yo solito en el callejón sin salida mental. Y justo me acordé que el día anterior, en la mesa de recepción, al costado del ordenador, había uno de estos aparatos para cobrar con tarjeta. Entonces entré en mi segunda fase psicótica:
Yo (pensando hacia adentro): «Estos desgraciados me van a cobrar por la consulta. La madre que me...».
(Una) voz : - Tranquilo hombre. Todo va a estar bien -
Yo: - ¿Y vos quién sos? -
Voz: - Eso es lo que menos importa ahora. Lo importante es que me escuches y prestes mucha atención: Estos, no solo te van a arrancar los dientes. Sino que después te van a cortar la cabeza y la van a poner en éter; el tío aquel ya está adentro afilando las cuchillas. Pero antes que todo eso ocurra, van a desplumarte como a una gallina. Pero sin agua hirviendo. ¿Me sigues, chaval?-
Yo: - ¿Y qué mierda hago entonces? ¡Ya fue! Me levanto y me voy -
Voz: - ¡No, no, no! ¡Quietecito donde estás! ¿A dónde te crees tú que vas? ¡Con lo que nos costó llegar hasta aquí en bicicleta! Y todavía ayer rompiste el frasco de vidrio. Volaron los vidrios por todas partes. Más gilipolleces por favor ¡no!. ¡Por favor te pido! No quiero pasar más vergüenza. ¿Cómo es que decís vosotros en Argentina? ¿Papelones?-
Yo: - Yo soy uruguayo ¡no argentino!-
Voz: - ¡Perdón, perdón! Es que el acento me confunde. No hay necesidad que te pongas así, tío -
Yo: - ¿Entonces qué hago, catalán?
Voz: - ¡Que soy andaluz, coño! Nacido y criado en Sevilla. No te jode. ¡Me cago en mis...!
Yo: - ¡Bueno, bueno! Concentrémonos en este asunto, por favor. ¿Qué hago entonces?-
Voz: - Entonces te vas a esperar ahí, quietecito, con tu libro de mierda ese que tanto te está costando leer. Como un verdadero gentleman; vas a esperar, muy paciente, a que venga la enfermera esa. Que se hizo la que no te escuchó. ¡Porque sí que te escuchó!. Entonces te vas a levantar, te le acercas y con mucha diplomacia la vas mandar bien a la mier...-
Yo: - ¡NO!-
Todos en la sala de espera me estaban mirando. «¡Perdón!» fue lo único que atiné a decir. «Es queeeee... me olvidé de apagar el horno en casa». Fue lo primero que se me ocurrió. «¡Por Dios, no! ¡Hombre, de inmediato, vaya para su casa a apagar eso!» dijo un señor que estaba esperando también para el dentista. «No se preocupe. Ya me compraré una nueva. En todo caso, para eso están los bomberos». Vino la enfermera y justo llamó a este que me estaba recriminando. Entonces como ya eran las seis menos cuarto, y aquello no daba para más, me levanté y fui a encarar a la mujer: «Hola, disculpe. Tenía cita con el dentista para las cinco» Hice el esfuerzo por intentar disimular mi malestar por el retraso. Y por lo de haberme ignorado vilmente más temprano. «No se preocupe. Ya cuando sea su turno lo vendré a buscar. Es que vamos con un poco de retraso». Me dijo. «Bien. Muchas gracias» le respondí. De regreso a mi asiento, una chica que también esperaba para el dentista, y que estaba interesada en saber qué me había dicho la enfermera, me indagó al respecto: «¿Tu estás también para el dentista?». «Sí» le dije. «Tenía para las cinco» agregué. «Yo también tengo para las cinco» me dijo ella. Y otro que estaba sentado unos asientos más allá, aportó lo suyo: «También yo. Joder, que lentitud que llevan. Porque una cosa son unos minutos, pero otra muy distinta es esto...» empezaron a decir. Y siguieron despotricando entre ellos. Yo seguí de largo hacia mi silla. No tenía ningunas ganas de perder mis energías hablando y discutiendo de lo que no iba a poder solucionar. Las necesitaría para cuando tuviese que regresar a casa. En bicicleta.
Pasaron unos diez minutos y salió el último paciente. La enfermera apareció de nuevo, lista en mano, y al fin dijo mi nombre. Me levanté con cierto aire triunfante y allá fui. Crucé la línea, me tomó la temperatura, y me preguntó por algo que ahora no recuerdo; tal vez cuál es mi plato favorito. ¡Qué se yo! Y desde ahí veía la puerta entreabierta del consultorio. «Ya puede pasar» me dijo la enfermera. Me armé de valor y allá me mandé. Como un caballo de carreras. «Que sea lo que sea» pensé. Abrí la puerta, y aquello era de una sofisticación absoluta: El asiento reclinable, todo limpio, inmaculado. Parecía que aquel lugar jamás había sido utilizado. El dentista, sin capucha, ni cuchillas, ni sierra. Todo muy normalito. Ni rastros del cuervo había. «¡Como le va! Tome asiento, por favor» me expresó el hombre muy amable. Me senté en la silla reclinable, y la enfermera que venía más atrás mío, me puso un babero. El doctor se sentó a mi lado y me iluminó con una luz que tenía allí. Y entonces me preguntó: «¿Qué le ocurre?». Y yo tenía ganas de decirle: «Mire, tengo unos problemas existenciales desde la cuna. La gente no me agrada. Casi que la detesto. Creo que la humanidad no tiene solución y lo que le ocurrió a los dinosaurios nos debería pasar a nosotros también. Sobramos en este mundo». Pero mejor que no lo hice, porque habrían llamado al manicomio para que me metiesen ahí de por vida. Entonces le comenté: «Desde hace unos tres meses tengo una molestia en el incisivo lateral inferior. No es un dolor. Es una molestia. Y ocurre solo cuando me toco el diente». El especialista agarró su herramienta. La herramienta para «tantear» los dientes; que no sé como se llama. Y me empezó a tocar. Los dientes. Primero uno, el que estaba a la derecha del que le había indicado. Luego el que estaba a la izquierda. Y yo pensaba «pero este tiene que ser lerdo. Si le acabo de decir cuál era el diente en cuestión». «¿Este le duele?» me preguntó. «No» le contesté. «¿Este?» me vuelve a preguntar. «Tampoco» le volví a decir. «¿Este?» me dijo. Y yo «¡Ese es! Si. Pero como le dije antes: es una molestia. No es dolor». A lo que él replicó: «No me doy cuenta de qué puede ser a simple vista. Vamos a hacer un escaneo». La enfermera se fue hacia un costado, donde ya no la puede ver más. El dentista trajo un tubo super largo y me lo introdujo en la boca. Sin mediar palabra. Entre la lengua y los dientes. «Puede que apriete un poco» me dijo. «Fulana» (por la enfermera) «¿Está todo listo?» le preguntó el dentista. «Un momento» dijo la mujer. «Cuando quiera encienda el interruptor» le dijo el hombre. Yo me sentía un poco como la creación del doctor Frankenstein. Encendieron el aparato y me comenzaron a escanear. Aquello no duró más de diez segundos. «Listo» dijo el dentista. Me sacó el tubo de la boca, se levantó de su silla y se fue para atrás; vino la enfermera y me sacó el babero. «Ya se puede levantar» me dijo el odontólogo. «Venga, mire. ¿Ve? Estos son sus dientes». «Acaso van a ser los de su perro» pensaba yo. Me levanté y me coloqué a un lado del dentista, que estaba sentado frente a un ordenador donde aparecía mi dentadura en la pantalla del monitor. Y el hombre siguió explicando: «¿Ve que estos dientes están normales?» me dijo señalando la pantalla y mostrando el final de los dientes que se veían de perfil. «Usted tiene una endodoncia. Estos son los nervios. ¿Vio? En estos dientes los nervios están normales. Pero en el diente afectado, al final del nervio, hay una especie de aureola». Me hizo toda la explicación pormenorizada al tiempo que señalaba la pantalla de su computadora, donde aparecía el diente y el circulito al final del nervio dañado. A lo que prosiguió: «Allí hay un principio de infección. Esto puede ser porque usted estaba bajo de defensas y le entró algún germen o bacteria. Y está causando esto. Lo que vamos a hacer es taladrar, llegar hasta el nervio, matarlo, aplicar antibiótico y luego rellenar el agujero con una pasta». Me hizo una explicación que parecía más la de un ingeniero, o albañil, que está diagramando cómo cavar un túnel para escapar de una cárcel o robar un banco. Entonces siguió con la explicación: «Ahora va a pasar por la recepción...», y fue en aquel punto, que sentí la sensación como si me hubiese alejado del consultorio. Mi vista se nubló. Ya no había nada más en el mundo, excepto yo y el vacío existencial. Tragué saliva y pensé «Ya está. Me tocó». No sé cuánto tiempo pasó. Puede que hayan sido segundos; como tal vez años o décadas. Hasta que volví en sí: «...y la recepcionista le va a hacer un presupuesto para que después usted venga y le hagamos el procedimiento. Si lo coordinamos hoy mismo, ya para la semana que viene lo hacemos» finalizó el dentista. Agarré mis cosas, que las había dejado arriba de una silla, le agradecí al hombre por todo y salí hacia la recepción. Al llegar allí, veo que ya hay alguien dentro. La enfermera, que había salido también para llamar al siguiente paciente, me dijo «cuando salga esa persona, entre usted». «Gracias» le dije. Pasaron unos minutos de espera, y la recepción se desocupó. Salió la persona a la que estaban atendiendo; y la recepcionista también, más atrás. Y yo me quedé allí de pie. Ya no en la sala de espera; pero todavía esperando. Como un monigote. Estancado. A medio camino en una posición de quien tiene la intención de ir hacia un lugar; pero algo ocurre, algo fuera de plan, y te ves forzado a regresar a «primera base». Una situación incómoda. Y no te queda otra que dar marcha atrás. «Aguantarte en el molde». Y debo confesar que a esas alturas me encontraba hasta la coronilla de salas de espera y de dientes y de alucinaciones; quería liberarme de una buena vez de todo ese calvario. La recepcionista se fue ha hablar con una enfermera o doctora. Era como si estuviesen cotilleando, en el pasillo, casi a mi lado; y yo mirando. Ahora sí impacientándome; pero intentando no perder la compostura. Pensando en el zen y el vipassana. Entonces la mujer regresó a la recepción, se sentó tras su escritorio, y me ignoró olímpicamente. A lo que no me quedó otra, porque estaba colmado de todo aquello y me quería ir; y me puse a mirarla. Muy fijamente. A ver si con el poder de mi mente le captaba su atención. Y creo que algo de eso surtió efecto; porque la mujer, que llevaba gafas, detuvo lo que sea que estaba haciendo, y me miró por encima de los anteojos. «¡Hola!» me dijo desde las profundidades de aquella caverna en la que se encontraba. «Pase por favor» me indicó. Entré a la salita y la chica se puso a revisar unos papeles y yo seguía de pie mirándola. Tecleaba en su ordenador y entonces me preguntó: «¿Por qué asunto es?». «Por el dentista. Recién salgo de la consulta y me dijo que me tienen que hacer un presupuesto por una endodoncia» le comenté. «Bien» me dijo. «¿Su nombre es?» me preguntó; «Ludwig Van Beethoven» le dije sin titubear. La mujer siguió presionando teclas e imprimió una hoja que salió muy ruidosa por el aparato impresor. «Señor Ludwig, este es su presupuesto. Allí está todo detallado» me dijo muy risueña. Entonces me pasó la hoja tras la «mampara ''anti-bicho''» y me puse a leer el papel que decía lo siguiente: «ENDODONCIA SIMPLE, 120. RECONSTRUCCIÓN, 85. TOTAL: 205». Así que, después de ver todo aquello, y sin mucho más preámbulo, le transmití mis inquietudes a la mujer: «¿Existe algún tipo de tratamiento más económico? Porque yo en estos momentos no cuento con esta suma de dinero. ¿Habrá alguna otra clínica en donde me puedan hacer el tratamiento más barato? ¿O incluso, gratis?». La mujer me miró impávida y me dijo: «No creo. Aquí todos los tratamientos odontológicos tiene un coste. Solo las extracciones son gratis. Pero es libre de ir a otros centros de salud y consultar por más presupuestos». «¿Las extracciones son gratis?» le pregunté. «Si» me dijo la chica. «Ya está. Listo. Dígale al dentista que me arranque el diente. La opción gratuita siempre es la mejor» le espeté sin más. «Pero escuche, por favor. ¿Cómo va a preferir que le arranquen el diente? En algún momento va a tener el dinero, ¿No?» me dijo. «No lo sé» le dije. «No sé cuándo voy a tener ese dinero. Tal vez no lo tenga nunca» le expresé ya con pocas ganas de nada. Quería que todo aquello terminase de una buena vez. Entonces la mujer siguió insistiendo: «Pero dígame, ¿Usted no trabaja? ¿me va a decir que no tiene suficientes recursos como para cubrir un tratamiento dental?». «Si trabajo o no trabajo es mi problema y no es de su incumbencia, señorita» le manifesté ya subiendo un poco la voz. «Agéndeme un día para que me quiten este diente, se lo agradecería mucho» agregué. Pero la mujer siguió con el «disco rayado»: «Pero usted debe entrar en razón, señor, por favor. ¿Dónde vive?». «Lejos» dije. «¿Cómo vino hasta aquí entonces si no tiene solvencia económica y si vive lejos?» me preguntó con preocupación. «¡En bicicleta!» aseveré moviendo el brazo con brío y haciendo rechinar los dientes, mostrando ya mi desesperación. La mujer se echó hacia atrás en su silla. Llevándose la mano al pecho y poniendo cara de circunstancia. Como si le hubiese dicho que el planeta se iba auto destruir en diez segundos. «¿En bicicleta?» me preguntó luego de estar en silencio varios segundos, atónita. «Sí. En bicicleta. No sé por qué todos están con ese tema. No es tan grave andar en bicicleta» le respondí. «¿Acaso usted no se respeta a sí mismo?» me dijo como si aquella pregunta fuese lo más normal del mundo. «¿Acaso es usted estúpida?» le dije ya sin más miramientos. «¿Cómo me llamó?» me preguntó horrorizada. «¡ESTÚPIDA!» le grité. «USTED ES UNA ESTÚPIDA» le seguí gritando. A lo que me dio por mirar hacia atrás, donde había una ventana a través de la que se veía toda la sala de espera; y los que todavía estaban allí se encontraban semi levantados de sus asientos, con las cabezas estiradas e intentando observar qué diablos ocurría dentro de la recepción.
Entonces, de la nada, cual Obi – Wan Kenobi, el dentista se materializó allí mismo, delante nuestro. Estaba parado en el umbral de la puerta y con la cara desencajada. «¿¡Qué mierda está pasando aquí!?» soltó a los cuatro vientos, y yo francamente temí por mi vida. «Mire señor, aquí el paciente...Beethoven, dice que no tiene para pagar el tratamiento del diente, que es insolvente, y que vino desde su casa hasta aquí en bicicleta», dijo la recepcionista aún con el tono de preocupación. «¿Vino en bicicleta?» me preguntó el dentista, girando tan bruscamente su cabeza hacia mí, que pensé que se le iba a salir. Su cara se había transformado. Su expresión había cambiado y ya no parecía estar enojado. Es más: en su rostro aparecía un dejo de asombro. Y hasta me atrevería a decir, de admiración. «¿Usted me podría enseñar a andar en bicicleta? ¿Por favor?» me preguntó el hombre, al que yo veía que se le habían puesto los ojos un poco vidriosos. Entonces, sin más, empezó a hacer un relato de su vida: «De chiquito, mi papá, no nos dejaba montar en bicicleta. Ni a mis hermanos, ni a mí. Nos lo tenía terminantemente prohibido. Siempre nos decía: ''¡Pobre al que vea de vosotros montado en un puta bicicleta. ¿Qué van a pensar los del barrio. ¿¡Que somos pobres!? ¿¡Que no tenemos solvencia económica!? ¿¡Que no tenemos coche!? ¿¡AUNQUE SEA PARA UNA MOTOCICLETA!?". ¡No señor! Al que yo vea montado en una puñetera bicicleta, ¡LO DESHEREDO! No...aun peor: ¡LE CORTO LA CABEZA Y SE LA METO EN ÉTER!». Todo esto el dentista lo estaba actuando e interpretando en frente nuestro como si se tratase del discurso final de Al Pacino en «Perfume de mujer». Hacía la declamación y todo. «Me acaba de conmover. Estoy tocado por su relato» le expresé al especialista. El hombre, ya no contuvo más las lágrimas y se largó a llorar, tapándose la cara con ambas manos. La recepcionista buscaba unos pañuelos encima de su escritorio y no encontraba nada. El sujeto, de la rabia, se había quitado la mascarilla y la había tirado al suelo. Me le acerqué y le dije: «Deje que lo abrace, por favor». Y nos abrazamos. «Todo va a pasar. Su padre pasó, el bicho pasará, y nosotros pasaremos. ¡Y mire! Aquí está usted. Aún vivo» le decía yo mientras lo intentaba calmar. «Muchas gracias, hombre» me dijo él, y nos separamos. Finalmente la recepcionista había ido hasta el baño y regresó con un trozo de papel higiénico. «Es lo único que pude encontrar» le dijo al dentista mientras le alcanzaba el blanco material. El hombre se secó primero los ojos y luego se sonó la nariz. Recogió la mascarilla y se la volvió a colocar después de quitarle el polvo. Por fin se había calmado. Acto seguido me miró; y me dijo, luego de ponerme una de sus manos sobre mi hombro y con el dedo índice de la otra, señalarme al mismo tiempo que me decía: «Si usted me enseña a andar en bicicleta, yo le hago el tratamiento del diente completamente gratis». «¡Esto no puede ser verdad!» exclamó la recepcionista con tono de resignación e irritada, poniéndose de pie y lanzando la silla hacia atrás, que terminó chocando contra la pared. El dentista y yo nos dimos vuelta al unísono para constatar que había sido ella la que había pronunciado aquella frase. «Si. Es muy verdad» le respondió el dentista. «¡Pero señor! CÓMO PUEDE SER QUE USTED...» comenzó a gritar la mujer; pero el hombre la frenó en seco, espetándole: «¡Cállese, mujer insoportable! ¿No se da cuenta de lo aberrante que está siendo en este momento?». «¡¿Aberrante yo?! ¿¡ABERRANTE YOOOOOOO!? ¿¡Sabe qué!?» dijo la chica a los gritos. «¿Qué?» le preguntó el hombre. «¡Renuncio! Váyase usted con este hippie insolvente a andar en bicicleta» le espetó la mujer. Cogió su cartera y se fue. Pero no sin antes lanzar el monitor del ordenador contra la pared dándole una patada, al mejor estilo cinturón negro de karate. Salió de la habitación, se fue directo hacia la puerta del ascensor y apretó el botón para llamarlo. Y mientras la chica esperaba, el dentista sacó medio cuerpo por la puerta de la recepción para poder ver a la mujer, y entonces le vociferó: «¡Vaya por las escaleras, que es salud!».
Julio de 2021
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beluuojeda99 · 3 years
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IDENTI KIT
Nombre Completo: Maria Belen Amarillo Ojeda
Edad: 22 años
Lugar donde vivo: Lomas de Zamora, Bs. As, Argentina
¿Con quién/es vivo?: Con mis abuelos y mis tíos
¿Que me gusta hacer? Cantar, bailar, escribir, leer, soñar y pensar.
Me encantan: Los animales, especialmente el gato
Soy del signo: Tauro
Lugar de nacimiento: Hospital Naval Dr. Pedro Mallo (frente del parque centenario)
Amo: La música y la moda
Estatura: 1,58 (aunque por foto parezca alta, no lo soy)
Medidas: Busto - 85
Cintura - 60
Cola - 85
Peso: 40kg (lo que pesa una asiática)
Talles: Xs, S y uso prendas holgadas
Talle calzado: 37
Orientación: Lesbiana
Religión: Espiritual, creyente de las energías, universo y ley de atracción.
Descripción: Soy una chica sencilla de entre cada, pero cuando tengo que salir soy muy coqueta. Me defino como una chica simpática, alegre, divertida, misteriosa, soñadora, mente abierta, romántica, buena onda, siempre con buenas vibras. También soy ambiciosa, nerviosa, vuelta, impaciente, charlatana, dramática, extrema, celosa, llorona, enojona, con gustos musicales raros. También soy narcisista, superficial, materialista, reservada, ansiosa, perfeccionista, exigente conmigo y con con mundo, intensa, malhumorada, algunos puntos estoy trabajandolo. Soy tranquila, pero cuando agarro confianza soy loca, me defino como un gato que come, caga, juega y duerme siento que en otra vida fui parte o uno de ellos.
Cumplo años: El 25 de abril
Quiero estudiar: Psicología, Ginecologia y Sexologia ya que van mucho con mi persona.
Dato: Tengo la primaria completa y el secundario incompleto lo deje en 2do año
Me encantaría: Independizarme
Me gustaría: Viajar y conocer otras culturas de otros países, aparte de Argentina.
Quiero aprender: Inglés, Francés, Rumano
Mi trabajo ideal: Local de ropa, calzado o algo referido a comida ej: restaurante
Dato 2: Sufro ataques de ansiedad y pánico
Lugar Favorito en el Mundo: Nueva York o Los Ángeles, California.
Que pido siempre: Galletitas dulces de vainilla, alfajor, obleas todo de vainilla nada de chocolate (no me gusta)
Lo que llevo conmigo: Mochila/cartera, celular, auriculares, cargador, perfume, labial, chicle, sube, documento (si me llevan detenida), obra social (por si me muero) buscapina (por si me cago encima) y llaves (para no quedarme afuera)
Lo primero que hago al levantarme: Me cambio
Nunca falta en mi desayuno: Algo dulce
Dulce o Salado: Agridulce
Bebidas: Té, café, chocolatada (con leche vegetal please) sino hay esas opciones mate cosido.
Dato 3: No me gusta el mate
No hago deportes y si haría, haría hockey
sobre césped.
Bebidas (refrescos): 7up, Crush lima limón, Sprite, Jugo Clight, Fit, Tang, Levite, Baggio (no en caja, en botella)
Dato importante: NO TOMO ALCOHOL, NO FUMO
Sabores de helado: No tengo gusto preferido, me dejo llevar por mis ojos y el nombre del gusto.
Géneros musicales: Pop, rock, electrónica, hip hop con sus subgéneros y épocas. Pero el ROCK el FUCKING ROCK me LATE 💖. La cumbia y el reggaeton solo cuando estoy en vibra de querer escucharlo, o en alguna juntada o fiestas con personas. El chamame, tango, la música folclórica no me gusta pero respeto lo que cada cual escucha. Inclusive tengo una canción que me identifica demasiado es un chamame, se los comparto.
youtube
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santiagooalvarez · 3 years
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Analisis de videos
Es la intro de una serie antigua muy popular, esta en blanco y negro y se escucha un tango de fondo.
MARILINA ROSS EN "PIEL NARANJA" (1975) APERTURA
Un video intro que muestra distintas imágenes de unas personas x en una ciudad.
OKUPAS TRAILER
Es un tráiler que muestra las ganas de el protagonista de estar por encima de otros personajes de la pelicular que gira alrededor de un barrio difícil.
El Hombre que volvió de la muerte 1969
Este me dio risa, trata de una propaganda que quiere publicitar un programa que asegura que un científico traerá a un hombre muerto a la vida..
Grande Pa! 1993
Muestra un fragmento en el cual muestras como una familia se unió para pasar la apertura del 1993
Cha cha cha - Convención de Batmanes del Mercosur
Mi papa era fan, le encantaba este programa. Es una parodia argentina de batman donde se encuentran diferentes versiones de batman y robin en una reunión.
  Lecciones de Milton Glaser
Es un dibujante que cuenta que es lo que el arte le aporto en su percepción de la vida. Dice que dibujar es sinónimo de atención, “Mirar no es ver” Con esto quiere decir que uno suele ver al mundo pero no se lo pone a analizar frecuentemente, pero cuando uno observa atentamente, por ejemplo, a una oreja, va a poder persivir cosas y aceptarlas tal cual son, cosa que si uno no se detiene a ver no se dara cuenta.
Habla sobre cómo trabajar en grupo aumenta la posibilidad de la creatividad en un proyecto, dice que el fin de cada uno es aprender algo y poder transmitirlo.
“Toda persona viva es creativa” - Domestika Maestros: Enric Huguet
Habla sobre la funcionalidad del diseñador gráfico, como a través de su percepción puede darse cuenta de que imagen es ideal en un momento en particular
“Nunca dejes de hacer lo que te entusiasma” - Domestika Maestros: Pepe Cruz Novillo
Artista plástico y diseñador.
Toda su vida fue ascendiendo en cuanto a su trabajo, ya siendo una persona mayor él dice que no le queda mucho más que comprobar. Dice que le encanta convertir sus pensamientos en frases. “Yo primero encuentro y después busco” no dejar nada que le genere entusiasmo.
"Soy una fenicia de la fotografía" - Domestika Maestros: Colita
“Me encantaba retratar la cultura y a las personas que la personificaban.”
Hay que ser curioso, disciplinado para poder ejercer la fotografía. Ella siente que su vida fue útil ya que dejo archivos históricos de su ciudad, Barcelona.
Pensamiento de artista. Delia Cancela
Dice que cuando una persona que no es artista ve, por ejemplo, en un museo una obra de arte no puede sentirla ya que no se detienen a hacerlo. En teoría una persona que si es artista debe de sentir sus y otras obras. La inspiración es trabajo, es buscar.
Pensamiento de artista. Manuela Rasjido
El arte dice que le sirve para poder conocer el mundo y a ella misma. Para el artista, algo común tiene que poder transformarlo a algo especial.
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parkavioletaa · 3 years
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Recuerdo haber escuchado hablar a mi profesor de guitarra una vez de como fue perder al amor de su vida por su culpa y descuidarla.
Fue una tarde que yo estaba muy ansioso y deprimido totalmente colapsado con miedo a vivir y miedo a volver a sentir, yo no había perdido al amor de mi vida ni mucho menos para ese entonces aún no lo había conocido, yo lo que había perdido eran las ganas de vivir por muchas cosas que me pesaban y por las emociones que supe sentir.
Bajé del micro y luego de caminar varias cuadras llegué a su casa, en un instante noto que algo andaba mal en mi persona, me preguntó cómo estaba a lo que yo respondí "bien" pero con un tono para nada inspirador. Me intento empezar a dar la clase y al notar que no podía hacer ningún ejercicio ni concentrarme en lo más mínimo, me preguntó si realmente estaba bien y ahí le dije la verdad xq realmente no podía prestar atención a la clase con mi cabeza colapsada por la vida y yo era una persona con mucho interés por aprender. Termino de contarle que me estaba pasando y se freno un segundo de silencio a lo cual continúo diciendo "Mira Franco la vida de nadie es fácil y no por eso la gente deja de vivirla algunos si lo hacen pero tendrán sus razones y habrán intentado todo antes de llegar a ese punto" luego de esa oración me dijo "Yo vengo de perder al amor de mi vida por no saber valorarla y cuidarla, a la persona que me acompaña hace años y me dió la felicidad para poder afrontar la vida" y luego de eso me empezó a contar su historia.
Lo primero que hizo fue disculparse, tratar de recuperarla pero al darse cuenta que era tarde tuvo que dejarlo ir, luego de eso lloro en un bar, escuchando jazz en la oscura noche de la plata, pensó en terminar con su vida xq ya no le encontraba sentido, haber compartido tantos años con alguien que amaba y lo hacía feliz era la droga más fuerte que nunca haya probado, y entre drogas fuertes la abstinencia o el saber que nunca más va a poder sentir eso tan especial que tenían. Busco la salida en otras mujeres pero pasaba el tiempo y no conocía a nadie igual, nadie que lo quisiera de la manera que lo había hecho ella. Después de muchos bares de jazz, de tango y noches largas de llanto, decidió continuar adelante xq no le quedaba otra que afrontar la vida y hacerse cargo de sus actos y su estupidez.
Cuando terminó de contarme esto quebró en llanto y me dijo "Valora tu vida, valora la vida de la gente que te quiere y tenés cerca, no descuides a las personas que te aman xq cuando te querés dar cuenta ya no están más con vos y por pensar solamente en vos terminas cargando el resto de tu vida con una mochila enorme la cuál no te va a dejar tranquilo nunca y vas a perder cosas tan lindas como lo fue el amor de mi vida para mí, todavía sos joven y estás aprendiendo no te dejes caer y no dejes de sentir por miedo, hace todo lo contrario usa ese miedo para sentir más y enfoca tus emociones para que la gente a tu al rededor este bien, se siente protegida y cuidada xq al lograr eso vas a lograr la paz y la felicidad que todos anhelamos y gracias a eso no vas a tener que arrepentirte de nada solamente vas a disfrutar y tener la cabeza en su lugar" luego de eso me dijo que dábamos por finalizada la clase ya que yo no podía concentrarme en nada y él no me podía ayudar más que con esa charla, agarre mis cosas y me fui a tomar el micro para volver a casa.
Mientras caminaba pensando en lo que habíamos hablado siempre me pregunté ¿Xq todos los seres humanos como quien dice hasta que no perdemos algo no nos damos cuenta lo que tenemos? Y a partir de ese día me plantee empezar a valorar más las cosas y nunca tener que arrepentirme de algo por descuidarlo o no saber valorarlo en su momento.
Es algo lo cual sigo llevando a práctica pero siempre tengo algún desliz que me hace volver atrás y decir "Soy un imbécil, tengo que dejar de pensar en mí y disfrutar de lo que amo mientras puedo y lo tengo"
En fin, agradezco y siempre voy a agradecer a ese sujeto de 50 años que me puso los pies en la tierra en el momento que lo necesitaba y me enseñó que todo depende de uno mismo y el valor que le dé a las cosas. Tarde es cuando te confías y pensás que tenés la vida resuelta o que la gente va a estar siempre para vos sin que hagas nada para que se sienta con ganas de quedarse y de cuidarte de la misma manera que lo haces por ella.
Quieran y déjense querer,
Amen y déjense amar,
Piensen siempre en los demás y no solo en uno mismo xq los demás son más necesarios de lo que creemos para ser felices y no vaya a ser cosa de que por un error propio pierdan a una persona así de importante como le pasó a mi profesor de guitarra.
Escribo todo esto para dejar dato de este recuerdo y nunca olvidarme. Es una enseñanza propia pero si algún día alguien la lee y le sirve estamos en internet así que sería hasta lindo.
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MURIO DIEGO ARMANDO MARADONA
Artículo tomado de El Clarin. 
Miércoles 25 de noviembre de 2020 -  Sufrió un paro cardiorrespiratorio en la casa de Tigre en la que se había instalado tras su operación en la cabeza.
 Y un día ocurrió. Un día lo inevitable sucedió. Es un cachetazo emocional y nacional. Un golpe que retumba en todas las latitudes. Un impacto mundial. Una noticia que marca una bisagra en la historia. La sentencia que varias veces se escribió pero había sido gambeteada por el destino ahora es parte de la triste realidad: murió Diego Armando Maradona.
El campeón del mundo con la Selección Argentina​ se descompensó en la mañana de este miércoles en la casa del barrio San Andrés, en el partido bonaerense de Tigre, donde vivía desde hacía algunos días luego de haber sido operado de la cabeza. El 30 de octubre había cumplido 60 años.
Villa Fiorito fue el punto de partida. Y desde allí, desde ese rincón postergado de la zona sur del Conurbano bonaerense se explican muchos de los condimentos que tuvo el combo con el que convivió Maradona. Una vida televisada desde aquel primer mensaje a cámara en un potrero en el que un nene decía soñar con jugar en la Selección. Un salto al vacío sin paracaídas. Una montaña rusa constante con subidas empinadas y caídas abruptas.
Nadie le dio a Diego las reglas del juego. Nadie le dio a su entorno (un concepto tan naturalizado como abstracto y cambiante a la lo largo de su vida) el manual de instrucciones. Nadie tuvo el joystick para poder manejar los destinos de un hombre que con los mismos pies que pisaba el barro alcanzó a tocar el cielo.
Quizá su mayor coherencia haya sido la de ser auténtico en sus contradicciones. La de no dejar de ser Maradona ni cuando ni siquiera él podía aguantarse. La de abrir su vida de par en par y en esa caja de sorpresas ir desnudando gran parte de la idiosincrasia argentina. Maradona es los dos espejos: aquel en el que resulta placentero mirarnos y el otro, el que nos avergüenza.
A diferencia del común de los mortales, Diego nunca pudo ocultar ninguno de los espejos.
Es el Cebollita que solo tenía un pantalón de corderoy y es el hombre de las camisas brillantes y la colección de relojes lujosos. Es el que le hace cuatro goles a un arquero que intenta desafiarlo y al mismo tiempo el entrenador que intenta chicanear a los alemanes y termina humillado. Es el que se va bañado de gloria del estadio Azteca y el que sale de la mano de una enfermera en Estados Unidos. Es el que arenga, el que agita, el que levanta, el que motiva. El que tomaba un avión desde cualquier punto del mundo para venir a jugar con la camiseta de la Selección. El del mechón rubio y el que estaciona el camión Scania en un country. Es el gordo que pasa el tiempo jugando al golf en Cuba y el flaco de La Noche del Diez. El que vuelve de la muerte en Punta del Este. Es el novio de Claudia y es también el hombre acusado de violencia de género. Es el adicto en constante lucha. El que canta un tango y baila cumbia. El que se planta ante la FIFA o le dice al Papa que venda el oro del Vaticano. El que fue reconociendo hijos como quien trata de emparchar agujeros de su vida. Un icono del neoliberalismo noventoso y el que se subió a un tren para ponerse cara a cara contra Bush y ser bandera del progresismo latinoamericano. Es cada tatuaje que tiene en su piel, el Che, Dalma, Gianinna, Fidel, Benja… Es el hombre que abraza a la Copa del Mundo, el que putea cuando los italianos insultan nuestro himno y el que le saca una sonrisa a los héroes de Malvinas con un partido digno de una ficción, una pieza de literatura, una obra de arte.
Porque si hubiera que elegir un solo partido sería ese. Porque no existió ni existirá un tramo de la vida más maradoneano que esos cuatro minutos que transcurrieron entre los dos goles que hizo el 22 de junio de 1986 contra los ingleses. El mejor resumen de su vida, de su estilo, de lo que fue capaz de crear. Pintó su obra cumbre en el mejor marco posible. Le dijo al mundo quién es Diego Armando Maradona. El tramposo y el mágico, el que es capaz de engañar a todos y sacar una mano pícara y el que enseguida se supera con la partitura de todos los tiempos.
Barrilete cósmico. Y la pelota no se mancha. Y las piernas cortadas. Y que la sigan chupando. Y la tortuga que se escapa. Y el jarrón en el departamento de Caballito, el rifle de aire comprimido contra la prensa, la Ferrari negra que descartó porque no tenía estéreo, la mafia napolitana y toda una ciudad que elige vivir en pausa, rendida a su Dios. Es el de las canciones, el los documentales a carne viva y las biografías siempre desactualizadas. El que levanta el teléfono y llama cuando menos lo esperás y más lo necesitás. El que jugó partidos a beneficio sin que nadie se enterara. El que pasa del amor al odio con Cyterszpiler, con Coppola o con Morla. El que siempre vuelve a sus orígenes y le presta más atención a los que menos tienen.
Es el abuelo baboso y el papá inabordable.
Es antes que todo y por sobre todas las cosas el hijo de Doña Tota y de Don Diego.
Y Maradona es en presente pese a que de los que mueren haya que escribir en pasado. Es el que en Dubai se codeaba con jeques y contratos millonarios y el que en Culiacán y con 40 grados a la sombra pedía un guiso a domicilio. El que internaron en un neuropsiquiátrico. El que pudo dejar la cocaína. El que hizo jueguitos en Harvard. Es el que como entrenador de Gimnasia vivió un postergado homenaje del fútbol argentino. Aquel que había dirigido a Racing y a Mandiyú no era este último Diego de las rodillas chuecas, las palabras estiradas y las emociones brotando sin filtro.
Es también Maradona el hombre que se fue apagando. Se resquebrajó su cuerpo y empezó a sacar a la luz tantos años de castigo físico, de desbordes, de excesos, de patadas, de infiltraciones, de viajes, de adicciones, de subibajas con su peso, de andar por los extremos sin red de contención.
Y el alma se fue apagando al compás del cuerpo. En el último tiempo ya no quería ser Maradona y ya no podía ser un hombre normal. Ya nada lo motivaba. Ya no servía el paliativo de los antidepresivos ni las pastillas para dormir. Y la combinación con alcohol aceleraba la cinta. Cada vez menos cosas encendían su motor: ni el dinero, ni la fama, ni el trabajo, ni los amigos, ni la familia, ni las mujeres, ni el fútbol. Perdió su propio joystick. Y perdió el juego.
Lo llora Fiorito, escenografía inicial de esta historia de película y pieza fundacional para comprender al personaje. Lo lloran los Cebollitas donde se animó a soñar en grande. Lo llora Argentinos Juniors donde no solo es nombre del estadio sino el mejor ejemplar de un molde que genera orgullo. Lo llora Boca y toda la pasión que unió a un vínculo que fue mutando pero conservó el amor genuino. Lo llora Nápoles, su altar maravilloso en el que con una pelota cambió la vida de una ciudad para siempre. Lo lloran también Sevilla, Barcelona y Newell’s, que infla el pecho por haberlo cobijado.
Y lo llora la Selección porque nadie defendió los colores celeste y blanco como él. En definitiva, lo llora el país entero y el mundo.
Entre tantas cosas que hizo en su vida, Maradona hizo una particularmente exótica: se entrevistó a sí mismo. El Diego de saco le preguntó al de remera de qué se arrepentía. “De no haber disfrutado del crecimiento de las nenas, de haber faltado a fiestas de las nenas… Me arrepiento de haber hecho sufrir a mi vieja, mi viejo, mis hermanos, a los que me quieren. No haber podido dar el 100 por ciento en el fútbol porque yo con la cocaína daba ventajas. Yo no saqué ventaja, yo di ventaja”, se contestó en una sesión de terapia con 40 puntos de rating.
En ese mismo montaje realizado en 2005 en su programa “La noche del Diez”, el Diego de traje le propuso al de remera que deje unas palabras para cuando a Diego le llegue el día de su muerte. “Uhh, ¿qué le diría?”, piensa. Y define: “Gracias por haber jugado al fútbol, gracias por haber jugado al fútbol, porque es el deporte que me dio más alegría, más libertad, es como tocar el cielo con las manos. Gracias a la pelota. Sí, pondría una lápida que diga: gracias a la pelota”.
JPE
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