Tumgik
#star wars x lectora
samueldrakelover · 2 years
Text
Negociación (traducción)
Emparejando – Cassian Andor x Lectorx de género neutral (vale pa' to el mundo ajjs)
Resumen – Andor acude a ti en busca de venderte algo, excepto que él quiere negociar algo más que créditos.
Recuento de palabras – 1342
Nota de la autora/del autor original - Después de ver los tres primeros episodios, no pude evitar sacar algo.
Nota de la traductora;)
Esta es mi primera traducción aquí, si encontráis algunos fallitos es normal, iré mejorando con el tiempo <3. Por cierto esta historia me ha encantado ^^ , al final tenéis el link de la historia original. Tengo el permiso de la autora/el autor para traducir esto.
SIN SPOILER
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Gif de starwarsblr
No fue un día particularmente interesante. El silencio se extendía por toda la habitación, a excepción del barullo de la gente de la calle y el zumbido de la radio en la esquina de tu tienda. La inactividad en el negocio era lo usual, por lo que el trabajo se había convertido en una tarea aburrida más que en un trabajo real.
Dirigir una tienda de chatarra en Ferrix fue probablemente la peor idea de todas, especialmente teniendo competencia con todas las demás de la ciudad. Era una sorpresa para ti que pudieras mantenerla aún a flote.
Eso fue hasta que viste a tu cliente habitual entrar—Cassian Andor— tu favorito. Entró por debajo de la puerta y te vio, sus frías facciones se calentaron cuando llamaste su atención. Miraste la hora desde detrás del mostrador.
-Llegas tarde. Pensé que nunca aparecerías.- Te burlaste de él. Cassian tenía un horario cuando se trataba de visitar tu palacio de piezas de robot. Sin falta,él llegaría a la hora exacta, excepto hoy. A veces no estabas segurx si estaba de visita por negocios o por la compañía que le dabas. En comparación con la otra miríada de tiendas de chatarra en cada esquina, te hacía pensar que te estaba estafando con todas las veces que se pasaba por la tuya.
-Lo sé, lo siento. Tuve algunos problemas con el transporte, lamento que me hayas extrañado.- Te sonrió y luego colocó un componente de la nave en el mostrador de enfrente tuya. Levantaste una ceja.
-¿Un estabilizador? Tengo como diez de éstos,- te burlaste antes de manipular el componente y girarlo. Fue entonces cuando viste un pequeño sigilo grabado en un costado, -mierda, ¿es imperial?- boquiabiertx ante la pieza de metal. Él se cruzó de brazos y se echó hacia atrás con orgullo, asintiendo. -¿Cómo diablos lo has conseguido?- Le preguntaste y comenzaste a darle vueltas en tus manos, logrando una buena inspección de la parte de la nave espacial.
-Una antigua nave que se estrelló a unas pocas horas de la ciudad.- Explicó, y pusiste de nuevo el estabilizador en el mostrador.
-¿Cuánto quieres por él?- Tus puños reposaban contra la mesa, balanceando tu peso sobre ellos. Cassian contempló por un segundo antes de hablar.
-Cinco mil créditos.- Sus palabras estaban llenas de presunción. Te burlaste de la sugerencia y deslizaste el trozo hacia él.
-De ninguna manera.- Respondiste, te levantaste y rodeaste el mostrador, pasando cerca de Cassian, que ahora te miraba, estupefacto.
-¿Qué, por qué no? ¡Esta es tecnología imperial premium, probablemente valga más que eso!- Exclamó, pero no te giraste para mirarlo. Recogiste un trapo que había en la mesa de al lado y comenzaste a frotar la suciedad de un pequeño disipador de calor.
-Eso,- señalaste el estabilizador que se encontraba frente a él, -mi querido Cassian, es basura del imperio. Si descubren que lo robaste, entonces te habrás ganado un desintegrador en la cabeza.- seguiste frotando.
-Bien entonces. Cuatro mil por la parte ilícita.- No pudiste evitar sonreír ante su falta de voluntad para rendirse. Paraste de limpiar y dejaste los artículos antes de girar y sentarte en el borde de la mesa con los brazos cruzados.
Ahora que podías verlo de nuevo, lo miraste prolongadamente a la cara. Su rostro cubierto de aceite y suciedad y su cabello despeinado con una creciente barba unía toda la apariencia de 'carroñero rudo'. Cada vez que te miraba, sus rasgos se suavizaban y todo lo que querías hacer era sostener su rostro entre tus manos y mirarlo a los ojos. Los mismos ojos que notaron tu mirada, y hicieron que salieras de tu ensoñación. Se sintió halagado y, como resultado, expresó una sonrisa arrogante.
-Tres mil. Tiene casi una década de antigüedad, no es tan premium como crees.- Contestaste, y él chasqueó la lengua y comenzó a caminar lentamente hacia ti. Pegaste un bote mientras te enderezabas. Estaba muy cerca de ti, y podías sentir el calor de su cuerpo por la proximidad.
-¿Qué tal si compro esto?- Recogió el disipador de calor que estabas limpiando previamente y lo agitó en el aire, mirándote. Sentiste su cálido aliento en tu hombro cuando habló, pero no estabas listx para dejar que te utilizara tan fácilmente.
-Te costaría unos quinientos créditos.- Hizo una mueca burlona ante tu respuesta. -Son tiempos difíciles, Cassa.- aclaraste. Se rió disimuladamente por tu tenacidad y esto hizo que tu corazón se acelerara, pero él estaba dispuesto a jugar este juego mientras tú lo estuvieras.
-Me revuelves los bolsillos, cariño.- Casi te derrites en el lugar. -Probablemente podría conseguir un mejor trato con Bix.- Estabas un poco ofendidx por sus palabras. Así que decidió jugar sucio, burlándose de tu falta de negocios como una táctica de amenaza para estafarte aún más.
-Pero Bix no sería tu chatarrera favorita, ¿verdad?- Eso borró la sonrisa de su rostro y te sentiste un poco consternadx al verle serio. Cometiste el terrible error de llamarle la atención sobre sus frecuentes y predecibles visitas. No tenías miedo de que te atacara—no, conocías bien a Cassian y sabías que no era de los que reaccionanaban violentamente contigo—así que eso es lo que más te asustó, el desconocimiento de una reacción. Empezó a inclinarse sobre tu hombro, con la boca sobre tu oreja. Se te cortó la respiración cuando sentiste que su cuerpo se apretaba más contra el tuyo.
-Tienes razón,- tus músculos tensos se relajaron, aliviados por sus palabras, -ella no lo es. Siempre pagaría un poco más por verte.- El sentimiento duró poco después de que dijera la última parte, y sentiste como tus mejillas se calentaban. Se inclinó hacia atrás, capturando tus ojos una vez más y mirándote con una suave mirada, leyendo tu reacción. Tus labios estaban entreabiertos para dejar que tu respiración entrecortada se filtrara, ya que él la dificultó. Tu cuerpo ejecutó su solución de problemas y volviste a la realidad, enderezando tu postura para exhibir la confianza más falsa que pudiste reunir.
-¿Cómo sé que funciona?- Preguntaste, ignorando por completo su insinuación.
-Tuve cuidado de no alterar el cableado cuando lo excavé. ¿Quieres averiguarlo?- Respondió.
-Dos mil doscientos cincuenta y le daré un cheque de reparación completo.- Tú ofreciste.
-Dos mil dos cincuenta, pero además le das un beso.- Sugirió, y sus manos se encontraron a ambos lados tuyos, descansando en el borde de la mesa detrás de ti. Esto resultó en que él cerrara la distancia entre sus dos cuerpos, mientras los presionaba contra la superficie de detrás tuya.
-Podrías conseguir eso gratis.- Era como si tu corazón hablara por ti, las palabras salían de tu lengua de forma autónoma. Fue todo lo que Cassian necesitó para chocar sus labios contra los tuyos. Cediste en tus fantasías de tus ensoñaciones y tus manos encontraron el camino hacia su barba y comenzaste a acariciarle la mandíbula. En comparación, sus manos abandonaron la mesa y encontraron tu cintura, a la que abrazó.
Tus labios se movían salvaje y apasionadamente contra los suyos, él ya no se estaba conteniendo. El amor que tenía por ti se expandía cada vez que entraba en tu tienda, cada vez que te veía y cada vez que hablabas. Nunca hiciste nada específico que lo enamorara. Como apenas había negocios, tú básicamente hacías la mayor parte de la limpieza y las reparaciones durante las horas que él no estaba allí, así que se enamoró de ti por no hacer absolutamente nada.
La mayoría de las veces, la negociación era solo una excusa para hablar contigo más tiempo. No le importaban los créditos, el valor, la rareza, el tecnicismo o lo que fuera. Solo quería hablar más contigo.
Después de un tiempo de una sesión de besos ardientes, se alejó, dejándoos a ambos en un desastre caliente y con la respiración entrecortada. Estabas decepcionadx, pero agradeciste el merecido descanso.
-Dos mil dos cincuenta. Lo recogeré mañana.- Empezó a caminar hacia atrás, girando hacia la salida. -Sabré usar mi descuento de cliente habitual la próxima vez- Te guiñó un ojo antes de despedirse y dejarte esperando su regreso.
Historia original:
https://at.tumblr.com/kyber-cvnt/bargaining/lfnrnkeiydz4
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danielpico · 6 years
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Se llamaba Carlos Castaneda, habría vendido 27 millones de libros en 17 idiomas como antropólogo-brujo
Su primera y gran obra, sobre drogas alucinógenas y las enseñanzas de un chamán, sedujo a gente como George Lucas, Oliver Stone, Fellini, Lennon...
Líder de la revolución psicodélica, fundó una nueva religión. El peruano de la secta que captó a la alicantina Patricia se dice su sucesor
Ahora un investigador español publica la verdad de Castaneda
Se acaban de cumplir 20 años de su muerte y 50 de la publicación del libro que cambio la vida de millones de lectores: 'Las enseñanzas de don Juan'. Un desconocido estudiante de antropología que narraba sus experiencias con don Juan Matus, un brujo indio que lo habría iniciado en los secretos de los hongos alucinógenos. Un nuevo atajo a la iluminación, esta vez a través de drogas naturales. Justo ese año, 1968, se habían publicado los primeros estudios clínicos sobre los efectos secundarios del LSD. Timothy Leary había popularizado el LSD entre la juventud norteamericana como un pasaporte a la iluminación.
Los estudios científicos sobre los efectos del ácido lisérgico fueron tan demoledores que se prohibió su uso, dejando a millones americanos sin su atajo a la revelación. Y fue entonces cuando la editorial de la Universidad de California (UCLA) publicó el primer libro del desconocido Carlos Castaneda. Sabían que sería un éxito; no hasta qué punto.
Según Margaret Runyan, segunda esposa de Castaneda, aquel libro nació como un trabajo de clase encargado por el profesor Clement Meighan. Meighan quedó tan impresionado que le propuso convertirlo en un libro y que lo editara UCLA.Nadie exigió jamás a Castaneda sus notas, fotos o grabaciones con don Juan Matus que probasen su relato... Y así siguió inmaculado. Incluso le dieron un doctorado por su tercer libro: 'Viaje a Ixtlán'. En total escribió 13 y vendió 27 millones de ejemplares en 17 idiomas.
Desde el primero, su don Juan, sedujo a Hollywood. Antes de matricularse en cinematografía George Lucas estudió antropología en el Modesto Junior College. Cayó tan seducido por la obra de Castaneda como millones de lectores. Es fácil reconocer a Castaneda y don Juan en las conversaciones de Luke Skywalker y el maestro Yoda. Lucas reconoce la influencia de Castaneda en la saga Star Wars en todas sus biografías. Y quizás sin sus libros, frases como «que la fuerza te acompañe» jamás habrían existido. Pero hay mucho más. Oliver Stone bautizó a su productora Ixtlan por el tercer libro del peruano. John Lenon definia a Yoko Ono como su «don Juan Matus particular». The Eagles confiesan que Hotel California y todos sus éxitos están inspirados en Castaneda. Federico Fellini dejó un rodaje a la mitad para viajar con Castaneda y sus brujas a México y EEUU. L@s Wachowski no sólo se inspiraron en él para la saga The Matrix, sino que Castaneda aparece nombrado expresamente en otros filmes suyos, como 'El atlas de las nubes'... Hoy su nombre y sus libros continúan apareciendo en películas y series como 'Fringe', 'True Detective', 'Perdidos', 'Expediente-X', 'Los Simpson', etc. Pero ¿y si todo fuese mentira?
En 1994 Concha Labarta, líder del grupo español de discípulos de Castaneda, nos brindó la oportunidad de conocer al escritor más misterioso del siglo XX a Javier Sierra (Premio Planeta) y a mí. No permitía que le grabaran ni tomaran fotografías. Durante los últimos años de su vida nuestra amiga Concha se entregó en cuerpo y alma al culto de Castaneda. Poco después de su muerte me llegaron informaciones que sugerían que la obra de Castaneda era falsa. Me propuse averiguar si nuestra amiga había desperdiciado los últimos años de su vida. Decidí seguir la pista de Castaneda en EEUU, Perú, México, Costa Rica, Venezuela, Europa... para reconstruir la biografía que él tanto se empeñó en ocultar.
Arranqué en UCLA, donde se matriculó en 1959. Antes estudió psicología en Los Ángeles City College. Localicé a sus compañeros de piso en el campus. Su solicitud de nacionalización (la nº 199531). Y en los archivos de inmigración, el registro de su llegada a EEUU el 23 de septiembre de 1951, con pasaporte peruano Nº 34477. A partir de ahí fue fácil localizar en Perú a sus amigos de la infancia, sus compañeros de colegio y su último familiar vivo: su hermana Lucy.
Según los registros Carlos César Salvador Arana Castaneda nació en Cajamarca (Perú), el 25 de diciembre de 1925. Estudió primero en la escuela fiscal 91 y luego en el prestigioso colegio San Ramón. Sus compañeros de pupitre Juan Jave y Alejandro Vélez, y su hermana, Lucy, me ayudaron a reconstruir su infancia. En 1944 se traslada a Lima e ingresa en la Escuela de Bellas Artes. El famoso Victor Delfín, su compañero en Bellas Artes, me ayudó a documentar esa época. Según Delfín le interesaban más las mujeres que el arte. El 10 de septiembre de 1951, según los archivos de la administración, Castaneda zarpa a bordo del SS Yavari desde El Dorado y desembarca en San Francisco (EEUU) el 23. Atrás deja a una de sus compañeras, Gina Lu, embarazada de su única hija biológica: Charito(aún vive, en Italia). Cuando, pese a los impedimentos de Castaneda, Gina localiza a sus padres, Castaneda se casa con ella por poderes. Nunca volverá a verle.
Hasta la publicación de 'Las enseñanzas de don Juan' Castaneda lo pasa mal.Tiene infinidad de pequeños trabajos, como otros inmigrantes latinos: taxista, cocinero, vendedor...
Sus compañeros de piso en los 50, Byron de Ford y Oscar Rubio, también estudiantes hispanos en Los Ángeles,comparten su pasión por las mujeres y lo sobrenatural. Sesiones de espiritismo, hipnosis y experiencias con peyote. Según Byron, 10 años antes de don Juan, Castaneda ya había conocido a varios brujos nativos, como don Rosendo o Marcelo Ocaña, y simultaneaba varias relaciones sentimentales: Gudrum Edwars, María Kazanz... Rubio me confirma que ya entonces mentía sobre su pasado. Construyó una biografía sosteniendo que era un noble brasileño educado en Italia. A pesar de que había dejado esposa e hija en Perú, el 27 de enero de 1960 Castaneda y Margaret Runyan se casan en México -después se casaría dos veces más-. Ella vivió todo el proceso de creación de 'Las enseñanzas de don Juan', pero jamás conoció a don Juan. Ni ella ni nadie. Don Juan Matus nunca existió. En realidad fueron más de una docena de informadores indios, a los que sólo ahora podemos poner nombre, cara.
Michael Korda, famoso editor de la poderosa Simon&Schuster, compró los derechos de su libro. De pronto aquel inmigrante que malvivía con trabajos eventuales se convirtió en millonario. Y mundialmente famoso. Según me dice el famoso ilusionista Uri Geller, conoció a Castaneda en los 70 y ambos tenían una relación directa con la familia presidencial mexicana López Portillo. Aquí, me asegura Ramón de León, coordinador de varios viajes de Castaneda a España, la reina Sofía «era muy amiga de Castaneda».
Las editoriales ganaron millones con sus libros afirmando «que no era importante si lo que contaba era real o una alegoría». Pero para sus seguidores eso era lo único importante. Especialmente para ese grupo de devotas del que se rodeó: sus brujas y amantes. También las conocí. Para ellas, como para sus millones de seguidores, Castaneda era más que un antropólogo, era un mesías.Se cambiaron de nombre y cortaron relaciones con sus familias. Lo que dificultó la investigación policial tras sus trágicas muertes.
Según el informe firmado por la doctora Angélica Duenas, Castaneda murió el 20 de abril de 1998 por «cáncer hepatocelular». Cinco de sus brujas más cercanas se quitaron la vida inmediatamente. Otras, simples lectoras, se suicidaron más tarde emulando los relatos de sus libros.
Su huella aún marca. Infinidad de imitadores usurpan su legado, presentándose como los legítimos sucesores. El último fue Félix Manrique, líder de la secta que captó a la joven de Elche Patricia Aguilar. También peruano, falsificó una supuesta carta de Castaneda en la que lo nombraba único heredero de su sistema de conocimiento: el nahualismo. Manrique localizó la firma de Castaneda en una página web de autógrafos de famosos y la estampó en la carta que él mismo escribió.
http://www.elmundo.es/cronica/2018/08/16/5b6de91622601d30598b457d.html
http://www.jayfikes.com/spanish-book-summary-map.html
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