Ruta Nathaniel ; (Versión Instituto).
Bienvenida e
Introducción:
Primero que nada, ¡Bienvenidos!
Antes de comenzar quería explicar de que trata todo esto, seré breve. En estás escrituras pondré algunos datos interesantes de personajes de CDMI - CDMU - CDMA (Corazón de Melón ; Instituto ; Universidad ; En el amor), también consejos para sus rutas, gustos de los personajes, un fragmento breve de su historia, etc.
Ahora sí, puedo comenzar.
¡Hablemos Sobre
Nath! :
Nath, al principio, se nos muestra como un chico respetuoso, amable, servicial y tranquilo, pero todos tenemos un lado agresivo, que en el caso de Nath, suele mostrarlo cuando está con Castiel.
Después cuando Nath consigue emanciparse, se nos muestra con una personalidad más seductora y un tanto atrevida.
Tips :
Tratarlo con amabilidad y respeto.
No pasar tiempo con Castiel (porque son rivales y no se llevan bien).
Cuando estés con él, asegurate de que esté seguro de que te gustan los gatos (a él le gustan los gatitos y si comparten gustos sería muchísimo mejor).
Debes de interesarte por lo que hace, mostrar afecto y interés.
A Nath le encanta la literatura (Las novelas policíacas antes todo), debes de interesarte mucho en ello.
NO le gusta la gente intrometida, si no te incumbe, NO te incumbe.
Usa la lógica y piensa antes de hablar, no sobrepienses mucho.
Curiosidades Sobre
Nath :
Le encantas las novelas policíacas.
No le gustan las golosinas.
Su color favorito es el azul y sus tonos derivados.
Su estilo musical favorito es el rap.
Tiene una hermana melliza llamada Ámber.
Le encantan los gatos.
Su signo zodiacal es Acuario.
Melody gusta de él.
Es alérgico al polen.
Tiene una gata llamada Blanca.
Aprendió a tocar la batería.
No le gustan los perro (y mucho menos los perros grandes).
Le gusta el boxeo.
Su comida favorita es la pasta, en especial spaguettis a la carbonara o a la boloñesa.
No le gusta mostrar sus debilidades.
Atuendos :
Ep. 1 (Inicios) - (Tuvo 3 atuendos distintos ocacionales, del cuál 1 no he encontrado imágenes) Hay más atuendos en otros capítulos pero lamentablemente, tumblr, solo me deja poner 10 imágenes por post. ¡Lo siento...!
Ep. 9 (Traje de Baño)
Ep. 11 (Chándal)
Ep. 15 (Aspecto Antiguo)
Ep. 23 (Pijama)
Ep. 21 (Caperucita Roja)
Ep. 21 (Alicia en el País de las Maravillas)
Ep. 21 (La Bella Durmiente)
Despedida e
Información :
No voy a extenderme tanto, así que hasta acá lo voy a dejar.
Si ven alguna falla ortográfica o algo es porque soy nueva escribiendo y haciendo posts así. Espero que al menos lo hallan disfrutado!
También aclarar, que estaré haciendo más de estos con los demas personajes de CDM (si tienen algún personaje del cuál quieren saber más, pueden decirlo).
Sin más, espero que estén bien, cuidense, baii <3
(Ningún personaje es mío, toda la info fue sacada de wikis de CDM, y videos de youtube, todos los derechos a sus respectivos autores)
13 notes
·
View notes
Deja que fluya.
Alerta este fanfic (aquí un one shot) pertenece a una novela llamada The True Life que estoy escribiendo y, en concreto, este escrito contiene consumo de sustancias ilegales y nocivas. No se pretende incentivar su consumo es un relato ficticio. Si eres sensible a este contenido no leas.
.
Cualquiera hubiero perdido la cabeza por él.
.
Se sienta a mi lado en el sofá, visiblemente incómodo, su posición corporal denota que algo no le ha gustado, se nota como se retrae e intenta iniciar un contacto, a pesar de que lo estoy mirando de reojo, no me ve prestándole atención, revolviéndose y mirando a todos lados para finalmente a mí.
Al principio te lo tomas como divertido, incluso quizás adorable viniendo de quien viene, pero al cabo de un rato... No mola.
Sin avances por su parte, tomo el timón de este barco que se hunde, para intentar salvarlo, y paro la serie que estaba viendo. Giro mi cabeza, hacia él, para enfrentarle.
- ¿Qué pasa? ¿Todo bien? ¿Quieres que pongamos otra cosa?
Pregunto.
En su silencio, aprovecho para seguir fumando, me había enganchado tanto a la serie que se me había olvidado que me había hecho un porro. Enciendo otra vez el porro dando una calada, sabiendo que le molestaba el humo, lo suelto hacia el lado evitando que le de en toda la cara.
Permanece mirándome pero aun titubea.
- Eh… ¿hay alguien ahí?- intento captar su atención, un poco preocupada por las posibilidades de su silencio. - He usado mi netflix, bueno, no es mío, pero tengo un perfil y lo uso. Así que tranqui, no te he robado netflix. Y no he encendido las luces como quedamos y bueno, las ventanas están abiertas y las cortinas echadas. No me han visto entrar.
Niega con la cabeza, soltando un suspiro.
- No es eso, pero vale.
- ¿Entonces? Tío, es que parece que vas a matarme, me estás dando mal rollo. ¿Qué pasa?
Un nuevo suspiro le sigue y sus gestos comienzan a ser nerviosos y llenos de duda, empieza a jugar con los piercings de sus orejas, evitando el contacto visual, alejándose pero acercándose.
- A ver… dímeeelooo- digo amistosa.
Me mira a los ojos, por fin, pero veo que aunque quiere arrancar aun le cuesta.
Le animo con una mirada tranquilizadora y por fin, lanza su pregunta.
- ¿Estamos… bien?
Debo reconocer que oir eso de repente, me descoloca.
Incapaz de enfrentarme a eso de inmediato, me dejo caer contra el sofá, incorporandome en el sofá para quedarme totalmente frente a frente mirándolo.
Sus ojos continuaban fijos en mí, atento a mis movimientos.
Aprovecho la tensión del momento para ponerme cómoda para la conversación que llevaba.
Tome el mechero, el cenicero y acomode la postura, volviendo a encender el porro, doy una calada profunda, cuidando de soltar el humo lejos de él.
Cuando siento que he terminado, procedo.
- ¿Por qué no lo estaríamos?- pregunto, cautelosa. -¿Hay algo que deba saber? ¿Pasó algo que deba preocuparme?
- Bueno… nos… besamos…
Doy otra calada, como si me ayudase a meditar.
Vale, no quiero lanzarme cuando no estoy segura de mis posibilidades. Estoy dispuesta tanto a dejarme llevar como a frenar en seco, ahora mismo no tengo una preferencia sincera, me convenían ambas en distintos sentidos.
Además solo fueron unos besitos tontos que se dieron por el calor del momento...
Si era que no, me salvaría de las cosas malas que nos repercutirían a ambos de esta relación tan poco legal y si era que sí me lanzaría sin pensarlo.
Podíamos ser amigos de las dos, eso era lo minimo que aceptaría en estas condiciones.
Con otra calada, le devuelvo el golpe.
- ¿Y qué pasa?
- Bueno, nosotros pusimos límites y…
Oh, ya, los famosos límites de este nuestro chantaje.
Por mucho que creo que hay reglas que no pueden romperse, ciertos límites están hechos para ello y justo estos son los primeros que ya rompes antes de darte cuenta.
Doy otra calada y suelto el humo, casi podría reirme en estos momentos.
- ¿Pero eso supone algo que deberíamos hablar para ti, no?- pregunto, le veo tirarse de la misma forma en el sofá que yo, mostrándo con su postura lo abierto a la comunicación que estaba, relajado por primera vez desde que comenzamos a hablar. -Los límites se van poniendo conforme avanzan las cosas, de forma natural. Quiero decir establecer todo el rato reglas impide que se hagan relaciones “normales”. Y ten en cuenta que dijimos muchas cosas, Nathaniel, muchas-
Sonrio, pensando en la primera regla de involucrarnos en lo más mínimo, regla que rompimos un día después de ponerla.
De nuevo, las ganas de reirme me superan, pero solo niego con la cabeza, intentando refrenarlas dando otra calada.
- Pero creo que ya rompimos muchas, muchas como para preocuparnos por otra más de una forma más especial, ¿no? ¿O estás diciendo que algo implica que esto si tiene importancia?
- Pero fue un beso.
Replica y una sensación de un hormigueo comienza a picarme en el estómago.
- ¿Y eso supone algo para ti?- tengo la osadía de preguntar.
Se queda callado, pero la pregunta aun flota suspendida entre nosotros.
Duda, y me doy cuenta de que no puede responder en voz alta, de la misma forma que yo no puedo.
Intentando navegar en otra dirección, decido jugar un poco para amenizarlo.
Ninguno de los dos optamos por una probabilidad que esta en un cincuenta-cincuenta, no queremos arriesgar, no queremos perder.
Así que es mejor dejarse llevar.
- ¿Tú? ¿El seductor de las nenas estás temblando por un besito?
- ¿Besito? Eso no era para nada un besito, casi me devoras.
Siempre pica, a Nathaniel le encanta que le pique, que le desafíe, que no me contenga con él, el juego de pinchar que tan divertido es.
- ¿Ah?- con indignación fingida, replico, terminando con una sonrisa cargadita de prepotencia. -¿Lo dice el que saltó y me derribó en el sofá, completamente desesperado?- mi defensa es buena, ambos sabemos que eso fue lo que pasó aunque lo niegue. - Me adapté a tu ritmo, bebé.
Me sonríe, divertido, la tensión sigue presente, pero nos mantenemos firmes ante ella.
Dudando un poco, se desliza un poco más cerca de mí, tranquilo y sereno, acortando distancias.
Su tono de voz baja.
- Sabes en lo que estoy metido y aunque no has salido espantada es una realidad y…
- Bueno, tengo amigos peores también te lo digo. Y no creo que esto sea algo que tengas que asumir solo, sobre todo si tus intenciones son buenas, guardarte cosas solo te come por dentro. Puedo ayudar aunque solo sea escuchándote y dialogando.
El tinte oscuro que tiene nuestra conversación nos devuelve a la realidad del lado oscuro, todo iba tan bien que no pensé en la tormenta que destruía el barco siempre que navegábamos.
- ¿Por eso en lo que estás metida tú?
- Bueno, tengo lo mío- murmuro. - Te sorprenderías.
Doy una calada y me termino el porro, el terreno pantanoso en el que intenta meterse no va a salir hoy. No vamos a desviar el tema así, a él no le afectarían mis asuntos.
- Pero no hablemos de mí, yo no tengo un problema real con esa situación y sí, quiero escuchar lo que tienes que decir.
Le miro fijamente, intentando leerle, esta esperando algo, cualquier cosa que diga que solucione las condiciones climatológicas, algo que escapa a mi control.
Yo solo puedo intentar salvar el barco, nada más.
- No me importa que lleguemos a un punto y lo esclarezcamos, si soy sincera me parece bien. Así que, tú dirás. ¿Qué me quieres decir con todo esto?
Suspira.
Y para colmo, mientras dejo el cenicero en la mesita, el me rueda los ojos, con un deje de diversión y disconformidad.
Como si le frustrará todo en general.
- Tú tan directa.
- Prefiero que nos dejemos de vueltas, al final, es lo que es, ¿no?
- Tienes razón, ¿pero qué piensas tú?
Por desgracia, me hace la pregunta, cediendo el turno de nuevo.
No va a tomar una decisión sin escucharme decir lo que quiero, está de la misma forma que yo, y como quiere hablarlo, seguir retrasándolo hará que al final no lo hablemos, se malentiendan cosas o dejemos de llevarnos bien.
No quiero responder a esta pregunta.
Intentando hacer tiempo, intento ponerme lo más cómoda posible para ir de cara con esta pregunta.
Me descalzo, me recoloco para sentarme mirando hacia el en pose indio, me ato el pelo en un moño que queda bastante deshecho y dejo todo lo que tengo encima lejos.
Cuando termino de colocarme, le miro.
No he tardado mucho, pero en momentos como estes la tensión de la espera lo hacen mucho más dramático y lento.
Casi una tortura si te da miedo lo que puedan decirte, asi que, me lanzo a la piscina, sincera y clara. Abarcando las opciones que creo ver.
- Porque me obligas a decir lo que quiero…-
Pero primero las quejas.
Me encojo en el sofá doblando las piernas y rodeandolas en un abrazo, como si crease un muro de contención.
Un escudo que me protegiese, aun no sabía de qué, pero me cubría las espaldas ante cualquier respuesta.
- No lo sé, Nath, no lo sé, me parecen bien las dos, solo quiero saber si tengo que echar freno o puedo dejarme llevar, quiero saber cual es tu límite porque yo no tengo un límite marcado con esto ahora mismo.
Esta atento, esperando a que termine mi oratoria, pero ya que me ha condenado a hablar a mí, voy a soltarlo todo.
- Si me dices que lo ponga, puedo hacerlo. Sobre todo ahora, que es el principio. Lo único que pido es que podamos llevarnos bien pase lo que pase, como lo mínimo.
- ¿Me estás pidiendo salir?
Su sonrisa pícara y burlona inunda su rostro, el buen humor le ronda y ruedo los ojos un poco frustrada porque se burle cuando acabo de ser sincera.
Sin embargo, la respuesta positiva me pone los sentidos alerta ante la posibilidad que acababa de elegir con mi discurso.
Decido no pensar más y me centro en él, con una sonrisa.
- Te estoy diciendo que hay una tensión sexual entre nosotros que flipas y sería ridícula si te dijese que no me mola tu rollo, porque es mentira. Y también te estoy diciendo que puedo cortar sin ningún problema esa tensión para disolverla y anularla por completo.
Sonríe más.
Orgulloso, halagado y con ese retitín tan de ligoncete tonto y elocuente que te mueres por rechazar pero que te gusta demasiado.
Se acerca a mí, invadiendo un poco más mi espacio personal, pronto no existirá una separación entre nuestros cuerpos.
Se inclina, por encima de la barrera que construí con mis piernas, mientras el brillo seductor de sus ojos me deslumbra y me invita a probar un pecado esta noche.
Creo que estoy empezando a sensibilizarme ante esa mirada.
- Tensión sexual, ¿eh?- divertido, atrevido, seguro, sexy.
- Oh, vamos, ¡capullo! ¡Por eso no quería decírtelo!-
- No… no…
Mantengo el tipo como puedo, pero él siempre se las arregla para sorprenderme, acompañando sus no con una negación con la cabeza, nuestros cuerpos se separan y se incorpora para sentarse frente a mi, incitándome con esos ojos pícaros a bajar mis defensas.
Nuestros rostros están cerca, pero mantiene una distancia prudencial que, si dura mucho tiempo, va a ponerme nerviosa y ansiosa.
- Yo… me muero por besarte, así que… creo que lo he dicho todo.
Está vez, sin poder evitarlo, dejo que se me escape una sonrisa, casi por primera vez desde que iniciamos la conversación.
Él muy idiota.
Bajo las piernas instantáneamente y le doy un golpe amistoso, en el estómago, guiada por mis sentimientos.
La sorpresa se muestra en su rostro, pero conforme comienzo a hablar, su sonrisa va creciendo peligrosa en sus labios, todavía más llena de una sensación de victoria y recochineo.
- ¿Y lías todo esto para besarme? ¡Que rastrero eres!
Su risa aterciopelada inunda la habitación y se lanza a sujetar mis manos cuando intento darle más golpes.
Y nos quedamos ahí,
En silencio.
El uno frente al otrofrente, con los ojos clavados entre la penumbra de un salón iluminado por las ventanas y la televisión, siendo acariciados por la brisa de la noche mientras nos congelábamos en nuestro contacto.
El silencio era nuestro preludio.
El preludio que sucedía a lo que de verdad importaba...
Y como si el autocontrol desapareciese en medio de la calma, nos dejamos llevar sin siquiera pararnos a pensar.
Dedicados a habernos odiado pasamos a anhelarnos, sin pensar en lo que saldría mal...
Y joder...
Que beso.
8 notes
·
View notes