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betterthanrevengebtr · 3 years

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6X18: “TODO DEPENDE DE LA PERSPECTIVA”. | LONDRES— 20 DE MARZO, 2021 |

Las últimas semanas habían sido complicadas para Melanie en muchos sentidos y el mundo parecía no querer mejorar incluso cuando muchos tenían la esperanza de que lo sucedido el año pasado mejoraría en este, pero no había sido así. Incluso a pesar de la preocupación mundial en el ámbito de salud y la nueva vida que ya parecían haberse acostumbrado todas las personas, la violencia y la poca empatía era grande. Mil veces peor que los años anteriores. No por esto hacía que su trabajo fuera menos productivo, ayudaba a muchas personas que lo están perdiendo todo incluso por trabajos que han sido reducidos por los costos de protocolos de salud y por ende, llegaban al lugar dónde la chica los recibe en la ciudad de Nueva York. Una comodidad que muy pocos tenían si se pone en la balanza de cuántos en realidad necesitaban ayuda, pero algo es algo.

A pesar de todo esto, la necesidad por dejar un trabajo que tanto había añorado se hacía más presente. No sabía si era precisamente porque valoraba más los tiempos que tenía con sus hijos que eran muy reducidos o porque tenía miedo de que algo les sucediese en una gran ciudad como la que vivían. Podías tener los mejores cuidadores pero el riesgo estaba y se sentía desprotegida en ese ámbito. Cada padre ganaba ese superpoder de protegerlos pero no algo para calmar su mente cuando estaban a kilómetros de distancia. Pueden haber miles de aplicaciones para verlos por cámaras pero nada reemplazaba el tenerlos consigo.

Cuando dejó de pensarlo, levantó su mentón para mirar hacia el frente. Estaba esperando que Matty saliera de uno de sus trabajos. No sabía cuál era más intenso, pero al menos podía quedarse en la banca afuera del Centro que el chico manejaba. No lo había visto desde que comenzó la pandemia debido a que aunque era director también era un muy buen doctor. Sus minutos eran muy valiosos en el último tiempo. Cuando lo vio salir por las grandes puertas le sonrió como una niña pequeña. Podía verse adulto y un chico muy importante para todos allí, pero para ella siempre será su mejor amigo de infancia.

— ¡Matty!— Podía admitir libremente que sus preocupaciones se habían ido al sólo verlo. Se quedó allí esperando que se acercara cómo si estuviera cuidando sus asientos pero en cuánto lo tuvo cerca lo abrazó y necesitó ponerse de puntillas para al menos alcanzar su cuello. —Que bueno verte, necesitaba conversar contigo — Le dijo toda emocionada cuando sus ojos se encontraron.

El último año para Matt había sido intenso. Siempre había tenido muchísimas horas de trabajo en sus actividades como doctor, pero desde que lo habían nombrado Director del Centro de Londres, hacía clases e incluso era parte del Consejo, es que su tiempo libre se había vuelto prácticamente nulo. Su recorrido era del trabajo a la casa, aunque ni siquiera descansaba lo necesario por ir al Bosque Brocelind a patrullar, aún y cuando no estaba dentro de sus actividades, pero no podía evitar sentirse responsable de aquella actividad como forma de proteger el lugar en donde él y toda la gente que amaba residían y le servía como forma de llenar sus pulmones de aire fresco, de convertirse en su aspecto animal sí lo sentía necesario y de dejar atrás un mal día luego de atender tantos pacientes y presenciar más pérdidas de las que deseaba, pero se había acostumbrado.

Su apariencia también había cambiado durante el último año y medio, ahora ya no tenía un aspecto juvenil y el paso de los años ya habían caído encima de él, que sumado a las pocas horas de sueño sí le habían afectado. No tanto si se consideraba que era un hombre lobo y todo se apaciguaba de alguna manera, pero no era algo que le preocupara en absoluto.

Aquel día sabía que había alguien esperándolo tras su salida del trabajo. Melanie si bien había estado alejada de él de manera física, habían mantenido contacto por medio de videollamadas de manera ocasional en el último tiempo, por lo que su visita le llamaba la atención y como no, le preocupaba. Una sonrisa se apoderó de su rostro cuando la vio a lo lejos y no pudo evitar alegrarse de que, ante cualquier situación, tenerla allí siempre era una alegría para él. Su amiga siempre había tenido una chispa que le daba energía y extrañaba no pasar tanto tiempo con ella, pero ambos habían crecido y tenían sus propias preocupaciones, diferentes, pero preocupaciones, al fin y al cabo.

—¡Enana! —exclamó, dándole un abrazo estrecho y besó su frente con ternura. Siempre la había considerado una hermana pequeña y una de las personas que más amaba en el mundo. Eso ni la distancia podía desaparecerlo. —Podemos vernos siempre que quieras, eso lo sabes,—le dijo, tomando una de sus manos con cariño. —¿Quieres ir a una cafetería que hay por aquí cerca? Será bueno un momento para nosotros, siento que estás mucho más grande y madura de la última vez que te vi, —agregó, comenzando a caminar para que la siguiera.

Si había algo en el que Melanie podía llenarse de energía era conversar con sus viejos amigos y Matty era uno de los que no se podría ver jamás separada. Había luchado contra la distancia y la pandemia, por lo cual, agradecía que le diera un momento de su tiempo porque se había convertido en una persona muy importante en la ciudad. Estaba tan orgullosa como seguro lo estarían sus padres y su hermana.

Le dio unas palmadas en el hombro cuando se abrazaban, se puso a reír cuando sus ojos se encontraron y muy risueña le contestó en un tono muy agradable. Había un viento tan agradable que caminar hacia la cafetería era perfecto.

— ¿Quién se negaría a una buena dosis de cafeína? — Murmuró en un tono de regaño, pero sólo jugaba. Se puso a caminar a su lado y trataba de hablarle, pero la diferencia de altura siempre era un problema para la chica. Tenía que mirarlo hacia arriba para sentir que le escuchaba. Alzó ambas cejas ante su último comentario, le miró de reojo con una clara intención de que la edad se hacía cada vez más notoria pero la madurez, la madurez siempre sería relativa en su vida. — Los años pasan, soy madre soltera con un niño que cada vez se hace más independiente y a mis ojos eso es inconcebible — Murmuró con dramatismo marcado en su voz. Odiaba verlo crecer, andar por sí solo sin necesitarle, pero también amaba verlo de esa manera. Como si conociera todo del mundo. — ¿Cómo has estado? Y no me respondas como si estuvieras hablándole a tu compañera de trabajo… — Le dio un ligero codazo con el brazo para que le sonriera, ambos eran sinceros el uno con el otro, pero desde que compartían cada uno el Centro las conversaciones fácilmente fluían en torno a la administración más que en sus vidas. — ¿Has pensado en algún momento dejar los puestos de trabajo? Y no sé… mudarte a Escocia en una casa sencilla para dedicarte a atender a la gente en ese pueblo — Su pregunta era directa, pero al llegar a la cafetería le dio tiempo para que pudiera pensar mucho mejor en su respuesta. Fue ella quien abrió la puerta, pero de inmediato sintió la pesadez del vidrio que tiraba contra su mano ya que era de esas que se cerraba de golpe. Cuando le ayudó su amigo le sonrió, pero odiaba ser tan minúscula para esos detalles. Una sonrisa se amplió en su rostro cuando su amiga accedió a ir por un café. Venía de un turno de 72 horas y se sentía frito. Aun así, estar allí con ella no era para nada un esfuerzo, al contrario, era más un incentivo que cualquier cosa. De no estar ahí con ella, lo más probable es que se perdiera en el Bosque Brocelind como lo había estado haciendo últimamente, por lo que esa opción no era para nada desagradable. No recordaba la última vez que se había juntado con alguien para hacer algo tan simple como ir por un café para charlar. — Justamente te iba a preguntar por él. Imagino que debe estar inmenso. No recuerdo si llegué a conocerle cuando caminaba, creo que no—alzó las cejas y sonrió amargamente. No era culpa de Melanie, más bien de la pandemia y la entendía, primero estaba la seguridad de su hijo. —Lo he visto desde lejos, pero estás haciendo un gran trabajo, ¿sabes? Es bien sabido que he sido nulo para las relaciones estables en estos últimos años, pero criar a un hijo es todo un trabajo aparte y lo has hecho estupendamente, me tienes muy orgulloso—añadió, ahora sí, con una sonrisa genuina. Su pregunta lo atrapó con la guardia baja y no le sorprendió que le pidiera que fuera honesto y no políticamente correcto. Soltó una carcajada ante su codazo y negó con la cabeza de manera rotunda: nunca podría mentirle.—He estado bien… solo. Más solo que antes y es mucho decir. —respondió, finalmente. —Si te soy honesto… algunas veces pienso eso. Una cabaña tranquila, con un gran bosque alrededor, me pregunto si llegaría a ser completamente feliz, yo creo que si…— Le ayudó a abrir la puerta y la siguió mientras ella escogía un apartado donde sentarse. El ambiente estaba muy tranquilo, lo cual le gustó enormemente. Se sentó frente a ella y esperó a que el mesero llegara. Por su parte, él pidió dos cafés extra cargados con mucho endulzante y un sándwich de queso caliente. Esperó a que ella hiciera su petición.—No sé nada de ti. Los últimos rumores que tuve fueron de que habías renunciado, pero no te quise llamar. Se me hacía algo más para consultar en persona. Y aquí estamos. —dijo, una vez que el muchacho se fue con sus pedidos. Su rostro cambió totalmente cuando le mencionó acerca de su hijo. Odiaba de ser de esas típicas mamás que hablaban todo el día de ellos, pero su orgullo era lo mucho que había crecido y por sobre todo, lo inteligente que era. Es como si supiera que cargaba con todo el peso sola y se lo hacía todo mucho más fácil. Aún así, espero a entrar a la cafetería. Le agradeció por la ayuda y se sentó frente a él. Lo veía con su rostro marcado por el cansancio y las pocas horas de sueño. ¿Tal vez un poco de exceso de vida solitaria? — Oh, Rhys caminó hace muy poquito. — Soltó para no hacerlo sentir mal. — Así que no te has perdido de mucho. Le gusta hablar más, pero tú tienes que hablarle muy motivada aunque no entiendas la mitad, el cincuenta por ciento es balbuceo pero seguro amaría verte de nuevo — Dijo con una enorme sonrisa de oreja a oreja. Miró a la camarera y pidió un latte de medio litro. Sabía que no lo bebería del todo pero podría llevárselo. — ¿Has sabido manejar el pasar tanto tiempo sólo? ¿Cuánto tiempo ha pasado desde tu antigua novia? No digo que sea malo, pero tal vez se sienta mucho más pesado la vida y no sabemos cuánto tiempo nos queda en realidad en este mundo — Repuso muy seria. A veces era poco optimista pero llevar un año así, no le hacía verlo de mejor manera. — ¿Qué es lo que te ha hecho no alejarte de todo? ¿Es un poco loco pensar que tanto tiempo luchamos para estar dónde estamos cómo para que pase por nuestra cabeza? — Bajó un poco la voz pero no quitaba su sonrisa del rostro. Había aceptado que la vida debía aceptarse como viniese, con lo bueno pero también lo malo. Dio un largo suspiro al escuchar los rumores de sus decisiones y un poco de vergüenza añadido. No iba a verse muy profesional pero era su amigo, entendería sus motivos. — De hecho, renuncié. Por eso he venido con tanta tranquilidad — Hizo una mueca porque el trabajo los mantenía siempre alertas, muy poca vida social. — El puesto es permanente, debe haber muy buenos motivos para irse y me dejaron en pausa durante un mes para que lo analizara. Amo Nueva York, es el trabajo que muchas personas matarían por tener pero, — Encogió sus hombros ligeramente. — Es una ciudad caótica, muchas muertes, mucho dolor y aunque me llene con cada ayuda, siento que nunca será suficiente. Si muero, mi hijo lo cargaría mi madre, no, seguro mi hermano, ¿Sabes lo que es llegar a pensar en eso? Si voy a Canadá, trabajo en lo mío, en una de las ciudades más seguras del mundo… lo haría, pero también sería considerada una cobarde — Repuso muy seria. Nuevamente se quedó en silencio, ella se echó hacia atrás para que pudieran poner los cafés sobre la mesa. Imaginar al pequeño Rhy caminar era algo que no podía llegar a concebir. Ya había sido todo un cambio el ver a una de sus mejores amigas tener un hijo, pero era una irrealidad que le parecía un regalo más que cualquier cosa. Melanie a pesar de todas las adversidades había aprendido a ser fuerte y siempre se prometió que estaría con ella a su lado sin importar qué, aunque nuevamente, la pandemia y su trabajo, habían hecho incompatible estar de manera presencial como hubiera deseado. Dejó de pensar en aquello y simplemente habló, no quería parecer sumido en sus pensamientos demasiado. Lo que menos quería era parecer un antisocial. —¿Qué te parece si este fin de semana los visito? Me haría un examen antes de salir para cerciorarme no ser un riesgo para él y me quedo un par de días. No me dará problemas en el trabajo, tengo días libres acumulados e igual ya me estaban molestando con que me tomara un descanso. —le dijo con una gran alegría en el rostro. Lo cierto es que por primera vez en mucho tiempo, le emocionaba el salir de Idris. Tras escuchar sus preguntas, se inclinó hacia atrás y buscó las mejores palabras para responder. Podía parecer un interrogatorio, pero Matt conocía a Mel como a la palma de su mano y tenía claro que estaba lejos de ser uno. Era simple preocupación de alguien que lo quería como hermano. —Años que no tengo nada serio, Mel. Lo sabes, serías la primera en saberlo. Creo que he podido lidiar con la soledad básicamente porque todo lo que hago es atender pacientes, dormir y tomar aire en el Bosque Brocelind, —se encogió de hombros y suspiró, moviéndose otra vez a su posición inicial. —Estoy bien, de verdad…— agregó, en un intento por convencerla. La escuchó con atención, cada una de sus dudas y miedos. La entendía, era complicada la posición en la que se encontraba, más que nada por no ser solo ella, tenía que pensar en su hijo también. Quiso hablar, pero fueron interrumpidos por el mesero quién venía por sus cafés y le dio espacio a que dejara todo sobre la mesa. Tras dar las gracias y esperar que se alejara, se acercó para tomar su mano y acarició su dorso con ternura con uno de sus dedos.—¿Tú cobarde? Por favor. Si nos has hecho sufrir un montón con tus decisiones impulsivas, Melanie Harrison, —comenzó a decirle, con cariño. —Deberías ir donde sientas que serás feliz, ¿sabes? No importa lo que opinen y lo cierto es que somos afortunados de ser lo que somos, porque… independiente donde elijas vivir, yo siempre podré visitarlos con la simplicidad de un portal. —murmuró alegre. Cuando tomó su café lo hizo con ambas manos para sentir el calor en sus palmas y sonrió al sentir cómo sus dedos se abrigaban. Le agradeció a la chica por la entrega de sus pedidos y obviamente, todo había quedado en silencio. Ambos hablaban cosas y no sabía si palabras extrañas saldrían en plena conversación. No era muy agradable ver sus expresiones cómo si fueran gente extraña. Escuchó su idea y esa sonrisa que siempre tenía Melanie se ensanchó mucho más. Lo quería, tanto como quería a su hermano y saber que podían pasar unos días conversando sobre la vida y no pandemia, ni trabajo, se escuchaba demasiado irreal. — ¿Podrías? ¿En serio? — Se podía notar la emoción en los ojos de Melanie y ese dolor en el pecho de sólo pensar que podrían pasar tiempo juntos. Ya había olvidado la última vez que habían pasado un buen tiempo y los últimos recuerdos que tenían en su mente tenían que ver con ese viaje de campamento que les cambió la vida. No había sido malo pero si era el comienzo de todo ese largo proceso que debieron pasar cada uno por su parte. — Con Rhys estaríamos felices de que se quedaran en casa. De hecho, podríamos hacer una pequeña fiesta — Soltó riéndose muy risueña. — Nueva York no es tan malo cuando sales a visitar con gente que ya la conoce. Hay lugares dónde no va mucha gente que te gustaría — Le dijo para que no olvidara ese detalle. — Pero Matty, — Dijo una vez que explicó todo con detalles a su pregunta y trató de sonreírle para que no viera que le juzgaba con nada. Al contrario, se estaba ahorrando horas de sufrimiento y dolor. — Pero tampoco es malo salir con alguien, que se preocupen por ti y te digan que te quieren — Murmuró suavemente y luego alzó ambas cejas. — Además, eres demasiado lindo y tienes esos ojos que se están perdiendo entre tanto trabajo. No tenemos la vida taaaaan eterna como otros seres, ¿No crees? Y si, puede que no sea ESA persona que ustedes tienen para siempre, pero ya ni siquiera los cazadores nos están matando, hay peores que no sabemos como controlar, como la pandemia — Dijo sonriendo. — A lo que voy, es sólo un pequeño recordatorio que en este mundo das demasiado pero mereces también recibir — Dijo sintiéndose la mujer más sabia del planeta. Aunque no tenía idea de nada. Se puso a reír a carcajadas y se tapó su boca al ver que había llamado su atención. — ¿Qué decisiones impulsivas? He sido correcta, dentro de todo… — Soltó con un tono de inocencia en su voz, aunque sabía que había hecho más de alguna cosa estúpida que había preocupado a sus amigos. Le acarició la mano y se encogió de hombros ligeramente. — Me gusta este lugar pero, todo está tan jodido y no quiero acabar siendo expulsada nuevamente de algo que amo. Ya sufrí con lo otro y no sé si estoy preparada para ver más pérdidas — Susurró tratando de decir todo con mucho cuidado. — ¿Puedes prometer que si me quedo en Nueva York vendrás más seguido? Por favor, nada virtual; ni mágico ni electrónico. No te ayuda a ti con tu soledad ni a mi con la mía — Murmuró seria. Matty no se había tomado el tiempo a considerar lo que su absoluta soledad y concentración en el trabajo podía verse desde afuera, a través de los ojos de sus amigos. Si, en múltiples ocasiones había rechazado salida con ellos con la excusa del trabajo y la pandemia en sí, justificándose para sí mismo que eran sacrificios que debía tomar, pero, ¿Realmente era algo beneficioso para él? Melanie siempre había sido demasiado madura para su tan corta edad y desde hacía años que confianza en sus consejos y comentarios en todo aspecto personal de su vida. Si ella le estaba dando toda una charla con respecto a eso, era señal absoluta de que debía hacer un cambio en su vida, socializar más, vivir más. — Claro que podría, enana. Lo cierto es que, si voy a verlos, no está en mis planes que sea por un par de horas y listo, me gusta más la idea de tomarme el tiempo de disfrutar junto a ustedes, ya sabes, Rhys y tú, si es que no se aburren de mí antes, —bromeó y soltó una carcajada mientras tomaba la taza de café y le daba un gran sorbo con cuidado de quemarse. —Y estaré de acuerdo si decides hacer esa fiesta, con los invitados que quieras, como dices, me vendría bien tomarme un tiempo para ese tipo de cosas. —agregó con una amplia sonrisa, queriendo transmitirle que no aceptaba por un tema de darle en el gusto, sino que genuinamente le parecía una gran idea. Celebrar que estaban reunidos, que estaban bien después de todo. Soltó un suspiro largo tras escucharla. Nuevamente estaba siendo muy asertiva con su discurso y, aunque buscó la forma de captar algo que pudiera refutar, no había nada de donde pudiese agarrarse. Tenía razón, la vida era demasiado corta en el estilo de vida en el que estaban envueltos y solo había tenido unas pocas experiencias fatales en cuanto a relaciones amorosas. Admiraba a su amiga que estaba frente a él, quién a pesar de todo, seguía creyendo en el amor. —Si tu plan era que me cuestionara todo, debo decir que te está funcionando. Trataré de cambiar eso, lo prometo. Estaré más abierto a la posibilidad de encontrar alguna pareja, tener más compañía y vivir más mi vida, lejos de la atención de pacientes. Solo si tú también haces lo mismo, —le dijo, apuntándola con el dedo índice. Sabía que era algo que estaba de más, que ella siempre lucharía por ese tipo de cosas, pero tenía que decirlo de igual forma. —Me gusta que no te rindas, ¿sabes? Rhys tiene mucha suerte de tenerte, lo digo enserio. —aseguró, acariciando la mano con la que ella le había hecho cariño, retribuyendo aquel gesto. —Prometo hacerlo, comenzando con quedarme un par de días y luego hacer visitas de manera más constante. ¿Está bien? Ya no dejaré ni que la pandemia me aleje de ustedes. —finalizó con seguridad, realmente planeaba cumplir con aquella promesa. No solo para ella, sino también para beneficio propio. Melanie siempre había sido una de sus mejores compañías. La compañía de su amigo siempre le subía el ánimo. Era igual de parecido cuando su hermano la buscaba cuando estaba un poco decaída, incluso cuando no le contaba demasiado. Era algo que la distancia no podía quitarlo con nada. Con Matty era algo parecido, subidón de energía y de recordar que no estaba sola para nada. No importaba cuanta distancia los tuviera el uno del otro, nada cambiaba su relación. — Tu compañía es invaluable para ambos — Refiriéndose a su hijo y a ella. — Incluso más para mí pero no le digas que no puedo luchar con sus expresiones de bebé que hace que cualquier deseo la gane con una sola miradita — Hizo un puchero, recordando ese pequeño rostro tan bonito que tenía. Era hermoso, pero su opinión no era objetiva, ninguna madre lo era. Levantó su mirada para enfocarse en la conversación y bebía unos buenos sorbos tibios del café. Se sentía normal hacer esa pequeña acción y era muy agradable volver a tener esa rutina antigua. Se puso a reír antes la crisis existencial de Matty y negó con su cabeza. — Trato de activar ese lado del cerebro que tienes desconectado. Te conozco y no tienes una idea de lo dominado que tienes esa área. Me encanta recordarte que a veces hay que dejarse llevar y ser feliz aunque sea sólo por un breve lapsus de tiempo, ¿sabes? Duele pero vale la pena — Soltó aquello como si tuviera toda la experiencia del mundo pero no la tenía. Hablaba al menos en base a lo que había vivido y eso era suficiente. — Matty, ¿Si te dijera que yo jamás me cerraré a intentarlo? Si, trato de tomarme mis tiempos porque me gusta cerrar etapas, para que no queden cenizas por ningún lado pero… siempre voy a tratar de ser feliz. Taaaal vez … — Se mordió su labio y lo miró a los ojos. — No voy a dejar que nadie entre por mi puerta tan rápido para conocer a mi hijo. Está creciendo y quiero que tenga la sensación de que las relaciones son más que ir y venir, pero en eso mejoraré. Nunca me cerraré — Le aclaró porque al menos quería que viera que si ella lo estaba intentando, con justa razón debía hacerlo. Afortunadamente Matty no tenía problemas de herencia por ningún lado y si ese fuera el caso, sería más que presente de la mejor manera. Sonrió abiertamente, era tan genuino el amor que no pudo evitar de decir. — O, pero es que ni el fin del mundo nos podría separar — Le guiñó el ojo, con la clara intención de recordarle que hasta allí habían ido por ella alguna vez. [..]

#Melanie Harrison #Matthew Weming #Episode #Episodes #Chapter #Chapters #Chapter 117

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elbiotipo · 3 years

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Datos random de Los Biopunks

(ya hice un post como este alguna vez pero el público se renueva

Tema Favorito (de la actualidad):

Marcos: Cuando Seas Grande - Miguel Mateos

Florencia: Todas Las Hojas Son Del Viento - Luis Alberto Spinetta

Ariel: Costumbres Argentinas - Los Abuelos De La Nada

Melanie: La Internacional Socialista Raros Peinados Nuevos - Charly García

Marina: Two Minutes To Midnight - Iron Maiden Tempos Modernos - Lulu Santos

Pancho: Las canciones de las ballenas francas australes en sus migraciones Safety Dance - Men Without Hats

Cuadro de fútbol:

Marcos: River Plate COMO DEBE SER

Florencia: Boca Juniors (no le gusta el fútbol)

Ariel: BOQUITA PAPÁ (es insportable)

Melanie: Independiente (F)

Marina: Palmeiras en Brasil, en Argentina cambia de cuadro todos los días para armar bardo

Pancho: River Plate, obviamente (literalmente vive ahí).

Cuanto putean? (usar malas palabras, para los lectores no argentinos)

Marcos: Solamente cuando tiene mucha bronca

Florencia: Nunca.

Ariel: Dice “la reputa madre” cada vez que le pasa cualquier cosa

Melanie: No demasiado en persona, pero sí cuando escribe

Marina: Sabe insultos en 7 idiomas diferentes, pero no los suele usar...

Pancho: [CLASIFICADO]

Clase en D&D:

Marcos: Paladín

Florencia: Druida

Ariel: La que pegue más fuerte con menos mecánicas posibles (bárbaro)

Melanie: Bardo Comunista

Marina: Una clase custom super complicada que al final es un Mago

Pancho: Hechicero

Videojuegos favoritos:

Marcos: Simuladores (al estilo Spore, Kerbal Space Program) y de estrategia en general

Florencia: Juegos relajantes (al estilo Stardew Valley), plataformers estilo Nintendo, y shooters sangrientos al estilo DOOM

Ariel: TODOS pero sobre todo RPGs complicados y shooters/juegos de pelea con 20000 mecánicas incomprensibles

Melanie: TODOS, pero con preferencia por grand strategy al estilo Paradox, JRPGs, y visual novels

Marina: Simuladores, mientras más realistas mejor, y RPGs single-player con buena historia

Pancho: Juegos indie y de terror que nadie conoce, visual novels.

Frío o calor?

Marcos: Prefiere el calor, pero se banca el frío

Florencia: ODIA el frío, extraña el calor chaqueño

Ariel: No le interesa, pero tiene preferencia por el frío

Melanie: AMA el invierno, se derrite cuando la temperatura sube a +20°C. Enemiga declarada del sol.

Marina: “POR QUE NINGUÉM ME DISSE QUE ESTAVA TÃO FRIO EM BUENOS AIRES FILHOS DA P-” (calor)

Pancho: Su traje mantiene una temperatura constante de 25.6°C, no comprende la pregunta.

#cosas mias #modifqué algunas respuestas #la última respuesta de marina es por google translate así que espero que esté bien #ya sé que dije que casi nunca putea pero el frío es una excepción #soft biopunk

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gomezarias16 · 3 years

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Mi Dulce

Mi prima viene de un colegio católico en donde había varios estudiantes, entre ellos mujeres. Tenía muchas amigas, con algunas yo me llevaba bien, con otras no y con las demás ni si quiera llegué a hablar. Como toda adolescente, tenía su grupito de chicas nice con las cuales todos querían estar o al menos besarse. Este grupo estaba conformado por Nicky, Melanie, Lis, Jordy, Diana y otras chicas que no se me el nombre, pero a ellas las recuerdo porque eran las más cercanas a mi prima. Una de ellas, Jordy, era como una mejor amiga para mi prima, por ende, yo también era su amigo. Entre ellas se decían Dulce o Mi Dulce ya que las dos eran super lindas y amables. Esta amistad tuvo su auge en el bachillerato.

Cuando estábamos en primero de bachillerato, Jordy y yo comenzamos a hablar más y más por WhatsApp mandándonos mensajes, audios, fotos y hasta a veces teníamos llamadas. Conversábamos de la vida, de nuestro día a día, del colegio y de todo. Era un chat fijo en mi cotidianidad. También nos decíamos “Mi Dulce” entre nosotros. Tuvimos una conexión o cierta atracción fuerte de esas de las que sabes cuando te gusta alguien y a esa persona también le gustas. Ya sabes, intuición. Así que un día la invité a que viniera a un cumpleaños conmigo y mis amigos. Ella no estaba tan segura, por ende, decidió llevar a mi prima como su acompañante. Yo no tuve problema con eso porque ella no conocía a mis amigos y yo no iba a estar con ella todo el tiempo. En fin, esta fiesta iniciaba con una chiva y terminaba en la casa de la cumpleañera, Camila. Estando en la chiva yo empecé a coquetearle y a cantarle las canciones que ponían. Me acercaba mucho a ella como para que sepa que algún rato la iba a besar. No ese momento porque todos estaban allí y porque el carro chiva se movía como trompo.

Una vez en la casa de mi amiga Camila, continuamos bailando para después comer la cena en honor a la cumpleañera. No recuerdo bien como se desenvolvió todo, pero Jordy y yo terminamos en una cancha alejados de la casa viendo las estrellas, con frío y acurrucados en las bancas de cemento. Estaba full nervioso porque estábamos solo los dos y ella se comportaba bien lindo así que como niño, no sabía que hacer. A lo lejos mis amigos gritaban y bailaban en la cancha. Hasta vi pasar a mi prima tomada de la mano con mi amigo Juan Pedro dirigiéndose al oscurito a besarse, o eso me imaginé yo. Cuando de repente, me puse pilas y reaccioné ante mi distracción. Tomé la mano de Jordy, la acerqué a mi cuello, donde esta la arteria donde puedes sentir el latido del corazón y le dije “mira así me pones”. Mi corazón era todo acelerado, así que ella ahora puso sus manos en mis ojos cubriéndolos y me beso. Fue un gran beso, nadie nunca me había tapado la vista para besarme. Creo que fue un detalle tierno y lindo o habrá estado ella más nerviosa que yo.

La fiesta acabó, Jordy y yo estábamos como enamorados; uno bien cerquita al otro. Pero yo tenía que irme y prima también. Sus papás, mis tíos, me llamaban a decir que dónde estaba porque no les contestaba el teléfono. Así que fui a buscarla por toda esa gran casa y la encontré con Juan Pedro. Le dije que ya teníamos que irnos que sus papás estaban enojados con nosotros y demás. Alistamos todo y cuando mis tíos ya estaban afuera, me di cuenta que Jordy se quedaría sola. Entonces le dije a mi amigo Sebas que la cuide y converse con ella un rato hasta que se vaya. Gran error.

En fin, todos nos fuimos de la fiesta. En el camino mi prima me contó que se besó con Juan Pedro y yo con Jordy. Nos reímos demasiado de todo porque siempre hacíamos lo mismo, nos presentábamos amigos y luego nos estábamos besando con ellos. Pasó seguido.

Con Jordy las cosas iban bien, creo que los dos estábamos enamorados uno del otro, o eso creía. Yo como siempre ilusionado por besarme con alguien nuevo. En ese tiempo aun no aprendía a no meterle corazón a la situación. Por eso, un día su amiga Lis (la cual también le gustaba y me di cuenta años después) me llamó y me dijo que no este con Jordy porque era una perra y que aún se besaba con su ex, Alexander. En la llamada, ella estaba con mi prima al lado en su colegio y ambas hablaban con su peculiar acento serrano con un toque de humor, por ende no creía lo que me estaban diciendo, hasta que dijeron “no enserio ella se besa con su ex, es más ahorita se fueron a muchar por allá lejos” Yo me imaginé en mi mente aquello y me enfurecí mucho y pensé “ahí queda todo”. Y fue así, Jordy me respondió el último mensaje diciendo “que tal tu feriado” al cual no respondí por lo que me había contado Lis.

Años más tarde, ahora en 2021, estaba conversando un día con mi prima sobre nuestros tiempos y amores en el colegio. Analizábamos con cuantos de nuestros amigos nos habíamos besado, y en eso llegamos a Jordy. Reflexionamos la situación y concluimos que yo y ella pudimos haber sido una pareja potencial, porque según mi prima, ella estaba loca por mi en ese entonces. Pero eso fue lo que ella no me dijo hace años. Concluimos que Lis fue una celosa y que metió cizaña al asunto solo para no esté con Jordy. Entonces pensé y me dije, “que pendejo ahí está por dejarme llevar por los comentarios de la gente”

Esta historia tiene algo curioso, porque al parecer, cuando dejé a Jordy con mi amigo Sebas, se pasaron números para hablar. Digo esto porque un día el me escribe a decir si tenía algo con Jordy. Le dije que no, que todo acabó y demás, y me dijo que le de permiso para estar con ella porque han estado hablando. Yo me reí demasiado y le dije que no, que no puede estar con ella porque yo ya tuve algo antes. Me intentó crucetear. No me deje. Yo odio ese tipo de cosas entre amigos. Pero aprecié que me lo haya dicho antes. Lo importante aquí fue su intentó de crucetearme y no me di cuenta que era uno de esos inminentes amigos falsos que te roban la novia, porque años después lo hizo, con otra.

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realmadridfamily · 5 years

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Mina Bonino with Melany La Banca (Rodrigo Betancur) in Brazil :)

#Mina Bonino #Federico Valverde #Fede Valverde #Real Madrid #Copa America 2019

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aurianneor · 7 years

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Demainlefilm - Chap 3: L'Economie

#demainlefilm: https://www.demain-lefilm.com/en/film The award-winning globally acclaimed film, Tomorrow, by Cyril Dion and Mélanie Laurent.

Trailer: https://youtu.be/NUN0QxRB7e0

Wikipedia - Demain (film, 2015): https://fr.wikipedia.org/wiki/Demain_(film,_2015)#.C3.89conomie

Demain présenté à la COP 21: http://www.lexpress.fr/actualite/societe/environnement/demain-le-road-movie-citoyen-de-melanie-laurent-est-presente-a-la-cop-21_1741493.html

Wir Franc: https://www.wir.ch/fr/qui-est-wir/qui-est-wir-et-quest-ce-que-cest/

Tomorrow - Intro: https://aurianneor.tumblr.com/post/164244077721/demainlefilm-httpswwwdemain-lefilmcom

Tomorrow - Chap 1: Agriculture: https://aurianneor.tumblr.com/post/164282276771/tomorrow-chap-1-agriculture

Demain - Chapitre 1 - L’Agriculture: https://aurianneor.tumblr.com/post/164280670627/demain-chapitre-1-lagriculture-demainlefilm

Tomorrow - Chap 2: L’énergie: https://aurianneor.tumblr.com/post/164360391776/tomorrow-chap-2-lénergie-demainlefilm

Tomorrow - Chap 4: La démocratie: https://aurianneor.tumblr.com/post/164301056995/tomorrow-chap-4-la-démocratie-the-panama-papers

Tomorrow - Chap 5: L’éducation: https://aurianneor.tumblr.com/post/165465541575/tomorrow-chap-5-léducation-demainlefilm

“Oui au référendum d'initiative populaire”: https://aurianneor.tumblr.com/post/158886557375/oui-au-référendum-dinitiative-populaire

Démocratie semi-directe Suisse: https://aurianneor.tumblr.com/post/160117630030/solidarité-hélvétique-démocratie-semi-directe

Banca: https://aurianneor.tumblr.com/post/165684080330/banca-the-merchant-of-venice-william

Histoire de Migros, supermarché coopératif Suisse: https://aurianneor.tumblr.com/post/171052240240/histoire-de-migros

La grande distribution court circuitée!: https://aurianneor.tumblr.com/post/184662560245/la-grande-distribution-court-circuitée

Farmers will make butter: https://aurianneor.tumblr.com/post/167151348450/farmers-will-make-butter-too-many-producers-of

Les paysans vont enfin se faire du beurre: https://aurianneor.tumblr.com/post/167151073130/les-paysans-vont-enfin-se-faire-du-beurre-trop-de Artisans Angkor, a SiemReap factory : https://aurianneor.tumblr.com/post/170336221515/artisans-angkor-a-siemreap-factory-ilo Better Factory Cambodia: https://aurianneor.tumblr.com/post/168638142395/better-factory-cambodia-bfc-improves-labour Voix: https://aurianneor.tumblr.com/post/173639682525/voix-alimentation-la-ruche-qui-dit-oui

Wall Street: https://aurianneor.tumblr.com/post/168438291410/wall-street-1987

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footballers-wags-kids · 5 years

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Rodrigo Bentancur and Melany

Pic: Melany La Banca

#rodrigo bentancur #melany la banca #juventus #juventus fc

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lovehoperespect · 7 years

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#Storia 7 pt.2

Un film per ricominciare

il film era veramente il più palloso della storia, colonne sonore tristi, era pure in bianco e nero, davvero non vedevo l’ora che finisse.

Ovviamente durò 2 ore e mezza.

Uscimmo dalla sala e mi chiese: “é bellissimo il messaggio di questo film non trovi?”

Io volevo solo sparire, non avevo minimamente seguito il filo logico di un film con una ragazza che piangeva, un ragazzo che piangeva, la mamma che piangeva, tutti che piangevano.

Mi venne in mente anche la volta in cui tu piansi, sulla porta...

Di getto le risposi una frase scomposta, senza arrivare ad un punto preciso, temporeggiavo insomma, mentre le lampadine al neon dell’uscita ci illuminavano di una luce rossastra.

Arrivati appena fuori dal cinema ci perdemmo in 4 chiacchere, ma non riuscivo a capirla del tutto, cosi mi giocai un jolly..

“senti, ci andiamo a mangiare qualcosa, un amico ha un ristorante molto carino a pochi km da qui, che ne pensi?”

“verrei volentieri, purtroppo ho l’autobus per tornare a casa ed è l’ultimo è anche molto tardi...”

Avete presente quella sensazione di completa impotenza di fronte a una risposta che non lascia via di scampo? ECCO.

Non volle nemmeno che la accompagnassi alla fermata dell’autobus, non capivo davvero, eppure mi salutò con un sorrisone e un bacio sulla guancia. Non capivo dove avevo sbagliato.

Avevo la faccia da psicopatico? o con 5 dollari pensava che la volessi comprare?

MARTEDÌ

Arrivo in ufficio, John sta distruggendo in sala riunione Paul, indovinate perchè?

Si era dimenticato di chiamare la JYNK Corp., nota azienda giapponese che ci aveva commissionato un’altra app per 5 milioni di dollari.

Affare saltato. Paul saltato. Piano finanziario saltato.

John esce sbattendo la porta imprecando e urlando di prendersi due giorni di pausa, Melanie la sua assistente lo insegue raccogliendo tutti i documenti che lancia per aria, gli stagisti non alzano nemmeno lo sguardo, qualcuno ride, qualcuno fa finta di niente, Kate, la mia segretaria mi fissa come se aspettasse un cazziatone...

Non dico nulla e vado nel mio ufficio mentre Paul...se ne va.

Mi siedo sulla poltrona e sento la pelle della poltrona tirarsi sotto il mio peso, inclino un pò il capo e tiro un lungo sospiro, che settimana di merda mi aspetta.

MERCOLEDÌ

Sono le sei e mezzo, il sole sta tramontando su Charleston, tutti stanno andando via, John non risponde nemmeno al cellulare, Kate mi chiede un permesso per il giorno dopo, annuisco senza nemmeno guardarla.

Rimango solo nel mio ufficio, gli ultimi tiepidi raggi del sole entrano dalle finestre del mio ufficio.

L’ho preso apposta qui, con visuale su un parco, mi mette tranquillità.

Mi vieni in mente, quante volte abbiamo fatto sesso su questo tavolo quando andavo via tutti, quante volte eri dall’altra parte del telefono e mi dicevi di tornare presto a casa, quante volte ancora ti penso.

Non farò mai più il tuo nome.

GIOVEDÌ

Orario di pranzo, Kate non c’è, è in ferie, massacro gli stagisti di compiti per la giornata e mi prendo 3 ore per andare a NY. Devo sbrigare delle commissioni.

Mentre guido sono stranamente felice.

Per un momento ripenso a Caroline, chissà se la vedrò ancora.

Anche questa giornata passa in fretta, sto quasi cadendo nella monotonia, non passo nemmeno dall’ufficio, chiamo il guardiano e gli dico di chiudere tutto.

Era fidato. Un signorotto di 58 anni che veniva dal Texas, poche passioni, belle donne e birra. ma sopratutto birra.

Arrivo a casa, finalmente, mi faccio una lunga doccia, mentre mi rilasso sento squillare il telefono, cerco di asciugarmi alla buona e corro.

“Ehi abbiamo chiuso un affare milionario, quelli di Goklm hanno saputo dell’affare saltato e si sono proposti al doppio della cifra! dobbiamo festeggiare!”

Era John che mi chiamava in delirio di onnipotenza, era a las vegas, festeggiava ancora prima della firma del contratto, ma portava sempre bene quindi glielo facevo fare, mi dice che prenota dei biglietti anche per me e devo raggiungerlo subito, c’è un’amica di Celine per me.

Rido e dico a John che avremmo festeggiato al ritorno.

Mentre accendo il proiettore, mi arriva un messaggio automatico dalla banca, accredito di 150.000 dollari dal conto della società.

Rido, John festeggiava cosi in anticipo dandomi e dandoci delle quote su affari ancora non chiusi.

Mi siedo sul divano e affondo i piedi nel tappeto orientale che mi comprò mia madre, si ha arredato la casa con me, figuriamoci. sono riuscito a scegliere solo location e toni delle stanze.

Vivevo in un loft all’ultimo piano di una palazzina borghese, era un pò la mia tana, open space, finestre stile americano sulla 54esima strada, parquet italiano, cucina nera e quadri di vario tipo.

Ero molto minimalista, poche cose ma ordinate, mi piaceva il lusso non visibile, contando che solo l’appartamento mi era costano quasi 800.000 dollari tra acquisto e ristrutturazione.

Ma i soldi, come detto prima non erano un problema e li gestivo bene, non avevo vizi ne grilli per la testa, bella casa, bella macchina e vacanze nei posti giusti, una vita tranquilla nel mio letto ad acqua preso in Giappone in un momento di completa pazzia.

Bene sono un 22enne annoiato con 150.000 dollari freschi sul conto cosa faccio? NIENTE

Apro facebook. Cazzeggio, commento foto, guardo video di gatti...

Finchè non mi viene un idea...CAROLINE.

Posso cercarla su facebook! Ovviamente la ricerca solo del nome mi porta a milioni di risultati, cosi cerco di fare una geolocalizzazione, sperando almeno di restringere il campo, ovviamente tra le ragazze di Charleston non la trovo.

In realtà ancora non sapevo perchè mi incuriosisse cosi tanto, Sapevo solo che avevo ancora il suo profumo di pesca ancora in testa.

Ora, non so voi, ma io credo nel destino, dopo quasi 1 ora di ricerca, ancora non la trovavo, mi ero quasi arreso.. finchè...

AGHATA, quel film ultra palloso che mi ero sorbito solo per lei, sicuro sarà tipo fan della pagina, o dell’autore, o dello sceneggiatore o di qualsiasi persona che ha partecipato alla creazione di quel film.

MIRACOLO.

Scorgo un viso quasi noto tra le valutazioni del film sulla pagina ufficiale

Caroline Westrem, eterocromica, capelli legati e studentessa. Trovata.

Profilo più blindato di una banca, va bene lo stesso. La aggiungo immediatamente agli amici.

Era molto tardi e sapevo che non sarebbe successo niente di li a poco, cosi vado a letto speranzoso l’indomani di leggere una sua notifica.

VENERDÌ

Il cinguettio degli uccellini mi sveglia 5 minuti prima della sveglia, il sole entra da uno spiraglio della finestra che avevo lasciato scoperto.

Mi alzo e vado verso la cucina, mi preparo un buon caffè brasiliano aromatizzato alla vaniglia, eh si, qualche chicca lasciatemela, e addento un cornetto al cioccolato.

Mi ricordo della richiesta inviata a Caroline, prendo il cellulare, ancora niente, solo messaggi di lavoro. Uffa.

In ufficio il clima è sereno, John ha un nuovo schiavetto, Jimmy, sembra più sveglio, speriamo, Kate mi saluta sorridendo, la trattavo come un’amica e lei era felice e lavorava bene per me, eravamo tutti contenti per il nuovo affare che avrebbe lanciato la società ancora più in alto.

Finisco la riunione delle undici e mezza, ormai è pranzo, mi slego la cravatta, faceva veramente caldo, era afoso in ufficio, batteva perennemente il sole, decido di mangiare qualcosa in un bar e approfittarne per farne una passeggiata e chiamare mia madre per organizzare il week end.

Come al solito mia madre mi tiene al telefono più del dovuto, mentre cerco di camminare tra i bambini che escono dalla scuola sulla 3 strada, non sentivo nemmeno cosa mi diceva, rispondevo solo “ok” “si domani torno” “si ho mangiato” “Ok” “si” e ancora “Ok”... classica telefonata.

Ad un tratto dell’altra parte della strada, in un bar con il free wifi scritti a caratteri cubitali sulla facciata, noto una ragazza con i capelli raccolti...non ci credo è CAROLINE.

Riaggancio a mia madre senza pensarci, e attraverso la strada.

Ma perchè poi? cosa pensavo di fare? mi aveva già mezzo rifiutato una volta perchè continuare...già perchè continuare..mi dicevi.

Entro nel bar e lei era seduta nei tavoli rettangolari che danno sulla strada, stava scrivendo al computer.

“ehi Caroline, ma che ci fai qui?”

“Dylan! ma che piacere! Sto scrivendo un articolo e tu?”

ma come si ricorda ancora il mio nome? poi mi snobba, va bhè, le donne.

Mi siedo e parliamo del più e del meno, di cosa studia lei, giornalismo, di quanto sia difficile e altre cose su di lei, noto che non mi fa domande.

Cosi le chiesi: “Ieri ti ho aggiunto su facebook.. ma forse non hai visto!”

SBAM, altra figura di merda, ma come fai a non vedere che il sito ti invia una notifica anche sul cellulare.. partiamo malissimo.

“No l’ho visto invece. Però Dylan, mi dispiace ma..siamo troppo diversi, non so nemmeno come spiegartelo, è complicato.”

Era surreale, non c’era modo e mi bloccava anche solo per una richiesta di amicizia, davvero non sapevo nemmeno cosa risponderle.

le chiesi un minimo di aiutarmi a capire o se avessi sbagliato qualcosa nei comportamenti e potevo averla offesa in qualche modo.

“No Dylan, figurati tu sei stato sempre carinissimo con me, ma davvero preferirei cosi, non voglio crearti problemi.”

Davvero ero scioccato, ma di fronte a tanto ostinazione e nessun’altra informazioni non potevo fare altro che arrendermi.

“Ok, non posso sapere chi sei, ma almeno se hai voglia di parlare o anche vedere un film noiosissimo di cui ancora non ho capito niente, scrivimi.”

Mentre le scrivevo il numero su un pezzettino di un tovagliolo, scorsi un sorriso frenato sul suo volto, si sposto i capelli dietro le orecchie e mi disse “Lo farò.”

Passarono 4 giorni, niente.

Non ho avuto nessun cenno da parte sua, eppure quegli occhi mi nascondevano qualcosa.

Noi uomini siamo così, quando non capiamo una cosa, cominciamo ad impazzire, specialmente un rifiuto non spiegato.

Caroline aveva quel non so che, classe, femminilità nelle movenze, lessico di una persona che aveva studiato, occhi profondi come l’oceano, aveva qualcosa da raccontarmi e io volevo saperlo.

E in più mi piaceva un casino, guanciotte piene, mento appena appena marcato, i capelli le cadevano perfettamente sugli zigomi e avevano dei riflessi dorati vicino alle punte, aveva delle mani bellissime e curate, e ancora mi ricordo di quel vestito nero del cinema, sottolineava le sue forme.

Non capivo perchè portasse sempre i capelli legati.

Era semplice, anche nell’abbigliamento mi colpiva molto.

Rigorosamente stivaletti neri, leggins neri e una camicia celeste con una canotta bianca, portava un bracciale sottilissimo e dorato al polso sinistro, mentre al destro aveva una specie di corda, quelle per i bracciali per intenderci, ma legata più volte intorno al polso.

Ma io riuscivo solo a perdermi nel suo maledetto profumo che mi colpiva dritto al cuore ogni volta.

Dicono che i profumi che ti colpiscono entrano dritti dentro fino all’anima e penso che lei abbia fatto esattamente questo con me.

i suoi sguardi mi colpivano nel profondo, come quando visiti un posto per la prima volta e rimani a fissare il panorama imbambolato, io mi sentivo cosi ogni volta che lei mi guardava, nei suoi occhi vedevo le emozioni che mi erano mancate da tempo.

Basta devo avere un’altra occasione. Sono ricco e ho i mezzi, è ora di usarli e da chi vado subito secondo voi?

“Kate, come faccio a conoscere una ragazza di cui so solo il nome e nient’altro senza finire in galera per stalking?”

“Ehm.. Dylan, in che senso?”

“Mi servono informazioni su una ragazza, non importa come o quanto costa, devo sapere” sembravo un pazzo psicopatico.

Nel giro di due ora nel mio studio si presenta un tizio che afferma di avere una società di spionaggio matrimoniale e quindi può ottenere facilmente informazioni. Non ho voluto sapere nient’altro. Io chiesi solo l’indirizzo di casa, volevo presentarmi la e parlare con lei. Quindi niente di troppo illegale no?

Due giorni dopo, di rientro da una sessione dal massaggiatore, trovo dei documenti sulla mia scrivania.

“risultato indagini” erano le informazioni che avevo chiesto. Finalmente.

Non so bene se fosse una cosa giusta o sbagliata, ma mi ero ripromesso di non perdere più occasioni, di volermi bene e seguire il mio cuore, mi ero ripromesso di inseguire le mie emozioni e non di soffocarle. Questa volta non volevo mollare, non come hai fatto tu con me.

Esco dall’ufficio alle otto e tre quarti, fuori è buio ed è ormai sabato, non avevo niente da fare e cosi decisi di andare all’indirizzo scritto nei documenti.

Sarà uscita, al rientro forse se sono fortunato potrei incontrarla per sbaglio, mi piazzo in qualche bar, qualche locale che ci sarà li vicino e aspetto.

Mi sbagliavo alla grande.

L’indirizzo indicato non esisteva sul mio navigatore, mi trovava la cittadina, Hamden, ma non la via, girovago per qualche minuto, ma era tutto chiuso, ero un pò spaesato e anche incosciente, recarmi ad un’indirizzo datomi da un fantomatico investigatore, da solo, essendo a capo da una società milionaria.

Trovo una signora ad un distributore automatico e chiedo informazioni, mi dice che l’indirizzo che sto cercando è ai confini della città dove inizia la statale.

Bene mi reco subito sul luogo, non mi ero accorto che avevo gia fatto due ore di strada ed erano quasi le 11.

Mentre esco dalla città, noto un certo degrato, non era come Charleston, qui era davvero quasi tutto abbandonato, cosa ci faceva una come Caroline qui?

Intravedo una stradina quasi sterrata che imbocca nella statale, vedo anche un cartello di legno “ bredley street”.

Ecco era l’indirizzo, almeno credevo. Di fronte a me una casa in legno, decisamente messa male, un capanno semi distrutto e oggetti sparsi ovunque per il giardino.

Era l’ultima casa in fondo alla statale che usciva da Hamden e andava a Tuchson, praticamente lontano da tutto.

Non trovavo il collegamento tra quella studentessa che non usciva dalla mia testa e tutto questo contesto. Era strano.

Parcheggio all’inizio del vialetto con il muso rivolto alla statale, sia per scappare sia per vedere se Caroline si fosse materializzata, e spengo la macchina.

Dopo circa mezz’ora di noia e rumori abbastanza molesti tutt’intorno, scorgo una sagoma nera che cammina nella mia direzione lungo la statale, capisco che è una ragazza e cosi accendo i fari dell’auto che illuminano la sagoma e scendo.

Era lei, Caroline, capelli arruffati, giubbotto chiuso fin sotto il mento e tuta, non il massimo ma era comunque carina.

Più che altro sembrava davvero distrutta, ma cosa fa questa ragazza la super eroina a caccia di criminali?

“Ehi caroline! ciao sono Dylan!”

“Dylan?? ma sei pazzo? che cazzo ci fai qui?”

Bhè non era esattamente l’accoglienza che avevo previsto. Pensavo le facesse piacere una sorpresa

“Sei impazzito? come mi hai trovato? ti avevo detto che....”

“ehi ehi calmati, visto che non mi hai chiamato avevo piacere a vederti, tutto qui! pensavo fosse un gesto carino”

“Carino un cazzo Dylan! tu non sai nulla, non dovresti nemmeno essere qui!”

Avevo fatto un errore madornale, ma cosa pensavo di ottenere presentandomi a casa di una sconosciuta?

“Dylan devi andare via sul serio, non puoi stare qui”

Discutemmo per qualche minuto, volevo solo farle capire che non ero uno psicopatico, ma volevo solo vederla.

I suoi occhioni metà verdi metà nocciola, immersi nelle lacrime mi implorarono di andarmene subito, non avevo scelto, acconsentii.

Se ne andò senza nemmeno guardami in faccia, ero distrutto, la vita mi aveva messo di fronte a una cosa cosi bella dopo tanto tempo e ora me la toglieva in questo modo meschino.

Salgo in auto, non parto, sto fisso con gli occhi sulla strada.

nella mia mente un susseguirsi di pensieri contorti, non ho un focus preciso, sono in preda ad emozioni contrastanti, non riesco a pensare lucidamente.

Eppure c’era qualcosa che non quadrava, che mi diceva di non andarmene da lì.

Decisi per la scelta che poteva distruggere tutto, anche la mia vita.

Scesi dall’auto e in preda ad un’adrenalina pazzesca, decisi di spiare dalla finestra, se piangeva c’era un motivo, doveva essere un motivo.

Mi avvicino lentamente, cercando di non fare rumore, mi accosto alla finestra della cucina dal lato sinistro della casa, un piccola lampadina illumina la cucina di piastrelle rosse bianche con una strana fantasia, sul tavolo qualche frutto e due piatti, c’erano scatole e barattoli aperti ovunque, e due casse di birra al fianco del frigorifero. Ma non vedevo nient’altro, dalla porta scorgevo solo un’angolo del divano e un mobile.

Capisco che il salotto è dall’altra parte e mentre cerco di fare il giro della casa sento un tonfo proveniente dal piano di sopra, mi paralizzo, silenzio, ancora silenzio, riprendo a camminare, avevo quasi finito il giro intorno alla casa ero a pochi metri dalla finestra, quando sento sbattere violentemente una porta.

Iniziale le urla, un casino assordante, non so cosa fare, mi avvicino piano alla finestra.....è un’inferno.

La tele è accesa, c’è sporcizia ovunque, dalla finestra chiusa trapassa un odore nauseabondo di umido e chiuso, ci sono cartoni della pizza a terra e anche qualche bicchiere rotto, era come se nessuno mettesse piede in quel salotto da settimane, forse mesi.

Mi appoggio con le spalle al muro per calmare la respirazione, ero in ansia, avevo paura e non capivo cosa stessi facendo, le urla al piano di sopra si fanno davvero pesanti ma non capisco cosa dicono, dalle scale sento dei passi, sbate violentemente una porta, mi accuccio per terra, sento il van che si accende mette in moto e va via di fretta.

Silenzio, nessun rumore per qualche minuto, altri passi dalle scale interne, mi accosto leggermente alla finestra giusto per intravedere qualcosa.

L’immagine che sta per seguire, turba ancora i miei sogni, come un fulmine a ciel sereno, qualcosa che non ti aspetti.

Caroline è seduto sul divano, con la testa tra le mani, in lacrime.

Non vedo altro, piange, li da sola, ma non capisco il motivo, finchè non si tira su e mentre si asciuga le lacrime con le maniche della felpa noto sul suo volto un livido rosso vicino alla tempia destra.

Panico, non so cosa fare, entrare potrebbe anche essere violazione di domicilio, se quello fosse stato il suo ragazzo? magari avevano litigato, magari ha sbattuto contro la porta (certo) un susseguirsi di ipotesi che mi fecero uscire pazzo, corsi alla mia Bmw e misi immediatamente in moto, grazie a dio il mio parcheggio ai bordi del vialetto non risulto sospetto e non diede nell’occhio.

Mentre guido non riesco nemmeno a pensare, anzi si, penso solo a una cosa, quello di Caroline non era un rifiuto ma una richiesta di aiuto.

fine parte 2

#amore #fidanzati #frasi tumblr #gordonstories #ti amo

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laflechanet · 7 years

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Melanie Schillinger, nueva Directora de Operaciones de Alphabet Internacional

Alphabet Internacional, empresa líder de renting, gestión de flotas y movilidad corporativa tanto en Europa como en Australia y China, ha nombrado a Melanie Schillinger nueva Directora de Operaciones de la compañía. El nombramiento, que se hará efectivo el próximo 1 de septiembre, situará a Schillinger al frente de los departamentos de IT, Gestión de Procesos y Operaciones en los 19 países en los que Alphabet tiene presencia.

Melanie Schillinger comenzó su carrera profesional en 1992 en Múnich, en BMW Bank, donde obtuvo amplia experiencia en áreas de negocio como Banca, Operaciones y Calidad de Gestión. Además, Schillinger coordinó el departamento de Atención al Cliente tanto en servicios financieros como en los de leasing.

Posteriormente ocupó la jefatura de Atención al Cliente dentro de la división de Banca Directa, estando a cargo de la gestión de activos y liderando importantes proyectos de IT y estrategia. A continuación, Schillinger se trasladó a la división de Calidad Corporativa de BMW AG, trabajando mejoras para clientes y concesionarios dentro del área de Calidad. En los dos últimos años, ha estado al frente del departamento de Finanzas y Servicios Compartidos en las instalaciones del icónico BMW Welt.

Al mismo tiempo, Alphabet ha anunciado dos nuevos nombramientos dentro de Europa, que también serán efectivos a partir de septiembre:

Christel Reynaerts se situará al frente de Alphabet Holanda como nueva CEO. Reynaerts, que comenzó su experiencia profesional en el Grupo BMW en 2005 como General Manager en el departamento de Ventas Internacional en Alphabet y llegó a hacerse cargo de la dirección corporativa del área, sucederá a Jorge Bautista en Holanda. Bautista pasará a liderar el departamento de Vehículos Usados, dentro del Grupo BMW en América.

Erik Swerts relevará como CEO a Christel Reynaerts en Bélgica. Swerts, actualmente Director de Operaciones en Alphabet Bélgica, ha trabajado en el Grupo BMW desde 2011, obteniendo y aportando un amplio conocimiento en áreas de leasing y gestión de flotas.

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elbiotipo · 3 years

Note

Cuando decis que Pancho tuvo muchas experiencias religiosas me hizo pensar que el señor delfín se encontro con dios y no esta tan impresionado por su forma homocentrica.

HSJKAGHFJKDGSHDSHDKG TENGO QUE ESCRIBIR ESO

Pero mientras tanto tengan otro shitpost:

Melanie, recontra requete pasada de copas: ...en cambio sabés quién se la banca MAL? PANCHO. Francisco, el delfín loco! Sabés que se comenta, que la otra vez se colgó un hongo y se vio cara a cara con Dios... ADIVINÁ QUIÉN ERA DIOS MEN ADIVINÁ DECÍ! PARÁ!

Todos:

Melanie, geniunamente llorando: ...la orca Willy man... LA ORCA WILLY DE LIBEREN A WILLY MAN... *continúa llorando*

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enquantovocedormia-fanfiction · 5 years

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CAPÍTULO I

Listen to the heart de Roxette toca mesclando-se às conversas nas outras mesas. Violet Foster ergue os olhos para o relógio de parede acima da entrada pela milésima vez. Não conseguia agir com muita paciência quando o assunto era esperar, e mesmo que estivesse aproveitando os minutos à mais para pensar em argumentos para ficar com Khan, o golden retriever de seis anos completamente mimado, e o carpete peruano, ainda não conseguia conter a raiva que nutria dentro de si.

O café já parecia nutrir suas células, sendo transportado pelo sangue como o próprio oxigênio. Estava na terceira xícara desde que sentou-se no banco de couro preto, quase uma hora antes.

Já passava de uma da tarde quando finalmente recebeu uma ligação de Dex, o seu novo parceiro, com quem quase discutiu mais cedo por ele simplesmente parecer não querer deixá-la resolver as coisas. Ele estava quase tão detestável quanto o seu ex, Liam, mas como poderia? Não existia nada mais irritante do que o ver perambulando pelo departamento de polícia como se tivesse a banca toda. Uma coisa ela não podia negar, Liam Payne era muito bonito, um colírio para os olhos. E a voz rouca, a postura de quem sabe o que está fazendo, a confiança que emana quando interroga alguém...

— O que você quer, Dex?

— Desculpe incomodar, Foster. — Ele sussurrava. — Preciso que você apareça pra ontem.

— Eu ainda não posso, eu…

— Violet. — A voz agora é de Liam.

E embora tenha sentido uma pontada de surpresa, não segurou o rosnar quando respondeu:

— Você esqueceu alguma coisa?

— Não. — Ele cospiu do outro lado da linha. — Precisamos de você aqui. Depois falamos sobre isso.

— Liam.

— Agora, Violet.

Dos oito anos que passaram juntos, sendo seis deles casados, foram poucas as vezes em que Liam havia falado dessa maneira. Estava sério, quase hesitante em levantar a voz. E isso a motivou a levantar da cadeira antes mesmo da ligação encerrar, com a chave do carro na mão direita, enquanto a esquerda lança uma nota generosa de dinheiro na mesa por serviço nenhum.

A cidade de Plater é pequena, com um único departamento de polícia, divindo a Central com outras duas cidades vizinhas. Foi entrando para a polícia que conheceu Liam Payne, seu parceiro. Faz oito anos. Antes, o romance, o apartamento no centro, a coleção de plantas na varanda… Tudo o que parecia ser forte e real despedaçou-se em questão de meses, e a quase década de estabilidade tornou-se ruína antes que pudesse perceber. Tudo o que precisava agora era de Khan. E, claro, o maldito carpete peruano.

Já não morava no mesmo apartamento: conseguiu outro à duas quadras de distância, no tamanho ideal. Pequeno. E sinceramente não fazia questão de qualquer móvel que estivesse com o ex-marido. Até porque isso exigiria mais contato com Payne, e isso estava fora de questão.

Ignorando a rixa com o ex, seguiu caminho até o departamento de polícia em silêncio. Movida à curiosidade, longe de Foster ser submissa. Na verdade, tinha pavor da submissão feminina imposta pela sociedade. O que deve ser salientado: Violet Foster, aos trinta e dois anos, poderia ser classificada como uma mulher de sucesso e feminista assídua, do tipo que não aceita que levantem a voz ou interrompam-na em seu discurso.

Do tipo que até o mais machista dos homens respeita, como foi assim que entrou no oco do departamento, parcialmente molhada pela garoa fria de início de tarde. Notou que os poucos oficiais silenciados estavam de olhos arregalados. Então continuou andando.

Liam estava no escritório do sargento acompanhado de Dexter, um ex-bombeiro atrapalhado que o enchia de perguntas por não ter tanta experiência na polícia. O sargento, beirando os cinquenta e cinco, observou a mulher entrar apenas levantando o olhar. As sobrancelhas grossas já grisalhas ergueram-se minimamente, e só depois de uma longa pausa, iniciou a sua fala:

— Foster. — Ela assentiu como um cumprimento silencioso e prático. — Não sei se está ciente do Colecionador.

— O caso do Payne? — Desdenhou. É claro que lembrava. Há alguns meses, ele só conseguia falar sobre isso no jantar e em todos os outros momentos que passavam juntos. Isso, é claro, quando não estavam brigando.

— Agora não é mais do Payne.

— Eu tenho doze casos, ele só tem esse! — Tomou cuidado para não aumentar o tom. — Senhor...

— Terá treze, então. — Deu de ombros o sargento. Antes que ela pudesse retrucar, ele ergue a mão direita aberta, silenciando-a: — Acho que você vai querer saber porquê, Foster.

— Sim, eu vou. — Cruzou os braços sentando-se numa das cadeiras livres.

— Encontramos o homem que procurávamos.

— O Colecionador?!

Era impossível, ela sabia. Vira o dossiê da incógnita que assombrava a cidade inúmeras vezes.

Isso porque foram encontrados corpos de homens e mulheres com intervalos não regulares. O padrão do Colecionador, qual fez a polícia acreditar de que se tratava de um assassino em série, foram os perfis das vítimas. Todas solteiras, muito bem limpas depois de mortas e sempre numa pose cuidadosamente feita.

A primeira vítima foi um homem de quarenta e dois anos, encontrado próximo ao rio das laranjeiras, ao oeste de Plater. Estava com um corte profundo na garganta, mas sem qualquer mancha de sangue em suas roupas secas e perfumadas. Os olhos e a boca dele estavam cuidadosamente costurados, com algodão dentro de suas narinas e ouvidos. O corpo estava sentado, com as costas apoiadas no tronco de uma laranjeira velha. Pela calcificação dos ossos e o sangue completamente coagulado em suas veias, a perícia confirmou que já fazia pelo menos um dia de sua morte. Foi identificado como Juan Solano, um imigrante estabelecido na cidade há dez anos.

Quase dois meses depois, outro corpo foi encontrado. Outro homem, quase da mesma idade, com o rosto completamente deformado, sem a arcada dentária, olhos e digitais de mãos e pés. Tinha vários cortes no abdome, além de um traumatismo craniano escondido por uma peruca de cabelos naturais ruivos. Estava embaixo de um viaduto, próximo à um penhasco no limite entre Plater e Red Mountain. Debruçado sobre a grama pálida e seca, com os braços dobrados sob a cabeça, como se dormisse profundamente e em paz. Suas roupas também estavam limpas e perfumadas. Não foi identificado.

Liam foi o encarregado por já ter solucionado o caso de algumas mortes brutais à homens, que ocorreram dois anos antes. O interesse de Foster, porém, mantinha-se longe. Até a terceira vítima aparecer. Uma adolescente de quarenta e cinco quilos, apenas quatorze anos, que morava a apenas uma quadra de distância. Melanie Cortez não chegou ao seu destino naquela sexta-feira, quando deveria ir para uma festa do pijama de uma amiga do mesmo bairro. Apareceu apenas na madrugada do sábado, dentro de uma lata de lixo vazia. O corpo agachado com as pernas flexionadas, as mãos coladas ao metal, como se ela estivesse escalando a lata para sair. O rosto escondido entre os ombros, como se olhasse para baixo.

A mãe disse que a jovem saiu de pijamas, mas Melanie foi encontrada com um vestido limpo e perfumado, quase duas vezes o seu tamanho. Os cabelos loiros lisos lavados, presos num rabo de cavalo perfeito. Se não a tirassem dali e estirassem o seu corpo numa maca, antes de empacotá-la como qualquer outro corpo sem vida, não conseguiriam ver o grande corte que rodeava a sua garganta. Sua boca e olhos estavam costurados, bem como o nariz e ouvidos tampados com algodão.

A mensagem foi clara por todos os lados: não saiam desacompanhados. Não confiem em estranhos. Não deixem os seus filhos saírem à noite. Tranquem as portas e janelas.

Até que mais oito vítimas apareceram. E continuariam a aparecer, pensava Foster. Até o sargento completar:

— O assassino está na sala de interrogatório.

— Ele simplesmente confessou? — Balbuciou incrédula.

— Não exatamente. — Disse Liam, aproximando-se com fotos nas mãos, quais jogou no colo de Foster com imagens de mais uma vítima. — Encontramos ao lado da última vítima, provavelmente limpando a cena.

Depois de quase um ano sem deixar vestígio, como a própria sombra? Não fazia sentido.

— Ele estava com as chaves de um chevrolet, que encontramos não muito longe da cena do crime, com roupas limpas e perfumadas, masculinas e femininas, além de materiais de limpeza, luvas cirúrgicas...

— Como chegaram a cena? — Interrompeu ela.

— Uma ligação anônima sobre uma movimentação estranha na estrada de pedras.

— Mas tem moradores ali?

— Foster. — O sargento interviu. — Também achamos estranha a situação, mas queremos investigar a fundo tanto quanto você.

— Se o cara está do outro lado do corredor, algemado, com tantas provas, por que estamos tendo essa conversa mesmo? — Ela quis saber.

Payne e o sargento se entreolham, enquanto Dex suspira pesadamente se retirando da sala.

— Digamos que ele...

— Ele quer falar com você, Foster. — O sargento interrompeu Liam, impaciente. Violet se sentiu ainda mais confusa.

Naquele instante, uma onda fria passou pela sua espinha, arrancando um pesado suspiro que mais parecia emanar do canto mais profundo de sua alma. Engoliu a sensação em seco. Como ele podia conhecer sua existência para exigir algo daquele tipo? E por quê?

— Você pode se recusar, se quiser. — Disse Liam calmamente, aproximando-se por um passo. Flexionou as pernas, chegando a altura de Violet sentada. — Estamos com todas as provas suficientes para prendê-lo. Para dar um fim nisso. Você não precisa ir. Mas... Se você realmente pensa como eu, e sentiu que alguma peça está errada nessa estranha sorte que tivemos hoje...

— Eu vou.

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